06 Año Santo de La Redencion y Su Celebracion en Panama 1983

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Los Obispos Hablan Del…….

AÑO SANTO DE LA REDENCION

Y SU CELEBRACION EN PANAMA
CARTA DE LA

CONFERANCIA EPISCOPAL

PANAMEÑA

SOBRE EL AÑO SANTO

DE LA REDENCION

Y SU

CELEBRACION EN PANMÁ

Panamá, Noviembre de 1983


CARTATA CIRCULAR SOBRE EL AÑO SANTO DE LA REDENCION

Hermanos todos en el Señor:

La Conferencia Episcopal Panameña, integrada por todos los Obispos de la Iglesia Católica,
por medio de esta Carta Circular quiere dirigirse a todos los fieles del país, para
presentarles la Carta Pastoral que damos a la luz pública el día de hoy, 27 de noviembre,
Primer Domingo de Adviento.

En esta fecha intensificamos la especial celebración en Panamá del Año Santo de la


Revelación, convocados por su Santidad Juan Pablo II, para conmemorar el 1950
aniversario de la muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, acontecimientos
cumbres en la historia de la humanidad.

Por esta Carta Circular queremos invitar a todos los fieles, y de modo especial a todos los
más con prometidos en la acción pastoral de la Iglesia, a que lean y mediten la Carta
Pastoral que estamos proclamando, y que con todo entusiasmo nos dispongamos a celebrar
este Año Santo al que n os invita el Papa Juan Pablo II, quien n os exhorta a abrir las
puertas de nuestro corazón al Redentor. “Abran las puertas a Cristo”, nos dijo
personalmente el 5 de marzo en el Campo Industrial Simón Bolívar. “Abran las Puertas al
Redentor”. Nos repite ahora, al invitarnos a celebrar el Año Santo de la Redención.

De múltiples maneras y en diversas ocasiones recordamos la redención. Más aún, toda la


vida cristiana es constante conmemoración de los misterios fundamentales de la fe
cristiana, como son la muerte y resurrección del Señor. Pero este año 1983 el Año Padre
desea que toda la Iglesia haga un esfuerzo espiritual más intenso, en forma vivencial y
operante, de modo que nos acerquemos al Señor que nos llama a la conversión.

*El Año Santo de la Redención se inauguró en Roma, en Panamá, y en todo el mundo, el


25 de marzo de este año, fiesta de la Anunciación. Se clausurará el 22 de abril del próximo
año, Domingo de Resurrección. El Papa indicó que podía extenderse más allá de esta fecha
donde pareciese conveniente.

A los Obispos de Panamá nos ha parecido conveniente y oportuno extender la celebración


de este Año santo hasta la fecha de Cristo Rey del próximo año, 25 de noviembre de 1984,
fiesta que culmina el año litúrgico, y darle un fervoroso impulso a partir de hoy, 27 de
noviembre de 1983, primer Domingo de Adviento, que es el inicio del nuevo año litúrgico.
En esta forma abarcamos todo el año 1984, que será de tan transcendencia decisiones en la
vida del pueblo de Panamá.
La palabra Año Santo, Año de Gracia, la hemos empleado últimamente. En 1974, con
motivo del Año Santo proclamado por Pablo VI, de feliz memoria, celebramos un Año
Santo Nacional, de enrome resonancia en nuestra Iglesia. En 1981 proclamamos un Año
Nacional, de enorme resonancia en nuestras Iglesia. En 1981 proclamamos un Año de
Gracia para prepararnos y celebrar el IV Congreso Eucarístico Bolivariano. Al repetirse
ahora esta convocatoria de la Iglesia, la palabra que resuena y que nos llama a la conversión
de siempre algo impactante porque no nos acabamos de renovar, porque hemos pecado, y
porque sentimos la necesidad de Dios.

Agradecemos esta nueva invitación a celebrar este Año Santo, porque experimentamos en
forma la necesidad de reconciliación a la que nos llama el Señor, por medio del clamor del
Sumo Pontífice.

La paz social la consideramos un privilegio en nuestro país. Pero esa paz social no se
mantiene ni se solidifica sin un esfuerzo de nuestra parte. Por lo tanto esta Conferencia
Episcopal exhorta vehementemente a todo el pueblo de Panamá, a que se disponga a entrar
en este Año Santo en un proceso de conversión. El primer paso dentro de ese proceso será
la reconciliación, con Dios y con el prójimo.

Sólo mediante la reconciliación será posible la paz. El odio, las rencillas, las venganzas,
nacen de las injusticias que existen a todo nivel. De ahí que el Señor llama a quitar de raíz
lo que produce la violencia, que es la injusticia. Estamos persuadidos de nuestra conversión
personal puede proyectarse a todo nuestro acontecer nacional, de modo que tengamos un
proceso político en madurez cívica y cristiana; de modo que introducimos en la práctica
social, económica y familiar de este país, los valores cristianos de respeto a la persona
humana, de exacta observancia de los deberes de justicia, de equidad y de solidaridad
social, que tengamos una convivencia nacional en paz.

Nuestro amor a la paz, si está basado en la verdad y en la justicia, nos convertirá en


defensores de la paz en el convulsionado Istmo Centroamericano, de modo que aportemos a
encontrar soluciones justas, que preserven la vida, la libertad, el orden y la justicia.

A nivel sacramental, es de esperarse en este Año Santo la renovación de la práctica del


Sacramento de la Penitencia, a la luz de las disposiciones del Concilio Vaticano II que se
recogen en el renovado ritual de La Penitencia. No sin especial providencia, el Sínodo de
los Obispos que acaba de terminar, ha dedicado su atención al tema de la penitencia y la
reconciliación.

El Año santo que ahora iniciamos nos servirá para reconocer nuestros pecados, nuestras
deficiencias, nuestras culpas y revitalizar l práctica de la penitencias, que es una exigencia
de la vida cristiana.
Roguemos todos en este periodo de Adviento, con María que esperaba al Señor, que el
Espíritu nos envié el precioso don de la conversión y el espíritu de paz.

Panamá, 27 de noviembre de 1983, Primer Domingo de Adviento.

_______________________________________
+ José María Carrizo V.
Obispo de Chitré
Presidente de la CEP

_______________________________
+ Marcos G. McGrath
Arzobispo de Panamá
Vice-Presidente de la CEP

________________________________
+ Carlos A. Lewis, S. V. D.
Obispo Auxiliar de Panamá
Secretario General de la CEP.
GUIA PASTORAL PARA LA

CELEBRACION DEL

AÑO SANTO

DE LA REDENCION

EN PANAMA
Señor, que en la Comunión de los Santos, hace participes a los más débiles, nosotros,
peregrinos aquí y ahora, de los tesoros de los méritos de Cristo y de sus escogidos que ya
están en a Gloria de Dios.

“Ganar la Indulgencia” es un espíritu que se quiere vivir y que se quiere manifestar,


concretizándolo en determinadas prácticas. Es un deseo de hacer algo más para mostrar el
amor a Dios. Eso concreto nos lo indican las condiciones que establece la Iglesia.

4- CONDICIONES PARA GANAR LA INDULGENCIA.

Inspirándonos en lo prescrito por el Papa Juan Pablo II en la Bula de Convocación del


Jubileo, se determinan para Panamá por este Documento, los modos siguientes de ganar la
Indulgencia. Recomendamos insistentemente a todos, que estas prácticas se realicen con el
mayor fervor posible, de modo que constituyan la expresión y el compromiso renovado de
una vida eclesial ejemplar.

1. NORMA GENERAL: condiciones requeridas para ganar la indulgencia Plenaria:


 Confesión sacramental, personal, dentro los ocho días anteriores o
posteriores al Jubileo
 Comunión sacramental eucarística, recibida la víspera el propio día, o en
los ocho días posteriores al Jubileo.
 Orar por las intenciones del Sumo Pontífice.

2. EL JUBILEO: El Jubileo, o sea el acto especial del Año Santo, siguiendo las
indicaciones del Papa, disponemos que en Panamá puede realizarse de dos modos.
 CELEBRACIÓN COMUNITARIA:
Estas celebraciones podrán ser iguales a nivel diocesano, parroquial, o de
diverso alcance comunitario. En cada caso se anunciará su realización.

Puede tener carácter de Celebración Comunitaria para este Jubileo


- La Santa Misa
- Liturgia de la Palabra
- Celebración solemne de los sacramentos (penitencia, bautismo,
confirmación, unción de los enfermos,
- Vía Crucis
- Jornada de Retiro Espiritual
- Misiones Populares
 VISITA A TEMPLOS
También se podrá ganar la Indulgencia con una Visita a los templos que
a continuación se señalarán. Esta Visita se la puede hacer
individualmente, de modo personal, pero se recomienda se haga
comunitariamente, en forma de piadosa peregrinación, con la familia, la
Parroquia etc.

Para estas Visitas del Jubileo se señalan los siguientes templos:


- En la Santa Iglesia Catedral, de las ciudades de Panamá, Colón, David,
Chitré, Santiago y Bocas del Toro.
- En los templos que de modo especial se señalan en la Ciudad de
Panamá:
- Santuario del Corazón de María
- Templo Don Bosco
- Templo de Santa Ana
- Templo de San Antonio, Miraflores
- Templo de San Juan Bautista de La Salle, Río Abajo-parque Lefevre
- San Miguelito Templo de Cristo redentor
- Chepo Templo Parroquial
- Portobelo, Colón –Templo de Jesús Nazareno
- La Chorrera Parroquia San Francisco de Padua
- Penonomé, Coclé –Templo Parroquial San Juan Bautista
- La Atalaya Basílica de Jesús Nazareno
- Alanje –Templo Parroquial
- Ocú Herrera Templo de San Sebastián
- Las tablas, Los Santos Templo Parroquial.

3. ENFERMOS: Las personas que no puedan por razones de salud, asistir a estas
templos para la Visita del Jubileo, podrán hacer la Visita en su propio templo
parroquial.
Los enfermos que no pueden salir de sus casas, podrán ganar la Indulgencia,
uniéndose en espíritu a los actos jubilares o visitas de sus Parroquias o sus
familiares, ofreciendo al Señor sus sufrimientos en unión con los dolores de Jesús
paciente.

Disposiciones similares se hacen extensivas a los recluidos en los hospitales, asilos,


centros penales, etc., a los cuales se deberá atender de modo especial durante el año
jubilar.

4. Durante el Año Santo siguen en efecto otras Indulgencias ya existentes. La


Indulgencia Plenaria del Año Santo se puede ganar una vez al día, y se puede
aplicarse como sufragio por los fieles difuntos.
5. PRACTICA DE LA VISITA A LOS TEMPLOS DESIGNADOS:
 Esta Visita se recomienda que se haga grupalmente, en familia,
comunitariamente, como se dijo antes. En ella se señala este modo de
proceder:

- Tiempo de meditación personal


- Recitar el Credo
- Un Padrenuestro (oración universal de la reconciliación)
- Orar por las Intenciones del Sum Pontífice
- Plegaria del Papa para el Año santo.

6. APLICACIONES PRÁCTICAS DEL AÑO SANTO DE LA REDENCION

El Año Santo es una llamada a la conversión, a la práctica religiosa más conscientes y


sincera. Es una llamada a la renovación total de nuestras relaciones con Dios.

Creemos que para contribuir a esa concientización, se pueden hacer algunas


consideraciones que pueden ser útiles a todos, tanto a los agentes de pastoral como a
los fieles en general.

7. PREDICACION DE LA PALABRA DE DIOS.


Es obvia que durante el Año Santo la palabra de Dios deberá ser proclamada con mayor
asiduidad por los sacerdotes. Religiosos y Religiosas, y por todos los agentes de
pastoral que colaboran en ese misterio, como son los Delegados de la Palabra,
Catequistas y otros.

Se ve por lo tanto la urgente de una intensificación de la predicación en Misiones


Populares, Retiros Espirituales Jornadas de Reflexión Cursillos de Oración, Asambleas
Familiares, etc., que usando los diversos modos existentes en la Iglesia, se ayude a los
fieles en ese proceso de acercamiento al Señor que llama a todos a la conversión.

Las prácticas para ganar la Indulgencia, tanto el acto de Jubileo como la Visita, se harán
más provechosamente si son acompañados con la predicación apropiada.

Como los sacerdotes no pueden atender todas las necesidades, será menester preparar
a los Delegados de la Palabra, y tras personas semejantes, para el desempeño de ese
Ministerio durante el Año Santo. Se deberá así mismo surtir del material necesario, de
oraciones, reflexiones, etc., a dicho Ministros Extraordinarios, para que mejor puedan
desempeñar su misión.

8. CONFESIONES Y COMUNION
La preparación para la Indulgencia supone que los fieles confiesen y comulguen. Será
pues imprescindible preparar a los fieles o ayudarlos a prepararse, para una fructuosa
práctica sacramental, y será necesaria una presentación catequética de la renovación de
la Penitencia. Igualmente importante es el esfuerzo de todos, en el esfuerzo de todos,
en el campo socio-económico y político, de promover los cambios necesarios a favor
de los más necesitados.

Habrá además que facilitar a los fieles la práctica del sacramento de la penitencia,
ofreciendo el número de sacerdotes y su disponibilidad, para que no se produzca
descontento en los fieles al no tener confesores suficientes.

9- CONSTRUIR LA IGLESIA.
La conversión a la que nos llama el Señor no es algo meramente pasajero. No se trata de
satisfacer meramente unas exigencias rituales exteriores.

Lo que al Año Santo desea es un sincero encuentro con el Señor. Dicha seriedad se
vería reforzada si se encuentran modos de preservar en el bien encontrado.

Si los fieles encuentran una Iglesia operante, viva, presente en la vivencia comunitaria
de la fe que se ha reencontrado, la conversión será más profunda y más duradera.
Menester será por lo presentar tanto a nivel Parroquial como de Movimientos, unas
estructuras mínimas que ayuden a vivir la fe en Comunidad.

Esos grupos permanentes podrán llegar a ser semillas de Comunidades Eclesiales de


Base, en que viva la Iglesia C. P. No. 30) en mayor plenitud.

Una genuina conversión lleva no sólo a lo individual, sino también al compromiso con
el apostolado, de ahí que es de esperarse surjan en este desarrollo del Año Santo
personas deseosas de mantenerse activas en la Iglesia.

Aspiramos en este Año Santo continuar en la aplicación de la Carta Pastoral, de modo


que las Opciones e la Carta Pastoral, de modo que las Opciones e la Carta Pastoral
produzca acciones concretas, de impacto en el hacer Iglesia y en la renovación de toda
la sociedad panameña.

10- OBRA CONCRETA


El compromiso social no es algo añadido a la práctica religiosa, no es algo extraño a la
conversión religiosa. Es una exigencia que brota de la fe y de la caridad.

Como fruto del Año santo consideramos muy importante una identificación de la
vivencia social, que se den paso, aunque pequeños, pero correctos y en la verdadera
dirección, conducentes a hacer real la Opción por los Pobres que hemos asumido como
Iglesia en Panamá.

Es por lo tanto aconsejable que se intensifiquen en todas las Parroquias, Movimientos


Apostólicos, Colegios Católicos, Asociaciones Piadosas, etc., esfuerzos especiales que
signifiquen la opción y la preocupación de la Iglesia por los pobres y marginados.

Así se pueden sugerir durante este Año Santo visitas a las cárceles, visitas a los
hospitales y centros de ancianos.

En las Parroquias se podrán también organizar acciones de asistencia a ancianos y


necesitados, en sus propias casas, de modo que la solidaridad cristina se manifieste de
modo especial.

Sería de alabar además, el compromiso de toda la Iglesia en Panamá, con las diversas
obras que a nivel comunitario se realizan en beneficio de los más necesitados. Es decir,
que por el compromiso que nuestra fe nos inspira, seamos capaces de empeñar y
ofrecer nuestros esfuerzos, en todas esas obras que, emprendidas a veces por el
compromiso que nuestra fe nos inspira, seamos capaces de empeñar y ofrecer nuestros
esfuerzos, en toda esas obras que, emprendidas a veces por instituciones cívicas, no se
pueden llevar a término sin el entusiasmo de la respectiva comunidad. Que a
conversión del Año santo leve al católico a comprometerse y a trabajar en todas las
obras de genuino desarrollo, asistencia social y promoción comunitaria.

PLEGARIA DEL PAPA PARA EL AÑO SANTO.

¡Cristo, Jesús, Hijo de Dios vivo,


Que has tomado tu cuerpo de la Virgen María
Y te has hecho Hombre
Por obra del Espíritu Santo!
¡Cristo, Jesús, Redentor del Hombre!
¡Tú que eres el mismo,
Ayer, hoy y por los siglos!
Acepta este Año del Jubileo Extraordinario
Que te ofrece tu Iglesia para celebrar
El mil novecientos cincuenta aniversario
De tu Muerte y Resurrección
Por la Redención
Tú que de la obra de la Redención
Has hecho la fuente
de un don siempre nuevo
para tu Esposa terrena
haz que su fuerza salvífica inunde
todos los días, semanas y meses de este Año
para que sea de verdad para nosotros
el “Año de gracia del Señor”.

Has que todos nosotros en este tiempo de elección


Te amemos aún más reviviendo en nuestro interior
Los misterios de tu vida,
Dese la concepción y el nacimiento.

Quédate con nosotros a través de estos misterios


Quédate con nosotros mediante el Espíritu Santo,
No nos dejes huérfanos.

Vuelve siempre a nosotros (cf. Jn. 14, 18)

Haz que todos se conviertan al Amor,


Viendo en Ti, Hijo del eterno Amor,
Al Padre que es “rico en misericordia” (Ef. 2, 4)

Haz que toda la Iglesia, a lo largo de este Año,


Vuelva a sentir la abundancia de tu Redención,
Que se manifiesta en el perdón de los pecados
Y en la purificación de los residuos el pecado
Que gravan sobre las almas
Llamadas a una vida inmortal.

¡Ayúdanos a vencer nuestra indiferencia


Y nuestro sopor!
Danos el sentido del pecado
Crea en nosotros, Señor, un corazón puro,
Y renueva en nuestra conciencia
Un espíritu firme (Cf. Sal 50, (51), 12)

Haz, Señor,
Que este Año santo de tu Redención
se convierta también en una llamada al mundo
Contemporáneo que ve la justicia y la paz en el horizonte
de sus deseos, y sin embargo,
concediendo cada vez mayor espacio al pecado,
vive día tras día, }en medio de crecientes tensiones y amenazas,
y parece dirigirse
hacia una dirección peligrosa para todos.
¡Ayúdanos Tú a cambiar el rumbo
De las crecientes amenazas y desventuras
Del mundo actual!
¡Levanta de nuevo al hombre!
¡Protege a las naciones y a los pueblos!
¡No permitas que se lleve a cabo
La obra de destrucción
Que amenaza hoy a la humanidad!

¡Señor Jesucristo,
Que se demuestre más poderosa
La obra de tu Redención!

Esto te implora durante este año


La Iglesia mediante tu Madre
Que Tú mismo has dado
Como Mare de todos los hombres

Esto te pide la Iglesia


En el misterio de la Comunión de los Santos
Esto te pide incesantemente
Tu Iglesia, Oh Cristo

¡Que se muestre más poderosa


-en el hombre y el mundo-
La obra de tu Redención!

Así sea
APENDICE I

MISA PARA EL AÑO SANTO

1. Canto de Entrada
2. Acto Penitencial
 S. Hermanos: Antes de celebrar estos santos misterios, reconozcámonos
nuestros pecados, (Breve pausa de silencio).
 S- Jesús Hijo de Dios, que viniste al mundo para reconciliar a los
hermanos con Dios Padre, Señor, ten piedad
 F- Señor Ten piedad
 S- Cristo, servidor fiel, que por nosotros te hiciste pecador para que
nosotros llegáramos a ser justicia de Dios, Señor, ten piedad.
 F- Señor ten piedad
 S- Hijo de Dios, que siempre vive con el Padre en la unidad del Espíritu
Santo para interceder por nosotros, Señor ten piedad
 F- Señor ten piedad
 S- Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdona nuestros
pecados nos lleve a la vida eterna.
 F- Amén
3. Oración de la asamblea:
 S- Oremos:
 Oh Dios de clemencia y reconciliación, que procuras a los hombres los
principales días de la Salvación, para que te reconozcan a ti. Creador y
Padre de todo lo que existe: Ayúdanos propicio en nuestro tiempo para
que, aceptando con alegría tu palabra de paz, nos dispongamos a servir tu
Voluntad de instaurar todas las cosas en Cristo. Por el mismo Señor
nuestro Jesucristo, Tú Hijo, que vive y reina contigo, en la unidad del
Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.
 F- Amén
4. Primera Lectura: (Is. 55, 1-3 c, 6-9)
¡Todos los sedientos, Id por agua, y los que no tenéis plata, venid, comprad y
comed, sin plata y sin pagar, vino y leche!
¿Por qué gastáis plata en lo que no es pan, y vuestro jornal en lo que no sacia?
Hacedme caso y comed buena, y disfrutaréis con algo sustancioso aplicad el
oído y acudid a mí, oíd y vivirá nuestra alma.
Pues voy a firmar con vosotros una alianza eterna.
Buscad a Yahveh mientras se deja encontrar, llamadle mientras está cercano.
Deje el malo su camino, el hombre inicuo sus pensamientos; y vuélvase a
Yahveh, que tendrá compasión de él, a nuestro Dios, que será grande en
perdonar.
Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos, que vuestros
pensamientos, oíd vuestros caminos son mis caminos –oráculo- de Yahveh.
Porque cuanto aventajan los cielos a la tierra, así aventajan así aventajan mis
caminos a los vuestros y mis pensamientos a los vuestros.
Palabra de Dios

5- Salmo Responsorial (50)


F- Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
Misericordia, Dios Mío, por tu bondad
Por tu inmensa compasión borra mi culpa
Lava del todo mi delito
Limpia mi pecado

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,


Renuévame por dentro con un espíritu firme
No me arrojes lejos de tu rostro
No me quites tu Santo Espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación


Afiánzame con espíritu generoso
Enseñare a los malvados tus caminos,
Los pecadores volverán a Ti.

6- Segunda Lectura: (II Co. 5, 17-21; 6, 1-2)


Por tanto el que está en Cristo, es una nueva creación, pasó lo viejo, todo es
nuevo. Y todo proviene de Dios, que nos reconcilio consigo por Cristo, y nos
confió el ministerio de la reconciliación.
Porque en Cristo estaba Dios reconciliando al mundo consigo, no tomando
en cuenta las transgresiones de los hombres, sino poniendo en nuestros
labios la Palabra de la reconciliación. Somos pues, embajadores de Cristo,
como si Dios exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os
suplicamos: ¡Reconcilias con Dios! A quien no conoció el pecado, le hizo
pecado por nosotros, para que viniésemos a ser justicia e Dios en él.
Y como cooperadores suyos que somos, os exhortamos a que no recibáis en
vano la gracia de Dios. Puede dice él: en el tiempo favorable te escuché y en
el día de la salvación te ayudé ¡Mirad!, ahora es tiempo favorable; ahora el
día de salvación.
Palabra de Dios
7- Lectura del Santo Evangelio: (Lc. 4, 16-21)
Vino a Nazaret donde se había criado y, según su costumbre, entró en la
Sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura le entregaron el
libro del profeta Isaías, y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde
estaba escrito:
“El Espíritu del Señor estaba sobre mí,
Porque me ha ungido.
Me ha enviado a anunciar a los pobres
La buena nueva
A proclamar liberación de los cautivos
Y la vista a los ciegos
Para dar la libertad a los oprimidos
Y proclamar un año de gracia del Señor”
Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó
En la Sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues, a decirles:
“Esta escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy”
Palabra del Señor.

8- Oración de los fieles


Invitatorio:
Hermanos, como miembro del Pueblo de Dios, por la gracia de la Redención
en Cristo Jesús, elevemos nuestras súplicas y oraciones a Dios nuestro Padre.
Señor, tú que siendo La Vida quisiste morir en la cruz enséñanos a
someternos a la voluntad del Padre.
Escucha y ten piedad
Tú que vendrás con poder y gloria, a muéstranos tu poder salvándonos.
Escucha y ten piedad.
Tú que has salido del Padre; muéstranos el camino para llegar a Él.
Escucha y ten piedad
Prepara nuestros corazones, para escuchar tu mensaje y llevarlo a la práctica.
Escucha y ten piedad
Congrega, a todos los pueblos de la tierra, en la ciudad del amor y establece
con todos tu Santa Alianza.
Concédenos, ser conductores de tu Reino para que recapituladas las cosas en
Cristo, abunden los frutos de tu redención.

Conclusión: Señor Dios, refugio y fortaleza nuestra, que eres dador de todo bien, le
damos gracias por la redención de Tu Hijo, Jesucristo, que vive y reina por
los siglos de los siglos

Amén.
9- Oración sobre las Ofrendas:
S- Recuerda Señor, que tu Hijo es la misma paz y la reconciliación nuestra, y
que hizo desaparecer con su sangre el pecado del mundo; Por eso te pedimos
que mires con bondad los dones de tu Iglesia para que, cuantos celebramos
con gozo este año de gracia y santidad; podamos vivirlo día a día en t paz y
tu amor. Por Jesucristo….
10- Prefacio:
En verdad es justo y necesario
Es nuestro deber y salvación darte gracias,
Siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo,
Dios Todopoderoso y eterno. Por Cristo, nuestro Señor.
Por Él concedes benignamente a tus hijos
Este tiempo aceptable de conversión e indulgencia
Para que, dedicados con mayor entrega
A los actos penitencia y piedad,
Por el Espíritu de Amor que se nos ha comunicado
Por eso con los ángeles y arcángeles,
Y con todos los coros celestiales,
Cantamos sin cesar el himno de tu Gloria:

Santo, Santo….

11- Invitatorio para el Padre Nuestro.


S- Y ahora hermanos, todos juntos, hijos de un mismo Dios y Padre
busquemos con sincero corazón, la reconciliación fraterna, la oración que
Cristo nos enseñó:
Padre Nuestro…..
Canto de Comunión (Canto apropiado)

12- Antífona de Comunión:


Venid a mí, todos los que estáis cargados y agobiados, y yo os aliviaré, dice
el Señor

13- Oración de acción de gracias:

S- Oremos:
Te pedimos Señor, que el sacramento de tu Hijo que acabamos de recibir,
aumente nuestras fuerzas, a fin de que recibamos el verdadero amor de este
misterio de unidad y seamos, en todas partes los artífices de tu paz. Por
Jesucristo…
14- Bendición solemne…
S- Dios, Padre misericordioso, que por Cristo os ha reconciliado consigo, os
conceda benignamente su bendición y afirme vuestros corazones en la fe, la
esperanza, y la caridad.

F- Amén
S- Cristo, a quien seguimos confiadamente, abra vuestros corazones al amor,
para que recibáis su gracia en este tiempo de salvación y podáis ser luz para
vuestros hermanos.
F- Amén
S- Y la Bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros y acompañe siempre.
F- Amén

PLEGARIA EUCARISTICA SOBRE LA RECONCILIACION

V/ El Señor este con nosotros


R/ Y con tu espíritu

V/ Levantemos el corazón
R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor

V/ Demos gracias a Dios


R/ Es justo y necesario

El sacerdote con las manos extendidas prosigue:


En verdad es justo y necesario
Darte gracias
Señor, Padre Santo porque no cesas de llamarnos a una vida plenamente
dichosa,
No dejes de ofrecer tu perdón
E invitas al hombre pecador
Para que con confianza sólo se acoja a tu clemencia.

En lugar de rechazarnos
Por las muchas veces que hemos roto tu Alianza
Te has unido de nuevo de tal manera a la humanidad
Por tu Hijo, Jesucristo, nuestro Señor
Que ya nada nos puede separar.

Pues ahora mientas ofreces a tu pueblo


Un tiempo de gracias y de reconciliación
Le alimentas en Cristo.
Para que vuelva a Ti
Se entregue al servicio de todos los hombres,
Obedeciendo más plenamente al Espíritu Santo.

Por eso, llenos de admiración y agradecimiento


Unimos nuestras voces
A las de los coros celestiales
Para cantar la fuerza de tu amor
Y proclamar la alegría de nuestra salvación.

Todos aclaman:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo
Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria
Hosanna en el cielo
Bendito e que viene en el nombre del Señor
Hosanna en el cielo.

El sacerdote con las manos extendidas prosigue:


Oh Dios, que desde el principio del mundo
Haces aquello que al hombre le conviene
Para que sea santo como tú mismo eres santo.

Junta las manos y, manteniéndola extendidas sobre la oblata dice:


Mira a tu pueblo aquí reunido
Y derrama la fuerza de tu Espíritu Santo
De manera que estos dones sean para nosotros Cuerpo y Sangre.

Traza las manos y traza el signo de la cruz, sobre el pan y el vino diciendo:
De tu amado Hijo Jesucristo
En quien nosotros somos hijos tuyos;

Junta las manos y prosigue:


Cuando nosotros estábamos perdidos
Éramos incapaces de volver a ti,
Nos amaste hasta el extremo:
Tu Hijo, que es el único Justo,
Se entregó a sí mismo en nuestras manos
Y fue clavado en la cruz
Pero antes de que sus brazos extendidos
Entre el cielo y la tierra
Trazasen el signo indeleble de tu Alianza
Quiso celebrar la Pascua con sus discípulos

Toma el pan y, manteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:


Sentado con ellos en la mesa, tomo pan,
Daño gracias lo bendijo,
Lo partió y se lo dio diciendo:

Se inclina un poco
TOMAD Y COMED TODOS DE EL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO
QUE SERA ENTREGADO POR VOSOTROS.
Muestra al pueblo la hostia con sagrada, la deja sobre la patena y la adora con una
genuflexión

Igualmente, después de haber cenado, sabiendo que todas las cosas habían de
reconciliarse en él por su sangre derramada en la cruz.
Toma el cáliz, lleno del fruto de la vid, de nuevo te dio las gracias y lo paso a sus amigos,
diciendo:

Se inclina un poco:
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTE ES EL CALIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALINAZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERA DERRAMADA POR
VOSOSTROS Y POR TODOS LOS HOMBRES, PARA EL PERDON DE TODOS LOS
PECADOS, HACED ESTO EN CONMEMORACION MIA.

Muestra al pueblo el cáliz, lo deja sobre el corporal y lo adorada con una genuflexión

Este es el Sacramento de nuestra fe.

Y el pueblo sigue aclamando:

Anunciamos tu muerte,
Proclamaos tu resurrección;
¡Ven Señor, Jesús!
Después el Sacerdote con las manos extendidas dice:
Así pues,
Al celebrar el memorial de Jesucristo,
Nuestra Pascua y nuestra paz definitiva,
Y al celebrar su muerte y resurrección,
En la esperanza del día feliz de su venida
Te ofrecemos a ti, Dios verdaderamente fiel
La hostia que reconcilia a los hombres en tu gracia
Mira con amor, Padre de bondad,
A los que llamas a unirte a ti
Y concédeles participar del único sacrificio de Cristo
Que formen por la fuerza del Espíritu Santo,
Un solo cuerpo
En el que no haya ninguna división

Guárdanos a todos en comunión de mente y corazón


Con el Papa (N), y nuestro Obispo (N).
Ayúdanos a preparar la venido de tu reino
Hasta que estemos junto a ti,
Santo entre los santos del cielo,
Con Santa María, la Virgen, y los Apóstoles
Y con nuestros hermanos difuntos,
Que confiamos a tu misericordia
Entonces hechos nuevas creaturas,
Libres al fin de toda corrupción
Podremos cantar la acción de gracias
A Cristo, que vive eternamente.

Junta las manos: Toma la patena con la hostia y el cáliz, y, manteniéndolos elevados dice:

Por Cristo, con Él y en El


A ti, Dios omnipotente,
En la unidad del Espíritu Santo,
Todo honor y toda gloria
Por los siglos de los siglos

El pueblo aclama;
Amén
MATERIALES PARA LAS

CELEBRACIONES DEL

AÑO SANTO

DE LA REDENCION

EN PANAMA

I. CELEBRACION EUCARISTICA
1- Misa del Año Santo (próxima a aparecer, no ha llegado de Roma)
2- Cuando las normas litúrgicas lo permitan, se puede celebrar una de las misas
siguientes (para la lectura se puede escoger una del Antiguo Testamento, menos en
el tiempo Pascual, en el que solo se usa el Nuevo Testamento).

a. Por la reconciliación: c. Para pedir la caridad


Oraciones: Misal Romano pág. 713 Oraciones Misal Romano pág. 735
Lecturas: Lecturas:
A.T. Is. 55, 1-3, 6-9 Jer. 31-34 N.T. Rom. 12, 3-13 1Co. 12,31
Am. 5, 4. 14-15, 21-24 13, 13. I Jn.3, 14-18.
N. T. Hechos 3, 13-15, 17-19 2Co. Salmos 84, 7-8: 9, 11-12. El Señor habla
5, 17 6,2 1 Jn 2, 1-5 de paz a su pueblo 99, 2, 3, 4, 5. Somos
Salmo 50, 3-4. 12-15; Danos, Señor, su pueblo y ovejas de su rebaño
un corazón nuevo
129, 1-3-4ab. 4c 6, 7-8 Con el Señor Ev. Mt. 18, 15.20 Jn. 15, 12-17d
está la misericordia y el perdón d. Por la concordia
Ev. Mt. 5, 1-12ª Lc. 3, 7-18 Oraciones: Misal Romano pág. 736 (Las
Lc. 15, 1-3.11-32 mismas lecturas de la misa anterior).

b. Por el perdón de los pecados e. Del misterio de la Santa Cruz


Oraciones: Misal Romano, pág. 734 Oraciones: Misal Romano, pág. 472

Lecturas: Lecturas:
A.T. Is. 55, 6-9 Ez. 18, 21-23.30-32 A.T. Ex. 12, 1-8.11-14 Is. 52, 13-53
Jn. 2, 12-18 12 Zac. 12, 10-11; 10, 11; 13, 6-7

N.T. Rom. 6, 2-14 1 Jn. 1, 5, 2,2 N. T. Para el tiempo pascual Hch.


Salmos 50, 3-4; 5-6ª, 12-13 apiádate 10, 34-43; Ap. 5, 6-12
De mí según tu amor; 102, 1-4. 8-9. 11-12
El Señor es clemente y compasivo. Salmos 21, 8-9. 17-18ª. 19-20, 23-24
¿Dios mío, Dios mío, porque me has
Abandonado? 54, 5-6, 13-15.17-18
Ev. Mt. 9, 1-8 Mc. 18, 14-15 23. Encomienda a Dios tus afanes,
Lc. 7, 36-50 que Él te sustentara.

N. T. Fil. 2, 6-11 Hebr. 5, 7-9 g. De la preciosa sangre de N. S.


Ev. Mc. 8, 31-34 Lc. 24, 35-48 Jesucristo.
Jn. 12, 31-36a.
f. De la Sma. Eucaristía
Oraciones: Misal Romano pág. 743 Oraciones: Misal Romano, pág 746
Lecturas: Lecturas:
A. T. Ex. 24, 3-8 Dt. 8, 2-3.14b. N. T. Para el tiempo pascual: Ap. 1,
16ª. Prov. 1, 1-6 5-8 Ex. 12, 21-27; Ex. 24, 3-8

N. T. Para el tiempo pascual: Hch. 5 Salmos: 39, 2 7 4ab. 7-8ª.b, 9. 10,


2, 42-47 Ap. 1, 5-8 Ap. 7, 9-14 Aquí estoy, Señor, para hacer tu
voluntad 115, 12-13, 15- 16bc.
17-18. El cáliz que bendecimos es
la comunión con la Sangre de Cristo
Salmos: 33, 2-11; Gustad y ved que N. T. Hebr. 9, 11-15 12, 18-24
bueno es el Señor; 109, 1-4; Tú eres 1 Pe. 1, 17-21 1 Jn. 5, 4-8
sacerdote para siempre 147, 12-15.19
20; El que come de este pan vive para Ev. Mc. 14, 12- 16; 22-26 Mc. 15,
siempre. 147, 12-15. 19-20; el que come 16-20 Lc. 23, 39-44 Jn. 19, 31-37
este pan vive para siempre.

N. T. 1 Co. 10, 16-17, 1Co. 11,23-26 En todo es aconsejable usar la plegaria


1 Pe. 1, 17-21 Eucarística de la Reconciliación

Ev. Mc. 14, 12-16, 22-26 Jn. 6, 41-58

II CELEBRACION DE LA PALABRA

Puede ser:
Una adaptación o aplicación del Oficio de Lecturas de cualquier día (con tal de que este
destinada al jubileo).

Cfr. Liturgias de las Horas


O bien, otra,
Ejemplo:
Comienzo
Los peregrinos entran procesionalmente, en la Iglesia cantando las Letanías de los Santos u
otro canto apropiado.
Terminado el canto y estando frente al altar mayor el presidente de la celebración saluda,
La gracia de la paz de Dios, Padre y de Jesucristo que nos amó y purificó nuestros pecados
con su sangre este con todos nosotros.

R. Y con su espíritu.
Luego explique a los fieles el significado de la celebración.
Oración
Oremos, hermanos, para que todos los hemos perdido la gracia bautismal por nuestros
pecados, la recuperemos ahora por la pertinencia.
Pongámonos de rodillas. O bien Inclinad ante Dios vuestras cabezas.
Y todos rezan un momento en silencio
Podéis levantaros.
Te pedimos, Señor protejas a quienes purificaste con tu amor, para que redimidos por tu
pasión se alegren con tu resurrección. Que vives y reinas por los siglos de los siglos
R. Amén

Lecturas

I Lectura
Lectura de la Segunda Carta de San Pablo a los Corintios.
En nombre de Cristo os pedimos que se reconciliaos con Dios.
Hermanos: El que es de Cristo es una creatura nueva; lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha
comenzado. Todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo nos reconcilió consigo y nos
encargó el servicio de reconciliar. Es decir Dios, mismo estaba en Cristo reconciliando al
mundo consigo,, sin pedirle cuentas de sus pecados y a nosotros nos ha confiado el mensaje
de la reconciliación. Por eso, nosotros actuamos como enviados por Cristo, y es como si
Dios mismo os exhortara por medio nuestro. En nombre de Cristo, os pedimos que os
reconcilies con Dios. Al que no había pecado, Dios lo hizo expiar nuestros pecados, para
que nosotros unidos a él, recibamos la salvación de Dios. Como cooperadores suyos que
somos os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios. Porque él dice: “En el
tiempo de la gracia te escucho, en el día de la salvación te ayudo”. Pues mirad: Ahora es el
tiempo de la gracia, ahora es el día de la salvación.

Palabra de Dios.
R- Te alabamos Señor.

Otras lecturas para escoger


Is. 55, 6-11; “Buscad al Señor”
Hch. 2, 22-23.32-33. 36-41:
“Compungidos de corazón, Pedro les dijo: Arrepentíos”

Rom. 6, 12-23 “Habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios”

Gal. 5, 1-13.16: “Permaneced firmes y no os dejéis oprimir por el yugo de la esclavitud”

Luego se canta o recita el salmo responsorial Salmo 50 u otro salmo.


Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.

R. Gloria a Ti, Señor.

Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta.


En aquel tiempo dijo Jesús a los fariseos y escribas esta parábola. Si uno vosotros tiene
cien ovejas y se le pierde una ¿no deja las noventa y nueve en el campo y vas tras la
descarriada, hasta que la encuentra? Y se la carga sobre los hombros, muy contento; y al
llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: ¡Felicítenme!, he
encontrado la oveja que se me había perdido. Os digo que así también habrá más alegría
en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no
necesitan convertirse.

Palabra de Dios
R. Te alabamos Señor.

O bien:
Lc. 15, 11-32: “Padre, pequé contra el cielo y ante ti”

Homilía a cargo del presidente de la celebración.

Acto penitencial
A continuación tiene lugar el examen de conciencia, recordando de modo especial las
promesas del bautismo.

El celebrante exhorta a los presentes estas palabras u otras.

Hermanos este es un tiempo de gracia y de perdón, el día de la misericordia divina, de la


salvación humana. Que cada uno de nosotros reconozca sus pecados y diga: “yo
reconozco mi maldad y mi pecado esta siempre delante de mí. Aparta tu rostro de mis
pecados. Señor, y borra toda mi maldad. Devuélveme la alegría de tu salvación y dame
tu espíritu de fortaleza”.

Que nos socorra, pues, la misericordia del Señor quienes arrepentidos invocamos el
perdón del Padre, y así, los que hasta ahora nos apartábamos de el por nuestros pecados,
nos sintamos motivados a complacerte junto con el Resucitado autor de nuestra vida, y
con todos los redimidos en la nueva tierra de su Reino.
Entonces el sacerdote, si parece oportuno, rocía con agua bendita a todos los presentes,
mientras se canta (o recita) por todos: Rocíame, Señor, con el hisopo y quedaré limpio,
lávame y quedaré más blanco que la nieve.
U otro canto apropiado.

PRECES
El presidente introduce la oración

A Cristo nuestro salvador, nuestro abogado ante el Padre pidamos humildemente que
perdone nuestros pecados, y nos purifique de toda iniquidad.

Un laico o un lector:
Tú que viniste, no para llamar a los justos sino a los pecadores.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
Tú que no rehusaste hablar con los publicanos y pecadores.
R. Señor, ten piedad de nosotros
Tú que sobre tus hombros llevaste la oveja perdida a su redil.
R. Señor, ten piedad de nosotros.
Tú que prometiste el paraíso al ladrón arrepentido
R: Señor, ten piedad de nosotros.
Tú que estás sentado a la derecha del Padre y vives para interceder siempre por nosotros
R: Señor, ten piedad de nosotros.

El presidente:
Ahora, como Cristo mismo nos enseñó, pidamos juntos al Padre, que, perdonándonos
unos a otros nuestras ofensas, él nos perdone nuestros pecados.

Todos cantan o recital:


Padre Nuestro.

El presidente concluye.
Oremos. Señor, y Padre Nuestro, que por la pasión de tu Hijo nos distes la vida,
concédenos que, asociados a su muerte por la penitencia, seamos participes de su
resurrección con todos los hombres. Por Cristo nuestro Señor.

O bien
Concédenos, Dios omnipotente y misericordioso, que movidos y robustecidos por tu
Espíritu, manifestemos siempre en nuestro cuerpo la pasión de Jesús, para que
resplandezca su vida en nosotros. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
Despedida: Al final el presidente da la bendición.
III CELEBRACION DE LAUDES O VISPERAS
DE CUALQUIER DÍA.

(con tal que esté destinada para los fines del Jubileo)

IV CELEBRACION DE SACRAMENTO
DE LA RECONCILIACION
Cfr. Ritual de la Penitencia, 2ª forma (pp. 31-50), con todas las posibilidades de
adaptación allí sugeridas.

V. VIA CRUCIS
N de la R. Este Vía Crucis fue publicado en el “Libro del Peregrino” del Año Santo de
1975, por el Comité Central del Año Santo. Lo hemos adaptado a nuestro medio.

Los textos bíblicos citados pueden utilizar si se juzga oportuno

“El camino de la Cruz, del sufrimiento y de la aflicción es un camino que nos conduce a
Dios, y a la perfección de su amor, si le somos fieles”
S. Francisco de Sales

Acto de preparación:

Hermanos: Dispongámonos para contemplar la pasión, muerte y resurrección de nuestro


Salvador. Su muerte nos revela todo el amor de Dios y al mismo tiempo nos manifiesta
la profundidad de nuestro pecado: su resurrección gloriosa a una vida nueva nos anima a
unirnos a su camino de cruz, para un día unirnos también a su gloria. Que el
arrepentimiento vaya unido a la gratitud y a un compromiso de vivir siempre con el
amor.

Oremos

Señor, concédenos que mediante la pasión y muerte de Jesucristo, tu Hijo, imitemos en


nuestra vida su amor y su entrega a ti y a los hermanos y un día nos reunamos contigo en
la gloria del Señor resucitado. Por Cristo nuestro Señor.

Amén.
PRIMERA ESTACIÓN
CENA PASCUAL
V. Te adoramos oh Cristo y te bendecimos.
R. Pues por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Al atardecer Jesús se puso a la mesa con sus discípulos (Mt. 26, 20).
Mt: 26, 20-35; Mc. 14, 17-31; Lc: 22, 14-38; Jn, 13, 17

Oremos:
Señor Dios, nuestro, que nos has invitado a celebrar aquella misma memorable Cena en
que tu Hijo, antes de entregarse a la muerte, confío a la Iglesia el banquete de su amor, el
sacrificio nuevo de la Alianza eterna, te pedimos que la celebración de estos misterios
nos lleve a alcanzar plenitud de amor y de vida. Por Cristo nuestro Señor.

Amén.
Padre nuestros, que estas en el cielo, santificado sea tu nombre; venga tu reino; hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona
nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos
dejes en tentación, y líbranos del mal.

La Madre piadosa estaba


junto a la Cruz y lloraba
mientras el Hijo pendía

SEGUNDA ESTACIÓN
LA ORACIÓN EN GETSEMANI
V. Te adoramos, Cristo y te bendecimos
R. Pues por su Santa Cruz redimiste al mundo.

Y sumido en angustia, insistía más en su oración (Lc. 22,44; Mt. 26, 36-46; Mc. 14, 32-
41; Lc. 22, 39-46)

Oremos
Dios Todopoderoso, mira la fragilidad de nuestra naturaleza, y, con la fuerza de la
Pasión de tu Hijo, levanta nuestra débil esperanza, que vive y reina por los siglos de los
siglos Amén.

Todos
Padre Nuestro….
De su alma triste y llorosa,
traspasada y dolorosa
fiero cuchillo tenía.
TERCERA ESTACIÓN

EL PRENDIMIENTO DE JESÚS
V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos
R. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo

Echaron mano a Jesús y lo prendieron: (Mt. 26, 50; Mt. 26, 47-56; Mc. 14, 42-52; Lc.
22, 47-53; Jn. 18, 1-11)
Oremos
Dios todopoderoso y eterno, concédenos participar tan vivamente en las celebraciones
de la pasión del Señor, que alcancemos tu perdón. Por Cristo nuestro Señor.
R. Amén
Todos:
Padre Nuestro….
¡Oh cuán triste y afligida
estaba la madre herida,
de tantos tormentos llena!

CUARTA ESTACIÓN

JESÚS DELANTE DEL SANEDRIN


V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.

Llevaron a Jesús a casa del Sumo Sacerdote, y se reunieron todos los sacerdotes, los
ancianos y los escribas (Mc. 14,53; Mt. 26, 57-68: Mc. 14, 53-65; Lc. 22, 66-71; Jn. 18,
12-24).
Oremos:
Señor, Dios y Padre nuestro, Dios y Padre nuestro, que nos has dado la vida por la
Pasión que nos has dado la vida por la Pasión de tu Hijo, concédenos que, incorporados
a su muerte por la penitencia, seamos también participes de su resurrección con todos los
hombres. Por Cristo nuestro Señor.
Todos:
Padre nuestro…

Y qué triste contemplaba


y dolorosa miraba
del Hijo amado la pena.

QUINTA ESTACIÓN
PEDRO NIEGA A JESÚS
V. Te adoramos Cristo, y te bendecimos
R. pues por tu santa Cruz redimiste al mundo

Estando Pedro abajo en el patio, lo negó, diciendo: Yo no conozco a ese hombre de


quien habláis (Mc. 14, 71; Mt. 26, 69-75; Mc. 14, 66-72; Lc. 22, 54-62; Jn. 18, 25-27)

Oremos
Dios todopoderoso y eterno, cuyo Espíritu santifica y gobierna todo el cuerpo de la
Iglesia, escucha las súplicas que te dirigimos por todos sus miembros, para que, con la
ayuda de tu gracia, cada uno te sirva fielmente en la vocación a que lo has llamado. Por
Cristo nuestro Señor.
R. Amén
Todos:
Padre nuestro…

¿Y cuál hombre no lloraba


si a la Madre contemplara
de Cristo en tanto dolor?

SEXTA ESTACIÓN

JESÚS ANTE PILATO


V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Lleva a Jesús al Pretorio (Jn. 18, 28), Mt. 27, 11-14; Mc. 15, 1-5; Lc. 23, 1-23; Jn. 18,
28; 19,11.

Oremos todopoderoso y eterno, tú quisiste que nuestro Salvador se anonadase


haciéndose hombre y muriendo en la cruz, para que todos siguiéramos su ejemplo;
concédenos que las enseñanzas de su pasión nos sirva de testimonio y que un día
participemos en su resurrección. Por Cristo nuestro Señor.

R. Amén
Todos
Padre nuestro.
¿Y quién no se entristeciera
Madre piadosa si os viera
sujeta a tanto rigor?

SEPTIMA ESTACION
JESÚS ES AZOTADO Y CORONADO DE ESPINAS
V. Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
R. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.

Pilato entregó a Jesús para azotarlo; los soldados trenzan una corona de espinas y se la
ciñen (Mc. 15, 17) Mt. 27, 26-31; Mc. 15, 14-20.

Oremos
Dios todopoderoso y clemente, concédenos que, movidos y reanimados por tu Espíritu,
llevemos siempre en nuestro cuerpo la pasión de Cristo, para que su vida se manifieste
siempre en nosotros. Por Cristo nuestro Señor.

Todos:
Padre nuestro…
Por los pecados del mundo
Vio a Jesús en tan profundo
Tormento la dulce Madre.

OCTAVA ESTACIÓN
JESÚS ES CONDENADO A MUERTE.

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.

R. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.


Entonces Pilato le entregó a Jesús para que fuera crucificado (Mt. 27, 26), Mt. 27, 15-26;
Mc. 15, 6-13; Lc. 23, 24-25; Jn. 19, 12-16

Oremos
Te rogamos, Señor Dios nuestro, que tu gracia nos ayude, para que vivamos siempre de
aquel mismo amor que movió a tu Hijo a entregarse a la muerte por la salvación del mundo.
Por Cristo nuestro Señor.
R. Amén

Todos:
Padre nuestro…
Vio morir al Hijo amado
que rindió desamparado
el espíritu a su Padre.
NOVENA ESTACIÓN
SIMÓN DE CIRENE Y LAS MUJERES DE JERUSALÉN
V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Echaron mano de un cierto Simón de Cirine, y le cargaron la cruz para que la llevara detrás
de Jesús. Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban
por él (Lc. 23, 26-27) Mt. 27, 32; Mc. 15, 21; Lc. 23, 26-32

Oremos
Oh Dios que por la Pasión de Cristo, Señor nuestro, has destruido la muerte, consecuencia
del primer pecado, que a todos los hombres alcanza, te pedimos nos hagas semejantes a tu
Hijo; así quienes por nuestra naturaleza humana somos imagen de Adán, el hombre terreno,
por la acción de tu gracia, seremos imagen de Jesucristo, el hombre celestial. Por Cristo
nuestro Señor.
R. Amén

Todos.
Padre nuestro…
¡Oh dulce fuente de amor!
Hazme sentir tu dolor
Para que llore contigo.

DECIMA ESTACIÓN

JESÚS ES CRUCIFICADO
V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos
R. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.

Era la hora tercia cuan do lo crucificaron (Mt. 15, 25) Mt. 27, 33-44; Mc. 15, 23-32; Lc. 23,
33; Jn. 19, 18-24

Oremos
Oh Dios, que para librarnos del poder del enemigo, quisiste que tu Hijo muriera en l cruz,
concédenos alcanzar la gracia de la resurrección. Por Cristo nuestro Señor.

R. Amen
Todos.
Padre nuestro…
¡Virgen de vírgenes santas!
Llore yo con ansias tantas
Que el llanto dulce me sean
UNDECIMA ESTACION
PALABRAS DE JESÚS EN LA CRUZ

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Pues por su santa Cruz redimiste al mundo.

Jesús dijo desde a cruz: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lc. 23,34) Mt.
15, 33-39; Lc. 23, 34-46; Jn. 19, 25-30.

Oremos
Señor Dios, origen de nuestra libertad y de nuestra salvación, escucha las súplicas de
quienes te invocamos; y pues nos has que vivamos siempre de ti y en ti encontremos la
felicidad eterna. Por Cristo nuestro Señor.

R. Amén
Todos: padre nuestro…
Hazme que su cruz me enamore
Y que en ella viva y more
De mi fe y amor indicio.

DUODÉCIMA ESTACIÓN
EL CORAZÓN DE JESÚS TRASPASADO

V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.


R. Pues por su santa Cruz redimiste al mundo.
Uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza (Jn. 19, 34). Jn. 19, 31-37

Oremos
Oh Dios, que es el corazón de tu Hijo herido por nuestros pecados has depositado infinitos
tesoros de caridad, te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos
una cumplida reparación. Por Cristo nuestro Señor.
R. Amen

Todos: Padre nuestro…


Parte conmigo las penas
De tu Hijo vulnerado
Que tanto sufrió por mí.

DECIMATERCERA ESTACION
SEPULTURA DE JESÚS
V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos
R. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.

Un hombre llamado José se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús (Lc. 23, 52) Mt.
15, 42-47; Lc. 23, 50-56; Jn. 19, 38-42

Oremos:
Que tu bendición, Señor, descienda con abundancia sobre este pueblo, que ha celebrado la
muerte de tu Hijo con la esperanza de su santa resurrección; venga sobre él tu perdón,
concédele tu consuelo, acrecienta su fe, guíalo a la salvación eterna. Por Cristo nuestro
Señor.

R. Amén
Todos
Padre nuestro…
Haz que me ampare la muerte
De Cristo cunado en tan fuerte
Trance vida y alma estén

DECIMACUARTA ESTACIÓN

LA RESURRECCIÓN DE JESÚS
V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.

El ángel dijo a las mujeres: Sé que buscáis a Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha
resucitado, como lo había dicho: (Mt. 28, 5-6), Mt. 28, 1-9; Mc. 1, 1-19; Lc. 24, 1-7; Jn. 20,
1-29.

Oremos
Fortalecidos con tan santos misterios, te dirigimos esta súplica, Señor, del mismo modo que
la muerte de tu Hijo nos ha hecho esperar lo que nuestra fe nos promete, que su
resurrección nos alcance la plena posesión de los que anhelamos. Por Cristo nuestro Señor.

R. Amén

Todos.
Padre nuestro…
Cuando éste mi cuerpo muera
Haz que se le dé a mi alma
Del Paraíso la gloria. Amén.
VI- ORACIONES UNIVERSALES O DE LOS FIELES
El diácono o un lector recitan algunas
De estas intenciones y el pueblo responde
Con la invocación después de la invitación
Del presidente.

I
Hermanos, el Padre nos envió el Espíritu Santo, para constituirnos un solo cuerpo en Cristo
Salvador, de cuyo único pan y cáliz participamos. Reconciliados con él en el camino de la
salvación de este año de gracia, renovemos nuestra fe y nuestra caridad, pidiendo:

R: Señor, congréganos contigo en la unidad.

1. Para que la Iglesia, reunida por tu Espíritu desde todo pueblo y nación, sea santa
e inmaculada, e invitando a todos los hombres a la conversión y a la Eucaristía,
se muestre cada día más como sacramento de salvación, roguemos al Señor.
R. Señor, congréganos contigo en la unidad.
2. Para que todos los hombres, dóciles a la Palabra que los llama a la conversión,
acudan a las fuentes de la salvación, y en la Eucaristía, misterio de unidad,
encuentren la paz que sólo tú puedes dar, roguemos al Señor:
R. Señor, congréganos contigo en la unidad.
3. Para que el pueblo de tu propiedad, al que entregaste en la cruz una alianza
nueva, por el misterio pascual renovado continuamente en la Eucaristía, aprenda
de Cristo, que amó y se entregó a sí mismo, la ley de la caridad, que hace
entregarse hasta la muerte roguemos al Señor:
R. Señor, congréganos contigo en la unidad
4. Para que con María y los Apóstoles, perseverando en la oración y en la fracción
del pan, tu Iglesia permanezca vigilante en la espera del reino prometido a los
pobres y humildes, roguemos al Señor.
R. Señor, congréganos contigo en la unidad.
5. Para que renovada sin cesar en tu amor, la Iglesia sea cada vez más imagen de tu
misericordia y testigo de tu resurrección para todos los hombres que te buscan
de verdad, roguemos al Señor.
R. Señor, congréganos contigo en la unidad.

ORACIÓN CONCLUSIVA
Padre misericordioso, que de todas partes llamas a los hombres a la conversión, para que,
reconciliados en t amor por el Espíritu Santo, sean en la Iglesia el pueblo de la nueva
alianza; te pedimos concedas que por la Eucaristía, misterio de unidad, sean siempre un
solo corazón y una sola alma, y por medios de ellos, testigos de tu amor, el mundo te
reconozca a ti y al que enviaste Jesucristo, tú Hijo Que vive y reina por los siglos de los
siglos.
R Amén.

II
Hermanos: llamados y reunidos por la Palabra de Dios en el camino de fe y conversión del
Año Santo, invoquemos con humildad y confianza al Señor, a fin de que la celebración de
este año jubilar sea un tiempo de gracia y de bendición para la Iglesia y para todos los
hombres.
 Por la Iglesia santa de Dios, peregrina en la tierra entre las persecuciones del
mundo y las consolaciones de Dios; para que, para que bajo la guía del Santo
Padre, el papa Juan Pablo II, y de todos los obispos, pueda, durante el Año santo,
renovarse en la caridad para llegar a ser signo de reconciliación entre los hombres,
roguemos al Señor.
R. señor, ten piedad.
O bien
R- Te rogamos, óyenos.
O bien
R. Kyrie, ecleison.
 Por los hombres de nuestro tiempo para que movidos por el testimonio de amor y
por el compromiso de convertirse los cristianos, durante el Año Santo y guiados
por el Espíritu experimenten la alegría del encuentro con Dios, roguemos al Señor.
 Por los cristianos separados de la plena comunión eclesial para que la celebración
jubilar sea para ellos un tiempo propicio para la reconciliación con los hermanos en
la fe, roguemos al Señor.
 Por los que sufren, por los enfermos, los oprimidos, los marginados: para que en
este Año Santo sepan ofrecer sus sufrimientos y tribulaciones a Dios por la
salvación del mundo y por la santidad de la Iglesia, roguemos al Señor R.
 Por la santa Iglesia: para que guiada por sus pastores, se renueve, en este año de
gracia el camino el reino de Dios, roguemos al Señor. R.

ORACION CONCLUSIVA

Dios todopoderoso, tú que nos llamas y nos guías siempre hacia la verdadera felicidad;
concédenos que, en este Año Santo, caminemos sin desfallecer por sus caminos busquemos
con fervor tu ley y seamos siempre amantes de tus preceptos, para que podamos saciar el
deseo de conversión y de reconciliación, que hoy tú nos inspiras. Por Cristo nuestro Señor.

R. Amén
VII INTENCIONES VARIAS
POR LA IGLESIA
1. Por la Iglesia santa; para que Dios la visite y gobierne, y le conceda paz y unidad bajo
del Sumo Pontífice y de todo el colegio Episcopal. Roguemos al Señor.

R. Señor, ten piedad de nosotros


O bien
Te rogamos, óyenos
O bien
Kyrie, ecleison

2. Por la Iglesia santa de Dios para que todos sus miembros, animados y fortificados por el
Espíritu sirvan a Dios con toda fidelidad, roguemos al Señor. R.

3. Por la Santa Iglesia extendida de oriente a occidente: para que Dios la proteja y la
gobierne, le dé paz y la congregue en la unidad en toda la tierra, roguemos al Señor. R.

4. Por la Iglesia santa de todo el mundo, por sus pastores, obispos, sacerdotes y sus
colaboradores: para que pueda avanzar en los caminos abiertos en estos tiempos de una
valiente y prudente acción pastoral, en el humilde servicio de las almas, y en la guía
acertada de todas las familias, roguemos al Señor. R

5. Por la Iglesia santa de Dios; para que fundada sobre la roca de Pedro crezca, como
edificio, por la gloria de Dios, roguemos al Señor: R.

6. Por la Iglesia de Dios, nuestra madre, que el Señor ha querido santa y sin mancha: para
que ella santifique y una en la fe y la caridad a cuantos creemos en Cristo, y nos dé la
alegría de vivir y morir fieles hijos de la Iglesia, roguemos al Señor. R.

7. Por la Iglesia santa de Dios: para que conserve con fidelidad el espíritu evangélico en
medio de los cambios del mundo, roguemos al Señor. R.

8. Por la Iglesia santa de Dios: para que en ella aumenten los mensajeros del Evangelio
que anuncien la Palabra de Dios a todos los hombres, con plena adhesión y fidelidad a la
doctrina conservada por la Cátedra de Pedro, roguemos al Señor. R.

9. Por la Iglesia santa de Dios: para que los cristianos tengan sentimientos de misericordia y
se amen fraternalmente en la caridad, roguemos al Señor.
POR EL PAPA
1- Por el Santo Padre Juan Pablo II, para que, con la firmeza de Pedro, guie con solicitud
paternal el pueblo de Dios, y confirme en la fe a sus hermanos, roguemos al Señor.
R. Señor ten piedad, de nosotros.
VIII PRECES BREVE
DOMINGO LUNES MARTES
Oremos a Dios, que vela por todas Oremos a Dios, que vela por todas
Oremos a Dios, que vela por todas las cosas, y digámosle: Visita, las cosas, y digámosle:
las cosas, y digámosle: Señor, ten Señor a tu pueblo. Escúchanos, Señor
piedad de tu pueblo. Conserva a tu Iglesia en la unidad Acuérdate de tu iglesia
Guarda a la Iglesia Consérvanos al Papa Juan Pablo II Defiende al Papa (N)
Protege al Papa Juan Pablo II Protege a nuestro Obispo (N) Ayuda a los Obispos N
Ayuda a nuestro Obispo (N) Ayuda a los misioneros Haz próspera nuestra cuidad
Salva a tu pueblo Da a los sacerdotes la justicia Paga a nuestros bienhechores
Conserva la paz Santifica a los religiosos Da a los casados la concordia
Ilumina a los no creyentes Pon fin a las enemistades Asiste con tu consejo a los
Asiste a los gobernantes Alimenta a los niños con tu gracia prometidos.
Vela por los pobres Haz que los jóvenes crezcan en Da trabajo a los que no lo tienen.
Consuela a los afligidos sabiduría. Ayuda a los necesitados
Ten piedad de los huérfanos Sustenta y consuela a los ancianos Defiende a los perseguidos
Socorre a los difuntos Favorece a nuestros amigos Convierte a los que están en error.
Da a los difuntos la compañía de Da a los difuntos tu gloria eterna
los santos. Presérvanos de una muerte
repentina
Recibe a los difuntos en tu gloria
MIÉRCOLES JUEVES VIERNES
Oremos a Dios, que vela por todas Oremos a Dios, que vela por todas Oremos a Dios, que vela por todas
las cosas, y digámosle: Salva, las cosas, y digámosle: Señor, las cosas, y digámosle: Socorre,
Señor, a tu pueblo esperamos en Ti Señor, a tu pueblo
Da a tu Iglesia una Juventud Da a la Iglesia pleno desarrollo. Perfecciona a tu Iglesia
perenne Conserva con vida del Papa Juan Defiende al Papa Juan Pablo II
Llena al papa Juan Pablo II de tus Pablo II. Ayuda a nuestro Obispo (N)
dones Ilumina a nuestro Obispo (N) Asiste al colegio de los Obispos
Favorece a nuestro Obispo (N) Llama obreros a tu mies Da casa a quienes la necesitan
Conserva en paz en todos los Llena de bendiciones a nuestros Da alimento a los hambrientos
hogares. parientes. Ilumina a los ciegos
Hazte presente en todos los Sana a los enfermos Consuela a los ancianos
hogares Visita a los moribundos. Da fortaleza a las vírgenes sagradas
Acuérdate de nuestra asamblea Devuelve los desterrados a su patria Llama a los judíos a la nueva
Promueve la justicia. Aparta de nosotros la desgracia alianza.
Da a los agricultores buenas Danos buen tiempo atmosférico. Da prudencia a los legisladores
cosechas, Regula la lluvia Da fortaleza a los que sufren
Acompaña a los que viajan Da el descanso a los difuntos. tentaciones.
Asiste a los trabajadores Concede a los difuntos la luz
Ayuda a las viudas eterna.
Da a los difuntos la vida eterna.
SÁBADO
Oremos a Dios, que vela por todas Bendice a nuestros Obispos (N)
las cosas, y digámosle: Socorre, Rige con tu diestra a tus ministros
Señor, a tu pueblo Santifica a los seglares
Reúne en tu Iglesia a todos los Vela por los obreros
hombres. Haz que los ricos usen rectamente
Conserva la salud del Papa Juan de la riqueza
Pablo II Defiende a los débiles.
Libera a los cautivos.
Protégenos de los terremotos

IX. EL SNTO ROSARIO EL AÑO SANTO DE LA REDENCION


I
MISTERIOS GOZOSOS
1- La Anunciación del Señor
Lc. 1, 26-38
2- La visitación de María a Santa Isabel
Lc. 1, 39-45
3- Jesús nace en Belén
Lc. 2, 4-7
4 La presentación de Jesús en el Templo
Lc. 2, 22. 25-35
5- Jesús es encontrado en el Templo
Lc. 2, 46-50

MISTERIOS DOLOROSOS

1- La agonía de Jesús en el huerto de los olivos


Lc. 22, 39-46
2- La flagelación de Jesús
Mt- 27, 24-26
3- La coronación de espinas
Mt. 27, 27-31
4- Jesús lleva la cruz hasta el Calvario
Mt. 15, 20-23
5- Jesús muere en la Cruz
Jn. 19, 25-30
III

MISTERIOS GLORIOSOS

1- La resurrección de Jesús
Mc. 16, 1-7
2- La ascensión de Jesús al cielo
Hch. 1, 9-14
3- La venida del Espíritu Santo en Pentecostés
Hch. 2, 1-4
4- La asunción de María al cielo
Lc. 1, 46-50
5- La coronación de María como reina del cielo y tierra
Ap. 11, 19ª ; 21, 1.

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