Pruebas Funcionales de Estabilización Postural Según Enfoque DNS
Pruebas Funcionales de Estabilización Postural Según Enfoque DNS
Pruebas Funcionales de Estabilización Postural Según Enfoque DNS
INTRODUCCIÓN
Métodos clínicos de evaluación y documentación postural El manejo clínico de la disfunción del
sistema locomotor requiere el establecimiento de una base diagnóstica sobre la cual construir una
estrategia terapéutica. Los métodos de evaluación manual para localizar puntos sensibles en los
tejidos blandos, realizar pruebas de provocación del dolor y palpación del movimiento articular,
determinar el tono del tejido y el uso de evaluaciones de dispositivos de "baja tecnología" como la
goniometría o la inclinometría diseñadas para cuantificar la movilidad se pueden combinar con la
inspección visual de la postura y movimientos básicos (Lemeunier et al., 2018). Se han propuesto
varios protocolos de evaluación funcional, y a pesar de los problemas de fiabilidad y validez con
respecto al manual subjetivo (Koppenhaver et al., 2014; Telli et al., 2018; van Trijffel et al., 2014;
Wong y Kawchuk, 2017) y / o visual Metodologías de evaluación (Elgueta-Cancino et al., 2014;
Lemeunier et al., 2018; O'Leary et al., 2015; Rathinam et al., 2014; Roussel et al., 2007), los médicos
tienden a utilizarlas rutinariamente porque Las sofisticadas pruebas de laboratorio para examinar el
comportamiento motor tienen una utilidad limitada en la práctica clínica (Elgueta-Cancino et al.,
2014). Esto sugiere que la practicidad sigue siendo una prioridad, ya que los profesionales requieren
protocolos de evaluación claros y simples utilizando hojas para registrar y monitorear a sus
pacientes a lo largo del tiempo durante el manejo clínico intervencionista.
Varios conceptos de rehabilitación utilizan documentación de diagnóstico funcional personalizada
para evaluar la postura del paciente y los patrones de movimiento como base para sus
intervenciones terapéuticas. Por ejemplo, el concepto de Diagnóstico y Terapia Mecánica (MDT)
abarca la evaluación postural que se registra en formularios protegidos por derechos de autor. Se
informa que el sistema de evaluación MDT tiene una confiabilidad aceptable entre evaluadores
cuando lo aplican los terapeutas que han completado el examen de acreditación (Garcia et al.,
2018). Otro modelo de comparación es el enfoque basado en las estrategias de evaluación de
Janda, que incorpora un algoritmo clínicamente útil para la evaluación sistemática de la postura, el
equilibrio y la marcha, los patrones de movimiento, la longitud muscular y los tejidos blandos (Page
et al., 2010). Sin embargo, este concepto no proporciona una hoja de evaluación para todos los
dominios de evaluación, donde los resultados de la prueba del paciente podrían marcarse y
almacenarse. Además, aún no se ha determinado la confiabilidad intra e inter-examinador para los
protocolos Janda. La pantalla de movimiento funcional (FMSTM) evalúa diez patrones de
movimiento fundamentales. Con base en los puntajes de FMS, se pueden identificar individuos en
riesgo para determinar posteriormente estrategias de prevención y un programa de capacitación
funcional para mejorar el rendimiento. La hoja de puntuación de FMS registra los patrones de
movimiento del paciente tanto cuantitativa como cualitativamente (Cook et al., 2014a, 2014b) y se
informa que es una herramienta de detección confiable cuando la utilizan incluso profesionales no
capacitados (Leeder et al., 2016).
Cada vez más, los terapeutas que rutinariamente realizan evaluaciones de movimiento postural y
funcional han comenzado a usar herramientas de detección modernas disponibles como
aplicaciones móviles (Boland et al., 2016; Szucs y Brown, 2018). Dichas herramientas utilizan el
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análisis fotográfico para identificar el posicionamiento de los puntos de referencia anatómicos. El
uso de estas aplicaciones móviles de detección de postura demuestra una buena fiabilidad del
evaluador (Boland et al., 2016; Szucs y Brown, 2018). Además, es posible evaluar no solo la postura
de pie o sentado, sino también otras posiciones, como la sentadilla o la plancha de flexiones. Las
pantallas remotas permiten incluso una evaluación virtual y se puede imaginar razonablemente que
pronto se utilizarán ampliamente las herramientas digitales de detección postural de bajo costo que
requieren un entrenamiento formal mínimo. Estos ejemplos de evaluaciones funcionales
estructuradas, que permiten determinaciones de referencia objetivas consistentes para ambos
diagnósticos y una comparación posterior de la eficacia, pueden considerarse razonablemente
avances clínicos significativos en la evolución del tratamiento del sistema locomotor.
Postura óptima y estabilización del núcleo
A pesar del progreso organizacional como lo demuestran los diversos modelos de evaluación
funcional clínica anteriores, surge una deficiencia bastante evidente: ¿qué es una postura ideal?
Después de todo, la evaluación postural se considera una determinación crítica entre estos
enfoques. Dado que solo se puede determinar qué es patológico en relación con lo que es
fisiológico, no se puede exagerar la importancia de establecer parámetros convincentes de postura
fisiológica.
Boland afirma que las nuevas aplicaciones móviles fotográficas vendidas comercialmente permiten
la identificación de desviaciones de la postura ideal de pie (Boland et al., 2016).
Desafortunadamente, ese documento no proporciona ningún detalle que defina cuál puede ser una
postura óptima. En un artículo titulado "Un breve ensayo sobre la postura y el movimiento" publicado
hace más de 40 años, el autor JP Martin afirma que la postura debe considerarse como una función
en sí misma y no simplemente como un componente del movimiento (Martin, 1977). La postura es
una función humana fundamental que generalmente requiere una conciencia consciente mínima,
aborda las fuerzas físicas, los principios de la mecánica y también la necesidad de movimiento
voluntario (Martin, 1977). Cada movimiento voluntario requiere el apoyo postural dentro del campo
gravitacional, durante el cual no estamos, o solo mínimamente, conscientes (Martin, 1977). Aún así,
más de 40 años después, la definición exacta de la postura óptima sigue siendo nebulosa debido a
la variabilidad postural extrema. Numerosos autores enfatizan las situaciones posturales más
comunes, como estar de pie y sentado (Claus et al., 2009; Czaprowski et al., 2017; D'amico et al.,
2018; Korakakis et al., 2019; MD, 1974), evaluando actividad muscular y tono (Korakakis et al.,
2019; Koskelo et al., 2007; O'Sullivan et al., 2012, 2006), evaluando las curvas espinales y midiendo
varios ángulos corporales (Boland et al., 2016; Claus et al. ., 2009; D'amico et al., 2018; Korakakis
et al., 2019; O'Leary et al., 2015; O'Sullivan et al., 2006) o analizando parámetros de equilibrio
(D'amico et al., 2018; Hsu et al., 2007).
El control postural está directamente relacionado con la estabilización del núcleo (Dastmanesh et
al., 2011). Kahraman y su equipo propusieron los siguientes cinco componentes diferentes para
evaluar la estabilidad del núcleo: fuerza, resistencia, flexibilidad, control motor y función. Entre estos,
sugirieron que las pruebas de estabilidad de resistencia son las más confiables (Ozcan Kahraman
et al., 2016). Pero aquí nuevamente, falta la definición exacta del estereotipo óptimo de estabilidad
central porque no existe un estándar de evaluación funcional (Cook et al., 2014b). Sin embargo, el
progreso continuo con respecto a la función postural y central óptima es una prioridad porque
muchas personas pueden entrenarse en patrones defectuosos o simplemente no pueden corregir
estos compromisos durante los programas de rehabilitación, fuerza y acondicionamiento (Cook et
al., 2014b). Ergo, tal entrenamiento de mal patrón puede reforzar el problema (dolor, debilidad,
rendimiento comprometido) en lugar de optimizar la función. Ergo, reconocer patrones motores
defectuosos y definir los "eslabones débiles" se considera razonablemente obligatorio para la
corrección y mejora postural y central fundamental.
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Aspectos de kinesiología del desarrollo.
Una estrategia para definir una postura óptima se basa en la kinesiología del desarrollo. La
ontogénesis postural define la maduración de la postura corporal, con el objetivo principal de
establecer una locomoción humana eficiente. La activación de la musculatura postural depende de
la maduración del sistema nervioso central (SNC) (Ivanenko y Gurfinkel, 2018; Kobesova y Kolar,
2014; Safarova et al., 2016). Los humanos son esqueléticamente inmaduros al nacer y la
maduración morfológica osteogénica óptima está fuertemente influenciada por la coordinación
muscular entre los músculos locales y distantes durante todas las fases del movimiento (Croix y
Korff, 2013). La calidad de la coordinación muscular influye mucho en la función articular, que
posteriormente define los parámetros articulares anatómicos y biomecánicos del desarrollo. Según
Cook, “el desarrollo postural ocurre de proximal a distal, el bebé aprende a estabilizar primero las
articulaciones proximales en la columna vertebral y el torso y, finalmente, las articulaciones distales
de las extremidades. Esta progresión ocurre debido a la maduración y el aprendizaje. El bebé
aprende movimientos fundamentales respondiendo a una variedad de estímulos, a través del
proceso de aprendizaje motor del desarrollo. A medida que progresa el crecimiento y el desarrollo,
el proceso proximal a distal se vuelve operativo y tiende a revertirse. El proceso de regresión del
movimiento evoluciona lentamente en dirección distal a proximal. Esta regresión ocurre a medida
que los individuos gravitan hacia habilidades y movimientos específicos a través del hábito, el estilo
de vida y el entrenamiento ”(Cook et al., 2014b). Por lo tanto, los principios neurofisiológicos y
biomecánicos son aspectos clínicamente importantes en el diagnóstico funcional y el tratamiento de
los trastornos musculoesqueléticos.
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Los diagnósticos de DNS se basan en una comparación del patrón de estabilización postural del
individuo con el patrón de estabilización del desarrollo observado en bebés sanos (Kobesova et al.,
2014). El tratamiento manual de DNS utiliza ejercicios funcionales específicos para mejorar la
estabilidad de la columna y las articulaciones al enfocarse en el sistema de estabilización integrado
(Frank et al., 2013). Aunque la confiabilidad estadística de las pruebas de DNS es limitada (Cha et
al., 2017) buen efecto de los procedimientos terapéuticos de DNS (Cha et al., 2018; Davidek et al.,
2018; Juehring y Barber, 2011; Kim et al., 2017 ; Kobesova et al., 2018, 2015; Oppelt et al., 2014;
Son et al., 2017; Yoon and You, 2017) sugiere la utilidad clínica de las pruebas de DNS desde la
terapia, capacitación y corrección individual de los clientes en el Los estudios enumerados
anteriormente siempre se basaron en pruebas funcionales de DNS. Se ha llevado a cabo un estudio
que explora la confiabilidad de las pruebas de DNS individuales. El propósito de este documento es
describir las pruebas funcionales de DNS en detalles ofreciendo un manual práctico para el trabajo
clínico. En un futuro próximo se presentará un documento que informa la confiabilidad entre
examinadores de cada prueba. Aquí hay una descripción general de 11 pruebas de estabilización
funcional de acuerdo con el concepto DNS. Una presentación óptima de cada prueba se explica
inicialmente para cada prueba desde una perspectiva de desarrollo, seguida de la descripción del
procedimiento de prueba. Finalmente, los signos comunes de las presentaciones patológicas se
describen en detalle.
El objetivo de estas pruebas funcionales es establecer las normas para una postura y movimiento
ideales con el entendimiento de que pocas personas mostrarán el patrón ideal con todas las pruebas
funcionales. Más bien, es importante darse cuenta de que la estrategia subyacente para las
evaluaciones funcionales de DNS son de naturaleza cualitativa, lo que requiere una amplitud
razonable de variación funcional dentro de cada prueba. Las variaciones individuales como el tipo
de cuerpo, la edad, el estilo de vida, el acondicionamiento y las actividades deportivas pueden influir
en la aplicación individual de la función eficiente del sistema locomotor. Uno puede apreciar tal
amplitud de forma y función simplemente observando variaciones en los patrones individuales entre
los atletas de élite, incluso dentro del mismo deporte. Con esto en mente, estas pruebas propuestas
ayudan a establecer una línea de base funcional que permite al cliente o al paciente visualizar tanto
las posturas defectuosas como las mejoradas al utilizar al bebé en desarrollo como modelo. En
lugar de ser estigmatizados al sentir que uno está "roto" o "irreparable" por sus propios resultados
de evaluación comprometidos, pueden ser alentados al imaginar ganancias funcionales
razonablemente alcanzables dentro de un espectro fisiológico bastante amplio de patrones
posturales y de movimiento. Esto es particularmente importante para aquellos individuos con
trastornos neurológicos con impedimentos permanentes donde las compensaciones por esos
impedimentos son necesarias para permitir que el individuo alcance un mayor nivel de función.
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el movimiento del hombro. Al mismo tiempo, el evaluador puede palpar los espacios intercostales
inferiores y / o la ingle superior. La imagen muestra un patrón óptimo.
Fig. 3: signos comunes de estereotipo patológico: el cofre se mueve hacia arriba; nulo o muy poco,
ensanchamiento de los espacios intercostales inferiores; los hombros se mueven hacia arriba y
hacia la protracción durante la inhalación; la onda de inhalación no llega tan lejos como la pared
abdominal inferior (ingle).
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4. Prueba de flexión de cadera
Fig. 10: Definición del patrón óptimo desde la perspectiva del desarrollo: a los 9 meses, el bebé
puede sentarse con control total y una postura estable. El pecho y la pelvis permanecen en
posiciones neutrales, sus ejes paralelos y la columna vertebral erguida, con una coordinación ideal
entre todos los estabilizadores como se describió anteriormente que se mantiene en todo momento.
El bebé puede levantar una pierna sobre la superficie de soporte durante la cual se produce una
flexión aislada de la cadera sin movimiento simultáneo de la columna vertebral o la pelvis.
Fig. 11: Procedimiento de prueba: el individuo que se está evaluando está sentado, los brazos y las
piernas relajados, las piernas no tocan el suelo, la columna está erguida. El clínico le indica al
individuo que levante lentamente una pierna (aproximadamente de 10 a 20 cm) y luego la otra
pierna. El clínico evalúa visualmente cualquier movimiento espinal y pélvico y palpa las secciones
latero-dorsales de la pared abdominal (como en la prueba de diafragma). La imagen muestra un
patrón óptimo.
Fig. 12: signos comunes de estereotipo patológico: incapacidad para mantener la columna erguida
y la pelvis estable; desplazamiento lateral del tronco; actividad insuficiente o asimétrica de las
secciones laterodorsal de la pared abdominal.
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6. Prueba de flexión de tronco y cuello
Fig. 16: Definición del patrón óptimo desde la perspectiva del desarrollo: la flexión aislada de la
cabeza en posición supina comienza entre las 4 y 6 semanas de edad, pero la flexión del tronco se
realiza más tarde a los 5 meses. Durante este movimiento, los flexores cervicales profundos realizan
una estabilización esencial y la activación sinérgica y no dominante de los esternocleidomastoides
(SCM) y el escaleno contribuyen a la flexión del cuello. La flexión del cuello se realiza
proporcionalmente en todos los segmentos de la columna cervical, incluidos los segmentos
torácicos superiores, y el mentón se mueve hacia la fosa yugular. El movimiento de la cabeza es de
una trayectoria de arco, mientras que la barbilla se pliega. La actividad equilibrada de todas las
secciones abdominales ocurre de la manera descrita en pruebas anteriores, mientras que el ombligo
permanece en una posición neutral. La caja torácica permanece estable, caudal y no migra
cranealmente. La unión toracolumbar se adhiere a la mesa como resultado del aumento de la
presión intraabdominal. Las eslingas oblicuas del músculo abdominal (oblicuo abdominal externo e
interno, músculos transversales del abdomen) estabilizan las costillas inferiores, evitando su
elevación durante el movimiento de flexión. Todo el movimiento es suave y sin esfuerzo.
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Fig. 17: Procedimiento de prueba: el individuo en decúbito supino, con los brazos relajados a lo
largo del tronco, recibe instrucciones de flexionar lentamente el cuello y el tronco, hasta que los
ángulos escapulares inferiores salgan de la mesa. Las imágenes representan un patrón óptimo.
Fig. 18: Signos comunes de estereotipo patológico: Protrusión debido a la debilidad de los flexores
profundos del cuello que se compensa con hiperactividad esternocleidomastoidea; elevación del
tórax como resultado del desequilibrio entre los fijadores del tórax superior (pectorales, trapecio
superior, SCM, escaleno) y los fijadores del tórax inferior (músculos abdominales, diafragma)
predominando los fijadores superiores; ensanchamiento de las costillas inferiores, movimiento
cefálico del ombligo debido a la hiperactividad de la parte superior del recto abdominal. Los
evaluadores pueden evaluar el patrón de estabilización desde un lado y desde arriba.
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Fig. 22: Definición del patrón óptimo desde la perspectiva del desarrollo: a los 6 meses, el bebé
puede usar ambas manos para apoyarse en la posición de decúbito prono, pero aún no ha obtenido
el apoyo de una sola mano. Con ambas manos requeridas para apoyo y ninguna disponible para
alcanzar y agarrar, el bebé puede mostrar el "patrón de natación" en un esfuerzo por, por ejemplo,
alcanzar un juguete. En el patrón de natación, toda la columna se extiende con ambos brazos
alejándose de la mesa hacia la extensión mientras gira externamente los hombros ". La extensión
proporcional de todos los segmentos espinales ocurre con la cabeza en una posición neutral. El
movimiento es rápido pero suave, la pelvis mantiene su posición neutral con la parte inferior del
tórax, el abdomen anterior, la sínfisis púbica y las espinas ilíacas superiores anteriores que sirven
de soporte. El movimiento se asegura mediante la actividad coordinada de los músculos
paraespinales, las secciones dorsolaterales de la pared abdominal y los músculos isquiocrurales.
Los omóplatos permanecen en una posición neutral, con los bordes escapulares medianos paralelos
a la columna vertebral.
Fig. 23: Procedimiento de prueba: el individuo evaluado se encuentra en posición prono con los
brazos relajados a lo largo del tronco. Luego, el individuo levanta la cabeza y extiende ligeramente
la columna vertebral. El evaluador evalúa visualmente el patrón de estabilización desde un lado y
desde arriba y también puede palpar secciones latero-dorsales de la pared abdominal. La imagen
muestra un patrón óptimo.
Fig. 24: Signos comunes de estereotipo patológico: el movimiento no es suave, la mayor extensión
ocurre en las uniones cervico-craneales y cervico-torácicas, mientras que la extensión en los
segmentos torácicos superior y medio es limitada o inexistente; inclinación pélvica anterior;
elevación y retracción de los omóplatos con bordes mediales sobresalientes, actividad insuficiente
o asimétrica de las secciones latero-dorsales de la pared abdominal, hiperactividad de los músculos
isquiocrurales.
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9. Prueba de posición cuadrúpeda
Fig. 25: Definición del patrón óptimo desde la perspectiva del desarrollo: cuando los bebés alcanzan
por primera vez el soporte cuadrúpedo, generalmente a la edad de 7 meses, todavía tienen que
adquirir el soporte diferenciado y la función de avance progresivo del gateo, y en su lugar realizarán
movimientos de balanceo. La columna vertebral se alarga con la cabeza en el plano neutro y el peso
proporcional que soporta las palmas de las manos, tenar e hipotenar están igualmente cargados
con los dedos extendidos. Los omóplatos se adhieren a la caja torácica en una posición neutral con
los bordes medianos casi paralelos a la columna vertebral. La unión toracolumbar es firme y estable.
La pelvis permanece en una posición neutral debido al equilibrio entre los músculos paraespinales
y la actividad de todos los músculos que regulan la presión intraabdominal.
Fig. 26: Procedimiento de prueba: el individuo que se evalúa está en posición cuadrúpeda utilizando
las manos y las rodillas como apoyo. Luego, él o ella lentamente mueve su cabeza y tronco hacia
adelante y permanece en esta posición durante 30-50 segundos. El evaluador evalúa el patrón de
estabilización desde el frente y desde el costado. La imagen muestra un patrón óptimo.
Fig. 27: Signos comunes de estereotipo patológico: hiperextensión cervical, llevando la cabeza a la
reclinación; carga desigual de las palmas, generalmente con hipotenar sobrecargado mientras la
eminencia tenar pierde contacto con la superficie de soporte, flexión de los dedos; discinesia
escapular ("aleteo"), elevación escapular y rotación externa; la unión toracolumbar cae hacia abajo;
inclinación pélvica anterior.
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10. Prueba de posición del oso
Fig. 28: Definición del patrón óptimo desde la perspectiva del desarrollo: a los 12 meses, los bebés
usan la posición del oso para pasar del cuadrúpedo a la posición en cuclillas y luego para pararse.
El soporte está en manos y pies. Las manos soportan el peso por igual en almohadillas tenar e
hipotenar. Los omóplatos están en una posición neutral, adheridos a la caja torácica, con bordes
medianos casi paralelos a la columna vertebral. Se establece la carga de peso proporcional de los
pies, las rodillas están alineadas con los pies, las caderas están ligeramente flexionadas con la
pelvis situada más arriba que la cabeza. La cabeza está en posición neutral. La columna vertebral
es alargada y recta. El cofre está situado en la posición neutral.
Fig. 29: Procedimiento de prueba: se le pide al individuo que está siendo evaluado que apoye desde
las manos hasta los pies con las caderas y rodillas ligeramente flexionadas. La pelvis se coloca más
arriba que la cabeza. La posición se mantiene durante unos 60 segundos. El evaluador evalúa el
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patrón de estabilización desde el frente, desde atrás y desde el costado. Las imágenes representan
un patrón óptimo.
Fig. 30: signos comunes de estereotipo patológico: reclinación de la cabeza debido a la debilidad
de los flexores profundos del cuello y la actividad excesiva de los extensores del cuello; hipercifosis
torácica o hiperlordosis lumbar; rotación interna en las articulaciones de la cadera sacando las
rodillas de la posición neutral, las rodillas no están alineadas con los pies sino que colapsan
medialmente; descentración de tobillo y pie que causa la posición del pie valgo
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CONCLUSIÓN
La evaluación de DNS se basa en la comparación del patrón estabilizador del paciente con el patrón
estabilizador de un bebé sano. Este artículo presenta un conjunto de diagnóstico funcional que
comprende once pruebas de DNS que analizan la calidad de la estabilización postural que ayuda a
definir los enlaces clave de la disfunción. Propone una hoja de evaluación (Fig. 34) que todo clínico
puede usar en la práctica para una evaluación rápida de los patrones de estabilización postural de
un individuo. También puede servir para una reevaluación después del tratamiento.
En la práctica clínica, cualquier posición puede compararse con una posición de desarrollo y
cualquier signo clínico puede evaluarse en cada posición. Con base en la experiencia clínica,
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describimos las pruebas utilizadas con mayor frecuencia y los signos que se monitorean mejor en
las posiciones de prueba particulares. Para mayor claridad y brevedad, este documento presenta
principalmente una evaluación visual para la mayoría de las pruebas, mientras que en la práctica
clínica, la palpación es tan importante como la evaluación visual. En cada posición descrita, la
evaluación de la palpación se puede aplicar para evaluar la regulación de la presión intraabdominal
(como se describe en las pruebas 2 y 3) y la distribución del tono muscular. El objetivo de este
trabajo es presentar un protocolo clínicamente útil para evaluar el patrón de estabilización de un
individuo.
RELEVANCIA CLÍNICA
· Este documento proporciona un enfoque práctico para el componente de evaluación postural del
examen físico.
· A pesar de la utilidad común de la evaluación postural, persisten los desafíos para determinar
metodologías válidas y confiables para establecer la línea de base y las medidas de comparación
posteriores. Este artículo presenta un modelo lógico de evaluación basado en estándares
kinesiológicos de desarrollo bien establecidos.
· Se presenta un formulario de evaluación práctica que permite a los médicos documentar
eficientemente sus hallazgos.
AGRADECIMIENTOS
Este estudio fue apoyado por la Fundación "Movimiento sin ayuda", Praga, República Checa, y por
una beca PROGRES Q41.
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