Las Leishmaniasis Atlas y Texto
Las Leishmaniasis Atlas y Texto
Las Leishmaniasis Atlas y Texto
Claudia Arenas
Clemencia Ovalle
Carlos A. Hernández
Carolina Camargo
Primera edición en español
Bogotá, D.C, 2016
© Hospital Universitario
Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta, E.S.E.
Avenida 1a Nº 13A-61
Bogotá, D. C., Colombia
www.dermatologia.gov.co
La versión digital de esta obra contó con el auspicio de la
Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial
de la Salud.
ISBN 978-958-59331-3-2
Todas las publicaciones científicas y técnicas del Hospital HOSPITAL UNIVERSITARIO CENTRO
Universitario Centro Dermatológico Federico Lleras
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y traducciones son bienvenidas y consideradas por la
Dirección General del CDFLLA. Las solicitudes deben DISEÑO EDITORIAL Y DIAGRAMACIÓN
dirigirse a:[email protected]. David Hernández Mora
P rólogo
Todo libro científico es interminable y está sujeto a
renovación frecuente, con mayor razón, uno sobre las
leishmaniasis, entidades sobre las cuales se escriben más
de 1.600 publicaciones anuales. El libro debe contener
algún análisis o extracto de estos trabajos que, comunicados
de manera simple y significativa, ayuden a extender el
conocimiento sobre estas enfermedades.
Las leishmaniasis producen más de 10.000 casos nuevos
anuales en Colombia y unos dos millones en el mundo;
son destructivas, tienen connotaciones psicosociales
notorias y originan cerca de 45.000 muertes anuales en el
mundo. Es uno de los temas que nuestros profesionales
de la salud, especialmente los encargados de la salud
pública, deben conocer con suficiencia.
En nuestro trabajo diario debemos enseñar sobre las
leishmaniasis a estudiantes de diversas carreras biomédicas,
y a residentes de dermatología y patología, así como realizar
o colaborar en cursos periódicos sobre el tema, para diversos
Servicios Seccionales de Salud. Además, diariamente
enfrentamos numerosos casos de la enfermedad, entre ellos
los cerca de 5.000 anuales de nuestros soldados.
Por estas razones escribimos este libro que consideramos
breve, didáctico y profusamente ilustrado, para demostrar
las numerosas localizaciones y variantes clínicas de
estas enfermedades, la relación entre leishmania y
macrófago, que ayuda a entender su patogenia, y los
numerosos diagnósticos diferenciales. Los conceptos
sobre la enfermedad se expresan en forma precisa, en
frases o párrafos cortos, con la intención de hacer más
fácil y comprensible su lectura.
Nuestro trabajo de años sobre el tema nos ha permitido
reunir experiencia y material abundante sobre estas
enfermedades. Diferentes instituciones han respaldado
nuestra labor y han permitido que este libro se pueda
elaborar y publicar. El Centro Dermatológico Federico
Lleras Acosta es una institución de referencia nacional
para leishmaniasis y ha financiado la edición del libro. El
Instituto Nacional de Salud, otro centro de referencia, nos
permitió trabajar por cuatro décadas en la histopatología,
la microscopía electrónica, la parasitología y la clínica de
todas las formas de las leishmaniasis. El Hospital Militar
Central y sus servicios periféricos, nos han permitido
conocer la problemática de los numerosos soldados con
la enfermedad. La Universidad Nacional de Colombia ha
sido sitio de enseñanza, debate e intercambio de nuestro
conocimiento. Finalmente, la Facultad de Medicina de la
Universidad de La Sabana ha sido un lugar significativo
de apoyo intelectual y administrativo para el primer autor.
Diferentes médicos y bacteriólogos, principalmente
dermatólogos y compañeros de trabajo, nos han prestado
ayuda fundamental y desinteresada en la elaboración de
este trabajo. Nombrarlos a todos es imposible. Destacamos
la ayuda de Juan Guillermo Chalela, Sandra Muvdi, Carlos
Horacio González, Sergio Cáceres, Esperanza Meléndez,
Jairo Fuentes, Rosario Betancurt, César Arroyo y Ladys
Sarmiento. La influencia, inducción y aporte de nuestros
profesores Fabio Londoño (q.e.p.d.), Luisa Porras y
Mariano López, del Centro Dermatológico Federico Lleras
Acosta, ha sido especialmente significativa.
La concreción de este proyecto no hubiera sido posible
sin el apoyo incondicional de las directivas del Hospital
Universitario Centro Dermatológico Federico Lleras
Acosta, en especial del doctor Javier Cormane Patiño,
anterior Director General, al aprobar inicialmente la
publicación de este libro, y de la actual directora, doctora
Claudia Marcela Rojas Daza, a quien le correspondió
adelantar las gestiones administrativas necesarias para
la culminación del mismo. Para ellos, nuestros más
sinceros agradecimientos.
Declaramos nuestra admiración por tres grupos
de investigación sobre leishmaniasis en Colombia,
reconocidos mundialmente por sus aportes a diferentes
aspectos de la enfermedad, principalmente a su
epidemiología, patogenia, diagnóstico y tratamiento. Son
ellos el CIDEIM (Cali), encabezado por Nancy Saravia,
el PECET (Medellín), liderado por Iván Darío Vélez, y el
Hospital Militar Central (Bogotá), en donde Jaime Soto,
ahora en Bolivia, manejó y curó centenares de soldados.
Finalmente, reconocemos públicamente que la
colaboración de la doctora Claudia Cruz del Centro de
Recuperación de Leishmaniasis del Comando del Ejército,
fue fundamental para la elaboración de los capítulos 5 y 12.
LOS AUTORES
A utores
CLEMENCIA OVALLE ,
Ph.D., jefe, Oficina de Docencia e Investigación; líder,
Grupo de Investigación en Dermatología Tropical y de
la Línea de Investigación en Leishmaniasis, Hospital
Universitario Centro Dermatológico Federico Lleras
Acosta, E. S. E., Bogotá, D.C., Colombia
C ontenido
1 CAPÍTULO 1. GENERALIDADES
5 CAPÍTULO 2. HISTORIA
9 CAPÍTULO 3. CICLO BIOLÓGICO
11 • P arásito
17 • V ectores
19 • R eservorios
24 CAPÍTULO 4. AGENTES ETIOLÓGICOS
29 CAPÍTULO 5. EPIDEMIOLOGÍA
36 • L eishmaniasis en los soldados colombianos
41 CAPÍTULO 6. PATOGÉNESIS
43 • E vasión de la inmunidad natural
44 • S aliva del vector
45 • F agocitosis : D estrucción o persistencia
60 • L eishmanina o reacción de montenegro
61 • D iseminación del parásito y formas clínicas de la enfermedad
63 • R eacción leishmania - macrófago y expresión clínica de la enfermedad
64 • leishmaniasis oportunista
70 CAPÍTULO 7. CLÍNICA
71 • L eishmaniasis cutánea
73 • F ormas clínicas especiales
73 • Úlcera de los chicleros o leishmaniasis auricular
76 • Leishmaniasis verrugosa
79 • Leishmaniasis lupoide
80 • Leishmaniasis linfangítica
83 • Adenopatía leishmaniásica
84 • Leishmaniasis diseminada
87 • Leishmaniasis difusa
89 • Leishmaniasis cutánea atípica
90 • Leishmaniasis dérmica posterior a kala-azar
90 • Leishmaniasis según localización
102 • L eishmaniasis mucosa
112 • L eishmaniasis visceral
114 • C ondiciones especiales
114 • Leishmaniasis en los niños
120 • Leishmaniasis y embarazo
121 • Leishmaniasis y sida
288 APÉNDICE 4. Reacción en cadena de la polimerasa (pcr) en leishmaniasis mucocutánea y visceral. Método
diagnóstico mediante la amplificación del gen miniexón
299 APÉNDICE 5. Departamentos y municipios en donde se han confirmado casos de leishmaniasis visceral
CAPÍTULO 1
G eneralidades
CAPÍTULO 1
G eneralidades
1
CAPÍTULO 1
G eneralidades
3
CAPÍTULO 1
G eneralidades
Lecturas recomendadas
• Alvar J, Vélez ID, Bern C, Herrero M, Desjeux P, Cano J, • Reveiz L, Maia-Elkhoury ANS, Nicholls RS, Sierra GA,
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la atención clínica integral del paciente con leishmaniasis.
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de Salud y Organización Panamericana de la Salud; 2010.
• Pan American Health Organization. Leishmaniasis: Epidemiological
report of the Americas. Report Leishmaniasis N° 1. Washington,
D.C.: Pan American Health Organization; 2013.
4
CAPÍTULO 2
H istoria
CAPÍTULO 2
H istoria
5
CAPÍTULO 2
H istoria
6
CAPÍTULO 2
H istoria
7
CAPÍTULO 2
H istoria
L ecturas recomendadas
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CAPÍTULO 3
C iclo biológico
CAPÍTULO 3
C iclo biológico
9
CAPÍTULO 3
C iclo biológico
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CAPÍTULO 3
C iclo biológico
PARÁSITO
El ciclo de la enfermedad se inicia cuando la hembra del vector y que migren a su probóscide, desde donde
del flebótomo, que es hematófaga, pica a un vertebrado son inoculados al nuevo huésped cuando la hembra
infectado y en la sangre que obtuvo había amastigotes pica a otra persona o reservorio. La metaciclogénesis
de Leishmania spp. (figura 3.1). Estos se transforman también ocurre en los promastigotes en cultivo. Dicho
en promastigotes, que se vuelven extracelulares en el proceso involucra la activación de genes y la síntesis de
intestino del vector, lo cual ocurre en las siguientes 24 a numerosas proteínas, cuya función es desconocida. Es
48 horas. notable la síntesis de lipofosfoglucanos y glucoproteína
63, componentes de la cubierta parasitaria que intervienen
Los promastigotes se multiplican por división binaria en la habilidad el parásito para penetrar en los macrófagos
longitudinal en el tubo digestivo del mosquito, donde se y sobrevivir en ellos (véase capítulo 6. Patogénesis). En la
lleva a cabo la metaciclogénesis. Durante este proceso metaciclogénesis también hay un cambio morfológico del
se modifican las cubiertas que los envuelven, lo que los promastigote, que se torna menos elongado y tiene un
capacita para sobrevivir en el insecto y para infectar y flagelo más largo.
permanecer en el huésped vertebrado en el que serán
inoculados (figura 3.1). La metaciclogénesis permite que El ciclo en el vector dura de 4 a 25 días. En cada picadura,
los promastigotes se desprendan del epitelio intestinal el vector inocula 10 a 1.000 promastigostes metacíclicos.
Figura 3.1
Ciclo biológico (reproducido por cortesía de la OMS/OPS).
11
CAPÍTULO 3
C iclo biológico
Figura 3.2 C
Electromicrografía de un promastigote metacíclico. N: núcleo.
C: citoplasma granular con abundantes ribosomas, lisosomas y
estructuras mitocondriales Flecha: cinetoplasto. F: hendidura flagelar
de donde sale el flagelo. L: lisosoma.
Figuras 3.2 A y B
Promastigotes metacíclicos en cultivo, elongados, con largos flagelos. El
núcleo y el cinetoplasto son bien aparentes. La flecha indica un parásito en
división (cortesía de Martha Ayala, Instituto Nacional de Salud, Bogotá). Figura 3.2 D
Corte transversal del flagelo con
túbulos dispuestos en el patrón 9 + 2.
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CAPÍTULO 3
C iclo biológico
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CAPÍTULO 3
C iclo biológico
Figura 3.3 C
Electromicrografía de un macrófago con 9 amastigotes fagocitados, que se ven estrechamente adosados al fagolisosoma.
N: núcleo del macrófago. C: citoplasma del macrófago, adelgazado y comprimido por el fagosoma con los amastigotes.
Células linfoides (L) rodean el macrófago. V: vacuola citoplasmática (fagolisosoma). (Reproducida con autorización de
Biomédica).
14
CAPÍTULO 3
C iclo biológico Figura 3.3 D
Amastigote fagocitado por un
macrófago (M). N: núcleo del parásito.
L: lisosomas densos del parásito.
K: cinetoplasto, con centro denso,
imbricado que corresponde al ADN
mitocondrial del amastigote. F: centriolo
de donde se origina un diminuto
flagelo. La flecha indica la estrecha
adhesión de la membrana celular del
parásito a la del fagolisosoma del
macrófago (Reproducida por cortesía
de Biomédica).
15
CAPÍTULO 3
C iclo biológico
16
CAPÍTULO 3
C iclo biológico
VECTORES
Los vectores del parásito lo adquieren de reservorios
salvajes y peridomésticos. En el Nuevo Mundo son insectos
flebotominos del orden Diptera, familia Psycodidae,
subfamilia Phlebotominae y género Lutzomya (figura
3.4). En el Viejo Mundo son del género Phlebotomus. Los
flebotominos incluyen alrededor de 400 especies, de las
cuales, 50 son vectores del parásito (cuadro 3.1).
Figuras 3.4
Lutzomya spp., vector de la leishmaniasis
Figura 3.4 D
Máculas y pápulas eritematosas de aparición reciente en los sitios de
picaduras de Lutzomya spp.
Figura 3.4 C
La picadura de Lutzomya spp.
origina inflamación y
púrpura locales.
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CAPÍTULO 3
C iclo biológico
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CAPÍTULO 3
C iclo biológico
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CAPÍTULO 3
C iclo biológico
Figura 3.5 B
Cola de perro con alopecia y escoriaciones
Figura 3.7
El fara (Didelphis marsupialis) es reservorio peridoméstico de L.
infantum, L. braziliensis, L. panamensis y L. guyanensis.
20
CAPÍTULO 3
C iclo biológico
21
CAPÍTULO 3
C iclo biológico
Lecturas recomendadas
• Alexander B, Lozano C, Barker DC, McCann SH, Adler GH. • Kamhawi S. The biological and immunomodulatory
Detection of Leishmania (Viannia) braziliensis complex in properties of sand fly saliva and its role in the establishment
wild mammals from Colombian coffee plantations by PCR of Leishmania infections. Microbes Infect. 2000;2:1765-73.
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22
CAPÍTULO 3
C iclo biológico
L ecturas recomendadas
23
CAPÍTULO 4
A gentes etiológicos
CAPÍTULO 4
A gentes etiológicos
24
CAPÍTULO 4
A gentes etiológicos
Cuadro 4.1.
Taxonomía de Leishmania spp.
(*) Especies que circulan en Colombia
25
CAPÍTULO 4
A gentes etiológicos
Figuras 4.1 A y B
Hámsteres inoculados con L. amazonensis en el hocico y las
almohadillas plantares. Nódulos prominentes ricos en amastigotes a los
dos meses de inoculados.
26
CAPÍTULO 4
A gentes etiológicos
Figura 4.1 E
Se aprecia un enorme número de amastigotes en el bazo afectado,
Giemsa, 100X.
27
CAPÍTULO 4
A gentes etiológicos
Lecturas recomendadas
• Akilov OE, Khachemoune A, Hasan T. Clinical manifestations • Rodríguez-Barraquer I, Góngora R, Prager M, Pacheco R,
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28
CAPÍTULO 5
E pidemiología
CAPÍTULO 5
E pidemiología
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CAPÍTULO 5
E pidemiología
Figura 5.1
Distribución mundial de las leishmaniasis (reproducida por cortesía de OMS/OPS)
30
CAPÍTULO 5
E pidemiología
Figuras 5.2 A y B
Municipios colombianos con leishmaniasis suburbana
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CAPÍTULO 5
E pidemiología
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CAPÍTULO 5
E pidemiología
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CAPÍTULO 5
E pidemiología
Figuras 5.7
Zona de leishmaniasis visceral urbana en Neiva
Según la Organización Panamericana de la Salud
(OPS), en las Américas se presentan 67.000 casos
nuevos anuales de leishmaniasis cutánea y mucosa, 80
% de los cuales ocurren en Brasil (22.000), Colombia
(12.000) y Perú (10.000).
La distribución clínica de estos casos varía en cada
país. Algunos estudios muestran que en Paraguay la
leishmaniasis mucosa representa el 45 % de los casos,
en Bolivia, el 16 %, y en Argentina, el 11 %. En general,
Figura 5.7 A
el 3 % de los casos son de leishmaniasis mucosa. En
Bosque peridomiciliario y basuras Panamá y Nicaragua, el 49 % y 55 %, respectivamente,
de los casos de la forma cutánea se presentaron en
menores de 10 años.
En Colombia, la leishmaniasis cutánea representa el 98
% de los casos, y la mucosa y la visceral, el 1 % o un poco
menos. La leishmaniasis cutánea predomina en hombres
(75 %) y 9 % de los casos se presentan en niños.
El aumento del número de reportes anuales de
leishmaniasis en Colombia, se debe a la inclusión en el
Sistema de Vigilancia (Sivigila) de los casos ocurridos en
las fuerzas armadas que, por su oficio, se desplazan a las
zonas del conflicto armado, rurales y selváticas, endémicas
Figura 5.7 B para la enfermedad. Estos casos no se incluían antes
Reservorio y basuras que favorecen la presencia del vector
en la estadística nacional global. Desde 2004 se tiene
el registro de los soldados afectados de leishmaniasis,
con cerca de 55.000 casos de leishmaniasis cutánea en
estos 10 años. No se tienen datos del número de casos
entre los guerrilleros, pero se sabe que ancestralmente la
leishmaniasis ha sido frecuente en ellos.
En Colombia, la leishmaniasis visceral tiene una
distribución geográfica precisa, determinada por el
hábitat del vector, que es de bosque seco tropical,
no selvático, con rocas y piedras que sirven de sitios
de reproducción al vector (figuras 5.5 a 5.7). Hay dos
Figura 5.7 C zonas con amplia frecuencia de casos: la zona Caribe,
Animales que atraen al vector (cortesía de Pilar Zambrano y Martha
Ayala, Instituto Nacional de Salud, Bogotá) en los departamentos de Bolívar, Sucre y Córdoba,
y la zona del valle medio del río Magdalena, en los
departamentos del Huila, Tolima y Cundinamarca.
34
CAPÍTULO 5
E pidemiología
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CAPÍTULO 5
E pidemiología
10.000
8.000
CASOS
6.000
4.000
2.000
0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
AÑOS
Figura 5.9
Casos de leishmaniasis en el ejército de Colombia, 2004-2013
36
CAPÍTULO 5
E pidemiología
37
CAPÍTULO 5
E pidemiología
Figuras 5.10
Distribución de la leishmaniasis en soldados colombianos
38
CAPÍTULO 5
E pidemiología
Lecturas recomendadas
• Alvar J, Yactayo S, Bern C. Leishmaniasis and poverty. • Jeronimo SM, Duqqal P, Braz RF, Cheng C, Monteiro GR,
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CAPÍTULO 6
P atogénesis
CAPÍTULO 6
P atogénesis
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Figura 6.1 A
Adhesión al macrófago y
fagocitosis de amastigotes
(cortesía de Ladys Sarmiento,
Laboratorio de Microscopía
Electrónica, Instituto Nacional de
Salud, Bogotá. Reproducido con
permiso de Biomédica)
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CAPÍTULO 6
P atogénesis
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Figura 6.1 D
Amastigote dentro del fagosoma de un
macrófago. Se reconocen su núcleo
con nucleolo (N), el cinetoplasto
(C), la hendidura flagelar (F) y un
corto flagelo. Numerosos cuerpos
densos, ribosomas y lisosomas llenan
su citoplasma. La flecha indica su
estrecha unión a la membrana del
fagosoma. El parásito luce muy bien
preservado (reproducido por cortesía
de Biomédica).
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CAPÍTULO 6
P atogénesis
Figura 6.2 A
Este macrófago ha destruido los
amastigotes, de los cuales apenas
se reconocen algunas de sus
estructuras. Se han convertido en
“figuras mielinoides” (M). N: núcleo del
macrófago. A: núcleo de un amastigote
todavía reconocible.
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Figura 6.2 B
Este macrófago tiene su citoplasma
lleno de figuras mielinoides y cuerpos
densos, resultantes de la destrucción
de amastigotes.
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Figura 6.4
Electromicrografía que muestra un macrófago necrótico con citoplasma vacuolado rico en amastigotes libres, no adosados
a la membrana del fagolisosoma. Hay linfocitos (L) que tocan la membrana celular del macrófago. ¿Qué información
obtendrán? (Reproducida con autorización de Biomédica).
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Figuras 6.6
Biopsia de piel con
leishmaniasis cutánea
Figuras 6.6 A y B
Inflamación difusa rica en plasmocitos
con cuerpos de Russel (flechas), más
aparentes en B. Estos son el estado
final de los plasmocitos, llenos de
anticuerpos que no han alcanzado a
secretar. Hematoxilina y eosina, figura
A, 40X, y figura B, 100X.
Figura 6.6 C
Inmunohistoquímica de leishmaniasis
cutánea con grupo de linfocitos B,
CD20+, productores de anticuerpos.
Inmunohistoquímica, 40X.
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CAPÍTULO 6
P atogénesis
Lecturas recomendadas
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CAPÍTULO 6
P atogénesis
Lecturas recomendadas
68
CAPÍTULO 6
P atogénesis
Lecturas recomendadas
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CAPÍTULO 7
C línica
CAPÍTULO 7
C línica
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CAPÍTULO 7
C línica
LEISHMANIASIS CUTÁNEA
La leishmaniasis cutánea puede afectar cualquier
área de la piel, inclusive el cuero cabelludo, cuando
este es alopécico. Es más frecuente en la cara y en
las extremidades, áreas más expuestas a la picadura
del mosquito.
Comienza como una pápula eritematosa que en pocos
días o semanas evoluciona a un nódulo que se ulcera
(figuras 7.1 y 7.2). La lesión más frecuente es la úlcera
única, indolora, de bordes gruesos bien definidos y fondo
granuloso (figura 7.1), que ocurre en 70 a 80 % de los
casos y es de fácil diagnóstico clínico. La presencia de
lesiones múltiples es también frecuente.
Las variadas formas clínicas y su cronicidad producen
cuadros de difícil diagnóstico (figura 7.3). Existen
formas clínicas bien definidas, como la leishmaniasis
diseminada, la anérgica difusa, la úlcera de los chicleros
y la leishmaniasis cutánea atípica. Las lesiones son
proteiformes en las diversas formas clínicas. Las úlceras
pueden ser dolorosas cuando están sobreinfectadas.
Figuras 7.1 A, B y C
Úlceras típicas con bordes gruesos, acordonados, regulares y fondo
limpio, granular. La cubierta homogénea, amarilla, representa fibrina,
eritrocitos, restos epiteliales y abundantes polimorfonucleares con
algunas colonias bacterianas.
71
CAPÍTULO 7
C línica
Figuras 7.2
Lesiones incipientes de leishmaniasis cutánea
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CAPÍTULO 7
C línica
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CAPÍTULO 7
C línica
Figura 7.5
Placa eritematosa, edematosa,
ulcerada, impetiginizada, con
pápulas y pústulas
satélite exulceradas
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CAPÍTULO 7
C línica
Figura 7.10
Leishmaniasis auricular y mucosa concomitantes: esta coexistencia es rara. La destrucción y la
deformación del pabellón auricular son notorias. Placas costrosas, ulceradas de la nariz y del labio
superior; se confirmó extensión a la mucosa nasal.
Figura 7.9
Placas ulceradas costrosas de la cara, con
destrucción de la oreja
75
CAPÍTULO 7
C línica
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C línica
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CAPÍTULO 7
C línica
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C línica
Figuras 7.14
Leishmaniasis recidivante
Leishmaniasis lupoide
Semeja clínicamente al lupus vulgar (figuras 7.14 A y
B). Se presenta como pápulas situadas en el borde o en
la periferia de la cicatriz dejada por una lesión previa, uno
a 15 años atrás.
Es una forma recidivante de leishmaniasis (leishmaniasis
recidivans) que usualmente afecta la cara, y tiende a ser
crónica y destructiva. Su tratamiento es difícil.
Su diagnóstico no es fácil. En la biopsia se encuentran
granulomas epitelioides con células gigantes, sin
amastigotes. La leishmanina es fuertemente positiva.
Algunas leishmaniasis recidivantes no semejan el lupus
Figura 7.14 A
Placa eritemato-violácea costrosa sobre cicatriz de enfermedad previa que se vulgar, no afectan la cara y reaccionan bien al tratamiento
ve deprimida y lineal en el centro. con antimoniales (figura 7.14 C).
Figura 7.14 B
Cicatriz atrófica con pápulas de recidiva en su periferia
Figura 7.14 C
Placas eritematosas con úlceras de recidiva en el centro y en la periferia
79
CAPÍTULO 7
C línica
Leishmaniasis linfangítica
Consiste en la propagación de macrófagos parasitados
a lo largo de los vasos linfáticos de la piel, a partir de la
úlcera inicial, desde su vecindad hacia el extremo proximal
al cuerpo. En su trayecto se forman cúmulos inflamatorios,
localizados en la dermis profunda, en la unión dermo-
hipodérmica o en la hipodermis, que adquieren aspecto
de cordones fibrosos, pápulas o nódulos, sin ulceración
(figura 7.15).
Con el transcurso del tiempo se ulceran y semejan los
nódulos escalonados de la esporotricosis, por lo cual a esta
variante clínica se le ha llamado también “leishmaniasis
esporotricoide” (figuras 7.15 y 7.16). Finalmente, los
macrófagos con el parásito pueden llegar al ganglio
linfático regional y originar la adenopatía leishmaniásica
(figura 7.17).
Figuras 7.15
Leishmaniasis linfangítica
Figura 7.15 A
Dos úlceras leishmaniásicas en el dorso del antebrazo
80
CAPÍTULO 7
C línica
81
CAPÍTULO 7
C línica
Figuras 7.16 A, B y C
Leishmaniasis linfangítica: ulceración de los antiguos nódulos cutáneos
Figuras 7.17
Adenopatía leishmaniásica
Figura 7.17 A
Cicatriz de
leishmaniasis en la
pierna y en la rodilla;
cicatriz de la biopsia de
la adenopatía inguinal.
La adenopatía fue
más llamativa que las
úlceras cutáneas.
Figuras 7.17 B y C
Adenopatías retroauriculares secundarias a
leishmaniasis cutánea
82
CAPÍTULO 7
C línica
Adenopatía leishmaniásica
En 10 a 80 % de los casos de las formas cutáneas o
mucosas de Brasil puede detectarse una adenopatía
regional moderada. En Colombia se ha encontrado en
70 % de los casos. Puede anteceder, ser concomitante o
aparecer después de la úlcera cutánea (figura 7.17).
Representa la inflamación granulomatosa secundaria a la
colonización de la corteza ganglionar por macrófagos con
el parásito. Puede ser concomitante con la leishmaniasis
linfangítica, es decir, la afección nodular cutánea profunda
se puede dar, probablemente, por propagación del
parásito por los vasos linfáticos cutáneos, o presentarse
sin este compromiso.
La llegada de macrófagos o células dendríticas con
amastigotes al ganglio linfático, es una condición necesaria
para montar una respuesta inmunitaria adecuada contra
el parásito. Los ratones sometidos a linfadenectomía
regional y posterior inoculación de amastigotes en la piel
que drena al ganglio extirpado, desarrollan una forma
diseminada y mortal de leishmaniasis. La leishmaniasis
difusa se atribuye a una respuesta inmunitaria inadecuada
que se produce al no llegar macrófagos con parásitos al
ganglio linfático.
Los ganglios linfáticos más comúnmente afectados
en las leishmaniasis cutáneas son los epitrocleares,
submentonianos, retroauriculares e inguinales (figura 7.17).
La leishmaniasis visceral también compromete ganglios
periféricos, además de los peritoneales y torácicos.
83
CAPÍTULO 7
C línica
Leishmaniasis diseminada
Cursa con más de diez y hasta centenares de lesiones
papulosas, acneiformes e hiperqueratósicas (figuras 7.18
a 7.21), que no tienden a ulcerarse y que comprometen
dos o más segmentos corporales. Por lo general, no
se presentan nódulos. Puede cursar con leishmaniasis
mucosa concomitante. No debe confundirse con la
leishmaniasis difusa o anérgica diseminada.
El paciente no está inmunosuprimido y la leishmanina
es positiva. En la biopsia, los parásitos no son
especialmente abundantes. El tratamiento convencional
cura la enfermedad.
Figuras 7.18 A, B y C
Paciente con más de 100 pápulas y placas eritematosas diseminadas;
obsérvese el compromiso del área alopécica del cuero cabelludo.
84
CAPÍTULO 7
C línica
Figura 7.19 C
Placa conformada por pápulas acneiformes, algunas costrosas
Figuras 7.19 A y B
Múltiples pápulas y placas, algunas ulceradas,
en el tronco y los brazos. El paciente tenía
también lesiones en las piernas.
85
CAPÍTULO 7
C línica
Figuras 7.20 A y B
Pápulas acneiformes múltiples agrupadas
que forman placas; además, el paciente tenía
lesiones en el tórax y las extremidades.
Figura 7.21
Pápulas y placas queratósicas (cortesía
de Clara Jaramillo, Medellín).
86
CAPÍTULO 7
C línica
Leishmaniasis difusa
Es la forma anérgica de la enfermedad producida en
América, principalmente, por L. mexicana y L. amazonensis
y, en África, por L. aethiopica. Muy ocasionalmente la
producen otras especies en ambos continentes. Se llama
también leishmaniasis anérgica tegumentaria difusa.
Las primeras observaciones de la entidad se hicieron en
Venezuela en 1946 y en Bolivia en 1948 (figura 7. 22).
Comienza como una pápula o nódulo de superficie
lisa y límites bien definidos. Después de tres meses a
varios años de aparecida esta lesión, se presentan otras, Figura 7.22
numerosas y semejantes, que cada vez aumentan más Paciente boliviano con placas y nódulos en la cara y en las orejas
en número (figuras 7.23 y 7.24). No tienden a ulcerarse, (reproducida con permiso de: Prado Barrientos L. Mem Inst Oswaldo
Cruz. 1948;46:415-24).
aunque pueden hacerlo (figuras 7.24 D y 7.25 D), y no
afectan las mucosas.
Es poco frecuente, pero muy importante, porque en su
evolución crónica es resistente a muchos tratamientos,
por la anergia del paciente ante el parásito. La leishmanina
es negativa (figura 7.26). Los amastigotes son muy
abundantes en las lesiones y el aspecto de la biopsia es
característico (véase capítulo 8. patología).
Se han registrado cerca de medio centenar de casos en
Venezuela, de donde provienen estudios significativos.
Existe un foco en República Dominicana. En Colombia se
ha confirmado una veintena de casos.
El tratamiento con calor local de una lesión inicial
fue satisfactorio. Algunos pacientes se han curado con
tratamientos múltiples y prolongados (véase capítulo
11. tratamiento).
Figuras 7.23 A y B
Nódulo voluminosos como única expresión de
inicio de la enfermedad (cortesía de Biomédica)
87
CAPÍTULO 7
C línica
Figuras 7.24 C y D
Lesiones diseminadas nodulares en el
mismo paciente un año después, algunas
Figuras 7.24 A y B ulceradas (cortesía de Pedro Miguel Román
Lesiones incipientes: pápulas confluentes que (q.e.p.d.), Cúcuta). (Figura C, reproducida con
forman placas. autorización de Rev Soc Col Dermatol).
Figuras 7.25 A, B, C y D
Leishmaniasis difusa. Niña de
14 años con incontables pápulas
agrupadas que forman extensas
placas; hay algunas lesiones
ulceradas en las piernas (D)
(Figura 7.25A: Reproducida
con autorización de Rev Soc
Col Dermatol. Figura 7.25 C:
reproducida con autorización de:
Rodríguez G, Orozco LC, eds.
Lepra. Bogotá: Instituto Nacional
de Salud; 1996).
88
CAPÍTULO 7
C línica
Figura 7.26
Leishmanina negativa (cortesía de Biomédica)
89
CAPÍTULO 7
C línica
Figuras 7.27 A y B
Úlceras leishmaniásicas típicas
90
CAPÍTULO 7
C línica
Figuras 7.27 E y F
Ejemplos de leishmaniasis mucocutánea,
con extensión de la lesión a la mucosa,
por contigüidad; además, muestran placa
costrosa malar, con pápulas periféricas de
extensión de la enfermedad.
Figuras 7.27 C y D
Leishmaniasis mucocutánea, placa ulcerada
que compromete la punta nasal y que insinúa
extensión a la mucosa.
91
CAPÍTULO 7
C línica
Figuras 7.28
Leishmaniasis cutánea de la cara
92
CAPÍTULO 7
C línica
Figuras 7.29
Leishmaniasis cutánea palpebral
Figura 7.29 C
Nódulo ulcerado
Figura 7.30
Placas ulceradas edematosas de la
frente, los párpados y la nariz. Se sugirió
clínicamente carcinoma basocelular.
93
CAPÍTULO 7
C línica
Figuras 7.31
Leishmaniasis cutánea del cuello
Figura 7.31 A
Nódulo ulcerado eritematoso y pápula satélite
Figura 7.31 B
Placa exuberante de bordes gruesos y
pápulas satélite
94
CAPÍTULO 7
C línica
Figura 7.33 A
Leishmaniasis zosteriforme: placa lineal en el flanco izquierdo
95
CAPÍTULO 7
C línica
Figura 7.34 A
Úlcera de borde acordonado con varias
pápulas satélite
Figura 7.34 C
Nódulo bien definido en el codo. Debe
tenerse precaución de que no represente el
inicio de una leishmaniasis difusa.
Figura 7.34 B
Extensa úlcera irregular del brazo, de borde grueso y fondo granuloso, con áreas amarillentas
en la superficie. El diagnóstico clínico fue de pioderma gangrenoso.
96
CAPÍTULO 7
C línica
Figuras 7.35 A, B, C, D y E
Úlceras típicas, una de ellas con pápulas satélite
Figura 7.36 A
Extensa placa edematosa, ulcerada e
irregular, que se extiende a los dedos.
Figura 7.36 B
Extensa úlcera en la muñeca, cubierta por
algunas costras hemáticas.
97
CAPÍTULO 7
C línica
Figuras 7.38 A, B y C
Perionixis leishmaniásica. Placas edematosas, ulceradas periungulares y costrosas.
98
CAPÍTULO 7
C línica
Figura 7.40 C
Placa ulcerada costrosa en la
pierna, con áreas cicatriciales y
varias pápulas satélite
99
CAPÍTULO 7
C línica
Figura 7.41 B
Úlcera maleolar interna
Figura 7.41 A
Placa ulcerada
eritematosa con edema
perilesional importante
Figura 7.41 C
Úlcera plantar típica
Figuras 7.42 B y C
Úlceras leishmaniásicas
típicas
Figura 7.42 A
Placa ulcerada, edematosa con
amplia extensión a la piel adyacente
100
CAPÍTULO 7
C línica
Figura 7.44
Placa edematosa, eritematosa y
vegetante, del dedo gordo del pie,
con perionixis
Figuras 7.43 A y B
Placa extensa ulcerada que compromete todo el dedo gordo del pie por su cara ventral y dorsal,
con pérdida de la uña.
Figuras 7.45
Leishmaniasis del pene
Figuras 7.45 A, B y C
Úlceras leishmaniásicas típicas
101
CAPÍTULO 7
C línica
LEISHMANIASIS MUCOSA
Es la forma que afecta la mucosa nasal, bucal, faringo-
laríngea,conjuntival y genital (figuras 7.46 a 7.57). Esta
presentación es propia de la leishmaniasis americana, en
la cual L. braziliensis, L. panamensis y L. guyanensis son
los agentes etiológicos. Ocasionalmente, L. aethiopica
produce lesiones mucosas en Etiopía, Kenia y Uganda;
en Europa, L. infantum también produce lesiones
mucosas que pueden permanecer como tales o conducir
a leishmaniasis visceral.
Según la Organización Panamericana de la Salud, la
proporción anual de casos de leishmaniasis mucosa en el
2013 fue de 1 % en Colombia, de 3 % en Brasil, de 11 %
en Argentina, de 16 % en Bolivia y de 45 % en Paraguay.
Se le llama también ‘leishmaniasis mucocutánea’
porque las lesiones de la mucosa se pueden extender a
la piel vecina o viceversa (figuras 7.46 a 7.51) o porque
pueden encontrarse simultáneamente lesiones cutáneas
y mucosas (figura 7.57). También, porque el origen
del compromiso mucoso puede ser la propagación del
parásito desde una lesión de la piel a la mucosa nasal,
oral, faringo-laríngea y, excepcionalmente, a la conjuntiva.
La leishmaniasis mucosa auténtica es la que sigue a
una lesión cutánea, distante de la mucosa afectada. La
mucosa nasal se compromete en 90 a 100 % de los casos
de este tipo de la enfermedad (figuras 7.48 a 7.55 y 7.58),
por lo cual, cuando no existe este compromiso nasal,
debe pensarse en otras posibilidades diagnósticas.
La mucosa nasal es el sitio más frecuente de las lesiones
producidas por L. braziliensis, aunque también puede
afectar la de la boca, la faringe y la laringe (figura 7.56).
102
CAPÍTULO 7
C línica
- Sexo masculino
- Edad: adultos, viejos
- Migrantes de áreas sin leishmaniasis a zonas endémicas de
la forma cutánea
- Duración prolongada de la enfermedad cutánea
- Lesiones por encima de la cintura pélvica
- Lesiones diseminadas o numerosas con compromiso de
la cara
- Úlceras cutáneas extensas
- Desnutrición
- Enfermedades concomitantes
- Lesión previa, crónica, sin tratamiento
- Uso de esteroides en el tratamiento de la lesión cutánea
Cuadro 7.1
Factores de riesgo para desarrollar leishmaniasis mucosa
103
CAPÍTULO 7
C línica
Figuras 7.46
Leishmaniasis mucocutánea
Figuras 7.47 A y B
Placas muy edematosas, eritematosas
y ulceradas
Figuras 7.47 C y D
Extensas placas eritematosas muy
edematosas y exulceradas
104
CAPÍTULO 7
C línica
Figuras 7.48
Leishmaniasis mucocutánea de la nariz y del labio superior
Figura 7.48 B
Placa eritematosa, con costras hemáticas y
engrosamiento del ala nasal, que se extiende
a la mucosa.
Figura 7.48 C
Placa eritematosa e infiltrada, con rinorrea
serosa y amplio compromiso de la mucosa
Figura 7.48 A nasal, desde donde se ha extendido a la piel
Placa eritematosa, infiltrada de la punta y el ala nasal con extensión del labio superior, que muestra una placa
a la mucosa y a la piel de labio superior ulcerada con costra hemática.
Figuras 7.49 a 7.51
Leishmaniasis mucocutánea
Figura 7.49 D
Figuras 7.49 A y B Figura 7.49 C Placa eritematosa y edematosa
Estas dos mujeres presentan leishmaniasis de la mucosa nasal, que deforma Úlcera que compromete la parte de la nariz y la piel del labio
la nariz y compromete la región malar y la piel del labio superior. superior del filtrum y la columela. superior. En el examen clínico
se encontró compromiso mucoso
nasal bilateral.
105
CAPÍTULO 7
C línica
Figura 7.50 A y B
La lesión de la mucosa nasal ha inducido la pérdida de la columela, lo cual hace que haya caída de la
punta nasal, con deformidad. La lesión se extiende a las alas nasales, y a la piel y mucosa del labio
superior, que muestran placas extensas, ulceradas y costrosas, con pápulas satélite.
Figuras 7.51 D y E
Destrucción y deformidad importante de la nariz, con extensión al labio
superior en D. La lesión en E es residual y cicatricial. La placa ulcerada del
surco y la vertiente nasal izquierdos sugirió recidiva de la leishmaniasis, pero
la biopsia confirmó que se trataba de un carcinoma basocelular trabecular.
106
CAPÍTULO 7
C línica
Figuras 7.55 A, B, C, D y E
Leishmaniasis de la mucosa nasal. Destrucción del tabique y de la
columela, con nariz caída que toma el aspecto de la nariz de tapir.
107
CAPÍTULO 7
C línica
Figuras 7.56
Leishmaniasis de la mucosa oral
Figuras 7.56 A, B y C
Placas infiltradas de aspecto granuloso, en empedrado, que
comprometen el paladar duro, el blando y la faringe.
108
CAPÍTULO 7
C línica
Figuras 7.57
Leishmaniasis cutánea y mucosa simultáneas
109
CAPÍTULO 7
C línica
110
CAPÍTULO 7
C línica
111
CAPÍTULO 7
C línica
LEISHMANIASIS VISCERAL
Es una enfermedad rural, suburbana y urbana, según la
adaptación del vector y de los reservorios. Es producida
por L. chagasi (L. infantum) en América, por L. donovani
en Asia y África, y por L. infantum en el sur de Europa.
En Colombia, menos del 1 % de los casos anuales
de leishmaniasis son viscerales y cerca del 90 % de
los afectados son niños menores de 10 años de edad.
Entre el 2008 y el 2012, se confirmaron 106 casos de
leishmaniasis visceral en Colombia. Leishmania infantum
afecta principalmente a los niños, mientras que L.
Figura 7.61
donovani afecta a pacientes de cualquier edad. Afiche educativo para su diagnóstico, realizado en el Instituto Nacional de
Salud en 1970. La prueba de formol-gel no se recomienda en la actualidad.
El uso de drogas intravenosas en pacientes con sida es
una importante forma de transmisión de L. infantum y de
producir la forma visceral en varios países europeos del
Mediterráneo, lo cual ha sustituido la necesidad del vector.
El periodo de incubación es de dos a seis meses, pero
hay casos en que es muy corto (10 días) o en los que
puede ser de más de un año. Hay casos de infección sin
enfermedad, de curación espontánea o con enfermedad
leve que el sistema inmunitario termina controlando. Figura 7.62 A
Gemelos de El Espinal (Tolima) con hepatoesplenomegalia (cortesía de
Los niños presentan retraso del desarrollo, pérdida de Pablo López)
peso, apatía, anorexia, fiebre prolongada con dos picos
diarios, micropoliadenopatías y hepato-esplenomegalia
(figuras 7.61 y 7.62). La esplenomegalia es muy notoria,
lo cual ha generado el nombre de “enfermedad del bulto”
para esta leishmaniasis, en varias regiones colombianas,
como los departamentos de Tolima y Huila.
La leishmaniasis visceral es mortal sin tratamiento y,
con atención médica, tiene de 7 a 10 % de letalidad.
La leucopenia notoria, que varía entre 2.000 y 4.000
células por mm3, corresponde a neutropenia y eosinopenia.
Figura 7.62 B Figura 7.62 C
También hay anemia, aumento de la velocidad de Hepatoesplenomegalia en niña de Niña de un año de edad del
sedimentación globular e hipoalbuminemia. El estímulo cuatro años área urbana de Cartagena con
hepatoesplenomegalia (cortesía
inmunológico persistente induce hipergammaglobulinemia; de Pilar Zambrano y Martha Ayala,
por esta razón, el suero del paciente sufre diversos Instituto Nacional de Salud, Bogotá)
112
CAPÍTULO 7
C línica
113
CAPÍTULO 7
C línica
CONDICIONES ESPECIALES
Leishmaniasis en niños
Cualquiera de las formas clínicas de leishmaniasis
puede presentarse en niños. En Colombia, el 90 % de
los casos de leishmaniasis visceral se presenta en niños
y ya se discutió en la sección anterior. Aquí se incluyen
las formas mucocutáneas. En las figuras 7.63 a 7.70 se
Figura 7.63 A ilustran lesiones de leishmaniasis cutánea y mucocutánea.
Lesión incipiente constituida por pápula
eritematosa de 8 mm de diámetro Las lesiones afectan la cara en 65 a 75 % de los casos
y los miembros superiores se afectan en segundo lugar.
Las úlceras son múltiples en la tercera parte de los casos,
lo cual, además de la localización facial, se considera un
factor de riesgo para desarrollar leishmaniasis mucosa.
En Brasil, un factor de riesgo importante para la
leishmaniasis en los niños, es la presencia de una
persona que haya tenido la enfermedad en la misma casa
del niño, especialmente en el último año. Esto sugiere la
Figura 7.63 B
posibilidad de que el hombre sea el reservorio y la fuente
Placa eritematosa, costrosa y edematosa, de de infección.
límites indefinidos. Las pápulas eritematosas
pueden corresponder a lesiones satélite de Además, se presentan condiciones epidemiológicas
leishmaniasis cutánea. especiales, entre ellas, la presencia intradomiciliaria
o peridomiciliaria del vector. Otro aspecto importante
de la leishmaniasis infantil, es que el metabolismo del
antimoniato de meglumina (Glucantime®) es más rápido
en niños, por lo cual este tratamiento debe suministrarse
y controlarse con especial cuidado.
Figura 7.63 C
Placa costrosa, eritematosa y extensa
114
CAPÍTULO 7
C línica
Figura 7.64 D
Úlcera cubierta por gruesa costra hemática
Figura 7.64 E
Úlcera con costra hemática y borde infiltrado
115
CAPÍTULO 7
C línica
Figura 7.65 C
Placa eritematosa, edematosa y ulcerada
116
CAPÍTULO 7
C línica
Figuras 7.66 A, B, C y D
Úlceras de fondo granuloso y borde grueso bien definido, verrugosa en D
117
CAPÍTULO 7
C línica
Figuras 7.67 A y B
Extensa placas con ulceración periférica, pápulas satélite y amplia
zona de cicatrización central (A, cortesía de Ángel Jaimes, Centro
Dermatológico Federico Lleras Acosta, Bogotá)
118
CAPÍTULO 7
C línica
Figura 7.69 B
Amputación nasal con ulceración de la piel del
labio superior
Figura 7.69 A
Niño de siete meses de edad con extensas
placas costrosas que comenzaron en la piel
y se extendieron a la mucosa nasal, con
destrucción y deformación de la nariz.
Figura 7.70 A, B y C
Leishmaniasis recidivante en niños. Pápulas
ulceradas sobre la cicatriz y sobre sus bordes.
119
CAPÍTULO 7
C línica
Leishmaniasis y embarazo
En el embarazo disminuye la inmunidad celular y
aumenta la humoral. La concomitancia de leishmaniasis
y embarazo es ocasional. Se han descrito casos de
leishmaniasis visceral durante el embarazo en India,
Sudán, Europa mediterránea y Brasil; en este último
país se han diagnosticado 11 casos. La leishmaniasis
visceral puede inducir aborto espontáneo, retardo en
el crecimiento intrauterino, leishmaniasis congénita y
mortinatos. La forma cutánea también se ha presentado
en mujeres embarazadas.
La leishmaniasis visceral durante la gestación representa
una situación especial por varias eventualidades, como son:
1. presentación o reactivación de la enfermedad;
2. enfermedad más grave, con anemia intensa;
3. posibilidad de transmisión de la enfermedad al feto si
la madre no recibe tratamiento;
4. dificultad de tratamiento porque varios medicamentos
antileishmaniásicos están contraindicados en el
embarazo por su toxicidad y teratogenicidad.
En 26 mujeres brasileñas embarazadas con leish-
maniasis cutánea, las lesiones fueron voluminosas,
vegetantes, exofíticas y persistentes durante toda la
gestación; los abortos y los mortinatos fueron más
frecuentes. En las biopsias se observó mayor inflamación,
con abundancia de neutrófilos.
La mujer embarazada con leishmaniasis debe recibir
tratamiento. Los antimoniales están contraindicados por
la posibilidad de que induzcan aborto, retraso mental
o mielomeningocele en el feto y alteraciones hepato-
renales en la madre. La anfotericina B liposómica es
curativa e impide que la enfermedad se transmita al feto.
No produce especial toxicidad materna ni fetal.
120
CAPÍTULO 7
C línica
121
CAPÍTULO 7
C línica
122
CAPÍTULO 7
C línica
Figuras 7.71 C, D, E y F
Máculas y placas eritematosas, violáceas, con pápulas y nódulos en
su superficie, costrosos, algunos exulcerados. Nótese el compromiso
periungular en la última imagen.
123
CAPÍTULO 7
C línica
124
CAPÍTULO 7
C línica
Figuras 7.72 A, B y C
Pápulas y placas costrosas, exulceradas sobre piel con eritema difuso
125
CAPÍTULO 7
C línica
Figuras 7.73 A y B
Nódulos simétricos de superficie lisa y pápulas y placas eritematosas. Nótense
las placas eritematosas digitales y periungulares.
126
CAPÍTULO 7
C línica
Lecturas recomendadas
127
CAPÍTULO 7
C línica
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CAPÍTULO 7
C línica
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CAPÍTULO 8
H istopatología
CAPÍTULO 8
H istopatología
134
CAPÍTULO 8
H istopatología
LEISHMANIASIS CUTÁNEA
La biopsia de piel del borde de una úlcera, por escisión
(losange) o con sacabocado de 4 x 4 mm, y que incluya
hipodermis, es la ideal para hacer un diagnóstico preciso
de leishmaniasis y para diferenciarla de otras entidades
(figura 8.1). Las biopsias de pápulas pequeñas periféricas
a la lesión principal, pueden no revelar cambios típicos, ni
demostrar los amastigotes.
Se ha intentado establecer patrones histológicos de
las leishmaniasis semejantes a los de la lepra, pero
en las leishmaniasis no son tan definidos, no obstante,
tanto para la cutánea como para la mucosa, se pueden
establecer los siguientes cuatro patrones: dermatitis
difusa, dermatitis granulomatosa de tipo epitelioide,
dermatitis granulomatosa de tipo tuberculoide y dermatitis
difusa con macrófagos vacuolados.
1. La dermatitis difusa se presenta cubierta por epidermis
hiperplásica, ulcerada, con escamocostras (figuras 8.1
a 8.3); el infiltrado es tan denso que “prácticamente no
hay espacio para incluir otra célula inflamatoria”. La
inflamación puede penetrar a la hipodermis (figura 8.1).
Figuras 8.1 a 8.11
Leishmaniasis cutánea
Figura 8.1
Biopsia de leishmaniasis cutánea. La imagen panorámica muestra un
cilindro de piel de 4 x 5 mm con hiperplasia epidérmica (H), y con inflamación
dérmica (D) e hipodérmica difusa (S). Hematoxilina y eosina, 1X.
135
CAPÍTULO 8
H istopatología
C
E
H
H
136
CAPÍTULO 8
H istopatología
137
CAPÍTULO 8
H istopatología
Figura 8.5 A y B
Estas dos imágenes muestran papilas dérmicas con macrófagos que
fagocitan amastigotes. Hematoxilina y eosina, 100X.
138
CAPÍTULO 8
H istopatología
Figura 8.6 C
Abundantes amastigotes fagocitados. Hematoxilina y eosina, 40X.
139
CAPÍTULO 8
H istopatología
Figuras 8.7 A y B
Epidermis (E) a través de la cual se están eliminando macrófagos con
amastigotes fagocitados, algunos de los cuales están dentro de los
queratocitos. Hematoxilina y eosina, 40X.
Figura 8.7 C
Mediante inmunohistoquímica se demuestran bien los amastigotes
teñidos de marrón, fagocitados por los macrófagos. Uno, arriba, está
dentro de un queratocito, 40X.
140
CAPÍTULO 8
H istopatología
Figura 8.8 B
Infiltrado dérmico rico en plasmocitos, varios desintegrados, con
formación de pequeños cuerpos eosinófilos que semejan parásitos u
hongos. Hematoxilina y eosina, 40X.
141
CAPÍTULO 8
H istopatología
142
CAPÍTULO 8
H istopatología
143
CAPÍTULO 8
H istopatología
Figuras 8.11 A y B
Necrosis fibrinoide y trombosis de vénulas, rodeadas por inflamación
linfoplasmocitaria. Hematoxilina y eosina, 40X.
144
CAPÍTULO 8
H istopatología
LEISHMANIASIS DIFUSA
En la leishmaniasis difusa, o anérgica, la epidermis
es delgada o atrófica, sin ulceración. Está separada por
una delgada banda de colágeno del infiltrado dérmico,
el cual es difuso, rico en macrófagos vacuolados, cada
uno con abundantes amastigotes adosados a la vacuola
fagolisosómica (figura 8.12). Hay también plasmocitos y
linfocitos, sin granulomas epitelioides.
Figuras 8.12 A y B
Imágenes panorámicas que muestran la epidermis atrófica y
el infiltrado dérmico difuso con células claras o vacuoladas
predominantes. Hematoxilina y eosina, A, 1X, y B, 2,5X.
Figuras 8.12 C y D
Los amastigotes son muy abundantes. Se acompañan de linfocitos y
plasmocitos. Corte de media micra de espesor, incluido en resinas. C:
hematoxilina y eosina, 40X, y D, azul de toluidina, 100X.
145
CAPÍTULO 8
H istopatología
LEISHMANIASIS LINFANGÍTICA Y
ADENOPATÍA LEISHMANIÁSICA
Los nódulos cutáneos profundos y los cordones de la
leishmaniasis linfangítica representan áreas de inflamación
granulomatosa en la dermis profunda y en la hipodermis.
El infiltrado es histiolinfocitario con plasmocitos y cuerpos
de Russell, o granulomatoso epitelioide. La inflamación
rodea los vasos linfáticos y las vénulas, cuya pared puede
estar penetrada por linfocitos. Pueden presentarse focos
de necrosis grasa.
Los amastigotes son escasos, uno por macrófago; rara
vez son abundantes (figura 8.13).
En la adenopatía leishmaniásica secundaria a una lesión
cutánea, hay granulomas epitelioides con macrófagos
vacuolados y con escaso número de amastigotes
fagocitados. Abundan los plasmocitos y la inflamación
puede extenderse al tejido periganglionar (figura 8.14).
La inmunohistoquímica es muy útil para demostrar los
amastigotes (figura 8.14).
En la leishmaniasis visceral también se afectan los
ganglios linfáticos. Como la respuesta inmunitaria celular Figura 8.13 B
Arriba y a la derecha se ve necrosis grasa, con quistes pequeños y material
es de tipo Th2, no se presentan granulomas epitelioides y fibrinoide. Abajo, hay granulomas epitelioides con pocas células gigantes y
los amastigotes son más abundantes. abundantes histiocitos, linfocitos y plasmocitos. Hematoxilina y eosina, 20X.
146
CAPÍTULO 8
H istopatología
Figuras 8.14
Adenopatía leishmaniásica
Figuras 8.14 A y B
Numerosos granulomas epitelioides en la corteza ganglionar. Hematoxilina
y eosina, A, 6,3X y B, 16X.
147
CAPÍTULO 8
H istopatología
LEISHMANIASIS MUCOSA
La biopsia es útil para el diagnóstico específico y el
diferencial, pero debe ser tomada por un médico con
experiencia para que sea representativa (figura 8.15).
La histopatología muestra una úlcera sin hiperplasia
epidérmica, porque esta depende de los anexos cutáneos,
que no están presentes en las mucosas (figura 8.15 C). En el
corion hay inflamación difusa con abundantes plasmocitos
y macrófagos vacuolados (figuras 8.15 C y 8.16 A).
Pueden verse granulomas epitelioides con pocas células
gigantes (figura 8.16 B); si estas abundan se debe pensar
en otra entidad, como una micosis profunda.
En ocasiones, pueden verse granulomas tuberculoides
con necrosis fibrinoide central, con necrosis apoptósica
de algunos linfocitos en el centro de los granulomas, y aun
con discretos abscesos centrales. Pueden confundirse con
tuberculosis (figura 8.17) (véase capítulo 10. Diagnóstico
diferencial).
148
CAPÍTULO 8
H istopatología
Figuras 8.15
Leishmaniasis mucosa. Biopsias de mucosa nasal.
Figura 8.15 A
Se observa tejido necrótico y material mucoide con colonización
bacteriana. Hematoxilina y eosina, 6,3X.
Figura 8.15 C
Figura 8.15 B Este cilindro de mucosa nasal, de 3 x 3 mm, muestra ulceración e
Esta muestra incluye un fragmento de cartílago hialino y focos de tejido inflamación difusa del corion (lámina propia de la mucosa). La silueta
cicatricial. Estas dos biopsias (A y B) no son útiles para estudio de sugiere de inmediato leishmaniasis mucosa (cortesía de Biomédica).
leishmaniasis. Hematoxilina y eosina, 4X. Hematoxilina y eosina, 4X.
149
CAPÍTULO 8
H istopatología
150
CAPÍTULO 8
H istopatología
Figura 8.17 A
Se muestran dos fragmentos de tejido con inflamación difusa. Hematoxilina
y eosina, 1X.
Figuras 8.17 B y C
A mayor aumento, se observa fibrosis, inflamación difusa y un granuloma
con amplia necrosis fibrinoide central, que semeja tuberculosis. No se
demuestran amastigotes. Hematoxilina y eosina, B, 4X, y C, 10X.
151
CAPÍTULO 8
H istopatología
Figuras 8.18 A y B
Leishmaniasis mucosa en un paciente muerto con la enfermedad. Tejido
palatino con abundantes amastigotes. Hematoxilina y eosina, A, 40X, y B, 100X.
Figura 8.19 A
Discreta acantosis y dermis con telangiectasias e inflamación difusa.
Hematoxilina y eosina, 2X.
152
CAPÍTULO 8
H istopatología
Figuras 8.19 B y C
A mayor aumento, se observan macrófagos vacuolados que
contienen un impresionante número de amastigotes. La confusión con
histoplasmosis es posible. Hematoxilina y eosina, B, 10X, y C, 40X.
153
CAPÍTULO 8
H istopatología
LEISHMANIASIS VISCERAL
En la médula ósea, los ganglios linfáticos, el bazo y el
hígado, el hallazgo esencial es la presencia de amastigotes
fagocitados por los macrófagos (figura 8.20). En la médula
ósea, los amastigotes se pueden demostrar en el frotis por
aspiración con aguja y en los cortes histológicos (figura 8.20).
La viscerotomía, o extracción de un fragmento de hígado
post mórtem de pacientes fallecidos en zonas endémicas
para fiebre amarilla, fue el procedimiento que permitió el
diagnóstico inicial de leishmaniasis visceral en Colombia
y Brasil (figura 8.21).
Figura 8.20 A
Frotis directo con abundantes
amastigotes fagocitados por un
macrófago. Giemsa, 100X.
Figuras 8.20 B y C
Biopsia por aspiración. Muestra un granuloma de células claras en el centro del corte, con infiltrado
mononuclear a su alrededor. Se ven dos trabéculas óseas. En C se observan abundantes amastigotes
aparecen como puntos dentro de los macrófagos. Se aprecian numerosos plasmocitos y pocas células
hematopoyéticas. Hematoxilina y eosina, figura A, 10X, y figura B, 40X.
154
CAPÍTULO 8
H istopatología
155
CAPÍTULO 8
H istopatología
Figura 8.21 B
Infiltrado linfoplasmocitario discreto en el espacio porta y sinusoides
con prominentes células de Kupffer. Hematoxilina y eosina, 40X.
156
CAPÍTULO 8
H istopatología
Figuras 8.21 C y D
Las células de Kuppffer contienen conglomerados de amastigotes, sin cambio vacuolar notorio de su
citoplasma. Hematoxilina y eosina, 100X.
Figura 8.21 E
Con la inmunohistoquímica,
practicada 40 años después de
tomada la muestra, se revelan
numerosos amastigotes de color
marrón, 100X.
157
CAPÍTULO 8
H istopatología
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CAPÍTULO 9
D iagnóstico
CAPÍTULO 9
D iagnóstico
159
CAPÍTULO 9
D iagnóstico
160
CAPÍTULO 9
D iagnóstico
Figuras 9.1
Leishmaniasis cutánea. Toma de muestra para examen directo.
Frotis directo
El frotis directo es la base de la confirmación diagnóstica
de la leishmaniasis cutánea. Es un método fácil y
económico, accesible a todos los servicios de salud.
El propósito de la prueba es la visualización de
amastigotes intracelulares o extracelulares a partir del
producto del raspado, escisión o aspirado del borde
activo de la úlcera (figura 9.1). En las lesiones nodulares,
la muestra puede obtenerse con agujas de endodoncia,
método que provee un frotis de alta calidad. No requiere
anestesia. El material obtenido puede ser utilizado para
análisis microscópico, cultivo y PCR.
Entre mayor sea el número de muestras que se tomen,
mayor será la probabilidad de visualizar el parásito. Para
el estudio microscópico del frotis directo, se recomienda
tomar nueve muestras y distribuirlas en tres láminas
portaobjeto. En caso de un resultado negativo de una
lesión con una fuerte sospecha clínica, se debe tomar un
segundo set de muestras.
Para el análisis microscópico, el material se extiende sobre
una lámina, se fija con metanol, se tiñe con la coloración de
Giemsa y se examina con objetivo de inmersión.
161
CAPÍTULO 9
D iagnóstico
162
CAPÍTULO 9
D iagnóstico
Figura 9.2
Leishmaniasis cutánea. Amastigotes libres; resalta la tinción nuclear y del
cinetoplasto. Giemsa, 100X.
163
CAPÍTULO 9
D iagnóstico
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CAPÍTULO 9
D iagnóstico
Cultivo
El aislamiento del parásito es otro método específico
para el diagnóstico de la enfermedad. Se puede hacer
a partir de las mismas muestras con las que se hace el
frotis directo o a partir de biopsias de piel, mucosa, médula
ósea, hígado, bazo y ganglio linfático.
Las muestras se siembran en diferentes medios de
cultivos, preferiblemente bifásicos. Los más utilizados
son el de McNeal, Nicolle y Novy (NNN) y el medio
de Senekjie, en los cuales –bajo las condiciones
ambientales apropiadas– los amastigotes se diferencian
en promastigotes que aparecen en el medio luego de
una a cinco semanas, según la especie infecciosa y la
forma clínica de la enfermedad (figura 9.3). El medio de
cultivo de Senekjie tiene la ventaja de propiciar también el
crecimiento de Histoplasma sp., lo cual es de gran ayuda
para el diagnóstico diferencial.
La sensibilidad del cultivo depende de las medidas
que se tomen para evitar la contaminación, del cuidado
que se le dé y de la selección del sitio afectado. En
la leishmaniasis cutánea oscila entre 31 y 67 % y,
en la mucosa, entre 2 y 40 %. En la forma visceral
la sensibilidad varía según la muestra utilizada: a
partir de aspirado o biopsia de médula ósea es de
80 %, mientras que, a partir de aspirado esplénico, es
hasta de 94 %.
Figura 9.3
Promastigotes obtenidos en
cultivo. Giemsa, 100 X.
165
CAPÍTULO 9
D iagnóstico
166
CAPÍTULO 9
D iagnóstico
Figura 9.4
Fotografía de gel de electroforesis de PCR del gen miniexón. Las muestras
A3, B4, C4, 1R, B8 y C8, corresponden a Leishmania, subgénero Viannia.
Muestra 1PP: Leishmania infantum (chagasi). Muestra 1B: Leishmania
mexicana. Muestra A3: Leishmania amazonensis.
167
CAPÍTULO 9
D iagnóstico
MÉTODOS INMUNOLÓGICOS
Leishmanina o reacción de Montenegro
La leishmanina, reactivo útil e inocuo, lo producía el
Instituto Nacional de Salud, con buena calidad y costo
ínfimo. Por decisiones internas se dejó de producir hace
pocos años, un cambio que desfavorece mucho a los
pacientes afectados de esta infección.
Es una intradermorreacción en la que se utilizan
promastigotes muertos de L. panamensis y L. amazonensis
(1 x 106 de cada especie), con 5 µg de cada parásito por mililitro.
Se usan otros promastigotes según la región geográfica.
Se inyecta en la dermis 0,1 ml de este producto. La
reacción se lee a las 48 a 72 horas (figura 6.10). Una
pápula igual o mayor de 5 mm o una placa eritematosa
indican un resultado positivo y significa que los linfocitos
T del paciente conocen el antígeno inoculado por haber
estado expuestos a él. Un resultado negativo indica que
no ha habido exposición al germen o que existe anergia
si el paciente tiene leishmaniasis.
En la leishmaniasis cutánea la prueba tiene una sensibilidad
del 87,5 al 98%. La sensibilidad varía de acuerdo con el
tiempo de evolución de la enfermedad: en pacientes con
dos a tres semanas de evolución de la enfermedad, es de
78 % y, en aquellos con lesiones de cuatro a seis semanas,
se incrementa a 98%. La especificidad de la leishmanina
oscila entre el 98 y el 100 %.
En Brasil, la leishmanina fue positiva en los casos de
la epidemia de esporotricosis en Rio de Janeiro. Algunos
pacientes tenían también anticuerpos anti-Leishmania.
Se sugiere la posibilidad de infección concomitante
de leishmaniasis y esporotricosis, o reacción a los
preservativos de la leishmanina (tiomerosal, fenol).
168
CAPÍTULO 9
D iagnóstico
169
CAPÍTULO 9
D iagnóstico
Figura 9.5
Promastigotes teñidos de verde por la técnica de
inmunofluorescencia indirecta, 100X.
170
CAPÍTULO 9
D iagnóstico
Buffer
20 uL
Suero
T T T
Línea de muestra
C C C
Línea de control
Figura 9.6
Detección de anticuerpos contra rK39 en tira de papel para el
diagnóstico de leishmaniasis visceral.
171
CAPÍTULO 9
D iagnóstico
ELISA
La prueba ELISA (Enzyme Linked Immunosorbent
Assay) es una técnica que detecta anticuerpos en el
suero del paciente, que reaccionan con un antígeno
específico que está inmovilizado sobre una fase sólida.
Para evidenciar la reacción antígeno-anticuerpo, se
adiciona un anticuerpo secundario contra IgG humana,
marcado con una enzima. Finalmente, se adiciona el
sustrato específico para la enzima y la reacción enzima-
sustrato da como resultado un producto coloreado que
se mide por densidad óptica en un espectrofotómetro.
Se han utilizado múltiples antígenos, por ejemplo, el
total soluble, antígenos purificados, péptidos sintéticos y
proteínas recombinantes.
La sensibilidad y la especificidad de la prueba están
fuertemente influenciadas por el tipo de antígeno utilizado.
En la leishmaniasis cutánea se ha usado en el diagnóstico
y en el seguimiento de la enfermedad, con una sensibilidad
entre el 94,8 % y el 100 %, y especificidad del 90 %. Ha
sido poco utilizada en la leishmaniasis mucosa. No se
usa en nuestro país.
Test de aglutinación directa
La prueba de aglutinación directa (Direct Agglutination
Test, DAT) se emplea para el diagnóstico de la
leishmaniasis visceral. Se utilizan promastigotes muertos
y teñidos sobre una lámina, a los que se añade suero del
paciente. Si tiene anticuerpos, aglutina los parásitos y la
reacción es fácil de observar a simple vista. La incubación
toma de 15 a 20 horas. Tiene una sensibilidad del 72 %
y una especificidad del 94 %. No se utiliza en Colombia.
172
CAPÍTULO 9
D iagnóstico
Lecturas recomendadas
• Abass E, Bollig N, Reinhard K, Camara B, Mansour D, • de Vries HJC, Reedijk SH, Schalling HDF. Cutaneous
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173
CAPÍTULO 9
D iagnóstico
Lecturas recomendadas
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CAPÍTULO 9
D iagnóstico
Lecturas recomendadas
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175
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
CAPÍTULO 10
D iagnóstico
diferencial
176
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
177
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figura 10.2
Úlcera superficial, eritematosa, de borde grueso, de pocos días
de evolución, secundaria a picadura de artrópodo
178
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Pioderma gangrenoso
Cursa con úlceras únicas o múltiples, extensas, de
bordes violáceos y excavados (figura 10.3). Comienzan
como una pápula o pústula infundibular que se ulcera y
se extiende ampliamente. Su borde puede ser grueso
y acordonado. Se localizan con mayor frecuencia en
el tronco y en las piernas. Son dolorosas, crónicas, y
pueden aparecer en sitios de trauma, por ejemplo, por
venipuntura, cateterismo o cirugías, condición que se
llama patergia.
Se asocia con colitis ulcerativa, enfermedad de Crohn,
diversas hepatopatías, leucemias y linfomas, y con el uso
de algunos medicamentos. En los niños existe la variedad
llamada dermatitis gangrenosa infantil (figura 10.4).
Histológicamente es una dermatitis neutrofílica, muy
diferente de la leishmaniasis.
Figuras 10.3
Pioderma gangrenoso
179
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figura 10.3 C
Extensa úlcera característica de
pioderma gangrenoso
Figura 10.3 D
Úlceras múltiples de fondo necrótico
Figuras 10.4
Dermatitis gangrenosa infantil
180
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.5 A y B
Úlceras maleolares confundidas con
leishmaniasis cutánea
Figura 10.5 C
Se demuestran los eritrocitos falciformes
que ocluyen los pequeños vasos dérmicos.
Hematoxilina y eosina, 100X.
181
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Sarcoidosis cutánea
Produce pápulas y placas eritematosas infiltradas que
rara vez se ulceran (figura 10.6). La afección nasal y de
la cara puede semejar leishmaniasis.
En la biopsia se observan granulomas epitelioides bien
definidos, con pocos linfocitos y sin plasmocitos, que
excluyen la leishmaniasis (figura 10.7).
Figuras 10.6
Úlceras por el virus del herpes simple Sarcoidosis cutánea
Hemos observado su confusión clínica e histológica con
leishmaniasis, en niños y en adultos (figura 10.8). Existe
una forma clínica de leishmaniasis llamada zosteriforme
porque semeja el herpes zóster (figura 7.33).
La corta evolución de la ulceración, asociada a prurito
y ardor, y los antecedentes epidemiológicos, son ayudas
básicas en el diagnóstico diferencial.
La presencia de inclusiones virales intranucleares en
los queratocitos epidérmicos o de los anexos es la clave
diagnóstica (figura 10.9). La inmunohistoquímica es de
gran ayuda diagnóstica (figura 10.9 C). El frotis directo
de la lesión (test de Tzank), que se hace sospechando
leishmaniasis, demuestra los queratocitos uninucleados o
multinucleados, con las inclusiones virales intranucleares
(figura 10.9 D).
Figuras 10.6 A y B
Pápulas y placas eritematosas
182
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.7 A, B y C
Biopsia de piel de sarcoidosis cutánea. Hay granulomas epitelioides
bien definidos, en toda la altura de la dermis, con pocos linfocitos y
con células gigantes multinucleadas. Hematoxilina y eosina, figura A,
2,5X, B y C, 40X.
183
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.8
Úlceras por virus herpes simple
184
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.10
Úlceras bacterianas
Figuras 10.10 C, D y E
Úlceras de borde irregular y fondo necrótico,
hemorrágico, rodeadas por piel eritematosa
185
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.11 A y B
Estos dos niños tienen placas y pápulas eritematosas que se
diagnosticaron como leishmaniasis. La revisión de las biopsias y los
cultivos demostraron que eran producidas por Mycobacterium chelonae
(figura A reproducida con autorización de Biomédica).
186
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.13 A y B
Úlcera con gruesa escamocostra, hiperplasia epidérmica ligera e inflamación dérmica difusa granulomatosa, con
numerosas vacuolas rodeadas por polimorfonucleares, ampliada en B. Hematoxilina y eosina, A, 6,3X y B, 40X.
187
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Tuberculosis cutáneas
La tuberculosis verrugosa cutis se adquiere por Figuras 10.14
Tuberculosis verrugosa. (figuras por cortesía de
inoculación cutánea del bacilo, en un paciente con Esperanza Meléndez y Jairo Fuentes, Barranquilla)
alta inmunidad ante el germen. Se origina una lesión
papilomatosa, hiperqueratósica y costrosa, que puede
simular la leishmaniasis verrugosa (figura 10.14). La
tuberculina es fuertemente positiva.
En la biopsia se aprecia hiperplasia epidérmica y
granulomas dérmicos tuberculoides, con amplia necrosis
de caseificación (figura 10.15). Los bacilos no se ven en
las biopsias ni en los frotis directos. Es necesario practicar
varios cultivos para demostrarlos, o practicar la técnica de Figura 10.14 A
la reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Úlcera hiperqueratósica, costrosa, edematosa
Figuras 10.15 A y B
Biopsia de piel de tuberculosis verrugosa. Hiperplasia epidérmica y dermis con granulomas tuberculoides con necrosis
central amplia, rodeada por células epitelioides, gigantes y linfocitos. Hematoxilina y eosina, A, 2,5X y B, 6,3X.
188
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.16 A, B, C, D, E y F
Placas de centro deprimido y borde grueso escamoso, eritematosas
189
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figura 10.17 A
Epidermis delgada y dermis con
inflamación granulomatosa difusa, con
predominio perifolicular. Hematoxilina
y eosina, 2,5X.
Figuras 10.17 B y C
Se destacan los granulomas epitelioides con
abundantes linfocitos. El nervio (B, arriba a la derecha)
está bien preservado, lo cual indica que la lesión no
es de lepra, un diagnóstico diferencial posible en este
patrón inflamatorio. Hematoxilina y eosina, figura B, 10X
y figura C, 20X.
190
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figura 10.18 B y C
Nódulos y placas
exulceradas
sobre adenopatías
cervicales.
191
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figura 10.19 A
Inflamación granulomatosa con necrosis amplia
en la dermis profunda y en la hipodermis.
Hematoxilina y eosina, 2,5X.
192
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figura 10.20 A
Tuberculosis perianal con compromiso intestinal y
pulmonar concomitantes
Figura 10.20 B
Úlcera tuberculosa rica en bacilos. Se debe
investigar un chancro de inoculación tuberculosa o
tuberculosis genitourinaria.
193
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figura 10.21 A
Lengua. Granulomas tuberculoides subepidérmicos, uno de ellos con
absceso central. Hematoxilina y eosina, 16X.
194
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Lepra
Algunos lepromas ulcerados se han confundido
clínicamente con la leishmaniasis, lo mismo que lesiones
nodulares de la oreja y lepromas ulcerados de la mucosa
nasal o bucofaríngea, que todavía se presentan en
pacientes colombianos (figuras 10.22 a 10.25).
Es una observación repetida que las lesiones en placas,
pápulas y nódulos de la leishmaniasis difusa, se han
confundido con lepra lepromatosa. Algunos de estos
pacientes fueron recluidos en sanatorios para lepra. Se
consideraron como una forma rara de lepra, sin bacilos
ácido-alcohol resistentes (véase capítulo 7. Clínica).
Figuras 10.22 A, B y C
Lepromas. Nódulos y tubérculos ulcerados
que, clínicamente, sugirieron leishmaniasis
(figura C reproducida con autorización de Rev
Soc Col Dermatol).
195
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.23 A, B y C
Lepromas auriculares. A, B Y C. Pápulas y nódulos
auriculares, anestésicos, en pacientes con
lepra lepromatosa: lepromas.
Figuras 10.24
Lepra lepromatosa
Figura 10.24 B
Mujer con placa nasal
eritematosa de
bordes infiltrados
Figura 10.24 A
Úlcera nasal de bordes papulosos y nódulo malar
Figura 10.24 C
Nariz caída e infiltración facial. La madarosis
se oculta con maquillaje.
196
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.25
Lepromas bucofaríngeos
Figura 10.25 A
Nódulos y lepromas con amputación de la úvula en
paciente con lepra lepromatosa
197
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.27 A, B y C
Biopsias de mucosa nasal tomadas con sospecha de leishmaniasis. Se observa inflamación difusa,
rica en macrófagos vacuolados (células de Virchow), que contienen abundantes bacilos y globias.
Hematoxilina y eosina, A, 16X, y B, 40X; C. Ziehl-Neelsen, 100X.
198
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.28 A y B
Lesiones nodulares y en placa, de
la lepra tuberculoide nodular infantil
199
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.29 A y B
Se observa inflamación granulomatosa nodular, epitelioide, con células
gigantes y abundantes linfocitos. Hematoxilina y eosina, figura A, 2,5X, y
figura B, 16X.
200
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Esporotricosis
Es una micosis cutánea y subcutánea, rara vez sistémica.
Es un diagnóstico diferencial clínico e histopatológico
común, difícil e importante de la leishmaniasis cutánea
y, con menos frecuencia, de la mucosa. Se presenta con
nódulos, placas o úlceras fijas o que siguen un trayecto
escalonado, linfangítico (figuras 10.30 a 10.34).
Es frecuente en adultos y niños, en las mismas
zonas endémicas para leishmaniasis. Es conveniente
interrogar al paciente sobre un trauma desencadenante
de las lesiones, con material vegetal, púas, alambres,
piedras, picaduras de insectos, cacerías de armadillos
o descamación de pescados. Las lesiones cutáneas
secundarias a trauma con material vegetal de la cueva
de armadillo o con las uñas de este animal, son una clave
para sospechar la esporotricosis.
Figura 10.30 B Figura 10.30 C
Placa eritematosa Nódulo lineal y placa
micropapular, conformada por
exulcerada pápulas eritematosas
e hiperqueratósicas
201
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.31
Esporotricosis auricular
Figura 10.31 A
Placa eritematosa, infiltrada con
algunas pústulas
Figura 10.31 B
Placa costrosa con erosiones,
auricular y de la piel vecina
202
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figura 10.32 B y C
Placas ulceradas, verrugosas.
Representan el “síndrome verrugoso tropical”.
203
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.33
Esporotricosis linfangítica
204
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.35
Esporotricosis
En la biopsia se observa hiperplasia epidérmica y
dermatitis difusa con granulomas centrados por abscesos
(figura 10.35). Estos granulomas, mixtos o supurativos,
son propios de las micosis y no se ven en las leishmaniasis.
Demostramos el hongo en el centro de los abscesos
como cuerpo asteroide, en el 60 % de los casos (figura
10.35). El cuerpo asteroide esporotricósico consta de
una levadura central rodeada por espículas eosinófilas.
Se sugiere que estas representan anticuerpos dirigidos
contra el hongo o productos enzimáticos provenientes de
la degranulación de los neutrófilos (figuras 10.35 y 10.36).
Figura 10.35 A
El pequeño fragmento de piel muestra hiperplasia epidérmica moderada,
ulceración y dermis con inflamación granulomatosa epitelioide con
células gigantes, plasmocitos y linfocitos, con abscesos en el centro de
los granulomas.
205
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.36 A y B
El cuerpo asteroide esporotricósico se sitúa en el centro del granuloma
abscedado y consta de una levadura rodeada por espículas eosinófilas.
La levadura se tiñe de marrón con la técnica inmunohistoquímica (B).
Las espículas no se tiñen porque no son componentes del hongo
sino anticuerpos dirigidos contra él o productos enzimáticos de la
degranulación de los PMN. Figura A, Hematoxilina y eosina, 40X. Figura
B. Inmunohistoquímica, 100X.
206
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.37 A
Placa extensa, ulcerada, de bordes gruesos y fondo granuloso, con
puntos negros. Estos son sitios en donde el frotis directo revela los
esclerotes de Medlar con más facilidad.
Figuras 10.37 B
Placas verrugosas
e hiperqueratósicas:
“síndrome verrugoso
tropical”
Figuras 10.38 A y B
Cromomicosis de los pies.
Placas ulceradas costrosas,
hiperqueratósicas e irregulares
Figuras 10.37 C
Placas eritematosas e hiperqueratósicas en el muslo
207
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
208
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Paracoccidioidomicosis
En los hombres es un diagnóstico diferencial de la
leismaniasis cutánea y de la mucocutánea, porque la
afección de las mujeres es excepcional. Origina úlceras
cutáneas semejantes a las de las leishmaniasis (figuras
10.40 a 10.42). Produce lesiones vegetantes, ulceradas,
en los labios, las encías, la lengua, el paladar, la úvula,
la rinofaringe y la nariz, con perforación del tabique
nasal (figuras 10.40 y 10.41). La afección lingual por la
leishmanisis es excepcional.
209
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.41 A, B y C
Placas ulceradas y extensas que
comprometen el labio inferior, la lengua
y las comisuras labiales.
Figuras 10.42 A y B
Úlceras costrosas de bordes gruesos, fácilmente
confundibles clínicamente con leishmaniasis
210
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figura 10.43 A
Úlcera del dedo gordo del pie artejo
muy similar a una de leishmaniasis
Figuras 10.43 B, C y D
Estas úlceras sugieren tumores malignos.
Representan diseminación de la micosis desde
el pulmón. La biopsia aclara cualquier duda
diagnóstica. (Figuras B y D, cortesía de Carlos
H. González, Armenia; figura C, cortesía de E.
Augusto Moreno, Bucaramanga).
211
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figura 10.44
El frotis directo de una lesión o de esputo revela levaduras
(clamidosporas) multigemantes unidas por un pequeño
tallo a la levadura central. Se asimilan a un timón de
barco. Giemsa, 100X.
212
Figuras 10.45
CAPÍTULO 10 Paracoccidioidomicosis
D iagnóstico diferencial Figuras 10.45 A y B
La histopatología es
característica. La imagen
panorámica muestra hiperplasia
epidérmica, paraqueratosis y
eliminación transepidérmica
de células inflamatorias
que incluyen abscesos y
granulomas. En B se revelan
estos cambios con mayor
detalle. Hematoxilina y eosina,
figura A, 3X, y figura B, 10X.
213
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figura 10.45 E
Con la coloración de plata-
metenamina se observa bien la
levadura central y sus gemaciones
más pequeñas. Grocott, 100X.
214
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Lobomicosis
Es una micosis cutánea producida por Lacazia loboi,
un hongo no cultivable. Produce placas y nódulos
cutáneos que semejan queloides, a veces ulcerados, más
frecuentes en las piernas, los brazos y las orejas (figura
10.46 a 10.49). Predomina en las poblaciones indígenas
de Brasil y Colombia. Se han observado pocos casos
en soldados que patrullan las mismas zonas selváticas
donde adquieren la leishmaniasis (figura 10.49 A).
El hongo, muy abundante en las lesiones, se aprecia
como levaduras de tamaño uniforme, de pared gruesa y
refringente, fagocitadas en los macrófagos (figura 10.50).
Figuras 10.46 y 10.50
Lobomicosis
Figura 10.46
Lobomicosis de la oreja. Nódulos costrosos e
hiperqueratósicos en un paciente chocoano
(reproducido con permiso de Int J Dermatol.
1993;33:324-32)
Figura 10.47 Figura 10.48
Nódulos escalonados, firmes y queloidianos, Placa ulcerada conformada por pápulas y
algunos ulcerados (cortesía de Sergio nódulos confluentes de más de 25 años de
Cáceres, Cúcuta) evolución (cortesía de Sergio Cáceres, Cúcuta)
215
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.49 C, D y E
Lesiones ulceradas y queloideas que se
interpretaron clínicamente como leishmaniasis
cutánea (figura C, cortesía de Luis Carlos
Orozco, Bucaramanga; figura E, cortesía
de César Arroyo, Pasto; reproducidas con
autorización de la revista Biomédica).
216
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.50 A, B, C y D
La biopsia es característica. La epidermis es de grosor normal y en
la dermis se observa una inflamación difusa de macrófagos y células
gigantes, todos los cuales contienen hongos redondeados, uniformes,
de 10 µm de diámetro, de pared gruesa, que forman cadenas unidas por
pequeños puentes, como se ve mejor con las coloraciones de Periodic
acid-Schiff (PAS) y Grocott. Hematoxilina y eosina, figura A, 6,3X, y
217 figura B, 40X. Figura C, PAS, 40X. Figura D, Grocott, 40X.
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Histoplasmosis
Esta micosis ha aumentado su frecuencia por asociarse
con el sida. Constituye un diagnóstico diferencial clínico
y, sobre todo, histopatológico, de varias formas de
leishmaniasis: cutánea, cutánea difusa, cutánea difusa
asociada con el sida, mucosa y visceral. Esta dificultad
diagnóstica se debe más a la similitud histológica de las
entidades mencionadas, aunque también hay similitudes
clínicas (figuras 10.51 a 10.59).
La histoplasmosis cutánea asociada con el sida es
diseminada y se presenta como máculas, pápulas
umbilicadas, nódulos y úlceras hemorrágicas, numerosas,
algunas de las cuales sugieren vasculitis (figura 10.51).
En general, no se confunden con leishmaniasis cutánea
usual, pero son un diagnóstico diferencial importante de
leishmaniasis asociada con el sida.
Figuras 10.51 a 10.53
Histoplasmosis diseminada asociada con sida
Figura 10.51 C
Pápulas y placas de la cara y el párpado
superior (figura C, cortesía de Adriana
Motta, Bogotá)
218
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
219
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
220
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
221
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.55
Histoplasmosis diseminada asociada con sida. Biopsia de la mucosa
nasal del paciente de la figura 10.53 B.
Figura 10.55 A
Úlcera con necrosis fibrinoide superficial y,
abajo, inflamación difusa granulomatosa.
Hematoxilina y eosina, 4X.
222
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
223
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.55 D y E
Las coloraciones de PAS (D, 100X) y
Grocott (E, 100X), demuestran mayor
número de hongos que se identifican como
Histoplasma capsulatum.
224
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.56
Histoplasmosis diseminada asociada con sida.
Médula ósea.
Figura 10.56 C
La coloración de Grocott (64X) los tiñe de marrón y los
identifica como un hongo. Compárese con las figuras
8.20 de leishmaniasis visceral.
225
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.57
Histoplasmosis diseminada asociada con sida. Hígado.
Figura 10.57 D
Células de Kupffer con Histoplasma capsulatum.
En algunas levaduras se ve su pared gruesa y en
ninguna se aprecia una estructura que semeje
el cinetoplasto de la leishmania. Hematoxilina y
eosina, 200X.
Figuras 10.57 E y F
Las coloraciones de PAS (E, 40X) y de Grocott (F, 50X) tiñen el germen y demuestran que tiene la
morfología de Histoplasma capsulatum.
226
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figura 10.58
Electromicrografía de Histoplasma
capsulatum en gemación. Núcleo y
citoplasma densos, rodeados
por una pared celular gruesa,
transparente, clara.
227
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.60 A y B
Carcinomas escamocelulares
(figura B, cortesía de Claudia
Carvajal, Bogotá)
Figura 10.60 C
Placa eritematosa, costrosa,
infiltrada, con sospecha clínica de
leishmaniasis cutánea. La biopsia
demostró enfermedad de Bowen.
228
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.60 D, E, F y G
Carcinomas basocelulares. La
lesión G es escapular.
229
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figura 10.60 H
Porocarcinoma. Paciente encontrado
en una campaña de búsqueda activa
de leishmaniasis.
Figura 10.60 I
Extensa úlcera de la pierna y la rodilla con
diagnósticos clínicos de pioderma gangrenoso
y leishmaniasis. Esta se sugirió también en
la biopsia, cuya revisión demostró un linfoma
cutáneo (cortesía de Constanza Tejada, Bogotá).
Figura 10.60 J
Tumor de superficie lisa en paciente de
área endémica de leishmaniasis, remitido
para estudio de esta enfermedad. Se
demostró un linfoma cutáneo.
230
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
231
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.62
Linfoma angiocéntrico. Biopsia del paciente E
de la figura anterior.
Figura 10.62 A
Infiltración difusa de células linfoides.
Hematoxilina y eosina, 40X.
Figura 10.62 B
Presencia de atipia y mitosis en la infiltración
difusa de células linfoides. Hematoxilina y
eosina, 64X.
Figura 10.62 C
Presencia de atipia y mitosis en la infiltración
difusa de células linfoides. Hematoxilina y
eosina, 64X.
232
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
233
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figura 10.63 E
La arteria (abajo) tiene necrosis fibrinoide
de su pared. Persiste en parte la lámina
elástica interna. Arriba, la necrosis es
extensa. Hematoxilina y eosina, 6,3X.
234
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Rinosporidiosis
Cursa con lesiones nodulares eritematosas de la mucosa
nasal, la conjuntiva y la rinofaringe (figura 10.64). En
nuestra casuística, afecta los niños con mayor frecuencia.
En la biopsia se aprecia inflamación
histiolinfoplasmocitaria con presencia de quistes de
pared gruesa o esporangios, en donde maduran los
endosporos del germen causal. Rhinosporidium seeberi
se había considerado un hongo por sus características
tintoriales; sin embargo, se cultivó y se demostró que
es una bacteria (cianobacteria) o protisto presente en
el agua, desde donde pasa al humano. Se le denomina Figura 10.64
Microcystis aeruginosa (figura 10.65). Rinosporidiosis. Nódulo nasal en un niño
235
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figura 10.65 B
Los quistes o esporangios
tienen una pared delgada
y algunos están llenos
de endosporos PAS
positivos. PAS, 6,3X.
Figura 10.65 C
También son positivos
con la coloración de
plata-metenamina. La
pared contraída se tiñe
de negro (derecha).
Grocott, 40X.
236
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.65 D y E
Pared del esporangio con células
basales de las cuales se originan
los endosporos que tienen un
núcleo central y citoplasma
vacuolado. El quiste se rompe y
elimina endosporos al tejido o al
medio ambiente para formar nuevos
esporangios. Hematoxilina y eosina,
figura D, 50X y figura E, 100X.
237
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.65 D y E
Pared del esporangio con células
basales de las cuales se originan
los endosporos que tienen un
núcleo central y citoplasma
vacuolado. El quiste se rompe y
elimina endosporos al tejido o al
medio ambiente para formar nuevos
esporangios. Hematoxilina y eosina,
figura D, 50X y figura E, 100X.
238
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Escleroma (rinoescleroma)
Es producido por la bacteria Klebsiella rhinoscleromatis.
Las lesiones afectan la nariz, el labio superior, el paladar
y la rinofaringe (figura 10.66). Son nódulos y placas
verrugosas, extensas, queloidianas, firmes y a veces
ulceradas, que deforman y destruyen la nariz.
Figuras 10.66
Escleroma nasal
239
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figura 10.67 C
La coloración con sales
de plata tiñe Klebsiella
spp. fagocitadas por los
macrófagos. Warthin-
Starry, 100X.
240
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figuras 10.68 A y B
Rinoentomoftoromicosis (conidiobolomicosis). Hombre joven con deformación nasal, dura e infiltrada, que
se extiende a la frente (cortesía de Jesús Pérez, Barranquilla).
241
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Figura 10.69 B
Se aprecia la inflamación hipodérmica y una zona
eosinofílica que rodea espacios claros en la dermis
profunda (flecha). Hematoxilina y eosina, 10X.
Figura 10.69 C
A mayor aumento se ven
granulaciones eosinófilas
que rodean estas hifas claras
cuadriláteras, como expresión
del fenómeno de Splendore-
Hoeppli. Hematoxilina y
eosina, 40X.
Figura 10.69 D
La coloración de PAS muestra hifas anchas de pared
gruesa rodeadas por las granulaciones eosinófilas y
por inflamación granulomatosa. PAS, 40X.
Figura 10.69 E
Las hifas se tiñen de negro
con la coloración de plata-
metenamina. Grocott, 64X.
242
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
LEISHMANIASIS VISCERAL
La leishmaniasis visceral afecta la médula ósea, el
bazo, el hígado los ganglios linfáticos y otras vísceras.
Su diagnóstico diferencial clínico es extenso e incluye
todas las enfermedades con síndrome febril prolongado,
hepatomegalia y esplenomegalia, leucopenia, e
hipergammaglobulinemia, así como varias enfermedades
de depósito o lisosómicas. La procedencia de los
pacientes, que en la mayoría de los casos son niños
menores de cinco años, es un concepto esencial para
sospechar la leishmaniasis visceral (véase capítulo 5.
Epidemiología, capítulo 7. Clínica y apéndice 3).
La biopsia de cualquiera de los órganos afectados
contiene numerosos amastigotes fagocitados (véase
capítulo 8. Patología). El diagnóstico diferencial más
importante es la histoplasmosis diseminada, sobre todo
en su histopatología (véase histoplasmosis).
Adenopatía leishmaniásica
La inflamación granulomatosa ganglionar leishmaniásica
debe diferenciarse de tuberculosis, toxoplasmosis,
adenopatía por BCG, sarcoidosis, histoplasmosis y
linfomas.
Los parásitos se demuestran con hematoxilina y eosina
y con inmunohistoquímica. Cuando se diagnostique
histoplasmosis, siempre se debe confirmar con cultivo.
Es común la confusión histopatológica entre los hallazgos
de las lesiones por H. capsulatum y Leishmania spp.;
este error puede ser mortal o muy grave en los casos
de leishmaniasis visceral. Las coloraciones especiales de
PAS y Grocott tiñen el hongo y poco o nada el parásito
(véanse adenopatía leishmaniásica e histoplasmosis).
243
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Lecturas recomendadas
• Alexander B, Lozano C, Barker DC, McCann SH, Adler GH. • Kamhawi S. The biological and immunomodulatory
Detection of Leishmania (Viannia) braziliensis complex in properties of sand fly saliva and its role in the establishment
wild mammals from Colombian coffee plantations by PCR of Leishmania infections. Microbes Infect. 2000;2:1765-73.
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• de Souza AI, Barros EM, Ishikawa E, Ilha IM, Marin
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(Leishmania) amazonensis in Mato Grosso do Sul State, disease agents. Annu Rev Entomol. 2013; 58:227-50.
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Distribución de los vectores de Leishmania infantum • Santamaría E, Ponce N, Zipa Y, Ferro C. Presencia en
(Kinetoplastida: Tripasonomatidae) en Colombia. Biomédica. el peridomicilio de vectores infectados con Leishmania
2006;26(Supl.1): 64-72. (Viannia) panamensis en dos focos endémicos en el
occidente de Boyacá, piedemonte del valle del Magdalena
medio, Colombia. Biomédica. 2006;26:82-94.
244
CAPÍTULO 10
D iagnóstico diferencial
Lecturas recomendadas
245
CAPÍTULO 11
T ratamiento
CAPÍTULO 11
T ratamiento
246
CAPÍTULO 11
T ratamiento
247
CAPÍTULO 11
T ratamiento
ANTIMONIALES PENTAVALENTES
Antimoniato de meglumina
El mecanismo de acción del antimoniato de meglumina
(Glucantime®) no es bien conocido. La sal pentavalente
penetra al fagolisosoma del macrófago y en el amastigote
se convierte en antimonio trivalente, que es el producto
activo antiparasitario, al inhibir varias enzimas y la síntesis
de ADN parasitario.
La presentación del antimoniato de meglumina es en
ampollas de 5 ml, con una concentración de antimonio
pentavalente (Sb5+) de 81 mg/ml, es decir, 405 mg en
5 ml. Se recomienda administrarla en una sola dosis
diaria de 20 mg/kg intramuscular durante 20 días para la
leishmaniasis cutánea y, durante 28 días, para la mucosa
y la visceral. La dosis diaria debe calcularse de acuerdo
con el contenido de antimonio pentavalente y no de la sal.
La aplicación intravenosa se debe hacer por infusión,
diluyendo la cantidad del antimoniato en diez veces su
volumen o en 250 ml de dextrosa en agua destilada al 5
% o en solución salina normal. El fármaco sobrante no se
debe guardar para ser empleado el día siguiente, por el
riesgo de contaminación que existe.
248
CAPÍTULO 11
T ratamiento
249
CAPÍTULO 11
T ratamiento
250
CAPÍTULO 11
T ratamiento
251
CAPÍTULO 11
T ratamiento
252
CAPÍTULO 11
T ratamiento
253
CAPÍTULO 11
T ratamiento
254
CAPÍTULO 11
T ratamiento
255
CAPÍTULO 11
T ratamiento
OTROS TRATAMIENTOS
Varios estudios han demostrado eficacia variable con
otros fármacos (ketoconazol) o con tratamientos tópicos
(crema de paromomicina, infiltraciones intralesionales,
termoterapia y crioterapia) (cuadro 11.2).
256
CAPÍTULO 11
T ratamiento
257
CAPÍTULO 11
T ratamiento
258
CAPÍTULO 11
T ratamiento
Figuras 11.3
Leishmaniasis cutánea difusa, incipiente, tratada con calor local y Glucantime®
Figura 11.3 A
Nódulo de 3 meses de evolución
Figuras 11.3 B y C
Regresión local con la
aplicación de compresas
calientes durante una hora,
dos veces al día
Figura 11.3 D
Resolución completa de la lesión
con calor local. Después se aplicó
Glucantime® durante 20 días
(reproducida con autorización
de Biomédica).
259
CAPÍTULO 11
T ratamiento
Figuras 11.4
Tejido incluido en resinas
260
CAPÍTULO 11
T ratamiento
Inmunoterapia de Convit
Desde hace varias décadas, Jacinto Convit (q.e.p.d.)
y su grupo de trabajo en Venezuela han empleado con
éxito la inmunoterapia antileishmaniásica, basada en una
a tres aplicaciones intradérmicas de promastigotes de L.
amazonensis muertos por calor, mezclados con BCG.
La concentración de BCG varía según la reacción a la
tuberculina.
Se ha logrado la curación de numerosos pacientes y
el producto se ha usado como vacuna con inducción de
leishmanina positiva en 60 % de los pacientes vacunados.
En Colombia se usó en soldados con resultados
inaceptables por las úlceras locales que se producían en
el sitio de aplicación de la vacuna.
SEGUIMIENTO
Las fallas en el tratamiento se deben, principalmente,
a la administración de dosis subterapéuticas. En la
leishmaniasis cutánea se debe hacer una evaluación
clínica al terminar el tratamiento, a los 45 días y cada
seis meses durante un año. En la mucosa y la visceral,
la evaluación clínica se hace al terminar el tratamiento, a
los 45 días y cada seis meses durante dos años. Algunos
pacientes presentan recidivas después de este tiempo de
control. Por esta razón, se recomienda educarlos sobre
la enfermedad, indicándoles la necesidad de consultar
ante cualquier modificación de la cicatriz de la lesión o
presencia de síntomas nasofaríngeos.
Existen diferentes criterios de curación, clínicos y
de laboratorio, para cada tipo de leismaniasis. Para
la leishmaniasis cutánea, los criterios clínicos son:
aplanamiento del borde activo de la úlcera, cicatrización
completa, desaparición de la induración de la base,
y desaparición de la linfangitis. Como criterio de
laboratorio se tiene el frotis directo negativo. La biopsia
tiene utilidad secundaria.
261
CAPÍTULO 11
T ratamiento
262
CAPÍTULO 11
T ratamiento
Lecturas recomendadas
• Apa H, Devrim I, Bayram N, Deveci R, Demir OG, Carti OU. • Dorlo TP, Balasegaram M, Beijinen JH, de Vries PJ.
Liposomal amphotericin B versus pentavalent antimony Miltefosine: A review of its pharmacology and therapeutic
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• Berman J, Neva F. Effect of temperature on multiplication • Fernández OL, Díaz-Toro Y, Ovalle C, Valderrama L,
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• Fernández O, Díaz-Toro Y, Valderrama L, Ovalle C,
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CAPÍTULO 11
T ratamiento
Lecturas recomendadas
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CAPÍTULO 11
T ratamiento
Lecturas recomendadas
265
CAPÍTULO 12
P revención
CAPÍTULO 12
P revención
266
CAPÍTULO 12
P revención
267
CAPÍTULO 12
P revención
268
CAPÍTULO 12
P revención
270
CAPÍTULO 12
P revención
MECANISMO DE MECANISMOS DE
CICLO AFECTADOS
INFECCIÓN PROTECCIÓN
El hombre es huésped Mineros, militares, Repelente N,N-dietil-m-toluamida, cada 6 a 8 horas en
Selvático accidental. cazadores, turistas, áreas cutáneas expuestas
taladores, indígenas
Los vectores llegan al Núcleo familiar Aspersión de cocheras, establos y viviendas de animales
Doméstico peridomicilio, entran a las con deltametrina o lambdacihalotrina
rural viviendas y transmiten la
infección.
Presencia de vectores en las Población urbana Toldillos impregnados con deltametrina o lambdacihalotrina
poblaciones
Fumigación de paredes con insecticidas de acción residual
Mallas protectoras metálicas en puertas y ventanas
Doméstico Cortinas, toldillos o mosquiteros impregnados con piretroides
urbano
Insecticidas antes de la época de mayor densidad
de vectores
Toldillos fabricados en nailon o poliéster con orificios muy
pequeños (160/cm2), impregnados con piretroides
Cuadro 12.1
Ciclos de transmisión de las leishmaniasis y prevención
271
CAPÍTULO 12
P revención
EDUCACIÓN DE LA
CONTROL VECTORIAL VIGILANCIA DE RESERVORIOS
COMUNIDAD
Conocer la enfermedad: Disminuir la presencia del vector Se enfatiza en áreas con casos de
transmisión, vectores, domiciliario y peridomiciliario. leishmaniasis visceral.
reservorios, formas clínicas,
impacto en la salud Disminuir y evitar el contacto del Diagnóstico de infección en perros con toma
vector con las personas, mediante: de muestra de sangre para serología (IFI,
Conocer mecanismos de rk39), o aspirado del ganglio poplíteo
protección individual · Aplicación de insecticidas de
acción residual Eliminar animales infectados (previo
Promover el consentimiento de la comunidad)
diagnóstico temprano · Modificación de las condiciones
OBJETIVOS Y de vivienda Vacunación de perros
ACTIVIDADES Eliminación de
reservorios domésticos · Uso de toldillos de malla fina
272
CAPÍTULO 12
P revención
ESTUDIO DE FOCO
Se hace en zonas reconocidas de transmisión cuando
se detecta un incremento inusual de casos o ante la
presencia de un solo caso de leishmaniasis visceral en
zona endémica o no endémica. El estudio de foco consta
de dos fases: la preparatoria y la de ejecución.
La fase preparatoria se inicia conformando un
grupo multidisciplinario para hacer el estudio clínico-
epidemiológico. Luego, se coordinan las actividades con
la comunidad, estableciendo los objetivos y la importancia
del estudio, para conseguir su participación y decidir
los aspectos logísticos, como transporte, alojamiento y
sitio de toma de muestras. Se debe caracterizar el área
geográfica que se va a intervenir, elaborando croquis y
considerando las rutas, las viviendas, la fauna, la flora
y el clima. Finalmente, se deben organizar los datos
poblacionales, como edad, sexo y lugar de residencia.
La fase de ejecución comprende una encuesta
epidemiológica que incluya todos los casos probables y
al mayor número posible de personas sanas. Se deben
caracterizar los casos probables, con información sobre:
vivienda, cercanía a zonas boscosas, desmonte de áreas
cercanas, disposición de excretas y basuras, presencia de
reservorios y medidas de protección. Es necesario aplicar
la prueba de Montenegro para establecer la exposición a la
infección. Los casos probables de leismaniasis mucocutánea
o visceral se deben remitir a centros de atención para
practicar los exámenes pertinentes de laboratorio.
273
CAPÍTULO 12
P revención
Lecturas recomendadas
• Ministerio de la Protección Social. Guía 21. Guía de Atención • Convit J, Ulrich M, Polegre MA, Ávila A, Rodríguez N,
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274
CAPÍTULO 12
P revención
Lecturas recomendadas
275
A péndices
A 1
péndice
Apéndice 1
EXAMEN DIRECTO PARA LA
IDENTIFICACIÓN DE AMASTIGOTES
DE LEISHMANIA SPP.
EQUIPO
• Microscopio de luz con objetivo de 100X
REACTIVOS Y MATERIALES
• Guantes de cirugía
• Alcohol
• Gasa estéril
• Láminas portaobjetos esmeriladas, nuevas, limpias
y rotuladas con el nombre del paciente, la fecha y el
número consecutivo de laboratorio
• Lápiz con punta de diamante
• Lancetas o agujas de endodoncia 45/80 de 25 mm
• Cinta médica de papel (Micropore®)
• Metanol
• Colorante comercial de Giemsa
• Agua destilada
• Aceite de inmersión
277
A péndices
A 1
péndice
278
A péndices
A 1
péndice
ANÁLISIS DE LA MUESTRA
El extendido o frotis se deja secar a temperatura ambiente
durante cinco minutos. Luego, se fija con metanol hasta
que se evapore y se tiñe con el colorante de Giemsa. Las
láminas deben estar completamente secas, sin metanol,
antes de colocar el colorante de Giemsa.
El colorante de Giemsa se usa en dilución de 1/10; se
vierte un volumen de 5 ml por lámina, y se deja que actúe
durante 20 minutos. Después, se lava con agua corriente.
El tiempo de coloración puede variar según la marca
comercial del reactivo.
Una vez secas y coloreadas las láminas, se adiciona a
la primera una gota de aceite de inmersión para estudio
con el objetivo de 100X. Se procede a buscar las formas
de amastigotes que pueden encontrarse intracelulares
o libres por desintegración de los macrófagos en el
proceso (figura 9.2).
Es importante observar todas las muestras contenidas
en la lámina. Si no se encuentran amastigotes, se colorea
la segunda lámina siguiendo el mismo procedimiento y,
si esta es negativa, se pasa a la tercera lámina, antes de
reportar el examen directo como negativo.
Los amastigotes se observan como cuerpos
redondeados u ovoides de 2 a 5 µm de diámetro. El
citoplasma es azul claro y puede presentar áreas que
se tiñen más claramente. Posee un núcleo redondo u
ovalado con un diámetro de 1 a 2 µm, de color azul o
púrpura, con nucléolo o cariosoma central. A un lado
se encuentra el cinetoplasto que se tiñe con mayor
intensidad que el núcleo; puede verse redondo, ovalado,
en forma de barra o tener un perfil corvo (figura 9.2).
279
A péndices
A 2
péndice
Apéndice 2
CULTIVO DE LEISHMANIA SPP.
280
A péndices
A 2
péndice
281
A péndices
A 2
péndice
MATERIALES Y REACTIVOS
• Guantes de cirugía
• Alcohol
• Gasa estéril
• Jeringas de insulina
• Gentamicina, 100 µg/ml
• Cinta médica de papel (Micropore®)
• Medios de cultivo
MEDIO DE CULTIVO DE SENEKJIE
Es un medio bifásico de agar con sangre desfibrinada de
conejo, peptona, extracto de carne y otros componentes,
que permite el aislamiento primario del parásito y el
mantenimiento de las cepas de Leishmania. Facilita la
transformación de amastigotes a promastigotes.
El medio de Senekjie se prepara en el laboratorio y se le
adiciona gentamicina (10 mg/ml), con el fin de minimizar
la contaminación de bacterias en los tubos de cultivo.
OBTENCIÓN DE LAS MUESTRAS
Procedimiento
Se preparan dos jeringas de insulina, con 0,1 ml de
gentamicina (100 µg/ml) cada una. Se escoge la lesión
más representativa y de menor tiempo de evolución y, en
caso de existir sobreinfección, la menos infectada. Con
guantes nuevos y estériles, se desinfectan los bordes de
la lesión utilizando gasa estéril impregnada en alcohol al
70 %. En el borde más indurado de la lesión, se inserta
la aguja de la jeringa de insulina sin empujar el émbolo,
evitando que la gentamicina penetre en la piel.
Para macerar el tejido, se gira la aguja dentro de la
piel en diferentes direcciones, succionando con el fin de
aspirar tejido y líquido intersticial. Se retira lentamente
la aguja y se succiona con mucho cuidado. No se debe
aspirar sangre (figura 9.1).
282
A péndices
A 2
péndice
283
A péndices
A 3
péndice
Apéndice 3
PRUEBA DE INMUNOFLUORESCENCIA
INDIRECTA PARA LA DETECCIÓN DE
ANTICUERPOS IGG ANTI-LEISHMANIA
ALCANCE Y PROPÓSITO
Los métodos de inmunofluorescencia indirecta (IFI)
tienen por objetivo identificar los anticuerpos circulantes
de tipo IgG contra Leishmania.
PRINCIPIO DE LA PRUEBA
Es una técnica que se basa en la reacción antígeno-
anticuerpo, la cual se evidencia por la fluorescencia de
la membrana del promastigote, mediante la utilización
de un marcador fluorescente. Como antígenos, se usan
promastigotes totales de Leishmania braziliensis, L.
panamensis, L.amazonensis o L.infantum (chagasi).
Estos parásitos se encuentran fijados a una lámina
portaobjetos, a la cual se le adiciona suero del paciente;
si este contiene anticuerpos contra el parásito, se unen al
antígeno. La reacción antígeno-anticuerpo se evidencia al
adicionar un anticuerpo secundario (conjugado) marcado
con un fluorocromo que, al ser expuesto a una fuente de
excitación, permite la fluorescencia del parásito.
284
A péndices
A 3
péndice
BIOSEGURIDAD
Es indispensable que los profesionales y técnicos se
encuentren debidamente entrenados y capacitados en la
obtención de muestras de calidad y en su análisis en los
laboratorios de la red de referencia. También, es necesario
utilizar los elementos de bioseguridad básicos para la
manipulación de muestras y especímenes biológicos, tales
como bata de trabajo, guantes desechables y tapabocas
o careta. Se deben lavar las manos antes y después
de cada procedimiento. El material para la atención del
paciente debe ser nuevo, estéril y desechable. Se deben
eliminar los residuos que contengan material biológico en
bolsas rojas y, el material corto-punzante, en guardianes.
El material químico debe desecharse en recipientes
adecuados y debidamente rotulados para tal fin. Nunca
deben echarse por el drenaje ni desecharse en bolsa roja.
EQUIPO
• Microscopio de fluorescencia con objetivo de 40X
MATERIALES Y REACTIVOS
• Láminas con sustrato de Leishmania spp.
• Solución tampón PBS (Phosphate Buffered Saline)
1X (pH 7,2)
• Azul de Evans al 1 %
• Reactivo diagnóstico Fluoline® (bioMérieux)
• Medio de montaje (INOVA Diagnostics Inc.)
• Controles internos, positivo y negativo, establecidos
por cada laboratorio
• Suero de los pacientes
285
A péndices
A 3
péndice
PROCEDIMIENTO
Al iniciar el proceso de la IFI, se requiere elaborar un
diseño o mapa para el montaje de las muestras dentro de
las láminas utilizadas; también, es importante templar los
reactivos y muestras que se vayan a utilizar. Las muestras
deben mezclarse antes del montaje de la prueba, con
el fin de homogeneizar los anticuerpos presentes en el
suero que se va a procesar.
Se prepara la dilución indicada para los controles y
las diluciones seriadas de 1:16, 1:32, 1:64, 1:128, 1:256
y 1:512 de los sueros de los pacientes. Para hacer las
diluciones, se utiliza una microplaca para ELISA, de la
siguiente manera.
Se toman 150 µl de solución tampón de PBS 1X (pH
7,2) y se adicionan al primer pozo y, 50 µl, al resto de los
pozos de la placa.
Se agregan 10 µl de suero al pozo que contiene los
150 µl de tampón PBS 1X, para obtener una dilución
de 1:16. De esta dilución se toman 50 µl y se pasan al
segundo pozo, que ya contiene 50 µl de PBS 1X. Se
mezcla para homogeneizar el contenido y se continúa así
sucesivamente hasta completar el resto de las diluciones.
Se coloca la lámina en una cámara húmeda y se sirven
20 µl de las diluciones por analizar, en cada uno de los
pozos de la lámina que contiene el antígeno. Se incuban
en la oscuridad las láminas a 37 °C por 45 minutos.
Lavados: pasado el tiempo de incubación, se lava
la lámina pozo a pozo, con solución PBS 1X (pH 7,2).
Posteriormente, se coloca en una caja de Coplin PBS 1X
(pH 7,2) y se sumerge la placa en la caja por cinco minutos
a 100 rpm. Este procedimiento se repite dos veces.
Al finalizar el lavado, se aplica agua destilada para retirar
las sales y evitar que se formen cristales, y se deja secar
la lámina a temperatura ambiente.
286
A péndices
A 3
péndice
287
A péndices
A 4
péndice
Apéndice 4
REACCIÓN EN CADENA DE LA
POLIMERASA EN LEISHMANIASIS
MUCOCUTÁNEA Y VISCERAL
MÉTODO DIAGNÓSTICO MEDIANTE
LA AMPLIFICACIÓN DEL GEN MINIEXÓN
ALCANCE Y PROPÓSITO
El objetivo de este método es diagnosticar e identificar
especies de Leishmania hasta el nivel de subgénero
(Viannia) y especie: L. mexicana, L. amazonensis o
L. infantum (chagasi), mediante la amplificación del
gen miniexón del parásito, por medio de la reacción en
cadena de la polimerasa (PCR) a partir de extractos de
ADN obtenidos de biopsias.
PRINCIPIO DE LA PRUEBA
La PCR es una reacción enzimática que sintetiza
múltiples copias de ADN a partir de un fragmento inicial.
Utiliza ciclos de desnaturalización, apareamiento con
cebadores y extensión, realizados con una enzima ADN
polimerasa termoestable, la polimerasa Taq.
La enzima replica las cadenas helicoidales de ADN,
iniciando la extensión de la cadena complementaria
a partir del extremo 3´de los cebadores o inicia-
dores (primers).
El blanco molecular seleccionado para el diagnóstico de
la leishmaniasis corresponde al gen miniexón, que solo
se presenta en el ADN del parásito.
288
A péndices
A 4
péndice
• Erlenmeyer
• Vasos de precipitado
• Batas
Equipos
• Microcentrífuga
• Micropipeta de 0,5 a 10 µl
• Micropipeta de 5 a 40 µl
• Micropipeta de 20 a 200 µl
• Micropipeta de 100 a 1.000 µl
• Documentador de geles (GelDoc®)
• Termociclador
• Cuantificador de ácidos nucleicos
• Cámaras de electroforesis horizontal
• Cabina de seguridad biológica de clase 2 A/B3
(Forma Scientific Biological®)
Reactivos y soluciones
• Chelex® 100 (Bio-Rad Laboratories Inc.)
• Proteinasa K
• Cloroformo
• Cloruro de sodio (NaCl)
• Etanol
• Agua de grado biología molecular libre de
ADNasas y ARNasas (agua tratada con dietil-
pirocarbonato, DEPC)
• Reactivo Platinum® Taq DNA Polymerase
(incluye tampón de reacción y magnesio)
• Deoxirribonucleótidos trifosfato (dNTP): dATP,
dCTP, dGTP y dTTP
290
A péndices
A 4
péndice
291
A péndices
A 4
péndice
292
A péndices
A 4
péndice
293
A péndices
A 4
péndice
294
A péndices
A 4
péndice
295
A péndices
A 4
péndice
296
A péndices
A 4
péndice
297
A péndices
A 4
péndice
298
A péndices
A 5
péndice
Apéndice 5
DEPARTAMENTOS Y MUNICIPIOS EN
DONDE SE HAN CONFIRMADO CASOS
DE LEISHMANIASIS VISCERAL
• Bolívar: Carmen de Bolívar, Cartagena Esta lista significa que siempre que se encuentre un
paciente, niño o adulto, originario de estos municipios
• Córdoba: El Contento, Lorica, Momil, Moñitos, San
o localidades, con fiebre, hepato-esplenomegalia,
Andrés de Sotavento
anemia y leucopenia, debe estudiarse y manejarse
• Sucre: Chalán, Colosó, Corozal, Los Palmitos, Palmito, como leishmaniasis visceral, mientras no se demuestre
Morroa, Ovejas, Sampués, San Pelayo, Sincelejo otra entidad.
• Santander: Bucaramanga, El Carmen, El Carmen de
Chucurí, Girón, Lebrija, San Andrés, San Gil
El primer caso de leishmaniasis visceral descrito en
Colombia (1944), se identificó como originario de San
Vicente de Chucurí; posteriormente, se demostró que
era originario de Lebrija.
• Cundinamarca: Agua de Dios, Girardot, Guataquí,
Jerusalén, La Peña, Nilo, Ospina Pérez, Pulí
• Tolima: Ataco, Carmen de Apicalá, Chaparral,
Coello, Coyaima, Cunday, Espinal, Flandes, Guamo,
Icononzo, Melgar, Natagaima, Ortega, Prado, Saldaña
• H uila : Aipe, Algeciras, Campoalegre, Neiva,
Paicol, Palermo, Tello, Tesalia, Vega Larga, Villa
Vieja, Yaguará
299