Noche Del Jueves Santo Ii
Noche Del Jueves Santo Ii
Noche Del Jueves Santo Ii
ADORACIÓN
DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO
J. URDEIX
INTRODUCCION
Himno
Se canta entonces un himno eucarístico.
Si se ha cantado el Pange, lingua al hacer la solemne
reserva
eucarística de este día, se pueden volver a cantar, para
expresar la
continuidad entre ambos momentos, las cuatro primeras
estrofas de
este himno (Cantoral litúrgico nacional, 02, pág. 90).
O bien: Adoro te devote (Cantoral litúrgico nacional, 01,
pág. 89).
Oración
Oh Dios,
que en este sacramento admirable
nos dejaste el memorial de tu pasión,
te pedimos nos concedas venerar de tal modo
los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre,
que experimentemos constantemente en nosotros
el fruto de tu redención.
Tú que vives y reinas con el Padre
en la unidad del Espiritu Santo
y eres Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
1
Lectura de Juan 14,1-12: Yo soy el camino, la verdad y la
vida.
Salmo 22
Letanía
(Puede cantarse con una de las músicas habituales del
Cordero
de Dios)
Oración
Señor Jesús, Pastor de tu Iglesia,
que preparas una mesa ante nosotros
y te nos das a ti mismo como alimento:
guíanos por los caminos de tu justicia,
para que arrancados de las tinieblas
y sin temer mal alguno
podamos gozar para siempre
del descanso de la casa del Padre.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
2
Lectura de Juan 15,9-17:
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus
amigos.
Salmo 39
- Jesús, con la ofrenda de su Cuerpo, nos ha redimido y nos
ha
dado el mayor ejemplo de caridad. Es de él de quien
hemos
aprendido a llevar la ley del Señor en las entrañas y a
ponerla en
práctica llenos de gozo. Unidos a Cristo, y por el gran amor
que él
nos tiene, podemos decir también nosotros con total
sinceridad:
"Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad".
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes.
Letanía
Cordero de Dios, que amas hasta el fin a los hombres,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que amas hasta el fin a los hombres,
ten piedad de nosotros
Cordero de Dios, que amas hasta el fin a los hombres,
danos la
paz.
Oración
Señor Jesús,
que te hiciste obediente hasta la muerte
y muerte de cruz
antes de ser ensalzado
recibiendo el nombre que está sobre todo nombre:
enséñanos a cumplir siempre
la voluntad de tu Padre
y concede a tus hermanos,
santificados de una vez para siempre
con la oblación de tu cuerpo,
de esperar, desde el destierro de este mundo,
las maravillas de tu amor.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
3
Lectura de /Jn/17/20-26:
Que sean completamente uno.
Salmo 33
- Jesús nos ha dado a conocer a Dios y su amor. Nos ha
dado a
conocer el amor de Dios que nos llama a vivir en la unidad
de su
vida. Y ha orado por nosotros para que esta unidad sea
total. Es la
unidad en la que nos ayuda a ir penetrando gracias a la
Eucaristía,
que es signo de unidad y vinculo de caridad. En la
Eucaristía
gustamos la bondad del Señor para cuantos a él se
acogen.
Letanía
Cordero de Dios, que ruegas con amor por los tuyos, ten
piedad
de nosotros.
Cordero de Dios, que ruegas con amor por los tuyos, ten
piedad
de nosotros.
Cordero de Dios, que ruegas con amor por los tuyos, danos
la
paz.
Oración
Señor Jesús,
tú eres el salvador de los humildes
y la felicidad de quienes en ti confían,
el alimento de los hambrientos
y la vida de tus fieles:
dígnate escuchar la alabanza agradecida de tu Iglesia,
haz resplandecer en su rostro
el gozo de tu presencia
y haz que gustemos en este mundo tu bondad,
de la que seremos saciados el día de la felicidad eterna.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Homilía
Si parece oportuno puede hacerse entonces una breve
homilía o
dejar una larga pausa de silencio para la meditación más
personal.
* Santifica, Señor...
* Santifica, Señor...
* Santifica, Señor...
* Santifica, Señor...
* Santifica, Señor...
- Padre nuestro...
Oracion
Señor Dios todopoderoso,
que para gloria tuya y salvación de los hombres
constituiste a Cristo sumo y eterno sacerdote,
concede al pueblo cristiano,
adquirido para ti por la sangre preciosa de tu Hijo,
recibir en la eucaristía, memorial del Señor,
el fruto de la pasión y resurrección de Cristo.
Que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.
CONCLUSION
Después de recitada esta oración, todos se arrodillan y se
cantan
las dos últimas estrofas del Pange lingua (Cantoral litúrgico
nacional, 02, pág. 90), o bien algún otro canto eucarístico
apropiado.