Árboles Ornamentales Del Valle de Aburra

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ÁRBOLES ORNAMENTALES

en el VALLE DE ABURRÁ
ELEMENTOS DE MANEJO

León Morales S.
Teresita Varón P.
Jorge Alberto Londoño F.
ÁRBOLES ORNAMENTALES EN EL VALLE DE ABURRÁ
ELEMENTOS DE MANEJO

Area Metropolitana del Valle de Aburrá


Subdirección ambiental

Ricardo Smith Quintero


Director

Autores
León Morales Soto, Ing. Forestal M.Sc.
Profesor titular, Universidad Nacional
Teresita Varón Palacio, Ing. Forestal M.Sc.

Fotografía y diseño
Jorge Alberto Londoño Fernández

Preprensa
Especial Prepress

Impresión
Multigráficas Ltda.

ISBN: 958-33-8759-2

Primera edición
Abril de 2006

Medellín, Colombia

Prohibida la reproducción total o parcial


por cualquier medio sin autorización escrita
del Area Metropolitana del Valle de Aburrá.

Caratula - Dormilón - Voch Vochysia ferruginea

Carate - Vismia baccifera subsp. ferruginea


JUNTA METROPOLITANA

SERGIO FAJARDO VALDERRAMA


Alcalde Metropolitano

NELSON DARÍO ESCOBAR MONTOYA


Alcalde Municipal de Barbosa

LUIS FERNANDO ORTÍZ SÁNCHEZ


Alcalde Municipal de Girardota

FRANK ERNESTO MONTOYA ARROYAVE


Alcalde Municipal de Copacabana

OLGA LUCÍA SUÁREZ MIRA


Alcaldesa Municipal de Bello

CARLOS ARTURO BETANCUR CASTAÑO


Alcalde Municipal de Itaguí

CARLOS ALBERTO MUÑOZ MEJÍA


Alcalde Municipal de La Estrella

CARLOS MARIO CUARTAS PALACIO


Alcalde Municipal de Sabaneta

BEATRÍZ EUGENIA GONZÁLEZ VÉLEZ


Alcaldesa Municipal de Caldas

AURA MARLENY ARCILA GIRALDO


Invitada

ALVARO BAENA GIL


Representante de los Concejos Municipales del Valle de Aburrá

PEDRO JUAN GONZÁLEZ CARVAJAL


Representante del Gobernador de Antioquia

RICARDO SMITH QUINTERO


Director Área Metropolitana
CONTENIDO

PRESENTACIÓN

1. ELEMENTOS DE VALORACIÓN, CUIDADO Y MANEJO DEL ÁRBOL

1.1 BENEFICIOS DE LOS ÁRBOLES


1.1.1 Árboles como barreras para dar privacidad
1.1.2 Árboles como barreras para ocultar elementos visuales indeseados
1.1.3 Árboles como barreras contra el ruido
1.1.4 Árboles como barreras contra vientos
1.1.5 Árboles como barreras contra contaminantes
1.1.6 Árboles para evitar reflejos molestos
1.1.7 Árboles para obtener sombra
1.1.8 Árboles para direccionar el tráfico peatonal y vehicular
1.1.9 Beneficios de los árboles en las construcciones
1.1.10 Árboles como sitio de anidación y alimento para la fauna
1.1.11 Árboles en la protección de cuencas hidrográficas
1.1.12 Árboles en la conservación de especies de la flora nativa
1.1.13 Árboles para recuperar o revegetalizar áreas degradadas

1.2 CRITERIOS DE SELECCIÓN DE LAS ESPECIES


1.2.1 Longevidad
1.2.2 Tamaño
1.2.3 Forma
1.2.4 Follaje
1.2.5 Flores
1.2.6 Frutos

1.3 MANEJO DE ÁRBOLES JUVENILES


1.3.1 Sistemas de propagación
Propagación por semillas
Propagación asexual
Producción directa de árboles en el campo
1.3.2 Poda
Herramientas de poda
Tipos de poda
Primeras podas de formación
1.3.3 Establecimiento en el campo
Aclimatación
Transporte
Preparación del sitio
Plantación
Tutorado
Fertilización y riego
Cuidados posteriores
1.4 MANEJO DE ÁRBOLES ADULTOS
1.4.1 Poda
¿Por qué se debe podar?
¿Cómo se debe podar?
¿Cuando se debe podar?
Proceso de cicatrización y compartimentación
Uso de sustancias en el área de corte
Manejo de los residuos de las podas
Empleo de inhibidores de crecimiento
1.4.2 Intervenciones sobre árboles “in situ”
Diferentes tipos de raíces y sus funciones
Destrucción de raíces
Modificaciones en el nivel del terreno
Construcción de jardineras alrededor del árbol
Barreras para contener las raíces
Protección durante la construcción de obras civiles o edificios
Mantenimiento después de la construcción
1.4.3 Trasplante de árboles adultos
Equipo, herramientas y precauciones necesarias
1.4.4 Fertilización
Los fertilizantes
Sistemas de aplicación
1.4.5 Manejo y tratamiento de heridas
1.4.6 Refuerzo de árboles con cables y varillas
1.4.7 Otros cuidados

1.5 CLASIFICACIÓN Y CARACTERIZACIÓN DE LAS ZONAS VERDES URBANAS

2 DESCRIPCIÓN DE LAS ESPECIES


2.1 ARBUSTOS Y ÁRBOLES PEQUEÑOS
2.3 ÁRBOLES MEDIANOS
2.4 ÁRBOLES GRANDES Y MUY GRANDES
2.5 ÁRBOLES POCO COMUNES

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
CUADROS
GLOSARIO
INDICE POR NOMBRE COMÚN
INDICE POR NOMBRE CIENTÍFICO
10
11
1. ELEMENTOS DE VALORACIÓN,
CUIDADO Y MANEJO DEL ÁRBOL
URBANO

PREMISAS AMBIENTALES

Al transformarse las pequeñas villas o aldeas de años atrás en las mega-


ciudades de hoy, todo el ambiente natural cambió. Se pasó de espacios
apacibles y autosuficientes en recursos a ecosistemas antrópicos pro-
fundamente alterados, muy inestables ecológicamente y dependientes
de otras regiones por los recursos que requieren para su funcionamiento.
Ecosistemas donde se da una alta generación de ruido, basuras, conta-
minación de los suelos, las aguas y la atmósfera, y prácticamente ha
desaparecido la flora y la fauna nativas.

De acuerdo con los estimativos, a partir del año 2000 cerca de la mitad
de la población mundial vivirá en las ciudades (Olembo y Rham, 1987);
esta afluencia masiva de personas dificulta la planificación y el desarro-
llo armónico, y genera grandes asentamientos urbanos con deficiencias
en servicios públicos básicos, vías, centros de salud, educación y recrea-
ción y, sobre todo, sin opciones de trabajo dignas. Se establece así un
círculo en el cual se requieren cada vez más y más recursos para tratar
de solucionar problemas agobiantes e inmediatos, y una presión aun
mayor hacia otros ecosistemas, vecinos o circunvecinos, de los cuales
depende la gran ciudad.

Cambiar esta dinámica no es fácil y usualmente desborda la capacidad


de los gobiernos, especialmente por la concepción de ciudad que tiene
un alto porcentaje de las personas que la habitan. Para muchos, su idea
de ciudad no rebasa los estrechos límites de la malla conformada por
las vías y las construcciones civiles. Concepto bastante simplista y con
repercusiones negativas, que en muchos casos conlleva a la destrucción
o subvaloración de los recursos, al desconocer la importancia de los re-
manentes de bosque natural, de las zonas suburbanas cabeceras del río
Aburrá y quebradas afluentes, y de las tierras con producción agrícola,
pecuaria o forestal que brindan bienes y servicios a la ciudad.

Los árboles, sin lugar a dudas, son la forma más agradable, económica y
estable de contrarrestar los impactos negativos que afectan directamen-
te la salud física y mental de los habitantes de una ciudad, y contribuyen
de diversas maneras a dar solución o moderar, al menos, la problemá-
tica ecológica urbana. Para la ciudad-región que se está desarrollando
a lo largo y ancho del Valle de Aburrá, y ante el proceso de construcción
acelerado hacia las zonas periféricas y suburbanas, es necesario hacer
planteamientos oportunos, especialmente relacionados con el manejo y Cresta de gallo - Erythrina crista-galli

13
conservación de los remanentes de vegetación en las laderas oriental y
occidental, por sus aportes ambientales como: moderadores del clima
urbano, y protectores de las cabeceras de las cuencas hidrográficas tan-
to del río Aburrá como de sus afluentes, de la flora y fauna aún presentes,
y de los sitios de interés especial para la educación, la investigación
y la recreación. Las intervenciones que se tengan proyectadas allí con
nuevas construcciones deberán estar guiadas por análisis previos muy
detallados, a fin de evitar daños irreparables a la calidad del sitio apor-
tada por la vegetación; lo cual sería un contrasentido para las personas
que prefieren estos espacios para vivir por el ambiente natural que les
brindan, con una mejor calidad de vida, un mayor valor económico para
sus propiedades y porque les permite alejarse del bullicio y congestión
de otros sitios de la ciudad,

Para abordar el tema ambiental en la ciudad, el tránsito por diferentes


términos y niveles de compromiso corresponde a la percepción, dimen-
sión y entendimiento de los problemas, en la medida que ésta crece
y éstos se hacen más evidentes. Hay diferencias considerables entre
arborización, silvicultura urbana, dasonomía urbana y ecología urbana
que es necesario considerar en procura de soluciones permanentes que
posibiliten hacer de las ciudades ecosistemas estables y viables.

La arborización ha sido entendida generalmente como la producción


masiva de algunas especies de árboles y arbustos y su establecimiento
a lo largo de vías y antejardines, muchas veces sin criterios bien defi-
nidos para su selección y desconociendo su función, comportamiento y
desarrollo en el ambiente urbano. Entendida así, es una visión muy pobre
para abordar una problemática tan compleja como la que se presenta en
las ciudades.

La silvicultura urbana entendida como la práctica del cultivo de los


bosques en las ciudades, usualmente desconoce aspectos sociales, eco-
nómicos, políticos y legales importantes para una administración ade-
cuada de los recursos forestales urbanos; puede pensarse, entonces,
que este término también se queda corto para conceptualizar y abordar
el problema ambiental en la ciudad.

La dasonomía urbana es una rama de la dasonomía, saber a través del


cual se realiza un manejo científico de los bosques, que incluye su desa-
rrollo, cuidado y rendimiento sostenido; conceptos desconocidos o poco
aplicados en nuestro medio, situación que ha generado una destrucción
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irracional de muchos recursos o una subvaloración de los mismos. La
dasonomía urbana, a través de la teoría y la práctica, busca administrar y
manejar los recursos forestales, especialmente los árboles, tanto al inte-
rior como alrededor de los núcleos urbanos, en aspectos que tienen que
ver con el agua, los suelos, el clima, el paisaje, la fauna y la recreación
entre otros, de tal manera que contribuyan al bienestar físico y psicoló-
gico de sus habitantes; como se puede ver, se trata de una concepción
más integral de la problemática ambiental de las grandes urbes y se
aproxima al concepto de ecosistema forestal con sus componentes bió-
ticos, abióticos y sus complejos ciclos de energía, que procura ciudades
estables, autosuficientes y ecológicamente viables.

Para el transeúnte desprevenido, los municipios del Valle de Aburrá pre-


sentan una arborización abundante y diversa, visualmente atractiva; pero,
cuando se analiza con detalle, se observa que un alto porcentaje de los
árboles y arbustos están mal establecidos, que no se ha tenido suficiente
criterio para su selección, que no tienen el espacio necesario para su de-
sarrollo y deben competir con líneas de energía, otros servicios públicos
y construcciones; por otra parte, las podas mal realizadas han generado,
además de un deterioro estético irreversible, procesos de pudrición, y las
intervenciones que se realizan con obras civiles usualmente mutilan o
lesionan tejidos importantes, produciendo el deterioro de los árboles y/o
su muerte. Además, no hay una distribución equitativa de la arborización,
mientras algunos lugares de la ciudad tienen parques y una arborización
adecuada, o a veces hasta sobredimensionada, otros carecen casi por
completo de ella, siendo precisamente en estos barrios, por su condición
de marginalidad y pobreza, donde más se requieren ambientes amables
que ayuden a disminuir la agresión, las sensaciones de apiñamiento y
congestión que dan las mismas edificaciones; es decir que contribuyan
a mejorar la salud física y mental de sus habitantes.

Educar en todos los aspectos relacionados con el manejo de los árboles


urbanos es un proceso que conlleva varios pasos, algunos de ellos ya
iniciados cuando se enseña a reconocerlos a través de publicaciones
específicas, como el libro Árboles del Valle de Aburrá realizado con apo-
yo del Área Metropolitana del Valle de Aburrá en 1998. Ahora, con esta
nueva publicación, se pretende aportar la información suficiente para un
cuidado y manejo acertado de los árboles desde la visión de la dasono-
mía urbana.

15
LA CIUDAD COMO ECOSISTEMA

En condiciones naturales, un ecosistema se entiende como una unidad


funcional básica constituida por comunidades de poblaciones de dife-
rentes especies, microorganismos, flora y fauna, que se relacionan en
conjunto con el suelo, el agua, el clima y los demás elementos de la natu-
raleza. Sus ciclos energéticos están en equilibrio entre lo que producen y
lo que consumen, por lo que se denominan autótrofos. Una ciudad es un
ecosistema profundamente alterado, dependiente de otros ecosistemas
por los recursos que requiere para su funcionamiento, es decir, es hete-
rótrofo; puesto que presenta un marcado desequilibrio entre la energía
que consume y la que produce, y, a su vez, es generador de grandes
cantidades de contaminantes que van a los suelos, a las aguas, a los
alimentos y al aire.

Como anota Bettini (1998), en las ciudades, como están planteadas, no


son posibles los procesos de auto depuración y regeneración de recur-
sos, salvo en el marco de un territorio que estimule el retorno del bosque
a la ciudad y un difuso sistema de fitodepuradores que sustituya los
sistemas clásicos de tratamiento, que hasta ahora lo único que hacen es
transferir los contaminantes concentrados de un lugar a otro. Una ciudad
sólo podrá considerarse un ecosistema completo si se incluyen en él los
ambientes de entrada y salida. Los problemas ambientales urbanos son,
sobre todo, los relacionados con la falta de administración de los ciclos
energéticos y por lo tanto, con la perpetuación de la ciudad como un sis-
tema altamente disipador. Para Rueda (1994), los ecosistemas urbanos
pueden describirse en términos de variables interconectadas y para cada
variable existe un nivel superior o inferior de tolerancia, más allá de los
cuales se produce necesariamente la incomodidad, la patología y la dis-
función del sistema. Dentro de esos límites la variable puede modificarse
para lograr su adaptación. Cuando la variable está cercana a su límite
de tolerancia superior o inferior el sistema se encuentra “tensionado” o
carente de flexibilidad, pero, como todas las variables están interrelacio-
nadas, todo el sistema entra en tensión. Afirma el autor que, de manera
amplia, muchas de las disfunciones de la ciudad actual son el resultado
del proceso de agotamiento de la flexibilidad en las respuestas.

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EL VALLE DE ABURRÁ

Desde el punto de vista geológico y por su génesis, el Valle de Aburrá se


considera como una profunda depresión en la mitad de una gran planicie
que va desde los municipios de Entrerríos y Santa Rosa de Osos hasta
el altiplano del oriente cercano en Guarne, Rionegro, La Ceja y El Retiro;
depresión que se originó por la erosión remontante del río Aburrá, de la
parte baja hacia su cabecera en el Alto de San Miguel. Se trata de un
valle estrecho de amplitud variable y cerca de 60 km de largo; en él se
asientan, de sur a norte, los municipios de Caldas, La Estrella, Sabaneta,
Envigado, Itagüi, Medellín, Bello, Copacabana, Girardota y Barbosa. La
altura sobre el nivel del mar de estas poblaciones fluctúa entre los 1300
m en la cabecera municipal de Barbosa y los 1775 m en la cabecera de
La Estrella, pero las jurisdicciones municipales en las laderas del Valle
alcanzan aproximadamente hasta los 2800 m.

Lo anterior le imprime a la región condiciones climáticas e intervencio-


nes antrópicas diferentes, que es necesario tener en cuenta en aspectos
relacionados con las especies de árboles y arbustos que se deben produ-
cir, manejar y proteger. La producción y plantación masiva de las mismas
especies para todos los municipios no sólo conlleva a cometer errores
en la selección, sino a desconocer otras especies autóctonas de cada
una de las diferentes condiciones ambientales, con mayor adaptación,
importancia ecológica y belleza; por ejemplo, en el municipio de Caldas
son poco utilizados, pero se adaptan perfectamente bien, el Siete cueros
(Tibouchina lepidota), la Majaguilla (Hampea thespesioides) y el Cabo de
hacha (Rhamnus guodotiana), de gran belleza por su floración o follaje,
de carácter arbustivo y tolerantes a la plena exposición solar. En el mu-
nicipio de Barbosa, con condiciones más cálidas, el Dormilón (Vochysia
ferruginea), el Tabaidá (Miconia serrulata) y el Noro (Byrsonima cumin-
giana) se encuentran en forma natural en los alrededores y deberían ser
parte de la arborización de la zona, dadas sus ventajas comparativas
con respecto a otras especies utilizadas regularmente. Esto sólo para
citar unas pocas especies, pues el potencial es enorme dada nuestra
privilegiada biodiversidad.

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1.1 BENEFICIOS DE LOS ÁRBOLES

Los árboles, aunque brindan muchos beneficios, son por lo general poco
valorados y sobre ellos se realizan intervenciones bastante drásticas. En
los espacios urbanos, como ecosistemas profundamente alterados, son
fundamentales. Para muchas personas la belleza de un árbol es el crite-
rio dominante para su selección pero, si bien esta característica es muy
impactante, otros aspectos pueden ser, y de hecho son, más relevantes
para elegir una especie en particular. No es posible imaginar una ciudad
amable sin árboles; sus aportes se dan en múltiples formas: Los árboles
y arbustos bien seleccionados, plantados y cuidados sirven como barre-
ras visuales, contra el ruido, los contaminantes y los vientos molestos;
para dar privacidad, ocultar elementos visuales indeseados, evitar refle-
jos molestos, direccionar el tráfico peatonal y vehicular, resaltar paisajes,
obras de arte y edificios; para dar idea de volumen en construcciones,
articular edificaciones distantes; como sitio de anidación y alimento para
la fauna; para proteger cuencas hidrográficas municipales, conservar es-
pecies de la flora nativa y recuperar o revegetalizar áreas degradadas.

1.1.1 ÁRBOLES COMO BARRERAS PARA DAR PRIVACIDAD


La privacidad, como un derecho fundamental, parece haberse perdido en
estas aglomeraciones urbanas. El registro permanente de nuestros sitios
de vivienda, trabajo o descanso por parte de peatones y vehículos genera
incomodidades y conflictos. Algunas especies de árboles y arbustos, por
su forma, tamaño, densidad y permanencia del follaje pueden utilizarse
para conformar barreras que contribuyan a eliminar o contrarrestar el
problema. Muchas urbanizaciones de la ciudad valoran este aporte de
los árboles y crean estas barreras que producen una sensación de natu-
raleza inmediata en las viviendas, lo que permite eliminar o limitar el uso
de cortinas y disfrutar mayor espacio, aire y luz natural.

1.1.2 ÁRBOLES COMO BARRERAS PARA OCULTAR ELEMENTOS


VISUALES INDESEADOS
La dinámica de las ciudades genera una serie de construcciones, des-
perdicios, o materiales en desuso que afean el entorno, generan malos
olores o favorecen la proliferación de animales indeseables como ratas,
moscas, zancudos, etc. Entre los obstáculos arquitectónicos encontra-
mos muros largos y monótonos en fábricas, chimeneas, postes, torres
de energía, basureros, quebradas o ríos contaminados, chatarrerías, bo-
taderos de escombros, canteras y tránsito de vehículos. La utilización de
árboles y arbustos es una opción acertada para conformar barreras que
oculten esos elementos visuales desagradables. Al tratarse de una apli-
cación tan específica, las especies deben reunir algunas características
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como: no ser caducifolias, tener un follaje denso, un crecimiento rápido
o medio, y en lo posible, que sus hojas y/o flores produzcan aromas
que maticen los olores desagradables generados en los espacios que se
quieren ocultar.

1.1.3 ÁRBOLES COMO BARRERAS CONTRA EL RUIDO


El ruido, definido como un sonido molesto, ha sido considerado un con-
taminante invisible; esta percepción lleva a ignorarlo, menospreciarlo y
a generar un exceso de permisividad hacia las diferentes fuentes emi-
soras. Por supuesto se trata de un concepto bastante erróneo por las
implicaciones que tiene sobre la salud física y mental de los habitantes,
la alteración de actividades educativas, hospitalarias, de trabajo y des-
canso en general, y la desvalorización de las propiedades.

La frecuencia del sonido se mide en ciclos por segundo (CPS) y su inten-


sidad en decibeles (dB); el oído humano puede captar el sonido entre 30
y 20000 CPS y de 0 a 120 dB; pero el nivel óptimo para el oído humano
oscila entre 15 y 30 dB, a partir de 60 dB se empiezan a generar proble-
mas en la salud. El sonido se desplaza en forma de ondas, su propaga-
ción está condicionada por la frecuencia, la composición y localización
de la fuente emisora, también está relacionada con la topografía del te-
rreno, la vegetación sobre la cual circula y, por supuesto, las condiciones
atmosféricas, principalmente la velocidad del viento y la temperatura.

En las ciudades modernas el ruido “normal” diario se calcula entre 80 y


100 dB, cifra muy elevada que las caracteriza como sitios muy ruidosos.
Es muy difícil eliminar el ruido pero es posible y necesario minimizarlo.
Las siguientes cifras dan una idea del ruido que se genera con las activi-
dades cotidianas, muchas de ellas en una ciudad moderna:

10 dB la respiración de una persona.


50 dB los sonidos que se escuchan en un parque o lugar tranquilo.
60 dB los sonidos de una conversación normal entre dos personas.
70 dB son ocasionados en una calle de tráfico tranquilo.
80 dB es el ruido ocasionado por una aspiradora.
100 dB es el sonido de un silbato de tren dentro de un túnel.
140 dB es el sonido del despegue de un jet.

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En relación con el ruido es conveniente recordar que la escala para medir
su intensidad es logarítmica y que por cada seis dB de aumento, la inten-
sidad con la que llega el ruido a nuestros oídos se duplica.

Efectos del ruido sobre la salud humana


Las reacciones más inmediatas de nuestro organismo al ruido son: di-
latación de las pupilas, contracción de los músculos (se ponen tensos,
sensibles y causan dolor, en especial los del cuello y la espalda), taqui-
cardias, movimiento acelerado de los párpados (se cierran una y otra
vez), agitación respiratoria y disminución de la secreción gástrica que
dificulta la digestión, además menor irrigación sanguínea y mayor acti-
vidad muscular.

Los efectos del ruido en la salud pueden ser fisicopatológicos, psicoló-


gicos y lesivos.

“Los efectos fisicopatológicos se empiezan a manifestar con ruidos


que superan los 60 dB y afectan físicamente al organismo en funciones
como aceleración de la respiración y el pulso, aumento de la presión
arterial, disminución del peristaltismo digestivo (ocasiona gastritis o co-
litis), problemas neuromusculares (ocasionan dolor y falta de coordina-
ción), disminución de la visión nocturna, aumento de la fatiga y dificultad
para dormir, entre otros.

Un ruido excesivo y constante tiene efectos psicológicos porque dis-


minuye la concentración, la efectividad en el trabajo y la productivi-
dad, y aumenta la frecuencia de accidentes laborales, la irritabilidad
y los estados histéricos y neuróticos. El ruido excesivo también afecta
las relaciones sociales pues las personas suelen reaccionar agresiva-
mente cuando se perturba su tranquilidad. Al aumentar el volumen de
la voz la conversación cambia de tono y muchas veces de sentido”. (ojo poner cita)
En relación con los efectos lesivos, el ruido ocasiona daños orgánicos:
una persona expuesta a más de dos horas diarias a un ruido excesivo
sufre lesiones de mayor o menor gravedad en el oído. Inicialmente los
daños pueden recuperarse en diez días, pero con una exposición más
prolongada las lesiones son irreparables y la sordera se va desarrollando
de forma crónica y permanente. El oído puede tardar alrededor de treinta
y seis horas en recuperar su sensibilidad auditiva normal después de
estar sometido una noche de música estridente en una discoteca. En
enfermos con problemas cardiovasculares, con arteriosclerosis o pro-
blemas coronarios, los ruidos fuertes y súbitos pueden llegar a causar
21
un infarto, y en los enfermos de diabetes pueden ocasionar estados de
coma y hasta la muerte, por el aumento en el nivel de azúcar.

El ruido se puede contrarrestar desde la fuente emisora hasta el recep-


tor de dos maneras. La primera se relaciona con la distancia: a mayor
distancia menos perceptible será el ruido, y la segunda se refiere a la in-
terposición de objetos o barreras que lo absorben, lo desvíen, lo reflejen
o lo refracten. La absorción se da cuando un objeto recibe las ondas del
sonido, las atrapa y las convierte en otras formas de energía y en algunas
ocasiones en calor. La desviación se presenta cuando el sonido choca
contra objetos que están en su trayectoria y hacen que cambie de di-
rección. La reflexión hace que el sonido regrese o rebote hacia la fuente
emisora. Y la refracción se relaciona con la disipación, difusión y disper-
sión de la energía acústica cuando choca con una superficie rugosa.

Es posible construir barreras con diferentes materiales para atenuar el


ruido. Los árboles tienen ventajas comparativas por su belleza, aporte
a la frescura del lugar e influencia en el clima local, especialmente al
moderar la temperatura y la velocidad del viento. El efecto de los árboles
sobre la temperatura del aire se puede aprovechar al diseñar las barreras
de acuerdo a la fuente emisora, teniendo en cuenta que cuando la at-
mósfera está fría, por ejemplo en la noche, las ondas sonoras se dirigen
hacia el suelo, en este caso se pueden interceptar con árboles de porte
más bajo, y cuando está caliente lo hacen lejos de la superficie, en cuyo
caso los árboles deben ser de mayor porte.

La disminución del ruido por medio de barreras de árboles está condicio-


nada por muchos elementos que deben tenerse en cuenta, pues un mal
diseño puede ser contraproducente al objetivo deseado. Su efectividad
depende principalmente de las especies seleccionadas, su ubicación, la
forma, la altura, la combinación que se haga de estas variables, y por
supuesto del diseño de las vías cuando el ruido lo genera el tráfico auto-
motor (Grey y Deneke, 1986).

Estudios en otras regiones del mundo afirman, en general, que una zona
residencial puede protegerse efectivamente del ruido de los carros con
una barrera de arbustos y una de árboles más grandes de seis metros
de ancho y recomiendan en lo posible conservar una distancia de 30 m
entre la barrera y la zona protegida.

22
Para reducir el ruido del tráfico vehicular en zonas urbanas se pueden
conformar barreras de árboles y arbustos de 6 a 16 m de ancho a una
distancia equivalente de la vía, o una hilera de arbustos entre 2 y 2.5 m
de altura cerca de la calle y a continuación una hilera de árboles de 4.5 a
10 m de altura; se debe conformar la barrera lo más densa posible y ubi-
carla cercana a la fuente emisora, no tanto al área que se desea proteger
(Rivas, 2000). Donde el ruido sea permanente, se recomienda utilizar es-
pecies de árboles y arbustos no caducifolios. Una barrera bien conforma-
da puede reducir el ruido entre 8 y 12 dB (Cook y Van Haverbeke, 1971).

1.1.4 ÁRBOLES COMO BARRERA CONTRA VIENTOS


Cuando el viento sobrepasa ciertos límites de velocidad e intensidad se
convierte en un elemento perturbador de muchas actividades, en vías,
senderos peatonales, oficinas y parques recreativos, especialmente en
las zonas de piscinas o toboganes, canchas de básquetbol, voleibol y
tenis, entre otros, hasta el punto de limitar en muchos casos las horas de
utilización de estos espacios. Puede además transportar grandes canti-
dades de partículas provenientes de canteras, zonas desérticas, moli-
nos y de la combustión de vehículos automotores, afectando la salud y
el bienestar de las personas. Una barrera bien establecida con árboles
puede contribuir en forma positiva a contrarrestar o mitigar estos incon-
venientes.

El viento se desplaza en forma laminar y turbulenta: en la primera fluye


en capas, una sobre otra; en la segunda, las masas de aire van en la
misma dirección pero con un patrón aleatorio. Esta turbulencia está con-
trolada por disturbios en la corriente y las rugosidades de las superficies
sobre las cuales fluye. Las diferencias de velocidad y presión originan
áreas más protegidas detrás de las barreras: usualmente el lado de sota-
vento de la barrera está más protegido y el área de protección aumenta
al disminuir la velocidad del viento.

Los árboles y arbustos pueden ayudar a controlar el viento principal-


mente por obstrucción y desviación. La obstrucción ayuda a disminuir
su velocidad, la desviación busca dirigirlo en otra dirección. Este aspecto
es relevante en grandes planicies, en las cuales es necesario conformar
barreras perpendiculares a la dirección del viento.

La efectividad de las barreras depende de varios factores, entre ellos el


ancho y la ubicación de las mismas, la altura de los árboles y la densidad
de su follaje.
23
El ancho de la barrera tiene poco efecto en la reducción de la velocidad
del viento, sin embargo si esta es ancha se favorece el microclima en el
área de la cortina. La densidad del follaje desempeña un papel impor-
tante. La combinación óptima entre follajes densos y menos densos se
estima entre un 50 y 60% (Rivas, 2000).

Como ilustran las imágenes, existe una relación entre la altura de la ba-
rrera y su efectividad. La protección de una barrera es excelente hasta
diez veces su altura en distancia horizontal; entre diez y veinte veces se
considera que el efecto es bueno, entre veinte y treinta veces el efecto es
h altura de la barrera regular y a distancias mayores la protección es muy pobre.
30 h / regular

20 h / buena

10 h / excelente

Al reducir la velocidad del viento los árboles crean zonas protegidas tanto
en sotavento como en barlovento (de donde viene y hacia donde va),
y hacen que las temperaturas permanezcan altas en éstas áreas. Los
árboles conforman zonas aislantes que evitan pérdidas de calor debido
al viento, ventaja que se aprovecha en las zonas frías de los hemisferios
norte y sur para contrarrestar el frío intenso de los inviernos y ahorrar
energía. En los trópicos el principal efecto del viento al pasar a través de
la vegetación es la frescura que genera a los espacios.

Para esta aplicación específica son ideales los árboles con follajes den-
sos, no caducifolios o con periodos de defoliación muy cortos, con buena
resistencia en ramas y tronco para que no se revienten con facilidad; por
ejemplo el Mango (Mangifera indica), el Biscofia (Bischofia javanica), el
Madroño (Garcinia madruno), el Cartagüeno (Guarea guidonia), la Maja-
gua (Hibiscus elatus) y el Magnolio (Magnolia grandiflora).

1.1.5 ÁRBOLES COMO BARRERAS CONTRA LOS CONTAMINANTES


Tanto en forma natural como por actividades humanas se generan sus-
tancias en forma de gases o partículas que van a la atmósfera (ver cua-
dro siguiente). Se estima que cerca del 85% del aire que requerimos
para la vida se encuentra en una delgada capa de 15 km de espesor
denominada troposfera. La contaminación atmosférica se expresa en
términos de concentración en microgramos del contaminante por metro
cúbico de aire (µg/m3), o en partes por millón (ppm) para los gases. Estas
sustancias se consideran contaminantes cuando alteran la calidad del
aire e implican riesgos, daños o molestias a las personas o bienes.

La lista de contaminantes liberados a la atmósfera en las ciudades es aún


mayor; de algunos no se conocen sus efectos sobre la salud, de otros se
24
Principales compuestos atmosféricos
procedentes tanto de algunos fenómenos
naturales como de las diversas actividades
considera que están en concentraciones no nocivas. Los más estudiados humanas.
por sus efectos negativos sobre la salud, así como sobre obras de arte,
edificios, etc., son el CO (monóxido de carbono), CO2 (dióxido de carbo- Hidrocarburos
no), SO (monóxido de azufre), SO2 (dióxido de azufre), NO (óxido nítrico), Alquenos
NO2 (dióxido de nitrógeno), N2O (óxido nitroso), O3 (ozono troposférico) y etileno C2H4
propano C3H8
las partículas en suspensión. Alcanos
metano CH4
El CO es un gas inflamable, incoloro e insípido; es el contaminante que etano C2H6
se emite en mayor cantidad a la atmósfera por la actividad humana. Se Alquinos
produce por la combustión de cualquier tipo de carburante. El CO reac- acetileno C2H2
ciona con la hemoglobina de la sangre y desplaza el oxígeno, reduciendo Aromáticos
la capacidad para oxigenar las células y tejidos; sus efectos negativos tolueno C7H8
son más notorios en personas con problemas de corazón, respiratorios
óxidos de Nitrógeno
y circulatorios. El CO2 se forma a partir del CO en combinación con el oxido nítrico NO
oxígeno atmosférico, aunque no es tóxico contribuye al efecto inverna- dióxido de nitrógeno NO2
dero y al calentamiento global. El SO y el SO2 son conocidos en conjunto acido nitroso HNO2
como SOx u óxidos de azufre. El SO2 es un gas incoloro y no inflamable acido nítrico HNO3
que en combinación con el agua de la atmósfera forma la lluvia ácida; trióxido de nitrógeno NO3
se estructura a partir de la utilización del carbón o petróleo en los proce- nitrato de amonio NH4NO3
sos industriales, centrales térmicas y tráfico automotor; a partir de 250
Radicales libres
µg/m3 afecta el sistema respiratorio de los niños y por encima de 500
oxígeno atómico O
µg/m3 el de los adultos. Con el cambio a otras fuentes de energía, espe- hidrógeno atómico H
cialmente en calderas y sistemas de calefacción, su presencia empieza hidroxilos OH
a disminuir. El NO es un gas tóxico e incoloro que reacciona con el ozono hidroperoxidos H2O2
para formar NO2 y contribuye a la formación del denominado “smog”.
Estos contaminantes aparecen por la presencia de nitrógeno en el aire óxidos de azufre
procedente de procesos industriales y por el empleo de combustibles monóxido de azufre SO
para motores; sus efectos sobre la salud están relacionados con daños dióxido de azufre SO2
trióxido de azufre SO3
en los pulmones y el sistema respiratorio. El NO2 es un gas fuertemente
acido sulfúrico H2SO4
tóxico de color pardo rojizo, tiene importancia también en la formación
de la lluvia ácida. El ozono terrestre o troposférico es un contaminante hidrocarburos oxigenados
que se sintetiza a partir de otros compuestos en presencia de la luz solar, Aldehídos
entre los principales precursores se encuentran los NOx y los compuestos formaldehído HCHO
orgánicos volátiles; es parte del “smog” de las grandes ciudades; produ- acetaldehído CH3CHO
ce problemas respiratorios, asma, irritación en los ojos, congestión nasal,
puede dañar la vegetación en general y por su poder corrosivo, afecta ácidos
acido fórmico HCOOH
prácticamente cualquier material sobre la superficie. acido acético CH3COOH

Las partículas en suspensión son otro tipo de contaminación del aire. De oxidantes
éstas son especialmente importantes las de tamaño muy pequeño que Peroxinitrato de acetilo PAN
no se depositan rápidamente sobre la superficie y que son movilizadas ozono O3

25
con facilidad por el viento o la lluvia. Las menores de 10 micras, conoci-
das como PM10, y las menores de 2.5 o PM2.5, son las más estudiadas
por sus efectos sobre la salud; generan irritación en las vías respirato-
rias, especialmente en la nariz y en la garganta, daño en los pulmones,
bronquitis, reducen la visibilidad, y al depositarse afectan los procesos
fotosintéticos de la vegetación, ensucian y decoloran edificios, obras de
arte, mobiliario y ropa en general. Se producen a partir de procesos in-
dustriales, combustión de carburantes, productos agrícolas, calles sin
pavimentar, canteras, molinos y movimientos de tierra en construccio-
nes, entre otros.

Aún no existe consenso entre los investigadores sobre el papel que cum-
plen los árboles en el control de los contaminantes atmosféricos, pero
es claro que su efecto está relacionado con la oxigenación, disolución y
absorción. Las plantas, por medio de la fotosíntesis, producen oxígeno y
cuando el aire fluye a través de ellas se dan los procesos de oxigenación
y disolución que contribuyen a disminuir la contaminación a niveles que
no ofrecen peligro.

Los árboles a través de la absorción tienen también un efecto positivo


en la reducción de los contaminantes gaseosos, especialmente de SO2 y
NO2. Estudios en zonas forestales de los Estados Unidos contaminadas
con O3 demostraron que la vegetación podría absorber cerca del 80%
del contaminante en una concentración de 150 ppm por periodos de
ocho horas. En Rusia, otro estudio demostró que una barrera de 500 m
de ancho alrededor de las fábricas podría reducir las concentraciones de
SO2 en un 70% y las de NO en un 67%. Otros contaminantes como el CO
son poco absorbidos a pesar de representar cerca de la mitad del peso
de los contaminantes liberados a la atmósfera.

El principal factor dispersor de contaminantes atmosféricos es el mo-


vimiento del aire; es así como los árboles desempeñan un papel im-
portante al producir turbulencia en el viento. La conformación de una
barrera para el control de contaminantes en el aire se debe establecer
perpendicular a los vientos dominantes, debe ser concéntrica alrededor
de la fuente emisora y combinar especies más abiertas y permeables al
paso del viento con otras más densas; las especies con texturas rugosas
y pubescentes tienen mejor retención que las lisas; si son caducifolias,
al caer el follaje arrastran consigo los contaminantes retenidos hacia el
suelo; en este caso es conveniente que la defoliación sea por periodos
cortos para obtener un mejor efecto. La textura de troncos, ramas y hojas
26
contribuyen en mayor grado a reducir la contaminación al retener par-
tículas suspendidas en el aire como polvo, cenizas, arena, polen, humo,
las cuales serán lavadas por la lluvia hacia el suelo.

1.1.6 ÁRBOLES PARA EVITAR LOS REFLEJOS MOLESTOS


Los reflejos que se generan en las vías, lagos, ríos, vidrios de edificacio-
nes, láminas de metal o por las luces de los vehículos, además de mo-
lestos, pueden ser peligrosos al deslumbrar a los conductores y peatones
e impedir la visibilidad. Muchas construcciones ubicadas cerca a lagos,
represas o alguna fuente de agua tienen reflejos especialmente en las
horas del amanecer o del atardecer, por el ángulo de incidencia de los
rayos solares. Sin necesidad de ocultar el paisaje, un grupo de arbustos
o árboles, según la topografía, puede ser suficiente para eliminar el pro-
blema y complementar la belleza del sitio con los beneficios que aporta
la vegetación.

Las viviendas ubicadas al frente de cruces de vías, intersecciones viales


en T, entradas a urbanizaciones, entre otros, generalmente están some-
tidas al reflejo de las luces de los vehículos; la incomodidad que esto
genera puede ser contrarrestada con árboles y arbustos.

En las vías estos reflejos son especialmente peligrosos al deslumbrar


tanto a peatones como a conductores, lo que incrementa la probabilidad
de accidentes. Cuando el terreno lo permita, el establecimiento de ár-
boles que ayuden a contrarrestarlos debe ser parte del diseño de la vía.
Este factor adverso es bastante común en diferentes vías del país no sólo
por la topografía sino por los materiales de construcción, especialmente
concreto. La conformación de “túneles” con vegetación hacen más se-
gura la vía; la vegetación no debe ser discontinua para evitar el cambio
permanente de luminosidad a la cual es sometido el ojo del conductor y
no generar cansancio visual; las especies deben ser resistentes al viento
para minimizar caídas de ramas o aún de árboles, tener una densidad
de follaje media que permita una luminosidad adecuada, no ser cadu-
cifolias, no presentar frutos grandes, pesados y leñosos ni floraciones
abundantes, ya que pueden ser un peligro para ciclistas y motociclistas
al generar superficies resbaladizas.

1.1.7 ÁRBOLES PARA OBTENER SOMBRA


De los beneficios de los árboles, la sombra y la belleza son, tal vez, los
más tangibles para la mayoría de las personas y por supuesto los más
apreciados. Las ciudades se convierten en “islas de calor” debido a la
27
gran cantidad de materiales, estructuras y condiciones del terreno que
absorben y retienen la radiación solar. El comportamiento del calor varia
de acuerdo con la altura de los edificios, el ancho de las calles, la presen-
cia o no de árboles, ríos o quebradas; cada espacio genera su microclima
y tiene un efecto especial sobre los habitantes. El tránsito, bien sea pea-
tonal o vehicular, los parqueaderos y lugares de espectáculos públicos
son mucho más agradables cuando tienen sombra, especialmente si la
proporcionan los árboles, por su frescura, color y ambiente natural; as-
pecto aún más relevante en los sitios de clima cálido donde la sombra se
convierte en una necesidad.

Los árboles moderan simultáneamente la temperatura y la humedad re-


HUMEDAD

lativa, la primera disminuye de la parte alta hacia abajo, mientras que


TEMPERATURA

la segunda aumenta en este mismo sentido; por esto para las personas
que transitan bajo la sombra de los árboles la temperatura es menor y
la frescura mayor.

El efecto de los árboles en este sentido es tal que los siguientes datos
parciales registrados por los autores de esta publicación, con dos equi-
pos Data Logger Licor, simultáneamente, uno a plena exposición solar en
una cancha de básquetbol y otro bajo cobertura arbórea conformada por
un mango, un guayabo, un eucalipto y guadua, dan una idea de ello.

Temperatura y humedad relativa bajo diferentes condiciones de ex-


posición solar

A plena exposición solar Bajo sombra


Hora Radiación T˚ aire T˚ suelo Radiación T˚ aire T˚ suelo
11:40 1242 26.33 29.46 24.52 23.80 20.30
11:50 913.5 25.76 28.74 24.73 23.52 20.26
12:00 701.0 26.35 28.99 25.18 23.53 20.25

Nota: Estos equipos registran radiación, temperatura (T ºC) del aire y tempera-
tura (T ºC) del suelo.

Para determinar la diferencia de temperatura con sombra de un árbol y


sin ella, se estacionó un automóvil con los vidrios cerrados en un par-
queadero con piso de concreto, a pleno sol; se colocaron dos termóme-
tros simultáneamente, uno dentro del auto y otro bajo un árbol de mango
cercano, de cuatro metros de altura y seis metros de diámetro de copa.
28
Las observaciones se iniciaron a la 1:20 p.m. durante una hora y media;
al final, el termómetro dentro del vehículo marcaba 48°C y debajo del ár-
bol la temperatura era de 28°C. Estos datos muestran el efecto marcado
de lo árboles como moderadores de la radiación solar y proveedores de
frescura.

Varias especies de árboles se emplean para dar sombra en parqueade-


ros, pero se debe tener presente que algunas sustancias liberadas por
el árbol, frutos o animales, aves e insectos frecuentes en esas especies,
manchan la pintura del vehículo, y las especies caducifolias de follaje
menudo taponan los ductos de desagüe. Los árboles con frutos leñosos
y pesados o de ramas quebradizas también tienen limitaciones porque
pueden causar daños al caer.

1.1.8 ÁRBOLES PARA DIRECCIONAR EL TRÁFICO PEATONAL Y VEHI-


CULAR
Dentro de la organización y armonía que se debe procurar en todas las
actividades que se desarrollan en una ciudad moderna, el tráfico de
personas y vehículos tiene un especial significado por las implicacio-
nes sobre la seguridad, agilidad en los desplazamientos, generación de
conflictos y estrés. Los árboles bien ubicados contribuyen a direccionar
tanto a peatones como a conductores y generan ambientes más segu-
ros, amables, frescos y bonitos. Los senderos peatonales deben estar
muy bien diseñados y acordes con la forma como quieren desplazarse
los peatones, así se evitarán los atajos que en ocasiones las personas
buscan, destruyendo muchas veces las zonas verdes.

1.1.9 BENEFICIOS DE LOS ÁRBOLES EN LAS CONSTRUCCIONES


Los árboles son los grandes valorizadores de las construcciones. Se
estima que un área residencial bien arborizada puede alcanzar cerca
de un 20% más de valor que otra sin vegetación. Los árboles articulan
edificios o construcciones distantes; permiten definir espacios y darles
privacidad; complementan el diseño arquitectónico a través de sus for-
mas, texturas y colores, aporte que es dinámico en el tiempo con los
cambios de follaje, floración o fructificación; matizan espacios de poco
interés o belleza; dan idea de volumen; permiten resaltar obras de arte,
esculturas, etc., y además son barreras que contribuyen a un ambiente
más sano y a una mejor calidad de vida.

Para las construcciones en espacios abiertos carentes de vegetación


la selección adecuada de las especies, su ubicación, cuidado y manejo
29
posterior son fundamentales si se quiere evitar los problemas que pue-
de generar el desconocimiento de los requerimientos de las especies.
Cuando las nuevas construcciones se emplazan en sitios debidamente
arborizados, especialmente si se trata de árboles grandes y bien desa-
rrollados, los cuidados y manejo de los mismos tienen consideraciones
muy específicas que se amplían en el capítulo sobre conservación de
árboles “in situ”.

1.1.10 ÁRBOLES COMO SITIO DE ANIDACIÓN Y ALIMENTO PARA LA FAUNA


La fauna esta íntimamente ligada a la vegetación. Si bien en la malla
propiamente urbana del Valle de Aburrá ha sido posible que la fauna se
vuelva a establecer en sitios de donde había desaparecido por el vanda-
lismo, falta de comida para los animales y espacios para anidar las aves,
es en los remanentes de bosque que aún rodean la ciudad donde se
deben hacer esfuerzos importantes para conservar tanto la fauna como
la flora, por su significado ecológico y por sus aportes a la biodiversidad,
investigación, educación y recreación.

Los árboles contribuyen de manera significativa a la protección de la


fauna en los sitios menos intervenidos antrópicamente y permiten la re-
introducción de especies a espacios deteriorados al brindarles comida,
perchas y sitios de anidación.

1.1.11 ÁRBOLES EN LA PROTECCIÓN DE CUENCAS HIDROGRÁFICAS


En general los ríos y quebradas se han convertido en el botadero de
aguas negras, basuras y residuos de todo tipo, lo que genera problemas
dinámicos de contaminación que se extienden por kilómetros y limita
el uso racional de este recurso. La posibilidad técnica y económica de
proveer agua potable a los municipios del Valle de Aburrá desde grandes
distancias ha generado en la población insensibilidad hacia el recurso
hídrico que tiene alrededor.

Cuando se visitan las cabeceras del río y sus quebradas afluentes a lo


largo del Valle de Aburrá, es sorprendente la belleza escénica de estos
espacios y sus múltiples posibilidades en aspectos relacionados con la
conservación de flora y fauna, la educación, la investigación y la recrea-
ción.

Relacionada con la protección de las cuencas hidrográficas está la re-


carga de los acuíferos o aguas subterráneas. En este aspecto, los rema-
nentes de bosque que aún conservan vegetación natural aportan materia
30
orgánica al suelo; así se aminora el impacto de las gotas de lluvia en la
erosión, se disminuye la velocidad de la escorrentía superficial permitien-
do la retención e infiltración del agua que luego se drena regularmente
hacia los ríos y quebradas, y mantiene así un equilibrio en el transcurso
del tiempo. Por el contrario, en las áreas densamente urbanizadas, las
aguas lluvias son rápidamente evacuadas a través de los sistemas de
alcantarillado hacia las quebradas y el río principal, situación que supera,
en muchos casos, la capacidad del lecho natural para recibir volúmenes
concentrados muy elevados, y propicia desbordamientos e inundaciones
en zonas residenciales, industriales y comerciales, con el riesgo que esto
implica en pérdida de vidas y bienes. El empleo de materiales poco poro-
sos e impermeables en las construcciones urbanas, como el asfalto y el
cemento, limitan la recarga de los acuíferos en grandes extensiones de
la ciudad, afectan la disponibilidad del agua para la vegetación, interfie-
ren sobre su desarrollo y obligan, en muchos casos, a utilizar sistemas de
riego con el costo y tiempo que representan. Un sistema bien diseñado
de los sitios de siembra, con rebordes en el plato o canaletas laterales
que recojan parte de la lluvia y faciliten su infiltración, permitiría captar
y aprovechar la precipitación natural, y evitaría que, especialmente los
árboles, por sus raíces más profundas, estén sometidos al estrés hídrico
que limita su crecimiento.

1.1.12 ÁRBOLES EN LA CONSERVACIÓN DE ESPECIES DE LA FLORA NATIVA


La pérdida de cualquier especie animal o vegetal es irreversible y tie-
ne necesariamente implicaciones sobre la estabilidad del ecosistema.
Como se mencionó, los bosques periféricos y suburbanos que todavía
se conservan en el Valle de Aburrá desempeñan papeles importantes en
relación con la fauna, la protección del río y las quebradas, la recarga de
acuíferos, la conservación de la biodiversidad y como fuente potencial de
muchas especies, tanto de árboles como de arbustos, mejor adaptados
y con funciones ecológicas más relevantes que muchas otras de amplia
difusión, traídas de otras partes del mundo.

La reducción y/o fragmentación que avanza a pasos acelerados sobre las


fajas de bosque o rastrojos naturales que rodean los municipios del Valle
de Aburrá repercute seriamente sobre las poblaciones animales y vege-
tales, tanto en número de individuos de cada especie como en opciones
de territorio para la búsqueda de alimento y sitio de cría; reducción que
lleva a las especies a un proceso de erosión genética por la consanguini-
dad o endogamia a la cual se ven forzadas, con la consecuente pérdida
de vigor genético y de posibilidades de supervivencia.
31
1.1.13 ÁRBOLES PARA RECUPERAR O REVEGETALIZAR ÁREAS DE-
GRADADAS
Dentro de la dinámica propia de las ciudades, muchos espacios que se
aprovecharon para canteras, ladrilleras, basureros, depósitos de escom-
bros y que ya no están en uso por agotamiento del recurso o por las
reglamentaciones ambientales que no les permite operar en zonas urba-
nas. Es necesario recuperarlos o revegetalizarlos para que aporten bene-
ficios a la comunidad nuevamente y se eliminen de paso los elementos
visuales indeseados, el polvo y las partículas que afectan la calidad del
aire. Estos espacios, por las limitaciones en agua y nutrientes, compac-
tación, presencia de lixiviados tóxicos y metales pesados, entre otros, re-
quieren un proceso diferente de recuperación; sólo algunas especies de
árboles son capaces de competir exitosamente allí, usualmente son las
denominadas “pioneras”, que inician el proceso y con el tiempo permiten
constituir comunidades más complejas. Sería iluso pensar que cualquie-
ra de las especies de uso corriente en la ciudad, y que se propagan
masivamente, tendrían opciones de prendimiento y desarrollo. Especies
como el Pisquín (Albizia carbonaria), el Balso (Ochroma pyramidale), los
Yarumos (Cecropia spp.), la Higuerilla (Ricinus communis) y el Noro (Byr-
sonima cuminghana), entre muchas otras, muestran gran capacidad de
adaptación a estas condiciones desfavorables.

32
1.2 CRITERIOS DE SELECCIÓN DE
LAS ESPECIES

Teniendo en cuenta las múltiples posibilidades de uso que tienen los


árboles y la utilización específica que de algunos de ellos se da en las
ciudades, con la complejidad que éstas presentan, surgen muchas pre-
guntas como: ¿qué criterios se deben tener en cuenta para su selec-
ción?, ¿cómo determinar la calidad del material vegetal desde el vivero?,
¿de qué espacio se dispone para la siembra?, ¿qué limitaciones aéreas
y terrestres se deben tener presentes antes de plantar?, ¿qué objetivo
principal se busca con la especie seleccionada?, ¿qué cuidados requie-
ren los árboles juveniles y qué mantenimiento e intervenciones se les
puede realizar a los árboles adultos?, ¿cómo conservar y articular los
remanentes de bosque que aún quedan alrededor de la ciudad?, ¿qué
cambios se deben implementar para que las ciudades sean ecosistemas
estables y viables en el futuro?

La respuesta a muchos de estos interrogantes se encuentra en los si-


guientes capítulos sobre selección y manejo de las especies de árboles,
desde su sistema de propagación hasta su edad adulta.

La ubicación de Colombia en la zona ecuatorial y la diversidad de climas


que presenta, ofrecen las condiciones ideales para el desarrollo de una
flora variada, enriquecida con la introducción de especies de otros luga-
res del mundo.

La arborización de nuestras ciudades es básicamente lineal: en corredo-


res a lo largo de calles y avenidas. Las zonas verdes son generalmen-
te reducidas, lo cual repercute en forma negativa en el desarrollo de
la vegetación, de por sí limitado por las obras de infraestructura física
(edificaciones, redes de servicios públicos, vías, etc.). Por esta razón se
hace necesario un conocimiento detallado de las especies vegetales que
se han de emplear. Para escoger un árbol es necesario conocer su ta-
maño, diámetro, altura, desarrollo radicular, producción de flores, frutos,
longevidad, resistencia a vientos y tormentas, y a plagas y enfermeda-
des, entre otros. Sólo así se podrá evitar, en el futuro, que el árbol, por
imprevisión, carezca del espacio suficiente para desarrollarse o que sus
raíces, ramas, flores y frutos generen problemas; además de los costos,
riesgos y pérdida en la calidad del sitio, si es necesario talarlos o podar-
los drásticamente.

En el establecimiento de especies arbóreas en áreas urbanas no hay ár-


boles malos o dañinos, como algunos los denominan, sino mal ubicados
o mal utilizados. Es así como en el proceso de selección de las especies
se deben tener presentes los siguientes aspectos:
35
1.2.1 LONGEVIDAD
En general la longevidad de las especies está relacionada con las estra-
tegias que éstas han desarrollado para poder competir. Algunos autores
las clasifican como pioneras, secundarias iniciales, secundarias tardías
y climácicas. Las pioneras tienen gran capacidad para adaptarse a con-
diciones adversas, a pleno sol, crecen rápidamente y son de maderas
blandas; la polinización de sus flores, y la dispersión de sus frutos y
semillas la realizan animales generalistas, el viento o el agua; pero son
de vida corta; ideales para iniciar procesos de revegetalización y recu-
peración de áreas degradadas. Las secundarias iniciales, por su parte,
compiten mejor cuando hay algo de sombra y mayor humedad en el
suelo, su crecimiento es de rápido a medio, la densidad de su madera
es de liviana a media, y su longevidad es un poco mayor. Las secunda-
rias tardías aprovechan para establecerse en claros dentro del bosque,
compiten principalmente en altura, su crecimiento es de medio a lento,
requieren mayores condiciones de humedad y materia orgánica en el
suelo, alcanzan grandes tamaños, sus estrategias de polinización y dis-
persión de frutos y semillas tienen gran especificidad (insectos, aves y
mamíferos), y pueden sobrepasar varias centenas de años. Mientras las
climácicas son especies de sombra o poco tolerantes al sol, de creci-
miento muy lento, de gran longevidad, maderas muy duras, con frutos y
semillas pesados que los dispersan los animales grandes del bosque o la
gravedad. Tener presentes algunas de estas características es importan-
te por su estrecha relación con el comportamiento posterior de las espe-
cies, en aspectos tan diversos como ramificaciones bajas por pérdida de
la dominancia apical, altura máxima que pueden alcanzar, tolerancia o no
al sol, tipo, tamaño y consistencia de las flores y los frutos, entre otros de
gran relevancia cuando se introducen a los espacios urbanos.

La longevidad natural de un árbol puede verse disminuida por maltrato,


mala calidad del material desde el vivero, contaminación ambiental, pla-
gas y/o enfermedades. En los programas de manejo de la vegetación ur-
bana deben incluirse diferentes prácticas como: seleccionar en el vivero
material de buena calidad, garantizar suficiente área verde alrededor del
tronco, fertilizar en forma radicular, foliar o por inyecciones, eliminar los
excesos de polvo y partículas depositados en el follaje, podar y cicatrizar
las ramas podridas o enfermas, limpiar las plantas parásitas, evitar la
acumulación y quema de basuras contra el tronco y no utilizar los árboles
para pegar avisos o luminarias.

36
1.2.2 TAMAÑO
Dado que los espacios disponibles en las ciudades, por lo general, son
reducidos y con limitaciones subterráneas, aéreas o de cercanía a cons-
trucciones, las especies disponibles se deben clasificar y utilizar por ran-
gos de tamaño como arbustos, árboles medianos y árboles grandes.

Los arbustos pueden definirse como especies de consistencia leñosa con


alturas cercanas o menores a los cinco o seis metros, y con tendencia a
ramificarse desde la base. Son ideales bajo líneas de teléfono y energía,
y en los espacios reducidos como antejardines de menos de un metro
de ancho.

Los árboles medianos corresponden a aquellos con alturas cercanas a


los 15 m y con un tronco único bien formado. Apropiados para plazole-
tas, parques, separadores centrales de algunas avenidas y antejardines
amplios, donde no existan limitaciones de altura, bien sea por cables
eléctricos, telefónicos, transformadores de energía o postes de ilumina-
ción, entre otros.

Como árboles grandes y muy grandes están aquellos con alturas supe-
riores a los 18 m, de copa desarrollada y raíces fuertes. Por su tamaño
sólo son adecuados en áreas verdes amplias, generalmente escasas en
nuestras ciudades, como las “orejas” de los grandes puentes y algunos
parques o zonas de retiro en ríos y quebradas. La mayoría de problemas
que genera la vegetación arbórea en las ciudades está asociada a estos
últimos, pues no se les garantiza el espacio mínimo que requieren cuan-
do alcanzan su máximo desarrollo. Sin embargo, se debe tener presente
que, por sus múltiples ventajas, son ideales para conformar el bosque
suburbano.

Nuestra riqueza climática y florística ofrece múltiples opciones de ar-


bustos y árboles de todos los rangos de tamaño, aunque falta por su-
puesto mucha investigación para ampliar la oferta. Escoger la especie
de acuerdo al tamaño adecuado evita muchos problemas como daños
a edificaciones, personas y bienes. Aunque es normal pensar que el
tamaño puede controlarse con podas, este concepto debe tomarse
con precaución ya que muchas especies, por su hábito natural de
crecimiento, al ser podadas se ven seriamente afectadas en su par-
te estética, otras pueden morir cuando se exceden ciertos límites y
muchas otras recobran tan rápidamente su tamaño que los costos
para controlarlas se vuelven demasiado altos.
37
1.2.3 FORMA
La forma de los árboles es tal vez una de las características más aprove-
chada por arquitectos y paisajistas, pues permite una mejor integración
de la arborización a la obra como conjunto urbano. Si además, íntima-
mente relacionados con la forma, se tiene en cuenta el volumen de la
copa, su textura, color y permeabilidad al paso de la luz, los efectos y
combinaciones parecen no tener límites, y todas estas características
columnar pueden capitalizarse a favor del desarrollo arquitectónico y paisajístico.
Las formas más comunes, relacionadas con la copa o follaje, son la re-
dondeada, semiredondeada, oval, columnar, cónica, aparasolada, estrati-
ficada, semiglobosa y péndula. Cada una de ellas tiene sus posibilidades
de uso óptimo, dependiendo de la disponibilidad espacial tanto vertical
como horizontal.

De acuerdo con las estrategias naturales de las especies para competir


por la luz y el espacio, tanto la altura como la forma pueden variar. Una
especie que dispone de un claro pequeño tiene que competir en altura
con otros árboles para poder captar suficiente luz y una vez alcanza el
cónica dosel del bosque expande su copa; si esa misma especie está sembrada
a plena exposición solar y sin competencia lateral pierde la dominancia
apical, su crecimiento es menor y se ramifica a baja altura, así la ocu-
pación del espacio por una misma especie varía considerablemente, por
ejemplo la Ceiba (Ceiba pentandra) y el Algarrobo (Hymenaea courbaril).
Si la especie requiere gran luminosidad y tiene limitaciones por otros ár-
boles o construcciones, su tendencia será a inclinarse hacia el lado más
soleado, con su copa descompensada. Por el contrario, las especies que
requieren sombra en los primeros estados de desarrollo o durante toda
su vida, si se plantan directamente al sol no logran establecerse.

péndula 1.2.4 FOLLAJE


El follaje presenta características relevantes pues, además de ser más
permanente, brinda sombra y ambiente fresco, y es de un extraordinario
colorido en una amplia gama de tonos verdes, rojos, naranjas, blanque-
cinos, grisosos, etc. Estas características, utilizadas adecuadamente, dan
realce a las construcciones, generan puntos focales y en general, ofrecen
un paisaje más variado y agradable. El follaje, como elemento vivo, tiene
periodos de renovación, los cuales pueden ser masivos (concentrados en
un lapso de tiempo muy corto) en cuyo caso se dice que la especie es ca-
ducifolia, o no masivos (pueden presentarse en un lapso de tiempo largo
y en forma paulatina), característica denominada no caducifolia o siem-
redondeada pre verde. Este cambio de follaje de las especies caducifolias se debe
38
tener presente cuando se encuentran localizadas cerca de sumideros
de agua o en áreas de alto tráfico peatonal, bien sea por la obstrucción
de los primeros o porque ofrecen peligro para los caminantes al hacer el
área resbaladiza.
semiredondeada

Es importante revaluar el concepto de que las hojas en el suelo son ba-


sura. En algunos casos será necesario recogerlas, pero en muchos otros,
en las áreas verdes amplias, deberían ser parte del disfrute de los ciclos
vitales que parece hemos olvidado o menospreciado tras una discutible
idea de orden y estética; de hecho, ese fenómeno que es tan apreciado
en el otoño de los países con estaciones también se da en el trópico, pero
valorado con parámetros muy diferentes.

1.2.5 FLORES
Las flores son un elemento de especial significado no sólo por su belleza
sino porque, en general, a ellas están asociados los aromas, las aves y oval
los insectos. Gracias a ellas el árbol urbano pasa de ser un elemento
aparentemente aislado a ser integrador de diferentes relaciones dentro
del ecosistema.

¡Cómo pasar desapercibidas las abundantes floraciones lilas, amarillas,


rosadas, rojas, naranjas, blancas o combinaciones de esos tonos que dan
especial realce al entorno urbano! La mayoría de ciudades tropicales son semiglobosa
privilegiadas en este aspecto tienen un potencial casi ilimitado. Sin em-
bargo, algunos elementos relacionados con la floración se deben tener
presentes al seleccionar una especie para un sitio determinado. Ejemplo
de ello son las flores grandes, de consistencia carnosa y abundantes,
que ofrecen peligro en las áreas peatonales y obstruyen los sumideros
de agua, como las de los Guayacanes (Tabebuia chrysantha y T. rosea),
el Tulipán africano (Spathodea campanulata); otras flores pueden ser
alérgenas para algunas personas, como las del Corcho (Melaleuca quin- aparasolada
quenervia), el Falso pimiento (Schinus terebinthifolius), o eventualmente
tener aromas poco agradables como las del Gualanday (Jacaranda mi-
mosifolia), el Nogal cafetero (Cordia alliodora) y el Terminaría (Terminalia
ivorensis).

1.2.6 FRUTOS
Los frutos, además de su papel en el proceso de reproducción de las
especies, son proveedores de alimento para la fauna. La gran variedad
de formas, colores, tipos de dehiscencia para liberar sus semillas y en
algunos casos las fructificaciones abundantes y llamativas que superan aparasolada

39
visualmente la misma floración, involucran otro elemento adicional en
el manejo de la flora urbana. Dentro de una concepción más integral de
la arborización los árboles pueden proveer alimento a las personas. De
hecho, en nuestras ciudades, varias especies se manejan en ese sentido:
así ocurre con los Guayabos, Mangos, Aguacates y Cerezos del goberna-
dor, lista que podría ampliarse aún más. Esta propuesta debe acompa-
ñarse con campañas de educación y concientización de la comunidad.
Además se debe tener cuidado de ubicar los árboles en sitios donde
no haya peligro con el tráfico vehicular, especialmente para los niños,
y en general retirados de las vías de alto tráfico. Algunas investigacio-
nes plantean que los frutos producidos bajo estas condiciones acumulan
metales pesados producto de la contaminación, con riesgo para la salud
al ser consumidos. Una ciudadanía que fuera consciente de su bosque
urbano y lo supiera manejar tendría todo un camino ganado en armonía
y respeto hacia todos los seres con los cuales cohabita.

En relación con los frutos es básico tener en cuenta el tamaño, la con-


sistencia, el peso y la cantidad. Muchos árboles producen frutos gran-
des y pesados que pueden ofrecer peligro a lo largo de las vías o en
los senderos peatonales, por lo cual siempre deben estar ubicados en
áreas verdes amplias, como el Ceibo de agua (Pachira insignis), la Caoba
(Swietenia macrophylla), el Bala de cañon (Couroupita guianensis) y el
Mamey (Mammea americana). Cuando estos árboles han sido plantados
en estos sitios se recomienda recolectar los frutos aún verdes o restringir
el parqueo debajo de ellos mientras pasa la fructificación.

Mango - Mangifera indica

40
1.3. MANEJO DE ÁRBOLES JUVENILES

Desde el vivero viene condicionada la calidad de los árboles y ésta de-


pende de la procedencia y manejo de las semillas, del sistema de propa-
gación, del manejo de las plántulas, del tamaño de la bolsa o contenedor
en el cual se desarrollen y de las podas de formación que se realicen,
entre otros aspectos.

1.3.1 SISTEMAS DE PROPAGACIÓN


Los sistemas de propagación más utilizados en nuestro medio para la
producción de árboles y arbustos destinados a los programas de arbori-
zación en la ciudad son en orden de importancia: por semillas, estacas,
acodos, esquejes, pseudestacas y cultivo de tejidos o “in vitro”; cada uno
de ellos con ventajas y desventajas.

Propagación por semillas


Es un sistema de reproducción sexual. Es el más empleado por las ven-
tajas comparativas que presenta: la mayoría de las especies utilizadas
producen una cantidad abundante de semillas viables y los viveros re-
quieren una infraestructura básica muy fácil de implementar. Las espe-
cies propagadas por semillas tienen normalmente una mejor forma y
más equilibrio entre la parte aérea y la radicular, esto garantiza árboles
de mejores condiciones morfológicas para la ciudad.

Para obtener una excelente calidad los árboles semilleros se deben se-
leccionar con mucho cuidado: en general deben ser rectos, con las ra-
mas estructurales de la copa repartidas en todo el contorno, en lo posible
éstas de diámetros pequeños a medianos, ya que las ramas gruesas
tienen mayor dificultad para cicatrizar en caso de poda o de alguna le-
sión. Deben ser como mínimo doce individuos semilleros por especie;
la recolección sistemática de las semillas de unos pocos árboles afecta
con el tiempo el vigor genético de los descendientes, con repercusiones
negativas sobre su capacidad para competir, su longevidad natural y su
resistencia a plagas y enfermedades.

Muchas de las características fenotípicas de los árboles como la altura,


el diámetro, la rectitud, la tendencia a ramificarse o a bifurcarse son
heredables en gran medida; por facilidad para la recolección de las se-
millas frecuentemente esos aspectos no se tienen en cuenta y se recu-
rre a árboles bajos, muy ramificados o de formas poco deseables como
fuentes semilleras.

Las semillas deben estar muy frescas cuando se recolectan directamen-


te del árbol o muy bien conservadas, con control de humedad y tempe- Tung asiático - Aleurites fordii

43
ratura, cuando se compran a un distribuidor. Al colectarlas directamente
del árbol se seleccionan las que están maduras, si es del suelo se verifica
que no tengan ataques de hongos, insectos o algún otro animal.

En las especies que se utilizan en nuestro medio los frutos pueden clasi-
ficarse en tres grupos principales: frutos secos dehiscentes, frutos secos
indehiscentes y frutos carnosos. Los frutos secos dehiscentes al madurar
se abren espontáneamente con el calor del sol y la circulación del aire
para liberar las semillas, frutos de este tipo se encuentran por ejemplo
en la mayoría de las leguminosas, el Cedro (Cedrela odorata), la Caoba
(Swietenia macrophylla), la Ceiba (Ceiba pentandra) y los Eucaliptos (Eu-
caliptus spp). Los frutos secos indehiscentes no tienen ese mecanismo
de apertura para liberar sus semillas, algunos de ellos vienen acompa-
ñados de alas que les sirven para su dispersión como las del Urapán
(Fraxinus udhei), el Pico de loro (Machaerium capote) y el Vara santa
(Triplaris americana); otros como la Teca (Tectona grandis) no tienen alas
para la dispersión. Eliminar las estructuras que acompañan las semillas
a veces es difícil y se corre el riesgo de dañarlas, por eso algunas se
deben sembrar completas. En los frutos carnosos como los del Mamey
(Mammea americana), el Oití (Licania tomentosa) y el Caimito (Chryso-
phyllum cainito), es recomendable eliminar toda la carnosidad porque
puede actuar como inhibidora de la germinación o favorecer el ataque
de hongos y bacterias que destruyen la semilla.

En el manejo de las semillas es importante tener presente que algunas


tienen baja capacidad para permanecer en estado de latencia y conser-
var su viabilidad, por tanto deben germinar rápidamente; lo que se consi-
dera una estrategia de supervivencia contra sus depredadores naturales.
Las que presentan esta condición se denominan ortodoxas: tienen un
nivel de dificultad mayor para su conservación y requieren condiciones
de sombra para su germinación. Por el contrario, las que son capaces de
permanecer largos periodos de tiempo en estado de semilla sin perder
su viabilidad se conocen como recalcitrantes: para su germinación nece-
sitan más luz y temperatura. Las ortodoxas se relacionan principalmente
con las especies llamadas esciófitas o que requieren sombra, al menos
en sus etapas iniciales de desarrollo, son entonces los árboles de bos-
ques primarios y de mayor longevidad; por el contrario las recalcitrantes
están relacionadas con las especies que requieren plena exposición so-
lar desde sus estadios iniciales o heliófitas y se asocian principalmente
con las denominadas especies pioneras, crecen espontáneas en lugares
abiertos y son de menor longevidad.
44
Otro aspecto relacionado con las semillas es la consistencia y dureza de
la testa, aquellas de tipo leñoso y/o impermeables requieren general-
mente tratamientos previos para facilitar su germinación, es lo que se
conoce como escarificación y se puede hacer en forma manual o con
escarificadores mecánicos, mediante remojo en agua, empleo de ácidos
o de papeles abrasivos.

Propagación asexual
Los principales sistemas de propagación asexual son las estacas, los
acodos, los injertos y los cultivos de tejidos o “In vitro”. En ellos la parte
propagada tiene la misma información genética que el árbol del cual fue
obtenida, por ésta razón los sistemas de propagación asexual son utiliza-
dos ampliamente en frutales y programas de mejoramiento genético de
árboles para reforestación. Otras ventajas de este sistema se relacionan
con la disponibilidad casi permanente de material de propagación, la
rapidez para obtenerlo, la posibilidad de seleccionar material con carac-
terísticas deseables de vigor, resistencia a plagas y enfermedades, frutos
de mejor calidad, etc.

En los sistemas de propagación asexual a las plantas madres se les de-


nomina ortet y a las nuevas plantas obtenidas de los ortet se les conoce
como ramets. Los ortet y los ramets tomados en conjunto se denominan
clon. Para el caso de árboles ornamentales, destinados a los espacios
urbanos, los sistemas de propagación asexual tienen algunos limitantes:
los ramets tienen un sistema radicular superficial y no tienen una raíz
pivotante principal, lo que afecta su anclaje y genera problemas en obras propagación por estacas
de infraestructura como aceras, senderos peatonales y parqueaderos,
entre otros. No todas las especies se logran reproducir así, más bien
se trata de unas pocas. Las especies que presentan ésta posibilidad de
reproducción son muy interesantes en programas de revegetalización o La longitud de la estaca tiene normal-
recuperación de áreas degradadas, y como cercas vivas. mente proporción con su diámetro así:

Propagación por estacas Diámetro de la longitud de la


estaca en cm. estaca en cm.
Una estaca es una parte del árbol que se corta como material de propaga-
1 10
ción y se considera una nueva planta, cuando desarrolla nuevos rebrotes
2 20
de hojas y emite raíces. La edad, el estado de endurecimiento o lignifica-
3 20 a 30
ción, el tiempo de recolección de la estaca, el sustrato empleado para co-
4 30 a 40
locarla a enraizar, su polaridad y las condiciones climáticas influyen en la
5 40 a 50
producción de árboles por este sistema. Los árboles jóvenes son general-
6 50 a 60
mente mejores para la obtención de estacas, por su crecimiento más activo
y menor lignificación de los tejidos, que los árboles considerados viejos. Fuente: Trujillo, E. sin fecha

45
La posición de la estaca en el ortet también influye: las de la parte baja
de la copa son generalmente más lignificadas que las de la parte alta, en
cuyo caso son preferibles las últimas.

Las estacas se deben proteger de la desecación, para ello se recomienda


transportarlas en un costal, preferiblemente de cabuya, e impermeabi-
lizar la parte superior de la estaca con parafina o cera; conservar su
polaridad, es decir tener siempre presente cuál es la parte inferior donde
se formaran las raíces y cuál la superior; los cortes en ambos extremos
de la estaca se deben hacer en bisel, así se evita en la parte superior
acumulación de humedad que pueda podrirla, y en la inferior, donde se
aplican los ayudantes hormonales, se aumenta el área de enraizamiento;
el sustrato debe tener buena aireación y buen drenaje, una mezcla de
tierra fértil previamente desinfectada y de arena en proporción 1:1. Para
permitir el desarrollo de las raíces se recomienda que la profundidad del
sitio de enraizamiento sea al menos la mitad de la longitud de la estaca.
Es conveniente el empleo de reguladores hormonales del crecimiento
que estimulan el desarrollo de las raíces, como el Ácido indolacético,
la Giberelina y la Kinetina. Estimuladores de crecimiento como el AIB (3
Indol butírico) y el ANA (Ácido naftalen-acético) aumentan el número de
estacas enraizadas y el número de raíces por estaca. La humedad relati-
va y la temperatura son fundamentales para el enraizamiento; la primera
debe ser superior a 70% y se proporciona con un riego permanente,
dosificado de acuerdo a las tasas de evaporación del suelo afectadas por
la temperatura o las corrientes de viento.

El tiempo para que la estaca desarrolle raíces es variable: depende de las


especies y de las condiciones bajo las cuales se selecciono el material.
En muchos casos aparecen rebrotes de hojas que llevan a pensar que
la estaca ya formó raíces, esto no siempre es así, puede que se trate de
rebrotes por reservas acumuladas que se mueren posteriormente, por
esto es importante verificar siempre la formación de raíces.

Varias especies de uso corriente como el Búcaro (Erythrina fusca), el


Sauce (Salix humboldtiana), el Mata ratón (Gliricidia sepium), la Teca
(Tectona grandis), la Melina (Gmelina arborea) y la Ceiba tolúa (Pachira
quinata), tienen posibilidad de reproducirse por éste sistema.

Propagación por acodos


En este sistema de propagación asexual los ramets no se cortan del or-
propagación por acodos tet; se seleccionan los 30 a 40 cm finales de una rama, con un diámetro
46
entre uno y dos centímetros, se hace un corte en anillo de unos dos a tres
milímetros de ancho y de profundidad, se retira con cuidado la corteza,
se aplica una sustancia enraizadora, se coloca espuma u otro material
fácil de hidratar y se cubre luego con papel de aluminio o plástico negro.
Según la especie tarda entre dos y seis meses el desarrollo de las raíces;
cuando sean abundantes y muestren buen vigor se corta el ramet y se
lleva a una bolsa o contenedor para que continué su crecimiento.

Este método de propagación se emplea en especies como los Laureles


(Ficus benjamina), el Caucho (Ficus elastica) y el Pandurata (Ficus lyrata).
Esta forma de reproducción tiene como limitantes principales, para árbo-
les urbanos, su tendencia a formar raíces superficiales y la dificultad que
presenta para muchas otras especies.

Propagación por esquejes.


En este método de propagación se toman partes de la rama de unos 10
a15 cm de longitud y de uno a dos centímetros de diámetro: El esqueje
tiene algunas hojas, la parte inferior se corta en bisel, se le aplica en-
raizador y se le proporciona humedad relativa e iluminación alta, para
lo cual se requiere un invernadero de polietileno, vidrio o plexiglás y un
sistema de riego por nebulización; esta infraestructura implica mayores
costos. Este sistema es poco utilizado en la producción de árboles para
las ciudades, su empleo se restringe a algunos arbustos y plantas de
jardín, por ejemplo a los Crotos (Codiaeum variegatum).

Cultivo de tejidos e injertos


Otros sistemas como el cultivo de tejidos o “in vitro” y los injertos no se
emplean masivamente en la producción de árboles para espacios urba-
nos, se aplican más en frutales comerciales, algunos árboles madera-
bles, orquídeas, banano, palma africana y chontaduro entre otros.

En la producción de árboles y arbustos para la ciudad, independiente-


mente del sistema de propagación empleado, sólo se debe aceptar una
excelente calidad del material vegetal que será plantado, que garantice
su desarrollo adecuado bajo las condiciones adversas en las que normal-
mente deben crecer en el ambiente urbano y elimine o minimice los da-
ños y problemas que puedan generar posteriormente. En nuestro medio
apenas se están dando los primeros pasos en este sentido. Usualmente
se ha copiado en forma burda la tecnología desarrollada en la propaga-
ción de plantas de jardín, olvidando que los árboles requieren técnicas
de propagación diferentes. Lo primero que se debe tener presente es propagación por esquejes

47
el tamaño del contenedor, bolsa o recipiente en el cual se va a tener el
material mientras adquiere un tamaño adecuado para salir al campo, el
empleo de recipientes muy pequeños deforma el sistema radicular, limi-
tando su desarrollo e impidiendo la toma de agua y nutrientes en forma
adecuada. Este tipo de deformaciones puede estimular la formación de
raíces superficiales, que son las menos deseables por su interferencia
con obras civiles.

Al pasar las plántulas del germinador o sitio de enraizamiento a las bol-


sas o contenedores, es muy importante controlar que la raíz principal
quede vertical, sin enroscamiento; esto se logra halando suavemente
hacia arriba la plántula. Así se evita el denominado cuello de ganso que
trata de ahorcar el tronco y las demás raíces, matan el árbol o limitan su
crecimiento; ésta es una de las fallas más recurrente en los viveros.

Producción directa de árboles en el campo


La producción masiva de árboles en el campo directamente, para luego
llevarlos a la ciudad, debe ser una prioridad. De esta manera se ob-
tendría una mejor calidad, más uniformidad y cantidad de individuos;
permitiría realizar podas de formación oportunas, fertilización y control
de plagas y enfermedades; se tendrían árboles de mayor tamaño y vigor
para programas de reemplazo de especies que, por su calidad, estado
fitosanitario deficiente o porque generan problemas permanentes, así
lo requieren; serían individuos con más posibilidades de competencia
bajo las condiciones adversas que van a soportar, y generarían impactos
visuales y beneficios ambientales inmediatos.

Con el fin de tener algún control sobre las raíces y facilitar su movilización


al sitio definitivo donde vayan a ser plantados, se pueden emplear cos-
tales de fibra sintética enterrados en el suelo. Las experiencias previas
muestran que bajo estas condiciones el costal puede durar cerca de tres
años, lapso en el que se pueden obtener árboles entre tres y cuatro metros
de altura, con un diámetro cercano a los 10 cm. Si los contenedores son
aún más grandes permiten producir individuos de mayores dimensiones.

Debido a la dificultad para conseguir en nuestro medio árboles de buen


tamaño, de forma adecuada y con equilibrio entre su parte aérea y ra-
dicular, a veces se recurre a seleccionar individuos que están creciendo
espontáneamente en el campo, se procede a pilonearlos y transportarlos
al sitio donde se requieren. Este tipo de árboles tiene raíces extendidas, lo
cual significa una poda drástica de muchas de ellas; por la premura con
48
la cual se necesitan, usualmente no se realizan las labores de prepiloneo
con la antelación que debe ser (puede ser más de un año), sometiendo el
árbol al denominado “shock de trasplante”, que implica un retraso en el
crecimiento, agotamiento de reservas nutricionales, pudrición de ramas
y raíces, e incluso la muerte.

En lo que se podría considerar una solución intermedia, muchos viveros


emplean bolsas plásticas o costales de fibra sintética de mayor tamaño
(cerca de 50 cm de alto por 40 cm de diámetro) y colocan el material
directamente al sol. En poco tiempo estos contenedores se cristalizan
y rompen, si no se reemplazan habrá un mayor riesgo y dificultad para
movilizar el árbol. Esta modificación en los sistemas tradicionales para
producir árboles urbanos ayuda en algunos casos pero en otros no. Se
cree que porque la parte aérea es considerable (más de dos metros de
altura) es un “buen árbol”, pero si el contenedor es muy reducido las raí-
ces no se pueden desarrollar proporcionalmente. El desbalance entre la
parte aérea y la radicular traerá a futuro más problemas que los aparen-
tes beneficios inmediatos obtenidos. En estos casos y ante la poca oferta
de árboles grandes, es preferible plantar un ejemplar pequeño (entre 1 y
1,5 m de altura) de muy buena calidad, y con una excelente preparación
del sitio en cuanto a medio de siembra, tamaño del hoyo, y remoción de
escombros, piedras y basuras que puedan afectar su desarrollo.

La calidad de un árbol se puede determinar por su forma, la ausencia


de daños o lesiones y por sus raíces. En relación con la calidad de las
raíces lo más crítico es que se de un desarrollo muy incipiente o que
se presente enroscamiento. Si sólo algunas raíces presentan daños se
pueden podar, pero si es una situación generalizada no es un árbol de
buena calidad y es preferible desecharlo. En general se recomienda que
el tamaño del pilón o pan de tierra sea de 10 a 12 veces el diámetro del
tronco, medido a 30 cm del cuello.

Los daños o lesiones producidas por malas podas, manipulación inco-


rrecta, insectos o roedores, son también un limitante en la calidad. En ár-
boles juveniles en pleno crecimiento algunos de estos problemas pueden
desaparecer con el tiempo, pero cuando son considerables y se presenta
pudrición, pérdida de la corteza y falta de vigor es preferible desechar
esos individuos.

Una buena forma tiene que ver con la disposición de las ramas espacia-
das uniformemente a lo largo del tronco y con uniones fuertes al mismo.
49
La arquitectura de las especies se debe tratar de conservar. Las inter-
venciones que se realizan, especialmente con podas, afectan sensible-
mente la forma natural del árbol, con implicaciones tanto estéticas como
fisiológicas. La arquitectura de la copa es una estrategia de competencia
o de ocupación del espacio, y debe ser la base para la selección de las
especies, así se facilita el manejo posterior.

Los árboles que presentan un solo tronco bien definido se conocen como
monopódicos; cuando el meristemo apical suspende su crecimiento y el
tronco se ramifica, se dice que el árbol es simpódico. Si las yemas for-
man ramas o troncos verticales dirigidos hacia arriba se dice que tienen
crecimiento ortotrópico, en caso de crecer horizontalmente o a los lados
se denomina plagiotrópico. Es fundamental tener en cuenta esta tenden-
cia o dirección de crecimiento al realizar las podas, porque la respuesta
del árbol a estas intervenciones puede ser y de hecho es, en muchos
casos, contraria al propósito buscado.

Cuando las ramas crecen muy apretadas unas con otras, las uniones son
más débiles y al aumentar el diámetro y la longitud con el crecimiento se
forman fisuras o puntos muertos que permiten que la rama se reviente
con facilidad. Este mismo concepto es aplicable a los troncos, lo de-
seable en la mayoría de árboles para la ciudad es que tengan un tronco
bien definido, y así evitar interferencias con el tráfico vehicular, peatonal
y mayor ocupación del espacio de por sí ya limitado. La proliferación
de troncos juntos no garantiza estabilidad, esto se puede observar en
el Laurel (Ficus benjamina) por la forma como usualmente se maneja,
lo que provoca la caída del árbol; cuando este fenómeno se presenta,
se advierte un área de pudrición en los puntos de unión de los troncos,
riesgo que se incrementa en la medida en que las bifurcaciones estén
más cercanas al suelo. En los árboles juveniles que presenten problemas
de bifurcación o proliferación de troncos, una poda puede ser suficiente,
pero en árboles grandes la solución es más compleja (véase capítulo
sobre manejo de árboles “in situ”).

1.3.2. PODA
Al hablar de podas lo primero que se debe tener presente es que una
poda, o sea la labor de cortar una rama o un tallo, implica una he-
rida. Por tal razón debe ser realizada por una persona con sentido de
la estética, que conozca y siga las técnicas recomendadas, utilice las
herramientas apropiadas y brinde los cuidados posteriores que el árbol
50
necesite. De una buena poda depende la forma, salud, longevidad y por 1
supuesto belleza del árbol. Las podas en muchos casos son necesarias
pero en otros son el reflejo de la intolerancia de muchas personas hacia 2
los árboles. 3
4
La pertinencia de la poda es mayor en los árboles juveniles pues con- 5
tribuyen a su calidad y las heridas ocasionadas pueden cicatrizar con 6
facilidad; por el contrario, en árboles adultos con ramas gruesas estas 7
intervenciones llegan a ser tan grandes que corresponden más a una 8
mutilación o deformación.

Antes de iniciar la poda se debe hacer una evaluación del árbol para Terminología empleada en podas.
evitar cortes innecesarios, deformaciones, descompensación de la copa
e inestabilidad. No sobra recordar que las ramas conservan la altura a
la cual se formaron, es decir no suben a medida que el árbol aumenta
su altura; esto nos permite tener claro qué deseamos con el árbol y qué
clase de poda se le puede hacer. Sólo se deben eliminar las ramas que
sean estrictamente necesarias, es decir las secas, enfermas, reventadas
o suprimidas por falta de luz. El corte de las ramas seleccionadas se
inicia de abajo hacia arriba, porque las ramas más bajas por edad o por
falta de luz son generalmente las más deterioradas.

Herramientas de poda
La poda se debe realizar con herramientas apropiadas como la tijera
podadora manual o el tijerón para dos manos. Se consiguen en dos ver-
siones: “baipas” (by-pass pruner) y “yunke” (anvil pruner): la primera se
recomienda para ramas con tejidos verdes y la segunda para ramas se-
cas; sin embargo cuando los tejidos están verdes pero aun muy blandos
se obtienen mejores cortes con la tijera yunke, pues la baipas tiende a
macerar y desgarrar los tejidos. Se deben emplear además serruchos,
sierras fijas o plegables especiales para poda, podadoras de altura y
motosierras para ramas de mayor diámetro. Cualquier herramienta de
poda que se emplee debe estar muy bien afilada para garantizar cortes
precisos.

El machete NO es una herramienta recomendada para podar, porque


la irregularidad de sus cortes afecta el proceso natural de cicatrización.

Se recomienda desinfectar todas las herramientas al pasar de un


árbol a otro para evitar la transmisión de enfermedades.

51
Tipos de poda
De limpieza: Se realiza para eliminar las ramas muertas que estén cre-
ciendo en exceso o mal dirigidas.
De formación: Para corregir deformaciones como bifurcaciones inde-
seables y pérdida de la yema apical, guiar un tronco principal hasta una
altura deseada, y para dar armonía o formas especiales.
De equilibrio: Se recomienda en árboles inclinados o con crecimiento
lateral irregular, para reducir el volumen de la copa y evitar interferencias
podas de formación: con líneas de energía, construcciones, tráfico, señalización, etc.
para corregir bifurcaciones Otras podas: En algunos casos se recurre a la poda para renovar el fo-
llaje, eliminar plagas y/o enfermedades, favorecer entrada de luz y aire,
vigorizar ramas jóvenes al eliminar ramas envejecidas, y corregir podas
naturales o mal realizadas.

Primeras podas de formación


En el estado juvenil las podas pueden propiciar el desarrollo de un tronco
único y bien definido al eliminar bifurcaciones o proliferación de tallos,
al recuperar la dominancia de la yema apical para que el crecimiento
se de en altura o para estimular rebrotes más precoses y vigorosos en
caso de la supresión del crecimiento de la yema apical. En esta etapa
de desarrollo las podas desempeñan un papel fundamental que se verá
reflejado después en un árbol sano, de buena forma, armónico y bonito,
que aporta muchos beneficios.
corregir podas mal realizadas
y recuperar un solo tronco
En los últimos años se han fomentado siembras masivas de árboles en
el Valle de Aburrá, con saturación de espacios y pocas posibilidades de
supervivencia de muchos individuos por la competencia y el tamaño que
pueden alcanzar. En estos árboles en crecimiento sería oportuno iniciar
un programa de podas de formación y cuidado general, para luego pro-
gramar trasplantes a otros espacios de la ciudad donde hay déficit o es
necesario hacer reemplazos de individuos enfermos o muertos, y de esta
manera aprovechar el esfuerzo y dinero ya invertidos.

1.3.3 ESTABLECIMIENTO EN EL CAMPO


Partiendo de la base de que la especie de árbol o arbusto fue correcta-
mente seleccionada y que la calidad se tomó como un elemento primor-
dial, las labores posteriores para establecerla en el sitio definitivo son
guiar un tronco único determinantes para garantizar su crecimiento, buen estado fitosanitario,
hasta una altura deseada longevidad y belleza.

52
Aclimatación
Muchos de los fracasos o retrasos en el crecimiento se deben al des-
conocimiento de este aspecto. Una planta que viene de un vivero bajo
cuidado permanente y se lleva directamente al campo, a un sitio usual-
mente mal preparado, con limitaciones en el riego, a pleno sol, expuesta
a los vientos, etc., sufre lo que se denomina “shock” de trasplante. En
nuestro medio hay un factor adicional que no debe olvidarse: la mayoría
de los viveros comerciales están localizados en climas cálidos en los
cuales el material vegetal se desarrolla rápidamente, pero, a menudo, recuperar la dominancia
luego se envía a sitios con condiciones climáticas totalmente diferentes. de la yema terminal
Es importante que, antes de la siembra definitiva, el material vegetal
permanezca por algún tiempo en un lugar bajo condiciones similares a
las cuales estará expuesto, principalmente en relación a la luminosidad
y a la temperatura.

Transporte
El transporte es una de las fases que puede determinar el éxito o el
fracaso de la plantación. Normalmente se requiere una movilización de
árboles de varios kilómetros desde el vivero hasta el sitio definitivo. Debe
hacerse preferiblemente al final de la tarde o en la noche, sin sol ni vien-
to cálido. Si el vehículo no es cubierto la velocidad no debe superar los
40 km por hora; si tiene una carpa, ésta debe cubrirlo además frontal y
lateralmente, con la parte trasera abierta. Se debe cuidar que el follaje no corregir bifurcaciones e inducir la formación
quede en contacto directo con la carpa, especialmente si el vehículo tiene de un tronco único�
que transitar en horas soleadas pues las hojas se queman, causando un
daño estético considerable y un retraso en el prendimiento y desarrollo
posterior. Si el pilón del árbol está descubierto, para proteger las raíces
del sol directo y del viento durante el transporte, se recomienda cubrirlo
con tela no tejida como geotextil, fique o polipropileno.

Preparación del sitio


Los espacios destinados para los árboles en las ciudades son muy re-
ducidos y variados, situación que los obliga a competir en condiciones
muy desventajosas. Intervienen tantas variables simultáneamente que
es muy difícil establecer el tamaño adecuado del hoyo para plantar el
árbol. Hay propuestas como las de un jardinero francés en el siglo XIX
que recomendaba hoyos de cerca de 23 m3 con tierra abonada, y otras
de pequeños hoyos de 30 a 40 cm de diámetro y profundidad, utilizados
durante tanto tiempo, que corresponden a una copia inadecuada de los
usados para plantaciones comerciales; entra ambas propuestas hay una
diferencia exagerada que es necesario equilibrar. En la actualidad, en la
53
mayoría de las obras, se exige que el tamaño del hoyo sea de 1 m3. Sin
embargo el tamaño no garantiza calidad del sitio: Cuando ese hoyo esta
rodeado por pisos duros, 1 m3 de tierra abonada aportado en el momento
de la plantación constituye una reserva para un periodo de tiempo corto,
posteriormente el árbol detendrá su desarrollo e iniciará un proceso de
agotamiento de sus reservas internas y debilitamiento hasta la muerte.
La situación es diferente si el hoyo preparado está rodeado de suelo
donde las raíces pueden extenderse en busca de agua y nutrientes.

Al preparar el hoyo para plantar se deben eliminar todas las piedras,


escombros y basuras presentes, repicar bien el fondo para facilitar la
infiltración de agua y penetración de las raíces; cuando el fondo se deja
compactado se puede dar encharcamiento y se dificulta la penetración
de las raíces, propiciando que se pudran o atrofien.

Plantación
Los árboles utilizados para arborizar las ciudades se consiguen en bol-
sas plásticas, canecas, costales de fibra o con el pilón envuelto en tela
arpillera. Al momento de plantar se recomienda eliminar el contenedor
para evitar deformaciones en el sistema radicular; lo cual se debe hacer
con un instrumento cortante, nunca rasgar para no desmoronar el pilón.
Los fracasos con muchos árboles se presentan al realizar esta labor, en
unos pocos minutos se puede dañar el trabajo de varios años necesarios
para tener el árbol a punto de plantarlo. Muchas especies son sensibles
a cualquier alteración y pueden morirse si el pilón se destruye o simple-
mente se agrieta, por ejemplo el Marañón (Anacardium occidentale), el
Madroño (Garcinia madruno), el Mamey (Mammea americana), el Aceite
María o Barcino (Callophyllum spp.). Lo recomendable es retirar primero
el fondo del contenedor, colocar el árbol en el hoyo a la profundidad
adecuada, cortar el resto lateralmente y luego agregar tierra preparada
alrededor hasta llenar el hoyo, teniendo la precaución de que el cuello
de la raíz quede a ras de la superficie: no debe quedar por encima de la
tierra ni enterrado, siendo más crítica la segunda situación porque afecta
el intercambio gaseoso.

Por respeto elemental hacia los árboles todos los escombros, bolsas o
basuras en general que se produzcan en el momento de la plantación
deben retirarse.

54
Tutorado
En los espacios urbanos una alta proporción de los ejemplares arbóreos
que se emplean están sometidos a vientos casi permanentes y unidirec-
cionales, en muchos casos producto del tráfico vehicular. El empleo de
tutores, especialmente en las avenidas de alto tráfico, debe ser parte de
las labores de establecimiento mientras el árbol se afianza y lignifica;
el número de tutores y su ubicación debe estar acorde con el espacio
disponible y las limitaciones presentes; su altura debe ser entre un tercio
y la mitad de la del árbol para obligarlo a lignificarse; los amarres se
deben hacer con un material elástico, como bandas de caucho, y deben
ser temporales; cuando se considere que ya no son necesarios se deben
eliminar, de lo contrario el árbol al crecer en diámetro absorbe los ama-
rres y se pueden generar estrangulamientos, deformaciones o lesiones
en la corteza que son puerta de entrada a plagas y enfermedades.

Fertilización y riego
Al establecer árboles jóvenes en las zonas urbanas la prioridad es la for-
mación de raíces para asegurar su desarrollo y anclaje. La aplicación de
fertilizantes ricos en fósforo y potasio (P y K) es recomendable, al menos
durante el primer año. La aplicación de compuestos nitrogenados (N),
como práctica común, no es conveniente porque estimula la formación
de follaje en un momento en el cual el árbol no tiene suficientes raíces
para sostenerlo.

El riego es otro factor crítico para los árboles de la ciudad. Ante la impo-
sibilidad de regarlos, la preparación del sitio de plantación es definitiva
para facilitar la retención e infiltración del agua lluvia.

Cuando se trata de zonas verdes como orejas de puentes, antejardines y


corredores viales, en los terrenos planos se puede conformar un reborde
alrededor del plato y en los pendientes una especie de explanación con
reborde hacia la parte exterior, así se facilita la acumulación del agua
lluvia que luego se infiltrará hacia las raíces. En las zonas con piso duro
como andenes, plazoletas y parqueaderos, es interesante pensar en ca-
ñuelas que aporten agua lluvia a los árboles y eliminen los excedentes, preparación del terreno para plantar en
así no se someten al estrés hídrico que tanto los afecta en su crecimiento. zonas planas y en pendiente

55
Cuidados posteriores
La plantación en el campo no es suficiente para asegurar la supervi-
vencia del árbol, las condiciones adversas a las cuales estará sometido
como los daños por vandalismo, animales, vehículos, falta de agua y
nutrientes, hacen necesarios cuidados posteriores hasta que sea capaz
de competir. Un árbol se considera joven los primeros cinco años, y se
recomienda monitorearlo al menos durante los primeros tres años para
eliminar bifurcaciones y guiar un tronco recto, hacer las podas de realce
necesarias para evitar obstáculos con el tráfico, y controlar plantas inva-
soras y brotes de plagas o enfermedades.

Yarumo - Cecropia spp.

56
1.4. MANEJO DE ÁRBOLES ADULTOS

Es importante mencionar que cada árbol requiere un tratamiento dife-


rente de acuerdo a su condición y a la función principal que se espere
de él.

El manejo de árboles adultos es más complejo y costoso, sus impactos


visuales y ambientales son más notorios e implican además un alto ries-
go para ellos. Las intervenciones sobre este tipo de árboles dentro de
una ciudad son diversas y se relacionan con la poda de raíces, troncos,
ramas, control de plagas, enfermedades, plantas epifitas y plantas pa-
rásitas; y procuran obtener individuos sanos y eliminar o minimizar los
conflictos que se puedan generar con la infraestructura urbana.

Cualquier intervención que se realice sobre un árbol debe corresponder


a criterios muy definidos, ser realizada por personal calificado que apli-
que los métodos recomendados y utilice las herramientas apropiadas.
De todas ellas la poda tiene un especial significado por las repercusiones
estéticas y fisiológicas sobre el árbol.

1.4.1 PODA
Las podas tardías son las más comunes, y con ellas se intenta corregir o
minimizar los problemas ocasionados por árboles mal plantados en gran
medida por el desconocimiento de los aspectos relacionados con la ad-
ministración correcta del componente arbóreo, constituyéndose más en
podas de deformación o mutilación. La presencia de elementos de la in-
fraestructura urbana fijos, a distancias o alturas determinadas, debe ser
un argumento en contra del establecimiento de árboles que por su tama-
ño irremediablemente entrarán en conflicto: Por ejemplo, bajo las redes
de energía que están a siete metros de altura, una especie de árbol que
en condiciones normales supere ese tamaño, como muchas de las utili-
zadas con 12, 15 ó más metros de altura, tiene que mantenerse podada
a menos de la mitad de su tamaño, lo cual implica una poda tan severa y
deformante que es preferible otra especie de carácter arbustivo.

No se debe olvidar que los árboles tienen que producir su propio ali-
mento, a partir del agua y nutrientes tomados del suelo a través de la
fotosíntesis en las hojas. Suprimir o reducir considerablemente la copa
afecta su fisiología, con repercusiones sobre su vigor y supervivencia.
La supresión de ramas no siempre se puede considerar una poda; para
que pueda considerarse como tal, no se debe cortar la parte gruesa de
la rama sin dejar otra rama lateral o “tirasavia”, que ayude a irrigar con
savia la parte afectada. Esta rama lateral debe tener como mínimo una Ceiba rosada - Ceiba speciosa

59
tercera parte del diámetro de la rama o tronco de donde se origina. La
otra condición es no cortar más de la tercera parte del volumen total del
árbol en una sola intervención (Rivas, 2000).

En las zonas urbanas la poda debe ser una práctica para garantizar la
vitalidad del árbol, la seguridad de los habitantes y bienes en general.
La programación de estas labores debe estar acorde con interrogantes
como: por qué, cómo y cuándo se debe podar.

¿Por qué se debe podar?


Ejemplos de podas mal realizadas
Las principales podas que se realizan en los árboles adultos de la ciudad
son de formación, de mantenimiento y de seguridad, cada una de ellas
con objetivos y grados de intervención diferentes.

Las podas de formación deben ser mínimas en la fase adulta del árbol.
Las intervenciones relacionadas con la forma se deben hacer en la fase
de vivero y el estado juvenil, por todas las ventajas ya mencionadas.
Tratar de dar formas especiales con reducciones drásticas de la copa
en árboles adultos es casi imposible, y en estos casos se convierten en
podas de deformación.

Las podas de mantenimiento, por el contrario, tienen gran pertinencia y


se relacionan con la eliminación de ramas secas, suprimidas o muertas,
que ofrecen riesgo, y de tocones de podas anteriores incompletas. Por
sus mayores dimensiones requieren técnicas y equipos más especiali-
zados y se debe prestar atención especial a la secuencia y ángulo de
corte.

Las podas de seguridad se diferencian de las de mantenimiento porque


las ramas que se eliminan están vigorosas y activas; se ejecutan para
reducir el volumen de la copa y eliminar interferencias con líneas de
energía, teléfonos, construcciones cercanas, etc. Se realizan también
para compensar la copa cuando por diversos factores se concentra más
a un lado. Pueden ser además de limpieza, de aclareo, de realce o de
restauración.

Reducción de la copa
Su objetivo principal es reducir el tamaño del árbol. Es tal vez la que re-
presenta el mayor porcentaje de las intervenciones que se realizan
en los árboles urbanos y es el reflejo de la cantidad de problemas
60
presentes por falta de previsión al momento de plantar. La solución
a esta problemática en muchos casos debe realizarse con programas
de reemplazos masivos por otras especies apropiadas; no tiene sentido
continuar una batalla permanente sin posibilidades de solución.

La reducción de la copa puede ser por encima, lateral, en forma de V o


por debajo. La implementación de cables compactos o aislados en las lí-
neas de energía eléctrica para reemplazar las crucetas tradicionales (tie-
nen cerca de dos metros de ancho y requieren un retiro adicional por el
campo electromagnético que se induce a su alrededor, por lo que obligan
a realizar podas muy drásticas) ha permitido reducir considerablemente
la intensidad de la poda, generar una especie de “túnel” por dentro del
follaje y que la copa se recupere en la parte superior. Esta medida es
benéfica para los árboles, aunque costosa y de difícil implementación
para toda una ciudad.

Para compensar la copa


Las condiciones de luz, variables de acuerdo con la altura de los edifi-
cios, la posición del árbol en relación con el sol u otros limitantes físicos,
pueden generar descompensación de la copa, tanto en forma natural
como por intervención antrópica. En los individuos de mayor tamaño y
cuando la descompensación es muy marcada se justifica realizar una
poda para equilibrar no sólo el aspecto estético sino también el estructu-
ral o sea para dar estabilidad al árbol.

Poda de limpieza
Lo más usual en este tipo de poda es eliminar los denominados chu-
pones, que son rebrotes vigorosos de tipo vegetativo formados a partir
de ramas o de la base del tronco. Se eliminan también enredaderas,
plantas epifitas que pueden invadir el árbol como ocurre con las Mele-
nas (Tillandsia usneoides), plantas parásitas que viven a expensas de
éste y pueden llegar a matarlo, las llamadas Golondrinas (Phoradendrum
nervosum o Struthanthus callophyllus) y los alambres, clavos, anuncios,
basureras, palomeras, etc., que hayan sido fijados al árbol y lo afectan
estética y fisiológicamente. Esta clase de poda beneficia el árbol en mu-
chos aspectos y por su pertinencia debe ser programada en el manejo
general.

Poda de realce de la copa


Consiste en remover las ramas bajas que pueden tener interferencia con
el tráfico. Cuando un árbol está ubicado cerca de una vía vehícular las
61
primeras ramas deben estar al menos a cuatro o cinco metros de altura
y si es peatonal a 2.5 m. Se eliminan también las ramas bajas que difi-
cultan la visibilidad en cruces viales, de señales de tránsito y semáforos,
por seguridad, o para permitir el paso de luz hacia el suelo y facilitar el
establecimiento de otras plantas cobertoras, que de otra manera queda-
rían suprimidas. La intensidad de esta poda tiene sus límites, se reco-
mienda conservar al menos la mitad del follaje que se desarrolla en los
dos primeros tercios de la altura del árbol. En algunos usos específicos,
como por ejemplo barreras para dar privacidad y controlar el ruido, el
realce de la copa puede ser contraproducente y debe hacerse con mucho
sentido común.

Poda de aclareo
Consiste en disminuir la cantidad de follaje al eliminar selectivamente
algunas ramas, para permitir circulación del aire dentro del propio follaje
mejorando las condiciones para la floración, la fructificación y el control
de plagas o enfermedades, y cuando se trata de follajes muy densos para
permitir la circulación del aire hacia sitos aledaños o para descubrir las
luminarias. En el aclareo se cortan las ramas desde su inserción en el
tronco o de otra rama y luego se deben hacer algunos despuntes para ter-
minar de compensar. Esta poda no debe sobrepasar el 30% del follaje.

El despunte consiste en disminuir la longitud de una rama lateral, cuyo


diámetro esté entre un tercio y la mitad del diámetro del tronco o rama a
la cual se inserte; el corte no se debe hacer en la parte gruesa y siempre
se debe dejar otra rama o yema que funcione como “tirasavia”, para que
se dé irrigación de savia hacia la zona de corte y se facilite la cicatriza-
ción. Esta precaución normalmente no se tiene en cuenta, situación que
repercute negativamente sobre la longevidad del árbol y propicia una
formación excesiva de follaje conocida como “escoba de bruja”. Cuando
se sobredimensiona el aclareo, el despoblamiento de las ramas afecta la
estética y produce lo que se conoce como “cola de león”, ya que expone
la rama a quemaduras por el sol y a roturas por la descompensación en
la distribución del peso.

Descopado, desmoche o “topping”


Es tal vez una de las prácticas más lesivas que se puede hacer a un
foto árbol. En esta intervención se elimina todo el follaje, con corte de ramas
estructurales de la copa. Como bien la describe Rivas (2000), ésta debe
ser considerada como un delito ecológico y no se debe incluir en
ningún momento en la definición de poda.
62
La principal razón para podar totalmente la copa es la reducción del
tamaño del árbol, bien sea porque interfiere con las construcciones y con
las líneas de energía eléctrica o por temor a que esto suceda en el futuro.
Sin embargo, ésta no es la opción para reducir la altura y el peligro que
se quiere evitar. El descopado tiene generalmente un efecto contra-
rio e implica un mayor riesgo posterior. Al quedar sin follaje el árbol
activa sus mecanismos de supervivencia: las yemas latentes crecen
rápidamente en una profusión de rebrotes cerca al área de corte para
recuperar la copa, recurriendo a las reservas acumuladas; este gasto de
energía lo debilita y puede matarlo; además los rebrotes se desarrollan a
partir de las capas más externas de la corteza, esto los hace más débiles
y propensos a reventarse con la lluvia o el viento. Lo anterior produce
un efecto contrario en cuanto a seguridad del que se pretendía con la
poda. Al cortar las ramas principales se abren simultáneamente muchas
heridas de gran tamaño y árbol presenta mayor dificultad para iniciar la
compartimentación de cada una de ellas, se debilita y, por tanto, es más
vulnerable al ataque de plagas y enfermedades.

En el descopado los cortes no se realizan ni en el sitio adecuado (de la


arruga al cuello de la rama) ni con el ángulo correcto; esto crea tocones
en las ramas con heridas que el árbol no es capaz de cerrar y los tejidos
expuestos mueren e inician un proceso de descomposición. Otra conse-
cuencia negativa de esta práctica es que las heridas expuestas reciben
un exceso de radiación solar que quema los tejidos, las manifestaciones
de este daño son las pudriciones, desprendimientos de corteza y muerte
de la rama o tronco completo. El descopado es costoso porque requiere
un mantenimiento posterior mayor: si el árbol se muere es necesario
talarlo y removerlo del sitio; implica además pérdida en el valor de las
propiedades y una mayor responsabilidad por daños ocasionados debi-
dos a una intervención no recomendada.

Como el árbol hay que tomarlo en conjunto, el deterioro o muerte de las


ramas implica muerte de raíces, con efectos negativos en la estabilidad y
la toma de agua y nutrientes en un momento bien crítico. Estéticamente
el árbol pierde su forma, queda mutilado y es la manifestación más
clara del irrespeto y subvaloración de los árboles.

Para el caso de los municipios del Valle de Aburrá, donde el conflicto


entre los árboles, redes de energía y construcciones es de común ocu-
rrencia, por la deficiencia en la escogencia de las especies, el sitio para
ubicarlas y manejo en general, esta drástica intervención es “entendible”
63
como una solución de emergencia pero no puede pensarse como perma-
nente. La selección de especies adecuadas, su propagación y correcta
ubicación tienen que ser una prioridad, en procura de una verdadera
solución al problema en los próximos años y garantía de árboles sanos,
bonitos, que aporten ambientalmente y que no generen conflictos.

¿Cómo se debe podar?


2
Las ramas mayores de cinco centímetros de diámetro se deben podar
1 realizando tres cortes en secuencia, para evitar desgarramiento de cor-
teza y lesiones con dificultades para cicatrizar. El primer corte se realiza a
3 unos 30 o 40 cm del tronco en la parte inferior de la rama y debe penetrar
cerca de un tercio del diámetro, el segundo se realiza en la parte superior
de la rama a unos cinco centímetros arriba del primero y se profundiza
1. primer corte / 2. segundo corte / 3. corte final
hasta que la rama se desprenda, por último se realiza el corte final que
consiste en eliminar el tocón remanente. Con esta secuencia se garanti-
za el control sobre la parte eliminada y se evitan daños en otros tejidos.

Para que el cierre de la herida por el “callo” o labio cicatrizante sea


completo es muy importante atender el ángulo de corte de la parte final
de la rama: Debe salir de la parte externa de la arruga de la rama hacia
la parte superior del cuello de la misma. Esta inclinación produce un área
de corte menor, no permite la acumulación de agua y no afecta el borde
del callo cicatrizante.

La arruga de la rama es fácil de observar en la mayoría de las especies.


Se forma cuando el cambiun del tronco y el de las ramas producen una
masa de células de madera hacia el interior; en el punto de unión se
genera una fuerte presión que deforma los tejidos internos y propicia la
conformación de una zona de madera muy dura en el cuello de la rama.
El cuello de la rama se localiza en la parte inferior y está formado por
tejidos del tronco, es de ángulo más abierto y no es tan notoria la defor-
mación de sus tejidos. Aprender a identificar estos puntos es básico para
que el corte final se realice correctamente.

Cuando se realiza un procedimiento inapropiado o no se utiliza el equipo


poda correcta poda incorrecta adecuado se presentan desgarres en las ramas en el punto de unión con
el tronco, el callo cicatrizante queda incompleto y el cierre de la herida
es parcial.

Si el corte se realiza a ras del tronco en las ramas que tienen un ángulo ascen-
dente, el área expuesta y la dificultad para cicatrizar son mucho mayores.
64
Si el corte se acerca más al tronco en la parte superior o en la inferior,
la cicatrización queda incompleta y se da en forma de U o de U invertida
respectivamente.

En algunos árboles en los cuales las ramas se insertan al tronco en un


ángulo casi recto, como la Araucaria (Araucaria excelsa) y el Almendro
(Terminalia catappa), el corte debe seguir la misma secuencia de tres
pasos descrita, pero en estos casos puede ser paralelo al tronco y casi
a ras, respetando unos milímetros de separación para no dañar el borde
del callo cicatrizante.

En los árboles con ramificación verticilada es necesario tener varias pre- foto mala poda
cauciones: si el tronco es de diámetro pequeño y se poda completamen-
te un verticilo, las heridas de los cortes pueden unirse y formar un anillo
completo que puede matar el árbol; si se trata de un individuo de mayor
tamaño la remoción de todo el verticilo deja en un mismo nudo varias
heridas expuestas de más riesgo y dificultad para cicatrizar, además de
una pérdida de masa foliar mayor.

¿Cuándo se debe podar?


La investigación más detallada en este aspecto corresponde a las zonas
con estaciones marcadas de invierno, primavera, verano y otoño. En las
zonas tropicales falta información al respecto; sin embargo, se considera
que las ramas reventadas, muertas, enfermas y que estén en contac-
to con líneas de energía, y los chupones pueden podarse en cualquier
época del año. Para las otras intervenciones, más de tipo preventivo, se
considera que un momento apropiado es cuando el árbol tiene un meta-
bolismo más activo, con el fin de facilitar el proceso de cicatrización.

Según Rivas (2000), un árbol urbano debería ser podado cada cinco años.
Si requiere podas más frecuentes indica que no es el apropiado para el
espacio ni el propósito deseado. En general, se afirma que si la poda es
racional y técnicamente ejecutada se puede realizar en cualquier época
del año (Rivas 2000); sin embargo, Shigo (1986) recomienda tener espe-
cial cuidado en la época de esporulación de los hongos patógenos y de
lluvias pues éstas contribuyen a su dispersión.

Proceso de cicatrización y compartimentación


La reacción del árbol ante la herida que genera la poda es iniciar el
proceso de cicatrización. Desde el punto de vista fisiológico el proceso,
conocido como compartimentación, tiene cuatro etapas descritas por
65
Shigo (1986), quien además plantea metodologías diferentes a las tradi-
cionales para tratar las áreas de corte.

La primera reacción del árbol ante una poda es producir taninos para
controlar la entrada de patógenos. Inicialmente se producen polifenoles
bien realizada:
el callo se desarrolla en círculo
hidrosolubles, que al reaccionar con los aminoácidos, los alcaloides y los
iones metálicos forman compuestos de baja solubilidad que recubren las
paredes celulares. Esta reacción con las proteínas es mortal tanto para
las propias células como para los organismos invasores. Las células an-
tes de morir se impregnan de cutinas y suberinas que repelen el agua.

La segunda fase de este proceso consiste en la oclusión de los vasos


por medio de látex, gomas o cristales en especies latifoliadas y de las
mal realizada: muy a ras del tronco. traqueadas, y por resinas en las coníferas.
No se forma el callo cicatrizante
En la tercera fase se incrementa la actividad metabólica de las célu-
las adyacentes a la herida; éstas son enriquecidas con azúcares y el
cambium produce más células parenquimáticas. Se generan también
sustancias antibióticas como los flavonoides para detener el avance de
los hongos.

En la cuarta etapa las células del cambium y la parénquima del floema se


mal realizada: muy pegado abajo. multiplican para cubrir la lesión. Ricas en suberina, además de controlar
el callo se forma incompleto en u invertida.
el ataque de hongos, recubren células contaminadas. El cubrimiento de
la lesión se empieza a dar de los bordes hacia el centro y es más activo
en los lados que arriba o abajo.

Uso de sustancias en el área de corte


De acuerdo con la teoría de la compartimentación no se recomienda la
aplicación de sustancias en el área de corte porque alteran el proceso
natural de cicatrización. Y cuando se aplican tardíamente sobre cortes
mal realizada: muy pegado arriba.
el callo se forma incompleto en u. realizados con anterioridad, se enmascara la pudrición de los tejidos que
ya está en curso, lo cual es más contraproducente por el avance per-
manente del daño sin que se pueda detectar y corregir. Es conveniente
tener presente que algunas heridas pueden cicatrizar completamente
pero pueden tener aún procesos de pudrición previos que continúan in-
ternamente.

Es de esperar que si se siguen todas las recomendaciones técnicas


mal realizada: para realizar una poda se obtengan resultados óptimos; sin embargo, no
muy alejado del tacón de rama siempre es así y aún en un mismo individuo las respuestas son variables
66
y pueden estar relacionadas con la edad y vigor del árbol en el momento
del corte, la habilidad y “buena mano” del podador, las fases de la luna, la
desinfección y el filo de las herramientas de poda, entre otros aspectos.

Manejo de los residuos de las podas


La podas y la remoción de árboles muertos o caídos generan un volumen
importante de residuos orgánicos que deben manejarse adecuadamente.
En el Valle de Aburrá estas labores las realizan las Empresas Publicas
de Medellín, las Empresas Varias, las Secretarías del Medio Ambiente o
los viveros municipales. La idea errónea que considera estos residuos
foto residuos
de ramas, hojas, flores o frutos como basura ha limitado su utilización
racional y por supuesto genera altos costos en su disposición final. Con
el fin de manejar fácilmente los volúmenes generados, que en la actua-
lidad pueden estar cercanos a los 60 m3 diarios, las entidades a cargo
emplean máquinas para picarlos, conocidas en el medio como “chipia-
doras”, palabra derivada del nombre de las máquinas en inglés “chipper”
o astilladoras.

La mezcla de partículas o astillas provenientes de todos esos tejidos


vegetales se conoce como “mulch”, y en la actualidad su utilización es
recomendada por los beneficios que representa para el árbol, pero es
necesario tener en cuenta algunas precauciones al aplicarla porque tam-
bién puede generar problemas si no se hace correctamente.

Dentro de las ventajas que se reconocen a la aplicación de una capa


de “mulch” alrededor del árbol se destacan principalmente que: ayuda
a mantener la humedad del suelo, disminuye la pérdida de suelo por
escorrentía superficial, reduce la evaporación en el área de las raíces,
disminuye la necesidad de riego, ayuda a controlar especies invasoras
y así se evita que las podadoras de césped o guadañadoras lesionen el
tronco en la base, mantienen una temperatura adecuada para las raíces;
al tratarse de materia orgánica, en la medida que se descompone, ayuda
a mejorar la estructura del suelo, su aireación y drenaje y dependiendo
de la calidad puede aportar nutrientes. Hoy la investigación reconoce que
a través de esta práctica de manejo del suelo alrededor de los árboles en
la ciudad, éste se aproxima a las condiciones que tienen en su ambiente
natural en el bosque.

Las desventajas que deben considerarse son: la aplicación de capas muy


gruesas es más perjudicial que benéfica para el árbol porque se aumenta
excesivamente la humedad y se propicia así la pudrición en las raíces,
67
además facilita el establecimiento de algunos roedores o insectos que
dañan la corteza y pueden matar el árbol. No se debe aplicar contra el
tronco ni formar montículos que tapen la base. Según el material original
puede durar mucho tiempo sin descomponerse o generar malos olores
por procesos de fermentación. Algunos materiales como los provenien-
tes de las gramas pueden modificar el pH del suelo, y las aplicaciones
muy seguidas pueden incrementar el nivel del terreno, lo cual es perju-
dicial para las raíces.

Para una aplicación correcta se debe verificar el drenaje: Si es bueno la


capa recomendada es de 5 a 10 cm de espesor cubriendo la gotera del
árbol pero retirada unos 20 cm de la base del tronco. Si el drenaje no es
bueno la capa debe ser más delgada para evitar excesos de humedad,
en este caso la profusión de plantas invasoras o malezas es mayor. El
tamaño de las astillas es importante también: las muy finas tratan de
compactarse afectando la aireación y la penetración del agua. Lo reco-
mendable es que tengan cerca de 2.5 cm en promedio, como las que
producen las máquinas que se emplean en la ciudad.

Siempre y cuando no se exceda el espesor recomendado de la capa no


es necesario compostar previamente el material; extenderla alrededor
del árbol inmediatamente la procese la máquina es lo más económico
y práctico, así no se dañan las raíces, el proceso de descomposición es
aeróbico, se beneficia el árbol y no se incurre en costos para llevarlo a
sitios de disposición final de residuos.

Cavar alrededor del árbol y enterrar el “mulch” no es recomendable por-


que se lesionan las raíces, se dificulta el proceso de descomposición, se
puede generar un exceso de humedad e implica un costo adicional.

Estos residuos orgánicos ya han sido utilizados en la Universidad Nacio-


nal de Colombia, en el parque La Asomadera y en el cerro El Volador, y los
resultados observados permiten inferir una mejora sustancial del suelo y
una respuesta en el crecimiento de los árboles mucho mayor que sin su
aplicación. El empleo de este material debe extenderse a otros espacios
y convertirse en parte del manejo de las zonas verdes, con algunas res-
tricciones en sitios muy pendientes cerca a desagües para prevenir que
sean arrastrados y los obstruyan. Extendidos estéticamente dan una idea
de manejo cuidadoso de los árboles y de paso se cambia la idea errónea
de que este tipo de material vegetal es basura.

68
Empleo de inhibidores de crecimiento
Dentro de la investigación que es urgente iniciar para controlar el ta-
maño de los árboles se propone el empleo de inhibidores o reguladores
de crecimiento (productos químicos que afectan las giberelinas u hor-
monas del crecimiento). Los inhibidores actúan en dos formas: como
inhibidores terminales porque matan o reducen la dominancia apical
e inducen el crecimiento de yemas laterales. Los más conocidos son el
ácido naftalenacético, clorofluorenos, Dikegulac e hidróxido maléico. Y
los inhibidores subapicales que retardan la elongación entre los nudos
de la rama pero sin afectar las funciones meristemáticas apicales. Son
los más empleados para controlar el crecimiento en árboles, especial-
mente los producidos a base de furprimidol y paclobutrazol (Sachs and
Hachett, 1972, citado por Harris, 1992). En los Estados Unidos su empleo
se remonta cerca de 50 años atrás para controlar árboles bajo líneas de
energía eléctrica, y se ha obtenido reducciones en la biomasa hasta de
un 75% (Redding, 1993; Arron G. et. al.1997). En nuestro medio es muy
poca la experiencia con estos productos, sólo se han realizado algunos
trabajos en frutales y en maderables, aunque explícitamente los fabri-
cantes del producto no recomiendan utilizarlos en los primeros.

La dosis, la frecuencia y el sistema de aplicación dependen de varios


factores como: la especie del árbol, el tipo de suelo, la humedad dispo-
nible durante y después de la aplicación, y las condiciones climáticas.
Ha sido a partir de ensayo y error que se ha logrado establecer la dosis
y frecuencia para algunas especies, pero esta información no se debe
extrapolar directamente sin ensayos previos. Un error en alguno de estos
aspectos puede ser mortal para el árbol.

La aplicación puede hacerse con riego, inyectando el producto al suelo


o por macro infusión; ésta última consiste en descubrir el cuello de las
raíces, introducir los inyectores y formar un circuito completo con man-
gueras y acoples, los cuales van conectados a una bomba que dosifica
y presiona el producto dentro de los tejidos conductores del árbol. El
Cambistat 2SC como marca registrada a base de paclobutrazol es un
inhibidor que puede reducir el crecimiento entre un 40 y un 60%, se
aplica en épocas de crecimiento activo, siempre y cuando el suelo no
esté congelado o saturado de agua, diluido en una proporción de 1:11.
Si se inyecta al suelo cerca al árbol y el producto entra en contacto con
otras plantas también actúa sobre su crecimiento. Las replicaciones se
recomiendan cada tres años, sin embargo en algunas especies puede
ser cada de ocho años. El empleo de estos productos no reemplaza la
69
poda pero reduce el crecimiento de los rebrotes y de esta manera su
frecuencia. Para muchos árboles ya plantados en la ciudad, aún en cre-
cimiento pero que necesariamente en unos años entrarán a generar pro-
blemas, bien vale la pena investigar esta opción, además de otras como
trasplantes oportunos.

1.4.2 INTERVENCIONES SOBRE ÁRBOLES “IN SITU”


Con el avance inexorable de las ciudades hacia las zonas suburbanas o
rurales, donde el valor de la tierra es cada vez más elevado, los espacios
con un ambiente natural son intervenidos drásticamente, principalmente
los árboles, por su tamaño y ocupación del espacio.

En ocasiones estas intervenciones son bastante desafortunadas y afec-


tan negativamente la calidad del sitio de varias formas: destrucción de
raíces, modificaciones en el terreno con aumento o disminución del nivel,
compactación, vertimiento de sustancias, acumulación de materiales y
escombros contra el árbol, lesiones y desprendimiento de la corteza por
golpes y traslado de árboles de un lugar a otro sin precaución.

Una evaluación previa y el acompañamiento de un experto en el tema


desde el diseño y durante el proceso de construcción, permitiría capitali-
zar la riqueza natural en favor del proyecto, implementar las medidas de
protección necesarias, realizar todas las labores de mantenimiento con
suficiente antelación de acuerdo a las metodologías conocidas y corregir
oportunamente cualquier problema que se presente.

Es muy común que en los proyectos arquitectónicos, al realizar el levan-


tamiento topográfico del terreno, los árboles presentes se ubiquen como
un punto en el plano y se desconozca el volumen ocupado por la parte
aérea y la radicular, lo cual inevitablemente generará conflictos cuando
se inicie el desarrollo físico de las obras.

En la medida que la ciudad se expande interviene espacios con condi-


ciones más naturales, en muchos de ellos se encuentran árboles que
por su tamaño, forma, especie, condiciones fitosanitarias, importancia
ecológica, belleza o por ser escasos y de difícil propagación, deben ser
considerados y protegidos como “patrimoniales”, especialmente cuando
por su longevidad natural puede esperarse de ellos una larga permanen-
cia en el medio, que en algunos casos puede superar los 50, 80, 100 o
más años.

70
Diferentes tipos de raíces y sus funciones
Para hacer podas en las raíces es necesario comprender cómo funcionan
y qué grado de intervención es posible realizar sin poner en riesgo el
árbol. En una raíz se pueden diferenciar cuatro partes, cada una de ellas
con funciones diferentes:

El meristemo apical y cofia: Se localiza en la punta de las raíces, es


una zona de intensa multiplicación celular y está protegida por la cofia,
cuya función además de proteger las células del crecimiento es guíar la
raíz a través de los espacios abiertos dentro del suelo.
Zona de alargamiento de las células: Las células que se forman ini-
cialmente son de tamaño reducido, y para que las raíces puedan crecer
es necesario que éstas aumenten su volumen por absorción de agua.
La zona de alargamiento es de menos de cinco milímetros de largo y
empuja la cofia dentro de los espacios vacíos del suelo.
Zona de pelos absorbentes: Los pelos absorbentes son estructuras
unicelulares que aumentan considerablemente la superficie de contacto
entre las raíces y el suelo, para captar con más facilidad agua y nutrien-
tes. Normalmente tienen una vida corta de pocos días y deben estar en
una parte inmóvil de la raíz para que no se revienten como ocurriría si
estuvieran en una zona de crecimiento.
Zona de raíces laterales: Después de secarse los pelos absorbentes,
las células externas son enriquecidas con suberinas que las protegen de
hongos y bacterias patógenas. A partir de las células centrales se pue-
den formar raíces laterales, aumentando el tamaño y la superficie para
captar agua y nutrientes. El desarrollo de las raíces es casi constante de-
pendiendo de las condiciones del suelo, e inicialmente es mayor en pro-
fundidad para alcanzar las zonas con más disponibilidad de humedad.
Luego se desarrollan raíces de crecimiento horizontal, más cercanas a la
superficie para absorber nutrientes.

En la medida en que la biomasa aérea aumenta algunas raíces también


incrementan su diámetro, normalmente con mayor desarrollo en la parte
superior donde el suelo ofrece menos resistencia, es decir, son excéntri-
cas en sección transversal. Estas raíces pasan a desempeñar un papel
importante como soporte o anclaje.

De acuerdo con el diámetro de las raíces se pueden diferenciar cinco


clases:

71
Las raíces finas son las menores de dos milímetros de diámetro, de vida
corta y se renuevan continuamente. Su función principal es la absorción
de nutrientes, también producen citoquinina que es una sustancia regu-
ladora del crecimiento y exudan sustancias solventes como ácido cítrico
para ayudar a la absorción de sales minerales,
Las raíces flexibles son aquellas entre dos y cinco milímetros de diá-
metro, encargadas de conducir el agua y sales disueltas, y más perma-
nentes que las anteriores.
Las restantes son las lignificadas que están entre 5 y 10 mm de diá-
metro, las gruesas entre 10 y 20 mm, y las muy fuertes mayores de 20
mm. Relacionadas principalmente con el anclaje, mantienen la cohesión
del suelo y actúan como contrapeso para evitar la caída del árbol. En
época de lluvias prolongadas la cohesión de las raíces puede perderse
y propiciar la caída del árbol. Estas raíces gruesas en muchas especies
funcionan como depósitos de reservas nutritivas para la regeneración de
raíces finas y para la parte aérea.

Para que las raíces puedan desempeñar su función requieren oxígeno y


agua en el suelo. El oxígeno debe ser al menos de un 15% del volumen
del suelo, en concentraciones menores a 12% puede ocurrir la muerte
de las raíces y por debajo del 10% la muerte de los microorganismos
del suelo. Otro factor limitante se relaciona con el agua, cuando hay ex-
ceso desplaza el aire de los espacios porosos del suelo y en época de
déficit se imposibilita la absorción de sales minerales y el aumento en
el volumen de las células. Bajo ambas situaciones extremas hay muerte
de raíces finas, las cuales pueden formarse de nuevo al volver a ser
favorables estas condiciones.

Afectar las raíces con podas, compactación e impermeabilización de la


superficie con cemento o asfalto, tiene efectos nocivos sobre la salud y
supervivencia de los árboles, sobre todo cuando estas intervenciones so-
brepasan ampliamente las recomendaciones, porque impiden la entrada
de agua, el intercambio gaseoso y la acción de los microorganismos,
especialmente de los hongos que forman asociaciones simbióticas con
las raíces (micorrizas), que forman una densa red de micelio dentro del
suelo, facilitando la absorción de nutrientes por parte del árbol.

Las raíces tienen una capacidad de recuperación mucho más baja


que el follaje, las gruesas pueden tardar varios años en restable-
cerse.

72
Destrucción de raíces
Bajo condiciones naturales óptimas para el desarrollo un árbol es un todo
armónico entre la parte aérea y la radicular, cualquier intervención que
se realice sobre alguna de ellas repercute en la otra. Se estima que existe
una relación de 2:1 entre la biomasa aérea y la subterránea. Para poder
tener árboles de gran porte y en buen estado es necesaria una estructura
radicular proporcional al tamaño del árbol (Serediuk et al, 1995).

En general se considera que en un árbol adulto las raíces se extienden


el diámetro de la copa más un tercio adicional, pero esto varía conside-
rablemente según las especies y las condiciones del terreno, algunas
pueden extenderse dos o tres veces su diámetro de copa. Con respecto a
la profundidad que alcanzan las raíces también hay variación: se estima
que en los primeros 1.20 m se concentra la mayoría, y en los terrenos
urbanos por compactación, mala plantación, etc., cerca del 80% de la
biomasa de raíces está en los primeros 20 a 30 cm a partir de la super-
ficie (Arno, sf).

La destrucción de una raíz principal puede originar una pérdida en-


tre un 5 y 20% del sistema radicular.

Modificaciones en el nivel del terreno


Por la estrechez natural del Valle de Aburrá las nuevas construcciones se
asientan cada vez más en terrenos pendientes, lo que necesariamente
implica modificar la topografía original con llenos y cortes. Para conser-
var los árboles ante estas alteraciones del nivel inicial, la recomendación
es respetar al menos toda el área debajo de la proyección de la copa o
la denominada “gotera”.

Cuando se eleva el nivel del terreno sobre el área de las raíces se dificul-
ta el intercambio gaseoso y la infiltración del agua a mayor profundidad.
Un pequeño lleno de 15 cm sobre las raíces puede ser suficiente para
matar algunos árboles. Una de las intervenciones más graves es cuan-
do el lleno tapa el cuello de la raíz y parte del tronco, porque termina 3 4 2 1
asfixiándolo. Si dentro de las adecuaciones del terreno es estrictamen-
te necesario involucrar el tronco en el lleno, se recomienda colocar de
forma manual una capa de piedra de cantos rodados alrededor de éste
desde el nivel original del terreno hasta la altura que vaya a tener el lleno, Lleno alrededor del árbol
y en el resto del área de influencia de las raíces perforar hoyos o canales 1. nivel original / 2. lleno / 3. piedra alrededor
de aireación. del tronco / 4. capa de geotextil

73
Cuando se presenta compactación o aumento en el nivel del terreno,
los problemas de falta de oxígeno se pueden ayudar a solucionar con
aireación vertical y radial.

Aireación vertical: Los hoyos de aireación son una alternativa para oxi-
genar la zona de raíces. Normalmente tienen entre 5 y 10 cm de diáme-
tro y 30 cm de profundidad pero pueden ser más profundos si el nivel
del terreno se incrementa. Tomando el tronco como centro se distancian
Aireación vertical entre sí cada 90 cm formando círculos concéntricos. Para evitar que es-
tos hoyos queden expuestos y representen algún riesgo, se acostumbra
llenarlos con astillas de madera, piedras pequeñas, turba u otros mate-
riales que faciliten la aireación y den soporte a las raíces.

Aireación radial: Los canales cavados en el suelo se conocen como


aireación radial y consisten en zanjas estrechas de unos 10 cm de ancho
y cerca de 30 cm de profundidad o más si el nivel se incrementa, exten-
didas radialmente en toda la zona de raíces con el tronco como centro,
similar a los radios de una rueda y prolongados hasta la gotera o proyec-
ción de la copa en el suelo. Estos canales deben estar separados por lo
menos 20 cm de la base del tronco y se debe evitar cortar las raíces de
soporte principales que se encuentren durante la excavación. Al final es
Aireación radial: conveniente llenarlas con partículas de madera o compost.
Los hoyos se perforan alrededor del sistema
radicular para permitir aireación Otro tipo de intervención bastante frecuente en el proceso de construc-
ción es la disminución en el nivel del terreno cerca al árbol, la cual tiene
efectos inmediatos por la destrucción de raíces, especialmente por la
concentración de un alto porcentaje de ellas en los primeros centímetros
del suelo. Por los requerimientos de espacio, aire y agua, generalmente
más disponibles cerca a la superficie del suelo, se estima que cerca de
2 1
un 90% de las raíces finas se localizan en los primeros 30 cm de pro-
fundidad. La recomendación en este caso es respetar el nivel original del
terreno desde el tronco hasta la proyección de la copa en el suelo.

Si una de estas intervenciones es estrictamente necesaria debe hacerse


en un solo lado del perímetro, nunca alrededor de todo el árbol, y en el
área donde se vaya a rebajar el nivel dejar un retiro con relación al tronco
Disminución del nivel original: de al menos tres veces su diámetro, para conservar parte de las raíces
1. nivel original / 2. nivel final de anclaje y evitar que el árbol pierda estabilidad.

74
Construcción de jardineras alrededor del árbol
La construcción de jardineras alrededor de los árboles es una práctica
bastante contraproducente, a la cual se le puede atribuir la muerte o
deterioro de muchos de ellos. Es muy común que estas estructuras se
construyan rodeando los árboles más representativos o patrimoniales
ubicados en las plazas y/o avenidas principales de nuestros municipios,
por su connotación como sitio de encuentro, su tamaño, floración o valor
histórico.

Para establecer estas jardineras se requiere hacer poda de raíces. Nor-


malmente por la poca disponibilidad de espacio, las jardineras son muy
pequeñas para el tamaño del árbol y al construirse tan cerca al tronco
producen una pérdida mayor de raíces que involucra las gruesas, las del-
gadas y los pelos absorbentes, afectando así todas sus funciones. Ade-
más, para llenar la jardinera se acostumbra adicionar tierra directamente
contra el tronco y de esta manera se impide el intercambio gaseoso, se
inicia un proceso de deterioro que avanza continuamente, produce la
muerte paulatina de las raíces y el agotamiento de reservas hasta llevar
el árbol a un punto irreversible de deterioro y muerte. Daño que normal-
mente no se asocia con la construcción porque el proceso puede durar
varios años y es difícil detectarlo inmediatamente; las manifestaciones
posteriores como muerte de ramas, desprendimiento de la corteza y falta
de vigor en general son la señal casi inequívoca del daño ocasionado
tiempo atrás.

Barreras para contener las raíces


Si se comparan todos los beneficios que aporta un árbol con las desven-
tajas que pueda estar provocando, en la mayoría de los casos, son mu-
cho mayores los beneficios. Condenar un árbol a la tala porque algunas
raíces levanten una acera u obstruyan un desagüe, casi siempre es una
determinación desacertada. Las raíces pueden contenerse y desviarse
utilizando barreras.

Si se trata de un árbol joven, las barreras se pueden localizar lateralmen-


te hacia el sitio que se desea proteger o instalarlas en todo el contorno al
realizar la plantación, especialmente si esté va a estar confinado en una
zona de piso duro.

Cuando se trata de un árbol adulto implica cortar las raíces gruesas que
generan el problema, en este caso las precauciones son mayores. La
distancia mínima que se debe respetar entre el tronco y la barrera que se
75
va a implementar es tres veces el diámetro del tronco; intervención que
se debe hacer por etapas: inicialmente en un solo lado del árbol o con in-
tervalos de un año para cada lado si es que se requieren podas en todo el
contorno, nunca se deben hacer simultáneamente porque la destrucción
1 de raíces es grande y afecta el anclaje, la toma de agua y nutrientes.
1
Para configurar las barreras existen placas de polietileno de alta densi-
1 dad o de poliestireno de alto impacto, con sistemas de unión rápidos y
ribetes interiores para orientar las raíces, especialmente diseñadas para
2 estas aplicaciones. La dificultad para conseguirlas en nuestro medio ha
3 llevado a improvisar alternativas como: un cilindro de permaflex, un tubo
4 de concreto de los empleados para alcantarillado, un tanque de polietile-
no para agua sin fondo, o vaciar el contenedor en concreto ciclópeo (se
5
recomienda que su resistencia sea de 2500 libras por pulgada cuadra-
da-PSI). No obstante, aún no se conoce su efectividad en el tiempo. Si
Plantación de árboles en zonas de piso duro: un contenedor de éstos tiene puntos débiles o fisuras, la protección no
1. piso duro / 2. gravilla / 3. contenedor de
raíces / 4. medio de siembra / 5. fondo del
se puede garantizar por la fuerza y capacidad que tienen las raíces para
hoyo, repicado superar esos obstáculos.

Los contenedores para las raíces siempre se deben localizar a nivel


del piso, nunca deben quedar por debajo porque cualquier raíz superfi-
cial que encuentre ese espacio libre lo colonizará y levantará los pisos o
estructuras que se querían proteger.

Protección durante la construcción de obras civiles o edificios


La protección de los árboles por un proceso de construcción debe consi-
derar medidas antes, durante y después de la misma.

Antes de iniciar la construcción un técnico especializado debe hacer una


evaluación detallada de cada uno de los individuos que interfieren con la
obra, para determinar cuáles amerita conservar, cuáles se pueden tras-
plantar y cuáles se deben talar. Para tomar estas determinaciones se re-
1 1 4 3 3 2 1
quiere tener criterios muy claros con relación a: la especie, tamaño, edad
1. piso duro / 2. contenedor de raíces / 3. y aspecto general. Bajo condiciones naturales los árboles al crecer juntos
medio de siembra / 4. guías para orientar las
raíces se protegen unos a otros, cualquier cambio por pequeño que parezca
puede modificar sustancialmente las condiciones de luz, radiación solar,
temperatura, humedad y vientos, lo que los hace sensibles a quemadu-
ras por el sol, a volcamiento o desprendimiento de las ramas. En lo po-
sible, se debe conservar una mezcla de individuos adultos y juveniles de
diferentes especies. No siempre la mejor recomendación será conservar
los árboles de mayor edad, sólo cuando presenten buenas condiciones
76
deben tomarse todas las precauciones para evitar su deterioro o pérdida;
en muchos casos se dejan ejemplares con un deterioro tan avanzado que
en poco tiempo ofrecerán alto riesgo, y su eliminación será más difícil
y costosa una vez finalizadas las obras civiles. En general los árboles
juveniles con mayor vigor deben privilegiarse por su expectativa de vida
más larga.

Durante la construcción se deben delimitar claramente las áreas para


cada actividad. Contra y alrededor de los árboles no debe presentarse
acumulación de materiales ni escombros, ni sobrantes de cemento, ni
parqueo de maquinaria, por los daños que pueden ocasionar en la cor-
teza y ramas, y por las implicaciones sobre las raíces. Lo prudente es
establecer barreras lo más alejadas posible que obstaculicen el acceso
hasta el árbol. Si las limitaciones espaciales no lo permiten al menos se
debe respetar un retiro en una relación 1:10, es decir, por cada centíme-
tro de diámetro en el tronco, respetar diez centímetros en el terreno, o
hacer un cerramiento individual a cada árbol. La protección que brindan
estas barreras se justifica plenamente porque no todas las lesiones que
se puedan presentar son posibles de solucionar y quedaría el árbol con
daños permanentes que afectan su vitalidad y belleza.

Debido al cambio permanente de personal que normalmente se da en


una construcción, especialmente de subcontratistas que entran en dife-
rentes etapas del proceso, las áreas con restricción deben tener avisos
que indiquen las limitaciones en excavaciones, acumulación de materia-
les tanto de construcción como de escombros, entrada, salida y parqueo
de vehículos.

El esfuerzo para proteger los árboles tiene que ser un compromiso de


todo el equipo que trabaja en la construcción. La falta de señalización,
de avisos y de coordinación, facilita que cualquier subcontratista arruine
todo el trabajo. Es conveniente que el experto, encargado de supervisar
las labores de cuidado y protección de los árboles, visite a diario la obra
para poder detectar a tiempo cualquier anomalía y corregirla oportuna-
mente.

Las barreras de protección se deben instalar lo más retirado posible de


los árboles, para cuidar principalmente el sistema radicular.

Algunas labores pueden contribuir a minimizar daños en los árboles: las


excavaciones y el vaciado de aceras que afectan las raíces pueden re-
77
2
emplazarse, en muchos casos, por puentes para tránsito peatonal con
sólo algunos apoyos puntuales sobre el suelo; para el paso de redes de
acueducto, alcantarillado u otros servicios se puede cavar un pequeño
túnel bajo el árbol, en lugar de las brechas tradicionales de mayor tama-
1 ño que ocasionan cortes de todas las raíces durante la excavación.

1. túnel / 2. brecha tradicional Mantenimiento después de la construcción


Con tantos elementos de riesgo es casi imposible evitar que se presen-
te algún daño, en tal caso las ramas reventadas deben podarse y los
desprendimientos de corteza por golpes se deben pulir para facilitar la
cicatrización. Un árbol puede tardar varios años en acomodarse a las
Trasplantes mal realizados
nuevas condiciones ambientales y recuperar las raíces dañadas, una su-
pervisión periódica permitirá detectar síntomas de decaimiento o riesgo,
falta de nutrientes o de agua, ataque de plagas o enfermedades, y aplicar
los correctivos necesarios. Se recomienda tener cuidado en las labores
finales de paisajismo, instalación de sistemas de riego o amoblamiento
de áreas verdes, porque se puede dar al traste con todos los esfuerzos
para proteger el árbol realizados previamente.

1.4.3 TRASPLANTE DE ÁRBOLES ADULTOS


Trasplantar un árbol se refiere a cambiarlo de lugar bajo condiciones de
tanto cuidado que garanticen la conservación de todas sus funciones
vitales, su forma, su recuperación y la continuación de su crecimiento.
Un trasplante es una de las intervenciones más drásticas que se
le puede hacer a un árbol y nunca debe entenderse como pasarlo
simplemente de un lugar a otro.

Debido a los riesgos que representa para el árbol y a los costos, un tras-
plante tiene que tener una justificación muy precisa. Un árbol de más de
15 cm de diámetro se considera grande para el trasplante. El árbol puede
perder cerca del 90% de su sistema radicular; tanto que un individuo con
sólo 10 cm de diámetro en el tronco puede tardar cerca de 5 años en
recuperar sus raíces. Con un diámetro en el tronco por encima de 10 cm
las dificultades para obtener un trasplante exitoso aumentan en forma
casi logarítmica.

No todas las especies se pueden trasplantar, algunas son tan sensibles que
cualquier modificación en sus raíces es suficiente para producir su muer-
te. Las condiciones del terreno también pueden ser determinantes para el
éxito o fracaso del transplante: un terreno muy arenoso, con escombros o
piedras dificulta la conformación del pilón y limita las posibilidades de éxito.
78
Los árboles manejados en vivero, con podas periódicas o confinamiento
de raíces, responden mejor al trasplante que aquellos que han creci-
do a campo abierto, sin limitaciones para que sus raíces se extiendan;
precisamente ésta es la situación que se presenta cuando es necesario
trasplantar un árbol en una construcción.

Las siguientes recomendaciones ayudan a tomar la decisión de


trasplantar o no un árbol grande:
A. Seleccionar especies de las cuales se conozcan experiencias exito-
sas con los trasplantes. De no existir información previa todas las reco-
mendaciones para el prepiloneo y piloneo final deben seguirse rigurosa-
mente. Algunas especies como el Guayabo (Psidium guajava), el Madroño
(Garcinia madruno), el Marañón (Anacardium occidentale) y el Carbonero
(Calliandra pittierii) entre otras, son bastante sensibles al trasplante.
B. Cada árbol se debe examinar cuidadosamente antes de empezar a
prepararlo y sólo se deben programar para el trasplante aquellos que estén
en buenas condiciones. Un árbol con una expectativa de vida muy corta, o
afectado por pudriciones o mutilaciones irreversibles no justifica moverlo.
C. Es importante verificar si la grúa y demás vehículos que se requie-
ren para trasladar el árbol tienen facilidad de acceso al sitio y si el terre-
no tiene la suficiente capacidad de soporte para estos equipos pesados.
D. En el caso de árboles muy voluminosos se debe realizar un recorrido
previo desde el sitio inicial hasta el final para detectar posibles obstácu-
los, especialmente líneas de energía, teléfonos, semáforos y señalización
y así poderlos solucionar oportunamente; en caso de que los limitantes
sean insalvables se debe pensar en otro sitio final o desechar la posibi-
lidad del trasplante. Para el transporte de árboles grandes es necesario
coordinar con las autoridades de tránsito el cierre de vías para realizar
todas las labores de amarre, cargue y movilización.
E. Una vez definido qué árboles se van a trasplantar se inicia el pre-
piloneo con suficiente antelación. Este proceso puede tardar de uno a
varios años dependiendo principalmente de la especie y su tamaño. Ini-
cialmente se limpia un círculo alrededor del tronco y luego se cava una
brecha. Las raíces que se encuentren se podan con serrucho, no se de-
ben emplear herramientas de impacto como machetes, picas, barras, etc.
En las zonas templadas se recomienda hacer el prepiloneo por cuartos
de circunferencia espaciados cada tres meses hasta completar el círculo
alrededor del árbol. En las zonas tropicales, aunque falta mucha inves-
tigación al respecto, es usual que esta labor se realice de una sola vez.
F. La distancia a la cual se debe iniciar la excavación en relación
con el tronco, y que prácticamente determina el tamaño final del
79
pilón, varía de acuerdo a las especies y a los recursos disponibles;
en general, se recomienda conservar una relación de 1:10 entre el
diámetro del tronco y el del pilón. Sin embargo, es en el campo di-
rectamente donde se hacen los ajustes necesarios; por ejemplo, si se
encuentra que las raíces son mucho más cortas puede disminuirse el
tamaño del pilón, lo cual facilita algunas labores.
G. Una vez podadas las raíces que se encontraron durante la exca-
vación se tapa de nuevo la brecha con la tierra removida. Luego, para
estimular la recuperación posterior de las raíces que se cortaron es con-
veniente aplicar un riego con un producto rico en fósforo y potasio. En
el prepiloneo el árbol no se mueve del sitio ni se le corta aún la raíz
pivotante.
H. Cuando se vaya a mover definitivamente el árbol a su nuevo sitio se
inicia el piloneo final. En esta fase se retira la tierra de la brecha anterior
y se comienza a conformar una especie de cono truncado inverso hasta
encontrar la raíz pivotante. Ésta se poda una vez se tenga amarrado el pi-
lón, para que no se destruya, y el árbol esté soportado por la grúa. Cortarla
antes puede hacer que el árbol se incline y caiga de lado, se desmorone
el pilón y de esta manera se dificulten las labores posteriores de izada.
I. Cuando la cohesión del pilón no garantiza su estabilidad se puede
forrar con malla metálica y revestirlo con cemento mientras se realiza el
trasplante, luego se elimina esta canastilla con mucho cuidado.
J. Cuando se trata de árboles muy grandes y pesados se recomienda
perforar túneles debajo del pilón, atravesar tubos metálicos unidos entre
sí y conformar una especie de red o estiva para levantarlos.
K. No se recomienda hacer el amarre para levantar el árbol directa-
mente del tronco, porque al tensionarse el cable puede destruir la corteza,
anillarlo y matarlo, o si el pilón es demasiado pesado puede cizallarlo.
L. Si las condiciones del terreno lo permiten, se pueden cortar las raí-
ces en la base del pilón pasando un cable de acero por debajo y halarlo
con la grúa, pero en la mayoría de los casos por la estrechez de la exca-
vación es difícil hacerlo porque el cable trata de elevarse desmoronando
el pilón.
M. Se debe evitar la época de verano para pilonear los árboles, y se
debe escoger un momento climático apropiado para la movilización: las
primeras horas del día o al final de la tarde son más frescas e implican
menos estrés para el árbol.
N. Antes de mover el árbol se recomienda marcar un punto cardinal y
conservarlo en el nuevo sitio.
O. El riego se debe hacer a mano e inmediatamente se termine el
trasplante. Se debe evitar el exceso de humedad.
80
P. Solo se recomienda podar las ramas reventadas durante el trabajo.
Para poder recuperarse, el árbol necesita sus hojas y de él se desprende-
rán las que no necesite o sea capaz de sostener. En este aspecto no hay
consenso entre los investigadores, algunos recomiendan podar parte del
follaje, especialmente cuando el tamaño del pilón es muy pequeño.
Q. El hoyo donde se va a plantar el árbol debe ser más grande que el
pilón, para poder complementar con tierra abonada alrededor y facilitar
la recuperación de las raíces. La tierra se debe apisonar bien para garan-
tizar estabilidad y en muchos casos eliminar la necesidad de tutores.
R. Mientras el árbol se reestablece, las raíces en proceso de recu-
peración son muy susceptibles y pueden reventarse con facilidad con
cualquier movimiento por el viento, la lluvia, las personas, vehículos, etc.,
para contrarrestar este efecto negativo se recomienda la instalación de
tutores. En general se sugieren tres, espaciados alrededor y sujetados al
árbol con amarres flexibles para evitar daños en la corteza; si las condi-
ciones de espacio no permiten este número de soportes puede utilizarse
uno o dos tratando de compensar la dirección de los vientos dominantes.
Los tutores son ayudas temporales que pueden permanecer hasta cerca
de un año, después se retiran.
S. No se recomienda aplicar fertilizantes con nitrógeno durante el pri-
mer año porque estimulan la formación de follaje en un momento en el
cual es más prioritario recuperar las raíces perdidas, por esta razón se
recomienda la aplicación de fósforo y potasio.
T. Es conveniente aplicar una capa de “mulch”, que son los residuos
de ramas, hojas, flores y frutos triturados, en un área mínima de 2.5 m
de diámetro alrededor del árbol y alejada al menos a una distancia de
20 cm del tronco.
U. Una supervisión posterior es fundamental para garantizar un riego
adecuado. Además los árboles, después de un trasplante, pueden produ-
cir un olor a sustancias fermentadas que atraen insectos perforadores de
maderas secas, como escolítidos y platipódidos, que de no controlarse
oportunamente pueden causar la muerte del árbol.
Al tratarse de una operación de alto riesgo para el árbol, es importante
calcular el peso total que se va a mover para conseguir el equipo de
carga apropiado y evitar así improvisaciones de último minuto, que ge-
neralmente se traducen en podas drásticas y mal realizadas. La práctica
ha mostrado que una vez se tenga un cálculo del peso total del árbol que
se va a trasplantar, la grúa debe tener al menos una capacidad de carga
equivalente al doble de ese peso.V.

81
Se puede obtener una aproximación al peso que se va a mover, así: Se
calcula el volumen total del árbol, que incluye los volúmenes del tronco,
la copa y las raíces, se multiplica por la densidad y se obtiene el peso
del árbol, luego se calcula el volumen de la tierra del pilón se multiplica
por la densidad para este tipo de material y se obtiene el peso del pilón,
finalmente se suman ambos resultados para el peso total.

En general, para los árboles tropicales conocidos también como latifolia-


das, se puede aplicar la siguiente formula:
Vol tronco = 3.1416x d2x h x 0.52/4
Vol copa = 0.30 x Vol tronco
Vol raíz = 0.15 x Vol tronco
Vol total biomasa= Vol tronco+ Vol copa+ Vol raíz
Peso = Vol total x 1.2

Para coníferas en general como las Araucarias, el Ciprés, el Pino y los


Chaquiros la fórmula es la siguiente:
Vol tronco = (3.1416 x d2 x h x 0.4)/4
Vol copa = 0.20 x Vol tronco
Vol raíz = 0.10 x Vol tronco
Vol total biomasa = Vol tronco + Vol copa + Vol raíz
Peso = Vol total x 1.2

donde:
d es el diámetro del tronco en metros medido a 1.3 m de altura
h es la altura total del árbol en metros
0.52 y 0.40 son factores mórficos, por conicidad del tronco, para latifo-
liadas y coníferas respectivamente.
1.2 densidad estimada en ton/m3
Vol es volumen en m3
Peso en toneladas

Para calcular el peso de la masa de tierra del pilón es conveniente definir


si se trata de un cilindro, o de un tronco de cono en caso de haberse
rebajado considerablemente en busca de la raíz pivotante.

Si es un cilindro: Vol pilón = 3.1416 x R2 x h


Si es un tronco de cono: Vol pilón =h/3(3.1416xR2+3.1416xr2+3.1416Rr)

82
donde:
R es el radio mayor en metros
r radio menor en metros
h altura del pilón en metros
Vol pilón volumen en m3
El peso será: Vol pilón x 1.8 en toneladas

Se asume 1.8 ton/m3 como una densidad promedia, que incluya piedras,
agua u otros materiales presentes además del suelo.

Así, el peso total en toneladas del árbol a mover es la suma de los pesos
de la biomasa y del pilón.

Equipo, herramientas y precauciones necesarias


Existen equipos especializados para trasplantar árboles que con unas
palas hidráulicas conforman el pilón, lo transportan evitando que se
desmorone y lo establecen en el sitio definitivo. Se trata de un sistema
rápido y seguro pero con limitaciones en el tamaño máximo. En nuestro
país no existen estos equipos y lo más usual es hacer el trabajo en forma
manual; se inicia la remoción de la tierra con barra, pica y pala conven-
cional de construcción, pero cuando aparecen raíces, si son delgadas, se
cortan con palín o pala piloneadora muy bien afilada. Si son gruesas se
recomienda cortarlas con serrucho y evitar cualquier herramienta de im-
pacto como machetes, barras o picas. Para esta labor nunca se deben
emplear máquinas retroexcavadoras porque revientan y desgarran
las raíces y con la vibración le hacen perder cohesión al pilón.

1.4.4 FERTILIZACIÓN
Las plantas toman del suelo el agua, el oxígeno y los nutrientes que
requieren para los procesos de fotosíntesis y respiración. Para un desa-
rrollo adecuado los árboles requieren 16 elementos esenciales: carbono,
hidrógeno y oxígeno que son absorbidos del aire y del agua, y, los demás,
nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio, azufre, boro, cobre, hierro,
manganeso, molibdeno, zinc y cloro, los absorben del suelo.

En condiciones de bosque natural los nutrientes son aportados por los


detritos animales y vegetales que se descomponen en humus y com-
puestos orgánicos finos del suelo. Situación diferente a la que ocurre
en los espacios urbanos, en los cuales generalmente las zonas verdes
son conformadas con basuras, escombros y suelo de mala calidad pro-
venientes de las construcciones, además se ha removido todo el mate-
83
rial orgánico de la superficie como hojas, flores, frutos, ramas y grama,
rompiendo así el ciclo natural, ya sea por agotamiento o poca disponi-
bilidad de algunos nutrientes para las necesidades del árbol. Bajo estas
condiciones desfavorables el crecimiento de los árboles es más lento, se
deteriora su apariencia y su calidad, se disminuye su periodo de vida y
son más susceptibles a la sequía, a la contaminación, a las plagas y las
enfermedades.

Los fertilizantes
Un fertilizante es cualquier material que pueda suministrar uno o más
nutrientes a la planta. De acuerdo con su origen puede ser natural o
sintético. Cuando sólo aporta un nutriente primario (nitrógeno, fósforo
o potasio) se conoce como fertilizante simple, por ejemplo la úrea que
aporta nitrógeno y el cloruro de potasio (KCl) que aporta potasio (K). Y se
denomina fertilizante compuesto cuando aporta dos o tres de los nutrien-
tes primarios como el nitrato de potasio (KNO3), los fosfatos monoamóni-
cos (NH4HPO4) o diamónicos (NH4)2H2PO4, y el fosfato de potasio (KHPO4
ó K2H2PO4).

El grado del fertilizante expresa el porcentaje por peso de nitrógeno ele-


mental, de fósforo en términos de P2O5 y de potasio en términos de K2O,
así, por ejemplo, por cada 100 kg de triple 15 habrá 15 kg de N, 15 kg
de P y 15 kg de K. Como la presentación comercial normalmente es en
bultos de 50 kg de cada uno de ellos habrá la mitad de cada elemento,
es decir 7.5 kg.

Una fertilización completa debe incluir además de macroelementos los ele-


mentos menores,pues muchas de las deficiencias corresponden más a éstos.

La aplicación de fertilizantes debe estar de acuerdo con lo que indiquen


los análisis previos del suelo, y foliar tanto en las deficiencias que pre-
sente como en las cantidades que se requieren, porque si se excede la
cantidad, se aplica en un momento inoportuno o en forma inadecuada se
pueden generar quemazones o aún la muerte del árbol. Algunas precau-
ciones que se deben tener en cuenta son las siguientes:

• El nitrógeno lo toman las plantas como nitrógeno nítrico (NO3-)


o en forma amoniacal (NH4+); si el fertilizante es en forma amo-
niacal y se aplica en condiciones de alta temperatura, baja ca-
pacidad de intercambio catiónico y un pH alto, se volatiliza rápi-
damente. Para evitar la volatilización el fertilizante se entierra en
84
el suelo, teniendo la precaución en algunas especies de no tocar
las raíces.
• Si el fertilizante se aplica en gran cantidad los excedentes que
no tome la planta pueden lixiviarse hacia las fuentes de agua.
• En el momento de la plantación no es prudente colocar ferti-
lizante en el fondo del hoyo que quede en contacto directo con
las raíces porque puede quemarlas, en ese caso se recomienda
cubrirlo con una capa de tierra de 5 a 10 cm.
• Como fuentes de nitrógeno se utiliza la urea (CO(NH2)2 ), el sul-
fato de amonio (NH4)2SO4 y el nitrato de amonio NH4NO3.
• El fósforo como P2O5 es soluble en agua, para poder calcular
las cantidades requeridas y pasar de P a P2O5 se multiplica P x
2.29 = P2O5 o P2O5 x 0.44 = P. • Para la cantidad de po-
tasio, también se debe multiplicar el K2O x 0.83 = K y K x 1.2 =
K2O.

Comercialmente los fertilizantes se ofrecen como mezclados o com-


plejos. Las mezclas provienen de dos o más fertilizantes simples para
formar uno compuesto; en general son más económicos y permiten cal-
cular las cantidades exactas de acuerdo al análisis del suelo, pero tienen
la desventaja que por el tamaño y densidad de los gránulos se presenta
segregación en las partículas, por lo cual es necesario revolverlos conti-
nuamente. Los complejos se fabrican por medio de reacciones químicas
que garantizan la composición y homogeneidad de cada gránulo.

Al aplicar fertilizantes es importante tener presente que puede haber


incompatibilidades tanto químicas como físicas en las mezclas, bien sea
por el tamaño y densidad de las partículas como por su higroscopici-
dad. Las mezclas se deben hacer inmediatamente antes de la aplicación
pues si se humedecen y aglomeran las partículas no es fácil aplicar-
las. Existen también incompatibilidades químicas: fertilizantes que son
solubles pueden volverse insolubles cuando se mezclan. Por ejemplo,
los fertilizantes nitrogenados amoniacales no deben mezclarse con cales
porque se volatiliza el nitrógeno; fertilizantes fosfóricos muy solubles en
agua como superfosfato triple, súper fosfato simple, fosfato diamónico y
monoamónico no se deben mezclar con cales o materiales que tengan
calcio libre porque se vuelven poco solubles en el agua; los sulfatos de
cobre (Cu) y zinc (Zn) que se utilizan como fuentes de elementos meno-
res si se mezclan con fertilizantes fosfóricos producen fosfatos de Cu y
Zn muy insolubles en agua, en este caso es preferible utilizarlos en forma
de quelatos.
85
Sistemas de aplicación
Los fertilizantes se pueden aplicar granulados o líquidos. Cuando se uti-
lizan en forma granular se establecen círculos concéntricos con relación
al tronco, distanciados cada 60 cm hasta cubrir la gotera del árbol. En
esos círculos se cavan con la punta de una barra o estaca unos hoyos
de cerca de 15 cm de profundidad, distanciados también 60 cm, y se
reparte la dosis. Como una recomendación general se estima ½ libra de
fertilizante por cada 2.5 cm de diámetro en el tronco, medido a 1.3 m de
altura si el árbol es grande o cerca a la base si es pequeño.

Este sistema ampliamente reseñado tiene algunos cuestionamientos, ya


que se pueden dañar raíces al perforar los hoyos, o el fertilizante puede
quedar concentrado y en contacto directo con algunas raíces y de esta
manera producir quemazón o estrés hídrico en épocas de verano, puede
quedar sobre raíces de soporte sin pelos absorbentes o quedar alejado
de las mismas sin aportar los nutrientes; si éste es el sistema que se
utiliza los hoyos se deben cubrir al agregar el producto.

Aplicar el fertilizante líquido tiene como ventaja más notoria la rapidez


con la cual lo capta la planta al ir disuelto en agua. En esta forma se
puede inyectar al suelo o al tronco del árbol. Para inyectarlo al suelo se
utiliza una bomba de espalda o una fertirrigadora que tienen una lanza
especial en la punta que se entierra en el suelo aproximadamente a 15
cm de profundidad y al accionar la palanca el equipo dosifica el produc-
to. Otra ventaja es que permite que el producto se extienda en un área
mayor y en una concentración adecuada; este sistema requiere dispo-
nibilidad cercana de agua para el llenado de la bomba. Para inyectar el
producto al tronco se han empleado diferentes sistemas como jeringas
desechables, bolsas de venoclis con y sin presión, jeringas con presión,
cápsulas Mauget. Para la aplicación se perfora un hueco en el tronco con
una broca de 3/16 de pulgada, a unos 30 cm de altura o en el cuello de
las raíces principales, se pone una inyección por cada 30 cm de períme-
tro de tronco y con un ángulo de 45° con relación a la vertical. Todos los
inyectores se recortan en bisel para facilitar la salida del líquido y el bisel
va hacia arriba en el tronco.

Todos estos sistemas de inyectología al tronco se utilizan principalmente


en árboles enfermos, por esta razón al pasar de un árbol a otro, indepen-
diente del sistema utilizado, siempre se deben desinfectar las herra-
mientas y equipos empleados para no transmitir enfermedades.

86
Las jeringas desechables son tal vez el sistema más sencillo de todos, a
una jeringa de 5 ó 10 ml se le suprime la aguja, se le pega el protector
de ésta y en el émbolo se coloca una banda de caucho para darle algo
de presión, luego se corta en bisel la punta del protector de la aguja, se
introduce en la perforación y se coloca la banda de caucho accionando
el émbolo. Aunque es de bajo costo, en maderas duras tiene limitaciones
pues la presión que genera es muy baja.

Las bolsas de venoclis son las mismas que se emplean para inyectar
suero o sangre; se llena la bolsa con el producto, ésta se suspende de
una rama o del tronco, se coloca la punta de la manguera en la perfo-
ración y se gradúa el paso del líquido con el cuentagotas. La falta de
presión es una desventaja de este método de aplicación y en muchas
especies de maderas duras es poco eficiente o no funciona. Es común
que la punta de la manguera no se sostenga bien en la perforación y el foto jeringas
producto se pierda sin penetrar en el árbol.

Para suplir la deficiencia de presión se consigue un sistema mejorado


que tiene un tanque plástico con una válvula de neumático y un inflador
manual, donde se coloca el líquido. Este sistema es más eficiente por
la presión que se le puede dar, el tanque tiene mayor capacidad y es
reutilizable.

Existen jeringas diseñadas para inyectar árboles que tienen una rosca en
la punta para facilitar y garantizar la instalación. Poseen un émbolo que
trabaja a presión accionado por un resorte, al tirarlo hacia atrás se carga
el producto, luego se gira un poco para que el líquido no se salga y una
vez se atornilla la jeringa en el tronco se desbloquea el émbolo para que
el producto llegue al árbol. Se trata de un sistema muy práctico, fácil de
instalar y reutilizable.

Las cápsulas Mauget consisten en una cámara donde va el producto,


la tapa actúa como émbolo que al comprimirse presiona el producto,
tiene un inyector que se coloca primero en el árbol, con una perforación,
altura y ángulo similar a las de los otros métodos; cuando la cápsula se
introduce al inyector se rompe una membrana y permite que el producto
pase al árbol. Estas cápsulas no son reutilizables.

Con inyecciones al tronco se pueden aplicar insecticidas, fungicidas,


bactericidas, antibióticos o fertilizantes. Él o los productos a utilizar
dependerán del diagnóstico de un experto, algunos pueden aplicarse
87
simultáneamente pero en jeringas y perforaciones separadas. Este mé-
todo tiene como ventaja principal la rapidez con la cual el árbol toma el
producto, por esta razón se recomienda cuando el problema es muy evi-
dente y requiere ser tratado a la mayor brevedad; pero debe entenderse
como un tratamiento provisional, no puede pensarse que los árboles se
vayan a mantener saludables así, por supuesto brindarles un buen espa-
cio y cuidado evita estas intervenciones. Las desventajas principales de
este método son: en los puntos donde se coloca la inyección se pueden
generar necrosis por la concentración del producto; si la perforación se
deja abierta se pueden iniciar procesos de pudrición, para evitarlo se
sugiere utilizar silicona para sellar las heridas; no desinfectar las herra-
mientas puede ser en muchos casos más perjudicial que el problema
que se quiere tratar; hay que tener especial cuidado con algunos pro-
ductos por su toxicidad, tanto para personas, especialmente niños, como
para mascotas que puedan tener contacto directo con los mismos; la
velocidad de absorción es muy variable y puede ser desde unos minutos
hasta días dependiendo de la dureza de la madera, la presencia de exu-
dados, gomas, resinas o del momento de actividad fisiológica en el que
se encuentre el árbol.

La fertilización foliar en árboles es aplicable en los estados juveniles y de


propagación, para tamaños grandes no es práctico por el equipo que se
requiere y la dificultad para cubrir todo el follaje a mayores alturas.

1.4.5 MANEJO Y TRATAMIENTO DE HERIDAS


No todas las heridas que se presentan en los árboles, sean naturales o
antrópicas, logran cicatrizar o recuperarse. Aunque las investigaciones
actuales recomiendan no utilizar ninguna sustancia en el área de corte,
en muchos árboles cuando se trata de ramas muy gruesas, seniles o
muertas que ya no tienen suficiente vigor para cicatrizar, vale la pena
investigar con qué sustancias se puede proteger e impermeabilizar la
superficie expuesta y evitar así que avancen procesos de pudrición hacia
los tejidos internos del árbol. Las sustancias que se empleen deben reunir
varias características: no ser fitotóxicas, no generar altas temperaturas
especialmente si se trata de algunas resinas con reacciones exotérmi-
cas, ser flexibles para acomodarse a las contracciones y dilataciones que
sufre la madera con la temperatura, fáciles de aplicar, de buena adheren-
cia a la madera, con costo razonable y en lo posible, que permitan darles
un color y textura similares a los de la corteza. La forma más común
para hacer estos llenos es con una mezcla de cemento, arena y a veces
piedra, pero además del peso que implica, este lleno se contrae y separa
88
cuando se seca, dejando fisuras por donde entra el agua y los agentes
que pueden dañar el árbol; por la facilidad de consecución y bajo costo
puede ser una opción para llenar la mayor parte de la cavidad y finalizar
el tratamiento con una silicona o capa de poliuretano que además de
liviana es flexible y sella bien. De acuerdo a sus especificaciones técni-
cas, productos como el Sikaflex que es una masilla flexible, el Sikaboom
que es una espuma de poliuretano y el Sikadur 32 de uso corriente en
la construcción, parecen reunir las características adecuadas para llenos
pequeños en los árboles o para complementar los grandes, tratados con
cemento debido a su mayor costo. De emplearse se deben seguir las
recomendaciones de uso que especifica el fabricante. Otros productos
interesantes para ensayar son el Texilán 553 y 581. No obstante, falta
experiencia en la utilización de estos materiales.

En algunos ensayos realizados por los autores, al utilizar una mezcla


de cemento, arena y viruta de madera (o bolitas de icopor), con Acronal
como adherente, se han logrado resultados satisfactorios para llenos pe-
queños.

Cuando se hace un lleno es necesario eliminar todo el tejido con signos


de pudrición y desinfectar muy bien con insecticidas y fungicidas, así se
evita enmascar un problema.

Drenaje de heridas
El cuestionamiento que hacen algunos investigadores a la “dendrociru-
gía” es que esta puede generar daños mayores o adicionales al tratar
de eliminar los tejidos deteriorados o enmascarar procesos de pudrición
iniciados o avanzados hacia los tejidos internos. Las cavidades en los
troncos y ramas pueden solucionar en parte limpiando y desinfectando
los tejidos comprometidos y colocando drenajes para evitar la acumula-
ción de agua y/o excesos de humedad. Debido a su diámetro pequeño
los drenajes requieren un mantenimiento permanente para que no se
obstruyan y hay que tener mucha precaución en la instalación para no
generar heridas adicionales. Y si se trata de daños relativamente super-
ficiales se conforma el borde de tal manera que no permita encharca-
miento.

1.4.6 REFUERZO DE ÁRBOLES CON CABLES Y VARILLAS


Los cables y varillas se emplean para reducir la posibilidad de que, debi-
do a tormentas, vientos fuertes o exceso de peso en el follaje, se revien-
ten ramas o troncos de un árbol con bifurcaciones estrechas y débiles,
89
troncos múltiples o grandes ramas codominantes. También se emplean
para restaurar árboles con diversos daños, por ejemplo cuando se re-
vienta una rama accidentalmente y las demás quedan descompensadas,
o una unión débil se abre. Los cables y las varillas son complementarios,
no se recomienda instalarlos independientes. Sin embargo, en algunos
casos es posible utilizar los cables solos, no así las varillas.

Antes de utilizar estos refuerzos se debe inspeccionar cuidadosamente


el árbol. Si la expectativa de vida es muy poca no se justifica; las ramas
que van a servir de anclaje al refuerzo deben ser fuertes y estar en bue-
nas condiciones; el ángulo ascendente de las ramas es importante tam-
bién, cuando son casi horizontales y no hay puntos de apoyo superiores
el efecto de palanca del cable es mínimo. Se debe tener claro que esta
práctica no elimina en un 100% la posibilidad de una falla. Por seguridad
estos amarres se deben revisar anualmente y se reemplazan entre los
7 y los 10 años

Instalación de los cables


Los cables de acero para reforzar ramas con uniones débiles, troncos
múltiples o con bifurcaciones estrechas pueden instalarse en varias for-
mas, de las cuales las más comunes son la directa, la triangular, en
polígono o radial.

Los cables se ubican al menos a dos tercios de la distancia entre el punto


débil y la longitud de la rama. Generalmente son flexibles, se consiguen
en una gama amplia de especificaciones en cuanto a su composición,
tipo de acero, con alma de fibra o de acero, resistencia a la rotura, etc.,
además de los grilletes, férulas o terminales que facilitan la elaboración
de ojos y amarres.

Para la instalación, la perforación no debe ser mayor de 1/6 del diáme-


tro de las ramas o tronco y para facilitar el paso de la varilla o perno
de sujeción se recomienda que sea unos tres milímetros mayor que el
diámetro de éstos. En lo posible debe conseguirse una broca larga que
permita atravesar la rama o tronco de una vez; cuando esto no se logra
es bastante difícil lograr hacer coincidir las perforaciones que se hacen
por dos lados opuestos.

Un ángulo de cerca de 45° entre la rama ascendente y el cable propor-


ciona el mejor efecto de palanca y soporte.

90
Cuando se va a hacer el reemplazo de un cable, primero se instala el
nuevo y luego se remueve el viejo, y este último no debe volverse a
foto taladros
utilizar en otros árboles.

Algunas personas emplean cables de fibra sintética pero aun falta in-
vestigación y experiencia con ellos. Si se utilizan deben tener protección
contra rayos ultravioleta (UV).

Las varillas de acero son refuerzos rígidos, que atraviesan las ramas o el
tronco en el punto débil o cerca a él, y se fijan con arandelas y tuercas.
Las varillas solas tienen poco efecto, para obtener un refuerzo efectivo
deben combinarse con los cables.
5
En una bifurcación estrecha que aun no se ha reventado el mejor refuer-
zo se consigue colocando la varilla arriba del punto débil, a una distancia 4
de una o dos veces el diámetro de la rama. En otros casos es preferible
colocarlas en el punto de falla o un poco más abajo. 3
2
Si se trata de dos ramas con diámetros muy diferentes la recomendación
es perforar completamente la más delgada y sólo hasta la mitad la más 1
gruesa; en este paso el tornillo pasante se fija con tuerca y arandela, y el
otro tiene rosca de tornillo para madera y se fija atornillado. 1. fisura o zona de falla / 2. varilla roscada /
3. diámetro de la rama / 4. arandela y tuerca
Estas intervenciones deben ser realizadas por un técnico, de lo contrario / 5. varilla
se corre el riesgo de generar lesiones severas en el árbol, o que queden
mal instalados y no presten ningún beneficio.

Cuando se van a colocar cables y varillas es recomendable realizar pre-


viamente una poda al follaje para disminuir el peso.

El refuerzo que se logra con los cables y varillas no garantiza que el árbol 2
esté exento de un daño.

La tensión de los amarres puede variar con los cambios que sufre el
1
árbol cuando pierde o renueva el follaje, en época de fructificación, etc.,
por esto es necesario revisarlos periódicamente. Los cables y varillas se
deben chequear anualmente, deben estar bien asegurados, ni flojos ni
excesivamente tensados, y se recomienda una poda para disminuir peso
al follaje al menos cada cinco años.
1. instalación de varillas / 2. instalación de
cables

91
En árboles pequeños no se justifica este sistema, seguramente con una
poda adecuada es suficiente.

1.4.7 OTROS CUIDADOS


Árboles con especial significado por su carácter patrimonial, edad, belle-
za, ser ejemplares únicos o escasos, pueden protegerse también contra
rayos con un pararrayos convencional, especialmente si son los más al-
tos y aislados de un grupo por ser más vulnerables, o por su cercanía a
las construcciones.

Emplear los árboles para fijar avisos, basureras o palomeras es inade-


cuado porque ocasiona heridas que facilitan la entrada de enfermedades
propicia exceso de deyecciones sobre los tejidos del árbol y el árbol, al
aumentar su diámetro, absorbe los amarres produciendo deformaciones
o anillamiento. Se deben eliminar todos estos cuerpos extraños y corregir
las deformaciones o daños causados.

Eliminación de plantas epífitas y/o parásitas


Es conveniente hacer claridad sobre estos dos tipos de plantas y sus
efectos en los árboles hospederos. Una planta epífita es aquella que cre-
ce encima del árbol pero no se alimenta directamente de él, sin embargo,
cuando hay proliferación de éstas se reduce la cantidad de luz en el
follaje, se acumulan agua, polvo y detritos que afectan el intercambio
gaseoso y crean microambientes propicios para el ataque de hongos e
insectos. De este tipo de plantas las más conocidas son la “melena” o
barbas de viejo Tillandsia usneoides, que puede llegar a matar al hos-
pedero, la T. recurvata, las bromelias, las orquídeas, musgos, algunos
helechos y la Rhipsalis cassytha de la familia Cactaceae. Las plantas
epífitas se pueden eliminar manualmente desprendiéndolas de la rama
o tronco sin ocasionar heridas, o con aspersiones de Elosal y Cupravit (5
cc de cada uno por 20 lt de agua).

Por su parte, las parásitas viven a expensas de su hospedero. Los sín-


tomas más conspicuos son invasión total o parcial del follaje, mal esta-
do general, poco crecimiento, muerte de ramas, formación de agallas
y tumores y, de llegar a ser muy abundantes, implican la muerte del
árbol; de éstas son especialmente críticas la familia Loranthaceae, con
las “golondrinas” de los géneros Aetanthus, Phoradendron, Struthanthus
y Psittacanthus y de la familia Moraceae algunas especies del género
Ficus como el F. dendrocida.

92
Para eliminar las plantas parásitas es necesario cortar la rama invadida
ya que éstas tienen órganos que invaden y penetran los tejidos del hos-
pedero.

El empleo de chorros de agua a presión para eliminar plantas epifitas,


polvo y partículas en el follaje e insectos ha mostrado alguna efectividad
pero tiene limitaciones en puntos de difícil acceso como la parte superior
de las ramas.

Evaluación de árboles riesgosos


La evaluación de los árboles que presentan síntomas anormales exter-
nos, que son el reflejo de anomalías internas, es conocida como valora-
ción visual. Es un método de trabajo que el arboricultor experimentado
emplea para diagnosticar o evaluar riesgos; su experiencia debe per-
mitirle diferenciar entre los patrones de crecimiento normal y los cre-
cimientos degenerativos anormales. Ante las primeras manifestaciones
de alerta se deben tomar correctivos, pues si el proceso de deterioro se
deja avanzar el árbol puede caer intempestivamente. No quiere decir
esto que aquellos aparentemente sanos y vigorosos estén exentos de
caerse pues muchos otros factores influyen en esta situación, por ello
es recomendable hacer evaluaciones periódicas a los árboles, sean ju-
veniles o adultos.

Las manifestaciones externas de un daño se explican por la teoría de la


tensión constante: En cualquier estructura biológica se desarrolla una
distribución regular de la carga en toda su superficie; de esta forma,
ningún punto sufre una sobrecarga (punto débil) y ningún otro posee una
carga inferior. Si este equilibrio es alterado por alguna lesión, el árbol se
encarga de restablecer rápidamente el estado de “tensión constante”
produciendo material de reparación en la zona dañada. En este caso esa
formación “extra” de material de reparación es una señal o un síntoma
de la presencia de defectos mecánicos y físicos en el interior del árbol.

Los principales síntomas externos que permiten diagnosticar el nivel de


riesgo de un árbol son:
• Muerte de ramas gruesas.
• Ramas reventadas colgando en el árbol.
• Presencia de cavidades y tejidos en descomposición en el tronco
y ramas principales.
• Presencia de carpóforos de basidiomicetos (estructuras fructíferas
de un hongo) en el tronco, especialmente cerca a la base.
93
1 • Grietas o fisuras anormales en el tronco o donde se insertan las
12
ramas principales.
• Inclinación pronunciada del tronco.
2
11 • Crecimiento de muchas ramas principales desde un mismo punto.
10 • Raíces principales reventadas.
3
• Cambios en el nivel, especialmente levantamientos por el efecto de
4
9 palanca que ejerce la parte aérea al inclinarse.
• Desarrollo anormal de las hojas en el tiempo, color o tamaño.
• La eliminación de otra vegetación adyacente puede modificar los
8 patrones de viento y el efecto de protección que se brindan los árbo-
5 les que crecen en grupo.
6 7
• Presencia de podas severas o descope con profusión de rebrotes.
• Cercanía a líneas de conducción eléctrica.

Defectos en árboles urbanos


• Construcciones recientes con remoción de la vegetación adyacente.
• Inclinación anormal.
• Troncos bifurcados con ángulos estrechos.
• Suelos poco profundos y terrenos muy húmedos.

Un diagnóstico acertado es muy importante para no cometer errores


que impliquen riesgos para las personas y bienes en general, dirimir
conflictos entre vecinos o evitar talas innecesarias que podrían haberse
solucionado con medidas menos drásticas.

Las evaluaciones visuales implican un alto grado de subjetividad y su


acierto o desacierto dependen de la habilidad y conocimientos de la per-
sona que las realiza. Para evitar el sesgo que se puede presentar existen
equipos especializados para medir el daño interno en ramas y troncos,
conocidos como resistógrafos.

Un resistógrafo es un instrumento que mide la resistencia de la madera


al paso de una aguja a velocidad constante y sirve para detectar y cuan-
tificar fisuras, podredumbres, defectos, huecos y anillos de crecimiento,
especialmente en coníferas (en latifoliados no es muy eficiente).

La aguja tiene 1,5 mm de diámetro, 40 cm de longitud y la punta es de


3 mm de ancho. La resistencia de la madera a su paso está relacionada
con sus propiedades mecánicas. El instrumento elabora una gráfica en
una escala 1:1, lo cual permite ubicar con detalle las anomalías detec-
tadas.
94
La madera descompuesta o en vías de descomposición se evidencia por
medio de los perfiles de densidad, ya que se produce una reducción de
la resistencia mecánica a la perforación.

Es importante determinar la relación entre pared residual o madera sana


(t ) y el radio de la rama o tronco (r ) para considerar la estabilidad.

Si la relación t/r es mayor o igual a 1/3, se puede decir que el árbol es


estable.

Las medidas correctivas dependen del diagnóstico y pueden variar de


acuerdo con las circunstancias, así: retirar los elementos susceptibles de
daño bajo el árbol como mesas y vehículos, podar las ramas reventadas
o con defectos, utilizar cables y varillas de refuerzo, fertilizar y regar
adecuadamente, y en casos extremos talar.

Valoración económica de los árboles


Cuantificar económicamente los árboles que por vandalismo, acciden-
tes con vehículos o construcciones sean destruidos o tengan que ser
eliminados, es una necesidad, como primer paso para su reposición o
compensación.

Las metodologías de valoración desarrolladas en el mundo son diversas


e incluyen una serie de variables cuya estimación tiene un alto grado
de subjetividad, por lo cual se dificulta una aplicación estándar para la
cantidad de situaciones posibles. Hoyos (2003), en un trabajo realizado
para el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, propone una fórmula para
valorar árboles urbanos más acorde a nuestras condiciones:
Veau =Dap x Fsp x Fes x Csp x L

Donde:
Veau, es la valoración económica del árbol urbano.
Dap, es el diámetro del árbol a la altura del pecho (1.30 m del suelo), al
cual se le asignan los siguientes valores de acuerdo a su clase diamétri-
ca: de 1 a 10 = 1, de 11 a 20 = 2, de 21 a 30 = 3, de 31 a 40 = 4, de 41
a 50 = 5, de 51 a 60 = 6, de 61 a 70 = 7 y mayores de 71 = 8
Fsp, es el factor de especie así: arbusto = 2, rápido crecimiento = 3,
crecimiento medio = 4, palmas = 5, y crecimiento lento = 6
Fes, es el factor de estrato socioeconómico de acuerdo a EEPPM así:
estrato 1 = 1, estrato 2 = 2, estrato 3 = 3, estrato 4 = 4, y estratos 5 y
6=5
95
Csp, condición de la especie: nativa rara (escasa) = 5, exótica rara (es-
casa) = 3, común sea nativa o exótica = 1
L, es la localización, su valor está en función del sitio dentro de la zona
urbana. Espacio histórico cultural = 8, espacio de parques = 4, espacio
de andenes = 3, espacio único = 1

El puntaje total asignado se multiplica por el salario mínimo legal vigente


diario en pesos colombianos.

Esta fórmula es de fácil aplicación pero es posible obtener cifras dife-


rentes para una misma especie de árbol con características similares en
diámetro, tamaño y crecimiento, pero con diferente ubicación (estrato y
localización).

Otra forma de calcular el valor de un árbol es la que propone Rivas


(2000), de 3 dólares por cada cm2 de área basal, al cual habría que adi-
cionarle los valores por cualidades especiales, de esta manera es posible
tener una aproximación al menos por el tamaño del árbol. Sin embargo
se deben incluir otros aspectos, por ejemplo un árbol con un diámetro
de 70 cm valdría: �352 =3848.46 cm2; 3848.46 x 3 US$ =11545.3 US$;
en pesos colombianos = 26’554374 (a 2.300 $/dólar), esta fórmula da
un valor que aparentemente compensa la pérdida de todos los aportes
ambientales y la posibilidad de reposición para tener un individuo de
características similares, pero ¿cómo valorar correctamente un árbol de
diámetro pequeño, escaso en la ciudad, bastante longevo?, por ejemplo
un árbol de 20 cm de diámetro: �102 = 314.16 cm2 ; 314.16x 3US$ =
942.48 US$; en pesos colombianos 2’167704, cifra que posiblemente
no compensa su pérdida, especialmente si se compara con otro árbol
de crecimiento más rápido que en un tiempo menor puede tener mayor
diámetro y por supuesto un valor más alto, sin que sea más interesante
que el primero.

1.4.8 CLASIFICACIÓN Y CARACTERIZACIÓN DE LAS ZONAS VERDES


URBANAS
Las áreas verdes disponibles para la vegetación en la ciudad se clasi-
fican de acuerdo con su localización respecto a las construcciones, las
vías y demás obras civiles que conforman la estructura urbana. Su ca-
racterización depende de la dimensión, el diseño y la competencia por el
espacio con redes de servicios. Como zonas definidas para la vegetación
en el área metropolitana del Valle de Aburrá se reconocen los antejardi-
nes, las zonas verdes, los separadores viales, los corredores viales, las
96
denominadas orejas de grandes puentes, los parques, las plazoletas, los
retiros o márgenes del río Aburrá -más conocido como río Medellín- y
sus quebradas afluentes, las zonas de ladera y los cerros.

Los antejardines corresponden a las áreas inmediatas a las construc-


ciones y hacen parte de la propiedad privada, aunque son de dominio
público; generalmente son reducidas y tienen limitaciones para albergar
árboles. Su utilización se restringe a plantas de jardín y eventualmente a
pequeños arbustos o palmas de porte bajo.

Las zonas verdes hacen parte del espacio público, se localizan princi-
palmente en los barrios residenciales y corresponden al espacio entre la
acera y la vía; son variables en el ancho disponible para los árboles: des-
de escasos 40 cm, 90 cm, 1.5 m y 2.0 m, hasta casos excepcionales de 3
ó 4 m. Estas dimensiones condicionan la selección de las especies apro-
piadas para cada una de las situaciones descritas. Por lo general tienen
limitaciones aéreas por las redes de energía eléctrica y otros servicios
básicos, y es en ellas donde se realizan las mayores intervenciones de
poda y tala sobre los árboles. Para los casos con restricciones en altura
no tiene sentido plantar árboles de gran tamaño que irremediablemente
tendrán interferencias en el tiempo, difíciles y costosas de manejar; la
mejor opción la brindan los arbustos y los árboles pequeños, y es preci-
samente sobre estos tamaños que la investigación debe aportar cono-
cimientos para ampliar la oferta, y aprovechar de esta manera nuestra
enorme diversidad florística.

Los separadores viales se localizan en el centro de las principales aveni-


das, su extensiòn y diseño condicionan las especies a emplear. Algunos
de estos separadores escasamente tienen 40 cm de ancho, lo que difi-
culta el establecimiento de cualquier árbol de mayor tamaño; su posi-
bilidad queda para arbustos, con el inconveniente de que estos, por su
follaje bajo, generan interferencias con el tráfico y dificultan la visibilidad.
Cuando el diseño del separador se hace por encima de la rasante de la
vía, en forma de jardineras, se limita el desarrollo del árbol y las raíces
terminan reventando los bordes. Las especies apropiadas para los se-
paradores viales deben tener un crecimiento ortotrópico (vertical) muy
definido, o permitir podas de formación y realce de la copa para evitar
obstáculos con el tráfico vehicular; deben poseer ramas firmes, que no
se revienten ni desprendan con facilidad, y no presentar flores carnosas
abundantes ni frutos pesados que puedan generar riesgos al caer.

97
Los corredores viales se encuentran en los espacios laterales de las
grandes avenidas o autopistas. Siempre y cuando no tengan restriccio-
nes en altura, por redes de energía, son ideales para árboles de porte
mediano y grande; con los cuales se pueden establecer barreras para
control de ruido, retención de contaminantes, dar privacidad, direccionar
el tráfico, evitar reflejos molestos, y, por supuesto, contribuir al paisajis-
mo de la ciudad. Las especies para este tipo de espacios deben ser muy
estables para evitar volcamientos y no deben tener ramas laterales bajas
que interfieran con el tráfico ni flores abundantes carnosas, ni frutos
pesados que al caer generen accidentes.

Las denominadas orejas de los grandes puentes, en general, son es-


pacios amplios con posibilidad de albergar árboles medianos, grandes
y muy grandes. Con una selección adecuada de las especies pueden
constituirse en espacios de especial interés, tanto visual como ambien-
talmente; no tiene sentido desperdiciar estos pocos espacios de mayor
extensión con arbustos y otras plantas de jardín. Las restricciones para
las especies son muy pocas, siempre y cuando no se localicen cerca de
las vías.

Los parques se definen como espacios amplios con suficientes zonas


verdes e infraestructura que permiten su utilización permanente e in-
tensiva por parte de la ciudadanía. El término ha sido empleado tradicio-
nalmente para denominar las pequeñas plazas o plazoletas de nuestros
municipios. Por su tamaño y restricciones con el amoblamiento, en ellos
son apropiados árboles de porte mediano y pequeño.

Los retiros o márgenes del río Aburrá y sus quebradas afluentes están
determinados por la ley en no menos de 15 m a ambos lados de las ori-
llas; son los espacios que permiten la conectividad entre los fragmentos
de vegetación que han quedado separados por los procesos de construc-
ción; desempeñan un papel importante en la estabilidad de las riberas,
la atenuación de la fuerza de las crecientes y como áreas especiales de
protección para la fauna y la flora nativas. Desde el punto de vista ecoló-
gico tienen un significado especial para las áreas urbanas.

Las laderas del Valle de Aburrá, como espacios periurbanos o subur-


banos de mayor extensión, son ideales para una vegetación diversa y
para los árboles de mayor tamaño, siempre y cuando no haya problemas
de estabilidad geológica. Los bosques que se pueden conformar en las
laderas controlan la erosión del suelo; permiten la recarga de los acuífe-
98
ros; conservan las cuencas hidrográficas; son sitios para la recreación,
la educación ambiental y la investigación; son áreas especiales de pro-
tección para la fauna y la flora nativas y la moderación climática de la
ciudad y adicionalmente generan visuales lejanas de gran belleza.

En el área metropolitana del Valle de Aburrá los cerros tutelares entre


los que se destacan El Nutibara y El Volador al interior del Valle, y en las
laderas una serie de picos como El Picacho, El Pan de Azúcar, El Padre
Amaya, Las Baldías, El Manzanillo, El Romeral y El Quitasol constituyen
opciones excepcionales para conformar parques de gran extensión, pues
reúnen condiciones favorables para una vegetación diversa con aportes
similares a los relacionados para las laderas; aunque en algunos de ellos
los procesos de expansión de la ciudad limitan su utilización como bos-
ques de protección.

Ciertas especies, por su gran capacidad de adaptación a condiciones ad-


versas, son indicadas para programas de revegetalización en áreas que
han sido desprovistas de vegetación y restauración, en aquellas deterio-
radas por procesos extractivos en canteras y minas, o por fenómenos
naturales como deslizamientos y avalanchas.

99
TAMAÑO DE LOS ÁRBOLES

Cuando se menciona el tamaño de un árbol y se establecen clasificacio-


nes por rangos de altura, ésta característica se debe entender como
una referencia aproximada; la altura de un árbol puede tener variacio-
nes de acuerdo con el manejo, las condiciones de fertilidad, las diferen-
cias en la temperatura y en la luminosidad, etc.

Algunos árboles se encuentran en una transición entre dos clasificacio-


nes por tamaño, situación entendible porque la vegetación se comporta
como un “continum”, en el que se da un traslapo de características de
uno a otro rango. Por esto algunas especies aparecen en la categoría de
pequeñas a medianas y otras en la de medianas a grandes.

Relacionado con el tamaño se debe considerar, también, que en los


lugares de origen de muchas de estas especies los individuos pueden
alcanzar dimensiones mayores a las que desarrollan dentro de la estruc-
tura urbana, por las limitaciones de diversa índole que ésta les ofrece.
Adicionalmente, el tamaño no sólo lo determina la altura sino también el
diámetro del tronco y la extensión de la copa. Al ubicar un árbol se debe
considerar primordialmente su rango de altura; podrá requerir interven-
ciones futuras, especialmente podas, que serán más de compensación o
eliminación de puntas en algunas ramas.

De acuerdo con estas consideraciones previas, para esta publicación se


establecieron tres categorías por tamaño: arbustos y árboles pequeños,
árboles medianos, árboles grandes y muy grandes. Además se relaciona,
con su tamaño correspondiente, una categoría de árboles poco comunes,
en la cual se incluyen aquellas especies representadas por muy pocos
individuos en el Área Metropolitana del Valle de Aburrá.

Ceiba bonga - Ceiba pentandra

101
2. DESCRIPCIÓN DE LAS ESPECIES,
ECOLOGÍA Y MANEJO

Pacó - Cespedesia macrophylla

103
2.1 ARBUSTOS Y ÁRBOLES
PEQUEÑOS

Definidos como aquellas especies de carácter leñoso, con tendencia a


ramificarse desde la base y con alturas cercanas a los seis metros. Se
constituyen en la opción más racional para las áreas verdes que presen-
tan limitaciones de espacio. Su tamaño natural permite intervenciones
pequeñas en cuanto a podas y manejo de raíces, sin tener que recurrir
a podas deformantes cuando presentan alguna interferencia con líneas
de energía o construcciones cercanas. La oferta en los viveros del Valle
de Aburrá de este tipo de árboles es reducida, a pesar del enorme po-
tencial que ofrece una flora tan diversa como la nuestra. Familias como:
Melastomataceae, Rubiaceae, Myrtaceae, Myrsinaceae, Clusiaceae, Ver-
benaceae, Ericaceae y Rhamnaceae por citar algunas, representan una
fuente potencial de arbustos de gran belleza, con producción de frutos
para la fauna y capacidad para adaptarse a las condiciones de la ciudad.
La investigación debe proveer la información suficiente para garantizar
una selección adecuada de nuevas especies para ambientes urbanos.

Los arbustos y árboles pequeños se emplean principalmente en dos


formas: distanciados uno del otro entre cuatro y cinco metros en ante-
jardines y zonas verdes pequeñas (entre 0.5 y 1.5 m de ancho), o para
conformar setos densos en senderos peatonales y cerramientos de ur-
banizaciones, en cuyo caso la distancia de plantación es menor, general-
mente entre 0.50 y 1.0 m dependiendo de la especie. Requieren podas
más frecuentes para controlar su altura e inducir rebrotes laterales que
cubran y generen un follaje denso. Cuando se van a emplear en forma
individual en antejardines o a lo largo de vías de barrio, en zonas verdes
estrechas, es necesario realizar podas de formación oportunas para pro-
piciar el desarrollo de un tronco único y libre de ramas, al menos hasta
los primeros 2.5 m de altura. Un arbusto frondoso desde la base obstruye
la visibilidad, y la presencia de ramas bajas dificulta el tránsito peatonal
y de vehículos livianos; bajo estas condiciones no son apropiados en los
cruces de vías, pasos peatonales y donde puedan interferir con semáfo-
ros y señalización.

Por su tamaño no son una opción acertada en los separadores de ave-


nidas de tráfico pesado, puesto que se requeriría podarlos a más de 4.5
m de altura para evitar interferencias y obstrucción de la visibilidad; esto
significa eliminar cerca de dos tercios de su copa. Así mismo, constituye
un desperdicio de espacio y recursos cuando se ubican en las pocas áreas
verdes amplias de las cuales dispone la ciudad, áreas que deben aprove-
charse con árboles de mayor tamaño o de las cuales los arbustos serán
suprimidos por competencia con árboles que los sobrepasen en altura. Carbonero - Calliandra haematocephala

105
Algunas especies de porte pequeño, de uso corriente en la ciudad, que
tienen un hábito de crecimiento semitrepador como la Estrella de oriente
(Petrea rugosa) y la Veranera o Curazao (Bouganvillea glabra), pueden
conformarse mejor para que no ocupen tanto espacio lateral, utilizando
soportes permanentes como un estacón inmunizado.

Es conveniente replantear una práctica arraigada en el medio con algu-


nas especies arbustivas como es el caso de los Crotos y San joaquínes:
el descope sistemático por el cual se les dejan una serie de ramas esté-
ticamente pobres y una profusión de tallos que ocupan mayor espacio.
Estas especies, con podas de formación adecuadas pueden conformarse
como arbustos muy llamativos.

106
AZAHAR DE
LA INDIA
jazmín de la India

Murraya paniculata
(L.) Jack

Rutaceae

Arbusto o árbol pequeño, alcanza una altura de 7 m y un diámetro en el tronco principal de 15 cm. Las hojas son
compuestas, alternas, imparipinnadas; los folíolos de 1 a 4 cm de largo, verdes muy oscuros y brillantes. Las flores
blancas, pequeñas y fragantes. Los frutos son bayas elípticas, de 1 a 1.5 cm de diámetro, rojos al madurar.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario del sureste de Asia, Filipinas, islas de la Melanesia y Australia. Se adapta bien
de 0 hasta 1600 m.s.n.m. en zonas secas y húmedas. El Azahar de La India es un arbusto de uso corriente en toda
el Área Metropolitana; se emplea con éxito en jardines, a lo largo de vías en barrios, para conformar setos y directa-
mente contra mallas de cerramiento en urbanizaciones y colegios. Sus hojas, de un color verde oscuro brillante, no
caducifolias y su fácil consecución en viveros comerciales, le confieren ventajas comparativas en relación con otros
arbustos. Se debe resaltar también, como ventajas, el aroma de sus flores y el aporte de frutos para las aves. Su
crecimiento de lento a medio permite distanciar, en el tiempo, las podas que eventualmente requiera, sin necesidad
de intervenciones drásticas permanentes. Por ser de follaje denso y porte bajo no es recomendable cerca a inter-
secciones viales o en separadores de avenidas de tráfico intenso. En estado adulto es sensible al trasplante porque
sus raíces superficiales y extendidas, se lesionan al conformar el pilón. Sus hojas, corteza y frutos son medicinales.
Los cogollos de las hojas son anestésicos. Las hojas se emplean como follaje en arreglos florales.

107
AZUCENO estremadelio

Tabernaemontana coronaria
(Jacq.) Willd.

Apocynaceae

Árbol pequeño o arbusto, de 3 a 4 m de altura y 15 cm de diámetro en el tronco. Con abundante látex blanco en
todos sus órganos. Sus hojas son simples, opuestas y de bordes enteros, un tanto revolutos. Las flores son blancas
y aromáticas, la corola con 5 pétalos contortos. Los frutos están compuestos de dos folículos que nacen por pares,
miden cerca de 5 cm de largo y 2.5 cm de ancho. Las semillas, en 2 hileras, se encuentran embebidas en una
pulpa rojiza y escasa.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario del norte de Sur América. Crece bien de 0 hasta 1600 m.s.n.m. en zonas
húmedas y secas. El Estremadelio o Azuceno se emplea profusamente como arbusto ornamental por sus flores
blancas, vistosas y aromáticas. Por su tamaño es apropiado para espacios reducidos como antejardines, aun bajo
redes de energía, pero debe tenerse precaución por la toxicidad de todas sus partes, especialmente en sitios con
niños, pues su exudado, flores y frutos difícilmente pasarán desapercibidos para la curiosidad infantil. Este arbusto
no es caducifolio, es de crecimiento y longevidad media. El látex se emplea en medicina popular.

108
CACAO
Theobroma cacao
L.

Sterculiaceae

Arbusto pequeño, puede alcanzar cerca de 4 m de altura y 15 cm de diámetro en el tronco principal. Las hojas son
simples, alternas y dísticas; de color rojo a granate en estado juvenil y luego verde brillante. Las flores son diminutas
y se disponen a lo largo del tronco y de las ramas. Los frutos son bayas oblongas u ovadas, de color amarillo o
purpúreo, miden cerca de 15 a 20 cm de largo y 10 de diámetro; contienen muchas semillas grandes, rodeadas
por una pulpa dulce.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de los bosques lluviosos de América Central y del Sur. Crece bien de 0 hasta
1500 m.s.n.m. en zonas húmedas y secas. El Cacao no es caducifolio, es de crecimiento medio a lento, a libre expo-
sición o bajo sombra. Prefiere suelos profundos y fértiles. Es un arbusto con una enorme importancia desde el punto
de vista económico y su propagación se realiza principalmente para establecer plantaciones por sus semillas, que
se muelen y tuestan para preparar el chocolate y la cocoa. Como arbusto ornamental sus ventajas más notorias son
su tamaño pequeño, que permite emplearlo en espacios reducidos, su follaje de colores vistosos y por supuesto sus
frutos, que deben ser, además, motivo para enseñar a las personas y especialmente a los niños de dónde procede
un alimento tan importante para la humanidad, relación que parece perdida en estas ciudades desvinculadas del
campo. Fue considerado como el alimento de los dioses, a lo cual se refiere su nombre genérico Theobroma.

109
CAFÉ cafeto

Coffea arabica
L.

Rubiaceae

Arbusto de 2 a 3 m de altura. Las hojas son simples, opuestas, con estípulas interpeciolares, oblongoacuminadas
y con las nervaduras muy marcadas. Las flores blancas y perfumadas, de corola tubular, nacen en las axilas de las
hojas. El fruto es una drupa, de color rojo al madurar, mide cerca de 1.5 cm de largo, contiene dos semillas, cada
una plana en su cara interna y atravesada por un surco. Esta semilla constituye el grano de café que, después de
tostado, sirve para preparar la bebida.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Especie espontánea en Etiopía, Mozambique y Angola. El Café o Cafeto, estrechamente
ligado a nuestra economía, ha sido plantado en grandes extensiones comerciales. Como arbusto individual en la
parte urbana su empleo es poco, porque una reglamentación lo impedía para evitar la diseminación de la broca que
afecta el grano. Para espacios pequeños constituye una buena opción, por su fácil consecución, rápido crecimiento,
longevidad media a larga y por sus elementos llamativos: hojas brillantes, flores blancas y aromáticas a lo largo de
las ramas y frutos rojos al madurar. Dependiendo de la variedad que se utilice se pueden conformar arbustos con
un tronco definido y ampliar así su utilización a otros espacios, como algunos separadores viales, antejardines, para
conformar setos, cercas vivas y barreras bajas para contrarrestar reflejos molestos o dar cierta privacidad.

110
CANASTILLA
ROSADA
Dombeya wallichii
(Lindl.) K.Schum.

Sterculiaceae

Árbol pequeño, puede alcanzar cerca de 6 m de altura y 30 cm de diámetro. A veces crece como un gran arbusto
con ramas péndulas. Las hojas son simples, alternas, espiraladas, grandes, palmatinervadas y lobuladas. Con estí-
pulas pubescentes. Las flores pequeñas, de color rosado, se reúnen en racimos (umbelas) globosos y péndulos de
10 cm de diámetro, que al madurar se tornan de color salmón a ferrugíneo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Madagascar y oriente de África. En nuestro medio se adapta bien de 1400
a 2300 m.s.n.m. especialmente en zonas húmedas. No es caducifolio. De crecimiento muy rápido y longevidad
media. Es especial para conformar barreras contra ruido, contaminantes, para dar privacidad, para controlar vientos
entre otros usos, en general no presenta restricciones; es apropiado para antejardines y corredores viales, en es-
pacios amplios como parques, orejas de puentes, cerros, laderas, zonas de retiro en el río y quebradas. Se cultiva
como ornamental. Es melífero.

111
CARBONERO Calliandra

Calliandra haematocephala
Hassk.

Mimosaceae

Arbusto pequeño, de 2 a 3 m de altura. Ramifica frecuentemente desde la base. El tronco principal mide cerca de 20
cm de diámetro. Las hojas son alternas, bipinnadas, sólo con dos pinnas, en cada una de ellas 3 a 7 pares de folío-
los, glabros y asimétricos. Las flores se disponen en cabezuelas, con numerosos estambres de color rojo encendido.
Los frutos son legumbres de márgenes gruesas y de color marrón oscuro, miden cerca de 10 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario del norte de Sur América. Es común encontrarlo entre 1000 y 2200 m.s.n.m.
en zonas húmedas, aunque es resistente a las sequías. No es caducifolio. Crecimiento rápido. Es de vida corta a
media. Es apropiado para jardines, antejardines y como cerca viva, apreciado por sus inflorescencias vistosas. Como
arbusto en setos y para eliminar algunos reflejos molestos tiene buena aplicación. Por las podas de descope a las
cuales es sometido, es común que presente una gran profusión de troncos y rebrotes desde la base, que le generan
un follaje bajo y denso que obstaculiza la visual cerca a cruces viales, pasos peatonales o señalización en general.
Es un excelente mejorador de suelos degradados por su aporte de nitrógeno. Es melífero.

112
CATAPE
cobalongo

Thevetia peruviana
(Pers.) K. Schum.

Apocynaceae

Árbol pequeño o arbusto que puede alcanzar hasta 7 m de altura y 15 cm de diámetro en el tronco principal. Con
látex blanco en todas sus partes. Las hojas son simples, alternas, espiraladas y lineal-lanceoladas. Las flores son de
color amarillo pálido, en forma de campana y con 5 pétalos, fragantes. Los frutos son drupas de forma romboidal,
miden cerca de 2.5 cm de alto y 4 cm de ancho; de color verde claro, se tornan negras al madurar; con 2 a 4
semillas leñosas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de México y Centro América. Crece bien de 0 a 1500 m.s.n.m. en zonas
secas y húmedas. El Catape se emplea como arbusto ornamental en todo el Valle de Aburrá, además es común que
crezca espontáneamente a partir de las semillas que dispersan los animales. No es caducifolio, es de crecimiento
y longevidad media. Por su tamaño se acomoda sin problemas en antejardines y lugares reducidos, siendo estos
los usos más apropiados. Con el Catape se debe tener presente que todas sus partes son venenosas y que sus
semillas se venden en las calles sin mayor control, promocionadas para adelgazar a pesar de su toxicidad, que
puede producir hasta la muerte. De los frutos se extrae la tevetina, sustancia que es utilizada en medicina como
estimulante cardíaco.

113
CHAPARRO
Adenaria floribunda
Kunth

Lythraceae

Arbusto o árbol pequeño, puede alcanzar 5 m de altura y 15 cm de diámetro en el tronco. La corteza externa es
papelosa y de color café rojizo. Las ramas son rojizas y cuadrangulares. Las hojas simples, opuestas y con tenden-
cia a disponerse en un solo plano; la haz es de color verde brillante y el envés con puntos negros. Las flores son
pequeñas, gamosépalas y de color blanco. Los frutos cápsulas redondeadas de color rojizo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Distribuido desde Costa Rica hasta Perú y Brasil. Crece bien de 100 a los 2000 m.s.n.m.
en zonas húmedas, bajas tropicales y valles interandinos. Es caducifolio, de crecimiento rápido y de longevidad
media. El Chaparro es una especie que crece en zonas abiertas en las laderas del Valle de Aburrá y proporciona
alimento para las aves; cumple un papel importante en programas de revegetalización o manejo de remanentes de
bosque con funciones ecológicas. Por su tamaño no tiene restricciones, es apropiado para jardines y zonas verdes
pequeñas, desarrolla una copa atractiva, ocupa poco espacio y atrae muchas aves que embellecen y alegran el
lugar.

114
CHEFLERA
ENANA
Schefflera arboricola
Hayata

Araliaceae

Arbusto, de 2 a 5 m de altura, ramifica desde la base. Las hojas digitado-compuestas, con 7 a 16 folíolos de color
verde oscuro brillante, ovalados y lisos. Las flores diminutas de color verde. Los frutos de color rojo brillante.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Nueva Zelanda y Asia sur oriental. Por su tolerancia a la sombra, la Che-
flera enana se ha empleado como planta de interior en materos; cuando se establece directamente en el suelo, a
plena exposición solar, se puede obtener un arbusto de buena forma, que se acomoda sin problemas a espacios
reducidos como antejardines, bajo líneas de energía eléctrica y para conformar setos o barreras bajas para dar pri-
vacidad. Esta especie se propaga por estacas, esquejes y acodos principalmente y en menor cantidad por semillas.
No es caducifolia, su crecimiento es rápido y longevidad media. En los viveros locales es posible conseguir además
la cheflera enana variegada.

115
CIRUELA
confite, guaimaro

Bunchosia armeniaca
(Cav.) DC.

Malphigiaceae

-Árbol pequeño, puede alcanzar cerca de 7 metros de altura. Las hojas son simples, opuestas, de ápice acuminado
y borde entero; por el envés presenta un par de glándulas en la base, de color amarillento, se observan como dos
pequeños puntos. Las inflorescencias están formadas por racimos axilares; las flores tienen dos pequeñas glándulas
en cada sépalo y la corola es de cinco pétalos amarillos. Los frutos, drupas ovoides de 2.5 a 3 cm de largo, son de
color naranja a rojo brillante, a veces verde.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de los Andes, desde Colombia hasta Bolivia. Crece bien de los 1400 a los
2500 m.s.n.m. en zonas húmedas. Requiere suelos fértiles y bien drenados. No es caducifolio. De crecimiento rápi-
do a libre exposición solar. Como arbusto se comporta bien en espacios reducidos; con podas se puede conformar
un solo tronco para evitar interferencias con el tráfico. Sus frutos carnosos sobre el piso pueden representar algún
riesgo para peatones; son comestibles antes de que estén completamente maduros.

116
CÍTRICOS
Citrus spp.

Rutaceae

Arbustos o árboles pequeños, muy aromáticos, pueden alcanzar hasta 10 m de altura y 15 a 25 cm de diámetro
en el tronco principal. Generalmente con espinas en el tronco y las ramas. Las hojas, al estrujarlas, desprenden un
olor característico. Las flores blancas, muy fragantes, casi siempre de 5 pétalos. Los frutos son redondos, a veces
comprimidos, con una cáscara delgada o gruesa, adherida a la pulpa carnosa y jugosa.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originarios del noroeste de la India y del sur de la China. En general los Cítricos se adaptan
bien desde 0 hasta 2200 m.s.n.m. en zonas tanto secas como húmedas. Las especies de cítricos tienen como ventajas
su tamaño pequeño a mediano, fáciles de controlar con podas, de longevidad larga y follaje frondoso, permanente, muy
vistoso por sus tonos verdes, claros y oscuros, y su brillo. Apropiados para espacios reducidos como para zonas más
amplias. Son sensibles al trasplante cuando están adultos y se les debe evitar lesiones en la corteza, pues son suscep-
tibles a la gomosis que les puede producir la muerte. Cuando el follaje es muy denso es recomendable una poda de
aclareo para evitar plagas como áfidos y fumagina y para que no obstaculicen la visibilidad cerca a cruces viales o
peatonales. Como limitaciones a tener en cuenta están las espinas y los frutos carnosos. Son ampliamente cultivados
por sus frutos comestibles, entre ellos la naranja, la mandarina, el limón y los pomelos.

117
CORAL Ixora roja

Ixora coccinea
L.

Rubiaceae

Arbusto, normalmente no sobrepasa los 2 m de altura, pero puede llegar a los 3 m. Hojas simples, opuestas, decu-
sadas, con estípula interpeciolar. Las flores de color rojo escarlata, se disponen en racimos compactos. El fruto es
una baya de color rojo que se torna a negro, mide cerca de 1 cm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de la India. Se adapta mejor a las condiciones más cálidas del norte del Valle
de Aburrá. El Coral es un arbusto que es posible manejar adecuadamente con podas. Por su tamaño no presenta
restricciones, se utiliza en espacios reducidos en general, jardines, setos para delimitar accesos en urbanizaciones
o fincas y en materos en plazoletas de piso duro. Sus flores rojas abundantes y vistosas lo destacan como una es-
pecie muy ornamental, visitadas además por mariposas, lo cual le confiere atractivos adicionales para estas zonas
urbanas. Su consecución y establecimiento en campo no tienen dificultades, crece rápido y no es caducifolio. Su
mejor floración se da a libre exposición solar aunque crece bien bajo sombra parcial. Requiere suelos húmedos,
ligeramente ácidos, fértiles y bien drenados, no resiste las heladas. Florece continuamente. Su longevidad es media
y puede verse disminuida si no se le realizan podas de limpieza, para eliminar ramas muertas.

118
CRESTA DE
GALLO
árbol del coral

Erythrina crista-galli
L.

Fabaceae

Árbol de tamaño pequeño, a veces casi arbustivo, puede alcanzar entre 6 y 7 m de altura y 30 a 40 cm de diámetro. El
tronco es de corteza fisurada. Las hojas son alternas, compuestas y trifoliadas, con dos glándulas en la base de los pe-
ciolulos y aguijones en los pecíolos y la nervadura central. Las flores de color naranja casi rojo, se presentan en racimos
erectos y terminales. El fruto es una legumbre cilíndrica, linear, de 15 a 25 cm de largo y 2 cm de ancho.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Brasil meridional, Paraguay, Uruguay y el norte de Argentina. Se adapta
bien de los 1000 a los 2300 m.s.n.m. en zonas húmedas. El Cresta de gallo se comporta más como un arbusto, lla-
mativo por sus flores grandes y rojas, apropiado para separadores amplios de avenidas, parques y zonas verdes en
general. Es parcialmente caducifolio y de crecimiento rápido. Su longevidad y apariencia pueden verse afectadas por
la invasión de epífitas, especialmente musgos y cuando no se podan las ramas que florecen, porque éstas se secan
después de fructificar, lo que desmejora su aspecto. Se siembra como ornamental y para barreras rompevientos. Es
melífero y muy atractivo para los colibríes. Es la flor nacional de Argentina.

119
CROTO
Codiaeum variegatum
L.

Euphorbiaceae

Arbusto, normalmente no sobrepasa los 4 m de altura y 10 cm de diámetro en el tronco principal, ramifica desde
la base. Las hojas son simples, alternas u opuestas, de diferentes formas, tamaños y colores. Las flores son pe-
queñas, de color verde amarillento, se disponen en racimos. Los frutos son cápsulas de color verde, de 6 a 8 mm
de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de las islas del Pacífico sur, entre Australia, Java y Nueva Guinea. Es cultivado
como ornamental en todas las zonas tropicales y subtropicales del mundo, entre 0 y 1800 m.s.n.m. Los Crotos
pertenecientes a la misma especie son variables en la forma y color de sus hojas, con tonos rojizos, granates,
amarillos y verdes; los colores y formas de sus hojas, los hace resaltar entre la vegetación; para un mayor colorido
requieren pleno sol. Se cultivan para delimitar entradas a fincas, en parcelaciones, como setos o cercas vivas e indi-
vidualmente en antejardines y separadores viales estrechos. No es caducifolio. Por un error de manejo que viene de
tiempo atrás, es común que se les corte toda la copa para inducir rebrotes que se le vuelven a cortar, manteniendo
el arbusto casi permanentemente sin hojas, estéticamente muy feo; con podas de formación adecuadas se podría
conformar como un arbusto llamativo para espacios reducidos.

120
ESTRELLA DE
ORIENTE
Petrea rugosa
Kunth

Verbenaceae

Arbusto, en condiciones naturales puede alcanzar los 10 m de altura. Muy ramificado y de tronco retorcido. Las ho-
jas son simples, opuestas o verticiladas, de borde entero o con algunos dientes hacia el ápice, coriáceas, muy áspe-
ras en la haz y pubescentes por el envés. Las flores pequeñas, la corola está formada por un tubo blanco terminado
en 5 lóbulos morado-azulosos, se disponen en racimos terminales compactos. Los frutos son pequeñas drupas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de las Antillas y norte de Sur América. La Estrella de oriente se emplea como
planta de jardín por su floración, tiene un hábito de crecimiento semitrepador que limita su utilización en algunos
espacios; sus ramas inclinadas lateralmente pueden interferir con el tráfico, situación que puede ser corregida em-
pleando un soporte permanente, como por ejemplo un estacón de madera inmunizada, al cual se amarra el tronco
principal, con la precaución de no estrangularlo, así se puede lograr un pequeño arbusto para espacios reducidos
como pequeños jardines.

121
FLOR DE
CERA
Clusia orthoneura
Standley

Clusiaceae

Árbol pequeño, con cerca de 5 m de altura. Presenta raíces adventicias y exudado blanquecino y escaso, que
se oxida a color rosado muy tenue. Las hojas simples, opuestas, decusadas, oblanceoladas, con las nervaduras
secundarias poco notorias y en ángulo ascendente con relación a la primaria, de consistencia cartácea y verde
amarillentas por el envés. Los pecíolos cortos. Las flores con dos sépalos pequeños en el ápice del pedúnculo y
cuatro más grandes en forma de cuchara en un verticilo siguiente; con cinco pétalos separados entre sí, no se tocan
por sus bordes, de consistencia cerosa, son de color rosado y blanco, con una mancha roja encendida en la base;
los estambres rojos. El fruto es una cápsula carnosa y dehiscente, mide cerca de 8 cm de largo. Las semillas se
encuentran recubiertas por un arilo anaranjado.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical. Esta especie, empleada en jardines, antejardines y para
formar setos, se ha confundido con el Clusia rosea, también llamado flor de cera, del cual se diferencia porque esta
última puede alcanzar 20 m de altura, las hojas son obovadas o casi espatuladas, de ápice ligeramente emarginado,
los pétalos van uno a continuación del otro, se tocan por sus bordes, son blanquecinos con unas pintas ligeramente
rosadas cerca al ápice, sin la mancha roja de la base y los estambres de color verde amarillento. Es un árbol pequeño
muy ornamental. No presenta mayores restricciones.

122
FRANGIPÁN alelí

Plumeria spp.

Apocynaceae

Arbustos pequeños, pueden alcanzar de 3 a 4 m de altura y 15 cm de diámetro en el tronco. Con abundante látex
en todas sus partes, de color blanco y tóxico. Las hojas son simples, alternas, lanceoladas y carnosas. Las flores
en cimas terminales; gamosépalas, céreas, con una estrecha corola tubular y 5 grandes pétalos separados, par-
cialmente sobrepuestos; muy perfumadas y de color variado: blancas, amarillas, granates o rosadas. Los frutos,
folículos pareados, de 25 a 30 cm de largo y 3 cm de diámetro, con numerosas semillas aladas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originarios de Puerto Rico, las Islas Vírgenes y las Antillas Menores. Se adaptan bien de
0 a 1500 m.s.n.m. en zonas secas y húmedas. Dentro de los arbustos los frangipanes sobresalen por sus hermosas
flores de diferentes colores y aroma agradable. Son especiales para jardines y espacios reducidos, aun bajo redes
de energía eléctrica. Pueden perder sus hojas en la temporada seca, pero con riego permanecen siempre verdes.
Son de crecimiento rápido, sus ramas son frágiles y su longevidad media. Son utilizados en el mundo como orna-
mentales por sus hermosas flores y en la industria del perfume por su aroma.

123
GALÁN DE
NOCHE
Pittosporum undulatum
Vent.

Pittosporaceae

Arbusto o árbol pequeño, puede alcanzar hasta 12 m de altura. Las hojas son simples, alternas, ovaladas, de ápice
acuminado, borde ondulado y coriáceas. Las flores pequeñas, fragantes, de color blanco a amarillento y estrelladas, se
disponen en racimos. Los frutos son cápsulas ovoides, de color naranja, miden cerca de 1 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Australia. De follaje permanente, sólo se defolia de forma parcial por períodos
cortos. Se reproduce con facilidad y su crecimiento es rápido sobre suelos bien drenados, húmedos, ligeramente ácidos
y de fertilidad media. El Galán de noche es una alternativa interesante como arbusto para zonas frías principalmente.
Tiene como elementos llamativos el color del follaje, generalmente combina dos tonos: verde oscuro en las hojas
adultas y verde claro en las recién formadas, sus flores son blanquecinas y de aroma agradable. Puede emplearse en
antejardines, para conformar setos, independizar ambientes o propiedades en urbanizaciones. Su follaje se emplea para
arreglos florales

124
GREVILEO DE
JARDÍN
Grevillea banksii
R. Br.

Proteaceae

Arbusto o árbol pequeño, puede alcanzar hasta 9 m de altura. Hojas pinnadas, divididas. Las flores, dispuestas en raci-
mos, son apétalas y con estambres sobresalientes de color rojo brillante. El fruto es un folículo, cerca de 1 cm de largo,
con el estigma persistente y las semillas aladas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Australia. Las flores rojas son muy atractivas para colibríes. Excelente
como estabilizador de terrenos arenosos y para conformar barreras contra ruido, contaminantes, para dar priva-
cidad, para controlar vientos entre otras, en general no presenta restricciones, es apropiado también para ante-
jardines y corredores viales. Es resistente a la salinidad, requiere suelos bien drenados y no tolera las heladas. Su
crecimiento es rápido.

125
GUAYABA
FEIJOA
Feijoa sellowiana
(O. Berg) O. Berg

Myrtaceae

Arbusto, de 3 a 4 m de altura y 15 a 20 cm de diámetro en el tronco. Su copa es redondeada. Las hojas son simples
y opuestas, rígidas, la haz verde oscuro brillante, el envés blancuzco. Las flores con un gran número de estambres
largos, de color rojo. Los frutos son bayas ovaladas, de color verde, pueden medir hasta 6 cm de longitud.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Brasil y Paraguay. Se adapta bien de 1500 a 2600 m.s.n.m. en zonas
húmedas. Por su tamaño arbustivo, sus flores vistosas y sus frutos comestibles, la Feijoa puede emplearse en jardi-
nes de conjuntos residenciales; en general es de porte bajo con tendencia a ramificarse cerca a la base ocupando
mayor espacio, este puede ser un limitante para espacios que requieran buena visibilidad, pero es excelente en la
conformación de setos y barreras contra el ruido, los contaminantes y para dar privacidad entre otras. Apropiado
para zonas un poco más frías, en el Valle de Aburrá se desarrolla satisfactoriamente hacia el sur o en las laderas
por encima de 1500 m.s.n.m. La madera es durable bajo condiciones adversas, se emplea en obras pequeñas de
construcción y carpintería, para leña y carbón. Los frutos se consumen crudos o en dulces.

126
HABANO
adelfa, azuceno

Nerium oleander
L.

Apocynaceae

Arbusto pequeño, puede alcanzar de 2 a 3 m de altura y 8 cm de diámetro en el tronco principal, ramifica a muy baja
altura. Presenta un abundante jugo acuoso en todas sus partes. Las hojas son simples y en verticilos de 3, de forma
lanceolado-acuminada, cortamente pecioladas, coriáceas y con fuerte nervación central. Las flores, agrupadas en
cimas terminales, son de color variable, del blanco al amarillo, rosa o rojo. Los frutos semi-erectos, formados por
dos folículos de 10 a 16 cm de longitud, se abren en 2 valvas. Con numerosas semillas aladas provistas de vilano
(especie de algodón que las recubre y les sirve para la dispersión).
ECOLOGÍA Y MANEJO. Especie espontánea en todos los climas mediterráneos del sureste de Europa, norte de Áfri-
ca y suroeste asiático. El Habano es un arbusto muy difundido como ornamental por sus hermosas flores. Por su tamaño
pequeño y tendencia a ramificarse profusamente desde la base es apropiado para jardines y espacios reducidos, en pai-
sajismo como complemento de otra vegetación. A veces se planta para conformar setos y direccionar flujos peatonales
o para aislar algún espacio en particular. Su consecución y desarrollo en campo es fácil. Debe tenerse especial cuidado
con todas las partes del árbol por su toxicidad; las ramas o troncos no deben utilizarse para leña, especialmente si es
para preparar asados o comidas, porque pueden generar intoxicaciones graves.

127
JABOTICABA
Myrciaria cauliflora
(Mart.) O.Berg

Myrtaceae

Arbusto pequeño, mide hasta 4 m de altura (un poco más en sus zonas de origen). Usualmente desarrolla varios
troncos de cerca de 10 cm de diámetro, algunos alcanzan en muchos años hasta 35 cm. De corteza moteada que se
desprende en placas. Las hojas son simples y opuestas. Las flores caulinares, pequeñas y fragantes, con numerosos
estambres de color crema. Los frutos son bayas globosas de color morado, con la apariencia de una uva, pueden
medir hasta 4 cm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario del sur del Brasil. Se adapta bien de 1500 a 2200 m.s.n.m. en zonas húme-
das. El Jaboticaba tiene como elementos más llamativos su corteza moteada, parecida a la del guayabo, sus hojas
rojizas brillantes, sus flores y frutos a lo largo del tronco y ramas. Su porte bajo y tolerancia a la poda permiten su
empleo en jardines y espacios reducidos, pero es posible conformar un tronco definido para plantarlo como arbusto
debajo de redes de energía y en los antejardines de vías de barrio con tráfico liviano. Por sus características vistosas
es apropiado también en parques y plazoletas. Es caducifolio completamente en épocas de sequía intensa, pero si
no tiene déficit de agua permanece con follaje todo el año. Es de crecimiento medio a lento y longevidad prolongada.
Es cultivado como ornamental y para bonsái por sus hojas y frutos pequeños. Los frutos se comen crudos, en dulces
y mermeladas; se emplean en la fabricación de vino.

128
JÚPITER
Lagerstroemia indica
L.

Lythraceae

Árbol pequeño, puede alcanzar los 12 m de altura, hay variedades enanas que no sobrepasan los 50 cm. La cor-
teza se desprende en placas papelosas, deja al descubierto un tronco color marrón-rojizo. Las hojas son simples,
alternas, a veces opuestas, sésiles y pubescentes a lo largo del nervio central por el envés. Las flores se disponen
en grandes panículas terminales, en una gran variedad de colores, tienen 5 pétalos de margen ondulada. Los frutos
son cápsulas dehiscentes, con numerosas semillas aladas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Asia, actualmente es cultivado a través del mundo. Muchos de los ejem-
plares plantados son híbridos obtenidos del cruce de L. indica con L. speciosa o L. faurei. Así el color de las flores
varía del rojo al blanco, con una gran gama de rosados, lavanda y púrpura. Prefiere suelos húmedos y bien drenados,
donde crece muy rápido, aunque tolera sequías una vez establecido. Es caducifolio. Apropiado para jardines y es-
pacios reducidos, tanto individual, como para formar setos y delimitar andenes. Por su tendencia a ramificar desde
la base debe podarse para obtener un tronco único. Cortar las flores viejas promueve una nueva floración. Es muy
sensible al ataque de áfidos; en viveros comerciales es empleado como trampa para atraer estos insectos y alejarlos
de otras plantas de mayor importancia comercial.

129
LIBERAL lechero

Euphorbia cotinifolia
L.

Euphorbiaceae

Arbusto, puede alcanzar entre 3 y 5 m de altura, con abundante látex blanco. Las hojas son simples, opuestas o
verticiladas, 3 por nudo; son de color verde o rojo, borde entero, ápice redondeado y ovadas. Las flores, pequeñas y
blancas, se disponen en panículas. El fruto es una cápsula trilobada de 5 mm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América Central y norte de Sur América. El Liberal es un arbusto común
en zonas periféricas y suburbanas, empleado como cerca viva; desde el punto de vista ornamental se utiliza poco
a pesar de ser una opción para espacios reducidos, jardines, antejardines y setos. Es llamativo por el color de sus
hojas, requiere pleno sol, cuando crece a la sombra sus hojas son verdes, no tan vistosas. Se propaga por estacas
con mucha facilidad y crece rápido, no es caducifolio completamente. No es resistente a las heladas y requiere
buena humedad en el suelo. Su exudado es tóxico y urticante, se recomienda precaución con él.

130
NÍSPERO DEL
JAPÓN
Eriobotrya japonica
(Thunb.) Lindl.

Rosaceae

Arbusto o árbol pequeño, puede alcanzar de 4 a 6 m de altura. Con un tronco principal que puede alcanzar 30 cm de
diámetro. Las hojas son simples, alternas, coriáceas y pubescentes en el envés, se agrupan al final de las ramas. Las
flores blancas y fuertemente aromáticas. Los frutos carnosos de color amarillo-anaranjado, globosos y ovoides, miden
entre 2 y 5 cm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de la China y el Japón. Se adapta bien entre 1000 y 2500 m.s.n.m. en zonas se-
cas y húmedas. Como arbusto el Níspero del Japón tiene varias ventajas: es de follaje permanente, denso y atractivo,
es de crecimiento y longevidad media, amplia capacidad de adaptación y no es muy exigente en suelos, ventajas
que permiten emplearlo en barreras, especialmente para dar privacidad y direccionar peatones, en antejardines y
separadores de vías en barrios y urbanizaciones; en avenidas con tráfico de mayor velocidad no es recomendable
porque puede obstaculizar visuales y generar interferencias con su tamaño bajo. La madera es dura y pule bien, se
emplea en la elaboración de objetos torneados. Los frutos son comestibles, crudos y cocidos; la pulpa es jugosa,
ligeramente ácida y aromática. Las hojas se emplean como follaje en arreglos florales.

131
PALO VERDE palo brea, brea

Cercidium praecox
(Ruiz & Pav. ex Hook.) Harms

Caesalpiniaceae

Arbusto o árbol pequeño, puede medir entre 6 y 12 m de altura y 30 cm de diámetro en el tronco. Su copa es amplia
y extendida. Su tronco y ramas son de color verde, las ramitas zigzagueantes con abundantes espinas. Las hojas son
bipinnadas. Las flores, numerosas y vistosas, son de color amarillo, con puntos de color naranja en el pétalo más
grande. Los frutos son legumbres papiráceas de color marrón.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Es originario de México, Ecuador, sur del Perú y Paraguay. Crece en rodales puros en
ambientes degradados y a libre exposición solar, es resistente a temperaturas bajo cero. Es caducifolio. Prefiere
suelos alcalinos y es resistente a las sequías. Es un árbol xerófilo bien adaptado a su ambiente seco y caluroso. La
corteza verde es fotosintética, reemplaza la función de las hojas que caen temprano y conservan el agua. De sus
heridas exuda una goma dulce, comestible, de color amarillo-verdoso; ha sido aprovechada tradicionalmente por
las comunidades campesinas de las zonas más áridas como medicina, curación de artículos de cerámica y como
pegamento casero; sus propiedades químicas son similares a las de la goma arábiga. Madera dura y pesada. Es
ornamental por su floración vistosa y el color verde del tronco y ramitas. Es un arbusto de porte bajo para espacios
reducidos como jardines y antejardines. No presenta restricciones.

132
PAPAYUELO
Cnidoscolus aconitifolius
(Mill.) I.M. Johnst.

Euphorbiaceae

Arbusto o árbol pequeño, no sobrepasa los 6 m de altura y cerca de 15 cm de diámetro en el tronco. Su copa es
densa y compacta. Las ramitas presentan pocos pelos rígidos, al cortarlas producen látex blanco y abundante. Las
hojas son alternas y palmatilobuladas, de color verde oscuro y con numerosas venas de color verde claro. Las flores
fragantes, numerosas y pequeñas, de color blanco, sobresalen sobre la copa. Los frutos son cápsulas triloculares,
cerca de 1 cm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de México. Se adapta bien desde 0 hasta los 1500 m.s.n.m. en zonas secas
y húmedas. El Papayuelo es un arbusto frondoso, de copa entre aparasolada y redondeada, crece rápido en suelos
bien drenados y no es caducifolio. Es de vida corta y madera liviana. Se emplea como ornamental y para sombra. Es
recomendable para espacios reducidos como antejardines y en separadores o corredores viales amplios siempre y
cuando los vehículos no golpeen sus ramas pues éstas se revientan con facilidad.

133
PEREGRINA flor roja

Jatropha integerrima
Jacq.

Euphorbiaceae

Arbusto pequeño, no sobrepasa los 3 m de altura y cerca de 10 cm de diámetro en el tronco. Su copa es densa y
compacta. Todas sus partes, al cortarlas, producen un exudado transparente y abundante. Las hojas son alternas,
la base cordada y con cornículos (como pequeños cachos donde se inserta el pecíolo en la base de la lámina). Las
flores de color rojo, fragantes, numerosas y pequeñas. Los frutos son cápsulas pequeñas, con las semillas motea-
das, las cuales se reportan como tóxicas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Cuba. Este arbusto tiene una utilización incipiente entre nosotros, su
tamaño reducido y floración llamativa permiten su empleo en forma más intensiva, bajo líneas de energía eléctrica,
separadores viales, jardines y espacios pequeños. No es caducifolio. Florece durante todo el año, con una floración
mucho más notoria en los veranos prolongados. Su longevidad es de corta a media.

134
TOTUMO
Crescentia cujete
L.

Bignoniaceae

Árbol pequeño o arbusto, puede alcanzar hasta 6 m de altura y 25 cm de diámetro en el tronco principal, nor-
malmente ramifica a muy poca altura. La corteza es ligeramente fisurada y corchosa. Su copa amplia y abierta la
componen unas pocas ramas largas y extendidas. Las hojas son simples, alternas, espiraladas y fasciculadas, ge-
neralmente dispuestas en grupos de 3 a 5, de forma cuneado-oblanceoladas o espatuladas. Las flores nacen sobre
el tronco y las ramas, son de forma campanulada y de color blanquecino, con veteados oscuros, rojos y púrpuras.
Los frutos son bayas globosas, leñosas y pesadas que pueden tener cerca de 30 cm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical. El Totumo es un arbusto no caducifolio, tolerante a las
sequías, de crecimiento medio a rápido a libre exposición y gran longevidad. Empleado en jardines y áreas verdes
amplias por sus frutos vistosos, en otros espacios, donde pueda interferir con el tráfico, tiene restricciones por su
tamaño reducido y ramificación extendida. Los troncos son empleados para el cultivo de orquídeas. El fruto seco
se emplea en la producción de artesanías. La pulpa de los frutos cocida tiene propiedades medicinales, cruda es
tóxica.

135
2.2 ÁRBOLES MEDIANOS

Son aquellos que alcanzan tamaños entre los 7 y los 18 m de altura y


representan un alto porcentaje de las especies empleadas en la arbori-
zación del Valle de Aburrá. Generan gran impacto visual y aportan sig-
nificativamente al bienestar de la población. En sitios con restricciones
en altura no tiene sentido tratar de manejarlos, de lo contrario algunos
requieren intervenciones drásticas, como la reducción de la copa a me-
nos de la mitad de su tamaño, para evitar las interferencias que causan.
Su localización adecuada está en las áreas verdes más amplias como los
separadores viales de más de dos metros de ancho, parques, plazoletas,
bulevares peatonales, retiros de quebradas, antejardines amplios y las
zonas verdes laterales a lo largo de las vías en los que no existan cables
de energía aéreos.

Algunas especies de tamaño mediano o grande como la Vara santa (Tri-


plaris americana), el Móncoro (Cordia gerascanthus), el Embirá (Eriotheca
gracilipes), el Aguacatillo (Persea caerulea) y el Cedro (Cedrela odorata)
pueden ser una opción interesante para separadores viales estrechos en
avenidas principales, si se realiza un manejo adecuado de sus raíces al
emplear barreras que las controlen lateralmente. Su crecimiento inicial
es ortotrópico y rápido, lo cual permite que superen en poco tiempo la
altura mínima que se requiere (cerca de 4.8 m) para que no presenten
interferencias con el tráfico pesado; tienen además pocas ramas latera-
les o éstas son fáciles de manejar con podas, los frutos son livianos y las
ramas fuertes, en general.

Arrayán - Myrcia popayanensis

137
ACACIA
AMARILLA palo Brasil

Caesalpinia peltophoroides
Benth.

Caesalpiniaceae

Árbol mediano, de 8 a 16 m de altura y 50 cm de diámetro en el tronco. Copa aparasolada, follaje abundante y


translúcido. Las hojas son bipinnadas, con folíolos casi cuadrangulares. Las flores, amarillas, se disponen en raci-
mos erectos y terminales. Los frutos son legumbres, y miden entre 5 y 10 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Brasil. Se adapta muy bien de los 0 a los 1800 m.s.n.m. en zonas tanto
secas como húmedas. De una amplia difusión, es un árbol muy atractivo por la forma aparasolada de su copa,
los colores del follaje que van desde un tono rojizo o granate al verde claro y luego al verde oscuro, y su floración
abundante y vistosa, que se presenta varias veces al año. Es caducifolio (cambia sus hojas en forma masiva) por
períodos muy cortos, de crecimiento medio a rápido y de fácil propagación. Cuando crece a pleno sol es un poco
más bajo y trata de formar varios troncos muy cerca a la base, así ocupa un mayor espacio lateral y en el punto
donde se ramifica trata de acumular agua, lo que puede generar la descomposición de los tejidos y la muerte de las
ramas. Con podas oportunas se puede orientar el desarrollo de un tronco único, sin ramas bajas, y así emplearlo en
separadores amplios de avenidas. Es apropiado para parques, plazoletas y zonas verdes en general como árbol de
sombra. Su madera es moderadamente pesada y dura. Es un excelente mejorador de suelos.

138
AGUACATE
Persea americana
Mill.

Lauraceae

Árbol mediano, puede alcanzar los 20 m de altura. Las hojas son simples y alternas, de forma elíptica, coriáceas
y con un fuerte olor al ser estrujadas. Las flores, blanquecinas y pequeñas, se disponen en panículas axilares. Los
frutos son drupas, carnosas, piriformes y uniseminadas, de color verde oliva brillante, miden cerca de 10 cm de
diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América Central, pero cultivado en muchos países tropicales y subtropi-
cales. Crece bien desde el nivel del mar hasta cerca de 2600 m.s.n.m. dependiendo de la variedad. El Aguacate
es bastante común, unas veces plantado como ornamental, pero la mayoría se encuentra espontáneo a partir de
semillas, de rápida germinación, dejadas por trabajadores o paseantes que lo han consumido en sus comidas; su
desarrollo inicial precoz y su connotación como frutal, lo hacen merecedor de cuidados especiales. El denominado
“aguacate criollo” es un árbol grande y frondoso, existen numerosas variedades de porte más bajo, fructificaciones
más rápidas y de diferentes formas, tamaños y colores en el fruto. Puede ser caducifolio por períodos muy cortos y
requiere suelos bien drenados. Por sus frutos grandes y carnosos tiene limitaciones en áreas con tráfico peatonal o
vehicular; es apropiado para huertos frutales y en zonas verdes amplias como parques, orejas de puentes, cerros,
laderas, zonas de retiro en el río y quebradas.

139
AGUACATILLO
Persea caerulea
(Ruiz & Pav.) Mez

Lauraceae

Árbol mediano, de corteza aromática, puede alcanzar cerca de 20 m de altura y más de 50 cm de diámetro en el
tronco. Las hojas son simples y alternas, de forma elíptica. Las flores, blanquecinas y pequeñas, se disponen en
panículas axilares. Los frutos son bayas uniseminadas, de color verde oliva brillante y miden cerca de 5 mm de
diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario del norte de América del Sur. El Aguacatillo es un árbol común en todo el
Valle de Aburrá desde la parte baja hasta cerca de los 2000 m.s.n.m. en zonas secas y húmedas, lo cual le da una
ventaja comparativa para diversos usos. Espontáneo o cultivado, su desarrollo inicial es rápido, con un tronco bien
definido y una copa redondeada frondosa. Renueva su follaje masivamente a finales del año, en una maravillosa
explosión de colores rojos que nada tienen que envidiarle a los árboles en otoño de las zonas templadas. Es de
longevidad prolongada. Apropiado para programas de revegetalización, corredores viales, retiros de quebradas y
del río Aburrá (más conocido como río Medellín), en zonas verdes amplias complementando la vegetación existente
o reemplazando otros árboles deteriorados o suprimidos. Por su cambio masivo de hojas debe plantarse lejos de
desagües y alcantarillas para evitar su obstrucción. Es además importante por su producción de frutos para la fauna
silvestre, especialmente aves.

140
ALMENDRO
Terminalia catappa
L.

Combretaceae

Árbol mediano, puede alcanzar de 8 a 15 m de altura, a veces un poco más, y cerca de 45 cm de diámetro en el
tronco. Su copa es amplia y estratificada, de forma aparasolada, con las ramas insertas en verticilos. Las hojas son
simples, alternas y agrupadas al final de las ramas en forma de rosetas. Las flores son pequeñas, de color blanco y
dispuestas en espigas. Los frutos son drupas aplanadas, ovaladas, de 4 a 7 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Malasia. Crece o se adapta de 0 hasta 1600 m.s.n.m. en zonas secas
y húmedas. El Almendro es un árbol común en todo el Valle de Aburrá. En los primeros años es muy precoz en su
crecimiento, por lo cual se emplea principalmente para dar sombra en parqueaderos, antejardines y zonas verdes en
general, sin tener en cuenta algunas restricciones, por ejemplo, sus frutos al caer en los parqueaderos pueden dañar
los carros y en antejardines estrechos sus ramas extendidas pueden interferir con la circulación vehicular y peatonal.
Es apropiado para separadores viales amplios manejando su altura con podas de realce, con la precaución de no
anillar el tronco al cortar todo el verticilo de ramas; si existe este riesgo, la poda debe hacerse por etapas, eliminando
ramas opuestas entre sí. El Almendro es caducifolio, y entre finales y principios del año muda completamente sus
hojas con diversos tonos rojizos, naranjas y verdes. Las raíces superficiales, que pueden afectar obras civiles, pue-
den manejarse con barreras. Este árbol pierde su forma típica cuando se somete a podas de descope.

141
ARIZÁ
palo cruz, rosa de monte

Brownea ariza
Benth.

Caesalpiniaceae

Árbol pequeño a mediano, puede superar los 10 m de altura y desarrollar un tronco de 30 a 40 cm de diámetro.
Las hojas son compuestas, alternas y paripinnadas. Cuando jóvenes forman racimos péndulos con cambio gradual
de color, desde un tono grisoso, rosado y verde pálido a verde oscuro. Las flores en cabezuelas grandes, de color
anaranjado a rojo muy intenso y vistoso; sobresalen los largos estambres que sobrepasan los pétalos; se disponen
en el tronco en forma caulinar. Los frutos son legumbres largas y planas, de 20 a 30 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Colombia, Panamá, Perú y Venezuela. El Arizá crece lento, no es caduci-
folio y es de gran longevidad. Especialmente atractivo por sus hojas nuevas y sus inflorescencias grandes de color
rojo a naranja. Crece mejor con sombra parcial en sus primeros estados de desarrollo. Por su copa extendida y porte
bajo se recomienda para parques o plazoletas, como elemento especial, no es apropiado en antejardines o separa-
dores viales estrechos. Su madera es dura y resistente al ataque del comején. Sus ramas y hojas son medicinales,
se emplean como hemostáticos.

142
ARRAYÁN
Myrcia popayanensis
Hieron.

Myrtaceae

Árbol mediano, puede alcanzar hasta 16 m de altura y 25 cm de diámetro en el tronco. Su copa es amplia y redon-
deada. Las hojas nuevas se producen masivamente, son de color rosado o granate y van cambiando a diferentes
tonos de verde, destacándose dentro del paisaje. Las hojas son simples, opuestas, decusadas, de elípticas a lan-
ceoladas y papiráceas y al estrujarlas despiden un olor agradable. Las flores, pequeñas, aromáticas y amarillentas,
se disponen en panículas cimosas terminales. El fruto es una baya ovoide o piriforme, de color morado al madurar,
mide cerca de 1 cm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se distribuye en las tres cordilleras de Colombia, entre 1600 y 2900 m.s.n.m. El Arrayán
es uno de los árboles de porte medio más característico de la vegetación de zonas frías, se encuentra espontáneo
a lo largo de las fuentes de agua y como generador de sombra en potreros. No es caducifolio y renueva sus hojas
conservando aún las más viejas, es de crecimiento medio a lento y muy longevo. Por su forma y el hermoso color de
su follaje, especialmente cuando lo renueva, es sin lugar a dudas una excelente opción para emplearlo como árbol
ornamental hacia las partes altas de las laderas del Valle de Aburrá, al borde de las vías, en senderos peatonales,
miradores y zonas verdes en las urbanizaciones que se van conformando en esos sitios. Sus frutos, parecidos a una
pequeña guayaba, los consumen las aves y las personas.

143
BIEN ME SABE seso vegetal

Blighia sapida
K.D. Koenig

Sapindaceae

Árbol mediano, de 10 a 15 m de altura y cerca de 50 cm de diámetro. Las hojas son paripinnadas, de color amarillo
verdoso. Los frutos son cápsulas trilobuladas, con dehiscencia trilocular; inicialmente son de color amarillo, en la
madurez rojo brillante, mide cerca de 10 cm de largo; al abrirse liberan 1 a 2 semillas negras por fruto, envueltas
en una pulpa blanca con aspecto de un pequeño cerebro de animal.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de África oriental. Plantado como ornamental de 0 a 1500 m.s.n.m. en zonas
secas y húmedas. Es un árbol frondoso de crecimiento rápido a medio, con defoliaciones muy cortas y longevidad
larga. La utilización del Bien me sabe como árbol urbano ha ido creciendo en los últimos años, especialmente
porque sus frutos rojos lo hacen muy llamativo, pero debe tenerse mucha precaución con él, porque sus frutos
son tóxicos cuando están verdes o descompuestos; sólo se puede consumir el arilo o carnosidad con apariencia
de cerebro que sostiene las semillas, cuando el fruto está maduro. No se debe plantar cerca a escuelas, colegios,
lugares con afluencia masiva de público como estadios, piscinas, centros recreativos y en lo posible debe tener

144
BISCOFIA
toog

Bischofia javanica
Blume

Euphorbiaceae

avisos de precaución.
Árbol mediano, puede alcanzar entre 10 y 15 m de altura. Su copa es muy densa y redondeada. Las hojas son
alternas, compuestas, con tres folíolos ovados y finamente aserrados; antes de caer se tornan de color rojo brillante.
Las flores son pequeñas y de color verde-amarillento. Los frutos son carnosos de color rojo o negro al madurar y
miden cerca de 1 cm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Asia tropical e islas del Pacífico. Ha sido plantado con éxito entre los 1000
y 1500 m.s.n.m. en zonas húmedas. Para un buen desarrollo prefiere suelos arenosos, bien drenados y alcalinos;
es resistente a sequías. El Biscofia tiene como ventajas principales no ser caducifolio, su crecimiento rápido y su
follaje denso; lo que permite emplearlo con éxito en barreras contra ruidos, contaminantes, visuales indeseables y
para dar privacidad, entre otras; es un árbol muy llamativo por la forma de su copa y el color de su follaje. Su copa
densa inhibe el crecimiento del pasto bajo su sombra. Puede tener algunas raíces fuertes y superficiales que deben
controlarse con barreras para evitar daños en obras civiles. Es apropiado a lo largo de corredores viales, parques,
orejas de puentes, en laderas y cerros.

145
CADMIO
ilang-ilang, cananga

Cananga odorata
(Lam.) Hook. f. & Thomson

Annonaceae

Árbol de tamaño mediano, puede alcanzar cerca de 15 m de altura y 40 a 60 cm de diámetro en el tronco. Su fuste
es recto, circular y sin bambas. Las ramas extendidas y péndulas. Las hojas son simples, alternas y dísticas. Las
flores muy aromáticas, de color verde amarillento, con seis pétalos acintados de 8 a 12 cm de largo. Los estambres
son numerosos, puntiagudos y rojizos en el ápice. Los frutos drupáceos y estipitados; cada frutillo mide cerca de
1.5 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Asia tropical. Se cultiva entre 0 y 1500 m.s.n.m. en zonas tanto secas
como húmedas. El Cadmio es un árbol de crecimiento rápido, no caducifolio y de longevidad media a larga. Para el
Valle de Aburrá su mejor desarrollo se presenta hacia las zonas del norte por ser más cálidas. Su crecimiento recto
en las etapas iniciales permite emplearlo en separadores amplios de avenidas, en parques, plazoletas o bulevares;
es posible que sea necesario podarle algunas ramas bajas para evitar interferencias con el tráfico vehicular. Se
siembra conformando barreras densas para contrarrestar olores molestos. Es cultivado principalmente por el aroma
de sus flores; de ellas, recién cortadas, se destila un aceite esencial que se emplea en la industria de perfumes,
cosméticos y jabones.

146
CARATE
Vismia baccifera
subsp. ferruginea
(Kunth) Ewan

Clusiaceae

Árbol de pequeño a mediano, puede alcanzar hasta 14 m de altura y 25 cm de diámetro en el tronco. La corteza
interna con exudado abundante y anaranjado. Las ramas y hojas nuevas se encuentran cubiertas con una pubes-
cencia densa y ferrugínea. Las hojas simples, opuestas y decusadas; la haz lustrosa, el envés densamente cubierto
con tomento ferrugíneo. Las inflorescencias en panículas cimosas terminales; las flores pequeñas, ferrugíneas y de
pétalos amarillentos. El fruto es una baya carnosa, ovoide, apiculada y de color rojo, mide cerca de 1 cm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se distribuye desde el sur de México hasta Bolivia y Brasil, entre 800 y 2800 m.s.n.m.
No es caducifolio. El Carate es de común ocurrencia en todo el Valle de Aburrá, es una especie pionera de rápido
crecimiento, espontánea en potreros, retiros de quebradas, rastrojos altos y remanentes de bosques, apta para la
protección de microcuencas y nacimientos y por supuesto para programas de revegetalización de áreas deforesta-
das o de recuperación de aquellas que han sido degradadas por mal uso o fenómenos naturales. El color ferrugíneo
de sus hojas por el envés hace que se destaque entre el resto de la vegetación; como árbol para la ciudad tiene
muchas opciones para espacios abiertos, alejado de construcciones porque sus frutos los buscan ávidamente los
murciélagos y pueden volverse molestos en los sitios de habitación.

147
CARBONERO
Calliandra pittieri
Standl.

Mimosaceae

Árbol pequeño a mediano, puede alcanzar hasta 10 m de altura y 20 cm de diámetro en el tronco. Es de copa
aparasolada y casi plana. Las hojas son bipinnadas, alternas, sin glándulas en el raquis y con numerosos foliolulos
diminutos. Las flores muy vistosas, se disponen en cabezuelas terminales, erectas, con numerosos estambres
blancos hacia la base y rojos hacia el ápice. Los frutos son legumbres erectas y secas, que al hacer la dehiscencia
se retuercen sobre sí mismas y miden cerca de 10 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Colombia. Se encuentra desde la zona tropical, por debajo de los 1000
m.s.n.m., hasta cerca de los 1800 m. Es longevo y su defoliación es leve en época de floración. En la actualidad
existen programas de propagación y reintroducción de esta especie a zonas donde prácticamente había desapare-
cido. Cuando crece a pleno sol es un árbol de poca altura y de copa casi plana; puede alcanzar mayor altura si está
compitiendo por la luz con otros árboles. En general por su porte bajo y copa amplia tiene restricciones en áreas de
tráfico vehicular; es apropiado principalmente en plazoletas y parques por la sombra que produce y por su floración
vistosa; es un estabilizador de riberas muy eficiente, ideal a lo largo de ríos y quebradas. Es común en los municipios
del norte como Girardota y Barbosa. La madera se emplea en construcciones rurales y para leña.

148
CARBONERO
ZORRO
dormilón, carbonero

Cojoba arborea
(L.) Britton & Rose

Mimosaceae

Sinónimo:
Pithecellobium arboreum
(L.) Urban.

Árbol mediano, puede alcanzar cerca de 15 m de altura y 1 m de diámetro en el tronco. Las hojas son compuestas,
bipinnadas, alternas y con numerosos folíolos diminutos. Las flores se disponen en cabezuelas pequeñas de color
crema o blanco amarillentas. Los frutos son legumbres retorcidas de hasta 26 cm de largo, y rojas al madurar; las
semillas son elipsoides y negras, y péndulas en los frutos maduros abiertos.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América, desde México hasta el norte de América del Sur. Crece bien
de 1000 a 2000 m.s.n.m. en zonas húmedas. El Carbonero zorro es un árbol de amplia difusión, tiene una copa
extensa que proporciona buena sombra; es caducifolio, especialmente en períodos de sequía prolongada. Para
asegurar un tronco bien definido necesita podas de formación, de lo contrario se ramifica cerca a su base. Es un
árbol resistente, de longevidad larga, que puede usarse en separadores viales y parques, y para programas de
revegetalización en cerros y laderas. Requiere espacios amplios por su tamaño y sus raíces fuertes. Al defoliarse,
sus folíolos diminutos y abundantes pueden obstruir canoas y bajantes, situación que puede controlarse utilizando
rejillas o tela sombra (sarán) en los techos. Es invadido con facilidad por plantas parásitas llamadas “golondrinas”,
las cuales se deben controlar oportunamente para evitar el deterioro del árbol.

149
CASCO DE
VACA árbol orquídea

Bauhinia kalbreyeri
Harms

Caesalpiniaceae

Árbol mediano, de 12 a 15 m de altura y 40 cm de diámetro en el tronco. Las hojas se encuentran divididas en dos
lóbulos ampliamente ovados, acuminados o algo caudados en el ápice. Las flores, vistosas y fragantes, poseen cinco
pétalos claviformes de color rosa o lila, no variegados, y 10 estambres. Los frutos son legumbres secas, aplanadas
y oblongas, de 8 a 13 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Colombia. Se adapta bien de 0 a 1600 m.s.n.m. en zonas húmedas y
en suelos con buen drenaje. Es caducifolio en épocas de sequía intensa y en forma parcial antes de la floración.
De crecimiento medio a rápido. La arquitectura de su copa, y la forma, densidad y color de su follaje, lo destacan
como un árbol hermoso, especial para conformar barreras contra vientos o para dar privacidad, ocultar visuales in-
deseables y por supuesto para obtener sombra. Es apropiado para parques, plazoletas, separadores viales amplios,
orejas de puentes, cerros, laderas y retiros de quebradas. Cuando se planta en suelos compactos o el árbol es de
mala calidad, sus raíces son superficiales y pueden afectar las aceras. La madera es pesada, dura y resistente a la
intemperie. Es una especie fijadora de nitrógeno.

150
CASCO DE
VACA
árbol orquídea

Bauhinia variegata
L.

Caesalpiniaceae

Árbol mediano, de 12 a 15 m de altura y 40 cm de diámetro en el tronco. Las hojas se encuentran divididas en dos
lóbulos redondeados. Las flores, vistosas y fragantes, poseen 5 pétalos claviformes, de color rosa, lila o púrpura, uno
de los cuales, el más grande, está intensamente variegado en púrpura y amarillo. Los frutos son legumbres secas,
aplanadas y de ápice apiculado, miden cerca de 20 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de la India. Se adapta bien de 0 a 1600 m.s.n.m. en zonas húmedas y en
suelos con buen drenaje. Es caducifolio en épocas de sequía intensa y en forma parcial antes de la floración. De
crecimiento medio a rápido y longevidad de media a prolongada. Esta especie de Casco de vaca se destaca por
sus flores grandes y vistosas parecidas a una orquídea del género Cattleya; es además un árbol frondoso la mayor
parte del año, apropiado para sombra en avenidas amplias, parques y plazoletas. Las podas de formación oportunas
son bastante importantes en esta especie, para evitar que se ramifique desde la base. La madera es pesada y dura
de cortar, resistente a la intemperie. Es una especie fijadora de nitrógeno. Apropiada para separadores amplios en
avenidas, parques y plazoletas. Se planta como cerca viva y en cortina rompevientos.

151
CASTAÑO
ceibo de agua, cacao de monte

Pachira insignis
(Sw.) Sw. ex Savigny

Bombacaceae

Árbol mediano, de 10 a 15 m de altura y 50 cm de diámetro en el tronco. De ramificación verticilada. Las hojas son
digitado-compuestas, con 5 a 7 folíolos, de 15 a 35 cm de largo, glabros y coriáceos. Las flores blancas y con pétalos
acintados, con numerosos estambres de unos 20 cm de longitud y de color blanco inicialmente y luego, al marchi-
tarse, de color marrón. El fruto es una cápsula elíptica, dehiscente, de color marrón oscuro y de unos 20 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Centroamérica y norte de Sudamérica. Crece bien de 500 a 1500 m.s.n.m.
en zonas secas y húmedas; en forma natural se encuentra en zonas inundables o cerca de los ríos. De acuerdo a su
distribución natural se debe comportar mejor hacia los municipios del norte del Valle de Aburrá, en zonas más cáli-
das. No es caducifolio y es de crecimiento medio. El cacao de monte se plantó como ornamental en varias avenidas
de Medellín por la década del 70, pero fueron entrando en una fase de deterioro por muerte de ramas e invasión de
epífitas que obligaron su reemplazo. Es apropiado para parques, orejas de puentes, cerros, laderas, zonas de retiro
en el río y quebradas. No es recomendable en espacios con tráfico peatonal o vehicular por sus frutos grandes y
pesados. Sus raíces, superficiales y robustas, pueden dañar obras civiles. Por ser un árbol de ramificación verticilada
se debe tener mucha precaución cuando se le realizan podas, porque se pueden originar muchas heridas simultá-
neas difíciles de cicatrizar, a través de las cuales se pueden iniciar procesos de pudrición.

152
CEREZO DEL
GOBERNADOR
Flacourtia indica
(Burm. f.) Merr.

Flacourtiaceae

Árbol pequeño a mediano, puede alcanzar entre 5 y 15 m de altura en árboles muy longevos. Usualmente desarrolla
un tronco único y retorcido, de 10 cm de diámetro. Ramifica a muy baja altura. Su copa es densa y redondeada.
Algunas variedades presentan muchas espinas. Las hojas son simples, alternas y de color rosado o rojo cuando
nuevas. Los frutos, drupas redondas, son de color marrón o púrpura en la madurez, miden cerca de 2.5 cm de
diámetro; con muchas semillas aplanadas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario del sur de Asia y Madagascar. Se adapta bien de 0 hasta 1500 m.s.n.m. en
zonas secas y húmedas. No es caducifolio ni exigente en suelos, resiste sequías, es de crecimiento medio y longe-
vidad media. Se puede manejar como un arbusto frondoso, pero necesita podas con bastante regularidad porque
produce muchos rebrotes; es apropiado como cerca viva y en la formación de setos. Es tan denso desde la base que
obstaculiza la visibilidad cerca a intersecciones viales y separadores. Al sembrarlo en los senderos para peatones se
deben tener en cuenta las espinas. Es cultivado por sus frutos, que se consumen crudos y en dulces.

153
CHEFLERA
Schefflera actinophylla
(Endl.) Harms

Araliaceae

Árbol pequeño a mediano, puede alcanzar hasta 10 m de altura, con uno o varios tallos de 20 a 25 cm de diámetro.
La corteza presenta cicatrices triangulares de las hojas al caer. Su copa estrecha está conformada por pocas ramas
gruesas. Las hojas son alternas, compuestas y digitadas. Las flores se disponen en grandes panículas terminales,
compuestas de largos racimos de color rojo intenso, pueden medir hasta 1 m de longitud cada uno. Los frutos son
bayas esféricas, miden cerca de 0.5 cm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Australia y Nueva Zelanda. Se adapta bien de 0 hasta 2000 m.s.n.m. en
zonas húmedas y secas. Esta especie de cheflera se ha popularizado ampliamente como ornamental y planta de
interior en todo el Valle de Aburrá, por la facilidad con la cual se propaga tanto por semillas como por estacas o
acodos. Su crecimiento es muy rápido y no es caducifolia. Se adapta a múltiples condiciones de espacio, clima, luz
y suelo. Su longevidad es de media a baja porque es común que la ataque un hongo que le produce una muerte
descendente muy rápida. Se destaca por la forma y brillo de sus hojas y sus grandes inflorescencias rojas. Si se
poda oportunamente se puede obtener un árbol mediano y de buena forma, si la poda se realiza en forma tardía
produce rebrotes ortotrópicos, muy precoces y que pueden generar interferencias con líneas de energía. Los frutos
son consumidos por la avifauna. Es melífero.

154
CHIMINANGO
gallineral, payandé

Pithecellobium dulce
(Roxb.) Benth.

Mimosaceae

Árbol mediano, de corteza fisurada, que puede alcanzar hasta 20 m de altura y 1 m de diámetro en el tronco princi-
pal. Las hojas son alternas, compuestas y bipinnadas, formadas por dos pares de folíolos, con espinas y glándulas.
Las flores se encuentran dispuestas en panículas de cabezuelas, de color crema. Los frutos son legumbres retorci-
das, miden entre 10 y 14 cm de largo y 1 cm de ancho.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América, desde el norte de México hasta Colombia y Venezuela. Crece
bien de 0 a 1600 m.s.n.m. en zonas secas y húmedas. No es caducifolio, es de crecimiento rápido y longevidad
prolongada. El Chiminango tiene copa aparasolada y amplia, con tendencia a ramificarse cerca al suelo y a formar
rebrotes basales, por lo cual ocupa más espacio lateral que vertical. Se debe tener presente que sus raíces son
superficiales y agresivas y cuando llueve despide un olor desagradable; por esto se recomienda plantarlo lejos de
construcciones y uno o pocos individuos, no en masas homogéneas en un mismo sitio. Se adapta muy bien a todo
tipo de suelos y soporta sequías prolongadas, puede emplearse en programas de revegetalización y recuperación
de áreas degradadas. Es apropiado como árbol para generar sombra en zonas verdes amplias, como laderas y
cerros. Dentro del manejo general es importante controlarle la proliferación de melenas (Tillandsia usneoides), que
lo invaden y limitan su fotosíntesis.

155
CHIRLOBIRLO sicomoro, roble amarillo

Tecoma stans
(L.) Juss. ex Kunth

Bignoniaceae

Arbusto o árbol pequeño, puede medir entre 3 y 8 m de altura y entre 10 y 15 cm de diámetro en el tronco. Las hojas
son compuestas, opuestas, imparipinnadas y pubescentes por el envés. Las flores campanuladas y amarillas. Los
frutos son cápsulas largas, de 7 a 21 cm de largo y cerca de 1.5 cm de ancho, con numerosas semillas aladas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América, desde el sur de los Estados Unidos y las Antillas, hasta Sur Améri-
ca. Su mejor desarrollo lo presenta de 0 a 1000 m.s.n.m. en zonas secas, aunque puede llegar a 2500 m.s.n.m. en
zonas húmedas. El Chirlobirlo o Sicomoro se ha asociado generalmente como un árbol de tierras frías, pero es
lo contrario, es más de zonas cálidas, especialmente secas y marginalmente sube a tierras altas por distribución
antrópica. Es como un pequeño “guayacán amarillo” de forma y floración muy bonita, caducifolio, de crecimiento
rápido y longevidad corta a media. Apropiado para antejardines sin restricciones en altura, se emplea también como
cerca viva y para conformar barreras de propósitos múltiples, para enriquecer y complementar áreas de retiro a lo
largo de fuentes de agua. Cuando se emplea en espacios urbanos se debe podar para mantener una copa densa e
inducir una nueva floración. La bebida del cocimiento de sus hojas y corteza se utiliza como diurético y depurativo
de la sangre.

156
CHOCHO
Ormosia colombiana
Rudd

Fabaceae

Árbol mediano, puede medir cerca de 18 m de altura y 50 cm de diámetro en el tronco. La corteza interna y las
hojas, al estrujarlas, desprenden un fuerte olor a fríjol; la corteza externa es lenticelada. Las hojas pinnadas, impari-
pinnadas y alternas; los folíolos son oblongos, de peciolulos engrosados y opuestos en el raquis, con las nervaduras
secundarias prominentes y paralelas entre sí. Las flores de color violeta, pubescentes y muy aromáticas. Los frutos
son legumbres pequeñas y pubescentes, con 1 a 4 semillas de color rojo o naranja.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical. A las especies del género Ormosia se les conoce como
Chochos y son rápidamente reconocidos por sus semillas rojas o rojas y negras, sin embargo otros árboles diferen-
tes producen semillas similares, como el coralillo (Adenanthera pavonina) de la familia Mimosaceae. El O. colombia-
na es un árbol con poca difusión, que se adapta bien hacia la parte sur del valle y en las laderas hasta cerca de los
2000 m.s.n.m, de copa redondeada, follaje denso y permanente la mayor parte del año. Florece abundantemente en
grandes panículas terminales de color violeta y exquisito olor, son visitadas por mariposas y abejas principalmente.
Es apropiado para conformar barreras multipropósito, como sombrío en parques, bulevares y cualquier zona verde
amplia; con un buen manejo, que propicie la formación de un tronco bien definido, es recomendado para separa-
dores viales.

157
CIRUELO
MANGO
Spondias mangifera
Willd.

Anacardiaceae

Árbol mediano, de corteza fisurada. Con resina pegajosa y blanquecina. Las hojas compuestas, imparipinnadas y
alternas; con un fuerte olor a mango cuando se estrujan. Las flores muy pequeñas, en panículas terminales. Los
frutos son drupas ovoides de 6 cm de largo, de color amarillo en la madurez. El endocarpo con prolongaciones
espinosas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de la India, Ceilán y Malasia. Se adapta satisfactoriamente desde las zonas
bajas hasta cerca de 1800 m.s.n.m. Esta especie de ciruela se desarrolla como un árbol de porte mediano, de
tronco bien definido y recto, cuya difusión como ornamental es incipiente aún, a diferencia de la ciruela común
(Spondias purpurea) ampliamente utilizada en todo el Valle de Aburrá, de copa más extendida y tronco retorcido.
La Ciruela mango es un árbol de crecimiento rápido, recomendable como frutal para zonas verdes en general, con
algunas restricciones en áreas de tráfico peatonal o vehicular por la consistencia carnosa y tamaño de sus frutos, los
cuales se consumen al natural, cocidos en salsas y en encurtidos. La corteza tiene propiedades medicinales.

158
CORCHO calistemo blanco

Melaleuca quinquenervia
(Cav.) S.T. Blake

Myrtaceae

Árbol pequeño a mediano, alcanza cerca de 10 m de altura. El tronco principal mide cerca de 40 cm de diámetro.
La corteza se desprende en grandes placas corchosas, de color blanquecino a marrón claro cuando joven y negra al
envejecer. Su copa estrecha, de piramidal a irregular, con ramificaciones péndulas. Las hojas son simples, alternas,
espiraladas, lanceoladas y muy aromáticas al estrujarlas. Las flores, con numerosos estambres libres y de color
blanco, se disponen en espigas. Los frutos son cápsulas pequeñas de 5 a 7 mm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario del este de Australia. Se adapta bien de 0 a 1500 m.s.n.m. en zonas secas y
húmedas. Es un árbol resistente, que tolera una gran variedad de suelos, no caducifolio y de longevidad media. En
sus estados iniciales es precoz en el crecimiento pero endeble, para garantizar una buena forma es recomendable
colocarle tutores. Las raíces son superficiales y pueden levantar aceras, para evitarlo se pueden emplear barreras
al establecerlo. Es apropiado para áreas verdes amplias como parques, orejas de puentes, cerros, laderas, zonas de
retiro en el río y quebradas, lejos de construcciones. Por su tendencia a torcerse no se recomienda para separadores
viales. Su corteza es llamativa por el color y la textura esponjosa, se emplea como aislante; aunque se conoce con el
nombre de corcho no es la especie que produce esta materia prima. Se planta como rompevientos y para reforestar
áreas de suelos marginales. Se menciona que sus flores son alérgenas. Es melífero.

159
ÉBANO
Caesalpinia ebano
H. Karst.

Caesalpiniaceae

Árbol mediano, con cerca de 18 m de altura y 40 cm de diámetro en el tronco, especialmente cuando crece en
zonas abiertas; bajo condiciones de bosque natural sus dimensiones deben ser mayores. Su copa es aparasolada
y el follaje translúcido. La corteza es moteada como la del guayabo. Las hojas son bipinnadas, alternas y dísticas;
los folíolos elípticos, miden cerca de 1 cm de largo. Las flores pequeñas se disponen en racimos axilares, de color
amarillo con pintas rojizas. Los frutos son legumbres cortas y engrosadas, de unos 6 a 8 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de la región Caribe colombiana. Crece de 0 a 1000 m.s.n.m. en zonas secas
y se adapta bien hasta los 1500 m.s.n.m. en zonas húmedas. El Ébano es llamativo por el contraste entre su cor-
teza moteada y su follaje traslúcido verde claro. Es un árbol longevo y caducifolio, tolera la plena exposición solar.
En los últimos años se viene incrementando su utilización en la ciudad con una respuesta muy satisfactoria en el
crecimiento, lo cual debe ser un estímulo para propagarlo en mayor escala para separadores de avenidas, parques,
corredores viales, en los cerros tutelares y zonas verdes en general. Su madera, casi negra, es dura y pesada, muy
apreciada en la elaboración de artesanías.

160
ESCOBILLÓN
ROJO
calistemo rojo, gusanillo

Callistemon speciosus
(Sims) DC.

Myrtaceae

Árbol de pequeño a mediano, cerca de 10 m de altura. En sus sitios de origen puede alcanzar alturas cercanas a
los 18 m. Desarrolla un tronco único, algo retorcido, de unos 30 cm de diámetro. Su corteza es de color grisáceo a
pardo y fuertemente fisurada. Su copa es amplia e irregular, con ramas largas y péndulas. Las hojas son simples,
alternas, lanceolado-acuminadas, estrechas y con puntos translúcidos; aromáticas al estrujarlas. Las flores se dis-
ponen en espigas cilíndricas y terminales. Los estambres, libres, son de color rojo. Los frutos son pequeñas cápsulas
de 0.5 cm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Australia y Tasmania. Se adapta bien entre los 1000 y los 2500 m.s.n.m.
en zonas húmedas. El Calistemo tiene como características más llamativas la corteza fisurada, sus inflorescen-
cias rojas, grandes y vistosas, y las ramas péndulas, que le dan un aspecto “llorón” a la copa. Es una especie no
caducifolia, de crecimiento medio y longeva. Tolera suelos pobres y secos. En su manejo es importante controlar
el desarrollo de un tronco único y utilizar tutores en el momento de la plantación, pues normalmente es endeble
cuando joven. Los espacios más adecuados son las zonas verdes amplias como orejas de puentes, parques, cerros
y laderas, no es apropiado para separadores de avenidas ni espacios reducidos.

161
ESPADERO
Myrsine spp.

Myrsinaceae

Árboles pequeños a medianos, pueden medir alrededor de 15 m de altura y 20 cm de diámetro en el tronco. Usual-
mente monopódicos y con la copa estrecha y alargada. Las hojas simples, alternas y espiraladas, se agrupan al final
de las ramas, semejando ser verticiladas; la haz de color verde oscuro y el envés verde pálido con puntos negros o
puntos translúcidos visibles a la luz. Las flores son pequeñas y de color verde amarillento, se disponen en fascículos
densos, axilares o caulinares. El fruto es una drupa globosa, de color morado oscuro al madurar.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se distribuyen en Costa Rica, Panamá, Colombia, Venezuela, Ecuador y Perú. Entre 1400
y 3200 m.s.n.m. A todas las especies del género Myrsine se les conoce como Espaderos y tienen una distribución
amplia latitudinalmente. El follaje es su principal característica como árbol llamativo y ornamental. Se encuentran
con facilidad en los remanentes de bosque o rastrojos que se conservan como protección en las cuencas de las
quebradas que drenan sus aguas al río Aburrá. En la ciudad son escasos como ornamentales pero tienen muchas
posibilidades, para separadores viales en avenidas, márgenes del río y quebradas afluentes, orejas de puentes, la-
deras y cerros, en programas de revegetalización y recuperación de áreas deterioradas. Los frutos son consumidos
por aves silvestres y a sus hojas se le atribuyen propiedades medicinales, especialmente contra la reacción alérgica
que produce el manzanillo (Toxicodendron striatum) de la familia Anacardiaceae, que comparte con él las zonas frías.

162
FALSO
PIMIENTO
terebinto, pimiento del Brasil

Schinus terebinthifolius
Raddi

Anacardiaceae

Árbol pequeño a mediano, puede alcanzar de 4 a 8 m de altura, raras veces más, y 40 a 50 cm de diámetro en el
tronco. Las hojas son compuestas, imparipinnadas, alternas, y presentan un olor intenso y perfumado al ser estrujadas.
Las flores son pequeñas, de color verdoso y aromáticas. Los frutos son drupas esféricas, rojas o rosadas, de unos 5
mm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Brasil, Paraguay y Argentina. Se adapta bien hasta 2500 m.s.n.m. en zonas
secas y húmedas. El Falso pimiento tiene una gran capacidad para crecer, tanto cultivado como espontáneo a partir
de semillas que dispersan las aves. Como ventajas se destacan que no es caducifolio, es de crecimiento rápido, se
adapta a una gran variedad de suelos, aún de baja fertilidad y es resistente a sequías, apropiado en programas de
recuperación de áreas degradadas y para barreras contra ruido, contaminantes, para dar privacidad, para controlar
vientos entre otras. Es pequeño, con una copa de formas caprichosas y atractivas, puede ocupar espacios laterales
amplios y sus raíces son gruesas y superficiales, por estas razones no es recomendable en espacios reducidos. El
contacto con sus hojas puede ocasionar alergias en personas sensibles. Su madera se emplea en la elaboración de
objetos torneados. La resina que se obtiene del tronco posee aplicaciones medicinales.

163
FICUS
BOMBA
Ficus cyathistipula
Warb.

Moraceae

Árbol pequeño a mediano, con cerca de 7 m de alto, en la madurez la corteza es lisa y gris. Con abundante látex
blanco en todas sus partes y estípulas unidas parcialmente, persistentes, de color marrón oscuro. Las hojas son
simples, alternas y dispuestas en espiral, coriáceas, de oblanceoladas a obovadas, de color verde oscuro en el haz
y más pálidas en el envés. Las flores se encuentran encerradas en el interior de receptáculos huecos, similar a las
brevas. Los frutos son síconos, más o menos globosos, de 3-5 cm de diámetro, de color verde pálido o amarillento
en la madurez, con la superficie lisa o a veces algo verrucosa, se disponen en grupos de 1 a 3, en las axilas de las
hojas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de África. El Ficus bomba, como se conoce en los viveros, es pequeño, de
copa redondeada, muy densa y de color verde oscuro, se defolia parcialmente por períodos muy cortos. Es un árbol
escaso tanto en campo como en viveros, pero dentro de las especies del género tiene ventajas por su menor tama-
ño. Sin embargo, por sus frutos carnosos y abundantes, lo más recomendable con él es plantarlo en zonas verdes
amplias como parques, orejas de puentes, cerros, laderas, zonas de retiro en el río y quebradas. Es una especie
utilizada principalmente como planta de interior; debe ubicarse en lugares protegidos de los vientos fríos, se defolia
e incluso llega a morir si el frío es persistente.

164
FLAMBOYÁN
acacia roja

Delonix regia
(Bojer ex Hook.) Raf.

Caesalpiniaceae

Este árbol pequeño a mediano, puede alcanzar cerca de 8 m de altura, con un tronco grueso y nudoso de cerca de
60 cm de diámetro. Desarrolla pequeñas bambas. Su copa es amplia y aparasolada. Las hojas bipinnadas y con
folíolos diminutos. Las flores son de color rojo, grandes y muy vistosas. Los frutos son legumbres aplanadas, leñosas
y de hasta unos 60 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Madagascar. Este árbol se adapta y florece muy bien de 0 hasta 1000
m.s.n.m. en zonas secas. Aunque puede llegar a los 1500 m.s.n.m. en zonas húmedas, su floración es más espo-
rádica y menos llamativa. Es caducifolio en plena floración, de crecimiento rápido y longevidad media. Tiene raíces
fuertes y superficiales que pueden afectar obras civiles. Las podas deben ser oportunas en el estado juvenil, en
estado adulto sus ramas principales son gruesas y la poda deja heridas grandes y difíciles de cicatrizar. Las puntas
de las ramas que se van secando se deben podar para darle una mejor apariencia de la copa. Las partes del fruto,
grandes y leñosos, pueden ofrecer riesgo en zonas peatonales, parqueaderos y vías. Es apropiado en zonas verdes
amplias como parques, orejas de puentes, cerros, laderas, zonas de retiro en el río y quebradas. Es fijador de nitró-
geno y melífero. La bebida del cocimiento de sus hojas sirve como laxante. De la corteza se extraen taninos.

165
FLOR DE LA
REINA embrujo de la India

Lagerstroemia speciosa
(L.) Pers.

Lythraceae

Árbol mediano, puede alcanzar 15 m de altura y más. El tronco principal mide cerca de 60 cm de diámetro y se
ramifica frecuentemente desde la base. Las hojas son simples, opuestas, subopuestas o a veces alternas y en un
solo plano; de color verde mate se tornan rojas al marchitarse. Las flores son abiertas, llamativas y abundantes, con
seis pétalos de color rosado a púrpura. Los frutos son cápsulas globosas, leñosas y dehiscentes, de 2 a 4 cm de
diámetro; con numerosas semillas aladas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Asia y Australia. Se adapta bien de 0 hasta 1500 m.s.n.m. en zonas secas
y húmedas. Su difusión en el Valle de Aburrá es amplia, aunque es de floración más vistosa en las zonas bajas
del norte. Se propaga con facilidad a partir de semillas, es caducifolio, de crecimiento medio a lento y longevidad
media. Requiere suelos bien drenados y riego abundante, para una mayor floración. Requiere podas de formación
para eliminar la profusión de troncos que puede desarrollar cerca a la base. En la ciudad se emplea regularmente
en zonas verdes amplias y parques; cuando se planta en antejardines y separadores viales estrechos genera incon-
venientes por sus ramas largas y extendidas lateralmente. En la India es un árbol maderero de importancia, utilizado
en carpintería y construcción.

166
GUALANDAY
Jacaranda mimosifolia
D. Don

Bignoniaceae

Árbol mediano, alcanza cerca de 15 m de altura y usualmente desarrolla un tronco único de 40 cm de diámetro.
Las hojas son opuestas, compuestas y bipinnadas, con numerosos folíolos diminutos. Las flores se presentan en
panículas terminales, de corola campanulada y lobulada, de color azul-violeta. Los frutos son cápsulas leñosas,
suborbiculares y aplanadas, de 5 a 6 cm de diámetro; y las semillas con dos alas casi transparentes.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Brasil y Argentina. Se adapta hasta los 1600 m.s.n.m. y requiere una
época seca prolongada para una mayor floración; no tolera las heladas. Florece conservando el follaje o puede ser
caducifolio por períodos muy cortos. Cuando llueve su follaje despide un olor desagradable a orina. Es de crecimien-
to rápido, pero es bastante común que en el vivero las plántulas se descompensen entre la parte aérea y la radicular,
lo cual origina problemas posteriores de estabilidad y rectitud; en muchos individuos se presenta una tendencia
marcada a crecer torcidos, y cuando se someten a podas intensas sus rebrotes verticales son muy precoces en el
crecimiento, con lo cual se generan mayores problemas que los que se buscaba controlar con la poda. Especies
nativas como J. copaia conocido como chingalé, árbol recto y grande, el J. lasiogyne de tamaño mediano, copa
redondeada y hermosas flores fucsia a lo largo de las ramas, y el J. caucana nuestro Gualanday tradicional, de gran
belleza, las cuales deben investigarse para introducirlos como árboles ornamentales en la ciudad.

167
GUAMO
Inga spp.

Mimosaceae

Árboles medianos a grandes, pueden alcanzar más de 20 m de altura y 35 a 45 cm de diámetro en el tronco. A


veces con exudado de color rojo y escaso. De copa amplia y aparasolada. Las ramas jóvenes, las hojas y las inflo-
rescencias generalmente cubiertas de un tomento ferrugíneo. Las hojas son compuestas, paripinnadas y alternas, el
raquis puede ser o no alado y con una glándula entre cada par de folíolos. Las flores blancas se disponen en espigas
axilares o subterminales. Los frutos son legumbres, en algunas especies hasta de 1 m de largo; con las semillas
rodeadas por un arilo blanco de sabor dulce.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se encuentran silvestres y cultivados desde México hasta Perú y Brasil. De 0 hasta cerca de
3000 m.s.n.m. Los Guamos han sido tradicionalmente empleados como sombrío en cultivos de café. Hay especies para
cualquiera de las condiciones climáticas que posee el Valle de Aburrá, son de fácil propagación, crecen rápido, en general
no son caducifolios y los que lo son lo hacen por períodos muy cortos, su copa abierta produce una sombra excelente,
pueden tener de acuerdo a la especie floraciones intensas muy vistosas, son melíferos y sus frutos son comestibles.
Apropiados para parques, avenidas amplias, zonas de protección de quebradas y en algunos programas de revegeta-
lización. Algunos de ellos son sensibles a la invasión de plantas parasitas “golondrinas”, las cuales deben ser oportu-
namente erradicadas. La madera medianamente pesada es utilizada para traviesas, construcciones, chapas y pisos.

168
GUANÁBANA
Annona muricata
L.

Annonaceae

Árbol pequeño a mediano, puede alcanzar de 5 a 10 m de altura. El tronco principal mide cerca de 15 a 20 cm de
diámetro y su corteza es lenticelada. Con ramificaciones muy extendidas y zigzagueantes. Las hojas son simples,
alternas, oblongo-elípticas y aromáticas. Las flores son grandes, hasta de 5 cm de diámetro, amarillentas, solitarias
y muy perfumadas, se adhieren al tronco y ramas principales. Los frutos son agregados de verdaderos frutos (sin-
carpio), de gran tamaño, pueden medir más de 30 cm de largo y 20 de ancho. En la parte interna alojan una pulpa
blanca y cremosa.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical y del Caribe. No es caducifolio. Sus raíces superficiales
lo hacen muy susceptible a las sequías. Debe estar protegido de los vientos y se adapta bien en climas húmedos y
secos tropicales, en suelos bien drenados. Es exigente en materia orgánica, de crecimiento medio y longevidad pro-
longada. Su follaje es denso, brillante y atractivo. Por sus frutos grandes, carnosos y pesados presenta restricciones
en áreas de tráfico peatonal y vehicular. En el Valle de Aburrá crece mejor hacia las zonas más cálidas del norte. Su
presencia en muchos sitios es espontánea a partir de semillas dispersadas por las personas al consumir el fruto,
en este caso es común que se trate de árboles con poco manejo y cercanos a las construcciones. Es de gran valor
comercial por sus frutos, se comen crudos, en jugos, batidos y helados.

169
GUAYABO
Psidium guajava
L.

Myrtaceae

Árbol pequeño, puede alcanzar hasta 8 m de altura. Usualmente ramifica desde la base y desarrolla un tronco
retorcido de cerca de 15 a 30 cm de diámetro. La corteza lisa es de color moteado verde y naranja, se desprende
en placas irregulares. Las hojas son simples, opuestas, con puntos glandulares y translúcidos. Son de borde entero
y coriáceas. Las flores de pétalos blancos y estambres numerosos y sobresalientes. Los frutos son bayas globosas
o piriformes, de 2.5 a 10 cm de largo, presentan abundantes semillas inmersas en el interior de una pulpa muy
perfumada y comestible, de color blanco, amarillento o rosado.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de los trópicos americanos, actualmente se ha extendido a todas las regiones
de la zona cálida y húmeda del planeta. El Guayabo, íntimamente ligado a todo nuestro entorno, es de los pocos
árboles que reconoce prácticamente cualquier persona, por ajena que sea al tema de la botánica. Su presencia en
la región se debe a su crecimiento espontáneo a partir de las semillas que dispersan principalmente las aves. Es
una especie colonizadora, tolerante a condiciones adversas, lo cual le da ventajas como árbol para programas de
recuperación o revegetalización de áreas deforestadas, espacios donde puede aportar gran cantidad de alimento
a la fauna. No es caducifolio, es de crecimiento rápido y longevidad prolongada; se adapta a una gran variedad de
climas y suelos; resiste hasta 6 meses de sequía. Los ejemplares adultos se resienten considerablemente con el
transplante y pueden morir, en cuyo caso es prudente analizar la conveniencia de moverlos. La madera es mode-
radamente pesada, dura, dócil al cepillo y durable, es buena para cabos de herramientas, y se usa en ebanistería,
170
HOJA DE
LANZA
Miconia caudata
(Bonpl.) DC.

Melastomataceae

Árbol pequeño, puede alcanzar hasta 10 m de altura y 20 cm de diámetro en el tronco. Las ramas y hojas jóvenes
con indumento diminuto estrellado, de color café dorado. Las hojas simples, opuestas, decusadas; la nervación es
curvinervia, con cinco nervaduras principales desde la base, notorias por el envés; lámina ovado-lanceolada, con
el ápice largamente acuminado y el borde con dientes diminutos; la haz verde oscura, el envés con tomento denso
café claro. Las flores pequeñas, rosadas, se disponen en panículas terminales. El fruto es una baya globosa de color
morado oscuro al madurar, miden cerca de 5 mm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se distribuye en Colombia, en los valles interandinos, entre 500 y 1900 m.s.n.m. Se
encuentra espontáneo hacia las laderas y municipios del sur del Valle de Aburrá, principalmente en Envigado, Sa-
baneta, La Estrella, Itagüi, Caldas y parte alta de El Poblado en Medellín. Crece en áreas abiertas, rastrojos altos,
bordes de bosques y a orillas de caminos. De acuerdo al comportamiento que se puede observar en los individuos
presentes, este arbusto representa una opción valiosa para espacios reducidos o con limitantes en altura como
redes de energía, en jardines, zonas peatonales y por supuesto áreas de protección en cursos de agua. Esta especie
no es caducifolia, sus frutos los consumen las aves y cuando florece es llamativo. La madera se utiliza como leña.

171
JABONERO
DE LA CHINA
Koelreuteria paniculata
Laxm.

Sapindaceae

Árbol pequeño a mediano, de 10 a 15 m de altura, con un tronco de cerca de 30 cm de diámetro. Usualmente ramifica
desde la base. La corteza, de color marrón oscuro, es fuertemente fisurada. Las hojas son bipinnadas, alternas y espi-
raladas. Las flores, pequeñas y amarillas, se reúnen en panículas largas y vistosas. Los frutos son cápsulas triloculares
que se tornan entre rojo y naranja, muy vistosos, miden cerca de 5 cm de diámetro; con semillas negras y redondas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de China, Corea y Japón. Es relativamente escaso, con pocos individuos adul-
tos en nuestro medio, sólo en los últimos años se han plantado nuevos ejemplares. Por sus hojas se puede confundir
con facilidad con el árbol paraíso (Melia azederach) de la familia Meliaceae, que también tiene hojas bipinnadas,
pero las flores son de color blanco y lila y los frutos son drupas esféricas, y con el nim (Azadirachta indica) también
Meliaceae pero de hojas pinnadas. El jabonero de La China es caducifolio, de crecimiento medio y longevidad media.
Requiere libre exposición solar, no tolera sombra parcial, no es exigente en suelos pero los prefiere bien drenados.
Es resistente al viento, a largas sequías y a bajas temperaturas aunque no soporta heladas intensas. En la ciudad
se encuentra a lo largo de algunas avenidas y separadores viales amplios, aunque todavía falta experiencia con él
para promocionarlo en otros espacios. Es apropiado para parques, márgenes del río y quebradas afluentes, orejas
de puentes, laderas y cerros, en espacios amplios como árbol sobresaliente. Es melífero.

172
LAUREL
Licaria limbosa
(Ruiz & Pav.) Kosterm.

Lauraceae

Árbol de pequeño a mediano, que alcanza cerca de 8 m de altura. Corteza viva aromática. Cuando las hojas están
en formación vienen protegidas por un grupo de escamas que parecen estípulas. Las hojas simples, alternas, es-
piraladas, elípticas y de borde entero, muy brillantes; con un olor agradable al macerarlas. Las flores, pequeñas, se
disponen en panículas axilares. Los frutos son bayas uniseminadas, también conocidas como drupas, de cúpula roja
con las márgenes extendidas, miden cerca de 4 cm de largo. La semilla es negra.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical, cultivado como árbol ornamental en la zona cafetera. Es
un árbol de buena longevidad y crecimiento medio a lento. La familia Lauraceae representa un enorme potencial en
la provisión de árboles o arbustos con importancia tanto ornamental como ecológica, pues sus frutos son consumi-
dos por una amplia gama de animales. En ella hay arbustos, árboles medianos y grandes, apropiados de acuerdo
con los requerimientos de cada situación particular. De las pocas especies de esta familia que se emplean en
arborización urbana esta el Licaria limbosa, que por su tamaño, follaje tupido y brillo puede emplearse sin mayores
restricciones en senderos peatonales, en separadores viales, en zonas de protección de quebradas y para obtener
sombra.

173
MADROÑO
Garcinia madruno
(Kunth) Hammel

Clusiaceae

(GUTTIFERAE)

Árbol mediano, de 10 a 15 m de altura y 40 cm de diámetro en el tronco. Con ramas opuestas o subverticiladas,


insertas en ángulo recto al tronco. Su copa es piramidal. Secreta un látex de color amarillo-azufrado en todas sus
partes. Las hojas son simples y opuestas. Los frutos son bayas ovaladas u oblongas, con epicarpo rugoso y de color
amarillo, miden de 5 a 9 cm de largo y 3 a 4 de ancho.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de los bosques de Colombia, Venezuela y Panamá. Crece bien de 0 hasta los
1800 m.s.n.m. en zonas húmedas. Es de crecimiento lento y longevidad prolongada. Muy sensible al transplante.
Este árbol no se defolia regularmente cada año, pero sí presenta esporádicamente un cambio de hojas casi masivo;
las nuevas son muy vistosas, de color casi granate. El Madroño se reconoce con facilidad por la forma cónica de su
copa y el color verde muy oscuro de su follaje. Es relativamente común, cultivado en muchas zonas verdes por sus
frutos y con otras posibilidades de uso: para conformar barreras contra el ruido y elementos contaminantes, para dar
privacidad, controlar vientos, en corredores viales, separadores amplios, parques y plazoletas. No es recomendable
en sitios con restricciones en altura porque si se poda pierde su forma característica. La madera es moderadamente
dura y pesada, de color amarillo, se emplea en la construcción, en tornería y para postes.

174
MAÍZ TOSTAO
Coccoloba acuminata

Polygonaceae

Árbol pequeño a mediano. Ramifica desde la base. Las hojas son simples y alternas, con estípula ócrea, que deja
en las ramitas una cicatriz en forma de anillo al frente de cada hoja. Presenta un cambio marcado en el color de su
follaje, juvenil es rojo, luego se torna rosado, pasa a verde claro y verde oscuro cuando está adulto. Las flores se
disponen en espigas blanquecinas. Los frutos son aquenios apretados en forma de espiga, de color rojizo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América. No se defolia completamente sino que el cambio de hojas lo
realiza simultáneamente hasta que las hojas nuevas reemplazan las viejas. De crecimiento rápido y longevidad
media; este árbol presenta muchas ventajas y elementos atractivos para difundirlo ampliamente en separadores
y corredores viales amplios y zonas verdes en general para conformar barreras contra ruido, contaminantes aislar
visuales indeseables o dar privacidad. Se cultiva como ornamental.

175
MAJAGUA
Hibiscus tiliaceus
L.

Malvaceae

Árbol mediano, puede alcanzar hasta 15 m de altura. Usualmente desarrolla un tronco único y torcido, de unos 90
cm de diámetro. Las hojas son simples, alternas, de ovadas a circulares, palmatinervadas, con el ápice de redon-
deado a cortamente apiculado, pueden presentar unas pequeñas incisiones en las nervaduras por el envés, cerca a
la base. Las flores, de unos 7 a 10 cm de diámetro, son tomentosas, de color amarillo pálido y con una mancha casi
granate en la base de cada pétalo, se tornan ligeramente rojizas al final de la tarde. Los frutos son cápsulas secas
y pubescentes, miden de 1.5 a 3.5 cm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de todos los trópicos del mundo; se encuentra naturalmente en los manglares
y en las playas marinas. Se adapta bien hasta los 1800 m.s.n.m. en zonas húmedas. No es caducifolio. Su creci-
miento es rápido, sobre diversos tipos de suelos, incluyendo lodo, arena y rocas calizas. Tolera mucha salinidad.
Es de gran longevidad. Son árboles de copa cónica a piramidal, frondosos, con buenas posibilidades de uso en
separadores de avenidas, corredores viales, para barreras contra ruido, contaminantes, para dar privacidad, para
controlar vientos entre otras, en espacios amplios como parques, orejas de puentes, cerros, laderas, zonas de retiro
en el río y quebradas. Pueden tener raíces superficiales por lo cual no se recomiendan cerca a edificaciones. Se
siembran también para estabilizar dunas, taludes de ríos, estanques, como ornamentales y para cercas vivas. Las
flores y hojas jóvenes son comestibles. De la tira que da su corteza se hacen cuerdas.
176
MESTIZO
Cupania spp.

Sapindaceae

Árboles medianos, de 15 a 20 m de altura. Las hojas son paripinnadas y de color verde brillante; los folíolos con el
borde levemente aserrado y el ápice hendido. Las flores muy pequeñas y de color blanco, se disponen en panículas.
Los frutos son cápsulas tricocas, velludas, miden cerca de 1 cm de diámetro; las semillas son de color negro y están
adheridas por un arilo anaranjado.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originarios de Colombia, Venezuela e islas del Caribe. Las especies C. americana y C.
cinerea crecen bien de 0 a 1500 m.s.n.m. en zonas húmedas y secas; en el Valle de Aburrá son comunes hacia las
zonas del norte, en los municipios de Copacabana, Girardota y Barbosa. Árboles llamativos por el brillo y color del
follaje, son caducifolios por períodos muy cortos, de crecimiento medio y longevidad de media a prolongada. Reúnen
condiciones especiales para procurar sombra, para programas de revegetalización, para conformar barreras densas
contra el ruido y contaminantes y para dar privacidad, entre otras. Ideal en corredores viales, retiros de quebradas
y del río. El C. cinerea, tiene una coloración grisosa por el envés, muy llamativa cuando las hojas se mueven con el
viento. La madera es buena para la carpintería. Las hojas se usan en medicina popular para controlar el dolor. Son
melíferos. El arilo adherido a las semillas es consumido por las aves.

177
NIM
neem, margosa, paraíso de la India

Azadirachta indica
A. Juss.

Meliaceae

Árbol mediano, de 10 a 15 m de altura. Con el tronco corto y recto, la corteza agrietada y la copa densa y redondea-
da. Las hojas son alternas, pinnadas e imparipinnadas; de folíolos aserrados, inequiláteros, de color rojizo y verde
claro, muy brillantes. Las flores, blancas y fragantes, se disponen en racimos. Los frutos son drupas de 1 a 2 cm
de largo, de color amarillo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Birmania y la India. Se adapta bien de 0 a 1500 m.s.n.m. en zonas secas
y húmedas. Presenta un crecimiento rápido, especialmente en las zonas secas. No es caducifolio. Requiere suelos
con buen drenaje y no resiste las heladas. El Nim es llamativo por la textura, color y brillo de su follaje, su empleo en
la ciudad es escaso, aún falta información con relación al comportamiento de sus raíces, estabilidad y longevidad
principalmente, para poder hacer recomendaciones de espacios óptimos para plantarlo. Este árbol se cultiva en
muchas partes del mundo para sombra, como fuente de combustible y por sus propiedades tanto medicinales como
insecticidas. Su madera fragante se emplea en la carpintería.

178
NORO
Byrsonima cumingiana
A. Juss.

Malpighiaceae

Arbusto o árbol mediano, puede medir cerca de 10 m de altura. De corteza oscura y fisurada. Su copa es aparaso-
lada. Las hojas simples, opuestas, ovadas a elípticas, coriáceas y con una pubescencia lanosa, que prácticamente
desaparece con la edad; presentan estípulas intrapeciolares que permanecen adheridas a las hojas al caer. Las
flores son pentámeras, regulares, dispuestas en racimos terminales, de color amarillo, se tornan rojizos en la medida
que envejecen; cada sépalo tiene dos glándulas. Los frutos, drupas subglobosas, miden cerca de 1 cm de diámetro,
son de color amarillento al madurar, conservan el cáliz y el par de glándulas de cada sépalo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se distribuye desde México y las Antillas hasta América del Sur. Común en sabanas y
praderas en zonas tanto secas como húmedas. Es un árbol caducifolio parcialmente, sus hojas se tornan rojas antes
de caer y constituyen un elemento llamativo. Reconocido por su gran resistencia a quemas y suelos pobres, es una
especie valiosa para programas de recuperación o revegetalización de áreas degradadas; además es muy atractivo
en época de floración y sus frutos los consume la fauna, especialmente las aves. Con una distribución amplia en el
Valle de Aburrá, desde cerca de los 1300 m.s.n.m. en Barbosa hasta 1700 m en las laderas, es una especie con
múltiples posibilidades para la arborización, tanto en zonas verdes amplias como a lo largo de las vías que comuni-
can hacia el oriente, el occidente y el norte.

179
OITÍ
Licania tomentosa
(Benth) Fritsch

Chrysobalanaceae

Árbol de pequeño a mediano, de 8 a 15 m de altura y 30 a 50 cm de diámetro en el tronco; de ramitas lenticela-


das. Las hojas son simples, alternas, dísticas, onduladas, con estípulas y pubescencia tomentosa en ambas caras.
Las flores pequeñas se disponen en panículas. Los frutos son drupas alargadas, de color amarillo al madurar; las
semillas fibrosas y apiculadas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Sur América. El Oití se emplea como árbol ornamental en otras ciudades
del país, en el Valle de Aburrá está apenas en proceso de difusión. Se destaca en él su copa redondeada, frondosa
y con diferentes tonalidades y brillos, dependiendo de la madurez de las hojas. Es especial para conformar barreras
contra ruido, contaminantes, para dar privacidad, controlar vientos y como árbol vistoso en parques, orejas de puen-
tes, cerros, laderas, zonas de retiro del río Aburrá y sus quebradas afluentes. Puede defoliarse parcialmente, aunque
lo común es que permanezca muy frondoso todo el año. Crece bien tanto a libre exposición solar como bajo sombra
parcial. Sus frutos de unos 6 cm de largo y algo carnosos, limitan su uso en zonas de tráfico vehicular y peatonal. La
madera es dura y pesada, se emplea en construcciones civiles, en embarcaciones, puesto que resiste el contacto
con el agua. Sus frutos son consumidos por la fauna silvestre.

180
OLIVO
NEGRO
Bucida buceras
L.

Combretaceae

Árbol de crecimiento variable, puede alcanzar entre 10 y 35 m de altura y 1 m de diámetro. La copa es simétrica y
estratificada, piramidal en estado juvenil, amplia y redondeada en la madurez. Algunos ejemplares presentan espi-
nas en la bifurcación de las ramas. Las flores, en racimos, son muy pequeñas y perfumadas. Los frutos son drupas
ovoides, de 7 a 8 mm de largo, ligeramente carnosas o secas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de toda el área del Caribe. Crece bien hasta los 1000 m.s.n.m. en sitios
húmedos, al borde de ríos y pantanos, pero se adapta hasta los 1500 m en suelos ricos en materia orgánica. No
es caducifolio, excepto en áreas muy secas. Es un árbol longevo y variable en su tamaño, por lo cual es preferible
ubicarlo en espacios amplios como corredores viales, orejas de puentes y parques. Resiste la salinidad. El Olivo
negro se ha ido posicionando como árbol ornamental en nuestro medio, por la forma estratificada de su copa y por
su tolerancia tanto al sol como a la sombra parcial, lo cual amplía sus posibilidades de uso. Los frutos contienen un
tanino que puede manchar automóviles o andenes. La madera se emplea en construcciones marinas.

181
PALO
BONITO alcaparro

Chamaesenna colombiana
Britton & Killip

Caesalpiniaceae

Árbol mediano, puede alcanzar cerca de 15 m de altura y 40 cm de diámetro en el tronco. Las hojas son alternas,
compuestas y paripinnadas; el raquis, las nervaduras y el borde de los folíolos son ligeramente anaranjados. Los
folíolos son muy brillantes, de color verde claro cuando se renueva el follaje. Las flores amarillas se disponen en
grandes panículas, muy vistosas. Los frutos son legumbres aplanadas, de 9 cm de largo y 2 de ancho.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Colombia. Crece bien de 1400 a 2500 m.s.n.m. en zonas húmedas. Es
posible que tenga alguna asociación con los suelos u otro elemento que condiciona su crecimiento, pues aun en
su rango altitudinal no se encuentra en algunas regiones; en el Valle de Aburrá se localiza con facilidad en la parte
alta de San Cristóbal, hacia Boquerón y San Félix, por Santa Helena y la autopista Medellín–Bogotá, no así por las
Palmas, Alto de Minas ni Matasano. Es caducifolio, de crecimiento medio a lento y longevidad larga. Florece abun-
dantemente a finales del año, a partir de octubre. En la parte urbana de los municipios, especialmente hacia el sur,
no ha sido difundido, sólo se encuentran unos pocos individuos. Es apropiado para separadores y corredores viales
amplios, parques, cerros y laderas. Es melífero.

182
PALO CRUZ
arizá

Brownea grandiceps
Jacq.

Caesalpiniaceae

Arbusto o árbol pequeño, pueden alcanzar cerca de 6 a 8 m de altura y 20 a 30 cm de diámetro en el tronco prin-
cipal. Comúnmente se ramifica desde la base. Las hojas jóvenes forman racimos péndulos con cambio gradual de
color, desde un tono grisoso, rosado y verde pálido hasta verde oscuro. Las flores en cabezuelas grandes, de 10 a
20 cm de diámetro, de color anaranjado a rojo muy intenso; se pueden disponer en el tronco o al final de las ramas.
Los frutos son legumbres aplanadas, miden cerca de 20 cm de largo y 4 de ancho.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Colombia, Panamá, Perú, Venezuela y Brasil. Crece bien de los 0 a los
1500 m.s.n.m. en zonas húmedas. En general las especies de Arizá son de copa extendida, crecimiento lento, de
gran longevidad, requieren sombra parcial en los primeros años y no son caducifolios; su empleo ideal se da en
jardines amplios, parques o plazoletas como elemento dominante dada su extraordinaria belleza. Por sus ramas
extendidas y bajas no debe plantarse en lugares donde pueda causar interferencias con el tráfico o impedir la visi-
bilidad. Su madera es liviana y de baja durabilidad en condiciones adversas. Sus ramas y hojas son medicinales, se
emplean como hemostáticos.

183
PERO DE
AGUA
poma rosa, manzana de agua

Syzygium malaccense
(L.) Merr. & L.M. Perry

Myrtaceae

Sinónimo:
Eugenia malaccensis
L.

Árbol mediano, puede medir 12 m de altura o más y cerca de 30 cm de diámetro en el tronco. Su copa es pirami-
dal. Las hojas son simples y opuestas; de color verde oscuro brillante cuando adultas, rojizas y verde claro cuando
jóvenes. Las flores solitarias o dispuestas en racimos axilares, adheridas al tronco y ramas principales; con un gran
número de estambres largos, de color fucsia a púrpura. Los frutos son drupas carnosas, ovaladas o piriformes, de
color rosado intenso a rojo, de 6 a 10 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Indonesia y Malasia. Se adapta muy bien desde 0 hasta 1500 m.s.n.m.
en zonas secas y húmedas. Es un árbol de crecimiento rápido y longevidad media. Crece mejor en suelos ricos en
materia orgánica, cercanos a ríos, canales y estanques, pero con buen drenaje. En general permanece con follaje
todo el año, esporádicamente se defolia por períodos muy cortos. Cuando su follaje es muy tupido es sensible al
ataque de insectos chupadores, que se asocian con hormigas que liban la miel del rocío que estos producen y con
un hongo (fumagina), que da una mancha negra, poco estética en las hojas, esta situación puede controlarse con
una poda de aclareo para permitir paso de luz y aire por la copa. Es recomendable para separadores viales amplios,
parques, orejas de puentes, cerros, laderas, zonas de retiro del río Aburrá y sus quebradas afluentes; no es indicado
en plazoletas con pisos duros puesto que los estambres abundantes al caer pueden hacer el sitio resbaloso.

184
PIMIENTO
muelle

Schinus molle
L.

Anacardiaceae

Árbol mediano, puede alcanzar de 12 a 15 m de altura y cerca de 50 cm de diámetro en el tronco. Presenta exudado
resinoso de olor característico (a mango). Las hojas son compuestas, imparipinnadas y alternas, los folíolos lineales.
Las flores son pequeñas, de color amarillo verdoso y aromáticas. Los frutos son drupas esféricas, rojas o rosadas,
de unos 5 mm de diámetro y con una pequeña semilla.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Brasil, Argentina, Perú y Bolivia. Se adapta bien de 1200 a 2800 m.s.n.m.
No es caducifolio, es resistente a sequías, de crecimiento rápido y longevidad media. El Pimiento tuvo en años
anteriores una difusión más amplia como ornamental, pero por la posibilidad de volcamiento se ha ido eliminando
gradualmente, hasta quedar representado por unos pocos ejemplares. El aspecto “llorón” que le dan sus ramas
péndulas permite diferenciarlo con rapidez, esta característica se debe tener presente al plantarlo, para que no
interfiera con el tráfico ni con las construcciones cercanas. Su empleo más apropiado es en zonas verdes amplias
como parques, orejas de puentes, cerros, laderas, zonas de retiro en el río y quebradas, aportando diversidad y
complemento a la vegetación presente. Todo el árbol es rico en aceites esenciales y volátiles de olor fuerte, como a
mango. La semilla se emplea como sustituto de la pimienta. Es el árbol nacional del Perú.

185
PINO LIBRO
Thuja orientalis
L.

Cupressaceae

Árbol pequeño a mediano, no sobrepasa los 12 m de altura y desarrolla un tronco de 20 cm de diámetro. Las ramas
se disponen en planos verticales. Las hojas son escuamiformes, imbricadas, sin glándulas, opuestas y decusadas
sobre la misma rama. Las flores en conos ovoidales, masculinos y femeninos. Los frutos están formados por 6 a 8
escamas gruesas, provistas de un largo mucrón curvado que encierra 1 ó 2 semillas carentes de alas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Es originario de La China en la región de Manchuria y Corea. Se adapta bien de 0 a
2600 m.s.n.m. en zonas secas y húmedas. Es de crecimiento medio a lento y longevidad alta. Requiere espacios
soleados. En la gama de árboles pequeños a medianos el Pino libro se ha posicionado como ornamental en todo
el Valle de Aburrá. Se destacan su forma piramidal y sus ramas planas, orientadas en el plano vertical, a lo cual se
debe su nombre común. Es un árbol siempreverde apropiado para antejardines, barreras con diferentes aplicacio-
nes, especialmente para control de ruido y privacidad, en urbanizaciones, senderos peatonales y plazoletas tanto en
tierra directamente como en materos. De su follaje y ramas se ha extraído un aceite comercial llamado “aceite de
cedro”, que es utilizado con fines medicinales.

186
POMO
poma rosa

Syzygium jambos
(L.) Alston

Myrtaceae

Sinónimo:
Eugenia jambos L.

Árbol mediano, mide de 10 a 12 m de altura y cerca de 30 cm de diámetro en el tronco principal. Su copa es re-
dondeada, con ramificaciones muy extendidas y péndulas. Las hojas simples, opuestas, despiden olor aromático al
macerarlas. La copa presenta colores vistosos cuando renueva el follaje. Las flores son aromáticas y con numerosos
estambres, largos, muy visibles y de color amarillo. Los frutos son drupas piriformes o globosas, de 3 a 5 cm de
diámetro, de color amarillo claro a rosado; la pulpa es firme y jugosa, muy aromática.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario del sureste Asiático, India, Malaya, Indochina y Java. Tiene una capacidad de
adaptación amplia, de 1400 a 2500 m.s.n.m. en zonas húmedas. No es caducifolio, es de crecimiento medio y lon-
gevidad media. El Pomo es un árbol tan común e íntimamente ligado a nuestro entorno que tradicionalmente se ha
considerado nativo; su difusión se debe a la facilidad con la que germinan sus semillas, dispersadas por el hombre y
los animales al consumir los frutos. Se localiza con facilidad en los bordes de las quebradas, en los pequeños rema-
nentes que se dejan como áreas de retiro y protección. Por su follaje denso y permanente se emplea como barrera
contra vientos o para dar privacidad, en forma individual como árbol mediano para obtener sombra y en jardines o
zonas verdes en general por sus frutos, de alto valor nutritivo. Se planta también para huertos leñeros. Es melífero.

187
QUIEBRA
BARRIGO nacedero

Trichanthera gigantea
(Bonpl.) Nees

Acanthaceae

Árbol mediano, puede alcanzar hasta 17 m de altura aunque su porte generalmente es más pequeño, cerca de 5
m; con uno o varios troncos de hasta 35 cm de diámetro, es de copa globosa y follaje espeso, las ramas con nudos
conspicuos, anilladas, angulosas (tetragonales) y opuestas entre sí. Las hojas son simples y opuestas, finamente
pubescentes y cartáceas. Las flores en panículas terminales, la corola tubulosa, con cinco lóbulos amarillos en el
cuello y rojiza en la porción extendida. Los frutos son cápsulas biloculares, pubescentes, de 1.5 a 2 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se conoce desde Guatemala hasta Brasil y las Guyanas. Ampliamente distribuido, es
frecuente a lo largo de las orillas de los ríos y en áreas inundadas. El Quiebra barrigo o Nacedero se ha empleado
desde hace muchos años como cerca viva y tradicionalmente se asocia como una especie importante en los na-
cimientos de agua. La forma más común de reproducción es por estacas debido a la facilidad con la cual forman
raíces; cuando se utiliza como cerca viva su forma esta totalmente alterada por la poda continua a la cual es so-
metido; propagado a partir de semillas y con los cuidados correspondientes se obtiene un árbol de buena forma,
especial para las áreas de retiro en fuentes hídricas y para enriquecer bosques intervenidos. Es melífero. Árbol de
gran demanda por su néctar, es visitado por colibríes, hormigas y abejas, principalmente en las horas de la tarde,
cuando sus nectarios son más activos.

188
SAUCE
mimbre

Salix humboldtiana
Willd.

Salicaceae

Árbol mediano, normalmente puede alcanzar de 15 a 16 m de altura y 50 a 60 cm de diámetro en el tronco. Es de


copa columnar estrecha y corteza fisurada. Las hojas son simples, alternas, espiraladas, lineales, con dos estípulas
en la base de la hoja y de borde finamente aserrado. Las flores unisexuales en árboles diferentes, es dioico. El fruto
es una cápsula ovoide de 3 a 6 mm de largo; las semillas se encuentran rodeadas de pelos blancos, parecidos al
algodón.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se distribuye desde el centro de México hasta Chile y Argentina, a lo largo de corrientes
de agua. Crece bien entre 1400 y 2400 m.s.n.m. El sauce es uno de los árboles más comunes de la flora original
del Valle de Aburrá, con una amplia distribución, se reconoce por su copa estrecha y el color verde claro de su follaje.
Es de longevidad corta, pierde el vigor después de unos pocos años. Es importante como estabilizador y protector
en las márgenes del río y quebradas o como colonizador en programas de recuperación de áreas deforestadas. Con
las ramas se elaboran muebles de mimbre y canastos. La madera se emplea en carpintería. Todas sus partes tienen
propiedades medicinales.

189
SIETE CUEROS
Tibouchina lepidota
(Bonpl.) Baill.

Melastomataceae

Árbol pequeño a mediano, normalmente alcanza hasta 12 m de altura y 30 cm de diámetro en el tronco; en condi-
ciones de bosque natural y en árboles muy longevos puede llegar a 20 m de altura y entre 40 y 50 cm de diámetro.
La corteza externa es café clara y papelosa, se desprende en placas. Las hojas son simples, opuestas, decusadas,
con cinco nervios curvos y ásperas al tacto. Las flores grandes y vistosas, con cinco pétalos, inicialmente de color
morado y luego rosado, miden cerca de 5 cm de diámetro. Los frutos son cápsulas pequeñas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de los Andes, desde Colombia y Venezuela hasta el centro del Perú. Su mejor
desarrollo lo presenta de 1800 a 3000 m.s.n.m. en zonas húmedas. Se defolia por periodos cortos y es de longevi-
dad larga. Para las partes altas de las laderas y municipios al sur del Valle de Aburrá, como Caldas, representa una
de las opciones más hermosas. Cuando crece en el bosque natural alcanza mayores alturas, pero en condiciones de
campo abierto su tamaño es más reducido. Con posibilidades de uso como árbol ornamental en parques, bulevares
peatonales, separadores viales amplios y antejardines; cuando existan restricciones en altura su copa puede con-
trolarse con podas, debido a su crecimiento lento en estado adulto. También es un árbol indicado para enriquecer
remanentes de bosque o rastrojos altos.

190
TABAIDÁ
Miconia serrulata
(DC.) Naudin

Melastomataceae

Árbol mediano puede alcanzar cerca de 12 m de altura. Las hojas simples, opuestas, decusadas; la nervación es
curvinervia, con cinco nervaduras principales desde la base, notorias por el envés; ápice acuminado, borde aserra-
do, haz glabra y envés densamente tomentoso estrellado y ovaladas. Las flores pequeñas y de pétalos blancos, se
disponen en panículas terminales. El fruto es una baya globosa, muy pequeña.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical. El Tabaidá se localiza hacia el norte del Valle de Aburrá
en los municipios de Girardota y Barbosa, especialmente abundante al lado del río Porce; donde se destaca por el
hermoso color entre ferrugíneo y blanquecino de sus hojas por el envés, cuando las mueve el viento. Es de copa
redondeada y tamaño pequeño a medio, con amplias posibilidades para dar sombra y conformar barreras; ideal en
separadores o corredores viales, como árbol llamativo en parques y plazoletas; sin embargo requiere investigación
para poder adaptarlo a condiciones urbanas. En la actualidad, el proceso de parcelación y construcción de casas de
recreo que se realiza en la región norte del Valle de Aburrá, pone las poblaciones de esta especie en riesgo, por la
tala intensiva de las mismas. Este árbol no es caducifolio y sus frutos son importantes para las aves.

191
TACHUELO
Zanthoxylum rhoifolium
Lam.

Rutaceae

Árbol mediano, puede alcanzar hasta 16 m de altura y 40 cm de diámetro en el tronco, generalmente con el fuste
espinoso. Todas las partes del árbol desprenden un olor a cítrico. Las hojas son imparipinnadas, alternas, con el
raquis espinoso y de color rojo, con puntos glandulares translúcidos. Las flores amarillentas, pequeñas y fragantes,
se disponen en panículas terminales. El fruto es un plurifolículo, con 3 a 5 frutillos unidos a manera de estrella,
dehiscentes y globosos, miden de 4 a 6 mm de diámetro; las semillas negras y brillantes.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical. En bosques húmedos premontanos entre 1000 y cerca
de 1900 m.s.n.m. El Tachuelo es un árbol de crecimiento rápido y longevidad larga, común en el Valle de Aburrá,
especialmente hacia las laderas en los municipios del sur, espontáneo en los remanentes de bosque, en los retiros
de quebradas, como sombrío en cultivos de café y conservado como ornamental en algunas zonas verdes de urba-
nizaciones. Es un árbol de copa aparasolada, follaje brillante y tronco recto, con posibilidades de uso en separadores
viales y programas de revegetalización. El Tachuelo proporciona abundante alimento para las aves. La madera es
amarilla, con densidad muy variable.

192
TULIPÁN
AFRICANO
miona

Spathodea campanulata
P. Beauv.

Bignoniaceae

digital

Árbol considerado mediano, aunque reportado con más de 30 m de altura y 1.50 m de diámetro en el tronco. Nor-
malmente no sobrepasa los 15 m de altura y los 60 cm de diámetro. Las hojas son compuestas, opuestas, decusa-
das e imparipinnadas. Las flores de corola campanulada, irregular, expandida unilateralmente, de color rojo intenso
y con márgenes recortadas de color anaranjado. Los frutos son cápsulas alargadas, leñosas y erectas, miden de 12
a 25 cm de largo y 4 a 7 cm de ancho; con numerosas semillas aladas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de la costa occidental del África. Se adapta bien de 0 a 2000 m.s.n.m. en
zonas secas y húmedas. Es un árbol caducifolio, de crecimiento muy rápido y longevidad media. Crece en suelos
ácidos y calizos. Por sus hermosas floraciones, el Tulipán africano ha logrado una amplia difusión como árbol orna-
mental. Se cultiva a lo largo y ancho del Valle de Aburrá; en sitios altos ni su forma ni su floración son las mejores.
Es de copa redondeada y densa. Facilita la invasión de diversas plantas epífitas que pueden proliferar tanto que
lo afectan fotosintéticamente, le producen pudriciones y hasta la muerte. Para el control de estas plantas debe
considerarse que sus ramas son débiles para soportar operarios que realicen la labor. Es apropiado para espacios
amplios como parques, orejas de puentes, cerros y laderas. En zonas peatonales sus flores carnosas en el piso
ofrecen riesgo.

193
VARASANTA guacamayo

Triplaris americana
L.

Polygonaceae

Árbol mediano, puede alcanzar entre 10 y 20 m de altura, incluso más en árboles muy longevos, y cerca de 35 a 40
cm de diámetro en el tronco. La corteza externa es lisa y moteada, se desprende en placas. Las hojas son simples,
alternas, dísticas y grandes. Las ramitas presentan una cicatriz en forma de anillo al frente de cada hoja. Las flores
femeninas son de color rojo o rosado y las masculinas verdosas. Los frutos son aquenios triangulares, miden cerca
de 0.5 cm de diámetro, con tres alas membranosas de color rojizo o rosado.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario del norte de Sur América. Crece bien de 0 a 1500 m.s.n.m. en zonas secas
y húmedas. Es un árbol caducifolio parcialmente y de longevidad larga. El Varasanta o Guacamayo es de rápido
crecimiento en sus estados iniciales, con un mejor desarrollo hacia las zonas cálidas del norte del Valle de Aburrá.
Los sépalos de sus flores se conservan y agrandan formando tres alas para la dispersión de sus frutos, los cuales
se tornan de diversos colores haciendo que sobresalga por su belleza. Si se maneja con podas oportunas de for-
mación desarrolla un tronco bien definido, que facilita su utilización en separadores viales. Es apropiado para las
márgenes del río Aburrá y sus quebradas afluentes, orejas de puentes, laderas, cerros y para conformar barreras
multipropósito. En el bosque tropical se asocia con hormigas agresivas que habitan las cavidades del tronco y las
ramas, característica que no tiene en la ciudad.

194
VELERO
vainillo, cañafístulo macho

Senna spectabilis
(DC.) H.S. Irwin & Barneby

Caesalpiniaceae

Sinónimo:
Cassia spectabilis DC.

Árbol mediano, puede alcanzar cerca de 12 m de altura y 25 cm de diámetro en el tronco. Usualmente se ramifica
desde la base. Las hojas son alternas, compuestas y paripinnadas; con los folíolos opuestos, lanceolados y de envés
pubescente. Las flores tienen cinco pétalos amarillos; se disponen en racimos erectos muy llamativos y aromáticos.
Los frutos son legumbres, casi cuadradas en la sección transversal, hasta de 30 cm de largo y 1 cm de ancho.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical, desde México hasta Colombia y Venezuela. Crece bien
desde 0 hasta 1800 m.s.n.m. en zonas tanto secas como húmedas. Es de follaje tupido la mayor parte del año, no
es propiamente caducifolio o lo es por períodos muy cortos. Es de crecimiento rápido y longevidad media. El Velero
o Vainillo es un árbol muy común en todo el Valle de Aburrá, tanto cultivado como espontáneo. En época de floración
es muy vistoso y agradable por el color amarillo y perfume de sus flores. Es un árbol con diversas posibilidades de
uso, como proveedor de sombra, para programas de revegetalización y recuperación, abono verde, varas tutoras en
cultivos, para leña y cerca viva. Apropiado en cerros y laderas.

195
YARUMOS guarumos

Cecropia spp.

Cecropiaceae

Árboles medianos o grandes, pueden crecer hasta 20 ó más metros de altura y 35 a 50 cm de diámetro en el tronco.
Su fuste es recto y cilíndrico, con pocas ramas gruesas que se reúnen en la parte superior del tronco, para formar
una copa aparasolada. Su tronco y ramas son huecos, en ellos habitan pequeñas hormigas. Las hojas profunda-
mente lobuladas son de color variable según la especie, desde el verde mate oscuro hasta el plateado. Las flores
pequeñas, se disponen en espigas pareadas, semejantes a dedos. Los frutos son múltiples, muy pequeños, de 2
mm de largo, y se desarrollan sobre las inflorescencias femeninas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originarios de América tropical. Con un amplio rango de distribución, pueden encontrar-
se desde 0 hasta 3000 m.s.n.m. en zonas tanto secas como húmedas. De crecimiento rápido y longevidad corta
a media; la mayoría de las especies requieren libre exposición solar. Los Yarumos presentan grandes ventajas y
elementos atractivos, especialmente el color y forma de sus hojas, que justifican su empleo en mayor escala en
parques, en las cabeceras del río Aburrá y sus quebradas afluentes, en las zonas de retiro obligatorio a lo largo de
los cauces y en la recuperación o revegetalización de áreas degradadas. Por sus frutos es posible emplearlos en
programas de manejo o reintroducción de aves a zonas urbanas. Los tallos huecos se han utilizado para hacer boyas
para redes de pescar, para salvavidas y como canales para agua. El té de hojas y frutos se usa contra la tos, para
curar el asma y la neumonía.
196
ZAPOTE
Matisia cordata
Bonpl.

Bombacaceae

Árbol mediano, con cerca de 15 m de altura y 50 cm de diámetro en el tronco; presenta pequeñas raíces tablares
o bambas. Las ramas son horizontales y verticiladas, salen 4 ó 5 por sitio. Las hojas simples y agrupadas al final
de las ramas, son ovadas o casi redondeadas, con la base cordada. Las flores son caulinares y con 5 pétalos de
color blanco. Los frutos son globosos y con el cáliz persistente, de 6 a 10 cm de diámetro, a veces más; contienen
5 semillas cuneiformes, dentro de una pulpa fibrosa de color naranja.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Panamá, Colombia, Venezuela, Perú y Ecuador. Crece bien de 0 a 1600
m.s.n.m. en zonas secas y húmedas. El zapote no es caducifolio, es de longevidad larga y no tolera suelos inunda-
bles. Este árbol crece muy rápido en sus primeros años, con sus ramas formando estratos y con grandes hojas aco-
razonadas. Cuando es necesario podar algún estrato de ramas, si el diámetro del tronco es pequeño, se debe tener
la precaución de no anillarlo completamente al quedar unidos los cortes, para evitarlo es preferible podar primero
las ramas opuestas entre sí y cuando hayan cicatrizado eliminar las demás, no todo el verticilo de una sola vez. Su
empleo podría ser mayor a nivel urbano, especialmente en áreas verdes amplias, en empresas, centros educativos,
retiros de quebradas y en huertos frutales familiares. Sus frutos se consumen crudos o en compotas y dulces. Es
melífero. La madera se emplea en ebanistería y carpintería.

197
2.3 ÁRBOLES GRANDES
Y MUY GRANDES

Todas esas especies que superan ampliamente los 18 m de altura y tie-


nen un gran volumen de copa se incluyen en esta clasificación. De las
especies consideradas, algunas no son de gran altura pero si de gran
diámetro en el tronco y copa muy extendida, en estos casos con ne-
cesidades espaciales mayores en el plano horizontal que vertical. Por
compensación natural sus raíces son numerosas, fuertes y se extienden
a gran distancia, características que las limitan para la mayoría de los
espacios urbanos. Por su imponencia se les admira y es común que se
conviertan en referentes importantes en la ciudad o en elementos pa-
trimoniales con connotaciones históricas y/o anecdóticas interesantes.
Requieren entonces espacios amplios, sólo disponibles en las “orejas”
de los grandes puentes, parques de gran extensión, retiros de algunas
quebradas y zonas suburbanas. Tratar de controlarlos con podas en su
estado adulto sólo contribuye a su deterioro.

Cámbulo - Erythrina poeppigiana

199
ACACIA
Acacia mangium
Willd.

Mimosaceae

Árbol grande, puede alcanzar hasta 30 m de altura y 60 cm de diámetro. Sin espinas. Las hojas son simples y
alternas, reducidas a un filodio. Las flores en espigas axilares, solitarias o en parejas; pentámeras, de color amarillo-
naranja y con numerosos estambres libres. Los frutos son legumbres lineares, glabras, leñosas y deprimidas entre
las semillas, se enroscan en la madurez; de 3 a 5 mm de anchas y cerca de 7.5 cm de largas. Las semillas, de
color negro lustroso, son elipsoides, ovadas u oblongas; el funículo de color naranja forma un arilo carnoso debajo
de la semilla.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Queensland, Australia. No es caducifolio. En un buen sitio puede alcanzar
23 m de altura en 9 años. De longevidad corta. Se ha empleado con éxito para iniciar programas de revegetaliza-
ción o de restauración de áreas degradadas por minería y ganadería en el bosque húmedo tropical; para el Valle
de Aburrá es de esperar un buen desarrollo en programas de este tipo en los municipios del norte. En las zonas
urbanas tiene restricciones porque puede presentar muerte masiva de individuos por un hongo que afecta sus
raíces y porque puede reventarse con vientos fuertes. La madera, dura y densa, se emplea en aserrío, para tableros
de partículas y en la fabricación de muebles. Se planta para pulpa y como fuente de leña. Las hojas tiernas son
comestibles. Es melífero.

200
ACACIA
FERRUGÍNEA
acacia amarilla

Peltophorum ferrugineum
(Decne.) Benth.

Caesalpiniaceae

Árbol mediano a grande, puede alcanzar más de 25 m de altura y 45 cm de diámetro en el tronco. Con pubescencia
ferrugínea en las yemas, raquis e inflorescencias. Las hojas alternas y bipinnadas; los folíolos glabros por la haz y
pubescentes por el envés. Las flores de color amarillo se disponen en panículas terminales. Los frutos son legum-
bres aplanadas con margen alada, de 6 a 12 cm de largo y 2.5 cm de ancho, de color castaño rojizo y con 1 ó 2
semillas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Nativo del sur de Asia, Filipinas y el norte de Australia. Se adapta bien desde 0 a cerca
de 1600 m.s.n.m. La Acacia ferrugínea es un árbol relativamente escaso en el Valle de Aburrá, confundido por
muchas personas con la Acacia amarilla (Caesalpinia peltophoroides) de la misma familia, de la cual se diferencia
por sus flores en panículas terminales y no en racimos, entre otros elementos. Es una especie de copa redondeada,
translúcida por sus folíolos pequeños y semicaducifolia, pierde parcialmente las hojas en el período de floración.
Desarrolla un tronco bien definido que permite su utilización en separadores viales amplios y en zonas verdes en
general. No tolera suelos anegados. La corteza contiene taninos y propiedades medicinales.

201
ACACIA
JAPONESA acacia negra

Acacia melanoxylon
R. Br.

Mimosaceae

Árbol de mediano a grande, en su lugar de origen puede alcanzar hasta 35 m de altura pero en plantaciones no
sobrepasa los 20 m. Con cerca de 70 cm de diámetro en el tronco. Cuando joven su copa es piramidal, en la ma-
durez es redondeada. Las hojas en estado de plántula son bipinnadas, luego se transforman a filodios -como hojas
simples- que son el raquis ensanchado y laminar. Las flores se disponen en cabezuelas pequeñas, con numerosos
estambres de color crema. El fruto es una legumbre que se retuerce sobre sí misma, de 7 a10 cm de largo; las
semillas negras cuelgan de un arilo blanco.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Australia y Tasmania. Se adapta bien de 1500 a 2700 m.s.n.m. en zonas
húmedas. No es caducifolio. De crecimiento muy rápido y vida media. Se regenera fácilmente a partir de rebrotes
de la raíz. Al transformar sus hojas iniciales a filodios, su follaje luce más denso por lo cual se emplea frecuen-
temente en las zonas frías para conformar barreras rompe vientos, para dar privacidad y como cerca viva. No es
recomendable en zonas urbanas porque puede haber muerte masiva de individuos y reventarse con vientos fuertes.
La madera es oscura, dura y da un buen pulimento. Se planta para recuperación de áreas degradadas, leña, varas
tutoras y carbón.

202
ALGARROBO
Hymenaea courbaril
L.

Caesalpiniaceae

Árbol muy grande, puede alcanzar cerca de 40 m de altura y hasta 1.5 m de diámetro en el tronco. Copa amplia y
densa, con ramas muy gruesas y retorcidas que se extienden horizontalmente. Las hojas son bifoliadas. Las flores
blancas o cremas, muy aromáticas. Los frutos son legumbres leñosas, de color marrón, miden de 10 a 16 cm de
largo y 4 a 5 cm de ancho; las semillas se encuentran cubiertas por una pulpa comestible, amarillenta y olorosa.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América, desde el sur de México hasta la Amazonia. Crece bien de 0 a
1600 m.s.n.m. en zonas secas y húmedas. Es caducifolio por cortos períodos, de crecimiento lento y longevidad
prolongada. Cuando crece compitiendo por la luz, rodeado de otros árboles, es bastante recto y alto, a plena expo-
sición desde sus estados iniciales es más bajo y ramificado, desarrollando una copa amplia. Dentro de los árboles
ornamentales presentes en el Valle de Aburrá, el algarrobo es sin duda de los más hermosos por la arquitectura de
su copa y el brillo de sus hojas. Especial para ubicarlo como elemento dominante en áreas verdes amplias. Por sus
frutos leñosos y grandes no se debe plantar en vías o senderos peatonales. Como es una especie fácil de encontrar
en nuestro medio, los árboles adultos pueden ofrecer algún riesgo, por lo que se recomienda programar la reco-
lección de sus frutos en estado verde. Su madera se utiliza en construcciones, ebanistería y carpintería en general.
Produce una resina medicinal llamada copal.

203
ARAUCARIA
REAL araucaria

Araucaria excelsa
(Lamb.) R. Br.

Araucariaceae

Árbol muy grande que en su zona de origen puede alcanzar hasta 60 m de altura y más de 1 m de diámetro en el
tronco. La corteza, rugosa y hendida, de color marrón-grisáceo, exuda pequeñas gotas de resina. Su copa es cónica
y estrecha, con ramificaciones en verticilos. Las hojas tienen forma de pequeños aguijones curvados. Los frutos son
conos redondeados, de unos 11 cm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de la Isla de Norfolk, entre Nueva Zelanda y Nueva Caledonia, en el Pacífico
sur. En la región tropical se adapta bien de los 1000 a los 2600 m.s.n.m. en zonas secas y húmedas. Es un árbol
de crecimiento medio, no caducifolio y muy longevo. De las especies de araucaria es la más difundida en nuestro
medio, con una capacidad de adaptación amplia a las diferentes condiciones que se presentan en el Valle de Aburrá.
Se debe plantar en sitios que no presenten limitaciones en altura, porque el descope afecta considerablemente su
forma; tampoco debe plantarse cerca a construcciones por su tamaño y porque es común su crecimiento inclinado
buscando la luz. Es apropiado para zonas verdes amplias donde no ofrezca riesgo a personas o vehículos, por sus
frutos grandes y pesados. Es importante controlar oportunamente la invasión de melenas (Tillandsia usneoides), que
pueden llegar a matarlo, si se dejan proliferar es difícil y costoso eliminarlas. La madera es descrita como una de las
más suaves dentro de las coníferas; comúnmente es utilizada en postes, carpintería y ebanistería.

204
ÁRBOL DEL
PAN
Artocarpus altilis
(Parkinson) Fosberg

Moraceae

Árbol de mediano a grande, puede alcanzar hasta 20 m de altura y 50 cm de diámetro en el tronco. De copa pi-
ramidal. Secreta látex blanco-amarillento y pegajoso. Las hojas son lobuladas, miden de 45 a 60 cm de largo. Los
frutos están formados por una masa carnosa (sincarpio), son elípticos y de gran tamaño, miden de 20 a 30 cm de
diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Asia, en la isla de Sonda. Se adapta bien de 0 a 1500 m.s.n.m. en zonas
secas y húmedas y en suelos con buen drenaje. Esta especie se desarrolla mejor en zonas cálidas, por lo tanto es
recomendable sembrarlo hacia el norte del Valle de Aburrá. Es de crecimiento rápido, prefiere una sombra ligera
en sus primeros años y luego tolera pleno sol, es de longevidad media y no es caducifolio. Por sus frutos grandes
y carnosos no es apropiado para zonas de tráfico peatonal o vehicular. Por sus hojas grandes no debe plantarse
cerca a sumideros de agua. Es apropiado para zonas verdes amplias, orejas de puentes, retiros de quebradas y
en huertos frutales familiares. Sus frutos son ricos en fécula, pesan entre 1 y 5 kilos y se consumen después de
cocidos, asados o fritos.

205
BALSOpalo de balsa

Ochroma pyramidale
(Cav. ex Lam.) Urb.

Bombacaeae

Árbol muy grande de los bosques tropicales, puede alcanzar hasta 40 m de altura y desarrollar un tronco único y
cilíndrico, de más de 1 m de diámetro. Las hojas son simples, alternas y palmatinervadas. Las flores con 5 pétalos
blanco-amarillentos. Los frutos son cápsulas dehiscentes, de 16 a 25 cm de largo y 3 cm de ancho, con numerosas
semillas cubiertas por un algodón castaño claro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América, desde el sur de México hasta Bolivia. Crece de 0 hasta 1800
m.s.n.m. en zonas húmedas y secas. El balso es tal vez una de las especies más comunes en toda el Área Metropo-
litana y que con mayor facilidad se reconoce, su presencia no obedece a que se plante específicamente como orna-
mental, sino a su gran capacidad para crecer espontáneamente en cualquier terreno abierto, bordes de carreteras o
quebradas; por su rápido crecimiento y hojas grandes se deja crecer libremente, pero no es apropiado como árbol
urbano, pronto alcanza un tamaño considerable, su longevidad es de corta a media y sus ramas grandes, gruesas
y extendidas se pudren fácilmente, pueden causar lesiones a peatones, daños en vehículos y propiedades. Su em-
pleo óptimo está en programas de recuperación de áreas degradadas, para iniciar procesos de revegetalización en
retiros de quebradas o en los remanentes de bosque dentro de su rango de distribución natural. No es caducifolio y
es bastante sensible al trasplante. Sus semillas las consume la fauna silvestre, especialmente ardillas. Es la madera
comercial de menor densidad, empleada en la fabricación de juguetes, especialmente aeromodelos, maquetas
arquitectónicas y también como material aislante (térmico y acústico).
206
BÚCARO
Erythrina fusca
Lour.

Fabaceae

Árbol mediano a grande, puede alcanzar cerca de 20 m de altura y 1 m de diámetro en el tronco. Es de corteza
amarillenta y con aguijones gruesos. Su copa es redondeada y extendida. Las hojas son alternas, compuestas y
trifoliadas, con dos glándulas en la base de los peciolulos; los folíolos ovados a elípticos, con la haz verde oscura
y el envés blanquecino, ligeramente coriáceos. Las flores, de color naranja, se presentan en racimos erectos y
terminales. El fruto es una legumbre torulosa, con constricciones entre las semillas, de 10 a 20 cm de largo y 1.5
cm de ancho.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Centro y Sur América. Crece bien entre 0 y 1500 m.s.n.m. en zonas secas
y húmedas. Su crecimiento es rápido. Usualmente sólo pierde parte del follaje cuando florece, un poco más notorio
en los veranos fuertes. El Búcaro se reproduce con facilidad por semillas o estacas; esto ha estimulado una difusión
amplia, pero con muchos errores porque no se han respetado los espacios amplios que necesita, sobre todo sus
raíces fuertes y extendidas que afectan construcciones cercanas. Las flores carnosas sobre el suelo pueden ofrecer
problemas a peatones. Es ideal para márgenes del río Aburrá y sus quebradas afluentes, para obtener sombra, como
cerca viva, barrera rompevientos y en áreas que requieran iniciar procesos de revegetalización.

207
BÚCARO
VARIEGADOÁrbol del coral hindú

Erythrina variegata
L.

Fabaceae

Sinónimo:
Erythrina indica
Lam.

Árbol de mediano a grande. Puede alcanzar hasta 20 m de altura; con la corteza verdosa y con escasas espinas
negruzcas. Las hojas son alternas, compuestas y trifoliadas, con dos glándulas en la base de los peciolulos; folíolos
ovados a romboidal-ovados, agudos, acuminados o cuspidados en el ápice, cuneados en la base, el terminal de ma-
yor tamaño. La inflorescencia es un racimo erecto, con el pedicelo pubescente; las flores de color rojo-anaranjado.
Los frutos son legumbres largas, con semillas rojo-castaño o purpúreas-negruzcas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Indonesia y Filipinas. Su utilización como árbol ornamental es más amplia
en las zonas secas tropicales, en el área metropolitana del Valle de Aburrá es escaso, con algunos individuos hacia
el norte en Copacabana, Girardota y Barbosa. Requiere clima cálido, humedad y exposición soleada o media som-
bra, es de crecimiento rápido. Especie de vistosas flores rojas que generalmente florece sin defoliarse. El elemento
que lo destaca entre el verde de la demás vegetación, es el color amarillento con tonalidades blancas y verdes del
follaje.

208
CAIMITO
caimo morado, maduraverde

Chrysophyllum cainito
L.

Sapotaceae

Árbol grande, puede alcanzar cerca de 35 m de altura y desarrollar un tronco único de cerca de 80 cm de diámetro,
de corteza fuertemente fisurada. Secreta látex blanco y pegajoso. Las hojas son simples y alternas, con la haz verde
oscura muy brillante y el envés densamente dorado-ferrugíneo. Las flores muy pequeñas, de 3 a 5 mm de largo, se
disponen en racimos axilares. Los frutos son bayas subglobosas, de 3 a 10 cm de diámetro, de color morado en la
madurez y contienen una pulpa blanca, muy dulce y comestible.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical, desde México hasta Brasil. Crece bien de 0 hasta 1500
m.s.n.m. en zonas húmedas y secas; de crecimiento lento y longevidad prolongada. No es exigente en suelos y
resiste inundaciones periódicas. Inicialmente requiere semisombra para un buen desarrollo y a plena exposición
solar se ramifica a baja altura. Es apropiado para márgenes del río Aburrá y sus quebradas afluentes, orejas de
puentes, laderas y cerros, en espacios amplios como árbol sobresaliente, especialmente en las zonas del norte del
Valle de Aburrá, donde crece mejor por ser más cálidas. Por sus frutos carnosos se debe tener precaución en áreas
de tráfico peatonal o vehicular. La madera, de gran peso, se emplea en la construcción. Su fruto es consumido por
el hombre y la fauna silvestre.

209
CAMAJÓN Panamá, Suán

Sterculia apetala
(Jacq.) H. Karst.

Sterculiaceae

Árbol muy grande de los bosques húmedos tropicales, puede alcanzar hasta 40 m de altura y cerca de 1.5 m de diá-
metro. Las hojas se agrupan al final de las ramas, con estípulas. La lámina palmatilobulada y cordada en la base. Las
flores campanuladas, de sépalos de color rojizo-castaño y densamente puberulosos en la cara exterior, amarillos con
puntos color violeta y glabros en la cara interior; sin pétalos. Los frutos compuestos hasta de 5 folículos, de cerca de
6 cm de largo y 4 cm de ancho. Las semillas son negras, brillantes y cubiertas con pelos dorados e irritantes.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se encuentra en los bosques húmedos de América Central, del Caribe y del norte de
América del Sur. El Camajón ha comenzado a popularizarse como árbol ornamental, por su desarrollo precoz en los
estados iniciales y sus grandes hojas vistosas, pero su tamaño es considerable, con ramas grandes y frágiles que
se desprenden con facilidad y sus frutos al abrirse tienen en la parte interna pelos irritantes. Es recomendable para
espacios muy amplios o en programas de revegetalización de áreas deforestadas o para incrementar la conectividad
entre fragmentos boscosos. Debe estar alejado de edificaciones, parqueaderos y zonas con afluencia masiva de
personas. Es caducifolio y desprende una gran cantidad de hojas, por lo tanto no se debe plantar cerca a sumideros
de agua. La madera, muy blanda y porosa, ha sido utilizada principalmente para la extracción de chapa, en la fabri-
cación de canoas y carpintería en general. Sus semillas tostadas son comestibles y sirven de alimento a diversos
animales dentro del bosque. Es el árbol nacional de Panamá.
210
CÁMBULO
písamo, cachimbo

Erythrina poeppigiana
(Walp.) O.F. Cook

Fabaceae

Árbol grande. Puede alcanzar hasta 35 m de altura y 1 m de diámetro en el tronco; presenta aguijones gruesos. Las
hojas son alternas, compuestas y trifoliadas, con dos glándulas en la base de los peciolulos; los folíolos ovados a
romboide-ovados, la haz y el envés de color verde claro brillante. Las flores, de color rojo-anaranjado, se presentan
en racimos erectos. Los frutos son legumbres hasta de 25 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical, desde Guatemala hasta Perú, Brasil y Venezuela. Crece
bien de 0 hasta 1500 m.s.n.m. en zonas húmedas. El Cámbulo es sobresaliente por su floración, muy común en
las zonas semirrurales del norte del Valle de Aburrá; su incorporación a espacios más urbanos es reciente. Por su
tamaño y raíces, fuertes y extendidas, necesita espacios amplios como parques, orejas de puentes, cerros, laderas,
zonas de retiro en el río Aburrá (más conocido como río Medellín) y sus quebradas afluentes. Es caducifolio en la
época de floración. Su crecimiento es rápido y es de larga vida. La abundante hojarasca y floración que arroja sobre
el suelo puede ocasionar problemas a la circulación de peatones. Produce gran cantidad de follaje que sirve como
abono en cultivos y como forraje. Por ser fijador de nitrógeno es apto para la recuperación de suelos. Es melífero.
Se utiliza para proporcionar sombra a los cafetales.

211
CAOBA palo santo

Swietenia macrophylla
King

Meliaceae

Árbol de los bosques húmedos tropicales, que en ocasiones alcanza tamaños gigantescos, hasta 50 m de altura
y más de 2 m de diámetro en su tronco. Su fuste es recto, con pequeñas bambas en la base y corteza fisurada.
Las hojas son compuestas, alternas y paripinnadas. Las flores muy pequeñas y fragantes. Los frutos son cápsulas
leñosas, piriformes y de hasta unos 15 cm de largo. Las semillas son aladas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical. Crece muy bien de 0 a 1600 m.s.n.m. en zonas secas
y húmedas. De las tres especies de Caoba que existen en el mundo ésta es autóctona de la flora colombiana. Es
un árbol caducifolio y muy longevo. Se reproduce con facilidad a partir de semillas, presenta un desarrollo inicial
bastante rápido, puede alcanzar hasta 4 m de altura en sus dos primeros años, luego su crecimiento es de medio
a lento. Forma un tronco recto y bien definido, que puede verse afectado por un barrenador (Hypsipyla grandella),
insecto Lepidóptero de la familia Pyralidae, que al taladrar la yema terminal induce una bifurcación baja; en estos
casos es recomendable una poda de formación para recuperar la dominancia de un solo tronco. Por el interés que
siempre ha despertado es recomendable especialmente para parques y zonas verdes amplias, orejas de puentes,
cerros y laderas; en otros espacios tiene restricciones por sus frutos leñosos y pesados. La Caoba es una de las
maderas más preciosas del mundo.

212
CARACOLÍ
caracol

Anacardium excelsum
(Bertero & Balb. ex Kunth) Skeels

Anacardiaceae

Árbol muy grande de los bosques secos y húmedos tropicales, que llega a alcanzar más de 30 m de altura y
desarrollar un tronco único, recto y cilíndrico de hasta 3 m de diámetro. Las hojas son simples, alternas, de color
verde oscuro brillante en la madurez y rosado o rojo cuando están nuevas; presentan un exudado escaso, acuoso y
aromático. Los frutos son drupas reniformes, de color marrón cuando maduran y miden cerca de 2 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América Tropical. Su mejor desarrollo lo presenta de 0 a 1000 m.s.n.m.
pero se adapta hasta los 1500 m, en zonas secas y húmedas. Su crecimiento es de medio a lento. Es de gran
longevidad y caducifolio, es común que transcurran varios años sin un cambio masivo de hojas. Alcanza mayores
tamaños hacia las zonas cálidas del norte del Valle de Aburrá. Su follaje es denso, ideal para conformar barreras con
diferentes aplicaciones, especialmente rompevientos, o para retener contaminantes. Es apropiado para las márge-
nes del río Aburrá y sus quebradas afluentes, orejas de puentes, laderas y cerros. La madera es durable en contacto
con la humedad, fácil de aserrar y labrar; en algunas regiones se emplea en la elaboración de canoas.

213
CAUCHO
Ficus elastica
Roxb.

Moraceae

Árbol grande, puede alcanzar hasta 30 m de altura y su tronco hasta 2 m de diámetro. Exuda un látex blanco y denso
en todas sus partes. Produce raíces aéreas que nacen del tallo y las ramas, llegan hasta el piso en forma columnar
y van engrosando hasta convertirse en nuevos troncos. Las hojas son simples, alternas, espiraladas, coriáceas y de
color verde oscuro brillante, con tonalidades rojizas a granates. Las flores se encuentran encerradas en el interior
de receptáculos huecos, similar a las brevas. Los frutos, síconos pequeños, miden cerca de 1 cm de longitud y son
de color rojo con puntos amarillos.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se distribuye desde la India hasta Malasia. En nuestro medio se adapta bien de 0 a
1800 m.s.n.m. en zonas húmedas y secas. Es un árbol longevo y no caducifolio. Es conocido como Caucho, pero
no debe confundirse con el verdadero caucho industrial, el Hevea brasiliensis de la familia Euphorbiaceae. Se cultiva
con esmero en muchas partes del mundo por sus raíces aéreas que logran conformar un verdadero laberinto; en
nuestro medio no se le proporciona el espacio amplio que requiere y las raíces que descienden desde las ramas se
le cortan sistemáticamente, las cuales, además de atractivas, actúan como columnas para sostener el peso de su
copa. Es ideal que se plante como elemento dominante en áreas verdes amplias, como orejas de puentes, cerros,
laderas, márgenes del río Aburrá y sus quebradas afluentes, donde pueda extenderse sin ninguna restricción.

214
CEDRO
Cedrela odorata
L.

Meliaceae

Árbol grande de los bosques húmedos tropicales, puede alcanzar cerca de 35 m de altura y desarrollar un tronco
único de más de 1 m de diámetro. Su corteza es fuertemente fisurada, de color gris a marrón claro. Las hojas son
alternas, compuestas y paripinnadas. Los frutos, cápsulas leñosas, miden cerca de 5 cm de largo y 2 a 3 cm de
diámetro, al abrir semejan una flor, contienen numerosas semillas aladas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical. Crece bien de 0 a 1600 m.s.n.m. en zonas secas y
húmedas. Requiere suelos bien drenados, es caducifolio y de gran longevidad. Su crecimiento es muy rápido inicial-
mente, puede alcanzar hasta 4 m de altura en sus dos primeros años. Por ser muy recto en los estados iniciales y no
tener flores ni frutos peligrosos, el Cedro es una opción interesante para algunos separadores viales; es apropiado
también para cualquier zona verde amplia como orejas de puentes, corredores viales, cerros, laderas, márgenes del
río Aburrá y sus quebradas afluentes, donde pueda desarrollar su copa y no genere problemas con su cambio de
hojas. Es muy fácil de reproducir. Su madera preciosa se asemeja a la de la caoba, es aromática, fácil de trabajar y
pulir, con alta durabilidad natural; se usa en la construcción, la carpintería y la ebanistería fina.

215
CEIBA bonga

Ceiba pentandra
(L.) Gaertn.

Bombacaceae

Árbol muy grande de los bosques tropicales, puede alcanzar hasta 50 m de altura y cerca de 3 m de diámetro en
el tronco. Su copa, con unas pocas ramas muy gruesas, es redondeada y extendida. Tiene bambas grandes y bien
desarrolladas. Las hojas son alternas, digitado compuestas y de borde entero. Las flores se disponen en racimos
laterales, los pétalos son de color blanco o rosado claro, cubiertos por una pubescencia densa y de color marrón.
Los frutos son cápsulas, miden entre 8 y 12 cm de largo, a veces más; y con semillas oleaginosas, recubiertas por
un algodón blanco-grisoso.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de todos los trópicos del mundo. Crece bien de 0 a 1600 m.s.n.m. en zonas
tanto secas como húmedas. Es caducifolio. Requiere semisombra para un buen desarrollo; a plena exposición solar
es normal que pierda la dominancia apical y se ramifique a baja altura. De crecimiento muy rápido inicialmente
y gran longevidad. Es un árbol muy imponente, requiere espacios muy amplios como orejas de puentes, cerros
y laderas, por su gran tamaño y raíces extendidas. Los ejemplares juveniles son tolerantes al trasplante. No es
recomendable construir jardineras alrededor del árbol ni taparle parte del tronco con llenos de tierra. El algodón
contenido en los frutos se usa para rellenar almohadas. Es el árbol nacional de Guatemala.

216
CEIBA BRUJA
molinillo, tronador

Hura crepitans
L.

Euphorbiaceae

Árbol muy grande, de 20 a 30 m de altura y 50 cm a 1 m de diámetro en el tronco, puede alcanzar hasta 60 m


de altura y 3 m de diámetro en bosque natural. De fuste espinoso y látex cristalino, cáustico y venenoso. Las hojas
simples, alternas, ampliamente ovadas, de base cordada y ápice acuminado, con 2 glándulas en la base del limbo.
Las flores masculinas en amentos cónicos, las femeninas solitarias, semejan una sombrilla. Los frutos son cápsulas
leñosas de cerca de 10 cm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se distribuye a través de las Antillas, desde Costa Rica hasta el sur de Brasil y Bolivia. El
Tronador es un árbol muy grande de los bosques tropicales secos y húmedos, que crece bien hasta cerca de los 1500
m.s.n.m. Es caducifolio en veranos fuertes y prolongados. Resiste inundaciones periódicas. En el Valle de Aburrá es co-
mún, especialmente hacia el norte. Se desarrolla rápidamente en sus primeros años, es frondoso y de copa muy amplia,
requiere grandes espacios como parques, orejas de puentes, cerros, laderas, zonas de retiro en el río y quebradas. Debe
tenerse precaución con el exudado transparente que fluye de sus hojas y tronco, por ser cáustico y tóxico. Sus semillas
también son tóxicas. La madera liviana pero fuerte es de buena calidad, se emplea en carpintería. Con los frutos se
elaboran artesanías; los cazadores utilizan la pulpa de sus semillas para envenenar sus flechas, mientras que a las hojas
y la corteza se les reportan propiedades para curar la lepra.

217
CEIBA
ROSADA
árbol de la lana, ceiba del Paraná

Ceiba speciosa
(A. St.-Hil.) Ravenna

Bombacaceae

Sinónimo:
Chorisia speciosa
A. St.-Hil.

Árbol grande, puede alcanzar hasta 30 m de altura y más de 1 m de diámetro. La corteza verde está cubierta de
aguijones rígidos y leñosos. Las hojas son alternas y digitado-compuestas, los folíolos de borde aserrado. Las flores
solitarias o en grupos de 2 ó 3; la corola con cinco pétalos rosados o púrpuras hacia la parte terminal y de color
amarillento con líneas pardo-moradas en su parte inferior. Los frutos son cápsulas leñosas, de 15 a 20 cm de largo
y cerca de 5 cm de diámetro; y las semillas se encuentran rodeadas por un abundante vello sedoso.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Argentina, Brasil y Paraguay. La Ceiba rosada o del Paraná se cultiva en
el mundo por su extraordinaria floración, en nuestro medio se adapta bien de 1400 a 2300 m.s.n.m. en zonas
húmedas, en el Valle de Aburrá se comporta mejor en las zonas más frías, es decir en las partes altas de las lade-
ras y hacia los municipios del sur. Es un árbol caducifolio, de crecimiento medio y longevo. Puede tolerar heladas
ocasionales. Muy fácil de confundir en estado juvenil con la Ceiba pentandra, de la cual se diferencia por sus folíolos
de borde aserrado. Es ornamental por sus bellas flores. Es ideal que se plante como elemento dominante en áreas
verdes amplias como parques, orejas de puentes, cerros y laderas. La madera liviana se emplea en la fabricación
de canoas. Es el árbol nacional del Paraguay.

218
CEIBA VERDE
bonga, ceiba barrigona

Pseudobombax septenatum
(Jacq.) Dugand

Bombacaeae

Árbol grande, puede alcanzar hasta 35 m de altura. El tronco es abombado y sin espinas, mide hasta 1 m de diá-
metro. La corteza externa es fisurada, con tuberosidades y bandas verticales verdes y amarillas. Su copa es estra-
tificada inicialmente y redondeada en la madurez. Las hojas son alternas y digitado compuestas, con 5 a 9 folíolos
ovado-elípticos. Las flores de color amarillo-cremoso, con numerosos estambres blancos y largos, muy vistosos.
Los frutos son cápsulas ovoides, de 12 a 15 cm de largo y 6 a 8 cm de ancho; y las semillas se disponen dentro
de un algodón blanco-grisoso.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical. Crece bien de 0 hasta 1500 m.s.n.m. en zonas secas
y húmedas. La Ceiba verde se diferencia por su ramificación verticilada, el color verde con pintas amarillas de su
corteza y las protuberancias que desarrolla en el tronco, características que se pierden parcialmente cuando está
adulto. Es caducifolio y de vida larga. Se reproduce fácilmente a partir de semillas de rápida germinación, su creci-
miento inicial es precoz y desarrolla un tronco bien definido. Es un árbol apropiado para separadores viales amplios;
de ser necesarias podas de realce, para evitar interferencias con el tráfico, se debe tener la precaución de no ani-
llarlo al cortar todo el verticilo de ramas; se recomienda también para zonas verdes amplias o como árbol dominante
en parques. Es de mejor desarrollo en las zonas cálidas del norte del Valle de Aburrá; en Medellín y sitios similares
es sensible al ataque de insectos chupadores de la familia Ciccadelidae, que decoloran las hojas y son difíciles de
controlar porque permanecen protegidos en el envés. 219
CHAQUIRO
pino romerón, pino colombiano

Retrophyllum rospigliosii
(Pilg.) C.N. Page

Podocarpaceae

Árbol muy grande, reportado en los bosques nublados de hasta 45 m de altura y de 1 a 2 m de diámetro en el tron-
co; con fuste recto, circular y sin bambas. De copa cónico-redondeada. Las hojas son simples, opuestas, dispuestas
en un solo plano sobre ramas largas, extendidas y algo péndulas. Las flores, de color crema y de 1 cm de diámetro,
se disponen en el ápice de las ramas poco foliadas. Los frutos son drupas oviformes de 2.5 a 3 cm de largo y 1 a
2 cm de ancho, de color azul oscuro a rojo oscuro al madurar.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Conífera nativa de Colombia, Venezuela y Perú. Crece bien de 1500 a 2800 m.s.n.m.
en zonas húmedas. De las especies de esta familia presentes en Colombia, es la más empleada como ornamental,
aunque falta hacer más extensivo su uso. De fácil propagación, frondoso, siempre verde, de crecimiento medio a
lento y gran longevidad. Cuando crece en competencia por luz con otros árboles, es más recto y menos ramificado
que cuando lo hace a plena exposición solar. Es un árbol interesante desde el punto de vista educativo y cultural
por ser uno de los representantes de las coníferas en nuestra flora. De forma y color tan o más atractivos que las
araucarias, de mayor difusión en la ciudad. Apropiado como árbol especial para las zonas altas, en parques, laderas,
cerros y hacia los nacimientos del río Aburrá y sus quebradas afluentes, en zonas verdes y para conformar barreras
de diferentes propósitos.

220
CHUMBIMBO
jaboncillo

Sapindus saponaria
L.

Sapindaceae

Árbol mediano a grande, puede alcanzar hasta 20 m de altura y 40 cm de diámetro en el tronco. Las hojas son
alternas, compuestas, imparipinnadas, de raquis muy variable: puede ser alado, sin alas o el ala formada por la base
decurrente de sus folíolos sobre el raquis. Los folíolos de borde entero, inequiláteros, base asimétrica, glabros en
la haz y pubescentes en el envés. Las flores pequeñas, de pétalos blancos y muy fragantes. Los frutos son drupas
esféricas, de 1.5 cm de diámetro; el pericarpio es amarillo y translúcido, y el mesocarpio mucilaginoso, con una
semilla negra y redonda.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical. El Chumbimbo es una de las especies autóctonas de la
flora del Valle de Aburrá; sus individuos han ido desapareciendo ante el avance de nuevas construcciones. Se trata
de un árbol de copa redondeada, frondoso, de crecimiento inicial muy rápido, luego medio hasta alcanzar su madu-
rez, y de longevidad prolongada. Resiste condiciones climáticas extremas como zonas muy secas o con mucha bri-
sa. Es apropiado como barrera, especialmente contra vientos fuertes, para obtener sombra en parques, en separa-
dores viales amplios, en retiros y zonas de protección de quebradas y para programas de revegetalización de áreas
deforestadas. Sus frutos son pequeños y livianos, pueden ofrecer algún riesgo en zonas peatonales por ser esféricos
y tener una sustancia jabonosa. La madera es dura y pesada, de textura áspera y poco durable a la intemperie.

221
DORMILÓN sorogá

Vochysia ferruginea
Mart.

Vochysiaceae

Árbol grande, puede alcanzar los 30 m de altura y 70 cm de diámetro en el tronco, con aletones pobres o media-
namente desarrollados y copa aparasolada. Las hojas son simples, opuestas, dísticas, de ápice acuminado y borde
entero; la haz es glabra, de color verde brillante, el envés verde amarillento y velloso ferrugíneo. Las inflorescencias
tomentosas son racimos axilares y terminales; las flores amarillas o anaranjadas con el cáliz lobulado, un lóbulo
se prolonga en un espolón curvo, y de tres pétalos. El fruto es una cápsula trilocular, de 2.5 cm de largo y con las
semillas aladas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se encuentra desde Nicaragua y Panamá hasta Colombia, de 0 hasta cerca de 1400
m.s.n.m. No es caducifolio, florece conservando el follaje. En el Valle de Aburrá el Dormilón o Sorogá se encuentra
en mayor cantidad cerca al municipio de Barbosa, en colinas y al borde del río Aburrá; su presencia va disminuyendo
hacia el sur hasta llegar al Hatillo, donde prácticamente desaparece. Por su arquitectura bonita y floración no tiene
equiparable, sobresale por su belleza. Para la zona del norte del Área Metropolitana es una opción privilegiada como
árbol ornamental. Se reproduce con facilidad por semillas o a partir de la regeneración que se encuentra cerca a los
árboles padres; requiere semisombra en los estados iniciales, hasta cerca de 1.50 m de alto, después tolera pleno
sol; en las zonas más frías no se adapta. Por su tamaño y características debe ubicarse en parques o espacios
verdes amplios donde pueda lucirse, o en avenidas con separadores y retiros amplios. Los actuales procesos de
construcción en su área de distribución natural, ponen en riesgo sus poblaciones.
222
ESCOBO
Alchornea triplinervia
(Spreng.) Müll. Arg.

Euphorbiaceae

Árbol de mediano a grande, puede medir de 15 a 30 m de altura y 40 cm a 1 m de diámetro en el tronco; sin látex.
Hojas simples, alternas, palmatinervadas, subcoriáceas, elípticas, acuminadas, de 3 a 6 cm de largo y con dos
glándulas laterales en la inserción con el pecíolo; la margen ligeramente revoluta, dentado-glandulada. Las flores
unisexuales se disponen en espigas. Los frutos son cápsulas globosas, biloculares, de menos de 1 cm de largo; en
el ápice con dos cachitos filiformes.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se encuentra en Brasil, Colombia, Venezuela, Las Guyanas y Perú. No es caducifolio.
Crece rápidamente en una gran variedad de suelos. Sus frutos son muy apetecidos por aves, lo cual le da una
connotación especial en programas de protección de fauna y/o de recuperación de ecosistemas degradados. Es
apropiado para separadores de avenidas, corredores viales, parques, cerros y laderas y en áreas de protección del
río Aburrá y sus quebradas afluentes. Además, para conformar barreras contra vientos, para dar privacidad y ocultar
visuales indeseables. La madera es blanda y se pudre fácilmente en contacto con el suelo.

223
GUAYACÁN
AMARILLO chicalá

Tabebuia chrysantha
(Jacq.) G. Nicholson

Bignoniaceae

Árbol muy grande de los bosques húmedos tropicales, donde puede alcanzar hasta 35 m de altura y un tronco de 1
m de diámetro o más. Su copa es estratificada y algo estrecha. Las hojas son opuestas y digitado compuestas. Las
flores son campanuladas y de color amarillo. Los frutos son cápsulas alargadas, miden cerca de 40 cm de largo y
1.5 de ancho, con numerosas semillas aladas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Venezuela y Colombia. Crece y se adapta bien de 0 hasta unos 2300 m.s.n.m.
en zonas húmedas. Es caducifolio antes de florecer, de crecimiento medio a rápido, y larga vida. Para los habitantes
del Valle de Aburrá el Guayacán amarillo se ha convertido en un árbol casi emblemático, reconocido ampliamente por
su extraordinaria floración; si bien ésta es muy llamativa su follaje no lo es menos. Es de fácil propagación y consecu-
ción en los viveros. Este árbol desarrolla un tronco muy definido y recto, sus raíces son profundas y generalmente no
afectan construcciones cercanas, pero por su tamaño no debe plantarse cerca a ellas. Es recomendable como árbol
especial para zonas verdes amplias, en separadores y bordes viales amplios, cerros y laderas, donde pueda lucirse
sin limitaciones. En zonas de pisos duros debe tenerse presente el riesgo que implica para los peatones las flores
sobre el suelo. Las semillas del guayacán las consumen las loras, guacamayas, pericos y ardillas principalmente. Su
madera de buena calidad, muy dura y pesada, es empleada para pisos, construcciones y carpintería en general. El
tinte de color morado que produce la madera se usa para teñir tejidos de algodón. Es el árbol nacional de Venezuela.
224
GUAYACÁN
DE MANIZALES

Lafoensia speciosa
(Kunth) DC.

Lythraceae

Árbol mediano a grande, en las zonas frías puede sobrepasar los 20 m. Con un tronco recto de 30 cm de diámetro,
y ramas extendidas y algo péndulas. Las hojas son simples, opuestas y dispuestas en un solo plano; de color verde
brillante, se tornan rojas al marchitarse. Las flores son grandes y blanco-amarillentas, con 24 estambres muy largos.
Los frutos son cápsulas globosas, dehiscentes, de unos 3 cm de diámetro; con numerosas semillas aladas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América, desde México hasta Bolivia. Crece mejor entre 1800 y 2500
m.s.n.m. en zonas húmedas. El Guayacán de Manizales es un árbol común para usos ornamentales en todo el Valle
de Aburrá; su propagación es sencilla y se adapta sin mayores problemas a las condiciones urbanas, sin embargo
es más adecuado para zonas frías hacia las laderas y el sur del Valle de Aburrá. Es caducifolio por períodos muy
cortos, de crecimiento medio, y longevidad media; requiere podas de formación oportunas para obtener un ejemplar
de buena forma y con un tronco definido, porque tiene una tendencia alta a ramificarse desde la base. Las hojas,
flores y frutos pueden manchar andenes y vehículos de un color cobrizo cuando permanecen en contacto con éstos.
Con una buena poda de realce de la copa para que sus ramas no generen interferencias con el tráfico, se puede
considerar como una opción para separadores viales, pues no tiene frutos ni ramas riesgosas. La madera se utiliza
en carpintería y para fabricar objetos torneados.

225
GUAYACÁN
ROSADO roble, flor morado

Tabebuia rosea
(Bertol.) A. DC.

Bignoniaceae

Árbol muy grande de los bosques húmedos y muy húmedos tropicales, donde puede alcanzar entre 35 y 40 m de
altura y 1 m o más de diámetro en el tronco. En el Valle de Aburrá no supera los 25 m de altura y los 70 cm de
diámetro en el tronco. Es de corteza fisurada, copa redondeada y estratificada. Las hojas son opuestas y digitado-
compuestas. Las flores campanuladas de color rosado. Los frutos son cápsulas largas y angostas, hasta de 35 cm
de largo, con numerosas semillas aladas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América Central y del Sur. Crece y se adapta bien de 0 hasta los 2000
m.s.n.m. en zonas húmedas. El Guayacán rosado es caducifolio, de crecimiento rápido y longevidad prolongada. Es
apropiado para zonas verdes amplias, separadores y corredores viales donde no tenga restricciones. En zonas de
pisos duros debe tenerse presente el riesgo que implica para los peatones las flores sobre el suelo. Es bastante sen-
sible al ataque de un insecto chupador de la familia Ciccadelidae, que le decolora las hojas y afecta estéticamente su
apariencia; es un insecto de difícil control en zonas urbanas por las limitaciones en el empleo de productos tóxicos
que generalmente tienen mal olor; y porque éste se protege por el envés de las hojas, evitando así que el producto
entre en contacto con él. Como medida práctica es importante localizar árboles que muestren resistencia a este
problema y colectar sus semillas para los programas de difusión en la ciudad. Es el árbol nacional de El Salvador.

226
GUAYACÁN
guayacán de bola

Bulnesia arborea
(Jacq.) Engl.

Zygophyllaceae

Árbol de tamaño medio a grande, puede alcanzar cerca de 20 m de altura. Tiene fuste recto y circular, de 50 cm de
diámetro; sus ramas son extendidas y péndulas. La corteza es gris y estriada. Las hojas son opuestas e imparipinna-
das; con engrosamientos en las ramas. Las flores regulares, de color amarillo-anaranjado. Los frutos son cápsulas
verdes con cinco alas, de 4.5 cm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de las regiones cálidas del norte de América del Sur. Crece en forma natural
de 0 a 1000 m.s.n.m. en zonas secas; aunque se adapta hasta los 1500 m.s.n.m. en zonas húmedas, pero re-
quiere una estación seca prolongada para florecer. Es caducifolio por períodos cortos, de crecimiento medio a lento
y gran longevidad. Es un árbol escaso a pesar de su belleza y fácil propagación. Por la temperatura de Medellín y
zonas similares por temperatura florece muy poco, pero su forma y follaje son suficientes para promover una mayor
difusión; es de esperar que en las zonas más cálidas del norte del Valle de Aburrá pueda florecer, lo cual le daría
una mayor relevancia para uso ornamental. Su madera es muy dura y pesada. Toda la planta se ha empleado en
medicina popular como diurética y diaforética (sudorífico).

227
HIGUERÓN
Ficus spp.

Moraceae

Árboles de tamaño variable, la mayoría son de medianos a grandes. Con abundante látex blanco en todas sus
partes. Las hojas simples, alternas y espiraladas, con estípula involucral que deja un anillo en las ramas al caer.
Las flores dentro de un receptáculo cerrado parecido a una breva. Los frutos verdaderos son siconos con semillas
diminutas, las especies que carecen del polinizador específico no desarrollan un fruto verdadero ni semillas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Las especies del género Ficus, conocidas como higuerones o matapalos dependiendo
de su forma de crecer, son muy comunes en todo el Valle de Aburrá, desde la parte baja hasta las zonas altas.
Crecen espontáneos en los retiros de las quebradas, lotes sin construir, techos o sobre otras especies, en cuyo caso
terminan asfixiándolas, de ahí su nombre de matapalos. Son importantes ecológicamente por sus frutos comestibles
para la fauna silvestre. En general su follaje es denso y es común que sean caducifolios por períodos cortos, con
hojas nuevas muy vistosas. Las especies nativas, que son numerosas, se propagan a partir de semillas, a diferencia
de las que han sido introducidas de otras partes del mundo, que deben propagarse vegetativamente por acodos y
esquejes principalmente, lo cual influye en el desarrollo de raíces superficiales. Lo más recomendable es que sean
ubicados en zonas verdes amplias, en parques, márgenes del río y quebradas afluentes, orejas de puentes, laderas
y cerros, en las cuales puedan resaltar como ejemplares únicos.

228
JACARÉ
Chloroleucon aff. tortum
(Mart.) Pittier ex Barneby & J.W. Grimes.

Sinónimo:
Pithecellobium aff. tortum
Mart.

Mimosaceae

Árbol mediano, característico por su corteza moteada. De copa globosa, y follaje abundante y translúcido. Hojas
bipinnadas, con glándulas en el raquis. Las flores se disponen en glomérulos, de color blanquecino a crema. El fruto
es una legumbre pequeña, retorcida sobre sí misma, pegajosa y de color gris o casi negra.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Brasil. El Jacaré se caracteriza por su corteza moteada, parecida a la del
guayabo (Psidium guajava). En el Valle de Aburrá es poco común a pesar de ser bastante atractivo; se encuentran
algunos ejemplares en la entrada al municipio de Barbosa, en Medellín en el barrio Malibú, la avenida Nutibara cerca
a la iglesia de La Consolata, el museo El Castillo y el Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe. Por lo que se logra
apreciar en los ejemplares adultos, este árbol no ofrece mayores riesgos y debería promocionarse para separadores
y corredores viales amplios, parques, cerros y laderas. Por su forma y delicadeza del follaje es posible confundirlo
con el pisquín (Albizia carbonaria), de la misma familia, del cual se diferencia por su corteza moteada y el fruto re-
torcido. Es caducifolio por períodos cortos y es poco exigente en suelos. Su madera es dura y decorativa, de buena
durabilidad en ambientes interiores.

229
LAUREL caucho

Ficus benjamina
L.

Moraceae

Árbol de mediano a grande, que alcanza cerca de 20 m de altura, y el tronco principal mide 1 m o más de diámetro.
Con abundante látex blanco en todas sus partes. Las hojas son simples, alternas, dispuestas en espiral y con el
ápice acuminado. Las flores se encuentran encerradas en el interior de receptáculos huecos, similar a las brevas.
Los frutos son síconos pequeños, 5 a 10 mm de diámetro, y de color rojo oscuro en la madurez.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de la India, China y Malasia. Este árbol se adapta muy bien desde 0 hasta
los 2000 m.s.n.m. en zonas tanto secas como húmedas. Es un árbol de crecimiento muy rápido, frondoso y no
caducifolio; puede emplearse en la revegetalización de algunas áreas, para conformar barreras contra el ruido y
contaminantes, y para dar privacidad, entre otras; pero no es recomendable cerca a construcciones, acueductos o
alcantarillados, por sus raíces fuertes y extendidas. Es común que presente varios troncos que se inician cerca al
suelo, y al aumentar el volumen de la copa y el peso se pueden reventar por uniones muy débiles; esta situación
se debe corregir desde temprano con podas de formación que guíen un solo tronco. Las podas de descope a las
cuales están siendo sometidos actualmente para controlar su altura, además de ser estéticamente inaceptables,
contribuyen a su deterioro y/o muerte; por tanto no se debe generalizar esta intervención para ejemplares de laurel
que no estén ocasionando problemas.

230
MAGNOLIA
Magnolia grandiflora
L.

Magnoliaceae

Árbol grande, en su zona de origen alcanza 25 m de altura y 70 cm o más de diámetro en el tronco. Con copa ancha
y cónica. Las hojas son simples y alternas, la haz es de color verde brillante y el envés pubescente y ferruginoso.
Las flores solitarias, perfumadas, de pétalos blancos y muy grandes, pueden medir hasta 25 cm de diámetro. El
fruto es un sincarpo, de consistencia leñosa en la parte central, con las semillas rojas y colgadas de un hilo blanco
(funículo).
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario del sureste de los Estados Unidos. Se adapta bien de 1600 a 2600 m.s.n.m.
en zonas secas y húmedas. Es una especie para zonas frías, especialmente en los municipios de Caldas, La Estrella,
Sabaneta y Envigado. No es caducifolio, es de crecimiento lento y longevidad larga. Tolerante a los trasplantes cuan-
do se realizan con toda la técnica y preparación previa. Su propagación es en forma asexual principalmente, porque
produce pocas semillas y con bajo porcentaje de germinación; al ser escaso en los viveros comerciales su costo es
alto, comparativamente con otros árboles. El Magnolio es un árbol que se planta con especial cuidado en casas de
campo y algunas urbanizaciones por sus grandes flores blancas y sus hojas. Apropiado para parques y plazoletas
como elemento dominante del paisaje. Sus hojas son empleadas como follaje en arreglos florales.

231
MAJAGUA mahoe

Hibiscus elatus
Sw.

Malvaceae

Árbol grande, puede alcanzar hasta 25 m de altura. Usualmente desarrolla un tronco único y recto de unos 50 cm o
más de diámetro. Las hojas son simples, alternas, de ovadas a circulares, con el ápice corto y abruptamente acumi-
nado, palmatinervadas, con unas pequeñas incisiones en las nervaduras por el envés cerca a la base y de pecíolos
largos. Las flores recién abiertas son de color casi naranja y con una mancha granate en la base de los pétalos, se
tornan rojas al polinizarse; de 7 a 10 cm de diámetro y tomentosas. Los frutos son cápsulas secas y pubescentes,
miden cerca de 3 cm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Las especies de tipo arbóreo pertenecientes al género Hibiscus, conocidas como Maja-
guas, presentan dificultad para su correcta identificación, porque se hibridan con facilidad combinando caracteres.
Las especies más comunes entre nosotros son H. elatus e H. tiliaceus. El H. elatus se reporta en forma natural
solamente en Cuba y Jamaica. Se adapta bien desde los 150 hasta los 1500 m.s.n.m. en zonas húmedas. No es
caducifolio, crece rápido sobre una gran variedad de suelos, aunque los prefiere arenosos y bien drenados. Es de
gran longevidad. De copa cónica a piramidal, frondoso; con buenas posibilidades de uso en separadores de ave-
nidas y para barreras multipropósito. No es recomendable en sitios con restricciones en altura porque si se poda
pierde su forma característica. Puede tener raíces superficiales. Se debe tener precaución con sus flores carnosas
en zonas peatonales.
232
MAMEY
Mammea americana
L.

Clusiaceae

Árbol mediano a grande, puede alcanzar cerca de 20 m de altura y hasta 90 cm de diámetro en el tronco. Con
savia blanquecina. Las hojas simples, opuestas y coriáceas. Las flores, con muchos estambres, son blancas y muy
aromáticas. Los frutos son bayas globosas y carnosas y miden cerca de 20 cm de diámetro; la pulpa es de color
amarillo o anaranjado.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Las Antillas, en el Caribe. Se adapta bien de 0 a cerca de 1600 m.s.n.m.
en zonas húmedas y secas. No es caducifolio, su crecimiento inicial es rápido y luego lento. El Mamey es un árbol
bastante llamativo por su forma, tamaño y brillo de sus hojas. Es una especie cultivada como frutal; germina con
facilidad, para la consecución de las semillas se debe recurrir a las épocas en las cuales se comercializa como fruto
en los mercados locales; no es común en viveros. Debe plantarse pequeño con mucho cuidado al eliminar la bolsa,
porque es muy sensible al trasplante. Por sus frutos grandes, pesados y carnosos es un árbol para espacios amplios
como parques, cerros, y laderas y para conformar barreras contra el ruido y contaminantes visuales indeseados, y
para dar privacidad, entre otras. Para no alterar su forma característica no es recomendable podarlo. Su madera es
dura y resistente. Sus frutos se consumen crudos o en dulces; la semilla puede darle un cierto sabor amargo a la
pulpa, por esto no se deben dejar restos de ella al prepararlo. Es melífero.

233
MAMONCILLO mamón

Melicoccus bijugatus
Jacq.

Sapindaceae

Árbol mediano a grande, que puede alcanzar cerca de 20 m de altura y 1 m de diámetro o más en el tronco. Su
copa es densa, amplia y redondeada, simétrica. Las hojas son alternas, paripinnadas, compuestas de 2 pares de
folíolos, esporádicamente cinco. Los frutos son drupas redondas, de 2 a 3 cm de diámetro, con cáscara verde,
delgada y quebradiza; presenta una semilla, raras veces dos, rodeada de un arilo color salmón, comestible, dulce
o ácido según la variedad.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario del norte de América del Sur. Crece bien de 0 a 1500 m.s.n.m. en zonas
secas y húmedas. El Mamoncillo se localiza con facilidad en todo el Valle de Aburrá tanto cultivado como espontá-
neo, a partir de semillas dispersadas por las personas al consumir los frutos, por esta razón es común encontrarlo
muy cerca a construcciones o en el mismo sitio de otros árboles. Es caducifolio por cortos períodos, de crecimiento
medio a lento y longevidad prolongada. Para una fructificación abundante necesita una estación seca pronunciada.
Se trata de un árbol de hermosa forma y color del follaje, especialmente cuando lo renueva, de color verde claro,
especial para proporcionar sombra y como punto focal en espacios amplios. Manejado adecuadamente con podas
de formación es recomendable para separadores viales amplios, parques, bulevares y plazoletas. Su propagación y
trasplante al campo no presenta ninguna complicación. Se siembra como árbol de sombra y frutal.

234
MANGO
Mangifera indica
L.

Anacardiaceae

Árbol grande, de corteza resinosa y aromática, puede alcanzar más de 30 m de altura y desarrollar un tronco de más
de 1 m de diámetro. Las hojas simples, alternas, coriáceas y lanceoladas. Las flores pequeñas, amarillentas o roji-
zas, muy aromáticas. Los frutos son drupas ovoides, comprimidas lateralmente, de 5 a 20 cm de largo, al alcanzar
la completa madurez adoptan colores amarillentos y rojizos, de diversas tonalidades.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de la India, Birmania y Malasia. Se adapta bien de 0 hasta 1600 m.s.n.m. en
zonas secas y húmedas. El mango es un árbol de amplia difusión que se remonta a muchos años atrás, tanto por sus
frutos comestibles como por la facilidad con la cual germinan sus semillas. Este árbol crece relativamente rápido en
sus primeros años y luego es lento lo cual permite un manejo adecuado con podas, sin necesidad de intervenciones
drásticas y permanentes. Es resistente a los trasplantes y responde muy bien a la reparación de heridas y a la fertili-
zación, permitiendo así recuperar y conservar ejemplares valiosos por sus connotaciones históricas o patrimoniales.
Su longevidad es prolongada y con los años llega a ser un árbol de gran tamaño. Para el Valle de Aburrá las mayores
dimensiones las alcanza en las zonas calientes del norte. Es ideal para procurar sombra y para conformar barreras
con diferentes propósitos, por no ser caducifolio y tener un follaje denso. Vale la pena resaltar los tonos del follaje,
especialmente las hojas nuevas de color rojo. En zonas húmedas es susceptible al ataque de hongos, esta situación
puede controlarse con una poda de aclareo para permitir paso de luz y aire por la copa.
235
NOGAL
Nogal cafetero, Moho, Mo, Solera,
Vara de humo

Cordia alliodora
(Ruiz & Pav.) Oken

Boraginaceae

Árbol grande de los bosques húmedos tropicales, puede alcanzar hasta 30 m de altura y 90 cm de diámetro en el
tronco. La corteza interna, al hacerle un corte, emana un olor semejante al de la panela y se oxida en contacto con
el aire. Las hojas son simples, alternas, espiraladas, de elípticas a ovado-elípticas, con borde entero, ápice agudo
y vellosas. Las flores son blancas y de forma tubular; el cáliz de color verde grisáceo, con 10 líneas sobresalientes.
Los frutos son nuececillas, de 5 a 6 mm de largo, con el cáliz y la corola persistentes. Los pétalos están convertidos
en alas que le sirven para la dispersión.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se encuentra desde el sur de México hasta Perú. Es caducifolio. El nogal cafetero ha
sido propagado como árbol para plantaciones en producción de madera o como árbol multipropósito para sombrío
del café. Es de crecimiento muy rápido y gran longevidad. Para un buen crecimiento requiere suelos profundos,
fértiles y bien drenados. Soporta una estación seca severa. Por la facilidad de consecución a través de programas
de fomento ha sido incorporado a las zonas urbanas en los separadores de vías, en parques y zonas verdes en
general. Por su tamaño y el olor desagradable de las flores es preferible ubicarlo lejos de edificaciones. Este árbol es
sensible al ataque del insecto chupador Dictyla monotropidia de la familia Tingidae, el cual produce una quemazón
en las hojas que lo afecta estéticamente, los ataques son más intensos en las épocas de verano. Su madera es muy
valiosa, fácil de trabajar y pulir. Es melífero y medicinal.
236
Seem.

Ochnaceae

Árbol mediano a grande, puede alcanzar cerca de 20 m de altura y desarrollar un tronco recto y cilíndrico de 40 cm
de diámetro. Las ramas con estípulas abundantes y largas. Las hojas, agrupadas al final de las ramas, son simples
y alternas, miden más de 1 m de largo y 24 cm de ancho; jóvenes son de color rojo, luego verde, muy brillante. Las
flores, de color amarillo, se disponen en grandes panículas terminales. Los frutos son cápsulas de 5 a 6 cm de largo
y cerca de 0.5 cm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América, desde Nicaragua hasta Bolivia. Crece bien de 0 hasta 1500
m.s.n.m. en zonas húmedas. El Pacó es un árbol sobresaliente por el tamaño y colorido de sus hojas tanto juveniles
como adultas, las cuales muda continuamente, aunque no es propiamente caducifolio; la belleza de sus hojas la
complementa con su floración amarilla brillante. Esta especie crece espontánea en los alrededores de Barbosa
y constituye, sin duda, una de las mejores opciones para la arborización de los municipios del norte del Valle de
Aburrá. Su crecimiento es de medio a rápido y su longevidad media. Es ideal en espacios amplios como árbol sobre-
saliente, parques, cerros, laderas, en las márgenes del río Aburrá y sus quebradas afluentes. Por sus hojas grandes
y abundantes sobre el piso, no debe estar cerca a sumideros de agua. La madera es dura y pesada, de color pardo-
rojizo, es fácil de trabajar y muy durable, se emplea para elaborar canoas. Es melífero.

237
PANDURATA lirata

Ficus lyrata
Warb.

Moraceae

Árbol mediano a grande, puede alcanzar cerca de 15 m de altura y 30 cm de diámetro en el tronco principal. Tiene
abundante látex blanco en todas sus partes. Su copa es amplia y redondeada. Las hojas son simples y alternas, al-
canzan hasta 50 cm de longitud. Las flores se encuentran encerradas en el interior de receptáculos huecos, similar
a las brevas. Los frutos son síconos, más o menos globosos y miden cerca de 3 cm de diámetro, de color verde
pálido y con manchas rojizas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de África tropical occidental. Se adapta bien de 1400 a 2200 m.s.n.m. Su
capacidad para desarrollarse bien desde zonas bajas hasta zonas altas le da al Pandurata ventajas en su posibilidad
de utilización como árbol ornamental. Como elementos llamativos se pueden destacar: la forma de sus hojas como
una lira o violín, su tamaño, su brillo, el modo como se disponen entre sí, agrupadas en una especie de roseta
terminal, y su color que combina verde claro y oscuro. Forma una copa redondeada de follaje denso, no caducifolio,
ideal como pantalla contra vientos o para dar privacidad, ocultar visuales indeseables y, por supuesto, para obtener
sombra. Por su tamaño y raíces superficiales extendidas necesita espacios amplios como parques, orejas de puen-
tes, cerros y laderas. No se adapta a suelos con excesos de humedad. Sus hojas de gran tamaño pueden obstruir
desagües y alcantarillas.

238
PIÑÓN DE
OREJA
orejero, piñón

Enterolobium cyclocarpum
(Jacq.) Griseb.

Mimosaceae

Árbol muy grande, puede alcanzar más de 30 m de altura y desarrollar un tronco de más de 3 m de diámetro.
Las hojas son alternas, bipinnadas y de folíolos muy pequeños. Las flores, de color verde y estambres numerosos
blancos, se disponen en cabezuelas pedunculadas. Los frutos son legumbres en forma de oreja, de 10 a 12 cm de
diámetro. Las semillas son ovoides y de color café oscuro, con una mancha amarillenta.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Centro América y norte de América del Sur. Crece muy bien de los 0 hasta
los 1500 m.s.n.m. en zonas tanto secas como húmedas, hacia la zona del norte del Valle de Aburrá se desarrolla
muy bien. El Piñón de oreja es un árbol de gran tamaño que requiere espacios amplios; es caducifolio, de gran
longevidad y crecimiento inicial muy rápido, puede crecer de 2 a 3 m por año, luego es de medio a lento. Requiere
suelos bien drenados, obtiene su crecimiento máximo en suelos de Ph neutro. Las podas en árboles adultos generan
heridas grandes, difíciles de cicatrizar que pueden iniciar pudriciones. Es apropiado para orejas de puentes, laderas
y cerros, en espacios amplios como árbol sobresaliente, y para programas de revegetalización y recuperación. La
madera es de gran durabilidad en condiciones extremas de humedad, se utiliza en ebanistería y carpintería. Es
fijador de nitrógeno y apto para la recuperación de suelos. Es el árbol nacional de Costa Rica.

239
PISQUÍN carbonero

Albizia carbonaria
Britton

Mimosaceae

Árbol grande, puede alcanzar cerca de 25 m de altura y 60 cm de diámetro en el tronco. La corteza se desprende en
grandes placas. Su copa es amplia y extendida. Las hojas son bipinnadas y de folíolos muy pequeños. Las flores se
disponen en cabezuelas, con numerosos estambres de color blanco. Los frutos son legumbres aplanadas, algunas
hasta de 8 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical. Se adapta bien de 0 a 1800 m.s.n.m. en zonas húmedas.
Renueva sus hojas permanentemente pero no es propiamente caducifolio. Este árbol no se propaga y comercializa
en viveros comerciales, crece muy rápido en forma espontánea a libre exposición, al borde de vías y quebradas.
No es recomendable en las áreas urbanas, requiere áreas amplias por sus ramas quebradizas y su vida media.
Una opción interesante con él, por su bella forma, es en programas de revegetalización y/o recuperación de zonas
degradadas y en áreas suburbanas, especialmente hacia los cerros tutelares y en zonas de retiros de quebradas.
Comúnmente ha sido utilizado para sombrío en cultivos de café y cacao. La madera blanda se emplea en la fabri-
cación de guacales.

240
ROBLE
Quercus humboldtii
Bonpl.

Fagaceae

Árbol grande que puede alcanzar cerca de 30 m de altura. Las hojas simples, alternas, espiraladas, con una pubes-
cencia lanosa a lo largo de la nervadura principal, se agrupan al final de las ramas. Las yemas latentes permanecen
protegidas por un grupo de escamas, que al abrirse parecen estípulas. Las flores poco vistosas se disponen en
amentos. Los frutos son bellotas, de 2 a 3 cm de largo y hasta 2.5 cm de ancho, incluidas en un receptáculo de
brácteas hasta cerca de 1/3 de su longitud.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de los Andes Colombianos y Panamá cerca a la línea de transición entre el
premontano y el montano bajo, más o menos desde los 1800 a 3000 m.s.n.m en zonas húmedas a pluviales. El
Roble o Roble de tierra fría, no debe confundirse con la madera que se comercializa en la actualidad como roble,
la cual proviene del Tabebuia rosea (guayacán rosado) de la familia Bignoniaceae. El Quercus humboldtii crece en
forma gregaria formando los robledales de tierra fría, que fueron prácticamente diezmados de las laderas del sur del
Valle de Aburrá a finales del siglo XIX y principios del XX por su madera y para elaborar carbón, para suplir las nece-
sidades de construcción y energéticas de las poblaciones que empezaban a desarrollarse en esta región. Los Robles
son frondosos e imponentes, caducifolios por periodos cortos y muy longevos, es común encontrarlos a orillas de las
quebradas; pueden emplearse para sombra y en programas de enriquecimiento de bosques secundarios o para dar
conectividad a los remanentes de vegetación natural que han quedado separados por las diversas intervenciones
sobre el territorio. Los frutos son consumidos por la fauna silvestre. La madera es dura y pesada, empleada en 241
ROBLE DE
AUSTRALIA
Grevillea robusta
A. Cunn. ex R. Br.

Proteaceae

Árbol de mediano a grande, puede superar los 20 m de altura, con 30 a 45 cm de diámetro en el tronco. Su copa
es piramidal. Las hojas son pinnadas, alternas, lobuladas y finamente aserradas; el envés con pubescencia de color
blanquecino. Las flores, dispuestas en racimos, son apétalas y con estambres sobresalientes de color amarillo-ana-
ranjado. El fruto es un folículo de 2 cm de largo, con las semillas aladas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Australia. Su mejor desarrollo se presenta entre 1000 y 1800 m.s.n.m.
en zonas húmedas y secas. Es caducifolio en condiciones extremas de sequía. De crecimiento muy rápido y vida
corta. Requiere suelos profundos. No resiste el frío. Las ramas son quebradizas y pueden ser dañadas por el viento,
debe tenerse precaución con su desprendimiento. Apropiado para espacios amplios como orejas de puentes, cerros,
laderas, zonas de retiro en el río y quebradas. Su madera se emplea en carpintería, en la construcción y para pulpa
de papel. Por sus hojas, como helechos, se cultiva en materos y como follaje para arreglos florales.

242
SAMÁN
campano

Samanea saman
(Jacq.) Merr.

Mimosaceae

Sinónimo:
Pithecellobium saman
(Jacq.) Benth.

Árbol grande, puede alcanzar 20 m de altura y más de 1 m de diámetro en el tronco. Su copa amplia y muy exten-
dida, excepcionalmente puede llegar hasta cerca de 55 m de diámetro. Las hojas son alternas, compuestas, bipin-
nadas, con glándulas en el raquis y entre los folíolos. Las flores se presentan en umbelas densas, con numerosos
estambres unidos en la base y de color combinado, la mitad basal del filamento blanca y la otra mitad apical rojiza.
Los frutos son legumbres negruzcas y lineares, de 10 a 20 cm de largo y 1 a 2 cm de ancho; las semillas son de
color marrón oscuro y se encuentran recubiertas de una pulpa dulce.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical, desde el sur de México hasta Perú, Bolivia y Brasil. Crece
bien de 0 hasta unos 1500 m.s.n.m. en zonas secas y húmedas. No es caducifolio, es de crecimiento inicial medio
y longevidad prolongada. El Samán es un árbol de copa aparasolada, que ocupa un gran espacio lateral, por tanto
no debe plantarse en sitios con restricciones que limiten su desarrollo natural, pues ésta es tal vez su característica
más llamativa y por la cual se emplea para obtener sombra. Es apropiado como árbol principal en parques o en
separadores viales amplios; al controlar su forma con podas oportunas, se llega a conformar una especie de “túnel”
a lo largo de las vías, de extraordinaria frescura y belleza. Crece mejor en zonas cálidas, como las del norte del Valle
de Aburrá. Su madera es liviana, de color marrón claro con lustre dorado.

243
SIRPO
Pourouma spp.

Cecropiaceae

Árboles grandes que pueden alcanzar cerca de 25 m de altura y con raíces zancos. Las hojas simples, alternas,
palmeado lobuladas, grandes, basifijas y con una estípula terminal que deja cicatriz en anillo al caer. Las flores en
cimas terminales. El fruto es una falsa drupa, pequeña de 1 a 2 cm de longitud; la semilla rodeada de una sustancia
dulce y comestible.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originarios de América tropical en bosques de segundo crecimiento de zonas húmedas.
Los Sirpos son árboles muy similares a los yarumos por la forma de sus hojas, pero pueden diferenciarse por la
inserción del peciolo en la base de la lámina (basifijos) en el Sirpo y hacia el centro de la lámina (peltado) en yaru-
mo. Los Sirpos requieren condiciones de sombra en sus estados iniciales de desarrollo, por eso se encuentran en
bosques secundarios o rastrojos altos, en los cuales cumplen un papel importante como proveedores de frutos para
varias especies de animales y el hombre. La forma, tamaño y color de sus hojas, casi granate en las nuevas, son
los elementos que en conjunto los hacen llamativos. Son de vida media y no caducifolios. Por sus requerimientos
de sombra inicial, son apropiados para enriquecimiento de bosques intervenidos o en zonas verdes que ya tengan
árboles grandes.

244
SURIBIO
playero

Zygia longifolia
(Humb. & Bonpl. ex Willd.) Britton & Rose

Mimosaceae

Sinónimo:
Pithecellobium longifolium
(H. & B.) Standl.

Árbol mediano, puede alcanzar cerca de 15 m de altura. Usualmente desarrolla varios troncos de cerca de 20 cm de
diámetro. De copa muy extendida. Las hojas son alternas, compuestas y bipinnadas; de color vino tinto claro cuando
jóvenes. Las flores, muy aromáticas y con numerosos estambres rosados, se disponen en espigas a lo largo de las
ramas. Los frutos son legumbres arqueadas de 24 a 30 cm de largo y 1 cm de ancho.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical. Crece bien de 0 a 1600 m.s.n.m. en zonas húmedas; es
común en las orillas de quebradas y ríos. Esta especie no es caducifolia completamente, pierde parte del follaje en la
época de floración, es de crecimiento rápido y gran longevidad. En la actualidad se emplea con frecuencia como ár-
bol urbano, destacándose por su copa extendida, su follaje de diversos colores y su floración a lo largo de las ramas y
tronco que expide un aroma muy agradable. Se reproduce con mucha facilidad a partir de semillas que no requieren
ningún tratamiento previo. Por su copa extendida requiere espacios muy amplios lateralmente. Es un árbol ornamen-
tal, especialmente por la sombra que proporciona; muy útil en la conservación y regulación de los cauces y fuentes
de agua. Es melífero. Cuando hay migración de las hermosas mariposas verdes Urania fulgens, que visitan el Valle
de Aburrá con cierta periodicidad, el Suribio les sirve de árbol hospedero en su largo recorrido; es un espectáculo
que nada tiene que envidiarle al que se presenta en otras partes del mundo, ampliamente publicitado en esos países.

245
TAMBOR
Schizolobium parahyba
(Vell.) S.F. Blake

Caesalpiniaceae

Árbol muy grande, puede alcanzar cerca de 35 m de altura y 1 m de diámetro en el tronco. Las hojas son alternas,
compuestas, bipinnadas; con numerosos folíolos pequeños. Las flores de cinco pétalos amarillos, se disponen en
panículas grandes, terminales o subterminales. Los frutos son legumbres obovado-espatuladas, de 10 cm de largo
y con una sola semilla.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América, desde México hasta Brasil. Crece bien de 0 hasta 1600 m.s.n.m.
en zonas húmedas. El Tambor se destaca por su crecimiento muy rápido, puede alcanzar de 8 a 10 m de alto en
los dos primeros años. Es un árbol caducifolio y de longevidad media. Especial para programas de recuperación o
revegetalización de zonas degradadas o deforestadas. No resiste suelos inundables. Para usos urbanos se debe
tener en cuenta que desprende grandes ramas que pueden ofrecer peligro a peatones o vehículos, y sus raíces
superficiales pueden dañar obras civiles. Es apropiado para orejas de puentes, laderas, cerros, y espacios amplios
como árbol sobresaliente. Del Tambor se elaboran instrumentos musicales de percusión y parquet. Se emplea en la
fabricación de pulpa para papel. Es melífero.

246
TERMINALIA
almendro negro, framiré

Terminalia ivorensis
A. Chev.

Combretaceae

Árbol muy grande. En su lugar de origen puede alcanzar cerca de 46 m de altura y 1.5 m de diámetro en el tronco.
Las ramas se disponen en verticilos formando estratos. Las hojas son simples, alternas y espatuladas, se agrupan
al final de las ramas. Las flores son pequeñas, de color blanco y dispuestas en espigas. Los frutos son sámaras
aplanadas y miden cerca de 8 cm de largo por 2 de ancho.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de África intertropical, alrededor del Golfo de Guinea. Se adapta bien de 0
a 1500 m.s.n.m. en zonas húmedas. Este árbol, traído inicialmente del África como promisorio para plantaciones
comerciales, se ha popularizado en los últimos años como árbol ornamental. Es sobresaliente por sus ramas en
estratos y su crecimiento inicial muy rápido, que puede ser de 2 a 3 m por año. Es importante tener en cuenta que
desprende grandes ramas y que los vientos muy fuertes pueden reventarlo, además sus flores tienen un olor fuerte
desagradable, lo cual implica restricciones para su empleo en zonas urbanas. Para evitar problemas debe utilizarse
en áreas verdes amplias, dejando un retiro suficiente con relación al tráfico y a las construcciones. En espacios más
campestres tiene opciones como cerca viva y en plantaciones densas para aprovechar su madera. El Terminalia es
caducifolio y su defoliación dura varias semanas, por lo cual se corre el riesgo de que las personas piensen que está
muerto y procedan a talarlo. La madera es liviana y fácil de trabajar.

247
TOLÚA ceiba tolúa

Pachira quinata
(Jacq.) W.S. Alverson

Bombacaeae

Sinónimo:
Bombacopsis quinata
(Jacq.) Dugand

Árbol grande, puede alcanzar 30 m de altura o más y 1 a 3 m de diámetro en el tronco, a menudo con bambas. La
corteza se rasga en tiras, cuando joven presenta aguijones muy fuertes que se disponen en series verticales. Con
savia mucilaginosa. Las hojas digitado-compuestas, alternas y con estípulas. Las flores con 5 pétalos acintados, de
color blanco en la cara interna y rosado claro en la externa, se disponen en cimas o solitarias. El fruto es una cápsula
dehiscente, de 12 cm de largo, con semillas cubiertas de pelos sedosos de color pardo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se distribuye a lo largo de la Costa Pacífica desde Nicaragua hasta Panamá, el norte
de Colombia y Venezuela, en bosques secos y húmedos tropicales. La Ceiba tolúa se propaga para establecer plan-
taciones comerciales; por la facilidad de consecución y su capacidad para adaptarse se ha ido empleando como
ornamental; por requerimientos climáticos es más apropiado para las zonas del norte del Valle de Aburrá. Es una
especie caducifolia, de crecimiento medio a lento, con aguijones que conserva casi permanentemente en el tronco
y ramas. Es un árbol para zonas verdes amplias como parques, orejas de puentes, cerros, laderas, zonas de retiro
en el río y quebradas. La madera es liviana, pero firme y fuerte, se emplea para muebles, puertas, ventanas y en
molduras.

248
TORTOLITO
pate-gallina

Schefflera morototoni
(Aubl.) Decne & Planchon.

Araliaceae

Árbol grande, puede alcanzar cerca de 30 m de altura y 70 cm de diámetro en el tronco, con copa amplia y ramas
ascendentes. Las hojas digitado-compuestas, alternas, agrupadas al final de las ramas, con una estípula interpecio-
lar grande y conspicua que se conserva adherida a la base del pecíolo; los folíolos ferrugíneos o amarillentos por el
envés. Las flores en umbelas, agrupadas en racimos largos. Los frutos son drupas bicarpelares, aplanadas, miden
cerca de 6 mm de largo por 4 mm de ancho.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se distribuye desde México hasta América del Sur y las Antillas, en bosques húmedos y
muy húmedos tropicales y premontanos. Para el Valle de Aburrá esta especie crece espontáneamente en los bosques
o remanentes de bosques intervenidos hacia el norte, en las inmediaciones de Barbosa. Es un árbol alto, de copa
aparasolada y grandes hojas digitado compuestas, que pueden generar confusión con algunas bombacáceas como la
ceiba (Ceiba pentandra). Crece rápidamente en sitios abiertos, como árbol de borde entre el bosque y los potreros o al
lado de las carreteras. Es llamativo por el color ferrugíneo de sus hojas por el envés que se resalta cuando las mueve
el viento. Esta especie, poco empleada en arborización urbana, tiene buenas posibilidades en programas de enrique-
cimiento de bosques intervenidos o secundarios, para proveer alimento a las aves y para sombra en corredores viales
o zonas verdes amplias como parques, orejas de puentes, cerros, laderas, zonas de retiro en el río y quebradas. La
madera, de liviana a moderadamente dura y pesada, se utiliza en carpintería, molduras, cajonería y palillos, entre otros.
249
TROMPILLO
cedro macho, cartagüeño

Guarea guidonia
(L.) Sleumer

Meliaceae

Árbol mediano a grande, puede medir cerca de 20 m de altura y desarrollar un tronco recto de 60 cm de diámetro.
Sus hojas son alternas, compuestas, paripinnadas, y con una yema terminal que muestra un crecimiento intermedio
(con apariencia de un puño cerrado). Las flores se desarrollan en racimos axilares, son pequeñas, numerosas y
fragantes, finamente pubescentes, de pétalos blancos o crema, y algunas veces con pintas verdes. Los frutos son
cápsulas globosas de color rojizo-castaño claro u oscuro y con lenticelas pálidas. Las semillas están recubiertas de
un arilo anaranjado.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical. El Trompillo es un árbol muy común hacia los municipios
de norte del Valle de Aburrá, se encuentra hasta aproximadamente los 1600 m.s.n.m. La copa es de forma redon-
deada y muy frondosa. Es caducifolio por períodos cortos, de crecimiento medio y gran longevidad. Este árbol puede
emplearse en retiros de quebradas, separadores viales amplios, para proveer sombra en parques y zonas verdes;
con podas puede guiarse un tronco bien definido que no interfiera con el tráfico. La mayor parte del año permanece
con follaje lo que le confiere posibilidades como barrera contra el ruido y contaminantes. La madera es moderada-
mente pesada, dura, resistente, aromática y de gran durabilidad aún en contacto con el suelo y la humedad.

250
URAPÁN
Fraxinus uhdei
(Wenz.) Lingelsh.

Oleaceae

Árbol grande, puede alcanzar cerca de 35 m de altura y desarrollar un tronco único de cerca de 1 m de diámetro. De
corteza lisa y gris clara. Las hojas son opuestas, decusadas, compuestas e imparipinnadas. Las flores se disponen
en panículas de color blanco. Los frutos son alados (sámaras) y con una sola semilla; miden de 3 a 5 cm de largo
y son de color pardo claro o amarillo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de México y Centro América. Se adapta bien de 1400 a 2600 m.s.n.m. en zonas
secas y húmedas, su mejor desarrollo se presenta a lo largo de quebradas. El Urapán, o Fresno, como se le conoce en
Centro América, es un árbol importante en la producción de madera. Como árbol ornamental es una buena opción, sin
duda es bonito, frondoso, de longevidad larga, con frutos abundantes, livianos y pequeños que no ofrecen riesgo. Es
caducifolio por un período corto, durante el que sus ramas se tornan de un color cenizo y parecen secas; luego aparecen
las hojas nuevas de color verde claro. Su introducción a nuestro medio se remonta a varias décadas atrás; se utilizó
de forma masiva por el crecimiento rápido, facilidad de consecución y pobre oferta de otros árboles ornamentales. Es
un árbol de gran tamaño, apropiado sólo para espacios muy amplios como orejas de puentes, cerros, laderas y para
programas de revegetalización. Las podas de descope originan una profusión de rebrotes débiles que pueden iniciar
procesos de pudrición en el área de corte.

251
2.4 ÁRBOLES POCO COMUNES

Las 45 especies descritas en este aparte provienen de los bosques na-


turales distantes del Valle de Aburrá o de otras partes del mundo. En
general corresponden a árboles de interés y gran belleza bien sea por
su corteza, tamaño, follaje, floración, fructificación o por sus usos. Su
presencia es una fuente importante de información sobre su capacidad
de adaptación a las condiciones de la ciudad, y brindan la posibilidad de
conservación de al menos algunos ejemplares amenazados en sus zonas
de origen, de los cuales se puede obtener material para propagación y
difusión a otros sitios.

De los árboles descritos en este capítulo varios son ejemplares únicos y


de otros sólo se consiguen unos pocos individuos en todo el Valle de Abu-
rrá, lo cual amerita cuidarlos con especial esmero para evitar su deterio-
ro o pérdida; situación que ya se ha presentado por el desconocimiento
que se tiene de ellos y el valor que representan.

Reproducir masivamente aquellos con características especiales implica


un seguimiento minucioso de su época de fructificación, hacer ensayos
de germinación y adaptación en el vivero, conseguir semillas en sus lu-
gares de origen y consultar información. Una observación detallada de
su tamaño, estabilidad de sus ramas, comportamiento de sus hojas y raí-
ces, su floración y fructificación en cuanto a abundancia y consistencia,
posibles olores o sustancias toxicas y alérgenas, etc., debe ser la guía
para escoger los espacios adecuados para ellas en caso de ampliarse
su oferta.

Acacia rosada - Cassia javanica

253
ACACIA
ROSADA casia rosada

Cassia javanica
L.

Caesalpiniaceae

Árbol mediano, de 8 a 12 m de altura y cerca de 40 cm de diámetro en el tronco. Su copa es amplia, con ramifica-
ciones muy extendidas y algo péndulas. Las hojas son compuestas, paripinnadas, alternas y dísticas. Las flores son
fragantes; la corola está formada por cinco pétalos de color rosa pálido o blanco, con veteado de color rosa oscuro
a rojo. Los frutos son legumbres cilíndricas, de 30 a 60 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de la India, Birmania y Malasia. Se adapta bien hasta 1500 m.s.n.m. en zonas
secas y húmedas. Es caducifolio parcialmente, de crecimiento y longevidad media. Para una buena floración re-
quiere períodos secos intensos, por tanto hacia los municipios del norte del Valle de Aburrá se debe adaptar muy
bien. La Acacia rosada es llamativa por sus ramas ligeramente péndulas, por la forma como se disponen las hojas,
suavemente arqueadas hacia arriba, y por supuesto por sus flores abundantes. Es un árbol relativamente escaso, es
frecuente que los individuos adultos tengan muchos daños y deformaciones por prácticas de manejo inadecuadas.
Con podas oportunas se puede orientar el desarrollo de un tronco único, sin ramas bajas, y así adecuarlo para su uso
en separadores amplios de avenidas. Es apropiado para corredores viales, parques, cerros, laderas y zonas verdes
en general. La madera es blanca y fácil de trabajar. La corteza contiene taninos, el fruto se usa como purgante.

254
ALISTONIA
Alstonia pittieri
(Donn. Sm.) A.H. Gentry

Apocynaceae

Árbol pequeño a mediano, con una altura entre 3 y 15 m. Las hojas son simples y en verticilos de 3-4, son de oblon-
gas a lineares, acuminadas y glabras. Las flores blancas se disponen en inflorescencias terminales o subterminales.
Los frutos son folículos leñosos, rectos o curvados, de 7 a 15 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de México y América Central entre 750 y 1800 m.s.n.m. Este árbol tiene po-
cos individuos en nuestro medio, apenas se inicia el proceso de difusión, parece ser apropiado para zonas un poco
más frías por encima de los 1600 m.s.n.m., es llamativo por la forma como se disponen sus hojas en verticilos y su
ramificación en estratos. Se cultiva como ornamental.

255
ARAUCARIA pino del Paraná

Araucaria angustifolia
(Bertol.) Kuntze

Araucariaceae

Árbol muy grande que en su zona de origen puede alcanzar entre 20 y 50 m de altura y un diámetro en el tronco
entre 90 y 180 cm. Tiene la corteza rugosa, hendida y resinosa. Cuando está joven su copa es piramidal, con
ramificaciones en verticilos, de 4 a 8 m de diámetro; en la madurez es amplia y extendida. Las hojas son rígidas,
puntiagudas e imbricadas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Brasil, norte de Argentina y Paraguay. En la región tropical se adapta bien
de 1400 a los 2600 m.s.n.m. en zonas húmedas. Su follaje es verde todo el año; no es caducifolio. Es de creci-
miento medio a rápido y de gran longevidad. Tolera todo tipo de suelos, excepto los calcáreos. Son árboles de poca
difusión en la ciudad, se plantan como ejemplares llamativos en parques o plazoletas; sin embargo debe tenerse
precaución con sus hojas rígidas y punzantes, lo mismo con sus frutos, en forma de conos grandes y pesados, con
cerca de 15 cm de diámetro. No es recomendable plantarlo cerca a las construcciones o en sitios con restricciones
en altura, porque si se poda, pierde su forma característica. La madera es de densidad media y poco durable a la
intemperie; se emplea en la elaboración de molduras. Las semillas son comestibles.

256
ÁRBOL
SALCHICHA
Kigelia pinnata
(Jacq.) DC.

Bignoniaceae

Árbol pequeño a mediano, mide de 5 a 10 m de altura y cerca de 40 cm de diámetro en el tronco. A menudo ramifica
a partir de la base. Su copa es redondeada, con ramas extendidas y colgantes. Las hojas son opuestas o verticila-
das, compuestas e imparipinnadas. Los folíolos enteros o aserrados, lisos en la haz, ligeramente pubescentes en el
envés y cartáceos. Las flores grandes y vistosas; la corola tubular, amarilla en la base y de color rojo en los lóbulos
abiertos; los botones florales sólo abren en la noche; el raquis de la inflorescencia es muy largo, puede sobrepasar
los 5 m de longitud. Los frutos leñosos, cilíndricos, de color marrón grisoso, miden cerca de 40 cm de largo y 8 cm
de diámetro; cuelgan de un pedúnculo muy largo, no son comestibles.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de África tropical. El Árbol salchicha se destaca por sus frutos grandes y
péndulos con alguna semejanza a una barra de salchichón, de ahí su nombre común. Es de crecimiento medio y
su longevidad es de media a larga. De follaje tupido la mayor parte del año, esporádicamente renueva su follaje
permaneciendo defoliado por poco tiempo, sus hojas nuevas son color salmón y luego verde claro, muy bonitas. Por
la curiosidad de sus flores y frutos es recomendable en zonas verdes amplias como parques, orejas de puentes,
cerros, laderas, zonas de retiro en el río y quebradas, donde pueda apreciarse como árbol sobresaliente y sus frutos
no causen problemas al caer; si se va a utilizar en otros espacios, por precaución, se deben colectar aún verdes.

257
BALA DE
CAÑON
Couroupita guianensis
Aubl.

Lecythidaceae

Árbol de mediano a grande, puede alcanzar hasta 30 m de altura y 1 m de diámetro en el tronco. Las hojas son
simples, alternas y agrupadas al final de las ramas. Las flores con seis pétalos de color salmón, más intenso en la
cara interna y hacia el centro son blancos o amarillos; pueden cubrir totalmente el tronco. Los frutos, globosos y
leñosos, pueden medir cerca de 25 cm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Sur América; crece o se adapta bien hasta los 1500 m.s.n.m. en zonas
húmedas. Tolera pleno sol, pero bajo condiciones de competencia por la luz se estimula su desarrollo en altura. Es
caducifolio, con un cambio de hojas muy vistoso: antes de caerse se tornan entre naranja y rojizo, las hojas nuevas
son de color verde claro y luego, verde oscuro. Es de crecimiento medio a lento y gran longevidad. La posición de
sus flores y frutos a lo largo del tronco y ramas principales es llamativa. En el Valle de Aburrá es una especie escasa,
su mejor crecimiento puede darse en las zonas más cálidas del norte. Por sus frutos grandes y pesados tiene res-
tricciones, especialmente en áreas de tráfico vehicular o peatonal, su espacio debe ser muy amplio para permitirle
un buen desarrollo y para que sea el elemento dominante. Apropiado para márgenes del río Aburrá y sus quebradas
afluentes, laderas y cerros. Es un árbol de madera dura y resistente.

258
BOROMBOLO
Andira sp.

Fabaceae

Árbol mediano, mide cerca de 12 m de altura, su copa es redondeada y el follaje muy brillante. Las hojas son com-
puestas, imparipinnadas, alternas, con estípulas y estípelas al frente de los folíolos; los folíolos muy brillantes y con
el margen ondulado, al estrujarlos desprenden un olor fuerte a fríjol. Las flores, de color morado, se disponen en
panículas terminales. Los frutos son drupas ovoides, cerca de 4 cm de largo, de color amarillo en la madurez.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical. Especialmente llamativo por la forma de la copa, brillo y
color del follaje, en él alternan un tono verde claro y oscuro. Es de crecimiento medio y larga vida. Por su forma es
especial como árbol para proporcionar sombra en parques, separadores y corredores viales y zonas verdes amplias,
donde no tenga restricciones para desarrollar su copa, es apropiado para conformar barreras contra ruido, visuales
indeseables o para dar privacidad. Muy utilizado en la costa atlántica como árbol de sombrío y cerca viva a lo largo
de las vías.

259
CAOBA
DOMINICANA
Swietenia mahagoni
Jacq.

Meliaceae

Árbol de tamaño medio, alrededor de 20 m de altura y 1 m de diámetro en el tronco. Desarrolla contrafuertes. Las
hojas son compuestas, paripinnadas y de folíolos pequeños, con un leve ensanchamiento en la base. Las flores poco
vistosas y de color amarillo verdoso, se disponen en panículas. Los frutos son cápsulas de color pardo, en forma de
pera u ovoides, de 6 a 10 cm de largo. Las semillas aladas miden entre 5 y 6 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se distribuye naturalmente en el sur de La Florida, Las Bahamas, Cuba y La Española.
Esta especie de Caoba, traída a nuestro país de República Dominicana, es bastante escasa, tiene un tamaño menor
comparado con el de la caoba nuestra S. macrophylla, es de follaje más menudo y con las hojas nuevas de color
rojizo a granate. Es de crecimiento medio a lento y resistente a las sequías. Es recomendable en zonas amplias
para evitar inconvenientes con sus frutos pesados, que pueden caer enteros y causar daños o lesiones a personas y
vehículos. Se siembra como un árbol ornamental y se maneja en plantaciones y rodales naturales, en zonas secas y
húmedas. En el pasado fue la madera de ebanistería más apreciada en el mundo. Se emplea para muebles, objetos
torneados, tallado y artesanías. La infusión preparada con la corteza es astringente.

260
CAPIRONA
Calycophyllum spruceanum
(Benth.)Schumann

Rubiaceae

Árboles grandes que pueden alcanzar cerca de 30 m de altura, con el tronco liso y rojizo, a veces de verdoso a
grisáceo, muy llamativo. Las hojas son simples, opuestas, decusadas, elípticas a ovales, con domacios en la axila
de los nervios secundarios, visibles por el envés. Con estípulas interpeciolares agudas, de 1 a 3 cm de largo, persis-
tentes sólo en el par de hojas terminales, las demás, al caerse, dejan cicatrices circulares en la rama. Las flores se
disponen en tirsos umbeliformes, terminales, con los lóbulos calicinos ausentes. Los frutos son cápsulas de cerca
de 1 cm de largo, estrechamente elípticas y comprimidas lateralmente.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de la Amazonía. El ejemplar localizado en el aeropuerto Olaya Herrera es
posiblemente el único que se encuentra en todo el Valle de Aburrá. El color y la textura de su corteza lo destacan
como un árbol de especial belleza, complementada con su follaje, lo cual justifica su empleo en forma abundante
en separadores amplios, tanto vehiculares como peatonales, en parques y plazoletas, como elemento dominante
del paisaje.

261
CAUCHO DE
PARÁ caucho, hule

Hevea brasiliensis
Müll. Arg.

Euphorbiaceae

Árbol grande, puede alcanzar una altura de 20 a 30 m, con un tronco de 30 a 60 cm de diámetro. Presenta abun-
dante látex blanco. Las hojas son alternas, compuestas, trifoliadas y agrupadas al final de las ramas. Los folíolos con
glándulas en la base de los peciolulos. Las flores pequeñas, pubescentes, blanquecinas y sin pétalos, se disponen
en panículas formadas por cimas. Los frutos son cápsulas triloculares, miden cerca de 5 cm de diámetro. Contienen
una semilla por lóculo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de la cuenca Amazónica. De follaje tupido la mayor parte del año, es caduci-
folio por períodos cortos, sus hojas se tornan rojas antes de caer. El verdadero caucho crece recto y rápido en sus
primeros años, no presenta inconvenientes con frutos o ramas, por lo cual puede emplearse en separadores viales
y zonas verdes en general sin restricciones en altura, para no afectar su forma con podas. Como árbol con carácter
educativo tiene especial relevancia por ser la principal fuente natural para la obtención del caucho, mediante la
manipulación de su látex coagulado. Crece muy bien en suelos arcillosos y fértiles, en las vegas de los ríos. En
plantaciones, para producción, se siembran 500 árboles por hectárea. Comienza a producir entre los 5 y 7 años,
su aprovechamiento puede prolongarse hasta cerca de los 30. La madera, liviana y poco durable, se utiliza para
artesanías torneadas.

262
CAUNCE
Godoya antioquensis
Planch.

Ochnaceae

Árbol mediano, puede sobrepasar los 12 m de altura. Hojas simples, alternas, espiraladas, obovado-elípticas, borde
aserrado o crenado y nervaduras secundarias paralelas; son de color rojo recién formadas, luego cambian a dife-
rentes tonos de verde, muy lustrosas y con estípulas grandes que protegen la yema terminal. Las flores de cinco
pétalos amarillos y cerca de 4 cm de diámetro, se disponen en racimos terminales. Los frutos son cápsulas de 3 a
5 cm de largo, con semillas aladas y pequeñas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Colombia, endémico del departamento de Antioquia, se encuentra alre-
dedor de los 1800 m.s.n.m., en zonas húmedas. El Caunce es sin duda uno de los árboles más hermosos de las
zonas frías. En el Valle de Aburrá su presencia, en la actualidad, se limita a algunos remanentes de bosque en el Alto
de San Miguel, donde nace el río Medellín, en las partes altas de El Escobero en Envigado y unos pocos ejemplares
cultivados desde hace muchos años en la vía a Santa Helena y la antigua carretera a Guarne. Sus poblaciones fueron
diezmadas para emplear la madera. Los que aún se conservan deben protegerse e iniciar con ellos investigaciones
que aporten la información que se requiere para poder adaptarlo con éxito a muchos espacios urbanos. Es un árbol
de crecimiento lento y gran longevidad, apropiado en parques o jardines amplios como elemento dominante, donde
se pueda resaltar su belleza.

263
CEDRILLO puerto

Simarouba amara
Aubl.

Simaroubaceae

Árbol de tamaño medio a grande, puede alcanzar 25 m de altura y 65 cm de diámetro en el tronco. La corteza
externa es levemente fisurada y la interna de sabor amargo. La base del fuste acanalada. Las hojas son alternas,
pinnadas, imparipinnadas, glabras, verdes lustrosas en la haz y mucho más claras en el envés, de ápice obtuso y
base cuneada, son casi sésiles. Las flores se disponen en grandes panículas terminales. Los frutos drupáceos, de
1.5 a 2 cm de largo y con semillas oleaginosas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical en sus bosques húmedos. Esta especie es común hacia la
zona del norte del Valle de Aburrá cerca al municipio de Barbosa, y se adapta bien hasta cerca de los 1600 m.s.n.m.
Como árbol urbano es escaso, y de implementarse como tal, se le deben proveer espacios amplios por su tamaño.
Es bastante llamativo por el brillo de sus hojas; apropiado para separadores viales y zonas verdes amplias, como
parques, orejas de puentes, cerros, laderas, márgenes del río Aburrá y sus quebradas afluentes, donde pueda resal-
tar como árbol diferente, y para enriquecer remanentes de bosque en las partes más cálidas. La madera, blanda y
liviana, se emplea en carpintería, molduras, fósforos y cajonería. Todas las partes de la planta presentan sustancias
amargas que han sido usadas en la medicina.

264
CHOCHO
Ormosia cf. macrophylla
Benth.

Fabaceae

Árbol mediano, puede medir cerca de 18 m de altura y 50 cm de diámetro. La corteza interna y las hojas, al es-
trujarlas, desprenden un fuerte olor a fríjol; la corteza externa es lenticelada. Las hojas pinnadas, imparipinnadas
y alternas; los folíolos son oblongos y de peciolulos engrosados, opuestos en el raquis. Las flores de color lila y
muy aromáticas, se disponen en grandes panículas terminales y pubescentes. Los frutos son legumbres pequeñas,
pubescentes y con 1 a 4 semillas de color rojo o naranja.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical. Esta especie de Chocho se cultiva en otras ciudades del
país; en el Valle de Aburrá es bastante escasa, pero se justifica plenamente iniciar un programa de producción y di-
fusión. Se destacan en él su copa redondeada y el color del follaje, que cuando lo renueva es de un color verde claro
muy brillante y hermoso. Su propagación es a partir de semillas, las cuales se escarifican al sumergirlas en agua
caliente a unos 40˚C, y se dejan allí hasta que se enfríe. Su crecimiento inicial es rápido y luego de medio a lento,
es un árbol longevo y caducifolio, cuando fructifica produce muchas semillas rojas que lo realzan. Por la información
preliminar que se tiene, es de esperar que su mejor desarrollo se dé hacia la zona norte del Valle de Aburrá, con
un clima más cálido. Con posibilidades de uso en separadores viales, cerros, laderas, para obtener sombra y como
árbol llamativo en parques o plazoletas.

265
COPA
BLANCA
Petitia domingensis

Jacq.

Verbenaceae

Árbol grande, puede alcanzar cerca de 22 m de altura y 30 cm de diámetro en el tronco. Las ramitas son cuadran-
gulares; tanto éstas como los pecíolos y los pedúnculos de las flores están cubiertos de pelitos color marrón. Las
hojas son simples, opuestas, de elípticas a lanceoladas, son largamente pecioladas y ásperas al tacto. El envés está
cubierto por escamas diminutas y pelos con glándulas muy pequeñas y con las venas prominentes en forma de red.
Las flores pequeñas, numerosas, cubiertas con pelitos y ligeramente fragantes, se disponen en panículas laterales.
El fruto es una drupa pequeña, redondeada, de unos 5 mm de diámetro, de color verde a rojo o negro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de las islas del Caribe. Se adapta entre 0 y 1500 m.s.n.m. Este árbol es
bastante escaso en el Valle de Aburrá, con unos pocos ejemplares en el Estadio Atanasio Girardot, en el primer
parque de Laureles, el atrio de la Iglesia de San Benito y en el parque al frente del cementerio de San Pedro. Esta
especie se justifica propagar y distribuir ampliamente, a partir de semillas de los individuos presentes en la ciudad.
Es apropiado para separadores viales, para sombra en parques, senderos peatonales y barreras contra el ruido,
contaminantes y para dar privacidad entre otras. Desarrolla un tronco recto y alto; conserva su follaje todo el año,
sólo lo pierde en caso extremo de sequía. Su crecimiento es de medio a lento, prefiere sitios húmedos y suelos
calizos. La madera es muy dura, pesada, resistente y de excelente calidad, es de color marrón claro y veteada; se
emplea en ebanistería y carpintería en general. Es melífero.
266
DIOMATE
gusanero

Astronium graveolens
Jacq.

Anacardiaceae

Árbol de mediano a grande, puede alcanzar hasta 34 m de altura y 82 cm de diámetro. La corteza es variegada
de colores gris claro, gris oscuro y blancuzco; se desprende en escamas grandes e irregulares. La corteza interior
es astringente y de sabor ligeramente dulce. Las hojas son alternas e imparipinnadas, al estrujarlas despiden un
olor aromático semejante a la menta. Las flores en panículas terminales y laterales, ramificadas, con muchas flores
pequeñas y amarillentas. Los frutos son drupas, de 1 a 1.5 cm de largo, incluidas en el cáliz persistente.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América, desde el sur de México a Colombia, Venezuela y Brasil. Esta
especie es reciente en la arborización urbana y aún escasa. Es un árbol de longevidad larga y caducifolio. Las hojas
antes de caer se tornan rojas encendidas, muy hermosas y llamativas. De crecimiento medio. En condiciones natu-
rales crece muy bien en climas secos tropicales, aunque a veces se encuentra en sitios húmedos. Es una especie
promisoria para introducirla en mayor escala, especialmente en el norte del Valle de Aburrá, en separadores y corre-
dores viales amplios, en parques, plazoletas y glorietas, donde constituya un punto focal importante. La madera es
dura y muy pesada, toma un buen pulimento y es durable; se usa en ebanistería, construcciones, torneado y tallado,
en la fabricación de chapas decorativas y mangos de herramientas.

267
DORMILÓN capitancillo

Pentaclethra macroloba
(Willd.) Kuntze

Mimosaceae

Árbol grande, puede alcanzar hasta 35 m de altura y 1 m de diámetro en el tronco. De copa extendida. La corteza
con lenticelas dispuestas en líneas horizontales. Las hojas compuestas, bipinnadas, alternas y sin glándulas. Las
flores, blancas y muy abundantes, se disponen en espigas largas, terminales o subterminales. El fruto es una le-
gumbre erecta, leñosa y aplanada, mide cerca de 40 cm de largo; después de la dehiscencia las valvas se enrollan
hacia atrás. Las semillas son aplanadas y triangulares.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se distribuye desde el sur de Centro América hasta el norte y centro de Sur América. Es
común en el bosque húmedo tropical; en el Valle de Aburrá sólo se encuentran unos pocos individuos en el Jardín
Botánico Joaquín Antonio Uribe y en la Universidad Nacional, a partir de los cuales se pueden hacer algunas infer-
encias sobre su comportamiento que permitan su difusión. Es de esperar una mejor adaptación en los municipios
del norte del Valle de Aburrá, más cálidos. Es un árbol de copa aparasolada y follaje translúcido, formado por folíolos
diminutos, sobresalientes por su brillo, color y finura. Es apropiado en parques por la sombra que proporciona y
en orejas de puentes, cerros y laderas; para otros espacios, como separadores y corredores viales, deben tenerse
presente las partes del fruto, grandes y leñosas. Crece bien en suelos húmedos y resiste inundaciones periódicas.
La madera es pesada y de durabilidad moderada. Es melífero.

268
DRAGO
Drago, candelero

Croton cupreatus
Croizat

Euphorbiaceae

Árbol grande, puede alcanzar hasta 30 m de altura y 70 cm de diámetro en el tronco. La corteza interna, las ramas
y pecíolos presentan exudado abundante y acuoso. Las hojas son simples, alternas, espiraladas, con estípulas
lineales, pareadas y caedizas. Lámina ovado-lanceolada, a veces trilobulada, la base cordada y con dos glándulas
prominentes por el envés. Las hojas viejas se tornan anaranjadas antes de caer. Flores pequeñas y apétalas. El fruto
es una cápsula globosa y trilocular, pubescente y de color café, mide cerca de 1.5 cm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se distribuye en Colombia en las tres cordilleras y en los valles interandinos, entre 1000
y 1800 m.s.n.m. Las especies del género Croton, conocidas como Dragos, tienen una distribución amplia, desde
zonas bajas hasta cerca de los 3000 m.s.n.m. en condiciones húmedas y secas. Pueden ser arbustos pequeños o
árboles medianos, comportándose como pioneros en zonas deforestadas o degradadas. No son caducifolios total-
mente. Las hojas desempeñan un papel importante para su diferenciación al tornarse entre rojas y naranjaS antes
de caer, por esa combinación de colores se les conoce también como guacamayos. Las especies que se consiguen
como ornamentales son muy pocas, a pesar de ser árboles de rápido crecimiento y fácil consecución; con posibili-
dades de uso en las márgenes del río Aburrá y sus quebradas afluentes, en áreas que requieran iniciar procesos de
revegetalización y como árboles ornamentales en algunas zonas verdes amplias.

269
EMBIRÁ
Eriotheca gracilipes
(K. Schum.) A. Robyns

Bombacaeae

Árbol mediano, mide cerca de 17 m de altura, con tronco cilíndrico y recto, y con pequeñas bambas. La corteza
externa es gris clara con fisuras verticales finas. Es de ramificación verticilada. Las hojas, agrupadas al final de las
ramas, son largamente pecioladas, digitado-compuestas, con 6 a 8 folíolos glabros y coriáceos, de 10 a 20 cm de
largo. Las flores blancas, pentámeras, con numerosos estambres y cáliz gamosépalo. El fruto es una cápsula obo-
vada, pequeña, cerca de 5 cm de largo, ferrugíneo-tomentosa. Las semillas, de color marrón claro, se encuentran
recubiertas por un algodón de color crema, que se libera cuando los frutos hacen la dehiscencia.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical. Semicaducifolio. Aunque crece bien a libre exposición,
alcanza su mayor altura cuando crece en medio del bosque semideciduo, en sitios secos y bien drenados. Creci-
miento muy rápido inicialmente. Esta especie todavía escasa en el Valle de Aburrá muestra una serie de ventajas
para resaltar: crece muy bien en altura con un tronco definido, sus hojas nuevas son muy brillantes y llamativas, los
frutos y las flores no ofrecen peligro a peatones o vehículos; sería una buena opción para corredores viales, orejas
de puentes, cerros y laderas. Como precaución se debe tener presente que posee pequeñas bambas y algunas
raíces superficiales y extendidas.

270
GROSELLO
manzana estrella

Phyllanthus acidus
(L.) Skeels

Euphorbiaceae

Árbol de pequeño a mediano, puede alcanzar hasta 12 m de altura y diámetros en el tronco entre 25 y 30 cm. De
copa amplia y redondeada. El follaje, traslúcido y de color verde claro, se agrupa hacia el final de las ramas. Las
hojas son simples, alternas y dispuestas en dos hileras a lo largo de las ramitas, semejando una hoja compuesta.
Los frutos son redondos, de 1 a 2 cm de diámetro, con 6 prominencias que lo recorren longitudinalmente, de color
amarillo claro al madurar.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario del sureste Asiático y de las islas de Oceanía. Se adapta bien de 0 hasta 1500
m.s.n.m. en zonas secas y húmedas. Por su nombre común de Grosello es confundido con Eugenia uniflora de la
familia Myrtaceae, también denominado así, se pueden diferenciar porque en Phyllanthus las hojas son alternas, el
fruto es amarillo al madurar y se encuentra adherido a los troncos o ramas, y en Eugenia las hojas son opuestas,
el fruto rojo y se forma en las axilas de las hojas. El Grosello es un árbol de mediana distribución, llamativo por su
follaje como “crespo” y especialmente por su color verde claro, casi permanente, que contrasta con el de los demás
árboles. Es más apropiado para zonas verdes amplias, corredores viales y parques, en regiones cálidas. No es ca-
ducifolio, es de crecimiento medio a rápido y no se adapta bien en suelos ácidos. Sus frutos se consumen crudos
o cocidos, son de sabor agridulce.

271
GUAYABILLO
Terminalia chiriquensis
Pittier

Combretaceae

Árbol muy grande, puede alcanzar hasta 40 m de altura y 1 m de diámetro en el tronco. Con aletones bien desa-
rrollados, monopódico, de ramificación simpodial, copa estratificada y ramas horizontales. La corteza exterior se
desprende en placas papelosas, es moteada, de color pardo a naranja. Las hojas son simples, alternas, espiraladas
y agrupadas al final de las ramas. Las flores pequeñas, de color amarillo-verdoso, se disponen en espigas axilares.
Los frutos son sámaras trialadas, con dos alas muy amplias y pronunciadas, la tercera una pequeña quilla; miden
cerca de 3 a 4 cm de ancho y son de color amarillo a dorado; contienen una semilla ovoide.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se distribuye en Costa Rica, Panamá y Colombia. Propio de nuestros bosques húmedos
tropicales, es poco empleado como ornamental a pesar de su belleza, especialmente el color de la corteza. En el Valle de
Aburrá su presencia se limita al ejemplar del Jardín botánico Joaquín Antonio Uribe. Dentro de las especies que justifica
plenamente propagar y difundir está el Guayabillo. Se propaga a partir de semillas, con un porcentaje de germinación
bajo; para su consecución se deben considerar, como posibles fuentes semilleras, los árboles presentes en Tulenapa
del ICA en el municipio de Carepa y alrededores en la región de Urabá. Cuando se tengan ejemplares disponibles se
deben ensayar hacia el norte del Valle de Aburrá, es apropiado para márgenes del río y quebradas afluentes, orejas de
puentes, laderas y cerros, en espacios amplios como árbol sobresaliente. La madera de color amarilla a dorada, mode-
radamente dura y pesada, permite un buen acabado; en sus sitios de origen se emplea en ebanistería y construcción.
272
GUAYABILLO
Calycophyllum candidissimun
(Vahl) DC.

Rubiaceae

Árbol con cerca de 12 m de altura. La corteza fisurada y rojiza, se desprende en placas. Las hojas son simples,
opuestas, decusadas, de redondeadas a ovales, con la base decurrente y ligeramente pubescentes a lo largo del
nervio central. Con estípulas interpeciolares, triangulares o lanceoladas, de cerca de 1 cm de largo. Las flores se
disponen en cimas compactas, con un lóbulo del cáliz expandido en un apéndice calicino, subreniforme a orbicular
y de color blanco; cuando la flor se poliniza se torna de color marrón. El fruto es una cápsula comprimida, de 6 a
10 mm.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical y el Caribe, en bosques secos semicaducifolios. Este árbol
es muy escaso como ornamental en el Valle de Aburrá, pero se localiza con facilidad hacia la Costa Atlántica, lo que
permitiría una mayor difusión, dada su belleza tanto en la corteza como en los lóbulos blancos que acompañan las
flores. Por su distribución natural es de esperar que esta especie se desarrolle satisfactoriamente hacia las zonas
más cálidas del norte del Valle de Aburrá. No presenta restricciones importantes por lo cual sería apropiado para
parques, separadores viales amplios y zonas verdes en general, siempre y cuando no se presenten limitaciones en
altura, porque dentro de los elementos llamativos está su forma y la manera como las flores parecen descender en
espiral.

273
GUAYACÁN
TRÉBOL
Platymiscium pinnatum
(Jacq.) Dugand

Fabaceae

Árbol muy grande, con cerca de 35 m de altura y 80 cm de diámetro en el tronco; la corteza gris clara y profun-
damente fisurada. Las hojas son pinnadas, imparipinnadas, opuestas o verticiladas; usualmente con 5 a 7 folíolos,
con olor a fríjol. Las flores de color amarillo se tornan de color naranja, se presentan en racimos. Los frutos son
legumbres planas, semejantes a los folíolos en la forma, uniseminadas, indehiscentes y estipitadas, miden cerca
de 15 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de los bosques húmedos y secos tropicales, desde Guatemala hasta Sur
América. El Guayacán trébol es un árbol que ha empezado a emplearse como ornamental, aunque aún es escaso.
En estado juvenil es importante realizarle algunas podas de formación para garantizar una buena forma. Es apropia-
do para separadores viales amplios y zonas verdes en general, donde llega a ser notorio por su floración amarilla,
época en la cual se defolia. Sus frutos son livianos y no ofrecen riesgo y su longevidad es larga, su difusión en mayor
cantidad se justifica plenamente, en especial hacia las zonas del norte del Valle de Aburrá donde debe desarrollarse
mejor. La madera, dura y pesada, es de color rojizo, pule muy bien; se utiliza para muebles y objetos torneados.

274
GUAYACÁN
(lignum vitae a la madera)

Guaiacum officinale
L.

Zygophyllaceae

Árbol de tamaño pequeño, puede alcanzar los 10 m de altura y 15 a 50 cm de diámetro en el tronco. La corteza
es moteada. Las hojas son pinnadas, opuestas, sobre nudos engrosados en las ramas, con 4 a 6 folíolos opuestos,
elípticos y asimétricos. Las flores regulares, muy vistosas, de color azul al abrir y luego casi blancas al ser poliniza-
das o envejecer, medio dispuestas en umbelas. Los frutos son cápsulas membranosas, aplanadas, cordiformes, de
color naranja al madurar y miden entre 1 y 2 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario del bosque seco y muy seco tropical en las Antillas, Centro América y norte
de América del Sur. Muy común en la Costa Atlántica y en el Caribe como árbol ornamental. En el Valle de Aburrá
su introducción es reciente, con una excelente adaptación y posibilidades diversas de uso. Sus principales ventajas
son: el tamaño pequeño a mediano, que permite su utilización bajo redes de energía, espacios reducidos, ante-
jardines, parques y bulevares peatonales, entre otros, su hermoso follaje, especialmente por el brillo, y sus flores
azules y blancas. Es caducifolio por períodos cortos, de crecimiento medio a lento y gran longevidad. Su madera es
la más dura y pesada conocida, con 1.4 gr/cm3. Por la presencia de canales resiníferos muy grandes a través de
los cuales se lubrica a sí misma, se emplea para chumaceras, ejes en embarcaciones y para tornear. La corteza y
albura exudan una resina llamada “guayacol” que se emplea en medicina.

275
INCHI
almendro, tacay

Caryodendron orinocense
H. Karst.

Euphorbiaceae

Árbol mediano a grande, puede alcanzar más de 20 m de altura y cerca de 40 cm de diámetro en el tronco. La
corteza es moteada, similar a la del guayabo. La copa de redondeada a cónica. Las hojas son simples, alternas,
elípticas a oblongas, de ápice mucronado, borde entero, glabras y con dos glándulas pequeñas en la base del limbo.
Las flores son unisexuales, pequeñas, de color verde amarillento. Los frutos cápsulas triloculares, globosas, de 6.5
cm de largo por 4.5 cm de ancho, con tres nueces.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de las selvas del Orinoco en Venezuela y Colombia. Ha sido reportado también
en la región del Río Claro en Antioquia. Su crecimiento es de medio a lento, tolera suelos pobres e inundaciones
periódicas. El Inchi es muy frondoso, siempreverde y con hojas grandes, apropiado para conformar barreras contra
ruido, contaminantes y para dar privacidad, requiere zonas amplias en general, sus hojas al caer pueden obstruir los
sumideros de agua. De corteza moteada llamativa. Se encuentra por los lados de El Poblado, Sabaneta, Envigado y
La Estrella principalmente, aunque no es abundante a pesar de ser fácil de propagar y cultivar. La madera se utiliza
para ebanistería y para carbón. La nuez se come cruda o tostada. El aceite se puede conservar por mucho tiempo,
es de buen sabor y tiene propiedades medicinales.

276
LARÁN
cadamba

Breonia chinensis
(Lam.) Capuron.

Rubiaceae

Sinónimo:
Anthocephalus chinensis
(Lam.) Rich. ex Walp.

Árbol grande, en su zona de origen puede medir hasta 45 m de altura y 1 m de diámetro en el tronco. En la ciudad
con cerca de 12 m de altura y 40 cm de diámetro. Su copa es piramidal. Las hojas son simples, opuestas y coriá-
ceas; de color verde amarillento brillante en la haz. Las flores son numerosas y fragantes, con la base tubular. Los
frutos compuestos (múltiples), con numerosos frutillos agrupados en una bola carnosa, blanquecina y con muchas
semillas pequeñas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de los bosques húmedos del sudeste asiático. Crecimiento inicial muy rápido,
a libre exposición, no tolera la sombra. Puede crecer hasta 3 m por año en los primeros ocho años. No es caducifolio,
de longevidad prolongada, requiere suelos bien drenados. Es muy sensible al ataque de nemátodos. Es apropiado
para áreas verdes amplias como parques, orejas de puentes y corredores viales, en la protección de riberas y cauces
de agua, en reforestaciones mixtas en la recuperación de áreas degradadas. Se siembra para proporcionar sombra y
como ornamental. La madera, ligera, es poco durable y atacada por los comejenes. Se emplea el follaje como forraje
y se comen los frutos crudos y cocidos.

277
LAUREL
Beilschmiedia cf. pendula
(Sw.) Hemsl.

Lauraceae

Árbol mediano, puede medir hasta 15 m de altura y 30 cm de diámetro en el tronco. La corteza interna es aromática.
Las hojas simples, alternas, espiraladas, ampliamente elípticas y coriáceas, con pubescencia a lo largo de las nerva-
duras, cuando nuevas son de color granate. Las flores pequeñas y amarillentas, se disponen en panículas axilares.
El fruto es una baya elipsoide, de 2 a 5.5 cm de largo, uniseminada, de color morado oscuro al madurar; lo sostiene
un pedicelo engrosado, pero no expandido.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Distribuida a lo largo de Centro América y norte de Sur América, en Colombia en los va-
lles interandinos entre 1500 y 3000 m.s.n.m. En el Valle de Aburrá es escaso seguramente por la presión antrópica
y alteración de su hábitat natural; se ha reportado en el Parque Arví y en los fragmentos de bosque en las inmedia-
ciones de Barbosa, donde cumple funciones ecológicas importantes por el aporte de frutos para la fauna silvestre,
en especial a tucanes, loras y mirlas. Para su introducción como árbol urbano falta investigación. La madera se
emplea en la construcción y la carpintería.

278
LAUREL
JABÓN
Nectandra spp.

Lauraceae

Árboles de medianos a grandes; de corteza viva olorosa y sin estípulas. Las hojas simples, alternas, espiraladas,
elípticas y de borde entero; con un fuerte olor al estrujarlas. El fruto es una drupa globosa, está asentado en una
cúpula en forma de copa, generalmente pequeña.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originarios de los bosques húmedos tropicales y premontanos en Colombia. Las especies
del género Nectandra, conocidas como Laureles, se han empleado desde hace muchos años para la producción de
madera y no deben confundirse con el Ficus benjamina de la familia Moraceae, también denominado laurel. Son poco
utilizados como ornamentales a pesar de su belleza y connotaciones ecológicas, sus frutos son consumidos ávidamente
por diferentes especies de la fauna silvestre; su presencia en el Valle de Aburrá es espontánea en los remanentes de
bosque que aún se conservan en el sur y partes altas más frías, con especies como N. acutifolia, N. laurel y hacia zo-
nas más calientes en los municipios del norte con N. pichurin. El establecimiento en zonas urbanas de varias especies
de este género, provenientes de nuestros bosques, requiere más investigación para poder adaptarlas a condiciones
tan diferentes a las de su lugar de origen. De la especie que ilustra la foto hay pocos individuos en la ciudad con un
comportamiento satisfactorio, aunque debe tenerse precaución con hongos, posiblemente del género Phytophthora,
que le pueden producir una muerte descendente, controlable con ácido fosforoso inyectado al tronco o un fungicida.

279
LOMO DE
CAIMÁN
Platypodium elegans
Vogel

Fabaceae

Árbol grande, puede medir cerca de 20 m de altura y 60 cm de diámetro en el tronco; la corteza acanalada y con abundan-
tes lenticelas; presenta un exudado cristalino, rojo y por puntos. Las hojas son compuestas, alternas, imparipinnadas,
aunque es común que pierda el folíolo terminal y parezcan paripinnadas; el raquis tenuemente acanalado; los folíolos
alternos, de ápice emarginado, color verde oscuro brillante en la haz y glaucos en el envés, con las nervaduras muy visi-
bles. Las flores de color amarillo, se disponen en racimos axilares. El fruto es una sámara y mide cerca de 12 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se distribuye desde Panamá y Colombia hasta Brasil, en los bosques húmedos tropica-
les. En el Valle de Aburrá es escaso todavía, pero los ejemplares presentes permiten proyectar un buen desarrollo,
especialmente en las zonas más cálidas del norte. Su nombre especifico “elegans” lo describe perfectamente como
un árbol elegante y hermoso, de ramas más o menos péndulas, hojas de un brillo excepcional y flores amarillas
vistosas; digno de ocupar sitios especiales en las ciudades donde pueda lucir toda su belleza. Apropiado en parques,
márgenes del río Aburrá (conocido comúnmente como río Medellín) y sus quebradas afluentes, orejas de puentes,
laderas y cerros. Debe procurársele un espacio amplio porque en sus estados iniciales sus ramas crecen lateral-
mente, lo cual va desapareciendo de forma gradual al continuar su desarrollo. Sus frutos son livianos, no ofrecen
riesgo y germinan con facilidad. La madera, moderadamente pesada, se emplea en carpintería y para uso interior.

280
LORO
iguano, harino, cabro

Dilodendron costarricense
(Radlk.) A. H. Gentry & Steyerm.

Sapindaceae

Árbol muy grande, puede alcanzar hasta 40 m de altura y desarrollar un tronco único, de casi 1 m de diámetro.
Presenta aletones bien desarrollados. Es de follaje plumoso; sus hojas, similares a las de un helecho, son alternas,
bipinnadas e imparipinnadas; los foliolulos son oblongos, de ápice agudo y margen crenado-aserrada, lustrosos y
glabros, de 1 a 4 cm de largo. Las flores en tirsos, pequeñas y verdosas. Los frutos son cápsulas globosas, lobula-
das, rojizas, de 2 a 3 cm de largo. Las semillas están cubiertas por un arilo carnoso, blanco y delgado.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se encuentra desde Costa Rica hasta Panamá y Colombia, en los bosques húmedos. El
Loro se destaca por el color y brillo de su follaje, parecido a las frondas de un helecho. Representa una alternativa
valiosa como especie para incorporar a la ornamentación urbana. En los pocos ejemplares presentes en el Valle de
Aburrá se ha podido observar un rápido crecimiento inicial, tendencia a bifurcarse desde joven con muchas posibi-
lidades de reventarse, por lo cual es necesario corregir con podas oportunas. Tiene gran capacidad para cicatrizar
heridas. Es caducifolio y desprende múltiples folíolos pequeños. Su ubicación más apropiada debe ser en zonas
verdes amplias, para proporcionar sombra y como árbol ornamental. La madera es fuerte, moderadamente densa y
fácil de trabajar. De las semillas se extrae un aceite combustible. Los frutos son consumidos por las loras.

281
MANGO
MATASANO zapote blanco

Casimiroa edulis
La Llave & Lex

Rutaceae

Árbol mediano, puede alcanzar una altura superior a los 15 m. El fuste con la corteza de color verdoso y lenticelada,
el color cambia con la edad hasta convertirse en gris ceniza. Las hojas digitado-compuestas, con 5-7 folíolos lan-
ceolado-acuminados, alternas, con puntos translúcidos y una pubescencia blanquecina en el envés; al estrujarlas,
desprenden un olor característico. Las flores son pequeñas, verdosas y dispuestas en espigas axilares. Los frutos
son drupas globosas, de 6 a 12 cm de diámetro y color amarillo claro al madurar, hasta con 5 semillas en el interior
de una pulpa de color crema, dulce y perfumada.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de México. Crece y se adapta bien entre 600 y 2000 m.s.n.m. Prefiere suelos
bien drenados, ligeros y ácidos, es resistente a la sequía. El Matasano en la zona urbana es bajo y frondoso, cultiva-
do para sombrío y por sus frutos comestibles, es común que lo confundan con otras especies por sus hojas digitado
compuestas, pero la pubescencia blanquecina de sus folíolos y sus frutos permiten diferenciarlo. Su difusión es
escasa en nuestro medio y amerita ampliarla. Es apropiado para parques y zonas verdes amplias en general. Por sus
frutos carnosos no es recomendable en zonas con tráfico peatonal y vehicular. En época de fructificación es visitado
por muchas aves. Las semillas tienen propiedades medicinales.

282
MARAÑÓN
cajuil

Anacardium occidentale
L.

Anacardiaceae

Árbol pequeño, puede alcanzar entre 5 y 10 m de altura y en suelos fértiles puede alcanzar hasta los 20 m. El tronco
mide cerca de 20 cm de diámetro. Las hojas son simples, alternas, coriáceas y aromáticas, de color granate-rojizo
en estado juvenil. Los frutos son drupas reniformes, sostenidas por un receptáculo engrosado en forma de pera, de
5 a 10 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical. Crece bien de 0 a 1000 m.s.n.m. en zonas secas, pero
se adapta hasta los 1500 m en zonas húmedas, sobre suelos bien drenados. No es caducifolio. Crecimiento medio y
longevidad alta. Es un árbol llamativo por sus frutos, pero su parte carnosa restringe su uso en bulevares o senderos
peatonales. Las semillas (nuez de marañón) se consumen tostadas. El receptáculo carnoso de sabor astringente
también se come, pero el pedúnculo del fruto y la parte externa del mismo son cáusticos. Puede emplearse como
árbol vistoso en parques, áreas verdes amplias y zonas laterales de las grandes avenidas. Debe estar protegido de
los vientos. Es muy susceptible al trasplante.

283
MARÍA
aceite maría, aceite

Calophyllum calaba
L.

Clusiaceae

Árbol mediano, de 12 a 20 m de altura. Con exudado en todas sus partes, de color amarillo verdoso. Las hojas
son simples, opuestas, glabras, coriáceas, de 10 a 13 cm de largo, un poco lustrosas en ambas caras, de pecíolo
subsésil y rugoso; los nervios secundarios estrechamente paralelos. Las flores pequeñas, blancas y fragantes, se
disponen en grupos. El fruto es una drupa redondeada, marrón clara, de 2 a 2.5 cm de diámetro, dura y seca.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Nativo de Puerto Rico y las Islas Vírgenes, fácil de propagar a partir de semillas, es ne-
cesario tener especial cuidado porque es muy sensible al trasplante. Es un árbol longevo que se adapta bien a sitios
degradados, resistente a la brisa marina. Su forma puede modelarse con podas pero deben iniciarse en el estado
juvenil. Por su follaje denso se utiliza como barrera rompevientos y para sombra. Apropiado además en bordes de
vías y aceras. La madera es moderadamente pesada y fácil de trabajar, se emplea en la elaboración de canoas,
construcciones civiles y carpintería.

284
MEMBRILLO
pacó

Gustavia spp.

Lecythidaceae

Árboles pequeños a medianos, pueden alcanzar entre 5 m y cerca de 20 m de altura, dependiendo de la especie.
Las hojas son simples, alternas, espiraladas, agrupadas al final de las ramas y con el borde ondulado o aserrado; las
hojas en formación están protegidas por un grupo de escamas grandes y rojizas, que parecen estípulas. Las flores
son caulinares, de color blanco, crema o rosado, con 10 a 12 pétalos; los estambres numerosos forman un círculo
alrededor del ovario. Los frutos son pixidios indehiscentes y carnosos.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originarios de los bosques tropicales de América, especialmente en zonas húmedas. El
género Gustavia es variable en el tamaño y forma de sus hojas, a veces espatuladas y muy largas u oblanceoladas,
más pequeñas y largamente pecioladas. Algunas especies requieren sombra para un buen desarrollo. Como árboles
ornamentales son poco utilizados y las experiencias previas están en el Jardín Botánico y en la Universidad Nacional;
son llamativos por sus hojas nuevas y sus flores, aunque éstas con olor desagradable, por lo cual se recomienda
sembrarlos alejados de construcciones. El arilo que recubre las semillas se reporta como comestible; la madera,
con olor desagradable, tiene pocos usos.

285
MÓNCORO solera

Cordia gerascanthus
L.

Boraginaceae

Árbol de mediano a grande, puede medir entre 10 y 30 m de altura, tiene un fuste recto, hasta de 65 cm de
diámetro. Las hojas simples, alternas, agrupadas al final de las ramas, de lanceoladas a oblongas y ápice agudo o
acuminado; los pecíolos largos y desiguales. Inflorescencias en cimas o en panículas cimosas terminales. Flores
blancas y frutos drupáceos, de 1 a 1.5 cm de largo, elipsoidales, con el cáliz y la corola persistente, uniseminados.
ECOLOGÍA Y MANEJO. El Móncoro se distribuye desde La Florida a Costa Rica, Colombia, Bolivia y Las Antillas.
En Colombia es común en el Magdalena medio, en el bosque húmedo tropical; en la actualidad se está propagando
para el establecimiento de plantaciones comerciales. Por la facilidad para conseguirlo y su crecimiento rápido en los
primeros años, su uso se ha extendido a espacios urbanos en municipios de zonas calientes; en el Valle de Aburrá
tiene muchas posibilidades en la zona del norte; es un árbol muy bonito, con un tronco bien definido y las ramas en
estratos. Es caducifolio por períodos cortos, por el desprendimiento de algunas ramas se recomienda para espacios
amplios como parques, orejas de puentes, cerros, laderas, zonas de retiro en el río y quebradas. La madera es dura
y pesada, de grano fino y buen pulimento, de propiedades muy similares a la teca (Tectona grandis). Se emplea en
carpintería en general.

286
MULÍ
capacho

Buchenavia capitata
(Vahl) Eichler

Combretaceae

Árbol grande, de 25 a 30 m de altura y cerca de 60 cm de diámetro en el tronco. Tiene pequeñas bambas en la base.
Su copa es estratificada y de ramificación extendida. Las hojas son simples, alternas y agrupadas al final de las
ramas. Y antes de caer se tornan de color rojo. Las flores pequeñas, verdosas y sin pétalos, se disponen en espigas o
cabezuelas de 2 cm de largo. Los frutos son drupas elipsoides, apiculadas, de 2.5 cm de largo por 1.2 cm de ancho
y color marrón-rojizo cuando están secas. La pulpa es algo carnosa, amarga y contiene una semilla grande.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Ampliamente distribuido en la América intertropical. Aun no tiene una difusión masiva,
pero bien la amerita por su forma y color del follaje. Es caducifolio por muy corto tiempo, las hojas nuevas de color
verde claro brillante, aparecen tan pronto se caen las anteriores. Su crecimiento es de medio a lento. En el Valle de
Aburrá se encuentra espontáneo cerca al municipio de Barbosa. Constituye una opción especial como árbol orna-
mental y para producir sombra, en espacios amplios como parques, orejas de puentes, separadores de avenidas,
cerros, laderas, zonas de retiro en el río Aburrá y sus quebradas afluentes. Si es necesario manejar su altura con
podas de realce, se debe tener la precaución de no anillar el tronco al cortar todo el verticilo de ramas. Su madera
amarilla es de buena calidad, moderadamente dura y pesada, da buen pulimento y no se daña en el secado. Su
corteza es rica en taninos.

287
NAVAJUELO
guayacán de tierra fría

Delostoma roseum
(H. Karst. & Triana) K. Schum.

Bignoniaceae

Arbusto o árbol pequeño, puede alcanzar hasta 4 m de altura. La copa es densa y amplia. Las hojas son simples y
opuestas. Las flores de corola campanulada y rosadas exteriormente, terminan en 5 lóbulos violetas con rayas mo-
radas. Los frutos son cápsulas largas, de 10 cm de largo y 2.5 cm de diámetro, con semillas pequeñas y aladas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América tropical. Crece bien desde 1400 hasta cerca de 2500 m.s.n.m.
El Navajuelo es un arbusto o a veces un árbol pequeño con muchas posibilidades para espacios reducidos y para
conformar barreras contra ruido, contaminantes, para dar privacidad, y controlar vientos, entre otras. Aunque su
floración no es de la espectacularidad de otras especies de la familia, como los guayacanes, ésta es vistosa, como
inmersa dentro del follaje. Se cultiva como ornamental.

288
PARASETO
Ligustrum lucidum
W.T. Aiton

Oleaceae

Árbol pequeño a mediano, puede alcanzar 10 m de altura. Las hojas simples, opuestas, de ovaladas a oblongas, son
de color verde oscuro en la haz y verde amarillento por el envés. Las flores pequeñas, de color blanco, se disponen
en panículas terminales. Los frutos son drupas de color negro azulado, de 1 cm de largo.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de China, Corea y Japón. Es un árbol rústico, que crece muy bien en áreas degra-
dadas, a libre exposición solar o bajo sombra parcial. No resiste sequías prolongadas ni suelos continuamente húmedos.
Se emplea en la conformación de setos y barreras por su copa piramidal, follaje denso y tolerancia a la poda. En el Valle de
Aburrá se encuentran algunos en separadores viales. El jugo de los frutos es empleado en la China como estimulante del
sistema inmunológico y para reducir inflamaciones. De esta familia son también el urapán (Fraxinus udhei), de amplia
utilización en todo el país y el olivo (Olea europea), del cual se aprovechan las aceitunas y se extrae el aceite de oliva.

289
PINO VELA
ciprés del Mediterráneo

Cupressus sempervirens
L.

Cupressacea

Árbol mediano a grande, que mide cerca de 20 m de altura y 60 cm de diámetro en el tronco. La copa, estrecha y
compacta, es de forma columnar. Las hojas son escuamiformes, imbricadas y de color verde oscuro. Las flores se
presentan en conos esféricos, masculinos y femeninos. Los frutos, de 3 a 4 cm de diámetro, están formados por 8
a 14 escamas leñosas, en forma de escudo, con numerosas semillas aladas.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Grecia y Asia menor (Mediterráneo oriental). En nuestro medio se adapta
bien desde 1400 hasta 2500 m.s.n.m. en zonas secas y húmedas. Es un árbol longevo y de crecimiento medio. No
tolera excesiva humedad en el suelo. Es llamativo por su copa estrecha y siempre verde; es tradicionalmente utiliza-
do en cementerios y parques, y con otras posibilidades de uso en espacios arquitectónicos reducidos lateralmente
(como espacios entre edificios); no debe tener limitantes en altura, porque si se poda pierde su forma característica.
Las coníferas en general, como ésta, por la densidad y permanencia del follaje, se emplean para barreras contra el
ruido, controlar vientos y evitar pérdidas excesivas de calor en construcciones en climas fríos. La madera es muy
fina y durable. Sus hojas destilan un aceite con propiedades medicinales.

290
PODOCARPUS
HELECHO
Podocarpus cf.
gracilior Pilg.

Podocarpaceae

Árbol grande, puede alcanzar cerca de 25 m de altura. Inicialmente su copa es piramidal, adulto es redondeada. Las
hojas simples, alternas, espiraladas, lineales, de cerca de 10 cm de largo y 0.07 cm de ancho. Las hojas nuevas de
color verde claro, contrastantes con las adultas de color verde oscuro. Los conos tanto masculinos como femeninos
son pequeños y poco vistosos. El fruto es una drupa, mide cerca de 2 cm de diámetro y con un arilo rojo en la base.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de África tropical. Esta especie tuvo un comercio grande en los viveros de la
ciudad hace unos 20 años, principalmente como planta de interior. Con una buena plantación en campo se obtiene
un hermoso árbol de copa cónica y follaje no caducifolio, que combina dos tonos de verde muy llamativos. Es apro-
piado para conformar barreras, enmarcar accesos a casas o urbanizaciones, en plazoletas y bulevares peatonales.
Es sensible a las heladas y su crecimiento es lento. No tolera la sequía ni suelos mal drenados. Su madera valiosa
es empleada en ebanistería y carpintería en general. De la misma familia existen otras especies colombianas de
extraordinaria belleza, como: Podocarpus oleifolius, P. oleifolius var. macrostachyus, Prumnopitys harmsiana, P.
montana y Retrophyllum rospigliosii, conocidos como pino colombiano, chaquiro y romerón, las cuales son poco
empleadas, especialmente por la falta de información sobre sus requerimientos silviculturales; afortunadamente
existen trabajos preliminares que constituyen un valioso aporte para poder incorporarlos como árboles ornamentales
en nuestras ciudades o en programas de enriquecimiento de bosques cercanos.
291
ROBLE
GUAYO
penda, higüerillo

Vitex parviflora
Juss.

Verbenaceae

Árbol mediano, mide cerca de 8 m de altura. La corteza externa es suavemente fisurada, al hacerle un corte se
oxida. Las hojas digitado compuestas, opuestas y decusadas; usualmente con 3 folíolos, el central más grande que
los laterales. Las flores son de color azul, en panículas terminales; el cáliz campanulado y la corola de pétalos unidos
como una pequeña vasija. Los frutos son drupas globosas, de 1 cm de diámetro aproximadamente.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario del Caribe. Llamativo por su copa extendida que brinda una sombra agradable
y por sus flores de color azul, aunque pequeñas son vistosas por su abundancia. Por su porte bajo y copa extendida
es recomendable para espacios verdes amplios como orejas de puentes, cerros, laderas y corredores viales, en los
cuales no genere interferencias con el tráfico. Es un árbol escaso y de baja difusión en el área metropolitana del Valle
de Aburrá, aún falta investigación para ampliar su oferta en los viveros y su introducción a otros espacios urbanos.
Los frutos son alimento para la fauna silvestre. La madera, medianamente pesada se emplea en construcciones
locales, es muy resistente a la intemperie.

292
SIETE
SABORES
Diospyros blancoi
A. DC.

Ebenaceae

Árbol de pequeño a mediano, puede medir de 8 a 10 m de altura. Las hojas son simples, alternas, dísticas, sin
estípulas, blanquecinas por el envés, en ramas largas péndulas. Las flores blancas, solitarias o en pequeños grupos
en las axilas de las hojas, con cuatro sépalos persistentes en el fruto y los pétalos unidos. El fruto es una baya
redondeada y ligeramente achatada en el ápice, de unos 12 cm de diámetro; se encuentra cubierta por una pub-
escencia áspera al tacto y de color ferrugínea–rojiza; con pocas semillas; son comestibles.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de Las Filipinas. Este árbol, introducido a regiones como Urabá, es escaso en
el Área Metropolitana. La forma como se disponen las hojas, su color por el envés y sus frutos, son los elementos
más vistosos. Por sus frutos carnosos su empleo debe ser en zonas verdes amplias como parques, orejas de puen-
tes, cerros, laderas, zonas de retiro en el río y quebradas y en huertos frutales familiares.

293
TAPALISO
Cañagria

Licania arborea
Seem.

Chrysobalanaceae

Árbol muy grande, puede medir hasta 50 m de altura y 1 m de diámetro en el tronco. La corteza, moteada de co-
lores que van del pardo-grisáceo al rojo y rosado, se desprende en piezas papelosas. En algunas épocas del año,
no permanentemente y en especial al medio día, despide un olor fuerte y desagradable. Las hojas son simples,
alternas, dísticas, cartáceas y con indumento en el envés. Con yemas y estípulas pubescentes. Las hojas nuevas son
de color morado en la haz y blancas en el envés, con dos glándulas muy visibles en la base. Las flores se disponen
en panículas axilares y son densamente tomentoso-ferrugíneas. El fruto es una drupa elipsoide, glabra y con el cáliz
persistente, con olor y sabor a grasa, mide cerca de 2 cm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se distribuye desde México hasta Panamá, en Sur América ha sido reportado en Colom-
bia y Perú. Es un árbol sobresaliente por su tamaño y belleza, con pocos ejemplares en el Valle de Aburrá, posible-
mente uno procedente de la región de Urabá. Sin duda amerita una mayor difusión, especialmente hacia el norte del
Valle de Aburrá, para espacios amplios y retirados de construcciones. Es caducifolio por períodos cortos, sus hojas
nuevas son de color morado en la haz, especialmente hermosas. La madera es dura, pesada, de textura fina y veta
recta; al trabajarla las herramientas pierden su filo rápidamente debido al alto contenido de sílice y a su densidad.

294
TUNG
ASIÁTICO
Aleurites fordii
Hemsl.

Euphorbiaceae

Árbol pequeño. Puede alcanzar los 10 m de altura pero normalmente no sobrepasa los 5 m. Con exudado abundante
y de color blanco. Las hojas son simples, alternas, con los pecíolos largos y rojizos. Las hojas jóvenes pueden ser
lobuladas. Las flores de color amarillo pálido, se disponen en llamativos racimos hasta con 60 flores. Los frutos son
redondeados y de color verde a púrpura, miden entre 5 y 7 cm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de La China. Es siempreverde, sólo se defolia de forma parcial en épocas
de floración. Crece en suelos ligeramente ácidos y puede tolerar sequías. Es confundido con el tronador (Hura
crepitans) de la misma familia, del cual se diferencia por no tener espinas en el tronco y ramas, por las hojas palma-
tinervadas y el fruto en cápsula trilocular y acorazonada. Son dos árboles de características y usos muy diferentes
por lo cual es importante diferenciarlos. Es un árbol para plantar esporádicamente combinado con otras especies
en parques, orejas de puentes o zonas verdes amplias. Es una especie de vida media con sustancias toxicas en
todas sus partes, especialmente en sus semillas. Su madera es blanda, tiende a reventarse con vientos fuertes, por
lo cual no es recomendable cerca a edificaciones ni al tráfico vehicular o peatonal. Se cultiva comercialmente en
la China, Argentina y Paraguay por el aceite de tung; se emplea en pinturas, barnices, productos para preservar la
madera y para iluminación.

295
UVITO DE
PLAYA
Coccoloba uvifera
(L.) L.

Polygonaceae

Árbol pequeño o arbusto, que puede alcanzar hasta 8 m de altura y cerca de 30 cm de diámetro en el tronco.
Corteza moteada. Las hojas son simples, alternas, coriáceas, redondeadas y de base acorazonada; las nervaduras
y los peciolos son rojizos. Las flores pequeñas, blanco-verdosas, se disponen en racimos apretados, casi espigas.
Los frutos, piriformes y de color púrpura, miden cerca de 1 cm de diámetro.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Originario de América, crece en todas las playas arenosas y rocosas de las Antillas, la
Florida, y las Bahamas, en la costa del Atlántico, desde México hasta las Guyanas. Muy común en las playas marinas
aunque puede adaptarse hasta los 1500 m.s.n.m. en climas secos y húmedos. El uvito de playa es vistoso por su
corteza y la forma, color y textura de sus hojas, no es caducifolio, es de crecimiento rápido al borde del mar. Es
apropiado para zonas verdes amplias por sus ramas extendidas y retorcidas. Sus raíces superficiales pueden afectar
aceras o construcciones cercanas. La madera produce un excelente carbón y la corteza un exudado rojo que sirve
para teñir. Es melífero. Sus frutos son comestibles.

296
ZAPOTE DE
CARNE
Pouteria sapota
(Jacq.) H.E. Moore & Stearn

Sapotaceae

Árbol grande, puede medir hasta 30 m de altura. Con látex blanco en todas sus partes y la corteza fuertemente
fisurada. Las hojas son simples, alternas y espiraladas, se agrupan al final de las ramas; las nervaduras secundarias
son muy arqueadas y las terciarias más o menos perpendiculares a las secundarias. Las flores muy pequeñas y
agrupadas en las cicatrices de las hojas desprendidas. Los frutos son bayas de color pardo, miden de 8 a 20 cm de
largo, la pulpa es de color amarillo o rojo; la semilla presenta una cicatriz longitudinal.
ECOLOGÍA Y MANEJO. Se encuentra desde el sur de México hasta el norte de Sur América y en las Indias
occidentales. En el Valle de Aburrá el Zapote de carne se adapta bien desde las zonas cálidas al norte hasta cerca
de 1700 m.s.n.m. En este árbol son llamativas la corteza fisurada, las hojas agrupadas al final de las ramas en
ramilletes erectos y sus frutos de color marrón claro, grandes, carnosos y comestibles. A pesar de su buena adap-
tación es relativamente escaso, con posibilidades de uso como árbol frutal y en zonas verdes amplias, como orejas
de puentes, cerros y laderas, donde sus frutos no generen inconvenientes. La madera es muy dura, pesada y no
comercial.

297
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Biscofia - Bischofia javanica

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302
CUADRO RESUMEN

ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES


Acacia mangium Grande No Rápido Se ha empleado con éxito para iniciar programas
Acacia de revegetalización o de restauración de áreas
degradadas por minería y ganadería en el bos-
que húmedo tropical. En las zonas urbanas tie-
ne restricciones porque puede presentar muerte
masiva de individuos por un hongo que afecta
sus raíces, y reventarse con vientos fuertes.

Acacia melanoxylon Mediano a No Muy rápido No es recomendable en zonas urbanas porque


Acacia japonesa grande puede haber muerte masiva de individuos y
Acacia negra reventarse con vientos fuertes. Al transformar
sus hojas iniciales a filodios su follaje luce más
denso, por lo que se emplea frecuentemente en
las zonas frías para conformar barreras rompe
vientos, para dar privacidad y como cerca viva.
Se regenera fácilmente a partir de rebrotes de
la raíz.

Adenaria floribunda Pequeño Sí Rápido Por su tamaño no tiene restricciones, es apro-


Chaparro piado para jardines y zonas verdes pequeñas,
desarrolla una copa atractiva, ocupa poco es-
pacio y atrae muchas aves. Crece en zonas
abiertas en las laderas del Valle de Aburrá y
proporciona alimento para las aves, cumple un
papel importante en programas de revegetali-
zación o manejo de remanentes de bosque con
funciones ecológicas.

Albizia carbonaria Grande No Muy rápido No es recomendable en las áreas urbanas


Pisquín puesto que requiere áreas amplias por sus ra-
Carbonero mas quebradizas y su vida media. Una opción
interesante con él, por su bella forma, es en
programas de revegetalización y/o recuperación
de zonas degradadas y en áreas suburbanas,
especialmente hacia los cerros tutelares y en
zonas de retiros de quebradas.

Alchornea triplinervia Mediano a No Rápido Apropiado para separadores de avenidas, par-


Escobo grande ques y zonas verdes en general. Sirven como
barreras contra el ruido y contaminantes; para
dar privacidad y para controlar vientos. Sus
frutos son muy apetecidos por aves, lo cual le
da una connotación especial en programas de
protección de fauna o de recuperación de eco-
sistemas degradados.

303
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Aleurites fordii Pequeño Parcial Rápido Es un árbol para plantar esporádicamente com-
Tung asiático binado con otras especies. Apropiado en par-
ques, orejas de puentes o zonas verdes amplias.
Es una especie de vida media y contiene sus-
tancias tóxicas en todas sus partes, especial-
mente en sus semillas. Su madera es blanda,
tiende a reventarse con vientos fuertes, por lo
cual no es recomendable cerca a edificaciones
ni al tráfico vehicular o peatonal.

Alstonia pittieri Pequeño a Medio De este árbol hay pocos individuos en nuestro
Alistonia mediano medio, apenas se inicia el proceso de difusión.
Parece ser apropiado para zonas frías por en-
cima de los 1600 m.s.n.m., es llamativo por la
forma como se disponen sus hojas en verticilos
y su ramificación en estratos.

Anacardium excelsum Muy Sí Medio a lento Apropiado para barreras con diferentes aplica-
Caracolí grande ciones, especialmente rompevientos o para rete-
Caracol ner contaminantes. En márgenes del río Aburrá
y sus quebradas afluentes, orejas de puentes,
laderas y cerros. Su follaje es denso la mayor
parte del tiempo, es común que transcurran va-
rios años sin un cambio masivo de hojas.

Anacardium occidentale Pequeño No Medio Puede emplearse como árbol vistoso en par-
Marañón ques, áreas verdes amplias y corredores viales
Cajuil de las grandes avenidas. La parte carnosa de
sus frutos restringe su uso en bulevares o sen-
deros peatonales. Debe estar protegido de los
vientos. Es muy susceptible al trasplante. Las
semillas (nuez de marañón) se consumen tosta-
das. El receptáculo carnoso de sabor astringen-
te también se come, pero el pedúnculo del fruto
y la parte externa del mismo son cáusticos.

Andira sp. Mediano Medio Por su forma es especial para proporcionar


Borombolo sombra en parques, separadores y corredores
viales, y zonas verdes amplias, donde no ten-
ga restricciones para desarrollar su copa. Es
apropiado para conformar barreras contra ruido
y elementos visuales indeseables o para dar
privacidad. Muy utilizado en la costa atlántica
como cerca viva a lo largo de las vías y para
obtener sombra.

304
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Annona muricata Pequeño a No Medio Por sus frutos grandes, carnosos y pesados
Guanábana mediano presenta restricciones en áreas de tráfico pea-
tonal y vehicular. Sus raíces superficiales lo ha-
cen muy susceptible a las sequías. Debe estar
protegido de los vientos. Es exigente en materia
orgánica.

Araucaria angustifolia Muy No Medio a rápido Conveniente para parques o plazoletas como
Araucaria grande ejemplar llamativo. No es recomendable cerca a
Pino del Paraná las construcciones o en sitios con restricciones
en altura, porque si se poda pierde su forma
característica. Debe tenerse precaución con sus
hojas rígidas y punzantes, lo mismo con sus fru-
tos: conos grandes y pesados, con cerca de 15
cm de diámetro.

Araucaria excelsa Muy No Medio Apto para zonas verdes amplias. No debe plan-
Araucaria real grande tarse cerca a construcciones por su tamaño y
Araucaria porque puede inclinarse buscando la luz; tam-
poco en sitios con limitaciones en altura porque
una poda de descope afecta considerablemente
su forma. Es importante controlar oportunamen-
te la invasión de melenas (Tillandsia usneoides),
si se dejan proliferar pueden llegar a matarlo y
es difícil y costoso eliminarlas.

Artocarpus altilis Mediano a No Rápido Indicado para zonas verdes amplias, orejas de
Árbol del pan grande puentes, retiros de quebradas y huertos fruta-
les. Por sus frutos grandes y carnosos no es
apropiado para zonas de tráfico peatonal o vehi-
cular. Por sus hojas grandes no debe plantarse
cerca a sumideros de agua. Prefiere una som-
bra ligera en sus primeros años y luego tolera
pleno sol.

Astronium graveolens Mediano a Sí Medio Ideal para separadores y corredores viales am-
Diomate grande plios, parques, plazoletas y glorietas, donde
Gusanero constituya un punto focal importante. Es una
especie promisoria para introducirla en mayor
escala.

Azadirachta indica Mediano No Rápido El Nim es llamativo por la textura, color y brillo
Nim de su follaje. Su empleo en el valle de Aburrá
Neem es escaso, aún falta información con relación
Margosa al comportamiento de sus raíces, estabilidad y
Paraíso de la India longevidad, para poder hacer recomendaciones
de espacios óptimos para plantarlo.

305
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Bauhinia kalbreyeri Mediano Sí Medio a rápido Con buenas características para formar barre-
Casco de vaca ras contra vientos o para dar privacidad, ocultar
Árbol orquídea visuales indeseables y, por supuesto, para obte-
ner sombra. Indicado para parques, plazoletas,
separadores viales amplios y retiros de quebra-
das. Cuando se planta en suelos compactos o el
árbol es de mala calidad sus raíces son superfi-
ciales y pueden afectar aceras.

Bauhinia variegata Mediano Parcial Medio a rápido Es un árbol frondoso la mayor parte del año,
Casco de vaca apropiado para generar sombra en avenidas
Árbol orquídea amplias, parques y plazoletas. Las podas de
formación oportunas son bastante importantes
para evitar que se ramifique desde la base.

Beilschmiedia cf. Mediano No Medio En el Valle de Aburrá es escaso seguramen-


pendula te por la presión antrópica y alteración de su
Laurel hábitat natural. Se ha reportado en el Parque
Arví y en los fragmentos de bosque de las inme-
diaciones de Barbosa, donde cumple funciones
ecológicas importantes por el aporte de frutos
para la fauna silvestre, en especial a tucanes y
loras. Para su introducción como árbol urbano
falta investigación.

Bischofia javanica Mediano No Rápido Apropiado a lo largo de corredores viales, par-


Biscofia ques, orejas de puentes, en laderas y cerros.
Toog Sirve como barrera contra el ruido, contaminan-
tes, visuales indeseables y para dar privacidad,
entre otras. Su copa densa inhibe el crecimiento
del pasto bajo su sombra. Puede tener algunas
raíces fuertes y superficiales que afectan obras
civiles.

Blighia sapida Mediano Parcial Rápido a medio Sus frutos rojos lo hacen muy llamativo, pero
Bien me sabe debe tenerse mucha precaución, porque son
Seso vegetal tóxicos cuando están verdes o podridos; sólo
se puede consumir el arilo o carnosidad con
apariencia de cerebro que sostiene las semi-
llas, cuando el fruto esta maduro. No se debe
emplear cerca a escuelas, colegios, lugares con
afluencia masiva de público como estadios, pis-
cinas, centros recreativos, y en lo posible debe
tener avisos de precaución.

306
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Breonia chinensis Grande No Muy rápido Es apropiado para áreas verdes amplias como
Larán parques, orejas de puentes y corredores viales.
Cadamba Idóneo en la protección de riberas y cauces de
agua, en reforestaciones mixtas, en la recupe-
ración de áreas degradadas. Se siembra para
proporcionar sombra y como árbol ornamental.
Es muy sensible al ataque de nemátodos.

Brownea ariza Pequeño a No Lento Por su copa extendida y porte bajo se recomien-
Arizá mediano dan para parques o plazoletas como árbol lla-
Palo cruz mativo por sus bellas flores; no son apropiados
Rosa de monte en antejardines o separadores viales estrechos.
Crece mejor con sombra parcial en sus prime-
ros estados de desarrollo.

Brownea grandiceps Arbusto No Lento Su empleo ideal es en jardines amplios, parques


Palo cruz o árbol o plazoletas, dada su extraordinaria belleza. Por
Arizá pequeño sus ramas extendidas y bajas no debe plantarse
en lugares donde pueda causar interferencias
con el tráfico o impedir la visibilidad. Requiere
sombra parcial en los primeros años.

Buchenavia capitata Grande Sí Medio a lento Apropiado para espacios amplios como par-
Mulí ques, orejas de puentes, separadores de ave-
Capacho nidas, cerros, laderas, zonas de retiro en el río
Aburrá y quebradas afluentes. Por su hermoso
follaje se justifica una mayor difusión. En el Va-
lle de Aburrá se encuentra espontáneo cerca a
Barbosa.

Bucida buceras Mediano a No No es caducifolio, excepto en áreas muy se-


Olivo negro grande cas. Es variable en su tamaño, por lo que es
preferible ubicarlo en espacios amplios como
corredores viales, orejas de puentes y parques.
Tolera tanto el sol como la sombra parcial, lo
que amplía sus posibilidades de uso. Los frutos
contienen un tanino que puede manchar auto-
móviles o andenes.

Bulnesia arborea Mediano a Sí Medio a lento Conveniente para separadores de avenidas,


Guayacán grande parques y zonas verdes en general. Requiere
Guayacán de bola una estación seca prolongada para florecer. En
Medellín y zonas similares no florece, pero su
forma y follaje son suficientes para promover
una mayor difusión.

307
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Bunchosia armeniaca Pequeño No Rápido Se comporta bien en espacios reducidos y con
Ciruela podas se puede conformar un solo tronco para
Confite evitar interferencias con el tráfico. Sus frutos
Guaimaro carnosos sobre el piso pueden representar
algún riesgo para peatones y son comestibles
antes de que estén completamente maduros.

Byrsonima cumingiana Arbusto Parcial Medio Apropiado para programas de recuperación o


Noro o árbol revegetalización de áreas degradadas, en zonas
mediano verdes amplias y a lo largo de las vías. Recono-
cido por su gran resistencia a quemas y suelos
pobres, es muy atractivo en época de floración y
sus frutos los consume la fauna, especialmente
las aves.

Caesalpinia ebano Mediano Sí Inicialmente Indicado para separadores de avenidas, parques


Ébano rápido, luego es y zonas verdes en general. El ébano es llamativo
de medio a lento por el contraste entre su corteza moteada y su
follaje traslúcido verde claro.

Caesalpinia peltopho- Mediano Sí Medio Adecuado para separadores de avenidas, par-


roides ques y zonas verdes en general. Para guiarle el
Acacia amarilla desarrollo de un solo tronco requiere podas de
Palo Brasil formación oportunas.

Calliandra haemato- Arbusto No Rápido Es apropiado para jardines, antejardines y como


cephala cerca viva, apreciado por sus inflorescencias
Carbonero vistosas. Dispuesto en setos para eliminar al-
gunos reflejos molestos tiene buena aplicación.
Por las podas de descope a las cuales es so-
metido, es común que presente una gran profu-
sión de troncos y rebrotes desde la base, que le
generan un follaje bajo y denso que obstaculiza
la visual cerca a cruces viales, pasos peatona-
les o señalización en general. Es un excelente
mejorador de suelos degradados por su aporte
de nitrógeno.

Calliandra pittieri Pequeño a Parcial Medio Es apropiado principalmente en plazoletas y


Carbonero mediano parques por la sombra que genera y por su
floración vistosa; es un estabilizador de riberas
muy eficiente, ideal a lo largo del río Aburrá y
sus quebradas afluentes. Cuando crece a pleno
sol es un árbol de poca altura y de copa casi
plana; si se siembra junto a otros árboles de-
sarrolla mayor altura. Por su porte bajo y copa
amplia tiene restricciones en áreas de tráfico
vehicular.

308
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Callistemon speciosus Pequeño a No Medio Adecuado para zonas verdes amplias como ore-
Escobillón rojo mediano jas de puentes, parques, cerros y laderas, no
Calistemo rojo es apropiado para separadores de avenidas ni
Gusanillo espacios reducidos. Es importante controlar el
desarrollo de un tronco único y utilizar tutores
en el momento de la plantación, pues normal-
mente es endeble cuando joven.

Calophyllum calaba Mediano Medio a lento Por su follaje denso se utiliza como barrera
María rompevientos y para generar sombra. Apropiado
Aceite maría además en bordes de vías y aceras. Es fácil de
Aceite propagar a partir de semillas. Es necesario te-
ner especial cuidado porque es muy sensible al
trasplante. Su forma puede modelarse con po-
das pero deben iniciarse en el estado juvenil.

Calycophyllum candi- Mediano Medio No presenta restricciones importantes por lo


dissimun cual es apropiado para parques, separado-
Guayabillo res viales amplios y zonas verdes en general,
siempre y cuando no haya limitaciones en al-
tura, porque dentro de los elementos llamati-
vos está su forma y la manera como las flores
parecen descender en espiral. Por su distribu-
ción natural es de esperar que esta especie
se desarrolle satisfactoriamente hacia las zo-
nas más cálidas del norte del Valle de Aburrá.

Calycophyllum spru- Grande No Medio El color y la textura de su corteza lo destacan


ceanum como un árbol de especial belleza, complemen-
Capirona tada con su follaje, lo cual justifica su empleo
en forma abundante en separadores amplios,
tanto vehiculares como peatonales, y en par-
ques y plazoletas, como elemento dominante
del paisaje.

Cananga odorata Mediano No Inicialmente Apropiado para separadores amplios de aveni-


Cadmio rápido, luego es das, parques, plazoletas o bulevares. Es posible
Ilang-ilang de medio a lento que sea necesario podarle algunas ramas bajas
Cananga para evitar interferencias con el tráfico vehicular.

Caryodendron orino- Mediano a No Medio a lento El Inchi es muy frondoso, siempreverde y con
cense grande hojas grandes, apropiado para conformar barre-
Inchi ras contra el ruido y contaminantes, y para dar
Almendro privacidad. Requiere zonas amplias en general,
Tacay sus hojas al caer pueden obstruir los sumideros
de agua.

309
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Casimiroa edulis Mediano Esporádica- Medio Es apropiado para parques y zonas verdes am-
Mango matasano mente plias en general. Por sus frutos carnosos no es
Zapote blanco recomendable en zonas con tráfico peatonal y
vehicular. En época de fructificación es visitado
por muchas aves.

Cassia javanica Mediano Parcial Medio Indicado para separadores y corredores viales,
Acacia rosada parques, cerros, laderas y zonas verdes en ge-
Casia rosada neral. Para una buena floración requiere perío-
dos secos intensos.

Cecropia spp. Mediano a No Rápido Apropiado en parques, cabeceras del río Abu-
Yarumos grande rrá y sus quebradas afluentes, y zonas de retiro
Guarumos obligatorio a lo largo de los cauces; y para la
recuperación o revegetalización de áreas de-
gradadas. La mayoría de las especies requieren
libre exposición solar. Por sus frutos es posible
emplearlos en programas de manejo o reintro-
ducción de aves a zonas urbanas.

Cedrela odorata Grande Sí Muy rápido Conveniente en separadores viales y cualquier


Cedro inicialmente, zona verde amplia como orejas de puentes,
luego de medio cerros, laderas, márgenes del río Aburrá y sus
a lento quebradas afluentes, donde pueda desarrollar
su copa y no genere problemas con su cambio
de hojas.

Ceiba pentandra Muy Sí Inicialmente Apropiado para espacios muy amplios, como
Ceiba grande rápido, luego de orejas de puentes, cerros y laderas, por su gran
Bonga medio a lento tamaño y raíces extendidas. Requiere semisom-
bra para un buen desarrollo; a plena exposición
solar es normal que pierda la dominancia apical
y se ramifique a baja altura.

Ceiba speciosa Grande Sí Medio Es ideal que se plante como elemento domi-
Ceiba rosada nante en áreas verdes amplias como parques,
orejas de puentes, cerros y laderas.

Cercidium praecox Arbusto Sí Rápido Es un arbusto de porte bajo para espacios redu-
Palo verde o árbol cidos como jardines y antejardines. No presenta
palo brea pequeño restricciones. Es ornamental por su floración
vistosa y el color verde del tronco y las ramas.

310
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Cespedesia macro- Mediano a No Rápido a medio Ideal en espacios amplios como árbol sobresa-
phylla grande liente, parques, cerros, laderas, en las márge-
Pacó nes del río Aburrá y sus quebradas afluentes.
La belleza de sus hojas la complementa con su
floración amarilla brillante. Por sus hojas gran-
des y abundantes sobre el piso no debe estar
cerca a sumideros de agua.

Chamaesenna colom- Mediano Sí Medio a lento Adecuado para separadores y corredores viales
biana amplios, parques, cerros y laderas. Es un árbol
Palo bonito que florece abundantemente a finales del año, a
Alcaparro partir de octubre.

Chloroleucon aff. Mediano Sí Medio a lento Indicado para separadores y corredores viales
tortum amplios, parques, cerros y laderas. Es llamativo
Jacaré por su corteza moteada.

Chrysophyllum cainito Grande Parcial Lento Conveniente para espacios amplios como árbol
Caimito sobresaliente. Por sus frutos carnosos se debe
Caimo morado evitar su siembra en áreas de tráfico peatonal
o vehicular. Inicialmente requiere semisombra
para un buen desarrollo; a plena exposición so-
lar se ramifica a baja altura.

Citrus spp. Arbusto No Rápido Apropiados tanto para espacios reducidos como
Cítricos o árbol para zonas más amplias. Son sensibles al tras-
pequeño plante cuando están adultos, y se les debe evi-
tar lesiones en la corteza pues son susceptibles
a la gomosis, que termina matándolos. Cuando
el follaje es muy denso es recomendable una
poda de aclareo para evitar plagas como áfi-
dos y fumagina y para que no obstaculicen la
visibilidad cerca a cruces viales o peatonales.
Como limitaciones a tener en cuenta están sus
espinas y frutos carnosos.

Clusia orthoneura Pequeño No Rápido Es un árbol pequeño muy ornamental. No pre-


Flor de cera senta mayores restricciones. Se emplea para
conformar setos y como arbusto en jardines,
por sus flores.

Cnidoscolus aconiti- Arbusto No Rápido Es recomendable para espacios reducidos como


folius o árbol antejardines y en separadores o corredores via-
Papayuelo pequeño les amplios, siempre y cuando los vehículos no
golpeen sus ramas pues estas se revientan con
facilidad. Se emplea como árbol ornamental y
para producir sombra.

311
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Coccoloba acuminata Pequeño a No Rápido Este árbol presenta muchas ventajas y elemen-
Maíz tostao mediano tos atractivos para difundirlo en separadores
y corredores viales amplios y zonas verdes en
general; para conformar barreras contra ruido y
contaminantes, aislar visuales indeseables o dar
privacidad. Se cultiva como árbol ornamental.

Coccoloba uvifera Arbusto No Rápido Es apropiado para zonas verdes amplias por
Uvito de playa o árbol sus ramas extendidas y retorcidas. Sus raíces
pequeño superficiales pueden afectar aceras o construc-
ciones cercanas.

Codiaeum variegatum Arbusto No Rápido Los crotos se cultivan para delimitar entradas a
Croto fincas, en parcelaciones, como setos o cercas
vivas, e individualmente en antejardines y sepa-
radores viales estrechos. Para un mayor colori-
do requiere pleno sol. Con podas de formación
adecuadas se puede conformar como un arbus-
to llamativo para espacios reducidos.

Coffea arabica Arbusto Parcial Rápido Para espacios pequeños constituye una buena
Café opción, por su fácil consecución, rápido cre-
Cafeto cimiento, longevidad media a larga y por sus
elementos llamativos: hojas brillantes, flores
blancas y aromáticas a lo largo de las ramas,
y frutos rojos al madurar. Dependiendo de la
variedad que se utilice se pueden conformar
arbustos con un tronco definido y ampliar así
su utilización a otros espacios como separado-
res viales y antejardines, para conformar setos,
cercas vivas y barreras bajas para contrarrestar
reflejos molestos o dar cierta privacidad.

Cojoba arborea Mediano Sí Medio a lento Apropiado en separadores viales y parques, y


Carbonero zorro para programas de revegetalización en cerros
Dormilón y laderas. Requiere espacios amplios, por su
Carbonero tamaño y sus raíces fuertes. Al defoliarse, sus
folíolos diminutos y abundantes pueden obs-
truir canoas y bajantes, para evitarlo se colo-
can rejillas o tela sombra (sarán) en los techos.
Es invadido con facilidad por plantas parásitas
llamadas “golondrinas”, las cuales se deben
controlar oportunamente para evitar el deterioro
del árbol.

312
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Cordia alliodora Grande Sí Muy rápido Por la facilidad de consecución a través de pro-
Nogal gramas de fomento ha sido incorporado a las
Nogal cafetero zonas urbanas en los separadores de vías, par-
Moho ques y zonas verdes en general. Por su tamaño
Mo y el olor desagradable de las flores es preferible
Solera ubicarlo lejos de edificaciones. Este árbol es
Vara de humo sensible al ataque del insecto chupador Dictyla
monotropidia de la familia Tingidae, el cual pro-
duce una quemazón en las hojas que lo afecta
estéticamente; los ataques son más intensos en
las épocas de verano.

Cordia gerascanthus Mediano a Sí Rápido Por el desprendimiento de algunas ramas se re-


Móncoro grande comienda para espacios amplios como parques,
Solera orejas de puentes, cerros, laderas, zonas de re-
tiro en el río Aburrá y sus quebradas afluentes.

Couroupita guianensis Mediano a Sí Medio a lento Ideal en espacios amplios como árbol sobresa-
Bala de cañón grande liente, márgenes del río Aburrá y sus quebradas
afluentes, laderas y cerros. La posición de sus
flores y frutos a lo largo del tronco y ramas prin-
cipales es llamativa. Por sus frutos grandes y
pesados tiene restricciones, especialmente en
áreas de tráfico vehicular o peatonal.

Crescentia cujete Arbusto Esporádica- Rápido a medio Empleado en jardines y áreas verdes amplias
Totumo o árbol mente por sus frutos vistosos. En otros espacios, don-
pequeño de pueda interferir con el tráfico, tiene restric-
ciones por su tamaño reducido y ramificación
extendida. La pulpa de los frutos cocida tiene
propiedades medicinales, cruda es tóxica.

Croton cupreatus Grande No Rápido Apropiado para márgenes del río Aburrá y sus
Drago quebradas afluentes, áreas que requieran ini-
Candelero ciar procesos de revegetalización, y como árbol
ornamental en algunas zonas verdes amplias.
Se destaca por el cambio de color de sus hojas,
de naranja a rojo, antes de caer.

Cupania spp. Mediano Sí Medio Apropiado para programas de revegetalización,


Mestizo en corredores viales, retiros de quebradas y del
río Aburrá, como barrera densa contra el ruido y
contaminantes, para producir sombra y dar pri-
vacidad, entre otras. Son árboles llamativos por
el brillo y color del follaje. El arilo de las semillas
lo consumen las aves.

313
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Cupressus semper- Mediano a No Medio Indicado en espacios reducidos lateralmente;
virens grande no debe tener limitantes en altura porque si se
Pino vela poda pierde su forma característica. Las coní-
Ciprés del Medite- feras en general, como ésta, por la densidad y
rráneo permanencia del follaje se emplean para barre-
ras contra el ruido, controlar vientos y evitar pér-
didas excesivas de calor en construcciones de
zonas frías. Es llamativo por su copa estrecha y
siempre verde. Tradicionalmente es utilizado en
cementerios y parques.

Delonix regia Pequeño a Sí Rápido Es apropiado en zonas verdes amplias como


Flamboyán mediano parques, orejas de puentes, cerros, laderas,
Acacia roja zonas de retiro en el río Aburrá y quebradas
afluentes. Tiene raíces fuertes y superficiales
que pueden afectar obras civiles. Las podas
deben ser oportunas en el estado juvenil, en
estado adulto sus ramas principales son grue-
sas y la poda deja heridas grandes y difíciles de
cicatrizar. Las puntas de las ramas que se van
secando se deben podar para una mejor apa-
riencia de la copa. Los frutos, grandes y leño-
sos, pueden ofrecer riesgo en zonas peatonales,
parqueaderos y vías.

Delostoma roseum Arbusto Medio Con muchas posibilidades para espacios redu-
Navajuelo o árbol cidos y para conformar barreras contra ruido,
Guayacán de tierra fría pequeño contaminantes, para dar privacidad y controlar
vientos, entre otras. Aunque su floración no es
de la espectacularidad de otras especies de
la familia, como los Guayacanes, es vistosa y
como inmersa dentro del follaje.

Dilodendron costari- Muy Sí Inicialmente Recomendable para zonas verdes amplias, por
cense grande rápido, luego de la sombra que proporciona y su carácter orna-
Loro medio a lento mental. Se destaca por el color y brillo de su fo-
Iguano llaje, parecido a las frondas de un helecho. Las
Harino bifurcaciones estrechas de sus troncos y ramas
Cabro se revientan con facilidad.

Diospyros blancoi Pequeño a Medio Por sus frutos carnosos su empleo debe ser en
Siete sabores mediano zonas verdes amplias como parques, orejas de
puentes, cerros, laderas, zonas de retiro en el
río Aburrá y quebradas afluentes y en huertos
frutales familiares.

314
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Dombeya wallichii Pequeño No Muy rápido Es especial para conformar barreras contra
Canastilla rosada ruido, contaminantes, para dar privacidad, para
controlar vientos, entre otras. En general no pre-
senta restricciones, es apropiado para antejar-
dines y corredores viales, en espacios amplios
como parques, orejas de puentes, cerros, lade-
ras, zonas de retiro en el río y sus quebradas.

Enterolobium cyclo- Muy Sí Inicialmente Es apropiado para orejas de puentes, laderas y


carpum grande rápido, luego es cerros, en espacios amplios como árbol sobre-
Piñón de oreja de medio a lento saliente y para programas de revegetalización
Orejero y recuperación. Las podas en árboles adultos
Piñón generan heridas grandes, difíciles de cicatrizar,
que pueden generar pudriciones.

Eriobotrya japonica Arbusto No Medio Se recomienda emplearlo en barreras, espe-


Níspero del Japón o árbol cialmente para dar privacidad y direccionar
pequeño peatones, en antejardines y separadores de vías
en barrios y urbanizaciones; en avenidas con
tráfico de mayor velocidad no es recomendable
porque puede obstaculizar visuales y generar
interferencias por su tamaño bajo.

Eriotheca gracilipes Mediano Parcial Inicialmente Es una buena opción para corredores viales,
Embirá rápido, luego de orejas de puentes, cerros y laderas. Como pre-
medio a lento caución, se debe tener presente que posee pe-
queñas bambas y algunas raíces superficiales
y extendidas.

Erythrina crista-galli Pequeño Parcial Rápido Apropiado para separadores amplios de ave-
Cresta de gallo nidas, parques y zonas verdes en general. Su
Árbol del coral longevidad y apariencia pueden verse afectadas
por invasión de epífitas, especialmente musgos
y cuando no se podan las ramas que florecen,
pues éstas se secan después de fructificar.

Erythrina fusca Mediano a No Rápido Ideal en zonas amplias, márgenes del río Aburrá
Búcaro grande y sus quebradas afluentes, áreas que requieran
iniciar procesos de revegetalización y como cer-
ca viva y barrera rompevientos. Presenta raíces
fuertes y extendidas que afectan construcciones
cercanas. Las flores carnosas sobre el suelo
pueden ofrecer problemas a peatones.

315
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Erythrina poeppigiana Grande Sí Rápido Apto para espacios amplios como parques, ore-
Cámbulo jas de puentes, zonas de retiro en el río Aburrá
Písamo y sus quebradas afluentes. De raíces fuertes y
Cachimbo extendidas. Es caducifolio en la época de flo-
ración.

Erythrina variegata Mediano No Rápido Apto para espacios amplios como parques, ore-
Búcaro variegado jas de puentes, zonas de retiro en el río Aburrá
y sus quebradas afluentes. De raíces fuertes y
extendidas.

Euphorbia cotinifolia Arbusto No Rápido Es una opción para espacios reducidos, jardi-
Liberal nes, antejardines y setos. Su exudado es tóxico
Lechero y urticante, se recomienda precaución con él.

Feijoa sellowiana Arbusto No Rápido Por su tamaño arbustivo, sus flores vistosas
Guayaba feijoa y sus frutos comestibles, la Feijoa puede em-
plearse en jardines de conjuntos residenciales;
en general es de porte bajo con tendencia a ra-
mificarse cerca a la base, éste puede ser un li-
mitante para espacios que requieran buena visi-
bilidad, pero es excelente para la conformación
de setos y barreras contra el ruido y los conta-
minantes, y para dar privacidad, entre otras.

Ficus benjamina Mediano a No Muy rápido Apropiado para la revegetalización de algunas


Laurel grande áreas, en márgenes del río Aburrá y sus quebra-
Caucho das afluentes, para conformar barreras contra el
ruido y los contaminantes, y para dar privacidad,
entre otras; pero no lo es cerca a construccio-
nes, acueductos o alcantarillados por sus raíces
fuertes y extendidas. Es común que presente
varios troncos que se inician cerca al suelo, que
al aumentar el volumen de la copa y el peso se
pueden reventar por uniones muy débiles, esta
situación se debe corregir desde temprano con
podas de formación que guíen un solo tronco.

Ficus cyathistipula Pequeño a Parcial Rápido a medio Por sus frutos carnosos y abundantes lo más
Ficus bomba mediano recomendable con él, es plantarlo en zonas ver-
des amplias como parques, orejas de puentes,
cerros, laderas, zonas de retiro en el río Aburrá y
sus quebradas afluentes. Es una especie utiliza-
da principalmente como planta de interior.

316
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Ficus elastica Grande No Medio Recomendable en áreas verdes amplias, don-
Caucho de pueda extenderse sin ninguna restricción.
Llama la atención por su tamaño, sus grandes
hojas lanceoladas con tonalidades de rojizas a
granates y sus raíces aéreas.

Ficus lyrata Mediano a No Rápido Apropiado en parques, orejas de puentes, cerros


Pandurata grande y laderas. Como barrera contra vientos o para
Lirata dar privacidad, ocultar visuales indeseables y,
por supuesto, para obtener sombra. Por su ta-
maño y raíces superficiales extendidas necesita
espacios amplios. Sus hojas de gran tamaño
pueden obstruir desagües y alcantarillas.

Ficus spp. Mediano a Sí En general Lo más recomendable es que sean ubicados en


Higuerón grande rápido zonas verdes amplias, en parques, márgenes
del río y quebradas afluentes, orejas de puentes,
laderas y cerros, en las cuales puedan resaltar
como ejemplares únicos.

Flacourtia indica Pequeño a No Medio Se puede manejar como un arbusto frondoso


Cerezo del gobernador mediano pero necesita podas con bastante regularidad
porque produce muchos rebrotes; es apropia-
do como cerca viva y en la formación de setos.
Es tan denso desde la base que obstaculiza la
visibilidad cerca a intersecciones viales y sepa-
radores. Al sembrarlo en los senderos para pea-
tones se debe tener en cuenta las espinas.

Fraxinus uhdei Grande Sí Rápido Conveniente sólo para espacios muy amplios
Urapán como orejas de puentes, cerros y laderas, y para
programas de revegetalización. Es bonito, fron-
doso, de longevidad larga, con frutos abundan-
tes, livianos y pequeños que no ofrecen riesgo.

Garcinia madruno Mediano No Lento Indicado para conformar barreras contra el rui-
Madroño do y contaminantes, para dar privacidad y con-
trolar vientos; en corredores viales, separadores
amplios, parques y plazoletas. No se defolia
regularmente cada año, pero si presenta espo-
rádicamente un cambio de hojas casi masivo.
Es muy sensible al transplante.

Godoya antioquensis Mediano Lento Apropiado en parques o jardines amplios como


Caunce elemento dominante, donde se pueda resaltar
su belleza. Se destaca por la hermosura de sus
hojas y flores.

317
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Grevillea banksii Arbusto No Rápido Excelente como estabilizador de terrenos are-
Grevileo de jardín o árbol nosos y para conformar barreras contra el rui-
pequeño do y los contaminantes, para dar privacidad y
para controlar vientos, entre otras. En general
no presenta restricciones, es apropiado para
antejardines.

Grevillea robusta Mediano a Sí Muy rápido Apropiado para espacios amplios como orejas
Roble de Australia grande de puentes, cerros, laderas, zonas de retiro en
el río Aburrá y sus quebradas afluentes. Las
ramas son quebradizas y pueden ser dañadas
por el viento, debe tenerse precaución con su
desprendimiento.

Guaiacum officinale Pequeño Sí Medio a lento Adecuado para espacios reducidos, bajo redes
Guayacán de energía, en antejardines, parques y buleva-
res peatonales, entre otros. No tiene restriccio-
nes. Sus principales ventajas son: su tamaño
pequeño o mediano, su follaje, especialmente
por el brillo, y sus flores azules y blancas.

Guarea guidonia Mediano a Sí Medio a lento Es una buena opción en retiros de quebradas,
Trompillo grande en parques y zonas verdes por la sombra que
Cedro macho provee, en separadores viales amplios y como
Cartagüeño barrera contra el ruido y los contaminantes. Con
podas puede guiarse un tronco bien definido
que no interfiera con el tráfico.

Gustavia spp. Pequeño a Esporádica- Medio Como árboles ornamentales son poco utilizados
Membrillo mediano mente y las experiencias previas están en el Jardín Bo-
Pacó tánico y en la Universidad Nacional; son llama-
tivos por sus hojas nuevas y sus flores, aunque
éstas tienen un olor desagradable, por lo cual
se recomienda sembrarlos alejados de cons-
trucciones.

Hevea brasiliensis Grande Sí Rápido Puede emplearse en separadores viales y zonas


Caucho de Pará verdes en general sin restricciones en altura,
Caucho para no afectar su forma con podas. No pre-
Hule senta inconvenientes con frutos o ramas. Como
árbol con carácter educativo tiene especial rele-
vancia por ser la principal fuente natural para la
obtención del caucho.

318
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Hibiscus elatus Grande No Rápido Recomendable para separadores de avenidas y
Majagua para barreras multipropósito. Pueden tener raí-
Mahoe ces superficiales por lo que no se recomiendan
cerca a edificaciones ni en sitios con restriccio-
nes en altura, si se poda pierde su forma ca-
racterística. Se debe tener precaución con sus
flores carnosas en el piso en zonas peatonales
y ciclovías.

Hibiscus tiliaceus Mediano No Rápido Tiene buenas posibilidades de uso en separado-


Majagua res de avenidas y corredores viales, dar privaci-
dad y controlar vientos, entre otras. Para formar
barreras contra el ruido y los contaminantes, en
espacios amplios como parques, orejas de puen-
tes, cerros, laderas, zonas de retiro en el río y
quebradas. Pueden tener raíces superficiales por
lo cual no se recomiendan cerca a edificaciones.

Hura crepitans Muy Sí Rápido Requiere grandes espacios como parques, ore-
Ceiba bruja grande jas de puentes, cerros, laderas, zonas de retiro
Molinillo en el río Aburrá y quebradas afluentes. Debe te-
Tronador nerse precaución con el exudado transparente
que fluye de sus hojas y tronco por ser cáustico
y tóxico. Sus semillas también son tóxicas.

Hymenaea courbaril Muy Sí Lento Apropiado en áreas verdes amplias como ele-
Algarrobo grande mento dominante. Por sus frutos leñosos y
grandes no se debe emplear en vías o senderos
peatonales. Es una especie fácil de encontrar en
nuestro medio, si ya está adulto y puede ofrecer
algún riesgo, lo más pertinente es programar la
recolección de los frutos aún verdes.

Inga spp. Mediano a No Rápido Apropiados para parques, avenidas amplias, zo-
Guamos grande nas de protección de quebradas y algunos pro-
gramas de revegetalización. Son sensibles a la
invasión de plantas parasitas “golondrinas”, las
cuales deben ser erradicadas oportunamente.

Ixora coccinea Arbusto No Rápido Por su tamaño no presenta restricciones, se


Coral utiliza en espacios reducidos en general, en
Ixora roja jardines, para delimitar accesos en urbanizacio-
nes o fincas y en materos en plazoletas de piso
duro. Su mejor floración se da a libre exposición
solar aunque crece bien bajo sombra parcial. Su
longevidad es media y puede verse disminuida
si no se le realizan podas de limpieza para eli-
minar ramas muertas.

319
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Jacaranda mimosifolia Mediano Sí Rápido Pertinente para plantar en parques y zonas ver-
Gualanday des en general. Cuando llueve su follaje despide
un olor desagradable a orina.

Jatropha integerrima Arbusto No Rápido Su tamaño reducido y floración llamativa permi-


Peregrina ten su empleo bajo líneas de energía eléctrica, se-
Flor roja paradores viales, jardines y espacios pequeños.

Kigelia pinnata Pequeño a Sí Medio Es recomendable en zonas verdes amplias como


Árbol salchicha mediano parques, orejas de puentes, cerros, laderas, zo-
nas de retiro en el río Aburrá y sus quebradas
afluentes, donde pueda apreciarse como árbol
sobresaliente y sus frutos no causen problemas
al caer; si se va a utilizar en otros espacios, por
precaución, se deben colectar aún verdes.

Koelreuteria paniculata Pequeño a Sí Medio Es apropiado para parques, márgenes del río y
Jabonero de la China mediano quebradas afluentes, orejas de puentes, laderas
y cerros, y en espacios amplios como árbol so-
bresaliente.

Lafoensia speciosa Mediano a Parcial Medio Indicado para separadores de avenidas, par-
Guayacán de Mani- grande ques y zonas verdes en general. Requiere po-
zales das de formación oportunas porque tiene una
tendencia alta a ramificarse desde la base. Las
hojas, flores y frutos pueden manchar andenes
y vehículos de un color cobrizo, cuando perma-
necen en contacto con éstos.

Lagerstroemia indica Pequeño Sí Muy rápido Apropiado para jardines y espacios reducidos,
Júpiter tanto individual como para formar setos y de-
limitar andenes. Por su tendencia a ramificarse
desde la base debe podarse para obtener un
tronco único. Cortar las flores viejas promueve
una nueva floración. Es muy sensible al ataque
de áfidos.

Lagerstroemia Mediano Sí Medio a lento Ideal para zonas verdes amplias y parques.
speciosa Cuando es empleado en antejardines y sepa-
Flor de la reina radores viales estrechos genera inconvenientes
Embrujo de la India por sus ramas largas y extendidas lateralmente.
Requiere una buena preparación del sitio de
plantación y podas de formación, especialmente
para eliminar la profusión de troncos que puede
desarrollar cerca a la base.

320
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Licania arborea Muy Sí Medio a lento Recomendable para espacios amplios y retirado
Tapaliso grande de construcciones. Sus hojas nuevas son de co-
Caña agria lor morado en la haz, especialmente hermosas.

Licania tomentosa Pequeño a Parcial Rápido Apropiado como barreras contra el ruido y
Oití mediano contaminantes, para dar privacidad y controlar
vientos, y como árbol vistoso en parques, orejas
de puentes, cerros, laderas y zonas de retiro en
el río Aburrá y sus quebradas afluentes. Crece
bien tanto a libre exposición solar como bajo
sombra parcial. Sus frutos de unos seis cm de
largo y algo carnosos limitan su uso en zonas de
tráfico vehicular y peatonal.

Licaria limbosa Pequeño a Parcial Medio a lento Propicio en senderos peatonales, en separado-
Laurel mediano res viales y en zonas de protección de quebra-
das. Excelente para proporcionar sombra. Sus
frutos son consumidos por una gama amplia de
animales.

Ligustrum lucidum Pequeño a No Medio Se emplea en la conformación de setos y barre-


Paraseto mediano ras por su copa piramidal, follaje denso y tole-
rancia a la poda. Es un árbol rústico, que crece
muy bien en áreas degradadas.

Magnolia grandiflora Grande No Lento Apto para parques y zonas verdes en general.
Magnolio Es una especie para zonas frías. Se planta con
especial cuidado en casas de campo y algunas
urbanizaciones por sus grandes flores blancas y
sus hojas. Es tolerante al trasplante.

Mammea americana Mediano a No Inicialmente Adecuado en espacios amplios como parques,


Mamey grande rápido y luego cerros y para conformar laderas y, en barreras
lento contra el ruido, los contaminantes y elementos
visuales indeseados, y para dar privacidad, entre
otras. Sus frutos son grandes, pesados y carnosos.

Mangifera indica Grande No Inicialmente Magnífico para dar sombra y conformar barre-
Mango rápido y luego ras con diferentes propósitos, por no ser caduci-
lento folio y tener un follaje denso. Es resistente a los
trasplantes, responde muy bien a la reparación
de heridas y a la fertilización, permitiendo, así,
recuperar ejemplares valiosos por sus connota-
ciones históricas o patrimoniales.

321
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Matisia cordata Mediano No Apropiado para áreas verdes amplias, en em-
Zapote presas, centros educativos, retiros de quebra-
das y en huertos frutales familiares. Cuando es
necesario podar algún estrato de ramas, si el
diámetro del tronco es pequeño, se debe tener
la precaución de no anillarlo completamente al
quedar unidos los cortes, para evitarlo es prefe-
rible podar primero las ramas opuestas entre sí
y cuando hayan cicatrizado eliminar las demás,
no todo el verticilo de una sola vez.

Melaleuca quinque- Pequeño a No Rápido Es apropiado para áreas verdes amplias como
nervia mediano parques, orejas de puentes, cerros, laderas, zo-
Corcho nas de retiro en el río Aburrá y sus quebradas
Calistemo blanco afluentes, lejos de construcciones. Por su ten-
dencia a torcerse no se recomienda para sepa-
radores viales. En sus estados iniciales es precoz
en el crecimiento pero endeble, para garantizar
una buena forma es recomendable colocarle tu-
tores. Las raíces son superficiales y pueden le-
vantar aceras, para evitarlo se pueden emplear
contenedores en el momento de su plantación.

Melicoccus bijugatus Mediano a Sí Medio a lento Especial para proporcionar sombra y como pun-
Mamoncillo grande to focal en espacios amplios. Manejado adecua-
Mamón damente con podas de formación es recomen-
dable para separadores viales amplios, parques,
bulevares y plazoletas.

Miconia caudata Pequeño No Rápido Representa una opción valiosa para espacios
Hoja de lanza reducidos o con limitantes en altura como re-
des de energía, en jardines, zonas peatonales y
áreas de protección en cursos de agua.

Miconia serrulata Mediano No Rápido Eficaz para dar sombra y conformar barreras; en
Tabaidá separadores o corredores viales y como árbol
llamativo en parques y plazoletas. Se destaca
por el hermoso color entre ferrugíneo y blanque-
cino de sus hojas por el envés, que se observa
cuando las mueve el viento. Sus frutos son im-
portantes para las aves.

322
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Murraya paniculata Arbusto No Medio a lento Se emplea con éxito en jardines, a lo largo de
Azahar de la India o árbol vías en barrios, para conformar setos y direc-
Jazmín de la India pequeño tamente contra mallas de cerramiento en urba-
nizaciones y colegios. Por ser de follaje denso
y porte bajo no es recomendable cerca a inter-
secciones viales o en separadores de avenidas
de tráfico intenso. En estado adulto es sensible
al trasplante porque sus raíces son superficia-
les y extendidas, y se lesionan al conformar el
pilón.

Myrcia popayanensis Mediano No Medio a lento Recomendable su uso ornamental en las partes
Arrayán altas de las laderas del Valle de Aburrá, el borde
de las vías, en senderos peatonales, miradores
y zonas verdes. Se encuentra espontáneo a lo
largo de las fuentes de agua y en potreros por la
sombra que proporciona. Sus frutos los consu-
men las aves y las personas.

Myrciaria cauliflora Arbusto No Medio a lento Su porte bajo y tolerancia a la poda permiten su
Jaboticaba empleo en jardines y espacios reducidos, y es
posible formarle un tronco definido para plan-
tarlo como arbusto debajo de redes de energía y
en los antejardines de vías de barrio con tráfico
liviano. Por sus características vistosas es apro-
piado también en parques y plazoletas.

Myrsine spp. Pequeño a Parcial Medio a lento Apropiado para separadores viales en avenidas,
Espadero mediano márgenes del río y quebradas afluentes, orejas
de puentes, laderas y cerros, programas de
revegetalización y recuperación de áreas dete-
rioradas.

Nectandra spp. Mediano a Sí Medio El establecimiento en zonas urbanas de varias


Laurel jabón grande especies de este género, provenientes de nues-
tros bosques, requiere más investigación para
poder adaptarlas a condiciones tan diferentes a
las de su lugar de origen.

323
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Nerium oleander Arbusto No Rápido Por su tamaño pequeño y tendencia a ramifi-
Habano carse profusamente desde la base es apropiado
Adelfa para jardines y espacios reducidos, en paisajis-
Azuceno mo como complemento de otra vegetación.
A veces se planta para conformar setos y di-
reccionar flujos peatonales o para aislar algún
espacio en particular. Debe tenerse especial
cuidado con todas las partes del árbol por su
toxicidad, las ramas o troncos no deben utilizar-
se para leña, especialmente si es para preparar
asados o comidas, porque pueden generar in-
toxicaciones graves.

Ochroma pyramidale Muy No Muy rápido No es apropiado como árbol urbano, pronto al-
Balso grande canza un tamaño considerable, su longevidad
Palo de balsa es de corta a media y sus ramas grandes, grue-
sas y extendidas se pudren fácilmente, pueden
causar lesiones a peatones, daños en vehículos
y propiedades. Su empleo óptimo está en pro-
gramas de recuperación de áreas degradadas,
para iniciar procesos de revegetalización en re-
tiros de quebradas o en los remanentes de bos-
que dentro de su rango de distribución natural.

Ormosia colombiana Mediano Sí Inicialmente es Es apropiado para conformar barreras multipro-


Chocho rápido, luego de pósito, como sombrío en parques, bulevares y
medio a lento cualquier zona verde amplia; con un buen manejo,
que propicie la formación de un tronco bien de-
finido, es recomendado para separadores viales.

Ormosia cf. macro- Mediano Sí Inicialmente Apto para separadores y corredores viales, ce-
phylla rápido y luego rros, laderas; para obtener sombra, y como árbol
Chocho de medio a lento llamativo en parques o plazoletas. Se destacan
en él su copa redondeada, el color del follaje
cuando lo renueva y sus semillas rojas.

Pachira insignis Mediano No Medio Es apropiado para parques, orejas de puentes,


Castaño cerros, laderas, zonas de retiro en el río Aburrá
Ceibo de agua y sus quebradas afluentes. No es recomendable
Cacao de monte en espacios con tráfico peatonal o vehicular por
sus frutos grandes y pesados. Por ser un árbol
de ramificación verticilada se debe tener mucha
precaución cuando se le realizan podas, porque
se pueden originar muchas heridas simultáneas
difíciles de cicatrizar, a través de las cuales
se pueden iniciar procesos de pudrición. Sus
raíces, superficiales y robustas pueden dañar
obras civiles.

324
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Pachira quinata Grande Sí Medio a lento Es un árbol para zonas verdes amplias como
Tolúa parques, orejas de puentes, cerros, laderas,
Ceiba tolúa zonas de retiro en el río y quebradas. Presenta
aguijones que conserva casi permanentemente
en el tronco y las ramas.

Peltophorum ferrugi- Mediano a Parcial Medio Adecuado para separadores viales amplios y
neum grande en zonas verdes en general. Es de copa redon-
Acacia ferrugínea deada, translúcida por sus folíolos pequeños y
Acacia amarilla semicaducifolia, pierde parcialmente las hojas
en el período de floración.

Pentaclethra macro- Grande Sí Medio a lento Es apropiado, por la sombra que procura, en
loba parques, orejas de puentes, cerros y laderas; y
Dormilón para otros espacios como separadores y corre-
Capitancillo dores viales, debe tenerse presente las partes
del fruto, grandes y leñosas. Es un árbol de copa
aparasolada y follaje translucido, formado por
folíolos diminutos, sobresalientes por su brillo,
color y finura.

Persea americana Mediano Sí Inicial rápido Es apropiado en huertos frutales y zonas verdes
Aguacate amplias como parques, orejas de puentes, ce-
rros, laderas, zonas de retiro en el río Aburrá y
sus quebradas afluentes. Por sus frutos grandes
y carnosos tiene limitaciones en áreas con tráfi-
co peatonal o vehicular.

Persea caerulea Mediano Sí Rápido Indicado para programas de revegetalización, a


Aguacatillo lo largo de vías, en retiros de quebradas y del
río Aburrá, y en zonas verdes amplias como
complemento de la vegetación existente. Por su
cambio masivo de hojas debe plantarse lejos de
desagües y alcantarillas. Es importante su pro-
ducción de frutos para la fauna silvestre.

Petitia domingensis Grande No Medio a lento Es apropiado para separadores viales, para pro-
Copa blanca ducir sombra en parques y senderos peatonales,
conformar barreras contra el ruido, contaminan-
tes, y para dar privacidad, entre otras.

325
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Petrea rugosa Arbusto No Rápido Tiene un hábito de crecimiento semitrepador
Estrella de oriente que limita su utilización en algunos espacios.
Sus ramas inclinadas lateralmente pueden in-
terferir con el tráfico, situación que puede ser
corregida empleando un soporte permanente,
como por ejemplo un estacón de madera inmu-
nizada al cual se amarra el tronco principal con
la precaución de no estrangularlo, así se puede
lograr un pequeño arbusto para espacios redu-
cidos como jardines.

Phyllanthus acidus Pequeño a No Rápido a medio Es más apropiado para zonas verdes amplias,
Grosello mediano corredores viales y parques.
Manzana estrella

Pithecellobium dulce Mediano No Rápido Propicio para programas de recuperación de


Chiminango áreas deforestadas; se planta para obtener
Gallineral sombra, como cortina rompevientos y en cercas
Payandé vivas. Sus raíces son superficiales y agresivas
y cuando llueve despide un olor desagradable;
por esto es recomendado lejos de construccio-
nes y plantar uno o pocos individuos, no en ma-
sas homogéneas en un mismo sitio.

Pittosporum undu- Arbusto No Rápido Puede emplearse en antejardines, para con-


latum o árbol formar setos, independizar ambientes o pro-
Galán de noche pequeño piedades en urbanizaciones. Es una alternativa
interesante como arbusto para zonas frías prin-
cipalmente.

Platymiscium pin- Muy Sí Medio a lento Es apropiado para separadores viales amplios
natum grande y zonas verdes en general, donde llega a ser
Guayacán trébol notorio por su floración amarilla, época en la
cual se defolia. En estado juvenil es importante
realizarle algunas podas de formación para ga-
rantizar una buena forma.

Platypodium elegans Grande Parcial Medio a lento Apropiado como árbol sobresaliente en par-
Lomo de caimán ques, márgenes del río Aburrá y sus quebradas
afluentes, orejas de puentes, laderas y cerros.
Debe procurársele un espacio amplio porque
en sus estados iniciales sus ramas crecen la-
teralmente, lo cual va desapareciendo en forma
gradual al continuar su desarrollo.

326
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Plumeria alba Arbusto Sí Rápido Son especiales para jardines y espacios reduci-
Frangipán dos, aun bajo redes de energía eléctrica.
Alelí

Podocarpus cf. Grande No Lento Es apropiado para conformar barreras, enmar-


Gracilior car accesos a casas o urbanizaciones, en plazo-
Podocarpus helecho letas y bulevares peatonales.

Pourouma spp. Grande Parcial Medio Por sus requerimientos de sombra inicial, son
Sirpo apropiados para enriquecimiento de bosques
intervenidos o en zonas verdes que ya tengan
árboles grandes.

Pouteria sapota Grande Parcial Medio a lento Adecuado para zonas verdes amplias donde sus
Zapote de carne frutos grandes y carnosos no generan inconve-
nientes. Es llamativa su corteza fisurada, las ho-
jas agrupadas al final de las ramas en ramilletes
erectos y los frutos de color marrón claro.

Pseuudobombax Grande Sí Inicialmente Es una buena opción para separadores viales


septenatum muy rápido amplios, zonas verdes en general o como árbol
dominante en parques. De ser necesarias podas
de realce para evitar interferencias con el tráfi-
co, se debe tener la precaución de no anillarlo
al cortar todo el verticilo de ramas.

Psidium guajava Pequeño No Rápido Es una especie colonizadora, tolerante a con-


Guayabo diciones adversas, lo cual le da ventajas como
árbol para programas de recuperación o reve-
getalización de áreas deforestadas y espacios
donde puede aportar gran cantidad de alimento
a la fauna. Los ejemplares adultos se resienten
considerablemente con el transplante y pueden
morir, en cuyo caso es prudente analizar la con-
veniencia de moverlos.

Quercus humboldtii Grande Sí Medio a lento Puede emplearse para obtener sombra, en pro-
Roble gramas de enriquecimiento de bosques secunda-
rios o para dar conectividad a los remanentes de
vegetación natural que han quedado separados
por las diversas intervenciones sobre el territorio.

Salix humboldtiana Mediano No Rápido Es importante como estabilizador y protector en


Sauce las márgenes del río Aburrá y sus quebradas
Mimbre afluentes o como colonizador en programas de
recuperación de áreas deforestadas.

327
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Retrophyllum rospi- Muy No Medio a lento Recomendable para parques, laderas, cerros,
gliosii grande cerca a los nacimientos del río Aburrá y sus
Chaquiro quebradas afluentes y en zonas verdes; y para
Pino colombiano conformar barreras con diferentes propósitos.
Cuando crece en competencia por luz con otros
árboles es más recto y menos ramificado que
cuando lo hace a plena exposición solar.

Samanea saman Grande No Inicialmente Apropiado para zonas muy amplias, como árbol
Samán medio luego principal en parques o en separadores viales,
Campano lento controlando su forma con podas oportunas. De
copa aparasolada que ocupa un gran espacio
lateral; no debe plantarse en sitios con restric-
ciones que limiten su desarrollo natural, pues
ésta es tal vez su característica más llamativa y
por la cual se emplea para obtener sombra.

Sapindus saponaria Mediano a Parcial Inicialmente Apropiado para barreras especialmente contra
Chumbimbo grande muy rápido, vientos fuertes, para producir sombra en par-
Jaboncillo luego medio ques, en separadores viales amplios, en retiros
y zonas de protección de quebradas, y para pro-
gramas de revegetalización de áreas deforesta-
das. Sus frutos son pequeños y livianos, pueden
ofrecer algún riesgo en zonas peatonales por
ser esféricos y tener una sustancia jabonosa.
Su semilla es tóxica.

Schefflera actinophylla Pequeño a No Muy rápido Adecuado para separadores viales y antejardines
Cheflera mediano sin restricciones en altura.

Schefflera arboricola Arbusto No Rápido Por su tolerancia a la sombra, la Cheflera ena-


Cheflera enana na se ha empleado como planta de interior en
materos; cuando se establece directamente en
el suelo, a plena exposición solar, se puede ob-
tener un arbusto de buena forma, que se aco-
moda sin problemas a espacios reducidos como
antejardines, bajo líneas de energía eléctrica y
para conformar setos o barreras bajas para dar
privacidad.

Schefflera morototoni Grande Parcial Rápido Esta especie, poco empleada en arborización
Tortolito urbana, tiene buenas posibilidades en progra-
Pate- gallina mas de enriquecimiento de bosques interve-
nidos o secundarios, para proveer alimento a
las aves y sombra en corredores viales o zonas
verdes amplias como parques, orejas de puen-
tes, cerros, laderas, zonas de retiro en el río y
quebradas.

328
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Schinus molle Mediano No Rápido Su empleo más apropiado es en zonas verdes
Pimiento amplias como parques, orejas de puentes, ce-
Muelle rros, laderas, zonas de retiro en el río Aburrá y
sus quebradas afluentes.

Schinus terebinthi- Pequeño a No Rápido Apropiado en programas de recuperación de


folius mediano áreas degradadas y para conformar barreras
Falso pimiento contra el ruido y los contaminantes, dar privaci-
Terebinto dad, controlar vientos, entre otras. Es pequeño,
Pimiento del Brasil con una copa de formas caprichosas y atrac-
tivas, puede ocupar espacios laterales amplios
y sus raíces son gruesas y superficiales, por
estas razones no es recomendable en espacios
reducidos.

Schizolobium pa- Muy Sí Muy rápido Bueno para programas de recuperación o re-
rahyba grande vegetalización de zonas degradadas o defores-
Tambor tadas. En orejas de puentes, laderas y cerros, y
en espacios amplios como árbol sobresaliente.
Desprende grandes ramas que pueden ofrecer
peligro a peatones o vehículos y sus raíces su-
perficiales pueden dañar obras civiles.

Senna spectabilis Mediano No Rápido Es un árbol con diversas posibilidades de uso:


Velero como proveedor de sombra, para programas de
Vainillo revegetalización y recuperación, abono verde,
varas tutoras en cultivos, para leña y cerca viva.
Apropiado en cerros y laderas. Es de follaje tu-
pido la mayor parte del año; no es propiamente
caducifolio o lo hace por períodos muy cortos.

Simarouba amara Mediano a Sí Medio a lento Adecuado para separadores viales y zonas ver-
Cedrillo grande des amplias como orejas de puentes, cerros, la-
Puerto deras, márgenes del río Aburrá y sus quebradas
afluentes, donde pueda resaltar como árbol dife-
rente y para enriquecer remanentes de bosque.
Es bastante llamativo por el brillo de sus hojas.

Spathodea campa- Mediano Sí Rápido Ideal para espacios amplios como parques,
nulata orejas de puentes, cerros y laderas. En zonas
Tulipán africano peatonales sus flores carnosas sobre el suelo
Miona ofrecen riesgo. Es de copa redondeada y densa,
propicio a la invasión de diversas plantas epífi-
tas que pueden proliferar tanto que lo afectan
fotosintéticamente, le producen pudriciones y
hasta la muerte. Para el control de estas plantas
se debe considerar que sus ramas son débiles
para soportar operarios que realicen la labor.

329
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Spondias mangifera Mediano Sí Rápido Es recomendable como frutal para zonas verdes
Ciruelo mango en general, con algunas restricciones en áreas
de tráfico peatonal o vehicular por la consisten-
cia carnosa y tamaño de sus frutos.

Sterculia apetala Muy Sí Inicialmente Es recomendable para espacios muy amplios,


Camajón grande muy rápido, en programas de revegetalización de áreas de-
Panamá luego lento forestadas o para incrementar la conectividad
Suán entre fragmentos boscosos. Presenta ramas
grandes y frágiles que se desprenden con fa-
cilidad y sus frutos al abrirse tienen en la par-
te interna pelos irritantes, por esto debe estar
alejado de edificaciones, parqueaderos y zonas
con afluencia masiva de personas. Por la gran
cantidad de hojas que desprende no se debe
plantar cerca a sumideros de agua.

Swietenia macrophylla Muy Sí Inicialmente Es recomendable como árbol especial para par-
Caoba grande muy rápido, ques y zonas verdes amplias, orejas de puentes,
Palo santo luego de medio cerros y laderas; en otros espacios tiene restric-
a lento ciones por sus frutos leñosos y pesados.

Swietenia mahagoni Medio a Sí Medio a lento Es recomendable en zonas amplias para evi-
Caoba dominicana grande tar inconvenientes con sus frutos pesados que
pueden caer enteros y causar daños o lesiones
a personas y vehículos. Se siembra como un
árbol ornamental y se maneja en plantaciones
y rodales naturales.

Syzygium jambos Mediano No Medio Apropiado como barrera contra vientos o para
Pomo dar privacidad; en forma individual como árbol
Poma rosa mediano para producir sombra y en jardines
o zonas verdes en general por sus frutos. Se
localiza con facilidad en los bordes de las que-
bradas, y en los pequeños remanentes que se
dejan como áreas de retiro y protección.

Syzygium malaccense Mediano Sí Rápido Adecuado para separadores viales amplios,


Pero de agua parques, orejas de puentes, cerros, laderas, zo-
Poma rosa nas de retiro en el río Aburrá y sus quebradas
Manzana de agua afluentes. En general permanece con follaje todo
el año, esporádicamente se defolia por períodos
muy cortos. En plazoletas con pisos duros, los
estambres, abundantes al caer, pueden hacer
el sitio resbaloso.

330
ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Tabebuia chrysantha Muy Sí Inicialmente Indicado para zonas verdes amplias, separa-
Guayacán amarillo grande rápido, luego de dores y bordes viales como árbol especial. En
Chicalá medio a lento zonas de pisos duros debe tenerse presente el
riesgo que implica para los peatones las flores
sobre el suelo. Este árbol desarrolla un tronco
muy definido y recto, sus raíces son profundas
y generalmente no afectan construcciones cer-
canas, pero por su tamaño no debe plantarse
cerca de ellas.

Tabebuia rosea Muy Sí Inicialmente Es apropiado para zonas verdes amplias, sepa-
Guayacán rosado grande rápido, luego de radores y bordes viales donde no tenga restric-
Roble medio a lento ciones. En zonas de pisos duros debe tenerse
Flor morado presente el riesgo que implica para los peatones
las flores sobre el suelo.

Tabernaemontana Arbusto No Medio Por su tamaño es apropiado para espacios re-


coronaria o árbol ducidos como antejardines, aun bajo redes de
Azuceno pequeño energía, pero debe tenerse precaución por la
Estremadelio toxicidad de todas sus partes, especialmente
en sitios con niños pues su exudado, flores y
frutos difícilmente pasarán desapercibidos para
la curiosidad infantil.

Tecoma stans Arbusto Sí Rápido Apropiado para antejardines sin restricciones


Chirlobirlo o árbol en altura. Se emplea también como cerca viva
Sicomoro pequeño y para conformar barreras de múltiples propó-
Roble amarillo sitos y para enriquecer y complementar áreas
de retiro a lo largo de fuentes de agua. Cuando
se emplea en espacios urbanos se debe podar
para mantener una copa densa e inducir una
nueva floración.

Terminalia catappa Mediano Sí Inicialmente Es apropiado para áreas verdes amplias. Sus
Almendro muy rápido frutos, al caer en los parqueaderos, pueden da-
ñar los carros, y en antejardines estrechos sus
ramas extendidas pueden interferir con la circu-
lación. Al realizar podas de realce debe tenerse
la precaución de no anillar el tronco al cortar
todo el verticilo de ramas; si es necesario, la
poda debe hacerse por etapas eliminando ra-
mas opuestas entre sí.

Terminalia chiriquensis Muy Sí Medio a lento Es apropiado para márgenes del río Aburrá y
Guayabillo grande sus quebradas afluentes, orejas de puentes,
laderas y cerros, y en espacios amplios como
árbol sobresaliente.

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ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Terminalia ivorensis Muy Sí Inicialmente Conveniente en zonas amplias dejando un retiro
Terminalia grande muy rápido a suficiente con relación al tráfico. En espacios
Almendro negro medio más campestres tiene opciones como cerca
Framiré viva, y en plantaciones densas para aprovechar
su madera. Desprende grandes ramas y los
vientos muy fuertes pueden reventarlo, lo cual
implica restricciones para su empleo. El Termi-
nalia es caducifolio y su defoliación dura varias
semanas, por lo cual se corre el riesgo que se
piense que está muerto y se proceda a talar-
lo. En épocas de floración intensa desprende
un olor fuerte y desagradable. Es conveniente
plantarlo alejado de construcciones.

Theobroma cacao Arbusto No Medio a lento Especial para espacios reducidos y como arbus-
Cacao to con un carácter educativo especial por ser la
fuente del chocolate.

Thevetia peruviana Árbol No Medio Por su tamaño se acomoda sin problemas en


Catape pequeño o antejardines y lugares reducidos, siendo estos
Cobalongo arbusto los usos más apropiados. Se debe tener presen-
te que todas sus partes son venenosas.

Thuja orientalis Pequeño a No Medio a lento Apropiado para construir barreras con diferentes
Pino libro mediano aplicaciones, especialmente para control de rui-
do y dar privacidad, en urbanizaciones, senderos
peatonales, antejardines y plazoletas tanto en la
tierra directamente como en materos.

Tibouchina lepidota Pequeño a Sí Lento Adecuado para parques, bulevares peatonales,


Siete cueros mediano separadores viales amplios y antejardines. Es
también un árbol indicado para enriquecer re-
manentes de bosque o rastrojos altos en las zo-
nas frías. Cuando existan restricciones en altura
su copa puede controlarse con podas debido a
su crecimiento lento cuando es adulto.

Trichanthera gigantea Mediano Esporádica- Rápido Especial para las áreas de retiro en fuentes hí-
Quiebra barrigo mente dricas y para enriquecer bosques intervenidos.
Nacedero

Triplaris americana Mediano Parcial Inicialmente Indicado para márgenes del río Aburrá y sus
Varasanta rápido, luego de quebradas afluentes, orejas de puentes, lade-
Guacamayo medio a lento ras, cerros, y para conformar barreras multipro-
pósito. Si se maneja con podas oportunas de
formación desarrolla un tronco bien definido
que facilita su utilización en separadores viales.

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ESPECIE TAMAÑO CADUCIFOLIO CRECIMIENTO RECOMENDACIÓN Y OBSERVACIONES
Vismia baccifera Pequeño a No Rápido Apto para la protección de microcuencas y na-
subsp. ferruginea mediano cimientos, y para programas de revegetaliza-
Carate ción de áreas deforestadas o de recuperación
de aquellas que han sido degradadas por mal
uso o fenómenos naturales. Como árbol para
la ciudad tiene muchas opciones para espacios
abiertos, alejado de construcciones porque sus
frutos los buscan ávidamente los murciélagos y
pueden volverse molestos en los sitios de ha-
bitación.

Vitex parviflora Mediano Sí Medio a lento Por su porte bajo y copa extendida es reco-
Roble guayo mendable para espacios verdes amplios como
Penda orejas de puentes, parques, cerros, laderas y
Higüerillo corredores viales, en los cuales no genere inter-
ferencias con el tráfico. Es un árbol escaso y de
baja difusión en el área metropolitana del Valle
de Aburrá, aún falta investigación para ampliar
su oferta en los viveros y su introducción a otros
espacios urbanos.

Vochysia ferruginea Grande No Medio a lento Apropiado para parques o espacios verdes am-
Dormilón plios donde pueda lucirse o en avenidas con
Sorogá separadores y retiros amplios. Requiere semi-
sombra en los estados iniciales, hasta cerca
de 1.50 m de alto, después tolera pleno sol.

Zanthoxylum rhoifo- Mediano Sí Rápido Árbol espontáneo en los remanentes de bosque


lium y en los retiros de quebradas. Se utiliza para
Tachuelo proveer sombra en cultivos de café y embelle-
cer en algunas zonas verdes de urbanizaciones.
Con posibilidades de uso en separadores viales
y programas de revegetalización.

Zygia longifolia Mediano No Rápido Es ideal para proveer sombra en zonas verdes
Suribio amplias; muy útil en la estabilización de riberas
Playero a lo largo de los cauces y fuentes de agua. Se
destaca por su copa extendida, su follaje de di-
versos colores y su floración, de aroma agrada-
ble, a lo largo de las ramas y el tronco.

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ÍNDICE POR NOMBRE COMÚN

Acacia Calistemo blanco Chirlobirlo


Acacia amarilla Calistemo rojo Chocho
Acacia amarilla Camajón Chocho
Acacia ferrugínea Cámbulo Chumbimbo
Acacia forrajera Campano Ciprés
Acacia japonesa Canastilla rosada Ciprés del mediterráneo
Acacia negra Candelero Ciruela
Acacia roja Cañafístulo macho Ciruelo mango
Acacia rosada Cañagria Cítricos
Aceite maría Caoba Cobalongo
Achiote Caoba dominicana Confite
Adelfa Capacho Copa blanca
Aguacate Capirona Coral
Aguacatillo Capitancillo Corcho
Alcaparro Caracolí Cresta de gallo
Alelí Carate Croto
Algarrobo Carbonero Diomate
Alistonia Carbonero Dormilón
Almendro Carbonero Dormilón
Almendro Carbonero zorro Dormilón
Almendro negro Carmín Drago
Araucaria Cartagüeño Ébano
Araucaria real Casco de vaca Embirá
Árbol de la lana Casco de vaca Embrujo de la india
Árbol del coral Casia de siam Escobillón rojo
Árbol del pan Castaño Escobo
Árbol orquídea Catape Espadero
Árbol orquídea Caucho Espino negro
Árbol salchicha Caucho Estrella de oriente
Arizá Caucho Estremadelio
Arizá Caucho de pará Eucalipto
Arrayán Caunce Eucalipto citriodora
Azahar de la india Cedrillo Eucalipto plateado
Azuceno Cedro Falso pimiento
Azuceno Cedro macho Ficus bomba
Bala de cañon Ceiba Flamboyán
Balso Ceiba barrigona Flor de cera
Bien me sabe Ceiba bruja Flor de la reina
Biscofia Ceiba del paraná Flor roja
Bonga Ceiba rosada Framiré
Bonga Ceiba tolúa Frangipán
Borombolo Ceiba verde Galán de noche
Búcaro Ceibo de agua Grevileo de jardín
Búcaro variegado Cerezo del gobernador Grosello
Cacao Chaparro Guacamayo
Cadamba Chaquiro Gualanday
Cadmio Cheflera Guamo
Café Cheflera enana Guanábana
Caimito Chicalá Guayaba feijoa
Cajuil Chiminango Guayabillo

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Guayabillo Margosa Playero
Guayabo María Podocarpus helecho
Guayacán Membrillo Poincetia
Guayacán Mestizo Poma rosa
Guayacán amarillo Mimbre Poma rosa
Guayacán de bola Miona Pomo
Guayacán de manizales Molinillo Puerto
Guayacán de tierra fría Móncoro Quiebra barrigo
Guayacán rosado Muelle Roble
Guayacán trébol Mulí Roble
Gusanero Nacedero Roble amarillo
Habano Navajuelo Roble de australia
Higuerón Navidad Roble guayo
Hoja de lanza Neem Samán
Iguano Nim San joaquín
Ilang-ilang Níspero del japón Sauce
Inchi Nogal Seso vegetal
Indio desnudo Nogal cafetero Siete cueros
Ixora roja Noro Siete sabores
Jaboncillo Oití Sirpo
Jabonero de la china Olivo negro Solera
Jaboticaba Orejero Sorogá
Jacaré Pacó Suribio
Jazmín de la india Pacó Swinglea
Júpiter Palo bonito Tabaidá
Larán Palo brasil Tacay
Laurel Palo brea Tachuelo
Laurel Palo cruz Tambor
Laurel Palo cruz Tapaliso
Laurel jabón Palo santo Teca
Lechero Palo verde Terebinto
Leucaena Pandurata Terminalia
Liberal Papayuelo Tolúa
Lignum vitae (a la madera) Paraseto Tortolito
Limón de seto Pate-gallina Totumo
Lirata Peregrina Trompillo
Lomo de caimán Pero de agua Tronador
Loro Pimiento Tulipán africano
Madroño Pino Tung asiático
Magnolia Pino Urapán
Mahoe Pino colombiano Uvito de playa
Maíz tostao Pino del paraná Vainillo
Majagua Pino libro Varasanta
Majagua Pino patula Velero
Mamey Pino romerón Yarumos
Mamoncillo Pino vela Zapote
Mango Piñón Zapote blanco
Mango matasano Piñón de oreja Zapote de carne
Manzana estrella Písamo
Marañón Pisquín

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ÍNDICE POR NOMBRE CIENTÍFICO

Acacia mangium Chloroleucon aff. tortum Gustavia spp.


Acacia melanoxylon Chrysophyllum cainito Hevea brasiliensis
Adenaria floribunda Citrus spp. Hibiscus elatus
Albizia carbonaria Clusia orthoneura Hibiscus rosa- sinensis
Alchornea triplinervia Cnidoscolus aconitifolius Hibiscus tiliaceus
Aleurites fordii Coccoloba acuminata Hura crepitans
Alstonia pittieri Coccoloba uvifera Hymenaea courbaril
Anacardium excelsum Codiaeum variegatum Inga spp.
Anacardium occidentale Coffea arabica Ixora coccinea
Andira sp. Cojoba arborea Jacaranda mimosifolia
Annona muricata Cordia alliodora Jatropha integerrima
Araucaria angustifolia Cordia gerascanthus Kigelia pinnata
Araucaria excelsa Couroupita guianensis Koelreuteria paniculata
Artocarpus altilis Crescentia cujete Lafoensia speciosa
Astronium graveolens Croton cupreatus Lagerstroemia indica
Azadirachta indica Cupania spp. Lagerstroemia speciosa
Bauhinia kalbreyeri Cupressus lusitanica Leucaena leucocephala
Bauhinia variegata Cupressus sempervirens Licania arborea
Beilschmiedia cf. pendula Delonix regia Licania tomentosa
Bischofia javanica Delostoma roseum Licaria limbosa
Bixa orellana Dilodendron costaricense Ligustrum lucidum
Blighia sapida Diospyros blancoi Magnolia grandiflora
Breonia chinensis Dombeya wallichii Mammea americana
Brownea ariza Duranta repens Mangifera indica
Brownea grandiceps Enterolobium cyclocarpum Matisia cordata
Buchenavia capitata Eriobotrya japonica Melaleuca quinquenervia
Bucida buceras Eriotheca gracilipes Melicoccus bijugatus
Bulnesia arborea Erythrina crista-galli Miconia caudata
Bunchosia armeniaca Erythrina fusca Miconia serrulata
Bursera simaruba Erythrina poeppigiana Murraya paniculata
Byrsonima cumingiana Erythrina variegata Myrcia popayanensis
Caesalpinia ebano Eucalyptus cinerea Myrciaria cauliflora
Caesalpinia peltophoroides Eucalyptus citriodora Myrsine spp.
Calliandra haematocephala Eucalyptus spp. Nectandra spp.
Calliandra pittieri Euphorbia cotinifolia Nerium oleander
Callistemon speciosus Euphorbia pulcherrima Ochroma pyramidale
Calophyllum calaba Feijoa sellowiana Ormosia cf. macrophylla
Calycophyllum candidissimun Ficus benjamina Ormosia colombiana
Calycophyllum spruceanum Ficus cyathistipula Pachira insignis
Cananga odorata Ficus elastica Pachira quinata
Caryodendron orinocense Ficus lyrata Peltophorum ferrugineum
Casimiroa edulis Ficus spp. Pentaclethra macroloba
Cassia javanica Flacourtia indica Persea americana
Cecropia spp. Fraxinus uhdei Persea caerulea
Cedrela odorata Garcinia madruno Petitia domingensis
Ceiba pentandra Godoya antioquensis Petrea rugosa
Ceiba speciosa Grevillea banksii Phyllanthus acidus
Cercidium praecox Grevillea robusta Pinus patula
Cespedesia macrophylla Guaiacum officinale Pithecellobium dulce
Chamaesenna colombiana Guarea guidonia Pittosporum undulatum

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Platymiscium pinnatum
Platypodium elegans
Plumeria alba
Podocarpus cf. gracilior
Pourouma spp.
Pouteria sapota
Pseudobombax septenatum
Psidium guajava
Quercus humboldtii
Retrophyllum rospigliosii
Salix humboldtiana
Samanea saman
Sapindus saponaria
Schefflera actinophylla
Schefflera arboricola
Schefflera morototoni
Schinus molle
Schinus terebinthifolius
Schizolobium parahyba
Senna siamea
Senna spectabilis
Simarouba amara
Spathodea campanulata
Spondias mangifera
Sterculia apetala
Swietenia macrophylla
Swietenia mahagoni
Swinglea glutinosa
Syzygium jambos
Syzygium malaccense
Tabebuia chrysantha
Tabebuia rosea
Tabernaemontana coronaria
Tecoma stans
Tectona grandis
Terminalia catappa
Terminalia chiriquensis
Terminalia ivorensis
Theobroma cacao
Thevetia peruviana
Thuja orientalis
Tibouchina lepidota
Trichanthera gigantea
Triplaris americana
Vismia baccifera subsp. ferruginea
Vitex parviflora
Vochysia ferruginea
Zanthoxylum rhoifolium
Zygia longifolia

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