Accion Mero Declarativa de Concubinato
Accion Mero Declarativa de Concubinato
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CIUDADANO:
SU DESPACHO.
Yo, JESÙS BETANCOURT, abogada en ejercicio, de este domicilio, Registro de Información Fiscal
(RIF) N. º-XXXXX, Inscrito en INPREABOGADO bajo el Nº. XXXXXXXXXX, actuando en nombre y
representación del Ciudadano XXXXXXXXX venezolano, soltero, mayor de edad, de profesión
mecánico, titular de la cédula de identidad Nº V-XXXXXXXXX, RIF: XXXXXXXXXX, con Domicilio
Procesal: XXXXXXXXXXXXXXXX, Parroquia Santa Rosalía, Municipio Libertador del Distrito Capital,
carácter el mío que se evidencia del Poder Judicial otorgado y debidamente notariado que quedó
asentado bajo el Nº. X, Tomo X, Folios XX hasta el XX, en la Notaria Pública Trigésima de Caracas
Municipio Libertador de fecha 26 de junio del 2015; a los efectos de dar cumplimiento a lo
establecido en los artículos 174 y 340 numeral 9 del Código Orgánico Procesal Civil, fijo como
Domicilio Procesal: XXXXXXXXXXXXXXXXX, Parroquia Santa Rosalía, Municipio Libertador del
Distrito Capital; ante usted, muy respetuosamente ocurro para exponer y solicitar:…
CAPÍTULO I
DE LOS HECHOS
Ahora bien Ciudadano (a) Juez(a), como quiera que consta en auto que existen pruebas
irrebatibles que XXXXXXXXXXXXXXX ut- Supra identificada, quien falleció ab-intestato, si dejó
bienes inmuebles que había adquirido con esfuerzos y sacrificios y que mi mandante XXXX XXXXX
durante los 12 años que mantuvo en perfecta unión estable de hecho con la de cujus ayudó
mantener en perfecto estado y al día en todos los pagos que devienen de impuestos municipales y
nacionales, como si se tratase de su propio inmueble, en el Acta de Defunción correspondiente a
su amada compañera de vida XXXXXXXXXXXXX ut- Supra identificada, por razones que
desconocemos, las personas que gestionaron dicha Acta de Defunción: XXX Cédula de Identidad
Nº. V-XXXXX, hermana de la decujus; XXXXXXXXXXXXX, Cédula de Identidad Nº. V- XXXXXXXXXXXX,
sobrino de la decujus Y XXXXXXXXXXXXX, Cédula de Identidad Nº. V-XXXXXX ex cuñada de la de
cujus, extrañamente y de manera tendenciosa, omitieron suministrar el nombre de su concubino
XXXXXXXXXXXXX, así como también, y sabiendo que si hubo bienes de fortuna de la de cujus,
omitieron dar información sobre el bien inmueble propiedad de su amada compañera de vida
XXXXXXXXXXXXX, que ocuparon juntos por 12 años; estas omisiones, que considero
desconsideradas, tendenciosas, maliciosas y arbitrarias han creado una situación jurídica en
detrimento de mi mandante, que le obliga a solicitar la rectificación del acta de defunción, para
que estos detalles de fondo sean corregidos en sede judicial, de tal manera que se demuestre ante
los tribunales competentes de la República, tanto la existencia de mi mandante como concubino
de la de cujus, así como ante El Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y
Tributaria SENIAT, que si hubo bienes y de esta manera poder cumplir con todos los requisitos de
ley que se exigen en estos casos; es importante destacar, que queda en evidencia el carácter
inconfesable, extrañamente omisivo y tendencioso, desconsiderado, poco ético y falta de lealtad a
un familiar fallecido, ya que es de todos conocido que XXXX sí dejó bienes, como queda
demostrado en autos y mi mandante, XXXXXXXX, si tuvo una Unión Estable de Hecho con la de
cujus por espacio de doce (12) años, como lo he demostrado en este escrito, situación que ha
llevado a solicitar una rectificación de fondo del Acta de Defunción en sede Judicial, que
presentaré en su oportunidad, tan pronto la instancia otorgue dicha rectificación. Ahora bien, a las
dos horas de haber fallecido la concubina de mi mandante y estando el cuerpo sin vida de la de
cujus en el lecho conyugal de su hogar, se presentó la ciudadana XXXXX Cédula de Identidad Nº. V-
XXXXX hermana de XXXXXXXXX, amenazando a mi mandante con hacer todo lo posible por botarlo
del apartamento antes identificado, profiriendo palabras soeces contra su persona; es importante
destacar que mi mandante es una persona de avanzada edad, sin fuerzas para responder con la
misma intensidad contra quien lo agrede y lo amenaza constantemente con sacarlo a la fuerza del
apartamento Ut- supra identificado, donde ha quedado viviendo su soledad en este momento, por
lo que teme que un día sea vendido este apartamento con el adentro, y mi mandante sea
desalojado a la fuerza, ya que el episodio vivido e día El 27 de abril del 2015, cuando en presencia
de sus vecinos y con el cadáver de su señora en los brazos, le echaron café caliente en la cara y le
decían que tenía que irse de allí; esas acciones hacen presumir que esos son los verdaderos planes
de esta gente desconsiderada, dejarlo en la calle, sin tomar en cuenta que su concubino
XXXXXXXXXXXX fue su pareja y cuidó en las buenas y en las malas e su señora XXXXXXXXXX hoy
fallecida…………………………………………………..
Para mayor abundamiento que prueba la Unión Estable de Hecho y que ambas personas son
conocidas y de alto aprecio por la comunidad en que han habitado como una pareja honesta y
servicial, ruego a usted tome en cuenta el documento emitido por la Junta de Condominio del
Edificio Residencias Trinidad I, donde en cuyo apartamento Ut- supra identificado, aún queda
viviendo, con mucho temor, XXXXXXXXXXXXX (Documento que anexo marcado con la letra “C”),
así como el listado de vecinos que dan fe de la unión estable de hecho que mantuvieron
XXXXXXXXXX y XXXXXXXXXXXXXXy el tiempo que convivieron en feliz unión estable de hecho
como que hubiesen estado casados; en la misma dirección y bajo el mismo techo,(Documento que
anexo marcado con la letra “D”); Ciudadano(a) Juez(a), ruego a usted, tome también en
consideración la Constancia de Residencia emitida por Consejo Comunal “CAPILLA EL CARMEN”,
en cuya área de influencia está el apartamento donde ambos hicieron vida marital y cuya dirección
del Consejo Comunal es: Sector Puente de Hierro, Comunidad Buenos Aires, sector La Capilla,
Parroquia Santa Rosalía, Municipio Libertador del Distrito Capital, Registro de Información Fiscal
(R.I.F): J-30915673-0, Código de registro Nº. 01-19-001-0036, que también da fe de la permanencia
por un lapso de 12 años en esta gran comunidad (Documento que anexo marcado con la letra “E”);
así como el listado de vecinos de la comunidad en general del sector donde vivimos y que está
bajo el área de influencia del Consejo Comunal “CAPILLA EL CARMEN”, quienes dan fe de la unión
estable de hecho que mantuvieron XXXXXXX y XXXXXXXXXX, así como el tiempo que llevaron
conviviendo en feliz unión estable de hecho como que hubiesen estado casados; en la misma
dirección y bajo el mismo techo,(Documento que anexo marcado con la letra “F”)
……………………………………………………………..
Ciudadano(a) Juez(a), con el debido respeto y acatamiento a la ley, solicito, sean llamados a
testimoniar, para que formen parte de prueba en el caso de marras, a los ciudadanos, que en su
momento presentaré para que den su testimonio sobre los siguientes particulares:
…………………………………………
Vista la concatenación de los elementos esenciales de un núcleo familiar, en este caso bajo la
figura del concubinato, como una relación de unión estable de hecho, a saber: la “efecto
maritalis”, la cohabitación, la permanencia, singularidad y notoriedad de la relación que se
mantuvo sin ningún impedimento para contraer matrimonio civil puesto que ambos
permanecieron de estado civil solteros, así como las circunstancias de lugar y tiempo de la
convivencia entre ellos, prueba fehaciente, completa, suficiente y hasta la saciedad la existencia
de esta unión estable de hecho permanente, ininterrumpida, pública y notoria, no cabe duda
alguna que hubo una unión estable de hecho prolongada por 12 años, en medio del cual no hubo
hijos, ni procreados ni adoptados, ni reconocidos bajo ninguna figura
jurídica……………………………………….…..
Mi apreciada concubina tuvo cuatro hermanos que son: XXXXXXXXXXX, Cédula de Identidad Nº.
XXXXXXX; XXXXXXXXXXXX, Cédula de Identidad Nº. XXXXXXXXXXX; XXXXXXXXXXX, Cédula de
Identidad Nº. V XXXXXXXXXXX y XXXXXXXXXXX, Cédula de Identidad Nº. V- XXXXXXXXXXX, quienes
no aceptan que mi mandante se mantenga en dicho apartamento donde lleva 12 años viviendo en
perfecta y comprobable Unión Estable de Hecho con la de cujus, y de los cuales XXXXXXXXXXX lo
ha amenazado con dejarlo en la calle, guardando, los demás hermanos, un extraño silencio, y solo
están pendientes de cuanto es el valor del precitado apartamento…………………………………..
CAPITULO II
SEGUNDA: Esta unión estable de hecho la mantuvieron por un tiempo ininterrumpido de doce (12)
años, hasta el día 27 de abril del 2015, cuando su amada XXXXXXXXXXX falleció ab intestato en su
residencia ubicada en Av. XXXXXXXXXXX Municipio Libertador del Distrito Capital.
…………………………………………………………………….
QUINTA: Debido a que XXXXXXXXXXX fallecida ab-intestato, no deja hijos, de esta unión marital
queda claro que el único heredero universal es la persona con quien mantuvo una unión estable
de hecho por espacio de 12 años. …………………………………………………………………..
SEPTIMA: Para dar cumplimiento a la doctrina vinculante de la Sala Constitucional en Sentencia del
15 de julio de 2005, referente al recurso de interpretación del artículo 77 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, el objeto en los casos como el de marras, es que la parte
accionante obtenga, previamente, un instrumento fehaciente mediante el cual se acredite la
existencia de la Unión Estable de Hecho, es decir, la declaración judicial definitivamente firme que
haya establecido ese vínculo, cuando exista, por ejemplo: un interés posterior de repartir los
bienes a que diere lugar en materia hereditaria. Es por ello que, como concubino de la decujus, mi
mandante tiene el interés de ejercer primeramente la presente acción de reconocimiento de
Unión Estable de Hecho, para posteriormente poder ejercer su derecho y pedir la partición del
bien inmueble y solicitar la pensión por sobreviviente de la de
cujus…………………………………………………………..
OCTAVA: La decujus tuvo cuatro hermanos que son: XXXXXXXXXXX, XXXXXXXXXXX, XXXXXXXXXXX
quienes no quieren que su concubino se mantenga en dicho apartamento donde lleva 12 años
viviendo en perfecta y comprobable unión estable de hecho con la decujus, y de los cuales
XXXXXXXXXXX, Cédula de Identidad Nº. V- XXXXXXXXXXX lo ha amenazado con dejarlo en la calle,
guardando, los demás hermanos, un extraño silencio, y solo están pendientes de cuanto es el valor
del precitado apartamento………………………………………………….
CAPITULO III-
DEL DERECHO
1.- El Artículo 16 del Código de Procedimiento Civil establece: “Para proponer la demanda el actor
debe tener interés jurídico”. Además de los casos previstos en la Ley, el interés puede estar
limitado a la mera declaración de la existencia o inexistencia de un derecho o de una relación
jurídica. No es admisible la demanda de mera declaración cuando el demandante puede obtener
la satisfacción completa de su interés mediante una acción diferente”……………..
3.- El Artículo 767 del Código Civil establece: “Se presume la comunidad, salvo prueba en
contrario, en aquellos casos de unión no matrimonial, cuando la mujer o el hombre en su caso,
demuestre que ha vivido permanentemente en tal estado, aunque los bienes cuya comunidad se
quiere establecer aparezcan a nombre de uno solo de ellos. Tal presunción sólo surte efectos
legales entre ellos dos y entre sus respectivos herederos y también entre uno de ellos y los
herederos del otro. Lo dispuesto en este artículo no se aplica si uno de ellos está
casado”…………………………………………………………………………….
4.- Sostiene la doctrina patria que la sala Constitucional en el año 2005 dictó la sentencia Nº 1682
en la cual hace una interpretación vinculante de las uniones estables de hecho o concubinatos,
que prevé el artículo 77 constitucional. En esa decisión la Sala estableció que: “Ahora bien, como
no existe una acción de separación de cuerpos del concubinato y menos una de divorcio, por
tratarse la ruptura de la unión de una situación de hecho que puede ocurrir en cualquier momento
en forma unilateral, los artículos 191 y 192 del Código Civil resultan inaplicables, y así se
declara”……………………………………………………….
5.- Acerca de la figura del concubinato, la doctrina Casaciones ha sostenido que “estas uniones son
similares al matrimonio, y aunque la vida en común, con hogar común, es un indicador de la
existencia de ellas, tal como se desprende del artículo 70 del Código Civil, “este elemento puede
obviarse siempre que la relación permanente se traduzca en otras formas de convivencia, como
visitas constantes, socorro mutuo, ayuda económica reiterada, vida social conjunta, hijos etc.”
(Sic). “Unión estable no significa necesariamente, bajo un mismo techo (aunque esto sea un
símbolo de ella) sino permanencia en una relación caracterizada por actos, que objetivamente,
hacen presumir a las personas (terceros) que se está ante una pareja, que actúan con apariencia
de un matrimonio, o al menos, de una relación seria y compenetrada, lo que constituye la vida en
común. Se trata de una relación permanente entre un hombre y una mujer, y no de una entre un
hombre y varias mujeres (así todas ellas estén en igual plano) y viceversa” (Vid. Sentencia Sala
Constitucional TSJ: 15-07-2005, Carmela Mampieri Giuliani en amparo) con ponencia del
Magistrado Jesús Eduardo Cabrera Romero………………………………………
6.- Según la doctrina y la praxis legal La Unión Estable De Hecho, está determinada por la
cohabitación o vida en común, con carácter de permanencia, y que dicha unión se encuentra
formada por una mujer soltera y un hombre soltero, tal como lo dispuso la sentencia de la Sala
Constitucional en fecha 15 de julio de 2005, no existiendo impedimentos dirimentes que impidan
dicha unión…………………………………………………………………………………..
CAPITULO IV
DE LA DEMANDA
Ahora bien Ciudadano Juez, por todas las consideraciones de hecho y de derecho, anteriormente
expuestas, muy respetuosamente ocurro, ante su competente autoridad, para demandar, como
en efecto demando por ACCIÓN MERO DECLARATIVA DE RECONOCIMIENTO DE UNION ESTABLE
DE HECHO a los ciudadanos XXXXXXXXXXX , XXXXXXXXXXX , XXXXXXXXXXX hermanos de la difunta
XXXXXXXXXXX, así como a los herederos conocidos y desconocidos de XXXXXXXXXXX; solicito que
los demandados convengan, o en su defecto, sea declarada por este Honorable Tribunal la ACCIÓN
MERO DECLARATIVA DE RECONOCIMIENTO DE UNION ESTABLE DE HECHO entre XXXXXXXXXXX y
XXXXXXXXXXX, mediante sentencia definitivamente firme.
CAPITULO V
DEL PETITORIO
CAPITULO VI
DE LA CITACION.
Solicito muy respetuosamente, Ciudadano (a) Juez(a), que al ser admitida la presente demanda,
se ordene en el respectivo auto de admisión, la citación de los ciudadanos XXXXXXXXXXX en la
siguiente dirección: Avenida Lecuna, XXXXXXXXXXX, sector El Conde, tras de Parque Central,
parroquia San Agustín, Municipio Bolivariano libertador, Caracas, Distrito Capital (única dirección
localizada hasta el presente, de estos hermanos de la decujus), así como a los herederos
desconocidos de XXXXXXXXXXX, según el procedimiento que tenga a bien estimar tan alta
autoridad.
CAPITULO VII
DE LA MEDIDA CAUTELAR
Las demandas que contienen una pretensión de mera declaración de una unión estable de
hecho dan origen, si tienen éxito, a sentencias mero-declarativas, las cuales no requieren de actos
de ejecución, pues se limitan, como su nombre lo indica, a declarar con certeza jurídica una
situación preexistente…………………………………………………………………………….
En este tipo de procesos mero declarativos no es posible pretender la aplicación a pie juntillas
del artículo 585 del CPC porque en tal caso jamás podría decretarse medidas preventivas; desde
luego que si los fallos que se dictan al final del juicio no requieren de actos materiales de ejecución
evidentemente que nunca existiría el riesgo de su ilusoriedad. Ahora bien, en nuestro
ordenamiento jurídico existe la llamada jurisprudencia normativa la cual se equipara a la ley
formal; esa jurisprudencia es la que emana de la Sala Constitucional cuando interpreta el
articulado de nuestro Texto Político Fundamental. Esta acotación viene al caso porque en el año
2005 la referida Sala dictó la sentencia Nº 1682 en la cual hace una interpretación vinculante de
las uniones estables de hecho o concubinatos, que prevé el artículo 77 constitucional. En esa
decisión la Sala estableció que: …/…“Ahora bien, como no existe una acción de separación de
cuerpos del concubinato y menos una de divorcio, por tratarse la ruptura de la unión de una
situación de hecho que puede ocurrir en cualquier momento en forma unilateral, los artículos 191
y 192 del Código Civil resultan inaplicables, y así se declara; sin embargo, en los procesos
tendentes a que se reconozca el concubinato o la unión estable, se podrán dictar las medidas
preventivas necesarias para la preservación de los hijos y
bienes”……………………………………………………………………………
En el mismo orden de ideas, respecto al primer requisito exigido por el legislador el artículo 585
del Código de Procedimiento Civil o Fomus bonis iuris se evidencia de la existencia de una relación
marital, sentimental entre los concubinos ut supra identificados, Igualmente hay constancia en
autos; por último, se evidencia adquisición de bienes inmuebles Ut- supra identificados que por
deducción natural fue el patrimonio sobre el cual construyeron su núcleo familiar y marital, sobre
el cual estoy solicitando la medida cautelar…………………………………………………………………..
En relación al segundo requisito o periculum in mora, se evidencia del hecho que por ser la
decujus, a nombre de quien se encuentra el documento de propiedad del apartamento in
comento, y tomando en cuenta la presencia de una amenaza de desalojo arbitraria e injusta, es
por lo antes expuesto, que solicito al Ciudadano(a) Juez(a) considere la presente petición, acuerde
y ordene lo aquí solicitado……………………………………………………………..
De conformidad con lo previsto en los artículos 585 del código de Procedimientos Civil, en
concordancia con el parágrafo primero del Artículo 588 ejusdem, y a fin de evitar que quede
ilusoria la ejecución del fallo, solicito se decrete Medida Cautelar Innominada en cuanto: a) Dejar
sin efecto cualquier título que exista a nombre de otras personas, sean o no miembros de la
comunidad hereditaria, sobre el bien inmueble aquí ampliamente descrito; b) Se ordene la
anulación de la venta o hipotecas en cubierta que se esté haciendo o se hayan hecho, que exista o
se esté configurando sobre el bien inmueble ampliamente aquí descrito. C) Que por razones
humanitarias se ordene el otorgamiento de la Pensión de Vejez asignada por el IVSS, que poseía la
de cujus (y que consta en autos), a mi mandante XXXXXXXXXXX venezolano, soltero, mayor de
edad, de profesión mecánico, titular de la cédula de identidad Nº V- XXXXXXXXXXX
……………………………………
Sostiene la doctrina patria, que para la procedencia de este tipo de medidas es necesario que
concurran tres requisitos esenciales como lo son el periculum in mora, Fumus Boni iuris y el
periculum in Danni………………………………
Así las cosas, el artículo 585 del Código de Procedimiento Civil establece que las medidas
preventivas las decretará el juez sólo cuando exista riesgo manifiesto de que quede ilusoria la
ejecución del fallo y siempre que se acompañe un medio de pruebas que constituya presunción
grave de esta circunstancia y del derecho que se reclama……………………………………..
Como ha dicho la doctrina:“basta que la existencia del derecho aparezca verosímil, o sea, para
decirlo con mayor claridad, basta que, según un cálculo de probabilidades se pueda prever que la
providencia principal declarará el derecho en sentido favorable a aquel que solicita la medida
cautelar…” (Piero Calamandrei, Provincias Cautelares, Buenos Aires, 1984). De allí que, el Juez
cautelar, está en la obligación de analizar los recaudos o elementos presentados junto con el libelo
de la demanda a los fines de indagar sobre el derecho que se
reclama…………………………………………………………….
CAPITULO VII
DE LA ADMISIÓN
Por último, pido, con todo respeto, que la presente demanda de ACCIÓN MERO DECLARATIVA
DE RECONOCIMIENTO DE UNIÓN ESTABLE DE HECHO, sea admitida por el Procedimiento Ordinario
de conformidad con el artículo 22 del Código de Procedimiento Civil, y sea sustanciada conforme a
Derecho y declarada con lugar……………………………………………………..
En resguardo del legítimo derecho que tienen las partes a la defensa y al libre acceso a los órganos
de administración de justicia para ejercer el derecho a la tutela efectiva de los mismos y el de
petición, consagrado en los artículos 49, numeral 1, 26 y 51 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, esta Sala de Casación Civil en fallo de fecha 24 de febrero del 2000,
expediente Nº 99-625, sentencia Nº 22, en el caso de la Fundación para el Desarrollo del estado
Guárico (FUNDAGUÁRICO) contra JOSÉ DEL MILAGRO PADILLA SILVA, determinó que conforme
con la disposición legal prevista en el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, y al principio
constitucional establecido en el artículo 257 de la preindicada Constitución, referido a que “El
proceso constituye un instrumento fundamental para la realización de la justicia…”, tiene la
prerrogativa para extender su examen hasta el fondo del litigio, sin formalismos, cuando a motu
propio detecte la infracción de una norma de orden público y constitucional, “…aunque no se le
haya denunciado…”.
Asimismo, la Sala de Casación Civil ha dejado sentado, entre otras, en decisión del 22 de mayo de
2001, Caso: Mortimer Ramón c/ Héctor José Florville Torrealba, que la acumulación debe
obedecer a la necesidad de evitar la eventualidad de fallos contrarios o contradictorios en casos
que, o bien son conexos, o existe entre ellos una relación de accesoriedad o continencia.
En este sentido, ha sostenido que ella tiene como objetivo influir positivamente en la celeridad,
ahorrando tiempo y recursos al fallar en una sola sentencia asuntos en los que no hay razón para
que se ventilen en diferentes procesos. Sin embargo, debe verificarse si la acumulación se ajusta a
derecho, esto es, que se trate de pretensiones compatibles, que no se contraríen o excluyan entre
sí, y que puedan ser tramitadas en un mismo procedimiento.
En efecto, el artículo 341 del Código de Procedimiento Civil, dispone que el tribunal admitirá la
demanda “...si no es contraria al orden público, a las buenas costumbres o a alguna disposición
expresa de la Ley...”. De lo contrario deberá negar su admisión expresando los motivos de su
negativa.
“…1) Que entre el señor ANDRES (Sic) RICARDO ABREU GALAN (Sic) y mi persona existe desde el
año 1985 una relación concubinaria estable, que culmino (Sic) con nuestro matrimonio el 6 de
Octubre (Sic) de 1.994.
2) Que es nula absolutamente la cesión efectuada por el señor ANDRES (Sic) RICARDO ABREU al
señor JOSE (Sic) BENITO CAJIGAL RAMON (Sic), del 50% de nuestra casa de El Placer, mediante
documento autenticado por ante la Notaria (Sic) Publica (Sic) Segunda del Distrito Sucre del Estado
(Sic) Miranda, el 24 de Noviembre de 1993, bajo el No. 82, Tomo 112, ya que para ese momento
manteníamos una relación estable, bajo un mismo techo desde el año 1.985, por tanto estaba
constituida una comunidad de bienes, requiriendo mi autorización o convalidación; y que el señor
CAJIGAL RAMON (Sic) estaba enterado de que yo hacía vida marital con el señor ABREU GALAN
(Sic) y tengo mis hijos con él.
3) Que es nula absolutamente la venta efectuada por el señor ANDRES (Sic) RICARDO ABREU
GALAN (Sic) a la señora MARIA (Sic) ISABEL ABREU DE CAJIGAL del 50% de nuestra casa de El
Placer, mediante documento autenticado por ante la Notaria (Sic) Publica (Sic) Séptima del
Municipio Baruta del Estado (Sic) Miranda, el 8 de Febrero de 2.000, bajo el No. 59, Tomo 6, ya
que para el momento estábamos casados, continuaba una comunidad de bienes iniciada en 1.985,
requiriendo mi autorización o convalidación; y que la señora MARIA (Sic) ISABEL ABREU DE
CAJIGAL estaba no solo enterada de mi relación concubinaria estable con su hermano desde 1.985
sino de nuestro matrimonio…” (Mayúsculas del texto).
En este sentido, la Sala Constitucional de este Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia N° 1.682
de fecha 15 de julio de 2005, con ocasión del recurso de interpretación del artículo 77 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, estableció con carácter vinculante, lo
siguiente:
El artículo 77 constitucional reza “Las uniones estables entre un hombre y una mujer que cumplan
los requisitos establecidos en la ley producirán los mismos efectos que el matrimonio”.
Resulta interesante para la Sala resaltar que dicha norma use la voz “unión estable” entre el
hombre y la mujer, y no la de concubino o concubina utilizada en el artículo 49.5 eiusdem; y ello es
así porque unión estable es el género, tal como se desprende del artículo 146 del Código Orgánico
Tributario, o del artículo 13-5 de la Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros, o del artículo 785 de
la Ley de Cajas de Ahorro y Fondos de Ahorro, siendo el concubinato una de sus especies.
El concubinato es un concepto jurídico, contemplado en el artículo 767 del Código Civil, y tiene
como característica –que emana del propio Código Civil- el que se trata de una unión no
matrimonial (en el sentido de que no se han llenado las formalidades legales del matrimonio)
entre un hombre y una mujer solteros, la cual está signada por la permanencia de la vida en
común (la soltería viene a resultar un elemento decisivo en la calificación del concubinato, tal
como se desprende del artículo 767 de Código Civil y 7, letra a) de la Ley del Seguro Social).
Se trata de una situación fáctica que requiere de declaración judicial y que la califica el juez,
tomando en cuenta las condiciones de lo que debe entenderse por una vida en común.
Además de los derechos sobre los bienes comunes que nacen durante esa unión (artículo 767
eiusdem), el artículo 211 del Código Civil, entre otros, reconoce otros efectos jurídicos al
concubinato, como sería la existencia de la presunción pater ist est para los hijos nacidos durante
su vigencia .
Dado lo expuesto, para la Sala es claro que actualmente el concubinato que puede ser declarado
tal es aquel que reúne los requisitos del artículo 767 del Código Civil, y él viene a ser una de las
formas de uniones estables contempladas en el artículo constitucional, ya que cumple los
requisitos establecidos en la ley (Código Civil), para ser reconocido como tal unión. Por ahora –a
los fines del citado artículo 77-el concubinato es por excelencia la unión estable allí señalada, y así
se declara.
Lo anterior no significa que la ley no pueda tipificar otros tipos de relaciones entre hombres y
mujeres como uniones estables a los efectos del artículo 77 constitucional, tomando en cuenta la
permanencia y notoriedad de la relación, cohabitación, etc. y, por ello, el Proyecto de Ley Orgánica
de Protección a la Familia, la Maternidad y la Paternidad, discutida en la Asamblea Nacional, en los
artículos 40 al 49, desarrolla las uniones estables de hecho, como una figura propia mientras que
el concubinato como figura distinta a la anterior, fue desarrollado en los artículos 50 al 53.
“Unión estable de hecho entre un hombre y una mujer”, representa un concepto amplio que va a
producir efectos jurídicos, independientemente de la contribución económica de cada uno de los
unidos en el incremento o formación del patrimonio común o en el de uno de ellos, siendo lo
relevante para la determinación de la unión estable, la cohabitación o vida en común, con carácter
de permanencia, y que la pareja sea soltera, formada por divorciados o viudos entre sí o con
solteros, sin que existan impedimentos dirimentes que impidan el matrimonio.
Pero como, al contrario del matrimonio que se perfecciona mediante el acto matrimonial,
recogido en la partida de matrimonio, no se tiene fecha cierta de cuándo comienza la unión
estable, ella debe ser alegada por quien tenga interés en que se declare (parte o tercero) y
probada sus características, tales como la permanencia o estabilidad en el tiempo, los signos
exteriores de la existencia de la unión (lo que resulta similar a la prueba de la posesión de estado
en cuanto a la fama y el trato, ya que la condición de la pareja como tal, debe ser reconocida por
el grupo social donde se desenvuelve), así como la necesidad de que la relación sea excluyente de
otra de iguales características, debido a la propia condición de la estabilidad. Si la unión estable se
equipara al matrimonio, y la bigamia se encuentra prohibida, a juicio de esta Sala es imposible,
para que ella produzca efectos jurídicos, la coexistencia de varias relaciones a la vez en igual plano,
a menos que la Ley expresamente señale excepciones. Ahora bien, corresponde conforme al
artículo 77 constitucional, a la reserva legal la regulación de las otras uniones estables diversas al
concubinato y, por ello, le está a la Sala vedado, aun por la vía de la jurisdicción normativa, realizar
la tipificación de estas otras uniones, y así se declara.
Señalado lo anterior, debe la Sala señalar cuáles de los efectos del matrimonio son aplicables a las
“uniones estables de hecho entre hombre y mujer”, de conformidad con la petición de la
accionante, siendo necesario apuntar que aunque el concubinato es un tipo de unión estable, por
ser él la figura regulada en la Ley, a él se referirá la Sala indistintamente como “unión estable” o
concubinato, pero reconociendo que dentro del concepto de unión estable pueden existir tipos
diferentes al concubinato. La Sala con fines de abarcar ambas clases de uniones, y por tanto al
género, utilizará el término de unión estable en este fallo, para referirse a todas las posibilidades,
incluida el concubinato.
En primer lugar considera la Sala que, para reclamar los posibles efectos civiles del matrimonio, es
necesario que la “unión estable” haya sido declarada conforme a la ley, por lo que se requiere una
sentencia definitivamente firme que la reconozca.
En consecuencia, no es posible una declaración general que asimile las uniones (de cualquier tipo)
al matrimonio, y por lo tanto, observa la Sala, hay que distinguir cuáles efectos del matrimonio se
aplican al concubinato y a las posibles otras uniones estables.
Siguiendo indicadores que nacen de las propias leyes, el tiempo de duración de la unión, al menos
de dos años mínimo, podrá ayudar al juez para la calificación de la permanencia, ya que ese fue el
término contemplado por el artículo 33 de la Ley del Seguro Social, al regular el derecho de la
concubina a la pensión de sobrevivencia.
Debido a lo expuesto, pasa la Sala a examinar los efectos del matrimonio aplicables a las uniones
estables y al concubinato, y ella considera que los deberes que el artículo 137 del Código Civil
impone a los cónyuges y cuya violación se convierte en causales de divorcio (ver en el artículo 185
del Código Civil los ordinales 1° y 2°), no existen en el concubinato ni en las otras uniones.
Unión estable no significa, necesariamente, bajo un mismo techo (aunque esto sea un símbolo de
ella), sino permanencia en una relación, caracterizada por actos que, objetivamente, hacen
presumir a las personas (terceros) que se está ante una pareja, que actúan con apariencia de un
matrimonio o, al menos, de una relación seria y compenetrada, lo que constituye la vida en
común.
Se trata de una relación permanente entre un hombre y una mujer, y no de una entre un hombre
y varias mujeres (así todas ellas estén en igual plano) y viceversa.
A juicio de la Sala, así como no existe el deber de vivir juntos, tampoco puede existir el de fidelidad
contemplado en el artículo 137 del Código Civil, por lo que la violación de deberes como el de
fidelidad o de vida en común (artículo 137 citado) no producen efectos jurídicos, quedando rota la
“unión” por el repudio que de ella haga cualquiera de los componentes, lo que viene dado porque
uno de ellos contraiga matrimonio con otra persona, o porque, por cualquier razón, se rompió la
continuidad de la relación. Extinguida la relación, la ley, al menos en el concubinato, reconoce la
condición de exconcubino como lo hace el artículo 42 de la Ley sobre la Violencia contra la Mujer y
la Familia.
En cuanto al deber de socorrerse mutuamente, contemplado para los cónyuges en el artículo 137
del Código Civil, la Sala considera que este sí existe en cualquier tipo de unión, ya que si
legalmente las uniones (o al menos el concubinato) generan derechos –como los alimentarios- los
cuales normalmente corresponden a los cónyuges mientras dure el matrimonio, los componentes
de estas uniones de hecho deben tener también esos derechos, como luego se explica, y ello se
corresponde con el deber de socorro mutuo comentado.
También otorga el artículo 173 del Código Civil, el derecho optativo de la mujer de utilizar el
apellido de su marido.
A juicio de esta Sala, la utilización de apellidos distintos al propio, como sería para la mujer el del
marido, es un derecho que le nace solamente del acto matrimonial, que conlleva a que añada algo
a su identidad, y que se ve sostenido por el acta de matrimonio que refleja un nuevo estado civil.
El estado civil de las personas naturales, está formado por los nacimientos y matrimonios, y
necesariamente por las mutaciones que éste sufre (divorcio, por ejemplo), que se anotan al
margen de las partidas del estado civil.
Para la Sala, el que la unión estable en general produzca los mismos efectos que el matrimonio, no
significa –se repite- que ella se convierte en matrimonio, sino que se le equipara; es decir, en lo
que sea posible. Sin embargo, la condición jurídica de la unión estable, en principio, no permite a
la mujer el uso del apellido del marido.
El estado civil surge de unas manifestaciones de voluntad formales contenidas en las actas del
estado civil, así como de las transformaciones que éste recibe y que constan en las notas
marginales de las partidas.
Se trata de una cuestión formal que permite no sólo conocer la condición de la persona, sino que
resulta la piedra angular del sistema de identificación.
No existe, en estos momentos y para esta fecha, una partida del estado civil de concubinato, u
otro tipo de unión, que otorgue el estado de concubino o unido y, por tanto, los símbolos que
representan el estado civil, como el uso del apellido del marido por la mujer; a juicio de la Sala, no
puede ser utilizado por quien no ha contraído matrimonio.
Ahora bien, al equipararse al matrimonio, el genero “unión estable” debe tener, al igual que éste,
un régimen patrimonial, y conforme al artículo 767 del Código Civil, correspondiente al
concubinato pero aplicable en la actualidad por analogía a las uniones de hecho, éste es el de la
comunidad en los bienes adquiridos durante el tiempo de existencia de la unión. Se trata de una
comunidad de bienes que se rige, debido a la equiparación, que es posible en esta materia, por las
normas del régimen patrimonial-matrimonial.
La Ley que Regula el Subsistema de Pensiones (artículo 69-6) otorga a los concubinos pensión de
sobrevivencia; la Ley del Estatuto sobre el Régimen de Jubilaciones y Pensiones de los
Funcionarios de la Administración Pública Estadal y Municipal, otorga a la concubina derechos a la
pensión de sobrevivencia (artículo 16-3); las Normas de Operación del Decreto con Rango y Fuerza
de Ley de los Préstamos Hipotecarios a Largo Plazo (artículo 130), así como las Normas d
Operación del Decreto con Rango y Fuerza d Ley que Regula el Subsistema de Viviendas (artículo
34) prevén al concubinato como elegibles para los préstamos para la obtención de vivienda; la Ley
del Seguro Social (artículo 7-a) otorga a la concubina el derecho a una asistencia médica integral;
la Ley Orgánica del Trabajo (artículo 568) da al concubino el derecho de reclamar las
indemnizaciones que corresponderán a su pareja fallecida, e igual derecho otorga el Estatuto de la
Función Pública (artículo 31).
Se trata de beneficios económicos que surgen del patrimonio de los concubinos: ahorro, seguro,
inversiones del contribuyente (artículo 104 de la Ley de Impuesto sobre la Renta lo reconoce), etc.,
y ello, en criterio de la Sala, conduce a que si se va a equiparar el concubinato al matrimonio, por
mandato del artículo 77 constitucional, los efectos matrimoniales extensibles no pueden limitarse
a los puntualmente señalados en las leyes citadas o en otras normas, sino a todo lo que pueda
conformar el patrimonio común, ya que bastante de ese patrimonio está comprometido por las
leyes referidas.
Tal comunidad de bienes, a diferencia del divorcio que exige declaración judicial, finaliza cuando la
unión se rompe, lo cual –excepto por causa de muerte- es una cuestión de hecho que debe ser
alegada y probada por quien pretende la disolución y liquidación de la comunidad. A juicio de la
Sala, y como resultado natural de tal situación, quien demanda la disolución y liquidación de la
comunidad, podrá pedir al juez se dicten las providencias del artículo 174 del Código Civil, en el
supuesto en él contemplado.
Ahora bien, como no existe una acción de separación de cuerpos del concubinato y menos una de
divorcio, por tratarse la ruptura de la unión de una situación de hecho que puede ocurrir en
cualquier momento en forma unilateral, los artículos 191 y 192 del Código Civil resultan
inaplicables, y así se declara; sin embargo, en los procesos tendientes a que se reconozca el
concubinato o la unión estable, se podrán dictar las medidas preventivas necesarias para la
preservación de los hijos y bienes comunes.
A ese fin, si la unión estable o el concubinato no ha sido declarada judicialmente, los terceros
pueden tener interés que se reconozca mediante sentencia, para así cobrar sus acreencias de los
bienes comunes. Para ello tendrán que alegar y probar la comunidad, demandando a ambos
concubinos o sus herederos.
Resulta importante para esta interpretación, dilucidar si es posible que entre los concubinos o
personas unidas, existe un régimen patrimonial distinto al de la comunidad de bienes, tal como el
previsto en el Código Civil en materia de capitulaciones matrimoniales.
A juicio de esta Sala, ello es imposible, porque la esencia del concubinato o de la unión estable no
viene dada –como en el matrimonio- por un documento que crea el vínculo, como lo es el acta de
matrimonio, sino por la unión permanente (estable) entre el hombre y la mujer, lo que requiere
un transcurso de tiempo (que ponderará el juez), el cual es el que califica la estabilidad de la
unión; y siendo ello así, a priori no puede existir una declaración registrada de las partes
constitutivas de la unión, en el sentido de cómo manejarán los bienes que se obtengan durante
ella.
Igualmente, la Sala tiene que examinar la posibilidad para uno de los miembros de una unión o
concubinato, de la existencia del concubinato putativo, que nace cuando uno de ellos, de buena
fe, desconoce la condición de casado del otro. A juicio de esta Sala, en estos supuestos funcionará
con el concubino de buena fe, las normas sobre el matrimonio putativo, aplicables a los bienes.
Ahora bien, equiparando a los concubinos o a los unidos a los cónyuges en lo compatible entre
estas figuras y el matrimonio, considera la Sala que mientras exista la unión, cada uno podrá exigir
alimentos al otro partícipe, a menos que carezca de recursos o bienes propios para suministrarlos,
caso en que podrá exigirlos a las personas señaladas en el artículo 285 del Código Civil.
Igualmente, en caso de declaración de ausencia de uno de los miembros de la unión, la otra podrá
obtener una pensión alimentaria conforme al artículo 427 del Código Civil.
En los casos en que se incoen acciones sucesorales o alimentarias, o contra terceros, sin que existe
previamente una declaración judicial de la existencia del concubinato o la unión estable, la
demanda requerirá que se declaren éstas previamente, por lo que en la misma deberá alegarse y
probarse tal condición.
Debido a los efectos y alcances señalados, la sentencia que declare la unión, surtirá los efectos de
las sentencias a que se refiere el ordinal 2° del artículo 507 del Código Civil, el cual se aplicará en
toda su extensión, menos en lo referente a la necesidad de registro de la sentencia, lo cual no está
previsto –y por lo tanto carece de procedimiento- en la Ley.
Esta ausencia de registro y, por tanto, de publicidad, que puede mantener al concubinato oculto
respecto a los terceros, plantea la pregunta de si es nula la venta entre los concubinos, tal como lo
establece el artículo 1481 con respecto a los cónyuges.
A juicio de esta Sala, dados los efectos que se reconocen a la “unión estable”, sería una fuente de
fraude para los acreedores de cualquiera de los concubinos, aceptar que uno vendiera al otro los
bienes comunes documentados a su nombre o poseídos por él y, en consecuencia, quien
demuestre que la venta ha ocurrido entre ellos, puede invocar la existencia de la unión y tratarlos
como bienes comunes o, según los casos, pedir la nulidad del negocio.
Debe la Sala acotar que el único concubinato que produce efectos equiparables al matrimonio, es
el que se delinea en este fallo; y se hace tal acotamiento porque algunas leyes denominan
concubina a la mujer que vive con un hombre a pesar que éste tiene impedimento para contraer
matrimonio con ella, cuando en realidad tal concubinato es contrario al artículo 767 del Código
Civil y a lo que conceptualiza este fallo.
El mal uso de la palabra concubina, en el sentido inmediatamente indicado, aparece en los
artículos 397 y 399 del Código Penal, y así se declara.
También acota la Sala que diversas leyes vigentes, tales como el Código Orgánico Tributario
(artículo 146-4), la Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros (artículos 13-5 y 21), la Ley de Cajas
de Ahorro y Fondos de Ahorro (artículos 78-5 y 136), señalan impedimentos para acceder a cargos
para quienes mantengan uniones estables de hecho. Igualmente, a éstos se refieren los artículos
56 de la Ley del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, y 71 de la Ley del
Contrato de Seguros.
Ahora bien, como la ley no ha determinado aún quiénes se consideran que viven en unión estable
de hecho, tal mención, en todos los casos, a juicio de esta Sala, debe entenderse en la actualidad
que se aplica por igual a los concubinos, ya que con relación específica a ellos, existen
prohibiciones en el artículo 20 de la Ley de Minas.
Por último, y como resultado de lo interpretado, es que cuando en una relación jurídica concreta,
una de las partes actúa en su condición de concubino, para los efectos de esa relación la existencia
del concubinato queda reconocida por las partes y, en consecuencia, entre las partes de la relación
o el negocio, se reputará que una de ellas se vincula con el concubinato.
Igualmente, la interpretación que se hace en este fallo es sin perjuicio de los derechos de los
pueblos y comunidades indígenas, en cuanto a su organización social, usos y costumbres,
reconocidos en el artículo 119 constitucional…”. (Negrillas de la Sala de casación Civil).
Al mismo tiempo, esta Sala observa que la presente controversia fue intentada con posterioridad
al fallo de la Sala Constitucional precedentemente transcrito, motivo por el cual le es aplicable lo
establecido en la referida doctrina. Debe primero incoarse el procedimiento para que la parte
interesada obtenga una declaratoria firme de la existencia de la unión estable de hecho o
concubinato, para poder, posteriormente, intentar las nulidades de cesión y venta de los bienes.
De permitirse a una de las partes la posibilidad de incoar en una misma demanda la acción mero
declarativa de reconocimiento de unión concubinaria y la nulidad de contratos de cesión de
derechos y venta, se le estaría lesionando a la otra parte su derecho de defensa, ya que es
necesario –se repite- agotar un procedimiento previo para obtener la sentencia favorable que
servirá de instrumento fundamental para intentar el otro.
Todas estas razones conducen a esta Sala a casar de oficio y sin reenvío el fallo recurrido, ya que
las pretensiones acumuladas en el presente juicio, deben ser tramitadas a través de
procedimientos separados, uno precedido del otro.
El fundamento central de esta casación de oficio, estriba en que el Juez Superior erróneamente
declaró “Sin Lugar” la demanda, cuando ha debido ser considerada “inadmisible”. Si bien a “simple
vista puede parecer una sutileza, la declaratoria de Sin Lugar se presta a confusiones y equívocos,
pues puede ser interpretada con un contenido de cosa juzgada, lo cual sería erróneo en el caso
bajo estudio. Lo correcto, en el particular, es declarar la inadmisibilidad de la demanda,
pronunciamiento con un peso jurídico más ligero y que no puede ser mal interpretado como
decisión con carácter de cosa juzgada.
No obstante tal inadmisibilidad, hubo contención en el proceso, razón por la cual, ante el
vencimiento total de la actora, deberá ésta última ser condenada en costas por el artículo 274 del
Código de Procedimiento Civil, condenatoria que no abarcará el presente recurso de casación,
pues la sentencia impugnada fue casada de oficio. Así se decide.
DECISIÓN
Se condena a la demandante al pago de las costas procesales del juicio por cuanto hubo
vencimiento total de conformidad con el artículo 274 del Código de Procedimiento Civil. Dicha
condenatoria en costas no abarca las actuaciones del presente recurso de casación.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo
de Justicia, en Caracas, a los dieciocho (18) días del mes de febrero de dos mil dieciséis. Años: 205º
de la Independencia y 156º de la Federación.
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Vicepresidente,
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Magistrada,
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Magistrada,
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Magistrado,
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Secretario,
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Secretario,