Discurso Egreso

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“El éxito en la vida no se mide por lo que logras, sino por los

obstáculos que superas”.

Mtro. …

Honorables miembros del presídium.

Estimados maestros.

Queridos compañeros de generación.

Familiares y amigos. Público en general.

Es para mí un honor ser portavoz de mis compañeros de la Generación

2013-2017, de la Licenciatura en Educación Preescolar, que el día de

hoy concluimos nuestro trayecto formativo en esta escuela que nos

acogió durante cuatro años, en los que vivimos las experiencias que

nos conformaron como profesionistas.

Ahora que hemos concluido esta etapa de nuestra vida como docentes en

formación, reconocemos la gran responsabilidad que implica ser educadores

en el nivel preescolar, pues el Jardín de Niños es el primer acercamiento a la

educación formal de la niñez, que más que ser el futuro de la sociedad, es

nuestro presente y merece una infancia feliz en un ambiente educativo de

calidad.
Es por eso que, a la distancia, valoramos nuestro camino como estudiantes,

algunas veces con altibajos, obstáculos y problemas, pero siempre con la

firme intención de llegar a nuestro objetivo; la culminación de nuestra

licenciatura. Ahora incluso, el servicio social, las prácticas profesionales, la

presentación del examen de ingreso al servicio profesional docente, el

trabajo de titulación y los exámenes recepcionales, están finiquitados. Los

desvelos y el cansancio se ven recompensados este día al recibir el

documento que nos acredita como Licenciados en Educación Preescolar,

con todo el orgullo y la satisfacción que este esfuerzo conlleva.

Nunca olvidaremos el día en que nos buscamos en las listas de admisión con

la ilusión de haber sido seleccionados, y después, los trabajos realizados en

cada curso, como la fuente primaria, la campaña de alfabetización, las

maletas y bolsas de material didáctico, las frases que cada docente nos

decía, como aquello de “abrir bien los ojitos de lobo” o los “te quiero,

maestra”, de los niños en las escuelas de práctica, sus abrazos y besos, que

son los más sinceros y hermosos que recibimos.

Tantas anécdotas y experiencias que hemos vivido en este trayecto y que se

quedarán guardadas en nuestros corazones durante toda nuestra vida, ya

que fueron parte esencial de nuestra formación inicial.


También aprendimos lo que es la gratitud, por ello, agradecemos en

primer lugar, a la Senadora María Elena Barrera Tapia, quien amablemente

aceptó ser madrina de nuestra generación. ¡Muchas gracias por su apoyo,

senadora!

A nuestra Escuela Normal No. 3 de Toluca, cuna de la formación de

excelentes educadores y educadoras, que nos abrió las puertas del

conocimiento e hizo de nosotros, docentes preparados y comprometidos.

Parte fundamental de nuestra estancia en esta casa de estudios fueron sin

duda los maestros que nos formaron. Gracias por todos esos

conocimientos compartidos, por su dedicación y compromiso

demostrados. De cada uno de ustedes nos llevamos aprendizajes que hoy

nos hacen ser docentes apasionados por nuestra profesión.

Sin dudarlo, agradecemos a nuestras familias, y amigos, por permanecer

siempre junto a nosotros y, en especial, a nuestros padres, por

acompañarnos en los desvelos, por ayudarnos a hacer material didáctico, por

animarnos a dar lo mejor y no dejarnos dar por vencidos; por su confianza

en nosotros, sólo podemos decir: ¡Gracias! Este logro es compartido.


Compañeros:

A partir de hoy iniciamos el camino de nuestra trayectoria profesional

docente, juntos hemos compartido los éxitos y fracasos de la vida estudiantil,

ahora deberemos afrontar los retos propios que implica la formación de los

niños de México que serán encomendados a nuestra responsabilidad.

Seguramente sabremos asumir este reto con el entusiasmo y la

dedicación con que alcanzamos el logro que hoy compartimos, garantía

de que con orgullo y vocación daremos en todo momento el mejor

trabajo, el que sostiene los principios de nuestra identidad: educadores

en verdad, educadores con bondad, siempre educadores.

¡Enhorabuena y éxito!

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