Betty Edwards

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Aprender a hacer algo


nuevo suele requerir
aprender, en primer lugar,
los componentes separados
de la tarea, para después
juntar las partes en un todo
integrado. Después de
aprender, por ejemplo, las
diversas tareas que implica
el montar en bicicleta o
conducir un automóvil, llega
por fin el momento de
subirse a la bici o entrar en
el coche y ponerlo en
marcha. Al hacerlo, queda
claro para uno mismo y
para todos los demás, que
uno ha adquirido esa
capacidad. De manera
similar, los ejercicios de
este capítulo sirven para
unir los componentes
separados de la facultad de
ver, que usted ha venido
adquiriendo. En los dibujos
que realice, se demostrará
a sí mismo y a los demás
que ha visto de verdad.

Vamos a dibujar caras, preparando antes las condiciones que


harán que el hemisferio izquierdo se retire. Mientras tanto, el derecho
va a tener un día de fiesta: verá contornos en toda su complejidad;
verá como el dibujo evoluciona a partir de líneas que son una
creación personal; observará la integración de talentos en una
especie de ballet; verá como ven los artistas, tal como son las cosas,
no una imagen pálida, simbolizada, clasificada y analizada; abrirá la
puerta para ver claramente lo que tiene delante, y dibujará una
imagen que permitirá que los demás le conozcan, ya que su
personalidad se manifestará a través del dibujo.

TRES ENFOQUES
Este capítulo está dividido en tres partes: primero, instrucciones
para dibujar un perfil; después, una visión «tres cuartos», con el
modelo un poco girado hacia un lado, y, finalmente, la vista frontal
de la cara. La cara vista de frente se ha dejado para lo último, no
porque sea más difícil -ya hemos dicho otras veces que todos los
dibujos son igual: todo es cuestión de ver claramente-, sino porque el
sistema de símbolos memorizados desde la infancia para representar
la cara vista de frente es especialmente fuerte y persistente. Una vez
que se haya dibujado varias veces el rostro de perfil y de tres
cuartos, sabiendo que la clave está en ver del modo-D, estoy segura
de que resultará más fácil suprimir los símbolos y evitar que vuelvan
a inmiscuirse en una forma tan familiar como es un rostro humano
visto" de frente.

«El proceso de dibujar es, ante


todo, el proceso de poner en
acción la inteligencia visual, la
mecánica misma del
pensamiento visual. A
diferencia de la pintura y la
escultura, es un proceso en el
que el artista se explica a sí
mismo, y no al espectador, lo
que está haciendo. Es un
soliloquio antes de convertirse
en comunicación.»
Michael Ayerton
Golden Sections
«El objeto material que está
ante ti, eso es Ello.»
Huang Po, maestro
Zen del siglo XVI

PRIMERO: EL PERFIL
Antes de empezar: Consiga un modelo -un amigo, un vecino o
alguien de la familia que esté dispuesto a posar para un retrato
informal-. El modelo puede estar leyendo, durmiendo, mirando la
televisión, o cualquier otra cosa. Se necesitará de media hora a
cuarenta minutos, con uno o dos períodos de descanso para el
modelo.

Si yo estuviera explicando personalmente el proceso de dibujar


un retrato de perfil no nombraría las partes. Señalaría cada zona y
me referiría, por ejemplo a «esta forma, este contorno, este ángulo,
esta curva». Desgraciadamente, en el libro tendré que nombrar las
formas, en aras de la claridad. Sin embargo, en el dibujo, el proceso
que puede parecer pesado y minucioso al leerlo en forma de
instrucciones verbales, se convierte en una danza sin palabras, una
apasionante investigación en la que cada nueva percepción aparece
milagrosamente ligada a la anterior y a la siguiente.

Lea todas las instrucciones y mire los dibujos de la galería de


estudiantes antes de empezar a dibujar.

1. Sujete el papel a un tablero.

2. Siéntese de manera que vea al modelo de perfil,


aproximadamente a un metro veinte de distancia. La distancia
máxima no debe pasar de 1,50 o 1,80. Más lejos, los detalles no se
verían con suficiente claridad y podría usted tender a sustituirlos por
símbolos.

3. Para empezar, lo primero es enmarcar la forma, con un visor


o con la mano y el lápiz, como se ve en la Figura 10-1. Dirija primero
la mirada al espacio negativo que rodea a la cabeza, y espere hasta
que pueda ver ese espacio como una forma. Vea la forma general
de la cabeza como un espacio vacío, rodeado por un espacio negativo
sólido, como el agujero en forma de Bugs Bunny.
Fig. 10-1.

4. Dirija la mirada al papel de dibujo e imagine la forma de la


cabeza del modelo sobre el papel: el contorno general de la cabeza,
que es también el contorno interior del espacio negativo. Resulta más
fácil encajar la imagen si se hace una especie de «dibujo fantasma»,
moviendo el lápiz alrededor de la imagen proyectada, como si se
estuviera dibujando, pero sin tocar el papel. Así sabrá lo grande que
va a ser la cabeza, y su posición en el papel. Se puede, incluso,
imaginar la cabeza completa, con todos sus rasgos, trasladada al
papel.

5. Comience el dibujo por donde quiera. Yo suelo empezar por la


frente e ir bajando, pero otros utilizan diferentes secuencias. Todas
las formas y espacios deben encajar como en un rompecabezas, cada
parte relacionada con las demás; por lo tanto, no importa por donde
se empiece.

6. Vuelva a enmarcar la forma, mire el espacio negativo junto a


la frente y la nariz, y espere hasta que pueda verlo como una forma
(es decir, hasta que el hemisferio izquierdo haya pasado la tarea al
derecho). Después, utilizando el método del dibujo de contorno
modificado, dibuje el borde del espacio. Calcule los ángulos (de la
nariz, por ejemplo) como se explicó en el capítulo 9, sujetando el
lápiz vertical, cerrando un ojo y alineando la vertical con la punta de
la nariz (Fig. 10-2). Según va descendiendo, fíjese en los puntos y
dimensiones: observe donde está un punto en relación con otro, la
longitud relativa de los contornos, usando como referencia una parte
ya dibujada.
Fig. 10-2.

7. A continuación vienen algunas instrucciones específicas para


ver partes de la cabeza. Por supuesto, se pueden percibir todas estas
relaciones mirando simplemente, pero algunos detalles concretos
pueden servir de ayuda.

OJOS:
Observe que los párpados tienen espesor, y que el globo ocular
está detrás de los párpados (Figura 10-3). Para dibujar el iris (la
parte coloreada del ojo)... no lo dibuje. Dibuje la forma del blanco del
ojo (Figura 10-4), que se puede considerar como un espacio
negativo, que comparte sus contornos con el iris. Dibujando la forma
(negativa) de la parte blanca, el iris quedará correcto porque habrá
usted superado el símbolo memorizado para representarlo. Fíjese en
que esta técnica sirve para todo lo que pueda parecerle «difícil» de
dibujar. La técnica consiste en pasar a la forma adyacente y
dibujar ésta en vez de la otra. Observe que las pestañas
superiores crecen primero hacia abajo y luego (algunas veces) se
curvan hacia arriba. Observe que la forma del ojo forma un ángulo
determinado (Figura 10-5). Observe este ángulo en su modelo: es un
detalle importante.

Fig. 10-3. Fig. 10-4. Fig. 10-5.

NARIZ:
Los orificios nasales, como el iris del ojo, se tienden a dibujar
simbólicamente. Utilizando la técnica que acabamos de describir,
fíjese en las zonas adyacentes; en este caso, dirija la mirada al
espacio que hay bajo el borde del orificio nasal, y dibuje su forma
exacta (Figura 10-6).

Fig. 10-6. Fíjese en la forma del espacio bajo el orificio nasal. Esta forma variará según el
modelo y hay que observarla específicamente en cada individuo.
BOCA:
En muchas caras vistas de perfil, el contorno exterior de la punta
de la nariz, el labio superior y el inferior, y la barbilla, suelen caer
sobre la misma línea inclinada, como se ve en la Figura 10-7.
Observe cuidadosamente estos puntos en su modelo y fíjese en el
ángulo exacto. Vea primero las relaciones generales, luego las
relaciones específicas y finalmente las relaciones concretas entre las
partes. El espacio negativo es una enorme ayuda, ya que ofrece
formas nuevas, no estereotipadas. A continuación, observe que los
contornos de los labios no son verdaderos bordes, sino simplemente
un cambio de color. Para la mayoría de los modelos, el ligero cambio
de color de los labios queda mejor representado por una línea clara,
no una línea gruesa y oscura. Sin embargo, la línea central de los
labios es un verdadero contorno, y puede comprobarse que es más
oscuro que los bordes externos de los labios. La forma del labio
superior es importante para la expresión del modelo. Para lograrla
con exactitud, no la dibuje: una vez más, pase al espacio
adyacente, el espacio entre la boca y la nariz, como en la Figura 10-
8. Compruebe la longitud de la línea central de la boca. ¿dónde está
su extremo, en comparación, con, por ejemplo, el límite delantero del
ojo? (las posiciones deben siempre cotejarse con alguna parte que ya
se haya dibujado).

Fig. 10-8. Para dibujar la forma del labio


Fig. 10-7. superior, observe y dibuje la forma de este
espacio.

BARBILLA:
Fíjese en donde cae el contorno delantero de la barbilla en
relación con la frente o el labio superior (siempre, algo que haya
dibujado ya). Observe la longitud de la barbilla en relación con la de
la nariz, por ejemplo.

GAFAS:
Si el modelo lleva gafas, no las dibuje. Tienen un simbolismo
muy fuerte (Figura 10-9). Dibuje las formas negativas que rodean
a las gafas, como en la Figura 10-10. La clave está en no dudar de la
percepción del espacio negativo. Dibuje lo que vea.

Fig. 10-9. El símbolo de las gafas es Fig. 10-10. Para evitar el símbolo,
particularmente persistente. dibuje las formas de la cara
alrededor de las gafas, usándolas
como espacios negativos.

CUELLO:
Utilice el espacio negativo de delante del cuello para percibir el
contorno bajo la barbilla, y el contorno del cuello 10-11). Compruebe
el ángulo que forma el cuello con la vertical. Asegúrese de cuál es el
punto exacto en que el cuello se une a la nuca. Suele estar
aproximadamente al nivel de la nariz o la boca (Figura 10-11).
Fig. 10-11. Asegúrese de
comprobar donde está este
punto, en relación con la
boca y la nariz. La parte
delantera del cuello suele
estar inclinada respecto a la
vertical.

CUELLOS DE CAMISA, ETC.


No los dibuje. Los cuellos de los vestidos tienen también un
simbolismo muy pertinaz (Figura 10-12). Utilice el cuello del modelo
como espacio negativo, y use los espacios negativos para dibujar
cuellos de camisa cerrados o abiertos, y también el contorno de la
espalda, como en la Figura 10-12. Esta técnica da resultado porque
las formas de los espacios alrededor del cuello de una camisa no
tienen un nombre evidente ni han originado símbolos que
distorsionen la percepción.

Fig. 10-12. Utilice la técnica de


la zona adyacente para dibujar
formas con símbolos
estereotipados muy enraizados
desde la infancia.

OREJA:
Al llegar a este punto, con los rasgos faciales más o menos
completos, hay que medir sobre el modelo la relación de tamaño
entre la mitad inferior de la cabeza (desde el nivel del ojo a la
barbilla) y la mitad superior. Hágalo directamente, colocando el lápiz
junto a la cabeza del modelo y midiendo (Figura 10-13). La distancia
desde el nivel del ojo al punto más elevado de la cabeza será por lo
menos igual (posiblemente más larga, si el cabello es espeso) que la
mitad inferior.

Fig. 10-13.

Transfiera estas medidas al dibujo. Coloque el lápiz sobre el


mismo y mida la distancia del ojo a la barbilla, marcando dicha
distancia con el pulgar y el índice. Marque luego la distancia en la
parte superior del dibujo para indicar donde caerá el tope de la
cabeza. No deje de realizar esta operación, en la idea de que
recordará las dimensiones de la cabeza más adelante. A continuación
mida la situación del borde posterior de la oreja. Mida de nuevo la
distancia desde el ojo a la barbilla y transfiera esta medida desde la
esquina postenor del ojo al borde posterior de la oreja. O trate de
visualizar el triángulo rectángulo con los dos catetos iguales. Ver
figuras 10-14 y 10-15. Marque en el dibujo la posición del borde
posterior de la oreja (Figura 10-15).

Fig. 10-14. Fig. 10-15.

Empiece por dibujar la forma del espacio que hay detrás de la


oreja. Dibuje luego las formas internas de la oreja, dirigiendo siempre
la mirada al espacio contiguo al que se quiera dibujar, utilizándolo
como espacio negativo. Verifique la relación de tamaño entre la oreja
y los rasgos faciales, la posición del borde superior de la oreja en
relación con el ojo y la ceja, y la posición del borde inferior en
relación con la boca y la nariz. Recuerde que las orejas son más
grandes de lo que parecen.

PELO
Los estudiantes me piden a menudo que les enseñe a «dibujar el
pelo». En la mayoría de los casos lo que quieren decir es: «enséñeme
un método de dibujar pelo que sea rápido, fácil y quede
estupendamente». En otras palabras, «enséñeme un símbolo para el
pelo, mejor que el que estoy usando». Y, por supuesto, no existe tal
cosa. El pelo se dibuja exactamente del mismo modo que todo lo
demás. Hay que percibirlo tal como es, en toda su complejidad, y
dibujar lo que se ve. Esto no significa que haya que dibujar cada pelo,
pero sí que hay que tomarse el tiempo necesario para describir en el
dibujo al menos parte del cabello, el movimiento exacto de los
mechones, la textura exacta de alguna sección. Busque las zonas
oscuras, donde el cabello se separa, y utilícelas como los espacios
negativos. Fíjese en los principales movimientos direccionales, en las
curvas y en las ondas. El hemisferio derecho, amando como ama la
complejidad, puede quedar fascinado por la tarea, y esta parte del
retrato puede llegar a tener un gran impacto, como en el caso de la
Orgullosa, Maisie (Figura 10-16). Hay que evitar a toda costa los
trazos finos, fofos y simbólicos que representan el concepto pelo, del
mismo modo que si escribiéramos la palabra sobre el cráneo del
retrato.

Fig. 10-16. Anthony Frederick Augustus


Sandys (1832-1904), La Orgullosa Maisie.
Cortesía del Victoria and Albert Museum, de
Londres.

Cuando esté listo para empezar recuerde que necesitará de


treinta a cuarenta minutos para dibujar el retrato. Quizás convenga
disponer una alarma para darle algún descanso al modelo. No olvide
explicarle al modelo que usted no podrá hablar durante la sesión.

Coloque al modelo. Siéntese. Enmarque la forma. Imagine la


forma sobre el papel. Dirija la mirada al espacio negativo que rodea a
la forma. Sentirá que empieza a pasar al modo-D... alcanzando el
estado en el que se ven claramente las cosas.
Después de terminar: Puede usted sentirse orgulloso. ¡Lo ha
hecho! Espero que se sienta tan satisfecho con su dibujo como suelen
sentirse mis alumnos al terminar su primer retrato.

Si algunas partes del dibujo no parecen estar del todo bien,


pruebe los siguientes procedimientos para comprobar errores.
Primero, sujete el dibujo frente a un espejo. La inversión de la
imagen puede darle una visión, nueva y más objetiva de las
relaciones entre las partes, advirtiéndole de donde se necesitan
correcciones. Otra técnica muy útil para encontrar errores es tapar la
parte que le parece mal y tratar de imaginar cómo debería ser esa
parte. Mantenga la imagen en la mente mientras mira el dibujo.
Luego levante rápidamente la mano, descubriendo la parte
problemática. Si el dibujo está mal de proporción, descolocado, etc.,
lo advertirá usted enseguida. Una tercera técnica consiste en colocar
el dibujo junto al modelo y comprobar uno por uno los espacios
negativos, cotejando ángulos, longitudes, etc., primero en el modelo
y luego en el dibujo. Si algún espacio negativo no concuerda es que
hay un error.

No obstante, con objeto de impedir que se muestre usted


hipercrítico, es una buena ocasión para sacar los dibujos preliminares
que realizó al final del capítulo primero. La comparación puede ser
tan notable como en los ejemplos de antes y después incluidos en ese
mismo capítulo. Además, si usted compara el dibujo de una cabeza
con el de una persona observará que en ambos se repiten una serie
de símbolos para representar los rasgos faciales. Sin embargo, en el
retrato de perfil que acaba de realizar, el sistema de símbolos ha
desaparecido probablemente, y con este dibujo ha entrado usted en
el nivel adulto de expresión visual.

«El objeto de toda obra de arte


verdadera es alcanzar un estado
de existencia, un estado de
funcionamiento elevado, un
momento más que ordinario...
En ese estado hacemos
descubrimientos porque
entonces tenemos visión clara.»
Robert Henri
The Art Spirit

GALERÍA DE ESTUDIANTES:
Dibujo de perfil

Una vez leídas las instrucciones sobre problemas específicos y el


modo de resolverlos, examine estos dibujos realizados por mis
alumnos. Al estudiarlos, repase mentalmente la secuencia de pasos y
mida con el lápiz las principales proporciones. Trate de adivinar en
qué partes se utilizó el espacio negativo para dibujar formas
«difíciles», como gafas, orejas, etc.

Kevin Schley P. Krones


Ejercicios complementarios

Antes de empezar: En estos


ejercicios, le recomiendo que
copie dibujos -retratos- hechos
por algún maestro. Con ello
pretendo que estudie el modo en
Sherlyn Arch Rona Kramer
que un gran artista veía una
cabeza particular, en toda su
complejidad de relaciones. Por
lo tanto, al dibujar, imagine que
es usted aquel gran artista y
trate de seguir los pasos dados
por el maestro.
10a. Copie un dibujo de una
cabeza de perfil. Utilice el
espacio negativo fuera y dentro
de la forma (la técnica de pasar
a la zona adyacente). Evitando
las partes «difíciles» y
dibujando la zona de al lado. Si
quiere, puede hacer un dibujo
invertido (ver Figura 10-17).
10b. Si su primera copia era
un retrato de mujer, copie otro
dibujo de algún maestro, esta
vez representando a un hombre
(o viceversa).
Janice Gallagher Sheila Kalivas
Después de terminar:
Utilizando las técnicas descritas
en el ejercicio del retrato de AFIANZANDO LA HABILIDAD
perfil, examine los dibujos que
ha hecho, en busca de posibles Antes de pasar a la etapa siguiente, el
errores. Después, durante el retrato en visión tres cuartos, debe realizar
resto del día, mire a todas las los ejercicios 10a y lOb.
personas que encuentre como si
fuera a dibujar su retrato, y trate
de ver en su imaginación el
aspecto del retrato, según el
estilo del maestro cuyos dibujos
ha copiado.
Como primer paso, prepare una situación favorable al paso al
modo-D. Asegúrese de disponer de media hora, por lo menos, y
empiece por fijarse en los espacios negativos. Con el tiempo, su
cerebro se irá acostumbrando al procedimiento, y la transición será
cada vez más rápida. Una vez en el modo-D, el único problema es
acordarse de darle un descanso al modelo.

Ocasionalmente, sucede que el hemisferio izquierdo sigue


mostrándose activo; en este caso el mejor remedio es una corta
sesión de dibujo de contorno puro. Este tipo de dibujo parece forzar
el paso al modo-D, y siempre constituye un buen ejercicio de
calentamiento antes de dibujar.

EL ROSTRO EN TRES CUARTOS


Los niños rara vez dibujan caras parcialmente giradas hacia un
lado, en la posición denominada «tres cuartos». Lo normal es que
dibujen perfiles o caras vistas de frente. Hacia los diez años de edad
empiezan a intentar el dibujo en tres cuartos, posiblemente porque
esta posición es particularmente expresiva de la personalidad del
modelo. Aquí los jóvenes artistas se encuentran con los mismos
problemas de siempre: Las percepciones visuales entran en conflicto
con las formas simbólicas desarrolladas durante la infancia para el
perfil y la vista frontal, que a los diez años están ya bien enraizadas
en la memoria.

¿Cuáles son estos conflictos? Primero, como se ve en la Figura


10-18, la nariz no es igual que vista de perfil. Segundo, los dos lados
de la cara tienen diferente anchura. Tercero, los dos ojos son
diferentes entre sí. Cuarto, una mitad de la boca es más corta y tiene
distinta forma que la otra. Estas percepciones de rasgos asimétricos
no concuerdan con los símbolos memorizados, que siempre están
dispuestos simétricamente a ambos lados de la cara.
Fig. 10-18. Esbozo para retrato en
Fig. 10-17. Reproducción hecha por
tres cuartos, del artista alemán Lucas
un estudiante de una de las Cuatro
Granach (1472-1553), Cabeza de
caberas de Durero.
joven con gorro rojo.

La solución del conflicto está, naturalmente, en dibujar sólo lo


que uno ve, sin preguntarse por qué es así y sin alterar las formas
que se perciben para acomodarlas a un sistema almacenado de
símbolos.

Antes de empezar: Vamos a describir una vez más el proceso


paso a paso, indicando algunos métodos para mantener claras las
percepciones. Tenga en cuenta que si estuviera explicando esto en
persona, no diría el nombre de ninguna de las partes, limitándome a
señalar cada zona. De manera que cuando esté dibujando no nombre
las partes para sus adentros. Trate de no hablar consigo mismo
mientras dibuja.

1. Coloque al modelo de manera que vea usted la punta de la


nariz coincidiendo con el borde de la mejilla, como en la Figura 10-
19. Verá que así se obtiene una forma cerrada.
Fig. 10-19. Observe la inclinación del
eje central en relación con la vertical
del lápiz.
La línea del nivel de los ojos es
perpendicular al eje central.

2. Lo mismo que en el dibujo de perfil, enmarque la forma con


un visor o con la mano y el lápiz. Mire el espacio negativo que rodea
la cabeza hasta que pueda verlo como una forma. Mire después la
forma completa de la cabeza -el contorno exterior- y espere hasta
verlo como una forma.

3. Dirija luego-la mirada al papel en blanco, e imagine la forma


de la cabeza sobre el papel. Haga un «dibujo fantasma» de la forma,
si ello le ayuda a establecer la imagen.

4. Observe al modelo. Trate de percibir el eje central, es decir,


una línea imaginaria que. pasa a través del centro de la cara. En la
cara vista de tres cuartos, el eje central pasa por dos puntos: el
centro del puente de la nariz y el centro del labio superior. Imagine el
eje como un alambre que atravesara la nariz (Figura 10-19).
Sujetando el lápiz verticalmente con el brazo extendido, compruebe
el ángulo de inclinación del eje central en la cabeza del modelo. La
inclinación de la cabeza será diferente en cada caso, y hay que
estimar el ángulo que forma el eje con la vertical (el lápiz). Imagine
de nuevo la cabeza sobre el papel, y dibuje el eje central en su
ángulo correcto (Figura 10-20). Este ángulo es muy importante
para lograr un parecido. Después, muy ligeramente, dibuje la línea
del nivel de los ojos, en ángulo recto con el eje central. Esto es
para asegurarse de que no se distorsionarán los rasgos, como
explicamos en el capítulo 9. Tome medidas sobre el modelo y sobre el
papel para verificar que el nivel de los ojos divide la forma por la
mitad.

Fig. 10-20. Los bordes del papel representan la


vertical y la horizontal. El ángulo del eje
central se dibuja en relación con la vertical del
borde del papel.

5. Va usted a emplear el método de dibujo de contornos


modificado: dibujando lentamente, dirigiendo la mirada a los bordes
y percibiendo las relaciones de tamaños ángulos, etc. Se puede
empezar por donde se quiera (yo suelo hacerlo por la forma que hay
entre la nariz y el contorno de la mejilla más alejada, porque esa
forma es fácil de ver, como en la Figura 10-21). Las instrucciones
para el dibujo siguen un orden particular, pero se puede seguir el
orden que uno prefiera.

6. Dirija la mirada hacia la forma y espere hasta que pueda verla


claramente. Dibuje los contornos exteriores de la forma. Como ve,
esto le da el contorno de la nariz. Dentro de la forma está el ojo con
una configuración extraña. No dibuje el ojo, sino las formas que
lo rodean. Puede seguir el orden indicado en la Figura 10-22 o
cualquier otro: dibuje la forma de encima del ojo (1), la forma
adyacente a ésta (2), la parte blanca (3) y la forma de debajo del ojo
(4). Trate de no pensar en lo que está dibujando; limítese a dibujar
una forma y luego la adyacente.
Fig. 10-21. Intente ver toda esta zona como una
Fig. 10-22.
forma.

7. A continuación, localice la posición exacta del ojo más


cercano. Observe en el modelo que la esquina interna está sobre la
línea del nivel de los ojos. Fíjese especialmente en la distancia entre
el ojo y el contorno de la nariz: esta distancia es casi siempre igual a
la longitud del ojo (Figura 10-22). El error más corriente que
cometen los principiantes es situar el ojo demasiado cerca de la
nariz. Este error desequilibra todas las demás percepciones y puede
estropear el dibujo. Asegúrese de que ve la anchura del espacio y
dibuje lo que vea.

8. La nariz. Compruebe en el modelo la posición del borde del


orificio nasal, en relación con la esquina interior del ojo. Trace
una línea paralela al eje central (Figura 10-23). No revise esta
percepción. Recuerde que las narices son más grandes de lo que
parecen. Dibuje la forma del orificio, percibiendo las formas de los
espacios que rodean a la nariz.

9. La boca. Calcule su longitud/por ejemplo, en relación con la


longitud de la nariz. Marque en el eje central la posición de la línea de
la boca. Fíjese en donde termina la boca, en relación con la esquina
del ojo (Figura 10-23). Observe la línea central de la boca y dibuje la
curva exacta, tal como la ve. Esta curva es importante para captar la
expresión del modelo. No hable consigo mismo, diciéndose cosas
como «Qué expresión tan simpática» o «qué mirada tan agradable».
Las percepciones visuales están para ser vistas. Si se ve claramente y
se dibuja lo que se ve, la expresión será la correcta. En el modo-D se
responde, pero no con palabras.
Fig. 10-23.

Continuemos: dibuje primero la línea central de la boca en el


lado más cercano de la cara. Complete los bordes superior e inferior
de los labios en este lado, recordando usar una línea ligera, porque
no se trata de bordes o contornos fuertes.

Para dibujar la mitad más alejada de la boca, utilice los espacios


negativos, lo mismo que para el ojo. Dibuje las formas de los
espacios que rodean a la boca, observando la curva de la línea
central.

10. La oreja. Localice su posición a ojo o midiendo, y asegúrese


de colocarla lo bastante atrás. La distancia desde la esquina interior
del ojo al borde posterior de la oreja es aproximadamente igual a la
distancia desde el nivel de los ojos a la barbilla. Si es necesario puede
medirse sobre el modelo para verificar esta relación. Fíjese en donde
quedan el borde superior y el inferior y luego dibuje la oreja
utilizando los espacios negativos que la rodean.

11. Línea del pelo y cabellos. La línea del pelo se dibuja con el
mismo método que empleamos en el retrato de perfil: usando la
frente como espacio negativo que tiene como borde superior la línea
del pelo. Después, observe y dibuje al menos parte del cabello,
indicando sus principales direcciones, textura, zonas oscuras de
separación, etc.
12. El cuello. Observe en el modelo dónde la barbilla, ya
dibujada, da origen al contorno del cuello. ¿Cuál es el ángulo exacto
del cuello con la vertical? Dibuje estos contornos.

Para dibujar el cuello? de la camisa o vestido fíjese en las formas


adyacentes. Como con todas las formas que tienen un simbolismo
fuerte hay que dejar de mirarlas para verlas claramente.

13. Quizás le apetezca darle un poco de sombreado a este


dibujo. Fíjese en las formas de las sombras. Es posible que
encuentre sombras debajo del labio inferior, bajo la barbilla, bajo la
nariz o bajo el párpado inferior. Se puede aplicar un tono ligero con el
lápiz, y después difuminarlo con el dedo. Asegúrese de que el tono y
la forma de las sombras son exactamente como usted los ve. Su
forma se debe a la estructura de los huesos y a la caída de la luz. En
el siguiente capítulo explicaré más ampliamente el empleo de luces y
sombras para aumentar la sensación de tridimensionalidad en el
dibujo.

Ahora que ha leído todas las instrucciones ya está listo para


empezar. Coloque al modelo, siéntese, enmarque la forma, imagine
la forma en el papel, dirija la mirada al espacio negativo. Pronto se
encontrará pasando al modo-D.

Después de terminar: Cuando el dibujo esté terminado


observe que lo mira de manera diferente de como lo miraba mientras
lo estaba haciendo. Una vez acabado, el dibujo se ve de un modo
más crítico, más analítico, notando quizás ligeros errores y
discrepancias entre el dibujo y el modelo. Esto es lo que hacen los
artistas. Al volver a utilizar el modo-I el artista planea los siguientes
movimientos, examina el dibujo con una actitud crítica, prepara las
correcciones necesarias y observa las zonas que necesitan un repaso.
Después, vuelve a tomar el lápiz o el pincel y pasa de nuevo al modo-
D. Este proceso de activación-desactivación se prolonga hasta que la
tarea está terminada; es decir, hasta que el artista decide que ya no
debe seguir trabajando.

Es posible que desee repasar el dibujo en una segunda sesión.


En este caso es imprescindible que lo haga con el modelo delante. Si
empieza a «corregir» el dibujo sin el modelo, la puerta de la
percepción se cerrará de golpe y puede estropear todo el trabajo. En
estos primeros dibujos necesita tener algo real delante.

Antes de pasar a la siguiente lección vuelva a leer las


instrucciones para el retrato en tres cuartos, y realice los ejercicios
10c, 10d y 10e.
AL DIBUJO, DE CABEZA:
LA VISTA FRONTAL
Antes de empezar: Como siempre, lea con atención todas las
instrucciones. Repase las proporciones en el óvalo básico (capítulo 9).
Mire los retratos de la Galería de Estudiantes.

«Si una cierta actividad, tal


como el pintar, se convierte en
el modo habitual de expresión,
el acto de tomar los materiales
de pintura y empezar a trabajar
con ellos puede tener un efecto
sugestivo y evocar el vuelo a
estados superiores.»
Robert Henri
The Art Spirit

Ejercicios complementarios
10c. Copie un dibujo de
algún maestro, representando un
rostro en tres cuartos (ver
Figura 10-24).
10d. Si el dibujo anterior
representaba a una mujer, haga
otro representando a un hombre,
y viceversa.
10c. Disponga dos espejos y
una lámpara, de manera que
pueda ver su propio rostro en
tres cuartos, con la lámpara
creando un fuerte contraste de
luz y sombra en la cara. Dibuje
su autorretrato, sombreando las
partes oscuras (ver página 176).
Sara Clippinger
Fig. 10-24. Copia de un antiguo maestro hecha por una estudiante.

1. Sujete el papel al tablero, coloque al modelo, disponga una


alarma para los descansos, etc., etc. A estas alturas estos
procedimientos preliminares están ya perfectamente asimilados.

2. Enmarque la forma y espere hasta que pueda ver el espacio


negativo y el contorno general de la cabeza como formas. Imagine la
forma sobre el papel en blanco, preparando el paso al modo-D. Haga
un dibujo fantasma para saber dónde irán los rasgos y qué tamaño
tendrán.

3. Sujetando el lápiz vertical con el brazo extendido estime la


inclinación del eje central. Dibuje (muy ligeramente) la línea del nivel
de los ojos. Empiece a dibujar. Ya debe de haber pasado al modo-D.

4. Puede empezar por cualquier parte, pero como de columbre


las instrucciones van en un orden concreto, que usted puede alterar a
voluntad.

5. Sitúe los ojos (note que el espacio entre ambos es igual a la


longitud de un ojo). Vea y dibuje los contornos exactos de cada ojo: a
menudo son diferentes uno de otro. Para percibir los

Contornos más claramente dirija la mirada a la forma que hay


encima del ojo (entre el párpado superior y la ceja) y utilice esta
forma como espacio negativo. Observe la forma exacta de los
párpados, la dirección exacta de las pestañas. No cambie nada, no
revise nada, dibuje sólo lo que vea.

6. La nariz. Mirando al modelo, visualice un triángulo con dos


vértices situados en las esquinas exteriores de los ojos y el tercero en
la punta de la nariz. Este triángulo tiene una forma particular en
cada cara. Imagine el triángulo sobre el dibujo y haga una marca en
el lugar correspondiente a la punta de la nariz. Este es un sistema del
modo-D para percibir correctamente la longitud de la nariz, que a
menudo es un problema para los principiantes. A continuación
observe en el modelo la anchura de las aletas de la nariz, en relación
con las esquinas internas de los ojos.

Observe las luces y sombras que hay en la nariz. En la mayoría


de los casos verá una luz a un lado y una sombra al otro. Si se fija
atentamente verá que estas luces y sombras tienen formas
concretas, provocadas por la caída de la luz sobre la estructura ósea
de cada nariz. Si dibuja la luz o la sombra (escoja una u otra) habrá
descrito la estructura ósea de la nariz. Haga esto dibujando sólo un
lado de la nariz, no los dos.

La mayoría de las personas tienen símbolos muy fuertes y


persistentes para dibujar narices. Dibuje las formas de alrededor de
las aletas y orificios para superar el sistema de símbolos.

7. La boca. Calcule la longitud del labio superior en relación con


(por ejemplo) la longitud de la nariz. Dibuje primero la línea central
de la boca asegurándose de que es perpendicular al eje central. Es
muy fácil torcer la boca, con lo cual se cambia la expresión. Note con
especial cuidado la posición y forma de las esquinas exteriores de la
boca, donde está localizada gran parte de la expresión de un rostro.
Dibuje luego los bordes exteriores de los labios. Puede que el labio
inferior sea sólo una sombra bajo el labio. Mire atentamente al
modelo. Unos labios con contornos fuertes pueden reflejar una
percepción incorrecta, o la sustitución por un símbolo. Es raro que los
contornos de los labios sean marcados; suelen ser sólo un cambio de
color.

8. El cráneo. Mida en el modelo la distancia desde el nivel de tos


ojos al contorno superior del pelo, comparándola con la mitad inferior
de la cara. Haga una marca en el papel para indicar donde está el
límite superior. Esto le ayudará a dibujar correctamente la forma de
la cara.

9. La cara. Observe la distancia desde los rasgos al borde de la


cara. ¿Cuál es la relación con alguna dimensión ya dibujada, como la
del ojo, la nariz o la boca? ¿Qué longitud tiene la barbilla en
comparación con la nariz? Utilizando el dibujo de contorno
modificado, dibuje la forma de la cara.

10. El pelo. Vuelva a observar la forma exterior del pelo y la


forma interior, donde se une a la cara. Fíjese en las principales
direcciones de crecimiento, en los lugares en los que se divide y en su
textura. Se trata de registrar la información suficiente para que quien
vea el dibujo sepa cómo es el pelo. Renuncie a sus símbolos y dibuje
alguna sección complicada del cabello. Asegúrese de estar utilizando
el mismo estilo de línea que empleó para dibujar los rasgos faciales.
Es decir, las líneas no deben cambiar mucho de la cara al pelo. La
cualidad de la línea, la profundidad del tono y el grado de detalle
deben ser consistentes en todo el dibujo. Por ejemplo, si se emplean
líneas fuertes para los rasgos faciales hay que usar líneas igualmente
fuertes para los contornos del cabello. Si la calidad de las líneas es
diferente, fuerte en los rasgos de la cara y ligera en el pelo, el dibujo
no estará unificado.

11. El cuello y los hombros. Asegúrese de que el cuello es lo


bastante ancho comprobando su anchura en relación con la de la
cara. Utilice el espacio negativo para dibujar el cuello del vestido o
camisa. Asegúrese de que los hombros son lo bastante anchos.
Los hombros estrechos son un error corriente de los principiantes.
Compruebe dos veces el espacio negativo por encima del hombro y
pregúntese «¿Dónde está la punta del hombro en relación con el
borde de la cara!»

12. Complete el dibujo sombreando aquellas partes en las que


perciba las formas de las sombras.

Después de terminar: Ahora que ha observado atentamente los


rostros de otros seres humanos entenderá seguramente lo que
quieren decir los artistas cuando afirman que todo rostro es hermoso.

«Cuando se dibuja un rostro,


cualquier rostro, es como si
apartáramos una cortina tras
otra, una máscara tras otra...
hasta que sólo queda una
máscara final, que ya no se
puede quitar ni reducir.
Entonces, el dibujo está
terminado, y el artista sabe
mucho acerca de esa cara, ya
que ningún rostro puede
ocultarse durante mucho
tiempo. Pero aunque nada
escapa a la vista, todo se
perdona de antemano. El ojo no
juzga, ni moraliza, ni critica.
Acepta las máscaras con
gratitud, lo mismo que acepta
que el bambú sea largo y que
los girasoles sean amarillos.»
Frederick Franck
The Zen of Seeing

GALERÍA DE ESTUDIANTES:
Retratos de frente

Al estudiar los retratos de las páginas siguientes, realizados por


mis alumnos, trate de seguir mentalmente el proceso de cada dibujo.
Tome medidas: esto le ayudará a reforzar su habilidad y entrenar la
vista.

MAS ALLÁ DEL RETRATO


Realice los ejercicios 10f, 10g y 10h antes de pasar al capítulo
siguiente, acerca del sombreado, con el que podrá ampliar sus
percepciones.

Ejercicios complementarios

Vea en la Galería de
Estudiantes los ejemplos de
retratos y copias de grandes
maestros.
10f. Busque un dibujo de un
maestro representando una cara
vista de frente y copíelo,
utilizándolo para reforzar su
conocimiento de la proporción,
la utilidad del espacio negativo,
etc. Al copiar el dibujo, fíjese
en que un minúsculo cambio de
dirección o longitud de una
línea puede alterar la expresión
de un rostro. Compruebe todas
las proporciones, midiendo las
partes del dibujo con el lápiz. Si
es necesario, vuelva el dibujo
cabeza abajo para ver mejor las
relaciones.
10g. Si el anterior dibujo
representaba a una mujer,
busque un hombre que se preste
a servir de modelo y dibuje un
retrato de frente, poniéndole al
modelo un sombrero de
cualquier tipo. Si el dibujo
copiado representaba a un
hombre, retrate a una mujer con
sombrero.
10h. Sentado frente a un
espejo, con una lámpara al lado,
dibuje su autorretrato,
observando las formas de las
sombras de la cara.

Georgette Zuleski Ejemplo 10f. John Boomer


Kimberly Leyman
Ejemplo 10c.

Dolores Stewart Urba Dean Bury


M. Shours Bob Jean
Ejemplo 10g. Ejemplo 10h.

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