El Contador Público en El Ámbito Judicial
El Contador Público en El Ámbito Judicial
El Contador Público en El Ámbito Judicial
CAPÍTULO I
2.1. Concepto
El concepto de la Contabilidad expuesto en el punto 1 hace que consideremos que es una ciencia factual, cultural,
aplicada que se ocupa de las interrelaciones entre los componentes de los hechos informativos de todo tipo de
ente. Los sistemas contables concretos responderían a los Modelos Contables Alternativos que pueden elaborarse
para satisfacer los intereses de los usuarios del producto contable al tomar decisiones. Ésa sería la llamada función
social de la Contabilidad: ayudar al desarrollo de la sociedad humana.
2.3. Opiniones
En 1997, Antonio Lopes de Sa publicó una conferencia que dictó en la Universidad de Zaragoza y que enfrentaba
el problema del saber contable y la actividad de los contadores públicos; decía (3) :
"A fines de 1977 recibí correspondencia del profesor Abraham J. Briloff de la Universidad de Nueva York, algo
sumamente especial con su libro More Debts than Credits, donde llamaba nuestra atención para los gravísimos
problemas que ocurrían en Estados Unidos vinculados a un proceso del Senado que acusaban a los contadores de
incompetentes o cómplices con los fraudes del mercado de capitales, debido a las alteraciones de los Principios y
Normas de Contabilidad. Dicho profesor me aconsejó leer otras publicaciones suyas en periódicos así como los
testimonios que pueden efectuar acusando las manipulaciones que se hacían en la normalización".
El resultado de esa inquietud de 20 años significó ese trabajo publicado en Buenos Aires y que refleja problemas
éticos de la profesión contable vigentes en los actuales años del siglo XXI con debates trascendentales en la
Comisión Europea respecto a la responsabilidad de la actividad contable en las reiteradas crisis financieras
mundiales.
Entresaco algunas propuestas del distinguido profesor brasileño recientemente fallecido que nos orientará
respecto a la disciplina, su ejercicio y su relación con la Ética o Filosofía Práctica.
(pág. 4) "Si no tenemos una Teoría General del Conocimiento en Contabilidad fundamentando la orientación de
las informaciones y de las normas que la disciplinan, jamás podremos saber cómo observar, percibir y, por
consiguiente, informar".
(pág. 16) "los conceptos deben generar teoremas y estas teorías. Y el conjunto de estas teorías es lo que forma la
ciencia".
Consideramos que la Contabilidad puede poseer Modelos Contables Alternativos que permiten un mejor ejercicio
de su tarea de profesionales que aplican conocimientos contables para la solución de los problemas que plantean
los demandantes de sus servicios.
Si analizamos algunos de los conceptos del dominio del discurso contable, veremos que su modelización ayudaría
a la tarea de los expertos en Contabilidad que, en nuestro país serian los contadores públicos con la incumbencia
establecida en la ley 20.488.
En ese artículo se plantean los problemas de siete componentes de la vinculación de los contadores públicos y
sus posibles soluciones, se citan siete más tratadas en el año 2000.
4.1. La filosofía
Como recurrimos a esta disciplina, nos parece oportuno comenzar con una especie de definición acerca de lo que
modernamente se entiende por filosofía (5) :
"Filosofía es la ciencia de los primeros principios, obtenida por la luz natural de la inteligencia".
Al explicar el sentido de cada uno de los elementos de la definición, el autor elegido dice (6) :
a)"Es ciencia: así se distingue el conocimiento filosófico del conocimiento vulgar" .
"Ciencia es el conocimiento de una cosa por sus principios o causas. Quien conoce algo por sus causas sabe, dice
Aristóteles, que eso es así, y que no puede ser de otra manera. Ésta es la característica del conocimiento científico".
b) De los primeros principios: así se diferencia la filosofía de las otras ciencias...".
c) Principios: "...todo lo que sirve para explicarnos algo...".
d) "Por la luz natural de la inteligencia", no es teología.
Luego vemos que, respecto al objeto formal (especial, propio), habría 3 opiniones en general.
a) El positivismo: es una ciencia como cualquier otra.
b) El racionalismo: que no distingue filosofía de ciencia particular.
c) El realismo moderado que propusimos al comienzo del capítulo o sea la Contabilidad que "está subordinada a
la Filosofía de alguna manera" (7) .
El manual introductorio que elegí concluye en que "cada uno tiene que hacer filosofía..." (8) .
"La filosofía es faena; la filosofía es cosa de hombres y su escenario es terreno; la filosofía es historicidad".
E incluye [ (9) ] vinculando la Ontología y la Gnoseología en la Ética:
"Pero el hombre no sólo tiene que "saber lo que son las cosas"; tiene que "saber obrar", porque es un ser activo,
que siente necesidad esencial de obrar, y de obrar fundado en su propio saber.
"He aquí el origen de otra disciplina filosófica que es la filosofía del obrar o filosofía práctica" que nosotros
llamaremos Ética".
4.2. La ontología
"Ontología es la parte de la filosofía que estudia el ser en sí mismo o el ser en cuanto ser. La misma etimología
"on" y "logos" (ser y razón) indican una relación del ser con el conocimiento. Por eso lo ontológico, propiamente
hablando, indica lo que está relacionado con el conocimiento del ser"... los filósofos modernos para designar lo real
en sí, con prescindencia de su relación con el conocimiento, usan más bien el término "óntico" (10) .
Ya indicamos que, siguiendo a Bunge, opinamos que la Contabilidad estudia cosas cambiantes reales, existentes y
modificables o cambiantes, ni fantasmales ni inmutables. Esto nos orienta en nuestro actuar de contadores públicos
como trabajadores de una realidad existente y a la que queremos conocer y lograr que sirva a los intereses de la
comunidad humana.
Hay corrientes filosóficas diversas que los contadores deberían conocer para enfrentar por sí y decidir cuáles
aceptan respecto a la ontología y lo óntico. Por ejemplo:
Escuela dinamista, actitud fenomenista, actualismo y tal vez la posibilidad de derivar en un idealismo. En
particular, se debe analizar y pensar las variadas posibles causas del ser: eficiente, ejemplar, y el principio de
finalidad.
Carlos S. Zaglul
1.1. Introducción
A través de este punto, se realizará una breve reseña de la evolución de las profesiones de ciencias económicas
en nuestro país, señalando sus antecedentes más relevantes, como fueron las creaciones de la Escuela Superior de
Comercio "Carlos Pellegrini", la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, el Colegio de Graduados en Ciencias
Económicas y el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Por último se realizará un análisis de la situación actual y futura de dichas profesiones, en especial la referida a la
de contador público, dentro de un marco de globalización regional y mundial de la economía, el permanente
cambio tecnológico y la creciente preocupación del individuo por lo social (ecológico, ético y derechos humanos), y
por lo tanto, del nuevo rol que deben desempeñar.
A modo de ejemplo, y teniendo en cuenta la existencia en la actualidad, de un reclamo social de una buena
administración de justicia que se encuentra administrada por el Estado y en un contexto de saturación tal que no le
permite dar respuesta adecuada a las necesidades de su comunidad (22) , surge la necesidad de hacernos cargo de
nuevos roles, como puede ser el de asistir a los empresarios en una negociación, mediación o en un arbitraje.
Asimismo, se brindarán los aspectos más relevantes de las federaciones de los colegios de graduados de ciencias
económicas, de los consejos profesionales de ciencias económicas y de las asociaciones internacionales más
importantes.
1.3.1. Su fundación
Si bien la Universidad de Buenos Aires fue creada en 1821 por decreto del gobernador de la provincia, Gral.
Martín Rodríguez, y su ministro de Gobierno, don Bernardino Rivadavia, la Facultad de Ciencias Económicas fue
creada el 9 de octubre de 1913.
Hasta ese momento componían la universidad sólo cuatro facultades: Derecho, Medicina, Ciencias, y Agronomía
y Veterinaria.
La historia de la facultad está íntimamente vinculada a la fundación, como hemos visto, de la Escuela Nacional de
Comercio.
En 1892, bajo el ministerio de Balestra, se determina que a quienes aprobaran con altas notas determinados
grupos de asignaturas, se les ofrecía el título de perito mercantil.
En 1897, el ministro Bermejo reglamentó con éxito la expedición del título de contador público, lo que significaba
dos años de estudios y comprendía dos cursos de contabilidad, dos de castellano y literatura, y tres de legislación
civil, comercial y aduanera.
Ya en 1905, el Dr. Joaquín V. González elevó a tres los años de estudio y aumentó el número de asignaturas, con
la aspiración de que dicha reforma lograra su intención, que era la creación de una facultad que tomara a su cargo
los cursos de contadores.
Como paso previo a la creación de la Facultad de Ciencias Económicas, se produce en 1910, bajo la presidencia
del Dr. José Figueroa Alcorta, la fundación del Instituto Superior de Ciencias Económicas y Comerciales, a instancias
del Dr. Carlos Rodríguez Etchart (quien fuera posteriormente el primer decano).
Por último, ya bajo la ley 9254 del 9 de octubre de 1913, se autoriza a la Universidad de Buenos Aires para
organizar, sobre la base del Instituto Superior de Estudios Comerciales, la hoy Facultad de Ciencias Económicas.
2. INCUMBENCIAS PROFESIONALES
2.1. Introducción
A la luz de la ley 20.488, se detallan las incumbencias profesionales de los graduados en ciencias económicas, en
la actividad privada y en el ámbito judicial.
Dicha ley, sancionada el 23 de mayo de 1973, regula desde entonces el ejercicio profesional de las profesiones de
ciencias económicas. Hasta su sanción, y como veremos en el punto 4.2. de este capítulo, el régimen legal vigente
era el previsto por el decreto-ley 5103/45.
Los artículos 1º a 3º de la ley 20.488 establecen que bajo dicha norma se reglamentan en las profesiones de:
- Licenciado en economía;
- Contador público;
- Licenciado en administración;
- Actuario;
Se establece quiénes podrán ejercer dichas profesiones, determinando las respectivas condiciones que deben
cumplirse en cuanto a que los diplomas fuesen expedidos por universidades nacionales, privadas y extranjeras, con
especial atención a los títulos expedidos con anterioridad al decreto-ley 5103/45 y a la ley 20.488.
2.2. Las funciones de los profesionales en ciencias económicas en el marco de la ley 20.488
3.1. Introducción
En este último punto, se desarrollarán los aspectos relacionados con el ejercicio profesional, en los temas
relativos a la legalización, reglamentación, aranceles y normalización para el ejercicio profesional en la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, en virtud de las leyes 20.488 y 466.
Se explicará tanto el funcionamiento del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires como el de su tribunal de disciplina, indicándose, para finalizar, las sanciones legales y disciplinarias de
las que puede ser pasible un profesional.
3.4.1. Funcionamiento del Tribunal de Ética Profesional y el Código de Ética del C.P.C.E.C.A.B.A.(38)
Cualquier acto que diariamente realizamos desde el punto de vista personal debe ser realizado con acabada y
total responsabilidad.
Por lo tanto, el ejercicio de una profesión puede ser susceptible de reparación a un tercero como consecuencia
de un mal desempeño de la misma, en forma culposa o negligente.
En el ámbito de nuestra profesión, específicamente relativo al ejercicio profesional de contador público, como
consecuencia del desarrollo de dicha actividad, ya sea en forma dependiente o independiente, el mismo será
pasible de sanciones legales (civiles y penales) y sanciones disciplinarias (éticas) por el mal desempeño de su tarea,
además de la que le cabe desde el punto de vista laboral (sanción legal) en el caso de desarrollarla en relación de
dependencia.
Cuando hablamos de fijar responsabilidades, debemos decir que su graduación en la participación en principio de
un delito deberá ser determinada, en el primer caso, en los estrados judiciales, y en el segundo supuesto, será en el
ámbito de los consejos profesionales, a través de sus tribunales de disciplina, quienes evaluarán cada circunstancia.
Así, el art. 27° de la ley 466, determina que serán objetos de sanciones disciplinarias:
a) Los actos u omisiones en que incurran los graduados inscriptos en la matrícula, que configuren violación de los
deberes inherentes al estado o ejercicio profesional de conformidad con las disposiciones del Código de Ética.
b) La remoción del cargo ocupado en cualquiera de los organismos citados en el artículo 4° de la presente ley.
El propio preámbulo del Código de Ética establece que su propósito es enunciar las normas y principios éticos
que deben inspirar la conducta y actividad de los matriculados. "Constituyen la guía necesaria para el cumplimiento
de las obligaciones contraídas con la casa de estudios en que se graduaron, con la profesión, con sus colegas, con
quienes requieren sus servicios y con terceros".
En virtud de las responsabilidades de los profesionales y de sus obligaciones, deben realizar los mayores
esfuerzos para mejorar continuamente su idoneidad y calidad, contribuyendo al progreso y prestigio de la
profesión.
Expresamente determina que la ausencia de disposición expresa no debe interpretarse como admisión de actos
o prácticas incompatibles con la vigencia de los principios enunciados, ni considerarse que proporcione impunidad,
sino conducirse de una manera que resulte coherente con el espíritu del código.
Su art. 1º establece que dichas normas son de aplicación para todos los profesionales matriculados en el
C.P.C.E.C.A.B.A., ya sea que la ejerzan en relación de dependencia o en forma independiente, y a los inscriptos en el
Registro especial de no graduados.
Como norma general , antes de enumerar determinadas situaciones particulares que deben observarse en el
ejercicio profesional, indica en su art. 4º que constituye falta de ética:
- La aceptación o acumulación de cargos, funciones, tareas o asuntos que resulten materialmente imposible
atender.
- Como auxiliar de la justicia, causar demoras en la administración de la justicia, salvo circunstancias debidamente
justificadas ante el respectivo tribunal.
Los arts. 5º a 22 establecen determinadas pautas de conducta o de interrelación profesional que deben tenerse
en cuenta, a saber:
Documentación Toda opinión, certificación, informe, dictamen, etc., debe expresarse en forma clara,
emanada del precisa, objetiva, completa y de acuerdo con las normas establecidas por el consejo.
profesional La responsabilidad por la documentación que firmen los profesionales es personal e
(art. 5º) indelegable, aunque requieran la actuación de colaboradores.
Solidaridad
Los profesionales deben conducirse siempre con plena conciencia de sentimiento y
ycooperación
solidaridad profesional, de una manera que promueva la cooperación y las buenas
profesional
relaciones entre los integrantes de la profesión.
(art. 6º)
Cargos contra La formulación de cargos contra otros profesionales debe hacerse de buena fe y sólo
otros profesionales puede inspirarse en el celo por el mantenimiento de la probidad y el honor
(art. 7º) profesionales.
Los profesionales deben abstenerse de aconsejar o intervenir cuando su actuación
Actos contra la buena
profesional permita, ampare o facilite los actos incorrectos, pueda usarse para
fe de terceros
confundir o sorprender la buena fe de terceros, emplearse en forma contraria al interés
(art. 8º)
general o violar la ley.
Interrupción de
servicios No debe interrumpirse los servicios profesionales sin comunicarlo a quienes
profesionales corresponda con antelación razonable, salvo fuerza mayor.
(art. 9º)
Documentación
del cliente No deben retenerse documentos o libros pertenecientes a sus clientes.
(art. 10)
Actuación en institutos Deben abstenerse de actuar en institutos de enseñanza que desarrollen actividades
de enseñanza mediante propaganda engañosa o procedimientos incorrectos, o que emitan títulos o
(art. 11) certificados que puedan confundirse con los diplomas profesionales habilitantes.
Ejercicio de la profesión
Permitir que otra persona ejerza la profesión en su nombre o facilitar que alguien pueda
por intermediarios
actuar como profesional sin serlo.
(art. 12)
Enunciación de títulos y Los títulos y designaciones de cargos del consejo o de otras entidades de la profesión
designaciones pueden ser enunciados solamente como relación de antecedentes o actuar en nombre
(art. 13) de ellos.
Gestores No debe utilizarse ni aceptarse la intervención de gestores para la obtención de trabajos
(art. 14) profesionales.
Clientes de otros
No se debe tratar de atraer los clientes de un colega, empleando para ello recursos,
colegas
actos o prácticas reñidas con el espíritu de este código.
(art. 15)
Asociaciones de
Las asociaciones entre profesionales, constituidas para desarrollar actividades
profesionales
profesionales, deben dedicarse, como tales, exclusivamente a dichas actividades.
(art. 16)
Constituye violación a los deberes inherentes al estado profesional, y en consecuencia,
Delitos económicos
se considera infracción al presente código, el hecho de haber sido condenado
(art. 17)
judicialmente por un delito económico.
Publicidad El ofrecimiento de servicios profesionales debe hacerse con mesura y respeto por el
(art. 18) decoro de la profesión.
La relación de los profesionales con sus clientes debe desarrollarse dentro de la más
Secreto profesional
absoluta reserva. Los primeros no deben revelar conocimientos adquiridos como
(arts. 19 y 20)
resultado de su labor con ella. Están relevados de esta obligación sólo en su defensa.
Para la fijación de los honorarios deben tomarse en consideración la naturaleza e
importancia del trabajo, el tiempo insumido, la responsabilidad involucrada y las
Honorarios
disposiciones legales vigentes.
(arts. 21 y 22)
No deben dar ni aceptar comisiones o participaciones de ninguna especie, salvo las que
correspondan a trabajos realizados en conjunto.
Asimismo, los arts. 23 a 25 enumeran, como es lógico, una serie de incompatibiIidades y abstenciones , como,
por ejemplo:
1. Cuando los profesionales en el ejercicio de actividades públicas o privadas hubiesen intervenido decidiendo o
informando sobre un determinado asunto, no deben luego prestar sus servicios a la otra parte hasta que
hayan transcurrido 2 años de finalizada su actuación, salvo que no mediare oposición.
2. No deben intervenir profesionalmente en empresas que actúen en competencia con aquellas en las que
tengan un interés propio como empresarios.
3. No deben emitirse dictámenes: cuando sean propietarios, socios, directores o administradores de la sociedad,
del ente o de entidades vinculadas; cuando tengan relación de dependencia; cuando sea cónyuge, los
parientes por consanguinidad en línea recta, los colaterales hasta el cuarto grado inclusive, y los afines dentro
del segundo grado; cuando tengan intereses económicos, etc.
2.2. Congruencia
Tradicionalmente, en los juicios de carácter patrimonial, civiles y comerciales, el principio de congruencia se lo ha
definido como la correspondencia que debe existir entre la sentencia, la pretensión de la actora y la defensa de la
demandada, tanto en lo que hace a los sujetos, al objeto y la causa de la litis, en virtud de lo dispuesto en el art. 34,
inc. 4 y en el art. 163, inc. 6 del CPCCN(30) .
Como todo principio, el de congruencia no es absoluto, ya que la sentencia puede incluir hechos
sobrevinientes "aunque no hubiesen sido invocados oportunamente" según el citado inc. 6 del art. 163, ahora in
fine .
En el fuero penal, el principio de congruencia es "entendido como la estricta correspondencia entre la acusación,
la intimación precisa de los cargos que contiene y la sentencia"(31) .
Algunos otros ejemplos de la flexibilización del principio de congruencia: el juez puede determinar una medida
cautelar distinta a la peticionada; el juez puede fallar ultra petita según el art. 56 de la Ley de Procedimiento del
Trabajo 18.345; la inclusión de terceros en la sentencia por el art. 96 del CPCCN; monto de indemnización superior
al reclamado que se condicionó a "lo que en más o en menos resulte de la prueba"; los amparos que intentan
proteger derechos esenciales; procesos para proteger en forma inmediata el medio ambiente según art. 32 in
fine de la Ley General del Ambiente 25.675; etc. (32) .
En el ámbito penal, los países que firmaron la Convención Americana sobre Derechos Humanos deben privilegiar
el principio procesal de congruencia. Para ejemplificar lo anterior, mencionamos la resolución del 20/06/2005 dada
por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el caso "Fermín Ramírez c. Guatemala". Sólo haremos
referencia al análisis efectuado por dicha Corte en torno al principio de congruencia que lo definió como identidad
entre la acusación y la sentencia (33) .
El fallo condenatorio sometido al análisis de esa Corte se fundó en hechos no comprendidos en la acusación (y en
la peligrosidad del imputado, la cual no fue demostrada) desconociendo el principio de congruencia e impidiendo el
ejercicio del derecho de defensa del imputado a pesar de que el art. 332 bis del Código Procesal Penal guatemalteco
establece "que incluye como requisito sustantivo de la acusación la relación clara, precisa y circunstanciada del
hecho punible... y su calificación jurídica " (34) .
La indefensión del acusado por la falta del cumplimiento de formalidades ante la ampliación de la acusación y el
cambio de calificación del delito que se le imputaba, es una muestra de la violación de los incs. "b" y "c" del art.
8.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos(35) .
El párrafo 67 de la sentencia de la Corte dice que "...Al determinar el alcance de las garantías contenidas en el
artículo 8.2 de la Convención, la Corte debe considerar el papel de la "acusación" en el debido proceso penal vis-à-vis
el derecho de defensa. La descripción material de la conducta imputada contiene los datos fácticos recogidos en la
acusación, que constituyen la referencia indispensable para el ejercicio de la defensa del imputado y la consecuente
consideración del juzgador en la sentencia. De ahí que el imputado tenga derecho a conocer, a través de una
descripción clara, detallada y precisa, los hechos que se le imputan. La calificación jurídica de éstos puede ser
modificada durante el proceso por el órgano acusador o por el juzgador, sin que ello atente contra el derecho de
defensa, cuando se mantengan sin variación los hechos mismos y se observen las garantías procesales previstas en
la ley para llevar a cabo la nueva calificación. El llamado "principio de coherencia o de correlación entre acusación y
sentencia" implica que la sentencia puede versar únicamente sobre hechos o circunstancias contemplados en la
acusación".
En el párrafo 68: "Por constituir el principio de coherencia o correlación un corolario indispensable del derecho
de defensa, la Corte considera que aquél constituye una garantía fundamental del debido proceso en materia penal,
que los Estados deben observar en cumplimiento de las obligaciones previstas en los incisos b) y c) del artículo 8.2
de la Convención".
En el párrafo siguiente que "En el caso 'Pélissier y Sassi c. Francia', la Corte Europea de Derechos Humanos
determinó que los peticionarios no tuvieron oportunidad para preparar su defensa respecto del nuevo cargo que se
les imputaba, ya que sólo a través de la sentencia del tribunal de apelaciones se enteraron de la recalificación de los
hechos..." (36) .
Al principio procesal de congruencia se lo suele oponer con la facultad judicial denominada iura novit
curiae(37) , pero el juez no está habilitado a considerar hechos principales no alegados(38) , solución dudosa de
aplicarse los principios del activismo judicial.
2.3. Preclusión
Este principio procesal permite que el proceso avance de estadio procesal, y el anterior, en principio, queda
firme. Por ejemplo: la comparecencia de la parte declarada rebelde sin que el proceso pueda retrogradar (art. 64
del CPCCN); "El consultor técnico podrá ser reemplazado por la parte que lo designó y el reemplazante no podrá
pretender una intervención que importe retrogradar la práctica de la pericia" (primer párrafo del art. 461 del
CPCCN).
En general, vencido un plazo habiéndose o no ejercido la facultad que corresponda, continúa el desarrollo del
proceso judicial (art. 36, inc. 1 del CPCCN).
2.4.1. Concentración
La reunión en un solo acto de todas las diligencias que se deben realizar (art. 34, inc. 5, apartado I del CPCCN); en
incidentes concursales, la fijación de una audiencia para que se produzca toda la prueba (art. 282LCQ); todas las
cuestiones incidentales cuyas causas existieran simultáneamente y sean conocidas por quien las promueve, deben
ser planteadas conjuntamente (art. 286LCQ); etc.
Continuando con ejemplos provenientes del Derecho Concursal, la orden judicial de constatar y clausurar el
domicilio comercial del fallido denunciado (en la medida en que no sea el domicilio particular del mismo), diligencia
a cargo de la sindicatura juntamente con el escribano inventariador y el martillero. En su contra, si se trata de un
inmueble que no explota la fallida ni es de su propiedad, la quiebra en principio (39) deberá solventar los honorarios
de los dos últimos auxiliares de justicia sin que haya un aporte efectivo de los mismos.
La primacía del principio de concentración por sobre la competencia del juez en razón del lugar surge en
determinados procesos, como son los que están en juego por el interés superior del niño (40) . "El principio de
concentración es saludable, ya que resulta muy positivo que el judicante que tuvo el caso en sus manos, y que
tramitó ante su juzgado los distintos litigios planteados entre las partes, pueda seguir conociendo en los nuevos
conflictos que se susciten; con el beneficio de permitir la continuidad de criterio del tribunal en la valoración de los
hechos y el derecho. Asimismo, es harto positivo para el adecuado desenvolvimiento del trámite, que puedan seguir
trabajando en la causa los auxiliares de la justicia que intervinieron en el problema familiar; y, en fin, que se
mantenga la labor que podrían estar desempeñando en la causa las respectivas defensorías zonales. Vale decir que
no cambió de residencia el niño, a pesar de que por el juego de otros principios pueda caber formalmente la
intervención de otro juez, ha de comportar el pase a éste de las actuaciones respectivas, provocando
desdoblamientos perniciosos y efectos severamente negativos en perjuicio de los niños afectados en el caso"(41) .
Por otra parte, el método de enjuiciamiento oral favorece la concentración de actos en la audiencia (ampliamos
sobre la oralidad infra ).
2.4.3. Eventualidad
Se produce un acto en forma eventual junto a otro para que en caso de que este último no produzca los efectos
esperables, el eventual lo supla. Por ejemplo, la interposición del recurso de reposición (art. 238 del CPCCN) y en
subsidio, el de apelación (art. 242 del mismo código).
2.4.4. Celeridad
La notificación por ministerio de ley abrevia el plazo y es la regla general en los concursos y las quiebras (art.
273, inc. 5 in fine LCQ); todos los términos son perentorios (art. 273, inc. 1LCQ); las resoluciones son inapelables
(art. 273, inc. 3LCQ) (43) ; el juez debe tomar medidas tendientes a evitar la paralización del proceso (art. 36, inc.
1 del CPCCN); etc.
2.4.5. Oportunidad
En los casos en que no esté previsto un plazo especial, los distintos tipos de resoluciones judiciales deben ser
dictadas en los plazos establecidos en el art. 34, inc. 3 del CPCCN.
2.5. Inmediación
Este principio procesal está dirigido al juez a fin de que se pueda lograr en forma anticipada la solución de la
contienda judicial mediante la conciliación de las partes sin que ello implique prejuzgamiento (arts. 36, incs. 2 y 3 y
360 del CPCCN).
También el sistema de juzgamiento oral favorece la inmediación (44) , pero no necesariamente la solución justa
del caso, sobre todo si se trata de una cuestión de puro derecho, de hechos complejos, sujetos múltiples, tribunales
colegiados y/o colapsados por la excesiva carga de expedientes e insuficiencia estructural, todo lo que ocasiona
demora en la fijación de la/s fecha/s de la/s audiencia/s, etc. (45) .
Posiciona a la oralidad lo dispuesto por plenario nº 109 del 28/11/2008 de la Cámara Nacional en lo Penal
Económico cuyo sumario reza así: "Cuando por el segundo párrafo del artículo 175 del Código Procesal Penal de la
Nación —texto según ley 26.395— se expresa que en el caso en que la denuncia sea presentada ante un juez, la
misma deberá ser escrita, no se veda la posibilidad de que los magistrados reciban denuncias verbales"(46) .
2.6. Publicidad
El art. 1º de nuestra Constitución Nacional establece que el gobierno adopta la forma representativa, republicana
y federal. En la forma republicana de gobierno, entre varias de sus características, se encuentra la publicidad de los
actos de gobierno y el Poder Judicial, como autoridad del Gobierno Federal, no escapa al requisito de la publicidad
de sus actos.
El Pacto de San José de Costa Rica en su art. 8º, inc. 5º establece la publicidad en el proceso penal salvo
excepciones. Desde antaño se tiene dicho que los jueces hablan por sus sentencias y entonces la publicidad de las
mismas cumpliría con dicha característica republicana (47) .
Las audiencias que se celebran en el marco de un proceso judicial también constituyen actos de gobierno y a su
respecto el art. 125, inc. 1 del CPCCN dispone que "Serán públicas, bajo pena de nulidad, pero el tribunal podrá
resolver, aun de oficio, que total o parcialmente, se realicen a puertas cerradas cuando la publicidad, afecte la
moral, el orden público, la seguridad o el derecho a la intimidad. La resolución, que será fundada, se hará constar en
el acta. Desaparecida la causa de la clausura, se deberá permitir el acceso al público".
La gran mayoría de las causas judiciales no interesan al público ni al periodismo. En tanto que las causas que
concitan el interés suelen serlo desde su inicio, pudiéndose generar una tensión en el equilibrio que debe reinar
entre la imparcialidad del juez, la objetividad del fiscal y la presunción de inocencia del imputado y, agravando los
males, la falta de idoneidad profesional en temas jurídicos y la falta de conocimiento del expediente por parte de
los comunicadores y periodistas pueden generar una inclinación de la población —quizás equivocada— en las
resultas del caso.
En cumplimiento del principio republicano de gobierno, la Corte Suprema de Justicia de la Nación por Acordada
29/2008 del 28/10/2008, consideró que con el objeto de "promover la difusión de los juicios orales, (...) garantizar
el derecho a la información en los casos judiciales de trascendencia pública que generan gran interés en la
ciudadanía ... (y) las salas de los tribunales sólo pueden albergar a un limitado número de personas, su transmisión
por los medios audiovisuales evitaría la exclusión de aquellos que no pueden ingresar en el recinto" , resolvió por
dicho acuerdo que: "I) En los juicios orales el tribunal a cargo de las actuaciones permitirá la difusión radial y
televisiva de los siguientes actos: a) Actos iniciales del juicio (artículos 374 y 378 del Código Procesal Penal de la
Nación; b) Discusión final: los alegatos (artículo 393...); c) Lectura de la sentencia, en su parte dispositiva y
fundamentos (artículo 400...). II) El Tribunal podrá establecer las limitaciones que estime necesarias en ejercicio de
las facultades ordenatorias del proceso y atendiendo a las particularidades del caso. III) La cobertura periodística se
ajustará a las siguientes reglas...".
Entre las posibles ventajas de la oralidad podemos mencionar (48) : reducción de los actos judiciales con relación
al proceso escrito; la espontaneidad; posibilidad de observación de la actitud gestual; posibilidad de aclaración en el
acto; posibilidad concreta de la inmediación del juez; reducción de la cantidad de mentiras de las partes (49) ;
mayor publicidad; etc.
Algunos de los inconvenientes de la oralidad son: la falta de tiempo de otra parte para preparar su réplica; la
eventual falta de aptitudes de las partes y de los profesionales en lo que se refiere a la exposición oral; lo
innecesario del sistema oral en casos simples o en cuestiones que se las declara de puro derecho; las
transcripciones en el acta no suelen ser totales como tampoco textuales; etc.
Con relación a nuestra manifestación anterior sobre la eventual falta de aptitudes de los profesionalesen lo que
se refiere a la exposición oral , acotamos que fue efectuada en el conocimiento de que los provenientes de ciencias
no jurídicas, no suelen ser entrenados académicamente en la oralidad, a estar fundamentalmente a la masividad de
los cursos universitarios y a la limitación en la carga horaria ante continuas necesidades de aumentos de contenidos
curriculares en virtud de los continuos cambios en las profesiones.
En el supuesto de implantación total del sistema oral en los juicios, podrá importar una frustración inicial de esos
profesionales que podrá ser remediada con el tiempo y la asistencia a cursos especializados de oratoria (50) .
Así las cosas, a nuestro entender, no es conveniente adoptar radicalmente un sistema totalmente oral o escrito
como tampoco a todos los distintos tipos de procesos, sin un estudio detenido de las ventajas y desventajas del
sistema.
4. CONCEPTOS BÁSICOS
4.1. Jurisdicción
La jurisdicción es la potestad de los jueces de dictar justicia en un caso concreto y para ello debe contar con las
facultades de independencia e imparcialidad no sólo con respecto a las partes del caso sino con relación a cualquier
poder imperante que pueda tener relación con el tema sometido a su decisión.
Para garantizar esa imparcialidad, además, el juez no debe producir la prueba, tarea cuyo urgimiento se
encuentra a cargo de las partes en el sistema dispositivo. Por ejemplo, en el caso de la prueba pericial contable,
aunque el juez cuente con el título de contador público, por el deber de imparcialidad no debe emitir el dictamen
pericial. Y en el proceso penal, a este principio se lo suele denominar de "objetividad".
Según Duce y Riego "este principio se refiere a la obligación que tienen los fiscales de investigar tanto aquello que
permite acreditar el delito y la participación del imputado en él, como los hechos que sirvan para probar su
inocencia (en realidad que extingan, eximan o atenúen su responsabilidad penal)"(53) .
Asimismo, la mayor apertura de la cosmovisión y la objetividad del magistrado coadyuvan a la imparcialidad que
debe mantener durante la secuela del juicio. La imparcialidad del juez es uno de los medios para asegurar la
igualdad de las partes conforme a derecho (54) , a lo cual ya nos referimos.
Por otra parte, equivocadamente se le suele dar a la palabra "jurisdicción" otros significados (no jurídicos) (55) , a
saber:
Jurisdicción como conjunto de atribuciones de cada uno de los poderes del Estado.
Jurisdicción como una suerte de sinónimo de soberanía de un Estado nacional.
4.2. Competencia
La competencia de un juez en un caso determinado es el límite de su jurisdicción, impuesta en razón de la
materia, el grado, el territorio, originaria, derivada, etc.
Entonces, un juez del fuero civil debe declarase incompetente si la materia es del comercial; igual en el caso de
un juez penal de una localidad si el hecho delictivo tuvo lugar en otra.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación y los tribunales inferiores de la Nación tienen competencia originaria
en todas las causas que versen sobre puntos regidos por la Constitución Nacional, las leyes de la Nación, con la
reserva hecha en el inc. 12 del art. 75 de dicha Ley Máxima y por los tratados con las naciones extranjeras; de las
causas concernientes a embajadores, ministros públicos y cónsules extranjeros; de las causas de almirantazgo y
jurisdicción marítima; de los asuntos en que la Nación sea parte; de las causas que se susciten entre las provincias y
entre una provincia o sus vecinos, contra un Estado o ciudadano extranjero (art. 116 de la Constitución Nacional).
Además, la misma Corte ejerce su jurisdicción por apelación en esos casos, pero en los de embajadores, ministros
y cónsules extranjeros y en los que alguna provincia sea parte, la ejerce originaria y exclusivamente (art. 117 de la
Constitución Nacional).
La competencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en razón de la materia (arts. 116 y 117 de la
Constitución Nacional) fue más precisada en el art. 1º de la ley 48 de 1863. El art. 4º de la misma ley determina la
competencia de la misma Corte Suprema en grado de apelación. También dicha ley establece la competencia de los
jueces nacionales en razón de la materia, con sucesivas modificaciones.
El art. 4º del CPCCN establece sobre la competencia que "Toda demanda deberá interponerse ante juez
competente, y siempre que la exposición de los hechos resultare no ser de la competencia del juez ante quien se
deduce, deberá dicho juez inhibirse de oficio. Consentida o ejecu toriada la respectiva resolución, se remitirá la causa
al juez tenido por competente. En los asuntos exclusivamente patrimoniales no procederá la declaración de
incompetencia de oficio, fundada en razón del territorio".
Los arts. 5º y 6º del mismo código de rito establecen una serie de reglas generales para determinar la
competencia en materia civil y comercial y el art. 21 de la LCQ, las excepciones del fuero de atracción concursal que
por exceder el marco de esta obra no analizaremos.
La competencia también está fijada por otras normas legales. Por ejemplo, en el proceso sucesorio, en principio
la competencia la determina el último domicilio del causante por el art. 90, inc. 7º y art. 3284, primera parte, ambos
del Código Civil.
De la combinación de los conceptos de "jurisdicción" y de "competencia", podemos decir que todo juez tiene
jurisdicción pero no todo juez tiene competencia en un caso determinado.
4.2.1. Recusación
Es el procedimiento con que cuentan las partes para tratar de impedir que un juez que aparentemente esté
incurso en una de las causas legales de recusación establecidas en forma enunciativa en el art.
17 del CPCCN entienda en el caso, a fin de garantizar la imparcialidad del juez.
El art. 17 del CPCCN dice: "Serán causas legales de recusación:
1) El parentesco por consanguinidad dentro del cuarto grado y segundo de afinidad con alguna de las partes, sus
mandatarios o letrados.
2) Tener el juez o sus consanguíneos o afines dentro del grado expresado en el inciso anterior, interés en el pleito
o en otro semejante, o sociedad o comunidad con alguno de los litigantes, procuradores o abogados, salvo que
la sociedad fuese anónima.
3) Tener el juez pleito pendiente con el recusante.
4) Ser el juez acreedor, deudor o fiador de alguna de las partes, con excepción de los bancos oficiales.
5) Ser o haber sido el juez autor de denuncia o querella contra el recusante, o denunciado o querellado por éste
con anterioridad a la iniciación del pleito.
6) Ser o haber sido el juez denunciado por el recusante en los términos de la ley de enjuiciamiento de
magistrados, siempre que la Corte Suprema hubiere dispuesto dar curso a la denuncia.
7) Haber sido el juez defensor de alguno de los litigantes o emitido opinión o dictamen o dado recomendaciones
acerca del pleito, antes o después de comenzado.
8) Haber recibido el juez beneficios de importancia de alguna de las partes.
9) Tener el juez con alguno de los litigantes amistad que se manifieste por gran familiaridad o frecuencia en el
trato.
10) Tener contra el recusante enemistad, odio o resentimiento que se manifieste por hechos conocidos. En ningún
caso procederá la recusación por ataques u ofensa inferidas al juez después de que hubiere comenzado a conocer
del asunto" .
La posibilidad de abuso procesal en la recusación se ve aumentada por el hecho de que la lista de causas legales
de recusación es meramente enunciativa, como no podía ser de otra manera "...si una parte recusa repetidas veces
o de manera maliciosa, palmario es que no lo hace para obtener un tribunal imparcial sino para alongar el
trámite"(56) .
Un caso de recusación impropia por una causa no especificada en el texto legal ha sido objeto de decisión por
parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nación por cuanto "la opinión abstracta expresada en un trabajo de
índole teórica no constituye prejuzgamiento, a los efectos de la recusación formulada"(57) .
4.2.2. Excusación
Es el procedimiento con que cuenta el juez para declararse incompetente si se encuentra incurso en alguna de las
causas legales de recusación del mencionado art. 17CPCCN.
Adelantamos que dichas causas legales, en su caso, son aplicables al perito de acuerdo al art. 466CPCCN(58) .
En el art. 55 del CPPN se establecen causales de inhibición:
"Art. 55. - El juez deberá inhibirse de conocer en la causa cuando exista uno de los siguientes motivos:
1°) Si hubiera intervenido en el mismo proceso como funcionario del Ministerio Público, defensor, denunciante,
querellante o actor civil, o hubiera actuado como perito o conocido el hecho como testigo, o si en otras
actuaciones judiciales o administrativas hubiera actuado profesionalmente en favor o en contra de alguna de
las partes involucradas.
2°) Si como juez hubiere intervenido o interviniere en la causa algún pariente suyo dentro del cuarto grado de
consanguinidad o segundo de afinidad.
3°) Si fuere pariente, en los grados preindicados, con algún interesado.
4°) Si él o alguno de dichos parientes tuvieren interés en el proceso.
5°) Si fuere o hubiere sido tutor o curador, o hubiere estado bajo tutela o curatela de alguno de los interesados.
6°) Si él o sus parientes, dentro de los grados preindicados, tuvieren juicio pendiente iniciado con anterioridad, o
sociedad o comunidad con alguno de los interesados, salvo la sociedad anónima.
7°) Si él, su cónyuge, padres o hijos, u otras personas que vivan a su cargo, fueren acreedores, deudores o
fiadores de alguno de los interesados, salvo que se tratare de bancos oficiales o constituidos, bajo la forma de
sociedades anónimas.
8°) Si antes de comenzar el proceso hubiere sido acusador o denunciante de alguno de los interesados, o acusado
o denunciado por ellos.
9°) Si antes de comenzar el proceso alguno de los interesados le hubiere promovido juicio político.
10) Si hubiere dado consejos o manifestado extrajudicialmente su opinión sobre el proceso a alguno de los
interesados.
11) Si tuviere amistad íntima, o enemistad manifiesta con alguno de los interesados.
12) Si él, su cónyuge, padres o hijos, u otras personas que vivan a su cargo, hubieren recibido o recibieren
beneficios de importancia de alguno de los interesados; o si después de iniciado el proceso, él hubiere recibido
presentes o dádivas, aunque sean de poco valor".
El art. 56 delimita el concepto de "interesados": "A los fines del artículo anterior, se considerarán interesados el
imputado, el ofendido o damnificado y el civilmente demandado, aunque estos últimos no se constituyan en parte" .
Continuando con el abuso procesal, la recusación y la excusación, junto con las medidas cautelares y los recursos
son las "tres áreas donde resulta más habitual la aparición del abuso procesal... y de ordinario, el abuso procesal no
presupone la violación de texto legal alguno, sino de algún principio procesal (el de moralidad, el de economía,
etc.)"(59) .
4.3. Domicilios
Este tema está íntimamente relacionado con los medios de notificación y su importancia es tal que un error en la
notificación de un acto procesal en cuanto al domicilio puede acarrear la nulidad del mismo (60) , y entre otras
cuestiones de máxima importancia jurídica determina la competencia de las autoridades públicas.
En el Código Civil, los distintos domicilios de las personas (real, legal y especial) se encuentran legislados en los
arts. 89 a 102. En el CPCCN la distinción de los domicilios (constituido y real) se encuentra fundamentalmente en los
arts. 40 a 42 que transcribimos a continuación:
"Art. 40. - Toda persona que litigue por su propio derecho o en repres entación de tercero deberá constituir
domicilio legal dentro del perímetro de la ciudad que sea asiento del respectivo juzgado o tribunal.
Ese requisito se cumplirá en el primer escrito que presente, o audiencia a que concurra, si es ésta la primera
diligencia en que interviene. En las mismas oportunidades deberá denunciarse el domicilio real de la persona
representada.
Se diligenciarán en el domicilio legal todas las notificaciones por cédula, que no deban serlo en el real.
El domicilio contractual constituido en el de la parte contraria no es eficaz para las notificaciones que deben ser
realizadas en el domicilio del constituyente"
"Art. 41. - Si no se cumpliere con lo establecido en la primera parte del artículo anterior, las sucesivas resoluciones
se tendrán por notificadas en la forma y oportunidad fijadas por el artículo 133, salvo la notificación de la audiencia
para absolver posiciones y la sentencia.
Si la parte no denunciare su domicilio real, o su cambio, las resoluciones que deban notificarse en dicho domicilio
se cumplirán en el lugar en que se hubiere constituido, y en defecto también de éste, se observará lo dispuesto en el
primer párrafo".
"Art. 42. - Los domicilios a que se refieren los artículos anteriores subsistirán para los efectos legales hasta la
terminación del juicio o su archivo, mientras no se constituyan o denuncien otros.
Cuando no existieren los edificios, quedaren deshabitados o desaparecieren, o se alterare o suprimiere su
numeración, y no se hubiese constituido o denunciado un nuevo domicilio, con el informe del notificador se
observará lo dispuesto en la primera o segunda parte del artículo anterior, según se trate, respectivamente, del
domicilio legal o del real.
Todo cambio de domicilio deberá notificarse por cédula a la otra parte. Mientras esta diligencia no se hubiese
cumplido, se tendrá por subsistente el anterior".
Por Acordada 22/91 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación se dispuso que en las cédulas de notificación
sólo pueden consignarse como "tipo de domicilio" tan sólo dos opciones: denunciado o constituido.
En virtud de dicha acordada, para poder efectuar notificaciones por cédulas se resolvió "...admitir de manera
excepcional, y a los efectos de los arts. 140 y 141 CPCC, tal calificación de ´constituido´ al domicilio social inscripto,
ello a fin de otorgar eficacia a la directiva prevista por la ley 19.550: 11-2º..."(61) .
El art. 339 del CPCCN dispone que: "la citación del demandado se hará por medio de cédula que se entregará al
demandado en su domicilio real, si aquél fuere habido..." y no puede reputarse como domicilio real el denunciado
por la demandada en el contrato que motivó el juicio sobre todo si se trata de un documento privado sin firma
certificada por escribano ni reconocimiento de la accionada (62) .
5. MEDIOS DE NOTIFICACIÓN
Los actos procesales son notificados a las partes, a los terceros y auxiliares de la justicia por distintos medios:
cédula, oficio, exhortos, notificación personal, retiro del expediente en préstamo, acta notarial, telegrama, carta
documentada, edictos y avisos por radiodifusión o televisión.
El sistema de las notificaciones (tanto las reales como las fictas) permite que el proceso avance de estadio con el
efecto del principio procesal de preclusión al cual ya nos referimos.
El tema de notificaciones se encuentra establecido en el CPCCN en el Título III denominado "Actos procesales",
Capítulo VI, de las "Notificaciones".
No todos los medios de notificación tienen igual gradación de seguridad. El orden descendente es el siguiente:
personal; cédula, acta notarial, telegrama o carta documento; automática, radiodifusión o televisión, y por último,
edictos (63) .
5.1.2. Personal
La parte, su letrado o autorizado (con limitaciones) se traslada al tribunal y se notifica en el expediente al
revisarlo, ya sea en forma voluntaria, o a instancia del prosecretario administrativo o jefe de despacho (arts. 142 y
143). Es otra excepción al modo anterior. Los funcionarios judiciales quedan notificados el día de la recepción del
expediente en su despacho, y personalmente, el Procurador General de la Nación, el Defensor General de la Nación,
los Procuradores Fiscales de la Corte Suprema, los Procuradores Fiscales de Cámara y los Defensores Generales de
Cámara (art. 135 in fine ).
5.1.3. Escrita
Por medio de cédula, acta notarial, telegrama o carta documento. Los oficios y exhortos son denominados por la
doctrina como medios de comunicación, pero también podrían ser medios de notificación escritos (arts. 131 y 132
del Capítulo V). Este modo implica la existencia de un domicilio, constituido o denunciado, bajo responsabilidad de
la parte.
5.1.4. Tácita
El retiro del expediente en préstamo por parte de los abogados, apoderados y auxiliares importará la notificación
de todas las resoluciones contenidas en el mismo. También el retiro de copias (arts. 134 y 127); peticiones que
demuestran que la resolución pendiente de notificación es de conocimiento por el peticionante (art. 149);
presentación ante la Secretaría del Tribunal de la cédula lo cual importará la notificación de la resolución que
contenga la misma.
7. RESOLUCIONES JUDICIALES
Con el sustantivo "resolución" se suelen designar los actos procesales de los integrantes del órgano
judicial (82) en uso de la función jurisdiccional. A esos actos procesales se los puede clasificar en orden progresivo
ascendente según la índole de la cuestión que resuelven y así dicha resolución puede ser simple, interlocutoria,
definitiva (ya sea de primera o ulterior instancia) u homologatoria.
Las tres últimas mencionadas también son llamadas sentencias, providencias, proveimientos o autos.
La caracterización de las resoluciones judiciales, de los medios de notificación y la de los plazos procesales son
relevantes al tiempo de evaluar la pertinencia y oportunidad de interponer un recurso.
A continuación exponemos una clasificación de las resoluciones que entendemos útil a los fines prácticos. El
estudio de dicha clasificación se verá completado con el apartado denominado "Recursos procesales" que
desarrollamos más adelante en este mismo capítulo.
8. RECURSOS PROCESALES
El concepto de recurso debe ser genérico debido a la diversidad de objetivos de cada uno de los recursos
legislados en los diversos ordenamientos procesales. En razón de ello, en este apartado nos limitaremos por
razones de espacio, al comentario de algunos de los incluidos en el CPCCN, por lo cual, cada vez que un artículo sea
citado sin aclaración, el mismo corresponde al CPCCN.
"El recurso procesal es el medio por el cual la parte, cumpliendo los requisitos pertinentes, puede obtener que el
mismo juez u otro tribunal, según los casos, modifique, cambie, revea, revoque o deje sin efecto la resolución que
impugna. También puede tener por objeto que se establezca la doctrina legal aplicable (recurso de inaplicabilidad,
art. 300), o que se otorgue un recurso interpuesto y no concedido (que por recurso denegado, art. 282)(90) ".
Existen diversas clasificaciones doctrinales de los recursos que exceden los propósitos de esta obra.
En este apartado se evidenciará, sin lugar a dudas, la importancia de los conceptos esbozados en las líneas
anteriores, entre ellos, tipo de resolución, medios de notificación y plazos.
CAPÍTULO IV
1.1. Introducción
Consideramos que el tema del capítulo puede contar entre sus lectores con un importante porcentaje de noveles
profesionales o de quienes, habiéndose recibido anteriormente, se hayan dedicado a cualquiera de los otros
campos de su incumbencia profesional.
En ese convencimiento, la presentación de los temas ha sido encarada siguiendo la cronología de inquietudes
que se albergan al iniciar toda nueva tarea.
Cada uno de los pasos que aquí se desarrollen tratará de ser expuesto conceptualmente, con las referencias
legales y bibliográficas que lo fundamenten.
El tema de la pericial contable es abordado también en otros capítulos de este libro, por lo que se estima
conveniente poner énfasis, en el presente, en aquellas particularidades de la problemática relativa a las cuestiones
laborales en la medida en que las mismas puedan tener incidencia en la realización de la tarea; así será puesto de
manifiesto cuando sea pertinente.
No se realizan definiciones expresas en cuanto al glosario jurídico aplicable, puesto que el tema ya es tratado en
otros capítulos de esta obra.
Es de destacar que el perito debe conocer la relación de su tarea con la materia específica que contribuye a
dilucidar, en este caso, el campo de las relaciones laborales.
Nunca mejor expresado el carácter de auxiliar de la justicia que genera para el perito contador la obligación de
utilizar los conocimientos de su profesión para contribuir a la dilucidación de temas controvertidos en el área
judicial.
En materia laboral, deben correlacionarse las leyes, sus decretos reglamentarios y la jurisprudencia. Corresponde
esclarecer lo expuesto, reiterando que la aplicación e interpretación de las leyes es materia reservada para el juez;
lo que se destaca es que en aquellos claroscuros que tengan las leyes, en muchos casos deberá aplicarse la
jurisprudencia para poder contestar un punto de pericia.
Esto implica para el experto contable que se desempeña en el fuero la necesidad de una permanente
actualización, más allá de los conocimientos inherentes a su título de grado.
El experto no puede aducir el desconocimiento de los fallos plenarios aplicables a la cuestión en que interviene, y
se verá obligado a efectuar recálculos por vía de impugnaciones, en la medida en que no lo haya aplicado al
momento de presentar su informe.
1.2. Elementos particulares del fuero laboral que deben tenerse en consideración
El perito contador es llamado por el juez para expedirse sobre puntos de pericia que hacen a su materia. El marco
de su tarea está dado por lo previsto en el art. 91 de la ley 18.345 que dice:
"Prueba pericial. Art. 91, ley 18.345
Si la apreciación de los hechos controvertidos requiere conocimientos especiales en alguna ciencia, arte, industria
o actividad técnica especializada, se podrá proponer prueba de peritos, indicando los puntos sobre los cuales
habrán de expedirse. Los peritos serán nombrados de oficio en todos los casos y su número podrá variar de uno a
tres, a criterio del juez y de acuerdo con la índole o monto del asunto, circunstancias que también se tomarán en
cuenta para fijar el plazo dentro del cual deberán expedirse.
Únicamente en casos excepcionales los peritos podrán pedir y el juez ordenar que, con carácter previo, la o las
partes interesadas depositen la suma que se fije para gastos de las diligencias. Los peritos podrán ser recusados con
causa en el plazo de tres días posteriores a su designación".
En relación con el perito contador , puede afirmarse que la compulsa de los registros obligatorios y su respaldo
documental serán el punto de partida de la tarea a realizar.
Una vez superada esa etapa, revestirá importancia, para el profesional que actúa como perito de oficio, el
reconocimiento de la legislación aplicable al objeto del litigio.
Ello es así en todos los fueros, pero en el caso particular del que nos ocupa debe señalarse que la legislación ha
variado significativamente en las última décadas; y tal circunstancia no puede ser ignorada por el profesional en el
ejercicio de su cargo.
En la mayoría de los casos, los cuestionarios periciales incluyen un punto que se enuncia más o menos con el
siguiente tenor: "el experto deberá practicar liquidación conforme a derecho" o, en su defecto, "el experto
comprobará la corrección de los cálculos incluidos en el escrito de inicio".
Evidentemente, para lograr esos cometidos, deben conocerse los aspectos esenciales de la legislación vigente en
el período al que se refiere el litigio, pues las mismas pueden haberse modificado desde la ocurrencia del hecho
objeto del mismo.
Estas circunstancias son sólo algunas de las que hacen que el experto deba realizar un análisis especial del marco
temporal aplicable a la tarea que se le encomienda.
Aspectos particulares, como los citados, rodean la tarea del experto contable e influyen directamente sobre la
concreción de su cometido.
Escapa al objeto de este capítulo el análisis pormenorizado de las variaciones operadas en el conjunto de leyes
laborales; la situación ha sido expuesta para marcar la magnitud del tema y aconsejar se le preste la debida
atención.
La diagramación no es arbitraria, puesto que la amplitud del margen está relacionada con la posibilidad de ir
incorporando sucesivamente las fojas al expediente, sujetándolas con ganchos, de forma tal de mantenerlas
ordenadas y foliadas. Cada cuerpo del expediente consta de 200 fojas.
b)Tinta indeleble
Los escritos judiciales deben presentarse en tinta negra indeleble que permita su lectura.
Al respecto, es interesante señalar que la C.S.J.N. emitió una acordada específica reiterando tal obligación puesto
que, al generalizarse la utilización de los procesadores de texto por computación para la confección de los escritos,
si se trabajaba con una baja resolución de impresión, en algunos casos la lectura se tornaba dificultosa.
c) Estructura de los escritos
En el ámbito judicial, en general, debe seguirse una estructura de presentación que sintetizamos a continuación.
Todo escrito consta de las siguientes partes:
— Título.
— Identificación del presentante.
— Cuerpo del escrito.
— Cierre del escrito.
— Firma del profesional.
Señala el objeto del escrito que se presenta. Permite agilizar el trámite del expediente y
orientar al funcionario interviniente acerca del objeto de la presentación. En el caso de los
Título peritos pueden citarse:
"Perito contador solicita expediente"
"Perito contador solicita anticipo de gastos" "Perito contador manifiesta"
Nombre y apellido.
Título profesional.
Domicilio constituido.
Carácter en el que se presenta (en este casoperito contador de oficio).
Identificación Identificación de los autos. Nº de expediente.
clara del Un ejemplo del párrafo quedaría así compuesto:
profesional ".....................................................................Señor Juez:
Ana MORA, Contadora Pública, con el domicilio constituido en Nazca 1050 - Capital Federal,
designada de oficio perito contadora en el expediente caratulado: "Romaniello, Daniel c. El
Puma S.A. s/despido", a VS. se presenta y respetuosamente expone:
....................................................................."
Debe contener las siguientes partes:
Planteo
Cuerpo del escrito
Desarrollo
Petitorio expreso de lo que se solicite
Cierre del escrito Todos los escritos judiciales terminan con la fórmula"será justicia"o"por ser justicia".
Debe incluirse firma del profesional con identificación clara de su nombre y apellido, título y
Firma
universidad que expidió su título.
2.5. Impugnaciones, aclaraciones y observaciones a la pericia contable, e inclusión de nuevos puntos de pericia
Presentado el dictamen, y en la medida en que el informe pericial contable constituirá un elemento que deberá
jugar un papel quizá preponderante en la etapa de alegar, las partes pueden solicitar las aclaraciones, tal como se
manifestó al concluir el punto anterior.
Las aclaraciones pueden referirse a cuestiones relacionadas con fundamentos no expuestos de las conclusiones a
que se ha arribado en el informe.
También puede darse que, por vía del pedido de aclaraciones, se esté requiriendo un mayor detalle sobre las
características de la documentación y registros que se han compulsado.
Las impugnaciones son interpuestas por las partes porque no comparten las conclusiones a que arriba el experto
y solicitan un replanteo, o bien porque cuestionan la fuente documental sobre la base de la cual se arribó a
aquéllas.
Las observaciones son muchas veces interpuestas por las partes en esta etapa del proceso con el propósito de
poner de manifiesto los elementos que la prueba pericial ha aportado en favor de su postura en la causa, lo que
constituye en la práctica un adelanto del alegato.
El experto se encontrará con que recibe una cédula corriéndole traslado de una presentación de este tipo
titulada impugna pericia contable, que contiene manifestaciones de un tenor como el siguiente:
"Impugno el registro contable identificado por el Perito Contador en el punto c) de su informe...'
En realidad, las manifestaciones del tipo de las citadas en este apartado relacionado con "observaciones" sobre
los elementos sometidos a compulsa deberían haber sido interpuestas en la etapa de alegar y no al corrérsele vista
de las conclusiones de las pruebas periciales.
En razón de lo expuesto, puede ocurrir que el perito no tenga que clarificar o explicar ninguna cuestión, puesto
que no han sido "observados" los fundamentos técnico-científicos que avalan las respuestas dadas a los
cuestionarios periciales.
Un último aspecto que debe considerarse es el de la inclusión de nuevos puntos de pericia. No debería
permitirse que por vía de un escrito titulado impugnación se intenten incluir nuevos puntos de pericia no
contenidos en los cuestionarios periciales originalmente encomendados al perito contador.
Tal circunstancia debe ser expresamente puesta en conocimiento del juez al contestar el traslado respectivo,
señalando claramente cuál es la cuestión que se considera nueva.
Si el juez estima procedente la inclusión de la cuestión en esta etapa, notificará al experto la respectiva resolución,
requiriéndole satisfaga el punto. En caso contrario, desestimará la pretensión de la parte o diferirá la resolución
sobre el particular para una instancia posterior.
2.7. Las formas de conclusión del proceso y su incidencia en la base regulatoria de los honorarios
El objetivo de este libro no es dictar un curso completo de procedimiento judicial por lo que se ha excluido
expresamente el tratamiento puntual de cada uno de los ítems contenidos en los códigos respectivos que no
tuvieran directa relación con la tarea pericial.
Aclarado ello, sin embargo, resulta conveniente esquematizar los distintos modos de conclusión del proceso que
se encuentran previstos en materia procesal. El siguiente cuadro resume las características que definen a cada uno
de ellos conforme surge del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación:
Sentencia Resulta el modo normal de conclusión del proceso.
Eldesistimiento del procesose configura cuando en cualquier estado de la causa, previo a que se
dicte sentencia, los litigantes acuerdan desistir del mismo y lo manifiestan por escrito al juez.
Desistimiento Eldesistimiento del derechoimplica que el actor renuncia al derecho que sirvió de fundamento a
la interposición de la demanda; no se requiere la conformidad expresa del demandado para que
el mismo prospere.
Ambos se encuentran previstos en los arts. 304, 305 y 306 del C.P.C.C.N.
Es un derecho que puede ser ejercido por la parte demandada en el litigio en cualquier estado
de la causa anterior a la sentencia. Implica reconocer el derecho reclamado por el actor.
Allanamiento Está previsto en el articulado que el juez dictará sentencia conforme a derecho, pero si estuviere
comprometido el orden público, el allanamiento carecerá de efectos y continuará el proceso
según su estado.
La transacción del derecho en litigio podrá hacerse valer mediante la presentación del convenio
al que se ha arribado o por suscripción de un acta específica ante el juzgador.
Transacción En relación con los términos de la misma, el juez sólo se limitará al examen del cumplimiento de
los requisitos que emanan de la ley aplicable en la materia para que la transacción sea válida y
en función del resultado de su análisis decidirá sobre la homologación del acuerdo.
El art. 309 prevé que los acuerdos conciliatorios celebrados por las partes ante el juez, y
Conciliación
homologados por el mismo, tienen autoridad de cosa juzgada.
Caducidad de la El Código de Procedimientos prevé causales específicas para que opere la caducidad de la
instancia instancia. Ellas surgen del art. 310.
Resulta conveniente relacionar los modos de conclusión expuestos con lo atingente a las distintas alternativas
que generan los mismos en su vinculación con la determinación de la base regulatoria de los honorarios
profesionales.
El régimen arancelario para los profesionales en ciencias económicas previsto en el decreto 16.638/57 conserva,
a pesar de ello, un carácter ejemplificador sobre las relaciones a establecer para los honorarios según cuál fuera el
modo de conclusión del proceso. Ellas son:
1. Si se dicta sentencia o existe transacción
El monto del juicio estará dado por el que surja de la sentencia recaída en las actuaciones o la transacción a que
se haya arribado. Asimismo, se establece que cuando no se alcance al setenta y cinco por ciento del valor reclamado
en la demanda o reconvención, o una u otra fueran rechazadas, el juez puede llegar a fijar honorarios en un
porcentaje mayor que el que correspondería según la cantidad establecida por la sentencia.
2. Si el honorario debe fijarse sin que deba dictarse sentencia o haya sobrevenido transacción
Se considerará a tal efecto como monto del juicio la mitad de la suma reclamada. Si después se dicta sentencia
corresponderá reajustar la regulación conforme a ese supuesto.
3. Si no hay monto
Bajo este supuesto habrá que tener en cuenta los siguientes elementos:
a) el monto e importancia de los trabajos presentados;
b) la complejidad y carácter de la cuestión planteada;
c) la trascendencia moral o económica que para las partes reviste la cuestión en debate.
Hasta el 30/9/1992 tenía plena aplicación en el fuero laboral la escala arancelaria que surgía del
decreto 16.638/57, que fijaba para los informes periciales los siguientes guarismos:
Hasta m$n 1.000 Del 13 al 18%
Hasta m$n 5.000
Más de m$n 1.000 Del 11 al 16%
Hasta m$n 10.000
Más de m$n 5.000 Del 9 al 14%
Hasta m$n 50.000
Más de m$n 10.000 Hasta m$n 500.000 Del 7 al 12%
Más de m$n 50.000 En adelante Del 5 al 10%
Más de m$n 500.000 Del 4 al 10%
Dado que la norma en cuestión no preveía ningún mecanismo de indexación en su articulado, los procesos
inflacionarios sucesivos hicieron que debieran aplicarse los parámetros del escalón más alto, ello implicaba que los
honorarios debieran ser fijados entre los límites del 4% como mínimo y del 10% como máximo. Esos valores se
aplicaban sobre importes actualizados de los montos determinados en cada caso.
Dicha posición halló fundamento en numerosa jurisprudencia generada específicamente por la Cámara Nacional
de Apelaciones del Trabajo.
En principio, frente a la aparición de nuevas normativas, pareció existir consenso entre los magistrados del fuero
en no innovar en la materia en relación con las causas en trámite, y continuaron aplicando los lineamientos del
decreto 16.638/57 que establecía el mecanismo de relación porcentual descripto entre el monto del juicio y
el honorario del profesional en ciencias económicas que se desempeña como auxiliar de la justicia en carácter de
perito.
En mayo de 1993 un fallo de la C.S.J.N. se expidió a favor de la aplicación del referido decreto 16.638/57 como
respuesta a la presentación individual de un perito contador, señalando la inconstitucionalidad del criterio de
fijación de honorarios incluido en el decreto 1813/92, principalmente en relación con las causas preexistentes al
dictado del mismo.
2.9. Liquidación (art. 132). Criterios de actualización y devengamiento de intereses. Notificaciones a practicar
Al quedar firme la sentencia, procede la liquidación de acuerdo con las pautas de la resolución que definió el
proceso.
El trámite de liquidación de oficio implica que la misma será practicada por la secretaría del juzgado, una vez que
el expediente ha sido remitido de la cámara o ha quedado consentida o ejecutoriada la sentencia.
De la liquidación se corre traslado a las partes y peritos. En ese mismo momento, se intimará al deudor para que
pague el importe que surja de aquélla, de acuerdo con el plazo que fijó el juez en los términos de sentencia.
En el caso en que en la confección de la liquidación no se hubieren considerado la totalidad de los elementos
involucrados o se hubieran aplicado erróneamente, la misma podrá ser impugnada y reformulada de acuerdo con
las pautas que se estimen son las que corresponden.
De esta nueva liquidación se le corre traslado a los interesados y, en el caso de subsistir las discrepancias, el juez
deberá expedirse determinando cuál de todas las liquidaciones responde a los términos de la sentencia definitiva.
En el supuesto de liquidaciones que revisten complejidad es posible que el tribunal vuelva a llamar al perito para
que liquide los importes conforme con los términos de la sentencia recaída en el expediente.
2.10.3. Habiendo quedado firme la liquidación, los responsables depositan los honorarios del experto
En este punto y en el siguiente se analizarán los distintos supuestos que pueden darse ante la intimación de pago
de honorarios.
La primera alternativa se configura cuando la condenada al pago deposita en el banco judicial correspondiente la
suma adeudada. Éste es el modo normal en que finaliza toda la labor pericial.
Cumplido el depósito, el cheque o giro judicial pueden ser librados de oficio por el juzgado o a petición expresa
del experto.
Si el cheque es librado de oficio, el perito debe solicitar se deje constancia en el mismo de su situación fiscal
frente a los gravámenes que recaen sobre su ejercicio profesional. En la actualidad estos impuestos son los
denominados "impuesto a las ganancias" e "impuesto al valor agregado".
Si el perito reviste el carácter de monotributista, según la normativa vigente no sufriría retenciones en concepto
de "impuesto al valor agregado" ni de "impuesto a las ganancias".
Todo ello reviste importancia, puesto que, en el caso de no constar en el libramiento la situación frente al
impuesto, la entidad bancaria se encuentra obligada a retener el máximo previsto para los no inscriptos. Esta
situación representa actualmente un porcentaje considerable si se superan los mínimos no sujetos a retención.
Algunos juzgados tienen la modalidad de librar los cheques sólo a petición expresa del interesado. En esa
circunstancia, el profesional deberá presentar un escrito en el que informará todos los datos citados a los fines
impositivos.
El siguiente texto ejemplifica el cuerpo del escrito que correspondería presentar:
"[...]
Que viene a solicitar se libre el giro a su favor por el depósito de los honorarios que le fueran oportunamente
regulados. En cumplimiento de la normativa vigente manifiesto ser inscripto en el impuesto a las ganancias y
revestir el carácter de responsable inscripto ante el impuesto al valor agregado. Adjunto fotocopia de la
constancia respectiva para conocimiento del tribunal.
Por todo lo expuesto, a V.S. solicito:
Se sirva ordenar el libramiento del giro a favor del suscripto por la suma de $xxxxx, dejando constancia en el
mismo de las situaciones impositivas acreditadas en esta presentación.
Provea V.S. de conformidad, QUE
SERÁ JUSTICIA...
Firma y Sello del Profesional"
3. ACTIVIDAD DEL PERITO CONTADOR EN LAS CONTROVERSIAS LABORALES EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
3.1. Introducción
En jurisdicción de la provincia de Buenos Aires el ordenamiento vigente para la justicia laboral surge de lo
previsto en la ley 11.653, que fuera publicada en el Boletín Oficial el 16 de agosto de 1995.
Los aspectos distintivos fundamentales que emanan de su ordenamiento y se relacionan con la actividad del
perito contador se comentarán en el siguiente punto, puesto que hacen al contexto en el que deberá desempeñar
su actividad profesional en cuestión.
Asimismo el perito deberá conocer que la ley 10.620 reglamenta el ejercicio de las profesiones en ciencias
económicas en la jurisdicción de la provincia de Buenos Aires y que, en su parte pertinente, incluye dentro de su
título IV, De los aranceles de honorarios en materia judicial, definiciones precisas respecto de los derechos y
obligaciones que alcanzan a quienes optan por esta actividad como especialización profesional. Por ello se incluye
su texto como anexo del presente capítulo.
Adicionalmente debe tenerse en cuenta la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos
Aires respecto de establecer como requisito para el ejercicio de la actividad pericial la aprobación de un curso
especialmente dedicado al electo, cuyos lineamientos surgen del acuerdo 2728 (Reglamento para el Dictado y
Evaluación de los Cursos de Capacitación en Práctica Procesal) que se comentará brevemente más adelante.
4. CONSIDERACIONES FINALES
Los temas abordados en el capítulo constituyen un acercamiento al ejercicio de la actividad pericial en el caso de
controversias laborales. Los temas generales relacionados con el procedimiento deben ser consultados
correlacionándolos con los demás capítulos de este libro que se ocupan de la labor pericial.
Las cuestiones laborales específicamente legisladas deberán ser profundizadas recurriendo a las fuentes
normativas particulares que correspondan en cada caso en el que al perito le toque desempeñarse.
La diversidad de las normas laborales, fruto de múltiples vertientes, como las leyes, sus reglamentaciones,
decretos de emergencia, etc., obliga a una especialización para un efectivo desempeño de la tarea.
Estas características la tornan a la vez compleja y rica en todo lo relativo al manejo de variables íntimamente
relacionadas con la profesión contable. Entre ellas, la correlación entre los registros y la documentación
respaldatoria, y el amplio espectro de las relaciones laborales son sólo algunas de las que pueden citarse.
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CAPÍTULO V
Marisa Gacio
1. INTRODUCCIÓN
Tanto el fuero civil como el comercial tienen características de procesos dispositivos. Se entiende como
dispositivo al método bilateral en el cual dos sujetos en esencia desiguales discuten pacíficamente ante la autoridad
de un tercero imparcial —el Juez—, quien propicia el marco de igualdad jurídica, dirigiendo y regulando el debate,
para llegado el caso, emitir su sentencia acerca de la pretensión discutida.
De tal modo, el Juez en el sistema dispositivo no protagoniza el impulso del proceso, siendo su función primordial
la de velar para que el debate entre las partes se lleve a cabo en un pie de igualdad.
Sin embargo, en cuanto a la etapa de la prueba, el CódigoProcesal Civil y Comercial contiene rasgos inquisitivos
autorizándole al magistrado a introducir prueba de oficio al proceso.
Teniendo como premisa que la actuación del profesional en Ciencias Económicas se desarrolla
fundamentalmente en la etapa de la prueba estudiaremos cómo se deberá desenvolver para cumplir con su
cometido dentro del proceso civil o comercial.
Es importante resaltar que la gran mayoría de los litigios de orden patrimonial requieren la participación de
expertos en Ciencias Económicas. Ello obedece a que se deben comprobar hechos controvertidos que requieren
conocimientos técnicos que exceden el saber específico del Juez en materia económico-financiera.
Tanto el Código de Comercio como el Código Procesal Civil y Comercial le reconocen a la contabilidad gran valor
probatorio, no sólo en los litigios originados por diferencias con otros comerciantes, sino también en sus relaciones
con civiles.
Para cualquiera que se aboque a la lectura y análisis del Proyecto de Código Civil y Comercial que se nos propone
desde el Poder Ejecutivo Nacional, no podrá pasar desapercibido el desafío que importa pasar de un Código de
Comercio de 404 artículos vigentes (al que se le suman leyes complementarias) y de uno Civil de otros tantos 4.051,
a un nuevo código unificado de tan sólo 2.671 artículos. Desafío que se dará no sólo por la adecuación
terminológica y sintáctica que esta notable reducción de normas implica, sino porque a poco de avanzar en la
lectura de su índice se advertirá que hay institutos que directamente se omiten en su tratamiento (vgr. el estatuto
del comerciante).
2. MARCO LEGAL
En cuanto al derecho sustancial o de fondo, elCódigo Civil yel Código de Comercio serán las piedras angulares
sobre los que se asientan las cuestiones litigiosas generalmente patrimoniales en las que se suscitan hechos
controvertidos que se resolverán con las pruebas ofrecidas, y en cuanto a la forma en que se deberá regir la prueba
pericial contable en materia civil y comercial está regulada por elCódigoProcesal Civil y Comercial de la Nación.
4. OFRECIMIENTO DE LA PRUEBA
5. PRODUCCIÓN DE LA PRUEBA
5.2. Inscripción
La inscripción se realiza durante el mes de octubre de cada año en vistas a actuar el año judicial siguiente que
comienza el primer día hábil de febrero y finaliza el último día hábil de diciembre. Se deberá estar matriculado en el
Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para el caso de que nos
interese actuar como peritos en los fueros Nacionales y Federales de esta ciudad. El trámite es de carácter personal
y de hacerlo un tercero deberá acompañar un poder ante escribano y fotocopia del mismo. Actualmente, el Consejo
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ofrece su estructura edilicia y soporte electrónico para facilitar a los
matriculados la inscripción, previo pago de un arancel de $50, que fue dispuesto por Acordada 29/95 de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación.
5.4. Designación
La designación de perito contador nos llegará por medio de una cédula a nuestro domicilio constituido, el que
deberá estar actualizado.
5.4.1. Notificación
La notificación de la designación se hará por cédula, cuyo contenido es el siguiente:
1)Nombre apellido y domicilio del perito designado
2)Juzgado o Secretaría donde tramita el juicio y su dirección
3)Transcripción de la resolución judicial donde se lo designa con firma
4)Fecha y hora en la que fue notificada la cédula dato que es colocado por el oficial notificador en forma escrita y
dicha fecha es la relevante a los efectos del cómputo del plazo para aceptar el cargo
5.4.2. Idoneidad
El art. 464 del CPCC dispone que en caso de profesiones reglamentadas, como es el caso de la de los
profesionales en Ciencias Económicas, el perito debe estar matriculado en la ciencia a la que pertenezcan las
cuestiones sobre las cuales deba expedirse.
5.4.5. Recusación
El perito designado por el juez podrá ser recusado por justa causa, dentro del quinto día de notificado el
nombramiento por ministerio de la ley conforme el art. 465. Son causales de recusación del perito las previstas
respecto de los jueces; también la falta de título o la incompetencia en la materia de que se trate. El perito tiene dos
opciones frente al pedido de recusación: una es la de reconocer la causal y ello implicará que el Juez designe a otro
reemplazante, o la otra es la negación de la causal y tramitará el planteo por la vía incidental.
6. MODELOS DE ESCRITOS
7. TAREAS PRELIMINARES
8.1. Concepto
Es la opinión de un profesional luego de haber verificado los hechos, sus causas y consecuencias que requiere de
conocimientos técnicos o científicos específicos ajenos al conocimiento del Juez y necesarios para dirimir sobre la
contienda.
8.3. Plazos
El plazo para presentar la pericia es fijado por el Juez, y de no haberlo determinado se entiende que es de quince
días y su cómputo comienza a partir de la aceptación del cargo del perito.
8.4. Forma
La presentación del dictamen es por escrito.
8.5. Copias
Se deberá adicionar a la presentación del dictamen, copias para cada una de las partes integrantes del litigio para
poder dar traslado del dictamen a las mismas y puedan plantear pedido de explicaciones, impugnaciones u
observaciones.
8.6. Contenido
La pericia tiene que tener el desarrollo con fundamento (explicación detallada de las operaciones técnicas
realizadas y de los principios técnicos en los que se funda la opinión). El dictamen deberá comprender los siguientes
tópicos:
-Título (PERITO CONTADOR PRESENTA DICTAMEN)
-Destinatario (Señor Juez)
-Exordio (Nombre y apellido, carácter -perito contador designado de oficio-, domicilio constituido, carátula de las
actuaciones y n° del expediente)
-Breve referencia a las diligencias realizadas
-Transcripción del cuestionario o pliego pericial, punto por punto, seguido del responde
-Petitorio: solicitar la agregación en autos con copias para las partes y el pedido de regulación de honorarios
conforme las escalas arancelarias locales
8.8. Traslado
Del art. 473 del CPCC surge que el dictamen pericial será objeto de traslado a las partes para que éstas, o de
oficio puedan plantear la solicitud de aclaraciones, observaciones o impugnaciones.
10. HONORARIOS
a. El desistimiento
Están previstas dos clases de desistimiento:
- Desistimiento del proceso puede ser solicitado por las partes por escrito, que dará por extinguido el proceso.
En el caso de que no esté notificada la demanda sólo el actor puede peticionarlo, y en el caso opuesto requiere
la conformidad de los demandados. Pero permite iniciar un nuevo proceso posteriormente.
- Desistimiento del derecho implica que el actor renuncia a su derecho y en caso de ser el planteo aceptado por
el Tribunal no podrá promoverse en el futuro otro proceso por el mismo objeto y causa. Para su planteo sólo
es necesaria la solicitud del actor.
En estos dos tipos de desistimiento se aplica en el fuero Civil el Plenario Multiflex (8) para la regulación de
honorarios.
b. La transacción
La transacción de derechos litigiosos es un acto jurídico bilateral de derecho civil, es también acto procesal, título
ejecutorio equiparado a la sentencia (arts. 850 del Código Civil y 500, inc. 1°del Código Procesal). Y como tal, ofrece
suficiente seguridad como para que el legislador la seleccione a fin de determinar el monto de la regulación de
honorarios por actuación judicial, que no puede ser distinto para quienes no intervinieron en ella. Pues de admitirse
que la transacción no les es oponible a los terceros, tampoco podrían invocarla como culminación del proceso ( art.
1199 del Código Civil), con lo cual se llegaría a una solución absurda.
En materia de transacción y regulación de honorarios es aplicable el plenario Civil "Murguía, Elena Josefina c.
Green, Ernesto Bernardo s/ Cumplimiento de contrato" de fecha 2/10/2001 donde se resuelve que "La transacción
o conciliación que pone fin al pleito es oponible a los fines arancelarios a los profesionales que intervinieron en el
proceso y no participaron en el acuerdo respectivo".
c. La conciliación
Es muy similar a la transacción pero el acuerdo en este caso es alcanzado ante la presencia del magistrado.
d. La caducidad de instancia
Dado que en materia procesal civil rige el principio dispositivo donde corresponde a las partes en general y a la
actora en particular el impulsar el proceso y la prueba, de no cumplirla en tiempo será pasible a que se le ordene la
caducidad de instancia la cual no perjudica la acción que podrá iniciarse nuevamente un nuevo juicio.
Generalmente en estas situaciones anormales el perito, salvo que vaya a examinar la causa, no advierte esta
situación y deberá peticionar al Juzgado que le regulen sus honorarios. A manera ejemplificadora se agrega la
actuación de una perito contadora que impulsó la causa y luego de que se decretara la caducidad de instancia se le
regularon sus honorarios. En estas actuaciones "Hydro Agri Argentina S.A. c Drovet S.A. S/ ordinario" Expediente N°
84040, que se tramitó por ante el Juzgado Nacional de 1ra. Instancia en lo Comercial N° 10 Secretaría N° 20, se
tomó como base regulatoria el monto reclamado en la demanda más los intereses calculados por la perito
contadora en su Informe Pericial (9) .
10.4. Apelación
El plazo para apelar los honorarios es de 5 días desde la notificación (art. 244 del CPCC).
Prescripción Liberatoria: art. 4023 del Cód. Civil.
La prescripción, como modo de extinción de acciones posee plazos para que se opere. Existe en el Derecho
argentino un plazo general establecido por el art. 4023 del Código Civil que es el de 10 años, el art. 4023 del Código
Civil dispone que "Toda acción personal pordeuda exigiblese prescribe por diez años, salvo disposición especial". En
materia de honorarios regulados a peritos, se aplica esta prescripción decenal (12).
10.5. Percepción
Plazo para el pago: Debemos recurrir en forma complementaria a nuestra ley de aranceles al art. 49 de la ley
21.839, cuyo texto dispone que: "Todo honorario regulado judicialmente deberá pagarse por la parte condenada en
costas, dentro de los treinta (30) días de notificado el auto regulatorio firme, si no se fijare un plazo menor".
10.6. Ejecución
El proceso de ejecución de honorarios es asimilable al de ejecución de sentencia.
Para la procedencia de la ejecución de los honorarios es requisito ineludible que éstos hayan sido regulados en
concepto de costas. Este elemento, que imprime a la pretensión ejecutiva certeza suficiente para abrir el proceso de
ejecución configurando el título ejecutivo y requiere que el pronunciamiento que los fijó se encuentre con sentido o
ejecutoriado.
No encontrándose previsto por nuestra ley de aranceles de honorarios lo relativo al cobro de honorarios
regulados en juicio de tal modo la acción para el cobro se tramitará por la vía de ejecución de sentencia.
En cuanto a la ejecución de la sentencia, para conocer las reglas de competencia debemos situarnos en lo
normado por el artículo 501 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
El juez competente será:
1)El que pronunció la sentencia.
2)El de otra competencia territorial si así lo impusiere el objeto de la ejecución, total o parcialmente.
3)El que haya intervenido en el proceso principal si mediare conexión directa entre causas sucesivas.
En cuanto al plazo para el pago la jurisprudencia está dividida, pues unos entienden que la mora es de pleno
derecho y otros que es necesario la previa intimación de pago. A continuación se citan ambas posturas
jurisprudenciales:
"El régimen de la ley arancelaria para abogados que fija un plazo de 30 días para el pago de honorarios regulados,
término que puede ser reducido por el juez y cuyo vencimiento ocasiona la mora de pleno derecho, es igualmente
aplicable a los profesionales en ciencias económicas, en virtud de la remisión que contiene el art. 12 del decreto-ley
16.638/57 (CNCiv., sala F, 30/7/1984. "Excurra Héctor A. L.", ED 111-681".
"La constitución en mora de la obligación de pagar honorarios regulados en juicio, cuando no se ha establecido
un plazo con ese fin, precisa de un requerimiento, puesto que no se trata del caso previsto en el art. 509, párrafo
primero del Código Civil, sino de obligaciones de exigibilidad inmediata (CNEspecial Civil y Com., sala III, 12/2/1982)
ED, 98-513".
CAPÍTULO IX
Juan Ulnik
2. REQUISITOS Y NORMAS LEGALES APLICABLES PARA LA INSCRIPCIÓN Y DESIGNACIÓN DEL CONTADOR PÚBLICO COMO SÍNDICO CONCURSAL
2.1. Requisitos
Entramos a uno de los temas más controvertidos y que han agitado las opiniones, tanto de contadores, como de
abogados y magistrados; y son muchas y muy respetables las campanas a escuchar al respecto.
Por supuesto que sería una solución facilista transcribir el art. 253 de la ley 24.522 (antes art. 277 de la ley
19.551) sin otros mayores comentarios, pues el texto de la norma legal es bien claro, pero la importancia y
trascendencia del tema bien merece comentarios adicionales.
Las antiguas legislaciones sobre bancarrotas, que creaban la figura del síndico, y que exigían que el mismo tuviera
como título habilitante el de contador público, disponían que las respectivas listas se renovaran anualmente, para
luego pasar al sistema bianual y llegar finalmente al sistema actualmente vigente que consiste en la renovación
cada cuatro años.
A esta altura es fundamental aclarar que, de acuerdo al texto del art. 253, inc. 1°, de la ley 24.522 y que no
experimentó cambios al sancionarse las posteriores modificaciones a tales normas legales, tal desempeño se halla
reservado exclusivamente a contadores públicos con más de 5 años de ejercicio profesional y sigue luego la aludida
norma legal diciendo que se designa preferentemente a quienes hubieran cursado carreras universitarias de
especialización de postgrado. Esto último a su vez tiene su antecedente en el párrafo 35, inciso b) de la Exposición
de Motivos de la aludida ley 24.522, cuando se aclara que se refería la preferencia a "carreras específicas y de
profundización profesional con el sentido y alcance que universitariamente es propio de ese nombre, y no simples
cursos".
Una de las primeras controversias surge a partir del requisito de antigüedad, y se continúa con el requisito de la
especialización. En opinión de muchos graduados, el título habilitante es único y sin limitaciones de ninguna
especie, motivo por el cual consideran injusto vedar el acceso a una fuente de trabajo con requisito previo alguno,
ya que se aduce que la experiencia que únicamente otorga el ejercicio activo de la profesión es necesaria en
cualquier especialidad, y no por ello existe exigencia previa alguna para cualquiera de las otras incumbencias del
contador público. Ello es cierto, pero la tarea de la sindicatura concursal es tan vasta y tan disímil, pues abarca
tantas áreas de la profesión, que difícilmente sin años de experiencia y sin aprendizaje especializado previo, se
pueda cumplir cabalmente con la función de síndico concursal.
Puede acudir al remedio concursal tanto un establecimiento agropecuario como una fundición de metales; puede
hallarse en situación de impotencia financiera tanto un director de empresa como un director cinematográfico;
puede tratarse tanto de un establecimiento único con un solo empleado como un establecimiento con cincuenta
sucursales y mil dependientes. Y, en cumplimiento del mandato legal en plazos relativamente breves, el síndico
concursal debe producir, entre otros, informes tanto de auditoría como de factibilidad, investigar el pasado y
proyectar el accionar futuro, expedir certificados diversos, vigilar bienes, y así podríamos continuar con muchas
funciones más. Su accionar es indelegable (art. 252), y se pueden detallar muchas más exigencias, todo lo cual (si
bien debemos admitir no representa una garantía total) nos hace concordar con el régimen legal actualmente
vigente que exige antigüedad y especialización, pues por lo menos se trata de la alternativa más seria y coherente al
respecto.
La República Argentina tiene un sistema federal de gobierno, es decir, coexisten leyes de aplicación nacional y
leyes de aplicación provincial. La ley 19.551 y sus posteriores reformas son leyes nacionales uniformes para todo el
país, pero los Códigos de Procedimientos, vigentes en cada Provincia, sólo tienen aplicación en aquel territorio
provincial que lo ha promulgado. Lo mismo ocurre con la organización de la justicia, pues cada una de las divisiones
políticas de la república tiene su propia organización tribunalicia, e incluso las provincias más importantes (por
ejemplo: Buenos Aires, Santa Fe, etc.) tienen departamentos judiciales en sus territorios, con distintos Tribunales de
primera instancia y de alzada y una Corte Suprema por provincia. A su vez, tienen jurisdicción y competencia en la
Capital Federal en materia concursal, los Juzgado Nacionales de 1ra. Instancia en lo Comercial, la Cámara Nacional
de Apelaciones en lo Comercial y en determinados casos la última palabra la tiene la Corte Suprema de Justicia de la
Nación.
La ley 24.522 actualmente vigente, aun con sus posteriores modificaciones que en ningún momento han
modificado el tema incumbencia y especialización, innova en dos sentidos, pues el texto sancionado por el Congreso
de la Nación, se aparta del anteproyecto elevado por el Poder Ejecutivo, que originariamente permitía que la
sindicatura fuera ejercida en forma indistinta por contadores públicos o por abogados, y en el texto promulgado
finalmente por el Poder Ejecutivo, en su artículo 253, inc. 1°, claramente se reserva la función de síndico concursal
al contador público.
Pero lo novedoso en el país, pues no existen antecedentes anteriores al respecto, es la división de los síndicos en
dos categorías: categoría A, integrada por estudios de contadores públicos, y categoría B, integrada por contadores
públicos en forma individual.
Todo ello se encuentra explicitado en los incisos 1° y 2° del art. 253, y líneas más adelante nos referiremos al
respecto.
2.2. Inscripción
En materia nacional, la ley 24.522 en su art. 253, inc. 2° dispone que cada cuatro años la Cámara de Apelaciones
correspondiente forme listas en cantidad no inferior a quince síndicos por juzgado, con 10 suplentes también por
juzgado, todos los cuales pueden reinscribirse indefinidamente (debe señalarse que antiguamente, cuando la
inscripción era anual, según el art. 88 de la ley 11.719, una vez que el contador pasaba a integrar una lista anual, no
podía volver a figurar sino con un intervalo de uno a tres años, según lo establecía el respectivo Tribunal, sin
interesar para dicha exclusión forzosa, si había sido sorteado en causa alguna); es decir, actualmente se privilegia le
experiencia que se presume se adquiere en un ejercicio continuado en la función de Síndico.
Continúa diciendo la actual norma legal que deberá haber dos listas; una de ellas correspondiente a la categoría
A, integrada por estudios, y la segunda denominada categoría B, integrada exclusivamente por profesionales en
forma individual.
Donde interviene el arbitrio de cada Tribunal de Alzada es en el procedimiento a ser adoptado para formar las
listas de titulares y suplentes, salvo la obligatoriedad de la preferencia a los que cuenten con antecedentes y
experiencia; y dentro de ello, a los que acrediten haber cursado carreras universitarias de especialización en
posgrado. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ello se rige por acordadas dictadas por la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Comercial, que al presente dispone que cada Juzgado cuente con una lista de quince síndicos
titulares, de los cuales tres serán de categoría A y doce de categoría B. De esos tres síndicos categoría A, dos son
designados por la Cámara en base a antecedentes y estudios de posgrado, y uno de ellos por sorteo; y con respecto
a la categoría B, un número de síndicos es designado en base a antecedentes y estudios de posgrados, y el resto es
designado por sorteo.
Confeccionadas las listas globales arriba detalladas, y siempre por sorteo público, se procede a la distribución por
Juzgado, tocándole a cada Tribunal las mismas proporciones de síndicos categoría A y B, y dentro de cada categoría,
las mismas proporciones de profesionales con antecedentes y/o estudios especializados y de contadores
simplemente sorteados.
Con el remanente de aspirantes no desinsaculados se sortean los síndicos que han de actuar, siempre durante
cuatro años en carácter de suplentes, designándose uno por la categoría A y nueve por la categoría B, por Juzgado,
y en lo que hace a sus designaciones para su actuación en las causas, nos referiremos líneas más adelante.
Con pequeñas diferencias lógicamente adaptadas a la importancia territorial y número de habitantes, al número
de Tribunales y a la cantidad de aspirantes a síndicos inscriptos, cada Cámara de Apelaciones Provinciales con
competencia en quiebras ha dictado sus respectivas acordadas.
Es importantes destacar que en la Ciudad Autónoma, se le otorga importancia al hecho que el aspirante a síndico
tenga a su disposición oficinas con suficientes comodidades (en el caso de los estudios de síndicos, la
reglamentación dispone que se deben acompañar planos del estudio profesional) para atender al público, como así
también que no tenga sanciones del Tribunal que lo inscribe, habiéndose resuelto actualmente en la Ciudad
Autónoma que obligatoriamente debe atenderse al público en las oficinas del síndico como mínimo en el horario de
12 a 18 horas.
No existe impedimento alguno en la medida en que se posea domicilios para constituirlos, que el aspirante a
síndico se inscriba en cuantas jurisdicciones judiciales quiera hacerlo, si bien en los últimos años han surgido
restricciones al respecto. Como ejemplo podemos mencionar que en CABA se exige que el domicilio real no se
encuentre a más de 250 Km de la sede del Tribunal; y algunos Tribunales Provinciales, han dictado normas a fin de
evitar la inscripción del llamémoslo "síndico golondrina" que constituye domicilio únicamente por razones de
conveniencia. Por ejemplo, en la Provincia de Córdoba tienen preferencia quienes declaren bajo juramento que
poseen el domicilio real y profesional en la circunscripción judicial en la cual se inscriben.
Aun así, y aun cuando las reglamentaciones de los respectivos Tribunales no lo hayan exigido al momento de la
inscripción, es llamativo un fallo dictado en la Provincia de Jujuy, en autos "CAFA SRL" s/concurso por
agrupamiento, por el cual al haber llegado a conocimiento del Tribunal que la residencia real del profesional que se
desempeñaba como síndico en una causa era en CABA (es decir, a 1600 Km de Jujuy) se lo removía del cargo. (1)
2.3. Designación
Siguiendo los lineamientos del art. 253, en su inciso segundo, dicta normas que ya se convierten en obligatorias
para los Tribunales de todo el país, como ser que deben existir bolilleros separados para quiebras y para concursos y
que para el supuesto teórico en que un concurso devengue en quiebra, continuarán las tramitaciones con el mismo
síndico. La antigua ley 11.719 disponía taxativamente en su art. 89 que a los efectos del sorteo, el síndico sorteado
era eliminado del bolillero, hasta tanto hubieran sido sorteados la totalidad de los integrantes de la lista. La ley
19.551 nada decía al respecto, pero, ya sea por acordadas en distintas jurisdicciones, ya sea por los usos y
costumbres, en la actualidad a este respecto el procedimiento no ha variado. En cambio, la ley
24.522 taxativamente en su art. 253, inc. 6° dice que el designado sale de la lista hasta tanto hayan actuado todos
los candidatos.
Los incisos octavo y noveno del art. 253, tienen un vacío legal en lo que respecta al orden de preferencia para las
designaciones de síndicos suplentes. Si bien disponen que a medida que cesan los síndicos titulares (por cualquier
causa, como ser remoción, renuncia o muerte), se incorporan los suplentes, como así también que los suplentes
deben actuar por licencias de los titulares, no legislan, si debe respetar el orden de sorteo con que se reciben las
listas elaboradas por las Cámaras, o bien si se debe practicar un nuevo sorteo entre la totalidad de los síndicos
suplentes del Juzgado y al respecto no existe una norma mayoritaria de los Tribunales en cuanto a la interpretación
de dichos incisos, siendo las soluciones disimiles aun dentro de una misma jurisdicción judicial.
Otro vacío legal, es el que se refiere a la forma de designar los llamados síndicos "ad hoc" (que intervienen
puntualmente en los estudios de créditos o de situaciones, donde pueda existir un interés personal del síndico
regular), pues ningún artículo de la ley 24.522 lo menciona, quedando a criterio de cada Tribunal el desinsacularlo
de las listas de titulares o de suplentes, su reposición en bolillero y las pautas para la regulación de sus honorarios;
siendo deseable a tal respecto que en el futuro la legislación contemple tal figura y la incluya en el articulado de la
Ley.
Queda librado al criterio del Juez hacer valer la última parte del art. 253 que se refiere a la sindicatura plural. Es
de hacer notar que la Ley impone solamente tres condiciones al respecto:
1°) Que se trate de un proceso cuyo volumen y complejidad lo justifiquen;
2°) Que tal decisión sea fundada; y
3°) Que disponga el régimen de coordinación del cuerpo de síndicos que se crea, es decir, que paute las funciones
de cada uno de los síndicos.
Es tan compleja la función de la sindicatura, máxime si se trata de procesos de gran envergadura económica, son
tantos y tan variados los precedentes a ser aplicados y pueden ser tan difíciles los criterios a ser conciliados, máxime
si el azar elige profesionales con distintas formaciones académicas, y disímiles metodologías de labor, que no
compartimos esta idea del legislador, pues a pesar de tener muy poca receptividad en los Tribunales, pensamos que
puede complicar el proceso, en lugar de aliviar la carga procesal, máxime si tenemos presente la posibilidad del Juez
de designar como síndico a un estudio categoría A.
El art. 255 dispone acerca de la irrenunciabilidad a las designaciones, salvo causa grave que impida su
desempeño, e inteligentemente a fin de evitar que un síndico renuncie en las causas "pobres" y se siga
desempeñando en las causas "ricas", también dispone que la renuncia comprenda la totalidad de las sindicaturas;
es decir, no hay lugar a elección caprichosa. De no existir causa grave que justifique la renuncia, tampoco se puede
obligar a un profesional a continuar con sindicaturas que no desea, pero debe saberse que en tales casos, su
renuncia puede ser rechazada y se podría decretar su remoción lisa y llana, que trae aparejada las sanciones del art.
255, tercera y cuarta parte.
El art. 256 consagra el derecho del síndico a excusarse en determinada causa, remitiéndose para ello a las
causales de recusación con causa a los magistrados. También debe excusarse si se encuentra en la misma situación
frente a un acreedor y para ese caso particular deberá designarse un síndico suplente. Es llamativo que la nueva
Ley, al igual que la anterior, nada diga respecto a las excusaciones del síndico frente al concursado. No obstante tal
silencio legal, por analogía y por una elemental lógica, estimamos que las disposiciones del art. 256 son válidas
tanto para quiebras (lo cual está perfectamente determinado en la Ley), como para concursos.
2.4. Licencias
Obviamente, el síndico es un ser humano, quien puede quedar afectado a un sinfín de circunstancias que le
impidan temporariamente ejercer en plenitud sus funciones, máxime si se considera que las designaciones tienen
cuatro años de duración. El art. 255 "in fine" de la ley 24.522 trata el tema de las licencias, y al respecto dispone en
forma taxativa que se conceden por motivos que impidan temporariamente el ejercicio del cargo, no pudiendo
superar los dos meses por año corrido. También dispone la misma norma legal que las otorga el Juez, siendo
apelables en caso de denegación. Si bien la Ley no dispone la obligación de agregar prueba alguna que justifique el
pedido de licencia, tratándose de una facultad que ejerce el magistrado actuante, es más que obvio que el pedido
debe ser fundado en forma razonable, y de ser posible agregando las pruebas que avalen el pedido, como ser
certificados médicos, certificaciones sobre cursos en extrañas jurisdicciones, documentaciones que hagan a
derechos de familia, etc.
A esta altura nos permitimos criticar la aparente inflexibilidad de la Ley cuando limita taxativamente a dos
mesesen el año (ante el silencio de la Ley, se supone que se refiere al año calendario) el período máximo de la
licencia, si bien entendemos que ante un pedido debidamente fundado con sólidas pruebas, dicho período podría
ser extendido por el Juez interviniente.
Para el supuesto de una denegación del Juez de primera instancia, es posible recurrir a la Cámara de Apelaciones,
pero ello muchas veces si se trata de causas que no admiten espera, se torna en un remedio ilusorio.
3.1. Atribuciones
Ya hemos efectuado anteriormente comentarios acerca de la diversidad de tareas que debe encarar un síndico
concursal en el desempeño de su función, todas ellas tan disímiles entre sí, y debe entenderse que para concretar
tal improbo como amplio trabajo, es imprescindible que la Ley le entregue las herramientas necesarias. Tales
herramientas de orden legal surgen del articulado de la ley 24.522 y sus posteriores modificaciones, en especial del
art. 275.
Es importante destacar en lo que respecta al uso de la firma profesional que no deben confundirse las
atribuciones que tiene un Contador Público cuando actúa en carácter de perito, arbitro o interventor, que cuando
actúa como síndico concursal, dado que solamente en esta última circunstancia puede firmar documentación que
hace al procedimiento judicial con las mismas atribuciones que el Código de Procedimientos atribuye a los
letrados.Solamentecuando el Contador Público se dirige en ejercicio de la función de síndico concursal, se halla
facultado para suscribir cédulas, oficios y pedidos de informes diversos. Al respecto el art. 137 del Código de
Procedimientos en lo Civil y Comercial y el art. 275, inc. 1°, ley 24.522, lo facultan a firmar cédulas y a su vez las
demás facultades que le confiere el ya aludido art. 275 son tan importantes, amplias y extensas que merecen ser
repetidas textualmente. Dice tal articulado:
Art. 275. Deberes y facultades del síndico - Compete al síndico efectuar las peticiones necesarias para la rápida
tramitación de la causa, la averiguación de la situación patrimonial del concursado, los hechos que puedan haber
incidido en ella y la determinación de sus responsables.
A tal fin tiene, entre otras, las siguientes facultades:
1) librar toda cédula y oficios ordenados, excepto los que se dirijan al presidente de la Nación, gobernadores,
ministros y secretarios de Estado, funcionarios de análoga jerarquía y magistrados judiciales;
2) Solicitar directamente informes a entidades públicas y privadas. En caso de que el requerido entienda
improcedente la solicitud, debe pedir al juez se la deje sin efecto, dentro del quinto día de recibida;
3) requerir del concursado o terceros las explicaciones que estime pertinentes. En caso de negativa o resistencia
de los interpelados, puede solicitar al juez la aplicación de los arts. 17, 103 y 274, inc. 1;
4) examinar, sin necesidad de autorización judicial alguna, los expedientes judiciales o extrajudiciales donde se
ventile una cuestión patrimonial del concursado o vinculada directamente con ella;
5) expedir certificados de prestación de servicios de los dependientes, destinados a la presentación ante los
organismos de seguridad social, según constancias de la contabilidad;
6) en general, solicitar todas las medidas dispuesta por esta ley y otras que sean procedentes a los fines
indicados.
7) Durante el período de verificación de créditos y hasta la presentación del informe individual, debe tener
oficina abierta al público en los horarios que determine la reglamentación que al efecto dictará la Cámara de
Apelaciones respectiva.
8) El síndico debe dar recibo con fecha y hora bajo su firma o de la persona autorizada expresamente en el
expediente, de todo escrito que le sea presentado en su oficina durante el período de verificación de créditos y
hasta la presentación del informe individual, el que se extenderá en una copia del mismo escrito.
El síndico es parte en el proceso principal, en todos sus incidentes y en los demás juicios de carácter patrimonial
en los que sea parte el concursado, salvo los que deriven de relaciones de familia en la medida dispuesta por esta
ley.
Excepto en las cédulas que tienen una redacción ya fijada, en las demás documentaciones que se suscriba como
síndico concursal es aconsejable incluir en el texto, la frase de que se firma en uso de las atribuciones que confiere
el artículo e incisos arriba citados. La disposición antes comentada hace al ahorro de los tiempos procesales y del
trabajo del Tribunal, a la vez que equipara las facultades del Contador Público, síndico concursal a las del abogado.
Los deberes de la Sindicatura especificados en los incisos 7° y 8° son novedosos y sin antecedentes en el pasado,
y sobre los cuales nos referiremos más en detalle, líneas más adelante, al hablar del proceso de verificación de
créditos.
Siempre en el tema de las facultades del síndico es importante mencionar los derechos que le acuerda el art. 33,
herramienta fundamental a efectos de poder esclarecer y llegar a la verdad en la determinación de pasivos, que se
extiende incluso al derecho de acceso a libros y documentación de terceros.
Preferentemente todos los pedidos que lleve a cabo el Síndico, deben tener un respaldo escrito, si bien puede
optar por solicitar tales informaciones a través del expediente judicial en el cual se encuentra actuando.
Concluyendo el tema, no puede haber secretos para el síndico concursal, en lo que hace a los negocios del
deudor, ni en lo que se relacione a los negocios de terceros con dicho deudor, lo cual no significa que el síndico no
deba tener presente lo dispuesto acerca del "secreto profesional" en el Código de Ética que rige en la profesión,
pues aun en el supuesto que deba poner en conocimiento del Juzgado algún tema que por diversas razones el
deudor o acreedor involucrado deban mantener en secreto, siempre existe la solución de solicitar al Tribunal
interviniente la formación de un "expediente reservado" el cual obviamente es exhibido solamente a aquellas
partes autorizadas por el Juzgado.
3.2. Responsabilidades
Es elemental que si las atribuciones son mayores, la responsabilidad se acrecienta. Cuando líneas más arriba se
transcribe el claro texto del art. 275 que ilustra acerca de las facultades del síndico, es necesario remarcar que en su
inicio utiliza el término "...compete al síndico...", es decir, es imperativo; y ello así por cuanto el síndico es el
profesional idóneo para el desempeño de las tareas que en los distintos incisos se explicitan.
El contador público que incursiona en el ejercicio de la sindicatura concursal, debe tener bien presente, de
ejercer el mandato que la Ley le confiere, en la forma más ajustada a Derecho que le sea posible, sin descuidar o
infringir, ni normas legales, ni normas técnicas que hagan al ejercicio de la profesión, pues puede llegar a sufrir
penalidades de diversa índole, tanto en el expediente en el cual se halla actuando, ante los Tribunales de Ética de la
profesión e incluso cuando la gravedad del hecho así lo amerite, aquellas contempladas por el Código Penal.
No es el caso considerar aquí las conductas delictuosas llevadas a cabo a conciencia y en forma voluntaria,
conductas éstas reprochables que afortunadamente para el prestigio de la profesión, son casi desconocidas, pero sí
corresponde destacar que una mala praxis, ya sea por defectuoso conocimiento de leyes de fondo o de forma,
imprudencia, impericia e incluso por deficiente patrocinio legal, puede hacer caer al síndico concursal en las figuras
de la "estafa procesal" o del "falso testimonio", ambas incluidas en el Código Penal.
Si bien los arts. 239, 245 y 279 de la ya caduca ley 19.551, no se repiten en la nueva ley 24.522, sin perjuicio de
que el texto del fenecido art. 279, es parcialmente repetido ahora en el art. 255, ya no se reproduce el párrafo
"daños que deba reparar el funcionario" (y el síndico concursal lo es), y en cambio en el tercer párrafo del art. 255
se introduce la posibilidad de una reducción (ello como castigo) de los honorarios del síndico, y en el párrafo
siguiente contempla la aplicación de multas al síndico hasta el equivalente de la remuneración mensual del Juez de
Primera Instancia.
A pesar del nuevo texto legal, entendemos que por aplicación de las leyes corrientes, el posible "daño" por el que
pueda ser inculpado un síndico por mal desempeño en su función, puede tener distintas penalidades. En síntesis, un
incorrecto accionar puede eventualmente acarrear castigos tanto pecuniarios como de orden personal.
Por tratarse de hechos más comunes, prescindimos la transcripción de fallos que hayan contemplado la remoción
del síndico, pero se ha considerado conveniente traer alguna jurisprudencia que sanciona pecuniariamente al
síndico concursal, todas ellas emanadas de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial y que corresponden
a los autos que en cada caso se explicita Dictaminó el Fiscal de Cámara a lo cual adhirió el Tribunal: la demora de
casi tres meses incurrida en la publicación de los edictos inherentes a un proyecto de distribución de fondos justifica
la imposición al síndico de una multa de quinientos australes, aun cuando los fondos se hayan mantenido en cuenta
redituable (2) . Se dijo también: "Si el informe no cumple las exigencias formales y sustanciales previstas por el art.
35 y Resolución Técnica N° 7 de la Federación Argentina de Profesionales en Ciencias Económicas —aplicable según
lo dispuesto por la ley 20.488; 21-F y ley 20.476; 8-F—, habida cuenta de que en la mayoría de los casos el síndico se
limita a formular una escueta reseña de la petición del acreedor —que no resulta suficiente para dar cuenta de los
elementos que tuvo a la vista para emitir su opinión— y no fundamenta su dictamen, corresponde la imposición de
una multa." (3) A su vez se sentenció: "El régimen de sanciones al síndico supone apreciar globalmente su
actuación, considerándose la totalidad de su desempeño. La circunstancia de tener que instar el Tribunal a la
reinscripción de inhibiciones vencidas, en razón de la paralización durante largos períodos del expediente principal,
demuestra la falta de un obrar diligente por parte del síndico en el cumplimiento de sus funciones —que en forma
alguna pueden quedar supeditadas a las conminaciones que el Juez deba dirigirle al efecto— y justifica la imposición
de una multa como sanción" (4) .
Si bien hasta el presente no existe receptividad de los Tribunales, se nota cierta corriente intimidatoria hacia el
síndico concursal, cuando se pide costas en forma personal contra su persona. Dado que nunca existe la seguridad
absoluta de resultar vencedor en un pleito, iniciar o defender acciones como representante de la masa de
acreedores en una quiebra, o bien tomar determinada posición en un concurso preventivo, con el riesgo de tener
que afrontar los gastos causídicos con patrimonios personales, podría llegar a obrar como freno disuasivo, lo cual es
inadmisible, pues atentaría contra el desempeño imparcial de la sindicatura.
Es importante consignar que la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial opinó que "El rechazo del
pedido de extensión de la quiebra, formulado por el síndico, en virtud de que el mismo no ha logrado la
acreditación suficiente de los hechos invocados, la negligencia probatoria demostrada y la falta de impulso
conveniente de las actuaciones, puede justificar una sanción, o, en definitiva, un conveniente análisis al momento
de la regulación de sus honorarios profesionales, pero no la imposición de las costas del proceso cuando actúa en
representación de la quiebra" (5) .
Un fallo más reciente del mismo Tribunal concuerda con la doctrina arriba vertida, por cuanto dice "En cuanto a
las costas, por no hallarse mérito para una imposición personal al síndico, extremo éste eventualmente reservado
para hipótesis de comportamiento procesal que perjudique directamente al concurso, ausentes en autos. Ha de
repararse en que fue el síndico de la quiebra quien promovió el incidente contra la fallida como necesario
contradictor principal, sin que resulte así justificado que sean los acreedores, que no obtuvieron beneficio alguno
con el pleito, quienes deban —por vía de la afectación al activo que supone una imposición de costas y la
consecuente regulación con la graduación del LC 264— sufragar los gastos y honorarios ocasionados en autos" (6) .
Siempre dentro de las obligaciones de la Sindicatura, al menos para aquellos que actúan en jurisdicción de CABA,
antes de postularse para integrar las listas de síndicos se debe tener presente lo dispuesto por el art. 16 de la
Acordada dictada por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial el 12 de octubre de 2007, en el sentido de
que las oficinas del síndico deben estar abiertas para la atención al público cuando menos los días hábiles judiciales
de 12 a 18 horas.
Para finalizar el aspecto de la responsabilidad del síndico concursal, cabe mencionar la que emana de la Ley de
Procedimientos impositivos en concordancia con la Ley penal tributaria (y no menos importante son las
resoluciones dictadas en los últimos años, tanto por AFIP, como de Direcciones de Rentas de distintas provincias,
por las cuales una vez aceptado el cargo de síndico tanto en concursos como en quiebras debe completar y entregar
una serie de formularios a los efectos de hacer saber en especial, las identificaciones del deudor, su domicilio y las
fechas fijadas para las presentaciones de los pedidos de verificación, etc.), pues el síndico concursal podría
eventualmente llegar a aparecer como "responsable por deuda ajena", y debe también considerarse la
responsabilidad que surge por aplicación del Código de Ética de la profesión, en cuyo caso el Juez natural es el
Tribunal de Ética Profesional del Consejo Profesional de Ciencias Económicas.
3.3. Retribución
En la exposición de motivos de la antigua Ley de Quiebras, ley 11.719, su autor, el Dr. Ramón S. Castillo, dijo que
las funciones del síndico debían ser remuneradas, porque nadie sacrifica su propio tiempo para dedicarlo
gratuitamente al de otros. Esto, que es de una claridad meridiana, en lo que se refiere a que es de estricta justicia
remunerar al síndico, por obra y milagro de leyes, sentencias y plenarios, asociado en el pasado a violentos períodos
de depreciación del signo monetario, hacen que en la mayor parte de los casos la remuneración a percibir no
compense el tiempo y esfuerzos invertidos, y en muchísimos casos es totalmente inexistente.
Antes de entrar a fondo en este tema, debe aclararse que tanto para contadores como para abogados que
intervengan en el proceso concursal, no son de aplicación las disposiciones de los respectivos aranceles de
honorarios que rigen para ambas profesiones. Ello surge para los contadores del art. 5° del decreto-ley 16.638/57
(Arancel para profesionales en Ciencias Económicas), que se refiere a la ya desaparecida Ley de Quiebras, ley
11.719, la cual dispone que el honorario de dichos profesionales debe establecerse dentro de los porcentajes de los
arts. 101 y 102 de la ya inexistente norma legal antes citada.
Una disposición parecida está contenida en el art. 31 de la ley 21.839 (Arancel para abogados), que en su primera
parte se remite a la legislación específica en materia concursal.
Todo lo anterior es receptado por la ley 24.522, que en su art. 271 dispone que para el cálculo de las
regulaciones,no se aplican las disposiciones de leyes locales. Cabe pues efectuar las consideraciones de rigor acerca
de la "oportunidad" y la "base" de las regulaciones en materia concursal, todo lo cual se halla contenido en los arts.
265 al 272 de la ley 24.522.
También es importante tener presente que en muy raras ocasiones será el síndico el único profesional
interviniente en el proceso. Por regla general, también intervendrán uno o más letrados que patrocinen al síndico
(art. 257), uno o más letrados que patrocinen al deudor, como así también otros funcionarios detallados en el art.
266, todos ellos con derecho a percibir honorarios.
La actividad judicial del Contador Público se halla regida por el vetusto decreto-ley 16.638/57, el cual en su art. 5°
dice que "En los juicios de quiebras y convocatorias de acreedores, los honorarios del síndico serán fijados tomando
en consideración la importancia de la labor desarrollada y dentro de los porcentajes establecidos en los arts.
101 y 102 de la ley 11.719".
La antes mencionada ley 11.719, desde el año 1972 fue reemplazada por la ley 19.551 que en sus arts. 288 al 295
legislaba sobre regulación de honorarios, debiendo destacarse que el art. 289 fue reformado en el año 1983 por
la ley 22.917. En la actualidad tal tema es tratado por los arts. 265 al 272 de la Ley 24.522.
Es diferente la regulación según se trate de un concurso preventivo o de una quiebra, y son varios los factores
que deben ser considerados por el Juez a la hora de su decisión al respecto. Esto último en cuanto al monto, porque
asimismo existen distintos momentos para tales regulaciones.
En los concursos preventivos, el Juez debe practicar la regulación al homologar el acuerdo preventivo (art. 265,
inc. 1°), y si el concurso concluyera por cualquier otra causa, a ese momento deberá practicarse la regulación (art.
265, incs. 2° al 5°)
El art. 266 dispone que los honorarios totales en caso de acuerdo preventivo, es decir, el monto a repartir entre
todos los funcionarios actuantes, letrados y apoderados, no debe ser inferior al 1% del monto del activo
prudencialmente estimado por el Juez, ni superior al 4%. Para ello, el Juez debe tener en cuenta los trabajos
llevados a cabo por los profesionales beneficiarios y el tiempo de su desempeño. Para el caso en que el monto del
activo supere la suma de $100.000.000, los honorarios previstos en este artículo no podrán exceder el 1% del activo
estimado. La ley 24.522 agregó una limitación al respecto, consistente en que las regulaciones no pueden exceder el
4% del pasivo verificado, pero tampoco serán inferiores a dos sueldos del secretario de primera instancia de la
jurisdicción donde tramita el concurso.
Tal limitación ha levantado numerosas críticas a las cuales adherimos, pues se trata de una disminución
caprichosa que no se compadece con el principio de una justa retribución compensatoria de la envergadura del
trabajo, a lo cual debe agregarse, que a la época de la regulación, pueden encontrarse incidentes de revisión aún no
concluidos, en los cuales puede recaer resolución que aumente significativamente el pasivo concursal, modificando
en forma sustancial los porcentuales, pero ya para esa oportunidad la regulación a los profesionales intervinientes
practicada con la limitación del art. 266 será cosa juzgada, que no admite rectificación. Todo ello sin perjuicio de la
regulación que pueda practicarse a la conclusión del incidente de revisión, en especial cuando las costas de dicho
incidente sean cargadas al incidentista.
En el tema "incidentes" es novedoso y merece ser resaltado que las últimas jurisprudencias emanadas de la
Cámara Nacional de Apelaciones, han introducido una variante en sus fallos, al reconocer lo que ha dado en
llamarse "ultra actividad del síndico"; o sea, sus trabajos surgidos con posterioridad a la regulación, y que
obviamente no pudieron ser merituados en tal circunstancia, como así también al considerar que cuando se
declaran costas por su orden en determinados incidentes de verificación o de revisión, es la concursada y/o la fallida
que con su conducta originó la necesidad de insinuar los créditos en sede concursal, y en consecuencia se impone
que los honorarios de la Sindicatura sean soportados íntegramente por la deudora (7) .
Para agravar los males introducidos en la materia por la actual Ley de Concursos, que modificó sustancialmente la
Ley anterior, el art. 257 expresa que "el síndico puede requerir asesoramiento profesional cuando la materia exceda
de su competencia, y patrocinio letrado. En todos los casos los honorarios de los profesionales que contrate son a su
exclusivo cargo" . Este artículo en su actual redacción es altamente injusto para el síndico a poco que comparemos
el mismo con el art. 260, del cual surge que los profesionales que contrate el comité de acreedores, lo son con
honorarios a cargo del concurso. Sobran las palabras para demostrar tamaña disparidad de criterios.
Según el art. 267 en las quiebras, los topes de regulación son como mínimo el 4% del activo realizado, no
debiendo superar el 12% del mismo activo realizado. Como escala mínima introduce la novedad de que, cuando no
se pudiera alcanzar el mínimo del 4%, la regulación no deberá ser inferior a tres sueldos del secretario de primera
instancia de la jurisdicción en la que tramita el concurso. Al igual que en los concursos, la regulación abarca a todos
los funcionarios intervinientes, letrados y apoderados. Finaliza esta norma disponiendo que la misma proporción se
aplique en los supuestos del art. 265.
También determina la Ley de Quiebras, las regulaciones en los demás casos a saber:
a) En las conclusiones de quiebra por pago total (art. 268) se aplican las escalas del art. 267, y cuando se clausure
el procedimiento por falta de activo o se concluya la quiebra por inexistencia de acreedores verificados, la
regulación de honorarios se efectúa teniendo en consideración los trabajos realizados, pudiendo consumirse
hasta la totalidad de los fondos existentes en autos, previa reserva de fondos para atender a los acreedores
privilegiados especiales, y en su caso, demás gastos del concurso. No es ocioso comentar a esta altura que si el
procedimiento se clausura por falta de activo, la regulación de honorarios a los profesionales intervinientes no
pasará de ser simbólica, por falta de fondos.
b) En los supuestos de continuación de la empresa, además de los honorarios que puedan corresponder al
síndico por su desempeño como tal, el juez podrá regular para síndico y coadministrador hasta el diez por
ciento del resultado neto obtenido en la explotación, no pudiendo computarse al efecto el precio de venta de
los bienes del inventario. Siempre en los casos de continuación de la empresa, por auto debidamente fundado
el tribunal puede disponer la retribución del síndico por períodos.
c) Dentro de las críticas que hemos formulado a la nueva Ley en la actualidad vigente, debemos agregar la que
surge a la segunda parte del art. 271 que permite a los Jueces apartarse de los mínimos, ya de por sí magros,
cuando la naturaleza, alcance, calidad o resultado de la labor profesional, o el valor de los bienes que se
consideren, indicaren una desproporción entre la importancia del trabajo y la retribución resultante.
El art. 70 de la derogada Ley de concursos, fijaba un honorario para el síndico por la vigilancia del acuerdo, pero
la norma legal actualmente vigente en su art. 59 determina que una vez declarada la finalización del concurso, se da
por concluida la intervención del síndico. Ello en la práctica produce efectos diversos, pues si bien el síndico ha
cesado en su función, es una práctica muy común de los magistrados correr vista al profesional contable, sobre un
sinfín de situaciones que se producen durante el período de cumplimiento del acuerdo, y ello a pesar de la
existencia en la mayoría de los casos de un comité de acreedores, nombre éste de la vieja redacción que en la
actualidad de acuerdo al art. 260 de la ley 26.684 ha pasado a denominarse "comité de control". Éste es en
consecuencia un claro ejemplo de la "ultra actividad" del síndico a la cual nos hemos referido con anterioridad.
Como consecuencia de que la actual Ley vigente, en su art. 59, da por concluido el concurso una vez homologado
el acuerdo, concluyendo con ello la intervención del síndico, deja de tener vigor lo dispuesto en el art. 70 de la
derogada Ley, cuando fijaba un honorario para el síndico por la vigilancia del acuerdo, si bien en la actualidad se le
reconocen honorarios adicionales al síndico en retribución de las tareas llevadas a cabo por expreso pedido del
Tribunal, pues la jurisprudencia ha interpretado que no puede presumirse el desempeño del profesional en forma
totalmente gratuita.
Mientras que en la ley 19.551 los honorarios al síndico actuante en un concurso eran exigibles según el art. 64 a
los seis meses contados a partir de la homologación o simultáneamente con la primera cuota del acuerdo que
venciera antes de ese plazo, la ley 24.522 en el art. 54 anticipa dicho plazo a noventa días, siempre a partir de la
homologación.
Todas las regulaciones son apelables por los titulares de cada una de ellas y por el síndico (art. 272), debiendo
ponerse de relieve, que el síndico está obligado siempre a apelar por altas todas las regulaciones, incluso la suya
propia, y de no hacerlo así, igualmente el Juez debe elevar las actuaciones a la alzada para el segundo examen que
los Tribunales de apelación siempre llevan a cabo. Aunque parezca una redundancia cabe aclarar que el síndico no
está obligado a apelar por bajos sus propios honorarios, en el supuesto que los considere justos.
Tal como lo dispone el art. 244 del Código de Procedimientos en lo Civil y Comercial, el recurso de apelación debe
interponerse dentro del quinto día de la notificación y podrá fundarse dentro del mismo plazo, es decir, que no rige
en estos supuestos la norma de que el plazo para fundar, comienza recién a correr a partir de la concesión del
recurso. Es pues muy habitual constatar que en el mismo escrito en el cual se apelan las regulaciones, se funde la
procedencia de dicha apelación.
4. PRIMERAS ACTUACIONES DEL SÍNDICO EN LOS PROCESOS CONCURSALES
7. LA PROPUESTA DE ACUERDO
Ya hemos analizado someramente la actividad del síndico desde el momento en que acepta el cargo, hasta la
etapa en la cual ya ha presentado los dos informes, tanto de verificación como el llamado informe general y el
extenso texto del art. 43 que nos introduce a lo que ha dado en llamarse "período de exclusividad" (que puede
abarcar como mínimo, 90 días, extendibles únicamente por resolución judicial a 30 días más, por supuesto siempre
hábiles), período éste que el deudor debe utilizar para formular las propuestas de acuerdo y fundamentalmente
para obtener de sus acreedores las pertinentes conformidades.
Si bien este artículo tiene una estrecha relación con el art. 45, es de suma importancia destacar que el art. 43
contiene un amplio surtido, podríamos decir, acerca de las condiciones que deben contener las propuestas,
existiendo una frondosa jurisprudencia al respecto, cuya mención excedería en mucho la finalidad del presente
trabajo, pero ya no es el reducido surtido de opciones de leyes ya derogadas, como ser la quita o la espera, sino que
la simple lectura de la actual redacción del susodicho art. 43 nos revela una más que amplia gama de alternativas
por las cuales el comerciante puede optar, si bien, siempre dentro del absoluto respeto de la máxima igualdad
dentro de cada categoría, lo cual resaltamos, no significa igualdad entre todas las categorías.
La jurisprudencia acerca de la "bondad" de la propuesta, las limitaciones de la misma, si la misma es o no
incumplible, si se compadece con las razonables posibilidades económicas financieras del deudor, todo ello es y
sigue siendo de difícil definición, habida cuenta de que no siempre el Juez solicita la opinión del síndico (lamentable
por cuanto se supone que nadie más experto que dicho funcionario para aportar una opinión razonada y basada en
una experiencia profesional adquirida a través de largos estudios) y para lo cual inevitablemente se debe recurrir a
la jurisprudencia que acerca de dicho tema se dicta a diario.
Siempre hemos expresado que es lamentable la supresión que el legislador llevó a cabo al sancionar la ley
24.522 y no reproducir en la misma los términos del inc. 6º del art. 40 de la ley 19.551 que obligaba al síndico a
emitir opinión fundada sobre la posibilidad de cumplimiento de la propuesta de acuerdo y si ella era susceptible de
mejoras.