El documento discute cómo el cuerpo se construye a través de la interacción con otros y cómo el reconocimiento del otro es importante para la historia de vida de un sujeto. Explora cómo la adolescencia es una época de cambios físicos y emocionales que pueden generar angustia y cómo la función paterna juega un papel en permitir la transición a la madurez.
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El documento discute cómo el cuerpo se construye a través de la interacción con otros y cómo el reconocimiento del otro es importante para la historia de vida de un sujeto. Explora cómo la adolescencia es una época de cambios físicos y emocionales que pueden generar angustia y cómo la función paterna juega un papel en permitir la transición a la madurez.
El documento discute cómo el cuerpo se construye a través de la interacción con otros y cómo el reconocimiento del otro es importante para la historia de vida de un sujeto. Explora cómo la adolescencia es una época de cambios físicos y emocionales que pueden generar angustia y cómo la función paterna juega un papel en permitir la transición a la madurez.
El documento discute cómo el cuerpo se construye a través de la interacción con otros y cómo el reconocimiento del otro es importante para la historia de vida de un sujeto. Explora cómo la adolescencia es una época de cambios físicos y emocionales que pueden generar angustia y cómo la función paterna juega un papel en permitir la transición a la madurez.
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Psicoloía de la Educación II
Prof. Eugenia Zucatti
2021
Los jóvenes y el cuerpo
Aída Dinerstein
Sustentante: María De Los Ángeles Alt. Martínez
Ortíz PAV II. ECCH, CHASCOMÚS. Los jóvenes y el cuerpo Variables que inciden en la conformación de la construcción del cuerpo A diferencia de los animales, en el ser humano el cuerpo se construye, no es algo que está dado de entrada. La disponibilidad del organismo para que se constituya un cuerpo, es necesaria, sin embargo no es suficiente. El sujeto humano no nace humano en forma innata, nace como un cuerpo biológico que se constituye humano en un campo que es el de la relación con el Otro. Este campo del Otro es un campo caracterizado por el deseo, por las intenciones y por toda la historia de ese que oficia de Otro para el niño. El cuerpo se construye a partir del modo en el que el sujeto se anuda al Otro, serán las palabras del Otro las que imprimirán sus marcas en el cuerpo del niño, posibilitando u obstaculizando su construcción. De este modo el niño solo se apoyara en el Otro para construir y reconocer su imagen corporal lo que dará lugar a la formación del Yo. El cuerpo solamente se constituirá en un cuerpo organizado si existen palabras que ayuden a que se configure esta organización, ya que las palabras, al nombrar, ordenan el mundo en tanto sirven de separación, a la vez que de intermediación, entre el yo y el mundo: separan e intermedian al niño respecto de sí mismo, respecto del cuerpo a cuerpo con los otros, así como del cuerpo a cuerpo con los objetos.
Importancia del Otro y su reconocimiento en la
historia de vida de un sujeto El sujeto no puede orientarse en el discurso más que a medida de lo que construye de su cuerpo a través de la demanda y deseo del Otro. El discurso que se constituye alrededor del sujeto, viene a ocultar un no dicho extremadamente complejo en el cual se bañan las primeras relaciones. Es a través del contacto con el cuerpo de la madre, de los intercambios libidinales que se producen y de lo que se dice en relación al cuerpo, que este se ira construyendo y delimitando como un cuerpo erógeno.
Manifestaciones de la angustia en la adolescencia
El sujeto adolescente atraviesa cambios radicales: el cuerpo infantil, familiar y conocido, se transforma; pretende independizarse de los padres pero a la vez los necesita; entra en un mundo nuevo: bailes, discotecas, pareja, cambios de colegio, etc., mundo que le resulta fascinante y a la vez amenazante. Todas estas situaciones, y muchas otras, le producen sensaciones de desamparo, de vacío, de pérdida del sostén. Remiten al estado de desvalimiento inicial con el que nace el sujeto humano. Desvalimiento debido al cual, sin el sostén del Otro, el sujeto cae, muere; pero que, a la vez, es la semilla de la constitución y complejización del inconsciente. Este desamparo estructural se hace presente a lo largo de la vida del sujeto. Es posible pensar que la adolescencia y sus cambios son terreno particularmente fértil para estas vivencias. Esto hace que la adolescencia sea un momento marcado por la angustia. y por sus diversas manifestaciones. Para el sujeto adolescente, es precisamente el cuerpo, tan íntimo y familiar, lo que se convierte en extraño, en ajeno, dejándolo frente a la vivencia de lo siniestro. Del mismo modo, y frente al cuerpo que se transforma, el sujeto adolescente asume como propio el cuerpo con cambios en un proceso en que las identificaciones tienen un papel central. Es aquí donde es importante el sostén del Otro, que posibilita u obtura este proceso. Estas patologías pueden tomar diversas formas: trastornos de la alimentación, adicciones, promiscuidad sexual, fugas del hogar, abulia, entre otras. En todos estos síntomas y también en las inhibiciones, de manera más explícita algunas veces, de manera menos explícita otras, el cuerpo siempre está afectado. La angustia no siempre se presenta como sensación o afecto, sino que puede ser objeto de muchas transformaciones como enfermedades o disfunciones corporales: desde diarreas o, al revés, constipación, hasta problemas respiratorios, enfermedades de la piel, cefaleas, migrañas, etcétera. Cuando la angustia se presenta como tal, siempre va acompañada de un correlato corporal, sea un dolor en el pecho, taquicardia, o cierta sensación de que falta la respiracióna a los que ahora llamados “ataques de pánico”.
Papel que juega la función paterna en esta etapa y
lo que posibilita La función paterna o materna son desempeñadas por uno u otro progenitor (o quienes ocupen estos lugares), dependiendo del momento por el que esté atravesando la familia y por la forma en que esta esté constituida. Se delega al padre la transmisión de la ley, siendo representante de la autoridad en la familia. Estas funciones (materna y paterna) deben ser transmitidas por personas reales y si bien son funciones del círculo familiar, en ocasiones se extienden a la familia ampliada o incluso pueden ser llevadas a cabo por otras personas. Pero sea quien sea el soporte de la función paterna, no será indiferente para el destino psíquico del sujeto. Los progenitores no solo le brindan sentido a las experiencias emocionales del niño, sino también se ubican como referentes fundamentales para el acceso a la cultura y le transmiten de manera explícita e implícita, los valores, ideales y modelos predominantes que ellos han interiorizado en cuanto a lo prohibido y permitido para cada vínculo, entendiendo como vínculo a la relación de un sujeto con otro sujeto, ubicando siempre la mirada en lo que juntos construyen. Para que un vínculo se constituya y se sostenga es necesaria la presencia del Otro, aunque no fuera necesaria ni posible su permanencia constante, lo esencial es que el Otro no puede faltar. La función paterna, cumple un papel relevante para que pueda producirse el pasaje de la endogamia ( cruce de individuos emparentados) a la exogamia (reproducción dirigida entre individuos cuyo grado de parentesco es menor a la media de la población a la cual pertenecen). Bibliografía
PROPONER Y DIALOGAR 2: Familia, adolescentes y jóvenes desde una
perspectiva de derechos. “Los jóvenes y el cuerpo” módulo 3, de Aida Dinerstein.