Sistemas de Información Gerencial

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SISTEMAS DE INFORMACIÓN GERENCIAL

¿Le gustaría que una computadora calificara sus trabajos de la universidad? Bueno, tal vez se
encuentre con esta novedad en el próximo curso. En abril de 2013, EdX, una empresa conjunta
entre Harvard y MIT para desarrollar cursos abiertos masivos en línea (MOOC, por sus siglas en
inglés), lanzó un programa de calificación de trabajos. Con el uso de la tecnología de inteligencia
artificial, los trabajos y respuestas cortas se califican de inmediato y se presenta una
retroalimentación, lo cual permite a los estudiantes revisar, reenviar y mejorar su calificación las
veces que sea necesario. La organización sin fines de lucro ofrece el software sin costo a cualquier
institución que desee usarlo. Desde un punto de vista pedagógico (si la asesoría es sólida), la
retroalimentación inmediata y la habilidad de actuar directamente con base en ella es un entorno
de aprendizaje óptimo. Pero mientras los defensores alardean sobre la superioridad de calificar los
trabajos de manera automática en vez de que los estudiantes esperen días o semanas a que les
devuelvan sus trabajos (que tal vez tengan o no la oportunidad de revisar), además del beneficio
de ahorro en tiempo para los profesores, los críticos dudan que sea posible reemplazar a los
humanos.

En 2012, Les Perelman, exdirector de escritura en MIT, se opuso a un artículo en el que se


pregonaba la destreza del software de calificación de trabajos automático (AES). El decano
del College of Education de la University of Akron, Mark Shermis, y el coautor y científico
de datos Ben Hammer, usaron programas AES de nueve empresas, incluyendo Pearson y
McGraw-Hill, para volver a calificar cerca de 16,000 trabajos de secundaria y preparatoria
a partir de seis pruebas estatales estandarizadas distintas. Su estudio patrocinado por la
Hewlett Foundation descubrió que la calificación de la máquina obtuvo resultados muy
cercanos a la calificación humana y, en algunos casos, produjo una calificación más
precisa. Sin embargo, Perelman descubrió que no se realizó ninguna comparación
estadística directa
entre los calificadores humanos y los programas. Aunque Shermis acepta que no se realizó
el análisis de regresión (debido a que las empresas de software impusieron esta condición
para permitir que él y Hammer evaluaran sus productos), no sorprende que acuse a
Perelman de evaluar su trabajo sin realizar una investigación sobre el suyo. De hecho,
Perelman realizó estudios sobre el calificador de trabajos electrónico (e-rater)
desarrollado por el Servicio de evaluación educativa (ETS): la única organización que le
permitiría acceso. El e-rater usa variedad sintáctica, estructura de discurso (como PEG) y
análisis de contenido (como IEA), y se basa en la tecnología de procesamiento del lenguaje
natural. Aplica el análisis estadístico a las funciones lingüísticas como formación de
argumentos y variedad sintáctica para determinar las calificaciones, pero también pondera
el vocabulario y el contenido tópico. En el mes que se le concedió, Perelman analizó los
algoritmos y jugó con el e-Rater, confirmando sus críticas anteriores. El principal problema
con los programas AES (hasta ahora) es que no pueden diferenciar la realidad de la ficción.
Por ejemplo, en respuesta a la
solicitud de un trabajo sobre las causas del pronunciado aumento en el costo de la
educación superior, Perelman escribió que el principal impulsor se debía a los avaros
asistentes educativos, cuyos salarios eran seis veces más altos que los de los presidentes
universitarios, con paquetes de beneficios exorbitantes como vacaciones en los mares del
Sur, jets privados y contratos de películas….
Lectura obtenida de: Sistemas de Información Gerencial (Kenneth C. Laudon, p 73)

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