9788413570983libro Educacion Superior
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en Educación Superior
Colección Síntesis • Psicología/Educación
CLAVES PARA LA INCLUSIÓN
EN EDUCACIÓN SUPERIOR
© EDITORIAL SÍNTESIS, SA
Vallehermoso, 34. 28015 Madrid
Teléfono: 91 593 20 98
www.sintesis.com
ISBN: 978-84-1357-098-3
Depósito legal: M-10.375-2020
Prólogo .............................................................................................................................................. 15
Parte I
La inclusión como proceso de innovación en Educación Superior
5
Claves para la inclusión en Educación Superior
Parte II
Querer y saber trabajar la inclusión en Educación Superior
6
Índice
Parte III
Formación docente para la inclusión en Educación Superior
7
Claves para la inclusión en Educación Superior
8
Índice
Parte IV
Iniciativas universitarias para la inclusión
9
Claves para la inclusión en Educación Superior
10
Índice
Parte V
Voces en torno a la educación inclusiva en la universidad
11
Claves para la inclusión en Educación Superior
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2
Conectivismo e inclusión:
dos caras del mismo Moodle
Francisco J. García Tartera
Los modelos pedagógicos definen las estrategias educativas que se van a utilizar para
que los estudiantes consigan los objetivos de aprendizaje fijados. A lo largo de la
historia de la humanidad, se han ido sucediendo diferentes modelos educativos, que
siempre han guardado una estrecha relación con la época en la que se diseñaron, es
decir, con las características más relevantes de la sociedad de aquellos años y lo que
se esperaba de los estudiantes en cuanto a su integración en esas sociedades.
Podemos distinguir un modelo que es el que más ha perdurado en el tiempo y
que podríamos denominar como el modelo tradicional. Básicamente, este modelo
considera que el papel de la educación consiste en trasmitir al estudiante un conjunto
de conocimientos atesorados hasta ese momento. El alumno es un sujeto completa-
mente pasivo al que se le exponen esos conocimientos según una metodología expe-
rimental y no se tiene en cuenta su opinión en ningún caso. Algo más evolucionado
está el modelo conductista, que se basa en el mismo principio. De ahí hasta nuestros
días, con la irrupción de la tecnología en todos los niveles de la enseñanza, se habla
incluso de una educación 2.0 en referencia a la web 2.0 (Aparici, 2011), que funda-
mentalmente permite la participación e interacción de los usuarios.
Los modelos más significativos que se han venido utilizando hasta la actuali-
dad pueden resumirse en (Vergara y Cuentas, 2015): conductismo, cognitivismo,
constructivismo y conectivismo (cuadro 2.1).
2.1. El conectivismo
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Parte I. La inclusión como proceso de innovación en Educación Superior
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Conectivismo e inclusión: dos caras del mismo Moodle
y ofrecen este tipo de cursos dirigidos a los estudiantes que cursan estudios oficia-
les en las carreras que imparten o a cualquier persona que tenga un interés en ellos
y posea la titulación requerida para realizarlo. Se caracterizan por ser gratuitos,
seguirse en línea (solamente a través de internet) y poder registrar usuarios sin
ninguna limitación. Este tipo de cursos (Massive Online Open Courses) tuvieron
en Stephen Downes y en George Siemens a los visionarios que fueron capaces de
llevar a la práctica sus ideas a partir del año 2004, convirtiéndose en un fenómeno
mundial al que se han apuntado todo tipo de universidades, academias y centros
de formación.
Lógicamente, con la formación al alcance de cualquiera a través de internet y
de forma gratuita, muchos conceptos de los modelos educativos anteriores se han
tambaleado, y de ahí ha surgido una nueva teoría de aprendizaje para los tiempos
de la era digital (Siemens, 2004).
De igual forma, tanto las redes sociales como todo lo que rodea a internet
hace que los usuarios (particularmente los estudiantes) se sientan mucho más cerca
unos de otros, pues, aunque la distancia física que les separa sea enorme, pueden
interactuar en tiempo real mediante las herramientas virtuales de la red. Es decir,
todo el mundo está conectado. Por lo tanto, es evidente que la forma de aprender
ha cambiado muchísimo y que, en consecuencia, se hace necesario analizar esta
nueva forma de aprendizaje basado en compartir las experiencias y conocimientos
de los demás a través de internet (Downes, 2005).
Considerado con reticencia como un nuevo modelo educativo, el conectivismo
se ha impuesto en todos los niveles, aunque existan muchas personas que no lo
reconozcan o ni siquiera se den cuenta de que lo están aplicando sin saberlo:
Los principios por los que se rige el conectivismo son los siguientes:
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Parte I. La inclusión como proceso de innovación en Educación Superior
En todo caso, no es que este nuevo modelo surja como una anécdota o como
una evolución de los anteriores, sino que claramente es la propia sociedad la que
ha creado la necesidad de que los modelos educativos evolucionen para que den
respuesta y solución a sus necesidades (Tartera, 2016). Esto lo podemos compro-
bar con solamente echar una mirada fugaz a los retos laborales que presenta la so-
ciedad actual, a la que también podríamos denominar sociedad de la información
y el conocimiento (Aedo, Ramos y Toledo, 2017): movilidad, trabajo en equipos
multidisciplinares, inmediatez, disponibilidad, competitividad, decisiones críticas
constantes y límites fuera de contextos convencionales (por ejemplo, minería es-
pacial, colonización de otros planetas, robótica, generación de alimentos y energía
o salud y longevidad). Todos estos factores son retos que debe afrontar la sociedad
global en los próximos años. Por lo tanto, sus necesidades marcan el rumbo por el
que los modelos educativos se deben mover para satisfacer las necesidades socia-
les, humanitarias y laborales de la sociedad en la que vivimos.
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Conectivismo e inclusión: dos caras del mismo Moodle
las nuevas metodologías abunden en motivaciones para todos los estudiantes, pero
tendrá que hacerlo con más énfasis en estos alumnos para que se sientan parte de
la clase y parte del grupo. Esa es la verdadera inclusión: convertirles en miembros
participativos y activos de la comunidad educativa. No obstante, en línea con las
técnicas más actuales que emplea la neurodidáctica (Ares y otros, 2016), la mo-
tivación debe ser constante y dirigida metódicamente con todos los estudiantes,
prestando mucha más atención a los alumnos más vulnerables e, incluso, diseñan-
do procesos de motivación específicos para ellos.
La neurociencia ha avanzado mucho en los últimos años acerca del compor-
tamiento del cerebro humano y en el análisis de los procesos fisicoquímicos que
se producen en su interior cuando se dispone a aprender (López y Abia, 2018). Es
fundamental conocer todas las secuencias y rutinas que se producen en el cerebro
durante el proceso de aprendizaje. Conociendo los modos operativos que se pro-
ducen, podemos inducirlos externamente para que el cerebro esté en condiciones
óptimas de aprender. Remontándonos unos cuantos años atrás, nos topamos con
una investigación que ya en su momento tuvo mucho impacto, pues de una forma
sencilla y eminentemente práctica nos muestra algunos detalles experimentales
sobre el proceso de aprendizaje que son especialmente útiles. Según Dale (1932),
en el cono del aprendizaje podemos apreciar que se realiza una clasificación entre
un tipo de aprendizaje pasivo y otro activo, llegando a la conclusión de que, tras el
aprendizaje, a partir de las dos semanas, el cerebro recuerda aquellos conocimien-
tos que quedaron asociados a actividades en las que el usuario es el protagonista
activo, es decir, se trata de aprendizajes activos. Dentro de ese grupo, en el cono se
distingue entre dos modalidades: decir y escribir y decir y hacer. En el primer caso,
el cerebro humano retiene hasta un 70% de lo que se dice y se escribe, mientras que
en el segundo caso se llega hasta el 90% de lo que decimos y hacemos. Llegados a
este punto, podemos resumir que el caso de mayor aprovechamiento y retentiva de
los conocimientos adquiridos se produce cuando:
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Parte I. La inclusión como proceso de innovación en Educación Superior
de las personas (figura 2.1). Un aprendizaje pasivo nos apunta a modelos educati-
vos del pasado, como el tradicional o el conductista, mientras que un aprendizaje
activo ofrece los mejores resultados, cuyo tronco común es la participación activa
de la persona en el proceso.
El 10% de
lo que leemos
os:
nem
El 20% de lo Aprendizaje
pasivo
rete
que escuchamos
s
ana
El 30% de lo
que vemos: observar
sem
os
ed
és d
El 70% de lo que decimos:
Aprendizaje
debate, conversación, etc. activo
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Conectivismo e inclusión: dos caras del mismo Moodle
Entre las plataformas de aprendizaje virtual de uso masivo que podemos encontrar
en la actualidad destaca Moodle, dado que se trata de software libre que se puede
adaptar a las necesidades de cada usuario y no es necesario adquirir ninguna licencia.
Moodle es el acrónimo de modular object-oriented dynamic learning environ-
ment (entorno modular de aprendizaje dinámico orientado a objetos). Por lo tanto,
sus usuarios reciben el nombre de moodler, aunque actualmente ha ido quedando
relegada esa terminología al hacerse masivo el uso de esta plataforma. Lo que sí
es importante hacer notar es que Moodle está basado en una determinada filosofía
del aprendizaje que, a menudo, se denomina pedagogía construccionista social.
Moodle se ha convertido en una auténtica referencia a seguir por otras plataformas
que han ido surgiendo y siguiendo modelos pedagógicos muy similares.
En Moodle, nos encontramos el taller, entre otras muchas actividades que se
pueden elegir para diseñar una unidad didáctica, lección o tema.
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Parte I. La inclusión como proceso de innovación en Educación Superior
Si bien es cierto que en la actividad tarea, una vez creada, los estudiantes dispon-
drán de una carpeta a la que subir sus trabajos (tareas encomendadas por el profesor),
en la actividad taller se les creará automáticamente una carpeta similar en la que
también subirán los archivos correspondientes a los trabajos encargados por el pro-
fesor. Ambas actividades comparten un tronco común: una vez que los estudiantes
han subido sus archivos, el profesor podrá visualizar estos trabajos en una pantalla
que asocia, de forma clara, cada trabajo con el nombre y la foto de cada alumno
(si es que en Secretaría han subido las imágenes de los alumnos o si han asociado
el Moodle con el programa de matriculaciones de cada curso). Hasta aquí todo es
igual o parecido, pero a partir de este punto la actividad taller permitirá configurar la
asignación de los trabajos de varios alumnos a otro que vaya a evaluarlos. Se pueden
hacer asignaciones de forma que todos los alumnos reciban un número idéntico de
trabajos para evaluar, incluyendo espacios adecuados para realizar los comentarios
que justifiquen la calificación que otorgan, en función de los criterios de evaluación
explicados y comunes a todos los alumnos. De esta forma, los estudiantes verán en la
plataforma virtual un auténtico apoyo (Ramírez, Ortega y Gamboa, 2016).
A continuación, se muestra una serie de imágenes del proceso de configura-
ción de Moodle para dejar la actividad taller operativa y lista para su uso con los
estudiantes.
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Conectivismo e inclusión: dos caras del mismo Moodle
Para iniciar la actividad taller, nos fijaremos en el texto que aparece arriba a la
derecha del tema-plantilla (en este caso, capítulo 9). Vemos que nos indica “Añade
una actividad o recurso”. Haciendo clic en el texto nos abrirá una ventana adosada
en la que aparecerán todas las actividades y recursos que podemos incluir para
crear nuestra lección o nuevo tema. Al final de la barra deslizante, encontraremos
taller, sobre el que haremos clic y pasaremos a la configuración (figura 2.3).
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Parte I. La inclusión como proceso de innovación en Educación Superior
– Fase de configuración.
– Fase de envío.
– Fase de evaluación.
– Fase de calificación de evaluaciones.
Las instrucciones deben ser claras y es necesario asegurar que todo el mundo
las ha entendido. Para ello, puede organizarse un pequeño debate en clase con la
participación de los alumnos, es decir, pedirles su opinión sobre la tarea y pregun-
tarles si consideran que se aplique alguna mejora.
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