Literatura Medieval Española

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Literatura medieval española

La palabra literatura proviene del latín littera, término para “letra”, común en
vocablos como litterator, que correspondía al maestro de las escuelas,
encargado de la alfabetización. Sin embargo, la noción de literatura en la
antigüedad se conocía como poesía u oratoria, dado que los inicios mismos de
la literatura son, paradójicamente, previos a la invención de la escritura. Se
sabe que la primera tradición formal fue la épica, que cumplía con roles
fundacionales y contenía no sólo gestas militares, sino también las visiones
cosmológicas y religiosas de sus pueblos. Así, la literatura cristiana medieval
se centró en la experiencia divina, la hagiografía (vida de los santos) y la
poesía mística, así como la lectura de la Biblia y de otros textos sacros.

La Edad Media se inicia con la caída de Imperio romano, en el año 476 d. C., y
finaliza en el siglo XV, en 1492, fecha en la que ocurren varios acontecimientos
históricos relevantes como el final de la Reconquista con la toma de Granada,
el descubrimiento de América por Colón, y el reinado de los Reyes Católicos
que se inicia en 1469.

Luego de la desaparición del Imperio Romano de Occidente, se inició un


periodo llamado Temprana Edad Media, en este tiempo se produjo la lenta
asimilación de los pueblos germánicos por la cultura latina y la separación entre
el Occidente Latino y el oriente griego.

La cultura estaba en manos de la Iglesia y los monasterios eran verdaderos


centros culturales. Fue un tiempo de supervivencia frente a condiciones
políticas y sociales adversas. Cuando desapareció el poder del imperio, la
figura del Papa fue consolidándose como la autoridad máxima a la que debían
someterse los poderes temporales. De modo tal que la jerarquía eclesiástica de
Roma se constituyó en el nexo que aglutinó las monarquías occidentales.

A principios del siglo VIII, los árabes invadieron España y la isla de Sicilia,
cruzaron los montes Pirineos para avanzar sobre toda Europa, pero fueron
derrotados por un caudillo franco, Carlos Martel. Uno de sus descendientes fue
Carlomagno, fundador de un imperio que aseguró las fronteras del Occidente.
Con Carlomagno se inició la Alta Edad Media. En este periodo, los monjes
eruditos impulsaron la recuperación de los autores clásicos y el
perfeccionamiento del latín como lengua literaria.

Con el Renacimiento se abrió un nuevo periodo, el de la Plena Edad Media, en


este periodo surgió el movimiento literario de los modernos. La sociedad era
una sociedad estamental, una sociedad organizada en grupos cerrados y
determinados por el nacimiento. El poder residía en el rey, en la nobleza y en el
clero, quienes era los privilegiados. El pueblo estaba formado por hombres
libres y siervos y su función era trabajar y no tenían privilegios. Por otro lado,
estaban los mesteres (la palabra mester oficio o profesión) y de ellos los
mesteres de juglaría y los de clerecía. El juglar realiza una función
administrativa y lúdica, ganándose la vida con un arte oral y espontaneo, y el
clérigo, realiza una función didáctica y moralizante. El sistema político,
económico y social de esta época fue el feudalismo. El feudalismo fue el
sistema de organización política, económica y social propio de la Edad Media.
Estaba basado en una serie de obligaciones que unían a los vasallos y a los
señores feudales.

Por ultimo está la Baja Edad Media, que fue la última etapa del Medioevo. Esta
se extendió aproximadamente desde fines del siglo XI hasta la segunda mitad
del siglo XV, por lo que se sitúa entre la Alta Edad Media y la Edad Moderna.
Esta etapa estuvo caracterizada por el aumento de la productividad agrícola, el
resurgimiento del comercio de media y larga distancia, el repoblamiento de las
ciudades y las peregrinaciones cristianas a lugares santos. Los cambios
culturales de la Baja Edad Media se manifestaron en una nueva forma de
religiosidad, caracterizada por el culto a la Virgen María y la expansión de las
órdenes mendicantes, como los franciscanos y los dominicos.

Durante toda la Edad Media el latín fue la única lengua para la transmisión del
conocimiento y de la literatura culta. Por eso, las primeras manifestaciones
literarias en lengua romance tienen carácter popular y oral, ya sean de género
lírico o épico. Comprende las obras literarias escritas en castellano medieval
entre los comienzos del siglo XIII y finales del siglo XV. Las obras de referencia
para esas fechas son el Cantar del Mío Cid, cuyo manuscrito más antiguo sería
de 1207, y La Celestina, de 1499, obra ya de transición hacia el Renacimiento.
Algunos de los temas de la literatura medieval más comunes son el amor, las
aventuras caballerescas, las conquistas o la religión.

La Religión es el tema más recurrente en la literatura medieval, ya que se


encarga de dictar todas las normas de comportamiento, moral y buenas
costumbres de la sociedad.

El Amor y la Guerra pertenecientes al género lírico en forma de prosa y poesía


le hacen honor al amor y a las proezas de las grandes guerras. Estos escritos
se difundían en forma oral, por medio de juglares y cantores.

Espiritualidad muchas obras hacen referencia a la espiritualidad, a la búsqueda


de Dios y a la forma de encontrarlo a través de la contemplación, la oración, el
anonimato y el claustro.

Éstos fueron algunos temas de la literatura medieval, dando paso después a


los tópicos literarios. Los tópicos literarios son ideas que se repiten a lo largo
del tiempo; en la literatura medieval ya están presentes algunos de los que han
pervivido hasta nuestros días. Algunos ejemplos:

-“Locus amoenus”. Paraje placentero donde el escritor puede relajarse y


disfrutar de una vida tranquila y en contacto con la naturaleza.

-“Ubi sunt?”. Pregunta retórica sobre las personas, el pasado, la muerte…


«¿Dónde vamos, de dónde venimos, ¿quiénes somos…?»

–Falsa modestia o «captatio benevolentiae». El orador debe ganarse la


benevolencia y se excusa, por su incapacidad, por su  lenguaje inculto, por su
miedo… «He escrito este libro aunque sé que no estoy preparado para ello…»

–Invitación al amor. El amor forma parte de nuestra vida y debemos disfrutar


de él. Aparece de diferentes formas: amor bueno, amor traicionero, falso amor,
amor carnal (en LA CELESTINA, por ejemplo)…

–Alegoría, símbolos, religiosidad. La literatura religiosa usaba símbolos y


alegorías para que fueran más comprensibles al pueblo. De ahí la presencia,
por ejemplo, de fábulas.

–La muerte. La idea de la muerte preocupa al hombre medieval y por eso


abunda como tema literario. La muerte tiene un poder igualatorio, una justicia
final que no distingue clases, dinero… Todos somos iguales ante la muerte y
pagaremos nuestros pecados por igual.

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