06 Año Santo de La Redencion y Su Celebracion en Panama 1983
06 Año Santo de La Redencion y Su Celebracion en Panama 1983
06 Año Santo de La Redencion y Su Celebracion en Panama 1983
Y SU CELEBRACION EN PANAMA
CARTA DE LA
CONFERANCIA EPISCOPAL
PANAMEÑA
DE LA REDENCION
Y SU
CELEBRACION EN PANMÁ
La Conferencia Episcopal Panameña, integrada por todos los Obispos de la Iglesia Católica,
por medio de esta Carta Circular quiere dirigirse a todos los fieles del país, para
presentarles la Carta Pastoral que damos a la luz pública el día de hoy, 27 de noviembre,
Primer Domingo de Adviento.
Por esta Carta Circular queremos invitar a todos los fieles, y de modo especial a todos los
más con prometidos en la acción pastoral de la Iglesia, a que lean y mediten la Carta
Pastoral que estamos proclamando, y que con todo entusiasmo nos dispongamos a celebrar
este Año Santo al que n os invita el Papa Juan Pablo II, quien n os exhorta a abrir las
puertas de nuestro corazón al Redentor. “Abran las puertas a Cristo”, nos dijo
personalmente el 5 de marzo en el Campo Industrial Simón Bolívar. “Abran las Puertas al
Redentor”. Nos repite ahora, al invitarnos a celebrar el Año Santo de la Redención.
Agradecemos esta nueva invitación a celebrar este Año Santo, porque experimentamos en
forma la necesidad de reconciliación a la que nos llama el Señor, por medio del clamor del
Sumo Pontífice.
La paz social la consideramos un privilegio en nuestro país. Pero esa paz social no se
mantiene ni se solidifica sin un esfuerzo de nuestra parte. Por lo tanto esta Conferencia
Episcopal exhorta vehementemente a todo el pueblo de Panamá, a que se disponga a entrar
en este Año Santo en un proceso de conversión. El primer paso dentro de ese proceso será
la reconciliación, con Dios y con el prójimo.
Sólo mediante la reconciliación será posible la paz. El odio, las rencillas, las venganzas,
nacen de las injusticias que existen a todo nivel. De ahí que el Señor llama a quitar de raíz
lo que produce la violencia, que es la injusticia. Estamos persuadidos de nuestra conversión
personal puede proyectarse a todo nuestro acontecer nacional, de modo que tengamos un
proceso político en madurez cívica y cristiana; de modo que introducimos en la práctica
social, económica y familiar de este país, los valores cristianos de respeto a la persona
humana, de exacta observancia de los deberes de justicia, de equidad y de solidaridad
social, que tengamos una convivencia nacional en paz.
El Año santo que ahora iniciamos nos servirá para reconocer nuestros pecados, nuestras
deficiencias, nuestras culpas y revitalizar l práctica de la penitencias, que es una exigencia
de la vida cristiana.
Roguemos todos en este periodo de Adviento, con María que esperaba al Señor, que el
Espíritu nos envié el precioso don de la conversión y el espíritu de paz.
_______________________________________
+ José María Carrizo V.
Obispo de Chitré
Presidente de la CEP
_______________________________
+ Marcos G. McGrath
Arzobispo de Panamá
Vice-Presidente de la CEP
________________________________
+ Carlos A. Lewis, S. V. D.
Obispo Auxiliar de Panamá
Secretario General de la CEP.
GUIA PASTORAL PARA LA
CELEBRACION DEL
AÑO SANTO
DE LA REDENCION
EN PANAMA
Señor, que en la Comunión de los Santos, hace participes a los más débiles, nosotros,
peregrinos aquí y ahora, de los tesoros de los méritos de Cristo y de sus escogidos que ya
están en a Gloria de Dios.
2. EL JUBILEO: El Jubileo, o sea el acto especial del Año Santo, siguiendo las
indicaciones del Papa, disponemos que en Panamá puede realizarse de dos modos.
CELEBRACIÓN COMUNITARIA:
Estas celebraciones podrán ser iguales a nivel diocesano, parroquial, o de
diverso alcance comunitario. En cada caso se anunciará su realización.
3. ENFERMOS: Las personas que no puedan por razones de salud, asistir a estas
templos para la Visita del Jubileo, podrán hacer la Visita en su propio templo
parroquial.
Los enfermos que no pueden salir de sus casas, podrán ganar la Indulgencia,
uniéndose en espíritu a los actos jubilares o visitas de sus Parroquias o sus
familiares, ofreciendo al Señor sus sufrimientos en unión con los dolores de Jesús
paciente.
Las prácticas para ganar la Indulgencia, tanto el acto de Jubileo como la Visita, se harán
más provechosamente si son acompañados con la predicación apropiada.
Como los sacerdotes no pueden atender todas las necesidades, será menester preparar
a los Delegados de la Palabra, y tras personas semejantes, para el desempeño de ese
Ministerio durante el Año Santo. Se deberá así mismo surtir del material necesario, de
oraciones, reflexiones, etc., a dicho Ministros Extraordinarios, para que mejor puedan
desempeñar su misión.
8. CONFESIONES Y COMUNION
La preparación para la Indulgencia supone que los fieles confiesen y comulguen. Será
pues imprescindible preparar a los fieles o ayudarlos a prepararse, para una fructuosa
práctica sacramental, y será necesaria una presentación catequética de la renovación de
la Penitencia. Igualmente importante es el esfuerzo de todos, en el esfuerzo de todos,
en el campo socio-económico y político, de promover los cambios necesarios a favor
de los más necesitados.
Habrá además que facilitar a los fieles la práctica del sacramento de la penitencia,
ofreciendo el número de sacerdotes y su disponibilidad, para que no se produzca
descontento en los fieles al no tener confesores suficientes.
9- CONSTRUIR LA IGLESIA.
La conversión a la que nos llama el Señor no es algo meramente pasajero. No se trata de
satisfacer meramente unas exigencias rituales exteriores.
Lo que al Año Santo desea es un sincero encuentro con el Señor. Dicha seriedad se
vería reforzada si se encuentran modos de preservar en el bien encontrado.
Si los fieles encuentran una Iglesia operante, viva, presente en la vivencia comunitaria
de la fe que se ha reencontrado, la conversión será más profunda y más duradera.
Menester será por lo presentar tanto a nivel Parroquial como de Movimientos, unas
estructuras mínimas que ayuden a vivir la fe en Comunidad.
Una genuina conversión lleva no sólo a lo individual, sino también al compromiso con
el apostolado, de ahí que es de esperarse surjan en este desarrollo del Año Santo
personas deseosas de mantenerse activas en la Iglesia.
Como fruto del Año santo consideramos muy importante una identificación de la
vivencia social, que se den paso, aunque pequeños, pero correctos y en la verdadera
dirección, conducentes a hacer real la Opción por los Pobres que hemos asumido como
Iglesia en Panamá.
Así se pueden sugerir durante este Año Santo visitas a las cárceles, visitas a los
hospitales y centros de ancianos.
Sería de alabar además, el compromiso de toda la Iglesia en Panamá, con las diversas
obras que a nivel comunitario se realizan en beneficio de los más necesitados. Es decir,
que por el compromiso que nuestra fe nos inspira, seamos capaces de empeñar y
ofrecer nuestros esfuerzos, en todas esas obras que, emprendidas a veces por el
compromiso que nuestra fe nos inspira, seamos capaces de empeñar y ofrecer nuestros
esfuerzos, en toda esas obras que, emprendidas a veces por instituciones cívicas, no se
pueden llevar a término sin el entusiasmo de la respectiva comunidad. Que a
conversión del Año santo leve al católico a comprometerse y a trabajar en todas las
obras de genuino desarrollo, asistencia social y promoción comunitaria.
Haz, Señor,
Que este Año santo de tu Redención
se convierta también en una llamada al mundo
Contemporáneo que ve la justicia y la paz en el horizonte
de sus deseos, y sin embargo,
concediendo cada vez mayor espacio al pecado,
vive día tras día, }en medio de crecientes tensiones y amenazas,
y parece dirigirse
hacia una dirección peligrosa para todos.
¡Ayúdanos Tú a cambiar el rumbo
De las crecientes amenazas y desventuras
Del mundo actual!
¡Levanta de nuevo al hombre!
¡Protege a las naciones y a los pueblos!
¡No permitas que se lleve a cabo
La obra de destrucción
Que amenaza hoy a la humanidad!
¡Señor Jesucristo,
Que se demuestre más poderosa
La obra de tu Redención!
Así sea
APENDICE I
1. Canto de Entrada
2. Acto Penitencial
S. Hermanos: Antes de celebrar estos santos misterios, reconozcámonos
nuestros pecados, (Breve pausa de silencio).
S- Jesús Hijo de Dios, que viniste al mundo para reconciliar a los
hermanos con Dios Padre, Señor, ten piedad
F- Señor Ten piedad
S- Cristo, servidor fiel, que por nosotros te hiciste pecador para que
nosotros llegáramos a ser justicia de Dios, Señor, ten piedad.
F- Señor ten piedad
S- Hijo de Dios, que siempre vive con el Padre en la unidad del Espíritu
Santo para interceder por nosotros, Señor ten piedad
F- Señor ten piedad
S- Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdona nuestros
pecados nos lleve a la vida eterna.
F- Amén
3. Oración de la asamblea:
S- Oremos:
Oh Dios de clemencia y reconciliación, que procuras a los hombres los
principales días de la Salvación, para que te reconozcan a ti. Creador y
Padre de todo lo que existe: Ayúdanos propicio en nuestro tiempo para
que, aceptando con alegría tu palabra de paz, nos dispongamos a servir tu
Voluntad de instaurar todas las cosas en Cristo. Por el mismo Señor
nuestro Jesucristo, Tú Hijo, que vive y reina contigo, en la unidad del
Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.
F- Amén
4. Primera Lectura: (Is. 55, 1-3 c, 6-9)
¡Todos los sedientos, Id por agua, y los que no tenéis plata, venid, comprad y
comed, sin plata y sin pagar, vino y leche!
¿Por qué gastáis plata en lo que no es pan, y vuestro jornal en lo que no sacia?
Hacedme caso y comed buena, y disfrutaréis con algo sustancioso aplicad el
oído y acudid a mí, oíd y vivirá nuestra alma.
Pues voy a firmar con vosotros una alianza eterna.
Buscad a Yahveh mientras se deja encontrar, llamadle mientras está cercano.
Deje el malo su camino, el hombre inicuo sus pensamientos; y vuélvase a
Yahveh, que tendrá compasión de él, a nuestro Dios, que será grande en
perdonar.
Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos, que vuestros
pensamientos, oíd vuestros caminos son mis caminos –oráculo- de Yahveh.
Porque cuanto aventajan los cielos a la tierra, así aventajan así aventajan mis
caminos a los vuestros y mis pensamientos a los vuestros.
Palabra de Dios
Conclusión: Señor Dios, refugio y fortaleza nuestra, que eres dador de todo bien, le
damos gracias por la redención de Tu Hijo, Jesucristo, que vive y reina por
los siglos de los siglos
Amén.
9- Oración sobre las Ofrendas:
S- Recuerda Señor, que tu Hijo es la misma paz y la reconciliación nuestra, y
que hizo desaparecer con su sangre el pecado del mundo; Por eso te pedimos
que mires con bondad los dones de tu Iglesia para que, cuantos celebramos
con gozo este año de gracia y santidad; podamos vivirlo día a día en t paz y
tu amor. Por Jesucristo….
10- Prefacio:
En verdad es justo y necesario
Es nuestro deber y salvación darte gracias,
Siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo,
Dios Todopoderoso y eterno. Por Cristo, nuestro Señor.
Por Él concedes benignamente a tus hijos
Este tiempo aceptable de conversión e indulgencia
Para que, dedicados con mayor entrega
A los actos penitencia y piedad,
Por el Espíritu de Amor que se nos ha comunicado
Por eso con los ángeles y arcángeles,
Y con todos los coros celestiales,
Cantamos sin cesar el himno de tu Gloria:
Santo, Santo….
S- Oremos:
Te pedimos Señor, que el sacramento de tu Hijo que acabamos de recibir,
aumente nuestras fuerzas, a fin de que recibamos el verdadero amor de este
misterio de unidad y seamos, en todas partes los artífices de tu paz. Por
Jesucristo…
14- Bendición solemne…
S- Dios, Padre misericordioso, que por Cristo os ha reconciliado consigo, os
conceda benignamente su bendición y afirme vuestros corazones en la fe, la
esperanza, y la caridad.
F- Amén
S- Cristo, a quien seguimos confiadamente, abra vuestros corazones al amor,
para que recibáis su gracia en este tiempo de salvación y podáis ser luz para
vuestros hermanos.
F- Amén
S- Y la Bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros y acompañe siempre.
F- Amén
V/ Levantemos el corazón
R/ Lo tenemos levantado hacia el Señor
En lugar de rechazarnos
Por las muchas veces que hemos roto tu Alianza
Te has unido de nuevo de tal manera a la humanidad
Por tu Hijo, Jesucristo, nuestro Señor
Que ya nada nos puede separar.
Todos aclaman:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo
Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria
Hosanna en el cielo
Bendito e que viene en el nombre del Señor
Hosanna en el cielo.
Traza las manos y traza el signo de la cruz, sobre el pan y el vino diciendo:
De tu amado Hijo Jesucristo
En quien nosotros somos hijos tuyos;
Se inclina un poco
TOMAD Y COMED TODOS DE EL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO
QUE SERA ENTREGADO POR VOSOTROS.
Muestra al pueblo la hostia con sagrada, la deja sobre la patena y la adora con una
genuflexión
Igualmente, después de haber cenado, sabiendo que todas las cosas habían de
reconciliarse en él por su sangre derramada en la cruz.
Toma el cáliz, lleno del fruto de la vid, de nuevo te dio las gracias y lo paso a sus amigos,
diciendo:
Se inclina un poco:
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTE ES EL CALIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALINAZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERA DERRAMADA POR
VOSOSTROS Y POR TODOS LOS HOMBRES, PARA EL PERDON DE TODOS LOS
PECADOS, HACED ESTO EN CONMEMORACION MIA.
Muestra al pueblo el cáliz, lo deja sobre el corporal y lo adorada con una genuflexión
Anunciamos tu muerte,
Proclamaos tu resurrección;
¡Ven Señor, Jesús!
Después el Sacerdote con las manos extendidas dice:
Así pues,
Al celebrar el memorial de Jesucristo,
Nuestra Pascua y nuestra paz definitiva,
Y al celebrar su muerte y resurrección,
En la esperanza del día feliz de su venida
Te ofrecemos a ti, Dios verdaderamente fiel
La hostia que reconcilia a los hombres en tu gracia
Mira con amor, Padre de bondad,
A los que llamas a unirte a ti
Y concédeles participar del único sacrificio de Cristo
Que formen por la fuerza del Espíritu Santo,
Un solo cuerpo
En el que no haya ninguna división
Junta las manos: Toma la patena con la hostia y el cáliz, y, manteniéndolos elevados dice:
El pueblo aclama;
Amén
MATERIALES PARA LAS
CELEBRACIONES DEL
AÑO SANTO
DE LA REDENCION
EN PANAMA
I. CELEBRACION EUCARISTICA
1- Misa del Año Santo (próxima a aparecer, no ha llegado de Roma)
2- Cuando las normas litúrgicas lo permitan, se puede celebrar una de las misas
siguientes (para la lectura se puede escoger una del Antiguo Testamento, menos en
el tiempo Pascual, en el que solo se usa el Nuevo Testamento).
Lecturas: Lecturas:
A.T. Is. 55, 6-9 Ez. 18, 21-23.30-32 A.T. Ex. 12, 1-8.11-14 Is. 52, 13-53
Jn. 2, 12-18 12 Zac. 12, 10-11; 10, 11; 13, 6-7
II CELEBRACION DE LA PALABRA
Puede ser:
Una adaptación o aplicación del Oficio de Lecturas de cualquier día (con tal de que este
destinada al jubileo).
R. Y con su espíritu.
Luego explique a los fieles el significado de la celebración.
Oración
Oremos, hermanos, para que todos los hemos perdido la gracia bautismal por nuestros
pecados, la recuperemos ahora por la pertinencia.
Pongámonos de rodillas. O bien Inclinad ante Dios vuestras cabezas.
Y todos rezan un momento en silencio
Podéis levantaros.
Te pedimos, Señor protejas a quienes purificaste con tu amor, para que redimidos por tu
pasión se alegren con tu resurrección. Que vives y reinas por los siglos de los siglos
R. Amén
Lecturas
I Lectura
Lectura de la Segunda Carta de San Pablo a los Corintios.
En nombre de Cristo os pedimos que se reconciliaos con Dios.
Hermanos: El que es de Cristo es una creatura nueva; lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha
comenzado. Todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo nos reconcilió consigo y nos
encargó el servicio de reconciliar. Es decir Dios, mismo estaba en Cristo reconciliando al
mundo consigo,, sin pedirle cuentas de sus pecados y a nosotros nos ha confiado el mensaje
de la reconciliación. Por eso, nosotros actuamos como enviados por Cristo, y es como si
Dios mismo os exhortara por medio nuestro. En nombre de Cristo, os pedimos que os
reconcilies con Dios. Al que no había pecado, Dios lo hizo expiar nuestros pecados, para
que nosotros unidos a él, recibamos la salvación de Dios. Como cooperadores suyos que
somos os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios. Porque él dice: “En el
tiempo de la gracia te escucho, en el día de la salvación te ayudo”. Pues mirad: Ahora es el
tiempo de la gracia, ahora es el día de la salvación.
Palabra de Dios.
R- Te alabamos Señor.
Rom. 6, 12-23 “Habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios”
Palabra de Dios
R. Te alabamos Señor.
O bien:
Lc. 15, 11-32: “Padre, pequé contra el cielo y ante ti”
Acto penitencial
A continuación tiene lugar el examen de conciencia, recordando de modo especial las
promesas del bautismo.
Que nos socorra, pues, la misericordia del Señor quienes arrepentidos invocamos el
perdón del Padre, y así, los que hasta ahora nos apartábamos de el por nuestros pecados,
nos sintamos motivados a complacerte junto con el Resucitado autor de nuestra vida, y
con todos los redimidos en la nueva tierra de su Reino.
Entonces el sacerdote, si parece oportuno, rocía con agua bendita a todos los presentes,
mientras se canta (o recita) por todos: Rocíame, Señor, con el hisopo y quedaré limpio,
lávame y quedaré más blanco que la nieve.
U otro canto apropiado.
PRECES
El presidente introduce la oración
A Cristo nuestro salvador, nuestro abogado ante el Padre pidamos humildemente que
perdone nuestros pecados, y nos purifique de toda iniquidad.
Un laico o un lector:
Tú que viniste, no para llamar a los justos sino a los pecadores.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
Tú que no rehusaste hablar con los publicanos y pecadores.
R. Señor, ten piedad de nosotros
Tú que sobre tus hombros llevaste la oveja perdida a su redil.
R. Señor, ten piedad de nosotros.
Tú que prometiste el paraíso al ladrón arrepentido
R: Señor, ten piedad de nosotros.
Tú que estás sentado a la derecha del Padre y vives para interceder siempre por nosotros
R: Señor, ten piedad de nosotros.
El presidente:
Ahora, como Cristo mismo nos enseñó, pidamos juntos al Padre, que, perdonándonos
unos a otros nuestras ofensas, él nos perdone nuestros pecados.
El presidente concluye.
Oremos. Señor, y Padre Nuestro, que por la pasión de tu Hijo nos distes la vida,
concédenos que, asociados a su muerte por la penitencia, seamos participes de su
resurrección con todos los hombres. Por Cristo nuestro Señor.
O bien
Concédenos, Dios omnipotente y misericordioso, que movidos y robustecidos por tu
Espíritu, manifestemos siempre en nuestro cuerpo la pasión de Jesús, para que
resplandezca su vida en nosotros. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
Despedida: Al final el presidente da la bendición.
III CELEBRACION DE LAUDES O VISPERAS
DE CUALQUIER DÍA.
(con tal que esté destinada para los fines del Jubileo)
IV CELEBRACION DE SACRAMENTO
DE LA RECONCILIACION
Cfr. Ritual de la Penitencia, 2ª forma (pp. 31-50), con todas las posibilidades de
adaptación allí sugeridas.
V. VIA CRUCIS
N de la R. Este Vía Crucis fue publicado en el “Libro del Peregrino” del Año Santo de
1975, por el Comité Central del Año Santo. Lo hemos adaptado a nuestro medio.
“El camino de la Cruz, del sufrimiento y de la aflicción es un camino que nos conduce a
Dios, y a la perfección de su amor, si le somos fieles”
S. Francisco de Sales
Acto de preparación:
Oremos
Amén.
PRIMERA ESTACIÓN
CENA PASCUAL
V. Te adoramos oh Cristo y te bendecimos.
R. Pues por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Al atardecer Jesús se puso a la mesa con sus discípulos (Mt. 26, 20).
Mt: 26, 20-35; Mc. 14, 17-31; Lc: 22, 14-38; Jn, 13, 17
Oremos:
Señor Dios, nuestro, que nos has invitado a celebrar aquella misma memorable Cena en
que tu Hijo, antes de entregarse a la muerte, confío a la Iglesia el banquete de su amor, el
sacrificio nuevo de la Alianza eterna, te pedimos que la celebración de estos misterios
nos lleve a alcanzar plenitud de amor y de vida. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
Padre nuestros, que estas en el cielo, santificado sea tu nombre; venga tu reino; hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona
nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos
dejes en tentación, y líbranos del mal.
SEGUNDA ESTACIÓN
LA ORACIÓN EN GETSEMANI
V. Te adoramos, Cristo y te bendecimos
R. Pues por su Santa Cruz redimiste al mundo.
Y sumido en angustia, insistía más en su oración (Lc. 22,44; Mt. 26, 36-46; Mc. 14, 32-
41; Lc. 22, 39-46)
Oremos
Dios Todopoderoso, mira la fragilidad de nuestra naturaleza, y, con la fuerza de la
Pasión de tu Hijo, levanta nuestra débil esperanza, que vive y reina por los siglos de los
siglos Amén.
Todos
Padre Nuestro….
De su alma triste y llorosa,
traspasada y dolorosa
fiero cuchillo tenía.
TERCERA ESTACIÓN
EL PRENDIMIENTO DE JESÚS
V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos
R. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo
Echaron mano a Jesús y lo prendieron: (Mt. 26, 50; Mt. 26, 47-56; Mc. 14, 42-52; Lc.
22, 47-53; Jn. 18, 1-11)
Oremos
Dios todopoderoso y eterno, concédenos participar tan vivamente en las celebraciones
de la pasión del Señor, que alcancemos tu perdón. Por Cristo nuestro Señor.
R. Amén
Todos:
Padre Nuestro….
¡Oh cuán triste y afligida
estaba la madre herida,
de tantos tormentos llena!
CUARTA ESTACIÓN
Llevaron a Jesús a casa del Sumo Sacerdote, y se reunieron todos los sacerdotes, los
ancianos y los escribas (Mc. 14,53; Mt. 26, 57-68: Mc. 14, 53-65; Lc. 22, 66-71; Jn. 18,
12-24).
Oremos:
Señor, Dios y Padre nuestro, Dios y Padre nuestro, que nos has dado la vida por la
Pasión que nos has dado la vida por la Pasión de tu Hijo, concédenos que, incorporados
a su muerte por la penitencia, seamos también participes de su resurrección con todos los
hombres. Por Cristo nuestro Señor.
Todos:
Padre nuestro…
QUINTA ESTACIÓN
PEDRO NIEGA A JESÚS
V. Te adoramos Cristo, y te bendecimos
R. pues por tu santa Cruz redimiste al mundo
Oremos
Dios todopoderoso y eterno, cuyo Espíritu santifica y gobierna todo el cuerpo de la
Iglesia, escucha las súplicas que te dirigimos por todos sus miembros, para que, con la
ayuda de tu gracia, cada uno te sirva fielmente en la vocación a que lo has llamado. Por
Cristo nuestro Señor.
R. Amén
Todos:
Padre nuestro…
SEXTA ESTACIÓN
R. Amén
Todos
Padre nuestro.
¿Y quién no se entristeciera
Madre piadosa si os viera
sujeta a tanto rigor?
SEPTIMA ESTACION
JESÚS ES AZOTADO Y CORONADO DE ESPINAS
V. Te adoramos, Cristo y te bendecimos.
R. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Pilato entregó a Jesús para azotarlo; los soldados trenzan una corona de espinas y se la
ciñen (Mc. 15, 17) Mt. 27, 26-31; Mc. 15, 14-20.
Oremos
Dios todopoderoso y clemente, concédenos que, movidos y reanimados por tu Espíritu,
llevemos siempre en nuestro cuerpo la pasión de Cristo, para que su vida se manifieste
siempre en nosotros. Por Cristo nuestro Señor.
Todos:
Padre nuestro…
Por los pecados del mundo
Vio a Jesús en tan profundo
Tormento la dulce Madre.
OCTAVA ESTACIÓN
JESÚS ES CONDENADO A MUERTE.
Oremos
Te rogamos, Señor Dios nuestro, que tu gracia nos ayude, para que vivamos siempre de
aquel mismo amor que movió a tu Hijo a entregarse a la muerte por la salvación del mundo.
Por Cristo nuestro Señor.
R. Amén
Todos:
Padre nuestro…
Vio morir al Hijo amado
que rindió desamparado
el espíritu a su Padre.
NOVENA ESTACIÓN
SIMÓN DE CIRENE Y LAS MUJERES DE JERUSALÉN
V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Echaron mano de un cierto Simón de Cirine, y le cargaron la cruz para que la llevara detrás
de Jesús. Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban
por él (Lc. 23, 26-27) Mt. 27, 32; Mc. 15, 21; Lc. 23, 26-32
Oremos
Oh Dios que por la Pasión de Cristo, Señor nuestro, has destruido la muerte, consecuencia
del primer pecado, que a todos los hombres alcanza, te pedimos nos hagas semejantes a tu
Hijo; así quienes por nuestra naturaleza humana somos imagen de Adán, el hombre terreno,
por la acción de tu gracia, seremos imagen de Jesucristo, el hombre celestial. Por Cristo
nuestro Señor.
R. Amén
Todos.
Padre nuestro…
¡Oh dulce fuente de amor!
Hazme sentir tu dolor
Para que llore contigo.
DECIMA ESTACIÓN
JESÚS ES CRUCIFICADO
V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos
R. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Era la hora tercia cuan do lo crucificaron (Mt. 15, 25) Mt. 27, 33-44; Mc. 15, 23-32; Lc. 23,
33; Jn. 19, 18-24
Oremos
Oh Dios, que para librarnos del poder del enemigo, quisiste que tu Hijo muriera en l cruz,
concédenos alcanzar la gracia de la resurrección. Por Cristo nuestro Señor.
R. Amen
Todos.
Padre nuestro…
¡Virgen de vírgenes santas!
Llore yo con ansias tantas
Que el llanto dulce me sean
UNDECIMA ESTACION
PALABRAS DE JESÚS EN LA CRUZ
Jesús dijo desde a cruz: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lc. 23,34) Mt.
15, 33-39; Lc. 23, 34-46; Jn. 19, 25-30.
Oremos
Señor Dios, origen de nuestra libertad y de nuestra salvación, escucha las súplicas de
quienes te invocamos; y pues nos has que vivamos siempre de ti y en ti encontremos la
felicidad eterna. Por Cristo nuestro Señor.
R. Amén
Todos: padre nuestro…
Hazme que su cruz me enamore
Y que en ella viva y more
De mi fe y amor indicio.
DUODÉCIMA ESTACIÓN
EL CORAZÓN DE JESÚS TRASPASADO
Oremos
Oh Dios, que es el corazón de tu Hijo herido por nuestros pecados has depositado infinitos
tesoros de caridad, te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos
una cumplida reparación. Por Cristo nuestro Señor.
R. Amen
DECIMATERCERA ESTACION
SEPULTURA DE JESÚS
V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos
R. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Un hombre llamado José se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús (Lc. 23, 52) Mt.
15, 42-47; Lc. 23, 50-56; Jn. 19, 38-42
Oremos:
Que tu bendición, Señor, descienda con abundancia sobre este pueblo, que ha celebrado la
muerte de tu Hijo con la esperanza de su santa resurrección; venga sobre él tu perdón,
concédele tu consuelo, acrecienta su fe, guíalo a la salvación eterna. Por Cristo nuestro
Señor.
R. Amén
Todos
Padre nuestro…
Haz que me ampare la muerte
De Cristo cunado en tan fuerte
Trance vida y alma estén
DECIMACUARTA ESTACIÓN
LA RESURRECCIÓN DE JESÚS
V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
El ángel dijo a las mujeres: Sé que buscáis a Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha
resucitado, como lo había dicho: (Mt. 28, 5-6), Mt. 28, 1-9; Mc. 1, 1-19; Lc. 24, 1-7; Jn. 20,
1-29.
Oremos
Fortalecidos con tan santos misterios, te dirigimos esta súplica, Señor, del mismo modo que
la muerte de tu Hijo nos ha hecho esperar lo que nuestra fe nos promete, que su
resurrección nos alcance la plena posesión de los que anhelamos. Por Cristo nuestro Señor.
R. Amén
Todos.
Padre nuestro…
Cuando éste mi cuerpo muera
Haz que se le dé a mi alma
Del Paraíso la gloria. Amén.
VI- ORACIONES UNIVERSALES O DE LOS FIELES
El diácono o un lector recitan algunas
De estas intenciones y el pueblo responde
Con la invocación después de la invitación
Del presidente.
I
Hermanos, el Padre nos envió el Espíritu Santo, para constituirnos un solo cuerpo en Cristo
Salvador, de cuyo único pan y cáliz participamos. Reconciliados con él en el camino de la
salvación de este año de gracia, renovemos nuestra fe y nuestra caridad, pidiendo:
1. Para que la Iglesia, reunida por tu Espíritu desde todo pueblo y nación, sea santa
e inmaculada, e invitando a todos los hombres a la conversión y a la Eucaristía,
se muestre cada día más como sacramento de salvación, roguemos al Señor.
R. Señor, congréganos contigo en la unidad.
2. Para que todos los hombres, dóciles a la Palabra que los llama a la conversión,
acudan a las fuentes de la salvación, y en la Eucaristía, misterio de unidad,
encuentren la paz que sólo tú puedes dar, roguemos al Señor:
R. Señor, congréganos contigo en la unidad.
3. Para que el pueblo de tu propiedad, al que entregaste en la cruz una alianza
nueva, por el misterio pascual renovado continuamente en la Eucaristía, aprenda
de Cristo, que amó y se entregó a sí mismo, la ley de la caridad, que hace
entregarse hasta la muerte roguemos al Señor:
R. Señor, congréganos contigo en la unidad
4. Para que con María y los Apóstoles, perseverando en la oración y en la fracción
del pan, tu Iglesia permanezca vigilante en la espera del reino prometido a los
pobres y humildes, roguemos al Señor.
R. Señor, congréganos contigo en la unidad.
5. Para que renovada sin cesar en tu amor, la Iglesia sea cada vez más imagen de tu
misericordia y testigo de tu resurrección para todos los hombres que te buscan
de verdad, roguemos al Señor.
R. Señor, congréganos contigo en la unidad.
ORACIÓN CONCLUSIVA
Padre misericordioso, que de todas partes llamas a los hombres a la conversión, para que,
reconciliados en t amor por el Espíritu Santo, sean en la Iglesia el pueblo de la nueva
alianza; te pedimos concedas que por la Eucaristía, misterio de unidad, sean siempre un
solo corazón y una sola alma, y por medios de ellos, testigos de tu amor, el mundo te
reconozca a ti y al que enviaste Jesucristo, tú Hijo Que vive y reina por los siglos de los
siglos.
R Amén.
II
Hermanos: llamados y reunidos por la Palabra de Dios en el camino de fe y conversión del
Año Santo, invoquemos con humildad y confianza al Señor, a fin de que la celebración de
este año jubilar sea un tiempo de gracia y de bendición para la Iglesia y para todos los
hombres.
Por la Iglesia santa de Dios, peregrina en la tierra entre las persecuciones del
mundo y las consolaciones de Dios; para que, para que bajo la guía del Santo
Padre, el papa Juan Pablo II, y de todos los obispos, pueda, durante el Año santo,
renovarse en la caridad para llegar a ser signo de reconciliación entre los hombres,
roguemos al Señor.
R. señor, ten piedad.
O bien
R- Te rogamos, óyenos.
O bien
R. Kyrie, ecleison.
Por los hombres de nuestro tiempo para que movidos por el testimonio de amor y
por el compromiso de convertirse los cristianos, durante el Año Santo y guiados
por el Espíritu experimenten la alegría del encuentro con Dios, roguemos al Señor.
Por los cristianos separados de la plena comunión eclesial para que la celebración
jubilar sea para ellos un tiempo propicio para la reconciliación con los hermanos en
la fe, roguemos al Señor.
Por los que sufren, por los enfermos, los oprimidos, los marginados: para que en
este Año Santo sepan ofrecer sus sufrimientos y tribulaciones a Dios por la
salvación del mundo y por la santidad de la Iglesia, roguemos al Señor R.
Por la santa Iglesia: para que guiada por sus pastores, se renueve, en este año de
gracia el camino el reino de Dios, roguemos al Señor. R.
ORACION CONCLUSIVA
Dios todopoderoso, tú que nos llamas y nos guías siempre hacia la verdadera felicidad;
concédenos que, en este Año Santo, caminemos sin desfallecer por sus caminos busquemos
con fervor tu ley y seamos siempre amantes de tus preceptos, para que podamos saciar el
deseo de conversión y de reconciliación, que hoy tú nos inspiras. Por Cristo nuestro Señor.
R. Amén
VII INTENCIONES VARIAS
POR LA IGLESIA
1. Por la Iglesia santa; para que Dios la visite y gobierne, y le conceda paz y unidad bajo
del Sumo Pontífice y de todo el colegio Episcopal. Roguemos al Señor.
2. Por la Iglesia santa de Dios para que todos sus miembros, animados y fortificados por el
Espíritu sirvan a Dios con toda fidelidad, roguemos al Señor. R.
3. Por la Santa Iglesia extendida de oriente a occidente: para que Dios la proteja y la
gobierne, le dé paz y la congregue en la unidad en toda la tierra, roguemos al Señor. R.
4. Por la Iglesia santa de todo el mundo, por sus pastores, obispos, sacerdotes y sus
colaboradores: para que pueda avanzar en los caminos abiertos en estos tiempos de una
valiente y prudente acción pastoral, en el humilde servicio de las almas, y en la guía
acertada de todas las familias, roguemos al Señor. R
5. Por la Iglesia santa de Dios; para que fundada sobre la roca de Pedro crezca, como
edificio, por la gloria de Dios, roguemos al Señor: R.
6. Por la Iglesia de Dios, nuestra madre, que el Señor ha querido santa y sin mancha: para
que ella santifique y una en la fe y la caridad a cuantos creemos en Cristo, y nos dé la
alegría de vivir y morir fieles hijos de la Iglesia, roguemos al Señor. R.
7. Por la Iglesia santa de Dios: para que conserve con fidelidad el espíritu evangélico en
medio de los cambios del mundo, roguemos al Señor. R.
8. Por la Iglesia santa de Dios: para que en ella aumenten los mensajeros del Evangelio
que anuncien la Palabra de Dios a todos los hombres, con plena adhesión y fidelidad a la
doctrina conservada por la Cátedra de Pedro, roguemos al Señor. R.
9. Por la Iglesia santa de Dios: para que los cristianos tengan sentimientos de misericordia y
se amen fraternalmente en la caridad, roguemos al Señor.
POR EL PAPA
1- Por el Santo Padre Juan Pablo II, para que, con la firmeza de Pedro, guie con solicitud
paternal el pueblo de Dios, y confirme en la fe a sus hermanos, roguemos al Señor.
R. Señor ten piedad, de nosotros.
VIII PRECES BREVE
DOMINGO LUNES MARTES
Oremos a Dios, que vela por todas Oremos a Dios, que vela por todas
Oremos a Dios, que vela por todas las cosas, y digámosle: Visita, las cosas, y digámosle:
las cosas, y digámosle: Señor, ten Señor a tu pueblo. Escúchanos, Señor
piedad de tu pueblo. Conserva a tu Iglesia en la unidad Acuérdate de tu iglesia
Guarda a la Iglesia Consérvanos al Papa Juan Pablo II Defiende al Papa (N)
Protege al Papa Juan Pablo II Protege a nuestro Obispo (N) Ayuda a los Obispos N
Ayuda a nuestro Obispo (N) Ayuda a los misioneros Haz próspera nuestra cuidad
Salva a tu pueblo Da a los sacerdotes la justicia Paga a nuestros bienhechores
Conserva la paz Santifica a los religiosos Da a los casados la concordia
Ilumina a los no creyentes Pon fin a las enemistades Asiste con tu consejo a los
Asiste a los gobernantes Alimenta a los niños con tu gracia prometidos.
Vela por los pobres Haz que los jóvenes crezcan en Da trabajo a los que no lo tienen.
Consuela a los afligidos sabiduría. Ayuda a los necesitados
Ten piedad de los huérfanos Sustenta y consuela a los ancianos Defiende a los perseguidos
Socorre a los difuntos Favorece a nuestros amigos Convierte a los que están en error.
Da a los difuntos la compañía de Da a los difuntos tu gloria eterna
los santos. Presérvanos de una muerte
repentina
Recibe a los difuntos en tu gloria
MIÉRCOLES JUEVES VIERNES
Oremos a Dios, que vela por todas Oremos a Dios, que vela por todas Oremos a Dios, que vela por todas
las cosas, y digámosle: Salva, las cosas, y digámosle: Señor, las cosas, y digámosle: Socorre,
Señor, a tu pueblo esperamos en Ti Señor, a tu pueblo
Da a tu Iglesia una Juventud Da a la Iglesia pleno desarrollo. Perfecciona a tu Iglesia
perenne Conserva con vida del Papa Juan Defiende al Papa Juan Pablo II
Llena al papa Juan Pablo II de tus Pablo II. Ayuda a nuestro Obispo (N)
dones Ilumina a nuestro Obispo (N) Asiste al colegio de los Obispos
Favorece a nuestro Obispo (N) Llama obreros a tu mies Da casa a quienes la necesitan
Conserva en paz en todos los Llena de bendiciones a nuestros Da alimento a los hambrientos
hogares. parientes. Ilumina a los ciegos
Hazte presente en todos los Sana a los enfermos Consuela a los ancianos
hogares Visita a los moribundos. Da fortaleza a las vírgenes sagradas
Acuérdate de nuestra asamblea Devuelve los desterrados a su patria Llama a los judíos a la nueva
Promueve la justicia. Aparta de nosotros la desgracia alianza.
Da a los agricultores buenas Danos buen tiempo atmosférico. Da prudencia a los legisladores
cosechas, Regula la lluvia Da fortaleza a los que sufren
Acompaña a los que viajan Da el descanso a los difuntos. tentaciones.
Asiste a los trabajadores Concede a los difuntos la luz
Ayuda a las viudas eterna.
Da a los difuntos la vida eterna.
SÁBADO
Oremos a Dios, que vela por todas Bendice a nuestros Obispos (N)
las cosas, y digámosle: Socorre, Rige con tu diestra a tus ministros
Señor, a tu pueblo Santifica a los seglares
Reúne en tu Iglesia a todos los Vela por los obreros
hombres. Haz que los ricos usen rectamente
Conserva la salud del Papa Juan de la riqueza
Pablo II Defiende a los débiles.
Libera a los cautivos.
Protégenos de los terremotos
MISTERIOS DOLOROSOS
MISTERIOS GLORIOSOS
1- La resurrección de Jesús
Mc. 16, 1-7
2- La ascensión de Jesús al cielo
Hch. 1, 9-14
3- La venida del Espíritu Santo en Pentecostés
Hch. 2, 1-4
4- La asunción de María al cielo
Lc. 1, 46-50
5- La coronación de María como reina del cielo y tierra
Ap. 11, 19ª ; 21, 1.