Fis Mod D
Fis Mod D
Fis Mod D
Patricio Cordero S.
Departamento de Fı́sica
Universidad de Chile *
versión muy incompleta
1
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Índice
3. La transformación de Lorentz 18
4. Lı́neas de universo 19
5. Tiempo propio 19
7. Ilustraciones 21
7.1. Vida media y partı́culas veloces . . . . . . . . . . . . . . . 21
7.2. Efecto Doppler . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
8. Suma de velocidades 23
él.
Lo fundamental es darse cuenta que todo comienza a partir de la ob-
servación y del afán de poder llegar a “explicar” lo que se observa, es-
to es, tener un modelo con alguna lógica interna del cual el resultado de
nuevas observaciones puedan ser inferidas del modelo. De la observación
de ciertos fenómenos naturales vamos poco a poco extrayendo conceptos
o elementos que nos parecen importantes para describir lo que estamos
observando. En la ciencia moderna se trata de asociar a cada concepto
básico un método de medición, es decir, lo observado puede ser medido y
ası́ podemos hacer una descripción cuantitativa de lo observado. Aislando
un fenómeno que puede ser observado repetidas veces se inicia el pro-
ceso de acumulación de datos numéricos, tabulación, y cualquier otro tipo
de anotaciones sobre descripción del fenómeno de interés. Este proceso
de acumulación de datos puede durar desde meses a generaciones. Un
ejemplo notable, de tantos otros, es el caso de Tycho Brahe que por toda
una vida anotó la posición de los planetas en el cielo, datos que fueron
fundamentales para Kepler quién formuló las leyes sobre el movimiento
de los planetas. Es siempre la acumulación de datos, resultado (normal-
mente de miles) de observaciones lo que permite dar el próximo paso: la
formulación de leyes de comportamiento del objeto estudiado. Estas son
las primeras leyes cientı́ficas, las que podemos llamar leyes fenomenológi-
cas. Son el segundo hito en el desarrollo cientı́fico, siendo el primero la
observación inicial que concentra la atención en un nuevo fenómeno. La
formulación de una ley fenomenológica envuelve un salto discontinuo en
el sentido que la ley siempre dice infinitamente más que el número nece-
sariamente finito de datos experimentales utilizados para llegar a ella.
Al formular una ley se filtran elementos ideales en la ciencia y por lo
tanto el buen cientı́fico debe estar atento para mantener este peligro ba-
jo control. Incluso los conceptos mismos, los conceptos básicos y que
pueden parecer fundamentales pueden contener un cierto grado de ide-
alización. El concepto de medida, por ejemplo, es criticado y fundamen-
talmente revisado al formular la mecánica cuántica; el concepto de tiem-
po y simultaneidad es modificado al formular relatividad, etc. Evidente-
mente cuando, por ejemplo, Coulomb planteó la ley de atracción de car-
gas eléctricas (proporcional al inverso del cuadrado de la distancia) no
pudo basarse sino en datos que se referı́an a distancias ni muy pequeñas
ni muy grandes. Sin embargo, la Ley de Coulomb se supuso, con gran
teoria
conceptos prediccion
Observacion
No siempre son solo las leyes las que deben revisarse después que
nuevos experimentos conducen a una crı́tica a lo establecido. Hay veces
que los conceptos mismos deben ser cambiados, como ya se mencionó al
hablar de idealizaciones. Después de un proceso de pulido muy fino una
teorı́a puede quedar tan bien formulada que, por mucho tiempo, no sea
necesario perfeccionarla. Eso pasó especialmente con la mecánica de
Newton. Surgen entonces corrientes filosóficas que comienzan a justificar
el carácter fundamental, eterno e ideal de la teorı́a y todos sus conceptos
y leyes. Las cosas absolutas e inmutables toman un valor especial en la
imaginación de esa época.
Es inevitable, empero, que el avance cientı́fico acarree un avance tec-
nológico y este avance permite experimentos más refinados que permiten
hacer nuevos descubrimientos, nuevas observaciones u observaciones
más refinadas de fenómenos ya conocidos y ası́ se haga necesaria una
adaptación de la teorı́a aceptada para explicar lo nuevo. Estas adapta-
ciones se hacen para resolver abiertas contradicciones entre predicción y
observaciones. Ası́ ocurrió, por ejemplo, con el corrimiento del perihelio de
la órbita del planeta Mercurio. Este fenómeno estaba contra la predicción
newtoniana de que las órbitas debı́an ser elipses perfectas. Se trató en-
tonces de explicar este fenómeno como un efecto de la no esfericidad
del sol. Hoy sabemos que debı́a nacer una nueva teorı́a para dar clara
explicación a esta observación.
Sucede que toda teorı́a admite un cierto grado de adaptación—peque-
ños cambios cuantitativos en sus predicciones—para poder mantenerse
válida, sin que haya contradicción entre lo predicho y lo observado. Pero
llega un momento en que ya no es posible adaptar más la teorı́a vigente.
Ya no es cuestión de hacer más cambios cuantitativos sino que algo más
profundo es necesario. Una nueva teorı́a es forzada por las contradic-
ciones. El estado del conocimiento cientı́fico obliga a dar un salto brusco:
un cambio cualitativo en la concepción de la naturaleza. Es el momento
del quiebre de la vieja teorı́a y una, o pocas personas, normalmente los
más claros cientı́ficos jóvenes de la época, se dan cuenta de la necesidad
de reformular todo el marco cientı́fico en esa área y ellos pasan a formular
la nueva teorı́a, la que queda en la historia asociada al nombre de esos
cientı́ficos.
Para comprender el desarrollo de la ciencia, para comprender también
que las nuevas teorı́as no surgen porque en esa época existe un genio
que antes no existı́a, sino que el cambio es el resultado de un largo pro-
ceso en que se ha ido acumulando experiencia por un lado, se ha hecho
avances tecnológicos y se ha ido mellando los simientos de la teorı́a vi-
gente por otros. Además poco antes del nacimiento de una nueva teorı́a,
y como parte del “parto” de ella, se comienza a desarrollar nuevos con-
ceptos o bien se revisa profundamente algunos de los ya existentes. Es
por esto que suele suceder que una teorı́a surja en más de un centro
cientı́fico casi simultaneamente. No es una casualidad, sino un produc-
to de condiciones creadas que empujan hacia la nueva formulación. Ein-
stein, al formular la relatividad en 1905 no sabı́a que Poincaré casi un año
antes habı́a hecho una buena parte de ese trabajo. En mecánica cuántica
también se dió el caso que Heisenberg y Schrödinger hicieron descubrim-
ientos teóricos complejos simultáneamente y equivalentes. Hoy en dı́a es
permanente que ocurran descubrimientos y avances en más de un lugar
a la vez, después de años en que se habı́a buscado resolver una interro-
gante.
Hoy resultarı́a infantil suponer que pueda existir una teorı́a de carácter
permanente. En ciencia ya no es serio pensar en una teorı́a vigente sino
como una etapa en el desarrollo experimental-intelectual que enriquece
nuestro conocimiento de la naturaleza, etapa que tarde o temprano va a
ser superada.
Hay que dejar constancia además, que normalmente toda nueva teorı́a
“contiene” a la anterior como una aproximación válida bajo ciertas condi-
ciones especiales. Debido a esto, muchos cálculos prácticos se prefiere
usar la vieja teorı́a, que por ser más simple de utilizar, hace más fácil el
trabajo. Ası́ en los cálculos de una esturctura de hormigón un ingeniero
no considera efectos relativistas ni efectos cuánticos.
Recapitulando, podemos decir que las teorı́as están muy lejos de ser
el capricho de sus “creadores oficiales”—como algunos platónicos o ide-
alistas podrı́an creer—sino que están profundamente enraigadas en miles
de observaciones y cientos de leyes y una acumulación de intentos falli-
dos de construir explicaciones adecuadas. También serı́a ingenuo que un
cientı́fico se planteara hacer una nueva teorı́a sin que haya razón profunda
para ello. No en toda época están dadas las condiciones de desarrollo de
contradicciones para que se pueda dar un salto hacia adelante; en casi
y′ = y
z′ = z
q
donde γ = 1/ (1 − cv2 y eran las mismas en todos los laboratorios, sin
2
dad debe ser muy grande para que el efecto sea notable. Si tomamos la
velocidad de la Tierra en su órbita : 30 Km/seg se puede ver que la diferen-
cia entre la transformaciones de Galileo y la de Lorentz está en la relación
1 a 200.000.000 con respecto a lo corregido. De esta manera compren-
demos por qué hasta entonces no se habı́a detectado algún efecto que
hiciera necesario dudar de la transformación de Galileo.
En 1898 Poincaré afirmó que “es muy probable que los fenomenos
ópticos dependan solo de los movimientos relativos de los cuerpos ma-
teriales, fuentes luminosas y aparatos opticos envueltos”, con la impli-
cación de que el movimiento “absoluto” era en principio indetectable en
lo que a fenómenos ópticos concernı́a. Sospechó además que no solo los
fenómenos ópticos sino cualquier otro tipo de fenómenos iban a fallar en
el intento de detectar movimiento absoluto.
En 1900 Poincaré dijo “¿Existe realmente nuestro eter? No creo que
mediciones más precisas puedan revelar alguna cosa más allá de movi-
miento relativo”. Y finalmente en 1904 enunció un nuevo principio: “Las
leyes de los fenómenos fı́sicos deben ser las mismas para un observador
“fijo” que para un observador que posee un movimiento relativo uniforme
de traslación”. Agregando: “debe surgir una dinámica enteramente nueva
que estará caracterizada sobre todo por la regla de que ninguna velocidad
puede ser mayor que la de la luz”.
Precisamente esto fue lo que hizo Einstein en 1905. Cambió la mecá-
nica tomando como base las transformaciones de Lorentz en lugar de
las de Galileo, unificando, en cierto modo, la descripción de las leyes
electromagnéticas y mecánicas. Einstein eliminó totalmente de la fı́sica
el concepto de eter por innecesario ya que ninguna de sus supuestas
propiedades era detectable. Einstein además notó que las transforma-
ciones de Lorentz eran condición necesaria y suficiente para que la veloci-
dad de la luz sea una magnitud absoluta, independiente de la velocidad de
la fuente luminosa o del estado de movimiento relativo del observador. En
lugar de postular entonces las transformaciones, postuló la constancia de
la velocidad de la luz y luego dedujo elegantemente las transformaciones
de Lorentz. Se dice que Einstein no conocı́a ni el trabajo de Poincaré de
1904 ni el trabajo de Lorentz, también de 1904.
En 1905 Einstein tenı́a 26 años y se acababa de doctorar. No habı́a
logrado conseguir trabajo en ninguna universidad por lo que estaba traba-
3. La transformación de Lorentz
Las dos primeras relaciones, que son las no triviales, se pueden escribir
en la forma,
x0′ = x0 cosh θ − x sinh θ (3.11)
x′ = x cosh θ − x0 sinh θ (3.12)
con tal que se defina
cosh θ = γ , sinh θ = β γ (3.13)
4. Lı́neas de universo
5. Tiempo propio
tiempo
caso de la lı́nea de universo recién descrita, en-
tonces (5.1) carece de sentido ya que v = v(t) y por
lo tanto γ = γ (t). En tales casos de debe escribir espacio
dt = γ d τ (5.2)
tiempo
jerı́a que τ0 segundos después detona una bomba
en la nave. Veamos dónde están las coordenadas
(t, x) de las detonaciones de las distintas naves, vis-
espacio
tas desde el sistema K. La pregunta es ¿cuáles son
las coordenadas (x0 , x) de las detonaciones (x0′ =
τ0 , x′ = 0)? La coordenada x′ son nulas porque las
bombas están en reposo en cada nave K ′ y lo más
cómodo es tomar el origen de coordenadas espa- Figura 4: La hipérbo-
ciales O ′ en la posicón de la bomba. Las ecuaciones la representa los
que se tiene son puntos espacio-
temporales donde
cτ0 = γ x0 − β x
explotarı́an bombas
0 = γ x − β x0 (5.4) con el mismo τ0 de
tiempo de explosión,
2
De aquı́ es fácil demostrar que x0 − x2 = c2 τ02 . Es todas inicializadas
decir, el lugar geométrico en (x0 , x) de los puntos cuando pasaron por el
donde explotan las bombas según la velocidad de origen, pero a distintas
las naves, es una hipérbola, como se aprecia en la velocidades.
figura 4. Con transformaciones de Galileo, en lugar
de una hipérbola se tendrı́a una simple lı́nea horizontal en x0 = cτ0 .
7. Ilustraciones
Problema: Cuando una lancha va a una velocidad mayor que la velocidad de las ondas
superficiales del agua, se crea un frente en forma de V con vértice en la lancha. Cuando
un electrón atraviesa un medio de ı́ndice de refracción n, con una velocidad v > c/n
se crea, debido a la misma razón, un frente de radiación electromagnética, ya que la
velocidad de la luz en ese medio (velocidad de grupo) es c/n. Esta radiación, observable
en las piscinas de refrigeración en plantas nucleares, se llama radiación de Cherenkof.
Determine el ángulo del cono de radiación en términos de β = v/c y de β ′ = 1/n.
8. Suma de velocidades
Esto sugiere inmediatamete que las velocidades no son tan buenos parámet-
ros como los θ asociados ya que el θ2 resultante se obtiene de la suma
(resta) de los dos θ s involucrados. Esta sı́ es una relación lineal.
9.1. Simultaneidad
t1 t2
T2
T1 X2
A2
B2
A1
B1 X1
Figura 5: Los ejes (X1,t1) y (X2,t2) corresponden a distancias y tiempos en los sistemas
S1 y S2 que se mueven con una velocidad relativa uniforme v.
En K ′ el suceso P tiene coordenada cero x0P ′ (x0P ′ = γ x0P − β xP y en
este sistema son simultáneos los sucesos con coordenada cero x0P ′ y
cualquier coordenada espacial. Ellos definen, en el plano (0, 1)K la rec-
ta x0P ′ = γ x0P − β xP . Esta recta tiene una pendiente dx0 /dx = β < 1.
Supongamos dos eventos P1 y P2 son simultáneos con respecto a algún
sistema de referencia inercial. Es fácil convencerse que existe un sistema
3
xµ ′ = ∑ Λµ ν xν (9.2)
ν =0
tal que
3 3
∑ gµν xµ xν = ∑ gµν xµ ′ xν ′ (9.3)
ν , µ =0 ν , µ =0
donde g es la matriz
1 0 0 0
0 −1 0 0
g=
0 0 −1 0
(9.4)
0 0 0 −1
α x′ = x − vt (10.1)
α x = x′ + vt ′ (10.2)
dx′ V −v
V′ = = (10.4)
dt ′ 1 − Vv (1 − α 2 )
que relaciona las componentes [0] y [1] de dos sistemas de referencia con
velocidad relativa adimensional β = tanh θ .
ΛT g Λ = g (10.7)
Λ0 0 ≥ 1 o bien Λ0 0 ≤ −1 (10.12)
a2 = gµν aµ aν (10.14)
11.1. Cuadrivelocidad
u′ = γ (u − β u0 ) (11.2)
u2 = c2 (11.3)
11.2. Momentum
f (0) = m (11.5)
y dy′ dy
Va antes ′ = ′
= ′
dt dt
1 y
= V (11.7)
γ a antes
es decir,
w
v tan α = (11.8)
γ
de aquı́ que
2 q
~Vb antes = v2 + w2 /γ 2 (11.9)
f (v2 ) = m γ (11.12)
pµ = m uµ p0 = m c γ (11.14)
y por tanto,
p2 = m2 c2 (11.15)
~p = m′~V con
m
m′ ≡ γV m = p (11.16)
1 −V 2 /c2
11.4. La transformación
donde
~β = ~v (11.19)
c
La misma transformación también puede escribirse usando objetos
tetradimensionales 0′
x
x1′
x2′ (11.20)
x3′
que más compactamente se escriben en la forma
!
γ −γβ i
x0′ x0
= γ i j (11.21)
x j′ −γβ j δ − 1−
i j
β2
ββ xi
Hacia fines del siglo XIX se habı́a alcanzado una sensación de que ya
la fı́sica era una ciencia que habı́a alcanzado su culminación, que todas
las grandes leyes y principios básicos de la naturaleza se conocı́an y lo
único que quedaba por hacer era rellenar los detalles y encontrar la man-
era de dar explicación práctica, en base a tales principios, a los fenómenos
de la fı́sica que se conocı́a.
Habı́a sido una formidable empresa en la que se fue abriendo camino
a partir de lograr incorporar a un marco teórico cada nueva ley que se
detectaba. Un ejemplo notable de este tipo de avance se dió, por ejemplo,
en la forma como electromagnetismo se desarrolló particularmente en el
mismo siglo XIX culminando, después de arduo trabajo y una infinitud
de experimentos hecho por grandes fı́sicos en distintos paı́ses, en las
ecuaciones de Maxwell.
Las nuevas leyes, como la ley de Coulomb por ejemplo, ingresaban co-
mo aportes que no destronaba nada anterior. En ese sentido, las nuevas
leyes eran aceptadas y bienvenidas aun cuando puede haber habido algún
tipo de disputa en casos particulares.
El ejemplo de electromagnetismo es un buen ejemplo del desarrollo
de la fı́sica porque además de irse incorporando poco a poco leyes que
permitı́an ir cubriendo los fenómenos conocidos, permitı́an ir creando un
marco coherente. A Maxwell le tocó, en la etapa final, darse cuenta que no
frecuencia
hν (13.1)
α ν3
ρ=
ehν /kT − 1
La ley de Wien de 1896 establecı́a que la intensidad luminosa era I ∼
ν 5 e−c2 ν /T .
Hoy se cree que el univero nació hace alrededor de 20 000 000 000 años
(y también se cree que nuestro Sol y sistema solar tienen una edad de
poco más de 4 000 000 000 años). Se piensa que el universo nació como
una gran explosión (el Bing Bang). La radiación que produjo esa explosión
tendrı́a que tener un espectro al estilo de la calculada por Planck y en
1948 George Gamow junto a dos estudiantes determinaron que hoy dı́a
esa radiación debiera aun ser detectada y debiera corresponder aprox-
imadamente 5o K. Este resultado fue totalmente desdeñado como mera
fantası́a especulativa y nadie buscó tal radiación. Ella, sin embargo fue
detectada por mero accidente en 1965-7 y resultó corresponder a 2.7oK.
m c2
E=q
2
1 − vc2
m 2 3m 4
La diferencia K = E − m c2 = 2 v + 8c2 v + . . . es la energı́a cinética rela-
tivista.
Preocupado Einstein por la credibilidad que pudiera tener esta con-
clusión, sugiere, al final de su artı́culo, que tal vez aquella energı́a que ha
sido observada en cuerpos radioactivos se deba a una transformación de
masa en energı́a. Einstein tenı́a 26 años y pelo negro.
Según la relatividad, por ejemplo, la frecuancia ν de trasmición desde
una nave que se aleja la captaremos como una frecuencia ν ′ ,
r
c−v
ν =
′
ν
c+v
Y la luz ¿qué papel juega en todo esto? El siglo pasado la luz fue
extraordinariamente bien explicada en base a ondas electromagnéticas.
También son ondas electromagnéticas los rayos x, las ondas de radio, de
televisión, de celular, de radar etc. La diferencia está en que las longitudes
de onda son diferentes en cada caso. Nuestra experiencia cotidiana nos
informa que la luz (y todo tipo de radiación electromagnética) acarrea en-
ergı́a: luz solar y una lupa nos permite iniciar un fuego, la luz solar evapora
agua de los océanos, se forman nubes, llueve y hay rı́os de los que ex-
traemos energı́a hidroeléctrica. El petróleo es energı́a que llegó del sol,
formó bosques de los que derivaron estos combustibles que tan univer-
salmente usamos.
La energı́a que acarrea la radiación electromagnética de frecuencia ν
es “granular”, en el sentido que la cantidad mı́nima de energı́a que puede
acarrear es h ν . Esta energı́a la acarrea un fotón. Los fotones son consid-
erados partı́culas en un sentido muy semejante a los electrones, protones
etc. La diferencia reside en que la masa de los fotones es nula y ellos
se mueven siempre a la velocidad de la luz. Esto no es fácil de entender,
pero la clave está en aceptar que el concepto de partı́cula a este nivel tan
básico es muy diferente de algo ası́ como una “bolita”. Las partı́culas que
nosotros estamos hablando tienen también comportamiento ondulatorio.
A electrones, protones etc. también se les asocia ondas.
¿Puede considerarse material a los fotones entonces? La pregunta
es más un asunto de lenguaje que de fondo, pero resulta más natural
hoy dı́a responderla afirmativamente. Mencionemos, en apoyo de que el
fotón es materia, que la luz es atraida por los campos gravitacionales tal
como cualquier otra sustancia. La desviación de la luz por efecto de un
campo gravitacional fue medido por primera vez hace casi sesenta años.
Se observó, gracias a un eclipse total de sol, que la luz de estrellas que
Si los fotones son materia, ¿cuáles son los antifotones entonces? Pues
son los fotones mismos. No se destruyen conviertiéndose en radiación
porque ellos son radiación.
No es el único caso en que partı́cula y antipartı́cula son la misma. Por
ejemplo, hay una partı́cula propia de las fuerzas nucleares, llamada π 0
que es idéntico a su antipartı́cula. La reacción π 0 + π 0 → 2γ es observada
todos los dı́as en los laboratorios de partı́culas.
La historia sigue pero no hay espacio para seguir con ella. Digamos
que protones y neutrones pertenecen a una enorme familia de partı́culas
que se llaman colectivamente hadrones. Estas partı́culas son explicables
principalmente en base a quarks. Los quarks se manifiestan en seis tipos
(u, d, c, s, b, t) y con una propiedad que los fı́sicos con cierto sentido
del humor llaman color. Por otro lado el electrón pertenece a una familia
de partı́culas de seis leptones: (νe , e, νµ , µ , ντ , τ ), son seis también. El
fotón pertenece a una familia que se llama em bosones intermediarios
y 8 gluones: (γ , W ± , Z,Gi ). Tal vez también exista al menos un “higgs”,
cuestión que debiera ser dilucidada muy pronto.
y todos los demás conmutadores son nulos. Usando estos nuevos oper-
adores y llamando M a la suma de las masas, el hamiltoniano H queda de
la forma
P̂2 π̂ 2
H= + +V (r)
2M 2µ
y Hrel = 2π̂µ +V (r̂).
P̂ 2 2
que es natural separar en dos hamiltonianos: Hcm = 2M
El primero es el hamiltoniano de una “partı́cula libre”, que es el centro
de masas, y el otro es el de una partı́cula con masa µ y sometida a un
potencial externo V (r).
La ecuación de Schrödinger original
∂ Ψ(q1 , q2 ,t)
ih̄ = H(1, 2) Ψ(q1, q2 ,t)
∂t
se transforma en
∂ Ψ(R, r,t)
ih̄ = {Hcm + Hrel } Ψ(R, r,t)
∂t
y es fácil ver. si se escribe Ψ(R, r,t) = ψcm (R,t) ψrel (r,t) que la ecuación
anterior puede ser separada en dos ecuaciones independientes
∂ ψcm (R,t) ∂ ψrel (r,t)
ih̄ = Hcm ψcm (R,t) , ih̄ = Hrel ψrel (r,t) .
∂t ∂t
t
0
t
1
a b
r
t
2
Este caso será discutido más adelante, una vez que se desarrolle var-
ios conceptos previos.
[â, ↠] = 1
La primera relación dice que âΨE ∝ ΨE−h̄ω mientras que la segunda dice
que ↠ΨE ∝ ΨE+h̄ω . Pero Ĥ ≥ 0, lo que implica que tiene que existir una
autofunción ψ0 tal que
â ψ0 = 0 (15.5)
y claramente, debido a (15.3), se tiene
h̄ω
Ĥ ψ0 = ψ0
2
h̄ω
es decir ψ0 = Ψh̄ω /2 y la autoenergı́a es E0 = 2 .
ψ1 = ↠ψ0
cuya solución es
1/4
2mω
e−mω q
2 /2h̄
ψ0 = (15.8)
π h̄
pero cada Hν actua no trivialmente tan solo sobre la función que depende
de sus variables, es decir,
K
HΨ = ∑ ψ1 ψ2 ..ψν −1 (H ψ ) ψ ..ψ
| ν{z ν } ν +1 K
ν =1
εnνν ψν
q q +a
n+1 - n
a
q q q q
n-1 n n+1 n+2
Figura 8: Cadena unidimensional de masas. La partı́cula n se desvı́a qn de
su punto de reposo xn y xn − xn−1 = a. La cadena tiene largo L = Na.
qN+n = qn (15.14)
∂H pn
q̇n = =
∂ pn κ
(15.16)
∂H c 2
ṗn = − =κ (qn+1 − 2qn + qn−1 ) − κ Ω20 qn
∂ qn a
Ps = κ Q̇∗s (15.20)
La forma qn (t) = √1N ∑s Qs (t) eins muestra que a medida que n va toman-
do sus valores desde 1 hasta su valor máximo N, la exponencial alcanza
a tener el exponente i 2π ℓ, es decir, la exponencial toma ℓ veces el valor
e2iπ = 1, lo que permite asociar al modo s una longitud de onda
L 2π 2π ℓ
λ= ⇒ un vector de onda k= = (15.21)
ℓ λ L
1 N 2π i n r/N
∑e
N n=1
= δ0,r (15.22)
circunferencia unitaria y que puede verse como una rotación del número 1
en un ángulo α en el plano complejo. La potencia ζ r es una rotación en
un ángulo r α del mismo número 1. Si α es una fracción entera de 2π , es
decir, si α = 2π /N, entonces ζ N = 1 y es fácil convencerse que el conjunto
{ζ n }n=1..N es el conjunto de todas las soluciones de la ecuación zN = 1.
Puesto que estas raices tienen la forma genérica z = ζ r , entonces zN =
ζ rN = 1. Además el conjunto {zn }n=1..N también recorre todas las raices de
zN = 1.
Por otro lado, si se tiene una ecuación de la forma ∑Nk=0 ak zk = 0, la suma de
todas las raices z j satisface ∑ z j = −aN−1 y en nuestra ecuación zN − 1 = 0
el coeficiente aN−1 es nulo, es decir ∑Nn=1 ζ n = 0. Pero como zr también sirve
como base para generar todas las raices de zN − 1 entonces más en general
∑Nn=1 ζ rn = 0. El único caso en que esto no es cierto es cuando r = 0, ya que
en tal caso todos los sumandos valen la unidad y N1 ∑n ζ 0 = 1.
1 N i(s−s′ )n
∑e
N n=1
= δs,s′ (15.23)
1 N 1 N
Qs = √ ∑ e−ins qn Ps = √ ∑ eins pn (15.24)
N n=1 N n=1
1
∑ ∑
′
= e−i n (s+s ) Ps Ps′
2κ N n s,s′
Haciendo primero la suma sobre n se obtiene un δs′ ,−s que permite eliminar
la suma sobre s′ colocando s′ = −s lo que da
1
2κ ∑
K= Ps Ps∗ (15.25)
s
mientras que
1
∑ qnqn+1 ∑ ∑
′
= eins+i(n+1)s Qs Qs′
n N n s,s′
= ∑ e−is QsQ−s (15.27)
s
en cambio
κ 2
V2 = Ω0 ∑ q2n
2 n
κ 2
= Ω0 ∑ Qs Q∗s (15.30)
2 s
H = ∑ Hs
s
1 κ c 2 s 2
Hs = Ps Ps∗ + 2 sin + Ω0 Qs Q∗s
2
(15.31)
2κ 2 a 2
La solución de (15.32) es
Q̇s (0)
Qs (t) = Qs (0) cos ωst + sin ωst (15.33)
ωs
Este Qs (t) depende de s a través de ωs y ωs = ω−s , que implica Qs = Q−s
que es consistente con (15.19) porque Qs es real.
Si ℓ ≪ N el argumento 2s de la función seno es pequeño y la frecuencia
angular ωs se puede aproximar por
r
c 2 4ℓ2 π 2
ωs ≈ 2
+ Ω20
s a N
2π ℓ 2 2
= c + Ω20
L
2π ℓ
q
= ks2 c2 + Ω20 con ks ≡ (15.34)
L
de tal forma que, como qn → 0, los φ (t, x) son finitos. Esto permite ver que
p2n κ
Z
1
∑ 2κ = ∑ 2 q̇2n → 2 φ̇ 2 (x) dx (15.37)
n n
y similarmente
Z 2
κ c 2 c2 dφ
∑2 a
(qn+1 − qn ) 2
→
2 dx
dx (15.38)
n
κ 2 2 Ω20 µ 2 c4
Z Z
∑2 0 n
Ω q →
2
φ 2 (x) dx =
2h̄2
φ 2 (x) dx
n
y que da como hamiltoniano
Z
c2 1 2 ′2 µ 2 c2 2
H= φ̇ + φ + φ dx (15.39)
2 c2 h̄2
y el lagrangeano es
Z
1 µ 2 c4 2
2 ′2
L= φ̇ − c φ − 2 φ dx
2
(15.40)
2 h̄
pero la combinación 1 2
c2
φ̇ − φ ′ 2 es
∂φ ∂φ ∂φ ∂φ 1
∂φ ∂φ
− = ∑ gµν µ ν = ∂ µ φ ∂µ φ
∂ x0 ∂ x0 ∂ x1 ∂ x1 µ =0 ∂x ∂x
R
lo que permite escribir la integral de acción S = L dt como una integral
invariante Z
1 µ µ 2 c2 2
S= ∂ φ ∂µ φ − 2 φ dx0 dx1
2 h̄
El campo φ (x,t) es un campo clásico escalar, invariante relativista, que
satisface la ecuación de evolución,
µ µ 2 c2
∂ ∂µ + 2 φ =0 (15.41)
h̄
que es una ecuación invariante relativista conocida como ecuación de
Klein-Gordon. (Se usa h̄ aun cuando se trata de un sistema clásico co-
mo un abuso de lenguaje).
x′ µ = Λ µ ν xν
δnm
→ δ (x − x′ ) (15.44)
a
con na → x y ma → x′ .
Si el campo φ (x,t) está definido sobre un espacio periódico
Los diferentes operadores Q̂s conmutan entre sı́ y lo mismo ocurre en-
tre los P̂s, en cambio
1
∑
′
[Q̂s′ , P̂s] = e−ins +ims [q̂n , p̂m ]
N n,m | {z }
ih̄ δnm
ih̄
∑
′
= e−in (s −s)
N n
= ih̄ δs′ s (15.59)
εs ≡ h̄ωs (15.65)
La expresión para q̂n dada en (15.17) puede ser escrita de otra forma
haciendo uso de (15.33),
!
1 ˙ (0)
Q̂
q̂n = √ ∑ Q̂s (0) cos ωst + s sin ωst eins
N s ωs
1 1 iP̂s† (0) iωst iP̂s† (0) −iωst ins
= √ ∑ ωs Q̂s (0) − e + ωs Q̂s (0) + e e
N s 2ωs κ κ
1 1 h † i
= √ ∑
N s 2ωs
as (0) eiωst−ins
+ as (0) e −iωst+ins
1 1 h † i
= √ ∑ as (0) ei(εst−ipx)/h̄
+ as (0) e−i(εst−ipx)/h̄
(15.67)
N s 2ωs
qN1 +1+n (t) = −qN1 +1−n (t) equivalemente qn (t) = −qN−n (t) (15.68)
Tomando esta relación con n = 0 implica qN1 +1 = 0 que es una de las con-
cidiones y tomando n = N1 + 1 implica q2N1 +2 = 0 que es la otra. La relación
(15.68) permite ver que los movimientos que se están considerando cor-
responden a los de un sistema con N1 grados de libertad.
1 N
Qℓ = √ ∑ qn e−2π iℓn/N
N n=1
1 N1 1 2N1 +1
= √ ∑ qn e−2π iℓn/N
∑ qn′ e−2π iℓn /N
′
+√ (15.69)
N n=1 N n′ =N1 +2
Qℓ = −QN−ℓ (15.71)
Puesto que los Qℓ son imaginarios, los qn son reales a pesar de las apari-
encias.
El hamiltoniano del sistema es el mismo (con o sin Ω0 ) ya visto y su
reducción en términos de los Qℓ también es la misma. Se trata de un
caso particular de lo ya visto y conocido, entonces se sabe que H = ∑ℓ Hℓ
con N = 2N1 + 2 hamiltonianos Hℓ . En el caso actual dos de ellos son
con κ ′ = 2κ y
2c πℓ
ωℓ = sin
a 2(N1 + 1)
Como ya se sabe, el espectro cuántico de energı́a es
1
E = ∑ h̄ωℓ ns +
ℓ 2
una vez que se usa la forma explı́cita de b se concluye que la parte imag-
inaria de la suma es
π π
h̄c sin 2(N1 +1) + cos 2(N1 +1) − 1
E0 =
a 2(1 − cos 2(Nπ+1) )
1
Figura 9: A una cadena armónica y cuántica de largo L se le impone (condición de borde) dos
nodos a distancia x.
h̄cπ
F =− + O(1/L) (15.75)
24x2
Esta fuerza es finita en el lı́mite al continuo y es atractiva.
En electrodinámica cuántica la fuerza entre dos grandes placas con-
ductoras paralelas separadas por una distancia x es
π hc
FEDQ = −
480 x4
Fue Casimir quien en 1948 se dio cuenta por primera vez de la posi-
bilidad de la existencia de esta fuerza:
H.B.G. Casimir, Proc. Nederlands aka. Wetenschappen, Amsterdam
60 793 (1948)
H.B.G. Casimir, D. Polder, Phys. Rev. 73 360 (1949).
Medición reciente:
S. K. Lamoreaux, Physical Review Letters, 78, 5 (1997).
h̄ = 1 , c = 1.
∂ µ ∂µ + µ 2 φ̂ = 0
(15.76)
p
donde E p = p2 + m2 y tales que satisfacen una relación de ortonormali-
dad
Z
i f p∗ (x,t){∂0 f p′ (x,t)} − {∂0 f p∗ (x,t)} f p′ (x,t) dx = δ (p − p′ ) (15.80)
Puesto que ni a(p) ni a† (p) dependen del tiempo es fácil demostrar que
[a(p), a† (p′ )] = δ (p − p′ )
(15.84)
′ † † ′
[a(p), a(p )] = 0 [a (p), a (p )] = 0
L = ∂ µφ † ∂µ φ − µ 2 φ † φ (16.1)
que satisfacen
Z
i f~p∗ (~r,t) f˙~p ′ (~r,t) − f˙~p∗(~r,t) f~p ′ (~r,t) d 3 r = δ (3) ~p −~p ′ (16.5)
y si el campo se expande
Z n o
φ (~r,t) = a(~p) f~p (~r,t) + b†(~p) f~p∗ (~r,t) d 3 p (16.6)
se demuestra que
y etc.
En forma enteramente similar a como se vió antes, se cumple que
(REVISAR)
Z h i
a(~p) = i f~p∗ (~r,t)φ̇ (~r,t) − f˙~p∗(~r,t) φ (~r,t) d~r
Z
(16.8)
b† (~p) = −i f~p (~r,t)φ̇ (~r,t) − f˙~p(~r,t) φ (~r,t) d~r
— incompleto —