Sobre La Genesis de La Calatayud Islámica

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SOBRE LA GENESIS DE LA CALATAYUD ISLAMICA

Juan A. Souto

Pocas ocasiones habrá tan oportunas y felices como un homenaje al


Profesor Ubieto para presentar un trabajo donde coincidan el magisterio
del homenajeado y nuestra dedicación a los temas históricos andalusies.
Tal conjunción se da en el presente op ŭsculo, basado en algunos aspectos
de nuestra Tesis de Licenciatura, dirigida por el Dr. Ubieto l . En él nos
ocuparemos de un problema todavía no resuelto por la abundante histo-
riografía de Calatayud: el relativo a los orígenes de esa ciudad. Aportaremos
aquí, pues, unas cuantas líneas en las que más que proponer soluciones
definitivas, que no las hay de momento, se planteará una vez más lo im-
probable de cierta idea que ha hecho fortuna entre numerosos historiadores,
la fundación de Calatayud por Ayy ŭb b. klabib al-Lajmi en 716 —lo cual
la convertiría en la más antigua ciudad hispano-musulmana de nueva fun-
dación—; y se aportarán en bloque los ŭnicos datos válidos para el cono-
cimiento de las fechas más remotas a que es posible referir la población
objeto de nuestro estudio.

Los orígenes de Calatayud no están del todo claros. Es evidente que


esta ciudad tiene muy poco que ver con la romana Bilbilis, distante de ella

SOUTO, J. A., EJ connotto fortificado musubnán de Calatayud (Zaragoza): hacia un estudio histárico-
arqueológico. Universidad de Zaragoza, 1983 (inédita).

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varios kilómetros y que para el siglo V J.C., o quizás antes, era ya «un
nŭ cleo poblacional residual» donde «el esquema urbano altoimperial debía
mantenerse en una ruina honrosa que denunciaba un pretérito mejor ya
ido»2 . Queda claro que se trata de dos asentamientos distintos y con enclaves
topográficos propios, aunque situados ambos en una estratégica encrucijada
de vías naturales, la principal de las cuales comunica la Meseta con el
Valle del Ebro y pone en realción a Córdoba y Toledo con Zaragoza
(figura 1), por lo que el lugar deviene clave para el control de su área y el
de las zonas a que conduce 3 . Por otra parte, los escasos restos visigodos
hallados en la comarca hasta el momento no proceden del casco urbano
de Calatayud4.
Una tradición historiográfica cuyo más antiguo exponente documen-
tado es Ximénez de Rada (1180-1247) atribuye la creación de Calatayud a
Ayyrib b. Habib, valí interino de al-Andalus en el ario 716 5 . El testimonio
de Ximénez de Rada es el siguiente:
(...) Et fertur uxorem regis Roderici nomine Egilonem sibi in conigem
assumpsisse; et ab uxore suasus more regum Gothorum sii imposuit diade-
ma, unde et Arabes Christianum putantes consilio Ayub Auenhabib, dum
in oratione persisteret, occiderunt. Regnauerat autem tribus annis et Ayub,
eo quod erat in secta Mahometi prudentissimus, in regni solio subrogarunt.
Et ab isto dicitur Calatayub fuisse hedificata, et iste curiam Arabum ab
Hispali transtulit et Cordube instaurabit6.

De este testimonio se harían eco historiadores posteriores, bien acu-


diendo directamente a él, bien tomándolo unos de otros sucesivamente.
Quien más influencia tuvo sobre la historiografía ulterior fue sin duda
Zurita:
(...) Fue poblado este lugar segŭn se escribe en la historia de los árabes
en el mismo tiempo que los moros se apoderaron de España; y su poblador
fue Ayub, el que volvió la silla real de los árabes a la ciudad de Córdoba7.

2 MARTIN BUENO, M., «La investigación arqueológica en el Jalón medio: estado de la cuestión», I
Encuentro de Estudios Bilbilitanos, I, en Papeles Bilbilitanos, s. n., 1982, p. 23.
3 Sobre el carácter de <dlave de caminos» de Calatayud y su importancia histórica, v. GALINDO
ORTIZ DE LANDAZURI, M. C., Condiciones de existencia y nivel de vida de Calatayud, Zaragoza,
1980, passim.
4 V. MARTIN BUENO, M., «Nuevos restos visigodos en Calatayud», Estudios de Edad Media de
Corona de Aragón, IX, 1973, pp. 435-42, CABALLERO, L, «La fibula aquiliforme visigoda considerada
de Calatayud (Zaragoza), pero procedente de Espinosa de los Henares (Guadalajara). Museo Arqueológico
Nacional de Madrid», Papeles Bilbilitanos, s. n., 1981, pp. 47-50 y ESCO SAMPERIZ, J. C., «Restos de
época visigoda procedentes de Calatayud (Zaragoza)», Homenaje a D. Federico Balaguer Sánchez, Huesca,
1987, pp. 633-45, trabajo este último donde se estudian dos piezas cuya procedencia del casco urbano de
Calatayud no está plenamente garantizada.
5 Sobre el fugaz gobierno de este personaje, v. sobre todo BM-II, texto, p. 25; trad., pp. 33-4.
XIMENEZ DE RADA, R., Historia Arabum, ed. J. Lozano Sánchez, Sevilla, 1974, pp. 17-8.
ZURITA, J., Anales de la Corona de Aragón, ed. A Canellas López, Zaragoza, 1967, lib. I, cap.
XLV, p. 148. El subrayado de la cita es nuestro.

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El autor deja bien claro que extrajo su noticia de la Historia de Xi-


ménez de Rada. Merece la pena recordar las palabras de Martinez del
Villar, quien cita como fuente, entre otros, a Zurita. Dice el ilustre histo-
riador de Calatayud:
(Crux)Toma este Arcedianado su apellido de Calatayud, Ciudad ilustre,
y poblada en el mesmo tiempo que los Moros se apoderaron de Espafia: y
su poblador fue el Rey Ajub Abovalib, el que bolbio la silla Real de los
Arabes a Cordova: su fundación fue en el afio de setecientos y diez y nueve;
y como obra y hechura real, se le dio y puso el mismo nombre del Rey su
fundador8.
La historiografia de los siglos XVIII y XIX asiste a debates en pro y
en contra del ario 716 como lecha de creación de Calatayud. Hay autores
que jamás la aceptaron, como Masdeu 9 . Por lo que se refiere a Don Faus-
tino de Borbón y sus Cartas, más vale no hablar io . Al escribir acerca del
valiato de Ayyŭb, Conde introdujo una serie de noticias entre las que
figura la construcción de la ciudad que nos ocupa por dicho personaje.
Sus datos han de manejarse con suma cautela i 1 . Dozy utilizó y tradujo al

MARTINEZ DEL VILLAR, M., Tratado del Padronado, Antighedades, Govierno y Varones Ilustres
de la Ciudad de Calatayud y su Arcedianado, Zaragoza, 1598, 11 parte, § 1, p. 44.
9 «(...) De los arquitectos de aquella edad no tenemos más noticias sino las pocas que se sacan de
algunas lápidas, pues nuestros historiadores no cuidaron de nombrarlos, y si de alguno dixeran el nombre,
fue inventado por ellos mismos para afianzar alguna fábula; como sucede, por ejemplo, en la fundación
de Calatayud, atribuida desde los tiempos de Rodrigo Ximénez por la semejanza de los noMbres del moro
Ayud ó Haiub, que fue virrey en Andalucía en el año de setecientos y diez y siete» (MASDEU, J. F.,
Historia critica de España y de la cuhura española, XIII, Madrid, 1794, lib. II, p. 151).
10 En palabras de FUENTE, V. DE LA, Historia de la Siempre Augusta y Fidelísima Ciudad de
Calatayud, reed., Zaragoza, 1969, pp. 95-6 (1. 8 ed.: Zaragoza, 1880), Faustino de Borbán era «un falsario
y un embaidor». Sobre este curioso personaje, v. MANZANERES DE CIRRE, M., Arabistas españoles
del siglo XIX. Madrid, 1971, pp. 46-7.
CONDE, J. A., Historia de la dominacián de los árabes en España, I, Barcelona, 1844, pp. 85-6:
«Los caudillos y Muslimes principales tuvieron su consejo, y de com ŭ n acuerdo eligieron por wali o
gobernador interino al caudillo Ayub, primo hermano del desgraciado Abdelaziz, por su autoridad y
general concepto que le daba siempre el primer lugar entre todos los Muslimes de España. Mudá Ayub la
aduana y corte de los Arabes de Sevilla a Córdoba, por estar mas en lo interior para atender al gobierno
de las demás provincias de España. Ordenadas las cosas en Andalucia, partió con su hueste a visitar la
España oriental, y visitó de paso la ciudad de Toledo, y se detuvo en ella oyendo quejas y descargos de los
pueblos y de los gobernadores. Pasó los montes y entrá en Zaragoza, donde gobernaba Hanax ben
Abdala ben Amru ben Hantala ben Fehid ben Kenan ben Thalbe ben Abdala ben Thamir Asefei el
Senani, conquistador de Egipto, de Africa, de Almagreb y de España, en donde hizo grandes proezas,
compañero de Muza ben Noseir, habia construido una gran mezquita en Zaragoza: allí murió en ese
tiempo, y fue enterrado con mucha honra, y su sepulcro y el de Muza ben Ali ben Rebah están en un
mismo sitio á la puerta Alquibla á del mediodia, saliendo de la ciudad cerca del muro, y á lado de los
sepulcros de ambos está el de Abu Amer Ahmed ben Muhamad ben Derag. Mandó Ayub reparar las
ruinas de una antigua ciudad, y construyó en ella un fuerte que se Ilamó de su nombre Calat-Ayub. Pasó
a las ciudades del extremo de Afranc, y en esta expedición aseguró aquellas fronteras de los montes de
España oriental.»
Analicemos brevemenle este pasaje: en él hay tres series de datos: la primera consiste en aquellos de
cuya verosimilitud no hay duda, pues están bien documentados; la segunda comprende los que, si bien
están documentados, han de considerarse apócrifos; la tercera, por ŭltimo, es la de aquellos de los que no
figura referencia alguna en las fuentes árabes conservadas. A la primera serie corresponden la elección de
Ayyŭ b y el traslado de la capital de Sevilla a Cárdoba (v. n. 5); a la segunda, la estancia —de ninguna
manera gobiemo— de Hanat as-lan'ŭni, famoso titbir o sucesor de los seguidores del Profeta, en Zaragoza,

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francés datos relativos a Calatayud procedentes del volumen III del Muq-
tabis de Ibn Hayyán (988-1076), por entonces inédito 12 . Codera, por su
parte, afirmó que «el nombre de Castillo de Ayub (Calatayud) construido
cerca de la antigua Bilbilis, no sabemos cuando, ha sido considerado testi-
monio de la estancia de Ayub en estas regiones: por mi parte nada en-
cuentro en los autores árabes referente á Calat Ayub, y sospecho que
nada tenga que ver con este emir»". Don Vicente de La Fuente no llegó a
pronunciarse al respecto. Conocedor de las citas que Dozy hizo del ma-
nuscrito del Muqtabis, tuvo bien en cuenta sus datos 14 , y a la hora de
referise a la tradicional atribución fundadora a Ayy ŭb b. Habib, dice de
ella que «es tan inofensiva e insignificante, que no merece la pena de mo-
lestarse en sostenerla con calor, y como, por otra parte, los argumentos
son negtivos, y no se presenta documento en contrario, ni noticia de otro
origen ni de otra etimología, bien puede continuar, mientras no aparezcan
otras mejores»". Ya en el siglo XX", Séybold y Lévi-Provencal conside-
raron la fundación de Calatayud como obra de Ibn klabib n . El estado de
la cuestión debería haber cambiado a raíz de la publicación en 1937 del
volumen III del Muqtabis de Ibn Hayyán". No obstante, tan sólo Lévi-

la fundación de la mezquita aljama por este personaje y su muerte y sepultura en dicha ciudad junto con
dos compañeros (sobre estos aspectos y las leyendas zaragozanas con ellos relacionadas, v. BRAMON, D.
y SOUTO, J. A., «Las'maravillas de Zaragoza», AragOn en la Edad Media, VII, 1987, pp. 15-6); dentro de
la tercera serie se inscribe la estancia de Ayyrib en el Sarq al-Andalus, su paso por Toledo y Zaragoza, sus
campañas contra los francos y la fundación de Calatayud: sólo Ximénez de Rada documenta esto ŭ ltimo,
siendo la referencia de Conde la ŭ nica disponible de lo restante.
i,De dónde sacó Conde esos datos? El mismo aportó la lista de una serie de manuscritos árabes de su
propiedad que empleó para redactar su compendio histórico, manuscritos por desgracia desaparecidos en
su mayor parte, pero cuyo inventario se conoce. Se sabe además que allí donde los datos de esos manuscritos
no eran suficientes para dar cuenta de lo que pretendía relatar, utilizaba la Historia de Ximénez de Rada
y otros cronicones latinos. Segŭn sus detractores, Ilegó a inventar datos, aspecto este ŭltimo que hoy día
no puede asegurarse firmemente, aunque tampoco hay pruebas inequívocas de la fiabilidad historiográfica
de los citados manuscritos ni del uso más o menos acertado que de ellos hiciera (MANZANARES DE
CIRRE, M., Op. cit., pp. 49 y ss). En todo caso, el pasaje que hemos reproducido presenta una curiosa
combinación de noticias que Conde debió sacar de aquí y de allá para luego unir en busca de cierta
coherencia, siguiendo las directrices propias de su metodología personal. Ninguna de ellas puede probarse,
salvo la elección de Ayy ŭ b y el traslado capitalino, como ya se ha dicho.
12 «Mohammed commença donc par reconaitre Abderárne pour le chef de sa tribu, en lui recommandant
d'organiser ses homes et de les établir dans les villes de Calatayud et de Daroca, dont il avait fait réparer
les fortifications» (DOZY, R., Recherches sur l'histoire et la littérature de l'Espagne pendant le Moyen
Age, 3. a ed., Leiden, 1881 (1.. ed.: Leiden, 1849), reimp. Amsterdam, 1965, p. 216).
t3 CODERA Y ZAIDIN, F., «Dominación arábiga en la Frontera Superior desde el año 711 al 814»,
Discursos leidos ante la Real Academia de la Historia el día 20 de abril de 1879, Madrid, 1879, separata,
p. s.
El insigne historiador de Calatayud apuntaba que los muros de Calatayud ya existían al instalarse
en ella el Abdarrahmán citado por Dozy y del que se hablará más adelante, «puesto que, entonces, había
que repararlos» (Op. cit., p. 101). Al escribir la ŭltima palabra, cuyo subrayado es nuestro, de La Fuente
recogió la traducción francesa que Dozy hizo del verbo baná, del que nos ocuparemos más abajo: réparer.
V. nuestra nota 46.
15 FUENTE, V. DE LA, Op. cit., p. 97.
16 Por criterios estrictamente metodológicos no citaremos obras de carácter divulgativo.
V. la voz dedicada a Calatayud por Seybold en la Encyclopédie de l'Islam, 1. • ed.; y LEVI-
PROVENCAL, E., La Péninsule Ibérique au Moyen Age..., Leiden, 1938, n. 5 de la p. 195, citando
directamente el artículo de Seybold.
V. la referencia de MQ-III.

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SOBRE LA GENESIS DE LA CALATAYUD ISLAMICA

Provengal se hizo efectivo eco de sus datos hasta el punto de no decir


nada de Calatayud al referirse a al-Lajmí de 1950 en adelante I9 , pues Asín20,
Torres Balbás 21 y Bosch Vi1á 22 volvieron a hacer hincapié en la arraigada
tradición.
Veamos el testimonio de Ibn Hayyán23:

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.
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1.1.1-10

SOUTO, «Sobre la génesis de la Calatayud islámica».

La traducción de este pasaje es la siguiente:


Los Tuĵribies Barui 1-Muldifir, rebeldes en la zona de Zaragoza, y sus
comienzos

Dice:
El emir Muhammad b.`Abdarrahmán fue el primero en hacer señores-
clientes a estos Tujiibies, destacados en la Marca Superior, cuando le cau-
saron problemas los Banti Qasi, rebeldes en ella. Preparó contra ellos a

19 LEVI-PROVENçAL, E., España musulmana hasta la caída del califato de Cárdoba (711-1031 de
J. C.), en MENENDEZ PIDAL, R., dir., Historia de España, IV, Madrid, 1950, pp. 24-5 y V, Madrid,
1957, p. 35.
20 ASIN PALACIOS, M., Contribucián a la toponimia árabe de España, Madrid, 1940, s. v. «Cala-
tayud».
TORRES BALBAS, L, «Arte hispanomusulmán hasta la caída del califato de Córdoba», en ME-
NENDEZ PIDAL, R., dir., Op. Madrid, 1957, p. 414, donde recoge el citado artículo de Seybold
y los datos de Dozy en sus Recherches —v. n. 12—, a raíz de todo lo cual infiere que Calatayud fue
reconstruida por Muhammad I; e ID., «Ciudades hispanomusulmanas de nueva fundación», Etudes d'O-
rientalŭme dediées à la mémoire de Livi-Provenfal, II, París, 1962, pp. 783-4, donde no llega a conclusiones
nuevas.
22 BOSCH VILA, J., «Ral'at Ayyŭb», en Encyclopédie de l'Islam, 2.° ed., s. v.
MQ-111, p. 20.

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estos Tu9ibies, los invistió como señores-clientes, los reunió y dispuso como
vivienda para ellos la ciudad de Calatayud, en esa marca. La [re]construyé
para ellos, la fortificó e introdujo en ella a su caudillo y notable Abda-
rraltmán b. Abdal'aziz b. Abdalláh b. al-Muhá9ir at-Tu9ibi, lo nombró
oficialmente sobre sus gentes y ordené a éstas congregarse en torno a él.
[Relconstruyó para ellos la fortaleza de Daroca y otras, obsequiándoles con
dones y asignándoles suplementos por sus campañas (...). Esto tuvo lugar
en el año 261 / 16 octubre 874 — 5 octubre 87524.
En 1965 se publicó el texto árabe de los fragmentos relativos a al-
Andalus del Kitáb tansi al-ajblzr de (1002-86)25, y en 1966 apareció
la traducción de sus pasajes referentes a la Marca Superior26.
recoge dos citas sobre los hechos que comentamos. He aquí la primera de
ellas27:

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SOUTO, «Sobre la génesis de la Calataytud islámiea».

24La traducción aquí presentada ha sido hecha por nosotros. Hay publicada una versién castellana de
este volumen del Muqtabis entre los tomos XIII-XIV (1950) y XXXI-XXXII (1960) de los Cuadernos de
Historia de España. Su autor es J. Guráieb. El párrafo que interesa se encuentra en el t. XIV, 1950, p.
175. Dice así:
«Banŭ Al-MuhízPir, los Tufibles
«Fueron los señores de Zaragoza y su jurisdicción. Dijo: (sic) Era el emir Muhammad b. 'Abd Al-
Raltmán el primero que reunié las huestes de estos TuYibies que habitaban fuera de las altas fronteras,
cuando se rebelaron en su contra los Banú Qási que vivían hostiles a él cerca de sus límites. Formó con
ellos una fuerza regular, los alojó en la fortaleza de Ayi ŭb que limitaba con esos confines, fortificándola
para defenderse en ella. Nombró gobernador adalid y al notable entre ellos: 'Abd Al-Rahmán b. 'Abd Al-
'Aziz b. 'Abd Alláh b. Al-Muhájár Al-Tuýibi, el cual, una vez en posesión de su cargo, empezé a cumplir
y hacer cumplir la ley, asumiendo de este modo la jefatura suprema y dirigiendo a sus hombres con mano
de hierro. Para sus operaciones les edificó el emir el fuerte de Daroca y otros más. Les asignó subvenciones
y ayuda, y cada vez que salía en son de gazŭas se comunicaba con los Tu9ibtes, dándoles partes de sus
movimientos. (...).»
25V , la edición de TA.

26v . la traducción de TA.


27TA, texto, p. 41.

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SOBRE LA GENESIS DE LA CALATAYUD ISLAMICA

Cuya traducción es:


Muhammad ibn 'Abd al-Ralymän ibn 'Abd al-'Aziz ibn 'Abd al-Raiiman
ibn 'Abd Allãh ibn al-MuKaPir

Dijo Ahmad ibn Umar:


Se refiere que cuando los Banŭ Qasi se rebelaron contra el imarn
Muhammad [I] en la Marca de Zaragoza, Ilamó éste a los hijos de 'Abd al-
'Aziz al-Tu9ibi, reconstruyó para ellos Calatayud y dejó en ella a 'Abd al-
Rahmán ibn 'Abd al-'Aziz. Restauró también Somed, Daroca y Furti g, les
encargó de combatir a los Banú Qasi y los puso al frente de sus gentes,
dándole a cada uno [de los jefes] un regalo de cien dinares en cada cam-
paña28.
La segunda cita de es la siguiente29:
(r.:1411 .21A

X.! aL aJ U : 4551J1 .1~ 4:r! .1, 2 1 jt3 :

• 1.1.1 rLyi f t.2 1 ZL Jl15:‹

tj l jL51•1 11.-' 4J.3 i • or:%'-7-11 ..x!..?4/1 JC L 14-zi kY-15


• r.41 1.54 JI LL. Let.; J.5.1;

r Lyi tir j: 451 ji

u
SOUTO, «Sobre la génesis de la Calatayud islámica».

Su traducción es:
'Abd al-Ralymán ibn 'Abd

Dijo Ahmad ibn Umar:


Ahmad ibn Muhammad al-Rázi dice lo siguiente: Cuando se hizo ma-
nifiesta la hostilidad de los Ban ŭ Qasi en la Marca, en Zaragoza, en tiempos
del imian Muhammad [I], reconstruyó éste la ciudad de Calatayud y dejó
en ella a 'Abd al-Rahmán ibn 'Abd al-Tu9rIbi, en el año 248 / 7
marzo 862 — 23 febrero 863. Abd al-Rahmän estuvo continuamente ha-

trad., § 83. Adviértase que hemos consignado los signos diacríticos de los que el traductor
hubo de prescindir en su monaento por razoncs tipográficas.
29 1dem, texto, p. 49.

681
JUAN A. SOUTO

ciendo incursiones contra los Banfi Qasi y hostigándolos desde esta ciudad
hasta que falleció en el afio 277 / 25 abril 890 — 14 abril 891, en tiempos
del imárn Abd Alláh, a la edad de cincuenta y ocho años30.
Todavía después de 1965 hubo investigadores que insistieron en la
fundación de Calatayud en 716 31 . No lo han hecho así Glick 32 , Viguera33,
Ubieto 34 ni Vallvé 35 . Si hemos de proceder con un mínimo de cautela con
vistas a aclarar esta cuestión, es necesario comenzar por un análisis crítico
de esa tradición de la que no conocemos directamente testimonio alguno
anterior a Ximénez de Rada y de la que tanto cuesta a la historiografía
desprenderse: apunta el toledano «ab isto dicitur», luego no se trata de un
hecho documentado sino de uno que «se dice», que correría entonces de
boca en boca. Nada hay que decir de los dos citados historiadores rena-
centistas, cuyos datos ya se ve de donde salen. Y tras un lapso ambiguo,
los siglos XVIII y XIX, en el XX se vuelve a insistir en la tradición,
identificando siempre el antropotopónimo «Calatayud» (Qatat Ayyrtb)con
Ayyŭb b. Habib. ,Qué pruebas pueden aducirse para es identificación?
Nos tememos que ninguna, al menos ninguna válida y mínimamente sos-
tenible si se utilizan los datos disponibles de forma efectiva: ser gobernador
de al-Andalus y en sólo unos meses de mandato cambiar su sede adminis-
trativa de una ciudad a otra no son tareas que permitan un alejamiento
espacio-temporal tan grande como sería el necesario para personarse en
los confines de la futura Marca Superior y fundar en ellos una qata o
fortaleza, alejamiento y fundación que, recordémoslo, ninguna fuente árabe
disponible documenta. Mas bien deberíamos pensar en otro Ayyŭb distinto
de Ibn klabib y que en algŭn momento entre los días de la conquista y
862-3 estableció un fortín a orillas del Jalón. De cuándo dataría ese fortín,
cómo sería físicamente y dónde estaría su emplazamiento topográfico pre-
ciso son tres problemas pendientes de respuesta segura. En ŭltima instancia,
tampoco es indefectible el hecho de que el topónimo tagri «Qatat Ayyrib»
fuese desde el principio un compuesto de la voz qal'a + el onomástico
AyAb y no la arabización de otro preislámico36.

30 1dem, trad., § 117. Vale lo apuntado en la nota 28 acerca de los signos diacríticos.
3, CHEJNE, A. G., Muslim Spain. lts History and Culture, Minneapolis, 1974, p. 11, entre otros.
32GUCK, T. F., Islamic and Christian Spain in the Early Middle Ages, Princeton, N. Jersey, 1979,
pp. 61 y 116. El autor se limita a analizar el topónimo —Calatayud < Qatat Ayyŭb— sin entrar en la
cuestión de quién fue la persona que éste denomina.
33 VIGUERA, M. J., Aragón musulmán, Zaragoza, 1981, p. 25.
34 UBlETO ARTETA, A., Historia de Aragón. Los pueblos y los despoblados. I, Zaragoza, 1984, s. v.
«Calatayud».
35VALLVE, J., 1-a división territorial de la España musulmana, Madrid, 1986, p. 234.
36Según Lévi-Provernál, los nombres de persona que a menudo determinan el de qata —como en
Qatat Ayyttb, Qal'at Rabah, etc.— son casi siempre los de los fundadores del asentamiento en cuestión
(V. n. 11 de la p. 35 del vOl. V. de la Historia de Espaila dirigida por Menéndez Pidal). No obstante, este
fenómeno «puede representar la arabización de un nombre preexistente de fonética parecida» (VALLVE,
J., Op. cit., p. 234). Germán López Sampedro, en su contribución a la obra colectiva Calatayud y su
comarca, Madrid, 1983, señala la posibilidad de que «Calatayud» derive de una voz prerromana, hipótesis
sobre la que habría que profundizar.

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SOBRE LA GENESIS DE LA CALATAYUD ISLAMICA

Por el contrario, las citas de Ibn klayyán y procedentes de


una misma fuente —ar-Rázi— y cuyas variantes son muy ligeras y en
nada afectan el orden y contenido del mensaje que transmiten, son dignas
de crédito. Veamos:
Resulta de una gran verosimilitud el hecho de que para mantener a
raya un • caso de pertinaz rebeldía periférica 37 , Muhammad I optase por
concertar un pacto con el jefe patriarcal —caudillo y notable, zalm wa
waj>h, segŭn Ibn klayyán— de un clan (qawm) leal al poder central, hacerlo
su mustand o «serior-cliente», ponerlo oficialmente al frente de sus gentes
(aqada. la-hu alit qawmi-hi) y contratar sus servicios pagaderos mediante
dones (siMt) más un suplemento por camparia realizada —mddruf segŭn
Ibn klayyán, cien dinares segŭ n quien como vemos precisa más—,
estableciendo con ello todo un acto de investidura de carácter vasallático38.
La situación de dominio tu:Pibr creada por Muhammad I en Calatayud se
mantuvo de generación en generación hasta el período ãmiri ya que cada
uno de los sucesores del emir confirmó (sa.P.Pala) a los respectivos descen-
dientes de Abdarrahmán b. Abdal'aziz. Este tipo de reconocimiento es
un fenómeno bien estudiado 39 . Los refrendos en cuestión no se vieron
interrumpidos salvo entre 937 y 939-40, arios que van desde el momento
en que an-Násir se vio obligado a desmantelar la red defensiva que protegía
a Zaragoza para reducir al rebelde sdhib de ésta, Muhammad b. Hálm
at-Tuyibi, a quien sus parientes de Calatayud apoyaban, hasta que el mismo
califa renov6 su confianza en esa familia 49 . La situación fue similar en

37Concretamente la de los Ban ŭ Qasi, poderosa familia muladi. Sobre ella, v. CAÑADA JUSTE, A.,
«Los Banú Qasi (7I4-924)», Principe de Viana, 158-9, 1980, pp. 5-95 y VIGUERA, M. J., Op. cit, passim,
con un cuadro genealógico en la p. 64.
38 Los Tu9ibies eran una gran familia de abolengo yemení instalada en al-Andalus desde los primeros
tiempos de la conquista musulmana. La más reciente sintesis de los datos conocidos acerca de ellos puede
verse en VIGUERA, M. J., Op. cit., passim, en cuya p. 98 hay un cuadro genealógico de la estirpe en
cuestión. Sobre el qawm como infraestructura orgánica de la sociedad hispanomusulmana, v. GUICHARD,
P., Al-Andalus. Estructura antropológica de una sociedad istámica en Occidente. Barcelona, 1976, pp. 496
y ss., donde se utilizan, entre otros, los datos que presentamos en este trabajo. Sobre las relaciones entre
organización militar y organización tribal, v. Idem, pp. 332 y ss. El verbo istana'a, que emplea Ibn
Hayyán, expresa la acción de hacer a alguien cliente de uno a la vez que nombrarlo señor de otros. Se
refiere así a lo más parecido a las estructuras feudales en al-Andalus. V. CHALMETA, P., «jeudalismo
en al-Andalus?», en BARRAL, J. M., ed., Orientalia hispana sive studia F. M. Pareja octogenario dicata.
I, 1, Leiden, 1974, esp. pp. 188-9. Los comentarios personales del Dr. Chalmeta nos han sido muy ilustrativos
a este respecto.
39 CHALMETA, P., «Concesiones territoriales en al-Andalus (hasta la Ilegada de los almorávides)»,
Cuadernos de Historia; VI, 1975, pp. 1-90 e ID., «Concessions territoriales dans al-Andalus: données
inédites et rectifications», Proceedings of the Ninth Congress of the Union Européene des Arabisants et
Islamisants, Leiden, 1981, pp. 48-56.
4013e hecho, Ibn Hazm dice que las casas (ditr) de Tu9th en al-Andalus son Zaragoza, Daroca y
Calatayud: cf. YA, texio, p. 430, trad., p. 356. Sobre la rebeldía de Muhammad b. HIŠim y las sucesivas
campañas del califa en su contra, v. VIGUERA, M. J., Op. cit., pp. 100 y ss.
A continuación daremos la lista de los gobemantes de Calatayud y sus circunstancias desde 862-3
hasta época 'amirk
— 248 / 7 marzo 862-23 febrero 863: Irejconstrucción de Calatayud e instalación en ella de los
TuSdbies Ban ŭ 1-Muhálir con 'Abdarrahmán b. 'Abdal'aziz a su frente, seg ŭn —v. los textos
presentados en este trabajo—. Ibn Hazrn dice que era sahib de Daroca, pero no rnenciona para nada a
Calatayud (YA, texto, p. 430, trad.,.p. 357).

683
JUAN A. SOUTO

Daroca, aunque no se conocen tantos datos 41 . Y a pesar de que nada


sabemos sobre los «tenentes» musulmanes de Somed y Furti g, plazas cas-
trenses de menor rango 42 , del correspondiente texto de a1-11dri se infiere

— 261 / 16 octubre 874-5 octubre 875: [re)construcción de Calatayud e instalación en ella de los
TuYibles Ban ŭ 1-Muháyir con 'Abdarrahmán b. 'Abdal'azIz a su frente, seg ŭn Ibn Hayyán —v. el texto
presentado en este trabajo—.
— 277 / 25 abril 890-14 abril 891: al-Mundir b. 'Abdarrahmán b..`Abdal'aziz es confirmado (sujiýila)
por el emir 'Abdalláh para hacerse cargo de cuanto había estado en manos de su difunto padre (TA,
texto, p. 49, trad., § 118). Ibn Hazm dice que fue sahib de Calatayud y Daroca (i t A, texto, p. 431, trad.,
p. 358).
— 312 / 9 abril 924-28 marzo 925: muere al-Mundir b. 'Abdarrahmán, seg ŭn 1bn Hayyán (MQ-V, p.
128 del ms.).
— 21 julio 930: an-Násir confirma (salPala)en Calatayud a Mutarrif b. al-Mundir b. 'Abdarrahmán
at-TuYibi, quien se había adueñado (malaka) de la ciudad traicion "ando a su hermano 'Abdarrahmán.
Para avalar su candidatura fue ante el califa una delegacién formada por consejeros de Calatayud con un
escrito segŭn el cual se mostraban conformes con el acto (TA, texto, p. 50, trad., § 125). Ibn Hayyán no
dice el día del nombramiento y confunde con al-QuraSI (MQ-V, p. 190 del ms).
— Julio 937: an-Nasir sitia Calatayud y tras duro combate mata a Mutarrif b. al-Mundir b. 'Abda-
rrahmán at-Tuyibi, su sahib (MQ-V, p. 268 del ms.; TA, texto, pp. 50-1, trad, §§ 124-8; KI, texto, IV, p.
140, trad., XLV-XLVI, 1967, p. 383). La ciudad fue tomada el 25 de ese mes, seg ŭn lbn Flayyán (MQ-V,
pp. 279-80 del ms.), o el 29, seg ŭ n al-'Udri (TA, texto, p. 51, trad., § 127).
— Tras la conquista de Calatayud y la muerte de Mutarrif, an-Nálir confirmé (saYPala)a Sulaymán
b. Ahmad b. 12 ŭdi en el gobierno de Calatayud (MQ-V, p: 284 del ms.; TA, texto, p. 51, trad., § 128).
— Entre el 23 de diciembre de 937 y el 23 de enero de 938, tras asegurar Zaragoza y a su paso por
Calatayud, an-Násir nombró valí de ésta a Muhammad b. Asbag (TA, texto, p. 51, trad., § 129).
— Rabil 327/27 diciembre 938-25 enero 939: an-Násir depone a Muhammad b. Asbag y nombra a
`Ubaydalláh b. Fihr (TA, texto, p. 51, trad., § 129).
— 12 junio 940: an-Násir ordena confirmar (amara bi t-tasY il) en Calatayud a Hakam b. al-Mundir
at-Tuyibi en recompensa por su fidelidad hacia él (TA, texto, p. 52; trad., § 133). Seg ŭn lbn Hazm, fue
nombrado valí (YA, texto, p. 431, trad., p. 358). Seg ŭn Ibn Hayyán, en enero de ese año ya estaba allí
como sahib (MQ-V, P. 307 del ms.). Más tarde añade que fue nombrado en substitución de Walid b.
'Abdalláh (sic) b. Fihr (MQ-V, p. 314 del ms.).
— 24 febrero 950: muere lakam b. al-Mundir (TA, texto, p. 52, trad., § 133). An-Nálir confirmó
(saY.Yala)en Calatayud a su hijo b. Flakam, que goberm5 hasta 350 / 20 febrero 961-8 febrero 962
(TA, texto, p. 52, trad., § 134).
— «Desde 971 y 972 y hasta 975 [el poder centrall mantuvo alejados a los Tuyibies de sus tierras, en
Tudela y Zaragoza, Calatayud y Lérida, por un grave suceso de fondo, que desconocemos, aunque al
menos consta la rebeldía de la rama leridana de la familia» (VIGUERA, M. J., Op. cit., p. 123).
— 10 julio 975: 'Abdal'aziz b. al-Hakam, hermano de se dirige de Cérdoba al 'amal de
Daroca, que fortifica (AP, texto, pp. 225-6, trad., § 228).
— Mayo-julio 981: Almanzor realiza su tercera campaña, en la que conquista Calatayud (TA, texto,
p. 77; DA, texto, p. 186, trad., p. 198). En esta ocasión es cuando debió nombrar valí de la ciudad a
'Abdal'aziz b. al-Hakam b. al-Mundir, quien se le había unido en contra de su propio hermano HáŠim,
muerto por Almalizor en aquella campaña (5>A, texto, p. 431, trad., p. 358, donde consta «`Abdalláh» en
lugar de «`Abdal'aziz»).
— 997: ataque navarro contra Calatayud. Pierde la vida un hermano de su gobernador, Hakam b.
'Abdal'aziz. Está claro que 'Abdal'aziz b. Hakam, nombrado por Almanzor en 981, ya había fallecido
(MAKK1, M. A., «La España cristiana en 'el diwidn de Ibn Darräy», Boletin de la Real Academia de
Buenas Letras de Barcelona, XXX, 1963-4, p. 77; PEREZ DE URBEL, J., El Condado de Castilla,
1970, p. 17 (sit ŭa la acción en 999, siguiendo fuentes cristianas).
4, V. SOUTO, J. A., Fortificaciones islámicas en la marca Superior de al-Andalus.iperíodo omeya.
Testimonios de las fuentes escritas en lengua árabe, Tesis Doctoral inédita, Universidad de Zaragoza,
1986, vol. I, n. Q 57. Una síntesis histérica general de esta población es la de CORRAL LAFUENTE, J. L.,
Historia de Daroca, Daroca, 1983.
42A1-`lari no consigna qué tipo de asentamiento es Somed. La versión rornance de ar-Rázi le Ilama
castillo y rácifit, hisn. Cf. las respectivas referenicas en SOUTO, J. A., Op. cit., I, n.Q 137. Sobre su
19calización, v. HERNANDEZ JIMENEZ, F., «Estudios de geografía histórica española. VI.
Surnit = Granja de Somed», Al-Andands, VII, 1942, pp. 337-45. En cuanto al no localizado Furtig, carecernos

684
SOBRE LA GENESIS DE LA CALATAYUD ISLAMICA

que sus guarniciones estarían compuesta por hombres de Abdarrahmán


b. Abdal'aziz.
No menos verosímiles son los datos en cuanto al tipo de asentamiento
que Muhammad I preparó como residencia (bawwa'a) y [re]construyó (ba-
ná) para los Tu9ibies, a quienes introdujo (adjala) en él: se trata de una
madina que hubo de servir de vivienda, base de operaciones y lugar de
refugio al «señor-cliente» (mustand) contratado y los suyos. La madina,
como es lógico, no estaba sola: la protegía una serie de n ŭcleos logísticos
secundarios, el hisn de Daroca, el de Somed y Furti g, [relconstruidos en
aquella ocasión y guarnecidos, segŭn se ha visto. La ubicación de este
sistema tan completo, que para el s. X se habrá visto considerablemente
incrementado 43 , se hizo en un lugar cuya idoneidad estratégica está fuera
de toda duda. El sistema en sí resulta algo muy propio de los tiempos de
Muhammad I, emir que estableció una red militar coherente en todo al-
Andalus, [re]construyendo para ello numerosos asentamientos fortificados.
Por ŭltimo, hay que señalar que los más antiguos restos materiales
conservados de Calatayud corresponden a un conjunto fortificado para-
digmático del que debe poseer una madina (figura 2)": constaba este con-
junto de una alcazaba (figura 3), tres fortalezas secundarias en la zona
topográficamente más baja de la ciudad (figuras 4, 5 y 6) 45 y una gran
albacara donde hay una torre aislada provista de entrada en altura y aljibe
interior (figura 7). Todos estos elementos estaban unidos entre sí mediante
una cerca que conserva torres, cubos, vanos y accesos (figura 8). Las ca-
racterísticas de los componentes originales de tal conjunto fortificado nos
han llevado a datar la primera y principal fase de éste en la fecha que
propone cuyas citas son las más precisas —y por tanto las más
fiables— con que contamos: 248 / 862-346.

de más datos que los que aporta en el texto aquí reproducido. Se desconoce, por lo tanto, qué
tipo de asentamiento era, pero no es arriesgado pensar que se trataría de un Su antecedente castrense
preislámico está bastante claro a través del topónimo. Cf. SOUTO, J. A., Op. cii., vol. I, n. Q 70.
43Segŭn lbn Hayyán, en el ailo 937 J. C. Calatayud Ilegó a dominar un 'amal en el que había 30 histis
y alcazabas (MQ-V, p. 269 del ms.), o tal vez 37 (Idem, pp. 271 y 279 del ms.). Ibn Jaldŭn sólo menciona
30 Iti.sns (v. KI, texto, IV, p. 140, trad., XLV-XLVI, 1967, p. 383).
"V. nuestra Tesis de Licenciatura y nuestro artículo «Notas acerca de dos elementos islámicos en el
conjunto fortificado de Calatayud», I Encuentro de Estudios Bilbilitanos, I, en Papeles Bilbilitanos, s. n.,
1982, pp. 279-91.
45S6lo se conservan restos castrenses claros en dos de estas tres fortalezas, las Ilamadas «de Don
Alvaro» y «del Reloj», siendo de difícil identificacién los que quedan en el solar hoy ocupado por la
ermita de Nuestra Señora de la Peña.
46V. n. 44. Aquí entra en juego el verbo con que Ibn Hayyán y expresan la (relconstrucción
de Calatayud, que es en todo momento bana. Se trata sin. duda de uno de los vocablos más incémodos
con que se puede encontrar el investigador a la hora de realizar el estudio crítico de una cita, pues
significa a la vez «construir» y «reconstruir». El mismo problema presentan sus nombres de acción bina y
bunydn,. que tanto pueden signilicar «construccién» como «reconstrucción» o «restauracién». Su traducción
ha de hacerse teniendo esto en cuenta, y los pasajes en los que figuran estas palabras han de ser considerados
con suma cautela, so pena de caer en importantes errores de interpretación. Personalmente, desde hace
tiempo nos inclinamos por traducir tales términos anteponiendo el prefijo «re-», encerrado entre corchetes,
al verbo «construir» y al sustantivo «construcción», como puede verse en este mismo trabajo. Este asunto,
entre otros, es tratado por CHALMETA, P., «Historia y arqueología andalusb), Actas del I Congreso de
Arqueología Medieval Espatiola, III, Zaragoza, 1986, pp. 27-35.
685
JUAN A. SOUTO

A través de los datos disponibles, parece que lo más probable es que


la 1relconstrucción de Calatayud por Muhammad I fuera la conversión en
madina (ciudad) de una presunta gal'a (fortificación) preexistente mante-
niendo el topónimo primitivo, aspecto este ŭltimo que no parece plantear
demasiadas dudas 47 . No se trata, ni mucho menos, de un ejemplo ŭnico:
un caso parecido fue el de Almería, cuya fecha de fundación (binú; segŭn
«ha de entenderse como la de conversión del arrabal con la
atalaya, seguramente fortificada y sobre el cerro más tarde ocupado por la
alcazaba, en madina, al construir la cerca protectora del n ŭcleo urbano a
su pie»48.

Como conclusión de lo expuesto hay que apuntar que la fecha más


remota a que hoy por hoy podemos referir la población objeto de nuestro
estudio es 248 / 862-863. La pérdida de los textos en que se habría basado
Conde, así como la de una supuesta Historia de Calatayud que escribiría
cierto Muhammad b. Sulaymán después de 1120, seg ŭn citas de D. Vicente
de La Fuente, impiden llenar un vacío que sólo los escasos datos que
hemos presentado salpican de luz. El hallazgo y publicación de nuevas
fuentes históricas es un hecho real que no sorprende a los investigadores,
por lo que no deben perderse las esperanzas de contar, más tarde o más
temprano, con datos documentales fidedignos y por ahora desconocidos o
cuando menos dudosos sobre la Calatayud islámica y sus orígenes. Y quizás
la arqueología pueda algŭn día echar algo más de luz sobre el oscuro
problema de qué había en el solar de Calatayud antes de que ésta fuese
convertida en una sólida madina fortificada.

47E1 propio nombre de Furtig, [re]construido por Mubammad 1 junto con Calatayud, demuestra muy
claramente que la conservacián toponimica fue un hecho en el contexto geográfico, momentos y circuns-
tancias de que tratamos. Según una referencia del geágrafo «Calatayud nueva» (Qal'at Ayydb
mulydata) es una madina filial (binr)de Tudela (MM, texto, p. 91, trad., p. 26). i,Se refiere este autor a la
ciudad del Jalán, (relconstruida por el emir Muhammad? En todo caso, decir de Calatayud que es filial de
Tudela no deja de ser inexacto, pues tuvo siempre sus propios gobernadores. Cf. n. 40.
48TORRES BALBAS, L., «Almeria islámica», Al-Andalus. XXIII, 1957, p. 425.

686
SOBRE LA GENESIS DE LA CALATAYUD ISLAMICA

Abreviaturas de las fuentes árabes. Ediciones y traducciones empleadas

AP = Véase en la entrada de la abreviatura MQ.


BM-II = IBN IDÁRT (m. 1312), Al-baydn al-mugrib fi ajbdr al-
Andalus wa 1-Magrib, vol. II, texto, ed. G. S. Colin y E.
Lévi-Provengal, reimp. Beirut, 1983; trad. franc. E. Fagnan,
Argel, 1904.
DA = Anónimo (s. XIV), Dikr biMd al-Andalus. (Una descripción
anónima de al-Andalus), ed. y trad. esp. L. Molina, Madrid,
1983.
— KI = IBN JALDÚN (1333-82), Kitáb al-`ibar, texto, ed. Báláq,
1284 / 1867-8; trad. esp. O. Machado, en Cuadernos de His-
toria de Esparia, IV, 1946, a XLVII-XLVIII, 1968.
MM = AL-BAKRi (s. XI), Kitdb al-masdlik wa 1-mamdlik, ed. A.
Beirut, 1968; trad. esp. E. Vidal Beltrán, Zaragoza,
1982.
.
MQ = IBN HAYYÄN (988-1076), Kitáh al-Muqtabis fi tárij ripd1
vol. III (MQ-III), texto, ed. M. F. Antuña, Paris,
1937; vol. V (MQ-V), ed. P. Chalmeta, F. Corriente, M. Subh
et al., Madrid, 1979, trad. esp. M. J. Viguera y F. Corriente,
Zaragoza, 1981; vol. VI (AP), ed. A. al-Haĵrĵd, Beirut, 1965,
trad. esp. E. Garcia Gómez, Madrid, 1967.
TA = AL-TDRIT (1002-86), Kitdb tarsi al-ajbdr..., texto, ed. parc.
A. al-Ahwáni, Madrid, 1965; trad. esp. de los pasajes relativos
a la Marca Superior por F. de la Granja, Zaragoza, 1966.
ÝA = IBN HAZM (m. 1064), f'amharat ansáb al-`arab, texto, ed.
A. S..M. Hárán, El Cairo, 1982; trad. parc. esp. en TERES,
E., «Linajes árabes en al-Andalus seg ŭn la i'amhara de Ibn
Hazm», Al-Andalus, XXII, 1957, pp. 55-111 y 337-76.

687
JUAN A. SOUTO

Zaragoza
CALAT YUD

Somed • Daroca

Toledo

Cárdoba

0 300
Km

Figura 1: Situacián geográfica de los asentamientos estudiados.

688
SOBRE LA GENESIS DE LA CALATAYUD ISLAMICA

oo -

o
o

Figura 2: Conjunto fortificado de Calatayud (862-3): esquema general del trazado conservado.
I: Alcazaba. 2: Muralla septentrionaL 3: Albacara occidentat 4: Santuario de Nuestra Serlora
de la Peria, que ocupa el solar de una primitiva fortaleza. 5: Castillo Ilamado «de Don
Alvaro» o «de Doria Martina». 6. Castillo Ilamado «del Reloj».
689
Figura 3: Calatayud: Alcazaba.
Figura 4: C'alatayud: Santuario de Nuestra Señora de la Peña.
Figura 5: Calatayud: Castillo Ilamado «de Don Alvaro» o «de Doña Martina».
Figura 6: Calatovud:Castillo Ilamado «del Reloj».
JUAN A. SOUTO

Figura 7: Calatayud: Torre aislada en la albacara oriental (862-3).

694
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