Anorexia Modulo V
Anorexia Modulo V
Para explicar las patologías alimentarias contamos con miles de teorías: desde la freudiana,
según la cual proceden de traumas sexuales vividos en la infancia, a las que las consideran
fruto de disfunciones biológicas y genéticas o de relaciones intrafamiliares morbosas.
Más allá de estas disertaciones teóricas sobre su origen, lo importante es destacar el hecho ya
demostrado de que es posible recuperarse de estas patologías en tiempo breve.
La trampa que la persona se ha construido está demasiado bien forjada y ya no consigue salir
sola de ella. Esto provoca la consiguiente reacción en los demás, que a menudo resultan
fuertemente contraproducentes: intentos de convencimiento racional, forzar a comer, etc.
Los familiares acaban por producir, con las mejores intenciones, los peores efectos: solo
conseguirán con estos métodos que se hunda más en el interior de su jaula. Por desgracia, no
basta la buena intención, es necesario ser estratégicos.
La finalidad del terapeuta será la de crear una primera hendidura en la armadura-prisión del
afectado. De tal modo que vuelva a reingresarse en el mundo de las sensaciones del que se ha
protegido obsesivamente. La reactivación del placer, aunque mínima y controladísima (por el
propio paciente) en un primer momento, acabará generando espontáneamente un cambio de
tipo avalancha que lo terminará sacando de su prisión.
Sea cual sea el tipo de anorexia (crónica, juvenil, sacrificante, etc), la finalidad última, aunque
no el protocolo de actuación, que deberá adecuarse explícitamente, será la de recuperar las
sensaciones conforme desaparece el miedo a experimentarlas, eliminar la armadura para
eliminar la rígida prisión que esta supone.