35 Lemas para Parejas Felices. Gayle y Mike Tucker

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G ayle y M ike T ucker

• «Mí a m a d o e s mío,
y yo soy suya».

«Yo soy d e mi a m ad o ,
y en m í tiene su contentamiento».

r V «Las a g u a s torrenciales
no p o d rán a p a g a r Inuestrol am or
ni a n e g a rlo los ríos».

Lemas de Salom ón y la Sulamita


en el CANTAR DE LOS CANTARES
12: 16; 7: 10, RV95; 8: 7, NBE)
In tro d u c c ió n

decisiono • 13
............................................................
C u e s tio n a rio . 52
O *
<7f—
-A
N E X IO N 57
La c o n e x ió n p o r m e d io d e la b o n d a d ............. 5 9

La c o n e x ió n p o r m e d io d e l b u e n h u m o r ........ 7 2 É
U n a conexión d iv in a ..............................................77

C u e s tio n a rio ....................................................................8 8


A
<Z> ...............

C O M U N IC A C IÓ N
C u e s tio n a r io .............. ...........
93

.................. 1 3 6
\
SSÜVÜ
R e s p u e s ta s 140
9

IN T R O D U C C IO N
0
-A
vO
X
o
o
* es una afirmación breve y concisa que se usa
ara expresar un principio, una meta o un ideal de una
persona o de una organización. El lema se repite con
frecuencia y, por su carácter breve y original, es fácil de
recordar. ¿Tiene usted un lema para su matrimonio?
La función del lema es servir como principio orien­
tador para la pareja. ¿Tiene usted ya un principio orien­
tador que sirva de guía en su matrimonio?
Quienes tenemos el placer de hablarle por medio
de esta obra somos Mike y Gayle Tucker, autores del
seminario Mad Abouí Marriage («Locos» por el ma­
trim onio!. En nuestro matrimonio tenemos nuestro
lema, aunque no siempre ha sido así. Fue el resultado

* En su tercera acepción el diccionario académico define «lema» como


«norma que regula o parece regular la conducta de alguien».
10
de una experiencia dolorosa, pero una vez que lo escogi­
en mos como principio orieniador, nuestra relación adquirió
UJ
y un sentido de dirección.
_}
UJ Un principio orientador funciona com o el timón de
lo­
en un barco. Mantiene la em barcación del matrimonio en el
<
UJ rumbo deseado. O tam bién podem os compararlo a una
Q:
< brújula, porque le da claridad y d irección a la relación
a
< conyugal. Incluso uno podría considerarlo com o su es­
£X
«<
a trella polar. Cualquiera sea la metáfora usada, la idea es la
en
< misma. Cada pareja necesita un sentido de dirección en
2:
UJ su matrimonio.
-j
LT> La n ecesid a d de un lema se siente especialmente en los
ro
momentos de crisis por los que toda pareja atraviesa. Un
momento de crisis puede tener características dramáticas,
com o las que sobrevienen con la pérdida del trabajo, la
muerte de un ser querido, alguna enfermedad grave o una
relación extramarital. O bien puede tratarse de un asunto
ordinario, como es el caso de un desacuerdo de esos que nun­
ca faltan; o de problemas para cum plir con los compromi­
sos financieros. Cuando se presentan las crisis, es fácil per­
der el sentido de dirección; perder el rumbo, como ocurri­
ría con un barco sin brújula; y, com o resultado, naufragar
en medio de las tormentas de la vida.
Hace algunos meses entrevistam os en nuestro progra­
ma de televisión a una pareja de artistas de Hollywood. Se
trata de Bill y Susan Hayes, que han sido los protagonistas

La necesidad de un lema
O del programa D ays o f O ur U ves [Los días de nuestra
vida] ¡durante cuarenta años! En esa serie hacen el papel
se siente especialm ente de Doug y Ju lie, que se han casado y divorciado muchas
en los mom entos de crisis veces. En la vida real, sin embargo, Bill y Susan Hayes han
por los que toda estado felizmente casados desde 1 9 7 4 .

pareja atraviesa. Bill y Susan son cristian os activos y com prom etidos
con su iglesia. Ellos con sid eran que el éxito de su matn-
m onio se debe en gran parte al h ech o de que comparten
la misma fe.
Durante la entrevista, les preguntam os cóm o resuel­
ven sus conflictos.
— ¡Bill siempre tiene la razón! — respondió Susan rá­ 11
pidamente.
Ambos rieron.
Entonces quisimos saber más ai respecto.
-‘C-:

— ¿Qué quieres decir?

TRODUCCiÓN
— Cuando nos casamos — dijo Susan— acordamos que
si teníamos un desacuerdo, lo resolveríamos aplicando el
acuerdo previo de que Bill siempre tendría la razón. Sé que O
suena a simplón, pero nos ha funcionado.
Este arreglo se ha convertido en un lema para esta pare­
O
ja. Evidentemente, se trata de una broma para ellos, pero
les funciona. <y
Susan jamás aceptaría este lema si no tuviera plena con­
fianza en Bill. Y Bill, siendo un cristiano comprometido, no
<2;
podría aceptarlo a menos que él siempre tratara de colocar
los intereses de Susan por encima de los suyos. En todo caso,
cuando se toman estos aspectos en consideración, se pue­
de decir que este lema funciona para Bill y Susan Hayes.
Por supuesto, no todas las parejas adoptarían el mis­
mo lema. Cada relación es única. Cada una tiene sus pro­
pias vulnerabilidades y necesidades. Así que cada pareja
debe adoptar un lema que funcione para ellos.
En este libro, vamos a sugerir algunos lemas que son
relevantes para los matrimonios. De hecho, la mayoría de
ellos provienen de personas que, o bien los han compar­
tido con nosotros en nuestra página de Facebook, o en
nuestro seminario «“Locos” por el matrimonio». A Gayle
y a mí nos ha impresionado tan favorablemente la origi­
nalidad y utilidad de estos lemas que hemos querido com­
partirlos con usted en este libro. Los presentamos con la
esperanza de que usted y su cónyuge puedan adoptar uno
que ya exista o que se animen a crear uno propio.
Un lema puede ayudar a los cónyuges a mantenerse en­
focados en las cosas que de verdad cuentan. Hemos identifi­
cados tres categorías de lemas que pueden ser útiles:

1. Decisión.
2. Conexión.
3. Comunicación.
o
D E C IS IÓ N

I QUEREMOS que nuestra relación supere la prueba


del tiem po, hem os de tomar d ecisio n es p ositiv as
to d o s los d ía s. Debem os hacer lo que más beneficie
a nuestro cónyuge y escoger lo correcto para nues­
tro matrimonio.
Ahora bien, aunque el amor es primordial en todas
las relaciones, hoy día, con mucha frecuencia, ha sido
rebajado a una simple emoción. Ya sabemos que las emo­
ciones van y vienen y no resisten el paso del tiempo. En
cambio, el amor verdadero, el amor maduro, tiene que
ver con nuestras decisiones.
m 35 LEMAS PARA PAREJAS FELICES

y \>

amor
na s im p le e m o c ió n ?

Según Lew is B. S m edes, e! a m o r e s u n a decisión. ¿ Q u é sig­


nifica este hecho en !a p rá ctica ? S ig n ific a q u e c a d a d ía he de
proponerm e...

c e r o d e c ir (o q u e m á s b e n e fic ie a m i p a re ja ,

m a n e c e r en la re la c ió n d e m o d o q u e s e a d u ra d e ra .

* E n c o n tra r s o lu c io n e s a lo s p ro b le m a s .

ble, p u e s el v e rd a d e ro a m o r e s u n a e le cció n .

¡ P o d e m o s d e c id ir a m a r !
15
« N u n c a te heriré a propósito».
Míke y G ayle Tucker

Tenemos un lema para nuestro matrimonio [Mike es


quien habla]. No lo adoptamos desde un principio, sino
que se desarrolló con el paso de los años, en parte como pro­
t <Sl
duelo de una disfunción que se presentó en nuestro ma­ O O '

trimonio. Sin embargo, antes de hablar sobre el lema, pri­


mero debo describir la situación que lo originó. O
Los doctores Howard J. Markman y Scott M. Stanley, de
la Universidad de Denver, han hecho un gran trabajo de in­
vestigación sobre los patrones de comunicación que po­
nen en peligro la felicidad y el éxito en el matrimonio. Han
identificado cuatro patrones negativos de comunicación que
sirven como indicadores muy fiables de divorcio (ver cua­
dro, p. 20).
Uno de estos patrones se llama interpretación negativa.
La interpretación negativa ocurre cuando se dice algo, y el
oyente in terpreta el comentario de una manera negativa.
Dado que la intención del hablante pudo haber sido real­
mente neutra, o incluso positiva, el oyente debe, por así de­
cirlo, « leer el pen sam ien to» deldiablante para percibir lo
negativo. Esta práctica puede llegar a ser muy peijudicial Los resortes

para el matrimonio. de !a interpretación

He de admitir que al principio de nuestro matrimonio yo n e g a tiva se activan


cometí el error de caer en la interpretación negativa. Los en m uchas personas
resortes de la interpretación negativa se activan en muchas porque creen que no son
personas porque creen que no son dignas de amor genui­
dignas de am or genuino,
no, o por haber sido objeto de rechazo. Yo tuve esos temo­
o por h a b e r sido
res; temores que habían sido alimentados por experiencias
objeto de rechazo.
anteriores de la vida, y que luego encontraron cabida en mi
matrimonio.
Nuestras disfunciones por lo general son producto de
nuestros temores; y estos, a su vez, se manifiestan en los mo­
mentos de crisis. Apenas sube un poco la «temperatura»,
y ya los temores han hecho su aparición.
No llevábamos m u ch o tiem po casados cuando Gayle hi­
1B
zo algo que m e h irió. A d e c ir verd ad , n o recuerdo lo que
144 35 LEMAS PARA PAREJAS fEUCES
había h e ch o . A p esa r de q u e la falta fue probablemente
p eq u eñ a, en ese m o m en to yo la percibí com o lo suficien­
tem ente grande co m o para que se activaran mis temores,
y esos tem ores se m anifestaron en la interpretación negati­
va que le di a sus palabras.
Mi respuesta a G ayle fue un p o co exagerada. Digamos
que reaccioné verbalm ente al d olor que m e había causado.
Ella se d isculpó y p rom etió qu e trataría de evitar hacerlo
de nuevo, pero a m í m e p areció que su disculpa
no h abía sid o su fic ie n te. ¿Yo h ab ía sido herido y
lo más justo era que Gayle tam bién sufriera! Así que
repetí m i respuesta. Ella se disculpó de nuevo, pero
yo aún n o estab a sa tisfe c h o , así que le di una ter­
cera reprim end a, y ella se d iscu lp ó por tercera vez
¿Nota usted el patrón que se estaba formando en
esa in teracción ?
p r u é cu an d o d ije las m ism as palabras por
cuarta vez que Gayle m e m iró y me dijo sua­
v em en te:
— Estás actu an d o co m o si lo hubiera he­
ch o a propósito.
A hora b ie n , para en ten d er plenamen­
te lo que ocu rrió ese día es necesario cono­
cer algo de nuestro pasado. Gayle y yo creci­
m os en c irc u n sta n cia s m u y diferentes.
Tal vez usted es lo su ficientem en te mayor como
para recordar la serie de televisión de la década de
los cincuenta titu lad a F a th e r K n ow s Best [Papá lo
sabe todo]. Este program a presentaba el ideal del ho­
gar norteam ericano, co n u na fam ilia de cinco miem­
bros, donde el padre era m u y qu erido y respetado. Los
niños veían a su padre co m o la «fuente de toda sabidu­
ría». Sus atinados consejos ayudaban a resolver los pro­
blemas y a m antener la arm on ía familiar. Todo el mun­
do quería a papá, y ese h ogar era el m od elo de la autén­
tica felicidad familiar. Bueno, algo m u y parecido a lo que
sucedía en el hogar d<irafe Craylc urxió, con la única diferen­
cia de qut* su familia cía aún mejor, ya que Dios estaba allí. 0

»1 DECISIÓN
padre dt: Gavie era un hombre sabio y piadoso, y los trinos
realmente lo querían y lo respetaban, tanto como a su madre
Ese wasfondo familiar le dio forma a la vida de Gayle, e hizo
que ella saliera de casa con muy puco «lastre emocional»*.
Mi experiencia, en cambio, fue muy diferente Si hay
una serie de televisión que la ilustra muy bien esa es
/Los Símpson! Es decir, ¡la diversión que raya en lo caótico'
Mis padres sor» genic estupenda, pero ellos le dirán que
su matrimonio ha tenido sus turbulencias. En el momento
de escribir estas líneas, llevan casados sesenta y un años
Sin embargo, mi mamá podría contarle que en más de una
ocasión ella estuvo en la oficina de
un abogado lista para presentar una
demanda de divorcio. Estoy agradeci­
do porque perseveraron y hoy toda­
vía están juntos, aunque no les ha re­
sultado fácil. (A decir verdad, su ma-
trimomo pareció mejorar cuando ter­
miné mis estudios universitarios y
me fui de casa. ¿Coincidencia? ¡Quién
sabe!)
En mi hogar bien podía sucei
que alguien me hiciera daño
sito Asi que cuando Gayle ue
yo estaba actuando como lia me
hubiera lastimado tntencioi lmente.
mi respuesta fue:
— Bueno... pues, ¡sí!
I_a respuesta que Gayle me dio no
pudo ser más sabia, más madura. Mi­
rándome a los ojos, me di jo.
— Nunca te henría a propósito.
Esas palabras fueron como una re­
velación para mi Ella nunca iha a hacer
algo con la intención d e lib e r a d a de
dañarme moral o psicológicamente
Mc hicu:ron sentir seguro. Con el paso de los años, he j
* do a COnfiar en la declaración de Gayle.
Hoy en día, Gayle y yo hemos adoptado como
PAREJAS FEUCAS ' nuestr.
tona las palabras: «Nunca te henre a p ropalo» ^
nos hemos comprometido a que nunca nos Ja^timarem,
de una manera deliberada. Por supuesto, hay monienu.
en que nos lastimamos, pero nunca mtenctonalniente
Si Gayle hace o dice algo que me causa dolor, recua,
nuestro lema. Razono que, si ella me ha hecho daño, p,
ha sido a proposito. Eso me libera para abordar el tem,
35 LEMAS

simplemente preguntándole al respecto, lo cual le da a el!,


la oportunidad de explicar que quiso hacer o decir, o re
conocer que, aunque no tuvo la intención de herirme, su
acciones me han lastimado. Entonces se disculpa y corrige
**

su conducta.
Con la ayuda de este lema, partimos del supues­
to de que cada vez que uno lastime al otro
km m ±
habiYl sido s¡n nula intención I su* ,u tu-ido, pot supuesto, 19
funciona mejor *i ambas pnrtes ne compiomi'tcn a no.priat
lo Al apilan este lomo, nuestro hog.u se convierte en un
lügai mas según».
C icem os que en este mundo debiera habet al menos
un lugar donde uno se sienta fu rfei itmu nle seguro, No
siempre encontraremos segundad emocional fuera de
casa, ni tam poco en el lugar de trabajo, Por desgracia
mucha gente no se siente emoeionahnente segura en su
familia, ni siquiera en la iglesia, Pero ruando uno se com­
promete a aplicar este tema, el hogar se convierte en un
lugar seguro
La actitud defensiva es enem iga de la intimidad. Si
no estoy a ta defensiva, este hecho me ayuda a adoptar una
actitud mas positiva de mayor intimidad con mi cónyu­
ge Cuando mi cónyuge señale que he hecho o dicho algo
que le ha causado dolor, he de res­
ponder sin ponerme a la defen­
siva. Dado que ambos hemos
e/sfyj*.. %
aceptado que nunca ha­
brá mala intención en
nuestras acciones, no
hay necesidad, por lo
; tanto, de que yo defien­
da mi posición. Enton­
ces puedo responder
con empatia por haber­
la lastimado, y luego ex­
plicar cuál fue mi verdadera in­
tención, o simplemente prometer que cam­
biaré mi modo de proceder.

La actitud defensiva es enem iga de la intim idad


Si no estoy a la defensiva, este hecho m e ayuda
a adoptar una actitu d m ás positiva de m ayor
intim idad con mi cónyuge
20

Frutece
Los patrones
de la comunicación
m aipim o nio s

negativa
C u a tr o s e ñ a le s d e p e lig r
35 LEMAS «H A

¿Puede usted im a g in a r lo q u e le o c u rriría a su s a lu d si, co n frecu en­


cia, bebiera ag ua d e u n a fu e n te c o n ta m in a d a ? U s te d se iría debi­
litando y fin a lm e n te c a e ría e n fe rm o . E s to e s e x a c ta m e n te lo que
sucede en el m atrim onio c u a n d o lo s c ó n y u g e s , d e m a n e ra recurren­
te, se com unican n e g a tiva m e n te .
Hi

¿Cuáles son esos p a tro n e s d e la c o m u n ic a c ió n q u e a te n ta n contra el


bienestar de la p a re ja ? F íje s e b ie n y tra te d e d e te rm in a r si alguno
de ellos lo adoptan u ste d o su c ó n y u g e c u a n d o e s tá n en desacuer-
do en algo im portante. Sí e s te e s e l c a s o , m á rq u e lo co n una señal
de «¡PELIGRO! M aterial tó xico » . « E s c o m o v e n e n o e n una fuente de
agua. Si no se elim in an a tie m p o , e s to s p a tro n e s n e g a tiv o s de com u­
nicación pueden d e stru ir to d o lo b u e n o q u e c a d a u n o vio en ei otro
cuando se en am o raro n» .*

1. El efecto espiral (e s c a la tio n ). E s te p a tró n s e h a c e p re se n te cada


vez que los cónyuges in icia n u n a d is c u s ió n e n la q u e e n todo res­
ponden negativam ente a lo s c o m e n ta r io s d e l o tro , d e m od o
que am bos van p e rd ie n d o ca d a v e z m á s e l c o n tro l d e la situa­
ción. Así, no solo se van e x a c e rb a n d o g ra d u a lm e n te las e m o ­
ciones, sino que las pa la bra s so n c a d a v e z m á s hirientes.

2 . La sub estim ació n (in v a lid a r o n ). E n e s te c a s o u n o de


los cónyuges m enosprecia la s o p in io n es, lo s sentim ien­
tos y las preocupaciones d e s u p a re ja . A l ig n o ra r lo qu e el
21

NQISIDJQ ' l «
cónyuge piensa y siente, este patrón de comunicación pone de ma­
nifiesto la falta de respeto de un cónyuge hacia el otro como persona.
Según Markman, Stanley y Blumberg, este patrón es uno de los in­
dicios más seguros de un futuro divorcio.

3. La interpretación negativa (negative interpretaron). Tal como he­


mos indicado ya, este patrón de comunicación se pone de mani­
fiesto cuando uno de los cónyuges, reiteradamente, «lee los pensa­
mientos» del otro, de un modo que hace aparecer los motivos de
su pareja de una manera más negativa de lo que realmente son.

4. El retraim iento y la evasión ( w ithdraw al a n d avoidance). Aquí


Markman y sus colegas se refieren a un mismo patrón que se mani­
fiesta de dos formas diferentes. El retraimiento se produce cuando en
medio de una discusión uno de los cónyugejs «se refugia» en el si­
lencio, o sencillamente abandona el lugar donde se encuentran. La
evasión, por su parte, consiste en que uno de los dos se muestra
reacio a conversar sobre un tema delicado.

¿ A lg u n a s e ñ a l d e P E L IG R O e n s u m a trim o n io ?

* Howard J. Markman, Scott M. Stanley y Susan L. Blumberg. Fighting


for your Marriage (San Francisco; Jossey-Bass, 2001), pp. 46-58.
22
« N u e s tra a c t it u d s e r á s ie m p re

y
J
u
(A
Ui

UJ
tn
*x.
r~x
ui
a.
rf
t d e b u e n a v o lu n ta d » .
Mike y G ayte Tucker

Con frecu en cia G ayle y yo d irig im os seminarios p,


parejas En el m o m e n to de e s c r ib ir estas lineas, hc n,
a dirigido en to d o el m u n d o a lred ed o r de sesenta semi?
<
<x nos «"Locos” por el m atrim onio» A menudo, alguien se ¡
a acerca y d ice; «¿Sab en q u é 7 Me gu stan m ucho esos n¿
tf)
< ravíllosos p rin cip ios qu e u sted es presentan, y los con
r jo s que dan, pero no creo que nos sircan a nosotros. Mi cor.
Ui
j}
U") yuge n o tien e in te ré s a lg u n o en in tro d u cir cambios cr
nuestro m atrim o n io ». , 0
A d ecir verd ad , no im p o rta c u a n to s principios o con­
sejos se puedan dar, de n ada servirán a menos que k -
cónyuges tengan una actitu d de bu en a voluntad hacia
m atrim onio y cad a u n o h acia el otro.
Tener b u en a v o lu n tad sig n ifica que n u n ca herirc
m i p a r e ja d e m a n e r a d e l i b e r a d a , y que d e s e a r e lo ir
jo r tanto para ella c o m o para m i m atrim onio. TamK
significa que estare d i s p u e s t o a h a c e r lo q u e se a neci
r io p ara to m a r e n c u e n ta a mi cónyu ge.
La buena volu ntad d ebe ex istir de antem ano en la ¡,
ción para qu e la p areja p u ed a b en eficiarse de una lisia
consejos para m ejo rar su m atrim o n io .
La b u en a v o lu n ta d im p lica qu e si un cónyuge d
Tener buena voluntad un cam bio razonable en la co n d u cta de su pareja, esta
significa que nunca heriré sona este d is p u e s ta a c a m b ia r Y supone que siem pn

a mi pare¡a de m an era tarem os b u s c a n d o m e jo r a r n u estra relación; todo lo


por sup uesto, requ erirá c a m b io s , ya sea de conducta .
deliberada d e se a ré lo
actitud.
m ejor tañí ella com o
En ocasiones h em o s a co n se ja d o a parejas que desee
para mo.
m ejorar su relación y qu e, sin em b arg o, se resistían al l
bto. [Mike es qu ien h abla 1 R ecu erd o en particular un.u s
nión en la que la esposa d ijo :
— Estoy oran d o para q u e D io s cam b ie a mi esposo
En resp u esta, le d ije :
23
— Quizás es hora de que usted cambie su oración. Fíje­
se su plegada más bien debiera ser: «Dios, cámbiame, de


►1. DECISIÓN
modo que yo llegue a ser la clase de esposa que haga que
mi marido se enamore realmente de mí».
A ella no le gustó mi sugerencia en absoluto.
— ¿Por qué debo ser yo la que cambie? — preguntó.
— Lo ideal es que ambos cambien — le dije— . Sin em­
bargo, el único miembro de la ecuación sobre el cual us­
ted tiene control es usted misma. Si está dispuesta a intro­
ducir los cambios necesarios, ya habrá recorrido la mitad
del camino hacia un mejor matrimonio.
Entonces miré al esposo y le dije:
— Esto quiere decir que la otra mitad de ía ruta hacia un
mejor matrimonio es su responsabilidad. Usted también
necesita cambiar.
— ¿Por qué debería cambiar yo? — preguntó— , Ella
ya sabía cómo era yo cuando se casó conmigo.
nigo O
— Eso puede ser cierto — le respondí—- . Antes usted
u
tenía cabello y no se le veía barriga. ¡Ahora eso ha cambia­
do! ¿Por qué no pueden cambiar otras cosas?
Solo se limitó a mover la cabeza.
— Escuche— continué— , nada
en este mundo permanece igual.
Todo cambia, y si nosotros ncV
cambiamos, nos quedaremos
atrás. Usted necesita cambiar
si quiere que su matrimo­
nio sobreviva. Esto es
parte de lo que signi­
fica ser «cabeza de fa­
milia». Usté d h a d e ser
la clase de líder que ense
ñe con su propio ejemplo.
Si usted cam bia en los as­
pectos de su vida en los que
su esposa desea que cambie,
estará abriendo la puerta para
que ella también desee cambiar
24 con el fin de com placerlo. Así es com o funciona el matri­
monio. Usied debe tener buena voluntad hacia su espo­
PARA PAREJAS FELICES
sa y hacia su m atrim onio.
Tuvimos que hacer algún esfuerzo para convencerlo,
pero finalmente él comenzó a cambiar. Y ella se sintió tan
agradecida con los esfuerzos de sru esposo que cambió
casi por com pleto en todos los aspectos. Luego, en pri­
vado, él dijo:
— ¡fisto realmente func iona! Yo hice apenas unos pocos
Ai 35 LEMAS

cambios, pero ella realmente me ha impresionado con su


disposición a hacerm e feliz.
En la mayoría de los m atrim onios, no se requiere de
un gran esfuerzo para demostrar buena voluntad hacia el
cónyuge y hacia la relación conyugal. Todo comienza cuan­
do usted da el prim er paso hoy. Si esc cambio mejóralas
cosas, persista en aplicarlo. La respuesta de su cónyuge lo
va a sorprender. Una vez que su pareja crea de verdad que
usted desea lo m ejor para su matrimonio, ella se sentirá
libre para responder a sus necesidades. Todo lo que se re­
quiere es un poco de buena voluntad.

fo e s ta ría lo c o s i te d e ja r a ...
ta m b ié n » .
w
iike y G a yle Tucker

Este lema tiene dos aspectos importantes. El primero


— «Yo estaría loco si le dejara»— , reconoce el valor que
su cónyuge tiene p a r a u sted Le recuerda a usted la ben­
dición — los b e n e fic io s — que significa tener a esta perso­
na como su pareja. ¿A quién se le podría ocurrir dejara
una persona tan extraordinaria?
Cuando usted c en tra su a te n c ió n en las cualidades de
su cónyuge, este hecho realza el valor que usted le da a la
relación. Y el amor aumenta cada vez que piensa en loator
tunado, o afortunada, que es al tener com o inedia natania
a esta persona tan maravillosa. IV hecho, apartar unos tru
ñutos cada día para reflexionar en las cualidades de su p
ja los ayudará a establecer una conexión real. Este ejerci­ 25
cio no solo contribuirá a que la relación sea más durade­

►H. DECISIÓN
ra, sino que también ayudará a mejorar todos los aspectos
del matrimonio.
Ahora bien, es con la segunda parte de este lema que
mucha gente tiene problemas: «Tú también estarías loco
(o loca) si me dejaras». Estas son palabras que muchos se
sentirían incómodos al expresar Sin embargo, muchos de
los problemas en la vida conyugal se producen porque
un cónyuge no valora su propia individualidad.
George y Ruth llevan siete años casados. Durante los
últimos cinco años de su matrimonio Ruth ha sentido que
su infelicidad ha ido en aumento. Tan mal se ha sentido
que prácticamente en todos y cada uno de esos años Ruth ;
ha expresado que se quiere divorciar.
Al examinar más de cerca la relación, nos dimos >0
recho
ta de que George tiende a ser controlador, y este hec
hace que Ruth se sienta asfixiada. Cuando se sienLe asfixia­
da, Ruth tiende a marcar cierta distancia entre ellos, lo cual
hace que George quiera controlarla aún más, porque a él
le aterra la posibilidad de perder a Ruth.
¿Por qué George tiende a controlarla? Ruth es hermosa,
mientras que George no se ' mente por ser un

A p a rta r unos
m inutos cada día
p a ra re fle x io n a r
en las c u a lid a d e s
d e su p a re |a
los ayudará a establecer
una conexión real.
hombre atractivo. Además, es diez años mayor que ella,
se está quedando calvo y tiene sobrepeso. Él ha llegado a
FELICES la dolorosa conclusión de que parece más el padre que el
marido de Ruth.
George, además, no tiene un buen empleo y cambia de
m 35 LEMAS PARA PAREJAS

trabajo con frecuencia Se siente infravalorado e insatisfe­


cho con su vida profesional.
Los padres de George se divorciaron cuando él ape­
nas tenía seis años de edad y tuvo poco contacto con su
padre después del divorcio. Este hecho, por lo general, deja
una profunda huella en la vida de los varones.
Cuando George tenía once años su madre se casó de
nuevo. Su padrastro era un hombre distante, más bien exi­
gente y difícil de complacer. George nunca sintió que esta­
ba a la altura de sus exigencias.
Cuando un hombre tiene un padre distante, o ausente, o
cuando siente que nunca se ha ganado la plena apro­
bación de su padre, tiende a pasar el resto de su
vida tratando de dar la talla, aunque siem­
pre abrigando la sospecha de que nun­
ca lo ha logrado. De hecho, mu­
chos de estos hombres piensan
que son un fracaso, y que tar­
de o tem prano alguien se
dará cuenta de que no me­
recen ser aceptados ni
am ados. El éxito, por
lo tanto, los elude. Con
mucha frecuencia pre­
fieren no correr gran­
des riesgos, ya que
no creen poseer las
cualidades que se re­
quieren para triun­
far en la vida. Para
ellos es mejor no in­
tentar nada, que inten­
tarlo y fracasar. El h
caso solo confirmaría sus sentimientos de insignifican­ 27
cia y traería com o resultado más vergüenza.
Pocos hombres, sin embargo, son capaces de a d m itir
estos sentim ientos Más bien intentan compensarlos con
despliegues de «virilidad», negando esos sentimientos abier­
tamente o aparen tan do que lo saben todo. Cuando se sus­
citan problemas en su matrimonio, este tipo de hombres
tiende a desviar la responsabilidad de sí mismo para cen­
trarla en las faltas — reales o imaginarias— de su pareja.
A fin de cuentas, admitir que él tiene fallas solo serviría
para convencerlo de sus sentimientos de insignificancia
y vergüenza
Secretamente, George se pregunta cómo fue que él se
pudo casar con una mujer tan bella y tan maravillosa como
Ruth. Está seguro de que ella podría conocer a alguien mu­
cho mejor, y teme que Ruth finalmente se percate de ello
y lo abandone. Esta posibilidad lo aterra y lo impulsa a con­
trolar a Ruth en un intento equivocado por mantenerla
a su lado. Pero su comportamiento controlador es con­
traproducente, pues lo que logra es más bien agobiar a
Ruth y hace que ella se aleje de él. Esto, a su vez, aumen­
Reconozca la contribución
ta su temor de perderla y lo impulsa a ejercer un mayor
m utua que tanto usted
control.
como su cónyuge aportan
En el fondo, George cree algo que no es cierto. Cree
que no está a la altura de Ruth y que no es digno de su amor. a la relación. Confíe en que

¡Esto es falso! ¡George es en realidad una persona de gran­ su pare¡a lo am a y lo valora


des valores! Posee muchas cualidades que podrían enri­ tanto com o usted la am a
quecer su matrimonio, solo que en lo más íntimo de su ser y la valora a ella.
él personalmente no está convencido de ello
George necesita desechar todo lo que cree de sí mismo
y que en realidad no es cierto, y creer lo que es cierto. ¿Qué
es lo cieno? ¡Que Ruth estaría loca si lo d eja ra ! Si él pu­
diera aceptar esta realidad, podría relajarse y dejaría de
controlar a su esposa. Podría confiar en que el amor de Ruth
hacia él es genuino. Entonces podría aceptar el hecho de
que hay buenas razones para que Ruth lo ame, ya que en
el fondo él es una persona a la que se puede amar
28
El solo h ech o de que usted crea que realmente puede

\a 35 LEMAS PAGA PAREJAS FELICES


enriquecer la vida de su pareja será de gran ayuda para
que deseche la idea de que algún día ella lo pueda aban­
donar. Además, lo capacitará para aceptar su amor plena­
m ente, sin tem er que usted tenga que aferrarse a la rela­
ción con todas tus fuerzas para que no se rompa. Este tipo
de confianza permite a ambos cónyuges hacer cada cual su
parte para que la relación florezca plenamente.
Reconozca la contribución mutua que tanto usted como
su cónyuge aportan a la relación. Confíe en que su pareja
lo ama y lo valora tanto como usted la ama y la valora a ella.

<z>
«Yo m e c a s a r ía d e n u e v o contigo».

t Rebecca K. Bartlett
urtlett

Rebecca com ... con nosotros este lema en Face-


om partió
partic
book. He aquí lo que ella escribió: «Mi esposo siempre me
dice: “Yo me casaría de nuevo contigo”. Me lo dice cuando
me pongo una ropa que le gusta, o cuando cocino algo que
él disfruta. Tengo algunos problem as serios de salud; así
ue cuando me dice estas cosas sus palabras me dan con-
a».
Las circunstancias de la vida de Rebecca hacen que
este lema tenga un significado especial para ella. La falta
de salud afecta negativam ente a una relación. Por lo tan­
to, es importante que ambos cónyuges se aseguren de bnn-
darse apoyo uno al otro. D espués de todo, se necesita de
mucha energía para hacer frente a las enfermedades cró­
nicas.
Si es usted quien está enfermo, es difícil que deje de pen­
sar en sí m ism o para con cen trarte en las necesidades de
su pareja. Si no tiene su ficientes fuerzas o energías para
satisfacer sus propias necesidades, se hace muy difícil que
pueda satisfacer las de su cónyuge.
Por otra parte, si la persona enferm a es su cónyuge. l>.
hecho representa todo un desafío para usted porqut
toca p o s te r g a r la satisfacción d e sus p ro p ias n ecesid a­
d es mientras cuida de su pareja. En particular, cuando
la atención que el cónyuge enfermo requiere es muy exi­
gente, es posible que el otro sienta que solamente él o ella
está «dando» en la relación.
Cuando este sea el caso, la solución consiste en con­
centrar la atención en nuestro cónyuge como persona, más
que en su enfermedad. Este hecho nos ayudará a recor­
dar el privilegio que significa tener a esta persona a nues­
tro lado. Aunque nos entristezca el hecho de que nuestra
pareja esté enferma, nos embargará un sentimiento de gra­
titud al pensar que esta hermosa persona es pane de nues­
tra vida, tal como lo ilustra el relato de la página 31, que
vale la pena que usted lea.
Amar es una decisión que tomamos cada día, aun cuan­
do las circunstancias no sean tan dramáticas como las del
caso al que aludimos y que se registra en las páginas que si­
guen a esta inmediatamente. Cuando su cónyuge se enfade
o parezca distante, usted puede ^ -- — *3^ - —
decidir amarlo. Aun cuando
usted mismo se enfade, /
/ u
o se sienta herido, por ¡ o
algo que su cónyuge di- ¡
jo o hizo, usted pue­
de decidir amarlo. Re­ : ,c-Q
3<
cuerde: Podemos de­
cidir am ar.

\
«En la salud
oo
y en la
N o h a c e m u c h o hablé con un hombre, ahora viudc
q u e h a b ía dedicad o los últimos diez años de su
v id a al c u id a d o de su esposa enferm a. La salud
e lla se d e te rio ró tan to que ya no podía ni cam inar
ni v e s tirs e ni bañarse. Así que él se dedicaba todo
el día a cuida rla.

— C u id a r a su esposa de esa m ra — le pregun-


té — ¿no lo con sum ió a usted?

¡Oh, no! — respondió con lágrim as en sus ojos— . C ui­


da r de ella ha sido el m ayor privilegio que he tenido en
mi vida. Ella fue lo m ejor que me ha podido suce de r
Consideré un honor haber estado a su lado cuando más
me necesitó.

Por supuesto, ¡de más está decir que él se casaría de


nuevo con ella! ¿Cómo puede alguien decir algo sem ejan­
te cuando el costo ha sido tan elevado? Para decirlo en

¡A m a r e s u n a d e c is ió n !
32
«Lo m ío es tu y o . Lo tu y o es m/o..,
tn y no im p o rta lo q u e s u c e d a , será
uj
o s ie m p re a s í» .
-3
UJ Conme M Bond
u.
(/)
ü «El e q u ip o ‘G a rv ín "» .
UJ
o: Noel Garvín
<
a
<
a
« L a v id a e s u n a a v e n tu r a . &
< y tú y y o s o m o s c o m p
a
10 d e v ia je » .
<
r Karen Zam brano
LU
-3
ID
«Tú y y o s o m o s s o c io s : lo s únicos
fO s o c io s » .
Kathy M arier 0
-A
Varias parejas n o s se ñalaron la idea de ver el matrimo-
nio como un equipo, o com o una identidad compartida
Aunque esto pueda parecer muy obvio a algunos lectores,
m uchas parejas n u n ca llegan a en ten d er este punto. No
stilo dejan de ver en su cónyuge a un compañero, o compa­
ñera, de equipo, sino que incluso pueden llegara conside­
rarlo com o un riv a l. A lgunos se aferran tenazmente a sus
bienes personales, y no los com parten, a la vez que evitan
aceptar responsabilidad alguna por las deudas y los pa­
sivos de su pareja.

Verdaderamente, el matrimonio significa compartir la vida


«A muchos m atrim onios
“ Significa c o m p a rtirlo to d o :
les tría m ejor si tanto
el esposo com o la esposa y los gozos,

entendieran que juegan y las tristezas,

para el m ism o equipo». «/ tos buenos y los m alos m o m en to s,

Ztg Ziglar y nuestra historia,


y nuestros recu erd os
y y todo lo dem ás.

Com partim os n uestras fam ilias, nuestros htjos y <iaes'


tros amigos. ¡Hasta com partim os nuestros enemigos, ni ■alS
problemas y nuestros tem ores!
Si . el matrimonio también significa compartir 33
✓ posesiones.

►H. DECISIÓN
✓ ingresos
✓ v deudas financieras

Fí dinero sigue siendo la causa numero uno de oonflic-


tos comaigaies Nuestras divergencias en relación al manejo
del dinero se traducen en desacuerdos en tomo a cómo gas-
lorio y en ultima instancia, en diferencias en nuestras metas
financieras En muchas ocasiones estas divergencias termi­
nan creando un ambiente en el que se escuchan expresiones
del upo «Este es mi dinero*, o «Esta deuda es tuya*
Si entendemos el matrimonio como una nda comparti­
da. entonces esto quien* decir que hemos de compar­
tir tanto el dinero como las deudas por igual
(Cualquier cosa que este por debajo de este
ideal es una receta para el desastre’
la avaricia y el egoísmo son la a n ­
títesis del amor En el matrimonio com­
partimos tanto nuestros bienes como
nuestras deudas
la actitud de compartir e m ú a am ­
bos cónyuges ci mensaje «Realmente
estamos juntos en esto» O, com o lo
presa Zig Ztgiar «A muchos mammón*»» les
uta mejor si tanto el esposo como 1» esposa m
tendieran que juegan para el mismo equipo»
H a t algunos ¿iritis Cajic y yo |M»ke es qiuen
lubbi pusimos a prueba este aüKTpto en nuestro
propio matnmomo Estábamos p tundo }>x un n*>
memo de extrema dificultad financiera Los detalles
de lo que vivimos son muchos com o para especi­
ficarlos aquí, pero kista decir que durarte unos quince
arios estuvimos en una situación verdaderamente
critica Aunque ninguno de nosotros era a ciencia
cierta culpable por esta situación, si se buscaba a
alguien a quien culpar, esa persona habría sido cla­
ramente yo.
34
C om o es de suponer, los problem as financieros hacían
<r> que nuestra vida d iaria fuera m uy estresante. El solo he­
UJ
o ch o de estar casad os y de ten er que levantar una familia
_3
UJ ya es exigente, pero ten er qu e hacerlo en medio de una
U-

< pesadilla financiera, de esas qu e parecen no tener fin. va


UJ más allá de toda im aginación. ¡La tensión que se vive bate
<x
s< todos los récords!
ce Como dije antes, si se trataba de encontrar un culpable,
<
a yo habría sido el candidato ú nico. Y sin embargo, a través
Ú)
< de todos esos años Gayle nunca, ni siquiera una vez. me
T.
hi culpó. Nunca intentó distanciarse de mí ni de los proble­
_3
LD mas por los que estábam os atravesando. Nunca me sentí
K> acusado por ella, independientem ente de lo mal que estaba
la situación, y puedo asegurar que llego a estar muy mal.
Enfrentam os todas las crisis com o un equipo. Cuando
sufríam os un nuevo revés, ella m e daba renovadas prue­
bas de su am or y de su apoyo. Y cuando el sentimiento de
frustración se apoderaba de nosotros, también lo enfron­
tábamos unidos.
Soy aficionado a los d eportes de equipo como el fútbol
y el baloncesto. Y una de las cosas que más me gusta de
estos deportes tiene que ver con el trabajo en equipo y con
la identidad de grupo.
Com o el en trenad or de m i eq u ip o de la escuela noso­
tros tam bién nos d ecíam o s el u no al otro: «No se trata
de ti; se trata del eq u ip o ».
Cuando uno se casa, Lo que esto significa es que en el m atrim onio ganamos
la identidad pasa ju n to s o p erd em o s ju n to s . Nadie en particular recibe h
del «yo» al «nosotn culpa, nadie recib e el c ré d ito . Todo gira alrededor del
equipo.
Las posesiones tamoien
' y \ Fíjese usted en la m an era c o m o los equipos deporti­
cambian, de modo que
vos responden cu an d o las co sas salen mal. Si les da por
«lo mío» se convierte
buscar culpables, el eq u ip o se desm orona. Los equipo
en «lo nuestro». campeones tienen líderes que se aseguran de que no b.i\a
acusaciones, sino resp onsabilid ad colectiva.
El m atrim onio es «el deporte de equipe'1 por exccica-
cia» Todo gira alreded or del equ ipo. Estamos del mi"; o
lado, ¡jugam os para el m ism o equipo!
Cuando uno se casa, ia identidad pasa del «yo» al «no­ 35
sotros». Las posesiones también cambian, de modo que
«lo mío» se convierte en «lo nuestro». Lo mismo ocurre con
los problemas, las deudas y las obligaciones. El matrimo­
nio es una vida compartida.

«Prefiero s e r p o b re contigo
q u e rico sin ti».
Rose Isaacs
*
Muchas parejas enfrentan dificultades con el manejo
del dinero en su matrimonio.
Probablemente el problema ha sido producto de
enfermedad crónica que ha drenado sus finanzas
zás un fracaso financiero los ha dejado con gran
das. Estas circunstancias, y otras, pueden coloc;
reja en una situación de alta tensión.
¿Cómo se las arreglan los cónyuges al enfrentar situa­
ciones tan exigentes? Quizás este lema los puede ayu­
dar: «Prefiero ser pobre contigo que rico sin ti».
Este lema lo ayudará a usted a centrar su atención en
la persona que ama, no en el dinero que no tiene. Pensar
en lo m ucho que usted ama a su pareja, y en lo afortu­
nado, o afortunada que e§ por el hecho de ser su cónyu­
ge, reducirá las posibilidades de que usted se detenga a
pensar en lo negativo de la situación.
El hecho de entender que el v a lo r que esta persona
trae a su m atrim onio no se p u e d e m ed ir en térm inos Centre su a te n c ió n

monetarios, lo ayudará a mantenerse centrado en lo que en la persona que am a,


de verdad cuerna. no en el dinero
Ted y Crystal llevaban doce años casados cuando el que no tiene.
negocio de Ted fracasó. A pesar de sentirse muy triste
por el colapso financiero, Crystal le brindó a Ted todo el
apoyo que él necesitaba. Además, estaba deseosa de tra­
bajar al lado de su esposo con el fin de cambiar la situa­
ción. Fue entonces cuando se enteraron de que el contador
36
de Ted no había pagado al fisco los im ­
V) puestos que la co m p añ ía debía apor­
UJ
(J tar por cada empleado. Cuando se dieron
J
UJ
Li­ cuenta de la situación, el Servicio de Im ­
to
< puestos Internos de los Estados U ni­
UJ
ce dos (IRS, por sus siglas en inglés)
<
a ya había duplicado la cantidad
<
ce que debían, agregado el interés
<
a y se disponía a ir en b u sca de Ted
en
< por el dinero que les debía.
z
UJ El IRS em bargó el salario de Ted y
_3
ID su cuerna bancaria, lo cual lo obligó a buscar asesoría legal
ro
Tener que pagar los honorarios al abogado añadió otra
difícil carga a esta pareja. Los trámites legales parecían no
tenninar nunca, todo lo cual hacía prácticamente imposi­
ble su recuperación financiera.
Finalmente, la crisis terminó en bancarrota y el nivel de
confiabilidad de Ted para recibir futuros créditos se vino al
suelo. Lo que en un m om ento dado pareció deslumbrar co­
mo un futuro financiero brillante, ahora se presentaba como
una amarga pesadilla. El sentim iento de culpa se apoderó
de Ted por la situación en la que había colocado a Crystal.
sin embargo, le siguió brindando su apoyo,
c$e m edio de todo, Ted no dejaba de preguntarse cómo
ella podía seguir amándolo. No podía entender por qué ella

& no le pedía el divorcio. Fue así que un día, después de haber


recibido noticias muy desalentadoras, Ted le dijo a Crystal
Ser ricos
— Crystal, si quieres divorciarte de mí yo lo entenderé
no garantiza
— ¿Qué estás diciendo? — preguntó ella— . ¿Quién ha
que tendremo: hablado de divorcio? ¡No tengo la menor intención de de­
un matrimonio feliz jarte! Voy a estar siem pre a tu lado. Te quiero más a ti que
a tu dinero. Estam os ju n to s en esto.
Desafortunadam ente, este tipo de compromiso es raro
hoy en día. En el caso de Crystal, sin embargo, ella creía que el
hecho de tener a Ted por esposo era de mayor valor que
cualquier cantidad de dinero. En el fondo, pensaba que te­
nía que ser muy tonta para abandonar a alguien de tanto
valor com o él.
Hl DiCfSIÓN
Set rwv* no p
taraza tjur tendremos
un matrimonio felu Aun* '
que es verdad que la talla de dinero puede ser
causa de muchas divergen*, tas en el maiTímotiió* traerlo
cfi abundancia no goronfUd la felicidad conyugal
Algunas de las parejas infelices que hemos eppevmado
tienen una sólida posición financiera Por otra pane, al*
gunas de las que esta» desfrutando plenamente de su rr-
lacíOn dependen del pago a fin de mes para poder cumplir
con sus compromisos financieros
Cuando los cónyuges entienden bien esta realidad, se
Colocan en una mejor posición para solventar sus proble­
mas monetanos Se convienen, por así decirlo, en un ver­
dadero equipo
Los «componeros de equipo* no comienzan a echarse
cosas no salen bien. Al contrario,
la culpa
4 otro y buscan soluciones Ademas
confian uno en el otro Cada uno cree de manera implí­
cita en su comportero y luchan juntos No ahandonan el
equipo cian d o las cosas salen mal M * bien, se mantie­
nen unidos con el fin de alcanzar sus abfet^am
No permíta que las dificultades finar* teros destruyan su
m am m ón» c entre su aienoon en ios co a» ^ & vr
valen la pena Diga a su P*rcja «,.Prefiero stt pobre c*Bti0>

que ser neo k


Efifefefe,
38

PARA PAREJAS FELICES El capital


Lo qu e d e v e rd a d c u e n ta
en el m a trim o n io

En su obra T he H e a rt o f C o m m ittm e n t [La ese ncia del comprom iso], Scott


Stanley afirm a que hay pe rson as ricas en b ie n e s m a teria les, y otras que
\« 35 LEMAS

son ricas en relaciones personales. La diferencia es obvia: en el primer


caso, se dispone de m ucho dinero: en el segundo, de m ucha gente a la que
se quiere y se valora. En am bos casos, sin em bargo, se dispone de capital.
Quien tiene mucho dinero cuenta con capital m onetario; quien tiene muchas
relaciones personales significativas cuenta con c a p ita l re la cio n a I.
En opinión de Stanley, el capital re la cio n a ! «es el p ro d u cto de los recursos
em ocionales y espirituales qu e in v e rtim o s en n u e s tra s relaciones interper­
sonales relevantes».* Una de e s a s re la c io n e s re le v a n te s en la vida es,
sin lugar a dudas, el m atrim onio.

Q uienes están casa do s p o se e n c a p ita l m a trim o n ia l. ¿ E n q u é consiste


e s te c a p ita l? Su capital es tod o a q u e llo q u e los une, esp e cia lm e n te la con­
fianza que cada uno deposita en el otro; confianza que se fortalece con el paso
de los años, y que ios m otiva a s e g u ir in v irtie n d o en la relación a pesar de
los riesgos que eso im plica.

¿ C ó m o p u e d e n a u m e n ta r lo ?
39

►H . DECISIÓN
Invertim os en nuestro m atrim onio p o r m edio de... O

► Las expresiones de afecto.
O

► Las pequeñas cortesías y tos actos de amabilidad.

► Las palabras cariñosas.

► El apoyo que brindam os a nuestro cónyuge al enfrentar tas vicisitu-
des cotidianas.

• sO
Y tam bién invertim os cuando.


A
► A ceptam os a nuestro cónyuge tal como es.
.r r

► Tratam os a esa persona con respeto y consideración.

► Valoram os el aporte que hace a nuestra relación.

► E stam os ahí cuando esa persona más nos necesita.

¿ Q ué p u e d o h a c e r yo h o y
p a ra fo rta le c e r e l c a p ita l de mi m a trim o n io ?

Scott Stanley, The H eart o f Commitment [El corazón del compromiso] {Nashvllle, Tennessee: Tho-
mas Nelson, 1998), pp. 118-123.
40
« N o s ie m p r e m e g u s ta s ,
in p e r o s ie m p r e te a m o » .
w
u
_j Terry Graves
LU
U.
LO
< ¿E ncierra este lem a u n a c o n t r a d ic c ió n ? En realidad no
r-s
ui tiene p erfecto sen tid o si record am os que el amor es una
Q:
<
a d e c is ió n .
<
o: B eth an y y C h a rle s esta b a n casados desde hada doce
<
Q. años. U n día Bethany fue a visitar a su madre por unos días
en
< y C h arles p en só d ar a su esp o sa una sorpresa limpiando
51
W el estacionam iento de la casa. ¡Una gran idea! ¿Lo fue real­
m m en te?
ro
Bien, C h arles llevó a ca b o su plan y, de verdad, el esta­
cion am ien to q u ed ó relu cien te. Revisó todo lo que habla,
organizó lo q u e él c o n s id e ró qu e valía la pena conservar
y b o tó lo qu e p en só qu e era pura basura. Damas, ya uste­
des se p ercataron del p ro b lem a, ¿no es así7
C u an d o B e th a n y reg resó a casa, Charles apenas podía
co n ten er la e m o ció n de m o strar a su esposa el trabajo que
había llevad o a c a b o . Al p rin cip io , ella sonnó, e incluso
aprobó de m a n era e n fá tica lo s esfuerzos de Charles. Sin
em bargo, al revisar co n m ás detalle las cajas recién organi­
zadas se percató de qu e la caja con los recuerdos de su es­
cuela secu n d aria n o estab a p o r ninguna parte.
— ¿D ón d e c o lo c a s te m i c a ja co n mis recuerdos de la
secu n d aria?

Yo puedo resolver am ar C harles guardó sile n c io , pero la expresión de su rostro

a mi pareia incluso no podía ocu ltar la respuesta. ¡Se parecía a la clásica expre­
sión del an im alito q u e se atraviesa de noche en medio de la
en esos m om entos
carretera!
en los que no «sienta»
— C h a rles, ¿ c o lo c a s te esa c a ja adentro o la pusiste en
que la a n g # ^
el ático?
O tro sile n cio , seg u id o de in m ed iato por palabras en­
trecortadas.
— ¿Te refieres a u n a c a ja etiq u etad a «Escuela secunda­
ria» que estab a lle n a de c o sa s viejas?
— ¿C o sas v ieja s?
La voz de Bethany resonó aproximadamente media octa­
va más alta y veinte decibeles más fuerte que de costumbre.
— Bueno... supongo que no se trataba de cosas viejas.. .
pero... ¿De verdad querías conservar esos cachivaches?
Para ese momento ya Charles se había dado cuenta de
que estaba en serios problemas.
— ¿Cachivaches? Pues, ¡sí! Sí quería conservar esos «ca­
chivaches» durante una buena parte de mi vida.
En ese punto Bethany comenzó a quebrantarse. Su voz
temblaba de la emoción.
— No tenía idea de.. — respondió Charles— . Quiero
decir que no sab ía... Lo siento mucho. Pensé que era
basura y lo boté.
— ¿Lo botaste? ¿Cómo puedes botar mis cosas sin si­
quiera preguntarme? ¿Qué estabas pensando?
A'
Bethany estaba sollozando. Dio media vuelta y se fue
a su cuarto a llorar.
• V J
Un par de horas más tarde, Charles se atrevió a entrar
al cuarto. En ese momento se le veía a la defensiva y ver­
daderamente compungido. Tímidamente, preguntó:
— ¿Todavía me quieres?
— Sí, te quiero. ¡Solo que en estee m omento no me gus-
tas «m ucho»!
X
Por muy desagradables que esas palabras le hayan so­
nado a Charles en ese instante, expresaron en realidad un
aspecto m uy sa lu d a b le de una relación amorosa. El amor
de Bethany no era un simple sentimiento. Los sentim ien­
tos van y vienen. Incluso el hecho de que nos guste al-
guien puede variar dependiendo del estado emotivo de la
persona, o com o producto de una crisis m om entánea. El
v erd a d ero am o r, sin em bargo, es una d ecisió n Tom a­
mos la decisión de am ar a pesar de cóm o nos sen tim o s
en ese m om ento.
Si usted se cuenta entre los m illones de p ersonas para
quienes el amor es básicam ente un asunto em ocion al, ¡está
perdiendo de vista un aspecto vital del m a trim o n io ! ¡Así
es! Las em ociones van y v ie n e n . P o r lo g e n e r a l, c u a n d o
42 nuestro cónyuge se m olesta por algo malo que hemos
hecho, no sentim os que nos ama. ¿Pero es así? Muchos'

\ii 3 5 LEMAS PARA PAREJAS FELICES


creen. Sin embargo, desde la perspectiva del amor come,
una decisión yo puedo resolver am ar a mi pareja inclu­
so en esos m om entos en los que no «sienta» que la amo
Puedo recordar mi com p rom iso de amarla y concentrar­
me en ese h ech o, en lugar de pensar que en ese momen­
to no «siento» que la am o.
Por supuesto, tam bién a mí m e b en eficia saber que mi
pareja h aya d e c id id o am a rm e Si mi cónyuge solo ir,e
ama cuando «siente» la em oción de amar, entonces su­
cederá que en m uchas ocasiones pensaré que no me ama
Por otra pane, cuando entendem os el amor como una de­
cisión, sabré de an tem ano que esa persona me ama aun
cuando en ocasiones yo no le guste «mucho». Es mejor con­
fiar en la decisión de amar que en los sentimientos de amor
Ahora bien, no nos equivoquem os. Las personas que
han decidido amar también sienten que aman. Lo que ocu­
rre es que, aunque sus sen tim ien to s puedan variar, su
d ecisión de am ar p erm an ece in a lt e r a b le
Por todo lo dicho, tom e la resolución y dígase «He deci­
dido amar a mi cónyuge incluso en los momentos en los que
no me guste m ucho». Este hecho hará de usted un amame
más confiable.

«H e d e c id id o q u e d e a h o r a
e n a d e la n t e s e g u ir é s ie m p re
a tu la d o d u r a n te lo s p ró xim o s
o c h e n ta y c in c o a ñ o s » .
Susan Gutwa

Cuando tom am os la d ecisió n de amar, también de ma­


nera implícita estam os decidiendo p er m a n e c er en la rela­
ción. Estam os d icien d o que qu erem os seguir juntos para
cubrir la distancia com pleta Esta es la idea que Susan ex­
presa en su lema. Cada día los esposos Gutwa se prometen
uno al otro: «He decidido que de ahora en adelante seguí-
ré siempre a tu lado durante los próximos ochenta y cin­ 43
co años». El hecho de repetir esta promesa cada mañana
significa que el periodo de ochenta y cinco años se renue­
va cada día.
¿No es agradable para usted saber que su cónyuge no
lo va a abandonar cuando las cosas se compliquen? ¿No es

SIÓN
alentador saber que, incluso cuando haga cosas que lue­
go lamente, su pareja no lo va a dejar? Cuando ambos
cónyuges tienen la seguridad de que su compromiso
es a largo p la z o , este hecho les brinda seguridad y tran­
quilidad
Sabemos de parejas que amenazan con dejarse cada
vez que enfrentan desacuerdos. Hemos visto a cónyu­
ges darse uno al otro la espalda al enfrentar situaciones
difíciles. No puede existir ningún sentido de segundad
en un matrimonio en el que estén latentes esas amenazas. El
sentido de segundad solo existe cuando marido y mujer se
comprometen a permanecer juntos y buscar solución a
sus problemas.
Por ejemplo, Clyde y Eleanor entendieron que el matn-
monio se fortalece cuando los cónyuges visualizan su rela­
ción a largo plazo. Conocí a esta pareja [Mike es quien ha­
bla] cuando ya llevaban cincuenta y siete años casados.
o
Esos años, sin embargo, parecían haber llegado a su fin
porque Clyde se mantenía con vida gracias al soporte vital
que estaba recibiendo en la unidad de cuidados intensivos,
c?
Yo estaba trabajando como capellán de un hos­ o
pital en Fort Worth, Texas, cuando una noche se
me pidió que me presentara en el hospital. Elea­
nor y una hija estaban al lado de la cama de
Clyde. Se veía claramente que solo viviría poco
tiempo.
Al conocer un poco de la vida de
Eleanor, ella me contó cómo había
conocido a su esposo. Una sobrina
estudiaba en ese
tiempo en una
...... ..
44 escuela prim aria en el cen tro de Fort Worth. Un diciem­
bre Eleanor asistió a u n program a de Navidad en la es­
FELICES
cuela. Allí co n o ció al m aestro de su sobrina, un joven
apuesto llam ado Clyde.
m 35 LEMAS PAGA PAREJAS

Clyde y E lean or q u ed aro n «flechad os» de inmediato;


y cu a n d o el p ro g ra m a te r m in ó , C lyd e se ofreció para
acom pañar a E lean o r en el cam in o de regreso a su casa.
Ella aceptó co n cierta tim id ez y en pocos segundos ya
estaban bajo el en can to de la n o ch e decembrina. Ella re­
cuerda que era una h erm o sa n o ch e de luna llena.
— N os sen tam os en el b o rd e de la acera a contemplar
la lu na. ¡Y ese fue el punto de partida!
Se casaron poco tiempo des­
p u é s, y ju n to s enfrentaron los
d e sa fío s de la G ran Depresión.
E lean o r trab ajab a com o enfermera
en el H osp ital H arris, en el centro de
la ciudad. Tam bién tenía un peque­
ño terreno que luego convirtieron en
un h uerto familiar. Con las exiguas
e n tra d a s de sus salarios más la
ayuda del huerto, se las arregla­
ron para sobrevivir durante aque­
llos difíciles años.
H acia finales de la década de
los años treinta, recibieron la ben­
d ició n del nacim iento de una
b eb ita. A unque esto significa­
ba una nueva carga sobre sus ya
lim it a d a s fin a n z a s, Clyde y
E le a n o r co n tin u a ro n trabajan­
do c o m o eq u ip o , e ideando nue­
vas m an eras de economizar.
L os añ o s dejaron en su estela
alto s y b a jo s , pérdidas, tnstezas,
adversidades y dificultades de toda
clase. Sin em bargo, Clyde y Elea­
n o r reso lv iero n que se manten-
tlnan juntos en las buenas y en las malas. Habían pro­ 45
metido: «Otros ochenta y cinco años», y esa promesa los
habla ayudado a prevalecer.
Mientras ella compartía su experiencia conmigo, no­
tamos un cambio en la respiración de Clyde. Al poco rato,
Clyde había exhalado su ultimo suspiro. De manera tier­
na. Eleanor sostuvo su mano sin vida. Elevamos una ora­
ción y perm anecimos en silencio por un tiempo.
Finalmente, la hija de Eleanor habló:
— Mami, deberíam os ir a casa ahora. Hay muchas co­
sas que debem os hacer y tú necesitas descansar.
Eleanor, sin embargo, no podía dejar a Clyde. Allí per­
maneció con la mirada lija en el amor de su vida. Parecía
que no podía soltar su mano. Entonces su hija insistió
una vez más. Eleanor dudó.
— ¿Por qué no traes el auto al frente del hospital — suge­
sf'
rí a la hija— , y yo me encargo de llevar a tu madre?
Estuvo de acuerdo y me dejó con Eleanor.
— Es difícil dejarlo aquí, ¿no es así? — añ ad í.^ ^
— Sí — respondió ella— . Creo que debimos haber pe­
leado más. Así me seria más fácil dejarlo.
— No lo creo — le dije— . Pienso que cuando las pare­
jas pelean más, ese hecho los deja con más remordimien­
tos, y eso es más difícil de sobrellevar.
— Bueno, de eso sí estoy segura -^-replicó Eleanor— .
No queda ningún remordimiento. Cincuenta y siete años
juntos y ni un solo remordimiento.
Esta es la clase de m atrim onio que resulta cuando los
cónyuges visualizan su relación a largo plazo. El punto fo­
cal no se establece en los altos y bajos del momento. Lo Cuando am bos cónyuges
que cuenta es la v isión d e la r g o a lc a n c e. tienen la seguridad
Si usted desea un m atrim onio que supere la prueba de que su com prom iso
del tiempo, no concentre su atención en el presente. Pien­
es a largo plazo,
se en que perm anecerá al lado de su pareja ¡durante los
próximos ochenta y cinco años! este hecho les brinda
seguridad y tranquilidad.
« N u n c a in te n ta r é “a r r e g l a r t e ”
1
46
o c a m b ia r te » .
35 LEMAS PARA parejas felices
Mike y G ayle Tucker

M uy a m e n u d o a lg u ie n se n o s acerca
'-un £¡
ped ido: « ¿C ó m o p u e d o lo g rar qu e mi cónyuge
En h o n o r a la v erd ad , esa n o es la pregunta •Carí1,*e’*
p re g u n ta c o r r e c t a es: « ¿Q u é n ecesito cambiar yo? * ^
p erso n a n o s d ic e : « E sto y o ra n d o para au f ™ ^
, mi cónyua,
ca m b ie» . N u estra resp u esta en tales casos es- «Cam) J
esa o ra ció n d e m o d o q u e d íga: “D ios, por favor canfe
m e de m o d o q u e y o llegue a ser la clase de esposoía^
tú qu ieres q u e s e a ”». A u n q u e se puede entender el deseo
\ii

de qu e un c ó n y u g e c a m b ie , el in ten to de cam biarlo es


por lo general u n a to n tería ya que e l ún ico ser humano s-
este m u nd o a q u ien u n o p u ed e cam b iar
es a u n o m is i
La realidad es que usted no puede cambiar la forma de
ser de su pareja, y a menudo los inten tos de hacerlo pro­

►►i. DECISIÓN
ducen efectos negativos. Entre los posibles efectos nega­
tivos, por ejemplo, está el hecho de que intentar que nues­
tro cónyuge cambie puede causar resentimientos.
Se ha dicho que «un amigo es alguien que siempre se
alegra de verte y que no ha hecho planes para mejorar­
te». Los m ejores matrimonios están basados en este tipo
de amistad. La amistad que dice: «He decidido aceptar­
te tal com o eres, con defectos incluidos».
Adoptar este lema — «Nunca intentaré “arreglarte” o
cambiarte»— tam bién significa que usted a c e p t a r á que
las decisiones de su cónyuge, así com o sus preferen­
cias y sus relacion es, pueden diferir de tas suyas.
Este hecho lo hemos visto en nuestro matrimonio.
Gayle este lema significa que ella debe confiar en la
ra como Mike se relaciona con nuestras hijas. Su
de relacionarse con ellas es diferente de la de
está bien. Esa es la responsabilidad de
significa, por ejemplo, que él debe
ra como Gayle cuida de su apariencia
la responsabilidad de Mike velar porque Gayle se
mantenga en su peso. Lo que sí incumbe a Mike es
amar y animar a Gayle.
Lo que estamos tratando de decir es que usted
debe confiar en que su cónyuge se encargará de
sus propios asuntos en tanto que usted velará
por los suyos. En todo caso, cada uno ha de
mostrar respeto al otro al demostrarte que
cree que puede manejar responsablemen­
te su vida, a su manera y a su ritmo. D e­
cida que usted será quien cambie, m ien­
tras confía en que su pareja hará otro
tanto.
D e cid a q u e usted será
qu ie n cam bie, m ie n tra s con fía
en que su p a re ja hará otro tanto.
\ii 35 LEMAS PARA PAREJAS FELICES
¡
¿Quién debe
cambiar?
Cuando usted intenta cam biar a su cónyuge, el m ensaje que le
está enviando es este:


► «No estás a la altura».


► «Soy superior a ti y, por lo tanto, debo cambiarte».


► «Los problemas que existen en nuestra relación son culpa tuya».

La verdad es, sin em bargo, que la mayoría de los cónyuges que


están intentando cam biar el m odo de ser de su pareja lo que están
diciendo con su actitud es que n o q u ie re n a d m itir que ellos m is­
mos tienen problem as, o que no quieren enfrentar esos problemas.
Claro, es más fácil hablar de los problem as del cónyuge que adm itir
que uno m ism o necesita cam biar en algunos aspectos.
Cuando, por otra parte, usted pone a un lado los intentos de cam­
biar a su pareja, el m ensaje que le está enviando es otro, m uy dife­
rente. Es el m ensaje que le dice:

«Te respeto y confío en que estás tratando de ser la mejor


clase de esposa/esposo que puedas llegar a ser. Aceptaré
la responsabilidad de responder por mi propia conducta
de la misma manera que tú respondes por la tuya».

E s ta a c titu d lo lib e ra a u s te d p a ra c o n c e n tra r


su a te n c ió n e n la ú n ic a p e rs o n a a la q u e p u e d e c a m b ia r;
e s decir, ¡u s te d m is m o !
50
« ¡N u n c a m á s h a r é e s o o tra vez!»
t/)
w
u

UJ
U-
L0
<
UJ
a.
<
a
t Anónim o

C uando le p ed im o s a la gen te que compartieran con


nosotros sus lemas en nuestra página de Facebook, un amigo
que prefirió m antenerse en el anonim ato nos envió este
«¡Nunca haré eso otra vez!». Por supuesto, lo dijo, al me­
< nos en parte, com o brom a, pero com o dice el viejo adagio
ce
<
a «Muchas verdades se dicen prim ero en broma».
en
< Este am igo tuvo u n m a trim o n io m uy turbulento y fi­
x nalmente se divorció. Los detalles de esa experiencia, que
UJ
-J solo él y su excó n y u g e c o n o c e n , le enseñaron a nuestro
in
K1 amigo por lo m enos una cosa: ¡No se quiere casar otra vez!
Y aunque u sted n o lo crea, este es un buen lema para
cualquier m atrim o n io . Si m ás gen te lo adoptara, la rea­
lidad es que habría m en os cónyuges infelices y menos di­
vorcios. Sí usted sabe q u e su riesgo de divorciarse es ele­
vado, no se case.
Hay toda u na c o n s te la c ió n de factores que convierten
a una persona en cand id ata de alto nesgo para un matn-
monio saludable. U n pasado negativo, problemas de salud,
problemas financieros, desórdenes de personalidad, y otros
factores, pueden convertir la relación en una verdadera pe­
sadilla para am b os. E n este caso , es m u ch o mejor tomar
una
u decisión co m o la de nu estro am igo: «Nunca me casa-
ré», o «No m e casaré de n u ev o».
Las razones que n u estro am igo pueda tener para adop­
tar este lem a son suyas y solo suyas. N osotros no sabemos
exactam ente cu áles so n . Lo qu e sí sabem os es que tienen
Coloque su matrir
frimonio
su base en un razo n am ien to san o. Si usted aún no se ha
en el tope casado, necesita saber si es u n factor elevado de riesgo para
de sus prioridades.
des. un bu en m a trim o n io . S i lo es, e n to n c e s no debiera ca­

Haga lo que sea necesario sarse. O postergue la d ecisión hasta que los factores de ries­
go sean m ín im os.
con tal de que funcione.
Si usted rep resen ta u n facto r d e riesgo, y ya ha contraí­
Es asunto de decidir.
do m atrim o n io , resu elv a in tr o d u c ir en su vida los cam­
bios necesarios q u e h agan de u sted u n m ejo r cónyuge.
Si su empleo actual está interfiriendo con su matrimo­
nio, entonces piénselo bien, y ore pidiendo a Dios direc­

» 1 . DECISIÓN
ción en torno a la posibilidad de cambiar de trabajo. Si
trae un pesado «lastre psicológico», que convierte su
matrimonio en una carga, busque ayuda para enfrentar esas
dificultades y resolverlas. Coloque su matrimonio en el tope
de sus prioridades. Haga lo que sea necesario con tal de que
funcione. Es asunto de decidir.
Si usted aún no se ha casado, y se está dando cuenta de
que representaría un elevado factor de riesgo, adopte el
lema de nuestro amigo, o uno similar. Por ejemplo: «Nunca
haré eso otra vez», o «He decidido no hacer eso hasta que yo
llegue a ser una buena pareja para mi futuro cónyuge».

2 j? " '. \ 5 ^ - ■
52

PARA PARE)AS FELICES

i. « D e c is ió n »
s e c c íó n
PÁGINAS 13-51
Las respuestas correctas y su evaluación
las encontrará en la página 140 .

Indique si es verdadero o falso


\ii 35 LEMAS

M A R Q U E A S I C / V LA R E S P U E S TA CORRECTA

VERDADERO FALSO

1. Para una buena relación conyugal hay


que tomar decisiones positivas al menos
co
o
una vez a la semana.

2. El verdadero amor es una profunda emoción.


CP o
3. El amor es más bien una decisión.
cp cp
4. Podemos asimismo decir que es una elección.
CP Cp
5. De los patrones disfuncionales de comunicación
que identificaron Markmann y Stanley uno
cp cp
fue la «interpretación resolutiva».

6. La actitud defensiva favorece la intimidad conyugal.


CP CP
7. La familia de Míke Tucker se parecía
a la de Los Simpson.
CP CP
8. En su propio hogar cada uno de sus miembros
debiera sentirse completamente seguro y aceptado.
CP CP
9. Uno de los patrones de una comunicación negativa
es el «efecto espiral», es decir cuando se responde
CP CP
negativamente a todo lo que el otro cónyuge
indica o propone.

10. En una discusión lo mejor siempre es quedarse


CP CP
callado aunque nuestro cónyuge
nos esté atacando.
53
Rellene los espacios en blanco

►H. DECISIÓN
11. Tener buena voluntad significa que nunca heriré a mi pareja de manera
_____________________ , y que desearé l o ______________________
tanto para ella como para mi matrimonio. También significa que estaré dis­
puesto a hacer __________________________ para tomaren cuenta a mi
cónyuge.

O
Y ahora va m o s a re p a s a r lo s le m a s de este c a p itu lo re lle n a n d o a s i­
m ism o los e s p a c io s en b la n co :
O
12. «Nunca te heriré a

13. «Nuestra actitud será siempre de buena ___________ <y


14. «Yo estaría loco si te dejara... y tú _______________ ». <2;
15. «Yo me casaría ______________________ contigo». -A
16. «Lo mío es tuyo. Lo tuyo es Y no importa lo que
suceda, será asi».

17. «El

18. «La vida es una


‘‘Garvín’’». vO
, y tú y yo somos compañeros
de ».

19. « Tú y yo somos _ ; los únicos ».

20. «Prefiero ser contigo, que sin ti».

21. «No siempre me , pero siempre te ».

22. «He decidido que de ahora en adelante seguiré a tu


lado durante los próximos ochenta y cinco _____ ».

23. «Nunca intentaré ' o cambiarte».

24. «Nunca más eso otra vez».

A v
H< 35 LEMAS PARA PAREJAS FELICES

Resum a en menos de 30 palabras

lo que le ha parecido m ás significativo


y útil para su vida personal y su relación

de pareja de todo lo aprendido en la primera


sección de 35 lemas para parejas felices.
►H. DECISIÓN
57

.C O N E X IC?
ON

A PELÍCULA Shall Wc Dance [¿Bailamos?] narra la


historia de John y Beverly Clark, una pareja que lleva­
ban casi veinte años casados, pero con un matrimonio
que había caído en algo así como una rutina. En un
momento dado, Beverly (representada por Susan Sa-
randon) comienza a reflexionar en el significado del ma­
trimonio. Dice:

Necesitamos un testigo en nuestra vida. Hay varios


miles de millones de habitantes en este planeta... Quie­
ro decir: ¿Qué significa realmente la vida de cada uno?
En el matrimonio prometes cuidar del otro en todo.
58
en lo bueno y en lo malo, en lo excepcional y en lo co­
cr>
UJ tidiano... En todo, todos los días y a todas horas. Escomo
O
J si dijeras: «Tu vida no va a pasar inadvertida porque yo me
tu
u. fijaré en ella Tu vida no va a quedar sin testigo porque yo
y>
< seré tu testigo».
iu
ce
Beverly pone de m an ifiesto lo que todos necesitamos
2
un testigo. Q uerem os que nuestra vida cuente, y queremos
ce
que alguien lo note. Es decir, necesitam os conexión.
2
tn C uando p ed im os a las p arejas en nuestros seminarios
<
r que com partan con nosotros sus lem as, observamos cómo
u
_3 la necesidad de «co n ex ió n » aflora en m uchas de las res­
tn puestas. Es cierto , las exp erien cias son diíerentes. las pa­
*n
labras son diferentes, pero en el fondo muchas parejas han
llegado a la m ism a co n clu sió n : Q uieren estar conectado-
uno al otro y lo necesitan. Los lem as que companicron se
la expresión — y un record ativo personal— de esta rea
dad: La satisfacción en la vida y el sentido de realizad,
personal se fonalecen co n la convicción de que forman
parte de la vida de otro ser hum ano.
Por c ie rto , los e x p e rto s h an co n firm a d o lo que e.
parejas han ex p resad o . En su lib ro H ow to Improve )
M arriage without Talking A bout It [C óm o m ejorar su m,v
m onto sin ten er q u e h ab lar de ello }, los doctores Ste\
ny y Patricia Love h ablan de tod o lo bueno que o
cuando cada cónyuge siente que form a parte de la \
e su pareja, y de los d esastro so s resultad os que sob
La satisfacción en la vida
vienen cu an d o n o ex iste tal n ex o . Y aqu í vienen las b i
y el sentido de realización ñas noticias: El s e n tid o de c o n e x ió n es un id e a l que 1
personal se fortalecen p a re ja s p u e d e n e l e g i r , p r a c tic a r y n u tr ir . Stosnv y Lo.
con la convicción afirm an: «Para lograr qu e la relación llegue a un nivel que
trascienda las p alab ras, la p areja ha de nutrirla cada día
de que formamos parte
por m edio de p eq u eñ o s m o m en to s de co n e x ió n » .
de la vida de otro
Cuando los cónyuges se sienten conectad os uno al otro,
ser humano.
y fortalecen ese v in cu lo c o n reg u larid ad , con esa actitud
están ab rien d o las p u erta s para q u e su relación florezca
también en otros aspectos. La com u n icación fluye, se acepta
co n m ás facilidad qu e haya d ife re n cia s de personalidad
u opinión, están m ás d ispu estos a ten er intimidad física, y
reSolución de conflictos se transforma en una labor de 59
equipo en lugar de ser el campo de batalla para deter­
minar quién ejerce el control. T

la CONEXIÓN P O R H ED IO
DE LA B O N D A D

N0IX3N
Entonces, ¿cómo pueden las parejas alimentar ese sen­

/ '
tido de conexión? De acuerdo a los lemas que hemos com ­
partido aquí, muchas parejas lo logran al procurar de una
manera reiterada mostrar amor y aprecio uno por el otro.
Linda Lauterbach lo expresa así:

« S é a m a b le . ¡V a le la p e n a !»
Linda Lauterbach

\L
No puedo evitar una sonrisa cuando leo este lema de Lin­
da. [Gayle es quien habla ahora.] Somos amigos de Linda y
de su esposo Bob desde hace m uchos años. Ju ntos, he­
mos compartido m uchas de las cosas buenas de la vida.
Cuando nos da por hablar del matrimonio,
Linda y yo bromeamos diciendo que las
dos tenemos el secreto para que n u estros
matrimonios funcionen. M irando a Mike
ya Bob, decim os: «Sé am able. ¡Vale la pena!».
60
El presentador y hum orista Mark Gungor está de acuer­
en
UJ do. Él dice: «Sé am able con la m uchacha». Entonces, ¿es
o
tan fácil co m o eso? El h ech o es que hay mucha sabiduría
UJ
LU en esta breve recom endación: «Sé am able». Mientras usted
(/>
< crecía, seguram ente la escu ch ó a m enudo y en diferentes
u j
Q: formas. Es la esencia de la Regla de Oro: «Trata a los demás
com o te gusta que ellos te traten a ti». «Sé amable» Ya lo
<
a decía el Sabio: «La respuesta amable calma el enojo» (Pro­
2 verbios 15: 1). O com o dice la sabiduría popular: «Se cap­
Crí
< turan más m oscas con m iel que con vinagre». Así que, es
T.
UJ muy sencillo. Pues eso: Seam os amables.
_J
m Aunque es verdad que las relaciones humanas son com­
K) plejas, también lo es que en nuestras manos tenemos el
poder para eliminar de esas relaciones muchas de las
actitudes desagradables que producen amargura y
separación. Lo podem os lograr si som os cuida­
dosos con nuestras palabras y acciones.
¿Estam os tratando a nuestro cónyuge
con bondad y respeto? Sí no lo esta­
m os h acien d o , ¿có m o p o d em o s
esperar ser tratados de esa misma
era?
su obra, Ten Lessons to Transform
M aniage [Diez lecciones para trans-
onnar su matrimonio], John yjulie Gott-
¿Estamos tra ta n d o man hablan de dos sencillas verdades que
ellos han descubierto en las p arejas f e l i z ­
a nuestro cónyuge
m ente casad as. La primera es que estas pa­
con b o n d a d y respeto?
rejas actúan como b u en o s am igos. Su rela­
Si no lo estam os ha cie nd o, ción se caracteriza por el resp eto, el cariño
¿cóm o p o d e m o s esperar y la ternura y la em patia. La segunda ver­
ser tratad os de esa dad consiste en que estas parejas m an ejan
sus diferencias d e una m a n e r a co rd ia l y
m ism a m anera?
positiva. Incluso cuando discuten — lo cual
es inevitable— , las parejas felices muestran
una tierna consideración uno hacia el otro.
Así que, ahí está. Los expertos están de
acuerdo con el lema de Linda: «Sé ama­
ble. ¡Vale la pena!».
61

Dos verdades

►►2. CONEXIÓN
«sorprendentemente
sencillas»
Durante más de treinta años John y Juiie Gottman han estado investigan­
do científicamente los factores que afectan negativamente la vida conyu­
gal y cómo prevenirlos. Nadie duda de que hayan logrado lo que se propo­
nían, pues ellos y sus colegas de la Universidad de Washington, en SeattJe,
han logrado predecir con más de un 90% de precisión qué parejas per­
manecerán unidas o cuáles se divorciarán. Además, un 86% de las pare­
jas que han asistido a sus seminarios han «logrado un progreso significa­
tivo» al enfrentar conflictos en los que habían llegado a un punto muerto.
Ahora bien, ¿quiere usted saber cómo estos dos expertos resumen «en
dos palabras» sus más de treinta años de investigación? Por medio de dos
verdades «sorprendentemente sencillas». En opinión de ellos las pa­
rejas felizm ente casadas...
Se tratan entre sí como buenos amigos. Se respetan, se mues­
tran afecto, tratan de entender el punto de vista del otro, pre sta n
m u c h a atención a lo que está ocurriendo en la vida de su pa­
reja y se s ie n te n «emocionalm ente conectados».
2. Manejan sus diferencias de una manera cordial y positiva; es
decir, admiten que los problemas en la vida matrimonial son inevi­
tab les, y que algunos de esos problemas n o tien en s o lu c ió n .
Más importante aún, cuando se proponen resolver los que sí tie­
nen solución, trabajan com o un equipo, escuchan respetuosa­
m ente el punto de vista del otro y buscan soluciones que funcio­
nen para ambas partes.*

D o s v e r d a d e s s e n c illa s , ¿ v e rd a d ?
D e h e c h o , ¡s o rp r e n d e n te m e n te s e n c illa s !
¿ Q u é ta l si, c o m o p a re ja , in te n ta n
p o n e r la s e n p r á c tic a d e s d e a h o ra m is m o ?

* John M. Gottman, Julie S. Gottman y Joan DeClaire, 10 Lessons to Transform YourMamage [Diez leo
dones para transformar su matrimonio] (Nueva York: Crown Publishers, 2006), pp. 1-4.

. _. ^J
G2 <íHoy voy a s e r la p rim e ra p e r s o n a
felices
en d e c irte q u e n a d ie e n e l m u n d o
te a m a m á s q u e yo ».
C athy y Jerry Ludgate
\ii 35 LEMAS PARA parejas

«Yo te q u ie ro m á s» .
D ave U pham

ido de
Algunos de los lemas que hemos recibido detallan aún
más el principio de la conexión al enfatizar el poder de las pala­
bras. Incluso algunas parejas los presentan con un toqueci-
to de competencia.
Es propio de la naturaleza humana querer superar al otro;
elevar de alguna forma nuestro estatus al querer tener la
razón, ser los prim eros, ser los m ejores. Estos lemas, sin
embargo, tienen la capacidad de invertir esa tendencia.
Quizás valga la pena examinar este hecho.
¿Qué pasaría, por ejem plo, si yo tratara de superar a mi
cónyuge en expresiones de amor? ¿Si tratara de dar el cien
por ciento de mí al hablar pala­
bras am ables?
63
¿Y qué ocurriría si resolviera dar seguimiento a esa actitud
poniendo en práctica, de manera genuina, ese amor? Pues,
este es el principio que subyace a estos lemas. Tome la de­
cisión de hoy amar abnegadamente a su cónyuge. Amarlo
O
más intensamente de lo que lo amó ayer.
También forma parte de la naturaleza humana que sea­
mos atraídos hacia personas qu e nos valoran y nos qu ie­
ren Si nuestro objetivo es establecer una conexión con
nuestro cónyuge, este principio desempeña una función
determinante en ese sentido. Al explicar el porqué de su O
lema, Jerry dijo lo siguiente: «Este lema me recuerda que
mi cónyuge me tiene en mayor estima que a cualquier otra
persona».
Recordemos que un lema es una f r a s e breve que se re­
pite con frecuencia y qu e sirve com o principio orien tador
para la p areja Cuando esas palabras afectuosas se expre­
san en forma de lema, este hecho hace que esas palabras
sean más que simples frases habituales que los cónyuges
comparten y que fácilmente pueden devenir en tópicos.
Funcionan como la ex p resió n de un prin cipio que ha
sido cuidadosam ente seleccionado; y transmiten un pro­
fundo significado cuando son expresadas e interpretadas,
porque sirven como un recordativo con stan te de la ínti- ^"a s e m o c 'o n e s
ma conexión que existe entre ellos. Como resultado, esas positivas estarán
mismas palabras se convierten en una fuerza que gobier- e d ificá n d o se las unas
na la conducta en la relación. sobre las otras.
Si Jerry sabe que Cathy lo tiene en alta estima; si sabe
com o si fueran olas.
que ella lo quiere, lo respeta y que ve lo mejor de sus cua­
lidades, por supuesto que él querrá estar cerca de ella. ¡Cómo
no va a querer! Cathy, por su parte, consciente de que ella
es altamente valorada, amada y apreciada, de igual manera
va a desear estar cerca de Jerry. ¡Qué regalo tan valioso es­
tán recibiendo! Cada uno sabe que su cónyuge lo tiene en
mayor estima que a cualquier otra persona.
Hay otro secreto que explica el éxito del lema de Jerry y
Cathy; un secreto del que quizás ellos mismos no se han
percatado: su sentido de oportunidad es perfecto. Al co ­
mienzo del día, cada uno de ellos trata de «ser el primero»
en expresar
pnm ero que
la para amar con poder», diseñada para parejas, Steven SlQÜ~
ny y Patricia Love hablan de esto en Hcnv to Improve Y0Ur ^
rriage without TaM ng A bou t It [Cómo mejorar tu matrim"'
nio sin tener que hablar de ello]. Allí ellos afirman qUe^
am an ecer es u n o d e los cu a tro momentos cruciales de] d-a
cuando la conexión en la pareja tiene mayor significado.
Según Stosny y Love, las investigaciones indican qUe
emociones de bajo nivel de excitación tienden a estimu­
larse unas a las otras. Si usted comienza el día con una emo­
ción positiva (por ejemplo, diciendo a su pareja: «Hoy eres
la persona más amada en el m undo»), ya habrá prepara­
do el escenario para que aparezca otra emoción positiva
y Otra. Es decir, las emociones positivas estarán edificándose
las unas sobre las otras, com o si fueran olas.
f

«“¡C ariñ o mío!" "¡Mi bebé!"»


Susan y Thomas Gutwa

Así comienzan las conversaciones entre Susan y Thomas.


Puede ser que así sea después de un día extenuante. Ella
dice: «¡Cariño mío!», y él responde: «¡Mi bebé!». A veces
sucede cuando se envían un breve mensaje de texto, o jus­
to cuando necesitan escuchar la voz del otro. En cualquier
caso, no importa en qué momento del día ocurra, este bre­
ve intercambio por lo regular resume lo que es su rela­
ción. Es su lema. «Somos los mejores amigos el uno del
otro», dice Susan, «y le damos gracias a Dios por haber
unido nuestras vidas».

JL i* « S o y u n a m ejor p e rs o n a
c u a n d o e s tá s a mi lado».
D aw n B. Campos

Y Cuando le pedimos a Dawn que compartiera con no-


^^SO tros su lema matrimonial, ella recalcó la importancia de
mostrar aprecio a su pareja. ¡Qué concepto tan intere­
sante! El lema de Dawn no se centra en lo que su esposo
hace o deja de hacer. No habla de lo mucho que a ella le
gustan sus acciones, o si él la hace feliz. Es, más bien, un
recordativo que dice que el matrimonio es una relación
profunda que afecta lo que somos en lo más íntimo de
nuestro corazón. N T
Las p arejas in telig en tes pasan muy poco tiempo tra­
tando de determinar n realidad se casaron con la per-
sona adecuada. tran su atención en intentar s e r
’i

la p erso n a c o rre c ta . Es un d escu brim ien to fabuloso e|


66
PARA PAREJAS FELICES que hacem os cuan d o nos d am os cuenta de que
nos ha dado el regalo de una relación que nos pUec](
ayudar en ese sentido. El m atrim on io nos coloca en es­
trecho contacto con otro ser hum ano y, por así decirlo
nos asigna nuestras «tareas» para cada día; algo asi
com o nuestra ronda de «ejercicio físico», en materia d.

y com prensión y toleran cia,


y solidaridad y coop eración ,
\44 35 LEMAS

y generosidad y d esprendim iento.

En resumen, hace de nosotros m ejores personas


Hay, además, otro m aravilloso aspecto en el lema c
Dawn. Se trata del hecho de r e c o n o c e r el v alor de nue
tro cónyuge. • I
Hay en la vida de cada uno de nosotros gente que v
loramos. Se trata de personas que nos enseñan, nos h.
cen pensar, nos elevan, nos hacen mejores. Tan
bien nos inspiran, nos ennoblece
y nos capacitan para ser m;¡
de lo que seríamos sin s
ayuda. Este es precis
m en te e l objetiv
d el matrimonie
67

►►2. CONEXIÓN
«Más valen
dos que uno»
Dios perm ite que seam os atraídos uno al otro para nuestro bene­
ficio mutuo. C om o resultado, pasam os toda la vida inspirándonos
uno al otro, y creciendo. Juntos, llegam os a ser m ejores de lo que
p o d ría m o s lle g a r a se r si p e rm a n e c ié ra m o s s o lo s ^ E I lib ro de
E cie sia sté s, en el ca p ítu lo 4, exp resa esta idea de una m anera
m uy gráfica: x ? )

M á s v a le n d o s q u e u n o ,
p o r q u e o b tie n e n m á s fru to
d e s u e s fu e rz o .

S i c a e n , e l u n o le v a n ta a l o tro .
¡A y d e l q u e ca e
y n o tie n e q u ie n lo le v a n te !

S i d o s s e a c u e s ta n ju n to s ,
e n tr a r á n e n c a lo r;
u n o s o lo ¿ c ó m o va a c a le n ta rs e ?

U n o s o lo p u e d e s e r v e n c id o ,
p e r o d o s p u e d e n re s is tir.

¡L a c u e r d a d e tre s h ilo s
n o s e r o m p e fá c ilm e n te !

E C L E S IA S T É S 4: 9 -1 2
68 En n u estros sem in a rio s «“L o c o s ’ p o r el matrimonio»,
a m enudo d esafiam os a las p arejas a m irarse uno al otro a
35 LEMAS PARA PAREJAS FELICES

través de los o jo s de D io s, a p ed irle al Padre celestial que


les dé el don de su visión, su m anera de ver las cosas. Rea­
lizado con la d eb id a seried a d , este e je rc ic io tiene un im­
pacto perm anente en los cónyuges porque cada uno debe
reco n o cer la realidad de la id en tid ad de su pareja: ¡Cada
uno está casad o c o n u n h ijo de D ios!
Susan asistió a u n o de nuestros sem inarios y más tarde
contó su experiencia:
«Una de las cosas que m ás m e im p actó del seminano
‘“Locos’ por el m atrim o n io ” fue la idea de ver a mi cónyu­
ge a través de los ojos de Dios. D ecidí poner en práctica esta

recom endación, así que em p ecé por pedirle a Dios que me


m ostrara la form a c o m o él veía a mi esposo. ¡Y lo hizo! Al
principio, co m en cé a ver a E ric c o m o u n h ijo de Dios, \
todo lo que eso significa. D ios lo am a tiernamente, así como
yo am o a m is h ijo s. Él ve su valor, e n tien d e sus debilida­
des y desea protegerlo. D ios verd ad eram ente disfruta ai
estar con él. Al ver a m i esp oso de esta m anera, me sentí
avergonzada p o r los m o m e n to s en los que he visto en él
alguien que no hacia las co sas ex actam en te com o yo que­
na, o que no veía las co sas a m i m anera.
»Lo más asombroso es que, al continuar pidiéndole al
Cielo eso en oración, Dios me ha seguido enseñando. He
comenzado a observar la manera peculiar como Dios creó
a mi esposo. Eric posee algunos dones y talentos que yo,
o bien había dejado de ver, o no había notado nunca. Es
como si Dios a propósito me hubiera hecho “reducir la
velocidad” de modo que yo pudiera ver la contribución
que mi esposo hace a nuestra familia. A decir verdad, todo
esto ha sido aleccionador para mí. Me ha enseñado que
no soy la única persona que cuenta aquí».
¡Qué le parece! ¡Estas son reflexiones profundas! Cuan­
do los cónyuges permiten que la perspectiva divina im­
pregne su relación, algo grande sucede; un deseo comienza
a tomar forma dentro de ellos; el privilegio de estar unido
en matrimonio a un hijo, una hija, de Dios. Entonces la
oración: «Señor, cambia a mi cónyuge», pierde sentido; pues
ahora le pedimos, más bien, que seamos dignos de tener por
cónyuge a esta persona tan especial que es un hijo o hija de
Dios. Crece el deseo de profundizar la conexión.
En una relación conyugal saludable nos inspiramos
uno al otro, y le pedimos a Dios que nos bendiga. Desea­
mos ser menos egoístas y que nos permita hacer nuestro
aporte para mejorar la relación.

« N u n c a d e ja re m o s
d e te n e r cita s rom ánticas».
Stephanie Choice-Farkasdi

Stephanie dice que este es su lema por excelencia. Impli­


ca que los cónyuges siguen perm an en tem en te enamorados
uno del otro y que desean permanecer juntos. Es decir,
nunca llegará el día en el que no necesiten cortejarse. Tam­
bién recomienda que c a d a d ía haya al menos un beso de
esos que «hacen temblar las rodillas».
Cuando hablamos de la importancia de la conexión
en el matrimonio, el tiempo se convierte en un factor a b s o ­
lutamente esen cial, ya que para tener citas románticas es
70 n ecesario a p a rta r tiem p o . El D iccion ario Oxford define
(/> una cita en té rm in o s de un en cu en tro social o romántico
uj
u Segú n esto , ¿a q u ién se le p od ría jam ás ocurnr ponera
-J
Ui un lado las cita s? La cita n o es un ritual que se sigue con
U-
tn el fin de en co n trar pareja. Es, m ás bien, un encuentro ro­
<
UJ m án tico . ¿Verdad q u e su en a atractivo?
ce
< C u an d o u sted p ro g ram a una cita en su calendario, lo
a
< qu e b á sica m e n te está h a c ie n d o es un com prom iso para
ce
f o r t a l e c e r lo s v ín c u lo s co n su pareja. Pone a un lado las
en
< d em ás re sp o n sa b ilid a d e s para d ed icar ese tiempo a todo
x: lo que favorezca la c o n e x ió n co n su cónyuge: muestras
uj
de a fe cto , a n im a d a c o n v e r s a c ió n , palabras de estimulo
IT 5
ro y r e c o n o c im ie n to , b u e n h u m o r, am istad, romance inti­
m idad .. .
Las c ita s p u ed en se r s e n c illa s o com p lejas, públicas o
privadas, p len as de activid ad o sedentarias. La forro. pre­
cisa p u ed e v ariar: u n a ca m in a ta p or el vecindario ma-
dos de la m an o , asistir a u n partid o de fútbol o ba­
lo n cesto , una cen a a la luz de unas v e la s... Cual­
quiera sea el ca so , traten (
de ser c r e a t iv o s ,
Túrnense en lo
que se refie­
re a la p lan ificació n y
traten de s o r p r e n d e r al
H em os de controlar otro. Si las finanzas so n u n pro­
el uso de nuestro tie m p o blema, entonces fíjense la m eta
de elaborar u n a lista co n
de m od o que nuestro
diez citas «gratis», y lú e- ^
m atrim onio o c u p e •
go traten de e je c u ta rla s
en la a g e n d a diaria
en las siguientes diez sem a­
un lugar de honor. nas. Lo im p o rta n te aq u í
es ap a rta r tie m p o p ara j
estar ju n to s y c u m p lir
con el plan, tal c o m o se
m uestra en la página s i ­
g u ie n te .
71

El desafío


de «la cita gratis»

NOIX3NCO
Durante años, Mike y yo [Gayle es quien habla] tuvimos que enfren­
tar muchas veces el desafio de «la cita gratis». En una ocasión fuimo
a una tienda donde vendían tarjetas de felicitación Nos dirigimos a
la sección de tarjetas románticas. Una vez allí, comenzamos a mi­
rarlas. Cuando uno de los dos encontraba una tarjeta que le gustaba
mucho, iba al encuentro del otro y decía algo asi: «Si tuviera dine­
ro, esta es la tarjeta que yo te regalaría». (? )
En un momento dado encontré una tarjeta que encajaba perfecta­
mente en una situación por la que ambos estábamos atravesando.
Se trataba de una tarjeta en la que se presentaba la imagen de
unos padres lidiando con adolescentes .E ra el reflejo de nuestra
e xp e rie n cia en ese entonces. Me pareció tan gra-
^ ciosa que decidí m ostrársela a Mike. A él le en­
cantó, y también comenzó a reírse. Ambos comen-
r zam os a reírnos con ganas. Ver al otro reírse así
daba aún más risa. Muy pronto estábamos muer­
tos de la risa en m edio de la tienda, ante la m ira­
da extra ña da de los dem ás clientes. Como dice
Mike: «No creo que nos admitan en esta misma
tienda otra vez».
Fue una cita sencilla, «tonta», si se quiere; y sin embar­
go, es un recuerdo que hemos disfrutado durante años,
ue un momento en el que hubo una conexión. La sola
mención de la cita en la tienda de tarjetas ya nos
hace reír.

S/' a h o ra m is m o lo s re c u rs o s e s tá n e s c a s o s ,
¿ q u é ta l s i p o n e n e n p rá ctica e l desafío de «la cita gratis»?
S o lo s e n e c e s ita la d e te rm in a c ió n
y u n p o q u ito d e im a g in a c ió n .
El agobio, las múltiples responsabilidades y el estrés
de cada día literalmente c o n sp ira n c o n tra la intimidad
m 35 LEMAS PARA PAREJAS FELICES

m atrim onial. Es difícil encontrar m om entos para estar


juntos cuando cada cónyuge esta siendo empujado en cien­
tos de diferentes direcciones. El lema relativo a la cita amo­
rosa es un principio guiador que nos recuerda que he­
mos de controlar el uso de nuestro tiempo de modo que
nuestro matrimonio ocupe en la agenda diaria un lugar de
honor.
Así que ¡nunca deje de tener citas rom ánticas con su
pareja! ¡Y no se le ocurra faltar a una de ellas!

LA C O N E X IÓ N
P O R M E D IO D E L B U E N H U M O R
Trate de hacer une búsqueda en Ooogle sobre los efectos
del humor en el mr nio. Encontrará que son muchas
las investigaciones cien­
tíficas que confirman los
poderosos efectos que
el buen humor tiene en
la vida conyugal. Estos
estudios indican en con­
creto que el humor fun­
ciona com o una espe­
cie de «magneto» en las
citas rom ánticas, en la
atracción que sienten los
enamorados uno hacia
el otro, y también como
factor decisivo en la se­
lección del cónyuge. Las
m ujeres, en particular,
tienden a mencionar la
habilidad de sus futuros
esp o so s para hacerlas
reír com o una razón de
peso para querer casarse.
«Reírse con la persona que uno anu tiene un efecto po­ 73
deroso El hecho de reírnos juntos nos une mas lis una
z
forma de establecer una conexión. Yo se como hacer reir ro
a mi esposa, ¡y es lo que mas disfruto! Cuando nos rei­
O
mos juntos siento que estamos mas cerca uno del otro,
que estamos compartiendo algo (JefF Johnsion, «El hu­
mor en las relaciones humanas», JeJffTalks Relutionsfiips),

Cada pareja tiene sus propios «t/iisíes privados». Cosas


de las que nadie más se ríe, pero que para ustedes tiene
toda la gracia del mundo. Recuerdos o experiencias que
los hacen reír a carcajadas. ¿Por qué es así? Es asunto de
historia. Lo que los hace reír son hechos que forman par­
te de la historia que ustedes han vivido, de la experiencia
peculiar que han com p artid o. La simple mención de una
palabra puede activar una cadena de recuerdos agrada­ que tienen el poder
bles, chistosos, o de cualquier otra naturaleza, que para siem­
pre servirán como un vínculo.
O de aligerar las cargas
del mom ento
Esta realidad parece haber sido la que originó los lemas
y de hacernos reír.
que veremos a continuación. En apariencia, pueden sonar
algo negativos; sin embargo, la historia y la experiencia que
cada pareja vivió los ha convertido en recordativos de un
principio de mayor alcance.

P
«"Pero q u é b o b o eres".
"Y tú. q u é tontorrona
"¡Te quiero!"»
Dianne y G ary A ffolte r

«Está b ien .. . ¡Tú diste!», escribe Dianne cuando


le preguntamos p favorito de su matrimonio:

Gary es siempre quien sale con las ocurrencias en la fa­


milia He escrito temas devocionales que tratan de lo que
funciona bien en nuestro m atrim onio (y nos reímos cada
vez que los leemos). Después de cuarenta y cuatro arios
de matrimonio, sabemos que no nos haríam os daño in ­
tencionalmente; así que nuestro lema, aunque es breve,
tiene para nosotros un profundo significado. Cuando Gary
74 hace a lg o e x c é n tr ic o , y o le d ig o : « P e ro q u é b o b o eres».

u~> E n to n ce s él responde: «Y tú q u é to n lo rro n a » . Y luego am­


UJ bos d ecim os: «¡Te q u ie ro !» . ¡Esas tres e xpresion es cubren
o
_3
UJ m u c h o te rre n o !.
U-
t/>
c Dianne se apresura a añadir: «Este lema ciertamente no
UJ
ce funcionaría para m u ch os m atrim onios, pero funciona para
<
a el nuestro».
<
ce Tam bién co n v en d ría agregar qu e este tipo de lema no
<
a
U"> encaja dentro de los con sejos que tradicionalm ente se dan
< a las parejas. ¡No vam os a caer ahora en el error de aconst
X
UJ jar a los cónyuges que com ien cen a insultarse como
tn m edio para expresar sus sentim ien tos! ¿Qué es,
entonces, lo que hace que este lema funcione
para Dianne y Gary? Este lem a funciona com o ,
una representación a gran escala de lo que
para ellos es verdaderam ente im portante;
algo así com o la c o n v icc ió n de que este
d esacu erd o m o m e n tá n e o e s a lg o in-
ifican te al ompararlo con el am or
que subyace en sus relaciones y con
los vínculos que los unen. Verda­
deram ente, tiene que haberles
tom ado tiem po llegar hasta
ese punto.
«En e s te m o m e n to En su larga trav esía,
no estoy de acuerdo contigo. Dianne y Gary han llega­
do al punto en el que pue­
Incluso hasta podría decir
den resumir su relación en unas
que no m e gustas m ucho.
pocas palabras «tontas»; palabras
Pero es un asunto pasa|ero.
que tienen el poder de aligerar las
Lo perm an en te es esto: cargas del m om ento y de hacerlos
"¡Te quiero!"». reír. Es com o si cada uno dijera;
«En este m om ento no estoy d
acuerdo contigo. Incluso hasta
podría decir que no me gustas
mucho. Pero es un asunto pa
sajero. Lo permanente es esto;
“¡Te quiero!”».
75

►►2. CONEXIÓN
¿Qué define
un matrimonio?
En las prim eras fases de la vida matrimonial los desacuerdos
puede parecer que alcanzan proporciones gigantescas. Los senti­
mientos de confusión, desilusión, e incluso de ira, pueden crecer al
punto de hacem os p ensar que nos hemos casado con la persona
equivocada, que nunca llegaremos a sentimos cercanos uno al otro,
o que nunca seremos felices.

Con el paso de los años, sin embargo, a medida que


navegam os a través de esas aguas turbulentas,
comenzamos a darnos cuenta de que podemos
*► -

llegar a la otra orilla, todavía preocupados por


el bien estar de nuestro cónyuge. Lo que esto
significa, en última instancia, es que las peleas
o casio n ales no definen lo que es nuestra
• • U
relación.
i * *
m ' m u
L o q u e d e fin e nu e stro m atrim onio e s ...

1. Nuestro sentido de compromiso,


c ■ w <■
2. Nuestro am or incondicional y
$
3. La capacidad que Dios nos da de ver en nues­
' 3 tro cónyuge un ser valioso a pesar de sus
im perfecciones.

¡N o p e rm ita n q u e lo s e rro re s
d e l p a s a d o d e fin a n su
re la c ió n !
76 «E s ta m o s " a ta d o s ”. S e a esto bueno
en
uj
o m alo , te n e m o s un com prom iso
u e l u n o c o n e l otro».
-J
UJ Jaclyn E. A rc h e r
u.
in
<
UJ « E s ta re m o s u n o a l la d o d e l otro hasta
cz
a q u e la m u e rte n o s s e p a r e ... ¡Nos gus■
<
ce
te o no!»
a Ericka J. tve rso n
en
<
r Al igual que los lemas anteriores, estos dos son en reali­
U-l
-3 dad maneras humorísticas de establecer conexión con la pa­
eo
to reja. Por medio de ambos lemas se envía al cónyuge, quizás
en un momento difícil, un claro mensaje: «Nuestra relación
va a durar toda la vida; y nosotros, como equipo, estamos
por encima de: esta situac
situación particular». Hemos de colocar
los problemass particular
ires en p ersp ectiv a , porque la idea es
juntos,
que pe miañe camos ju n no importa lo que venga,
Viene a m im , ite David Ring. David es evangelista y con-
ferencista
:ista motivacional
mol que padece de parálisis cerebral. A
pesar de su historial tan lleno de dificultades y de sus limi­
taciones físicas, David ha com panido su experiencia con
diferentes públicos en todo el mundo. Él se jacta de solo

y cosas en esta vida: su relación personal con Jesucristo


y su hermosa familia: su esposa Karen y sus cuatro hijo
David tiene un gran sentido del humor, y tambiér ■a
Hemos de colocar
tremenda perspectiva en cuanto a cómo relacionarse ci u
los problemas particular esposa. Él dice: «Amo a mi esposa. Le he dicho a Kare
en p e rsp e ctiv a , porque si algún día me deja, ¡yo me voy con ella!». O sea, en s>
la idea es que trimonio no hay un letrero que diga: «Salida». David r

perm anezcam os |untos, cho planes para estar al lado de Karen para siempre.
Esto es, p recisam en te, lo que estos graciosos \:
no im porta lo que venga.
están diciendo: «Estam os conectados p ara siempre». De :
vo, hay que advertir que este tipo de lemas no funciona
con todo el m undo. Son útiles, m ás bien, para esas pare­
ja s que ya han recorrido una gran parte de la distancia, y
que tienen la capacidad de v e r e l c u a d r o com pleto cuan­
do las cosas se p o n en d ifíciles. Son para quienes están
dispuestos a reírse d e si m ism o s, y para quienes tienen
perspicacia suficiente como para reconocer los m om en­
tos en los que su cón yu ge ta m b ién p u e d e reir.
Por otra parte, usted debe cuidar que el hum or no se
convierta en un a rm a d a ñ in a . El sentido de op o rtu n i­
dad y el tono de voz son d eterm in an tes. Si, en medio de

EXiÓN
un momento difícil, usted tiene la habilidad de dar un paso
atrás como para escuchar el mensaje de estos lemas, y per­
mitir que la verdad que trasmiten produzca una sonrisa,
entonces esos mensajes contribuirán significativamente a
la unidad en su matrimonio.

UNA C O N E X IÓ N DIVINA
«No o lvid arem o s
a la tercera P e rs o n a d e l p acto ».
Trac y O. Jahn

«Padre, te ruego que seas tú el Onice


pueda m ediar entre mi e s p o s o y yo».
M a ry £. Dunkín

Estos dos lemas son recordativos de una verdad mara­


villosa y milagrosa: Cuando dos cónyuges cristian os ha­
cen un pacto para estar juntos por siempre, en realidad se
trata de un pacto d e tres. Meditemos en esta realidad: ¡Nun­
ca tendremos que enfrentar solos una dificultad en esta
vida! Hay Alguien mayor, m ás s a b io y m ás p o d ero so que
está a cargo de los asu n tos aquí. ¡Que alivio!
En su m a trim o n io
A medida que avanzamos en la vida matrimonial, es fácil
que las cargas de la vida nos consuman, y que las dificulta­ no h a y un letrero
des que enfrentamos nos agobien. Es entonces cuando la frus­ q u e d ig a : «Salida».
tración y el temor se instalan en nuestra vida, y creemos que
estamos desamparados al hacer frente a estos desafíos. La
realidad, §in embargo, es totalmente diferente.
El hecho es que el poder supremo del universo, el Dios
todopoderoso, camina a nuestro lado, para socorrernos
en cada experiencia por la que pasemos y en cada desa­
fío que enfrentemos.
78
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in
i en los
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\ momentos
\difíciles

\ ^

E sto es lo q u e D io s p ro m e te en toda la
Escritura: «Estaré con ustedes». Piense en
las m uch as o c a s io n e s en las que en su
cristianos hacen Palabra Dios nos pro m ete su presencia

un pacto para estar


¡untos por siempre,
en realidad se trata
de un pacto de tres.
79
Si usted creció en un hogar cristiano, en este mismo mo­

►►2. CONEXIÓN
m ento podrá con fa cilid a d reco rda r algunas de esa s
prom esas sin esforzarse mucho:

« E sta ré con u ste d e s siem pre,


h a sta el fin d e l m undo».
M ate o 28: 20
O
% « N o te d e ja ré n i te abandonaré».
O
I• Jo su é 1: 5

«Yo se ré su Dios,
<y
/
y e llo s se rá n m i pueblo».
J e re m ía s 31: 33
<2;
« E sta ré con é l •v O
en m o m e n to s de angustia».
S a lmr o «91
'- 'w u y i :
. 15
t v_y

E sta es so lo una m inúscula


m u e stra de las m uchas

i \ p ro m e s a s de la presencia
d e D ios en nu estra vida,
y no es p o r casualidad
q u e se re p ite n con tanta
*
fre cu e n cia .
I
Nunca estamos solos! I I
I

I
1
*
Conocemos los versículos que se mencio
gina anterior, y también estamos familiarizados ^ 'a pi'

|« 35 LEMAS PARA PAREJAS FELICES


que exponen; sin embargo
de antem ano que , end * * ^
olvidarla, e s p e c i a l ^ 0; ;
que respecta a, ^ »
Y es aquí donde entnten.
go esta gran verdad: Cual
ustedes, como pSreja, formal ”
sus votos m atrim oniales, entraron en *
p a c t o d e tr e s . D ios tam bién participó de
votos. Ustedes prometíerod: «Hasta que la muert
nos separe». Y Dios prometió: «Mientras vivan y0
estaré con ustedes».
¿Captaron la idea? ¡D ios estará con ustedes! Lo
que esto si ifica es que Dios es un miembro contri-
buyente d< ociedad» que han establecido.

y Cuando hay que tomar


una decisión importan­
te, D ios también pesa en
b a la n z a los pros y contras, de la
misma manera que ustedes lo hacen.

y Cuando alcanzan una victoria, él también lo


celebra.
ama
y Cuando los hijos llegan a este mundo, é*
des
así com o ustedes los aman, y recorre cor
el difícil sendero de la paternidad.
ala
y Cuando la enferm edad golpea, él est.
cabecera de la cama.
;o en
y E incluso cuando llega el doloroso nu
irado .ir Ia
el que m arido y m u jer son sepa
ntien . pac
m u erte, él resueltamente man
sobre ■
to con el cónyuge que

Así, pues.nuIlC1 ^ rsia-


lo ri
solos; y nuncíl
r e n to s
Lo que estamos tratando de transmitir aquí es la rea­
lidad práctica de su presencia y de su participación en el
matrimonio. La idea del pacto de tres significa mucho
más que simplemente dedicar a Dios nuestro matrimo­
nio y abrigar la esperanza de que él lo bendiga. Significa,
más bien, que Dios es una parte integral, viviente; como el
oxigeno de la relación. Es, por así decirlo, «lo único que
puede mediar» entre marido y mujer, tal como lo dice el
lema de Mary E. Dunkin: «Padre, por favor, sé tú el úni­
co que pueda mediar entre mi esposo y yo».
Este hecho convierte a Dios, no en un elemento sepa­
rador entre los cónyuges, sino en todo lo contrario: el ele­
mento cohesivo que los vincula y los mantiene juntos.
Todos sabemos por experiencia que hay momentos en
los que, incluso en los mejores matrimonios, no nos senti­
mos muy cerca uno del otro. Sin embargo, en una so c ie­
dad de tres, si un cónyuge está desanimado o herido, y
está a punto de «tirar la toalla», debe recordar que hay otros
dos socios, no solamente uno, que deben ser tomados
en cuenta a la hora de cualquier decisión. Este hecho por

«O rem os s o b re ello».
Beth A. Freidline

Nunca podremos insistir d do en la importan­


cia del componente espiritual en el matrimonio. Duran­
te años los predicadores han destacado el valor de la
espiritualidad en la vida matrimonial. Como se ha dicho
repetidas veces: «La familia que ora unida permanece
unida». Claro, eso es lo que se espera que los predicado­
res digan, ¿no es así? Pero hoy tenemos a nuestra dispo­
sición multitud de estudios científicos que respaldan
esa afirmación. Los predicadores tenían razón.
En diversos estudios, los investigadores del campo de
la interacción personal han llegado a la misma conclu­
sión: los cónyuges que con fían en D ios, y que ponen
82
en práctica esa fe, tienen m a tr im o n io s m á s sólidos. Uno
LO
UJ de esos estudios lo expresa así: «C uanto más profunda
O sea la experiencia espiritual, tanto m ayor será la satis­
UJ facción conyugal. La religión ofrece a la pareja pautas
U-
LO para resolver sus conflictos. U na religiosidad más pro­
<
UJ funda se relaciona con estrategias más constructivas para
£¥
< resolver conflictos» (Park).
a
< Según el investigador Larry Bum pass, de la Universi­
Q:
<
a dad de W isconsin, las parejas que asisten a la iglesia se­
co m analm ente reducen las posibilidades de divorciarse en
<
2: un 35% .
UJ
-J Aceptemos la realidad. La vida es com o una carrera des­
1n
ro bocada. Hay momentos de gran euforia y también momen­
tos muy difíciles. Las parejas que m antienen su conexión
con Dios se han dado cuenta de que están relacionados con
el único S er q u e s a b e qué es lo m ejo r para sus hijos en el
presente y en el futuro. Y, por encim a de todo, saben que
él cuida de todos y cada uno de nosotros.
Quizás usted recuerde el relato bíblico de Éxodo 34,
cuando Dios pasó cerca de M oisés con la intención de
darle una pequeña vislum bre de su gloria.
Esa fue la respuesta divina al pedido de
Moisés de «ver» a Dios. He aquí lo in­
teresante del relato, el punto focal,
en el que Dios tuvo la oportuni­
dad de describirse a sí mismo,

Los cónyuges de decir lo que él conside­


ra importante de su carác­
que confían
ter. Pudo haber hablado
en Dios, y que pi
de su poder, de su ju sti­
en práctica esa cia, de su fortaleza, de su
tienen m atrim o nios omnipotencia o de su de­

m ás sólidos. recho a gobernar. De cual­


quiera de estas cosas pudo
haberse jactado, y con todo
el derecho. Pero no fue eso lo que hizo. En ese momen-
[0de revelación personal esto fue lo que dijo:


El Señor, el Señor, D ios clemente y compasivo, lento
para la ira y grande en amor y fidelidad, que mantiene
su amor hasta m il generaciones después, y que perdona
la iniquidad, la rebelión y el pecado (Éxodo 34: 6, 7)

Clemente, compasivo, lento para la ira, grande en amor


y fidelidad. Cuando se describió a sí mismo, Dios lo hizo
en términos de una relación . Eso es lo que él valora: la
relación.

¡Qué revelación tan significativa, tanto para Moisés


como para cada uno de nosotros! Dios no es una persona
84
distante, acusadora; es, más bien, un Padre amoroso y com­
pasivo que desea relacionarse co n nosotros.
UJ
o Escuchem os ahora la respuesta de M oisés:
UJ

(/> «Señor, si realmente cuento con tu favor, ven y quéda­


<
te entre nosotros. Reconozco que este es un pueblo ter­
UJ
ce co, pero perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado,
<
a
< y adóptanos como tu herencia» (vers. 9).
ce
S ¿Cómo podría uno responder de una manera diferen­
t/)
< te? Si tú eres así, Señor, ¡entonces por favor acompáña­
2; nos! ¡Si eres un D ios m isericord ioso, si eres paciente, si
Ul
_J
irj conoces nuestras debilidades y aun así nos amas, en­
K) tonces no querem os dar un solo paso adelante sin
ti! Este es el fundamento del lema de Beth, mencio­
nado arriba: «O rem os al respecto».
Orar no es fácil para m uchas parejas. Los
cónyuges pueden pensar que no tienen las
palabras adecuadas cuando oran juntos. Se
sienten cohibidos, o temen que el cónyu ­
ge los pueda ju zg ar p or fallar repetidas
veces en asuntos acerca de los cuales ya
han orado.
No permitan que la inexperiencia o
los temores les im pidan disfrutar de la
paz y la dirección que Dios promete cuan­

N o p e rm ita n f' do oramos. C om iencen de m anera sen ­


cilla, quizás m encionando apenas unas
que la in e x p e rie n cia
pocas palabras de agradecimiento cuando
o los te m o re s I
por la noche vayan a acostarse.Y cuando lo
im p id a n d is f hagan, recuerden los atributos del carácter del
de la paz y la dirección Dios al cual oran:
q u e Dios p ro m e te
y com pasión,
c u a n d o o ra m o s.
/ misericordia,
1

S amor incondicional,

fidelidad eterna.
N r

p] psicólogo James Dobson, al hablar de lo que ha he­ 85


cho ja oración en su matrimonio, escribió:

Shirley y yo hem os to m ad o m u y en serio nuestra vida


de oración. De h e ch o , esta fo rm a de c o m u n ic a rn o s

N 0* I•X 3 N 0 D
con Dios ha sid o el f a c t o r esta b ilizad o r durante más de
cuarenta años de m atrim onio. Tanto en los buenos com o
en los malos m om entos, en los periodos de ansiedad y
los de alabanza, h em o s c o m p a rtid o este m a ra villo so
p rivile g io de h a b la r d ire cta m e n te con nuestro Padre
celestial. A lg u n o s de lo s m ejores m o-
memos de m i v id a se han p ro d u c id o
en estas sesiones de quietud con el
Señor.

«Oremos sobre ello». De to­


dos los lemas que pod em os
compartir en nuestro m atri­
monio, este bien podría ser el
más im portante. Sinceramen­
te, como humanos no tenemos
todas las respuestas que reque-
nmos a medida que avanzamos
en el viaje de la vida, pero con­
tamos con el privilegio de te­
ner acceso permanente al Dio
todopoderoso, nuestro compa­
sivo Padre celestial. ¡No dejemos
de aprovechar este privilegio!

/ •
86

3 5 L E M A S PAPA PAREJAS FELICES

¿Pacto
o contrato?
S e gú n se de scrib e en las S a g ra d a s E scritura s, la fo rm a com o Dios
se re la cio n a con la h u m a n id a d tie n e to d a s las ca ra cte rística s, no
de un contrato temporal, sino de un pacto de amor eterno. Por medio de
ese pacto Dios nos promete:


► Su am or invariable.


► Su presencia perm anente. e>
\a


► Su perdón incondicional.

En su libro C ovenant M arriage [El pacto


r>
acto m atrim onial], G ary Chap-
m an* escribe que el pacto de a m o r qu e D ios ha hecho con la huma­
nidad debe servir de modelo para el pacto que los cónyuges ha­
cen cuando unen sus vidas en m atrim onio. Es por ello que la unión
m atrim onial debe esta r cara cteriza da p o r...

1. Un a m o r invariable. Ese a m o r se basa en la decisión


que cada có n yu g e toma cada día de tra ta r a su pareja de
una manera considerada, de percibir sus cualidades y de m os­
trar aprecio por sus virtudes.

2. Un c o m p ro m is o p e rm a n e n te . Lo q u e esto significa es
que lo que Dios unió no lo de be se p a ra r el hom bre. En otras
palabras, los cónyuges deben permanecer unidos «hasta que
la m uerte los separe».

3. La a m ab le c o n fro n ta c ió n y el p e rd ó n . C u a n d o la conducta
de uno de los cón yug es p e rju d iq u e la relación conyugal, el otro
deberá confrontarlo a m a b le m e n te y p e rd o n a rlo cu a n d o reconoz­
ca su falta; es decir, tratarlo de la m ism a m anera que Dios nos trata
cuando cae m os e im p lo ra m o s su perdón.
87
¿ Q ué c a ra c te rís tic a s tiene su m atrim o nio:
las de un contrato p a sa je ro o las de un pacto perm anente? r-o

* Gary Chapman, Covenant Marriage [El pacto matrimonial], (Nashville, Tennessee: Broadman
& Colman Publishers, 2003), pp. 13-24.
88

PARA PAREJAS FELICES C U E S T IO N A


s e c c íó n 2 . « C o n e x ió n »
PÁGÍNAS 57-87
Las respuestas correctas y la evaluación las encontrará en la pági¡

In d iq u e si e s v e rd o d e ro o fo ls o
!« 35 LEMAS

M AR Q U E A S Í LA R ESPU ESTA CORRECTA

VERDADERO FALSO

1. Todos en general queremos que nuestra vida cuente,


y queremos que otras personas lo noten. Es decir,
cp cp
necesitamos conexión.

2. El sentido de conexión es algo innato


que no podemos elegir poseerlo o no.
c vo CP
3. Para conseguir una buena relación de pareja
que trascienda las palabras basta con tener dos o tres
CP CP
momentos de conexión de calidad cada semana.

4 Las parejas felizmente casadas actúan como


.

buenos amigos, su relación se caracteriza por


CP CP
el respeto, el cariño y la ternura y la empatia,
y además manejan sus diferencias de una manera
cordial y positiva

5. Es propio de la naturaleza humana querer superar


al otro, es decir, elevar de alguna forma nuestro
CP c o

estatus quenendo tener la razón, ser los primeros,


ser los mejores

También forma parte de la naturaleza humana


que seamos atraídos hacia personas que
CP CP
nos valoran y nos quieren.
'
7. Las parejas inteligentes tienen que dedicar tiempo
tratando de descubrir si en realidad se casaron
CP <P
con la persona adecuada.

8. El objetivo del matnmonio es precisamente encontrar


alguien que nos enseñe, nos haga pensar, nos eleve,
CP <P
nos haga mejores, nos ennoblezca y nos capacite
para ser más de lo que seriamos sin su ayuda.
89
9 Cuando los cónyuges lleva ya unos anos de casados
no necesitan perder el tiempo en citas románticas.
C? C?
ro
10. Lo que define un matrimonio de éxito es el compromiso
mutuo, un amor incondicional por ambas partes
CP
y la capacidad que nos ha dado el Creador de ver
en nuestro cónyuge alguien valioso a pesar
de sus inevitables imperfecciones.

\ Rellene los espacios en blanco


11. Hemos de colocarlos problemas ______________ en perspectiva, porque
la idea es que ________________ juntos, no importa lo que venga.

12. Puesto que al casarse ambos cónyuges prometieron permanecer unidos


hasta que la muerte los separase, podemos definir el matrimonio como un
«compromiso__________________ ».

Y ahora vamos a re p a s a r los le m a s de e s te capítulo rellenando asi­


mismo los espacios en blanco:

13. «Sé amable. ¡Vale la !».

14. «Hoy voy a ser la primera persona en decid en el


mundo te ama más q u e ____________ » * • * —
15. «Yo te quiero

16. «“¡Cariño mío!” “¡M i __________ ,/ C \


ó-
17. «Soy una ____________ persona cuando estás a m i _____________ ».

18. «___________ dejaremos de tener ____________ románticas».

19.«“Pero qué bobo “Y____ , qué tontorrona”. “¡Te r»

20. «Estamos “atados". Sea esto bueno o , tenemos un


el uno con el otro».

21. «Estaremos uno al ladyo del hasta que la muerte nos se-
pare... ¡N os___ o no!»

22. «No olvidaremos a la Persona del pacto».

23. «Padre, te ruego que seas tú el _________ que pueda mediar entre
m i ________________ y yo».

24. «Oremos ello».


Resumo en m enos de 30 palabras _____
b que |e ha parecido m ás significativo

y útil para su vida personal y su relación

de pareja de todo lo aprendido en la segunda

sección de 35 lemas para parejas felices.

o
►►2. CONEXIÓN
92
93

A BUENA COMUNICACIÓN es clave para un matri­


monio feliz. Todo lo que usted sabe acerca de su pa­
reja lo sabe porque esa persona se lo h a com unicado.
Lo ha hecho por medio de la palabra hablada, o a través
de la com unicación no verbal: la expresión facial, el
lenguaje corporal, el tono de voz o la conducta. Cual­
quiera haya sido el medio, el conocimiento que us­
ted posee de su cónyuge lo ha obtenido por medio de
la comunicación.
En esta sección sugeriremos varios lemas que se reía-
clonan principalmente con la comunicación. Quizás
usted puede pensar en otros lemas en este importante
aspecto de la vida conyugal.

«Te c o m u n ic aré mi a m o r diariam ente


y lo h a ré v e rb a lm e n te c u a n d o
s e a n e c e s a rio » .
M ike y G ayle Tucker

Todo lo que usted hace o dice le comunica algo a su


cónyuge. La expresión facial, el lenguaje
corporal y el tono de voz dicen
más que las palabras que
usted pr on e nu a m : s a c ­
tos US'/'UU hablan d A
n u n c a : s u r .pu- ; ■ M
\:r a - m
entonces, ¿que m en­
sajes está enviando a
su pareja?
Este lema declara
que hemos de exami­
nar todas las formas de
comunicación que usa­
mos para relacionamos con
nuestro cónyuge con el ob­
jeto de asegurarle que todas ellas
son expresiones de amor. Dicho de
otra manera, hemos de revisar las for­
mas verbales y las no verbales de com u­
Todo lo que usted
nicación y elim inar todo aquello que no trans­
hace o dtce mita amor.
le comunica algo Hágase la pregunta: « ¿C óm o d e s e a r ía m i p areja
a su cónyuge. que y o le d em ostrara qu e la am o?». Recuerde que la res­
puesta adecuada a esta pregunta será lo q u e su cónyuge
desearía que usted hiciera o dijera, no lo qu e usted desea­
ría. La información del cuadro de la página contigua le será
de ayuda.
» 3 . COMUNICACIÓN
La lista
, o °
¿Qué incluir?

Elabore una lista de las diferentes maneras como


podría transmitirle am or a su cónyuge. Use su
creatividad, y asegúrese de incluir medios ver­
bales y no verbales. Por ejemplo:


► palabras amables,

► regalos que muestren afecto,

► notitas con mensajes cariñosos,
de cortesía y otros similares.

Una vez com pletada


la lista, resuelva p o n e r
en prá ctica cada día,
a l m e n o s una de las cosas
que haya escrito.
96
La segunda parte del lem a tiene
por o b jeto exam in ar las cosas que
usted h a c e y d ic e que tienden a en ­
viar un m en saje co n tra d ic to rio . Por
ejem plo, es muy agradable que us­
ted, amiga lectora, com u niqu e a su
esposo un mensaje de amor al prepa­
rarte su plato favorito, pero ese m en­
saje se perderá por com p leto si va
precedido o seguido de críticas. O,
si usted, apreciado lector, ha decidi­
do regalarle a su esposa unas herm o­
sas ñores para m ostrarle lo m ucho
que la ama, ese mensaje se desvirtua­
rá si usa un lenguaje que transmite
aires de superioridad o si va acom ­
pañado de un chiste que la ofenda.
El cuadro que figura en la página si­
gu ien te d etalla lo qu e q u erem o s
decir.

Tienes que acentuar lo positivo,


elim inar lo n e g a tiv o ,
y a fe rra rte a lo verdadero.
No coq ue tee s con
«el s e ñ o r Término M edio».
97

» 3 . COMUNICACIÓN
La lista
2<3 PARTE o
o
¿Qué excluir? •

Si usted ya tiene algunos años de matrimonio, ya


se habrá dado cuenta de que en la vida conyugal
no es suficiente hacer y decir cosas que fortalez­
can la relación; también hay que e lim in a r las
que la debilitan. Es de vital importancia, por lo
tanto, suprimir cualquier forma negativa de comu­
nicación. Por ejemplo:


► las expresiones faciales que transmitan la idea
de amargura,

► los chistes a expensas de su pareja,

► hablar con aire de superioridad,

► el lenguaje corporal negativo,

► la critica destructiva,

► la actitud regañona,

A ►
► los gritos, los insultos y cualquier otra form a
negativa de comunicación.

A In té n te lo a u n cu a n d o su có n yu g e
esté u s a n d o c u a lq u ie ra de e sto s m e d io s
p a ra c o m u n ic a rs e con usted.
Tome e n s u s m a n o s la in icia tiva de p o n e r
en p rá c tic a la c o m u n ic a c ió n p o s itiva .
98
Los investigadores han logrado identificar varios pa­
144 3 5 LEMAS PAPA PAP£JAS F E L IC tS trones negativos de la comunicación en las parejas infelices.
Por ejem plo, los doctores Scott Stanley y Howard Mark-
man, de la Universidad de Denver, se refieren a ellos como
«Los cuatro patrones negativos de comunicación». Por su
parte, el doctor Joh n Gottman los llama «Los cuatro jine­
tes del Apocalipsis». Sería una muy buena idea que usted
estudiara estos patrones negativos y eliminara los que tien­
de a usar al comunicarse con su pareja.
Si a usted le gusta la música de antaño, o las películas de
otros tiempos, quizás está familiarizado con una vieja melo­
día de los años cuarenta grabada por Bing Crosby, Ella Fitz-
gerald, Dean Martin y una docena de otros artistas que decía:

«Tienes que acentuar lo positivo,


eliminar lo negativo,
y aferrarte a lo verdadero.
No o s con “el señor Término Medio”».

¡Como j para las parejas no está mal! Acentuar


lo positivo, eliminar lo negativo y eliminar por completo los
mensajes de doble sentido.

« E x p re s a ré m is in q u ie tu d e s
y mis d e s e o s
sin criticar ni a ta c a r» .
M ike y G a yle Tucker

Ningún m atrim onio es perfecto. Y la razón por la cual


esto es así se debe a que n a d ie es perfecto. Usted está ca­
sado con una persona imperfecta. Y, por supuesto, su cón­
yuge también.
Dado que su cónyuge es una persona imperfecta, habrá
ocasiones en las que usted le comunicará una que otra in­
quietud, o en las que le pedirá que cambie algún aspecto
de su conducta. ¡Estos momentos son peligrosos! En estas
situaciones es fácil dar la impresión de que uno está cnti-
cando o atacando.
f S impórtame a p ren d er a e x p r e s a r nuestras inqu ie­ 99
tudes, o pedir lo que qu erem os, sin caer en cualquiera

>►3. COMUNICACIÓN
¿c estos dos errores. Por cierto, puede suceder que usted
no piense que ha criticado o atacado, pero si su pareja sien­
te que lo ha hecho, conviene que reconsidere su posición,
pn última instancia, usted es responsable de expresar sus

o
ideas de una manera tal que su cónyuge las perciba como
positivas, no com o recrim inaciones. La responsabilidad prin­
cipal relativa a la naturaleza del mensaje enviado, sea esta
positiva o negativa, recae sobre el em isor.
Es perfectam en te a d m isib le que un cónyuge le pida a
O
su pareja que cambie un aspecto de su conducta. De igual
manera, es lo m ás norm al que exprese una preocupación.
<y
Esto sucede en todos los m atrim onios. Pero este hecho <2;
no elimina la necesidad de que aprendamos a comunicar -A
estos m en sa jes, con el p o te n c ia l n e g a tiv o q u e llev an
implícitos, de una forma que nuestro cónyuge no sien ta
que lo estamos acusando. Jack estaba sentado a la mesa
de la cocina frente a su computadora tratando de termi­
nar algunas cosas que no había podido concluir en la

O
c Beth por su parte, estaba limpiando la mesa don-
100
deJack había comido. Entonces Beih se d.ngib a Jack.
PARA PAREJAS FELICES
— Casi nunca estás en casa, y en los pocos momentos
en que estás no haces otra cosa que trabajar.
— ¿Vas a arremeter contra mí de nuevo? — replicó Jack,
sorprendido.
__¡Creo que odias a tu propia familia! respondió
ggth No tienes tiempo para ir al juego de pelota de Joey.
Ayer no fuiste al recital de Susy. ¡Ocupamos un lugar tan
bajo en tu lista de prioridades que me pregunto cómo fue
\ii 35 LEMAS

que decidiste casarte y tener una familia!


U preocupación de Beth, en el sentido de que Jack no
estaba dedicando suficiente tiempo a su familia, era del
todo legítima. Muchos hom­
bres se comprometen tan
de Heno en su trabajo que
tienden a relegar a la fa­
m ilia a un segundo
plano. Sin embargo,
sus palabras tomaron
a Jack por sorpresa.
De hecho, la expre­
sión inicial de su in­
quietud fue un ataque
directo a Jack.
Conviene que Beth
aprenda a expresar la
m ism a inquietud sin
atacar o criticar a su es­
poso. Pudo haber comen­
zado, por ejemplo, pre­
guntándole acerca de su
trabajo. ....
__jack, ¿en qué estás trabajando? 101

— Estoy replanteando una oferta que Ted hizo con rela­


ción al nuevo proyecto. Creo que hizo una oferta muy por Oo
debajo del precio correcto.
n
— ¡Parece que ha estado haciendo lo mismo muy a o
menudo últimamente! ¿Verdad?
— ¡Así es! Pero como fue él quien me promovió, me
está dando trabajo a montones. O in
— Lo sé, pero ya sabes que me inquieta el hecho de
que dedicas mucho tiempo a tu trabajo. Claro, el dinerito o o >

extra no hace daño, pero últimamente me ha parecido que


ya no somos una familia. Los niños realmente te echan de <v
menos; y cuando estás aquí, te siento tan distraído que se <2;
nos hace difícil relacionamos contigo. ¿Será posible que
hagas algunos cambios para que podamos pasar más tiem­
-A
po como familia?
En este caso Beth ha expresado la misma inquietud y
ha hecho el mismo pedido sin criticar ni atacar a su espo­
so. Esto le da a Jack la oportunidad de responder de una
manera positiva, sin tener que ponerse a la defensiva.
¡Alejémonos de la crítica destructiva y de los ataques
personales como quien se aleja de la lepra! Lo único que
se logra con estas armas es que nuestro cónyuge no quie­
ra estar cerca de nosotros y, en última instancia, pueden
producir el resultado opuesto a lo que estamos buscan­
do. Aprendamos a comunicar nuestras inquietudes y pe­
didos sin agresividad. Esta actitud hará maravillas por
nuestro matrimonio.

Usted es responsable de expresar


sus ideas de una manera tal que su
cónyuge las perciba como positivas,
no como recriminaciones.
La responsabilidad principal relativa
a la naturaleza del mensaje enviado,
sea esta positiva o negativa,
recae sobre el emisor.
102

44 3 5 LEM A S PARA PARE3AS FELICE;

¿Problemas
en su matrimonio?
Si su respuesta a esta pregunta es afirmativa, no tiene por que *>en
tirse mal, ya que significa que su matrimonio es n o r m a !. En todo
matrimonio hay desacuerdos; y n o p u e d e s e r d e o tr a m a n e ra
porque en este mundo no hay una relación más íntima que la del
matrimonio.

Leamos lo que al respecto escoben Paul el notable médico


y consejero suizo del siglo pasado, y los Jack y Judrth Bal-
swick, autores de varias obras de I cam po de las relacio-
nes familiares:

¿Tienen problemas? Eso es perfectam ente norm al; todas las pare­
jas los tienen. De hecho, es algo bueno Las parejas felizm ente ca­
sadas son aquellas que juntos enfrentan sus problem as y los supe­
ran. Las que no tienen valor para enfrentarlos son las que fracasan
en el matrimonio
Paul Tournier, To Understand Each Other
(Richmond, Virginia: John Knox Press, 1967), p. 34

Las familias sólidas no son las que nunca experim entan conflictos;
son, más bien, las que saben m anejarlos cuando se presentan [ ...]
Aunque el conflicto en sí mismo no es bueno ni malo, la form a como
lo manejamos puede ser constructiva o destructiva

Jack y Judith Balswick, The Family A Chnstian Perspectiva


on the Contemporary Hom e (Grand Raptds.
Michigan: Baker Book House, 1991), pp 211,212
104
« E s c u c h a ré tus in q u ie tu d e s
tn y lo q u e m e p id a s sin p o n erm e
u
y
-3 a la d e fe n s iv a » .
UJ
U-
in Mike y Gayie Tucker
<
ce Aunque la responsabilidad principal munica-
<
a
< ción positiva recae sobre el emisor del receptor
ce
< ta m b ién tien e su c u o ta d e resp o n s l. Es su deber
a
en escuchar las inquietudes y los pedidos del emisor sin po­
<
2: nerse a la defensiva.
uj
La actitud defensiva se centra en mí mismo: mis senti­
in
K) mientos, mi seguridad, mi sentido de justificación. Y mien­
tras yo esté centrado en mí m ism o, no podré percibir los
deseos más profundos del corazón de mi pareja.
La actitu d d efen siva también prepara el terreno para
que yo interprete ;ativamente el mensaje que me tras
mite mi cónyuge 1 É , tanto mantenga esa actitud, es po­
sible que y c N ^ I aa solo lo negativo en casi cualquier eos;,
que me diga. Eso impide que yo le dé el beneficio de la
duda, y sok 5sirve para causar m uchos malos entendidos
lo cual a su vez increm entará la posibilidad de conflicto:
Cada vez que respondem os con una actitud defensiv,

C estamos
f cerrando la puerta a la verdadera comunicaciór
uando este hecho se produce perdemos la oportunida.

4 ?
de desarrollar una verdadera intimidad, ya que en el prc
ceso también hem os dejado fuera a nuestra pareja. El re
sultado es que, no solo dejamos de escuchar los deseos má.
Mientras yo esté centrado profundos de nuestro propio corazón, sino también los

en mí mismo, no podré percibir deseos de nuestro cónyuge.


Angie acababa de regresar del supermercado cuando
los deseos más profundos
John entró a la cocina para ayudarla a organizar la compra.
ón de mi pare|a.
M ientras vaciaba el con ten id o de una de las bolsas, John
encontró el recibo de las com pras. Después de mirarlo du­
rante un minuto o dos, exclam ó:
— ¿Sabes qué? Me preocup a lo m ucho que estamos
gastando.
Angie de inm ediato se irritó.
105
— ¡Si piensas que puedes hacerlo mejor, entonces haz

NOPVDINnWOD £◄ <
tú las compras la próxima vez!
— ¡Oye, espera un minuto! — protestó John— . ¡No te
estaba criticando! Solo dije que me preocupaban nuestras
finanzas.
— Sí, pero por lo visto — replicó Angie— escogiste un
momento muy inoportuno para sacar a relucir el tema.
Hice la lista de compras, recorté cupones y me aseguré de
comprar las marcas más económicas, todo para ahorrar al­
O
o
gún dinero. ¡No necesito de tus críticas!
En este caso, la respuesta defensiva de Angie hizo que ella
perdiera una buena oportunidad para escuchar la verdadera
<N
preocupación de John. Pudo haberse convertido en su alia­ <2;
da, al buscar con él una solución a sus problemas financieros. A
En cambio, ocasionó un conflicto innecesario, destruyendo
así la posibilidad inmediata de un acercamiento a su esposo.
Trate de cap tar el deseo subyacente en el corazón de
su pareja cuando ella exprese una inquietud o haga un pe
dido. Vea lo mejor en su pareja y dé por sentado tem-
pre desea lo mejor para usted.

« P
a nos iremos
a enojados».
n y María Kutzner

V
En Efesios 4: 26 el apóstol Pablo escribe: «Si se eno­
jan, no pequen. No dejen que el sol se ponga estando aún
enojados».
Don y María Kutzner han tomado su lema de la Biblia.
Han acordado que el enojo de un día no lo van a arrastrar
hasta el siguiente. Juntos, se deshacen de todo resentimien­
to y de toda clase de enojo antes de que el día termine.
Recuerdo la conversación que tuve con una pareja que
había prometido que nunca irían molestos a la cama. Como
resultado, ¡admitían haber pasado muchas noches de in­
somnio juntos! Sin embargo, al final terminaban encon­
trando una salida a sus desacuerdos.
106
La ira y el resentim iento p u ed en d estru ir un m atri­
LO m onio. Albergar resentimientos requiere de mucha ener­
U-¡
V
-J gía; tanta como para dejam os sin fuerzas para sostener
UJ
u. una relación amorosa. La ira es en em ig a de la intimidad.
LO
< Consume el corazón, y no deja espacio alguno para el
UJ
ce amor y el gozo.
<
a ¡Cuánto m ejor es resolver los conflictos y aprender a
<
a. perdonar prestamente! En lugar de guardar rencor, «guar­
<
a den» lo mejor de cada uno para entregarlo a su pareja. ¡Es
en
< más satisfactorio!
n
UJ Si ustedes permiten que los desacuerdos se acumu­
_3
m len, esas diferencias terminarán separándolos. Puede que
ro no los lleven a una separación física o a un divorcio, pero
ciertamente harán que vivan emocionalmente separados.
Podrán seguir viviendo bajo el mismo techo, pero no ha­
brá verdadera intimidad.
Es mucho mejor que se propongan resolver esos con­
flictos oportunamente? N o p e r m ita n q u e se acu m u len.
C o n fró n telo s u n o p o r uno.
Puede suceder que no conozcan las técnicas para re­
solver sus diferencias. Si este es el caso, decidan aprender­
las. Hay diversos buenos métodos para ello. Cada méto­
do tiene sus ventajas. Escojan uno, aprendan las técnicas y
luego propónganse usarlas en su matrimonio.
Ahora bien, seamos sinceros. Algunos de los problemas
matrimoniales son tan complejos que, incluso con la ayu­
da de las mejores técnicas, n o s e p u e d en r e so lv e r en un

■*c
En lugar de guardar rencor,
d ía En tales casos, se requerirán días, semanas e incluso
meses para solucionarlos. Sin embargo, aunque no resuel­
van el problema en sí, pueden vivir sin que la ira y el resen­
«guarden» lo m ejor
timiento los separen. Es decir, es posible poner a un lado la
de cada uno para
ira antes de haberle dado solución al problema.
entregarlo a su pareja. Este ideal es más fácil de alcanzar si cada uno confía en
que su cón yu ge tien e tod a la in ten ción d e d a r le solución
a esos grandes problemas. Este punto nos recuerda
algunos de los lemas que mencionamos anterior­
mente; por ejem plo, el que da por sentado que
nuestro cónyuge nunca nos haría daño inten-
107
donalmente. O el que da por sentado que existe la buena
voluntad. Si saben de antemano que ambos tienen «bue-

►►3. COMUNICACIÓN
Ta voluntad» hacia la relación, y que no se harán daño
niencionalmenie, es más fácil desistir de la ira y confiar
„n que, tarde o temprano, se encontrará una solución.
Conclusión: No permitan que los desacuerdos se acu­
mulen. Aprendan a trabajar como equipo para resolver
los problemas complejos. Com o ya hemos señalado, los
conflictos sin resolver se convierten en barreras en la ruta
hacia la intimidad. Despejen el camino. Pongan a un lado
la ira. ¡Así lograrán que el lecho matrimonial se convier­
ta en un lugar mucho más agradable!
108

m 35 LEMAS PARA parejas felices


«Cuando
se presenten
las dificultades...»
Los estudios de m uchos investigadores hoy día indican que
el factor más importante a la hora de explicar el alto índice
de divorcios es la in cap cid ad de las parejas para
manejar sus desacuerdos.

¿Cómo enfrentar el desafío de los conflictos y


las diferencias de modo que nuestro m atrim o­
nio no pase a form ar parte de las e s ta d ís ti­
cas de divorcio?
V S
La aplicación de la siguiente «receta», pro­
bada con éxito durante m ás de un siglo, será
de gran ayuda.

Cuando se presenten Jas dificultades en su


m atrim onio...

^ .
1. «No abrig íiam á s el pensamiento de que su
unión es r [- --1

inúen teniendo las atenciones que se te ­


2. »Continúen
nían al principio
V •
3. «Aliéntense el uno al otro en las luchas de la vida

4. «Procure cada uno la felicidad del otro

5. »Haya entre am bos am or m utuo y sop ó rte n se uno al otro».

¿Qué ocurrirá cuando apliquen estas cinco valiosas recomendaciones?


109

►►3. COMUNICACIÓN
« E n to n ce s e l m atrim onio,
en vez de s e r
la te rm in a ció n d e l amor,
será m á s bien
su ve rd a d e ro co m ie n zo » .*

* Ellen G. White, El hogar cristiano (Dora!, Florida:


Asociación Publicadora Interamericana, 2011), p, 100.
110
«"Consultaré con la a lm o h a d a "
PARA PAREJAS FELICES p a ra verlo con m ejo r p e rs p e c tiv a » .
Stephanie Choice-Farksadi

A simple vista, este lema pareciera contradecir el anterior.


¿Cómo puede uno «evitar ir a la cama molesto» mientras que,
al mismo tiempo, «va a consultar con la almohada para mi­
rar las cosas desde otro ángulo»? No se pueden hacer ambas
\« 35 LEMAS

cosas al mismo tiempo, ¿no es así?


En realidad, siempre conviene esperar un poco antes
de m anejar asuntos complejos. Intentar discutir temas es­
pinosos cuando las emociones están en el punto de ebulli­
ción, es muy probable que nos lleve a herir a nuestro cónyu­
ge sin que al final encontremos una salida amigable.
Sin embargo, es bueno recordar que el sol no se debe
ocultar «estando aún enojados». De hecho, puede ocurrir
que el sol se oculte sin que los problemas conyugales ha­
yan sido resueltos, pero siempre y cuando ambos se hayan
comprometido a manejarlos oportunamente. Cuando la
situación está tensa, a menudo conviene posponer el ma-

£
<2?
Una fórmula
:on potencial explosivo
s
EMOCIONES ELEVADAS + ASUNTOS COMPLEJOS = CONFLICTO ÍNTENSO

A n te s de d is c u tir p ro b le m a s co m p le jo s,
¡es m e jo r e sp e ra r que «las a g u a s vu e lva n a s u c a u c e » !
nejo de estos temas complejos. En este sentido, recuerden 111
la fórmula del cuadro de la página anterior.
Cuando alguien está decidido a manejar alguno de esos Co
asuntos complejos «¡Ahora mismo!», por lo general adop­
n
ta un tipo de conducta que se conoce como «a ta q u e sor­ o
presivo» (en inglés, blindsiding). Esta reacción se presen­
ta cuando uno de los cónyuges confronta al otro en los tér­
minos siguientes: «¡Vamos a tratar este asunto aquí y ahora O oi
mismo!». Raras veces esta actitud deja algo bueno.
Lo que decimos bajo la influencia de emociones fuer­ o >
D

tes puede ser destructivo. Cuando este es el caso, tende­


mos a decir cosas que hieren a nuestro cónyuge, y que luego c
Lamentamos. Es im posible retomar las palabras hirientes
<2;
después que las hemos expresado. Una vez que causamos
la herida, lo que queda es una cicatriz.
A
Una manera más saludable de enfrentar los problemas
es por medio de una reunión posterior. Si ambos cónyu­
O
ges están de acuerdo, se pueden reunir en un momento dado
para tratar uno de esos asuntos complejos en «porciones
manejables». Este método puede ser de gran ayuda. Así,
en lugar de atacar por sorpresa, usted le estará diciendo a
su pareja algo así: «Realmente me gustaría hablar de “X”
(mencione el tema en cuestión claramente). ¿Cuándo sería
un buen momento para ti?». r .
Luego espere que su cónyuge sugiera un momento du­
rante las próximas 24 a 48 horas, cuando los dos tendrán Lo que decim os
la oportunidad de manejar el problema mediante el uso ba|o la influencia
de su respectiva capacidad para la resolución de conflictos. de em ociones fuertes
Entre ese momento y el de la reunión, asegúrese de puede ser destructivo.
«respirar profundo». Tome tiempo para considerar por
qué este asunto es importante para ustedes. Piense en
cómo usted se siente realmente acerca del punto en cues­
tión y en lo que de verdad quiere comunicar a su pareja. Ore al
respecto y, sí, ¡consúltelo con la almohada!
Cuando llegue la hora de la cita, traten de encontrar un lu­
gar en el que puedan estar Ubres d e interrupciones Limiten
el tiempo de reunión a un máximo de una hora, y luego
discutan el tema de una manera tan calmada y controlada como
112
les sea posible. El hecho de poner a un lado las emociones
m 35 LEMAS PARA PAREJAS FELICES intensas mientras conversan ayudará en dos sentidos: I o. la
reunión será más productiva, 2o. será menos dolorosa.
Algunos temas pueden requerir la presencia de una
tercera persona. Si ambos son muy emotivos como para
discutir sus asuntos calmadamente, incluso después de ha­
berse aplacado la situación, entonces una tercera perso­
na podría ser de gran ayuda al sugerir algunas reglas que
permitan que la discusión se lleve a cabo dentro de pará­
metros establecidos. Esa tercera persona debiera ser al­
guien de con fian za p a r a a m b o s , com o un consejero o
un pastor.
Aunque es importante evitar que los problemas no re­
sueltos se acumulen, es igualmente importante que ambos se
calmen antes de intentar manejarlos. Fijen un momento de
reunión y luego «consulten
ínsuitei con la almohada». Mirar las co­
sas desde una perspectiva diferente puede ayudar a cambiar
la manera como cada une
ío de ustedes se relaciona con su
cónyuge. > s

O
« N u n c a te g u a rd a ré rencor».
Tr / O. John

imor n o m a n tie n e
m registro d e la s o fe n s a s » .
Daniel J. Freedm an

John y Delores llevan casados sesenta y dos años. Se sin­


tieron muy complacidos de poder compartir con nosotros
algunas de las experiencias de su larga vida juntos.
— ¿Qué creen ustedes — les preguntamos— que es lo
más importante que han hecho para seguir unidos todos
estos años?
— Una muy mala m em oria — respondió Delores sin
titubear.
Viendo la expresión de sorpresa en nuestros rostros,
añadió:
__ S e n c illa m e n te , no puedo recordar nada que John 113
haya hecho para herirme o molestarme. He olvidado todo
z
lo malo que él ha hecho. GO
Miramos a Joh n esperando que confirmara esa de­
claración.
__-Es verdad — dijo él— . Estoy seguro de que le he da-

UNiCAClÓN
jo razones para que ella prefiera olvidar.
__Yo puedo decir lo mismo — añadió Delores— . Le he
causado a John momentos tan desagradables como para
que nunca los olvidara, pero él parece no recordar ningu­
no. Tener mala memoria ha sido una gran bendición para
nuestro matrimonio.
John extendió su brazo y le dio a Delores un suave apre­
tón de manos. Ella respondió con una mirada amorosa. No
pudimos evitar sonreír al observar a esta linda pare­
ja. ¡El amor que sentían uno por el otro se veía tan
fresco como el de cualquier joven pareja en el día de
su boda!
Hay mucha gente que recuerda cada desaire, cada
herida, y casi cada o'fensa que ha recibido de su cón­
yuge. Pueden incluso recordar el momento, el lugar y
los detalles del hecho. Cuando rememoran el inci­
dente, lo reviven; y al hacerlo, el resentim iento se
profundiza.
114
m 35 L€MAS PAPA PAREJAS FELICES

¿Por que-
los cónyuges
guardan rencor?
Las razones que en las sesiones de ayuda matrimonial la gen­
te nos da para guardar rencor son muy reveladoras. Entre ellas
están:


► «El lo hará de nuevo».


► «Ella no m erece que la perdone».


► «Si lo perdonara, yo perdería la capacidad de controlarlo».

¡O l ió in c re íb le ! C on to d a s e g u rid a d , e s te n o e s e l m e jo r
fu n d a m e n to p a ra e d ific a r u n a in tim id a d g e n u in a .
El resentimiento es mortal p a ra cualquier matrimo­ 115

nio. Guardar rencor atenta contra la intimidad. Uno de los


problemas con el resentimiento es que, con el tiempo, tien­ C*u
de a fonalecerse hasta llegar al punto en el que el otro cón­
n
yuge parece no hacer nada bueno. Esa persona que una vez o
fue la causa de tanta alegría, ahora sentimos que es repulsi­
va. Sin lugar a dudas, este no es el ideal de un matrimonio.
Las cosas marcharán mejor en su matrimonio si ambos
cultivan el hábito de desprenderse de los resentimientos
diariamente. No permitan que la hierba de la amargura crez­ o
o O
>
O
ca en su corazón. ¡Libérense de los rencores! O'
¿Cómo pueden lograr este ideal? Por medio del perdón.
Decidan perdonar de la misma manera como Dios los ha
<N
perdonado. El perdón de Dios ha de ser el modelo que <2;
imitemos al decidir perdonarse uno al otro. -A
Dios dice en su Palabra que lo que debemos hacer para
ser perdonados es confesar nuestra falta: «Si confesamos
nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los per­
donará y nos limpiará de toda maldad» (1 Juan 1: 9).
Mejor aún, Dios declara que, además de perdonamos,
también olvidará las faltas que hayamos cometido: «Yo
les perdonaré su iniquidad, y nunca más me acordaré de
sus pecados» (Jeremías 31: 34). Suena muy parecido a la
mala memoria de Delores, ¿verdad?
Este ha de ser nuestro modelo: perdonar y olvidar. Ol­
videmos las ofensas y nunca más hablemos de ellas. El re­
sentimiento es enemigo declarado de la intimidad.
Cada vez que hablamos de perdonar, de no albergar
No perm itan
resentimientos y de no mantener un registro de las ofen­
sas recibidas, alguien dice: «Todo eso suena muy bien, ¿pero
que la hierba
cómo puede uno perdonar una ofensa de esas bien grandes? de la amargura
Es muy fácil decir “Perdona y olvida", ¿pero cómo lograrlo?». crezca en su corazón.
El perdón es un p roceso. Puede tomar días, semanas, e ¡Libérense de los rencores!
incluso meses, lidiar con esas faltas graves. Lo importante
en medio de todo es comenzar el proceso y luego tratar de
seguirlo fielmente para lograr el ideal de perdonar y aban­
donar todo rasgo de resentimiento. En las dos siguientes pági­
nas presentamos el modelo que hemos adaptado de Lewis
B. Smedes. Consiste en cuatro pasos para lograr el perdón.
116

m 35 LEMAS PARA parejas f eli ces

Pasos para perdonar

PASO PASO

Sentirlo Adm itirlo

PR EG U N TA PREG UNTA
CLAVE: CLAVE:

«¿Qué pasó y cómo «¿Quién hizo esto y


lo ocurrido ha afecta­
seta- cómo me siento hacia
do mi vida?».
O esa persona?».
117

» 3 . COMUNICACIÓN
PASO PASO

A rreg larlo Dejarlo

PREG UNTA
r\
PREG U N TA
CLAVE: CLAVE:

«Ahora que se lo que «A hora que he per­


ocurrió, y cómo ha afec­ donado esta ofensa,
tado mi vida; que tam­ ¿podría tratar a esa
bién sé quién lo hizo y persona como si nunca
cómo me siento con me hubiera hecho na­
relación a esa perso­ da malo?».
na, ¿qué haré con toda
esta información?».
y
j
ui 1er p a so : S e n tir lo . Durante esta fase hacemos la pre­
u.
Ul gunta: «¿Qué m e p a s ó y c ó m o lo o cu rrid o h a a fecta d o mi
<
r-\ vida?». Hemos de ser m eticu lo so s en este paso. Primero
w
a debemos saber qu é es lo que vamos a perdonar antes de que
<
a en efecto podamos perdonar. Es decir, hemos de d etallar
<
a cuidadosamente todas la cosas que causaron dolor y cómo
<
a han impactado nuestra vida.
(/) El tío de Julia abusaba de ella cuando era niña. Aun­
<
z que ella no tiene por qué recordar cada detalle de lo ocu­
Ui
_3 rrido, es importante que Julia especifique el tipo de falta
in que su tío cometió contra ella. Luego hay que explorar cómo
to
esas faltas la han afectado física, em ocional, mental y es­
piritualmente.
He aquí algunos ejem plos de los efectos que el abuso
sexual produjo en su vida. Ju lia com enzó por conside­
rar que la intimidad física era la única manera de reía­
nse íntim amente con un hom-
Llegó a verse a sí misma como
ma persona «sucia»; como alguien
que solo tenía valor com o objeto
para el placer sexual de un hombre.
Debido a que llegó a pensar que me­
recía el trato que recibió de su tío,
Julia también desarrolló una percep­
ción distorsionada de Dios pues lle­
gó a creer que Dios la rechazaba.
En el caso de Julia se hacía nece­
Prim ero d e b e m o s sario enumerar todos estos efectos
s a b e r qué es para saber con exactitud qué era lo
que ella debía perdonar. Esta era, por
lo que vam os
supuesto, una labor dolorosa y deli­
a perdonar antes
cada. Tanto que, por momen­
de que en efecto tos, Ju lia se sintió tentada a
podam os perdonar. «adornar» la realidad. Sin embargo, de manera gentil, aun­
que persistente, el consejero la ayudó a lidiar con todos
los aspectos relevantes de su situación. Es solo cuando he­
mos completado esta fase que podem os avanzar a la si­
guiente.
2 o paso: A dm itirlo. En este punto la pregunta es: «¿Quién 119

hizo esto v com o m e sien to h a c ia e s a p erson a? » . En la


fase anterior hemos estado lidiando con el acto en sí, no Co
con la persona. Ahora lo personalizamos. «¿Quién lo hizo?»
D
Pongamos el nom bre. «¿Cómo me siento con relación O
a esta persona?» N o tratem os de e n d u lz a r las cosas.
Seamos sinceros al respecto.
Hay ocasiones en las que acariciam os sentim ien­
tos contradictorios hacia alguien. De hecho, raras veces
O o
>
nuestros sentimientos apuntan un ciento por ciento en O o
una sola dirección. Por ejem plo, puede ocurrir que sin­
tamos verdadera ira hacia una persona a la que realmen­ <y
te amamos. Por esta razón, puede ser de ayuda decir
algo así: «Una parte de mí está muy molesta con esta <2;
persona». También seria verdad si uno dijera: «Una pane -A
de mí ama mucho a esta persona».
Con el fin de poner las cosas en perspectiva, podría­
mos combinar esos sentim ientos en una sola oración.
Así: «Una parte de mí desearía que te fueras y nun­
ca regresaras, pero otra parte de mí quisiera
reconciliarse contigo y estar ju n tos para
siempre».
Algunas personas piensan que es in­
E xpresar
correcto o pecam inoso adm itir que al­
bergamos sentimientos de ira, odio o rabia. las e m o c io n e s

Sin embargo, tener esos sentim ientos no es n e g a tiv a s de m anera


malo en sí mismo. Es lo que hacemos con a d e c u a d a es psicológ ica
esos sentimientos lo que los convier­ y e s p iritu a lm e n te
te en algo bueno o malo.
s a lu d a b le .
Las Escrituras nos ayudan a en­
tender la manera correcta de mane­
jar nuestras em ociones de modo
que no lastimert. En particular, los
Salmos son de gran ayuda. En el Sal­
mo 109, por ejem plo, David ora en relación a sus enem i­
gos que han hecho circular calum nias de su persona. Es
difícil pasar por alto la intensidad de la ira que David
experimenta en esta oración:
120
«Que se acorten sus días,
to y que otro se haga cargo de su oficio.
LH
o
Que se queden huérfanos sus hijos;
Ul que se quede viuda su esposa.
U-
co
< Que anden sus hijos vagando y mendigando;
»— k
Lü que anden rebuscando entre las ruinas.
ce
a Que sus acreedores se apoderen de sus bienes;
<
ce que gente extraña saquee sus posesiones.
S Que nadie le extienda su bondad;
co
< que nadie se compadezca de sus huérfanos».
X
UJ (vers. 8-12).
m
K> Si usted ha llegado a pen e es un pecado expre-
sar ira hacia la persona que le ha hecho daño, este ejem ­
plo de los Salmos debe representar un verdadero desafío
para su manera de pensar. No es p e c a d o sen tir o ex p re­
sar ira cuando se h a ce d e una m an era a p ro p ia d a Lo que
sí es pecado es expresar esos sentimientos sin dar el si­
guiente paso. En un momento examinaremos ese tercer
paso, pero por ahora es importante entender que expre­
sar las emociones negativas de manera adecuada es psi­
cológica y espiritualmente saludable.
Una de esas maneras saludables es por medio de la
oración p riv a d a . Asegúrese de expresar sus emociones
bierta y sinceramente. No se refrene. ¿No le parece que
ios ya sabe cómo usted se siente? No le puede mentir
a Dios. Si lo intenta, solo logrará m en tirse a sí m ism o,
y esa mentira d ific u lta r á el p r o g r e s o h a c ia el perdón y
No es p e c a d o sen tir la recuperación.
o e x p re s a r ira cu a n d o Otra manera adecuada puede ser que usted escriba

se hace de una m anera sus sentimientos en un diario personal. O también po­


dría considerar la posibilidad de com partirlos con un
a p ro p ia d a .
consejero o un amigo muy cercano. Esta puede resultar
una experiencia sanadora.
Para resumir, el segundo paso consiste en ponerle nom­
bre a la persona que le ha hecho daño, y luego identificar
las emociones que siente hacia esa persona.
121
3 er paso: A rre g la rlo . Si nos detenemos en el segundo
paso («admitirlo»), lo único que habremos logrado será
d esah og am os. Este hecho, de por si, no arreglará el pro­
blema ni tampoco nos ayudará a alcanzar la meta desea­
da, que es perdon ar. En esta fase la pregunta es: «Ahora

MUNÍCACiÓN
que sé lo que ocurnó, y cómo ha afectado mi vida; que
también sé quién lo hizo y cómo me siento con relación
a esa persona, ¿qu é h a r é con toda esta inform ación?».
La respuesta es: «D ecid iré perdonar».
Es importante decir: «Te perdono». Este objetivo se
puede alcanzar muy bien por medio de una carta de per­
dón. En algunos casos, la carta ni siquiera se debe en­
viar, sino que ha de ser leída a una persona de confianza,
quizás un consejero. En la carta se indica la falta por la
cual usted está perdonando a esa persona. Puede ser ne­
cesario mencionar nuevamente el daño que ha sufrido
como consecuencia de la ofensa. Algo similar a lo que
escnbió Julia, el caso que mencioné antes; «^ o
solo te perdono por abusar sexualmente de
mí, sino también por robarme mi inocen- .
cía infantil, y por privarme de la segurí- „
dad que debí experimentar en tu pre­
sencia». En estas palabras podemos no­
tar que la mención del abuso va acom­
pañada del daño colateral: la pérdida de
la inocencia y del sentido de seguridad que
un niño debe experimentar cuando está al lado
de un pariente cercano.
Tengamos en cuenta que nuestros sentimien­
tos a lo mejor no cambian por el hecho de escribir
una carta diciendo: «Te perdono». El punto im­
portante que estamos destacando aquí tie­
ne que ver con la decisión de perdonar. ¿c
Cuando decidimos perdonar, y per­
severamos en esa decisión, lo más pro­
bable es que en nosotros se despierten
emociones positivas.
122
Algo más La decisión d e p erd on ar no significa que es-
co tuvo bien lo qu e esta p erso n a h izo; o q u e a h o r a no tiene
UJ
u im portancia. Tampoco significa que está libre de las po­
_]
UJ sibles consecuencias de su conducta. Lo que esa decisión

to dice es, sencillamente, esto: «He decidido no seguir arras­
<
•— N
UJ trando la carga de ira y resentimiento que hasta ahora he
<x
< llevado por lo que me hiciste He lomado la decisión de
a
< ponerla a un lado y vivir libre de su yugo».
ex
<
a A algunas personas les ha ayudado el hecho de hacer
en
< algo con esa carta una vez que la han escrito. Por ejem­
2: plo, han com partido su contenid o con un amigo o un
UJ
consejero. Para esos casos en los que es imposible, o no
10
ro conviene, compartir el contenido con el ofensor, puede
resultar útil hacer algo simbólico. En tal caso, una idea
seria atar la carta a un globo de helio y soltarlo al aire. Otra
idea consiste en quemarla durante una ceremonia que
incluya música y oración, y en la que estén presentes
algunos amigos.
A un amigo nuestro lo ayudó el hecho de decorar
una caja y darle nombre: «La caja de Dios». Todo lo que
la caja contiene se considera com o perteneciente a Dios,
Una vez que la carta ha sido leída a un consejero o a unos
amigos, es colocada en «la caja de Dios». Con este acto
simbólico se declara que el asunto ya no nos pertenece.
Más bien, pertenece a Dios. Y siendo que el asunto ya no
es de nuestra propiedad, no tenemos derecho a intervenir
más. Este hecho nos ayuda a evitar la tentación de se­
Cuando decidimos perdonar, guir aferrándonos al resentimiento.

y pe rseve ram o s en esa Ahora ya estamos listos para el paso final del proceso
para perdonar.
decisión, lo m ás probable
4 ° p aso : D e ja rlo . Izt pregunta importante en esta fase es
es que en no so tro s
esta: «Ahora que he perdonado esta ofensa, ¿podría tratar
se d e s p ie rte n
a esa p erso n a com o si nunca m e h u b iera h ech o nada
e m o cio n e s positivas.
malo?». En la mayoría de los casos, esto implica llegar a la
reconciliación.
Antes de seguir adelante, conviene hacer este comen-
tano. En los casos en los que la presencia del ofensor pue­
de hacer daño a la relación, la reco n ciliació n no solo no
123
es necesaria, sino que es im pru den te. Este es el caso, por
ejemplo, con personas ofensivas o con abusadores de me­

►►3. COMUNICACIÓN
nores. El perdón no siempre requiere de la reconciliación.
En muchos casos, sin embargo, la reconciliación pue­
de ser un paso necesario en la ruta hacia el perdón. Y
si este es el caso, puede que no se produzca de la noche
a la mañana, ya que se necesitará tiempo para que re­
nazca la confianza.
Por cierto, si la reconciliación finalmente se produ­
O
o
ce, nunca se ha de m en cio n ar la ofen sa cuando se pre­
senten desacuerdos en el futuro. No se debe traer a co­
lación de nuevo. Es verdad que no se podrá olvidar lo <N
ocurrido, pero una vez que ha sido perdonada, esa
<2;
ofensa no debe salir a relucir nunca más. Debemos dejar­
la a un lado y esforzarnos por encontrar la manera de
A
tratar a la persona que nos ha herido como si nunca no,s
hubiera lastimado.
A medida que perseveremos en poner en práctica
VS
esta nueva conducta — la del perdón— , nos daremos
cuenta de que en m uchos casos la decisión de perdonar
será seguida por sentim ientos afines al perdón. Aun si
no ocurriera así, haber perdonado significará que
habremos dejado atrás el pasado y que habre­
mos abandonado la ira y el resentimiento.
Los ejemplos que hemos usado tie­
nen todos que ver con ofensas ma­
yores. Sin embargo, en las si­
tuaciones ordinarias que vivi­
mos dianamente podemos apli­
car estos mismos principios y
seguir los mismos pasos. Usted
se podrá dar cuenta de que la di­
ferencia es simplemente el tiempo que le toma-
ña completar todo el proceso.
Perdonar no solo es necesario, tam bién es po­
sible. Recuerde los lem as: «El am or no m antiene
un registro de las ofensas», y «Nunca te guardaré
rencor».
124
\ ii 35 LEMAS PARA PAREJAS FELICES

¿Por qué es mejor


perdonar?

► «Somos los seres más desdichados cuando retenem os el p e r-
dón y los más felices cuando lo o fre ci Lourdes E.
Morales-Gudm undsson


► «Siempre he notado que la misericordia produce m a­
'uce ma-
yores frutos que la justicia». Abraham Lincoln


►«La esencia del amor conyugal no es el romance;
es el perdón». Harold S. Kushnef


► «El perdón calma las turbulencias, elim ina
la necesidad de arremeter contra otros, m an­
tiene unidas a las fa m ilia s y p re s e rv a la
arm onía en las re la c io n e s p e rso n a le s» .
Michael E. McCullouh, Steven J. Sandage,
Evertt L. W orthington


► «La única manera de sanar ese dolor que no
sana po r sí mismo es perdonando a la persona
que te hizo daño. [...] Cuando liberas al ofensor
de la ofensa que te infligió extirpas un tumor malig­
no de tu interior. Liberas a un prisionero, solo para
de scub rir que el prisionero eras tú mismo». Lewis B.
Sm edes
125

» 3 . COMUNICACIÓN
«Sean bondadosos y compasivos unos con otros,
y perdónense m utuam ente, asi como Dios ios perdonó
a ustedes en Cristo».

San Pablo
Efosio» 4 32
126
«Es más im portante a m a r
</) que tener la razón».
Ui
y
-j Andrew y Mía M artinen
LU
U-
(/) Andrew y Mia han dado en el clavo aquí. ¿Conoce us­
<
UJ ted a alguien que siempre quiere tener la razón? Uno los
<x
<
a puede reconocer a distancia porque con mucha frecuencia
<
¡x usan la expresión «Yo te lo dije». También por el hecho de
<
a que esas personas con mucha dificultad admiten que se
<S)
< han equivocado, y porque insisten en que uno vea las co­
z
Ui sas como ellos las ven. ¿Se ha topado con alguien así?
_3
ID
¿Le gusta tener gente así a su alrededor? ¿Lo hacen
K> sentir una persona valiosa, importante, amada?
Nadie disfruta de la presencia de gente que siempre
quiere tener la razón. ¿Por qué? En parte porque estar
en desacuerdo con ellas significa que uno está equi­
vocado. Equivale a estar en un nivel «inferior»
con relación al nivel «superior» de esa otra
persona que siempre está en lo correcto. ÍA
¿Qué hace que una persona sienta que
siempre tiene la razón? Algunos crecie­
ron en un am biente legalista en el que
no h ab ía lugar p a r a los erro res. En un
ambiente tal, admitir un error equivale a
admitir que uno es d é b il, o un fr a c a s a d o . Quie­
nes crecieron en un hogar donde no se toleraba el
fracaso, o en el que se ridiculizaba al que fracasaba, es
muy probable que hayan aprendido a negar sus erro­
Nadie disfruta res. Para ellos resultaba muy importante demostrar a
quienes estaban a su alrededor que no se ha­
de la presencia de gente
bían equivocado, o que no habían fallado.
que siempre quiere
Hemos aconsejado a personas que crecieron en ho­
tener la razón. gares donde se le sacaba partido a la debilidad. Los erro­
res siempre se señalaban y nunca se olvidaban. Los
miembros de tales hogares crecieron con la convic­
ción de que no serían aceptados o amados a menos que
fueran perfectos. No equivocarse nunca, por lo tanto,
llegó a ser primordial, ya que equivocarse equivalía a
no ser amado, o ser rechazado.
127

►►3. COMUNICACIÓN
¿Tener siempre
la razón?
La vulnerabilidad y la humildad en los cónyu­
ges son características que e d ifica n el m a tri­
m o n io . La terquedad y el orgullo, por el
trario, lo d e stru ye n . Por ello, cada vez que
m anejar los desacuerdos usted insiste en tener
la razón, su actitud...

► o
► Rebaja a su pareja. ‘s y

► No lo convierte en una persona más atracti­
va para su cónyuge.


► Muestra orgullo, arrogancia, rudeza, supe­
rioridad, inflexibilidad y una actitud crítica.

Estas actitudes dañan la relación matrimonial.


P or lo tanto, tener siempre la razón,
¡no vale la pena!
128 En la religión legalista no hay lugar para los errores
Si Dios nos acepta solo cuando som os lo suficientemen­
PARA PAREJAS FELICES
te buenos, entonces es muy importante no cometer nun­
ca un error. Cometer un error significa no ser espiritual
o no ser aceptable ante Dios. La religión legalista es ex­
tremadamente dañina y da como resultado actitudes y con­
ductas que terminarán destruyendo cualquier matrimo­
nio. El amor, en cambio, eleva a la pareja.
Cuando Andrew y Mia dicen que prefieren amar que
\ü 35 LEMAS

tener la razón cada uno está colocando el bienestar v W


sentimientos de su cónyuge por encima de su propio or­
gullo. Esta es una actitud m ucho más inteligente.
En este punto algunos preguntarán: «¿Quiere decir esto
que siempre debo estar de acuerdo con todo lo que mi cón-
129
La respuesta a ambas preguntas es no. En los matrimo­
nios felices hay espacio para las diferencias de opinión. Us­
ted no tiene que poner a un lado sus creencias y conviccio­
nes ni lo que considere que está basado en los hechos. Dar
más importancia a amar que estar en lo correcto significa
aprender que usted puede expresar sus opiniones y afir­
mar los hechos sin tener que atacar a su cónyuge. Una ac­
titud bondadosa y de buena voluntad hacen mucho bien
a cualquier matrimonio.
Permita que su pareja sepa que puede decidir qué pen­
sar o qué creer sin sentir la presión de que tiene que coin­
cidir con la manera como usted ve las cosas. Dele la libertad
de difenr, aun cuando usted piense que su criterio está erra­
do. Recuerde que torcer el brazo a alguien para que cam­
bie de opinión no significa que lo hará. Usted puede in­
cluso llegar a creer que ha ganado la discusión y que ha
logrado que su cónyuge cambie de opinión, cuando la reali­
dad es que solo habrá logrado que se aferre más firmemen­
te a su posición original y que su resentimiento se fortalez­
ca. Y si eso es todo lo que logra, ¿le parece a usted que de
verdad ganó la discusión?
Tiene mucha importancia que usted decida qué clase
de persona quiere llegar a ser. ¿Le gustaría ser alguien que
recurra a la fuerza, al manejo de la culpa y la intimidación
cada vez que quiere demostrar que tiene la razón? ¿O ser la Trate de e scu ch a r m ás allá

clase de persona que prefiere, de una manera amante, alen­ de las sim ples p a la b ra s;
tar y motivar? En el fondo, es un asunto de mtegndad. intente pe rcib ir los an he lo s
Resuelva escuchar las opiniones de su cónyuge sin juz­ p ro fun dos de su corazón.
gar ni criticar. Haga preguntas que demuestren a su pareja
que el tema es de su interés, como por ejemplo: «¿Puedes
hablarme más de ese asunto?», o «¿Cómo llegaste a esa con­
clusión?». Trate de escuchar más allá de las simples pala­
bras; intente percibir los anhelos profundos de su corazón.
Por lo general, esos anhelos se esconden en las ideas que su
cetnyuge expresa, y usted podrá percibirlos si se lo propo­
ne. Y una vez que logre detectarlos, podrá entonces com­
prenderlo aun cuando no esté de acuerdo con sus conclu­
siones o sus ideas.
130
Por otra parte, trate de enfatizar lo que los une, no lo
PAPA PAREJAS FELICES que los separa. Centre su atención en las cosas que tie­
nen en común como pareja. Estas similitudes los conec­
tan, mientras que las diferencias los separan.
No tema ser vulnerable. Esto significa desarrollar la ca­
pacidad de admitir cuando usted se equivoque, o cuando
cometa un error. Por cierto, en ocasiones usted se equivo­
ca, y en ocasiones comete errores. ¡Esto lo sabemos con
toda certeza porque también usted es un ser humano!
\« 35 LEMAS

En resumen, decida amar. En última instancia, ¡esto


es hacer «lo correcto»!

0
«Centraré la atención en e l problem a,
no en la persona».
Beth A. Freidlme

VS
Cuando las parejas enfrentan serias dificultades, lo
usual es que cada uno llegue a ver ai otro como el problem a.
Así, pues, cada vez que se miran, cada cual parece estar vien­
do al problema que se interpone entre ambos.
¿Qué pasaría si pudieran cambiar la perspectiva de
modo que ya no vean al cónyuge como el problema? ¿Qué
tal si el problem a, en lugar d e se r una p erson a, es «una
cosa» que los dos van a resolver? Este cambio de perspecti­

0 va trae consigo un mundo de diferencia.


Para resolver cualquier problema, ustedes deben con­
centrar su atención en el asunto en cuestión, no en el otro.
Su cónyuge no es el problema. Esa persona es su cónyu­
ge — una persona a la que usted ama y admira— , en tan­
to que el problema es solo una circunstancia de la vida
que los dos resolverán juntos.
Cuando los cónyuges centran su atención en la perso­
na, en lugar de poner la mira en el asunto en discusión,
las probabilidades de que caigan en ataques personales
aumentan. Su modo de decir las cosas se torna acusador.
Comienzan a hacer declaraciones del tipo: «¡Tú haces
que me moleste tanto!», «Siempre te las ingenias para las-
131
timarme». O también: «¡Eres un imbécil!». Definitiva­
mente, este lenguaje es típico de la guerra, no de dos
personas que se aman. oo
Cuando, por el contrario, centran su atención en el
problema, comienzan usando la primera persona del sin­

MUNlCAClÓN
gular: Yo, me. Por ejemplo: «Lamento haber herido tus sen­
timientos», «Me siento triste cuando esto sucede», «Me
da temor cuando nos airamos». Este es el lenguaje de la
reconciliación y el amor.
Cada pareja tiene sus propios problemas. Las preocu­
paciones y las dificultades rompen la normalidad de la
vida conyugal. Es, por lo tanto, de máxima importancia
que el esposo y la esposa posean las habilidades necesa­
rias para manejar sus diferencias. Hay un buen número
de excelentes modelos que se pueden usar en este
sentido. Gayle y yo usamos en nuestros se­
minarios uno en particular, pero hay
muchos otros que son también
muy buenos. Escojan uno
que les funcione y
úsenlo.
No per-
mitán que J*
las dificul­
tades distorsio­
nen la imagen que ca­
da uno tiene del otro f
cónyuge no es el problema. Tam­
poco lo es su matrimonio. El proble­
ma que están enfrentando es simple­
mente una circunstancia de la vida
que ustedes deben resolver juntos.
Así que recuerden centrar la aten­
ción en el problema, no en la perso­
na. Practiquen el lenguaje de la re- No p e rm ita n
conciliación y el amor. que las d ific u lta d e s
d isto rsio n e n la im a ge n
que ca d a uno tie n e del otro.
132
«No perderem o s tiem po p e le a n d o .
\4i 35 LEMAS PARA PAREJAS FELICES
P udiera s e r m uy p o c o e l p re c io s o
tiem po q u e tenem os».
Polly y Dick

Cuando Dick tenía diecisiete años, se enteró de que


tenía cáncer. Los médicos le dijeron que no esperaban
que él cumpliera los veinticinco. Esa es una noticia de­
vastadora para cualquier joven adolescente, pero Dick
tomó las cosas con calma.
Dick era un luchador. Tenía una voluntad intensa de
vivir y de sacar el máximo provecho a sus años de vida.
De hecho, vivió para cumplir sus veinticinco años y, cuan­
do tenía veintiséis, conoció a una joven llamada Polly.
De inmediato los dos se enamoraron.
Dick fue franco con Polly en cuanto a su lucha con­
tra el cáncer. Sabía que ya había superado la expectativa
de vida que los médicos ha­
bían pronosticado, y no tenia
idea de cuánto más podía vi­
vir. Polly lo amaba profunda­
mente; asi que le dijo que
no le importaba cuánto tiem­
po estarían juntos siempre
cuando ese tiempo lo pa-
& aran de verdad «juntos».
Dick tenía veintiséis años
cuando se casó con Polly."
Ambos sabían muy bien que
quizás no tendrían siquie­
/ • ra un año completo por de­
lante, así que decidieron crear
un lema que les sirviera de guía.
Ese lema fue: «No perderemos
tiempo peleando. Pudiera ser muy
poco el precioso tiempo que te­
nemos».
Dick y Polly decidieron, pues, que no pelearían. En 133
cambio, tratarían de saturar cada día con tanto amor y
felicidad como pudieran, conscientes de que ese día po­ Oo
día ser el último.
Por supuesto, eso significaba que esta joven pareja debía
centrar su atención solo en aquellas cosas que valían la
pena. Lo que descubrieron fue que lo único que de verdad
importaba era todo aquello que de alguna manera se relacio­
naba con el amor: el amor a Dios, el amor que cada uno sentía
por el otro y el amor de sus familiares y amigos.
Dick tuvo varias recaídas. Le tocó someterse a nume­
rosas sesiones de quimioterapia y radiación. Aunque ha­
bía días en que se sentía fuerte y con ánimo, también
había días en los que solo con dificultad podía levantarse
de la cama. Pero esta pareja encontraba siempre nuevas y
creativas maneras de sacar provecho aun de sus peores
momentos. Cada día se brindaban tamas atenciones como
les resultaba humanamente posible. Sencilla­
mente, se negaban a malgastar su pre­
cioso tiempo en peleas.
Dick perdió finalmente su batalla
contra el cáncer, ¡pero esto ocurrió Nos casamos porque
cuando ya tenía cincuenta años de anhelamos ser parte
edad! Esta pareja disfrutó de veinti­ de algo mayor
cuatro años de amor, de felicidad, que nuestra propia
de compañerismo. Solo una cosa no
Individualidad; algo más
tuvieron durante todo ese tiempo:
de lo que podríamos
¡remordimientos! Ningún remor­
dimiento por haberse enfrascado tener si tratáramos
en agrias peleas, o por cosas ofen­ de cubrir la distancia
sivas que pudieron haber dicho o por separado.
hecho.
Claro, no se trataba de que fueran
una pareja perfecta, pero su determi­
nación de no perder tiempo alguno en
peleas les permitió disfrutar de su amor
durante veinticuatro años.
134 Polly nos contó esta historia en uno de los semina­
rios que dirigimos. Nos quedamos maravillados al escu­
para parejas f e l ic e s

char su relato y la forma com o lo pudieron resumir en


ese sencillo y a la vez herm oso lema: la expresión máxi­
ma de lo que es el amor.
Dick y Polly nos recuerdan por qué nos casamos. ¡No
nos casamos para pelear ni para solucionar problemas
ni para volver loco a nuestro cónyuge! No nos casamos
para controlar a la otra persona, o para que se eleve nues­
\ii 35 LEMAS

tra presión sanguínea.


N os casam os p o rq u e a n h ela m o s s e r p a r te d e alg o m a­
y o r qu e nuestra p ro p ia in dividu alidad; a lg o m ás d e lo qu e
p od ríam os ten er si tra tá ra m o s d e cu brir la distancia
p o r s e p a r a d o . Nos casam os para tener a nuestro
lado a un compañero, una amiga, un «alma geme­
la»; o, como lo expresa una película, «para qu e al­
guien sea testigo d e mi vida». Nos casamos con
la esperanza de que, juntos, nuestra vida esté
saturada de amor, gozo y significado.
Está claro que las peleas no encajan
bien en este cuadro, ¿verdad? Los co n flic­
tos son, como bien lo demuestra la ex­
periencia de Dick y Polly, ¡una m a n era
d escom u n al d e m a lg a s ta r n u estro tiem ­
p o y n u estra en erg ía ! ¿Por qué hacerlo,
entonces? ¿Por qué perder nuestro tiem ­
po peleando?
Pudiera ser que ni usted ni su cón­
yuge estén muriendo de cáncer, o de cual­
quier otra temible enfermedad. Sin embar­
go, también pudiera ocurrir que tienen poco
de ese precioso tiempo para estar juntos.
¿Por qué malgastarlo en peleas?
casam os con la esperanza de que,
¡untos, nuestra vida esté saturada
de amor, gozo y significado.
136

C U E S T IO N A
PARA parejas f e l ic e s

3. «C o m u n icació n »
s e c c ío n
PÁGÍNAS 93-135
Las respuestas correctas y la evaluación las encontrará en la página 142.

In d iq u e si es v e rd a d e ro o fa ls o ___
\ii 35 LEMAS

MARQUE A S Í LA RESPUESTA CORRECTA

DERO FALSO

1. Todo lo que yo sé sobre mi cónyuge lo he llegado


a conocer a través de la comunicación.
CP CP
2. Todo lo que hacemos o decimos comunica algo. CP CP
3. Las palabras siempre dicen más que
facial, nuestro lenguaje corporal
a expresión
tono de voz.
CP CP
Hay algunas formas de comunicación negativa
que son necesarias para que el otro cónyuge
CP CP
se dé cuenta de la maiidarLXJJ

5. Ningún matrimonio es perfecto. Y la razón por la cual


esto es así se debe a que nadie es perfecto.
CP CP
, En toda comunicación la responsabilidad principal
relativa a la naturaleza del mensaje recae, no sobre
CP cp
el emisor, sino sobre la persona que lo recibe
y la interpretación que haga de dicho mensaje.

En todo matrimonio hay desacuerdos; y no puede ser


de otra manera, porque en este mundo no hay
CP cp
una relación más íntima que la del matrimonio.

Los asuntos complejos conviene resolverlos


de inmediato.
CP Cp
No es pecado sentir o expresar ira cuando se hace
de una manera apropiada.
cp cp
10. El verdadero perdón lo que hace es quitar importancia
a lo que la otra parte haya hecho por grave que sea.
cp CP
,- V

137

MUNiCACiÓN
Rellene los espacios en blanco
11. Primero debemos saber qué_________ lo que vamos a _
antes de que en efecto podamos perdonar.

12 «Siempre he notado que la ____ produce mayores fn


que la justicia». Abraham Lincoln TV
13. La vulnerabilidad y la ________ en los cónyuges son caracte­
rísticas que edifican el matrimonio. La terquedad y e l ______________ ,
por el contrario, lo destruyen.

14. No permitamos que las dificultades distorsionen la que


cada uno tiene d el ____________ .

Y ahora va m o s a re p a s a r lo s lem as de este capítulo rellenando asi­


m ism o los e s p a c io s en bla n co :

15. «Te comunicaré mi am or __________________ y lo haré verbalmente


cuando sea necesario».

16. «Expresaré mis inquietudes y mis sin criticar ni


».

17. «Escucharé tus inquietudes y lo que me


O sin ponerme a
la ».

18. «Nunca nos iremos a la _______________ enojados».

19. «“Consultaré con ”para verlo con mejor perspectiva».

20. « _______ te guardaré rencor»

21. «El amor no de las ofensas».


c-
TO“ eun'
22. «Es más importante ______ que tenerla ».

23. «Centraré la atención en el , no en la

24. «No perderemos tiempo __ Pudiera ser muy poco el


precioso que tenemos».
m 35 LEMAS PARA PAREJAS FELICES
138
139

MUNiCACiÓN
140

p a r a p a r e j a s f e l ic e s

s e c c íó n i. «Decisión»
P Á G ÍN A S 1 3 - 5 1 j

1. FALSO p. 13
2. FALSO pp. 13-14
3. VERDADERO pp. 13-14
\« 35 LEMAS

4. VERDADERO pp. 13-14


5. FALSO pp. 15, 21
6. FALSO p. 19
7. VERDADERO P- 17
8. VERDADERO p. 19
9. VERDADERO p. 20
10. FALSO P- 21
11. deliberada - m e jo r - . (
lo que sea necesario P 22
12. propósito p. 15
13. voluntad p. 22
14. tam bién p. 24
15. de nuevo p.28
16. m ío -- siem pre p. 32
17. equipo p. 32
18. aventura - viaje 6 p. 32
19. socios - socios p. 32
20. pobre - neo p. 35
9
21 .g u s ta s - am o p. 40
22. siem precr —- aaños
nua p. 42
23. arreglarte
irte p. 46
24. ha, p. 50
"X
Si acertó en 20-24 respuestas su capacidad de tomar decisiones correctamente es ÓPTIMA.
Si acertó en 15-19 respuestas su capacidad de tomar decisiones correctamente es EXCELENTE.
Si acertó en 10-14 respuestas su capacidad de tomar decisiones correctamente puede ser SUFICIENTE.
Si acertó en menos de 10 su capacidad de tomar decisiones correctamente conviene que MEJORE.

Por supuesto que esta evaluación será válida a efectos prácticos no solo porque se hayan dado
las respuestas correctas, sino porque además se tenga una sincera y firme disposición de aplicar
los principios en que se basa este cuestionario.
141

seccíón 2. «Conexión»
PÁGINAS 57-87
1. VERDADERO

UESTAS
2. FALSO
3. FALSO
4. VERDADERO
5. VERDADERO
6. VERDADERO
7. FALSO
8. VERDADERO
FALSO
10. VERDADERO
11. particulares -
permanezcamos
12. perm anente
13. pena
14. nadie - yo
15. m ás
16. bebé
17. m e jo r - la d o
18. Nunca - rom á nticas
19. eres - tú - quiero
20. m alo - com prom iso
2 1 . otro - guste
22. tercera
23. único - esposo
24 sobre

Si acertó en 20-24 respuestas su capacidad de conectarse correctamente es ÓPTIMA

Si acertó en 15-19 respuestas su capacidad de conectarse correctamente es EXCELENTE.

Si acertó en 10-14 respuestas su capacidad de conectarse correctamente puede ser SUFICIENTE.

Si acertó en menos de 10 su capacidad de conectarse correctamente conviene que MEJORE.

Por supuesto que esta evaluación será válida a efectos prácticos no solo porque se hayan dado
las respuestas correctas, sino porque además se tenga una sincera y firme disposición de aplicar
los pnncipios en que se basa este cuestionario.
142

\ii 35 LEMAS PARA PAREJAS FELICES


seccíón 3. «Com unicación»
PÁ G ÍN A S 9 3 -1 3 5

1. VERDADERO
2. VERDADERO
3. FALSO
4. FALSO
5. VERDADERO
6. FALSO
7. VERDADERO
8. FALSO
9. VERDADERO
10. FALSO
11. es - perdonar
12. misericordia
13. humildad —orgullo
14. imagen - otro
15. diariamente
16. deseos - atacar
17. pidas - defensiva
18. cama
19. almohada
20. Nunca
21. registro
22. amar - razón
23. problema - persona
24. peleando - tiempo

Si acertó en 20-24 respuestas su capacidad de com unicarse correctam ente es ÓPTIMA.

Si acertó en 15-19 respuestas su capacidad de comunicarse correctamente es EXCELENTE.

Si acertó en 10-14 respuestas su capacidad de comunicarse correctamente puede ser SUFICIENTE.

Si acertó en menos de 10 su capacidad de comunicarse correctamente conviene que MEJORE.

Por supuesto que esta evaluación será válida a efectos prácticos no solo porque se hayan dado
las respuestas correctas, sino porque además se tenga una sincera y firme disposición de aplicar
los principios en que se basa este cuestionario.
►►RESPUESTAS
143
para parejas felices
¿Tiene usted un lem a para su matrimoni O'
Un buen lema es un principio orientad
que repetidamente evita y resuelve los problemas
y conflictos que en toda relación conyugal se presentan.
• I J
Un bu en lem a h a r á m ás f e l i z su m atrim on io.

Escoja uno o cree el suyo.


En sus manos tiene
el mejor medio para ello.

Gay le y Mike Tucker son un feliz y dinám ico m atrim onio


de con sejeros conyugales cuyos sem inarios han ayudado a las
parejas a m ejorar su relación y fortalecer
sus vínculos. Sus co n sejo s son claros, directos
y ¡eficaces! Sus sem inarios y sus program as
de radio y televisión tien en una gran
audiencia, y son m illares las parejas que dan
testim onio de que sus charlas, sus videos y
sus pu blicaciones les h an ayudado
a ser m ejores esposos y esposas.
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