El Calzado Del Evangelio de La Paz

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Tema: La Armadura de Dios

Título: El Calzado del Evangelio de la Paz


Referencia Bíblica
Efesios 6:15
6:15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
Introducción.
Pablo explica que el guerrero tiene que calzarse con el evangelio de la paz. No se
debe ir a la batalla sin buenas botas o zapatos porque son los pies los que nos
llevan a la lucha. Los soldados romanos (seguramente los ha visto representados
en películas) llevaban semi-botas, con una suela gruesa con tiras de cuero para
atarlas al pie. Abajo, la bota tenía clavos para poder pararse firme en la lucha
cuerpo a cuerpo.
Cristo es nuestra paz con Dios, quien nos da firmeza en la batalla. La paz espiritual
tiene dos aspectos.
 Primeramente, la «paz con Dios»
Viene cuando uno recibe a Cristo por medio de la fe…
Romanos. 5:1
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo; 
Colosenses. 1:20
y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la
tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre
de su cruz.
Antes de la salvación, existe enemistad entre el hombre y Dios…,
2 Corintios. 5:18
Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por
Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 
pero esta situación se arregla cuando uno es justificado (puesto en una
relación correcta con Dios) por medio de la fe en Cristo.
El creyente también puede gozar de «la paz de Dios» que «sobrepasa todo
entendimiento»
Filipenses. 4:7
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros
corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Generalmente la paz se define en los siguientes términos:
tranquilidad, sosiego o descanso del alma. La paz (la tranquilidad del alma)
de Dios es obra del Espíritu Santo en la vida del cristiano…,
Gálatas. 5:22
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad,
fe, 
y también ayuda a guardar el corazón y la mente del cristiano…,
Filipenses. 4:7
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros
corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Sin embargo, hay quienes tienen la paz con Dios (han recibido a Cristo) pero
no disfrutan de la paz de Dios. La razón más frecuente es que hay pecado
en su vida y la conciencia los está atormentando. Pero hay también otras
razones incluyendo, como, ataques del enemigo y para entender la raíz de
éstas, tenemos que ver el contraste que hace Jesús entre la verdadera paz
espiritual que Cristo da, y la paz del mundo…,
Juan. 14:27
La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se
turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. 

La paz del mundo se centra en las circunstancias o depende de ellas,


mientras que la paz que Cristo da, se centra en la reconciliación que
tenemos con Dios por medio de la obra redentora de Cristo y depende de Él
en el hecho de que Cristo está en control de la vida y que uno puede confiar
en Él plenamente.
Las circunstancias cambian, pero Cristo nunca cambia. Ahora bien, si pongo
mi esperanza y mi seguridad en las circunstancias, cuando éstas cambian o
se derrumban, la paz también desaparece. Por otro lado, la paz que resulta
de poner mi esperanza en alguien inmutable, me mantiene firme.
Hebreos. 6:17–19
6:17 Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los
herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso
juramento;
6:18 para que, por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que
Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para
asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. 
6:19 La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra
hasta dentro del velo,

Entonces, desde el principio de la batalla cada creyente ha de preguntarse:


¿De dónde deriva mi paz y mi seguridad? ¿De las circunstancias o de mi
Salvador? Porque tarde o temprano Dios nos pondrá en una situación que
nos revelará en qué o quién hemos colocado nuestra esperanza. Pedro lo
llama el fuego de la prueba…,
1 Pedro 4:12
Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero
comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al
evangelio de Dios? 

De modo que parte de la solución al problema de los ataques del diablo es


reconocer quién nos mantiene firmes.
Estamos ya preparados para considerar las próximas tres armas que el
creyente tiene a su disposición. La forma del griego cambia en el verso 16, y
va de algo que Cristo es para el cristiano a algo de lo que el creyente tiene
que apropiarse.

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