Pension Anticipada Vejez Personas Deficiencia Fisica Sensorial Correcha 2014
Pension Anticipada Vejez Personas Deficiencia Fisica Sensorial Correcha 2014
Pension Anticipada Vejez Personas Deficiencia Fisica Sensorial Correcha 2014
Directora:
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RESUMEN
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TABLA DE CONTENIDO
Pág.
INTRODUCCIÓN 4
4. CONCLUSIONES 36
5. BIBLIOGRAFÍA 38
3
INTRODUCCIÓN
4
Inicialmente se aborda el tema de la evolución y estado actual de la seguridad social en
pensiones Colombia, indicándose los regímenes actuales existentes y por último se
entra a analizar la norma dentro de un contexto constitucional como acción afirmativa y
la aplicación y desarrollo jurisprudencial del Inciso 1º del Parágrafo 4º del Artículo 33 de
la Ley 100 de 1993.
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No obstante, la norma arriba en mención perece tener una dificultad en su aplicación,
como quiera, que se exige una deficiencia del 50% o más, dificultad que al parecer ya
fue resuelta en su aplicación por parte de la Corte Constitucional a través de la
Sentencia T – 007 de 2009, quien conceptuó que al ser, la “deficiencia” uno de los
criterios de la calificación integral de la invalidez conforme lo establece el Decreto 917
de 1999 (Manual Único de Calificación de Invalidez - Baremo), junto con las
discapacidades y minusvalías, al establecerse según el artículo 8° del citado Decreto,
el valor o puntaje máximo señalado para calificar la deficiencia en una persona en un
50%, es beneficiario de la prestación económica aquella persona que dentro de la
calificación se le haya otorgado un 25% o más de pérdida de capacidad laboral en las
deficiencias, que es lo que corresponde al 50% de aquella globalidad que otorga el
manual.
De igual manera, la norma no distingue cuál debe ser el origen de la deficiencia, lo que
significa que la misma puede ser consecuencia de cualquier tipo origen, esto es, común
o profesional; es así, que puede resultar que una persona que se le haya calificado en
un porcentaje superior al 25% en las deficiencias por un diagnóstico de origen
profesional y adquiera la pensión de invalidez por éste o en su defecto una
indemnización, puede si es mayor de 55 años de edad y si posee 1.000 semanas
cotizadas al sistema pensional, adquirir esta prestación especial, claro está, debe
dejarse en claro concepto de compatibilidad de pensiones, conforme lo ha establecido
desde hace algunos años la Corte Suprema de Justicia en su Sala de Casación
Laboral. Tampoco distingue la norma la forma en cómo se ha de liquidar la precitada
prestación económica.
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FORMULACIÓN DEL PROBLEMA
¿Sobre qué criterios jurídicos se decide la pensión anticipada de vejez de personas que
presenten una deficiencia física, mental o sensorial igual o superior al 50%, establecida
en el Inciso 1º del Parágrafo 4º del Artículo 33 de la Ley 100 de 1993?
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
METODOLOGÍA
La investigación es de tipo básica, toda vez, que se otorga primacía a los conceptos
jurídicos; se desarrollará bajo el tipo de estudio jurídico – descriptivo; se utilizó el
método de Investigación es el hermenéutico; debido a que es el que establece un
análisis interpretativo de la norma objeto en estudio; cuyas fuentes primarias, fueron la
Constitución, la legislación de seguridad social en pensiones y jurisprudencia de la
Corte Constitucional que se ha emitido sobre la norma o en protección de derechos
fundamentales, se buscó sentencias de la Corte Suprema de Justicia en su Sala de
Casación Laboral en asuntos litigiosos resueltos sobre el tema y no se encontró
decisión que haya resuelto el problema jurídico planteado, se utilizaron fuentes
secundarias, como la doctrina y los textos especializados.
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1. SISTEMA PENSIONAL EN COLOMBIA
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previsto en la Ley 90 de 1946; para los empleados oficiales de los Departamentos,
Municipios, Intendencias, Comisarías e Institutos Descentralizados se fueron
creando una serie de cajas de previsión de distinto orden, dando lugar a una
proliferación de Instituciones de tal naturaleza y un descontrol en el manejo de la
seguridad social.
Ahora bien, durante el gobierno del periodo 1990 a 1994, en el país se inició con el
proceso de económica neoliberal, con el fin de hacer frente al proceso de
globalización y expansión de la economía, siendo necesario iniciar con una serie de
medidas legislativas y reglamentarias tendientes a la flexibilización de la
normatividad laboral y de la seguridad social existente.
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Con la venida de la Carta Política 1991, la seguridad social se constitucionalizó, se
concibe como un servicio público a cargo del Estado, obligatoria para él, quien tiene
el deber de dirigir las actividades que se realicen para la prestación de este servicio,
su operatividad, eficacia y controlar el ejercicio de la misma como garantía para que
todos los ciudadanos puedan satisfacer las necesidades mínimas, y es concebida
como un derecho fundamental. 1
1 CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T – 426 de 1992. “El derecho a la seguridad social no está
consagrado expresamente en la Constitución como un derecho fundamental. Sin embargo, este derecho
establecido de forma genérica en el artículo 48 de la Constitución, y de manera específica respecto de
las personas de la tercera edad, adquiere el carácter de fundamental cuando, según las circunstancias
del caso, su no reconocimiento tiene la potencialidad de poner en peligro otros derechos y principios
fundamentales como la vida, la dignidad humana, la integridad física y moral o el libre desarrollo de la
personalidad de las personas de la tercera edad.” Inicialmente la seguridad social no fue concebida como
un derecho fundamental, sino que adquirió tal connotación por conexidad con un derecho que sí era de
esa estirpe; no obstante, la evolución jurisprudencial, ha creado la tesis que sí se trata de un derecho
fundamental autónomo. Sentencia T-164 de 2013 “La Seguridad Social es reconocida en nuestro
ordenamiento jurídico como un derecho constitucional fundamental. De esta manera, los artículos 48 y
49 de la Carta Política establecen la seguridad social por un lado, como un derecho irrenunciable, y por
otro lado, como un servicio público, de tal manera que, por la estructura de este derecho, es el Estado el
obligado a dirigir, coordinar y controlar su efectiva ejecución.”
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gobierno 2010 - 2014, por la que se buscaba incrementar la edad y el monto de
semanas para acceder a la prestación económica de vejez.
El sistema pensional creado por la Ley 100 de 1993, tiene como principal objetivo el
de garantizar a la población el amparo contra las contingencias derivadas de la
vejez, la invalidez y la muerte (artículo 10), reconociendo pensiones y prestaciones
consagradas en la ley, así como propender por la ampliación progresiva de
cobertura a los segmentos de población no cubiertos con un sistema de pensiones,
con el fin de aplicarse a todos los habitantes del territorio nacional, conservando y
respetando, adicionalmente todos los derechos, garantías, prerrogativas, servicios y
beneficios adquiridos y establecidos conforme a disposiciones normativas
anteriores, pactos, acuerdos o convenciones colectivas de trabajo.
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En cualquiera de los dos regímenes existe la garantía de las pensiones de vejez,
invalidez y sobrevivencia, la prestación económica de auxilio funerario, devolución
de saldos de la cuenta individual en el régimen de ahorro individual o indemnización
sustitutiva en prima media para los eventos en que no se reúnan los requisitos
mínimos legales para acceder a las pensiones; garantía que por virtud de la
Constitución la entrega el Estado (artículo 48).
Las características del régimen pensional conforme lo prevé el artículo 2º de la ley 797
de 2003 que modificó el artículo 13 de la Ley 100 de 1993, son:
2 CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia SU 130 DE 2013. Traslado del RAIS al RPM de personas
beneficiarias de la transición. “todos los usuarios del SGP, incluidos los sujetos del régimen de transición,
bien por edad o por tiempo de servicios, pueden elegir libremente entre el régimen de prima media o el
régimen de ahorro individual, conservando la posibilidad de trasladarse entre uno y otro, en los términos
del literal e) del artículo 13 de la Ley 100/93, tal como fue modificado por el artículo 2° de la Ley 797 de
2003, es decir, cada cinco años contados a partir de la selección inicial y siempre que no les falte menos
de 10 años para cumplir la edad para tener derecho a la pensión de vejez. Sin embargo, en el caso de
los beneficiarios del régimen de transición por tiempo de servicios (15 años o más de cotizaciones), estos
pueden cambiarse de régimen sin límite temporal, es decir, en cualquier tiempo, por ser los únicos que
no quedan excluidos de los beneficios del régimen de transición, en los términos de las Sentencias C-
789 de 2002 y C-1024 de 2004. Para tales efectos, la única condición será trasladar al régimen de prima
media todo el ahorro efectuado en el régimen de ahorro individual, el cual no podrá ser inferior al monto
total del aporte legal correspondiente en caso de que hubieren permanecido en aquél régimen”
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cuenta la suma de las semanas cotizadas a cualesquiera de ellos.
Los afiliados que al cumplir la edad de pensión no reúnan los demás requisitos para
tal efecto, tendrán derecho a una devolución de saldos o indemnización sustitutiva
de acuerdo con el régimen al cual estén afiliados y de conformidad con lo previsto
en la presente ley.
Entró a regir el día 1º de Abril de 1994 y para los servidores públicos del nivel
departamental, municipal y distrital rige desde el 30 de Junio de 1995.
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1.2.1 Régimen de Prima Media con Prestación Definida (R.P.M.). Es aquel mediante
el cual los afiliados o sus beneficiarios obtienen una pensión de vejez, de invalidez o
de sobrevivientes, o una indemnización, previamente definidas; los aportes de los
trabajadores y empleadores, constituyen un fondo común de naturaleza pública, del
cual se extraen los recursos necesarios para garantizar la pensión, si el afiliado cumple
los requisitos para acceder a ella, con unos beneficios predeterminados (Artículo 31 de
la Ley 100 de 1993).
Para efectos del cómputo de las semanas, se debe tener en cuenta: i) las semanas
cotizadas en cualquiera de los dos regímenes del Sistema General de Pensiones;
ii) el tiempo de servicio como servidores públicos, incluyendo los tiempos servidos
en regímenes exceptuados; iii) el tiempo de servicio como trabajadores vinculados
con empleadores que antes de la vigencia de la Ley 100 de 1993 tenían a su cargo
el reconocimiento y pago de la pensión, siempre y cuando la vinculación laboral se
encontrara vigente o se haya iniciado con posterioridad a la vigencia de la citada
ley. iv) el tiempo de servicios como trabajadores vinculados con aquellos
empleadores que por omisión no hubieren afiliado al trabajador. v) el número de
semanas cotizadas a cajas previsionales del sector privado que antes de la Ley
100 de 1993 tuviesen a su cargo el reconocimiento y pago de la pensión. vi) el
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tiempo de servicio militar obligatorio para régimen de transición, excepto Acuerdo
049 de 1990.
Este régimen contempla que las personas que padezcan una deficiencia física,
síquica o sensorial del 50% o más, que cumplan 55 años de edad y que hayan
cotizado en forma continua o discontinua 1.000 o más semanas al régimen de
seguridad social establecido en la Ley 100 de 1993, podrán adquirir el derecho
antes de la edad y semanas exigidas por el RPM.; de igual manera, la madre
trabajadora cuyo hijo padezca invalidez física o mental, debidamente calificada y
hasta tanto permanezca en este estado y continúe como dependiente
económicamente de la madre, tendrá derecho a recibir la pensión especial de vejez
a cualquier edad, siempre que haya cotizado al sistema cuando menos el mínimo
de semanas exigido en el RPM para acceder a la pensión de vejez. Este beneficio
se suspenderá si la trabajadora se reincorpora a la fuerza laboral.4
A partir del 1º de Enero del año 2004 se aplicarán las siguientes reglas:
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r = 65.50 - 0.50 s, donde: r = porcentaje del ingreso de liquidación.
s = número de SMLMV
A partir del 2004, el monto de la pensión de vejez será un porcentaje que oscilará
entre el 65 y el 55% del ingreso base de liquidación de los afiliados, en forma
decreciente en función de su nivel de ingresos calculado con base en la fórmula
señalada.
A partir del 2005, por cada cincuenta (50) semanas adicionales a las mínimas
requeridas, el porcentaje se incrementará en un 1.5% del ingreso base de
liquidación, llegando a un monto máximo de pensión entre el 80 y el 70.5% de
dicho ingreso, en forma decreciente en función del nivel de ingresos de cotización.
El valor total de la pensión no podrá ser superior al ochenta (80%) del ingreso base
de liquidación, ni inferior a la pensión mínima.
Las personas que habiendo cumplido la edad para obtener la pensión de vejez no
hayan cotizado el mínimo de semanas exigidas y declaren su imposibilidad de
continuar cotizando, tendrán derecho a recibir en sustitución una indemnización
equivalente a un salario base de liquidación promedio semanal multiplicado por el
número de semanas cotizadas; al resultado así obtenido se le aplica el promedio
ponderado de los porcentajes sobre los cuales haya cotizado el afiliado.
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Las características conforme al artículo 60 de la Ley 100 de 1993, son:
Las cuentas de ahorro pensional son administradas por las entidades que se
autoricen para tal efecto, sujetas a la vigilancia y control del Estado.
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y características serán determinadas por el Gobierno Nacional, considerando las
edades y los perfiles de riesgo de los afiliados.
El Estado aportará los recursos que sean necesarios para garantizar el pago de
pensiones mínimas, cuando la capitalización de los aportes de los afiliados y sus
rendimientos financieros fueren insuficientes, y aquellos cumplan las condiciones
requeridas para el efecto.
Los afiliados tendrán derecho a una pensión de vejez, a la edad que escojan,
siempre y cuando el capital acumulado en su cuenta de ahorro individual les permita
obtener una pensión mensual, superior al 110% del salario mínimo legal mensual
vigente, para el cálculo de dicho monto se tendrá en cuenta el valor del bono
pensional, cuando a éste hubiere lugar.
Los afiliados que a los 62 años de edad si son hombres y 57 si son mujeres no
hayan alcanzado a generar la pensión mínima y que hayan cotizado el mínimo de
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semanas que se exige en el RPM, el Estado les completará la parte que haga falta
para obtener dicha pensión.
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2. PENSIÓN ANTICIPADA DE VEJEZ POR DEFICIENCIA FÍSICA, MENTAL O
SENSORIAL IGUAL O SUPERIOR AL 50%
Sin duda alguna, al constitucionalizarse la seguridad social y con ellos todos sus
componentes de salud, pensiones, riesgos labores y complementarios, se otorga una
protección superior a través de los principios y valores constitucionales, los cuales
desde el preámbulo se entrega la garantía de un orden político, económico y social
justo, al establecerse:
Siendo un fin esencial del Estado Social de Derecho, la efectividad de los derechos
fundamentales de las personas dentro de un marco de igualdad y protección,
atendiendo los principios de la dignidad y solidaridad (artículo 2º), dentro del diseño de
Estado Social de Derecho, se crearon acciones tendientes a proteger la existencia de
grupos de personas que por diferentes razones se encuentran en especial
circunstancia, en atención a su situación material, con el fin de asegurarles el ejercicio
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de sus derechos y la debida participación en la sociedad para su desarrollo vital y para
la definición de los asuntos de su interés, como ocurre con el caso de las personas que
se encuentran en desventaja por sus particulares, como lo son los limitados físicos,
mentales o sensoriales.
Es por ello, que la ley 100 de 1993 (artículo 2º) tiende a desarrollar el principio
constitucional de la solidaridad, al establecer un cumulo de principios legales, dentro de
los cuales se debe enmarcar la seguridad social, a saber:
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por la solidaridad humana. Consiste en cubrir todas las contingencias que
afectan la salud, la capacidad económica y en general las condiciones de vida
de la comunidad. Bajo este principio cada persona contribuirá según su
capacidad y recibirá lo necesario para atender y amparar sus necesidades.
Dentro de los motivos que originaron la modificación del artículo 33 de la Ley 100 de
1993 (Gaceta 350 de 2002 del Senado de la República de Colombia) se resalta la
intención del legislador de asegurar una mayor equidad social, solidaridad y
responsabilidad fiscal, señalándose que la presencia de regímenes especiales y
exceptuados que permiten que una gran minoría disfrute de unos derechos pensionales
diferentes de los que tiene el resto de la población.
“Artículo 33. Requisitos para obtener la Pensión de Vejez. Para tener el derecho a la
Pensión de Vejez, el afiliado deberá reunir las siguientes condiciones:
1. Haber cumplido cincuenta y cinco (55) años de edad si es mujer o sesenta (60) años
si es hombre.
A partir del 1° de enero del año 2014 la edad se incrementará a cincuenta y siete (57)
años de edad para la mujer, y sesenta y dos (62) años para el hombre.
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2. Haber cotizado un mínimo de mil (1000) semanas en cualquier tiempo.
A partir del 1° de enero del año 2005 el número de semanas se incrementará en 50 y a
partir del 1° de enero de 2006 se incrementará en 25 cada año hasta llegar a 1.300
semanas en el año 2015.
(…)
En ese orden de ideas, debe tenerse de presente que la seguridad social, como
conquista de la humanidad debe velar, como lo establece el principio de solidaridad
consagrado en el artículo 2º de la Ley 100 de 1993, por proteger a los sectores más
débiles de la población; por tanto, los principios de interpretación deben buscar la
aplicación de las normas más favorables para el afiliado que está especialmente
protegido por la Constitución, como es el caso del inválido o discapacitado (Castillo,
2011, P, 112).
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prestación a cargo del Estado, en sentido negativo como omisión a conductas
discriminatorias y en sentido positivo como agente prestatario de la igualdad material,
mediante la eliminación de las desigualdades de hecho, la implementación de políticas
de gobierno y el impulso a la iniciativa legislativa en materia de igualdad promocional.”
(Galán y Luna, 2000, P, 181).
En ese orden de ideas, una acción afirmativa corresponde a la acción ejercida por el
Estado tendiente a excluir en favorabilidad a la persona que se encuentra en situación
en desventaja frente a otro, mediante actos exclusivos para esta clase de personas.
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2002, declarada exequible por la Corte Constitucional en Sentencia C- 401 de 2003
significa un avance importante en la materia por cuanto recoge, por primera vez, una
definición normativa y precisa del concepto de discapacidad, así como la eliminación de
la discriminación por esta condición; la conducta que describe la Convención, es la
distinción, exclusión o restricción basada en una discapacidad, razón por la cual el
Estado debe dirigir acciones tendientes a la protección especial a las personas en
situación de desventaja por condiciones de discapacidad.
En el contexto normativo el inciso primero del parágrafo 4°, artículo 9° de la Ley 797 de
2003, que modificó el artículo 33 de la Ley 100 se consagró una pensión especial o
anticipada de vejez para personas, como una acción del Estado para protegerles,
siempre y cuando “padezcan una deficiencia física, síquica o sensorial del 50% o más,
que cumplan 55 años de edad y que hayan cotizado en forma continua o discontinua
1000 o más semanas al régimen de seguridad social establecido en la Ley 100 de
1993” siendo exonerados de los requisitos establecidos en los numerales 1° y 2° del
artículo 33 de la Ley 100; si bien, no es una pensión de invalidez, tampoco corresponde
plenamente a una pensión de vejez; toda vez, que concurren en una y otra diferentes
requisitos; en este caso se exige, una deficiencia igual al 50% o más, cumplir con 55
años de edad y haber cotizado al sistema pensional no menos de 1.000 semanas.
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a) DEFICIENCIA: Se entiende por deficiencia, toda pérdida o anormalidad de una
estructura o función psicológica, fisiológica o anatómica, que pueden ser temporales o
permanentes, entre las que se incluyen la existencia o aparición de una anomalía, defecto
o pérdida producida en un miembro, órgano, tejido u otra estructura del cuerpo humano,
así como también los sistemas propios de la función mental. Representa la exteriorización
de un estado patológico y en principio refleja perturbaciones a nivel del órgano. (Subrayas
añadidas)
Según el artículo 8° del citado Decreto, el valor o puntaje máximo señalado para
calificar la deficiencia en una persona es del 50%, así:
Al ser la deficiencia uno de los criterios y ante una posible dificultad en la aplicación del
inciso 1º del Parágrafo 4° del Artículo 9° de la Ley 797 de 2003, como quiera, que se
exige una deficiencia del 50% o más, la Corte Constitucional a través de la sentencia
arriba mencionada estableció que siendo el valor o puntaje máximo señalado para
calificar la deficiencia en una persona en un 50%, es beneficiario de la prestación
económica aquella persona que dentro de la calificación se le haya otorgado un 25% o
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más de pérdida de capacidad laboral en las deficiencias, que es lo que corresponde al
50% de aquella globalidad que otorga el manual.
Ahora bien, respecto a la dificultad sobre el término de deficiencia, varias personas han
lazado algunas definiciones, entre estas GARCÍA, RAMOS y GONZÁLEZ (2004) por la
que se concibe como “toda pérdida o alteración de una estructura o función psicológica,
fisiológica o anatómica. Una deficiencia pone de manifiesto la alteración o fracaso de
una función o la ausencia o deformidad de una estructura corporal. Se tiene o no se
tiene. Es siempre una valoración cualitativa” (García, Ramos y González, 2004, P,
152).
Para GUIDO (2002) en estudio sobre derechos de las personas con afecciones
mentales, comenta sobre el concepto de discapacidad: “Desde el punto de vista
etimológico, está formado por el prefijo griego dis, más el sustantivo capacidad, lo que
denota una dificultad e imperfección, Mientras que incapacidad, integrada por el prefijo
latino in, indica supresión o negación, que unido a capacidad, significa carencia de
aptitud para hacer, recibir o aprender una cosa. Resulta entonces que discapacidad
significa solo imperfección, dificultad e incapacidad, la total carencia de aptitud” (Guido,
2002, P, 10).
27
Internacionalmente los conceptos de deficiencia, discapacidad y minusvalía han
evolucionado hasta entenderse que pueden ser criterios autónomos, que
necesariamente no están orientados a visualizarse desde la invalidez, pero que
internamente permanecen estáticos desde la clasificación clásica de la OMS, sin que
sea un tema de trascendencia su diferenciación en la legislación, ya que en el ámbito
nacional y de la seguridad social, se ha utilizado indistintamente los criterios de
deficiencia, discapacidad y minusvalía; por ejemplo, en el decreto 2358 de 1981, las
Resolución 8321 de 1983 y 14861, la ley 12 de 1987, el decreto 2737 de 1989, la ley 10
de 1990, el decreto 2164 de 1992, la ley 60 de 1993, la ley 100 de 1993, el decreto
2681 de 1993, la ley 324 de 1996, la ley 361 de 1997, ley 797 de 2003, entre otras;
inclusive se ha llegado a confundir los términos con el de invalidez.
Sobre este punto de aplicabilidad de la norma, sobre todo del término deficiencia se han
llevado a cabo diversos estudios, concluyéndose que “La pensión de vejez por
deficiencia en la legislación colombiana: restricciones de acceso desde su instrumento
evaluador”, conceptuándose además que normas como las establecidas en el parágrafo
4.º del artículo 9.º de la Ley 797 del 2003, que modificó el artículo 33 de la Ley 100 de
1993, se convierten en regulaciones que, al momento de aplicarse, son interpretadas
según los juicios de sus operadores (judiciales o administrativos), ya que resulta lo
mismo, por ejemplo, hablar de personas con deficiencias que de personas invalidas,
pues según el Manual Único de Calificación, no es posible que una persona presente
discapacidades y minusvalías sin deficiencias, y es este el único instrumento existente
que puede aplicarse en el Sistema General de Pensiones (Gómez, Duque y González,
2010, P, 178 - 182).
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el accionante y el accionado; pero con los demás afiliados al Sistema que pretenden
acceder a la pensión de vejez por deficiencia física, síquica o sensorial, al carecer de
un instrumento idóneo y estar vigente únicamente el Manual Único de Calificación, se
ven limitados desde la administración del Régimen de Prima Media para poder solicitar
el reconocimiento de la prestación económica, porque aunque reúnan la edad y las
semanas exigidas, no tienen como demostrar de forma independiente y autónoma la
deficiencia del 50% o más; anotando que este beneficio no aplica para los afiliados del
Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad (Gómez, 2011, P, 29).
Por otra parte, DUQUE; GÓMEZ y VILLADIEGO (2012) concluyen que aunque se
pretende una protección al limitado desde la vejez por presentar deficiencia, en la
práctica la aplicación de la norma no ha cumplido los fines que se propuso desde el
proyecto de ley, de ahí que en materia legislativa y jurisprudencial queda todavía
mucho por hacer para lograr la protección laboral y pensional de estas personas,
porque que a pesar de que existan normas constitucionales y legales que aboguen por
la atención de este sector de población especial, la generalidad con que están
contempladas no permiten una práctica eficaz y, por lo tanto, se requiere una
reglamentación facultativa del Presidente de la República (Duque; Gómez y Villadiego,
2012, P, 220)
Ahora bien, contrario a lo analizado por los autores anteriores, ha de tenerse en cuenta
que según estimativos de la Organización Mundial de la Salud, un 12 % del total de
habitantes de un país pueden estar en condición de discapacidad. Si la población
colombiana es de 44 millones, cerca de 5 millones de personas se encuentran en
situación de discapacidad (Hernández y Hernández, 2005, P, 131), razón que ha de
motivar una interpretación favorable y o restrictivo al pasaje normativo, esto es, como lo
Corte Constitucional ha conceptuado, no requiriéndose una reglamentación al respecto.
En palabras de PARRA (2004) a medida que las personas con discapacidad logren la
igualdad de derechos deben también asumir las obligaciones correspondientes. A su
vez con el logro de esos derechos, la sociedad puede esperar más de este grupo de
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personas. Como parte del proceso encaminado a lograr la igualdad de oportunidades
(Parra, 2004, P, 12).
Por esto se deben establecer disposiciones o políticas, para ayudar a esas personas a
asumir su plena responsabilidad como miembros activos de la sociedad; es necesario
partir de un enfoque global del problema de la discapacidad, que obliga a prestar una
atención integral, y a potenciar la coordinación intersectorial e interinstitucional como
estrategia coherente en el abordaje de los problemas derivados de la discapacidad,
capaz de garantizar, asimismo, la más adecuada utilización de los escasos recursos
disponibles (Sandoval, 2000, P, 28).
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también es cierto que en protección a personas en estado de desventaja se ha
avanzado, tal es el caso de la protección en materia pensional a los padres o madres
de hijos inválidos o la pensión anticipada de vejez por deficiencia.
Ahora bien, otros de los aspectos de la norma en estudio (inciso 1º del Parágrafo 4°
del Artículo 9° de la Ley 797 de 2003), es la no discriminación positiva respecto del
requisito de edad, esto es entre hombre y mujer, toda vez, que se exige para ambos,
55 años de edad, sin tenerse en cuenta que:
“sucede en la mayoría de las legislaciones del mundo, y aun teniendo en cuenta que
dentro del sistema de capitalización o de ahorro individual cualquier persona se puede
pensionar a la edad en que su ahorro pensional se lo permita dentro de ciertos
mínimos, lo cierto es que de tiempo atrás se ha entendido que el siniestro de la vejez en
la mujer ocurre más prematuramente que el de los hombres, a fin de tener la edad
mínima para alcanzar esta prestación. Se ha dicho que es la manera como la sociedad
le ha retribuido a la mujer su desgaste por la maternidad o la labor de cuidado, o
simplemente que es la manera de lograr que en una pareja de manera simultánea los
cónyuges obtengan su pensión, dado que en la mayoría de los supuestos, aún hoy en
día válidos para las tablas de mortalidad, es que todo hombre tiene una cónyuge hasta
5 años menor que él.” (Borrero, 2007, P, 58).
una protección alcanzada a un derecho social, se presumen en principio inconstitucionales, pero puede
ser justificable y por ello, están sometidas a un control judicial más severo.
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3. APLICACIÓN JURISPRUDENCIAL DE LA PENSIÓN ANTICIPADA DE VEJEZ
De los tres criterios necesarios para calificar la invalidez, la pensión especial exige la
concurrencia de uno solo de ellos, y en un porcentaje igual o superior al 50%. En ese
sentido, la deficiencia se convierte en una condición clave para acceder a la
prestación.
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El origen de la deficiencia no es obstáculo para acceder a la prestación, como quiera
que el legislador no señaló cuál debía ser el origen de la deficiencia, lo que significa
que la misma puede ser consecuencia de cualquier tipo de enfermedad, accidental o
voluntaria, sea común o profesional.
En cuanto a la exigencia del número de semanas cotizadas por parte del asegurado
para acceder a la prestación solicitada, se requiere de 1.000 semanas en cualquier
época, continuas o discontinuas, independientemente de la fecha en que se haya
estructurado la deficiencia.
Si bien es cierto, se trata de una sentencia de tutela, lo que tiene efectos inter partes,
también es cierto, que el fundamento para decidir, contiene aspectos interpretativos que
constituyen ratio decidendi, que son de obligatorio cumplimiento para los jueces
constitucionales y los jueces ordinarios, como quiera que se le da un alcance
interpretativo a un derecho fundamental.
Si bien, la Corte toma como base de liquidación de la pensión anticipada por deficiencia
el 75% de lo establecido para la pensión de vejez, esta interpretación puede resultar un
poco lesiva, como quiera que la norma legal no establece el monto y cómo se debe
liquidar la prestación, la misma, atendiendo el principio de favorabilidad, debe liquidarse
conforme se liquida la pensión de vejez, teniendo como punto de partida el mínimo de
1.000 semanas.
Dentro de las semanas mínimas exigidas por la norma legal, también se cuentan los
periodos establecidos en el Parágrafo 1º del Artículo 33 de la Ley 100 de 1993
modificado por el Artículo 9 de la ley 797 de 2003.
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indica como requisitos para obtener la pensión de vejez que la persona haya cotizado
entre 1000 y 1300 semanas (dependiendo del año en el que cumpla con los requisitos)
y, más de 55 años si es mujer o 60 años si es hombre. Sin embargo, el parágrafo 4 de
ese mismo artículo exceptúa el cumplimiento de estos requisitos, cuando las personas
con 55 años o más presentan una deficiencia física, síquica o sensorial del 50% o
superior y, además, haya cotizado en forma continua o discontinua 1000 semanas al
Régimen de Seguridad Social establecido en la Ley 100 de 1993.
Indicó la Corte que la Pensión anticipada de vejez tiende a ser confundida con las
pensiones de vejez e invalidez, razón por la cual dentro de una interpretación exegética,
estableció las diferencias entre estas y en cita a sentencia T-007 de 2009, reiteró
De otro lado, aunque esta pensión anticipada exige que se hayan cotizado 1000 o
más semanas (igual que en la pensión de vejez), la diferencia con relación a este
punto se encuentra en que en la pensión de vejez, con el transcurso de los años,
las semanas exigidas para acceder a esta prestación irán aumentando hasta llegar
a 1300, particularidad que no se observa en la pensión anticipada” (CORTE
CONSTITUCIONAL. Sentencia T-201 de 2013).
En ese orden de ideas, concluyó la Corte que la pensión anticipada de vejez difiere de la
pensión de vejez en cuanto a la edad y al número de semanas cotizadas exigidas por el
sistema. La primera, porque en la pensión anticipada de vejez se requiere de 55 años
de edad y una discapacidad del 50 % o más, sin que haya distinción alguna entre
hombre o mujer y, la segunda, el número de semanas cotizadas que exige la pensión
anticipada de vejez es de 1.000 o más, en cambio el número de semanas cotizadas que
requiere la pensión de vejez depende del incremento año a año hasta llegar a 1.300 al
año 2015.
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de la discapacidad y de la cotización de un número de semanas dentro de los últimos
tres años anteriores a la fecha de la discapacidad (50), en cambio para la pensión
anticipada de vejez no es necesario tener conocimiento del origen de la discapacidad ,
simplemente que su porcentaje supere el 50%, ni la cotización de un número de
semanas antes de la estructuración o del hecho que la originó, sino, el probar que se
tienen 1.000 semanas cotizadas en cualquier tiempo.
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4. CONCLUSIONES
Si se tiene que una acción afirmativa está dirigida a desarrollar los principios
constitucionales de la solidaridad y la dignidad, y el derecho fundamental de la
igualdad, que son de amplio desarrollo en temas sociales en Colombia; la seguridad
social también debe estar amparada por esas acciones; no obstante, en el tema de
la pensión anticipada de vejez por deficiencia establecida en el inciso 1º del
Parágrafo 4º del Artículo 33 de la Ley 100 de 1993 modificado por el artículo 9 de le
Ley 797 de 2003, dicha acción, pareciere ser contradictoria con los principios que
debe desarrollar, en el sentido que se prevé una edad superior para alcanzar el
derecho, que es de 55 años; de igual manera, el hombre y la mujer son tratados en
igualdad, cuando de manera general en asuntos pensionales, la mujer posee una
protección especial, de gozar de un derecho prestacional 5 años antes que el
hombre, claro está con el lleno de requisitos de las semanas o aportes cotizados.
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el componente de las deficiencias. Si bien se trata de una sentencia de tutela,
contiene fundamentos determinantes, que constituyen ratio decidendi que obligan a
un juez constitucional e inclusive al ordinario, a aplicar el precedente.
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5. BIBLIOGRAFÍA
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