Disposiciones para La Buena Muerte
Disposiciones para La Buena Muerte
Disposiciones para La Buena Muerte
1. DISPOSICIONES REMOTAS
Pensar todos los días en la muerte, que es: 1o, cierta; 2o, cercana; 3o,
engañosa, 4o, terrible; 5o, cruel; 6o, semejante a la vida.
Vivir bien, es decir: 1o, evitar el pecado mortal y el venial deliberado; 2o,
combatir la pasión dominante; 3o, amar la Cruz; 4o, recibir frecuentemente
los sacramentos; 5o, dedicarse a la oración y a la obediencia; 6o, tener una
gran devoción a la Santísima Virgen.
Hacer sin demora el propio testamento: 1o, hacer celebrar misas antes de
morir; 2o,pagar las deudas.
Ser fieles a ciertas prácticas piadosas de los santos, aptas para pensar en la
muerte y prepararse a ella. Así, por ejemplo: 1o, al acostarse, colocarse en la
posición de un muerto; 2o, considerar las enfermedades como compañeras
de la muerte;
2. DISPOSICIONES PRÓXIMAS
Si tu ya sabes hacer un examen de conciencia y tienes claro qué son los pecados,
puedes hacerlo solito, pero si no tienes claridad, te he escrito algunas preguntas
siguiendo los mandamientos para que lo vayas respondiendo como si fuera un
cuestionario y te vayas acordando de tus pecados con más facilidad, he puesto lo que
se me ocurre en general, pero tu puedes tener conciencia de otros pecados… es libre,
sólo es para ayudarte.
Examen de Conciencia siguiendo los mandamientos de la Ley de Dios
¿Cuánto hace que no me confieso?
¿Callé algún pecado grave por vergüenza?
¿He sido poco sincero procurando engañar al confesor en cosa importante?
¿He confesado las circunstancias que agravan el pecado, en personas, cosas,
situaciones o lugares?
¿Me he confesado sin arrepentimiento suficiente o sin propósito de
enmendarme?
¿He comulgado a sabiendas que estoy en pecado grave?
¿He cumplido las obligaciones que me ha dado el confesor?
¿Me he confesado seguido? ¿He dejado pasar más de un año sin confesarme?
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador y redentor mío, por ser Tú
quien eres y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte
ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar, confesarme, cumplir la
penitencia y apartarme de las ocasiones de ofenderte. Te ofrezco mi vida, mis obras
y trabajos en satisfacción de todos mis pecados, y confío que, en tu Bondad y
Misericordia infinitas, me los perdonarás por los méritos de tu preciosísima Sangre,
y me darás la gracia para nunca más pecar. Amén