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Los Dias Malos

Este documento narra cómo David enfrentó uno de los días más difíciles de su vida cuando regresó a su ciudad y encontró que había sido saqueada y su familia llevada cautiva. A pesar del dolor y la angustia, David se fortaleció en Dios y consultó su voluntad antes de perseguir a los atacantes. El resumen destaca cuatro lecciones para superar los días malos: 1) Llorar es el primer paso hacia la restauración, 2) Fortalecernos en Dios, 3) Dejarnos guiar por Él, y 4

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Los Dias Malos

Este documento narra cómo David enfrentó uno de los días más difíciles de su vida cuando regresó a su ciudad y encontró que había sido saqueada y su familia llevada cautiva. A pesar del dolor y la angustia, David se fortaleció en Dios y consultó su voluntad antes de perseguir a los atacantes. El resumen destaca cuatro lecciones para superar los días malos: 1) Llorar es el primer paso hacia la restauración, 2) Fortalecernos en Dios, 3) Dejarnos guiar por Él, y 4

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¿CÓMO SUPERAR LOS DIAS MALOS?

TEXTO: 1 SAMUEL 30:1-10 Cuando David y sus hombres vinieron a


Siclag al tercer día, los de Amalec habían invadido el Neguev y a
Siclag, y habían asolado a Siclag y le habían prendido fuego. 2 Y se
habían llevado cautivas a las mujeres y a todos los que estaban allí,
desde el menor hasta el mayor; pero a nadie habían dado muerte,
sino se los habían llevado al seguir su camino. 3 Vino, pues, David
con los suyos a la ciudad, y he aquí que estaba quemada, y sus
mujeres y sus hijos e hijas habían sido llevados cautivos. 4
Entonces David y la gente que con él estaba alzaron su voz y
lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar. 5 Las dos
mujeres de David, Ahinoam jezreelita y Abigail la que fue mujer de
Nabal el de Carmel, también eran cautivas. 6 Y David se angustió
mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el
pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por
sus hijas; más David se fortaleció en Jehová su Dios. 7 Y dijo David
al sacerdote Abiatar hijo de Ahimelec: Yo te ruego que me acerques
el efod. Y Abiatar acercó el efod a David. 8 Y David consultó a
Jehová, diciendo: ¿Perseguiré a estos merodeadores? ¿Los podré
alcanzar? Y él le dijo: Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás,
y de cierto librarás a los cautivos. 9 Partió, pues, David, él y los
seiscientos hombres que con él estaban, y llegaron hasta el torrente
de Besor, donde se quedaron algunos. 10 Y David siguió adelante
con cuatrocientos hombres; porque se quedaron atrás doscientos,
que cansados no pudieron pasar el torrente de Besor.

Verdaderamente David estaba enfrentando uno de los días más difíciles de


su vida, ese fue seguramente uno de los días malos de los cuales David
habla en los salmos, la ciudad donde vivían él y su familia, junto con las
familias de sus valientes, estaba quemada y las familias habían sido
llevadas cautivas por los Amalecitas. 
Era un día de tristeza, pues prácticamente lo habían perdido todo, habían
perdido lo que más amaban, a sus familias, a sus esposas e hijos. 
Seguramente muchos de nosotros también hemos vivido días así, días
malos, días de dolor, de angustia, y posiblemente en este momento
estemos pasando por tiempos así, en los cuales pensamos que lo hemos
perdido todo, en los cuales parecería que no hay esperanza, que ya no se
puede hacer nada. 
Pero en esta historia podemos aprender lecciones muy importantes para
aprender a superar los días malos, aprender a superar los tiempos difíciles,
con la ayuda de nuestro Dios como lo hizo David. 
VEAMOS LAS LECCIONES QUE ENCONTRAMOS EN ESTE TEXTO PARA
APRENDER A SUPERAR LOS DIAS MALOS: 

I) PRIMERA LECCIÓN: EN LOS DÍAS MALOS NUESTRAS LAGRIMAS


SON EL PRIMER PASO PARA NUESTRA RESTAURACIÓN Y
BENDICIÓN (1 SAMUEL 30:3-4) Vino, pues, David con los suyos a la
ciudad, y he aquí que estaba quemada, y sus mujeres y sus hijos e
hijas habían sido llevados cautivos. 4 Entonces David y la gente que
con él estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las
fuerzas para llorar.

El texto nos muestra que David y toda la gente que estaba con él lloraron
hasta que no les quedaron fuerza para llorar, sus corazones estaban tristes
y agobiados. David no tuvo vergüenza de llorar, no fingió ser fuerte e
inquebrantable, como muchos de nosotros lo hacemos, él se quebrantó y
lloro, no solamente por el dolor de la pérdida, sino también porque David
conocía el carácter de Dios, y su misericordia. 

En los días malos que vienen a nuestra vida el Señor no espera que seamos
inquebrantables, pues como lo dice su palabra, tenemos un tesoro en vasos
de barro (2 Corintios 4:7) Pero tenemos este tesoro en vasos de
barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de
nosotros, 

Los tiempos malos, los días difíciles, tenemos que recordar que nuestro
Dios está cerca de los quebrantados de corazón (Salmos 34:18) Cercano
está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos
de espíritu.

Cuando nuestro corazón está quebrantado, cuando el dolor o la angustia


está llenando nuestra alma podemos estar seguros que Dios tendrá
compasión de nosotros (Lucas 7:11-13) Aconteció después, que él iba
a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus
discípulos, y una gran multitud. 12 Cuando llegó cerca de la puerta
de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo
único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente
de la ciudad. 13 Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le
dijo: No llores.

II) EN LOS DÍAS MALOS TENEMOS QUE FORTALECERNOS EN DIOS


(1 SAMUEL 30:5-6) Las dos mujeres de David, Ahinoam jezreelita y
Abigail la que fue mujer de Nabal el de Carmel, también eran
cautivas. 6 Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de
apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada
uno por sus hijos y por sus hijas; más David se fortaleció en Jehová
su Dios

Los días malos no se superan en nuestra fuerza, sino en las fuerzas de


nuestro Dios, reconociendo nuestra incapacidad y confiando en el poder del
Señor. 
Si vemos en el texto, a David no le quedaban más opciones, no había
alternativas, había perdido a su familia, sus bienes, y los que eran sus
compañeros de batalla se volvieron en su contra y hasta querían
apedrearlo. 
Podemos ver que a David no le quedaba más opción que fortalecer su
corazón en Dios, en su amor, en su poder y en sus promesas. Y tenemos
que comprender que ese es el propósito del Señor en los días malos, que
comprendamos que nuestra fortaleza para enfrentar y superar los días
malos está únicamente en nuestro Dios (Isaías 40:29) El da esfuerzo al
cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.

Ya no luches en tus fuerzas, ya no sigas tratando de hacerle frente a los


días malos en tu capacidad, la clave es FORTALECERNOS EN EL
SEÑOR (Efesios 6:10) Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en
el Señor, y en el poder de su fuerza.

Fortalecernos en Dios significa confiar que: NUESTRO DIOS TIENE LA


ÚLTIMA PALABRA, TODO DEPENDE DE ÉL Y NOSOTROS EN ÉL
ESTAMOS CONFIANDO. 

III) PARA SUPERAR LOS DÍAS MALOS TENEMOS QUE DEJARNOS


GUIAR POR NUESTRO DIOS (1 SAMUEL 30:7-8) Y dijo David al
sacerdote Abiatar hijo de Ahimelec: Yo te ruego que me acerques el
efod. Y Abiatar acercó el efod a David. 8 Y David consultó a Jehová,
diciendo: ¿Perseguiré a estos merodeadores? ¿Los podré alcanzar?
Y él le dijo: Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás, y de cierto
librarás a los cautivos.

David estaba viviendo uno de los días más difíciles de su vida, su corazón
estaba preocupado, angustiado, y triste, es decir que podría haber hecho
muchas locuras, podría haber tomado muy malas decisiones, motivado por
el enojo y por la desesperación.
Por eso David tomó la mejor decisión en los días malos, en los días de
angustia y de aflicción, él CONSULTÓ AL SEÑOR, no se dejó llevar por la
ira, no se dejó llevar por su angustia, sino que busco la guía de Dios para
saber que tenía que hacer, busco la voluntad de Dios para ese momento. 

Cuando los días malos vienen a nuestra vida también aparecerán muchos
consejeros, muchas personas que nos querrán decir que debemos hacer,
que nos trataran de convencer de hacer lo que ellos dicen, pero tenemos
que tener cuidado de tomar los consejos de aquellos que no son guiados
por el Señor (Job 21:16) He aquí que su bien no está en mano de
ellos; El consejo de los impíos lejos esté de mí.

Nosotros al igual que David en tiempos de oscuridad, de tinieblas, por los


problemas que estamos enfrentando, no debemos hacer locuras, no
debemos tomar decisiones arrebatadas, sino que tenemos que buscar
la LUZ DEL SEÑOR para nuestra vida. (Salmo 90:17) Sea la luz de
Jehová nuestro Dios sobre nosotros, Y la obra de nuestras manos
confirma sobre nosotros; Sí, la obra de nuestras manos confirma.

En los días malos no debemos aventurarnos a tomar decisiones sin tomar


en cuenta la voluntad de Dios, porque solamente él conoce el camino que
debemos seguir.

IV) EN LOS TIEMPOS MALOS, MUCHOS DESMAYAN, PERO TU NO TE


RINDAS (1 SAMUEL 30:10) Y David siguió adelante con
cuatrocientos hombres; porque se quedaron atrás doscientos, que
cansados no pudieron pasar el torrente de Besor.

David iba a enfrentar a los Amalecitas que habían llevado cautivos a su


familia con un grupo de seiscientos hombres, pero en el camino doscientos
ya no pudieron seguir a causa del cansancio, pero David no se desanimó,
sino que dejó los doscientos descansando, pero él siguió su camino, él no
desmayó pues Dios lo había fortalecido. 
Igualmente, en nuestra vida en los tiempos malos, en los tiempos difíciles,
veremos como muchas personas se desaniman, veremos como muchas
personas abandonan la iglesia, veremos cómo muchos cristianos dejan sus
ministerios, veremos cómo muchos emprendedores cierran sus negocios,
veremos como muchos empleados renuncian a sus empleos, veremos como
muchos matrimonios se destruyen. 
Pero si nosotros verdaderamente estamos fortalecidos en el Señor y en el
poder de su fuerza, no debemos rendirnos, no debemos desmayar ni volver
atrás. (Deuteronomio 7:21)  No desmayes delante de ellos, porque
Jehová tu Dios está en medio de ti, Dios grande y temible.

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