Proyecto de Ley Prohibición Del Lenguaje Inclusivo.

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EXPTE.

0067-P-2021

H. Cámara de Diputados de la Nación


"2021 - Año del Homenaje al Premio Nobel de Medicina Dr. César Milstein”

PROYECTO DE LEY -EXPTE. 0067-P-2021


La Honorable Cámara de Diputados de la Nación
El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso sancionan
con fuerza de ley:
ARTÍCULO 1: Prohíbase el uso en documentos y actos oficiales y en establecimientos
educativos del comúnmente denominado “lenguaje inclusivo”, en cualquiera de sus formas
(“x”, “e”, “@”, etc.), empleado a para reemplazar el uso del masculino cuando es utilizado en
un sentido genérico, así como de cualquier otra forma diferente a la lengua oficial adoptada por
la República Argentina.
ARTÍCULO 2: La presente norma es aplicable a todos los documentos y/o actos oficiales
emitidos por cualquiera de los tres poderes del Estado en todos sus niveles, así como a las
escuelas de todos los niveles y demás establecimientos educativos de la República Argentina.
ARTÍCULO 3: Deróguense todas las disposiciones que se opongan o limiten la presente ley.
ARTÍCULO 4: Las disposiciones de la presente ley entrarán en vigencia inmediatamente
después de su publicación en el Boletín Oficial.
ARTÍCULO 5: Invitase a las provincias a adherir a la presente ley.
ARTÍCULO 6: Comuníquese al Poder Ejecutivo.
ARTÍCULO 7: De forma.

Patricia Alejandra PATERNESI - Cynthia Roxana GINNI


EXPTE. 0067-P-2021

H. Cámara de Diputados de la Nación


"2021 - Año del Homenaje al Premio Nobel de Medicina Dr. César Milstein”

Fundamentos
Sr. Presidente:
La iniciativa de la presentación del Proyecto de Ley que prohíbe el uso del “lenguaje
inclusivo” en cualquiera de sus formas, así como alteraciones gramaticales y fonéticas
que desnaturalicen el lenguaje, obedece a la necesidad de eliminar los obstáculos que en
materia de lectoescritura se manifiestan por el uso del mismo.
En el plano internacional, como es de público conocimiento, Francia ha prohibido
oficialmente la utilización del denominado “lenguaje inclusivo” en sus establecimientos
educacionales. El Ministro de Educación Nacional, Juventud y Deporte del país galo,
Jean-Michel Blanquer, comentó que dicho lenguaje constituye un obstáculo para la
lectura y la comprensión de la escritura, y que incluso puede impedir que aprendan
francés aquellos niños que tienen ciertas discapacidades o problemas de aprendizaje.1
Entendemos que lo mismo ocurre en nuestro país, además de considerar que los niños
van formando su lenguaje los primeros años de su vida y que su mala utilización podría
no sólo obstaculizar la lectoescritura y su comprensión, sino también significar una
barrera para aquéllos que tienen más dificultades.
Esta medida busca ser replicada en Chile y en Perú, donde ya existen proyectos de ley
que intentan prohibir la alteración de la gramática, la lingüística, y el enfoque de género
en el sistema educativo nacional, en aras de garantizar el correcto uso del lenguaje, y en
salvaguarda de la integridad psicológica de la niñez. En Perú bajo la iniciativa legislativa
N° 7651, presentada por el congresista César Gonzalez Tuanama, se encuentra
actualmente en la Comisión de Educación, Juventud y Deporte del Congreso de ese país.
En Chile bajo el Proyecto de Reforma Constitucional presentado por Cristóbal
Urruticoechea y Harry Jürgensen. Ambos proyectos fueron ingresados en el mes de
mayo del presente año.
Un hecho significativo ha acontecido en la propia España, cuando la Real Academia
Española elaboró un Informe sobre el “lenguaje inclusivo”, a principios del año 2020, a
raíz de una petición de la vicepresidente del gobierno español, que pretendía modificar el
texto de la vieja Constitución de 1978 por considerarla “machista”. Dicho informe, al
decir de Carlos Herman Güttner, “ha zanjado toda controversia en torno a la cuestión del lenguaje
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inclusivo en la redacción de las leyes”. Los argumentos brindados por la RAE en dicho
informe sirven para todos los pueblos hispanohablantes y son útiles a la hora de prevenir
el riesgo de objeciones y modificaciones que también corren los textos jurídicos y
normativos por no contener lo que erróneamente se da en llamar “lenguaje inclusivo”.
En el artículo titulado “Constitución, idioma nacional y lenguaje inclusivo según criterior
de la Real Academia Española”, que Güttner publica el 8 de septiembre de 2020 en SAIJ
-Sistema Argentino de Información Judicial-2, refiere que “el documento de la
institución hispana explicita que los grupos nominales en género masculino son de
exégesis inclusiva, resultando en textos claros e inteligibles que en modo alguno plantean
problemas serios de interpretación literal, no existiendo razones gramaticales ni de
inteligibilidad semántica que obliguen a introducir modificaciones”.
El masculino genérico tiene un valor lingüístico por su carácter inclusivo desde los
albores de la historia, con reglas de corrección gramatical y excelencia semántica que
determinan limitaciones a la utilización de los desdoblamientos y duplicidades de
género(i).
El divulgado uso de términos masculinos no denota un predominio con intención
excluyente de lo femenino, por el contrario, es incluyente toda vez que así surge del
contexto literal, de acuerdo con la conciencia lingüística de los hispanohablantes y con la
estructura gramatical y léxica de las lenguas románicas(ii).

Desde hace siglos, se utiliza un castellano correcto en términos normativos, siendo sus
principios y disposiciones muy claros y fácilmente inteligibles por todos los ciudadanos.
La redacción empleada en cada uno de nuestros textos legales y literarios es compatible
con los usos lingüísticos generales del idioma castellano, que no han sido desplazados
por otros nuevos.

El Informe pone énfasis en que es el empleo del conjunto de los hispanohablantes el que
proporciona el fundamento sobre el que se erigen las obras y recomendaciones que
elabora la Real Academia Española, tal como se puede comprobar en el Corpus del
Español del Siglo XXI (CORPES), el cual recoge actualmente trescientas millones de
formas que reflejan el uso del español de los últimos diecinueve años a ambos lados del
Atlántico.

Los estudios lingüísticos resaltan desde siempre que el masculino es el término no


marcado para todos los hispanohablantes en un gran número de contextos,
especialmente cuando se asocia con el plural. Los sustantivos, artículos, indefinidos, etc.,
de género masculino son interpretados como términos inclusivos de forma
absolutamente general, no invisibilizan a las mujeres ni constituyen un agravio a ellas,
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sino que las abarca y las incluye, de acuerdo con el sentimiento lingüístico de los
hispanohablantes de todo el mundo en los últimos siglos.

Para dar ejemplos, se colige que la inclusión no siempre es favorable para los individuos
abarcados: cuando se habla de "descubrir a los culpables" o de "los responsables de un
delito", también se entiende que pueden serlo por igual mujeres u hombres.

El empleo del masculino como término no marcado tiene consecuencias sintácticas.


Cuando se dice de un hombre y de una mujer que "son amigos" o que "viven juntos", se
usan en masculino el sustantivo amigos y el adjetivo juntos. Tendría poco sentido afirmar
que esta forma de concordancia no incluye a la mujer porque no es nombrada
explícitamente. La naturaleza puramente gramatical de este fenómeno se pone de
manifiesto cuando se coordinan nombres comunes de género distinto que no designan
seres sexuados.

Para la Real Academia Española está claro que la elección del masculino como "género
por defecto" o "género no marcado" puede ser completamente independiente de la
oposición entre género y sexo. Los contextos de concordancia ponen de manifiesto que
dicha elección constituye una propiedad gramatical básica de la lengua española
compartida por cuantos la hablan.

Güttner nos da un ejemplo para constatar la afirmación, cuando -hablando de los


gremios en el artículo 14 bis, segundo párrafo de la Constitución Nacional- se
establece que "Los representantes gremiales [masculino plural] gozarán de las garantías necesarias
[femenino] para el cumplimiento de su gestión sindical [femenino] y las relacionadas con la estabilidad
del empleo [femenino]". Y podríamos repetir un ejercicio similar con cualquier texto jurídico
nacional y llegaríamos a las mismas conclusiones.

El Informe también hace hincapié en los casos excepcionales donde el masculino en


plural carece de connotación inclusiva, destacando como inusual que la expresión los
enfermeros abarque a las enfermeras, o que la expresión los monjes comprenda a las
monjas, o que los brujos incluya a las brujas. En el primer caso (enfermeros) la ausencia
de interpretación inclusiva se debe a la tradicional prevalencia de la mujer en el
desempeño de la enfermería; en los otros dos (monjes, brujos) se da cierta
especialización léxica, con el consiguiente alejamiento semántico de cada uno de los dos
elementos de las correspondientes parejas (monje / monja y brujo / bruja).

Como es lógico, si se desea hacer referencia a las mujeres en todos esos casos, será
necesario usar fórmulas que las abarquen explícitamente(iii).
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Del mismo modo, las formas desdobladas (que contienen la mención expresa de lo
masculino y femenino) se usan para despejar imprecisiones en un contexto determinado,
verbigracia indagar cuántos hermanos tiene una persona. En este caso debe tenerse
presente el diálogo previo a fin de constatar si refiere únicamente a los varones o
también a las mujeres. Hay situaciones de ambigüedad, poco comunes, en las que el
desdoblamiento puede estar justificado por simple énfasis, como sucede en los vocativos
empleados en las expresiones formales de saludo (Señoras y señores; Amigas y amigos,
etc.), en las que es habitual recalcar la presencia de ambos sexos por razones de
cortesía(iv).

* El uso del masculino con sentido inclusivo en la Constitución Nacional: una de las
principales recomendaciones de la RAE es evitar el abordaje ideológico o político de
cuestiones estrictamente lingüísticas, cuya opción excede a las instituciones y academias.
Debe tenerse presente, asimismo, que la utilización de términos masculinos con carácter
inclusivo de lo femenino no afecta en absoluto la igualdad entre hombres y mujeres.
Como bien se señala, es un hecho estrictamente lingüístico que carece de consecuencias
políticas para la visibilidad de las mujeres, el respeto con que son tratadas, o su acceso a
los puestos de mayor responsabilidad en todos los ámbitos de la sociedad(v).

Durante dos siglos, nuestro sistema jurídico ha redactado sus normas -desde la
Constitución Nacional hasta leyes, decretos, reglamentos, ordenanzas, etc.- con los
términos lingüísticos correctos, ajustados a la gramática castellana y a su léxico. Ninguna
cuestión de género ha motivado dudas en torno a su interpretación, mucho menos en
cuanto al significado y alcance de sus disposiciones. Tampoco es cierto que aquello que
no se nombra no existe, aplicable a las mujeres según el criterio de los promotores de la
inclusividad. La mujer sí está nombrada y contenida en las formas determinadas por las
convenciones de la lengua.

De hecho, en el ordenamiento jurídico hay sustantivos femeninos que también son


inclusivos de varones y mujeres y en modo alguno suponen la invisibilización de lo
masculino: nación, patria, sociedad, comunidad, organización, cámara, corte, etc.

* El uso de los pronombres indefinidos y de los sustantivos masculinos en plural: Al


igual que la Constitución española, que motivó el Informe de la Real Academia, nuestra
Ley Fundamental emplea con sentido inclusivo los artículos y los indefinidos en
masculino, congruente con la estructura gramatical del idioma.

Nadie en su sano juicio puede argüir que los constituyentes y reformadores que actuaron
entre 1853 y 1994 redactaron una Constitución únicamente para varones que excluyera a
las mujeres. En todas las disposiciones están incluidos varones y mujeres por igual, de tal
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manera que resulta improcedente suponer que las mujeres no se encuentran


comprendidas, por ejemplo, en la norma del artículo 41 de la Constitución Nacional:
"Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el
desarrollo humano...".

El pronombre indefinido "todos" en masculino plural con sentido inclusivo de ambos


géneros aparece en muchos otros artículos de la Carta Magna: -"Todos los habitantes de
la Nación gozan de los siguientes derechos..." (artículo 14); -"Todos sus habitantes son
iguales ante la ley..." (artículo 16); -"Todo autor o inventor es propietario exclusivo de su
obra, invento o descubrimiento..." (artículo 17); -"Todo ciudadano argentino está
obligado a armarse en defensa de la patria y de esta Constitución..." (artículo 21);
-"Todos los ciudadanos tienen el derecho de resistencia contra..." (artículo 36); -"Todos
los integrantes del Senado serán elegidos en la forma indicada en el artículo 54..."
(Disposición Transitoria Quinta).

El pronombre indefinido "nadie" en masculino singular se usa con sentido abarcativo en


el texto del artículo 18 de la Constitución Nacional: -"Nadie puede ser obligado a
declarar contra sí mismo...", teniendo este uso generalizado concordancia de género con
adjetivos y participios.

Un grupo nominal de interpretación contentiva muy utilizado es "los ciudadanos": -"Los


ciudadanos de cada provincia gozan de todos los derechos, privilegios e inmunidades
inherentes al título de ciudadano en las demás..." (artículo 8); -"... Los ciudadanos por
naturalización son libres o no de prestar este servicio..." (artículo 21); -"Los ciudadanos
tienen el derecho de iniciativa para presentar proyectos de ley en la Cámara de
Diputados..." (artículo 39).

En el cuerpo constitucional existen numerosos sustantivos masculinos plurales que


revisten la indubitable nota inclusiva, per se o dentro de grupos nominales en plural,
entre los que podemos mencionar: -los diputados, los senadores, los miembros, los
integrantes o los representantes, en los artículos 22, 40, 44, 45, 46, 47,49, 50, 52, 54, 56,
59, 64, 66, 67, 68, 73, 74, 75, 77, 79, 81, 83, 84, 86, 105, Disposición Transitoria Cuarta,
Disposición Transitoria Quinta, y Disposición Transitoria Decimocuarta, por ejemplo;
-los ministros, en los artículos 99, 100, 101, 103, 104, 105, 106, 116, 117; -los jueces o los
magistrados, miembros o individuos nombrados en los artículos 18, 34, 109, 110, 112,
114, 115, y Disposición Transitoria Decimotercera; -los embajadores, en los artículos 116
y 117; -los eclesiásticos, en el artículo 73; -los gobernadores, los legisladores y los
funcionarios, en los artículos 73, 122, 128; -los ciudadanos, en el artículo 8; -los
individuos, en el artículo 112; -los vecinos, en el artículo 116; -los habitantes, en los
artículos 14 y 16; -los extranjeros, en los artículos 20 y 25; -los gremios y los
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representantes gremiales, en el artículo 14 bis; -los consumidores y los usuarios, en el


artículo 42; -los profesionales o los empleados, en el artículo 125.

* El uso de los sustantivos de persona en singular: una regla de nuestro idioma es que el
género de los sustantivos que aluden a las personas no siempre se corresponde
efectivamente con el sexo de la persona designada. Son muchos los sustantivos que se
aplican por igual a varones y mujeres dentro de un contexto adecuado de la oración y sin
modificar por ello su género gramatical. Como ejemplo de estos sustantivos en el texto
constitucional podemos mencionar a: -persona (artículos 18, 29, 43); -autoridad
(artículos 18, 19, 86); -ciudadano (artículos 8, 20, 21); -presidente y vicepresidente
(artículos 87, 88, 89, 90, 91, 92, 93, 94, 95, 96, 97, 98, 99, 109, 112); -juez (artículo 18);
-jefe (artículos 99 inc. 1, 100, 101, 129); -ministro (artículo 101); -abogado (artículo 111);
-delincuente (artículo 119); -hijo (artículo 89); -habitante (artículos 17, 18, 19); -escribano
(artículo 15); -funcionario (artículo 15, 88); -autor, inventor, propietario (artículos 17, 75
inc. 19).

* El uso de sustantivos de persona en expresiones nominales indefinidas: La Real


Academia Española (vi) enfatiza que las condiciones en las que una expresión indefinida
recibe interpretación genérica son sintácticas, además de discursivas. Traspolando la
regla, no se puede determinar al margen del contexto si el grupo nominal "un argentino"
es o no inclusivo, o su expresión similar "cualquier argentino" dentro de una
generalización (casi siempre con presente, imperfecto o futuro). Modificando el contexto
esos grupos nominales podrían dejar de ser contentivos de varones y mujeres,
verbigracia la oración "un argentino y un paraguayo se suceden en la presidencia del
Mercosur" alude únicamente a dos sujetos varones.

Las expresiones indefinidas construidas en masculino singular que hallamos en el texto


de nuestra Constitución Nacional son absolutamente comprensivas de varones y
mujeres, a saber: -"La propiedad es inviolable y ningún habitante de la Nación puede ser
privado de ella..." (artículo 17); -"Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin
juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso..." (artículo 18); -"Ningún
habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que
ella no prohíbe." (artículo 19); -"Ningún senador o diputado, desde el día de su elección
hasta el de su cese, puede ser arrestado..." (artículo 69); -"Ninguno podrá ser miembro
de la Corte Suprema de Justicia, sin ser abogado de la Nación con ocho años de
ejercicio..." (artículo 111).

En todos los casos de pronombres o grupos nominales construidos con sustantivos en


singular no se alude a alguien por su sexo sino que son comprensivos de ambos. Cuando
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se trata de indefinidos que no van acompañados de un sustantivo actúan como


pronombres y siguen la misma regla.

La nota incluyente también se da cuando las expresiones construidas con grupos


nominales de persona en masculino aparecen sin el artículo, ya sea en singular o en
plural: -"Cuando se forme querella por escrito ante las justicias ordinarias contra
cualquier senador o diputado..." (artículo 70); -"... sus integrantes serán proclamados
como presidente y vicepresidente de la Nación." (artículo 97 in fine); -"No pueden ser
senadores ni diputados, sin hacer dimisión de sus empleos de ministros" (artículo 105).

* El uso de personas en expresiones nominales definidas: Al igual que en los ejemplos


precedentes, los grupos nominales definidos revisten la condición comprensiva de
varones y mujeres cuando designan en singular a tipos de individuos. Del mismo modo,
las condiciones que definen la interpretación genérica son gramaticales, congruentes con
el contexto de la oración. Así, por ejemplo, no sería inclusiva la oración "el fallo
destituyó al acusado", mientras que sí lo sería en el marco del texto constitucional del
artículo 60: "Su fallo no tendrá más efecto que destituir al acusado...".

De nuestra Constitución surgen muchos grupos nominales definidos con masculino en


singular, utilizados para referirse a cargos, órganos, jerarquías o funciones públicas que se
ejercen a título personal y por un período establecido: el Presidente de la Nación, el
Vicepresidente de la Nación, el Presidente provisional del Senado, el Presidente de la
Cámara de Diputados de la Nación, el Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación, el presidente de la Auditoría General de la Nación, el Defensor del Pueblo, el
Jefe de Gabinete, el Procurador General de la Nación, el Gobernador de una provincia,
el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, etc.

Emplear cualesquiera de estos sintagmas en sentido coloquial puede carecer de


connotación contentiva, mientras que en el contexto literal de la norma constitucional
tienen un indubitable cariz inclusivo.

Por ejemplo, hacer referencia al "Presidente de la Nación Argentina" no significa -ni en


la Constitución ni en el resto de las normas jurídicas- que el Presidente de la Nación sea
un varón, por el contrario, abarca por igual a un varón o a una mujer.

Por ello la Real Academia Española sugiere diferenciar lingüísticamente la denominación


del cargo, órgano, puesto o dignidad de la mención de la persona que lo ejerce.

Las diversas nomenclaturas de las ocupaciones atribuidas a las personas dentro del
idioma español no suponen contradicciones en términos lingüísticos, ya que
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perfectamente puede decirse "la Vicepresidente de la Nación Argentina es una mujer", o


"el próximo Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, sea hombre o
mujer, deberá expedirse sobre los nuevos retos tecnológicos". Estas lecturas predicativas
de las expresiones nominales definidas en masculino singular y referidas a cargos y
funciones son típicas de todas las normas jurídicas bien redactadas. No solo
constituyen un correcto ejercicio de la técnica legislativa sino que reflejan la excelencia
lingüística trasladada al orden jurídico, en una sintaxis virtuosa.

Las reglas enunciadas forman parte de una añeja conciencia lingüística de los
hispanohablantes, para quienes el género masculino ha sido desde siempre inclusivo,
contrariamente a los reproches de la ideología de género que busca excluir a la mujer y al
varón, separándolos y acentuando las diferencias en desmedro de la igualdad que
supuestamente preconizan.

En lo que respecta a nuestro sistema jurídico, la propia Constitución Nacional garantiza


de pleno derecho la igualdad real de oportunidades entre varones y mujeres (artículo 37),
desvirtuando cualquier interpretación en sentido contrario.

Como bien dice Güttner: “Resulta saludable, entonces, conservar las reglas gramaticales y léxicas
del idioma nacional, como lo sugiere la Real Academia Española, evitando los desdoblamientos basados
en el sexo de las personas ("los diputados y las diputadas", "los jueces y las juezas", "los argentinos y
las argentinas", etc.) o empleando fórmulas neutras como el uso de la letra "e" ("ciudadanes", "vecines",
etc.) que acarrea la deformación de los vocablos”. La problemática del lenguaje inclusivo no es
de naturaleza lingüística sino ideológica.

No es cierto que el uso del masculino en el idioma español excluya a lo femenino, todo
lo contrario, siempre ha tenido carácter inclusivo. La torpeza del desdoblamiento por
sexos, tal como reclaman los transgresores, no implica visibilizar sino romper con la
igualdad y la inclusión, acentuando la diferencia a través de la separación y quebrantando
el sentido de equidad de las expresiones definidas de persona, construidas en masculino
singular.

Los desdoblamientos tienen, además, una desventaja: saturan la estética del discurso con
paráfrasis y repeticiones innecesarias a cada momento ("los diputados y las diputadas",
"los ciudadanos y las ciudadanas", "los trabajadores y las trabajadoras", "los médicos y
las médicas", "los científicos y las científicas", etc.), y van en desmedro de una
comunicación inteligible. Por lo tanto, en la redacción de las normas no son aconsejables
los desdoblamientos ni las fórmulas neutras, toda vez que implican redundancias o
deforman los vocablos de tal manera que pueden alterar y debilitar su valor jurídico y
social.
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Cabe destacar que en el Informe de la Real Academia Española se ha enfatizado la


convicción jurídica de igualdad entre hombres y mujeres que caracteriza a los textos
constitucionales de España e Hispanoamérica, donde se aplican convenciones
gramaticales propias de las lenguas románicas. Ninguna de estas reglas tiene la finalidad
de excluir a la mujer o invisibilizar, por el contrario, obedecen a criterios gramaticales de
concordancia entre sustantivos, adjetivos e indefinidos que siempre fueron inclusivos.

Desde antaño, los textos literarios, técnicos, científicos, jurídicos, ensayísticos,


periodísticos, publicitarios y de otros tipos en todos los países de habla hispana, así como
en los registros orales, oficiales o informales, se ha empleado el género gramatical
masculino con sentido absolutamente inclusivo de los dos sexos.

La transgresión del lenguaje inclusivo como prospecto ideológico es un acto de


naturaleza estrictamente política, no cultural ni lingüística.

La Real Academia Española expresó, con buen tino, que no sería apropiado ni razonable
desestimar los usos lingüísticos tradicionales y mayoritarios del mundo hispánico en
todos los registros orales y escritos para imponer opciones minoritarias que no
contradicen la interpretación generalizadora e inclusiva de las convenciones a las que
pretenden reemplazar. Y dice muy acertadamente: "Sería absurdo concluir que el grupo
mayoritario de los hispanohablantes que emplean el masculino plural en su interpretación inclusiva, de
acuerdo con los usos generales de la lengua española en todo el mundo, no comparte tales objetivos de
igualdad, no sostiene esos mismos valores o no aspira a los mismos ideales (...). Las situaciones de
igualdad o desigualdad entre hombres y mujeres en determinados países (...) son enteramente
independientes de las opciones gramaticales que cada idioma elige en dichos territorios para codificar la
interpretación inclusiva del género masculino (...). Resultaría escasamente democrático sostener que los
hablantes nativos desconocen si esos sustantivos son o no inclusivos -o, lo que sería aún peor, negarles la
capacidad de determinarlo-, y entender que han de ser los poderes públicos quienes lo decidan, en virtud
de su compromiso con la igualdad de hombres y mujeres en todos los ámbitos de la sociedad"(vii).

Cualquier posición ideológica -como la que se plantea a partir del erróneamente


denominado lenguaje inclusivo para destruir la unidad lingüística de la Nación-, debe
desecharse en virtud de los valores democráticos y de la identidad cultural. Ninguna
minoría tiene derecho a destruir el idioma oficial de la Nación imponiendo su voluntad a
la mayoría de los hablantes.

La ideología no iguala, divide y disgrega, pero el idioma nos une porque nos
incluye y confiere identidad común.
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Entonces, la Real Academia Española (RAE), organismo encargado de velar por el


correcto uso del lenguaje y de mantener la unidad del ámbito hispánico, ha recordado en
un informe sobre el lenguaje inclusivo que “los cambios gramaticales o léxicos que han triunfado
en la historia de nuestra lengua no han sido dirigidos desde instancias superiores, sino que han surgido
espontáneamente entre los hablantes. Son estos últimos los que promueven y adoptan innovaciones
lingüísticas que solo algunas veces alcanzan el éxito y se generalizan. En estos procesos de innovación y
cambio la Academia se limita a ser testigo del empleo colectivo mayoritariamente refrendado por los
hablantes, así como a describir estos usos en sus publicaciones”.3
Su Director, Santiago Muñoz Machado, consultado en una entrevista de “El País” sobre
el lenguaje inclusivo, señaló lo siguiente: “Tenemos una lengua hermosa y precisa. ¿Por
qué estropearla con el lenguaje inclusivo? 4 (...) El desdoblamiento altera la economía del
idioma. Y yo añado: y la belleza. Este tipo de variantes la estropean. Es una lengua
hermosa y precisa. ¿Por qué tiene que venir usted a estropearla? (...) Además de
engorroso, el desdoblamiento alarga innecesariamente discursos y textos. Un caso típico
es la Constitución bolivariana de la Venezuela chavista que, escrita en castellano,
insumiría muchas menos páginas. Y menos papel. Por ejemplo: “Los venezolanos y
venezolanas por nacimiento no podrán ser privados o privadas de su nacionalidad”. Se
olvidaron el “las”, dicho sea de paso. Es que el lenguaje inclusivo es errático y
caprichoso”5.
También ha manifestado que el lenguaje no está cerrado, siempre que las aperturas
pretendidas sean “razonables, no lesionen el idioma y mantengan su belleza y sobre todo
su economía”.
En nuestro país cada vez es más común escuchar y leer en documentos oficiales la
duplicación de las palabras, para hacer lugar a esta supuesta inclusión a partir del
lenguaje, observándose con claridad la alteración en la economía y simplificación de la
que habla Muñoz Machado.
Se han hasta modificado Reglamentos internos de la H. Cámara de Diputados de
distintos distritos, duplicando las palabras de forma no autorizada por la Real Academia
Española, atentando contra los sentidos de la vista y el oído, en forma absolutamente
carente de fundamento.
Se han escuchado asimismo, discursos de altos funcionarios diciendo palabras como
“jóvenas”, “estudiantas”, “albañilas” y otras palabras que rozan el ridículo y no hacen
otra cosa más que deformar y desconceptualizar el lenguaje. Introducen palabras que ni
siquiera constan en los diccionarios de la lengua española.
Ya en el año 2019, el diario español “El País”, en ocasión del Congreso de la Lengua
Española celebrado en Córdoba, escribió haciendo alusión a Argentina: “...el país
suramericano plantea para la igualdad soluciones ajenas a la gramática..”, y lo cierto es que
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contrariamente al logro de la igualdad, cada vez se vé mayor desigualdad, mayor


exclusión.
Por su parte, el Doctor en filosofía y letras de la Universidad de Buenos Aires, José Luis
Moure, alto directivo de la Academia Argentina de Letras, con quien coincidimos,
sostuvo: “Las manifestaciones tienen, a mi modo de ver, un cariz político. Siempre es necesario separar
lo ideológico, cada uno tiene derecho a opinar como se le dé la gana. Es algo legítimo. Pero otra cosa es
llevar eso al terreno del lenguaje, cuya propiedad resulta colectiva, más tratándose de un idioma que
hablan más de 500 millones. En este caso, a mi juicio, aparece como un reclamo de un sector minoritario
de clase media ilustrada, quien pretende que esa reivindicación se imponga de forma manifiesta en el
lenguaje”.
Consideramos acertada, a su vez, la opinión del escritor y periodista Sergio Sinay, autor
de numerosos ensayos sobre vínculos humanos y problemáticas masculinas, en cuanto
ha dicho que “El lenguaje inclusivo en realidad no es un lenguaje, sino una jerga, y no es inclusivo
sino más bien excluyente. Parten de un pensamiento muy elemental y rudimentario por el cual si
hay una palabra terminada en ‘o’ ya es masculina y, por lo tanto, patriarcal y abusiva. Estos
reduccionistas o ‘jibarizadores’ del lenguaje tienen la ilusión de que recortando la lengua, o inventando
una manera de hablar, se puede forzar la realidad o envasarla. Eso en el fondo es un delirio.El lenguaje
es representativo de la realidad y no al revés, ellos buscan el camino inverso.” 6
En este orden se ha pronunciado José María La Greca, Secretario de la “Academia
Nacional de Educación” de nuestro país, el día 7 de Junio del corriente, en su
Declaración sobre el uso del lenguaje inclusivo, entendiendo oportuno su apoyo público
a lo manifestado por la “Academia Argentina de Letras” al afirmar que: “no deben forzarse
las estructuras lingüísticas del español para que se conviertan en espejo de una ideología, pues la
Gramática española que estudiamos no coarta la libertad de expresarnos o de interpretar lo que
expresan los demás. Lo afirmamos con la convicción de que una lengua que interrelaciona nunca
excluye.” 6 Y continúa señalando que “el llamado lenguaje inclusivo supone alterar artificialmente el
funcionamiento de la morfología de género en español bajo la premisa subjetiva de que el uso del
masculino genérico invisibiliza a la mujer ya que el uso de la @ o de las letras “e” y “x” como supuestas
marcas de género inclusivo es ajeno a la morfología del español, además de innecesario, pues el masculino
gramatical ya cumple esa función como término no marcado de la oposición de género.”
Entendemos, al igual que La Greca, innecesarios los estilos inclusivos que complejizan
tanto la lengua como su enseñanza en las instituciones educativas y la alteran hasta
formas que resultan incómodas para el sano sentido común de la sociedad. Destacamos,
coincidiendo con su postura, que “no contribuyen a señalar la igualdad de los sexos
sino que, por el contrario, sugieren la existencia de una rivalidad y no de un
encuentro profundo entre ambos.
Por su parte, el célebre escritor peruano, Mario Vargas Llosa, ha sentenciado que el
lenguaje inclusivo es una “aberración”, aludiendo a la forma en que el lenguaje natural es
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distorsionado y a los excesos, considerando por tanto que se trata de un problema de


carácter político.7
Según el ganador del Premio Nobel de Literatura del año 2010, el lenguaje es algo
concebido de forma natural por toda la humanidad, y tiene reglas que no se pueden
quebrantar. Por eso, al intentar instalar el lenguaje inclusivo, lo que se obtiene es una
situación prejuiciada que desnaturaliza el lenguaje y lo empobrece.8
Algunas provincias de nuestro país ya se han ocupado del tema, por ejemplo Mendoza y
Santa Fe que han presentado Proyectos de Ley en esa dirección.
El lenguaje inclusivo como instrumento ideológico y político atenta contra uno de los
objetivos de la Ley Federal de Educación, 26.206, como es el de profundizar el ejercicio
de la ciudadanía democrática, respetar los derechos humanos y libertades fundamentales,
expuestos en su artículo 3.
En este contexto, creemos que nuestro país debe seguir la senda trazada por Francia,
también pretendida por nuestro país vecino -Chile- a través de su Proyecto de Reforma,
y prohibir las alteraciones gramaticales y fonéticas que desnaturalizan el lenguaje en actos
y documentos oficiales, así como dentro de la enseñanza oficial reconocida por el
Estado, tanto en la educación inicial, como en la educación primaria, media y superior.
Estamos convencidas de que esta Ley tendrá un impacto positivo en la sociedad toda
promoviendo el uso correcto, oportuno y adecuado del lenguaje, impidiendo que las
ideologías, políticas o de cualquier otra índole, contaminen mediante el lenguaje: a) la
comunicación oficial manifestada a través de actos y/o documentos oficiales, y b) la
educación de niños y adolescentes, entendidos éstos en su generalidad, evitando que de
este modo se coarte y/o restringa el derecho preferente que tienen todos los
progenitores de educar a sus hijos según los valores y principios que estimen pertinentes.
Por consiguiente, y con el mérito de los antecedentes expuestos, venimos a someter a la
consideración de esta Honorable Cámara de Diputados de la Nación, el Proyecto de Ley
detallado ut-supra.
Se adjunta Informe de la Real Academia Española sobre el lenguaje inclusivo y
cuestiones conexas del 16 de enero de 2020, como ANEXO I. El mismo puede ser
consultado a través del siguiente link:
https://www.rae.es/sites/default/files/Informe_lenguaje_inclusivo.pdf
Asimsmo se adjunta la Declaración 06/2021 de la Academia Nacional de Educación del
07 de junio de 2021 como ANEXO II, que puede ser consultada en el siguiente link:
http://www.acaedu.edu.ar/index.php/declaraciones/428-06-2021-declaracion-de-la-acad
emia-nacional-de-educacion-sobre-el-uso-del-lenguaje-inclusivo
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Patricia Alejandra PATERNESI - Cynthia Roxana GINNI

Referencias.
1 https://www.diarioconstitucional.cl/2021/05/09/francia-prohibe-oficialmente-el- lenguaje-inclusivo-en-la-educacion-nacional/
2 CARLOS HERMANN GÜTTNER, 8 de Septiembre de 2020, www.saij.gob.ar, Id SAIJ: DACF200186
2 (i, ii, iii, iv, v, vi, vii) Informe de la Real Academia Española (RAE) sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas, pág. 4. Disponible
en: https://www.rae.es
3 https://elpais.com/elpais/2020/07/17/eps/1594981722_985896.html
4 https://www.infobae.com/sociedad/2020/07/18/el-director-de-la-rae-sobre-
el-lenguaje-inclusivo-el-desdoblamiento-altera-la-economia-del-idioma-y- estropea-una-lengua-hermosa/
5
https://www.infobae.com/sociedad/2021/06/13/sergio-sinay-sobre-la-equipa-el-lenguaje-inclusivo-es-una-jerga-que-deja-afuera-a-todo-e
l-que-no-pertenece-a-la-secta/
6 https://www.aal.edu.ar/BID/bid118_AliciaMariaZorrilla_El-lenguaje-inclusivo_Fundamentos-posicion-academica.pdf
7 BOLÍVAR, Adriana (2019): “Una introducción al análisis crítico del 'lenguaje inclusivo”, en Literatura y Lingüística, N°40, pp. 355-375,
pág. 368.
8 https://culturafilosofica.com/vargas-llosa-lenguaje-inclusivo/