23 37 000 2015 01890 01 (23261)
23 37 000 2015 01890 01 (23261)
23 37 000 2015 01890 01 (23261)
[L]a base gravable del impuesto predial unificado corresponde al avalúo catastral o el
autoavalúo, según sea el caso (art. 3.º Ley 44 de 1990), pero tal elemento de la
cuantificación debe acudir a disposiciones normativas que, aunque inciden fiscalmente,
no son propiamente regulaciones de naturaleza tributaria. Al respecto, a partir de las
directrices sobre el reajuste de los avalúos, así como la necesidad de formar, actualizar
y conformar los catastros, la Ley 14 de 1983, entre otras disposiciones, señaló que las
autoridades catastrales, entre ellas, el IGAC, estarían a cargo de los procesos de
formación, actualización de la formación, conservación y de los demás procedimientos
que propendieran por incorporar al censo catastral la información de los predios
públicos y privados y sus condiciones, físicas, jurídicas, fiscales y económicas. Con
ese propósito, el IGAC expidió la Resolución 2555 de 1988 que posteriormente vino a
ser actualizada —derogada— mediante la Resolución 070 de 2011 (esta a su vez,
modificada por la Resolución 1055 de 2012), disposiciones que regulan los
procedimientos relacionados con la formación, actualización de la formación,
conservación y revisión, junto con otra serie de procedimientos que contribuyen a
mitigar las disparidades de tipo jurídico, físico y económico que sufren los inmuebles y
que, en algunos casos, incidirá en el ámbito fiscal. De acuerdo con las disposiciones
vigentes para la época de los hechos de la demanda, uno de los procedimientos que
puede activar la renovación de la información que se incluye en la ficha catastral de un
inmueble, es el relativo a la autoestimación de los avalúos catastrales, conforme a los
artículos 141 y siguientes de la Resolución 070 de 2011, en concordancia con el
artículo 183 del Decreto Ley 1333 de 1986 (que codifica la Ley 14 de 1983). A solicitud
de parte, el propietario o poseedor podrá autoestimar el avalúo de su predio o de las
mejoras, antes del 30 de junio de cada anualidad, sin que tal estimación pueda ser
inferior al avalúo vigente, de tal suerte que este tipo de procedimiento esencialmente es
para incrementar el avalúo formado por la respectiva autoridad catastral y no para
disminuirlo. Con miras a que la autoridad catastral acepte esa autoestimación del
avalúo, el solicitante deberá soportar tal cuantificación en pruebas que corroboren el
valor real del inmueble, así como la sustentación de los cambios físicos, de valorización
o de cambios de uso que haya sufrido y que se proyecte como un aumento en el avalúo
(art. 144 Resolución 070 de 2011). Cumplido el trámite y tras la revisión pertinente, la
autoridad podrá aceptar esa autoestimación, la cual se incorporará en la información
catastral del inmueble como avalúo catastral con fecha de 31 de diciembre del
respectivo año. El anterior trámite se entiende inserto dentro del período de
conservación catastral que opera al día uno después de culminada la fase de formación
o actualización de la formación, y que, en aras de mantener la información necesaria de
los cambios sobre los predios, podrá inscribirse o renovarse toda aquella
información útil al catastro, sin necesidad de incurrir en los costos que amerita los
procedimientos de formación y actualización. Tales cambios que ameritan ser
informados en la etapa de conservación, atienden a las mutaciones que están
clasificadas en cinco categorías (primera, segunda, tercera, cuarta y quinta, art. 115
ibidem).
NOTA DE RELATORÍA: La Sala reitera y acoge lo decidido en el juicio seguido por las
mismas partes procesales y respecto de los actos que liquidaron oficialmente el IPU del
Por otra parte, se negará la solicitud de restituir los valores que se hubieren pagado en
exceso por concepto del impuesto predial por el año 2015, en la medida que, de un
lado, tal pago no está acreditado y, de otro, la devolución del eventual pago en exceso
deberá solicitarse ante la Administración con fundamento en este fallo, siguiendo el
procedimiento fijado para esos efectos por la normativa local y en el Estatuto Tributario.
(…) Finalmente, la Sala se abstendrá de condenar en costas en la medida en que no
se encuentra demostrada su causación (ordinal 8.º del artículo 365 del CGP).
CONSEJO DE ESTADO
SECCIÓN CUARTA
Consejero ponente: JULIO ROBERTO PIZA RODRÍGUEZ
Bogotá, D. C., veinticinco (25) de febrero de dos mil veintiuno (2021)
Radicación número: 25000-23-37-000-2015-01890-01(23261)
FALLO
Demanda
Primera. Se declare la nulidad del acto de liquidación del impuesto predial del año 2015, contenido
en la factura nro. 2015096781 o cualquier acto que la reemplace, correspondiente a la liquidación
del impuesto predial año gravable 2015 sobre el predio ubicado en la A. Pradilla D 13 3A E 347K
del municipio de Chía-Cundinamarca, identificado con la cédula catastral nro. 00-00-007-2569-000,
por
medio de la cual se liquidó y cobró la suma total de un mil doscientos dieciséis millones cuarenta y
mil ciento ochenta ($1.216.040.180) a pagar sin descuentos para el día 31 de julio de 2015.
Segunda. Que se declare la nulidad de la Resolución nro. 2532, del 03 de agosto de 2015,
proferida por la Secretaría de Hacienda del Municipio de Chía, por medio de la cual se decide el
recurso de reconsideración interpuesto contra la liquidación contenida en la misma factura y se
confirma la liquidación del impuesto predial unificado según la misma factura.
Cuarto. Que se condene a la parte demandada a restituir al actor, el valor pagado en exceso, junto
con los intereses previstos en el art. 863 del Estatuto Tributario Nacional, liquidados desde la fecha
en que se hizo el pago hasta la fecha en que se verifique la devolución.
A los anteriores efectos, invocó como violados los artículos 13, 95.9 y 363 de
la Constitución; 6.° de la Ley 44 de 1990; 21 y 25 del Acuerdo Municipal 52 de 2013; 84,
85 y 86 de la Resolución IGAC 070 de 2011. El concepto de violación planteado se
sintetiza de la siguiente manera (ff. 5 a 16):
Ahora bien, la actora advirtió que el referido artículo prevé que la anterior limitación no
cobija a los predios urbanizados no edificados los cuales, de acuerdo con el artículo 21
del Acuerdo Municipal 52 de 2013, corresponden a aquellos que tienen construcciones
en un porcentaje inferior al 30 % del área total del lote; sin embargo, la misma
disposición establece que no pertenecerán a dicha clasificación los predios
destinados a fines institucionales, siendo relevante mencionar que el inmueble de la
demandante reunía esa condición al destinarse a la actividad hospitalaria, en tanto que
allí funciona el Hospital Clínica San Rafael.
Por ello, considerando que, dado que su predio no corresponde a uno urbanizado no
edificado, el ente demandado debería limitar la cuota tributaria del impuesto predial
unificado para el período gravable 2015 y, en caso de que la autoridad persista en
calificar el inmueble como urbanizado no edificado, quebrantaría los artículos 84, 85 y
86 de la Resolución IGAC 070 de 2011, relacionados con la clasificación catastral de
los predios, y el desconocimiento de los principios de equidad e igualdad tributaria, todo
lo cual derivaría en que los actos acusados incurren en falsa motivación.
Contestación de la demanda
Expuso que, como en el año gravable 2015, el predio de la actora estaba clasificado
como urbanizado no edificado, no era aplicable el límite de cuantificación del tributo
previsto en el artículo 6.° de la Ley 44 de 1990, según el cual, el impuesto no puede
exceder del doble del monto liquidado por el mismo concepto en el año
inmediatamente anterior. Agregó que el incremento del impuesto estuvo justificado por
un nuevo avalúo catastral aprobado por el IGAC en el año 2013, lo cual significó un
fuerte incremento en la base gravable del tributo para los períodos subsiguientes.
Sentencia apelada
El tribunal negó las pretensiones de la demanda. Al efecto expuso que (ff. 231 a 258):
Como primera medida, observó que la misma sociedad actora demandó los actos
que
liquidaron oficialmente el IPU del período 2014, teniendo en cuenta el nuevo avalúo
catastral que arrojó la solicitud de autoestimación que formuló la sociedad al IGAC en
el año 2013 y que tendría efectos fiscales a partir del uno de enero de 2014. Tales
actos administrativos fueron anulados en primera instancia, pero estaba en curso el
recurso de apelación que interpuso el mismo ente demandado contra ese fallo, de tal
forma que a la fecha en que el a quo emitió la sentencia del presente asunto no se
había definido si el tributo a cargo de la actora por el período 2014 estaría limitado,
conforme al artículo
6.º de la Ley 44 de 1990, o si correspondería al determinado oficialmente.
Particularmente, puso de presente que la legalidad de los actos oficiales que liquidaron
el impuesto del período 2014 penden de un pronunciamiento de segunda instancia, así
que la comparación que tendría que hacerse al aplicarse el artículo 6.º de la Ley 44
de
1990 desatendería la validez que aún conservan estos actos
administrativos.
Recurso de apelación
Alegatos de conclusión
CONSIDERACIONES DE LA SALA
1- La Sala decide sobre la legalidad de los actos enjuiciados, teniendo en cuenta los
cargos de apelación formulados por la demandante, en calidad de apelante única,
contra la sentencia de primer grado, que negó las pretensiones de la demanda. En esos
términos, corresponde estudiar si, la cuota tributaria del impuesto predial del año
gravable
2015 estará limitada, de acuerdo con el artículo 6.° de la Ley 44 de 1990. A su turno,
de ser procedente, se analizará si procede la devolución de las sumas pretendidas en
el escrito de demanda.
1.2- Para el caso discutido, la base gravable del impuesto predial unificado corresponde
al avalúo catastral o el autoavalúo, según sea el caso (art. 3.º Ley 44 de 1990), pero tal
elemento de la cuantificación debe acudir a disposiciones normativas que, aunque
inciden fiscalmente, no son propiamente regulaciones de naturaleza tributaria. Al
respecto, a partir de las directrices sobre el reajuste de los avalúos, así como la
necesidad de formar, actualizar y conformar los catastros, la Ley 14 de 1983, entre
otras disposiciones, señaló que las autoridades catastrales, entre ellas, el IGAC,
estarían a cargo de los procesos de formación, actualización de la formación,
conservación y de los demás procedimientos que propendieran por incorporar al censo
catastral la información de los predios públicos y privados y sus condiciones, físicas,
jurídicas, fiscales y económicas.
Con ese propósito, el IGAC expidió la Resolución 2555 de 1988 que posteriormente
vino a ser actualizada —derogada— mediante la Resolución 070 de 2011 (esta a su
vez, modificada por la Resolución 1055 de 2012), disposiciones que regulan los
procedimientos relacionados con la formación, actualización de la formación,
conservación y revisión, junto con otra serie de procedimientos que contribuyen a
mitigar las disparidades de tipo jurídico, físico y económico que sufren los inmuebles y
que, en algunos casos, incidirá en el ámbito fiscal. De acuerdo con las disposiciones
vigentes para la época de los hechos de la demanda, uno de los procedimientos que
puede activar la renovación de la información que se incluye en la ficha catastral de un
inmueble, es el relativo a la autoestimación de los avalúos catastrales, conforme a los
artículos 141 y siguientes de la Resolución 070 de 2011, en concordancia con el
artículo 183 del Decreto Ley 1333 de 1986 (que codifica la Ley 14 de 1983). A solicitud
de parte, el propietario o poseedor podrá autoestimar el avalúo de su predio o de las
de cada anualidad, sin que tal estimación pueda ser inferior al avalúo vigente, de tal
suerte que este tipo de procedimiento esencialmente es para incrementar el avalúo
formado por la respectiva autoridad catastral y no para disminuirlo.
Con miras a que la autoridad catastral acepte esa autoestimación del avalúo, el
solicitante deberá soportar tal cuantificación en pruebas que corroboren el valor real del
inmueble, así como la sustentación de los cambios físicos, de valorización o de cambios
de uso que haya sufrido y que se proyecte como un aumento en el avalúo (art. 144
Resolución 070 de 2011). Cumplido el trámite y tras la revisión pertinente, la autoridad
podrá aceptar esa autoestimación, la cual se incorporará en la información catastral del
inmueble como avalúo catastral con fecha de 31 de diciembre del respectivo año.
El anterior trámite se entiende inserto dentro del período de conservación catastral que
opera al día uno después de culminada la fase de formación o actualización de la
formación, y que, en aras de mantener la información necesaria de los cambios sobre
los predios, podrá inscribirse o renovarse toda aquella información útil al catastro,
sin necesidad de incurrir en los costos que amerita los procedimientos de formación y
actualización. Tales cambios que ameritan ser informados en la etapa de conservación,
atienden a las mutaciones que están clasificadas en cinco categorías (primera,
segunda, tercera, cuarta y quinta, art. 115 ibidem).
Cabe registrar que el primer inciso del mencionado artículo 6.º señala como momento
de partida del nuevo avalúo resultante la entrada en vigor del proceso de formación
catastral; sin embargo, su Decreto Reglamentario 2388 de 1991 supera dicha
imprecisión al remitir al proceso de formación indicado en los artículos 5.º y 175 de la
Ley 14 de 1983 y del Decreto Ley 1333 de 1986, respectivamente, ambas normas
referidas tanto a la formación como a la actualización de la formación, de tal forma que
las previsiones de la Ley 44 de 1990 no pueden interpretarse de manera restringida a la
fase en la cual la autoridad catastral hace la formación, sino en relación con todos los
procedimientos regulados en la Resolución 070 de 2011, incluida la actualización, la
conservación y la revisión, entre otras, puesto que todas ellas pretenden eliminar las
disparidades en la información jurídica, física, económica y fiscal de los predios y la
correcta fijación del avalúo catastral.
Igualmente, debe indicarse que la limitación prevista en el inciso primero del artículo 6.º
ídem se exceptúa en su inciso segundo, al prever que no se aplicará para los predios
que por primera vez se incorporen al censo catastral —dado que no hay forma de
comparar para efectos de la limitación—, así como tampoco para los terrenos
urbanizables no urbanizados, urbanizados no edificados, ni cuando el nuevo avalúo sea
producto de la valuación de las construcciones o edificaciones de un lote que antes
figuraba como vacío. Este último caso, atañe a aspectos de mutación de tercera
clase (art. 115 de la
Resolución 070 de 2011, modificado por la Resolución 1055 de 2012). Ahora bien,
respecto de la clasificación de predios urbanizados no edificados, debe recalcarse que,
a la luz del artículo 21 del Acuerdo municipal 52 de 2013, estos corresponden a los no
construidos que cuentan con algún tipo de obra de urbanismo o, cuendo menos del 30
% del área del lote se encuentra construida.
Por lo demás, se insiste en que el artículo 6.º de la Ley 44 de 1990 trae una previsión
para cuando el aumento de la cuota tributaria surge como consecuencia de una
variación en el avalúo catastral que corresponde a la base gravable del IPU, pues para
casos en los que el aumento del tributo está precedido de un cambio en la tarifa, otra
será la disposición que regula el tratamiento del impuesto predial y que no es objeto del
presente debate. Asimismo, resulta oportuno mencionar que el artículo 155 del Decreto
Ley 1421 de 1993, del distrito de Bogotá, trae una disposición similar a la analizada; no
obstante, se diferencia en que el límite a la cuantificación únicamente se activará si el
impuesto resultante supera el doble del monto establecido en el período anterior, en
cuyo caso el impuesto determinado con el nuevo avalúo corresponderá al 100 % del
liquidado en el año gravable anterior.
2.2- El municipio de Chía, por el IPU del período 2013, había determinado una deuda
por el monto de $65.689.637 (f. 25).
2.3- En relación con el inmueble sobre el que recae el debate, a través de la Liquidación
Oficial nro. 2014065968, el municipio demandado determinó el IPU del período 2014 en
la suma de $1.202.480.366, acto administrativo que, tras la interposición del recurso de
reconsideración, fue confirmado por la Resolución nro. 2216, de 14 de julio de 2014
(ff.
201 y 202). Contra estos actos, la actora promovió demanda de nulidad y
restablecimiento del derecho, por considerar que se vulneraba el límite cuantificación
del tributo previsto en el artículo 6.° de la Ley 44 de 1990 (ff. 201 a 229).
2.4- A su turno, el municipio demandado también liquidó el IPU del período 2015, en el
acto administrativo nro. 2015096781, del 29 de mayo de 2015, por un monto
de
$1.188.920.552 (sin aplicar descuentos ni incluir la sobretasa ambiental, f. 19), acto que
fue confirmado en reconsideración por la Resolución nro. 2532, del 03 de agosto de
2015
(ff. 20 a 24).
2.5- La demanda contra los actos de liquidación del impuesto predial del año 2014 fue
decidida de forma definitiva a través de la sentencia del 05 de noviembre de 2020
(exp.
23014, CP: Stella Jeannette Carvajal Basto). En ese fallo, la Sala dio la razón a la
demandante y confirmó la nulidad de los actos de liquidación del impuesto por el año
gravable 2014. A esos efectos, consideró que el predio de la actora no podía
considerarse como urbanizado no edificado, en tanto que presentaba una construcción
de 12.207 metros cuadrados que impedía que quedara incurso en la excepción al límite
de cuantificación del impuesto predial, de modo que el tributo a cargo no podía ser
superior al doble del liquidado en el año 2013. Tal consideración representó confirmar
la inaplicación por ilegalidad de los incisos 6.° y 7.° del artículo 21 del Acuerdo
Municipal 52 de 2013, de acuerdo con lo decidido por el tribunal de primera instancia
(art. 148 del CPACA), pues esta disposición categorizaba los predios urbanizados no
edificados como aquellos con menos del 30 % del área total construida. Sobre ese
particular, esta corporación precisó lo siguiente:
(…) Es decir, conforme con las citadas normas, la clasificación de un predio como urbanizado no
edificado, para efectos del impuesto predial, no depende de un porcentaje de construcción, por
ende, se concluye que le asiste razón al tribunal al inaplicar de oficio, para el caso concreto, el
inciso sexto del artículo 21 del Acuerdo 52 de 2013, según el cual, se consideran terrenos
urbanizados no edificados los «predios no construidos que cuentan con algún tipo de obra de
urbanismo, o cuando menos del 30% del área total del lote se encuentra construida». Porcentaje
que se replica en el inciso séptimo de la citada norma.
Reitera la Sala que, el hecho que el artículo 21 del Acuerdo 52 de 2013 no se haya sometido a
control de legalidad, no impide que se aplique la excepción de ilegalidad como medio de control
(art. 148
CPACA), porque dicho mecanismo se previó como un medio de control accesorio, para que el juez
administrativo, de encontrarlo procedente, a solicitud de parte o incluso, de oficio, inaplique, con
efectos inter partes, un acto administrativo que resulte lesivo al orden jurídico superior.
3- De acuerdo con lo anterior, el impuesto por el año gravable 2014 quedó determinado
en $131.379.274, por lo que, siguiendo el mismo criterio jurídico de la sentencia del 05
de noviembre de 2020 (exp. 23014, CP: Stella Jeannette Carvajal Basto) para el año
gravable 2015, el tributo a liquidar no podría superar el doble de ese monto, en virtud
de la limitación del artículo 6.° de la Ley 44 de 1990. Sin embargo, se aprecia que en
los actos demandados la Administración tributaria lo cuantificó en $1.188.920.552 (sin
aplicar descuentos ni incluir la sobretasa ambiental, f. 19) y, nuevamente, reprodujo el
argumento de que el predio calificaba como urbanizado no edificado.
Según el criterio fijado por la Sección Cuarta en las sentencias del 04 de abril de 1997
(exp. 8126, CP: Consuelo Sarria Olcos), y del 18 de marzo de 2010 (exp. 16971, CP:
Martha Teresa Briceño de Valencia [E]), el cual se reiteró en la precitada sentencia del
expediente 23014, aunque legalmente no existe una definición de predios «urbanizados
no edificados», lo cierto es que «la locución, dada la claridad de su tenor literal,
rechaza cualquier hipótesis de construcción o edificación», de manera que «la
clasificación de un predio como urbanizado no edificado, para efectos del impuesto
predial, no depende de un porcentaje de construcción» (sentencia del 05 de noviembre
de 2020, exp. 23014, CP: Stella Jeannette Carvajal Basto).
Así, con fundamento en el artículo 148 del CPACA, esta Judicatura también inaplicará
los incisos 6.° y 7.° del artículo 21 del Acuerdo Municipal 52 de 2013, en acogimiento a
los razomientos que esta corporación hizo de cara a la ilegalidad del condicionamiento
califiquen como urbanizados no edificados. Por lo demás, debe indicarse que las
condiciones físicas, jurídicas y económicas del predio analizado en el expediente 23014
se mantuvieron al momento de expedirse los actos demandados en el presente litigio
(siguió teniendo una construcción de 12.207 metros cuadrados, la misma que había por
los años 2013 y 2014), de ahí que la extensión de los análisis sean compatibles para
resolver esta controversia.
En todo caso, en esta ocasión la Sala debe recalcar que el límite previsto en el
artículo
6.º de la Ley 44 de 1990 está restringido al impuesto predial unificado resultante, de
modo que para hallar ese tributo en la liquidación oficial no podrá considerarse la
sobretasa ambiental con destino a la Corporación Autónoma Regional (arts. 1.º del
Dcto. 1339 de
1994; 4.º de la Ley 44 de 1990, y 31 del Acuerdo 52 de 2013), aun cuando este tributo
se liquide sobre el avalúo catastral que también constituye la base gravable del
impuesto predial. Prospera el cargo de apelación.
4- En definitiva, la Sala reliquidara el impuesto predial unificado del período 2015, por el
inmueble identificado con matrícula inmobiliaria 50N-333, así:
La Sala aclara que no se liquida el descuento por pronto pago determinado en el acto
de liquidación oficial, correspondiente al 25 % del impuesto arrojado, en razón a que no
está acreditado el pago del impuesto fijado por el municipio dentro las fechas
establecidas para acceder al descuento. Ello conlleva a que, al no haberse realizado
dicho pago, el cumplimiento de la obligación fijada en esta providencia se realizará por
fuera de las fechas establecidas para acceder al descuento. Por lo demás, tampoco se
variará el monto liquidado por sobretasa con destino a la Corporación Regional, debido
a que ello no fue objeto de discusión por parte de la actora.
5- Por otra parte, se negará la solicitud de restituir los valores que se hubieren pagado
en exceso por concepto del impuesto predial por el año 2015, en la medida que, de un
lado, tal pago no está acreditado y, de otro, la devolución del eventual pago en exceso
deberá solicitarse ante la Administración con fundamento en este fallo, siguiendo el
FALLA
Primero. Inaplicar por ilegalidad, con efectos inter partes, los incisos 6.º y 7.º del Acuerdo
municipal 52 de 2013, conforme a los análisis de la providencia de segunda instancia.
Asimismo, declarar la nulidad parcial de la Liquidación Oficial nro. 2015096781 y la
Resolución nro. 2532, del 03 de agosto de 2015.
A título de restablecimiento del derecho, fijar como IPU del período gravable 2015, a cargo
de la demandante, el establecido en la liquidación inserta en la sentencia de segundo grado.