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63-0802 Perseverante

William Marrion Branham


2 de Agosto de 1963
Chicago, Illinois E.U.A.

1 Gracias. Entonces inclinemos nuestros


rostros ahora para orar.
Nuestro Padre Celestial, estamos
agradecidos por esta, otra oportunidad
sumamente grande para presentarle a
Chicago el Evangelio de Jesucristo, a estos
elegidos que están esperando la Venida del
justo Cristo. Rogamos, Padre Celestial, que
cuando salgamos esta noche, nuestros
corazones puedan estar como aquellos
que viniendo de Emaús, dijeron: “¿No
ardían nuestros corazones dentro de
nosotros cuando Él nos hablaba por el
camino?”
2 Nosotros estamos esperando que Tú
vengas pronto, Señor, a llevarnos a Tu gran
Reino que está más allá de esto aquí,

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donde no hay más dolor ni muerte, donde


no habrán más reuniones largas de
oración, y ya no orar largo rato con la
gente, y todo habrá terminado entonces. Y
nosotros entraremos en los gozos del
Señor, lo cual nosotros, por la gracia de
Dios, sentimos que somos participantes de
eso, por medio de Jesucristo. Concede
estas cosas, Padre.
3 Y si hubiere alguna simiente que ha
estado en los corazones de la gente, y que
aún no ha brotado a Vida, que algo sea
hecho, esta noche, que vivifique esa Vida,
Señor, a una comprensión del Mensaje de
este tiempo del fin en el cual estamos
viviendo.
4 Bendice a los ministros aquí en Chicago.
Bendice a los hombres de negocios, Padre.
Y el desayuno de mañana por la mañana,
Oh Dios, dame algo para decir que pueda
conmover a esos hombres, sus corazones.
Concédelo, Padre. Ayúdanos entonces,
mañana en la noche, allá en la Escuela
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Secundaria Lane Tech. Y el domingo, el


servicio doble, aquí otra vez. Concédelo,
Señor. Que almas sean salvadas, la gente
sea sanada, y que el Reino de Dios sea
exaltado, Señor. Lo pedimos en el Nombre
de Jesús. Amén.
Tomen asiento.
[El hermano Branham le pregunta al
hermano Johnson: “¿Tiene esa canción
para mañana? ¿Tiene esa canción para
mañana?”—Ed.]
6 Yo estaba contento cuando estaba
hablando con el hermano Vayle aquí hace
unos momentos. Yo mismo llegué un
poquito tarde.
7 Y sé que hace calor. Pero imagínense
Uds. sentados allí, y luego moverse aquí
arriba, ¿ven? Y, pero siempre estamos
contentos de estar aquí, a pesar de las
condiciones. Sólo piensen en los días de
nuestro Señor, allá en Palestina, cuando
esos rayos de sol, caliente, y su garganta
reseca, estando Él parado allí, y muy débil
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y—y así seguir predicando, y sanando a los


enfermos. Él es el mismo hoy como lo fue
en aquel entonces. Él todavía siente de la
misma manera. Esto… Su gracia es
suficiente para todo de lo cual tenemos
necesidad.
8 Ahora, esta es la noche en que… yo
trato de dedicar estas tres noches para
orar por los enfermos y hablar de los
enfermos, orar por los enfermos. Ahora,
en las otras oportunidades, yo hablaré
distinto, sobre salvación. Porque, yo
tengo un servicio doble cada día, ¿ven?, y
no puedo, no puedo hacerlo… Si yo predico
duro, tengo que comer. Y si como, no
puedo tener este tipo de servicios, ¿ven? Y
yo tengo que… y yo no puedo tener dos
servicios en un día, y hacer uno de ellos un
servicio de sanidad. Es sencillamente…
Uno—uno está lleno de comida, y la sangre
de uno se ha ido al estómago, para digerir
la comida, y entonces el cerebro no
funciona correctamente, de esa manera.
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9 Así que yo—yo, tal vez, quizás


entonces, pensé que esta noche la
dedicaríamos para orar por los enfermos,
nuevamente esta noche. Yo le dije a Billy.
Creo que él dijo que él… ¿Alguien sabe
si él repartió tarjetas de oración? [La
congregación dice: “Sí”.—Ed.] Bien. Bien,
entonces, las llamaremos tan rápido como
podamos. Y miren, seamos reverentes,
escuchemos atentamente. Y luego en la
línea de oración, vengamos con todo el
respeto que sepamos tener, creyendo que
Dios está aquí para sanarnos.
10 Miren, estamos muy agradecidos por
las visiones. Ese es mi ministerio, está
centrado alrededor de eso, hasta este
momento; esperando que algo más venga
en cualquier momento, lo cual viene.
Ahora, yo tengo algo que me ha debilitado
un poco durante esta semana pasada.
11 Llegamos a casa desde Arizona, y
estamos regresando el lunes, a Arizona. Y
luego, a casa, tengo gente que ha estado
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esperando en esa línea por tres o cuatro


años, para esas entrevistas personales, de
Texas, de Arkansas, y de todo el país,
esperando esas entrevistas persona… Allí
es donde uno encuentra la cosa
verdadera. Uno obtiene, tiene una sola
persona y uno sentado juntos, entonces el
Espíritu Santo se sigue moviendo y
revelando.
12 Una cosita extraña sucedió el otro día.
Yo tuve cerca de quince, me supongo, o
veinte, en un solo día. Y sentado en mi
estudio, temprano esa mañana, antes de ir
allí, el gran Espíritu Santo vino y me dijo de
toda persona que iba a venir, cada
pregunta que ellos harían, cada sueño, y
cada interpretación. Yo lo escribí en papel,
y puse allí cada una de ellas. Luego entraba
en el cuarto, y estas personas, nosotros
jamás nos habíamos encontrado antes. Él
venía y les hablaba a ellos, y les mostraba
cada pregunta que ellos habían hecho y
todo al respecto, en orden, y el sueño que
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ellos tuvieron. Entonces yo sacaba el papel


y se lo mostraba, donde ya me lo había
mostrado antes que ellos llegaran, y lo que
ocurriría.
13 Miren, solamente Dios puede hacer
eso. Uds. saben que yo no podría hacer
eso. Cualquiera sabe que eso es… que—
que un ser humano no puede hacer eso.
Nosotros no tenemos ninguna manera de
hacerlo. Esa es otra paradoja, como
hablábamos anoche. Y luego ver la
precisión del Espíritu Santo, cuando Él dice
que una cierta cosa sucederá, y es
exactamente de esa manera.
14 Miren, si alguno de Uds. ha oído de la
visión con respecto a ir allá a los bosques
del norte, a un lugar que yo no conocía, y
acerca de ese oso pardo de puntas
plateadas de siete pies, y ese caribú de
cuarenta y dos pulgadas, y en dónde
estaría exactamente. Está en el piso de mi
cuarto en mi casa. Donde fue dicho, el

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lugar donde fue dicho, cómo sucedería, y


así exactamente palabra por palabra.
15 ¿Cuántos han escuchado la cinta,
Señores, Qué Hora Es antes que me fuera
al oeste? La razón por la que el Ángel del
Señor me envió allá, Él me dijo, dijo: “Mira,
viniendo de los Cielos habrán siete Ángeles
en una constelación, habrán tres en un
lado, y uno en la parte de arriba. Será
como un triangulo, o algo como una
pirámide”.
16 Y yo dije: “El que estaba al lado derecho
tenía las alas extendidas hacia atrás, y
entré directamente a la constelación, al
lado de Él, y Él habría de decirme lo que yo
debía hacer”.
17 Y yo me fui al oeste, como Él me dijo,
estaba allí arriba el mismísimo día. Y
cuando ellos comenzaron a venir desde el
Cielo, yo dije: “Habrá un sonido como un
gran estruendo, algo como el ruido de un
avión, cuando rompe la barrera del sonido,
pero”, dije, “será mucho más fuerte que
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eso. Y será al noreste de Tucson, como a


cincuenta o cien millas, algo así, y Tucson
quedará hacia esta dirección. Y yo estaré
quitándome alguna especie de espinas, o
cadillos, les dicen allá, de la pierna de mi
pantalón”. Y dije: “Habrá un estruendo”. Y
estábamos allí ese día, y yo estaba solo.
Hay un hombre, creo que el hermano
Sothmann está aquí esta noche, el cual
estaba conmigo, él y el hermano Norman.
18 ¿Está Ud. aquí, hermano Fred? Pensé
que lo oí a Ud. decir, “amén”, la otra
noche. Yo pensaba que él estaba aquí; tal
vez estaba equivocado. Yo… Oh, lo siento.
Oh, sí, lo siento, hermano Fred. Sí, nosotros
estábamos allá.
19 Y el día justo antes de que sucediera,
el Espíritu Santo entró directamente al
pequeño campamento donde estábamos
acampados, y dijo, empezó a revelar acerca
de nuestros hijos, y lo que ellos debían
hacer, y cómo, qué condición, y cosas que
estaban ocurriendo entre ellos, y nos dijo
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qué hacer, y así por el estilo. Yo


sencillamente tuve que levantarme y
marcharme.
20 Y la mañana siguiente… Yo había
descubierto dónde estaban los jabalíes, y
estaba tratando de decirles a estos dos
hermanos cómo llegar hasta ellos. Y crucé
el cerro, y bajé por algo que llamamos
“espalda de cerdo”. E hice que el hermano
Sothmann fuera a otro lugar donde yo
había visto esos jabalíes el día anterior. Yo
ya había encontrado el mío, y así que
estaba tratando de poner a estos
hermanos en posición para ello.
21 Y le dije al hermano Norman que
viniera por la otra dirección, y puse al
hermano Fred en el medio, y entonces yo
iría por acá. Y si yo me topaba con el cerro
y ellos corrían hacia acá, entonces yo
dispararía un tiro al aire y con eso los
correría de nuevo hacia allá, para que él
pudiese seleccionar el que deseaba.

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22 Y llegamos allá, y no había jabalíes. Y


con los binóculos divisé al hermano Fred,
allá como a una milla, y lo podía ver. Él
subió el cerro nuevamente, cuando no
había jabalíes. Yo bajé el cerro, a un gran
valle, subí y me senté.
23 Eran como las ocho de la mañana. Y yo
tenía las piernas dobladas. Y me estaba
quitando unos cadillos del pantalón. Y dije:
“¡Oigan, miren aquí, no es eso extraño!” Yo
dije: “Esto es exactamente, y yo estoy
perfectamente en la posición, al noreste de
Tucson, y Flagstaff, ¿ven?, y yo estaría al
este de Flagstaff, al noreste de Tucson”. Y
dije: “Aquí están estos cadillos los cuales
dije que me estaría quitando de mi
pantalón”. Dije: “Eso es extraño”, y lo
arrojé al suelo, así.
24 Y alcé la mirada, al lado del gran valle,
y había una manada grande allí. Ellos
estaban casi a distancia de tiro. Así que,
yo—yo mismo no les dispararía, porque no
los quería. Dije: “Si tan sólo puedo llegar
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hasta donde está el hermano Fred y ellos,


ahora, y llevarlos a ellos allá”. Y corrí por
un pequeño barranco, y por un saliente. Y
mientras iba corriendo por allí, de pronto
sonó como que toda la región se había
despedazado, con tal estruendo. Me asustó
tanto que pensé… Yo llevaba puesto un
sombrero negro, un sombrero negro
grande, y eso sencillamente se parece a un
jabalí de todos modos, y pensé que alguien
me había disparado. Y—y me asuntó tanto
que pegué un salto en el aire.
Y en ese instante pensé: “¿De qué se trata
todo esto?”
25 Vi las rocas cayendo por el lado de la
colina, rodando. Miré hacia arriba y allí
estaba ese Círculo blanco sobre mí, dando
vueltas. Y allí vinieron siete Ángeles,
descendiendo del aire, me levantaron y
dijeron: “Regresa a tu casa, al este,
enseguida, y trae esos Siete Sellos. Pues,
hay siete misterios, y la Palabra completa

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está revelada ahora en estos siete


misterios”.
26 Si Uds. nunca han oído, si alguna vez
han creído que yo he dicho algo en un
sermón, inspirado, llévense esas cintas de
los Siete Sellos. Yo no soy un vendedor de
cintas. Yo… El Sr. Sothmann aquí vende
cintas, él y el Sr. McGuire, pero yo no
vendo cintas. Ellos las graban. Y si alguna
vez Uds. han escuchado algo que es
realmente… que yo puedo decir que es ASÍ
DICE EL SEÑOR, obtengan esas.
27 Y Uds. saben, no en ese momento, yo
no lo sabía; pero cámaras por toda la
región estaban tomando la fotografía de
Eso, cuando esa Nube blanca se posó, salió
en la Associated Press. Yo creo que el
periódico de Chicago de Uds. lo publicó,
por todas partes. La revista Life lo publicó.
¿Cuántos lo han visto allí, ese Sr…? Eso,
¿Ven? Eso fue allí mismo, exactamente
como fue dicho, y parado allí abajo cuando
Eso bajó y formó eso. Ellos dijeron: “Eso
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estaba mucho más allá, y es… indagaron


por toda la región y no había aviones ni
nada allí. Y estaba demasiado alto, a
veintiséis millas de altura, donde no hay
vapor ni nada. Uds. no pudieran, ellos no
podrían formar vapor, de todos modos. Y
Eso tenía treinta millas de ancho”.
28 Y allí vino, descendiendo. Y miren
bien en el lado derecho de esa
constelación, si no es… Lean las cintas, o
mejor dicho escuchen las cintas: Señores,
¿Qué Hora Es? Como tres o cuatro meses
antes que sucediera. Allí está.
29 Aun la ciencia tiene que reconocer que
Eso es verdad. Ellos lo están estudiando.
Dicen que es un misterio que ellos no
pueden entender. La ciencia allá en Tucson
está tratando de entenderlo, lo que es. Al
principio yo pensé en ir a hablar con ellos;
pero pensé: “No, pasaría lo mismo que con
la foto del Ángel del Señor en la fotografía,
ellos no lo creerían. No hay necesidad de
decirles”. Entonces, pero ya pueden ver
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Uds., a la luz de todo esto, ellos tienen que


saber que es Verdad, de todas maneras,
que es la Verdad.
30 Hermano, hermana, yo no sé cuándo.
Un día yo haré mi último viaje a Chicago.
Pudiera ser éste. Pero déjenme decirles, en
el Nombre del Señor Jesús: el Evangelio es
verdadero. Éstos son los últimos días.
Nosotros estamos viviendo en las sombras
de Su Venida. Sea lo que Uds. hagan,
esfuércense por entrar en el Reino de Dios.
Si hay un toquecito que viene a su corazón,
venga rápidamente mientras que tiene la
oportunidad para venir. Porque la hora se
está acercando cuando ya será demasiado
tarde, y entonces Ud. ya no querrá venir,
no habrá más llamado en su corazón. Y
entonces, no importa cuánto Ud. haga el
intento, Ud. jamás entraría. Cuando el
último número sea añadido a ese Cuerpo,
para el Rapto, no habrá otro que se salve;
las puertas estarán cerradas, como fue en
los días de Noé, y no quedará más
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salvación, aunque la gente piense que sí, y


allí es donde vendrá el problema. ¿Ven?
31 En una ocasión Jesús vino, los
discípulos de Juan vinieron a Jesús, y
dijeron: “Nosotros hemos sido enviados de
parte de Juan. ¿Esperamos a otro, o qué al
respecto?”
32 Él dijo: “Simplemente quédense y
observen lo que sucede”. Y, entonces,
esperaron. Luego se regresaron al otro
lado de la montaña.
33 Jesús los observó. Él dijo: “¿Qué
salisteis a ver, cuando fuisteis a ver a Juan;
a un hombre vestido con vestiduras
delicadas?” Dijo: “Los tales están en los
palacios de los reyes”. “¿Fueron a ver una
caña sacudida por cualquier viento?” No—
no así Juan. Y Él dijo: “Bueno, ¿qué
salisteis a ver; a un profeta?” Dijo: “Os
digo, y más que profeta. Si podéis recibirlo,
éste es aquél del cual estaba escrito: ‘Yo
envío Mi mensajero delante de Mi faz’”.
Malaquías 3.
16
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34 Luego hablando de Juan una vez, los


discípulos dijeron, cuando Él estaba
hablando acerca de donde… acerca de ir a
Jerusalén para ser ofrecido, ellos dijeron:
“Bueno, ¿por qué es que somos enseñados
en las Escrituras, por los escribas, que es
necesario que Elías venga primero y
restaure todas las cosas?”
Él dijo: “Elías ya vino, y Uds. no lo
supieron”.
35 Ahora miren. Para esos escribas…
¿Pueden oírme? Digan: “Amén”. [La
congregación dice: “Amén”.—Ed.] Esos
escribas, incluso los apóstoles, eso… su
última señal era esperar por Elías.
Permítanme repetir eso. Ellos tenían a los
meros Escogidos, los escribas y los
apóstoles, llamados por el Señor, estaban
esperando que viniera el Mesías, pero que
Elías viniera y precursara Su Venida. Y él
vino, y—y lo hizo en tal humildad, y… que
ellos ni siquiera lo reconocieron.

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36 Y permítanme decir esto, como mi


propio pensamiento: un días de éstos…
Uds. están esperando que muchas cosas
ocurran, que ya están ocurriendo y no lo
saben. Uds. van a decir: “Antes del Rapto
de la Iglesia…”
37 Miren, yo no estoy aquí predicando
doctrina. Hay ministros aquí en la
plataforma, que probablemente no
estarían de acuerdo con Esto. La mayoría
de todos los ministros creen que la Iglesia
pasa por el período de Tribulación, para
purificación; yo no puedo entenderlo. La
Sangre de Jesucristo es nuestra
purificación; no hay nada más limpio,
¿ven? ¿Ven? Yo creo que la iglesia, la
iglesia denominacional y la virgen
durmiente, sí pasan por la Tribulación, pero
la Novia no. Existe una diferencia entre la
iglesia y la Novia. La Novia sube en el
Rapto. Allí es donde Uds. la iglesia de Dios,
de Anderson, se enredaron todos, ¿ven?,
en eso.
18
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Yo no digo, no les estoy diciendo lo que


Uds. hicieron o lo que no hicieron; no debo
decir eso, pero es simplemente de la
manera que yo lo veo. Cuando menos
piensen, Uds. van a decir: “Pues, yo pensé
que debía haber un Rapto antes de la
Tribulación”.
39 La Tribulación va a venir. Y ¿no sería
terrible que Uds. oyeran decir: “Ya ha
sucedido y Uds. no lo supieron?”
40 “Habrá uno en el campo, Yo tomaré a
uno y dejaré al otro”, simplemente alguien
desapareciendo. Sólo habrán muy, muy
pocos en ese Rapto, los cuales serán
transformados. La Novia durmiente, la
Novia que ha sido tomada a través de la
edad, Ella saldrá primero. Y luego nosotros
los que vivimos y que hayamos quedado
seremos arrebatados juntamente con ellos,
apenas uno aquí, y uno allá, y otro por acá.
41 Al menos… todos los días por todo el
mundo, hay cuando menos quinientas
personas desaparecidas. Y ¿qué si hay
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mil? Ellos dirían: “Oh, bueno, esta mujer,


ella simplemente se fugó con alguien. Este
predicador, él tomó la esposa de otro
hombre y se fue”. Él se habrá ido a la
Gloria, en el Rapto, y ellos no lo sabrán.
¿No dijo Él que “vendría como un ladrón en
la noche?” ¿Ven?
42 Ud. dirá: “Bueno, si Él viene, yo lo
veré”. No, no. Sólo aquellos que lo verán a
Él lo verán en ese momento. ¿Ven?
43 Vean, igual que aquella Luz, como
cuando Juan se paró allí y vio eso, ese
Espíritu de Dios, como una Luz, (como una
paloma), descendiendo y posando sobre Él,
y una Voz diciendo: “Este es Mi Hijo
amado”, nadie lo oyó o lo vio, sino Juan.
¿Ven?
44 Y cuando ese Rapto ocurra, será un
cambio. Y cuando menos sepan, ese
cambio, entonces somos recogidos a ellos,
y en eso nos vamos. Y la virgen durmiente,
continua igual como si nada, y pensando

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que todo está bien. Y ellos ya se habrán


ido: “Ya sucedió, y Uds. no lo supieron”.
45 Recuerden: yo no digo que será de esa
manera. No estoy diciendo que el Señor
me ha dicho que será de esa manera. Pero
yo creo que está tan cercano, que es
posible. Yo no quiero correr ningún riesgo.
Yo quiero estar listo. Yo quiero tener todo
listo. Yo—yo—yo no quiero nunca… “Dejar
todo peso”, sea que… como sea que venga.
Probablemente será distinto a la manera
como nosotros lo tenemos todo trazado,
siempre ha sido así, a lo que Él… a como
nosotros lo tenemos planeado. Su primera
venida fue de esa manera, y Su segunda
Venida probablemente será la misma cosa.
Oremos ahora. Seamos sinceros.
46 Chicago, Uds. saben que yo soy
sureño, estoy acostumbrado a la
hospitalidad en el sur. Uds. tienen una
ciudad grande aquí, una grande… una
ciudad enorme de cinco millones de
personas. Pero yo no sé de una ciudad
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grande en el mundo que sea realmente,


(de toda la gente), que sea tan amigable
y buena como la gente de Chicago. Eso es
correcto. Esta gente de Chicago es buena
gente. Y aun cuando uno sale a la calle,
y estábamos hablando aun con los
borrachos y con todos, y ellos—ellos le
tienen respeto a uno y son buena gente.
Yo—yo—yo realmente aprecio eso.
47 Y déjenme decirles. Con una visión la
otra mañana… Yo sé que algunos de la
Novia aquí en Chicago están esperando la
Venida del Señor. Yo sé que habrá un
grupo de esta ciudad que será llevado, de
acuerdo con una visión, lo cual jamás ha
fallado. Y yo sé que hay… que Dios tiene
gente aquí que se irá en el Rapto, yo—yo
creo eso, en aquel día.
48 Pienso que he dicho suficiente y llegué
lo suficientemente lejos, que ya tengo que
dejar de hablar, así que oremos.
49 Señor Jesús, ayúdanos ahora mientras
vamos a la Palabra. Permite que la gente
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entienda claramente, Señor, que todos


somos seres humanos. Sabemos que nos
cansamos y nos agotamos. Y… pero te
ruego que concedas una vez más, esta
noche, sacudir a esta iglesita, Señor, con Tu
poder, con la Palabra, y que no quede una
persona enferma entre nosotros.
50 Señor, te damos gracias porque
creemos que cuando pedimos estas cosas,
las recibiremos. Te ruego que—que—que
hagas una cosa maravillosa entre nosotros,
esta noche, Padre. En el nombre de Jesús
me encomiendo a mi mismo con este texto
que voy a leer. Y te ruego que Tú lo reveles
a nosotros en una manera grandiosa, para
que la gente entienda claramente. Amén.
51 Deseo que Uds., si quieren, si les
importa en este momento, y ya es casi…
Esta noche voy a tratar de terminar a la
hora exacta, si puedo, de salir un poco más
temprano que anoche, de todos modos.
Pero abran conmigo en el capí-… En el
Evangelio de San Lucas. O, perdónenme,
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cambiemos eso; tengo Lucas anotado aquí,


pero yo—yo abrí aquí también en Mateo.
52 Mateo, el capítulo 15,
comenzando con el versículo 21. San
Marcos da un registro de ello, también.

“Saliendo Jesús de allí, se fue a la


región de Tiro y Sidón. Y he aquí
una mujer cananea que había
salido de aquella región clamaba,
diciéndole: ¡Señor, Hijo de David,
ten misericordia de mí! Mi hija es
gravemente atormentada por un
demonio. Pero Jesús no le
respondió palabra. Entonces
acercándose sus discípulos, le
rogaron, diciendo: Despídela,
pues da voces tras nosotros. Él
respondiendo, dijo: No soy
enviado sino a las ovejas perdidas
de la casa de Israel. Entonces ella
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vino y se postró ante él, diciendo:


¡Señor, socórreme! Respondiendo
él, dijo: No está bien tomar el
pan de los hijos, y echarlo a los
perrillos. Y ella dijo: Sí, Señor;
pero aun los perrillos comen de
las migajas que caen de la mesa
de sus amos. Entonces
respondiendo Jesús, dijo: Oh
mujer, grande es tu fe; hágase
contigo como quieres. Y su hija
fue sanada desde aquella hora”.
53 Tenemos aquí, bajo consideración, una
lectura de la Escritura bastante larga, y no
quiero pasar demasiado tiempo en ella.
Lo cual, uno pudiera permanecer toda la
noche, por decirlo así, cualquiera lo sabe,
porque toda la Escritura es dada por
inspiración. Yo creo eso. Pero quiero tomar
una sola palabra, para sacar un—un
texto de allí. Voy a llamar la
palabra: Perseverante.
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54 La palabra perseverancia significa “ser


persistente”, y persistente en lograr una
meta o—o en hacer algo. Y cada hombre,
en todas las edades, que alguna vez—
alguna vez han hecho algo de sí mismos, o
que lograron algo, fueron persistentes en
la—la cosa que ellos estaban tratando de
alcanzar.
55 Y antes que Ud. pueda ser persistente,
Ud. tiene que tener fe en lo que está
tratando de lograr. Y si Ud. no tiene fe en
lo que está tratando de hacer, Ud. nunca
podrá lograrlo.
56 Ahora, esa palabrita, fe, significa
tanto, y sin embargo nosotros la tocamos
muy a la ligera. Yo oigo a tanta gente que
viene y dice, es asombroso, dicen: “¡Oh, yo
tengo fe!” Y sin menospreciar sus
esfuerzos, pero Uds. saben que a veces
aquellos que reclaman que tienen tanta fe,
yo encuentro, que tienen menos que
aquellos que no dicen nada al respecto.
Ellos, ellos están basados en una emoción,
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y no en una fe verdadera. Hay una gran


diferencia entre una esperanza, una
emoción con esperanza, y en quedarse
callado y usar la fe. ¿Ven?
57 La fe es algo. Es una substancia. No es
algo adonde uno brinca, y al azar quizás le
pega y espera que así sea. Es algo que uno
sabe. Uno lo tiene. La—la—la cosa que
uno—uno está pidiendo, no hay manera
humana de alguna vez explicar cómo uno
va a obtenerlo, pero con todo uno sabe
que está allí. Uno lo tiene. Es una
substancia.
58 Si yo pudiera hacer que Uds.
entendieran eso claramente, significaría
tanto para la reunión esta noche. Si esta
noche, en este servicio de sanidad…
59 O mejor dicho, nosotros estamos
confiando. Yo—yo digo: “sanidad”, porque
creo que Dios lo hará. Yo creo que Dios
hará lo que Él prometió hacer. Y si yo no
creyera eso, yo tendría temor de pararme
aquí en esta audiencia de gente y hacer
27
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estas declaraciones que hago. Porque, si yo


tuviera el más mínimo temor acerca de
ello, es mejor que yo nunca entrara por esa
puerta.
60 Uno tiene que creerlo por
completo. Y así tiene la seguridad, y
entonces no hay nada que pueda moverlo.
Uno, no importa lo que suceda, uno
todavía lo cree. Aun cuando parezca que
ha fallado, uno todavía lo cree. No importa
lo que suceda, uno todavía lo cree.
61 Como la damita sentada aquí
mirándome, aquí la otra noche, la Sra. Way
la había estado cuidando.
62 Su esposo fue resucitado el otro día,
de los muertos, luego de haber muerto de
un infarto. Y yo me bajé de la plataforma, y
porque… cuando lo vi… sus ojos se le
voltearon y murió, yo—yo—yo no sabía
qué hacer, y bajé allí para examinar su
corazón y tomarle el pulso. Y vean, él se
había ido, entonces tuve que atenderlo.

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63 Y entonces la otra noche, me hicieron


la pregunta: “¿Por qué no bajó Ud. adonde
estaba esa mujer?” Ella se dio la vuelta, o
sea, la Sra. Way intentó sacarla. Y ella cayó
al piso, y su cara se volvió blanca, y como
que casi moría. “Y ¿por qué no bajó Ud.
allí?” Es porque yo no tenía ninguna razón
en ir allí.
¿Ven?
64 Una fe no es algo que alguien más está
tratando de hacer que Ud. haga. Es algo
que Dios lo comisiona a Ud. para que haga.
¿Ven? ¿Ven?
65 Yo vi que la mujer estaba sólo… Ella
estaba muy enferma, pero los efectos de
los medicamentos, no… tratando de
mejorar, el doctor la había desahuciado. Y
yo la vi sentada, riéndose y regocijándose,
y ¿de qué sirve que yo bajara hasta allí
después que ya había terminado? ¿Ven?
¿Lo ven? Y alguien diría: “Pero el Sr. Way
hubiera, él hubiera, él se hubiera quedado
tirado allí”. Pero teníamos que ir y hacer
29
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eso. Pero cuando la mujer ya estaba


afuera, aún llegó la visión. Y ella está
sentada aquí esta noche, está bien; anoche
se estaba riendo. Sí.
66 Vean, uno—uno tiene que saber. Y uno
no puede saber hasta que tiene fe, y fe
produce ese saber positivo. Fe es ese
“saber”. Fe es esa cosa que lo declara.
67 Ahora, entonces cuando vemos esta
perseverancia… Todo hombre que ha
intentado alcanzar algo, ha sido
perseverante.
68 Por ejemplo, George Washington es
llamado el padre de esta nación. Una
noche él oró toda la noche, en la nieve. Y
cuando los verdaderos y genuinos
americanos que habían tomado su posición
sobre este terreno, y la gran economía que
ellos tenían en común estaba en peligro, y
había como un setenta por ciento, o más,
de esos soldados americanos parados allí,
que no tenían ni siquiera zapatos en sus
pies. Sus pies estaban helados y envueltos
30
63-0802 Perseverante

en trapos, pero sin embargo ellos tenían un


líder en quien creían. Y ese líder creía en el
Líder, Dios. Y él oró a tal grado que sus
ropas estaban mojadas, hasta la cintura,
arrodillado en la nieve. Y allí estaba el río
Delaware congelado, entre él y allá donde
los británicos se estaban gozando del otro
lado.
69 Pero el Delaware congelado no le
estorbó en su camino, como tampoco la
oposición de sus soldados congelados, y
sus pies congelados, y—y el hielo en el río.
Él fue perseverante. Él tuvo fe de que Dios
le iba a dar la victoria, y él… el Delaware no
fue obstáculo para él. Y él logró un
propósito. Aunque tres balas de fusil
traspasaron su abrigo; pero no lo
tocaron. Él fue perseverante. Él había oído
de parte de Dios. Y él tuvo fe que lo que
Dios le había dicho que era la verdad, y
nada podía detenerlo.
70 Si cada persona enferma aquí, esta
noche, tan sólo pudiera tener fe en Dios,
31
63-0802 Perseverante

como la tuvo George Washington; el


Delaware suyo que está ante Ud. esta
noche, tendría que derretirse, y de alguna
manera Ud. lo cruzaría. No importa cuál
fuere la oposición, Ud. todavía lo cruzaría.
Ud. sería persistente, tan persistente que
ese cáncer, tumor, lo que sea, jamás podría
pararse allí, porque Ud. cruzaría hacia la
promesa que Dios le ha dado.
71 Los hombres sólo pueden ser
persistentes una vez que ellos han—han
oído de parte de Dios. Fe únicamente está
basada en la Palabra de Dios, por cuanto fe
viene por el oír la Palabra de Dios.
72 Noé en la—la oposición que él
predicó, en los días de su tiempo, cuando
preparaba el arca. Después que él oyó a
Dios decirle que Él iba a destruir el mundo
con agua, que el pecado se había
acumulado tanto que Él ya no podía
soportarlo. Él iba a destruir el mundo con
agua. Y no había ni un poquito de agua en
los cielos, pero Noé sin embargo fue
32
63-0802 Perseverante

perseverante en el tiempo de los críticos.


No importaba cuánta gente le decía:
“No puede suceder”, Noé sabía que sí iba
a suceder. ¡Porque fue perseverante!
73 Él nunca dijo: “Bueno, yo puse el
fundamento del arca, yo—yo supongo
que—que eso será suficiente, entonces,
si la ciencia ya ha demostrado que yo
estoy en el terreno equivocado”.
74 Así hace mucha gente cuando viene a
Cristo. Ellos ponen el fundamento, de creer
en el Señor Jesús y aceptarle como
Salvador personal, y tal vez proseguir al
bautismo Cristiano. Pero cuando es
cuestión de seguir hasta el bautismo del
Espíritu Santo, alguien se lo explica y allí
termina. Esa es la razón que esa semilla
cayó junto al camino, o cayó en terreno
pedregoso.
75 Pero el hombre y mujer que tienen
fe que Dios, que Cristo, es el mismo ayer,
hoy, y por los siglos, que Su Palabra es tan
real hoy, y que cada promesa es tan cierta
33
63-0802 Perseverante

como siempre lo ha sido, no hay ministro,


ni nadie, nadie puede quitarles eso a ellos
con explicaciones. Ellos son perseverantes.
Ellos siguen escalando hasta lograr lo que
deben hacer. No hay forma de quitarles
esto con explicaciones. Ellos lo creen.
76 Moisés, él hizo la misma cosa, él—él
había olvidado la visión y el sentir del
pueblo. Pero cuando se encontró con Dios
en esa zarza ardiendo, ¡y él vio que esa era
la Palabra de Dios! Vean, Moisés había sido
criado bajo una buena enseñanza, de su
madre, y le había sido enseñado el camino
de Dios.
¡Pero cuando se paró allí y se encontró con
esta Persona de la cual su madre le había
enseñado! ¿Ven lo que quiero decir? [La
congragación dice: “Amén”.— Ed.]
77 Mucha gente toma la Biblia y la
entiende perfectamente,
(intelectualmente) pero, eso—eso no es
todo. Eso no es de lo que estamos
hablando. No importa qué tan bien
34
63-0802 Perseverante

pueda Ud. explicarla, Ud. tiene que


conocer personalmente al Autor de Ella.
Eso es lo que produce fe, pues el Autor vive
en Ud. una vez que Ud. ha nacido de Él.
78 Moisés se encontró con el Autor: “YO
SOY, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y
de—de Jacob. Y recuerdo Mis promesas, y
he venido para enviarte”. Amén. “Yo te
estoy enviando para que los libertes”.
79 Y fíjense, cuando él realizó su primera
señal, parecía que había fallado, debido a
que él tuvo muchos imitadores. Los
egipcios podían hacer la misma cosa que él
hizo. Pero, vean, Moisés, después que él se
había encontrado con Dios en la zarza
ardiente y sabía que Él era Dios, no hacía
ninguna diferencia cuántos más lo imitaran
y qué clase de personajes eran los que lo
hacían, Moisés sabía que la de él era
genuina, que venía de parte de Dios. Él
simplemente se quedó quieto, en la
presencia de faraón, y entonces su
serpiente devoró a las demás.
35
63-0802 Perseverante

80 Así hace la gente hoy. Ellos quizás… Si


no están seguros, si están muy
emocionados y ven a otra persona irse por
una tangente con algo, y seguir, entonces
se ponen a pensar: “Pues. Quizás lo mío…”
81 Pero—pero ese hombre que
realmente se encuentra con Dios, y lo sabe,
él sabe lo que sucedió. ¡Eso, eso es Dios!
Ciertamente. Nadie podía quitarle eso con
explicaciones.
82 David, un hombrecito rojizo, él no era
lo suficientemente grande como para
cargar un arma de fuego, o mejor dicho
una espada, en aquel día, ni su escudo. Él
era, era demasiado pequeño. Él resultó ser,
lo que nosotros llamaríamos, un enano. Y
su padre no le tenía ningún trabajo. Él…
Sus hermanos eran hombres grandes y
fuertes. Así que él pensó que quizás le
podía conseguir un trabajo a David, tal vez
apacentando algunas ovejas. Y el
hombrecito se quedó allá afuera, y—y se

36
63-0802 Perseverante

encontró con Dios. Y él—él tenía un… Se le


encomendó que cuidara esas ovejas.
83 Y David era un profeta, y la Palabra del
Señor venía a Él en cantos. Y Jesús dijo:
“¿No habéis oído, en los Salmos?” Cómo
cosas fueron predichas acerca de Él, Uds.
saben. Y David era un—un escritor de
cantos proféticos. Y mientras él estaba allá
en el campo, mirando hacia arriba, y
oyendo el viento pasar entre las montañas
y bajaba a través de los cedros, él escribió
de los “pastos delicados y las aguas de
reposo”, y lo demás, por inspiración.
Mientras él lo escribía de noche,
observando las estrellas y la luna, y—y
cómo obraba la naturaleza, Dios lo visitó. Y
Él sabía que había un Dios.
84 Y un día, vino un oso y agarró
una de sus ovejas. Y la oveja significaba
mucho para él porque él había aprendido a
amar a esa oveja. Y así que cuando el oso
vino y agarró una, el corazón de David
empezó a arder, cuando él oyó a esa
37
63-0802 Perseverante

ovejita llorando. Y Dios lo había enviado a


él a que cuidara esas ovejas. Y entonces
cuando el oso atrapó al corderito, y éste
empezó a llorar, David, de repente,
recordó que el Dios que había hecho la
montaña era su Dios. Así que puso una
piedra en su pequeña honda y se fue
persiguiendo a ese enorme oso pardo, y
golpeó al oso y éste cayó. Luego, cuando él
regresó, él estaba contento porque había
obtenido la victoria.
85 Y luego vino una prueba mayor, un
león, el cual es mucho más feroz que el
oso. Es un animal más grande. Y si yo
tuviera tiempo, quisiera hablar en detalle
de esos animales y mostrarles la gran
parábola allí. El león vino y agarró una y
huyó. Así que si Dios pudo darle la victoria
sobre el oso, Él seguramente podía darle la
victoria sobre el león.
86 ¡Oh!, si Dios, Quien puede darme la
victoria sobre mí mismo, (amén), puede
también seguramente darme la victoria
38
63-0802 Perseverante

sobre la enfermedad que está tratando de


apartarme de Él. El Dios que puede
salvarme y hacerme algo que yo no soy;
cuando no soy un Cristiano, puede hacer
de mí un Cristiano, al creer Su Palabra.
87 Entonces, encontramos que él mató el
oso. Y finalmente llegó el gran reto, cuando
vino un—un gran oso pardo, más grande
que el resto de ellos, él era un tremendo
gigante. Y David sabía que con Dios, él era
más que un contrincante para él, sin
importar cuánta era la oposición. Con
Dios, él era más que un contrincante. Sin
embargo, era el hombre más pequeño, y el
hombre menos equipado; no era un
luchador, sólo un niño; y tampoco tenía
una armadura, sólo su—su cuerpo
desnudo; no tenía un escudo sobre él, sino
un pedazo de piel de oveja en la que
estaba envuelto. Y él no tenía una lanza o
una espada, sólo tenía una hondita; Uds.
saben, dos pedacitos de cuerda con un
cuero en la punta. Y él quería pelear contra
39
63-0802 Perseverante

ese hombre porque él estaba tratando de


venir en pos de las ovejas de Dios. Y si Dios
podía libertar a las ovejas, cuánto más a Su
familia, ¡a Su pueblo!
88 Chicago, es por esa razón que estamos
aquí, Uds. son más que ovejas. Uds. son el
pueblo de Dios. Y nosotros no tenemos un
intelectual o una gran denominación que
nos respalde. Pero sabemos que la
enfermedad los ha atrapado a Uds., y
Uds. están presos en—en los cuidados
del mundo, y nosotros venimos en el
Nombre del Señor Jesús. Aunque el doctor
lo rechace, a nosotros no nos importa lo
que él hizo; nosotros hemos venido para
llevarlos a Uds. de vuelta a estar en salud,
en el Nombre de Jesucristo, con una
pequeña honda, de Su Palabra. Dos
cuerditas: el Antiguo y Nuevo Testamento,
sosteniendo a Jesús entre ellos, y venimos
para llevarlos a Uds. de regreso a donde
Uds. pertenecen, si Uds. tan sólo nos lo
permiten.
40
63-0802 Perseverante

89 Fíjense también en el pequeño


Sansón, como hablaba anoche, él mismo
fue muy perseverante, mientras él pudiera
sentir esas siete guedejas colgándole en la
espalda. Los—los filisteos no significaban
nada para él, no importaba si él no tenía
nada sino la quijada de una mula en su
mano, o lo que tuviera. Los filisteos, o las
puertas de Gaza no significaban nada para
él. Mientras él pudiera sentir esas siete
guedejas, eso era su pacto.
90 Y mientras que el Cristiano pueda
sentir ese pacto: “Todas las cosas son
posibles para el que cree”, cuando Ud.
puede sentir ese pacto (fe) dentro de Ud.,
que Ud. es el hijo de Dios y un
heredero a cada una de Sus bendiciones
prometidas. No importa lo que venga, Ud.
es más que un contrincante para eso,
mientras Ud. pueda sentir y sabe que Ud.
realmente lo cree. ¿Me entienden? [La
congregación dice: “Amén”.—Ed.] Mientras
que Ud. pueda… Cuando Sansón sentía eso,
41
63-0802 Perseverante

él—él estaba bien. Y mientras que Ud., en


su corazón, no que está emocionado, no
que es sólo emoción, sino que en su
corazón Ud. sabe que la va a recibir. Ud.
sabe que ha confesado sus pecados, sabe
que ha pasado de muerte a Vida, sabe que
Ud. es un hijo de Dios, un heredero de
estas cosas, entonces no hay nada que
le impedirá tenerla. Ud. entonces es
perseverante.
91 Juan el Bautista fue tan perseverante
que él incluso hizo esta declaración. Cuatro
mil años habían ellos esperado a un
Mesías, pero Juan sabía que él lo iba a
presentar. Él sabía que tenía un… Jesús dijo
que él era más que profeta. Él era un
profeta, pero era más que profeta, porque
él era el mensajero del pacto. Y él estaba
tan seguro de ello, que él iba a ver esa Luz,
esa Paloma. Él iba a ver al Espíritu. Él
estaba tan seguro de eso, que dijo: “Hay
algunos parados, o mejor dicho, Uno
parado en medio de Uds. ahora mismo, a
42
63-0802 Perseverante

quien Uds. no conocen. Yo no soy digno de


desatar Su calzado; pero Él será el que
bautizará con el Espíritu Santo y con
Fuego”. Dios había…
92 Él era un profeta, y más que profeta, y
él conocía su comisión. Él sabía que Dios lo
había comisionado, y no había temor en su
corazón. Aunque cuatro mil años, en medio
de un montón de críticos que se burlaban
de él y le decían que era un hombre que
estaba tratando de ahogar a la gente, eso
no lo detuvo a él para nada.
93 Alguien pudiera haber dicho: “Juan,
¿no tienes temor que eso no ocurra?”
94 ¿Cómo podía fallar eso cuando fue
Dios quien lo dijo? Dios le dijo: “Sobre
quien veas al Espíritu descendiendo, y que
permanece sobre Él, Él es el que va a
bautizar con el Espíritu Santo”.
95 Juan lo sabía. Él no le temía al fracaso.
Ese era su encargo, esa era su comisión, así
que él podía ser perseverante, muy
persistente. No importaba… nada iba a
43
63-0802 Perseverante

molestarlo. No había suficientes demonios


del tormento que pudieran matarlo.
¡Aleluya! Él había sido comisionado para
hacer algo. Y los cielos y la tierra pasarán,
pero esa Palabra nunca fallará. Él dijo: “¡Yo
lo veré a Él!” Miren, la fe se había anclado.
96 Al igual que Moisés, él había oído
allá en el desierto, donde los profetas
son—son moldeados. Él había oído a Dios
decirle: “Tú eres la voz de uno que clama
en el desierto. Yo puedo señalarte la
Escritura y mostrarte tu comisión. Tú eres
aquél de quien dijo Isaías, hace setecientos
doce años,
‘Habrá una voz de uno clamando en
desierto’”.
Ellos dijeron: “¿Eres tú el Mesías?”
97 Él dijo: “No. Pero yo soy la voz de uno
clamando en el desierto, ‘¡Preparad el
camino del Señor, enderezad Su calzada!’”
y él sabía que iba hacerlo, porque Dios lo
había dicho. Fe… entonces él fue
persistente.
44
63-0802 Perseverante

98 Los rabinos y demás, salieron y dijeron:


“¿Quieres tú decir que vendrá un tiempo
cuando el sacrificio diario será quitado?”
99 Él dijo: “Hay Uno que viene que
tomará el lugar, y Él quitará el sacrificio
diario. Él será el Cordero”. Y cuando se
volteó para mirar, él dijo: “Allí está Él, allí
está el Cordero de Dios que quita el pecado
del mundo”, justo en medio de su sermón,
por cuanto Dios se lo había prometido.
100 No importa lo que ellos digan:
“Bueno, te echaremos a la cárcel. La
asociación ministerial te echará fuera. Tú
no tendrás compañerismo. No habrá
cooperación”.
101 A Juan no le importó nada. Él fue
perseverante. Él tenía un mensaje y alguien
tenía que oírlo. Y de todo su grupo, yo no
creo que él tuviese como doce, pero él
tenía algo.
102 Cuando él tuvo el poder de Dios sobre
él, entonces el Señor empezó a moverse
sobre él. Ahora, el Señor Jesús es el mismo
45
63-0802 Perseverante

ayer, hoy y por los siglos. Cuando nosotros


podemos ver la comisión del Señor,
entonces Uds. pueden ser perseverantes.
103 Oh, esta mujercita griega, ella había
oído de Él. Ella nunca lo había visto, pero
simplemente oyó de Él. Ella había oído de
Su fama.
104 Bueno, nosotros oímos la misma cosa.
Oímos de Su fama. Leemos de Su fama.
Vemos Su fama. “Y la fe viene por el oír”.
De alguna forma u otra, la fe encuentra
una fuente que otros no ven. Cuando Ud.
es predestinado para una cierta cosa, Ud.
puede mirarlo así directamente, por
cuanto su fe lo está declarando, y otros no
saben nada al respecto. La fe encuentra
esa fuente que no se puede ver.
105 Porque otros lo están mirando por
medio de observaciones y cosas. Y ellos lo
están mirando, presumiendo. Y la palabra
presumir es “avanzar sin autoridad”.
106 Y Moisés nunca fue allá a Egipto
presumiendo que Dios estaba con él.
46
63-0802 Perseverante

¿Ven? Ud. no acepta su sanidad pensando


que Dios lo hará. Ud. acepta su sanidad por
cuanto Dios ya lo ha hecho. Él lo prometió,
y su fe dice que es así, y no hay nada que lo
pueda anular.
107 Ahora, Su Palabra es una espada,
dice la Biblia. En Hebreos 4:12, dice: “La
Palabra de Dios es más cortante que una
espada de doble filo, y discierne los
pensamientos que están en el corazón”.
Eso es lo que hace la Palabra.
108 Ahora, la única cosa que puede
manejar esta espada es una mano. Y la
única cosa que puede manejar la Palabra
de Dios es la fe. Si la Palabra es una
espada, entonces la fe la sostiene, la
empuña. Y cuando la gente se está
batiendo en duelo, (como dos hombres
que se enfrentan), y ellos se están— ellos
se están batiendo en duelo. Ese es Ud., y el
diablo está tratando de hacer que Ud.
dude. Ahora, la espada que Ud. tiene
pudiera ser buenísima, es un millón de
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63-0802 Perseverante

veces mejor que la de él. Déjenme decirles


que la de él no es ni siquiera una espada,
es un palo. Pero la suya es una espada.
Pero si la mano que sostiene esa espada es
débil, el palo puede vencerla. Pero no
importa qué tan pequeña sea esta mano, si
ella sostiene la Palabra de Dios, con fe, no
hay nada que pueda detenerla. Ella puede
vencer a cualquier cosa.
109 Vean, él la tiene en su mano derecha,
y Ud. la tiene en su mano derecha; y
cuando se cruzan las espadas, cuando Ud.
se cruza con el diablo: “¿Es cierto o no es
cierto?” Mire, él le está presionando a Ud.:
“Di que está errado. ¡Está errado! Tú no
debes creerlo”.
110 ¡Pero si Ud. lo cree! Vean, estas
espadas bajan hasta las empuñaduras.
Ahora, si yo puedo empujar la de él, con la
empuñadura mía, y con la espada de esta
manera, ¿dónde estoy? Apuntando
directamente a su corazón, porque estoy
del lado derecho, a su izquierda. Y
48
63-0802 Perseverante

entonces cuando estoy presionando con fe,


con la Palabra: “Satanás, Jesucristo me
comisionó para hacer esto”, y allí
cruzamos. Y me levanto con esa mano de
fe, y digo: “Un Ángel se encontró conmigo
allá, y dijo que es así”. De repente, se le
mete la espada directamente, y él queda
conquistado. “¡Yo vine para desafiarte! Y
ASÍ DICE EL SEÑOR”. Ese es el creyente,
cuando él tiene fe para manejar la Palabra.
111 Ahora, sí Ud. solamente es un
debilucho denominacional, será mejor que
se mantenga alejado de ello; Ud. irá por
allí, hablará de ello, y dirá que no puede
suceder, por cuanto Ud. no sabe nada al
respecto. Pero ese hombre que la ha
manejado, y la ha visto derrotar a ese
enemigo, él sabe lo que ella hará.
112 Esta pobre mujercita, ella nunca lo
había visto a Él, pero había oído de Él. Ella
tenía muchos impedimentos, pero su fe no
tenía ningún impedimento. La fe no tiene
impedimentos en lo absoluto.
49
63-0802 Perseverante

113 Uds. pudieran tener muchos


impedimentos. Uds. pudieran tener la
palabra del doctor, o del científico que los
ha examinado. Pudiera ser que él, ese
hombre, le haya dicho: “Ud.—Ud. va a
morir”. Eso es todo lo que él sabe.
Él—él le ha dicho a Ud. todo lo que él
estudió. Su trabajo científico muestra eso,
que Ud. debe morir. Todo su sistema está
hecho de esa manera, que la muerte le ha
tocado, y no hay nada que pueda impedir
que avance. Ud. morirá. Ahora, eso es todo
lo que él sabe. Ninguna ciencia tiene
medicina para eso.
114 Pero Ud. ha encontrado algo. Ud.
toma la espada. ¿Ven? Ahora, por
supuesto, Ud. tiene un impedimento, Ud.
tiene algo que va a pelear en contra de
Ud.: ese demonio, esa enfermedad, esa
aflicción. Pero cuando se tocan las espadas,
Ud., y el diablo, y Ud. dice: “¡Es ASÍ DICE EL
SEÑOR! ¡Él me lo reveló, y yo estoy sano!”

50
63-0802 Perseverante

¡Oh, hermano! Su fe no tiene ningún


impedimento.
115 Saben, tomemos algunos de los
impedimentos de ella, y mirémoslos, sólo
unos minutos antes de que llamemos
nuestra línea de oración. En primer lugar,
ellos pudieran haberle dicho a ella: “Tú
eres griega; Él es judío”. Bueno, en otras
palabras, pudieran haber dicho: “Sabes, tu
denominación no está patrocinando esta
reunión. Tu iglesia no la está
patrocinando”. Pero, Uds. saben, eso no le
estorbó a ella. La fe ya se había anclado.
Ella había oído de otra persona siendo
sanada. Y ella tenía una necesidad, y algo le
dijo que podía ser hecho.
116 Ahora, vean, las obras de Dios son
preordenadas por Dios. ¿Creen
Uds. eso? [La congregación dice:
“Amén”.—Ed.]
117 Un día Jesús se encontró con un ciego
y dijeron: “¿Quién pecó, él o su madre, o
así por el estilo, o su papá?”
51
63-0802 Perseverante

118 Dijo: “Ninguno, sino para que las


obras de Dios pudieran ser manifiestas”.
119 Vean, éstas son las obras de Dios. Y
cuando Ud. siente algo que le está
presionando, aférrese a ello. Eso es Dios
hablándole.
120 Bueno, ella todavía fue persistente
aunque ellos dijeron que: “Tú no
perteneces a Su gente, y tu iglesia no está
cooperando en la reunión”. Ella fue
perseverante, de todos modos. Ella iba a ir,
de todas maneras.
121 Ella quizás fue por el camino y se
encontró con otro grupo de sacerdotes,
y ellos—ellos le dijeron: “Espera un
momento. Los días de los milagros
pasaron. Eso es pura locura. Eso es
simplemente un montón de—de hombres,
algún supuesto profeta allá haciendo toda
esta clase de cosas. Eso, tú sabes, eso, eso
es pura bobería. Pues, no hay nada como
eso hoy día”. Pero con todo eso ella fue
perseverante. Ella todavía creía que iba a
52
63-0802 Perseverante

suceder. Miren, allí es cuando Uds. lo


tienen. Es allí que algo sucede.
122 Ella tal vez siguió hacia la otra
esquina, se encontró con su esposo, y su
esposo le dijo: “Si tú vas y te asocias con
ese grupo, te voy a dejar”. Bueno, él podía
irse si quería, pero ella todavía fue
persistente. Ella fue perseverante. Ella
tenía una necesidad, y la fe ya se había
anclado. Ella sabía que sucedería.
123 Allá en la otra esquina, ella se
encontró con un grupo de personas, y le
dijeron: “¿Sabes qué? Tú serás el
hazmerreir del pueblo, si vas allá a pedir
misericordia por tu hija. Y te darás cuenta
que no es más que los otros que han
pedido y no recibieron nada”. No
importaba nada lo que los otros hicieran, y
si se rieron de los demás, ella con todo eso
fue persistente. Ella sabía lo que iba a
suceder. Ella—ella lo creía. Ella había oído
de Él. Ella sabía lo que iba a suceder si ella
podía llegar allí.
53
63-0802 Perseverante

124 Ahora, nosotros quizás fuimos a la


esquina y nos encontramos con el pastor, y
él dijo: “Tú serás echado de la iglesia si
vas”. Miren el impedimento que tuvo la
pobre mujer. Y recuerden que ella era una
griega, no una pentecostal. Y allí va ella,
y ellos dijeron: “Tú serás excomulgada
de tu iglesia”. Pero ella todavía fue
persistente.
125 Ella fue perseverante. No importaba
si ella perdía a su esposo, perdía sus
amigas, que fuera el hazmerreír de la
ciudad, y lo que ocurriera, o incluso que
fuera expulsada de su iglesia, o lo que
fuera. ¡La fe se había anclado! Ella fue
perseverante. Me gusta eso.
126 Ahora, mucha gente piensa que eso
es todo cuanto ellos tienen que hacer, con
tal que se encontraron con Jesús, y llegan
adonde Él está en la reunión, pues que es
todo lo que se requiere.
127 Solía ser que las iglesias, cuando al
principio empecé en el campo, ellos se
54
63-0802 Perseverante

sentaban y esperaban, y casi lloraban,


hasta que el Señor bajaba a la escena, y,
entonces, ¡oh, hermanos!
128 Aquí en Illinois, en un lugarcito
llamado… Oh, se me olvidó dónde era; en
una de mis reuniones por aquí, hace años,
donde el Chicago Tribune aquí publicó un
artículo que hubieron veintisiete
ambulancias estacionadas alrededor del
hotel. Y una noche, caminé hacia la
plataforma, puse un fundamento como de
treinta minutos y le pedí a la gente, y los
reté a que lo creyeran. Y con una sola
oración desde la plataforma, después que
el Señor se había manifestado, Él mismo,
que Él era, no hubo… no había una sola
persona en silla de ruedas ni en catre,
sordo, mudo, o ciego, en ninguna parte.
Cada uno de ellos fue sanado en un
instante.
129 En Durban, Sudáfrica, vimos a
veinticinco mil nativos genuinos sanados
en una sola ocasión, con siete camiones
55
63-0802 Perseverante

llenos de muletas y palos y tablas, donde


los habían llevado, venían por la calle, y esa
gente caminando detrás, cantando: Sólo
Creed.
130 ¡Fe! Apártense de sus—sus
pensamientos. Piensen los pensamientos
de Él. ¿Ven? Piensen lo que Él piensa.
131 Ud. dice: “Hermano Branham, yo—
yo—yo iré, yo pienso…” A Ud. no le toca
pensar. Deje que la mente que estaba en
Cristo esté en Ud., entonces Ud.
reconocerá la Palabra. ¿Ven? Fíjense.
132 Cuando esas personas se sentaban y
esperaban… cuando el Señor se movió e
hizo algo, oh, hermanos, ellos simplemente
se levantaron y se fueron caminando.
133 Pero, Uds. saben, parece que hoy,
ellos han visto demasiado de ello. Y ahora
el Señor viene, oh, y se muestra Él mismo
entre nosotros, y nosotros decimos:
“Bendito sea el Nombre del Señor. Él
ciertamente lo puede hacer. Hermano
Branham, yo voy a ir donde Oral Roberts la
56
63-0802 Perseverante

próxima semana y hará que él ore por mí, y


adonde fulano de tal. Si esto no funciona,
esta noche, yo haré…” Esa es más o menos
la actitud, ¿ven? La gente no es
perseverante.
134 Si el Espíritu Santo, si Jesucristo,
demuestra que Él está aquí entre nosotros,
entonces presione Ud. hasta que llegue a
donde Él está. Como la mujercita con el
flujo de sangre, y todas las otras cosas que
sucedieron, y con todos los adversarios
estorbándole, ella siguió hasta poder
tocarlo. Si en esta noche esta iglesia hiciera
lo mismo, abriéndose camino por toda la
incredulidad, y llegar a cruzar espadas con
el diablo y su incredulidad, y proseguir
hasta saber que Ud. es un hijo de Dios y
heredero de estas cosas, y que Jesucristo
está presente para mostrarles que Él está
con Uds., para guardar Su Palabra. Sean
perseverantes, no dejen que nada se
interponga en su camino.

57
63-0802 Perseverante

135 Yo simplemente me hago la


pregunta. Si la fe en verdad se ancla,
¿podría algo interponerse en su camino?
Uds. no la tienen. Si realmente la tuvieran,
eso lo concluiría. Eso es todo. ¿Ven?
136 Esta mujer aquí, nuestra amiguita
griega que tenemos aquí esta noche ante
nosotros, como texto, cuando ella llegó
ante Jesús. Es como que Jesús llegara aquí
con nosotros esta noche; nosotros
llegamos, y Él viene aquí y prueba que Él
está aquí entre nosotros. Bueno, ella pensó
que eso lo había concluido. Eso no lo
concluye. No, señor. Allí es donde Ud.
apenas empieza a pelear. Allí es donde Ud.
empieza su verdadera batalla. Cuando ella
llegó a Jesús, entonces Jesús le dijo que Él
no había sido enviado a su raza. ¡Oh,
hermanos!
137 Y otra cosa, Él se volteó y llamó a su
raza de gente un montón de perros. “Yo no
soy enviado sino únicamente a las ovejas
de los hijos de Israel”. Eso no la detuvo. Ella
58
63-0802 Perseverante

todavía fue perseverante. Y dijo: “Además,


no está bien que Yo tome el pan de los
hijos y se lo dé a Uds. los perrillos”. Con
todo eso ella fue perseverante.
138 Oh, a mí me gusta eso. Ella se
mantuvo firme. Amén. Me gusta eso.
¡Manténgase firmes! Ella fue perseverante.
Ella no era una planta de invernadero que
tenía que ser tratada con delicadeza. No,
señor. Ella no era un artículo híbrido, como
gran parte de la cosecha hoy. Ud. no tenía
que rogarle ni decirle: “Mira, hermana,
déjame decirte, yo te animo a que sigas
adelante, porque…” No, señor, allí no había
nadie que la animara, pero aun el mismo
Jesús trató de desanimarla. ¡Fiuu! ¡Gloria!
Ahora de seguro me siento como un
aleluya. Aun el mismo Cristo parado allí,
trató de desanimarla, pero ella se mantuvo
firme. Amén. ¡Perseverante! Ella había
llegado a algo. Ella lo sabía.
139 ¿Qué tal si Él los llamara a Uds.
perros, y a la raza de Uds., un montón de
59
63-0802 Perseverante

perros? “Uds. montón de Chicaguenses,


Uds.—Uds. montón de metodistas, Uds.
presbiterianos, Yo ni siquiera fui enviado a
Uds. A fin de cuentas, Uds. no son sino un
montón de hipócritas”. ¡Fiuu! ¡Vaya! Uds.
levantarían la nariz y saldrían por esa
puerta. ¿Ven? ¿Por qué? Porque para
comenzar, Uds. nunca tuvieron fe. Uds. son
unos híbridos, una planta de invernadero
que tiene que ser fumigada todo el tiempo.
140 ¡Ella no! No. Algo sucedió, la fe se
había anclado. Ella no iba a ser derrotada.
Amén. Allí lo tienen. No importaba lo que
hicieran los demás, lo que dijeran los
demás; ella no iba a ser derrotada. No,
señor. Aun el mismo Jesús, trató
desanimarla. Amén.
141 “Pero Yo no soy enviado a tu raza.
Vete, lárgate allá por la calle. Yo no soy
enviado a tu pueblo. Y Uds. no son sino un
montón de perros, de todos modos. Yo no
soy… Realmente no es correcto que Yo
tome el pan de los hijos y se los dé a Uds.
60
63-0802 Perseverante

montón de perrillos, perros callejeros,


ratas callejeras, y lo demás. No—no está
bien que Yo haga eso”.
¿Qué? Ella admitió que Él tenía razón.
Amén. ¡Oh, hermanos!
142 La fe siempre admitirá que la Palabra
está correcta. Ya sea que su pastor lo diga
o no, ya sea que alguien más lo diga o no,
la fe suya dice que Ella está correcta.
¡Gloria! Su fe dice que Ella está correcta.
143 Así que lo que ella fue llamada, aun
por Jesucristo, a Quien ella había venido, y
Él la reprendió. Y miren a Sus discípulos, los
hombres que estaban con Él en Sus
campañas, le dijeron: “¡Oh, lárguese!
Váyase de aquí. Ud. nos está molestando.
No moleste a nuestro Maestro”.
144 Eso no la detuvo a ella. No, señor.
Nada iba a detenerla, de ninguna manera.
Ella admitió que Él tenía razón. “Yo no soy
sino un perrillo. Yo—yo no merezco nada.
Pero, Señor, permíteme traerte algo a la

61
63-0802 Perseverante

memoria. Yo no estoy en busca del pan; yo


sólo quiero unas pocas migajas”.
145 El problema de ello ahora, es que no
tenemos gente que se humille para
obtener algunas migajas. “Yo no entré a la
línea”. Eso no importa nada. Yo sólo vengo
para ver si Él es el mismo ayer, hoy, y por
los siglos. Yo ando en busca de unas
migajas.
146 Oh, qué diferente fue ella al día de
hoy. Recuerden, ella nunca había visto un
milagro. Ella era griega. Nunca había visto
un milagro, sin embargo fue persistente
porque algo dentro de ella le dijo que ella
iba a ver uno.
147 Ella fue como Rahab, la ramera.
Rahab la ramera, ella no dijo: “Miren,
espías, traigan a Josué aquí, y déjenme ver
cómo él usa su ropa, y qué clase de
modales tiene. Y déjenme ver si él es
buenmozo o no, o cómo se peina el
cabello, si es un hombre que se viste bien y
todo”. Recuerden, Uds. saben, a eso se
62
63-0802 Perseverante

dedicaba ella, ella buscaba hombres buen


mozos, pues ella era una prostituta
callejera. Y así que ella dijo: “Yo he oído
que el Señor Dios está con Uds., y les pido
misericordia”. ¡Oh, hermanos! Allí lo
tienen, la fe viene por el oír. “Yo oí que
Uds. tomaron a Agag, y lo que Uds.
hicieron allá. Y yo oí lo que Dios hizo por
Uds. en el mar Rojo, y lo creo. Y yo sé que
Uds. son Sus siervos. Yo sólo les pido
misericordia”. Amén. A ella le fue
concedida misericordia.
148 Esta mujer, a ella le fue concedida
misericordia. Ella dijo: “Es verdad, Señor,
pero los perrillos comen las migajas que
están debajo de la mesa de sus amos”.
“Por esta palabra…” Eso lo logró.
Finalmente, siendo persistente,
perseverante, sin permitir que nada le
estorbara, aun en la Presencia de Jesús
tratando de reprenderla, ella dijo… Pero
ella se paró y admitió que Él tenía razón,
que la Palabra estaba correcta, y todo eso.
63
63-0802 Perseverante

“Pero sin embargo, Señor, los perrillos


comen las migajas, y sólo una migaja de Ti
es todo lo que pido. Sólo una pequeña, una
pequeña, una pequeña migaja es todo lo
que quiero, Señor. Sólo Tu toque, es todo
lo que quiero. Sólo Tu toque, eso es todo”.
149 Oh, si nosotros tan sólo tuviéramos
eso esta noche: “Señor, yo estoy sentado
aquí, estoy enfermo. Pero si—si—si algo
tan sólo me dice que yo puedo sanar, eso
es todo lo que yo quiero saber.
Entonces eso—eso lo concluye, yo me iré
a casa y lo creeré, ¿ves? Ya nada se va a
interponer en mi camino. Sólo Tus migajas,
Señor, es todo lo que quiero”.
150 Jesús dijo: “Oh mujer”, o mejor
dicho, “Oh mujer, grande es tu fe. Puedes
irte, pues por lo que tú has sido
persistente, por lo que tú has creído, tú vas
a encontrarlo de esa manera”. Amén.
151 Ella finalmente había vencido. Ella
tuvo el acercamiento correcto al don de
Dios. Ella era una gentil. La fe siempre
64
63-0802 Perseverante

admite que la Palabra está correcta.


Humildemente y reverentemente, no
andar por allí, haciendo tanto ruido y
hablando tanto. De la misma manera es
ahora. Miren, rápidamente, antes que
llamemos la línea de oración.
152 Marta, en la Presencia del Señor
Jesús, cuando todos se habían burlado
de ella, y dijeron: “Miren, este Hombre que
sana a los enfermos, cuando Uds. tenían
necesidad de Él… Sí, Uds. tomaron su
sustento, lo alimentaron, tuvieron una
habitación para Él; cuando Él venía a la
ciudad, Él se quedaba con Uds. Él era buen
amigo de Lázaro. Pero cuando
verdaderamente llegó la enfermedad, Él se
alejó de Uds.” ¿Ven?
153 Pero cuando ella oyó que Él había
venido, ella fue perseverante. Ella salió a la
calle. Otro dijo: “Mira, me imagino que vas
a ir a verlo”. Ella simplemente se tapó los
oídos y los ojos, y siguió adelante. Ella fue
perseverante.
65
63-0802 Perseverante

154 Cuando Jesús le habló, ella dijo:


“Señor, si hubieras estado aquí, mi
hermano no habría muerto. Mas ahora,
todo lo que le pidas a Dios, Dios te lo
concederá”. Ella fue perseverante. Fíjense,
como la mujer Sunamita, en la presencia
de Elías, el representante de Dios en la
tierra; Marta sabía que si Dios estaba en
Elías, seguramente estaba en Jesús.
155 La mujer Sunamita, cuando ella fue
allá, y él dijo, Eliseo salió de su cueva y
miró allí y dijo: “Aquí viene esa Sunamita, y
su corazón está turbado. Dios me lo ha
encubierto. Yo no sé lo que ella quiere”.
156 Dijo: “¿Está todo bien contigo? ¿Con
tu esposo? ¿Con el niño?” Ella dijo: “Todo
está bien”.
157 Obsérvenla cuando ella le dijo a su
siervo. “Ensíllame esta mula, y ve directo
hacia adelante y no te detengas”.
Perseverante, sólo sigan andando.

66
63-0802 Perseverante

158 Algunos de ellos dijeron: “¡Oye,


espera un momento! Yo quiero hablar
contigo, Lydie”.
159 “Ni pensarlo, yo tengo—yo tengo que
llegar allá, eso es todo. ¿Ves?, yo tengo que
llagar allá. Tengo que averiguar acerca de
esto”. Y entonces cuando el… Él dijo:
“Bueno, déjame decirte, yo te enviaré un
paño ungido. Te enviaré este báculo, y tú
ve allá y has que lo pongan sobre el niño”.
160 “Eso está muy bien, profeta de Dios.
Yo—yo—yo pienso que eso está muy bien.
Pero vive tu alma, que no te dejaré”.
Amén. Perseverante. Seguro, ella fue
perseverante.
161 Elías pensó: “Bueno, desháganse de
ella. Vale más que me prepare”.
¿Ven? Allí se fue. ¿Ven? Perseverante, su fe
se mantuvo fiel en la Palabra.
162 Cómo es que Micaías, ese pequeño
leñador allá, sin educación, pudo pararse
ante cuatrocientos profetas, y hablar allí

67
63-0802 Perseverante

contrario a ellos. ¿Por qué? Él fue


perseverante.
163 Ellos dijeron: “¡Pues, mira!” Ese gran
obispo principal se paró allí con esos
cuernos y dijo: “El Señor Dios me habló”.
¡Oh, qué cosa! El jefe de la asociación dijo:
“El Señor Dios me habló, y dio testimonio
por medio de cuatrocientos de éstos
hombres aquí, que: “¡ASÍ DICE EL SEÑOR!”
Y el hombre fue sincero.
164 Miren, pero Micaías se paró y dijo:
“Pero yo vi a Israel desparramado como
ovejas que no tienen pastor”.
165 Entonces él se acercó, y tomó sus
manos y lo abofeteó tan duro como pudo,
y dijo: “¿Por dónde se fue el Espíritu de
Dios cuando salió de mí, si tú sabes todo
acerca de esta cosa?”
Dijo: “Algún día lo entenderás”. Y Acab
dijo…
166 Bueno, miren, eso es lo que dijo la
asociación. Noten bien, él nunca entraría
en debate con ellos en ese momento, bajo
68
63-0802 Perseverante

tales circunstancias. Pero él sabía que su


visión estaba correcta. Él tenía fe, porque
su fe dijo exactamente lo que decía la
Palabra, así que él fue perseverante.
167 Ahora miren la autoridad nacional.
Allí estaba Acab, dijo: “Pónganlo en la
cárcel de adentro, y aliméntenlo con pan y
agua de angustia. Y cuando yo regrese en
paz”, dijo, “yo—yo me encargaré de este
individuo”.
168 Mírenlo, perseverando aún. “Oh,
gran Acab, quizás yo estaba equivocado.
Oh, obispo, ¿quizás yo estaba
equivocado?” No, no, él no. Él se había
anclado. El vio una visión, y su visión
cuadraba con la Palabra. Él dijo: “¡Si tú
llegas a regresar, yo soy un falso profeta!”
Amén. Él fue perseverante. Ciertamente
lo fue.
169 El hombre ciego del cual hablé hace
un rato, él no podía discutir teología con
ellos, él no sabía nada de eso. Ellos podían

69
63-0802 Perseverante

decir: “Pues, Fulano de tal dijo esto y lo


otro y esto y aquello”.
170 Él dijo: “Yo no sé acerca de su
teología. Pero esta cosa sí sé: que antes yo
era ciego, y ahora veo”.
171 Su padre y madre nunca tuvieron esa
clase de fe. Ellos dijeron: “Oh, ellos nos
expulsarán de la sinagoga. Así que
pregúntenle a él, edad tiene”.
172 Hermano, no había nada malo con él.
Él dijo: “Es extraño…” Dijo: “Yo no soy
teólogo. Yo no puedo argumentar las
Escrituras de las cuales Uds. están
hablando. Pero Uds. dijeron que saben
que Dios sanaba; pero, este Hombre, Uds.
no saben de dónde vino. Miren, es una
cosa extraña, que un Hombre pueda venir
aquí y pueda abrir mis ojos ciegos; y Uds.,
los líderes de la religión, y no saben de
dónde vino Él”. Hermano, él era un
teólogo, en mi opinión. Él—él tenía, él
tenía un argumento que el resto de ellos
no podía callar, eso es todo. “Cómo es que
70
63-0802 Perseverante

Uds. dicen que no tienen ningún registro


de Su—Su—Su venida, Uds. no tienen
ningún registro en sus libros, de su
instrucción, de dónde vino Su educación, ni
nada. Uds. no saben de dónde vino Él, y sin
embargo el Hombre que me dio la vista…”
Un argumento muy bueno, ¿no es cierto?
Sí, señor.
173 Felipe, cuando él se paró allí y vio a
Jesús de Nazaret decirle a Simón cuál era
su nombre, y el nombre de su padre, él fue
muy persistente. Él tenía un amigo
almidonado a quien él quería contarle,
y él fue y encontró a Natanael.
174 Cuando Natanael, parado allí delante
de los miembros de su iglesia, y el sumo
sacerdote, y los del Sanedrín, y todos ellos
parados alrededor. Cuando Jesús lo miró y
le dijo: “He aquí un Israelita en quien no
hay engaño”.
175 “Oh, será mejor que me calle ahora.
Ten cuidado, allí está el obispo, allí está el
supervisor general, allí está el pastor,
71
63-0802 Perseverante

allí están todos mis familiares. Es mejor


que me quede quieto y actúe como que no
sé nada al respecto”. ¿Ven? No, no.
176 Algo había sucedido. Felipe le había
mostrado a él una simiente. Él dijo:
“¡Rabí!”
177 Los demás parados allí, dicen: “Este
hombre es belcebú. No escuchen Eso. Él es
un adivino. Él es un diablo. No lo
escuchen”. Pero Felipe, rápidamente, o
mejor dicho…
178 Natanael lo reconoció a Él como un
Rabí, un maestro. Dijo: “Rabí, ¿cuándo me
viste?”
179 Él dijo: “Antes que Felipe te llamara,
cuando estabas debajo del árbol”.
180 “¿Ahora qué voy hacer? Aquí está la
Escritura, dice que ésa es la señal del
Mesías”. Él corrió a Él, cayó postrado y le
dijo: “¡Rabí, Tú eres el Hijo de Dios! Tú eres
el Rey de Israel. A mí no me importa lo que
los demás digan al respecto. Tú eres el Hijo
de Dios, el Rey de Israel”.
72
63-0802 Perseverante

181 La mujercita junto al pozo, cuando le


fue dicho lo que estaba mal con ella…
Miren, Uds. saben, si Uds. por casualidad
conocen las… orientales…
182 ¿Hay misioneros aquí, que alguna
vez han estado en el oriente? Bueno, Uds.
entienden que una mujer como ésa no
tiene ninguna autoridad en lo absoluto,
para hablarles a los hombres en ninguna
parte. Eso es correcto. Todavía es de esa
manera. Ella no, no puede hablarles a los
hombres, de ninguna manera, y
especialmente sobre cuestiones y
argumentos religiosos.
183 Pero, oh, hermanos, ¿podrían Uds.
mantenerla callada? Es como una—una
casa incendiada, en un clima seco y de
mucho viento. Uds. no podrían detenerla.
Ella dijo: “Vengan, vean a un Hombre, Él
me dijo las cosas que yo he hecho. ¿No
será este el mismísimo Mesías?” Miren, yo
tengo…

73
63-0802 Perseverante

Ya estoy terminando. Sencillamente tengo


que terminar.
184 Hace como cuatro o cinco años, yo vi
una visión, para enviarme a México. Uds.
que reciben la Voz de los Hombres de
Negocio… Vean, antes que Uds. puedan
imprimir cualquier cosa, Uds. tienen que
ser capaces de respaldarlo. Miren, Uds.
pueden decirlo, pero no lo impriman a
menos que puedan respaldarlo, porque
entonces ya es algo impreso. Yo estaba
teniendo…
185 Yo entré a base de unas cuerdas, por
la parte trasera del lugar, el lugar donde
estábamos, estamos teniendo como diez
mil por noche, conversiones a Cristo. Y
entonces cuando miré, Billy vino a mí y me
dijo: “Papá, ¿puedes ver todo ese alboroto,
allá del otro lado, como a unas ciento
cincuenta yardas?” Dijo: “Eso es una sola
mujercita”. Él dijo: “Ella no es más grande
que una barra de jabón, casi… muy

74
63-0802 Perseverante

pequeñita”. Dijo: “Ella tiene un bebé


muerto bajo el brazo”. Y dijo…
186 Yo llamaba al hombre Mañana,
“tomorrow”, pues era tan lento, el que
venía a buscarme. Él debía buscarme a las
siete en punto, y me buscaba a las nueve. Y
yo caminando de un lado a otro.
187 Y él había repartido todas las tarjetas
de oración, y no tenía más. Yo sólo le había
dado como quince o veinte, por noche,
porque esas eran todas las que podía
llamar. Pues, si Ud. les da a ellos una
tarjeta, ellos—ellos no entienden como
uno, uno no puede hablarles. Así que ellos
estaban—ellos estaban simplemente… Yo
les di como unas diez o quince, lo que haya
sido, y eso era todo lo que yo había
repartido. Bueno, ellos no tenían más
tarjetas de oración.
188 Y dijo: “Ella no logró entrar con ese
bebé, y no recibió ninguna tarjeta de
oración”. Y dijo: “Oh, nosotros tenemos
como ciento cincuenta, doscientos ujieres,
75
63-0802 Perseverante

o quizás más, parados allá, y ellos no


pueden detener a esa mujercita. Ella se
mete por debajo de las piernas de ellos,
por encima de sus espaldas, y todo lo
demás. Ella tiene ese bebé muerto”. Ella
había visto a ese hombre ciego la noche
anterior, recibir su vista, así que ella dijo
que quería entrar.
189 Yo dije, y dije, yo dije: “Billy, yo—yo
no puedo evitarlo”. Yo estaba hablando.
190 Yo dije: “Hermano Jack Moore”, dije,
“vaya allá. Ella no sabe quién soy yo”. Ellos
jamás podrían verme, estando allá atrás
bien afuera de esa manera. Y yo dije: “Vaya
allá, vaya y ore por el bebé, y ella pensará
que soy yo, y eso lo concluirá”.
191 Él dijo entonces: “Está bien, hermano
Branham”. Y salió hacia allá.
192 Y yo me volteé, y dije: “Miren, como
estaba diciendo, fe es la…” Yo miré allí
frente a mí, y allí estaba un bebecito
mexicano sentado en medio del aire allí,

76
63-0802 Perseverante

riéndose, sin dientes, era como un


bebecito de pecho. Y yo miré de nuevo.
193 El hermano Espinoza, muchos de Uds.
conocen al hermano Espinoza, dijo: “¿Qué
sucede?”
194 Yo dije: “Veo una visión”. Dije:
“Espere un momento, hermano Moore”.
Todos Uds. conocen a Jack Moore, estoy
seguro, Uds. hombres de negocio. Yo dije:
“Espere un momento, hermano Moore. Un
momento. Billy, ve y trae a la mujer aquí”.
Dijo: “Papá, es que ella no tiene una tarjeta
de oración”. Yo dije: “Eso no importa;
tráela aquí”.
195 Y, ella, ellos la dejaron pasar. Ahí
venía una mujercita muy bonita, y su… La
lluvia… estaba lloviendo, y había estado
lloviendo toda la tarde, y esa gente estaba
parada allí. Y su—su hermoso cabello le
colgaba por los lados, y su cara, estaba
toda mojada. Y ella estaba llorando, y—y
las lágrimas le bajaban por sus mejillas. Y
ella vino corriendo allí, empapada, y tenía
77
63-0802 Perseverante

una cobijita azul envuelta alrededor de un


cuerpecito, y ella lo estaba cargando de
esta manera. Y ella cayó sobre sus rodillas y
empezó a clamar algo: “¡Padre, padre!”
196 Y yo la agarré, le dije: “Póngase de
pie”. El hermano Espinoza le dijo. Y ella
tenía al bebecito de esa manera,
sosteniéndolo enfrente, igual como yo
sostendría ese pañuelo, sólo que lo tenía
cargado en sus brazos de esta manera.
197 Y yo dije: “Padre Celestial, yo no sé si
éste es el bebé o no. Yo acabo de ver a un
bebecito, y estoy pensando que quizás era
éste, siendo que esto sucedió de la
manera en que sucedió. Yo—yo pongo mis
manos sobre él y pido que la vida regrese,
en el Nombre del Señor Jesús”. Y el
bebecito soltó una patadita, y empezó a
gritar tan fuerte como podía. ¿Ven?
198 Y yo dije: “Hermano Espinoza, no diga
Ud. nada de eso ahora. No le diga eso a los
hombres de negocio, ni a ninguno de ellos,

78
63-0802 Perseverante

hasta que Ud. obtenga una declaración


firmada de parte de su doctor”.
199 Y el doctor firmó esta declaración,
que: “el bebé murió de pulmonía” en su
consultorio “esa mañana a las nueve”, y ya
eran casi las once de la noche, había
estado muerto todo ese tiempo.
200 ¿Por qué? Porque ella fue
persistente. Ella creyó que si Dios pudo
darle la vista a un ciego, Dios podía darle la
vida al bebé; porque el mismo Dios que le
dio la vista al ciego, le dio la vida al bebé.
¿Por qué? Porque ella fue perseverante.
Trescientos ujieres ni nada podían
detenerla. Ella estaba decidida, porque
algo se había anclado.
201 Ella no había visto ninguna de estas
cosas que todos Uds. ven. Lo único es que,
ese día, un hombre ciego que vivía calle
abajo de donde ella estaba, había recibido
su vista; había estado ciego como por diez
años, con glaucoma en sus ojos. Y ese día,

79
63-0802 Perseverante

él andaba caminando por la calle, llorando,


moviendo sus manos, y ella lo vio.
202 Y su bebé murió. Ella sacó al bebé del
consultorio del doctor y se fue. Se mantuvo
parada en esa lluvia todo el día, esperando
la oportunidad. Y aunque no recibió una
tarjeta de oración, sin embargo fue
persistente. Ella no sabía nada; era una
católica romana. Lo único que sabía era
que tenía que llegar a cierto hombre.
203 Miren, Uds. tienen mejor
conocimiento que ese. No es al hombre
que Ud. llega. Es a Cristo que Ud. llega. Es
al Señor Jesucristo que Ud. llega. Toda su
fe estaba en su sacerdote, porque él era un
dios para ella. Pero esta noche ningún
hombre es el dios suyo sino Jesucristo, y Él
está aquí, el mismo ayer, y hoy, y por los
siglos. ¡Aleluya!
Seamos persistentes, mientras inclinamos
nuestros rostros.
204 Señor Jesús, yo te ruego que nos
ayudes ahora. Sólo una palabra o dos de
80
63-0802 Perseverante

parte Tuya, Señor, debiera hacer algo por


estas personas. Yo te ruego, Señor. Siendo
que Tú prometiste que en los últimos días
Tú harías estas cosas, las obras que Tú
hiciste cuando estuviste aquí en la tierra,
que eso se repetiría nuevamente, y diste
las instrucciones de eso a través de las
Escrituras; como, por ejemplo, Sodoma y
diferentes lugares, y vemos en el Libro de
Apocalipsis, en la Edad de Laodicea… Y,
¡oh, cómo es que Tú hiciste la promesa, y
dijiste que eras “el mismo ayer, y hoy, y
por los siglos!” Y nosotros vemos eso por
medio de fotografías, cuando el ojo
mecánico de la cámara captará misterios
en estos últimos días, los cuales el hombre
no puede explicar. Dios, concede que
hombres y mujeres, esta noche, que están
enfermos y sufriendo, aquí, que ellos sean
persistentes y lleguen al Señor Jesús en
esta hora, y se vayan a casa regocijándose,
sanados. Lo pedimos en Su Nombre y para
Su gloria. Amén.
81
63-0802 Perseverante

205 Miren, aún estoy atrasado. Pero estoy


pensando esto: “Que esta quizás sea la
última reunión que tengamos juntos.
Quizás no vuelva a verlos. Uds. quizás no
vuelvan a verme a mí hasta que crucemos
el río”. Y tal vez todos nosotros crucemos
antes de la mañana.
206 Recuerden, esta nación ha sido
pesada en la balanza. Llegaremos a eso
cuando empiece a predicar, ¿ven? Noten,
nosotros no sabemos cuándo será.
207 Así que… En una ocasión, Pablo
predicó toda la noche, este mismo
Evangelio. Y el Señor honró Su Palabra,
cuando un hombrecito cayó muerto, como
cayó el hermano Way el otro día. Él está
sentado aquí mismo frente a mí ahora.
Pablo puso su cuerpo sobre este
muchacho, y su vida volvió a él. De esa
misma manera sucedió con el hermano
Way. Eso muestra que el mismo Dios, por
medio de la misma Palabra, por medio del
mismo Espíritu, hace la misma cosa. Él es el
82
63-0802 Perseverante

mismo ayer, hoy, y por los siglos. Entonces,


si Él está aquí…
208 Ahora miren, no hay ningún hombre
que pueda sanarlos a Uds., porque Uds. ya
están sanos. Algo tiene que suceder en
Uds., que les diga que es para Uds., y
entonces sean persistentes.
209 Veamos, ¿cuáles fueron esas tarjetas
que repartimos, eran las A, las A? Oh, ¿Ud.
acaba de repartir el resto de las A? Muy
bien. ¿Dónde comenzamos, con las uno,
no es cierto? Nosotros comenzamos,
tuvimos quince, creo que era, de la uno a la
quince, de la uno a la quince.
210 Empecemos por allí de otra parte, y
comencemos desde la setenta y cinco,
ochenta, noventa. Vayamos a la noventa,
de la setenta y cinco a la noventa. Así
escoger un grupo, y comenzar de allí, y ver
cómo vamos avanzando con eso.
Comenzamos allí. Veremos si podemos
orar por todos los que nos sea posible. Que
las tarjetas de oración desde la setenta y
83
63-0802 Perseverante

cinco hasta la noventa se pongan de pie


primero. Eso nos dará quince para
comenzar. Veremos lo que el Espíritu Santo
guía. Tráiganlos aquí a la derecha, por
favor, de la quince hasta la noventa…
211 O esperen, discúlpenme. ¿Qué dije?
[El hermano Vayle dice: “De la setenta y
cinco hasta la noventa”.—Ed.] Setenta y
cinco hasta noventa. [“Dieciséis de ellos”.]
Habrá dieciséis, sí, setenta y cinco hasta
noventa. Eso será dieciséis personas. Muy
bien, Ud. ayúdeme, hermano Vayle. Ahora,
si… [“Están viniendo”.] Ellos están allí. Si
ellos no pueden levantarse, pues,
encárguese de que ellos obtengan ayuda
allí abajo. Muy bien, hermano Vayle, por
favor. Ahora quiero…
212 ¿Cuántos hay aquí que no tienen
tarjetas de oración, y Uds. quieren, saben
que Jesucristo los puede sanar? Levanten
su mano y digan: “Yo—yo quiero aceptarlo.
Yo—yo lo creo”. [El hermano Branham
hace una pausa— Ed.] Oh, no tendremos
84
63-0802 Perseverante

que esperar por Su Espíritu, ya vi que Él


tocó a alguien allí mismo en la audiencia.
Amén.
213 [El hermano Vayle dice: “Faltan
cuatro”.—Ed.] Faltan cuatro tarjetas, entre
la setenta y cinco y la noventa. [“Ya están
entrando”.] Muy bien.
214 ¿Cuántos allá en la audiencia, cuántos
allá en la parte de atrás, creen, bien atrás
hacia la parte de atrás, allá arriba en los
balcones, alrededor? Sólo diga: “Yo creo”.
Alce su mano y diga: “Yo creo”. Muy bien,
eso es. Eso es bueno. Miren, si Jesucristo…
215 Mientras estoy pensando aquí, estoy
esperando para ver si esto en realidad va a
surtir efecto sobre esta persona, o no.
Alguien fue tocado en ese instante. Yo lo vi
suceder. Nunca en mi vida había visto a la
persona. Pero yo los miré directamente, yo
lo vi suceder, y vi que la persona fue tocada
por el Espíritu Santo. Yo pudiera hacer
que esa persona se ponga de pié ahora
mismo, y probar que es la verdad, (amén),
85
63-0802 Perseverante

antes que la línea aun empiece. Ella


todavía está orando, se puso el pañuelo en
la boca, sentada justo allá atrás. Ella tiene
problemas de la columna. Eso es correcto.
Está sentada justo… Sí. Ése es su esposo, el
que levantó la mano. Escuche, yo soy un
desconocido para todos Uds., ¿es correcto
eso? ¿Cree Ud. que yo soy Su profeta? Su
problema de la columna le va a dejar.
216 Y escuche, a propósito, el hombre
que tiene su mano alzada, siendo que el
Espíritu Santo lo tocó a Ud.; cuando yo le
hablé a su esposa, el Espíritu Santo lo tocó
a Ud. Y Ud. tiene algo mal con Ud., un
crecimiento en el brazo. Crea, y eso le
dejará. ¡Gloria a Dios!
217 Pregúntenle a esas personas si alguna
vez los había visto en mi vida, que yo sepa.
Ellos son desconocidos. Pero ¿qué? La fe se
está moviendo, y el poder del Espíritu
Santo. ¿Creen Uds.? [La congregación dice:
“Amén”.—Ed.] Amén.

86
63-0802 Perseverante

218 ¿Habla Ud. inglés? Dese la vuelta y


dígale a esa muchachita, ella no sabe
hablar español… no sabe hablar inglés, allí
atrás. Ella tiene algo mal con su pecho.
Voltéese y dígale. Jesucristo la sanó,
hermana. Ajá. Sí. Ella ni siquiera podía
hablar inglés. Yo la vi hablando español.
219 Ahora tocó a otra dama, sentada
frente a ella, muy emocionada, y ella no
sabe hablar inglés. Ella es hispana, y tiene
algo mal con su estómago, sentada
enfrente. Crea de todo corazón, su
problema estomacal le dejará, y Ud. puede
irse a casa y estar bien. Amén. Dios es el
sanador.
220 ¿Lo ven tocarla? Ellos tuvieron que
decirle a ella, en inglés, antes que ella se
diera cuenta. Ella no entiende inglés. Miren
eso, ¡gente que ni siquiera sabe hablar
inglés! Pero sólo con lo que ellos están
viendo, ellos—ellos pueden presumir y
sentir al Espíritu, aun cuando ellos ni
siquiera pueden oír.
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63-0802 Perseverante

¡Vergüenza debería darles a Uds.!


221 ¡Gloria a Dios! Yo no había visto eso
acontecer todavía. Amén. Pregúntenle a
esa gente. Pues, yo ni siquiera puedo
hablar el idioma de ellos. Pero, ¿ven Uds.?,
eso prueba que Uds. no tienen que estar
en esta línea de oración. ¿Es correcto eso?
[La congregación dice: “Amén”.—Ed.]
¿Creen Uds.?
222 ¿Por qué dijo Ud. “amén”, sentada
justo allí? ¿Cree Ud. que ese problema de
sinusitis le va a dejar? ¿Lo cree? Póngase
de pie. Le deja.
223 Vean, ella puede oírme, lo que yo
estoy diciendo; estos no pudieron. Ahora
díganme que eso no es Dios. Amén y amén.
¿Por qué no pueden Uds. ser persistentes,
si esas personas que no entienden palabra,
una sola palabra de inglés, hacen el
esfuerzo? Ellos eran de otra nación. Pero
Dios hizo eso, yo creo, porque yo
prediqué eso hace unos momentos: “Una
griega, de otra nación”. Ella fue
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63-0802 Perseverante

persistente. Obsérvenlos, vean lo que


sucede.
224 ¿Es ésta la dama aquí? ¿Cómo está
Ud.? Somos desconocidos uno al otro.
¿Cree Ud. que Jesucristo está presente?
Sanarla a Ud., yo no podría. Yo no tengo
ningún—ningún poder para sanar. Yo
tengo autoridad cuando la recibo de parte
de Dios, para pronunciar algo que Dios ha
hecho. ¿Ven?
225 Es igual que Sansón, mientras que él
podía sentir esas guedejas colgando
alrededor, todo estaba bien. Cuando yo lo
veo a Él moviéndose entre nosotros de
esta manera, yo sé que Él está aquí. ¿Uds.
no? [La congregación dice: “Amén”.—Ed.]
226 Yo la veo a Ud. vomitando. Ud. está
teniendo vómitos. Está preocupada por su
sobrepeso. Luego, Ud. tiene un crecimiento
en su cuerpo, debajo de su costilla. Eso es
correcto. Le costó bastante venir hasta
aquí, ¿no es así? ¿Por qué dije yo: “Venir
hasta aquí”? Porque Ud. viene del—del
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63-0802 Perseverante

suroeste de aquí. Ud. ha venido desde


Missouri. [La hermana dice: “Sí”.— Ed.]
Regrese, Jesucristo le sana. Eso es Él.
227 Otra mujer, otra mujer de color, no la
conozco, nunca la había visto. Pero ella
está… Hay alguien viniendo aquí, otro, otra
raza viniendo a otra, raza blanca y de color.
Todos nosotros somos de una sola sangre.
¿Cree Ud. que el Hijo de Dios se levantó de
los muertos, y que Él comisionó a Su Iglesia
para que hiciera la misma cosa que Él hizo?
¿Cree Ud. eso? Esa iglesia no puede morir.
“Sobre esta roca edificaré Mi Iglesia, y las
puertas del infierno no prevalecerán contra
ella”. ¿Qué fue eso? Revelación espiritual.
Si Dios me puede revelar, por medio de Su
Espíritu, el motivo por el cual Ud. está
parada aquí, y lo que está mal con Ud.,
igual que Él le dijo a esa mujer junto al
pozo, eso lo hace a Él el mismo, porque
Ud. está… nosotros dos somos seres
humanos. ¿Es correcto eso?

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63-0802 Perseverante

228 Mire, Ud. está muy nerviosa por algo.


Ud. está preocupada. Su mente está toda
nerviosa. Le han dicho algo que la tiene
alarmada, y eso es que Ud. tiene un tumor,
y el tumor está en su cabeza. Eso es
correcto. Y Ud. está—Ud. está lista para ser
operada, pero ellos están un poco
temerosos al respecto, porque Ud. tiene
una debilidad en su corazón, y ellos tienen
temor de efectuar la operación por causa
de la debilidad de su corazón. Jesucristo
fortalece su corazón. ¿Le cree Ud.?
Entonces sea persistente. Siga, siga. Vaya y
crea, y Ud. se pondrá bien. Dios la bendiga.
229 ¿Cómo está Ud.? Otro hombre, yo no
lo conozco. Yo lo vi a él hace un rato,
cuando subí a la plataforma, creo que
estaba sentado aquí arriba. Es la primera
vez que yo lo veo a Ud. en mi vida, hasta
donde sé. Muy bien. Mire, Ud. está aquí
por alguna razón. Si yo y este Espíritu que
está sobre mí, esa Columna de Fuego y
Luz, y demás, que ha sido tomada, si
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63-0802 Perseverante

eso es de Jesucristo, dará testimonio de la


Palabra; si no, entonces no es de Cristo. [El
hermano dice: “Correcto”.—Ed.] Pero Ud.
está convencido que sí es. [“Sí”.] Y Ud.
está… Y Ud. está padeciendo de una
condición nerviosa, hemorroides que le
están molestando. Y Ud. está tratando de
entrevistarse conmigo [“Sí”.] sobre algo
especial. [“Sí”.] Es una condición espiritual.
[“Sí”.] Ud. es un ministro. [“Sí. Sí”.] Y es con
respecto a su iglesia. [“Sí”.]
230 Yo oí eso venir de Uds. Dejen de
pensar eso. “Ud. dice que él es un ministro
porque él estaba sentado en esta
plataforma”.
231 Ud. sabe que yo no lo conozco a Ud.,
¿no es cierto? [El hermano dice: “Eso es
correcto”.—Ed.] ¿Cree Ud. que yo soy Su
profeta? [“Sí. Amén. Yo creo”.] Entonces,
reverendo Donaldson, puede volver a casa,
y crea, y Ud. sanará y todo estará bien para
Ud. Dios le bendiga, pastor. “Si puedes
creer, todas las cosas son posibles”.
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63-0802 Perseverante

232 ¿Cree Ud.? ¿Cree Ud. que yo soy Su


siervo? [La hermana dice: “Amén”.—Ed.]
¿Ud. sabe que yo no puedo hacer estas
cosas? [“Eso es correcto. ¡Gloria!”] Pero
¿Ud. cree que Él las está haciendo, que es
Él haciéndolas? [“Eso es correcto”.] ¿Lo
cree?
233 Eso es correcto, si Uds. sólo—sólo
ahora por esta vez, por favor, sean
persistentes, no dejen que nada les
estorbe. Hagan el esfuerzo. ¿No ven Uds.
que es Él? ¿No saben que eso es Él? [La
congregación dice: “Amén”.—Ed.]
234 Vean, Él no se identificaría a Sí mismo
como algún gran teólogo, que Él no era. Él
no se presentaría a Sí mismo como un—un
político de iglesia, pues Él no lo era. Él era
Dios hecho carne. Dios es la Palabra, y la
Palabra es un Discernidor de los
pensamientos del corazón, el mismo ayer,
hoy, y por los siglos. ¿No pueden Uds. ver
que es Él? ¿Cómo podría yo… una persona
pobre e ignorante como yo, con una
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63-0802 Perseverante

educación de escuela primaria? Y no


importa si yo tuviera muchísima educación,
uno todavía no podría hacer eso. Es una
paradoja. ¿Qué es? Es el poder de Dios.
¿No lo pueden ver Uds., amigos? ¿No
pueden Uds. apartar esa corteza?
235 Aquí está una mujer. Miren aquí. Yo
nunca había visto a esa mujer. Aquí está la
Biblia puesta delante de mí, yo no había
visto a esa mujer en mi vida, hasta donde
sé. Pero, su vida, ella no podría esconderla.
Correcto. [La hermana dice: “¡Oh,
aleluya!”—Ed.] Miren, no es porque ella
esté diciendo “aleluya”, los hipócritas
pueden decir eso, pero la mujer es una
Cristiana. Ella es una creyente. [“¡Oh,
aleluya!”]
236 Y si yo le digo a Ud., por la gracia de
Dios, sintiendo las siete guedejas de
Sansón, cuál es su problema, ¿me creerá
Ud.? ¿Creerá la audiencia? ¿Creería cada
uno de Uds.? [La congregación dice:
“Amén”.] Ella sabrá si es correcto o no.
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63-0802 Perseverante

237 En primer lugar, Ud. está padeciendo


de alta presión sanguínea. Ud. también
tiene diabetes. Ud. tiene una condición
nerviosa, y tiene algo mal en la cabeza. Es
un examen. Ud. tiene un tumor, eso es
exactamente, en la cabeza. Y Ud. sabe que
es muerte a menos que Dios la toque, o
algo. ¿Es correcto eso? Que el Dios del
Cielo, el cual está presente ahora mismo…
Venga aquí, permítame poner mis
manos sobre Ud. “Yo condeno a este
diablo. En el Nombre de Jesucristo, que se
vaya”. Dios la bendiga. Puede irse,
regocijándose ahora. Amén.
238 ¿Creen Uds.? Dicen: “Ud. la estaba
mirando a ella directo al rostro”. Uno no
tiene que mirarla en el rostro. Miren aquí,
yo no he mirado a esta mujer en el rostro.
Ahora, Uds. dicen: “Ella es pesada”. Eso es
correcto. “Es la tiroides”. Eso es correcto.
Pero eso no es, eso no es por lo que ella
quiere que se ore por ella.

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63-0802 Perseverante

239 Ella tiene un problema femenino, un


flujo por lo cual quiere que se ore por ella.
¿Es correcto eso, señora? [La hermana
dice: “¡Sí, aleluya!”—Ed.] Eso la ha dejado a
Ud. ahora. Puede irse, y regocíjese,
diciendo: “Gracias, Señor”. Sólo crean.
240 Anemia. ¿Cree Ud. que Dios le puede
sanar? Diga: “Gracias, Jesús amado”. Puede
irse, diciendo: “Alabado sea Dios”, y crea.
241 Luce bien y fuerte. ¿Cree Ud. que
Dios puede sanar ese problema estomacal,
ponerlo bien? Vaya y coma. Jesucristo le
sanará.
242 Si Cristo no la toca, Ud. debe morir, y
Ud. sabe eso. Sí, señor. Pero Dios puede
quitar todo demonio de cáncer, Él puede
matar esa cosa, y sanarla.
¿Ud. lo cree? [La hermana dice: “Sí”.—Ed.]
Vaya y créalo. En el Nombre de Jesucristo,
Ud. puede irse y ser sanada.
243 Ud. no camina como que la tiene, en
este momento, pero Ud. tiene artritis.
También tiene un pequeño problema con
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63-0802 Perseverante

el corazón, algo sofocante alrededor del


corazón. Jesucristo le sana, si Ud. lo cree.
¿Cree? Regocíjese, diciendo: “Gracias,
Señor”, y sea sanada.
244 ¿Cree Ud. que Dios puede sanar su
espalda y ponerla bien? [La hermana dice:
“Amén”.—Ed.] Muy bien, puede irse,
diciendo: “Gracias, Señor Jesús”. Sí. Eso es
correcto.
245 ¿Cree Ud. que Dios puede quitarle
eso, darle una transfusión de sangre, y
quitarle ese azúcar y hacerle una persona
realmente nueva? ¿Lo cree? Dios le
bendiga. Puede irse, regocijándose,
diciendo: “Gracias, Señor. Yo creo”.
246 ¿Cree Ud. que Dios puede quitarle
ese tumor y sanarla? [La hermana dice:
“Sí”.—Ed.] Siga adelante, regocíjese.
247 Dios puede sanar su artritis y
enderezarla otra vez, sanarla. ¿Ud. lo cree?
Puede irse, regocijándose, y crea.
248 ¿Cree Ud. que yo soy Su profeta? Yo
no la conozco a Ud.; Dios sí la conoce. Ud.
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63-0802 Perseverante

está enferma, Ud. misma. Pero su mayor


interés es alguien más, dos personas
enfermas, muy enfermas, muriendo de
cáncer. Crea con todo su corazón. Tómelas
a ellas, póngales esto encima, crea y no
dude. Ellas sanarán, si Ud. lo cree. Tenga
fe.
249 Muy bien, señor. Yo creo que Ud. es
uno de los ministros que estaba sentado
aquí en la plataforma. En cuanto a
conocerlo a Ud., yo no lo conozco.
Jesucristo conoce su corazón. Él sabe lo
que está en el hombre. ¿Cree Ud. eso? [El
hermano dice: “Sí, señor”.—Ed.] Si Dios me
dice cuál es su problema, entonces ¿está
Ud. listo? [“Sí”.] Sí.
250 Uds. ministros conocen a este
hombre, creo yo. [Alguien dice: “Es el
hermano Turner”.—Ed.] Sí. Muy bien, Uds.
lo conocen.
251 Muy bien, la cosa de ello es, que Ud.
está realmente…el problema es, que Ud.
está sufriendo de una crisis nerviosa. Ud.
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63-0802 Perseverante

está teniendo algunos desajustes en su


mente. Es opresión de satanás. Esto ha
estado ocurriendo por algún tiempo. Ha
causado que su cuerpo se debilite. Su
corazón está débil. Ud. está en una
condición muy mala. Y a raíz de esto toda
su familia está al borde de deshacerse.
Señor, Ud. ha estado esperando por una
palabra, ¿no es así? [El hermano dice:
“Sí”.—Ed.] ¿Acepta Ud. mi palabra? [“Sí,
señor”.] Entonces, en el Nombre de
Jesucristo, yo lo envío a Ud. a casa para
que esté bien. ¡Que ese diablo salga!
252 [La congregación se regocija—Ed.]
¿Están Uds. creyendo? [“Amén”.]
¿Creen Uds.? [“Amén”.]
253 Ahora pongan sus manos unos sobre
otros. Ahora quiero que oren conmigo.
254 Señor Jesús, Tu gran Presencia
Divina, no hay nadie que pudiera dudar.
Todos saben que Tú estás aquí. Pero ellos
saben que eres Tú, ahora permíteles ser
persistentes. Permite que éstos, Señor,
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63-0802 Perseverante

que… Estos milagros, toda una fila llena de


ellos, dieciséis aquí en la fila, y un grupo
allá en la audiencia, por encima de todo lo
que cualquier hombre sobre la tierra
pudiera hacer, él mismo. Ningún hombre
terrenal aquí pudiera hacer estas cosas a
menos que Dios esté aquí. Nosotros lo
sabemos. ¡Cuán perfecto, cuán exacto! Yo
te ruego, Padre, que permitas que la gente
vea esto, y permite que ellos sean
persistentes ahora. Ellos tienen sus manos
los unos sobre los otros, y en sus corazones
está pulsando muy bien la Sangre real de
Jesucristo, por fe, atrayendo el uno del
otro.
255 Y ahora, Señor, oye la oración de Tu
siervo. Como Tu siervo, yo condeno toda
enfermedad, toda dolencia que está en la
Presencia Divina del Cristo resucitado. Que
el diablo los suelte. Que cada soldado,
ahora con su espada cruzada contra la
duda de satanás, y con fe persistente, se
levante y presione la espada hasta que
100
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penetre a lo más profundo del diablo y lo


corra por completo. Concédelo, en el
Nombre de Jesucristo.
256 Si Uds. lo creen, si lo aceptan,
todos son sanos. Créanlo, en el Nombre
de Jesucristo.

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