Predica
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Pentecostés es una fiesta antigua, que un principio remite a una fiesta agrícola,
cuando se ofrecía a Dios el comienzo de la cosecha. A lo largo de los siglos, la
fiesta adquirió un nuevo sentido, conmemoraba los acontecimientos del Monte
Sinaí, donde Dios dio ley y estableció una alianza con el pueblo. Es el acto
fundante del pueblo elegido. En tiempos de Jesús con el fuego y el viento hay
una alusión a lo que pasó en el Monte Sinaí: 50 días después de la inmolación
del cordero en Egipto, el dedo de Dios en el Monte Sinaí escribió la ley en
tablas de piedra.
En el Pentecostés que nos presenta Lucas en los hechos de los apóstoles, ocurre
50 días después de la inmolación del verdadero cordero, el dedo de Dios
escribe la nueva ley en el corazón humano, no en tablas de piedra.
El ruido de la ráfaga de viento que llenó toda la casa, es sinónimo de Espíritu y
las llamas son una purificación profunda, un símbolo de amor, es la llama de
amor.
Inmediatamente todos quedaron llenos del Espíritu Santo. A partir de este
momento los apóstoles son hombres nuevos, ya no se pelean entre ellos para ver
quien es el más importante. El corazón de piedra ha sido destrozado y se
encuentran con un corazón de carne.
Jesús les había anticipado que Juan el Bautista los había bautizado con agua,
pero que iban a ser bautizados en el Espíritu Santo en pocos días. Ser bautizados
en griego significa ser sumergidos completamente en el agua. Jesús nos anticipa
que seriamos completamente sumergidos en el Espíritu Santo.
Esto significa que el Espíritu Santo es la llama de amor que pasa entre el Padre
y el Hijo en la trinidad. Se puede llamar amor, luz, vida, gozo, alegría.
Todos fueron llenos del amor de Dios, tuvieron una experiencia sobrecogedora
al ser amados por Dios.
Fue como si el océano de la vida trinitaria, del amor trinitario hubiera
derrumbado el muro del pecado y ahora inunda a la humanidad. Por qué no
antes, esto es lo que quería hacer Dios desde el principio, cuando creó el
mundo. El amor trinitario derrumbó el muro del pecado porque Jesús murió
para nuestra salvación. La redención de Jesús ha hecho el cambio.
El Espíritu Santo es el cumplimiento de la promesa hecha por Jesús de que
nunca volveríamos a estar solos.
Pentecostés significa hacer una experiencia del amor de Dios. Cuando hay un
cambio en la vida humana para bien, es porque el amor ha llegado a la persona.
Si el amor humano alegra nuestras vidas, com será cuando el corazón humano
se llena del amor de Dios.El deseo de hacer una experiencia del amor de Dios,
ya es una realidad, no temamos.
El Pentecostés, no fue simplemente un sentimiento nuevo de amor,sino un ser
nuevo, la habitación de la trinidad en el corazón, la presencia de la gracia
santificante.
Este amor de Dios, se vuelve también un principio activo para salir a la acción,
es la ley del Espíritu que da la vida en Cristo Jesús.
El Espíritu Santo es la nueva ley, interior. El amor de Dios se vuelve un
principio de acción, una guía. Hay dos maneras de hacer algo, por obligación,
temiendo la represalia, o por la atracción del amor. Esta última es la ley del
Espíritu por amor.
Cuando el corazón está convencido de ser amado por Dios se ve empujado a la
acción por el amor, ninguna ley puede ser tan eficaz como la ley interior del
Espíritu Santo.
La novedad consiste en que el cristianismo tiene que ser vivido no por
obligación, sino por atracción, es el paso de la ley a la gracia. Lo primero es el
amor, el deber llega después.