Comunicación y música: mensajes, manifestaciones y negocios

Universidad de La Laguna, diciembre de 2018

Comunicación, ciudadanía y democracia

José Luis Calero Mieles. [email protected]

Victoria Dalila Palacios Mieles [email protected]
Resumen
Este es un artículo elaborado desde la visión ciudadana. La idea principal del
estudio es colocar al ciudadano como ente central del desarrollo de la
sociedad. Para ello, se examina el carácter empresarial de los medios de
comunicación y la intención de sus mensajes; se propone que, en el sistema
democrático representativo, el ciudadano común aparece como un receptor y
no siempre existen posibilidades de convertirse en perceptor. Se parte de
entender que la información es portadora de ideología, tanto que, en la
comunicación masiva los medios, en especial el televisivo, se han convertido
en una herramienta ideológica, por encima, tal vez, de la que puede realizar el
sistema educativo o religioso. Nadie puede negar la existencia de vínculos e
intereses políticos, económicos e ideológicos en los medios de comunicación;
ningún grupo de poder se puede dar el lujo de prescindir de ellos y menos
intentar asirse de ellos en la era de la globalización, cuyo proceso no ha sido
un fenómeno equilibrado. Se examina su influencia en la formación de la
opinión pública, con el enfoque de expertos investigadores locales y
extranjeros, que cuestionan la credibilidad y confianza de la sociedad respecto
a su manejo, según ellos, su dominio facilita afianzar su poder y preservarlo,
además, mantiene a la sociedad dispersa. Esa debilidad impide la democracia
y un proceso de construcción de ciudadanía. Concluye con un análisis breve de
las redes sociales, plataformas usadas por los medios de comunicación que se
vinculan con usuarios de manera continua; una sociedad “conectada” en el
internet. Aunque se tiene la percepción negativa, el problema reside en los
propósitos con las que están siendo empleadas. La investigación es de
carácter bibliográfica, porque facilita su tratamiento con los diferentes
argumentos y técnicas empleadas en la recopilación de la información.
Palabras clave: comunicación; ciudadanía; democracia; medios.

ISBN-13: 978-84-16458-93-6/ D.L.: TF-799-2018 / DOI del libro: 10.4185/cac144 Página | 862
Libro colectivo enlínea: http://www.revistalatinacs.org/18SLCS/libro-colectivo-2018.html
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1. Comunicación, Ciudadanía y Democracia
1.1 Frágiles vínculos
El avance acelerado de las tecnologías de la información y comunicación no es
garantía de que la sociedad haya creado lazos de comunicación efectivos, ni
que la información que se difunde procure progreso en sí. Todo es
comunicación. Hay que dejar en claro que sin comunicación no es posible el
desarrollo, porque ella es el fiel reflejo de la interactividad de toda colectividad,
que ayuda al progreso interpersonal y social. Sin embargo, es necesario tomar
en cuenta las formas en que se hace comunicación y su contribución en la
construcción de ciudadanía.
Los canales de la comunicación son herramientas a través de los cuales pasan
los mensajes, conocidos también como medios de comunicación que pueden
llegar a ser instrumentos de deformación del mensaje. Por ello, la contribución
de la Comunicación para el Desarrollo como un proceso vital tiene que
fomentar las transformaciones sociales y positivas de los individuos en busca
de una democracia de ciudadanos. Puede extenderse el impacto de las
iniciativas de desarrollo, provocando el diálogo entre diferentes sectores para
tomar decisiones y acciones efectivas.
Edificar una nueva democracia de ciudadanos es posible cuando las ideas
progresistas sustenten sus acciones y distingan su importancia en el avance de
la sociedad. Se hace ineludible trabajar en conjunto para la construcción de
ciudadanía desde la comunicación -Estado-sociedad-medios de comunicación-,
encontrar consensos y orientar los esfuerzos a consecuciones que optimicen
esa relación. Uno de los problemas más evidentes es la poca posibilidad de
participación que otorgan los Estados a la ciudadanía, y frente lo cual los
medios de comunicación, no siempre aparecen como mediadores. Como lo
menciona Méndez y Morales (2008), “en las democracias representativas las
limitaciones responden al ejercicio de una ciudadanía vigilada por el propio
Estado para legitimar el principio de la representación” (2008:69). Es decir que
esta triada Estado-sociedad-medios de comunicación no siempre logra
articularse de manera equilibrada, sino que se parcializa o toma partido hacia
uno u otro.
Las pautas no han cambiado la forma de actuar de los medios de
comunicación ante el ciudadano, al que lo siguen considerando como simple
receptor1, al igual que la mirada de este al emisor2. Si bien han aparecido en
algunos países democráticos de Latinoamérica (Venezuela, Argentina, Ecuador
en especial) regulaciones a los medios de comunicación -al inicio catalogadas

1El funcionamiento de las sociedades humanas es posible gracias a la comunicación. Esta

consiste en el intercambio de mensajes entre los individuos. Todas las formas de comunicación
requieren un emisor, un mensaje y un receptor, pero el receptor no necesita estar presente ni
consciente del intento comunicativo por parte del emisor para que el acto de comunicación se
realice. EcuRed (2018). Conocimiento con todos y para todos. Receptor, en:
https://www.ecured.cu/Receptor_(comunicaci%C3%B3n). Consultado el 06/09/2018.
2Emisor es una persona que envía un mensaje al receptor, quien está en condiciones de

procesarlo e interpretarlo.
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como de buena medida-, en defensa del ciudadano, bastó que sucediera en el
periodo un nuevo régimen, para invalidar las acciones del anterior mandato,
pues ya son consideradas más como entidades de control o inquisidoras, que
de protección de derechos de la ciudadanía.
Herrera (2017) hace un análisis del escenario, desde su profesión como
periodista ecuatoriano:
En los últimos tiempos, tras el ascenso al poder del nuevo gobierno en
Ecuador, uno de los temas más discutidos es la Ley Orgánica de Comunicación
(LOC) y es tan intenso el debate que mantiene a la nación dividida entre
quienes quieren reformar a esta ley y aquellos que exigen su extinción. Sin
embargo todo lo dicho da para pensar que no se ha considerado a la opinión
pública ecuatoriana, ni los porqué que nos llevaron hasta la emisión de esta ley
(…) ¿Qué pasaba en el Ecuador antes de dictar la LOC (2013)?. Pues, que
imperaba el reino de la impunidad ante los abusos que se cometieron desde
quienes tenían como suya y, todavía controlan, a la prensa ecuatoriana (…). El
monopolio de la prensa implicó el control cuasi absoluto del concepto y la
palabra que se emitieron en esos medios (2017).

Monopolizar los medios de comunicación es el objetivo de los grupos de poder,

para, desde este recurso, dominar cultural, económica y políticamente a las
masas creando en ellos falsas expectativas, consumismo etc. A través de la
manipulación de la información, de la opinión, de la publicidad engañosa
neutralizan la transformación social.
El manejo que le está dando los medios de comunicación a la información que
llega a la sociedad ¿Persuade o manipula? Todas las empresas de
comunicación lo hacen: persuaden para que la colectividad siga o abrace sus
propuestas, o influyen con sus mensajes, sea de manera consciente o
inconsciente, según el grado de discernimiento del público objetivo. Al existir la
manipulación, el engaño se hace presente, influyendo ideológicamente,
alterando interpretaciones y actitudes hacia algún objetivo premeditado.

La lucha por el dominio mundial con los instrumentos de la comunicación: el

internet, la televisión, las estaciones radiales, la prensa escrita, son los
objetivos de grupos de poder económico y político para acaparar o monopolizar
los medios de comunicación con el fin de implantar sus intereses; la ética y los
principios de a poco desaparecen.

La trascendencia de la comunicación o la influencia que ha llegado a tener en

determinadas actitudes humanas frente a conflictos mundiales, crisis
humanitarias, problemas ambientales, de violencia de género, narcoterrorismo,
etc., son incuestionables. La comunicación, expresada desde los medios de
comunicación conocido como periodismo, y su influencia en la sociedad, ha
llegado a considerarlo como “cuarto poder”, así, los tres poderes del Estado
son: “El Poder Ejecutivo, encargado del gobierno y la jefatura del Estado; el
Poder Legislativo, que hace y regula las leyes y el Poder Judicial, el que
administra y hace cumplir las leyes. Aparece un “cuarto poder”, que se le
atribuye al periodismo, para evocar la importante influencia que tienen los

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medios de comunicación entre la sociedad y opinión pública, sobre todo en
gobiernos y representantes” (CDS Cínicos de Sinope, 2015).

Los sistemas de comunicación cuyos mensajes lanzados desde su óptica u

objetivos, tienen varias formas de ser entendidas y leídas, de acuerdo a la
idiosincrasia del perceptor: “en este mundo nada es verdad ni mentira, todo es
del color del cristal con que se mira”.

Al ser portadora de ideología, el análisis o visión de la información, y ser

compartida por los colectivos humanos pueden transformar la geopolítica.
“La función del periodista es exponer la verdad para que la audiencia pueda
tomar decisiones informadas”. ¿Qué es esto de decisiones informadas?:
decisiones a partir del desequilibrio producido por la información. El conocer
algo nuevo rompe una situación de homeostasis que puede mover a una
respuesta por la acción mediata o por la inmediata (Massucco, 2005:151).

Existen innumerables ejemplos que hacen que millones de personas se

adhieran o rechacen alguna causa con fundamentos o sin ellos -aquí aplicable
el concepto de homeóstasis-3, en base a la información emitida por los medios
de comunicación. Como, por ejemplo, sucesos de trascendencia mundial, como
la cobertura ejercida por la prensa en la caída del muro de Berlín 4, o la ayuda
humanitaria al problema del hambre en África5.
De igual manera, luego de ser los medios de comunicación los actores
principales en la transmisión en vivo, detallando y expresando opiniones de los
sucesos en la llamada Segunda Guerra del Golfo o invasión de Irak, con el
transcurso del tiempo se develó que la invasión militar y la caída de su
presidente, Saddam Hussein, bajo el argumento de que tenían nexos con la
red Al Qaeda y armas de destrucción masiva; todo fue falso6, esto permitió
derrocar a un gobierno e invadir, torturar y asesinar a la población civil y avalar
su saqueo, mientras los ojos del mundo miraban los sucesos, tomando una
soda, comiendo papas fritas: cómodamente sentados frente al televisor. Esto
demuestra que la utilización de la comunicación como herramienta es un arma
de doble filo. Podemos notar que, en el manejo de la opinión dentro de los

3 Tendencia de los seres vivos a presentar una constancia de condiciones ambientales en su

medio interno. Diccionario de la Lengua Española (1988).
4 El 9 de noviembre de 1989 El muro de Berlín, que se convirtió en el símbolo de la división del

pueblo alemán, cayó tras 28 años de haber sido construido.

5«We Are the World» «Somos el mundo» escrita por Michael Jackson y Lionel Richie en 1985.

Los beneficios obtenidos por la canción fueron donados a una campaña humanitaria para
intentar acabar con la hambruna en Etiopía.
6(…)Los gobiernos de Estados Unidos y del Reino Unido planificaron desde 2001 la invasión y

guerra contra Irak, materializada en 2003, que ha causado la muerte de más de 70 mil civiles
en los últimos siete años, reveló una investigación dirigida por el experto británico John Chilcot.
El año pasado, el sitio web especializado en filtrar y publicar información secreta, WikiLeaks,
reveló 400 mil documentos que detallaron torturas sistemáticas hechas por el Ejército de EU a
policías, civiles, soldados iraquíes y prisioneros. Excelsior (2011). La invasión a Irak fue
planeada por EU y el Reino Unido en 2001, en: https://www.excelsior.com.mx/node/711066.
Consultado el 02/09/2018.
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medios de comunicación, el show y la intriga son más importantes que el
manejo de la información seria que pueda proveer la fuente.

Acontecimientos recientes, como el presunto atentado del presidente de

Venezuela, Nicolás Maduro el último 4 de agosto; la sospechosa negra nube
que cubre la elección de Donald Trump, en los EE UU o el 30S en Ecuador7.
Siempre existirán opiniones radicalmente opuestas sobre el mismo tema.
Goebbels8 decía: “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”.
El artificio, la información falsa es pan de todos los días en el mundo, tanto en
redes sociales como en empresas televisoras, radiales y prensa escrita que la
ciudadanía tiene que digerir y muchas veces, al no tener la capacidad de
discernir, cae en su trampa.

La repercusión del uso de las redes sociales está cambiado el comportamiento

humano, aunque es innegable que es una fuente inagotable de aprendizaje, de
influencias positivas, de portadores de mensajes de prevención de la salud, de
accidentes, de respeto al medio ambiente, etc., también es una plataforma
desde donde se propagan informaciones sin contrastes ni comprobación que
busca alienar a la sociedad. La objetividad se ha desvanecido en los medios de
comunicación. La manipulación de la información se manifiesta desde cualquier
plataforma, sea privado o público, es un derroche inmisericorde de la
tecnología de la comunicación, con garrafal consecuencia cultural.

Dentro de la sociedad, el derecho a la comunicación diáfana es esencial,

conseguirla es tarea difícil pues depende de todos. La edificación de la
convivencia exige creer en el otro, pero la credibilidad de todos está en juego
porque se están perdiendo los valores éticos. ¿Qué podemos esperar?

Una reciente encuesta sobre la confianza de los ciudadanos franceses en los

medios de comunicación, realizada por Kantar Sofres, empresa internacional
de estudios de mercado, revela un drástico descenso de la confianza en la
radio, la televisión, la prensa escrita y los medios de comunicación por Internet
desde 2015. Esta involución, que encontramos en muchos otros países,
coincide con el mayor uso de lo que se viene llamando "noticias falsas",
alimentadas por las redes sociales (Gutierrez, 2018).

Para nadie es extraño que los medios de comunicación sean instrumento de

dominación cultural, económica, política y estén utilizados y controlados por
grupos empresariales poderosos. No es de esperar entonces que sean o
tengan el carácter de formativos y peor que orienten a la ciudadanía; que
formen o eduquen. Entretienen, sí, lo saben hacer especialmente en
Latinoamérica o hablando con propiedad, en el Ecuador, donde los horarios
están copados en la Televisión con programas basura, con presentadores,

7 A un mes de la insubordinación policial, la escasa información oficial sostiene que hubo 5

muertos y 274 heridos. El Universo (2010). El saldo de un día trágico para el país, en:
https://www.eluniverso.com/2010/10/30/1/1355/saldo-un-dia-tragico-pais.html. Consultado el
08/09/2018.
8Paul Joseph Goebbels, político alemán que ocupó el cargo de ministro para la Ilustración

Pública y Propaganda del Tercer Reich entre 1933 y 1945.

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hombres y mujeres, que hablan por horas y no comunican nada, donde el culto
a la personalidad, a la banalidad es su característica. Qué decir de los
noticieros especializados en crónica roja cuya función no es otra que distraer
de los temas importantes, que, si afectaran a sus intereses, jamás los
difundirían ni indagarían y, al contrario, tratarían de tergiversar la información,
donde la verdad es abatida sin contemplaciones. Esto no es normal pero sí
común.

De hecho, las "noticias falsas" revisten tanta importancia en la agenda política

porque se utilizan como una suerte de chivo expiatorio. Los políticos y las
personas que ocupan posiciones de poder utilizan este concepto para
desacreditar a los periodistas. El problema subyacente reside en la
desconfianza mundial hacia los medios de comunicación, algo que sí
constituye una grave amenaza para nuestras democracias (ibíd.).

El avance de la comunicación, junto con los descubrimientos tecnológicos, han

sido considerables, el inconveniente está en utilizarlos de la mejor manera.
Aunque estas tecnologías tienen muchos aspectos que facilitan la vida de las
personas y las sociedades, presentan un gran desafío en el tema de darles un
uso adecuado. Las redes sociales en la actualidad son utilizadas por la
mayoría de la población sea como entretenimiento o como estrategia
comunicacional, este uso no está mediado por una reflexión respecto del uso
responsable.

Es necesario no ser sujetos pasivos frente los hechos que pueden transformar
una sociedad, es un deber ciudadano asumir una posición crítica en cuanto a la
información que circula y que los medios de comunicación sean utilizados de
manera beneficiosa con lenguaje sencillo, efectivo acorde a nuestra realidad.
Para ello, Iriarte (1993:77) propone abarcar tres áreas para la formación de la
conciencia crítica frente a los medios de comunicación social:

-el área de la ética, que en términos generales guarda relación con los fines y
responde a las preguntas si es bueno o malo (…)

- el área ideológica-política que trata de percibir la ideología que subyace en el

mensaje que nos da. Generalmente se nos transmite valores burgueses,
propios del sistema capitalista y de las clases dominantes (…)

-el área psicológica trata de analizar los efectos internos de los mensajes sobre
las personas concretas y cómo influyen sobre su propia conducta:
consecuencias en el comportamiento de los niños, de los jóvenes… etc.

La criticidad se ve reflejada cuando pasamos de ser “receptores” a ser

perceptores y qué mejor si esto se desarrolla conjuntamente, haciendo que
esta actividad sea más efectiva. Demanda asumir responsabilidades,
compromisos que lleven a una transformación personal y social, qué mejor
crear una visión crítica de todos los ciudadanos, desde el seno familiar, desde
la escuela, con el fin de obtener una sociedad sensata y propositiva.

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2. Comunicación para la ciudadanía y la democracia

Libertad de pensamiento y derecho a decidir son prerrogativas de la

democracia. En los últimos tiempos, el sistema democrático se ha establecido
en la mayoría de países del mundo, pero se ve con preocupación que la
inequidad en la repartición de la riqueza es desmedida ¿de qué democracia
hablamos entonces?

Según Neira (2018), “el 82 por ciento de la riqueza mundial generada durante
2017, fue a los bolsillos del 1 por ciento más rico de la población, mientras el
50 por ciento más pobre –3.700 millones de personas– no recibió nada de
dicho crecimiento. Por eso, Oxfam (confederación internacional que integran 17
organizaciones no gubernamentales que realizan acciones humanitarias en 90
países) hizo “un llamamiento a los gobiernos para que garanticen que nuestras
economías funcionen para todas las personas y no solo para una afortunada
minoría”.

La Democracia, vista desde lo que debería ser la implantación de un sistema

social que garantice derechos, libertades, posibilidad de mejor futuro de una
sociedad, ¿es acaso una quimera?

Es urgente construir relaciones entre ciudadanos y ciudadanas que se basen

en dignidad y justicia, que sus derechos sean respetados y compartidos por
todos. Paradójicamente, esta posibilidad de ejercicio de derechos se ha vuelto
más confusa en plena era globalizadora donde la cuestión económica se
impone sobre todo ámbito, sea este cultural, político, ambiental, etc., dejando
de lado la dignidad y la ética global.
(…) se impone un predominio de lo económico en todos los ámbitos de vida, y
esto produce cambios en el ámbito de lo político. Las grandes cuestiones de la
actual sociedad mundial –la migración, la cooperación transnacional en
diversos ámbitos públicos, en cultura y ciencia, pero también la diferencia entre
ricos y pobres, todavía creciente y provista de un inmenso potencial de
violencia- son aún más apremiantes. Crece la necesidad de esbozar nuevas
formas de espacio público y delimitar un nuevo concepto del hombre como ser
político (Eckholt, 2012: 571).

Massucco (2005:200), argumenta: “Ciudadanía desde el punto de vista político

es la posibilidad de votar cada cierto período de tiempo; desde la sociología, es
la posibilidad, de influir en las decisiones de un gobierno; y desde la
comunicación, la posibilidad de relacionarse, de poner en común los temas de
la ciudad”.

Aplicable a la situación social en el mundo, la inexistencia de vínculos con la

sociedad acrecienta los problemas. Cuando no hay comunicación; cuando no
hay sentido de pertenencia con algo o alguien, es fácil presa de agentes
externos manipuladores de opinión.

3. Información, medios de comunicación y derechos ciudadanos

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La información y su necesaria herramienta: la comunicación, son un poder que
influencia sobre el acontecer social. Los medios fabrican su propia realidad, por
ello dominan esa realidad. Aunque la televisión es el primer sistema
democrático al que tiene acceso todo el mundo, es en realidad completamente
gobernado por lo que desean transmitir sectores específicos de la población, y
ese es el inconveniente. Aunque también son responsables de lo que la gente
rechaza, todo indica que seguirá habiendo circunstancias para poder seguir
viéndola pese a la avalancha tecnológica del Internet y las redes sociales, que
toman el poder en las comunicaciones, y al ser una sociedad conectada,
globalizada, domina la información planetaria cimentando intereses de grupos
poderosos empresariales como eficaces transmisores de la ideología que
mantiene el sistema.

La ciudadanía aparece fragmentada bajo el horizonte de la globalización y sus

contornos comienzan a agrietarse y confundirse. La actual crisis de la
ciudadanía a nivel internacional esconde la actual crisis y reformulación del
Estado-nación como modelo de organización jurídico-política hegemónica en
los dos últimos siglos de historia, que comienza a extenderse hacia la grave
crisis de los derechos humanos, del modelo democrático y del Estado
Constitucional (Aguilera, 2011:14).

Con la era digital, la comunicación se efectúa en la denominada “aldea global”

en segundos, sin murallas ni fronteras; los países perdieron su soberanía, pues
la comparten agencias internacionales de comunicación que obligan a toda la
sociedad a ser modificados de lo tradicional. Lo preocupante es que la
ciudadanía permanece fraccionada. Garretón (2018), argumenta sobre este
panorama: “la descomposición y fragmentación de las sociedades en las que
reina, la fuerza brutal del mercado, o la irracionalidad de los particularismos, la
precariedad de los marcos institucionales y normativos y la ausencia de
proyectos globales que den sentido a la vida individual y colectiva, son todas
realidades que se oponen a esta potencialidad de la expansión ciudadana”
Normas o conductas que, también los medios de comunicación deben tener,
explicaciones de parte y parte que la democracia permite, debería haber
equilibrio y sobre todo respeto al otro que no es igual.

Lo mediático, el fenómeno de globalización comunicacional, es el primer

desafío para construir una ciudadanía con una conciencia crítica frente a los
medios y a una realidad aplastante. Al ciudadano que le importa su entorno, se
educa, actúa, difícilmente podrá ser manipulado.

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4. Retos de la ciudadanía en democracia, respecto a los medios de
comunicación

Democracia es vivir en la diversidad, bajo parámetros que se acerquen a la

anhelada igualdad y el acceso a los plenos derechos humanos. Ciudadanía no
como concepto estático, sino de transformación constante, superior a lo que la
mayoría entendemos; como cuando se refiere a los derechos garantizados por
la ley, en particular a los derechos políticos.

La ciudadanía, objeto de derechos y obligaciones, un territorio establecido en

relaciones sociales. Su lucha por las libertades, los derechos humanos, la
autorrealización, la democracia en sí, no se circunscribe a solo llegar a
tenerlos; en la actualidad tiene que enfrentarse a factores internos y externos
que son más fuertes que una aspiración ideal de nación. Ahora prima la
integración mundial en todos los aspectos: económicos culturales, políticos,
ambientales, etc., independientemente si se está o no preparada para esa
transición.

Para vivir en Democracia, se necesita una ciudadanía participativa, propositiva,

organizada, atenta a las acciones de sus gobernantes, a las injusticias; se
necesita ciudadanos activos con su participación en acciones en beneficio de la
comunidad.

Así, los medios de comunicación expanden el campo de la ciudadanía en los

campos que no le son propios -y ése es un gran aporte-, pero limitan y
controlan la ciudadanía en su propio espacio.
De ahí también la falacia del principio de autorregulación de los medios, o sólo
se requiere la regulación democrática de los medios si se quiere preservar el
principio de ciudadanía en este campo, como en cualquier otro (ibíd.).

Cuestionadora de los mensajes de los medios masivos de difusión, para no ser

fácil presa de manipulación, es necesario educar a la ciudadanía, a los
profesionales del periodismo, para que sean el vínculo de una evolución que
genere nuevas formas de hacer comunicación, con programas de alta calidad
de contenidos, que cause el desarrollo de la sociedad y no vean en la
ciudadanía simples consumidores; así no habrá necesidad de ser objetos de
“castigo” solo aplicando un código ético institucional para que no exista un
organismo “castigador y perseguidor” a la que estén sometidos.

Aunque exista la desconfianza mundial hacia los medios de comunicación, la

censura atenta contra la libertad de expresión y la democracia.

Algunos Gobiernos están aplicando leyes que en la FEP9 consideramos muy

peligrosas, como la ley de Facebook, en Alemania, el proyecto de ley contra las

9 Federación Europea de Periodistas (FEP)

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noticias falsas, en Francia y el sistema del "botón rojo" de Italia, que permite a
los ciudadanos denunciar los bulos. Los consideramos ejemplos de malas
prácticas públicas, ya que estos Gobiernos están socavando la libertad de
expresión.

El papel del Gobierno no es decidir lo que es verdadero o falso. La censura

jamás ha servido para contrarrestar la desinformación. Se trata de medidas
peligrosas, desproporcionadas e ineficaces para abordar el problema real.

Las autoridades públicas deben darse cuenta de que el mejor antídoto contra la
desinformación consiste en un ecosistema de medios de comunicación
sostenible, con contenidos de calidad y autorregulación ética. Necesitamos
promover, más que nunca, el periodismo ético, el periodismo de investigación y
mucha más transparencia de quienes están en el poder (Gutierrez, 2018).

El avance tecnológico ha facilitado que la comunidad mundial esté siempre

informada del acontecer diario, independientemente del carácter de
información que le interese. La ciudadanía es el receptor de de la información
que son elaborados por los grandes medios de comunicación de lo que se
tiene que estar en capacidad de discernir, qué tipo de mensaje llega a la
comunidad y si tiene encubiertos, tras la información, intereses particulares.

Es necesaria una adecuada utilización de los medios de comunicación como

elementos pedagógicos, adaptarlos a los cambios de la sociedad actual. La
comunicación debe manejarse de manera diferente, otorgar protagonismo a
nuevas propuestas, personajes, actividades, realidades y respetar las
diferencias.

El rol social de los medios de comunicación comprometidos con sus audiencias

es generar opinión pública con innovación, con buena programación educativa,
con mensajes que atrapen la sintonía y creen en el público la expectativa de no
solo ver o escuchar, sino tener la posibilidad de participar, de querer saber
más. Esto debe constituirse como un derecho ciudadano, pues “los derechos a
informar y ser informado, a hablar y a ser escuchado son imprescindibles para
poder participar y tomar decisiones de carácter colectivo” (Méndez y Morales,
2008:71).

Al igual que en el mundo, el Ecuador no se queda atrás en el uso de las

nuevas tecnologías de comunicación. No obstante, por el mismo potencial de
influencia en la sociedad, se puede afirmar que, como sociedad, no estamos
preparados para recibir cualquier impacto mediático de manera crítica.
En Ecuador, Facebook tiene 11 millones de cuentas abiertas, de estas 8
millones y medio están activas; Twitter, 2 millones y medio de cuentas abiertas
y 800.000 activas; e Instagram cuenta con 3 millones 500.000 cuentas abiertas
y 800.000 activas, según datos de José Rivera, docente e investigador
universitario. Es decir, podemos hablar de una audiencia masiva
interconectada cada día (…). (Superintendencia de comunicación, 2017)

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Una sociedad digitalizada, globalizada, los ciudadanos del planeta están
usando alta tecnología. El control de las multinacionales a la transferencia de
las tecnologías nos hace dependientes y condicionan nuestras relaciones
económicas, políticas y culturales. La democratización de la comunicación, es
clave para aspirar a una verdadera democracia.
La sociedad ha caído rendida ante el poder de los medios de comunicación
social, sobre todo el audiovisual y de entretenimiento digital. Somos
consumidores por naturaleza, la atrapante era de la tecnología ha aumentado
la capacidad de transferencia y manipulación de información por parte de los
medios que los hace, hasta el momento, indispensables.
Debemos dejar en claro, que no todo es malo ni bueno, el uso de las
herramientas de comunicación tiene su lado positivo si se manipulan con
sensatez. Tanto el teléfono móvil, como el Internet pueden llegar a ser una
fuente de entretenimiento e información. En las redes sociales, estamos a un
clic para contactarnos con personas que pueden estar en el fin del mundo; hay
un enorme potencial en la difusión de acontecimientos mundiales en cuanto a
lo económico, político, académico, deportivo, cultural etc., la tendremos frente a
nuestros ojos en fracciones de segundo y nos ayudará a entender nuestro
entorno.
La era digital y la sociedad conectada son ahora una realidad; el protagonismo
de la televisión está disminuyendo porque hasta el equipo ya está siendo
conectado al internet que la utiliza de pantalla; qué decir del periódico de papel
que ha disminuido su tiraje, pero encuentra en el periódico on line una opción
de permanencia.
La importancia de las herramientas de comunicación en especial el internet, se
ha transformado en una necesidad para acceder a todo tipo de información al
instante, ha impulsado a las nuevas generaciones a tener más bases y
argumentos de estudio para desarrollar temas de investigación y su pronta
interacción con avances de algún experto en cualquier lugar del planeta.
También pueden crear conciencia en la audiencia apoyando programas de
salud, de prevención, de cuidado del medio ambiente etc., o como posibilidad
de encontrar empleo, amistades, o realizar un negocio. Su uso adecuado es
necesario para evitar que se convierta en una adicción. En la actualidad, se le
atribuye al distanciamiento familiar “deshumanización”, pues con estos
aparatos en sus manos, aunque estemos a centímetros, cada una de las
personas está retraída con su mente en lugares distantes.
Aunque hemos recalcado que los medios de comunicación son portadores de
ideología e instrumentos de dominación cultural, económica, política etc., está
en nosotros saber distinguir qué tipo de información consumimos, pues no nos
podemos imaginar una sociedad sin medios de comunicación.
5. Conclusiones
La función de los medios de comunicación de masas y sus efectos en la
sociedad debería ser una preocupación de todos los agentes de la sociedad,

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pues es claro que influyen en la educación y en la formación de la opinión
pública, por lo que se deben establecer políticas para impedir el monopolio y
fomentar la diversidad de criterios en el ámbito comunicativo.
La información se convierte en la clave de dominación cultural, política,
económica, etc., por este hecho en varios países de diferentes continentes,
tratan de imponer una regulación estatal. Si bien esto puede constituir un
avance en materia de derechos, también es cierto que, peligrosamente, puede
llegar restringir la libertad de expresión, de ahí la necesidad de que esos
procesos sean realizados bajo criterios de participación y en un ambiente
democrático.
La conquista de derechos por una sociedad incluyente se desarrolla desde
todo ámbito: político, ético, cultural etc. Las relaciones en las distintas
instancias de la vida, el reconocimiento de las diferencias de cada agrupación
social es esencial para el proceso democrático y para la construcción de la
ciudadanía. Por ello, es indispensable la garantía de la participación de toda la
sociedad, incluidas las minorías.
La ciudadanía se transforma constantemente, pero en todos los casos está
llamada a no ser indiferente a las injusticias, a la discriminación. Está llamada a
participar, reconociendo las diferencias, pero como un ente activo que
fundamente y fomente una ciudadanía reflexiva, informada participativa, que
consolide el ejercicio de derechos y la democracia.
Actualmente, las nuevas tecnologías aparecen cada vez más como canales
privilegiados de las relaciones de interacción humana. La comunicación con el
mundo es inmediata con aparatos como el computador, el móvil, etc., a través
de programas como Facebook, WhatsApp, Instagram. El acceso a la
información, el realizar cualquier acción por internet como comprar, efectuar
transacciones bancarias, hasta distraerse, tienen su riesgo ya que su uso
frecuente o indebido está suponiendo cambios severos de comportamiento en
la población. No podemos esquivar la avalancha tecnológica y su importancia
en la era moderna, pero sí debemos construir una sana cultura de su uso,
minimizar los riesgos que esto supone, con diálogo; asumiendo
responsabilidades; estableciendo relaciones familiares fuertes de
comunicación, es decir, humanizando toda esa tecnología.
El Internet es una plataforma de comunicación que engloba a la prensa, la
radio, el teléfono, el computador, la televisión, su uso debe ser mucho más
cuidadoso, ya que somos blanco fácil de la información que recibimos a cada
segundo. Se necesita establecer una educación en medios de comunicación
que vigorice una cultura democrática, que promueva una formación social y
democrática, que al ser elementos socializadores sean utilizados con
prudencia.
Las redes sociales complementan a los medios de comunicación habituales,
pero no los suplirán, porque la prensa, la televisión, la radio, ofrecen algo más
que información, ofrece puntos de vista, análisis, explicación etc., ahora que
siempre existen intereses en ese trayecto nadie puede negarlo, pero es ahí

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donde la ciudadanía debe tener la capacidad de discernir. Esta posibilidad de
participación constituye un derecho ciudadano, y en su ejercicio radica la
posibilidad de construir una comunicación para las personas y las sociedades y
no para el beneficio de determinados sectores.

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