Lineamientos Salud Mental Desastres Cuba DR Alexis LR
Lineamientos Salud Mental Desastres Cuba DR Alexis LR
Lineamientos Salud Mental Desastres Cuba DR Alexis LR
Anexo 1
*Para citar este trabajo: Lorenzo Ruiz, A.; Martínez Gómez, C.; Ventura
Velázquez, R.E.; Mesa, Ridel, G. Lineamientos para la salud mental en desastres
en Cuba. Instrucción No. 20 del Ministro de Salud Pública de Cuba, Dr. José
Ramón Balaguer Cabrera. 30 de septiembre del año 2008. La Habana, Cuba.
INTRODUCCIÓN.
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El documento jurídico rector y básico en la actualidad para orientar el quehacer en
Cuba para todo el ciclo de reducción de los desastres lo constituye la Directiva
No. 1 del Primer Vice- Presidente del Consejo de Defensa Nacional, de junio del
2005.
DESARROLLO.
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comunitario y las implicaciones en ello de los diferentes tipos de
consecuencias e impactos de los desastres.
El rol específico de los diferentes aspectos de la salud mental, de igual
manera prestar atención a los factores de riesgo y vulnerabilidades, como a
los factores protectores y la resiliencia en cada uno de los tipos de
emergencias y desastres que han acontecido y pueden ocurrir desde lo
individual, grupal, familiar y comunitario.
Los niveles de conocimientos, hábitos y habilidades psicosociales
aplicables al adecuado y efectivo manejo de todo lo inherente (directa e
indirectamente) a la salud mental en desastres, desde el punto de vista de
los profesionales y trabajadores de los equipos e instituciones de la salud
mental, hasta lo individual, grupal, familiar y comunitario.
Los métodos, técnicas instrumentos, medios, actividades y el proceso de
evaluación de la adecuación / validez/ confiabilidad y pertinencia de todo el
trabajo de la prevención y preparación en desastres a nivel de los
profesionales de la salud mental, así como a nivel de lo individual, grupal,
familiar y comunitario. Con vistas a realizar el diseño y la planificación de
todas las actividades de capacitación, prevención y preparación en
desastres.
Valorar las posibilidades de atención psicológica especializada al personal
socorrista, a los voluntarios al personal directivo y decisores, inclusive a los
propios integrantes de los equipos de salud mental.
Igualmente en cada familia, grupo, institución, comunidad y territorio los
aspectos específicos y generales relativos a la salud mental en
emergencias y desastres deberán ser tomados en consideración como un
todo y adecuadamente reflejados en todos los planes de reducción de
desastres.
Las tendencias favorecedoras del incremento y perfeccionamiento dentro
del SNS y de toda la sociedad cubana que nos permitan conformar una
verdadera cultura general integral y una cultura psicosocial en desastres
para afrontar las consecuencias crecientes de las emergencias y los
desastres.
Siempre en todo tipo de actividad preventiva y de preparación acorde a las
prerrogativas y orientaciones de la Defensa Civil en cada nivel con la
cooperación y total atención a estas cuestiones por parte de los Grupos y
Sociedades Científicas de la Psiquiatría y la Psicología en cada instancia y
territorio de Cuba.
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Comunitarios de Salud Mental (CCSM) como la vanguardia en este tipo de
trabajo de imprescindible importancia para toda la sociedad cubana y hasta
como un requisito garante de la seguridad e integridad nacional en el
complejo momento histórico que vivimos asediados por el imperialismo
yanqui y paralelamente agravados los desastres por los impactos negativos
del cambio climático.
En cada una de las instituciones del SNS las futuras necesidades de
hospitalización (parcial, total), por cada uno de los diferentes grupos de
mayor vulnerabilidad por su etapa del ciclo vital (niños, adolescentes,
jóvenes, tercera edad), problemas de salud, bajo nivel cultural y/o
económico, antecedentes de pérdidas a consecuencia de desastres
anteriores y recientes o ante otros eventos vitales estresantes.
Las necesidades de productos farmacéuticos, sustancias psicotrópicas u
otros que pueden ser utilizadas en la atención médica y especializada a
personas con alteraciones biopsicosociales de mayor envergadura a
consecuencia (directa e indirecta) del desastre, y/o en casos de las
complicaciones propias de los trastornos mentales que generalmente se
desarrollan en cada uno de los grupos poblacionales y en nuestras
comunidades.
Establecer de antemano todo lo inherente sobre la mejor forma de
desarrollo de todo el proceso de la evacuación, tanto a los albergues
temporales como a las casas de las familias / vecinos; evitándose la
separación familiar, a las madres de sus hijos (sobre todo para las niñas,
los niños y adolescentes). Lo cual va a favorecer preservar los factores
protectores y minimizar/neutralizar a los factores de riesgo/vulnerabilidad.
En cada tipo de situación de desastres la utilización e implementación
efectiva históricamente y en los últimos cinco años referente a los primeros
auxilios, la primera ayuda y la primera intervención psicológica y social,
desde lo individual, grupal, familiar y comunitario.
Igualmente todos los conocimientos, habilidades, instrumentos y las
diferentes técnicas especializadas para la actuación desde la óptica
profesional de la salud mental en desastres.
Preestablecer todos los convenios de cooperación e intercambio desde el
ANTES DE de actividades, conocimientos y de personal de los
trabajadores de la salud mental del SNS con todos aquellos otros
Organismos y Organizaciones (estatales y no gubernamentales) en cada
territorio.
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Se recomienda no obviar la inclusión de los profesionales y trabajadores
de la salud mental en todas las unidades de SNS destinadas a prestar
servicios de cualquier tipo de ayuda / asistencia sanitaria. Igualmente, entre
los equipos de salvamento y rescate, los de evaluación de los daños y
necesidades de ayuda, las morgue y otros lugares destinados a la atención
a los cadáveres, los servicios de atención a los familiares de los fallecidos /
desaparecidos / damnificados, en los equipos de dirección y de mando,
apoyo e interacción con los medios / estructuras encargados de organizar /
desarrollar las actividades de la comunicación social.
De forma especial se le debe prestar atención a las necesidades sentidas y
de primer orden vital, con la debida inclusión de las de carácter psicosocial
en todas las estructuras y lugares de nuestras instituciones del SNS y
comunidades, incluyéndose a los albergues temporales como nuestros
centros de evacuación, también a las casas de familias / vecinos a donde
se evacuan a los damnificados, donde se tiene que considerar como
necesaria la presencia y actuación de la salud mental en desastres.
Las vías, formas y técnicas favorecedoras de una adecuada
implementación de la primera ayuda y de los primeros auxilios
psicológicos, así como de las diferentes técnicas de intervención en crisis,
las anti-estrés, terapia de juego, terapia familiar, técnicas narrativas,
técnicas cognitivas-conductuales, hipnosis, relajación, elementos de la
medicina natural y tradicional, u otras más afines de la psicotraumatología
contemporánea (briefing, defusing, debriefing, EMDR), tanto para los
equipos de trabajo de la salud mental, como a nivel institucional, al igual
que a nivel individual, grupal, familiar y comunitario in situ.
Las normas y procedimientos para cumplimentar con el triage dirigido a la
determinación de los problemas referentes a la salud mental
fundamentalmente, sin minimizar ni obviar muchas otras cuestiones, las
habitualmente, pueden desencadenarse en el momento del desastre y/o en
sus primeros momentos.
Las pautas para la clasificación de los posibles niveles de impacto y
consecuencias (tanto directas como indirectas) del desastre entre los
propios profesionales de la salud mental (u entre otros grupos de
emergencistas y las diferente especialidades y disciplinas implicadas en
cada tipo de evento), decisores, directivos, socorristas, voluntarios y hasta
lo individual, grupal, familiar y comunitario en cada territorio.
La delimitación del impacto (directo e indirecto) del desastre entre todos los
grupos poblacionales y entre el personal que se encuentra trabajando en
cada una de las actividades cuales de ellos son realmente y cuales no lo
son, tributarios de considerarlos como damnificados a consecuencia del
desastre, a quienes considerar como implicados, y a los relacionados
como tal.
Los grupos de individuos y grupos de trabajadores de la salud mental u
otras dependencias que vayan a tener el mayor riesgo de desarrollar
alteraciones y hasta entidades psicopatológicas (estresogénicas y
psicotraumáticas) mucho más graves, que pudiesen superar el
comportamiento normal humano ante situaciones de desastres. Tales
como el síndrome del estrés postraumático, las crisis generalizadas de
ansiedad, el pánico, el shock, los trastornos de la adaptación, y otros ya
ampliamente descritos en cada no de los sistemas de taxonomía
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nacionales (Tercer Glosario cubano de trastornos mentales) e
internacionales (CIE-10, DSM-IV, GLADP).
Derivar y remitir siempre a todos los damnificados y personal con mayores
niveles de impacto biopsicosocial a las instituciones de salud donde se
encuentren los recursos humanos y materiales con la capacidad de
cumplimentar las indicaciones y procederes especiales, tomando en cuenta
para ello siempre el resultado de un exhaustivo proceso de evaluación
integral ético - clínico-psicológico y social de cada caso en cuestión desde
lo individual, grupal, familiar y comunitario in situ.
Valorar siempre que sea necesario el criterio de otros grupos de
especialistas y tantas disciplinas, como fuesen necesario, por las
implicaciones éticas-humanitarias y médico legales del producto final de
tales procedimientos.
La evaluación objetiva / científica de cuan efectiva y adecuada ha resultado
toda la actividad de prevención y preparación sobre la base de las
dificultades detectadas y de los impactos concretos de cada una de las
situaciones de desastres desde lo individual, grupal, familiar y comunitario.
Especial atención prestar a los medios y a todos los sistemas de la
comunicación social en cada uno de los territorios.
Los necesarios reajustes del diagnóstico de salud y de la salud mental, en
lo particular desde lo individual, grupal, familiar y comunitario in situ.
El mantenimiento de la atención hacia los evacuados y albergados tanto
en los Centros de evacuación creados ad hoc como en las casas de
familiares / vecinos; siempre evitándose la separación de las familias con
el objetivo de preservar los factores protectores que implica sobre todo a la
población infanto juvenil, mujeres embarazadas, enfermos crónicos y
mentales, personas de la tercera edad u otros con diferentes minusvalías y
necesidades desbordantes en la vida cotidiana antes del desastre que
tienden a agravarse en la etapa durante y del postdesastre.
En todo tipo de instalación de vida temporal, centros de evacuación y otros
en cada una de las comunidades se debe establecer un programa de
actividades escolares y sociales lo más expedito posible, así como crear
facilidades para el juego de toda la población infanto juvenil.
De igual manera satisfacer las necesidades sentidas de otros grupos de
riesgo y de todos los grupos poblacionales implicados
Las pautas para el pronóstico del futuro proceso de la rehabilitación de la
recuperación paulatina de todas las actividades y de la vida como tal entre
los equipos de trabajo de salud mental, decisores, directivos, socorristas,
voluntarios y hasta lo individual, grupal, familiar y comunitario en cada
territorio.
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damnificados a sus lugares de origen tan pronto sea posible; y mientras
tanto mantener la atención hacia los evacuados y albergados.
Apoyar a todo el sistema de medidas de defensa civil que labora de
conjunto con las estructuras e instituciones del SNS para lograr cuanto
antes la recuperación de la cotidianidad y la normalidad de la vida y el
funcionamiento de los equipos de salud mental, decisores, directivos,
socorristas, voluntarios y hasta lo individual, grupal, familiar y comunitario
en cada territorio.
A modo de INTEGRACIÓN.
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Todas estas actividades han sido diseñadas y desarrolladas dando cumplimiento
a las indicaciones del Ministro de Salud Pública como la mejor implementación de
sus misiones por parte del Centro Latinoamericano de Medicina de Desastres
(CLAMED) coordinadas por el grupo de Especialistas del área de la Salud Mental,
integrantes de su Consejo Consultivo y Comité Técnico.
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Anexo 2
Organización del proceso de implementación de estos lineamientos salud
mental en desastres:
Actividad Fecha
1.- Comunicación de los contenidos de los Octubre 2008
lineamientos para la salud mental en
desastres y el calendario del proceso de
implementación a todos los Viceministerios, a
las diferentes Direcciones nacionales y a las
Direcciones Provinciales de Salud en todos
los territorios del país.
2.- Organización de seminarios talleres en Noviembre 2008
cada uno de los territorios del país, bajo la
coordinación y supervisión de los Grupos
nacionales de psicología, psiquiatría y
psiquiatría infanto juvenil para el diseño del
proceso de implementación de los
lineamientos en cada una de sus instituciones
y comunidades de conjunto con los Estados
Mayores provinciales y municipales de la
Defensa Civil y otras Organizaciones e
instituciones vinculadas a la reducción de los
desastres, según lo estipulado en la Directiva
No. 1 del Primer Vice-Presidente del Consejo
de Defensa Nacional
3.- Valoración por los territorios de las vías y Noviembre a Diciembre 2008
formas de utilización de los contenidos de los
lineamientos de la salud mental en desastres
en cada uno de los programas de formación
de recursos humanos de la docencia médica
del pre y postgrado.
4.- Análisis por parte de las instituciones y Diciembre 2008
direcciones del SNS en los territorios de
conjunto con todos los demás factores
vinculados a la reducción de los desastres las
lecciones aprendidas y deficiencias en el área
de la salud mental acorde a lo planteado en
los lineamientos en cada una de las
situaciones de desastres ocurridas en los
últimos cinco años.
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5.- Valoración sobre esta base de las Enero 2009
diferentes proyecciones de trabajo para la
salud mental en desastres en cada una de las
instituciones del SNS y en sus comunidades
aledañas por todo el territorio nacional con
vistas a la elaboración de los futuros planes
de reducción de desastres del próximo año
2009.
Anexo 3
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