Caminata Por El Desierto

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Caminata por el desierto.

La vida es una prueba continua…

Sedientos

empleo ¿Estás pasando pruebas o periodos de agonía?

Llevas buscando empleo largo tiempo, o con problemas financieros o familiares.

Este estudio bíblico te ayudará a entender cómo es el trato de Dios en esos periodos de prueba o
tiempo por el desierto.

Muchas personas leen los pasajes de la salida de los israelitas de Egipto y su caminata por el
desierto como una historia de lo acontecido sin profundizar en la enseñanza bíblica y mensaje que
Dios tiene preparado para cada uno de nosotros.

El desierto en la Biblia se relaciona con el tiempo de prueba y preparación que Dios hace con todos
los cristianos. Si Dios lo hizo con su pueblo en aquellos tiempos, ¿no lo hará también contigo?

Esos periodos, que a veces largos incluso de años, son momentos de riquísimas enseñanzas
vivenciales que nos preparan en lo profundo de nuestro ser para llevar adelante la conquista
nuevos frentes para Dios.

“Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el
desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar
o no sus mandamientos. Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que
no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el
hombre, más de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.”

Deuteronomio 8:2-3

Estos versículos son muy profundos y nos enseña importantes verdades sobre la escuela del
Espíritu Santo. En concreto nos explica el porqué de las pruebas y el propósito de Dios al llevarlos
al Desierto, es decir, a ponernos durante mucho tiempo en el desierto.

Antes de conocer a Dios las circunstancias y los problemas de la vida nos derrotaban, nos
aplastaban sin misericordia, y no veíamos ningún propósito claro detrás de los problemas que
pasábamos, excepto nuestra destrucción.
En el libro de Romanos 8:28

la Biblia nos dice “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es,
a los que conforme a su propósito son llamados.”

A veces interpretamos mal este versículo si pensamos que todo nos saldrá bien de acuerdo a
nuestro propósito o nuestro camino, pero aquí la Palabra nos dice que todo nos saldrá bien de
acuerdo al propósito que Dios tenga con nosotros, y el camino que tiene planeado para cada uno
de sus hijos.

Cuando estamos en periodos de prueba no logramos entender por qué, pero debemos tener
presentes las palabras de

Isaías 55:9 “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que
vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

” Es cierto, los caminos y pensamientos de Dios a veces no los entendemos. El propósito de Dios
para nuestra vida se aclara en el versículo de

Romanos 8:29 “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.”

Dios promete a los que lo amamos que en toda circunstancia que nos toque vivir él va a ser
glorificado imprimiendo su imagen, su carácter, su santidad en nosotros y extendiendo su reino.

Nuestros planes con nuestros proyectos pueden fracasar, pero tenga usted en cuenta que los
planes de Dios jamás.

Él tiene un propósito con cada uno de nosotros, y Él va lograr su propósito para que seamos
salvos, “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la
perfeccionará hasta el día de Jesucristo;”

Filipenses 1:6.

En el desierto de la prueba, Dios trata con nuestro carácter y son para nosotros tiempos difíciles
de gran quebrantamiento. Dios tiene como objetivo que de nuestro interior se libere el precioso
perfume del espíritu. El Señor puede tratar con nosotros de diferentes maneras, por ejemplo, con
pérdida de empleo y largas temporadas sin trabajo, dificultades con los hijos, problemas en los
estudios, enfermedades, etc. Tengamos claro que con Jesucristo somos victoriosos y por eso la
Palabra nos dice “Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos
cuarenta años en el desierto”

Deuteronomio 8:2

En mi caso personal he tenido tiempos en mi vida que me consideraba un fracasado o un inútil y


tenía mucha lastima de mí mismo. Aquellos fueron tiempos tan duros que preferiría no
recordarlos

. Por ejemplo, en cierta ocasión estuve buscando un empleo durante 2 años sin poder trabajar en
nada, siendo tanta mi frustración que lo único que hacía era orar, ayunar y clamar a Dios por un
empleo.

Otra temporada tuve que trabajar en una empresa que estaba en otra parte de la ciudad y tardaba
2 horas en llegar, para colmo no me pagaban la tercera parte de lo que era justo y encima con
retrasos

. Sin embargo, durante los meses que estuve en esa empresa en las 2 horas que tenía en el
autobús lo único que hacía era leer la Biblia tanto a la ida como a la vuelta, y estaba tan empapado
de la palabra de Dios que predicaba a las personas de la empresa y en el autobús.

¡Que hermosos tiempos en el Espíritu!

En conclusión, con el paso de los años Dios me ha hecho ver el valor de aquellos momentos y los
recuerdo como las lecciones de Dios para mi vida.

En el libro de

Hebreos 12:5 “Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres
reprendido por él;” El versículo 10 del mismo pasaje revela el propósito de la disciplina “para que
participemos de su santidad” y el versículo 11 nos habla de que después de la disciplina o prueba
Dios nos bendice amorosamente, “pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han
sido ejercitados”.

Si en nuestra vida no tuviéramos pruebas nos estancaríamos en la fe y no creceríamos


espiritualmente. Leamos los siguientes versículos y reflexionemos sobre ellos:
2 Corintios 4:17 “Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más
excelente y eterno peso de gloria;”

2 Corintios 12:9-10 “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la


debilidad.

Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el
poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en
necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.”

Santiago 1:2 “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas…”

Santiago 1:12 “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la
prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.”

Por tanto, las pruebas son por tanto un medio para un fin glorioso, por lo que de buena gana
deberíamos gozarnos por las victorias que vendrán. Las pruebas nos permiten alcanzar una nueva
revelación acerca de Dios y de nosotros mismos.

DIOS SECA EL ARROYO

Hombres de Dios como el profeta Elías tuvieron su tiempo de preparación. En 1 Reyes 17 nos
muestra con Dios llevó a Elías a un arroyo en medio de una gran sequía y allí lo sustentó. Todo
estaba de maravilla hasta que de repente el arroyo se secó.

Si el arroyo no se hubiera secado probablemente Elías no se hubiera movido de aquel lugar tan
confortable pero Dios tenía para él un propósito mayor, entonces Dios secó el arroyo para que él
no se detuviera en aquel lugar. Elías

El arroyo puede ilustrar las circunstancias de la vida como el trabajo, un negocio, nuestra salud o
cualquier otra circunstancia que hace una prueba para nosotros.

Muchas veces Dios seca el arroyo haciendo que las circunstancias que nos rodean se tornen
adversas.

Es muy fácil dar gloria a Dios cuando todo marcha bien lo importante es mantener la fe cuando
estamos humanamente desconcertados y preguntamos qué es lo que Dios nos quiere enseñar con
la prueba.
QUE TENEMOS EN NUESTRO CORAZÓN

En el desierto (mientras estamos en pruebas y problemas) se pone de manifiesto lo que hay en


nuestro corazón. Dice el Señor en Deuteronomio 8:2 “para saber lo que había en tu corazón.” Uno
se pregunta si Dios necesita saber lo que hay en nuestro corazón, y por eso quizás nos hacemos
esta pregunta: ¿necesita Dios ponernos en pruebas para enterarse ciertamente cómo somos
nosotros? La respuesta es que Él sabe perfectamente cómo es nuestro corazón. Nosotros mismos
somos los que necesitamos saber qué hay en nuestro corazón y como somos.

Así que a través de las pruebas tomamos conciencia por el Espíritu Santo de lo que hay en nuestro
corazón. Nosotros realmente necesitamos saberlo y luego confesarlo delante de Dios

. Es muy fácil que tengamos un concepto de nosotros mismos que no coincide con la realidad,
nuestro corazón es engañoso y Dios lo desenmascara a través de las pruebas. Creemos que
tenemos amor hasta que nos ofenden, creemos que tenemos humildad hasta que nos envían
hacer una tarea humillante que no queremos hacer. Las pruebas nos ayudan a conocer lo que
realmente hay en nuestro corazón y así crecer en santidad.

Los desiertos son lugares inhóspitos donde se carece de lo más elemental de la subsistencia. Es
necesario que Dios pruebe ahí nuestra fe y de esta forma nos lleve a clamar delante de él para que
conozcamos su provisión sobrenatural y diaria, al igual que hizo con los Israelitas alimentándoles
con el maná todos los días.

Sin embargo, en esos tiempos de prueba es importante meditar sobre la disyuntiva que se nos
presenta entre lo material y lo espiritual (que la Palabra designa con “lo que sale de la boca de
Jehová”. Sí mientras estamos en el desierto nos afanamos por resolver nuestros problemas y
corremos de aquí para allá, buscamos a terceros que nos resuelvan todo, en vez de buscar el
rostro de Dios estaremos poniendo la carreta delante de los bueyes. El desierto es una hermosa
oportunidad de encontrarnos con Dios y recibir su palabra. Es Dios llamándonos la atención sobre
sí mismo, para hablarnos.

Óseas 2:14 “Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.”

CONCLUSIÓN

Dios nos hace tener hambre (despojarnos de lo material) para saciarnos con su Espíritu Santo
(bendecirnos con lo espiritual) y colmarnos los luego de favores y misericordias.
Cuanto estemos en estas temporadas de pruebas ore y gima delante de Dios. Busque el verdadero
pan que descendió del cielo, busque a Jesucristo, pida ser lleno del Espíritu Santo porque esa es la
verdadera necesidad y no las cosas materiales.

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