Portafolio Resumen s15 - Grupo 1

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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA PROFESIONAL DE MEDICINA

ATENCIÓN INTEGRAL DEL ADULTO MAYOR


SESIÓN 14

PORTAFOLIO RESUMEN SEMANA 14


Autor(es)
Amado Oncoy, Arturo Robinson
Amador Monzón, Santos Milder
Arrascue Delgado, Rosa María
Arias Flores, Loana Suleyka
Barboza Díaz Diana Carolina
Docente:
Dra. Rici Elizabeth Ponce De López

Trujillo – Perú
Diciembre – 2020
CÁNCER DE COLON EN ADULTOS MAYORES

La mayoría de los pacientes ancianos que desarrollan cáncer de colon también tienen
muchos comórbidos, tales como enfermedades cardiovasculares y pulmonares, lo que
aumenta el riesgo quirúrgico, la morbilidad postquirúrgica y la mortalidad. La efectividad
de la cirugía en los pacientes ancianos depende de la seguridad con que se realiza,
permitiendo a los pacientes volver a su vida productiva, una mejora en la expectativa de
vida o, al menos, no disminuirla con el procedimiento quirúrgico.

El tratamiento del cáncer colorrectal, dependiendo de la localización y el estadio, puede ser


quirúrgico, por quimioterapia, radioterapia o combinación de todos ellos. Cualquiera de
éstos produce una morbilidad significativa, y todos tienen el riesgo de llevar a
complicaciones fatales.4 La mayoría de los pacientes con un estadio I o II de cáncer
colorrectal se curan completamente con la cirugía; aunque un pequeño porcentaje de los
pacientes con estadio II pueden tener un beneficio adicional con el tratamiento adyuvante.

El tratamiento estándar para el estadio III es la cirugía, seguido de quimioterapia


adyuvante; mientras que en pacientes con metástasis a distancia, el manejo es con
quimioterapia únicamente, o en combinación con cirugía cuando se considera necesario.

La efectividad de la cirugía en los pacientes ancianos depende de la seguridad con que se


realiza, permitiendo a los pacientes volver a su vida productiva, una mejora en la
expectativa de vida o, al menos, no disminuirla con el procedimiento quirúrgico. La
importancia del tratamiento no disminuye con la edad, ya que un tratamiento inadecuado en
el paciente mayor se asocia con una pobre sobrevida. A pesar de los avances en las técnicas
quirúrgicas, el procedimiento anestésico y el cuidado postquirúrgico, que han vuelto a la
cirugía más segura, menos pacientes ancianos se someten a cirugía por cáncer colorrectal,
en comparación con más jóvenes.

La razón por la que a los pacientes ancianos se les ofrece en menor proporción un
“tratamiento óptimo”, incluye el hecho de que tienen menos posibilidades de ser referidos a
un especialista con el apropiado conocimiento para realizar esta decisión; comúnmente,
debido a su fragilidad mental y física, y al hecho de que regularmente presentan
comórbidos y un deterioro orgánico propio de la edad, lo cual puede volver su tolerancia a
la cirugía, quimioterapia o radioterapia difícil de manejar

CÁNCER DE PRÓSTATA EN EL ADULTO MAYOR

Este cáncer afecta a la glándula prostática. La próstata es una pequeña estructura con forma
de nuez que forma parte del aparato reproductor masculino. Este órgano rodea la uretra, el
conducto que transporta la orina fuera del cuerpo.

Causas

El cáncer de próstata es la causa más común de muerte por cáncer en hombres mayores de
75 años de edad. Este tipo de cáncer se encuentra pocas veces en hombres menores de 40
años de edad. Los factores de riesgo asociados son: hombres de raza negra, hombres
mayores de 60 años, antecedente familiar de cáncer de próstata. Otros riesgos incluyen:
consumo de alcohol y/o tabaco, consumo de gras saturadas y la obesidad. Un problema
común en casi todos los hombres a medida que envejecen es el agrandamiento de la
próstata. Esto se denomina hiperplasia prostática benigna o HPB. Este problema no eleva
su riesgo de cáncer de próstata. Sin embargo, puede elevar el resultado del examen de
sangre para el antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés).

Síntomas

Con el cáncer de próstata en etapa inicial, a menudo no hay ningún síntoma. La prueba de
sangre de PSA se puede hacer para examinar a los hombres en busca de cáncer de próstata.
Con frecuencia, el nivel de PSA se eleva antes de que haya algún síntoma. Los síntomas
que aparecen pueden ocurrir con el cáncer de próstata, a medida que este va creciendo en
dicha glándula. Estos síntomas también pueden ser causados por otros problemas de la
próstata, tales como el agrandamiento de la próstata: tenesmo vesical, incontinencia
urinaria, poliuria, flujo urinario lento, presencia de sangre en la orina o el semen. Cuando el
cáncer se ha diseminado, puede haber dolor o sensibilidad ósea, con mayor frecuencia en la
región lumbar y los huesos de la pelvis.
Pruebas y exámenes

Un tacto rectal anormal puede ser la única señal del cáncer de próstata.


La biopsia es un procedimiento para extraer una muestra de tejido de la próstata. La
muestra se envía a un laboratorio para su análisis.
Las recomendaciones de la biopsia son las siguientes: PSA alto, un tacto rectal revela una
superficie dura e irregular
Los resultados de la biopsia se reportan usando lo que se denomina la escala y el puntaje de
Gleason. La escala de Gleason indica qué tan rápido se podría diseminar el cáncer. Se
clasifican los tumores en una escala de 1 a 5. Se pueden tener diferentes grados de cáncer
en una muestra para biopsia. Los dos grados más comunes se suman entre sí. Esta suma da
el puntaje de Gleason. Cuanto más alto sea el puntaje de Gleason, mayor será la
probabilidad de que el cáncer se pueda diseminar más allá de la glándula prostática:
puntajes de 2 a 6: cáncer de próstata de grado bajo; puntajes de 7: cáncer de grado
intermedio (o en la mitad). La mayoría de los cánceres de la próstata se ubican en este
grupo; puntajes de 8 a 10: cáncer de grado alto. Otro sistema de clasificación, el Sistema
grupal de 5 grados describe mejor la manera en la que el cáncer se comportará y responderá
al tratamiento. Grupo del grado 1: Gleason puntaje 6 o menor (grado bajo de cáncer);
Grupo del grado 2: Gleason puntaje 3 + 4 =7 (grado intermedio de cáncer); Grupo del
grado 3: Gleason puntaje 4 + 3 = 7 (grado intermedio de cáncer); Grupo del grado 4:
Gleason puntaje 8  (grado alto de cáncer); Grupo del grado 5: Gleason puntaje 9 a 10
(grado alto de cáncer). Un grupo más bajo indica una mejor oportunidad de tener un
tratamiento exitoso que con un grupo alto. Un grupo alto significa que más células
cancerosas lucen diferentes de las células normales. Un grupo más alto también significa
que es más probable que un tumor se disemine de forma agresiva. Se pueden hacer los
siguientes exámenes para determinar si el cáncer se ha diseminado: tomografía
computarizada, gammagrafía ósea y resonancia magnética. La prueba de sangre del PSA
también se utilizará para vigilar el cáncer después del tratamiento.

Tratamiento
El tratamiento depende de muchos factores, que incluyen su puntaje de Gleason y la salud
en general del paciente. Si el cáncer no se ha propagado fuera de la glándula prostática, los
tratamientos comunes incluyen: Cirugía para extirpar la próstata y algo del tejido
circundante (prostatectomía radical), radioterapia, por ejemplo braquiterapia y terapia de
protones. Si el paciente es un adulto mayor solo se suele vigilar el cáncer con pruebas de
PSA y biopsias. La hormonoterapia se utiliza principalmente para cáncer que se ha
propagado más allá de la próstata. Esta opción ayuda a aliviar los síntomas y previene el
crecimiento y diseminación de cáncer en el futuro. Sin embargo, no cura el cáncer. Si el
cáncer de próstata se disemina incluso después de haber probado con hormonoterapia,
cirugía o radiación, el tratamiento puede incluir: quimioterapia, inmunoterapia. La cirugía,
la radioterapia y la hormonoterapia pueden afectar el desempeño sexual. Los problemas con
el control urinario son posibles después de la cirugía y la radioterapia. Después del
tratamiento para el cáncer de próstata, se vigilará de muy de cerca para constatar que el
cáncer no se disemine. Esto implica chequeos de rutina, que incluyen exámenes de sangre
del PSA (generalmente cada 3 meses a 1 año).

Pronóstico

Depende de si el cáncer se ha diseminado fuera de la glándula prostática y del grado de


anormalidad de las células cancerosas (puntaje de Gleason) cuando le hacen el diagnóstico.
La cura es posible si el cáncer no se ha diseminado. El tratamiento hormonal puede mejorar
la sobrevivencia, incluso si la cura no es posible.

CÁNCER DE MAMA EN PACIENTES DE 70 AÑOS Y MÁS

A nivel mundial, el cáncer de mama es el más común entre las mujeres, y representa el 16%
de los tumores malignos diagnosticados. Un dato relevante es que el 69% del total de
muertes por esta enfermedad se presentan en países en desarrollo, donde la mayoría de los
casos se diagnostican en fases avanzadas, lo que dificulta su tratamiento exitoso; mientras,
en los países desarrollados, tiene la incidencia más alta y alcanza su máximo entre las
mujeres de 75 a 79 años de edad.
Específicamente, el 3.84% de las mujeres que actualmente tienen 70 años desarrollarán
cáncer de mama en algún momento durante los próximos 10 años, lo cual representa un
porcentaje mayor de mujeres afectadas de las que serían afectadas entre las mujeres que
actualmente tienen 40, 50 o 60 años de edad. Numerosos estudios han demostrado que el
45% de las pacientes con cáncer de mama son mayores de 65 años y aproximadamente el
35% tienen más de 70 años. El envejecimiento es un factor de riesgo dominante para el
desarrollo de cáncer, claramente relacionado, y la cantidad de personas mayores con cáncer
va en aumento, lo que refleja tanto la demografía del envejecimiento global como los
continuos avances en la detección temprana y el tratamiento del cáncer. EI sedentarismo de
las mujeres ancianas es otro factor de riesgo, pues se ha demostrado que la actividad física
y/o el trabajo reducen el riesgo de cáncer de mama. Con la edad, no solo aumenta la
incidencia de cáncer sino también las comorbilidades médicas importantes y significativas.
Son precisamente estas últimas las que pueden influir significativamente en las opciones de
tratamiento en la mayoría de las pacientes. Sin embargo, varios estudios han citado que la
edad sola es un factor determinante para el tipo de tratamiento que recibiría una paciente
con cáncer de mama. Estos estudios demuestran colectivamente que las pacientes de edad
avanzada con cáncer de mama tienen más probabilidades de ser tratados deficientemente en
comparación con los pacientes más jóvenes.

CÁNCER DE CERVIX:

El diagnóstico citológico de las lesiones cervicales en mujeres posmenopáusicas se hace


muy difícil por la atrofia epitelial, por lo que se pueden inducir errores en este diagnóstico
por lo que el costo-beneficio del pesquizaje en este grupo de edades es mínimo.  Así se
puede ver como la sensibilidad de la citología es tan baja en la muestra estudiada. Pudieran
haber variables confusoras, tales como la utilización de estrógenos que algunas de estas
mujeres pudieran estar tomando o utilizando, para su tratamiento preventivo de la
osteoporosis, los resultados encontrados con la baja prevalencia de lesiones citológicas en
este grupo de mujeres, es comparable a lo reportado por otros, quienes encontraron
anomalías en 2 % de 15 733 mujeres examinadas. No ocurre así con la mayoría de estas
mujeres, con síntomas inespecíficos, en las cuales se detectó la mayoría de las lesiones
cervicales o endometriales. Es importante recordar que el cáncer invasor es sumamente
difícil de reconocer bajo citología, el adenocarcinoma endocervical y el endometrial son
mucho más difíciles de diagnosticar bajo esta técnica. 

El grupo de edad de 60 a 64 años actualmente está incluido en el pesquizaje, es decir, desde


el año 2008, sin embargo, son escasas las mujeres de estas edades que concurren a
realización la toma de la muestra citológica. Son reacias al pesquizaje, en su mayoría, lo
que complica el mismo. Por ello, pudiera ser que la mayoría de estas mujeres concurre a la
consulta de referencia por otra causa, entre las que se incluye el enrojecimiento cervical, o
el sangrado posmenopáusico. La presencia de lesiones exofíticas fue escasa, por lo tanto, el
resto no presentaba lesiones que hicieran pensar en un cáncer invasor del cuello uterino.
Los resultados concuerdan con lo planteado por otros autores. En comparación con las
mujeres más jóvenes en las que las tasas de cáncer escamoso invasor es muy superior, sobre
todo en el grupo de 50-59 años, y aún en las más jóvenes, con peores consecuencias, ya que
la mortalidad es mayor.15 es decir, se detectan escasas mujeres con lesiones malignas
invasoras después de los 80 años de edad, y por ello coincidimos con la reciente regulación
de incrementar el tope superior de la edad de pesquizaje en los 64 años, ya que aún hay
chance de detectar lesiones, en estadios precoces. Las mujeres de 60 años y más aportan un
importante número de lesiones premalignas y malignas de alto grado y cáncer, sobre todo
invasor, aunque el adenocarcinoma endometrial es el de mayor incidencia anual en este
grupo. Estas mujeres deben priorizarse ante cualquier síntoma macroscópico o sangrado
posmenopáusico.

BIBLIOGRAFIA

Garcia H, Mingyang Song. Early-life obesity and adulthood colorectal cancer risk: a meta-
analysis. Pan American Journal of Public Health [Internet]. 2019 Jan [citado diciembre
2020];43:1–8. Disponible: http://search.ebscohost.com/login.aspx?
direct=true&db=a9h&AN=136698848&lang=es&site=ehost-live

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