Manual de Edafologia - Jordan
Manual de Edafologia - Jordan
Manual de Edafologia - Jordan
EDAFOLOGÍA
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Desde el punto de vista científico el suelo constituye el objeto de estudio de la Edafología, la cual
lo define como "ente natural organizado e independiente, con unos constituyentes, propiedades y
génesis que son el resultado de la actuación de una serie de factores activos (clima, organismos,
relieve y tiempo) sobre un material pasivo (la roca madre)". El suelo forma un sistema abierto a la
atmósfera y la coreteza que almacena de forma temporal los recursos necesarios para los seres
vivos (Figura 1-2). La disponibilidad de estos recursos (agua, energía, nutrientes minerales, etc.)
depende de la intensidad y velocidad de los procesos de intercambio entre el suelo y el resto de
compartimentos de los sistemas ecológicos.
CO2 O2
FOTOSÍNTESIS
O2 CO 2
RESPIRACIÓN
Calor
Materia
orgánica
Nutrientes Agua
Figura 1-2. Ciclos e intercambios de materia y energía entre la atmósfera, el suelo, la corteza y los
seres vivos.
El concepto de suelo ha ido modificándose conforme ha ido avanzando el conocimiento de sus
componentes y la relación entre ellos. Así, para el alemán Frank Albert Fallou (1862), el suelo
puede considerarse como “el producto de la alteración, que, como dientes, va royendo la superficie
de la tierra”. En este mismo sentido, para el también alemán Emil Ramann (1928), el suelo es “la
capa superior de alteración de la corteza”. Lavy, pensaba que el suelo no era más que una clase
de roca. Se trata de conceptos meramente geológicos.
Para el norteamericano Eugene Woldemar Hilgard (1906), con una formación más amplia como
geólogo, edafólogo y agrónomo, el suelo era ”el material más o menos suelto en el que las plantas
encuentran soporte y nutrición”.
Robinson (1930) afirmaba que el suelo es la alteración físico-química de la roca, los residuos
orgánicos y los excrementos.
Según Walter L. Kubiena, investigador afincado en España, “el suelo es la capa viviente de
transformación de la corteza sólida terrestre surgida bajo el influjo de la vida y de las especiales
condicions del hábitat biológico, sometida a un constante cambio estacional y desarrollo peculiar”.
José María Albareda definió en 1940 el suelo como “una formación limítrofe, zona en que se
compenetran la parte sólida, líquida y gaseosa de la tierra, lo mineral inorgánico, seres vivos y
restos de la vida, crecimientos y destrucciones, lavados y evaporaciones, una complejidad natural
sometida a una complejidad dinámica”.
Desde el punto de vista científico más actualizado, la Edafología define el suelo como “un ente
natural organizado e independiente, con unos constituyentes, propiedades y génesis que son el
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resultado de la actuación de una serie de factores activos (clima, organismos, relieve y tiempo)
sobre un material pasivo (la roca madre)". El edafólogo francés Philippe Duchaufour definió en
1956 el suelo como una “colección de cuerpos naturales de la superficie terrestre que soporta
plantas, que llega desde los matriales no consolidados e inorgánicos que yacen en la zona de las
raíces de plantas nativas perennes a donde se han desarrollado horizontes impermeables a las
raíces o los dos metros más superficiales de propiedades distintas al material rocoso subyacente,
como resultado de la acción de organismos vivos, clima, roca madre y relieve”.
En la definición de suelo que ofrece el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA,
1998), el suelo es un cuerpo natural formado por una fase sólida (minerales y materia orgánica),
una fase líquida y una fase gaseosa que ocupa la superficie de la tierra, organizada en horizontes
o capas de materiales distintos a la roca madre, como resultado de adiciones, pérdidas,
transferencias y transformaciones de materia y energía, que tiene capacidad para servir de soporte
a las plantas con raíces en un medio natural. Los límites superiores del suelo son la atmósfera, las
aguas superficiales poco profundas (es decir, que pueden soportar el crecimiento de raíces), las
plantas vivas o el material orgánico que no ha comenzado a descomponerse. Los límites
horizontales los constituyen áreas donde el suelo es invadido por aguas profundas (más de 2.5 m),
materiales estériles, rocas o hielo. El límite inferior está constitu ido por la roca dura y continua. De
manera arbitraria, la profundidad máxima del suelo se establece en 2 m.
De este modo, la visión del suelo como una intersección de atmósfera, litosfera, hidrosfera y
biosfera ha dejado paso a un concepto de suelo como un subsistema de los ecosistemas
terrestres.
Este concepto sistémico del suelo implica tres características fundamentales:
§ Complejidad: El suelo está caracterizado por una atmósfera interna, una economía
particular del agua, una flora y fauna determinada, unas partículas minerales y unas
partículas orgánicas, estando todos estos componentes fuertemente relacionados.
§ Dinamismo: El suelo adquiere progresivamente sus propiedades por la acción combinada
del medio. La roca madre se altera por influencia del clima y la vegetación; los residuos
vegetales y animales son atacados por los microorganismos del suelo, forman complejos
orgánicos coloidales que se denominan humus y que después se mineralizan
progresivamente; se establecen uniones más o menos íntimas entre los minerales
procedentes de la alteración de la roca y el humus; las sustancias solubilizadas y las
partículas coloidales sofren migraciones. Así, al fin de su proceso evolutivo, el suelo da
lugar a un medio estable y equilibrado con el clima, la vegetación y la roca madre. Sin
embargo, este equilibrio puede romperse mediante una modificación apreciable del clima
o la vegetación, comenzando un nievo proceso de evolución.
§ Permeabilidad: El suelo es un sistema abierto. Esta permeabilidad repercute en la mayor
o menor facilidad de degradación.
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§ Reorganización de ambos materiales por mezcla, agregación, translocación y
diferenciación.
Es decir, que los complejos procesos de transformación de un suelo se reducen a adiciones,
transformaciones, transferencias y pérdidas de materiales. Básicamente, se trata de sólo tres
procesos: meteorización física, alteración química y translocación de sustancias. Estos procesos
afectan tanto a la fase mineral como a la fase orgánica del suelo y constituyen lo que
tradicionalmente se denomina como los procesos básicos o generales en la formación del suelo ya
que actúan siempre en la formación de todos los suelos.
Los procesos de meteorización física del material original pueden observarse en la base del perfil
de suelo, donde la roca original aparece fragmentada en bloques de tamaño heterogéneo y en
partículas más finas. La fragmentación mecánica del sustrato original ocurre por causas
fundamentalmente climáticas (procesos de dilatación/contracción debido a la insolación o a la
congelación, cambios de humedad) pero también a causas geológicas, como el descenso de
presión que sufren las rocas al aflorar en la superficie, cristalización de sustancias en los poros del
suelo o a la acción mecánica de las raíces de las plantas, que pueden llegar a fracturar el material.
Entre los procesos de alteración química figuran el empardecimiento, la rubefacción, la
fersialitización, la ferralitización o la gleyzación.
RELIEVE
ONDULADO
RELIEVE SUAVE
clima clima
húmedo árido
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1.2.2 Etapas de la formación del suelo
El suelo procede de la roca madre, la cual se altera por la acción de los factores ambientales y en
su formación se desarrollan una serie de procesos que transforman el material original hasta darle
una morfología y propiedades propias.
En la formación del suelo intervienen un conjunto de procesos muy heterogéneos. Esta
complejidad se desprende si nos fijamos en la posición del suelo en la Naturaleza. El suelo está
sometido a las leyes de la litosfera, hidrosfera, biosfera y atmósfera. De este modo, el suelo es el
resultado de la acción de cinco factores formadores principales:
¨ Litología. La naturaleza litológica del sustrato original condiciona las propiedades
químicas (acidez, riqueza en nutrientes, etc.) y físicas del suelo (permeabilidad,
consistencia, textura, etc.). La influencia del material original se pone de manifiesto en
propiedades como el color, la textura, la estructura, la acidez y otras muchas propiedades
del suelo. Las rocas que contengan abundantes minerales inestables evolucionarán fácil
y rápidamente para formar suelos, mientras que aquellas otras, como las arenas
maduras, que sólo contienen minerales muy estables, como el cuarzo, apenas si llegan a
edafizarse aunque estén expuestas durante largo tiempo a la meteorización. La roca
regula la penetración y circulación del aire y del agua, lo que va a condicionar de un modo
decisivo la fragmentación, alteración y translocación de los materiales. En general,
cuando el resto de condiciones permanecen iguales, existe una estrecha relación entre el
tipo de suelo y las características de la roca madre.
¨ Clima. El clima influye directamente sobre el suelo mediante la humedad y la
temperatura, y de manera indirecta mediante la vegetación y el relieve. El clima es el
principal agente de alteración química del suelo, así como de la fragmentación mecánica
de determinados tipos de sustratos. El clima controla los procesos que tienen lugar en el
suelo y su intensidad. La disponibilidad y el flujo de agua regulan la velocidad de
desarrollo de la mayoría de los procesos edáficos. Muchas propiedades de los suelos
presentan determinadas tendencias relacionadas con las características del clima. La
cantidad y el tipo de arcilla, por ejemplo tiene que ver con las características climáticas
que controlan la alteración química. Existe una relación entre el tipo de mineral existente
y la precipitación (Figura 1-4).
¨ Relieve. El relieve condiciona el desarrollo del suelo, fundamentalmente desde el punto
de vista de la profundidad y la diferenciación de horizontes. El relieve influye sobre el
transporte por gravedad. Los relieves abruptos favorecen la erosión, originando suelos
lépticos, poco profundos (Figura 1-5). En los valles, por el contrario, se favorece el
desarrollo en profundidad del suelo. El relieve, además, condiciona aspectos como la
insolación, el drenaje del suelo y determinados procesos geomorfológicos. La relación
entre el suelo y las características geomorfológicas del paisaje es tan estrecha que su
conocimiento es la base para establecer los modelos de distribución de suelos útiles en
cartografía y ordenación del territorio.
¨ Seres vivos. Los seres vivos afectan al suelo de diversas maneras. Las plantas
constituyen la principal fuente de materia orgánica del suelo. Los seres vivos condicionan
tanto procesos de tipo químico como físico, favoreciendo en general la fertilidad del suelo.
Los animales excavadores trituran y mezclan el material del suelo, lo que influye sobre la
estructuración, la permeabilidad y la aireación. En general, los vertebrados y algunos
invertebrados, como los artrópodos, son responsables de la bioturbación del suelo. Los
invertebrados no artrópodos colaboran en la alteración de la materia orgánica y
favoreciendo la mezcla de materia orgánica y mineral del suelo. La vegetación posee un
papel clave en la formación del suelo, sobre todo si se considera su capacidad de
meteorización de la roca (líquenes, raíces, etc.) o el aporte de materia orgánica.
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¨ Edad. El tiempo constituye un factor importante en el suelo, de tal modo que los suelos
más antiguos son los que muestran un mayor desarrollo en profundidad del perfil y una
mayor diversificación de horizontes. La velocidad de formación del suelo va desde 1
mm/año hasta 0,001 mm/año. Las propiedades del suelo pueden variar en función del
momento del día o el año, además de la existencia de cambios muy lentos que necesitan
decenas o cientos de años para producirse.
precipitación
temperatura
evaporación
vegetación
lateritas
Al2 O3
ilita-montmorillonita
caolinita
hidrólisis
poca alteración
roca madre química
Figura 1-4. Relación entre el clima y los suelos a lo largo de un gradiente latitudinal (a partir de
Strakhov, 1968).
La formación del suelo tiene lugar como consecuencia de la actuación de estos cinco factores
formadores, y en ella desde el punto de vista didáctico se pueden distinguir dos etapas: la etapa
inicial que representa la diferenciación de los constituyentes del suelo y una etapa final en la que
los constituyentes se reorganizan y evolucionan para formar el suelo.
¨ La etapa inicial comienza, lógicamente, con la fragmentación de las rocas originales y
también de los restos de los organismos que poco a poco han ido colonizando el material.
La desagregación del material facilitará la circulación del aire y del agua, y también
favorecerá la actividad biótica, todo lo cual conducirá a la subsiguiente alteración química
del material.
¨ Los minerales de las rocas originales, dependiendo de la estabilidad, se alteran en mayor
o menor medida, apareciendo en el suelo más o menos transformados. Los iones
liberados en la alteración mineral pasarán a la solución del suelo formando geles o se
recombinarán para dar lugar a nuevos minerales.
¨ Por otra parte, los vegetales y animales sufren al morir unas intensas transformaciones
químicas, desarrollándose un nuevo material orgánico que evoluciona para alcanzar un
equilibrio en las condiciones edáficas, llamado humus. Durante estos procesos de
transformación del material orgánico se desprenderán compuestos sencillos que irán a
engrosar la solución del suelo y también se pueden desprender como consecuencia de
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estas reacciones determinados gases, además de agua, pero el agua y los gases del
suelo proceden fundamentalmente de la atmósfera.
¨ Etapa final. Todos los constituyentes formados o liberados en la etapa inicial (minerales,
humus, geles, gases, agua y soluciones) sufren una serie de procesos de mezcla y
diferenciaciones que si evolucionan in situ conducen a la formación del suelo, mientras
que si son arrastrados a otros lugares, dan lugar a los sedimentos (los cuales pueden
sufrir posteriormente nuevos procesos de edafización). En la fase final la transformación
es tan intensa que el material adquiere una morfología y unas características químicas
propias. Las sustancias minerales originales se han transformado física y químicamente,
se han reorganizado y unido entre sí y a la fracción orgánica y han formado nuevos
agregados estructurales. Las movilizaciones de sustancias adquieren en esta fase un
papel predominante.
suelos
superficiales
de escaso
desarrollo suelos de
desarrollo
suelos
moderado
profundos
Figura 1-5. Zonación del desarrollo del suelo, según el relieve (vista de la Sierra de las Nieves,
Málaga).
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Los horizontes se ponen, normalmente, de manifiesto en el campo, en el perfil del suelo, pero los
datos de laboratorio sirven para confirmar y caracterizar a estos horizontes.
Generalmente bastan solo tres propiedades para establecer la horizonación de un suelo:
¨ Color.
¨ Textura.
¨ Estructura.
Aunque propiedades como la consistencia, la reacción ácida y otras, son a veces de gran ayuda,
el más mínimo cambio detectado (en una sola o en varias de estas propiedades) es suficiente para
diferenciar un nuevo horizonte.
Horizontes principales
Los horizontes se designan mediante letras mayúsculas que nos indican las características
fundamentales del material de que está constituido. De manera simple, los horizontes principales
se designan mediante las siguientes letras:
¨ H. Acumulaciones de materia orgánica sin descomponer (>20-30%), saturados en agua
por largos períodos. Es el horizonte de las turbas.
¨ O. Capa de hojarasca sobre la superficie del suelo (sin saturar agua; >35%), frecuente en
los bosques.
¨ A. Formado en la superficie, con mayor porcentaje de materia orgánica (transformada)
que los horizontes situados debajo. Típicamente de color gris oscuro, más o menos
negro, pero cuando contiene poca materia orgánica (suelos cultivados) puede ser claro.
Estructura migajosa y granular.
¨ E. Horizonte de fuerte lavado. Típicamente situado entre un A y un B. Con menos arcilla y
óxidos de Fe y Al que el horizonte A y B. Con menos materia orgánica que el A. Muy
arenosos y de colores muy claros (altos values). Estructura de muy bajo grado de
desarrollo (la laminar es típica de este horizonte).
¨ B. Horizonte de enriquecimiento en: arcilla (iluvial o in situ), óxidos de Fe y Al (iluviales o
in situ) o de materia orgánica (sólo si es de origen iluvial; no in situ), o también por
enriquecimiento residual por lavado de los carbonatos (si estaban presentes en la roca).
De colores pardos y rojos, de cromas (cantidad de color) más intensos o hue (tonalidad
del color) más rojo que el material original = hor. C). Con desarrollo de estructura edáfica
(típicamente en bloques angulares, subangulares, prismática).
¨ C. Material original. Sin desarrollo de estructura edáfica, ni rasgos edáficos. Blando,
suelto, se puede cavar con una azada. Puede estar meteorizado pero nunca edafizado.
¨ R. Material original. Roca dura, coherente. No se puede cavar.
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Horizontes de transición
Se presentan cuando el límite entre los horizontes inmediatos es muy difuso, existiendo una capa
ancha de transición con características intermedias entre los dos horizontes. Se representan por la
combinación de dos letras mayúsculas (por ejemplo: AE, EB, BE, BC, CB, AB, BA, AC y CA). La
primera letra indica el horizonte principal al cual se parece más el horizonte de transición.
Horizontes mezcla
En algunas ocasiones aparecen horizontes mezclados que constan de partes entremezcladas.
Están constituidos por distintas zonas en cada una de las cuales se puede identificar a un
horizonte principal ( en la misma capa existen trozos individuales de un horizonte completamente
rodeados de zonas de otro horizonte). Se designan con dos letras mayúsculas separadas por una
raya diagonal (p.ej. E/B, B/C); la primera letra indica el horizonte principal que predomina.
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Cifras
Se usan las cifras sufijo para indicar una subdivisión vertical de un horizontes del suelo. El número
sufijo siempre va después de todas las letras símbolo. La secuencia numérica se aplica solo a un
conjunto de letras determinado, de tal forma que la secuencia se empieza de nuevo en el caso de
que el símbolo cambie (por ejemplo: Bt1 - Bt2 - Btg1 - Btg2). Sin embargo, una secuencia no se
interrumpe por una discontinuidad litológica (por ejemplo; Bt1 - Bt2 - 2Bt3 - 2Bt4 - 3Bt5).
Se usan las cifras prefijo, en numeración romana, para indicar discontinuidades litológicas, indican
que el material que formó el suelo no era homogéneo, (por ejemplo, suelo formado a partir de
distintos estratos sedimentarios superpuestos).
La Figura 1-6 muestra dos ejemplos de designación de horizontes.
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retenciones de agua, densidades, etc.), químicos (materia orgánica, N, CaCO3, etc.),
fisicoquímicos (pH, capacidad de cambio iónico, conductividad eléctrica, etc.) y micromorfológicos.
Con todos estos datos podrán establecerse interesantes conclusiones acerca del la clase de suelo,
de sus propiedades, de su formación, de su fertilidad y de su uso más racional.
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2 COMPONENTES SÓLIDOS
INORGÁNICOS DEL SUELO
FASE GASEOSA
(poros vacíos)
FASE SÓLIDA
(agregados
minerales y
materia
orgánica)
FASE LÍQUIDA
(poros rellenos de agua)
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Figura 2-2. Composición del suelo.
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Las fases gaseosa y líquida son más variables. La solución del suelo está sometida a cambios
debidos a procesos de evaporación, absorción por las raíces, lluvia, riego, etc.
La fase gaseosa sufre fluctuaciones en función de los procesos de difusión de gases y
desplazamiento de aire por el suelo.
La disposición y acomodación de las partículas de la fase sólida del suelo determina una serie de
características físicas del suelo, como:
¨ Estructura.
¨ Porosidad.
¨ Permeabilidad.
¨ Densidad.
La fase sólida del suelo es la fuente de la mayoría de los nutrientes vegetales; es el almacén de
agua requerida por las plantas y determina la eficiencia con que el suelo desempeña las funciones
que permiten el desarrollo de las plantas.
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Tabla 2-1. Origen del material mineral del suelo.
Efusivas (lavas)
Granitos
Rocas ígneas Gabros
Plutónicas
Basaltos
Peridotitas
Roca Gneisses
Pizarras
Rocas metamórficas
Esquistos
Mármoles
Calizas
Rocas sedimentarias
Areniscas
Material aluvial: material depositado por un río.
Material lacustre: material depositado en lagos y depresiones, principalmente
en climas glaciales.
Material marino: sedimento transportado por los ríos hacia el mar, y
posteriormente expuesto.
Material eólico: sedimentos transportados por el viento.
Material coluvial: materiales transportados por las laderas de las montañas por
acción de la gravedad.
Origen
Los minerales de arcilla son los aluminosilicatos. Está constituidos básicamente por Si, Al y O,
además de otros elementos, como Na, K, Ca, Mg, Fe, etc.
Desde la antigüedad se sabía que algunos componentes del suelo son capaces de intercambiar
bases. Si sometemos una muestra de arcilla a electrolisis, en el ánodo se acumulan sílice, alúmina
y óxidos de hierro. En el cátodo se depositan K+, Na+, Ca2+ y Mg2+, entre otros cationes.
En 1929, mediante la aplicación de técnicas de rayos X, Grim y Holding determinaron la naturaleza
cristalina de las arcillas.
Las arcillas son un conjunto de minerales de origen secundario, formado en el proceso de
alteración química de las rocas, poseen un tamaño coloidal, con estructura cristalina bien definida
y un gran desarrollo superficial, con propiedades físico-químicas responsables en gran parte de la
actividad físico-química del suelo.
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Los tetraedros pueden unirse por la base para formar hexaedros. De este modo, la fórmula general
de las arcillas podría ser la siguiente:
(Si2O4)n2n-
Según sea la coordinación de los otros oxígenos que se unen a otros cationes distintos del silicio
se forman los diferentes minerales dentro de cada gran grupo de silicatos.
La estructura de estos minerales se origina por repetición de una celdilla unidad constituida por la
asociación de tetraedros (aislados, o parejas , etc) y por los cationes que se sitúan entre los
grupos tetraédricos.
Desde el punto de vista edáfico el gran grupo de los filosilicatos es la clase más importante, ya que
a este grupo pertenecen la mayoría de los minerales de la fracción arcilla.
Los filosilicatos están constituidos por el agrupamiento de los tetraedros compartiendo entre sí tres
vértices (los tres del plano basal) formando planos (Figura 2-3).
El cuarto vértice (el vértice superior) se une a un catión de coordinación octaédrica. Generalmente
el catión octaédrico es Mg (capa llamada trioctédrica) o Al (capa dioctaédrica).
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Oxígeno Silicio Capa
tetraédrica
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De esta manera la estructura de estos minerales está formada por un apilamiento de capas de
tetraedros y octaedros, formando estructuras laminares (Figura 2-4). Las capas se unen mediante
oxígenos compartidos. Se trata, por lo tanto de capas íntimamente unidas y difíciles de separar.
Según el modelo de repetición se forman dos tipos de láminas con diferentes estructuras:
¨ La 1:1 con una capa de tetraedros y otra de octaedros, y
¨ la 2:1 con dos capas de tetraedros que engloban a una de octaedros. Las capas de
tetraedros y octaedros no están aisladas sino que comparten planos comunes en los que
los oxígenos están unidos simultáneamente a un Si tetraédrico y a un Mg o Al
octaédricos.
En las capas tetraédricas y octaédricas se producen sustituciones entre cationes que cuando son
de distinta valencia crean déficit de carga y para compensarlos son atraídos otros cationes que se
introducen entre las láminas, son los llamados cationes interlaminares.
Dependiendo del déficit que se origine, de donde se produzca (capa tetraedrica u octaédrica) y de
los cationes interlaminares atraídos, aparecen las distintas especies minerales: caolinitas,
serpentinas, micas (moscovita, biotita, ilita), esmectitas (montmorillonita), vermiculita, clorita,
sepiolita y vermiculita, principalmente.
Caolinita
La caolinita está formada por una capa de tetraedros de SiO44- sobre la que se sitúa otra capa de
octaedros de AlOH 66-, con los vértices compartidos (Figura 2-4). Cada capa tiene
aproximadamente 7.2 Å de espesor. La superficie específica es baja, hallándose en torno a 10-20
m 2/g.
La fórmula general de las caolinitas es la siguiente:
Si4Al4O10(OH) 8
En las caolinitas, el Si no se sustituye nunca. La partícula elemental es eléctricamente neutra. La
CIC es muy baja (1-10 cmol(+)/kg), lo que explica la baja fertilidad de los suelos ricos en caolinita.
Cada unidad fundamental se une a la siguiente por puentes de hidrógeno (entre las superficies 3ª
y 4ª, 5ª y 6ª, etc.). Esta unión no permite que entren moléculas de agua o iones en la estructura: la
capacidad de cambio es baja en las caolinitas.
Otros minerales de arcilla con estructura 1:1 son la dickrita (14.2 Å) o la nacrita (48 Å). En algunos
suelos tropicales se acumula haloisita, que es una especie de caolinita hidratada. Calentada a
100ºC se transforma en metahaloisita.
Esmectitas
Las esmectitas son un grupo de minerales de arcilla entre los que se encuentran la pirofilita, la
beidellita y la montmorillonita.
La montmorillonita no ofrece una buena cristalización, ya que las capas se unen mediante fuerzas
de Van der Waals.
La entrada de agua y cationes entre las capas es muy fácil, lo que permite una fácil expansión de
la red. La CIC es my elevada (80-150 cmol(+)/kg). La separación entre las capas está en torno a
14.2 Å. Sin embargo, las montmorillonitas son arcillas hinchables, que aumentan de tamaño
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cuando absorben moléculas de agua (Figura 2-4). Con etilenglicol o glicerol se pueden separar las
capas hasta en 17.2 ó 18.3 Å, respectivamente. Las grietas en los suelos arcillosos secos se
deben a la pérdida de agua, lo que induce la pérdida de volumen de las montmorillonitas.
La relación S/V es muy elevada (puede llegar a ser de hasta 600-800 m 2/g).
Micas
Las micas son minerales de tres capas, pero distintos a las montmorillonitas. La celdilla elemental
viene cargada negativamente, pero se compensa mediante la entrada de iones K+.
En las micas, existe mayor carga dentro de la lámina elemental, lo que le confiere propiedades
características.
El K+ permanece fuertemente retenido, haciendo que el mineral no sea expansible, no pueda
recoger a otros cationes. La capacidad de cambio es baja, y el espaciado entre capas es
constante: 10 Å.
Ilita
Las ilitas son minerales de tres capas derivados de la pirofilita, donde la sustitución de Si 4+ por Al 3+
es menos intensa. El exceso de carga negativa es de 1.3 en lugar de 2.
Al tener menor carga negativa, el potasio no se retiene de manera tan fuerte, de modo que pueden
entrar iones de tamaño parecido, o menores si están hidratados y el radio iónico total es semejante
Por lo tanto, el espaciado de las capas es variable, aunque no tanto como en las montmorillonitas
(Figura 2-4).
La relación S/V es semejante a la de las montmorillonitas, mientras que su capacidad de cambio
es algo menor (20-40 meq/100g).
Clorita
La clorita presenta muchas sustituciones isomórficas en las capas tetraédrica y octaédrica (Al 3+ por
Si4+ y Mg2+ por Al3+). La disminución de carga es compensada mediante una capa octaédrica que
se intercala entre las láminas.
La expansión de la red es difícil, así como la entrada de moléculas de agua y cationes.
Vermiculita
No son muy frecuentes. Son arcillas de tipo intermedio entre las cloritas y las micas. La expansión
de la red es fácil, lo que permite la entrada de agua y cationes que sustituyen al Mg2+.
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ESQUEMA GENERAL
Superficies Lámina de tetraedros
externas
Lámina de octaedros
Lámina de tetraedros
Superficies
in ternas Unidad
Espacio cristalina
interlaminar
Átomo de oxígeno
Caolinita
Uniones internas
mediante enlaces O–O.
Mínima expansión de la
7Å red.
No se permite la
entrada de agua y
cationes en el espacio
interlaminar.
Uniones internas
mediante enlaces O –O
+
y puentes de K .
Uniones internas
mediante enlaces O –O. Espacio interlaminar
+ + moderadamente
Espacio interlaminar K K
amplio, con una
amplio, fácil expansión moderada expansión
de la red. 10 Å de la red.
14 Å
Fácil entrada de agua y Limitada entrada de
cationes en el espacio
agua y cationes en el
interlaminar. espacio interlaminar.
Clorita Vermiculita
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Minerales accesorios de la arcilla
Se trata de minerales cuyo tamaño es semejante al de la arcilla, y no pueden separarse de ella en
el fraccionamiento por tamaño.
Sin embargo, se trata de minerales de estructura distinta a las arcillas. Entre estos minerales se
encuentran los siguientes:
¨ Óxidos e hidróxidos de Fe
¨ Óxidos e hidróxidos de Al
¨ Alofanas
¨ Sílice
¨ Carbonatos
¨ Sulfatos
¨ Otros compuestos de Mn y MnO 2.
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3 COMPONENTES SÓLIDOS
ORGÁNICOS DEL SUELO
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influencia en la estructura, en la capacidad de retención de agua y nutrientes, y en los efectos
bioquímicos que causa sobre los vegetales.
Una parte considerable de la materia orgánica está formada por microorganismos, que a su vez
crecen a partir de restos, o de enmiendas orgánicas. Durante el proceso degradativo, la relación
C/N disminuye, de modo que el contenido medio final en el humus está en torno al 5% de
nitrógeno.
El concepto de materia orgánica del suelo se usa generalmente para referirse a los componentes
de origen orgánico del suelo, incluyendo los tejidos animales y vegetales, los productos de su
descomposición parcial y la biomasa del suelo (Figura 3-1). La dinámica de este complejo sistema
está determinada por:
1) El continuo aporte al suelo de restos orgánicos de origen vegetal y animal. Los compuestos
orgánicos que son aportados al suelo según cualquiera de estas vías sufren en primer lugar
una alteración mecánica, por acción de la fauna y los microorganismos del suelo.
2) Su continua transformación bajo la acción de factores de tipo biológico,físico y químico. Así,
las moléculas orgánicas complejas (como proteínas o polisacáridos) son degradadas para
obtener moléculas más sencillas (como aminoácidos u oligosacáridos). Algunos productos de
esta degradación pueden sufrir la acción de procesos de reorganización por causa de los
microorganismos del suelo.
Por estas razones, la materia orgánica constituye un conjunto de múltiples sustancias, en
constante transformación y difíciles de definir, frente a los componentes inorgánicos de la fase
sólida del suelo, lo que unido a la diversidad de reacciones químicas que tienen lugar y a la
heterogeneidad del medio, explica la gran diversidad de sustancias húmicas resultantes. El hecho
de su constante transformación sirve como criterio de clasificación, atendiendo a su grado de
evolución. De este modo, se puede agrupar el conjunto de la materia orgánica del suelo de la
siguiente forma:
1) Vegetales y animales vivos, que viven en el suelo e influyen directamente sobre sus
propiedades. La falta de precisión terminológica hace que algunos autores excluyan a
este grupo de la materia orgánica del suelo, así como los productos de su
descomposición inicial. De una manera muy general, en este grupo se incluyen
básicamente las plantas (raíces), así como la biomasa microbiana, la fauna del suelo, etc.
Este grupo constituye aproximadamente el 5 % de la materia orgánica del suelo.
2) Materia orgánica muerta. Constituye la mayor parte de la materia orgánica del suelo (95
%). Contribuye tanto a la fertilidad química como a la fertilidad física del suelo.
a. Materia orgánica fresca, o materia orgánica lábil. constituida por los restos
animales y vegetales que se incorporan al suelo y transformados de manera
incompleta, junto a otros materiales incorporados por el hombre, como los restos
de cultivos enterrados, compost, estiércol, basuras, abonos verdes, purines, etc.
La materia orgánica fresca es atacada por organismos del suelo de tipo animal
(gusanos, insectos, protozoos, etc.), vegetal y hongos. La materia orgánica
fresca posee la misma composición química que los tejidos vivos de los que
procede. La transformación inicial es más alta cuanto más elevado es el grado
de actividad biológica del suelo.
i. Los residuos de las plantas constituyen el principal material originario
de la materia orgánica del suelo. Estos residuos aportan al suelo una
gran cantidad anual de compuestos orgánicos. En los suelos cultivados,
este aporte es menor, puesto que la cosecha retira del sistema gran
parte de la materia orgánica que sería reincorporada al suelo. Los
tejidos vegetales vivos sufren ya el ataque de organismos, entre los que
26
se encuentran los saprófitos. Al mismo tiempo tienen lugar una serie de
procesos bioquímicos en los tejidos senescentes que afectan a sus
propiedades (síntesis de enzimas, oxidación, degradación de las
membranas celulares, síntesis de polímeros fenólicos, etc.).
ii. Restos de animales. La materia de origen animal que llega al suelo
está constituida por los cadáveres y las deyecciones de los animales.
Los restos de cadáveres de animales superiores, principalmente,
evolucionan rápidamente y no dejan restos en el suelo de forma
duradera. Los restos animales constituyen tan sólo fuentes secundarias
de materia orgánica del suelo
b. Materia orgánica transformada. Productos procedentes de la descomposición
inicial de la materia orgánica.
i. Sustancias no húmicas.
1. Compuestos hidrocarbonados (formados por C, H y O),
tales como azúcares solubles, almidón, celulosa, lignina,
grasas, resinas, taninos, etc. El grupo más abundante es el de
los polisacáridos (celulosa, hemicelulosa, almidón, etc.).
2. Sustancias nitrogenadas, sobre todo en forma de
aminoácidos, péptidos, proteínas, aminoazúcares, etc. Son
sustancias que se componen de C, H, O, N, P y S,
básicamente. Se trata de sustancias complejas, constituidas
por macromoléculas que difieren en su distinta velocidad de
descomposición. Los azúcares, el almidón, la celulosa y las
proteínas son sustancias muy fácilmente degradables, y sirven
como fuente de energía para los microorganismos del suelo.
Por el contrario, la lignina, las grasas, las resinas, los taninos,
etc., son sustancias que se degradan muy lentamente y de
forma incompleta, dejando residuos. La lignina o los taninos
son macromoléculas aromáticas, con una tasa de
descomposición muy lenta. Los lípidos provienen de la
descomposición de restos vegetales, animales y microbianos.
3. Productos transitorios. Son sustancias resultantes de la
degradación y la descomposición de las moléculas orgánicas
complejas, que originan productos químicos sencillos.
Corresponden a los eslabones de esta cadena de
transformaciones, desde los materiales orgánicos frescos
hasta los compuestos minerales, así como sustancias
resultantes de la reorganización bioquímica de algunos de
estos productos químicos sencillos. Algunas de las susta ncias
más importantes de este grupo son polisacáridos. Los
polisacáridos tienen gran número de grupos -OH, así como
grupos amino, carboxilos, fenoles y otros. Se producen en
gran cantidad cuando los restos de materia orgánica fresca
son degradados por la fauna microbiana del suelo. Pero con la
misma velocidad con que son producidos, también son
degradados. Pueden considerarse productos transitorios en el
ciclo de la materia orgánica, dependiendo su velocidad de
producción y descomposición de las condiciones ecológicas
que afectan la actividad microbiana y de las características de
los restos vegetales
27
ii. Sustancias húmicas. Se originan a partir de los productos transitorios
mediante reacciones bioquímicas de síntesis que ocurren en el suelo.
Estas sustancias son el humus y las huminas. Este grupo de sustancias
no está presente en la materia orgánica viva, sino que aparece
exclusivamente en el suelo.
Desde un punto de vista químico, los componentes de la materia orgánica fresca son los
siguientes:
1) Compuestos orgánicos.
a. Hidratos de carbono.
b. Monosacáridos: pentosas, hexosas, etc.
c. Oligosacáridos: sacarosa, maltosa, etc.
d. Polisacáridos: arabanas, poliurónidos, etc.
e. Ligninas (polímeros derivados del fenilpropano; Figura 3-2).
f. Taninos (complejos fenólicos).
g. Glucósidos (compuestos de síntesis del tipo glucosa+alcohol, glucosa+fenol o
glucosa+aldehídos).
h. Ácidos orgánicos, sales y ésteres: ác. oxálico, ác. cítrico, ác. málico, etc.
i. Lípidos: grasas y aceites (ésteres glicéricos), ceras (ésteres no glicéricos),
aceites esenciales (derivados del terpeno) , etc.
j. Resinas.
k. Compuestos nitrogenados: proteinas, aminoácidos, aminas, bases orgánicas,
alcaloides, purinas, pirimidinas y ác. nucleicos.
l. Pigmentos: clorofilas, carotenoides, antocianinas.
28
2) Sales minerales: aniones y cationes.
OH OH OH
29
SUELOS AGRÍCOLAS
Perfil Ap - C
MO (%) MO (%)
0 0,5 1 1,5 0 0,5 1 1,5
0 0
5
10
10
20
15
30
20
40
25
50
30
60 35
SUELOS FORESTALES
Perfil Ah – Bw – C
MO (%) MO (%)
0 10 20 30 40 50 0 5 10 15 20
0 0
5
10
10
20
15
20
30
25
40
30
35 50
40
60
45
50 70
MO (%) MO (%)
0 5 10 15 0 2 4 6
0 0
10 10
20 20
30
30
40
40
50
50
60
60
70
80 70
90 80
Figura 3-3. Distribución de la materia orgánica en profundidad en algunos perfiles de suelo (Jordán,
2000).
30
4
3,5
2,5
1,5
1
5 10 15 20 25
temperatura (ºC)
Figura 3-4. Relación entre el contenido en materia orgánica del suelo y la temperatura en zonas de
clima templado y precipitación de 450-600 mm (a partir de Cobertera, 1993).
La determinación de la materia orgánica del suelo es, debido a la variedad de sustancias que la
componen, un asunto complejo. Más aún cuando algunos de los procesos que tienen lugar en la
secuencia de transformaciones son aún desconocidos. En la mayor parte de los casos, sólo
interesa el contenido en carbono orgánico de cada horizonte del suelo, para poder establecer la
relación C/N. Este parámetro sirve para describir la mineralización y humificación de la materia
orgánica del suelo.
La determinación de la materia orgánica se puede hacer mediante dos grupos de métodos
principales: vía seca y vía húmeda.
Los métodos por vía seca constituyen en la calcinación de la muestra, con objeto de conocer con
precisión el bloqueo de los elementos totales, sin interferencias de complejos orgánicos. También
se aplican a casos especiales, como muestras con una elevada cantidad de materia orgánica en
que la determinación por oxidación no es precisa.
La determinación de la materia orgánica por vía húmeda constituye en realidad una aproximación,
ya que se determina el contenido total de materia orgánica de manera muy aproximada a partir del
contenido en carbono orgánico, multiplicándolo por un factor de conversión (Tabla 3-1). Este tipo
de métodos consisten en una oxi-reducción de la materia orgánica. El método más empleado es la
oxi-reducción con dicromato potásico (Cr2O7K 2), según el método de Walkley-Black (1934).
31
3.1.3 Evolución de la materia orgánica del suelo
En la evolución de la materia orgánica de la materia orgánica se pueden considerar diversas
etapas, según los compuestos que intervienen y las reacciones que se llevan a cabo. En este
sentido, la materia orgánica del suelo puede asemejarse a un conjunto de sustancias carbonadas
transformadas por la biomasa microbiana a distinta velocidad.
En primer lugar, los restos orgánicos sufren un proceso de transformación mecánica, en el que la
materia orgánica se fragmenta por acción, fundamentalmente de los animales del suelo. La
actividad de los animales inferiores y superiores del suelo tiene como primer resultado la mezcla
de las partículas de origen orgánico con las de origen mineral que ya existen en el suelo. Este
proceso de mezcla favorece el ataque realizado por las bacterias y los hongos.. Posteriormente, la
materia orgánica fresca comienza a sufrir procesos de transformación química intensos.
El modelo de los procesos que tienen lugar tras la incorporación de la materia orgánica al suelo se
muestra en la Figura 3-5. En este proceso de transformación pueden distinguirse varias etapas:
1) Mineralización primaria, o mineralización rápida. Se trata de un complejo sistema de
reacciones bioquímicas que actúa sobre los compuestos orgánicos sencillos que hay en
el suelo, como resultado de la descomposición y biodegradación de la materia orgánica
aportada. A su vez, esta etapa consta de dos fases:
a. Proliferación microbiana, a partir de sustancias fáciles de descomponer. En la
fase anterior al aporte de materia orgánica fresca, los organismos del suelo
presentan una actividad bioquímica muy baja. La producción de CO2 como
resultado de la respiración de los microorganismos es residual, y la materia
orgánica tiene una proporción C/N muy baja. Sin embargo, tras el aporte de
materia orgánica al suelo, la relación C/N se incrementa, y el número de
microorganismos se eleva muy rápidamente, debido a la existencia en el suelo
de energía y nutrientes equilibrados fácilmente asimilables por los
microorganismos. Como resultado de su actividad son liberados al medio
productos resultantes de la degradación de la materia orgánica fresca, como
sales minerales, CO2, H 2O y energía en forma de calor (Figura 3-6). Si los restos
orgánicos son pobres en nitrógeno, los microorganismos pueden utilizar el
nitrógeno de origen mineral disponible en el suelo (fundamentalmente en forma
de nitrato), compitiendo con las plantas. Debido a la alta actividad microbiana, el
contenido en nitrógeno del suelo baja muy rápidamente.
b. Descenso de la población microbiana, como resultado del descenso de
carbono disponible, que ha salido del sistema en forma de CO2. La relación C/N
de los residuos, por lo tanto, es baja en este momento. Durante esta fase son
liberadas al medio sustancias nutritivas orgánicas y minerales originadas tanto
por la degradación de la materia orgánica fresca como por la muerte de los
microorganismos del suelo (Figura 3-6). Las sustancias minerales liberadas en
esta fase son fácilmente asimilables por las plantas, y pueden agruparse de la
siguiente manera:
i. Productos inmediatamente fijadas por las arcillas y el humus, debido a
las propiedades coloidales de estos.
ii. Productos que sufren humificación, gracias a procesos de
reorganización microbiana.
iii. Sustancias que se pierden por lixiviado.
2) Humificación. Suponiendo que la adición de materia orgánica es puntual, esta fase se
inicia inmediatamente después de la fase de proliferación microbiana, y prosigue a
medida que disminuye la población microbiana. La actividad de los microorganismos
32
decrece paulatinamente debido a la falta de carbono (cuya oxidación permite la obtención
de energía). En ese momento intervienen las bacterias nitrificantes, de modo que el nivel
de nitratos vuelve a los valores iniciales del proceso. El producto final está constituido por
los compuestos húmicos. El humus sufre también procesos de mineralización, pero en
este caso se trata de una degradación más lenta, debido a la estabilidad de las
sustancias que lo componen. Los productos de este proceso son, como en el caso de la
mineralización primaria, un conjunto de compuestos inorgánicos solubles o gaseosos que
pueden seguir distintas vías dentro del sistema o salir del sistema. Esta mineralización se
conoce como mineralización secundaria o mineralización lenta.
BIOMASA,
COMPUESTOS
PRODUCTOS Mineralización rápida MINERALES
BIQUÍMICOS DE
SOLUBLES O
SÍNTESIS Y
GASEOSOS
XENOBIÓTICOS
Descomposición y
biodegradación Reorganización Mineralización
microbiana de lenta
C, H, O y N
PRODUCTOS
ORGÁNICOS
SENCILLOS
BIOMASA
MICROBIANA
Asimilación microbiana
Humificación
HUMUS
Humificación directa
33
adición de
material con
alta C/N
NO3-
CO2
Figura 3-6. Representación gráfica del proceso de degradación del material originario de la material
orgánica del suelo e incidencia en la formación de nitratos.
34
Figura 3-7. Fórmula de la
Figura 3-8. Fórmula general de la celulosa.
glucosa.
La celulosa y la lignina proceden de los restos orgánicos vegetales, mientras que los restos
animales son utilizados como fuente de proteínas por los microorganismos del suelo.
La síntesis del humus está controlada por una serie de procesos químicos (oxidación,
polimerización...), procesos físicos (desecación...) y procesos biológicos (síntesis microbiana).
Las ligninas, los compuestos fenólicos, los compuestos nitrogenados y las sales minerales
funcionan como materias primas que se incorporan a un proceso de síntesis de moléculas cada
vez más complejas y con nuevas propiedades físico-químicas. De este modo, mientras que los
procesos de mineralización suponen una simplificación, los procesos de humificación incrementan
la complejidad de las sustancias que se obtienen.
El conjunto de moléculas húmicas, resultado de esta cadena de síntesis, se conoce como humus
o humus estable.
La composición del conjunto de sustancias que forman el humus dependerá fundamentalmente del
tipo de materia orgánica humificable que se aporta al suelo (principalmente por su riqueza en
nitrógeno), así como de las condiciones del medio (aireación, humedad, acidez, temperatura, etc.).
El humus constituye la fracción coloidal de la materia orgánica, obtenido por procesos de síntesis
microbiana y diversos procesos físico-químicos a partir de la materia orgánica fresca.
A no ser que se hayan realizado recientemente aportes de estiércol al suelo, o que se hayan
enterrado residuos vegetales procedentes de los cultivos, el 90% de la materia orgánica presente
en un suelo agrícola corresponde al humus. Este hecho nos permite diferenciar entre dos
conceptos distintos: humus y materia orgánica total. La materia orgánica total es el parámetro que
se estudia en los análisis rutinarios de fertilidad del suelo.
35
3.1.4 Propiedades de la materia orgánica del suelo
La materia orgánica del suelo se caracteriza por una serie de propiedades físicas, químicas y
biológicas, que condicionan a su vez las propiedades del suelo.
Se pueden destacar una serie de efectos de la materia orgánica sobre el suelo y las plantas:
1) Propiedades físicas.
a. La materia orgánica humificada proporciona un color oscuro al suelo. Los
cuerpos de color oscuro absorben más radiación lumínica que los cuerpos de
color claro. De este modo, el color oscuro de la superficie del suelo permite
reducir el albedo y, por lo tanto, aumentar la proporción de energía lumínica
transformada en energía térmica en el suelo. Los suelos oscuros pueden
absorber hasta el 80 % de la radiación solar, frente a los más claros, que pueden
absorber hasta el 30 %.
b. El humus tiene mayor capacidad de retención de agua que la arcilla, por lo que
juega un papel muy importante en la economía del agua en el suelo.
c. La materia orgánica influye en el ciclo de la energía en los ecosistemas:
i. Posee un elevado calor específico, debido a su alta capacidad de
adsorción de agua. Este hecho permite que el suelo posea una gran
inercia térmica, siendo necesario que reciba o pierda una gran cantidad
de energía para aumentar o disminuir su temperatura, respectivamente.
La materia orgánica actúa como un regulador de la variación de
temperatura del suelo. Por otra parte, la elevada capacidad de
retención de agua de la materia orgánica favorece la inercia térmica del
suelo.
ii. Los residuos orgánicos tienen un valor calorífico aproximado de 4 a 5
kcal/g. Los organismos del suelo utilizan sólo una pequeña parte de
esta energía. El resto se mantiene en los residuos o se disipa en forma
de calor.
d. La materia orgánica favorece el desarrollo de la estructura del suelo:
i. Muchas de las moléculas orgánicas producidas por los
microorganismos favorecen la agregación al formar compuestos con la
arcilla (en la arcilla hay gran cantidad de cargas negativas). A su vez,
las raicillas y los micelios de los hongos ayudan a conservar los
agregados, e igual ocurre con los exudados gelatinosos segregados por
muchos organismos (plantas, bacterias...).
ii. Al igual que en el caso de la arcilla, la presencia de materia orgánica en
el suelo favorece la formación y la estabilidad estructural de los
agregados. Esto es debido a que las sustancias húmicas poseen un
alto poder aglomerante, y se unen en grupos estables, englobando a
también a las partículas minerales.
iii. La presencia de materia orgánica humificada favorece una adecuada
porosidad desde el punto de vista agronómico, lo que, a su vez, permite
una elevada aireación del suelo y una buena permeabilidad. En suelos
pesados, poco porosos, de textura arcillosa, se favorece la infiltración
de agua al existir espacios vacíos tras el proceso de agregación. Por el
contrario, en suelos ligeros, porosos, de textura arenosa, la adición de
materia orgánica disminuye la permeabilidad y aumenta la capacidad
36
de retención de agua. De este modo, la materia orgánica actúa como
un regulador de la capacidad de retención y la infiltración del agua.
iv. Se favorece la penetración de las raíces en el suelo.
v. Disminuye la erodibilidad del suelo, ya que los restos orgánicos
depositados sobre la superficie del suelo lo protege de los efectos de la
erosión hídrica y eólica. La agregación de las partículas en agregados
las protege también de la erosión.
vi. Disminuye el riesgo de formación de costra superficial.
2) Propiedades químicas.
a. Debido a su tamaño y a que se trata de moléculas cargadas eléctricamente, las
sustancias orgánicas poseen un marcado carácter coloidal. Al igual que las
arcillas, poseen la capacidad de hincharse, contraerse, adsorber moléculas en
su superficie, dispersarse, flocular y participar en el intercambio catiónico con la
solución del suelo. La materia orgánica, por lo tanto, posee la capacidad de
reaccionar con el suelo y las raíces. Las moléculas húmicas están cargadas
negativamente, debido a la disociación débil de los grupos carboxílicos (Figura
3-10). La floculación de estos coloides sólo se ve afectada por iones
polivalentes, tales como Ca2+ o Mg2+. Por esta razón, las enmiendas calcáreas
deben preceder a los aportes de materia orgánica, de modo que el humus pueda
formarse en presencia de Ca2+. En este caso, el Mg2+ tiene una acción menos
importante que el Ca2+. La necesidad de Ca2+ necesaria para la saturación de
los coloides húmicos es mucho mayor que en el caso de la arcilla. El humus
mejora el poder de retención de cationes del suelo (poder adsorbente).
b. Como coloide floculado, la materia orgánica humificada actúa como agente
cementante de las partículas de arcilla floculada y de las partículas de tamaño
limo, constituyendo agregados y proporcionándoles estabilidad.
c. La capacidad aproximada de intercambio catiónico del humus es elevada. Esto
es importante, ya que supone la posibilidad de tener un depósito de iones
minerales que pueden ser cedidos a la solución del suelo y asimilados por las
plantas. El complejo de cambio actúa como reserva de nutrientes en el suelo. La
materia orgánica posee una elevada capacidad de intercambio catiónico
(aproximadamente de 200 cmol (+)/Kg de materia orgánica), debido al carácter
coloidal de las moléculas húmicas, lo que incrementa su papel como reserva de
nutrientes del suelo. La CIC de la materia orgánica es de 3 a 5 veces superior a
la CIC de las arcillas. Este valor depende esencialmente del grado de oxidación
de la materia orgánica humificada. Al aumentar el grado de oxidación aumenta
también el número de grupos funcionales capaces de intercambiar cationes con
el medio.
d. Los suelos con una elevada proporción de materia orgánica tienen gran
capacidad amortiguadora del pH, ya que entre los diversos cationes fijados por
el complejo adsorbente está el catión hidrógeno. La proporción de protones
adsorbidos está en equilibrio con la concentración de protones en la solución del
suelo, de modo que ante un descenso del pH, los protones en exceso pueden
ser incorporados al complejo adsorbente, y ante un incremento del pH, los
protones adsorbidos pueden pasar a la solución. De esta manera, la materia
orgánica actúa como un regulador de la acidez del suelo. Por otra parte, en los
suelos humificados, existe un equilibrio entre la producción de protones y el
aporte de iones básicos.
37
e. Es un agente activo de alteración de los minerales, debido a su carácter
ligeramente ácido. El humus posee un cierto carácter ácido, pero normalmente
no es un agente acidificante del suelo. Este carácter ácido se debe a la
presencia de grupos ácidos carboxílicos (–COOH) o fenólicos (–C6H 4OH)
procedentes de la oxidación de la lignina. Así mismo, la nitrificación del ión NH4+
durante la mineralización de la materia orgánica libera protones al medio, lo que
proporciona un cierto carácter acidificante a la materia orgánica. Esta ligera
acidez permite el ataque por parte del humus a ciertos compuestos minerales o
sales insolubles, como los fosfatos, permitiendo así que puedan ser utilizados
por las plantas. Cuando el humus se forma en buenas condiciones de aireación,
humedad moderada, relación C/N adecuada y en presencia de bases, posee la
capacidad de fijar iones del suelo (poder adsorbente), limitando el número de
iones H+ o H3O+ libres, responsables de la reacción ácida del suelo. Los suelos
que se benefician de aportes regulares superficiales de materiales orgánicos
humificables mantienen generalmente un pH próximo a la neutralidad.
f. Su mineralización proporciona elementos minerales solubles, asimilables por las
plantas, ya sea en forma de aniones (CO3=, NO3-, PO43-, CO4=, HCO3- , etc.) o
cationes (NH4+, K+, Ca2+, Mg2+, Fe2+, etc.). En suelos con vegetación natural, los
nutrientes se reciclan continuamente, ya que la materia orgánica es degradada y
liberados los nutrientes al suelo, en estado asimilable para la vegetación. En
suelos sometidos a cultivo, sin embargo, no existe restitución de los nutrientes al
suelo, lo que origina la pérdida por lavado de los iones de la solución, así como
la necesidad de abonados.
g. Constituye una fuente de CO2, lo que contribuye a la solubilización de algunos
minerales del suelo, favoreciendo así su absorción por la planta.
h. Protege al suelo de la contaminación, ya que la materia orgánica adsorbe tanto
plaguicidas como otros contaminantes del suelo y evita que estos puedan llegar
a los acuíferos.
3) Propiedades biológicas.
a. La materia orgánica del suelo constituye una importante fuente de energía y
nutrientes para los microorganismos del suelo.
b. La materia orgánica influye también sobre algunos aspectos fisiológicos de las
plantas. Al degradarse y transformarse, la materia orgánica libera compuestos
nutritivos y hormonales que actúan sobre las plantas, generalmente induciendo
su desarrollo. En ocasiones también hay un efecto depresivo, como en el caso
de las substancias aleopáticas.
c. Favorece el desarrollo y formación de las raíces principales y secundarias
(acción rizógena).
d. Favorece los procesos de intercambio de fluidos, al influir sobre la porosidad y la
estructura del suelo.
e. Ejerce una acción estimulante sobre la absorción de nutrientes por las plantas,
favorece la micorrización.
f. Aumenta la actividad enzimática del suelo y la biotransformación.
g. La materia orgánica humificada regula el estado de óxido-reducción del medio,
debido a la presencia de ácidos húmicos. De ese modo, cuando el oxígeno es
insuficiente, se facilita la respiración radicular por medio de humatos.
38
h. Mantiene estable la proporción de CO2 en la atmósfera del suelo. El CO2
acidifica la solución del suelo y asegura la solubilización de determinados
compuestos minerales poco solubles.
39
3.3 Tipos de humus
Los distintos tipos de humus se establecen en función de su morfología y composición. La
actividad biológica del suelo, las características físicas y químicas del sustrato, la vegetación y el
clima influyen sobre el grado de estabilización y maduración de los complejos húmicos que se
forman en el suelo. De una manera muy general, los tipos básicos de humus que podemos
encontrar en el suelo son tres: humus mor, humus moder y humus mull.
40
3.3.3 Humus mull
El mull es un tipo de humus muy evolucionado, típico de suelos naturales y de sistemas
biológicamente activos. El humus mull puede ser de dos tipos: mull cálcico y mull forestal.
1) Mull cálcico. Está presente en suelos básicos donde la relación C/N es inferior a 12 y
la saturación del complejo de cambio es superior al 75%. La actividad de la
microflora es muy buena, de modo que los residuos orgánicos se transforman con
rapidez.
2) Mull forestal. Es propio de suelos de clima templado o cálido, donde la relación C/N
varía entre 12 y 15, y la saturación del complejo de cambio está entre 25 y 75%. La
roca puede ser silícea o caliza (en este caso, el lavado debe ser intenso). La
actividad microbiana se ve favorecida por estas condiciones, aunque algo menos que
en el caso del mull cálcico.
41
Tabla 3-2. Relación C/N en distintos tipos de materia orgánica.
Tipo de residuo Relación C/N Rango
Microorganismos 8
Leguminosas 10 Bajo
Algas marinas 19
Guano 20
Hojas secas 50
Moderado
Avena 60
Maíz 60
Paja 80
Cáscara de cereal 80
Alto
Acículas de pino 100
Serrín de madera 400
42
Para evitar el empobrecimiento progresivo del suelo y permitir el mantenimiento de la producción,
existen básicamente dos técnicas:
1) En los países occidentales se realiza el cultivo de “parcela fija”. El agricultor debe
recurrir al abonado mineral para aumentar la concentración de los nutrientes y a la
adición de materia orgánica artificialmente al suelo, o bien al barbecho, técnica
extensiva que permite la recuperación anual del suelo de forma natural.
2) En diversos países de África y Sudamérica se practica la agricultura itinerante. Se
cultivan áreas de poca extensión. El suelo cultivado es abandonado al cabo de un
período de tiempo que oscila entre 2 y 5 años, dependiendo del rendimiento y otros
condicionantes ecológicos y sociales. En ese momento se comienza a explotar un
nuevo punto del que se retira la vegetación original, generalmente mediante el fuego.
Esto permite la evolución del suelo de manera natural y la rápida recuperación de los
terrenos abandonados.
43
4 BIOLOGÍA DEL SUELO
44
b. Sustancias aceptoras de electrones, que intervienen en reacciones redox. Entre
estas sustancias se encuentran el O2, algunos compuestos orgánicos, el NO3-,
NO2-, SO42-, etc.
c. Como fuentes de carbono, los organismos pueden utilizar compuestos
inorgánicos, como el CO2 o HCO3- , así como compuestos orgánicos.
d. Factores de crecimiento: vitaminas y aminoácidos.
e. Elementos esenciales, entre los que se encuentran el C, H, O, N, P, K, S, Ca,
Mg, Fe, Mn, Cu, Zn, B, Mo, etc.
2) Condiciones del medio:
a. Temperatura. Los seres vivos poseen un intervalo de temperatura en el que
desarrollan su actividad, así como una temperatura óptima. Según esto, los
organismos se pueden agrupar en tres clases:
i. Termófilos, cuando viven bajo temperaturas comprendidas entre 45 y
65 ºC.
ii. Mesófilos, entre 15 y 45 ºC.
iii. Psicrófilos, por debajo de 20 ºC.
T ºC
b. Disponibilidad de agua.
c. Disponibilidad de oxígeno. En el suelo existen diversos ambientes en función de
la disponibilidad de oxígeno. De ese modo, un agregado de suelo que haya
estado recientemente saturado de agua poseerá probablemente un gradiente de
disponibilidad de oxígeno en su atmósfera interna (Figura 4-2). Según esto, los
organismos se pueden clasificar en:
i. Aerobios: se desarrollan en presencia de oxígeno. Los organismos
aerobios pueden ser, a su vez, aerobios estrictos (cuando requieren el
oxígeno como aceptor de electrones en la respiración) o aerobios
facultativos (si pueden vivir tanto en presencia como en ausencia de
oxígeno).
ii. Microaerófilos: requieren concentraciones bajas de oxígeno.
45
iii. Anaerobios: se desarrollan en ausencia de oxígeno, que resulta tóxico
para ellos. En lugar de oxígeno, como aceptor de electrones utilizan
nitratos, sulfatos, hierro, CO2 y otros compuestos.
21 %
15 %
10 mm 10 %
5%
0%
46
procesos de degradación de los residuos orgánicos, facilitando la acción de
otros organismos como los hongos.
b. Macroflora. A excepción de las plantas de tallos subterráneos, esta clase está
constituida fundamentalmente por las raíces de las plantas superiores. La
importancia de las raíces en el suelo es elevada, ya que constituyen una de las
fuentes más importantes de residuos orgánicos del suelo, sobre todo en las
capas inferiores; contribuyen a la estabilidad de los agregados del suelo debido
a su estructura; la actividad respiratoria de las raíces (consumo de O2 y
desprendimiento de CO2) contribuye a la formación de la atmósfera del suelo;
favorecen el desarrollo de microflora edáfica en sus inmediaciones; retiran
nutrientes del medio, incorporándolos a la biomasa y disminuyendo las salidas
de nutrientes del sistema por lixiviación.
2) Mesofauna. Individuos con tamaño comprendido entre 20 mm y 200 µm. En este grupo
se encuentran los pequeños invertebrados, como artrópodos, anélidos, nemátodos,
moluscos, etc.
3) Microbiota. Organismos con tamaño menor de 200 µm. Los microorganismos pueden
agruparse a su vez en dos clases, según su naturaleza:
a. Microfauna: animales de muy pequeño tamaño, como los rotíferos, los protozoos
y los nematodos de tamaño más pequeño. En un gramo de suelo puede haber
de 40 a 50 nematodos. Algunos de los componentes de la microfauna son
saprofitos o parásitos de las plantas superiores.
b. Microflora: bacterias, actinomicetos, hongos y algas unicelulares.
i. Las algas son autótrofas. No tienen incidencia en la mineralización de
la materia orgánica, pero son organismos productores y, en muchos
casos, fijadores de nitrógeno atmosférico. En la superficie, su número
puede oscilar entre 100.000 y 800.000 por gramo de suelo.
ii. Los hongos juegan un papel muy importante en la descomposición de
la materia orgánica. Puede existir hasta un millón de microorganismos
de este tipo por gramo de suelo. Son generalmente aerobios y resisten
bien las condiciones extremas de temperatura y acidez del suelo. Los
actinomicetos constituyen un grupo especial de hongos (hongos
imperfectos). Son responsables en gran parte de la descomposición de
los residuos orgánicos y en la síntesis de algunas sustancias, pero no
contribuyen a la mineralización del humus. Algunos actinomicetos
secretan sustancias probióticas o antibióticas al medio. Otros son
parásitos de plantas superiores. En un gramo de suelo pueden existir
entre 15 y 20 millones de hongos actinomicetos.
iii. Las bacterias son un grupo muy diversificado y numeroso en el suelo.
Su número puede oscilar entre 60 y 3.000 millones de bacterias por
gramo de suelo. Poseen un papel importante en la fragmentación,
humificación y mineralización de la materia orgánica fresca. También
contribuyen de manera importante al ciclo de nutrientes como el
nitrógeno y el azufre en el suelo.
47
Molusco
Lombriz
Pequeños vertebrados
Plantas
Figura 4-3. Macrobiota (6 cm – 2 cm).
Nematodo Diplópodo
Hormiga
Figura 4-4. Mesobiota (20 mm – 200 µ mm).
48
Bacteria Alga diatomea
Hongo Paramecio
Figura 4-5. Microbiota (< 200 µm).
49
6) Heterótrofos. Los organismos heterótrofos requieren el aporte de los compuestos
orgánicos que les sirven como fuente de energía y de carbono. Son responsables de la
destrucción mecánica de los residuos orgánicos. Obtienen la energía mediante la
oxidación de moléculas hidrocarbonadas ricas en energía, con desprendimiento de CO2
(respiración).
7) Simbióticos. Los organismos simbióticos obtienen energía y nutrientes mediante su
asociación, de modo que ambos componentes obtienen algún beneficio. Los tipos de
asociaciones, simbiosis, pueden clasificarse de la siguiente manera:
a. Interacciones entre microorganismos. Determinados microorganismos pueden
aprovecharse de la presencia de otros. La asociación no ha de ser
necesariamente beneficiosa para ambos, aunque sí lo es para al menos uno de
ellos. Algunas bacterias aprovechan las sustancias excretadas al medio por
otras, tales como vitaminas, sustancias que estimulan el crecimiento,
antibióticos, etc. En otros casos, las bacterias pueden actuar como
depredadoras de otras. Del mismo modo, existen determinadas especies de
hongos cuya fuente de alimento es la depredación de especies de nematodos.
b. Interacciones entre microorganismos y fauna del suelo. Algunos efectos
beneficiosos sobre el suelo o los cultivos de organismos como las lombrices se
conoce desde la antigüedad. Las lombrices contribuyen tanto a la formación del
suelo como a su estructuración. En el tubo digestivo de las lombrices existe una
importante flora microbiana que participa en la liberación de nutrientes
contenidos en los restos vegetales.
c. Interacciones entre plantas y microorganismos.
i. Micorrización. Las micorrizas son el resultado de la asociación de
hongos y raíces de plantas superiores. Las micorrizas pueden
extenderse y ramificarse dentro de las raíces jóvenes (endomicorrizas)
o formar una cubierta externa y penetrando sólo hasta la epidermis
radicular, funcionando más bien como una extensión de las raíces
(ectomicorrizas). Las micorrizas producen sustancias de crecimiento
para la planta, aumentan su resistencia a la sequía y disminuyen el
riesgo de enfermedades. Facilitan la absorción de agua y nutrientes.
Por otro lado, la planta cede al hongo carbohidratos sencillos y
vitaminas.
ii. Fijación de nitrógeno atmosférico. Algunas plantas, principalmente las
leguminosas, pueden establecer simbiosis con bacterias de vida libre
en el suelo. Estas bacterias, del género Rhizobium pueden fijar el
nitrógeno atmosférico. La fijación de N2 atmosférico supone la principal
vía de entrada del nitrógeno en el suelo. La bacteria cede compuestos
nitrogenados a la planta, mientras que esta le cede compuestos
hidrocarbonados.
iii. Interacciones entre hongos y algas (líquenes). Los líquenes consisten
en la asociación entre un alga o cianobacteria y un hongo
(generalmente un ascomiceto). Este tipo de asociación permite que el
liquen colonice hábitats en los que ni hongos ni algas pueden vivir de
forma independiente.
50
4.4 Los organismos del suelo como factor formador
La actividad de los organismos que viven en el suelo condiciona el desarrollo de este, tanto desde
un aspecto físico como químico. Por lo tanto, deben ser considerados como uno de los factores
formadores del suelo.
De este modo, puede esquematizarse la influencia de los organismos sobre el suelo de la
siguiente manera:
1) Actividad mecánica.
a. Los animales del suelo llevan a cabo la fragmentación de los residuos orgánicos.
Este proceso facilita la alteración química posterior de los restos, y por lo tanto
los procesos de mineralización y humificación.
b. Bioturbación del material del suelo, lo que favorece la asociación de
componentes orgánicos e inorgánicos.
c. La actividad de los organismos afecta a la porosidad del suelo, ya sea
aumentando el espacio poroso (mediante la creación de túneles y cámaras) o
modificando la geometría de los poros del suelo (los túneles que fabrican
determinados animales funcionan como canales menos tortuosos que los
naturales y que facilitan el drenaje del suelo).
2) Actividad química. Los organismos del suelo participan activamente en el ciclo de la
materia orgánica e inorgánica dentro del suelo:
a. Los organismos pueden secretar productos orgánicos activos que facilitan la
alteración química de la roca. Así mismo, pueden inducir la formación de
complejos y quelatos.
b. La actividad enzimática de los organismos permite la degradación de los
compuestos orgánicos a moléculas más sencillas (por ejemplo: la obtención de
aminoácidos a partir de proteínas).
c. Los hongos y otros microorganismos llevan a cabo la mineralización de los
componentes orgánicos, lo que permite la liberación de sales minerales
asimilables por la planta. Además, intervienen en la humificación de la materia
orgánica.
d. Síntesis y excreción de productos orgánicos en el suelo. Algunos compuestos,
como los mucopolisacáridos excretados por diversos tipos de seres vivos son
sustancias que facilitan la agregación de las partículas del suelo.
e. Fijación biológica de nitrógeno. El nitrógeno atmosférico puede ser fijado por los
seres vivos como Azotobacter o Clostridium, o mediante simbiosis entre las
plantas leguminosas y las bacterias del género Rhizobium.
f. Los organismos del suelo intervienen en el ciclo de numerosos elementos en el
suelo. Algunos de estos elementos son el C, N, S, P, Ca, Fe, Mn, etc.
La actividad de los microorganismos sobre los compuestos orgánicos en el suelo comprende un
conjunto complejo de procesos que afectan al desarrollo del suelo y al ciclo de la materia orgánica.
Los principales procesos químicos que ocurren como consecuencia de la actividad bioquímica en
el suelo son los siguientes:
§ Procesos que afectan al ciclo del carbono:
§ Celulolisis. Consiste en la hidrólisis de las cadenas de celulosa por medio de
enzimas (celulasas). Los procesos de celulolisis pueden ocurrir tanto en
condiciones aerobias como anaerobias.
51
• En condiciones aerobias actúan bacterias, hongos y actinomicetos, que
llevan a cabo la fragmentación de la celulosa para obtener moléculas
más sencillas (azúcares).
hidrólisis
completa C6H12O6
celulosa (glucosa)
CH4 4 H2
péptidos
compuestos
lignina complejos polifenol-proteína
fenólicos
Figura 4-8. Hidrólisis de la lignina, un compuesto polifenólico, y posterior formación de complejos
polifenol-proteína.
H2 H H2 R2 proteasa H2 H H2 R2
–N–C–C–N–C–C– –N–C–C– + –N–C–C–
R1 O H O R1 O H O
Figura 4-9. Hidrólisis de un dímero proteico en dos aminoácidos.
52
H2 H
–N–C–C– R – CH2OH + CO2 + NH3
NH
R O
Figura 4-10. Amonificación del suelo a partir del nitrógeno orgánico.
Nitrosomonas
NH4+ + 1.5 O2 NO2- + H3O+
Nitrobacter
NO2- + 0.5 O2 NO3-
Figura 4-11. Nitrificación.
§ Procesos que afectan al ciclo del azufre. Se trata de un grupo de reacciones redox que
utilizan el azufre como elemento que cede o acepta electrones, para obtener energía.
§ Oxidación de los sulfuros.
S2- SO 3- SO 42-
Figura 4-13. Oxidación de los sulfuros llevada a cabo por Thiobacillus.
2S + 3O2 + 2H 2O 2 H2SO4
Figura 4-14. oxidación del azufre llevada a cabo por Thiobacillus thiooxidans.
53
§ Reducción del sulfato.
54
5 TEXTURA DEL SUELO
Determinadas propiedades de las partículas minerales del suelo están condicionadas por su
tamaño. Existen diversos tipos de clasificaciones utilizadas en la actualidad. Aunque todas aceptan
de manera establecida los términos de grava, arena, limo y arcilla, difieren ligeramente en los
límites establecidos para cada clase. De una manera aproximada, la Figura 5-2 da una idea de los
tamaños relativos de las distintas partículas del suelo.
El tamaño de las partículas del suelo afecta tanto a su superficie interna como al número y tamaño
de los poros. Cuanto menor es el tamaño de partícula, mayor es la superficie interna del suelo; es
55
decir: mayor es la suma de la superficie de las partículas del suelo (Figura 5-3). Por otra parte, y
de manera general, un menor tamaño de partícula disminuye el tamaño de los poros del suelo, de
manera que partículas más pequeñas originan suelos con poros más escasos y pequeños (Figura
5-4).
ARENA
LIMO
ARCILLA
Figura 5-3. La Esponja de Menger es un fractal que ilustra bien la variación de la superficie interna
del suelo respecto al tamaño de las partículas que lo constituyen. En este caso se representa un
proceso de sólo 3 iteraciones. Si el número de iteraciones continua, se tiende hacia una esponja de
superficie infinita y volumen nulo.
56
Figura 5-4. El tamaño de las partículas del suelo afecta al tamaño de los poros. En el caso de la
izquierda, las partículas son pequeñas y los poros entre ellas también. En el caso de la derecha, las
partículas y los poros entre ellas son más grandes.
57
c. La arcilla es la fracción más pequeña. Mientras que la arena y el limo
provienen del fraccionamiento físico de la roca, la arcilla proviene de la
alteración química del material original. Por lo tanto, se diferencia
mineralógicamente de las anteriores fracciones por estar compuesta por
minerales originados por la meteorización, que no se encuentran en las
rocas sin meteorizar. Las partículas de arcilla tienen capacidad de
agregación y no se comportan como granos individuales en el suelo. Su
tamaño es inferior a 2 µm y poseen unas propiedades físicas y químicas
especiales. Su relación superficie/volumen es superior a 3000 m-1.
La grava y otros materiales de tamaño mayor que 2 mm no se consideran como parte del suelo a
la hora de evaluar su textura u otros aspectos.
La textura se puede representar gráficamente mediante el diagrama textural (Figura 5-5). Un
diagrama textural es un gráfico en forma de triángulo equilátero sobre cada uno de cuyos lados se
58
representa el porcentaje de arena, limo y arcilla. De este modo es posible relacionar gráficamente
diversas muestras de suelo.
Las partículas agrupadas en cada clase textural poseen características agronómicas semejantes.
Desde un punto de vista práctico, los suelos pueden agruparse en tres tipos distintos, según la
clase textural predominante:
1) Suelos pesados (arcillosos).
2) Suelos medios.
3) Suelos ligeros (arenosos).
Por otro lado, los suelos que poseen una composición equilibrada de arena, limo y arcilla se
conocen como suelos francos (una composición equilibrada no quiere decir un reparto equitativo
entre las tres fracciones, tal y como se muestra en la Figura 5-5).
100
90 10
80 20
70 30
ARCILLOSO
60 40 LIMO
ARCILLA 50
50
40 60
30 70
20 80
FRANCO
LIMOSO
10 90
ARENOSO
100
100 90 80 70 60 50 40 30 20 10
ARENA
59
Arcilloso Muy plástico
Arcilla
Moderadamente
Franco arcilloso
plástico
Limo
Franco Poco plástico
arenoso Arena
14000
12000
Superficie / volumen
10000
8000
(mm-1)
6000
4000
2000
0
0 0,01 0,02 0,03 0,04 0,05
Radio (mm)
Figura 5-7. Relación entre la superficie específica de las partículas del suelo y su tamaño.
60
Zona de arrastre
Zona de
transporte
Zona de
sedimentación
Figura 5-8. Influencia del relieve sobre los procesos de arrastre y sedimentación de partículas.
Arcilla Arcilla
A A
E
Bt
R
C
R
Figura 5-9. Influencia de la edad del suelo sobre la distribución de las partículas de arcilla en el suelo.
Por otra parte, la composición granulométrica del suelo condiciona la mayoría de las propiedades
físicas y químicas del suelo. Desde el punto de vista físico, la textura condiciona la estructura, el
color, la consistencia, la porosidad, el intercambio de fluidos (aireación y permeabilidad), el grado
de hidromorfía y la retención de agua o los procesos de lavado. La importancia de la fracción
granulométrica de la arcilla es considerable y compleja. Esta actividad es importante desde el
punto de vista físico y químico. Arena y limo, sin embargo, constituyen clases texturales cuya
importancia es fundamentalmente de tipo físico. Las partículas pertenecientes a las fracciones limo
y arena constituyen el esqueleto del suelo.
61
De una manera general, la textura posee una elevada influencia sobre las siguientes propiedades
del suelo:
1) Desde un punto de vista agronómico, la textura del suelo es extremadamente importante
por sus consecuencias sobre los cultivos.
a. Los suelos arenosos poseen en general una buena fertilidad física y una mala
fertilidad química.
i. Los suelos arenosos son inertes desde el punto de vista químico,
carecen de propiedades coloidales y sus reservas de nutrientes son
pobres.
ii. Por otra parte, en cuanto a sus propiedades físicas, el grado de
desarrollo de la estructura es muy bajo, poseen un grado de aireación
muy alto, muy alta permeabilidad y muy escasa retención de agua (baja
capacidad de campo), lo que limita el desarrollo de la vegetación bajo
climas secos. La aireación y la poca capacidad de retención de agua
permiten un rápido calentamiento del suelo. La plasticidad de los suelos
arenosos es muy baja.
b. Los suelos limosos no son frecuentes, limitándose a zonas de acumulación
aluvial.
i. Si la proporción de materia orgánica en el suelo es baja, la capacidad
de intercambio catiónico del suelo y las reservas de nutrientes son poco
importantes.
ii. El grado de desarrollo de la estructura es muy bajo, ya que los limos
carecen de capacidad de agregación.
iii. El limo posee una cierta capacidad de retención de agua, superior a la
de las arenas, pero de escasa importancia. Además, al ser partículas
relativamente finas, pueden ser arrastradas por el agua y depositarse
rellenando los poros, de forma que se disminuye la aireación y la
permeabilidad.
c. Por el contrario los suelos arcillosos son muy activos desde el punto de vista
químico. Las propiedades químicas de la arcilla, como ya se ha discutido con
anterioridad, vienen determinadas por su carácter coloidal y por su elevada
superficie específica (Figura 5-7).
i. Las arcillas poseen capacidad de agregación entre sí, de modo que los
suelos arcillosos poseen una estructura más desarrollada que en el
caso de los suelos arenosos o limosos. En la agregación de las
partículas de arcilla interviene también la materia orgánica, así como
cationes presentes en la solución del suelo.
ii. Desde un punto de vista químico, las arcillas constituyen la principal
fuente de intercambio catiónico de origen mineral, funcionan como
reserva de nutrientes del suelo junto a la materia orgánica, y poseen
una gran capacidad de regulación del pH.
iii. La arcilla puede retener una fina capa de moléculas de agua en su
superficie, lo que eleva el punto de marchitez de los suelos arcillosos.
iv. Los suelos arcillosos presentan una elevada capacidad de retención de
agua y están bien estructurados, pero su baja porosidad puede
hacerlos impermeables y asfixiantes.
62
v. El material es muy plástico.
vi. Algunas arcillas (como las esmectitas) poseen capacidad de
hinchamiento y contracción según el grado de humedad del suelo.
d. En los suelos francos se favorece la formación de estructura, lo que favorece a
su vez los procesos físicos, químicos y biológicos del suelo. La textura franca
puede obtenerse mediante la adición de materia orgánica al suelo.
2) La textura condiciona la erodibilidad del suelo. Las partículas de arena son arrastradas
por el viento y agua, las arenas finas son muy erosionables. Las arcillas se unen entre sí
y se protegen, los limos no se unen y se erosionan más fácilmente.
3) El comportamiento de cada fracción es distinto en cuanto a su poder de amortiguación de
la contaminación del suelo. Las arenas son muy inertes mientras que las arcillas tienen
un alto poder de amortiguación , pueden fijar y transformar a los contaminantes y
presenta por tanto una alta capacidad de autodepuración.
63
d. Posteriormente, eliminando los granos de arena gruesa visibles, se forman
filamentos de 1 mm de diámetro y 8 cm de longitud.
e. Si se consigue el paso anterior, se comprueba si se pueden doblar ambos sin
resquebrajarse.
2) Interpretación. La Tabla 5-2 muestra la interpretación de los resultados.
64
6 ESTRUCTURA DEL SUELO
6.1 Introducción
Para Porta, la estructura es una propiedad típicamente edáfica, que, de presentarse, permite
diferenciar un suelo de un material geológico. Su importancia hace que sea una propiedad
morfológica de referencia en los estudios del suelo en campo.
Las partículas de origen orgánico y mineral que constituyen el suelo no se encuentran aisladas
unas de otras, sino que forman agregados estructurales (también llamados peds). Blackmore y
Miller (1961) ya observaron cómo la montmorillonita cálcica puede disponerse en grupos de cuatro
o cinco partículas, en función de diversas características del suelo. A cada uno de estos grupos lo
llamaron “tactoide”.
El hecho de que las partículas de suelo no formen una masa continua y compacta, sino que se
asocian de manera que conforman un espacio de poros intercomunicados hace posible el
desarrollo de la vida en el suelo.
Este espacio hueco, formado por poros, canales, cámaras y fisuras es el que permite el
movimiento de gases y líquidos en el suelo, ofreciendo un entorno favorable a la actividad de los
microorganismos y facilitando el crecimiento radicular de las plantas.
Algunos autores consideran que, más que una propiedad, la estructura es un estado del suelo, ya
que cuando está seco, se pone de manifiesto, pero si está húmedo, el suelo se vuelve masivo, sin
grietas, y la estructura no se manifiesta.
La estructura, por lo tanto, puede definirse de manera simple como la disposición espacial de las
partículas del suelo.
Según Porta, la estructura es el ordenamiento de los granos individuales en partículas
secundarias o agregados y el espacio de huecos que llevan asociado, todo ello como resultado de
interacciones físico-químicas entre las arcillas y los grupos funcionales de la materia orgánica.
Para Baver et al. (1973), la estructura del suelo implica un arreglo u ordenación de las partículas
primarias (arena, limo y arcilla) y secundarias (agregados de partículas primarias) en ciertos
modelos o patrones estructurales, lo que incluye también al espacio de poros asociado.
65
Según la definición aceptada por el USDA (1951), estructura es la agregación de partículas
primarias de un suelo en partículas compuestas o grupos de partículas primarias separadas de los
agregados adyacentes por superficies de debilidad.
De este modo, suelos que presenten valores semejantes de textura, pueden presentar
propiedades físicas muy distintas, según el tipo de estructura que se halle presente.
66
Figura 6-1. Génesis de la estructura.
θ a
2π · a · A
F=
1 + tg (θ/2)
Figura 6-2. Fuerzas de cohesión entre partículas de arena. F = fuerza de unión entre partículas
esféricas; a = radio de la partícula; A = tensión superficial; θ = ángulo de contacto.
Las fuerzas de unión por esta causa pueden explicar el menor riesgo de erosión eólica en suelos
arenosos en estado húmedo que en estado seco.
La formación de agregados se inicia con la formación de unidades de fábrica o microagregados.
La presencia de partículas cargadas eléctricamente permite explicar la interacción entre las
partículas del suelo y el agua o entre las partículas minerales y los grupos funcionales de la
materia orgánica humificada.
67
Las fuerzas de mayor importancia en la estabilización de los microagregados se deben a los
enlaces entre las arcillas y otros componentes del suelo:
1) El CO3Ca actúa como un agente estabilizante. Favorece la floculación y precipita
formando nódulos que incluyen a otras partículas.
2) Los sesquióxidos forman recubrimientos sobre las arcillas.
3) Los grupos funcionales de la materia orgánica humificada establecen puentes de
hidrógeno con las arcillas.
Sin embargo, existe otro tipo de procesos que favorecen el desarrollo de los agregados, y tienen
que ver con la actividad biológica:
1) La penetración de las raíces ensancha huecos preexistentes y deseca el suelo.
2) Los productos mucilaginosos secretados por microorganismos envuelven a las partículas
del suelo formando microagregados.
3) Las lombrices remueven el suelo, contribuyendo a su estructuración, abriendo canales y
favoreciendo la mezcla de materiales orgánicos y minerales.
68
el drenaje. En la estación seca, la estructura se vuelve masiva y, si existen arcillas
hinchables, aparecen grietas de retracción.
Sin embargo, desde un punto de vista morfológico, los agregados del suelo pueden clasificarse por
su forma en varios grupos distintos.
Los tipos de agregados que pueden formar las partículas del suelo se muestran en la Figura 6-4.
69
LAMINAR
Característica de materiales depositados por el agua (como ocurre en llanuras de
inundación). Está originada por el impacto de las gotas de lluvia sobre las costras
superficiales. Impide la penetración de las raíces, así como el intercambio de aire entre
suelo y atmósfera o la infiltración del agua.
PRISMÁTICA
COLUMNAR
Característica de horizontes enriquecidos en
Prismas con su parte superior
arcilla (Bt). Las superficies de debilidad
redondeada. Es una estructura típica
coinciden con las grietas de retracción que se
de horizontes arcillosos enriquecidos
producen tras la desecación. Los agregados
en sales (Btna), muy rara en España,
son muy duros y las raíces tienen una gran
salvo en zonas concretas.
dificultad para penetrar en ellos.
POLIÉDRICA SUBANGULAR
Agregados poliédricos con superficies
POLIÉDRICA ANGULAR no muy planas, con aristas romas y
Agregados poliédricos, con superficies planas sin vértices. Las caras del agregado
de aristas marcadas y con vértices patentes. se ajustan poco a las de los
Las caras del agregado se ajustan muy bien a agregados vecinos. Es un tipo de
las de agregados vecinos. Es una estructura estructura frecuente en horizontes A
típica de horizontes cámbicos (Bw). ócricos y horizontes cámbicos (Bw) o
cálcicos de suelos áridos o
semiáridos.
GRANULAR MIGAJOSA
Agregados poco porosos, con poros Agregados porosos, con los poros
distribuidos no homogéneamente por su distribuidos de manera homogénea
superficie, que no se ajustan a los agregados por su superficie, que no se ajustan a
vecinos. Estructura propia de medios los agregados vecinos. Es
biológicamente activos, ricos en bases y con característica de horizontes ricos en
materia orgánica. Típica de horizontes materia orgánica bien humificada.
superficiales. Típica de horizontes superficiales.
Figura 6-4. Tipos de estructura según la forma de los agregados.
70
6.5 Interpretación práctica
Tal y como lo define Porta, y desde un punto de vista agronómico, un suelo bien estructurado es
aquel que al secarse se desmenuza fácilmente de forma espontánea, cuando está relativamente
seco puede labrarse con facilidad, y cuando está húmedo no se adhiere a los aperos o
herramientas.
La Tabla 6-1 muestra los efectos de la estructura en el suelo.
71
2) Plasma: es un conjunto de elementos finos, no apreciables de manera individual. Se trata
de constituyentes móviles, que cambian fácilmente de forma y composición, que se
pueden redepositar y son mucho más activos química y físicamente. Reflejan mejor los
procesos formadores, pues son más sensibles a los cambios.
3) Inclusiones, o rasgos edáficos, de forma y origen variado que proporcionan información
sobre los procesos físico-químicos que tienen lugar en el suelo.
4) Poros, de diversas formas y tamaños.
Para Brewer, el esqueleto está constituido por partículas mayores de 2 µm de diámetro,
relativamente estables y diferenciables individualmente, mientras que el plasma está constituido
por partículas de tamaño coloidal, menores de 2 µm. Aunque Brewer no incluyó los restos
orgánicos en el esqueleto, hoy sí se hace. El plasma comprende partículas minerales y orgánicas,
capaces de ser movilizadas, organizadas o concentradas por los procesos formadores.
En la Figura 6-5 se muestran diversas microfotografías de láminas delgadas donde se puede
observar el proceso de alteración de la materia orgánica. En las dos primeras microfotografías (a y
b) pueden observarse restos de materia orgánica poco transformada. En este caso es posible
reconocer las estructuras originales de los vasos y otros componentes del tejido vegetal. En la
tercera fotografía (c), se muestra un suelo en el que la materia orgánica está muy humificada. En
este caso, la imagen observable en el microscopio petrográfico (d) no permite reconocer
estructuras del tejido vivo, sino una masa amorfa correspondiente a la materia orgánica
transformada.
a b
Restos de materia orgánica poco transformada.
c d
A la izquierda se puede observar una fotografía normal de material orgánico transformado de color muy
oscuro. A la derecha, una microfotografía del mismo material en la que no se distinguen restos originales.
Figura 6-5. Microfotografías de material orgánico (http://edafologia.ugr.es).
72
Deposición de arcilla sobre las paredes de los poros del suelo.
Arcilla depositada formando capas orientadas sobre Acumulación de cristales de yeso secundario
las paredes de un poro. rellenando los poros del suelo.
Acumulación de materia orgánica sobre las paredes Nódulos de hierro (color oscuro) en un suelo
de partículas minerales en un suelo podzolizado. hidromorfo.
Figura 6-6. Ejemplos de microfotografías (http://edafologia.ugr.es).
73
carbonatos de calcio en forma de nódulos y pseudomicelios, materia orgánica movilizada en
suelos ácidos y nódulos de hidróxidos de hierro como resultado de los procesos de
encharcamiento en un suelo hidromorfo.
74
7 CONSISTENCIA DEL SUELO
7.1 Introducción
Un agregado seco de arcilla es normalmente duro y resistente a la fractura. Sin embargo, a
medida que se agrega agua y el contenido en humedad del agregado aumenta, su resistencia a la
rotura se reduce. Conforme aumenta la humedad de la arcilla, en vez de fracturarse, tiende a
formar una masa compacta que cuando se comprime se vuelve maleable y plástica; si se agrega
mas agua aún, tiende a adherirse a las manos y a las herramientas.
La consistencia del suelo puede definirse como la resistencia que éste opone a la deformación o
ruptura. La consistencia depende de las fuerzas de cohesión que tienen lugar entre las partículas
del suelo, y está relacionada con la estructura, la textura, la humedad o la cantidad y la naturaleza
de los coloides del suelo (arcilla y materia orgánica). La consistencia expresa el estado físico de un
suelo según su contenido en humedad.
En estado seco, el suelo se comporta como un sólido. Cuando se añade agua al suelo, éste
puede sufrir un proceso de expansión. Conforme aumenta el contenido en agua, el suelo pasa a
estado semisólido, plástico y, finalmente, líquido.
De esta manera, dependiendo de la humedad, la arcilla puede presentar diferentes estados de
consistencia, tal como se muestra en la Figura 7-1. Si se parte del estado de saturación, en una
fase inicial, un incremento de la cantidad de agua no se traduce en un incremento de volumen, de
modo que éste permanece constante. Pasado el límite de expansión (Ws), el estado de la masa de
arcilla pasa a semisólido. El límite de expansión se define como el contenido de agua por debajo
del cual el incremento de volumen deja de ser proporcional a la variación del contenido de agua.
En este momento la arcilla es friable, se desmenuza fácilmente. Además, un incremento en la
cantidad de agua añadida produce un incremento en el volumen de la masa de arcilla. Si prosigue
la adición de agua, llega un momento en que la arcilla se vuelve plástica. El contenido en agua en
este punto es el límite plástico (Wp). Si se sigue añadiendo agua hasta llegar a un cierto punto
(límite líquido, Wl), llega un momento en que la masa de arcilla adquiere el estado líquido, y el
incremento de volumen no se detiene. En este punto, el contenido de humedad es tan alto que la
cohesión decrece y la masa de suelo fluye por acción de la gravedad.
Los límites de plasticidad inferior (Wp) y superior (Wl), conocidos también como límites de
Atterberg, definen el índice de plasticidad del suelo (Wl-Wp). Por lo general, los límites de
plasticidad superior e inferior aumentan con el contenido de arcilla y de materia orgánica.
75
Límite de Límite Límite
expansión plástico líquido
Volumen
del suelo
Duro Friable
Plástico Líquido
Sólido Semisólido
Ws Wp Wl Cantidad
de agua
Figura 7-1. Expansión de la arcilla según su contenido en agua.
Máxima
cohesión
Wp Wl
Máxima
Consistencia adhesividad
En general, las uniones entre partículas de arena o limo son muy débiles. En cambio, las fuerzas
de cohesión entre las partículas de arcilla pueden ser extremadamente fuertes. De esta manera, la
textura condiciona en gran medida la consistencia de los suelos.
La adhesividad se debe a la tensión superficial que se existe entre las partículas de suelo en
estado húmedo. Sin embargo, cuando el contenido de agua aumenta, excesivamente, la adhesión
tiende a disminuir.
76
7.2 Apreciación y determinación de la consistencia del suelo
Debido a la relación que existe entre la consistencia del suelo y el contenido de agua, la
consistencia se determina considerando tres posibles estados del suelo: seco (contenido en
humedad por debajo del punto de marchites permanente), húmedo y mojado (contenido en
humedad por encima de la capacidad de campo). En cada uno de estos estados, el suelo presenta
distintas propiedades (Figura 7-2).
De esta manera, la consistencia del suelo se evalúa de la siguiente manera:
1. Estado seco:
a. Suelto. La masa de suelo se deshace sin aplicar presión. No existen agregados
en el suelo y las partículas del mismo no están unidas entre sí. El suelo está
muy bien aireado y es muy penetrable, pero las raíces tienen poco contacto y la
retención de agua es muy débil. El suelo es muy fácil de labrar.
b. Ligeramente duro. Los agregados de suelo se deshacen al aplicar una ligera
presión entre pulgar e índice. El suelo está bien aireado, es fácil de penetrar y
ofrece buen contacto a las raíces. La retención de agua es, en general, buena y
se labra bien aunque es conveniente que presente un cierto nivel de humedad
para que no se destruyan los agregados.
c. Duro. Es necesario aplicar fuerte presión con pulgar e índice para romper el
agregado. La aireación es escasa y las raíces penetran con mucha dificultad en
los agregados y suelen crecer a través de las fisuras entre agregados contiguos.
Retiene gran cantidad de agua aunque el drenaje puede resultar escaso. Hay
que labrarlo con esmero por su propensión a formar "suelas de labor".
d. Muy duro. Es necesario utilizar las manos para romper los agregados.
e. Extremadamente duro. Es necesario utilizar herramientas para romper los
agregados.
2. Estado húmedo:
a. Suelto. Las propiedades del suelo son análogas a las descritas en el punto 1.a.
b. Friable. La masa de suelo se deshace bajo presión, pero vuelve a unirse
fácilmente. El suelo se desmenuza con cierta facilidad. En seco suele ser blando
o ligeramente duro y su comportamiento es el equivalente a ellos. Se labra muy
bien y proporciona un buen contacto del suelo con las semillas y con las raíces
de las plantas.
c. Firme. Es necesario aplicar cierta presión para deformar la masa de suelo. En
seco suele ser duro o muy duro y con un comportamiento semejante. Puede ser
muy proclive a la formación de suelas de labor, por ello es necesario cultivarlo
con un tempero adecuado.
d. Extremadamente firme. Es necesario aplicar una gran presión para deformar la
masa de suelo. Esto suele ser debido a la presencia de arcillas o agentes
cementantes de tipo químico, como pueden ser los carbonatos, óxidos de hierro
u otros semejantes.
3. Estado mojado. En estado mojado se comprueban la adhesividad y la plasticidad de la
masa de suelo.
a. Adhesividad:
i. No adherente. La masa de suelo no se adhiere a la mano.
77
ii. Ligeramente adherente. La masa de suelo tiende a adherirse a los
dedos pulgar e índice.
iii. Adhesivo. La masa de suelo se adhiere fuertemente a las manos y a las
herramientas.
b. Plasticidad:
i. No plástico. El material no permite formar un cordón.
ii. Ligeramente plástico. Se puede formar un cordón, pero se deforma
fácilmente.
iii. Plástico. Se necesita aplicar cierta presión para deformar el cordón.
78
8 COLOR Y TEMPERATURA DEL
SUELO
79
Tabla 8-1. Colores del suelo.
Color Propiedades del suelo
Oscuro o negro. Normalmente se debe a la presencia de materia orgánica, de forma que
cuanto más oscuro es el horizonte superficial más contenido en materia
orgánica se le supone. Es característico de horizontes A y, en ocasiones, de
horizontes Bh.
Si el color oscuro se restringe a nódulos y películas se le atribuye a los
compuestos de hierro y, sobre todo, de manganeso.
Claro o blanco. Normalmente se debe a los carbonatos de calcio y magnesio o al yeso u otras
sales más solubles.
Los carbonatos pueden presentarse con distintos patrones, de manera
continua o discontinua: en forma de nódulos, películas sobre los agregados o
pseudomicelios. Las sales como el ClNa pueden acumularse también
formando una costra superficial. La acumulación de carbonatos o sales más
solubles puede deberse a la presencia de estas sustancias en el material
original o a la aridez del clima.
En los horizontes eluviales (E), el color claro es consecuencia del lavado de
las arenas (constituidas fundamentalmente por cuarzo).
Pardo amarillento. Se debe a la presencia de óxidos de hierro hidratados, FeO(OH) (goethita), y
unidos a la arcilla y a la materia orgánica.
Color rojo. El color rojo aparece en el suelo como consecuencia de la alteración de
minerales de arcilla, por lo que se presenta habitualmente en los horizontes
Bw o Bt. Se debe a la liberación de óxidos férricos como la hematita (Fe2O3).
Este proceso se ve favorecido en climas cálidos con estaciones de intensa y
larga sequía, como el clima mediterráneo.
El color rojo indica un buen drenaje del suelo, lo que permite la existencia de
condiciones oxidantes para formar los óxidos.
Grises y Se debe a la presencia de compuestos ferrosos y férricos. Estos colores son
abigarrados. característicos de los suelos pseudogley con condiciones alternantes de
reducción y oxidación.
El abigarrado o veteado se presenta como grupos de manchas de colores
rojos, amarillos y grises. Esta propiedad aparece en suelos que se encharcan
durante un período del año.
En ocasiones, puede deberse a la actividad de raíces de plantas que viven en
condiciones de encharcamiento.
Gris y/o verdoso Se debe a la presencia de compuestos como el Fe(OH)2, arcillas saturadas
azulado con Fe2+. Son característicos de suelos que sufren una intensa hidromorfía.
Normalmente indica una falta de oxígeno en el suelo, bien por
encharcamiento, bien por una baja porosidad.
Violeta Indica la presencia de determinados minerales, como el yeso.
Los suelos agrícolas suelen presentar un color poco influenciado por la materia orgánica, ya que la
aportación de residuos es mucho menor que en el caso de los suelos forestales. De esta manera,
la distinción entre horizontes orgánicos y minerales es mucho más débil, debiendo apoyarse en
otras propiedades como la textura o la estructura.
80
8.1.2 Determinación del color del suelo
La determinación del color se realiza de manera visual mediante el sistema Munsell. El color de
una muestra de suelo se compara con muestras de color estándar, de manera que pueden
identificarse tres parámetros:
1. Matiz. La notación del matiz (H, del inglés hue)) de un color indica su posición relativa en
una escala de 100 matices de color distintos. La notación está basada en 10 clases
principales: rojo (5R), rojo amarillento (5YR), amarillo (5Y), amarillo verdoso (5GY), verde
(5G), verde azulado (5BG), azul (5B), azul purpúreo (5PB), púrpura (5P) y púrpura rojizo
(5RP).
2. Brillo. La notación del brillo (V, del inglés value) indica la luminosidad u oscuridad de un
color en relación con una escala neutra de grises, que va desde el negro absoluto (0/)
hasta el blanco absoluto (10/).
3. Intensidad. La notación de la intensidad (C, del inglés chroma) indica el grado de
alejamiento de un determinado matiz de color respecto a un gris neutral (5/) con el mismo
brillo. La escala de la intensidad va desde /0 (gris neutro) hasta /10, /12, /14 o más,
dependiendo de la muestra que se evalúe.
La notación del color se realiza a partir de estos códigos, del siguiente modo: H V/C. En la Figura
8-1 se muestra un ejemplo de una de las fichas de colores Munsell. El color de la ficha situada en
tercer lugar desde la izquierda, y en la segunda fila desde arriba, se codificaría como 5G 8/4.
81
8.2 Temperatura del suelo
La temperatura del suelo es un factor de gran importancia para el agricultor. La temperatura es
una propiedad que posee un efecto muy importante sobre los organismos y sobre los procesos de
alteración química de la fracción mineral del suelo. Cada especie cultivada posee un rango propio
de aptitud para la germinación de la semilla, por ejemplo.
La mayor parte de la energía calorífica que recibe el suelo procede de la energía solar. En un
clima templado, y por término medio, se estima que el suelo recibe 144 calorías·día-1·cm-2.
Obviamente, este valor varía con la latitud, la época del año, la nubosidad, la orientación de la
ladera y la cubierta vegetal.
82
7. En climas fríos, la capa de nieve durante el período invernal puede ayudar a mantener la
energía térmica del suelo, funcionando como un aislante (Figura 8-2-c).
Absorción Absorción
Evaporación Reflexión
Reflexión Evaporación
Convección negra
negra Convección
Absorción Absorción
Evaporación
Convección
Absorción Absorción
Reflexión
negra
83
Figura 8-3. Variación de la incidencia de los rayos solares en función de la latitud cuando inciden
perpendicularmente sobre el ecuador.
Invierno Verano
Figura 8-4. Variación anual de la inclinación de los rayos solares.
84
Caliza
Arena húmeda
Arcilla húmeda
Conductividad Agua
térmica Turba húmeda
Arena
Turba
Arcilla
Figura 8-6. Conductividad térmica de diversos materiales.
0 cm
1
2 4 12 5 11 6 10 7 9 8
25 cm
3
50 cm
75 cm
100 cm
5ºC 10ºC 15ºC 20ºC
Temperatura
Figura 8-7. Variación mensual de la temperatura del suelo en relación con la profundidad del perfil.
La temperatura del suelo es una medida de la que se dispone de muy pocos datos. Se acepta que
la temperatura del suelo a 50 centímetros de profundidad es equivalente a la del aire atmosférico
más 1 grado centígrado. Sin embargo, en la superficie, la variación de temperatura es mucho más
amplia. En la Figura 8-7 se muestra la variación térmica del suelo en relación con la profundidad
durante cada mes del año en un suelo bajo un clima con una estación fría y una estación seca. La
variación de la temperatura media en la superficie tiene un rango de variación de unos 20ºC,
mientras que a 100 cm de profundidad es sólo de unos 10ºC. En la Figura 8-8 se muestra la
variación de la temperatura a lo largo del día. La temperatura media posee un rango de variación
muy amplio en el primer centímetro desde la superficie. Sin embargo, la variación se va
reduciendo conforme aumenta la profundidad. De esta manera, a 90 cm de la superficie, la
temperatura prácticamente no varía entre el día y la noche. Como se puede apreciar, a unos 10
cm de profundidad, las temperaturas máximas y mínimas se alcanzan con un cierto retraso
respecto a la superficie. A 20 cm de profundidad, este retraso puede ser de 6 horas. La
85
temperatura del suelo aumenta progresivamente desde poco después de la salida del sol hasta el
atardecer, cuando el calor que pierde o refleja el suelo es mayor que el que recibe. Después de la
puesta del sol, el suelo continúa perdiendo calor hasta que de nuevo empieza a calentarse, una o
dos horas después del amanecer.
20
1 cm
2 cm
15
5 cm
10 cm
Temperatura del
suelo 10
20 cm
40 cm
5
80 cm
160 cm
0
0 6 12 18 24
Horas del día
Figura 8-8. Variación de la temperatura del suelo durante el día a distintas profundidades.
86
Por otra parte, la temperatura modifica las condiciones del medio y la velocidad a la que actúan
determinados procesos, de modo que también afecta a las plantas de manera indirecta influyendo
sobre:
1. La velocidad de difusión de los gases. La velocidad de difusión de los gases se
incrementa de manera proporcional al aumento de temperatura, lo que influye sobre el
intercambio gaseoso que realizan las raíces y, probablemente sobre la germinación de
las semillas.
2. La actividad microbiana y enzimática en el suelo. La velocidad de las reacciones
bioquímicas varía dentro de un rango de temperaturas limitado por la velocidad de
difusión y la actividad de las proteínas.
3. La solubilidad de determinados compuestos minerales, limitada a baja temperatura.
4. La alteración química de las arcillas, que aumenta proporcionalmente al incremento de la
temperatura.
5. La estructura del suelo, como resultado de algunos de los procesos anteriores.
Porcentaje de la velocidad m áxim a
120
100
80
60
40
20
0
0 10 20 30 40 50
T ºC
Figura 8-9. Rango de temperatura de los procesos fisiológicos en la raíz. La velocidad de los
procesos fisiológicos es muy lenta a temperaturas inferiores a 5ºC. El valor óptimo se alcanza en
torno a 20ºC. A partir de 30ºC la velocidad disminuye y cesa prácticamente a 40ºC.
87
1. El uso de determinados materiales (acolchados) sobre la superficie del suelo, lo que
constituye uno de los medios más eficaces. Algunos de los acolchados más empleados
son los residuos de la cosecha, gravas, plásticos, paja, serrín, corteza de árboles o
estiércol. La cantidad o el tipo de material óptimo dependen de cada cultivo y tipo de
suelo.
2. La labranza del suelo puede contribuir a la obtención de una temperatura óptima, pues
modifica la dinámica de los gases y el agua en el suelo.
3. El arreglo de las plantas, lo que puede contribuir a incrementar la cantidad de radiación
solar que recibe el suelo.
88
9 FASE GASEOSA DEL SUELO
89
CO2 0.03 % 0.2 – 3 %
H2O Variable En saturación
2.0 21.0
O2
1.5 20.5
CO2 %
O2 %
1.0 20.0
CO2
0.5 19.5
0.0 19.0
F M A M J J A S O N D E F M A M J J A S
Figura 9-1. Variación de la concentración de O2 y CO2 en el suelo.
90
100
Figura 9-2. Relación entre el crecimiento relativo de plantones de manzano (longitud máxima dividida
entre la longitud alcanzada) y la proporción de oxígeno en el aire del suelo.
91
Figura 9-3. La densidad aparente se calcula a partir de una muestra de suelo inalterada, tomada con
una caja de Kubiena, cuyo volumen se conoce.
92
1,8
1,7
70
60
Volumen de poros %
50
40
30
20
10
0
Suelo bien Suelo arenoso Suelo
estructurado compactado
La porosidad del suelo varía según el grado de desarrollo y el tipo de estructura que posee.
Normalmente, los suelos mejor estructurados, con un contenido apreciable de arcilla y materia
orgánica poseen una porosidad en torno al 60 %. Los suelos compactados por presión o
cementados poseen valores muy bajos de porosidad. La Figura 9-5 muestra la porosidad
aproximada de distintos tipos de suelo.
93
son grandes y forman canales más o menos continuos. A pesar de todo lo visto anteriormente, la
aireación y la dinámica del agua en el suelo no están reguladas simplemente por el espacio
poroso. Un suelo con un volumen de poros del 60 %, por ejemplo, puede estar mal aireado. La
razón de este fenómeno es el tamaño de los poros, más que su volumen total. Los poros del suelo
pueden clasificarse según su tamaño. De esta manera, podemos encontrar los siguientes tipos:
Tabla 9-2. Clasificación y propiedades de los poros del suelo en función de su tamaño.
En los suelos arenosos, por ejemplo, la aireación es fácil, debido a que los poros tienen tamaño
suficiente para permitir el drenaje del agua en exceso. En los suelos arcillosos, con poros más
pequeños, la aireación es menor, pero la retención de agua disponible para las plantas es mayor.
Por otro lado, el tamaño de los poros es también importante para el crecimiento radicular de las
plantas, de manera que en suelos compactados la facilidad de penetración de las raíces es muy
baja.
La importancia agrícola de la porosidad del suelo es muy grande, y está relacionada íntimamente
con otras propiedades del suelo que influyen sobre su fertilidad física: textura, estructura,
humedad, etc.
En general, los suelos con una estructura de tipo granular o migajosa, de textura franca, poseen
una porosidad total elevada (en torno al 65 %). Los suelos francos son los que proporcionan una
mejor aireación y una mayor reserva de agua en el suelo. Los suelos compactos, por el contrario,
no ofrecen una buena fertilidad física.
En cuanto a la textura, los suelos arenosos poseen una elevada proporción de macroporosidad,
con lo que se consigue una buena aireación, pero una mala capacidad de campo. Los suelos
limosos poseen una porosidad baja (en torno al 40 %), lo que ocasiona una mala aireación,
aunque la cantidad de agua útil es buena. Sin embargo, en el caso de los suelos de textura
arcillosa, la porosidad total puede ser elevada (60 %), pero con una baja proporción de
macroporos. Esto ocasiona una falta de aireación. Aunque la capacidad de campo sea elevada, la
mayor parte del agua retenida está confinada en los microporos, lo que impide la absorción de
agua por las plantas.
94
La Figura 9-6 muestra los diagramas de porosidad de tres perfiles de suelo distintos. En el primer
caso (a), en que el suelo es muy evolucionado y tiene una textura areno-limosa, la capacidad de
aire es elevada y el contenido de agua útil es bajo en todos los horizontes. En el caso b, un suelo
con perfil A1-A2-Bt1-Btg2, que ha sufrido un fuerte lavado de arcilla y encharcamiento temporal en
profundidad, la aireación es buena hasta los 70 cm desde la superficie, donde se sitúa la zona de
encharcamiento que origina procesos de pseudogleyzación (hidromorfía). En este punto en que el
horizonte es rico en arcilla la porosidad total desciende por debajo del 40% y los macroporos
desaparecen, con lo que la capacidad de aire llega al 0%. En el caso c, en que el material es
arcilloso, los horizontes superficiales están bien aireados, en contraste con los más profundos; en
este caso la porosidad total es elevada, pero está formada principalmente por microporos, lo que
reduce la capacidad de aire y eleva el contenido de agua fuertemente ligada a la fase sólida y no
utilizable por las plantas.
Figura 9-6. Diagrama de porosidad de tres tipos de suelo: a, suelo podzólico sobre arenas y limos; b,
suelo pardo lavado con encharcamiento temporal; c, suelo pardo calizo sobre margas.
95
condiciones aerobias, el oxígeno es el aceptor de electrones más fuerte. Las reacciones redox en
el suelo afectan fundamentalmente al oxígeno, nitrógeno, hierro, azufre, manganeso y carbono.
Bajo condiciones reductoras (como el encharcamiento) ocurren procesos como la desnitrificación:
NO3–NH4+
En el suelo existen zonas con ambiente reductor u oxidante en función de las condiciones de
humedad y aireación. De esta forma, existe un gran número de pares redox: NO3–/NO2–, Fe3+/Fe2+,
Mn4+/Mn2+, SO42–/S2– etc.
El potencial redox puede calcularse mediante la ecuación de Nernst:
RT [oxidante]
α
Eh = E 0 + ln
nF [reductor ]β
Donde:
E0 es el potencial normal, en que [oxidante]=[reductor].
R = 8.3 J ºK-1 mol-1.
T = temperatura (en grados Kelvin).
F es la constante de Faraday, 96.493 C mol-1.
n es el número de electrones intercambiados en la reacción de óxido-reducción.
El potencial normal de las principales semirreacciones que pueden ocurrir en el suelo se muestra
en la Tabla 9-3.
Según estos valores, el mejor reductor sería el par S/S—, con un potencial normal de –440 mV,
mientras que el mejor oxidante sería el par H2O2/ H2O, con un potencial normal de 1776 mV.
96
Tabla 9-3. Valor del potencial normal (E0), a 25ºC y 1 atm, de las principales semirreacciones que
pueden ocurrir en el suelo:
Semirreacción E0 (mV)
1 1 -440
S + e− → S 2−
2 2
1 2+ 1 -440
Fe + e − → Fe
2 2
1 0
H + + e− → H 2
2
1 1 140
S + H + + e− → H 2S
2 2
1 210
CO2 + H + + e − → C + H 2O
4
2−
SO4 + 10 H + + 8e − → H 2 S + 4 H 2O 310
O2 + 2 H + + 2e − → H 2O 682
Fe3+ + e − → Fe 2 + 771
− −
NO3 + 2 H + + 2e − → NO2 + 2 H 2O 850
O2 + 4 H + + 4e − → 2 H 2O 1229
MnO2 + H + + 2e − → Mn 2 + + H 2O 1230
−
MnO4 + 8 H + + 5e − → Mn 2 + + 4 H 2O 1510
1 1776
H 2O2 + H + + e − → H 2O
2
Por lo tanto, el valor de Eh permite establecer tres tipos de ambientes en función del predominio
de condiciones oxidantes o reductoras (Tabla 9-4).
97
Tabla 9-4. Relación entre el valor de Eh y los procesos del suelo.
Eh aproximado
Condiciones
(mV)
Aerobiosis.
El oxígeno está presente en una proporción elevada, tanto en forma gaseosa
900 – 450
como en la solución del suelo. Las condiciones son aeróbicas. La nitrificación
es intensa y la materia orgánica se degrada rápidamente.
Anaerobiosis facultativa.
La proporción de oxígeno desciende por debajo de niveles críticos, por lo que
es sustituido en los procesos de oxidación por NO3–, Fe(OH)3 o Mn2O3. La
450 – 0
degradación de la materia orgánica es muy lenta. Por debajo de un 8% de
oxígeno en la fase gaseosa, aparecen procesos anaerobios
(aproximadamente cuando Eh<350 mV).
Anaerobiosis estricta.
El medio es muy reductor. La materia orgánica soluble se descompone
mediante procesos de fermentación. El hierro está totalmente reducido,
incluso a pH neutro. El Fe(CO3) precipita proporcionando un color verdoso
(gley).
Por debajo de –200 mV, se produce la reducción de compuestos como el
0 – -300
sulfato (SO42–S2–), lo que confiere color negro al suelo. En zonas
pantanosas, los hidratos de carbono sufren una fermentación intensa hasta
transformarlos en CH4.
A una concentración inferior al 10%, el CO2 puede estimular la actividad de
los hongos. Sin embargo, cuando aumenta por encima del 50% se vuelve
tóxico.
Los mecanismos de renovación de la atmósfera del suelo más importantes son los siguientes:
1. Flujo de masas. El movimiento de la fase gaseosa del suelo puede realizarse por diversos
motivos:
a. Por acción del viento. El desplazamiento del aire sobre la superficie del suelo
crea una presión negativa que fuerza al aire del suelo a salir al exterior.
98
b. Por efecto de la lluvia: la acumulación de agua en el suelo desplaza al aire de
los poros. Los poros vuelven a llenarse de aire cuando el agua se pierde por
drenaje.
c. Por efecto de la dilatación y contracción de los gases, debido a cambios en la
temperatura o en la presión atmosférica.
d. Por efecto de la expansión y contracción de los agregados, como ocurre en los
suelos ricos en esmectitas.
2. Difusión entre la fase gaseosa del suelo y la atmósfera, cuando existe un gradiente de
presión parcial de uno o varios gases entre los dos compartimentos.
3. Difusión de gases entre la fase gaseosa y líquida del suelo, que va desde los poros llenos
de aire hasta la zona del suelo inmediatamente próxima a las raíces. Los gases disueltos
en el agua se mueven con una velocidad de 1000 a 10000 veces menor que en forma
gaseosa. Los gases más importantes desde este punto de vista son el oxígeno y el CO2,
ya que este intercambio entre el aire y la solución del suelo puede ser fundamental en las
reacciones químicas del suelo, así como en la respiración de los organismos. El
intercambio de gases entre ambas fases es elevado cuando la porosidad es alta y la
estructura es favorable. En el caso de suelos encharcados temporal o permanentemente,
la reposición de oxígeno puede verse limitada en la zona de las raíces.
99
Tabla 9-5. Velocidad de difusión del oxígeno y sus efectos sobre las plantas.
100
Figura 9-7. Formación de una costra de sellado tras el impacto de gotas de lluvia.
101
En suelos encharcados o mal aireados, el CO2 puede entrar en la solución del suelo como H2CO3,
lo que contribuye a elevar la acidez y la solubilidad de determinados compuestos minerales. Los
fosfatos, por ejemplo, tienen una solubilidad más alta en medio ácido. Por otro lado, en los suelos
mal aireados pueden originarse compuestos reducidos de hierro.
102
10 FASE LÍQUIDA DEL SUELO
103
Donde:
ρa es la densidad aparente.
ρw es la densidad del agua (1 g/cc).
El agua del suelo puede provenir de distintas fuentes:
1. Agua de precipitación. Constituye la mayor parte del agua aportada en la mayoría de los
sistemas. Su aporte puede ser continuo o concentrarse en determinadas estaciones.
2. Agua freática, de origen subterráneo.
3. Nieblas, humedad atmosférica. Consiste en un aporte muy débil, pero que en algunos
casos constituye la única aportación de agua durante la época seca.
Una vez en el suelo, el agua de lluvia puede seguir distintas vías (Figura 10-1):
1. Agua de escorrentía. Circula sobre y a través de los horizontes superiores, de manera
paralela a la superficie del suelo. La escorrentía se forma tras el inicio de la lluvia sobre la
superficie del suelo cuando existe una cierta pendiente, aunque sea muy baja. Para que
se forme la escorrentía es necesario que el agua precipitada en un intervalo de tiempo
determinado sea superior a la cantidad que el suelo puede absorber, bien por causa de
sus características físicas, o bien porque se halle ya saturado por agua.
2. Agua gravitacional. Es el agua que se infiltra por efecto de la fuerza de la gravedad a
través de los macroporos y mesoporos del suelo (poros superiores a 10 µm de diámetro).
Circula en sentido vertical u oblicuo (si existe cierta pendiente). Cuando la permeabilidad
de los horizontes inferiores del suelo es muy baja, el agua gravitacional puede
acumularse formando una capa de agua “suspendida” o “colgada” de carácter temporal.
Existen dos tipos de agua gravitacional:
a. Agua gravitacional de flujo rápido. Circula a través de los poros de diámetro
superior a 50 µm de diámetro durante las primeras horas después de la lluvia.
b. Agua gravitacional de flujo lento. Circula durante varias semanas después de
la lluvia a través de los poros de diámetro comprendido entre 50 y 10 µm.
3. Agua retenida. Es el agua que ocupa los mesoporos y microporos del suelo, donde las
fuerzas capilares ascendentes son más fuertes que la gravedad (Figura 10-2).
a. Agua capilar. Es el agua retenida en los mesoporos, y que es utilizable por las
plantas.
b. Agua higroscópica. Es el agua que queda retenida en los microporos,
formando una película muy fina que recubre la pared de las partículas del suelo.
Está tan fuertemente retenida que no es absorbible por las raíces.
104
Lluvia
Escorrentía
Raíces superficial
Agua gravitacional
Escorrentía
subsuperficial
Agua capilar
Agua higroscópica
Capa colgada
Horizonte
Ascenso impermeable
capilar
105
Tabla 10-1. Concentración de distintos elementos en el suelo.
Iones
implicados Iones Iones
Iones en
en la difícilmente fácilmente
disolución
estructura cambiables cambiables
Figura 10-3. Fases del intercambio entre la fase sólida y la fase líquida del suelo.
106
iones entre las fases sólida y líquida del suelo. En función de su disponibilidad, los iones pueden
encontrarse formando parte de la capa difusa asociada a la superficie de las arcillas o en
disolución (Figura 10-4).
Según esto, se pueden definir dos magnitudes:
Intensidad, I: es la disponibilidad de nutrientes en un instante determinado.
Cantidad, Q: es la “reserva” de nutrientes del suelo. La cesión de iones a la solución se
hace de manera lenta y suficiente. de modo que la solución y la fase sólida están en
equilibrio.
A partir de estos dos parámetros, se puede definir la capacidad tampón o capacidad buffer (Cb)
del suelo:
Q
Cb =
I
I
Figura 10-5. Relación entre la cantidad e intensidad. La pendiente de la curva corresponde a la
capacidad buffer. Cuando la disponibilidad de nutrientes y la reserva son altas, la capacidad buffer
es muy baja. Cuando los valores de la reserva son bajos, la capacidad buffer es alta.
107
11 DINÁMICA DEL AGUA EN EL
SUELO
108
5. Fuerzas derivadas de iones en solución. Son de importancia en suelos salinos y en
cultivos hidropónicos.
6. Fuerzas externas (variación en la geometría de los poros, presión de gases, presión
hidráulica en suelos saturados, etc.).
La fuerza con que el suelo retiene al agua depende de la cantidad de agua retenida y de la
superficie específica de las partículas del suelo. Según esto, el agua del suelo se divide en tres
clases principales:
1. La capacidad de campo. Es la máxima cantidad de agua retenida por el suelo (agua
capilar y agua higroscópica). Su medición debe hacerse en el campo, después de un
período lluvioso y tras haber dejado escurrir el agua gravitacional durante tres días,
habiendo protegido el suelo de la evaporación.
2. El punto de marchitez permanente. Corresponde al valor máximo de agua higroscópica,
agua no absorbible por las raíces. Cuando el contenido de agua es igual o menor al punto
de marchitez, las plantas no tienen agua disponible y mueren. El punto de marchitez
depende de la textura y la porosidad, y, por lo tanto, es diferente para cada tipo de suelo.
3. El agua útil es la cantidad de agua almacenada en el suelo después del período de
lluvias, y su valor es la diferencia entre la capacidad de campo y el punto de marchitez
permanente.
En resumen, el agua del suelo está sometida a dos tipos principales de fuerzas:
Fuerzas capilares ascendentes.
Fuerza de la gravedad, descendente.
El efecto de las fuerzas capilares es especialmente importante en los climas áridos, donde la
evapotranspiración potencial es muy alta y se forma un gradiente muy acentuado en la interfase
suelo / atmósfera. Los horizontes más profundos suelen mantener un contenido en humedad más
elevado que los superficiales, ya que no sufren la evaporación o la absorción realizada por las
plantas.
Sin embargo, como se ha visto en el tema anterior, el agua se mueve también de forma paralela a
la superficie del suelo, a favor de la pendiente.
En el movimiento del agua tiene más importancia la estructura del suelo que la textura.
El movimiento de agua del suelo puede clasificarse en los siguientes tipos:
1) Infiltración. La infiltración consiste en la penetración del agua de lluvia o riego en el suelo.
La infiltración ocurre en dirección vertical o inclinada dependiendo de las características
del suelo. Una mayor infiltración determina una mayor capacidad de retención de agua. El
grado de infiltración de un suelo depende de la permeabilidad del suelo, la que a su vez
está condicionada por la porosidad, la estructura o el grado de humedad.
2) Redistribución. Cuando cesa la lluvia o el riego, antes de que tengan lugar los fenómenos
de absorción radicular y evaporación, el agua del suelo presenta una dinámica de dos
velocidades:
a. Cuando el suelo está aún saturado, el agua de los macroporos circula
rápidamente se pierde por drenaje.
b. Cuando se alcanza la capacidad de campo el agua circula por los mesoporos y
microporos, de manera más lenta, al estar retenida por fuerzas capilares.
3) Desecación. Una vez que el agua se ha redistribuido, comienza el proceso de desecación
debido a:
109
a. El consumo realizado por las plantas.
b. La evaporación.
La superficie del suelo, al secarse progresivamente, forma una capa o costra seca que protege a
los horizontes inferiores de la desecación. Ese fenómeno se conoce como self-mulching, y es
característico de suelos cultivados sin laboreo mecánico y en condiciones de gran aridez. En los
horizontes superiores, la fuerza de succión del agua es mucho más intensa que en los inferiores
(se ha visto en el tema anterior que a igualdad de fuerza de retención, el suelo que se está
desecando en los horizontes inferiores contiene más agua que el que se está humedeciendo en
los horizontes superiores). La principal consecuencia es que cada vez asciende menos agua y se
llega a interrumpir el movimiento ascendente. El self-mulching contribuye a estabilizar el grado de
humedad del suelo, pero disminuye la infiltración y, consecuentemente, favorece la escorrentía y la
aparición de los procesos de erosión. El mantenimiento de los residuos de la cosecha o de la
vegetación espontánea eliminada químicamente constituye un self-mulching artificial de gran
calidad.
Los movimientos ascendentes se deben, como se ha dicho, a la capilaridad. El movimiento
ascendente también se ve intensificado si existen plantas o aumenta la temperatura.
110
Ψa es el potencial neumático, que expresa la influencia de un exceso de presión de gas
sobre una muestra de suelo con determinado contenido de humedad.
El potencial matricial es una medida, por tanto, de la fuerza de retención del agua. Depende
básicamente de las fuerzas de adsorción y capilaridad, y se expresa en atmósferas o centímetros
de agua. La adsorción se origina como resultado de la descompensación eléctrica de la superficie
de los componentes de la fase sólida (principalmente, arcillas y materia orgánica). Las moléculas
del agua actúan como dipolos y son atraídas, por fuerzas electrostáticas, sobre la superficie de las
partículas de los constituyentes del suelo.
El valor del potencial matricial oscila entre 0 kPa (suelo saturado) hasta valores menores de –2000
kPa. Normalmente se utiliza el menos logaritmo del potencial matricial, pF. La Figura 11-1 muestra
la curva de pF correspondiente a tres suelos con distinta granulometría: arena, limo y arcilla. Se
puede observar cómo varía la cantidad de agua retenida a un mismo pF según la textura del suelo.
Así, por ejemplo, a pF 4.2, la cantidad de agua que retiene un suelo arcilloso es mayor que la
retenida por uno limoso o arcilloso. Por otra parte, se observa cómo una misma cantidad de agua
en el suelo puede estar disponible o no para las plantas en función de la textura. De esta forma,
según la misma gráfica, un 10% de agua en un suelo arenoso es una cantidad más que suficiente
para la nutrición de las plantas. En un suelo arcilloso, el mismo 10% no permitiría el crecimiento de
las plantas. La Tabla 11-1 muestra cómo varía el punto de marchitez permanente del suelo, según
su textura. La capacidad de campo se alcanza a un pF promedio de 2.5. El pF correspondiente al
agua gravitacional, está entre 2 y 3.Sin embargo, estos valores varían moderadamente según la
textura del suelo (Tabla 11-2).
Tamaño Presión pF
de poro (atm)
(µm)
Arcilla
0.2 16 4.2 Punto de marchitez
Limo
Agua útil
Arena
10 1/3 2.5 Capacidad de campo
Agua gravitacional (flujo lento)
50 1/20 1.8
Agua gravitacional (flujo rápido)
0 10 20 30 40 50 Agua (%)
111
Tabla 11-1. Punto de marchitez permanente del suelo según su textura.
Tabla 11-2. pF del suelo correspondiente al agua gravitacional y a la capacidad de campo según su
textura.
El potencial de succión es igual al potencial matricial más el osmótico. Tiene un sentido negativo y
es el responsable de las fuerzas de retención del agua dentro del suelo, es igual al potencial
matricial más el osmótico. El potencial gravitacional tiene signo positivo y tiende a desplazar el
agua hacia las capas más profundas.
La retención del agua en los poros del suelo ocurre cuando el potencial de succión es mayor que
el potencial gravitacional.
112
Humedad
Humectación
Desecación
Ψm
θi θj Humedad
Ψi
Ψj
Ψm
Figura 11-3. Para un mismo potencial, la proporción de agua durante la desecación es mayor que
durante la humectación.
113
es máxima cuando el suelo se encuentra seco, y disminuye conforme el suelo se acerca a la
saturación. De esta forma, si la humectación es constante, la permeabilidad del suelo disminuye
hasta un valor mínimo con el paso del tiempo (Figura 11-4).
Permeabilidad
Tiempo
Figura 11-4. Variación de la permeabilidad del suelo en función del tiempo de humectación
constante.
114
11.4.1 Flujo saturado
La conductividad hidráulica del suelo se puede determinar en el caso de que el flujo sea saturado
utilizando la ley de Darcy (1856). Mediante el montaje del dispositivo diseñado por Darcy es
posible medir el caudal de agua (V/t) que atraviesa un cilindro de material de suelo. La ley de
Darcy se puede resumir mediante la siguiente ecuación:
H1 − H 2 ∆ΨH
Q = −K A = −K A
L L
Donde:
Q es el caudal (V/t).
H1-H2 es la diferencia de elevación a que están situados los puntos de entrada y salida
de agua en el sistema.
ΨH es el potencial hidráulico.
∆ΨH es la diferencia de potencial hidráulico.
L es la longitud de la columna de suelo.
A es la superficie de la sección de la columna de suelo.
K es la conductividad hidráulica del material estudiado. Se trata de una constante
específica para cada tipo de material.
La Tabla 11-3 muestra la clasificación de los tipos de suelo según su permeabilidad. Una
permeabilidad de 10 mm por hora es un valor muy bajo. Los suelos más permeables poseen
valores de conductividad hidráulica superiores a 6 cm/h.
115
0.5 - 2.0 Moderadamente lenta
2.0 - 6.0 Moderada
6.0 - 12.0 Moderadamente rápida
12.0 -18.0 Rápida
116
11.6 Fertirrigación
Fertirrigación es una técnica de cultivo que utiliza conjuntamente agua y fertilizantes. La
fertirrigación se aplica fundamentalmente a cultivos leñosos, hortícolas y ornamentales.
La fertirrigación ofrece ventajas con respecto a los métodos tradicionales:
Disminuye la compactación del suelo.
Utiliza menos energía en las aplicaciones.
La aplicación de nutrientes y agua es más precisa, localizada y controlada.
La distribución de nutrientes se realiza conforme a las necesidades de la planta y en la
forma química adecuada.
Permite controlar con gran exactitud la composición de la solución nutritiva adecuada
según el estado fenológico del cultivo.
Supone un ahorro de agua, nutrientes, costes y mano de obra.
Posee un impacto ambiental más reducido que otras técnicas habituales.
La tecnología de aplicación incluye el riego aéreo, superficial y subterráneo aplicado a suelos o a
cualquier tipo de sustrato (cultivos hidropónicos)
La fertirrigación necesita de elementos auxiliares tales como el análisis de agua, análisis del suelo
y análisis foliar para establecer un sistema integrado de nutrición vegetal.
117
12 REACCIÓN DEL SUELO
12.1.1 Concepto de pH
El agua puede disociarse de la siguiente manera:
K1
H2O H+ + OH-
K2
La velocidad con que transcurren la reacción de disociación (V1) y la reacción de asociación (V2)
es la siguiente:
V1 = K1 [H2O]
V2 = K2 [H+] [OH-]
De modo que la constante de equilibrio se puede definir mediante la siguiente ecuación:
Keq = K1/K2 = [H+] [OH-] / [H2O]
En condiciones estándar, la constante de equilibrio del agua es 1.8 ·10-16 M.
Suponiendo que [H2O] se mantiene constante en todo momento, ya que la variación es
despreciable, su valor será:
[H2O] = (1000 g/l) · (18 g/mol)-1 = 55.55 M
A partir de estas ecuaciones, puede determinarse el valor del producto iónico del agua (Kw):
Kw = [H+] [OH-] = Keq · [H2O] = (1.8 · 10-16) · 55.55 M = 10-14
Aplicando logaritmos decimales a la ecuación:
log10 [H+] + log10 [OH-] = log10 (10-14) = -14
Si definimos el pH como el negativo del logaritmo decimal de la concentración de protones y el
pOH como el negativo del logaritmo decimal de la concentración de OH-, tenemos lo siguiente:
pH = -log10 [H+]
118
pOH = - log10 [OH-]
pH + pOH = 14
La suma de pH y pOH es constante, de modo que un incremento en uno de ellos va acompañado
de una disminución del otro. De esta manera, se considera que pH = 7 es el punto neutro, ya que
en ese punto, pH = pOH. Es decir, [H+] = [OH-] = 10-7. Valores de pH por debajo de 7 corresponden
a condiciones ácidas, mientras que por encima de 7, se trata de condiciones básicas.
119
Figura 12-1. Escala de pH del suelo.
De forma aproximada, el suelo puede clasificarse según el valor de su pH según la Figura 12-1. La
reacción del suelo hace referencia a su grado de acidez o basicidad, y generalmente se expresa
por medio del pH. La reacción del suelo es un concepto que se usa frecuentemente en lugar de
pH, indicando que el suelo es un sistema que depende de varios subsistemas que interaccionan
entre sí, y no depende sólo del valor de la acidez.
El pH del suelo afecta a diversas propiedades físicas , químicas y biológicas:
1) Propiedades físicas:
a. Dispersión / floculación de los coloides.
b. Estructura.
c. Porosidad.
d. Conductividad hidráulica.
e. Régimen de humedad y temperatura.
2) Propiedades químicas:
a. Meteorización química.
b. Movilidad de elementos tóxicos (como el Al, el Mn y metales pesados).
c. Disponibilidad de nutrientes (como el Ca, Mg, Mb o P).
d. Descomposición de la materia orgánica y mineralización del nitrógeno.
e. Adsorción de aniones (como fosfatos, sulfatos, cloruros).
f. Hidromorfía.
g. Alteración de los minerales de la arcilla.
3) Propiedades biológicas afectadas:
a. Relaciones bacterias / hongos.
b. Población bacteriana.
120
c. Humificación.
d. Fijación de nitrógeno.
e. Movilidad y absorción de nutrientes.
121
Figura 12-2. Biodisponibilidad de diversos elementos metálicos asimilables en 507 muestras de suelo
del sur de España en función del pH.
122
Tabla 12-1. pH óptimo y rango de pH para un rendimiento satisfactorio de diversas especies
cultivadas.
Especie Tolerancia para un
Nombre científico Óptimo
(nombre vulgar) rendimiento satisfactorio
Alfalfa Medicago sativa 6.5 – 7.5 6.0 – 8.0
Algodón Fagopyrum esculentum 5.2 – 6.0 4.8 – 7.5
Arroz Oryza sativa 5.0 – 7.0 4.0 – 8.0
Avena Avena sativa 5.5 – 7.0 4.0 – 7.5
Caña de azúcar Saccharum officinarum 6.0 – 7.5 4.5 – 8.5
Guisante Pisum sativum 6.0 – 7.0 5.5 – 8.0
Judía Phaseolus vulgaris 5.8 – 6.7 5.5 – 7.5
Naranjo amargo Citrus aurantium 5.5 – 6.5 5.0 – 8.0
Olivo Olea europaea 7.0 7.0 – 8.0
Patata Solanum tuberosum 5.0 – 5.8 4.5 – 7.0
Remolacha Beta vulgaris 7.0 – 7.6 6.0 – 8.2
Tabaco Nicotiana tabacum 5.5 – 6.0 5.5 – 8.3
Tomate Lycopersicum esculentum 6.0 – 6.7 6.0 – 8.2
Trigo Triticum sp. 6.0 – 7.0 5.8 – 8.5
Vid Vitis sp. 5.6 – 7.0 6.0 – 7.0
123
2) La textura. Los carbonatos son sustancias cementantes, de modo que si el contenido de
caliza en forma de nódulos en el suelo es elevado, puede producirse un desplazamiento
de la textura hacia las fracciones más gruesas.
3) La actividad biológica. Los carbonatos del suelo, gracias a su capacidad tamponante de
la acidez, mantienen el pH en valores adecuados a la actividad microbiana, favoreciendo
el proceso de mineralización de la materia orgánica y la liberación de algunos nutrientes
esenciales (como el N, P, S...), así como dificultando la descomposición de la materia
orgánica humificada (mineralización secundaria).
4) La capacidad de almacenaje de nutrientes.
a. La abundancia de cationes como Ca2+ o Mg2+ como consecuencia de la
descomposición de los carbonatos satura el complejo de cambio provoca el
desplazamiento de otros cationes esenciales, lo que puede inducir una pérdida y
empobrecimiento por lavado del suelo.
b. Los carbonatos de calcio o magnesio son compuestos sólidos que forman parte
de las diferentes fracciones granulométricas. Sin embargo, no poseen la
capacidad de retención de iones que muestran las arcillas. Por lo tanto, cuanto
más elevado sea el nivel de carbonatos de tamaño coloidal en el suelo, menor
será su capacidad relativa para almacenar nutrientes.
5) La asimilabilidad de los elementos esenciales.
a. El carácter básico del ión CO32- actúa como un amortiguador de los procesos de
acidificación del suelo, como se ha visto ya. Los suelos con pH relativamente
elevado muestran casi siempre un nivel apreciable de carbonatos, que dificultan
la solubilidad / asimilabilidad de diferentes elementos, como el Fe, Zn, Mn, Cu,
etc. Asimismo, en los suelos básicos, el P se encuentra en formas químicas no
solubles, lo que imposibilita su absorción por la planta ((PO4)2Ca3).
b. Así mismo, el exceso de Ca2+ y Mg2+ en la solución del suelo origina fenómenos
de antagonismo, perjudiciales desde el punto de vista de la nutrición vegetal.
Como consecuencia de todo esto, puede considerarse que el suelo necesita una cierta reserva de
carbonatos para poseer unas buenas características estructurales, pero no es conveniente que
este nivel sea demasiado elevado porque se dificultan los procesos de nutrición de las plantas.
Sin embargo, un bajo o nulo contenido en carbonatos no significa que se trate de un suelo
agronómicamente desfavorable, ya que hay que tener en cuenta otras características como el
complejo de cambio, el pH, la actividad biológica y otros aspectos de la nutrición vegetal.
Por lo tanto, podemos clasificar el contenido en carbonatos del suelo de la manera que se muestra
en la Tabla 12-2.
De manera general, se considera que un suelo es calcáreo si posee más de un 2% de CaCO3.
124
12.3 Caliza activa
A la hora de determinar la fertilidad del suelo es necesario conocer no sólo el contenido en
carbonatos, sino el tipo de carbonatos que hay en el suelo. El efecto beneficioso de los carbonatos
se basa de manera importante en su capacidad para descomponerse al reaccionar con los ácidos,
produciendo Ca2+ , Mg2+ y CO3H-. La facilidad con que esta descomposición se produce depende
también del tipo de carbonatos. Así, la dolomita es más resistente que la calcita.
Otro aspecto que es necesario tener en cuenta es el tamaño de los nódulos de carbonato en el
suelo, ya que las partículas de mayor tamaño ofrecerán menor superficie relativa para reaccionar,
y su descomposición se llevará a cabo de manera mucho más lenta que las partículas de tamaño
coloidal. La caliza activa es la fracción de carbonatos susceptible de solubilizarse en una
disolución acuosa de CO2 (agua carbónica).
La caliza activa coincide aproximadamente con las partículas de carbonato de tamaño inferior a 50
µm (es decir, equivalente al tamaño de los limos y las arcillas).
Existe una relación entre el contenido total en carbonatos del suelo y el de caliza activa, al menos
dentro de un área natural relativamente pequeña.
Un nivel demasiado elevado de caliza activa será contraproducente desde el punto de vista de la
fertilidad del suelo, ya que en la solución del suelo habrá abundancia de iones como Ca2+ , Mg2+ y
CO3H-, así como de Ca2+ y Mg2+ en el complejo de cambio, lo cual condiciona la disponibilidad de
otros nutrientes.
La cuantificación de la caliza activa está recomendada cuando los niveles de carbonatos totales
sean relativamente elevados. Generalmente se recomienda la determinación de caliza activa
cuando el contenido total de carbonatos supera el 5-6%, mientras que algunos autores consideran
que debe determinarse sólo cuando se supera el 8-10%.
En cualquier caso, la determinación de caliza activa está indicada en suelos en los que está
previsto implantar cultivos muy sensibles a la actividad del Ca2+, del Mg2+ o del CO3H- (como
viñedos o árboles frutales). El contenido de caliza activa del suelo puede clasificarse según la
Tabla 12-3.
Tabla 12-3. Efectos del contenido en caliza activa sobre las propiedades del suelo.
CALIZA ACTIVA (%) CONTENIDO EFECTOS
<6 Bajo No deben esperarse problemas.
6–9 Moderado Pueden sufrir algún problema las especies
más sensibles.
>9 Elevado Pueden existir problemas graves de clorosis,
especialmente en la nutrición de especies
arbóreas.
12.4 Enmiendas
La acidez del suelo puede ser corregida por métodos sencillos de modo que el pH se eleve hasta
el nivel requerido por un determinado cultivo. Esto se consigue mediante la realización de
125
enmiendas calizas, es decir, la adición al suelo de materiales calizos capaces de modificar el pH
del suelo.
Este tipo de prácticas se conoce genéricamente como encalado. El material añadido al suelo
durante el encalado puede ser de diferente naturaleza:
1) Óxido de calcio (CaO, cal viva). El CaO se produce por descomposición térmica de
los carbonatos.
2) Hidróxido de calcio (Ca(OH)2, cal apagada). El Ca(OH)2 se obtiene al añadir agua a
la cal viva, lo que produce una reacción exotérmica, obteniéndose un polvo blanco
fino.
3) Carbonato de calcio (CO3Ca, caliza).
Otras sustancias, como el yeso (SO4Ca), pueden mejorar el nivel de Ca en el suelo, pero no
contribuyen a modificar el pH.
En el caso de que sea necesario corregir la alcalinidad, está indicado el uso de abonos
acidificantes, como la adición de azufre al suelo.
126
13 CAMBIO IÓNICO DEL SUELO
13.1 Introducción
Los elementos químicos del suelo pueden ocupar distintos compartimentos:
1) En la fase sólida.
a. Inmovilizados en una red cristalina.
b. Inmovilizados en aluminosilicatos amorfos.
c. Inmovilizados en compuestos orgánicos.
2) En la fase líquida, disueltos en la solución del suelo. El agua de este sistema corresponde
al agua capilar y gravitacional del suelo, y es donde se disuelven las sustancias minerales
solubles procedentes de la mineralización, meteorización e hidrólisis de los minerales
primarios. Los iones presentes en la solución del suelo se encuentran hidratados,
rodeados por un número determinado de moléculas de agua (Figura 13-1). La hidratación
tiene un efecto importante sobre la movilidad de los iones, ya que aumenta
considerablemente su radio iónico. Los elementos contenidos en la fase líquida pueden
ser transportados o perdidos por lavado.
3) En la interfase sólido-líquido. En este caso, los elementos se hallan localizados en la
superficie de las partículas (adsorbidos) y en su área de influencia, de modo que se
hallan en íntimo contacto con la solución. La adsorción es la asociación de una partícula
(un átomo, molécula o ión) a la superficie de un sólido.
El sistema responsable del proceso de intercambio se halla precisamente en este último
compartimento, y es también llamado complejo de cambio, complejo coloidal o complejo
adsorbente. Este complejo está constituido fundamentalmente por arcillas y materia orgánica
humificada, y posee carga negativa, lo que le permite la adsorción de cationes. Cada tipo de catión
tiene un equilibrio propio entre la solución del suelo y el complejo de cambio. Este equilibrio
depende de factores como la carga y tamaño del ión, la competencia con otros cationes o la
constitución de los componentes del complejo de cambio.
La adsorción se debe a la interacción entre partículas en disolución y la superficie de los sólidos
por medio de diferentes mecanismos:
1) Fuerzas físicas:
127
a. Fuerzas de Van der Waals.
b. Puentes de hidrógeno.
2) Enlace iónico.
3) Enlace covalente.
De este modo, las partículas en disolución pueden ser adsorbidas por la fase sólida del suelo. Esto
implica a los minerales de arcilla y a la materia orgánica.
Molécula
de agua
Catión
Figura 13-1. Catión hidratado. Los iones disueltos precipitan al secarse el suelo y vuelven a
disolverse cuando se añade agua.
La carga en superficie que presentan los coloides del suelo se origina por las siguientes causas:
1) Las sustituciones isomórficas en la estructura cristalina de las arcillas, lo que origina
cargas permanentes independientes del pH.
2) La rotura de borde y en grupos funcionales, que origina cargas variables, dependientes
del pH (Figura 13-2).
a. En la fracción mineral. En este caso se trata de cargas localizadas en el borde
de la estructura cristalina, donde la carga está descompensada, como en el caso
de la caolinita. También ocurre en minerales no cristalinos como los óxidos,
hidróxidos, alofanas e imogolita. A su vez, los grupos –OH pueden disociarse y
originar cargas negativas en la superficie del mineral, a las que, en medio ácido,
se pueden unir protones. Esto origina cargas positivas en las zonas de borde.
b. En la fracción orgánica, donde el equilibrio con los protones afecta a los grupos
hidroxilos (–OH), carboxilos (–COOH), fenoles (–C6H4OH) y aminas (–NH2).
128
-
carga pH-
carga dependiente
negativa
carga
permanente
0
carga
positiva
+
punto pH
isoeléctrico
Figura 13-2. Variación de carga en función del pH.
129
450
400
350
cmol(+)/kg 300
250
CIC
200
150
100
50
0
arena
mica
caolinita
limo
ilita
clorita
alófana
palygorskita
glauconita
esmectita
vermiculita
materia orgánica
Figura 13-3. Valores de CIC propuestos por diversos autores.
Por lo tanto, este parámetro afecta al movimiento y retención de cationes en el suelo, a la nutrición
vegetal y a la capacidad tampón del suelo.
Los cationes ligados al complejo de cambio no pueden ser directamente absorbidos por la planta
ni perderse por lavado hacia las capas internas del perfil por causa del riego o las precipitaciones,
lo que sí ocurre con los cationes de la solución del suelo.
Cuando la concentración en el suelo de un determinado catión disminuye por lavado o por
absorción de las raíces, parte de los cationes retenidos en el complejo de cambio pueden
desplazarse hacia la solución del suelo para restaurar el equilibrio. Del mismo modo, los cationes
dominantes en la solución del suelo pueden competir con éxito frente al resto por los lugares de
unión a la arcilla: en los suelos ricos en Ca2+, este catión puede saturar el complejo de cambio, lo
que produce pérdidas por lavado de otros cationes (Figura 13-4).
Partícula de
arcilla (carga -) Ca2+ K+
Figura 13-4. Ejemplo de intercambio catiónico entre la solución del suelo y la arcilla, en un suelo
saturado por Ca2+.
130
Saturación en bases del complejo de cambio
La CIC no explica totalmente las características del complejo de cambio del suelo. Suelos con la
misma CIC pueden ofrecer comportamientos distintos. Esto se debe a la diferente cantidad de
cationes adsorbidos o a la diferente composición de estos.
Los cationes de cambio pueden ser de distintos tipos:
1) Cationes básicos. Aquí se incluyen cationes como el Ca2+, el Mg2+ y el K+. El Na+ se
incluye también en este grupo, aunque se halla en muy baja proporción, y predomina
sólo en el caso de los suelos salino-alcalinos.
2) Cationes ácidos. En este grupo se incluyen los protones, procedentes de los ácidos
húmicos, y el Al3+, procedente de la alteración química del material original.
En función de la naturaleza de la roca, las condiciones bajo las que se desarrolla el suelo, o de los
procesos edáficos que tengan lugar, la cantidad y composición de los cationes adsorbidos al
complejo coloidal variará de una forma u otra.
La saturación en bases del complejo de cambio se expresa como porcentaje (V) y se calcula
mediante la siguiente fórmula:
V =
[Ca ] + [Mg ] + [K ] + [Na ] × 100
2+ 2+ + +
CIC
donde [Ca2+], por ejemplo, es la cantidad de cationes de calcio expresada en cmol(+)/kg de suelo.
La Figura 13-6 muestra la representación gráfica de la relación entre la composición de los
cationes de cambio y el grado de saturación o desaturación (acidez / basicidad) de los suelos.
Observando la figura se pueden establecer tres tipos de suelos:
1) Suelos desaturados, con presencia importante de cationes ácidos (H+ y Al3+). La
presencia de aluminio indica una elevada acidez y fitotoxicidad.
2) Suelos poco saturados a saturados, neutros a ligeramente básicos, con presencia
mayoritaria de Ca2+ y Mg2+ en el complejo de cambio. No existe aluminio, y los protones
ocupan sólo el 12 – 30 % del complejo.
3) Suelos muy saturados, donde el porcentaje de H+ oscila entre el 4 y el 15 % En los suelos
más básicos, el sodio de intercambio llega a representar hasta el 75 % del complejo.
131
En el tercer caso, la CIC total del suelo es de 10 cmol(+)/kg, lo que puede ser debido a la textura,
que en este ejemplo es francoarenosa. La mayor proporción de partículas gruesas, con una
superficie específica baja y menor densidad de carga disminuye la CIC del suelo. El pH, sin
embargo, es también neutro, lo que influye en la saturación del complejo de cambio, similar a la
del segundo caso.
4 cmol(+)/kg
+
H
10 cmol(+)/kg
+
H
8 cmol(+)/kg 2 cmol(+)/kg
16 cmol(+)/kg +
H
bases
10 cmol(+)/kg
bases
bases
CIC [cmol(+)/kg] 20 20 10
Saturación (%) 50 80 80
pH 5.5 6.5 6.5
Textura francoarcillosa francoarcillosa francoarenosa
Figura 13-5. Valor de CIC y saturación de tres suelos en función de la acidez y la textura (a partir de
Buckman, 1977).
La CIC está estrechamente relacionada con la fertilidad del suelo, ya que una elevada CIC
significa una elevada capacidad de almacenar nutrientes, y una disminución del riesgo de pérdida
por lavado de los nutrientes. Si el contenido en cationes asimilables es demasiado bajo, estos
pueden quedar retenidos en el complejo de cambio y no estar disponibles para las plantas.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que un valor elevado de CIC también significa que, en el
caso de un suelo desaturado, inmediatamente tras el abonado, los nutrientes pueden encontrarse
adsorbidos en el complejo de cambio, de modo que no estarán disponibles para la planta.
Tanto la capacidad total de intercambio catiónico como la saturación del complejo adsorbente son
conceptos importantes a la hora de evaluar la fertilidad química.
La Tabla 13-1 muestra la clasificación del suelo según la saturación del complejo de cambio del
suelo. Los valores de CIC permiten comparar suelos distintos, pero hay que tener en cuenta que,
dentro de un mismo suelo, la CIC puede variar entre horizontes, indicando diferencias entre los
coloides de cada uno de ellos (Figura 13-7).
132
Tabla 13-1. Clasificación del suelo según la saturación del complejo de cambio.
TASA DE SATURACIÓN DESCRIPCIÓN
< 40 % Desaturado
40 – 50 % Ligeramente saturado
50 – 80 % Moderadamente saturado
> 80 % Saturado
pH (H2O 1:2.5)
9
SUELOS MUY
SATURACIÓN
BÁSICOS Y
Na
SALINO-
ALCALINOS
K
8
SUELOS
LIGERAMENTE
BÁSICOS,
Ca y Mg NEUTROS Y
LIGERAMENTE
DESATURACIÓN
7 ÁCIDOS
6
H SUELOS
5
MUY
ÁCIDOS
4 Al
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
% CATIONES
Figura 13-6. Relación entre la composición catiónica del complejo de cambio y la acidez del suelo.
60
80
100
120
140
160
180
I II
Figura 13-7. Variación de la CIC de dos suelos pardos (I y II) en función de la profundidad. El suelo I
presenta en general valores de CIC más elevados que el suelo II, lo que se debe probablemente al
tipo de arcilla dominante (en el perfil I, esmectita). El horizonte superficial posee una elevada CIC en
ambos casos, debido a la acumulación de materia orgánica. El comportamiento de la CIC en
profundidad refleja también la existencia de un horizonte de lavado en ambos suelos
133
(aproximadamente entre 10 y 40 cm) y un horizonte Bt de acumulación de arcilla (en torno a 60 cm de
profundidad).
134
14 SUELOS SALINOS Y SÓDICOS
1De manera general, se consideran sales solubles aquellas cuya solubilidad es mayor que la del yeso (2.41
g/l).
135
Na +
PAS =
Mg 2+ + Ca +
2
En los suelos sódicos, este valor se halla por encima de 13.
3) Suelos salino-sódicos. Se trata de suelos con altos niveles de sales y sodio. El PAS es
superior a 13 y el pH menor de 8.5. La estructura no se halla degradada. Sin embargo, en
épocas de fuertes lluvias o bajo riego con agua muy pobre en sales, al calcio y magnesio
solubles pueden lavarse, produciéndose un enriquecimiento diferencial en sodio. En esas
condiciones, el suelo puede volverse sódico.
Agua marina
(marismas)
Factores naturales
Salinización del
suelo
Fertilizantes Regadío
Factores antrópicos
Las sales pueden encontrarse en el suelo de varias formas: precipitadas, en solución o retenidas
en el complejo de cambio (adsorbidas).
136
SAL ADSORBIDA
SAL SAL EN
CRISTALIZADA DISOLUCIÓN
PARTÍCULA
COLOIDAL
Figura 14-2. Equilibrio entre los distintos compartimentos de sales solubles en el suelo y su
disponibilidad.
El equilibrio entre estos tres compartimentos es muy variable (Figura 14-2). Dependiendo de
factores externos, se produce preferentemente precipitación o disolución. Durante el período seco
disminuye el número de sales en la solución del suelo. Sin embargo, durante el período húmedo
se incrementa el número de sales precipitadas en forma de cristales o adsorbidas.
Las sales presentes en el suelo son el resultado de la combinación de unos pocos elementos
químicos, fundamentalmente O, Ca, Mg, Na, K, Cl, S, C, N. Sólamente el oxígeno y el silicio
forman el 70% de la corteza terrestre.
Las sales proceden fundamentalmente de la meteorización de las rocas ígneas y se acumulan en
rocas sedimentarias, suelos y aguas. Otra parte de sus iones constituyentes, fundamentalmente
cloro y azufre, procede de las emanaciones volcánicas.
La secuencia de liberación de los iones constituyentes de las rocas y minerales, su movilidad y su
facilidad para acumularse en las depresiones fisiográficas, dando suelos salinos, son inversamente
proporcionales al coeficiente de energía de estos iones.
137
15 7
FeS2 + O2 + H2O Æ Fe(OH)3 + 4 H+ + S SO4−
4 2
Lluvia
A CO2
A A1
Humus
Na+
Na+ Humus Arcilla
Na+ A2
Arcilla Arcilla
Ca2+
Bt
NaCl Na2CO3
Figura 14-3. Evolución de los suelos salinos por descenso de la capa de agua salada (alcalinización
indirecta).
138
14.2.4 Ciclos artesianos
En ocasiones, la existencia de procesos de salinización en suelos alejados del mar o bajo
condiciones no áridas puede explicarse mediante la existencia de aguas freáticas profundas que
ascienden por medio de fallas y fracturas de la roca. En su movimiento ascendente, el agua puede
disolver y acumular sales que llegan a la superficie.
139
CO3HNa suelos sódicos Muy tóxico
140
PSI =
[Na ] × 100
+
CIC
(a)
Sal en disolución
(b)
Figura 14-4. (a) Si se disponen dos compartimentos con distintas disoluciones de sales en agua, en
contacto a través de una membrana semipermeable, se produce una diferencia de presión osmótica
que origina un flujo de agua desde la solución menos concentrada (hipotónica) a la más concentrada
(hipertónica). El flujo cesa cuando ambas disoluciones están a la misma concentración. (b)
Movimiento del agua desde la raíz (compartimento hipotónico) al suelo (compartimento hipertónico)
en un suelo salino.
141
40
35
30 Disminución de
la permeabilidad
25
PSI
20
15
10
Estable
5
0
0 5 10 15 20
concentración de sales
-1
en el agua (meq l )
Figura 14-5. Relación entre el PSI y la concentración de sales en el agua del suelo.
R1 R2
+
E
–
R3 Rx
2
Este circuito, denominado puente de Wheatstone, está formado por tres resistencias conocidas y
una desconocida (Rx), conectadas a una fuente de corriente continua y a un galvanómetro.
Variando el valor de una de las resistencias conocidas, el puente se puede ajustar a cualquier
valor de la resistencia desconocida, que se calcula a partir de los valores de las otras resistencias.
Este circuito consiste en tres resistencias conocidas y una resistencia desconocida, conectadas
entre sí en forma de diamante. Se aplica una corriente continua a través de dos puntos opuestos
del diamante y se conecta un galvanómetro ( ) como detector de cero a los otros dos puntos.
Cuando todas las resistencias se nivelan, las corrientes que circulan por los dos brazos del circuito
se igualan, lo que elimina el paso de corriente por el galvanómetro. Variando el valor de una de las
resistencias conocidas, el puente se puede ajustar a cualquier valor de la resistencia desconocida,
que se calcula a partir de los valores de las otras resistencias.
142
cuantitativo de las sales solubles del suelo. Según la conductividad eléctrica del suelo, ya sea en
mezcla 1:5 o como pasta saturada, el suelo se puede clasificar según la Tabla 14-1.
143
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