La Sociedad Del Siglo Xxi: I. Introducción
La Sociedad Del Siglo Xxi: I. Introducción
La Sociedad Del Siglo Xxi: I. Introducción
I. INTRODUCCIÓN
Las nuevas tendencias educativas y la necesidad del uso de las nuevas tecnologías educativas
en el currículo y en las prácticas pedagógicas, hace que la escuela peruana necesite
adecuarse a estos cambios para que los futuros ciudadanos den respuestas efectivas a las
características y demandas de la sociedad actual, y dejar atrás la educación del siglo XIX que
todavía impera en las escuelas peruanas.
En la sociedad actual, se necesita que la escuela forme un tipo de persona que se adapte con
rapidez a las nuevas circunstancias que nos impone la sociedad del siglo XXI, que sea capaz
de iniciativa propia, que tenga la capacidad de aprender a aprender y que estén
sensitivamente sintonizados con las personas que los rodean.
Hoy el conocimiento ya no es aplicable solo al ser sino más bien al hacer, pues este más que
un recurso se convirtió en una utilidad. Sin embargo, las escuelas peruanas todavía están
inmersas en el viejo orden industrial de la enseñanza en masa y un solo aprendizaje para
todos, que no consigue atender con éxito a un alumnado heterogéneo y complejo, alumnado
que ha cambiado mucho más que las instituciones diseñadas hace tiempo para acogerlo y
formarlo para su posterior contribución a la sociedad. Entonces es necesario tener en cuenta
lo expresado por Casanova, (2012): “la sociedad avanza y la educación no puede ni debe
quedarse atrás si pretende preparar para la vida a las jóvenes generaciones” (p. 9).
Drucker (1994.pp.6-7) por su parte, expresa que el conocimiento “es el único recurso
significativo y dominante”. Los tradicionales factores de la producción como la tierra (es
decir, los recursos naturales), el trabajo y el capital- no han desaparecido, pero han pasado a
ser secundarios. Se pueden obtener fácilmente, siempre que se tenga conocimiento. Y el
conocimiento en este nuevo sentido es conocimiento como instrumento, como el medio de
obtener resultados sociales y económicos.
La riqueza de las naciones ya no está en las mercancías tangibles o materias primas sino en la
creación de nuevos conocimientos, y esto lo demuestra que más del 50% del PIB de las
mayores economías de la OECD (Organización para Cooperación y Desarrollo Económico) se
halla ahora basado en conocimientos sobre todo en lo referente a los campos de la
informática, biotecnología, ingeniería genética, microelectrónica, robótica, la industria
espacial, entre otros.
La escuela peruana necesita asumir los nuevos paradigmas y modelos educativos y del uso de
las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (NTICs) en el currículo y en las
prácticas pedagógicas en el aula de clases, para que así los futuros ciudadanos den
respuestas efectivas a las características y demandas de la sociedad actual que es la del
conocimiento, y dejar atrás la educación del siglo XIX que todavía impera en las escuelas
peruanas y sobre todo en las autollamadas escuelas preuniversitarias, que dan más énfasis a
la homogenización (que todos seamos más o menos parecidos en cuanto a formación básica),
el enciclopedismo (que existe una verdad, que esa verdad la tienen algunos y que el resto
debe ilustrarse), un sistema diseñado básicamente(«un modelo para todos») o lo que
llamaría Freire (1970, pp. 51-52) una educación “bancaria” en la que los alumnos reciben de
manera dócil contenidos de una programación establecida y totalmente cerrada, y mientras
más la memorizan y repiten y más se dejan “llenar” tanto mejores alumnos serán, y el mejor
docente será quien sea una “enciclopedia andante” y que pueda llenar lo más posible los
depósitos de los alumnos.
La escuela peruana ante todo lo anterior no estaría dando respuestas a las nuevas demandas
y características de la sociedad actual y de los estudiantes, por lo que se consideraría que
brinda una educación no pertinente y por lo tanto de poca calidad, siendo todo lo contrario
de lo que se pregonan desde las escuelas preuniversitarias y desde otros organismos
gubernamentales y no gubernamentales, por lo que hay una gran incoherencia entre el
discurso educativo, el currículo implementado, y la metodología de los docentes en el aula de
clases.
El acceso a una educación de calidad, en tanto derecho fundamental de todas las personas,
como ya se mencionó, se enfrenta a un contexto de cambio paradigmático en el siglo XXI. El
desarrollo que han alcanzado las NTICs demanda al sistema educacional una actualización de
prácticas y contenidos que estén acordes a la nueva sociedad del siglo XXI, y que estos vayan
delineados en el currículo nacional.
La escuela debe reaccionar y darse cuenta que no sólo vivimos un cambio de época sino una
época de cambios, pero es muy claro que los cambios que se produzcan en las escuelas
deben venir desde las universidades, precisamente de las facultades de educación, pues la
universidad y sus distintas funciones deben estar orientadas en buscar el desarrollo humano
sostenible y lograr de ese modo sociedades más prósperas y más justas, pero mayormente
las universidades son, según Tunnerman (2011) torres de marfil que están de espaldas y se
desentienden en gran medida de las problemáticas que suceden en la sociedad y en la
mayoría de los casos no contribuyen al desarrollo del conjunto del sistema educativo.