Relaciones Histórico-Geográficas Del Siglo XVI. México Parte 1
Relaciones Histórico-Geográficas Del Siglo XVI. México Parte 1
Relaciones Histórico-Geográficas Del Siglo XVI. México Parte 1
tomo primero
EDICIÓN DE RENÉ ACUÑA
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
Verano de 1983
René Acuña
6. El altura o elevación del polo en que están los dichos pueblos de españoles,
si estuviere tomada y se supiere, o hubiere quien la sepa tomar, o en qué días
del año el sol no echa sombra ninguna al punto de medio día.
8. Asimismo, las leguas que distare cada ciudad o pueblo de españoles de las
otras con quien partiere términos, declarando a qué parte cae dellos, y si las
leguas son grandes o pequeñas y por tierra llana o doblada, y si por caminos
derechos o torcidos, buenos o malos de caminar.
11. En los pueblos de los indios, solamente se diga lo que distan del pueblo en
cuyo corregimiento o jurisdicción estuvieren, y del que fuere su cabecera de
doctrina.
13. Item, lo que quiere decir en lengua de indios el nombre del dicho pueblo de
indios y por qué se llama así, si hubiere qué saber en ello, y cómo se llama la
lengua que los indios del dicho pueblo hablan.
14. Cuyos eran en tiempo de su gentilidad, y el señorío que sobre ellos tenían
sus señores y lo que tributaban, y las adoraciones, ritos y costumbres, buenas o
malas, que tenían.
15. Cómo se gobernaban y con quién traían guerra, y cómo peleaban, y el hábito
y traje que traían y el que ahora traen, y los mantenimientos de que antes usaban
y ahora usan, y si han vivido más o menos sanos antiguamente que ahora, y la
causa que dello se entendiere.
17. Y si es tierra o puesto sano o enfermo, y, si enfermo, por qué causa (si se
entendiere), y las enfermedades que comúnmente suceden, y los remedios que
se suelen hacer para ellas.
18. Qué tan lejos o cerca está de alguna sierra o cordillera señalada que esté
cerca dél, y a qué parte le cae y cómo se llama.
19. El río o ríos principales que pasaren por cerca, y qué tanto apartados dél y
a qué parte, y qué tan caudalosos son; y si hubiere qué saber, alguna cosa
notable de sus nacimientos, aguas, huertas y aprovechamiento de sus riberas, y
si hay en ellas, o podrían haber, algunos regadíos que fuesen de importancia.
20. Los lagos, lagcnas o fuentes señaladas que hubiere en los términos de los
pueblos, con las cosas notables que hubiere en ellos.
21. Los volcanes, grutas, y todas las otras cosas notables y admirables en
naturaleza que hubiere en la comarca dignas de ser sabidas.
22. Los árboles silvestres que hubiere en la dicha comarca comúnmente, y los
frutos y provechos que dellos y de sus maderas se saca, y para lo que son o
serían buenas.
23. Los árboles de cultura y frutales que hay en la dicha tierra, y los que de
España y otras partes se han llevado, y se dan o no se dan bien en ella.
24. Los granos y semillas, y otras hortalizas y verduras, que sirven o han
servido de sustento a los naturales.
26. Las yerbas o plantas aromáticas con que se curan los indios, y las virtudes
medicinales o venenosas de ellas.
27. Los animales y aves, bravos y domésticos, de la tierra, y los que de España
se han llevado, y cómo se crían y multiplican en ella.
28. Las minas de oro y plata, y otros mineros de metales o atramentos y
colores, que hubiere en la comarca y términos del dicho pueblo.
30. Si hay salinas en el dicho pueblo o cerca dél, o de dónde se proveen de sal
y de todas las otras cosas de que tuvieren falta para el mantenimiento o el
vestido.
31. La forma y edificio de las casas, y los materiales que hay para edificarlas
en los dichos pueblos, o en otras partes de donde los trujeren.
32. Las fortalezas de los dichos pueblos, y los puestos y lugares fuertes e
inexpugnables que hay en sus términos y comarca.
33. Los tratos y contrataciones y granjerías de que viven y se sustentan, así los
españoles como los indios naturales, y de qué cosas y en qué pagan sus
tributos.
36. Los monasterios de frailes o monjas de cada orden que en cada pueblo
hubiere, y por quién y cuándo se fundaron, y el número de religiosos y cosas
señaladas que en ellos hubiere.
37. Asimismo, los hospitales y colegios y obras pías que hubiere en los dichos
pueblos, y por quién y cuándo fueron instituidos.
39. Si la costa es playa o costa brava, los arrecifes señalados y peligros para la
navegación que hay en ella.
40. Las mareas y crecimientos de la mar, qué tan grandes son, y a qué tiempos
mayores o menores, y en qué días y horas del día.
41. Los cabos, puntas, ensenadas y bahías señaladas que en la dicha comarca
hubiere, con los nombres y grandeza dellos, cuanto buenamente se pudiere
declarar.
43. La grandeza y capacidad de ellos, con los pasos y leguas que tendrán de
ancho y largo, poco más o menos (como se pudiere saber), y para qué tantos
navíos serán capaces.
44. Las brazas del fondo dellos, la limpieza del suelo, y los bajos y topaderos
que hay en ellos y a qué parte están; si son limpios de broma y de otros
inconvenientes.
45. Las entradas y salidas dellos a qué parte miran, y los vientos con que se ha
de entrar y salir dellos.
47. Los nombres de las islas pertenecientes a la costa y por qué se llaman así;
la forma y figura dellas, en pintura si pudiere ser, y el largo y ancho y lo que
bojan; el suelo, pastos, árboles y aprovechamientos que tuvieren; las aves y
animales que hay en ellas, y los ríos y fuentes señaladas.
50. Y, hecha la dicha relación, la firmarán de sus nombres las personas que se
hubieren hallado a hacerla, y sin dilación la enviarán, con esta instrucción, a la
persona que la hubiere enviado.
*
Destinado a esta serie, FPT dejó un fichero de cerca de once mil entradas, relativo a
documentos del AGI sobre la Nueva España. Este material fue editado posteriormente en
cuatro tomos por la Secretaría de Relaciones Exteriores, de acuerdo con el Museo Nacional,
con el título Índice de documentos de Nueva España existentes en el Archivo de Indias de
Sevilla, México, 1928-1931, Monografías Bibliográficas Mexicanas.
**
La Crónica de la Nueva España, cuyo descubrimiento fue objeto de tan agrios reclamos por
parte de FPT, tampoco se llegó a publicar completa. El primer tomo apareció en Madrid, en
la casa de Hauser y Menet, en 1914. Los dos tomos restantes se publicaron en México, en los
Talleres Gráficos del Museo Nacional, en 1936.
***
El de esta Instrucción y Memoria es el texto que se imprimió en 1577. Ha sido reeditado ya
en más de una oportunidad, pero descuidando los signos de puntuación y la acentuación. Ver,
por ejemplo, FPT, Papeles de Nueva España, , 2ª serie, Madrid: Est. Tipográfico
“Sucesores de Rivadeneyra”, 1905, pp. 1-7. El HMAI, 12: 233-237, publica una versión inglesa
preparada por Clinton R. Edwards; pero un cotejo cuidadoso con el original demuestra que el
traductor no llegó a entender algunos capítulos.
RELACIÓN DE ATENGO
INTRODUCCIÓN
P A M : glifos y glosas
Advertencia. El precedente diagrama se preparó para facilitar al
lector la identificación de los glifos (serie de números arábigos) y de
las glosas (serie alfabética). Fueron incluidos entre los primeros los
números 9, 10 y 14, que, en realidad, no son glifos, sino un dibujo
geométrico convencional para representar “estancia”. La lectura de
los glifos se propone de manera conjetural; la de las glosas, en
trascripción modernizada. La cruz que aparece en el diagrama no es
tal en la pintura, sino el dibujo de un nopal.
[2]
Robelo (s.f.: 179) descompone este topónimo en mizqui (tl), yahual (li) y –la, partícula
abundancial, y lo traduce “donde hay muchos cercos de mezquites”; el autor de la
relación, en cambio, supone que el sufijo –la debe leerse –lan, locativo, y traduce “lugar o
pueblo rodeado de mezquites”.
[3]
Pestilencias hubo varias en Nueva España durante el siglo primero de la conquista, pero
las tres “generales”, que despoblaron la tierra, ocurrieron en 1520, en 1545 y en 1576
(ver Mendieta 1945, : 172-79).
[4]
Del bachiller Alonso Pérez se sabe que “vino con Narváez” y que “fue conquistador y
vecino de México. El “Memorial” de 1604 recuerda que “dexó pueblos que oi posehe su
nieto, que se dice Alonso Pérez Bocanegra… Es rico y encomendero. Todos los hijos de
esta casa son muertos” (Dorantes de Carranza, 1970: 162, 437-38).
[5]
La traducción del topónimo, “tierra de los dioses”, sumada al comentario: “y parece
que le dieron este nombre con razón”, pueden producir cierta perplejidad a quien lea la
no bien articulada explicación que viene después, la cual pretende, por una parte,
justificar el topónimo y, por otra, declarar las razones que habían influido en la
disminución de las sementeras. Todo se aclarará, si se tiene en cuenta que teutl, entre
otros significados, admite el de “grande”. Teutlalpan, por consiguiente, puede
traducirse, y éste parece ser el caso, como “tierra de los grandes, o de los señores”.
[6]
La referencia que aquí se hace a la pintura es suficiente para inferir que ésta había
sido compuesta antes de empezar a escribir la presente relación.
[7]
Chiancaca, “maçapán de la tierra” (Molina, 1944: ME, 19r). Para otras acepciones, ver
Santamaría (1974: 354).
[8]
No registran esta voz los vocabularios mexicanos, ni las obras de Hernández o Sahagún.
Parece compuesta de tetzon (tli) y metl, “maguey esponjoso”, o “maguey que parece
tezontle”.
[9]
Juan de Padilla no entendió la pregunta de la Memoria, cuyo objetivo era determinar
“en qué días del año el sol [al caer vertical sobre cualquier objeto, éste] no echa sombra
ninguna al punto de medio día”, esto es, en qué fechas el sol ocupaba el cenit. Mediante
este elemental dato empírico, los cosmógrafos españoles esperaban establecer la latitud
aproximada de cada sitio. Ver Edwards (1969: 22-24).
[10]
La relación de las Minas de Cimapan puede consultarse en el presente volumen; la de
Minas de Pachuca, si existió, ha desaparecido.
[11]
La referencia es inexacta, porque Padilla no dio respuesta a la segunda pregunta de la
Memoria.
[12]
Debido a la construcción, esta frase resulta un poco desconcertante. No, si se
reordena: “…los [pueblos] que tengo d[ic]ho, juntos, eran y estaban sujetos al pu[ebl]o de
Tula, que…”.
[13]
Tula fue conquistada por Huehuemotecuhzoma en 1440 (Códice mendocino, lámina 8,
14) y, consecuentemente, debieron haberlo sido también los pueblos que le estaban
sujetos. Los tributos que pagaban a México los pueblos de Atenco y Mizquiahuala pueden
examinarse en el Códice arriba citado, lámina 29 (1964, : 62-63).
[14]
Derivado del verbo transitivo yacana, “guiar a otro, o gouernar pueblo” (Molina, 1944:
ME, 30r), por lo que sus derivados, adjetivos o nombres, deben ir precedidos de los
prefijos te- o tla-, tlayacana significa “el que guía, el dirigente, el gobernante” y, con el
sufijo plural de pretérito, -que, “los que dirigían o gobernaban”. Para otras acepciones,
ver Santamaría (1974: 1061).
[15]
Hispanización de tzoalli o tzohualli, especie de “pasteles” hechos con “maíz tostado
revuelto con miel y con harina de semilla de bledos”, también llamados tzohuatl (ver
Sahagún, 1956, : 60; : 273). Par otras acepciones del “suale”, ver Santamaría (1974:
986).
[16]
El manuscrito, fol. 4v, lee: “los muzgos”, voz que no reconoce el Diccionario de RAE.
Puede ser mero error de pluma, o un regionalismo que, de identificarse su procedencia,
arrojaría luz sobre el lugar de origen de Juan de Padilla.
[17]
En el manuscrito, fol. 5r, en vez de puntos suspensivos, hay una raya horizontal sobre
la que aparece una “P” y, al fin de la raya, “or”. Todo parece indicar que Padilla dio,
originalmente, por terminado el párrafo en “enbio” y que, después, juzgó conveniente
añadir la última frase.
RELACIÓN DE ATLATLAUHCAN
INTRODUCCIÓN
las glosas
Advertencia. La transcripción modernizada de las glosas se ha
efectuado leyéndolas horizontalmente, de izquierda a derecha, y de
arriba a abajo.
El pueblo de Suchiaca
Epayau[h]tla[n], de Tacuba
Tenantzinco
Monte de Suchiaca
Estancia San Nicolás, sujeto de Tacuba
Corriente de agua
Maxteca, sujeto a Tenango
San P[edr]o Cihu[a]tepeq[ue], sujeto de Tacuba
Nacimiento de agua
Monte de Atlatlauhca
El pueblo de Atlatlauhca
Teutenango
Monte
Valle
Calimaya y Tepemaxalco
Valle
La Villa de Toluca
[En el dorso de la pintura, se lee:] Desc. y Pob. 299. 3°
Atlatlauhca y Suchiaca.
[1]
Después de esta leyenda, que constituye la portada, sigue el texto de la Instrucción y
Memoria, impresa en 1577.
[2]
Gerhard (1968: 622) justificadamente menciona, entre las “Relaciones ʻperdidasʼ de la
serie 1579-1585”, la de Toluca.
[3]
El manuscrito, fol. 4r, lee a continuación: “y”, conjunción que no ha pasado a mi
texto.
[4]
Dice Mendieta (1945, : 174): “El año de setenta y seis vino otra general pestilencia,
de que murió grandísima suma de gente por todas partes, y fue de pujamiento de sangre,
como las demás, y daba en tabardillo”.
[5]
A partir del presente capítulo, hasta el capítulo 16, exclusive, los números marginales
que se refieren a las preguntas de la Memoria aparecen a la romana, no en números
arábigos. Los he uniformado en mi trascripción.
[6]
En vez de “que”, el manuscrito, fol. 4v, lee “y”.
[7]
Creo que este topónimo debe leerse Calputeopan, como en la lámina 35 del Códice
mendocino (1964, : 74-75), donde, además, se halla registrado su glifo. Significa,
literalmente, “templo del capulín”; aunque es posible que el dicho arbusto sea un rebus
para expresar calpulli, en cuyo caso el topónimo significaría “templo del barrio” o “barrio
del templo”.
[8]
Teutenango se ha conocido siempre por este nombre, y también por el abreviado de
Tenango. Al completarlo en mi transcripción no he pretendido, pues, corregir la lectura
que presenta la fuente, sino ayudar a algunos lectores.
[9]
Como declarará más adelante la fuente, Atlatlauhca significa “agua colorada”, y, con
mayor exactitud, añado yo, “lugar de agua muy bermeja”.
[10]
Los tributos que Atlatlauhca pagaba a los señores de México, según el Códice
mendocino, lámina 27 (1964, : 58-59), excedían en mucho a los aquí enumerados.
[11]
Compuesto de a (tl), xayaca (tl) y el sufijo reverencial o diminutivo –tzin (tli), el
nombre del caudillo aquí mencionado puede traducirse como “señor Máscara de Agua” y,
probablemente mejor, “señor Máscara de Tlaloc”.
[12]
Más bien, “lugar de flores de muerto”.
RELACIÓN DE ATLITLALAQUIA Y
SU PARTIDO
INTRODUCCIÓN
[1]
Quienquiera que haya hecho la presente anotación, escribió primero “ouispado de
Tlaxcala”, testó “Tlaxcala” después y, encima corrigió “mexico”; pero omitió corregir
“arçouispado” por “ouispado”.
[2]
Aparte, a continuación, aparece el impreso de la Instrucción y Memoria (1577).
[3]
La etimología que propone la fuente es correcta. El topónimo se compone de atl, el
prefijo nominal i-, tlal(li), el verbo aqui, y el sufijo de acción –yan: literalmente, “donde
entra a su tierra el agua”, esto es, “sumidero de agua”.
[4]
El manuscrito, fol. 1r, lee, con la primera “a” testada: “aparte”.
[5]
El manuscrito, fol. 1r, lee, “medios”.
[6]
Resulta obvio que la alusión a los árabes, en este caso, no es a aquellos cuya cultura
tanto contribuyó a la de Europa.
[7]
Sobre la denominación amplia, “la Teotlalpa”, con que se conocían los pueblos
comprendidos en esta región, ver la RG de Atengo, capítulo primero.
[8]
Para una breve discusión de esta etimología, ver la RG de Atengo, nota 5.
[9]
Esta información que recogió Jaso en Atlitlalaquia coincide sustancialmente con la
misma que le proporcionaron a Juan de Padilla los indios del pueblo de Atengo. Ver, arriba,
la nota 7.
[10]
El manuscrito, fol. 2r, lee, por error del escriba: “façieles”.
[11]
Los conceptos aquí enunciados por Jaso de que “los climas del cielo y disposiciones de
las tierras” conforman las inclinaciones, y formas y maneras de vivir de quienes nacen
bajo su ir prevalecientes en esa época, inspiradas en el Peri aëron, idaton, topon, “de los
aires, aguas y lugares”, atribuido a Hipócrates.
[12]
Los pueblos de Tula y Atotonilco, y probablemente Atenco y otros que comprendía “la
Teotlapa”, fueron conquistados en 1440 por Huehuemotecuhzoma. Ver lámina 8 del
Códice mendocino (1964, : 20-21).
[13]
No sabemos si por las leyes fonológicas del náhuatl que invoca FPT (1905, : 203, n.
2), o por influencias ajenas, el topónimo Tlemaco se había transformado, a fines del siglo
, en Tlamaco; así como, es evidente por el informe de Jaso, Tetlapanaloya había
llegado a ser, simplemente, Tlapanaloya. Tlemaco significa “lugar del brasero de asa”, o
“lugar del badil de barro para la lumbre”.
[14]
Más bien, “lugar del apaste o lebrillo”.
[15]
Literalmente, “lugar del apaste o lebrillo”.
[16]
Tetlapanaloyan, “cantera, donde sacan piedras” (Molina, 1944: EM, 24r), y,
literalmente, “lugar donde quiebran o cortan piedras”.
[17]
Probablemente se trata de los padres jesuitas, los primeros de los cuales arribaron a la
Nueva España en 1572 (ver Relaciones originales de Chalco, 1965: 280).
[18]
FPT (1905, : 204, n. 3) observa que este pueblo, a mediados del siglo , tenía un
sujeto, “distante cuatro leguas, nombrado Xomeyucan”.
[19]
Jerónimo López, hijo de Jerónimo López y de doña Catalina Álvarez de Cabrera nació
en la ciudad de México alrededor del 15 de julio de 1537. Casó por primera vez, a
temprana edad, con doña María de Turcios, de la que enviudó sin retoños y, hacia, 1567,
contrajo segundas nupcias con doña Ana Carrillo de Peralta, hija de Pedro de Yaguas y de
una hermana del virrey marqués de Falces. Jerónimo López heredó de su padre la
encomienda de Axacuba, quien, a su vez, la había recibido en 1543 por asignación del
virrey en cargo. Otros datos biográficos de interés sobre Jerónimo López, en Porras
Muñoz (1982: 340-44; ver, además, el Índice de nombres).
[20]
No ha sobrevivido noticia de este Martín López, “hijo de conquistador”, aunque de su
padre, el carpintero sevillano que construyó los bergantines usados por Cortés para la
conquista de México, se han conservado varias noticias (Díaz del Castillo, 1962: 221, 261-
62, 274-76, 521; Dorantes de Carranza, 1970: 215-16; Durán, 1967, : 563; Porras
Muñoz, 1948: 307 ss.). En cualquier caso, consta que el pueblo de Tequixquiac estaba en
encomienda de un Martín López desde antes de 1562 (ver Porras Muñoz, 1983: 266-67;
Romero de Terreros, 1955: 228 ss.). Dorantes de Carranza (o. cit.), tampoco hace
mención de doña Juana López, hija del carpintero y conquistador, que casó con Francisco
Pérez del Castillo (Porras Muñoz, 1982: 323), cuyo hijo emparentó por matrimonio con
Gonzalo Hernández de Figueroa, encomendero de Apazco desde 1571 (ibid.).
[21]
La frase es un poco oscura (Ms., fol. 4r). Mi reconstrucción debe considerarse
conjetural.
[22]
El manuscrito, fol: 4r, lee: “las conquistas de los mexicanos se fundauan sobre que se
auian de adorar sus ydolos”. La nota 2 de FPT (1905, : 205) a este pasaje, dice: “Son
de alto interés todos estos pormenores, porque nos dan cuenta del sistema de gobierno
que los mexicanos empleaban, y nos revelan cómo ciertas naciones, que hablaban otras
lenguas y por ende habían de tener otros númenes, daban adoración a dioses de cepa
mexicana; y es que los conquistadores, al regresar a su metrópoli, llevaban consigo y
aprisionaban dentro del templo mayor de México a los dioses de los conquistados,
imponiendo a éstos nuevas adoraciones y ritos.”
[23]
Según todos los indicios, la RG de la ciudad de México se ha extraviado. Según una
“Memoria de los papales que tengo para la descripción de las Indias”, de Antonio de León
Pinelo, que se conserva manuscrita en la Biblioteca Nacional de Madrid (Ms. 3064, ff. 7-
8v), transcrita y publicada por Cline (1972: 240-42), existió una “Descripción de México
de 1580 por el L[icencia]do Avilas [sic]” (o. cit., p. 240, núm. 18), o, como registra el
mismo Cline (1972a: 366, 209), “Lic. Avilés”. Pero, hasta donde me consta, nadie se ha
preocupado por identificar a este misterioso licenciado, que, a juzgar por la erudita obra
de Porras Muñoz (1982), no desempeñó cargo alguno en el gobierno de la ciudad de
México durante el siglo .
[24]
El manuscrito, fol. 4v, lee: “poder”.
[25]
El manuscrito, fol. 4v, lee: “guaipil”.
[26]
El manuscrito, ff. 5r-v, da ésta, y la información que se sigue hasta el capítulo [33
bis] de mi transcripción, en forma continua, sin distinción de párrafos.
[27]
Se refiere a lo dicho en los capítulos [11. 22. 33] y [9. 13].
[28]
El manuscrito, fol. 5v, lee, testado el “y”: “…y en la caveçera”.
[29]
La pintura aludida aquí se ha extraviado.
RELACIÓN DE CEMPOALA,
EPAZOYUCA Y TETLIZTACA
INTRODUCCIÓN
La RG de Cempoala, compuesta, que comprende la descripción de
la cabecera de dicho corregimiento e, independientemente, las de
sus dos sujetos, Epazoyuca y Tetliztaca, consta de una portada, el
texto impreso en 1577 de la Instrucción y Memoria, catorce planas
escritas de puño de Bartolomé Osorio, escribano nombrado para el
efecto, y tres pinturas. La pintura de Cempoala, sobre papel
europeo, mide 83 x 66 centímetros; la de Epazoyuca, 31 x 21.5
centímetros, y la de Tetliztaca, 31 x 43 centímetros. Manuscrito y
mapas se guardan en la BLAC de la UTX bajo signatura “JGI XXV-
10” y Maps N° 4-6”. Tanto la relación como las pinturas han sido
editadas por Barlow (1949: 29-41), y la pintura de Cempoala, sola,
por Robertson (1959, pl. 88).
Como en otros casos ya examinados, las relaciones de
Cempoala se atribuyen al funcionario español que desempeñaba el
cargo de corregidor en aquel distrito, en este caso llamado Luis
Obregón (Cline, 1972a: 330); pero es obvio que la responsabilidad
de lo escrito recayó, en primer lugar, en los informantes indígenas, y,
después, en el nahuatlato español Juan de Umaña y en el escribano
Bartolomé Osorio.
El principal informante de Cempoala fue el propio gobernador del
pueblo, don Diego de Mendoza, quien, atendiendo a los datos de la
pintura, tenía el sobrenombre Tepantzin, “el señor que está sobre
otros”, y estaba en el señorío desde hacía unos veintinueve años,
esto es, desde 1551. Atendiendo a su apellido español, se puede
conjeturar que fue bautizado hacia 1534, fecha en que arribó a Nueva
España el primer virrey, don Antonio de Mendoza, y, en
consecuencia, que en 1580 tenía alrededor de cincuenta años de
edad.
En Epazoyuca, el gobernador y principal informante era don
Juan de Austria, cuyo bautismo no puede ser anterior a 1545, año en
que nació el hijo bastardo de Carlos V, cuyo nombre haría famoso en
la Cristiandad la victoria de Lepanto (1571). Se puede, entonces
conjeturar que el gobernador de Epazoyuca tenía, en 1580,
alrededor de cuarenta años de edad. Por fin, en Tetliztaca era
gobernador don Diego de Montesinos, acerca de cuya edad no hay
bases para hacer conjeturas, y cuya participación en la encuesta, a
juzgar por la longitud de su relación, fue más bien escasa.
Como se indica en el Capítulo 11 de la relación de Cempoala, “el
corregimiento e[ra] la mitad de Tlaquilpa” pueblo del que era
gobernador don Martín de Ircio, principal que fue también convocado
a la encuesta celebrada en la cabecera el 1 de noviembre de 1580;
pero la relación de Tlaquilpa, cuya existencia cabe postular con
buenas razones (Cline, 1972a: 367), ha desaparecido. Tal parece, a
juzgar por los datos de la pintura, que don Martín de Ircio era de
ascendencia chichimeca y que su sobrenombre mexicano era
Tapayoltzin, “el señor del ovillo”.
Aparentemente extraviada la relación de Tlaquilpa, las únicas
relaciones sobrevivientes de Cempoala son aquellas, entonces, que
los señores acolhuaque dictaron a Juan de Umaña, esto es, aquellas
cuyos datos históricos pertenecen a la tradición tezcocana. Porque,
como la relación de Cempoala explica en el capítulo 14, “estos
cuatro pueblos y sus sujetos eran, en tiempo de su gentilidad, del
señor de Tezcuco, Nezahualcoyotzin”. Y, en el capítulo 13 de la
relación de Epazoyuca, se dice que el descubridor de esas tierras
“se llamaba Tlotli”, nombre de uno de los gobernadores de Tezcoco,
originario de Tula, nombrado tal por Nezahualcoyotl hacia 1422 (ver
Ixtlilxóchitl, 1975, I: 347; Dibble, 1980: Códice Xólotl, lám. 8). Por fin,
la relación de Tetliztaca confirma la cronología propuesta y, de
manera indirecta, esos antecedentes históricos, al declarar en el
último párrafo que, entre las antiguallas sobrevivientes en aquel
pueblo, estaba un “edificio de ciento y sesenta años”, esto es, que
databa de 1420.
Pero, si la cronología histórica que proponen estas tres fuentes
parece ser coherente, no se puede decir lo mismo de las fechas que
presiden a cada uno de los informes. Si se acepta que la relación de
Cempoala se redactó el 1 de noviembre de 1580, no resulta creíble
que aquella de Epazoyuca se haya compuesto ese mismo día, como,
tampoco, que el informe de Tetliztaca se haya escrito, como indica
literalmente la fuente, “a quinze del mes de nouiembre de mil y
quinientos y ochenta y vn años”, esto es, un año más tarde. Sin base
para resolver este aparente conflicto de fechas, quien escribe estas
líneas se limita a señalar el problema.
Por lo demás, los datos históricos contenidos en los informes de
Cempoala son dignos de la mayor atención y, la pintura mayor,
merecedora del estudio de algún experto. La pintura de Cempoala
comprende la descripción de todo el distrito, incluyendo, por una
parte, la de las cuatro cabeceras de la llamada “congregación”:
Cempoala, Tlaquilpa, Tzacuala y Tecpilpan, y, por otra, las de sus
dos sujetos: Epazoyuca y Tetliztaca. En casi todos los casos, los
topónimos aparecen ilustrados por glifos correspondientes,
indicándose además, aunque no siempre, el primer nombre español
del gobernante indígena y, en algunos casos, mediante la
combinación de glosa y glifo, o sólo el segundo, proporcionando su
sobrenombre nativo. Las figuras sedentes de los señores indígenas
se distinguen, las de los acolhuaque, por el tocado de la cabeza, por
la manta con que se cubren, y por estar sentados sobre petates; las
de los chichimecas, básicamente, por estar cubiertos de pieles. Los
señores chichimecas no llevan tocado alguno en la cabeza, ni se
sientan sobre petates.
Se distingue, entre estas figuras sedentes, la que aparece en el
extremo inferior derecho de la pintura, que representa a un
funcionario español, sentado en una butaca y con una vara en la
mano. Parece estar frente a frente con el señor de Pachocan, al que
no identifica glifo ni glosa alguna, y, sobre la cabeza del español, se
lee: temetztla. Un experto colega ha sugerido que esta leyenda, a
pesar de las apariencias, podría no ser náhuatl, sino el nombre
nahuatizado del funcionario español: “De Mesa”, tal vez, o “De
Mesta”. Es una posibilidad que merece tenerse en cuenta. Por mi
parte, considerando que temetztli significa “plomo” (Molina, 1944:
ME, 97v) y que Pachuca ha sido un centro minero desde la época
prehispánica, me inclino a pensar que la figura sedente del
funcionario español es indicativa de que ese lugar estaba constituido
en corregimiento o en alcaldía mayor, y que Temetztla es
sencillamente un topónimo descriptivo que significa “lugar donde
abunda el plomo”. Por lo demás, consecuente con la hipótesis de que
Pachuca era corregimiento o alcaldía mayor por sí en 1580,
considero lógico suponer, como lo hace Gerhard (1968: 622), que allí
se escribió una relación geográfica actualmente extraviada.
La pintura de Cempoala complementa y, en varios aspectos,
sobrepasa la información que contienen las descripciones. Aparte de
numerosas localidades y personaje históricos, cuya mención los
informes han omitido, la pintura registra datos de varia índole, como
ese que se refiere a “la casa de Itzcohuatzin, señor de México”, o
aquel que indica el lugar de “su huida de los cempoaltecas” frente a
los españoles. Dicho evento está descrito mediante una leyenda en
náhuatl, que ilustra un círculo donde aparecen impresas nueve
herraduras de los caballos conquistadores. ¿Será completamente
casual ese número nueve?
Por lo demás, la pintura de Cempoala ha resultado
eventualmente útil para establecer la lectura de algunos topónimos.
Así, por ejemplo, en el capítulo 11 de la relación de la cabecera, se
lee, de manera textual, que: “tzaquala tiene quatro sujetos que se
dicen acxotla mexotxoc tlatecomulco hueytepec…”; pero la pintura
permite rectificar que tales sujetos se llamaban Acxotla, Mexoxoctla,
Tecocomolco y Hueytepec, respectivamente. Y, para no ser prolijos,
permítasenos concluir diciendo que las pinturas de Cempoala y de
Tetliztaca constituyen un testimonio de los estilos arquitectónicos de
los templos de esos lugares, que los historiadores del arte en México
sabrán apreciar, sin duda.
CEMPOALA [1]
P : Las glosas
Advertencia. La pintura de Cempoala, a color y sobre papel
europeo, mide 83 x 66 centímetros. Contiene sesenta glosas y
cincuenta y un glifos. Para facilitar el entendimiento del mapa de
Cempoala, la transcripción de las glosas se ha distribuido en seis
secciones. Las dos primeras, A y B, se refieren a las trece figuras
sedentes que aparecen en la pintura, comprendiendo la sección A a
los nueve señores representados en la mitad superior del mapa y, la
sección B, a los cuatro señores de la mitad inferior, dos de los cuales
no están identificados por glifo o glosa alguna. En esta segunda
sección, es notoria la ausencia del señor de Tetliztaca.
Para efectuar la lectura de la sección A, considérese mitad
superior del mapa la presidida por el glifo de Cempoala, que es el
cerro mayor sobre cuya cima aparece una cabeza humana, y
búsquense las figuras horizontalmente, de izquierda a derecha y de
arriba a bajo. Para efectuar la lectura de la sección B, hágase girar
el mapa 180 grados, y sígase el mismo procedimiento.
Si bien se observa, la pintura de Cempoala está dividida,
mediante dos pliegues o líneas que se cortan en el centro, en cuatro
partes iguales. Estas partes se han numerado de 1 a 4, siguiendo la
dirección en que giran las manecillas del reloj, y su respectiva lectura
se deberá efectuar en la misma forma que las secciones A y B. En
esas restantes cuatro secciones, se han agrupado los topónimos y
otras glosas complementarias. La identificación de los glifos de lugar,
debido a su número, se ha dejado a la observación del lector.
A
Don Fran[cis]co [de Guzmán, señor de
Tzaquallan]
Don Diego [de Mendoza Tepantzin, señor
de Cempohuallan]
Don Ju[an, señor acolhua]
[Cuitlatzin, señor chichimeca]
[Don Martín de Ircio] Tepayoltzin, [señor de
Tlaquilpan]
Acapa[ntzin, señor chichimeca]
Don Pablo [de Aquino, señor de Tecpilpan]
Cu[e]zco[ma]tzin, [señor chichimeca]
Don Fran[cis]co, [señor acolhua]
B
[Alcalde mayor de Pachuca]
[Señor acolhua de Pachuca]
Don Ju[an de Austria, señor de
Epazoyucan]
Don Andrés, [señor acolhua de
Oztotlatlauhcan]
Altica[n]
Quiyotepec
Cohuatepec
[Hu]itznahuac
1
Tepeyahualco
Tochatlauhco
Tezcacohuac
Tlacopa
Tzapotla
Tepemayalco
Xalla
Tlalnexpa
Santo[rum, o “de los santos (apóstoles?”)]
Tzacualla
Tianquiztli
Tlacotepec
2
Xochitepec
Cempohualla
Mexico tlatohuani Itzcohuatzi[n] icha[n, “la
casa de Itzcohuatzin, señor de México”]
Tecpilpa[n]
Tlaquilpa
Quiyahuac
Citepec
Omotepec
Huey tlalpa amanalli, [“ojo de agua de la
llanura”]
Intlalehual cenpohualteca, [“su lugar donde
huyeron los de Cempoala”]
3
[Te]chimalli
Teapetlatl
Tetlmani
Temeztla
Pachoca[n]
Tetzahuapa[n]
Epazoyoca[n]
Atl amaxac
Tetliztac
Tenanco
Iczocalla
Tzihuacyoca[n]
Nopalapa[n]
Acxotla
4
itl[e]calpehua (lectura dudosa)
Xalapa[n]
Tzontecomatepetl
Huey tepec
Tzihuacyoca[n]
Oztotlatlauhca[n]
Tlecaxapa[n]
[Nequa]metepec
Mexoxoctla
Tecocomolco
Oztoy
EPAZOYUCA
TETLIZTACA
PINTURA DE TETLIZTACA
las glosas
Tepechichilco
Tianguizmanalco
Te[t]liztaca
Cihuayocan
[1]
El manuscrito, fol. 1r, lee: “senpuhuala”. La lectura correcta debería ser
Cempohuallan, “lugar del o de los veinte”. Después de algunas deliberaciones, en este
caso decidí adoptar en mi transcripción la lectura que el uso secular ha ya sancionado de
“Cempoala”. El glifo “Cempohuallan” puede consultarse en el Códice mendocino, lám. 22,
9 (1964, : 49).
[2]
El manuscrito, fol. 1r, lee estos topónimos: “pasayuca” y “teliztaca”, respectivamente.
Mi reconstrucción de estos topónimos se apoya, fundamentalmente, en los datos
contenidos en el capítulo trece de las relaciones respectivas; aunque advierto que las
lecturas correctas deberían ser, en cada caso, “Epazoyucan” y “Tetliztacc”. El glifo
“Epazoyucan” puede consultarse en el Códice mendocino, lám. 23, 27 (1964, : 51) y,
aunque no esté completo, en la propia pintura de Cempoala.
[3]
La abreviatura del manuscrito, fol. 1r, es: “d° de mendoça”. Generalmente, “d°” es la
abreviatura de “diego”; pero también está documentado su uso para abreviar “domingo”.
Algunos escribanos, más cuidadosos, abreviaban “di°” y “dgo” para evitar confusiones. Al
desatar la abreviatura en mi transcripción, he tenido en cuenta que la pintura de
Cempoala ilustra el gobierno de un “don diego” y, en cambio, no registra la existencia de
ningún “don Domingo”. Y, además, como mero criterio circunstancial, he tenido en
cuenta que los “frailes franciscos” eran los que doctrinaban en la región. Diego de Alcalá,
o Diego de San Nicolás, como se llamó en vida, canonizado en 1463, fue un santo
franciscano muy popular en el siglo .
[4]
El manuscrito, fol. 1r, lee: “tecpelpa”, topónimo que algún distinguido paleógrafo ha
transcrito “Tecxelpa”. Confusión explicable porque, en el siglo , la grafía de la p y de
la x resultan muy semejantes. Mi reconstrucción del topónimo se apoya en la etimología
que propone la fuente en el capítulo trece inmediato. Ver, abajo, la nota 16.
[5]
El manuscrito, fol. 1r, lee: “Ju° de namaja”; pero, en el fol. 1r de Epazoyuca y en el
mismo de Tetliztaca, se declara que el intérprete, español, se llamaba “Juan de Vmaña”.
[6]
Cline (1972a: 367), por referencias que merecen tenerse en cuenta, enumera, entre
los documentos considerados perdidos, la relación de Tlaquilpa.
[7]
Tlecaxitl se llamaba al “incensario de barro” (Molina, 1944: ME, 147r); Tlecaxtitlan
viene a significar “en” o “junto al incensario de barro”.
[8]
11 de noviembre, si se trata de la fiesta de San Martín de Tours.
[9]
El manuscrito, fol. 1v, lee: “de de yndios”.
[10]
Cempohuallan, literalmente, significa “lugar del, o de los veinte”. Ver, arriba, la nota
1.
[11]
Obsérvese que la explicación es tautológica y, en realidad, no declara por qué
Cempohuallan se hizo acreedora a su nombre.
[12]
Cualquiera que sea la etimología de otomitl, el significado que aquí se propone no es
fidedigno.
[13]
“Encalado” es tlaquilli (Molina, 1944: EM, 51vʼ; Tlaquilpan es, más bien, “sobre lo
encalado”, El glifo “Tlaquilpan” puede consultarse en el Códice mendocino, lám. 23, 15
(1964, : 51), y en la misma pintura de Cempoala. Es una herramienta para encalar.
[14]
Tzaquallan, literalmente, “lugar de recintos” o “templos”.
[15]
La que aquí se propone, definitivamente, no es una etimología.
[16]
Tecpilpan, “entre los nobles y generosos” (Molina, 1944: ME, 93v).
[17]
La lectura correcta debería ser “Moquihuixtzin”. Silvia Rendón (1965: 316) traduce
Moquihuix por “el que [también] vino”.
[18]
Itzcohuatzin, según el Códice mendocino, láms. 5-6 (1964, : 14-17), reinó en México
entre 1428 y 1440. Su nombre significa “señor serpiente de pedernales”.
[19]
El manuscrito, fol. Iv, lee: “alculhuaca”. El Códice mendocino, lám. 5 (1964, : 15),
registra la conquista del pueblo de Acolhuacan durante el reinado de Itzcohuatzin.
[20]
Ahuitzotzin reinó entre los años de 1486 y 1502, y le sucedió Motecuhzoma , señor
reinante cuando llegaron los españoles.
[21]
El manuscrito, ff. 1v 2r, lee: “adoraban a hujtzilobuxtli titlahahuan y quetzatlcohuatl y
omaca y tetzcatepoca…”
[22]
Tlaxicco onoc, “el que está echado en el ombligo”, o “en el centro”; ontlaquaya,
“acción de comer tierra”.
[23]
Tlenamaca, “ofrenda de fuego”.
[24]
Etimología inexacta. Compuesto de cal(li), meca(tl) y –c, calmecac significa,
literalmente, “en el mecate o cuerda de la(s) casa (s)”. Molina (1944: ME, 11v) registra el
término calmeca tlatolli, al que atribuye la acepción de “palabras dichas en corredores
largos, e tómase por los dichos y fictiones de los viejos antiguos”.
[25]
Tlenamacac, “el que ha ofrendado fuego” o tiene, por hábito o por oficio, la
costumbre de hacerlo; “el sahumador”.
[26]
Literalmente, “en la casa de los muchachos”.
[27]
Según Sahagún (1956, : 301), el telpochtlato “era ya hombre valiente y diestro…” y
consistía su cargo en “regir a todos los mancebos y… castigarlos”.
[28]
Compuesto de tequi (tl) y el posesivo –hua, tequihua significa “el dueño del trabajo” o
“del servicio”. Era el jefe de grupo en el trabajo, no precisamente un guerrero. Al que
“en la guerra había cautivado cuatro enemigos, elegíanle y nombrábanle tlacatecatl, o
tlacochcalcatl, o quauhtlato, los cuales regían y gobernaban el pueblo” (Sahagún, 1956,
: 301).
[29]
Quappachtli, “color leonado, o medio morado” (Molina, 1944: ME, 85v).
[30]
Literalmente, “sus pelos de la frente”, compuesto de in-, ixqua(tl) y tzon(tli).
[31]
Título genérico que puede traducirse por “señor de hombres”.
[32]
Sobre el consumo de carne en la dieta indígena, ver Gibson (1976: 345-47), en cuyo
estudio no se hace mención del pan de trigo ni de los precios que estos artículos tenían en
el mercado.
[33]
Tlecaxtitlan, “junto al tecajete o brasero”; pero obsérvese que, en la pintura, no
aparece este cerro “grande”, indicándose allí que el agua procedía más bien de un ojo de
agua llamado Tlecaxapa[n], “río del tecajete”.
[34]
El manuscrito, fol. 3r, lee: “cauhtli”.
[35]
El corregidor se llamaba Luis Obregón, sin el “de”, como se puede comprobar en las
firmas que puso al calce de cada informe.
[36]
El manuscrito de Epazoyuca, fol. 1r, lee: “tulantino”.
[37]
El manuscrito de Epazoyuca, fol. 1r, lee: “grandazo”, término que confieso
desconocer, así como la etimología del presente topónimo.
[38]
Más bien, “en la culebra de espejo”.
[39]
Tepan, “sobre piedras”.
[40]
Oztoyucan, “lugar de muchas cuevas”.
[41]
Literalmente, “en la quebrada o barranca de los conejos”.
[42]
La fundación de Epazoyuca debió ocurrir durante las primeras décadas del siglo .
No he encontrado noticia alguna sobre sus fundadores.
[43]
Este Tlotli o Tlotzin no debe confundirse con Tlotzin Pochotl, nieto de Xolotl. El
padre de los fundadores de Epazoyuca era llamado “el tolteca”, y fue nombrado
gobernador de Tezcoco hacia 1422. Ver Ixtlilxóchitl (1975, : 347) y el Códice Xolotl,
lámina 8, en edición de Dibble (1980).
[44]
En el manuscrito de Epazoyuca, fol. 1v, hay a continuación de “Tomazquitla” un
espacio en blanco. Tomazquitl es el “madroño” (Molina, 1944: ME, 149r).
[45]
Itzcohuatzin y Nezahualcoyotl, señor de Tezcoco, fueron aliados para más de una
empresa guerrera y, al parecer, el primero constituyó a Nezahualcoyotl en tlatoani de
Tezcoco en 1431. Ver Castillo Ferreras (1972: 104-110).
[46]
Ahuitzotzin gobernó en México desde 1486 hasta 1502, según el Códice mendocino,
láms. 13-14 (1964, : 30-33). Aunque es aceptable traducir su nombre por “nutria”, debe
tenerse en cuenta que el ahuizote era un animal mítico.
[47]
El manuscrito de Epazoyuca, fol. 1v, lee: “…y rrecogio todos los catiuos abidos de
guerra donde sacrifico”.
[48]
Tlacahua, “señor o dueño de esclavos” (Molina, 1944: ME, 115v); Titlacahua, “tú,
que eres señor de esclavos”.
[49]
“El que está acostado en el centro”.
[50]
“Comer tierra”.
[51]
“El que tiene oficio de sahumar”.
[52]
Literalmente, “mechón del cogote”. Ver Sahagún (1956, : 188).
[53]
“Copete de cabellos de la frente” (Molina, 1944: ME, 47r).
[54]
El manuscrito de Epazoyuca; fol. 2r, lee: “puede tener”.
[55]
Ver, arriba, la nota 29.
[56]
Tlacatecuhtli, “señor de hombres”; tlacochtecuhtli, “señor de las flechas”;
tlilancalqui, “el de la casa negra u oscura”; ezhuahuacatl, “el que tiene rayas de
sangre”; quauhnochtli, “tuna del águila”; tlayacanque, “los guías”. Estos títulos, y la
respectiva descripción de sus funciones, pueden encontrarse en Sahagún (1956) y en
Durán (1967).
[57]
El manuscrito de Epazoyuca, fol. 2v, lee: “tecuitli nombre de los grandes como dizen
tecuyotl senorio y mando nombre tecuitli es nombre supremo”.
[58]
“…Era como ahora alguacil –dice Sahagún (1956, : 301)–, y tenía vara gorda y prendía
a los delincuentes y los ponía en la cárcel”. Y, en otro lugar (1956, : 311): “…Tenían
cargo de matar a los que condenaba el señor, y si no cumplían lo que les mandaba el
señor, luego les condenaban a muerte.”
[59]
En el manuscrito de Epazoyuca, fol. 2v, se lee a continuación, bajo testadura: “hazia
el”.
[60]
La reconstrucción que propongo en mi transcripción es dudosa. El manuscrito de
Epazoyuca, fol. 2v, lee: “…y trayyan cada vno vn sarta de cabezas llama na va tzalti por
señas de los que a catiuado y vençido…” Lo subrayado aparece entre líneas en el
manuscrito, y la n de “na” podría ser una u. Como se ve, las posibilidades de
reconstrucción son varias. La lectura quahuatzalli, que yo propongo, significa “cabezas
secas”.
[61]
Tecpatopilli, “bastones de navajas de pedernal”.
[62]
Compuesto, de tequi(tl) y –hua, literalmente, “dueño del trabajo” o “de lo que
pertenece el tributo”.
[63]
“Camisa amarilla” o “de plumas del perico llamado toztli”.
[64]
“Los que cuentan los días.”
[65]
En la pintura de Cempoala puede observarse que Epazoyuca estaba rodeado de cinco
cerros. El de Epazoyo aparece a mano izquierda del pueblo, identificado por un epatl; el
de Chiconquiyahuitl, “7 Lluvia”, probablemente a mano derecha, identificado por el glifo
“agua”, y, abajo, el cerro Cihuacyocan, en frente del cual está el pueblo del mismo
nombre. Por ninguna parte se ve cerro alguno llamado “Cihuacayo”. Debe ser un error en
la lectura.
[66]
Oyametl, “abeto, árbol de que s coge el olio de aueto” (Molina 1944: ME, 76r).
[67]
El manuscrito de Epazoyuca, fol. 3r, lee: “herbono”, término que no registran los
diccionarios.
[68]
Si “estado” se usa aquí como medida de profundidad, cuarenta estados equivalen a
unos 86 metros; como medida de superficie, a unos 800 metros cuadrados.
[69]
Este párrafo es, obviamente, una explicación de la pintura que aparece en seguida.
[70]
El manuscrito de Epazoyuca, fol. 3v, antes de “oriente” lee, testado: “norte”.
[71]
Reducidas a metros, las medidas de la iglesia eran, aproximadamente: 81 metros de
largo por 12 de ancho, mientras la altura de la bóveda era 24 metros, y la de la torre, 32.
[72]
Este edificio prehispánico databa, aparentemente, de la época en que se fundó el
pueblo de Epazoyuca. Ver, arriba, las notas 42 y 43.
[73]
El manuscrito de Tetliztaca, fol. 1r, lee: “Tletljstaca”.
[74]
Por error del escribano, el manuscrito de Tetliztaca, fol. 1r, lee: “…y ochenta y vn
años”.
[75]
Ver, arriba, la nota 35.
[76]
El escribano omitió poner aquí la distancia, que, según se indicará en el capítulo 12,
era de legua y media.
[77]
Aquí también el escribano omitió registrar la distancia, que, como se indicará en el
capítulo 34, era de trece leguas.
[78]
La lectura correcta debería ser Tetliztacc, “en las piedras blancas”, o Tetliztaccan,
“lugar de piedras blancas”.
[79]
La presente etimología es inexacta. Cihuayocan significa “lugar de muchas mujeres”.
[80]
El manuscrito de Tetliztaca, fol. 1r, lee: “tributaban al dho señor de tizcuco de mantas
de niquen…”
[81]
El manuscrito de Tetliztaca, fol. 1r, lee: “…y si an bauido mas. o menos sanos que
antiguamente, que agora…”
RELACIÓN DE LAS MINAS DE
CIMAPAN
INTRODUCCIÓN
La RG de Cimapan consta del texto impreso en 1577 de la
Instrucción y Memoria, de cinco planas escritas de puño del
escribano Antonio Ruiz Beltrán y, al final, de una pintura que mide 31
x 34.5 cm. Las fojas no están numeradas. El documento se conserva
en el AGI de Sevilla bajo la signatura “IG 1529…”, y la pintura se
aloja en la sección de mapas de aquel archivo bajo la referencia
“México 13”. El conjunto ha sido editado por FPT (1905, VI: 1-5), y la
más reciente publicación de la pintura sola, hasta donde se ha podido
indagar, es la de Kubler (1948, I: fig. 21).
Se dice que los pueblos que comprendía Cimapan caían “en
término y jurisdicción de la provincia de Xilotepeque” (cap. 1) y que,
en la época prehispánica, habían obedecido al señor de aquel
pueblo, “donde hoy son sujetos” (cap. 14), lo que sugiere que
subsistían ciertos lazos de subordinación local a la cabecera de
Xilotepeque, tanto desde el punto de vista tradicional como
derivados, probablemente, del hecho de que los pueblos del área
pertenecían a una común encomienda. En cualquier caso, el autor de
la relación, Alexo de Murguía, es muy poco explícito: omite identificar
al encomendero; omite decir si Xilotepeque era alcaldía mayor o
corregimiento, y a qué distancia caía, y omite toda la información
relativa a la administración eclesiástica de los pueblos de su distrito.
Entre los pocos datos concretos que proporciona la relación, allí
queda el que se contiene en el capítulo 1, donde se indica que “estas
Minas de Cimapan están pobladas de españoles” y que, “habrá que
se poblaron tres años y medio, poco más o menos”. Esto es, que,
como pueblo minero poblado por españoles, su fundación databa de
1575 y, consecuentemente, desde entonces se administraba en
forma autónoma, habiéndose constituido en “juez repartidor por su
Majestad” a Alexo de Murguía. La naturaleza y definición del sistema
llamado “repartimiento”, así como las atribuciones de los “jueces
repartidores”, pueden hallarse extensamente tratadas en las obras
de Gibson (1964: 224 ss.) y Sherman (1979: 191-207; 233-34), a las
que remito al interesado.
Lo que me importa en este momento es subrayar que Minas de
Cimapan, cualesquiera que hubieran sido sus relaciones con la
provincia de Xilotepeque, en 1579 se administraba en forma
autónoma y, por eso, Alexo de Murguía recibió, directamente del
virrey Enríquez, junto con la Instrucción y Memoria, la orden de
preparar el informe de aquella localidad. De haberse considerado
Cimapan un sujeto subordinado a Xilotepeque, la relación de estas
minas habría corrido probablemente la misma suerte que la RG de la
cabecera, cuyo paradero se desconoce en la actualidad (ver
Gerhard, 1968: 622).
La RG de Cimapan fue preparada por el juez repartidor del
distrito, Alexo de Murguía, habiendo intervenido en la encuesta,
aparte de los testigos y de los informantes nativos, un Garci Gómez,
“intérprete de la lengua mexicana en la española”, y Pedro Nicolás,
“intérprete de la lengua otomí en la mexicana”. El escribano fue
Antonio Ruiz Beltrán, quien, como es dable suponer, redactó el
informe bajo dictado del juez Murguía.
las glosas
Izmiquilpa
S[an] Juan
S[an] Pedro
Hurtado
Río de Cimapan
Bernabé, est[anci]as
S[an]tiago
Camino de S[an] Mig[uel]
Aguilar
Ortiz
Fuente
Miguel Ruiz
Nero
Xacal del Padre
Placencia (Espinosa, testado)
Plaza de Cimapan
Espinosa
Minas del monte
Casa del s[eño]r juez
Cansino
Azpe[i]tia
Mendoza
Pazarán
Guzmán
Canic[erí]a
Parazán (lectura dudosa)
Villaseca
Minas del Toliman
Minas [de] S[an]tiago
Cerro Gordo
[1]
Estas leyendas no se transcribieron del original, sino del texto editado por FPT (1905,
: 1). Sigue, a continuación el impreso de la Instrucción y Memoria (1577).
[2]
Obsérvese que la relación no explica quiénes eran estos sebores, ni por qué participaron
en ella como testigos.
[3]
Minas de Cimapan era sujeto del pueblo de Xilotepec, como se indica aquí y se repetirá
en el capítulo 14 de la presente relación; pero ignoro si Xilotepec era alcaldía mayor o
corregimiento. En cualquier caso, la RG de Xilotepec se ha extraviado (ver Gerhard, 1968:
622).
[4]
El razonamiento de Murguía, probablemente basado en la información de su intérprete
Garci Gómez, parece analizar el significado de Cimapan suponiendo que el topónimo se
descomponía en los elementos cima (tl) y –pan, no obstante que, en realidad, el nombre
debe leerse Cimaapan y descomponerse en cima (tl), a (tl) y –pan. Significa, literalmente,
“sobre el agua de los cimates”.
[5]
Como diría Cervantes, esta frase es de “concordancia vizcaína”, ya que combina el
pretérito imperfecto con el presente de indicativo: “…como era poca la tierra que
sembraban…, se sustentan con aguamiel…” Un verdadero embrollo.
[6]
El manuscrito, fol. 2r, lee en las dos ocasiones: “ladigno”.
[7]
Por extraño que este nombre propio resulte, su significado parece ser (compuesto de
i-, metz(tli), xayac(atl) y –c), “en la haz de su muslo”. Comenta FPT (1905, : 3, n. 1):
“De éste, o de un descendiente suyo, se habla tal vez en carta del 9 de febrero de 1533,
escrita por la Audiencia de México a la emperatriz, anunciando que le mandaban, el señor
y principales de Xilotepec, una joya de oro como regalo.” Es posible. En cualquier caso,
la carta se limita a indicar que “el señor e prencipales de Xilotepeque, que está
encomendado a Juan de Jaramillo, nos dieron en acuerdo la petición que con ésta va para
vuestra majestad, e la joya de oro de que en ella se hace mención” (FPT, 1939, : 31-
33). El nombre de Imetzxayac brilla por su ausencia, y allí queda planteada la conjetura,
que recogerá quien desee confirmarla documentalmente, de si el señor que gobernaba
Xilotepec en 1533 era “descendiente” de Imetzxayac.
[8]
Conjeturable alusión a la obra del protomédico Francisco Hernández.
RELACIÓN DE CITLALTOMAHUA Y
ANECUILCO
INTRODUCCIÓN
No acompañado de pintura, y desprovisto del anexo “escrito en
molde” que contenía la Instrucción y Memoria, impresa en 1577, el
manuscrito de la RG de Citlaltomahua y Anecuilco consta de una
portada y de dieciocho planas, la última de las cuales apenas ésta
ocupada por cuatro líneas y los nombres de los firmantes. Los
pliegos no están foliados. El documento se conserva en el AGI bajo
signatura “IG 1529, N° 382”, y su texto ha sido editado por FPT
(1905, VI: 153-66).
Aparentemente, el informe se levantó en una sola sesión,
celebrada el 2 de enero de 1580, “estando presentes todos los
gobernadores y alcaldes y regidores, y los demás principales” de los
pueblos de Citlaltomahua y Anecuilco. Al principio se dice que fue el
corregidor Juan de Tolosa Olea quien condujo la encuesta, pero, a
juzgar por lo que se indica en el párrafo final de la relación, se
desprende que Tolosa Olea se limitó a autorizar la sesión con su
presencia e investidura. Quien declaró las preguntas y las dio a
entender a los informantes fue el escribano nombrado, Francisco de
Villafuerte, “por cuanto no había intérprete, y yo, el dicho escribano,
[soy] hábil en la dicha lengua”. El documento no aclara si la lengua
que se empleó en la sesión fue la mexicana o la propia del pueblo, la
tepuzteca; pero es dable conjeturar que fue la primera. En cualquier
caso, la responsabilidad, así de la encuesta como de la redacción
del informe, recayó en el escribano, Francisco de Villafuerte.
Entretanto, por parte de los naturales y principales de aquellas
localidades, asumió la palabra “un indio viejo, antiguo, de más de
setenta años”, cuya identidad el documento omitió trasmitir. Es
evidente que el hombre había sido testigo de las dos eras: el fin de la
prehispánica, y seis décadas ya de la dominación española. Sin
embargo, debido tal vez a la corta edad que el informante tenía
antes de la conquista, su conocimiento de las costumbres “antiguas”
no resulta particularmente ilustrado, ni su testimonio revela facetas
de la vida indígena que las crónicas de la época no hayan
ampliamente popularizado con mayor pormenor.
La RG de Citlaltomahua y Anecuilco se resiente de dos
defectos: primero, que quienes condujeron la encuesta no
entendieron los objetivos del cuestionario impreso, y, segundo, que
las respuestas se agruparon en capítulos arbitrarios, numerados sin
observar referencia alguna a los números que identifican los
capítulos de la Memoria. La deficiencia que afectó la encuesta al no
entender quienes la efectuaron que las diez preguntas primeras
correspondían a “los pueblos de los españoles”, originó
informaciones repetitivas; la numeración de los capítulos, no referida
a la de los capítulos de la Memoria, produce, a quien consulta el
informe original, bastante perplejidad.
Tal como el escribano organizó las respuestas, la RG de
Citlaltomahua y Anecuilco consta de veinticinco capítulos numerados
sucesivamente, con números romanos, de 1 a 25, no obstante que,
en realidad, el escrito debería constar de veintiún capítulos, algunos
de ellos respondiendo a más de uno de la Memoria. Para remediar
esta disparidad en su transcripción e introducir un poco de orden,
FPT, aunque respetó la disposición original del informe, primero,
sustituyó los números romanos por arábigos y, después, intentó
explicar en una nota (1905, VI: 154, n. 1) la correspondencia de los
capítulos; aunque en mi opinión, pace magistri dico, de una manera
más bien confusa e inexacta.
Para obviar ese escollo, mi transcripción ha optado por ignorar
los capítulos establecidos por Villafuerte y, atendiendo
exclusivamente a los capítulos de la Memoria, ha reorganizado
conforme a tal referencia el material del informe. Es decir que,
respetando escrupulosamente la constitución del escrito, éste se ha
dividido en capítulos convencionales que se refieren a aquéllos de la
Memoria. Por lo demás, aunque modernizado el texto en su
ortografía y puntuación, es enteramente fiel al modelo.
[1]
Este pliego de papel “escrito en molde”, que contenía la Instrucción y Memoria, parece
que no se anexó a la relación, al remitir ésta es la sede del virreinato.
[2]
Uno podría esperar que esta vista del pueblo y sitio de él se hubiera traducido en la
producción de un mapa o pintura de aquella localidad, pero no fue así. La relación de
Citlaltomahua carece de pintura y, en ningún momento, se hace alusión a ella.
[3]
Los encargados de conducir la encuesta no observaron que el cuestionario, para los
pueblos de indios, comenzaba en la pregunta número 11 de la Memoria. Por otra parte, el
escribano Villafuerte identificó, mediante números que no se corresponden con aquéllos de
las preguntas de la Memoria, las respuestas que produjo la encuesta. En mi transcripción,
esos números del escribano se han sustituido por los que juzgué pertinentes y referidos al
cuestionario.
[4]
No he encontrado datos sobre este conquistador Isidro Moreno, excepto que Orozco y
Berra, en sus “Conquistadores de México” (Dorantes de Carranza 1970: 373), registra su
nombre entre los de aquellos que vinieron con Cortés. FPT (1905, : 127, n. 1) cita una
“Suma de tasaciones” hecha por Ibarra en 1560, donde se indica que los pueblos de
Utatlan y Huitzuco estaban en encomienda de Bernardino de Casasola, “el cual había
heredado los dos pueblos de su padre Isidro Moreno…”
[5]
El dato es consecuente con lo que se ha indicado al principio del párrafo, esto es, que el
informante tenía “más de setenta años”.
[6]
Bernal Díaz (1962: 348, 364) refiere que “un Villafuerte” fue designado por Cortés
para la conquista de Zacatula, provincia costera colindante con Citlaltomahua, donde los
indios “le dieron mucha guerra y le mataron ciertos soldados, y estaba la tierra levantada
que no les querían obedecer ni dar tributos” (364), hasta que Cristóbal de Olid, después
de dos intentonas, los dejó “muy de paz”. Orozco y Berra (Dorantes de Carranza, 1970:
380) registra el apellido de un Villafuerte, quizás el mismo que conquistó Zacatula, de
quien anota que fue “casado con una parienta de la primera esposa de Cortés”. Natural
de Medellín, fue uno de los primeros regidores de la Villa Rica, y uno de los capitanes de
bergantines en el sitio de México (Torquemada, 1943, : 538, 557, 573; Porras Muñoz,
1982: 29). Se sabe que tuvo en encomienda la provincia de Acapulco, la cual heredó en su
hija, Aldonza de Villafuerte, casada con el factor de la Real Hacienda, don García de
Albornoz (FPT 1905, : 155, n. 1; Porras Muñoz, 1982: 420).
[7]
Inicialmente, Citlaltomahua estuvo encomendado en Diego García de Jaramillo, a quien
sucedió su viuda, Cecilia Lucero, según datos de FPT (1905, : 155, n. 3); aunque de la
mencionada señora no hay bases para afirmar que se haya casado con Jaramillo (ver
Porras Muñoz, 1982: 324-30; Dorantes de Carranza, 1970: 207).
[8]
En el manuscrito, fol. 3r, se lee a continuación: “a lo qual”, frase que he suprimido en
mi transcripción por innecesaria.
[9]
La traducción no puede ser más justa. Si el topónimo original era Citlaltomahuaccan,
su significado correspondiente es “lugar de la estrella grande o gorda”; si era
Citlaltomahuac, sencillamente “estrella grande”. Puede ser que aludiera el “lucero de la
mañana”, también llamado Citlalpul o Huey citlalin (Molina, 1944: EM, 79r)
[10]
El escribano e intérprete parece que descomponía el topónimo en las voces tepetl y
textli, la segunda de las cuales, según Molina (1944: EM, 68r, 82v), tenía la aceción de
“harina” o “massa, generalmente”. Es posible, sin embargo, que se trate más bien del
tiztli, vulgarmente conocido por el nombre de “tiste” o “pinolillo”, que es una “especie
de chocolate de maíz, cacao y azúcar, batido en frío, que se usa como refresco…”
(Santamaría, 1974: 1052). Tepetiztlan, entonces, significaría “lugar del tiste serrano”.
[11]
La fuente no identifica la lengua que hablaban los habitantes de Tepetistla, pero es
probable que haya sido la cuitlateca. Sobre estas lenguas no clasificadas, ver Harvey
(1972: 308-9).
[12]
La acepción “hierro”, atribuida aquí a tepuztli, es enteramente poscortesiana. Los
indios no conocieron el hierro. Tepuztli significa “cobre”; tepuzteca, “el de Tepuztlan”.
Con esto no se quiere insinuar que los tepuztecas de Citlaltomahua fueran originarios del
Tepuztlan de Morelos.
[13]
Xahua significa “afeitarse la yndia a su modo antiguo, o pintar la fruta”; xahualli, el
“afeite tal” (Molina, 1944: ME, 158v).
[14]
En el manuscrito, fol. 4v, testado, se lee a continuación: “ba monte”. FPT (1905, :
158, n, 1) observa que “ni Citlaltomaua ni Anecuilco figuran como tributarios en el
Códice que han llamado Mendocino”; pero que eso no resta credibilidad a la fuente,
porque “aquel Códice registra, en ciertos casos, solamente los nombres de los pueblos más
importantes de cada comarca”.
[15]
El manuscrito, fol. av, lee a continuación: “al qual”, frase que se ha suprimido en mi
transcripción por innecesaria.
[16]
Tlacatl tenía las acepciones de “hombre, persona o señor” y, por extensión, podía
significar “grande”; tlacamichin, por ejemplo, era un “vagre o pescado grande” (Molina,
1944: ME, 115v).
[17]
En el manuscrito, fol. 5v testado, se lee: “esta çe”.
[18]
En el manuscrito, fol. 5v., este topónimo se lee “ylama tlaçalan”. Tlatzalan es
“quebrada de monte entre dos sierras”, e ilama es “vieja”, pero no adjetivo, sino
“muger de edad”, “anciana muger” (Molina, 1944: EM, 10r, 117v; ME, 142v).
[19]
Compuesto de xiquipilli, “costal, talega, alforja o bolsa” (Molina, 1944: ME, 159r) y
el sufijo –(t) lan.
[20]
Etimológicamente, nexatl se compone de nextli, “ceniza” y atl, “agua”; pero el
compuesto en sí, nexatl, significa “lexía” (Molina, 1944: EM, 77v).
[21]
Necuiltic es “tuerto o torcido”, “cosa no derecha” (Molina, 1944: EM, 115r; ME,
65v); por lo que se dable inferir que Anecuilco significa “en el tuerce o vuelta del río”.
[22]
Me inspira desconfianza la traducción que propone la fuente, porque “yelo o elada” es
cetl (Molina, 1944: EM, 74r), y la palabra más cercana a ceuc- sería ceuhqui, pero es un
adjetivo. Entonces, es posible que el topónimo esté compuesto de ce(…), uc(tli) y el sufijo
–tlan, debiéndose traducir por “lugar del pulque frío”. Meras conjeturas de un erudito
ignorante.
[23]
Por inexplicable error de lectura, FPT (1905, : 161) trascribe esta frase: “porques
sin rremedio que echasen sin tienpo…”, no obstante que el manuscrito, fol. 6v, lee
distintamente: “porques sin rremedio que lo hazen sin tienpo…”
[24]
Más bien, “espumilla”. Tiene la misma raíz que el famoso pozolli, aunque la
reduplicación del po- intensifica el significado.
[25]
Se refiere a las Filipinas.
[26]
Oxitl, “vngüento hecho de trementina” (Molina, 1944: ME, 78v).
[27]
El manuscrito, fol. 7v, testado, lee a continuación: “abulag”. El escribano iba a
escribir “abulaga”, que es el nombre de una leguminosa mejor conocida como “aulaga”;
pero es evidente que cambió de opinión.
RELACIÓN DE COATEPEC Y SU
PARTIDO
INTRODUCCIÓN
La RG de Coatepec, compleja, comprende la descripción de la
cabecera principal, y las de sus sujetos, Chimalhuacan y
Chicoaloapan,. El informe, foliado de 1 a 28, con numeración que
incluye las hojas grandes de las pinturas, consta de una cubierta, el
texto impreso en 1577 de la Instrucción y Memoria, una “Memoria y
relación de los pueblos…” (ff. 4-5r), y, en cuarenta y una planas, las
que son propiamente las relaciones (ff. 6r-28v). Intercaladas y
numeradas como fojas, la pintura de Coatepec (43 x 60 cm)
constituía el folio 18; la de Chimalhuacan (55 x 52 cm.), el folio 25, y
la de Chicoaloapan (43 x 60 cm), el folio 29. En la actualidad,
documento y pinturas se conservan en el AGI de Sevilla, el primero
bajo signatura ʻIG 1529, N° 376ʼ, y las segundas, en la Sección de
Mapas y Pinturas, bajo clasificación “México, 10-12”. Esta RG,
completa, ha sido editada por FPT (1905, VI: 39-86). Las pinturas,
individualmente, fueron publicadas por Kubler (1948, I: figs. 20, 25 y
26).
Obviamente, puesto que en los preámbulos de cada relación se
indica con claridad que el comendador Cristóbal de Salazar se limitó
a estar presente “a la ver hacer”, sería descabellado e injusto
considerar a tal funcionario autor de estas relaciones. El autor del
informe fue, sin duda ninguna, Francisco de Villacastín, quien condujo
por propia lengua la encuesta y de propio puño escribió las
respuestas que “los principales, e indios viejos y antiguos”, le fueron
dando. A falta de otros datos, valga aquí recordar que Francisco de
Villacastín, en 1585, se encontraría en Guatemala, donde tuvo a su
cargo la redacción de la RG de Santiago Atitlán (ver Acuña, 1982, I:
65-150).
Como se desprende de los capítulos 10 respectivos de las
relaciones de Coatepec y de Chimalhuacan, las pinturas se
compusieron con precedencia a la redacción de cada uno de los
escritos. La relación de Coatepec lleva fecha de 16 de noviembre de
1579, y las de Chimalhuacan y Chicoaloapan, 1 y 3 de diciembre del
mismo año, respectivamente. Y, a juzgar por lo que se indica en los
párrafos finales de cada relación, su escritura se concluyó en la data
que a cada una las encabeza. Lo cual, ¿cómo evitar decirlo?, resulta
inverosímil, sobre todo si se considera la longitud de las primeras
dos relaciones y, además, que, mientras Villacastín preguntaba,
escuchaba y escribía, los informantes nativos refrescaban sus
memorias y consultaban sus pinturas antiguas. Nada más la relación
de Coatepec consta de veintitrés planas, cada plana con un
promedio de cuarentidós líneas y cada línea con un promedio de
doce palabras, esto es, que el primer informe consta de cerca de 11
592 palabras. Demasiado, a mi juicio, para un solo día.
Mas, comoquiera que haya sido, las relaciones escritas por
Villacastín son un verdadero dechado en cuanto a limpieza de
ejecución, uso del lenguaje y coherencia interna. En primer lugar, no
se encontrará una sola testadura; aunque sí algunas repeticiones,
conjunciones sobrantes, adiciones tardías, frases incompletas y
palabras que la prisa acortó. Un capítulo, en fin, en la relación de
Chicoaloapan, se refiere a la sexta pregunta de la Memoria, no
obstante corresponder a la séptima. Pero, si se acepta que el
hombre estaba escribiendo casi mil doscientas palabras por hora, los
indicados resultan meros peccata minuta. En contraste, es admirable
el cuidado y la exactitud con que el escribano efectuó las referencias
internas: en el doceno capítulo, por ejemplo, no se limita a referir al
lector a “lo declarado de suso”, sino precisa que se consulte el
capítulo octavo; y, en el treceno capítulo, se remite al primero y
onceno capítulos, etcétera. Villacastín poseía, entonces, una
asombrosa memoria, o tuvo que interrumpir la vertiginosa progresión
de su escrito para consultar las fojas ya terminadas.
Naturalmente, tales referencias internas se podrían haber
ahorrado si Villacastín hubiera entendido los objetivos del
cuestionario impreso; porque las diez primeras preguntas de éste
habían sido diseñadas para “los pueblos de los españoles” y, a partir
de las once, para aquéllos y para “los pueblos de los indios”. Pero
Villacastín, no obstante sus dotes excepcionales de escribano y sus
plausibles conocimientos del náhuatl, fue incapaz de entender este
aspecto del cuestionario. Seis años más tarde, en Santiago Atitlán,
incurriría otra vez en el mismo error (ver Acuña, 1982, I: 8-9).
¿En dónde aprendió Villacastín el náhuatl? ¿Por qué y para qué?
¿Con quién, y en qué circunstancias y tiempo? Son preguntas para
las cuales no hay respuesta alguna documentada. Ni siquiera consta
si Villacastín era criollo, mestizo o español; aunque cabe decir que,
en ningún momento, sus palabras delatan experiencias peninsulares
ni identificación personal alguna con las gentes de España, como
tampoco comparte los que eran casi lugares comunes para apreciar
a los indios. A este respecto, se recomienda el capítulo quinto de
cada una de las relaciones aquí reunidas. A juicio de Villacastín, los
naturales eran “de buen entendimiento y razón, y bien inclinados,
dóciles, y de buen ingenio para deprender y entender de todos los
oficios [en] que son enseñados…” Más aún, “algunos saben leer y
escribir” y “hablan dos lenguajes”. ¿De cuántos españoles
contemporáneos se habría podido decir lo mismo? Por lo demás,
parece evidente que Villacastín experimentaba un aprecio profundo
por “las pinturas antiguas”, heredadas de “los pasados”, las cuales
son profusamente citadas en apoyo de sus informes. Entonces,
como es dable apreciar, la personalidad de este veloz escribano no
era la de un hombre vulgar. Sus antecedentes e historia
circunstancial son dignos de un buen estudio.
El contenido de las relaciones que aquí se presentan, en fin, es,
desde el punto de vista histórico, sumamente complejo. Al anotarlas,
se procedió con exquisito cuidado, soslayando aquellos aspectos de
índole cronológica o genealógica que presentaban problemas, por
juzgar que las notas al pie de página no son el lugar adecuado para
encararlos. Físicamente, los pueblos de Coatepec, Chimalhuacan y
Chicoaloapan están comprendidos en el circuito geográfico que suele
denominarse Chichimecatlalli, “tierra de chichimecas”. Comparten
tradiciones comunes con los antiguos toltecas, con grupos de habla
otomí, con los mexicanos, con los aculhuas, y con focos culturales
tan importantes como Tezcuco, Chalco y Coatlichan. Su historia, tal
como se proyecta en los textos que siguen, se remonta al siglo XI de
nuestra era; pero la ocupación de sus tierras y su evolución cultural
comienzan varias centurias antes de la era cristiana. Las historias
locales que se relatan en los informes de Coatepec y sus cabeceras
deberán referirse, entramarse, con otras diversas, sobrevivientes, de
esa tierra de chichimecas. A quien desee formarse una idea de la
complejidad de esta historia, se le recomienda leer la RGs de
Tlaxcala (Acuña, 1984), las Obras históricas de Alva Ixtlilxóchitl
(1977), los Anales de Tlatelolco (Berlin & Barlow, 1948), el Códice
Xolotl (Dibble, 1980) y las Relaciones originales de Chalco
Amaquemecan (Muñón Chimalpahin, 1965), así como la excelente
edición de Poesía náhuatl (Garibay K., 1964-1968), que incluye la
RG de Tezcoco (1964, I: 149-219). Allez.
¶ Achichilacachpan ¶Ixtlahuaca[n]
¶ Ahuehuetitlan ¶Iztapa[n]
¶ Altapachiuhya[n] ¶Mizquititlan San Lorenzo.
¶ Aticpac Santa María ¶Omaxac
Magdalena
¶ Aticpac Tequilcapa ¶Santo Domingo Huitznahuac
¶ Atlapulco San Agustín ¶Tennenecuilco
¶ Atliquizca[n] ¶Tepotoniloya[n]
¶ Ayacac ¶Tequilcapa[n]
¶ Cihuatecpan ¶Tocuila
¶ Culhuacan ¶Tlacuchcalco
¶ Chimalpa ¶Tlatlatecpan
¶ Chimalpan San Sebastián ¶Tzapotla
¶ Chinanpa ¶Tzocuilco
¶ Huexotitlan ¶Xalticpac
¶ Huitznahuac ¶Xochiyacac
¶Itzco[a]tlan XXXI estancias.[5]
COATEPEC
¶ En el pueblo de Coatepec, que está en la real Corona de su
Maj[esta]d, en dieciséis días del mes de noviembre de mil y
qui[nient]os y setenta y nueve años, se hizo esta relación por
mandado de su M[a]j[esta]d, conforme a la Instrucción y Memoria
q[ue] está atrás escrita de molde. Hallóse presente a la ver hacer el
señor C [ ] S , corregidor deste
pueblo y su partido por su M[a]j[esta]d, y, con él, F [ ]
V ,[6] su escribano e intérprete de su juzgado, y por su
lengua fueron preguntados los principales, e indios y viejos antiguos,
que para este efecto fueron mandados venir, cuyo tenor es el
siguiente (envió la Instrucción el muy exc[elen]te s[eñ]or
M[ ] E , virrey y gobernador desta Nueva España):[7]
¶ Primeramente, al primer capítulo, este pueblo de Coatepec, que es
la principal cabecera de cinco que son en esta provincia: y el nombre,
en castilla,[8] es la vocación de la Natividad de n[uest]ra Señora, y
por qué se llama Coatepec. La razón q[ue] dan los indios viejos
antiguos deste pueblo y sus sujetos, y se ve por
que tienen, q[ue] les dejaron sus pasados y ancianos de aquel
tiempo, unos en pos de otros, para su memoria, es que, al tiempo
que los primeros fundadores deste pueblo llegaron al sitio y asiento
donde al presente están, que fueron tres caciques hermanos, que el
primero y el mayor dellos se decía T C , y el
segundo, A , y el tercero, A ,[9] y la gente que traían.
Y poblaron este d[ic]ho pueblo en la parte y lugar donde está ahora
asentado y poblado el pueblo de San Juan Tlachichco, su sujeto a
este dicho pueblo. [Y] en esta parte, dicen los viejos, q[ue] estos
caciques hallaron un cerro mediano, pelado, que se parece el día de
hoy, q[ue] tiene diez estados de altor, poco más o menos, y cuarenta
brazas de ruedo en cuadra.[10] Y, según los viejos antiguos y parece
por sus , q[ue], encima del d[ic]ho cerro, estaba una
culebra grande y blanca de cinco brazas de grueso, poco más o
menos, y, de largo, seis brazas, que tenía cascabel como víbora, la
cual estaba viva y enroscada sobre el dicho cerro. Y por las
parece que, después de haberse fundado este pueblo, la
d[ic]ha culebra desapareció. Y los dichos tres caciques y su gente,
para su conmemoración, hicieron y labraron una culebra de piedra
semejante a la que habían hallado, del grueso y largor que de suso
se refiere, la cual parece hoy en día a un lado del d[ic]ho cerro. Y,
por esta razón, le pusieron a este pueblo el nombre de Coatepec,
q[ue] quiere decir “cerro” y “culebra”.[11]
2 ¶ Al segundo capítulo: Como está d[ic]ho en el capítulo primero de
suso, y según los viejos antiguos, los primeros fundadores deste
dicho pueblo de Coatepec fueron los tres caciques hermanos y su
gente, los cuales fueron [ad]venedizos. Su origen no se sabe dónde
sea, más de que, por las d[ic]has que tienen en
el pueblo los naturales dél, que les dejaron sus ancianos y pasados,
se dice haber venido de muy lejos tierras, que, según se tiene noticia
por las d[ic]has , se dice Chichimecapa[n] Chicome Oztoc,
que en la lengua castellana quiere decir “siete cuevas”;[12] pero los
indios deste tiempo no saben dónde sea ni en qué parte. Y, parece
por las d[ic]has , que este pueblo aquí está fundado de
cuatrocientos y quince años a esta parte.[13] Y estos antiguos
pobladores hablaban la lengua que decían chichimeca, diferente de
la mexicana y otomí, la cual lengua no se usa ni habla el día de hoy.
Y esta lengua chichimeca la usaron muchos años y tiempos, hasta
que llegaron a esta tierra a poblar los indios culhuas y me[x]itis, que
son los mexicanos, con cuya llegada deprendieron la lengua
mexicana, q[ue] es la que hoy día se habla generalmente.
3 ¶ Al tercero capítulo: El temple y calidad deste d[ic]ho pueblo, y
sus sujetos y comarca, es seca y templada y, en alguna parte, es
más fría que cálida. Las aguas, en algunos años, son más y, en
otros, menos. Dicen los viejos antiguos, y sus mayores, ancianos y
pasados, se lo dijeron ansí, que, en sus tiempos, en el tiempo de la
infidelidad, las aguas y lluvias eran muy comunes y reci[a]s, y llovía
en cada veinte días en gran manera, y hacía muy grandes nieves y
caía mucho granizo, q[ue] les era a los naturales excesivo trabajo,
que no lo podían tolerar; porq[ue], en aquellos tiempos, padecían
grandes hambres, y no alcanzaban maíz ni las demás legumbres que
ahora hay. Y se sustentaban de las carnes de la caza que mataban,
de leones, tigres, zorros, gatos y puercos monteses, venados,
conejos, liebres, culebras y víboras y aves que cazaban, hasta q[ue]
llegaron los dichos indios culhuas y me[x]itis, q[ue] son los d[ic]hos
mexicanos, que puede haber ciento y sesenta y ocho años, poco
más o menos,[14] los cuales trujeron maíz, ají y frijoles, y otras
legumbres de la tierra. Y, desde aquel tiempo, comenzaron los
naturales desta provincia a hacer y labrar sus sementeras, por
industria de los d[ic]hos culhuas y me[x]itis, para su sustento. Y,
aunque hacían sus sementeras de maíz y legumbres, por las aguas,
nieves y granizo que de contino hacía, no llegaban a luz las
sementeras, y se les podría todo sin coger cosa alguna. Y los viejos
desta provincia dicen q[ue], de cuarenta años a esta parte, poco más
o menos, en este pueblo, y sus sujetos y comarca, han cesado las
nieves, granizo y lluvias, que los tiempos atrás les daba
pesadumbres y trabajos. [Ahora] hace mejores temporales, y los
naturales conocen los tiempos del verano e invierno.
Los vientos q[ue] contin[u]amente corren en este pueblo y su
comarca es el noroeste, y norte y sur, q[ue], en algunos años, suelen
ventar más recios q[ue] en otros. Son vientos sanos. A las mañanas
y tardes, vienta el viento terral del oriente, q[ue] es sano. El viento
sureste suele ser en este pueblo dañoso, porq[ue] es cálido y
enfermo, y acarrea catarros y pechugueras, en especial por los
meses de julio y agosto en los días caniculares, q[ue] es el tiempo
cuando el sol arde mucho en demasía, q[ue] les es dañoso a los
naturales.Y este viento reina, ansimismo, por los meses de
noviembre y diciembre, q[ue] son tiempos húmedos, friolentos, y
trabajosos y empecibles para los naturales por el demasiado frío
q[ue] hace.
4 ¶ Al cuarto capítulo: Este pueblo de Coatepec está asentado y
fundado en asiento alto, en la falda de una sierra grande q[ue] está al
oriente, que en la lengua se dice Atlapul. Esta d[ic]ha sierra es
grande, alta y áspera, de grandes peñascos y riscos, q[ue], en
algunos años, suele estar nevado. Es nombrado entre los viejos
antiguos, y por los presentes q[ue] la han visto y andado, porq[ue],
en la corona y punta q[ue] hace esta sierra, es notorio que tiene una
fuente de agua manantial, cercana de mucha enea. Y esta fuente
corre y tiene un gran salto de agua que cae de un alto peñasco, y
corre hacia el oriente. Y desta dicha fuente de agua que corre dicen
los viejos antiguos, y ansí lo tienen por sus , que, junto con
otros arroyos de agua que corren y nacen en las quebradas de la
falda desta sierra, abajo, en lo llano, a las vertientes de la ciudad de
Tlaxcala, se juntan y hacen un cuerpo, y dellos procede un río
grande, caudaloso, que pasa entre las ciudades de los Ángeles y
Cholula, q[ue] se dice en la lengua Atoyac, q[ue] quiere decir “[río]
caudaloso, y q[ue] lleva gran corriente y fuerza”, el cual entra en la
Mar del Sur en la costa de la provincia de Zacatula. Está esta sierra
deste d[ic]ho pueblo en la derecha del oriente, porq[ue], como está
d[ic]ho, está asentado y poblado en la falda dél.
El asiento deste pueblo es tierra descubierta, rasa, y sin monte
ni arboleda. Tiene pocas fuentes; no hay en él, ni en su comarca, río
caudaloso. Solamente hay dos fuentes de agua manantiales: la una
procede desta sierra q[ue] de suso se hace mención, y, la otra, de
otro cerro montuoso y grande q[ue] está hacia el sur. La primera
fuente corre y viene derecho a este pueblo y, por estar su nacimiento
en tierra alta, la han sacado y abierto un ojo grande que tiene, y
viene por sus caños de ocho o nueve años a esta parte, porq[ue], los
años de atrás, este pueblo y sus sujetos carecían de agua y era
estéril. Y los naturales bebían de aguas lluvias, que recogían en unos
jagüeyes hechos a mano que para este efecto tenían los indios, y
tienen el día de hoy en algunas estancias deste pueblo, donde no
participan desta agua ni la alcanzan. Esta fuente corre todo el año.
La otra fuente, [en cambio], corre todo el tiempo de las aguas, y
alcanza en algunos pueblos sujetos a esta cabecera; y, en tiempo de
secano, corre y se sume en un sumidero q[ue] tiene cerca de su
nacimiento. Son inútiles para regadíos, porq[ue] la una fuente y la
otra tienen muy poca agua.
A la parte del sur deste pueblo, está otra sierra alta, que tiene
por nombre en la lengua Quetzalcoatl, que, según los viejos antiguos
tienen noticia de sus pasados, por sus , esta sierra tomó el
nombre de un Demonio q[ue], en los tiempos de la infidelidad de los
naturales, se les aparecía encima de la d[ic]ha sierra, [en lo q[ue]
está pelado, donde, después de llegados a esta tierra, los
mexicanos tuvieron su idolatría. Y este Demonio se les aparecía en
figura de sierpe con plumas verdes cubierta; y éste dicen q[ue]
estuvo mucho t[iem]po encima de aquella sierra. Y por donde subió
desde lo bajo a lo alto, dicen los viejos que, por unas losas y peñas
donde subió, se ven y parecen hoy día las pisadas y señales que
hizo con los pies, y la concavidad donde [la sierpe] estuvo echada. Y
que, por tiempos, lo v[e]ían estar en figura de persona, y se mudaba
de una sierra en otra.[15] Y subió por otras peñas a lo alto de
rodillas, y, por donde subió, se dice q[ue] hoy día se parecen las
señales en el d[ic]ho peñasco, y, en donde estuvo asentado, está
hecha una concavidad. Y, por donde subió arrastrado un bordón, se
parece una canaleja en la dicha peña. Y, en todo este tiempo q[ue]
en las d[ic]has sierras se aparecía en una forma y otra, daba
grandes silbos y aullidos q[ue] ponían grande espanto. Y que, desde
ha cierto tiempo, se transformó en piedra, y el día de hoy está allí un
ídolo de piedra de altor de medio estado a manera de persona,
sentado con un bordón en la mano, todo de piedra. Y, según dicen
los viejos antiguos, con la venida de los culhuas, q[ue] fue cuando
comenzaron a idolatrar en esta tierra, los naturales viejos q[ue]
tenían el oficio de , q[ue] eran como sacerdotes, hacían
a este ídolo sus sacrificios, y le ofrecían resina blanca y papel, y
consultaban con el Demonio q[ue] en él se revestía lo que querían
saber. Y este modo de sacrificio e idolatría trujeron los mexicanos,
porq[ue] los naturales desta tierra no lo usaban. Dicen ansimismo los
indios viejos q[ue] al presente hay que, antes q[ue] los españoles
viniesen, el Demonio que se revestía en este ídolo de piedra daba
muy grandes voces y aullidos de día y de noche, q[ue] les ponían
gran espanto y admiración. Y, con la llegada de los españoles,
cesaron luego y no lo oyeron más. A este Demonio le llamaban los
indios antiguos Q en su lengua, [que] quiere decir, en la
española, “sierpe con plumas”.
A la parte del poniente deste pueblo, está un cerro pelado con
dos cabezas, q[ue] en la lengua se dice Quatlapanca,[16] y, al lado
deste cerro, está otro cerro pelado y mediano que se dice en la
lengua Tonaltepec y, en castilla, “cerro del sol”. En este cerro, a un
lado dél, está una cueva oscura, hondable y temerosa, en donde, al
tiempo q[ue] estos naturales comenzaron a idolatrar por industria de
los mexicanos, q[ue] fueron los culhuas y me[x]itis, adoraban al
Demonio y se sacrificaban las orejas, rompiéndoselas con puntas de
navajas de la tierra que para ello tenían, y le ofrecían la sangre, y
resina blanca y papel de la tierra. Y esta resina le encendían, con
que le incensaban la parte donde el d[ic]ho ídolo estaba, y le hacían
otros sacrificios. Y el Demonio se revestía en el d[ic]ho ídolo de
piedra, y allí consultaban con él, y él respondía a los dichos
y les decía lo que habían de hacer, Dicen los viejos
antiguos, y ansí se lo dijeron sus pasados, que dentro de la d[ic]ha
cueva, en lo bajo y hondo della, pasa un arroyo de agua, que dicen
q[ue] va a dar a la laguna del pueblo de Chimalhuacan, de la
encomienda de J[ ] [ ] B , vecino de México.
Este pueblo de Coatepec, y sus sujetos, es algo estéril de
pastos. En él hay algunas frutas de Castilla. Es abundante de
mantenimientos de maíz, ají, frijoles y otras legumbres de la tierra.
Los años atrás han valido caros, por las pestilencias y mortandades
que ha habido en los naturales, que ha sido ocasión de q[ue] los
indios han dejado de sembrar sus sementeras.
5 ¶ Al quinto capítulo: Este pueblo de Coatepec, y sus sujetos,
barrios y estancias, tienen al presente setecientos indios tributarios
enteros, y al pie de cuatrocientos niños y niñas de poca edad. Y,
según dicen los viejos antiguos que hay ahora, y tienen por
q[ue] les dejaron sus pasados, que cuando los primeros caciques
tres hermanos q[ue] fundaron este pueblo y sus sujetos, y muchos
tiempos después, hubo en esta provincia de Coatepec más de diez
mil indios de guerra, sin otra gente menuda, y que, en el tiempo de
su infidelidad, las lomas, laderas y valles deste pueblo estaban muy
poblados, y llenos de caserías y estancias de indios, y en todas las
quebradas, como parece hoy en día por los paredones, cimientos de
casas y cúes q[ue] en aquel tiempo había, y que ansí lo hallaron los
españoles cuando vinieron a la conquista. Y, después de pacífica la
tierra, lo ha estado ansí, hasta que de cuarenta años a esta parte,
poco más o menos, por pestilencias grandes que ha habido en
diversos tiempos y años, se han disminuido en gran manera los
naturales. Y ésta es la causa de que haya al presente tan poca
gente en esta provincia, y ansí se cree que será en las demás desta
Nueva España.
Este d[ic]ho pueblo está asentado y poblado en pueblo formado
por sus calles y plaza,[17] y trazado en la forma y manera que están
trazados los pueblos de españoles, y en lugar sano y permanente, si
cesase la pestilencia que anda entre ellos. Son los naturales dél de
buen entendimiento y razón, y bien inclinados, dóciles, y de buen
ingenio para deprender y entender de todos los oficios [en] que son
enseñados; algunos saben leer y escribir. Viven en policía y
congregación, [y] hablan dos lenguajes: la [lengua] principal y general
es la mexicana, y la otra es diferente, que se dice la otomí. Los
indios q[ue] la hablan están divididos y apartados de los de la lengua
mexicana.
7 ¶ Al séptimo capítulo: Este pueblo de Coatepec está a la parte del
oriente de la ciudad de México, donde reside el señor virrey y Real
Audiencia, [a] siete leguas pequeñas della, poco más o menos, a
donde está sujeto. El camino que va deste d[ic]ho pueblo a la d[ic]ha
ciudad es por tierra llana y, el camino, torcido, porque se rodea una
laguna grande que está entre este pueblo y la d[ic]ha ciudad. El
camino es bueno de caminar.
8 ¶ Al octavo capítulo: Este pueblo de Coatepec está distante del
pueblo de Coatlichan, que es de su M[a]j[esta]d y de la jurisdicción
de la ciudad de Tezcuco, con quien este pueblo parte términos por la
banda del norte, una legua grande de tierra doblada, buena de
caminar. Y, por la parte del sureste, este d[ic]ho pueblo parte
términos con el pueblo de Iztapaluca, de la encomienda de L
V , vecino de México, [a] distancia de una legua pequeña,
el camino derecho y por tierra llana. Y, por la parte de poniente, este
pueblo está distante del pueblo de Chimalhuacan, de la encomienda
de J[ ] [ ] B , vecino de México, una legua
pequeña, el camino derecho y por tierra llana. Entre este d[ic]ho
pueblo y el de Chimalhuacan, al noroeste, está el pueblo de
Chicoaloapa[n], de la encomienda de G L , vecino de
Méx[i]co, [a] distancia de media legua grande y de tierra llana. Los
dichos pueblos de Chicoaloapa[n] y Chimalhuacan son anexos a
este corregimiento, en cuya jurisdicción se incluyen.
9 ¶ Al noveno capítulo: El nombre y vocación deste d[ic]ho pueblo es
la Natividad de n[uest]ra Señora, y su propio nombre en la lengua,
como está d[ic]ho en el capítulo segundo, se llama Coatepec, por las
razones en él contenidas y haber sido, los antiguos fundadores, los
tres caciques hermanos [de] que en el d[ic]ho capítulo se hace
mención, y haber tomado el nombre por el d[ic]ho cerro y culebra. Y
[se dice] haber cuatrocientos y quince años que se fundó y pobló,
según los viejos antiguos saben y tienen la noticia de sus mayores y
pasados, y parece por sus q[ue] les dejaron
para su memoria. Y, en el principio de su fundación deste pueblo,
como está d[ic]ho, hubo muchos indios, como se contiene en el
quinto capítulo, que la poblaron, y, al presente, como parece, hay
pocos naturales, por las causas y razones que se contienen en el
cuarto capítulo. Y, como está d[ic]ho, no hay más de setecientos
tributarios enteros, y cuatrocientos niños y niñas de poca edad, q[ue]
los más dellos son huérfanos. Y ansí parece por la última tasación
q[ue] los d[ic]hos naturales tienen hecha por la Real Audiencia desta
Nueva España, por donde pagan sus tributos al presente a su
M[a]j[esta]d.
10 ¶ Al décimo capítulo: El sitio y asiento deste d[ic]ho pueblo es en
tierra alta, en la falda de una sierra grande, según se refiere en el
cuarto capítulo. Está asentado [de] norte [a] sur, y en pueblo
formado y por sus calles y plaza. Hay en él un monasterio de
religiosos de S D , como se verá
por la pintura que está hecha en este caso, que está al cabo y fin
desta relación.
11 ¶ Al onceno capítulo: Como está d[ic]ho, este pueblo de Coatepec
es la cabecera del corregimiento y en donde asiste el corregidor que
por su M[a]j[esta]d es proveído en este cargo, y la cabecera de la
doctrina. En él está fundado un monasterio de religiosos de
S D , los cuales entienden en la
doctrina y conversión de los naturales y les administran los santos
sacramentos. Con este d[ic]ho pueblo, son cinco cabeceras, como
se contiene en la lista y memoria que está al principio desta relación,
[y] la principal cabecera es este pueblo de Coatepec. Tiene, por sus
sujetos, los pueblos y barrios siguientes: el pueblo de San M[art]ín
Tlaylotlacan, el pueblo de San Juan Tlachichco, el pueblo de San
Sebastián Xocoatla[u]hco, el barrio de Santa María Magdalena
Ameyalco, [y] el barrio de Santa Catalina Ancapa.
El pueblo y cabecera de Santa Ana Tetitlan tomó el nombre de
una piedra muy grande y redonda que está dentro del dicho pueblo,
y, por esta razón, los antiguos le pusieron por nombre, en su lengua,
Tetitlan, que quiere decir “piedra grande”.[18] Este pueblo tiene, por
sus sujetos, los pueblos y barrios siguientes: el pueblo de Santa Cruz
Matlaluca, el pueblo de la Visitación de n[uest]ra Señora
Tlala[la]uhca, [y] el barrio de San Mateo Oztotlitic. Estos pueblos y
barrios son otomíes, [aunque] algunos entienden la [lengua]
mexicana.
El pueblo y cabecera de San Fran[cis]co Aquauhtla: su propio
nombre en la lengua, [el] q[ue] le pusieron los antiguos, es
Aquauhtla, q[ue] tomó este nombre porque, cuando vinieron a poblar
a él los tres caciques hermanos, hallaron en este sitio un grande
robredal, q[ue] el campo estaba cubierto de muchos y grandes
robles; y, por este robredal, le pusieron el nombre q[ue] está d[ic]ho.
[19]Tiene, por sus sujetos, las estancias de San Andrés Chiauhtla,
Santo Tomás Texcaltitlan, Santo Domingo Tlalanoztoc, [y] los Reyes
Xuchitengo.
El pueblo y cabecera de San Miguel Tepetlapa: tomó y le
pusieron este nombre los viejos antiguos en su fundación, Tepetlapa,
por estar, como está, poblado este d[ic]ho pueblo en asiento y parte
donde hay mucha piedra tosca.[20] Tiene, por sus sujetos, las
estancias y barrios siguientes: la estancia de San Esteban Mazatlan,
la estancia de San Clemente Amoltepec, la estancia de San
Bartolomé Huapalteupa, [y] el barrio de la Trinidad Tlacaxoloc.[21]
Estas estancias y barrios son [de] indios otomíes.
El pueblo y cabecera de Santiago Quatlapanca: tomó este
nombre, q[ue] le pusieron los antiguos cuando se pobló, porq[ue]
tiene su asiento junto a un cerro alto, pelado, que tiene “dos
cabezas”; y, por esta razón, se llama Quatlapanca en la lengua, y en
castilla quiere decir “cabeza partida”.[22] Tiene, por sujeto, la
estancia de San Pedro Chalma. Estos pueblos, barrios y estancias
que tienen estas cinco cabeceras, son pueblos pequeños el día de
hoy y de poca vecindad. Están distantes de sus cabeceras, unos, a
dos tiros de arcabuz; otros, a legua y media, [y], otros, a dos leguas.
12 ¶ Al doceno capítulo: En lo a él tocante, se refiere al octavo
capítulo desta relación, q[ue], en él, se declara lo en el dicho capítulo
contenido.
13 ¶ Al treceno capítulo: En lo que a él toca, se remite y refiere al
primero y onceno capítulos desta relación, porque en ellos se declara
lo en el dicho capítulo contenido. Y, según está dicho, la lengua
general q[ue] se habla y trata en este dicho pueblo de Coatepec es
la mexicana, y, como se contiene en el quinto capítulo, hay dos
lenguas: la una y principal es la mexicana y, la otra, es la q[ue] dicen
otomí.
14 ¶ Al catorceno capítulo: Los naturales deste pueblo y sus sujetos,
según la razón que dan los viejos que hay en este pueblo, y por sus
q[ue] les dejaron sus pasados, [dicen] que, en el tiempo de
su infidelidad, eran sujetos a sus propios señores y caciques, cuyos
vasallos eran. Y ellos los reconocían por tales caciques y señores
naturales, y los tenían, obedecían y respetaban como a tales,
viniendo a sus llamamientos y cumpliendo sus mandamientos, y, en
este caso, les eran muy sujetos. Y, como está d[ic]ho y parece por
, el primero cacique y señor natural q[ue] tuvo
este pueblo y sus sujetos al principio de su fundación fue
H : éste tuvo el señorío y cacicazgo, y fue cacique y
señor natural treinta y seis años. Dicen q[ue] fue hombre valiente,
diestro y belicoso en las guerras que, durante su tiempo, tuvo con los
pueblos y provincias comarcanas. Fue muy venturoso en ellas, y
falleció de su muerte, sin dejar hijos. Sucedióle en el cacicazgo y
señorío su hermano A , el cual tuvo el señorío y cacicazgo
deste pueblo y su provincia dieciséis años. Deste se dice q[ue] fue
hombre bienquisto y amado de sus vasallos, afable y llano. [Durante]
el tiempo q[ue] vivió, tuvo muchas guerras con los indios de la
provincia de Chalco, de las cuales salió siempre victorioso. Y, al cabo
de los dieciséis años de su cacicazgo, falleció, y luego le sucedió en
el señorío y cacicazgo un hijo suyo que se decía C , [d]el
cual se dice, y parece por , q[ue] vivió noventa
años, gobernando a los suyos con mucha paz, de los cuales fue muy
aquistado. Fue hombre belicoso en las guerras que tuvo con los
indios de las provincias de Chalco y Huexotzingo. Hubo dellos
muchas victorias y, siendo muy viejo, murió de su muerte. Sucedióle
su hijo, que se decía T X , q[ue] vivió noventa y
cuatro años. Deste se dice que gobernó con mucha paz a los suyos:
no dicen los viejos, ni parece por , q[ue] éste
tuviese, [en] el tiempo q[ue] vivió, guerras con ningunas provincias,
más de que amplió su tierra y la pobló de mucha gente que, durante
su cacicazgo, le vinieron de diferentes partes y lugares. Y, a los diez
años de su cacicazgo y tiempo, llegaron a esta tierra los culhuas y
me[x]itis, q[ue] son los mexicanos, con los cuales luego se alió y
confederó, y los tuvo por amigos y ellos a él. Y, siendo muy viejo,
murió de su muerte. Sucedióle en el cacicazgo su hijo, llamado
T . [D]este se dice por los viejos antiguos, y parece por sus
, q[ue] fue hombre valiente y dichoso en las guerras q[ue]
tuvo con los indios de las provincias de Chalco y Xiuhtepec, q[ue] es
en el Marq[ue]sado, a los cuales venció y tuvo sujetos y debajo de su
mando y señorío, y le pagaron tributo. Y ellos le obedecieron por su
señor, y tuvo el cacicazgo y gobierno en este pueblo de Coatepec,
Chalco y Xiuhtepec, [por] tiempo de diez años, poco más o menos.
Y, teniéndolos sujetos y avasallados, fue llamado por los indios de la
población de Chalco y, estando en el d[ic]ho pueblo, fue muerto por
ellos a traición, sin dejar hijo ninguno.
Y, por su fin y muerte, estuvo esta provincia de Coatepec sin
cacique y señor natural [por] tiempo de siete años, hasta que un
sobrino déste, hijo de su hermano, fue de edad, [en] q[ue] fue alzado
por cacique y señor desta provincia, que se decía C .
El cual tuvo el señorío y cacicazgo [por] nueve años, y murió de su
muerte. Sucedióle luego un primo hermano suyo, que se decía
X . Éste fue hijo de T X , de suso referido,
Este X tuvo el cacicazgo veinte y dos años [y], en su tiempo,
se dice que tuvo muy particular enemistad con los de la provincia de
Chalco, a los cuales dio muchas guerras, y los venció y desbarató y
los tuvo sujetos. Y esta enemistad tuvo con los susod[ic]hos, por
haber muerto a traición a su tío T . Y, ansimismo, se dice
deste que tuvo guerras y competencias con los caciques y señores
de la provincia de Huexotzingo y Cuernavaca, de las cuales salió
siempre victorioso. Murió de su muerte, sin dejar hijos.
Y, porque un hijo de N , hijo [a su vez] de T
X , cacique q[ue] fue desta provincia, era pequeño y de poca
edad para entender en el gobierno de los suyos, M
, segundo señor de México, y N , cacique y
señor de Tezcuco, que eran tíos deste mozo, nombraron dos
capitanes, uno, principal y, otro, de mediano estado, naturales deste
pueblo, para q[ue] entendiesen en la administración y gobierno desta
provincia y naturales della, hasta q[ue] el dicho mozo tuviese edad
perfecta. Y, ansí, estos dos capitanes gobernaron veinte y dos años.
Y luego, fallecidos éstos, los d[ic]hos M y
N metieron en la posesión del cacicazgo deste
pueblo a este mozo llamado T , que es el de suso
referido, a quien de derecho le pertenecía la sucesión del cacicazgo,
por ser nieto de T X , caciq[ue] y señor natural
q[ue] fue deste pueblo.
Y este T , después de haber sucedido en el
d[ic]ho cacicazgo, por no ser hábil ni suficiente en el gobierno de sus
vasallos, M yN , señores de México y
Tezcuco, tíos suyos, le dieron por su acompañado a un deudo suyo,
capitán muy valeroso, y de quien el d[ic]ho M hizo mucha
confianza en las guerras y conquistas q[ue] tuvo con los caciques y
naturales de la provincia de Soconusco, llamado T .Y
esto hizo el d[ic]ho M , por gratificarle los dichos servicios
q[ue] le había hecho en las d[ic]has guerras; por manera que este
T yT , su deudo, gobernaron esta
provincia [por] tiempo de catorce años, poco más o menos, en cuyos
tiempos llegaron a esta tierra los españoles a la conquista della.
Y después de quieta y pacífica esta tierra, por muerte deste
T y por no dejar hijo sucesor, F
C , gobernador q[ue] a la sazón era y capitán general, estando
en la villa de Coyuacan, donde hizo llamamiento general de toda la
tierra, nombró por gobernador deste pueblo y provincia a un principal
llamado F [ ] Y , habiéndose acabado el linaje y
tronco de los caciques y señores naturales deste pueblo. Y, ansí, han
ido sucediendo por elección los gobernadores que ha habido desde
aquel tiempo acá, por confirmación de los señores virreyes y [de la]
Real Audiencia.
Según los viejos antiguos alcanzaron y entendieron de sus
pasados, por sus q[ue] les dejaron para su memoria sus
ancianos y mayores de aquel tiempo, [dicen] q[ue] los caciques y
señores naturales q[ue] fueron deste pueblo y provincia por sí
propios entendían en la administración y gobierno de sus vasallos,
naturales de los pueblos q[ue] le eran sujetos. Y hacían justicia muy
rigurosa en los q[ue] les eran rebeldes e inobedientes; y a él solo
tributaban y acudían con los tributos de las cosas q[ue] se usaban en
aquel tiempo, y con esclavos y servicio personal de indios e indias,
q[ue] le[s] servían y les hacían sus casas y se las reparaban, y
hacían todas aquellas cosas que por ellos les era mandado, sin
remisión alguna.
Los ritos y ceremonias q[ue] los dichos caciques y sus vasallos
hacían y usaban en el tiempo de su infidelidad, era ésta la manera:
que tomaban un arco y una flecha en la mano y, alzando los ojos al
cielo, tiraban la flecha a lo alto, y, si por caso herían o mataban
arriba alguna ave de cualquier género, en cayendo que caía abajo al
suelo, lo tomaban y, mirando al cielo, lo enderezaban arriba poniendo
los ojos en alto. Y, si en lo alto no herían ni mataban cosa alguna,
teniendo tino a la parte y lugar [en] q[ue] caía la flecha, acudían allá
y hallaban qué había clavado: alguna víbora, culebra, ave, conejo o
liebre, u otra cosa semejante, tomándolo en las manos, los ojos en
alto, hacían la misma ceremonia q[ue] está dicho.[23] Y a la mañana,
en saliendo el sol, tomaban una mariposa blanca y, cortándole la
cabeza, lo enderezaban al oriente, ofreciéndolo al sol. [Y] no tenían
otra costumbre de idolatría, ni adoraban al Demonio, hasta que
llegaron a poblar a esta tierra los indios [ad]venedizos, q[ue] fueron
los culhuas y me[x]itis, q[ue] hoy son los mexicanos, los cuales
trujeron consigo el ídolo q[ue] llaman , en donde se
revestía el Demonio y les hablaba, [y] en el cual adoraban. Con cuya
llegada, se comenzó entre estos naturales la idolatría al Demonio. Y
sacrifican, rompiéndose las orejas con puntas de navajas [y]
sacándose sangre dellas, y la ofrecían al Demonio. Y les hacían sus
templos y cúes, donde hacían sus sacrificios y sacrificaban [a] los
indios e indias q[ue] tomaban en la guerra. A los cuales, el día del
sacrificio, los llevaban a la parte y lugar que tenían dedicado, y los
tendían en el suelo vivos y, con una navaja grande a manera de
cuchilla, les abrían con ella los pechos y les sacaban los corazones,
y, junto con la sangre, le ofrecían al ídolo que tenían, untándole la
cara y boca con la sangre, en donde el Demonio estaba revestido. Y
hablaban con él y le encendían resina blanca q[ue] llaman , con
q[ue] le incensaban. Y el d[ic]ho ídolo era de piedra, a manera de
hechura de una persona.
Y destos indios, culhuas y me[x]itis, deprendieron y tomaron los
caciques y señores deste pueblo, y sus indios, esta mala costumbre
de idolatrar, porq[ue], antes q[ue] viniesen a esta tierra, no tenían
éstos desta provincia otras ceremonias ni ritos, más de lo q[ue] de
suso se refiere. Y, con la llegada destos culhuas y me[x]itis, los
caciques deste pueblo y los suyos tuvieron dos partes señaladas en
este pueblo, situados para hacer sus idolatrías e invocaciones al
Demonio, según q[ue] fueron enseñados por los d[ic]hos me[x]itis: la
una parte era en la cueva de Tonaltepec, que está dicho en el cuarto
capítulo, y la otra parte es un cerro pelado, alto, en el cual está
ahora edificada una iglesia q[ue] llaman Santa Cruz, donde hay
caserías de indios q[ue] allí son vecinos.
El tiempo más enfermo, en este pueblo y su comarca, son por
los meses de julio y agosto en los días caniculares, porq[ue], en este
tiempo, tiene más fuerza la calor del sol y reina más el viento
sureste, q[ue] es cálido y causa muchas enfermedades y dolencias
entre los naturales.
15 ¶ Al quinceno capítulo: Los caciques y señores naturales q[ue]
fueron en este pueblo y provincia, en la manera de su gobierno,
como está dicho, tenían muy sujetos a sus vasallos, [y] hacíanse
respetar y temer, [de manera que] ninguno osaba mirarles a la cara,
[y] eran obedecidos y acatados como tales señores. Y, si acaso los
principales y otros naturales pasaban delante dellos, iban los ojos
bajos al suelo, inclinadas las cabezas con mucha humildad,
haciéndoles gran reverencia y acatamiento.
Ya está d[ic]ho, en el catorceno capítulo desta relación, q[ue] los
caciques y señores deste pueblo, y los suyos, tuvieron grandes
guerras y competencias con los caciques y señores de las provincias
de Huexotzingo, Cuernavaca, y Chalco y Xiuhtepec, con los cuales
tuvieron grande enemistad, en especial y en particular con los de la
provincia de Chalco, por razón de que el sitio y asiento que tiene
este pueblo y los demás sus sujetos, y las tierras q[ue] al presente
tiene y posee, antiguamente fueron de los indios de la provincia de
Chalco, y los tres caciques hermanos se las quitaron a fuerza de
guerras. Y, por esta razón, estuvieron siempre enemistados.
Cuando peleaban los caciques señores deste pueblo, en lugar
de las armas, se vestían de pieles de tigres y leones, adobados y
blandos, de la manera de chamarras largas, cerradas, q[ue] les daba
hasta la rodilla, con sus divisas de plumería de águilas, o cabezas de
tigres y leones q[ue] traían a manera de almetes encasquetados en
las cabezas, y sus arcos, y flechas con puntas de navajas. Y, según
dicen los viejos antiguos, no tenían otras armas. Y, algunos, traían
rodelas medianas q[ue] se usaban en aq[ue]l tiempo.
En el tiempo de su infidelidad, el hábito y traje q[ue] usaban y
traían para su vestidura con q[ue] se cobijaban, era de pellejos de
lobos y tigres, leones y venados, adobados por la carnaza y muy
blandos, con su pelo por de fuera, y largas según tenía el largor la
d[ic]ha piel, [y] traían sus bragueros de papel de la tierra. La gente
popular y menuda, [en cambio], se vestían de mantas de henequén,
porq[ue], en aquellos tiempos, carecían de algodón. Los caciques
traían sus tiaras, y sus orejeras y bezotes de oro bajo, y, algunos, de
piedras verdes q[ue] llaman . Sus mujeres se vestían
naguas y de henequén, del hilo q[ue] sacaban de los
magueyes y lo tejían para el d[ic]ho efecto.
El hábito y traje de q[ue] al presente andan vestidos sus camisas
y zarahuelles largos de tela de algodón, y chamarras y jubones de lo
mismo, y mantas largas, galanas, de lana de colores, q[ue] son
costosas, y otras blancas, llanas y muy delgadas, que traen
cobijadas.
Todos los más andan tresquilados y hecho el cabello como los
españoles, y traen sus sombreros, y otros andan con coletas y
tocados, sombreros, y se calzan zapatos; algunos andan vestidos de
ropetas, y calzones de paño de colores. Y la gente popular, menuda,
traen calzados cotaras, calzado de henequén que usaban
antiguamente.
Las indias, mujeres de los caciques y gobernadores, y sus hijas
y otras principales, andan vestidas de camisas de la tierra, q[ue] en
su lengua llaman , y naguas puestas q[ue] son ricas: es traje
galano y costoso. Es ropa de algodón muy delgada y, las cenefas,
de lana de colores y plumería tejidas y labradas. Y lo mismo, y de la
misma suerte, trae vestida la gente popular y menuda. Algunos de
los caciques y gobernadores andan en traje español, vestidos con
capas y sayos, calzas de paño, zapatos y sombreros, de fieltro y de
seda.
Los mantenimientos q[ue] los indios deste pueblo y su comarca
usaban comían en tiempo de su infidelidad, era carne de montería,
de la caza que mataban de venados, puercos, gatos monteses,
lobos, leones, tigres, conejos, liebres, adives y zorrillos, y gallos de
papada y gallinas monteses, ratones, víboras y culebras, y otras
aves q[ue] flechaban, porq[ue], como está d[ic]ho, no alcanzaban
maíz, frijoles, ají ni otras legumbres de la tierra, hasta que llegaron
los culhuas y me[x]itis, q[ue] son los mexicanos, q[ue] lo trujeron, y
enseñaron a labrar y cultivar y hacer sementeras a los naturales
desta provincia y su comarca, que puede haber ciento y sesenta y
ocho años, poco más o menos, según la cuenta q[ue] los viejos
antiguos tienen por sus , q[ue] les dejaron sus pasados y
mayores de aquel tiempo para su memoria.
En el cual tiempo, se dice q[ue] vivían los naturales muy sanos, y
fallecían muy viejos y había pocas pestilencias; y q[ue] si, en aq[que]l
tiempo, fallecían algunos mozos o mozas antes de llegar a edad
perfecta, lo tenían por agüero y ponía entre ellos admiración, y
decían q[ue] debían de haber hecho algún pecado, pues morían
mozos. La edad q[ue] vivían comúnmente los naturales era ochenta,
noventa, y ciento y ciento y diez, y ciento y veinte años, y, otros, más
tiempo. Los caciques y señores no consentían q[ue] sus súbditos y
vasallos viviesen con ociosidad, sino q[ue] a la contina los traía[n]
ejercitados en las cosas de las guerra. Ni, menos, les consentía[n]
beber vino de la tierra, si no era [a]l capitán, u otra persona q[ue]
hubiese hecho alguna cosa señalada en la guerra o vencido [en una]
batalla, y, el que fuera desto lo bebía, moría por ello sin remisión. Y
que, de cuarenta años a esta parte, se les han recrecido a los
naturales muchas enfermedades y pestilencias en diferentes años y
tiempos, q[ue] no había en aquellos tiempos, y q[ue esto] ha sido
ocasión [de] que los indios hayan venido a mucha disminución y se
han apocado en gran manera.
16 ¶ A los dieciséis capítulos: En lo q[ue] a él toca, se responde y
refiere al cuarto capítulo, porq[ue] en él se declara y hace particular
mención de lo en este capítulo contenido; y, ansí, se remite a él.
17 ¶ A los diecisiete capítulos: Este pueblo de Coatepec, y su
asiento y comarca, es sano y de buen temple, como está dicho en el
tercero capítulo. Dicen los viejos antiguos q[ue], en el tiempo de su
infidelidad, les informaron sus pasados q[ue] las enfermedades q[ue]
les sucedían a los naturales eran tercianas y cuartanas, bubas,
cámaras de sangre, y mal de ojos y calenturas, para lo cual usaban y
tenían muchas yerbas y raíces medicinales, con q[ue] se curaban y
purgaban para sanar de las dichas enfermedades. Y estas yerbas y
raíces las hallaban muy provechosas. Y que, después q[ue] vinieron
los españoles, se les han recrecido otras enfermedades que no
solían acudir, como son viruelas, sarampión, dolor de costado,
tabardete, modorra, paperas, almorranas, y esta pestilencia que
anda ahora, q[ue] no había en aquellos tiempos. Y, en el d[ic]ho
tiempo de su infidelidad de los naturales, en sus enfermedades, no
usaban sangrías en los brazos, [sino que] el remedio q[ue] hallaban
era purgarse en la cabeza, y por el cuerpo y pechos y vientre, con un
hueso delgado y muy agudo, o con un colmillo de víbora q[ue] para
este efecto tenían los indios q[ue] curaban, y, con esto que hacían,
sanaban luego de cualquier enfermedad.
18 ¶ Al dieciocho capítulo: Este pueblo está distante de un volcán
grande que está junto al pueblo de Amaquemeca, q[ue] es de su
M[a]j[esta]d y una de las cabeceras de la provincia de Chalco, cinco
leguas grandes, poco más o menos, por tierra doblada y el camino
torcido, que va abierto por sus vueltas, bueno de caminar. Este
volcán [24] está a la parte del sur deste pueblo, el cual es muy alto,
grande, pelado, arenoso, y ceniciento, q[ue] echa humo de sí. A un
lado de este volcán está una sierra nevada grande, q[ue] en todo el
año esta cubiert[a] de nieve. Y el d[ic]ho volcán, en tiempo de aguas,
casi la m[a]yor parte del año, suele estar cubierto de nieve. Hace por
allí muy grandes fríos por causa de las nieves, en donde han
perecido y heládose de frío algunos naturales, porq[ue], entre este
volcán y la sierra nevada, en medio dellos pasa el camino q[ue] va a
las ciudades de los Ángeles, Tlaxcala y Huexotzingo. Este volcán es
mentado en gran parte.
En tiempo de la infidelidad de [los naturales],[25] dicen los viejos
antiguos que hay hoy día, por memorias y que tienen de
sus pasados y ancianos de aq[ue]l tiempo, q[ue] les dejaron unos en
pos de otros, q[ue] las nieves grandes que caían en la d[ic]ha sierra
alcanzaban en este pueblo y su comarca, y les hacía mucho daño. Y
lo mismo les acontecía después de venidos a esta tierra los culhuas
y me[x]itis mexicanos, q[ue] les dieron industria de hacer y labrar
sus sementeras de maíz y otras legumbres q[ue] ellos les dieron; [y]
dicen que, por causa de las grandes aguas, y nieves y granizo q[ue]
caía, se les pudrían las sementeras y las demás semillas, y no
venían a luz; y padecían excesivo trabajo y necesidad porq[ue], como
está d[ic]ho, antes que los dichos culhuas y me[x]itis viniesen a esta
tierra, los naturales desta provincia se sustentaban de lo q[ue]
cazaban.
Llaman los indios a este volcán, en su lengua Popocatepetl,
q[ue] en castellano quiere decir “sierra q[ue] humea o echa huno”, [y]
la d[ic]ha sierra nevada, según q[ue] los viejos de hoy día lo oyeron a
sus pasados, en el tiempo de su infidelidad la nombraban, y hoy día
la llaman en su lengua Iztaccihuatl, q[ue] quiere decir en romance
“mujer blanca”. Dícese que, antiguamente, muchas veces los
naturales veían, y se aparecía encima de la dicha sierra nevada, una
mujer blanca, y de aquí tomó este nombre. Y, entre ellos, se tiene
por cierto q[ue] era el Demonio [el] que aparecía en esta forma.
19 ¶ A los diecinueve capítulos: En este pueblo y su comarca no hay
río caudaloso ninguno, como está declarado en el cuarto capítulo
desta relación.
20 ¶ A los veinte capítulos: Como esta d[ic]ho en el octavo capítulo,
el pueblo de Chimalhuacan, de la encomienda de J
B , vecino de México, está una legua distante deste
pueblo, a la parte del poniente. El dicho pueblo está asentado y
poblado junto a la orilla de una laguna de agua, grande y salobre, y
ésta es la propia laguna de la ciudad de México, que en partes es
hondable y, en otras, es bajío. Los naturales del d[ic]ho pueblo tienen
sus canoas grandes y pequeñas de madera, en que pasan la d[ic]ha
laguna, y van y vienen en ellas a la d[ic]ha ciudad, y a otros pueblos
comarcanos q[ue] están poblados dentro de la d[ic]ha laguna, a sus
contrataciones y granjerías q[ue] tienen. En esta laguna se cría
pescado [de] poco más de un palmo de largo, q[ue] casi son como
albures, y, ansimismo, hay otro género que dicen “pescado blanco”,
sano, bueno y sabroso de comer, q[ue] algunos son de a palmo, y
otros más grandes y más pequeños. Críase, ansimismo, pescadillos
pequeños, ranas y camaroncillos, y otros géneros de chucherías y
marisco, que pescan los naturales para su sustento y contrataciones
que tienen en los mercados y q[ue] se hacen, en cada
semana, en los pueblos comarcanos.
En esta laguna está un peñol alto hacia el poniente, de donde se
saca piedra liviana, negra y colorada, para el edificio de las casas.
En este peñol, según la noticia que dan viejos antiguos q[ue la] tienen
de sus pasados, tenían sus palacios y casas de recreación, y vergel
de todas rosas y flores de la tierra, los caciques y señores de
México, en donde se venían a holgar y tenían sus pasatiempos; y, en
él, tenían su soto de venados, conejos, liebres, leones, adives y
otros animales. Tiene circuito de media legua grande, y cerca la
laguna por todas partes; llámanle los indios de su lengua Tepepuli.
[26] Hoy en día, se parecen los cimientos de las d[ic]has casas, y hay
algunos árboles de las d[ic]has flores; al presente, lo tiene poblado el
M V de ganado menor y ovejas del Perú. En este
peñol no hay cosa notable, no los indios viejos se acuerdan que en su
infidelidad la haya habido, más de lo q[ue] está dicho.
21 ¶ Al veinte y un capítulos: En lo a él tocante, se refiere al
dieciocho capítulo desta relación, porq[ue] en él se declara lo q[ue]
trata este capítulo.
22 ¶ A los veinte y dos capítulos: En los montes y collados de las
sierras deste pueblo, hay árboles de diferentes géneros: pinos,
cedros, cipreses, y otros árboles que son grandes, gruesos y muy
altos, [que] la madera dellos es buena para enmaderar y entablar las
casas: dellos se hacen y labran vigas, tablas y soleras. Del pino se
saca resina blanca, q[ue] la hallan los españoles y naturales por
buena y sana, y della se echan las bilmas para arrancar el frío de
cualquier quebradura o miembro desconcertado. Hay otro árbol, de
que se saca el aceite de [a]beto, q[ue] es licor suave y muy
provechoso para curar cualquier herida, y para bilmas: es muy
preciado y vale caro, q[ue] un cuartillo deste aceite vale cuatro reales
y más, porq[ue] son pocos los árboles y pocos los indios q[ue] lo
saben coger y sacar. Y como cosa preciada, el que lo puede hacer
lo envía a Castilla para el efecto q[ue] está dicho, y los médicos y
cirujanos la tienen por cosa aprobada. Hay encinos y robles q[ue]
dan la bellota amarga, [y] hay otros muchos géneros de árboles sin
provecho. Y, de los pinos y cedros, se hacen cajas, puertas y
ventanas, y otras cosas.
23 ¶ A los veinte y tres capítulos: En este pueblo, y [en] su comarca,
hay algunas frutas de la tierra, q[ue] son tunas de tres maneras:
blancas, coloradas y amarillas, fruta suave y sana; hay cerezas y
zapotes blancos, q[ue] tienen la carne de dentro blanca y la cáscara
verde, y el cuesco a manera casi al del durazno: hay manzanillas de
la tierra, amarillas y coloradas, q[ue] se dan en árboles espinosos:
en estos árboles se acostumbra, en esta tierra, injerir perales,
manzanos de Castilla, ciruelos y membrillos. Tienen estas
manzanillas el sabor entre dulce y agrio, [y] cómenlas los españoles
y naturales; algunos hacen conserva dellas. Danse parras de Castilla
en este pueblo y uvas, aunq[ue] no sazonan tan bien como las de
Castilla, y, aunq[ue] maduran, son algo empedernidas. Danse
membrillos, duraznos, abar[i]coques, melocotones, granadas, limas,
naranjas (aunq[ue] peq[ue]ñas), ciruelas e higueras y morales q[ue]
dan moras, peras mayores y de las pequeñas, y otros árboles de
Castilla.
PINTURA DE COATEPEC
las glosas
La cabecera de Coatepec
Norte
Sur
El monasterio
La plaza
La cabecera de S[an]ta Ana
El camino de Tezcuco para Chalco
[La ca]becera de San Miguel
La cabecera de Santiago
La cabecera de San Fran[cis]co
El camino de México para la Veracruz
24 ¶ A los veinte y cuatro capítulos: En este d[ic]ho pueblo, y [en] su
comarca, hay muchos géneros de hortalizas de la tierra, q[ue]
comían y usaban, y de q[ue] se sustentaban antiguamente los
naturales, y el día de hoy las usan, q[ue] no se nombran en castilla,
porq[ue] no se saben sus nombres de cada una dellas, más de las
cebolletas, acederas y mastuerzo, cerrajas y borrajas, las cuales,
con las demás, son buenas de comer, y las comen los españoles y
naturales, y lo mismo las calabazas, [que] son de hoja y flor.
25 ¶ A los veinte y cinco capítulos: En este pueblo se da muy bien
todo género de hortalizas de Castilla y legumbres, como son:
rábanos, coles, lechugas, acelgas, zanahorias, ajos, cebollas,
mastuerzo, orégano, culantro, perejil, yerbabu[en]a, calabazas de
Castilla, [a]chicorias, garbanzos, l[e]ntejas, arvejones, puerros, y
otras semillas. No se cría seda porq[ue], aunq[ue] se dan morales,
los naturales no la saben criar ni se ejercitan en ello. Dase muy buen
trigo y cebada. En este pueblo y su comarca, hay trece labradores
españoles en su tierra, q[ue] tienen sus tierras y labranzas de trigo,
q[ue] cogen en cantidad, y los indios han comenzado a sembrarlo.
26 ¶ A los veinte y seis capítulos: En este pueblo y su tierra, en los
montes y collados dél, hay muchos géneros de yerbas y raíces
medicinales, con que antiguamente se curaban los naturales, y hoy
día usan dellas en sus enfermedades, las cuales son muy
provechosas; [pero] en la lengua castellana no se saben sus
nombres. Úsanlas los españoles y hallan mucho provecho, ansí con
las dichas yerbas como con las raíces, para purgas, medicinas y
emplastos, las cuales cogen y conocen los indios herbolarios. Y, de
la ciudad de México y su comarca, las vienen a buscar los indios que
saben y entienden de curar, para se aprovechar dellas en las curas
q[ue] hacen: Dicen los viejos deste pueblo, que entienden y conocen
de yerbas, que, entre estas yerbas y raíces referidas, hay otras
yerbas venenosas y ponzoñosas q[ue], en tiempo antiguo, si a algún
indio o india lo daban en bebedizos o brebajes, morían luego dello.
[Y] hay otras yerbas que, antiguamente, tomaban las mujeres
preñadas q[ue] ocultamente se empreñaban, para abortar las
criaturas; estas yerbas dañosas se han prohibido, porq[ue]son
empecibles. Las yerbas y raíces buenas, de suso referidas, son y las
hallan los naturales, y españoles q[ue] las usan, por muy
provechosas para cualesquier enfermedades e hinchazones, y son
saludables.
27 ¶ A los veinte y siete capítulos: En las sierras y montes de este
pueblo, se crían tigres, leones, lobos, adives, zorros de diversas
maneras, q[ue] son bravos, y los puercos monteses q[ue] tienen el
ombligo en el espinazo, encima del lomo. Hay venados, conejos y
liebres, [y] críanse algunas aves que, cuando se toman en los nidos,
se hacen domésticas, como son palomas, tórtolas, codornices,
ánsares de la tierra y patos reales, y otros patos grandes, negros,
q[ue] llaman “peruleros”, y otros pájaros pequeños que llaman
“canarios”.
28 ¶ A los veinte y ocho capítulos: En este pueblo, ni [en] sus sujetos
ni comarca, en el tiempo de la infidelidad de los naturales, según
dicen los viejos q[ue] hay hoy día, nunca ha habido minas de oro ni
plata, no de otros metales, atramentos ni colores, ni se tiene noticia
dellos ahora en este tiempo; aunque se han buscado y catado los
cerros y lomas deste pueblo por algunos españoles.
29 ¶ A los veinte y nueve capítulos: En este pueblo, sujetos y
comarca, dicen los viejos que hay hoy en día, y sus mayores y
ancianos y pasados se lo dijeron y avisaron ansí, q[ue], en el tiempo
de su infidelidad, no ha habido, ni hay, canteras de piedras
preciosas, ni jaspes ni mármoles ni otras piedras de estima, ni las
alcanzaban. Y, si algunas piedras ricas tuvieron y poseyeron los
señores y caciques antiguos, las adquirieron y compraron en otras
provincias, lejos, [en] donde las había por muy grandes precios.
30 ¶ A los treinta capítulos: En este pueblo, ni [en] su comarca, no
hay salinas ni mineros de sal. Provéense los naturales della en la
comarca de México, porq[ue] en ella hay indios salineros q[ue] la
hacen y viven dello. Y los mismos indios q[ue] la hacen, la traen a
vender en los y mercados q[ue] se hacen en esta comarca
en cada semana.
31 ¶ A los treinta y un capítulos: La forma y edificio de las casas
q[ue] los naturales tienen, son: q[ue] sacan el cimiento de piedra, y
este cimiento le alzan del suelo medio estado y, desde allí,
comienzan las paredes de adobe. La techumbre es de azoteas [y],
algunos principales y caciques que tienen posible, las labran y
edifican de la manera q[ue] las labran los españoles, porque tienen
curiosidd: de calicanto las paredes, el argamasa y materiales son de
cal y arena y tierra, todo mezclado para su fortaleza, con altos y
bajos, corredores, puertas y ventanas, portadas de piedra de
cantería, y encalados con pinturas de colores.
En este pueblo no se hace cal, por no haber recaudo de piedra
para ello; tráenla de ciertos pueblos fuera desta provincia, donde se
hace y hay hornos della, [a] doce leguas deste pueblo. La madera de
vigas, y tablas para enmaderar y entablar las casas, se sacan de los
montes deste pueblo, porq[ue], como está d[ic]ho, hay cantidad. Y, lo
mismo, piedras blancas de cantería para las portadas, pilares, arcos
y ventanas. En este pueblo hay oficiales albañi[l]es y canteros,
carpinteros y herreros y encaladores, q[ue] son buenos oficiales y
entienden bien el oficio.
33 ¶ A los treinta y tres capítulos: En este pueblo, y [en] sus sujetos,
los naturales dél viven de labradores, [y] no tienen otros tratos ni
granjerías, ni otro género de contratación; aunq[ue], si se diesen a
ello, facilitadamente podrían tener trato de maderas, como son
tablas, vigas, cuartones y planchas y morillos, y llevarlo a vender a la
ciudad de México, en lo cual serían muy aprovechados. Los
españoles tienen sus granjerías, de q[ue] viven y sustentan, en cosas
de mercaderías de la t[ie]rra y de Castilla, de todos géneros, y en
trigo, maíz, cebadas y harina, q[ue] compran y venden; demás de lo
cual, tienen ansimismo otras granjerías de potros, novillos, carneros,
chivatos y puercos, q[ue] recogen y ponen en cebo; y tienen el trato
de la grana y seda, que rescatan en las provincias de Tlaxcala,
Cholula, Huexotzingo y Tepeaca, y en la Mixteca, [en] donde se cría
en cantidad.
Los naturales deste pueblo, y [de] sus sujetos, viven de
labradores, como está dicho, y pagan sus tributos a su M[a]j[esta]d
en reales y maíz, conforme a la tasación q[ue] les está hecha por la
Real Audiencia, q[ue] es un peso de oro común en todo un año, y
media fanega de maíz.
34 ¶ A los treinta y cuatro capítulos: Este pueblo y sus sujetos,
en lo espiritual, está sujeto al arzobispado de México, q[ue] es la
catedral y metrópoli q[ue], según está dicho, está distante deste
pueblo siete leguas pequeñas de tierra llana buena de caminar,
aunq[ue] el camino es torcido, porq[ue] se rodea la laguna q[ue] está
entre este pueblo y la dicha ciudad, como se refiere en el séptimo
capítulo.
36 ¶ A los treinta y seis capítulos: En este dicho pueblo de Coatepec
hay un monasterio de religiosos de la S
D , en donde residen tres religiosos de misa q[ue] entienden
en la doctrina y conversión de los naturales, y les predican la palabra
del santo evangelio, y les administran los otros santos sacramentos y
dicen misa, los cuales tienen especial cuidado de que haya una
escuela de niños para que deprendan a leer y escribir, y sepan el
canto para oficiar las misas y los demás divinos oficios, y que,
cotidianamente, cada día las niñas pequeñas vengan a oír y
deprender la doctrina cr[is]tiana, para lo c[u]al tienen nombradas
personas q[ue] las recojan y traigan para este efecto. Ha que está
fundado este monasterio veinte años, poco más o menos.
En la iglesia deste monasterio, está fundada una cofradía de
n[uest]ra Señora del Rosario, de q[ue] son cofrades muchos
naturales y españoles, que socorren con sus limosnas para las
misas, y cera q[ue] en ella se gasta. No ha tenido renta ninguna. De
pocos días a esta parte, para q[ue] pueda permanecer obra tan pía,
los principales y naturales deste d[ic]ho pueblo la han dotado de un
pedazo de tierra, que este pueblo y común dél tenían baldío y eriazo
y sin provecho, para q[ue] se labre, siembre y beneficie, y, de los
frutos que della resultare, se provean las cosas necesarias a la
d[ic]ha cofradía, la cual tienen a su cargo dos mayordomos
españoles, por su cuenta y razón.[27] Ha que está fundada esta
cofradía dieciséis años, poco más o menos, y, de dos años a esta
parte, se ha reformado de españoles.
En esta d[ic]ha iglesia y monasterio hay una capellanía de
n[uest]ra Señora, q[ue] los naturales han instituido para q[ue] en ella
se digan misas por las ánimas de sus difuntos que han fallecido y
fallecieren de aquí [en] adelante, y la han dotado perpetuam[en]te
para ella en dos caballerías de tierra q[ue] los principales y naturales
tenían de su patrimonio, en las cuales tenía cada uno un pedazo. Ha
que se fundó y dotó esta capellanía de un año a esta parte, poco
más o menos, y está nombrando por patrón della el religioso vicario
q[ue] es o fuere deste monasterio, para siempre; el cual, de lo
procedido de las d[ic]has tierras, ha de tener cuenta y razón, y de
proveer todo lo necesario a la d[ic]ha capellanía.
No hay hospital, ni otra obra pía, más de lo q[ue] está d[ic]ho.
En cada pueblo y estancia de los sujetos a esta cabecera hay una
iglesia; por manera q[ue] son, por todas, veinte y una iglesias
pobladas.
¶ Y, hecha y acabada la d[ic]ha relación en el dicho día, mes y
año d[ic]ho, el d[ic]ho señor C [ ] S ,
corregidor deste partido de Coatepec y su jurisdicción por su
M[a]j[esta]d, lo firmó de su nombre y, con él, F [ ]
V , escribano e intérprete desta provincia, nombrado por el
d[ic]ho señor corregidor. C [ ] S (rúbrica).
F [ ] V[ ] (rúbrica).
[28]
CHIMALHUACAN [A]TOYAC
El tianguez y mercado
Camino de Coatepec
S[an]ta María Nativitas, estancia
La laguna
El monasterio
Este pu[ebl]o está al poniente
Camino de Tezcuco
Santa María Magdalena, estancia
Camino de México, q[ue] sale de este pueblo
La laguna
La fuente caliente
Santo Domingo, estancia
San Sebastián, estancia
Camino de México
Cerro Chimalhuacan [glifo]
San Lorenzo, estancia
Casa de idolatría antigua
San Agustín, estancia
La laguna
CHICOAL[O]APA[N]
PINTURA DE CHICOALOAPAN
las glosas
La estancia de Santa María
Oriente [sol]
El camino de Chalco a Tezcuco, y de Tezcuco a Chalco
El asiento deste pu[ebl]o está a la parte del noroeste
El pueblo y cabecera de Chicoal[o]apa[n]
El cerro donde idolatraban los de Chimalhuacan
El cerro y casa de [ilegible]
El camino de Coatlichan a México
La fuente antigua de Chicoaloapa[n, de] donde tomó el pueblo el
nombre [glifo]
El camino q[ue] viene de México al pu[ebl]o de Coatepec
La laguna, todo lo azul
La estancia de Coatongo.
[1]
Porque la orden no fue precisa, o por distracción del fotógrafo, el AGI de Sevilla no
remitió fotocopia de la cubierta de esta RG. La transcripción de las leyendas hasta aquí
reproducidas se ha efectuado, por eso, teniendo únicamente a la vista la transcripción
editada por FPT (1905, : 39).
[2]
Este encabezado, que no existe en el original, se ha compuesto con las leyendas que
aparecen al margen, y lo mismo debe decirse de los dos siguientes encabezados.
[3]
Al margen del manuscrito, fol. 4v, se lee: “ estançias”.
[4]
Los encomenderos hasta aquí mencionados son Gaspar López y Jerónimo de
Bustamante, nombre, el segundo, del que eventualmente se omite el “de”. Gaspar López,
como se indicará en el capítulo 14 de la relación de Chicoaloapan, era hijo del licenciado
Pedro López, de quien dice Dorantes de Carranza (1970: 309) que era “médico, vecino de
México, y de los primeros pobladores casados que vinieron a esta tierra…” Debió venir a la
Nueva España tempranamente, porque, a finales de 1523, lo encontramos asistiendo a
Francisco de Garay en su lecho de muerte (Bernal Díaz, 1962: 373). Su esposa se llamó
Ana de Castellanos. Dorantes de Carranza no menciona, entre los descendientes de Pedro
López, a su hijo Gaspar.
Por su parte, Jerónimo de Bustamante era hijo de un famosísimo rábula que llegó a Nueva
España en 1528, Blas de Bustamante, y de Leonor de Bobadilla. Don Blas hizo carrera
como maestro y ganó posición como soplón. Antes de 1547, adquirió por compra, de Juan
de Cuéllar Verdugo, la encomienda de Chimalhuacan, misma que luego heredó en su hijo
Jerónimo. Éste fue alcalde de la ciudad de México en 1577 y, antes, había casado con Ana
de Meneses, hija de conquistador. Don Jerónimo murió alrededor de 1597. Ver Dorantes
de Carranza (1970: 274-75) y Porras Muñoz (1982: 209-13).
[5]
Para comodidad del lector, las estancias de Chimalhuacan se han enlistado por orden
alfabético, alterando la secuencia con que aparecen en el texto original, ff. 4v-5r.
[6]
Sin que sea posible precisar la fecha, Francisco de Villacastín se trasladó más tarde a
Guatemala, donde, en 1585, habría de redactar las relaciones geográficas de Santiago
Atitlán(ver Acuña, 1982, 1: 65-150).
[7]
La frase contenida en el paréntesis, según se puede apreciar en el manuscrito, fol. 6r,
fue añadida más tarde por el propio escribano.
[8]
En el presente contexto “castilla” es sinónimo de “castellano”.
[9]
Cualquiera que sea la veracidad de este informe convendrá tener en cuenta lo que dice
Alva Ixtlilxóchitl (1975 : 287), quien comentando lo que le dijo el gobernador de Coayepec
declara: ʻ…y [dijo] que el primer señor [de Coatepec] fue un chichimeco llamado
Totomilhuatzin que vino de los chichimecos con otros vasallos suyos, siendo tan al revés;
porque este señor era tataranieto de Cuahuatlápal, uno de los seis señores vasallos del
gran Chichimécatl Xólotl, y los trajo consigo, y [siendo la realidad] que [Totomilhuatzin]
era ya el cuarto señor de este pueblo…” (los subrayados son míos, así como las
interpolaciones entre corchetes).
[10]
Traducidas esas medidas al sistema métrico decimal, habría que decir que el cerro
tenía unos 19 metros de alto y, de base, cerca de 67 metros cuadrados.
[11]
Literalmente, “en el cerro de la culebra”: Tal denominación es indicativa de que el
lugar tenía una filiación cultural tolteca.
[12]
Más bien, en términos literales, “las siete cuevas del río Chichimeca”, significando
chichi, posiblemente,, “perro”; mecatl, “linaje”.
[13]
Según esta cronología, la fundación de Coatepec se remontaría el año 1164,
sospechosamente cercano a la fecha en que “casi todos los relatos antiguos hacen
comenzar el periodo chichimeca…” (Krickeberg, 1964: 207), esto es, el año 1-tecpatl o
1168. Es muy posible, entonces, que la cronología que los informantes “leían” en las
pinturas antiguas se refiera a la migración chichimeca, no a la fundación del pueblo de
Coatepec.
[14]
Según este cómputo, la llegada de los mexicanos a la región habría tenido lugar hacia
1411, cuando reinaba en Tenochtitlan Huitzilihuitl, hijo de Acamapichtli. En efecto, el
Códice mendocino, lám. 3 (1964, : 10-11), registra, durante el reinado de ese señor
mexicano, la conquista de Chalco.
[15]
Las marcas de los pies en las rocas, o el surco dejado en ellas por una sierpe al pasar,
son tradiciones que he encontrado yo registradas en Rabinal, Baja Verapaz, Guatemala
(ver Acuña, 1975: 114). Más aún, consta en mi poder la fotografía de la huella de un pie
impreso en la roca de Xtincurun. Sobre la tradición de un “brujo” que saltaba de montaña
a montaña, ver Ximénez (1929, : 78).
[16]
Qua o cua, “derivada de punta, extremo… se refiere a la parte superior [del cuerpo],
sin la cara…” (López Austin, 1980, : 206); tlapanqui, “cosa quebrada” (Molina, 1944:
ME, 131r).
[17]
Inexplicablemente, FPT (1905, : 47) identifica este párrafo con el número 6, lo que
constituye una interpolación injustificada, por cuanto que el manuscrito (fol. 8v) no
registra tal número.
[18]
Etimología inexacta. Tetitlan significa “junto a las piedras”.
[19]
Si la etimología que da la fuente es correcta, el topónimo mexicano debería leerse
Aahuaquauhtla (ver Molina, 1944: EM, 105r).
[20]
El topónimo debería leerse Tepetlalpan, y significa “sobre tierra serrana”.
[21]
Obsérvese que este barrio no aparece en la “Memoria y relación de los pueblos” que
encabeza los presentes informes.
[22]
Sobre este topónimo, ver, arriba, la nota 16.
[23]
La ceremonia de arrojar con el arco una flecha a las alturas pudo bien ser una acción
simbólica del curso del sol, pero los efectos que se postulan son simplemente increíbles y
rayanos casi en lo cómico.
[24]
Por error del escriba, en el manuscrito, fol. 13v. se lee: “este bolcan este bolcan”.
[25]
Por distracción del escriba, esta frase quedó incompleta en el manuscrito (fol. 13v),
leyéndose solamente “en el tiempo de la infidelidad de…” La transcripción de FPT (1905,
: 58), sin explicación, ignora y omite el “de”.
[26]
Literalmente, “sierra gorda”.
[27]
La pregunta obvia es: ¿quién labraba, sembraba y beneficiaba esta tierra
perteneciente a la cofradía? Entonces, los naturales, no solamente regalaron la tierra,
sino, también, pusieron a tercio su trabajo y esfuerzo.
[28]
El manuscrito, fol. 19r, lee: “chimalhuacan toyac”. Parece que el pueblo recibía,
indiferentemente, el nombre de Chimalhuacan Atenco (Durán, 1967, : 89).
“Chinalhuacan en la orilla del agua”, y, “Chimalhuacan del Río” (Durán, 1967, : 23), que
equivaldría al que da nuestra fuente.
[29]
Chimalhuacan, literalmente, “lugar del que tiene rodela”.
[30]
No hay base lingüística alguna parte atribuir a toyac la acepción de “lago grande”. Ya
se citó arriba, en la nota 28, el pasaje en que Durán (1967, : 23) llama a Chimalhuacan
“del Río, que en su lengua así se llama”; entonces, reconstruyéndolo, el topónimo debía
ser Chimalhuacan Atoyac, “en el río, lugar del que tiene rodela”. “Río” es atoyatl en
náhuatl (Molina, 1944: LM, 105r); toyac, a secas, significaría “nuestra punta” o “nariz”
(Molina, 1944: ME, 148v).
[31]
Fernando de Oñate, “caballero muy principal”, casado con doña Leonor de
Rivadeneira, hijo de Cristóbal de Oñate y de doña Catalina de Salazar, “ha sido Alcalde
mayor de las ciudades de los Ángeles, Guajocingo y Villa de Carrión” (Dorantes de
Carranza, 1970: 315). Todavía era vivo en 1606 (Porras Muñoz, 1982: 461), Heredó de su
padre la encomienda de Culhuacan.
[32]
Según este cómputo, el poblamiento de Chimalhuacan se remontaría al año de 1259 de
nuestra era; pero hay que tener en cuenta los datos registrados por Krickeberg (1964:
346-52). Las modernas excavaciones arqueológicas evidencian que Chimalhuacan,
asociado a la cultura teotihuacana, ya existía en los comienzos de nuestra era.
[33]
Alonso de Cuevas, hijo mayor de Juan de Cuevas y de doña María Téllez, casado con
doña Ana de Ávalos o Dávalos, “heredó su mayorazgo de siete mil pesos de renta, y el
pueblo de Cuitlahuac…” (Dorantes de Carranza, 1970: 294-95).
[34]
El manuscrito, fol. 20v, literalmente lee “tlacuchcalco”, por lo que hay que atribuir a
error de copia la lectura “Tlalcuchcalco (sic)” de FPT (1905, : 69).
[35]
El manuscrito, fol. 20v, lee: “altapachiuhya”.
[36]
El manuscrito, fol. 20v, lee: “aticpac tequitcapa”.
[37]
Obsérvese que el presente topónimo se leyó “ten nenecuylco”, en la Memoria y
relación de los pueblos que encabeza el informe (fol. 5r).
[38]
La inclusión del pueblo denominado “Chimalhuacan el grande” en esta lista
enumerativa, sugiere que existía otro pueblo homónimo de Chimalhuacan Atoyac,
llamado quizás Huey Chimalhuacan, acerca del cual no poseo información ni he
encontrado noticia.
[39]
Obsérvese que la fuente omite indicar el número de años que gobernó Nenequitzin en
aquel señorío.
[40]
El manuscrito, fol. 21r, lee: “tezcapuctzi”. No debe confundirse éste con su
homónimo, el cuarto señor de la dinastía de Azcapotzalco, que floreció entre los años de
1248-1283. El señor de Azcapotzalco no se casó (Berlin & Barlow 1948: 45, 210).
[41]
La traducción que propone la fuente es aceptable, aunque bastante libre. Literalmente
Matlacuahuacatzin significa “el señor que es fuerte en sus brazos”.
[42]
El nombre de este señor parece compuesto del reflexivo mo-, el radical de acción man
(a), el estativo –tica–, y el sufijo reverencial –tzin, significando el compuesto “el señor
que siempre está por sí mismo manso”. Con el mismo radical se forma la voz zan
mantiuh, cuya acepción es “cosa que va manssa…” (ver Molina, 1944: EM, 81v; ME, 14r;
Siméon, 1885: 226).
[43]
Esta ceremonia se encuentra documentada, también, en las relaciones de Cempoala y
Epazoyucan, donde recibe los nombres de antlalquaya y ontlalque, respectivamente (ver
RG Cempoala, nn. 22 y 50).
[44]
En el manuscrito, fol. 25v, por obvio error del escriba, se lee: “en este pueblo ni sus
sujetos…”
[45]
En el manuscrito, fol. 26r, se lee a continuación: “…y la causa y rrazon…”
[46]
Coatlichan, como su nombre lo indica, “casa de la serpiente”, había sido un centro
tolteca importante.
[47]
Hernández (1959, : 357) describe el chiquatototl en términos muy semejantes a los
dados aquí, mientras Santamaría (1974: 375) confunde al “chicuatotol” con el “chicuate”,
que es el nombre que recibían las lechuzas (Molina, 1944: ME, 21r); pero, cualquiera que
sea la identidad del chiquatototl, su nombre no parece haber sido el que dio origen al
topónimo del pueblo. Simeón (1885: 92) registra el nombre de “cierto pájaro”
mencionado por Olmos, probablemente en el párrafo de su Arte donde discutía los
plurales, denominado chiqualotl; este nombre, si no hay error en la cita, es el que, con el
sufijo compuesto –apan, constituye el presente topónimo.
[48]
En el manuscrito, fol. 26r. se lee: “…q se dezia / aculhua. / que…”
[49]
Como observa FPT (1905, : 80, n. 1), Aculhua significa, más bien, “el que tiene
hombro”. No tengo competencia para identificar a este señor.
[50]
Obsérvese que el presente capítulo, identificado en la fuente (fol. 26v) como “sesto
capítulo”, no es tal en la realidad, sino el séptimo.
[51]
Según esta cuenta, la introducción de la agricultura por los mexicanos en Chicualoapan
dataría del año de 1409. Es posible, pero téngase en cuenta que, desde los siglos y ,
durante los reinados de Quinatzin y Tlotzin, si Alva Ixtlilxóchitl (1977, : 22, 26) merece
fe, los chichimecas adoptaron la agricultura, no sin ofrecer resistencia.
[52]
Por obvio error de copia, la transcripción publicada por FPT (1905, : 84) omite esta
última frase.
RELACIÓN DE LAS CUATRO VILLAS
INTRODUCCIÓN
Las llamadas otrora Cuatro Villas, del Marquesado del Valle, eran
Acapistla, Huaxtepec, Tepuztlan y Yauhtepec. Cada una cabecera
por sí, juntas constituían una sola alcaldía mayor, que, en 1580,
presidía Juan Gutiérrez de Liébana, simultáneamente corregidor de
Ocuituco, sede probable del funcionario, desde la cual es presumible
que administraba justicia en sus dos distritos. La RG de las Cuatro
Villas ha llegado incompleta hasta nuestros días, primero, porque la
pintura de Tepuztlan se ha extraviado y, segundo, porque la relación
de Yauhtepec ha corrido la misma suerte. El artículo 103 de la
Memoria, de León Pinelo (HMAI, 12/1: 242), evidencia que la
descripción “de Yauhtepec, 1580” no se había perdido aún a
principios del siglo XVII.
Cline (1972a: 324-68), en su Censo, no le concede lugar a la RG
de la alcaldía mayor de las Cuatro Villas, sino que registra por
separado las tres relaciones sobrevivientes, asignándole, a la de
Acapistla, el número identificatorio 1; a la de Huaxtepec, el 47, y, a la
de Tepuztlan, el 112. La extraviada relación de Yauhtepec se
identifica mediante el número 221. Los antecedentes de este criterio
se remontan a las postrimerías del siglo XVI y comienzos del XVII,
cuando, durante la gestión de Andrés García de Céspedes como
cosmógrafo del Consejo de Indias, las relaciones de la alcaldía
mayor de las Cuatro Villas también se clasificaron por separado. La
de Acapistla recibió el número 183; la de Huaxtepec, el 200, y la de
Tepuztlan, el 215.
Apartándome de esta tradición, respetable pero a mi juicio
errónea, yo he reunido, bajo el título general de “Relación de las
Cuatro Villas”, las tres que han sobrevivido de aquella antigua antigua
jurisdicción. Se presentan, en esta obra, conforme al orden
cronológico en que fueron escritas. Como el lector podrá observar
por sí mismo, las tres describen una misma circunscripción
geográfico-política, y en las tres intervienen, como ejecutores de las
órdenes reales, los mismos funcionarios: Juan Gutiérrez de Liébana,
alcalde mayor; Francisco de Perales, intérprete, y Hernán García
Ruiz, escribano. Lo único que varió de villa a villa, como era dable
esperar, fueron los informantes locales, cuyos nombres podrán
hallarse en el párrafo introductorio de cada informe.
Pareja con los juicios que las han dividido fue la suerte que
corrieron los manuscritos respectivos. El manuscrito de la relación de
Tepuztlan, que consta de once planas, se conserva ahora en el AGI
de Sevilla bajo la signatura “IG.1529, no. 390”; el de la relación de
Yauhtepec, como ya se dijo, estuvo entre los papeles de Antonio de
León Pinelo antes de extraviarse; los manuscritos de las relaciones
de Huaxtepec y Acapistla, respectivamente de catorce y diez planas,
paran actualmente en la BLAC de la UTX, así como sus pinturas,
donde la primera se identifica mediante la referencia “JGI, XXIV-3,
mapa no. 10”, y, la segunda, “JGI, XXIII-8, mapa no. 11.”
La relación de Tepuztlan ha sido editada por FPT (1905, VI: 237-
50) y por García Pimentel (1909: 313-17, 326-31 y 348-52); la de
Huaxtepec, por García Pimentel (1908: 315-19, 332-34 y 350-57) y
por Palacios (1930: 33.43), y la de Acapistla, por García Pimentel
(1906: 395-97, 408-13) y por Vargas Rea (1956). Las pinturas de
Huaxtepec y Acapistla, que mide una y otra 62 x 85 centímetros,
continúan al parecer inéditas (ver Cline, 1972a: 326, 332; Robertson,
1972: 265, 268).
Juan Gutiérrez de Liébana, para fines prácticos considerado el
autor de estas relaciones, desempeñaba dos cargos, como ya se
dejó indicado: el de alcalde mayor de las Cuatro Villas, y el de
corregidor de Ocuituco. Habiéndose extraviado la relación de
Yauhtepec y, presumiblemente, la de Ocuituco, no es posible saber
cuál era la residencia ordinaria del funcionario. En las tres relaciones
que se publican aquí, nada se dice al respecto. Como quiera que
haya sido, observando el mapa del arzobispado de México que
encabeza el presente tomo, uno puede ver que Ocuituco y las Cuatro
Villas estaban entre sí a corta distancia, y, según los datos que
proporcionan las relaciones, de Ocuituco a Acapistla había cerca de
seis kilómetros y medio; de Acapistla a Huaxtepec, unos nueve
kilómetros; de Huaxtepec a Yauhtepec y a Tepuztlan, nueve y trece
kilómetros, respectivamente, y, de Yauhtepec a Tepuztlan, unos once
kilómetros y medio. En fin, desde Ocuituco a Tepuztlan, la villa más
alejada de este corregimiento, la distancia aproximada era de
veintiocho kilómetros. La villa más cercana a la ciudad de México era
la de Tepuztlan.
Tal vez por ésa, o por otra razón menos obvia, al recibir el
“memorial escrito de molde” que le mandaba el virrey don Martín
Enríquez, Gutiérrez de Liébana decidió dar comienzo al cumplimento
de la misión que se le confiaba, en la propia villa de Tepuztlan. La
relación de esta villa está fechada a 19 de septiembre de 1580.
Después, aparentemente, se trasladó a Huaxtepec, donde compuso
la descripción de esa villa cinco días más tarde, a 24 de septiembre.
El lapso de quince días, que separa las relaciones de Huaxtepec y
de Acapistla, da pie para suponer que, en el intermedio, se preparó
la de Yauhtepec, ahora extraviada. La relación de Acapistla está
fechada a 10 de octubre de 1580.
Digno de mencionarse, por fin, es que las hojas impresas en
1577, que contenían la Instrucción y Memoria, no aparecen adjuntas
a ninguno de los tres manuscritos de las relaciones sobrevivientes.
Esto sugiere que Gutiérrez de Liébana recibió solamente una copia
de aquellos pliegos impresos, y que, después de haberla utilizado
para conducir las encuestas en las Cuatro Villas, todavía se sirvió de
ella para el efecto de componer la relación de Ocuituco. La de este
corregimiento no es improbable que haya sido la última relación que
compuso Juan Gutiérrez de Liébana, anexando a ella, en esta virtud,
el texto impreso de la Instrucción y Memoria.
[1]
Esta leyenda aparece en la margen izquierda superior de la plana. La pintura que aquí
se anuncia, y a la que se harán numerosas alusiones en el correr del informe, se ha
extraviado.
[2]
En el manuscrito, fol. 1r, testado, se lee inmediatamente: “çiudad”.
[3]
La lección del manuscrito (fol. 1r) es: “ome tuchitl”.
[4]
Tepuztecatl es un gentilicio, y puede ser traducido “el de Tepuztlan”. Tepuztlan
significa literalmente “lugar del cobre”. Durante la dominación española, la voz tepuztli
pasó, también, a significar “hierro”; pero esa acepción es tardía y circunstancial. Los
indios no conocieron el hierro hasta la venida de los españoles. Tepuztli parece compuesto
de tetl, “piedra”, y de un derivado del verbo puztequi, “quebrar”. Sobre el Tepuztecatl
como dios de la embriaguez, ver la erudita nota de FPT (1905, : 238); sobre el baile
dialogado del Tepuztecatl, ver Acuña (1979, núms. H173, y H204-5).
[5]
La fuente descompone el topónimo en los elementos tepetla (tl) y –pan, traduciéndolo,
en consecuencia, “sobre la piedra tosca”.
[6]
En el manuscrito, fol. 1v, bajo severa testadura, parece leerse después de “santa”:
“catalina de”.
[7]
Amatecatl, “el de Amatlan”. FPT (1905, : 239, n. 1), basado en el dato de que este
“diablo” reconocía vasallaje al de Tepuztlan, concluye que era, también, un dios de la
embriaguez. Es posible, pero los datos que proporciona la fuente no bastan para
asegurarlo.
[8]
Xocotitlan, literalmente, “junto a los jocotes”.
[9]
Cuitlapilli es “cola o rabo de animal o aue” (Molina, 1944: ME, 27r); Tepecuitlapilco,
“en la cola de la sierra”.
[10]
No es verosímil la etimología que la fuente propone. El topónimo está compuesto de
zaca(tl), tepetla y –c, cuya traducción es “en las montañas, o cordillera, del zacate”.
[11]
FPT (1905, : 239, n. 2) traduce el presente topónimo, “lugar que tiene saya o
faldellín de cañas”.
[12]
Un señor Cacamatl tecuhtli, caudillo de los chalcas, es recordado en la Historia de
Durán (1967, : 39, 13); aunque puede ser solamente un homónimo del señor de
Tepuztlan. Ver, también, el índice analítico a la obra de Alva Ixtlixóchitl (1977, : 416).
[13]
Por distracción del paleógrafo, en la transcripción de este pasaje FPT (1905, : 241)
omitió dos líneas del manuscrito (fol. 2r): desde “Y les daban”, saltó hasta “lo que les
pedían”.
[14]
En el manuscrito, fol. 2r, la palabra “palomas” fue objeto de dos testaduras.
[15]
El presente pasaje es bastante oscuro, lo que permite conjeturar que el escriba se
dejó varias cosas en el tintero.
[16]
El manuscrito, fol. 2v, lee: “y alli”.
[17]
Mama es “lleuar a cuestas a otro” (Molina, 1944: ME, 50v), también escrito meme,
“lleuar carga a cuestas” (o. cit., fol. 55v); el qui- es un prefijo objeto (ver Sullivan,
1976: 53).
[18]
La lección de los títulos de estos dignatarios es la siguiente en el manuscrito:
“tlacuhcalcaltzintle”, “tecpanecatzintli” y “çuacoatzintli”, respectivamente. El sufijo –
tzintli, en este caso, es meramente reverencial. Durán (1967, : 103, 29) traduce
tlacuchcalcatl por “el príncipe de la casa de las lanzas arrojadizas” una dignidad militar
aparentemente; tecpanecatl, “el de la casa real”, puede suponerse que era una especie
de mayordomo, y cihuacoatl, “mujer serpiente”, explica Garibay (Durán, 1967, : 584)
que era el segundo del rey, el que lo sustituía, “como la mujer al marido en casa”.
[19]
En el manuscrito, fol. 3r, aparece aquí una especie de abreviatura muy similar a la del
“ver-” latino (véase Cappelli, 1954: 384-87). Puede suponerse que fue un lapsus del
escribano.
[20]
Antes de “oriente”, bajo testadura, puede leerse en el manuscrito (fol. 3r): “sur
que”.
[21]
Más bien, “lugar de piedras, o de la piedra”.
[22]
Literalmente, “en el pelo de la tierra o de las tierras”.
[23]
Ver, arriba, la nota 4.
[24]
El manuscrito, fol. 3v, lee el topónimo: “huçumaquila”. Ozomaquila significa,
literalmente, “donde abunda el quelite o yerba del mico”.
[25]
Hernández (1959, : 369) habla de una yerba denominada ecauhtli, cuyo significado
es “sombra”; en consecuencia, Ecauhtlan puede traducirse “lugar de yerbas de sombra”.
[26]
No he encontrado en otras fuentes que se haga mención de esta clase de calenturas;
tlacacocoliztli admite ser traducido por “enfermedad” de la gente o de las personas”.
[27]
Totonqui es “fiebre, o cosa caliente” (Molina, 1944: ME, 150v); matlaltotonqui, por
consiguiente, vendría a ser “fiebre negra, o morada”.
[28]
Literalmente, “sarna morada”.
[29]
En efecto, otlatl era una “caña maciça y rezia” (Molina, 1944: ME, 78r); pero otlayo
es un adjetivo derivado de otlatl, que indicaría que algo está “cubierto o lleno de esas
cañas” (ver Sullivan, 1976: 180), por lo que Otlayocan puede traducirse por “lugar lleno o
cubierto de otates”.
[30]
La braza equivale a cerca de un metro sesenta y siete centímetros, por lo que veinte
brazas equivaldrán, más o menos, a treinta y tres metros y medio.
[31]
Intentar la identificación de esta yerba puede ser temerario. FPT (1905, : 249, n.
3) nos remite a la edición matritense de la obra de Hernández sobre “Plantas de Nueva
España”, que yo, debido a la huelga que clausura nuestra casa de estudios, no he podido
consultar. Según FPT (l. cit.), Hernández “cambia los elementos del nombre y lo escribe
cocoztámal, elogiando las propiedades del vegetal en las enfermedades de las vías
urinarias”. Parece, sin embargo, que no se trata de cocoztámal alguno, sino de la planta
que se conoce bajo el nombre vulgar de “costomate”, cuya identificación científica es la
de Physalis coztomatl, de Moc. y Sessé (ver Robelo, s. f.: 281 y 375, nn. 1 y 21,
respectivamente). La etimología del nombre de dicha planta, según Robelo (o. cit., p.
365), se deriva de cocoz- (tic) y tomatl, “tomate muy amarillo”. Sahagún (C. Florentino,
1979, : ff. 145v, 167v) describe las virtudes medicinales, así como la propia planta, de
una yerba denominada coztomatl; el índice analítico de la obra del doctor Hernández
(1959, : 439) registra una yerba llamada, sin duda por deficiente lectura, cocoztámatl.
La lección correcta debe ser cocoztomatl y, la yerba, la misma que FPT llama cocoztámal,
según ha quedado citado arriba.
[32]
En el manuscrito (fol. 5r), antes de “orina”, se lee, testado: “dotrina”.
[33]
Una yerba de aplicación similar y de iguales efectos, cuyo nombre se lee dudosamente
choquizpatle, se halla mencionada en la relación de Huaxtepec (ver, allí la nota 46). FPT
(1905, : 248, n. 4) supone que el tlatlacotl, cuyo nombre podría traducirse por
“verdascas” o “verdascal”, “…ha de ser especie próxima, si no la misma que llama
Ximénez… tlatlacotic de Tepuztlan, aunque sus virtudes medicinales no son las mismas que
aquí se preconizan”. La descripción y virtudes del tlatlacotic tepoztlanense puede
consultarse en Hernández (1959, : 150). Dice que “la raíz es… muy provechosa a los que
tienen dolor e hinchazón de vientre; disipa la flatulencia, purga el vientre, y cura así,
según dicen, a los disentéricos”. No difiere mucho esta descripción de la que da Sahagún
(C. Florentino, 1979, : lib. , fol. 164v; 1956, : 316): “…esta rrayz, molida, se
debe despues que alguno se ha purgado”; pero sí difiere, y mucho, de lo que dice Robelo
(s.f.: 350) refiriéndose al “clacacote”: “Planta medicinal que emplean los indios para
curar las purgaciones (Sah.)”, de donde parece originarse lo que afirma Santamaría
(1974: 248): “Nombre vulgar de una planta silvestre que echa tallos rollizos que se usan en
medicina rural para curar la gonorrea,” El tlatlacotl o tlatlacotic es, evidentemente,
digno de estudio.
[34]
Esta palabra, sin duda, produjo muchas perplejidades al escribano. En realidad, el
manuscrito (fol. 5r) lee, con correcciones que se han dejado en letra redonda:
tlalancacujtlapile. Se debe tratar de la yerba que Hernández (1959, : 133) registra
bajo el nombre de tlalantlacacuitlapilli; Robelo (s. f.: 269), tlalantacacuitapil o
clalantacacuitapil, y Santamaría (1974: 1057), tlalantacuacuitlapil. La etimología
parece ser “cola de tacuazín bajo tierra”. Nombre científico: Ipomoea jalapa; nombre
popular: raíz de Jalapa.
[35]
En el manuscrito (fol. 5r) se lee: “tlalchichiplatli”; se trata del tlalchichicpatli (ver
Hernández, 1959, 1959, : 194)
[36]
El manuscrito (fol. 5r) parece leer: “tlatlaueapatli”; la e aparente es una c. Sobre el
tlatlauhcapatli, ver Hernández (1959, : 21, 258; : 23-24).
[37]
El manuscrito, fol. 5v, lee: “ocotochitl”.
[38]
Por error del escriba, en el manuscrito (fol. 5v) se lee: “al treynta e vn capitulo”.
[39]
Restituida al náhuatl, esta palabra debería leerse tezontlalli, “tierra o grava de
tezonte” (ver Santamaría, 1974: 1041).
[40]
En las Actas capitulares de la provincia de Santiago de México, volumen manuscrito
que se conserva en la Biblioteca Bancroft de la UCB, la primera mención que se hace de la
casa “Sancte M[ari]e de tepuztlan” es en el capítulo celebrado en el convento de Santo
Domingo de Itzucan, a 11 de mayo de 1555, que presidió el provincial fray Bernardo de
Alburquerque. En las acceptationes, se dice: “Item, acceptamus pro domibus huius
n[ost]re p[ro]uin[cia]e, domum de Tequantepec, et domum de Tepuztlan…” (fol. 52v). Se
constituyó en vicario a fray Juan de Vega y, como moradores de aquella casa, a fray
Francisco de Aguilar y al hermano lego fray Rodrigo de Saucedo (fol. 56v).
[En la cabeza de la relación, de
diferentes letras:] N° 200. C .
Huaxtepeque. N[uev]a Esp[añ]a.
Arzob[is]pado de México
las glosas
Advertencia. La transcripción modernizada de las glosas se ha
efectuado de izquierda a derecha, horizontalmente, y de arriba abajo.
Teteltzingo, estancia
Tetzhuac, estancia
Tzacapalco, estancia
Ichcatepec, estancia
Ojo de agua q[ue] sale de un bosque llamado Atliquipac
Ojo de agua blanca [en] Tecoaque [glifo “serpiente”]
Amillpas
Chinameca, estancia
Ojo de agua en el tianguez gran[de]
La Villa de Huaxtepec
Cocoyoc, estancia
[Glifo “Huaxtepec”]
Fuente de agua que sale junto a la iglesia
Ayahualco, estancia
Camino desta villa para las Amillpas, y las demás estancias
sujetas a ella
Camino desta villa para la de Yauhtepec
Camino desta villa para la de Acapiztla del Marquesado
Tianguez de la villa, nuevo
La casa de la justicia
Hospital de españoles
Una huerta de suchinacaztles
[En el reverso de la pintura, se leen las siguientes anotaciones:]
N° 19. Pob[lació]n y Desc[ubrimient]o, 150. 2° ¶ [Huaxtepeq[ue]. La
villa de Huaxtepec.
[1]
Esta lección aparece arriba, en la margen izquierda del manuscrito, fol. 1r.
[2]
La lectura de este apellido, que en el manuscrito parece leerse “çoacoacatl”, debe
considerarse dudosa. Obsérvese que, entre los informantes enumerados, se registran dos
“graviel hernandez”, posiblemente homónimos. El primero, que recibe el tratamiento de
“don”, cabe conjeturar que era el gobernador natural del pueblo, quien firma al calce del
documento (fol. 7v) con el nombre “Gabriel Hernández G[a]r[cí]a”.
[3]
Huaxtepec, literalmente, “en el cerro de guajes”. Sobre el árbol llamado “guaje”,
puede hallarse una extensa disquisición en Santamaría (1974: 569-70).
[4]
El topónimo está compuesto de atl y del sufijo locativo –icpac o –iquipac, “encima del
agua”. La referencia es a la glosa y dibujos que aparecen en la esquina superior izquierda
de la pintura, la que cabe inferir que se compuso con precedencia a la relación.
[5]
La explicación etimológica que proporciona la fuente debe tomarse con relativa
reserva. Cocoyoc podría significar “lugar de muchos coyotes” y, si está compuesto de
cocoyolli, “lugar de cocoyoles”, “en o sobre los cocoyoles”. Esta palmera suele abundar en
las tierras cálidas, y su presencia en el topónimo Cocoyoc resulta más consecuente que el
sugerido de cocoyotl. Por lo demás, en el capítulo 27, donde se describe la fauna local, no
se acusa la existencia de coyotes en la región.
[6]
Ayahualco, literalmente, “en el asentadero o rodeo del agua”.
[7]
La etimología que propone la fuente sugiere que el topónimo está compuesto de zaca
(tl), pal (li) y el locativo –co. Zacapal, aztequismo, es el nombre de una “planta del país
[Cuscuta umbellata, H. B. K.], especie de convolvulácea o enredadera, que crece en los
árboles de huamúchil”, de la cual se extrae una sustancia tintórea “con la cual los indios
preparaban una hermosa pintura amarilla” (Santamaría, 1974: 1138); Zacapalco, en
consecuencia, significa “lugar de zacapales”.
[8]
El manuscrito, fol. 2r, lee: “tzayçapalco”, lo que parece ser error del escriba.
[9]
Tetzhua, Tezhua o Texhua, conjeturable nombre del ídolo femenino aquí mencionado,
significa “la dueña de la mesa”; el topónimo derivado debería ser Tetzhuacan, como de
Colhua Colhuacan; Tetzhuaque, en consecuencia, es más bien un gentilicio, como lo era
culhuaque.
[10]
El manuscrito, fol. 2r, lee: “izpuchitl”; ichpochtli es “virgen, o muger por casar”
(Molina, 1944; ME, 32v).
[11]
Más bien, “en el montecillo”; tetella es “tierra fragosa de montes y sierras” (Molina,
1944: ME, 106v).
[12]
El manuscrito, fol. 2r, lee: “cuahutlixco”; pero el topónimo, al parecer, se compone de
quauh- atl, ix(tli) y –co, “en el ojo de agua del arbolado”, o “en el ojo de agua del
águila”.
[13]
Al margen se lee “Amjllpas. Amjlli quiere dezir ʻtierras de rriegoʼ.”
[14]
Topónimo de significado ambiguo, puede significar “donde hay muchas águilas” o
“donde hay muchos árboles”.
[15]
Olintepec, literalmente, “en el cerro del movimiento”.
[16]
La traducción más aproximada de Anenecuilco podría ser “en el zig-zag del río”.
[17]
Topónimo ambiguo, podría traducirse por “sobre el atambor de agua o del río”,
“sobre el viejo del agua o del río”, o, simplemente, “sobre el ahuehuete”, el Cupressus
disticha o el Taxodium mucronatum, un “árbol que crece en las orillas de los ríos, o en
lugares pantanosos…” (Santamaría, 1974: 45).
[18]
El nombre del ídolo femenino aquí aludido debió haber sido Suchimilcatzin, de donde
se derivó el topónimo, “lugar de la señora Suchimilca” o “de la huerta de flores”.
[19]
Más bien, “en la huertecilla de regadío”.
[20]
El manuscrito, fol. 3v, lee el nombre de esta diosa; “yzpuchitl quilaztle”. Ichpuchtli o
ichpochtli, como ya se indicó en la nota 10, significa “virgen, o muger por casar”;
quilaztli, a juicio de Garibay (Sahagún, 1956, : 352), tiene el significado probable de
“aumentadora de las legumbres”, y añade que era “otro nombre de la diosa madre”. En
otras palabras, cualquiera que sea el significado del apelativo quilaztli, no hay duda de
que se trata de una diosa de la fertilidad.
[21]
Es difícil asegurarlo, pero la fuente parece asociar el nombre de la diosa Quilaztli a la
voz mexicana choquiliztli, “lloro” (Molina, 1944: EM, 79v), asimilando aquélla a “la
Llorona” de la tradición popular. Ver Santamaría (1974: 671).
[22]
En el manuscrito, fol. 3v, testado entre “tenían sus” y “saçersotes”: “ydolos”.
[23]
El manuscrito, fol. 4r, lee: “papaeques”; papahuaque, plural de papahua, quiere decir
“guedejudos” (Molina, 1944: ME, 80r).
[24]
Literalmente, “4 movimiento”.
[25]
El manuscrito, fol. 4v, lee: “quetzalpazaquetle”; se trata, sin embargo, del que llama
Sahagún (1956, : 303; : 79) quetzalpatzactli, una especie de morrión de plumas
preciosas que usaban los señores en la guerra a modo de divisa o insignia.
[26]
Más bien “cabezas rapadas o trasquiladas”, de cua(itl) y chiqui; nombre de una
dignidad militar (ver Durán, 1967, : 167, 283, 284 Y 584).
[27]
En el manuscrito, fol. 4v, entre “mejor” y “puede”, testado, se lee: “podia”.
[28]
Aunque el manuscrito, fol. 4v. lee: “tequaxtle”, se ha adoptado aquí la lectura de
Sahagún (C. Florentino, 1979, : lib. 3°, pf. 3, fol. 5r): “tequachtle”, según él, unas
“mantillas pequeñas”, a diferencia de las llamadas quachtli, que eran mantas grandes.
[29]
Molina (1944) no registra esta voz en su diccionario, aunque sí algunas formas
compuestas, como ma-totomoniliztli, “ampollas de las manos”, y xi-ttomonaliztli,
“bexiga de quemazón” (1944: EM, 10r, 19v). Totomonaliztli es un derivado verbal del
frecuentativo totomoni, cuya forma más simple es tomoni, “tener ampollas” (Siméon,
1885: 649, 654).
[30]
Matlalin, “azul… fino” o “color verde oscuro” (Molina, 1944: EM, 18r; ME, 53r), era el
nombre que recibía “…una hierba de dos codos de largo, raíces fibrosas, tallos cilíndricos y
delgados, hojas delicadas, numerosas, y flores parecidas a violetas purpúreas y azules…”
(Hernández, 1959, II: 34-5), posiblemente la planta que, en Veracruz y Tabasco recibe el
nombre de matalí (ver Santamaría, 1974: 703).
[31]
Por obvio error del escriba, en el manuscrito, fol. 5v, se lee: “tiene tiene”.
[32]
Es topónimo de significación ambigua; podría traducirse por “lugar de árboles” y por
“lugar de águilas”.
[33]
Algunos de estos nombres se han corregido ligeramente en mi transcripción para
facilitar al lector su identificación en las obras de Hernández (1959) y Sahagún (1979).
[34]
Ilamatepec significa, literalmente, “en el cerro de la vieja”; el mapache, tlacuache o,
como le llama la fuente, “tejón”, solía recibir, entre otros nombres, el de ilamaton, “la
viejilla” (ver Hernández, 1959, II: 295-96).
[35]
Gutiérrez de Liébana se equivocaba, si con el “ellos” aludía a los indios de Huaxtepec,
porque batey es una palabra que importaron los españoles de las islas del mar Caribe.
Motolinía (1971: 380) indica que “el juego a do jugaban [la pelota] llamábanle [los indios]
tlachtli y tlachco; los españoles llámanle batey, que es nombre de las islas”. Por lo demás,
como se puede observar, la voz batey designaba la cancha misma del juego, no, como
pudiera esperarse de lo que dice Gutiérrez de Liébana, la pelota, que era de hule. De
momento, y sin tener otros datos, la información contenida en este pasaje parece
inexacta.
[36]
Gutiérrez de Liébana nos está remitiendo al capítulo 22 de la RG de Tepuztlan, cuyo
texto se podrá consultar, arriba, en este mismo tomo de relaciones de México. Véase,
también, FPT (1905, : 247). La RG de Tepuztlan fue preparada por el mismo Gutiérrez
de Liébana, a 19 de septiembre de 1580, cinco días antes de la presente.
[37]
Molina (1944: ME, 2r) registra el verbo aceceyoa con la acepción de “henchirse el
mahizal de yeruas ásperas, por no le auer labrado”, y la voz acecentli, que se refiere a
“las dichas yeruas ásperas”, mientas Swadesh & Sancho (1966: 44) derivan de centli o
cintli el término acicintli, el que traducen por “clase de maleza”; sin embargo,
Hernández (1959, , 123) describe el acecentli como una “planta acuática semejante al
maíz.” La fuente, sin duda, se refiere a esta última planta.
[38]
El nombre de esta semilla podría traducirse por “chian machacado”. Sobre el
chiantzotzolli, ver Hernández (1959, : 68-9).
[39]
Esta frase parece que se debe entender “a más de treinta fanegas de grano por cada
fanega de semilla”.
[40]
Más consecuente con el sistema que prevalece en mi transcripción sería la lectura
izticpatli, “yerba o medicina fría”. Ver Hernández (1959, : 470, 471).
[41]
El manuscrito, fol. 6v, lee: “yacacutzahuyc”; se trata de la yacacozauhqui (ver
Hernández, 1959, : 343, 408-9) o “punta amarilla”.
[42]
La lección del manuscrito (fol. 6v) es “pujahuaque”; se trata de la hierba denominada
poxahuac (ver Hernández, 1959, : 89; Molina, 1944: ME, 83v).
[43]
Por error del escriba, el manuscrito, fol. 6v, lee: “chichicplatle”.
[44]
Sobre el tecomaxochitl, ver Hernández (1959, : 141-2, 395).
[45]
En vez de suchiococotl, que es mi lección, el manuscrito (fol. 6v) lee suchilococotl;
sobre el xochiococotl, ver Hernández (1959, : 147). Sobre la yerba pipitzahuac, no
pipitzagua como lee el ms. ver Hernández (1959, : 19, 86, 254-55).
[46]
Voz de lección incierta. Esta yerba no se pudo identificar.
[47]
Hernández (1959, : 438) registra muchas variedades de coapatli, “medicina o yerba
de serpiente”. Ver, también, Santamaría (1974: 256).
[48]
El nombre de esta yerba podría traducirse por “la de muchas pestañas pequeñas”;
cochiatl es “pestaña” (Molina, 1944: EM, 95v), y la voz está referida al verbo cochi, que
significa “dormir” (o. cit. fol. 47r). Sobre la planta denominada cocochiatl, conocida
también por el nombre pinahuihuitztli, ver Hernández (1959, : 94) y Santamaría (1974:
260); la cocochiaton puede suponerse que sería una variedad de esta yerba.
[49]
“Rodilla” es tlancuaitl o tanquaitl (Molina, 1944: EM, 105r), cuya etimología, un
compuesto de tlan(i) y de quaitl, parece ser “cabeza de abajo” (ver López Austin, 1980,
: 189); tlatlancuaye, por consiguiente, podría significar “la de muchas rodillas” o,
simplemente, “muchas rodillas”. Sobre esta planta, ver Hernández (1959, : 139-41).
[50]
El manuscrito, fol. 7r, lee: “ocotochitl”; se trata del ocotochtli, o “conejo de los
pinos”; sobre el cual puede consultarse Hernández (1959, : 303).
[51]
Ente “cristales” y “colorados”, el manuscrito, fol. 7r, lee, testado: “blancos”
[52]
Por obvio error del escriba, la lección del manuscrito (fol. 7r) es: “al treynta e vn
capitulos”.
[53]
Más bien, “el señor noble vencido o conquistado”. La traducción que propone la fuente
es digna de reflexión.
[54]
Inmediatamente después de “otra”, hay una palabra testada e ilegible (ms., fol. 7v).
[55]
Bernardino Álvarez, noble y altruista individuo del siglo XVI que merecería un buen
estudio biográfico, no sólo fundó “otro hospital” en la ciudad de México, sino, según
Somolinos D’Ardois (Vida y obra de Francisco Hernández, 1960: 174), fue “gran fundador
de hospitales de su época”. Sobre este filántropo, ver, en el mismo estudio de Somolinos
D’Ardois, las páginas 168 y 203.
[56]
Obsérvese que, no obstante que el párrafo final dice que firmarán “el gobernador y
uno de los alcaldes, con el señor alcalde mayor e intérprete”, en realidad únicamente
firmaron tres de los susodichos. Es dable conjeturar que el firmante Gabriel Hernández
García era el gobernador natural del pueblo (ver, arriba, la nota 2).
[En la cabeza de la relación, de
diferentes manos:] N° 183. Acapistla.
Acapistla. Arzob[is]pado de México.
N[uev]a Esp[añ]a. C .
PINTURA DE ACAPISTLA
las glosas
Advertencia: El pliegue vertical que hay en el centro de la pintura
la divide naturalmente en dos secciones. Para comodidad del lector,
la transcripción de las glosas se ha efectuado, horizontalmente y de
arriba abajo, primero en la sección de la izquierda y, después, en la
sección de la derecha.
Texcala, estancia
Atlitiqui, estancia (arriba, un nacimiento de agua)
Suchitlan, estancia (a mano derecha, el glifo “flor”)
Zoquiapa, estancia
Quebrada con agua, y súmese aquí y va a salir el agua abajo,
donde está señalada
Camino que va desta villa para el pu[ebl]o de Xumiltepeque
Glifo [Quauhtepec]
Achichipico, estancia
Ayapanco, estancia
La Villa de Acapistla, cabecera
Camino que [va] por Chimalhuacan y a México
Tianquez, y una fuente que hay en él (glifo “fuente”)
Camino que va de Ayacapistla pata el pu[ebl]o de Ocuituco
Una quebrada sin agua
Camino desta villa para el pu[ebl]o de Atlatlahuca, y también
para México
Ilucan, estancia
Tecaxiqui, estancia
Tecoc[o]zpa, estancia
Zahuatlan, estancia
Tetlicu[i]luca, estancia
Camino también para Ocuituco
Ecatepeque, estancia
Calalpa, estancia
Zacatepeque, estancia
Atlahuimulco, estancia
Camino que desta villa para la [“estancia”, testado] villa de
Huaxtepeque Pazulco, estancia (a mano izquierda, glifo no
identificado)
[En el dorso de la pintura:] Acapistla ¶ Acapistla
¶ En esta villa no hay ningún colegio ni hospital de que hacer
memoria, más de lo que está d[ic]ho y declarado. Y lo firmó el
d[ic]ho señor alcalde m[a]yor, [el] gobernador y alcaldes, con el
d[ic]ho F P , intérprete que a ello [asistió] y por
cuya lengua se declaró lo que está referido. J [ ] G[ ]
L (rúbrica). D P C (rúbrica). D M[ ]
S[ ] J , al[ca]lde (rúbrica). G [C ], al[ca]lde
(rúbrica). F [ ] P (rúbrica). Ante mí: H
G[ ] [ ] R , escribano de su Maj[es]t[a]d (rúbrica).
[Al dorso del manuscrito, de diferente letra:] Desc. y Pob. 1009, 8°
[1]
El corregimiento de Ocuituco, cuya RG se ha extraviado, comprendía en su jurisdicción
las cuatro alcaldías mayores de Acapistla, Huaxtepec, Tepuztlan y Yauhtepec. Las RGs de
Huaxtepec y Tepuztlan pueden consultarse en el presente volumen; la RG de Yauhtepec
también se ha extraviado. Ver mi Introducción a la relación de Acapistla.
[2]
El manuscrito, fol. 1r, parece leer: “xihuy tza capitzalan”.
[3]
El Códice mendocino, lámina 8 (1964, 21, 4), entre los treinta y tres pueblos que
conquistó Huehuemotecuhzoma en 1440, registra el de Yacapichtlan, cuyo glifo es un
cerro de cuya vertiente izquierda emerge una nariz de la que pende un colgajo.
Compuesto de xihui(tl), yaca(tl), pitz(tli) y –tzalan, el nombre antiguo de Acapistla
podría traducirse por “turquesa en medio del hueso o tabique de la nariz”.
[4]
El manuscrito, fol. 1r, parece leer: “…se dize y le llaman ayacapihtla”.
[5]
Esta frase no se puede entender, si no se tiene en cuenta que la de Acapistla fue,
probablemente, la última de varias relaciones que presidió el corregidor Gutiérrez de
Liébana.
[6]
El manuscrito, fol. 1r, lee: “dela tlalnagua”; aunque, en el fol. 2r, leerá claramente
“tlalnahuac”. Tlalnahuac, a secas, significa “junto a la tierra o tierras”; atlalnahuac,
que es mi reconstrucción conjetural, “junto a las tierras de riego”.
[7]
Compuesto de teopa(n), zol(li) y el locativo –co, significa más bien, “lugar de la iglesia
vieja”.
[8]
Compuesto de atlauh(tli), mol(li) y el locativo –co, “lugar del codo de la barranca alta”.
[9]
Compuesto de callal(li) y el locativo –pan, sobre el solar o tierra que está junto a la
casa o casas”.
[10]
El manuscrito, fol. 1v, lee: “tetlicuylucan”. Tetlacuilucan puede significar “lugar de la
piedra escrita” o, más probablemente, “lugar de la escultura de piedra” (ver Molina,
1944: EM, 58v).
[11]
Compuesto de te(tl), el intensificador co-, coz(tic) y el locativo –pan, “sobre las
piedras muy amarillas”.
[12]
El topónimo, que debería leerse Tecaxic, significa “lugar del cajete o lebrillo de
piedra”; si el escribano elidió una ele y el topónimo era Tlecaxic, “lugar del cajete o
lebrillo del fuego”. Ver, sin embargo, Códice mendocino, lámina 11 (1964, , 27, 5).
[13]
La etimología que propone la fuente sugiere que el topónimo está
incompleto.Quienquiera que haya hecho la traducción, estaba asociando el topónimo a los
verbos (niqu)ilochtia o (n)iloti (ver Molina, 1944: ME, 37v). Personalmente, no tengo
elementos para reconstruirlo.
[14]
Compuesto del atl y del sufijo-itec, literalemte, “dentro del agua”.
[15]
Compuesto de zoqui(tl), a(tl) y el sufijo –pan, “sobre el agua lodosa”.
[16]
Literalmente, “lugar que destila agua”.
[17]
La traducción del topónimo que propone la fuente no parece completa. Simplemente
“lugar de acequias o zanjas de agua” sería Apanco, compuesto de apan(tli) y –co.
Ayapango presenta dos posibilidades: se compone de a(tl), -y-, apan(tli) y –co, y significa
“lugar de acequias con mucha agua”, o se compone del negativo ay(a), apan(tli) y –co, y
significa “lugar sin acequia”. La pintura indica muy claramente que Ayapanco estaba
situado junto a una acequia, pero que ésta era subterránea. La segunda etimología
resulta, por eso la más probable.
[18]
El manuscrito, fol. 2r, lee a continuación, bajo testadura: “xantetelco”, topónimo que
habrá de reaparecer, asociado a los pueblos del Atlalnahuac, en el capítulo 36 de esta
relación.
[19]
Traduciendo todo el nombre, “el chichimeca Culebra larga”.
[20]
Dice Sahagún (1956, : 152): “…Tezcatlipoca, [llamado] por otro nombre Titlacáuan,
y por otro Yáotl…” Y, más adelante (ibid., p. 278) : “El dicho Titlacáuan también se
llamaba Tezcatlipoca…, Yaotzin…” Ángel María Garibay K. (Sahagún, 1956, : 358, 371)
traduce Titlacahuacan y Yaotzin, respectivamente, por “aquel de quien somos esclavos” y
“el enemigo”. Personalmente, y sin reclamar competencia para ir más allá de donde fue
en este caso Garibay, creo que Yaotzin puede significar también “el negrito” (ver Molina,
1944: ME, 31v), y, Yaotzin Titlacahuacan, “el negrito de quien somos esclavos”.
[21]
Según la cuenta de los meses registrada por Sahagún (1956, : 206-13),
panquetzaliztli venía a ser el décimo quinto de los dieciocho meses mexicanos. Su fiesta
celebrada al dios Huitzilopochtli, y el nombre del mes, según comúnmente se acepta,
significa “levantamiento de banderas” (ver Acuña, 1976: 304-6).
[22]
Lo que aquí se dice parece contradecir lo afirmado en el capítulo 14, pero es
consecuente con los datos del Códice mendocino (ver, arriba, la nota 3).
[23]
Obsérvese que la fuente no ha mencionado más guerra que aquélla, sin otro fin que el
de ejercitarse, que tenían con los de Huexotzingo.
[24]
Tochomitl, “pelo de conejo” (Molina, 1944: ME, 148r).
[25]
El estado, medida de longitud, equivale a cerca de dos metros y medio; la profundidad
de las dos barrancas aquí mencionadas se calculaba, por consiguiente, en más de cien
metros.
[26]
Matlaltic, “cosa de color verde oscuro” (Molina, 1944: ME, 53r); precedido por el
intensificador ma-, “cosa de color verde muy oscuro”. Molina (1944: EM, 88v) registra,
para “morado color escuro”, camopalli y camopaltic; pero, para “azul más fino”,
también metlaltic (ibid., fol. 18r).
[27]
Sobre el elotic, llamado por otro nombre huaxaten, coapatli, etcétera, ver
Hernández (1959, : 273), donde se describe la planta, su naturaleza y aplicaciones.
[28]
Literalmente, “batido” o “cocido de la tierra”.
[29]
Sobre el tlalcocol, llamado “yacapichtlense”, ver Hernández (1959, : 154).
[30]
Hernández (1959, : 189, 235), en cuya obra puede encontrarse la descripción de esta
plana, la llama quauhchichioalli, “árbol de las tetas”.
[31]
Hernández (1959, : 18-21) describe algunas variedades de esta planta, pero, en
ningún caso, indica que su uso sea de efectos mortales.
RELACIÓN DE CHICONAUHTLAN Y
SU PARTIDO
INTRODUCCIÓN
La breve RG de Chiconauhtlan, compleja, consta del texto impreso
en 1577 de la Instrucción y Memoria, y de siete planas, la última de
las cuales contiene apenas dos líneas y la firma del escribano. En
esa virtud, los que aprecian la fidelidad en los pequeños detalles
harán bien en corregir las inexactitudes de FPT (1905, VI: 167, n. 1)
y de Howard F. Cline (1972a: 331), ya que el primero indica que el
manuscrito consta de cuatro planas y, el segundo, de seis. Las fojas
no están numeradas y el informe, aparentemente, no se acompañó
de pintura alguna (ver cap. 10). El documento, cuyo texto ha sido
editado por FPT (o. cit., pp. 167-77), se conserva en el AGI de
Sevilla bajo la signatura “IG 1529, N° 392”.
El teatro donde se condujo la encuesta fue Chiconauhtlan,
aunque el lugar “donde siempre resid[ía] la justicia” era Tecama (cap.
11). Para este efecto, el 21 de enero de 1587, Pedro López de
Ribera, corregidor del pueblo y autor de la relación, ordenó
comparecer ante él a quienes serían los informantes, esto es, a los
cuatro gobernadores de aquellas localidades y a los “alcaldes indios”
de la principal cabecera. Aunque no se hace mención de él al
principio, en el párrafo que cierra el informe se hace constar que
cierto Hernando del Carpio también estampa al calce su firma,
“conmigo y el escribano”, en virtud de haber asistido “a hacer la dicha
relación susodicha”. Cabe presumir que Del Carpio desempeñó el
oficio de intérprete. El escribano fue Toribio de Mediavilla, quien tenía
aquel cargo a título real, y fungieron como testigos tres sujetos,
españoles probablemente, “estantes en este dicho pueblo”, dos de
los cuales, por razones que no se expresan, omitieron firmar.
Como ocurrió en otras partes y en similar coyuntura, el
conductor de la encuesta no reparó en que, para los pueblos de
indios, el cuestionario se debía iniciar en el capítulo 11; por eso, a
partir del mismo, la referencia a párrafos anteriores se hace
frecuente e inevitable. Por lo demás, justamente al llegar a este
capítulo 11, el entusiasmo que había producido hasta aquí
respuestas llenas de pormenor, empieza a acusar una sensible
fatiga. En contraste con el laborioso detalle de las diez primeras
respuestas, la descolorida vaguedad de las veinte y cinco restantes
parece sólo animada del exclusivo deseo de cumplir con el
expediente. ¿Por qué? Es posible que López de Ribera, al llegar a
este punto, haya caído en la cuenta de que la encuesta se había
iniciado con mal criterio y, consecuentemente, por frustración o
perplejidad, decidiera abreviarla, o bien que, desalentado por la
complejidad de las indagaciones que aún tenía ante sí, haya optado
por seguir el atajo de las excusas incomprobables.
En cualquier caso, las diez primeras respuestas de la RG de
Chiconauhtlan ponen de manifiesto que López de Ribera era un
hombre serio y responsable, en lo que pecaba más bien por más que
por menos. Tal vez circunstancias imponderables que afectaban su
evaluación de los datos presentados por sus informantes nativos
contribuyeron a desalentar sus propósitos iniciales. Él, por lo menos,
justifica sus omisiones en los capítulos 14 y 15, diciendo: “…yo no lo
pude saber, porque los indios que lo podían saber son muertos”; “…
espacificadamente, yo no he hallado quien me lo diga
verdaderamente.”
Comoquiera que haya sido, si las propuestas excusas de López
de Ribera invocaban en su descargo la cláusula sexta de la
Instrucción, donde se indica que “las relaciones vengan ciertas”, otra
vez estaba poniendo de manifiesto su poca reflexión. La Instrucción
no indicaba que se omitiera la información incierta, sino que las
respuestas se presentaran “breve y claramente, en todo afirmando
por cierto lo que lo fuere y, lo que no, poniéndolo por dudoso”. López
de Ribera, aparentemente, interrogó a sus informantes, escuchó sus
respuestas, evaluó su veracidad y, siguiendo su propio juicio, excluyó
de su informe todos aquellos datos que él encontró dudosos. La
relación resultante de aquella encuesta, y del criterio de quien
reclama ser el autor, es la que sigue.
[1]
Aunque el manuscrito lee uniformemente a lo largo del texto “Chiconautla”, yo me he
permitido, con juicio muy discutible, restituir el topónimo a su lección clásica.
[2]
El manuscrito, fol. 1r lee: “tlaguyzotel”.
[3]
Ésta, y las siguientes tres inscripciones con que comienzan los párrafos, aparecen en el
manuscrito anotadas al margen.
[4]
Literalmente, “lugar del nueve” o “de los nueve”.
[5]
En éste, y en todos los lugares donde ocurre el topónimo, el manuscrito lee “thecama”.
Se ha corregido en mi transcripción en forma parcial, porque la lectura correcta debería
ser “Tecaman”.
[6]
Tecaman, literalmente, significa “en la boca de piedra” o “en la boca de las piedras”;
de una manera más inteligible, “en la cueva”. El error del nahuatlato, según se puede
inferir de ésta, y de la traducción que da a Ticoman, debió derivarse de que tuvo a la
vista los glifos de estos lugares. Se puede conjeturar que el glifo Tecamac estaría
representado por una piedra, tetl, una boca, camatl, y una mano, maitl. Esta última
solía representar el sufijo locativo –man. Por eso puede observarse que el nahuatlato hace
mención de “una mano” al traducir el topónimo Ticoman, cuyo verdadero significado no
he encontrado la forma de reconstruir.
[7]
Xumetla o Xometla, literalmente, “donde abundan los saúcos”.
[8]
El glifo Xaltocan puede consultarse en el llamado Códice mendocino, láms. 3
[9]
El topónimo debería leerse Ayacac; su traducción en la fuente es aceptable, o, si se
quiere, “en la punta del río o acequia”. A partir de este topónimo, él incluido, hasta el
final del párrafo, la letra del manuscrito se empequeñece y las líneas se aprietan, lo que
sugiere que el espacio se dejó inicialmente en blanco para ser llenado más tarde.
[10]
El manuscrito, fol. 1v lee: “tlamelagucan”, pero la traducción que presenta, aunque
no etimológicamente exacta, es aceptable. Tlamelahua es “endereçar algo” o “yr
derecho vía recta a alguna parte” (Molina, 1944: EM, 53r ME, 126v); Tlamelahuacan,
“lugar donde algo [el camino] se endereza”.
[11]
El manuscrito, fol. 1v lee: “palantan”, pero la traducción que presenta es correcta.
[12]
Si se admite que la lectura del topónimo es correcta, su traducción debería ser “en la
muralla o pared”; si, al contrario, la traducción es la correcta, el topónimo debería leerse
Atenco, “en la orilla del agua”.
[13]
Sahagún (1956, : 263) describe cierto animalejo acuático denominado aneneztli, y
Hernández (1959, : 392) otro que él denomina anenez. Sus descripciones respectivas no
coinciden. En cualquier caso, parece que el presente topónimo está referido a esta
especie acuática comestible y que el nahuatlato, por extensión, tradujo “lugar de
pescadores”.
[14]
Compuesto de a(tl), cuitlapil(li) y –co, significa literalmente “en la cola o rabo del río”
o, en términos más asequibles, “en el afluente del río”.
[15]
Más bien, “en la orilla de juncias o tules” y, consecuentemente, “en la orilla de la
ciénaga”.
[16]
Literalmente, “entre o junto a los vientos”.
[17]
Tlatelli o tlatilli significa “altoçano, o montón de tierra grande” (Molina, 1944: ME,
134v, 136v); el afijo –ol, que dichos montículos tenían forma redondeada; -co es el
locativo. La traducción que propone la fuente es, por consecuencia, meramente
asociativa.
[18]
En rigor, “en el redondel que forman los sauces”.
[19]
No, sino “en la orilla del montículo”, o “junto al altozano”.
[20]
Literalmente, “en la orilla de la sementera”. El manuscrito, fol. 1v, lee: “cabo
sementera”.
[21]
Más bien, “casa de gobierno de la nobleza”.
[22]
El manuscrito, fol. 1v, lee: “y jayoq”. Ixayoc significa “en donde se llora”.
[23]
Aquí reaparece el –tocan ya comentado en la nota 8, esta vez asociado a atl. Un
compuesto afín es atoctli, “tierra gruessa, húmida y fértil” (Molina, 1944: ME, 9r),
precisamente porque es “donde se derrama el agua”.
[24]
Más ajustadamente, “en el cerro de los vientos”.
[25]
No cabe duda de que el topónimo está mal leído. Deberá corregirse por Tlatelpan o
Tlatilpan (ver, arriba, la nota 17), que significa “sobre el montículo”, o, como traduce
libremente la fuente, “casa alta”.
[26]
El manuscrito, fol. 1v, lee: “guyjahtiquipal”, lección que no parece la de un topónimo
ni aun después de la reconstrucción tentativa que propongo en mi texto. En cuenta a su
traducción, la fuente no deja lugar a duda: se trata del “árbol del “árbol del cual sacan
una medicina que se ponen las indias en la cabeza”, esto es, del árbol llamado
vulgarmente “huisache” (ver Santamaría, 1974: 608-9), de cuya vaina se extraía una
tinta que las indias usaban para teñirse el cabello. Hernández (1959, I: 128) ha descrito
este arbusto, y FPT (1905, : 171, n. 1), tratado de justificar el topónimo, cita estas
palabras del proromédico: “Jus etiam decoct[um] siliquarum praeservat a fissura omnique
alio vitio capillos, si cum luto palli vocato misceatur, duratque annos tinctura”, lo que, en
romance, quiere decir: “Además, el jugo cocido de las vainas preserva de fisura, y de
todo otro vicio, los cabellos, si se mezcla con el lodo llamado palli, y dura la tintura años
enteros”. Entonces, todo está claro, excepto cómo debe reconstruirse el topónimo en
discusión.
[27]
No se ha podido identificar con certeza a este Francisco Hernández. Ver FPT (1905,
: 171, n. 2).
[28]
Obsérvese que hay error en la fecha. Como indica FPT (1905, : 171, n. 3), “…los
primeros españoles no pudieron llegar por allí sino a fines de 1519”.
[29]
En lo tocante a la pintura, esta respuesta es ambigua. Difícilmente puede inferirse de
ella si se llegó a componer o no. En cualquier caso, la presente relación no está
acompañada de pintura.
[30]
Sobre aspectos y datos que omitió la respuesta a este capítulo, se recomienda
consultar la nota 1 de FPT (1905, : 173-74).
[31]
La frase es ambigua, y lo mismo puede entenderse en el sentido de el cerro recibía el
nombre de Tepetl, como de que, en la lengua del pueblo, “cerro” se decía tepetl.
[32]
El presente no es un traslado del texto original ni de su copia fotográfica, sino de la
transcripción editada por FPT (1905, VI: 177).
RELACIÓN DE HUEXUTLA
INTRODUCCIÓN
La RG de Huexutla está precedida por las hojas impresas en 1577
de la Instrucción y Memoria, y consta de una pintura suelta, sobre
papel europeo que mide 90 x 77 centímetros, cuya superficie se
conformó con varios retazos pagados, y de un texto manuscrito en
diez planas. Una observación: el capítulo 11 de la Memoria impresa
está adicionado, a mano, con una leyenda que, al reproducir a
continuación el capítulo, aparecerá en letra cursiva. Dice así:
11. En los pueblos de Indios, solamente se diga lo que distan del
pueblo en cuyo corregimiento o jurisdiction estuuiere, y del que
fuere su cabecera de Doctrina, declarando todas las cabeçeras
que en la jur[isdicci]ón ouiere, y los sujetos que cada cabeçera
tiene, por sus nombres.
El manuscrito y la pintura de Huexutla se conservan en el AGI de
Sevilla, identificado el primero mediante la referencia “IG 1529, N°
385”) y, la segunda, en la Sección de Mapas y Pinturas, mediante el
número 16 correspondiente a mapas de México. Texto y pintura han
sido publicados por FPT (1905, VI: 183-92) y, la pintura sola, por
Kubler (1948, I: fig. 27) y por MacAndrew (1965: fig. 134).
La RG de Huexutla presenta ciertas peculiaridades. En el
preámbulo introductorio de la relación, tanto el corregidor, Cristóbal
Pérez Puebla, como el escribano nombrado, Cosme Damián, hablan
en primera persona: “…don Martín Enríquez me envió una
Instrucción… y me mandó a mí, Cristóbal Pérez Puebla… Y…,
siendo yo… corregidor en este pueblo… mandé parecer ante mí a
…”; y, poco antes de concluir el preámbulo, dice el escribano
nombrado: “…pasó todo lo sobredicho ante mí, Cosme Damián…”
(los subrayados son míos). Estos detalles causan mayor extrañeza,
al observar que la acción del corregidor Pérez Puebla, en lo que a la
redacción del documento concierne, se limitó a adicionar de su puño
una línea para excusar la omisión de la firma del intérprete Ortiz de
Zúñiga (ver nota 19 al texto), y a estampar la suya al calce del
informe.
Por su parte, el escribano nombrado, Cosme Damián, no parece
haber contribuido más que su superior al escrito. Las líneas finales,
donde da fe y estampa su firma, tienen rasgos caligráficos
visiblemente distintos, no comunes con los de la letra que prevalece
en el manuscrito. La letra del informe no es del puño del escribano
Cosme Damián. ¿De quién es, entonces? En mi opinión, de uno de
los intérpretes, del indio Martín Vázquez, porque el otro, español,
Alonso Ortiz de Zúñiga, no sabía ni siquiera firmar.
Y, con esto, tocamos otra de las peculiaridades de la RG de
Huexutla. En el preámbulo introductorio a la relación sólo se
menciona al intérprete Alonso Ortiz de Zúñiga, de quien se dice que
era “lengua castellana y mexicana” y de quien se tiene noticia que
tenía en encomienda el pueblo de Tlachinolticpac (ver nota 3 al
texto); pero, en el párrafo que cierra el informe, ya se hace mención
de dos intérpretes: el que se acaba de nombrar, y Martín Vázquez,
“indio”. Su firma acusa rasgos caligráficos muy cercanos a los de la
letra del documento y él es, en fin, el candidato más calificado a ser
autor del escrito. Si Cosme Damián, el escribano nombrado, hubiera
puesto la pluma en él, sin duda no habría leído su primer nombre
“Gosme” (ver nota 2 al texto), sino “Cosme”, como lo hizo al firmar, y
probablemente, tampoco, habría introducido a las dos primeras
personas que hablan en el preámbulo.
Al margen de esos problemas, la RG de Huexutla es un
interesante testimonio, nativo, ya que recoge las palabras de los
indios principales y más viejos de aquel distrito, acerca de la historia,
comercio y tradiciones de ese pueblo de Pánuco. Y, por si fuera poca
contribución, allí está su hermosa pintura. El dibujo de la iglesia y
convento, aunque elemental en su perspectiva y sombreado, es de
un impresionante detalle. Un verdadero platillo para los historiadores
del arte novohispano en la época virreinal.
PINTURA DE HUEXUTLA
las glosas
Advertencia: Las glosas se han transcrito horizontalmente, de
izquierda a derecha y de arriba abajo. Esta pintura ostenta huellas
visibles de que, para conformar su superficie total (90 x 77 cm.) se
adicionaron varios segmentos de papel europeo.
Tianquiztli (mercado)
Teopancali Huexutla (casa de la iglesia de Huexutla)
Pahuala
Ilamatzinco
Toncozahuelan
Pochtlan
Teacalli
Totonacapan
Panacaztlan
Chololan
Macue[x]tepetlan
[En el centro del dorso de la pintura, se lee:] Desc. y Pob. 650.
6°
5 ¶ A esta pregunta, dijeron que este pu[ebl]o de Huexutla tiene
nueve estancias pobladas, aunque son pocos indios, porque ahora
[hará] quince años o veinte había cantidad de gente en este pu[ebl]o
y su[s] sujetos, y [dicen] que, por causa de las hambres y
enfermedades que han tenido, han faltado, de cuatro partes de los
que había, las tres; y así, tienen muy poca gente. Y,
estas estancias que tienen, todas tienen iglesias, y las casas de los
cerca de las iglesias, en congregación de pu[ebl]o
formado. Y [los indios] son de poco entendimi[ent]o e inclinados a
beber, y no de mucho trabajo, por ser tierra cálida. Tienen dos
lenguas: una, mexicana, y otra, tepehua. Y viven de hacer mantas de
algodón y, algunos, de vender sal, porq[ue] en este pu[ebl]o es la
contratación de la sal de toda esta tierra; aunq[ue] viene de muy
lejos, q[ue] viene de Campech[e] y, otras veces, de Tampico, cuando
allí la hay.
6 ¶ Deste capítulo no saben ninguna cosa, ni hay en este pu[ebl]o
quien lo sepa.
7 ¶ Está este pu[ebl]o de Huexutla [a] cuarenta y ocho leguas de la
ciudad de México, a la parte norte, saliendo de México.
8 ¶ Este pu[ebl]o de Huexutla parte términos con el pu[ebl]o de
Tlachinolticpac por la parte del sur,[9] [y] hay ocho leguas del un
pu[ebl]o al otro: dello es camino llano y, dello, muy áspero, y va
haciendo vueltas en muchas partes. Por la parte de levante, parte
términos con el pu[ebl]o de Tamuxunchale.[10] está el un pu[ebl]o del
otro [a] dos leguas. Por la parte del norte, parte términos con el
pu[ebl]o de Coyutla: hay dos leguas del un pu[ebl]o al otro, [y] es
camino, parte, llano y, parte, áspero. Por la parte del poniente, parte
términos con el pu[ebl]o de Tamalol: hay del un pu[ebl]o al otro dos
leguas, [y] el camino es razonable.
9 ¶ A este capítulo no saben cosa ninguna, más de que les parece
que habrá, en este pu[ebl]o de Huexutla [y] en sus estancias, como
quinientos indios tributarios, casados y por casar.
10 ¶ El sitio deste pu[ebl]o de Huexutla: [Está a]sentado en unos
cerrillos bajos y, por medio, pas[a] un valle pequeño;[11] y, a causa
de ser el sitio desta manera, no hay calles concertadas. Y hay pocos
vecinos, [ya] que habrá como cincuenta vecinos indios. La iglesia
deste pu[ebl]o está edificada en un alto, [y] es la iglesia, pequeña y
de bóveda, muy bien fundada [y] de calicanto; y la casa de los
religiosos es baja y de calicanto. Ñps religiosos que aquí están son
de la S A , que habrá cuarenta años que
residen en este pu[ebl]o, poco más o menos.
11 ¶ A este capítulo dijeron que este pu[ebl]o de Huexutla es
corregimi[ent]o por sí más ha de treinta y cinco años, y que no tiene
jurisdicción más desta cabecera de Huexutla y [de] sus estancias.
Los nombres dellas son los siguientes: Tonzocahuelan,[12] Teacal,
Panacaztla, Macuextepetlan, Chololan, Totonacapan, Puchtlan,
Ilamatzinco [y] Tepehuacan.
12 ¶ A este capítulo está, arriba, respondido en otro capítulo.
13 ¶ A este capítulo está, arriba, respondido.
14 ¶ A este capítulo dijeron que el señor que ellos conocieron,
postrero en su gentilidad, fue un cacique que se llama[ba]
C [ ] , que después se bautizó y se llamó D .
[13] Y [éste] era muy principal, y que le daban todos los indios de las
sementeras que cogían de maíz, [y] chile, algodón y frijoles, gallinas
y mantas; y, de to[do] lo que tenían, le daban abundantemente, y no
por vía de tasación. Y [dijeron] que, de muchos pueblos de [hasta]
veinte [y] treinta leguas de aquí, le venían a traer muchos presentes
destas cosas arriba contenidas, porque, después de tenerle por
cacique, les hacía entender q[ue] él era [quien] tenía poder para
hacer llover y [para] q[ue] diese frutas la tierra. Y, así, venían de
muchas partes, si tenían falta de agua, a saber cuándo había de
llover, y que [él] le[s] respondía qué día había de llover, y que
sembrasen. Y dicen que acertaba en todo, porque hablaba con el
Demonio, y que, a esta causa, le tenían gran respeto y le obedecían
en todo lo que les mandaba, así en guerras como en todo lo que él
quería.
En lo de sus ceremonias y ritos, dijeron que, en cada pu[ebl]o,
tenían una casa donde tenían sus ídolos, y [que] tenían uno que le
tenían por mayor dios de los que ellos adoraban, que le llamaban
T . Dijeron los que declaraban, y los intérpretes, que no
sabían qué quería decir [este nombre] en lengua castellana.[14] Y
este ídolo era hecho a figura de un hombre, y no supieron decir de
qué metal, porq[ue] dijeron q[ue] indios v[e]ían [a] aquel
T . Y que, sin éste, había en esta casa otros muchos
ídolos de piedra y de madera, y que [a] esta casa [la] guardaban
ciertos indios, y que estos indios andaban tiznados todo un año, [y]
que no se lavaban en to[do] el año ni [se] llegaban a mujer. Y éstos
tenían cuidado de barrer, y encender y echar para
sahumar a sus ídolos, y hacer, de noche, fuego en el patio de la
casa. Y éstos estaban un año en este oficio y, después, los
mudaban. Y los demás indios, caciques y , iban allí a
llevar ,y y , para [el] sahumerio. Y [dicen] que,
fuera de allí, donde cada uno quería se sacrificaba, horadándose las
orejas y punzándose más debajo de las rodillas, a la parte de la
pantorrilla; y que se punzaban la lengua y, la sangre que salía, la
escupían, rociando a[l] ídolo con ella. Y, cuando tenían falta de agua,
iban a un cerro y sacrificaban [a] un muchacho degollándole y,
después, lo echaban en una concavidad que tenían hecha, y una
piedra encima, y rogaban a su ídolo que les favoreciese y diese
agua, u otra cualquier necesidad que tuviesen. Y, el que había de
cortar la cabeza a este muchacho, había de ayunar un día antes, sin
comer bocado. Y esto [es lo que] supieron deste capítulo.
15 ¶ A este capítulo dijeron que el [ ] que era señor
mandaba a otros principales que había en el pu[ebl]o, y que éstos
ejecutaban lo que él mandaba. Y que el que hurtaba, si tenía con
q[ué] pagar el hurto, no le daban más pena; y el que adulteraba con
las mujeres del señor, que tenía muchas, si era principal, matábanlo
por el adulterio, y si era , no lo mataban, sino él y sus
parientes daban muchos presentes, con q[ue] le aplacaban la ira del
señor.
Dijeron que este pu[ebl]o de Huexutla tuvo muchas guerras con
el pu[ebl]o de Tlachinol[ticpac], que está [a] ocho leguas, y con
Cuezalingo,[15] que está a seis leguas, y con Tahuizan, que está a
seis leguas, y con Tahuizan, que está a seis leguas, y con Tazotuhco,
[16] que está a cuatro leguas, y con otros pueblos que estaba[n] en
esta comarca. Y peleaban con arcos y flechas y rodelas, y unas
espadas de palo, que injerían en ellas navajas de pedernal. Y
[dijeron] que sus mantenimientos eran maíz y chile y frijoles y
calabazas, carne de venado que mataban, [y] que lo mismo usan
ahora, y muchas frutas; y que, en aquel tiempo, había mucha
cantidad de gente, y ahora muy poca, y que la causa por que esto
sea no la saben.
16 ¶ A este capítulo está, arriba, respondido.
17 ¶ El asiento d[este] pu[ebl]o de Huexutla no es sano, ni su
comarca, por ser tierra muy cálida, y, un mes antes de navidad y otro
después, corre el viento norte muy frío en demasía, y esto
destempla los cuerpos de los hombres y, así, causa muchas
enfermedades de calenturas; y báñanse los naturales y, ansí, se
mueren muchos. Y la cura que tienen es uno que llaman ,
donde sudan, que es como baño.
18 ¶ Está deste pu[ebl]o, [a] obra de seis leguas hacia el sur, la
sierra de Meztitlan, que es muy áspera, que tiene quince leguas de
ancho la sierra de norte sur, y, de levante a poniente, es muy larga,
que dicen que tiene más de doscientas leguas.
19 ¶ Pasan por este pu[ebl]o dos ríos. El uno lleva muy poca agua, y
se junta con el otro. En tiempo de seca, llevan poca agua; en tiempo
de aguas, llevan grandísima cantidad de agua, porque acude de la
sierra comarcana, que es de la de Meztitlan. [A] la ribera destos ríos
no puede haber riesgos en ellas, porque hay grandes pedregales. Y
trigo no se da en esta tierra, y no tienen huertas ni
aprovechami[ent]o[s] ningun[o]s.
20 ¶ No hay, en términos deste pu[ebl]o de Huexutla, ninguna cosa
de lo que este capítulo dice.
21 ¶ No hay en este dicho pu[ebl]o cosa de lo que este capítulo dice.
22 ¶ Árboles silvestres, hay muchos como arcabucos, que son unos
montecillos cerrados y de ningún provecho, si no es para leña. Y no
hay árbol silvestre de provecho, ni aun para hacer casas.
23 ¶ Los árboles que llevan fruta, en este pu[ebl]o y su comarca, son
chicozapotes, cocales[17] y aguacates y guayabos, plátanos,
, [y] ; todos éstos son árboles
de fruta de la tierra. De Castilla, hay naranjas y limas y cidras; y
otros árboles y frutas de Castilla no se dan, por ser la tierra muy
cálida.
24 ¶ El sustento destos naturales es, como está dicho, maíz, frijoles,
chile, calabazas y , que es como verdura.
25 ¶ [De] lo contenido en el capítulo, ninguna cosa dello se da en
esta tierra.
26 ¶ A este capítulo no supieron dar razón ninguna dél.
27 ¶ En este pu[ebl]o de Huexutla y su comarca, hay leones pardos
y gatos cervales y adives, que son zorras, y venados y conejos y
gallinas montesas, y puercos monteses que tienen el ombligo encima
del lomo; aves [hay] ,[18] que es como faisán . De Castilla
no hay ave ninguna, si no son gallinas: estos naturales las crían, y
crían gallinas de la tierra, que son como pavas.
28 ¶ De lo contenido en este capítulo no hay ninguna cosa en este
pueblo ni su comarca.
29 ¶ [De] lo contenido en este capítulo no hay cosa ninguna dello en
este pu[ebl]o ni su comarca.
30 ¶ En este pu[ebl]o, ni [en] su comarca, no hay salinas ningunas;
provéese de sal de Campech[e], que hay más de cuatrocientas
leguas deste pu[ebl]o a Campech[e], y viene por la mar hasta un
puerto que se llama Amoyoc, que es [a] quince leguas deste
pu[ebl]o; y, otras veces, se provee de Tampico, cuando se hace sal
en las salinas de Tampico, que son [a] treinta leguas deste pu[ebl]o.
Otros mantenimientos traen de fuera, que es harina, que la traen de
Tulantzingo, que hay, dende este pu[ebl]o a Tulantzingo, treinta y
siete leguas. Maíz, aquí lo cogen, y, cuando hay falta, suben a la
sierra de Meztitlan por ello.
31 ¶ Las casas deste pu[ebl]o y su comarca son hechas, las partes,
de palos y barro, y cubiertas de paja, y la madera [es] de caña
maciza, que la cogen de la ribera de su[s] ríos.
32 ¶ En este pu[ebl]o no hay fortaleza ni casa fuerte, si no es el
monaste[ri]o.
33 ¶ En este pu[ebl]o, la contratación q[ue] hay es de sal q[ue] traen
de fuera, y se vende aquí cantidad dello, porq[ue] bajan aquí los
indios de la sierra de Meztitlan a comprarlo; ansí, indios y españoles
tratan en esto. Los naturales pagan su tributo a su Maj[es]t[ad] en
mantas de algodón.
34 ¶ Este pu[ebl]o es del arzobispado de México. Está de México
[a] cuarenta y ocho leguas, donde está la catedral. Es camino
áspero, de muchas sierras y en muchas partes torcido, las veinte
leguas, y, las demás, es tierra llana y las leguas moderadas. Está
este pu[ebl]o a la parte del norte de la catedral; es corregimi[ent]o y
cabecera por sí.
35 ¶ En este pu[ebl]o hay un monasterio de l[a ]
S A , q[ue] ha más de cuarenta años que se comenzó a
fundar, y dicen que el primero que le fundó fue J [ ]
D , religioso de la S A . Y no hay
otra iglesia, ni monasterio ni capellanía, en este pu[ebl]o. Y están en
este monast[er]io tres o cuatro religiosos, ordinariamente.
36 ¶ A este capítulo está respondido en el capítulo arriba contenido.
37 ¶ Lo contenido en este capítulo: No hay en este pu[ebl]o [cosa]
ninguna dello de lo contenido en él.
38 ¶ [A] lo contenido en este capítulo no hay q[ué] responder,
porq[ue] está lejos la mar del pu[ebl]o.
39 ¶ En este capítulo no hay q[ué] responder.
40 ¶ En este capítulo no hay q[ué] responder.
41 ¶ En este capítulo no hay q[ué] responder.
42 ¶ En este capítulo no hay q[ué] responder.
43 ¶ En este capítulo no hay q[ué] responder.
44 ¶ En este capítulo no hay q[ué] responder.
45 ¶ En este capítulo no hay q[ué] responder.
46 ¶ En este capítulo no hay q[ué] responder.
47 ¶ En este capítulo no hay q[ué] responder.
48 ¶ En este capítulo no hay q[ué] responder.
49 ¶ En este pu[ebl]o de Huexutla, muchas veces está el cielo
nublado y con neblina, por causa de ser la tierra muy húmeda y
montuosa, y, ansí, no es la tierra sana.
¶ Acabóse de hacer esta relación en este pu[ebl]o de Huexutla,
en cuatro días del mes de febrero de mil y quinientos y ochenta
años, en presencia de C [ ] P P y ante mí, C
D , escribano nombrado, y siendo intérpretes A [ ] O
Z y M[ ] V , indio, entrambos ladinos en la
lengua castellana y mexicana, y siendo presentes los indios arriba
contenidos, y otros principales. Y lo firmaron de sus nombres lo[s]
que supieron firmar, y otros dijeron que no sabían firmar; y [n]o firmó
el intérprete,[19] porq[ue] dijo q[ue] ni sabía firmar. C [ ]
P P (rúbrica). M[ ] V (rúbrica). P
V[ ] (rúbrica). D A V (rúbrica). D
J [ ] Q (rúbrica). J M[ ] P (rúbrica).[20]
Pasó ante mí: C D , es[criba]no nombr[ra]do (rúbrica).
Reproducción de la última plana de la relación de Huexutla.
[1]
El manuscrito, fol. 1r lee: “chiconamel”. Explica FPT (1905, : n. 1) que “el nombre
del pueblo es mexicano y debía escribirse Chiconamelco…” Chiconamelco significa,
literalmente “en las siete fuentes”. A mediados del siglo , era encomienda de Alonso
de Audelo y, veinte años más tarde, lo poseía Juan Méndez de Sotomayor (FPT, l. cit.).
[2]
Salvo en la firma que presumiblemente el propio escribano plantó al calce del
documento, en todos los demás sitios donde aparece, este nombre se lee: “gosme
damian”. La caligrafía de la firma de Cosme Damián no es la que prevalece en el
manuscrito.
[3]
Alonso Ortiz de Zúñiga era nieto del conquistador del mismo nombre (Dorantes de
Carranza, 1970: 159) y, presumiblemente, hijo de Sancho Ortiz de Zúñiga y de María de
Cisneros (o. cit., p. 316). Nieto de esta casa, “heredó cuatro mil pesos de renta del
pueblo de Tlachinolticpac” (o. cit., p. 436) y, según afirma Porras Muñoz (1982: 267),
casó con “una hija de don Gabriel, doña Ana de Chávez”, de la que tuvo descendencia.
[4]
Por error del escriba, el manuscrito (fol. 1r) da al topónimo la lección “guaxutla”.
Según Molina (1944: EM. 107v; ME, 157r), “sauze, árbol conocido” se dice vexotl, y
“sauzedal, lugar destos árboles”, vexotla.
[5]
Testado a continuación, en el manuscrito (fol. 1v) se lee: “en”.
[6]
Tal como se lee en la fuente, quequexquitl, no he encontrado registro de esta planta o
raíz en vocabulario ni tratado alguno. Hernández (1959, : 215, 239, 255) se refiere al
quequexquic; Santamaría (1974: 904) considera el nombre quequesque una “variante de
quequeste”, planta que identifica con la Colocasia antiquarum y los Xanthosoma
violaceum y robustum. Dice que es “…un género de plantas aráceas…, la cual produce un
rizoma comestible, farináceo, semejante al sagú”. Yo diría que es un rizoma parecido al
jengibre.
[7]
“Nombre indígena [?] que en algunas partes del país dan a la anona común (Annona
squamosa), y en otras a la sincuya (A. purpurea)” (Santamaría, 1974: 43). Ver Hernández
(1959, : 23).
[8]
Sobre los guacamotes y guamóchiles, ver Santamaría (1974: 566, 571); no he podido
averiguar qué son los zoales ni los ohosites. Los segundos tal vez tengan algo qué ver con
el “ojite” (ver Santamaría, 1974: 770).
[9]
Tlachinolticpac, “sobre lo quemado”, como ya se indicó en la nota 3, estaba
encomendado en el intérprete Alonso Ortiz de Zúñiga, participante en esta relación.
[10]
El prefijo tam-, locativo, sugiere que el topónimo es de origen huasteco. FPT (1905,
: 186, n. 2) asevera haberlo visto escrito “Tamasonchal”, y que estuvo encomendado en
Juan de Azedo.
[11]
La frase, en el manuscrito (fol. 2v), se lee, literalmente: “El sitio deste puǫ de
huexutla, sentado en vnos cerrillos bajos y por medio paso vn valle pequeño…”
[12]
Este topónimo, en la pintura, se lee: “toncoçavelan”.
[13]
El escribano sufrió aquí algunas perplejidades. Primero escribió: “…vn cacique, que se
llama cocotectli. que después se baptiço y se mo do don domjngo”; después corrigió,
escribiendo entre líneas, sobre “mo”: “/lla/ /”, pero no testó el “do”.
[14]
Tezcatlipoca, según traduce Garibay (Sahagún, 1956, : 358), es “espejo
reluciente”, “espejo ahumado”.
[15]
Cuezalingo, en traducción de FPT (1905, : 188, n. 2), quiere decir “lugar de
llamas”. Ver, en este mismo volumen, la nota 127 al texto de la RG de Ichcateupan.
[16]
FPT (1905, : 189, n. 1), observa que los pueblos de Tahuizan y Tazotuhco, a
mediados del siglo , estuvieron encomendados en Alonso de Navarrete y Juan de
Busto, respectivamente. Y, asimismo, que el topónimo Tahuizan, en los documentos
antiguos, se lee indistintamente “Tauçan” y “Tauçian”, y, Tazotuhco. “Tançetuco” o
“Taçituco”.
[17]
El manuscrito (fol. 4r), por error del escriba, lee: “cocayes”.
[18]
Este nombre fue corregido con más temeridad que consejo. El manuscrito (fol. 4r)
lee: “equatotli”. Podría haber corregido, igualmente, ecatlotli, “halcón del aire”.
Influenció mi decisión la fuente, que dice que “es como faisán”. Ver descripción del
ecatototl en Hernández (1959, : 329, 339).
[19]
El manuscrito (fol. 5v) lee: “y lo firmo el intérprete porq dijo q no sabia firmar”. Esta
frase parece escrita, y añadida, de mano de Cristóbal Pérez Puebla. El último párrafo,
como se puede observar, atestigua que fueron de los intérpretes que participaron en la
encuesta de Huexutla: Alonso Ortiz de Zúñiga, que es el que omitió firmar, y Martín
Vázquez, “indio”. En mi opinión, Martín Vázquez fue, además de intérprete, quien
redactó el escrito.
[20]
Esta firma es de lectura dudosa, porque hay de por medio un manchón de tinta. FPT
(1905, : 192) ha leído: “Juan Pérez”. Podría haber, por lo menos, una opción más: la de
leer, a secas, “martjn perez”. Es un punto que, de momento, no reviste importancia.
RELACIÓN DE ICHCATEUPAN Y SU
PARTIDO
INTRODUCCIÓN
La RG de Ichcateupan, que agrupa bajo su rumbo las relaciones de
otras diez cabeceras y tres estancias, está precedida de las hojas
impresas de la Instrucción y Memoria (1577), y consta de una
cubierta o portada y de sesenta y ocho planas escritas de puño del
escribano Gonzalo de Rojas. La plana correspondiente al folio 32v
apenas contiene seis líneas. El manuscrito, que no se acompañó de
mapa o pintura, se conserva en el AGI de Sevilla, “IG 1529, N° 377”;
su texto fue publicado por FPT (1905, VI: 87-152).
El problema más visible, no el más importante, que plantea este
cuerpo de ralaciones es el relativo a la fecha en que éstas se
compusieron y, aunque menos observable, el de su lugar de
composición. Para objetivar el problema y que éste pueda ser
apreciado en conjunto, se preparó el cuadro siguiente, donde las
relaciones están en el orden que sus autores les dieron, apareciendo
en primer lugar, a la izquierda de cada columna, el título de la
relación; después, en cursiva, el pueblo donde se dice que aquélla
fue escrita, y, por último, la presunta fecha de sus composición.
Ichcateupan-Ichcateupan-oct 15
Tzicaputzalco- Teloloapan-oct 20
Alahuiztlan-sin lugar-sin fecha
Oztuma-Oztuma-oct 12
Acapetlahuaya-Oztuma-sin fecha
Coatepec-Teloloapan-oct 15
Tlacotepec-Tlacotepec-nov 8
Utatlan-Tetela-nov 12
Tetela-Tetela-nov 16
Cuezal-sin lugar-sin fecha
Apaztla-sin lugar-sin fecha
Tenepatlan-sin lugar-sin fecha
Teloloapan-Teloloapan-dic 1
Tutultepec-Teloloapan-dic 1
El pequeño cuadro anterior permite observar que las relaciones
del parido de Ichcateupan se compusieron en tres etapas bien
definidas: la primera, del 12 al 20 de octubre; la segunda del 8 al 16
de noviembre, y la última, al primero de diciembre. En el primer
periodo se compusieron seis relaciones, lo mismo que en el segundo,
y, en el tercero, las últimas dos. La distancia que hay entre estas
diferentes etapas es de dieciocho y de quince días, respectivamente,
comprendiendo cada una, la primera, ocho días aparentes de
trabajo; nueve, la segunda, y la tercera, uno.
El desorden cronológico en que las relaciones de la columna
izquierda se suceden contrasta con la normal secuencia temporal de
las mismas en la columna derecha. FPT (1905, VI: 87, n. 1), que
observó esta dislocación de las datas, comentó que nada había en el
expediente que justificara un trastorno tal. Es un juicio más bien
ligero. Aunque la primera descripción que el capitán Lucas Pinto y
sus ayudantes, Gonzalo de Rojas y Alonso Velázquez Godoy,
prepararon en el partido, fue la de Oztuma, a 12 de octubre, no cabe
duda que, atendiendo a que Ichcateupan era la cabecera oficial del
corregimiento, los autores decidieron darle a su descripción el primer
lugar. Menos obvio es el motivo por que la relación de Tzicaputzalco
fue colocada en el segundo lugar; pero es probable que, una vez
desarticulado el orden cronológico de los textos de octubre, los
autores hayan decidido adoptar, para esta primera serie, uno
jerárquico. En la lista que precede a la relación del pueblo de
Ichcateupan, el nombre de Tzicaputzalco aparece después del de la
cabecera oficial del corregimiento, seguido, como acontece en la
secuencia de textos, de Alahuiztlan, Oztuma y su sujeto.
Hasta aquí, todo resulta lógico y sin problema. Pero, rompiendo
esta aparente armonía, después de las descripciones de Oztuma y
de su sujeto, aparece la del pueblo de Coatepeque: ésta, no sólo
desafina en el coro cronológico y no encaja en el orden jerárquico
que establece la lista, sino que constituye el verdadero problema.
Para empezar, tiene la misma data que se atribuye a la descripción
de Ichcateupan, y, para acabar de enredar las cosas, reclama haber
sido escrita en el pueblo de Teloloapan. Esto es, que, si las datas
son fidedignas, habría que suponer que el mismo día 15 de octubre,
después de efectuar la encuesta en Ichcateupan y de escribir su
informe, el capitán Lucas Pinto y sus subalternos recorrieron cuatro
lenguas “grandes” de malos caminos, “de muchas piedras y cuestas”,
para llegar con toda celeridad a Teloloapan, interrogar a los
principales de Coatepeque previamente convocados allí, y redactar
el informe. No tiene sentido, por más celo que se conceda al
funcionario Pinto, ni parece justificable un apresuramiento tan
insensato y tan sin objeto. Total, para dejar correr cinco días antes
de reanudar la empresa y, en fin, para coronarla mes y medio más
tarde. No, aquí hay gato encerrado.
Reexaminemos los hechos. Aceptado que la primera descripción
de esta serie de octubre fue la de Oztuma, escrita a 12 del mismo
mes, y última la de Tzicaputzalco, fechada a 20 de octubre, sólo es
posible concluir que los primeros diecisiete folios de la RG de
Ichcateupan no contienen las versiones originales de los respectivos
informes, sino que son un traslado de los mismos, hecho
posteriormente, a fin de dar a las descripciones un orden no
cronológico. Por consecuencia, si hubo traslado, el escribano bien
pudo cometer un error, por descuido o deliberado.
No siempre es negocio fácil establecer esta clase de errores,
aunque si lo ha sido en el presente caso. Una vez que estuvo fundada
la hipótesis, se procedió a cotejar las datas de las relaciones de
Ichcateupan y de Coatepeque, lo cual resultó en la evidencia de que
la data correspondiente al segundo pueblo es falsa, fruto deliberado
de una interpolación tardía del escribano. Si se examinan las planas
del manuscrito reproducidas aquí, se podrá observar que, al escribir
la primera línea de la descripción de Coatepeque, el amanuense dejó
al principio un espacio en blanco en el correspondiente al día, mismo
que fue llenado más tarde con un “qujnçe”. La letra, aunque del
propio escribano De Rojas, difiere en rasgos de pluma de la que
prevalece en la plana. Además, como el espacio era estrecho, el
interpolador se vio obligado a omitir la proposición “a” con que él,
invariablemente, acompaña el giro. La descripción del pueblo de
Coatepeque, en conclusión, no se escribió a 15 de octubre de 1579,
sino, probablemente, después de las de Tizcaputzalco y de
Alahuiztlan.
La RG de Ichcateupan es la más extensa de las contenidas en el
presente volumen. En la brevedad que me he impuesto para estas
introducciones, no cabe dar cuenta de la variedad de sus datos ni
tampoco enunciar, menos resolver a fondo, todos sus problemas. Allí
quedan sin explicar, por ejemplo, esas relaciones sin fecha ni lugar
de composición, así como esos largos periodos de aparente
inactividad entre etapa y etapa.
En términos generales, la historia económica, sociopolítica y
religiosa, que bosquejan las páginas que están a continuación, se
remonta a las primeras décadas del siglo XV, describiendo, entre
otras cosas, la delicada situación fronteriza entre el señorío de
México y el reino de Michoacán. Los datos que proporcionaron los
naturales de los distintos pueblos de este partido no siempre son
coherentes unos con otros, por lo que, alguna vez, será conveniente
cotejarlos cuidadosamente entre sí y con los de otras fuentes. Como
era dable esperar, ninguna de las relaciones del partido de
Ichcateupan hace referencia o mención que dé pie a sospechar que
por allí descansan los agitados huesos del caudillo Cuauhtémoc.
ICHCATEUPAN
11 ¶ Primeramente, el d[ic]ho señor corregidor se informó del pueblo
y cabecera de Ichcateupan, que es pueblo de indios. Llamóse
antiguamente Tuzteca, por ser, la lengua de los que lo poblaron,
tuzteca;[5] hay en él beneficiado. Tiene los sujetos siguientes:
¶ Amilco ¶ Pipincatla
¶ Tequizcisapa[n][6] ¶ Tenango
¶ Xaloztoque ¶ Amatepeque
¶ Pahuiya ¶ Huitzquila
¶ Tla[x]cala
Relación geográfica de Ichcateupan, manuscrito, folio 1r
Relación geográfica de Ichcateupan, manuscrito, folio 14v
12 ¶ El pueblo de Ichcateupan tiene, hacia el poniente, el pueblo de
Tzicapuzalco, q[ue e]stá [a] tres leguas pequeñas; tiene, hacia el
mediodía, el pueblo de Teloloapan, q[ue e]stá [a] cuatro leguas, y
tiene, lacia donde sale el sol, el pueblo de Ahueyiztaco, q[ue e]stá [a]
cuatro leguas. Tiene, por comarca, las minas de Tasco, q[ue e]stán
cinco leguas hacia donde sale el sol, y las minas de Tzaqualpa
tienen hacia el nordeste, a otras cinco leguas.
13 ¶ El pueblo de Ichcateupan se llama así, porque quiere
decir “algodón” [y] porque, antiguamente, sembraban en este pueblo
mucho algodón.[7] Son ahora, todos los naturales, chontales, q[ue]
hablan esta lengua, fuera [de] algunos que hablan, asimismo, la
mexicana.
14 ¶ Dijeron q[ue] eran, en tiempo de su gentilidad, de un señor que
se llamaba H [ ] , que fue el que fundó el pueblo, y a
éste solo reconocían por señor. Y le daba de tributo cada indio, cada
un año, una pierna de manta, y chile y sal, y todo lo que había
menester para su sustento.
Adoraban al Demonio [y] teníanle hechos templos; teníanle, en
ellos, de bulto. Lamábanle I T [ [y] ponían con él otra
figura de mujer: llamábanla A C .[8] Tenían, por
guarda, [a] dos indios, que eran sus sacerdotes, [aunque] había
otros muchos q[ue e]staban en el templo, y [dicen] q[ue] los dos eran
los principales. Tenían, q[ue] les habían de [dar de] comer, [a] una
doncella, y ésta estaba en el templo un año y, acabado, entraba
otra.[9] Iban cada día al templo, y rogaban a los que estaban en él la
rogasen por ellos;[10] y, así, uno de los que estaban dentro, c[ua]l los
dos sacerdotes señalaban, se iba delante del Demonio y se picaba la
lengua con espinas, y las orejas, y se sacaba cantidad de sangre y
encendía , y se volvía.
En sus casamientos tenían por costumbre [que], cuando alguno
se quería casar, íbase a los viejos que desto tenían cargo y les
decía q[ue] le buscasen mujer, que se quería casar. Jamás se
casaban [sino] hasta q[ue] llegaban a treinta años, ansí ellos como
ellas, porque decían que, casándose más temp[r]ano, se morían [en]
breve. Habiendo concertado el casami[ent]o, iban los viejos a casa
de la moza y llevábanla en hombros a casa de su esposo, toda
cubierta, y dejábanla allí. [Pero el novio] no dormía luego con ella, [si
no] hasta pasados cinco cías [durante] los c[ua]les él y ella habían
de ayunar. Y, pasados los cinco días, se la daban [para] q[ue]
durmiese con ella, y este día daban de comer a sus parientes.
Si tenían hijos, llevábanlos a casa de unos indios llamados
[ ] [ ] ,[11] y éstos habían de dar a cada criatura el
nombre q[ue] quisiesen, conforme habían hallado por sus si[g]nos,
[ya] que tenían puesto a cada día su nombre. Y, en el si[g]no en que
nacía, conforme aquello mandaban se nombrasen.
Si la mujer era floja y descuidada, y no hacía lo que el marido le
mandase, la echaban de sí y tomaban otra, acudiendo a los viejos de
arriba; si era edúltera, moría por ello. Las mozas y viudas tenían
licencia para tomar el indio q[ue] quisiesen. Castigaban con rigor a
los borrachos, y no podía beber vino sino quien el señor señalase. A
los ladrones castigaban con rigor, y, si fuese hurto probado, moría
por ello. Y todo lo que se sentenciase lo había de ver primero el
señor, y en su presencia se hacía el castigo.
15 ¶ Tenía el señor que los tenía a cargo,[12] para que le ayudanse a
juzgar, dos principales, y, sin éstos, no podía juzgar nada, y tampoco
los dos se apartaban de lo que el señor mandaba y quisiese. Tenían
nombradas personas que tenían cargo de prender [a] los
malhechores, los cuales se llamaban ,[13] que quiere decir
“guardadores”, y éstos tenían cargo de rondar de noche. Traían
guerra con los indios[14] de Tasco, y de los pueblos de Tzicaputzalco
y Nu[ch]tepeque, sobre que querían sujetarlos. Todas las veces que
iban a la guerra, iba su cacique y señor con ellos. Peleaban con
arcos y flechas y lanzuelas, [que] tenían, por hierros, navajas. Tenían
esta orden en el pelear: iban, delante, los mozos, y luego los viejos,
y, tras éstos, iba su capitán y cacique con los principales y la gente
más valiente. Llevaban para su reparo a la guerra unas camisetas
estofadas que les llegaban a la cintura, los brazos arremangados.
Traían por hábito, en tiempo de paz, unas mantas sueltas atadas en
el hombro y unos pañetes con que se cubrían sus vergüenzas. Al
presente, traen sus camisas y zaragüelles y jubones, y las mantas
que antiguamente traían atadas al hombro. Las mujeres andaban
vestidas con sus naguas, q[ue] son una manta revuelta a la cintura [y]
que les allega hasta la espinilla, y una camisa larga sin mangas ni
cuellos q[ue] se llaman ; y desta manera andan ahora.
Comían chile y tortillas de maíz, y yerbas y alguna caza. Los
principales comían gallinas de la tierra que tenían, y ahora las tienen,
y la gente común no podía comer gallina ni caza, y, si mataban
alguna, la habían de dar a su gobernador y cacique y a los
principales. Vivían antiguamente mucho t[iem]po, y esto muy sanos,
porque comían poco y trabajaban mucho, y no conocían mujer hasta
ser de treinta años, y no andaban tan holgazanes como ahora.
Tenían por fiesta emborracharse, y esto lo habían de hacer los
principales [a] quien el señor había señalado, y ningún indio común
podía beber vino, so pena de muerte, y castigábanlo con rigor.
16 ¶ El pueblo de Ichcateupan está asentado en una cuchilla de un
cerro pequeño; tiene, por una parte y por otra, quebradas, y por
ellas están pobladas las casas, apartadas unas de otras. No hay
llano ninguno, [sin que] todos son cerros, y muy ásperos. Y [hay] uno
q[ue e]s mayor, que está a la parte de a do sale el sol y cerca del
pueblo: se llama Quauhtomaltepetl, por tener en sí unos árboles que
dan una fruta que la llaman .[15]
17 ¶ El pueblo de Ichcateupan antes es sano que enfermo, aunque
los naturales dicen q[ue] algunas veces les dan cámaras de sangre, y
esto a menudo, y, asimismo, mal de pechos. Y se tiene entendido
[que es] por ser continuo y reinar el viento de a donde sale el sol.
Cuando se sienten malos de cámaras de sangre, beben [un brebaje
que hacen de] una frutilla muy menuda, como mostaza, que la llaman
, y algunos hallan con ella mejoría y, otros, no. Y, cuando sienten
el mal de pechos, beben cosas amargas.
18 ¶ El pueblo de Ichcateupan está, del monte y cordillera de las
minas de Tasco, [a] cuatro leguas, y algunas estancias sus sujetas
están en el mismo monte. Llaman los indios a este cerro y cordillera,
Quauhtomatepec; es la cordillera que viene de las minas de
Zultepeque y [de las] minas de Tzaq[ua]lpa[n].
19 ¶ Tiene[n, a] media legua de la cabecera, un río pequeño q[ue]
baja de las montañas de Nu[ch]tepeque, y estancias y tierra de
Tzicaputzalco; pasa por un pueblo, su sujeto, llamado Atenango.[16]
No se puede regar su orilla, por ir metido entre los cerros y no haber
llano en toda su ribera. Tiene el d[ic]ho pueblo de Ichcateupan, junto,
un ojo de agua grande q[ue] sale debajo de unas peñas, y está, por
do sale, entre dos cerros, un poco [de] llano, q[ue] será de ancho
doscientos pasos a partes, y a partes menos, y de largo tendrá dos
tiros de arcabuz, a lo que parece. En este espacio se riega, y da tres
frutos al año, q[ue] son maíz, frijoles y chile. No es el agua muy
buena, porq[ue] sale por peñas de cal.
22 ¶ Las frutas q[ue] hay en su comarca y sujetos son plátanos,
guayabas, zapotes blancos, guaje y cañas du[l]ces. No hay frutales
de Castilla. Tienen, a legua y a dos leguas, en el monte, mucha leña,
y madera de todas suertes para labrar casas y las iglesias.
23 ¶ No hay en este d[ic]ho pueblo ningún frutal de los de Castilla, y
dicen los naturales q[ue] ya los han sembrado y no se dan, por ser
[la] tierra de cal y de poca sustancia.
24 ¶ Las semillas de que se aprovechan son frijoles, chian, chile,
maíz, pepitas [de calabaza y] . Destos [mismos] se
aprovechan ahora, y dicen que siempre, antiguamente, tuvieron estas
semillas.
27 ¶ Los animales q[ue] hay, silvestres, son tigres [y] leones
pequeños q[ue] hacen daño; hay muchas aves de rapiña y muchas
gallinas silvestres, monteses, y venados. Hay muchas gallinas de la
tierra y de Castilla, las c[ua]les se crían en abundancia. Tienen
algunas yeguas, y no se dan por ser tierra áspera; danse conejos [y]
codornices.
30 ¶ El d[ic]ho pueblo de Ichcateupan no tiene salinas, pero vanla a
mercar al pueblo de Tzicaputzalco, q[ue] está [a] tres leguas, y al
pueblo de Alahuiztlan, q[ue] está [a] cinco leguas, q[ue] tienen
salinas. Provéense de carne de vaca [y] carnero de las minas de
Tasco, y, de algodón para su vestir, se proveen de los pueblos de
Tetela y Axuchitlan, que está a veinte y [a] veintitrés leguas,
[respectivamente].
31 ¶ Las casas, por la mayor parte, son bajas, y algunas, q[ue] son
de los principales, tienen algunos altos. Lábranlas, algunos, de piedra
con barro, y, la piedra, pequeña, y otros, con adobes. Cubren las
casas con zacate. Son, por la mayor parte, pequeñas, y cércanlas,
como corral, de cañas de maíz, y las puertas son de las mismas
cañas.
32 ¶ En el d[ic]ho pueblo de Ichcateupan no hay fuente, y el que más
cerca está es el de Oztuma, q[ue] tenía allí M , del c[ua]l se
hará más larga relación en el capítulo [correspondiente] de Oztuma;
estará, deste pueblo, [a] seis leguas.
33 ¶ Los tratos y contratos que tienen, y granjerías de que viven, son
maíz, gallinas de la tierra y de Castilla, y alguna fruta, lo c[ua]l llevan
a vender a las minas de Tasco y [a] Tzaqualpan. Y, asimismo, se
van [a] alquilar muchos indios a las d[ic]has minas, [en las] q[ue] se
les paga por semana cuatro reales. Y desto pagan su tributo a su
Maj[es]t[ad], q[ue e]s un peso y media fanega de maíz por año.
34 ¶ Cae este pueblo en el arzobispado de México, q[ue] habrá,
deste d[ic]ho pueblo allá, veintiocho leguas, Son los caminos, en
partes, ásperos y, en partes, llanos; y, así, son los caminos, según la
disposición de la tierra en ir, derechos o torcidos.
35 ¶ En este d[ic]ho pueblo hay una iglesia grande, a donde acude
toda la gente a misa y, la de las estancias, [en] las fiestas; [pero] hay
otras ermitas en el circuito, dejado aparte que en cada estancia hay
su iglesia con el advocación q[ue] tomaron. Reside aquí en este
pueblo, como cabecera [que es], el beneficiado, y de aquí va a visitar
[a] los demás pueblos que tiene a su cargo.
¶ Por manera que esta averiguación se hizo con los principales y
más viejos del dicho pueblo y cabecera de Ichcateupan; no se
hallaron presentes más q[ue e]l d[ic]ho señor correg[id]or, y [el]
escribano y [el] , por ser tierra adonde no habitan ni
están españoles. Y, así, lo firmó[17] el d[ic]ho señor correg[id]or, y
[el] y el prese[n]te escribano. L P (rúbrica).
A [ ] V (rúbrica). Ante mí: G R ,
escribano nombrado (rúbrica).
TZICAPUTZALCO
pintados, con los muslos. [E] iban todos juntos, sin orden ninguna, y
arremetían unos y otros a tomarse a brazos, y el que más podía
llevaba al otro a su alojami[ent]o, y, después, los llevaban a sus
pueblos y los sacrificaban en sus templos al Demonio que tenían
hecho de bulto.
Traían, en tiempo antiguo, una manta sola encima de sí, y unos
pañetes con que cubrían sus vergüenzas: y, al pre[se]nte, traen sus
camisas, zaragüelles y jubones, y una manta de algodón como la
q[ue] traían antiguamente. Las mujeres traen el hábito q[ue] solían
traer antiguamente, q[ue] son naguas y . Los mantenimientos
que antiguamente tenían son los q[ue] al pre[se]nte tienen, q[ue] son
maíz, frijoles, chile, pepitas [de calabaza y] gallinas de la tierra, q[ue]
son de papada. Antiguamente, dicen q[ue] vivían más sanos que
ahora, y había mucha más gente q[ue] ahora. Y ahora no viven tan
sanos como en tiempos pasados y se mueren ahora muy a menudo,
y la causa no la saben.
16 ¶ Está el pueblo de Tzicaputzalco fundado en una cumbre de un
cerro bien alto, descubierto de todas partes. Toda la tierra deste
pueblo, y [la de] sus sujetos, es áspera, de muchas quebradas, rasa
[y] sin montes. Llámase esta comarca Zacango, [y] llámase así por
ser comarca de mucha yerba, porq[ue] quiere decir “yerba”.
[29]
Llámanse estas minas los Azulaques, por ser el metal que toca
en[tre] azul y morado.[36]
30 ¶ Tiene este d[ic]ho pueblo, en tres partes, unas salinas, que son
unos pozos de agua salada, la c[ua]l sacan dellos[37] y la echan a
uno[s] circuitos hechos en unas losas. Y hacen los circuitos de cal y
trementina (hecho [todo] un betún) de altor de tres dedos, porque, si
fuese hecho de otro betún, la fortaleza de la sal lo come[ría], Están
estas losas [a] media vara encima del suelo, y el agua que echan es
cuant[a] cubre el suelo de la losa, y déjanla estar ocho o nueve días,
conforme les hace el t[iem]po y el sol, y siempre van cebando cada
día las losas.[38] Y, después que está cuajada [la sal], la sacan y
venden, para su sustento y para pagar el tributo [a] q[ue] son
obligados. No es mucha [la] cantidad [de] la sal que hacen éstos.
31 ¶ So[n], las casas que tienen, pequeñas, de la misma manera y
talle que las demás de Ichcateupan.
33 ¶ El trato y granjería q[ue] tienen es la sal, gallinas, maíz, que
llevan a vender a las minas de Tzaqualpan y Tasco, y, asimismo, se
alquilan [los] indios para el trabajo de las dichas minas. Pagan al
presente el tributo en dinero, q[ue e]s un peso, y media fanega de
maíz por cada indio.
34 ¶ Está el d[ic]ho pueblo de Tzicaputzalco en la diócesis del
arzobispado de México [y a] tres leguas de la cabecera de
Ichcateupan, q[ue e]s adonde tiene el beneficiado su casa. Las
leguas son grandes, por ser [la] tierra doblada.
¶ Por manera que esta d[ic]ha averiguación se hizo con los
dichos principales del d[ic]ho pueblo de Tzicaputzalco; no se hallaron
presentes más q[ue e]l d[ic]ho señor corregidor, y [el] ,y
yo, el presente escri[ba]no.[39]
ALAHUIZTLAN
11 ¶ El pueblo de Alahuiztlan está [a] cuatro leguas del pueblo de
Ichcateupan, q[ue e]s la cabecera deste d[ic]ho correg[imien]to y
adonde asiste el cura y beneficiado. Tendrá trescientos tributarios,
con cabecera y sujetos, que son los siguientes:
¶ Teticpac ¶ Tlalpechco
¶ Ichcap[a]neca ¶ Cuezcontitlan
¶ Quauhxinacuila ¶ Ma atenco
¶ Tzitzicaltepec ¶ Iztapan, salinas
¶ Tlacocoxpan ¶ Maltepec
¶ Teteltzingo ¶ Totepec
¶ Ximahapan ¶ Cuatlayacac
¶ Cuxmatlipan[40]
12 ¶ Tiene este d[ic]ho pueblo, por comarcanos, los pueblos de
Ichcateupan, que está cuatro leguas hacia donde sale el sol; el
pueblo de Tzicaputzalco, que está dos leguas hacia el nordeste; el
pueblo de Tlataya, que está seis leguas hacia el poniente;[41] el
pueblo de Oztuma, [que] está tres leguas hacia la parte del
mediodía, [y] tiene, por la parte del norte, las minas de Zultepeque,
[a las] que hay siete leguas. Son las leguas destos dichos pueblos
largas, malas y de mal camino, por ser tierra muy doblada y de, a
partes, muchos pedregales.
13 ¶ No hubo ningún indio que se acordase porqué causa le pusieron
el nombre de Alahuiztlan.[42] Llámase, la lengua, chontal, por hablar
todos chontal.[43]
14 ¶ Averiguóse q[ue e]l primer señor que tuvieron fue un cacique
llamado N [ ] ,[44] y a éste le daban de triunfo, cada año
de su cuenta cada indio, una pierna de manta de largor de cinco
varas y tres cuartas de ancho, [y] dábanle una pelota de cera del
tamaño de una naranja, y media fanega de maíz y media de chian.
Tenían por dios al Demonio, pintábanle en figura de culebra,
llamábanle T ,[45] y ofrecíanle , q[ue e]s incienso de
la tierra. Cuando le querían hablar y pedir algo, se picaban la lengua
y las orejas. Aparecíaseles muy a menudo en figura de hombre.
Hablaba y trataba con ellos, y decíales lo que habían de hacer.
Cuando se casaban, hacían gran fiesta. Comvidábanse unos
parientes a otros, y el desposado iba a casa de la desposada, y allí
se la entregaban. Y, si era floja y perezosa, la podían echar de sí y
tomar otra, y, si le hacía adulterio, moría por ello. Si alguno hurtaba
algo, hacíanlo esclavo de aquel a quien hurtaba, por toda la vida. Si
tomaban [a] alguno haciendo adulterio con alguna soltera, a él y a
ella castigaban muy bien. Cuando algún señor se moría, enterraban
con él [a] dos indias y [a] dos indios, [y] matábanlos primero que los
enterrasen, diciendo que era para que allá le sirviesen. [Y]
enterraban con ellos todo lo que tenían, y mucha comida.
Y, desta manera, estuvieron mucho t[iem]po debajo de la
gobernación de N [ ] , y de sus descendientes, hasta
q[ue], de su voluntad, se sujetaron a M , rey de México, por
tenerlo por amparo de quien les qusiese hacer mal, al c[ua]l daban
de tributo mantas, maíz [y] chian. Y, venido que fue el M [ ]
V , los envió a llamar desde la ciudad de México y los
encomendó a un L , el c[ua]l los tuvo un año, y después
los tuvo un M .[46] Desde ento[n]ces se volvieron
cristianos, y [dicen que] no se acuerdan [de] quién fue el padre q[ue]
les bautizó.
15 ¶ Gobernábanse éstos de Alahuiztlan [de la manera siguiente]: el
cacique q[ue] los tenía a cargo era el señor ante quien acudían [en]
todos los negocios. Tenía [a] otros dos indios, que eran como
al[ca]ldes, que conocían de las cosas menudas, y no podían hacer
nada sin q[ue] lo comunicasen con el señor.
Traían guerra, en tiempo antiguo, con los de Tzicaputzalco y los
de Tlataya, y después que fueron sujetos a M y reyes de
México, tenían la d[ic]ha guerra con los de Mechoacan. Por
mandado de los d[ic]hos reyes de México, acudían con bastimentos
y armas y ayuda, cuando era menester, al fuerte que M
tenía en Oztuma, por ser el amparo desta tierra, a donde estaba la
guarnición del d[ic]ho M . Llevaban a la guerra unos jubones
sin mangas, bastados en algodón: [iban] con sus arcos y flechas, [y]
peleaban sin orden ninguna. Si tomaban [a] algún indio, luego lo
mataban y sacrificaban a sus ídolos.
Andaban desnudos antiguamente, con sola una manta y unos
pañetes con que cubrían sus vergüenzas, y, de presente, andan
vestidos con camisas, zaragüelles y jubones, y las mantas q[ue]
antiguamente traían. Aprovéchanse de los mantenimi[ent]os que
antiguamente solían tener, como son maíz, frijoles, chile, pepitas [de
calabaza] y chian. Vivían, antiguamente, más sanos que ahora,
por[que] se daban al trabajo ; aunq[ue] no les faltaban
enfermedades, como son viruelas y humores, y otras enfermedades.
16 ¶ Está al d[ic]ho pueblo de Alahuiztlan poblado en una cumbre de
un cerro; tierra descubierta, por estar alta. Llámase un valle que está
allí cerca, al pie del cerro adonde está el pueblo, Zacatepec, por
haber en él mucho zacate.
17 ¶ El d[ic]ho pueblo de Alahuiztlan se tiene por más enfermo que
sano, por estar descubierto en alto [y] porq[ue] reina allí el viento
levante, q[ue] les da con él romadizo y les acude a menudo cámaras
de sangre. Y, cuando les da el romadizo, tienen por remedio [el] de
echarse por las narices una yerba que se llama ; y, cuando
les da las cámaras de sangre, beben la cáscara del cacao, q[ue] la
tienen por buena.
18 ¶ El d[ic]ho pueblo de Alahuiztlan está [a] tres leguas [de] una
cordillera muy alta, de muchos riscos, que cae hacia el noroeste, a
l[a] c[ua]l llaman Te[t]etepetl, que quiere decir “cerro de piedras”;[47]
es cordillera que va a Zultepeque y a las minas de Tzaqualpan.
19 ¶ Está el d[ic]ho pueblo de Alahuiztlan [cerca] de un río q[ue] baja
de las minas de Tzaqualpan y Zultepeque, dos leguas del d[ic]ho
pueblo y cabecera hacia el noroeste. No es muy grande, pero, en
t[iem]po de aguas, es muy trabajoso de pasar por las muchas
piedras que tiene. Aprovéchanse dél de algún pescado; todas sus
riberas son agrias, de muchas sierras y quebradas, q[ue] va
ensenado, sin que haya parte a donde se pueda aprovechar de sus
aguas para regadíos.
20 ¶ Hay, en los términos del d[ic]ho pueblo de Alahuiztlan, [a] tres
leguas de la cabecera,[48] unas salinas que tienen muchos pozos de
agua salada, y, entre ellos, hay uno grande, que tendrá seis estados
de hondo,[49] que la mitad del agua es dulce y, la otra mitad, de agua
salada, y la salada está debajo de la dulce. Y, para sacar della para
hacer sal, echan un cántaro y le hinchen de agua de la dulce, que
está arriba, para que con el peso se vaya al fondo; y déjanlo estar
allá, hasta que el agua salada echa la dulce, y después lo sacan [el
cántaro] lleno del agua salada. Y tienen, junto al pueblo y cabecera
adonde viven, algunos pozos de que beben, y, en t[iem]po de seca,
carecen de agua.
22 ¶ Tienen, en este pueblo y sus sujetos, muy pocos árboles de que
se aprovechan, ni hay silvestres, por carecer dellos. Y, los que
tienen, son bajos y de poco provecho; aprovéchanse dellos para leña
para quemar.
23 ¶ Los árboles que tienen de cultura en este d[ic]ho pueblo son
aguacates y guayabas y plátanos, y naranjas y [ ]; no
tienen de España, si no son naranjas y cañas.
24 ¶ Las semillas que tienen son maíz, frijoles, chian, chile, y algunas
matillas que llaman , de tres o cuatro maneras, [que]
algunas cultivan y, otras, nacen entre otras yerbas. Tienen
magueyes, que se aprovechan para sacar vino y cáñamo, [y] para
hacer cordel e hilo. [De] la hoja deste maguey se aprovechan para,
con el zumo, curarse de heridas y descalabraduras. Árboles de
Castilla no tienen ningunos.
26 ¶ Las yerbas que tienen, de algún provecho para curarse, son una
yerba y frutilla que se llama ,[50] que es una frutilla del
tamaño de un grano de pimienta, la c[ua]l, molida, la comen y beben
los que sienten dolores, y, con una raíz de otra yerba que llama[n]
ellos [ ] , la beben para los q[ue] están acalenturados; y
desto se aprovechan y lo tienen por bueno.
27 ¶ Los animales que tienen, bravos, son venados, conejos, liebres
y muchas codornices; y, domésticos, son perrillos [y] gallinas, de la
tierra y de Castilla, q[ue] deste género se dan en cantidad.
30 ¶ Hay, en algunos pueblos sujetos deste d[ic]ho pueblo, en cuatro
partes, salinas de unos pozos de agua salada, [de] que hacen [sal]
en cantidad de más de dos mil fanegas cada un año. La manera
como la hacen es: que sacan el agua y la echan encima de unas
losas que tiene cercadas de un borde de tres dedos en alto, hecho
de un betún de trementina, porque no se puede hacer de otra cosa
porque lo come la sal por la gran fortaleza que tiene, y cada día van
cebando [las losas] con la d[ic]ha agua, y, en t[iem]po de seca, está
cuajada en siete días. Aprovéchanse desta sal para su sustento y
tributo, y la llevan a vender a las minas de Tzaq[ua]lpan, Tasco y
Zultepeque. Y muchos españoles vienen a comprarla a las mismas
salinas, porque se halla q[ue e]s mejor esta sal q[ue] otra ninguna
desta comarca. Y todo esto es así, porq[ue e]l d[ic]ho señor
corregidor lo ha visto, y lo certifica con yo, el d[ic]ho escribano.
31 ¶ La forma y edificios de las casas son como los demás de
Ichcateupan y Tzicaputzalco.
32 ¶ En un sujeto deste d[ic]ho pueblo,[51] que se llama Iztapan, q[ue
e]s adonde están las salinas, está un fuerte en un cerro redondo, con
tres cercas a trecho cada una y sus fosos, la c[ua]l dicen q[ue] la
hic[ier]on en t[iem]po de M para guardar la sal de los
tarascos. Y, [a] otras tres leguas de la cabecera deste d[ic]ho
pueblo, está el fuerte principal q[ue] había en toda esta tierra, q[ue
e]s el de Oztuma, adonde los mexicanos tenían guarnición contra los
tarascos.
33 ¶ Las granjerías q[ue] tienen estos indios son la sal, q[ue e]s la
principal, que venden la fanega, allí, a veinte reales, y, en las minas,
[52] a treinta y dos reales, y maíz [y] gallinas, q[ue] llevan a vender a
las dichas minas para pagar su tributo, que es un peso y media
fanega de maíz cada un indio por año.
34 ¶ Cae este dicho pueblo [en la] diócesis del arzobispado de
México, que está [a] treinta leguas. Son las leguas grandes y malas
hasta salir a tierra llana, q[ue e]s el valle de Toluca y de
Tenantzingo.
¶ Por manera q[ue e]sto se averiguó con los dichos principales y
viejos antiguos del d[ic]ho pueblo de Alahuiztlan, estando presente el
d[ic]ho señor corregidor, y [el] y yo, el presente
escribano.[53]
OZTUMA
¶ En el pueblo de Oztuma, a doce [días] del mes de octubre del
dicho año de setenta y nueve años, el d[ic]ho señor L
P , correg[id]or susodicho, y el d[ic]ho AL[ ] V
G y yo, el d[ic]ho G R , escribano de su
juzgado, mandó parecer ante [sí] a los principales, gobernador, y
al[cal]des y más viejos antiguos del d[ic]ho pueblo y sus sujetos, de
los c[ua]les, después de venidos, se les preguntó lo siguiente:
11 ¶ Está este dicho pueblo de Oztuma, de la cabecera del
corregimi[en]to de Ichcateupan, seis leguas hacia donde sale el sol,
un poco hacia el nordeste; y del pueblo de Teloloapan, q[ue e]s la
cabecera del cura y beneficiado, está cuatro leguas hacia el sudeste,
todo camino malo, y de muchas cuestas y quebradas. Tiene los
sujetos siguientes:
¶ Acapetlahuaya, de mexicanos
¶ Izcucatzinco ¶ Quauhyabatlitlan
¶ Pahualapa ¶ Tonalpauhca
¶ Iztapan ¶ Texayaquica
¶ Tzacatlan ¶ Tia[n]guiscolco
¶ Tetzilacastla ¶ Miahuatepec
¶ Xuagalatenco[54]
Estos pueblos están poblados y son sujetos a la cabecera, que
habrá tributantes, por todos, trescientos y veinte indios tributantes.
12 ¶ El pueblo de Oztuma está, del pueblo de Teloloapan, cuatro
leguas hacia el sudeste; y, del pueblo de Tutultepeque, estará tres
leguas hacia el sudeste; y, del pueblo de Tlataya, estará siete leguas
hacia el noroeste; y, del pueblo de Alahuiztlan, estará tres leguas
hacia el nordeste; y las minas de Tasco estarán [a] doce leguas; y
las de Tzaqualpan, [a] diez leguas; y las de Zultepeque, [a] otras
diez leguas. Y todas estas leguas son antes grandes que pequeñas,
por ser tierra doblada, de muchas cuestas y quebradas y de malos
caminos; y van los caminos muy torcidos, por el caso d[ic]ho.
13 ¶ Dijeron q[ue e]l d[ic]ho pueblo de Oztuma se llama así por una
cueva que está junto al pueblo, porque , en la lengua
mexicana, quiere decir “cueva”, y quiere decir “mano”;[55]
porque está una mano pintada en la cueva y, por eso, le pusieron
Oztuma. Hablan la lengua chontal por ser chontales,[56] aunque hay
algunos mexicanos en algunos pueblos, que quedaron de en tiempo
de M , cuando estaban allí en guarnición en el fuerte contra
los tarascos de Mechoacan.
14 ¶ Dijeron q[ue], en tiempo de s gentilidad, eran sujetos y
tributaban a un cacique llamado A ,[57] que era el señor que
los tenía a cargo, y que no tenían tributo señalado que darle cada
año, sino que le daban todo aquello q[ue é]l pedía y decía q[ue]
había menester para su comer y vestir, y que no había de haber
réplica en lo [que é]l pidiese. Y que los tenía tan sujetos, que por
[ninguna] cosa que pidiese había de decir[l]e no, ni de dejar de ir a
donde les mandase, so pena [de] que les castigaba con mucho rigor.
No hubo ninguno que se acordase [de] cómo se llamase el
Demonio [al] que adoraban, más que le tenían hechos templos que
en su lengua los llamaban cúes.[58] Hacíanlos con la mejor piedra
que podían hallar, con muchas gradas a todas partes. Había siempre
en ellos tres o cuatro viejos que guardaban las iglesias, y éstos
recibían los presentes [que] llevaban al Demonio, y el , q[ue
e]s el incienso, lo encendían. Dicen q[ue], entonces, hacían el año de
trescientos y sesenta días; contaban los meses de veinte en veinte
días, y en cada mes hacían una fiesta.
En la manera de sus casami[ent]os tenían esta orden: cuando
alguno se quería casar, enviaba un presente al padre [de la moza], si
le tenía, y, si no, a la madre, y, si no la tenía, al pariente más
propincuo que tenía la moza.[59] Y el presente lo llevaban uno viejos
que desto tenían cargo, y, si [los padres] recibían el presente, era
señal [de] que quería[n] que se casase la moza; y luego la moza
hacía otro presente al mozo en señal [de] q[ue] lo quería por marido,
y el padre o madre, por yerno. Y, si no se recibía el presente, era
señal [de] q[ue la moza] no quería casarse, ni los padres dársela; y,
si se hacía, luego llevaban [a] la moza a casa del esposo, y allí se la
entregaban. Si era buena y trabajaba, teníala en su compañía y, si
era mala, podíala repudiar.
Si tenían hijos, el propio padre le ponía [el] nombre que había de
tener. La mujer que era adúltera, aunque fuese soltera, como lo
hiciese con casado, moría por ello. Y si algún indio hurtaba algo de
poco precio, lo hacían esclavo aq[ue]l a quien hurtaba; y, si era el
hurto de cantidad, moría por ello. Y, si alguno mataba a otro, moría
por ello. Tenía[n] indios señalados, que en su lengua se llamaba
, que quiere decir “hombres que guardan”,[60] [y] éstos
tenían cargo de prender a todos los delincuentes, y lo[s] llevaban
ante el señor para q[ue] le[s] mandase dar el castigo q[ue] a él le
parecía, lo c[ua]l se ejecutaba sin réplica ninguna.
Cuando se moría el señor, hacían gran llanto, y lo enterraban
sentado en una como silleta con espaldar y mucha comida
ad[e]rezada, y mataban dos indios y dos indias para q[ue] le
sirviesen. Metíanle consigo todo cuanto tenía, aunq[ue] fuesen cosas
preciadas.
15 ¶ Dij[er]on éstos de Oztuma que, en tiempo de su gentilidad, se
gobernaban desta manera: que el señor del pueblo presidía en todo,
aunque tenía otros dos indios principales que le ayudaban; pero que,
lo q[ue e]l señor decía, eso se había de ejecutar, y que todo había
de pasar por su orden, sin que nadie se entremetiese en cosa. Y que
en todos los pasados [tuvieron paz], hasta que tomó el señorío del
pueblo un cacique llamado T , hijo de
C ,[61] señores legítimos del d[ic]ho pueblo,[62] y en
tiempo deste empezaron las guerras, y que, en t[iem]po de los
pasados, no tuv[ier]on ninguna. Y, en el t[iem]po deste, el señor que
era de México, llamado A ,[63] envió al d[ic]ho
pueblo de Oztuma sus mensajeros, mandándoles [que] le diesen
tributo de lo que en sus tierras se cogía, y cantidad de oro, porque lo
había menester, y, donde no, q[ue] les haría guerra y les sujetaría
por fuerza.
Venidos los d[ic]hos mensajeros y llegados ante el s[eñ]or de
Oztuma, T , le dijeron la embajada que traían, el
c[ua]l, habiéndolo bien entendido, les dijo q[ue] luego se volviesen a
México y dijesen a su señor que no lo querían hacer ni, menos,
entendía hacerlo, pues él era señor natural del d[ic]ho pueblo, y tan
señor como él, y q[ue] los indios a él le habían de tributar, y no a
otro. Y, vue[l]tos los mensajeros, dijeron a su rey A
lo q[ue e]l señor de Oztuma les había dicho, y [éste],
luego, les tomó a enviar otra segunda embajada a mandarles y
requerirles que le enviasen lo que les pedía y [que] le reconociesen
por señor, con apercibimi[en]to [de] q[ue], luego que supiese [que] no
lo querían hacer, les haría la guerra.
Y, allegados los d[ic]hos mensajeros a Oztuma ante el d[ic]ho
T , [éste] los mandó luego matar en su presencia,
dejando sólo uno para q[ue] volviese a Méx[i]co y dijese a su señor
lo que pasaba. Y, sabido por el d[ic]ho rey de México la muerte de
sus mensajeros, hizo luego juntar mucha gente, la c[ua]l envió con un
capitán contra el d[ic]ho pueblo de Oztuma y a vengar la muerte de
los mensajeros. Y, llegados allá, el d[ic]ho T hizo
juntar [a] sus gentes (los c[ua]les peleaban con arcos y flechas y
palos arrojadizos) y salió en busca de los mexicanos. Y, venidos a la
batalla, no q[ue]dó ningún mexicano que no muriese. Y, sabido por el
d[ic]ho rey de México, tornó a enviar segunda vez mucha gente, a los
c[ua]les les acaeció como a los otros, q[ue] los mataron a todos. Y,
sabido [esto] en México, se tornó a enviar tercera vez [mucha gente
y] con mayor poder, y desta vez los mexicanos los vencieron y
mataron mucha gente, y llevaron presos a México, ante su rey, al
d[ic]ho T y [a] los principales [de Oztuma]. Y, como
llegaron a México, hizo matar el d[ic]ho rey de México al d[ic]ho
T y a otros capitanes, y a otros soltaron debajo
[condición] q[ue] sería[n] vasallos del d[ic]ho rey de México.[64]
Y, como llegaron al dicho pueblo de Oztuma y dijeron la muerte
de su señor, luego levantaron por su rey y señor a un pariente del
pasado, llamado N , y éste murió a[l] cabo de un año
q[ue] tenía el señorío. Y, luego como murió, levantaron por señor [a]
A ,[65] y, en tiempo deste, vinieron los de
Mechoacan con sus ejércitos a hacerles guerra para sujetarlos. Y,
sabido por A , envió a México a pedir socorro [a]
A , rey q[ue] era entonces de México,[66] el c[ua]l luego
envió socorro al d[ic]ho pueblo de Oztuma con un capitán y cantidad
de gente de la mejor q[ue] tenía, y de su guarda, con mandato [de]
q[ue], como allegasen al d[ic]ho pueblo de Oztuma, viesen y mirasen
a donde podían poblar y hacer un fuerte, de manera q[ue e]stuviese
gente en él de guarnición contra los de Mechuacan. El c[ua]l, luego
como allegaron, hiz[ier]on, y tan fuerte, q[ue] para ellos se tenía por
[in]expugnable. Como ahora se echa de ver [y] como se tratará dél
en su lugar, era la más principal fuerza q[ue] los mexicanos tenían en
todas las fronteras de Mechuacan. Y, des[de e]ste fuerte, hacían la
guerra a los de Mechoacan y, muchas veces, los cercaban y les
ganaban algunas trinche[r]as y fosos, y vez hubo q[ue] tuvieron
ganado hasta el fuerte principal, y tomadas más de cinco cercas y
cavas. Los de Oztuma, con todos sus pueblos comarcanos, estaban
obligados a les ayudar cuando fuese menester, y darles todo el
bastimento y otras cosas q[ue] hubiesen menester. Y, aunq[ue][67]
estaban sujetos a los reyes de México, siempre éstos de Oztuma
tenían señor a quien reconocían los naturales; y, así, cuando vino el
M [ ] Valle y ganó esta tierra, era señor M ,
padre de D O , gobernador q[ue e]s al presente del
d[ic]ho pueblo de Oztuma.
El hábito q[ue] traían en t[iem]pos pasados, dicen era una manta
atada en el hombro, y unos pañetes con que cubren sus vergüenzas,
y, ahora al presente, traen camisas, zaragüelles y jubones, y las
mantas q[ue] antiguam[en]te solían traer. Los mnatenimi[ent]os q[ue]
antiguamente usaban, dicen, eran maíz, frijoles y chian y otras
yerbas, y [dicen] q[ue] ahora comen lo mismo, fuera [de] q[ue] traen
de las minas carne de vaca y carnero, y pan de Castilla.
Dicen q[ue], en t[iem]po antiguo, vivían mucho más y más sanos
q[ue] no ahora, y q[ue], a lo que entienden, es porque la gente es
ahora más haragana y no se da al trabajo como entonces, y las
comidas de aq[ue]l t[iem]po no eran tan amp[l]ias como ahora,
porq[ue] los indios comunes no podían comer carne ni gallina ni
beber vino, lo c[ua]l ahora hacen en gran demasía. Y esto dijeron y
entendían de todo.
16 ¶ Está el pueblo de Oztuma fundado [en] una cumbre alta,
descubierto de la parte levante, y [de] norte y sureste; y, de la banda
del sur [al] noroeste, tiene un cerro muy alto, q[ue] le llaman
Oztomantongo por tener una cueva grande en él.[68]
17 ¶ Dijeron q[ue] era tierra sana adonde estaban poblados, aunque
algunas veces enfermaban de catarro y [de] cámaras de sangre. Y,
cuando tienen el d[ic]ho catarro y romadizo, se echan el agua del
por las narices, q[ue] son unas hojas q[ue], por otro nombre,
se llama[n] tabaco. Y, cuando les da las cámaras de sangre, beben
la corteza de adonde sacan el cacao.
18 ¶ Está el d[ic]ho pueblo de Oztuma junto al d[ic]ho cerro llamado
Oztumantongo, en una cordillera alta de unos montes a partes, q[ue]
va y corre d[e]r[ech]o al pueblo de Tutultepeque, el c[ua]l d[ic]ho
cerro corre a la parte del noroeste.
19 ¶ Pasa un río por sus términos deste d[ic]ho pueblo, según
dijeron, [a] cinco leguas de la cabecera, y que lo llaman
Xahualapa[n] porq[ue] lleva mucha arena,[69] y [por] pasar por un
pueblo que tiene[70] este nombre. En t[iem]po de aguas no se puede
pasar, por ser grande su corriente, y, en t[iem]po de seca, se pasa
bien. No se aprovechan de sus riberas, aunq[ue] dicen [que] tienen
algunos pedazos q[ue] se pueden regar.
20 ¶ Hay en el pueblo de Oztuma algunas fuentezuelas de agua de
muy poca corriente, encima de las c[ua]les tienen hechos sus baños,
donde se bañan todos los días del mundo. Y los baños son hechos
de piedra y lodo, muy cerrados [y] cubiertos de bóveda, q[ue] no les
dejan sino una puertezuela q[ue], para entrar en ella, han de entrar a
gatas, y aprovéchanse del agua para beber.[71]
22 ¶ Los árboles q[ue] tienen en este d[ic]ho pueblo son [en]cinas y
pinos, q[ue] tienen cerca del pueblo, hacia Tutultepeque, q[ue] se
aprovechan dellos para leña y madera para sus casas. Hay,
[además], otros árboles que los llaman ,[72] y aprovéchanse
de la fruta para comer, y hay cantidad de guayabas.
23 ¶ Los árboles de cultura, q[ue] dicen que tienen de frutales, son
aguacates y anonas, y ciruelas de la tierra y plátanos; y tienen, de
Castilla, membrillares, q[ue] se dan buenos membrillos, y cañas
dulces.
24 ¶ Tienen semillas de frijoles, chian, chile, pepitas de calabaza y
, q[ue] son unas yerbas que ellos siembran para comer.
26 ¶ Dicen que tienen algunas yerbas con que se curan, como son
, q[ue] son unas raíces con que se untan cuando se
sienten malos y les duele el cuerpo, [y] tienen magueyes, q[ue], de
sus hojas se [a]provechan del zumo dellas para heridas y
descalabraduras.
27 ¶ Hay, en el d[ic]ho pueblo de Oztuma y sus sujetos, algunos
tigres, y gatos monteses grandes y leoncillos pequeños, y venados,
conejos, liebres [y] codornices. Tienen en casa muchas gallinas, de la
tierra y de Castilla, q[ue] se dan en abundancia.
30 ¶ Hay, [a] tres leguas del dicho pueblo, en unos sujetos, unas
salinas en dos partes q[ue] hacen sal, la c[ua]l sacan de unos
pozuelos de agua salada, y la hacen de la manera q[ue] en los
pueblos de atrás va declarado. Aprovéchanse desta sal p[ar]a sus
necesidades y para pagar su tributo; véndenla para las minas de
Tzaq[ua]lpan y Zultepeque, y a muchos indios mercaderes q[ue] lo
tienen por granjería pata tratar con ello en toda esta tierra. Mercan,
della, algodón para su vestido, lo c[ua]l van por ello [a] Axuchitlan, y
[a] Cuzamala y Pungaravato.
31 ¶ Las casas que tienen son de la manera q[ue] los demás pueblos
atrás declarados, q[ue] son pequeñas, hechas algunas de piedra y,
otras, de adobes, cubiertas de paja. Algunas hay que tienen
sobrados pequeños y bajos, y por maravilla duermen en ellos, si no
es en lo bajo.
32 ¶ Dicen q[ue e]l pueblo de Oztuma, en otro tiempo, estuvo
poblado en un peñol q[ue e]s inexpugnable y muy fuerte, el c[ua]l[73]
el d[ic]ho señor corregidor, y [el] y yo, el presente es
es[criba]no, habemos visto que cae [a] media legua de adonde ahora
están poblados, hacia el noroeste.[74] El c[ua]l es fuerte [en] que
poca gente se puede defender de mucha, y así lo dicen: que,
muchas veces, se vieron cercados de mucha cantidad de gente de
los de Mechoacan y, con pocos q[ue] fuesen, se defendían con sólo
echar piedras. Está en la cumbre de un alto cerro, cercado con
piedra, con dos murallas y sus fosos de trecho a trecho. En este
fuerte vivían y tenían sus casas los señores y principales, y, como
vin[ier]on los españoles, dicen que se pasaron a poblar a donde
ahora están.
[A] una legua destotro fuerte del d[ic]ho pueblo de Oztuma, está
el puerte principal q[ue] hic[ier]on los mexicanos, cuando ganaron
este pueblo, para tener la gente de guarnición contra los de
Mechoacan. Y es de la manera siguiente: en un cerro muy alto,
tajado de peñas por todas partes, fuera un poco, que es como [a] un
tiro de piedra [y] q[ue] corre hacia otro cerro, tenían el fuerte
principal, cercado por las peñas tajadas. [Y], a donde v[e]ían que
podían subir, tenían una muralla de piedra de estado y medio de alto,
[75] y, un poco más arriba, tenían otra muralla con su foso, y, encima
de todo, tenían el templo (que en su lengua se llama cue)[76] cercado
de mucha piedra y muy alto, q[ue] subían a él por todas partes por
muchas gradas. Y, junto al cuyo, tenía el capitán su casa de piedra y,
por allí a la redonda, todo eran casas a do moraban los soldados
con sus mujeres. Hacia la entrada, q[ue e]s por do se va al otro
cerrillo a do tenían otros fuertes, era la puerta por donde se
mandaban y entraban y salían. Había aquí, en esta entrada, tres
cercas de piedra, de altor de estado y medio la una, y, las [otras]
dos, de altor de [un] estado, con sus fosos hondos. Y, en cada cerca
[de] adonde tenían la puerta, no era derecho, sino que la una cerca
cubría hasta la otra, de manera q[ue] no se v[e]ía la puerta. Tenían
todas las cercas su revellín por do andaba la gente y peleaba, sin
q[ue] de fuera les pudiesen hacer mal. Luego, un poco más adelante,
como [a] un tiro de ballesta, estaba otro fuerte cercado con dos
murallas, redondo, del tamaño de cada parte como una carrera de
caballo, y, encima de todo, estaba un cuyo pequeño. Deste fuerte
salían dos cercas que iban una ladera abajo, [por] trecho de un tiro
de cañón, de altor de estado y medio [y] con el mismo revellín q[ue]
las demás, y tenían sus fosos en cada una de hondura de estado y
medio, y ahora se ven así. Un poco más adelante, está otra cerca
mayor q[ue] las pasadas, con su foso y baluarte, [y], desta cerca
como [a] un tiro de arcabuz, está otra q[ue e]ncara ésta,[77] que era
de los de Mechoacan.
Tenían esta orden [para defenderse], según dicen: [que], cuando
sabían [que] venían indios sobre ellos, guardaban y defendían esta
primera [cerca], y, si v[e]ían q[ue] se la tomaban y entraban,
retraíanse a la segunda, y, si también se la ganaban, se retraían a la
otra. Y así iban, hasta [que], si v[e]ían q[ue] no podían resistir ni
guardar estas cercas, se retraían a la fuerza más principal, q[ue e]s
la primera [de] [que] hablamos. Y dicen que, cuando se sonó q[ue]
había españoles en la tierra, tenían ganado los de Mechoacan todas
las fuerzas, fuera [de] la principal, q[ue] los tenían allí retraídos. Y
esto fue, como sup[ier]on que M estaba preso.
Dicen, asimismo, q[ue] era tanto el cuidado q[ue] los reyes de
México tenían en proveer [a] esta fuente, que cada día venía gente,
y así se echa ahora de ver. Lo c[ua]l, todo se ha visto por vista de
ojos, q[ue e]s una cosa [digna] de ver [el] ver las murallas y cavas
tan grandes, y no una, sino [una a] cada veinte pasos. Junto a este
fuerte está el pueblo de Acapetlahuaya, q[ue e]s de gente mexicana
q[ue] quedaron de entonces, que era gente de guarnición de
M .
33 ¶ Los tratos y granjerías que tienen ahora es la sal, gallinas [y]
maíz, q[ue] todo esto lo llevan a vender a las minas de Tasco,
Tzaq[ua]lpan [y] Zultepeque, y, asimismo, van indios a trabajar a las
minas, que les pagan por cada semana cinco reales, y desto pagan
su tributo a su encomendero.
34 ¶ Está el pueblo de Oztuma en la diócesis del arzobispado de
Méx[i]co, [a la] que habrá treinta y dos leguas, estará del pueblo de
Teloloapan [a] cuatro leguas, q[ue e]s la cabecera del curato, a
donde tiene su casa [el beneficiado]. Son las leguas grandes y de
muy mal camino, aunque por el aire hay la mitad menos, por ser tan
mala tierra, y de tantas quebradas y barrancos, y de muchas
piedras.
¶ Todo lo cual declararon los dichos principales y viejos más
antiguos del d[ic]ho pueblo de Oztuma, estando presente el d[ic]ho
señor corregidor, y [el] y yo, el presente escribano, que
entiendo, asimismo, la lengua mexicana.[78]
COATEPEQUE
¶ En el pueblo de Teloloapan, [a] quince días del mes de octubre de
mil y qui[nient]os y setenta y nueve años, el d[ic]ho señor
L P , corregidor desta provincia, mandó parecer ante sí al
gobernador [y] principales del pueblo de Coatepeque, juntamente
[con] los más viejos [y] antiguos del d[ic]ho pueblo, los c[ua]les luego
vinieron y, venidos, les hizo las preguntas siguientes, por la orden de
la dicha Instrucción q[ue] se le envió.
11 ¶ El pueblo de Coatepeque está, del pueblo de Ichcateupan, seis
leguas hacia el norte, q[ue e]s la cabecera del corregimi[ent]o, como
está dicho; y, del pueblo de Cuezala, está cinco leguas hacia el
sudoeste, q[ue e]s la cabecera del curato y beneficiado del d[ic]ho
partido, q[ue e]s adonde asiste el d[ic]ho cura y beneficiado. Y tiene
las estancias siguientes:
¶ Chilacachapa
¶ Tonalapa ¶ Oztocapan
¶ Iztepeque ¶ Camoxuchitlan
12 ¶ Tiene el d[ic]ho pueblo de Coatepeque, hacia la parte a donde
sale el sol, al pueblo de Iguala, [al] que hay seis leguas; al pueblo de
Ichcateupan tiene a la parte del norte, [al] que hay seis leguas; tiene
el pueblo de Teloloapan hacia el poniente, que está [a] cuatro leguas;
tiene el de Cocula hacia el sur, [al] que hay cuatro leguas, [y] tiene el
de Cuezala hacia el sudoeste, [al] que hay cinco leguas. Son los
caminos muy malos, de muchos pedregales y cuestas, y por eso son
las leguas grandes, y van por muchas partes, torcidos.
13 ¶ Dicen estos naturales que se llamó el pueblo de Coatepeque
deste nombre, porque estaba, en el cerro adonde ahora está el
pueblo, una sierpre q[ue], según ellos dicen, era muy grande y volaba
de unas partes a otras, y que era de manera de culebra con sus
alas; y en su lengua, quiere decir “culebra” y quiere
decir “cerro”, y por eso le pusieron el nombre, al pueblo, [de]
Coatepeque, q[ue] quiere decir “culebra sobre cerro”.[84] Hablan la
lengua chontal, por ser todos chontales.[85]
14 ¶ Dij[er]on que, en tiempo de su gentilidad, era de un señor q[ue]
vivía en el d[ic]ho pueblo, que se llamaba O ,[86] y que
le daban de tributo todo el maíz [y] gallinas q[ue] había menester
para su sustento, y mantas, [y] naguas para su mujer, y,
gente, toda la que había menester y él pedía. Tenía quince mujeres,
[ya] que se usaba entre ellos tener cuantas podían sustentar.
Adorana[n] al Demonio; llamábanlo T , que quiere
decir “barbas de dios”.[87] Hacíanle de bulto de piedra [y] poníanlo en
los cerros, y allí lo iban [a] adorar y allí le hacían templos, y estaban
[allí] algunos viejos en su guarda, a manera de sacerdotes. Y, cuando
alguno iba a rogar algo, hablaba al viejo, y luego el viejo iba ante el
ídolo de piedra, y allí se picaba la lengua y las orejas, y el otro,
como v[e]ía esto, se iba contento. Ofrecíanle , q[ue e]s el
incienso que ellos tienen, y mantas, las c[ua]les tomaban los viejos y
las ponían junto al ídolo.
Cuando se querían casar, hacían mucha fiesta, y el esposo daba
de comer a todos los parientes de la desposada, y, en acabando de
comer, les decía lo que quería, pidiéndoles a su parienta para
casarse con ella, la c[ua]l no se la negaban. Y luego, como daban el
sí los parientes della, daban de comer a los dél. No tenían [a] la
mujer en su compañía más de cuanto v[e]ían que era buena,
porq[ue], siendo floja y mala, podían dejarla y tomar otra mujer. [Y],
si la tomaban en adulterio, moría por ello el adúltero, y la mujer
podíala matar el marido o c[ua]lquier pariente suyo del marido. Si
alguno moría y no tenía parientes, lo echaban por ahí al campo, y, si
tenía parientes, ellos lo enterraban y, con él, todas sus joyas y
vestidos q[ue] ellos usaban; y, si tenían esclavos, mataban [a] dos o
tres y enterrábanlos con el muerto, y metían mucha comida con él,
con dos mozas esclavas, si las tenía. Enterrábanlos sentados.
15 ¶ Dij[er]on q[ue] tuvieron guerra con los de Iguala, Cocula,
C[uez]ala y Teloloapan, y dij[er]on que no saben por qué
comenzaron. Llevaban a la guerra sus arcos y flechas, y sus rodelas
llenas de pluma, y unas espadas de palo llenas de navajas, e [iban]
vestidos [con] unas camisetas cortas hasta la cintura, estofadas de
algodón y sin mangas. Y [dijeron] que, por una parte y otra,
acometían sin orden ninguna, y, si prendían [a] algunos, luego los
mataban, y, a los que les parecía q[ue] eran buenos para servirse
dellos, los hacían esclavos.
Andaban desnudos en t[iem]po de paz, con sola una mantilla
atada al hombro y unos pañetes con q[ue] se ataban sus
vergüenzas.[88] Ahora, al presente, traen sus camisas, jubones y
zaragüelles, y las mantas q[ue] antiguamente solían traer. Dicen que
había mucha gente entonces, y que vivían más sanos que no ahora,
y que la causa no la entienden, mas q[ue e]stán espantados. Y los
viejos dicen que, en t[iem]po de su gentilidad, no eran regalados
como ahora, sino que trabajaban sin descansar, y comían mal y poco
y [andaban] desnudos, lo c[ua]l, ahora, bien q[ue] comen y trabajan
poco, y que no entienden lo que puede ser [la causa].
16 ¶ Está el pueblo de Coatepeque en una ladera alta al pie de un
cerro alto, de muchos riscos y piedras, y, junto a él, está otro cerro
alto [y] de los mismos riscos, q[ue] casi está el pueblo entre los dos
cerros; llámase el cerro. Tepantepetl. Llámase así, porque está el
pueblo al pie y junto al cerro.[89]
17 ¶ Está el d[ic]ho pueblo en parte enferma, y así lo dicen los
indios, y que entienden q[ue] debe de ser que, como está
descubierto de la parte del levante y siempre reina aq[ue]l viento,
[éste] lo debe de hacer [enfermo]; porq[ue], por las demás partes,
está abrigado con las sierras q[ue] tiene. Es [tierra] enferma de
romadizo [y] cámaras d sangre. Para el romadizo dicen q[ue] tienen
por remedio, la raíz de una yerba que llaman ,[90] y,
cuando se [re]sisten de cámaras de sangre, beben una fruta
colorada que llaman , que la tienen por muy buena, por sanar
muchos con ella.
19 ¶ Pasa por junto a Coatepeq[ue], hacia la parte del levante en río,
el c[ua]l mana de allí junto, [a] media legua del d[ic]ho pueblo, al pie
de una alta montaña, q[ue] tienen por entendido q[ue e]s uno q[ue]
baja por lo de Ichcateupan [y] q[ue] nace en las montañas de
Nuchtepeque, el c[ua]l se sume como [a] media legua de allí del
nacimi[ent]o, de la otra p[ar]te del cerro, entre unos peñascos. Es río
q[ue], en t[iem]po de aguas, no se vadea; tómanse en él pescado[s]
de toda suerte, [pero] no se pueden aprovechar dél [para riego] por
ir metido entre sierras.
22 ¶ Los árboles silvestres que tienen son pocos y pequeños y sin
ningún provecho, q[ue] son [así por[que] nacen entre los peñascos,
de los c[ua]les no se aprovechan si no para madera pequeña, para
sus casas y para leña para q[ue]mar. Tienen, [asimismo], árboles
q[ue] los llaman , que echan una[s] frutilla[s] metidas en unas
vainillas, y, dentro dellas, hay unas pepitas como lentejas, q[ue es lo
que] comen. Y, asimismo, tienen otros árboles q[ue] llaman
[ ], q[ue] lleva una fruta a manera de habas, y es blanca
y se deja bien comer.
23 ¶ Los árboles de cultura que tienen, y frutales, son aguacates y
, q[ue e]s una fruta blanca, y alguna amarilla, q[ue]
comiéndola, provoca a sueño; q[ue], por eso, la llaman
, por[que] quiere decir “dormir”.[91] Tienen
algunos árboles, aunque pocos, de cañafístola, muchas naranjas
(q[ue] se dan muy bien), [y] cañas dulces.
24 ¶ Los granos y semillas q[ue] tienen son maíz, frijoles, chile (q[ue]
se da junto al río), chian y , las c[ua]les tenían, éstas
mismas, en tiempos pasados. Tienen lechugas y melones, y algunos
son buenos, los cuales siembran junto al río.
26 ¶ Dicen q[ue] las yerbas q[ue] tienen de alguna virtud, para
curarse, son una que llaman ellos , y con ésta se untan toda
la cabeza cuando se sienten q[ue] les duele, q[ue] es yerba que
hiede mucho. Tienen otra que llaman , q[ue e]s una
yerba baja q[ue] la raíz, bebiéndola cuando se sienten malos de fríos
y calenturas, [dicen les aprovecha].[92] Hay un árbol q[ue e]s
pequeño, que le llaman , que, en comiendo la hoja o la raíz,
luego mueren.[93]
27 ¶ Hay, en el d[ic]ho pueblo y sus t[é]rm[in]os, muchos animales de
venados, conejos, liebres, algunos tigres y muchos puercos
monteses q[ue] les destruyen las sementeras, [y] hay otros
animalejos, q[ue] les llaman[94] , q[ue] les comen todo el maíz;
tienen muchas gallinas, de la tierra y de Castilla, q[ue] multiplica
mucho este género de todas las gallinas.
30 ¶ No tienen salinas en este pueblo, y se proveen della de las
salinas de Alahuiztlan [y] Oztuma; provéense, de algodón para sus
ropas, de Tetela y Axuchitlan, y, de las cosas q[ue] han menester de
Castilla, se proveen de las minas de Tasco, q[ue e]stán [a] cinco
leguas dellas.
31 ¶ La forma y edificio de las casas son como las de los pueblos
q[ue] están dichos.
32 ¶ Está el d[ic]ho pueblo de Coatepeque poblado en la falda de un
cerro, [in]expugnable por ser por todas partes de sierra tajada, q[ue]
con gran trabajo se va a él a caballo, y, si no estuviera abierto
camino, [fu]era imposible poder ir allá; y, así, para ir dél a
Ichcateupan, se arrodean tres leguas, y por derecho camino no hay
tres leguas, y, si caminan por adonde está abierto el camino, [hay]
nueve leguas.
33 ¶ Los tratos y granjerías q[ue] tienen los deste pueblo es el maíz,
gallinas, frutas [y] naranjas, q[ue] llevan a vender a las minas de
Tasco; y algunos van a servir a las d[ic]has minas, q[ue] les pagan,
por cada semana, cuando reales y medio. Y destas granjerías pagan
su tributo, q[ue e]s como a los demás.
34 ¶ El d[ic]o pueblo de Coatepeq[ue] está y cae en la diócesis del
arzobispado de México, y hay cerca de treinta leguas, y a partes
hay malos caminos, aunque lo más es tierra llana. Las leguas son
antes grandes q[ue] pequeñas, y, a partes, van los caminos torcidos
por ser tierra áspera.
¶ Por manera q[ue aquí concluye la relación], todo lo c[ua]l
dijeron y declararon los d[ic]hos principales y viejos más antiguos del
d[ic]ho pueblo de Coatepeque, estando presente el d[ic]ho señor
corregidor, y los demás declarados.[95]
TLACOTEPEQUE
¶ En el pueblo de Tlacotepeque, a ocho días del mes de noviembre
del d[ic]ho año de mil y qui[nient]os y setenta y nueve años, el d[ic]ho
señor corregidor mandó llamar ante sí al gobernador, alcaldes y
principales del d[ic]ho pueblo, y a los más viejo[s] y antiguos, [a] los
c[ua]les, después de venidos, [se] les preguntó por las preguntas de
la d[ic]ha Instrucción, estando presentes los susod[ic]hos de arriba,
[96] y el C [ ] R E y J[ ] [ ]
R , su sobrino, y dij[er]on lo siguiente:
11 ¶ El pueblo de Tlacotepeque está, de la cabecera y pueblo de
Ichcateupan, veinte leguas hacia la parte del sur, y, del pueblo de
Cuezala, adonde tiene su asiento el beneficiado, está [a] diez leguas.
Tiene, por sujetos, los pueblos siguientes:
¶ Chapultepeque
¶ Chiantepeque ¶ Chiantzotzola
¶ Tonaya ¶ Tecomatlan
¶ Topila ¶ Ixtla[n]
¶ Tlehuacan ¶ Tzopilo oztoque
¶ Ichcatlan ¶ Matza ixtlahuacan
¶ Cuicatlan ¶ Tlaxoxotlan[97]
Tendrá todo este pueblo en todas sus estancias, con la
cabecera, seiscientos y cincuenta indios tributantes, según pareció
por su tasación.
12 ¶ Tiene el d[ic]ho pueblo de Tlacotepeque, hacía la banda del
norte, el pueblo de Tetela, [al] q[ue] habrá ocho leguas; y tiene el
pueblo de Utatlan hacia el poniente, [al] que habrá ocho leguas; y al
pueblo de Anecuilco, pueblo de la costa, [tiene] hacia el noroeste,
[al] q[ue] habrá quince leguas; y el pueblo de Cuezala tiene hacia la
parte del nordeste, [al] que habrá diez leguas; y lindan con unas
estanzuelas del pueblo de Tepecuacuilco hacia la parte donde sale el
sol. Las leguas son grandes y de muy mal camino, por ser tierra
áspera y muy doblada, sin haber llano en todo esto, y, por esta
ocasión, van los caminos torcidos y muy doblados.
13 ¶ El d[ic]ho pueblo de Tlacotepeque, [razón de llamarse así]:
Dij[er]on los d[ic]hos indios q[ue] este nombre de Tlacotepeque [lo]
tomaron del tepehua, porque su propio nombre es llamarse
tepehuas.[98] Llámase, la lengua, tepuzteca, q[ue e]s la que hablan
todos los deste pueblo y sus sujetos.[99]
14 ¶ Dijeron q[ue], en tiempo de su gentilidad, eran de un señor que
se llamaba C [] [ ],[100] y éste tenía señorío sobre
ellos, y le reconocían dándole algunas mantas y haciéndole sus
sementeras, hasta q[ue] un rey de Méx[i]co les vino a conquistar y
[a] allanar, con los c[ua]les tuvieron su guerra hasta q[ue] los
conquistaron. Y M envió un capitán, con gente de
guarnición, el c[ua]l se llamaba A [ ] [ ] , para q[ue]
los gobernase y tuviese dominio sobre ellos como gobernador y
mayordomo, [y] para q[ue] cogiese el tributo y semillas q[ue] le
tributaban, q[ue] era y chian,[101] y maíz y
venados y cigarrones tostados, todo lo c[ua]l se lo llevaban a
Méx[i]co por sus tr[ibut]os.
Y [dijeron] que, en tiempo de su gentilidad, adoraban al
Demonio, [al] q[ue] le llamaban A ,[102] al c[ua]l tenían figurado
en unos palos con unas mantas, en unos templos. Y allí ponían [a] un
indio ladino, para que enseñase a los muchachos y recibiese las
ofrendas q[ue] le llevaban, q[ue] eran incienso y algunas mantas. Y
[dijeron] que, cuando se moría algún indio, le enterraban en sus
mismas casas, haciendo un hoyo, y poníanle sentado y, junto a él,
mucha comida. Y, si era el cacique, no le echaban tierra encima, sino
que enterraban con él todos los esclavos que tenía, matándolos
primero, para q[ue] les sirviese[n] a donde iban poniéndoles su
comida, y, junto al cacique, lo que tenía [de] más preciado.
Y, en el casar, tenían esta orden: q[ue], cuando alguno se quería
casar, entraba [a] hablar a los parientes de la moza y, concertado [el
casamiento], aparejaban la comida, ansí [los] de una parte como los
de la otra, y convidaban a los principales y [a] todos los parientes. Y,
después q[ue] habían comido, tomaban a los novios y los echaban
encima de un petate, y los dejaban allí y se iban.
Y [dijeron] q[ue], al adúltero, tenían por pena q[ue], si les
tomaban en el adulterio, los prendían a entrambos y los echaban en
el suelo y les ponían a cada uno una piedra debajo de la cabeza, y,
con otra, les daban hasta q[ue] los mataban. Y el indio q[ue] hurtaba
alguna cosa, le tomaban y le hacían esclavo y le vendían
púbicamente; y a los q[ue] se emborrachaban, como fuese
, le azotaban, y, si era principal, no le daban pena ninguna.
[15] ¶ Dij[er]on q[ue] se gobernaban en [esta orden]: que el señor
q[ue] los tenía a cargo ponía, por las estancias, principales q[ue]
tuviesen cuenta en q[ue] todos trabajasen y no hubiese pendencias y
que recogiesen el tributo, y que el caciq[ue] y señor ponía, cada un
año, un indio principal para q[ue] hiciese just[ici]a y castigase [a] los
malhechores, dando prim[er]o cuenta de todo lo que había de hacer
al señor q[ue] los tenía a cargo.
Dij[er]on q[ue] traían guerra con los de la costa, que era los
pueblos de Tequepa,[103] Acamalutla, Temazcaltepeque y otros
pueblo[s], y, si éstos les apretaban, se hacían [banderizos] con los
mexicanos, pidiéndoles favor y ayuda, y, si algunas veces los
mexicanos les hacían agravios, se iban a los de la costa a pedirles
socorro, y se hacían con ellos contra los mexicanos. Y, desta
manera, andaban hechos banderizos, acudiendo a la parte q[ue]
veían iban vencedores. Y traían, por armas, arcos con sus flechas, y
macanas con muchas navajas. Y [dijeron] que traían unos coseletes
hechos de algodón, cosidos, para defenserse, y q[ue] el traje q[ue]
entonces traían eran unas mantas de algodón cubiertas y unos
pañetes para cubrir sus vergüenzas, sin traer otras cosas; sólo el
principal traía una manta labrada y pintada. Y el traje q[ue] traen
ahora, al presente, son camisas, zaragüelles y jubones, y las mismas
mantas q[ue] entonces traían, y algunos traen sombreros. Y que las
semillas q[ue] entones tenían son las q[ue] ahora tienen al presente,
q[ue e]s maíz, chian, chile, pepita, frijoles y ; y que, también
en t[iem]pos pasados, tenían sus enfermedades.
16 ¶ El d[ic]ho pueblo de Tlacotepeque está asentado entre unos
cerros, aunq[ue] por la redonda no muy altos, pero está en mucha
altura por ir siempre subiendo hasta él; y está en una cordillera de
sierras muy altas y de mucha arboledas, q[ue] vienen de las minas
de Zumpango, y llaman [a] la cordillera, en su lengua
T[l]amimilolpa[n].[104]
17 ¶ Dij[er]on q[ue a]l d[ic]ho pueblo de Tlacotepeque le tienen por
asiento sano, aunq[ue] hay serenos, y les dan romadizos y cámaras
[a causa] de las frialdades; y que, cuando tienen algunas llagas, las
curan con unas cortezas de unos ciruelos de la tierra q[ue] tienen.
19 ¶ Dij[er]on, y es verdad, que, a cinco leguas del d[ic]ho pueblo de
Tlacotepeque, pasa un río grande, caudaloso, q[ue] no se puede
vadear en ningún t[iem]po, q[ue] pasa por la tierra de Tetela, y deste
[pueblo] se proveen de algodón q[ue] los indios q[ue] viven en sus
riberas siembran. También hay otros riachuelos q[ue] nacen en sus
t[é]r[mi]nos y que, en ninguna [parte] dellos se puede aprovechar de
regadíos, por no ser tierra llana, sino muy doblada y muy áspera.
22 ¶ El d[ic]ho pueblo de Tlacotepeque está en unas sierras adonde
hay muchos montes, y son de robles, pinos y algunos cedros, y
monte q[ue], de algunas partes, se podían sacar buenas maderas
para todo género de labrar.
23 ¶ Los árboles de cultura y frutales q[ue] hay son algunos zapotes,
[ ], y ciruelas de la tierra y guayabas; y, de Castilla, hay
en el pueblo algunos granados y, en algunas estancias, hay naranjas,
limas [y] hay cañas dulces. Dicen q[ue] no se dan bien otras frutas
de Castilla.
24 ¶ Los granos y semillas q[ue] tienen son maíz, frijoles, chian y
. Danse, en una estancia, buenas lechugas y coles. Hanse
servido, antiguamente, con las semillas q[ue] digo, y con unos que
llaman .
26 ¶ Las yerbas que tienen, de algún provecho para curarse, es una
semilla q[ue] se llama [ ] , q[ue e]s como simiente de
rábano, [de] la c[ua]l se aprovechan para calenturas, bebiéndola
molida: cuando ven q[ue] la calentura tiene más fuerza, entonces, la
toman.
27 ¶ Los animales y aves, bravos y domésticos, q[ue] tienen, son y
hay en la tierra, son algunos leones pequeños y algunos tigres y
venados, y tienen cantidad de gallinas, de Castilla y de la tierra ,
q[ue] se multiplican mucho. Hay algunos zorros, y conejos.
28 ¶ Dij[er]on q[ue], en el d[ic]ho pueblo de Tlacotepeque, en una
estancia q[ue] se llama Topila, hubo minas de oro, q[ue] a ellas
acudieron españoles, de las c[ua]les sacaron ca[n]tidad dello, y
ahora no lo sacan ni anda ninguno a ellas. Y las d[ic]has minas,
dij[er]on, las descubrieron españoles al t[iem]po que vinieron a la
tierra. Y, asimismo, dicen q[ue], en Tlacotepeque el viejo, hubo otras
minas de oro.
30 ¶ Dij[er]on q[ue], en el d[ic]ho pueblo de Tlacotepeque, hay, en
una estanzuela q[ue] se llama Iztayutla, unas salinillas, de que hacen
un poco de sal de un pocillo, q[ue] basta para sólo el d[ic]ho pueblo;
y que todos los demás pueblos se proveen de las salinas de
Alahuiztlan. Y que se proveen, de algodón, del pueblo de Tetela,
para hacerse de vestir; y, de cacao p[ar]a beber, de la costa; y, de
cosas de Castilla, se proveen de la ciudad de Méx[i]co y de las
minas de Tzaq[ua]lpa.
31 ¶ La forma y edificio de las casas son de la manera q[ue] son las
de los otros pueblos q[ue] atrás van declarados.
33 ¶ Los contratos y trataciones q[ue] tienen son criar gallinas, y
hacer algunas mantas y otra ropa, y hacer algún , y
llevarlo a la costa y venderlo a trueque de cacao. Y algunos indios
q[ue] no tienen q[ué] llevar, van a trabajar a la dicha costa, a los
cacahuatales, q[ue] se lo pagan bien. Pagan su tributo en unas
mantas de algodón, q[ue] cada una vale entre ellos diez r[eal]es, y,
[ade]más, media fanega de maíz; y esto pagan, cada un año, a su
encomendero.
34 ¶ Cae este d[ic]ho pueblo de Tlacotepeque en el arzobispado de
Méx[i]co, y hay, desde el d[ic]ho pueblo allá; cuarenta y cuatro
leguas, las c[ua]les son grandes y de caminos trabajosos, por ser
toda la más tierra doblada de muchas cuestas; y, ansí, van los
caminos torcidos, porque no pueden ir derechos.
¶ Todo lo c[ua]l, respondieron los d[ic]hos principales del d[ic]ho
pueblo de Tlacotepeque, estando presentes los arriba d[ic]hos.[105]
UTATLAN
¶ En el pueblo de Tetela, a doce días del mes de noviembre de mil y
quinientos y setenta y nueve años, el d[ic]ho señor correg[id]or, para
esta d[ic]ha averiguación, envió a llamar [a] los principales y viejos
más antiguos del pueblo de Utatlan, de los cuales, después de
venidos, les preguntó por la d[ic]ha Instrucción, en presencia de los
d[ic]hos arriba nombrados y del [ ] C [ ] R[ ]
E , clérigo, y de J[ ] [ ] R , los c[ua]les
dijeron lo siguiente:
11 ¶ El pueblo de Utatlan está de la cabecera del pueblo de
Ichcateupan, q[ue e]s la cabecera deste corregimi[ent]o, [a] veinte y
tres leguas, y del pueblo de Tetela, q[ue e]s adonde asiste y es
cabecera del beneficiado, habrá nueve leguas; y tiene los sujetos
siguientes:
¶ Aztatla ¶ Teucintla
¶ Cacalotla ¶ Aguacatlan
¶ Chila ¶ Tepu[z]ch[i]u[h]ca[n]
Y todos estos pueblos tendrán [de] tributarios, con la cabecera,
cien indios. Solía haber muchos más, y se fueron, por el tributo q[ue]
les pedía B[ ] [ ] C , su encomendero.[106]
12 ¶ Tiene este d[ic]ho pueblo de Utatlan el pueblo de Capolalcolulco
hacia do se pone el sol, [al] q[ue] habrá nueve leguas; y el pueblo de
Tlacotepeque tiene hacia do nace el sol, [al] q[ue] habrá ocho leguas;
y el pueblo de Tetela tiene hacia el norte, [al] que habrá nueve
leguas; [y] tiene el pueblo de Temazcaltepeque, q[ue] cae hacia el
sur [y] q[ue e]s pueblo de la costa, [al] q[ue] habrá diez leguas. Son
los caminos malos y de muchas sierras muy ásperas, y, por eso, van
los caminos torcidos.
13 ¶ Dij[er]on q[ue] pusieron por nombre Utatlan al pueblo, por un
que tenían allí, grande, y que sus antiguos llamaron así el
d[ic]ho pueblo, por el d[ic]ho .[107] Llámanse tepuztecas,
[por]q[ue] hablan esta lengua tepuzteca.[108]
14 ¶ Dij[er]on q[ue], en tiempo de su gentilidad, eran de M ,
rey de México, y que no se acuerdan de, antes, quién era su señor,
mas de que oyeron a sus pasados que, como vieron que sujetó [a]
los demás pueblos sus comarcanos, se le dieron de paz. Y le
tributaban mantas de algodón, y ellos mismos se las llevaban a
Méx[i]co; y que adoraban al Demonio y le tenían por su dios, y que le
llamaban M A ,[109] y q[ue] le tenían pintado en unas
piedras en figura de mujer y le tenían en su templos. Y, en los dichos
templos, tenían dos viejos q[ue] eran como sacerdotes, que tenían
cuidado del templo y de hablar al Demonio; y que, cuando se
casaban, iban a templo, y el viejo más antiguo, q[ue] era el
sacerdote, tomaba agua y se las echaba en las cabezas, y así los
daba por casados; y se iban a sus casas a comer con sus parientes.
Y los que nacían: Tenían puesto entre sí los nombres de los días, y,
el que nacía en aq[ue]l día, se llamaba [de] aq[ue]l nombre del día
q[ue] ellos llamaban. Y, cuando se morían, dicen q[ue] los enterraban
en sus propias casas; y que el adulterio, [al] q[ue] adulteraba con
india de algún principal, los apedreaban hasta q[ue] los mataban, y,
si era , gente común, los flechaban. Y, a los ladrones, les
vendían por esclavos. Y ninguno había vagabundo, porque tenían
tanta cuenta con la gente, y les castigaban tanto, q[ue] todos
trabajaban.
15 ¶ Dij[er]on q[ue] se gobernaban de la manera q[ue] los
mexicanos, porq[ue], como eran sus sujetos, guardaban la orden que
les daban. Traían guerra con los indios de Tlacotepeque y de Tetela,
y [dicen] que tenían, por armas, flechas y rodelas, y que, cuando
iban a la guerra, se ponían en ringlera y echaban [a] los más mozos
delante, y luego iban los viejos, y desta manera iban. Y que,
entonces, no se vestían más de unas mantas de algodón y unos
pañetes con que cubrían sus vergüenzas, y, ahora, traen camisas,
zaragüelles, jubones, y las mismas mantas q[ue] antiguamente solían
traer. Tenían los mantenimientos que ahora tienen, q[ue] son maíz,
frijoles, chile, pepitas y chian. Y dijeron q[ue], entonces andaban más
recios y vivían más q[ue] ahora, aunq[ue] trabajaban más y comían
menos, y [la comida era] más mal aderezada. Y [dicen] que no saben
el por qué vivían y estaban entonces más sanos.
16 ¶ Está el pueblo de Utatlan asentado junto a un río, entre unos
cerros muy altos de muchos montes, sin haber llanura ninguna. Es
gente tan serrana, q[ue] no sabe, en su lengua, decir el nombre de
las sierras ni [de la] cordillera adonde viven.
17 ¶ Dij[er]on q[ue] el dicho pueblo de Utatlan le tienen antes por
malsano q[ue] enfermo, aunq[ue] es enfermo de cámaras de sangre
y de calenturas; y que, cuando están [enfermos] deste mal, se curan
con una raíz q[ue] se llama [ ] [ ] ,[110] y con una semilla
q[ue] comen q[ue] se llama .
18 ¶ Está el d[ic]ho pueblo en una cordillera de unas sierras muy
altas, q[ue] en su lengua le llaman Texcalcacahuatl.[111] Y viene esta
cordillera de las minas de Zumpango y va, por tierra de Mechoacan,
a la [de] Zacatula, q[ue e]s en la costa del sur.
19 ¶ Pasa, por junto al d[ic]ho pueblo, un río, aunq[ue] no muy
grande, q[ue] nace en aquellas serranías y va, al pueblo de Tetela, a
entrar en el grande q[ue] viene del volcán y de T[l]axcala. No tienen
ningún provecho dél, por ir entre sierras y muy a[ho]cinado, aunque
en él toman pescado de truchas y bagres . No hay aparejo para
haber regadíos ni para aprovecharse del agua, por la razón d[ic]ha.
22 ¶ Hay, en el d[ic]ho pueblo y su comarca, muchos montes de
robles, pinos y otros géneros de árboles muy altos, de que se
pod[r]ían sacar muchas maderas para todo género de edificios. No
tienen fruta q[ue] se pueda comer, fuera [de] la q[ue] tienen en sus
pueblos.
23 ¶ Los árboles de cultura y frutales q[ue] tienen son ciruelos de la
tierra y zapotes grandes, q[ue] tienen unos cuescos muy duros, [y]
plátanos; y, de Castilla, tiene[n] naranjas, cidras, limones y cañas
dulces de azúcar, y tienen cantidad de piñas de la tierra.
24 ¶ Los granos y semillas q[ue] tienen son maíz, frijoles, chile, chian
[y] pepitas; tienen una yerba q[ue] la llaman , [y] tienen, al
t[iem]po, cantidad de melones de Castilla.
25 ¶ No se dan, o no las siembran, hortaliza[s] de Castilla, y así, no
tienen más de los melones, q[ue los] siembran en cantidad y son
buenos.
27 ¶ Los animales q[ue] tienen en todo su pueblo son venados,
conejos, y leones y tigres; hay cantidad de gallinas, así de la tierra
como de Castilla, q[ue] se dan en abundancia.
28 ¶ Dij[er]on q[ue] no saben q[ue] haya minas de oro ni de plata, si
no es q[ue] han sacado cobre p[ar]a hachuelas en un pueblecico
q[ue] se llama Tepu[z]chiuhcan, q[ue] por otro nombre se llama
Santiago, y q[ue] de allí sacaban este cobre.
30 ¶ Dij[er]on q[ue] no tienen salinas, y que se proveen de sal de
Alahuiztlan y de la costa de la mar q[ue e]s de junto a Tequepa; y
que, el algodón q[ue] les falta p[ar]a su vestir, lo traen de Tetela; y,
de cosas de Castilla, se proveen de Méx[i]co y [de] las minas de
Tasco.
31 ¶ La forma y manera de los edificios que hay son de la manera
q[ue en] los demás pueblos q[ue] van declarados atrás.
33 ¶ Los tratos y contratos que tienen son llevar, a la costa, gallinas
y mantas y p[ar]a beber, y lo truecan a cacao, y desto pagan
su tributo.
34 ¶ Está este d[ic]ho pueblo en el arzobispado de Méx[i]co, y habrá
hasta allá cincuenta leguas. Son los caminos malos y trab[a]jo[so]s, y
muy doblados y torcidos, por ser el camino de sierras y quebradas.
¶ Todo lo c[ua]l se averiguó con los dichos principales y viejos
antiguos del d[ic]ho pueblo de Utatlan, estando presentes los dichos
arriba nombrados.[112]
TETELA
¶ En El pueblo de Tetela, [a] dieciséis días del mes de noviembre de
mil y qui[nient]os y setenta y nueve años, el d[ic]ho señor corregidor,
para la dicha averiguación, mandó llamar ante sí al gobernador,
alcaldes, y principales y viejos más antiguos del d[ic]ho pueblo de
Tetela, [a] los c[ua]les, después de venidos, les preguntó, en
presencia de los d[ic]hos arriba nombrados, por la orden de la d[ic]ha
Instrucción, y, preguntados por la orden de los dichos capítulos,
dij[er]on lo siguiente:
11 ¶ El dicho pueblo de Tetela está, de la cabecera de Ichcateupan,
q[ue e]s cabecera del corregimi[ent]o, [a] catorce leguas, y es
cabecera de su doctrina; aunq[ue] las provisiones q[ue] da su
Maj[es]t[ad] pone [por tal a] el pueblo de Capolalcolulco, por ser de
su real Corona. Tiene los sujetos siguientes:
¶ Huauhtlan ¶ Xochitepec
¶ Apatlacahtla[113] ¶ Huauhtlapan
¶ Nextepec ¶ Cacalotepec
¶ Ahuacahtlan ¶ Po[c]tepec
¶ Cuixitlan ¶ Acatlan
¶ Pezoapan ¶ Yyetlan
¶ Tzapotitlan ¶ Meztitlan
¶ Ahuacatitlan ¶ Muyutla
Todos estos pueblos, con la cabecera, tienen, según[114] su
tasación, seiscientos y sesenta tributarios.
12 ¶ Tiene este d[ic]ho pueblo de Tetela a[l] pueblo de Axuchitlan, el
río abajo, q[ue] cae hacia el poniente, [al] q[ue] hay doce leguas;
tiene el pueblo de Utatlan hacia el sur, [al] q[ue] hay nueve leguas;
tiene el pueblo de Tlacotepeque hacia la banda del sur, q[ue] tira un
poco hacia el sureste, [al] q[ue] habrá ocho leguas; tiene el pueblo de
Cuezala hacia la banda del leste, [al] q[ue] habrá ocho leguas. Las
leguas antes son grandes q[ue] pequeñas, por ser el camino, y
caminos, ásperos y muy torcidos, por haber tantas quebradas y
sierras.
13 ¶ Dij[er]on q[ue e]l nombre de Tetela le tomaron por un peñasco
que tiene[n] junto al pueblo, en la otra parte adonde estaba fundado
en tiempo antiguo, y, como a “la piedra” llaman , le llamaron al
pueblo Tetela.[115] Y en esta piedra sacrificaban, en su tiempo de sus
idolatrías. Hablan la lengua cuitlateca, por ser ellos cuitlatecos.[116]
14 ¶ Dij[er]on que, en t[iem]po de su gentilidad y en el t[iem]po que
ellos no conocían a los mexicanos, nunca tuv[ier]on señor, sino que
eran exentos, sin conocer señor; aunq[ue] entre ellos había
principales a quien respetaban en alguna manera los demás, y este
respecto se le tenían más en t[iem]po que tenían guerra, porque
eran capitanes. Y que el rey q[ue] gobernaba y era señor de México,
que se llamaba A[ ] [ ] ;[117] y éste les envió [a] amenazar, si
no le obedecían, y, como le vieron tan poderoso, se le dieron
llanamente. Y, así, tenía aquí siempre un capitán, a quien
reconocían, y hacían lo que les mandaba. Y [dicen] que no tributaban
ninguna cosa a los reyes de México, mas de que, como gente q[ue]
era belicosa y valiente, le servían en la guerra q[ue] tenían con los de
Mechoacan y con los de Ajuchitlan.
Dij[er]on q[ue] adoraban al Diablo y que le tenían pintado en
piedras y le llamaban N ,[118] en figura de
persona, y le tenían puesto en sus templos, q[ue] eran unos cúes de
piedra alta. Y que tenían puestos allí [a] unos viejos que tenían como
sacerdotes, y, entre ellos, estaba uno q[ue] era más respetado y que
era casto, y éste no salía de junto al ídolo, y hablaba con él. Y [a]l
sacerdote q[ue] duraba cuatro años, q[ue e]staba en servicio del
ídolo y no salía del templo, le [ha]cían principal e hidalgo. Y [dicen]
que, en el mismo templo sacrificaban a todos los indios que tomaban
en la guerra, y, asimismo, le ofrecían mantas e incienso y otras
cosas. Y, esto q[ue] le ofrecían, lo habían de tener allí hasta q[ue]
ello mismo, de tanto t[iem]po, se corrompiese.
Y [dicen] que, cuando nacían, tenían de costumbre q[ue] a todos
los días del año [les] tenían puesto su nombre, y que, así, ponían el
nombre a la criatura del día en que nacía; y que, de siete días que
nacía la criatura, le ponían el nombre y allí le daban, si era macho, le
daban mujer, y, si era hembra, le daban marido: y se le daban de
[allí] a cuatro o cinco años, y con éste habían de casarse y hacer
vida todo lo que vivían. Y que, después de grandes, ya que eran
para ayuntarse, les tomaban los parientes a los casados y les
llevaban al templo enfrente del ídolo, y allí les ponían mantas y
, cada pariente lo que podía. Y los parientes dél daban un
a la desposada, y los parientes de la desposada daban al
desposado una manta. Y, [de] allí, venía el sacerdote y les ataba el
con la manta, y con esto quedaban casados y se iban a sus
casas.
Y [dicen] que, cuando se morían, los llevaban a sus templos, y
allí les hacían unos hoyos redondos y les sentaban allí, poniéndoles
comida y mantas y toda la ropa que tenía; y, si era principal,
enterraba[n] consigo a los esclavos que tenían. Y, a los adúlteros
q[ue] tomaban adulterando, le cortaban las narices, y toda la
hacienda q[ue] tenía, y las h[e]r[ma]nas y todo, se lo daban al marido
dela adúltera. [Y], a l[os] que era[n] ladron[es], le[s] hacían esclavos.
15 ¶ Dij[er]on q[ue] se gobernaban [por esta orden]: q[ue] los reyes
de Méx[i]co tenían puesto en el pueblo [a] unos gobernadores, como
ahora su Maj[es]t[ad] tiene [a] sus corregidores, y éstos oían sus
pleitos y castigaban al q[ue] lo merecía; y q[ue], en cada estanzuela,
había su principal, q[ue] tenía c[ue]ta de la gente y prendía al q[ue]
hacía mal. Y q[ue e]l gobernador de Méx[i]co q[ue] estaba aquí
ponía [a] dos o tres principales y naturales deste pueblo, [para] q[ue]
oyesen con él y determinasen los pleitos. Y que traían guerra con los
de Mechoacan y Axuchitlan y Tlacotepeque, y con los de Totola,
q[ue e]s hacia Zumpago; y que, cuando iban a la guerra, iban en su
escuadrón, y se ponían en ringlera cuando querían arremeter a los
contrarios. Y llevaban sus arcos y macanas y rodelas, y [dicen] q[ue]
llevaban unos jubones con lana,[119] estofados, como coseletes. Y
que, entonces, andaban vestidos con unas mantas atadas en el
hombro y unos pañetes con que cubrían sus vergüenzas, y, algunos,
traían camisas largas, q[ue] les arrastraban, y sin cuello. Y ellas
andaban como andan ahora, q[ue] son con sus y naguas.
Ahora, [en cambio], traen sus camisas y jubones y zaragüelles, y las
mantas q[ue] solían traer, y traen sus sombreros. Y [dicen] que,
entonces, tenían maíz, frijoles, chian [y] pepitas, q[ue e]s lo que
ahora tienen; y que, entonces, vivían más que no ahora, y más
sanos, y que entienden q[ue] lo causa que, entonces, no comían
tantas comidillas como ahora comen, ni [se] allegaban a mujeres
hasta q[ue] tenían de treinta años arriba, y q[ue] trabajaban más que
no ahora.
16 ¶ Está este d[ic]ho pueblo de Tetela en asiento llano junto a dos
ríos, q[ue e]l uno es caudal y muy grande [y] q[ue] nunca se vadea,
q[ue] viene de T[l]axcala y el Marquesado, y el otro viene de la
serranía de Tlacotepeque y Utatlan. Está [el pueblo] cercado de
muchas cuestas muy altas, y es tierra caliente, de muchas
sabandijas. Y dij[er]on que no tienen cosa señalada, si no es el río
grande.
17 ¶ Dij[er]on q[ue], a lo que entienden, q[ue e]s tierra sana, aunque
es caliente, y q[ue] viven sanos, aunq[ue] les da algunas veces
cámaras de sangre y calenturas; y q[ue], para el remedio, tienen
unas raíces q[ue] las llaman ,[120] y otro que llaman
,[121] q[ue e]s como goma q[ue] echan unos árboles, y esto
lo toman y lo be[be]n p[ar]a las cámaras de sangre, y se sientes
buenos algunos.
19 ¶ Pasan, por junto a este pueblo, dos ríos, q[ue e]l uno, q[ue]
viene por la banda del norte, es el caudaloso, q[ue] siempre trae
mucha agua [y] q[ue] no se puede vadear en ningún t[iem]po del año.
En sus riberas siembran maíz, algodón, pepitas y melones, y, esto,
en los arenales q[ue] quedan sin agua cuando baja el río. Llámase
este río Hueyatl, q[ue] quiere decir “río grande”. El otro q[ue] pasa, y
viene da hacia el sur, le llaman Apitzactli, q[ue] quiere decir “río
pequeño”.[122] En este río tienen algunas huertas de cacao, que, con
el agua q[ue] sacan dél, las riegan. Y, asimismo, a su t[iem]po del
año, sacan agua para regar algunas sementeras de maíz; y no es
cantidad, por ser poco lo que se puede regar, por ir entre sierras [el
agua]. Y, así, no hay, en entrambos ríos, cosa q[ue] puede ser de
mucho provecho, por ir los d[ic]hos ríos metidos entre sierras.
22 ¶ No tienen árboles en toda su jurisdicción q[ue] sean de
provecho, si no es para leña; y, así, no hay frutales silvestres q[ue]
se aprovechen.
23 ¶ Los árboles que tienen de cultura y frutales son ciruelos de la
tierra y , y mameyes y plátanos, y zapotes y
aguacates, y naranjas y piñas de la tierra, y estos árboles se dan
bien; y, de Castilla, no hay más q[ue] las naranjas, q[ue] se dan en
abundancia.
24 ¶ Los granos y semillas q[ue] tienen son maíz, chian, frijoles,
pepitas, chile y ; y, de Castilla, no tienen ninguna, si no son
melones, q[ue] siembran junto al Río Grande en las humedades q[ue]
quedan de la lana.
26 ¶ Dij[er]on q[ue] tienen una semilla de una yerba que llaman ellos
, y, molida y dándola a beber, mueren luego della.[123]
27 ¶ Los animales q[ue] tienen, domésticos y silvestres, son,
silvestres, tigres y gatos cervales y algunos leoncillos pequeños, y
venados y conejos; tienen, en casa, perros, gallinas, de la tierra y de
Castilla, q[ue se] multiplican en abundancia.
28 ¶ Dij[er]on q[ue] tienen dos minas de cobre, la una, camino de
Cacalotepeque, junto a un [p]eñasco grande q[ue] allí cae, y, la otra,
junto a San J[e]r[óni]mo, llamado el pueblo [de] Aguacatitlan; y que
estas minas las labraban en t[iem]po antiguo, y ahora no las labran.
30 ¶ Dij[er]on q[ue], en unas estanzuela pequeña llamada Iztayutla,
hay un ojo de agua pequeño, de que hacen[124] alguna poca de sal,
[aun]q[ue] no tiene para e[l] sustento del pueblo y se proveen de sal,
de Cuzamala y [de] Alahuiztlan.
31 ¶ La forma y edificos de [las] casas q[ue] tienen son como [en]
los demás pueblos dichos.
33 ¶ Dij[er]on, y se sabe, que los tratos y contratos que tienen son
coger algodón, y hacer mantas y otras ropas, y criar gallinas, y
llevarlo a la costa a vender a trueque de cacao; y, asimismo, hay
algunas huertas de cacao, aunq[ue] no muchas. Y, del algodón,
hacen mantas para pagar su tributo, q[ue e]s buena ropa de algodón.
34 ¶ Está este d[ic]ho pueblo de Tetela en el arzobispado de
Méx[i]co, [y] habrá hasta allá cuarenta leguas. Es el camino, por la
mayor parte, malo y de muchas cuestas, y, por eso, van torcidos los
caminos.
¶ Todo lo c[ua]l, dijeron los indios principales y viejos más
antiguos del d[ic]ho pueblo de Tetela, en presencia de los dichos,
[del] escr[iba]no y [del] .[125]
CUEZALA
11 ¶ El Pueblo de Cuezala está [a] ocho leguas del pueblo de
Ichcateupan, cabecera deste corregimi[ent]o. Reside, en el propio
pueblo de Cuezala, el beneficiado q[ue] los tiene a cargo, porq[ue
e]s el asiento de la vicaría. Tiene sujetos los pueblos siguientes:
¶ El pueblo de Apaztla y Tenepatlan. Éstos tienen sus estancias
y pueblecillos sujetos a ellos, porque estos dos pueblos, con sus
sujetos, son los naturales antiguos de la tierra, q[ue] son chontales,
y los de Cuezala son [los] mexicanos q[ue] los sujetaron; y, así, al
presente los tiene por sujetos. Tiene, [ade]más, las estancias
siguientes:
¶ Xuchitepec ¶ Quamuchiahualco
¶ Puctepec ¶ Apetlanca
¶ Chimalcozau[h]can ¶ Atlalac
¶ I[ch]catlan ¶ Sulamatlan
Tendrá el pueblo de Cuezala seiscientos y sesenta indios
tributarios, con las estancias de Apaztla y Tenepatlan, y éstos tienen
conforme [a] su tasación.
12 ¶ Tiene el pueblo de Cuezala, por la parte a do sale el sol, el
pueblo de Cocula, q[ue e]stá [a] cuatro leguas; y, por la parte del
nordeste, el pueblo de Coatepeque, [al] q[ue] hay cinco leguas; y,
por la parte del norte, tiene al pueblo de Teloloapa, [al] que hay cinco
leguas; [y] tiene el pueblo de Tlacotepeque por la parte del
mediodía, [al] q[ue] hay diez leguas; y, por la parte del poniente,
tiene el pueblo de Tetela, [al] q[ue] hay ocho leguas. Son las leguas
de todos estos pueblos largas, de muchos pedregales, cerros y ríos,
y, por eso, van por caminos torcidos.
13 ¶ Dij[er]on los d[ic]hos indios q[ue e]l d[ic]ho pueblo se llamó
Cuezala, por unos pájaros q[ue] andaban allí del tamaño de un tordo,
con cola del largor de un palmo y medio, q[ue] los llamaban ,
y eran todos colorados, q[ue] quiere decir “plumas galanas”
y, porq[ue] estos pájaros las tienen, los nombraron así, y así
llamaron al d[ic]ho pueblo Cuezalan.[126] Hablan la lengua mexicana,
porq[ue] son todos mexicanos.
14 ¶ Dijeron estos dichos indios q[ue] sus antepasados habían salido
todos juntos de la provincia de Mechoacan, en compañía de los
demás mexicanos q[ue] fueron a poblar la ciudad de México. Y,
éstos [dicen] q[ue] vinieron por diversos caminos y aportaron en la
tierra adonde al presente viven, q[ue e]staba poblada de chontales, a
los c[ua]les les pidieron que les diesen tierras en que viviesen, los
c[ua]les no les quisieron dar. Y, visto q[ue] no se las querían dar, se
fueron a un cerro alto q[ue] allí estaba, donde poblaron e hicieron su
habitación. Y estuvieron [allí] mucho t[iem]po sin reconocer a nadie
por señor ni hacer guerra, porq[ue] era poca gente. Tenían por señor
a un cacique llamado C , [pero] no daban a éste
tributo ninguno.[127] No tenían sementeras, porq[ue] todos eran
cazadores que se sustentaban de la caza, así ellos, como las
mujeres y toda la demás gente; y, si comían maíz, [era porque] se lo
daban por amistad todos los pueblos comarcanos. Vivían y estaban
debajo de piedras y en cuevas metidos, hasta q[ue] hicieron asiento
y encomenzaron [a] hacer casas.
Tenían por dios a un Demonio llamado C ,ya
C , q[ue] decían ser su h[e]r[ma]na.[128] A éstos tenían
hechos templos donde los adoraban, y les ofrecían mantas e
incienso, y esto lo recibían los [sacerdotes] q[ue] allí guardaban.
Hacíanle cada veinte días su fiesta, [y] engalanaban el ídolo lo mejor
que podían. Hacían muchas danzas y bailes, allí, el día de la fiesta.
Y, a los que se morían, los enterraban sentados y, cada mañana
y tarde, les ponían de comer en la sepultura, y los pasajeros q[ue]
por allí pasaban, que tenían hambre, lo podían tomar y comer, y no
otro ninguno. Cuando se casaban, el que se quería casar enviaba
presentes a la madre y padre de la moza, y, si se concertaba [la
boda], enviaba ella otro presente a los padres del mozo; y los
parientes de la moza hacían los vestidos que habían de llevar, al
mozo, y, por el consiguiente, los del mozo habían de hacer los
vestidos de la desposada. Y, el día de la boda, hacían gran fiesta y
regocijo y borrachera; y, si [el desposado] no la hallaba doncella, la
echaba luego, y, si lo estaba, q[ue]dábase con ella.
C[uan]do nacían, dentro en cuatro días que nacía [la criatura] la
llevaban a un hechicero, y él la bañaba y [le] ponía el nombre q[ue]
había de tener. Y, si alguno hurtaba, por poco q[ue] fuese, le hacían
esclavo de aq[ue]l cuyo era lo q[ue] hurtaba; [y], si tenía hacienda
con que se rescatar, se rescataba. Si alguna [mujer] hacía adulterio,
q[ue] fuese casada o soltera, como lo hiciese con casado, había de
morir por ello, [y] podíalos matar c[ua]lquiera q[ue] los viese, como
fuese[n] parientes. Comen todos en el suelo. Van, ellos y ellas, a
cavar sus sementeras.
15 ¶ Estaban quietos y pacíficos, y no querían tener guerra con
nadie, hasta q[ue] los pueblos de Tenantzingo y Cocula enviáronles a
pedir tributo, y ellos no se lo quisieron dar. La prim[er]a guerra q[ue]
tuvieron fueron con los de Coatepec, donde perdieron mucha gente.
Y, visto esto y q[ue] les faltaba gente, enviaron a pedir socorro, a la
ciudad de México, a H , q[ue] era rey entonces, el
c[ua]l les envió mucha gente. Toda la c[ua]l, llegada a Coatepec, se
despeñó de un despeñadero que allí había, por ir de noche. Tornóse
[entonces] a enviar a México por más socorro [de gente], la c[ua]l el
d[ic]ho H envió, y, desta vez, sujetaron a Coatepec
y derribaron todas las casas.[129]
Envió, luego, M un principal, el c[ua]l llaman ,
que quiere decir “guardián” a q[ue] estuviese en el d[ic]ho pueblo de
Cuezala por gobernador, y desde entonces quedaron sujetos a los
reyes de México y los tributaban. Dábanle de tributo, cada un año,
una esmeralda verde q[ue] llaman ellos , [y] dábanle
mantas y otras cosas que tenían. Tuvieron guerra con los de Apaztla,
q[ue] eran chontales, hasta q[ue] los sujetaron; y los de Tenepatlan,
visto esto,[130] se les sujetaron luego y les daban tributo.
Cuando iban a la guerra, llevaban arcos y flechas y unos palos a
manera de espada y, por el corte, muchas navajas, y llevaban,
asimismo, varas arrojadizas tostadas y sus [131] de
TELOLOAPAN
¶ En el pueblo de Teloloapan, a primero día del mes de diciembre de
mil y qui[nient]os y setenta y nueve años, el d[ic]ho señor corregidor,
L P , m[an]dó parecer ante sí a los alcaldes [y]
principales del d[ic]ho pueblo de Teloloapan, y [a] algunos viejos
antiguos, [a] los c[ua]les, después de venidos, les examinó por la
dicha Instrucción, en presencia del presente escribano y [del]
intérprete. Dij[er]on lo siguiente:
[11] ¶ Está el pueblo de Teloloapan [a][153] cuatro leguas del pueblo
de Ichcateupan, correg[imien]to y cabecera dél, aunque [antes] era
este d[ic]ho pueblo corregimi[ent]o y, ahora, se metió con lo de
Ichcateupan, [y] aunq[ue] en este d[ic]ho pueblo asiste y tiene su
asiento el corregidor, porq[ue e]s pueblo más cómodo p[ar]a asistir
q[ue] en el de Ichcateupan; [y], por ser de más gente y caer en
medio de todo el partido del corregimi[en]to, está en el dicho pueblo
el asiento del cura y es la cabecera del beneficio. Tienen las
estancias pobladas siguientes:
¶ Chiapa ¶ Pixahua
¶ Tetanaco ¶ Estancia
¶ Acatempa ¶ Acahuitla
¶ Tenantzingo ¶ Aguacatitlan
¶ Ahuehuetla ¶ Posquila[154]
Tendrá este pueblo de Teloloapan, según su tasación,
cuatrocientos y treinta tributarios, según dijeron.
12 ¶ Está el d[ic]ho pueblo de Teloloapan cuatro leguas del pueblo
de Ichcateupan hacia el nordeste; y, del pueblo de Tzicaputzalco,
está otras cuatro leguas hacia el norte; y, del pueblo de Alahuiztlan,
está otras cuatro leguas hacia el noroeste; y del pueblo de Oztuma,
está otras cuatro leguas hacia el poniente; y, del pueblo de
Tutultepec, está cinco leguas hacia la banda del suroeste; y, del
pueblo de Cuezala, está cinco leguas hacia el sudeste; y, del pueblo
de Coatepeque, esta cinco leguas hacia el leste.[155] Son los
caminos malos, de muchas piedras y cuestas, y, por eso, van los
caminos torcidos y son las leguas grandes.
13 ¶ Dij[er]on q[ue e]l d[ic]ho pueblo de Teloloapan se llamó así
porq[ue e]stá en él un ojo de agua, q[ue] lo era como una bola, y
quiere decir “bola” y [ ] quiere decir “sobre agua”.[156]
Hay, en este pueblo, tres lenguas; ixcuca, chontal [y] mexicana,[157]
y destas usan ahora; y los ixcucas y chontales son los naturales más
antiguos. Y así, cada uno tiene su lengua y sus barrios aparte.
14 ¶ Dij[er]on q[ue e]n tiempo pasado de su gentilidad, eran sujetos a
un caciq[ue] llamado T ,[158] q[ue e]ra chontal, y éste
tenía señorío sobre ellos; pero q[ue] no le daban tributo señalado,
sino todo aquello que había menester para su comer y vestir. Y que
I , rey de Méx[i]co,[159] les envió a [decir] q[ue] le
tributasen y fuesen sus vasallos, los cuales se le rindieron luego. Y le
tributaban, a él y a todos los demás reyes de Méx[i]co, mantas y
y naguas y mantillas de algodón, y , q[ue e]s
una “arenilla para hacer color amarilla”, y otras colores, las cuales
buscaban para llevar a Méx[i]co con el tributo, por sus tercios.
Dij[er]on q[ue] adoraban al demonio q[ue] le llamaban
H , q[ue] le tenían pintado en una piedra de la manera
q[ue e]staba en Méx[i]co, al cual le tenían sus templos, en los cuales
templos había unos viejos como sacerdotes. [Éstos] tenían cuenta en
encender , q[ue e]s como incienso, y recibir las ofrendas. Y
[dicen] q[ue], cuando nacían, acudía luego toda la gente a casa de la
parida, adonde hacían muchos bailes y fiestas, y q[ue] los propios
padres les ponían los nombres. [Y], cuando se morían, los
enterraban sentados y les ponían allí juntoa a ellos mucha comida; y
q[ue], si era de los principales q[ue] tenían esclavos, los mataban [a
éstos] y [los] enterraban consigo, con todo lo q[ue] tenían. Y q[ue],
cuando adulteraba alguno, los mataban sin réplica ninguna; y q[ue]
los principales tenían libertad de emborracharse, y, como fuese
, no la tenían: si se emborrachaban, tenía pena de azotes,
los cuales le daban con unas ramas y hasta q[ue] le hacían saltar la
sangre; y, a los ladrones, tenían pena de venderlos por esclavos a
cuyo era el hurto q[ue] hurtaba.
15 ¶ Dij[er]on q[ue] no se acordaban [de] cómo se gobernaban en
aquel tiempo, y q[ue] traían guerra con los de Mechoacan, y acudían
al fuerte de Oztuma por su tiempo, cuando les mandaban. Llevaban
a la guerra arcos y flechas y macanas, y palos con porras, y palos
arrojadizos que tiraban. Iban a la guerra sin orden, todos juntos, y
arremetían primero los mozos y, tras ellos, los capitanes y la otra
gente.
Andaban, en sus tiempos pasados, vestidos con solas unas
mantas atadas al hombro y unos pañetes con q[ue] cubrían sus
vergüenzas, [y] ahora traen camisas, jubones y zaragüelles, zapatos,
sombreros, y unas mantas que antiguamente solían traer. Los
bastimentos q[ue e]ntonces tenían son los que tienen ahora, sin q[ue]
haya diferencia ninguna. Dij[er]on q[ue] vivían muy mucho más q[ue]
no ahora, y más sanos; [pero] q[ue] no entienden la causa de q[ue]
es[to sea así], sino q[ue] los pecados de sus pasados deben de ser
y las borracheras [en] q[ue] ahora andan cada día. Y empiezan
desde niños, [pero], en tiempo pasado, no bebían [sino] hasta q[ue]
tenían canas. Y [dicen] q[ue] trabajaban entonces mucho más q[ue]
ahora, y, así, entonces no tenían enfermedad.
16 ¶ Está el pueblo de Teloloapan en un asiento de unas cuestas no
muy altas, todo cercado de grandes pedregales, q[ue] por todas
partes lo hay. La piedra es muy dura, q[ue e]s como pedregal de
mármol. Es tierra descubierta, sin haber arboleda en ella; no tiene
sierra, ni valle ni cos señalada, allí cerca.
17 ¶ Está el pueblo Teloloapan en su asiento de unas cuestas no
muy altas, y [dicen] q[ue e]s pueblo sano, aunq[ue] hay en él mal
sereno; y q[ue] no conocen [de] enfermedad q[ue] les dé allí, y, así,
no hacen remedio ninguno ni lo saben.
19 ¶ [Ni] en todo este pueblo, ni [en] sus sujetos, hay río ninguno,
sino algunos arroyuelos pequeños, y no tienen regadío ninguno; y los
maizales los siembran entre las piedras, en las cañadas, q[ue] se
dan muy bien.
20 ¶ Está en este pueblo de Teloloapan, junto al pueblo, en un
pedregal grande, una piedra más alta q[ue] otras, q[ue e]s cosa de
ver el misterio q[ue] tiene, porq[ue, e]n tocándole con otra piedra y
dándole, suena como campana,[160] [con] tan claro y tan buen sonido
como si lo fuera de buen metal; y, conforme en la parte q[ue] le dan,
así hace el sonido, si quieren, como campana grande o como
campana pequeña, diferenciando el sonido: óyese en gran trecho, y
muy claro.
23 ¶ Los árboles de cultura y frutales que hay en la d[ic]ha tierra son
guayabas, , zapotes blancos, naranjas y plátanos y
anonas; de España no hay fruta ninguna, porque no se da.[161]
24 ¶ Los granos y otras hortalizas q[ue] tienen, y han tenido, son
maíz, frijoles y chile, pepita [de calabaza] y chian y .
27 ¶ Los animales y aves, bravos y domésticos q[ue] tienen, son
haber algunos tigres y leones y venados y conejos, y, en casa, tienen
muchas gallinas, de la tierra y de Castilla, q[ue] se dan muy bien.
30 ¶ No hay salinas en d[ic]ho pueblo, y provéense de sal para su
comer de las salinas de Alahuiztlan, y [de] Oztuma y [de]
Tzicaputzalco.
31 ¶ La forma y edificio de las casas q[ue] tienen, [así] como los
materiales, son de la forma y manera que de los demás pueblos ya
d[ic]hos.
33 ¶ Los tratos y contratos q[ue] tienen son maíz, gallinas y chile,
q[ue] venden en las minas de Tasco y [de] Zacualpa, e ir algunos
indios a alquilarse a las d[ic]has minas; y desto pagan su tributo a su
Maj[es]t[ad], q[ue e]s un p[e]so y m[edi]a fanega de maíz cada año.
34 ¶ Cae este d[ic]ho pu[ebl]o en la diócesis y arzobispado de
Méx[i]co, [al] q[ue] habrá treinta y dos leguas, y, por la mayor parte,
son los caminos malos, de muchos pedregales, [y], por eso, son las
leguas largas y [los] caminos torcidos.
¶ Todo lo c[ua]l declararon los principales e indios más antiguos del
d[ic]ho pueblo de Teloloapan, en presencia del d[ic]ho señor
corregidor y [de] los demás arriba declarados.[162]
TUTULTEPEQUE
¶ En el pueblo de Teloloapan, a primero de diciembre de mil y
qui[nient]os y setenta y nueve años, el d[ic]ho señor correg[id]or hizo
llamar ante sí al gobernador y principales y viejos más antiguos del
d[ic]ho pueblo de Tutultepeque, los c[ua]les, después de venidos, en
presencia del presente escr[iba]no e intérprete, los examinó por el
dicho interrogatorio, los c[ua]les, preguntados, dij[er]on lo siguiente:
[11] ¶ El d[ic]ho pueblo de Tutultepeque está, del pueblo y cabecera
de Ichcateupan, [a] ocho leguas, y, del pueblo de Teloloapan, está
[a] cuatro leguas, q[ue] era su cabecera de correg[imien]to [hasta]
q[ue e]ste año el lo metió con el d[ic]ho
corregimi[ent]o de Ichcateupan. Está del d[ic]ho pueblo de
Teloloapan [a] las d[ic]has cuatro leguas, q[ue e]s adonde tiene su
asiento el cura y vicario, y tiene los sujetos siguientes:
¶ Ichcatepeque ¶ Tecuapa
¶ Umitlazala ¶ Almolonga
¶ Teuluchulco ¶ Miahualtepec
¶ Atzala ¶ Amatitlan
Tendrá este d[ic]ho pueblo doscientos y noventa indios
tributarios.
[12] ¶ Está el d[ic]ho pueblo de Tutultepeque, del pueblo de
Teloloapan, [a] cuatro leguas; y del pueblo de Oztuma, [a] tres
leguas; y del pueblo de Axuchitlan estará [a] cinco leguas; y del
pueblo de Tlanepatlan estará [a] cuatro leguas. Las leguas antes son
grandes que pequeñas y de malos caminos torcidos, por haber
muchas cuestas y sierras muy altas.
[13] ¶ Dij[er]on q[ue a]l d[ic]ho pueblo de Tutultepeque le pusieron
[ese] nombre, porque está el d[ic]ho pueblo junto a un cerro muy alto,
en el cual, cuando poblaron allí, habían muchos gallos encima dél;
porque quiere decir “gallo”, y quiere decir “monte”, y,
así, le pusieron Tutultepec al d[ic]ho pueblo. Son chontales, que
hablan la lengua chontal.[163]
14 ¶ Dij[er]on q[ue, e]n sus tiempos antiguos, antes que los
mexicanos vinieran, era de un caciq[ue] llamado T ,
[164]el cual tenía señorío sobre ellos. Y no le daban tributo señalado,
sino todo aq[ue]llo que había menester, así de ropa para su vestir
como para sus mujeres, como comida y servicio. Y q[ue, e]n tiempo
del rey de Méx[i]co llamado A , tuvo guerra con ellos
hasta q[ue] les sujetó,[165] el cual no les llevaba tributo, porque
estaban en frontera con los de Mechoacan y sustentaban [a] los
soldados que allí tenían, mexicanos, y [a los que estaban] en el
fuerte de Oztuma; y que, algunas veces del año, enviaban presente
a Méx[i]co de mantas, y piedras verdes y hierro colorado, q[ue e]s
cobre.
Dij[er]o[n] que adoraban al Demonio, y que le tenían sus templos
adonde tenían sus sacerdotes, que eran unos viejos q[ue e]staban
como sacerdotes, los cuales recogían las ofrendas que llevaban al
Demonio; y que, cuando se moría alguno, no tenia[n] parte señalada
donde le enterrar, sino era allá en el monte y en el zacatal. Y que,
cuando nacían, no tenían ceremonia ninguna, más de nacer y morir, y
que los nombres que tenían se los ponían sus padres.
15 ¶ Dij[er]on que no se acuerdan [de] cómo se gobernaban, más de
que traían guerra con los de Mechoacan y [de] Axuchitlan; y que
peleaban con arcos y flechas y macanas, y que de noche era cuando
acometían a sus enemigos. Y q[ue, e]n tiempo de su gentilidad,
andaban vestidos con las mantas que ahora traen y unos
[como camisas sin cuello] como lo traen ahora las indias; y que,
ahora, traen sus camisas, jubones, zaragüelles y sombrero, y las
mantas que antiguamente solían traer. Y q[ue e]ntonces, tenían
maíz, frijoles, chile, pepita [de calabaza y] chian, q[ue e]s los
mantenimientos que al presente tienen, y que, asimismo, en tiempo
pasado, había mucha más gente q[ue] ahora y no se morían [tantos],
y que no saben la causa y el por q[ué] haya sido.
16 ¶ Está el d[ic]ho pueblo de Totoltepec en una ladera de un cerro
muy alto, metido enre unas sierras, que le tienen puesto por nombre
[a] aq[ue]l cerro alto Totoltepec, por la razón d[ic]ha.
17 ¶ Dij[er]on q[ue] tienen el asiento del d[ic]ho pueblo de Tutultepec
por sano, por ser [y] estar el d[ic]ho pueblo en alto en aquella ladera,
y lavarle el aire; y q[ue] las enfermedades q[ue] tienen es romadizo y
algunas calenturas, y q[ue] no hacen remedio en ello.
19 ¶ Pasa, [a] dos leguas del d[ic]ho pueblo, hacia la parte del
poniente, un río que baja de la sierra de Zultepec y Zacualpa; no
tienen regadío en él, ni es de ningún provecho para regadíos, por ir
metido entre quebradas.
22 ¶ Tiene el d[ic]ho pueblo de Tutultepec un monte grande en una
sierra, hacia la banda del norte, adonde hay maderas de pino y roble
y se cría miel buena; y pod[r]ían sacar madera buena oara cualquier
cosa.
23 ¶ Los árboles de cultura y frutales que tienen son los ordinarios
que tienen los demás pueblos d[ic]hos.
24 ¶ Los granos y semillas q[ue] tienen son los q[ue] tienen los
demás pueblos d[ic]hos, sin haber diferencia ninguna.
25 ¶ En una estanzuela llamada Ometlazala[166] hay una huerta de
membrillos buenos, sin haber otra fruta de Castilla.
27 ¶ Los animales y aves q[ue] tienen son los q[ue] tienen los demás
pueblos d[ic]hos.
[30] ¶ Dij[er]on que no tienen salinas ningunas, y q[ue] se proveen de
sal de Alahuiztlan y [de] Oztuma, y q[ue e]l algodón para su vestir lo
traen de Axuchitlan y [de] Cuzamala, y, en lo demás de cosas de
Castilla, lo traen de Méx[i]co.
[31] ¶ La forma y edificio de las casas es como [en] los demás de
los pueblos ya d[ic]hos.
[32] ¶ No tienen fortaleza en el d[ic]ho pueblo, si no es aquella que
habían en Oztuma, a donde acudían todos con los bastimentos para
los mexicanos q[ue] allí estaban.
[33] ¶ Los tratos y contratos que tienen es maíz, chile [y] gallinas,
q[ue] llevan a vender a las minas de Tasco y [de] Zac[ua]lpa, y
[aqu]ellos q[ue] van a trabajar a las d[ic]has minas; de lo cual pagan
su tributo a su Maj[es]t[ad], q[ue e]s un p[e]so y media fanega de
maíz cada año.
[34] ¶ Está en la diócesis del arzobispado de Méx[i]co, que habrá
treinta y dos leguas hasta allá, por caminos torcidos y a parte[s]
malos. Y esto es lo que dijeron y declararon, mediante los
susod[ic]hos que a ella se hallaron presentes.[167]
Todo lo c[ua]l declararon los indios más antiguos y principales
del d[ic]ho pueblo de Tutultepeq[ue], en presencia del dicho s[eñ]or
corregidor, y [de los] escr[iba]no y . Esta d[ic]ha
averiguación se acabó, de todas las cabeceras deste d[ic]ho partido
de Ichcateupan y Teloloapan, a primero día del mes de diciembre de
mil y qui[nient]os y setenta y nueve años, y se hizo en presencia del
d[ic]ho señor corregidor, y escribano y ya nombrados, y
no se hallaron otros españoles, porq[ue] esta provincia es sola, sin
vivir ni asistir en ella ningún español. Y, así, lo firmó el d[ic]ho s[eñ]or
L P , correg[id]or, y A [ ] V [ ] ,
intérprete, y yo, G R , escr[iba]no nombrado, q[ue] a
todo ello me hallé y pasó ante mí. L P (rúbrica). AL[ ]
V [ ] (rúbrica). G R , escribano nombrado
(rúbrica).
[1]
Ésta y la siguiente leyenda aparecen en la cubierta o portada del manuscrito. FPT
(1905, : 152) las reproduce al final de su transcripción.
[2]
Ichcateupan y Teloloapan, leídos de manera uniforme a lo largo del manuscrito
“Izcateupa” y “Teloloapa”, son topónimos que aparecerán a menudo en el texto. De aquí
en adelante ya no se indicará, mediante corchetes, la corrección de que fueron objeto.
[3]
El manuscrito (fol. 1r) lee aquí “çicaputzalco”, pero, a partir del capítulo 15 (fol. 2r),
“tzicaputzalco”. Se compone de tzicatl, putzalli y el sufijo –co, “hormiguero de hormigas
grandes y ponzoñosas”.
[4]
El manuscrito (fol. 1r) lee: “Asimismo tiene En este…”; en mi transcripción se ha
suprimido el “En”.
[5]
Sobre la lengua no clasificada, ver Harvey (1972: 311-12). De ella se hace mención,
también, en la relación de Tistla. Ver el volumen 5, tomo segundo de Tlaxcala, de mi
edición de las Relaciones geográficas del siglo XVI (Acuña, 1985). Como observa FPT
(1905, VI: 88, n. 2), “…si la lengua se llamaba tuzteca, nombre gentilicio, el primitivo
geográfico habrá sido Tuztla…” Tuztla podría traducirse por “donde abundan los pericos
amarillos.
[6]
El manuscrito (fol. 1v) lee “tequisisapa”; la lectura correcta debería ser Teccizapan,
“río de caracoles grandes.
[7]
Ichcateupan significa, literalmente, “templo del algodón”, aunque cabe suponer, en
este caso, que ichcatl sería la denominación de algún dios.
[8]
Huehuetecuhtli, “el señor del tambor” o “el señor viejo”; Iztac Tlamacazqui, “el
sacerdote blanco”, probablemente una advocación de Tlaloc (ver FPT 1905, : 89, n. 2);
Acxoyatl Cihuatl, “la mujer del abeto”. Ver Garibay (Sahagún, 1956, : 320).
[9]
He reconstruido conjeturalmente el pasaje, que es muy oscuro. En el manuscrito (ff.
1v-2r) se lee: “…e tenjan por guarda dos yndios que eran sus saçerdotes. abia otros
muchos qstauan en el tenplo y q los dos eran los prençipales tenyan q les habían de comer
vna donçella y esta estaua en el tenplo vn año y acabado entraua otra…”
[10]
El manuscrito (fol. 2r) lee: “yban cadal dia al tenplo y rrogauan a los que estauan en
ella rrogasen por ellos…”
[11]
El manuscrito lee “tonalpucque”; tonalpouhqui es, literalmente, “el que cuenta los
días”; Molina (1944: ME, 149v) da la acepción de “adiuino o agorero, que echa suertes”.
[12]
En la época prehispánica, Ichcateupan dependía del señorío de México. Ver FPT
(1905, : 90, n. 1).
[13]
El manuscrito (fol. 2r) lee: “tepisques”; tepixqui o tlapixqui es “el que guarda algo”,
o a alguien (ver Molina, 1944: ME, 132r).
[14]
Esta palabra, leída “yndios”, aparece testada en el manuscrito (fol. 2r). FPT (1905,
: 90) la admite en su transcripción. No estorba. Yo la he admitido también en la mía.
[15]
El topónimo aquí (fol. 2v) leído Quauhtomaltepetl se leerá, en el capítulo 18 (fol. 3r),
con más corrección. Quauhtomatepec. Significa “en el cerro de las bellotas”. Ver la
entrada quauhtomatl, en Molina (1944: ME, 87v).
[16]
Obsérvese que le nombre de este pueblo se leyó, en la enumeración de los sujetos de
Ichcateupan, en el capítulo 11, Tenango. Atenango es la lectura correcta.
[17]
En el manuscrito (fol. 4r), hay a continuación una severa testadura que hace ilegible lo
previamente escrito.
[18]
El escribano hace la aclaración, porque la encuesta de Tzicaputzalco se celebró en
Teloloapan, a donde el corregidor hizo comparecer a los informantes de aquella localidad.
[19]
Por error del escriba, el manuscrito (fol. 4r) lee: “cauuhtlapecho”.
[20]
“Do sale el sol” aparece entre líneas; abajo, testado, se lee: “…1 ponjente” (fol. 4v).
[21]
Dice FPT (1905, : 94, n. 3): “Conviene conservar en nuestra sinonimia botánica el
nombre pindexo, equivalente a uaxin, por ser de una lengua regional, que hoy supongo
extinguida o casi…”
[22]
Véase, arriba, la nota 3.
[23]
Sobre esta lengua no clasificada, ver Harvey (1972: 312).
[24]
El nombre significa “5-lluvia”, cuyo equivalente quiché era Hob Toh, presunto rey de
Rabinal o deidad que preside el baile-drama denominado Rabinal Achi. Comenta FPT
(1905, : 95, n. 1): “Entiendo que por estar en frontera de guerra escogerían como
protector a este numen, pues en el tercer edificio del templo mayor de México, nombrado
también maculquiahutl, mataban a los espías de sus enemigos que durante la guerra
prendían.” Ver Sahagún (1956, : 232-33).
[25]
Por error del escriba, en el manuscrito (fol. 5r) se lee, repetido: “y si era poco y si era
poco…”
[26]
Por error de pluma del escribano, en el manuscrito (fol. 5r) se lee, repetido: “…
esclabo de a quien vrtaua.
[27]
Comenta FPT (1905, : 96, n. 1): “Aunque no lo diga el texto, era súbdito este
señor del Imperio mexicano, como se puede ver en el Códice que han llamado Mendocino
(Orig., fol. 36; Kingsborough, lám. 38)…”, donde se enumeran los tributos que pagaba
Tzicaputzalco, junto con otros pueblos que en esa lámina se registran.
[28]
El manuscrito (fol. 5r) lee: “esupiles”.
[29]
No es aceptable que Zacango se derive de zacatl, a menos que haya error en la
lección del topónimo y éste deba leerse Zaca[te]ngo, “en la orilla del zacate”, que parece
lo más probable.
[30]
El manuscrito (fol. 5v) lee: “tepoposcuautli”, lo que vendría a significar “águila de
cobre”; pero, si la traducción que propone la fuente es correcta, el topónimo deberá
leerse como aparece en mi transcripción.
[31]
El manuscrito (fol. 5v) lee: “q bienes”, y, más abajo: “…de las minas de çultepeque e
zaqulpa…”
[32]
El manuscrito (fol. 6r) lee: “…esta en medio de vn arroyo de agua dulçe que e tpo de
seca no lleba casi agua estan dos ojos de agua salada…” En mi transcripción he suprimido
el “están”, que aparecen aquí subrayado.
[33]
Es inexplicable porqué FPT (1905, : 98-99, n. 1) ha afirmado que “Bernal Díaz en su
Historia (cap. 205) dice que Juan de Manzanilla era indio…” En el capítulo citado, Díaz del
Castillo (1962: 526; 1982: 634, 636) se limita a decir que “… pasaron dos soldados que se
decían, el uno, Juan de Manzanilla, y el otro, Pedro de Manzanilla; el Pedro de Manzanilla
murió en poder de indios, y Juan de Manzanilla fue vecino de la Puebla: murió de su
muerte.” Un “Registro ms. de peticiones de conquistadores”, que el mismo FPT dice
haber leído (l. cit.), declara que el encomendero de Tzicaputzalco había nacido “en
Manzanilla, cerca de Palos, y que vino a Nueva España con Pánfilo de Narváez”. Tuvo por
lo menos un hijo, Juan de Caravallar, que le sucedió en la encomienda de Tzicaputzalco
(FPT, o. cit., p. 94, n. 1) y una hija, doña María de Carvallar [sic], que casó con Gonzalo
de Portugal (Dorantes de Carranza, 1970: 212).
[34]
La reconstrucción de este pasaje es conjetural. El manuscrito (fol. 6v) lee: “… de la ql
mjna se a sacado mucha cantidad de oro, porque acudió mucha xente a ella, y siempre la
labraron asta. que quitaron los serbiçios personal y se descubrieron las mjnas de plata q
acudió a ellas mucha jente y esta destas mjnas de oro y también se dexaron de labrar
porque se vndieron q yban muy baxas…” Lo de la supresión de “los servicios personales”
alude sin duda a las Leyes Nuevas, que se promulgaron en 1542-43; lo del descubrimiento
de “las minas de plata” parece aludir al descubrimiento de las minas de plata del Potosí,
en el Perú, cuya noticia se comenzó a difundir casi al tiempo que sucedía lo mismo con las
Leyes Nuevas.
[35]
El llamado aquí Jerónimo Ruiz de Baeza era hijo del comendador Juan Baeza de
Herrera, “el primero que hizo la inverción de los ingenios de agua para la molienda de los
metales de la plata”, y de doña Inés de Vargas. Jerónimo Ruiz de Baeza, mejor conocido
como Jerónimo de Baeza, estuvo casado con doña Mariana de la Marcha, de la que “hubo
15 hijos e hijas” (Dorantes de Carranza, 1970: 298-99). Ver, también, Porras Muñoz
(1982: 299-300.)
[36]
Tómese con reservas esta explicación de la fuente. El “azulaque” o “zulaque” es una
voz de origen árabe, que significa “betún y que, al parecer, no hace referencia a color
alguno.
[37]
Esta frase, en el manuscrito (fol. 6v), se lee literalmente: “…son vnos pocos de agua
salada la ql sacan dellos agua y la echan.
[38]
El pasaje es bastante oscuro. He aquí su traslado: “estan estas losas media bara
enzima. del suelo y el agua que echan. es quanto cubran el suelo de la losa, y dexanla
estar ocho o nueve días…”
[39]
No aparece firma alguna al calce, sino que, después de un espacio en blanco de cerca
de dos pulgadas (5 cm.), comienza la relación siguiente.
[40]
Varios topónimos de los aquí enumerados son, probablemente, incorrectos en términos
ortográficos, o incompletos. Como no se propone traducción alguna, cualquier intento de
reconstrucción es conjetural. “Quauhxinacuila” es posible que se deba leer
Quauhxonecuila; “Ximahapan”, Cimaapan; “Totepec”, Tototepec o Toltepec, y
“Cuxmatlipan”, Cuzamatlipan; “Tzitzicaltepec”, Tzitzicaltepec.
[41]
Por distracción del copista, esta línea falta en la transcripción publicada por FPT
(1905, VI: 100).
[42]
El manuscrito lee, uniformemente, “alaustlan”. FPT (1905, : 100-101, n, 3) discute
en pormenor la etimología de Alahuiztlan, concluyendo que significa “lugar de riego de
agua”.
[43]
Sobre esta lengua no clasificada, véase Harvey (1972: 311-12).
[44]
Significa el nombre de este cacique “señor de la carne”, si la lección del manuscrito es
correcta. No lo he visto registrado en ninguna crónica.
[45]
“Dios echado, o recostado” es la traducción que propone FPT (1905, : 101, n. 1)
para este nombre, acompañándola de un interesante comentario que intenta justificar
que fuera de culebra la figura que representaba a este numen.
[46]
No me ha sido posible identificar al “fulano López” que aquí se menciona Sobre
Monterroso, dice FPT (1905, : 102, n. 2) que, según cierta Lista de encomiendas,
Alahuiztlan y Oztuma “fueron enmendados en Blas de Monterroso, conquistador, y por su
muerte los heredó doña Francisca de Xexa, su mujer, que después casó con Juan del
Águila, quien le sobrevivió y siguió como tenedor de ambos pueblos”. Orozco y Berra
registra, entre los “Conquistadores que vinieron con Cortés”, a un “Monterroso Blas”
(Dorantes de Carranza, 1970: 373).
[47]
El manuscrito (fol. 8v) lee: “teletepetl”.
[48]
A continuación, en el manuscrito (fol. 8v), se lee un “ay”, que ha desaparecido en mi
texto.
[49]
El “estado”, medida variable de longitud, equivale a cerca de un metro con 96
centímetros; “seis estados” serán, por tanto, unos once metros y medio.
[50]
El manuscrito (fol. 9r) lee aquí: “ololuquec”, y, más abajo, “coanepile”; se trata del
ololiuhqui, “cosa esférica”, ampliamente descrito por Hernández (1959, : 73), y al que
se atribuyen propiedades alucinatorias (Durán, 1967, : 52-53; Santamaría, 1974: 771-2),
y del coanenepilli, “lengua de culebra”, también llamado coatli xochitlanense
(Hernández, 1959, : 229-30).
[51]
Por error del escriba, los números arábigos que identifican este capítulo son, en el
manuscrito (fol. 9r), “22”.
[52]
El “real”, moneda de valor muy variable, equivalía a la octava parte de un peso
(Santamaría 1974: 920); “22 reales”, por consecuencia, venía a ser dos pesos y medio, y,
“32 reales”, cuatro pesos. Considerando que el preció contemporáneo del maíz oscilaba
entre ocho y doce reales por fanega (Gibson, 1976: 312), el de la sal parece un poco alto.
[53]
No hay firma alguna al calce.
[54]
Como observa FPT (1905, : 106, n. 1), los topónimos aquí enumerados están mal
escritos en su mayor parte. El autor citado propone leer: “Pahualapa”, Xahualapa[n];
“Tzacatlan”, Zacatlan; “Tonalpauhca”, Tonalpouhca; “Texayaquica”, Texayaquezan;
“Tia[n]guiscolco”, Tianguiszolco, y “Xuagalatengo”, Xahualatenco. Se muestra indeciso
respecto a “Quauhyabatlitlan”, para el que propone Ueiauauhtitlan o Cuayahualtitlan.
Me limito a señalar que hay un arbusto denominado quauhyauhtli y una planta llamada
quauhyayahualli (ver Hernández, 1959, : 140; Sahagún, 1956, III: 311).
[55]
Es obvio para cualquier mediocre conocedor del náhuatl, como yo, que tomatl no
puede significar “mano”; al escriba se le escapó una “i”: debía haber escrito tomaitl o,
simplemente, toma, “nuestra mano”. Pero, de mayor trascendencia que ese inocente
error de pluma, es la etimología que se propone, justificada, aparentemente, por un
hecho empírico. Si Oztoma está compuesto de ozto(tl) y ma(itl), es “porque está una
mano pintada en la cueva”. Podría ser. FPT (1905, : 106, n. 2) interpreta esta frase
como una prueba de que “…a fines del siglo XVI estaba pintada todavía [la mano] en la
cueva”, con base en lo cual, y “por valor que se atribuye al dibujo de la mano en las
civilizaciones más avanzadas del Anáuac”, recomienda “una visita de los técnicos”. Todo
esto puede propedéutico, pero sin duda está fuera de la cuestión; aunque se argumente
que el Códice mendocino (1964, : 25, 83, láms. 10, 6 y 39, 49) representa Oztoma
mediante los glifos “cueva” y “mano”. Lo que sucede en este caso es que el glifo “mano”
equivale al sufijo de lugar –man, como, en otros, el glifo “diente” equivale al sufijo –
tlan(tli). Y, desde luego, sería absurdo recomendar a los técnicos que fueran a Zacatlan a
buscar un diente entre el zacate. Entonces, primero, la etimología que aquí propone la
fuente, y su fundación empírica, son inexactas; segundo, la “escritura” del presente
topónimo, en el Códice mendocino, debe “leerse” Oztoman, y puede traducirse “a mano
de la cueva” o “junto a la cueva”. Garibay (Sahagún, 1956, : 332, 333) prefiere
traducir –man por “en”. Aunque poco frecuente, el sufijo –man aparece en topónimos
tales como Acolman, Colima[n], Cuezcoman y Chalma[n]. Si debo hacer alguna, mi
recomendación en este caso sería, no la de buscar la mano pintada en la cueva de
Oztoma, sino la de buscar la mano pintada en las representaciones glíficas de los
topónimos enunciados.
[56]
Sobre esta lengua no clasificada, ver Harvey (1972: 311-12).
[57]
Si es correcta la lección de este nombre, podría traducirse por “el noble cautivo del
agua”.
[58]
No en “su” lengua. La opinión que parece más razonable sostiene que el término cu,
en plural cúes, es de origen maya (Garibay, en Durán, 1967, : 594; Santamaría, 1974:
314). No es voz que aparezca documentada en los escritos en náhuatl post-cortesianos,
aunque, entre los escritores y cronistas hispanos, se acusa su uso en época muy
temprana. Algunos escriben cu (pl. cúes); otros, cuy (pl. cuys), y otros, cuyo (pl. cuyos).
[59]
El manuscrito (fol. 10v) lee: “…al pariente más propinco que tenja. de la moça”.
[60]
Así, en el manuscrito (fol. 10v). Ustlane parece una voz náhuatl mal leída o,
simplemente, incompleta. Aunque los naturales del pueblo eran de habla chontal, es
relativamente improbable que el intérprete y el escribano hayan permitido que se filtrara
un término ajeno al náhuatl. Pero, sea como haya sido, allí queda esta inquietante
palabra.
[61]
La traducción de Tetzauhtecuhtli podría ser la de “señor terrible”, y, la de
Cuculetecuhtli, “señor impaciente”; pero la lección de estos nombres propios no es la que
trae la fuente, sino que se origina en las que propone FPT (1905, : 108, n. 2; 109, n.
1). El nombre de Cuculetecuhtli se lee en el manuscrito (fol. 11r): “cuculitelcutlj”, y, el
de su hijo, aquí, es “atecauh.tecutli”; más adelante, “teçacuhtecutli” y “tecauhtecutli”,
y, por fin, “tecuahtecutli”.
[62]
El manuscrito, fol. 11r, lee: “pue pueblo”, por error de pluma.
[63]
En el manuscrito (fol. 11r) se lee: “aguitzoltecutlj”; se trata del rey Ahuizotl, octavo
de México, que gobernó entre los años de 1486 y 1502 (Códice mendocino, 1964: 30, 32).
Dicho Códice no enumera, entre las conquistas de este señor, la del pueblo de Oztuma.
Según el documento citado (lám. 10, 6), la sujeción de Oztuma se consumó durante el
reinado de Axayacatzin, después de 1469.
[64]
Otros relatos muy parecidos de este episodio pueden hallarse en Durán (1967, : 347-
55 y en Tezozómoc (1944: 340-45).
[65]
El manuscrito (fol. 11v) lee: “ahuahuetltecutlj”; aunque por el tamaño uniforme que
el escriba daba a las ees y eles, parece estar escrito “ahuahuetetecutlj”. Así, en la
transcripción publicada por FPT (1905, : 109).
[66]
La genealogía que se desprende de este pasaje no se conforma con la conocida y
documentada del señorío de México. Axayacatll reinó entre los años de 1469 y 1482;
Ahuitzotl, entre 1486 y 1502, después del breve reinado de Tizoc (1482-1486). Sucedió a
Ahuitzotl, en 1502, Motecuhzoma , que era señor de México cuando llegaron los
españoles. Entonces, o bien el episodio que aquí se narra deberá referirse al reinado de
Axayzcatl, que es lo más probable, o bien considerar que los informantes se equivocaron
al dar el nombre de Axayacatzin en vez del de Motecuhzoma, que es lo que se inclina a
creer FPT (1905, : 109, n. 2; 110, n. 1).
[67]
El manuscrito, fol. 11v, lee: “anvnq”.
[68]
Oztomantonco significa, más bien, “en el pequeño Oztoman”, tal vez por haber sido
ése el primitivo asiento del pueblo, o porque tenían allí algunos edificios.
[69]
Es inexacta esta explicación; Xahualapan viene a significar “río de los cosméticos”.
Xahua, dice Molina (1944: ME, 158v, es “afeitarse la yndia a su modo antiguo, o pintar la
fruta”; xahualli, el “afeite tal”.
[70]
Por error de pluma, el manuscrito (fol. 12r) lee: “tiete”.
[71]
Se trata de las casas de baño caliente llamadas temazcalli, descritas por Clavijero
(1958, : 323-25) con gran detalle.
[72]
El manuscrito (fol. 12v) lee, literalmente: “guxin.te”. En esas circunstancias, no es
posible determinar lo que el escribano quiso escribir. Si el “te” fue un mero rasgo
mecánico, insignificante, “guxin” podría ser una mala lectura de “guaxin”, como opina
FPT (1905, : 112, n. 2) y como aparece escrito en el capítulo paralelo de la relación de
Coatepeque (fol. 16r); pero, si la sílaba “te” fue intencional y es inseparable de la
palabra, entonces, lo único que se puede conjeturar es que el escribano deletreó
erróneamente “guxin.te.” por “ojite”, del mexicano oxitl, cuyos frutos son también
comestibles (ver Santamaría, 1974: 770).
[73]
Por error de pluma, en el manuscrito (fol. 13r) se lee, repetido: “el ql el ql”.
[74]
La lección de este vocablo no es clara en el manuscrito (f. 13r), debido a que fue
enmendado y la tinta formó un manchón. Lo único que se lee distintamente es “ueste”, y
no hay que excluir la posibilidad de que ésa haya sido la única palabra que quiso trasmitir
el escribano.
[75]
Equivale a casi tres metros de alto.
[76]
Véase, arriba, la nota 58.
[77]
La lección de esta frase, en el manuscrito (f. 13v), es un verdadero reto para el
paleógrafo. Por escrúpulo u honestidad, FPT (1905, : 114) prefirió sustituirla por puntos
suspensivos, explicados en nota al pie de página. Allí se reproduce la frase por
fotograbado y se propone la siguiente lectura: “quencimara esta”, que, en primer lugar,
no tiene sentido y, además, introduce elementos inexistentes en la frase, porque supone
que “hay dos o tres vocablos abreviados”. Hay, solamente, la elesión de una “e” y, tal vez,
una “c” cuyos rasgos no se trasmitieron distintos. La frase dice, literalmente: “qu’jncara
esta”. Cotéjese esta frase con el vocablo “qujnce”, que aparece en el capítulo 12 de la
relación de Tlacotepeque, fol. 17v del manuscrito.
[78]
No hay firmas al calce de lo escrito.
[79]
Los seis sujetos aquí enumerados aparecen en la lista de Oztuma (ver esa relación,
capítulo 11), y, desde luego, deletreados con mayor corrección. Como se indica
inmediatamente en la relación, los seis pueblos eran mexicanos, pero “compañeros de los
de Acapetlahuaya”, esto es, compartidos por dos grupos étnicos.
[80]
Es inexacta esta afirmación; Acapetlahuayan significa “lugar donde tienen esteras de
caña”.
[81]
El inmediato predecesor de Axayacatzin fue Huehuemotecuhzomatzin (1440-1469);
pero es inexacto que, en tiempos de este segundo señor, se haya destruido y sujetado el
pueblo de Oztuma. Si el Códice mendocino (1964, : 22-25) merece fe, la conquista de
Oztuma se efectuó durante el reinado de Axayacatzin (1469-1482). Cotéjese el presente
relato con el contenido en el capítulo 15 de la relación de Oztuma.
[82]
Se refiere al capítulo 32 de la relación de Oztuma.
[83]
No hay firmas al calce de lo escrito.
[84]
Más bien, “en el cerro de la culebra”.
[85]
Sobre esta lengua no clasificada, véase Harvey (1972: 311-12).
[86]
Literalmente, “señor mono”.
[87]
Más bien, “dios de barbas, o barbado”.
[88]
Así, literalmente, en el manuscrito (f. 15v), aunque es posible que el escribano haya
querido escribir, en vez de “atauan”, “atapauan”. FPT (1905, : 119) transcribe,
injustificadamente, “tapauan”.
[89]
Tepantepetl significa “cerro pared” o “cerro de pared”, quizás, como apunta FPT
(1905, : 120, n. 1), porque, a modo de muro, servía al pueblo de abrigo contra los
vientos.
[90]
Sobre el ocozacatl, “zacate de pino, o resinoso”, ver Hernández (1959, : 124).
[91]
Cochiztzapotl lo escriben algunos, no derivando la palabra directamente de cochi,
“dormir”, sino de cochiztli, “sueño”; “zapote o fruta del sueño”, entonces. Ver
Hernández (1959, I: 92), Sahagún (1956, III: 287; IV: 328), y Santamaría (1974: 265).
[92]
De la yerba cuyo nombre se lee, arriba, epaxutl, opina FPT (1905, VI: 121, n. 1) que
“debe ser [el] epaxihuitl, ‘hierba del zorrillo’, nombre que sin duda le aplicaron por su
condición de mal oliente”. Hernández (1959, I: 362, 364) hace una descripción de esta
yerba. A mí me parece, pace magistri dico, que el escribano deletreó epaxutl donde
habría debido escribir epatzotl, “suciedad del zorrillo”. No es cosa que importe mucho.
Atonahuizpatli, “remedio de la fiebre”, es una yerba que puede hallarse descrita en
Hernández (1959, I: 17).
[93]
Entre las propiedades que atribuye Hernández (1959, II: 200) al tlepatli, “remedio de
fuego”, no se registra ésta de dar la muerte. El nombre “tlepacle”, que es el vulgar que
se da a esta yerba, es común al “tlachichinoa” o “tlachichinol” de todas las especies (ver
Santamaría, 1974: 1056, 1062).
[94]
En el manuscrito (f 16v) se lee, repetido: “q les llaman q les llaman”.
[95]
No hay firmas al calce de lo escrito.
[96]
Son observables, a lo largo de estos escritos, omisiones que dejan morfológicamente
truncas las frases, así como concordancias que Cervantes calificaría de “vizcaínas”, y
numerosos pleonasmos, como el que ilustra el presente giro. Aprovecho esta oportunidad
para señalarlo.
[97]
He introducido ligeros cambios en los topónimos que el manuscrito (f. 17v) lee:
“yscatlan”, “chian cozola”, “ystla” y “matza yztlaguacan”. Por obvio error paleográfico,
FPT (1905, VI: 122) transcribió “Techuacan”, donde el manuscrito lee “tlehuacan”.
[98]
Sobre este grupo lingüístico, llamado también “tepuzteca” y “tlacotepehua” ver
Harvey (1972: 308-9). Tanto las denominaciones “tepehua”, “tepuzteca” y
“tlacotepehua”, como el topónimo Tlacotepec, son de incuesionable ascendencia náhuatl.
Tlacotepec puede traducirse por “en el cerro de las varas”, y, también, “en el cerro
partido”.
[99]
Ver la nota inmediatamente anterior. Otto Schumann Gálvez, lingüista del Centro de
Estudios Mayas, UNAM, opina (comunicación oral, julio 4 de 1983) que la denominación
“tepehua” designa, no a un grupo lingüístico particular, sino a comunidades étnicas y
lingüísticas trashumantes. El propio calificativo de “tepuztecas” no define la naturaleza de
la lengua hablada por este grupo, sino que apunta al lugar del cual se consideraban
originarios, que puede ser Tepuztlan.
[100]
El manuscrito (f. 17v) puede leer: “chimalistetec” o “chimalystltec”; FPT (1905, VI:
123) lee: Chimalystetle”. Mi transcripción supone que se trata de un “señor obsidiana del
escudo”. Líneas más adelante, el manuscrito menciona a un capitán mexicano llamado
“auetltlectli”, cuyo nombre yo he reconstruido Ahuehuetl tecuhtli, homónimo, si no el
mismo, que se menciona en la relación de Oztuma. Ver, arriba, la nota 65.
[101]
El manuscrito (f. 18r) lee: “chian cocoli y y chian”. Sobre el chiantztotzolli, ver
Hernández (1959, I: 68-69).
[102]
A juzgar por la descripción que sigue, “unos palos con unas mantas”, podría tratarse
del envoltorio de Huitzilopochtli: dos púas o palos envueltos en muchas mantas (Pomar
1941: 14; Clavijero, 1958, I: 190), al que llamaban los quichés pizom k’ak’al, “envoltorio
del fuego” (ver Recinos, 1953: 217-18, n. 341). En cualquier caso, el nombre que recibía
el dios de Tlacotepeque, definitivamente, no es mexicano. Considerando el prefijo an-,
parece más bien otomiano u otomangue. Es posible, entonces, que la lengua denominada
“tepehua” y “tepuzteca” perteneciera a esta familia lingüística.
[103]
Según FPT (1905, VI: 124, n. 3), este pueblo “es el que hoy llaman Tecpan”.
[104]
El manuscrito (f. 18v) lee: “tamjmlolpa”. Tlamimilolli es “cosa trastornada [como
vasija o vaso lleno de algún licor]…, o algún altoçano, o cuesta pequeña o rebenton”
(Molina, 1944: ME, 126v). Tlamimilolpan podría ser “sobre el altozano o cuesta
pequeña”.
[105]
No hay firmas al calce del escrito.
[106]
“Según la ‘Suma de tasaciones’ de Ibarra, hecha el año 1560, era tenedor del pueblo
en aquel tiempo Bernardino de Casasola, encomendero también de Uitzuco, el cual había
heredado los dos pueblos de su padre, Isidro Moreno, primer tenedor de ambos” (FPT
1905, VI; 127, n. 1).
[107]
Otlatl, “caña maciça y rezia” (Molina, 1944: ME, 78r): Otlatlan, “lugar de otates”.
[108]
Ver, arriba, notas 98 y 99.
[109]
Literalmente, “cinco bijas o achiotes”.
[110]
El manuscrito (f. 21r) lee: “quanjpilj”. En mi opinión, se trata del coanenepilli,
“lengua de culebra”, una de cuyas descripciones puede consultarse en Hernández (1959,
II: 229-30’; aunque FPT (1905, VI: 129, n. 1) se inclina a pensar que es, más bien, el
tecuanipilli.
[111]
Obsérvese que, en el capítulo 16 precedente, se acaba de afirmar que “es gente tan
serrana, que no sabe, en su lengua, decir el nombre de las sierras ni [de la] cordillera
adonde viven”. ¿Quién habrá proporcionado este nombre, entonces?
[112]
No hay firmas al calce de lo escrito.
[113]
FPT (1905, VI: 132, n. 1) considera que la lección correcta de este topónimo podría
ser Apatlactla, Apatlachtla (“agua ancha”) o, tal vez, Epatlachtla (“frijol ancho”).
[114]
En el manuscrito (f. 22v), se lee: “según según”.
[115]
Tetella, “tierra fragosa de montes y sierras” (Molina, 1944: ME, 106v). Una
traducción más precisa podría ser “donde abundan las piedras”.
[116]
Sobre esta lengua no clasificada, véase Harvey (1972: 308).
[117]
El manuscrito (f. 22v) lee, aparentemente: “ayzcin”, que podría ser, asimismo,
“ayzcui”. Mi reconstrucción del nombre es conjetural.
[118]
El manuscrito (f. 22v) lee: “nenepil tlata peax pasteylitli”. Yo entiendo que
nenepil[li] es “lengua” y que “teylitli” puede ser una mala lección de tecuhtli; pero,
honradamente, la sección intermedia, “tlata peaxpas”, sólo me produce perplejidad. FPT
(1905, VI: 133, n. 1) sugiere que se ignore la sílaba “pas”, y que “tlatapeax” se
interprete como una mala lección de tatapach; sugerencia que yo he aceptado en mi
texto sin demasiado entusiasmo. FPT (l. cit.) propone que el nombre de este dios se
traduzca como “señor de áspera lengua”; lo registro aquí, haciendo constar que no me
convence.
[119]
Entiéndase “algodón”; los indios no conocieron la lana en la época prehispánica.
[120]
El manuscrito (f. 23v) lee: “quaynipili”. Mi reconstrucción es conjetural. Véase,
arriba, la nota 110.
[121]
Sobre el tecopalli, ver Hernández (1959, I: 177; ‘I: 8).
[122]
Más bien, “río delgado y largo” o “río estrecho”.
[123]
Hernández (1959, II: 142-3) habla del tequanpatli, indicando que “mata a los leones,
tigres y demás fieras, soltándoles el vientre”. Sus efectos eran, por consiguiente, lexantes
al parecer; aunque el ilustre protomédico de Felipe II omitió explicar en qué extrañas
circunstancias “los leones, tigres y demás fieras” que él mencionaba, comían esa yerba
mortífera. Hernández no registra que a los humanos les produjera igual efecto y, menos,
que el mismo fuera tan fulminante como aquí no dice la relación.
[124]
Aquí, testado en el manuscrito (f. 24r), se lee: “agua”.
[125]
No aparecen firmas al calce de lo escrito, y tampoco se hace mención expresa del
“señor corregidor”, aunque es dable presumir que estuvo presente a toda la encuesta.
[126]
La información etimológica aquí contenida es correcta, aunque el escribano o el
intérprete, ¡quién sabe!, la trasmitió incierta por sus melindres ultrapuristas. Cuando los
informantes hablaban de un ave llamada cuezal, el escribano, no obstante que ha escrito
hasta aquí, y seguirá escribiendo Cuezala, en este caso escribió queçal, sugiriendo que el
cuezal y el quetzalli era la misma ave. Pero el cuezal, como dice la fuente, era un pájaro
“del tamaño de un tordo, con cola del largor de un palmo y medio”, esto es, de unos 30
centímetros, y, más significativo, “eran todos colorados”. Imposible, pues, confundirlo
con el quetzalli. Si cuezal y quetzalli pueden, ambas considerarse “plumas galanas”, las
diferencia el hecho de que, las primeras, eran “coloradas” (ver Sahagún, 1956 : 15),
mientras las segundas eran de color verde azul (ver Molina, 1944: ME, 89r). Por su color, e
ilustrándolo, el nombre del cuezal y de sus plumas podía significar “llama de fuego” (ver
Sahagún, 1956, : 56); pero, de ahí a pensar que su “verdadero significa es ‘llama’” (FPT
1905, : 137, n. 2) hay un abismo. Por no haberlo salvado, FPT (o. cit., p. 138,
continuación de la nota 2 en la p. 137) afirma que, en el Códice mendocino (1964, : 17,
9), “Cuezalan está representado por llamas rojas y no por plumas”. No hay tal. Es un
manojo de plumas rojas, con su atadura en el medio, en cuya base aparece el glifo –tlan,
debiéndose “leer” Cuezalan, “lugar de cuezalas o de las plumas de color fuego”.
Compárese el glifo “Cuezalan” del Códice mendocino, con el manojo de “vnas plumas
coloradas que se llama cueçal”, que aparece al fin del Sumario del Libro Nono, en el
cuadro izquierdo superior, del Códice florentino (Sahagún, 1979, : frente al folio 1).
[127]
Cozauhtlachinolli, literalmente, “el chamuscado amarillo”.
[128]
Citlaltlotli, “el gavilán de la estrella”; Coacihuatl, “mujer-culebra” FPT (1905, :
138-9, n. 3) razona, plausiblemente, que Citlaltotli debe identificarse con el dios mejor
conocido por el nombre de Huitzilopochtli.
[129]
Según el Códice mendocino (1964, : 16-17), Cuezalan fue conquistado por
Itzcoatzin (1428-1440), cuarto señor de México; Huehuemotecuhzoma reinó entre los
años de 1440 y 1469.
[130]
El manuscrito (f. 26r) lee: “y bisto esto…”
[131]
En el manuscrito (f. 26r), se lee: “escupiles”.
[132]
La lección del manuscrito (f. 26v) es: “ y y jubones”.
[133]
Los que entraron a la conquista de esta región, según se indica en el capítulo 1 de la
RG de Citlaltomahua, fueron, por la parte de la costa, Juan Rodríguez de Villafuerte, y
por la tierra alta, Isidro Moreno, de quien ya se hizo mención arriba, en la nota 106.
[134]
El manuscrito (f. 26v) parece leer: “chalchiujz tecutli”, pero mi transcripción es
incierta; el escribano pudo haber querido deletrear “chalchiuh tecuhtli”.
[135]
“Persona prominente”, llama Bernal Díaz (1962: 520) al conquistador Francisco
Rodríguez Magariño; “dexó muchos hijos e hijas”, dice el Memorial de los conquistadores
(Dorantes de Carranza, 1970: 441). Falleció hacia 1545 (ver Porras Muñoz, 1982: 405-7).
[136]
Es casi imposible identificar a este franciscano fray Juan con los datos que
proporciona la fuente. Si el traslado del pueblo se efectuó en la primera época de la
conquista, este fraile podría ser fray Juan de Ayora o, quizás, fray Juan de Ribas. Entre
los primeros religiosos franciscanos hubo otros fray Juanes, pero fray Juan de Tecto murió
en 1525 durante la expedición punitiva de Cortés a las Hibueras; fray Juan de Suárez se
marchó en 1527 con la armada que fue a la Florida, en cuya empresa perdió la vida, y
fray Juan de Palos era un simple hermano lego.
[137]
Atlmoloncan, literalmente, “lugar donde mana agua”.
[138]
Esta traducción supone que el topónimo está compuesto de tlapan(qui) y tepetl;
podría estarlo de tlapan(tli) y tepetl, en cuyo caso significa “cerro de azotea”.
[139]
El “buey”, en este caso, es una medida hidráulica aproximada, indicativa de que es
muy grueso el caudal de agua que brota de un encañado o nacimiento.
[140]
Así, en el manuscrito (f. 27r); no he podido identificar esta fruta.
[141]
Obviamente, “de España” eran también las naranjas y cidras, enumeradas entre las
frutas de la tierra.
[142]
“Remedio de vara”. Sobre esta planta, ver Hernández (1959, : 127-31).
[143]
Así, en el manuscrito (f. 27r). La lección debe ser incorrecta y, consecuentemente,
no se ha podido identificar este “árbol grande”.
[144]
Se refiere a las prohibiciones que originó la promulgación de las Leyes Nuevas (1542-
1543).
[145]
El manuscrito (f. 27v) lee: “ajuxchitlan”.
[146]
No hay firmas al calce de lo escrito.
[147]
El manuscrito (f. 28r) lee: “apaztle quic”; mi reconstrucción es conjetural. FPT
(1905, : 144, n. 1) consideró que “quisieron poner tal vez avastletle, ‘dentro del
barreñón’.” “Indio” debe leerse, probablemente, “ídolo”.
[148]
Si el topónimo es Apaztla, significa “donde abundan los barreños”; si es Apaztla,
“lugar de barreños”, o “del barreño”.
[149]
Por error del paleógrafo, la transcripción de FPT (1905, vr: 144) lee: “…y tienen así
ellos como los mexicanos…”
[150]
Los topónimos que he corregido en mi transcripción, se leen en el manuscrito (f.
28v): “nestepetlan”, “çoçocolcuchiucan”, “xinacazingo” y “tejabaco”.
[151]
Aunque he respetado la lección que la fuente da a este topónimo, opino que, a juzgar
por la explicación aquí presentada, debería leerse Tenepantla, “en medio de peñascos”.
[152]
No aparecen firmas al calce de las dos últimas relaciones.
[153]
A partir de esta relación, se observa que el escribano omitió varios números
marginales, identificatorios del párrafo correspondiente al capítulo de la Memoria. Se han
suplido entre corchetes.
[154]
Algunos de estos topónimos, según indica FPT (1905, : 145, nn. 1 y 2), se
registran, en el texto de una visita que se hizo al pueblo a mediados del siglo , con
otras lecturas: “Acatempa” es Ocotempan; “Pixahua” (leído en el ms., f. 29r,
“pixuahua”), Alpixauyan; “Acahuitla” (leído en el ms., f. 29r, “acachuitla”),
Acachiautlan, y “Posquila”, Ixpuquilan.
[155]
Por obvia distracción del paleógrafo, esta frase no aparece en la transcripción
publicada por FPT (1905, : 145).
[156]
El nombre antiguo del pueblo debió haber sido Tliloloapan, literalmente, “en o sobre
el agua de la pelota negra”. Ver el glifo “Teloloapan”, en el Códice mendocino 1965, :
83, lám. 39, 10).
[157]
Sobre las lenguas chontal e ixcuca, ver Harvey (1972: 311-12)
[158]
Literalmente, “señor Fuego” o “señor del fuego”.
[159]
Si el dato histórico fuera fidedigno, la sujeción de Teloloapan al señorío de México se
habría efectuado entre 1428 y 1440, periodo aproximado en que gobernó Itzcoatzin.
[160]
Al margen del manuscrito (f. 31v), se lee: “ojo”.
[161]
Esta afirmación no es exacta, porque, como es dable observar, en el pueblo de
Teloloapan se cultivaba naranjas.
[162]
Este párrafo, aunque de pluma del mismo escribano, fue añadido más tarde. No
aparecen firmas al calce de lo escrito. Debido a que la tinta de lo escrito sobre el fol. 32r
recaló el papel, el resto de la plana se dejó en blanco.
[163]
Ver, arriba, la nota 157.
[164]
Al parecer, significa “señor de los labios finos”.
[165]
El gobierno de Axayacatzin se extendió, aproximadamente, desde 1469 a 1481. De
ser digno de fe el dato aquí contenido. Tutultepec habría conservado su independencia del
señorío de México hasta 1470, no obstante que Teloloapan, su cabecera, había aceptado
la sujeción más de treinta años antes. Ver, arriba, la nota 159.
[166]
El manuscrito (f. 34r) lee: “ometlatzala”; es la misma estancia que, en la lista
contenida en el capítulo 11, se denomina “Umitlazala”. Tlazalli es “liga para caçar o
prender páxaros” (Molina, 1944: ME, 115r) y, en general, “lo que pega o engastona una
cosa con otra”; creo que el nombre de esta estancia tiene que ver con el de una planta
que Hernández (1959, : 262) llama omizazal, “la que pega huesos”. Omitlazala, “donde
abunda la pega-huesos”.
[167]
Aquí concluía la primera redacción. Lo que sigue, como en el caso ya comentado en la
nota 162, se añadió más tarde. La letra es del mismo escribano De Rojas, pero la
caligrafía y la tinta son diferentes.
RELACIÓN DE IGUALA Y SU
PARTIDO
INTRODUCCIÓN
La RG del partido de Iguala, que comprende un Proemio (1r-3v), las
descripciones de Yohuallan o Iguala (3v-7v), Cocula (7v-8v),
Tepecuacuilco (9r-10v), Mayanala (11r-12r), Ohuapan (12r-13v),
Tlachmalacac o Taxmalaca (14r-15r), Itzuco o Izuco (15r-16r), y un
Colofón (16v), consta de treinta y dos medias planas, esto es, de
ocho folios doblados por la mitad. No está precedida del texto
impreso en 1577 de la Instrucción y Memoria, ni hay traza o
evidencia alguna de que el autor la haya remitido acompañada de
mapa o pintura de aquel distrito. El manuscrito se conserva en la
BLAC de la UTX, bajo referencia “JGI, XXIV-6”; su texto, basado en
la transcripción manuscrita inédita de JGI, ha sido editado por
Toussaint (1931: 221-25).
El único autor de este cuerpo de relaciones fue, al parecer, el
capitán Hernando Alfonso de Estrada, quien, asimismo, redactó de
su puño todo el escrito y acerca del cual no se han publicado datos
que ilustren su biografía. Cabe conjeturar, solamente, que era criollo
(ver nota 14 al texto) y, por tanto, descendiente o consanguíneo del
tesorero Alonso de Estrada, quien arribó a Nueva España en 1524;
pero, como la descendencia de este último caballero fue, con la
excepción de un varón, de hijas mujeres (Dorantes de Carranza,
1970: 263-64), la indagación genealógica se complica. Sin embargo,
quienesquiera que haya sido sus padres, la RG de Iguala sugiere que
el capitán De Estrada era de hidalgos antecedentes y criollo de
nacimiento, como se puede inferir de su nada pedante familiaridad
con los hechos y personajes de la conquista, con la historia particular
de las encomiendas y con los nombres de sus tenedores, y, en varios
casos, con el no siempre exacto conocimiento de los enlaces
matrimoniales y descendencia de los encomenderos.
El mismo Proemio, tan hinchado y retórico, únicamente
comparable hasta ahora con la carta a don Felipe II que preside la
Descripción de la ciudad y provincia de Tlaxcala (Muñoz Camargo,
1982: 1r-v), pone de manifiesto que el capitán De Estrada estaba
seguro de su hidalguía y orgulloso de su rango social. Es en esa
virtud, me parece, que se debe considerar su prolija enumeración de
nombres de encomenderos y, en el Colofón, de los funcionarios de la
Real Audiencia, varios de los cuales se pueden conjeturar que eran
parientes y conocidos suyos. El factor Martín de Irigoyen, por
ejemplo, a quien se nombra en el Colofón entre los oficiales de la
Real Hacienda, estaba casado con doña Luisa de Estrada, hija de
Francisco Vázquez de Coronado y de doña Beatriz de Estrada, hija
esta última, a su vez, del tesorero Alonso de Estrada (Dorantes de
Carranza, 1979: 279).
Por su parte, el contenido de las relaciones de Iguala evidencia
que el capitán De Estrada era un buen conocedor de la lengua
náhuatl, o, por lo menos, que se ayudó de un buen nahuatlato,
aunque su ortografía de las palabras en esa lengua deje bien que
desear. Asimismo, en conjunto, las descripciones del partido de
Iguala ponen de manifiesto que su autor estaba familiarizado con las
costumbres nativas contemporáneas, y con la fauna, flora y
geografía de aquel distrito. Hay que lamentar, sin embargo, que,
guiado por su excéntrica originalidad, el autor haya prescindido del
auxilio de los informantes nativos. Sin restarle méritos ni valor a su
informe, éste refleja exclusivamente las experiencias y observaciones
del capitán De Estrada. Es nada más, como él mismo dice “…la
relación más verdadera que yo pude hacer” (Colofón). A diferencia
del que aplicaron generalmente los funcionarios de otras localidades,
su criterio fue el de la veracidad personal, no el fundado en la
indagación objetiva de los hechos y en la información de los testigos
presuntamente mejor calificados, principales y más ancianos, de
cada pueblo. Por lo demás, la excentricidad de su juicio lo compelió a
adoptar, en la exposición de su informe, un orden que se apartaba
del exigido por la Instrucción y Memoria. Pretendiendo justificar lo
arbitrario de su conducta, De Estrada alegó: “Y, porque no se puede
cumplir con los más de los capítulos, no guardaré la orden en el
proceder, y diré sucintamente lo que puede comprender de cada
cabecera” (párrafo introductorio a la relación de Iguala). Lo infundado
de este razonamiento es de por sí evidente.
Finalmente, un par de palabras para comentar “los estilos
literarios” del capitán De Estrada. Hay dos: el del Proemio, más
pesado que la Armada Invencible de Felipe II, y el expositivo que
prevalece en las descripciones, más ágil y, definitivamente, más
claro. Los periodos del Proemio son kilométricos de verdad, de
manera que, antes de llegar al punto final, uno ha casi perdido toda
noción de prótasis y de apódosis. No acontece así, por fortuna, en la
exposición de las descripciones, donde, al contrario, prevalece el
fraseo corto, a veces tan extremado, que omite o mutila elementos
indispensables para el entendimiento de la oración. El lector tendrá,
por tanto, que usar escafandra para leer el Proemio, y alas de colibrí
para leer los informes. Bon voyage. Voila!
PROEMIO
¶ En los felicísimos tiempos de n[uest]ro gran monarca, rey y señor
F , segundo sin segundo, que Dios nos guarde edad
dichosísima para n[uest]ra conservación, fe y religión cristiana,
amparo de los que siguen su estandarte, nombre y renombre de
cristianísimo protector y defensor de ella, de quien pende,
después de n[uest]ro muy santo papa, cuyo vicario y patrón es;
epílogo de todos los invencibles, heroicos hechos, casos
memorables, hazañas nu[n]ca oídas ni sabidas de pasados
monarcas, césares ni reyes, il[us]t[r]es varones ni presentes;
predominador de todos los potentados del mundo, ansí de Asia
como de África y [E]uropa, conservador universal de las
naciones; la paz y tranquilidad con que viven los que siguen la
bandera de la cruz; el aumento de sus reinos, imperios, estados y
provincias, principalmente en las Indias, mundo nuevo, [y] de
imperios, reinos, islas y tierra firme del Mar Océano y del Sur,
hasta la China: longitud de más de cuatro mil leguas, dos partes
del mundo, sin [contar] los estados de [E]uropa, donde tantos
estados [y] millares de gentes se han convertido, bárbaras
naciones se han bautizado, viniendo en religión cristiana,
adorando a n[uest]ro Dios y su santa [cruz], venerando y
reverenciando las imágenes de los santos, tomándolos por
patrones y abogados, aborreciendo a sus ídolos, ritos y
sacrificios, y al Demonio que tan supeditados los tenía con sus
ilusiones, falsos oráculos y adoraciones de idolatría.
IGUALA
COCULA
¶ La cabecera de Cocula, jurisdicción de Iguala, está a tres leguas,
al sur, camino derecho del Puerto de Acapulco. Llámase en lengua
castellana “cerro puntiagudo que tiene cabeza”.[20] Está [a la] ribera
de un río, en un valle al pie de un cerro. Es vicioso de todo, q[ue] el
valle es fértil, do se coge mucho maíz, y algodón y todas las
legumbres de la tierra. Tiene una acequia que viene de más de dos
leguas, con que se riega el valle. El río tiene muchos pescados:
bagres de arroba [y] truchas muy preciadas; es el que viene de
Tasco y Tenango. Y la serranía está en la falda de una gran sierra
sin monte. Dicen q[ue] hay metales de plata. Los naturales [son]
llamados cuixcas, como los de Iguala, y [hay] otros llamados
matlaltzingas, que en n[uest]ra lengua quiere decir “indios que usan
tirar con hondas”,[21] y uno de desta nació[n fue quien] mató con una
piedra a M , q[ue] era del Valle de Toluca.
¶ Está dividido este pueblo en dos parcialidades o barrios, el uno, de
mexicanos, y su iglesia [es] de la [ad]vocación del Señor San
Fran[cis]co, y la otra, de la Limpia Concepción de N[uest]ra Señora,
[es] de los naturales cuixcas. Es visita del benefi[ci]o de Iguala.
Tiene seis sujetos, llamados: Pipihilco, Apango, Tepetla[l]pan,
Tecuatzingo, Tecomatlan [e] Ixtlahuacan, que están en serranía, que
la cabecera y ellos no tienen más de 250 tributarios. Solía ser de
tres mil hombres, [pero dicen] que la disminución ha sido de d[ic]ha
de Iguala, [causada por] las minas de Tasco y pestilencias
generales. Sirven cada semana 15 indios, y un alguacil q[ue] los lleva
a las d[ic]has minas.
¶ Diéronse de paz, como los de Iguala, en el tiempo del
S . Fue dado en encomienda de un conquistador
llamado G C que fue alguacil mayor de Corte[22] y
echado a España; por su muerte, hubo los pueblos su mujer, M
E , que murió sin hijos, y, [así], se pusieron en cabeza de
su M[a]j[es]t[ad]. Es[tá en los] confines y raya del corregimi[ent]o de
Ichcateupan. El clima [y] las influencias [son los mismos] q[ue] tiene
Iguala, [así como los] animales, aves, sabandijas, cosechas de maíz
y legumbres; excepto que coge, como tengo d[ic]ho, mucho algodón,
q[ue e]s la tierra aparejada para ello.
¶ Tienen su gobernador y alcaldes, como los demás, q[ue] eligen
cada un año. Es gente doméstica, bien traída a la traza, todo como
los de Iguala, aunque no hay [ ] o mercaderes. Las armas
q[ue] usaban eran hondas, y en todo lo demás, ritos y costumbres,
[eran] como [los de] Iguala.
TEPECUACUILCO
¶ La cabecera de Tepe[cu]acuilco, de la d[ic]ha jurisdicción, dista del
pueblo de Iguala una legua a la parte del oriente. Quiere decir “cerro
donde hay piedras menuditas”.[23] Está sitiado al pie de un cerrillo
llamado del [mismo] nombre, [de] do tomó [el pueblo] la
denominación. Y, en bajo, para su arroyo por él, q[ue], en tiempo de
seca, no lleva agua; ni la tiene el pueblo, sino de unos pocillos que
abren en el arroyo, o la han de traer de lejos. La tierra a la redonda
es doblada, de cerros sin monte, muy cálida y seca, trazada como
los demás, aunq[ue] les hace ventaja Iguala.
¶ Solía ser la iglesia monasterio de , do hicieron
principal casa, de salas, cla[u]stros e iglesia, aunq[ue] la principal no
[la] dejaron acabada. Desmamparáronla, por el mucho calor y
mosquitos. Hicieron una huerta que, por parecerme tan principal,
pondré aquí: [está] cercada de altas paredes, que tiene más de
trescientos naranjos y limones, muchos plátanos, árboles de la tierra,
más de 40 palmas dátiles, que dan suma de ellos y buenos, mucha
hortaliza, y su anoria, q[ue e]stá el agua a braza, q[ue] me pareció
huerta real. Tiene naranjas muy gruesas, de lindo agro, [par]a las
quisiere llevar, q[ue] hay para toda la comarca. En todas las demás
cosas de árboles, y aves y animales, cosechas de maíz y legumbres,
trajes, tratos, gobierno, devoción [e] inclinaciones, [son] como los de
Iguala.
¶ Es benefi[ci]o, aunque hasta ahora era vicaría, y, de p[re]sente, [el
beneficiado] lo es de padre…[24] Es poblazón de doscientos
tributarios, [aun]que solía ser de mucha gente, que se han gastado
como los demás. Tiene muchas estancias y sujetos, que son:
Apasapan, Sacacuyoc, Tzatzamilco, Apitzahuacan, Atentzingo,
Oztotzintlan, Xochitlan, Atemantlan, Xalapan, Pantlan, At[e]utzintla,
Tzinacant[l]an, Tototzintlan, Atzunpan, Tochopan, Teteltzingo,
Achiotzingo, Tetitzingo, Tetozocan, Itztontep[e]que, Cuapanahuasco,
Colotlan, Acayahualco, Tecoyametlan, Ot[l]amentlan, Agacuatit[l]an,
[25]
Palula, Ixtlahuacan, Huitztitla,[26] Zacapolco, Chalchitepeque,
Cuamuchititlan, Axochitlan, Acuacuyula, Ascala, Pochontzingo,
Ahuatlan, Hueytepeque, Istululut[l]a, Teposonalco, Amecapalco…,
[27] y otras muchas, y, en ellas, uno o dos indios.[28]
Estas estancias son sujetos a Tepecuacuilco, q[ue] corren veinte
leguas hasta el Río Grande de Mezcala, hacia el sur, [en] q[ue]
pasan de la otra parte otras muchas estancias, q[ue] son M[e]zcala,
Suchipala, Itzcoatzingo, Chichihualco, Yotlan [y] Camotepeq[ue],
q[ue] son jurisdicción de la alcaldía de Chilapa[n y] confinan con la
alcaldía de Ichcateupan;[29] todos son visita del beneficio de
Tepecuacuilco, q[ue] son más de 25 leguas, las más en longitud, y,
de latitud, cuatro y cinco. Es tierra toda doblada, de sierras peladas,
tierra muy cálida, como está d[ic]ho, [y] sin agua. Y los pueblos que
caen de aquella parte del río son arcabucos de robles y encinas y
pinos, y mucha agua. Serán [los] tributarios, con la cabecera, 1300,
[tributando] cada uno ocho r[ea]les y media fanega de maíz.
¶ Fueron dados de paz, como toda la provincia, en el t[iem]po del
S . Fue dado en encomienda de un
conquistador llamado B T , q[ue] casó…[30]
xera, que hubieron una hija llamada B T ,
en cuya encomienda están, q[ue] casó esta señora con dos
caballeros llamados P[ ] O , de quien no hubo hijos, y,
segunda vez, con L G , de quien tiene una hija.
¶ Tenían los señores de México en este pueblo, en tiempo de su
gentilidad, presidio de gente de guarnición, que cobraban los tributos
y recogían de toda la Cuixca, que eran mantas y algodón y maíz, y
otras cosas, hasta su postrero señor M . El señor y
cacique más natural que hay hoy es A [ ] S ,
mozo de 23 años, casado con [la] hija del gobernador
F [ ] G , que murió. Todos los demás son muertos.
Sirve esta cabecera y sujetos d[ic]hos, en las minas de Tasco, cada
una semana con 550 indios, y un o alguacil que los lleva.[31]
Son más vejados que los otros de la provincia, por venir de lejos.
¶ Es, la más gente, chontales y, muchos, mexicanos advenedizos.
Tiene la cabecera una iglesia, como está d[ic]ho, de la [ad]vocación
de N[uest]ra Señora de la Asunción, y una ermita llamada del
s[eñor] San Miguel y un hospital. Hacen su sementera para el
servicio de la iglesia y [del] hospital. Todas las demás
particularidades q[ue] se pudieran decir son las mismas que tiene el
pueblo de Iguala, a que me refiero.
¶ Es de considerar q[ue] tiene de vista el benefi[ciad]o de
Tepecuacuilco más de 30 leg[ua]s, de más de 40 sujetos, ¿cómo los
podrá confesar? Ni oirán misa.[32]
MAYANALA
¶ La cabecera del pueblo de Mayanala dista del pueblo de
Tepecuacuilco tres leguas y, cuatro, de Iguala, a la parte del sur,
dentro del [mismo] Trópico, clima e influencias, que Iguala y toda la
provincia de la Cuixca; y, [en] este pueblo, son los más cuixcos: es
lengua casi mexicana, que se escribe.[33] Quiere decir en n[uest]ra
lengua, Mayanala, “lugar de hambre”.[34] Está poblado en llano
cercado de sierras sin monte, como los demás.
¶ Es pueblo vicioso de árboles de la tierra, y se darían los de
Castilla, si se plantasen. Están trazadas las calles y casas como [en]
los demás pueblos. Cógese mucho maíz y legumbres, que tie[nen] un
muy buen valle. Es tierra muy cálida y seca, y de pocas aguas.
¶ Tiene una iglesia de la [ad]vocación de N[uest]ra Señora de la
Asunción; es visita del partido de Taxmalaca, cuyo beneficiado es al
presente el muy r[everen]do M E . Es
poblazón de doscientos tributarios; tiene cinco sujetos: San Pablo,
San Juan, San Sebastián, Santiago, que estos sujetos, con la
cabecera, son los d[ic]hos 200 tributarios. Acuden al servicio de las
minas de Tasco con diez indios cada semana.
¶ Solía ser [poblazón de] más de dos mil indios, que ha sido la causa
[de su disminución] los y servicios personales. Usan de
yerbas y raíces de que tienen conocimi[ent]o para sus
enfermedades. Hay muchos géneros de animales, como son tigres y
leones pardos y coyotes, que son mayores que zorras, y unos
animalejos llamados , del tamaño de gatos, que tienen un
seno en la barriga [en el] q[ue], desque siente bullicio de gente, mete
sus hijos en él, cuando son pequeños; y [hay] iguanas, mayores q[ue]
lagartos de Castilla, animal fiero de vista, q[ue] tiene apariencia de
sierpe y es [su carne] buena de comer, [y] muchos animales
ponzoñosos, escorpiones, víboras y otras muchas sabandijas.
¶ Diose este pueblo [de paz], como los demás de la provincia, de
paz; tenían muchos arcos y flechas, y macanas y hondas. Púsose en
encomienda de un conquistador llamado J [ ] C , q[ue]
casó con M C ,[35] que hubieron por hijo mayor
aM V [ ] C , en cuya cabeza hoy están. Quedó
un bisnieto del s[eño]r natural, [un] muchacho q[ue] se llama
J [ ] A . Todas las demás particularidades son
semejantes en toda la provincia de Cuixca.
¶ Eligen, cada un año, dos alcaldes y dos regidores, q[ue] cobran los
tributos y administran justicia entre ellos.
OHUAPA
¶ La cabecera del pueblo de Ohuapa dista de Mayanala cinco
leguas a la parte del sueste. Quiere [su nombre] decir en n[uest]ra
lengua “tierra do se dan cañas”.[36] Es camino muy doblado, de
grandes sierras sin monte, que hay un día de andadura. Está el
pueblo entre muchas sierras y [a la] vera de un grande río de
muchos pescados y grandes caimanes, [a los] que ya se sabe que
llaman en Castilla “lagartos de las Indias”: animales fieros, q[ue] son
como cocodrilos;[37] llévan[se] un hombre atravesado en la boca, y
[hasta a] una vaca llevan al fondo del río. [Éste] no se vadea en todo
el año y se pasa por él en unas balsas, q[ue], en todo lo que se
sabe, no se ha visto tal género de barcas: que es una reja de cañas
de una braza en cuadra y, debajo, toda de calabazas, q[ue] la llevan
nadando dos y tres indios asidos a ella contra la corriente, que es
mucha, y va un hombre y dos en ella, que no lleva de vino sobre el
agua [más de] cuatro dedos; y los caballos pasan a nado, y hartos
se ahogan.
¶ Es tierra de mucho algodón y chile y [de] todas las legumbres,
q[ue] los indios viven muy descansados con esto y [con] el mucho
pescado que venden. Es gente de nación cuixca, muy bien tratada a
su usanza y devota al culto divino, y ofician una misa, y todas las
Horas, mejor q[ue] todos los de provincia, bien entonadas de voces y
ministriles. Tiene [el pueblo] una muy buena iglesia de tres naves, con
su altar mayor en alto, y coro, y muy buenos ornamentos: [es] la
mejor desta provincia, que ansí parece a todos los q[ue] lo ven. Es
gente de buena condición, y sirven muy bien, y parece q[ue] están
bien con españoles. Es tierra muy calidísima y de mucha cantidad de
mosquitos; es paso de la costa de Tequepa, tierra muy seca y muy
sana. Tiene tres[38] sujetos, llamados Ixco San Ju[an],[39] San
Fran[cis]co [y] Ozumatlan, y otros menores[40] que son [de]
cuatrocientos tributarios, que por todos hay 800. [Los] animales y
aves [son] como [en] los demás [pueblos de la provincia].
¶ Fueron encomendados en un conquistador, hijodalgo, llamado
M[ ] I , que fue paje del marqués F
C ; casó con M M , hi[j]a del visorrey
desta Nueva España, A M , por ser tan
principal.[41] Hubieron por hijos a M I , que casó
con el muy buen caballero L V , hijo del ex[celente]
señor L V , que fue visorrey desta Nueva España,
que al p[re]sente posee los d[ic]hos indios.[42] Tiene un hijo llamado
F [ ] V , [d]igno[43] caballero de la orden de
Santiago, como su padre q[ue e]s casado con hija de D
I , caballero del mismo hábito, y [de] su mujer, M
C .[44]
¶ Hay un nieto del s[eñor] natural, llamado A I ,
casado con hija del coadjutor deste mozo, q[ue e]s gobernador hasta
que [aquél] tenga edad, llamado M M , buen
indio, vestido a la española, [que] anda a caballo con silla y freno por
tener licencia. En el [de]más gobierno, eligen dos alcaldes y
regidores, como todos los demás [pueblos] de esta provincia. En
todo lo demás, de costumbre[s], trajes, tratos, le[n]guas,
inclinaciones, [son] como los demás de toda la provincia. Solía ser
mucha gente, y hase disminuido como los demás.[45] No sirven en las
minas de Tasco, por estar lejos.
¶ La iglesia, tan principal, es de la [ad]vocación del señor San
Agustín, donde cada un año, tal día,[46] hacen mucha fiesta con
mucho regocijo y, a la tarde, sus . Parten término con la
alcaldía mayor [de] Chilapa. Hay muchos metales; principalmente, en
el río, se saca mucho oro, y se ha sacado. Hay vetas de plata de
poca ley, y de cobre, y hase hallado [m]uestra de azogue, d[ic]ho por
el beneficiado.
TAXMALACA
¶ La cabecera de Taxmalaca está, de Iguala, tres leguas hacia la
parte del nordeste. Quiere decir [su nombre] en nuestra lengua
“juego de pelota”,[47] que se solía jugar mucho a su modo. Está el
pueblo sitiado entre unas muy altas sierras; por una parte, pasa un
río pequeño. La poblazón [es] a la traza de toda la provincia de
Cuixca. Es paso para la costa de Coyuca y Acamaluca del sur. Es
tierra do se coge mucho maíz y todas legumbres y buenos melones,
y mucha fruta de la tierra, y naranjas y limones, que es [tierra] fértil.
En las sierras comarcanas, hay muchos venados, tigres, leones
pardos, liebres, conejos, gallinas monteses, y caseras y [de] las de
Castilla, que se crían muchas, y lobos.
¶ Es gente doméstica, bien doctrinada, que es cabecera del
beneficio de Taxmalaca, y vista Mayanala y Ohuapa. Tiene una
iglesia de bóveda, como capilla abierta, y por delante un gran patio y
plaza, y un hospital donde se curan todos sus enfermos pobres; y
hacen los naturales una sementera para el servicio de la iglesia, y
otra para el hospital. La gente, en trajes, condiciones, tratos [e]
inclinaciones, [son] como todos los demás [de esta provincia].
¶ Dióse de paz, como toda la provincia, y encomendóla el
M [ ] a un conquistador llamado J [ ] C , y a
Mayanala, como está d[ic]ho; y sucedió en M V [ ]
C , su hijo, en cuya cabeza hoy está.[48] Es poblazón, la
cabecera y diez sujetos que tiene, de 400 tributarios, q[ue] se llaman
[los sujetos]: San Lucas, San Fran[cis]co, San Miguel, los Tres
Reyes Magos, San Mateo, Santiago, San Ju[an], otra San Lucas,
otra San Miguel, [y] San P[edr]o. Fue poblazón de mucha gente,
cuando se conquistó y encomendó, que se ha gastado como tengo
muchas veces d[ic]ho. Corren estos sujetos hacia la parte del
oriente, [y] parten términos con el Marquesado, y Taxmalaca, con
las minas de Tasco. Pagan un peso de tributo, de a ocho r[ea]les, y
m[edi]a fanega de maíz.
¶ Hay en este pueblo un nieto del señor natural,[49] que se llama
J [ ] C . Gobiérnase [el pueblo] como los demás, que
eligen dos alcaldes y regidores cada un año. Ritos y costumbres,
modo de pelear y con qué armas, es general en toda la provincia, de
q[ue] haré un capítulo breve, por haber muchos que lo han escrito, y
cumpliré con guardar el orden de la Instrucción, tratando en general,
por cada uno de ellos, de toda la provincia.
IZUCO
¶ La cabecera de Izuco, que quiere decir “lugar donde hay azadones
para labrar la tierra a su modo”, que son unas cuchillas enhastadas
de hierro, que antes solían ser de madera recia, con que aran la
tierra [y] q[ue] hoy usan.[50] Dista del pueblo de Taxmalaca legua y
media a la parte del nor-nordeste, y está de Iguala [a] c[ua]tro
grandes leguas, q[ue] todas por esta provincia lo son, por ser tierra
doblada de tantas y tan grandes sierras, y malos caminos por
muchas partes torcidos, de grandes pedregales y peñas lajas, y tan
cálida, que se camina a mucho trabajo y [se] estancan los caballos,
que se cubren de agua.
¶ Está poblada en llano, [y] tiene buenas vegas [a] do se coge
mucha cantidad de maíz y todas legumbres. Es tierra fértil, de
muchos árboles de los de la tierra y de Castilla. [Los] animales,
aves, trato de la gente, inclinación, trajes, habitación de casas [y] de
nación cuixcos, [son] como todos los demás de la provincia; y [así]
en elegir alcaldes y regidores cadañegos.
¶ Tiene Izuco una iglesia, y patio por delante, cercado de naranjas y
limones pequeños q[ue] se dan muy bien. Es [la iglesia] de la
[ad]vocación del señor Santiago, y beneficio q[ue], de p[re]sente, lo
es [d]el P M[ ] . Hacen una sementera para el
servicio de ella, y otra para el hospital que, ansimismo, tiene junto a
ella. No hay señor natural, q[ue] todos han muerto, ni sucesor de
ellos, si no una india llamada C , o dícese, la más
propincua, C y no C ,[51] casada con un
mestizo llamado J [ ] G , que es nieta e hija del sucesor.
¶ Diose [el pueblo] de paz, como toda la provincia, y encomendóse
en un conquistador llamado[52] B , q[ue] se metió [de] fraile
fran[cis]co y la tuvo pocos días,[53] y se puso en cabeza de I
M M , conquistador, q[ue] casó con C
C , q[ue] hubieron por hijo mayor a B
C , en cuya cabeza hoy está. Tiene once, q[ue] son aldeas
de Castilla,[54] q[ue] todos, con la cabecera, serán tributarios 520;
aunq[ue] solían ser muchos, q[ue] parte términos con el Marquesado
y Atenango a la parte del nor-nordeste. En todas las demás
particularidades [son] como las d[ic]has de toda la provincia. Es de
mejor temple q[ue] las demás, por estar arrimada a una serranía.
¶ Ésta es la relació[n] más verdadera que yo pude hacer, que se
acabó por septiembre deste año de mil y qui[nient]os y setenta y
nueve, goberna[n]do el muy ex[celente] señor M[ ]
E , visorrey y capitán general, y [siendo] oidores de la
Audiencia Real [el] F , que preside por más antiguo, el
L M , el C V [y el]
A[ ] [ ] S ;[55] alcaldes de Corte, el
R [y el] S DE V ;[56] oficiales de la Real
Hacienda, adelantado M [ ] L , contador,
M[ ] I , [y] tesorero, R D M . Hecha
por el F A E [ ], corregidor del
partido de Iguala y justicia mayor de Ohuapa. F A
E (rúbrica).
[En el dorso del documento, de diferente mano:] Desc[ubrimiento] y
Pob[lación], 649. 6°
[1]
No ha sido posible identificar a este capitán Fernando Alonso de Estrada, cuyo apellido
y cargo sugieren que estaba emparentado con la familia novohispana del tesorero Alonso
de Estrada, tantas veces mencionado en la Historia de Bernal Díaz y en la obra de
Dorantes de Carranza.
[2]
Sobrenombre que se daba, por confusión, a los jesuitas.
[3]
Quiere decir que los referidos letrados eran doctos “en ambos” derechos, el civil y el
eclesiástico.
[4]
Vitae, “de vida”.
[5]
A don Pedro Moya de Contreras le cabe el dudoso honor de haber sido el primer
inquisidor mayor de la Nueva España, a donde arribó en 1571; en 1573 fue investido de la
dignidad arzobispal, por muerte de fray Alonso de Montúfar, segundo arzobispo de México,
y, en 1584, fue nombrado virrey interino. Se marchó a España en 1586.
[6]
El topónimo del pueblo era, por consiguiente, Yuhuallan, “lugar de oscuridad”, o
Yuhualla, “donde hay mucha oscuridad”.
[7]
“Lagartija, otra, de larga cola”, registra Molina (1944: EM, 76v), es tecohuixin; el
Índice Analítico de la obra de Hernández (1959, : 439, 444) registra varios nombres
compuestos en los que interviene la voz cohuixin o cuixin; Sahagún (1956, : 204-5,
345) habla de los “couixcas” y hace mención de un lugar denominado Couixco, topónimo
que Garibay (Sahagún, 1956, : 328) descompone en los elementos cou(atl) e ixco, y
traduce “frente a la serpiente”.
[8]
El dato es inexacto; De Estrada está asociando el gentilicio “tuzteca” con la voz náhuatl
tuzquitl o tuzcatl, “garganta”. Significa, más bien, “los de Tuztlan, ‘lugar de pericos
amarillos’.”
[9]
Es muy improbable que los chontales y los tuztecos constituyeran un mismo grupo
lingüístico (ver Harvey, 1972: 311), y, menos, que los cuixcas hablaran cualquiera de esas
lenguas (Harvey, 1972: 300). En la relación de Mayanala (párrafo primero), se dirá que la
lengua cuixca era “casi mexicana” y “que se escribe”. De hecho, en el Tratado de Ruiz de
Alarcón (1892), se han preservado textos cuixcas.
[10]
Una vigorosa semblanza de este esforzado conquistador puede hallarse en Bernal Díaz
(1962: 530-31), en cuya obra se hacen numerosas referencias a sus hazañas.
[11]
“…Había sido artillero y soldado en Italia, y así lo fue en esta Nueva España, y murió
ahogado en esta Nueva España en un río, después de ganado México” (Bernal Díaz, 1962:
523).
[12]
Bernal Díaz (1962: 450, 452) menciona dos veces a un “bachiller Moreno”, que, por las
trazas, es el mismo que López de Gómara (1954, : 307, 336-8, 341) llama “bachiller
Pedro Moreno”, de quien refiere que se decía que había sido “mejor mercader que juez”.
Es un personaje de identidad elusiva (ver referencias a “Moreno Medrano, Pedro”, en el
Índice de Nombres Propios de la obra de Bernal, arriba citada). No parece que pueda
identificarse con el beneficiado de Iguala al que alude De Estrada.
[13]
No me ha sido posible establecer el origen ni el significado de esta palabra que emplea
De Estrada. A juzgar por el contexto, podría conjeturarse que equivale a “gimoteos”.
[14]
Esta frase evidencia que el capitán De Estrada era nativo de Nueva España. Ningún
español peninsular de esa época habría podido decir que las ceibas, “en nuestra lenguas,
se dicen pochotes”.
[15]
Ver, arriba, la nota 12. La frase aquí comentada sugiere, o bien que el bachiller
Moreno vivía aún (“testifica”), o bien que De Estrada tenía a la vista algún escrito suyo.
[16]
Es la “lengua de culebra” tantas veces mencionada a lo largo de las RGs. Una de sus
descripciones puede encontrarse en el Libro Undécimo, fol. 143v, del Códice florentino
(Sahagún, 1979, ).
[17]
No he encontrado descripción de esta yerba bajo el nombre que registra la fuente, y
cuya traducción sería “excremento de ratón”; pero Hernández (1959, : 11-12) describe
una denominada itzcuinpatli, “que otros llaman quimichpatli y los españoles cebadilla”.
[18]
En el manuscrito, fol. 6v, estos topónimos se leen: “mettlapa: aguegueta: tustla:
oquilistla bacan, causabapa: atecusljco”; el último resulta de incierta reconstrucción y, por
eso, de significado no identificable.
[19]
En el manuscrito, fol. 7r, “cincuenta” fue objeto de correcciones y testaduras, por lo
cual el escriba añadió, para poner las cosas en claro, “50 leguas”.
[20]
Es difícil establecer qué elementos significantes del topónimo tenía en mente el que
hizo esta etimología; tal vez qua(itl), “cabeza”, y cocolla o cocolotic, “cosa flaca y seca,
o magra” (Molina, 1944: EM, 63r; ME, 23v). En cualquier caso, el Códice mendocino,
lám. 39, 7 (1964, : 83), registra el glifo “Cocolan”: es una figura romboidal compuesta
de siete pequeñas circunvoluciones, sugiriendo que el topónimo de compone del afijo
intensificador y reduplicativo co-, la voz col(tic), y, aunque el glifo no lo registra, el sufijo
de lugar –(t)lan. Podría significar “lugar de muchas vueltas”.
[21]
Matlaltzincatl o matlaltzinca’ es un gentilicio que significa “el de Matlaltzinco”,
topónimo, este último, aparentemente compuesto de matlatl, el sufijo reverencial –
tzin(tli) y el locativo –co: “lugar de la venerada red”.
[22]
Dice escuetamente Dorantes de Carranza (1970: 443-4): “Gonzalo Cerezo no tuvo
hijos: los pueblos heredó S. M. porque fue acusado por el pecado nefando; le echaron a
Castilla, fue Alguacil maior de esta Corte y muy rico: sus casas las heredó el Monasterio de
Santo Domingo…” Consta que ya era alguacil mayor en 1554, cuando ejecutó la sentencia
que recayó en Hernando de Nava (Porras Muñoz, 1982: 340; FPT 1940, , núm. 414), y
que, en 1566, fue relevado del cargo, sucediéndole Bernardino de Albornoz (Porras Muñoz,
1982: 184).
[23]
Cualesquiera que hayan sido los elementos significantes en que el traductor
descomponía el topónimo, su razonamiento era inexacto, así como sus conclusiones. El
glifo “Tepequacuilco” puede examinarse en el Códice mendocino, lám. 39, 1 (1964, :
83): consiste en un cerro, tepe(tl), sobre cuya cima aparece una cabeza humana,
qua(itl), y en cuya base hay dos gruesas líneas intensamente coloreadas, cuil(olli). Es
posible, entonces que el topónimo deba traducirse “lugar de la pintada o esculpida cabeza
del cerro”. Al margen del manuscrito, fol. 9r, se lee: “o rayas redondas” como si hubiera
querido proponer una etimología complementaria.
[24]
El lugar que ocuparía el nombre del cura beneficiado se dejó en blanco en el
manuscrito (f. 9v).
[25]
Es posible que el amanuense haya querido escribir “Aguacatitlan”.
[26]
En el manuscrito, fol. 9v, se lee: “oistitla”; mi reconstrucción es conjetural.
[27]
A continuación, en el manuscrito (f. 9v), hay varios topónimos irreconocibles:
“aclalmane: tlinlan: itan/ni…ntan”. Las primeras tres letras de la última palabra están
sobrecorregidas, por lo que su lectura es incierta.
[28]
Interlineada, aparece una adición tardía y severamente testada.
[29]
Ichcateupan no era “alcaldía”, sino corregimiento.
[30]
Esta línea está muy confusa en el manuscrito (f. 10r). Al principio, el amanuense
escribió “fran.ͨ ͦ ”, pero después lo testó y escribió, interlineado, “vernardino”; a
continuación de “torres”, dejó un espacio en blanco, antes de “xera”, que parece un
apellido incompleto. Por lo demás, el apellido de “doña bernaldina” no aparecía
originalmente; fue añadido después. Es evidente que la información del capitán De
Estrada era, en este caso, confusa; definitivamente, inexacta. No hay registro que
atestigüe la existencia de un conquistador llamado “Bernardino de Torres”. Sobre este
pequeño embrollo, consultar Gerhard (1972: 146); Porras Muñoz (1982: 443); FPT (1940,
: 23).
[31]
Topile, “alguazil” (Molina, 1944: ME, 150r).
[32]
Al margen del manuscrito (f. 10v), se lee: “ojo”.
[33]
Ver, arriba, la nota 9.
[34]
Ver Molina (1944: EM, 68r; ME, 51r).
[35]
La información aquí contenida es inexacta. El conquistador Juan de Cisneros, apodado
“bigote”, casó con doña María de Medina, hija de Jerónimo de Medina y de Ana de la
Rocha, de la que tuvo cuatro hijos y dos hijas. Juan de Cisneros falleció en la campaña de
pacificación de Jalisco. Ver Dorantes de Carranza (1970: 209); Porras Muñoz (1982: 359);
FPT (1942, : 38, “Mayauala”).
[36]
Más bien, “en o sobre las cañas de maíz verde”; ver ouatl en Molina (1944: ME: 78r).
[37]
Después de “son”, hay en el manuscrito (f. 12r) una testadura ilegible; “como
concodrillos llevan” constituyen una corrección inmediata, que ocupa dos tercios de la
última línea en esta plana.
[38]
En el manuscrito (f. 13r), “tres” está interlineado; el autor, originalmente, había
escrito “cinco”, y lo testó.
[39]
El manuscrito, fol. 13r, lee: “Esca: san ju.ͦ ”,sugiriendo los dos puntos intermedios que
se trata de dos pueblos distintos. Es posible. El pasaje no es claro, porque fue corregido y
adicionado más tarde. Mi lectura Ixco, “frente a”, es meramente conjetural y
enteramente acomodaticia: la fuente enuncia tres sujetos únicamente.
[40]
“Y otros menores” se adicionó posteriormente al texto (f. 13r).
[41]
Este pasaje plantea varios problemas, tal vez intrascendentes ahora, pero no hace
cuatrocientos años. Bernal Díaz del Castillo (1962) no hace mención de Martín de Ircio, ni
recuerda que haya participado en la conquista; aunque si hace referencia frecuente a los
hechos de Pedro de Ircio, hermano de aquél. Dorantes de Carranza (1970: 215) llama
“conquistador” a Martín, pero en uno de los memoriales que Orozco y Berra publicó como
apéndices a la obra de Dorantes (1970: 455), se enumera a Martín de Ircio entre “los que
no son Conquistadores y tienen Yndios”. En cualquier caso, su afortunado enlace con doña
María de Mendoza, de quien se dice que era “media hermana”, no “hija” de don Antonio
de Mendoza (Porras Muñoz, 1982: 314), le permitió entroncar con las familias más nobles
de Nueva España. Pero, ¡cuidado!, tampoco es del todo cierto que Martín de Ircio se haya
casado con doña María de Mendoza. Porras Muñoz lo asegura así en la página 314 de su
obra (1982), pero, inexplicablemente, en la página 355, nos habla de la misma doña María
como “viuda ya del conquistador don Pedro de Ircio”. Esto es morrocotudo, porque
Dorantes de Carranza (1970: 221) afirma no haber hallado evidencias de que Pedro de
Ircio “fuese casado”. Queda constancia aquí del embrollo para quien desee desenredarlo.
Habrá que tener en cuenta, en cualquier caso, que don Pedro de Ircio estuvo casado,
aparentemente, con doña María de Cervantes (Dorantes de Carranza, 1970: 401; Porras
Muñoz, 1982: 251).
[42]
Don Luis de Velasco I gobernó el virreinato de Nueva España entre 1551 y 1564, hasta
su fallecimiento. Como la fuente es un poco ambigua en el fraseo, entiéndase que la
tenedora de los indios de Ohuapa era doña María de Ircio y Mendoza, no don Luis de
Velasco II.
[43]
Por error de amanuense, en el manuscrito (f. 13r) se lee: “niño caballero”, en lugar
de “dino…”
[44]
La hija de Diego de Ibarra y de doña María de castilla, aquí aludida, se llamaba
Mariana (Porras Muñoz, 1982: 314).
[45]
En el manuscrito (f. 13v), “los demás” está escrito sobre “esta dho”, sin que se pueda
establecer con certeza cuál de las dos lecciones quiso el escriba que prevaleciera. A
continuación, en la misma plana, el “no” aparece interlineado y, después de “sirben”, el
manuscrito lee, testado: “cada semana”.
[46]
La fiesta de san Agustín se celebra el 28 de agosto.
[47]
El nombre del pueblo era, por consiguiente, Tlachmalacac, “en el juego de pelota” o
“en el aro o malacate del juego de pelota”. Ver el glifo “Tlachmalacac” en el Códice
mendocino, lám. 39, 5 (1964, : 83).
[48]
Véase, arriba, la nota 35. Mateo Vázquez de Cisneros era hijo de Juan de Cisneros y
de doña María de Medina. Es discutible que su padre, apodado “bigotes”, merezca el
título de “conquistador”. Ver Dorantes de Carranza (1970: 455).
[49]
El manuscrito (f. 15r) leía, originalmente, “visnjeto”, pero el “vis…” se testó más
tarde.
[50]
Parece, entonces, que el topónimo debiera leerse Itzuco, “lugar de las herramientas o
cosas con obsidianas”; aunque cierta “Suma de tasaciones” que consultó FPT (1905, :
127, n. 1) registra el pueblo el nombre de Huitzuco, “lugar de las herramientas o cosas
con espinas o puyas” (ver vitzo, en Molina, 1944: ME, 157v).
[51]
En el manuscrito (f. 16r) se leía, originalmente, “doña cristina Casada con vn
mestizo…”; pero, más tarde, se interpolaron arriba dos líneas: “o dizese la mas propinca
sa…/ dona constanca y no dona cristina”.
[52]
En el manuscrito (f. 16r) hay, a continuación, varias testaduras: “fulano portillo que
bibio vn año…” y, después, interlineado, “burg…”
[53]
Dice Bernal (1962: 526) de este Burguillos: “…tenía buenos indios y estaba rico, y lo
dejó y se metió a fraile francisco; y… después se salió de la Orden y no fue tan buen
religioso como debiera”. En una de las listas de conquistadores que Orozco y Berra
adicionó a la obra de Dorantes de Carranza (1970: 363), se registra a Gaspar Burguillos,
“paje de Cortés, rico; se metió a novicio y dejó el convento; volvió después y murió
religioso franciscano”. El Becerro general… (1764, ms. en la Biblioteca Newberry) de
Figueroa no hace mención de su nombre; pero consta que ya era fraile francisco en 1529
(ver Motolinía, 1971: cvi, 433, 451), y, como tal, firma con Motolinía, Olmos, Testera y
otros, una carta que se envió a Carlos V el 31 de julio de 1533.
[54]
Así, en el manuscrito (f. 16r). No me explico qué quiso decir De Estrada con eso de
“aldeas de Castilla”. En Bernardino de Casasola estaba encomendado, además de Izuco, el
pueblo de Utatlan, sujeto a Citlaltomahua, a cuya RG me remito.
[55]
El manuscrito (f. 16v) lee “doctor albaro sedeño”, pero se trata del doctor Mateo
Arévalo Sedeño, de quien ya he tratado en el volumen primero de estas Relaciones
geográficas (Acuña, 1982: 188-90). Arévalo Sedeño, “segoviano con estudios en la
Universidad salmantina, catedrático de la Universidad de México y su rector en 1575 …fue
fiscal de la Audiencia de Guatemala y luego oidor del mismo tribunal desde 1566 hasta
1573, cuando pasó por oidor a la Real Audiencia de México, donde falleció desempeñando
su oficio” (Porra Muñoz, 1982: 244-45).
[56]
El doctor Robles, canonista, aquí mencionado, se llamaba Hernando de Robles. El 3 de
abril de 1579, siendo alcalde de Corte, había sido jurado rector de la Universidad de
México, cargo que desempeñó hasta noviembre de 1581. Por su parte, Santiago de Vera
había recibido el grado de doctor en Cánones a 5 de junio de 1579, y habría de ser electo
rector de la misma Universidad el 7 de noviembre de 1582 (Carreño 1963, : 51-53, 57-
58). De Vera pasó más tarde a ocupar la presidencia de la Real Audiencia de Nueva Galicia
(ver Dorantes de Carranza, 1970: 288; Porras Muñoz, 1982: 314).
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T , Manuel
X , fray Francisco
Z , Silvio
: haraganería.
: las diferentes partes del oficio divino que la Iglesia
acostumbra rezar en distintas horas del día, como maitines,
laudes, vísperas, etcétera.
: pelazga o pelea.
: parálisis; debilidad muscular producida por la mucha
edad, o por otras causas, y acompañada de temblor.
: parte exterior de la cerviz, cuando es gruesa y
abultada; cerviguillo.
: medida variable de longitud, equivalente a unos 28 centímetros.
: cada una de las piezas obtenidas de un telar,
que, unidas a lo largo, forman un todo. En Guatemala todavía se
tejan mantas de dos piernas, cuyas medidas tradicionales son,
aproximadamente, un metro 90 centímetros de largo por un
metro 30.
: buen orden que se observa y guarda en las ciudades y
repúblicas; urbanidad y buenas maneras en el trato y
costumbres.
: las primeras horas de la noche, por lo común
estimadas entre las 8 y las 11.
: allegado, cercado, próximo.
: en México, generalmente, poro o porro.
: metonimia frecuente en las RGs por “planta” o “yerba”.
: pueblo en cuyo distrito había minas de plata u oro; diose en
llamar así a estos pueblos, porque su jurisdicción correspondía
exclusivamente al rey.
:o obra exterior que cubre la cortina de un fuerte y la
defiende.
: frecuentemente, en las RGs, sinónimo de “tierra de riego”.
: ropilla, vestidura corta con mangas y dobleces, que se
vestía ajustada al medio cuerpo sobre el jubón o camisa.
: tela de algodón estampada en colores.
, , , :
“esmeralda basta” (Molina, 1944: ME, 19r); una piedra verde y
pulida, agujerada por el medio de forma que se pudiera ensartar.
, : “fruta como calabacilla, espinosa por encima
como erizo” (Molina, 1944: me, 19r); Sycios edulis. Hay muchas
variedades.
, : “cierta semilla de que sacan azeite” (Molina, 1944:
ME, 19r), Salvia chian.
: “maçapan de la tierra” (Molina, 1944: ME, 19r); en
Guatemala todavía se vende en las tiendas de pueblo, en las
ferias regionales y en los mercados del Corpus. No conozco
todos sus ingredientes, pero este dulce tiene cacao molido,
azúcar de caña y canela molida.
: chian machacado.
, , : fruta o zapote del chicle;
Zapotaachras, L. En Guatemala se llama simplemente “chico”.
: medicina amarga; Coutarea exandra.
: medicina del llano.
: cabezas rapadas.
: cabezas secas.
: color leonado o medio morado.
: árbol de tetas (ver Hernández 1959, I: 189).
: tuna de árbol, llamada también teonochtli y, por los
haitianos “pitacara”, que se ha vulgarizado bajo el nombre de
“pitahaya” (ver Hernández, 1959, II: 106; Santamaría, 1974:
863).
: montaña, arboleda o bosque; donde abundan las
águilas.
: águila venerada, o aguililla.
: zapote de árbol; nombre que designa, también, a la
anona común.
, : nombre vulgar del quilitl o “verdura comestible”.
: llamado vulgarmente “quequexque”, al menos en
Guatemala, donde sus hojas anchas y aterciopeladas se usan,
en los mercados regionales, para envolver algunos artículos, y,
en la cocina, para cubrir la olla delos tamales; produce un rizoma
parecido al jengibre.
: morrión de plumas que usaban los señores en la
guerra.
: parece significar “la aumentadora de las legumbres”;
sobrenombre que recibía la diosa madre.
: el que lleva algo a cuestas o “a memeces”.
: excremento de ratón, cebadilla (Schoenocaulon
offcinalis, SC. Hay varias especies.