Himnos Cristologicos - Rusbert Huatuco - Cristologia
Himnos Cristologicos - Rusbert Huatuco - Cristologia
Himnos Cristologicos - Rusbert Huatuco - Cristologia
“Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una
fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de
sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que
nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el
juramento que juró a nuestro Padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la
mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti,
niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de
nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en
sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz”.
Zacarías, nos dice el himno, ve en su hijo el niño que será el profeta del Altísimo, aquel
que irá delante del Señor y preparará su camino. Lo maravilloso e este himno, o de la
manera que presentan a Jesús, es que el amor desde las entrañas de Dios, es un amor
que se da por pura gratuidad, no por merecimiento. Dios que ha estado enviando
chispazos de su misericordia, ahora enviará a la MISERICORDIA misma.
En este pasaje, Zacarías profetiza la llegada del Sol, del Mesías, del Señor, así como
indica de lo que va hacer cuando llegue, iluminar y guiar por el camino de la paz. De
esta manera, Jesús es el Mesías, el esperado; será la fuerza salvadora, la misericordia;
será la persona esperada que guiará a su pueblo al camino de la paz.
Alumno: Henry Santiago Rosales Jijaño
«Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han
visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para
iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.»
Luego, el niño que es la Salvación será Luz para todos los pueblos y gloria del pueblo de
Israel. Es decir, la salvación tiene una el proyecto de ser universal y el pueblo de Israel
tiene un papel importante y respecto a que Jesús es la Luz, se ve con mayor claridad en
Jn 8, 12, donde Cristo indica que es la LUZ del mundo y que quien le sigue no andará en
tinieblas. Por otro lado, respecto a la gloria del pueblo de Israel, Jesús lo confirma en Jn
4, 22 (Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos,
porque la salvación viene de los judíos), allí le da un lugar especial al pueblo judío.
Asimismo, esta proyección universal ha sido profetizada por Isaías 49, 6b (Te voy a
hacer luz de las gentes, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra),
así como en otros pasajes Is 52, 7, etc.
"El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se
despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y
apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la
muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre
todo nombre. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y
en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es Señor para gloria de Dios Padre."
Este himno ya era conocido por la época, lo recitaban las primeras comunidades
cristianas, es decir, Pablo lo tomará de la Tradición y lo pondrá por escrito con algunos
Alumno: Henry Santiago Rosales Jijaño
En el v.6a, se indica que Jesús era μορφῇ θεοῦ ὑπάρχων (morfi Theo iparjon). Con el
término μορφῇ se da a conocer que se trata de una imagen que representa la realidad
en si y no solo una semejanza externa. Es una semejanza en la esencia, que señala
también una distinción. Es similar a cuando Jesús se hace semejante al hombre, pero
es una semejanza que no anula la distinción, pues Cristo esta sin pecado y el hombre
sí. Y con el término ὑπάρχων se manifiesta su existencia. Por tanto, Cristo preexiste en
la condición divina.
En el v.6b, ἁρπαγμὸν muestra que Cristo no consideró una usurpación el ser igual a
Dios. Por tanto, Jesús es de condición divina perfecta no participada. La riqueza de
Cristo es ser igual a Dios. Sin embargo, no retuvo para si los beneficios de dicha
condición.
Con estos dos versículos, se observa que Jesús, quien tiene una riqueza, ser de
condición Divina, es el ser libre por excelencia, puesto que no se aferró a ella, no se
apegó, no es prisionero de nada. Por tanto, es referente de la verdadera libertad. Y
como El es el dueño de sí mismo, entonces Él mismo puede darse, puede anonadarse.
Cristo se desnuda de su condición divina, por ello, es capaz de amar hasta el extremo a
fin de que el hombre se convierta. Sin embargo, Jesús sabía bien lo que es, que es Rey
y que para eso ha nacido (Jn 18, 37), e incluso pide que el Padre le glorifique con la
Alumno: Henry Santiago Rosales Jijaño
gloria que tuvo antes de que el mundo existiese (Jn 17, 5). Por tanto, el no defenderse
y humillarse corresponde con su enseñanza sobre el misterio de la Cruz. Cristo toma el
camino contrario del primer hombre, e incluso del ángel caído, quienes desearon ser
como Dios, no así quien tiene la condición divina que se despojó de sí mismo.
También, por este vaciamiento de Jesús de sus prerrogativas divinas, es que Cristo
pudo ser tentado, así como sufrió verdaderamente durante su vida terrena que estuvo
marcado por el misterio de la Cruz y cuyo culmen fue en la crucifixión.
En el v.9 se inicia con διὸ καὶ que establece un nexo causal explicativo, es decir, lo que
acontecerá a continuación es debido a la humillación. Ahora, Cristo es elevado a lo más
alto por Dios según indica el término ὑπερύψωσεν. Es importante, indicar que Cristo
no obtiene una gloria que antes no tenia, sino que, según señalan los Capadocios,
ahora se debe a la gloria de la naturaleza humana. Después de la exaltación de Jesús,
ahora también Dios le concede (ἐχαρίσατο) el Nombre sobre todo nombre.
Alumno: Henry Santiago Rosales Jijaño