CELEBRACIÓN LITURGICA - Miercoles de Ceniza

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CELEBRACIÓN LITURGICA

DEL MIÉRCOLES DE CENIZA


RITOS INICIALES

Terminado el canto de entrada, el SACERDOTE, vuelto hacia el pueblo, dice:

S.- En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

El pueblo responde:

R. / Amén.

S.- La Gracia De Nuestro Señor Jesucristo El Amor De Dios Nuestro Padre Y La Comunión
Del Espíritu Santo Este Con Todos Ustedes

R. / Y con tu espíritu.

ORACIÓN COLECTA
Dios misericordioso y Eterno que miras con amor al hombre que en su humildad reconoce
su pecado, concédenos un verdadero arrepentimiento de nuestras culpas, y un caudal
inagotable de tu gracia.

Por Jesucristo nuestro Señor… Amen

LITURGIA DE LA PALABRA
(Se realiza como de costumbre)

Después de la homilía, el sacerdote dice:

S.- Con actitud humilde oremos, hermanos, a Dios nuestro Padre, para que se digne
bendecir con su gracia estas cenizas que vamos a imponer en nuestras cabezas en señal de
penitencia.

S.- Oh Dios, que no quieres la muerte del pecador, sino su arrepentimiento; escucha con
bondad nuestras súplicas y dígnate bendecir + esta ceniza que vamos a imponer sobre
nuestra cabeza; y porque sabemos que somos polvo y al polvo hemos de volver,
concédenos, por medio de las prácticas cuaresmales, el perdón de los pecados y así
podremos alcanzar, a imagen de tu Hijo resucitado, la vida nueva de tu reino.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

(Y en silencio asperja con agua bendita las cenizas. Seguidamente, impone la ceniza a los
presentes de acuerdo a lo establecido por la congregación del culto divino:

Mientras tanto la asamblea entona los cantos apropiados).

ORACIÓN DE LOS FIELES


S.- Pidamos confiadamente a Dios, Padre misericordioso, para que, por la penitencia y la
escucha de su Palabra, vivamos en santidad y justicia todos nuestros días.

S.- Padre Dios, escucha las peticiones de tus hijos e infunde en ellos el deseo de vivir la
cuaresma y prepararse a celebrar la resurrección de tu Hijo. Que vive y reina contigo y el
Espíritu Santo. – AMÉN

LITURGIA EUCARÍSTICA

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Al ofrecerte este sacrificio que inaugura la Cuaresma, te pedimos, Señor, que nuestras
obras de caridad y nuestras penitencias nos ayuden al dominio de nosotros mismos, para
que, limpios de pecado, merezcamos celebrar piadosamente los misterios de la pasión de
tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

PREFACIO DE CUARESMA I
LA SIGNIFICACIÓN ESPIRITUAL DE LA CUARESMA

Este prefacio se dice en el tiempo de Cuaresma, sobre todo en los domingos, cuando no
corresponda decir un prefacio que sea más indicado.

V. El Señor esté con ustedes.

R. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón.

R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en
todo lugar,

Señor, Padre santo,

Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro:

Porque concedes generosamente a tus fieles disponerse a la celebración de la Pascua con


un corazón purificado, para que, dedicados con mayor entrega a la oración, a las obras de
caridad, y participando en los misterios que nos dieron nueva Vida, lleguemos a ser
plenamente hijos tuyos.

Por eso con los ángeles y los arcángeles, y con todos los coros celestiales, cantamos un
himno a tu gloria, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.

Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

Hosanna en el cielo.

Bendito el que viene en nombre del Señor.

Hosanna en el cielo.

PLEGARIA EUCARISTICA (II)


El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CP-Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad;

Por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu,

De manera que se conviertan para nosotros en el Cuerpo y + la Sangre de Jesucristo,


nuestro Señor.

Junta las manos.

Él cual, cuando iba a ser entregado a su pasión, voluntariamente aceptada,

Tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:

Se inclina un poco.

TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL,

PORQUE ESTO ES MI CUERPO,


QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES.

Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora, haciendo
genuflexión.

Después prosigue:

Del mismo modo, acabada la cena,

Tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos, diciendo:

Se inclina un poco.

TOMEN Y BEBAN TODOS DE ÉL,

PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,

SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,

QUE SERÁ DERRAMADA

POR USTEDES Y POR MUCHOS

PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.

HAGAN ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA

Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora, haciendo genuflexión.

Luego dice una de las siguientes fórmulas:

CP-Éste es el Misterio de nuestra fe.

O bien:

Éste es el Sacramento de nuestra fe.

Y el pueblo prosigue, aclamando:

Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.

¡Ven, Señor Jesús!

Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:

CC- Así pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos el Pan de Vida y el Cáliz de Salvación, y te damos gracias porque nos haces
dignos de servirte en tu presencia. Te pedimos humildemente que el Espíritu Santo
congregue en la unidad a cuantos participamos del Cuerpo y Sangre de Cristo.

Acuérdate, Señor de tu Iglesia, extendida por toda la tierra; y con el Papa N. con nuestro
Obispo N. y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, llévala a su perfección por la
caridad.

Acuérdate también de nuestros hermanos que se durmieron en la esperanza de la


resurrección, y de todos los que han muerto en tu misericordia; admítelos a contemplar la
luz de tu rostro.

Ten misericordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen Madre de Dios, su esposo
san José, los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a través de los tiempos,
merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas.

Junta las manos.

Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz y, elevándolos, dice:

CP o CC

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente,

en la unidad del Espíritu Santo,

todo honor y toda gloria

por los siglos de los siglos.

El pueblo aclama:

Amén.

RITO DE COMUNIÓN
Una vez que ha dejado el cáliz y la patena, el sacerdote, con las manos juntas, dice: Antes de
participar en el banquete de la Eucaristía, signo de reconciliación y vínculo de unión fraterna,
oremos juntos como el Señor nos ha enseñado: Extiende las manos y, junto con el pueblo,
continúa:

PADRE NUESTRO

El sacerdote, con las manos extendidas, prosigue él solo:

Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que,
ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda
perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.

Junta las manos. El pueblo concluye la oración, aclamando:

R:/ Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.

Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice en voz alta: Señor Jesucristo, que dijiste a tus
apóstoles:

"La paz les dejo, mi paz les doy", no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu
Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por
los siglos de los siglos. El pueblo responde: R: / Amén.

El sacerdote, extendiendo y juntando las manos, añade:

La paz del Señor esté siempre con ustedes. El pueblo responde:

R:/ Y con tu espíritu. Luego, si se juzga oportuno, el diácono, o el sacerdote, añade: Como hijos de
Dios, intercambiamos ahora un signo de comunión fraterna.

Y todos, según la costumbre del lugar, se dan la paz.

Después toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena, y lo presenta a la asamblea deja caer
una parte del mismo en el cáliz, diciendo en secreto: El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor
Jesucristo, unidos en este cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna. Mientras se realiza la
fracción el pan se canta Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que
quitas el pecado del mundo, danos la paz. El sacerdote, dice en secreto: Señor Jesucristo, la
comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre no sea para mí un motivo de juicio y condenación, sino que,
por tu piedad, me aproveche para defensa de alma y cuerpo y como remedio saludable.

El sacerdote presenta el pan consagrado y, lo muestra al pueblo, diciendo:

Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la
cena del Señor.
Y, juntamente con el pueblo, añade: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una
palabra tuya bastará para sanarme. El sacerdote dice en secreto: El Cuerpo de Cristo me guarde
para la vida eterna. Y se comulga reverentemente el Cuerpo de Cristo.
Después toma el cáliz y dice: La Sangre de Cristo me guarde para la vida eterna. Y bebe
reverentemente la Sangre de Cristo.se comienza el canto de comunión

RITO DE CONCLUSIÓN
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, estos sacramentos que hemos recibido hagan nuestros ayunos agradables a tus
ojos y obren como remedio saludable de todos nuestros males.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

BENDICIÓN SOLEMNE FINAL


Dios, Padre misericordioso, les conceda a todos ustedes, como al hijo pródigo, el gozo de
volver a la casa paterna. R:/ Amen.

Cristo, modelo de oración y de vida, les guíe a la auténtica conversión del corazón, a
través del camino de la Cuaresma. R:/ Amen.

El Espíritu de sabiduría y de fortaleza los sostenga en la lucha contra el maligno, para que
puedan celebrar con Cristo la victoria pascual. R:/ Amen.

Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre


ustedes, y les acompañe siempre R:/ Amen.

Podemos ir en paz

R:/ Demos a gracias a Dios

CANTO DE SALIDA

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