Jesus Y Sai Baba

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Ernesto José Masin

JESÚS Y SAI BABA


Camino,Verdad y Vida

Sai Ram
Jesús y Sai Baba
Camino, Verdad y Vida
Segunda edición
© Ernesto José Masin

© Fundación Sri Sathya Sai Baba de Argentina

© Sai Ram, 2009

Publicado por la Fundación Sri Sathya Sai Baba de Argentina

Ventas y/o consultas: [email protected]


www.fundacionsai.org.ar

Reservados todos los derechos en todos los idiomas.

Masin, Ernesto José


Jesús y Sai Baba. - 2a ed. - Buenos Aires : Fundación Sri Sathya Sai
Baba de Argentina, 2009.
512 p. ; 22x15 cm.

ISBN 978-987-24317-9-2

1. Espiritualidad. I. Título
CDD 291.4

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723

Libro editado e impreso en la Argentina


Printed in Argentina

La fotocopia mata al libro y es un delito (Ley 23741, art. 72 bis).

No se permite la reproducción parcial o total, el almacenamiento,


el alquiler, la transmisión o la transformación de este libro, en cualquier
forma o por cualquier medio, sea electrónico o mecánico, mediante
copias, digitalización u otros métodos, sin el permiso previo y escrito
del editor. Su infracción está penada por las leyes 11.723 y 25.446.

Esta edición de 3000 ejemplares se terminó de imprimir en


la planta impresora de Sevagraf S.A., Buenos Aires,
República Argentina, en el mes de agosto de 2009.
AGRADECIMIENTOS

Agradezco en primer lugar a mi Divino Maestro Bhagavan Sri


Sathya Sai Baba por haberme permitido y ayudado con Su Divina Gra-
cia a escribir estas líneas. Pongo esta obra a Sus Divinos Pies.
Agradezco también a quienes fueron sus providenciales instru-
mentos, sin los cuales hubiera sido imposible llevarla a cabo a causa
de mi ceguera física:
A Albina M. Keppl, mi esposa, quien fue el ángel custodio que
Dios ha puesto en mi camino, y que identificada con el mismo anhelo
y la misma sed espiritual, me ayudó en la investigación y concreción,
ya que a través de sus ojos pude escudriñar y profundizar en la Fuente
Genuina de los mensajes de Jesús y Sai Baba. Esta obra es el resulta-
do de un ideal y un amor compartidos.
A Silvia Arteaga, que transcribió el contenido de las grabaciones
a medida que las íbamos produciendo.
A Silvia do Valle por la corrección del texto.
Y a todos aquellos que nos alentaron y nos ayudaron de una u
otra manera para que se concretara.
Ruego a Dios bendiga con Su Gracia a todos.

N. del A.: El día 14 de marzo de 1996, los originales de este libro fue-
ron firmados por Sai Baba en una entrevista, cuando se cumplían 70 días de
llevarlo diariamente al darshan para que Él lo bendijera coincidiendo con
la edad de Él. Si sumamos 14.3.1996 da 33 —la edad de Cristo— confir-
mando de este modo el título del libro.

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PRÓLOGO

Al escribir estas líneas me guía el sincero propósito de compar-


tir la más maravillosa experiencia que un ser humano pueda vivir, la de
encontrar a Dios. Encontrar a Dios, no sólo dentro de uno o en todo lo
creado, sino caminando entre los hombres en forma humana... como
hace dos mil años.
Cada uno de nosotros tiene una larguísima historia, un largo pe-
regrinar que comienza en los albores del tiempo, en las penumbras de
la creación.
Hemos comenzado la evolución recorriendo todas las escalas,
todos los niveles de existencia y ahora, estando en el sexto día de la
creación, tenemos la maravillosa oportunidad de llegar al séptimo, a la
fusión en Dios.
La Creación no ha terminado, es un acto permanente, constante,
activo; todo es crecimiento, transformación, cambio, en definitiva to-
do es vida. El hombre, aún considerándose la especie superior, debe se-
guir ascendiendo. Una vez logrado el nivel humano, desde allí debe ir
recorriendo gradualmente un camino de ascensión; ayudado por el uso
del razonamiento y el libre albedrío para lograr un nivel superior, un
nivel de conciencia donde descubra, por fin, que es parte de la entidad
divina de donde ha salido.
Todos los seres creados tienen el sello de la Divinidad, pero so-
lamente el ser humano tiene la posibilidad de reconocer esa presencia
divina en su interior. Haciendo uso de sus facultades puede despertar y
llegar a ese conocimiento, y eso es lo único que lo distingue del resto
de los seres de la Creación. Pero, ¿cuántos somos los que utilizamos

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esas facultades otorgadas por Dios para este fin supremo? ¿Cuántos so-
mos los que nos preguntamos: quién soy, de dónde vengo y adónde
voy? Con cuánta razón, el filósofo griego Sócrates decía: "Conócete a
ti mismo y conocerás a Dios". Afortunadamente el ser humano no es-
tá abandonado a su suerte. Dios en su infinita bondad le señaló el ca-
mino mandando a sus profetas o encarnando Él mismo.
El hombre siempre buscó la felicidad, pero lamentablemente la
buscó afuera, en las cosas que lo rodeaban, en el goce de los placeres
y de los sentidos, y en todo aquello que significa llenar las apetencias
físicas o materiales. Jamás imaginó que la verdadera felicidad está
dentro de sí, justamente porque desconoce que su interior es la chispa
divina que debe descubrir y desarrollar para encontrar en lo infinito la
plenitud de ese goce, la verdadera felicidad. Con justa razón el más sa-
bio de los hombres según las Sagradas Escrituras, el Rey Salomón, que
poseía todo cuanto un hombre puede aspirar, llegó al descubrimiento
de que todo era efímero, vano, para concluir diciendo: "Vanidad de va-
nidades, todo es vanidad".
Dios, que es amor puro e infinito, eterno, inmutable y total, no
abandona al hombre en su ceguera. Resuelve hacerse humano, bajar
hasta él para ayudarlo a subir, y transmitirle Su Mensaje en un lengua-
je comprensible. Resuelve hacerlo despertar de su letargo y así encon-
trar el camino de vuelta a casa. Y entonces le dice "Yo soy el Camino,
la Verdad y la Vida..." (Jn 14, 6). Pero el hombre, haciendo oídos sor-
dos vende su primogenitura por un plato de lentejas (Gn 25, 29-34). El
Antiguo Testamento en el Génesis nos dice que Dios, en el sexto día,
al crear al hombre, lo hizo a imagen y semejanza suya. Es evidente que
cuando habla de semejanza no se refiere a las características físicas, si-
no a algo mucho más profundo. La semejanza a nivel espiritual del
hombre con Dios, que el hombre ha perdido, debe ser recuperada.
¡Qué sublime destino el del ser humano, descubrir y contemplar
su esencia, que está encerrada en este cofre mortal y corruptible lla-
mado cuerpo, contenida como una semilla, como un germen de divini-
dad, que irá creciendo a medida que despierte su conciencia!
Extraviados a lo largo de nuestras vidas, encandilados por las
baratijas, no vemos el resplandor de la verdadera joya. Por eso de tiem-
po en tiempo Dios se hace humano con el fin de recordarnos el verda-

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dero camino. Mientras crecemos en conciencia y conocimiento descu-
brimos entonces éste, nuestro destino: ser conciencia con la Concien-
cia Cósmica, uno con el Uno. Porque para comprender el todo, prime-
ramente es necesario sentirse el todo.
Para alcanzar esta cumbre de la realización humana, es necesario
conocer el secreto del sendero, tener un guía que nos ilumine, que vaya
marcando sus huellas para poder seguirlas. No es fácil, muchas cosas nos
distraen y detienen. Es un sendero estrecho y difícil como lo afirma todo
maestro espiritual. Encontrarlo lleva mucho tiempo de búsqueda hasta
que se vislumbra la luz. Ésta comienza cuando despierta la sed interior,
cuando se siente el ansia y el deseo de llenar el vacío espiritual. Muy bien
lo expresó San Agustín cuando dijo: "Nos hiciste, Señor, para Ti y nues-
tro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti".
Mi búsqueda, mi ansia de Dios comenzó desde pequeño. Nací
en un hogar católico, con un padre y una madre piadosos, observantes
de las prácticas cristianas que fueron inculcándome las primeras no-
ciones de Dios. En este ambiente de religiosidad y rectitud, con una
disciplina basada en el temor a Dios, fue despertando en mí el anhelo
por Él, que culminó con mi ingreso al Seminario Guadalupe de Santa
Fe, en marzo de 1942, a la edad de catorce años. Pasé allí doce años de
estudios intensivos en un clima de austeridad y franca alegría. El 29 de
noviembre de 1953 fui ordenado sacerdote. Se había concretado mi
ideal. ¡Cómo iba a imaginarme en aquel momento que esto era tan só-
lo una etapa de un largo camino!
Comencé el ministerio con alegría, ahínco y total entrega. Pero a
medida que pasaban los años, volví a sentir el acicate de la búsqueda, la
sed de la imagen del Jesús que llevaba en mi corazón, del Jesús miseri-
cordioso, de aquel que se manifiesta como el Buen Pastor, en donación
permanente hacia los demás, especialmente para los que más necesitan.
Me preguntaba por qué razón yo no había merecido la gracia de vivir en
su tiempo y a su lado. Intuía que debía seguir buscando, que había algo
más, que en algún lugar estaba la respuesta y a tientas decidí seguir la
búsqueda en otros ámbitos. Después de veinte años de acción pastoral
tomé la resolución de solicitar la reducción al estado laical. Me llevó me-
ses de reflexión tomar esta decisión. No fue nada fácil. A los cuarenta y
cinco años es difícil cambiar de rumbo, sobre todo cuando ya se está es-
tablecido y con todo organizado; pero mi interior me impelía...

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En 1974, accediendo a mi solicitud, Su Santidad Paulo VI me
concedió la dispensa.
En esta nueva etapa, la Providencia dispuso una compañera pa-
ra mí. Ambos estábamos identificados en el mismo ideal y sentíamos
la misma sed por encontrar el Torrente. Durante trece años escudriña-
mos las Sagradas Escrituras y otras fuentes de espiritualidad, sin cejar
jamás. Siento que en ningún momento he dejado de ser sacerdote, ya
que como su etimología lo indica, sacerdote significa sagrada dona-
ción. Sagrada donación del tiempo, de la inteligencia, del amor, en fin,
de todos aquellos dones que Dios me había otorgado.
En agosto de 1985, después de tanto golpear y pedir, tuvo lugar
el descubrimiento más feliz de nuestras vidas: enterarnos de la exis-
tencia de que un Ser Divino en ese mismo momento caminaba por la
India. Su nombre es Sathya Sai Baba. Este hecho trascendental marcó
para nosotros un hito histórico y espiritual pues a partir de allí todo
cambió. La búsqueda había llegado a su fin; pero comenzaba otra ins-
tancia, tan fundamental como la anterior, que consistía en llevar a ca-
bo la realización del ser interno.
Jesús hace dos mil años apareció en Palestina para dar a cono-
cer un mensaje de paz y amor, pero como hemos olvidado la esencia
de dicho mensaje divino, hoy Sai Baba viene a recordárnoslo más
completo y actualizado de acuerdo con la época en que nos ha tocado
vivir y con el nivel de conciencia que hemos alcanzado. Este maravi-
lloso descubrimiento que me llevó años de estudio y dedicación es lo
que deseo compartir con mis hermanos, que también tienen la sed y el
ansia de encontrar la fuente, de encontrar a Dios. Compartir aquello
que a uno lo hace feliz es parte de la esencia humana. Encontrar a Sai
Baba, conocerlo personalmente, escucharlo, leer sus enseñanzas, ver
su obra, fue la experiencia más feliz y lo mejor que me ha tocado vi-
vir. Jesús había vaticinado: "Por sus obras los conoceréis" (Mt 7, 16).
¡Cuántas veces lamenté el no haber tenido la gracia de haber nacido
cerca de Jesús! Y hoy mi deseo se ha hecho realidad gracias a Su Di-
vina Voluntad.
Cuando Juan el Bautista, que predicaba y bautizaba a orillas del
Jordán, escuchó acerca de los milagros que Jesús realizaba, envió a al-
gunos de sus discípulos a preguntar si Él era el Mesías a quien el pue-

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blo esperaba. Jesús les contestó: "...vayan y cuéntenle a Juan lo que us-
tedes están oyendo y viendo: los ciegos ven, los cojos andan, los le-
prosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y una
Buena Nueva llega a los pobres..." (Mt 11, 4-6). Del mismo modo que
Juan el Bautista, al conocer las maravillas que estaban ocurriendo qui-
so tener la certeza de que se estaban cumpliendo las profecías que
anunciaban la venida del Mesías, también yo al oír acerca de otras pro-
fecías que hablaban acerca de una nueva venida del Cristo, no dudé en
ir a conocerlo y comprobar personalmente si Él era el esperado, el
Cristo, el Ungido. En dos viajes consecutivos a la India, más exacta-
mente al lugar donde reside Sai Baba la mayor parte del año, su ash-
ram "La Morada de la Paz Suprema" en Puttaparti, tuve la divina opor-
tunidad de estar a su lado durante varios meses, llegando así a conocer
su vida y su obra, sus milagros y sus enseñanzas, comprobando por mí
mismo que es el anunciado y esperado. El milagro más extraordinario
fue comprobar que nuevamente el Cristo estaba con nosotros, cum-
pliéndose aquello de "...busquen y hallarán..." (Mt 7, 7). Estando en Su
Presencia creo haber experimentado la misma bienaventuranza que
sintieron los Apóstoles y quienes seguían a Jesús, vivencia que es im-
posible de transmitir, por ser personal e intransferible. El gran amor
hacia ese Ser que existió hace dos mil años, y el amor a Este que aca-
baba de conocer y reencontrar se fundió en uno solo.
En la vida de toda persona se dan a veces acontecimientos para-
dojales cuyo significado queda escondido tras el velo del misterio. Son
difíciles de comprender a nivel humano. Algo así ocurrió conmigo
pues al encontrar y recuperar la visión espiritual, perdí la visión física.
Cuando mi esposa y yo decidimos realizar el segundo viaje, en octu-
bre de 1987, yo estaba a punto de perder por completo la vista. Des-
pués de varios días de estar en Su Presencia, y recordando aquel pasa-
je del Evangelio donde dice que más vale entrar tuerto, manco o cojo
al Reino de los Cielos, que perderlo conservándose intacto (Mc 9, 43-
49), comprendí que estaba frente a una disyuntiva fundamental... En-
tendí que el cuerpo no lo es todo, que es efímero, y decidí jugarme por
lo único que vale la pena. Entonces resolví pedirle que me otorgara la
visión espiritual, a pesar de que había ido para pedirle que me devol-
viese la física. Gracias a la acción transformadora de Su Gracia com-
prendí qué era lo más importante para mi vida espiritual, y no dudé en
la elección. Una hora después de haber tomado y escrito esta resolu-

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ción, Baba toma mi carta y luego, dirigiéndose al encuentro de Albina,
con una sonrisa llena de amor se la muestra en señal de aceptación.
Profundizando en las enseñanzas de Jesús y Sai Baba, compro-
bé que ambos hacían hincapié en lo mismo, ambos nos hablan del
amor a Dios y al prójimo como requisito indispensable para lograr la
liberación. Cierta vez en sueños me dijeron que los conocimientos ad-
quiridos no debía guardarlos para mí únicamente, sino transmitirlos,
compartirlos con los demás. Por esta razón, entiendo que debo volcar
en estas páginas con la mayor fidelidad posible, el contenido de ambos
mensajes. Analizándolos, he encontrado un paralelismo entre Jesús y
Sai Baba, no sólo en lo referente a sus enseñanzas sino también en sus
vidas, que son semejantes. Estableciendo un puente que una dos mil
años, son ellos mismos quienes hablarán. Cuanto más los he conocido,
más adoración he sentido por ambos; y es por esta razón que pongo es-
te fruto como una ofrenda de amor, a Sus Divinos Pies.
Es mi humilde deseo que estas páginas sean una luz en el pere-
grinaje hacia la Verdad para los hermanos, que como siervos sedientos
en busca del torrente de las aguas, puedan abrevar su sed de Dios. En
cuanto a mí, así como un serafín tocó la boca del Profeta Isaías con un
carbón encendido antes de hablarle a su pueblo, así ruego a Dios: "Pu-
rifica Señor con un tizón encendido mis labios y mi corazón, para que
pueda anunciar Tu Palabra digna y fielmente" (Is 6, 6-7). Sólo he sido
un instrumento en Manos de Dios.
Ernesto José Masin

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1
CONCEPCIÓN DE JESÚS

Casi mil años antes de la aparición de Jesús, el profeta Miqueas al vis-


lumbrar los primeros destellos del fulgor de ese sol de justicia que reinaría
sobre la tierra, profetizó diciendo: "Pero tú, Belén Efrata, aunque eres la más
pequeña entre todos los pueblos de Judá, tú me darás a aquel que debe go-
bernar a Israel..." (Mi 5, 2). Muchas fueron las causas providenciales que in-
tervinieron para que esta profecía se cumpliera, y en verdad se cumplió fiel-
mente. Un día entre los días, se oyeron los ecos de una canción angelical:
"Gloria a Dios en lo más alto del cielo y en la tierra paz a los hombres: esta
es la hora de su gracia" (Lc 2, 14). La liberación había comenzado, porque
la paz se estableció en la tierra junto con la verdad.
A medida que el tiempo iba pasando y los siglos en cuenta re-
gresiva iban desgranándose, numerosos profetas fueron anunciando su
personalidad, fueron perfilando los rasgos distintivos, no sólo de su fi-
gura física sino, especialmente, de su misión. Y así, el Profeta Isaías
fue considerado el evangelista del Antiguo Testamento, por la exacti-
tud con que fue describiendo la obra de Jesús, su vida y sufrimientos,
de tal manera que por su visión se lo llamó "El varón de dolores". El
profeta Daniel anunció con precisión el tiempo de su venida cuando di-
jo que faltaban setenta semanas de años. Otros anunciaron que nacería
de una virgen.
Sabemos a través de narraciones bíblicas, cómo el pueblo de Is-
rael, después de haber sido liberado de la esclavitud de Egipto, bajo la
guía de Moisés y habiendo llegado a la Tierra prometida, periódica-
mente era acosado por las tribus vecinas y en varias oportunidades fue
sometido a la esclavitud. El más notable de todos estos períodos es el

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que sufrieron en tiempos del rey Nabucodonosor de Babilonia, que du-
ró más de medio siglo. No obstante, Dios, que nunca abandona a sus
elegidos, les envió periódicamente seres de mayor elevación espiritual
que alumbraron el futuro y sembraron la esperanza en los corazones,
prometiéndoles un liberador.
Pero he aquí el gran error de la mayoría, que entendía por libe-
rador la llegada de un caudillo político, que los defendería y haría la
guerra a los países vecinos. Y es así que cuando Israel estaba bajo el
yugo de los romanos, irrumpe en la historia Jesús el Nazareno. En es-
tas aguas revueltas comienza su peregrinaje sobre la tierra.
De ahora en más, nos basaremos en las palabras textuales de los
Santos Evangelios. La palabra evangelio, de origen griego, significa buen
mensaje o noticia, y se refiere a la Buena Nueva que nos trajo Jesús.
Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciu-
dad de Galilea, llamada Nazaret, a una joven virgen que esta-
ba comprometida en matrimonio con un hombre llamado José,
de la familia de David. La virgen se llamaba María.
Llegó el ángel hasta ella y le dijo: "Alégrate, llena de gracia,
el Señor está contigo". María quedó muy conmovida al oír es-
tas palabras, y se preguntaba qué significaría tal saludo.
Pero el ángel le dijo: "No temas, María, porque has encontra-
do el favor de Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz un hi-
jo, al que pondrás el nombre de Jesús. Será grande y justa-
mente será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el
trono de su antepasado David; gobernará por siempre al pue-
blo de Jacob y su reinado no terminará jamás".
María entonces dijo al ángel: "¿Cómo puede ser eso, si yo soy
virgen?". Contestó el ángel: "El Espíritu Santo descenderá so-
bre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso
el niño santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios. Tam-
bién tu parienta Isabel está esperando un hijo en su vejez, y
aunque no podía tener familia, se encuentra ya en el sexto mes
del embarazo. Para Dios, nada es imposible".
Dijo María: "Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí tal co-
mo has dicho". Después la dejó el ángel.
Lc 1, 26-38

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Verdaderamente María nos da ejemplo de confianza y entrega
total a Dios, ateniéndose a todas las consecuencias sociales que esta
bienaventurada decisión le traería, incluso arriesgando su vida. Queda
claro que Jesús no fue concebido como el resto de los seres humanos.
Simplemente nos narra el evangelista que la fecundación de María fue
un hecho extraordinario, donde sin intervención de varón alguno co-
menzó a gestarse en su seno. Solamente en un ser de tan elevada vi-
bración podía encarnarse el Salvador.

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2
CONCEPCIÓN DE SAI BABA

Ahora veremos cómo la concepción de Sathya Sai Baba es se-


mejante a la de Jesús, según lo narra N. Kasturi en el libro Eswarama
de Editorial Errepar.
"Un día que Swami se encontraba sentado en medio de un
círculo de devotos, se produjo una abrupta interrupción. Un erudi-
to muy versado en los Sagrados Puranas (escrituras), sintió el im-
pulso de plantear la siguiente pregunta: "Swami, ¿tu encarnación
fue un milagro o una concepción?".
Personalmente no pude entender la importancia de la inte-
rrupción que a todos sobresaltó como para hacerles perder el áni-
mo festivo que reinaba hasta el momento de la conversación, pero
Swami sabía la razón.
Volviéndose hacia su madre, sentada al frente, le dijo: "Cuéntale
a Rama Sarma lo que sucedió aquel día cerca del pozo, después de que
tu suegra te hubiera puesto sobre aviso". La madre dijo: "Ella había so-
ñado con Sathyanarayana Deva y me advirtió que no me asustara si lle-
gaba a sucederme algo por la voluntad de Dios. Esa mañana me dirigí
al pozo, y cuando estaba junto a él, sacando agua, una gran bola de luz
azul vino rodando hacia mí y sentí que me desmayaba cayendo al sue-
lo. Luego sentí que se deslizaba dentro de mí".
Swami se volvió hacia Rama Sarma con una sonrisa: "¡Ahí tie-
nes la respuesta! No fui concebido. Fue un milagro, no una concepción".
N. Kasturi

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"Son cuatro los tipos de hijos que nacen del hombre. La dis-
tinción reside en el impulso que haya motivado el nacimiento. En
tres de ellos opera la ley del karma..."
Karma significa: "La acción y efectos resultantes de ella. Ley
cósmica que como consecuencia de las obras, acciones, palabras y
pensamientos que componen la vida de cada ser, se va acumulando fa-
vorable o desfavorablemente, y rige la rueda de nacimientos y muer-
tes".
"El primero es aquel en que uno ha incurrido en deudas ante-
riores y ha dejado de pagarlas. El acreedor nacerá como hijo para exi-
gir el pago y abandonará para siempre el hogar tan pronto haya ob-
tenido el total de lo adeudado. Puede que se reviertan los papeles y
que los padres representen a los acreedores que han dejado sus cuer-
pos carnales, antes de haberse saldado la deuda. En este caso recibi-
rán como hijo al que debe pagar, el cual partirá libre de sus grilletes
kármicos tan pronto sea devuelta hasta la última gota de lo adeudado.
La tercera categoría está representada por la progenie que nace úni-
camente como un don, por la gracia de Dios.
Dios otorga un hijo y le confía a los padres la tarea de su cui-
dado y protección para el cumplimiento de su misión humana. El
cuarto y primerísimo tipo de hijo, no obstante, es aquel que es un
Avatar (Encarnación Divina). En este caso, la Conciencia Cósmica
decide un rol humano y elige el tiempo y el lugar, a las personas que
han de ser consideradas como sus padres y el útero en el que va a
iniciar su carrera como un feto conformado por su infinita poten-
cia."
Sai Baba
Veremos a continuación cómo tanto el nacimiento de Jesús co-
mo el de Sathya Sai Baba estuvieron rodeados de acontecimientos ex-
traordinarios.

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3
NACIMIENTO DE JESÚS

Por aquellos días salió un decreto del emperador Augusto, por


el que se debía proceder a un censo en todo el imperio. Este fue
el primer censo, siendo Quirino gobernador de Siria.
Todos, pues, empezaron a moverse para ser registrados cada
uno en su ciudad natal. José también, que estaba en Galilea, en
la ciudad de Nazaret, subió a Judea, a la ciudad de David, lla-
mada Belén, porque era descendiente de David; allí se inscri-
bió con María, su esposa, que estaba embarazada.
Mientras estaban en Belén, llegó para María el momento del par-
to, y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo
acostó en un pesebre, pues no había lugar para ellos en la sala
principal de la casa.
En la región había pastores que vivían en el campo y que por
la noche se turnaban para cuidar sus rebaños. Se les apareció
un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de claridad.
Y quedaron muy asustados.
Pero el ángel les dijo: "No tengan miedo, pues yo vengo a co-
municarles una buena noticia, que será motivo de mucha ale-
gría para todo el pueblo. Hoy, en la ciudad de David, ha naci-
do para ustedes un Salvador, que es el Mesías y el Señor. Miren
cómo lo reconocerán: hallarán a un niño recién nacido, en-
vuelto en pañales y acostado en un pesebre".
De pronto una multitud de seres celestiales aparecieron junto al
ángel, y alababan a Dios con estas palabras: "Gloria a Dios en

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lo más alto del cielo y en la tierra paz a los hombres: esta es la
hora de su gracia".
Después de que los ángeles se volvieron al cielo, los pastores
se dijeron unos a otros: "Vayamos, pues, hasta Belén y veamos
lo que ha sucedido y que el Señor nos ha dado a conocer". Fue-
ron apresuradamente y hallaron a María y a José con el recién
nacido acostado en el pesebre. Entonces contaron lo que los
ángeles les habían dicho del niño. Todos los que escucharon a
los pastores quedaron maravillados de lo que decían.
María, por su parte, guardaba todos estos acontecimientos y
los volvía a meditar en su interior.
Después los pastores regresaron alabando y glorificando a
Dios por todo lo que habían visto y oído, tal como los ángeles
se lo habían anunciado.
(Lc 2, 1-20)
Dos mil años separan al pesebre de Belén y la humilde casa don-
de naciera Sai Baba en el valle de Puttaparti. Pero los ecos de la can-
ción celestial anunciando la gloria de Dios en los cielos y la paz para
los hombres resuenan de tal manera que esa distancia se acorta ha-
ciéndonos escuchar hoy los arpegios maravillosos de los instrumentos
que resonaran en el hogar de Sathya Sai Baba, tañidos por dedos de án-
geles, quizá los mismos que cantaron la gloria de Jesús en Belén.

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4
NACIMIENTO DE SAI BABA

Cuando Eswarama estaba encinta, eran despertados por la


noche por dulces notas musicales que surgían espontáneamente de
los instrumentos de cuerda y de percusión que había en la casa, en
la pieza de ensayos.
"¿Ángeles, espíritus, antepasados músicos?... El padre fue a
consultar a un astrólogo: '¿La música es dulce y serena?', le pre-
guntó. Pedda Venkapa Raju (el padre de Sai Baba), le contestó que
los sonidos eran muy gratos. '¿Hay una mujer encinta en la casa?'.
Cuando la respuesta fue afirmativa, el astrólogo predijo que los dio-
ses tocaban la música para deleitar al niño en el vientre de su ma-
dre."
N. Kasturi
Esta escena trae a nuestra memoria el momento aquel en que
María fue a visitar a su prima Isabel, madre de Juan el Bautista, que se
encontraba en su sexto mes de embarazo. El futuro profeta, al sentir la
presencia de un ser divino en el seno de María, saltó de gozo en el
vientre de su madre. (Lc 1, 39-41)
"Había llegado finalmente el momento elegido por el Señor,
para aparecer en la tierra en su forma encarnada. Eran las 5.06 ho-
ras de la madrugada del 23 de noviembre de 1926, y la estrella re-
gente era Ardra. Desde las cuatro de esa mañana la suegra se en-
contraba en la casa del sacerdote realizando el culto a Sathyanara-
yana. Fue llamada en más de una oportunidad a casa a medida que
se acercaba el alumbramiento, pero ella estaba determinada a no

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regresar antes de no tener el alimento consagrado por la deidad pa-
ra Eswarama, el que no podía obtener hasta finalizar la ceremonia.
Finalmente, llegó y entregó el alimento bendecido que fue aceptado
e ingerido. Y el hijo nació.
Una estera cubierta por una gruesa manta había sido prepa-
rada en un rincón de la habitación tan pronto habían comenzado las
labores de parto y el bebé fue acostado sobre ella por la abuela. De
pronto, observaron que los cobertores subían y bajaban a ambos la-
dos de la criatura.
La abuela levantó al niño y lo abrazó. ¡Una serpiente estaba
enrollada bajo el cobertor! Cierto es que había numerosas serpien-
tes en Puttaparti, ¡mas una serpiente en la habitación de una par-
turienta y enroscada formando una cuna para el bebé! Eso no ha-
bía sido sino el papel que desempeñara Adisesha para Vishnú que
descansaba en sus anillos. Esto representó el primer milagro de su
encarnación.
El niño fue bautizado Sathyanarayana. La asociación y la afi-
liación de lo humano y lo divino se hacía clara por ese nombre. Ello
anunciaba que el niño, al ser Narayana era Sathya, la Verdad.
Dios como Sathya Narayana había entrado en las mentes de
la madre y la abuela, y llenado la casa de la familia con una melo-
día y una fragancia Divinas.
Narayana viniendo como Sathya representaba la consuma-
ción que el mundo había anhelado desde hacía tanto tiempo."
N. Kasturi
Los tiempos se acortan, mejor dicho, el tiempo se anula cuando
uno contempla el puente tendido entre Belén y Puttaparti, un puente de
amor, fruto del amor de Dios hacia el hombre. Dios Padre, en su infi-
nito amor, quiere ponerse a nuestra altura, por eso encarna, toma un
cuerpo humano para transmitirnos de humano a humano, ese sublime
mensaje que es el camino de regreso a la Casa del Padre.
¡Qué difícil es para la mayor parte de los hombres llegar a com-
prender cómo Dios, siendo omnipotente, omnipresente y omnisciente
se encarna en un ser humano simplemente para transmitir el sublime
mensaje de que el destino humano está más allá de lo que parece a sim-

18
ple vista! ¡Qué difícil es poder despertar en el interior de la conciencia
la luz, la fe que hace que se admita y se reconozca que un niño peque-
ño es una encarnación divina, un descenso de Dios a la tierra! Precisa-
mente para poder enseñarnos el camino, la conducta que debemos ob-
servar para alcanzar el nivel de conciencia divina; para enseñarnos que
en nosotros hay una chispa sagrada, un germen de Dios que es como
una semilla que encierra vida latente y que con el calor del sol brota y
con el tiempo se transforma en un árbol frondoso, es que la Divinidad
encarna de tiempo en tiempo. Todo aquel que reciba su calor comen-
zará a despertar y a crecer espiritualmente. Crecer en amor, crecer en
conciencia, hasta fundirse con la Conciencia Infinita y ser uno con el
Uno.
El hecho de que existan muchas personas para quienes aconte-
cimientos tan importantes para la humanidad como son el nacimiento
de Jesús o el de Sai Baba no signifique nada, se debe a que todavía se
encuentran envueltas en preocupaciones mundanas. No les ha llegado
todavía el momento de la búsqueda, pues no conocen aún la sed espi-
ritual. Por el contrario, aquellos que se sienten tocados por estos he-
chos son quienes, según la tradición hindú, en vidas anteriores ya han
estado involucrados en una búsqueda espiritual.
Bienaventurados los que tienen sed de Dios, porque como el
siervo sediento que busca las aguas, así también ellos encontrarán el
Torrente de la Sabiduría para saciar su sed. Felices aquellos que tienen
la valentía y el coraje de desdeñar las comodidades y los placeres de la
vida mundana a cambio del esfuerzo por vivir el mensaje divino.

19
5
INFANCIA DE JESÚS

Si quisiéramos establecer un paralelismo entre la infancia de Je-


sús y la de Sai Baba sería difícil hacerlo ateniéndonos a los relatos que
se encuentran en los Evangelios Canónicos, únicamente en Lucas en-
contramos una pequeña referencia donde dice que Jesús crecía en gra-
cia y sabiduría delante de Dios y de los hombres (Lc 2, 40). Es por eso
que para este capítulo acudimos a los evangelios apócrifos.
Los evangelios pueden clasificarse en canónicos y apócrifos.
Son canónicos aquellos que la Iglesia desde sus primeros tiempos to-
mó como auténticos, es decir, inspirados por Dios. Son los cuatro que
están contenidos en el Nuevo Testamento, y están escritos por los
evangelistas Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Los apócrifos, que ascienden a cincuenta y dos, fueron escritos
por personas que conocieron directamente a Jesús o que recibieron re-
ferencias a través de quienes lo conocieron.
Si nos atenemos a lo que dice Juan en el capítulo 20, versículo
30: "Muchas otras señales milagrosas hizo Jesús en presencia de sus
discípulos que no están escritas en este libro", o como dice el mismo
evangelista en el capítulo 21, versículo 25: "Jesús hizo también otras
muchas cosas. Si se escribieran una por una, creo que no habría lugar
en el mundo para tantos libros"; entonces parece sensato pensar que al-
go de verdad pudiera contenerse en los evangelios apócrifos. Y así lo
entendieron los primeros cristianos. Entonces por qué no aceptar no-
sotros también que otras fuentes pueden estar mostrándonos facetas
menos conocidas de la vida maravillosa del Nazareno.

20
El Evangelio Árabe de la Infancia:
C a p . 3 5 "Cuando Jesús tenía tres años de edad, había en
aquel país una mujer cuyo hijo llamado Judas estaba poseído
del demonio y cada vez que éste lo asaltaba Judas mordía a
cuantos se acercaban a él. Y si no encontraba a nadie a su al-
cance, se mordía las manos y los demás miembros de su cuer-
po. Cuando la madre de este desventurado supo que Jesús ha-
bía curado a muchos enfermos, llevó a su hijo a María, pero en
aquel momento Jesús no estaba en casa por haber salido con
sus hermanos a jugar con los otros niños. Y así que estuvieron
en la calle, se sentaron todos, y Jesús con ellos. Judas, el po-
seído, vino y se sentó a la derecha de nuestro Señor. Su obse-
sión lo invadió de nuevo y quiso morder a Jesús. No pudo, pe-
ro lo golpeó en el costado derecho. Jesús se puso a llorar y en
el mismo instante ante los ojos de varios testigos, el demonio
que obsesionaba a Judas lo abandonó. Y aquel muchacho que
pegó a Jesús, de quien salió el demonio, era el discípulo lla-
mado Judas Iscariote, el que entregó a nuestro Señor.
Un día, cuando Jesús había cumplido los siete años, jugaba con
sus pequeños amigos, es decir con niños de su edad y se entrete-
nían todos en el barro, haciendo con él figurillas que represen-
taban a pájaros, asnos, caballos, bueyes y otros animales. Y ca-
da uno de ellos se mostraba orgulloso de su habilidad diciendo:
'Mi figurilla es mejor que la vuestra'. Mas Jesús les dijo: 'Mis fi-
gurillas marcharán si yo se los ordeno'. Y sus pequeños camara-
das le dijeron: '¿Eres quizá el Hijo del Creador?' Y Jesús mandó
sus figurillas marchar y enseguida se pusieron a dar saltos. Des-
pués las llamó y volvieron. Y había hecho figurillas que repre-
sentaban gorriones y les ordenó volar, y volaron, y posarse y se
posaron en sus manos y les dio de comer y comieron y les dio de
beber y bebieron. Y ante unos juramentos que hiciera, puso pa-
ja, cebada y agua y ellos comieron y bebieron. Los niños fueron
a contar a sus padres todo lo que había hecho Jesús y sus padres
les prohibieron en adelante jugar con el hijo de María, dicién-
doles que era un mago y que convenía guardarse de él."
C a p . 3 7 "Otro día que Jesús se paseaba y se divertía con
varios niños de su edad, pasó por el taller de un tintorero lla-

21
mado Salem y este tintorero tenía en su taller muchos trajes
que pertenecían a la gente de la población y que se proponía
teñir. Y habiendo entrado en el taller del tintorero, tomó to-
dos aquellos trajes y los echó en una tina de índigo. Cuando
Salem, el tintorero, volvió y vio todos aquellos trajes deterio-
radas, se puso a gritar con voz estentórea y dirigiéndose a
Jesús le dijo: 'Qué me has hecho, hijo de María. Me afrenta-
rás ante toda la gente de la población. Cada uno desea un
color a su gusto, y tú has venido a estropear la obra'. Y Je-
sús le dijo: 'Cambiaría a cada traje el color que quieras dar-
le'. Y acto seguido, Jesús se puso a sacar de la tina los tra-
jes, cada uno hasta el último con el color que deseaba el tin-
torero. Y los judíos a la vista de prodigio tamaño, glorifica-
ron a Dios."
C a p . 3 8 "A veces José llevaba a Jesús consigo y circulaba
por toda la población, porque ocurría que la gente a causa de
su arte lo llamaban para que hiciera puertas, cubos para orde-
ñar, asientos o cofres, y Jesús lo acompañaba. Y cada vez que
se necesitaba prolongar o recortar algún objeto, alargarlo o
restringirlo, fuese en un codo o en un palo, Jesús extendía su
mano hacia el objeto y la cosa quedaba hecha como deseaba
José, sin que éste tuviese que poner la mano en ello."
No conocemos el grado de realidad que tiene lo que acabamos
de leer. Pero una cosa sí es cierta, en algunos aspectos Jesús fue un ni-
ño como todos, no obstante lo cual manifestó poderes extraordinarios
desde pequeño.

22
6
INFANCIA DE SAI BABA

"El niño se convirtió en el consentido de toda la aldea de Put-


taparti, y tanto campesinos como pastores rivalizaban entre sí para
mimarlo, darle de comer, acariciar los sedosos rizos de su cabelle-
ra. Su encantadora sonrisa conquistaba a todos. La casa de sus pa-
dres estaba siempre llena de visitas, que se quedaban siempre con
uno u otro pretexto en torno de la cama del niño, cantándole can-
ciones de cuna o acariciándolo. El aire se impregnaba con una fra-
gancia a jazmín. Sathya se movía por la casa como una lucecita y
todo se volvía risas cuando ensayaba su dulce vocabulario.
Todos lo observaban con asombro y al niño le encantaba lle-
var gruesas líneas de ceniza sagrada sobre la frente, y que insistía
le fueran renovadas cada vez que se borraban. El niño se mantenía
alejado de los lugares en que se maltrataban los animales.
Evitaba entrar en las cocinas donde se preparaban platos de
cualquier tipo de carne. Y cuando escuchaba a alguien que se iba a
matar tal o cual ave para la comida, el pequeño Sathyanarayana
corría hacia el ave, la tomaba entre sus brazos y la acariciaba co-
mo si todo ese amor que derramaba sobre ella pudiera inducir a los
mayores a mantenerla con vida.
Los vecinos comenzaron a llamarlo Brahmajnani, alguien
que posee la sabiduría divina. A causa de este comportamiento y de
su despliegue de amor por todo lo creado, cuando era tratado con
dureza por sus compañeros de juego, casi nunca se mostraba ren-
coroso o vengativo. Las informaciones acerca de los maltratos que

23
pudiera haber sufrido siempre llegaban hasta sus padres por boca
de otros niños que los habían presenciado y nunca de los labios de
Sathya, y Él no parecía preocuparse por el dolor ni por ser derro-
tado. Siempre decía la verdad. Su conducta era tan fuera de lo co-
mún que lo llamaban el niño brahmín. A la tierna edad de los tres o
cuatro años, este brahmín se comportaba de tal manera que pare-
cía que su corazón se derretía ante el sufrimiento humano. Cada vez
que un mendigo llegaba hasta la puerta y dejaba oír su lamento,
Sathya abandonaba de inmediato sus juegos y corría hacia donde
estaban sus hermanas, forzándolas a darle alimentos al menestero-
so.
Naturalmente los adultos se irritaban ante la interminable
procesión de manos extendidas, perdían la calma y muchas veces
ahuyentaban al mendigo antes de que Sathya le hubiera dado algo.
Esto provocaba que el niño estallara en un llanto tan angustioso
que los mayores no podían calmar sino llamando de regreso al men-
digo despedido.
A veces con el propósito de evitar lo que los mayores considera-
ban una caridad onerosa y equivocada, la madre tomaba al niño por
un brazo y levantando el índice le decía: 'Está bien, puedes darle co-
mida, pero recuerda, tú tendrás que quedarte sin comer'.
Esto tampoco hacía desistir al niño que corría a la cocina, le
traía comida al mendigo y luego por su propia voluntad faltaba a la
comida del mediodía y a la de la noche. Nada ni nadie podía per-
suadirlo de comer de su plato, mas el niño tenía un misterioso visi-
tante que lo alimentaba, porque cuando rehusaba el alimento y per-
sistía en su actitud por días, ni sus movimientos ni su actividad de-
notaban debilidad alguna. Eswarama contaba que el niño decía que
ya había comido, que un anciano ya lo había alimentado espléndi-
damente dándole bolas de arroz con leche.
Su estómago lleno era una prueba y además el niño mostra-
ba voluntariamente otra evidencia irrefutable, extendía su mano de-
recha para que su madre la oliera y prodigiosamente ella podía as-
pirar en aquella pequeña palma un aroma de leche cuajada.
Era tan frecuente que Sathyanarayana fuera puesto como
ejemplo del niño ideal por cada padre y madre ante sus propios hi-

24
jos, que los niños comenzaron a referirse a Él como un Gurú, que
quiere decir Maestro Espiritual.
Siempre realizaba cosas misteriosas y maravillosas para sus
compañeritos de escuela. De un bolso vacío Él sacaba dulces y fru-
tas, o si un camarada había perdido un lápiz o una goma, Él pro-
ducía uno del bolso. Si alguien estaba enfermo, Él traía hierbas de
los Himalayas y se las daba como remedio. Por esta razón, todos
comenzaron a llamarlo gurú."
N. Kasturi
Lo que acabamos de leer es, como se dice vulgarmente, un bo-
tón de muestra, porque quienes han sido testigos de la infancia, la ni-
ñez y la juventud de Sai Baba, han contado muchísimas anécdotas. Es-
tá fuera de nuestro propósito reproducirlas en este trabajo, para eso es
conveniente buscar aquellas publicaciones que tratan específicamente
el tema. El propósito que me anima es el de establecer un paralelismo
entre la infancia de Jesús y la de Sai Baba. Ambas vidas están correla-
cionadas, ambas vidas están llenas de maravillas, donde se manifiesta
el poder divino de estos seres desde su nacimiento. El paso de la niñez
a la adolescencia, en todo ser humano marca un hito muy importante
porque una nueva etapa comienza a delinearse. Jesús y Sai Baba no
fueron ajenos a este hecho, pues a los doce años según nos narra el
Evangelio, Jesús hizo su presentación pública en el templo, y lo mis-
mo ha sucedido con Sai Baba, que a los trece años comenzó una nue-
va etapa de su vida.
Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la
fiesta de la Pascua. Cuando Jesús cumplió los doce años, subió
también con ellos a la fiesta, pues así había de ser. Al terminar
los días de la fiesta regresaron, pero el niño Jesús se quedó en
Jerusalén sin que sus padres lo supieran.
Seguros de que estaba con la caravana de vuelta, caminaron
todo un día. Después se pusieron a buscarlo entre sus parien-
tes y conocidos. Como no lo encontraran, volvieron a Jerusa-
lén en su búsqueda. Al tercer día lo hallaron en el Templo, sen-
tado en medio de los maestros de la Ley, escuchándolos y ha-
ciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombra-
dos de su inteligencia y de sus respuestas.

25
Sus padres se emocionaron mucho al verlo; su madre le decía:
"Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo hemos estado
muy angustiados mientras te buscábamos". Él les contestó: "¿Y
por qué me buscaban? ¿No saben que yo debo estar donde mi Pa-
dre?". Pero ellos no comprendieron esta respuesta.
Jesús entonces regresó con ellos, llegando a Nazaret. Poste-
riormente siguió obedeciéndoles. Su madre, por su parte, guar-
daba todas estas cosas en su corazón.
Mientras tanto, Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia,
ante Dios y ante los hombres.
Lc 2, 41-52
"El 23 de mayo de 1940 Sathya se levantó como de costum-
bre pero después de unos momentos llamó a todos los miembros de
la familia, los reunió en torno suyo y les ofreció caramelos y dulces
sacados de su mano. Al poco rato comenzaron a llegar los vecinos
y a cada uno les dio una bola de arroz cocido con leche, dulces y
flores que materializaba con un mero movimiento de su mano.
Sathya parecía estar de buen ánimo y alguien fue a llamar a Ven-
kappa Raju para que fuera a ver a su hijo. Venkapa llegó y se abrió pa-
so entre el gentío que había reunido. Muchos le indicaron que debía la-
var sus pies, manos y rostro antes de acercarse al otorgador de dones.
Esto lo enojó. No parecía en absoluto impresionado, pensó
que se trataba de algún truco, que Sathya escondía los objetos y los
hacía aparecer con un juego de manos. Esto fue lo que me confesó
al hablar de aquel día.
Lo único que deseaba era concluir con ese enojoso asunto antes
de terminar en alguna tragedia. Con una sonrisa de amor se puso en-
frente a su hijo para que escucharan todos: 'Esto va demasiado lejos y
le vamos a poner fin'. Tomando un palo avanzó hacia el niño y amena-
zó con golpearlo, gritándole al mismo tiempo: '¿Qué es lo que eres?
¿Un dios, un espíritu, un loco? Dime la respuesta'. Y el anuncio conte-
nido por tanto tiempo no se hizo esperar: 'Yo soy Sai Baba'.
Su padre quedó tan atónito que perdió el habla, el palo cayó de
su mano. Se quedó allí mirando fijamente a Sathya tratando de com-
prender las implicaciones de este anuncio Yo Soy SAI BABA. Un jueves

26
después alguien desafió a Sathyanarayana y le dijo en el mismo modo
en que los campesinos se dirigían al sacerdote del templo: 'Si eres SAI
BABA danos alguna prueba ahora'. Baba le respondió: 'Sí, lo haré'. Y
todos se acercaron más. Él ordenó: 'Pongan en mis manos esas flores
de jazmín'. Así se hizo. Con un rápido ademán las lanzó al suelo y di-
jo: 'Miren'. Todos vieron que al caer habían formado las letras en idio-
ma telugu que decían Sai Baba.
Un buen día, los maestros de la escuela superior llegaron en
grupo decididos a probarlo con una serie de preguntas respecto de la
disciplina espiritual. Se habían seleccionado y preparado con este
propósito y se las plantearon directamente, lanzándoselas desde todos
los ángulos sin orden ni concierto. Cuando terminaron, Él les entregó
las respuestas en el mismo orden en que le habían sido planteadas las
preguntas, dirigiéndose en cada caso al profesor que la había hecho y
pidiéndole que pusiera atención en la respuesta que Él le daría.
El 20 de octubre de 1940, Sathya partió hacia la escuela co-
mo era habitual y el inspector de impuestos del lugar que quería
mucho al pequeño Baba lo acompañó hasta la puerta de la escuela.
Le había parecido ver un maravilloso halo en torno del rostro de Sai
ese día, y no podía apartar la mirada de aquel resplandor. A los po-
cos minutos Baba volvió a su casa, parado en la puerta de entrada
dejó caer los libros que traía y levantando la voz dijo: 'Ya no soy
más Sathya, ahora soy Sai Baba'.
Su cuñada salió de la cocina al escucharlo y quedó cegada por
el resplandor del halo que veía en torno de la cabeza de Baba; se cubrió
los ojos y se puso a gritar. Baba se dirigió a ella y le dijo: 'Me voy, ya
no les pertenezco. Mis devotos me llaman. Tengo que organizar mi la-
bor, no puedo quedarme más'. Y diciendo esto giró sobre sus talones y
se marchó pese a las súplicas de ella. Al saber lo sucedido, el hermano
volvió de prisa a la casa, se encontró con Baba y éste le dijo: 'Yo soy Sai,
no me considero emparentado contigo'. Narayana Sasti, uno de los ve-
cinos, escuchó el alboroto y al oír lo que se decía se dio cuenta de que
era algo serio, de modo que entró corriendo, vio el resplandor del halo
que rodeaba a Baba y cayó a sus pies. Fue uno de los que escuchó la
histórica declaración: 'Me voy, mi labor me espera'."
N. Kasturi

27
Dos sentencias divinas, Jesús les dijo a José y María: "...¿No sa-
ben que yo debo estar donde mi Padre?" (Lc 2, 49). Y dos mil años más
tarde, otra encarnación divina respondería a sus familiares: "Me voy,
mi labor ha comenzado. Mis devotos me esperan". La primera, cuan-
do Jesús cumplió los doce, y la segunda, el 23 de mayo de 1940, cuan-
do Sathya Sai Baba cumplía los trece años y medio.
Leyendo los Evangelios, advertimos una brecha entre los doce y
los treinta años de Jesús, ya que ninguno de los evangelistas cuenta na-
da acerca de esa larga etapa de su vida. Aquí cabe hacer una reflexión,
si a los doce años Jesús fue capaz de dialogar con los Doctores de la
Ley, debemos suponer que tal como les había anticipado a María y a Jo-
sé, a partir de ese momento ya no pudo permanecer ajeno a las cosas del
Padre. ¿Qué pasó en esos dieciocho años de silencio? ¿Acaso podemos
suponer que un ser de tan preclara inteligencia podía permanecer ocul-
to a los ojos de sus contemporáneos? Si tenemos en cuenta las inquie-
tudes espirituales que Jesús manifestó desde temprana edad, no nos
equivocaremos si afirmamos que en su pecho ardía el ansia de ver su
desarrollo espiritual cumplido. Seguramente a medida que fue sabiendo
de la existencia de culturas altamente desarrolladas en países lejanos,
como la griega, la egipcia, la persa y la india, quiso llegar a ellas para
satisfacer su sed de conocimiento. Las largas distancias y la lentitud de
las comunicaciones explican el porqué de esta larga etapa de silencio.
A los treinta años, cuando se sintió preparado para anunciar al mundo
su mensaje, retorna a su tierra para darlo a conocer.
En las páginas siguientes se verá cómo, a dos milenios de dis-
tancia, ambos presentan el mismo mensaje: Camino, Verdad y Vida.

28
7
PERFECCIONAMIENTO
DEL MENSAJE

Cada Avatar o Encarnación Divina hace su aparición en el esce-


nario del mundo en un tiempo y época determinados, para enseñar sólo
aquello que la humanidad está capacitada para comprender en ese mo-
mento. A medida que el hombre evoluciona, Dios va perfeccionando el
contenido del mensaje, sin que por ello el mismo sufra menoscabo. Mu-
chas veces, por ignorancia, se ha creído que el último mensaje anula o
contradice a los anteriores, cuando en realidad se trata de la misma En-
señanza más explicitada. Así sucede en la educación de los niños, a me-
dida que crecen, su comprensión aumenta y van adquiriendo nuevos co-
nocimientos. De no suceder así, el hombre quedaría estancado. La Ver-
dad es una e indivisible, porque Dios es la Verdad.
A raíz de esta ignorancia, los escribas y fariseos cometieron el
error de atacar a Jesús, porque creían que venía a anular la Ley que
Moisés había instaurado quince siglos antes. De ahí la aseveración de
Jesús sobre la Ley y los profetas.
No crean que he venido a suprimir la Ley o los Profetas. He ve-
nido, no para deshacer, sino para llevar a la forma perfecta. En
verdad les digo: mientras dure el cielo y la tierra, no pasará
una letra o una coma de la Ley hasta que todo se realice.
Mt 5, 17-18
La gran misión de Moisés fue no sólo la de liberar a su pueblo
de la esclavitud de los egipcios, sino también la de liberarlo espiritual-
mente, enseñándole normas de vida que regularan su conducta dentro

29
de la propia comunidad y ante Dios. Esto es lo que conocemos como
los Diez Mandamientos. Acompañando a los mismos había una serie
de normas disciplinarias rígidas que prepararían al pueblo de Israel pa-
ra comprender el camino del amor que predicaría luego.
"El amor es la clave para lograr todo, por eso digo: empieza
el día con amor, llena el día con amor, termina el día con amor, es-
te es el camino a Dios. En este camino no serán afectados por la ira,
la lujuria o la codicia, tendrán sólo la compañía de los buenos y las
condiciones favorables para un rápido avance. Realicen su deber
con amor, como una forma de adoración a Dios.
Dios está entronizado en sus corazones siempre listo para
guiarlos. Él no aprecia la pompa externa, ni el comportamiento ex-
hibicionista, Él examina la pureza de sus corazones demostrada me-
diante sus palabras y acciones. No prediquen, practiquen.
Si no pueden amar a los demás, no los odien, ni sientan envidia
de ellos. No malentiendan sus motivos, ni les hagan reproches, tal vez
sus motivos son tan nobles como los suyos, o su acción puede deberse
a la ignorancia antes que a la maldad o a la malicia. Perdonen las fal-
tas del otro, pero traten con dureza las suyas propias.
La intolerancia ante el éxito de otro, ante su prosperidad o su
progreso, es una impureza. Si no pueden ayudar a otro, por lo me-
nos eviten hacerle daño, o causarle dolor. Este es un gran servicio.
¿Qué derecho tienen de buscarle las faltas a otro o hablar mal de
ellos? Cuando dicen que nada ocurre en la tierra sin la voluntad de
Dios, ¿por qué se enojan o molestan? Su deber es limpiarse y dedi-
carse a la propia purificación interna.
Para llegar a Dios, las acciones de una dura disciplina espi-
ritual son superfluas, el amor es suficiente. Eviten odiar, envidiar y
hasta que alguien les desagrade. Pongan el amor en práctica a tra-
vés del servicio. Cuando la belleza de la semilla florece obtienen la
flor y Dios es la belleza que florece como hombre. Crean que Dios
reside en todos los seres.
Todo ser necesita amor; inhala y exhala amor. Ya que el amor es
el aliento vital, cada uno es la encarnación del amor. El amor no cono-
ce el temor y por lo tanto no necesita que la falsedad lo apoye. Sólo el

30
temor hace que la gente distorsione la cara de la verdad, haciéndola
agradable para aquellos a quienes temen. El amor tampoco busca re-
compensas, ya que el amor es su propia recompensa, ese es el único be-
neficio, la alegría de amar y ser amado."
Sai Baba
Ustedes han oído que se dijo: "Ojo por ojo y diente por diente".
Pero yo les digo: No resistan al malvado. Antes bien, si alguien te
golpea en la mejilla derecha, ofrécele también la otra. Si alguien
te hace un pleito por la camisa, entrégale también el manto. Si al-
guien te obliga a llevarle la carga, llévasela el doble más lejos. Da
al que te pida, y al que espera de ti algo prestado, no le vuelvas la
espalda.
Mt 5, 38-41
"Uno ha de aceptar que todo lo que existe en otra persona no
es más que el mismo espíritu divino que está en uno. ¿Cómo po-
dríamos sentir envidia por uno u otro? Cuando a veces haya algu-
nos que se comporten mal, habrán de pedirle a Dios que sean puri-
ficados y que dejen de comportarse así, pero no por ello habrán de
dejarse llevar por la envidia y una conducta mala.
Estoy esperando que reconozcan el divino aspecto del alma.
Aquel aspecto único, para el que no hay par y que promuevan sus
sagradas ideas.
Investiguen qué dificultades y problemas aquejan a otros y
ayúdenlos a superarlos y a conducir sus vidas de manera que no vuel-
van a sufrirlos. Aprendan a vivir con otros seres. Compartan sus ale-
grías y tristezas con otros. Sean pacientes, no dominantes. Cuando
ustedes convivan en armonía, el pueblo estará contento y a salvo. Y
cuando los pueblos estén bien integrados y fuertes, el Estado también
será fuerte. Celos, ira, odio y avaricia, desintegrarán al Estado y lo
harán caer en el desorden y la zozobra.
Rechacen a las fuerzas divisorias que mantienen alejado al
hombre del hombre, y fomenten una vigorosa cooperación y ayuda
mutua.
El amor remueve todo egoísmo, el sí mismo es olvidado, es
desalojado, es trascendido. Cualquier rastro de avidez para obtener

31
beneficio degrada el amor, como si fuera una mera baratija sobre el
mostrador. Sólo el amor puede llevar a cabo con éxito planes para
el servicio y la elevación. El amor crea benevolencia. El amor mos-
trará el camino donde el odio sólo puede confundir".
Sai Baba
Todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos:
ahí está toda la Ley y los Profetas.
Mt 7, 12
"El primer paso o indagación en la naturaleza del atma es la
práctica de esta verdad. Lo que les causa dolor a ustedes, les oca-
siona dolor a los demás, y lo que les provoca alegría a ustedes, les
da alegría a los demás. Por eso compórtense con sus semejantes del
mismo modo que quisieran que ellos se comporten con ustedes. De-
sistan de cualquier acto en relación con los demás que, si lo hicie-
ran ellos, les causaría dolor a ustedes. Así se formará una especie
de relación de reciprocidad y gradualmente llegarán al estado en
que sus corazones se regocijarán de las alegrías de los demás y su-
frirán de dolor cuando ellos estén tristes. Este no es el tipo de afec-
to que se siente por los seres queridos, los parientes. Eso es una ilu-
sión. Sino que ese compartir de las alegrías y los dolores es auto-
mático, inmediato y universal.
Es una señal de gran adelanto espiritual, entonces cuando la
ola sabe que es parte del océano, y que todas las olas no son sino ma-
nifestaciones temporales de ese mismo mar con el mismo sabor del
océano. Los demás son parte de ustedes, no deben preocuparse por
ellos, preocúpense de ustedes, es suficiente. Cuando estén bien, ellos
también lo estarán, pues ya ustedes no tendrán conciencia de ellos
como separados de ustedes. El criticar a los demás, buscar faltas, to-
do esto es producto del egoísmo, busquen más bien sus propias faltas.
Las que ustedes encuentran en otros no son sino reflejos de los pro-
pios rasgos de su personalidad. No presten atención a las pequeñas
preocupaciones, fijen su mente en el Señor, entonces llegarán a la
compañía de hombres buenos y sus actitudes serán transmutadas.
Primero consideren que todos son hijos del Señor, como sus propios
hermanos y hermanas. Desarrollen la cualidad del amor, busquen
siempre el bienestar de la humanidad, amen y serán amados a cam-

32
bio. El odio nunca los afectará si promueven el amor y miran a todos
con amor. Esta es una de las lecciones que siempre enseño, es tam-
bién mi secreto. Si quieren alcanzarme, cultiven el amor, olviden todo
odio, ira, cinismo y falsedad. No les pido que se hagan eruditos o re-
clusos o ascetas, que sus corazones estén llenos de amor es lo único
que Yo reconozco."
Sai Baba

33
8
EL AMOR

Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los


he amado. No hay amor más grande que dar la vida por sus
amigos, y son ustedes mis amigos, si cumplen lo que les man-
do. Ya no les llamo servidores, porque un servidor no sabe lo
que hace su patrón. Los llamo amigos, porque les he dado a co-
nocer todo lo que aprendí de mi Padre.
Ustedes no me eligieron a mí; he sido yo quien los eligió a us-
tedes y los preparé para que vayan y den fruto, y ese fruto per-
manezca. Así es como el Padre les concederá todo lo que le pi-
dan en mi Nombre.
Ámense los unos a los otros: esto es lo que les mando.
Jn 15, 12-16
"Cultiven el amor, compartan el amor con todos, cómo pue-
den dar menos a una persona y más a otra cuando ambas son igua-
les que ustedes. Si se olvidan de la divinidad básica, el odio germi-
na, la envidia se descubre. Vean al ser divino en todos; el amor ger-
mina, la paz desciende como el rocío. Ustedes son encarnaciones
del Amor. Cuando siento vuestro amor, Yo lo debo compartir, y per-
mitirles que compartan Mi amor; esa es la mejor de las comunica-
ciones y comuniones. Yo he venido a encender la lámpara del amor
en sus corazones para que brille día a día con más resplandor. No
he venido a hablar en favor de algún código de conducta, no he ve-
nido a ninguna misión de publicidad a favor de alguna secta o cre-
do o causa. No tengo el plan de atraer discípulos o devotos a mi re-

34
dil; he venido a decirles de esta fe unitaria y universal, este princi-
pio del alma, este sendero de amor, este deber de amar, esta obliga-
ción de amar.
El amor es la naturaleza básica del hombre que lo sostiene y
fortalece su determinación de seguir adelante.
Sin amor el hombre está ciego, el mundo para él será una sel-
va oscura y tenebrosa. El amor es la luz que guía los pasos del hom-
bre en el bosque de la vida. Promuevan amor, vivan en amor, es-
parzan el amor, ese es el ejercicio espiritual que rendirá el benefi-
cio máximo. Cuando reciten el nombre de Dios recordando mientras
tanto su majestad, su gloria, su esplendor, su presencia, el amor cre-
cerá dentro de ustedes, su raíz será más y más profunda, sus ramas
se esparcirán más y más anchas dando fresco albergue al amigo y
al enemigo, a compatriotas y a extranjeros. Cuando la lámpara del
amor brilla, Dios se hace presente; manténganla ardiendo brillante
y pura, para mantener la presencia de Dios. Permitan a todos en-
cender sus lámparas con ésta, así Dios derramará su gracia. Dios
primero, el mundo después, yo último. Esta es la secuencia legítima
para el aspirante.
No se puede ganar la gloria de Dios a través de la razón, las
contorsiones del yoga, o manteniéndose lejos de las comodidades
como hacen los ascetas, sólo el amor puede ganarla, el amor que no
necesita compensación, el amor que no conoce el regateo, el amor
que se paga alegremente como tributo al que es Todo Amor, el amor
que es inamovible, sólo ese amor puede superar obstáculos por más
poderosos y numerosos que sean. No hay fuerza más efectiva que la
pureza, ninguna dicha más satisfactoria que el amor, ninguna ale-
gría más reconfortante que la devoción. El logro de la bienaventu-
ranza mediante el amor y de la bienaventuranza más elevada me-
diante el amor más elevado es la enseñanza de lo que dicen las es-
crituras. El amor no debería ser racionado según la casta, el credo,
el nivel económico, o los logros intelectuales, debe fluir pleno y li-
bre."
Sai Baba
Entonces se adelantó un maestro de la Ley. Había escuchado la
discusión, y se quedaba admirado de cómo Jesús les había con-

35
testado. Entonces le preguntó: "¿Qué mandamiento es el pri-
mero de todos?".
Jesús le contestó: "El primer mandamiento es: Escucha, Isra-
el: El Señor, nuestro Dios, es un único Señor. Amarás al Señor,
tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu in-
teligencia y con todas tus fuerzas. Y después viene este otro:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún manda-
miento más importante que éstos".
El maestro de la Ley le contestó: "Has hablado muy bien,
Maestro; tienes razón cuando dices que el Señor es único y que
no hay otro fuera de él, y que amarlo con todo el corazón, con
toda la inteligencia y con todas las fuerzas y amar al prójimo
como a sí mismo vale más que todas las víctimas y sacrificios".
Jesús vio que esta era respuesta sabia y le dijo: "No estás lejos
del Reino de Dios". Y después de esto, nadie más se atrevió a
hacerle nuevas preguntas.
Mc 12, 28-34
"Si creen que pueden ganar la gracia de Dios mediante votos,
festejos y rezos, ofrecimiento de flores, etc., están totalmente equi-
vocados, sólo el amor es la condición esencial. No deben odiar a
ningún ser, pero eso no es suficiente, una pared no odia a ningún ser
¿pero es ese el ideal? No. Ustedes deben positivamente amar a to-
dos los seres, amar activamente, comprometerse en actos de amor,
sólo así pueden ganar la gracia de Dios.
Expandan amor, estén llenos de amor. Si no pueden amar al
hombre, cómo esperan amar a Dios. El amor debe ver lo mejor en
los otros y no lo peor. El amor no puede ignorar la divinidad en los
otros. La más grande de las virtudes es el amor. El amor es la base
de todo. Dios es amor. Y se lo puede solamente ganar a través del
cultivo y ejercicio del amor. El amor es expansión y la expansión es
la vida divina. Siembren amor que florece como compasión y tole-
rancia y da el fruto de la paz. Si no cultivan amor, tolerancia, hu-
mildad, fe, ¿cómo es posible para ustedes realizar a Dios? El amor
activa, el amor colma. Llenen sus corazones con la dulce y fragan-
te agua del amor, entonces cada uno de sus actos, cada una de sus
palabras, serán dulces y fragantes.

36
Para llegar a Dios el amor es suficiente. El amor es la llave
para abrir la puerta cerrada por el egoísmo y la codicia. El amor
por todos debería fluir espontáneamente de sus corazones. La me-
jor disciplina espiritual que puede ayudar al hombre es el amor, nu-
tran la pequeña semilla de amor que se adhiere al mí y no mío, dé-
jenla germinar en amor para el grupo que los rodea y crecer en
amor para toda la humanidad y que expanda sus ramas sobre los
animales, los pájaros, y todos aquellos que se deslizan y se arras-
tran, y dejen que el amor envuelva todas las cosas y seres en todo
el mundo. Avancen desde un amor menor a un amor mayor, de un
amor estrecho a un amor amplio; expándanse hacia el amor uni-
versal, hacia la virtud firme, ecuánime, activa. Este es el sendero
que llevará a la divinidad en ustedes a su plenitud. La característi-
ca individual del hombre es el amor divino. Su naturaleza es el
amor divino, su aliento es el amor divino. Dios es la fuente de todo
amor. Amen a Dios. Amen al mundo como la vestidura de Dios".
Sai Baba
Los mensajes de Jesús y los de Sai Baba sobre el Amor no de-
jan dudas de que Dios es, pues, Amor. Y, si Dios es omnipresente, om-
nisciente y omnipotente, el amor también lo es, pues todo lo cubre, to-
do lo abarca, todo lo puede y todo lo comprende. Sólo resta tomar con-
ciencia de esta realidad y tratar de hacer el máximo esfuerzo para que
nuestra vida esté permanentemente sintonizada con Dios a través del
amor.
Cuando Jesús afirma que tenemos que amar a Dios con todo
nuestro corazón, con toda nuestra mente, con todo nuestro espíritu, y
al prójimo como a nosotros mismos, debemos preguntarnos ¿quién es
el prójimo? La palabra prójimo significa próximo, el que está cerca.
Entonces asoma una nueva pregunta, ¿quiénes son los más cercanos a
cada uno de nosotros? Si hablamos del matrimonio es el cónyuge, el
esposo o la esposa. Si nos referimos a la familia, son los hijos, los pa-
dres, los hermanos y demás. Es un círculo que parte desde uno y se va
extendiendo como las ondas en el agua cuando se arroja una piedra. En
primer término los más allegados, o sea la familia, luego la vecindad,
el lugar de trabajo o el estudio, el club, la ciudad, la provincia, la na-
ción y finalmente el mundo y el cosmos.

37
Baba nos dijo en una entrevista que éramos instrumentos de
Dios para poner amor en el mundo. Sólo el hombre puede hacerlo. De-
bemos amar a Dios, a los humanos y a toda la creación, es decir a los
reinos mineral, vegetal y animal.
Como el amor es omniabarcante, nada ni nadie queda excluido.

38
9
LOS PADRES

Unos fariseos y maestros de la Ley habían venido de Jerusalén.


Se acercaron a Jesús y le dijeron: "¿Por qué tus discípulos no
respetan la tradición de los antepasados? No se lavan las ma-
nos antes de comer".
Jesús contestó: "Y ustedes, ¿por qué quebrantan el mandamiento
de Dios en nombre de sus tradiciones? Pues Dios ordenó: Cumple
tus deberes con tu padre y con tu madre. Y también: El que maldi-
ga a su padre o a su madre debe ser condenado a muerte. En cam-
bio, según ustedes, es correcto decir a su padre o a su madre: Lo
que podías esperar de mí, ya lo tengo reservado para el Templo. En
este caso, según ustedes, una persona queda libre de sus deberes
para con su padre y su madre. Y es así como ustedes anulan el man-
damiento de Dios en nombre de sus tradiciones".
Mt 15, 1-6
"Si veneran hoy a sus padres, sus hijos los venerarán a uste-
des más adelante. Porque el presente es el que configura el futuro.
Así como fuera configurado a su vez por el pasado.
Las Escrituras declaran que la madre y el padre deben ser ve-
nerados como divinos, y ellos también deben considerar como divi-
nos a sus hijos, alentando en ellos el florecimiento del principio di-
vino. El rostro de la madre es el primer rostro que el niño ve, 'ma'
es la primera sílaba que pronuncia y es la última que suspira. La
agonía de una madre que pierde a su hijo es algo inconsolable. De-
ben recordar que la madre y el padre son divinos, y que cada uno es

39
como Dios. Este sagrado ideal es el que deben poner en práctica
durante sus vidas. En la India una de las cosas más sagradas es es-
te respeto por el padre y la madre los que no sólo han dado su san-
gre para procrear a los hijos, sino que en muchas ocasiones han de-
jado de alimentarse ellos para darnos lo que necesitamos. Si respe-
tan a sus padres hoy, recibirán el respeto de sus hijos en el futuro y si
quieren gozar de felicidad, bienestar y bienaventuranza, deben ser
buenos. Encontrarán en sus hogares imágenes de Dios, colocadas en
un lugar especial, sin embargo en cada hogar hay dioses vivientes a
quienes los sabios les han pedido que sirvan y muestren devoción,
ellos son vuestros padres. Ellos les han dado la vida, a ellos les deben
vuestra salud y vuestra felicidad, ellos les aman, les sirven, les dan
tanto como pueden y a veces más."
Sai Baba
Ustedes descuidan el mandamiento de Dios por aferrarse a tra-
diciones de hombres.
Y Jesús añadió: "Ustedes dejan tranquilamente a un lado el man-
dato de Dios para imponer su propia tradición. Así, por ejemplo,
Moisés dijo: ‘Cumple tus deberes con tu padre y con tu madre, y
también: El que maldiga a su padre o a su madre es reo de muerte'.
En cambio, según ustedes, alguien puede decir a su padre o a su
madre: ‘Lo que podías esperar de mí es «consagrado», ya lo tengo
reservado para el Templo'. Y ustedes ya no dejan que esa persona
ayude a sus padres. De este modo anulan la Palabra de Dios con
una tradición que se transmiten, pero que es de ustedes. Y ustedes
hacen además otras muchas cosas parecidas a éstas".
Mc 7, 8-13
En estos dos pasajes del Nuevo Testamento Jesús, al dirigirse de es-
ta forma a los fariseos, lo que intenta decirles es que ellos mismos son quie-
nes, a pesar de ser muy versados en la Ley de Moisés, la han anulado ante-
poniéndole sus propias tradiciones. No es agradable a Dios que mientras los
padres se hallan pasando necesidades los hijos hagan ofrendas para el altar,
el culto o el templo. Los padres son el prójimo más próximo.
"Los libros sagrados señalan que deben honrarlos y adorar-
los. Deja que tu madre sea tu dios, deja que tu padre sea tu dios, así
reza la enseñanza. Y en verdad, ¿de qué otra manera pueden agra-

40
decerles? ¿Qué otra cosa podrían darles a cambio que no sea vues-
tro amor y vuestro servicio?
Sean bondadosos, tiernos y dulces con ellos, no sean rudos o
groseros. Hagan todo lo que puedan por hacerlos felices, obedéz-
canles porque saben mucho más que ustedes respecto del mundo y
sus peligros. Esa es la forma de adorarlos.
La madre es la diosa que nos ha dado esta sangre, este cuerpo,
esta individualidad y por ello, merece toda la consideración y adora-
ción; si menospreciamos a la madre, jamás podremos prosperar ni
ser buenos en la vida. Pundarik fue un hijo ejemplar que pasaba to-
do el tiempo sirviendo a sus venerables padres. Cuando éstos tenían
fiebre u otro malestar, Pundarik los atendía, cuidaba de ellos, tocaba
sus pies y hacía todo tipo de servicio para ellos.
Hoy en día se suele ver que aunque la madre esté enferma, en
cama y con fiebre, el hijo se va al cine. Observen el ejemplo de Pun-
darik, él poseía una fe tan profunda en los mandamientos, respecto
de venerar a la madre y al padre, que incluso rehusó servir al Señor
Krishna cuando éste apareció ante él para derramar su gracia, por-
que en esos instantes estaba ocupado en darles masajes a los pies de
sus padres. Y no quiso interrumpir este servicio ni por una fracción
de segundo para tocar los pies del Señor. Su maestro, Tukaran, en-
tró en aquel instante y lo reprendió. Él contestó: 'Mi dios está aquí,
ante mí, pidiendo que masajee sus pies. Este dios que ha venido de-
berá esperar hasta que haya servido a estos dioses. El dios recién
llegado ha asumido ahora esta apariencia en tanto que ellos han es-
tado conmigo desde el momento en que nací. Siento la presencia di-
vina en ellos, cada día de mi vida, y los reconozco como divinos'. El
servicio que estaba prestando a sus padres complació tanto a Krish-
na que se quedó. Dios también podría esperarlos a ustedes.
El impulso que hay dentro del hombre de amar a su madre es la
expresión de la naturaleza divina que hay en él. Si no hubiera una chis-
pa divina en el hombre no podría haber amado nunca. Cuando las raí-
ces del amor en el hombre se hunden hasta la fuente de lo divino en él,
no hay tormenta de sufrimiento que pueda sacudirlo ni quebrantarlo.
Pundarik no era culpable de sacrilegio ya que estaba real-
mente adorando a Dios en su forma más accesible, la madre.

41
El sentimiento de gratitud hacia los padres es una virtud bá-
sica, la veneración a los padres es la veneración por el pasado, por
las tradiciones, por el gran tesoro de sabiduría que el pasado ha al-
macenado y preservado. Divulgo este mensaje dando el ejemplo Yo
mismo, mi vida es mi mensaje. He estado enfatizando la exhortación
de las Escrituras: 'Habla la verdad, actúa rectamente, venera a tu
madre como divina, venera a tu padre como divino'. Lo enfatizo no
sólo con palabras sino mucho más con hechos.
Deben dedicar sus talentos, sus ganancias, y su inteligencia, al
servicio de sus padres y cumplir con sus deberes como su progenie. Si
fracasan en ello, no merecen la gloria de ser llamados humanos.
La veneración que ofrecen a los pies de sus padres es vene-
ración que, puedo asegurarles, llega hasta Mí."
Sai Baba
Cerca de la cruz de Jesús estaba su madre, con María, la her-
mana de su madre, esposa de Cleofás, y María de Magdalena.
Jesús, al ver a la Madre y junto a ella al discípulo que más que-
ría, dijo a la Madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo". Después di-
jo al discípulo: "Ahí tienes a tu madre". Y desde aquel momen-
to el discípulo se la llevó a su casa.
Jn 19, 25-27
Hermoso y conmovedor ejemplo de amor filial el que nos brin-
da Jesús. Estando crucificado, con el cuerpo lleno de llagas y a punto
de morir, se compadece del dolor de su madre. Olvidando su propio su-
frimiento, encomienda al discípulo que más amaba el consuelo y la
protección de María. Con esta sublime actitud de amor hacia la mujer
que lo llevó en su seno, Jesús puso en práctica su mensaje. Una encar-
nación divina no tuvo a menos comportarse como un ser profunda-
mente humano.

42
10
EL MATRIMONIO

Y creó Dios al hombre a su imagen. A imagen de Dios lo creó.


Macho y hembra los creó.
Dios los bendijo, diciéndoles: "Sean fecundos y multiplíquense...".
Gn 1, 27-28
Entonces Yavé hizo caer en un profundo sueño al hombre y és-
te se durmió. Le sacó una de sus costillas y rellenó el hueco con
carne. De la costilla que Yavé había sacado al hombre, formó
una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces el hombre excla-
mó: "Esta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne...".
Gn 2, 21-23
Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a
su mujer, y pasan a ser un solo ser.
Gn 2, 24
"Hay dos tipos de naturaleza, a saber, el masculino y el fe-
menino. Cada uno representa un aspecto fundamental: la Naturale-
za y la Conciencia Absoluta, lo palpable y lo sutil, lo inerte y lo
consciente, la pareja eterna que penetra todo. Toda esta creación se
ha producido debido a la interrelación de lo inerte y lo consciente,
¿no es así? Las diversas costumbres surgieron a causa de esta bi-
furcación: lo masculino y lo femenino.
Por lo tanto, la principal obligación moral para el progreso
tangible del mundo se basa en la conducta y comportamiento vir-
tuoso de estos dos.

43
El principio femenino se describe como la ilusión que Dios
se impuso, con la que veló su esencia, la energía con la cual se
equipó por su propia voluntad. Esta es la razón por la cual la mu-
jer se considera como encarnación de la divina energía. Como
ella es la concretización misma de la Voluntad Suprema, constitu-
ye un misterio, una maravilla, es la representante del principio
protector.
Las mujeres son depositarias del principio de divina energía,
no son inferiores en manera alguna. ¡Cuán llena de fortaleza, pa-
ciencia y amor es su naturaleza!"
Sai Baba
En eso llegaron unos fariseos que querían ponerle a prueba, y
le preguntaron: "¿Puede un marido despedir a su esposa?". Les
respondió: "¿Qué les ha ordenado Moisés?". Contestaron:
"Moisés ha permitido firmar un acta de separación y después
divorciarse".
Jesús les dijo: "Moisés, al escribir esta ley, tomó en cuenta lo
tercos que eran ustedes. Pero, al principio de la creación, Dios
los hizo hombre y mujer; y por eso dejará el hombre a su padre
y a su madre para unirse con su esposa, y serán los dos una so-
la carne. De manera que ya no son dos, sino uno solo. Pues
bien, lo que Dios ha unido, que el hombre no lo separe".
Cuando ya estaban en casa, los discípulos le volvieron a pre-
guntar sobre lo mismo, y él les dijo: "El que se separa de su es-
posa y se casa con otra mujer, comete adulterio contra su es-
posa; y si la esposa abandona a su marido para casarse con
otro hombre, también ésta comete adulterio".
Mc 10, 2-12
"Casarse es como mezclar leche y azúcar, los hombres son la
leche, las mujeres el azúcar. La leche por sí sola no es más que pro-
teína; el azúcar por sí sola no es más que sabor.
Los dos una vez mezclados no pueden separarse, este es un
vínculo sagrado. Y es una promesa que os hacéis el uno al otro, por-
que la esposa es mitad esposo, y el esposo es mitad esposa. Una mi-
tad más otra mitad, no hacen dos, sino uno.

44
Dos individuos se casan para lograr autocontrol. El casa-
miento depura al individuo. Es el instrumento más poderoso de au-
tocontrol. Esto convierte a la relación en un ejercicio sagrado.
La abnegación es Dios; el Ego que carece de ego es Dios.
Sentir lo tuyo y lo mío es ego. El ego es muy dañino. Dos almas son
aunadas para matar al ego; por lo tanto, el casamiento es un medio
por el cual aprendemos a trascender el ego. El matrimonio signifi-
ca aprender a amoldarse el uno al otro y olvidarse de sus egos. De-
be existir la verdadera comprensión. El amoldarse no es bueno; de-
béis comprenderos el uno al otro. El matrimonio implica toda la vi-
da, toda una vida juntos. No sólo unos pocos días o unas pocas se-
manas o unos pocos años.
La base real de todas las relaciones humanas debe surgir de
la relación átmica, o sea de la aceptación de que todos tenemos la
misma Esencia, el mismo Atma. El casamiento es una institución
que ha sido creada para que aprendamos a apreciar esta unidad
fundamental.
Antes de casarte eras un yo individual, y ella un yo individual.
Ahora, yo más yo es igual a nosotros. No eres más yo, sino nosotros.
En la alegría y en la tristeza, en el placer y en el dolor no sois más in-
dividuos. Cuando tu esposo está en problemas, no debe pensar más él
sino nosotros. Cuando tu esposa está en problemas, no debe pensar
más ella sino nosotros. Esta es la verdadera promesa sagrada. El ma-
trimonio ayuda a dilatarse mediante el sacrificio, la sujeción del ego
y la aceptación de la otra persona. Este proceso se acelera cuando lle-
gan los niños. El sacrificio en aras de la familia se convierte en una
parte importante de la educación espiritual. El amor es el principio
fundamental. Sin amor no puede haber amantes. La vida es amor. La
vida es Dios. El amor vive de dar y perdonar. El ego vive de recibir y
olvidar. El amor es abnegación y carencia de ego. Antes de casados
vuestro amor estaba separado, ahora todo vuestro amor se reunirá y
florecerá mejor."
Sai Baba
Ustedes han oído que se dijo: "No cometerás adulterio". Pero
yo les digo: Quien mira a una mujer con malos deseos, ya co-
metió adulterio con ella en su corazón.

45
Por eso, si tu ojo derecho te está haciendo caer, sácatelo y tí-
ralo lejos; porque más te conviene perder una parte de tu cuer-
po y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna. Y si tu
mano derecha te lleva al pecado, córtala y aléjala de ti; porque
es mejor que pierdas una parte de tu cuerpo y no que todo tu
cuerpo sea arrojado a la gehenna.
Mt 5, 27-30
"La vida es como un anillo. El anillo es el corazón. Cuando se
lo entrega, lo que se entrega es el corazón mismo; ese es el vínculo
sagrado. Casarse no es como cambiar de camisa, el casamiento es
un vínculo eterno. Hoy existe la tendencia a separar, a no unirse. La
vida está llena de problemas y desafíos, no tenemos que separarnos
debido a ellos, sino enfrentarlos juntos. En estos días cuando llegan
los problemas, aun si son pequeños, los separan. Esta no debería
ser la tendencia; uno le debería entregar su corazón al otro. Seme-
jante relación es posible sólo si la espiritualidad es parte de vues-
tra vida cotidiana. La leche y el azúcar tienen que seguir juntos dul-
cemente.
El hogar en el que el esposo y la esposa están unidos por
amor sagrado, en que se canta el Nombre de Dios y se recuerda
continuamente su gloria, es una verdadera casa de Dios, ¡el cielo
en la tierra!
Movidos por el deseo de cruzar el océano de nacimiento o de-
venir recurrente, esposo y esposa deben proseguir con sus mentes al
unísono. La decisión de llegar a la meta debe ser similar en cuanto
a fuerza y constancia en ambos.
Hombre y mujer, esposo y esposa son inseparables como cau-
sa y efecto, como el sol y sus rayos calurosos o la luna y su pálido
esplendor. Así es la relación de esposo y esposa."
Sai Baba
Jesús se fue al Monte del Olivar, y al amanecer estaba de nuevo
en el Templo. Todo el pueblo acudía a Él y Él sentado les ense-
ñaba. Le llevaron entonces los escribas y fariseos una mujer sor-
prendida en adulterio, y poniéndola en medio, le dijeron: "Ma-
estro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. En

46
la Ley Moisés nos mandó apedrear a estas mujeres. Tú, ¿qué di-
ces?". Decían esto para probarlo y tener de qué acusarlo. Pero
Jesús, agachándose, se puso a escribir con el dedo en tierra. Co-
mo insistieran en preguntarle, se alzó y les dijo: "El que de vo-
sotros no tenga pecado, tírele una piedra él primero."
Jn 8, 1-7
"Así como la virtud de la castidad es para las mujeres, la con-
tinencia se aplica a los hombres. Así como la mujer debe conside-
rar a una sola persona exclusivamente como su dueño y esposo, el
hombre a su vez debe serle fiel a una sola mujer como su compañe-
ra y esposa. Ella debe considerar a su esposo como Dios; venerar-
lo, atenderlo y seguir sus deseos para el cumplimiento de su deber
de esposa casta y virtuosa. De la misma forma, el hombre debe hon-
rar a su esposa como 'dueña del hogar' y actuar de acuerdo a sus
deseos, pues ella es la diosa de la prosperidad de la casa. Entonces
y sólo entonces puede merecer el calificativo de ‘hombre’. Nombre
y fama, honor o deshonor, vicio y maldad, bueno y malo, se aplican
en medida igual y uniforme tanto a hombres como a mujeres. No
existe nada que dictamine que solamente las mujeres estén atadas y
obligadas y los hombres sean libres. Todos se hallan igualmente
obligados por las reglas de la virtud y moralidad."
Sai Baba

47
11
EL CELIBATO

Los discípulos le dijeron: "Si ésa es la condición del hombre


que tiene mujer, es mejor no casarse". Jesús les contestó: "No
todos pueden captar lo que acaban de decir, sino aquellos que
han recibido este don. Hay hombres que han nacido incapaci-
tados para el sexo. Hay otros incapacitados, que fueron muti-
lados por los hombres. Hay otros todavía, que se hicieron tales
por el Reino de los Cielos. ¡Entienda el que pueda!".
Mt 19, 10-12
"El camino más fácil para la autorrealización es la renuncia
al ego. Permítanme decirles que la vida de casado y el ser jefe de
familia, no será un obstáculo en el camino de su Realización. Con-
sideren a su esposa y a sus hijos como un deber sagrado y sírvan-
les con ese espíritu. Deben tratar a su familia como una responsa-
bilidad sagrada, como personas que les fueron dadas por el Señor
para amarlas, protegerlas y guiarlas. Por eso deben ennoblecer su
apego transformándolo en adoración a Dios.
Prepárense para la disciplina espiritual y el celibato desde la
edad de cincuenta años. Los cinco sentidos deben ser dominados
para cuando hayan pasado cinco décadas de su vida. Sin dominar
el cuerpo, no pueden ustedes conocer la Verdad. Cada sentido es un
canal de salida para la energía del hombre en una dirección que lo
ata al mundo objetivo. Los sentidos son inducidos por la mente.
Cuando el deseo es destruido, las debilidades y frivolidades que
trae consigo se rinden a Dios. El deseo sólo se puede matar cuan-

48
do se establece firmemente la fe de que el alma es el núcleo mismo
del ser.
Todos, hombres y mujeres, son candidatos para la aventura
de la práctica espiritual. El sexo no es más que una vestidura del al-
ma para el papel de esta vida sobre la tierra. No afecta a la vida del
espíritu. Hombres y mujeres deben purificar su conciencia interna
para que lo divino se pueda manifestar en toda su gloria.
El período entre los dieciséis y los treinta años es una etapa
crucial, es cuando el hombre logra más y lucha más fuertemente pa-
ra lograr sus objetivos. Cuando estos años se han malgastado ya no
se pueden recuperar. No se desvíen del camino recto, sigan las hue-
llas de Dios y de lo sagrado durante este período de su vida."
Sai Baba

49
12
EL HOGAR

Hogar deriva de la palabra latina "focus", cuyo significado es


fuego o fogón.
El fuego fue considerado sagrado desde tiempos inmemoriales.
Insustituible como principal instrumento de protección, sus múltiples
utilidades permitieron al hombre subsistir en un medio que no le era
favorable, facilitándole el dominio sobre el mismo. Esto hizo que el
fuego pasase a simbolizar aquello que hace posible la vida humana en
comunidad y que anima a la familia. El fuego simboliza el amor, hu-
mano y divino. Cuando en un hogar, primera célula comunitaria, exis-
te la llama del amor, ésta se extiende a toda la sociedad.
"Si hay rectitud en el corazón
habrá belleza en el carácter...
Si hay belleza en el carácter
habrá armonía en el hogar...
Si hay armonía en el hogar
habrá orden en la nación...
Si hay orden en la nación
habrá paz en el mundo.
El hogar es el templo donde la familia de la cual cada uno de
sus miembros es un templo móvil, se nutre y alimenta.
La madre es la sacerdotisa de esta casa de Dios. La humildad es
el incienso que llena toda la casa de fragancia, la veneración es la lám-
para que se enciende con el amor como combustible y la fe como me-
cha. Pasen los años de su vida dedicándolos a este culto en los hogares

50
que formen. Los bendigo para que a través de ustedes se acrecienten la
fe y la fuerza, la devoción y la dedicación.
Debo dar también algunos consejos a los padres. No den malos
ejemplos que puedan seguir los niños. Si son veraces, se mantienen cal-
mos ante la primer provocación y llenos de amor en todas sus relacio-
nes con otros, entonces los niños crecerán en la verdad y la rectitud, la
paz y el amor. Si le dicen a su hijo en el caso de que realmente estén en
casa y alguien los llama por teléfono que responda que no están en ca-
sa, estarán sembrando una semilla venenosa que se convertirá en un ár-
bol inmenso. Los padres dan malos ejemplos diciendo falsedades, difa-
mando a otros, jugando con dinero, bebiendo, comportándose violenta-
mente, causando daño, viendo todo tipo de películas, yendo a fiestas in-
convenientes donde se bebe en demasía, o riñendo en el hogar. ¿Cómo
pueden los niños, que son testigos de escenas y sonidos tan ruines,
aprender a ser flores brillantes, frescas y fragantes? Muchas veces los
padres no son competentes para guiar a sus hijos, los miman en exceso
y no saben cómo corregirlos, tienen hábitos y modos de vida censura-
bles. Hablan falsedades, difaman, calumnian en presencia de los hijos.
¿Cómo pueden entonces guiar a sus hijos por un correcto camino? Gá-
nense el derecho a aconsejar antes de aventurarse en esa misión. Pri-
mero corrijan sus propios hogares, observen que su atmósfera esté libre
de odio, orgullo, calumnia y codicia. Asegúrense de que el amor sea el
eje del hogar, y que la fe en Dios sea la base sobre la cual se construyan
las relaciones entre sus miembros. Aseguren el rol de la madre en el ho-
gar como la sostenedora de los ideales espirituales. Cada madre debe
participar en este esfuerzo: la expansión y manifestación constante de la
conciencia de Dios que se encuentra latente en todo niño.
El padre y la madre deben completar en casa la educación dada
por los maestros de la escuela. Hagan del hogar un sitio de armonía, en-
tonces el pueblo será un hogar donde reina la concordia. El estado ten-
drá paz, la nación será feliz y el mundo tendrá prosperidad."
Sai Baba

51
13
ROL DE LA MADRE

"La madre debe dar el ejemplo, debe imponer a sus hijos la


disciplina del aseo personal, la humildad y la hospitalidad, los bue-
nos modales y los actos de servicio. Debe inducir a sus hijos me-
diante el ejemplo, a que respeten a los mayores, dediquen algún
tiempo a la mañana o a la tarde para la oración y la meditación.
Por muy ególatra o arrogante que sea el esposo, se le puede hacer
ver, mediante una regulación sistemática del horario doméstico con
la adoración a Dios como el punto focal, que un hogar centrado en
Dios es un hogar de paz y alegría. En poco tiempo él se entregará
y se convertirá en un pilar de fe. La madre debe encargarse por sí
misma de la educación de los hijos durante los primeros años de sus
vidas. La madre también debería preparar personalmente la comi-
da para la familia, ya que los alimentos preparados con amor y ser-
vidos con una sonrisa son mucho más sustanciosos y vigorizantes
que los cocinados por una mujer contratada y servidos con mal hu-
mor.
La madre debe ser considerada como un objeto de venera-
ción virtuosa. Ella es la señora de la casa, la primera maestra del
niño, la persona que con amor transmite la cultura de la antigua tie-
rra a sus herederos durante los años de su formación.
La madre y el padre son los primeros ejemplos de comporta-
miento social que el niño ve ante sí y que aprende a imitar. Ellos en-
señan la adoración a Dios y la entrega a lo Supremo, representan la
ecuanimidad y el amor ante los ojos observadores y receptivos del ni-
ño. Por lo tanto tienen que ser estimulados a tomar parte en el des-

52
pertar espiritual. Se deben promover la tolerancia y la humildad en la
generación que está en desarrollo, mediante el fomento de la discipli-
na espiritual entre las madres.
Así pues, la madre debe ser fuerte en mente y cuerpo, madu-
ra en cultura y carácter, santificada por pensamientos puros y ple-
na de amor y educación. Las buenas madres hacen una buena na-
ción. Las madres deben ser depositarias del desapego, disciplina y
devoción. Su actividad debe estar basada en estos tres pilares.
Los padres no deben censurar a otros en presencia de los ni-
ños o mostrar que sienten odio o envidia de otros ante estas tiernas
mentes. Las mujeres tienen bondad en gran medida, por naturaleza
son serviciales, tiernas, compasivas, humildes y confiadas. Ella es
la compañera y guía de su esposo, la primera maestra de sus hijos,
un ejemplo para sus actitudes sociales, un modelo para su lenguaje
y un guardián de su salud y felicidad mental. Se la llama la mitad
del cuerpo del esposo.
Hay muchos templos donde se adora a Dios como mitad mu-
jer y mitad hombre. La mitad derecha es masculina y la mitad iz-
quierda femenina. Se sostiene que el honor y gloria de un país está
en las manos de las mujeres.
En las antiguas escrituras la mujer ha sido exaltada como la
diosa de la prosperidad en el hogar. Es la compañera del esposo en
el cumplimiento de los deberes y derechos de la vida de casada co-
mo ama de casa.
Deben aprender cómo evitar el odio, la codicia, la ira, la an-
siedad, el orgullo y otros obstáculos que aparezcan en el camino de
la paz interior. No es suficiente saber equilibrar el presupuesto fa-
miliar. La esposa y la madre deben aprender el arte de una equili-
brada visión de la vida, que no será afectada por triunfos y proble-
mas, ganancias o pérdidas, la victoria o la derrota. Este equilibrio
se puede tener sólo confiando en Dios y teniendo fe en el Dios que
reside en nosotros."
Sai Baba
Los dignos elogios que Sai Baba hace de la mujer, especialmen-
te en su rol de madre, no significan de ninguna manera minimizar la

53
misión del padre en el hogar. Ello se debe a que la madre está las vein-
ticuatro horas con el niño en sus primeros años de vida, mientras que
el padre pasa la mayor parte del tiempo fuera de casa.
La mujer, precisamente por su mayor capacidad de ternura, por
su paciencia y mayor comprensión, es la que está destinada a este rol
sagrado, como la fragua donde se tienen que ir gestando las pequeñas
o grandes virtudes de los niños junto al corazón de la madre.
Hay una falsa concepción muy generalizada en los padres y es
la de creer que los hijos son propiedad de ellos, cosas, sin sentimien-
tos ni poder de decisión.
Es sabido que son los hijos quienes eligen a sus padres, por-
que es en ese hogar y rodeado de tales personas donde podrán rea-
lizar la misión para la cual nacen y cumplir con el cometido que
kármicamente les corresponde, con la ayuda de esos dos seres que
eligieron. Esta es la sagrada misión de los padres, ayudar a la rea-
lización del ser que Dios pone en sus manos. En esa sagrada escue-
la que es el hogar, tanto los padres como los hijos aprenderán a cre-
cer juntos como seres humanos, en amor, tolerancia, disciplina,
ecuanimidad, comprensión, discernimiento, desapego, devoción, vir-
tudes necesarias para vivir en armonía no sólo en el hogar sino en
la sociedad.
Al ser la mujer la persona en la cual descansa mayormente esta sa-
grada responsabilidad, en todas las Sagradas Escrituras se exalta su papel:
Una mujer de carácter, ¿dónde hallarla?
Es mucho más preciosa que una perla.
Sabe su esposo que de ella puede fiarse:
con ella saldrá siempre ganando.
Le reporta felicidad, sin altibajos,
durante todos los días de su vida.
Pr 31, 10-12
Su marido es conocido entre los oficiales,
porque se sienta entre los ancianos del país.
Pr 31, 23
Va irradiando salud y dignidad,
mira con optimismo el porvenir.

54
Lo que dice es siempre muy juicioso,
tiene el arte de transmitir la piedad.
Atenta a las actividades de su mundo,
no es de aquellas que comen sin trabajo.
Sus hijos quisieron felicitarla,
su marido es el primero en alabarla:
"¡Las mujeres valientes son incontables,
pero tú a todas has superado!".
¡El encanto es engañoso, la belleza pasa pronto,
lo admirable en una dama es la sabiduría!
Reconózcanle el trabajo de sus manos:
un público homenaje merecen sus obras.
Pr 31, 25-31
"La modestia es esencial para la mujer. Es para ella un ador-
no de inestimable valor. Una mujer sin modestia carece de belleza y
cultura. La humildad, la pureza de modales y pensamientos, la do-
cilidad, la entrega a ideales elevados, la sensibilidad, la dulzura de
temperamento, la mezcla de todas estas cualidades es modestia. Es
la joya más inestimable de todos los adornos para la mujer.
Si una mujer carece de modestia, es como una flor sin perfu-
me, que el mundo ni honra, ni aprecia, ni siquiera aprueba. La mo-
destia la eleva a las alturas de sublime santidad.
No importa cuán bajo o malo sea el esposo. La esposa debe,
sólo por medio de su amor desinteresado, cambiarlo y corregirlo y
ayudarle a ganar las bendiciones de Dios. No es correcto creer que
el progreso de ella misma es lo que le importa exclusivamente y que
no tiene injerencia alguna en el progreso y la elevación espiritual
de su esposo. Por el contrario, ella debe sentir que el bienestar del
esposo, sus deseos y su salvación constituyen el remedio ideal para
ella. Tal mujer recibirá la gracia de Dios automáticamente sin es-
fuerzo especial, pues lloverá sobre ella en abundancia. Dios estará
siempre a su lado y Su benevolencia se manifestará de muchas for-
mas. Por la obra de su virtud asegurará la salvación de su esposo."
Sai Baba
Feliz el marido de una buena mujer: el número de sus días se
duplicará.

55
Una mujer valiente es la alegría de su marido, éste vivirá en
paz todos los días de su vida.
Una buena esposa es como el premio mayor de la lotería, le toca-
rá en suerte al que teme al Señor. [4] Rico o pobre tendrá conten-
to el corazón; en todo momento se verá la felicidad en su rostro.
Qo 26, 1-4

56
14
ROL DEL PADRE

"Los padres tienen que educar a sus hijos como ciudadanos


inteligentes y bien dispuestos, capaces de ganar su propio alimento
y ayudar a otros que estén en dificultades. Si ellos eluden este de-
ber, han fallado en su culto. Tampoco deberían malcriarlos, permi-
tiéndoles demasiada libertad y complaciendo sus fantasías. Conoz-
co a muchos padres que aman con exceso a sus hijos y contemplan
con aprobación cuando aprenden los malos hábitos del juego y la
bebida. No los reprimen cuando pasean por los centros comercia-
les, molestando e intimidando a los que pasan. No inculcan en las
mentes jóvenes la actitud de respeto hacia la propiedad ajena. Co-
mo consecuencia, sus hijos terminan sumidos en dificultades y en-
tonces los padres se arrepienten y se recriminan por su imperdona-
ble responsabilidad.
Hay también otra responsabilidad que recae sobre el padre.
Debe llevar la vida de un padre de familia, así como está estableci-
do en las Escrituras, con una conducta recta, para que la imagen de
una vida pura y feliz pueda grabarse en la mente joven. Si el padre
es un bebedor, un jugador o un violento, no existe ningún libro so-
bre ética que pueda curar al hijo."
Sai Baba

57
15
LOS NIÑOS

En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús y le


preguntaron: "¿Quién es el más grande en el Reino de los
Cielos?".
Jesús llamó a un niñito, lo colocó en medio de los discípulos, y
declaró: "En verdad les digo: si no cambian y no llegan a ser
como niños, nunca entrarán en el Reino de los Cielos. El que se
haga pequeño como este niño, ese será el más grande en el Rei-
no de los Cielos. Y el que recibe en mi nombre a un niño como
éste, a mí me recibe.
El que hiciera caer a uno de estos pequeños que creen en mí,
mejor le sería que le amarraran al cuello una gran piedra de
moler y que lo hundieran en lo más profundo del mar.
¡Ay del mundo a causa de los escándalos! Tiene que haber es-
cándalos, pero, ¡ay del que causa el escándalo!
Si tu mano o tu pie te está haciendo caer, córtatelo y tíralo le-
jos. Pues es mejor para ti entrar en la vida sin una mano o sin
un pie que ser echado al fuego eterno con las dos manos y los
dos pies. Y si tu ojo te está haciendo caer, arráncalo y tíralo le-
jos. Pues es mejor para ti entrar tuerto en la vida que ser arro-
jado con los dos ojos al fuego de la gehenna.
Cuídense, no desprecien a ninguno de estos pequeños. Pues yo
se los digo: sus ángeles en el Cielo contemplan sin cesar la ca-
ra de mi Padre del Cielo".
Mt 18, 1-10

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"Los corazones de los niños no están contaminados por los
deseos sensoriales. Los maestros, los padres, los amigos y los ma-
yores, los corrompen con su conducta y ejemplo, o empañan su in-
maculada naturaleza. Si sólo se les permitiera crecer en la adecua-
da atmósfera espiritual, si se les permitiera acercarse a Dios, se
volverían buenos, justos, humildes y puros. Esto no significa que se-
rán débiles, sino por el contrario, fuertes con todo el vigor de la
Verdad. Serán un patrimonio inestimable para la nación y no como
ahora que en las escuelas se les niega la atmósfera espiritual, lo que
a su vez contribuye para que se conviertan en obstáculos en el ca-
mino del progreso. Ellos son como almas plenamente conscientes,
libres de todo apego.
Los niños son encantadores retoños llenos de promesa que
mediante un buen cuidado y un amor bien dirigido pueden llegar a
florecer como ciudadanos ideales capaces de entender, apreciar y
practicar la ardua disciplina formulada en la sabiduría antigua pa-
ra lograr el conocimiento de sí mismo y el conocimiento del univer-
so que no es sino otro aspecto del Ser. Los primeros años de vida
son los más difíciles, y por lo tanto la madre y el padre tienen que
compartir la responsabilidad de una crianza adecuada. Las habili-
dades, la actitud, los prejuicios, las emociones que conforman o dis-
torsionan el futuro se van integrando en los cimientos del carácter
durante esos años cruciales. Los padres deben hacer que estos ci-
mientos sean firmes y rectos, pero ¿con qué cuentan ahora los pa-
dres para esta tarea? No tienen un conocimiento profundo de su cul-
tura, carecen de fe en los valores, no practican ninguna disciplina
espiritual, ni tienen paz mental. Los niños deben crecer en una at-
mósfera de reverencia, devoción, servicio mutuo y cooperación. Se
les debe enseñar a respetar a sus padres, maestros y mayores."
Sai Baba

59
16
LA AMISTAD

Tanto Jesús como Sai Baba han dado muchas recomendaciones


y consejos acerca del amor, que debe manifestarse en obras.
Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los
he amado. No hay amor más grande que dar la vida por sus
amigos, y son ustedes mis amigos, si cumplen lo que les man-
do. Ya no les llamo servidores, porque un servidor no sabe lo
que hace su patrón. Los llamo amigos, porque les he dado a co-
nocer todo lo que aprendí de mi Padre.
Jn 15, 12-15
"Mientras están en este mundo pasajero, andando con difi-
cultades, a través de penas y alegrías, los hombres tienen gran ne-
cesidad de alguien a quien poder comunicar sus sentimientos, con
quien compartir sus descubrimientos y depresiones, sus momentos
de dicha y de tristeza. Alguien que esté a su lado durante el duro re-
corrido del camino hacia la verdad y la paz. Alguien que los esti-
mule, que les dé valor para alcanzar la meta. ¿Quién es nuestro ver-
dadero amigo? ¿Quién es un amigo falso y engañoso? Es evidente
que tal como se entiende hoy en día la amistad y los amigos, están
muy lejos del nivel ideal. Amigos que puedan ofrecer un verdadero
consejo, consuelo o apoyo, son dones preciosos que hoy en día re-
sultan escasos. Una amistad nacida de vínculos monetarios se rom-
pe tan pronto pide que le sea cancelada la deuda. De modo que
cuando dan préstamo a un amigo están cortando el vínculo de la
amistad en ese mismo instante. ¿De qué modo podría cimentarse

60
una amistad con palabras o con dinero? Si la amistad es duradera,
es el corazón el que debe entender al corazón, y el corazón el que
debe atraer al corazón. La amistad debe vincular a dos corazones y
producir un efecto beneficioso en ambos sea cuales fueren las cir-
cunstancias para cada uno de ellos, pérdidas o ganancias, dolores
o placeres, buena o mala suerte. El vínculo debe sobrevivir a todos
los embates del destino y no debe ser afectado ni por el tiempo, el
lugar o las circunstancias. Cada uno debe poder corregir al otro y
cada cual debe agradecer las críticas y los comentarios del otro
porque cada uno sabrá que se beneficia con la simpatía y el amor.
Cada uno debe mantenerse alerta para que el otro no se aparte del
ideal, para que no llegue a cultivar actos que sean degradantes o
esconder pensamientos o planes que produzcan maldad. El honor
de cada uno estará a salvo con el otro. Cada uno confiará y des-
cansará en el amor alerta del otro. Sólo merecen ser llamados ami-
gos aquellos que ayudan a elevar la vida, purificar los ideales, su-
blimar las emociones y fortalecer las resoluciones. Aquellos que los
arrastran hacia la pompa, los entretenimientos vulgares, son ene-
migos, no amigos. Los amigos no se obtienen gracias a la posición
social, a la exhibición financiera, al brillo exterior o a las afirma-
ciones verbales. Miren dentro de su verdadera alma, los motivos in-
ternos y al Motivador, sus aspiraciones y sus logros más profundos
y, recién entonces, sean leales a ellos.
El sentimiento de la amistad debe activar cada nervio, pene-
trar cada célula y purificar cada onda emocional, no debe dejar si-
tio al más mínimo indicio de egoísmo. No se puede elevar a la no-
ble categoría de amistad una relación que busca el explotarlos o es-
quilmarlos para beneficios personales. Posiblemente el único ami-
go que puede pasar este riguroso examen es Dios.
Dado que son jóvenes deben esforzarse por adquirir buenos
amigos y conservarlos. No retrasen esta tarea por escuchar a algu-
nos mayores que les aconsejan dejar el recorrido del camino espi-
ritual para más tarde, cuando se hayan retirado de la vida activa.
Las buenas obras y los buenos pensamientos que se cultivan duran-
te toda la vida permanecerán leales y firmes como un buen amigo
cuando uno se esté asomando al fin. De modo que todos ustedes de-
ben tomar la decisión de empeñarse en acciones que promuevan su

61
propia paz y progreso como asimismo la paz y el progreso de todo
el género humano. Ansíen y merezcan buenos amigos que les ayu-
den a mantener el rumbo correcto y por sobre todo tengan a Dios
por guía y amigo incondicional. La amistad es la expresión del
amor inconmovible, el amor que es noble, puro y que está libre de
deseos o egoísmo. Los bendigo para que logren recibir este tipo de
amistad y que también ustedes hagan felices a otros otorgándoles
este sagrado tipo de amistad."
Sai Baba

62
17
NO JUZGAR

No juzguen a los demás y no serán juzgados ustedes. Porque de


la misma manera que ustedes juzguen, así serán juzgados, y la
misma medida que ustedes usen para los demás, será usada pa-
ra ustedes. ¿Qué pasa? Ves la pelusa en el ojo de tu hermano,
¿y no te das cuenta del tronco que hay en el tuyo? ¿Y dices a tu
hermano: Déjame sacarte esa pelusa del ojo, teniendo tú un
tronco en el tuyo? Hipócrita, saca primero el tronco que tienes
en tu ojo y así verás mejor para sacar la pelusa del ojo de tu
hermano.
Mt 7, 1-5
¿Y por qué te fijas en la pelusa que tiene tu hermano en un ojo,
si no eres consciente de la viga que tienes en el tuyo? ¿Cómo
puedes decir a tu hermano: “Hermano, deja que te saque la pe-
lusa que tienes en el ojo'', si tú no ves la viga en el tuyo? Hipó-
crita, saca primero la viga de tu propio ojo para que veas con
claridad, y entonces sacarás la pelusa del ojo de tu hermano.
No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni tampoco árbol ma-
lo que dé frutos buenos. Cada árbol se conoce por sus frutos.
No se recogen higos de los espinos ni se sacan uvas de las zar-
zas.
Lc 6, 41-44
"¿Cómo debe ser cultivado el amor? Puede hacerse a través
de dos métodos: 1) Consideren siempre las faltas de los otros, a pe-
sar de ser enormes, como insignificantes y sin importancia. Consi-

63
deren siempre las propias faltas a pesar de ser insignificantes y sin
importancia como enormes y sientan tristeza y arrepentimiento. Por
estos medios eviten desarrollar faltas y defectos más grandes y ad-
quieran las cualidades de hermandad y tolerancia. 2) Cualquier co-
sa con ustedes mismos o con otros, háganla recordando siempre que
Dios es omnipotente. Él lo ve, escucha y sabe todo. Cualquier cosa
que digan, recuerden que Dios escucha cada palabra; disciernan
entre lo verdadero y lo falso y expresen solamente la verdad. Cual-
quier cosa que hagan, distingan entre lo justo y lo injusto y hagan
solamente lo justo. Esfuércense cada momento por estar conscien-
tes de la omnipotencia de Dios.
Cuando perciban injusticia o maldad en otros, primero exami-
nen sus propias conductas y carácter, porque lo que ven en otros pue-
de ser el reflejo de lo que hay en su propio ser. Usen los anteojos del
amor y el mundo entero se llenará de amor. Dios está presente sólo
donde el bien prevalece. Si examinan el actual comportamiento del
hombre, encontrarán que la visión es mala, la audición es mala, los
pensamientos son impuros y así, aun la naturaleza humana en ustedes
se está manchando y volviéndose bestial. Cuando Dios entre en la vi-
sión, en las cosas que se escuchen y en los temas del pensamiento sus
vidas se tornarán alegres y útiles."
Sai Baba
Jesús, por su parte, se fue al monte de los Olivos. Al amanecer
estaba ya nuevamente en el Templo; toda la gente acudía a él,
y él se sentaba para enseñarles.
Los maestros de la Ley y los fariseos le trajeron una mujer que ha-
bía sido sorprendida en adulterio. La colocaron en medio y le di-
jeron: "Maestro, esta mujer es una adúltera y ha sido sorprendida
en el acto. En un caso como éste la Ley de Moisés ordena matar a
pedradas a la mujer. Tú ¿qué dices?". Le hacían esta pregunta pa-
ra ponerlo en dificultades y tener algo de qué acusarlo.
Pero Jesús se inclinó y se puso a escribir en el suelo con el
dedo. Como ellos insistían en preguntarle, se enderezó y les
dijo: "Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le arroje la
primera piedra". Se inclinó de nuevo y siguió escribiendo en
el suelo.

64
Al oír estas palabras, se fueron retirando uno tras otro, co-
menzando por los más viejos, hasta que se quedó Jesús solo
con la mujer, que seguía de pie ante él. Entonces se enderezó
y le dijo: "Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te ha condena-
do?". Ella contestó: "Ninguno, señor". Y Jesús le dijo: "Tam-
poco yo te condeno. Vete y en adelante no vuelvas a pecar".
Jn 8, 1-11
"No traten de juzgar a los demás, de ver los defectos de los
demás grandes y pequeños los nuestros, traten de ver pequeños los
defectos de los demás y grandes los nuestros, así podremos corre-
girlos. Traten de ver las pocas virtudes de los demás grandes, y no
los defectos de los demás. El criticar a los otros y encontrarles fa-
llas proviene del egoísmo, como consecuencia, el hablar mal de
los demás nos hace retroceder en nuestro camino espiritual y nos
roba fortaleza espiritual, es por eso que para vencer este dañino
hábito debemos practicar el sadhana de no hablar mal de los de-
más en nuestra vida diaria. Mantengan sus ojos puros, llenen sus
oídos con las palabras de Dios, no permitan que escuchen calum-
nias. Usen la lengua para proferir buenas palabras, palabras
amables y verdaderas, dejen que ellas les recuerden siempre a
Dios. Cada uno deberá darse cuenta de sus propias faltas y com-
prender que no hay ningún beneficio en buscar faltas en los de-
más, eso es simplemente pérdida de tiempo; eso también engendra
disputa. Por lo tanto abandonen ese rasgo de carácter. Si esta
oportunidad es desaprovechada, ¿qué más puede hacerse? Arre-
piéntanse sinceramente, y caminen en el sendero de la oración a
Dios, de las buenas acciones y del amor fraternal. Para llegar a
ser aspirantes espirituales, para obtener la salvación no deberán
entregarse a argumentos y contra-argumentos, no deberán com-
placerse con el señuelo del sentimiento insensato. Deberán ver sus
propias faltas y no repetirlas más. Deberán guardar y proteger la
atención centrada que han logrado con sus ojos en la meta que
persiguen, descartando como basura cualquier tipo de dificulta-
des o perturbaciones que pueden encontrar en su sendero."
Sai Baba
Yo he venido al mundo como luz, para que todo el que crea en
mí no permanezca en tinieblas.

65
Si alguno escucha mis palabras y no las guarda, yo no lo juz-
go, porque yo no he venido para condenar al mundo, sino para
salvarlo. El que me rechaza y no recibe mi palabra ya tiene
quien lo juzgue: la misma palabra que yo he hablado lo conde-
nará el último día.
Jn 12, 46-48
"Sólo porque uno tiene defectos dentro de sí, es por lo que ve
al mundo defectuoso. Si no hay conocimiento de defectos en uno, no
puede encontrarse defecto aún buscándolo. ¿Pues acaso no habría
de saberse cuáles son las faltas de uno? Ahora, puede surgir la
cuestión de si Dios mismo tiene defectos, por qué Él también busca
defectos. Pero, ¿cómo puede decirse que Dios está buscando defec-
tos? Él solamente busca la bondad, no los defectos ni los pecados.
Esos están basados en el nivel de las cualidades de cada uno. Dios
no examinará la riqueza, la familia, el clan, el estado o el sexo, Él
ve solamente la rectitud. Aquellos que están dotados de tal rectitud,
Él los considera merecedores de su gracia, quienes quiera que
sean.
Cuando insultan, dañan, juzgan o desprecian a alguien, en
realidad están haciéndolo con el Dios que adoran. No podrán reco-
ger la cosecha de gracia si siembran ardor espiritual en un corazón
invadido por la maleza de la envidia y el odio. La prescripción mo-
ral básica para el devoto que aspira estar cerca y ser amado por el
Avatar es: adoren a Dios y ofrezcan su amor a cada ser viviente.
Por lo tanto desarrollen bondad y rectitud, vivan y actúen en
la alegría y el amor. Esto es suficiente. Así la salvación puede ser
realmente lograda."
Sai Baba

66
18
LA LENGUA COMO INSTRUMENTO

Un rey griego pidió a Esopo que preparara un banquete con los


mejores manjares. Esopo hizo preparar diversos platos a base de len-
gua. Después de haberlos probado, el rey, satisfecho, lo interrogó acer-
ca de la razón de tal menú. A lo que Esopo respondió que la lengua es
el mejor instrumento que le fue dado al hombre, pues gracias a ella los
seres humanos pueden no sólo comunicarse entre sí sino también pro-
clamar y cantar la gloria de Dios. El rey, admirado, lo felicitó por esta
genialidad y resolvió solicitarle otro banquete, pero esta vez a base de
lo peor. Esopo hizo preparar otra serie de platos, volviendo a utilizar
lengua como ingrediente principal. El rey quedó desconcertado al ver
que el mejor y el peor plato estaban hechos de lo mismo, y volvió a in-
terrogar a Esopo. Este respondió que había utilizado lengua para el
peor plato porque con la misma se pueden proferir las peores ofensas,
tanto a los hombres como a Dios. Con la lengua se produce la crítica,
la murmuración, la calumnia, la diatriba, y se siembra la división entre
los hermanos. Su mal uso saca a luz lo peor que hay en el ser humano.
Su buen uso lo engrandece, fortaleciendo su carácter y ayudándolo a
superarse. Un general puede vencer a miles, pero seguramente le re-
sultará mucho más difícil dominarse a sí mismo callando a tiempo.
Saber callar frente a la ofensa y la denigración
es propio de héroes.
Saber callar frente al elogio
es modestia y signo de un corazón noble.
Saber hablar con la verdad, con amor, con paz, con rectitud,
es propio de sabios y santos.

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Planten ustedes un árbol bueno, y su fruto será bueno; planten un
árbol dañado, y su fruto será malo. Porque el árbol se conoce por
sus frutos. Raza de víboras, si ustedes son tan malos, ¿cómo pue-
den decir algo bueno? La boca siempre habla de lo que está lleno
el corazón. El hombre bueno saca cosas buenas del bien que guar-
da dentro, y el que es malo, de su mal acumulado saca cosas ma-
las.
Yo les digo que, en el día del juicio, los hombres tendrán que
dar cuenta hasta de lo dicho que no podrían justificar. Tus pro-
pias palabras te justificarán, y son tus palabras también las que
te harán condenar.
Mt 12, 33-37
"El segundo instrumento para controlar la mente es la palabra.
Las palabras tienen gran poder de acuerdo a cómo sean usadas, pue-
den elevar al hombre o disminuirlo. Si le decimos a alguien que una
catástrofe es inminente puede desmayarse. Si en lugar de esto, le da-
mos palabras de aliento, llenas de afecto, la misma persona se sentirá
tan fuerte como un elefante, y lista para enfrentar cualquier cosa. Si
ustedes cortan un árbol con un hacha, el árbol crecerá nuevamente.
Pero si ustedes lastiman a una persona mentalmente, puede no recu-
perarse nunca del daño. Hay tres reglas que los hombres sabios nos
indican seguir: primero, decir la verdad; segundo, no decir la verdad
que pueda herir a alguien; y tercero, no decir mentiras sólo para ser
agradable o agradar a alguien.
La verdad cuando está expresada en palabras, es dulce, agra-
dable y llena de amor. El hombre debe esforzarse al máximo para li-
brar su cuerpo de la violencia, su lengua de la falsedad, sus manos de
la agresividad y su conciencia de pensamientos negativos. Nunca ol-
viden que lo que ustedes dicen queda registrado en el fondo de su co-
razón. Estas palabras serán recordadas frecuentemente, para adver-
tirles que no pierdan su autocontrol, que hablen sólo para buenas cau-
sas y que permanezcan silenciosos delante de la peor provocación.
La lengua permanecerá tan muda como la mente. Aquellos que
hablan no pueden trabajar, por lo tanto, sería mejor que actuaran
más y hablaran menos. Tengan mucho cuidado con lo que digan por-
que sus palabras dejan un efecto muy profundo en aquellos con quie-

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nes hablan, y un efecto más profundo en ustedes mismos. Cuando in-
sultan o dañan, o desquician a alguien, en realidad están haciéndolo
con el Dios que adoran. No podrán recoger la cosecha de gracia si
siembran ardor espiritual en un corazón invadido por la maleza de la
envidia y el odio. La prescripción moral básica para el devoto que as-
pira estar cerca y ser amado por el Avatar es: adoren a Dios y ofréz-
canle su amor en cada ser viviente. Deben dirigir la palabra a todos
con voz suave y usando términos dulces."
Sai Baba
¡Qué bien salvan las apariencias! Con justa razón profetizó
Isaías de ustedes, cuando dijo: “Este pueblo me honra con los
labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me rinden
no sirve de nada, las doctrinas que enseñan no son más que
mandatos de hombres".
Luego Jesús mandó acercarse a la gente y les dijo: "Escuchen
y entiendan: Lo que entra por la boca no hace impura a la per-
sona, pero sí mancha a la persona lo que sale de su boca".
Poco después los discípulos se acercaron y le dijeron: "¿Sabes
que los fariseos se han escandalizado de tu declaración?". Je-
sús respondió: "Toda planta que no haya plantado mi Padre ce-
lestial, será arrancada de raíz. ¡No les hagan caso! Son ciegos
que guían a otros ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos
caerán en el hoyo".
Entonces Pedro tomó la palabra: "Explícanos esta sentencia". Je-
sús le respondió: "¿También ustedes están todavía cerrados? ¿No
comprenden que todo lo que entra por la boca va al estómago y
después termina en el basural? En cambio lo que sale de la boca
procede del corazón, y eso es lo que hace impura a la persona.
Del corazón proceden los malos deseos, asesinatos, adulterios,
inmoralidad sexual, robos, mentiras, chismes. Estas son las co-
sas que hacen impuro al hombre; pero el comer sin lavarse las
manos, no hace impuro al hombre".
Mt 15, 7-20
"El ojo ve, el oído oye, la nariz huele, el tacto les dice si una
cosa es dura o suave, la lengua gusta. A estos cinco se los llama
sentidos, cada uno de estos cinco sentidos realiza un trabajo y está

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preparado para realizar sólo ese único trabajo. Pero no ocurre lo
mismo con la lengua, ya que puede realizar dos funciones y no una
sola. Y las dos tareas que Dios le ha dado a la lengua son impor-
tantes, sólo piensen por un momento en la primer tarea: gustar. Si
una cosa sabe mal, no les gusta y no la comen. Ahora bien, hable-
mos de la segunda función de la lengua: el habla. Es una herra-
mienta que pueden utilizar para dar salida a sus pensamientos, ideas,
sentimientos, deseos, plegarias, alegrías y penas. Si están enojados
la usan para pronunciar duras palabras, y pueden elevar la voz has-
ta gritar. Si están contentos la usan para decir suaves palabras en
una voz baja y agradable.
Yo deseo que utilicen la lengua para el bien de ustedes mis-
mos y el de los demás. Si le hablan a otro duramente, él también le-
vantará la voz y hablará con aspereza. Las palabras hirientes no
hacen más que producir más palabras hirientes. Pero si usan pala-
bras suaves y dulces cuando otro está enojado con ustedes, éste se
calmará o lamentará haber usado su lengua de esa forma. No gri-
ten, no hablen más de lo necesario, no hablen en absoluto cuando
no haya necesidad de hacerlo.
Cuando se dirijan a alguien o hablen con un grupo de amigos,
suban la voz hasta el tono justo para que los escuchen claramente y no
más alto. Nunca usen palabras groseras en contra de nadie. Tales pala-
bras no deben provenir de sus lenguas ni deben entrar en el oído de los
demás. Recuerden que Dios está en el corazón de ustedes, así como en
los corazones de todos los demás. Él siempre oye y ve todo. ¿No acos-
tumbran decir mi cabeza, mis manos, mis ojos, mi mente, mi idea? Aho-
ra bien, ¿quién es este Yo que es el dueño del cuerpo, la mente, el cere-
bro? Ese Yo es la chispa de Dios que está en ustedes. Esa chispa está en
todos y cada uno. Por lo tanto, cuando usan palabras duras, crueles, ai-
radas o groseras para dirigirse a otros, están hiriendo al Dios que está
en ustedes y al Dios que está en esa persona. La lengua es una herra-
mienta, como ya lo dije, pueden dañarse a ustedes mismos, y dañar a los
demás con ella. Por lo tanto tengan mucho cuidado, utilícenla única-
mente para su propio bien y para el bien de los demás. Si la usan para
decir palabras amables, para repetir el nombre de Dios, para cantar su
gloria o para rezarle, la estarán utilizando correctamente."
Sai Baba

70
Jesús volvió a llamar a la gente y empezó a decirles: "Escúchen-
me todos y traten de entender. Ninguna cosa que de fuera entra en
la persona puede hacerla impura; lo que hace impura a una per-
sona es lo que sale de ella. El que tenga oídos, que escuche".
Mc 7, 14-16
"El sonido es una forma de Dios, del total de las ocho cualidades
que se asocian con Brahman la primera es el aspecto del sonido. Si se
deciden a ponerlo en práctica y no siguen hablando innecesariamente,
se producirá un definido mejoramiento en ustedes.
Mantengan el nombre de Dios siempre en la lengua, contem-
plen su gloria siempre que oigan o vean algo bello o grandioso.
Vean en cada uno al Señor moviéndose en esa forma. No hablen mal
de los demás. Vean tan sólo a Dios en ellos. Reciban con alegría ca-
da oportunidad de ayudar a los demás.
El sonido de los mantras tiene el poder de transformar los im-
pulsos y las tendencias. La palabra mantra significa aquello que
salga cuando se tiene en la mente. Tengan siempre en la mente los
mantras, que son fórmulas místicas, los detendrán de hablar desa-
tinadamente, de tener conversaciones sin propósito, parlotear sin
sentido y de propagar escándalos. Hablen sólo cuando hablar sea
lo más esencial, y hablen sólo cuando sea necesario. Hablen dulce-
mente, sin restricciones y sin rodeos. La austeridad vocal debe
practicarse, eviten hablar demasiado, desistan de las afirmaciones,
no se deleiten en calumniar ni en propagar escándalos, nunca ha-
blen ásperamente. Hablen suave y dulcemente. Hablen siempre te-
niendo en su memoria a Dios.
Llenen sus corazones de amor, entonces las palabras que sal-
gan de ellos estarán llenas de vitalidad y poder. No hay poder más
efectivo que el amor. La gramática del amor hace que las palabras
entren en los corazones de quienes escuchan y los muevan a la
aceptación, a la apreciación y la acción."
Sai Baba

71
19
EL PERDÓN

El verbo perdonar viene del latín donare, en castellano es "donar",


que a su vez procede de la palabra donum, "don". Por su parte, donum,
viene de dare, cuyo significado es "dar". Así, quedó fijado en nuestra
lengua el significado de perdonar como "remitir la deuda, ofensa, falta,
delito u otra cosa, el perjudicado por ella". Y perdón, quedó fijado como
"remisión de la pena merecida, de la ofensa recibida, o de alguna deuda
u obligación pendiente". El verbo remitir que aparece en ambas defini-
ciones procede del latín mittere, cuyo significado es "enviar", "soltar".
Según el diccionario de la Real Academia Española, remitir significa 1)
enviar una cosa a determinada persona en otro lugar; 2) perdonar, alzar
la pena, eximir o liberar de una obligación. Y remisión quiere decir ac-
ción o efecto de remitir o remitirse.
Por lo tanto, por perdonar debemos entender la acción de dar,
enviar o soltar algo.
Cuando Jesús dice: "Yo te daré las llaves del Reino de los Cie-
los: lo que ates en la tierra quedará atado en el Cielo, y lo que desates
en la tierra quedará desatado en el Cielo" (Mt 16, 19), está haciendo
una alusión directa al perdón, porque cuando no perdonamos queda-
mos atados por el odio, el rencor, la ira y otras emociones negativas; y
son estas ataduras las que nos llevan a tener que volver una y otra vez
a aprender la lección.
También cuando Jesús dice que debemos perdonar hasta setenta
veces siete (Mt 18, 21-22), esto significa perdonar en toda oportunidad,
es decir siempre. El hecho de que a nosotros se nos enseñe a perdonar in-

72
dica que es posible hacerlo, y Dios mismo da el ejemplo en la maravillo-
sa Parábola del Hijo Pródigo (Lc 15, 11-31) donde se cuenta la historia
de un hijo que habiendo reclamado su herencia antes de morir el padre,
abandona la casa y la despilfarra. El padre, que alentaba la esperanza de
ver regresar a su hijo, todos los días miraba hacia el horizonte para ver
aparecer su silueta. Esa espera llena de amor lleva implícito el perdón.
Debemos penetrar en lo profundo de esta afirmación, porque
ciertamente Dios es la plenitud del amor. En el amor la condena no
existe, de allí la paciencia eterna de Dios. Él siempre está dispuesto a
perdonar y a esperarnos. Dicho en otros términos, por perdonar debe-
mos entender la proyección de uno hacia el otro en una actitud donati-
va. Es una donación de sí mismo donde lo que se está entregando es
bien a cambio de mal. Cuando perdonamos estamos manifestando un
rasgo divino existente en nosotros. Porque esta noble y grandiosa acti-
tud brota del ser interno o chispa divina inmanente a cada ser. El per-
donar pone de manifiesto la magnanimidad del corazón, que manifies-
ta a Dios. La base del perdón es una actitud de ecuanimidad, de armo-
nía interna, que produce paz y bienaventuranza.
El lado humano de la cuestión nos recuerda la costumbre tan ex-
tendida de pedir perdón a Dios, que no siempre es acompañada por el
otorgamiento de perdón a aquellos por los cuales nos hemos sentido
ofendidos. Y si cada vez que esto ocurre recordáramos las palabras de
Jesús "...sus numerosos pecados, le quedan perdonados, por el mucho
amor que ha manifestado..." (Lc 7, 47), perdonar es una actitud posi-
ble y no un ideal inalcanzable.
Entonces Pedro se acercó con esta pregunta: "Señor, ¿cuántas
veces tengo que perdonar las ofensas de mi hermano? ¿Hasta
siete veces?". Jesús le contestó: "No te digo siete, sino setenta
veces siete".
Aprendan algo sobre el Reino de los Cielos. Un rey había decidido
arreglar cuentas con sus empleados, y para empezar, le trajeron a
uno que le debía diez mil monedas de oro. Como el hombre no te-
nía con qué pagar, el rey ordenó que fuera vendido como esclavo,
junto con su mujer, sus hijos y todo cuanto poseía, para así reco-
brar algo. El empleado, pues, se arrojó a los pies del rey, suplicán-
dole: "Dame un poco de tiempo, y yo te lo pagaré todo". El rey se
compadeció y lo dejó libre; más todavía, le perdonó la deuda.

73
Pero apenas salió el empleado de la presencia del rey, se encon-
tró con uno de sus compañeros que le debía cien monedas. Lo
agarró del cuello y casi lo ahogaba, gritándole: "Págame lo que
me debes". El compañero se echó a sus pies y le rogaba: "Dame
un poco de tiempo, y yo te lo pagaré todo". Pero el otro no acep-
tó, sino que lo mandó a la cárcel hasta que le pagara toda la deu-
da. Los compañeros, testigos de esta escena, quedaron muy mo-
lestos y fueron a contárselo todo a su señor. Entonces el señor lo
hizo llamar y le dijo: "Siervo miserable, yo te perdoné toda la
deuda cuando me lo suplicaste. ¿No debías también tú tener
compasión de tu compañero como yo tuve compasión de ti?". Y
hasta tal punto se enojó el señor, que lo puso en manos de los
verdugos, hasta que pagara toda la deuda.
Y Jesús añadió: "Lo mismo hará mi Padre Celestial con uste-
des, a no ser que cada uno perdone de corazón a su hermano".
Mt 18, 21-35
"El amor da y perdona. El amor nunca puede abrigar la idea
de venganza, porque ve a todos los demás como él mismo. Cuando
los dientes causan daño a la lengua, ¿buscan venganza en contra de
ellos? No, porque ambos les pertenecen a ustedes y son partes inte-
grales de su ser. De igual manera, cuando alguna otra persona los
insulta o les causa dolor, permitan que la Sabiduría tenga dominio
sobre ustedes. Descubran la Verdad y no se apresuren a sacar con-
clusiones; tengan siempre al amor como su guía.
Sólo la persona que tiene la actitud de perdonar puede con-
siderarse dotada con amor sagrado. Este no se puede aprender de
los libros ni puede adquirirse de alguien. Uno mismo debe cultivar-
lo en los momentos de dificultad, pruebas y tribulaciones que se ve
sujeto a encontrar. Sólo cuando enfrentamos problemas y dificulta-
des que causan dolor y tristeza, esta cualidad de tolerancia y per-
dón tiene lugar para enraizarse. Cuando ustedes enfrentan proble-
mas y dificultades no deben entristecerse ni caer víctimas de la de-
presión. En tal situación deben ejercitar la tolerancia y tomar una
actitud de perdón, sin agitarse dando surgimiento a la ira, el odio y
la venganza. Ustedes son encarnaciones de la fortaleza. Por lo tan-
to, en momentos de desesperación llénense del sentimiento de tole-
rancia y estén dispuestos a perdonar y olvidar. Esta cualidad del

74
perdón es el poder más grande para un ser humano. Si uno pierde
esta cualidad se vuelve demoníaco."
Sai Baba
Ustedes, pues, recen así:
Padre nuestro, que estás en el Cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga tu Reino,
hágase tu voluntad
así en la tierra como en el Cielo.
Danos hoy el pan que nos corresponde;
y perdona nuestras deudas,
como también nosotros perdonamos
a nuestros deudores;
y no nos dejes caer en la tentación,
sino líbranos del mal.
Porque si ustedes perdonan a los hombres sus ofensas, también el
Padre celestial les perdonará a ustedes. Pero si ustedes no perdo-
nan a los demás, tampoco el Padre les perdonará a ustedes.
Mt 6, 9-15
"Si se arrepienten de los males que han hecho eso en sí mis-
mo complacerá a Dios, y Él los perdonará. Si se esfuerzan por dar
un nuevo giro y por ser mejores, Dios derramará gracia sobre uste-
des. Cada vez que entre en su mente la idea de herir a los demás o
de tomar las pertenencias de alguien o de propagar falsedades
acerca de los demás, vuélvanse hacia Dios para pedir ayuda. Pí-
danle que les dé fortaleza, porque todas esas ideas nacen del temor
y de la cobardía, cualidades que a su vez vienen de la debilidad.
Cualquier cosa que consideres que los demás no te deben ha-
cer, debes evitar hacerlas a otros. Por las faltas y pecados cometi-
dos en la ignorancia arrepiéntete con sinceridad.
Por mucho que nos arrepintamos hacia el fin de nuestra vida,
resulta muy difícil que cada arrepentimiento se produzca en noso-
tros de una manera en que nos pueda compensar por nuestros pe-
cados. Después de dejarse llevar por el pecado durante toda la vi-
da y no hacer sino cosas malas, incluso aunque uno se arrepienta

75
hacia el fin de la vida, este arrepentimiento no es de mucho valor.
No es correcto el pasar arrepintiéndose y pensar que este arrepen-
timiento nos redimirá de nuestros pecados. Lamentablemente siem-
pre el arrepentimiento llega mucho después del hecho, y ya es de-
masiado tarde para hacer algo bueno por nadie. En el mundo de
hoy es mucha la gente que está en esta situación, cometen pecados
e injusticias y piden perdón. Luego vuelven a cometer pecados e in-
justicias y nuevamente piden perdón.
De esta manera si suman y restan durante toda su vida, ¿cómo
podrían llegar a su destino con algún saldo de crédito a su favor? Una
vez que entiendan y reconozcan que alguna cosa está mal, que ella re-
presenta un pecado, nunca más vuelvan a cometerlas a sabiendas por
segunda vez. Solamente cuando puedan llevar sus vidas por una sen-
da en que haya discriminación entre lo correcto y lo equivocado, ha-
rán que sus vidas tomen un curso lleno de propósitos.
Pueden ofrecer todas sus malas cualidades a Dios, no hay na-
da malo en ello. Sólo Dios las puede recibir y derramar su gracia
sobre ustedes para que desarrollen las buenas cualidades. Dios
aceptará las malas cualidades siempre y cuando se ofrezcan con
sincera devoción y arrepentimiento, y derramará su gracia sobre
ustedes; entregando los pecados cometidos por uno al Señor y oran-
do su perdón y su gracia.
Tolera a los demás y olvida todo resentimiento que tengas
contra alguien. Perdona como el Señor te perdonó."
Sai Baba
Sean compasivos como es compasivo el Padre de ustedes.
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán con-
denados; perdonen y serán perdonados. Den, y se les dará; se
les echará en su delantal una medida colmada, apretada y re-
bosante. Porque con la medida que ustedes midan, serán medi-
dos ustedes.
Lc 6, 36-38
"Las actitudes de tolerancia y respeto pueden ser cultivadas
sólo a lo largo del camino espiritual. Ese es el camino para alcan-
zar paz y armonía en este mundo de incesante lucha y de intermi-

76
nable desesperación. Nosotros nos convertimos en lo que sentimos
y actuamos.
Juzgad siempre que vuestros defectos, por más insignificantes y
susceptibles de ser pasados por alto que sean, son grandes, y entriste-
ceos y arrepentíos. Cada uno debería darse cuenta de sus propios de-
fectos y comprender que es inútil buscar los defectos ajenos. Si alguien
os señala vuestros defectos no discutáis ni tratéis de mostrar que no tie-
ne razón, ni guardéis rencor por ello. Razonad para vuestro adentro
que es un defecto y corregid vuestro comportamiento."
Sai Baba
Ustedes han oído que se dijo: "Ojo por ojo y diente por diente".
Pero yo les digo: “No resistan al malvado. Antes bien, si alguien
te golpea en la mejilla derecha, ofrécele también la otra.”
Mt 5, 38-39
"Si alguien los censura, los injuria o los hiere, no le devuel-
van lo mismo. Compórtense noblemente y con paciencia.
Si no podéis amar al prójimo, no lo odiéis, ni sintáis envidia
hacia él. Perdonad las faltas ajenas, pero sed severos con las vues-
tras. Si no podéis ayudar al prójimo, por lo menos evitad herirlo o
apenarlo. Por sí solo este es un gran servicio. Perdonar las faltas
ajenas nos evitará lamentarnos acerca de ellas.
Cuando un hombre está consciente de que la misma concien-
cia divina que lo motiva a él está igualmente motivando a todos los
demás, el amor expulsa al ego y se hace cargo de sus actividades,
palabras y pensamientos."
Sai Baba
Por eso, si tú estás para presentar tu ofrenda en el altar, y te
acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí mis-
mo tu ofrenda ante el altar, y vete antes a hacer las paces con
tu hermano; después vuelve y presenta tu ofrenda.
Mt 5, 23-24
"Uno no debería pedir perdón después de haber cometido
una mala acción. Hacer el mal es actuar en contra de la voz inte-
rior que nos recuerda nuestro deber hacia nosotros mismos y los de-

77
más. Por lo tanto, uno debería arrepentirse y rogar para que le sea
concedida la inteligencia necesaria para no repetir el error. Más
allá de la penitencia y de la oración, depende de la gracia de Dios
el reducir o moderar las consecuencias.
Pedir perdón se ha convertido en el rito de etiqueta. Cuando
una acción o una palabra nuestra ha herido a alguien, pedimos per-
dón. A veces, cuando una persona se fastidia o se siente insultada nos
exige una disculpa. Todo el proceso de pedir o exigir disculpa desvía
el énfasis de la aceptación del error. Existe otro peligro inherente al
pedir perdón: apenas somos perdonados adormecemos nuestra con-
ciencia con la creencia de que la falta ha sido corregida y que ya no
hay nada más que hacer. Nos sentimos orgullosos ante nuestro supre-
mo acto de sacrificio y nos olvidamos del contaminador interno de
quien nació el mal. Una disculpa dada u obtenida no resuelve ningún
problema. Intentemos descubrir por qué pedimos perdón; si la acción
fue mala cómo vamos a pedir que nos la disculpen. La palabra dis-
culpar quiere decir 'liberar de culpa o delito, exonerar o dejar pasar,
pasar por alto, librar de obligaciones'. La palabra perdonar quiere
decir 'remitir, permitir que no se castigue, excusar, tolerar'. Así que
pedimos perdón para evitar el castigo. Hacer lo correcto no es más
que un deber del hombre. Tiene su premio en sí mismo, ¿qué otra re-
compensa puede existir? La felicidad de haber hecho el propio deber
es una recompensa en sí misma. Hacer el mal va contra el deber del
hombre.
Por lo tanto uno debería rogar respetuosamente para que le
sean concedidas la inteligencia y la discriminación necesarias pa-
ra no repetir el error cometido. Cada ocasión en la que cometemos
un error se convierte en un desafío adicional a practicar la actitud
de entrega.
Que seamos castigados o no, depende de nuestra actitud
mental. Sufrimos más cuando nos hemos rehusado a aceptar nues-
tro error. Una vez que hemos aceptado un error, cambiará toda
nuestra actitud hacia las consecuencias de esa acción.
Uno debe autoanalizarse y corregir las propias faltas. Eso es
importante. Las críticas que recibamos pueden resultar más impor-
tantes que las alabanzas, ya que nos dan una clave para corregir

78
nuestros defectos y faltas. Lo mejor es desarrollar la capacidad de
autoanálisis y corregirnos."
Sai Baba
Cuídense ustedes mismos. Si tu hermano te ofende, repréndelo;
y si se arrepiente, perdónalo. Si te ofende siete veces al día y
otras tantas vuelve arrepentido y te dice: "Lo siento", perdóna-
lo.
Lc 17, 3-4
"Perdonen las fallas de los demás, pero enfréntense riguro-
samente a las propias. El orgullo es uno de los peores enemigos de
la vida espiritual".
¿Qué derecho tienen de buscarle las faltas a otro o a hablar
mal de él? Cuando dicen que nada ocurre en la tierra sin Su Volun-
tad, ¿por qué se molestan o enojan? Su deber es limpiarse y dedi-
carse a la propia purificación interna.
Si no pueden amar a los demás, no los odien ni sientan envi-
dia de ellos. No malentiendan sus motivos ni les hagan reproches;
tal vez sus motivos son tan nobles como los suyos o su acción pue-
de deberse a la ignorancia antes que a la maldad o a la malicia.
Perdonen las faltas del otro pero traten con dureza las suyas pro-
pias."
Sai Baba
Un fariseo invitó a Jesús a comer. Entró en casa del fariseo y
se reclinó en el sofá para comer. En aquel pueblo había una
mujer conocida como una pecadora; al enterarse de que Jesús
estaba comiendo en casa del fariseo, tomó un frasco de perfu-
me, se colocó detrás de él, a sus pies, y se puso a llorar. Sus lá-
grimas empezaron a regar los pies de Jesús y ella trató de se-
carlos con su cabello. Luego le besaba los pies y derramaba so-
bre ellos el perfume.
Al ver esto el fariseo que lo había invitado, se dijo interior-
mente: "Si este hombre fuera profeta, sabría que la mujer que
lo está tocando es una pecadora, conocería a la mujer y lo que
vale".

79
Pero Jesús, tomando la palabra, le dijo: "Simón, tengo algo que
decirte". Simón contestó: "Habla, Maestro". Y Jesús le dijo: "Un
prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientas monedas
y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagarle, les perdonó
la deuda a ambos. ¿Cuál de los dos lo querrá más?".
Simón le contestó: "Pienso que aquel a quien le perdonó más". Y
Jesús le dijo: "Has juzgado bien". Y volviéndose hacia la mujer,
dijo a Simón: "¿Ves a esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me
ofreciste agua para los pies, mientras que ella me ha lavado los
pies con sus lágrimas y me los ha secado con sus cabellos. Tú no
me has recibido con un beso, pero ella, desde que entró, no ha de-
jado de cubrirme los pies de besos. Tú no me ungiste la cabeza
con aceite; ella, en cambio, ha derramado perfume sobre mis
pies. Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le
quedan perdonados, por el mucho amor que ha manifestado. En
cambio aquel al que se le perdona poco, demuestra poco amor".
Jesús dijo después a la mujer: "Tus pecados te quedan perdo-
nados".
Lc 7, 36-48
"Olviden y perdonen. Venzan a la ira mediante la fortaleza.
Venzan el odio mediante el amor. No alimenten la ira con el desqui-
te, no alimenten el odio con la furia.
Dios está lleno de amor, de hecho es la Encarnación del
Amor. El amor de ustedes debe fundirse con este amor, es el Único
y no hay otro igual. La naturaleza esencial del amor es el sacrificio,
bajo ninguna circunstancia da lugar al odio. El amor promueve el
sentido de unidad. El amor también eleva a una persona del estado
animal al estado humano. El Amor es el aliento vital del hombre y
el aliento vital mismo es amor.
Una característica de este amor es dar y no recibir. En se-
gundo lugar, el amor no conoce el temor. En tercer lugar, es sólo por
el bien del amor y no por razones egoístas. Estos tres ángulos de
amor conjuntamente forman la entrega. Cuando uno se regocija con
esta actitud de entrega, experimenta la bienaventuranza de la divi-
nidad. Para esto el primer requisito es el perdón."
Sai Baba

80
Y le dijeron: "Maestro, esta mujer es una adúltera y ha sido sor-
prendida en el acto. En un caso como éste la Ley de Moisés ordena
matar a pedradas a la mujer. Tú ¿qué dices?". Le hacían esta pre-
gunta para ponerlo en dificultades y tener algo de qué acusarlo.
Pero Jesús se inclinó y se puso a escribir en el suelo con el dedo.
Como ellos insistían en preguntarle, se enderezó y les dijo: "Aquel
de ustedes que no tenga pecado, que le arroje la primera piedra".
Se inclinó de nuevo y siguió escribiendo en el suelo.
Al oír estas palabras, se fueron retirando uno tras otro, comen-
zando por los más viejos, hasta que se quedó Jesús solo con la
mujer, que seguía de pie ante Él. Entonces se enderezó y le di-
jo: "Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te ha condenado?". Ella
contestó: "Ninguno, señor". Y Jesús le dijo: "Tampoco yo te
condeno. Vete y en adelante no vuelvas a pecar".
Jn 8, 4-11
"Antes de que podamos mejorarnos debemos conocer nues-
tros defectos. Lo que provoca las faltas y las carencias no son cau-
sas inherentes, el ambiente en el que tenemos que crecer también
tiene su influencia y de manera especial el hogar en el que nacemos
y la compañía que nos toca en suerte.
La primera sadhana es: buscar en vosotros vuestros defectos
y debilidades e intentar corregirlos y ser perfectos.
Pero a nadie le gusta buscar sus propias faltas y admitirlas,
aunque sea uno mismo, preferimos defender y justificar nuestras ac-
ciones así como los motivos que las impulsaron.
Cuando se vayan a la cama en la noche, imaginen que es como
el estado de la muerte. Díganse que durante el día han actuado de
acuerdo a los mandamientos del Señor. Pidan perdón si hubo algo ma-
lo y ruéguenle que los conduzca por el camino de la rectitud."
Sai Baba
Al llegar al lugar llamado Calvario, lo crucificaron allí, y con
él a los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda.
Mientras tanto Jesús decía: "Padre, perdónalos, porque no sa-
ben lo que hacen".
Lc 23, 33-34

81
"Amen, amen. Amen mientras dure la vida. Por mí mismo puedo
decir que derramo mis bendiciones sobre los que me desacreditan o me
difaman, sobre los que me veneran y adoran. Porque aquellos que pro-
claman falsedades acerca de mí derivan de esto alegría; soy feliz de ser
la causa de su júbilo o alegría. Ustedes también deben aceptar esto y ser
muy felices cuando alguien obtiene alegría al difamarlos. No respondan
difamando a su vez a esa persona, porque entonces la cadena del odio
los atará y hundirá a ambos y la vida se volverá una tragedia.
Ignorando la unidad de todo el género humano en el alma, el
hombre se recrea en luchas y pasiones, clasifica a algunos que lo
rodean como amigos, y a otros como enemigos. Crea dualidad en
donde básicamente hay sólo unidad. No son sino sus propios gustos
y aversiones, sus prejuicios y pasiones que al reflejarse crean todas
las reacciones de amor y de odio. Cabría llamar a esto el eco del
propio sectarismo y antagonismo; la amistad y la enemistad surgen
del corazón de ustedes.
El hombre debe desarrollar humildad y un sentido de pro-
porción en lo que se refiere a sus propósitos e ideales, por eso re-
gulen sus vidas de tal manera que no tengan aversión hacia otros,
ni los otros tengan aversión hacia ustedes. Amen a todos como en-
carnaciones del mismo Principio Divino.
El camino del Amor es el único camino hacia Dios. Dios es Amor.
Vivan en el Amor y todo estará bien. El Amor vive dando y perdonando,
en tanto que el yo vive recibiendo y olvidando. El Amor lo es todo."
Sai Baba
PERDÓN es Verdad.
PERDÓN es Rectitud.
PERDÓN es No Violencia.
PERDÓN es Sacrificio.
PERDÓN es Placer.
PERDÓN es Compasión.
PERDÓN es Todo en el mundo.

82
20
EL AUTOPERDÓN

El perdón adquiere un matiz diferente cuando se trata de actos


cometidos por uno mismo. La imagen que tengamos de nosotros mis-
mos hará que nos tratemos con mayor o menor benevolencia o dureza.
Dijo Jesús en el Evangelio según Marcos: "...Amarás a tu prójimo
como a ti mismo..." (Mc 12, 31). Estaremos en condiciones de cumplir
este mandato cuando nos sintamos dignos de ser amados. Esto trae apa-
rejado el sentirse digno de ser perdonado. Si somos benevolentes con no-
sotros mismos, lo seremos con el prójimo. Es indispensable comprender-
se a sí mismo para no vivir recriminándose a cada instante errores come-
tidos en el pasado. El autoperdón nos concede la oportunidad de seguir
adelante, aliviados de todo peso o trauma de culpa. Es necesario que la fe
en Dios y la confianza en uno mismo ocupen el lugar dejado por el sen-
timiento de culpa y la imagen deteriorada de sí.
Aquel que desea avanzar en el camino espiritual jamás debe mi-
rar hacia atrás, porque corre el riesgo de que le ocurra como a la mu-
jer de Lot, que desoyendo el consejo divino, miró hacia atrás y quedó
convertida en estatua de sal, lo cual quiere decir que quedó fija, estan-
cada en el mismo lugar (Gn 19, 17-26). Esto no significa que no ten-
gamos conciencia de nuestros errores, o que el arrepentimiento verda-
dero y el propósito de enmienda carezcan de valor; pero jamás debe-
mos permitir que sentimientos de culpa por errores producto de la ig-
norancia o cometidos a sabiendas, nos impidan ser felices.
Dijo Jesús a la mujer adúltera: "...tampoco yo te condeno. Vete
y en adelante no vuelvas a pecar" (Jn 8, 11).

83
"Es una tontería el cavilar sobre las desgracias o los errores
una vez cometidos y castigarse a sí mismos por ellos. Es una mane-
ra infantil de corrección. ¿De qué sirve maltratar el cuerpo para
corregir la mente?
Fueron llevados por mal camino porque no sabían cuál acto
era correcto y cuál era equivocado. No había nadie que los guiara
por el buen camino. Cayeron en malas compañías porque nadie les
advirtió o los rescató cuando estaban ahí. Nadie les señaló el cami-
no hacia Dios y hacia el bien. Si lo hubieran hecho, habrían asimi-
lado el consejo rápidamente, porque la mente de los niños es capaz
de asimilar tanto lo bueno como lo malo. Nadie a su alrededor tu-
vo fe en su innata divinidad o la compasión para salvarlos del mal
y guiarlos hacia el buen camino.
Está bien, olvídense del pasado, ya ha pasado. El presente es
el momento más importante para nosotros. Aférrense a la verdad y
sigan el buen camino ahora. No caigan en la desesperación o el
abatimiento. Siéntanse felices de que tienen esta oportunidad de re-
construirse ustedes mismos."
Sai Baba

84
21
LAS OFRENDAS

Ustedes han escuchado lo que se dijo a sus antepasados: "No


matarás; el homicida tendrá que enfrentarse a un juicio". Pero
yo les digo: Si uno se enoja con su hermano, es cosa que mere-
ce juicio. El que ha insultado a su hermano, merece ser lleva-
do ante el Tribunal Supremo; si lo ha tratado de renegado de la
fe, merece ser arrojado al fuego del infierno. Por eso, si tú es-
tás para presentar tu ofrenda en el altar, y te acuerdas de que
tu hermano tiene algo contra ti, deja allí mismo tu ofrenda an-
te el altar, y vete antes a hacer las paces con tu hermano; des-
pués vuelve y presenta tu ofrenda.
Trata de llegar a un acuerdo con tu adversario mientras van to-
davía de camino al juicio. ¿O prefieres que te entregue al juez,
y el juez a los guardias que te encerrarán en la cárcel? En ver-
dad te digo: no saldrás de allí hasta que hayas pagado hasta el
último centavo.
Mt 5, 21-26
"Un corazón colmado por el amor de Dios no puede nunca
albergar sentimientos de violencia. Es pura hipocresía arrodillarse
ante Dios y más tarde forzar a los hombres a inclinarse ante uno.
Dios es amor, Dios es paz, Dios es fortaleza. ¿Cómo puede una per-
sona estar en contacto con Dios y no obstante ser orgullosa y mor-
daz, polemista, iracunda, débil y vacilante? Su afirmación de estar
en contacto con Dios es sólo una fantasía risible, no puede ser ver-
dad. Un árbol es buscado por sus frutos.

85
El hombre es inherentemente divino, debe por lo tanto de-
mostrar en pensamiento, palabra y acción, los atributos divinos de
amor, tolerancia, compasión y humanidad. Dios es verdad, el hom-
bre también debe vivir en la verdad. Dios es Amor, el hombre tam-
bién debe vivir en el amor. Dominen el odio, mediten el amor, do-
minen la ira, mediante la dulce tolerancia. Hay muchos que rega-
tean con Dios, y le ofrecen regalos con dinero o artículos si Él les
confiere su gracia. Si uno cree que Dios puede ser ablandado por el
obsequio de un coco o unas rupias, ¿qué clase de Dios tienen en
mente? ¿Es su concepción de Dios tan pobre? Aquellos que pla-
nean satisfacer sus deseos a cambio de riquezas nunca pueden me-
recer el nombre de devotos. ¿Cómo pueden darle a Dios algo que
no es de ustedes? ¿Qué derecho tienen? ¿Cómo puede alguien
aceptar el regalo de algo que no pertenece al que pretende darlo?
De hecho, no necesitan entregar nada en absoluto. Amen a todos los
seres, eso es suficiente. Amen sin expectativas de retribución. Amen
por el amor mismo. Amen porque su naturaleza misma es amor.
Amen porque esa es la forma de adoración que conocen y quieren.
Cuando otros estén felices, también ustedes estén felices. Cuando
otros estén acongojados, traten de aligerar su carga hasta donde
puedan. Practiquen amor a través del servicio, de esta manera rea-
lizarán la Unidad y se liberarán del ego que daña.
La devoción no debe encerrarse entre las cuatro paredes del
cuarto de oración, o limitarse a los pocos minutos que dedican a
la meditación, su adoración tiene que ser expresada como adora-
ción hacia todos, incluso a personas a quienes consideran enemi-
gas. Practiquen ese amplio tipo de amor. Los seres vivientes les
responderán con aprecio y gratitud y les desearán el bien. Podrán
ustedes ver la alegría surgir en sus caras y eso les dará satisfac-
ción a ustedes. Si no pueden educarse a ustedes mismos para amar
a sus congéneres, ¿cómo podrán seguir el camino de dedicación a
Dios?
Y si están en la calumnia, arrepiéntanse y resuelvan no caer
en la tentación otra vez. No humillen a nadie, respeten a todos por
lo bueno que hay en ellos. La aflicción que les causen por su com-
portamiento los atormentará a ustedes en sus últimos momentos.

86
Que todos los actos de sus vidas sean como un salvoconduc-
to cuando dejen este mundo. Que ninguno de sus actos sea un es-
torbo o una deuda. Saturen de amor cada momento, es decir, satú-
renlo de Dios."
Sai Baba

87
22
EL AMOR SE DEMUESTRA
CON OBRAS

¿Por qué me llaman: ¡Señor! ¡Señor!, y no hacen lo que digo?


Les voy a decir a quién se parece el que viene a mí y escucha
mis palabras y las practica. Se parece a un hombre que cons-
truyó una casa; cavó profundamente y puso los cimientos sobre
la roca. Vino una inundación y la corriente se precipitó sobre la
casa, pero no pudo removerla porque estaba bien construida.
Por el contrario, el que escucha, pero no pone en práctica, se
parece a un hombre que construyó su casa sobre tierra, sin ci-
mientos. La corriente se precipitó sobre ella y en seguida se
desmoronó, siendo grande el desastre de aquella casa.
Lc 6, 46
"Practiquen lo que predican, actúen de acuerdo a lo que ex-
presan. No prediquen lo que no practican. Si hablan sobre algo que
no practican ustedes mismos, ello implica un engaño. Si hacen lo
que dicen, es índice de grandeza.
Un sabio espiritual dijo: 'Si no puedes llevar a cabo aquello
de lo que hablas, es un pecado. El hacer lo que se dice es pureza'.
Recuerden la importancia de estos testimonios y sigan reali-
zando su trabajo con un espíritu de dedicación. Recuerden que el
bienestar del mundo y la paz no pueden lograrse sin un servicio de-
sinteresado a la humanidad.

88
No deberíamos herir los sentimientos de nadie, no debería-
mos criticar ni ridiculizar a nadie, y hasta donde nos sea posible de-
bemos ir en ayuda de otros. Deberíamos cultivar estos sentimientos
de fraternidad.
Un grupo de individuos cargados de odio, de desprecio de
unos a otros, no puede producir ningún efecto benéfico en ninguno
de sus miembros.
Una concepción común, una visión común a todos, es el fac-
tor esencial. La igualdad de creencias, opiniones y actitudes, es el
factor principal. Esta igualdad debe tener como resultado un flujo
de bienaventuranza que envuelva y entusiasme a todos.
Si el individuo sabe que él es divino, y que todos los demás lo
son por igual, esa conciencia es el mejor vínculo para la sociedad.
¿Cómo puede una persona que sabe que todos son divinos ale-
jarse del Dios que reconoce? Yo soy Él, Él es yo, tanto yo como Él, so-
mos parientes y amigos en Él. Encerrarse en una habitación y ofrecer
incienso y flores a una pintura o estatua de Dios, cantar o recitar su
gloria, son muy pobres sustitutos de la disciplina que puede liberarlos
de la ignorancia. Todos los seres son imágenes de Dios, todos los hom-
bres son representaciones suyas. Entonces, ¿por qué encerrarse?
Toda la creación marcha en peregrinaje hacia Él. ¿Por qué
entonces comportarse como si caminaran solos? Ustedes creen que
el tiempo dedicado a la iglesia o en el altar a la adoración y al rito
de veneración está dedicado a Dios y el resto a otros propósitos. Sin
embargo, no pueden separar ni delimitar los reinos de Dios y del
hombre de esta forma.
Dios siempre está con ustedes en todo lugar. Todo es Dios.
Dios envuelve este universo. Dios es el hilo que une los mundos.
Un corazón colmado por el amor de Dios no puede nunca al-
bergar pensamientos de violencia. Es pura hipocresía arrodillarse an-
te Dios y más tarde forzar a los hombres a inclinarse ante uno. Dios
es amor. Dios es paz. Dios es fortaleza. ¿Cómo puede una persona es-
tar en contacto con Dios y no obstante ser orgullosa y mordaz, pole-
mista, iracunda, débil y vacilante? Su afirmación de estar en contacto
con Dios es sólo una fantasía, no puede ser verdad.

89
El árbol es juzgado por sus frutos.
Esto de tener una guirnalda en la mano y dedicarse a con-
versaciones mezquinas en lugares santos no es devoción.
No deseo ni aprecio el que traigan flores ni frutas a mi Pre-
sencia. Tráiganme la fragante flor de un corazón puro y la fruta de
una mente madurada por el progreso espiritual, por la práctica es-
piritual. Esto es lo que más me gusta; no estas cosas que consiguen
fuera de sí mismos por cierta cantidad de dinero, sin ningún esfuer-
zo que eleve la mente.
El propiciar a Dios a través de una buena conducta, de bue-
nos pensamientos y de buscar sólo la buena compañía, representa
una forma muy superior y más noble de adorarlo. Es así que el ado-
rar a Dios a través de las virtudes propias, representa una forma
mucho más avanzada y superior."
Sai Baba
Den, y se les dará; se les echará en su delantal una medida col-
mada, apretada y rebosante...
Lc 6, 38
"La vida debería ser un proceso de dar y recibir, y no un ca-
mino de una sola vía, donde uno siempre recibirá. Sus deseos y pen-
samientos deben llegar al nivel de lo sagrado y de lo bueno; deben
mirar a todo el mundo como un conglomerado de hermanos y her-
manas. En la familia deben comprender y experimentar esta her-
mandad del hombre y esta paternidad de Dios. Este debería ser el
espíritu de todos los seres humanos. Uno puede pretender que vive
de acuerdo a los preceptos de la virtud y la moralidad, pero el de-
fecto básico consiste en no llevar a cabo todos nuestros actos con
un espíritu de dedicación. Si fuesen actos de dedicación llevarían la
estampa de la virtud auténtica.
Las obras, que son expresión directa de la virtud, son inmor-
tales y sólo aquellos que conocen su cualidad, pueden llevarlas a
cabo. Ese es el destino más elevado del hombre.
La caridad no se limita a dinero; uno debe también compar-
tir con los necesitados los recursos físicos, mentales y espirituales.

90
Es sólo a través de ese compartir y sacrificarse que la conciencia
del espíritu es conseguida. La caridad no debe ser indiscriminada;
la ayuda debe ser dada de acuerdo a las necesidades del caso. El
hambriento debe ser alimentado, quien está desnudo debe ser vesti-
do.
¿Cuál es el origen del desorden, del caos, del crimen, la fal-
sedad y la violencia que prevalecen hoy en el mundo? Lo encontra-
mos en la conducta de la gente que es opuesta a la dignidad de la
naturaleza del hombre."
Sai Baba
Cierto hombre importante le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué
tengo que hacer para heredar la vida eterna?". Jesús le dijo:
"¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno, nadie más. Ya
sabes los mandamientos: No cometas adulterio, no mates, no
robes, no levantes falsos testimonios, honra a tu padre y a tu
madre". Pero él contestó: "Todo esto lo he cumplido ya desde
joven". Al oír esto, Jesús le dijo: "Todavía te falta una cosa:
vende todo lo que tienes, reparte el dinero entre los pobres y
tendrás un tesoro en el cielo...".
Lc 18, 18-23
"El amor debe manifestarse como servicio. El servicio debe
tomar forma de alimento para los que tienen hambre, consuelo pa-
ra los desamparados, alivio para los enfermos y los que sufren. Je-
sús se dedicó a tal servicio. El corazón lleno de compasión es el
templo de Dios. Jesús abogó por la compasión, la compasión fue su
mensaje. Él se ponía sumamente acongojado a la vista de los po-
bres. Este día, Jesús es adorado, pero sus enseñanzas no son obser-
vadas. Se adora a Sai pero no se siguen sus enseñanzas. Por todos
lados hay ostentación, exhibicionismo hueco. Discursos, discursos,
discursos; ninguna acción, ningún amor, ningún servicio. Desarro-
llen la compasión, vivan en el amor. Sean buenos, hagan el bien y
vean lo bueno. Ese es el camino a Dios.
La primera lección sobre el servicio se debe aprender den-
tro del círculo de la familia. Padre, madre, hermanos; en ese limi-
tado grupo que está bien enlazado, debe uno comprometerse en un
servicio amoroso y prepararse así para el servicio más amplio que

91
nos espera fuera del hogar. El carácter de cada uno de los miem-
bros determina la paz y la prosperidad de la familia; el carácter
de cada familia es el factor básico de la felicidad y el bienestar del
pueblo y la comunidad, y el progreso de la nación está basado en
la fortaleza y la felicidad de las comunidades que la componen.
Por lo tanto, para el bienestar del país y del mundo entero son una
urgente necesidad el espíritu de servicio, el entusiasmo vital, la
imaginación constructiva, las motivaciones puras y la viveza men-
tal sin egoísmo.
Nadie puede servir a otro mientras su ego subsista dominan-
te. Las actitudes de ayuda mutua y servicio sin egoísmo desarrollan
lo humano y ayudan a la expansión de la divinidad latente en él."
Sai Baba
Había un hombre rico que se vestía con ropa finísima y comía
regiamente todos los días. Había también un pobre, llamado
Lázaro, todo cubierto de llagas, que estaba tendido a la puerta
del rico. Hubiera deseado saciarse con lo que caía de la mesa
del rico, y hasta los perros venían a lamerle las llagas. Pues
bien, murió el pobre y fue llevado por los ángeles al cielo jun-
to a Abraham. También murió el rico, y lo sepultaron.
Estando en el infierno, en medio de los tormentos, el rico le-
vantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro con él en
su regazo. Entonces gritó: "Padre Abraham, ten piedad de mí,
y manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me
refresque la lengua, porque me atormentan estas llamas".
Abraham le respondió: "Hijo, recuerda que tú recibiste tus bie-
nes durante la vida, mientras que Lázaro recibió males. Ahora
él encuentra aquí consuelo y tú, en cambio, tormentos".
Lc 16, 19-25
"El cuerpo no nos ha sido dado solamente para comer en la
mañana, al mediodía y a la noche. Este cuerpo nuestro debe ser
santificado haciendo buenas obras. El tiempo, la acción y el deber
deben considerarse como una responsabilidad primaria del hombre.
Desde tiempos inmemoriales hemos escuchado sentencias sagradas
de nuestros antiguos sabios y es conveniente que no las olvidemos,
y les pongamos atención. Si tratamos que nuestros pensamientos,

92
palabras y acciones sean sagradas, ese es el mejor camino para la
emancipación del hombre.
Como la lámpara que ilumina a todos por igual ustedes de-
ben cultivar amor hacia todos. El amor vive dando y perdonando.
El ego vive tomando y olvidando. Todos buscan la liberación, todos
quieren inmortalidad. ¿Cómo se consigue la inmortalidad? Sacan-
do la inmoralidad. Es el único camino a la inmortalidad.
Si estamos llenos de odio, orgullo y otras cualidades negati-
vas ¿cómo esperaremos conseguir la inmortalidad? Ustedes deben
cultivar buenos pensamientos y buenas acciones, deben comprome-
terse y servir a la sociedad. Por medio de este proceso, ustedes se
purifican. No podrán alcanzar a Dios a menos que sean puros. La
meta es el Supremo; incambiable, siempre puro, eterno y bienaven-
turado. Por medio de esta práctica espiritual constante, ustedes de-
ben conseguir esta meta."
Sai Baba
Cuando venga el Hijo del hombre en su gloria con todos sus
ángeles, se sentará sobre el trono de su gloria. Todos los pue-
blos serán conducidos a su presencia, y separará a unos de
otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Y pon-
drá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda: "Ve-
nid, benditos de mi Padre, heredad el Reino preparado para
vosotros desde el principio del mundo. Porque tuve hambre, y
me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui pere-
grino y me acogisteis; estuve desnudo, y me vestisteis; enfer-
mo, y me visitasteis; preso, y vinisteis a mí". Entonces le res-
ponderán los justos: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y
te alimentamos, sediento y te dimos de beber? ¿Y cuándo te
vimos peregrino y te acogimos, o desnudo y te vestimos?
¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?".
Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuando lo hicisteis
con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hi-
cisteis". Luego dirá también a los de la izquierda: "Apartaos
de mí, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y
sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer;
tuve sed, y no me disteis de beber; fui peregrino, y no me aco-

93
gisteis; estuve desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la
cárcel, y no me visitasteis". Entonces responderán también
ellos diciendo: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o se-
diento o peregrino o enfermo o en prisión, y no te asistimos?".
Y Él les contestará: "En verdad os digo que cuando no lo hi-
cisteis con uno de estos pequeñuelos, tampoco conmigo lo hi-
cisteis". E irán éstos al castigo eterno, pero los justos a la vi-
da eterna.
Mt 25, 31-46
En las Sagradas Escrituras encontramos doscientas sesenta y dos
veces la palabra seol, que traducida del hebreo significa "morada de los
muertos", lugar adonde se va después de la muerte. En otras culturas, se
designa a la morada de los muertos con otros nombres, como por ejem-
plo "bardo". Posteriormente, la palabra seol se tradujo como infierno, a
partir de lo cual su sentido comenzó a cambiar. También encontramos en
el texto bíblico la palabra hebrea gehenna, para designar el lugar donde
se arrojaban los desperdicios de la ciudad para ser quemados. De ahí vie-
ne la asociación de la imagen del infierno con un lugar de fuego. Durante
la noche, la gehenna era visitada por toda clase de alimañas, roedores y
perros hambrientos, que se disputaban los restos, hecho este que se tra-
dujo en la expresión "...llantos y rechinar de dientes..." (Lc 13, 28).
En el texto citado más arriba, las ovejas representan a aquellos
que han hecho obras para aliviar el sufrimiento ajeno y los cabritos re-
presentan a los que no habiendo cumplido con el mandato evangélico
de servir al prójimo, no lograron alcanzar la madurez espiritual. Estos
últimos serán bienaventurados cuando crezcan poniendo en práctica el
servicio y el amor al prójimo y se conviertan en ovejas, metafórica-
mente hablando. Para lograrlo deberán regresar una y otra vez, hasta
cumplir con el propósito por el cual fuimos creados.
"Sepan que el servicio es aún una mejor forma de sadhana
que la meditación. ¿Cómo puede Dios apreciar la meditación que
ustedes hacen cuando al lado suyo hay alguien que sufre a quien no
tratan bien, por quien no hacen todos los esfuerzos para ayudarlo?
No se mantengan aparte, no intenten su propia salvación.
Muévanse entre sus hermanos buscando oportunidades de
ayudar; pero tengan el nombre de Dios en la lengua y la forma de

94
Dios ante el ojo de la mente. Esa es la más alta práctica espiritual.
'!Rama en el corazón, la tarea en la mano!'. Prosigan con ese espí-
ritu y la gracia de Dios será derramada sobre ustedes en plena me-
dida.
Cultiven el espíritu de servicio y dedíquense a algunos pro-
gramas de asistencia en las áreas pobres de esta ciudad y en las
cárceles y hospitales. Muestren comprensión a los prisioneros;
ese es el mejor método de rehabilitarlos. Hagan que crezca su fe,
fe en la bondad de la humanidad; entonces no se dedicarán a ac-
tividades antisociales. El niño no le tiene asco a su propio excre-
mento u orina, pero al crecer desarrollará el asco y éste se que-
dará. Así también, el criminal crecerá y abandonará su insensi-
bilidad y aprenderá a disgustarse con su propio comportamiento.
A los pacientes en los hospitales que no tienen a nadie que les di-
ga una palabra bondadosa y tranquilizadora, se les saldrán las
lágrimas de gratitud si les llevan la luz de la compasión a su ca-
ma. Escríbanles sus cartas si desean comunicarse con sus fami-
liares y amados; cuéntenles historias, denles buenos libros que
leer, denles frutas y flores. Alegren su ambiente un poco, derra-
mando sonrisas sobre ellos; esto en sí será una valiosa medicina
que acelerará su recuperación.
El servicio en todas sus formas en el mundo entero es pri-
mero que todo una práctica espiritual. Es una disciplina espiri-
tual, una limpieza mental. Sin la inspiración dada por esa actitud,
el impulso de seguro disminuirá y se secará; o puede ir vagando
por los caminos del orgullo y de la ostentación. Piensen por un
momento: ¿están sirviendo a Dios o es Dios quien los está sir-
viendo? Cuando un peregrino está de pie hundido hasta la cintu-
ra en el Ganges, toma en sus palmas el agua sagrada y, recitando
una invocación, vierte el agua como ofrenda a la deidad, lo que ha
hecho es ¡verter el Ganges en el Ganges! Cuando ofrecen leche a
un niño hambriento, o una cobija a un hermano que tirita en el pa-
vimento, no están colocando otra cosa sino un don de Dios en las
manos de otro don de Dios. ¡Están depositando el don de Dios en
un depositario del principio divino! ¡Dios es quien sirve, pero les
permite reclamar que han servido! Sin su voluntad ni una sola ho-

95
ja de hierba puede estremecerse en la brisa. Llenen cada momen-
to de gratitud al dador y receptor de todos los dones".
Sai Baba
Este es el tiempo de aguantar para los santos, para todos aque-
llos que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
Entonces oí una voz que decía desde el cielo: "Escribe esto: Fe-
lices desde ahora los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice
el Espíritu, que descansen de sus fatigas, pues sus obras los
acompañan".
Ap 14, 12-13
Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante el trono,
mientras eran abiertos unos libros. Luego fue abierto otro, el li-
bro de la vida. Entonces fueron juzgados los muertos de acuer-
do con lo que está escrito en esos libros, es decir, cada uno se-
gún sus obras.
Ap 20, 12
"La autoridad de gobernar sobre todo el cosmos es exclusiva
de Dios. Dios está libre de todo deseo. El deber del hombre consis-
te sólo en ofrecerle amor y en adorarle a través del amor. Esto ha-
ce que el hombre se eleve al más alto estado entre todos los seres.
Aquellos que no tienen conciencia de este estado o que son incapa-
ces de cumplir con las responsabilidades que impone, pertenecen a
otras categorías. También hacen ofrendas y adoran, también se de-
dican a actividades beneficiosas, pero ansían los frutos que esperan
ganar; llevan a cabo sus actos motivados por el deseo de benefi-
ciarse con los resultados que se obtengan de ellos. 'Hemos ayudado
a los desamparados, por ende, nuestra senda será llana y segura.
Hemos levantado a los oprimidos, de modo que podemos contar con
un camino despejado para nosotros. Nos hemos dedicado a cantar
a coro la gloria del Señor, así que tenemos asegurado el cielo'. Así
calcula la gente de esta naturaleza que se dedica a 'las buenas
obras'. Cuando este tipo de personas entregan el cuerpo, es decir
cuando mueren, sus palabras se sumirán en sus mentes, sus mentes
se sumirán en su Prana y éste se sumirá a su vez en el jivi (alma in-
dividual), y viajará hacia la región del Principio de la Luna (el
Chandra-Loka), es decir el lugar de la deidad que preside a la men-

96
te... lo que implica que habrán de volver a entrar en el ámbito de la
mente, con todas sus agitaciones y sus torbellinos de ansias y dese-
os. En el Chandra-Loka, estos experimentarán algunas satisfaccio-
nes y placeres hasta tanto duren las consecuencias de sus buenas
obras. Es por ello que dicen las Escrituras: "Cuando se ha agotado
el mérito adquirido, vuelven a entrar en el mundo de los hombres
mortales."
Sai Baba

97
23
SERVICIO, AMOR EN ACCIÓN

El amor se demuestra con obras. Las obras implican siempre un


servicio. Por eso el servicio es el amor en acción.
Jesús en varias oportunidades dijo: "Sepan que el Hijo del Hombre
no ha venido para ser servido, sino para servir ..." (Mc 10, 45). Quizás nos
preguntemos cómo Jesús, que fue tan largamente esperado como el libe-
rador, no cumplió con las expectativas de liberación política que tenía el
pueblo de Israel. La razón la explica Él mismo, cuando afirma que debe-
mos buscar en primer lugar el Reino de Dios y su justicia, y lo demás nos
será dado por añadidura (Mt 6, 33). La búsqueda del Reino de Dios, que
se realiza dentro de nosotros mismos a medida que vamos creciendo en
conciencia, es lo que nos llevará a la liberación. Esta búsqueda lleva im-
plícita la puesta en práctica del Amor en acción.
Jesús nos mostró el camino. Gracias al maravilloso don del libre
albedrío es que podemos elegir transitarlo.
Servir es entregarse a sí mismo. El servicio es una actitud de
amor que debe comprender toda manifestación de Dios, es decir, toda
la creación. Servir es amar. Por eso para servir es necesario dejar atrás
todo rasgo de egoísmo.
El término prójimo no se limita únicamente al género humano.
Abarca toda la creación, que se encuentra en constante evolución. En las
Sagradas Escrituras consta que el hombre ha sido puesto por sobre todo
lo creado; esto se debe a que el hombre es el único ser hecho a imagen
y semejanza de Dios. Esta semejanza con el Creador hace del hombre un
servidor, alguien que está al cuidado del resto de la creación.

98
Sai Baba nos enseña que más importante que rezar, decir plega-
rias, meditar, es servir. El servir a los demás purifica nuestra fe, porque
nos hace meditar permanentemente en la realidad de que el otro tam-
bién es imagen y semejanza de Dios.
Servir es la fuente por donde fluye la Gracia Divina. Servir es
compadecerse del otro, olvidándonos de nosotros mismos. Es crecer en
divinidad, único objetivo y única razón de esta existencia.
"Encarnaciones del Amor Divino: el servicio es práctica es-
piritual, no propiamente servicio. La práctica espiritual no es sola-
mente realizar japa y meditación, el método más directo, noble y sa-
grado es el servicio.
Aquello que se hace a través del amor resulta en unidad. De-
bemos trabajar por el bienestar de todos los países. Nuestro lema
debe ser que todo el mundo viva con paz y felicidad. Ese es nuestro
objetivo. La razón es esta: las naciones son muchas, pero la tierra
es una. Las estrellas son muchas, pero el cielo es uno. Las joyas son
muchas, pero el oro es uno. Con este espíritu deben trabajar. Esta
es la verdad en la unidad en la adversidad. Yo estoy aquí, ustedes
están allá. Pero nuestro aliento es uno y el mismo. Si el aliento es
igual, el nacimiento debe ser el mismo. Con este amor espiritual us-
tedes deben fomentar y desarrollar el espíritu del servicio. Cuando
desarrollemos este amor, todo el mundo será uno, todo debe reali-
zarse a través del amor, el amor, el amor..."
Sai Baba
Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que le había lle-
gado la hora de salir de este mundo para ir al Padre, como ha-
bía amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó has-
ta el extremo.
Estaban comiendo la cena y el diablo ya había depositado en
el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de
entregarle. Jesús, por su parte, sabía que el Padre había pues-
to todas las cosas en sus manos y que había salido de Dios y
que a Dios volvía. Entonces se levantó de la mesa, se quitó el
manto y se ató una toalla a la cintura. Echó agua en un reci-
piente y se puso a lavar los pies de los discípulos; y luego se los
secaba con la toalla que se había atado.

99
Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: "¿Tú, Señor, me vas
a lavar los pies a mí?". Jesús le contestó: "Tú no puedes com-
prender ahora lo que estoy haciendo. Lo comprenderás más
tarde". Pedro replicó: "Jamás me lavarás los pies". Jesús le
respondió: "Si no te lavo, no podrás tener parte conmigo". En-
tonces Pedro le dijo: "Señor, lávame no sólo los pies, sino tam-
bién las manos y la cabeza".
Jesús le dijo: "El que se ha bañado, está completamente limpio
y le basta lavarse los pies. Y ustedes están limpios, aunque no
todos". Jesús sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: "No
todos ustedes están limpios".
Cuando terminó de lavarles los pies, se puso de nuevo el man-
to, volvió a la mesa y les dijo: "¿Comprenden lo que he hecho
con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien,
porque lo soy. Pues si yo, siendo el Señor y el Maestro, les he
lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a
otros. Yo les he dado ejemplo, y ustedes deben hacer como he
hecho yo.
En verdad les digo: El servidor no es más que su patrón y el en-
viado no es más que el que lo envía. Pues bien, ustedes ya sa-
ben estas cosas: felices si las ponen en práctica".
Jn 13, 1-15
"Cuando pensamos en el servicio, parece que lo asociamos
con un tipo de trabajo humilde o inferior, como el que usualmente
lleva a cabo un sirviente. Este tipo de asociación de ideas en que el
servicio se considera como algo bajo, no es correcta. En el contex-
to del servicio debemos darnos cuenta de que Dios mismo le presta
muchos servicios al mundo en múltiples maneras. Nos es familiar el
concepto de Avatar cuando Dios toma nacimiento en una forma hu-
mana para restablecer el dharma, la rectitud o para volver la justi-
cia a su sitial, prestándoles así servicio al mundo.
Cuando se estaba llevando a cabo el Raja Suya, Krishna se
acercó a Dharmaraja y le pidió que le asignara alguna labor. Dhar-
maraja observó que no había ninguna tarea que fuera apropiada
para él, pero si Krishna mismo le indicaba alguna que fuera ade-
cuada, ciertamente se le asignaría. Krishna se paró junto a Dhar-

100
maraja y le palmoteó la espalda diciendo que él poseía calificacio-
nes especiales y que le gustaría desempeñar alguna tarea adecuada
a ella. Dharmaraja no entendió lo que quería decir, de modo que le
pidió que le indicara cuáles eran esas calificaciones como para po-
derles encargar una labor. Krishna dijo entonces que estaba califi-
cado para retirar las hojas en las que la gente había comido, ya que
después de usadas quedaban sucias y si no eran retiradas, podía
crear desagrado en las mentes de las personas. Fue así que Krish-
na se hizo cargo de ese trabajo para poder dar la sensación de bie-
nestar a los presentes. Es así que si hay algún perjuicio que se le ha-
ya causado a alguien, deberíamos tratar de ayudarle prestándole
algún servicio. No prestamos servicio tan sólo trabajando y mante-
niendo aseado nuestro entorno. También podemos prestar servicio
a través de nuestras palabras. Con una buena palabra pueden tran-
quilizar los corazones de las personas y con las buenas obras pue-
den calmar sus mentes. De modo que al usar buenas palabras y al
llevar a cabo un buen trabajo, colaboran en darle comodidad y bie-
nestar a otros. Y esto es un buen servicio.
El Señor sirve de ejemplo para que los devotos lo imiten.
Afirma que servir a cualquier ser vivo es servirlo a Él, servicio que
acepta con la mayor alegría. El servicio hecho a las bestias, a los
hombres, es un sadhana laudable.
Ustedes deben tener a Dios siempre en sus mentes como su
ejemplo mientras atienden a los pacientes en los hospitales o lim-
pian el desagüe de un mercado. Esta es la más alta forma de sad-
hana. Más que escuchar cien conferencias o darlas a otros, ofrecer
un acto de genuino servicio atrae la gracia de Dios."
Sai Baba
Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con ellos,
postrándose para pedirle algo. Dijo Él: "¿Qué quieres?". Dijo
ella: "Di que estos dos hijos míos se sienten uno a tu derecha y otro
a tu izquierda en tu Reino". Y respondió Jesús: "No sabéis lo que
pedís. ¿Podréis beber el cáliz que yo he de beber?". Dijéronle:
"Podemos". Jesús les dijo: "Beberéis, ciertamente, mi cáliz; pero
el sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no es cosa mía el darlo,
sino que es para quienes ha sido dispuesto por mi Padre".

101
Al oír esto los diez, se enojaron contra los dos hermanos. Mas
Jesús los llamó y dijo: "Sabéis que los príncipes de las nacio-
nes las tiranizan, y que los grandes las oprimen con su poderío.
No será así entre vosotros; sino que aquel de entre vosotros que
quiera ser grande, que sea vuestro servidor; y el que quiera de
entre vosotros ser el primero, que sea vuestro siervo. Como el
Hijo del hombre no vino a ser servido, sino a servir, y dar su vi-
da en redención de muchos".
Mt 20, 20-28
Es conveniente aclarar el sentido del pedido de la madre de los
hijos de Zebedeo. Primeramente, esto nos revela la confusión acerca
de la misión de Jesús que había en el pueblo de Israel. Desde tiempo
atrás estaba en el ambiente la inminencia de la llegada de un liberador
político que les sacudiera el yugo de la dominación romana. Es por es-
te motivo que el pedido expresado es muy humano. Sentarse a la dere-
cha o a la izquierda indica una posición de importancia en la corte de
un rey, que podría llegar a ser Jesús. A lo cual Jesús respondió "no sa-
ben lo que piden", ya que el mensaje que Él había venido a traer anun-
ciaba la proximidad del Reino de Dios. Al interior de cada uno se re-
fería Jesús con estas palabras (Mt 3, 2).
El propósito manifiesto de Jesús era elevarnos, señalarnos el ca-
mino de la realización espiritual. Jesús traía una mística nueva y un
lenguaje nuevo, sumamente diferentes del sentir común de la época.
Dice también, más arriba, en el pasaje citado: "El que quiera de
entre vosotros ser el primero, que sea vuestro siervo". Vale decir, la
grandeza no está en el poder ni en la fuerza sino todo lo contrario, en
el amor, en el servicio desinteresado, en la humildad. Ocupar los pri-
meros puestos no quiere decir recibir los mayores honores sino entre-
gar el mejor servicio.
"Para ser un tipo especial de líder, ustedes tienen que ser por
mucho tiempo sirvientes dedicados y entusiastas, comprometidos en
el servicio amoroso y libres de egoísmo. Para el entrenamiento del
liderazgo, el servicio es la mejor escuela. En esta escuela ustedes
deben eliminar todos los indicios de aversión, ira e impaciencia. El
orgullo y los prejuicios personales, tratarán de estorbarlos cuando
vayan a asistir a los afligidos y a los enfermos, pero nunca deben

102
renunciar a su fe en el camino correcto que han escogido. Recuer-
den que son aspirantes espirituales y que el servicio que han em-
prendido es el camino espiritual más fácil y el mejor.
Debe cultivarse la unidad de pensamiento, palabra y acción,
sólo entonces podremos experimentar paz duradera. En la actuali-
dad la paz es esencial para el hombre. Debemos trabajar unidos, to-
dos son hermanos y hermanas. Recuerden el mandato de la frater-
nidad del hombre y la paternidad de Dios. Éste no se realiza co-
rrectamente en la sociedad. El sentimiento de 'yo sé más, tú no ha-
bles' debe erradicarse. Todos son servidores, ustedes son los líderes
de servidores, eso es todo. Si el líder de servidor camina, otros le se-
guirán. Si se sienta sin hacer nada, diciendo que él es el líder, na-
die lo seguirá. Si ustedes no hacen nada, no tienen derecho de dar
órdenes a otros. Si no son justos con los demás, éstos no los respe-
tarán.
Para ganarse el verdadero respeto, deben hacer lo que dicen.
Primero ser, luego hacer, tercero decir. Sin el primero, ser, ni el se-
gundo, hacer, no pueden simplemente decir.
Llenen sus corazones de renunciación, de fe en la gloria del
alma y de amor. Este es el medio por el cual podrán convertirse en
eficientes trabajadores de servicio.
Recuerden que cada acto de amor y de servicio los está acer-
cando a la Presencia Divina. Y cada acto de odio o codicia los es-
tá alejando cada vez más.
El ideal de servicio debe inspirar a los que poseen autoridad,
riquezas, que están dotados de habilidades e inteligencia, que dis-
pongan de tiempo y salud para servir a la comunidad y a su vez les
servirá. Desháganse de la dolencia, entierren su ego y desechen la
codicia, el poder y el dinero. Entonces lograrán las cualidades ne-
cesarias para realizar servicio.
El servicio prestado al hombre es servicio prestado al Señor."
Sai Baba
Luego comenzaron a discutir sobre quién de ellos era el más
importante. Jesús les dijo: "Los reyes de las naciones las go-
biernan como dueños, y los mismos que las oprimen se hacen

103
llamar bienhechores. Pero no será así entre ustedes. Al contra-
rio, el más importante entre ustedes debe portarse como si fue-
ra el último, y el que manda, como si fuera el que sirve. Porque
¿quién es más importante: el que está a la mesa o el que está
sirviendo? El que está sentado, por supuesto. Y sin embargo yo
estoy entre ustedes como el que sirve".
Lc 22, 24-27
"Todos los hombres llevan vidas egoístas, no se preocupan
por el bienestar de la sociedad ni por el objetivo de sus vidas. El
hombre forma parte de la sociedad, cada individuo debe entender el
propósito de iniciar algo, lo cual no es con el fin de obtener nombre
o fama. No se establece con el propósito de que alguien se procla-
me como más grande que otros. La grandeza de un individuo se ex-
presa de dos formas: una es vivir para el emprendimiento de tareas
sagradas y para ayudar a otros. Y la segunda es hacerse publicidad
realizando acciones equivocadas.
En el mundo se recuerda a ambos, el noble y el malo. No obs-
tante el primero establece un ideal, mientras que el malo actúa y vi-
ve para llamar la atención y lograr atracción.
Todo individuo es un servidor, no hay jefes entre nosotros. En
el mundo cada quien tiene un anhelo y trata de cristalizarlo. Al-
guien ama a otro y espera algo a cambio. No hay nadie que ame a
otro sin esperar nada a cambio. Un hombre que espera algo a cam-
bio es un servidor. Sólo el Señor ama sin esperar ninguna recom-
pensa y por lo tanto sólo Él es amo.
No deben sentir que están sirviendo a otro, sientan así:
"Cualquier cosa que haga la estoy haciendo para mí mismo". Esto
es así porque ustedes están en todos lados. Deben tener unidad de
propósito. Pueden repetir cualquier nombre: Rama, Krishna, Jesús,
Alá; todos son Uno. A pesar de que los nombres y formas son dife-
rentes deben entender que la divinidad es una. Con este sentimien-
to pueden ingresar en el servicio. Nunca debemos ejercer autoridad
o poder, debemos demostrar amor y enseñarlo. Es cuando ejercen
la autoridad que surgen las diferencias. Ocasionalmente podrán
cambiar el tono de voz, pero no el corazón."
Sai Baba

104
A nadie sobre la tierra llaméis Padre, porque uno solo es vues-
tro Padre, el celestial. Ni os dejéis llamar doctores, porque uno
solo es vuestro Doctor: Cristo. El mayor de vosotros sea vues-
tro servidor. Pues el que se ensalza, será humillado, y el que se
humilla, será ensalzado.
Mt 23, 9-12
"Todos los hombres son servidores, el mundo es como un es-
cenario, todos los hombres son actores, sólo Dios es el director. Que
ustedes se consideren jefes alardeando de autoridad, poder y rique-
za, es un acto equivocado. Deben estar conscientes de que están
obligados a servir y no a llevar vidas de amo.
La bienaventuranza emana del espíritu de servicio, y no del
de superioridad.
De todos los animales que nacen en este mundo, el nacer como
ser humano es lo más difícil y lo más afortunado. Habiendo nacido co-
mo seres humanos y habiendo adquirido el don especial del intelecto, de-
ben santificar su nacimiento y su existencia. Deben poner en práctica
una de las diez cosas que predican más bien que sólo decirlas. Deben es-
tar dispuestos a actuar como servidores durante toda su vida. No pien-
sen en ser líderes; si no han sido servidores, no pueden llegar a ser líde-
res.
Este ideal de servicio posee la buena propiedad de eliminar el ego
del hombre. El servicio promueve el amor y el afecto. Actúa desviando al
hombre de los apegos mundanos para colocarlo en la senda de lo divi-
no. Esta idea de servicio también explica el significado de la divinidad.
Puede otorgarle a toda la humanidad un placer y una dicha muy gran-
de. De hecho, el servicio representa el primer paso del sendero espiri-
tual."
Sai Baba
Vended lo que tengáis y dad limosna con ello. Haceos con bol-
sas que no se gasten y tesoros inagotables en el cielo, donde no
se acerca ningún ladrón, ni roe la polilla, porque donde esté
vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón
Lc 12, 33-34

105
"Encarnaciones del Amor: es mi deseo y bendición que de
ahora en adelante experimenten una alegría y felicidad inenarra-
bles, que estén llenos de salud y lleven una vida perfecta. Que les
lleven la felicidad a todos los que les rodean. De este modo les se-
rán útiles al país y al mundo, como para que tanto el mundo como
el país marchen hacia la paz y la prosperidad.
Puede que piensen que sus compromisos de negocios, sus traba-
jos y otros tipos de actividades son los que les sustentan. Tarde o tem-
prano, les abandonarán. El único apoyo permanente que tienen es el
servicio. Todas sus actividades no son sino como nubes efímeras y siem-
pre en movimiento. Mientras están vivos, puede ser el dinero, la fama, el
negocio. Cuando mueren, ya no hay nexo alguno entre todos ellos y us-
tedes. En tanto que el espíritu de sacrificio, el amor, el servicio, segui-
rán con ustedes, incluso después de muertos, y todo lo que se integre a
ustedes y forme parte de ustedes, ahora y en el porvenir, constituirá
vuestra única posesión verdadera, nada más.
Todo lo que acumulamos no es realmente de nuestra propie-
dad, le pertenece a la gente. Muchas personas dan dinero para fi-
nes de caridad en estos días, pero la razón de esta caridad es para
alivianar el peso de los impuestos de una manera o de otra. Todos
ustedes saben de grandes templos que se construyen; son centros de
peregrinación hermosos y atrayentes. Son construidos en mármol y
son contribuciones a la arquitectura de la nación. Millones se han
gastado en su construcción. No hay duda de que es bueno construir
templos, pero el verdadero templo es nuestro propio cuerpo. Si no-
sotros no nos purificamos, ¿para qué sirve construir templos? Los
templos construidos con costos millonarios no son mantenidos ade-
cuadamente. Cuánto mejor podría ser si los millones utilizados en
edificar templos fueran empleados en mejorar las condiciones de
los pobres y los desamparados.
Las instituciones para la ayuda de los desafortunados indigen-
tes son más útiles que edificios de adoración. Darles una verdadera
ayuda a los necesitados es servicio. El amor hacia todos nuestros se-
mejantes es la mejor disciplina espiritual. El mal uso del dinero es un
gran mal. La riqueza debe ser usada sólo para buenos propósitos. El
dinero puede llevar al hombre a cualquier lugar bueno o malo. Por lo
tanto deben cuidar que las riquezas no los conduzcan hacia el mal.

106
Al servir sientan que están sirviendo al Señor. En el servicio us-
tedes se liberan del ego. Todos deben tener un sentimiento de herman-
dad. ¿Cuál es su riqueza? Es el amor. Esa es la verdadera riqueza. El
dinero va y viene, pero la riqueza del amor llega y crece, no el oro. Tie-
nen que reconocer esta verdad. Para hacer servicio social se tiene que
desechar el egoísmo y desarrollar conciencia espiritual.
Dios ama como a sus hijos más queridos a aquellos que le ha-
cen bien a la humanidad. Ellos son los hermanos ideales de sus seme-
jantes. Y son ellos los que merecen y adquieren la conciencia del alma.
Todo aquel que dedique su riqueza, su fuerza, su intelecto o su devoción
a impulsar el avance del género humano, deberá considerarse como
una persona que debe ser reverenciada. Existen aquellos que han naci-
do para un propósito noble, los que observan el sagrado voto del ser-
vicio sin mancharlo con trazas de egoísmo. Una persona se hace en
verdad grande cuando impulsada por la necesidad de ayudar al pro-
greso de otros, dedica su fortuna, su talento o su inteligencia, su posi-
ción y posibilidades, a esta labor. Alguien así es un real custodio del
mundo."
Sai Baba
Un maestro de la Ley, que quería ponerlo a prueba, se levantó y
le dijo: "Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eter-
na?". Jesús le dijo: "¿Qué está escrito en la Escritura? ¿Qué
lees en ella?". El hombre contestó: "Amarás al Señor, tu Dios, con
todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con to-
da tu mente; y amarás a tu prójimo como a ti mismo". Jesús le di-
jo: "¡Excelente respuesta! Haz eso y vivirás". El otro, que quería
justificar su pregunta, replicó: "¿Y quién es mi prójimo?".
Jesús empezó a decir: "Bajaba un hombre por el camino de Je-
rusalén a Jericó y cayó en manos de unos bandidos, que lo des-
pojaron hasta de sus ropas, lo golpearon y se marcharon de-
jándolo medio muerto.
Por casualidad bajaba por ese camino un sacerdote; lo vio, to-
mó el otro lado y siguió. Lo mismo hizo un levita que llegó a ese
lugar: lo vio, tomó el otro lado y pasó de largo.
Un samaritano también pasó por aquel camino y lo vio; pero
éste se compadeció de él. Se acercó, curó sus heridas con acei-

107
te y vino y se las vendó; después lo montó sobre el animal que
él traía, lo condujo a una posada y se encargó de cuidarlo. Al
día siguiente sacó dos monedas y se las dio al posadero dicién-
dole: "Cuídalo, y si gastas más, yo te lo pagaré a mi vuelta".
Jesús entonces le preguntó: "Según tu parecer, ¿cuál de estos tres
fue el prójimo del hombre que cayó en manos de los salteado-
res?". El maestro de la Ley contestó: "El que se mostró compa-
sivo con él". Y Jesús le dijo: "Vete y haz tú lo mismo".
Lc 10, 25-37
El fragmento transcripto más arriba se conoce con el nombre de
Parábola del Buen Samaritano, conviene que digamos algunas palabras
al respecto. En aquella época judíos y samaritanos eran enemigos irre-
conciliables por motivos religiosos. Los judíos sostenían que la adora-
ción de Dios debía realizarse en el Templo de Jerusalén, mientras que
los samaritanos lo hacían en el monte Garizim. La parábola relata có-
mo un judío que yace herido al borde del camino es auxiliado por un
samaritano que se detiene y sin tomar en cuenta la condición religiosa
del que tiene enfrente, lo auxilia en un desinteresado acto de amor.
Mientras que el sacerdote y el levita, a pesar de ser estudiosos de la Sa-
grada Escritura, frente a la misma situación actúan con dureza y sin
manifestar compasión alguna, pues siguen de largo.
"Sirvan a los demás con reverencia, este es el mejor y más fácil
método para reconocer el contenido divino que hay en cada uno.
Puesto que ustedes son sus formas, sus chispas, sus criaturas, deben
llegar a sentir este parentesco con cada comunidad, deben rogar por
el bienestar y la prosperidad de todo el género humano, sean cuales
fueren las fronteras políticas que hayan establecido separaciones.
Hasta hace muy poco, Pakistán no existía. No es más que una
creación de la estrategia política y de las debilidades o flaquezas
humanas. No consideren las fronteras más que como una disposi-
ción artificial y no dejen que ellas limiten su amor. Rueguen porque
prevalezcan la tolerancia y la comprensión y porque el amor y la
cooperación influyan cada vez más en el comportamiento de la hu-
manidad, sin paquistaníes, hindúes o americanos.
Cada país no es más que una habitación en la mansión de
Dios. Las mentes estrechas eligen los caminos angostos; expandan

108
su visión mental y emprendan el ancho camino de la ayuda mutua,
la compasión y el servicio.
El servicio hecho sin pensar en uno mismo constituye el primer
paso en el progreso espiritual del hombre. Porque instruye para tras-
cender toda distinción impuesta artificialmente por la historia y la geo-
grafía, para comprender que la comunidad humana es una e indivisible.
Aprendan esta verdad y experiméntenla en la acción. ¿Cómo podría
considerarse una persona divina, como es en verdad cada hombre, si no
se ha establecido en el sentido de esta unidad, ni ha configurado todas
sus acciones en concordancia con él? El hombre ha sido creado para
que pueda disfrutar de su herencia, la dicha que proviene de la realiza-
ción de uno. Cualquier actividad dirigida únicamente al individuo, será
por este mismo hecho estéril, porque la comunidad es algo esencial pa-
ra la propia sobrevivencia. Su servicio les conferirá tanto a ustedes co-
mo a la comunidad en que viven incontables beneficios. Además de uno
invisible pero potentísimo, la gracia divina. El servicio es un ingredien-
te importante de la disciplina o devoción.
No existe lugar en el que no esté Dios. No importa lo que ha-
gan, deben hacerlo con el espíritu de que es el trabajo de Dios. Dios
actúa a través de este cuerpo, a través de esta mente. Él trabaja con
esta mano. Si trabajan con este espíritu no habrá lugar para el ego.
El cuerpo es sólo el polo negativo, no tiene vida, es únicamente ma-
teria. La mente es un cúmulo de deseos, sólo es imaginación. Uste-
des no son una imaginación ni el cuerpo, ustedes son el Atma, el es-
píritu. Piensen así: Yo soy el Atma, yo soy el Atma; entonces podrán
trabajar al máximo."
Sai Baba
Jesús agregó: "Pero, díganme su parecer: Un hombre tenía dos
hijos. Se acercó al primero para decirle: 'Hijo, hoy tienes que
ir a trabajar en la viña'. Y él le respondió: 'No quiero'. Pero
después se arrepintió y fue. Luego el padre se acercó al segun-
do y le mandó lo mismo. Éste respondió: 'Ya voy, señor'. Pero
no fue.
Ahora bien, ¿cuál de los dos hizo lo que quería el padre?". Ellos
contestaron: "El primero"...
Mt 21, 28-31

109
La viña representa al mundo, el padre representa a Dios, y los
dos hijos muestran las dos clases de actitudes que se pueden asumir an-
te el mandato divino. El primer hijo se niega a cumplir, pero luego re-
flexiona y entonces obedece. El segundo es el caso opuesto, acepta pe-
ro llegado el momento, no cumple. En este último caso están repre-
sentados todos aquellos que postergan su entrega a Dios con distintas
excusas tales como asuntos mundanos, comodidad, simple indolencia
o deseos egocéntricos que cumplir.
"Entre los mensajeros se encuentran tres tipos. Los primeros
son aquellos que escuchan las órdenes del Señor, pero no le obede-
cen, sino que emprenden acciones contrarias a sus deseos. Los se-
gundos son los que toman literalmente lo que el Señor ha dicho, y
se atienen a ello sin poner ni quitar nada de lo ordenado. El resul-
tado de tal tarea será aceptado y llevado de vuelta al Señor. El ter-
cer tipo corresponde a los que toman las órdenes del Señor y llevan
a cabo la tarea asignada de tal manera que se vean cumplidos to-
dos los deseos y los costos. Éstos resultarán victoriosos y le traerán
al Señor el mensaje de la victoria.
Sai no busca sino el bienestar de todos, el que amen a sus con-
géneres y que sirvan a la sociedad, que busquen aquel significado que
puedan realmente asociar al hecho de considerarse seres humanos.
Sacrifiquen al egoísmo y entren al mundo para servir. Muevan lo sa-
grado de ustedes, corran a rescatar a los necesitados. Así es mi espe-
ranza hoy, que toda nuestra gente se vaya con la resolución de em-
prender la tarea de llevar este mensaje de servicio a cada casa, cada
calle, cada barrio, cada aldea, cada ciudad y que difundan alegría y
contento por doquier. Esto es lo único que me producirá bienaventu-
ranza en ocasión de mi cumpleaños. De modo que si realmente de-
sean entender y proclamar la verdadera naturaleza humana que les es
propia, comiencen a dedicarse a las actividades de servicio y a sacri-
ficar su egoísmo.
No permitan que la vana opinión de los demás socave su fir-
meza. En el camino del servicio que han elegido no debe haber tro-
piezos, dudas, ni desviaciones. Avancen firmes y valientemente, con
sus ojos fijos en la meta: la gracia del Señor. Dedíquense a desa-
rrollar la mente de hombre, no la mente de mono.

110
No salten de la decisión a la indecisión; de la aceptación a la
negación. Estén alertas e inspirados como humanos, y no apagados y
vacilantes como las bestias. Sobre todo cultiven el amor, expresen el
amor, muévanse con los otros miembros del servicio Sai con amor. De-
jen que el amor sea su aliento, permitan que el sol del amor ayude a
que florezca el loto de su corazón. Que salgan victoriosos en todas sus
tareas de servicio. Esa es mi bendición para todos ustedes."
Sai Baba
Cuando ayudes a un necesitado, no lo publiques al son de trom-
petas; no imites a los que dan espectáculo en las sinagogas y
en las calles, para que los hombres los alaben. Yo se lo digo:
ellos han recibido ya su premio.
Tú, cuando ayudes a un necesitado, ni siquiera tu mano iz-
quierda debe saber lo que hace la derecha: tu limosna queda-
rá en secreto. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará.
Mt 6, 2-4
"Dios no les preguntará cuándo y dónde hicieron servicio. El
preguntará: ¿con qué motivo lo hicieron? ¿Cuál fue la intención
que los movió? Ustedes pueden medir el servicio y vanagloriarse de
su cantidad; sin embargo, Dios busca la calidad del corazón, la pu-
reza de la mente, la santidad del motivo.
No sirvan por la recompensa, por atraer la atención o ganar-
se la gratitud, o por un sentido de orgullo ante su propia superiori-
dad en destreza, riqueza, posición o autoridad. Sirvan porque están
impulsados por el amor. Cuando tengan éxito, atribúyanlo a la gra-
cia de Dios que los movió como amor dentro de ustedes. Si fracasan,
atribuyan la falla a su propia incapacidad, insinceridad o ignorancia.
Examinen las fuentes de acción, desinféctenlas de toda traza de ego.
La culminación de la vida humana consiste en el servicio que
el hombre rinde, sin pensar en ninguna recompensa, con una acti-
tud de desinterés. El servicio prestado con esta actitud arroja luz
sobre el oscuro interior del hombre, ensancha el corazón, purifica
los impulsos y confiere bienaventuranza duradera.
No hemos de realizar trabajos con miras de mostrárselos a
los demás. Debemos hacer el trabajo sólo en aras del amor.

111
La ofrenda es un acto meritorio si se entrega al necesitado en
el momento requerido y de manera que lo satisfaga; debe hacerse
sin orgullo y sin pregonarse, sin el aire de superioridad del dador,
sin remarcar en la mente del que la recibe el hecho de que se le es-
tá ayudando a sostenerse en sus propias piernas, sin desprecio, sin
que contamine la mente del que la da. Den como un acto de devo-
ción a lo divino que desean adorar en la persona a quien ofrecen lo
que Dios les ha dado justamente para ese propósito.
Una persona le preguntó a un ángel qué podía hacer para en-
trar en el cielo y sentarse en el trono de Indra. Cuando el ángel le
dijo que sus ofrendas hechas en la tierra daban ese derecho, él le
regaló el cielo al ángel, con lo cual se elevó a un nivel aún mayor."
Sai Baba
Las palabras de Jesús "Tú, cuando ayudes a un necesitado, ni si-
quiera tu mano izquierda debe saber lo que hace la derecha: tu limos-
na quedará en secreto..." (Mt 6, 3-4), coinciden con las de Sai Baba,
que nos advierte del peligro latente de que el ego arruine el servicio.
"No sirvan por recompensa, por atraer la atención...". Sin embargo, es
útil que las buenas obras sean dadas a conocer públicamente, pues es
bueno que todos tengamos la posibilidad de tomar ejemplo de ellas.
Nadie enciende una lámpara para taparla con un celemín; la
ponen más bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que
están en la casa. Hagan, pues, que brille su luz ante los hom-
bres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Pa-
dre de ustedes que está en los Cielos.
Mt 5, 15-16

112
24
POBREZA Y DESAPEGO

Jesús empleó en innumerables oportunidades las palabras


"pobres" y "pobreza". Al enunciar las bienaventuranzas dijo "Biena-
venturados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los
Cielos" (Mt 5, 3), o como figura en otras traducciones, "Bienaven-
turados los pobres", lo cual no implica que haya bendecido y apro-
bado la miseria. Bendijo en cambio a los desapegados de las rique-
zas. Se compadeció de los pobres por sus distintas carencias, de
afecto, vivienda, vestimentas, alimentos, educación, etc., en fin, de
todo eso que hace a una persona merecedora de una mayor dignidad.
Por lo tanto, Dios jamás puede bendecir la miseria, pues es el
fruto de la mala conducta del ser humano, es una imperfección, y lo
imperfecto es opuesto a Dios, que es la Perfección misma.
Aquellos que a pesar de padecer tales necesidades no olvidan
que Dios los ama y conoce sus sufrimientos, pueden ser considerados
bienaventurados.
Por lo tanto pobreza y miseria no significan lo mismo. La mise-
ria lleva al hombre a un nivel subhumano. Esta condición destruye la
moralidad y los ideales, convirtiendo a quienes la padecen en margi-
nados sociales.
"Felices los que tienen espíritu de pobre...". No se tiene espíritu
de pobreza únicamente por carecer de bienes materiales. Lo que real-
mente da la medida espiritual es el desapego.

113
"Jesús les dijo: 'Si quieres ser perfecto, anda, vende cuanto tie-
nes y dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en los Cielos; después ven
y sígueme...'" (Mt 19, 21). Ser rico crea la oportunidad de hacer mu-
chas obras buenas. Cuando los bienes terrenales son utilizados como
corresponde se atrae la gracia de Dios. Espíritu de pobreza y desapego
son sinónimos. Jesús no condenó a los ricos sino a los que tienen espí-
ritu de tales, o sea apego a los bienes materiales.
[19]."Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos: lo que ates en
la tierra quedará atado en el Cielo, y lo que desates en la tierra queda-
rá desatado en el Cielo." (Mt 16, 19). Estar atado y estar apegado de-
notan la misma condición. El apego no se refiere únicamente a los bie-
nes materiales, también existe apego a las emociones, a los sentimien-
tos y a la imagen de sí. Tampoco la riqueza se refiere solamente a las
posesiones, ya que se puede ser muy rico en cualidades humanas o en
inteligencia. Cuando se ponen estos dones al servicio de la comunidad,
entonces puede decirse que hay auténtico desapego. En el servicio es-
tá presente el amor, y el amor es incompatible con el egoísmo. Porque
donde reina el ego, Dios que es Amor, no puede hacer su obra.
El hombre apegado ha convertido el planeta en un mundo de
apego y desconsideración. Si los pueblos más desarrollados pusieran
sus recursos al servicio de las naciones más pobres, habría equilibrio y
armonía en el mundo. Viviríamos en la verdad y el amor, y existiría re-
almente una fraternidad universal.
"El corazón es como una cerradura y la mente es la llave. Si
giran la llave hacia la derecha le abren el corazón a Dios. Si giran
a la izquierda, la giran hacia el apego a los objetos mundanos.
Había una vez un rey que guió a sus ejércitos a través de las
nevadas montañas que limitaban su reino, hacia los territorios de su
vecino. En un estrecho y elevado paso cubierto de nieve, vio a un
mendigo o un asceta sentado sobre una roca, con la cabeza entre las
rodillas, como para protegerse del viento gélido. El hombre no lleva-
ba ropas que protegieran su cuerpo. El rey, invadido por la compa-
sión, se quitó su manto y su saco y se los ofreció al asceta (aquel que
ha logrado el dominio de los sentidos y de la mente). Este rehusó re-
cibirlos ya que Dios le había dado la vestimenta suficiente para pro-
tegerlo del calor y del frío. Dios le entregaba todo lo que necesitaba.

114
'Por favor, regálale esto a alguien que sea pobre', terminó diciendo.
El rey se sorprendió inmensamente y le preguntó a qué vestimenta se
refería. Y el asceta contestó: 'Dios mismo la tejió para mí, la llevo
desde que nací y la vestiré hasta la tumba. Es ésta: ¡mi piel!, de mo-
do que puedes darle tu manto y tu saco a algún mendigo, a un pobre'.
El rey se sonrió y pensó: '¿Quién podrá ser más pobre que este asce-
ta?'. Pero de todos modos le preguntó: 'Y, ¿dónde puedo encontrar a
algún pobre?'. Entonces, el asceta le preguntó a su vez hacia dónde
se dirigía y por qué. El rey respondió: 'Voy hacia el territorio de mi
enemigo, para luego anexarlo a mi propio reino'. Ahora fue el asceta
quien se sonrió y dirigiéndose al rey, le dijo: 'Si no estás satisfecho
con el reino que tienes y si estás preparado para sacrificar tu vida y
la de estos miles de hombres para obtener algunas millas más de tie-
rra, entonces, ciertamente, eres más pobre que yo. ¡Ofrécete a ti mis-
mo tus vestiduras, las necesitas más que yo!'. Ante estas palabras, el
rey se sintió profundamente avergonzado. Comprendió la futilidad de
la fama y la fortuna y retornó hacia su capital, después de agrade-
cerle al asceta por haber abierto sus ojos a su innata pobreza. Se dio
cuenta de que el contento es el más valioso de los tesoros."
Sai Baba
En el Evangelio encontramos un ejemplo extremo de desapego
en el pasaje en que Jesús, después de cuarenta días de ayuno y oración,
es tentado en su naturaleza humana, triunfando sobre la misma su na-
turaleza divina. Este ejemplo es válido porque nos muestra cómo po-
demos vencer nuestras propias tentaciones o deseos, y así alcanzar la
realización.
El Espíritu condujo a Jesús al desierto para que fuera tentado
por el diablo, y después de estar sin comer cuarenta días y cua-
renta noches, al final sintió hambre.
Entonces se le acercó el tentador y le dijo: "Si eres Hijo de Dios,
ordena que estas piedras se conviertan en pan". Pero Jesús le res-
pondió: "Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios".
Después el diablo lo llevó a la Ciudad Santa y lo puso en la
parte más alta de la muralla del Templo. Y le dijo: "Si eres Hi-
jo de Dios, tírate de aquí abajo, pues la Escritura dice: Dios

115
dará ordenes a sus ángeles y te llevarán en sus manos para que
tus pies no tropiecen en piedra alguna". Jesús replicó: "Dice
también la Escritura: No tentarás al Señor tu Dios".
A continuación lo llevó el diablo a un monte muy alto y le mos-
tró todas las naciones del mundo con todas sus grandezas y
maravillas.Y le dijo: "Te daré todo esto si te arrodillas y me
adoras". Jesús le dijo: "Aléjate, Satanás, porque dice la Escri-
tura: Adorarás al Señor tu Dios, y a Él solo servirás".
Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles a ser-
virle.
Mt 4, 1-11
Este pasaje presenta las tres clases de tentaciones que puede su-
frir el hombre. En primer lugar, Jesús fue tentado por lo más elemen-
tal, y a la vez más difícil de resistir, el hambre, algo que el género hu-
mano comparte con el resto de la escala animal. Por eso Jesús respon-
de que "el hombre no vive solamente de pan". En segundo lugar, es
tentado por el orgullo espiritual, difícil de resistir cuando se trata de ha-
cer gala de los poderes adquiridos. Habiendo fracasado con las dos an-
teriores, Satanás lo tienta por el lado de la vanidad y el poder ofre-
ciéndole la gloria mundana. Jesús rechaza prontamente cada una de es-
tos ofrecimientos, sin dejar lugar a que la idea de aceptarlos se arrai-
gue en su mente. Magnífico ejemplo que sintetiza el verdadero desa-
pego. Pues Él está por encima de lo material, del orgullo espiritual y
de la vanidad de este mundo.
Puede decirse que en realidad "el tentador" es la propia mente,
alimentada por los deseos, la que es vencida con el poder que dan la
voluntad y la gracia divina.
"Todas las religiones enseñan una disciplina básica, el remo-
ver de la mente la mancha del egoísmo, de correr tras pequeñas ale-
grías. Todas las religiones enseñan al hombre a llenar su ser con la
gloria de Dios y desahuciar la pequeñez de la vanidad. Le entrega
los métodos de desapego y discernimiento para que puedan aspirar
alto y alcanzar la liberación.
Crean que todos los corazones están motivados por el Uno y
único Dios. Desechen por medio de la disciplina espiritual el apego
a la individualidad y a los placeres sensuales. Reciban por medio de

116
ella la aspiración a expandir su corazón hacia lo universal. No nu-
blen sus mentes con deseos bajos, anhelos transitorios, que sólo ne-
cesitan pequeñas satisfacciones. Sólo anhelen entronizar su alma,
como el incuestionable monarca del universo. Cuando se fundan
con lo universal celebren su triunfo sobre los enemigos internos que
entorpecen su marcha hacia la victoria.
Los ideales deben ser cada vez más elevados y grandiosos, los
deseos deben ser más y más personales y sublimes. Los apegos de-
ben transmutarse en emociones más nobles y más sutiles. Reduzcan
sus necesidades, limiten sus deseos. Todas estas baratijas son de vi-
da muy breve. Si van saltando de deseo en deseo, les será imposible
partir alegremente cuando llegue su hora. Conviértanse en ricos más
bien en virtud, en espíritu de servicio, en devoción a Dios. Eso es lo
que me complace y los salva.
Una calabaza verde se hunde en el agua, pero una seca flota.
Séquense, desháganse de sus apegos y deseos. Eliminen las ansie-
dades, las preocupaciones, entonces podrán flotar sin ser afectados
en las aguas del cambio y la elección. Hasta el agua cuando se con-
vierte en vapor se eleva hasta el cielo. Vuélvanse ligeros, pierdan
peso para que puedan elevarse más y más.
Adquiéranme como su conductor, Yo los guiaré hasta esa per-
fección."
Sai Baba
Entonces dijo Jesús a sus discípulos: "El que quiera seguirme,
que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz y me siga. Pues el
que quiera asegurar su vida la perderá, pero el que sacrifique
su vida por causa mía, la hallará. ¿De qué le serviría a uno ga-
nar el mundo entero si se destruye a sí mismo? ¿Qué dará pa-
ra rescatarse a sí mismo?
Sepan que el Hijo del Hombre vendrá con la gloria de su Pa-
dre, rodeado de sus ángeles, y entonces recompensará a cada
uno según su conducta".
Mt 16, 24-27
"El apego al mundo sólo puede ser destruido mediante el
apego a Dios. ¿Por qué quejarse de que somos incapaces de ver el

117
suelo cuando hemos estado continuamente mirando hacia arriba?
La solución estriba en dirigir la vista hacia el espejo de agua que
refleja el firmamento, entonces puede verse al mismo tiempo el cie-
lo por encima de nuestras cabezas y el suelo debajo de los pies. Si-
milarmente, si uno quiere ser fiel a la virtud de la verdad, debe ver
en cada uno de sus actos la reflexión de la gloria de Dios, entonces
el apego a Dios convertirá el apego mundano en una reverenda
ofrenda.
El hombre ha sido enviado al mundo con objeto de que use el
tiempo y la oportunidad que tiene para darse cuenta de la verdad de
que no es hombre sino Dios. La ola danza con el viento, se entibia al
sol, retoza bajo la lluvia imaginando que juega en el seno del océa-
no, no sabe que es el océano mismo. Mientras no se dé cuenta de esa
verdad, será lanzada en continuos altibajos. Tan pronto lo sepa, po-
drá mantenerse serena y controlada, en paz consigo misma.
El alimento, el vestido y la casa son incidentales, mientras
más tengan, mayor es la mala salud, la molestia, la ansiedad y el te-
mor, y nada los podrá salvar de la muerte, momento en que desa-
parecerán de la escena y habrán de abandonarlo todo.
Si son buenos, si sirven a los demás lo mejor que puedan y
dan amor a todos, entonces su nombre permanecerá en la memoria
de los hombres aunque ya no estén.
Ustedes han mantenido dos amigos en esta vida. El primero es
la riqueza y el segundo son los parientes. Los actos meritorios reali-
zados constituyen el tercer amigo. Cuando están por morir y le piden
a sus amigos que los acompañen, el primero, o sea la riqueza, les di-
rá: 'No, yo permaneceré en casa, no voy a ir contigo'. Cuando el cuer-
po sin vida es llevado al cementerio, la fortuna acumulada no sigue al
cuerpo. El segundo amigo, los parientes, dicen: 'Yo iré sólo hasta la
puerta del cementerio. Desde allí tendrás que proseguir tú solo'. Sin
embargo, las buenas acciones que hayan hecho irán con ustedes. Ellas
los acompañarán más allá del lugar de cremación. Por lo tanto, sólo
las buenas acciones que realicen con un corazón puro serán la verda-
dera escolta y no la fortuna ni los parientes. Sólo las buenas acciones
serán vuestro último socorro."
Sai Baba

118
En los días del Hijo del Hombre sucederá lo mismo que en tiem-
pos de Noé: la gente comía, bebía, y se casaban hombres y muje-
res, hasta el día en que Noé entró en el arca y vino el diluvio que
los hizo perecer a todos. Ocurrirá lo mismo que en tiempos de
Lot: la gente comía y bebía, compraba y vendía, plantaba y edifi-
caba. Pero el día que salió Lot de Sodoma, cayó desde el cielo
una lluvia de fuego y azufre que los mató a todos. Lo mismo su-
cederá el día en que se manifieste el Hijo del Hombre.
Lc 17, 26-30
Mientras Noé trabajaba para salvarse construyendo el arca, sus
contemporáneos seguían viviendo rutinariamente: comían, se casaban
y hacían caso omiso del ejemplo de Noé. El arca simboliza lo espiri-
tual y la salvación. Cuando llegó el Diluvio, los que estaban prepara-
dos se salvaron, el resto sucumbió a causa de sus apegos mundanos.
Con Lot sucede exactamente lo mismo, pues mientras él trataba
de convencer a sus semejantes para que se salvaran, éstos, haciendo oí-
dos sordos a las exhortaciones de Lot, se burlaban y seguían con sus
actividades de siempre. Es así que fueron arrasados por el fuego. Toda
su vida giraba en torno a la materia y el apego los consumió. Cuando
Lot y su familia se alejaban del lugar, su mujer, por curiosidad o por
apego, se detuvo, miró hacia atrás y quedó convertida en estatua de sal.
Se sabe que donde la tierra y el agua son salobres no crece ni una briz-
na. La materia representa lo yermo, aquello que no fructifica, lo que
simplemente permanece inerte sin dar muestras de vida alguna. La
cristalización de la mujer de Lot simboliza su muerte espiritual.
Jesús pone como ejemplo de entrega y desapego a Noé y Lot.
Por eso agrega:
Aquel día, el que esté en la terraza, que no baje a buscar sus
cosas al interior de la casa; y el que esté en el campo, que no
se vuelva atrás. Acuérdense de la mujer de Lot. El que intente
guardar su vida la perderá, pero el que la entregue, la hará na-
cer a nueva vida.
Lc 17, 31-33
Aquel que priorice lo material solamente, se perderá. Y el que
esté realmente desapegado, se salvará.

119
Sai Baba nos aclara el concepto de apego y desapego:
"El apego, el afecto y el interés crearán prejuicios, parciali-
dad, ilusión. Ellos esconden la verdad y apagan la inteligencia. El
apego es una enfermedad en cuanto toca al buscador de la verdad.
No es digno de un yogui tener apego. Una vez que se apegan a una
persona, hábitos o costumbres, les será muy difícil sacudírselos.
Como el pobre aldeano que saltó a la corriente para salvar
lo que parecía un fardo de piel, y en realidad era un oso que era
arrastrado por las enfurecidas aguas. Pero se dio cuenta de que el
paquete estaba tan fuertemente asido a él que no pudo soltarlo. El
hombre también salta para recuperar lo que considera un tesoro. Lo
captura, pero a su vez es capturado y encadenado. Es por esto que
los santos de esta tierra han estado enseñando a la gente que ellos
son hijos de la inmortalidad, depositarios de la paz y la alegría, de
la verdad y la justicia, y amos de sus sentidos, y por lo tanto, tam-
bién del mundo externo que no puede atraerlos a espejismos. Por
supuesto que el hombre también puede tener algunos deseos, algún
anhelo para obtener comodidad, algún intento de emanar alegría,
pero debe ser como un hombre enfermo anhelando su medicina. El
hambre es la enfermedad para la que la comida es la medicina. La
sed es la enfermedad para la que la bebida es el remedio. La comi-
da y la bebida, la casa y la ropa, deben ser secundarios a las nece-
sidades del espíritu, a la educación de las emociones, pasiones e im-
pulsos. Deben tomar el lugar que la sal y la pimienta tienen en la
mesa. La sal es secundaria respecto a la comida, es decir, debe ha-
ber suficiente comida y poca sal, no debe haber más sal que comi-
da, ni siquiera igual cantidad. Así también los esfuerzos para lograr
la salud, comodidad, etc., deben ser sólo suficientes para el propó-
sito de sostener la disciplina espiritual.
En estos días el hombre está contento visualizando y experi-
mentando placeres efímeros. No tiene descanso, transcurre las no-
ches durmiendo y los días comiendo y bebiendo. Crece y crece has-
ta que en su ancianidad la muerte lo acosa. Entonces no puede de-
cidir adónde ir o qué hacer, todos sus sentidos se han debilitado.
Nadie ni nada puede rescatarlo. Qué triste es que esa vida humana,
preciosa, como un inapreciable diamante, haya sido mal utilizada
hasta el punto de una desgastada moneda carente de valor. De na-

120
da sirve el arrepentirse después de desperdiciar el tiempo sin bene-
ficio, sin meditar en Dios, ni practicar disciplina espiritual alguna
para realizarlo a Él. ¿Cuál es la utilidad de planear un pozo cuan-
do la casa está en llamas? ¿Cuándo se va a empezar a cavar?
¿Cuándo estará disponible el agua? ¿Cuándo va a ser extinguido el
fuego? Es una tarea imposible. Si al principio hubiese habido un
pozo disponible, qué útil sería en tales ocasiones críticas.
Empezar a contemplar a Dios durante los últimos momentos
es como empezar a cavar el pozo. Por lo tanto, si de hoy en adelante
uno se ocupa en la contemplación de Dios, se estará en buen para-
je cuando se acerque el final. Empiecen hoy el ejercicio espiritual
que tiene que ser hecho mañana. Empiecen ahora lo que tiene que
ser hecho hoy. Nadie sabe lo que nos depara el próximo momento."
Sai Baba

121
25
RIQUEZAS Y DESAPEGO

Pero ¡pobres de ustedes, los ricos, porque tienen ya su consuelo!


¡Pobres de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque des-
pués tendrán hambre!
¡Pobres de ustedes, los que ahora ríen, porque van a llorar de
pena!
¡Pobres de ustedes, cuando todos hablen bien de ustedes, porque
de esa misma manera trataron a los falsos profetas en tiempos de
sus antepasados!
Lc 6, 24-26
Hay una clara alusión a los que poseen riquezas, a los que están
hartos, a los que son aplaudidos. ¿Por qué? Porque se olvidan de los
que nada tienen, sólo se ocupan de sí mismos. Ellos quedarán vacíos,
y entonces no merecerán la bendición, por haberse olvidado de sus her-
manos, de los que tienen hambre, de los que lloran, de los que nada po-
seen, y de quienes son perseguidos. Cuando tengan conciencia de que
sus vidas estaban vacías, vendrá el llanto y la desazón. Y eso puede
acontecerles en esta vida o en la próxima, ya que todo se verá recom-
pensado.
"La rectitud es un camino regulador para el desarrollo del
hombre. Así como el sol con sus rayos, la rectitud ilumina el cami-
no que el hombre debe seguir para el bienestar y progreso de la so-
ciedad. Es un código de conducta. Rectitud significa que uno debe
ganarse sus medios de vida en forma justa y ser un ejemplo para
otros simplemente viviendo correctamente. No importan las cosas

122
que le ocurran a uno, las vicisitudes que le toquen vivir o las difi-
cultades que haya que enfrentar, uno nunca debe apartarse del ca-
mino de la rectitud. Toda la prosperidad que se consiga, todo el con-
fort que se posea, proviene de la sociedad. Las reglas de la rectitud
aseguran que la riqueza adquirida en la sociedad sea utilizada en
beneficio de la sociedad. Es para arreglar tales errores que se debe
practicar la caridad. La vida consiste en un intercambio constante
entre placer y dolor, alegría y tristeza, calor y frío. La felicidad es
un intervalo entre dos momentos de dolor.
Es un error procurar placer y comodidad para siempre en la
vida. La verdadera felicidad no se encuentra de esa manera. El
hombre cree que cuanto más objetos materiales posee, él se sentirá
más feliz, pero cuando el deseo crece también los problemas y ma-
lestares crecen. Nuestros deseos, apegos y ambiciones deben tener
un límite. El mundo está padeciendo innumerables problemas por-
que la gente no le pone límites a sus deseos.
Por todo esto fue que el gran santo Sankaracharia dijo:
‘Hombre, no te enorgullezcas de tu riqueza, progenie o juventud, to-
do esto te será quitado por el tiempo. Destruye todo ese mundo de
ilusiones y ocupa el lugar de la eternidad, la sed de riqueza es lo-
cura. Esta sed significa por un lado sed, y por el otro deseo’.
¿Qué es la moral? La conducta correcta de acuerdo al tiempo
y al lugar. Pensamos que el ganar dinero significa placer siendo que
representa una dificultad y el amasarlo es aún más difícil y peor aún
el tratar de ponerlo en un lugar seguro. Puede que no dure mucho el
dinero que acumulen; es preferible que traten de purificar el corazón
y ver la manera de emplear el dinero en alguna buena causa apli-
cándolo a la senda espiritual. Una vez que entren en ella busquen dar
el siguiente paso, el de la devoción interna."
Sai Baba
Cierto hombre importante le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué
tengo que hacer para heredar la vida eterna?". Jesús le dijo:
"¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno, nadie más. Ya
sabes los mandamientos: No cometas adulterio, no mates, no
robes, no levantes falsos testimonios, honra a tu padre y a tu
madre". Pero él contestó: "Todo esto lo he cumplido ya desde

123
joven". Al oír esto, Jesús le dijo: "Todavía te falta una cosa:
vende todo lo que tienes, reparte el dinero entre los pobres y
tendrás un tesoro en el cielo; después ven y sígueme". Ante tal
respuesta, el hombre se puso triste, pues era muy rico.
Al verlo, dijo Jesús: "¡Qué difícil es, para los que tienen rique-
zas, entrar en el Reino de Dios! Es más fácil para un camello
pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el Rei-
no de Dios". Los presentes dijeron: "¿Quién podrá salvarse en-
tonces?". Jesús respondió: "Lo que es imposible para los hom-
bres es posible para Dios".
En ese momento Pedro dijo: "Ya ves que nosotros hemos deja-
do todo lo que teníamos y te hemos seguido". Jesús respondió:
"Yo les aseguro que ninguno dejará casa, esposa, hermanos,
padre, o hijos a causa del Reino de Dios sin que reciba mucho
más en el tiempo presente y, en el mundo venidero, la vida eter-
na".
Lc 18, 18-30
"Hay tanta gente rica en el mundo, la cual por amor puede sa-
crificar algo de lo que tiene. Hay muchos que tienen inmensas fortu-
nas pero no saben cómo usarlas. Podemos hacer un símil comparan-
do estas riquezas o dinero con el calzado que se usa. Si el calzado que
se ponen tiene la medida apropiada, los podrá llevar hasta donde us-
tedes quieran. Si los zapatos les quedan algo estrechos, no podrán ca-
minar con comodidad ni tampoco podrán sentirse cómodos con za-
patos que les queden demasiado holgados. Sobre la base de este símil
podemos decir que si tienen una riqueza excesiva les será difícil sen-
tirse cómodos en la vida y crean que los que son realmente ricos pue-
den entender este principio. Así también si carecen de dinero la vida
se les hace difícil; sólo al tener lo justo y necesario podrán llevar una
vida serena y confortable.
Hay un dicho que señala que un perro se acostumbra a sorber
agua de una pequeña fosa aunque corra cerca de allí un ancho río;
el perro seguirá hundiendo su lengua en la pequeña charca para cal-
mar su sed. De manera similar, por mucho dinero que gane la gente
siempre tenderá a guardarlo y acumularlo. El dinero acumulado sin
razón equivale a un montón de basura. ¿Qué pasa con la basura acu-
mulada? Se pudre y se transforma en un foco de infección; si por el

124
contrario, la dispersan en vez de acumularla en un solo sitio, se trans-
formará en abono que les ayudará a mejorar sus cosechas. Así tam-
bién se les puede dar la oportunidad a los que han acumulado una
fortuna, de gastarla, de distribuirla, la oportunidad de servir con ella.
Si tienen dinero y no quieren aplicarlo a una obra útil y sagrada, el
dinero se vuelve inútil.
Aquellos que busquen alcanzar este estado de desapego deben
emprender la senda del no dualismo. Deberán desechar su sentido de lo
mío y lo tuyo. Los que deseen encontrar este sentido del desapego, que
deseen sobreponerse al sentimiento de lo mío, lo tuyo y del yo, deberán
enfrascarse en actividades de servicio. Porque el servicio a la sociedad
es lo que le confiere al hombre esta plenitud de existencia. Lo hace ex-
pandirse hasta la divinidad y lo hace realizar su propia naturaleza.
Nada en este mundo se le ha dado al hombre para sí mismo.
Veamos un ejemplo: un individuo tiene un trabajo que realizar en la
ciudad, se va a pasar diez días a ella. En la ciudad se aloja en un ho-
tel y todos los días al terminar con sus labores regresa a él. Sólo por
el hecho de estar pasando unos días allí, éste se ha transformado en
su hogar. De manera similar, el hombre siente que su madre, su pa-
dre, sus bienes y todo lo que le ha sido legado son suyos. Mas tienen
que entender que todas estas cosas están allí para que puedan des-
cansar momentáneamente en ellas, pero no son vuestras. La razón es
clara. Todas estas cosas no han venido con ustedes, estas cosas no
vienen con el hombre porque no son de su propiedad.
Una persona próspera posee la capacidad de dedicarse a la
caridad y de ejercer la rectitud en su vida, y la rectitud en la vida
confiere felicidad, tanto aquí como en el más allá."
Sai Baba
Habiendo entrado Jesús en Jericó, atravesaba la ciudad. Había
allí un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de los cobradores del
impuesto y muy rico. Quería ver cómo era Jesús, pero no lo con-
seguía en medio de tanta gente, pues era de baja estatura. Enton-
ces se adelantó corriendo y se subió a un árbol para verlo cuando
pasara por allí. Cuando llegó Jesús al lugar, miró hacia arriba y
le dijo: "Zaqueo, baja en seguida, pues hoy tengo que quedarme
en tu casa". Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría.

125
Entonces todos empezaron a criticar y a decir: "Se ha ido a ca-
sa de un rico que es un pecador". Pero Zaqueo dijo resuelta-
mente a Jesús: "Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los
pobres, y a quien le haya exigido algo injustamente le devolve-
ré cuatro veces más". Jesús, pues, dijo con respecto a él: "Hoy
ha llegado la salvación a esta casa, pues también este hombre
es un hijo de Abraham. El Hijo del Hombre ha venido a buscar
y a salvar lo que estaba perdido".
Como la gente escuchaba estas cosas, les propuso además una
parábola, ya que estando Él cerca de Jerusalén, les parecía a
ellos que el Reino de Dios iba a manifestarse en seguida. Dijo
pues: "Un hombre de la nobleza marchó a un país lejano a re-
cibir la dignidad real y volver. Llamó a diez siervos suyos, les
dio diez minas y les dijo: 'Negociad mientras vengo'. Pero sus
conciudadanos le odiaban y enviaron tras él una embajada di-
ciendo: "No le queremos por rey'. Regresó él investido de la
realeza, e hizo venir a sus siervos, a quienes había dado el di-
nero, para saber cómo había negociado cada uno. El primero
se presentó diciendo: 'Señor, tu mina ha producido diez minas'.
Y le contestó: '¡Muy bien!, siervo bueno, puesto que has sido
fiel en lo poco, recibe el gobierno de diez ciudades'. El segun-
do vino y dijo: 'Tu mina, señor, ha producido cinco minas'. Y di-
jo igualmente a éste: 'Manda tú también en cinco ciudades'. Y
vino otro, diciendo: 'Señor, he aquí tu mina, que tuve guardada
en un pañuelo; porque tuve miedo de ti, pues eres hombre se-
vero; recoges lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste'.
Dícele: 'Por tus mismas palabras te juzgo, mal siervo. ¿Sabías
que soy muy severo, que tomo lo que no he puesto y siego lo que
no he sembrado? Y ¿por qué no pusiste mi dinero en la banca,
y yo, al volver, lo hubiera retirado con los intereses?'. Y dijo a
los que estaban presentes: 'Quitadle la mina y dádsela al que
tiene diez minas'. Ellos le dijeron: 'Señor, tiene diez minas'. 'Yo
os digo que al que tiene se le dará, y al que no tiene, aún lo que
no tiene se le quitará'".
Lc 19 1-26
Esta parábola es muy parecida a la de los talentos. Para poder
comprenderla, es necesario leerla una y otra vez, y meditarla. Jesús

126
nos cuenta una pequeña historia: antes de partir a un país lejano, un
hombre llama a sus diez sirvientes y les distribuye una mina a cada
uno para que la multiplicara hasta su regreso. Cuando retornó, inves-
tido de la realeza, llamó a cada uno de sus siervos para que le rin-
dieran cuenta de la mina otorgada y la forma en que la habían inver-
tido. El primero, el más leal y fiel, el que mejor utilizó su inteligen-
cia y el que trabajó con más ahínco, logró diez minas, y al presentar-
las a su señor, éste lo premia con el gobierno de diez ciudades, o sea
que al ser tan buen administrador, de siervo pasa a ser amo y señor.
El segundo, que hizo fructificar su mina en cinco, en proporción re-
cibe el gobierno de cinco ciudades. Así sucesivamente hasta llegar al
que también había recibido una mina igual que los nueve anteriores,
pero éste por temor la guardó y no fructificó, provocando con esto el
enojo de su señor.
Cada uno de nosotros somos siervos, servidores de Dios, cada
uno recibe en la misma proporción la capacidad y el amor para hacer-
lo fructificar en el servicio a los demás.
El último, el que guardó para sí los dones que Dios le ha otor-
gado, ya sea por egoísmo, indolencia, ira o envidia, no ha fructificado,
sino que ha quedado apegado, ha sido infiel, y la severidad para con
éste es total. De allí la sentencia de Jesús: "Yo os digo que al que tie-
ne se le dará y al que no tiene, aún lo que tiene se le quitará".
El mérito de nacer como ser humano dotado de razón, inteli-
gencia, voluntad y de muchas otras condiciones o cualidades, no es pa-
ra provecho propio sino para ser puesto al servicio de los demás, y es-
to también se convierte en desapego, o sea que el desapego y el servi-
cio están estrechamente unidos. Cuanto más demos, más recibiremos.
De lo contrario nos pasará lo mismo que al siervo infiel. Cada uno re-
cibe exactamente la medida del fruto, del trabajo realizado, ni un cén-
timo más. El que guarda para sí, lo pierde todo.
Zaqueo, según los comentarios, tenía fama de publicano y peca-
dor, además de contar con ciertas riquezas dudosamente obtenidas, sin
embargo cuando Jesús se invita para hospedarse en su casa, siente su
corazón tocado por la energía de Amor que emanaba de Jesús y le di-
ce: "Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres..." y Jesús le
responde: "Hoy entró la salvación en esta casa...".

127
Zaqueo tomó conciencia y comprendió cómo debía conducirse de
allí en adelante, descubrió la rectitud dentro de sí mismo y esto lo con-
dujo al desapego. Por eso la salvación entró en su casa, en su corazón.
"El hombre no puede cosechar los frutos plenos de su vida
aquí, si tan sólo acopia riquezas, colecta y votos, o carga su cabe-
za con toneladas de libros. También ha de cultivar y practicar vir-
tudes, debe adherirse al dharma, a la rectitud. Las escrituras esta-
blecen que el hombre debe ganar por medios honestos sólo lo sufi-
ciente para su subsistencia, y utilizar el resto de su tiempo y destre-
za para el bien general. Obtengan riqueza a través del dharma, en-
tonces seguramente tendrán la plenitud de la gracia divina.
El cuerpo es un vehículo que hasta los dioses aspiran poseer.
Ustedes saben que los dioses buscan venir en forma humana para
utilizar la inteligencia, el discernimiento, el desapego, etc., que só-
lo el ser humano es capaz de usar a fin de tomar conciencia de la
Realidad Suprema. El cuerpo que interesa al hospital es el carrua-
je del individuo, que es el residente, el amo, es el castillo desde el
cual uno puede dar batalla a los enemigos del apego y del egoísmo.
Es la nave con la que uno puede atravesar el mar del cambio y del
azar. Ser consciente de la realidad mediante la práctica espiritual,
y su relación con el Espíritu Supremo, es una empresa difícil, tan
plagada de calamidad como el jugar con fuego o batirse a duelo
con tigres. Uno tiene que estar alerta vigilante y perfectamente en-
trenado para enfrentarse a todas las emergencias. Muchos se aco-
bardan ante sus exigencias imposibles.
No consideren todas sus posesiones, casas, vehículos, riquezas,
como si fueran permanentes; existieron en el pasado grandes empe-
radores que reinaron sobre grandes imperios. Cuando se murieron
¿qué se llevaron con ellos? La posteridad ni siquiera los recuerda. Lo
que ustedes no se pueden llevar ni siquiera les pertenece. Están lle-
nos de miedo, como aquel que sube al tren sin tener boleto, en el via-
je de la vida si quieren viajar sin miedo ustedes deben poseer el bo-
leto de la buena conciencia. Si ustedes se adhieren a la buena y rec-
ta conducta no tendrán necesidad de temer a nada ni a nadie. Cuan-
do el gran conquistador Alejandro estaba pronto a morir llamó a sus
guerreros y les dijo que cuando él muriese su cuerpo debería ser lle-
vado a la tumba con las palmas de las manos hacia arriba. Cuando

128
la gente vio el funeral de Alejandro se preguntó por qué era llevado
con las palmas de las manos hacia arriba. Se les dijo entonces que el
gran emperador que había acumulado inmensas fortunas quería mos-
trar que al dejar el mundo no se llevaba nada con él. Se iba con las
manos vacías. La moraleja de este episodio es que no debemos bus-
car posesiones ilimitadas y sí debemos procurar contentamiento y paz
en nuestra mente a través de buenas acciones. Todo lo que acumula-
mos no es realmente de nuestra propiedad, le pertenece a la gente. De
los cuatro objetivos de la vida, acción correcta, riquezas, deseos sen-
soriales y liberación, el hombre ignorante se limita a procurar rique-
za y a satisfacer deseos. El sabio sólo busca las acciones correctas y
la liberación. De todas maneras, toda la gente debería buscar los
cuatro objetivos. Esto debería ser hecho asociando la adquisición de
riquezas con acciones correctas y la satisfacción de los deseos con el
deseo de liberación. Ustedes deben ganar su riqueza adhiriendo a la
rectitud, utilicen sus ganancias para fines correctos".
Sai Baba
Jesús se había sentado frente a las alcancías del Templo, y po-
día ver cómo la gente echaba dinero para el tesoro; pasaban ri-
cos, y daban mucho. Pero también se acercó una viuda pobre y
echó dos moneditas de muy poco valor.
Jesús entonces llamó a sus discípulos y les dijo: "Yo les asegu-
ro que esta viuda pobre ha dado más que todos los otros. Pues
todos han echado de lo que les sobraba, mientras ella ha dado
desde su pobreza; no tenía más, y dio todos sus recursos".
Mc 12, 41-44
En este pasaje, Jesús muestra con suma claridad que lo impor-
tante no es la cantidad sino la calidad de lo que se da. La intensidad del
amor y el esfuerzo en aquello que se da. En eso radica el verdadero de-
sapego. Dar para sobresalir o para cubrir apariencias, dar lo que mo-
lesta o está de más, no puede ser considerado desapego.
“Una vez se le preguntó a Buda: ‘¿Quién es el hombre más
rico del mundo?’. Buda respondió: ‘Aquel que tiene más satisfac-
ción (con lo que tiene) es el hombre más rico’. A la pregunta
‘¿Quién es el hombre más pobre?’, Buda respondió: ‘Aquel que tie-
ne muchos deseos’.”

129
Un maharajá que escuchaba los sermones de Buda acerca
del contento y la renunciación deseaba ganar su aprobación. Buda
solía tener siempre con él un tambor. Sus discípulos le preguntaron
una vez: ‘Maestro, ¿por qué siempre mantienes este tambor a tu la-
do?’. Buda les respondió: ‘Tocaré este tambor el día que una per-
sona que haya hecho un gran sacrificio se acerque a mí’. Todos es-
taban ansiosos por saber quién sería esa persona. Estos seres son a
menudo hombres olvidados de la historia.
Deseando alcanzar tal distinción, el maharajá cargó sus elefan-
tes con una considerable cantidad de tesoros y fue a ver a Buda. Espe-
raba ofrecérselos y ganar su alabanza. En el camino, una anciana lo
saludó y le rogó: ‘Estoy hambrienta, ¿me podrías dar algo de tu comi-
da?’. El maharajá sacó una granada de su palanquín y se la dio. La an-
ciana llegó con la fruta hasta donde estaba Buda.
Para entonces, el maharajá también había llegado con Buda
y esperaba ansiosamente a ver cuándo tocaría el tambor. Durante
un largo rato Buda no lo hizo, y el maharajá esperó.
La anciana se aproximó a Buda tambaleándose y ofreció la
granada. Buda la tomó e inmediatamente tocó el pequeño tambor.
El maharajá le preguntó a Buda: ‘Te ofrecí muchas riquezas y
no tocaste el tambor, pero sí lo hiciste cuando recibiste una pequeña
fruta. ¿Es esto un gran sacrificio?’. Buda respondió: ‘Maharajá, tra-
tándose del sacrificio lo que cuenta no es la cantidad sino la calidad.
Es natural para un maharajá ofrecer oro. Pero qué gran sacrificio se
hace cuando una hambrienta mujer ofrece una granada al Gurú a pe-
sar de su hambre. A ella ni siquiera le importó su vida y dio la fruta.
¿Qué mayor sacrificio puede haber? No es sacrificio ofrecer lo que es
superfluo para ti. El verdadero sacrificio significa dar lo que es más
querido para ti, aquello que valoras más’.”
Sai Baba

130
26
DAR AL CÉSAR...

Al volver a Cafarnaún, se acercaron a Pedro los que cobran el


impuesto para el Templo. Le preguntaron: "El maestro de uste-
des, ¿no paga el impuesto?". Pedro respondió: "Claro que sí".
Y se fue a casa.
Cuando entraba, se anticipó Jesús y le dijo: "Dame tu parecer,
Simón. ¿Quiénes son los que pagan impuestos o tributos a los
reyes de la tierra: sus hijos o los que no son de la familia?". Pe-
dro contestó: "Los que no son de la familia". Y Jesús le dijo:
"Entonces los hijos no pagan. Sin embargo, para no escandali-
zar a esta gente, vete a la playa y echa el anzuelo. Al primer pez
que pesques ábrele la boca, y hallarás en ella una moneda de
plata. Tómala y paga por mí y por ti".
Mt 17, 24
La Creación pertenece a todos. Todo lo creado por Dios está al
servicio de todos los seres, por cuanto si somos hijos de Dios, lo crea-
do nos pertenece. Pero tanto Jesús como Sai Baba aconsejan contribuir
al sostenimiento de las estructuras sociales, que están al servicio de la
comunidad.
"Pagamos dinero a las oficinas que suministran agua, sabiendo
muy bien que no son responsables por la creación del agua, pero ¿cuán-
to estamos pagando al Creador del agua? Nada. Pero si queremos ob-
tener su Gracia, ¿cómo es posible obtener su Gracia sin pagar impues-
to? El impuesto que el Señor espera es devoción y pureza de corazón.”
Sai Baba

131
Le preguntaron: "Maestro, sabemos que hablas y enseñas con
rectitud, que no te dejas influenciar por nadie, sino que ense-
ñas con absoluta franqueza el camino de Dios. ¿Está permiti-
do pagar impuestos al César o no?".
Jesús vio su astucia y les dijo: "Muéstrenme una moneda. ¿De
quién es esa cara y el nombre que tiene escrito?". Le contestaron:
"Del César". Entonces les dijo: "Pues bien, devuelvan al César las
cosas del César, y a Dios lo que corresponde a Dios".
Lc 20, 21-25
"Nuestros antepasados indicaron cuatro caminos en la utili-
zación de la riqueza: un cuarto debe ser utilizado para manteni-
miento personal y de la familia. Otro cuarto debe ser dedicado a
propósitos religiosos y de caridad. El tercer cuarto debe ser utiliza-
do para mantener a otros seres vivos como plantas y animales. El
último cuarto debe ser ofrecido para apoyar y mantener al estado.
Es solamente cuando nuestra riqueza sea utilizada de esta manera
que la podremos considerar realmente beneficiosa y significativa
para la sociedad."
Sai Baba

132
27
FAMILIA Y DESAPEGO

El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno


de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es
digno de mí.
Mt 10, 37
En el texto precedente, Jesús dice de manera categórica que el
amor a Dios está por encima de todas las cosas. Luego, el amor a la fa-
milia. La razón profunda de esta afirmación está basada en que el amor a
Dios es un amor puramente espiritual, desinteresado, total. Mientras que
el amor a los padres, a los hijos, a los hermanos, se fundamenta en los la-
zos de sangre, es decir en algo temporal, accidental, egoísta. No nos pide
que no los amemos o que dejemos de amarlos, sino que nos hace ver que
por sobre todo debe estar el amor a Dios y cumplir su divina voluntad,
que implica amarlo a Él, a la familia y a la creación toda.
El género humano forma una familia cuyo Padre es Dios, y a Él
le debemos nuestro espíritu, nuestra vida... por lo tanto, respeto, ado-
ración y amor por sobre todas las cosas, porque es la única relación
permanente y eterna.
"Todas las relaciones físicas son temporales. En un río que
fluye es muy común ver ramas de árboles que se juntan y vienen a
separarse después de haber recorrido primero una cierta distancia.
La confluencia y reunión de estas ramas viene a ser como la unión
de dos personas, como marido y mujer. Se unen, caminan y viven
juntas y se separan después de haber luchado en esta corriente de
la vida.

133
El próximo interrogante se refiere a quién es nuestro hijo. Ese
hijo que tengan habrá venido como tal, como resultado de lo que us-
tedes o él hayan hecho, ya sea durante vuestro nacimiento anterior
o el suyo. Ha venido a esta vida como hijo vuestro sólo para redi-
mir alguna deuda entre ambos. Esta situación significa que vuestro
hijo ha llegado hasta ustedes debido a causas materiales y no por
alguna conexión con el alma. Si le preguntan a cualquiera respecto
de quién es y de dónde ha venido, no será capaz de responder. ¿Có-
mo podría contestar cuántos nacimientos ha tenido ya y en cuál fue
hijo de quién? ¿Cómo podría responder cuántos nacimientos ten-
drá, aún en el futuro, y en cuál de ellos será el marido de alguien?
Le será imposible decirles qué número de nacimientos ha tenido
hasta ahora y cómo llegó a aterrizar en el actual. No sabemos de
dónde hemos venido ni hacia dónde vamos. En este mundo ilusorio
vamos aumentando nuestros apegos y con ello nos vamos alejando
de Dios y no nos acercamos en absoluto a la divinidad; sólo au-
mentamos nuestras ataduras e inquietudes en el proceso. En este
contexto no habremos de adscribirles ninguna importancia a las re-
laciones corporales.
Hoy nos apegamos a todos aquellos que están cerca nuestro,
por ejemplo pensamos en el bienestar de nuestros familiares, natu-
ralmente una cuota de egoísmo es necesaria para obtener su bie-
nestar pero se necesita fortaleza para tener una visión más alta.
Una vez que comprendan lo que significa el desapego estarán listos
para comprender la Verdad fácilmente."
Sai Baba
Entonces Pedro tomó la palabra y dijo: "Ya ves que nosotros lo
hemos dejado todo para seguirte. ¿Qué recibiremos?". Jesús
contestó: "A ustedes que me han seguido, yo les digo: cuando
todo comience nuevamente, y el Hijo del Hombre se siente en
su trono de gloria, ustedes también se sentarán en doce tronos,
para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo el que haya de-
jado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o propie-
dades por causa de mi Nombre, recibirá cien veces más y ten-
drá por herencia la vida eterna".
Mt 19, 27-29

134
Con esta pregunta que Pedro le hace a Jesús, vemos hasta qué
grado de desapego habían llegado por seguirlo, y en la respuesta de Je-
sús a Pedro comprobamos la importancia del verdadero desapego. El
premio consiste en recibir el céntuplo de lo que se ha dejado y la vida
eterna, o sea la liberación. De allí que les promete compartir su gloria
y juzgar al mundo, porque el que ha alcanzado la liberación forma par-
te de Dios, es uno con Dios.
Caminaba con Jesús un gran gentío. Se volvió hacia ellos y les
dijo: "Si alguno quiere venir a mí y no se desprende de su pa-
dre y madre, de su mujer e hijos, de sus hermanos y hermanas,
e incluso de su propia persona, no puede ser discípulo mío. El
que no carga con su propia cruz para seguirme luego, no pue-
de ser discípulo mío.
Cuando uno de ustedes quiere construir una casa en el campo,
¿no comienza por sentarse y hacer las cuentas, para ver si ten-
drá para terminarla? Porque si pone los cimientos y después no
puede acabar la obra, todos los que lo vean se burlarán de él
diciendo: ¡Ese hombre comenzó a edificar y no fue capaz de
terminar!
Y cuando un rey parte a pelear contra otro rey, ¿no se sienta
antes para pensarlo bien? ¿Podrá con sus diez mil hombres ha-
cer frente al otro que viene contra él con veinte mil? Y si no
puede, envía mensajeros mientras el otro está aún lejos para
llegar a un arreglo. Esto vale para ustedes: el que no renuncia
a todo lo que tiene, no podrá ser discípulo mío".
Lc 14, 25-33
"En tanto esté presente la vida, gozarán y apreciará una rela-
ción corporal, ya sea de un padre, una madre, un hermano o una her-
mana, o una esposa, etc. Sin embargo, una vez que se haya ido la vi-
da, entonces comprenderán que todas las relaciones que disfrutaban
eran solamente una relación corporal sin ningún valor. Se vuelve muy
claro que lo único permanente que había, que hay, es el alma divina
y no el cuerpo. Por lo tanto, el único que tiene una relación verdade-
ra con ustedes, el verdadero amigo y guía, es solamente Dios y nadie
más. Todas las demás relaciones son como nubes pasajeras, que vie-
nen y se van. La meta suprema debe ser para ustedes la Verdad per-
manente y eterna de Dios. Otras cosas que parecen verdades no son

135
verdades permanentes, no son eternas, deben desecharlas. He aquí un
ejemplo: un joven de veinticinco años ha vivido con su madre que tie-
ne sesenta años. Durante los veinticinco años de su vida ha estado
viendo a su madre y dirigiéndose a ella como ‘querida madre’ y ha
gozado de su presencia afectuosa. Pero a la edad de sesenta años, su
tiempo se acabó. Ella abandonó su cuerpo y su vida se escapó. El hi-
jo tiene el cuerpo de su madre junto a él; sentado cerca del cuerpo, él
está sufriendo la pérdida diciendo: ‘Madre, te has ido, madre, me has
dejado solo, madre, ¿quién me va a guiar de ahora en adelante?’.
Aquí hay algo que tenemos que observar con mucho cuidado. Él di-
ce: ‘Madre, te has ido y me has dejado’. ¿Qué es eso de que lo ha
abandonado y se ha ido? Durante veinticinco años él se ha dirigido
y le ha hablado a ese cuerpo diciéndole ‘madre’. Si ese cuerpo es la
madre, si él le dice ‘madre, te has ido y me has dejado’, entonces hay
una inconsistencia en ello. El cuerpo está aún ahí, por lo tanto lo que
se ha ido es su verdadera madre. De esta manera la verdadera madre
es la vida que se ha ido. Mientras la verdadera madre, o sea la vida,
residía en ese cuerpo temporal, él llamaba madre al cuerpo. Pero en
el momento que la vida permanente se fue, sin ninguna vacilación él
cremará ese cuerpo, que hasta ese instante fue considerado por él co-
mo su madre.
El desapego no implica renunciar a los lazos familiares o sa-
lir huyendo hacia la soledad de la selva. Significa renunciar al sen-
timiento de que las cosas son permanentes y pueden dar gozo su-
premo. La mente le juega trucos al hombre haciéndole creer que al-
gunas cosas son buenas, que algunas son eternas y otras transito-
rias.
Muchos de ustedes han viajado en ferrocarril y han visto en
los compartimientos una frase que dice: ‘Menos equipaje hace el
viaje más cómodo’. En un sentido la vida es un largo viaje. A cau-
sa de acumular mucho equipaje en forma de muchos deseos, este
largo viaje se vuelve dificultoso. En la medida en que puedan dis-
minuir el equipaje de deseos, el viaje de la vida será menos proble-
mático. A este proceso de aligerar el equipaje o de eliminar deseos,
conforme avanza la vida, se lo describe como desapego. Lo cual no
significa abandonar la casa y el vecindario, dejar a la esposa y a
los hijos e irse a vivir a la selva. Esto no es desapego. Cuando con-

136
tinúan viviendo en su hogar en medio de sus deberes y los ejecutan
de manera correcta, teniendo sus mentes libres de deseos y sin ape-
go a estos deberes, considerando todo lo que hacen como acciones
placenteras a Dios, entonces esto puede ser llamado desapego. Eso
es a lo que se refiere con realizar todos los deberes que deben ha-
cer como siendo cumplidos para el regocijo de Dios. Éstos no se ha-
cen para el placer propio. La comprensión de que cualquier cosa
que se haga es en nombre de Dios, y para su placer, eliminará to-
das las pérdidas, dificultades y problemas durante sus vidas."
Sai Baba
No piensen que he venido a traer paz a la tierra; no he venido
a traer paz, sino espada. Pues he venido a enfrentar al hombre
contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra
su suegra. Cada cual verá a sus familiares volverse enemigos.
El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno
de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es
digno de mí.
Mt 10, 34-37
Duras palabras las de Jesús si las leemos y entendemos literal-
mente. ¿Acaso el día de su nacimiento los ángeles no cantaron: "Gloria
y a Dios y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad"? ¿Acaso
en otra oportunidad no dijo Jesús: "Mi Paz os dejo, mi Paz os doy"? Y
en incontables ocasiones nos habla de paciencia, amor y misericordia...
¿Es que se contradice? Cuando habla de la familia pareciera que lo ha-
ce. Pero sabemos que Dios no puede contradecirse, pues su palabra es
la Verdad. Por lo tanto debemos encontrar el correcto significado de es-
te pasaje. La espada es un instrumento que corta, en este caso simboli-
za a la Verdad, pues cuando uno la descubre, establece la verdadera je-
rarquía de los valores, cortando los lazos del apego para cumplir con la
Voluntad de Dios, que es la unión definitiva con Él.
Apego es sinónimo de egoísmo. Desapego no significa desamor,
sino amor inegoísta. Y a este tipo de amor debemos llegar para alcan-
zar a Dios.
"Cada miembro de las especies vivientes siente cariño en mu-
chas formas: por los hijos, los padres, las comodidades, los alimen-

137
tos, bebidas, diversiones y juegos. Cada uno de estos diferentes tipos
de amor o apego tiene un nombre diferente de acuerdo al objeto al
cual esté apegado. Se llama afecto cuando se dirige a los hijos, se lla-
ma compasión cuando se dirige a los menos afortunados, camarade-
ría cuando fluye hacia sus iguales, apego cuando se dirige a bienes y
lugares, y cuando se dirige a sus mayores, maestros y padres, se vuel-
ve reverencia, humildad, etc. Pero devoción es una palabra que se usa
únicamente con relación al amor a Dios. Cuando este amor se divide
en muchos riachuelos que corren en numerosas direcciones y hacia
muchos puntos, causa solamente dolor, pues queda fijo en cosas pa-
sajeras. En lugar de eso, permitan que su amor fluya en una sola di-
rección, el Océano de la Gracia de Dios."
Sai Baba
Mientras Jesús estaba todavía hablando a la muchedumbre, su
madre y sus hermanos estaban de pie afuera, pues querían ha-
blar con Él. Alguien le dijo: "Tu madre y tus hermanos están
ahí fuera y quieren hablar contigo".
Pero Jesús dijo al que le daba el recado: "¿Quién es mi madre
y quiénes son mis hermanos?". E indicando con la mano a sus
discípulos, dijo: "Estos son mi madre y mis hermanos. Tomen a
cualquiera que cumpla la voluntad de mi Padre de los Cielos,
y ese es para mí un hermano, una hermana o una madre".
Mt 12, 46-50
Maravilloso texto, en el cual Jesús nos da a entender que debe-
mos estar por encima de los miramientos humanos, que a Dios le inte-
resa que entendamos que somos hijos de un mismo Padre. Él dice mis
hermanos son todos ustedes, todos somos hijos de Dios, y debe existir
y reinar la auténtica fraternidad universal.
El que hace la voluntad de Dios en esta vida pertenece al rango
divino, por eso forma parte de la familia divina y por esta razón Jesús
dijo "ese es mi hermano, ese es mi padre o mi madre".
"La presencia de Dios en cada ser hace que todos sean ben-
ditos. Cuando ustedes siguen la costumbre de dirigirse a los demás
como ‘hermanos y hermanas’, deben ustedes cultivar el sentimien-
to de que Dios es el Padre y que ustedes son todos hermanos y her-

138
manas, cada uno de todos los demás. Esta hermandad es más real y
cercana que la hermandad cosanguínea, porque en ella la propie-
dad paterna por la que ustedes luchan se puede compartir, sin que
el compartirla haga disminuir la parte de cada uno."
Sai Baba
Jesús dijo a otro: "Sígueme". Él contestó: "Señor, deja que me
vaya y pueda primero enterrar a mi padre". Jesús le dijo: "Sí-
gueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve a
anunciar el Reino de Dios".
Lc 9, 59-60
Cuando Jesús dice que los muertos entierren a sus muertos, se
refiere a los muertos a la vida espiritual, aquellos que sólo tienen las
miras puestas en este mundo, en las cosas de este mundo y que no se
preocupan de lo espiritual. Y tú, quiso significar, que quieres progre-
sar, tú que estás vivo, que estás despierto a las cosas del espíritu, ven
conmigo, porque con tu ejemplo, con tu testimonio, anunciarás el rei-
no de Dios.
“Con la práctica de las devociones externas e internas no se-
rá fácil llegar a adquirir la devoción directa e ininterrumpida. Lo-
gramos el sentimiento que la devoción unidireccional es el entre-
garse a Dios al decir ‘no tengo otro salvador que Tú’.
El tiempo de entrega que practicamos hoy en día está muy le-
jos de este objetivo. Pensamos que con decir simplemente ‘tú eres
madre y padre, tú eres mi amigo y tú eres mi salvador, oh Dios de
dioses’, nos hemos entregado, hemos practicado la devoción direc-
ta. Esto no es correcto. Esto no es más que una devoción oral. La
real devoción ininterrumpida es una indagación profunda en los
ámbitos del yo interno, en las profundidades de nuestro corazón. Se
darán cuenta de que todo lo que ven en el mundo es inanimado, con
este cuerpo que es inerte experimentamos objetos que son ciento
por ciento inertes, pensamos que todos los objetos que nos rodean
son reales y permanentes. En tanto que no son sino transitorios y
temporales y están condenados a perecer algún día. Todo en la
creación es sólo transitorio y cada experiencia es momentánea. Hay
un ejemplo que encontramos de esto en la vida de Harischandra.
Habiendo sacrificado todo lo que tenía en el mundo como posesio-

139
nes materiales, llegó a trabajar como cuidador de un cementerio.
Trabajando allí, vio que traían un cadáver de un hombre rico para
ser cremado, a quien acompañaban miles de sus parientes y amigos
con gran ostentación. Después de los rituales de la cremación, to-
dos los abandonaron y Harischandra fue el único que se quedó
acompañando al cuerpo que ardía entre las llamas. Se dio cuenta de
que el cuerpo parecía incorporarse de la acción yacente, debido a
la acción del calor sobre la columna vertebral, para volver luego a
su posición original. Como no estaba acostumbrado a este fenóme-
no, se puso a cavilar, se dio cuenta de la importancia que la mente
le atribuye a este cuerpo, que es tan irreal. Mientras está vivo, el
hombre cultiva el apego a su mujer, sus hijos y sus posesiones ma-
teriales, como su casa, su campo, etc. Cuando muere, el cuerpo es
consumido por las llamas, todos los que lo rodeaban no lo miran
más y se van, dejando al cuerpo absolutamente abandonado. Mien-
tras uno está vivo habla de su casa, su auto y de todas las cosas que
dice son suyas. Pero cuando la vida se ha ido, ¿pueden reclamar al-
gún derecho sobre ellas? No. Ellas pasan a manos de otros. Por lo
tanto, todas las posesiones materiales son transitorias, aunque el
hombre piense cuando está despierto que todo lo que ve es verda-
dero. Pero todo no son más que objetos inertes e inanimados.
Literalmente ustedes son Dios. No este cuerpo que llevan
consigo, como el caracol que carga con su propia casa, su capara-
zón. Cuando la fascinación por el cuerpo desaparezca, la luz del
Dios interno brillará e iluminará sus pensamientos, palabras y ac-
ciones."
Sai Baba

140
28
APEGO Y DESAPEGO

Siguiendo su camino, entraron en un pueblo, y una mujer, lla-


mada Marta, lo recibió en su casa. Tenía una hermana llama-
da María, que se sentó a los pies del Señor y se quedó escu-
chando su palabra. Mientras tanto Marta estaba absorbida por
los muchos quehaceres de la casa. A cierto punto Marta se
acercó a Jesús y le dijo: "Señor, ¿no te importa que mi herma-
na me haya dejado sola para atender? Dile que me ayude".
Pero el Señor le respondió: "Marta, Marta, tú andas preocupa-
da y te pierdes en mil cosas: una sola es necesaria. María ha
elegido la mejor parte, que no le será quitada".
Lc 10, 38-42
Con la respuesta que Jesús dio a Marta quiso hacerle entender que
debía aprovechar la oportunidad de escuchar las palabras del Mensajero
de Dios, que visitaba su casa, mientras los quehaceres podían esperar.
María había elegido lo que era más importante en esas circunstancias, o
sea, aquello que la llevaría a trascender lo material encontrando el cami-
no de lo espiritual, el camino de la liberación a través de las palabras y
presencia divina de Jesús. Más importante que afanarse por el orden de
una casa es, pues, ordenar la casa interna, la espiritual.
La conclusión que podemos sacar de este mensaje es que todos
los actos de nuestra vida diaria deben estar orientados hacia un solo
vértice: Dios.
"Veamos una pequeña historia. Marido y mujer de una familia
cumplían con sus deberes caseros de manera normal. Y también con

141
sus obligaciones en este mundo. Ella se levantaba temprano, le reza-
ba al Señor, llevaba a cabo su veneración al Señor de varias maneras
y le servía a su marido, atendiendo a todo lo que necesitaba. Él no te-
nía tan buenos hábitos. Se levantaba tarde, tomaba su desayuno sin la-
varse y se iba a la oficina. Cumplía con su trabajo, y pensando siem-
pre que el deber es Dios, no creía que hubiera necesidad de culto de-
vocional alguno. La mujer por su parte al orar cada día, le pedía al
Señor que de alguna manera le otorgara algo de fe y devoción a su
marido, y que le hiciera pronunciar el Nombre del Señor, al menos
ocasionalmente. Un buen día que el marido se encontraba de buen
ánimo, ella le habló para señalarle que la vida era algo muy sagrado,
pero que estaban viviendo como animales. Le pidió si no podía pensar
al menos una vez al día en el Señor. Agregó que la vida humana no era
tan sólo necesaria para ganarse la vida. Le dijo también que los ani-
males o los pájaros no necesitan educarse o ir a la universidad para
poder vivir y conseguir su alimento. Le dijo que el nacimiento huma-
no tiene por finalidad la promoción de la devoción y le rogó que cam-
biara su modo de vida. Al marido no le gustó nada lo que estaba oyen-
do, y le dijo a su esposa que era una mujer inocente. ¿Piensas que no
tengo devoción? Siento una gran devoción por Dios, pero mientras
trabajo no tengo tiempo libre para pensar en Él. Después que me reti-
re, después que los niños se hayan casado, se establezcan, comenzaré
a pensar en Dios. Ella le dijo que no valía la pena hablar con una per-
sona tan necia. Y se quedó en silencio pensando en el Señor. Una se-
mana más tarde, el marido cayó gravemente enfermo. La mujer llamó
al médico y le dio sus medicamentos al marido. De modo que después
de algunos días la enfermedad se hizo menos virulenta. Algunos días
después volvió el médico, le recetó una mezcla que habría de tomar en
tres dosis, una a la noche, otra a la mañana y una tercera a la tarde.
La mujer pensó que esto le daba una buena oportunidad para dar una
lección al marido. En la mañana, llegado el momento, no le dio el me-
dicamento al marido. Luego en la tarde también lo omitió. Entonces el
marido le dijo: ‘¿Qué es esto?, han pasado ya dos ocasiones que no
me has dado el medicamento’. La mujer respondió: ‘¿Para qué te pre-
ocupas del medicamento ahora? Bien lo puedes tomar todo, una vez
que haya pasado tu enfermedad’. El inquirió: ‘¿Y por qué habría de
tomar el medicamento después de haberme curado?’. La mujer con-
testó: ‘Cuando este cuerpo humano aún está contigo y está sano, y

142
cuando aún está sufriendo del mal de las atracciones del mundo, ha-
brás de tomar medicamentos en la forma de la devoción y fe en Dios.
¿De qué sirve que lo tomes cuando estés viejo y decrépito?’.
Es la promesa de Dios que si tienen devoción hacia Él, Él cui-
dará de todo el futuro de ustedes, Él les dará todo el bienestar que les
corresponde. Esto fue lo que dijo el Señor en el Gita: ‘¿Pero cuándo
será esto?’. Él dice que esto se realizará cuando el devoto pase su
tiempo pensando en Dios, cuando él acepte que Dios todo lo penetra
y que está presente en todos los seres. El Señor nunca dijo que Él cui-
dará del bienestar de un devoto todo el tiempo si el devoto usa sólo un
poco de tiempo de vez en cuando en pensar en Dios."
Sai Baba
Ningún siervo puede servir a dos patrones, porque necesariamente
odiará a uno y amará al otro o bien será fiel a uno y despreciará al
otro. Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al dinero.
Los fariseos escuchaban todo esto, pero se burlaban de Jesús
porque eran personas apegadas al dinero. Él les dijo: "Ustedes
aparentan ser gente perfecta, pero Dios conoce los corazones,
y lo que los hombres tienen por grande, lo aborrece Dios".
Lc 16, 13-15
"Debemos darnos cuenta de que para obtener cosa alguna, otra
debe ser sacrificada. El verdadero sacrificio implica dos cosas. La pri-
mera, darse cuenta de la causa de nuestra esclavitud en esta vida; y la
segunda, destruir esta esclavitud. Las personas piensan equivocada-
mente que sus ataduras son sus propiedades, la familia, etc., y que cor-
tando las conexiones con ellas podrán sacrificar todo y así volverse
aptos para alcanzar la Liberación. Pero estas no son las verdaderas
ataduras del hombre. Su verdadera atadura es la ignorancia al iden-
tificarse con su cuerpo. El que corte esta atadura alcanzará la Libe-
ración. Para cortar esta atadura es necesaria la purificación del co-
razón. La purificación del cuerpo, con jabón y agua, mediante la apli-
cación de perfume, no da como resultado la purificación de la mente.
En esta era, la repetición del nombre divino es la manera más
fácil de purificar la mente, y la entrega a Dios con una mente pura
es la manera más segura de alcanzar la liberación.

143
Háganse de un ojo claro mediante desapego y amor, agudicen
su sentido de discernimiento de tal manera que no tengan ningún
prejuicio o predilección. Entonces, podrán ver a Dios en ustedes
mismos, alrededor de ustedes y en todo lo que conozcan y sientan.
Disciernan, descubran qué cosa es buena, beneficiosa, y cuál
es dañina. Luego aférrense a lo bueno, no importa cuál sea el obs-
táculo. La actividad debe resultar de la conciencia del desapego,
ese es el secreto de una vida feliz. Desapéguense de los placeres
transitorios, valerosamente apéguense al Uno incomparable y pe-
renne y permanezcan en un sereno estado de conciencia extática.
Deberían ustedes cultivar el desapego, desarrollar la renuncia-
ción y mantener a raya el deseo. El objetivo de la vida humana no
es la riqueza o la vanidad, el oro o la fama mundana. Sean mo-
rales, sean virtuosos, sean sinceros en pensamientos, palabra y
obra; sean honrados consigo mismos. El dinero viene y se va. Pero
la moralidad viene y crece. Por eso el hombre tiene que dejar de an-
helar el dinero y deberá aspirar más y más por la moralidad.
Todos los esfuerzos serán inútiles si el corazón no es puro.
Miren al pez. Viviendo como lo hace perpetuamente en el agua, ¿se
ha desembarazado en algún grado de su olor detestable?
No, las pasiones del hombre no desaparecerán aunque se sumer-
ja en muchas sadhanas para purificar su corazón mientras esté lleno de
egoísmo. Tal hombre, si está deseoso de deshacerse del sentimiento del
yo y de lo mío, debe adorar a Dios. Debe convertirse en un aspirante es-
piritual sin gusto ni aversiones. Alteraciones como ésas no pueden
coexistir en el mismo natural corazón con la naturaleza del santo. La
luz y la oscuridad nunca pueden coexistir en el mismo lugar al mismo
tiempo, ¿no es así? Aquel cuyo corazón está regido por el grupo de las
seis pasiones únicamente podrá tener el egoísmo como su consejero.
Quienes tienen tal consejero son peores que los necios, no obstante lo
grandes que clamen ser como maestros, santos o renunciantes.
¿Qué es exactamente la Liberación? Es el equilibrio o la paz
que se obtiene mediante la limpieza del hombre interno. Es el ejer-
cicio de negar las impresiones que uno recibe a través de la vista,
el oído, la lectura, el aprendizaje, la acción y el logro de las cosas."
Sai Baba

144
Uno de entre la gente pidió a Jesús: "Maestro, dile a mi her-
mano que me dé mi parte de la herencia". Le contestó: "Amigo,
¿quién me ha nombrado juez o repartidor entre ustedes?". Des-
pués dijo a la gente: "Eviten con gran cuidado toda clase de co-
dicia, porque aunque uno lo tenga todo, no son sus posesiones
las que le dan vida".
A continuación les propuso este ejemplo: "Había un hombre rico,
al que sus campos le habían producido mucho. Pensaba: ¿Qué voy
a hacer? No tengo dónde guardar mis cosechas. Y se dijo: Haré lo
siguiente: echaré abajo mis graneros y construiré otros más gran-
des; allí amontonaré todo mi trigo, todas mis reservas. Entonces yo
conmigo hablaré: Alma mía, tienes aquí muchas cosas guardadas
para muchos años; descansa, come, bebe, pásalo bien". Pero Dios
le dijo: "¡Pobre loco! Esta misma noche te reclaman tu alma.
¿Quién se quedará con lo que has preparado?". Así sucederá al
que atesora para sí y no es rico a los ojos de Dios.
Lc 12, 13-21
"Cuando vengan los mensajeros de la muerte y les digan que
vuestro tiempo ha terminado y que han de morir, cuando vuestra
mujer e hijo se lamenten porque están llegando al fin, ¿será posible
que aún puedan pensar en el Señor? Cuando hayan llegado a la ve-
jez, se hayan retirado del trabajo, ¿les será posible sentarse a orar
y meditar? Para iniciarse en la senda espiritual y ser capaz de se-
guir esta forma de vida, la edad de la juventud es la más apropia-
da. Es en este contexto que se ha dicho salgan a tiempo, conduzcan
con cuidado y lleguen a salvo. Ya que esta es la edad adecuada, ha-
brán de comenzar desde ahora para que puedan experimentar paz
y felicidad y llevar adelante vuestra práctica con calma y firmeza.
Es muy conocido por todos los individuos que el estilo del
mundo es que las personas vayan tras la riqueza, la comida, los me-
tales preciosos como el oro y la plata, y demás. Pero en verdad es-
tos no son su riqueza, no son su felicidad, ni estas son las cosas que
deben ser consideradas como signo de prosperidad.
La buena conducta es la verdadera fortuna. El conocimiento
divino es la verdadera riqueza que debe atesorarse. Las acciones y
la conducta correcta son la prosperidad, solamente cuando com-

145
prendan que estas buenas cualidades son las riquezas que deben
adquirir y no los placeres mundanos, entonces se justificará lo que
les ha sido dicho, que entre los animales el nacer como un hombre
es sumamente difícil. Por lo tanto, deberían prestar una gran aten-
ción al cultivo del buen comportamiento durante su vida. Ser capaz
de dormir, de comer y de asustarse cuando hay peligro son cosas
comunes al hombre y a los animales. Estas cualidades no distingue
a un hombre de un animal. El único rasgo distintivo que lo califi-
ca es la inteligencia. Y si el hombre no usa su inteligencia de ma-
nera adecuada será tan sólo un animal más.
Es una ley natural el contestar a los llamados de la naturale-
za como dormir, alimentarse, y así. Sin embargo, sólo siguiendo es-
tas leyes naturales no serán capaces de ir a ningún lugar o de al-
canzar un destino elevado."
Sai Baba
No junten tesoros y reservas aquí en la tierra, donde la polilla
y el óxido hacen estragos, y donde los ladrones rompen el mu-
ro y roban. Junten tesoros y reservas en el Cielo, donde no hay
polilla ni óxido para hacer estragos, y donde no hay ladrones
para romper el muro y robar.
Pues donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón.
Mt 6, 19-21
Ahora vamos a ver lo que dice Sai Baba con motivo de la inau-
guración de un banco en Prashanti Nilayam, el 14/07/1966:
"La riqueza es una de las metas, es decir, uno de los objetivos le-
gítimos del quehacer humano. Las cuatro metas son la rectitud, la ri-
queza, el deseo y la liberación. Han sido enumerados así, en este orden,
a propósito. La rectitud debe dirigir y controlar el proceso de adquirir
riqueza y la liberación debe ser el factor regulador del deseo. Toda ri-
queza obtenida de fuentes corrompidas por actos de injusticia debe ser
tratada con desprecio, como indigna del hombre. Todos los deseos que
no estén subordinados a la única necesidad suprema de la liberación se
deben abandonar, están por debajo de la dignidad del hombre. Por lo
tanto la base espiritual, la base de la rectitud y de la liberación deben
ser las raíces tanto de la riqueza como del deseo. Sin éstas, la ganancia

146
degenera en saqueo y el deseo degenera en muerte. Este banco les ayu-
da a mantener a salvo vuestro dinero, lo depositan allí. Ellos están feli-
ces de recibirlo de ustedes e irán a hacer uso del mismo cuando estén en
dificultades. Pero el dinero los ayudará solamente en problemas mun-
danos. Lo acumulan con gran cuidado, mediante actos de miles de sa-
crificios, negándose a sí mismos este confort o esta comodidad, aho-
rrando en este artículo o en aquél, gastando menos y ganando más. Pe-
ro llegará el día en que tendrán que dejar la pila de dinero e irse con las
manos vacías. Esta chequera no podrá ser utilizada allá. Incluso puede
que tengan problemas aquí, cuando la suma se convierta en una suma
atrayente, los hijos comenzarán a pelearse por él, causándoles ansiedad
y temor. Los impuestos se llevarán una gran parte, habrá ladrones y es-
tafadores que estarán al acecho. Pero existe también otro banco que re-
cibe depósitos y mantiene cuentas con eficiencia y absolutamente confi-
denciales. Cada suma, por pequeña que sea, es asentada y consignada,
actos, pensamientos, palabras buenas, malas o indiferentes. Si este ban-
co cuida bien de nuestros bienes y riquezas, aquel banco observa si son
personas que actúan bajo la presunción de que existe un principio, guía
soberano, que es divino, que susurra advertencias desde el corazón
cuando infringen la rectitud y la verdad, cuando el deseo y la riqueza es-
clavizan descontroladamente al hombre. Ningún hijo podrá pedir esos
bienes y riquezas, ningún recaudador de impuestos pondrá sus manos
sobre ellos, ningún estafador puede ponerlas en sus bolsillos. Abran una
cuenta corriente allí, en ese banco para vuestra prosperidad aquí y más
allá. Ese depósito que se acrecentará con sus esfuerzos espirituales les
otorgará alegría y paz. Mientras desarrollen este hábito de ahorrar aquí
en prevención de la ancianidad o de los tiempos de peligro, es necesa-
rio que desarrollen ese hábito de ahorrar para el más allá, para que
puedan ser salvados.
La rectitud, la verdad y el amor son la moneda que aquel otro
banco recibe. Todos los actos, palabras y sentimientos que resuenen
con la pureza de estos metales serán aceptados como depósitos. De mo-
do que al abrir una cuenta en ese banco deben preocuparse también de
abrir una en aquel otro. Este banco no le otorgará préstamos a cual-
quier persona, ayudará sólo a aquellos que sean dignos de confianza,
a aquellos que hayan demostrado mediante su laboriosidad e integri-
dad que harán buen uso del dinero y cumplirán con su palabra. Tam-
bién ese otro banco salvará de la miseria y del sufrimiento a aquellos

147
que tengan verdad, rectitud, paz y amor. Este banco ayudará solamen-
te en proporción a los depósitos que estén a vuestro nombre. Aquel ban-
co opera de la misma manera.
Las consecuencias de las actividades meritorias en nacimientos
anteriores pueden influir ahora, pero si no las tienen no se aceptará nin-
gún cheque. Además, sólo quienes tienen cuenta pueden operar en él.
Cada uno debe tener una cuenta, un hermano no puede girar sobre la
cuenta de otro hermano ni la esposa puede girar sobre la cuenta del ma-
rido. Este banco les dará préstamos si hipotecan su casa o tierra, los
bienes que hayan heredado de sus familiares, la joya de oro que hayan
recibido de su madre, etc. Aquel otro banco también les permitirá girar
sobre las cuentas de nacimientos anteriores y los depósitos realizados
entonces. Por eso pueden encontrar algunas personas que son obvia-
mente perversas y crueles, mezquinas y miserables, y sin embargo lle-
van vidas felices, libres de dolor y aflicción. Ellas están girando a cuen-
ta de depósitos realizados en el pasado, tienen derecho a esa felicidad.
A veces este banco les permitirá girar al descubierto para que puedan
superar una crisis temporaria. El monto del descubierto lo fija el geren-
te de acuerdo con la confiabilidad y actitudes que muestra. Es como una
gracia que Dios les conferirá cuando la hayan merecido por sus buenas
acciones, buenos pensamientos, buenos sentimientos, buena compañía y
constante repetición y reflexión sobre el nombre de Dios y la gloria que
éste expresa.
Los bancos tienen caja de seguridad, donde los clientes pue-
den guardar sus valores, joyas, documentos, y otras cosas tales co-
mo la plata y el oro que pueden atraer a los ladrones. Así podrán
estar libres de preocupación y dormir en paz. Entréguenlos al cui-
dado del banco y liberen la mente de ansiedad. Aquel otro banco
que se ocupa de cuentas espirituales también tiene una caja de se-
guridad, entreguen al cuidado de Dios sus joyas: inteligencia, ta-
lento, capacidad de servicio y la gema que más valora, es decir,
vuestro ego. Entonces podrán ser felices. Él dice entréguense sólo a
Mí y les aseguro que no sufrirán nunca. Este banco se ocupa de un
tipo de patrimonio, aquel banco se ocupa de otro.
Estas posesiones, el dinero y el resto, pueden ser ganados por
cualquiera, incluso por agiotistas, tratantes del mercado negro, bando-
leros, timadores y ladrones, todos ellos pueden acumular dinero, pero el

148
patrimonio que se acepta en aquel otro banco espiritual proviene sólo
de aquellos que se esfuerzan por ser virtuosos y desapegados, humildes
y santos. Traigan a este banco todas sus posesiones terrenales. Aquel
otro patrimonio, las buenas obras que realizan, la pureza que logran, el
amor que manifiestan, tráiganmelo a Mí. Tráiganme todas esas cosas
preciosas y las aceptaré como depósitos."
Sai Baba
Entonces se le acercó un maestro de la Ley y le dijo: "Maestro,
te seguiré adondequiera que vayas". Jesús le contestó: "Los zo-
rros tienen cuevas y las aves tienen nidos, pero el Hijo del
Hombre ni siquiera tiene dónde recostar la cabeza".
Mt 8, 19-20
"Muchos de ustedes probablemente piensen que ya que gente
de todas partes de la India y también de países extranjeros viene a
Puttaparti, deben estar volcando sus contribuciones en los cofres de
Nilayam. Pero déjenme decir la verdad. Yo no tomo nada de nadie,
excepto su amor y devoción. Esta ha sido mi práctica constante du-
rante todos estos años. La gente que viene aquí me da sólo la ri-
queza de la fe, la devoción y el amor. Eso es todo.
No existe ni la más leve traza de interés egoísta en Mí. No im-
porta lo que haga o el camino que tome, todo lo hago por la felici-
dad de todos, el bien de todos y el mejoramiento de todos. Ni una
sola de mis acciones es algo ajeno a Mí, todos Mis deseos son sólo
para promover el bienestar del mundo. Que todo el mundo sea feliz
es el único objetivo de Sai."
Sai Baba

149
29
LA PROVIDENCIA

Entre desapego y Providencia existe una estrecha relación.


La palabra "Providencia" viene del latín "Providere", que signi-
fica: "Cuidar o mirar en favor de...".
Entonces es lógico pensar que Dios cuida de lo que es parte de
su Ser: la Creación toda.
El porqué de este cuidado de Dios lo encontramos sin duda en
esa razón ontológica, ya que somos parte de Su Esencia, somos chis-
pas divinas, parte de ese Todo Universal que llamamos Dios.
Cuando el hombre, cegado por la ignorancia, olvida su origen y
hace mal uso de la libertad que Dios le ha dado, cierra la mano cuan-
do Dios se la extiende para socorrerlo.
Cuánto debiéramos reflexionar para tomar esa determinación
maravillosa de abandonarnos en manos de la Madre Divina. Esa es la
verdadera entrega.
Si el hombre se preocupara de lo único por lo que vale la pena
vivir, ciertamente evitaría angustias, desaciertos, problemas, lágrimas,
fracasos, que terminan por deteriorar y acortar su vida.
En cambio, quien se preocupa por encontrar el verdadero pro-
pósito de la existencia, vivirá en brazos de la Providencia.
Nadie puede ser esclavo de dos señores, porque aborrecerá a
uno y amará al otro, o bien se aficionará al uno y despreciará
al otro. No podéis servir a Dios y al dinero. Por esto os digo:

150
No os angustiéis por vuestra vida, qué vais a comer; ni por
vuestro cuerpo, qué vais a vestir. ¿No es la vida más que el ali-
mento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cie-
lo; no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y vuestro
Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros más que ellas?
¿Quién de vosotros, con su inquietud, puede añadir a su vida
un solo instante? Y del vestido, ¿por qué os preocupáis? Ob-
servad cómo crecen los lirios del campo, no se fatigan ni hilan.
Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió co-
mo uno de ellos. Pues si Dios viste así la hierba del campo que
hoy es y mañana se echa al fuego, ¿no hará más con vosotros,
hombres de poca fe? No os inquietéis, pues, diciendo: "¿Qué
comeremos?" o "¿qué beberemos?" o "¿cómo vestiremos?".
Por todas esas cosas se afanan los gentiles. Vuestro Padre ce-
lestial sabe que las necesitáis. Buscad primero el Reino y su
justicia, y todo eso se os dará por añadidura. Así que no os in-
quietéis por el día de mañana; que el mañana traerá su inquie-
tud. A cada día le basta su afán.
Mt 6, 24-34
"El primer requisito del buscador es la cualidad del desape-
go, de la renunciación. Una cualidad que es el producto del profun-
do discernimiento sobre la naturaleza y las características de los
sentidos, la mente y el intelecto, así como sobre la naturaleza de los
objetos que nos rodean. Algunas personas admiten que el hombre
nace solamente para gratificación de los sentidos; otras creen que
deberían atesorar riquezas y alimentos para su disfrute y felicidad
únicamente. Si el hombre simplemente consume alimentos como los
demás animales, ¿en qué se diferencia de ellos? ¿Es necesario na-
cer como hombres para acumular alimentos? El pájaro que siente
hambre y no ha almacenado alimento vuela directamente a él para
satisfacer su hambre de ese momento. El hombre por el contrario
almacena alimento para gratificación futura. El hombre no nació
para andar en busca de alimento, nació para ir en busca del alma.
Esta lección de que a la persona que renuncia le será dado
todo por añadidura ha sido enseñada en la India desde tiempos re-
motos. Por ello la India brilló como la tierra de la renunciación, el
autocontrol y la actividad elevadora; cuando la renunciación como

151
forma de vida dejó de ser observada, se cayó en enfermedad, esto
es una vida llena de lamentos y gemidos, reclamando por alimento
a las puertas de otro. ¿Cómo podría la renunciación desarrollarse
sin el control de las agitaciones del deseo de la mente? Pueden us-
tedes tener aire acondicionado, pero sin el acondicionamiento de la
mente, ¿cómo puede haber paz? Pueden ustedes llegar a controlar
los precios, la producción de hierro o de telas, la distribución de
granos y un gran número de otros artículos y procesos, pero a me-
nos que tengan control de la mente el resto no son sino experimen-
tos estériles, el control de la mente es más heroico y benéfico que
cualquier otro sistema de control.
Lo que ha de ganarse no es dinero sino virtud. Los medios de
sustento tienen gran demanda, son recolectados por bestias y aves,
no hay nada de específicamente humano en esa actividad. Cuando
la inteligencia se aplica a la búsqueda de alimento y comodidades
físicas, el hombre se pierde en ocupaciones animales.
La vida humana es mucho más significativa que la vida de las
aves y las bestias. El hombre tiene en sí una chispa de lo divino; su
cuerpo es un templo de Dios, de modo que ha de vivir de tal mane-
ra que su divinidad innata se exprese a través del amor, el servicio
a los demás y el reconocimiento de la constante presencia de Dios,
tanto en sí mismo como en quienes lo rodean. Cuando el hombre de-
dica su talento a la búsqueda de alimento, se aleja de la luz que bri-
lla dentro de él, el alma.
La vida del hombre tiene el propósito de alcanzar el conoci-
miento y perfeccionar su carácter. Esta vida que es muy valiosa no
debe ser desperdiciada. Cuando una vaca pare una cría, cuando és-
ta cae al suelo, está recubierta por una especie de membrana que la
envuelve. La vaca la lame hasta remover por completo la membra-
na y sólo entonces la cría puede pararse en sus patas. Mientras la
recubre la impureza no puede estar viva ni moverse. Si la vaca que
no es más que un animal le da de esta manera fuerza y vida a su
cría, ¿no le dará fuerzas a los seres humanos el Protector de almas
y del mundo para ayudarlos a ponerse de pie y enfrentar el desafío
de la vida? ¿No será capaz el boyero inmortal de ayudar a los de-
votos a realizar su labor y su misión en la vida? Si hay alguien que
no guarda esta fe y esta confianza, ¿cómo puede decirse devoto?

152
¿De qué sirve el repetir simplemente la palabra devoción?
No viene a ser más que un mar oscuro. Decimos que nos entrega-
mos a Dios, pero nos entregamos sólo a la codicia. Lo que en ver-
dad se requiere es una triple pureza, pureza de pensamiento, de pa-
labra y de obra."
Sai Baba

153
30
EL EGO

Veamos las siguientes definiciones:


Ego: palabra de origen latino cuyo significado es "yo".
Egoísmo: "Amor excesivo de sí mismo, que hace buscar desme-
didamente el propio interés".
Puede deducirse claramente de ellas que "ego" y "apego" se vin-
culan estrechamente en su significado.
Debemos diferenciar Ego con mayúscula de ego con minúscula.
El primer caso se refiere al Absoluto Universal, mientras que el se-
gundo al yo individual. Nuestra meta es fundirnos con el Yo Universal,
y para esto debe desaparecer el yo individual.
Veamos a continuación lo que nos dicen Jesús y Sai Baba en sus
respectivas enseñanzas, para lograr tal objetivo.
Entonces Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos: "Los es-
cribas y los fariseos se sientan en la cátedra de Moisés: haced
y guardad lo que os digan, pero no hagáis lo que ellos hacen,
porque dicen y no hacen".
Mt 23, 1-3
Escriba: doctor e intérprete de la Ley de Moisés.
Fariseo: perteneciente a una secta judía que se preocupaba más
por el cumplimiento de la letra de la Ley que por su espíritu.
Publicano: recaudador de impuestos, funcionario del estado.
"Hoy en día en todos los países los hombres se han vuelto lo-
cos por el poder y recurren sin escrúpulos a la alabanza propia y a la
hueca perorata. Desarrollan odios en contra de otros, fomentan la en-

154
vidia y alimentan sus funestos egos, hundiendo en el temor, la ansie-
dad y el caos a la sociedad a la cual pertenecen. No saben que si sos-
tienen y practican elevados ideales podrán ganar fama eterna, se
contentan con el aplauso barato y la publicidad pasajera.
El auténtico erudito no deberá albergar en ningún momento
algún rasgo egoísta en sus pensamientos. Sin embargo, es de la-
mentar que los hombres doctos de hoy estén marcados por un
egoísmo ilimitado. En consecuencia, persiguen ideales equivocados
y se lanzan por caminos desviados.
Ya sea que una persona sea un maestro en toda la ciencia, o
un famoso y gran intelectual, será ciertamente marginada de entre
los eruditos y los sabios si no muestra humildad y disciplina en su
trato con los demás. Estas personas no serán honradas por las en-
tidades. Puede que se gane su respeto por algún tiempo, pero muy
pronto esta actitud desaparecerá, y ese tipo de respeto no le valdrá
reputación alguna a quien lo inspire.
Sólo la falta de artificio y la sencillez atraen el honor y hacen
que éste sea grato. La necia exhibición de erudición no produce si-
no rachas de reputación y de ridículo."
Sai Baba
Jesús refiriéndose a los escribas y fariseos dice:
Hacen todas sus obras para que los vean los hombres. Ensan-
chan sus filacterias y alargan los flecos del manto. Gustan del
primer puesto en los banquetes, y de los primeros asientos en
las sinagogas, de los saludos en las plazas, y que los llamen
"¡Maestro!". Pero vosotros no os dejéis llamar Maestro; por-
que uno es vuestro Maestro, y todos vosotros sois hermanos. A
nadie sobre la tierra llaméis Padre, porque uno solo es vuestro
Padre, el celestial. Ni os dejéis llamar doctores, porque uno so-
lo es vuestro Doctor: Cristo. El mayor de vosotros sea vuestro
servidor. Pues el que se ensalza, será humillado, y el que se hu-
milla, será ensalzado.
Mt 23, 5-12
"El egoísmo causa la falta de paz. El hombre crea y desarrolla en
su persona una abundante variedad de hábitos y actitudes egoístas que

155
le causan gran descontento. El impulso para todo esto proviene del
complejo del poder. El ansia de acumular autoridad, dominación y man-
do; el ansia de cosas que nunca pueden ser eternas y completas.
En verdad, es imposible para el hombre alcanzarlas hasta el ni-
vel de saciedad. La omnipotencia pertenece solamente al Señor de todo
lo que existe. Una persona puede sentirse soberbia al llegar a ser
maestro en todas las artes, o propietario de todas las riquezas, o posee-
dor de todo el conocimiento, o depositario de todas las escrituras sa-
gradas, ¿pero de quién obtuvo todas estas cosas? El hombre debe ser
verdaderamente más grande, aun puede reclamar que obtuvo todo esto
a través de sus propios esfuerzos, a través de su trabajo y su afán, pero
con toda seguridad alguien o algunos se lo dieron a él en alguna u otra
forma, esto no puede negarse. La fuente de quien toda autoridad, todo
poder, se origina, es el Señor del universo. El ignorar esa omnipotencia
engañándose uno mismo con que el poco poder que se adquirió es pro-
piedad de uno, eso verdaderamente es egotismo, vanagloria, orgullo.
Cuando se renuncia a la ostentación se puede aspirar a un res-
peto permanente de la gente. La verdadera educación imparte un espí-
ritu de renunciamiento, el desagrado por la ostentación y el anhelo por
servir a todos. Hay personas que se tornan engreídas tan pronto alcan-
zan algún conocimiento, pretenden ser expertos en todos los campos del
conocimiento y se vanaglorian a diario de sus logros, se pavonean por
todas partes como si ya lo supieran todo.
Tienen ustedes que mostrar por medio de normas y por medio del
ejemplo que el camino de la autorrealización es el camino al gozo per-
fecto. En consecuencia, recae en ustedes una gran responsabilidad, la
responsabilidad de demostrar mediante su karma, postura, humildad,
pureza, virtud, valentía, convicción bajo cualquier circunstancia, que la
práctica de la disciplina espiritual los ha hecho mejores, más felices y
más dúctiles. Practiquen y demuestren, no afirmen simplemente con pa-
labras lo que niegan con los hechos.
Ustedes fácilmente se desvían de su camino por los caprichos
de su mente, por eso es que yo les digo vigilen sus palabras, sus ac-
ciones, sus pensamientos, su carácter, su corazón. Si cada segundo
vigilan todo esto, serán muy felices."
Sai Baba

156
Jesús dijo también a sus discípulos ante toda la gente que es-
cuchaba: "Cuídense de esos maestros de la Ley a los que les
gusta llevar largas vestiduras, y ser saludados en las plazas, y
ocupar los puestos reservados en las sinagogas y los lugares de
honor en los banquetes. Se introducen con sus largas oracio-
nes, y luego devoran los bienes de las viudas. Esos tendrán una
sentencia muy rigurosa".
Lc 20, 45-47
"La persona que sea muy docta y realmente erudita llevará
una vida sin pretensiones, en tanto que la que no haya logrado una
educación genuina ni la firmeza que ésta confiere, vivirá en la va-
nagloria y la soberbia, luchará tenazmente por ocultar sus defectos
a los ojos de los demás, pero todo este empeño fracasará al final y
deberá enfrentarse a una doble derrota, no llegará a experimentar
la bienaventuranza ni llegará a impartírsela a otros.
De modo que no deben permitir que el deseo de ostentación en-
tre en sus mentes. No dejen que se les acerque ni siquiera el egoísmo,
mantengan la humildad y la lealtad hacia los ideales superiores, sólo
así podrán servir a la causa de la paz y la prosperidad del mundo. Úni-
camente cuando el individuo logra exitosamente ser bueno puede tam-
bién llegar a ser bueno el mundo."
Sai Baba
¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos hi-
pócritas! Ustedes pagan el diezmo hasta sobre la menta, el anís
y el comino, pero no cumplen la Ley en lo que realmente tiene
peso: la justicia, la misericordia y la fe. Ahí está lo que ustedes
debían poner por obra, sin descartar lo otro. ¡Guías ciegos!
Ustedes cuelan un mosquito, pero se tragan un camello.
Mt 23, 23-24
"El hombre se vuelve ciego a causa de su ego. El que está ce-
gado por su ego es incapaz de ver nada de lo que le rodea.
La vida del hombre brilla en medio de todas sus vicisitudes
sólo cuando despliega cualidades como ecuanimidad y compasión.
Debido a que el hombre cubre su mente con un manto de ignoran-
cia, tapa sus ojos con el egoísmo y cierra su corazón con las puer-

157
tas del orgullo, él ha olvidado al Señor que lo ha creado y lo prote-
ge. Dichos hombres no son capaces de recibir ninguna enseñanza,
ellos adoran los altares levantados en los órganos de los sentidos.
Mientras sus deseos crezcan, el hombre no puede escuchar lo que es
más sano para él, no tiene placer por la compañía de lo bueno. No
sabe de lo transitorio de la vida. No tiene conciencia de la natura-
leza cambiante, de la alegría y del dolor, del éxito y del fracaso. Con
la obsesión de adquirir todo el placer y la riqueza posible, el hom-
bre no ve a la divinidad que es la esencia de su naturaleza. Sumer-
gido en la ignorancia malgasta su vida en la búsqueda de cosas
transitorias.
La persona que aspira a la sabiduría deberá poseer bondad,
compasión y amor hacia todo ser viviente. La bondad para con todo
ser deberá formar parte de su propia naturaleza. Más que ninguna
otra cosa, la sabiduría implica la cualidad de la compasión hacia to-
do ser viviente. Si una persona alberga mala voluntad hacia cualquier
ser, toda su educación carecerá de sentido. El amor y la compasión no
deben sólo limitarse al género humano sino abarcar a todos los seres
vivientes. Esto quiere decir que el hombre docto que haya adquirido
humildad gracias a la sabiduría deberá tratar con igual consideración
a la vaca, al sacerdote, al elefante, al perro y al que come carne de pe-
rro. Esta compasión uniforme se convierte por sí misma en un bien
uniforme para todo el que la recibe. Desearle bien a todos denota a
aquel que ha asimilado la sabiduría."
Sai Baba
Guárdense de las buenas acciones hechas a la vista de todos, a
fin de que todos las aprecien. Pues en ese caso, no les queda-
ría premio alguno que esperar de su Padre que está en el cie-
lo. Cuando ayudes a un necesitado, no lo publiques al son de
trompetas; no imites a los que dan espectáculo en las sinago-
gas y en las calles, para que los hombres los alaben...
Mt 6, 1-2
Cuando ustedes recen, no imiten a los que dan espectáculo; les gus-
ta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para
que la gente los vea. Yo se lo digo: ellos han recibido ya su premio.
Mt 6, 5

158
Cuando ustedes hagan ayuno, no pongan cara triste, como los
que dan espectáculo y aparentan palidez, para que todos noten
sus ayunos. Yo se lo digo: ellos han recibido ya su premio. Cuan-
do tú hagas ayuno, lávate la cara y perfúmate el cabello. No son
los hombres los que notarán tu ayuno, sino tu Padre que ve las
cosas secretas, y tu Padre que ve en lo secreto, te premiará.
Mt 6, 16-18
"Deben enfocar su atención en los valores elevados de la vi-
da y no los deben perder de vista en la loca persecución de los va-
lores bajos. El hombre actual se comporta de tal manera que no hay
un solo rastro de divinidad en él. Actúa como un mono perdiendo de
vista los valores elevados de la vida.
Las cuatro ruedas del carruaje que conducen al hombre sin
peligro a su Destino son: el carácter, la verdad, el sacrificio, la to-
lerancia. El hombre de hoy pierde de vista el hecho de que él es un
espíritu eterno y vive sólo para el momento presente perdiendo de
vista los valores sublimes de la vida.
La educación requiere del cultivo de la humildad. Una gran
sabiduría trae consigo una gran humildad, sin humildad no hay
educación. Esto está faltando hoy, las personas están malgastando
sus vidas leyendo muchos libros; ellas no tratan de comprender el
espíritu, ni tratan de implementar lo que han leído.
Cuando observamos el problema, y tratamos de entender qué hay
detrás, cómo se han producido tristes situaciones y dónde yace la res-
ponsabilidad, la respuesta es que generalmente no hay humildad.
Aquel que domine su egoísmo, sus deseos egocéntricos, el
que destruya sus sentimientos bestiales y sus impulsos brutales y de-
seche la tendencia natural de considerar el cuerpo como su yo, es-
tá con toda seguridad recorriendo el sendero de la virtud. Tal per-
sona sabe que la meta de toda moralidad es la unión. La fusión o la
absorción del yo individual en el Yo Universal.
El haber abandonado los caminos útiles y haber seguido los da-
ñinos y peligrosos hizo que olvidaran la presencia de Dios. En cual-
quier campo que un hombre trabaje si es atrapado por el ego no sólo
lo llevará a situaciones peligrosas sino que incluso le creará dificulta-

159
des considerables. El ego trabaja sobre la estatura del hombre, como
los rayos del sol de la mañana lo hacen sobre sus hombros, lo cual los
hace verse muy grandes. Conforme el sol se eleva en el cielo, la lon-
gitud de la sombra causada por sus rayos se va haciendo cada vez más
pequeña. De la misma manera, la estatura de un egoísta es algo que
va disminuyendo conforme pasa el tiempo. Por el contrario, la humil-
dad tiene un efecto que puede ser comparado con los rayos del sol del
mediodía y la sombra. La sombra puede ser pequeña en el mediodía,
pero conforme el sol desciende y la tarde se acerca, la sombra que era
pequeña al principio se hace cada vez más larga. Por la tanto, la hu-
mildad es buena e indica el camino que es bueno para la vida. La hu-
mildad y la obediencia aunque se vean como cosas pequeñas que no
les dan ningún poder notable les otorgarán alegría y placer enrique-
cidos y aumentados a medida que pase el tiempo. Yo deseo que todos
ustedes adquieran estas tres cualidades: la obediencia, la fe y la hu-
mildad."
Sai Baba
Jesús notó que los invitados trataban de ocupar los puestos de ho-
nor, por lo que les dio esta lección: "Cuando alguien te invite a un
banquete de bodas, no escojas el mejor lugar. Puede ocurrir que
haya sido invitado otro más importante que tú, y el que los invitó
a los dos venga y te diga: Deja tu lugar a esta persona. Y con gran
vergüenza tendrás que ir a ocupar el último lugar.
Al contrario, cuando te inviten, ponte en el último lugar y así,
cuando llegue el que te invitó, te dirá: Amigo, ven más arriba. Es-
to será un gran honor para ti ante los demás invitados. Porque el
que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado".
Lc 14, 7-11
"Si hacemos depender el ego de nuestra posición en la vida -la
que ignoran si se elevará, disminuirá o desaparecerá por completo- de-
ben comprender que no tiene sentido que el ego dependa de la posición
o de la autoridad, ya que en el momento en que pierdan esta situación
de privilegio volverán a convertirse en personas comunes. De nada les
sirve sentirse importantes o arrogantes por la educación que hayan re-
cibido, ya que es bien sabido que la verdadera educación consiste en
adquirir humildad y remover el ego.

160
La verdadera educación no desarrolla soberbia, sino que en-
trega la medida justa para adquirir humildad. Todas las personas
realmente educadas miran a todos los demás con humildad y senti-
do de igualdad.
Encontrarán que han estado anhelando sólo cosas indignas
para un honor momentáneo, para una fama fugaz.
Deben implorar sólo por Dios, por su propia pureza y per-
fección."
Sai Baba
Jesús dijo esta parábola por algunos que estaban convencidos de
ser justos y despreciaban a los demás. "Dos hombres subieron al
Templo a orar. Uno era fariseo y el otro publicano. El fariseo,
puesto de pie, oraba en su interior de esta manera: 'Oh Dios, te
doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son la-
drones, injustos, adúlteros, o como ese publicano. Ayuno dos veces
por semana y doy la décima parte de todas mis entradas'.
Mientras tanto el publicano se quedaba atrás y no se atrevía a
levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho di-
ciendo: 'Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador'.
Yo les digo que este último estaba en gracia de Dios cuando
volvió a su casa, pero el fariseo no. Porque el que se hace gran-
de será humillado, y el que se humilla será enaltecido".
Lc 18, 9-14
"La devoción a Dios no se mide ni se juzga por el número de
rosarios que se repiten, con las velas que se encienden, con las mar-
cas en las frentes, por el pelo enmarañado. La pureza de vuestros
motivos e intenciones es esencial, para que el amor que es el prin-
cipal ingrediente de la devoción no se aleje de nuestro corazón. Hay
tres señales externas, genuinas, de la devoción: fe, humildad y apre-
hensión. Fe en la victoria final de la verdad y el amor. Humildad an-
te los mayores y los sabios. Y aprehensión ante la presencia del mal.
Temor a mezclarse con malas compañías. La devoción no puede lle-
gar al hombre desde afuera, tiene que crecer desde el interior por
medio del esfuerzo para limpiar la mente, para conocer el origen y
la naturaleza del hombre y del universo.

161
Deberán tomar la determinación de emular a los que sean me-
jores y buscar ganar una apreciación similar. Deberán empeñarse por
adquirir conocimientos y logros mejores, tal como lo hacen los demás;
esto es lo que constituye una ambición correcta.
Si por el contrario desean la caída de otros para sobresalir
como únicos, no harán sino revelar su naturaleza animal, ello les
llevará a la perdición.
El alabarse uno mismo y denigrar a otros representa algo
igualmente letal. El tratar de ocultar la propia vileza y maldad po-
niéndose una máscara de bondad, el justificar los errores y exagerar
los logros, también son rasgos ponzoñosos. Igualmente venenoso es
el ignorar lo bueno en los demás y buscar con ahínco sólo sus defec-
tos. Nunca pronuncien palabras que denigren a otros.
Debemos hacer todos los intentos por promover la compasión
y la bondad, esto se llama benevolencia, buena voluntad. Y si desa-
rrollamos estas buenas cualidades, Dios también aparecerá para
estar cerca de nosotros."
Sai Baba
¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos hi-
pócritas! Ustedes son como sepulcros bien pintados, que se ven
maravillosos, pero que por dentro están llenos de huesos y de
toda clase de podredumbre. Ustedes también aparentan como
que fueran personas muy correctas, pero en su interior están
llenos de falsedad y de maldad.
Mt 23, 27-28
"El egoísmo es la semilla de la codicia, la envidia, la ira, la ma-
licia, la soberbia y toda una hueste de otras tendencias retrógradas
que obnubilan su inteligencia, desvían su atención de la verdad y ha-
cen que lo falso aparezca como verdadero, así como distorsionan lo
verdadero para mostrarlo como falso. Por lo tanto se vuelve esencial
limpiar las mentes de éstas, mediante una disciplina espiritual regular,
que lleve a la pequeña voluntad a la infinita Voluntad de Dios, para
que se fusione en su gloria. La erudición o el talento, por más profun-
dos y variados que sean, no tienen poder purificador alguno. Sola-
mente añaden las impurezas del orgullo y la competencia. Los hom-

162
bres cultos no son necesariamente buenos, como tampoco aquellos
que poseen poderes espirituales sobre la naturaleza están libres de or-
gullo, envidia y codicia. La verdad, la rectitud, la paz y el amor son el
distintivo cualitativo de un corazón purificado, un corazón convertido
en santuario de Dios y en el que éste se manifiesta".
Sai Baba
¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos hi-
pócritas! Ustedes purifican el exterior del plato y de la copa,
después que la llenaron de robos y violencias.¡Fariseo ciego!
Purifica primero lo que está dentro, y después purificarás tam-
bién el exterior.
Mt 23, 25-26
"La refulgencia del alma es oscurecida por el egotismo, por
lo tanto si se destruye éste, todas las penas terminan, todos los des-
contentos desaparecen y se logra la bienaventuranza. Como el sol
es oscurecido por la niebla, el sentimiento de egotismo cubre la fe-
licidad eterna. Aun si los ojos están abiertos una pieza de tela o de
cartón puede impedir que la vista funcione efectiva y útilmente. Así
también la pantalla del egotismo impide al hombre ver a Dios,
quien en verdad está más cerca de él que cualquier otra cosa.
Deben limpiar su corazón de todo egoísmo, orgullo y codicia.
Consideraremos a continuación la limpieza interior. Es decir,
el mantener libres de suciedad, serenos, sagrados, la mente, los
pensamientos. Cuando los pensamientos y los sentimientos son im-
puros, agitados, uno no puede mantenerse calmo ni contento; cuan-
do la mente está contaminada, también se contaminan las reaccio-
nes de la persona.
Este cuerpo es un templo en el que Dios reside. El cuerpo tam-
bién es un recipiente que Dios ha enviado al mundo para alguna la-
bor; digamos que ustedes piden prestada una vasija para una ocasión
especial en vuestro hogar. Cuando la devuelven, después de haberla
usado, serán considerados de muy bajo nivel si la entregan dañada,
sucia o en malas condiciones. Aquel que la retorne en iguales condi-
ciones como la recibió, podrá ser tildado de mediocre. Pero aquel que
repara los defectos que podría haber tenido la vasija, la limpia y la pu-

163
le, devolviéndola en mejor estado que el que tenía, es la mejor clase
de persona. Podrá ser considerada divina. Para la prosperidad del
mundo, hemos pedido prestado de Dios este recipiente del cuerpo;
cuán puro y limpio está este recipiente cuando llegamos al mundo. Si
luego de recibirlo tan perfecto le abrimos agujeros de ira, deseos, en-
vidia y lo devolvemos en malas condiciones, estaremos cometiendo un
acto del más bajo calibre. Es por ello que debemos tapar esos aguje-
ros con el conocimiento del Yo y devolver el recipiente brillante y en
óptimas condiciones. Sólo así se nos podrá tildar de personas de la
más alta categoría."
Sai Baba
Muchos siglos antes de Cristo, Salomón era conocido por sus
cuantiosas posesiones, mujeres e hijos. Sin embargo, fue aún más co-
nocido por su sabiduría. Gracias a ella llegó a la siguiente conclusión
que resumió en esta frase: "Mataiotes, mataiotetos, kaipanta mataio-
tes", "vanidad de vanidades y todo es vanidad".

164
31
SER COMO NIÑOS

En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús y le pre-


guntaron: "¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?".
Jesús llamó a un niñito, lo colocó en medio de los discípulos, y
declaró: "En verdad les digo: si no cambian y no llegan a ser
como niños, nunca entrarán en el Reino de los Cielos. El que se
haga pequeño como este niño, ese será el más grande en el Rei-
no de los Cielos".
Mt 18, 1-4
Le traían también niños pequeñitos para que los tocara, pero
los discípulos empezaron a reprender a esas personas. Jesús pi-
dió que se los trajeran, diciendo: "Dejen que los niños vengan
a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a
los que son como ellos. En verdad les digo que el que no reci-
ba el Reino de Dios como niño no entrará en él".
Lc 18, 15-17
"¡Qué fascinante es el rostro del bebé que descansa en el re-
gazo de la madre! No tiene temor en sus ojos, la alegría está en sus
labios, todo él manifiesta paz. No es afectado por esas fuerzas per-
versas que roban al hombre su paz y alegría: la envidia, la codicia,
la ira y el odio. No tiene deseos egoístas, está libre de la ansiedad
de impresionar a otros y del afán de ostentación. No tiene planes
para el futuro, ni remordimientos por el pasado. ¿Por qué será que,
cuando el bebé crece y llega primero a la adolescencia y luego a la
madurez, esta calma y esta alegría desaparecen, dando lugar al te-

165
mor, a la ansiedad y al odio? La razón se debe encontrar en el cre-
ciente dominio que ejercen los sentidos y su clamor por ser com-
placidos.
La causa del nacimiento es la misma que la causa de la muerte:
la fascinación por los objetos sensoriales y las actividades que esto im-
plica. Los niños son felices ya que aún no se han involucrado en tales
actividades. Sólo esparcen alegría y entusiasmo, inocencia y confianza.
Sus mentes están libres de toda búsqueda de placeres sensuales. Gozan
en la inmaculada alegría de su naturaleza innata. Por eso, Cristo aca-
riciaba a los niños y les aconsejaba a todos los adultos que fueran co-
mo niños para lograr la Salvación.
Un niño es todo amor, no ha aprendido a trabajar por dine-
ro, no tiene apego a los bienes del mundo. El corazón lleno de amor
del niño se endurece con la edad, ya que la codicia engendra el odio
y la envidia. Los adultos desarrollan un sentimiento de vergüenza
que es, en su mayor parte, artificial, falso y superficial. Esto les ha-
ce inventar excusas para explicar sus acciones y también elaborar
justificaciones para sus errores. Los niños no tienen tales inhibicio-
nes. Creen a todos y todos pueden creer en ellos.
Los niños no tienen miedo, son los mayores los que siembran
sus temores en ellos. Los niños son veraces, pero los adultos les en-
señan el arte de mentir.
Cuando los mayores hablan, es difícil descubrir si lo que di-
cen es verdad, difamación y mentira. Pero los niños son francos. No
han descubierto que el éxito, en el sentido terrenal, depende en
principio de la astucia, aunque a la larga la honestidad y la fran-
queza traerán el máximo beneficio. Por eso se dice que para alcan-
zar la gracia de Dios deben ser no sólo tan simples y sinceros como
un niño, sino tan inteligentes y capaces de discernir claramente co-
mo un erudito."
Sai Baba

166
32
ATAR Y DESATAR

Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos: lo que ates en la


tierra quedará atado en el Cielo, y lo que desates en la tierra
quedará desatado en el Cielo.
Mt 16, 19
Jesús nos da a entender con estas palabras que Él vino para en-
señarnos la clave para encontrar el Reino. Y esa clave es: no estar ata-
dos o apegados a las cosas de este mundo. Desatarse o desapegarse es
ya estar en el Reino, en otras palabras, haber encontrado el camino de
la Liberación.
Esta afirmación de Jesús, "atado y desatado", se encuentra en al-
gunas traducciones, con distintas acepciones. Pero nosotros vemos la
similitud entre perdonar y desatar, es disolver un vínculo que mantie-
ne a la persona atada con una deuda, con un pecado. La apertura de
conciencia nos permite liberarnos de las ataduras que nos apartan del
Reino. El lograrlo es alcanzar el perdón por nosotros mismos. La cla-
ve del secreto no está en que un tercero nos consiga el perdón sino en
que lo logremos gracias a nuestro esfuerzo por rectificar nuestra con-
ducta por el camino del amor.
"Todas las personas quieren y desean obtener la Liberación,
alcanzar ese estado de Liberación. Podríamos decir que la Libera-
ción es sinónimo de libertad. Cuando se desea libertad esto implica
que en ese momento tiene una cierta clase de esclavitud. ¿Qué es es-
clavitud? La esclavitud está en la propia familia, los amigos y la fa-
milia son la esclavitud, esa es la cadena que los ata. Esto es lo que

167
podrían llamar afecto con cierto tipo de apego. Cuando ustedes es-
tán atados con la cadena del afecto y del apego a la familia, existen
dos formas por las cuales se pueden liberar de esas cadenas. Una
forma es volverse tan fuerte como para romper la cadena. La se-
gunda es hacerse tan pequeño que puedan zafarse de la cadena que
los ata. No hay otra forma de hacerlo si desean llegar a la Libera-
ción y si desean librarse de la cadena, excepto estas dos alternati-
vas.
No importa cuál sea la actividad de uno, o qué nombre y for-
ma hayamos elegido; una cadena es una cadena, cualquiera que
sea el material del que esté hecha, su característica es atar ya sea
de hierro o de oro. Similarmente, cualquiera que sea el trabajo,
mientras su base es el alma, y la esencia espiritual la raíz, ello cons-
tituye una gran virtud, sin duda alguna. Tal labor bendecirá al in-
dividuo que la ejecuta con el fruto de la paz."
Sai Baba
Si tu hermano ha pecado contra ti, ve y repréndelo a solas; si
te escucha, habrás ganado a tu hermano; pero si no te escucha
toma todavía contigo uno o dos, para que toda causa sea deci-
dida por la palabra de dos o tres testigos. Si rehúsa escuchar-
les, dilo a la comunidad; y si también rehúsa escuchar a la co-
munidad, sea para ti como gentil y publicano. En verdad os di-
go que todo lo que atareis en la tierra, quedará atado en el cie-
lo y todo lo que desatareis en la tierra, quedará desatado en el
cielo.
Mt 18, 15-18
"El deseo los está atando a la esclavitud; el amor les está
otorgando la felicidad. Deben aquí cuestionarse por qué razón el
deseo se vuelve impuro y cuál es la razón de que el amor perma-
nezca puro. El agua que fluye y continúa fluyendo permanece pura;
el agua que se estanca y no fluye se vuelve impura. En forma simi-
lar el amor que se mueve, que fluye de un corazón a otro, de un lu-
gar a otro, de una persona a otra, finalmente llega al destino que es
llamado la gracia de Dios. Dicho amor es puro. Pero la clase de
amor que se queda atado a un individuo diciendo: ‘Ah, él me perte-
nece, él es mío’, no fluye sino que queda atado a un individuo. Ese

168
amor será denominado deseo, o será un amor con apego a un indi-
viduo en particular. Esa clase de amor que tiene una limitación, que
es estrecho y confinado a un solo lugar, no puede ser llamado amor
en el verdadero sentido.
Solamente porque os amarráis os veis atados, y os alejáis del
sendero de la virtud, siempre fue y será así. Nadie puede ataros, lo
hacéis vosotros mismos. Si la fe en la omnipresencia de Dios arrai-
ga profundamente en la conciencia, estaréis conscientes de que Él
es nuestro verdadero yo, y que nada ni nadie puede ataros. Para que
esa fe pueda crecer, uno debe captar con firmeza la beatitud de es-
píritu que mora en el interior. La realidad de ese espíritu es como
un lecho de roca del río de la vida humana. La sabiduría incontro-
vertible es la que trasciende los caprichos mentales, sin este funda-
mento el hombre se convierte en víctima de dudas, desesperanza e
ilusión. Por lo tanto, uno debe esforzarse primero en ser libre, vale
decir, como condición preliminar de una vida provechosa hay que
cultivar fe en el espíritu.
La inteligencia es un arma de doble filo, puede cortar la ca-
dena y liberarlos pero puede también causar heridas mortales y ma-
tarlos. Para aquellos que han realizado el atma no hay ninguna ata-
dura, pena o dolor proveniente del apego. La ilusión surge sola-
mente en aquellos que olvidan sus referencias átmicas. El egoísmo
es la principal causa que provoca que la gente se olvide de su Ver-
dad esencial.
Una vez que el egoísmo entra en el hombre, éste se aleja del
ideal y se precipita desde lo alto de la escala humana en una rápi-
da caída. Peldaño tras peldaño, hasta el mismísimo suelo, hasta su
más baja condición. El egoísmo crea antagonismos, odios y apegos.
A través de los apegos y los afectos, y también a través de la envi-
dia y el odio, uno se interna en las actividades hundiéndose en el
mundo. Esto conduce a una identificación cada vez mayor con el
cuerpo físico.
Con el fin de liberarse de la doble atadura del placer y el do-
lor, uno tiene que desembarazarse de la conciencia del cuerpo físi-
co y permanecer limpio de acciones egocéntricas. Tal cosa requiere
de la ausencia de apegos y odios. El deseo es el enemigo número

169
uno de la Liberación. El deseo puede atarlos a ciclos de nacimien-
tos y muertes trayendo además consigo innumerables preocupacio-
nes y penas.
Si la mente es controlada y ejercitada con precisión, podrán
alcanzar la Liberación."
Sai Baba

170
33
LA VERDAD OS HARÁ LIBRES

Jesús decía a los judíos que habían creído en él: "Ustedes serán
verdaderos discípulos míos si perseveran en mi palabra; entonces
conocerán la verdad, y la verdad los hará libres". Le respondie-
ron: "Somos descendientes de Abrahán y nunca hemos sido es-
clavos de nadie. ¿Por qué dices: ‘Ustedes serán libres’?".
Jesús les contestó: "En verdad, en verdad les digo: el que vive
en el pecado es esclavo del pecado".
Jn 8, 31
"La herencia de ustedes les da derecho a la libertad, no a las
ataduras. Solamente cuando el ser humano dirige sus pasos a lo
largo del sendero, iluminado por la virtud universal, libre de ape-
gos, es cuando puede ser verdaderamente libre. Algunos tendrán
dudas al respecto, dirán ¿cómo puede una virtud básica que pone
severos límites a pensamientos y palabras, que reglamente y con-
trola, conferir la libertad a una persona? Libertad es el vocablo que
define ahora un cierto tipo de esclavitud. La verdadera libertad se
logra solamente cuando la ilusión, el engaño y la ignorancia están
ausentes. Cuando se desvanece la identificación del sí mismo con el
cuerpo y los sentidos, y cuando uno deja de ser esclavizado por el
mundo tangible. Las personas que han escapado a esa servidumbre
han logrado libertad en el verdadero sentido de la palabra, pero ta-
les personas son contadas.
La mente afectada por el deseo es impura, cuando no la afec-
ta el deseo es pura. La mente es el único instrumento con que el

171
hombre cuenta para liberarse de las ataduras del deseo. Vuélvanla
hacia el mundo objetivo y ustedes estarán atados, vuélvanla hacia
Dios y estarán en el camino de la Liberación.
Por tal motivo deben saturarse con pensamientos acerca de
Dios, lo cual los ayudará a discernir los interrogantes acerca de la
naturaleza de la Realidad. ¿Quiénes son aquellos que han conquis-
tado y aniquilado la mente? Aquellos que no tienen apegos, ni or-
gullo ni odios ni ambiciones. Aquellos que están libres de las ata-
duras de los sentidos son realmente los héroes que han ganado la
batalla contra la mente. La mente cae en cautiverio cuando vive ávi-
da y variadamente de múltiples cosas o bien de la compañía de los
hombres y prefiere esta situación o aquélla. El apego es esclavitud,
el desapego es Liberación.
La paz suprema conduce a la gloria de la refulgencia espiri-
tual. El conocimiento es concomitante de la devoción, es parte de
ésta. El amor es más benefactor cuando se concentra en Dios, y
produce el más grande agrado, no atará al hombre a la tierra, lo
llevará de la mano por el camino de la Liberación y automática-
mente lo liberará de todo tipo de lazos y apegos. Uno tiene que es-
forzarse por evitar las malas compañías, porque no son éstas las
que promoverán el sentimiento de desapego.
Los sentidos deben ser controlados con rigor, mediante el dis-
cernimiento y el desapego, las actitudes gemelas, que fueron otor-
gadas exclusivamente al hombre. El discernimiento les enseña có-
mo escoger sus ocupaciones y sus acompañantes, les muestra la im-
portancia relativa de los asuntos y de los ideales. El desapego los
libera de ataduras y servidumbres, y les salva tanto de la desespe-
ranza como del regocijo.
La verdadera obligación, la verdadera virtud del individuo,
consiste en buscar la dicha y hundirse en lo Absoluto y llegar a la
verdadera Liberación. Una persona que haya alcanzado ese estado
jamás puede verse atada. Aunque la pongan en la más abyecta cár-
cel. Por otro lado, para una persona esclava del cuerpo, hasta una
brizna de hierba puede constituir un instrumento de su muerte. La
verdadera virtud consiste en hundirse en la bienaventuranza del es-
píritu, la visión interna, la fe inquebrantable en la identidad de

172
nuestra propia naturaleza con lo Absoluto y la comprensión de que
todo esto es su manifestación.
El apego está presente en cada acto realizado con conciencia
de corporalidad. Cuando se piensa que el cuerpo es el verdadero
yo, el ser humano se convierte en juguete de los órganos de los sen-
tidos. Solamente aquellos que han sacudido esa atadura son libres.
Esa libertad es la condición ideal a la que lleva el ejercicio de la
virtud. Teniendo esa convicción continuamente presente, si uno se
dedica de lleno a las actividades de la vida, puede verse liberado,
puede llegar a ser un hombre libre."
Sai Baba

173
34
ESTAR EN EL MUNDO
SIN SER DEL MUNDO

He aquí la clave para lograr el crecimiento espiritual o la biena-


venturanza, pero nada más difícil de llevar a cabo. Sin embargo, tanto
Jesús como Sai Baba nos recomiendan empezar ya a ponerlo en prác-
tica.
En efecto, ¿qué aprovechará al hombre ganar todo el mundo,
si pierde su vida?, o ¿qué dará el hombre a cambio de su vida?
Porque ha de venir el Hijo del hombre en la gloria de su Padre
con sus ángeles y entonces dará a cada uno según sus obras.
Mt 16, 26-27
"No se apeguen demasiado al mundo, porque siempre está
cambiando rápida y frenéticamente. Siempre estén preparados para
caer en las manos de la muerte con gusto y con gracia, agradecidos
por las oportunidades que les brindó la vida. Nunca sufran, porque
Dios reside en ustedes como Verdad. Después en las últimas etapas
de su vida, cuando vean hacia atrás y observen sus fracasos y éxi-
tos tendrán que decir: ‘Ay, no encontramos júbilo en esta vida co-
mo hombres’. No gasten sus días de tal manera. Estén alertas des-
de ahora, utilicen los días que se les ha concedido para viajar ha-
cia el amor, la alegría y la paz.
Utilicen al mundo como un medio para un fin, no deseen per-
manecer en él, sólo es una posada en la que pueden descansar en
su peregrinaje hacia la Fuente.

174
Es un puente ancho, fuertemente construido, pero aún así
¿puede algún peregrino construir sobre él una casa? El cosmos es-
tá cambiando constantemente. Los minutos que han pasado no se
pueden recuperar ni con un billón de rupias, el pasado ya no es
nuestro, el presente se nos va de las manos, el futuro es incierto. Lle-
gan desnudos al mundo y salen de él sin poder informar a quienes
les sobreviven la dirección donde se podrán reencontrar. A pesar de
ello el apego crece y desarrollan ataduras.
La mayor parte de la gente no conoce el verdadero significado
de la vida. A muchos parece que ni siquiera les interesa; uno en cada
millón de personas puede ser que se preocupe por saber cuál es el pro-
pósito del vivir. Esta preocupación es el primer paso a la Meta final.
La mayoría se conforma en pensar que comer, dormir, vestirse y for-
mar una numerosa familia, son los objetivos principales de la vida.
Hasta cierto grado todos son necesarios, pero ellos solos no pueden
contribuir a lograr la paz mental o la plenitud de la vida. Los fenóme-
nos del mundo exterior son los que percibe el ojo, escucha el oído y
conoce la mente. Todos son fenómenos sensoriales.
Más allá de los sentidos está la mente y más grande que la
mente es el intelecto. El intelecto es gobernado por el Espíritu. El
destino humano es llegar a conocer el Atma, el Espíritu que todo lo
penetra."
Sai Baba
No sería lo mismo si ustedes fueran del mundo, pues el mundo
ama lo que es suyo. Pero ustedes no son del mundo, sino que yo
los elegí de en medio del mundo, y por eso el mundo los odia.
Jn 15, 19
"Dejad que sus botes floten sobre las aguas, pero no dejen
que las aguas les inunden. Estén en el mundo pero no sean del mun-
do, ese es el secreto de un vivir exitoso. No ser afectado en ninguna
forma por el mundo, ese es el sendero de la autorrealización, la cual
no puede ser adquirida sino en el propio Ser interno de cada uno.
La serpiente se despoja de su antigua piel y no tiene nada más
que hacer con ella. Desarrollen esta actitud de no apego, escapen del
engaño ilusorio del cuerpo. El débil nunca puede comprender esta

175
realidad. Con la constante meditación sobre el espíritu y su gloria, uno
puede zafarse de los enredos del mundo y sus situaciones mundanas.
El aspirante espiritual que sea realmente serio debe separar toda su
atención y todos sus esfuerzos del mundo sensorial para fijarlo en
Dios. El hombre no surgió simplemente para regodearse en el gozo ca-
sual y la alegría vana, es insano creerlo así. Identificarse uno mismo
con el yo y estar atado a lo mío, constituye el estigma que causa las
aflicciones y la ignorancia; donde no haya egoísmo no habrá percep-
ción del mundo externo. Cuando el mundo externo no es conocido, el
ego no puede existir. El sabio, sin embargo, podrá desidentificarse del
mundo y comportarse siempre como un agente del Señor, estando en
el mundo pero sin pertenecer a él.
Para el sabio espiritual lo divino es toda y su única familia,
no conoce otra. No alberga ningún otro anhelo, ningún otro apego,
ningún otro deseo, Dios es todo en todo para él. Nada puede afec-
tarlo, ni pesares, ni alegrías, ni fracasos ni éxitos. Ya no ve ni expe-
rimenta otra cosa que una ininterrumpida e inalterada corriente de
bienaventuranza. Para aquel que se haya firmemente establecido en
este estado, el mundo con sus altibajos parece trivial e ilusorio. Pa-
ra poder mantenerse en este nivel de conciencia deberá contrarres-
tar la atracción de los sentidos y enfrentar la fascinación que ejer-
ce el mundo sin agitación alguna en su mente.
El padre de Buda decidió que él debía apegarse al mundo
y a los sentidos. Construyó alrededor de su hijo una pared y un
jardín de delicias y placeres, pero Buda se escapó a la atmósfera
del desapego para descubrir el secreto del dolor humano y lograr
un alivio para éste. Ahora la gente busca comprender a Dios pe-
ro siguiendo apegada al mundo y sus falsas alegrías. Son como la
suegra que odiaba a su nuera tan intensamente que deseaba que
se quedara viuda, pero amaba tanto a su hijo que deseaba que él
viviera. ¿Cómo podría la muchacha enviudar si vivía el hijo? Son
dos hechos incompatibles. Dios no puede ser alcanzado por me-
dio del apego a una falsedad, deben tener un sentido apropiado
de los valores. Una mujer atacó a su esposo con un palo de mor-
tero. El palo se rompió y ella se puso a llorar por el palo, no se
preocupó mucho por la cabeza de su marido, que también se ha-
bía roto. ¿Es esa una señal de sabiduría? ¿Pueden ustedes llamar

176
a esto una conciencia de los valores? El cuerpo es una casa que
les ha sido dada en alquiler, el propietario es Dios, vivan allí el
tiempo que Él quiera, agradeciéndole y pagándole el alquiler con
fe y devoción."
Sai Baba
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Cuiden de ustedes mismos, no sea que una vida materializada,
las borracheras o las preocupaciones de este mundo los vuel-
van interiormente torpes y ese día caiga sobre ustedes de im-
proviso, pues se cerrará como una trampa sobre todos los ha-
bitantes de la tierra.
Lc 21, 33-35
"El mundo y todos los objetos de la naturaleza están sujetos
a cambios constantes, formándose o desintegrándose, evolucionan-
do o mutando, fluyendo o estancándose, creciendo o muriendo.
¿Cómo entonces pueden ser verdaderos? Los sentimientos, actitu-
des, impulsos, creencias, instintos e intuiciones subjetivos, éstos
también están cambiando. Un rato son agradables, otros desagra-
dables. La misma cosa es bien acogida en un momento, rechazada
en otro.
Cuando la mente está perturbada los ojos ven cosas que no
existen, los oídos oyen ruidos que nunca sonaron. Sólo cuando des-
cubra la base esencial incambiable, podrá el hombre alcanzar paz
permanente, hasta entonces él también tendrá que oscilar entre la
alegría y el dolor en este mundo cambiante.
La conexión que existe entre el mundo fenoménico exterior y
el mundo de la conciencia interior escapa al entendimiento de los
hombres comunes, inmersos en los deseos de gozar de los placeres
mundanos ni siquiera tratan de descubrir la inmensa alegría que
procede del espíritu interior. Esto se debe a que todos los órganos
de los sentidos se abren sólo a las experiencias provenientes del ex-
terior. No es pues sorprendente que el hombre común esté domina-
do por la visión externa; solamente unos pocos desarrollan la visión
interior y gozan de la bienaventuranza espiritual."
Sai Baba

177
Jesús les propuso otra parábola: "Aquí tienen una figura del
Reino de los Cielos. Un hombre sembró buena semilla en su
campo, pero mientras la gente estaba durmiendo, vino su ene-
migo, sembró malas hierbas en medio del trigo, y se fue.
Cuando el trigo creció y empezó a echar espigas, apareció tam-
bién la maleza. Entonces los trabajadores fueron a decirle al
patrón: 'Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De
dónde, pues, viene esa maleza?'. Respondió el patrón: 'Eso es
obra de un enemigo'. Los obreros le preguntaron: '¿Quieres
que arranquemos la maleza?'. 'No, dijo el patrón, pues al qui-
tar la maleza, podrían arrancar también el trigo. Déjenlos cre-
cer juntos hasta la hora de la cosecha. Entonces diré a los se-
gadores: Corten primero las malas hierbas, hagan fardos y
arrójenlos al fuego. Después cosechen el trigo y guárdenlo en
mis bodegas'".
Mt 13, 24-30
Jesús les dijo: "El que siembra la semilla buena es el Hijo del
Hombre. El campo es el mundo. La buena semilla es la gente
del Reino. La maleza es la gente del Maligno".
Mt 13, 37-38
"El corazón es como un jardín y la gracia es la lluvia. Cuan-
do cae la lluvia brotan flores y malezas. Sólo cuando brotan las ma-
lezas pueden ustedes reconocerlas y arrancarlas de raíz. Sean como
el loto, que teniendo sus raíces en el barro, ofrece el perfume de su
flor a los rayos del sol y se abre la flor cuando el sol la acaricia. Así
tienen que ser ustedes, como el loto, con los pies en el mundo pero
la mirada puesta en Dios."
Sai Baba

178
35
EL CARÁCTER

Para dominar el ego y lograr el desapego, es indispensable mo-


delar el temperamento y adquirir un buen carácter.
Temperamento es: "Constitución particular de cada individuo,
que es el resultado del predominio fisiológico de un sistema orgánico
como el sanguíneo o el nervioso. O de un humor como la linfa o la bi-
lis. Condiciones hereditarias con las que se nace".
En cambio, carácter es: "Modo de ser de una persona. Alcanza-
do por el esfuerzo para dominar su temperamento".
Sai Baba hace hincapié en la importancia de la adquisición del
carácter, ya que sin él no se logra el crecimiento espiritual.
Seguir las enseñanzas de los Grandes Maestros no resulta fácil
pues no se trata simplemente de conocerlas sino de ponerlas en acción,
incorporándolas en la vida diaria.
Jesús a este respecto dijo:
Así habló Jesús en Cafarnaún enseñando en la sinagoga. Al es-
cucharlo, cierto número de discípulos de Jesús dijeron: "¡Este
lenguaje es muy duro! ¿Quién querrá escucharlo?".
Jesús se dio cuenta de que sus discípulos criticaban su discur-
so y les dijo: "¿Les desconcierta lo que he dicho? ¿Qué será,
entonces, cuando vean al Hijo del hombre subir al lugar donde
estaba antes? El espíritu es el que da vida, la carne no sirve pa-
ra nada. Las palabras que les he dicho son espíritu, y son vida.
Pero hay entre ustedes algunos que no creen".

179
Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no
creían y quién lo iba a entregar. Y agregó: "Como he dicho an-
tes, nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre".
A partir de entonces muchos de sus discípulos se volvieron
atrás y dejaron de seguirle. Jesús preguntó a los Doce: "¿Quie-
ren marcharse también ustedes?". Pedro le contestó: "Señor, ¿a
quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna".
Jn 6, 59-68
Los que escuchaban y seguían a Jesús pensaban que era una
doctrina muy dura, pues era muy difícil llevarla a la práctica, por esta
razón muchos lo abandonaron. Porque esto supone esfuerzo, dedica-
ción, disciplina, determinación, fortaleza, paciencia, que es lo que va
plasmando el carácter.
Adquirir carácter significa fortalecer la voluntad. Es la base pa-
ra recorrer el sendero espiritual, que como dijo Jesús es estrecho y di-
ficultoso. Por esta razón "muchos son llamados y pocos los escogidos"
(Mt 22, 14).
"La disciplina espiritual, si no tiene el carácter como base, es
como el viaje de un hombre ciego. Moral, virtud y carácter son de
vital importancia.
Muchos piensan que la fortuna consiste en edificios, propie-
dades, cosas materiales, y por eso se han perdido en la loca bús-
queda de los valores temporales. Estos no constituyen la verdadera
riqueza que es capaz de dar abundante dicha. El carácter es nues-
tra riqueza, la buena conducta es vuestro tesoro. El conocimiento de
Dios es la base de ambos.
La grandeza de cualquier individuo depende de que reforme
su carácter, no depende de su poder, dinero o posición, es por eso
que primero deben tratar de aumentar sus cualidades o virtudes. Si
un individuo trabaja en cualquier campo de tal manera que su ego
esté implicado, esto no solamente lo llevará a una posición peligro-
sa sino que también le creará considerables dificultades.
Nos estamos olvidando de la labor para la cual Dios nos ha
dotado de este cuerpo. No sabemos cuándo perecerá, cuándo la ilu-
sión deje de hacerlo danzar en el mundo. No sabemos cuándo se

180
desmoronará este muñeco de piel y hueso, y es necesario que en-
tiendan esta verdad: la vida del hombre tiene el propósito de alcan-
zar el Conocimiento y perfeccionar su carácter.
Nuestro primer objetivo debería ser el adquirir un buen ca-
rácter. ¡Sin carácter vendría a ser como vivir la muerte! Hoy en día
no debemos aspirar a casas, posición, fábricas ni industrias, sino
que tenemos que empeñarnos por conseguir este 'carácter'.
Renunciar a todo contacto con los demás y emprender un ca-
mino solitario es signo de debilidad, de temor. Sólo la asociación
activa produce moralidad, justicia, compasión, austeridad, afini-
dad, amor, tolerancia, ecuanimidad y muchas otras cualidades que
fortalecen y forman el carácter moldeando la personalidad del
hombre.
La disciplina espiritual se debe hacer después de adquirir un
buen carácter. Esto es muy importante. En medio de la impureza y
la maldad, el esfuerzo espiritual será infructuoso.
¡A Dios le interesa más perseguir vuestro corazón, vuestro di-
nero no le interesa para nada! Busca vuestro carácter, no le intere-
sa averiguar cuál sea vuestra casta o vuestra religión. Puesto que
han nacido en la raza humana y están dotados de este poderoso in-
telecto y esta innata chispa de Divinidad, traten de realizarlo y de
llegar a entender vuestra propia Naturaleza."
Si hay rectitud en el corazón
habrá belleza en el carácter.
Si hay belleza en el carácter
habrá armonía en el hogar.
Si hay armonía en el hogar
habrá orden en la nación.
Si hay orden en la nación
habrá paz en el mundo.
Sai Baba

181
36
LA MENTE

¿No sabéis que todo lo que entra por la boca va al vientre, y se


arroja al estercolero? Pero lo que sale de la boca procede del
corazón, y eso es lo que mancha al hombre. Porque del cora-
zón provienen los malos pensamientos, homicidios, adulterios,
fornicaciones, robos, falsos testimonios, blasfemias.
Mt 15, 17-19
"Sin tener un cuerpo, uno no puede hacer nada en el mundo.
El cuerpo tiene una forma densa y ella no es sino un medio para
cumplir con el propósito principal de la vida. Este cuerpo es res-
ponsable tanto de nuestra atadura como respecto de nuestra libera-
ción. Se dice que únicamente la mente es responsable de la atadura
o liberación del hombre. Esto no representa la verdad completa.
Tanto cuerpo como mente son responsables. Sin el cuerpo no se po-
dría reconocer la naturaleza de la mente de uno. La vida, la mente
y la inteligencia se hacen evidentes sólo mientras acompañan al
cuerpo.
Sus cuerpos habrán de dedicarse al tipo de actividades que
los sagrados pensamientos en sus mentes les indiquen llevar a ca-
bo. Si en cualquier momento sus mentes les advirtieran que lo que
están pensando es incorrecto, no habrán de permitirle al cuerpo se-
guir con ese trabajo en particular. También habrá pensamientos que
lleguen a sus mentes y que estén conectados con la pereza y la ig-
norancia. Todos sus pensamientos habrán de ser de naturaleza pu-
ra y las palabras que pronuncien habrán de estar sincronizadas con

182
esos pensamientos. El significado del ascetismo consiste en que
cualesquiera sean los pensamientos que entren a sus mentes, cua-
lesquiera sean las palabras que provengan de ustedes, cualquiera
sea la acción que emprendan, habrán de concentrarse todos en per-
fecta armonía.
Para conocer a la Divinidad hay que usar el instrumento de
la mente, siendo la mente el instrumento que ata o libera. Pero
cuando usamos el instrumento que se llama mente, debemos cono-
cer todo acerca de ella. La ciencia podría comprobar que la natu-
raleza de la mente depende de la comida que consumimos. Excreta-
mos la parte más burda de la comida, pero lo más sutil es usado por
nuestro sistema para alimentar la inteligencia, y la parte aún más
sutil se convierte en la mente. Sin comida no podemos tener la men-
te para discernir, para tener preferencias y juzgar lo que se puede y
lo que no se puede hacer.
Cuando no hay permisos y prohibiciones, la mente no puede
existir, porque esta es sólo un fardo de deseos, no es ninguna enti-
dad real, no tiene ningún poder en sí misma.
Tomemos un ejemplo. Cualquiera que sea la dirección en la
que se enfoca una cámara, cuando se expone la película, la foto se-
rá de las cosas sobre las cuales fue enfocada la cámara. Todo de-
pende de la dirección de la lente. De igual manera, la mente refleja
la naturaleza de los objetos que nos atraen. Cuando alguien nos
censura nos volvemos una furia y nos comportamos agresivamente.
Cuando alguien nos elogia saltamos de gusto y pensamos bien de la
persona que lo hizo. En ambos casos, la causa es nuestra perturba-
ción mental. Debemos comprender los secretos de la mente y las
formas en las cuales juega con nosotros.
Debemos aprender a ser imperturbables y firmes, ya sea que
nos elogien o nos censuren.
Cuando la mente se vuelve hacia Dios o hacia la bondad, se
vuelve humana. Si se vuelve hacia malos pensamientos y a un
egoísmo perverso, se vuelve demoníaca.
Cuando le damos la vuelta a la llave hacia la derecha, abre
la cerradura, cuando le damos vuelta hacia la izquierda, la cierra.

183
La misma llave hace dos operaciones opuestas de acuerdo con la di-
rección hacia la cual la giramos. Si se vuelve la mente hacia los
buenos pensamientos establece el desapego. Si se la dirige hacia
pensamientos de ‘yo’ y ‘mío’ causa apego. El apego significa escla-
vitud; el desapego, liberación.
La mente se debe entrenar por un proceso sistemático de dis-
ciplina para lograr ecuanimidad, control de las emociones, control
de la mente, estabilidad ante los altibajos de la fortuna, fe, devoción
y serenidad. De esta manera puede ayudar a los más altos intereses
del hombre.
Los ojos, así como todos los demás sentidos, se deben entrenar
para descubrir las huellas de Dios. La mente es el pivote de los pen-
samientos y de los sentimientos. La mente es el aspecto pensante de
Dios, la Conciencia Absoluta. La mente es el Ser Absoluto que se ma-
nifiesta en la actividad imaginativa. Sin embargo, en lugar de volver-
se hacia el Absoluto se vuelve hacia afuera y empieza a utilizar los
sentidos como instrumento, y así se olvida de su origen, el alma.
Si los pensamientos y las actividades de la mente son buenos,
saludables, no violentos y llenos de amor, moralmente armoniosos,
entonces la paz está al alcance y se puede llegar a Dios. Por eso se
tiene que realizar la práctica espiritual estrictamente para dirigir la
mente hacia lo interno, hacia Dios, su origen.
La mente debe girar en torno de un centro: Dios. Su concen-
tración debe ser fuerte y firme. La mente fija en la conciencia del
Uno es como una roca, estable, segura, inafectada por la duda. Tra-
ten a su mente como a un niño pequeño, edúquenlo, disciplínenlo
para que sea más y más sabio, enséñenle el buen camino, háganlo
que esté consciente de que todos los objetos que se ‘ven’ son sólo
producto de nuestra ilusión, quítenle todos los temores y debilida-
des y enfoquen su atención únicamente en la Meta. Nunca la traten
por la fuerza, cederá fácilmente a la ternura y a la enseñanza pa-
ciente. Corrijan su desobediencia por medio de la renunciación,
destruyan su ignorancia por medio de la instrucción en el conoci-
miento del alma, fortalezcan el interés por la realización del Señor,
hagan que abandone su atracción hacia lo efímero y lo falso, vuél-
vanle la cara hacia adentro, alejándola del mundo externo.

184
La mente puede ser dominada, sin importar cuán difícil pue-
da ser esta tarea. No existe ninguna tarea que no pueda ser llevada
a cabo con una práctica perseverante. Pongan su fe en el Señor y
actúen con la certeza de que ustedes tienen el poder y la gracia, de
esta forma todas las cosas se vuelven más fáciles."
Sai Baba

185
37
EL CONTROL DE LA MENTE

Para adquirir el carácter es necesario controlar a la mente.


“La mente salta de una idea a otra; se encariña un momento
y olvida al siguiente. Pueden lograr mantener sus bocas cerradas,
pero es casi imposible mantener la mente cerrada. La mente es de
esa naturaleza, está tejida con los hilos del deseo. Su característica
es revolotear y saltar de aquí para allá, saliendo por las puertas de
los sentidos hacia el mundo externo de color, sonido, sabor, olor y
textura. Pero puede ser domada y dirigida a buen uso por el hom-
bre. Si la mantenemos ocupada en buenas obras y buenas aventu-
ras, particularmente en la contemplación de lo Universal, lo Abso-
luto, lo Eterno, es decir, de Dios, entonces no divagará ni llevará al
hombre a la ruina, pues Dios es la fuente de inagotable fuerza, de
duradera alegría y de la más profunda sabiduría.”
Sai Baba
Para alcanzar este objetivo del dominio de la mente y la forma-
ción del carácter, Sai Baba nos da las siguientes normas o pautas: las
cinco "D": Dedicación, Devoción, Disciplina, Discriminación o Dis-
cernimiento y Determinación:
“Dedicación quiere decir hacer una ofrenda a lo Divino, a
Dios. Lo que se interpone entre ustedes y Dios es el egoísmo. Lo pri-
mero a lo que se tienen que dedicar es a abandonar el egoísmo.
Mientras estén llenos de ego, nunca podrán experimentar lo divino.
En el camino espiritual, por consiguiente, el primer paso es aban-
donar el ego. Todas las caídas que el hombre experimenta son el re-

186
sultado de este ego. Egoísmo corporal, egoísmo mental, egoísmo
debido al dinero o a la riqueza, egoísmo nacido de la fuerza física.
Formar nuestro ego sobre la base de la fuerza física, la riqueza, la
educación o el dinero, no es bueno. Todos ellos son pasibles de ser
destruidos. Por consiguiente, ustedes no deberían construir su futu-
ro en base a cualidades cambiantes. Por lo que el primer paso es
abandonar al ego.
Devoción: no es solamente hacer japa (rosario), meditación,
o practicar diversos ritos religiosos. Todos ellos son actos sagrados.
Pero devoción significa gratitud. En la vida común, aun cuando al-
guien les hace un pequeño servicio como recoger un pañuelo, uste-
des se lo agradecen. Nosotros expresamos nuestra gratitud aun por
pequeñas cosas en la vida diaria. Dios les ha provisto a ustedes to-
do: agua, aire, luz. Todas las necesidades esenciales para la vida
son provistas realmente por Dios. ¿No deberían expresar su grati-
tud a aquel Dios? Todas las formas de servicio que ustedes hacen a
Dios son realmente formas de su gratitud. En consecuencia, la de-
voción es una expresión de nuestra gratitud a Dios.
Disciplina: significa reconocer 'Yo soy nacido como un hu-
mano. Habiendo nacido como un ser humano, yo debo vivir como
tal'. Esto significa observar ciertos límites en cada acción. Discipli-
na significa observar límites en su conducta. ¿Cuáles son los lími-
tes que tenemos que observar? Nosotros no deberíamos vivir como
ganado o animales; tenemos que vivir una vida de honor y decen-
cia. Cuando van a una iglesia, ustedes observan silencio y pureza
en su conducta. Esto significa que nuestra disciplina debería ocu-
parse del vestido que usamos, el lenguaje que empleamos, la con-
versación a que damos lugar, todo esto debería ser para un propó-
sito sagrado. Nuestro vestido como seres humanos debería ser de-
cente. Nuestro lenguaje debería dignificarse. Nuestra conducta de-
bería ser tal que respetemos a la gente. Todo esto está dentro del do-
minio cubierto por la disciplina.
Discernimiento: en cada cosa, en cada ser humano, hay una
mezcla de bien y de mal, de verdad y no verdad. Nosotros debemos
tomar el bien y rechazar al mal. Ustedes tienen una banana y comen
la sustancia interior y rechazan la cáscara. De la misma manera, en
sus pensamientos deben discriminar qué es bueno y qué es malo, y

187
tomar solamente lo que es bueno. No es bueno limitar la discrimi-
nación únicamente a las cosas, a los objetos materiales. Aun en
nuestra visión, en lo que vemos, debemos discriminar. En nuestras
palabras también debemos mostrar discriminación, en lo que escu-
chamos y en lo que vemos debemos discriminar. En nuestros pensa-
mientos también deberíamos mostrar discriminación. Únicamente
así pueden proteger su salud física y mental. Por consiguiente, la
discriminación es un requisito esencial.
Determinación: determinación quiere decir resolución espiri-
tual. Ustedes deben tener el sentimiento: ‘Yo lo puedo alcanzar, yo
quiero alcanzar alguna cosa, yo lo quiero obtener, yo debo alcanzar
la meta’. Si ustedes no tienen este tipo de determinación, no pueden
llegar a nada en el viaje espiritual. Cualesquiera sean las dificulta-
des que ocurran, sin importar lo que la gente pueda decir de uste-
des, deben mantenerse diciendo: ‘Esta es mi meta, estoy determina-
do a alcanzarla’. Lo que ustedes estén determinados a hacer deben
alcanzarlo. Sea lo que fuere en lo que ustedes tengan fe, deben ver-
lo realizado. Hasta ese momento, ustedes no deben permitir a su
mente vacilar. Determinación quiere decir una mente incambiable y
una visión firme.
Si hay rectitud en el corazón, habrá belleza en el carácter.
Si hay belleza en el carácter, habrá armonía en el hogar.
Si hay armonía en el hogar, habrá orden en la nación.
Si hay orden en la nación, habrá paz en el mundo.”
Sai Baba

188
38
LÍMITE A LOS DESEOS

Para lograr la formación del carácter, dice Sai Baba, es indispen-


sable la disciplina y a través de ella, poner límites a nuestros deseos. Pa-
ra llevar a cabo esta difícil tarea nos da pautas concretas, como veremos
a continuación:
"Ustedes piensan que el mundo los ata, sin embargo el mun-
do es inerte. Es el deseo lo que los atrapa. Los cazadores de monos
preparan una olla con una boca angosta y la llenan de dulces. El
mono que desea la comida pondrá su mano dentro de la olla y aga-
rrará un gran puñado de comida. De esta manera el mono es inca-
paz de sacar la mano a través de la abertura. Es sólo soltando la
comida que el mono podrá quitar su mano. Es su deseo por la co-
mida lo que ató sus manos. Este mundo es como la olla y las fami-
lias son la abertura angosta. Los deseos son los dulces de la olla.
El hombre pone su mano en la olla y queda atado. Cuando el hom-
bre deje caer sus deseos podrá vivir libremente en el mundo.
Podría decirse que no todos los deseos son malos. Sin embargo el
deseo es el deseo, aunque su objetivo pueda ser benéfico y puro. Los fru-
tos del esfuerzo, la mente que los busca, la vitalidad que activa a la men-
te, la vida misma, cada uno de ellos ha de ser dirigido hacia el Señor.
Para tener esa disciplina se tienen que controlar los sentidos
que arrastran a la mente hacia los placeres del mundo externo. Pa-
ra tener una fe inconmovible se deben controlar los caprichos de la
mente que dibuja atractivas imágenes en falsos colores. Suavicen su
corazón, entonces su éxito en el sendero espiritual será rápido.

189
Una vez Prahlada dijo que nuestra propia mente es nuestra
enemiga. Se dirigió a su padre diciéndole: 'Tú eres un gran guerre-
ro, puedes conquistar todo el mundo, pero eres incapaz de conquis-
tar tus propios sentidos’. Por lo tanto, cuando tratamos de contro-
lar y conquistar nuestros órganos sensoriales, es muy necesario que
tengamos confianza en nosotros y fe en Dios.
Al que no tiene confianza en sí mismo ni fe en Dios le será im-
posible dominar sus sentidos. Por lo tanto, antes de emprender el
control de nuestros sentidos y de nuestros órganos, debemos pro-
mover la fe en Dios y la confianza en nuestro propio Ser. Sin el con-
trol de nuestros sentidos, todos los intentos que hagamos por mejo-
rar nuestras vidas fracasarán. Si no removemos las ataduras con
respecto a nuestros sentidos y órganos no podremos avanzar.
El modo de terminar con todo este pesar y estos sufrimientos
es el que pongan un tope a sus deseos, ya que en ellos reside la cla-
ve para la felicidad.
No desperdicien el dinero...
No desperdicien los alimentos...
No desperdicien el tiempo...
No desperdicien la energía...
Tenemos entonces en este cuádruple camino el no
desperdiciar el dinero, ni el alimento, ni el tiempo, ni la energía, y
en él se encierra una vía para el entendimiento y la realización de
la Divinidad."
Sai Baba

190
39
EL CORRECTO USO DEL DINERO

Jesús le dijo: “Si quieres ser perfecto, vende todo lo que pose-
es y reparte el dinero entre los pobres, para que tengas un te-
soro en el Cielo. Después ven y sígueme”.
Cuando el joven oyó esta respuesta, se marchó triste, porque
era un gran terrateniente.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “En verdad les digo: el
que es rico entrará muy difícilmente en el Reino de los Cie-
los”.
Mt 19, 21-23
“Saben que sin dinero no podemos emprender ni la tarea más
nimia, es por ello que el dinero se hace necesario para mantener a
nuestras propias familias, para extender nuestra ayuda a otros y pa-
ra llevar a cabo algunas tareas nobles y sagradas. Ello nos ha lle-
vado a establecer un tope a los deseos.
Han imaginado que si ahorran su dinero han hecho más que
suficiente respecto del tope a los deseos. Esta no es la forma co-
rrecta de interpretarlo. No malgasten el dinero, el mal uso del dine-
ro es perversidad; no deberían malgastar el dinero. Se dice que a
medida que la vaca crece también van creciendo sus cuernos, y de
igual manera, a medida que aumenta el dinero también crece el ego.
He aquí que el dinero y la riqueza estimulan el sentimiento del ego
en uno. Y esto a su vez hace que surjan tendencias negativas hasta
que en este mismo proceso uno incluso llegar a perder la razón de
la propia existencia.

191
El modo de terminar con todo este pesar y este sufrimiento es
el que le pongan un tope a sus deseos, ya que en ellos reside tam-
bién la clave para la felicidad. El apoyar a un congénere y el poder
aportar para cualquier otro propósito caritativo implica ponerle un
tope a los deseos. Los ahorros que se logren por este camino pue-
den incluso aliviar el sentimiento de pesar en nuestras propias fa-
milias.
Cuando la riqueza se nos da la debemos respetar como algo
que se nos da en custodia, y usarla para el alivio de las necesida-
des de la sociedad y no para el engrandecimiento personal; cuando
los hombres la usan para exhibir su poder, se vuelven risibles espe-
címenes de humanidad. ¿Cómo pueden la riqueza y la erudición
brillar sin el fondo de la virtud, de la unidad?
La riqueza puede llegar y se puede ir. La erudición se puede
adquirir o no. Incluso la alegría puede llegar e irse. Pase lo que pa-
se, el hombre debe permanecer inconmovible, sin desviarse del sen-
dero que ha escogido hacia la Meta.”
Sai Baba

192
40
LÍMITES EN LA ALIMENTACIÓN

Trabajen, no por el alimento de un día, sino por el alimento que


permanece y da vida eterna...
Jn 6, 27
"La vida y el cuerpo se basan en el alimento y son sostenidos
por la esencia de los alimentos, por lo tanto la comida determina el
nivel de los logros altos o bajos. En la actualidad se hace hincapié
en la disciplina y en la regulación de la conducta, sin hacer refe-
rencia a la comida.
No importa lo educada y grandiosa que pueda ser una per-
sona o la atención que preste a las enseñanzas de las sagradas es-
crituras y el trabajo que se tome en difundirlas si no le presta debi-
da atención a la alimentación, que es la base del cuerpo y sus fun-
ciones. La pureza de las provisiones, de quien cocine y de quienes
sirven lo que se ha preparado, son esenciales.
Para que la comida sea sátvica debe tener la capacidad de
fortalecer tanto al cuerpo como a la mente. Regulen sus hábitos de
alimentación, refrenen su apetito, coman sólo alimentos puros;
ocupen su tiempo en recreaciones puras, sólo entonces podrán es-
tar libres de enfermedades físicas y mentales. Soporten la calumnia,
las pérdidas, las decepciones y la derrota valientemente y con ecua-
nimidad, entonces la depresión mental no podrá abrumarlos.
Examinen cuidadosamente sus hábitos y carácter; el alimen-
to que consumen es una parte muy importante de sus cualidades fí-
sicas y mentales con las que ustedes tendrán que luchar en su ca-

193
mino espiritual. La pureza de la mente puede y debe ser comple-
mentada por la pureza del cuerpo, así como por la pureza de su im-
portante función, el habla. Este es el verdadero ejercicio espiritual,
mental, físico y vocal.
La moderación en la comida, en el habla, en los deseos y ob-
jetivos, el sentirse contento con lo que se pueda obtener con un tra-
bajo honesto, el deseo de servir a otros y llevar alegría a todos, son
los más poderosos tónicos y preservadores de la salud. No deben
comer demasiado, estropeará su salud. Cuando el cuerpo se enfer-
ma, la mente se debilita y el cerebro no funciona adecuadamente.
Lo que recibimos debe ser siempre puro e irreprochable, sátvico. El
sonido, la vista, las impresiones, las ideas, las lecciones, los con-
tactos, los impactos, todo debe fomentar reverencia, humildad,
equilibrio, ecuanimidad, sencillez. La mente es la clave de la salud
y la felicidad, por lo cual se debe escoger la comida que no afecte
a la mente en forma adversa. Junto con la comida sátvica se debe
dar a la mente una comida especial, meditación, oración, repetición
del nombre del Señor, etc., para conservarla sana y firme. Uno pue-
de establecer las bases de un vida espiritual modulando y mode-
rando los hábitos de la alimentación y la bebida. Deben escoger la
comida sátvica y no la rajásica; tomando bebidas intoxicantes uno
pierde el control sobre las emociones y las pasiones, los impulsos y
los instintos, el habla y los movimientos y se puede descender has-
ta el nivel de un animal. Comiendo carne se desarrollan tendencias
a enfermedades de la violencia y animales. La mente se vuelve in-
gobernable cuando se abusa de la comida rajásica y si se consumen
alimentos tamásicos no se puede corregir.
Para vivir en complacencia absoluta se tiene que vigilar y
controlar la comida y la bebida tanto del cuerpo como de la mente.
Deben ser muy cuidadosos con los alimentos que toman, pues la gu-
la y la lujuria son los dos grandes enemigos del hombre que lo lle-
van a la perdición. Desistan de complacer al gusto y a la codicia,
no se vuelvan sus víctimas. Tomen alimentos sátvicos y háganlo en
compañía sátvica.
Hoy en día se hace difícil definir el verdadero significado del
alimento sátvico. Hablamos de ingerir alimentos, ¿cómo ingerimos
alimentos? De los cinco órganos sensoriales la lengua es aquel por

194
medio del cual saboreamos e ingerimos nuestro alimento. No basta
que ingiramos alimentos por uno de los cinco órganos, vale decir
solamente la lengua, por medio de nuestra boca podemos tomar pe-
queñas cantidades de leche o de frutas, pero también hay otros ór-
ganos. Lo que vean con sus ojos también habrá de ser sátvico, pu-
ro, no hemos de mirar las cosas malas; lo malo que se vea se trans-
formará en una mala ingestión a través de los ojos. Hay un tercer
órgano, las orejas; lo que entre por ellas también será alimento, de-
beremos prestar oídos sólo a cosas buenas. Este tipo de alimento
habrá de transformarse en puro, restringiendo el oído para que no
escuche sino buenos sonidos. También está la nariz; a través de ella
no habrán de aceptar sino aire bueno y limpio y no aire viciado. Es-
te constituye un mal alimento. También está la piel con la que toca-
mos las cosas, no se le ha de permitir a la piel que toque cualquier
cosa que se le ocurra. Todos estos sentidos, el del oído, el tacto, el
gusto, el olfato, la visión, habrán de ingerir buenos alimentos.
Cualquier acción que se haga para la glorificación de Dios
se convertirá en pura y potente."
Sai Baba

195
41
TIEMPO PERDIDO
ES VIDA PERDIDA

¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, puesto por el amo al


frente de su servidumbre, para que les dé provisiones a su tiem-
po? Dichoso este siervo, si, al llegar el amo, lo encontrase obran-
do así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de su hacienda.
Pero si el mal siervo dijera en su corazón: "Mi amo tarda"; y se
pusiera a golpear a sus compañeros y a comer y beber con los que
se embriagan, vendrá el Señor del siervo ese el día que menos lo
espere, y a la hora en que menos piense, lo azotará y le asignará
su suerte con los hipócritas. Allí habrá llanto y crujir de dientes.
Mt 24, 45-51
La existencia de todos y cada uno de los seres tiene un fin, un ob-
jetivo. Es decir, no se ha venido por casualidad, error, o para acumular
bienes terrenales. Todo nacimiento humano es causal, tiene una misión,
un objetivo que llevar a cabo. Venimos a esta vida con los méritos y de-
méritos de las anteriores. Unos vienen con talento, inteligencia, simpatía,
buenas costumbres, buenos modales, distintos dones para ser administra-
dos. Dios, el Supremo Hacedor, el Amo de todo lo creado, nos manda
ejercer esos dones en beneficio de los demás, para que no les falte a quie-
nes nos rodean los frutos de nuestro servicio. Por eso el que hace buen
empleo de su tiempo, de sus energías, es el siervo fiel y prudente, el buen
administrador que sabe que en cualquier momento vendrá su patrón a pe-
dirle cuentas. Por el contrario, el siervo infiel es aquel que deja su traba-
jo para realizarlo a último momento y desaprovecha el tiempo, sus ener-
gías y los dones que ha recibido. Cuando le llegue el momento de rendir

196
cuentas, se encontrará con que ha perdido el tiempo de vida establecido.
Llegado el momento de la sentencia, el fiel administrador tendrá su re-
compensa. Por el contrario, quien ha despilfarrado su vida merecerá lo
que le corresponde.
"Cada pulsación del reloj corta una media del hilo de la vida. El
dinero que no gastan permanece en su cuenta bancaria, pero a la vida
la gastan en cada momento, sabia o neciamente. El tiempo avanza im-
placable. Cada minuto que pasa es un valioso don de Dios, que deben
utilizar para obtener el beneficio mejor y más duradero. Dios no sólo
nos está dando talentos, sino también el tiempo de llenar nuestras vi-
das y la de los otros con los frutos de esos talentos.
El talento que Dios nos ha dado debe ser utilizado para la ma-
yor ventaja de quienes nos rodean. Utilicen el momento presente para
agudizar sus habilidades, para ensanchar su inteligencia, para expan-
dir su corazón y para dominar la técnica de enfrentar los desafíos de la
vida con coraje y ecuanimidad. No desperdicien los minutos en chá-
chara vana, contando chismes, leyendo novelas que los debilitan, mi-
rando películas o alternando con compañeros frívolos; no se convier-
tan en esclavos de sus sentidos, sino que resistan con valor sus exigen-
cias de libertad indiscriminadas. Sean felices sirviendo a los demás y
satisfaciendo sus necesidades.
El hombre tiene únicamente un corto tiempo de vida sobre la
tierra. Pero aun en esta corta vida uno puede, utilizando el tiempo
sabiamente, con cuidado, lograr la bienaventuranza divina.
La clase de trabajo que emprendan debe ser tal que no cau-
se desperdicio del tiempo. Todo es tiempo para nosotros, de hecho
el tiempo es la base misma de todo lo que vemos en esta creación.
Si malgastamos el tiempo, estaremos malgastando toda nuestra vi-
da y este cuerpo humano."
Sai Baba
Entonces el Reino de los cielos será semejante a diez vírgenes, que,
tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de
ellas eran necias y cinco prudentes. Las necias tomaron sus lám-
paras, pero no se proveyeron de aceite, mientras que las pruden-
tes tomaron aceite en las aceiteras, junto con sus lámparas. Como

197
tardara el esposo, les entró sueño a todas y se durmieron. A media
noche se oyó un grito: "Ya está ahí el esposo, salid a su encuen-
tro". Entonces se despertaron todas las vírgenes y aderezaron to-
das sus lámparas. Las necias dijeron a las prudentes: "Dadnos de
vuestro aceite, pues nuestras lámparas se apagan". Y las pruden-
tes respondieron: "No sea que no baste para nosotras y vosotras,
mejor es que vayáis a los vendedores y lo compréis". Mientras fue-
ron a comprarlo, vino el esposo, y las que estaban dispuestas en-
traron con él a las bodas y se cerró la puerta. Más tarde, llegaron
también las otras vírgenes diciendo: "¡Señor! ¡Señor! ¡Ábrenos!".
Y él respondió: "En verdad os digo que no os conozco". Vigilad,
pues, porque no sabéis el día ni la hora.
Mt 25, 1-13
La parábola de las diez vírgenes también nos aporta una riquísi-
ma enseñanza. El esposo representa a Dios, al final de la vida toda al-
ma va a su encuentro. Así como el esposo y la esposa se funden en una
unidad, así el alma debe terminar fundida en Dios, ese es su destino.
De allí la imagen del esposo, que no se sabe en qué momento va a lle-
gar. Como no se sabe ni el momento ni la hora es conveniente estar
preparados, como las vírgenes prudentes, porque la muerte está repre-
sentada por la llegada del esposo.
Las cinco vírgenes prudentes son aquellas que utilizaron su dis-
cernimiento y sabiduría para estar preparadas en el caso de que el es-
poso demorase. Habían previsto esta eventualidad y por lo tanto te-
nían reserva de aceite para sus lámparas. Estas reservas simbolizan a
las buenas obras que iluminan el camino hacia Dios. En otro pasaje Je-
sús nos dice: "Vigilad y orad...", porque no se sabe el momento. Por
ello debemos aprovechar el tiempo y no desperdiciarlo, pues la otra ca-
ra de la moneda está representada por las cinco vírgenes ignorantes.
Esta ignorancia las llevó a no ser previsoras, a no pensar, a no usar el
discernimiento. Les sucedió lo que era previsible a causa de su desidia
y es así que se quedan sin reserva y llegan tarde.
Al comprobar que se quedaban sin aceite y sus lámparas se apaga-
ban, pretendieron que las otras les prestaran un poco del suyo, a lo que és-
tas respondieron: "No sea que no baste para nosotras...". Aquí hay una en-
señanza que debemos tener en cuenta, todo lo que significa mérito propio,
como así también el pecado o el demérito, no se puede compartir. Cada uno

198
elabora su propia salvación, cada uno es responsable de sus actos, de su
propio crecimiento o desdicha. Por esta razón no se debe perder el tiempo
yendo a buscar el aceite sino tener reservas, o sea, estar preparados.
"Todos los momentos son momentos de crisis, en que decisio-
nes cruciales deben ser tomadas con urgencia. La vida es una lucha
entre las fuerzas del bien y el mal, de la alegría y el dolor, del éxito
y del fracaso.
Tenemos que tomar conciencia de dos verdades indefectibles, el
acontecimiento de la muerte y la gracia de Dios. Debemos aprovechar
cada momento sucesivo con gratitud y reverencia como si fuese el úl-
timo de nuestras vidas. El tiempo es nuestra posesión más preciosa,
nunca deberán desperdiciar el tiempo. Este nacimiento humano les ha
sido dado para emplear vuestro tiempo en forma fructífera. El nacer
humano es poco común, deben hacer el mayor uso de este sagrado na-
cimiento humano; pero hoy en día el hombre se olvida del mismo he-
cho de que es humano. Él piensa únicamente en los placeres munda-
nos, bienestar mundano y gozo mundano. Se imaginan que están dis-
frutando placeres mundanos, pero es un gran error. No son ustedes los
que están disfrutando de los placeres, sino que son los placeres los que
están disfrutando de ustedes, y porque ellos disfrutan de ustedes, se en-
cuentran envueltos en debilidades y malas cualidades.
Todo el tiempo disponible debería ser usado con propósitos
sagrados, no debería malgastarse. Ustedes no tienen nada que ver
con lo bueno o lo malo de los demás. En vez de desperdiciar su tiem-
po, deberían utilizarlo para descartar lo malo en ustedes y fomen-
tar lo bueno.
Manténganse siempre ocupados, en actividad, para así usar
su tiempo y habilidades con el mayor provecho. Ese es su deber, y
el deber es Dios. El perezoso y el inactivo vacilarán ante la activi-
dad por temor al agotamiento, fracaso o pérdida. Los individuos
emotivos y apasionados se precipitan y siempre esperan obtener re-
sultados rápidos, y se desaniman de inmediato si éstos no llegan.
Las personas equilibradas siempre están activas porque ese es su
deber. Para los devotos de Dios la actividad es un medio de ado-
rarlo y dejan el resultado a Su voluntad, dado que son sólo instru-
mentos en las manos de Dios.

199
Esta vida que es muy valiosa no debe ser desperdiciada. Úni-
camente cuando se hayan removido la impureza y la ignorancia, lle-
gará a brillar el lustre del verdadero Yo."
Sai Baba
"Tened ceñidos vuestros lomos y encendidas vuestras lámparas. Sed
como los criados que esperan a su amo de retorno de las bodas, pa-
ra abrirle apenas llegue y llame. ¡Dichosos los siervos a quienes el
amo encuentra vigilantes a su llegada! En verdad os digo que se ce-
ñirá y los hará sentar a la mesa, y se pondrá a servirles él mismo.
Tanto si viniere en la segunda como en la tercera vigilia, si los en-
cuentra así, ¡dichosos de ellos! Tened en cuenta que, si el amo de
casa supiera a qué hora ha de venir el ladrón, vigilaría y no deja-
ría horadar su casa. Estad preparados también vosotros, porque a
la hora que menos penséis vendrá el Hijo del hombre."
Entonces le dijo Pedro: "Señor, toda esta parábola, ¿la dices
por nosotros o por todos?". El Señor contestó: "¿Quién es en-
tonces el administrador fiel y prudente, para que les distribuya
oportunamente la ración de trigo? ¡Dichoso el siervo ese, si al
llegar su amo lo encuentra cumpliendo con su deber! En ver-
dad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si
ese siervo dijere en su corazón: 'Mi amo tarda', y comenzase a
golpear a los siervos y a las siervas, y a comer, beber y em-
briagarse, llegará el amo del siervo el día que menos lo espere
y a la hora menos pensada y lo azotará, y lo colocará entre los
infieles. El siervo que, conociendo la voluntad de su dueño, no
está preparado ni cumple su voluntad, recibirá muchos azotes.
Mas el que, no conociéndola, hace cosas que merecen azotes,
recibirá pocos. A quien mucho se le da, mucho se le reclamará;
y a quien se le entregó más, más se le pedirá".
Lc 12, 35-48
Esta parábola es semejante a las anteriores. En ella Jesús expli-
ca a sus discípulos la manera correcta de comportarse en esta vida, ya
que no se sabe el momento en que se nos pedirá cuenta de cómo la he-
mos utilizado.
Dios nos otorga el don de la vida para que cumplamos con un
rol, con una misión, con el objetivo por el cual hemos nacido.

200
El cumplimiento del deber implica la donación de la inteligencia, del
tiempo, y de todo aquello que traemos de vidas anteriores, para ponerlos al
servicio del prójimo y de toda la creación. Para cumplir con este objetivo
se debe aprovechar el tiempo, el dinero, la energía y los alimentos.
Como no sabemos en qué momento regresará el Señor, ya que
puede ser en la primera, en la segunda o en la tercera vigilia, es decir,
en la juventud, en la madurez o en la vejez, debemos estar preparados,
alertas, vigilantes. Porque la llegada del Señor va a ser como la de un
ladrón que viene sigilosamente y sin avisar. Todo esto es simbólico, en
realidad Jesús se está refiriendo a la llegada de la muerte, que puede
acaecer en cualquier momento, de allí la importancia de estar prepara-
dos. Por ello debemos aprovechar el tiempo en buenas acciones, que
dependerán de las posibilidades que tenga cada uno, ya que en esa me-
dida se nos reclamará: "A quien mucho se le da, mucho se le reclama-
rá; y a quien se le entregó más, más se le pedirá".
"Es seguro que todo lo que nazca en este mundo y que tome una
forma habrá de cambiar, de decaer y desaparecer. Mas antes de que uno
muera, entre el nacimiento y la muerte, hay un período intermedio. Los
cambios que se producen en este intermedio, como el desarrollo y la de-
cadencia, son inevitables. Estos cambios se producen en la vida de to-
das las cosas vivientes. Cada ser humano debería considerar la forma
en que ocupa su tiempo entre su nacimiento y su muerte, e inquirir en
ello. ¿Estamos haciendo un uso apropiado del tiempo y cumpliendo con
el propósito de la vida? El inquirir ayuda a lograr el desapego, ayuda-
rá a ver que la mayoría de las cosas que aparenta el hombre no son más
que ficciones. Tan pronto como se desvanecen los méritos que haya acu-
mulado en nacimientos previos, el hombre entregará esta vida transito-
ria y morirá. Se llevará con él todo lo bueno y lo malo que haya hecho
en esta vida.
El tiempo vuela como si fuera llevado por un viento fuerte.
Así también se derrite el período de vida de cada uno, como un blo-
que de hielo. Pese a ello el hombre simplemente avanza sin recono-
cer sus deberes. ¿Es este el destino del hombre? ¿Es esto todo lo
que va a hacer en su vida?
La tarea principal del hombre es la de reconocer el secreto y
la verdad que encierra la vida. Estamos perdiendo nuestro tiempo

201
al igual que un hombre que corta madera de sándalo para quemar-
la y usarla como carbón.
El hombre de hoy se encuentra en una posición lamentable al
no darse cuenta de cuál es su propio deber en la vida y de cómo ha
de alcanzar su Destino. ¡El tiempo pasa con la misma velocidad con
que sopla un huracán!
Aunque el lapso de vida del hombre es más bien limitado, el po-
der del intelecto es grandioso, de modo que a través de este poder tra-
ten de santificar aquello que es limitado: vale decir vuestro tiempo de vi-
da. Saquen el mayor provecho de él. Los cuerpos humanos habrán de
perecer en uno u otro momento y serán cremados. Entonces desapare-
cerán, pero mientras perdure el cuerpo ¿cuál sería el propósito de este
cuerpo sagrado si no son capaces de hacerle llevar a cabo las sagradas
cosas que le han sido asignadas? En el caso de que hayan propagado
buenas ideas, hayan mostrado una conducta sin tacha y le hayan trans-
mitido estas cosas positivas a los demás durante la vida, serán recorda-
dos como personas inmortales. Hasta que no alcancen el Destino que
deben alcanzar no conseguirán la felicidad. La felicidad permanente se
encuentra únicamente en ese destino final.
Algunos representan a la muerte como un dios terrorífico que
cabalga sobre un búfalo monstruoso y que se precipita sobre ustedes
con un lazo. No, el lazo es producto de su imaginación, y la muerte no
se lanza sobre ustedes de improviso, les anuncia su llegada con anti-
cipación, se anuncia en la forma de insinuaciones tales como canas,
caída de los dientes, disminución de la vista, sordera, arrugas, etc. No
viene montada en ninguna bestia, es sólo otro nombre para el tiempo.
Es el tiempo que se desliza cautelosa y constantemente hacia ustedes
y que corta el cordón de la vida. Así que utilicen su capacidad de ha-
cer acciones para liberarse de las garras del tiempo. Dominar el tiem-
po es dominar la vida. No malgasten su vida malgastando mucho tiem-
po. ¡Tiempo perdido es vida perdida!"
Sai Baba

202
42
EL CONTROL DE LA ENERGÍA

¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos hi-


pócritas! Ustedes purifican el exterior del plato y de la copa,
después que la llenaron de robos y violencias. ¡Fariseo ciego!
Purifica primero lo que está dentro, y después purificarás tam-
bién el exterior.
Mt 23, 25-26
"La primera causa de la ignorancia es el apego, los deseos.
Durante su vida en la tierra el hombre piensa acerca de su peque-
ña individualidad y tiene ambiciones materiales. Cuando sus de-
seos se satisfacen se siente feliz y contento, pero en el momento que
sus deseos no son satisfechos se enoja, y esta ira es la hija de la ig-
norancia y surge de emociones que nos hacen olvidar nuestra ver-
dadera naturaleza y que nos impulsan a hacer cosas que normal-
mente no haríamos.
No rieguen ni alimenten el árbol del deseo. La intolerancia es
el provecho de la ira, el odio y la envidia. Hagan cuanto puedan pa-
ra suprimir la ira en cuanto empieza a aparecer, pues no llega inad-
vertidamente. El cuerpo se acalora, los labios se crispan, los ojos se
enrojecen, así es que a la menor indicación tomen un vaso de agua
fría, lentamente. Aíslense y recuéstense hasta que el ataque pase y
se rían ustedes de su tontería.
Esto puede parecer difícil, pero tienen que practicarlo porque
las consecuencias si sucumben a la ira serían tan desastrosas que
se arrepentirían por mucho tiempo.

203
La ira, el orgullo y otras pasiones, reducen al hombre al ni-
vel de un lunático y en ocasiones lo degradan al nivel de un animal.
Es por esto que es muy necesario que reconozcan el conocimiento
distintivo, el conocimiento integral y el conocimiento supremo que
están latentes en el hombre y los conduzcan y canalicen adecuada-
mente, y logren así el elevadísimo estado de la Bienaventuranza Su-
prema.
La causa de todos los problemas, confusión y torbellino radi-
ca en el hecho de que se ha perdido control sobre los sentidos.
Mientras perdure el sentimiento de la ira y el ego, sus corazones no
serán capaces de sentirse bien en sus vidas y sentirán enferma su
mente. La ira es el más grande de los enemigos y la calma interior
es la mejor de las protecciones. La alegría es el cielo propio y la
tristeza el infierno propio.
Aquel que esté poseído por la ira será repudiado por la gen-
te porque cometerá muchas malas acciones. La ira conduce a mu-
chos pecados, primero deben esforzarse en controlar esa emoción
de la ira. En algunas ocasiones, el ego introduce el sentimiento de
la ira. El prestigio de alguien es en ocasiones socavado por su pro-
pia riqueza y por su orgullo por poseerla. La fortuna de alguien
produce cierto distanciamiento entre él y sus parientes y amigos. A
causa de su propia ira, la gente pierde todo y se expone a tremen-
dos sufrimientos.
Si aspiran a la Realidad Trascendental y a la Divinidad tie-
nen que decidirse a tener bajo control esa tremenda emoción de la
ira. La ira es causada por la debilidad, pero no por la debilidad del
cuerpo sino por la de la mente. Para darle fuerza a la mente y eli-
minar su debilidad es necesario llenarla con buenos pensamientos,
buenos sentimientos y buenas ideas.
Al igual que una pira funeraria consume el cuerpo, una men-
te agitada reduce a cenizas el cuerpo viviente. Es una muerte en vi-
da vivir obsesionado por el orgullo, el ego y la ira.
Demasiado hablar, demasiado escuchar a los demás, entre-
garse a actividades inútiles, todo ello dispersa la energía que nos ha
sido dada por Dios.

204
Mientras permanezcan en la ignorancia no podrán probar la
bienaventuranza, no podrán adquirirla. Están aún atados por el cor-
dón de tres hilos: el negro de tamas, la oscuridad, falta de discerni-
miento; el rojo de rajas, energía apasionada, primaria; y el hilo blan-
co de satva, la energía equilibrada, pureza. Nieguen que están enca-
denados y las ataduras caerán. Deben regular su vida de tal manera
que no dañen su naturaleza interna, es decir, vivan con la conciencia
continua de su parentesco con los demás y con el universo.
La envidia y el odio son las chispas que pueden destruir el
conjunto de las virtudes que posee el hombre. Deberán mantener
alejados de su mente al egoísmo, la envidia, la ira, la codicia, y to-
das las tendencias maléficas similares. Todas ellas no constituyen
sino redes para atrapar a las personas. Estos vicios arrasan con la
santidad del hombre y la someten para que ya no puedan influir en
él. La persona se olvidará de quién es y actuará como un individuo
alienado atrapado por la locura. La envidia no se detiene única-
mente en esta serie de perjuicios, nos lleva también a solazarnos en
escandalizar a otros. Este es un mal actualmente muy difundido. Es
algo que nace naturalmente, ya que representa un signo de la igno-
rancia. Para liberarse de este hábito uno deberá dedicar algún
tiempo muy temprano en la mañana, y antes de retirarse a dormir,
a explorar la mente y a identificar y examinar los defectos que pue-
dan haber encontrado un asidero en ella. Uno deberá rezarle a Dios
para que lo salve de esta tendencia.
Cuando uno llegue a ganarse la gracia de Dios podrá estar
seguro de que estos absurdos hábitos no podrán ya deformar su ca-
rácter.
Todo esto deben poner en práctica en su vida cotidiana: no
malgasten el dinero, el dinero es un don de Dios. No desperdicien
los alimentos, los alimentos son un don de Dios. No pierdan el tiem-
po, el tiempo que les ha sido dado es un don de Dios. No malgasten
su energía, la energía es también un don de Dios."
Sai Baba

205
43
KARMA,
LEY DE CAUSA Y EFECTO

La ley del karma es una ley cósmica que opera como consecuen-
cia de las obras, palabras y pensamientos de cada ser, acumulando resi-
duos favorables o desfavorables que rigen la rueda de nacimientos y
muertes. Es decir que las reencarnaciones de cada ser son concordantes
con su comportamiento en vidas anteriores. El karma no castiga ni re-
compensa, es simplemente una ley única, universal, que dirige infalible y
ciegamente todas las demás leyes productoras de ciertos efectos.
"Todos los seres, hombres, mujeres, árboles o animales, gu-
sanos, insectos, todos tienen que cumplir el karma. Todo en el uni-
verso está regido por esta ley, no hay escape a esta obligación. Kar-
ma es la característica de la Naturaleza."
Sai Baba
En el principio, cuando Dios creó los cielos y la tierra, todo era
confusión y no había nada en la tierra. Las tinieblas cubrían
los abismos mientras el espíritu de Dios aleteaba sobre la su-
perficie de las aguas.
Dijo Dios: "Haya luz", y hubo luz. Dios vio que la luz era bue-
na, y separó la luz de las tinieblas. Dios llamó a la luz "Día" y
a las tinieblas "Noche". Atardeció y amaneció: fue el día Pri-
mero.
Dijo Dios: "Haya una bóveda en medio de las aguas, para que
separe unas aguas de las otras". Hizo Dios entonces como una

206
bóveda y separó unas aguas de las otras: las que estaban por
encima del firmamento, de las que estaban por debajo de él. Y
así sucedió. Dios llamó a esta bóveda "Cielo". Y atardeció y
amaneció: fue el día Segundo.
Dijo Dios: "Júntense las aguas de debajo de los cielos en un so-
lo depósito, y aparezca el suelo seco". Y así fue. Dios llamó al
suelo seco "Tierra" y al depósito de las aguas "Mares". Y vio
Dios que esto era bueno.
Dijo Dios: "Produzca la tierra hortalizas, plantas que den semilla,
y árboles frutales que por toda la tierra den fruto con su semilla
dentro, cada uno según su especie". Y así fue. La tierra produjo
hortalizas, plantas que dan semillas y árboles frutales que dan fru-
to con su semilla dentro, cada uno según su especie. Dios vio que
esto era bueno. Y atardeció y amaneció: fue el día Tercero.
Dijo Dios: "Haya lámparas en el cielo que separen el día de la
noche, que sirvan para señalar las estaciones, los días y los
años, y que brillen en el firmamento para iluminar la tierra". Y
así sucedió. Hizo, pues, Dios dos grandes lámparas: la más
grande para presidir el día y la más chica para presidir la no-
che, e hizo también las estrellas. Dios las colocó en lo alto de
los cielos para iluminar la tierra, para presidir el día y la no-
che y separar la luz de las tinieblas; y vio Dios que esto era
bueno. Y atardeció y amaneció: fue el día Cuarto.
Dijo Dios: "Llénense las aguas de seres vivientes y revoloteen
aves sobre la tierra y bajo el firmamento". Dios creó entonces
los grandes monstruos marinos y todos los seres que viven en
el agua según su especie, y todas las aves, según su especie. Y
vio Dios que todo ello era bueno. Los bendijo Dios, diciendo:
"Crezcan, multiplíquense y llenen las aguas del mar, y multiplí-
quense asimismo las aves sobre la tierra". Y atardeció y ama-
neció: fue el día Quinto.
Dijo Dios: "Produzca la tierra animales vivientes de diferentes
especies, animales del campo, reptiles y animales salvajes". Y
así fue. Dios hizo las distintas clases de animales salvajes se-
gún su especie, los animales del campo según su especie, y to-
dos los reptiles de la tierra según su especie. Y vio Dios que to-
do esto era bueno.

207
Dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejan-
za. Que tenga autoridad sobre los peces del mar y sobre las
aves del cielo, sobre los animales del campo, las fieras salvajes
y los reptiles que se arrastran por el suelo".
Y creó Dios al hombre a su imagen.
A imagen de Dios lo creó.
Macho y hembra los creó.
Dios los bendijo, diciéndoles: "Sean fecundos y multiplíquense.
Llenen la tierra y sométanla. Tengan autoridad sobre los peces
del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se
mueve sobre la tierra".
Dijo Dios: "Hoy les entrego para que se alimenten toda clase
de plantas con semillas que hay sobre la tierra, y toda clase de
árboles frutales. A los animales salvajes, a las aves del cielo y
a todos los seres vivientes que se mueven sobre la tierra, les doy
pasto verde para que coman". Y así fue.
Dios vio que todo cuanto había hecho era muy bueno. Y atar-
deció y amaneció: fue el día Sexto.
Gn 1, 1-31
Así estuvieron terminados el cielo, la tierra y todo lo que hay
en ellos. El Séptimo día Dios tuvo terminado su trabajo, y des-
cansó en ese día de todo lo que había hecho. Bendijo Dios el
Séptimo día y lo hizo santo, porque ese día descansó de sus tra-
bajos después de toda esta creación que había hecho.
Gn 2, 1-3
"El hombre es un peregrino que ha emprendido un largo via-
je. Partió desde la piedra, pasó por el reino vegetal, el animal, y
ahora ha llegado al nivel humano. Aún tiene un largo camino por
recorrer para alcanzar lo Divino, y por lo tanto no debe detenerse.
Cada momento es precioso. Cada paso debe llevarlo hacia adelan-
te y acercarlo a su Meta."
Sai Baba
La evolución de toda la creación en espiral ascendente demues-
tra que la misma es constante, permanente y continúa indefinidamente
hasta que el hombre, considerado el rey de la creación por ser imagen

208
y semejanza de Dios, logra identificarse o fundirse con Él. Vale decir
que el propósito de la vida es ir creciendo a un nivel de conciencia que
lo identifique con Dios. Cuando llegue a ese estado, la creación para
ese ser habrá terminado, pues habrá alcanzado el Séptimo Día, la unión
con Dios.
Es maravilloso el programa de la Creación, pues todo lo que ha
salido de Dios debe retornar a Él. Es el largo peregrinaje que lleva de
regreso a la casa del Padre.
Con cuánta razón el salmista cantaba: "Qué maravillosa es tu
obra, Señor. Qué admirable la obra de Tus manos. Los cielos y la tie-
rra proclaman Tu Gloria ¡Oh Dios!".
Es conveniente aclarar que los días de la Creación no son días
de veinticuatro horas, sino que es un lapso muchísimo más prolonga-
do. Según los hindúes, un día de Brahma tiene cuatro mil trescientos
veinte millones de años. San Pedro en una de sus cartas dice: "No ol-
viden, hermanos, que ante el Señor un día es como mil años y mil años
son como un día" (2ª Pedro 3, 8).
Cuando las Sagradas Escrituras hablan de un día, hemos de en-
tender un largo, larguísimo período de tiempo.
Qué hermosa es la concepción de la vida bajo el prisma de la
evolución, que parte de Dios para retornar nuevamente a Dios y que la
vida no se interrumpe con la supuesta muerte. En definitiva, la muerte
no existe. La vida continúa en sus diversas o diferentes etapas. Lo que
llamamos muerte es solamente un cambio de dimensión o formas de
vida.
En verdad, me parece que lo que sufrimos en la vida presente
no se puede comparar con la gloria que se manifestará después
en nosotros. Y toda la creación espera ansiosamente que los hi-
jos de Dios reciban esa gloria que les corresponde. Pues si la
creación está al servicio de vanas ambiciones, no es porque
ella hubiese deseado esa suerte, sino que le vino del que la so-
metió. Por eso tiene que esperar hasta que ella misma sea libe-
rada del destino de muerte que pesa sobre ella y pueda así com-
partir la libertad y la gloria de los hijos de Dios.
Rm 8, 18-21

209
"La personificación misma de la Bienaventuranza, Dios, está
en ustedes, como en otros, como en todo lo demás. A pesar de una
multiplicidad de recipientes, el contenido es el mismo. Ese es el
principio de la existencia, conocimiento y bienaventuranza. El áto-
mo y la galaxia, ambos son básicamente uno. Todos son en verdad
divinos, Dios. Ustedes leen en los libros sagrados que Vishnú, dios
encargado de la preservación y protección del universo, tiene como
su vehículo al águila Garuda; que Shiva, dios dedicado a la fusión,
la desintegración y la destrucción del universo, tiene al toro Nandi
como su vehículo; que Brahma, dios dedicado a la inmersión, evo-
lución y creación del universo, cabalga en el cisne Ansa. Subrah-
manyam, el generalísimo del ejército divino, cabalga en un pavo
real. Sani, el dios que dirige las influencias saturninas, tiene al
cuervo como vehículo. Ganesha, el dios que ayuda a vencer los obs-
táculos, cabalga sobre un ratón. Esto no significa que los dioses es-
tán indefensos sin estos instrumentos animales de locomoción. Sólo
revela que ningún pájaro o bestia debe despreciarse, pues lo divino
está usando a cada uno como su vehículo. Visto como el cuerpo, to-
dos son distintos; visto como el Incorporado, o sea Dios, todos son
Uno."
Sai Baba
Analizando lo expuesto, resulta evidente que el ser humano ha
llegado a tal condición después de haber recorrido un larguísimo ca-
mino, cuyo comienzo se esconde en la penumbra del tiempo. Cuando
el amor divino estalla, expandiéndose, transformado en energía; y en
energía condensada comienza a ascender, del mineral al vegetal; del
vegetal al animal; y del animal ha llegado a la plenitud como ser ra-
cional, pero sobre todo como ser dotado de libre albedrío. Este es un
don maravilloso concedido por Dios que lo capacita para elegir, dis-
cernir entre lo correcto y lo incorrecto. Por esta razón el hombre unas
veces acierta y otras se equivoca, retrasando así su evolución.
Dice Sai Baba que el hombre ignora cuánto le ha costado llegar
a esta condición humana y por esta razón la desaprovecha. Es menes-
ter tomar conciencia de esta realidad ya que no es el final sino el co-
mienzo para llegar más pronto a la fusión con lo divino. Es sólo un es-
labón para llegar a la Meta.

210
Hemos visto cómo Dios en el sexto día de la creación dice: "Ha-
gamos al hombre a nuestra imagen y semejanza" y como su obra cum-
bre, lo instituye como señor de todo lo creado. Lo constituye en padre,
en maestro, en protector y responsable de las escalas inferiores. Para
que con su inteligencia y sobre todo con su amor los promueva al ca-
mino de la evolución, así como las olas en el mar se suceden unas a
otras. En su ceguera, el hombre no ejerce este altísimo honor que Dios
le ha concedido. Desperdicia, de ese modo, la divina oportunidad de
ser co-creador con Dios.
El llegar a tomar conciencia de esta realidad le lleva mucho, mu-
chísimo tiempo. Jesús dijo: "Por su parte, sean ustedes perfectos como
es perfecto el Padre de ustedes que está en el Cielo" (Mt 5, 48). Quie-
re decir que nuestro destino es la perfección del Padre, y que eso es po-
sible, pues en otra oportunidad, en un momento solemne durante la ce-
na pascual, dijo dirigiéndose al Padre: "Yo les he dado la Gloria que
Tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos
y Tú en mí. Así alcanzarán la perfección en la unidad, y el mundo co-
nocerá que Tú me has enviado y que yo los he amado a ellos como Tú
me amas a mí" (Jn 17, 22-23). No se refería solamente a los que esta-
ban con Él, sino a todos los seres humanos.
Ahora bien, aquí cabe una pregunta: ¿Quién puede pensar o creer
que en una sola existencia se puede lograr la perfección que nos pide Je-
sús? Evidentemente resulta muy difícil, por no decir imposible, que en
una vida se pueda alcanzar a dominar el ego, conseguir la belleza del ca-
rácter, controlar la mente, obtener el desapego, el amor altruista, ser
consciente para realizar la divinidad latente en cada uno. Así llegamos a
la conclusión de que, si la meta final es la perfección de Dios, la unidad
con Él, es evidente que deberán sucederse muchas, innumerables vidas
para lograrlo, el antes o después depende de cada quién.
A esta situación se la denomina Karma, Ley de Causa y Efecto.
"Todos los seres humanos tienen que cumplir con un trabajo,
karma. Es una obligación universal que nadie puede eludir. Hay
quien piensa que sólo los hechos virtuosos o perjudiciales se deno-
minan karma. Aun el mismo respirar de uno es karma. El karma que
es natural y automático tal como el respirar, se convierte en karma
útil cuando se ejecuta teniendo en mente un resultado definido. El

211
trabajo que se ejecuta mecánicamente es como la llama de la me-
cha de un quinquel sin aceite. El entusiasmo mental es el aceite,
viértanlo en el quinquel y éste brillará clara y largamente.
El mejor karma, trabajo o acción es aquel que se hace cum-
pliendo el llamado del deber. Desarrollen la confianza en sí mismos,
ese es el mejor de los tónicos. Ustedes nacieron porque reprobaron
determinadas materias. Hay cierto saldo de experiencia que deben
adquirir para completar el curso. Si llegan a convencerse median-
te la realización del ser de que su naturaleza real es esencialmente
Conciencia Suprema, habrán terminado el curso, habrán sido apro-
bados.
Para eliminar la ignorancia uno tiene que hacer un trabajo
útil; el aceite de la lámpara es la acumulación de las acciones efec-
tuadas durante las encarnaciones pasadas.
Mientras más fuerte sea la llama, la luz será más brillante, y
el aceite se consumirá con mayor rapidez.
De manera que trabajen con ahínco para consumir los efec-
tos del pasado y liberarse del peso que los doblega.
Si desean purificar y limpiar sus corazones deberán reflexio-
nar respecto de la acción o karma; el tipo de acciones que llevemos
a cabo hoy en día, determinará lo que será el futuro, y las transfor-
maciones que estemos produciendo hoy se convertirán en parte de
nuestra naturaleza de mañana, y nuestra naturaleza de hoy constitui-
rá el destino que nos espere mañana. De modo que, invariablemente,
nuestro destino está en nuestras manos. El tipo de acción que reali-
cemos determinará el destino a que lleguemos. Ya sea que alcance-
mos nuestro destino o que nos quedemos en el camino, la vida está en
nuestras propias manos, en la forma de karma. Y es también gracias
a esta idea del karma o acción que la vida tiene un sentido. El tipo de
nacimiento determina el dharma, o sea, nuestro deber, lo que debe-
mos cumplir. Y este dharma, a su vez, determina nuestra meta. Y se
debe a ello que estas ideas de karma, nacimiento, vida y destino, es-
tén realmente a nuestro alcance.
En el Bhagavata se encuentra el siguiente concepto respecto
de lo que ustedes asocian con karma o acción: el de que es la ac-

212
ción la que tiende a determinar nuestro nacimiento. De modo que
deben entender que todo lo que experimentan, ya sea para bien o
para mal, es responsabilidad solamente de sus acciones.
¿Cuántos de los que nacen, son humanos cuando nacen, cuán-
tos crecen hasta alcanzar la categoría de humanos después de haber
nacido, cuántos han vivido como humanos, conociendo la clave de la
vida recta y de la recta acción? No es la apariencia física por lo que
se distingue al hombre. La planta del algodón da frutos verdes y lar-
gos que se asemejan al mango. Hay variedades de cañas silvestres, pe-
ro no todas son de azúcar. El cuarzo puede lucir como azúcar, pero no
es comestible. No debemos dejarnos engañar por la forma, el conteni-
do es el criterio importante y el contenido es la divinidad.
El individuo y Dios se vuelven idénticos sólo cuando se alcanza
la Liberación: hasta que alcanza el mar, el río permanece como río,
con diferente nombre y distinta forma. Así también el individuo cuando
se envuelve en la cubierta física, los sentidos, la mente y los instrumen-
tos de la conciencia no se funde en Dios, permanece separado.
La más mínima cosa tiene su dharma, el agua tiene el dharma,
la naturaleza y la obligación de moverse. El dharma del fuego es que-
mar y consumir. El del imán atraer hacia sí, y cada uno de ellos está
cumpliendo con su dharma, sin alteraciones. Hasta el sistema solar y
las estrellas del firmamento. Entre las cosas que están provistas de con-
ciencia, las plantas y los árboles, los insectos y los pájaros, los ovípa-
ros y los mamíferos, todos cumplen su dharma específico, sin que los
afecte el paso del tiempo. Pero el hombre, cuya inteligencia va desde lo
inerte y lo unicelular, hasta la Supraconciencia y lo Universal, es el úni-
co ser viviente que se ha salido y se está saliendo de su dharma.
La tentación de ignorar al dharma surge del egoísmo y de la
aceptación de valores falsos. Deben examinar en cada momento si
están observando los preceptos del dharma, o si se están alejando
de él. El dharma ahora es sólo una excusa conveniente para obte-
ner beneficios de otros, no una oportunidad para cumplir con sus
deberes para con los demás. Ustedes se lo recuerdan a los demás
cuando desean obtener alguna ventaja de ellos. Deben recordar no
sólo los derechos que el dharma confiere sino también los deberes
que impone.

213
El destino ineludible de cada ser viviente es el logro de la
Plenitud y no puede ser evitado ni negado por medio alguno. Nues-
tra actual condición de imperfección es consecuencia de nuestras
actividades durante vidas previas, es decir, los pensamientos, senti-
mientos, emociones, pasiones y actos durante vidas pasadas, son las
causas de las condiciones actuales.
Del mismo modo, nuestras condiciones futuras están siendo
configuradas por nuestras obras, deseos, pensamientos y senti-
mientos presentes. En otras palabras, nosotros mismos somos la
causa de nuestra fortuna o nuestra desdicha.
Dios no tiene que ver con los premios o los castigos. Él sólo
refleja, resuena y reacciona; Él es el testigo eterno, inafectado.
Ustedes deciden su propio destino; hasta la creación, protec-
ción y destrucción siguen la misma ley, la innata ley del universo.
Esta no es una religión de desesperación, es una religión de es-
peranza, de afirmación que alienta a llevar una vida activa, útil, be-
neficiosa. Pues el futuro está en las manos de ustedes; el mañana pue-
de forjarse por el día de hoy, aunque el hoy ya fue forjado por el ayer.
Hay tres variedades de Karma: malo, bueno y mixto. Algunos
agregan un cuarto karma, el karma del conocimiento que no es ni
bueno ni malo. El karma malo consiste en todos los actos ejecuta-
dos sin temer a Dios, o sin temer de caer en el pecado. Todos los ac-
tos ejecutados, mientras se está bajo la influencia de los seis ene-
migos: el deseo, la ira, la avaricia, el engaño, la arrogancia, la en-
vidia; todos los actos que rebelen la bestia dentro del hombre, que
indican que no posee discernimiento, agudeza intelectual y renun-
ciamiento, que están desprovistos de compasión, rectitud, verdad,
paz y amor, estos son karmas malos.
Todos los actos hechos con temor a Dios y al pecado, todos
los actos hechos con verdad, rectitud, paz y amor, estos son los kar-
mas buenos.
Los karmas mixtos son unos que forman un grupo interesan-
te, por ejemplo: aunque los actos son buenos, aunque aparente-
mente son motivados por el temor a Dios y al pecado, aun así, re-
velan impulsos que son precisamente opuestos. Como en el caso de

214
algunas personas que establecen hoteles de descanso o centros de
distribución de agua, pero no les pagan bien a sus empleados, ni
con la debida puntualidad. Su verdadero propósito es obtener fama;
dan a los pobres solamente ropa inservible y monedas gastadas. En
cualquier obra que hicieren su propósito es obtener publicidad.
El Karma del Conocimiento es el nombre que se usa para to-
dos aquellos actos ejecutados con el objeto de aprender en las Sa-
gradas Escrituras, o de los ancianos, o los maestros, la forma de es-
capar del cautiverio de la dualidad y de la falsedad del mundo; y
los que se realizan para desarrollar la fe y el valor de la verdad, del
deber, de la paz y del amor. En fin, todos aquellos actos que condu-
cen a la fusión del individuo con el Absoluto Universal."
Sai Baba
En adelante veremos que a través de los Evangelios y por ende
de la predicación de Jesús, se alude claramente a la existencia del kar-
ma. Y no podía ser de otra forma, puesto que Jesús ha dicho: "Yo soy
la Verdad", y Él vino a mostrarnos la Verdad mediante su enseñanza y
ejemplo. Los milagros que hacía o dejaba de hacer estaban relaciona-
dos con la ley del karma, al igual que las parábolas que en ciertas oca-
siones utilizaba como ejemplos.
Escuchen también esto. Un hombre estaba a punto de partir a
tierras lejanas, y reunió a sus servidores para confiarles todas
sus pertenencias. Al primero le dio cinco talentos de oro, a otro
le dio dos, y al tercero solamente uno, a cada cual según su ca-
pacidad. Después se marchó.
El que recibió cinco talentos negoció en seguida con el dinero
y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo otro tanto, y ganó
otros dos. Pero el que recibió uno cavó un hoyo en la tierra y
escondió el dinero de su patrón.
Después de mucho tiempo, vino el señor de esos servidores, y
les pidió cuentas. El que había recibido cinco talentos le pre-
sentó otros cinco más, diciéndole: "Señor, tú me entregaste cin-
co talentos, pero aquí están otros cinco más que gané con
ellos". El patrón le contestó: "Muy bien, servidor bueno y hon-
rado; ya que has sido fiel en lo poco, yo te voy a confiar mucho
más. Ven a compartir la alegría de tu patrón".

215
Vino después el que recibió dos, y dijo: "Señor, tú me entregas-
te dos talentos, pero aquí tienes otros dos más que gané con
ellos". El patrón le dijo: "Muy bien, servidor bueno y honrado;
ya que has sido fiel en lo poco, yo te confiaré mucho más. Ven
a compartir la alegría de tu patrón".
Por último vino el que había recibido un solo talento y dijo:
"Señor, yo sabía que eres un hombre exigente, que cosechas
donde no has sembrado y recoges donde no has invertido. Por
eso yo tuve miedo y escondí en la tierra tu dinero. Aquí tienes
lo que es tuyo".
Pero su patrón le contestó: "¡Servidor malo y perezoso! Si sa-
bías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he
invertido, debías haber colocado mi dinero en el banco. A mi
regreso yo lo habría recuperado con los intereses. Quítenle,
pues, el talento y entréguenselo al que tiene diez". Porque al
que produce se le dará y tendrá en abundancia, pero al que no
produce se le quitará hasta lo que tiene.
Mt 24, 14-29
"Reflexionen un poco sobre todo el talento que el Señor le ha
dado al hombre. Con estas dotes que poseen avancen siempre por
la senda del Señor, adhiriendo con tenacidad a las exigencias de la
Verdad. Para ello hay que emplear el talento, porque es este el pro-
pósito del don. Sólo los dotados de la posibilidad de ver pueden
"ver" las cosas, los ciegos no tienen esa suerte. Así también, sólo los
dotados de la verdad pueden ver al Señor, todos los demás están cie-
gos.
El Señor también le ha entregado al hombre los instrumentos
necesarios para desarrollar su intelecto y su discernimiento. Si los
usa bien y trata de realizarse, el Señor le dará por añadidura nue-
vos talentos y nuevas fuentes de poder, porque Él está pleno de gra-
cia para los que luchan y se esfuerzan. Cuando el hombre se empe-
ña en seguir la rectitud, también la Verdad se revelará ante él.
Ustedes son la causa de su propia ruina o de su progreso. Las
herramientas están en sus manos. Tienen la oportunidad de aprender
a usarlas y de romper las cadenas para escapar, pero si se arrastran
en la esclavitud y en la servidumbre, ¿quién puede salvarlos? No cul-

216
pen al destino de su condición. Las Escrituras las han hecho ustedes
mismos, no las culpen; son reprobados o aprobados, retenidos o pro-
movidos, con base a su propio rendimiento en el grado anterior, ¿ver-
dad? Pues de igual modo el estado en la vida presente es decidido con
base en las actividades realizadas en las vidas anteriores. Cuando el
director de la escuela les da una carta de recomendación, con apoyo,
en la cual ustedes solicitan empleo, él redacta las frases con referen-
cia al comportamiento que han observado durante los años que pasa-
ron en el plantel. De ustedes depende la clase de carta que reciban. Si
su conducta ha sido correcta les darán una recomendación de enco-
mio, y conseguirán un buen empleo. Pero si su actuación ha sido in-
conveniente, les darán una carta recriminatoria, y en consecuencia un
mal puesto. Ustedes son los que escriben, los que borran eso que se
llama destino. El destino no es una jaula de hierro."
Sai Baba
Jesús volvió a la barca, cruzó de nuevo el lago y vino a su ciu-
dad. Allí le llevaron a un paralítico, tendido en una camilla. Al
ver Jesús la fe de esos hombres, dijo al paralítico: "¡Ánimo, hi-
jo; tus pecados quedan perdonados!".
Algunos maestros de la Ley pensaron: "¡Qué manera de bur-
larse de Dios!". Pero Jesús, que conocía sus pensamientos, les
dijo: "¿Por qué piensan mal? ¿Qué es más fácil decir: 'Quedan
perdonados tus pecados', o: 'Levántate y anda'? Sepan, pues,
que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para per-
donar pecados". Entonces dijo al paralítico: "Levántate, toma
tu camilla y vete a casa". Y el paralítico se levantó y se fue a su
casa.
Mt 9, 1-7
Este pasaje sólo puede ser comprendido desde el punto de vista
del karma, o sea de la reencarnación. Es evidente que la parálisis su-
frida por la persona en cuestión es producto de la ley de causa y efec-
to. De lo contrario no le hubiera dicho "Quedan perdonados tus peca-
dos", de allí que al ser perdonado desaparece la "causa", o sea lo que
provocó la parálisis en este caso.
Esta persona tenía fe; la fe presupone amor, confianza, entrega,
aceptación. Esta fe fue captada por Jesús, que lo halló digno de ser cu-

217
rado y, lo que es más importante, de ser perdonado. La gracia divina
actúa de forma misteriosa a los ojos de los hombres, de allí la reacción
de los maestros de la Ley. Sólo Dios puede saber quién es digno de ser
curado y perdonado. Todo depende de los méritos que se hayan adqui-
rido para que sea borrado o perdonado el karma negativo.
Jesús dijo: “¿Qué es más fácil decir: ‘Quedan perdonados tus
pecados’, o: ‘Levántate y anda’?”. En realidad significaba lo mismo.
"Y bien, algunos nacen felices, algunos gozan de vidas prós-
peras y saludables. Algunos nacen miserables, otros nacen sin ma-
nos o sin piernas; otros más nacen débiles mentales o con defectos.
¿Quién los dañó o lesionó? A Dios se le proclama como justo y bon-
dadoso. Podría argüirse: ¿cómo es posible que este Dios pueda ser
tan parcial y prejuicioso? ¡Cómo puede haber tales diferencias en
el reino gobernado por Dios! Este tipo de dudas son naturales. Dios
no es la causa de estas diferencias: ellas son la consecuencia de los
actos a que se dejaron llevar los individuos en vidas previas a la
presente. Estos actos son los que dan por resultado la felicidad o la
miseria, la salud o los defectos.
Lo bueno y lo malo se generan por sí mismos, son efectos de
lo hecho en vidas anteriores.
El karma limpia la mente si se hace como un acto de dedicación
y se dejan las consecuencias a la voluntad del Señor. El arrepenti-
miento salva hasta de la perdición a los pecadores. Ninguna expiación
es tan efectiva como el arrepentimiento sincero."
Sai Baba
Hay en Jerusalén, cerca de la Puerta de las Ovejas, una pisci-
na llamada en hebreo Betsaída. Tiene ésta cinco pórticos, y ba-
jo los pórticos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos,
tullidos y paralíticos. (Todos esperaban que el agua se agitara,
porque un ángel del Señor bajaba de vez en cuando y removía
el agua; y el primero que se metía después de agitarse el agua
quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.)
Había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba
enfermo. Jesús lo vio tendido, y cuando se enteró del mucho
tiempo que estaba allí, le dijo: "¿Quieres sanar?". El enfermo

218
le contestó: "Señor, no tengo a nadie que me meta en la pisci-
na cuando se agita el agua, y mientras yo trato de ir, ya se ha
metido otro". Jesús le dijo: "Levántate, toma tu camilla y an-
da". Al instante el hombre quedó sano, tomó su camilla y em-
pezó a caminar.
Pero aquel día era sábado. Por eso los judíos dijeron al que
acababa de ser curado: "Hoy es día sábado, y la Ley no per-
mite que lleves tu camilla a cuestas". Él les contestó: "El que
me sanó me dijo: Toma tu camilla y anda". Le preguntaron:
"¿Quién es ese hombre que te ha dicho: Toma tu camilla y an-
da?". Pero el enfermo no sabía quién era el que lo había sana-
do, pues Jesús había desaparecido entre la multitud reunida en
aquel lugar.
Más tarde Jesús se encontró con él en el Templo y le dijo: "Aho-
ra estás sano, pero no vuelvas a pecar, no sea que te suceda al-
go peor".
Jn 5, 2-14
"Todo lo que hacemos, bueno o malo, a sabiendas o incons-
cientemente, producirá siempre un resultado, y así, es necesario que
nosotros hagamos el bien para que las consecuencias del mismo
sean buenas también. Cuando uno nace de la matriz de su madre no
viene con una guirnalda, no se tiene ni siquiera como muestra una
cadena alrededor del cuello, sólo se tiene una cadena alrededor del
cuello... la del karma que hayan hecho de sus nacimientos anterio-
res. Pero este collar no es algo visible. Para que no tengan una ca-
dena de malas acciones alrededor de su cuello cuando nacen, es ne-
cesario que reconozcan que deben hacer buenas acciones en sus vi-
das diarias. Es en este orden de ideas que se dice: ‘Hagan el bien,
sean buenos, vean el bien, sólo eso los llevará a Dios’.
Para recorrer el camino del karma es necesario tener con-
fianza en uno mismo. En este sendero, uno depende de su propia
fuerza y capacidad, y no de Dios. Seguir este camino del karma, de-
pendiendo de nuestra propia capacidad en todo momento, parece
algo difícil.
Mientras persista alguna consecuencia de karma, el hombre
está obligado a renacer para consumirla, pues la pizarra del karma

219
debe limpiarse para que la cuenta de nacimientos y muertes pueda
cerrarse con un saldo de cero.
Cualquier saldo de karma que quede significará algunos
años de aprisionamiento en el cuerpo.
Pueden decir que la carga de los actos anteriores y sus con-
secuencias inevitables deben soportarse, pero la gracia de Dios
puede quemar esa carga en un instante y salvarlos de ella."
Sai Baba
Se le acercaron unos fariseos, y lo pusieron a prueba con esta
pregunta: "¿Está permitido a un hombre divorciarse de su mu-
jer por cualquier motivo?".
Jesús respondió: "¿No han leído que el Creador al principio los
hizo hombre y mujer y dijo: El hombre dejará a su padre y a su
madre y se unirá con su mujer, y serán los dos una sola carne?
De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien,
lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre".
Los fariseos le preguntaron: "Entonces, ¿por qué Moisés ordenó
que se firme un certificado en el caso de divorciarse?". Jesús con-
testó: "Moisés vio lo tercos que eran ustedes, y por eso les permi-
tió despedir a sus mujeres, pero al principio no fue así".
Mt 19, 3-8
En este pasaje hay dos cosas a tener en cuenta: en primer lugar,
cuando Jesús dice: "lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre", y
en segundo lugar cuando dice: "al principio no fue así". ¿A qué princi-
pio se estaba refiriendo? Evidentemente, al principio de la Creación,
cuando Dios los crea varón y mujer. Luego en otro pasaje leemos que
Dios en el Edén duerme al hombre para sacarle una costilla y formar a
la mujer, en un símbolo de igualdad, hombre y mujer se pertenecen.
Pareja eterna que viene buscándose y encontrándose de vida en vida.
Es decir, ambos vienen unidos desde el principio, por eso el hombre no
puede ni debe separar lo que Dios ha unido.
También le preguntan a Jesús: "Entonces, ¿por qué Moisés or-
denó que se firme un certificado...?", es decir, por qué permitió el di-
vorcio, y Jesús les responde: "Moisés vio lo tercos que eran ustedes",
dándoles a entender que eran ellos mismos los que habían estado jun-

220
to a Moisés. De ese modo, Jesús hace referencia en ese pasaje a la re-
encarnación.
"Por su naturaleza misma, el espíritu es eterno e inmortal, no
tiene principio ni final que puedan ser determinados, no tiene naci-
miento ni muerte, es iluminado por sí mismo. Es el conocedor y el
conocimiento el que actúa y el que disfruta. Ya sea que esté atado o
liberado, el individuo mantiene intactas todas esas características.
No obstante, sea lo que fuere, no tiene la libertad que tiene Dios. En
cada acto el jivi ha de utilizar al cuerpo, a los sentidos, a los aires
vitales que operan en el cuerpo. Todos ellos coexisten con lo divino
en el individuo. Cualquier cosa que sea, el jivi o individuo no es una
máquina que carece de voluntad propia.
El atma es eterna; esta entidad intemporal es siempre una y
única. ¿Cómo llegó a encarnar el atma? En las Escrituras no se en-
cuentra sino una explicación: para todo este encierro y atadura del
atma en el cuerpo, no hay sino una razón, la falta de una concien-
cia correcta. Es por esto que el hombre llega a esclavizarse, y por
ende no hay sino una cura, la sabiduría. Sólo ella lo puede guiar."
Sai Baba
Jesús le dijo: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el gran manda-
miento, el primero. Pero hay otro muy parecido: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo. Toda la Ley y los Profetas se funda-
mentan en estos dos mandamientos".
Mt 22, 37-40
"El camino del amor es fácil y corto. Esta clase de amor no
es algo que sea fijo en un individuo, en una comunidad. Es un as-
pecto ampliamente difundido. Sólo cuando podemos ampliar este
concepto del amor, seremos capaces de comprender y experimentar
la santidad y la divinidad de tal amor. Dios es la personificación del
amor, y por lo tanto para alcanzar a Dios y comprender su divini-
dad, el único camino para nosotros es el amor.
El amor abarca, no excluye. Dios omnipresente tiene mil ca-
bezas, mil ojos, mil pies. Eso quiere decir que la persona cósmica,
Dios, es el individuo multiplicado por el infinito. La mente indivi-

221
dual multiplicada por el infinito se convierte en la mente cósmica,
la Conciencia Universal. El amor expande el Uno en la infinidad.
El yo se funde en el ellos, y en el nosotros, amigo y enemigo, cono-
cido y desconocido, de todas las razas, credos y tierras, y todo se
vuelve Uno. Emprender este camino y avanzar en él es la verdade-
ra devoción, la cual desecha el estrecho egoísmo. Desarrollen ese
amor siempre en expansión y comprométanse en el karma, como
medio de adorar a Dios, aceptando sus consecuencias con calma y
alegremente. Contribuyan con sus habilidades y fuerza a la paz y
prosperidad de la sociedad en que viven.
El karma es un sadhana cuando se hace como servicio desinte-
resado. Actuar con esta actitud es de lo más beneficioso para la per-
sona que lo hace así, como para los demás. El servicio es el mejor uso
que puede dársele al cuerpo, de hecho ustedes no están haciendo ser-
vicio a otros, se lo están haciendo siempre a ustedes mismos, al Dios
que está en ustedes y que está igualmente presente en los demás."
Sai Baba
Entonces Jesús habló tanto para el pueblo como para sus dis-
cípulos:
"Los maestros de la Ley y los fariseos han ocupado el puesto
que dejó Moisés. Hagan y cumplan todo lo que ellos dicen, pe-
ro no los imiten, porque ellos enseñan y no practican".
Mt 23, 1-3
"Aunque uno se pasara toda la vida estudiando un libro tras
otro, y con ello llegara a ser extraordinariamente dotado intelec-
tualmente, no se podría avanzar ni un ápice respecto del Espíritu.
No tiene sentido alguno el declarar que por el hecho de haber lle-
gado a la cumbre de la inteligencia, una persona haya progresado
y haya tenido éxito en alcanzar también la cumbre de la Sabiduría
Espiritual. La erudición y la cultura no se relacionan como causa y
efecto. Por muy versado que uno sea en el conocimiento mundano,
sin el cultivo de la mente este saber no será sino una acumulación
de desperdicios.
Puede que la inteligencia se agudice y se expanda como re-
sultado del estudio de libros, o en otros términos, como resultado de

222
la educación secular. Incluso, puede que uno llegue a pronunciar
maravillosos discursos sobre temas espirituales, sin embargo, no se
puede sostener que la vida espiritual de uno haya avanzado pro-
porcionalmente. La enseñanza que nos imparte otra persona puede
no haber entrado en nuestro corazón, ni transformado nuestra na-
turaleza. Esa es la razón por la cual el saber, sin un cultivo intensi-
vo del espíritu, siempre resulta estéril.
Se quejan de que su vecino ha asegurado su felicidad, mien-
tras que ustedes se sienten miserables. Su vecino puede tener a su
favor varios años de sadhana, prácticas espirituales, acumuladas
en el cuerpo, en el que vino de su nacimiento anterior al presente.
El peor karma es hacer lo contrario de lo que se predica, ne-
gar con la mano lo que dan con la boca. Si no pueden cumplir lo
que dicen, quédense callados; no vayan por ahí anunciando y pre-
gonando que son hipócritas. No prediquen el dharma mientras lo
nieguen con sus acciones. El dharma es permanente, inmutable,
nunca puede declinar, lo que sucede es que aquellos que practican
el dharma declinan en la fe y en la constancia. El hombre se juzga
por la práctica, no por los preceptos que expresa. El cuerpo es só-
lo la vestimenta de Dios, quien es eterno y permanente."
Sai Baba
No juzguen a los demás y no serán juzgados ustedes. Porque de
la misma manera que ustedes juzguen, así serán juzgados, y la
misma medida que ustedes usen para los demás, será usada pa-
ra ustedes.
Mt 7, 1-2
Todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos:
ahí está toda la Ley y los Profetas.
Mt 7, 12
"Cualquier cosa que tiene que suceder en nuestras vidas, su-
cederá; pero el tomar tales sucesos como inevitables y usarlos pa-
ra promover el odio no es lo correcto, y no es un buen rasgo del ca-
rácter humano. El dolor que tenemos que experimentar, las desgra-
cias que nos acaecen y los problemas que tenemos, no son cosas que
surgen externamente. Ni son cosas dadas por Dios. Son simplemen-

223
te el resultado de nuestras propias acciones. Es sólo como resulta-
do de nuestra propia debilidad que el hombre culpa a otro de los
problemas y desgracias que le suceden. Esta no es la actitud co-
rrecta. No está bien culpar a otros de nuestros problemas.
Los problemas o las satisfacciones que tengan ahora depen-
derán de la clase de acciones que hayan hecho en sus vidas ante-
riores. El no reconocer esto y culpar a otro es incorrecto.
Las Sagradas Escrituras nos han enseñado la lección de que
debemos considerar a nuestras acciones las responsables de nues-
tras penas y alegrías. Pero como seres humanos deben llevar a ca-
bo cualquier acción que tengan que hacer. Las capacidades que les
han sido dadas deben ser utilizadas plenamente. No piensen que lo-
grarán esto o aquello tratando de hacerlo así. La clase de semilla
que han sembrado, que les ha dado la posición en la que se en-
cuentran ahora, determinará los resultados que obtendrán después.
Pueden ser muy inteligentes y listos, pero toda su inteligencia
e ingenio no les permitirá superar su propio karma. Dios, el Crea-
dor, está preparando una guirnalda de todo lo bueno y malo que
han hecho, sin hacerle ningún cambio; y la pondrá alrededor de su
cuello y la enviará junto con ustedes a este mundo cuando vuelvan
a nacer.
Del mismo modo en que las actividades de esta vida se en-
cuentran determinadas por las actividades de vidas previas, la na-
turaleza de las actividades de esta vida determinará la de las pró-
ximas. Dios es quien decide el lugar y el tiempo, las circunstancias
y la consecuencia, de acuerdo con la naturaleza de las actividades
llevadas a cabo en esta vida. Dios tiene el poder para configurar la
naturaleza del hombre, pero no ejerce ese poder para moldearlo de
manera diferente. Lo deja al libre albedrío del individuo, el cual
tendrá que aprender las lecciones a través de la experiencia."
Sai Baba
Ustedes los reconocerán por sus frutos. ¿Cosecharían ustedes
uvas de los espinos o higos de los cardos?
Lo mismo pasa con un árbol sano: da frutos buenos, mientras
que el árbol malo produce frutos malos. Un árbol bueno no

224
puede dar frutos malos, como tampoco un árbol malo puede
producir frutos buenos.
Mt 7, 16-18
"Todas las cosas en la creación están sujetas a la ley del cambio.
También el hombre está sujeto a esta ley. Pero el hombre debe utilizar a
ésta para progresar, no para caer preso en ella. La inteligencia espiri-
tual y metafísica lleva al hombre al camino de la renunciación y del ser-
vicio, porque sólo éstos conducen al avance espiritual.
Si plantan la semilla de un limonero no podrán esperar cose-
char mangos, ni pueden esperar cosechar limones si plantan la se-
milla de un mango. Si llevan a cabo una buena acción, no obten-
drán de ella una mala reacción. El tipo de semillas que planten se-
rá el que determine lo que vayan a cosechar.
No pueden plantar las semillas en un sitio y esperar que el ár-
bol brote en otro lugar. No pueden plantar un tipo de semilla y espe-
rar que brote un árbol diferente que no corresponda a ella. Cualquie-
ra haya sido el trabajo que realizaron en el pasado, Dios, el Ser Su-
premo, unirá todo lo bueno y lo malo en una guirnalda que les colga-
rá al cuello cuando nazcan. Nacerán con esta guirnalda de cosas bue-
nas y malas, y habrán de sufrir todas las consecuencias de ella.
Cualquier cosa que hagamos con este cuerpo es para llevar-
la a su renacimiento. Cualquier acción buena o mala se puede com-
parar con una semilla, para no sembrar esas semillas debemos ac-
tuar siempre sin ningún deseo. Todas las acciones deben hacerse en
Dios y para complacer a Dios. Cuando ayudan o dañan a otros
piensen que se lo están haciendo a ustedes mismos y no volverán a
permitirse dañar a otros. Si barren un lugar piensen que limpian su
corazón, el templo de Dios.
Dios no es ningún benefactor parcial, Él da el fruto de cada
árbol según la semilla. Has plantado el mango agrio, con la espe-
ranza de usar el fruto para encurtidos. Entonces, ¿por qué lamen-
tarse de que el fruto no es dulce al paladar? Haz el bien y aspira a
obtener el fruto de la bondad. Eso es perdonable, no es tan nefasto
como obrar mal y luego culpar a Dios porque te dio la compensa-
ción por tus malas acciones.

225
En el mundo actual, la gente sufre de mucha carencia de paz, y
debido a ello sufre intensamente. ¿Cuál es la razón? Si lo miran desde
un punto de vista filosófico, se ubica más allá de la razón. La gente de
edad piensa únicamente en el pasado, en tanto que la juventud piensa
exclusivamente en su futuro. Los viejos piensan en el pasado, los jóve-
nes piensan en el futuro, y ambos se olvidan del presente, y esta es la
razón por la cual el hombre se ve enfrentado a tantos pesares y dificul-
tades. Y este presente no es un presente ordinario, es un omnipresente.
¿Por qué? La razón es que lo que están viviendo ahora es el resultado
de lo que han hecho en el pasado, y lo que tengan en el futuro será el
resultado de lo que hacen ahora. Plantaron una semilla hace mucho
tiempo, y lo que son ahora es el resultado de esa semilla en el presen-
te. Ustedes son la cosecha de esa semilla que plantaron en el pasado.
Vuestro futuro dependerá de la forma en que vivan el presente, de mo-
do que el pasado y el futuro son sólo las reacciones, los ecos y los re-
flejos. Esto hace que haya ciertas normas de conducta que deben ob-
servar en el presente: no vean maldad, no escuchen maldad, no hablen
maldad, no hagan nada malo, no piensen nada malo; vean lo bueno,
oigan lo bueno, piensen lo bueno, hagan lo bueno, este es el camino ha-
cia Dios."
Sai Baba
Al pasar, Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento. Sus
discípulos le preguntaron: "Maestro, ¿quién ha pecado para que
esté ciego: él o sus padres?". Jesús respondió: "Esta cosa no es
por haber pecado él o sus padres, sino para que unas obras de
Dios se hagan en él, y en forma clarísima. Mientras es de día te-
nemos que hacer la obra del que me ha enviado; porque vendrá
la noche, cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en el mun-
do, soy la luz del mundo". Dicho esto, hizo un poco de lodo con
tierra y saliva, untó con él los ojos del ciego y le dijo: "Vete y lá-
vate en la piscina de Siloé (que quiere decir el Enviado)". El cie-
go fue, se lavó y, cuando volvió, veía claramente.
Jn 9, 1-7
De nuevo los fariseos volvieron a llamar al hombre que había sido
ciego y le dijeron: "Confiesa la verdad; nosotros sabemos que ese
hombre que te sanó es un pecador". Él respondió: "Yo no sé si es
un pecador, lo que sé es que yo era ciego y ahora veo". Le pregun-

226
taron: "¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?". Él les dijo: "Ya se
lo he dicho y no me han escuchado. ¿Para qué quieren oírlo otra
vez? ¿También ustedes quieren hacerse discípulos suyos?".
Entonces comenzaron a insultarlo. "Tú serás discípulo suyo.
Nosotros somos discípulos de Moisés. Sabemos que a Moisés le
habló Dios, pero ése no sabemos ni siquiera de dónde es".
El hombre contestó: "Esto es lo extraño: él me ha abierto los
ojos y ustedes no entienden de dónde viene. Es sabido que Dios
no escucha a los pecadores, pero al que honra a Dios y cumple
su voluntad, Dios lo escucha. Jamás se ha oído decir que al-
guien haya abierto los ojos de un ciego de nacimiento. Si éste
no viniera de Dios, no podría hacer nada".
Le contestaron ellos: "No eres más que pecado desde tu naci-
miento, ¿y pretendes darnos lecciones a nosotros?". Y lo expul-
saron.
Jn 9, 24-34
Queda claro que con la pregunta que le dirigen a Jesús: "Maestro,
¿quién ha pecado para que esté ciego: él o sus padres?", creían en las con-
secuencias del karma y por ende en la reencarnación. Porque si nació cie-
go, ¿cuándo pecó? Evidentemente, tuvo que ser en una vida anterior.
Jesús les contesta que ni él ni sus padres, este caso ha sucedido
para que resplandezcan las obras de Dios, para manifestar o demostrar
que Jesús es capaz de realizar el milagro en una deficiencia física que
no era kármica.
Las sabias reflexiones sobre Dios que hace esta persona frente a
los fariseos, que la consideraban "todo pecado" desde su nacimiento,
la muestran como un ser de alta espiritualidad. Se puede sacar la con-
clusión de que antes de encarnar este ser sabía que iba a nacer ciego
para la gloria de Dios. Esa ceguera no era una consecuencia kármica,
sino para acelerar su purificación. Porque cuando a las pruebas o ad-
versidades se las asume con amor y fe reportan gran provecho espiri-
tual.
Recordemos que eran innumerables los enfermos que se acerca-
ban a Jesús, sin embargo, no todos eran sanados.

227
"Puede plantearse la pregunta: ¿por qué algunos nacen en la
felicidad y otros en la desdicha? No han hecho ni el bien ni el mal
como para ser tratados con tanta iniquidad.
Cierto, no han hecho nada en esta vida, simplemente han na-
cido; sin embargo, han hecho cosas buenas o malas en vidas ante-
riores. Las consecuencias de lo hecho en la vida anterior deben ser
experimentadas en esta vida.
Cada niño llega al mundo llevando la carga de las conse-
cuencias sin saldar, acumuladas durante vidas previas. No cae del
regazo de la naturaleza tan simplemente como un rayo desde las nu-
bes. Nace en este mundo con el objeto de experimentar las conse-
cuencias, tanto benignas como negativas, de sus propios actos en
vidas pasadas. Esta es la explicación de las diferencias tan eviden-
tes entre los hombres. Este es el principio del karma.
Entre los hombres, cada uno es responsable de su buena o ma-
la fortuna, cada uno es el constructor, el arquitecto. La suerte, el des-
tino, la predeterminación, la voluntad de Dios, no son sino explica-
ciones derivadas cada una por el principio del karma. Dios y hombre
se pueden reconciliar y unir sólo en base a este principio. Cuando el
hombre se dé cuenta de que Dios no tiene parte en lo que se refiere a
causarle sufrimiento, y que la única causa no es sino él, que no tiene
a nadie a quien culpar, que solamente él es tanto el agente como el be-
neficiario o la víctima de sus actos, que es libre para configurar su fu-
turo, sólo entonces se acercará a Dios con un paso más firme y una
mente más clara. Si el hombre se ve afligido por la desgracia en el pre-
sente, con toda seguridad no es sino el resultado de los actos que ha
llevado a cabo. De la misma manera, ha de tener la certeza de que su
felicidad y su buena suerte también están en sus manos, si lo decide
puede lograrlas."
Sai Baba
Volvió a entrar en el palacio y preguntó a Jesús: "¿De dónde
eres tú?". Pero Jesús no le contestó palabra. Entonces Pilato le
dijo: "¿No me quieres hablar a mí? ¿No sabes que tengo poder
tanto para dejarte libre como para crucificarte?". Jesús res-
pondió: "No tendrías ningún poder sobre mí si no lo hubieras
recibido de lo Alto...".
Jn 19, 9-11

228
Con esta respuesta Jesús les aclara a todos aquellos que se pregun-
tan por qué sufrió y murió en la cruz si no tenía karma. Otros, en su afán de
explicarlo, insinúan que fue otra persona a la que crucificaron en su lugar.
Aquí en este pasaje vemos que los avatares y profetas no están
libres de sufrir como cualquier ser humano, pues se atienen y respetan
el libre albedrío de los demás, y lo aceptan aun a costa de su vida, aun-
que no sea consecuencia de su propio karma.
"En este mundo son nuestras propias acciones las responsables
por todo lo bueno y lo malo que encontremos. La causa de vuestro na-
cimiento es vuestro propio karma. Karma, ley cósmica de causa y
efecto, por la cual cada uno ha escrito y escribe su destino según sus
acciones, pensamientos y palabras. Ya sea que realicen buenas o ma-
las acciones, todas ellas harán que nazcan una y otra vez y experi-
menten las consecuencias de vuestro propio obrar. En este contexto
de la creencia en que la acción de uno determina que vuelva a nacer,
puede que se pregunten qué conducta debería haber realizado Dios
para llegar a nacer como ser humano.
Así como para el nacimiento del hombre la responsabilidad
recae en su accionar bueno o malo, deberá haber también buenas y
malas circunstancias para que Dios asuma el nacimiento como ser
humano. Hay aquí una importante diferencia que cabe subrayar: si
el hombre hace el bien o el mal, las consecuencias no se aplican si-
no a él mismo. Las causas para la llegada del Avatar son tanto las
buenas obras realizadas por la gente buena, como las malas obras
realizadas por la gente mala. Ambas se conjugan para el descenso
de Dios en forma humana. El Señor toma una forma humana debi-
do al karma de otros, asume esta forma por su propio libre albedrío,
por voluntad propia.
Dios puede hacer cualquier cosa. ¡Él tiene todo el poder en
la palma de su mano! ¡Mis poderes no permanecen en mí momen-
táneamente y luego desaparecen!
Todo esto es una manipulación aparente de la voluntad divi-
na. Mi cuerpo, como todos los otros cuerpos, es una residencia tem-
poraria, pero ¡mi poder es eterno, perpetuo, lo penetra todo! Este
cuerpo ha sido asumido para servir a un propósito: el estableci-
miento de la rectitud y la enseñanza de un código de conducta.

229
Cuando haya cumplido dicho propósito, este cuerpo desaparecerá
como la burbuja en el agua."
Sai Baba
Amadísimos, no se oculte sin embargo, una cosa: un día es an-
te Dios como mil años y "mil años como un día". No retarda el
Señor el cumplimiento de la promesa como creen algunos que
le acusan de la tardanza, sino que usa de paciencia con voso-
tros, pues no quiere que nadie perezca, sino que todos alcancen
el arrepentimiento.
2ª Pedro 3, 8-9
"El karma limpia la mente si se hace como una ofrenda dan-
do la consecuencia a la Voluntad del Señor. El arrepentimiento sal-
va aún a los pecadores de la perdición. Ninguna ceremonia de de-
voción es tan efectiva como el sincero arrepentimiento. El tendero
puede dar algo de menos en la medida, pero no aceptará menos di-
nero. La cuenta tiene que ser pagada en su totalidad. Páguenle por
medio del arrepentimiento. Ustedes no pueden engañar al Señor
con insinceridad o avidez. A menos que se corrijan por el despren-
dimiento, no pueden llegar a Dios. Abandonen el egoísmo, sólo en-
tonces podrán verlo."
Sai Baba
La oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor le restable-
cerá, y le serán perdonados los pecados.
St 5, 15
"Si hay una férrea ley del karma que ata al hombre de pies y
manos, ¿por qué ensalzan los sabios los intensos esfuerzos y austeri-
dades de los aspirantes? Esos esfuerzos y austeridades con toda segu-
ridad pueden transmutar la mala consecuencia de las acciones y sal-
var al hombre del destino que él mismo se ha tejido. Sus austeridades
lograron esa victoria al atraer la gracia de Dios. Hay incontables ca-
sos en las carreras terrenales de todos los avatares para demostrar
que la gracia es mayor que el karma que se pueda haber acumulado.
Para cada logro es necesaria una disciplina, un proceso, un
camino. Si uno arguye, objeta o niega sin adoptar la ruta apropia-
da, sólo está declarando su propia tontería.

230
La divinidad es omnipresente. Sólo puede ser conocida me-
diante la transformación de uno mismo, a través del amor sagrado.
El amor abarca, no excluye. Dios es omnipresente."
Sai Baba

231
44
KARMA Y PRUEBAS

Hijo, si te decides a servir al Señor, prepara tu alma para la


prueba.
Sigue la senda recta y mantente firme, y en tiempo de adversi-
dad, no te inquietes.
Apégate a él y no te alejes, para que tengas éxito en tus últimos
días.
Todo lo que te suceda acéptalo, y en los momentos de tu pobre
vida, sé paciente.
Porque se purifica el oro en el fuego y los que siguen a Dios en
el horno de la humillación.
Confía en Él: te cuidará; endereza tu conducta y espera en Él.
Ecl. 2, 1-6
Hay crisol para la plata y horno para el oro, pero Yavé es el
que prueba los corazones.
Pr 17, 3
"Denle la bienvenida a todos los golpes del destino, a todos los
infortunios y miserias, tal como el oro le da la bienvenida al crisol, al
martillo y al yunque, a fin de ser transformado en una joya, o como la
caña acepta la cortadora, al molino, a los evaporadores, a los crista-
lizadores, los secadores, etc., para que su dulzura pueda ser preserva-
da y usada como azúcar por todos. Los Pandavas nunca se indigna-
ron cuando los desastres les llovían, estaban felices de que éstos les
ayudaran a recordar a Krishna y llamarlo.

232
Bishma estaba llorando sobre su lecho de flecha cuando es-
taba a punto de morir. Arjuna le preguntó la razón y él le contestó:
estoy derramando lágrimas a causa de que mi mente está reco-
rriendo todos los sufrimientos y miserias que pasaron los Pandavas.
Después dijo: Esto ha sucedido a fin de mostrarles una lección.
Nunca busquen poder, posición o fortuna mal habida, mejor somé-
tanse a la voluntad del Señor en una forma completamente resigna-
da para que así puedan ser felices e imperturbables. El Señor vue-
la hacia el devoto mucho más rápido que el devoto hacia Él; Él da
cien pasos hacia ustedes. Será más que una madre o un padre, los
nutrirá desde adentro de ustedes mismos, al igual que ha nutrido y
salvado a tantos santos que han depositado su fe en Él."
Sai Baba
Había en el país de Us un hombre llamado Job; era un varón per-
fecto que temía a Dios y se alejaba del mal. Tuvo siete hijos y tres
hijas. Tenía muchos servidores y poseía siete mil ovejas, tres mil
camellos, quinientas yuntas de bueyes y quinientas burras. Este
hombre era el más famoso entre todos los hijos de oriente.
Sus hijos acostumbraban a celebrar banquetes por turno, en
casa de cada uno de ellos, e invitaban también a sus tres her-
manas a comer y beber con ellos. Una vez terminados los días
de esos banquetes, Job los mandaba a llamar para purificarlos;
se levantaba muy temprano y ofrecía sacrificios por cada uno
de ellos, pues decía: "Puede que mis hijos hayan pecado y ofen-
dido a Dios en su corazón".
Así hacía Job.
Un día, cuando los hijos de Dios vinieron a presentarse ante
Yavé, apareció también entre ellos Satán.
Yavé dijo a Satán: "¿De dónde vienes?". Satán respondió:
"Vengo de la tierra, donde anduve dando mis vueltas". Yavé di-
jo a Satán: "¿No te has fijado en mi servidor Job? No hay na-
die como él en la tierra. Es un hombre bueno y honrado, que te-
me a Dios y se aparta del mal". Satán respondió: "¿Acaso Job
teme a Dios sin interés? ¿No lo has rodeado de un cerco de pro-
tección a él, a su familia y a todo cuanto tiene? Has bendecido
el trabajo de sus manos y sus rebaños hormiguean por el país.

233
Pero extiende tu mano y toca sus pertenencias. Verás si no te
maldice en tu propia cara".
Entonces dijo Yavé a Satán: "Te doy poder sobre todo cuanto
tiene, pero a él no lo toques". Y Satán se retiró de la presencia
de Yavé.
Un día los hijos y las hijas de Job estaban comiendo y bebiendo en
casa del hermano mayor. Vino un mensajero y le dijo a Job: "Tus
bueyes estaban arando y las burras pastando cerca de ellos. De re-
pente aparecieron los sabeos y se los llevaron y a los servidores los
pasaron a cuchillo. Sólo yo pude escapar para traerte la noticia".
Todavía estaba hablando, cuando llegó otro que dijo: "Cayó
del cielo fuego de Dios y quemó completamente a las ovejas y
sus pastores. Sólo escapé yo para anunciártelo". Aún no termi-
naba de hablar, cuando entró un tercero, diciendo: "Los caldeos,
divididos en tres grupos, se lanzaron sobre tus camellos, se los
llevaron, dieron muerte a espada a tus mozos y sólo yo he es-
capado para anunciártelo".
Estaba éste contando lo sucedido cuando un último lo inte-
rrumpió, diciendo: "Tus hijos e hijas estaban comiendo y be-
biendo vino en casa del mayor de ellos. De repente sopló un
fuerte viento del desierto y sacudió las cuatro esquinas de la
casa; ésta se derrumbó sobre los jóvenes y han muerto todos.
Sólo yo pude escapar para traerte la noticia".
Entonces Job se levantó y rasgó su manto. Luego se cortó el pe-
lo al rape, se tiró al suelo y, echado en tierra, empezó a decir:
"Desnudo salí del seno de mi madre, desnudo allá volveré. Yavé
me lo dio, Yavé me lo ha quitado, ¡que su nombre sea bendito!".
En todo esto no pecó Job ni dijo nada insensato en contra de
Dios.
Jb 1, 1-22
Salió Satán de la presencia de Yavé e hirió a Job con una llaga
incurable desde la punta de los pies hasta la coronilla de la ca-
beza.
Job tomó entonces un pedazo de teja para rascarse y fue a sen-
tarse en medio de las cenizas. Entonces su esposa le dijo: "¿To-
davía perseveras en tu fe? ¡Maldice a Dios y muérete!". Pero él le

234
dijo: "Hablas como una tonta cualquiera. Si aceptamos de Dios
lo bueno, ¿por qué no aceptaremos también lo malo?".
En todo esto no pecó Job con sus palabras.
Jb 2, 7-10
"Para entender al Señor, deben ustedes aceptar las penurias,
las pruebas y los sufrimientos, deben morar en el Nombre y la For-
ma firmemente y con fe.
Cuando estén deprimidos por lo que parece ser una pérdida
o calamidad, dedíquense a la repetición del Nombre del Señor, esto
les dará consuelo y valor y les hará tener la perspectiva correcta.
Recuerden las adversidades y calamidades que los santos han so-
portado con alegría, y tengan calma durante las tempestades. La
gente se reía de ellos y los llamaba locos, pero ellos sabían que es-
taban en el hospital de la gracia del Señor, no en el hospital mental
del hombre. Ellos tenían una absoluta fe en su destino, por lo cual
tenían una fe total en Dios, y reían cuando las calamidades trata-
ban de hacerles perder su fervor porque conocían su fortaleza la-
tente, la fortaleza del Espíritu en su interior.
El Paramatma, el Alma Universal, atrae al jivatma, alma indi-
vidual, hacia sí. Está en la naturaleza de ambos tener esta afinidad,
porque son lo mismo. Son como el hierro y el imán, pero si el hierro
está sucio y cubierto de polvo, el imán no podrá atraerlo. Quiten el
impedimento, es todo lo que tienen que hacer. Brillen en su verdade-
ra naturaleza y el Señor los atraerá hacia Él. Las aflicciones y las tri-
bulaciones son el medio por el que la limpieza se realiza. Como la ca-
ña que no produce jugo si no se la exprime, o como el sándalo que no
da su fragante pasta si no se le frota sobre una piedra, la bondad de
la gente no se manifiesta si no pasa por dificultades, por la experien-
cia de los golpes de la vida.
Esta recurrencia de la alegría y la pena es como el alternar del
día y la noche. Den la bienvenida a las desilusiones, porque ellas los
fortalecen. Las enfermedades los acercan a Dios, forzándolos a lla-
marlo siempre que estén en dificultades. Amen a Dios, aunque las tri-
bulaciones sean su sino, ámenlo aunque sean rechazados y censura-
dos. Porque sólo en el crisol de las tribulaciones es donde el metal se
purifica y se limpia todo desperfecto.

235
Los grandes santos, todos, soportaron dificultades y trage-
dias para poder ver a Dios y fundirse con Él. Ellos se han ganado
un altar eterno en el templo de la memoria humana."
Sai Baba
Ustedes son los que han permanecido conmigo, compartiendo
mis pruebas. Por eso les doy autoridad como mi Padre me la
dio a mí haciéndome rey. Ustedes comerán y beberán a mi me-
sa en mi Reino...
Lc 22, 28-30
"El aspirante espiritual debe entender claramente que todos
los sufrimientos y preocupaciones mundanos son temporales y tran-
sitorios, y que la repetición del Nombre y la meditación son para su-
perar tales penas. Tienen que entender que el sufrimiento y las pre-
ocupaciones son externos, que pertenecen a este mundo, y que la re-
petición del Nombre y la meditación son internas, y que pertenecen
al reino del amor por el Señor.
Esto es lo que se llama devoción pura. Ecuanimidad ante la
adversidad, es soportar valientemente la dualidad; es el privilegio
de los fuertes, el tesoro de los valientes. Los débiles se agitan como
plumas de pavo real, están siempre inquietos y sin estabilidad, ni si-
quiera por un momento. Se balancean como péndulo, para este la-
do y para el otro, una vez hacia la alegría y luego hacia la pena.
Fortaleza no es lo mismo que tolerar, soportar algo porque no hay
más remedio, tener la capacidad de superarlo, pero aun así, pasar-
lo por alto, esta es la disciplina espiritual. Tolerar pacientemente el
mundo externo de la dualidad, combinado con la ecuanimidad in-
terna y la paz. Ese es el camino a la liberación."
Sai Baba
Entonces dijo Jesús a sus discípulos: "El que quiera seguirme,
que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz y me siga".
Mt 16, 24
Cargar con la cruz significa aceptar el karma y la voluntad de Dios,
cumpliendo con el dharma, es decir, el propósito por el cual hemos nacido,
siguiendo el camino que nos muestran los grandes Maestros.

236
"Muchos de ustedes vienen a mí con problemas de salud y
preocupaciones mentales de un tipo o de otro. Son sólo señuelos,
mediante los cuales han sido atraídos hasta aquí, pero el propósito
principal es que ustedes pueden obtener la gracia y fortalecer su fe
en lo divino. Las preocupaciones y los problemas deben ser real-
mente bienvenidos, ya que les enseñan las lecciones de humildad y
reverencia.
No pierdan el contacto conmigo, pues sólo cuando el haz de leña
está en contacto con las brasas puede convertirse en lo mismo. Cultiven
la cercanía conmigo dentro de sus corazones y serán recompensados,
entonces ustedes también adquirirán una fracción del Amor Supremo,
esta es una gran fortuna. Tengan en cuenta que no se volverá a presen-
tar nuevamente esta oportunidad en vuestro camino. Si ustedes no pue-
den cruzar el mar del dolor ahora, aprovechando esta oportunidad,
¿cuándo podrán conseguirlo nuevamente? Realmente ustedes son los
pocos afortunados de entre millones de personas que se contactan con-
migo, y por eso Yo lo llamo la marca del destino. Tengan fe de que todos
ustedes van a ser liberados."
Sai Baba
¡Cuídense de los hombres! A ustedes los arrastrarán ante sus
consejos, y los azotarán en sus sinagogas. Ustedes incluso se-
rán llevados ante gobernantes y reyes por causa mía, y tendrán
que dar testimonio ante ellos y los pueblos paganos.
Cuando sean arrestados, no se preocupen por lo que van a de-
cir, ni cómo han de hablar. Llegado ese momento, se les comu-
nicará lo que tengan que decir. Pues no serán ustedes los que
hablarán, sino el Espíritu de su Padre el que hablará en uste-
des.
Un hermano denunciará a su hermano para que lo maten, y el
padre a su hijo, y los hijos se sublevarán contra sus padres y
los matarán. Ustedes serán odiados por todos por causa mía,
pero el que se mantenga firme hasta el fin, ése se salvará.
Mt 10, 17-22
"La burla y el desdén se deben recibir con alegre indiferen-
cia. Los avatares tampoco han sido libres de tales ataques de los
hombres mezquinos. Los hombres buenos son objetos de las calum-

237
nias de los mezquinos, son siempre el blanco de la maldad y la en-
vidia, los celos, la calumnia y el abuso de los malvados.
Krishna tuvo que enfrentarse a los obstáculos desde la misma
cuna, y hasta el final de su vida en la tierra. El rencor personal, la
calumnia, el abuso infundado y la difamación, lo siguieron a cada
paso. Los demonios que no podían soportar la luz y el amor que Le
irradiaba, conspiraron para manchar su Nombre y obstaculizar su
misión, trataron de frustrar sus planes y pervertir a sus instrumen-
tos. Pero la verdad triunfó, y la falsedad quedó expuesta. La verdad
puede ser ocultada por algún tiempo por las nubes de la calumnia,
pero la victoria es suya seguramente. La fuerza del odio será des-
truida por sus propios vicios, ellos preparan su propia caída, sus
acciones resultan en reacciones destructivas para ellos; las perso-
nas que no pueden tolerar las glorias de los avatares se han entre-
gado a la compañía de los viles en todas las épocas.
No escuchen ni presten atención a los que propagan escán-
dalos y mentiras. Tienen ustedes que ver la verdad que está detrás
de todos esos cuentos y leyendas que manchan el Nombre divino. El
enemigo se deleita en atacarlos a ustedes y en las Escrituras se afir-
ma que como consecuencia, se disminuyen y quitan de la cuenta de
ustedes los deméritos que tienen que pagar viviendo miserablemen-
te. Cuanto más rápido y más vil es el abuso, más pronto y mejor se
torna luminoso su futuro. El enemigo absorbe sus pecados y sus de-
fectos."
Sai Baba
Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y
yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy
paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán des-
canso. Pues mi yugo es suave y mi carga liviana.
Mt 11, 28-30
"Tráeme tu amor por Dios, y llévate contigo la fuerza divina,
trae lo que tengas, tristezas, sufrimientos, preocupaciones y ansie-
dades, y recibe de mí alegría y paz, ánimo y confianza.
No quiero que me ensalcen, estaré satisfecho con que confíen
en mí; pondré lágrimas de alegría en sus ojos y también les secaré

238
las lágrimas de dolor. Tráeme todo el mal que hay en ti, y déjalo
aquí, y toma de mí todo lo que tengo, amor. Adquiere la capacidad
de ver todo y todas las cosas como impulsadas y animadas por la
única Conciencia Suprema.
Muchas personas piensan en Dios sólo cuando la pena los
abruma; por supuesto que está bien hacerlo. Esto es mejor que bus-
car ayuda de aquellos que están igualmente sujetos a las mismas
aflicciones. Pero es muchísimo mejor pensar en Dios tanto en las
penas como en las alegrías, en la paz como en el conflicto, bajo
cualquier circunstancia. La prueba de la lluvia está en la humedad
del suelo, la prueba de la devoción está en la paz espiritual que el
devoto posee, paz que lo protege contra los efectos del éxito y el fra-
caso, de la fama o la deshonra, de la ganancia o la pérdida."
Sai Baba
¿Sufre alguno de entre vosotros? Ore. ¿Está alegre? Entone
himnos.
St 5, 13
"Mantengan su fe, no cambien su lealtad tan pronto como
ocurre algo o alguien murmura. No quiten de la pared el retrato de
Sai Baba para colgar alguna otra imagen allí a la primera decep-
ción. Déjenlo todo a Él, permitan que su voluntad se haga. Esa de-
be ser la actitud de ustedes. Si no pasan tanto por lo difícil como por
lo fácil, ¿cómo habrán de templarse? Acepten la luz y la sombra, el
sol y la lluvia. No piensen que sólo quienes adoran una imagen o un
retrato con gran pompa son devotos. El que camina rectamente por
el sendero de la moral, el que actúa de acuerdo con lo que dice y
habla conforme a lo que ha visto; el que se compadece al ver la pe-
na de otro y se alegra ante la alegría ajena, ese es un devoto, qui-
zás un gran devoto.
El esfuerzo, eso es lo principal, es la tarea ineludible de to-
dos los mortales, aun aquellos que niegan a Dios tendrán un día que
andar por el camino del peregrino, derritiendo sus corazones en lá-
grimas y tormentos. Si hacen el más mínimo esfuerzo para progre-
sar por el sendero de la Liberación, el Señor los ayudará cien veces
más. Esto me recuerda al poeta Siamakavi, de Bangalore, que mu-
rió hace algunos años. Poseía erudición profunda, experiencia es-

239
piritual, talento poético enorme y devoción inconmovible. Todo lo
que él emprendía terminaba en fracaso, pero ni por un instante cul-
pó de ello al Señor. Mejor se apegó con vehemencia mayor a Él. Los
golpes del destino no quebrantaron su fe, se mantuvo firme como
una roca, en medio de las furiosas olas, su mente había sido ins-
truida a pasar por la alegría y el dolor sin inmutarse."
Sai Baba
Tal vez hayan olvidado la palabra de consuelo que la sabiduría
les dirige como a hijos: Hijo, no te pongas triste porque el Se-
ñor te corrige, no te desanimes cuando te reprenda; pues el Se-
ñor corrige al que ama y castiga al que recibe como hijo.
Ustedes sufren, pero es para su bien, y Dios los trata como a hijos:
¿a qué hijo no lo corrige su padre? Si no conocieran la corrección,
que ha sido la suerte de todos, serían bastardos y no hijos.
Además, cuando nuestros padres según la carne nos corregían,
los respetábamos. ¿No deberíamos someternos con mayor ra-
zón al Padre de los espíritus para tener vida? Nuestros padres
nos corregían sin ver más allá de la vida presente, tan corta,
mientras que Él mira a lo que nos ayudará a alcanzar su pro-
pia santidad. Ninguna corrección nos alegra en el momento,
más bien duele; pero con el tiempo, si nos dejamos instruir,
traerá frutos de paz y de santidad.
Hb 12, 5-11
"La vida es una sinfonía de placer y dolor, una mezcla de ale-
gría y sufrimiento. El hombre no puede decidir por sí mismo la dife-
rencia entre alegría y sufrimiento. No es posible tener felicidad sin
tristeza, ni tristeza sin felicidad. Tienen que desarrollar la actitud de
que todos los sufrimientos conducen a la felicidad, y que todas las
alegrías conducen a las penas. Porque el hombre no puede elegir pa-
ra sí mismo sólo la alegría o sólo el sufrimiento, debe cultivar la
ecuanimidad frente a la alegría y el sufrimiento. Él no debe ponerse
eufórico ante los placeres, ni deprimirse con el dolor.
De manera que todos los dolores y las dificultades que tenemos,
finalmente resultan ser un medio para alcanzar a la felicidad. Aun un
diamante de calidad no tiene valor a menos que se le corten las face-
tas. El oro puro no se volverá un bello adorno a menos que sea fundi-

240
do y trabajado en el yunque. En todos los dolores y problemas debe-
mos ver sólo caminos para lograr la Felicidad Última. Así, debemos
estar preparados para aceptar el dolor. El buscar sólo el placer y no
aceptar los dolores no es correcto."
Sai Baba
Es mejor sufrir por hacer el bien, si tal es la voluntad de Dios,
que por hacer el mal.
1ª Pedro 3, 17
"El Señor responde no sólo al cuclillo de dulce voz y hermo-
so canto, Él también presta oídos a los trinos de los otros pájaros.
Le oye los lamentos de cada ser, en efecto, el sufrimiento les da más
derecho a la gracia del Señor. Cuando el sufrimiento viene en olas,
una tras otra, alégrense de que la costa esté cerca, sopórtenlo con
valentía, no culpen cual ciertos cobardes a algún poder externo ni
tomen aversión hacia el Señor. La recordación del Ser es la fuente
de la alegría, la recordación del no ser es el surtidor del dolor. Den-
le la bienvenida a la prueba, que después de ella se les otorga el
certificado. A fin de medir su progreso, se les imponen pruebas. Así
que no retrocedan ante el dolor. El Señor les está otorgando un fa-
vor cuando Él decide someterlos a pruebas, porque está impresio-
nado por su logro y quiere poner en éste el sello de su aprobación.
Respondan a las exigencias de la prueba, esa es la manera de com-
placer al Señor."
Sai Baba

241
45
¡HÁGASE TU VOLUNTAD!

Llegó Jesús con ellos a un lugar llamado Getsemaní y dijo a sus


discípulos: "Siéntense aquí, mientras yo voy más allá a orar".
Tomó consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo y comenzó
a sentir tristeza y angustia. Y les dijo: "Siento una tristeza de
muerte. Quédense aquí conmigo y permanezcan despiertos".
Fue un poco más adelante y, postrándose hasta tocar la tierra
con su cara, oró así: "Padre, si es posible, que esta copa se ale-
je de mí. Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres
Tú".
Mt 26, 36-39
Cabe aquí hacer una reflexión profunda: Siendo Jesús quien era,
en esa inolvidable noche en el Huerto de los Olivos, siente tristeza, una
profunda angustia y miedo por lo que le está por suceder. Y sudando
sangre como cuentan las Sagradas Escrituras, ora al Padre para que
aleje de Él este sufrimiento y padecer, pero al instante siguiente agre-
ga: "Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres Tú".
Hasta el límite, Jesús nos da ejemplo de cómo comportarnos,
con justa razón dijo: "Yo soy el Camino", es decir, nos indica con su
vida el sendero que conduce al Padre.
Debemos tener presente cuando nos asolen las pruebas este
ejemplo radiante de Jesús, de cumplir en todo momento la voluntad de
Dios. Esa debe ser nuestra actitud permanente, la entrega, desde la ma-
ñana hasta la noche.

242
Hacer la voluntad del Padre significa que en todo momento pre-
valezcan la Rectitud, la Verdad, el Amor, la Paz y la No Violencia.
"Las pruebas deben ser bien recibidas, pues sólo ellas pueden
dar confianza. Cuando clavan un clavo en la pared tratan de mo-
verlo un poquito, para averiguar si está bien firme. Las pruebas son
necesarias en todo y más aún en el campo espiritual, donde el éxi-
to es a menudo engañoso y de poca duración.
Practiquen la actitud de ofrecer cada acto a los pies de Dios,
como se ofrece una flor en el culto, hagan de cada aliento una
ofrenda a Él, no se dejen afectar por las calamidades, tómenlas co-
mo actos de gracia. Si un hombre pierde su mano en un accidente,
deben creer que fue la gracia del Señor lo que le salvó la vida.
Cuando tomen conciencia de que nada sucede sin Su voluntad, to-
do lo que suceda tendrá un valor añadido; pueden descuidar una
enredadera y su jardín trasero, pero si un sabio pasa y dice que es
una planta medicinal muy rara que puede curar las mordeduras de
serpientes, pondrán una cerca a su alrededor y no permitirán que
los niños le corten hojas ni siquiera jugando. Cuando tengan con-
ciencia de que el Señor es la causa, la fuente de todo, tratarán a ca-
da quien de una manera humilde y reverente. Ese es el camino que
los llevará rápidamente hacia la meta."
Sai Baba

243
46
BIENAVENTURANZAS

Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el


Reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los afligidos, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, por-
que ellos serán hartos.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán
misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a
Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llama-
dos hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por ser justos, porque de ellos
es el Reino de los cielos.
Bienaventurados seréis cuando os injurien y persigan y, min-
tiendo, digan todo mal contra vosotros por causa mía.
Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande
en los cielos.
Mt 5, 3-12

244
47
KARMA Y SUICIDIO

También Jesús decía a toda la gente: "Si alguno quiere seguir-


me, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz de cada
día y que me siga".
Lc 9, 23
¿Qué significa cargar con la cruz de cada día? Es nada más y na-
da menos que aceptar y sobrellevar con la mejor disposición las difi-
cultades y los problemas que se presentan cada día, tratando de encon-
trar las soluciones pertinentes.
El que busca la salida en el suicidio sólo está postergando la si-
tuación y la responsabilidad que debió asumir y que por ignorancia
eludió. Puesto que el karma es inexorable, debemos cumplirlo en su to-
talidad. Como lo afirmó Jesús cuando dijo: "Ni un céntimo quedará sin
pagar..." (Lc 12, 59).
El suicida es presa de su propio egoísmo y necedad. Al huir de
la realidad está huyendo de sí mismo. Defrauda a Dios, a su familia, a
la comunidad a la cual se debe y a su propio ser.
"Debido a la acumulación del beneficio de muchas obras bue-
nas en sus vidas anteriores, ustedes han nacido ahora como seres hu-
manos. Porque no se dan cuenta de los grandes tesoros que han así
acumulado, por cuyo resultado ahora tienen la recompensa de su vi-
da actual, no le otorgan a la vida humana el valor que merece. Si tan
sólo se percataran del alcance de la bondad de sus nacimientos ante-
riores, que los ha traído hasta la etapa de su vida presente, ustedes
no desperdiciarían esta vida actual. Así, como por los golpes del mar-

245
tillo el oro adquiere forma y belleza, asimismo el Atma obtiene nom-
bre y forma de nacimiento en nacimiento, por medio de los golpes del
variado karma.
Hay que cumplir con los karmas de acuerdo con el deber de
cada quien, no hay escape. El huir a la selva no es una solución,
pues sólo da a la situación un nuevo aspecto. Su cuerpo puede es-
tar en la selva, pero su mente irá vagando por la plaza del merca-
do.
Hubo una vez un aspirante que fue iniciado por un yogui en
cierto mantra. Él quería meditar sobre su mantra sin disturbio al-
guno, y encontró que su casa estaba demasiado llena de distraccio-
nes. Huyó a la selva y descubrió un árbol a cuya sombra le pareció
que podía meditar. Al poco rato los pájaros que anidaban en sus ra-
mas empezaron a clamar con vigor y dejaron caer sus deyecciones
sobre la cabeza del joven, que se exasperó: ‘No tengo ningún lugar
donde pueda comulgar con Dios’, gritó. ‘Los niños en la casa, pá-
jaros y murciélagos en la selva. Me voy a inmolar, naceré otra vez
bajo mejores auspicios, y luego empezaré mi práctica de nuevo’. Así
se puso a recolectar un montón de leña y haciendo una pila le pren-
dió fuego, y estaba a punto de montarse en ella cuando fue inte-
rrumpido por un anciano que se le acercó y le dijo: ‘Desde luego,
lleva a cabo tu decisión. Pero en este momento el viento sopla ha-
cia aquellas cabañas donde vivimos, de manera que te rogamos que
esperes hasta que el viento cambie de dirección pues el olor de la
carne humana ardiendo no es agradable. Pero si tú estás muy apu-
rado, te puedes ir a otro lugar, y así evitar causarnos una molestia
a nosotros, pobres gentes’. El aspirante pensó que no tenía ni si-
quiera la libertad de morir. Así, regresó a su casa y decidió afron-
tarlo todo allí mismo, comprendió que el karma debe llevarse a ca-
bo dentro del mismo mundo objetivo, y que de nada sirve tratar de
sacudírselo y librarse de él en un arranque de decisión, de intran-
quilidad y de confusión, y del afán del mundo hay que sacar armo-
nía y paz.
Considera la vida en el mundo como un quehacer obligatorio
que se te ha impuesto. Estás ahora en la cárcel cumpliendo una
condena por crímenes cometidos en un nacimiento anterior, el al-
calde asigna diversas tareas: cocinar, traer agua, cortar leña, etc.

246
Tienes que desempeñar lo mejor que puedas el trabajo que se te
asigne, sin esperar recompensa. Si te portas bien, no causas difi-
cultades y cumples sin demora las obligaciones que se te fijaron,
quizás se te restarán algunos días de condena y se te dará la liber-
tad antes de tiempo, proveyéndote de un certificado que testifique tu
buena conducta y confiabilidad.
El cuerpo humano, tan lleno de habilidades, tan capaz de
grandes aventuras, es un don que les ha otorgado Dios a cada uno
de ustedes. Tienen que usarlo como una balsa para atravesar este
mar nunca tranquilo y siempre cambiante que se extiende entre el
nacimiento y la muerte, entre la esclavitud y la liberación."
Sai Baba

247
48
CON UN PAN BAJO EL BRAZO

Fíjense en las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, no


guardan alimentos en graneros, y sin embargo el Padre del
Cielo, el Padre de ustedes, las alimenta. ¿No valen ustedes mu-
cho más que las aves?
Mt 6, 26
"¿Quién ordena y en dónde se consigna esa orden de que el
ternero recién nacido debe buscar su alimento en la ubre de la va-
ca, en donde ya está almacenado para apaciguar la angustia de su
hambre? El nacimiento se produce simultáneamente con el sustento
para el ser que nace. De hecho, el alimento está listo con anteriori-
dad y el nacimiento del ser que debe ser alimentado se produce más
tarde.
El alimento del individuo y su nivel de vida dependen de los
méritos o culpas acumulados en la lucha por la obtención de aqué-
llos durante vidas previas."
Sai Baba

248
49
CONTROL DE LA NATALIDAD

"Limitar el nacimiento por medios artificiales es un paso erró-


neo. Es como cortarse la cabeza porque la puerta es muy baja y no
quieren inclinarse al pasar. Lo que tienen que hacer es descubrir los
medios para obtener más comida, por dar un ejemplo, utilizando los
vastos recursos de las corrientes subterráneas de agua. Los medios ar-
tificiales para evitar la concepción promueven el libertinaje y lleva-
rían al país a la promiscuidad. Aquellos que promueven estas tácticas
peligrosas deberían promover más bien el control de los sentidos y el
autocontrol por medio del yoga y del servicio al prójimo, que son los
métodos que recomiendan las Escrituras que nos dejaron los sabios,
que previeron las calamidades de la paternidad irresponsable y la ma-
ternidad frustrada.
Las víctimas inocentes e ignorantes podrían muy bien ser
educadas para sublimar sus bajos impulsos y para que persigan me-
tas más elevadas.
Sin una preparación mental y una determinación, estos méto-
dos artificiales pueden causar enfermedad mental y otros comple-
jos, enfermedades y manías.
La televisión, el cine, los libros, la música y el comportamien-
to de los mayores, estimulan la mente de los jóvenes y éstos se de-
jan llevar por sus caprichos. Mediante las campañas de planea-
miento familiar son persuadidos a adoptar medios con los cuales no
desarrollan el sentido de la responsabilidad. Esto está, en verdad,
acabando con la fortaleza y progreso de la nación.

249
El mejor método de planeamiento familiar es el antiguo: ha-
cer que por medio de la disciplina espiritual el hombre se dé cuen-
ta de su innata divinidad."
Sai Baba

250
50
KARMA, PECADO ORIGINAL
Y BAUTISMO

La ley del karma, como hemos visto, es la Ley de Causa y Efec-


to. Nada ni nadie escapa a esta Ley.
Desde tiempos remotos, el hombre sabe o intuye que su naci-
miento se debe a alguna causa todavía desconocida para él. Intuye que
no vino solamente para procrear y morir. Sabe que la vida en este mun-
do no es ni será fácil. Ya Moisés cuenta en el Génesis:
A la mujer le dijo: "Multiplicaré tus sufrimientos en los emba-
razos. Con dolor darás a luz a tus hijos, necesitarás de tu ma-
rido, y él te dominará".
Al hombre le dijo: "Por haber escuchado la voz de tu mujer y
comido del árbol del que Yo te había prohibido comer: Maldi-
ta sea la tierra por tu culpa. Con fatiga sacarás de ella tu ali-
mento por todos los días de tu vida. Espinas y cardos te dará, y
comerás la hierba del campo. Con el sudor de tu frente come-
rás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sa-
cado. Porque eres polvo y al polvo volverás".
Gn 3, 16-19
Entonces Yavé Dios dijo: "Ahora el hombre es como uno de no-
sotros, pues se ha hecho juez de lo bueno y de lo malo. Que no
vaya también a extender su mano y tomar del Árbol de la Vida,
pues viviría para siempre". Y así fue como Dios lo expulsó del
jardín del Edén para que trabajara la tierra de la que había si-

251
do formado. Habiendo expulsado al hombre, puso querubines
al oriente del jardín del Edén, y también un remolino que dis-
paraba rayos, para guardar el camino hacia el Árbol de la Vi-
da.
Gn 3, 22-24
Pareciera que Moisés nos muestra un Dios enojado y falto de
misericordia. Si nos trasladamos a la época en que la acción transcu-
rre, veremos que a Moisés no le debió haber resultado nada fácil ex-
plicarle a su pueblo el porqué de su sufrimiento. El temor a Dios era lo
único que lo induciría al camino correcto.
Desde que Moisés relata el Génesis a su pueblo, este texto ha si-
do motivo de estudio por parte de exégetas y cabalistas. Así encontra-
mos a Filón de Alejandría, cuya interpretación merece tenerse en cuen-
ta.
Filón pertenecía a una familia adinerada e influyente de Alejan-
dría. Se calcula su nacimiento a fines del siglo I antes de Cristo. Fue,
pues, contemporáneo de Jesús, aunque no llegó a conocerlo. Judío de
nacimiento, dedicó gran parte de su vida a la interpretación de las Sa-
gradas Escrituras, siendo el Génesis el tema que con más ahínco estu-
dió.
Para Filón el Génesis es un relato simbólico que explica de ma-
nera sencilla la creación del hombre y su posterior caída: Adán simbo-
liza la razón, Eva la sensibilidad, y la serpiente el placer.
Yavé Dios plantó un jardín en un lugar del Oriente llamado
Edén, y colocó allí al hombre que había formado.
Gn 2, 8
“Mediante la plantación del parque Moisés aclara que la sabiduría te-
rrena es una imitación de la celestial, como de un arquetipo. Porque no
podemos suponer que Dios trabaja la tierra y planta parques. La verdad
es que ni el mundo entero sería digna sede y residencia para Dios, ya que
Dios es Él mismo su sede, Él mismo se colma a sí mismo y es Él el que lle-
na y contiene las cosas. Él es Único y el Todo. Pues bien, lo que Dios
siembra y planta es la virtud terrena para la raza mortal, virtud que es
imitación y copia de la celestial. Compadecido de nuestra raza y obser-
vando que es un compuesto de una abundancia de males, hizo arraigar en

252
ella una virtud terrestre que la protegiera y defendiera de las enfermeda-
des del alma. Virtud que es designada figurativamente con el nombre de
‘parque’. Al lugar próximo al parque lo llama Edén, que significa ‘delei-
te’, y la paz, el bienestar y la dicha en los que reside el verdadero deleite
están estrechamente unidos a la virtud. La plantación del parque es ‘ha-
cia el oriente’, porque la recta razón no se pone ni se apaga, sino que es-
tá en su naturaleza el ‘elevarse’ siempre, y así como el sol llena de luz la
oscuridad, del mismo modo también la virtud. una vez elevada en el alma
ilumina sus tinieblas y dispersa su espesa sombra.”
Del Edén salía un río que regaba el jardín y se dividía en cua-
tro brazos. El primero se llama Pisón, y corre rodeando toda la
tierra de Evila donde hay oro, oro muy fino. Allí se encuentran
también aromas y piedras preciosas. El segundo río se llamaba
Guijón y rodea la tierra de Cus. El tercer río se llama Tigris, y
fluye al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates.
Gn 2, 10-14
"Mediante los ríos Moisés quiere representar las virtudes particulares.
Estas son cuatro: prudencia, templanza, fortaleza y justicia.
El más grande de los ríos, del que proceden los cuatro, es la virtud gené-
rica, que conocemos con el nombre de bondad o amor. Esta virtud tiene
origen en el Edén, es decir, en la sabiduría de Dios.
Una de las cuatro virtudes es la prudencia, a la que Moisés llama Pisón
en mérito a que "ahorra iniquidades al alma y la protege de ellas"; es
considerada la riqueza más hermosa de Dios.
El segundo río se llama Guijón, que significa 'pecho' o 'corneador', ambas
son signo de fortaleza, pues ésta reside en el pecho, donde también se en-
cuentra el corazón. La fortaleza es enemiga de la bajeza y de la cobardía.
El tercer río es el Tigris, la templanza. Opuesta al placer. Moisés compa-
ra a la templanza con el tigre, el más indómito de los animales.
El cuarto río es el Eufrates, que significa 'fertilidad' y simboliza a la cuarta
virtud: la justicia, virtud realmente fructífera y regocijo de la inteligencia.
Nuestra alma comprende tres partes: la razón, la irascibilidad, y la ter-
cera, el apetito. La cabeza es sede de la parte racional, el pecho de la
irascible y el vientre de la apetitiva, y a cada una le corresponde una vir-
tud que le es propia: la prudencia a la parte racional, la fortaleza a la
irascible y la templanza a la apetitiva, puesto que mediante la templanza
nos curamos y sanamos de nuestros deseos. Cuando estas tres partes del
alma guardan recíproca armonía, se da la cuarta virtud, o sea la justicia."

253
Los dos estaban desnudos, hombre y mujer, pero no sentían ver-
güenza.
Gn 2, 25
“Desnuda está la inteligencia que ni se ha revestido del vicio ni de la vir-
tud, sino se halla realmente desnuda de uno y de otra. Tal es el alma del
niño, que no tiene parte ni en el bien ni en el mal, y está desprovista y des-
nuda de velos. Aquellos, en efecto, son el vestido del alma con los que és-
ta se cubre y cobija, el bien vestido del alma noble, el mal, del alma ruin.
‘Estaban ambos desnudos, Adán y su mujer’, significa que ni la inteli-
gencia concebía, ni la sensibilidad percibía, una hallábase desierta y
‘desnuda’ de pensamiento, y la otra de sensación.”
La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo
que Yavé Dios había hecho...
Gn 3, 1
"Habiendo sido creadas ya dos cosas, la inteligencia y la sensibilidad, y
hallándose éstas desnudas como ya lo hemos expuesto, era preciso que vi-
niera a sumarse a ambas una tercera: el placer, para posibilitar la apre-
hensión de lo inteligible y lo sensible. Porque ni la inteligencia separada
de la sensibilidad podía llegar a conocer a un vegetal, a un animal o a
una piedra; ni la sensibilidad sin la cooperación de la inteligencia era ca-
paz de aprehender las cosas sensibles. Puesto que era necesario que am-
bas concurriesen juntas a la aprehensión de los objetos, ¿quién los uniría
sino un tercero, una atadura de amor y deseo, bajo el mando del placer,
al que Moisés llama simbólicamente ‘serpiente’?
El motivo por el que compara al placer con una serpiente es el siguiente:
el movimiento del placer es como el de la serpiente, tortuoso y variable.
En primer lugar, se desliza en cinco direcciones, porque a través de la vis-
ta, del oído, del olfato, del gusto y del tacto es como sobrevienen los pla-
ceres.
La finalidad de los cinco sentidos es inclinarse hacia lo bello y armo-
nioso de la creación. Pueden ser fuentes de felicidad o perdición.
Cuando la parte plebeya y turbulenta que hay en nosotros anhela lo in-
trascendente y efímero, se precipita en los placeres portadores de la
muerte, no de la muerte que consiste en la separación del alma y del
cuerpo sino de aquella que consiste en la ruina del alma por obra del
vicio. Ninguna cosa ocasiona tanto la muerte del alma como el desen-
freno en los placeres. Mas lo que muere no es la parte rectora de nues-

254
tro ser, sino la sometida, la plebeya. Y tanto tiempo es pasible de muerte
cuanto tardare en reconocer su cambio mediante el arrepentimiento.

El ser humano debe llevar una vida de moralidad y dedicar-


se a practicar siempre todas las virtudes humanas, para que pueda
vivir en paz, para que el mundo pueda gozar de paz también. Los
hombres no pueden lograr paz duradera, ni pueden disfrutar de la
gracia de Dios por medio alguno, excepto viviendo una vida virtuo-
sa. La moralidad y la virtud son el fundamento para el bienestar de
la humanidad. Ellos constituyen la verdad que se mantiene incólu-
me a través de todos los tiempos.
Cuando la moralidad y la virtud dejan de transmutar la vida
humana, el mundo se ve afligido por la agonía, el temor, atormen-
tado por revoluciones borrascosas. Si el resplandor voluminoso de
la virtud deja de alumbrar, las relaciones entre los seres humanos,
la sociedad entera, se ve envuelta en la noche del dolor.
Dios es la personificación misma de la Virtud. Su gracia se
logra practicando una vida virtuosa. El Hacedor está siempre
alimentado la virtud y la moralidad en el mundo. Está estable-
ciendo y manteniendo en forma continua la Virtud. Él, de hecho,
es Virtud. Las Sagradas Escrituras proclaman a grandes voces la
gloria de la Virtud. Las Escrituras de las diferentes religiones se
han expresado detalladamente al respecto de las virtudes huma-
nas en el lenguaje que es familiar a sus respectivos adeptos. Es el
deber primordial de todo ser humano en cualquier lugar y en to-
da época, rendir tributo y homenaje al Señor de la Virtud, la per-
sonificación de la Rectitud. La corriente de actividad virtuosa y
moral jamás debe secarse. Cuando sus frescas aguas dejan de
fluir sobreviene el desastre en forma irremediable. La humanidad
ha alcanzado su presente condición tan sólo porque la virtud, co-
mo un río subterráneo, fluye sin ser visto bajo el suelo, alimen-
tando las raíces y llenando los pozos. No solamente la humani-
dad, sino hasta bestias y aves, tienen que atenerse a la virtud, pa-
ra poder vivir satisfechos y prosperar. Por todas estas razones, es
imperativo que las aguas de la virtud se mantengan circulando,
fluyendo en forma perpetua y abundante para que el mundo pue-
da gozar de felicidad.

255
Es necesario decir que hace ya mucho tiempo que el rostro pu-
ro de la Virtud fue mancillado de tal modo que se ha hecho irrecono-
cible. El hombre tiene que exterminar la bestia de seis cabezas que
causa su perdición, incitándolo con lujuria, ira, codicia, ignorancia,
soberbia y odio. Solamente al morir la bestia puede la Virtud reco-
brar su posición. Aquel que domine su egoísmo, sus deseos egocén-
tricos, el que destruya sus sentimientos bestiales y sus impulsos y de-
seche la tendencia natural de considerar al cuerpo como su yo, está
con toda seguridad recorriendo el sendero de la virtud. Tal persona
sabe que la meta de toda moralidad es la unión o el fundirse de la ola
con el mar, la fusión del yo individual en el Yo Universal."
Sai Baba
El supuesto y alegórico "pecado" de Adán y Eva comenzó a exis-
tir cuando el ser humano utilizó su libre albedrío inclinándolo hacia el
mal. Y existirá mientras el hombre no aprenda a usar el discernimiento.
Cada uno, en todo momento, actualiza el drama de Adán, Eva y
la serpiente. Es decir, la lucha entre el bien y el mal, entre la razón, la
sensibilidad y el placer.
A raíz de estas faltas, el hombre inicia el recorrido de un largo
exilio. El encontrar antes o después el camino al Edén sólo depende de
sí mismo.
"Porque eres polvo y al polvo volverás" (Gn 3, 19), alude al re-
nacer una y otra vez hasta aprender la lección.
El hombre intuye que está aquí porque implícitamente trae con-
sigo una culpa cuyo origen o causa desconoce. A esta falta algunos la
llamaron "Pecado Original". ¿De qué forma puede el hombre limpiar
esta mancha, para recuperar el Paraíso perdido?, pregunta que se vie-
ne haciendo desde hace milenios. Si se trata de limpiar, el agua es el
mejor símbolo que encuentra, y así nace el bautismo.
La palabra bautismo viene del latín "baptisare", que significa:
lavar, limpiar, renovar o hacer ablusión.
El bautismo es un rito basado en el agua como símbolo de lim-
pieza y purificación. También es considerado un signo iniciático que se-
ñala el comienzo de una nueva vida. Se había difundido en el mundo an-
tiguo muchos siglos antes del cristianismo. Desde hacía ya varios miles

256
de años, los hindúes se venían sumergiendo en las aguas del Ganges, uno
de los ríos sagrados de la India. También lo hacían en el Nilo los aspi-
rantes a la iniciación en los misterios del antiguo Egipto. Se encontró
también muy difundido este rito en la primitiva teurgia caldea, en los
misterios órficos de la antigua Grecia y entre los esenios.
Como hemos visto, el agua ha sido para muchas culturas un sím-
bolo de purificación y limpieza espiritual. Juan el Bautista bautizaba
en el río Jordán a todos aquellos que querían iniciar una nueva vida.
Por entonces vino Jesús de Galilea al Jordán, para encontrar a
Juan y para que éste lo bautizara. Juan quiso disuadirlo y le di-
jo: "¿Tú vienes a mí? Soy yo quien necesita ser bautizado por ti".
Jesús le respondió: "Deja que hagamos así por ahora. De este
modo respetaremos el debido orden". Entonces Juan aceptó.
Mt 3, 13-15
Jesús fue bautizado por Juan el Bautista. Nos preguntamos, si
Jesús nació sin "pecado original", sin karma, ¿necesitaba de un sig-
no iniciático? Evidentemente, no. Pero si lo ha hecho fue para dar el
ejemplo, para mostrar que si se quiere iniciar un camino nuevo, un
cambio, se lo puede hacer con un signo externo que simbolice la lim-
pieza espiritual y nos ayude a realizarla verdaderamente. En ninguno
de sus pasajes los Evangelios narran que Jesús haya bautizado. Con
la predicación de Jesús, el simbolismo desaparece para dar lugar a la
verdadera transformación interna en el fuego y el espíritu, dando
cumplimiento al anuncio del precursor:
...por lo que Juan hizo a todos esta declaración: "Yo les bauti-
zo con agua, pero está para llegar uno con más poder que yo,
y yo no soy digno de desatar las correas de su sandalia. Él los
bautizará con el Espíritu Santo y el fuego".
Lc 3, 16
La idea del pecado original surge por el desconocimiento de la
Ley de Causa y Efecto. Nosotros somos los únicos responsables de los
errores cometidos. El karma no se puede borrar con un simple lavado
externo. Los errores se borran o se lavan con acciones correctas de una
vida íntegra dentro de la rectitud, de la paz, del amor, de la verdad, lo-
grando así la progresiva transformación de nuestro ser.

257
En conclusión el verdadero bautismo consiste en el compromi-
so formal consigo mismo para el comienzo de una vida nueva, reser-
vado solamente para los que toman conciencia de lo que significa el
propósito del mismo: la transformación. Como dijera San Pablo: "de-
jar el hombre viejo y asumir el hombre nuevo...".
Era el año quince del reinado del emperador Tiberio. Poncio
Pilato era gobernador de Judea, Herodes gobernaba en Gali-
lea, su hermano Filipo en Iturea y Traconítide, y Lisanias en
Abilene; Anás y Caifás eran los jefes de los sacerdotes. En es-
te tiempo la palabra de Dios le fue dirigida a Juan, hijo de Za-
carías, que estaba en el desierto.
Juan empezó a recorrer toda la región del río Jordán, predi-
cando bautismo y conversión, para obtener el perdón de los pe-
cados. Esto ya estaba escrito en el libro del profeta Isaías: Oi-
gan ese grito en el desierto: Preparen el camino del Señor, en-
derecen sus senderos. Las quebradas serán rellenadas y los
montes y cerros allanados. Lo torcido será enderezado, y serán
suavizadas las asperezas de los caminos. Todo mortal entonces
verá la salvación de Dios.
Juan decía a las muchedumbres que venían a él de todas par-
tes para que las bautizara: "Raza de víboras, ¿cómo van a pen-
sar que escaparán del castigo que se acerca? Produzcan los
frutos de una sincera conversión, pues no es el momento de de-
cir: 'Nosotros somos hijos de Abraham'. Yo les aseguro que
Dios puede sacar hijos de Abraham también de estas piedras.
El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol
que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego".
La gente le preguntaba: "¿Qué debemos hacer?". Él les con-
testaba: "El que tenga dos capas, que dé una al que no tiene, y
el que tenga de comer, haga lo mismo".
Vinieron también cobradores de impuestos para que Juan los
bautizara. Le dijeron: "Maestro, ¿qué tenemos que hacer?".
Respondió Juan: "No cobren más de lo establecido". A su vez,
unos soldados le preguntaron: "Y nosotros, ¿qué debemos ha-
cer?". Juan les contestó: "No abusen de la gente, no hagan de-
nuncias falsas y conténtense con su sueldo".
El pueblo estaba en la duda, y todos se preguntaban interior-
mente si Juan no sería el Mesías, por lo que Juan hizo a todos

258
esta declaración: "Yo les bautizo con agua, pero está para lle-
gar uno con más poder que yo, y yo no soy digno de desatar las
correas de su sandalia. Él los bautizará con el Espíritu Santo y
el fuego".
Lc 3, 1-16
Hemos visto cómo Juan el Bautista les pedía el arrepentimiento
de sus pecados, el tomar conciencia de sus iniquidades, como condi-
ción para recibir el bautismo. Es decir, la condición para ingresar a una
nueva vida es el reconocimiento del camino errado y de allí en más lle-
var a la práctica una vida basada en la verdad, la rectitud, el amor, la
paz y la no violencia, requisitos indispensables para descubrir el Rei-
no y llegar a Dios.
Los primeros cristianos pasaban gran parte de su vida preparán-
dose para recibir el bautismo. Este período de tiempo era llamado cate-
cumenado, porque entendían que el recibirlo implicaba un cambio fun-
damental en el actuar y tenían que estar seguros del paso que iban a dar.
De aquí deducimos que el bautismo era sólo para aquellos que se com-
prometían a asumir un compromiso testimonial en la vida social, políti-
ca y religiosa, además de estar preparados y fortalecidos para todas las
contingencias que debían enfrentar en adelante. El fuego al que alude
Juan es símbolo de la sabiduría, que quema la ignorancia y alumbra el
sendero hacia el Reino de Dios. Por lo tanto, el bautismo significa in-
gresar al sacerdocio laical, un compromiso tácito del hombre con Dios.
"Verdad, rectitud, paz, amor y no violencia, son en nosotros
como los cinco aires vitales, que le otorgan felicidad real al cuerpo.
Ellos son los verdaderos sustentadores de la vida. Bajo ninguna cir-
cunstancia deberá uno separarse o renunciar a ellos.
Verdad, rectitud (acción correcta), paz, amor y no violencia.
¿Qué es lo que queremos significar con estos valores humanos? Ca-
reciendo de los componentes esenciales de verdad, rectitud, paz,
amor y no violencia, la vida carece de sentido. ¿Qué es verdad?
¿Representa el recordar fielmente lo que hayan visto y oído, o ex-
plicar alguna acción que hayan llevado a cabo? ¡No! Verdad sin
amor jamás podrá ser real verdad. Cuando este amor invade nues-
tros pensamientos, se transforma en verdad. Cuando el mismo amor
invade nuestras acciones, se vuelve rectitud. Cuando el mismo amor

259
invade nuestros sentimientos y emociones, se transforma en Paz. Si
han llegado a entender este amor, se convierte en no violencia. Es-
te amor es la corriente oculta dentro de la verdad, la rectitud, la paz
y la no violencia. El que siga estos mandamientos es en realidad
una persona ideal.
Deben comprender la verdad de que las adquisiciones secu-
lares como el dinero y las riquezas son sólo de este mundo y de es-
ta vida. Pero la riqueza de la sabiduría, la opulencia del carácter y
las riquezas o lujos de la cultura nos seguirán vida tras vida, por-
que son virtudes eternas."
Sai Baba
Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: "¿Tú, Señor, me vas
a lavar los pies a mí?". Jesús le contestó: "Tú no puedes com-
prender ahora lo que estoy haciendo. Lo comprenderás más
tarde". Pedro replicó: "Jamás me lavarás los pies". Jesús le
respondió: "Si no te lavo, no podrás tener parte conmigo". En-
tonces Pedro le dijo: "Señor, lávame no sólo los pies, sino tam-
bién las manos y la cabeza".
Jesús le dijo: "El que se ha bañado, está completamente limpio
y le basta lavarse los pies. Y ustedes están limpios, aunque no
todos". Jesús sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: "No
todos ustedes están limpios".
Jn 13, 6-11
Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. Toda rama
que no da fruto en mí, la corta. Y toda rama que da fruto, la
limpia para que dé más fruto.
Ustedes ya están limpios gracias a la palabra que les he anun-
ciado, pero permanezcan en mí como yo en ustedes. Una rama no
puede producir fruto por sí misma si no permanece unida a la vid;
tampoco ustedes pueden producir fruto si no permanecen en mí.
Jn 15, 1-4
Jesús nos demuestra en estos pasajes que el lavado externo es un
símbolo de la limpieza interior, que es mucho más difícil de conseguir,
ya que requiere determinación y esfuerzo para lograrla. Es el único ca-
mino que nos lleva a estar unidos a Dios, como la vid y el sarmiento.

260
"Las manchas del corazón tienen que ser lavadas por la vida
moral y el cumplimiento del deber de uno.
El hombre sufre actualmente porque está absorto en el mun-
do externo, sin ninguna disciplina o fe firme que corrija su visión.
¿Cómo pueden diez abluciones al día limpiar a una persona cuan-
do su mente está manchada por pensamientos malos? ¿Qué pue-
den hacer la cabeza rapada y las ropas color ocre por fomentar la
espiritualidad cuando la mente está siendo atormentada por dese-
os y carencias? Ustedes podrán hacer virar alrededor de su boca
una bola dulce, pero a menos que la pongan adentro y la coman,
no abatirán el hambre. Así pues alienten anhelos sinceros, limpien
la mente, purifiquen los pensamientos y pongan en práctica los
preceptos.
Concéntrense sobre este hecho: yo soy un hombre, no un
animal. Empiecen con: ¿quién soy? Este es mi cuerpo, mi mano,
mi mente, ¿pero quién soy yo? Aquí está mi cuerpo, pero yo no soy
este cuerpo, tampoco soy esta conciencia. ¿Quién soy? Yo soy
Dios. El cuerpo y la mente sólo son instrumentos separados, no
crean que viven sólo para eso; si se identifican con el cuerpo de-
sarrollarán lujuria, entonces no pierdan su vida. La muerte es el
destino del cuerpo, no piensen en el cuerpo ni en la mente. Pien-
sen en el alma, y guárdenla pura, protegida de los deseos. El al-
ma nunca muere. Cuando ustedes se lavan se quitan la suciedad
del cuerpo. Para que el alma vuelva a encontrar su blancura na-
tural, usen el jabón de la ausencia de deseos y la práctica espiri-
tual, que es la lavandera. Pónganse agua para que el corazón no
reciba basura, si ustedes siguen por ese camino seguirán bajando
y bajando. Tienen que darse cuenta de que son Dios, deben enten-
der que son Dios.
Cuando se ha limpiado la mente de todo sedimento de impu-
reza, y se cultivan sentimientos nobles y puros, entonces puede al-
borear la visión de la sabiduría, y se percibe la creación toda en su
real esplendor, la Divinidad Suprema misma."
Sai Baba
Había un fariseo llamado Nicodemo, principal entre los judíos.
Éste llegó a Jesús una noche y le dijo: "Rabí, sabemos que Dios

261
te ha enviado como Maestro, porque nadie puede hacer los mi-
lagros que haces tú, si no está Dios con él". Jesús le respondió:
"En verdad, en verdad te digo que el que no nace de nuevo, no
puede ver el Reino de Dios". Dijo Nicodemo: "¿Cómo puede un
hombre nacer, siendo viejo? ¿Puede acaso volver al seno de su
madre, y nacer de nuevo?". Jesús respondió: "En verdad, en
verdad te digo que el que no nace de agua y de Espíritu, no pue-
de entrar en el Reino de Dios. Lo nacido de la carne, es carne;
y lo nacido del Espíritu es Espíritu. No te extrañes que te diga:
Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla donde quiere,
y se oye su ruido, pero no se sabe de dónde viene y adónde va:
así es todo el que nace del Espíritu". Respondióle Nicodemo:
"¿Cómo puede ser eso?". Respondióle Jesús: "¿Tú eres maes-
tro de Israel y lo ignoras? En verdad, en verdad te digo que ha-
blamos de lo que sabemos, y atestiguamos lo que hemos visto;
pero no recibís nuestro testimonio. Si os digo cosas terrenas y
no creéis, ¿cómo creeríais si os dijera cosas celestiales?".
Jn 3, 1-12
Jesús dice a Nicodemo: "El que no nace de nuevo, no puede ver
el Reino de Dios", vale decir, no tendrá conciencia de que forma parte
de la divinidad. También le reprocha su ignorancia, que como maestro
de Israel desconozca el renacimiento de la carne, o sea la reencarna-
ción, y en especial, el renacimiento a la vida espiritual.
Y para renacer espiritualmente es necesario en primer lugar la
toma de conciencia de los errores cometidos, el arrepentimiento y la
rectificación de la conducta. Sólo así se puede obtener la auténtica sa-
biduría y llegar a ser uno con Dios.
"No hay nada en el mundo que uno no pueda penetrar o que
no pueda comprender. Ustedes pueden purificar su vida, su cuerpo
y su tiempo a través de las buenas enseñanzas que han tenido la
buena fortuna de escuchar. Sin embargo, si un hombre no compren-
de su verdadera naturaleza, si él simplemente se sumerge en sus ac-
tividades mundanas, que le hacen olvidar su verdadera identidad, él
no será capaz de ganar nada; el hombre debe tratar de saber pri-
mero quién es él. Sólo así podrá ser capaz de obtener fácilmente los
frutos de sus esfuerzos. Si no se dominan no podrán conocer la
Realidad Suprema.

262
Todo ser humano tiene cuatro nacimientos: el primero es
cuando sale del vientre de su madre, y como no es santo ni impío,
sólo anhela comida y abrigo. El segundo es cuando comienza su es-
tudio espiritual para ir de la oscuridad a la luz. El tercero es cuan-
do ha adquirido sabiduría, habiendo dominado las disciplinas para
lograr el autoconocimiento. El cuarto y último es cuando realiza su
verdadera identidad y se funde con Dios."
Sai Baba
Estas cosas pasaron en Betania, al otro lado del Jordán, donde
Juan bautizaba.
Al día siguiente, vio a Jesús que venía hacia él, y dijo: "He aquí
el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Él es de quien
yo dije: 'Después de mí viene un hombre que ha sido antepuesto
a mí, porque era primero que yo'. Yo no lo conocía; mas, para
darlo a conocer a Israel, he venido yo, que bautizo con agua". Y
atestiguó Juan: "He visto al Espíritu, como paloma, descender del
cielo y posarse sobre Él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a
bautizar con agua me dijo: 'Sobre el que veas descender y posar-
se el Espíritu, ése es el que bautiza en el Espíritu Santo'".
Jn 1, 28-33
La historia de la humanidad nos enseña que todas las culturas y
religiones han tomado el fuego como el símbolo de la divinidad. Cuan-
do Juan el Bautista, que es la encarnación del profeta Elías, les dice
que después vendrá el que es superior a él, porque es el hijo del Altísi-
mo, y les bautizará con el Espíritu Santo y con el fuego, les quiere in-
dicar que ese será el verdadero bautismo, que es la toma de conciencia
de la inmanencia divina, o como dice Sai Baba, que somos la chispa
divina; que nuestra esencia íntima, profunda y más sutil es exactamen-
te la misma esencia de Dios. La revelación de Jesús es la que lavará o
bautizará nuestra ignorancia, para descubrir que somos chispa divina,
o fuego o Espíritu Santo, es decir cuando llegamos a reconocer a Dios
en nuestro ser. Esa es la Gran Revelación, y ese es el auténtico bautis-
mo, porque lava nuestra ignorancia y nos hace "ver" la fuente de la sa-
biduría. Y si queremos abundar en doctrina crística, basta con recordar
el pasaje de Jesús y la samaritana en el pozo de Sicar, donde Jesús le
dice: "El que bebiere del agua que Yo le daré, nunca más tendrá sed";

263
es decir, el que bebe de la Sabiduría Divina, descubre que su interior
es residencia del Dios inmanente, por lo tanto él mismo es Dios. Y ya
no tendrá más sed espiritual.
Vine a traer fuego a la tierra: ¡y cuánto deseo ya que arda! He
de recibir un bautismo de dolores; ¡y cómo me angustio hasta
que se realice!
Lc 12, 49-50
"El río de la vida serpentea a través de muchos valles, se pre-
cipita desde lo alto de los riscos, se pierde en muchos pantanos y
busca saciarse en el océano de la gracia divina, aunque lo que ocu-
rre es que cae en la imbebible extensión de sal. La creciente fluye
desde lo alto a las profundidades, sólo que las llamas del fuego se
levantan desde las profundidades hasta las alturas. Por eso decimos
que el fuego de la sabiduría es el fuego de la realización.
Hay millones de estrellas esparcidas por todo el firmamento,
pero sólo tenemos oscuridad por la noche; durante el día el sol, que
es un diminuto punto de luz cuando se lo compara con la mayoría
de esas estrellas, nos proporciona una iluminación brillante. La ra-
zón es que las estrellas están muy lejos, pero el sol está cerca. La
estrella de la sabiduría está muy lejos, no la acercamos a nosotros,
ni nosotros nos acercamos a ella. Nos contentamos con el cre-
púsculo que la afirmación, la habilidad, la condición y la inteligen-
cia nos proveen. No buscamos la magnífica visión que la sabiduría
clarificada por la práctica espiritual puede conferir.
La sabiduría es la preciosa ambrosía reunida de todas las
fuentes de conocimiento y de todas las artes para adquirirlo. La sa-
biduría no debe definirse como la capacidad de discriminar y de-
clarar ‘esto es plano, esto es redondo, eso es un cerro, esto es una
casa, o es una espina’. Esa es la creencia común, pero ello es co-
nocimiento solamente. A continuación tenemos lo que puede lla-
marse el buen conocimiento, cuando el hombre es capaz de distin-
guir entre lo justo y lo injusto, el bien y el mal. Cuando puede des-
cubrir esta actividad que es para su mejoramiento y el mejoramien-
to de otros. Tanto la sabiduría como el conocimiento están confina-
dos al intelecto del hombre. Existe un nivel superior, cuando el co-
razón es transformado gracias a la fidelidad, a la verdad, la no vio-

264
lencia y la compasión, una persona que haya llegado a él puede en-
tenderse a sí misma, su relación con el cosmos y con el Creador del
cosmos.
Limpien de impurezas la mente, cultiven en ella pensamientos
puros y santos, entonces, con visión sabia, podrán mirar recto y lu-
minoso al mundo. Sin la flor, ningún fruto puede dar el árbol, ni la
fruta puede madurar en dulzura sin la gracia que lo hizo brotar. Só-
lo el trabajo disciplinado puede convertirse en devoción, y sólo és-
ta llega a transformarse en sabiduría profunda."
Sai Baba

265
51
KARMA E INFIERNO

El Padre no juzga a nadie, sino que ha entregado al Hijo toda


potestad de juzgar, para que todos honren al Hijo como honran
al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo en-
vió.
En verdad, en verdad os digo que el que escucha mis palabras
y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna, y no es con-
denado, sino que ha pasado de la muerte a la vida. En verdad,
en verdad os digo que llega la hora, y es ésta, en que los muer-
tos escucharán la voz del Hijo de Dios, y los que la escucharen
vivirán. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así ha
dado al Hijo que tenga vida en sí mismo. Y le ha dado potestad
de juzgar, ya que es Hijo del hombre.
No os maravilléis de esto, pues llegará la hora en que todos los
que están en los sepulcros oirán su voz, y saldrán: los que obra-
ron el bien resucitarán para la vida, y los que hicieron el mal
resucitarán para la condenación.
Jn 5, 22-29
Jesús dice: "El Padre no juzga", si el Padre no juzga, no conde-
na. Dios es infinito amor, ilimitado, eterno. Cada uno de nosotros es
parte de esa esencia, somos chispas de un mismo fuego. Por consi-
guiente, es absurdo pensar que Dios puede condenar eternamente, que
Dios puede apartar una parte de su esencia para rechazarla. Es una ver-
dadera quimera, ya que sería condenarse a sí mismo. Quien se juzga es
uno mismo, pues Dios, que es la eterna paciencia, nos da tiempo e in-

266
finitas oportunidades para que adquiramos el Conocimiento, la Sabi-
duría, y así llegar a tener cada vez mayor conciencia de lo que real-
mente somos y rectificar el camino para llegar a Él.
El infierno es un invento, una amenaza. Para que el hombre no
se desvíe del camino no quedó otro remedio que utilizar el miedo, co-
mo a las criaturas que se las asusta para que coman o duerman, cuan-
do en realidad el único medio es el amor.
Si revisamos detenidamente las Sagradas Escrituras, leeremos la
palabra "seol" doscientas sesenta y dos veces, que significa "lugar de
los muertos" y no "infierno" como fue traducido posteriormente.
Según la palabra latina, Infernus significa: "Inferior, puesto en
lo bajo, acá abajo, terrestre, terrenal".
O sea que "descender a los infiernos" evidentemente es regresar
a este lugar donde en mayor o menor medida se sufre según las conse-
cuencias de las acciones de vidas anteriores. Por lo tanto debemos re-
gresar tantas veces cuantas sean necesarias hasta encontrar el verdade-
ro camino para volver a Dios, y entonces no habrá más retorno porque
seremos Uno con Él.
El infierno implicaría la negación de Dios, porque representaría
a un Dios vengador, falto de misericordia, y no un Padre amoroso que
les da la oportunidad de corregirse a sus hijos. Lo vemos en el pasaje
del "hijo pródigo". Dios no sería Dios si tuviera pasiones humanas.
Dios es la infinita Bondad que se identifica con el Amor y la Justicia.
Y si Dios es omnipresente, llegamos a la firme conclusión de
que el infierno no existe, puesto que allí Él no puede estar. Entonces
no sería omnipresente y por consiguiente no sería Dios. Dios es omni-
presente puesto que es la esencia de todo cuanto existe y nada hay fue-
ra de Él, Dios es todo.
Algunos dirán que si no hay infierno, dónde estan entonces los
demonios. Si en nosotros está el árbol del bien y del mal, según Filón
de Alejandría, no nos será difícil deducir dónde se encuentran.
"Los seis demonios: lujuria, ira, codicia, apego, orgullo y
odio los persiguen y los hacen desviarse hacia caminos erróneos y
los vuelven serviles, tontos y tristes. Luchen contra ellos resuelta-
mente. Esa es la guerra que deben librar durante toda la vida. ¡Es-

267
ta lucha no conoce tregua! Sólo lo espiritual puede conferir felici-
dad y otorgar fama y alegría duraderas. Ustedes han adquirido sus
cuerpos para llegar a tomar conciencia de Dios, de modo que de-
ben dedicarse a la búsqueda de lo divino."
Sai Baba
Cuando Jesús se refiere a "los muertos que escucharán la voz del
Hijo de Dios, y que los que la escucharen vivirán", alude a los que es-
tán dedicados a las cosas mundanas y por lo tanto muertos espiritual-
mente. En cambio, si escucharan la palabra de Dios y la pusieran en
práctica, estarían vivos, en términos espirituales. Es conveniente re-
cordar con respecto a ello otro pasaje de Jesús: "Deja que los muertos
entierren a los muertos" (Mt 8, 22). Es evidente que hace alusión a los
muertos espirituales, a aquellos que confunden el cuerpo físico con el
espiritual, que desconocen la vida divina o el Reino que está y mora en
el interior.
Por esta razón dice en otro párrafo: "Los que obraron el bien re-
sucitarán para la vida, pero los que obraron el mal resucitarán para la
condenación" (Jn 5, 29).
Vale decir que los primeros lograron la liberación, mientras que
los segundos tendrán que retornar. Dios nos ha dotado del discerni-
miento para hacer uso de él. Si nos inclinamos hacia el bien, llegare-
mos a la bienaventuranza, si nos inclinamos hacia el mal, tendremos
que volver tantas veces cuantas sean necesarias.
Algunos dirán que en las Sagradas Escrituras se hace mención
repetidas veces de las palabras "infierno" y "demonios". Una revela-
ción, un mensaje o una enseñanza es recibida de acuerdo a la forma de
pensar o capacidad de comprensión del receptor. De tal manera que
cuando encontramos contradicciones, equivocaciones o conceptos os-
curos en las Sagradas Escrituras de cualquier religión, no es debido al
Revelador, que es la Verdad Suprema, incapaz de engañarnos, sino al
receptor, y a su incapacidad o limitación humana para la comprensión
del mismo. También puede deberse a intenciones interesadas del tra-
ductor o de los intérpretes de las mismas Escrituras. De ellos dice Je-
sús: "¡No les hagan caso! Son ciegos que guían a otros ciegos. Y si un
ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo" (Mt 15, 14).

268
"En ninguna parte de los Vedas se encuentra el término 'na-
raka' (infierno). El concepto de infierno es ajeno al pensamiento es-
piritual bharatiya. Tanto la idea de un infierno como sus variadas
descripciones constituyen adiciones posteriores intercaladas en los
Shastras y Puranas. Ello responde a una creencia de los autores de
estos textos respecto a que la religión sería incompleta si no inclu-
yera al infierno. Como parte de él, postularon una serie de diversas
torturas, aunque le pusieron un límite a las penas que allí se sufren.
Entre otras cosas, declararon que no cabía la muerte en él. El pro-
pósito que movió a la creación del concepto fue el de imbuir el te-
mor entre la gente para llevarla a abandonar el pecado.
El hombre comete pecados y tiene que padecer el castigo por
eso, sin embargo dice: ‘Ay, Dios, no tienes compasión que me so-
metes a este castigo’. La gente no soporta los juicios y las pruebas.
Dios permanece como espectador de todo. Para un especta-
dor, el pasado, el presente y el futuro son todo lo mismo, él puede
visualizar los tres períodos de tiempo, permanece como la encarna-
ción del alma durante los tres períodos de tiempo. Experimentar la
alegría y la tristeza por igual es el secreto de la bienaventuranza.
El hombre puede alcanzar el cielo, dicen los Vedas, pero los
mismos Vedas declaran: uno puede estar en el cielo solo el tiempo
que los méritos se lo permitan; cuando ese tiempo termina, hay que
entrar al mundo nuevamente. Así también el cielo es un lujo transi-
torio. Por ejemplo, una persona que gane la mayoría de votos pue-
de ser miembro de la asamblea legislativa por cinco años. Cuando
ese período termine, tendrá que volver a casa. Así también, el que
entra en el cielo tiene que dejarlo cuando sus méritos se han extin-
guido. De esta manera, este karma no garantiza dicha perpetua.
El jivatma se encierra en un cuerpo dotado de órganos sen-
soriales de acuerdo con las consecuencias que haya ganado por las
obras realizadas en el cuerpo anterior, y comenzará un nuevo cur-
so de vida. La residencia del alma en el cuerpo viene a ser, según
los hindúes, el tiempo que se pasa como un deva en el cielo, o lo que
el cristianismo y el islam denominan un ángel. El apelativo de De-
vendra que se le da al Señor de estos devas, es una indicación de
posición de autoridad. Son miles los que han ascendido a esta posi-

269
ción. De acuerdo con los Vedas cuando se observa siempre el más
alto bien, la persona es elevada a la posición de Devendra. El alma
que haya llegado antes a ella, descenderá a la tierra y reasumirá su
carrera en forma humana. Al igual que cambian los monarcas en la
tierra, tampoco los regentes del cielo pueden escapar al ascenso y
a la caída. También los residentes del cielo están sujetos a la ley de
los altibajos. Solamente en el Brahma Loka, en Dios, se está libre
de nacimiento y muerte, de ascenso y caída, de altas y bajas. Este
es el eterno néctar que se le entrega a la humanidad. Mientras el ji-
vatma es un deva, no puede efectuar karma alguno, sólo el hombre
puede expresar a través del karma que lo ata por medio de sus con-
secuencias.
Karma significa actividad, emprendida con deseo, con los
ojos puestos en el resultado. Cuando el alma permanece como un
deva o un ángel se encuentra contenta y satisfecha, de modo que no
anhelará la actividad para lograr algún placer o éxito. La residen-
cia en ese estado constituye la recompensa que se ha ganado por las
buenas obras llevadas a cabo en el pasado, o puede ser el premio
merecido por su bondad. Cuando la felicidad que emane de sus bue-
nas obras se haya disfrutado y consumido, se tendrá que sufrir el
saldo de las consecuencias acumuladas. De modo que el alma de-
berá volver como hombre a la tierra. Entonces, se alcanza el más
alto bien y se dedica a la realización de acciones con el mayor po-
tencial de méritos, puede limpiar su corazón y llegar a alcanzar a
Dios, desde el cual no hay retorno."
Sai Baba

270
52
LA OVEJA PERDIDA

¿Qué pasará, según ustedes, si un hombre tiene cien ovejas y


una de ellas se extravía? ¿No dejará las noventa y nueve en los
cerros para ir a buscar la extraviada? Y si logra encontrarla, yo
les digo que ésta le dará más alegría que las noventa y nueve
que no se extraviaron. Pasa lo mismo con el Padre de ustedes,
el Padre del Cielo: allá no quieren que se pierda ni tan sólo uno
de estos pequeñitos.
Mt 18, 12-14
"Los avatares vienen cuando la gente se aleja del camino y se
pierde en la condición y el vacío.
Así como el vapor de las nubes se condensa en gotas, que luego
caen sobre los campos que desean nutrir, el Absoluto sin forma se indi-
vidualiza a Sí Mismo, toma una forma y desciende entre los hombres
para salvar y sostener a la humanidad. Este es el secreto de Dios que
desciende como hombre. La nube se apiada de la cosecha que se rese-
ca bajo el sol, pero tan pronto como la lluvia comienza, hasta el sol se
torna necesario. Cada vez que el sufrimiento y la ansiedad abrumen al
mundo, el Señor se encarnará en una forma humana para establecer
los modos de ganar la paz, y para reeducar a la comunidad humana
por los senderos de la paz suprema. Actualmente, la lucha y la discor-
dia han alejado la paz y la unidad de la familia, la escuela, la comuni-
dad, la sociedad, los pueblos, las ciudades y el estado.
Los avatares insisten en la rectitud. Se dice que el propósito del
avatar es la restauración de la rectitud, ¿pero qué es la rectitud si no

271
está orientada hacia la liberación de las ataduras de la ignorancia?
Cada paso en la carrera del avatar está predeterminado. El presente
avatar ha venido a restablecer la rectitud.
No los dejaré, aun si me abandonan, pues no está en mí el de-
samparar a aquellos que me niegan. He venido para todos, quienes
se extravían volverán a mí, no lo duden. Yo les llamaré de nuevo.
Los bendigo, para que obtengan la visión de la divinidad en esta
misma vida, en este mismo cuerpo."
Sai Baba
Jesús, al irse de allí, vio a un hombre llamado Mateo en su
puesto de cobrador de impuestos, y le dijo: "Sígueme". Mateo
se levantó y lo siguió. Como Jesús estaba comiendo en casa de
Mateo, un buen número de cobradores de impuestos y otra gen-
te pecadora vinieron a sentarse a la mesa con Jesús y sus dis-
cípulos. Los fariseos, al ver esto, decían a los discípulos: "¿Có-
mo es que su Maestro come con cobradores de impuestos y pe-
cadores?".
Jesús los oyó y dijo: "No es la gente sana la que necesita mé-
dico, sino los enfermos. Vayan y aprendan lo que significa esta
palabra de Dios: Me gusta la misericordia más que las ofren-
das. Pues no he venido a llamar a los justos, sino a los peca-
dores".
Mt 9, 9-13
"El Conocimiento es la panacea para todas las enfermeda-
des, problemas y afanes. Para adquirirlo existen muchos caminos,
siendo el mejor de todos el camino de la devoción, el camino que si-
guieron los grandes maestros y otros grandes hombres. La devoción
es el fuego de la sabiduría o conocimiento, lo que el aceite es a la
llama de la lámpara. En el sendero del conocimiento no hay obstá-
culos. Todos, jóvenes y viejos, altos y bajos, hombres y mujeres, son
aptos para andarlo. ¿Quiénes entre los hombres tienen necesidad
de tratamiento médico? Aquellos que están muy enfermos, ¿no es
así? De igual manera, también aquellos que andan a tientas en la
oscuridad de la ignorancia son los principales candidatos a ser ins-
truidos y entrenados para conducirlos hacia la adquisición del Co-
nocimiento. ¿Para qué alimentar a aquellos que no tienen hambre?

272
¿Para qué dar medicinas a los que no están enfermos? Dios es la
medicina para desaprender el conocimiento aprendido pero falso, y
la eliminación de la niebla de la falsa interpretación o ignorancia.
Él disipará el polvo que oculta la Verdad."
Sai Baba
Pero, porque lo puedes todo, tienes piedad de todos y parece
como que no hicieras caso de los pecados de los hombres para
que así se arrepientan. Porque tú amas a todos los seres, tú no
detestas nada de lo que has hecho: Si no los hubieras querido,
no los habrías hecho.
¿Cómo podría durar una cosa que tú no quisieras? ¿Qué podría
subsistir si tú no lo hubieras llamado? Pero tienes lástima de to-
do, porque todo te pertenece, ¡oh Señor, que amas la vida...
Sb 11, 23-26
...y tu Espíritu imperecedero está en todo! Así es como corriges de
a poco a los que pecan. Les haces ver, mediante tus correcciones,
en qué han pecado, para que renuncien al mal y crean en ti, Señor.
Sb 12, 1-2
"Sea lo que sea que Dios otorgue, es para su bien, para su li-
beración, no para su caída o esclavitud. Un Dios que hace el mal
no es Dios. Dios no tiene ni simpatías ni antipatías. Él está por en-
cima, y más allá de todos los rasgos y características. De manera
que ¿cómo puede odiar o ser vengativo? Él es amor, es misericor-
dia, es bondad, Él es sabiduría, es poder. Él les da lo que ustedes pi-
den, de modo que tengan cuidado con lo que piden. Aprendan a pe-
dir los dones realmente beneficiosos.
No deben pedir ni perdón cuando obran mal, ni premio cuan-
do obran bien. El obrar bien es tan sólo deber del hombre, es en sí
mismo su propia recompensa. ¿Qué otro premio puede haber? La
alegría de haber cumplido con su deber es su recompensa. El obrar
mal está en contra del deber del hombre, por eso uno debería orar
con arrepentimiento, pidiendo la inteligencia y el discernimiento
necesarios para no repetir el error ya cometido. Más allá de esto,
depende de Su gracia el que castigue y proteja o que perdone y co-
rrija.

273
Dios es omnisciente, omnipermeante y omnipenetrante. Él
activa la naturaleza y actúa a través de ella todo el tiempo. La na-
turaleza está siempre bajo su cuidado, su dominio, no tiene princi-
pio ni fin. Esta es la teoría de los dualistas, ello da motivo para una
pregunta: Si el mundo es gobernado por Dios, ¿cómo permite que
sea tan malvado y tan vil?
La respuesta es que Dios no es responsable del sufrimiento y
el dolor. Los pecados que cometemos son los progenitores de los pe-
sares que sufrimos. La alegría y el pesar son las consecuencias del
bien y del mal que el hombre haya hecho. Dios es testigo, Él no cas-
tiga ni causa pesar."
Sai Baba
Después de leer estas enseñanzas tan explícitas, tan claras y ma-
ravillosas, no podemos dejar de alabar y agradecer a Dios por la infi-
nita paciencia que tiene hacia nosotros, sus hijos. Y así como un día Je-
sús dijo refiriéndose a la Ley de Moisés: "No crean que he venido a su-
primir la Ley o los Profetas. He venido, no para deshacer, sino para lle-
var a la forma perfecta" (Mt 5, 17), de la misma manera hoy Sathya Sai
Baba viene a dar cumplimiento de aquel anuncio de Jesús cuando di-
jo: "Cuando venga Él, el Espíritu de la Verdad, os guiará a la Verdad
completa" (Jn 16, 13).
"Siempre ha habido, hay y habrá Maestros que revelen al
hombre y que le enseñen a alcanzar las alturas a las que puede lle-
gar a través de la plena manifestación de sus facultades físicas,
mentales e intelectuales."
Sai Baba

274
53
RESURRECCIÓN Y
REENCARNACIÓN

La mayoría de las personas entiende por resurrección el volver


a vivir con el mismo cuerpo después de haber muerto, como en el ca-
so de Lázaro, de la hija del centurión o del hijo de la viuda de Naín.
Otra interpretación alude a una resurrección al final de los tiempos con
el mismo cuerpo, ahora glorioso e incorruptible.
Si nos atenemos a la etimología de la palabra "resurrección", ve-
remos que viene de la palabra latina "resurgere", que significa: "resur-
gir, volver a vivir", no necesariamente con el mismo cuerpo físico. Lo
veremos más adelante cuando Jesús responde a la pregunta de los fari-
seos sobre la mujer siete veces viuda.
Cuando Jesús alude a la resurrección en el "último día", se re-
fiere a nuestra definitiva unión con Dios. De aquí se deduce que los
traductores e intérpretes de las Sagradas Escrituras confundieron los
términos resurrección y reencarnación. Jesús habla expresamente de la
reencarnación en distintos pasajes.
Algunos argüirán que Jesús resucitó en el mismo cuerpo, y en
verdad fue así, si nos atenemos a la primera acepción de la palabra "re-
sucitar", o sea volver a la vida con el mismo cuerpo.
En realidad Jesús no murió en la cruz, para afirmar esto nos ba-
samos en lo que relata Juan: "Fueron, pues, los soldados y quebraron
las piernas de los dos que habían sido crucificados con Jesús. Pero al
llegar a Jesús vieron que ya estaba muerto, y no le quebraron las pier-

275
nas, sino que uno de los soldados le abrió el costado con la lanza, y al
instante salió sangre y agua" (Jn 19, 32-34).
Los soldados quebraron las piernas a los crucificados para que
expiraran más rápido. Es evidente que al llegar a Jesús lo creyeron
muerto, pues de lo contrario no hubiera brotado de su herida sangre y
agua, ya que si hubiera expirado esto no habría ocurrido.
El primer día de la semana, muy temprano, fueron las mujeres
al sepulcro, llevando los perfumes que habían preparado. Pero
se encontraron con una novedad: la piedra que cerraba el se-
pulcro había sido removida, y al entrar no encontraron el cuer-
po del Señor Jesús.
No sabían qué pensar, pero en ese momento vieron a su lado a dos
hombres con ropas fulgurantes. Estaban tan asustadas que no se
atrevían a levantar los ojos del suelo. Pero ellos les dijeron: "¿Por
qué buscan entre los muertos al que vive? No está aquí. Resucitó...".
Lc 24, 1-6
Lo importante de la vida de Jesús fueron sus enseñanzas y su
testimonio. El ser crucificado no fue más que una consecuencia de su
actuar entre los hombres y del libre albedrío de éstos. Siguió dando su
ejemplo hasta el límite, pues siendo azotado, vejado y crucificado, per-
donaba a los que lo hacían sufrir. Ese es el verdadero mensaje, para que
nosotros lo imitemos.
Cuando Jesús dice: "Todo está cumplido", es porque con ese úl-
timo acto de donación de sí mismo cumple la voluntad del Padre en su
totalidad.
Jesús vino a traernos un mensaje de vida y no de muerte.
Al decir: "Yo soy el camino", nos indica que siguiendo su ejem-
plo y enseñanzas alcanzaremos nuestra propia salvación. De lo contra-
rio no hubiera dicho: "amaos los unos a los otros", o "el que no toma
su cruz y me sigue no es digno de mí". Tampoco hubiera dicho: "vigi-
lad y orad", o "cuando tuve hambre me disteis de comer", induciéndo-
nos a una vida de amor y servicio.
Jesús dijo también al que lo había invitado: "Cuando des un al-
muerzo o una comida, no invites a tus amigos, hermanos, pa-
rientes o vecinos ricos, porque ellos a su vez te invitarán a ti y

276
así quedarás compensado. Cuando des un banquete, invita más
bien a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos.
¡Qué suerte para ti, si ellos no pueden compensarte! Pues tu re-
compensa la recibirás en la resurrección de los justos".
Lc 14, 12-14
"El karma (acción) es sadhana (disciplina espiritual) cuando
se hace como servicio. La actitud de servicio es la más benéfica,
tanto para la persona que lo realiza como para los demás. De he-
cho ustedes no hacen servicio a otros. Lo hacen siempre a ustedes
mismos, al Dios en ustedes, al Dios igualmente presente en los de-
más. El servicio es el más elevado y significativo en el sendero de la
devoción. Es un divino sendero servir al desvalido y al pobre."
Sai Baba
En síntesis, cada uno debe labrar la propia salvación, es decir, al-
canzar la bienaventuranza. Para ello, debe seguir el ejemplo de los grandes
maestros, y contar con la permanente ayuda de la gracia divina.
Y tú, niño, serás llamado Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor para prepararle sus caminos,
para decir a su pueblo lo que será su salvación.
Pues van a recibir el perdón de sus pecados,
obra de la misericordia de nuestro Dios,
cuando venga de lo alto para visitarnos
cual sol naciente,
iluminando a los que viven en tinieblas,
sentados en la sombra de la muerte,
y guiar nuestros pasos por un sendero de paz.
Lc 1, 76-79
"¿Qué es realmente la resurrección? Es la revelación de la
divinidad, inherente en el hombre. Es el resultado del contacto con
la divinidad. Esto puede venir solamente después de años de con-
tricción, que sirven para remover el mal del corazón del hombre."
Sai Baba
Acercáronsele también unos saduceos, que niegan la resurrec-
ción, y le preguntaron: "Maestro, Moisés nos prescribió que si
el hermano de alguno muriese dejando mujer sin hijos, el her-

277
mano debe tomar esa mujer y suscitar descendencia a su her-
mano. Eran siete hermanos. El primero tomó mujer, y murió sin
sucesión. El segundo la tomó y murió sin dejar descendencia.
Igualmente el tercero, y ninguno de los siete dejó descendencia.
Después de todos murió también la mujer. En la resurrección,
cuando resuciten, ¿de quién será esa mujer? Porque los siete la
tuvieron por mujer". Jesús les dijo: "¿No vais a estar en error
si desconocéis las Escrituras y el poder de Dios? Porque, cuan-
do resuciten de entre los muertos, no se casarán ni los hombres
ni las mujeres, sino que serán como ángeles en los cielos".
Mc 12, 18-25
"El alma no tiene distinción, es eternamente consciente, pura,
autorrefulgente, de modo que esa distinción sólo puede ser falsa, nun-
ca propia del alma. Es una distinción basada en el vehículo, la más-
cara, lo limitado. El alma no es masculina ni femenina, ni neutra, es
la forma la que engaña y limita, y la que lleva estos nombres.
Se ha dicho que el espíritu no es masculino ni femenino, no
es oveja ni vacuno, no es caballo ni elefante, no es ave ni es árbol,
pues está por encima de tales categorías.
Estas distinciones y divergencias surgen de la actividad como
base. El espíritu es incapaz de modificación, lo único que se puede
afirmar a su respecto es que Es. La suma y sustancia de todo esto
es que el espíritu es lo Absoluto, la Meta que trasciende todo. El res-
to es particular, insignificante, falso, irreal, capaz de ser designado
e identificado.
El atma o espíritu no es ni masculino ni femenino. No es da-
ble que se le impongan estas condiciones. Ellas no representan más
que atributos físicos, que pertenecen al cuerpo. Cuando se habla del
atma, ideas como esas sólo son un signo de engaño. No son perti-
nentes sino cuando se habla del cuerpo.
El sexo no es más que una vestidura del atma para el papel de es-
ta vida sobre la tierra. No afecta a la vida del espíritu que es eterno."
Sai Baba
Y en cuanto a saber si los muertos resucitan, ¿no han leído en
el libro de Moisés, en el capítulo de la zarza, cómo Dios le di-

278
jo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Ja-
cob? Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos. Ustedes es-
tán muy equivocados.
Mc 12, 26-27
"El hombre es mortal: polvo es y al polvo volverá, pero en él re-
fulge el atma como una chispa de la llama inmortal. El atma es la fuen-
te, la sustentación de cada ser. El atma es Dios. El atma no conoce la
muerte. El atma tiene como aparente vestiduras el cuerpo, la mente, la
razón, el intelecto y las herramientas internas de la percepción.
Aunque parece ser el centro de todas las actividades y agita-
ciones, el atma no es afectada. Es conciencia pura y sin mancha. El
cuerpo, sus atributos y equipo, tienen nacimiento y muerte, se desa-
rrollan y declinan. Pero el atma está libre de cambio.
El Eterno, sin nacimiento ni muerte, sin principio, ni medio ni
fin, no muere, no nace, nunca puede ser destruido.
El Morador del cuerpo no tiene nacimiento, y por ende, tam-
poco muere, mas el hombre se aferra a la falsedad de que es el cuer-
po, de modo que está sometido a la muerte y al nacimiento. Una co-
pa puede ser convertida en un plato por un orfebre, o más adelante
en un cofre; sin embargo, aunque el nombre, la forma y la función
puedan cambiar, la plata sigue allí en los tres objetos, invariable en
su sustancia, pese a sus nacimientos como plato y como cofre y de
sus muertes como copa y como plato."
Sai Baba
A continuación se verá cómo en distintos pasajes de los Evan-
gelios encontramos una alusión directa a la reencarnación.
Siendo Herodes rey de Judea, vivía allí un sacerdote llamado
Zacarías. Pertenecía al grupo sacerdotal de Abías, y su esposa,
llamada Isabel, era también descendiente de una familia de sa-
cerdotes. Ambos eran personas muy cumplidoras a los ojos de
Dios y se esmeraban en practicar todos los mandamientos y le-
yes del Señor. No tenían hijos, pues Isabel no podía tener fami-
lia, y los dos eran ya de edad avanzada.
Mientras Zacarías y los otros sacerdotes de su grupo estaban ofi-
ciando ante el Señor, le tocó a él en suerte, según las costumbres

279
de los sacerdotes, entrar en el Santuario del Señor para ofrecer
el incienso. Cuando llegó la hora del incienso, toda la gente es-
taba orando afuera, en los patios. En esto se le apareció un án-
gel del Señor, de pie, al lado derecho del altar del incienso. Za-
carías se turbó al verlo y el temor se apoderó de él.
Pero el ángel le dijo: "No temas, Zacarías, porque tu oración
ha sido escuchada. Tu esposa Isabel te dará un hijo y le pon-
drás por nombre Juan. Será para ti un gozo muy grande, y mu-
chos más se alegrarán con su nacimiento, porque este hijo tu-
yo será un gran servidor del Señor. No beberá vino ni licor, y
estará lleno del Espíritu Santo ya desde el seno de su madre.
Por medio de él muchos hijos de Israel volverán al Señor, su
Dios. Él mismo abrirá el camino al Señor con el espíritu y el
poder del profeta Elías, reconciliará a padres e hijos y llevará
a los rebeldes a la sabiduría de los buenos. De este modo pre-
parará al Señor un pueblo bien dispuesto".
Lc 1, 5-17
Cuando le llegó a Isabel su día, dio a luz un hijo,
Lc 1, 57
Y Zacarías, su padre, lleno del Espíritu Santo, profetizó dicien-
do: "Bendito el Señor Dios de Israel, porque ha visitado y res-
catado a su pueblo, y ha resucitado para nosotros un poderoso
Salvador en la casa de David, su siervo".
Lc 1, 67-69
Lo que advertimos en esta detallada lectura, es cómo el Profeta
del Altísimo, el que precederá al Salvador, "resucitará". En este texto
comprobamos que Lucas (o el traductor) usó la palabra "resucitar" por
"reencarnar", ya que queda perfectamente demostrado que el espíritu
de Elías reencarnó como Juan el Bautista.
Yo se los digo: de entre los hijos de mujer no se ha manifesta-
do uno más grande que Juan Bautista, y sin embargo el más pe-
queño en el Reino de los Cielos es más que él.
Desde los días de Juan Bautista hasta ahora el Reino de Dios
es cosa que se conquista, y los más decididos son los que se
adueñan de él.

280
Hasta Juan, todos los profetas y la Ley misma se quedaron en la
profecía. Pero, si ustedes aceptan su mensaje, Juan es este Elías
que había de venir. El que tenga oídos para oír, que lo escuche.
Mt 11, 11-15
El rey Herodes oyó hablar de Jesús, ya que su nombre se había
hecho famoso. Algunos decían: "Este es Juan el Bautista, que
ha resucitado de entre los muertos, y por eso actúan en él po-
deres milagrosos". Otros decían: "Es Elías", y otros: "Es un
profeta como los antiguos profetas".
Mc 6, 14-15
Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de
Filipo, y por el camino les preguntó: "¿Quién dice la gente que
soy yo?". Ellos contestaron: "Algunos dicen que eres Juan Bau-
tista, otros que Elías o alguno de los profetas".
Mc 8, 27-28
El rey Herodes se enteró de todo lo que estaba ocurriendo, y no
sabía qué pensar, porque unos decían: "Es Juan, que ha resucita-
do de entre los muertos"; y otros: "Es Elías que ha reaparecido";
y otros: "Es alguno de los antiguos profetas que ha resucitado".
Lc 9, 7-8
Un día Jesús se había apartado un poco para orar, pero sus dis-
cípulos estaban con él. Entonces les preguntó: "Según el pare-
cer de la gente ¿quién soy yo?". Ellos contestaron: "Unos dicen
que eres Juan Bautista, otros que Elías, y otros que eres algu-
no de los profetas antiguos que ha resucitado".
Lc 9, 18-19
Los discípulos le preguntaron: "¿Por qué dicen los maestros de la
Ley que Elías ha de venir primero?". Contestó Jesús: "Bien es cier-
to que Elías ha de venir para reordenar todas las cosas. Pero cré-
anme: ya vino Elías y no lo reconocieron, sino que lo trataron co-
mo se les antojó. Y así también harán sufrir al Hijo del Hombre".
Entonces los discípulos comprendieron que Jesús se refería a
Juan el Bautista.
Mt 17, 10-13

281
"Sólo en el Sanathana Dharma se establece con tanta fuerza
y claridad la importancia del karma en la conformación del destino
del hombre, la verdad del paso del individuo por muchos nacimien-
tos en su progreso hacia el no nacimiento, y la poderosa gracia que
el Señor muestra cuando viene como un hombre entre los hombres
para reunirlos a su alrededor en santa compañía para salvarlos y a
través de ellos salvar el mundo.
El hombre está en un largo peregrinaje hacia Dios. Se mueve
de una vida a otra hacia la Meta del esplendor.
Hay tres razones por las que nace el hombre. Una es el pecado,
la segunda es un deseo o experiencia insatisfechos, la tercera es la fal-
ta de conocimiento o ignorancia. La sensación de que no es satisfecho
un deseo y su anhelo de nacer nuevamente para cumplir con él, cons-
tituye una de las razones principales. El hombre lleva a cabo toda una
serie de cosas negativas y comete pecados. Tendrá que nacer nueva-
mente para experimentar las consecuencias. La ignorancia en estas
circunstancias es lo que lleva a buscar el renacimiento. Estos tres pun-
tos son los que constituyen la base para nuestro renacer.
Ustedes conocen solamente el presente, lo que está ocurrien-
do ante sus ojos, no saben que el presente está relacionado con el
pasado y está preparando el curso que seguirá el futuro.
No pueden recordar los incidentes de un día particular hace
diez años, pero eso no significa que no hayan estado vivos en ese
entonces. Igualmente, no pueden recordar lo que pasó en una vida
anterior o en otra vida anterior a esa, pero no hay duda de que han
tenido esas vidas.
El nacimiento es el resultado de las acciones realizadas an-
tes de morir. Si se les pregunta qué le ocurre al hombre después de
la muerte, pueden señalarse a ustedes mismos y contestar: esto es
lo que le ocurre, se vuelve a nacer.
Mantengan el recuerdo del Señor y de su gloria siempre con
ustedes, esto aligerará sus pasos y llegarán pronto a la Meta. Una
madre que viene del pozo con una vasija de agua en la cabeza, otra
en la cadera y una tercera en la mano, se apresura hacia su casa,
ya que está siempre pendiente del niño que ha dejado en la cuna. Si

282
olvida al niño, su paso se vuelve más lento y camina de aquí para
allá, hablando con todas sus amigas. Igualmente, si Dios, la Meta,
no es guardado en la memoria, habrá que andar errando por mu-
chos nacimientos y llegar tarde a la Casa.
Dios es el soplo vital de cada alma. Aprendan a vivir a cada
momento en su gloria, en su memoria, en su contemplación."
Sai Baba

283
54
EL ÚLTIMO DÍA

Betania está a unos tres kilómetros de Jerusalén, y muchos ju-


díos habían ido a la casa de Marta y de María para consolarlas
por la muerte de su hermano.
Apenas Marta supo que Jesús llegaba, salió a su encuentro, mien-
tras María permanecía en casa. Marta dijo a Jesús: "Si hubieras es-
tado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero aun así, yo sé que
puedes pedir a Dios cualquier cosa, y Dios te lo concederá". Jesús
le dijo: "Tu hermano resucitará". Marta respondió: "Ya sé que será
resucitado en la resurrección en el último día".
Jn 11, 18-24
¿Cuál es el significado y el alcance del "último día", que lo ve-
mos en repetidas circunstancias? Sólo puede ser uno. Al decir "último
día" se está refiriendo al séptimo, el día que Dios "descansó" de crear.
O sea, cuando toda la Creación vuelva al Padre. El hombre como cul-
minación de la obra creadora en evolución se encuentra en el "Sexto
día", en camino hacia el Séptimo, su Meta final.
Con la respuesta que da Marta a Jesús, queda claro que el pue-
blo judío creía que todos llegarían a la auténtica resurrección, o sea al
definitivo encuentro espiritual con el Padre.
Cuando Jesús dice: "Sí, esta es la decisión de mi Padre: toda per-
sona que al contemplar al Hijo crea en él, tendrá vida eterna, y yo lo
resucitaré en el último día" (Jn 6, 40), significa que el que cree en lo
que Él enseña y lo pone en práctica, logrará la realización de la divini-
dad, y llegará así a la plenitud, a la fusión con Dios.

284
Todo lo que el Padre me ha dado vendrá a mí, y yo no recha-
zaré al que venga a mí, porque yo he bajado del cielo, no para
hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y la
voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo
que Él me ha dado, sino que lo resucite en el último día.
Jn 6, 37-39
"Cada ser viviente está en un peregrinaje, lo sepa o no. Las
Escrituras dicen que el destino del hombre es retornar a su origen.
El Señor ha declarado que todos los seres han surgido de Él y tie-
nen que fundirse en Él.
El proceso del vivir tiene como propósito y sentido el alcan-
zar lo Supremo.
El hombre es el cenit de la creación. Ese es el propósito para
el cual ha luchado desde la piedra, la hierba, el árbol, el pájaro y
la bestia. De ahí que el hombre no deba malgastar el precioso pre-
mio que ha ganado; no debe dejarse caer nuevamente al nivel de la
bestia, debe ir hacia delante hasta llegar a la Divinidad. Debe to-
mar conciencia de su fuerza y debilidades y tener bien claros su me-
ta y su camino.
Recuerden que en cada paso se están acercando a Dios y
Dios también, cuando dan un paso hacia Él, da diez hacia ustedes.
No hay paradas en este peregrinaje; es un solo viaje continuo, día
y noche, por valles y desiertos, por lágrimas y sonrisas, por muer-
tes y nacimientos, por tumbas y cunas. Al término del sendero,
cuando alcanza la Meta, el peregrino encuentra que ha viajado so-
lo de sí mismo a sí mismo, que el camino fue largo y solitario, pero
que el Dios que lo ha guiado estaba durante todo este tiempo con
él, en él, a su alrededor y a su lado. Él mismo había sido siempre
divino, ¡su anhelo por fundirse en Dios no era sino el mar llaman-
do al océano!
Una burbuja nace en el agua ¡y se funde en el agua! El hom-
bre nace en Dios ¡y se funde en Dios!"
Sai Baba
"El hombre es fundamentalmente Atma, no obstante, posee la
envoltura del cuerpo.

285
Aquel que nace no puede escapar a la muerte. Muchos nacen
y mueren a cada instante. Pero el hombre tiene que descubrir cómo
'evitar' la muerte. Y bien, el Atma, que es el núcleo del hombre, no
nace, y puesto que no conoce nacimiento tampoco conoce la muer-
te. La muerte le acaece al cuerpo con el que está asociado, con el
que se vincula. La ilusión de que el cuerpo es la esencia, de que el
cuerpo es real, eso es lo que en verdad constituye la muerte. El ac-
to de morir es la aflicción que conlleva esta falsedad. Librarse de
esta ilusión engañosa significa alcanzar la inmortalidad. Es el cuer-
po lo que se desintegra, no el Atma, el Espíritu, el Ser, que es lo re-
al, lo imperecedero."
Sai Baba
Cuando nuestro ser corruptible se revista de su forma inaltera-
ble y esta vida mortal sea absorbida por la immortal, entonces
se cumplirá la palabra de la Escritura: ¡Qué victoria tan gran-
de! La muerte ha sido devorada. ¿Dónde está, oh muerte, tu
victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?
1ª Corintios 15, 54-55

286
55
PARÁBOLA DEL SEMBRADOR

Ese día Jesús salió de casa y fue a sentarse a orillas del lago.
Pero la gente vino a él en tal cantidad, que subió a una barca
y se sentó en ella, mientras toda la gente se quedó en la orilla.
Jesús les habló de muchas cosas, usando comparaciones o pa-
rábolas.
Les decía: "El sembrador salió a sembrar. Y mientras sem-
braba, unos granos cayeron a lo largo del camino: vinieron
las aves y se los comieron. Otro cayeron en terreno pedrego-
so, con muy poca tierra, y brotaron en seguida, pues no había
profundidad. Pero apenas salió el sol, los quemó y, por falta
de raíces, se secaron. Otros cayeron en medio de cardos: és-
tos crecieron y los ahogaron. Otros granos, finalmente, caye-
ron en buena tierra y produjeron cosecha, unos el ciento,
otros el sesenta y otros el treinta por uno. El que tenga oídos,
que escuche".
Los discípulos se acercaron y preguntaron a Jesús: "¿Por qué
les hablas en parábolas?".
Jesús les respondió: "A ustedes se les ha concedido conocer los
misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos, no. Porque al
que tiene se le dará más y tendrá en abundancia, pero al que
no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Por eso les hablo en pa-
rábolas, porque miran, y no ven; oyen, pero no escuchan ni en-
tienden".
Mt 13, 1-13

287
¡Dichosos los ojos de ustedes, que ven!; ¡dichosos los oídos de us-
tedes, que oyen! Yo se lo digo: muchos profetas y muchas personas
santas ansiaron ver lo que ustedes están viendo, y no lo vieron; de-
searon oír lo que ustedes están oyendo, y no lo oyeron.
Escuchen ahora la parábola del sembrador: Cuando uno oye la
palabra del Reino y no la interioriza, viene el Maligno y le
arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Ahí tienen lo que
cayó a lo largo del camino.
La semilla que cayó en terreno pedregoso, es aquel que oye la
Palabra y en seguida la recibe con alegría. En él, sin embargo,
no hay raíces, y no dura más que una temporada. Apenas so-
breviene alguna contrariedad o persecución por causa de la
Palabra, inmediatamente se viene abajo.
La semilla que cayó entre cardos, es aquel que oye la Palabra,
pero luego las preocupaciones de esta vida y los encantos de
las riquezas ahogan esta palabra, y al final no produce fruto.
La semilla que cayó en tierra buena, es aquel que oye la Pala-
bra y la comprende. Éste ciertamente dará fruto y producirá
cien, sesenta o treinta veces más.
Mt 13, 16-23
La parábola del sembrador es una de las más hermosas entre las
enseñanzas de Jesús. No sólo porque Él la ha explicado con suma cla-
ridad, sino porque es mucho más profunda en su significado.
Jesús demuestra que la salvación de cada uno depende del re-
sultado del esfuerzo y la dedicación personal.
Las encarnaciones divinas, los grandes maestros espirituales y
los profetas que ha tenido la humanidad, fueron y son los sembradores,
que esparcen la semilla de la Sabiduría y la Verdad para alcanzar la vi-
da eterna.
El que escucha el mensaje es el responsable de la germinación.
La semilla se esparce por doquier, el mensaje divino es para todos por
igual. Muchos lo escuchan, y pocos lo asimilan y lo hacen fructificar
en la acción.
Sólo de aquellos que han puesto dedicación puede decirse que
han trabajado la tierra para volverla fértil y lista para recibir la semilla

288
que fructificará en el amor. En cambio, los que no se preocuparon en
buscar el camino de la perfección personal y espiritual, enredados por
las contingencias de la vida, no han permitido que la semilla germina-
ra, o la han dejado morir.
"Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá
la puerta" (Mt 7, 7). El fruto que obtienen los que obedecen esta ex-
hortación, es, como dice la parábola, el ciento por uno, el sesenta por
uno; según la dedicación y el esfuerzo que hayan puesto.
¿Por qué Jesús dice: "Porque al que tiene se le dará más"? Sólo
hay una explicación lógica, el que utiliza los dones que Dios le dio en
beneficio de sus hermanos, el tiempo y demás a favor del prójimo, es
el que merece la gracia de Dios y sus bendiciones, y recibe más en pro-
porción a la dimensión de su amor. Al que ha producido el ciento por
uno Dios lo colmará de bienaventuranza, y muchas veces lo pondrá a
prueba para exigirle mayores frutos. Es decir que cuando Dios ve la fi-
delidad, ofrece la oportunidad de crecer espiritualmente más rápido.
Y cuando se refiere a que al que tiene poco, aun ese poco le será
quitado, está indicando al que habiendo logrado el don de la vida huma-
na y teniendo la oportunidad de cumplir con el propósito de la misma, la
desaprovecha, es como un árbol que no produce frutos. Es oportuno re-
cordar aquel pasaje en que Jesús maldice a la higuera por no tener frutos,
y ésta se seca al instante, perdiendo así toda posibilidad de vida.
Ser tierra fértil significa haber trabajado en uno mismo, para lo-
grar un buen carácter, quitando las piedras del egoísmo, las espinas y
abrojos del corazón, de la ignorancia, de la soberbia, para dar lugar al
cultivo de las virtudes que nos darán los frutos de la bienaventuranza.
"Si las semillas de la verdadera sabiduría que siembro no co-
mienzan a germinar en forma de abundantes almácigos, ni dan, por
último, buena cosecha, Yo también me siento afectado. Por el con-
trario, si crecen vigorosas y fructifican dando una abundante cose-
cha de dicha espiritual, Yo seré feliz, ese es mi alimento. Este es el
servicio que deberían prestarme. Nada hay más elevado que esto.
Ustedes saben que primero deben arar la tierra, alimentarla
con agua, luego sembrar la semilla, arrancar las hierbas, resguardar
al cultivo del ganado y de las cabras, y esperar pacientemente la co-
secha. Asimismo, el corazón debe regarse mediante virtudes alimenta-

289
das con el agua del amor, antes de plantar la semilla del Nombre di-
vino. Más tarde el campo debe ser vigilado y eliminadas las malas
hierbas. Es mejor impedir que se acerque el ganado de la intranquili-
dad y la duda, poniendo la cerca de la disciplina. Entonces el hombre
florecerá en la meditación y se podrá recoger la rica cosecha del co-
nocimiento. Ahora están permitiendo que el precioso y fértil campo
permanezca estéril. El campo del corazón está infectado con espinas
y malas hierbas, no produce contento a nadie. Cultiven el corazón y
cosechen el grano de la bienaventuranza del Atma. Esta bienaventu-
ranza es su herencia, es suya y la piden. Pero no saben cómo ni a quién
pedirla, pídanle a la aflicción que se retire y la bienaventuranza se ma-
terializará como la propia base de su identidad. La aflicción se irá tan
pronto como descubran su verdadero origen, ya que aquélla ha surgi-
do debido sólo a la ignorancia.
No se preocupen porque los demás no estén haciendo lo mis-
mo. Cada hombre lleva su destino en sus propias manos. Ustedes no
estarán atados porque los demás no estén liberados. Deben esfor-
zarse por su salvación a su propio paso, desde donde comenzaron,
cuando nacieron en esta oportunidad.
Una huerta de cocos puede tener mil frutos, y el huerto de
juncos puede tener ochocientos, pero ustedes son ricos sólo hasta el
límite del número que creció en esa huerta. No tienen derecho a las
frutas cultivadas en el árbol de otros. Ganen ustedes mismos para
sí mismos. Dos personas pueden tener dos acres cada una en la
misma aldea, pero cosechan diferentes cantidades de granos de-
pendiendo de la habilidad y la atención que pongan, dependiendo
de la calidad del terreno, semilla y abonos que usan.
Para cada persona hay un código de conducta establecido
por las Sagradas Escrituras, conforme a la edad, a la posición, a la
profesión adoptada, a la etapa de realización espiritual alcanzada,
la meta de vida aceptada, etc.
La naturaleza y condiciones del sendero espiritual son cono-
cidas solamente por aquellos que han viajado a lo largo del cami-
no. Ellos saben que el sendero de la verdad y del discernimiento
conducen a Dios. Quienes no han caminado por él y quienes no sa-
ben de su existencia, no pueden explicárselo a sí mismos ni a otros.

290
En todas las cosas que hagan, usen toda la fuerza y el talen-
to del que están dotados, hablando y actuando verazmente. Al co-
mienzo es posible que no lo logren, y hasta pueden encontrar difi-
cultades y sufrimientos, pero finalmente están destinados a triunfar
y alcanzar la victoria y la felicidad.
Se pueden reconocer tres tipos entre aquellos que buscan ha-
cer buenas acciones y caminan el sendero de la realización del Yo.
Aquellos que están demasiado asustados por las congojas, pérdidas
y dificultades para empezar el esfuerzo, son del tipo más bajo.
Aquellos que después de haber emprendido el viaje y caminado al-
guna distancia, están deprimidos y frustrados por los obstáculos y
decepciones, y que por lo tanto renuncian a mitad del camino, son
del tipo mediano. Y tercero, aquellos que se adhieren firmemente al
sendero con calma y coraje, cualquiera sea la naturaleza del traba-
jo por duro que sea el camino. Esos son del tipo más elevado.
Esta firmeza, esta fe y constancia son las características del
devoto."
Sai Baba

291
56
LA VID Y LOS SARMIENTOS

Yo soy la vid y ustedes los sarmientos. El que permanece en mí


y yo en él, ése da mucho fruto, pero sin mí, no pueden hacer na-
da.
Jn 15, 5
"Dios es la Encarnación de la compasión, busca una pizca de
humildad o de bondad en el hombre para recompensarlo con tone-
ladas de gracia. Para ganar a Dios el amor es suficiente. Eviten el
odio o la envidia, incluso el disgusto por alguien, pongan en prác-
tica el amor por medio del servicio. Cuando la belleza que hay en
la semilla se manifiesta, obtienen la flor. Dios es la belleza que flo-
rece como ser humano. El Señor ha anunciado: Yo soy la semilla de
todos los seres. Si la semilla es inmortal, el árbol también es in-
mortal. La flor y el fruto son también inmortales. Si Él es dulzura y
amor, todas sus manifestaciones son dulces y llenas de amor. Si Él
es luz, nada puede ser oscuro. Si Él es consciencia, nada puede ser
inconsciencia o sin inteligencia pura.
Ustedes se pueden sentir orgullosos de tener inclinación ha-
cia Dios, de ser devotos, pero su orgullo está pregonando que Dios
está únicamente en su esfera externa de actividades. Deben ser hu-
mildes. No deben limitar a Dios a un hombre o forma particular.
¿Cómo podrían etiquetar a Dios y hacer que se adapte a sus espe-
cificaciones?
Convénzanse de que Dios reside dentro de todos los seres.
Hablen sólo con palabras que difundan verdad, bondad y belleza.

292
Sólo hagan aquello que fomente la felicidad y la prosperidad de to-
dos. Pidan que todos los mundos tengan paz. Expándanse, no se
contraigan en su propia y pequeña individualidad. Expándanse has-
ta el amor universal, hacia la ecuanimidad inconmovible y la Virtud
por siempre activa. Este es el camino que los llevará totalmente a la
divinidad que mora dentro de ustedes.
Cuando el hombre no logra usar sus habilidades para el bie-
nestar de los demás, se vuelve un demonio. Cuando compitiendo por
alcanzar la gloria individual gasta millones en llegar a la luna y
traer algunas piedras de su superficie, en lugar de alimentar a mi-
llones de personas que mueren de hambre y fomentar la prosperi-
dad de las naciones no desarrolladas, únicamente se está conde-
nando. Aun a las mejores cosas puede darles el hombre un mal uso.
Cuando uno ha llegado al estado en que se percibe la pre-
sencia de la divinidad en cada ser; cuando cada instrumento del
conocimiento trae la experiencia de esa divinidad, cuando solo ella
se ve, se oye, se prueba, se huele y se toca, el hombre se convierte
indudablemente en parte del cuerpo de Dios y vive en Él y con Él.
Cuando asuman este deber hacia su propio progreso, tendrán uste-
des una nueva fuerza desde el primer momento, vibrarán con una
nueva y más pura alegría, probarán la bienaventuranza plena y se
renovarán con una nueva santidad."
Sai Baba

293
57
LA ORACIÓN

Un día estaba Jesús orando en cierto lugar. Al terminar su ora-


ción, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar,
como Juan enseñó a sus discípulos". Les dijo: "Cuando recen,
digan:
Padre, santificado sea tu Nombre,
venga tu Reino.
Danos cada día el pan que nos corresponde.
Perdónanos nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos
a todo el que nos debe.
Y no nos dejes caer en la tentación".
Les dijo también: "Supongan que uno de ustedes tiene un ami-
go y va a medianoche a su casa a decirle: 'Amigo, préstame tres
panes, porque un amigo mío ha llegado de viaje y no tengo na-
da que ofrecerle'. Y el otro le responde a usted desde adentro:
'No me molestes; la puerta está cerrada y mis hijos y yo esta-
mos ya acostados; no puedo levantarme a dártelos'. Yo les di-
go: aunque el hombre no se levante para dárselo porque usted
es amigo suyo, si usted se pone pesado, al final le dará todo lo
que necesita.
Pues bien, yo les digo: Pidan y se les dará, busquen y hallarán,
llamen a la puerta y les abrirán. Porque todo el que pide reci-
be, el que busca halla y al que llame a la puerta, se le abrirá.
¿Habrá un padre entre todos ustedes, que dé a su hijo una ser-
piente cuando le pide pan? Y si le pide un huevo, ¿le dará un

294
escorpión? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas
a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del Cielo dará espíritu santo
a los que se lo pidan!".
Lc 11, 1-13
"El aspirante espiritual tiene como principal medio para al-
canzar su Meta esta única arma: la oración. El devoto puede orar
para obtener paz pidiéndole al Señor este regalo, o también puede
pedir las buenas cualidades para su desarrollo.
Si sienten que para ser felices tienen que tener alguna cosa,
oren a Dios así: ‘Dios, Tú tienes la responsabilidad de mantenerme
saludable, feliz, bueno e inteligente. Concédeme esto, lo cual yo
creo que es necesario para mi felicidad, pero si piensas que estoy
equivocado, dame lo que consideres mejor’. Dios nunca abandona-
rá su obligación, Él les dará sustento y abrigo. Una vez, un renun-
ciante se adentró en un bosque con la intención de practicar auste-
ridades, para así ganarse la gracia de Dios. Vio una vaca que era
llevada por un aldeano, de su ubre se derramaban gotas de leche.
Le preguntó entonces al aldeano por qué. La respuesta fue: está a
punto de parir, esa es la señal. La leche está fluyendo ya, de modo
que el becerro pueda ya tener su leche tan pronto como nazca. El
renunciante se dio cuenta de que Dios le daría también, donde quie-
ra que se encontrara, lo que más necesitara para su progreso. Él lo
sabe bien, es omnisciente, Él es la compasión misma, Él siente, de
modo que el monje emprendió el regreso y se contentó con orar y
dedicarse a la constante contemplación de Dios como Providencia.
Tengan paciencia, en su apresuramiento por disfrutar de los place-
res fáciles, no caigan en el error ni en actos incorrectos. Tengan fe
en que Dios les proveerá de todas las alegrías que deseen y merez-
can. Los hombres buscan a los demás esperando favores, extienden
sus manos hacia los otros e imploran: dame. Imploren así a Dios,
pídanle, Él responderá con generosidad y compasión. No crean que
el bienestar y la comodidad son lo más importante en la vida, el de-
sengaño, la enfermedad, la angustia, son la suerte de todos, ricos y
pobres, cultos e incultos, jóvenes y viejos. Son el destino común de
todos los hombres, no permitan que sus corazones puros e inmacu-
lados se ensucien con la falsedad y con el mal. No manchen su len-
gua usándola para proferir palabras sucias, pronuncien el Nombre

295
de Dios. Este obra como una chispa que puede reducir a cenizas to-
da una montaña de algodón; todo mal pensamiento, plan, imagina-
ción perversa, desaparecerá como niebla bajo el sol cuando el
Nombre de Dios sea recordado con sinceridad. Dios es el refugio
del desesperado."
Sai Baba
Por eso les digo: todo lo que pidan en la oración, crean que ya
lo recibirán y lo obtendrán. Y cuando se pongan de pie para
orar, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que su Pa-
dre del Cielo les perdone también a ustedes sus faltas.
Mc 11, 24-26
"El Señor es como Kalpataru, el árbol divino que da lo que
se le pide, pero tienen que acercarse al árbol y desear lo que quie-
ren. El ateo es la persona que está lejos del árbol, el teísta es la que
se ha acercado. Esta es la diferencia. El árbol no hace ninguna dis-
tinción, le otorga dádivas y todo. El Señor no castigará ni tomará
desquites si no lo reconocen o reverencian, no hay ningún tipo es-
pecial de adoración que le plazca más que otro.
El aspirante espiritual deberá cuidarse de no enojarse por nin-
gún motivo, pues eso impedirá su progreso, deberá cultivar amor ha-
cia todos y humildad, así se podrá despejar de los hábitos indesea-
bles, puesto que el enojo es la madre de toda conducta errónea, el
enojo puede hacer caer a cualquier persona en los malos hábitos.
El aspirante espiritual debe aceptar gustosamente la denun-
cia de sus defectos por parte de quien sea, deberá verdaderamente
sentirse agradecido hacia aquellos que se lo señalen, jamás deberá
albergar odio contra ellos, pues eso es tan malo como odiar lo bue-
no. Lo bueno ha de ser amado y lo malo descartado. No olviden, lo
malo no debe ser odiado, debe ser desechado, evitado. Sólo tales
personas lograrán sus progresos en la meditación y la sabiduría es-
piritual. La presunción, la envidia, el enojo, el ansia de informarse
sobre las debilidades de los otros y sus fallas, el engaño, todos esos
son obstáculos en la senda de la meditación.
La repetición del Nombre del Señor y la meditación nunca de-
ben ser juzgados con una medida puramente externa, deben ser juz-

296
gados por sus efectos internos. Su esencia es la relación que guar-
dan con el alma. La experiencia inmortal del alma nunca debe ser
mezclada con las bajas actividades del mundo temporal."
Sai Baba
Asimismo yo les digo: si en la tierra dos de ustedes se ponen de
acuerdo para pedir alguna cosa, mi Padre se lo concederá.
Pues donde están dos o tres reunidos en mi Nombre, allí estoy
yo en medio de ellos.
Mt 18, 19-20
"El hombre debe recobrar su herencia espiritual, debe culti-
var sentimientos sublimes y divinos. El hombre debe concentrarse
en sus tendencias espirituales naturales, en vez de sucumbir a las
tentaciones de los objetos mundanos. Con este fin, es indispensable
la asociación con gente buena. Eviten totalmente la compañía de
gente mala.
Deben procurar reunirse con buenas compañías y recibir los
beneficios que resulten de ello. Las buenas compañías los llevan al
desapego, y por medio del desapego lograrán la autorrealización.
Manténganse siempre cerca de personas que se consagren a una vi-
da más elevada, personas que los estimulen a seguir avanzando en
el camino hacia la Meta. Por este medio podrán lograr la purifica-
ción de la mente, con lo cual la verdad se reflejará claramente en
ella. Las buenas compañías los irán alejando gradualmente de las
actividades que ahora los mantienen confundidos. Cuando se colo-
ca un poco de carbón en medio de las brasas, éste también se vuel-
ve brasa; así opera también el fuego de la sabiduría.
El hombre puede vencer la ilusión que lo hace identificarse con
el cuerpo y sus necesidades y deseos, acercándose a personas que ten-
gan en sus mentes sólo a Dios. Y mediante la práctica sistemática del
autocontrol, automejoramiento. Esa reunión y cercanía con buenas
personas, con otras almas de igual naturaleza, crean el contacto que
hace que se manifieste el fuego interno. Cuando un individuo nace co-
mo una persona ignorante, hay un proceso mediante el cual se purifi-
ca. Ese proceso consiste en buscar a la gente buena, oírla, hablar con
ella y seguir sus consejos. Este proceso los puede llevar de ser un ig-
norante a ser un paramahansa, una persona de conocimiento de Dios.

297
Todos deben vivir en concordia y fraternidad, ayudándose y
amándose los unos a los otros.
Por ello quiero hacerles una pregunta: ¿por qué no se reúnen
cada día, o algunos días a la semana para meditar sobre el Señor,
para escuchar la descripción de su gloria, para estudiar en las Es-
crituras la técnica de la repetición del Nombre, de la meditación?
Piensen que el lapso de vida se está extinguiendo a cada momento.
En realidad la vida es una oblación que se vierte en el fuego del
tiempo. Cada vez que se levanta y se pone el sol, les quita fraccio-
nes de tiempo a su vida, día tras día, inexorablemente, sin cesar. El
Señor es la forma misma del tiempo, recuérdenlo. Constituye una
traición a Dios el desperdicio o mal uso de la más breve fracción de
tiempo. Santifiquen cada momento de tiempo, hagan acciones pías,
abriguen pensamientos buenos, y mantengan siempre en su mente el
Nombre y la Forma del Señor. Reúnanse todos en una satsanga, una
asociación de todas las personas sinceras, sencillas y pías. Con-
gréguense cada día y lleven a cabo el escuchar, el cantar, la repeti-
ción del Nombre de Dios, la meditación. Esto les dará mucha paz y
fomentará amor y fraternidad entre ustedes. Por lo tanto, empiecen
una satsanga, cultiven actividades convenientes y obtengan felici-
dad de ello. Esa es hoy por hoy mi sugerencia para ustedes."
Sai Baba
Jesús les mostró con un ejemplo que debían orar siempre, sin
desanimarse jamás: "En una ciudad había un juez que no temía
a Dios ni le importaba la gente. En la misma ciudad había tam-
bién una viuda que acudía a él para decirle: Hazme justicia
contra mi adversario. Durante bastante tiempo el juez no le hi-
zo caso, pero al final pensó: Es cierto que no temo a Dios y no
me importa la gente, pero esta viuda ya me molesta tanto que
le voy a hacer justicia; de lo contrario acabará rompiéndome
la cabeza.
Y el Señor dijo: "¿Se han fijado en las palabras de este juez ma-
lo? ¿Acaso Dios no hará justicia a sus elegidos, si claman a él
día y noche, mientras él deja que esperen? Yo les aseguro que
les hará justicia, y lo hará pronto...".
Lc 18, 1-8

298
"Existen personas que tienen sus dudas con respecto a esto y
se preguntan: ¿Qué beneficios encontramos en la oración? ¿Nos
dará el Señor todo lo que pidamos en ella? Él puede darnos sola-
mente lo que de acuerdo a su criterio necesitemos o merezcamos,
¿no es así? ¿Se complacerá el Señor en concedernos todo lo que le
pedimos en nuestras oraciones? Bajo estas circunstancias, ¿cuál es
la necesidad de rezar?
Por supuesto, todas estas dudas pueden ser resueltas. Si el
devoto ha dedicado todo, cuerpo, mente y existencia al Señor, Él
mismo velará por todo, porque siempre estará con su devoto. En es-
tas condiciones no hay necesidad de la oración, pero ¿se han dedi-
cado a sí mismos y entregado todo al Señor? No. Cuando ocurren
pérdidas y calamidades, cuando los planes se desvanecen, el devo-
to culpa al Señor. En cambio, otros le rezan para que los salve. Ex-
ceptuando ambos casos, así como la dependencia sobre otros, si en
todo momento ponen fe absoluta en el Señor, ¿por qué habrá de ne-
garles su gracia? ¿Por qué desistirá de ayudarles? Los hombres no
saben descansar completamente sin reservas en el Señor, por lo tan-
to aunque sean el agente y el instrumento al hacer todo continúen
orando con fe y devoción.
La disciplina espiritual, la continua repetición del Nombre
del Señor, la meditación, el servicio, los cantos devocionales en gru-
po, todos logran el mismo fin, no permitir a la comunidad humana
caer en el pantano de la animalidad. Dejar sus responsabilidades al
destino y esperar en silencio significa una disminución del esfuer-
zo. Con esfuerzo y oración se puede adquirir un nuevo destino; el
destino y la gracia no se ganan sin esfuerzo y sin oración. Empie-
cen su esfuerzo ahora mismo."
Sai Baba
Jesús dijo esta parábola por algunos que estaban convencidos de
ser justos y despreciaban a los demás. "Dos hombres subieron al
Templo a orar. Uno era fariseo y el otro publicano. El fariseo,
puesto de pie, oraba en su interior de esta manera: 'Oh Dios, te
doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son la-
drones, injustos, adúlteros, o como ese publicano. Ayuno dos ve-
ces por semana y doy la décima parte de todas mis entradas'.

299
Mientras tanto el publicano se quedaba atrás y no se atrevía a
levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho di-
ciendo: 'Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador'.
Yo les digo que este último estaba en gracia de Dios cuando
volvió a su casa, pero el fariseo no. Porque el que se hace gran-
de será humillado, y el que se humilla será enaltecido."
Lc 18, 9-14
"¿De qué serviría que pasen horas de meditación, si cuando
se levantan y caminan entre los demás esparcen ira o provocan re-
sentimientos por sus palabras o actos?
Los devotos no deben sentirse satisfechos con lo que ellos
creen que es su devoción; deben averiguar si el Señor aprecia su de-
voción. Dios debe reconocerla. Si uno no presta atención a las pa-
labras del Señor y no actúa de acuerdo a sus mandatos, decir que
uno es devoto no es más que una presunción pomposa. Activen su
devoción. Hagan que sus acciones sean puras y sagradas.
El aspirante espiritual siempre debe tener visión interna. Si
permite que su mente vague hacia el exterior, no podrá identificar sus
propias faltas. El orgullo impide la visión interna y causa confusión
cuando uno trata de examinar su mente. Es una tarea difícil el des-
hacerse del orgullo y del amor propio, pues cada uno de ustedes ha
venido formando su presente vida desde antes del principio del tiem-
po. Cada uno ha estado permitiendo a la mente que fluya en la direc-
ción que le plazca, desde tiempo inmemorial. Así que es muy difícil
ahora cambiarla de su ruta acostumbrada y encaminar sus pasos en
esa dirección. El individuo que se encuentra lleno de orgullo y se
complace en ejercer autoridad sobre los otros, no estará de acuerdo
con los demás en que esta es una manera de esclavizarse porque los
argumentos de los otros no son los suyos. Ve todo a través de anteo-
jos empañados por el humo del egoísmo y el amor propio: 'Mi pala-
bra es verdad, mi opinión es la correcta, mis acciones son buenas'.
Así piensa y así pasa sus días. Tal comportamiento es muy perju-
dicial para todo aspirante espiritual. Así que deberán reformar
sus características de hábitos mentales, cultiven el hábito de ja-
más causar daño a los demás, traten de comprender a los otros, y de
compadecerlos, traten de hacer cosas que los ayuden.

300
Hoy en día el hombre protege su propia dignidad o el propio
respeto de sí mismo. No considera necesario proteger la dignidad y
la autoestima de otros, tratamos de seguir con cien ojos las faltas
de los demás, pero no hacemos intento alguno para localizarlas en
nosotros mismos. Cuando podamos buscar las faltas que hay en no-
sotros y descubrirlas, experimentaremos la justa clase de dicha.
Nuestra mente pierde lo sagrado en la búsqueda de faltas en los de-
más. El corazón es como el lente de una cámara, nuestra mente es
como la película en ella, los pensamientos que entren en nuestra
mente quedarán en esa película. Por esa razón no debemos dejar
que ningún mal pensamiento entre a nuestra mente.
Espero que le presten atención a estas cosas y que por este
camino se sientan gozosos. Lo que debían saber lo han llegado a sa-
ber, pero si después de llegar a saberlo no hacen un intento por ex-
perimentarlo, el conocimiento adquirido se convertirá en un des-
perdicio."
Sai Baba
Cuando pasaban de madrugada, los discípulos vieron la higue-
ra, que estaba seca hasta la raíz. Pedro se acordó, y dijo a Je-
sús: "Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado".
Jesús respondió: "Tengan fe en Dios. Yo les aseguro que el que
diga a este cerro: ¡Levántate de ahí y arrójate al mar!, si no du-
da en su corazón y cree que sucederá como dice, se le conce-
derá. Por eso les digo: todo lo que pidan en la oración, crean
que ya recibirán y lo obtendrán".
Mc 11, 20-24
"Cuando oran por la visión de los pies, ustedes son recom-
pensados con ella; cuando claman en agonía y le invocan para que
escuche sus penas, Sus oídos están ahí para responder; cuando con
sinceridad le suplican que acuda, Él acude; cuando le ruegan que
conceda, Él concede. Pero el mejor ejercicio espiritual es proceder
como lo hacen cuando reciben un paquete de libros por correo. De-
senvuelven el paquete y quitan el empaque; así pues tomen la ora-
ción más profunda y significativa 'yo deseo paz'. Quiten el yo, el
ego, y desháganse del deseo, encuentren la paz en el interior del pa-
quete.

301
Cuando los agobian el egoísmo y el deseo, ¿cómo pueden lograr
la paz? Desechen el envoltorio y tomen lo que está envuelto y protegido,
el hombre es la divinidad humanizada, en él se concentra un gran poder
en espera de manifestarse, pero el hombre se condena a la miseria, a la
enfermedad y la desesperación. Pide limosna de todo sin excepción, y
degrada al Señor que se halla en su interior. Se dice a sí mismo que Dios
se encuentra lejos en un cielo inalcanzable, él mismo se exilia del reino
que es su herencia legítima, se engaña con la creencia de que es él quien
siente, piensa, habla y actúa. Se denigra diciéndose tonto o víctima del
destino, cometiendo un error con cada una de esas imprecaciones. Exa-
minen en cada uno de ustedes su propio pensamiento y eviten esta co-
bardía que niega su patrimonio. Así que deben orar con sinceridad a fin
de poder elevarse de todo obstáculo. La meditación otorga fijeza de pro-
pósito, valentía y sabiduría. El sendero de la meditación destrozará la
ignorancia y otorgará la unión individual con el Principio Divino."
Sai Baba
Unos ocho días después de estos discursos, Jesús tomó consigo
a Pedro, a Santiago y a Juan y subió a un cerro a orar. Y mien-
tras estaba orando, su cara cambió de aspecto y su ropa se vol-
vió de una blancura fulgurante. Dos hombres, que eran Moisés
y Elías, conversaban con él. Se veían en un estado de gloria y
hablaban de su partida, que debía cumplirse en Jerusalén.
Un sueño pesado se había apoderado de Pedro y sus compañe-
ros, pero se despertaron de repente y vieron la gloria de Jesús
y a los dos hombres que estaban con él. Como éstos estaban pa-
ra irse, Pedro dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué bueno que estemos
aquí! Levantemos tres chozas: una para ti, otra para Moisés y
otra para Elías". Pero no sabía lo que decía.
Estaba todavía hablando, cuando se formó una nube que los
cubrió con su sombra, y al quedar envueltos en la nube se ate-
morizaron. Pero de la nube llegó una voz que decía: "Este es
mi Hijo, mi Elegido; escúchenlo". Después de oírse estas pala-
bras, Jesús estaba allí solo.
Los discípulos guardaron silencio por aquellos días, y no con-
taron nada a nadie de lo que habían visto.
Lc 9, 28-38

302
Así, pues, la oración es ponerse en contacto con Dios. Jesús se
ha contactado de tal manera con Dios que el cielo se acercó a Él, se
transfiguró y dialogó con seres de otras dimensiones. Cuando oramos
sinceramente y de corazón, nos unimos a Dios. Esa era la realidad en
la que Jesús vivía, en la conciencia de ser uno con Dios. De allí la ma-
ravillosa manifestación que tuvieron oportunidad de experimentar sus
discípulos.
"La oración con una actitud de paz es esencial para los aspi-
rantes y en este sentido la oración promueve la ecuanimidad. Se
puede orar al Señor por medio de la contemplación concentrada en
la gloria de Dios.
La contemplación o concentración son disciplinas internas,
se basan en la disciplina espiritual y en la devoción, sin ellas no se
podrán lograr, es inútil tratar de alcanzarlas. Un aspirante espiri-
tual que carece de ellas es como un tronco sin vida, inconsciente de
su Meta. El requisito básico es un amor muy profundo por el Señor.
¿Cómo pueden ganar esto? Conociendo su gloria, el esplendor, la
naturaleza y las características del Señor. Su naturaleza esencial y
su forma.
La meditación es un camino que libera de la esclavitud, aun-
que también con la oración ustedes obtienen el mismo fruto. La me-
ditación requiere concentración después de controlar las necesida-
des de los sentidos. Tienen ustedes que visualizar internamente la
forma que han escogido. Contemplar, o si prefieren meditar, en una
llama; debe ser una llama firme y recta, imagínenla extendiéndose
hacia todas partes, haciéndose más y más grande, envolviendo to-
do y creciendo en ustedes hasta que no haya nada excepto la luz. En
la gloria de esa grandiosa luz que envuelve todo, desaparecerá to-
da aversión y envidia que son consecuencia maligna de la oscuri-
dad. Sepan que la misma luz está en todo, aún aquel al que consi-
deran su mayor enemigo tiene la misma luz en lo más recóndito de
su corazón.
La llama no disminuye en su brillantez, aunque con la misma
se encienda otra, por eso es el símbolo más apropiado del Eterno
Absoluto."
Sai Baba

303
Después Jesús salió y se fue, como era su costumbre, al monte
de los Olivos, y lo siguieron también sus discípulos. Llegados
al lugar, les dijo: "Oren para que no caigan en tentación".
Después se alejó de ellos como a la distancia de un tiro de pie-
dra, y doblando las rodillas oraba con estas palabras: "Padre,
si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi volun-
tad, sino la tuya".
(Entonces se le apareció un ángel del cielo para animarlo. En-
tró en agonía y oraba con mayor insistencia. Su sudor se con-
virtió en gotas de sangre que caían hasta el suelo.)
Después de orar, se levantó y fue hacia donde estaban los dis-
cípulos. Pero los halló dormidos, abatidos por la tristeza. Les
dijo: "¿Ustedes duermen? Levántense y oren para que no cai-
gan en tentación".
Lc 22, 39-46
El evangelista Lucas nos muestra a un Jesús insistiendo en la
oración, para no caer en la tentación. Y la razón es la siguiente: quien
ora está en contacto con Dios, dialoga con Dios, escucha la voz de
Dios, y estando conectados con Dios no hay peligro de caer en la ten-
tación, de caer en el error o apartarse del recto camino. Quien está en
oración está tomado de la mano de Dios, entonces jamás tendrá nada
que temer. En su rostro y en su corazón resplandecerán la paz, la ale-
gría, la seguridad del vivir.
"Por lo tanto, cuando alguien ora, idealmente debería decir
en completa resignación "Que se haga Tu voluntad", y no pedir por
esto o por lo otro, porque no tiene ni la sabiduría ni la visión para
saber lo que es mejor para él.
Por medio de la oración ustedes pueden conseguir la gracia
de Dios. La oración los salvará de la esclavitud de los sentidos.
Cuando exalten a Dios y se sientan movidos por su voluntad, se li-
berarán de la ira, la ansiedad, el prejuicio y la envidia, pasiones
que aniquilan la salud física y mental. Siempre que sientan codicia
o resentimiento, traten de controlar la emoción, trátenlos como ha-
rían si fuese una enfermedad. Encuentren la cura y vénzanla.

304
Como la fuerza de gravedad que atrae todo hacia abajo, la
fuerza de la pereza los atraerá inevitablemente hacia abajo, así que
deben estar siempre alertas, siempre activos. Como el vaso de latón
que se frota para que brille, la mente del hombre se frota con el ejer-
cicio espiritual, esto es con actividades como la repetición del nom-
bre y la meditación.
De hecho, la disciplina es el primer paso en la autorrealiza-
ción; la razón por la cual la he llamado el primer paso en su entre-
namiento, es que en la actualidad hay mucha gente que no puede so-
portar las dificultades e incomodidades, y aún así desean obtener
éxito en cosas más sutiles. Esta disciplina a la cual deben someter-
se los conducirá a la felicidad y a la bienaventuranza. No deben de-
jar nunca el hábito de la disciplina, sólo cuando alcancen el estado
de perfección, podrán dejar de pensar en reglas o en disciplinas.
Tengan siempre presente este mandamiento, ese es el auténtico ca-
mino de la devoción. Nunca duden ni titubeen."
Sai Baba

305
58
LA MEDITACIÓN

Cuando ustedes recen, no imiten a los que dan espectáculo; les


gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las pla-
zas, para que la gente los vea. Yo se lo digo: ellos han recibido
ya su premio. Pero tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la
puerta y ora a tu Padre que está allí, a solas contigo. Y tu Pa-
dre, que ve en lo secreto, te premiará.
Cuando pidan a Dios, no imiten a los paganos con sus letanías
interminables: ellos creen que un bombardeo de palabras hará
que se los oiga. No hagan como ellos, pues antes de que uste-
des pidan, su Padre ya sabe lo que necesitan.
Mt 6, 5-8
Si bien en otro pasaje del Evangelio Jesús da un modelo de
oración en el cual nos presenta a Dios como Padre, y no alguien le-
jano a nosotros, en éste observamos que la relación entre Dios y no-
sotros es más íntima. Para que exista una verdadera comunicación
es necesario también el silencio. Jesús siempre buscaba los lugares
alejados del ruido y solitarios, en los cuales podía orar y meditar
con tranquilidad, y así lograr esa sintonía con Dios que tanto bien
hace.
El silencio también es oración. R. Tagore decía: "El silencio es
la actividad profunda del Amor que escucha". Es decir, el silencio
tiene que ser activo, porque debemos escuchar a Dios en el corazón.
Sólo en el silencio podemos escucharle, puesto que mora en nuestro
interior.

306
Orar es hablar a Dios
Meditar es escuchar a Dios
"Hay dos caminos para llegar al éxito, oración y meditación.
Con la oración, ustedes suplican a los pies del Señor. La meditación
induce al Señor a venir a ustedes y los inspira a elevarse hasta Él,
a unirse a Él, no a ponerlos a un nivel más bajo que Él.
La gente piensa que adorar a Dios con forma y atributos es
suficiente. Esta disciplina sólo proporciona alguna ayuda; los guia-
rá por el camino por un corto tiempo, porque el Señor no condes-
cenderá en otorgar la liberación sólo por eso, porque quien tiene
como meta alcanzar la liberación debe abandonar en primer lugar
el apego al cuerpo. Sin esto no se puede alcanzar la chispa de Dios
dentro de uno. La identificación con el cuerpo es expresión de ig-
norancia.
Debe reconocerse que el alma es diferente del mundo obje-
tivo. Se tiene que eliminar mediante meditación y austeridad el
anhelo por el placer objetivo que se basa en el valor que se le
atribuye al mundo sensorio. Cuando se pierde ese anhelo el indi-
viduo llega a ser como el coco seco dentro de su cubierta, está
completamente libre y desapegado, tanto de la cubierta misma
como de la fibra externa. No germina o retoña otra vez, y se con-
serva por siempre sin echarse a perder. El individuo no tendrá
más nacimientos con la consecuente muerte, es decir, será libera-
do. Llegar a ese estado durante la vida es lo que se llama libera-
ción. Tienen ustedes toda la libertad para escoger el Nombre y la
Forma de Dios que les dará el suficiente aliento. Mientras medi-
tan, la mente fácilmente se ocupa de otro asunto, toma otro ca-
mino. Tienen ustedes que tapar esa salida por medio del Nombre
y Forma del Señor, y vigilar que el flujo uniforme de sus pensa-
mientos hacia Él no sea interrumpido. Si se vuelve a interrumpir,
usen rápidamente el Nombre y la Forma divinos, otra vez, sin
permitir que su mente se salga más allá de estos dos límites,
Nombre por un lado y Forma por el otro, entonces no podrán ex-
traviarse en un tercer lado. Concéntrense en su Realidad en la
meditación diariamente."
Sai Baba

307
La fama de Jesús crecía más y más, a tal punto que multitudes
acudían para oírle y ser curados de sus enfermedades. Pero Él
buscaba siempre lugares solitarios donde orar.
Lc 5, 15-16
"El propósito principal de la meditación y la perfecta con-
templación, se halla en minimizar los movimientos de la mente y en
obligarla a quedarse en un sitio. Deteniéndola en ese estado de fi-
jeza, uno deberá continuar la práctica espiritual durante un largo
tiempo, entonces no habrá límite a la paz y felicidad que uno podrá
tener. Cuando por ejemplo mediten sobre una mesa, sus pensamien-
tos deberán girar en torno a la madera, el tamaño y medida, el es-
tilo, la forma, etc., de la mesa. No deberán permitirse ningún otro
pensamiento que se refiera a otra cosa. Si el pensamiento se cierne
sobre una cama, la idea de la mesa se vuelve nebulosa y la cama
también es imaginada en forma incompleta. Ambas se vuelven con-
fusas. El estado mental debe ser de fijación en un solo punto, así,
cuando se medita en la forma del Señor, la mente debe girar a la
forma de cada parte y a su belleza y esplendor, tal es el modus ope-
randi de la meditación.
El ejercicio constante de la meditación dará como resultado la
aparición de una forma particular. Al contemplar esa forma, viéndola,
mirándola durante días, finalmente se alcanzará un estado donde la
forma desaparecerá y uno se olvidará de sí mismo. Desde luego, la
mente es inerte, de la misma manera que el agua, materia inerte, em-
pieza a brillar al ser puesta al sol; la mente inerte toma su esplendor
radiante del alma y aparenta poseer consciencia. En la mente se re-
fleja el intelecto y es así que parece como si la mente también fuera in-
teligente, eso es todo. Su auténtica naturaleza es la ignorancia. La
mente no posee esplendor propio, como el alma. El esplendor de la
mente es como la luminosidad de los insectos en tiempos de lluvia, el
alma sin embargo es el sol de soles, es el esplendor radiante de los es-
plendores radiantes, es la luz suprema, es autorrefulgente.
Al meditar, no se le debe permitir a la mente que se aparte de
la meta. Cada vez que se sale por la tangente, debe ser guiada de
regreso a la Forma sobre la cual se está meditando. Los sentidos
por sí mismos no pueden hacer nada, no son independientes, si la
mente es dominada los sentidos también pueden ser controlados.

308
La meditación es fuerza espiritual, la fuerza que alejará la
enfermedad del ciclo de nacimientos y muertes. Pero ustedes debe-
rán esquivar los difíciles obstáculos en la senda de la meditación, a
saber: el enojo, el orgullo, la presunción, la tendencia a encontrar
faltas en los demás, la malicia, etc. Éstos operan incluso a nivel
subconsciente, como las corrientes en las profundidades del océa-
no."
Sai Baba
Ese día ustedes pedirán en mi Nombre, y no será necesario que
yo los recomiende ante el Padre, pues el Padre mismo los ama...
Jn 16, 26-27
Hay una relación directa entre el Padre y cada uno de nosotros.
No necesitamos intermediarios para comunicarnos con Dios ya que Él
es el residente interno. Somos parte de Su esencia.
"A través de la meditación es posible traer a la memoria el
paraíso que es nuestro reino, descartando como un sueño y engaño
las creaciones transitorias de la mente. Al dedicarse sistemática y
calmadamente a la práctica de la meditación, ésta será eficaz y
tranquila, así quedará trazada la ruta hacia la más elevada expe-
riencia, así asistiremos al amanecer de una nueva comprensión cla-
ra y serena. Cuando alcanzamos las cumbres de la meditación, tal
comprensión se vuelve tan fuerte que nuestra propia naturaleza se
destruye, se incendia hasta convertirse en ceniza. Después de esto,
lo único que queda es Dios. La creación entera es una ilusión de la
mente de ustedes, sólo el Uno es. El Señor es existencia, conoci-
miento y la más alta bienaventuranza, es el alma suprema, es Dios,
el padre del universo, todo se convierte en el Uno.
Una vez que el individuo está en camino hacia su meta, logra-
rá contento de sí mismo y descubrirá en su interior la fuente de bie-
naventuranza. Los deseos y ambiciones, las ilusiones y las falsedades,
las necesidades animales y las ridiculeces que preocupaban al indi-
viduo hasta ese momento, desaparecerán y así como el alma todo lo
satura, con uniformidad y firmeza, el individuo también pierde su yoi-
dad y se sumerge en su inherente estado divino."
Sai Baba

309
En aquellos días se fue a orar a un cerro y pasó toda la noche
en oración con Dios.
Lc 6, 12
"La meditación está por encima de los órganos sensoriales, y
la concentración se subordina a ellos. Hay un pequeño ejemplo de
ello: hay un rosal, en él ustedes tienen rosas, espinas, ramas y flo-
res. En este contexto la habilidad para distinguir entre las espinas,
ramas y flores se puede llamar concentración. Después de ver todas
estas cosas, podemos identificar la flor. Una vez que han localizado
la flor, y se concentran en ella, la pueden arrancar sin tocar las es-
pinas. Una vez que la han arrancado, no hay relación entre la flor
en una mano y las espinas, hojas y ramas en la otra. La separación
de la flor de estas partes del árbol se llama contemplación. Toman
la flor y se la ofrecen a Dios. Después que la han ofrecido a Dios,
el árbol, las ramas, su mano y aun la flor, no existen. Este ofreci-
miento donde todo ha desaparecido y sólo Dios existe, se llama me-
ditación. Mediante la meditación ustedes se sumergen en la idea de
la universalidad y la omnipotencia de Dios. ¿No está en su expe-
riencia cotidiana que una preocupación mayor absorbe a una más
pequeña y los hace olvidarla? Cuando llenen su mente con la idea
de Dios, cuando estén anhelantes en Él, todos los deseos son pe-
queñeces. Las decepciones y hasta los triunfos tienen muy poca im-
portancia. Se olvidarán de todo, se sumergirán en el anhelo divino
y muy pronto se fundirán en el océano de bienaventuranza.
La meditación significa la práctica espiritual por la cual el
aspirante medita en Dios, y de ese modo unifica los tres elementos:
el objeto de la meditación, el proceso de meditar y el propio medi-
tador. La combinación y la unidad de estos tres es la meditación."
Sai Baba

310
59
ORAR CANTANDO

Las Sagradas Escrituras de todas las religiones nos hablan de la


contribución de la música y el canto como oración a Dios. Krishna con
el sonido de su maravillosa flauta cautivaba a todos los que la escu-
chaban, incluso las vacas se acercaban a escuchar la divina melodía. El
rey David, usando instrumentos musicales, danzaba y cantaba frente al
altar. En el Antiguo Testamento vemos cómo Salomón, algunos profe-
tas y sacerdotes, tenían especialísimo cuidado en utilizar instrumentos
de cuerdas para entonar salmos, himnos y alabanzas a Dios, el Crea-
dor.
"El que canta ora dos veces", dice el refrán. El canto es una de
las más excelsas expresiones que brota del corazón, para implorar y
cantar las maravillas de Dios. Como dice el salmista: "Oh Señor, nues-
tro Dios, qué admirable es Tu Nombre en toda la tierra".
El verdadero canto es armonía, la armonía es sintonización con
la creación, y la creación es el eco del amor divino en el universo.
"En verdad les digo que no volveré a probar el zumo de cepas
hasta el día en que lo beba nuevo en el Reino de Dios."
Después de cantar los himnos se dirigieron al monte de los
Olivos.
Mc 14, 25-26
"Cuando iba a la escuela secundaria en Uravaconda, ustedes
saben que un día salí y tiré mis libros y declaré que mi trabajo me
estaba esperando. El maestro de telugu les describió en sus discur-

311
sos el incidente de aquella tarde. Ese día cuando salía al público
por primera vez como Sai Baba, el primer himno que enseñé a los
que se encontraban reunidos en el jardín adonde fui desde la casa
del maestro, fue: ‘Manasa bhajare guru charanam, dustara baba sa-
gara taranam’. ‘Oh mente, reverencia y canta las loas de los Pies del
Maestro, pues ellos te ayudarán a pasar por el incruzable océano de
la vida, siempre inestable y cambiante’.
Cada hombre busca el descanso, pero el polvo de los deseos y
los sentidos se acumula en la mente, produciendo herrumbre. Por eso,
de vez en vez, deben ponerla a prueba y mantenerla en buen estado.
Para remover esa herrumbre la música es muy útil. Dejen su cinismo
a un lado por un momento y escuchen las encantadoras melodías y em-
bébanse de su sentido. El gusto por la buena música se ha ido en estos
días con la venida de pegajosas melodías y canturreos en el cine. Can-
ten, canten al Señor, y estoy seguro que tendrán un gran estímulo.
Donde hay amor hay bienaventuranza, y donde hay biena-
venturanza hay música. Los cantos devocionales los apartarán gra-
dualmente de los pensamientos que distraen, así que cantes con
fuerza la gloria de Dios y llenen la atmósfera de adoración divina.
Dejen que cada momento sea un canto a Dios. Me siento complaci-
do sólo cuando el amor es la nota clave, cuando prevalece la sen-
sación de unidad; cuando la melodía viene del corazón éste es pu-
rificado y lleno de amor a Dios.
Vivan también el significado de la canción y el mensaje de ca-
da Nombre y Forma de Dios. Las personas deberían volver de las
reuniones de cantos devocionales con una elevada y sublime dispo-
sición de ánimo, creada por la atmósfera de los cantos. Además la
gente debería, luego de la reunión, dispersarse en calma y mante-
niendo silencio, así la gracia y la paz derivadas de los cantos devo-
cionales podrá perdurar en sus corazones.
En esta era de Kali no existe ningún método más fácil o me-
jor de encontrar a Dios que cantar sus santos Nombres.
Existen cuatro maneras de cantar los Nombres del Señor: una
es mediante la canción; después el canto comunitario; otra es me-
ditar en la divinidad; la cuarta es la contemplación de la Forma de
la divinidad.

312
El canto no debe ser solamente un ejercicio musical, sino de-
be expresar devoción genuina. Por medio del canto devocional uno
puede fundirse con lo divino. Es por ello que al Señor se le descri-
be como 'Gananola' o 'Ganapriya', amante del canto, uno a quien
la música encanta. Es muy adecuado combinar la recitación de los
Nombres del Señor con el canto y la oración para fundirse con lo
divino.
Comprendan que no hay nada más grande que el bhajan
(canto devocional). ¡Qué gran felicidad hay en los bhajans! ¡Qué
demostración de la unicidad cuando un millar de gargantas se unen
para pronunciar el nombre de Dios! Las vibraciones que emanan de
éstas hacen vibrante al corazón. Si cantan solos en su altar, las vi-
braciones les regresan como reacción, pero en el canto comunal lo
que obtienen no es una reacción sino una ola de vibraciones. Estas
vibraciones entran en la atmósfera y purifican el aire contaminado.
Actualmente la atmósfera está muy contaminada por malos pensa-
mientos y sentimientos. Cuando cantan las glorias de Dios, los gér-
menes malos en el aire se destruyen y el aire se purifica como si hu-
biera recibido un tratamiento de antibiótico.
Los cantos devocionales son, por lo tanto, extremadamente
valiosos. Se ha dicho que en esta era de Kali no hay ninguna prác-
tica espiritual mejor que cantar los nombres del Señor.
¡Canten el nombre del Señor y rediman sus vidas!
Donde quiera que mi gloria sea cantada, ahí me instalaré."
Sai Baba

313
60
DISCIPLINA EN LA
ALIMENTACIÓN

Cuando ustedes hagan ayuno, no pongan cara triste, como los


que dan espectáculo y aparentan palidez, para que todos noten
sus ayunos. Yo se lo digo: ellos han recibido ya su premio. Cuan-
do tú hagas ayuno, lávate la cara y perfúmate el cabello. No son
los hombres los que notarán tu ayuno, sino tu Padre que ve las co-
sas secretas, y tu Padre que ve en lo secreto, te premiará.
Mt 6, 16-18
"La gente puede vivir más y mejor comiendo sólo el mínimo de
sus requerimientos. Orando dos veces al día obtendrán fortaleza y va-
lentía, lo que los hará capaces de resistir las enfermedades. Cuando
alguien les ofrece un vaso de agua, inmediatamente contestan gra-
cias. Cuánto más agradecidos deberán mostrarse a Dios, que los cui-
da y los protege de cualquier daño que los amenace.
Toda nuestra actividad debe dedicarse a Dios, esto nos dará
salud física y mental. Hasta a los motores hay que darles descanso,
no pueden trabajar continuamente por siempre. Qué podemos decir
de este cuerpo humano. Ayunen un día a la semana, esto es bueno
para el cuerpo y también para el país. Tomen sólo agua, para lim-
piarlo de las toxinas acumuladas. Las bestias y las aves mantienen
su salud exclusivamente con la dieta. Sólo una persona saludable
puede olvidarse de su cuerpo y dedicar sus pensamientos a Dios, y
por tanto obtener bienaventuranza. La enfermedad es un resultado
inevitable de la inactividad. La salud es un resultado inevitable de

314
una vida de arduo trabajo. Lleven a cabo ustedes mismos todas las
actividades que son para su servicio personal. Su salud mejorará
notablemente. Usen el cuerpo como un barco para cruzar el océa-
no de la vida, con la devoción y el desapego como los motores. La
mayor parte de la comida se desecha como materia fecal. La parte
sutil se transfiere a los músculos, sangre, etc. Y lo más sutil de la
parte sutil se transforma en la mente y sus actividades. Es por eso
que los sabios han prescripto ciertos límites y niveles de alimentos
con el fin de promover los impulsos espirituales y evitar las tenden-
cias contrarias a ellos. La boca es la puerta de la mansión física, y
si la puerta está sucia, ¿qué se puede decir de la residencia y del re-
sidente? La limpieza es cercanía a la divinidad. El cuerpo debe nu-
trirse cuidadosa y suavemente. Es un regalo precioso, una máquina
muy complicada, pero bien coordinada, que nos fue dada para cum-
plir una loable tarea. Su exterior también debe estar limpio y lleno
de encanto y bondad."
Sai Baba
Cuando volvieron adonde estaban los otros discípulos, los en-
contraron con un grupo de gente a su alrededor, y algunos ma-
estros de la Ley discutían con ellos. La gente quedó sorprendi-
da al ver a Jesús, y corrieron a saludarlo.
Él les preguntó: "¿Sobre qué discutían ustedes con ellos?". Y
uno del gentío le respondió: "Maestro, te he traído a mi hijo,
que tiene un espíritu mudo. En cualquier momento el espíritu se
apodera de él, lo tira al suelo y el niño echa espuma por la bo-
ca, rechina los dientes y se queda rígido. Les pedí a tus discí-
pulos que echaran ese espíritu, pero no pudieron".
Les respondió: "¡Qué generación tan incrédula! ¿Hasta cuán-
do tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que so-
portarlos? Tráiganme al muchacho". Y se lo llevaron.
Apenas vio a Jesús, el espíritu sacudió violentamente al mu-
chacho; cayó al suelo y se revolcaba echando espuma por la
boca. Entonces Jesús preguntó al padre: "¿Desde cuándo le
pasa esto?". Le contestó: "Desde niño. Y muchas veces el espí-
ritu lo lanza al fuego y al agua para matarlo. Por eso, si pue-
des hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos".

315
Jesús le dijo: "¿Por qué dices 'si puedes'? Todo es posible pa-
ra el que cree". Al instante el padre gritó: "Creo, ¡pero ayuda
mi poca fe!".
Cuando Jesús vio que se amontonaba la gente, dijo al espíritu
malo: "Espíritu sordo y mudo, yo te lo ordeno: sal del mucha-
cho y no vuelvas a entrar en él". El espíritu malo gritó y sacu-
dió violentamente al niño; después, dando un terrible chillido,
se fue. El muchacho quedó como muerto, tanto que muchos de-
cían que estaba muerto. Pero Jesús lo tomó de la mano y le
ayudó a levantarse, y el muchacho se puso de pie.
Ya dentro de casa, sus discípulos le preguntaron en privado:
"¿Por qué no pudimos expulsar nosotros a ese espíritu?". Y él
les respondió: "Esta clase de demonios no puede echarse sino
mediante la oración y el ayuno".
Mc 9, 14-29
"La mente es el títere del alimento que el hombre consume. La
calidad del alimento determina la dirección del deseo que mueve el
flujo mental. Es por esto que el Gita y todos los textos espirituales re-
comiendan alimentos buenos para el individuo que está buscando su
superación. La mente es sinónimo de voluntad para lograr lo que se
quiera alcanzar. Cuando lo Sin Forma deseó la forma, surgió el uni-
verso. Así que la mente es el principio creador. Maya, la ilusión, cuyo
primer deseo fue ser muchos, pero cuando se alimenta con pasión y
emoción, actividad y aventura, cabalga por el mundo sumergido en el
deseo, lleva al hombre a la más profunda confusión. Cuando se ali-
menta con comidas que entorpecen o debilitan la razón y que inducen
a la holgazanería, la mente se vuelve insensible, inerte, sin utilidad pa-
ra el hombre que quiere superarse.
No habrán de ingerir sino una cantidad limitada de alimentos,
esto obrará a favor de vuestra salud. Una cantidad limitada de ali-
mento nos da liviandad, en tanto que una cantidad ilimitada nos cau-
sa problemas. En este mundo son muchos los que están cargando y
descargando de continuo su sistema físico. No dedican ni un solo pen-
samiento a indagar en el propósito de sus vidas. Puesto que han de
convertirse en líderes y personas importantes, es necesario que man-
tengan su salud en buenas condiciones mediante la regulación de
vuestros hábitos alimentarios.

316
Se requiere que para que podamos hacer un buen trabajo,
nuestro cuerpo esté saludable. En este sentido, nuestra vida diaria
y nuestra conducta están determinadas por lo que uno come. Debe-
ríamos hacer el esfuerzo por consumir solamente comidas sátvi-
cas."
Sai Baba

317
61
BENDICIÓN DE LOS ALIMENTOS

Vemos en distintos pasajes de los Evangelios cómo Jesús ben-


decía y daba gracias a Dios por la comida a ingerir.
Comer no es solamente alimentarse para nutrir nuestro cuerpo o
satisfacer los sentidos del gusto o el olfato, sino que es participar de la
creación divina ingiriendo lo que nos ofrece la madre naturaleza, tan
pródiga para ese efecto, alimentándonos de energía y nutriendo nues-
tro cuerpo. Este proceso es tan sagrado que resulta una verdadera co-
munión, porque comulgamos con la creación que se va a incorporar a
nosotros a través de los vegetales y frutos que nos ofrece con tanto
amor. De allí la buena costumbre de nuestros ancestros que debemos
imitar, de dar gracias a Dios por ello y rogarle bendiga los mismos pa-
ra que así lo que ingiramos sea santificado.
Alimentarnos es brindar a la naturaleza la oportunidad de resur-
gir a una nueva forma de vida en su proceso evolutivo.
Ofreciendo estos alimentos a Dios e implorando su bendición,
atraemos hacia ellos y hacia nosotros su energía divina.
"Los alimentos que ingerimos deben ser puros, libres de las su-
tiles maldades irradiadas por las personas que los cosechan, las que
los cocinan y las que los sirven. Sí, todo esto debe ser observado cui-
dadosamente por los aspirantes espirituales. El lugar donde uno pasa
la vida, también tiene alguna influencia en el carácter y los ideales.
Por ejemplo, el alimento que van a consumir, ofrézcanlo a Dios antes
de comerlo. Esto lo convertirá en puro y potente."
Sai Baba

318
Y mandó a la gente que se sentara en el pasto. Tomó los cinco
panes y los dos pescados, levantó los ojos al cielo, pronunció la
bendición, partió los panes y los entregó a los discípulos. Y los
discípulos los daban a la gente.
Mt 14, 19
"En lo que concierne al alimento, hay tres aspectos relativos
a su limpieza por los que debemos velar: uno es la limpieza del ma-
terial que usemos para cocinar el alimento; el segundo es la lim-
pieza de los utensilios en los que vamos a cocinar. El tercer aspec-
to se refiere a la limpieza del proceso de preparación. Esto no siem-
pre resulta fácil de lograr. Sin embargo, aunque surjan dificultades
en estos aspectos de la limpieza, ya sea en los utensilios, los mate-
riales o el proceso mismo de preparación, si le ofrecemos los ali-
mentos a Dios, antes de comer, todos los alimentos se volverán lim-
pios. Al ofrecerle de este modo nuestra comida al Señor, la somete-
mos a los tres aspectos de limpieza, y es por ello que nuestros an-
cestros nos han señalado que son estos los pasos que hemos de ob-
servar en cuanto a nuestro alimento. Lamentablemente, hoy en día,
cuando uno siente hambre, no se preocupa de lo que come, en qué
lugar come ni qué tipo de alimentos ingiere. La razón reside en el
cambio operado en el modo de vida.
El egoísmo se ha ido incrementando, en tanto que el interés
por la ayuda hacia los demás ha ido disminuyendo. El corazón se
ha estado volviendo cada vez más duro, la inteligencia ha ido au-
mentando, pero las buenas cualidades van decreciendo. Es así que
la agitación y la falta de paz en el mundo puede ser atribuida a
nuestros propios hábitos alimentarios. Puede que sientan hambre,
pese al hambre que sientan habrán de hacer el intento de encontrar
un lugar y comida limpios. Cuando los encuentren, primero habrán
de ofrecérselo a Dios y luego comer. No se trata únicamente de que
lo hagan aquí, sino que adonde quiera que vayan, cuando estén por
comer deben ofrecerle la comida a Dios y luego comer."
Sai Baba
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: "Siento compasión de
esta gente, pues hace ya tres días que me siguen y no tienen co-
mida. Y no quiero despedirlos en ayunas, porque temo que se

319
desmayen en el camino". Sus discípulos le respondieron: "Es-
tamos en un desierto, ¿dónde vamos a encontrar suficiente pan
como para alimentar a tanta gente?". Jesús les dijo: "¿Cuántos
panes tienen ustedes?". Respondieron: "Siete, y algunos pesca-
ditos".
Entonces Jesús mandó a la gente que se sentara en el suelo. To-
mó luego los siete panes y los pescaditos, dio gracias y los par-
tió. Iba entregándolos a los discípulos, y éstos los repartían a
la gente.
Mt 15, 32-36
"Para seguir a este Dios supremo, tiene que ser observada la
pureza del alimento. En lo que respecta al alimento la cuestión no
es cuánto sino la calidad. Naturalmente que tampoco la cantidad
puede ser pasada por alto. Pero, ¿por qué es necesario el alimen-
to? Es necesario para adquirir la fuerza requerida para el servicio
del Señor, para que el servicio pueda producir el fruto del servicio
es necesario el alimento y tal alimento debe ser puro. Hay que pres-
tar atención a este aspecto del alimento, en esta forma cada uno de-
berá poner constante atención a sus hábitos y a los rasgos de su ca-
rácter, y por lo tanto desaparecerá el apego al cuerpo y la tarea de
asegurar la bienaventuranza del alma será facilitada."
Sai Baba
Durante la cena Jesús tomó un pan, lo bendijo, lo partió, y lo
dio a sus discípulos, diciendo: "Tomad y comed. Este es mi
cuerpo", y tomando un cáliz dio gracias, y se lo dio diciendo:
"Bebed todos de él, que esta es mi sangre del nuevo testamen-
to, que será derramada por muchos, para remisión de los pe-
cados".
Mt 26, 26-28
"Si mientras comemos empleamos palabras estimulantes, sur-
girán también en nosotros ideas excitantes relacionadas con estas
mismas palabras. Debemos dedicarnos a enunciar el verso que se ha
mencionado con un corazón feliz y con palabras sagradas, y luego
proceder a comer. De este modo, todo lo que haya sido ofrecido a
Dios se convertirá en la comida bendita que recibimos como un re-
galo de Dios. El significado es que Dios mismo, que está en una for-

320
ma humana dentro de ustedes, está sirviéndose el alimento. Por ende,
ello convierte nuestro alimento en alimento para Dios. Mientras este-
mos sirviéndonos el alimento no hemos de estar exaltados ni dejarnos
apasionar por nada, sino que debemos comer en paz. Aun cuando no
podamos llevar a cabo ni la repetición del nombre de Dios ni una dis-
ciplina ascética y sacrificada, desarrollaremos buenas ideas si al me-
nos podemos comer de esta manera.
Las ceremonias en el altar de la casa, la recitación de him-
nos, los cantos devocionales, todos envían vibraciones que purifi-
can la atmósfera y desinfectan la comida que ustedes consumen."
Sai Baba
Como hemos visto, la bendición de los alimentos tiene una im-
portancia y trascendencia fundamental. En los mismos Evangelios Je-
sús nos demuestra que así como la bendición, la maldición también tie-
ne un efecto inmediato. La palabra y el pensamiento producen vibra-
ciones y energías: que sean positivas o negativas depende de uno mis-
mo. La bendición y la maldición son caras de una misma moneda. A
continuación veremos un ejemplo:
Al día siguiente, cuando salían de Betania, sintió hambre. A lo
lejos divisó una higuera llena de hojas, y fue a ver si encontra-
ba algo en ella. Se acercó, pero no encontró más que hojas,
pues todavía no era tiempo de higos. Entonces Jesús dijo a la
higuera: "¡Que nadie coma fruto de ti nunca jamás!". Y sus dis-
cípulos lo oyeron.
Mc 11, 12-14
Al pasar otra vez por la mañana cerca de la higuera, la vieron se-
ca de raíz. Acordándose Pedro, dijo a Jesús: "¡Maestro! ¡Mira! ¡La
higuera que maldijiste se ha secado!". Y Jesús les respondió: "Te-
ned fe en Dios. En verdad os digo que el que, sin dudar en su co-
razón, sino creyendo que lo que dice se hace, dijere a este monte:
'quítate de ahí y arrójate al mar', lo alcanzará. Por eso os digo: to-
do cuanto pidáis en oración creed que lo recibiréis y lo tendréis".
Mc 11, 20-24
"La calidad de la comida se determina por las vibraciones
con que se carga por el proceso del pensamiento de las personas

321
que la recogen, la preparan y la sirven. La compañía con la que se
come, el lugar, los recipientes que se utilizan para cocinar, las emo-
ciones que agitan la mente de la persona que la prepara y la sirve,
todo esto tiene una sutil influencia sobre la naturaleza y las emo-
ciones de la persona que toma el producto final.
El hombre no se da cuenta de que hay muchas cosas desco-
nocidas que están más allá del alcance de los defectuosos cinco ins-
trumentos de percepción que tiene. Por ejemplo, de cada ser y de
cada cosa irradian millones de partículas diminutas y millones de
vibraciones. Los cuerpos de otros nos afectan debido a estas ema-
naciones y desde luego también nosotros los afectamos. El creci-
miento del cuerpo, así como la salud y la fortaleza, son afectados
por la compañía que elegimos.
Les voy a hablar con respecto a lo que debe ser la conducta
correcta en sus vidas diarias, vuestra manera de comer y de vivir.
Hay mucha gente, en particular los que son creyentes en Dios, que
piensan que a la hora de comer deben repetir el capítulo quince del
Gita, y que al hacerlo así le estarán ofreciendo la comida al Señor,
para participar luego de la comida ofrendada.
Debemos esforzarnos por experimentar el sentido y el conte-
nido de los versos. En tiempos de antaño, uno de los reyes llevó a
cabo una ofrenda y reunió para ello a un cierto número de eruditos
filósofos. Entre ellos había dos que estaban habituados a observar
ciertas tradiciones. Las tradiciones de aquel entonces indicaban
que no debían aceptar alimentos en cualquier casa. Salían a reco-
lectar algunos alimentos en distintas casas y los llevaban en un ata-
do para comerlo durante el camino. Al llegar el mediodía, llegaron
hasta un río y encontraron un árbol que ofrecía un lugar sombrea-
do, bajo el cual se sentaron para servirse la comida. Era un hábito
en ellos el ofrecerle primero los alimentos a Dios y recién entonces
comer ellos. También ese día comenzaron por leer el verso vigési-
mo cuarto del capítulo cuatro del Gita, que comienza diciendo: 'Le
ofrezco este alimento a Dios'. Mientras oraban y repetían el verso,
oyeron un ruido que provenía de la copa del árbol, bajo el que es-
taban sentados. Pensaron que no se debía sino a la brisa que hacía
golpear una rama contra otra, y no dejaron que el ruido les inte-
rrumpiera. Siguieron con sus plegarias y comenzaron con el verso

322
décimo cuarto del capítulo quince del Gita. Mientras lo repetían
quedaron totalmente absortos y perdidos en el pensamiento de Dios.
De pronto se dieron cuenta de que un gran santo había llegado has-
ta allí y estaba de pie entre ellos. Se levantaron y le honraron, pre-
guntándole quién era. Él les reveló su identidad y les confió que ha-
bía sufrido la maldición de un sabio tiempo atrás y se veía obliga-
do a vivir en ese árbol. Había sido liberado ahora de aquella mal-
dición, gracias a las plegarias que ellos habían pronunciado bajo el
mismo.
El propósito de pensar en este verso del capítulo quince del
Gita es el de lograr el éxito en asuntos mundanos y superar los obs-
táculos que impidan seguir por la senda espiritual.
Para ello son determinantes de muchas maneras los alimen-
tos que ingiramos en cuanto a lo que logremos para nosotros en el
futuro. El alimento determinará el tipo de ideas que surjan de no-
sotros.
El tipo de lluvia que caiga determinará la cosecha que se ob-
tenga. El tipo de cosechas que se obtengan determinará los alimen-
tos que logremos. El tipo de alimentos que ingiramos determinará
nuestras ideas; para todas nuestras ideas el responsable no será si-
no nuestro alimento. Si comemos alimento purificado en un lugar
aseado, tendremos ideas limpias, gracias a esta comida, y por ende,
habrá buenas oportunidades de lograr ideas espirituales."
Sai Baba

323
62
RELIGIÓN

"Si aceptamos el sentido literal del término ‘religión’, signi-


fica ‘ligar al hombre a Dios’.
Para la consumación de la evolución humana y para que el
hombre alcance su más alta meta, son necesarias la religión y la
disciplina espiritual. La religión es el nexo entre el individuo y Dios.
Si ella no existiera, la vida se convertiría en un caos.
Todas las religiones y sendas espirituales que se han forma-
do a través de las edades son en realidad sagradas, porque todas
han sido diseñadas por mensajeros del Señor, elegidos por haber si-
do los más adelantados. Buda, Jesucristo, Zoroastro, Mahoma...
nombres como estos son conocidos en todo el mundo. Sus doctrinas,
ideales y pensamientos llegaron a ser tan valederos para sus segui-
dores que sus nombres han terminado siendo identificados con sus
religiones.
En la época de Jesús se creía que la religión ideal era el men-
saje de Dios y puesto que ese fue comunicado y difundido por Él, se
le dio también su nombre. Del mismo modo la religión budista fue
denominada así debido a Buda, pues él fue quien la difundió e ins-
truyó a la gente sobre ella, en cuanto instrumento divino. Mahoma
escuchó el mensaje de Dios y estableció doctrinas y disciplinas y los
que las siguen se identifican como pertenecientes al mahometanis-
mo. Es por ello que no resulta equivocado decir que todas las reli-
giones son producto de lo más elevado entre los hombres y los men-
sajeros más ideales del Señor.

324
La motivación detrás de la formación y expansión de todas
las creencias es la misma. Los fundadores y propagadores estaban
llenos de amor y sabiduría; sus objetivos y sus metas eran los mis-
mos. Ellos buscaban ver el bien, hacer el bien, ser buenos, contro-
lar las pasiones y emociones, impulsos e instintos, dirigiendo la ra-
zón hacia los canales beneficiosos para el hombre y la sociedad.
Ellos sabían que la mente debe ser purificada. Ninguno de ellos
propuso dividir, confundir o destruir.
Sai considera mucho más importante la práctica de las disci-
plinas predicadas por las diversas religiones que la fe ciega en un
manojo de teorías filosóficas.
Cuando una religión busca extender una influencia, se reba-
ja a difamar otras religiones, recurre a la pompa y a la publicidad
más que a la práctica y a la fe.
Cualquiera sea la religión que uno profese, debe cultivar el
respeto por otras religiones. Aquel que no posee tal actitud de tole-
rancia y respeto por otras religiones no es un verdadero seguidor de
la propia religión.
No es suficiente practicar estrictamente la propia religión. El
hombre debe ver la unidad esencial de todas las religiones. Sólo en
ese momento el hombre podrá experimentar la unidad de la divini-
dad.
La misión sagrada del hombre es tomar conciencia del alma
que habita en todos los seres, y que hace al hombre consciente de
su afinidad con otros. Esta es la base de la paternidad de Dios y de
la hermandad del hombre.
La inteligencia divina es universal y omniabarcante. Las Es-
crituras señalan sólo una Meta, pero indican diferentes caminos pa-
ra llegar a ella. Cada camino no podría ser una religión definida,
junto con sus doctrinas y disciplinas y considerada diferente de las
restantes. Ello haría que no fuera válido el declarar que Rama,
Cristo, Zoroastro, Buda, Mahoma y otros son Uno.
Todas las religiones enseñan una disciplina básica: extirpar
de la mente el defecto del egoísmo y dejar de correr tras las peque-
ñas alegrías. Cada religión le enseña al hombre a llenar su ser con

325
la gloria de Dios y expulsar la mezquindad de la soberbia. Lo ins-
truye sobre los métodos de desapego y discernimiento, para que
pueda aspirar a lo más elevado y obtener la liberación.
La religión de la humanidad es la suma y la esencia de todas
estas religiones parciales, ya que hay sólo una religión y es la reli-
gión del Amor."
Sai Baba

326
63
EL TESORO ESCONDIDO

El Reino de los Cielos es como un tesoro escondido en un cam-


po. El hombre que lo descubre, lo vuelve a esconder; su alegría
es tal, que va a vender todo lo que tiene y compra ese campo.
Aquí tienen otra figura del Reino de los Cielos: un comercian-
te que busca perlas finas. Si llega a sus manos una perla de
gran valor, se va, vende cuanto tiene, y la compra.
Mt 13, 44-46
"Sólo mediante la disciplina espiritual se llegará a la Meta.
Si se quiere alcanzar el tesoro que se encuentra en las entrañas de
la tierra, no bastará el nombrarlo solamente. Tienen que saber
exactamente dónde está, con la ayuda de expertos, excavar el lugar,
quitar las rocas, piedras y arena que encuentren, y hacer el esfuer-
zo de sacarlo y subirlo a la superficie.
Así también, el Principio o Realidad del Ser tiene primero
que entenderse por medio de la instrucción de un conocedor de
Dios, y luego llevarse a cabo el proceso de reflexión, concentración
y meditación de la Verdad."
Sai Baba

327
64
TEMPLOS

Desde los albores de la humanidad, puede verse que el hombre


es sociable por naturaleza, ya que siempre buscó la compañía de sus
semejantes. Al comienzo se reunía con su familia alrededor del fuego,
disfrutando de su luz y calor. Así, éste se convierte en símbolo del
amor, del vínculo familiar. De esta manera los hombres comenzaron a
reunirse para escuchar las historias relatadas por sus mayores, tratar te-
mas relativos a los problemas de la tribu, y también para adorar a Dios
según el Nombre y la Forma en que lo concebían.
Al comienzo las reuniones se hacían al aire libre y en lugares es-
cogidos por su vibración energética. Con el tiempo, lo harían en edifi-
cios construidos con ese fin. Así surgen los templos.
Asimismo yo les digo: si en la tierra dos de ustedes se ponen de
acuerdo para pedir alguna cosa, mi Padre Celestial se lo con-
cederá. Pues donde están dos o tres reunidos en mi Nombre,
allí estoy yo en medio de ellos.
Mt 18, 19-20
"La ceremonia de oración en templos o iglesias fue instituida
para fomentar sentimientos buenos y ese es el fin para el que deben
servir los ritos y ceremonias. Por lo mismo, no han de tomar al pie
de la letra los símbolos, ellos sirven de punto de partida para su-
blimar y elevar los sentimientos y profundizar la comprensión de tal
simbología.
Venerar los objetos en sí, en vez del principio que estos re-
presentan, principio absoluto y omnipresente, es como convertir a

328
Dios en piedra, en lugar de tratar de ver a Dios incluso en la pie-
dra. Se eleva al objeto a la categoría de divinidad.
Un templo no debe nunca ser apreciado sobre la base de
principios seculares. Sólo la actitud de la devoción puede ennoble-
cer y embellecer sentimientos que, de otro modo, los arrastrarán
hacia los degradantes caminos del mundo.
En la actualidad, debido a los nuevos y mordientes puntos de
vista, los templos se han convertido en objeto de escarnio.
¡Qué absurdo resulta vivir bajo la impresión de que el Señor
duerme como ustedes cuando le cantan una canción de cuna, o que des-
pierta al igual que ustedes cuando alguien le llama en voz alta, o que
goza comiendo cuando le llevan alimento como les sucede a ustedes, o
que se va debilitando si no come regularmente, como les pasa a uste-
des! Siendo que llena todo el universo, hasta la más diminuta parte de
un átomo, que es inalcanzable por el tiempo, más resplandeciente de lo
que podamos imaginar, el Señor debe ser concebido como la energía
vital que lo llena todo y le es inherente a todo para siempre.
El objetivo del templo es promover el dharma (acción co-
rrecta), desarrollar la cultura interior y la disciplina espiritual. El
comportamiento, las acciones y las actitudes humanas, todo debe
subordinarse a la necesidad de crecer en la conciencia de Dios co-
mo presencia viviente.
Nadie debería olvidar o ignorar este hecho: los templos exis-
ten para el progreso y el bienestar del hombre."
Sai Baba
En cierta ocasión pasaba Jesús por unos campos de trigo, y era
un día sábado. Sus discípulos, que tenían hambre, comenzaron
a desgranar espigas y a comerse el grano. Al advertirlo unos
fariseos, dijeron a Jesús: "Tus discípulos están haciendo lo que
está prohibido hacer en día sábado".
Jesús les contestó: "¿No han leído ustedes lo que hizo David un
día que tenía hambre, él y su gente? Pues entró en la casa de
Dios y comieron el pan ofrecido a Dios, que les estaba prohibi-
do tanto a él como a sus compañeros, pues estaba reservado a
los sacerdotes. ¿No han leído en la Ley que los sacerdotes en el

329
Templo no observan el descanso, y no hay culpa en eso?
Yo se los digo: ustedes tienen aquí algo más que el Templo".
Mt 12, 1-6
"El propósito de la casa de Dios es despertar la esencia divina
en el humano. Ellos implantan en el hombre la convicción de que el
marco físico en que reside es fundamentalmente la casa de Dios. Por
lo tanto, todas las formalidades del templo, los ritos y rituales deben
enfatizar y cultivar esa sabiduría divina que afirma que el alma indi-
vidual no es más que una ola del océano de Dios. Todas las formali-
dades y rituales en los templos tienen que servir por lo tanto a la glo-
rificación de la soberana, que es la devoción a Dios. Esta es la esen-
cia y la sustancia de la virtud, que debe orientar y gobernar a todos
los templos. Solamente entonces puede el hombre alcanzar la Meta.
Un templo es valioso sólo cuando ustedes son capaces de rea-
lizar al Dios que mora dentro. La torre de un templo es como la ma-
no en alto de Dios, indicándole al cansado peregrino que se detenga
y descanse, y después avance más rápidamente a la Meta que está
buscando. En la mayoría de los lugares estas viejas torres están es-
condidas en el bosque de chimeneas que se han apretujado en torno
a ellas. El humo de estas fábricas y el smog de odio que emana de los
conflictos y la avaricia, contaminan la atmósfera de las torres de los
templos. Incluso los templos han sido denigrados por el regateo de
precios y cobro de tarifas por servicios religiosos. El torrente de bie-
naventuranza que fluye de la adoración es interrumpido por las de-
mandas de contribuciones monetarias, no se les permite a los templos
derramar sobre la mente un constante torrente de paz y alegría.
La devoción es lo que mayormente facilita el logro de la bie-
naventuranza de la fusión con Dios, al canalizar hacia el Señor to-
das las agitaciones mentales, el volcamiento exterior de los sentidos
y los impulsos emocionales del hombre.
Fue con esta orientación que fueron tomando forma todos los
detalles de la adoración al Señor en los templos. Dentro del templo,
todas las diversas ceremonias conllevan la intención de elevar y
promover las tendencias devocionales de la mente."
Sai Baba

330
Llegaron a Jerusalén, y Jesús fue al Templo. Comenzó a echar
fuera a los que se dedicaban a vender y a comprar dentro del
recinto mismo. Volcaba las mesas de los que cambiaban dinero
y los puestos de los vendedores de palomas, y no permitía a na-
die transportar cosas por el Templo.
Luego se puso a enseñar y les dijo: "¿No dice Dios en la Es-
critura: Mi casa será llamada casa de oración para todas las
naciones? ¡Pero ustedes la han convertido en una guarida de
ladrones!".
Mc 11, 15-17
"Ustedes pueden adivinar la naturaleza de los habitantes de
un villorrio por la mera observación del templo que se levanta en él
y el sitio circundante. Si el templo se mantiene limpio, y lo envuel-
ve una atmósfera sacra, podrán inferir que los puros aldeanos viven
en el temor al pecado y caminan por la senda de la bondad.
Tales instituciones de inspiración espiritual han degenerado en
nuestros días en lugares en que se distribuyen ofrendas y abundan las
reuniones de picnic. En torno a ello, se reúnen los ociosos para jugar
a las cartas, a los dados u otros juegos del estilo. Esto es contrario al
dharma, a la rectitud. El templo representa al corazón de un lugar, y
por lo tanto debiera ser preservado, nutrido y cuidado de todo corazón.
Crean que Dios camina por el templo que es su residencia. Todos de-
ben compartir la responsabilidad de preservar la santidad de aquella
atmósfera, ya que ella otorga la alegría de servir al Señor.
El día que esto se haga, el espíritu del hombre resplandecerá
como una joya. Esta es la verdad, esta es la razón para todo el cos-
to y el esfuerzo que se invierte en la construcción de templos.
Los templos deben ser respetados, por cuanto conducen a la
elevación de los ideales y de la conducta humana. Este es el princi-
pio que motiva la construcción de los templos, estos altos ideales
son los que inspiran estas estructuras. Este es el verdadero signifi-
cado, un significado que puede sentirse y experimentarse. La luz
que corona el templo es el símbolo de aquella luz que es refugio pa-
ra todos, representa a la inconmovible lámpara interna escondida
en la llama misma, la iluminación interior. Los templos son oasis en
medio del desierto, para aquellos que se han extraviado en las ar-

331
dientes arenas del pesar y la codicia, les dan la bienvenida a una
paz fresca y alegre, son guías para los caminantes cansados, man-
tienen en alto la bandera del Nombre de Dios. Todos deberían sen-
tirse agradecidos por el servicio que prestan.
Los templos están destinados a instruir a los hombres en el
arte de remover el velo del apego que cubre sus corazones. El mal
uso de los templos, el desvirtuar la sagrada atmósfera de su recin-
to, el olvidar su santa misión, el desacreditar y rebajar las conven-
ciones de usos que allí prevalecen, abriendo así el camino para su
decadencia y profanación, es algo que representa indudablemente
al adharma y no al dharma. Aquellos que hacen estas cosas no po-
seen luz ni externa ni interna, se encuentran en la más lóbrega de
las tinieblas. El culto del templo, la compañía de los sabios, la re-
citación del Nombre, la adoración de las imágenes y de los símbo-
los, representan todos fuentes de luz exterior."
Sai Baba
¡Qué bien salvan las apariencias! Con justa razón profetizó
Isaías de ustedes, cuando dijo: Este pueblo me honra con los
labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me rinden
no sirve de nada, las doctrinas que enseñan no son más que
mandatos de hombres.
Mt 15, 7-9
"A continuación algo respecto a la casa de Dios, el templo y
las normas que se relacionan con ello. Las reglas han atropellado y
se han dispuesto en estas instituciones, de acuerdo a los caprichos
y prejuicios de varias autoridades. Esto ha llevado a que la gente se
haya alejado de la rectitud y de Dios y hasta del karma correcto. Se
ha confundido a los devotos mediante la variedad y la irracionali-
dad de diferentes posiciones y esto ha redundado en mucho daño al
bienestar del mundo. De hecho, estas reglas y formalidades repre-
sentan los primeros pasos en el alejamiento de Dios, y es por ello
que han servido en gran medida al ateísmo.
Piensen en profundidad sobre las funciones del templo. Los
templos son centros de disciplina, en donde el aspirante es guiado,
paso a paso, para que llegue a lograr la visión de la Verdad; son es-
cuelas para la formación del espíritu, son academias para impulsar

332
los estudios de las Sagradas Escrituras; son laboratorios para la
comprobación de los valores de la vida; son hospitales para el tra-
tamiento y la curación, no sólo de la 'enfermedad del nacer y el mo-
rir' que por edades persiste en el individuo, sino también de los mu-
chos más patentes 'desórdenes mentales' que aquejan a todos los
que no conocen el secreto de la adquisición de la paz; son los gim-
nasios en donde se reacondiciona al hombre y a su fe vacilante: allí
se cura toda convicción menguante y todo egoísmo creciente.
El propósito del templo es el de despertar a la divinidad en la
humanidad, induciendo al hombre a darse cuenta de que el marco
fisiológico en el que vive es, en sí mismo, la casa de Dios. Es así que
todas las formalidades, los rituales en los templos, deben ser para
la glorificación de Dios."
Sai Baba

333
65
SACRIFICIOS DE ANIMALES

Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el


nombre de Jesús, nombre que había indicado el ángel antes de
que su madre quedara embarazada.
Asimismo, cuando llegó el día en que, de acuerdo a la Ley de
Moisés, debían cumplir el rito de la purificación, llevaron al ni-
ño a Jerusalén para presentarlo al Señor, tal como está escrito
en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado
al Señor. También ofrecieron el sacrificio que ordena la Ley del
Señor: una pareja de tórtolas o dos pichones.
Lc 2, 21-24
Yo se los digo: ustedes tienen aquí algo más que el Templo. Y si
ustedes entendieran estas palabras: Quiero misericordia, no
sacrificios, ustedes no condenarían a quienes están sin culpa.
Mt 12, 6-7
"Tienen ustedes que sacrificar no un carnero, un caballo o
una vaca, sino su propia animalidad, la codicia y la lujuria bestia-
les, el odio y la maldad. Sacrifiquen esto y ganen el cielo de imper-
turbable paz. Matar un carnero es un truco que no engaña a nadie,
porque lo que se les pide es que maten al carnero que está en uste-
des, la cobarde bestia que se recrea en la turba y que convierte la
furia de la chusma en ciega cólera.
Cada hombre es diferente de los demás en su lucha contra los
enemigos internos, cada uno obtiene el resultado que su disciplina
espiritual merece.

334
Los actos del hombre lo elevan o lo llevan a la caída. Todos
sus actos que están en consonancia con los principios de rectitud
merecen el calificativo de ofrenda. En los templos hay dos tipos de
ofrendas: externa e interna. La forma externa no es tan importante
o provechosa. Adorar al Señor mientras se medita sobre su nombre
y gloria es una forma de ofrenda interna. La ofrenda en la que los
animales eran sacrificados en el altar es un acto externo, pero tie-
ne un significado interno: la mente es el poste del sacrificio y los
instintos animales que todavía residen en el carácter humano deben
ser sacrificados en el altar de la mente. La megalomanía en el hom-
bre, que lo impulsa a una búsqueda ciega de poder, es el búfalo que
tiene que ser sacrificado. La necedad que agobia al hombre y que
lo hace débil y dócil es el cordero que hay en él, que tiene que ser
ofrecido como sacrificio. La astuta mente del hombre, llena de es-
tratagemas, es el gato que también tiene que ser sacrificado.
El hombre ha pasado por muchas vidas animales antes de ha-
ber venido como hombre sobre la tierra. Tendencias de naturaleza
animal, como crueldad, ira, codicia, odio, etc., todavía persisten en
él, es muchos animales en uno. Tiene al chacal, al búfalo, al tigre y
al elefante dentro de él. Debe deshacerse de estos rasgos. Cualquier
acto que se realiza como una dedicación a Dios es una ofrenda.
Cuando el orgullo o la codicia egoísta están ausentes y el objetivo
es el bien de todos, ciertamente este acto es una ofrenda.
La mente es el altar, coloquen el animal que va a ser ofren-
dado (las cualidades malignas en nuestro carácter, comportamien-
to, actitudes, etc.), y sacrifíquenlo a Dios."
Sai Baba

335
66
EL ALMA Y EL ANIMAL

La palabra animal proviene del latín "ánima" , o sea alma. Por


lo tanto lleva implícita la afirmación de que es un ser animado por el
Espíritu Divino, aunque no posea el nivel de conciencia del hombre.
También pensé acerca del destino del hombre: es así, para que
Dios los ponga a prueba y haga ver que son como los anima-
les. De hecho el destino del hombre y el del animal es el mis-
mo; muere uno y el otro también: los dos tienen la misma alma;
la superioridad del hombre sobre el animal es nula: pues todo
es vanidad.
Todo va al mismo lugar, todo proviene del polvo y volverá al
polvo. ¿Quién sabe si el alma del hombre sube arriba y la de
las bestias baja hacia la tierra? Comprobé que lo mejor para
el hombre, es gozar de sus obras. Porque esa es la condición
humana. ¿Quién le dará a conocer lo que pasará después?
Qo 3, 18-22
Fíjense en las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, no
guardan alimentos en graneros, y sin embargo el Padre del
Cielo, el Padre de ustedes, las alimenta...
Mt 6, 26
¿Acaso un par de pajaritos no se venden por unos centavos?
Pero ni uno de ellos cae en tierra sin que lo permita vuestro Pa-
dre.
Mt 10, 29

336
"El Señor declara que Él es la semilla de todos los seres. Ob-
serven un árbol. Las raíces, el tronco, las ramas, las ramitas, los re-
toños, las hojas, las flores, los frutos, todos son diferentes en forma,
gusto, dureza, olor. Tienen distintas utilidades para el árbol y para
nosotros. Pero toda esta múltiple variedad es producida, manteni-
da, incluida y entregada por una sola semilla. Y cada fruto contie-
ne la misma semilla, Él es la semilla, Él es el árbol, Él es el fruto.
El amor es la semilla, el amor es el árbol, el amor es el fruto.
Hubo un gran sabio que fue mordido por una serpiente du-
rante un sacrificio que estaba llevando a cabo. Sus discípulos la-
mentaron el incidente, y maldijeron al osado reptil, pero el sabio los
calmó y les dijo: 'No, la serpiente es un mensajero de Dios, todos
los seres son nuestros hermanos, hónrenla, denle la bienvenida, no
golpeen al mensajero del Señor'.
El hombre, siendo él mismo la residencia de Dios, busca a
Dios fuera de sí, en los complejos enredos de la naturaleza.
Vean el ideal divino en todos. Ramakrishna Paramahansa no
regañó al gato cuando éste se bebió la ofrenda de leche colocada
ante el altar de Dios en el templo. Él lo vio como a Dios. Cuando
Kuramaswami vio la marca de una uña en la mejilla de Parvati que-
dó sobresaltado; al preguntarle Parvati, le dijo que él mismo era el
causante, pues había pellizcado y arañado a un gato mientras ju-
gaba, no sabiendo que todos los seres son Dios en aquellas formas.
El Señor está en todos los corazones, en las formas sutiles
igual que en las densas, es por eso que el aspirante espiritual que
ha tenido una visión del Atma que preside el reino interior, ya no po-
drá ser más afectado por las tristezas, nunca será presa de ellas.
El Atma está en la hormiga y en el elefante, en el átomo y en
la atmósfera. Todas las cosas están saturadas de Dios."
Sai Baba

337
67
EL VERDADERO TEMPLO

Jesús salió del Templo, y mientras caminaba, sus discípulos le


hacían notar las imponentes construcciones del Templo. Jesús
les dijo: "¿Ven todo eso? En verdad les digo: no quedará ahí
piedra sobre piedra. Todo será destruido".
Mt 24, 1-2
Cuando Jesús salió del Templo, uno de sus discípulos le dijo: "Ma-
estro, mira qué inmensas piedras y qué construcciones". Jesús le
respondió: "¿Ves esas grandiosas construcciones? Pues no queda-
rá de ellas piedra sobre piedra. Todo será destruido."
Mc 13, 1-2
Los discípulos de Jesús estaban deslumbrados por la magnifi-
cente construcción del templo. Jesús les hizo notar que ese hermoso
edificio desaparecería alguna vez, ya sea por la acción del tiempo o de
los hombres.
Aludiendo a que el verdadero templo que jamás podrá ser des-
truido es el interior de cada ser, donde mora el Espíritu Santo o chispa
divina.
En el pasaje siguiente veremos cómo acusan a Jesús de haber
aseverado esta resplandeciente verdad acerca del verdadero templo.
Algunos lanzaron esta falsa acusación: "Nosotros le hemos oí-
do decir: Yo destruiré este Templo hecho por la mano del hom-
bre, y en tres días construiré otro no hecho por hombres".
Mc 14, 57-58

338
"Cuando el hombre está contento con usar sus sentidos sólo
para disfrutar lo poco que puede el mundo externo, no está vivien-
do de acuerdo con su verdadero Destino. Hasta las prácticas espi-
rituales han sido reducidas por el hombre a ritos externos. En las
mañanas y en las tardes, en los días establecidos como sagrados,
hacen ritos con especial ostentación, grandes ramos de flores, y una
serie de relatos de historias sagradas. El impacto de estos ritos es
principalmente débil y superficial. Por supuesto, los rituales son ne-
cesarios en las primeras etapas. Son el 'jardín de infantes' de la edu-
cación espiritual. Uno tiene que marchar hacia delante desde esta
niñez para entrar en la edad adulta en el viaje hacia el Atma. Estas
ofrendas y estas reglas y regulaciones con respecto a los ritos tie-
nen que ser trascendidos. En cada discurso les he estado diciendo
que la divinidad reside en cada ser. El Principio Divino es la realidad
y la bienaventuranza. Los rasgos fijos y fundamentales son verdad,
sabiduría e infinitud. Estos atributos no cambian con el tiempo, el
espacio y la naturaleza. Ellos penetran el tiempo, el espacio y la
materia."
Sai Baba
Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
Encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y pa-
lomas, y a los cambistas, sentados detrás de sus mesas. Hizo un
látigo con cuerdas y los echó a todos fuera del Templo junto
con las ovejas y bueyes; derribó las mesas de los cambistas y
desparramó el dinero por el suelo. A los que vendían palomas
les dijo: "Saquen eso de aquí y no conviertan la Casa de mi Pa-
dre en un mercado".
Sus discípulos se acordaron de lo que dice la Escritura: "Me
devora el celo por tu Casa".
Los judíos intervinieron: "¿Qué señal milagrosa nos muestras
para justificar lo que haces?". Jesús respondió: "Destruyan es-
te templo y yo lo reedificaré en tres días". Ellos contestaron:
"Han demorado ya cuarenta y seis años en la construcción de
este templo, y ¿tú piensas reconstruirlo en tres días?".
En realidad, Jesús hablaba de ese Templo que es su cuerpo.
Jn 2, 13-21

339
"El cuerpo es el templo de Dios. En cada cuerpo Dios está insta-
lado, lo reconozca o no lo acepte el dueño del cuerpo. Es Dios quien los
inspira a hacer buenas acciones y les advierte contra las malas. Escu-
chen esa voz. Obedézcanla y no les pasará nada adverso. Una dama llo-
raba porque se le había perdido o le habían robado su collar; lo buscó
por todas partes y se puso tristísima. Luego al pasar delante de un espe-
jo, se dio cuenta de que el objeto extraviado se hallaba alrededor de su
cuello. Había estado allí siempre. Similarmente, Dios se encuentra allí
como el morador interno, tengan o no conciencia de ello.
Todos los que encarnan son avatares, es decir, advenimiento
de lo divino, manifestaciones de Dios. ¿Cuál es, entonces, la carac-
terística especial de Rama, Krishna, Buda, Cristo? La característi-
ca es ésta: ellos están conscientes, mientras ustedes están incons-
cientes del Atma que es la Verdad. La conciencia confiere gracia,
gloria, majestad, poder, esplendor, y concede la liberación de las
ataduras del tiempo, espacio y causación."
Sai Baba
Pues yo os digo que hay aquí algo mayor que el Templo. Si hu-
bierais comprendido qué quiere decir: "Misericordia quiero, y
no sacrificio", no condenaríais a los inocentes.
Mt 12, 6-7
"Muchos de ustedes creen que las peregrinaciones a lugares
santos producen progreso espiritual. Hacen la promesa de raparse
la cabeza, si gracias a la intervención divina ganan el primer pre-
mio de la lotería. Como si Dios necesitara de sus cabellos. Pero es-
te truco de las ofertas es engañarse a uno mismo, y un intento de en-
gañar a Dios. No eleven plegarias pidiendo fortuna, fama, posición
o poder, ni siquiera los frutos de sus acciones. El verdadero busca-
dor rezará únicamente por Dios. Este anhelo debe saturar todos sus
actos, ofrendas, cantos, meditación, etc.
Cada ola de emoción, cada nota de un cántico, cada latido de
su pulso, responderá sólo a ese deseo, porque Dios es la base que
sostiene la creación entera.
Dios está en el corazón de cada persona, y así debemos
amarnos los unos a los otros como amamos a Dios. Él reside en

340
nuestro propio corazón, y por lo tanto, no hay necesidad de temer
ni desesperarse. ¿Cómo pueden odiar a otro si el Dios que adoran
está en él también? ¿Cómo pueden codiciar su riqueza, competir
con él o ser sordos a sus ruegos? El cuerpo es el tabernáculo de
Dios, el carruaje en el cual Él está sentado con toda su majestad.
No se identifiquen con el cuerpo y sus modificaciones y transforma-
ciones. Ustedes son el Atma, el espíritu, y por lo tanto están por en-
cima de estas afecciones del cuerpo. Limpien su mente de tentacio-
nes y de los dogmas de la ignorancia. Libérenlas del polvo para que
Dios pueda reflejarse en ellas. A Dios le importa más el motivo de-
trás de la acción, el ideal, que licita el esfuerzo."
Sai Baba
No se junten con los que rechazan la fe: es cosa absurda. ¿Po-
drían unirse la justicia y la maldad? ¿Podrían convivir la luz y
las tinieblas? ¿Podría haber armonía entre Cristo y Satanás?
¿Qué unión puede haber entre el que cree y el que ya no cree?
¿Qué tiene que ver el Templo de Dios con los ídolos? Nosotros
somos el Templo del Dios vivo...
2ª Corintios 6, 14-16
"De todos los talleres del mundo, el taller del cuerpo es el
más asombroso, porque es el tabernáculo del Señor. Ahí, en ese ta-
ller, los impulsos se transforman en votos, se limpian las impurezas,
los deseos benéficos toman forma y surge la imaginación positiva.
El blanco fundamental consiste en desarraigar los impulsos aunque
esto sea una tarea difícil. El cuerpo es el templo de Dios, ¿no es así?
Bien, pero ¿qué es lo que hace en el templo el sacerdote todos los
días? Primero limpia los utensilios y vasos sagrados, barre el re-
cinto y lava el altar. Los sentidos son los utensilios para la adora-
ción del Dios interior, ellos deben ser limpiados y han de mante-
nerse todo el tiempo libre de suciedad. La limpieza interna es san-
tidad, y sólo es posible por medio del control de los sentidos y de la
mente, o lo que equivale al mismo sadhana, la dedicación de todos
los deseos y actividades a Dios."
Sai Baba
Él les dijo: "Vosotros, ¿quién decís que soy yo?". Tomando la
palabra Simón, dijo: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo".

341
Jesús le respondió: "Bienaventurado eres Simón, hijo de Juan,
porque no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Pa-
dre que está en los cielos. Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre
esta piedra edificaré mi Iglesia".
Mt 16, 15-18
Cuando Jesús le dice a Simón "no te lo ha revelado la carne ni
la sangre, sino mi Padre", se está refiriendo al Espíritu del Padre in-
manente en cada ser.
"Yo te digo que tú eres Pedro", o sea piedra, porque solamente
sobre la piedra de la fe se edifica el reino de Dios en el interior de ca-
da uno.
Desde los tiempos más remotos la piedra ha sido considerada
como unidad y fuerza, de allí que el hombre la ha tomado como sím-
bolo de lo perenne y la ha utilizado para la construcción de altares al
aire libre, monumentos y templos como representación de lo eterno.
Por esta razón Jesús la utiliza como ejemplo en la persona de Si-
món Pedro: "Sobre esta piedra edificaré mi iglesia", es decir, si cada
uno es templo viviente donde mora Dios, cada uno es también una pie-
dra de ese gran Templo de Dios que es el Universo, siendo las encar-
naciones divinas la piedra angular de ese templo espiritual.
Como niños recién nacidos, busquen la leche no adulterada de
la Palabra; gracias a ella, crecerán y alcanzarán la plenitud.
¿Acaso no han probado lo bueno que es el Señor? Se han acer-
cado al que es la piedra viva rechazada por los hombres, y que
sin embargo es preciosa para Dios que la escogió. También us-
tedes, como piedras vivas, edifíquense y pasen a ser un Templo
espiritual...
1ª Pedro 2, 2-5

342
68
ESPÍRITU SANTO O CHISPA DIVINA

En el principio, cuando Dios creó los cielos y la tierra, todo era


confusión y no había nada en la tierra. Las tinieblas cubrían
los abismos mientras el espíritu de Dios aleteaba sobre la su-
perficie de las aguas.
Gn 1, 1-2
"El Atma, el Espíritu, está contenido en sí mismo y depende
de sí mismo. El mundo material existe a causa del Atma. El Atma es
la unidad básica que asume la apariencia de diversidad, el mundo.
Su inmanencia es la Verdad unificadora, evidente como la divinidad
en todos los seres. Es deber de cada uno vivir en la conciencia de
esta verdad. El que vive en la tierra debe primero ser hombre, y des-
pués tiene que aprender el camino que lleva a Dios y describir la di-
cha del Espíritu. El Atma ilumina a todos los objetos, no necesita
otra fuente de iluminación para brillar.
Para el Atma el cosmos entero es un objeto que es visto aun
en el ojo que mira si la mente quiere verlo, y aun la mente es un ob-
jeto, porque la mente tiene que ser impulsada y alertada por algo
más que posee, la voluntad y la decisión. El Atma no es afectada por
nada, es conciencia pura y sin mancha; el Atma está libre de cam-
bio. El que anhela adquirir la conciencia de esta Atma ha cumplido
en verdad el destino del hombre. El Atma está en todas partes, en
las cosas y su cualidad es evidente en todo. Ocupa todo, pero no
puede ser ocupada por nada. El principio del Atma, el principio de
Dios, es inmanente en todas las cosas en el universo, pero nada pue-

343
de penetrarla, puesto que el Atma del que proviene está en todas las
cosas y todas las cosas son Atma. No existe nada en el universo des-
provisto de esta fuerza, de esta cualidad. El cuerpo humano tampo-
co es una excepción en este sentido. Por eso nosotros somos la en-
carnación del Atma, de la Energía Atmica. El cosmos se basa en la
conciencia del Yo. Yo no es sólo el fundamento, es la misma forma
del cosmos. ¿De dónde se ha originado este Yo? No tiene origen, es
un principio que existe en todos los seres, en todo momento. Si exa-
minamos el mundo fenoménico podemos ver que términos como tú,
él y nosotros han tomado existencia sólo después del término Yo.
¿Quién es este Yo? Es la encarnación del Atma, del Espíritu. ¿En
dónde mora el Atma? Permea todo."
Sai Baba
El espíritu es el que da vida, la carne no sirve para nada...
Jn 6, 63
"El hombre no es únicamente este cuerpo material, en él se en-
cuentra un componente sutil llamado mente. Dentro de ella como su
origen y motivador, se halla un principio aún más sutil llamado jivat-
ma, alma individualizada. Esta no tiene principio ni fin, no conoce la
muerte, no tiene nacimiento. No importa si no tienen fe en mí o en Dios,
tengan fe en ustedes mismos, y eso es suficiente pues, ¿quiénes son en
realidad? Cada uno de ustedes es la divinidad, sépanlo o no."
Sai Baba
Había entonces en Jerusalén un hombre muy piadoso y cumpli-
dor a los ojos de Dios, llamado Simeón. Este hombre esperaba
el día en que Dios atendiera a Israel, y el Espíritu Santo esta-
ba con él. [26].Le había sido revelado por el Espíritu Santo que
no moriría antes de haber visto al Mesías del Señor.
Lc 2, 25-26
"El alma está en todas partes, en todo momento, es como la
leche y su color, es blanca en todas partes, en todo momento, en to-
dos los estados, como leche o mantequilla. Así también el alma per-
siste inmutable, no obstante los muchos cambios que sufran las co-
sas motivadas por ella. El Atma entra en contacto con los sentidos
de percepción e influye en la mente, despierta el intelecto para dis-

344
cernir y decidir cursos de acción. El Atma pone en movimiento ins-
trumentos de pensamiento, habla y acción, de expresión y comuni-
cación. Los ojos miran, pero ¿qué fuerza los mueve a ello? Ustedes
tienen oído, pero ¿quién los dota de la facultad de oír? Las palabras
emanan de la boca, pero ¿qué es lo que nos inspira y moldea la for-
ma y el contenido del habla? Esa fuerza actúa como las baterías de
una linterna que suministran al foco la corriente para encenderla.
Los médicos saben que el cuerpo consta de células, millones de
ellas, vivas, alertas, activas. Cada célula es motivada por el Atma,
inmanente a todo el cuerpo, el Atma está en cada una de ellas, co-
mo lo está en cada punto del espacio."
Sai Baba
Miren que los envío como ovejas en medio de lobos: sean, pues,
precavidos como la serpiente, pero sencillos como la paloma.
¡Cuídense de los hombres! A ustedes los arrastrarán ante sus
consejos, y los azotarán en sus sinagogas. Ustedes incluso se-
rán llevados ante gobernantes y reyes por causa mía, y tendrán
que dar testimonio ante ellos y los pueblos paganos.
Cuando sean arrestados, no se preocupen por lo que van a de-
cir, ni cómo han de hablar. Llegado ese momento, se les comu-
nicará lo que tengan que decir. Pues no serán ustedes los que
hablarán, sino el Espíritu de su Padre el que hablará en uste-
des.
Mt 10, 16-20
"Cuando se reconoce que Dios habita en el interior, cada uno eje-
cuta su deber como un acto de adoración. El hombre se vanagloria de
que lo sabe todo, pero cuando se le pregunta sobre sí mismo inclina la
cabeza con vergüenza. El hombre conoce todas las noticias de todos los
países, pero ignora lo pesado que él mismo es para sí y para los demás.
Se mueve en la oscuridad ansioso no obstante de la bienaventuranza. No
conoce los medios de asegurarse bienaventuranza, la oración, el servi-
cio, el estudio de los textos espirituales, la meditación, el silencio. No tie-
ne fe en que él es bienaventuranza y que la bienaventuranza es su pro-
pia naturaleza. Se lamenta por la desdicha porque no tiene fuerza para
resistir el golpe. La fe en el Dios interior es el mejor escudo contra las
estocadas del destino.

345
Entréguense a Él y Él se ocupará de ustedes, cuando lo consi-
dere mejor y sea lo mejor para ustedes. Dios no reparte su gracia en
proporción a las alabanzas que recibe. Cuando oran por algo a Dios,
corren el riesgo de condenarlo si por alguna razón la oración no es co-
rrespondida de la manera que ustedes quisieran o con la rapidez que
quisieran. Esta contingencia surge porque sienten que Dios se encuen-
tra fuera de ustedes. Dios está en ustedes, se encuentra en cada una de
sus palabras, en todos sus actos y pensamientos. Hablen, actúen y pien-
sen como corresponde a Él. Desarrollen lo mejor posible y para satis-
facción de su conciencia la función que Él les ha asignado. Esa es la
adoración que más recompensa."
Sai Baba
Pero el ángel le dijo: "No temas, Zacarías, porque tu oración
ha sido escuchada. Tu esposa Isabel te dará un hijo y le pon-
drás por nombre Juan. Será para ti un gozo muy grande, y mu-
chos más se alegrarán con su nacimiento, porque este hijo tu-
yo será un gran servidor del Señor. No beberá vino ni licor, y
estará lleno del Espíritu Santo ya desde el seno de su madre".
Lc 1, 13-15
"Recuerden siempre que Dios está en vuestros corazones, así
como también en los corazones de todos los demás. Él siempre ve y oye
todas las cosas. ¿No es verdad que dicen mi cabeza, mis manos, mi
ojo, mi mente, mi idea? Pues bien, ¿quién es este yo que posee el cuer-
po, la mente, el cerebro? Ese yo es la chispa de Dios que está en uste-
des. Esa chispa está en todo. Así, cuando emplean palabras duras,
crueles, furiosas u ofensivas contra otros, el Dios de ustedes y el Dios
en el otro son heridos. Podrían preguntarme cómo es posible que un
hombre sea malo o vicioso cuando su cuerpo es el templo de Dios. Sus
palabras pueden ser duras, sus acciones pueden ser censurables, su
comportamiento puede ser indignante, pero sin embargo es divino.
Deben mirarlo no como un cuerpo con un nombre y forma, o una men-
te con emociones y sentimientos, o una razón con resoluciones y con-
clusiones, sino como el Ser, el Yo Universal reflejado en el yo particu-
lar. Ese yo tan puro, pacífico, iluminado y expansivo como el Yo. Ya
que el yo particular es una ola del Yo Universal."
Sai Baba

346
Por eso os digo: Todo pecado y blasfemia se perdonará a los
hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no se per-
donará. Al que hable contra el Hijo del hombre se le perdona-
rá, pero al que hable contra el Espíritu Santo no se le perdo-
nará ni en esta vida ni en la otra.
Mt 12, 31-32
¿Cuál es la razón para esta afirmación tan categórica de Jesús?
Si lo analizamos detenidamente veremos que, cuando Jesús se refiere
a sí mismo como el Hijo del hombre, se está refiriendo a su cuerpo fí-
sico. Pero quien hable o blasfeme contra el Espíritu Santo, que es el
mismo Dios inmanente en nosotros, comete un gravísimo error, un sa-
crilegio ante Dios y los hombres.
En verdad les digo: Se les perdonará todo a los hombres, ya
sean pecados o blasfemias contra Dios, por muchos que sean.
En cambio el que calumnie al Espíritu Santo, no tendrá jamás
perdón, pues se queda con un pecado que nunca lo dejará.
Mc 3, 28-29
"Cuando penetran profundamente en la transitoriedad del cuer-
po, quedan bien arraigados en la próxima idea: ¡Yo no soy el cuerpo
al que erróneamente había tomado por mí! El cuerpo no es mi yo, yo
soy el dueño, el usuario temporal, el ocupante de este instrumento.
Las Escrituras declaran que el Yo no es la persona indivi-
dual, eso es una irrealidad. No está limitado al cuerpo que habita,
es la más universal de las categorías, el Eterno Absoluto, el Ser Su-
perior o Ser Universal. Es la Conciencia Universal y la Bienaven-
turanza Absoluta."
Sai Baba
Entonces los judíos tomaron de nuevo piedras para tirárselas.
Jesús les dijo: "He hecho delante de ustedes muchas obras her-
mosas que procedían del Padre; ¿por cuál de ellas me quieren
apedrear?". Los judíos respondieron: "No te apedreamos por
algo hermoso que hayas hecho, sino por insultar a Dios; por-
que tú, siendo hombre, te haces Dios".
Jesús les contestó: "¿No está escrito en la Ley de ustedes: Yo he
dicho que son dioses? No se puede cambiar la Escritura, y en

347
ese lugar llama dioses a los que recibieron esta palabra de
Dios. Y yo, que fui consagrado y enviado al mundo por el Pa-
dre, ¿estaría insultando a Dios al decir que soy el Hijo de
Dios?".
Jn 10, 31-36
"En el Gita, la realidad interna, el Atma, se describe como
esplendorosa, como mil millones de soles, pero el hombre no se ha
vuelto consciente de la luz y el poder de su interior. Todavía se re-
vuelve en la oscuridad, en la ignorancia. Las Escrituras proclaman
que los hombres son los hijos de la inmortalidad, pero el hombre no
está consciente de esta gloriosa herencia. Siente que es mortal, que
el fin es inminente y que su existencia es temporal. Las Escrituras
también dicen que el alma, el verdadero núcleo del individuo, es la
encarnación misma de la bienaventuranza. Pero el hombre ciego
ante esta verdad invita al pesar y a la ansiedad para que ejerzan do-
minio sobre él, y rechaza el gozo que le espera.
Todo hombre es un mensajero para los hombres, en quien se
ha confiado la tarea de divulgar el conocimiento de la alegría que
están perdiendo. Si hacen mal uso de esta misión y desperdician sus
años complaciendo a los sentidos, sólo pierden la oportunidad y se
rebajan al nivel de las bestias. Cuando Jesús declaró que Él era el
Hijo de Dios, llegó a tener derecho a la majestad y al poder pater-
no, los cuales sólo se pueden reclamar cuando se han adquirido las
cualidades que el Padre tiene. Como resultado Él logra la unión que
lo lleva a declarar 'Yo y mi Padre somos Uno'. Las Escrituras dicen:
El que conoce a Brahman se vuelve Brahman, Dios."
Sai Baba

348
69
EL REINO DE DIOS

Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos: lo que ates en la


tierra quedará atado en el Cielo, y lo que desates en la tierra
quedará desatado en el Cielo.
Mt 16, 19
"La gente continúa preguntando a otros: ¿Quién eres tú?
¿Cuál es tu nombre? ¿De dónde eres? ¿Estás atado a algo o a al-
guien? Pero rara vez se hacen estas preguntas a sí mismos o tratan
de descubrir las respuestas a estos misterios.
¿Cómo conocer esta Verdad como una experiencia auténtica
e indeleble? Esto representa la clave para la liberación, la felicidad
eterna.
Hay cuatro etapas en las prácticas espirituales. La pri-
mera los conduce al reino de Dios, ustedes están en el reino de
Dios, entregándose sin ninguna reserva. En la siguiente etapa,
ustedes están en el palacio como uno de los sirvientes, están
más cerca de Él y desarrollan cualidades divinas. En la si-
guiente etapa absorben la forma de lo divino, como un pariente
cercano al rey autorizado para usar vestimentas reales y otros
artículos. Por último, cuando como príncipe heredero se con-
vierte en rey."
Sai Baba
Interrogado por los fariseos sobre cómo llegaría el Reino de
Dios, respondió: "No será espectacular la llegada del Reino de

349
Dios. Ni se dirá: 'Vedlo aquí o allí', porque el Reino de Dios es-
tá dentro de vosotros".
Lc 17, 20-21
"Usualmente cuando se les pregunta dónde está Dios, apun-
tan al cielo o a algún lugar distante y dicen: Él está allí, como si Él
fuera una simple persona y tuviera un lugar de residencia definiti-
va. Pero el hombre es el mismo Narayana, es el mismo Dios. La hu-
manidad y cada una de las especies es el Señor del universo.
Es un engaño el que ha inducido a algunos hombres a imaginar
y comportarse como si Él fuera nada más que un hombre. Para remo-
ver este engaño, hay varios medios adecuados a las necesidades de ca-
da doliente, pero todo el tratamiento y toda la lucha es para lograr la
experiencia de ser Narayana, y de descartar la entidad limitada, con-
finada y relativa de Nara, el hombre. Mientras el hombre no se en-
tienda a sí mismo, no se acabará el engaño, ni el dolor resultante del
mismo. En cada uno de ustedes hay una Chispa de Verdad, nadie pue-
de vivir sin esa chispa, en cada uno hay una llama de amor, la vida es
un oscuro vacío sin ella. Esa chispa, esa llama, es Dios. Pues Él es la
fuente de toda Verdad y todo Amor. El hombre busca la Verdad, quie-
re conocer la realidad porque su naturaleza misma viene de Dios, que
es la Verdad. Él busca amor para darlo y compartirlo, pues su natu-
raleza es de Dios y Dios es Amor.
Para adquirir la conciencia de la divinidad no es necesario
ir a ningún lugar o región en especial, es suficiente dirigir el ojo ha-
cia el interior.
El Señor no está ni arriba ni abajo, sino adentro, no se lo ve por-
que el corazón se encuentra sucio. Ocúpate hasta que se logre la lim-
pieza, luego cuando el Señor que está dentro de ti te sea conocido, todos
tus actos servirán para fomentar el bienestar del mundo."
Sai Baba
Jesús dijo además: "Escuchen esta comparación del Reino de
Dios. Un hombre esparce la semilla en la tierra, y ya duerma o
esté despierto, sea de noche o de día, la semilla brota y crece,
sin que él sepa cómo".
Mc 4, 26-27

350
Jesús les dijo también: "¿A qué se parece el Reino de Dios?
¿Con qué comparación lo podríamos expresar? Es semejante a
una semilla de mostaza; al sembrarla, es la más pequeña de to-
das las semillas que se echan en la tierra, pero una vez sem-
brada, crece y se hace más grande que todas las plantas del
huerto y sus ramas se hacen tan grandes, que los pájaros del
cielo buscan refugio bajo su sombra".
Mc 4, 30-32
"Dediquen su corazón a Dios, Dios será uno con ustedes, será el
corazón de sus corazones. Dios no está lejos de ustedes, ni en ningún
lugar distante. Él está dentro de ustedes, en su altar interior. El hombre
sufre porque no puede descubrirlo ahí, y obtener paz y alegría con ese
descubrimiento. Un lavandero que estaba parado en el río y al cual el
agua le llegaba hasta las rodillas, murió de sed mientras lavaba la ro-
pa, porque no se dio cuenta de que la fuente que le podía dar agua es-
taba a su alcance. Sólo necesitaba agacharse y beber. Así es la historia
del hombre. Corre de prisa de un lado a otro, buscando desesperada-
mente a Dios fuera de él, y muere desilusionado y aturdido sin haber
alcanzado la Meta sólo para nacer nuevamente.
Provéanse de una visión clara, mediante el desapego y el
amor, agudicen su sentido de discriminación para que no tengan
prejuicios ni predilección, entonces podrán ver a Dios en ustedes, a
su alrededor y en todo lo que conozcan y sientan. El médico les pi-
de que se quiten la camisa antes de usar el estetoscopio y luego tra-
ta de diagnosticar la enfermedad. Hay otra camisa que cubre el pe-
cho de ustedes: ¡los deseos que se agitan en su corazón! Quítense
esa camisa para que su verdadera naturaleza, es decir, la divinidad,
pueda ser revelada a ustedes y a todos los que buscan conocerla.
Solamente Dios es el dador, el custodio y la meta de la vida."
Sai Baba
No os inquietéis, pues, diciendo: "¿qué comeremos? o ¿cómo
vestiremos?". Por todas esas cosas se afanan los gentiles. Vues-
tro Padre celestial sabe que las necesitáis. Buscad primero el
Reino y su justicia, y todo eso se os dará por añadidura.
Mt 6, 31-33

351
"El aspirante espiritual puede entrar en el reino interior por
la puerta del autoexamen; esta puerta da la bienvenida a todo aspi-
rante provisto de humildad y devoción, a la más alta y sagrada po-
sición posible en la vida. La meditación considera la realización de
la bienaventuranza del alma como importante. Pero el mejoramien-
to del bienestar del mundo es también un objetivo igualmente im-
portante.
Para lograr este objetivo el aspirante espiritual debe poner
bajo su control ciertas tendencias físicas, verbales y mentales. Es-
tas son usualmente conocidas como los diez pecados: los tres físi-
cos, los cuatro verbales y los tres mentales. Las tendencias físicas
son: el daño a la vida, el deseo adúltero y el robo. Los pecados ver-
bales son: la insidia, el discurso hiriente, la plática envidiosa y la
mentira. Las actitudes mentales son: la codicia, la envidia y la ne-
gación de Dios. La persona resuelta a seguir el sendero de la medi-
tación debe tomar todos los cuidados para que estos diez enemigos
ni siquiera se le aproximen, se deben evitar definitivamente. El ne-
cesita de tendencias que le ayuden a progresar y no de aquellas que
lo detengan.
Dios les ha provisto a ustedes todo. Si ustedes conectan todos
los ventiladores del mundo ¿pueden obtener la brisa que obtienen
de la naturaleza? ¿Pueden todas las lámparas de la tierra proveer
la iluminación que brinda el sol? Esta vida y esta naturaleza son
dadas por Dios. Si conectan todas las bombas del mundo, ¿pueden
obtener una cantidad de agua igual a la de una lluvia torrencial?
Dios les ha provisto a ustedes todo: agua, aire, luz. Todas las nece-
sidades esenciales para la vida son provistas realmente por Dios.
La divinidad y bienaventuranza penetran todo. Es por consi-
guiente un signo de ignorancia si tratamos de buscar la bienaven-
turanza en alguna otra parte, en lo externo. La bienaventuranza es-
tá dentro de ustedes mismos."
Sai Baba

352
70
JESÚS Y LA SAMARITANA

Y fue así como llegó a un pueblo de Samaría llamado Sicar,


cerca de la tierra que Jacob dio a su hijo José. Allí se encuen-
tra el pozo de Jacob.
Jesús, cansado por la caminata, se sentó al borde del pozo.
Era cerca del mediodía. Fue entonces cuando una mujer sa-
maritana llegó para sacar agua, y Jesús le dijo: "Dame de be-
ber". Los discípulos se habían ido al pueblo para comprar al-
go de comer.
La samaritana le dijo: "¿Cómo tú, que eres judío, me pides de
beber a mí, que soy una mujer samaritana?" (Se sabe que los
judíos no tratan con los samaritanos). Jesús le dijo: "Si cono-
cieras el don de Dios, si supieras quién es el que te pide de be-
ber, tú misma le pedirías agua viva y él te la daría". Ella le di-
jo: "Señor, no tienes con qué sacar agua y el pozo es profundo.
¿Dónde vas a conseguir esa agua viva? Nuestro antepasado
Jacob nos dio este pozo, del cual bebió él, sus hijos y sus ani-
males; ¿eres acaso más grande que él?".
Jesús le dijo: "El que beba de esta agua volverá a tener sed, pe-
ro el que beba del agua que yo le daré nunca volverá a tener
sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en un chorro que
salta hasta la vida eterna".
La mujer le dijo: "Señor, dame de esa agua, y así ya no sufriré
la sed ni tendré que volver aquí a sacar agua". Jesús le dijo:
"Vete, llama a tu marido y vuelve acá". La mujer contestó: "No
tengo marido". Jesús le dijo: "Has dicho bien que no tienes ma-

353
rido, pues has tenido cinco maridos, y el que tienes ahora no es
tu marido. En eso has dicho la verdad".
La mujer contestó: "Señor, veo que eres profeta. Nuestros pa-
dres siempre vinieron a este cerro para adorar a Dios y uste-
des, los judíos, ¿no dicen que Jerusalén es el lugar en que se
debe adorar a Dios?".
Jesús le dijo: "Créeme, mujer: llega la hora en que ustedes
adorarán al Padre, pero ya no será 'en este cerro' o 'en Jeru-
salén'. Ustedes, los samaritanos, adoran lo que no conocen,
mientras que nosotros, los judíos, adoramos lo que conocemos,
porque la salvación viene de los judíos. Pero llega la hora, y ya
estamos en ella, en que los verdaderos adoradores adorarán al
Padre en Espíritu y en Verdad. Entonces serán verdaderos ado-
radores del Padre, tal como él mismo los quiere. Dios es Espí-
ritu, y los que lo adoran deben adorarlo en Espíritu y en Ver-
dad".
Jn 4, 5-24
Para comprender el diálogo de Jesús con la samaritana, es nece-
sario aclarar que los samaritanos se habían separado de los judíos va-
rios siglos atrás por desavenencias más políticas que religiosas. Sama-
ria fue fundada en el 913 a. de J.C. para sustituir a la de Siquem como
capital de Israel. De allí la sorpresa de la samaritana cuando un judío
le pide de beber.
"El que beba del agua que yo le daré nunca volverá a tener
sed..." dice Jesús, refiriéndose a Su Palabra que es Agua de Vida para
todo aquel que la escucha y la pone en práctica cumpliendo así la Vo-
luntad del Padre.
"El agua que yo le daré se convertirá en él en un chorro que sal-
ta hasta la vida eterna" porque lleva al conocimiento y a la sabiduría
de la inmanencia de Dios, fuente inagotable de bienaventuranza. La
larga búsqueda habrá terminado y la sed por Dios se habrá saciado.
Por esta razón ya no se adorará a Dios ni aquí ni allá, sino en Es-
píritu y Verdad, en adelante ya no habrá necesidad de adorar a Dios en
templos construidos por manos de hombres, sino en el templo espiri-
tual que está en el interior de cada ser. El Espíritu Inmanente que es la
Verdad Absoluta.

354
"Ustedes también son de la misma naturaleza que el Atma,
con poder supremo; pero como el príncipe que ha caído en un an-
tro de ladrones y está creciendo allí, el Atma no ha reconocido su
verdadera identidad, nada más. Aunque no lo sepa, no deja de ser
un príncipe, esté en el palacio, en una selva, o en una cueva de la-
drones. Muy a menudo el príncipe tendrá insinuaciones de su ver-
dadera posición. Un ansia por la bienaventuranza que es su heren-
cia. Un llamado de su conciencia interna para escapar y ser él mis-
mo.
Este es el hambre del Atma, sed de felicidad eterna. El cuer-
po es el templo y en ese templo está instalado Dios, el Eterno. La
fuerza impulsora interna es Dios. Así como en la oscuridad confun-
den un tronco con un hombre, a Dios lo confunden con un individuo
separado y cambiante. Debido a la oscuridad, se le da más impor-
tancia al principio del cuerpo y se desdeña el Principio Divino. De
manera que es preciso encender las luces en el Ser interno del hom-
bre más bien que en la casa donde la imagen del Señor está insta-
lada y es adorada. El poder divino está dentro de ustedes; no nece-
sita venir de alguna parte externa.
En el contexto de nuestra creencia de que Dios es omnipre-
sente, de que Dios está frente a ustedes, dentro de ustedes y fuera de
ustedes, no habrá necesidad de darle ninguna importancia especial
a lo que viene del exterior. Ustedes tendrán que creer que todo está
contenido dentro de ustedes. A causa de la ignorancia, de la ilusión,
y también debido a algunas acciones en sus vidas pasadas, están
pensando que hay algo que viene de afuera hacia ustedes, que tiene
alguna santidad. Esto no es cierto. Es solamente cuando sean ca-
paces de vencer esta ignorancia cuando serán capaces de eliminar
esta ilusión de que hay algo sagrado que viene del exterior, podrán
darse cuenta de su verdadera naturaleza. Por lo tanto aquel que se
da cuenta de su verdadero Ser es Dios."
Sai Baba

355
71
EL VERDADERO PAN

Mientras tanto los discípulos le insistían: "Maestro, come". Pe-


ro Él les contestó: "El alimento que debo comer, ustedes no lo
conocen". Y se preguntaban si alguien le habría traído de co-
mer. Jesús les dijo: "Mi alimento es hacer la voluntad de Aquel
que me ha enviado y llevar a cabo su obra".
Jn 4, 31-34
Al encontrarlo al otro lado del lago, le preguntaron: "Rabbí
(Maestro), ¿cómo has venido aquí?".
Jesús les contestó: "En verdad les digo: Ustedes me buscan, no
porque han visto a través de los signos, sino porque han comi-
do pan hasta saciarse. Trabajen, no por el alimento de un día,
sino por el alimento que permanece y da vida eterna. Este se lo
dará el Hijo del hombre; él ha sido marcado con el sello del
Padre".
Entonces le preguntaron: "¿Qué tenemos que hacer para tra-
bajar en las obras de Dios?". Jesús respondió: "La obra de
Dios es ésta: creer en aquel que Dios ha enviado".
Le dijeron: "¿Qué puedes hacer? ¿Qué señal milagrosa haces
tú, para que la veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra?
Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, según
dice la Escritura: Se les dio a comer pan del cielo".
Jesús contestó: "En verdad les digo: No fue Moisés quien les dio
el pan del cielo. Es mi Padre el que les da el verdadero pan del
cielo. El pan que Dios da es Aquel que baja del cielo y que da vi-

356
da al mundo". Ellos dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan".
Jesús les dijo: "Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca
tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed".
Jn 6, 25-35
Vemos con qué claridad Jesús explica a sus discípulos y a los
que acudían a escucharlo sobre el verdadero alimento. Refiriéndose
al maná del cual se alimentaron durante cuarenta años de peregrina-
je por el desierto Moisés y su pueblo, Jesús explica que fue un ali-
mento material para sostener al cuerpo durante esa larga travesía, no
obstante murieron. Pero para el que se alimenta del verdadero pan,
aquel que alimenta el espíritu, ése vivirá eternamente. Aquel que
ponga en práctica su mensaje ya no tendrá más hambre ni sed. El pan
bajado del cielo para alimentarnos y el agua viva para saciar nuestra
sed de pan y bienaventuranza, es simplemente conocer y vivir su di-
vina voluntad: compartir, tomando conciencia de la unidad y her-
mandad de todos.
"El corazón debe ser puro. El recuerdo constante de la gloria
y majestuosidad de Dios, que es el morador interno, ayuda a puri-
ficar el corazón.
La vida es una peregrinación donde el hombre arrastra sus
pies a lo largo del camino áspero y espinoso. Con el nombre de Dios
en los labios no tendrá sed, con la forma de Dios en su corazón, no
sentirá cansancio. La compañía de lo santo lo inspirará a viajar
con esperanza y fe. La seguridad de que Dios está dentro de sí, al
alcance de su llamado, de que Él está siempre cerca y que nunca
tardará en venir, le dará fuerzas a los miembros del cuerpo y cora-
je a su mirada.
El hombre puede realizar su misión sobre la tierra sólo cuan-
do se reconozca a sí mismo como divino y venere a los otros como
divinos. Y también debe alabar a Dios en la forma del hombre. Dios
aparece ante él como un mendigo ciego, un idiota, un leproso, un
niño, un anciano decrépito, un criminal o un loco. Ustedes deben
ver aún detrás de esos velos, la divina encarnación del amor, poder
y sabiduría y deberán alabarlo mediante el servicio."
Sai Baba

357
Jesús iba enseñando por ciudades y pueblos mientras se dirigía
a Jerusalén. Alguien le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son
pocos los que se salvarán?".
Jesús respondió: "Esfuércense por entrar por la puerta angos-
ta, porque yo les digo que muchos tratarán de entrar y no lo
lograrán. Si a ustedes les ha tocado estar fuera cuando el due-
ño de casa se levante y cierre la puerta, entonces se pondrán
a golpearla y a gritar: ¡Señor, ábrenos! Pero les contestará:
No sé de dónde son ustedes. Entonces comenzarán a decir:
Nosotros hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en
nuestras plazas. Pero él les dirá de nuevo: No sé de dónde son
ustedes. ¡Aléjense de mí todos los malhechores!".
Lc 13, 22-27
"El progreso espiritual del hombre depende de la fortaleza de
su mente y la pureza de sus sentimientos, su condición mental y las
acciones que se derivan de sus sentimientos determinan si estará
atado o libre, feliz o miserable, en ascenso o declinando.
Cuando la voluntad es pura las actividades también lo son:
cuando es impura, las actividades a través de las cuales ella se ex-
presa, también son impuras.
Caer es muy fácil; escalar requiere de fuerza y voluntad, por eso
el hombre está tentado a elegir el camino más fácil. El mundo objetivo
es una imagen, un reflejo. Cuando ustedes toman una navaja de afeitar
y se colocan frente a un espejo no rasuran la imagen, sino a la verda-
dera cara. Dios se refleja en el espejo (el mundo objetivo), ustedes pue-
den ver su imagen en el hombre, la bestia y el pájaro, en la planta, en el
árbol y en la hierba, en cada célula y átomo; sin embargo, el hombre se
enamora del espejo y de los reflejos debido a que no conoce el original,
cuya imagen se refleja allí. ¿Cómo puede brillar Dios en un corazón que
está envuelto por malos pensamientos e intenciones perversas?
¡Palabras! ¡Palabras! ¡Una plétora de palabras! Nada se
practica; nadie actúa.
El hombre puede modificar su actitud mediante una constan-
te práctica de acciones rectas. Siempre estén activos y alertas en el
camino bueno, benéfico y feliz."
Sai Baba

358
Jesús le respondió: "Si alguien me ama, guardará mis pala-
bras, y mi Padre lo amará. Entonces vendremos a él para po-
ner nuestra morada en él".
Jn 14, 23
"Dios está en ustedes. Dios está en cada una de sus palabras,
en cada acto y cada pensamiento. Hablen, hagan y piensen como
sea digno de Él. Cumplan con el deber que Él les ha asignado lo
mejor que puedan y para la satisfacción de su propia conciencia.
Esta es la adoración mejor recompensada."
Sai Baba

359
72
EUCARISTÍA, DON DIVINO

La palabra eucaristía proviene de las palabras griegas "eu-karis-


tos", que significa "buen obsequio o regalo", que libremente interpretado
sería "don divino". En la última celebración Pascual, Jesús se dona a sí
mismo, mostrándonos de ese modo la enseñanza del compartir. El com-
partir es una comunión, una unión en común para un mismo fin.
Ya en el Antiguo Testamento encontramos esta palabra utilizada por
Moisés para designar el acto sacrificial impuesto por Yavé a sus sacerdotes.
Esta es la ley del sacrificio de comunión que se ofrece a Yavé.
Si se ofrece en acción de gracias, lo acompañan panes sin le-
vadura amasados con aceite, tortas sin levadura untadas con
aceite, y flor de harina amasada y sobada con aceite.
Esta ofrenda se añadirá a los buñuelos de masa fermentada y a
lo que se ofrece como sacrificio de comunión para dar gracias.
De cada una de esas ofrendas se apartará la porción de Yavé,
y será del sacerdote que derrama la sangre de las víctimas de
comunión. La carne de la víctima de comunión se comerá el
mismo día: no quedará nada hasta la mañana.
Lv 7, 11-15
El que haya tocado cualquier cosa impura, sea de hombre o de
animal, o cualquier otra abominación impura, y a pesar de eso
coma de la carne del sacrificio de comunión ofrecida a Yavé,
será borrado de entre los suyos.
Lv 7, 21

360
Yavé dijo a Moisés: "Habla a los hijos de Israel y diles: El que
presente a Yavé un sacrificio de comunión le regalará una por-
ción del sacrificio".
Lv 7, 28-29
Este es el ritual del holocausto, de la ofrenda, del sacrificio por
el pecado y por el delito, y del sacrificio de comunión.
Lv 7, 37
Sacrificó asimismo el ternero y el carnero como sacrificios de
comunión por el pueblo. Los hijos de Aarón le entregaron la
sangre, que él derramó en el altar y en su derredor.
Lv 9, 18
Aarón, levantando las manos hacia el pueblo, lo bendijo, y lue-
go descendió, pues terminaba de ofrecer el sacrificio por el pe-
cado, el holocausto y el sacrificio de comunión.
Entonces Moisés y Aarón entraron en la Tienda de las Citas y,
cuando salieron, bendijeron al pueblo. En ese instante la Glo-
ria de Yavé se apareció a todo el pueblo
Lv 9, 22-23
Desde la más remota antigüedad los hombres trataron de tener
contacto con Dios de alguna manera, de allí que procuraran reunirse
para realizar distintos ritos sacrificiales y establecer de este modo una
comunión con Dios, para sentirse purificados o perdonados y al mis-
mo tiempo glorificarlo.
En un principio se sacrificaban seres humanos para lograr esta
"común unión". Con Moisés se instaura el sacrificio de animales, co-
mo lo hemos leído en el Levítico, donde Yavé habla del sacrificio de
comunión. De esta manera se trataba de tener contacto con Él, y a raíz
de toda la preparación que esto implicaba llegaban a tomar algo de
conciencia acerca de esta comunicación con Él.
Jesús, mil quinientos años después, dice que Dios quiere mise-
ricordia y no sacrificios, refiriéndose al sacrificio de animales que aún
se realizaban en el templo.
Lo que Dios exige ahora es la inmolación interna de sí mismo,
el sacrificio de cada acto de nuestra vida en favor de los demás.

361
Sacrificio, del latín "sacris-facere", significa "hacer sagrada una
acción o actitud".
Por esta razón en la cena Pascual del Jueves Santo, leemos:
Jesús recibió una copa, dio gracias y les dijo: "Tomen esto y re-
pártanlo entre ustedes...".
Lc 22, 17
Después tomó pan y, dando gracias, lo partió y se lo dio di-
ciendo: "Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes. Ha-
gan esto en memoria mía".
Lc 22, 19
El símbolo del pan y del vino lo encontramos en el Antiguo Tes-
tamento ya desde el Génesis como ofrenda a Dios. Por eso Jesús en la
celebración de la Pascua judía, tras bendecir el pan y el vino, dijo ta-
les palabras enigmáticas. Lo hizo para corroborar que todas las inmo-
laciones u ofrendas del pasado ahora tenían un nuevo significado.
Las palabras de Jesús encerraban un mensaje más profundo, no
sólo ese pan y ese vino se convertían en su cuerpo y en su sangre, si-
no que todo alimento es el cuerpo y la sangre de Cristo. Toda la Crea-
ción es parte del cuerpo de Dios, esa parte visible del Invisible, que
presentan accidentes como la forma, el color, el sabor, la densidad, que
no corresponden a la esencia, porque en lo más íntimo mora el Atma,
el Espíritu Divino. Lo que vemos y tocamos es maya, ilusión.
Comulgar con la Creación es comulgar con Dios, es incorporar-
lo a nosotros, es estar unidos, es la elevación mística del alma hacia
Dios. Para lo cual el requisito indispensable es tener fe y conciencia de
que todo es Dios. Cuando despejamos la ignorancia con la luz del ver-
dadero Conocimiento, reconocemos que esa apariencia no es otra cosa
que una transustanciación, es decir que lo aparente no es tal sino Espí-
ritu Divino inmanente en cada cosa.
Hay muchas formas de comulgar con Dios y es a través de los
cinco sentidos, como dice Sai Baba, comer lo bueno, ver lo bueno, es-
cuchar lo bueno, hablar lo bueno y hacer el bien. A través de la medi-
tación, de la contemplación, de la oración alimentamos nuestro ser in-
terno, y esto también es comunión, comunión entre Dios y nosotros,
entre nosotros y Dios.

362
Todas las religiones realizan el sacrificio de la Comunión, se
reúnen para realizarlo según como lo conciben. A los ojos de Dios to-
dos son válidos, dependiendo del grado o intensidad de la fe que se
tenga en tal sagrado acto.
Después de que Jesús hubo manifestado esta revelación, los
apóstoles y los primitivos cristianos se reunían en Su Nombre para
compartir y comulgar con Dios, en los alimentos bendecidos y prepa-
rados para tal fin. A esta reunión se le llamó ágape, que en griego sig-
nifica afecto, amor.
Toda nuestra vida tiene que ser un ágape, una ininterrumpida co-
munión con Dios.
Yo soy el pan de vida. Sus antepasados comieron el maná en el
desierto, pero murieron: aquí tienen el pan que baja del cielo,
para que lo coman y ya no mueran.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de es-
te pan vivirá para siempre...
Jn 6, 48-51
"Jesús fue un Maestro que nació con un propósito: restable-
cer el Amor, la Caridad y la compasión en el corazón del hombre.
No tenía ningún apego al yo; nunca le prestó atención a la tristeza
o al dolor, a la alegría o a la ganancia, tenía un corazón que res-
pondía al llamado de la angustia. Anduvo por la tierra predicando
la lección del amor. Su vida fue su ofrenda por la elevación de la hu-
manidad.
Los villancicos y las velas, las lecturas de la Biblia y las pas-
torelas no son suficientes para celebrar el nacimiento de Jesús. Él
dijo que el pan comido en la última cena era su cuerpo y que el vi-
no su sangre. Quiso decir que todos los seres vivos con cuerpo y
sangre debían ser tratados como Él mismo, y que no se hiciera nin-
guna distinción entre amigo o enemigo, nosotros y ellos. Todos son
su cuerpo, sostenidos por el pan; cada gota de sangre que fluye en
las venas de todo ser humano es suya, animada por la fuerza que el
vino le infunde. Esto quiere decir que todo hombre es divino y tiene
que ser venerado como tal.

363
Ustedes trabajan como mensajeros o siervos; después, uste-
des adoran igual que un hijo adora a su padre, y finalmente logran
la sabiduría de que ustedes y Dios son uno."
Sai Baba

364
73
POLVO ES...

Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz; y lo que oís al


oído, predicadlo sobre las terrazas. No temáis a los que matan
el cuerpo, pero no pueden matar el alma: temed, más bien, al
que puede perder el alma y el cuerpo en la gehenna.
Mt 10, 27-28
"El cuerpo es transitorio, pero es morada del Espíritu que
lo habita, es un santuario y cuando se mueve, lo divino se mueve
con él.
Ustedes saben que mueren, que otros mueren, y por lo tan-
to encuentran difícil creer que el Yo no muere. La vasija puede
morir, pero la arcilla permanece. Esta cazuela de plata puede mo-
rir pero la plata permanece. El cuerpo puede morir pero el Yo no
muere.
El alma individual sobrevive, los elementos que componían al
cuerpo también vuelven a alcanzar su nivel elemental.
El hombre es mortal: polvo es y al polvo volverá, pero en él
refulge el alma como una chispa de la Llama Inmortal. Esto no re-
presenta un elogio inventado por los vedantistas. El alma es la fuen-
te, la sustentación de cada ser y organización de seres. Es la única
Fuente, sustancia y base.
El alma es Dios, lo particular es lo universal, no menos."
Sai Baba

365
Llegó Jesús con ellos a un lugar llamado Getsemaní y dijo a sus
discípulos: "Siéntense aquí, mientras yo voy más allá a orar".
Mt 26, 36
Volvió donde sus discípulos, y los halló dormidos; y dijo a Pe-
dro: "¿De modo que no pudieron permanecer despiertos ni una
hora conmigo? Estén despiertos y recen para que no caigan en
la tentación. El espíritu es animoso, pero la carne es débil".
Mt 26, 40-41
"La mente preocupada por el deseo no encontrará paz. Cuan-
do el deseo la acosa, se hace imposible la concentración. El deseo
es el infierno del cuerpo, lo reduce a cenizas. El contento es el me-
dio eficaz para eliminarlo. Así como un baño en las frescas aguas
de un manantial refresca al viajero exhausto y abrumado por el ca-
lor, el hombre que sufre a causa del abrasador fuego de la codicia,
será refrescado por las diáfanas aguas del contento. Uno deberá te-
ner el solo deseo de alcanzar la senda de la Realización. Uno no de-
be dedicar su vida a satisfacer los bajos deseos mundanales. Dedí-
quenlo todo al Señor, he ahí el genuino contento. Tal es el resultado
de la adquisición de la paz mental, de la felicidad y el discerni-
miento, y entonces se hará posible la visualización del Señor.
No busquen los goces físicos descartando los goces más per-
manentes de la calma interior y el contento. No tengan apego por
este cuerpo perecedero. Utilicen su cuerpo como un instrumento,
considérense a sí mismos como algo aparte de este cuerpo corrup-
tible que ha sido creado de la conjunción de los cinco elementos.
Conózcanse a ustedes mismos como el Alma indestructible. Así co-
mo la casa que habitan está separada de ustedes, así mismo el cuer-
po que los envuelve durante un breve tiempo es algo separado. El
cuerpo es la causa básica de todo este dolor, de todas estas calami-
dades, de toda esta esclavitud."
Sai Baba
¡Ay del mundo por los escándalos! Tienen, ciertamente, que ve-
nir escándalos, pero, ¡ay del hombre por el que viniere el es-
cándalo! Si, pues, tu mano o tu pie te escandaliza, córtatelo y
arrójalo de ti. Más te vale entrar en la vida manco o cojo, que

366
con las dos manos o los dos pies ser arrojado al fuego eterno.
Y si tu ojo te escandaliza, sácatelo y arrójalo de ti. Mejor te es
entrar con un solo ojo en la vida, que con dos ojos ser arroja-
do al fuego de la gehenna.
Mt 18, 7-9
Así Jesús nos quiso demostrar, que el cuerpo es simplemente un
vehículo para peregrinar en cada existencia pero que luego es un estu-
che descartable. Lo que permanece, lo que perdura es el espíritu.
"El hombre es fundamentalmente Atma, no obstante, posee la
envoltura del cuerpo. ¿No es cierto? Desde un punto de vista el
hombre no es diferente del cuerpo. ¿No es así? Pese a ello, el hom-
bre siente que no es este cuerpo, siente que su realidad es distinta,
siente que no es el bebé que era, o el anciano que es, siente que no
es ni hombre ni mujer y que persiste a través de la infancia, la ni-
ñez, la adolescencia, la edad adulta y la vejez. A través de la mas-
culinidad o la feminidad, y a través de todos los otros estados y
cambios. De esta manera, también el cosmos y la creación toda no
son sino billones de cuerpos de Dios. Él es todo y está en todo esto
inalterable y eterno.
El Señor reside en el corazón de cada ser, Él es el Ser, en ca-
da ser, es el Ser en todos, el Ser Superior. Ustedes en su ignorancia,
lo han ocultado bajo las dos envolturas de la mente y del cuerpo. Y
creen que la mente y el cuerpo son el verdadero tú. Pero hay tres ti-
pos de tú: el que tú piensas que eres, el que otros piensan que eres
y el que realmente eres. Tú piensas que eres el cuerpo, otros pien-
san que eres la mente, mientras que realmente eres el Espíritu, o el
Ser."
Sai Baba

367
74
DEVOCIÓN

La palabra devoción parece tener su origen en el vocablo latino


"devovere", que significa: tender hacia el otro, hacia Dios. Es la acti-
tud interna a través de la cual, utilizando distintos medios, uno se acer-
ca a Dios. Por eso vamos a ver las distintas formas de devoción o me-
dios por los cuales buscamos ese acercamiento.
Devoto es quien trata de dedicar su vida al crecimiento espiri-
tual, y tratará de que la misma sea el fiel reflejo de su vida interior. De-
voto es el que se empeña en poner en práctica el mensaje divino, es el
que trata de encarnar ese mensaje, para lograr la fusión con Dios.
"A la devoción se la define como el medio para descubrir a la
realidad divina dentro de cada ser. En las escrituras se exponen cua-
tro pasos para ayudar al hombre a lograr el éxito en este esfuerzo: La
discriminación entre lo permanente y lo transitorio, abandonar el pro-
ceso de complacer a los sentidos, el control absoluto de los pensa-
mientos, sentimientos y actividades, y el ansia incesante por la libera-
ción de toda atadura. Devoción es impulso que se manifiesta como to-
dos estos empeños. No obstante, este término, le ha sido aplicado a to-
do tipo de deseos y disciplinas de forma indiscriminada. La palabra
devoción o bhakti, deriva de bhak, Bhagavan o Dios. Ella insta al
hombre a llevar siempre en la mente a Dios, y a cultivar el amor por
Dios dentro de él. Le aconseja liberarse del egoísmo y frenar los de-
seos sensuales, como también elevarse hasta las alturas de sus aspi-
raciones y logros. El devoto, la devoción, conduce al hombre a la sa-
biduría que surge de la realización de la unidad llamada Dios. En la
misma forma en que la niñez desemboca en la vejez, la devoción de-

368
semboca en la sabiduría. La devoción se desarrolla hasta convertirse
en Conocimiento. Hay algunos que niegan la necesidad de la devoción
y afirman que el Conocimiento se puede adquirir sin esta etapa preli-
minar. No obstante, la devoción representa un proceso tan necesario e
inevitable como la niñez. La devoción promueve las más altas virtudes.
Constituye el tesoro más precioso, la senda más genuina, el único ca-
mino hacia Dios. El hombre debe vivir en devoción para Él y a través
de Él, porque la devoción es amor de la variedad más pura y noble.
Un amor tal constituye el aliento que sustenta la vida, que sostiene al
alma en el esfuerzo por fundirse en el alma superior. Los años de vida
que se pasan sin la luz del amor, son años de ruina, de polvo y de in-
quietud. Daría lo mismo que uno estuviera muerto. El amor puede
transformar al hombre en un ser divino, lo ayuda manifestar lo divino
que constituye su núcleo central. El amor puede volver mansa a la más
feroz de las fieras. El amor impulsa al hombre a llenar el mundo de
alegría y a participar en ella."
Sai Baba
Por eso los fariseos y maestros de la Ley le preguntaron: "¿Por
qué tus discípulos no respetan la tradición de los ancianos, si-
no que comen con manos impuras?".
Jesús les contestó: "¡Qué bien salvan ustedes las apariencias!
Con justa razón profetizó de ustedes Isaías cuando escribía: Este
pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.
El culto que me rinden de nada sirve; las doctrinas que enseñan
no son más que mandatos de hombres. Ustedes descuidan el man-
damiento de Dios por aferrarse a tradiciones de hombres".
Y Jesús añadió: "Ustedes dejan tranquilamente a un lado el man-
dato de Dios para imponer su propia tradición. Así, por ejemplo,
Moisés dijo: Cumple tus deberes con tu padre y con tu madre, y
también: El que maldiga a su padre o a su madre es reo de muerte.
En cambio, según ustedes, alguien puede decir a su padre o a su
madre: ‘Lo que podías esperar de mí es «consagrado», ya lo tengo
reservado para el Templo’. Y ustedes ya no dejan que esa persona
ayude a sus padres. De este modo anulan la Palabra de Dios con
una tradición que se transmiten, pero que es de ustedes. Y ustedes
hacen además otras muchas cosas parecidas a éstas".
Mc 7, 5-13

369
"La devoción no es un uniforme que uno se ponga el jueves
por la tarde para la reunión de cantos devocionales y se quite cuan-
do termina. Debe significar el fomento de una actitud de humildad,
de honor a los padres, a los maestros, a los mayores, y a otros. Es
una actitud mental, una actitud que siempre debe mantenerse. Es el
sostén del corazón. De la misma manera que el alimento es el sos-
tén del cuerpo. Así como la aguja de la brújula apunta siempre al
norte sin desviarse nunca de esa dirección, y regresa a ella gustosa
y prontamente cuando es sacudida, así también el devoto debe mi-
rar hacia el Señor en todo tiempo, sintiéndose feliz cuando su vida
está fija en Él.
Pasar las cuentas de un rosario entre los dedos, o sentarse
derecho contemplando la punta de la nariz, son solamente formas
inofensivas de emplear el tiempo. Una participación activa en la so-
ciedad con un espíritu de dedicación y entrega, concibiendo todos
los actos como actos de adoración a todos los hombres, conside-
rándolos encarnaciones de lo Supremo, es una forma de disciplina
espiritual más beneficiosa. No hay ningún lugar en el que Dios no
esté ni ningún objeto que no sea Él.
Cuando ustedes se diferencian como individuos, la envidia, el re-
sentimiento, los celos, el orgullo los empiezan a corromper. Sólo el amor
puede unirlos en parentesco con todos. Ustedes son el poder de Dios, el
principio de lo oculto y lo manifiesto, lo positivo y lo negativo, lo inerte
y lo vivo. Tengan siempre conocimiento de esta verdad secreta acerca de
ustedes mismos. La reverencia, la adoración y el peregrinaje, no pueden
ser el fin de todo. El objetivo es comprender que yo soy Él, Él es yo, só-
lo esto puede llenar el corazón de bienaventuranza.
Para llegar a Dios, las acciones de una dura disciplina espiri-
tual son superfluas. El amor es suficiente. Eviten odiar, envidiar y has-
ta que alguien les desagrade. Pongan el amor en práctica a través del
servicio. Cuando la belleza de la semilla florece obtienen la flor y Dios
es la belleza que florece como hombre.
Pueden enorgullecerse de tener en la mente a Dios, y de es-
tar protegidos por la unión con Él, pero su orgullo proclama que
Dios está solamente dentro de los límites de su actividad. Deben ser
humildes, no deben limitar a Dios a un determinado nombre o for-

370
ma. ¿Cómo pueden pegarle una etiqueta a Dios y obligarle a que se
adecue a sus normas?"
Sai Baba
No bastará con decirme: ¡Señor!, ¡Señor!, para entrar en el
Reino de los Cielos; más bien entrará el que hace la voluntad
de mi Padre del Cielo. Aquel día muchos me dirán: ¡Señor, Se-
ñor! Hemos hablado en tu nombre, y en tu nombre hemos ex-
pulsado demonios y realizado muchos milagros. Entonces yo
les diré claramente: Nunca les conocí. ¡Aléjense de mí, ustedes
que hacen el mal!
Si uno escucha estas palabras mías y las pone en práctica, di-
rán de él: aquí tienen al hombre sabio y prudente, que edificó
su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, so-
plaron los vientos y se arrojaron contra aquella casa, pero la
casa no se derrumbó, porque tenía los cimientos sobre roca.
Pero dirán del que oye estas palabras mías, y no las pone en
práctica: aquí tienen a un tonto que construyó su casa sobre
arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los
vientos y se arrojaron contra esa casa: la casa se derrumbó y
todo fue un gran desastre.
Mt 7, 21-27
En este pasaje Jesús demuestra que no basta la oración si no va
acompañada de la acción. O sea, cumplir con lo que Él nos ha enseña-
do: amor a través del servicio, ya que esa es la voluntad del Padre, y
eso significa edificar nuestro destino sobre la firme roca de la devo-
ción.
"Dios es todopoderoso, Dios está en todas partes, Dios lo sabe
todo. Para adorar a tan formidable e ilimitado Principio el hombre
dedica unos pocos minutos de las veinticuatro horas, es realmente ri-
dículo, adórenlo todo el tiempo que puedan respirar, todo el tiempo
que sean conscientes, no tengan otro pensamiento más que Dios. Nin-
gún otro objetivo que no sea el de conocer su mandamiento, ninguna
otra actividad que la de convertir ese mandamiento en acción; eso es
lo que significa entrega, entregarse a Él. Dios es omnipresente, Él es-
tá en el pasado, en el presente y en el futuro. Dios es y sólo puede ser
Uno, no más. Hay un solo Dios y es omnipresente.

371
Los devotos no son dignos de llamarse así por el solo hecho
de visitar lugares sagrados, o asistir a discursos religiosos; deben
llenar su mente con amor, eliminar el odio y la envidia, adoptar
pensamientos y planes correctos, ya que solamente así se justifica la
calidad del devoto. Caminen sin vacilaciones y en silencio hacia la
meta, la fusión en Dios.
El Señor ama no al devoto sino a su devoción, recuérdenlo.
La gracia del Señor es como la lluvia, agua pura que cae igual-
mente por todas partes, pero su sabor cambia de acuerdo con el
suelo por el cual fluye. Así las palabras del Señor son dulces para
unos, amargas para otros, los medios del Señor son misteriosos, no
saben ustedes las verdaderas razones que se esconden tras las ac-
ciones del Señor.
Estén llenos de alegría y amor, compartan esa alegría y ese
amor con todos. Si pronuncian el nombre de Dios, y provocan dolor
en el hombre, serán despreciados por hipócritas. No necesitan gri-
tar su presencia. Pero si le dan alegría a un hermano, Dios respon-
derá con su presencia, aunque no haya sido invitado. Sin embargo,
hay muchos que ocupan posiciones influyentes y de autoridad, que
adoran a Dios, y al mismo tiempo aborrecen al hombre. Se com-
portan como si Dios fuese una persona con inteligencia limitada y
al que se puede engañar fácilmente, que tomará sus palabras lite-
ralmente y que nunca buscará el motivo o la intención que hay de-
trás de ellas. Crean que Dios reside en todos los seres. Usen sólo las
palabras que manifiestan verdad, bondad, belleza. Realicen sola-
mente los actos que promuevan la felicidad y prosperidad de todos.
Recen para que todos los mundos tengan paz.
Expandan su Ser. No se contraigan dentro de su propia y mi-
núscula individualidad, expándanse hacia el amor universal, hacia la
ecuanimidad inamovible y la virtud siempre activa. Este es el sendero
que llevará a su plenitud a la divinidad que hay en ustedes.
El hombre es esencialmente divino. Por consiguiente debería
demostrar en pensamiento, palabra y acción, los atributos divinos
del amor, tolerancia, compasión y humanidad."
Sai Baba

372
Os he dicho estas cosas para que no os escandalicéis. Os echa-
rán de las sinagogas, y se acerca la hora en la cual quien os
mate creerá que da culto a Dios.
Jn 16, 1-2
"Algunas personas pueden sentir una duda y decir: ¿pode-
mos entonces herir y matar en nombre de Dios, dedicándole la ac-
ción? ¿Pero cómo puede concebirse que una persona logre dedicar
todas sus acciones a Dios sin ser al mismo tiempo puro en pensa-
miento, palabra y obra?
El amor, la ecuanimidad, la rectitud, la ausencia de violencia,
son las virtudes que acompañan al siervo de Dios. ¿Pueden la
crueldad y la insensibilidad coexistir con estas virtudes?
Vean a Dios en todos, aún en personas que consideren sus
enemigos. Practiquen este tipo de amor amplio y que todo lo inclu-
ye."
Sai Baba
¡Qué bien salvan las apariencias! Con justa razón profetizó
Isaías de ustedes, cuando dijo: "Este pueblo me honra con los
labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me rinden
no sirve de nada, las doctrinas que enseñan no son más que
mandatos de hombres".
Mt 15, 7-9
"El hombre tiene que progresar día a día, no estancarse, pues
de esto no obtiene ningún beneficio. ¿Cuánto tiempo podemos tolerar
a un muchacho en el mismo curso escolar? Debe pasar de un grado
al siguiente, año tras año. El aspirante espiritual tampoco debe esta-
cionarse. De la relación amo, sirviente de Dios, debe avanzar a la re-
lación cuerpo-miembro y llegar a fundirse con el todo hasta ser Uno.
En las fases iniciales, el hombre adora retratos, estatuas de Dios. Sin
embargo, el buen carácter, la buena conducta y la vida virtuosa son
las cualidades esenciales que debe cubrir un aspirante. Por supues-
to, las ofrendas florales son recomendables. Pero uno debe pasar de
este estado al de la conciencia del Atma, del Espíritu.
Las flores se marchitan pronto, el efecto de ofrecerlas no du-
ra mucho. Lo que Dios más ama son las flores que brotan del árbol

373
de la propia vida del hombre, alimentadas y nutridas por su habili-
dad y sinceridad. Son las flores de sus virtudes que crecen en el jar-
dín de su corazón.
Las verdaderas flores de la devoción son las que siguen:
No violencia: implica y significa realmente no causar ningún
daño a ningún ser, ya sea de pensamiento, de palabra o de obra.
Control de los sentidos: habitualmente nuestros sentidos co-
rren desbocados sin restricción ni control alguno. Es por ello que
debemos controlar y refrenar los sentidos, regulándolos y guiándo-
los por la senda y en la dirección correcta.
Es a través de la discriminación entre lo que está bien y lo
que está mal, entre lo que es permanente y duradero y lo que es pa-
sajero y fugaz, que debemos disciplinar nuestros sentidos e impo-
nerles nuestro control.
Compasión por todos los seres vivientes: en nuestra igno-
rancia sólo vemos la variedad en la creación, vemos únicamente la
multiplicidad superficial y no tratamos de ver el principio divino
básico y unificador, la unidad, que es Dios.
En el árbol de la Creación, los seres vivientes y los hombres
son como los frutos. En cada uno de estos frutos se encuentra la-
tente la divinidad primordial.
Solamente a la luz de esta verdad, reconociendo a Dios como
inherente, como alma, en todo, debemos cultivar y manifestar amor
hacia todos los seres, amor y compasión hacia todos los seres.
Paciencia y tolerancia: una de las virtudes principales y más al-
tas del hombre es la tolerancia. Lamentablemente, el hombre desarro-
lla una visión extremadamente estrecha. En lugar de expandir el cora-
zón lo constriñe alimentando ideas como el ‘yo’, el ‘mío’y el ‘para mí’.
Equivocadamente piensa: ‘Sólo importo yo y lo mío, los otros son aje-
nos a mí. ¡No son de mi incumbencia!’. En tanto ideas tan estrechas co-
mo éstas estén enraizadas en nuestro corazón, no podrá crecer nunca
en él la flor de la tolerancia. Solamente cuando logremos desarrollar el
sentimiento de que todos somos hijos de Dios, que conformamos una
hermandad única y que nadie es realmente ajeno y extraño a nosotros,
se abrirá la flor de la tolerancia en nuestro corazón.

374
Sólo cuando haya amor habrá tolerancia. La tolerancia no es
sino el resultado del amor y la compasión hacia todos los seres.
Ecuanimidad o paz interior: La paz no debe interpretarse
como el permanecer obstinadamente callados a pesar de estar sien-
do golpeados o interpelados, sin emitir ni el más leve murmullo
aunque en lo interno estén mentalmente agitados o iracundos. La
paz no es ciertamente eso. La verdadera paz consisten en ser capaz
de mantener la ecuanimidad mental y permanecer imperturbable,
sin agitación alguna, cuando alguien nos hace falsas acusaciones o
nos atribuye fallas que no hemos cometido. Esta es la paz real.
Sólo cuando vuestro corazón está lleno de paz y amor la paz
es una consecuencia natural.
Práctica espiritual ascética: ¿Qué se quiere significar con
ello? No es que renuncien a mujer e hijos y se vayan a esconder en
un bosque y se coloquen en algún lugar parados sobre la cabeza y
con los pies en el aire. La práctica espiritual ascética significa, en
primer lugar, el limpiar la mente de todo pensamiento impuro. Im-
plica, realmente, la coordinación de nuestros pensamientos, pala-
bras y obras, su armonización.
Cualquiera sea el pensamiento que surja en nuestra mente, el
expresarlo sin alteraciones en palabras y el llevarlo fielmente a la
acción, eso es lo que implica disciplina ascética.
Meditación: El sentarse en posición de loto y tratar de des-
pertar la energía vital en el Muladhara (centro energético) nada tie-
ne que ver con la verdadera meditación. La verdadera meditación
consiste en reconocer la presencia de Dios en todas partes y en el
manifestar esta conciencia espiritual en cada uno de los trabajos
que realizamos.
Dios lo impregna todo. Él es el ser interior en todo, es la
realidad y el principio inmanente en toda la Creación. Esto con-
trasta con el tratar de limitar y confinar la presencia de Dios al lu-
gar que hayan elegido para vuestra meditación, la cual no es más
que una visión excesivamente estrecha y constreñida de vuestra par-
te. Antes de comenzar cualquier trabajo, deberíamos empezar por
sentir que ese trabajo es Dios. Es por ello que al considerar a toda

375
la Creación como la forma de Dios, el realizar cualquier trabajo
por nimio que sea con esa conciencia es meditación.
Verdad: El que simplemente digan la verdad, narrando los
hechos tal como son, es sólo una verdad mundana. En realidad no
es esto lo que quiere significarse con Verdad, el término reviste una
connotación mucho más profunda. En su real sentido, la Verdad es
aquello que está libre de cambio siempre, que no cambia con el
tiempo. Es la Realidad Eterna.
La Verdad significa realmente Dios, y esta es la octava flor de
la virtud: la Verdad es la forma de la divinidad.
El adorar a Dios con estas ocho flores puede llevar a ganar
Su gracia plena, y es mejor que adorarlo con flores obtenidas de la
naturaleza, las que se ponen mustias, pierden su fragancia y se se-
can en corto tiempo. En lugar de adorarle con estas flores y ansiar
recompensas tan transitorias como ésas, deberían tratar de adorar
a Dios con flores reales, duraderas y persistentes: las flores de
vuestras virtudes, para ganar con ellas lo permanente y duradero,
la recompensa de la experiencia y la realización de la Realidad
Última."
Sai Baba

376
75
LA ALEGRÍA AUTÉNTICA

Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, co-


mo yo he cumplido los mandamientos de mi Padre y permanez-
co en su amor. Les he dicho todas estas cosas para que mi ale-
gría esté en ustedes y su alegría sea completa.
Jn 15, 10-11
"La principal fuente de bienaventuranza es la dedicación a
Dios; ninguna otra cosa puede dar esta verdadera y duradera ale-
gría. Tomen conciencia de este parentesco con el Señor.
El pesar no es una cualidad natural del hombre. Es algo que
llega accidentalmente desde fuera. Hay un buen ejemplo para ello.
Cuando el hombre está feliz y cuando le va bien nadie va a ir a pre-
guntarle por qué está feliz. No obstante, cuando está sumido en el
pesar, los demás irán a preguntarle por el motivo. Esto nos de-
muestra que el pesar no es algo natural. En cambio la felicidad y la
dicha sí son naturales para nosotros. En verdad aunque somos en-
carnaciones de Dios y nos encontramos naturalmente ligados a la
dicha y la felicidad, a veces debido a nuestras conexiones con el
mundo exterior sufrimos de pesares. Todo pesar no es más que algo
similar a una nube pasajera.
El aspirante espiritual siempre debería buscar la Verdad y ser
feliz.
Eviten todo pensamiento de lo que no es verdadero, o es triste o
deprimente. Los optimistas mantienen la vista fija en los valores más
elevados, los pesimistas se deslizan al pensamiento y a la desespera-

377
ción. A la noche los optimistas contemplan la luz de las estrellas, los
pesimistas miran el suelo y se quejan de la oscuridad que los rodea.
Los optimistas extraen fuerzas y valor de las luces de lo alto. Los op-
timistas miran nada más que la flor del rosal. Los pesimistas sólo ven
las espinas bajo la flor. Así que por miedo a las espinas toman la flor
con torpeza y los pétalos de la hermosa flor caen...
El secreto está en descubrir la fuente de la alegría interna;
ésa que nunca falla, siempre plena, siempre nueva, pues viene de
Dios. ¿Qué es el cuerpo?, no es sino el Atma o Espíritu envuelto.
Los hombres están deseosos de obtener la felicidad y cuando
hay una oportunidad de ganar la felicidad duradera saltan ante la
idea, pero pronto se cansan del esfuerzo. Buscan atajos, se apoyan
en otros para que lleven su peso y aspiran a mucho fruto a cambio
de poco cultivo.
Ustedes son felices cuando tienen un reloj o cuando tienen un
radio receptor; la felicidad se debe al hecho de que los tienen y de
que otros no tienen ningún derecho sobre ellos. El sentido de la po-
sesión, de lo ‘mío’, es lo que está en la raíz de esa felicidad. La co-
sa en sí es incapaz de dar alegría, pues si ella misma fuera la fuen-
te, entonces cada quien tendría que obtener la misma cantidad de
alegría. Cuando un vecino compra un radio ustedes no se sienten
nada felices. El análisis indicará que toda felicidad está en noso-
tros, es para nosotros y de nosotros, y que no es sino un reflejo de
la ilimitada felicidad que es el Atma. De manera que en vez de diri-
gir su atención hacia muchos objetivos, el hombre debe esforzarse
por lograr esta felicidad átmica, mientras se encuentre aquí, en es-
te cuerpo.
El hombre contento es libre, no depende de otros, la aflicción
no lo afecta, está contento con todo lo que le pasa, bueno o malo,
porque está convencido de que sólo debe prevalecer la voluntad del
Señor. Su mente está en paz y tranquila; siempre está lleno de gozo.
La necesidad de alegría es signo de ignorancia. Los que no luchan
por lograr las metas de la vida y van por la senda de la desidia, ¿có-
mo se les puede decir que sean felices pase lo que pase? La alegría
es un tesoro que los sabios ganan; no la pueden ganar los necios
que acumulan un deseo tras otro.

378
Dios es dulzura, Dios es bienaventuranza. Es en y por medio
de Dios que el mundo está dotado hasta de la más pequeña e insig-
nificante porción de alegría. Sin Dios, que es la dulzura y el gozo
más completos, esta efímera y perecedera apariencia no podría ser
tan dulce y gozosa para el hombre, sin esa dulzura habría sido te-
rriblemente amarga.
Cuando uno sabe que no hay ni la más mínima diferencia en-
tre el alma individual y el Alma Universal, que son uno y lo mismo,
esta es la más elevada bienaventuranza."
Sai Baba

379
76
INSTRUMENTOS DE DIOS

A estos Doce Jesús los envió a misionar, con las instrucciones


siguientes: "No vayan a tierras de paganos, ni entren en pue-
blos de samaritanos. Diríjanse más bien a las ovejas perdidas
del pueblo de Israel.
A lo largo del camino proclamen: ¡El Reino de los Cielos está
ahora cerca! Sanen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos
y echen los demonios. Ustedes lo recibieron sin pagar, denlo sin
cobrar. No lleven oro, plata o monedas en el cinturón. Nada de
provisiones para el viaje, o vestidos de repuesto; no lleven bastón
ni sandalias, porque el que trabaja se merece el alimento".
Mt 10, 5-10
Miren que los envío como ovejas en medio de lobos: sean, pues,
precavidos como la serpiente, pero sencillos como la paloma.
Mt 10, 16
El discípulo no está por encima de su maestro, ni el sirviente
por encima de su patrón. Ya es mucho si el discípulo llega a ser
como su maestro y el sirviente como su patrón. Si al dueño de
casa lo han llamado demonio, ¡qué no dirán de los demás de la
familia!
Pero no les tengan miedo. Nada hay oculto que no llegue a ser
descubierto, ni nada secreto que no llegue a saberse. Lo que yo
les digo en la oscuridad, repítanlo ustedes a la luz, y lo que les
digo en privado, proclámenlo desde las azoteas.
Mt 10, 24-27

380
El que los recibe a ustedes, a mí me recibe, y el que me recibe
a mí, recibe a Aquel que me ha enviado...
Mt 10, 40
"Sepan que no son sino instrumentos, ¿están preparados? To-
do es su voluntad y plan, sean pacientes, serenos, inafectados por la
buena o mala fortuna, ya que sólo son una marioneta que se mueve
y se contorsiona de acuerdo con los movimientos de las cuerdas que
Él efectúa. Sean complacientes en las palabras y en los modales, no
profieran injurias o insultos contra otros, ni se dejen afectar por la
adversidad o por las críticas. Alégrense de que todo es ordenado
por Dios, es su juego, su pasatiempo. Muéstrense a dar consuelo y
valor. Ansíen ser útiles. Esperen la oportunidad, atrapen la oportu-
nidad de expandirse a través de la compasión, para ensanchar el
horizonte de amor mediante la comprensión y la oración. No per-
manezcan distantes diciendo ‘mi Dios es diferente al tuyo’ o ‘mi
Dios es opuesto al tuyo’. Esto nunca es así. Convénzanse de que
Dios puede aparecer en cualquier forma y lo hará, ya que todas las
formas son de Él. No se nieguen a reconocer a la divinidad en la
forma que no les guste o acepten. Puede aparecer como un zorro o
un perro, o un mendigo. Cuando llamen a Dios no importa en qué
forma aparezca, trátenlo como a Dios."
Sai Baba
Después de esto, el Señor eligió a otros setenta y dos discípu-
los y los envió de dos en dos delante de él, a todas las ciudades
y lugares adonde debía ir. Les dijo: "La cosecha es abundante,
pero los obreros son pocos. Rueguen, pues, al dueño de la co-
secha que envíe obreros a su cosecha. Vayan, pero sepan que
los envío como corderos en medio de lobos".
Lc 10, 1-3
"El hombre no es otra cosa que un instrumento en las manos
de Dios. Sus planes pueden lograrse sólo cuando estén en armonía
con los de Él. ¿Y cuáles son sus planes, sus órdenes? Éstos se de-
claran en las Escrituras, que son revelaciones del plan que Él co-
municó a los intelectos purificados de los santos. También los pro-
claman los avatares cuando vienen en forma humana para hablar a
los hombres en su propio lenguaje y ganar su lealtad y para poder

381
conducirlos y enseñarlos. El hombre tiene que volver a lo divino, lo
divino de lo cual ha venido. Para eso debe reducir su apego al mun-
do, no aislándose sino permaneciendo y actuando en él como un
instrumento en manos de Dios, reduciendo todas las tendencias ha-
cia el egoísmo que surgen dentro de él, por medio de una atención
centrada en los estados de Dios que se llama dharma, rectitud."
Sai Baba
Después Jesús se apareció, bajo otra figura, a dos de ellos que
se dirigían a un pueblito. Volvieron a contárselo a los demás,
pero tampoco les creyeron.
Por último se apareció a los once discípulos mientras comían y
los reprendió por su falta de fe y por su dureza para creer a los
que lo habían visto resucitado.
Y les dijo: "Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nue-
va a toda la creación".
Mc 16, 12-15
"Fórmense, vivan en la conciencia de Dios y el mensaje de la
rectitud de Él; esa es suficiente propaganda, suficiente sugerencia,
es lo mejor que pueden hacer para promover la lealtad al nombre
de Dios. Así la gente sabrá cómo los ha transformado a todos uste-
des en individuos más alegres y pacíficos, y se preguntará qué lo hi-
zo posible. Si se dan cuenta cómo, empezarán a reverenciar el nom-
bre de Dios como lo hacen ustedes. No se aten a símbolos de piedra
o metal, elévense a etapas más altas de realización. No se enreden
en rituales ni ceremonias."
Sai Baba
Ese mismo día, el primero después del sábado, los discípulos esta-
ban reunidos por la tarde, con las puertas cerradas por miedo a los
judíos. Llegó Jesús, se puso de pie en medio de ellos y les dijo: "¡La
paz esté con ustedes!". Dicho esto, les mostró las manos y el costa-
do. Los discípulos se alegraron mucho al ver al Señor.
Jesús les volvió a decir: "¡La paz esté con ustedes! Como el Pa-
dre me envío a mí, así los envío yo también".
Jn 20, 19-21

382
"He venido para restaurar el amor entre la humanidad, a pu-
rificarlo de la estrechez y de las actitudes restrictivas, esa es la prin-
cipal tarea en el renacimiento de la rectitud. No es suficiente hablar
de la suprema importancia del amor en la tarea de la rehabilitación
humana. Uno debe poner el ejemplo con la práctica. Cuando las pa-
labras, actos o pensamientos emanan de corazones llenos de amor
puro e inmaculado, como es el amor de Dios, y por el hombre como
imagen de Dios, todos los que estén en contacto con ustedes senti-
rán la exaltación del espíritu.
En el Gita dice el Señor: 'No tengo nada que hacer en el
mundo, ni nada que lograr; sin embargo, si no llevo a cabo labor
alguna el mundo se detendría y es por ello que estoy intensamen-
te empeñado en trabajar'. Cada ser humano deberá reconocer
cuál es su deber y seguir esta senda de actividad en el servicio de-
sinteresado."
Sai Baba
Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los
otros. Ustedes deben amarse unos a otros como yo los he ama-
do. En esto reconocerán todos que son mis discípulos, en que
se amen unos a otros.
Jn 13, 34-35
"Así es que ustedes deben llegar a ser amor, para que se pue-
dan fundir en Él. Él es belleza, así que sean belleza, entonces po-
drán ser uno con Él. Él es compasión, sean compasivos. El agua se
mezcla fácilmente con el agua, no con el aceite. El aceite sólo se
mezcla con el aceite.
El hombre es la imagen de Dios. Cuando ustedes dañan su
imagen, cuando lo abandonan, deshonran o mantienen a distancia,
¿cómo puede Dios otorgarles su gracia? Si ustedes dicen ‘lo mío es
mío y lo tuyo es tuyo’, Dios también los mantendrá alejados de su
amor. Para poderse equipar con el valioso bote de la gracia uno de-
be desarrollar las cualidades de la fe y de la disciplina. Tiene que
aclarar y purificar la conciencia interna y el tiempo es el regalo que
Dios nos ha concedido para este propósito. Y el hombre debe usar-
lo como el instrumento para la clarificación y purificación.

383
Vivan en amor, el amor es vida. Sin amar o ser amado ningún
ser puede existir sobre esta tierra. El amor sustenta, el amor forta-
lece, el amor es el impulso detrás de toda aventura, todo sacrificio,
todo éxito.
Confíen en que todos los corazones están motivados por el
Uno y único Dios, que todas las religiones glorifican al Uno y úni-
co Dios, que todos los hombres en todas las lenguas y todas las for-
mas que el hombre puede concebir, designan al Uno y único Dios.
Su adoración se hace mejor por medio del amor. Cultiven esa acti-
tud de unidad entre los hombres de todos los credos, países y conti-
nentes. Este es el mensaje de amor que Yo les traigo, este es el men-
saje que deseo que lleven al corazón."
Sai Baba
Ustedes no me eligieron a mí; he sido yo quien los eligió a us-
tedes y los preparé para que vayan y den fruto...
Jn 15, 16
"Estas son mis palabras para ustedes, mis devotos. Cada uno
de ustedes tiene una parte esencial que cumplir durante esta vida.
Sólo aquellos a quienes he llamado pueden servirme.
Mi misión ha alcanzado el momento en que cada uno de us-
tedes tiene trabajo que hacer. Este planeta tiene un propósito en la
gran galaxia a la cual pertenece. Este propósito se está desplegan-
do en estos momentos delante de nuestros ojos. Yo los convoco pa-
ra que irradien la devoción dentro de ustedes y así su poder invisi-
ble cubrirá a todos aquellos que se acerquen a ustedes. Para reali-
zar su parte exitosamente, siempre manténganse centrados en Mí.
Permítanse compartir esta pureza de corazón dentro de ustedes con
todos los seres humanos y con todas las criaturas vivientes y no pro-
curen frutos en su trabajo.
Esta parte de mi misión será llevada a cabo en absoluto si-
lencio. Ustedes son mis instrumentos desde donde mi amor se de-
rramará. Sean siempre conscientes que en el momento en que uste-
des le permitan a su ego caer sobre ustedes, mi trabajo se detiene.
Cuando ustedes hayan triunfado sobre sus negatividades, nueva-
mente se transformarán en mi fuente.

384
Mi amor se multiplicará a través de todo el mundo. Yo los he pre-
parado a través de muchas encarnaciones. Yo los he atraído hacia mí.
Yo he hecho grandes adelantos en mi misión en sus encarnaciones pa-
sadas. Mi tarea no se detiene, y así su trabajo tampoco tendrá fin."
Sai Baba

385
77
NO ARROJAR LAS PERLAS...

No den lo que es santo a los perros, ni echen sus perlas a los


cerdos, pues podrían pisotearlas y después se volverían contra
ustedes para destrozarlos.
Mt 7, 6
Ocurre con frecuencia que cuando descubrimos el "tesoro es-
condido", o sea a Dios contenido en las Escrituras o en un cuerpo co-
mo Avatar, queremos gritarlo a los cuatro vientos, transmitir y com-
partir esta alegría con los que nos rodean. Cuando las burlas y discu-
siones se originan a raíz de estos comentarios, nos damos cuenta de
que no todos están preparados para comprender, por ahora. Es como si
al recién nacido se le diera a comer algo sólido. Esto nos dice a las cla-
ras que para todo y todos hay un tiempo, y es necesario ser prudentes
y sabios para conocer ese momento oportuno.
"Sabemos que Krishna y Arjuna vivieron juntos por encima
de ochenta años, se veían muy frecuentemente y conversaban como
amigos. Sin embargo en ningún momento de esos singulares ochen-
ta años Krishna trató siquiera de enseñarle algo del Bhagavad Gi-
ta a Arjuna. Fue sólo después de ochenta años de convivir y cuan-
do estuvieron en el campo de batalla, en circunstancias especiales,
que el Señor decidió darle la enseñanza del Bhagavad Gita y con-
ferirle a Arjuna una posición de autoridad y competencia desde
donde él podía hacer algo. Tienen que reflexionar acerca del signi-
ficado de todas estas cosas. También en el Bhagavad Gita enseñó
que se tiene que reconocer lo que se denomina ‘digno de ser enco-

386
mendado con una tarea’. Enseñó también que a menos que alguien
adquiera los méritos, logros y valor, no tiene sentido enseñarle el
Gita. No tiene sentido transmitirle el contenido del Gita a alguien
que no lo merece y que no ha logrado estos méritos. Sabemos bien
que sólo un hombre hambriento tiene derecho a pedir comida. So-
lamente el hombre que tiene dinero tiene derecho a gastarlo. Sólo el
hombre pobre y necesitado que merece la caridad debe ser ayuda-
do. En esta forma, cada individuo obtiene el derecho de hacer algo.
El reconocimiento de estos derechos o aptitudes antes de que la ac-
ción sea iniciada es un aspecto que está contenido en las Escritu-
ras."
Sai Baba
Si el mundo os odia, sabed que antes que a vosotros me odió a
mí. Si fueseis del mundo, el mundo amaría lo suyo. Mas como
no sois del mundo, pues yo os saqué del mundo, por eso el mun-
do os odia. Recordad lo que os dije: "El siervo no es más que
su señor". Si a mí me persiguieron, también os perseguirán a
vosotros; y si guardaron mi doctrina, también guardarán la
vuestra.
Jn 15, 18-20
"Cuando inicien este camino deben suprimir todas las ten-
dencias de odio, codicia, envidia y maldad y concentrarse en en-
sanchar el amor hacia todos. Tal vez tengan que enfrentar oposición
de todos lados, pero considérenla como una prueba para su resis-
tencia, sinceridad y perseverancia. Puede ser que sus propios pa-
dres, hermanos, mujer e hijos, parientes y amigos y demás, traten de
hacerles desistir por medio de la burla o las amenazas. Incluso qui-
zá surja en ustedes un desagrado hacia Dios por ponerles obstácu-
los en el camino, puede ser que les surjan ideas ateas que traten de
ahogar la fe, pero deberán sobreponerse a todo esto con valor y
confianza.
Los buenos han sido siempre blanco de la maldad y la envi-
dia, la calumnia y el insulto por parte de los malvados. Tengan la
seguridad de que su bondad puede hacerse lo bastante fuerte como
para soportar estas difíciles pruebas. Tampoco los avatares han es-
capado a los ataques de estas fuerzas del mal.

387
Puede suceder que, por algún tiempo, la Verdad sea velada
por la niebla de la calumnia, pero su victoria es segura. Las fuerzas
del odio son vencidas por sus propios ardides, cavan su propia de-
rrota y sus acciones resultan desastrosas para ellas mismas.
La fe debe dotar de valor y serenidad."
Sai Baba

388
78
LA ENTREGA

Otro de sus discípulos le dijo: "Señor, deja que me vaya y pue-


da primero enterrar a mi padre". Jesús le contestó: "Sígueme y
deja que los muertos entierren a sus muertos".
Mt 8, 21-22
Entonces dijo Jesús a sus discípulos: "El que quiera seguirme,
que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz y me siga".
Mt 16, 24
Y todo el que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre,
madre, hijos o propiedades por causa de mi Nombre, recibirá
cien veces más y tendrá por herencia la vida eterna.
Mt 19, 29
"Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la Ley?"
Jesús le dijo: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma y con toda tu mente".
Mt 22, 36-37
"Cuando ustedes dicen que están entregando sus pensamien-
tos, sus palabras, sus acciones, ante Dios, es simplemente una es-
pecie de satisfacción trivial a ustedes mismos. Esto no representa la
verdad ni el significado real de la palabra entrega. Dios tampoco
quiere que ustedes se entreguen o le den a Él todo lo que ustedes po-
seen. De hecho, Dios nunca pidió una cosa así. Si hacen un intento
adecuado para entender el verdadero significado de la palabra en-
trega, ustedes entenderán que realmente se relaciona con otro as-

389
pecto y debe ser interpretado bajo la experiencia y en el contexto
único de la divinidad. Es solamente cuando acepten y cuando crean
que la divinidad está presente en todos los seres humanos y en to-
dos los seres vivientes, es decir que la divinidad es omnipresente,
que podrán comprender el significado de la frase de entregarse en
pensamiento, palabra y acción y se volverán también uno con Dios.
Existe alguna justificación para hablar de entrega, si tienen el ple-
no control de su mente y el pleno control de sus palabras y de su
cuerpo. Tan pronto como sean capaces de reconocer el aspecto de
la omnipresencia y omnipotencia de Dios, el sentimiento del ego, el
sentimiento del ‘yo’ como algo distinto desaparecerá. En otras pa-
labras, cuando trataba de entender esta enseñanza del Bhagavad
Gita en donde se explica el significado de la palabra entrega, al
principio Arjuna empezó a preguntarle a Krishna, pensando que él
usaba su propia inteligencia, su propia capacidad de discernimien-
to y su propia habilidad de distinguir entre lo bueno y lo malo. Él
pensaba que usaba su propia fuerza. Como él confiaba plenamente
en sus propios poderes y pensamientos y sentía que sus poderes eran
capaces de sobrepasar y superar los poderes de Dios, desembarcó
en dificultades y no estaba en situación de decidir qué debía hacer
y qué no. Tan pronto como Arjuna halló que no era posible avanzar
o siquiera retroceder, de hecho cuando todas sus acciones se detu-
vieron, entonces se volvió hacia el Señor Krishna y le dijo: ‘Segui-
ré tus órdenes, no estoy en situación de decidir qué debo hacer. Es-
toy listo a obedecerte y a ejecutar cualquier cosa que Tú quieras
que yo haga, y yo lo haré con todo mi corazón’. Así él entregó sus
pensamientos, palabras y acciones y todo totalmente a Dios. Esta
clase de entrega es la lección del Bhagavad Gita.
No es correcto decir que incluso esto sea entregarse comple-
tamente. Ha surgido una situación en que él está listo a asumir
cualquier orden que Dios le dé y a obedecerle de manera implícita.
En esta situación, el hecho es que Dios da órdenes y un individuo
está deseoso de ejecutarlas. En otras palabras, aquí hay una duali-
dad, en la que uno que da las órdenes es Dios y el otro que desea
ejecutarlas es un hombre. En tanto haya esta distinción en la men-
te del individuo, entre Dios por un lado y el ‘yo’ individual por el
otro, esto no puede ser considerado como una entrega completa.

390
Hay bienaventuranza y felicidad en la Unidad. No hay biena-
venturanza y felicidad en la dualidad. Por lo tanto, cuando se refie-
ren a la palabra entrega en el lenguaje común, en la forma ordina-
ria de realizar cosas rutinarias y las interpretan diciéndose que
Dios les ha dado una orden, que Dios les ha dicho qué tienen que
hacer y ustedes aceptan eso y lo siguen, en este sentido la entrega
es correcta pero sólo en un sentido limitado.
La entrega a la voluntad divina solamente puede efectuarse una
vez que se ha perfeccionado el desprendimiento de los placeres sen-
suales, acompañado por la discriminación entre lo real y lo irreal.
Las trazas de ‘yo’ y ‘mío’ deben ser borradas por medio de
rigurosa disciplina que es la repetición del nombre de Dios, ya que
cuando permanecen con la atención fija en los diversos nombres de
Dios, su majestad, su gloria, su gracia, su poder y su omnipotencia,
estas cualidades quedan grabadas en la conciencia. Así, las capa-
cidades y facultades de uno son eclipsadas en lo divino. De este mo-
do la humildad aumenta y la entrega se hace posible y fácil. Este es
el verdadero propósito de la existencia humana, ver a Dios y su-
mergirse en su gloria.
Ejecuten todos sus actos como ofrendas a Dios, no clasifi-
quen algunos como ‘mi trabajo’ y otros como ‘su trabajo’, todo
trabajo es Suyo. Él inspira, Él ayuda, Él ejecuta, Él se complace,
Él se alegra, Él siembra, Él cosecha, Él sólo existe ya que toda es-
ta multiplicidad es nada más que Él visto a través del espejo de la
naturaleza. Para los devotos de Dios, este es el único sistema de
vida adecuado.
Si Dios no los sostiene, ustedes caerán. Hagan lo que hicieren,
dondequiera que estén, créanlo, Dios los ha puesto ahí para el traba-
jo. Cada día, con cada acto, cada pensamiento, cada palabra, deben
acercarse más y más a Dios. Eso les dará la bienaventuranza más
grande. Les conferirá la verdadera Liberación."
Sai Baba

391
79
LA FE

Tanto Jesús como Sai Baba hablan de la necesidad en la vida coti-


diana de la oración, de la meditación, de la repetición del nombre de Dios,
del sacrificio u ofrenda de nuestra vida diaria, del fruto que da el ofrecer to-
das las contingencias y pruebas a Dios, porque todo ello purifica y eleva el
espíritu. Pero todo esto tiene que estar bañado e iluminado por una palabra
muy cortita pero de alcance insondable y grandioso que es la fe.
La fe o la confianza puesta en Dios, la fe en la palabra de Dios
y la fe en nosotros mismos porque, de lo contrario, carecería de senti-
do y de contenido la ofrenda, al no estar sustentada por una auténtica
fe. La fe es la garantía de las cosas que esperamos, tal vez por eso "fe-
licidad" comienza con fe.
Hermanos, si uno dice que tiene fe, pero no viene con obras,
¿de qué le sirve? ¿Acaso lo salvará esa fe?
St 2, 14
Lo mismo ocurre con la fe: si no produce obras, muere solita.
Y sería fácil decirle a uno: "Tú tienes fe, pero yo tengo obras.
Muéstrame tu fe sin obras, y yo te mostraré mi fe a través de las
obras".
St 2, 17-18
Abrahán, nuestro padre, ¿no fue reconocido justo por sus obras,
cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? Ya ves que la fe acom-
pañaba a sus obras, y por las obras su fe llegó a la madurez.
St 2, 21-22

392
Entiendan, pues, que uno llega a la verdadera rectitud a través
de las obras y no sólo por la fe.
St 2, 24
Porque así como un cuerpo sin espíritu está muerto, así tam-
bién la fe que no produce obras está muerta.
St 2, 26
Vale decir que quien dice tener fe y no actúa de acuerdo a ella
evidentemente tiene una falsa fe. Quien tiene fe verdadera hará la vo-
luntad del Padre, y ésta es que actuemos con amor, viendo en el próji-
mo y en la Creación a Él mismo.
Jesús subió a la barca y sus discípulos le siguieron. Se levantó
una tormenta muy violenta en el lago, con olas que cubrían la
barca, pero él dormía. Los discípulos se acercaron y lo desper-
taron diciendo: "¡Señor, sálvanos, que estamos perdidos!". Pe-
ro él les dijo: "¡Qué miedosos son ustedes! ¡Qué poca fe tie-
nen!". Entonces se levantó, dio una orden al viento y al mar, y
todo volvió a la más completa calma.
Mt 8, 23-26
"¿Por qué temer si Yo estoy aquí? La fe en Dios implica el re-
conocimiento de la omnipresencia de lo divino en el universo y el
esfuerzo por llegar a experimentar esa divinidad dentro de uno mis-
mo. Lo divino es uno, aunque se le pueda llamar por muchos nom-
bres. Es necesario darse cuenta de que Dios está presente en todo y
que nada existe sin el poder de lo divino. Hay que evitar que la fe
en Dios se vea afectada por los altibajos de la vida. Todas las difi-
cultades han de considerarse como pruebas y desafíos que hay que
encarar con valentía y con fe."
Sai Baba
Jesús marchó de allí y se fue en dirección a las tierras de Ti-
ro y Sidón. Una mujer cananea, que llegaba de ese territorio,
empezó a gritar: "¡Señor, hijo de David, ten compasión de
mí! Mi hija está atormentada por un demonio". Pero Jesús no
le contestó ni una palabra. Entonces sus discípulos se acer-
caron y le dijeron: "Atiéndela, mira cómo grita detrás de no-
sotros".

393
Jesús contestó: "No he sido enviado sino a las ovejas perdidas
del pueblo de Israel".
Pero la mujer se acercó a Jesús; y, puesta de rodillas, le decía:
"¡Señor, ayúdame!". Jesús le dijo: "No se debe echar a los pe-
rros el pan de los hijos". La mujer contestó: "Es verdad, Señor,
pero también los perritos comen las migajas que caen de la me-
sa de sus amos". Entonces Jesús le dijo: "Mujer, ¡qué grande es
tu fe! Que se cumpla tu deseo". Y en aquel momento quedó sa-
na su hija.
Mt 15, 21-28
Quizás pueda llamar la atención que Jesús haga una distinción
entre judíos y cananeos. Es conveniente saber que las tierras de Cana-
án no pertenecían al estado de Israel. Como Jesús dijo: "He venido en
primer lugar para las ovejas de Israel", queriendo decir primero los de
la casa y luego los de afuera, pero al ver tanta fe, tanta insistencia en
ella, Jesús le dijo "que se realice de acuerdo a la fe que tú tienes". En
realidad, Jesús ha venido para todos, ya que como Él dice, todos somos
hijos del mismo Padre. Depende de la fe de cada uno el merecer o no
Su gracia.
"No importan los obstáculos que puedan surgir en su camino
siempre que no se dobleguen ante ellos, y tengan su fe firmemente
implantada en su mente. Deben todos tomar la decisión de tener
una fe inquebrantable y una visión firme, al menos deben intentar-
lo. Lo que hayan obtenido ya lo tienen, hasta que hayan logrado su
objetivo no deben dejarlo ir. Cualquier cosa que deseen deben ex-
presarlo, y hasta que hayan logrado su objetivo no desistan, lo que
han pedido, lo han pedido. Hasta que se les otorgue lo que han pe-
dido no abandonen el intento. Lo que tengan en la mente ya lo tie-
nen pensado, no se aparten nunca de ese pensamiento hasta que es-
té cumplido. Viendo su determinación y su devoción, Dios cederá y
les otorgará su deseo. Hasta entonces, no cambien de idea."
Sai Baba
Cuídense ustedes mismos. Si tu hermano te ofende, repréndelo;
y si se arrepiente, perdónalo. Si te ofende siete veces al día y
otras tantas vuelve arrepentido y te dice: "Lo siento", perdóna-
lo.

394
Los apóstoles dijeron al Señor: "Auméntanos la fe". El Señor
respondió: "Si ustedes tienen un poco de fe, no más grande que
un granito de mostaza, dirán a ese árbol: Arráncate y plántate
en el mar, y el árbol les obedecerá".
Lc 17, 3-6
El grano de mostaza es uno de los más pequeños que existen y,
sin embargo, de él sale un árbol donde hasta las aves del cielo pueden
posarse en sus ramas. Esto significa que si nosotros tuviéramos aunque
sea una mínima chispa de fe y confianza en nosotros mismos, la ha-
ríamos crecer y podríamos hacer prodigios.
"Ustedes habrán visto muchos árboles, algunas grandes
matas de baniano se ven enormes, y tienen también ramas y lucen
como una mansión muy grande. Un baniano así nos da la impre-
sión de una gran dimensión, pero si tomamos la semilla, vemos
que es muy pequeñita, como una semilla de mostaza. ¿Es cierto
que un árbol tan grande está contenido en una semilla tan dimi-
nuta? ¿O es sólo una ilusión de nuestra parte? No, no es una ilu-
sión, es una verdad.
¿Pero en qué forma se ve esta semilla? En la forma infinite-
simal. Si ponemos esa diminuta semilla en la tierra, y la abonamos
y regamos, brotará y se volverá grande y crecerá. La fruta y las flo-
res, las hojas, todas salen de esa diminuta semilla. Por lo tanto, no
es que las ramas, las frutas y las hojas fueran todas diferentes, to-
das son parte de la misma semilla. Así, todo lo que ustedes ven en
este grandísimo árbol del universo ha venido todo de una sola se-
milla, la semilla de la divinidad. De esta misma manera, en este
enorme cuerpo de ustedes hay una infinitesimal pequeña semilla,
llamada el Atma, el espíritu. Si toman esa semilla que se encuentra
en ustedes y le dan alimento, y la dejan crecer y prosperar, entonces
les mostrará la forma divina del universo. ¿Pero cómo debemos po-
ner esta semilla, y cómo la protegemos y alimentamos para que
crezca el árbol? ¿Podemos poner esta semilla en nuestra palma y
regarla con agua? ¿Crecerá y se volverá árbol? Una semilla se
transformará en árbol sólo si la ponemos en la tierra y la regamos
adecuadamente. Aun en esa tierra, si siembran la semilla demasia-
do profundo o demasiado cerca de la superficie, no se volverá un
árbol. De la misma manera, en el suelo de su corazón, si ponemos

395
la semilla del nombre de Dios y la regamos con el agua del amor,
brotará un buen árbol."
Sai Baba
¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha pedido permiso para sa-
cudirlos a ustedes como trigo que se limpia; pero yo he rogado
por ti para que tu fe no se venga abajo. Y tú, cuando hayas
vuelto, tendrás que fortalecer a tus hermanos.
Lc 22, 31-32
"El Señor es el cimiento invisible sobre el cual está edificada
la vida de ustedes. Él es la fuente, el sostén y la fuerza. Sin su vo-
luntad no se mueve una hoja, no se agita una brizna de hierba.
¿Qué cimiento más firme que este pueden desear? Una vez que se-
pan que el Señor, la fuerza omnipotente, es la causa principal de sus
vidas, no tendrán ya temor alguno. Cuando se duda de la firmeza
del cimiento de una casa, se siente miedo al entrar en ella.
La fe en Dios es la mejor ayuda para la victoria espiritual. El
Señor vuela hacia el devoto mucho más rápido que el devoto hacia
Él. Él da cien pasos hacia ustedes, será más rápido que una madre
o un padre, los nutrirá desde adentro de ustedes mismos, al igual
que ha nutrido y salvado a tantos santos que han depositado su fe
en Él."
Sai Baba
Al retirarse Jesús de allí, lo siguieron dos ciegos que gritaban:
"¡Hijo de David, ten compasión de nosotros!". Cuando Jesús
estuvo en casa, los ciegos se le acercaron, y Jesús les pregun-
tó: "¿Creen que puedo hacer esto?". Contestaron: "Sí, Señor".
Entonces Jesús les tocó los ojos, diciendo: "Hágase así, tal co-
mo han creído". Y sus ojos vieron.
Mt 9, 27-29
Ya cerca de Jericó, había un ciego sentado al borde del camino
pidiendo limosna. Al oír que pasaba mucha gente, preguntó qué
era aquello, y le dieron la noticia: "¡Es Jesús, el nazareno, que
pasa por aquí!". Entonces empezó a gritar: "¡Jesús, hijo de Da-
vid, ten compasión de mí!". Los que iban delante le levantaron

396
la voz para que se callara, pero él gritaba con más fuerza:
"¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!".
Jesús se detuvo y ordenó que se lo trajeran, y cuando tuvo al
ciego cerca, le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?". Le
respondió: "Señor, haz que vea". Jesús le dijo: "Recobra la vis-
ta, tu fe te ha salvado".
Lc 18, 35-42
"El cuerpo es una casa que les ha sido dada en alquiler, el
propietario es Dios, vivan allí el tiempo que Él quiera, agradecién-
dole y pagándole el alquiler con fe y devoción. Una fuerte voluntad
es el mejor tónico. La voluntad se volverá fuerte cuando sepan que
son hijos de la inmortalidad o personas que han ganado la gracia
del Señor.
Para aquellos que confían en el Médico Supremo, su Nombre
es suficiente medicina. Los Pandavas tenían fe y devoción, por eso
ganaron la gracia y tuvieron éxito en vencer a sus enemigos. Los re-
fuerzos enviados por el Señor son el apoyo más confiable. Cuando
ustedes lo obtienen, la deshonra, la derrota, la desesperación, todas
se esfuman como la niebla ante el sol. Ni las enfermedades se atre-
ven a acercarse a ustedes.
Laven su corazón con lágrimas de felicidad para que Dios se
pueda instalar en su interior. Cuando Dios escoge el corazón de un
devoto esto no quiere decir que todos los demás corazones no son
suyos, también lo son, pero no están limpios, por lo tanto tengan fe
total en Dios y en ustedes mismos."
Sai Baba
Al irse Jesús de allí, volvió a su tierra, y sus discípulos se fue-
ron con él. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la si-
nagoga y mucha gente lo escuchaba con estupor. Se pregunta-
ban: "¿De dónde le viene todo esto? ¿Y qué pensar de la sabi-
duría que ha recibido, con esos milagros que salen de sus ma-
nos? Pero no es más que el carpintero, el hijo de María; es un
hermano de Santiago, de Joset, de Judas y Simón. ¿Y sus her-
manas no están aquí entre nosotros?". Se escandalizaban y no
lo reconocían.

397
Jesús les dijo: "Si hay un lugar donde un profeta es desprecia-
do, es en su tierra, entre su parentela y en su propia familia". Y
no pudo hacer allí ningún milagro.
Mc 6, 1-5
Jesús no realizó ningún milagro en el lugar que lo había visto
crecer porque no había quien creyera en Él. La fe es el requisito indis-
pensable para que se obren maravillas, interior y exteriormente.
"La fe es una posesión individual, se adquiere y conserva a
través del esfuerzo propio. Un sabio tamil acostumbraba decir: ‘Tú
tienes la libertad de decir no, yo tengo la libertad de decir sí’. A lo
que se refería es a que cuando negamos o aseveramos algo, actua-
mos en base a nuestra experiencia. ¿Cómo puede alguien refutar la
experiencia de otro? Dios puede no existir en el horizonte de su ex-
periencia, mas ya ha crecido en la mía. Esto es lo que este creyente
en Dios le dice al ateo. La hora que señala el reloj en su muñeca es
la hora correcta para él y así lo afirma, aunque otros puedan no es-
tar de acuerdo, sin embargo, él tiene la libertad de afirmarlo. Ten-
gan fe, no permitan que se tambalee sólo porque otros carecen de
ella.
El hombre de hoy tiene tres clases de fe: una de ellas es ba-
ja, la segunda es de tipo medio, y la tercera de la más alta clase. Si
nuestro amor, nuestra confianza y nuestro afecto están limitados a
nuestros más cercanos parientes, ése será llamado la clase más ba-
ja de amor. Por otra parte, si van un poco más allá del estrecho
vínculo de su familia y extienden su fe y confianza a su país y a otras
naciones, entonces tenemos el tipo medio de amor.
Si tratan al mundo entero como uno solo y miran a todos los
seres como a uno solo, y extienden su fe y amor a todos ellos, esta
será la clase más alta de amor."
Sai Baba
Cuando volvieron donde estaba la gente, se acercó un hombre
a Jesús y se arrodilló ante él. Le dijo: "Señor, ten piedad de mi
hijo, que es epiléptico y su estado es lastimoso. A menudo se
nos cae al fuego, y otras veces al agua. Lo he llevado a tus dis-
cípulos, pero no han podido curarlo".

398
Jesús respondió: "¡Qué generación tan incrédula y malvada!
¿Hasta cuándo estaré entre ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que so-
portarlos? Tráiganmelo acá". En seguida Jesús dio una orden al
demonio, que salió, y desde ese momento el niño quedó sano.
Entonces los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron
en privado: "¿Por qué nosotros no pudimos echar a ese demo-
nio?". Jesús les dijo: "Porque ustedes tienen poca fe. En verdad
les digo: si tuvieran fe, del tamaño de un granito de mostaza, le
dirían a este cerro: Quítate de ahí y ponte más allá, y el cerro
obedecería. Nada sería imposible para ustedes".
Mt 17, 14-20
"La fe en Dios es la mayor ayuda para la victoria espiritual.
Cuando ustedes se regocijan en la contemplación del Señor, nada
material los podrá atraer, todo parecerá inferior, sólo la compañía
de los santos y los humildes será placentera.
Desde el principio tomen suficientes precauciones para ase-
gurarse de que las semillas que siembran son buenas y están libres
de defectos. No empiecen ningún trabajo con malos motivos, con os-
tentación, vanagloria, egoísmo, competencia o desafío. No le acha-
quen a Dios las consecuencias debidas a sus propias fallas y erro-
res. Oren antes, durante y después, para que el cáncer del egoísmo
no arruine su esfuerzo. El hombre con fe y el hombre sin ella son
igualmente humanos, pero qué diferencia, con fe es mucho más ap-
to, valeroso y sabio.
Dios es el esplendor interno de cada ser, está en ustedes, tanto
como lo está en todos los demás. Sin confianza en uno mismo, ningún
logro es posible. Si se tiene confianza en la fuerza y habilidad propia,
uno podría aprovechar los manantiales internos de valor y elevarse a
un nivel superior de alegría y paz, pues la confianza en uno mismo sur-
ge del alma, que es la propia realidad interna. El alma es paz, es ale-
gría, es fuerza, es sabiduría. Así es del alma, del espíritu, de donde uno
obtiene todo ese caudal para el progreso espiritual. "Con fe la sabi-
duría se alcanza, y el que duda es destruido", dicen las Sagradas Es-
crituras. Son dos márgenes entre los cuales el río de la vida fluye se-
guro y constante hacia el mar de la gracia divina."
Sai Baba

399
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos
cuando vino Jesús. Los otros discípulos le dijeron: "Hemos vis-
to al Señor". Pero él contestó: "Hasta que no vea la marca de
los clavos en sus manos, no meta mis dedos en el agujero de los
clavos y no introduzca mi mano en la herida de su costado, no
creeré".
Ocho días después, los discípulos de Jesús estaban otra vez en
casa, y Tomás con ellos. Estando las puertas cerradas, Jesús vi-
no y se puso en medio de ellos. Les dijo: "La paz esté con uste-
des". Después dijo a Tomás: "Pon aquí tu dedo y mira mis ma-
nos; extiende tu mano y métela en mi costado. Deja de negar y
cree".
Tomás exclamó: "Tú eres mi Señor y mi Dios". Jesús replicó:
"Crees porque me has visto. ¡Felices los que no han visto, pero
creen!".
Jn 20, 24-29
"Bishma y otro devoto sabían que el Señor es la sustancia, y
por eso no tenían temor en absoluto. Pero esa fe no ha echado raí-
ces en el hombre de ahora, y debido a ello, ésta se ha convertido en
una era de temor y ansiedad y de intranquilidad. Cuando se les ha-
bla de Dios a algunas personas, éstas suelen decir: creeremos úni-
camente si podemos verlo. Entonces podría replicárseles: no creeré
que tienen un dolor a menos que pueda ver el dolor con mis propios
ojos. Dios es bienaventuranza, ¿y cómo puede la bienaventuranza
mostrarse y ser vista? Lo crean otros o no lo crean, dos y dos son
cuatro. Ustedes podrán estar de acuerdo o disentir, pero eso es un
hecho, un hecho probado por la experiencia de todos aquellos que
lo aceptan, así también es el hecho de Dios.
Ves un avión que surca el cielo. Alguien te dice que es con-
ducido por un piloto, pero tú rehusas a creerlo porque no lo ves
desde acá abajo. ¿Es esto correcto? Para ver al piloto tendrías que
subir al avión, tú no puedes negar su existencia permaneciendo en
tierra. Tienen que conjeturar que al avión lo conduce un piloto, así
también, viendo el universo tienes que conjeturar la existencia de
Dios y no negarla por no poder verlo. La gente no le cree a Dios,
pero sí le cree a los periódicos y acepta como ciertas las noticias
que publica sobre cosas que ella no ve o no puede ver.

400
Cree en lo que sus oídos oyen, más que lo que sus ojos ven o sus
mentes experimentan. Un ciego vive en la oscuridad y cuando él niega
la luz no podemos atribuirle ningún valor a su negación. No debería-
mos tener la impresión de que Dios existe en algún lugar, que posee una
forma particular, que está investido de poderes especiales y así por el
estilo. Aquello que se halla dentro de su propio corazón como un pen-
samiento puro y una conciencia suprema, es de por sí, Dios mismo. Es
Dios y no tienes que buscarlo en otra parte; ese lugar sagrado en su
corazón es necesario a todos, no hay nadie que no cuente con tal sitio
sagrado en su corazón, y precisamente, porque un lugar sagrado del
corazón está en cada uno, podemos decir que Dios se encuentra en ca-
da uno. Quien no tenga fe en sí, no tendrá fe en Dios.
Los críticos que dicen ‘ver para creer’, ¿negarán al sol cuan-
do lo cubran las nubes? Es la nube de maya, la ilusión, la cortina
de la confusión, lo que esconde a Dios de la conciencia del hombre.
La forma de adoración que traerá la gracia de Dios en gran medi-
da es obedecer los mandatos de Dios. Desarrollen la cercanía, la
proximidad, el parentesco con Dios. Gánenlo con su obediencia,
lealtad, humildad y pureza."
Sai Baba
Mientras iba de camino, una mujer que desde hacía doce años pa-
decía hemorragias, se acercó por detrás y tocó el fleco de su man-
to. Pues ella pensaba: "Con sólo tocar su manto, me salvaré". Je-
sús se dio vuelta y, al verla, le dijo: "Ánimo, hija; tu fe te ha sal-
vado". Y desde aquel momento, la mujer quedó sana.
Mt 9, 20-22
Jesús, conmovido de nuevo en su interior, se acercó al sepulcro.
Era una cueva cerrada con una piedra. Jesús ordenó: "Quiten
la piedra". Marta, hermana del muerto, le dijo: "Señor, ya tie-
ne mal olor, pues lleva cuatro días". Jesús le respondió: "¿No
te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?".
Jn 11, 38-40
"Yo puedo curar, salvar y hasta resucitar personas, siempre y
cuando ellas estén en una condición espiritual receptiva. Es como
las corrientes de electricidad positiva y negativa. Mi capacidad de

401
curar se puede comparar a la corriente positiva, la devoción de us-
tedes hacia mí es la corriente negativa. Una vez que las dos se unen,
la devoción trae consigo lo que se llama el milagro de curación.
Es la mente del hombre la que realmente es responsable por
su salud o enfermedad. Es él mismo el causante o motivador de am-
bas. Así, cuando se trata de curación o sanación, su mente tiene que
crear la fe necesaria para este propósito. Todo lo que yo hago es
darle la confianza, voluntad y poder de curarse él mismo. Es mi
amor abundante que encuentra reciprocidad en la intensidad del
devoto hacia mí que produce el resultado deseado."
Sai Baba
La fe es la garantía de las cosas que se esperan, la prueba de
aquellas que no se ven. Por ella recibieron testimonio de admi-
ración los antiguos. Por la fe, conocemos que el mundo fue cre-
ado por la Palabra de Dios, de suerte que lo visible tiene una
causa invisible.
Por la fe, Abel ofreció a Dios un sacrificio más perfecto que el
de Caín; por ella fue proclamado justo, dando el mismo Dios
testimonio a favor de sus dones y, por ella, aunque muerto, si-
gue hablando.
Por la fe, fue trasladado Enoc sin experimentar la muerte, "y
no fue hallado porque le había trasladado Dios". En efecto, an-
tes de ser trasladado, se dio de él el testimonio "que había
agradado a Dios".
Ahora bien, sin la fe es imposible agradarle; porque aquel que
se acerca a Dios debe creer que existe Dios y que es remune-
rador de aquellos que le buscan.
Por la fe, Noé, divinamente advertido acerca de las cosas que
todavía no se veían, movido de un religioso temor, construyó un
arca para salvar a su familia; por la fe condenó al mundo y se
convirtió en heredero de la justicia que se obtiene por la fe.
Por la fe, Abraham, obedeciendo la llamada divina, partió pa-
ra un país que recibiría en posesión; y partió sin saber dónde
iba. Por la fe vino a habitar en la Tierra Prometida como en un
país extranjero, viviendo bajo la tienda, con Isaac y Jacob, he-
rederos con él de la misma promesa. Porque esperaba él la ciu-

402
dad de sólidos cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
Por la fe, recibió también Sara el poder de concebir, fuera de
la edad propicia, porque creyó en la fidelidad de Aquel que se
lo había prometido.
Hb 11, 1-11
Por la fe Abraham fue a sacrificar a Isaac cuando Dios quiso
ponerlo a prueba; estaba ofreciendo al hijo único que debía he-
redar la promesa, y Dios le había dicho: Por Isaac tendrás des-
cendientes que llevarán tu nombre. Abraham pensó segura-
mente: Dios es capaz de resucitar a los muertos. Por eso reco-
bró a su hijo, lo que tiene un sentido para nosotros.
Por la fe también Isaac dio a Jacob y a Esaú las bendiciones
que decidían el porvenir. Por la fe Jacob, moribundo, dio ben-
diciones diferentes a los hijos de José y se inclinó apoyándose
en su bastón. Por la fe José, próximo a su fin, recordó que los
hijos de Israel saldrían de Egipto y dio órdenes referentes a sus
propios restos.
Por la fe los padres del recién nacido Moisés lo escondieron
durante tres meses, pues vieron que el niño era muy hermoso, y
no temieron el decreto del rey. Por la fe Moisés, ya crecido, se
negó a ser llamado hijo de una hija del faraón, y quiso com-
partir, no el goce pasajero del pecado, sino los malos tratos del
pueblo de Dios.
Hb 11, 17-25
Por la fe abandonó Egipto sin temor al enojo del rey, porque se
fijaba en otro enojo, pero invisible.
Por la fe celebró la Pascua y rociaron con sangre las puertas pa-
ra que el exterminador no diera muerte a sus hijos primogénitos.
Por la fe atravesaron el mar Rojo como si fuera tierra seca, mien-
tras que los egipcios trataron de pasarlo y se ahogaron.
Por la fe cayeron los muros de Jericó, después de dar la vuelta
a su alrededor durante siete días.
Hb 11, 27-30
¿Qué más diré? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Ba-
rac, Sansón, Jefté, David, lo mismo que de Samuel y de los pro-

403
fetas. Ellos, gracias a la fe, sometieron a otras naciones, impu-
sieron la justicia, vieron realizarse promesas de Dios, cerraron
bocas de leones, apagaron la violencia del fuego, escaparon
del filo de la espada, sanaron de enfermedades, se mostraron
valientes en la guerra y rechazaron a los invasores extranjeros.
Hubo mujeres que recobraron resucitados a sus muertos; pero
también hubo otros que, en vista de una resurrección mejor, se
negaron a hacer el gesto que les habría salvado la vida: me re-
fiero a los torturados. Otros sufrieron la prueba de las cadenas
y de la cárcel. Fueron apedreados, torturados, aserrados, mu-
rieron a espada, anduvieron errantes de una parte para otra,
sin otro vestido que pieles de corderos y de cabras, faltos de to-
do, oprimidos, maltratados.
Hb 11, 32-37
Todos éstos merecieron que se recordara su fe, pero no por eso
consiguieron el objeto de la promesa.
Hb 11, 39
"Aquel que se desprecia a sí mismo de día y de noche por
considerarse superficial y débil, jamás llegará a nada. Aquel que
cree que tiene mala suerte y que es inferior, llegará a tener mala
suerte y a ser inferior. Si por el contrario, cultivan la conciencia de
que son una chispa de Dios, de que tienen como su realidad a la di-
vinidad misma, pueden llegar a hacerse realmente divinos y llegar
a tener todos los poderes en la mano.
Aquello que sienten es lo que llegarán a ser, lo que domina es
Él como siempre. Esto constituye la base para todo lo que son. Ten-
gan fe en el atma, en el Yo. Esto representa un imperativo para el
hombre.
En ausencia de esto, el hombre está siendo reducido a un
monstruo que se solaza en el vicio y la maldad. Sus antepasados lo-
graron la prosperidad, la paz y la alegría y coronaron sus objetivos
con el éxito, únicamente por medio de esa fe. Cuando la gente la
pierde, es seguro que cae. Porque esa fe es el aliento mismo de la
vida. Cuando se acaba la respiración el hombre se convierte en ca-
dáver, con el aliento de esa fe, se convierte en divino.

404
La fe en el Yo es la expresión del principio de Dios en el hom-
bre, esta fe puede dotarlo de todas las formas de poder y hacerlo
pleno e integral. Ello se debe a que el Atma, por su naturaleza mis-
ma, es autosuficiente y plena. No hay ninguna otra práctica espiri-
tual que se requiera para realizar este estado.
Donde hay fe, hay amor.
Donde hay amor, hay paz.
Donde hay paz, hay verdad.
Donde hay verdad, hay bienaventuranza.
Donde hay bienaventuranza, está Dios.
Así la fe es la que nos hace recordar a Dios. El reconocimien-
to de lo divino surge de la fe."
Sai Baba

405
80
LA GRACIA DIVINA

Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciu-
dad de Galilea, llamada Nazaret, a una joven virgen que esta-
ba comprometida en matrimonio con un hombre llamado José,
de la familia de David. La virgen se llamaba María.
Llegó el ángel hasta ella y le dijo: "Alégrate, llena de gracia,
el Señor está contigo".
Lc 1, 26-28
"De acuerdo con el progreso espiritual que hayan alcanzado,
existen tres tipos de hombres: los plenamente realizados, los par-
cialmente realizados o limitados, y los vacíos o negligentes. Los pri-
meros ganan la gracia divina por su buena conducta, trabajo y fe.
Son amados por Dios y bendecidos con la bienaventuranza ininte-
rrumpida. El efecto del amor sólo puede ser amor, y el amor se ob-
tiene sólo con amor. Los devotos plenamente realizados pueden pa-
sar inadvertidos por su apariencia, pero pueden ser reconocidos
por el brillo espiritual de su bienaventuranza interna, porque para
poder ser bendecido con el amor del Señor, hay que pasar a través
de innumerables vidas de práctica espiritual, de la práctica espiri-
tual del amor. Los hombres parcialmente realizados han obtenido
logros limitados mediante los esfuerzos espirituales. No obstante,
dichas realizaciones son notables.
Como la luz de una lámpara, la gracia de Dios se derrama por
todas partes, sobre todos aquellos que se acercan a Él y que aman es-
tar cerca de Él. Pero si interponen una cortina, que impide que la luz

406
llegue a ustedes, sólo podrán culparse a sí mismos si la gracia no bri-
lla. Abran las puertas de su corazón para que el sol pueda brillar en
él, y desinfectarlo de los vicios que se alojan allí e iluminar sus reco-
vecos. Deben hacer por lo menos ese pequeñísimo esfuerzo.
La gracia de Dios no puede ser alcanzada mediante la gim-
nasia de la razón, las contorsiones del yoga o las renunciaciones
del ascetismo; sólo el amor puede obtenerla. El amor que no nece-
sita recompensa, el amor que no conoce el regateo, el amor que es
dado alegremente como tributo al Todopoderoso, el amor que no
cambia, sólo el amor puede vencer obstáculos por muchos o muy
fuertes que sean. No hay ninguna fuerza más efectiva que la pure-
za, ningún gozo más reparador que la devoción, ningún triunfo más
loable que entregarse al Señor. Hay muchos que regatean con Dios
y le ofrecen regalos en dinero o artículos para que Él les otorgue su
gracia. Dios no puede ser complacido con regalos de un coco o una
bolsa de monedas."
Sai Baba
Había también una profetisa muy anciana, llamada Ana, hija
de Fanuel de la tribu de Aser. No había conocido a otro hom-
bre que a su primer marido, muerto después de siete años de
matrimonio. Permaneció viuda, y tenía ya ochenta y cuatro
años. No se apartaba del Templo, sirviendo día y noche al Se-
ñor con ayunos y oraciones. Llegó en aquel momento y también
comenzó a alabar a Dios hablando del niño a todos los que es-
peraban la liberación de Jerusalén.
Una vez que cumplieron todo lo que ordenaba la Ley del Señor,
volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se
desarrollaba lleno de sabiduría, y la gracia de Dios permane-
cía con él.
Lc 2, 36-40
"A menos que hagan un esfuerzo disciplinado, la gracia no
descenderá sobre ustedes. El anhelo, la agonía por la meta no al-
canzada derrite el corazón del Señor, esta es la angustia que gana
su gracia. A menos que ustedes no iluminen sus corazones, los ha-
gan brillar claros y puros, éstos se encontrarán amortajados en la
oscuridad, inmersos en la noche. El Señor ama no al devoto sino a

407
su devoción, recuérdenlo. La gracia del Señor es como la lluvia,
agua pura que cae igualmente en el suelo por el cual fluye. Así las
palabras del Señor son dulces para algunos, amargas para otros.
Los medios del Señor son misteriosos.
Tienen que usar la fuerza y el intelecto que les han sido da-
dos, sólo entonces será otorgada la gracia.
Usen la fuerza de que han sido dotados, entonces oren y pi-
dan la fuerza al Señor. El Señor los bendecirá, si piden uno Él les
otorgará cien.
Sólo cuando hayan sido bendecidos por la gracia del Señor,
la cual se gana mediante el cumplimiento del deber, podrán tener
paz. Un pez tendrá paz sólo cuando está rodeado de agua. Como él,
ustedes deben estar envueltos por la gracia. No hay atajo para lle-
gar a ésta. La recordación del nombre de Dios es el camino más se-
guro. Pongan oídos sordos a los que prescriben rutas más cortas."
Sai Baba
Juan daba testimonio de Él y gritaba: "Este es del que yo dije:
El que viene detrás de mí ha sido antepuesto a mí, porque era
primero que yo". De su plenitud, en efecto, todos hemos recibi-
do, y gracia sobre gracia.
Jn 1, 15-16
"La gracia de Dios es como la mar, vasta e ilimitada. Han vis-
to como una semilla de mango crece hasta ser un árbol que da miles
de frutos, cada uno de los cuales encierra una semilla idéntica a la
primera que fue plantada. Así también Dios puede hallarse en cada
ser manifestado por su voluntad. Las almas existen como resultado de
su voluntad, de acuerdo con su plan. De manera que nadie está fue-
ra de su gracia. Dios es como un árbol divino que concede deseos,
que les otorga cualquier cosa que pidan, pero ustedes han de acer-
carse al árbol y pedir la cosa que desean. El ateo es una persona que
está muy alejada del árbol; el creyente en Dios es aquel que se en-
cuentra cerca, esa es la diferencia. El árbol no hace distinciones,
otorga dones a todos. Dios no los castigará ni se vengará si ustedes
no le reconocen o adoran. No tiene como mejor ni más agradable nin-
guna forma de culto en especial. La gracia de Dios siempre está flu-

408
yendo como la corriente eléctrica a lo largo del cable. Instalen el fo-
co y la corriente iluminará su hogar tanto cuanto sea la capacidad
del foco. Las disciplinas espirituales que practiquen les permitirán te-
ner un corazón iluminado por la gracia de Dios.
Es la gracia de Dios cuando algo que consideran bueno les
sucede. Por otro lado, cuando les ocurre algo que no les gusta, ¿por
qué no lo toman también como una señal de la gracia de Dios? Re-
sígnense y entréguense en las manos de Dios, dejen que Él les dé el
éxito o el fracaso. Qué importa. Él puede estar haciéndolo para for-
talecerlos y a la larga resultará para su propio bien. ¿Cómo pueden
juzgarlo? ¿Quiénes son para juzgar? ¿Por qué juzgar? Hagan lo
mejor que puedan lo que tienen que hacer y quédense callados. Fi-
jen en su mente esta actitud.
La firmeza, la fe, el amor que ustedes cultivan en el corazón
y expresan a través de sus pensamientos, acciones y sentimientos,
estos son los requisitos esenciales para ganar la gracia de Dios."
Sai Baba
Me gustaría que todos fueran como yo; pero cada uno recibe de
Dios su propia gracia, unos de una manera y otros de otra.
1 Co 7, 7
La presencia de Dios en el interior de cada uno se manifiesta de dis-
tintas maneras, dependiendo de la toma de conciencia de cada quien. La
gracia divina es proporcional al esfuerzo que se realiza para merecerla.
"La gracia del Señor no se puede ganar mediante una peque-
ña pretensión de renunciación o un grano de discernimiento. Co-
nozcan y actúen, comprendan y experimenten. Ese es el duro cami-
no, ríndanse a Su voluntad.
Tienen que pagar para obtener lo que quieren; si trabajan
medio tiempo obtienen media paga, pero ahora mostramos devo-
ción de medio tiempo y queremos pago completo. ¿Cómo lo van a
obtener? Si sólo dan parte de su mente y piden que se les otorgue la
gracia de Dios completa, es como pedir paga completa por trabajo
de medio tiempo. Si reconocen con todo su corazón que todo lo que
hacen es por la gracia de Dios, seguramente recibirán de Dios to-
da la gracia. Inténtenlo y lo conseguirán.

409
Ocúpense en actividades que dirijan su intelecto y su mente por
canales sublimes y divinos. Ganen la gracia por medio del karma. Si
la lámpara no ilumina, es prueba de que no la han encendido. El Se-
ñor no es benigno ni maligno, su progreso se refleja en la gracia que
reciben. Si su progreso disminuye, se refleja en ausencia de gracia. El
espejo sólo refleja, no tiene preferencias ni prejuicios.
Descubran su nivel de desarrollo espiritual, a qué grado pue-
den asistir en la escuela, y luego decidan avanzar de ese grado al
superior. Hagan su mejor esfuerzo y ganarán la gracia de Dios. No
regateen ni se desesperen. Un paso cada vez es suficiente, siempre
que sea hacia la Meta, no para alejarse de ella.
Todos los esfuerzos espirituales tienen como Meta la atrac-
ción de la gracia hacia uno mismo. Esta es la razón por la cual al-
guien va a un templo, se para ante el altar principal y toca la cam-
pana que está colgada ahí. El sonido atraerá la atención del Señor
hacia el suplicante que acaba de llegar, pero la campanada debe es-
tar acompañada de una sincera oración, de todo corazón."
Sai Baba
El que los recibe a ustedes, a mí me recibe, y el que me recibe
a mí, recibe a Aquel que me ha enviado. El que recibe a un pro-
feta porque es profeta, recibirá recompensa digna de un profe-
ta. El que recibe a un hombre justo por ser justo, recibirá la re-
compensa que corresponde a un justo. Asimismo, el que dé un
vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, porque es discí-
pulo, no quedará sin recompensa: soy yo quien se lo digo.
Mt 10, 40-42
La recompensa a la que se alude es proporcional a la acción en
el servicio a otros, sean seres humanos o a las restantes especies de la
Creación. El merecimiento es el amor y el amor es gracia divina. Aquí
podemos recordar la famosa cita de Pablo: "Señor, que yo disminuya
y Tú crezcas en mí". El crecimiento de Dios en nuestro interior no es
otra cosa que el crecimiento de la gracia divina.
"El ser humano debe llevar una vida de moralidad y dedicar-
se a practicar siempre todas las virtudes humanas para que pueda
vivir en paz, y para que el mundo pueda gozar de paz también. Los

410
hombres no pueden lograr paz verdadera ni pueden disfrutar de la
gracia de Dios por medio alguno, excepto viviendo una vida virtuo-
sa. La moralidad y la virtud son los fundamentos para el bienestar
de la humanidad, ellos constituyen la Verdad que se mantiene incó-
lume a través de todos los tiempos. Si el resplandor luminoso de la
virtud deja de alumbrar las relaciones entre los seres humanos, la
sociedad entera queda envuelta en la noche del dolor. Dios es la per-
sonificación misma de la virtud. Su gracia se logra practicando una
vida virtuosa. El Hacedor está siempre alimentando la virtud y la
moralidad en el mundo. Está estableciendo y manteniendo en forma
continua la virtud. Él, de hecho, es Virtud.
El amor reúne a la gente, el odio la separa. No podrán ser felices
si le causan penas a otros. Dios derrama su gracia cuando se observan
los pasos de la devoción, la compasión, el servicio, el ponerse en el lu-
gar del vecino y tratar de aliviar el dolor y la pena, esto es lo que obtie-
ne la gracia. Mediante amor y servicio la mente se limpia de ego y así
Dios puede reflejarse en ella. Sean lámparas de amor, eso lo contiene to-
do. El amor, el amoroso servicio a otros, tiene dos formas asumidas por
lo divino, obtendrán para sí la gracia de Dios. Por tanto, decídanse hoy
mismo a entronizar el amor en su corazón, a cultivarlo, vuélvanlo uni-
versal, conviértanse en encarnaciones del amor. Si se posee la gracia de
Dios, nada puede dañarse. Las influencias maléficas aún de la más po-
derosa combinación de planetas con que los astrólogos suelen aterrar-
lo a uno, desaparecerán en un segundo. Para obtener esa gracia hay dos
recetas: hablar amorosamente, por lo que al mundo se refiere, y hablar
la verdad, en lo que al prójimo se refiere."
Sai Baba
El último día de la fiesta, que era el más solemne, Jesús, pues-
to en pie, exclamó con voz potente: "El que tenga sed, que ven-
ga a mí, y que beba el que cree en mí. Lo dice la Escritura: De
él saldrán ríos de agua viva".
Jn 7, 37-38
Esta sed es el anhelo, la búsqueda de Dios. Del interior del que
encuentra a Dios emana Agua Viva. El agua vivifica, hace germinar,
crecer y fructificar. Del mismo modo se produce el crecimiento en la
vida espiritual cuando es regada por la gracia divina.

411
"Manténganse siempre en contacto con Dios, conéctense con el
depósito de gracia que Él es. Entonces su vida se llenará de impertur-
bable contento. Sin esa conciencia de la constante presencia divina, to-
do servicio hecho a otro será estéril. Busquen esa conciencia, y aún el
mínimo acto de servicio rendirá frutos en plenitud. Continuamente insis-
to en el valor del servicio como práctica espiritual, para darse cuenta de
la unidad de todas las cosas en Dios y la unidad de uno mismo con Dios.
No recomiendo dejar de lado la adoración de imágenes, ritos y ceremo-
nias que prescriben las Escrituras, les pido que se adhieran a un nuevo
rito, el servicio. A un nuevo rito de adoración, la consagración de todos
los pensamientos, palabras y actos a los pies del Señor, y la aceptación
de todo cuanto sucede como dones que emanan de Su gracia.
La gracia de Dios es tanto la lluvia como el sol esplendoro-
so. Se tiene que practicar sadhana para adquirirlo, ejercicios espi-
rituales, para colocar la vasija para recibir la lluvia. Sadhana pa-
ra abrir las puertas del corazón, para que el sol entre y lo ilumine,
como la música que se transmite por la radio está siempre alrede-
dor de ustedes, pero hay que conectar el receptor y sintonizarlo en
la longitud de onda adecuada para oírla y disfrutarla. Pidan la gra-
cia, pero hagan aunque sea un poco de sadhana. La gracia arre-
glará todo, su consecuencia principal es la autorrealización, pero
hay otros beneficios incidentales, como una vida feliz y alegre aquí
en la tierra, y un sereno, tranquilo y hermoso temperamento basa-
do en una ecuanimidad inalterable."
Sai Baba
Ustedes han oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo y no harás
amistad con tu enemigo". Pero yo les digo: Amen a sus enemi-
gos y recen por sus perseguidores, para que así sean hijos de su
Padre que está en los Cielos. Porque él hace brillar su sol so-
bre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos y pecadores.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué mérito tie-
ne? También los cobradores de impuestos lo hacen. Y si salu-
dan sólo a sus amigos, ¿qué tiene de especial? También los pa-
ganos se comportan así. Por su parte, sean ustedes perfectos
como es perfecto el Padre de ustedes que está en el Cielo.
Mt 5, 43-48

412
Nadie diga en la tentación que es tentado por Dios, porque
Dios ni puede ser tentado al mal, ni tienta a nadie. Sino que ca-
da uno es tentado por su concupiscencia, que le atrae y sedu-
ce. Después la concupiscencia, una vez consentida, engendra el
pecado y el pecado, una vez cometido, produce la muerte. No
os engañéis, pues, mis queridos hermanos. Todo don excelente
y toda donación perfecta viene de lo alto, del Padre de las lu-
ces, en el que no hay cambio, ni sombra de variación.
St 1, 13-18
"La vida se basa en la muerte. Una cosa viviente consume a
la otra para poder vivir. Los fuertes pisotean a los débiles. Y esta
historia de terror continúa incesantemente. Esa es la naturaleza de
este mundo. Viéndolo, la gente saca en conclusión que si el mundo
ha sido creado por Dios, éste tendrá que ser la crueldad personifi-
cada. Y una inferencia tal parece justificada desde el punto de vis-
ta del hombre común, pero las Sagradas Escrituras declaran que es-
to no es en absoluto cierto. Dicen que Dios no es la causa ni de la
miseria, ni de la alegría, ni de la buena ni de la mala suerte. En-
tonces, ¿quién es el que produce el bien y el mal? Nosotros mismos
es la respuesta. La lluvia cae por igual sobre la tierra labrada co-
mo sobre la baldía. Sólo la tierra cultivada se beneficia con ella. No
hay que echarles la culpa a las nubes. La falla reside en el ocioso
ignorante que deja sus tierras sin cultivar. La gracia de Dios está
siempre al alcance de la mano, carece de un más o menos, de altas
y bajas. Podemos de ella más o menos, dejarla pasar o usarla para
nuestro bien.
El Señor no toma en cuenta el estado ni la casta del individuo
antes de otorgar Su gracia. Es todo misericordioso y Su gracia, co-
mo la lluvia o la luz de la luna, cae sobre todo. Así que tengan fe en
esto y sigan adelante a fin de merecerla y adquirirla."
Sai Baba

413
81
VALORES HUMANOS

Los avatares, encarnaciones divinas como Jesús y como Sai


Baba, vienen para restaurar el dharma, la acción correcta, para que el
hombre retome el sendero de la virtud. Para que ello pueda lograrse,
se deben poner en práctica los valores humanos. Ellos conducen a lo
divino.
"Dondequiera que la Verdad, la Rectitud, la Paz, el Amor y la No
Violencia son recalcados en cualquier religión o idioma, por cualquier
maestro, dondequiera que se encuentre, ahí tenemos la Acción Correc-
ta. En tanto el hombre sea capaz de amar, existirá la Rectitud. Cuando
ese amor quede fijado en el Señor, su estructura mental sufrirá lenta y
constantemente un cambio revolucionario; el hombre entonces partici-
pará de las tristezas y alegrías de sus semejantes. Los valores humanos
están presentes en nosotros de manera natural: la Verdad es lo que de-
be decirse, la Rectitud es lo que debe practicarse, la Paz es lo que de-
be experimentarse, el Amor es la cualidad natural y la No Violencia es
algo íntimo de la humanidad. Pero estas formas aún no son ostensibles
en la humanidad. Por lo tanto, el que manifiesta estas cualidades es un
hombre verdadero: amor, compasión, tolerancia, simpatía, veracidad y
sacrificio. Por el contrario, la ira, los celos, el odio, la vanidad, son
cualidades animales.
La Verdad, la Rectitud, la Paz o ecuanimidad, el Amor y la No
Violencia, son las señas de un corazón purificado, un corazón en el
cual Dios ha sido entronizado y está manifestado."
Sai Baba

414
VERDAD:
Jesús decía a los judíos que habían creído en él: "Ustedes se-
rán verdaderos discípulos míos si perseveran en mi palabra;
entonces conocerán la verdad, y la verdad los hará libres".
Jn 8, 31-32
"La Verdad libera, la Verdad es poder, la Verdad es libertad.
Es la lámpara que ilumina el corazón y despeja la duda y las tinie-
blas. El fulgor de Dios es la Verdad. La permanente y siempre eter-
na verdad de Dios debería ser el objetivo esencial de ustedes. Otras
cosas que parecen ser verdades no son verdades permanentes. No
son verdades eternas. Deberían descartarlas. Deberían llenar su
corazón de amor. Esa es la única manera como pueden alcanzar la
eterna Verdad de Dios. Deberían trabajar con la determinación de
llenar su corazón de amor y alcanzar esa meta.
Poner en práctica la Verdad es acción correcta. Hay un dicho
que expresa que no existe deber más elevado que la Verdad. La Ver-
dad es la base de toda acción correcta y la Verdad depende de la vo-
luntad de llegar a Dios. De manera que estos tres, la Verdad, la vo-
luntad y el deber, están inseparable e inextricablemente conectados
entre sí.
¿Y qué cosa es la acción correcta? Practicar lo que predicas,
hacer lo que dices que debe hacerse, manteniendo a la par precep-
to y práctica.
Si ustedes siguen adelante e inquieren sobre la naturaleza del
alma, encontrarán que se le denomina con nombres sagrados como
Verdad, Amor y Belleza. La verdad es como una luz brillante. Es con
la ayuda de esa luz brillante como podemos ver la naturaleza que
nos rodea. La habilidad de usar la brillante luz de la Verdad para
ver y comprender la naturaleza que nos rodea, representa a la bie-
naventuranza y felicidad indicadas por estas palabras. Por tanto la
conjunción de verdad, amor y belleza es el alma. Despierten de su
ignorancia, saben que su esclavitud era irreal, era un sueño el cual
quedó negado al despertar, ustedes son siempre el alma, que nunca
puede cambiar."
Sai Baba

415
RECTITUD:
Todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos:
ahí está toda la Ley y los Profetas.
Mt 7, 12
Ustedes han oído que se dijo: "No cometerás adulterio". Pero
yo les digo: Quien mira a una mujer con malos deseos, ya co-
metió adulterio con ella en su corazón.
Mt 5, 27-28
Cuando entréis en una ciudad, informaos quién hay en ella hono-
rable, y quedaos allí hasta que salgáis. Cuando entréis en la casa,
saludadla; y si la casa es digna, descienda sobre ella vuestra paz;
pero si no es digna, vuélvase sobre vosotros vuestra paz.
Mt 10, 11-13
No junten tesoros y reservas aquí en la tierra, donde la polilla
y el óxido hacen estragos, y donde los ladrones rompen el mu-
ro y roban. Junten tesoros y reservas en el Cielo, donde no hay
polilla ni óxido para hacer estragos, y donde no hay ladrones
para romper el muro y robar.
Mt 6, 19-20
No juzguen a los demás y no serán juzgados ustedes. Porque de la
misma manera que ustedes juzguen, así serán juzgados, y la misma
medida que ustedes usen para los demás, será usada para ustedes.
Mt 7, 1-2
Dijo después a sus discípulos: "Es inevitable que haya escán-
dalos; pero ¡ay de aquel por el que se provocan!; mejor sería
que le ataran al cuello una piedra de moles y lo arrojaran al
mar, que no escandalizar él a uno de estos pequeñuelos".
Lc 17, 1-2
Jesús entró en el Templo y echó fuera a todos los que vendían y
compraban en el Templo. Derribó las mesas de los que cambia-
ban monedas y los puestos de los vendedores de palomas. Les di-
jo: "Está escrito: Mi casa será llamada Casa de Oración. Pero
ustedes la han convertido en una cueva de ladrones".
Mt 21, 12-13

416
Le enviaron entonces algunos fariseos y herodianos, para cazarle
en alguna palabra. Llegaron y le dijeron: "Maestro, sabemos que
eres veraz y que no te importa de nadie, porque no tienes respetos
humanos y enseñas de verdad el camino de Dios. ¿Es lícito pagar
tributo al César o no? ¿Lo debemos dar o no?". Conociendo Él su
hipocresía, les dijo: "¿Por qué me tentáis? Traedme un denario pa-
ra que lo vea". Se lo llevaron, y les dijo: "¿De quién es esta efigie y
esta inscripción?". Ellos le dijeron: "Del César". Y Jesús les dijo:
"Pues dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios".
Mc 11, 13-17
No bastará con decirme: ¡Señor!, ¡Señor!, para entrar en el
Reino de los Cielos; más bien entrará el que hace la voluntad
de mi Padre del Cielo.
Mt 7, 21
"La palabra Rectitud, que en realidad está relacionada con
una infinita variedad de significados, en esta era moderna es ina-
decuadamente vinculada con otra palabra: deber. El deber es algo
que está conectado con el individuo. La Rectitud es eterna, es la
misma para todos en todas partes. Expresa la importancia del alma
interna. El lugar donde nace la Rectitud es el corazón. Lo que ema-
na del corazón como una idea pura, al ser trasladado a la acción
será llamado Rectitud. Si hay que decirlo de una manera que pue-
dan comprender, uno puede decirles: ‘Haz a otros lo que tú deseas
que te hagan a ti’, eso es la Rectitud. La rectitud consiste en evitar
aquellos actos que lastimarían a otros. Si alguien te causa felicidad,
a tu vez debes hacer aquellas cosas que causarían felicidad a otros.
Cuando reconocemos que lo que otros hacen causará dificultades y
nosotros hacemos las mismas cosas, eso es actuar incorrectamente.
Deberíamos primeramente inquirir qué es lo que la Rectitud
significa. La Rectitud ordena al hombre observar ciertas reglas de
conducta para su progreso social y espiritual. La observancia de
esas restricciones y disciplinas puede llamarse conducta correcta.
El primer paso en la práctica espiritual es apegarse a la Rectitud en
todo acto individual y social. Las acciones correctas observadas en
relación con el mundo material, automáticamente conducirán más
adelante hasta la rectitud en el campo espiritual también.

417
La Rectitud es la raíz de este mundo. Obedézcanla y serán fe-
lices. El respeto por los padres es la primera lección que la rectitud
enseña. La gratitud es el manantial que alimenta ese respeto.
Deben examinar cada momento de su vigilia para ver si es-
tán observando los preceptos de la Rectitud o si están alejándose de
ellos. La tentación de desdeñar la Rectitud nace del egoísmo y por
aceptar los falsos valores.
Para experimentar la verdadera naturaleza del alma sólo te-
nemos que ejecutar cierta clase de acciones relacionadas con la
forma correcta de vivir.
No persigan objetivos pobres, utilicen la mente en seguir el plan
del Señor para restablecer la rectitud en el mundo. En la actualidad,
la más fácil y más fructuosa expresión de la rectitud consiste en el ser-
vicio como adoración de lo divino que nos rodea. Dediquen toda su
habilidad, su talento, su riqueza y educación a las personificaciones
vivientes de la divinidad que los circundan. La acción correcta es el
camino para el progreso tanto individual como social en este mundo y
a través de este mundo, hacia el siguiente. Es eterno, básico, funda-
mental. La Rectitud es el lindero, el límite que la inteligencia impone
a las pasiones, las emociones, los impulsos del hombre.
Rectitud es aquello que nace del corazón, que luego es ex-
presado con palabras y que enseguida es puesto en práctica."
Sai Baba
PAZ:
Al entrar en cualquier casa, bendíganla antes diciendo: La paz sea
en esta casa. Si en ella vive un hombre de paz, recibirá la paz que
ustedes le traen; de lo contrario, la bendición volverá a ustedes.
Lc 10, 5-6
Les dejo la paz, les doy mi paz. La paz que yo les doy no es como
la que da el mundo. Que no haya en ustedes angustia ni miedo.
Jn 14, 27
"La paz es la más valiosa posesión del hombre. Es la señal de
un carácter virtuoso, de una voluntad para servir, de una disposición
para renunciar, de un tranquilo espíritu de resignación, es señal de

418
que se da cuenta de lo evanescente de la riqueza material y de lo fres-
co y tranquilo que es el lago de gozo del corazón. El hombre al no es-
tar en paz consigo mismo, no puede estar en paz con los demás. La
paz es el más grande de los dones, la más preciosa de las posesiones.
El hombre tiene que ejercer su derecho hereditario, es decir, estar en
paz. Para él, la falta de paz es un estado antinatural. Su verdadera
naturaleza es estar en paz. Para recobrar su herencia de paz, el hom-
bre intenta diversos métodos: la acumulación de riqueza, el manteni-
miento de la salud, el dominio del conocimiento, el cultivo de las ar-
tes. Pero estos no son fundamentales. Todavía restan tres necesidades
básicas, de realidad, de luz y de inmortalidad. Cuando queden satis-
fechas, la paz quedará restablecida.
El hombre tiene que considerar al universo como básicamen-
te Dios, y así también como fundamentalmente conocimiento, amor
y paz.
Al acercarse a Dios en busca de su ayuda y guía, ustedes han
dado el primer paso para salvarse. Son entonces llevados a aceptar
Su voluntad como propia. En esa forma ustedes alcanzan la paz.
El hombre tiene en su propio corazón los manantiales de la
alegría y la paz. Cultívenlos, denles la más amplia libertad para
borbotear y fertilizar todos los campos de acción. Hablen sin mali-
cia, ni odio, ni envidia, hablen la verdad, hablen para conformar,
consolar, transmitir alegría.
Así, si tienen paz, el mundo les parecerá un lugar bastante
tranquilo, si tienen intranquilidad, el mundo estará lleno de ella. La
paz ha de obtenerse mediante práctica espiritual y no por el estudio
de libros.
Si hay rectitud en el corazón, habrá belleza en el carácter.
Si hay belleza en el carácter, habrá armonía en el hogar.
Si hay armonía en el hogar, habrá orden en la nación.
Si hay orden en la nación, habrá paz en el mundo."
Sai Baba
AMOR:
Ustedes han oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo y no harás
amistad con tu enemigo". Pero yo les digo: Amen a sus enemi-

419
gos y recen por sus perseguidores, para que así sean hijos de su
Padre que está en los Cielos. Porque él hace brillar su sol sobre
malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos y pecadores.
Mt 5, 43-45
Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los
otros. Ustedes deben amarse unos a otros como yo los he ama-
do.
Jn 13, 34
Pero hay otro muy parecido: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo.
Mt 22, 39
"Todo ser necesita amor: inhala y exhala amor. Pues el amor es
el aliento básico, cada uno es una Encarnación del Amor. El amor no
conoce el miedo. Sólo el temor es lo que hace a la gente desvirtuar la
verdad. El amor no busca recompensa, el amor es en sí su propia re-
compensa. Esa es la única ganancia: la alegría de amar y ser amado.
Estén siempre saturados de amor, no usen palabras veneno-
sas contra nadie, pues las palabras hieren más fatalmente que las
flechas mismas. Hablen con suavidad y dulzura, compadézcanse del
sufrimiento, la pérdida y la ignorancia. No dañen a ninguno en su
fe en la virtud y la divinidad.
El primerísimo paso es desyerbar el jardín de su corazón, arran-
cando de raíz las zarzas y malezas de la lujuria y la codicia, del odio y
el orgullo, para plantar en el terreno así limpiado las matas del amor.
La devoción no debe calcularse sobre la base del número de
instituciones que uno haya iniciado o haya ayudado, o de los tem-
plos que uno haya construido o renovado, o de los donativos que
haya dado, ni tampoco depende del número de veces que uno haya
escrito el Nombre del Señor... estas cosas no son de manera alguna
vitales, no, ni siquiera son secundarias. La devoción es amor, amor
no contaminado por la más mínima traza de deseo. Dios está don-
de está el amor, amor expresado como simpatía, caridad, reveren-
cia, afecto, sacrificio. Dios es Amor, ilusión de Amor y Encarnación
del Amor. Por eso Él puede ser alcanzado únicamente a través del
amor.

420
Cultiven amor puro, no egoísta. Compartan ese amor con to-
dos sus hermanos y hermanas de todos los credos, colores y climas.
El amor se convierte en veneno si el odio lo contamina. El amor de-
be fluir, no sólo de la lengua o de la cabeza sino principalmente del
corazón. Llenen de amor cada acto suyo. Que nadie sufra el menor
dolor como resultado de su pensamiento, palabra u obra.
Amen a Dios, amen al mundo como la vestimenta de Dios. El
amor cura la mezquindad, el odio y la aflicción. El amor suelta las
amarras, salva al hombre del tormento del nacimiento y la muerte.
El amor enlaza a todos los corazones. Que su amor se extienda ha-
cia la Creación entera. El amor es alegría, el amor es poder, el
amor es luz, el amor es Dios."
Sai Baba
NO VIOLENCIA:
Sabéis que se dijo a los antiguos: "No matarás" (Ex. 20, 13), y
el que matare será reo de juicio. Pero yo os digo que el que se
enoje con su hermano será reo de juicio; el que llame "cretino"
a su hermano, será reo del Sanedrín; y el que lo llame necio se-
rá reo de la gehenna de fuego.
Mt 5, 21-22
Ustedes han oído que se dijo: "Ojo por ojo y diente por diente".
Pero yo les digo: No resistan al malvado. Antes bien, si alguien te
golpea en la mejilla derecha, ofrécele también la otra. Si alguien
te hace un pleito por la camisa, entrégale también el manto. Si al-
guien te obliga a llevarle la carga, llévasela el doble más lejos.
Mt 5, 38-41
Al llegar el tiempo de su partida de este mundo, resolvió ir a
Jerusalén, y envió mensajeros por delante. Marcharon éstos y
entraron en una aldea de samaritanos, a fin de prepararle su
llegada. Pero los samaritanos no lo recibieron, porque iba ca-
mino de Jerusalén. Al ver esto los discípulos Santiago y Juan,
dijeron: "Señor ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo
y los consuma?". Mas Jesús volviéndose a ellos los reprendió.
Y se fueron a otra aldea.
Lc 9, 51-56

421
Jesús le dijo: "Judas, ¿con un beso traicionas al Hijo del Hom-
bre?".
Los que estaban con Jesús vieron lo que iba a pasar y le pre-
guntaron: "Maestro, ¿sacamos la espada?". Y uno de ellos hi-
rió al servidor del sumo sacerdote cortándole la oreja derecha.
Pero Jesús le dijo: "¡Basta ya!". Y tocando la oreja del hombre,
lo sanó.
Lc 22, 48-51
"No violencia significa no dañar a nadie con ninguno de
nuestros cinco sentidos. Una mala mirada es violencia, escuchar el
mal es violencia, los malos pensamientos y las malas acciones son
violencia. Por eso decimos: No vean el mal, vean lo que es bueno;
no escuchen el mal, escuchen lo que es bueno; no hablen el mal, ha-
blen sobre el bien; no piensen mal, piensen bien; no hagan lo que
está mal, hagan lo que está bien; este es el camino a Dios."
Sai Baba

422
82
SER LUZ

En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el


Verbo era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Todo fue he-
cho por Él, y sin Él nada se hizo. Cuanto ha sido hecho, en Él
es vida, y la vida es la luz de los hombres; la luz luce en las ti-
nieblas, y las tinieblas no la sofocaron.
Hubo un hombre enviado de Dios, de nombre Juan. Éste vino
como testimonio, para dar testimonio de la luz, a fin de que to-
dos creyeran por él. No era él la luz, sino el testimonio de la luz.
Existía la luz verdadera que, con su venida a este mudo, ilumi-
na a todo hombre.
Jn 1, 1-9
"Dios es más que un billón de soles pero si ustedes están lejos de
Él, no podrán tener ni el calor ni la luz. Desde luego, con Dios no es la
distancia específica lo que cuenta, uno mismo tiene que hacerse querer
por Dios. Ese es el proceso de la devoción. La luna no tiene luz propia,
las estrellas son fuentes de enormes cantidades de luz, pero la luz de és-
tas es tan difusa y vaga que es como si no existiera, mientras que la lu-
na con luz prestada es capaz de ayudarle mucho más al hombre a ilumi-
nar sus noches con una cantidad de luz. El secreto está en la cercanía de
la luna a la fuente de luz, el sol, y a aquellos que la necesitan, es decir,
la humanidad en la tierra.
La lámpara no es el mero símbolo de la Verdad, es también un
símbolo del Uno, el alma que brilla dentro y a través de toda la mul-
tiplicidad. Así como con una sola lámpara se pueden encender miles

423
de lámparas, el Uno brilla siempre igual, aunque de su luz provengan
miles de luces. Así también, el alma ilumina al ser individual y brilla
en y a través de cada uno, sin que esto haga que disminuya su es-
plendor. El alma, el espíritu, es la causa, todo lo demás es su efecto."
Sai Baba
En la región había pastores que vivían en el campo y que por
la noche se turnaban para cuidar sus rebaños. Se les apareció
un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de claridad...
Lc 2, 8-9
(Refiriéndose al nacimiento de Jesús): "...y la historia dice: 'ha-
bía una estrella en el cielo que cayó con una nueva luz, y esto guió a al-
gunos tibetanos y a otros al lugar donde nació el Salvador'. Esta histo-
ria es leída y tomada como cierta por muchos, aunque las estrellas no
se caen, ni siquiera se deslizan tan súbitamente. Lo que la historia sig-
nifica es que había una enorme aura de esplendor que iluminaba el cie-
lo por encima de la aldea donde nació Cristo. Eso significa que había
nacido aquel que iba a vencer la oscuridad del mal y la ignorancia, el
que iba a difundir la luz del amor en el corazón del hombre y en los di-
rigentes de la humanidad. La aparición del resplandor y de otros signos
para anunciar la era que se ha iniciado, es natural cuando se presentan
las Encarnaciones en la tierra. Jesús habría de hacer añicos la oscuri-
dad que había envuelto al mundo, el aura de luz era una señal que anun-
ciaba el acontecimiento. Si cada uno cumple con su deber con un espí-
ritu de dedicación, la luz puede iluminar todo; pero si las puertas del co-
razón se oponen a la luz, ¿cómo podrá desaparecer la oscuridad? No
pueden sentarse y esperar que la Encarnación derrame paz y alegría so-
bre ustedes. La Encarnación viene para advertir, guiar y despertar, pa-
ra establecer el camino e iluminarlo de amor. Pero el hombre debe es-
cuchar, aprender y obedecer con fe y esperanza."
Sai Baba
La gente le replicó: "Escuchamos la Ley y sabemos que el Me-
sías permanece para siempre. ¿Cómo dices tú que el Hijo del
Hombre va a ser levantado? ¿Quién es ese Hijo del Hombre?".
Jesús les contestó: "Todavía por un poco más de tiempo estará la
luz con ustedes. Caminen mientras tienen luz, no sea que les sor-

424
prenda la oscuridad. El que camina en la oscuridad no sabe adón-
de va. Mientras tengan la luz, crean en la luz y serán hijos de la luz".
Jn 12, 34-36
"El egoísmo tiene que ver con la tierra, surge de lo terrenal, no
del cielo. Cuando el hombre crece en fortaleza física, en poder econó-
mico, en claridad mental, en destreza intelectual y en autoridad polí-
tica, y no crece en riqueza espiritual, se vuelve un peligro para la so-
ciedad y una calamidad para sí mismo. No tiene luz que lo guíe, no re-
conoce que está en la oscuridad, no clama por la luz, no conoce la luz.
Su intelecto se ha vuelto esclavo de sus pasiones y de sus sentidos, en
lugar de establecerse como el amor. Cuando por fin la luz aparece
frente a él y lo inunda, reconoce al Uno y felizmente se une con Él."
Sai Baba
Ustedes son la luz del mundo: ¿cómo se puede esconder una
ciudad asentada sobre un monte? Nadie enciende una lámpara
para taparla con un cajón; la ponen más bien sobre un cande-
lero, y alumbra a todos los que están en la casa. Hagan, pues,
que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras,
y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos.
Mt 5, 14-16
"Para que el fuego aumente o disminuya, el combustible es la
única causa, no hay ninguna otra razón. Mientras más combustible
hay, mayor es la iluminación. En toda la humanidad, cada indivi-
duo tiene el derecho incontestable de alimentar su fuego con com-
bustible. El fuego tiene la fuerza de dar luz, es su verdadera natu-
raleza. Así también, el fuego del discernimiento del aspirante y
practicante espiritual, el fuego del cual emanan la luz de la sabidu-
ría, el combustible de la renunciación, de la tranquilidad, de la ver-
dad, de la misericordia, de la tolerancia y del servicio desinteresa-
do, tiene que ser empleado constantemente. Cuanto más lo em-
pleen, más eficaces y refulgentes podrán volverse los aspirantes.
Solamente los árboles que crecen en el suelo fértil pueden dar bue-
nos frutos. Los que crecen en suelo salino serán pobres. Así también
y solamente en los corazones inmaculados, es donde estos senti-
mientos, poder y dones santos pueden brillar con esplendor.

425
Enciendan la lámpara del amor dentro del nicho de sus co-
razones, y entonces los pájaros nocturnos de la codicia y la envidia
se irán volando, incapaces de soportar la luz.
Alguien dijo que como resultado del conocimiento, la maya,
la ilusión, se va. Pero la maya no viene ni se va. Cuando se trae una
luz a este salón, ustedes dicen que la luz ha venido y que ha salido
la oscuridad, ¿pero adónde se fue? Si se apaga la luz, queda oscu-
ro. La oscuridad no viene de donde se ha ido de repente por las
puertas y llena el salón. Está allí todo el tiempo, no se fue, sola-
mente se ha iluminado el salón y la luz ha prevalecido. Así también,
cuando se hayan ganado la gracia del Señor prevalecerá la luz, y
entonces la ilusión de la separatividad será impotente."
Sai Baba
La lámpara de tu cuerpo son los ojos; si tus ojos están sanos,
todo tu cuerpo estará iluminado; pero si están malos, tu cuer-
po estará en tinieblas. Cuida, pues, que la luz que hay en ti no
sea tinieblas. Pues si todo tu cuerpo está iluminado, al no ha-
ber en él parte alguna tenebrosa, todo él resplandecerá, como
cuando la lámpara te ilumina con su resplandor.
Lc 11, 33-36
"En este mundo anochecido, es difícil desplazarse en concor-
dancia con la verdad, con corrección, en forma pacífica, sin chocar
con algún obstáculo. ¿Cómo podemos entonces triunfar? Encen-
diendo la luz. Dejemos que la luz revele la realidad, obtengamos la
luz de la sabiduría, ello resolverá todas las dificultades.
El cuerpo es el templo de Dios, Él reside en el corazón. El
intelecto es la lámpara encendida en ese altar. Ahora, cada ráfa-
ga de viento que entra por las ventanas de los sentidos, afecta la
llama de la lámpara y empaña su luz, amenazando con apagarla.
Por ello, cierren las ventanas, no las dejen abiertas a las atrac-
ciones directas de los objetos. Mantengan su intelecto agudizado,
de manera que pueda cortar a la mente como un diamante, y con-
vertirla en una hoguera de luz, en vez de ser una mecha de lán-
guida llama. El discernimiento es un instrumento importante pa-
ra el progreso espiritual.

426
¿Necesitan luz por dentro y por fuera de la casa? La solución es-
tá en colocar la lámpara en el umbral. Similarmente, si desean esparcir
la iluminación de la paz interna a su alrededor así como en su interior,
deben colocar el Nombre del Señor en su lengua, que es el umbral de su
personalidad. La lámpara en la lengua no flaqueará ni se apagará, ni
podrá ser extinguida por tormenta alguna, les concederá paz, y a través
de ustedes, a todos los que se topen con ustedes por el mundo."
Sai Baba
Jesús les habló de nuevo diciendo: "Yo soy la luz del mundo. El
que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz
de la vida".
Jn 8, 12
"La gracia de Dios representa la única esperanza para el hom-
bre; ella es la única lámpara para iluminar el camino; ella es la com-
pasión que recompensa al hombre por su esfuerzo espiritual; ella re-
presenta la fuerte y segura embarcación que puede hacerle llegar sa-
no y salvo a la otra orilla. Buscar a Dios sin haber obtenido primero
una vida moral y virtuosa es como desear una llama sin tener una lám-
para, sin mecha y sin aceite. Adquieran todos éstos, entonces la po-
drán encender y tendrán luz. Es lo mismo con la luz de Dios. Hay un
detalle en el cual los aspirantes espirituales deben poner mucho cui-
dado: la lámpara, la mecha y el aceite deben estar en proporción; la
llama no podrá arder vivamente y dar luz si la mecha es muy grande
o demasiado chica en relación con la lámpara. O si hay demasiado o
muy poco aceite para la mecha. Sólo se puede obtener una luz firme y
brillante cuando los tres están en las proporciones adecuadas.
La luz es sabiduría, sin luz todo es oscuridad. Si ustedes no
han tomado la lámpara del conocimiento para iluminar su sendero,
tropezarán en las tinieblas y el miedo será su compañero. No hay
mayor incertidumbre que el miedo, ni ignorancia más poderosa que
la que se deriva del miedo. Por lo tanto, decidan caminar a la luz
del Conocimiento y sean dignos de haber nacido. A través de su éxi-
to podrán, además, hacer que la vida de otros valga la pena."
Sai Baba
Esto requiere un juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefi-
rieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Pues el

427
que obra el mal odia la luz y no va a la luz, no sea que sus obras
malas sean descubiertas y condenadas. Pero el que hace la verdad
va a la luz, para que se vea que sus obras han sido hechas en Dios.
Jn 3, 19-21
"Las almas realizadas son como los faros que señalan el cami-
no a las naves atrapadas en la impenetrable oscuridad en medio del
océano. Los faros espirituales muestran el camino a aquellos que se
debaten ciegamente en la espesa noche de la ignorancia. Cuando el
fuego arde, su luz puede ser distinguida a cierta distancia, sin embar-
go, los observadores muy lejanos no pueden sentir su calor. De la mis-
ma manera, es fácil descubrir el resplandor del conocimiento para
aquellos que están lejos de adquirirlo, pero solamente los que real-
mente se han acercado a él, los que lo han sentido y se han sumergido
en él, pueden experimentar su calor.
Avancen más hacia la luz y las sombras quedarán detrás de
ustedes. Aléjense de ella, y entonces tendrán que seguir a su propia
sombra. Den un paso hacia el Señor a cada instante, y así maya, la
ilusión, la sombra, se esfumará y no volverá a engañarlos otra vez.
En esta era donde la oscuridad está envolviendo la mente del
hombre, cualquier lamparita que pueda iluminar el camino será bien
recibida. Es por esto que les aconsejo acudir a los buenos actos, ob-
servar buena conducta y tener buenas actitudes y perspectivas para
que puedan establecerse en la constante presencia del Señor.
Actualmente la rivalidad, el deseo de derrotar y hundir a la otra
persona, adoptando cualquier medio, la avidez de obtener riqueza, fa-
ma y superioridad, han apagado la lámpara del amor en el corazón hu-
mano. Resuelvan en este día encenderla nuevamente. Cuando la lám-
para del amor brilla, Dios se hace presente. Manténganla ardiendo,
brillante y pura, para mantener la presencia de Dios. Permitan a todos
encender sus lámparas con ésta, así Dios derramará Su gracia."
Sai Baba

428
83
YO SOY

Dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza...".


Gn 1, 26
Dios dijo a Moisés: "Yo soy: YO-SOY". "Así dirás al pueblo de
Israel: YO-SOY me ha enviado a ustedes".
Ex 3, 14
Por eso les he dicho que morirán en sus pecados. Yo les digo
que si ustedes no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados.
Jn 8, 24
Díjole Jesús: "Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va
al Padre sino por mí. Si me habéis conocido a mí, conocéis
también a mi Padre. Y desde ahora lo conocéis y lo véis".
Jn 14, 6-7
"La gente pregunta a otros: ¿Quién eres tú? ¿Cuál es tu nom-
bre? ¿De dónde eres?... ¡Pero rara vez se hacen estas preguntas a
sí mismos o tratan de descubrir las respuestas a estos misterios!
Cuando tienen esta sed, están en la siguiente etapa: ¿Quién soy yo?
Yo soy un simio altamente evolucionado, dicen algunos. Yo soy
un conglomerado de elementos químicos, dicen otros. Yo soy una enti-
dad eterna y esto no es más que una de mis estadías aquí en la tierra,
dicen otros. El Yo es una limitación falsa impuesta por la ignorancia,
yo soy una ola del océano y por lo tanto ¡soy el océano mismo!, decla-
ran otros. Estos últimos proclaman que el 'Yo' es el So Ham: 'Yo soy Él'.
'Él' significa el Absoluto Universal Eterno, la entidad ilimitada, sin

429
principio ni fin. Cuando se medita en este axioma y se lo convierte en
nuestra experiencia más profunda, el hombre alcanza la bienaventu-
ranza más elevada, la dicha suprema de fusionarse con el Ser del cual
se sintió desplazado por un largo período.
El hombre es una chispa de lo divino y debe manifestar lo divino
en cada una de sus actividades. En cada respiración debe inhalar la ex-
periencia de 'Yo soy Él', en cada pensamiento debe expresar y experi-
mentar su afiliación divina. Dios es Amor. El amor es la más divina de
las cualidades que el hombre puede cultivar y conferirse a sí mismo.
Desde el momento en que nacen su respiración está procla-
mando su propia realidad, ya que repite incesantemente el mantra
'So Ham', 'Yo soy Él', 'Yo soy Dios'. Manténganse conscientes de es-
to y jamás podrán equivocarse. No podrán nunca lastimar o insul-
tar a otro, porque el otro también es Él.
Cuando la repetición del 'Yo soy Él' se detiene, el hombre se
ha reducido a un cadáver. Vuestra misma respiración repite veintiún
mil seiscientas veces al día 'Yo soy Él', 'So Ham', que acentúa la
identidad del residente con el principio inmanente del universo.
El Yo activa el cuerpo inerte y sus componentes tanto inter-
nos como externos. Tenemos aquí un micrófono, éste que está fren-
te a mí, y hay un cable conectado a él. Pero aunque el micrófono
sea el último modelo y el cable sea de la mejor calidad, si no hay
corriente que los alimenta ¡mi voz no podría llegar a ustedes! Tam-
bién en el cuerpo tiene que estar este Yo, este poder divino, impul-
sando y haciendo trabajar a la mano, al ojo y a la mente.
Deben realizar las actividades de la unidad a la que pertene-
cen, con la fe de que la voluntad divina es la energía motivadora
básica de todo lo que planean y hacen. ¿Quiénes son ustedes? Us-
tedes son esa voluntad divina que les da vida, vigor, voluntad y sa-
biduría. Tomen conciencia de esto, es la Meta de la vida. Significa
el fin de la ignorancia y de la irrealidad."
Sai Baba

430
84
LA SABIDURÍA

La sabiduría tiene su origen en la palabra latina "sapere", que


significa gustar. ¿Qué es, entonces, la sabiduría? Es la gustación o el
sabor de lo auténtico, de lo real, que no se consigue con la acumula-
ción de experiencias materiales sino con el fluir de lo interno. Lo in-
terno en este caso se refiere a la intuición, ese conocimiento superior
de la magnificencia divina en nuestro interior. Es el conocimiento del
Todo, del Absoluto, de la Suprema Conciencia. El científico puede te-
ner muchos conocimientos, muchas experiencias, y sin embargo care-
cer de sabiduría. Por el contrario, un sabio auténtico puede desconocer
muchas cosas demostrables en el orden material, físico y químico, y
poseer una profunda sabiduría, la experiencia de Dios.
Poseer sabiduría producirá en nosotros armonía, paz, felicidad,
que nos permitirá tomar conciencia de nuestra unidad universal, de ser
parte de ese Todo, con mayúscula. Y especialmente facilitará la toma
de conciencia de que nuestro ser debe ir creciendo en sabiduría y en
amor para lograr su identificación con el Absoluto.
Como hemos visto en varias oportunidades, Jesús señaló nues-
tra meta final diciéndonos: "Sed perfectos, como vuestro Padre Ce-
lestial es perfecto" (Mt 5, 48). En la cena de Pascua, en su oración al
Padre, dijo: "Así como Tú y Yo somos Uno, que ellos también logren
esa unidad" (Jn 17, 22-23), que ellos también alcancen la realización
de la divinidad, que es la culminación de nuestra evolución como se-
res humanos. "El que bebiere del agua que Yo le daré, nunca más ten-
drá sed" (Jn 4, 14). Fue claro al decir que quien encuentra la verda-
dera sabiduría hará que su interior se convierta en un torrente de cre-

431
cimiento espiritual hacia la divinidad, hasta alcanzar la unión con el
Absoluto.
Saciarnos de las aguas de la sabiduría divina es el propósito de es-
ta existencia. Vale decir, tomar conciencia de nuestro ser divino constitu-
ye la auténtica sabiduría. Todo lo demás termina con la muerte de nues-
tro cuerpo, es decir, termina en la nada, quedarse sólo en ello, haber per-
dido el sentido de la vida. Tal fue el resultado obtenido por las vírgenes
necias que no se proveyeron del aceite de la sabiduría para esperar al di-
vino esposo. En cambio, los que se proveen del aceite de la sabiduría son
los que resplandecerán y estarán preparados para el encuentro con Dios.
Salomón, quien llegó a poseer todo lo que humanamente es po-
sible, dice:
Oré y me fue dada la inteligencia; supliqué, y el espíritu de sabidu-
ría vino a mí. La preferí a los cetros y a los tronos, y estimé en na-
da la riqueza al lado de ella. Vi que valía más que las piedras pre-
ciosas; el oro es sólo un poco de arena delante de ella, y la plata,
menos que el barro. La amé más que a la salud y a la belleza, in-
cluso la preferí a la luz del sol, pues su claridad nunca se oculta.
Junto con ella me llegaron todos los bienes: sus manos estaban
repletas de riquezas incontables. Recibía con alegría todas
esas cosas de que me proveía la sabiduría, pero todavía no sa-
bía que la sabiduría era su madre.
Estudié de manera desinteresada, por eso la comparto sin se-
gundas intenciones: es una riqueza que no esconderé. Porque
la Sabiduría es para los hombres un tesoro inagotable; los
que la adquieren se hacen amigos de Dios, debido a los fru-
tos de su educación.
Sb 7, 7-14
Supe, pues, todo lo que está oculto y todo lo que se ve, puesto
que la sabiduría que lo ha hecho todo me lo enseñaba.
Sb 7, 21
Se desprende, como un vapor, del poder de Dios, es una ema-
nación muy pura de su Gloria; por eso, nada de sucio se intro-
duce en ella. Es la irradiación de la luz eterna, el espejo sin ta-
cha de la actividad de Dios y la imagen de su perfección.

432
Es una, pero lo puede todo; sin salir de sí misma, lo renueva to-
do. De generación en generación pasa a las almas santas de las
cuales hace amigos de Dios y profetas. Porque Dios sólo ama
al que vive con la Sabiduría.
Sb 7, 25-28
Una vez que cumplieron todo lo que ordenaba la Ley del Señor, vol-
vieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se desa-
rrollaba lleno de sabiduría, y la gracia de Dios permanecía con él.
Lc 2, 39-40
Porque vino Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino,
y dijeron: Está endemoniado. Luego vino el Hijo del Hombre,
que come y bebe y dicen: Es un comilón y un borracho, amigo
de cobradores de impuestos y de pecadores. Sin embargo, los
hijos de la Sabiduría lo reconocen en su manera de actuar.
Lc 7, 33-35
"¿Cuál es la fuente de la 'ausencia de sabiduría', o sea, la igno-
rancia? Se los voy a decir: es la identificación con el cuerpo, la falsa ilu-
sión de que son cuerpos. Esto solamente puede borrarse mediante la ad-
quisición del Conocimiento apropiado. Para cancelar la oscuridad se
necesita la luz. Del mismo modo, por más que se esfuercen, la ignoran-
cia no va a desaparecer si persiste el deseo. Una vez que comprendan la
naturaleza y las ramificaciones de esta característica, o sea de esta ig-
norancia, la Verdad va a aparecer. El sabio está libre de ilusión, no es-
tá afectado por los básicos tributos humanos.
El buscador de sabiduría, el que anhela continuamente la re-
alización de lo divino, usa su tiempo en contemplación ininterrum-
pida de la divinidad, en obras piadosas y pensamientos sagrados.
Los otros dos tipos de aspirantes espirituales son: el pobre que an-
hela prosperidad y fortuna, y el pudiente que trata de acumular ri-
quezas por medios legítimos; ambos reúnen experiencias que con-
fieren elevación y elaboran continuamente el problema de lo que es
real e irreal, y finalmente se transforman en buscadores de sabidu-
ría. Más adelante aún, son transformados en sabios y son salvados.
La Meta se alcanza de esta manera, pasando de un estado a otro.
No se puede alcanzar la meta de un solo salto.

433
Más que la sabiduría lograda a través del conocimiento de
las Escrituras, deberían valorar la sabiduría obtenida mediante la
experiencia. Partiendo del conocimiento de las Escrituras, puedes
convertirla en sabiduría, poniendo el conocimiento en práctica en
sus vidas diarias.
Diversas clases de personas se autocalifican de sabias en
nuestros días. No saben que un sabio se destaca por ciertas carac-
terísticas. La señal que lo hace genuino es, naturalmente, su decla-
ración basada en su propia experiencia: 'Dios es todo esto'. La asi-
milación ininterrumpida de esa experiencia es la verdadera marca
de distinción del sabio. El percibe a Aquel que tiene a todos los se-
res por su hogar y mora en ellos. Es solamente la persona que per-
cibe a Dios en todos los seres la que merece ser llamado sabia.
¿Qué es exactamente sabiduría? Es la posesión de aquel cono-
cimiento que nos capacita para saberlo todo, y de este modo nos dis-
pensa el conocimiento de todo lo demás. El sabio tiene devoción ha-
cia el Uno, mientras que los otros tienen devoción hacia la diversidad.
El sabio no levantará los ojos hacia cosa alguna que no sea Dios. Aun-
que lo haga, ve a Dios en cualquier lugar donde sea que sus ojos se
dirijan. Por esta razón Dios ha declarado que el sabio es para Él el
más caro. Naturalmente, todos son lo mismo para Dios, pero entre
aquellos que han llegado a Su presencia y viven en dicha presencia, el
amor es explícito. Por lo tanto, se puede decir que el sabio es el que
está más cerca de Dios y, por lo tanto, es el más amado.
Despierten, álcense y no paren hasta alcanzar la Meta, es lo
que suele decirse. Pero uno no tiene que caminar para alcanzar la
Meta. La Meta no es un lugar distante adonde deben dirigirse. La
Meta consiste en abrir los ojos, en apartar el velo, en despertar del
sueño y encender la lámpara de la sabiduría."
Sai Baba

434
85
UNO CON DIOS O LIBERACIÓN

"Cada ser viviente está en un peregrinaje, lo sepa o no. Las


antiguas Escrituras dicen que el destino de todos los seres es retor-
nar a su origen. El Señor Krishna ha declarado que todos los seres
han surgido de Él y tienen que fundirse en Él. El sol forma nubes,
elevando agua del mar en forma de vapor. El agua del mar cae co-
mo lluvia, el agua de lluvia se acumula y fluye como corrientes y
ríos, hasta que se funde con su origen, el mar. Es fiel a su destino,
afronta valientemente todas las dificultades y obstáculos que se le
presentan en su senda de peregrino. El hombre ha venido a este
mundo como mensajero de Dios. Jesús se anunció como mensajero
de Dios. Pasó muchos años de austeridad a fin de poder derramar
compasión y amor sobre toda la humanidad. Después Él se pregun-
tó: ¿soy sólo un mensajero? ¿o estoy más estrechamente relaciona-
do con Dios? ¿Soy una parte de Dios con lo divino como esencia?
Jesús pasó doce largos años errando solo por los desiertos, dedica-
do a esta indagación. Al final de este período retornó entre los hom-
bres y anunció: Yo soy el hijo de Dios.
Deben reconocer que esta vida es una etapa en el largo pere-
grinaje, y que ahora nos encontramos en un hotel, un lugar de des-
canso temporal que también tiene un vigilante, la mente. De mane-
ra que no se sientan atados permanentemente a la mente y al cuer-
po. Este cuerpo negativo tiene en positivo la divinidad dentro de él.
Cuando se vuelvan infinito amor, lo divino se manifestará en uste-
des, a través de ustedes. Traten de ser como Jesús. Sólo el amor es
capaz de revelar la divinidad latente en todos, el amor es Dios.

435
Amen para su propia evolución y no para lo que otros digan.
Jesús era una persona cuya sola alegría estribaba en esparcir amor
divino, ofrecer amor divino, recibir amor divino y vivir en el amor
divino. Sigan a Jesucristo.
Ahora la ley de la conducta humana ha llegado a ser 'cada
quien para sí mismo'. Esto se debe a que no somos conscientes de
que todos somos uno con Dios. Esta convicción, producto del es-
fuerzo espiritual, crece lentamente, pero se tiene que adquirir. Jesu-
cristo dijo primero que era un mensajero de Dios, después anunció
que era el hijo de Dios, y más tarde declaró que no había diferen-
cia entre Él y su Padre, que ambos eran Uno.
El hombre se podrá liberar sólo cuando sepa cuáles son sus
ataduras. ¿Lo atan la esposa y los hijos? No. ¿Son las propiedades?
No. ¿Son los deseos sensuales? No. La mayor causa de esclavitud
es el fracaso de no conocerse a sí mismo. Un individuo que no es
consciente de su verdadero ser no puede escapar de la tristeza.
Mientras la tristeza esté ahí, no sentirá bienaventuranza. La biena-
venturanza eludirá al hombre hasta que éste alcance la Meta pre-
destinada para él.
¿Cuál es el destino que el hombre debe alcanzar? Es el ho-
gar original de donde vino. ¿Cuál es este hogar original? Es la
consciencia de su verdadero ser. La divinidad le ha otorgado al
hombre un cuerpo para que pueda realizar esta verdad. Por lo tan-
to, el destino del hombre es la realización de su divinidad (la fuen-
te original).
Lo que surge de la divinidad debe tener cualidades divinas y
no características de animal o demonio. Un ser humano carente de
sentimientos, de compasión o amor, no es de ninguna forma un ser
humano. Todo ser humano debe manifestar su divinidad inherente.
Se debe convertir en mensajero de Dios.
Cuando el hombre comprenda su verdadera naturaleza y su
misión en la vida, se volverá uno con Dios."
Sai Baba
Ustedes han oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo y no harás
amistad con tu enemigo". Pero yo les digo: Amen a sus enemi-

436
gos y recen por sus perseguidores, para que así sean hijos de su
Padre que está en los Cielos. Porque Él hace brillar su sol so-
bre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos y pecadores.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué mérito tie-
ne? También los cobradores de impuestos lo hacen. Y si salu-
dan sólo a sus amigos, ¿qué tiene de especial? También los pa-
ganos se comportan así. Por su parte, sean ustedes perfectos
como es perfecto el Padre de ustedes que está en el Cielo.
Mt 5, 43-48
"La meta de todo esfuerzo humano es alcanzar al Uno que es-
tá detrás de toda esta pluralidad. Si no lo alcanza, el hombre no
puede tener paz interna ni externa, ni siquiera la repetición de las
oraciones o del mantra podrían garantizarle este estado.
El alma es una chispa de lo divino, los que inquieren pueden
llegar a conocer su existencia latente. Dios es uno. No importa qué
nacionalidad tengamos, qué religión profesemos. Si llegamos a do-
minar la ciencia del progreso espiritual, podemos llegar a realizar
el Absoluto Universal, Dios.
Hay una técnica definida mediante la cual se puede descu-
brir esa chispa de inmortalidad. Aunque puede parecer difícil, ca-
da paso hacia adelante hace el siguiente más fácil, y una mente
preparada por la disciplina es capaz de descubrir la base divina
del hombre y de la creación. No hay atajo para esta consumación,
tiene uno que abandonar todos los impedimentos que ha acumula-
do hasta este momento y volverse ligero para la jornada. La luju-
ria, la codicia, la ira, la maldad, el orgullo, la envidia, el odio, to-
das estas tendencias deben desecharse. Analicen sus palabras, ac-
tos y pensamientos y desháganse de los malignos que les hacen
daño a ustedes y a otros. Después, en su lugar cultiven la fortale-
za, la paz firme, la verdad, etc.
El hombre tiene que llegar a ser divino, lo divino de donde ha
venido, así es que tiene que disminuir su apego al mundo, no sepa-
rándose de él sino siendo un instrumento en manos de lo divino.
Los intentos por alcanzar a Dios deben ser hechos pronto,
pues la muerte está acechando para llevarse al hombre.

437
A través de la práctica incansable de la verdad, la rectitud y
la fortaleza, ha de inducirse a la divinidad que duerme en el indivi-
duo a manifestarse en la vida cotidiana, para transformarla en la
alegría y el amor verdadero.
Conozcan la Realidad Suprema, respírenla, báñense en ella,
vívanla, y entonces ella se convertirá en ustedes, serán plenamente
esta Realidad."
Sai Baba
No ruego sólo por éstos, sino también por todos aquellos que
creerán en mí por su palabra. Que todos sean uno como tú, Pa-
dre, estás en mí y yo en ti. Que ellos también sean uno en no-
sotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Yo les he dado la Gloria que tú me diste, para que sean uno co-
mo nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí. Así alcanzarán
la perfección en la unidad...
Jn 17, 20-23
"Es parte de la naturaleza humana que el hombre desee al-
canzar la presencia del Todopoderoso, verlo y estar siempre con
Él. Pues en lo profundo del corazón humano está el impulso por
alcanzar el lugar de donde ha venido, por recobrar la felicidad
que ha perdido, la gloria que se les sacó. El hombre es en sí mis-
mo divino, y por eso hay en él un llamado muy profundo que cla-
ma por el Todo.
Para alcanzar la presencia de la Fuente de Bienaventuranza,
Dios, deben seguir los pasos de los grandes santos y buscadores es-
pirituales. Practiquen sus enseñanzas, sigan su ejemplo. El camino
de la actividad dedicada, de la entrega a lo más alto, del amor in-
comparable por la personificación del amor, ese es el camino más
dulce que da alegría a cada paso que se avanza.
Hasta que el alma individualizada no se libere de la indivi-
dualización y se funda en lo Universal, alcanzando así la libera-
ción, habrá de encerrarse en un cuerpo tras otro y pasar a través
del proceso que se denomina vivir. Su imagen individualizada tiene
que evolucionar a través de una serie de cuerpos, hasta que alcan-
ce su plenitud en lo humano.

438
El destino ineludible de cada ser viviente es el logro de la ple-
nitud, y no puede ser evitado ni negado por medio alguno. Nuestra
actual condición de imperfección es consecuencia de nuestras acti-
vidades durante vidas previas, es decir, los pensamientos, senti-
mientos, emociones, pasiones y actos durante vidas pasadas son la
causa de las condiciones actuales. Del mismo modo, nuestras con-
diciones futuras están siendo configuradas con nuestras obras, de-
seos, pensamientos y sentimientos presentes. En otras palabras, no-
sotros mismos somos la causa de nuestra fortuna o desdicha. Esto
no quiere decir que no debemos buscar la ayuda de otros para apo-
yar nuestra buena suerte y evitar la mala. De hecho, la ayuda es
esencial para todos, en general. Cuando uno recibe esa ayuda, la
conciencia se purifica y sublima y se acelera el progreso espiritual.
Al final, uno logra la perfección y la plenitud."
Sai Baba
Yo ya no estoy más en el mundo, pero ellos se quedan en el mun-
do, mientras yo vuelvo a ti. Padre Santo, guárdalos en ese Nom-
bre tuyo que a mí me diste, para que sean uno como nosotros.
Jn, 17, 11
"La meta de todo esfuerzo humano es alcanzar al Uno. El
hombre es la encarnación de la existencia, conciencia y bienaven-
turanza, pero ya que él está tan apegado al cuerpo y a sus impulsos,
es incapaz de sumergirse profundamente en su Realidad y benefi-
ciarse con los manantiales de la conciencia y bienaventuranza que
allí se encuentran. La atracción que lo inmenso, el Absoluto Uni-
versal, tiene por lo pequeño, es la atracción del todo por la parte.
Esta es la base del amor.
El alma individual ama al Absoluto Universal, a la Totalidad
de la cual es parte. Miren a todos como partes de la misma Totali-
dad a la cual ustedes pertenecen, entonces no podrá haber odio, en-
vidia, codicia u orgullo. Una gota de agua de mar es tan salada co-
mo cualquier otra, no es necesario probar todo el mar para saber-
lo. El alma individual es existencia, conciencia, bienaventuranza.
El Absoluto Universal es también Existencia, Conciencia, Biena-
venturanza. Esta es la razón por la cual se le pide al individuo que
se repita a sí mismo 'yo soy el Absoluto Universal'. Esto es tan ver-

439
dadero como si la gota de agua del mar dijera 'yo soy el mar'. Us-
tedes y lo Universal son uno, ustedes y lo Absoluto son uno, ustedes
y lo eterno son uno, ustedes no son un individuo, ni lo particular, ni
lo temporal.
Recuerden que con cada paso se acercan más a Dios, y que
cuando dan un paso hacia Él, Dios da diez pasos hacia ustedes. En
este peregrinaje no hay paradas, es un viaje continuo de día y de
noche, a través de valles y desiertos, a través de lágrimas y sonri-
sas, a través de la vida y la muerte, a través de la tumba y del seno
materno. Una vez que se acaba el camino y se llega a la meta, el pe-
regrino descubre que no ha hecho sino viajar desde sí mismo hacia
sí mismo. Que el camino fue largo y solitario, pero que Dios lo ha
guiado todo el tiempo, estuvo siempre en él, en torno a él, con él y
junto a él. Descubrirá que todo el tiempo él mismo era divino, pues
su anhelo de unirse a Dios no era sino el mar llamando al océano.
El hombre ama porque él es amor; ansía melodía y armonía y de-
sea la felicidad porque él es felicidad; tiene sed de Dios porque es-
tá compuesto de Dios y no puede existir sin Él.
Ustedes son lo pleno, son Dios, Dios es ustedes. Aquellos que
han vivenciado esta Sabiduría Suprema son los que podrán lograr
la unidad con el Uno, aquí y ahora."
Sai Baba

440
86
AVATAR O ENCARNACIÓN DIVINA

La salvación, liberación o realización de la divinidad, no es otra


cosa que la culminación de un largo peregrinaje, de un arduo proceso
evolutivo, hasta llegar a la fusión con Dios. Es un accionar propio y
personal de cada ser.
¿Cuál es la misión de los Avatares o Encarnaciones Divinas? Es
la de señalar el camino, abrir el sendero, largo, difícil, de la ascensión
hacia Dios, demostrando con el ejemplo cómo cada uno debe realizar-
la buscando el perfeccionamiento de sí mismo.
Para alcanzar este logro, Dios, que es amor infinito, se apiada de
la humanidad y desciende de era en era tomando un cuerpo semejante
al nuestro, ayudándonos con su divina gracia.
Los Avatares más conocidos son Rama, que apareció en la India
hace miles de años; Zoroastro (Resplandor del Cosmos), en Persia, hace
ocho mil trescientos años; Krishna, que vivió y predicó en Brindavan, In-
dia, hace cinco mil trescientos años; Moisés, que nació en Egipto hace
tres mil quinientos años para liberar al pueblo hebreo y llevarlo a la Tie-
rra prometida; Buda, el Iluminado, hace dos mil quinientos años en In-
dia... Hace dos mil años, Jesús de Nazareth. Y hoy, Sai Baba.
Todos y cada uno de los Avatares Divinos vienen en busca de la
oveja perdida.
¿Qué os parece? Si tiene un hombre cien ovejas, y se le extravía
una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve a irá
a buscar la extraviada? Y si la encuentra, en verdad os digo que

441
se alegra por ella más que por las noventa y nueve que no se ha-
bían extraviado. Así, pues, no es voluntad de nuestro Padre que
está en los cielos que se pierda ni uno solo de estos pequeñuelos.
Mt 18, 12-14
"Para la protección de los virtuosos, para establecer la rec-
titud sobre una base firme, Yo encarno de edad en edad, de era en
era, de tiempo en tiempo, para salvar a la honestidad de la desho-
nestidad. Siempre que la lucha, la discordia y la desarmonía ago-
bien al mundo, Dios encarna en forma humana para mostrarle a la
humanidad el camino del amor, la armonía y la paz. Cada vez que
el sufrimiento y la ansiedad abrumen al mundo, el Señor se encar-
nará en una forma humana para establecer los modos y ganar la
paz, y para reeducar a la comunidad humana por los senderos de la
Paz Suprema.
Al hombre le resulta imposible visualizar a Dios de ninguna
otra manera que no sea la forma humana. Es por ello que Dios, res-
pondiendo a las plegarias de los hombres, aparece ante ellos en la
forma humana, única visión que éstos pueden vivenciar como real.
Cuando el ser humano trata de representar o de visualizar a Dios
de cualquier otra forma, aun realizando los mayores esfuerzos, no
logra sino llegar a formas muy inferiores a la real. En tanto seamos
humanos, jamás llegaremos a ser capaces, aún recurriendo a toda
nuestra imaginación, de representarnos a Dios en ninguna forma
que vaya más allá de la humana.
La investigación superficial que es capaz de llevar a cabo la
razón humana no alimentada por la sabiduría, no nos lleva más que
a percibir la nada. Así como ha sido creado el ser humano actual,
es un ser limitado, incapaz de ver a Dios más que como hombre, no
hay otra alternativa posible. Cuando los búfalos ansíen adorar a
Dios, dentro de las limitaciones que les impone su naturaleza de bú-
falo, no podrán imaginar a Dios sino como el búfalo cósmico, y así
también el hombre imagina al Principio Divino como al creador del
universo, con figuras, miembros y cualidades humanas. Hombre,
búfalo, pez, todos pueden compararse a recipientes o envases. Ima-
ginemos que estos recipientes van hacia el ilimitado océano de la
divinidad para llenarse de él. ¿No es cierto que cada uno se llena-
rá únicamente de acuerdo con su propia forma y tamaño? El reci-

442
piente humano recibirá y aceptará a Dios como teniendo forma hu-
mana. El recipiente búfalo como teniendo la forma del búfalo, y el
recipiente pez como teniendo la forma del pez. Todos estos reci-
pientes formas contendrán la misma agua del océano de la divini-
dad. Es así que cuando los hombres visualizan a Dios lo ven como
humano, cada cual proyectará en Dios su propia forma.
El Avatar es la Energía del Alma que se ha vestido con la
energía de la devoción diaria y del autocontrol. Generalmente, el
proceso de encarnación se describe como el 'descenso' de un plano
superior a uno inferior. ¡Pero no es así! Cuando en la cuna el niño
llora y clama por ayuda, la madre se inclina y lo toma en sus bra-
zos. Su inclinación no debe describirse como un "descenso". El
avión tiene que volar en el aire, no puede volar por tierra, sin em-
bargo, no vuela todo el tiempo, desciende en los aeropuertos porque
hay personas que han comprado boletos que les dan derecho al via-
je en avión. Si se ganan los méritos, la Encarnación vendrá y los
salvará. Si, por el contrario, uno multiplica sus deméritos y des-
ciende más y más, ¿cómo puede ser salvado? Tengan amor y biena-
venturanza en su corazón. La bienaventuranza viene como conse-
cuencia de una visión pura, un oído puro, un hablar puro y accio-
nes puras."
Sai Baba
En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el
Verbo era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Todo fue he-
cho por Él, y sin Él nada se hizo. Cuanto ha sido hecho, en Él
es vida, y la vida es la luz de los hombres; la luz luce en las ti-
nieblas, y las tinieblas no la sofocaron.
Jn 1, 1-5
"El espacio, el éter, se puede conocer por su atributo, el sonido o
la palabra. En un principio fue el Verbo, que se convirtió en objeto, ad-
quirió cuerpo, se concretizó. Es por esto que denominamos al objeto co-
mo pada artha. Pada significa palabra, y artha significa sentido o pro-
pósito. El objeto fue el propósito por el que la palabra fue pronunciada,
el significado que hace válida a la palabra. La palabra Dios también es
indicativa de que hay pada artha, de que hay Dios, si no hubiera Dios
la palabra no se habría originado, ni se habría generado su uso.

443
La palabra y sus significados son inseparables, no se dife-
rencian uno del otro. La palabra no surgió sin el objeto, ni el obje-
to sin la palabra.
Ustedes pueden ver o no a Dios, pero la palabra es prueba de
que Él existe. El es la propia forma de la luz, con el esplendor de
mil soles, es la fuerza que hace brillar la luz, y Él está por encima
y más allá de todo el esplendor que la naturaleza puede brindar."
Sai Baba
Escuchen este otro ejemplo: Había un propietario que plantó
una viña. La rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar y le-
vantó una torre para vigilarla. Después la alquiló a unos la-
bradores y se marchó a un país lejano. Cuando llegó el tiempo
de la vendimia, el dueño mandó a sus sirvientes que fueran
donde aquellos labradores y cobraran su parte de la cosecha.
Pero los labradores tomaron a los enviados, apalearon a uno,
mataron a otro y a otro lo apedrearon.
El propietario volvió a enviar a otros servidores más numero-
sos que la primera vez, pero los trataron de la misma manera.
Por último envió a su hijo, pensando: A mi hijo lo respetarán. Pe-
ro los trabajadores, al ver al hijo, se dijeron: Ese es el heredero. Lo
matamos y así nos quedamos con su herencia. Lo tomaron, pues, lo
echaron fuera de la viña y lo mataron. Ahora bien, cuando venga el
dueño de la viña, ¿qué hará con esos labradores? Le contestaron:
"Hará morir sin compasión a esa gente tan mala, y arrendará la vi-
ña a otros labradores que le paguen a su debido tiempo".
Mt 21, 33-41
A través de esta parábola, Jesús muestra el amor infinito de Dios
por sus hijos, a quienes da siempre la oportunidad de llegar a Él. Lo
hace a través de las enseñanzas de sus enviados, que de tiempo en
tiempo surgen para señalarnos el camino.
La hacienda es el planeta, la tierra; su dueño es Dios, que la ha
creado; los viñadores somos nosotros, los hombres, que tenemos que
cuidarla y amarla para ayudarla en su evolución y a la vez evolucionar
nosotros. El resultado son los frutos que Dios envía a recoger. Sus sier-
vos son los profetas y sabios espirituales.

444
Estos enviados de Dios no siempre son escuchados, general-
mente son criticados, rechazados y hasta muertos, como dice Jesús en
esta parábola, precisamente porque traen un mensaje que se opone a
las inclinaciones animales de los seres humanos. Amor, abnegación,
sacrificios, resultan demasiado difíciles de llevar a la práctica. Es más
sencillo cerrar los oídos del corazón y rechazarlos. Dios, en su infinita
bondad para con sus criaturas, envía a su hijo. Jesús dice a sus discí-
pulos, en otro pasaje, que tenía muchas cosas para enseñarles, pero
ellos no estaban todavía preparados para comprenderlas. Sin embargo,
añade, cuando venga el que lo envió, el Padre mismo, las enseñará.
Si ahora estamos aquí en la búsqueda de nuestra verdadera iden-
tidad es porque hemos desperdiciado anteriores oportunidades. No per-
damos este precioso momento, en el cual la Divina Presencia de Sath-
ya Sai Baba camina sobre el planeta.
"En cada yuga o era, Dios apareció de tiempo en tiempo co-
mo Avatar, con el propósito de mostrar la divinidad contenida en los
seres humanos, y para brindar el modelo de una vida ejemplar. Se
ha dicho que Dios asume una forma humana para ser accesible a
los seres humanos, y darles felicidad.
Cada paso en la carrera del Avatar está predeterminado. Ra-
ma vino a alimentar las raíces de la Verdad y la Rectitud. Krishna
vino a fomentar la Paz y el Amor. Ahora estas cuatro raíces están en
peligro de secarse, por eso el presente Avatar ha venido. Cuando la
gente olvida al Uno y corre tras los muchos, la rectitud declina y
por consiguiente no hay amor, ni sacrificio, ni desapego en las ac-
ciones humanas. Por eso el Señor toma una forma humana y des-
ciende entre los hombres para restituir su escala de valores. Uste-
des pueden preguntarse ¿por qué debe encarnar el Señor mismo? El
mismo Akbal (emperador mongol en la India, 1542-1605) planteó
esta pregunta a los cortesanos ya que se reía de la idea de lo Sin
Forma que adopta una Forma y desciende en el mundo como un
Avatar para salvar la rectitud. Tan Se pidió una semana de plazo
para proporcionar la respuesta, y su majestad imperial se la conce-
dió. Unos pocos días más tarde, cuando Tan Se estaba en el barco
del emperador navegando en el lago con la familia de este último,
inteligentemente arrojó un muñeco al agua, vestido de manera si-
milar al hijo pequeño del emperador. Y al mismo tiempo gritó: 'El

445
príncipe ha caído al agua'. Al escuchar esto, el emperador saltó al
lago para rescatar a su hijo. Tan Se entonces reveló que sólo era un
muñeco y que su hijo estaba a salvo. Calmó el enojo de Akbal ex-
plicándole que forzosamente había tenido que representar esa esce-
na para demostrar la verdad de la creencia hindú que dice que Dios
toma una forma humana para salvar a la rectitud.
Dios ama la rectitud, tanto como Akbal amaba a su hijo. Akbal
podía haber ordenado a uno de los tantos súbditos que tenía a bordo
que saltara y rescatara a su hijo, pero su amor era tan grande y la ur-
gencia tan crítica, que el emperador mismo se sumergió en el lago pa-
ra salvar a su hijo.
La decadencia de la rectitud es una tragedia tan aguda, y la
intensidad del amor que el Señor tiene para con los hombres es tan
grande, que Él mismo viene. El Señor es el amor mismo. Él viene en
forma humana para que ustedes puedan hablarle, moverse con Él,
servirlo, adorarlo y alcanzarlo, para que ustedes puedan reconocer
el parentesco que tienen con Él."
Sai Baba
¡Dichosos los ojos de ustedes, que ven!; ¡dichosos los oídos de us-
tedes, que oyen! Yo se lo digo: muchos profetas y muchas perso-
nas santas ansiaron ver lo que ustedes están viendo, y no lo vie-
ron; desearon oír lo que ustedes están oyendo, y no lo oyeron.
Mt 13, 16-17
"En verdad, ustedes no pueden entender la naturaleza de mi
Realidad; ni hoy, ni aun después de mil años de austeridad cons-
tante e investigación profunda, aunque toda la humanidad se una en
el empeño. Pero en un tiempo breve llegarán a ser conocedores de
la bienaventuranza derramada por el Principio Divino que se ha
posesionado de este cuerpo sagrado y este nombre sagrado. La bue-
na fortuna de ustedes que les proporcionará esta oportunidad, es
mayor que aquella de que dispusieron los monjes, sabios, santos, e
incluso las personalidades que encarnaron facetas de la gloria di-
vina.
Qué afortunados son ustedes de poder presenciar que todos
los países del mundo rinden homenaje, pueden oír la adoración del

446
nombre de Sathya Sai resonando por todo el mundo, cuando toda-
vía Él existe corporalmente, no en alguna fecha futura sino ahora,
cuando Él está con ustedes y ante ustedes."
Sai Baba
Los avatares traen el mensaje adecuados a los tiempos en que
encarnan. Dicen o enseñan sólo aquello que el hombre está en condi-
ciones de captar según la madurez espiritual a la que haya llegado des-
pués de innumerables vidas. De allí que cada encarnación divina da un
paso más en lo que a espiritualidad se refiere, para que la humanidad
progrese en el amor hacia la realización de la divinidad.
Por medio de Moisés hemos recibido la Ley,
pero la verdad y el don amoroso
nos llegó por medio de Jesucristo.
Jn 1, 17
No crean que he venido a suprimir la Ley o los Profetas. He ve-
nido, no para deshacer, sino para llevar a la forma perfecta. En
verdad les digo: mientras dure el cielo y la tierra, no pasará
una letra o una coma de la Ley hasta que todo se realice.
Mt 5, 17-18
"Los judíos observaban los rituales y regulaciones dados por
los profetas en los textos bíblicos, considerándolos válidos para to-
dos los tiempos, y por eso juzgaron como erróneas las enseñanzas
de Jesús. No estaban movidos por el odio personal hacia Él. Este
problema surge en todas las épocas, el conflicto entre la letra y el
espíritu, las doctrinas que son tenidas como santas, las diferentes
prohibiciones y observancias que tienen que ser escrupulosamente
seguidas por un lado, y la verdad subyacente por otro. En la fe vé-
dica, uno también puede encontrar este conflicto entre los que sos-
tienen la antigua tradición y los promotores de una comprensión
más profunda. El mejor modo de resolver la confusión y los con-
flictos que impiden el progreso moral, ético, material, tecnológico y
espiritual, es que el hombre viva tan completamente como un hom-
bre debe vivir, y que se eleve a la altura de lo divino, que es su rea-
lidad. Esta es la eterna y universal enseñanza. Los pensamientos
que el intelecto estructura deben ser reflejados como sentimientos

447
en la mente, y ser convertidos en acciones con las manos. El pensa-
miento, la palabra y la acción, deben estar coordinados, uno debe
seguir al otro. El signo de una persona santa es un pensamiento,
una palabra, un acto. Tengan a Jesús como un ideal para esto, Él
exhortó a todos a observar las enseñanzas de las antiguas escritu-
ras y a obtener paz y alegría por ello.
Para facilitar este refinamiento y esta transformación en los
seres humanos es que Dios asume el nacimiento en forma humana
de tiempo en tiempo; este refinamiento puede producirse a través de
diferentes métodos y en diferentes momentos del tiempo.
Mi misión es diseminar felicidad y por lo tanto estoy siempre
listo a descender entre ustedes. No sólo una, ni dos, ni tres veces, si-
no tan a menudo como ustedes me necesiten. Cuando se rompe un
puente no puede ser reparado por cualquiera, debe hacerlo el hom-
bre que lo ha planeado y construido; así también, cuando se ha per-
dido toda esperanza de mantener la rectitud, Él, que estableció la
rectitud, debe volver y repararla. Los cuatro puentes: verdad, recti-
tud, paz y amor, fueron establecidos por el Señor y ahora Él ha ve-
nido a reconstruirlos. Si sólo hubiese venido como un hombre igual
a otro, ¿quién me hubiese escuchado? Por eso he venido con esta
forma humana pero con más poderes y sabiduría que los humanos.
Cada uno de ustedes es un avatar, ustedes son lo divino encerrado
como yo en carne y huesos humanos, sólo que ustedes no tienen co-
nocimiento de esto. Ustedes han venido en esta prisión de encarna-
ción a causa de los errores de muchas vidas, pero yo me he puesto
este cuerpo mortal por mi propia y libre voluntad."
Sai Baba
Los discípulos se acercaron y preguntaron a Jesús: "¿Por qué
les hablas en parábolas?".
Jesús les respondió: "A ustedes se les ha concedido conocer los
misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos, no. Porque al que
tiene se le dará más y tendrá en abundancia, pero al que no tie-
ne, se le quitará aun lo que tiene. Por eso les hablo en parábo-
las, porque miran, y no ven; oyen, pero no escuchan ni entienden.
En ellos se verifica la profecía de Isaías: Por más que oigan,
no entenderán, y por más que miren, no verán. Este es un pue-

448
blo de conciencia endurecida. Sus oídos no saben escuchar, sus
ojos están cerrados. No quieren ver con sus ojos, ni oír con sus
oídos y comprender con su corazón. Pero con eso habría con-
versión y yo los sanaría".
Mt 13, 10-15
"Cuando el sol se levanta, no todos los lotos en el lago flore-
cen, solamente los capullos crecidos abren sus pétalos. Los otros es-
peran que llegue su momento. Lo mismo pasa con los hombres. Hay
diferencias debidas a la falta de madurez, si bien todos los frutos tie-
nen que madurar y caer algún día. Cada ser tiene que alcanzar la
Meta, por lento que camine o por tortuoso que sea el sendero.
Un avión debe aterrizar en ciertos lugares para recoger a aque-
llos que han ganado el derecho de volar en él mediante la compra de
sus pasajes. Así también el Señor debe descender periódicamente pa-
ra que puedan salvarse aquellos que han ganado el derecho de ser li-
berados. Incidentalmente también otros conocerán al Señor, su gracia
y los caminos para ganar la liberación y la bienaventuranza que de
ella resulta. El Avatar se comporta de una manera humana para que
la humanidad pueda sentir afinidad con Él, pero se eleva a su altura
suprahumana para que la humanidad aspire a alcanzar las alturas, y
mediante dicha aspiración pueda verdaderamente alcanzarlo. La ta-
rea para la cual Él viene en forma humana es que puedan dar vida al
Señor dentro de sí mismos, como el motivador. Todo el que se acerque
a Dios tiene la oportunidad de adquirir la divinidad. El fuego no tie-
ne el poder de atraer, pero cuando alguien se acerca al fuego, éste tie-
ne la propiedad de quitar el frío y darle luz. Así también, el fuego le da
esta luz y este calor únicamente a los que se le acercan y no a los de-
más. Y del mismo modo, la divinidad le entrega el amor y el poder a
los que se aproximan a ella."
Sai Baba
¿Con quién puedo comparar a los hombres del tiempo presen-
te? Son como niños sentados en la plaza, que se quejan unos de
otros: "Les tocamos la flauta y no han bailado; les cantamos
canciones tristes y no han querido llorar".
Porque vino Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino,
y dijeron: "Está endemoniado". Luego vino el Hijo del Hombre,

449
que come y bebe y dicen: "Es un comilón y un borracho, ami-
go de cobradores de impuestos y de pecadores". Sin embargo,
los hijos de la Sabiduría lo reconocen en su manera de actuar.
Lc 7, 31-35
"Puesto que camino con ustedes, como con ustedes y hablo
con ustedes, se engañan al caer en la creencia de que ésta no es si-
no una situación de la humanidad común. Prevénganse contra este
error, yo también los estoy engañando al cantar con ustedes, al ha-
blar con ustedes y al mezclarme en varias actividades con ustedes,
pero en cualquier momento mi divinidad se les puede revelar; tie-
nen que estar preparados, listos para ese momento.
Dado que la divinidad está envuelta en la humanidad, tienen
que esforzarse por superar la maya, la ilusión que la oculta a sus
ojos. La mía es una forma humana en la cual toda entidad divina,
todo principio divino, es decir, todos los nombres y formas que el
hombre adjudica a Dios, están manifiestos.
El Avatar toma forma humana y se comporta de manera hu-
mana para que la humanidad pueda sentir afinidad con lo divino;
al mismo tiempo, se eleva a alturas sobrehumanas de manera que la
humanidad aspire a llegar a alcanzar a Dios."
Sai Baba
Y agregó: "Como he dicho antes, nadie puede venir a mí si no
se lo concede el Padre".
A partir de entonces muchos de sus discípulos se volvieron
atrás y dejaron de seguirle. Jesús preguntó a los Doce: "¿Quie-
ren marcharse también ustedes?". Pedro le contestó: "Señor, ¿a
quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros
creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios".
Jn 6, 65-69
El mensaje de Dios a través de la historia siempre ha sido y es el
mismo, pero pocos están capacitados para comprenderlo y llevarlo a la
práctica. Es necesario tener una base espiritual, un cierto conocimiento.
"El significado del avatar es éste: para salvar a la humanidad,
Dios, por su amor, afecto y compasión, desciende hasta el nivel del

450
hombre y despierta la conciencia divina en el hombre mismo. Dios lo
hace consciente de Dios en él mismo cuando lo encuentra desespera-
do, buscando fuera de sí mismo al Dios que es su verdadera esencia.
Como recompensa por el mérito adquirido en muchas vidas anterio-
res, se le ha concedido esta oportunidad de prepararse para alcanzar
la Meta más alta de fundirse con el Absoluto. Un pájaro necesita dos
alas para volar, una carreta necesita dos ruedas para poder moverse.
Para viajar hacia la meta, el hombre también necesita estudio y cons-
tancia, conocimiento y ascetismo.
El Gita declara que entre todos los estudios, el estudio del al-
ma es el más santo. El conocimiento muestra el camino, el ascetis-
mo los hace alcanzar la Meta."
Sai Baba
Pues no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mun-
do, sino para que el mundo se salve por Él.
Jn 3, 17
Jesús vino para que el mundo se salvara mediante Él, es decir,
llevando a la práctica su mensaje de amor. Es la única forma de lograr
la liberación, sólo por medio del amor se llega, y hasta Dios nos da el
ejemplo tomando una forma humana por amor a nosotros.
"El Señor es el amor mismo, Él viene en forma humana para
que ustedes puedan hablarle, moverse con Él, servirlo, adorarlo y
alcanzarlo, para que ustedes puedan reconocer el parentesco que
tienen con Él. Yo he venido para darles la llave del tesoro de la bie-
naventuranza, para decirles cómo conectarse con este manantial,
ya que se han olvidado del camino hacia la dicha. Si desperdician
esta oportunidad de salvarse ustedes mismos, es sólo su destino.
En este proceso de evolución espiritual, el buscador aprende
que este estado de gozo no puede ser comprado o regalado a nadie,
sino que uno mismo lo obtiene. Solamente puede venir de la Fuente
Universal, de la Divinidad."
Sai Baba
También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. No ha-
béis oído jamás su voz, ni habéis visto su rostro, ni guardáis su

451
Palabra, pues no creéis a quien Él ha enviado. Escudriñad las Es-
crituras, ya que de ellas esperáis tener la vida eterna; ellas testi-
fican de mí. Y no queréis venir a mí para tener vida. No acepto
gloria humana, pero sé que no tenéis en vosotros el amor de Dios.
Yo he venido en Nombre de mi Padre, y vosotros no me recibís; si
otro viniera en su propio nombre, a ese lo recibiríais. ¿Cómo po-
déis creer vosotros, que os glorificáis unos a otros, y no buscáis
la gloria que viene del Dios único? No creáis que os acuso yo an-
te el Padre, os acusa Moisés, en quien vosotros esperáis. Porque,
si creyeseis a Moisés, creeríais en mí; pues él escribió de mí. Mas,
si no creéis en sus escritos, ¿cómo creeréis en mis palabras?
Jn 5, 37-47
"Rama enseñó el dharma cumpliéndolo en su propia vida, en
cada uno de sus pasos. Krishna puso más atención en su enseñanza
a través de Arjuna.
Las personas mezquinas que no pueden sobreponerse a su egoís-
mo se atreven a juzgar a Krishna y apuntan con el dedo a lo que ellos
llaman sus travesuras. En ese entonces también había hombres así, al
igual que ahora. Están siempre ocupados en buscar faltas en los gran-
des, se atreven a declarar que el Señor debería ser tal y cual, de esta for-
ma y con tales características, como si jamás pudieran siquiera vislum-
brar la orilla de su gloria, como si el Señor fuera a asumir la forma que
estos hombres deciden. El Señor puede ser comprendido solamente si se
acercan a Él, si desarrollan apego por Él, si tienen fe en Él y si mantie-
nen una lealtad inconmovible hacia Él. Es comprendido solamente
cuando sienten que no son sino el instrumento y que Él es la voluntad
detrás de cada pequeño movimiento en todas partes.
¿Quién es tan atrevido que puede decir: el Señor puede llevar
sólo este traje, el Señor debe actuar sólo de esta manera? ¿Quién pue-
de limitar su gloria o establecer cómo ha de manifestarse ésta? Él es
inmanente en todos los seres, y realiza todas las actividades a través
de ellos, del mismo modo que la electricidad hace brillar al foco, el mi-
crófono transmite la voz, la estufa cocina y el refrigerador enfría."
Sai Baba
Pero Jesús les respondió: "Mi Padre sigue trabajando, y yo
también trabajo". Y los judíos tenían más ganas todavía de ma-

452
tarle, porque además de quebrantar la ley del sábado, se hacía
a sí mismo igual a Dios, al llamarlo su propio Padre.
Jn 5, 17-18
En la religión judía el concepto de Dios estaba basado en el temor,
de allí la rigidez por el cumplimiento a un nivel material de la Ley. Dios
era considerado un ser inaccesible y pronto a castigar a todo aquel que no
cumpliera fielmente con lo establecido por Moisés. De allí el escándalo
que provocaba Jesús cuando no respetaba el sábado. Pero lo más grave a
los ojos de sus congéneres era el hecho de proclamarse hijo de Dios; es-
to constituía una verdadera blasfemia, pues se ponía a la altura de Dios
ante quienes lo consideraban un simple mortal.
Hoy viene Sai Baba y dice que Él mismo es Dios. Esta procla-
mación escandaliza a muchos, porque resulta difícil de comprender
cuando se lo ve con ojos humanos, que impiden descubrir su verdade-
ra naturaleza.
Si yo hago de testigo en mi favor, mi testimonio no tendrá va-
lor. Pero Otro está dando testimonio de mí, y yo sé que es ver-
dadero cuando da testimonio de mí.
Ustedes mandaron interrogar a Juan, y él dio testimonio de la
verdad. Yo les recuerdo esto para bien de ustedes, para que se
salven, porque personalmente yo no me hago recomendar por
hombres. Juan era una antorcha que ardía e iluminaba, y uste-
des por un tiempo se sintieron a gusto con su luz. Pero yo ten-
go un testimonio que vale más que el de Juan: son las obras que
el Padre me encomendó realizar.
Estas obras que yo hago hablan por mí y muestran que el Pa-
dre me ha enviado.
Jn 5, 31-36
"Dios es poder eterno, omnipotente, omnisciente. Él es la
causa y la consecuencia, el alfarero, el barro y la vasija; sin Dios
no puede haber universo.
Él tuvo la voluntad y el universo apareció. Es un juego, la ma-
nifestación de su poder; el hombre encarna su voluntad, su poder, su
sabiduría, pero no está consciente de esta gloria: una nube de igno-
rancia vela la Verdad. Dios envía sabios, santos y profetas para de-

453
velar la verdad, y Él mismo aparece como Avatar para despertarlo y
liberarlo.
Hace dos mil años, cuando un orgullo estrecho y una gran ig-
norancia corrompían a la humanidad, Jesús vino como la encarna-
ción del amor y la compasión, y vivió entre los hombres mostrando
los altos ideales de la vida."
Sai Baba
"No se turben; crean en Dios y crean también en mí. En la ca-
sa de mi Padre hay muchas habitaciones. De no ser así, no les
habría dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de ir y
prepararles un lugar, volveré para tomarlos conmigo, para que
donde yo esté, estén también ustedes. Para ir a donde yo voy,
ustedes ya conocen el camino".
Entonces Tomás le dijo: "Señor, nosotros no sabemos adónde
vas, ¿cómo vamos a conocer el camino?". Jesús contestó: "Yo
soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por
mí. Si me conocen a mí, también conocerán al Padre. Pero ya
lo conocen y lo han visto".
Felipe le dijo: "Señor, muéstranos al Padre, y eso nos basta".
Jesús le respondió: "Hace tanto tiempo que estoy con ustedes,
¿y todavía no me conoces, Felipe? El que me ve a mí ve al Pa-
dre. ¿Cómo es que dices: Muéstranos al Padre? ¿No crees que
yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Cuando les en-
seño, esto no viene de mí, sino que el Padre, que permanece en
mí, hace sus propias obras.
Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanme en esto, o
si no, créanlo por las obras mismas".
Jn 14, 1-11
"Me alimento como ustedes, me muevo como ustedes, hablo
en su lenguaje y me comporto de manera que me puedan reconocer
y comprender, y eso lo hago por ustedes, no por mí. Mi plan es
transformarlos en buscadores de la Verdad. Mi vida es el mensaje,
compórtense como yo lo hago.
Jesús enseñó sencillas y prácticas lecciones sobre elevación es-
piritual para el bien de la humanidad. Él manifestó poderes divinos pa-

454
ra infundir fe en la validez de sus enseñanzas, y señaló el camino que
puede conferir a los hombres el dulce néctar de la bienaventuranza.
Además, exhortó a la gente, por medio del precepto y del ejemplo, a
cultivar las virtudes de caridad, compasión, paciencia, amor y fe.
Yo soy la Verdad, y la Verdad no tiene necesidad de dudar, te-
mer o doblegarse. La facultad de ser complaciente es superflua pa-
ra mí, ya que mi gracia está siempre a disposición de los devotos
que tienen amor y fe firmes.
Aunque yo me muevo entre ellos, hablando y cantando, hasta
a los intelectuales les cuesta entender mi verdad, mi poder, mi glo-
ria, o mi verdadera tarea como avatar.
Puedo solucionar cualquier problema por más intrincado
que sea. Estoy más allá del alcance de la pregunta más compleja o
de la meditación más profunda. Sólo aquellos que han reconocido
mi amor y lo experimentaron pueden asegurar que han vislumbra-
do mi realidad, pues el sendero del amor es el camino real que con-
duce a la humanidad hacia mí."
Sai Baba
Respondieron los judíos: "Nosotros tenemos Ley, y según la
Ley, debe morir, porque se hizo Hijo de Dios".
Al oír Pilato estas palabras, se atemorizó más; entró de nuevo al
Pretorio y dijo a Jesús: "¿De dónde eres tú?". Pero Jesús no le
contestó. Pilato le dijo: "¿A mí no me hablas? ¿No sabes que
puedo soltarte o crucificarte?". Jesús le respondió: "No tendrías
ningún poder sobre mí, si no se te hubiera dado de arriba; por
eso el que me entregó a ti, tiene mayor pecado que tú".
Jn 19, 7-11
Los avatares tienen el poder y la posibilidad de cambiar las si-
tuaciones con un solo movimiento de sus manos, pero raramente lo uti-
lizan para sí mismos. Ello puede verse en el caso de Jesús, al permitir
que las cosas sucedieran como sucedieron, para que se cumpliera el
plan divino en su totalidad, para ejemplo de la humanidad, dispuesto
por el Padre.
"En todas las épocas han existido personas que se dedican a
calumniar por no poder resistir la gloria del Avatar. Mas ellas han

455
contribuido a realzar el esplendor y difundir el mensaje. Incluso es-
te tipo de acciones no son sino medios para la propagación de la
gloria en todo el mundo."
Sai Baba
Aún estaba hablando cuando llegó Judas, uno de los doce y con
él una gran multitud con espadas y palos, de parte de los pontí-
fices y de los ancianos del pueblo. El traidor les había dado es-
ta señal: "Al que yo bese, ése es: aseguradle". Acercándose,
pues, a Jesús, dijo: "¡Salve, Maestro!" y lo besó. Jesús le dijo:
"Amigo, ¡a lo que vienes!". Entonces, adelantándose los demás,
echaron mano a Jesús y lo prendieron. Uno de los que estaban
con Jesús sacó la espada, hirió al siervo del pontífice, y le cortó
una oreja. Pero Jesús le dijo: "Vuelve tu espada a su lugar, que
todos los que manejan espada, a espada morirán. ¿O crees que
no puedo pedir a mi Padre, que me mandaría ahora mismo más
de doce legiones de ángeles?".
Mt 26, 47-53
"Dios puede hacer cualquier cosa, Él tiene todo el poder en la
palma de la mano. Mis poderes no permanecen en mí momentánea-
mente y luego desaparecen. Todo esto es una manipulación aparente
de la voluntad divina. Mi cuerpo, como todos los otros cuerpos, es una
residencia temporaria, pero mi poder es eterno, perpetuo, lo penetra
todo. Este cuerpo ha sido asumido para servir a un propósito, el res-
tablecimiento de la rectitud y la enseñanza de un código de conducta.
Cuando haya cumplido dicho propósito, este cuerpo desaparecerá co-
mo la burbuja del agua."
Sai Baba
Tomando Jesús la palabra, decía enseñando en el Templo: "¿Cómo
pueden decir los escribas que el Mesías es Hijo de David? David
mismo dice en el Espíritu Santo: 'Dijo el Señor a mi Señor: Siénta-
te a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies'.
El mismo David le llama Señor: ¿cómo, pues, es hijo suyo?".
Mc 12, 35-37
Entonces, algunos de Jerusalén decían: "¿No es éste al que in-
tentan matar? Habla en público y nada le dicen. ¿Habrán aca-

456
so conocido realmente los jefes que este es el Cristo? Pero és-
te sabemos de dónde es; y cuando venga el Cristo, nadie sabrá
de dónde es". Mas Jesús, enseñando en el Templo, exclamó:
"Me conocéis, sí, y sabéis de dónde soy; pero no he venido de
mí mismo, sino que me envió el que es veraz, al que vosotros no
conocéis. Yo lo conozco porque procedo de Él, y Él me envió".
Jn 7, 25-29
"Aunque Dios no es perceptible de ordinario para los senti-
dos, yo soy perceptible para aquel devoto que tenga tal apego a Él
que anhele fundirse en Él. ¿Por qué? Porque tales devotos perciben
a Dios tan claramente como perciben los objetos externos.
Se dice que Dios carece de forma, lo que equivale a decir que
puede adoptar o asumir cualquier forma. Tiene infinitas formas; en-
tonces, ¿bajo qué forma le otorga la clara visión al devoto? Se ma-
nifiesta en la forma que el devoto ansía, la forma que le da la ma-
yor satisfacción; estas formas son sus avatares. Cuando se mani-
fiesta de esta forma, Dios no se limita, está plenamente presente en
cada uno de tales avatares; se manifiesta con su plena gloria en ca-
da avatar.
Yo no menciono a Sai Baba en ninguno de mis discursos, aun-
que llevo el nombre de Avatar Sai Baba. No me gusta en absoluto
hacer ninguna distinción entre los diversos aspectos de Dios: Sai,
Krishna, Rama, etc. Yo no proclamo que éste sea más importante o
que el otro lo sea menos. Continúen su adoración al Dios que ha-
yan elegido, de acuerdo con las pautas ya familiares para ustedes.
Entonces descubrirán que están acercándose más y más a mí, ya
que todos los nombres y todas las formas son míos."
Sai Baba
Ahora voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregun-
ta: ¿Adónde vas? Sino que, porque os he dicho estas cosas, la
tristeza ha llenado vuestro corazón. Pero yo os digo la verdad:
Os conviene que yo me vaya. Porque si no me voy, el Consola-
dor no vendrá a vosotros; y si me voy os lo enviaré. Cuando Él
venga confundirá al mundo en cuanto al pecado, la justicia y el
juicio. En cuanto al pecado, porque no creen en mí; en cuanto
a la justicia, porque me voy al Padre y no me veréis más; en

457
cuanto al juicio, porque el príncipe de este mundo está conde-
nado. Muchas cosas tengo que deciros todavía, pero ahora no
estais capacitados para entenderlas. Cuando venga Él, el Espí-
ritu de la Verdad, os guiará a la Verdad completa.
Jn 16, 5-13
"Dios es inescrutable, no se lo puede comprender en el mun-
do objetivo externo. Él está en el mismísimo corazón de cada ser.
Uno debe buscar las gemas bajo tierra, bien profundo, ellas no flo-
tan en el aire. Busquen a Dios en las profundidades de ustedes mis-
mos, no en la naturaleza que es frustrante, por lo inalcanzable y ca-
leidoscópica. Se les concede el cuerpo con este alto propósito, pero
ahora lo están usando incorrectamente, como la persona que coci-
naba diariamente sus alimentos en un jarrón de oro con incrusta-
ciones de piedras preciosas que había llegado a sus manos como
herencia. El hombre exalta a Dios como omnipresente, omnisciente
y omnipotente, pero ignora su presencia en sí mismo.
No desviaré mi curso, ni siquiera un milímetro, a causa de lo
que la gente puede decir sobre mí. No le temo a nada ni a nadie. La
Verdad no tiene miedo. La mentira tiembla ante una sombra. Este
cuerpo mío se llama Verdad, Sathya; el principio que está en este
cuerpo es también verdad. La verdad encerrada en la verdad ha sido
considerada la verdad de la verdad. Esta forma ha sido asumida pa-
ra guiar a la humanidad de la mentira a la verdad. Yo me alimento
como ustedes, me muevo como ustedes, hablo en su idioma y me com-
porto de una manera que ustedes puedan reconocer y entender, por el
bien de ustedes, no por el mío. Yo los oriento hacia lo divino, ganan-
do su confianza, amor y sumisión, estando entre ustedes como uno de
ustedes, uno al cual pueden ver, hablar, escuchar, tocar y tratar con
reverencia y devoción. Mi plan es convertirlos en buscadores de la
verdad. Yo estoy presente en todas partes y en todo momento. Mi vo-
luntad debe prevalecer sobre cualquier obstáculo. Conozco el pasa-
do, el presente y el futuro, sus pensamientos más íntimos y sus secre-
tos más cuidadosamente guardados. Yo soy el motivador interno, el
testigo de todo, y el que todo lo sabe. Sin embargo, yo no manifiesto
estos poderes de manera caprichosa, o solamente para exhibirlos, yo
soy un ejemplo y una inspiración en cualquier cosa que haga o deje
de hacer, mi vida es la demostración de mi mensaje.

458
Encarnaciones de lo divino: he aquí una oportunidad óptima
para hablarles sobre la autenticidad de este advenimiento. No estoy
diciendo esto para que se reconozca la superioridad o importancia
de este cuerpo, sino solamente porque quiero comunicar la verdad.
Hay muchos que no pueden soportar o tolerar el esplendor que es-
toy manifestando, la divinidad que se expresa en cada acto, los he-
chos maravillosos y sorprendentes que son el resultado de la gracia.
Mi enseñanza es amor, mi mensaje es amor, mi actividad es
amor, mi forma de vida es amor; no hay nada más preciado que el
amor dentro del entendimiento humano.
Yo sólo pido pureza de corazón para derramar mi gracia. No
pongan distancia entre ustedes y yo, no interpongan entre ustedes y
yo las formalidades de la relación gurú-discípulo, ni siquiera las
grandes diferencias de la relación Dios-devoto. Yo no soy ni gurú ni
Dios, Yo soy ustedes, ustedes son Yo. Esa es la verdad, no hay dife-
rencia. Aquello que aparece como tal es lo erróneo; ustedes son
olas, Yo soy el océano, sepan esto y sean libres, sean divinos."
Sai Baba
Cuando venga el Consolador, que yo os enviaré del Padre, el Es-
píritu de la Verdad, que procede del Padre, Él testificará de mí.
Jn 15, 26
"Dios ha encarnado en forma humana para inspirar a los hom-
bres a seguir ideales superiores, no sólo en la India sino también en
otros países. Los hombres pueden tener lenguas y estilos de vida dife-
rentes, pero Dios es Uno y está en todas partes. Todas las religiones ha-
blan de Él como amor, y como alcanzable por medio del amor. Las for-
mas de adorar a Dios difieren porque están modeladas por el tiempo y
el lugar, pero el amor es el contenido básico de todas las formas. Todos
los corazones hablan y entienden el lenguaje del corazón. Realmente
sólo hay una raza y ésta es la raza humana. Ahora consideramos esen-
ciales las mezquinas distinciones de nacionalidad, raza, religión y len-
guaje y retenemos el amor, que debe fluir desde nuestro corazón hacia
cada uno. Tales fueron la vida y el mensaje de Jesús. Foméntenlos en
su corazón, sientan a Jesús como su mensajero enviado por Dios."
Sai Baba

459
Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.
No así el asalariado, que no es el pastor ni las ovejas son su-
yas. Cuando ve venir al lobo, huye abandonando las ovejas, y
el lobo las agarra y las dispersa. A él sólo le interesa su sala-
rio y no le importan nada las ovejas.
Yo soy el Buen Pastor y conozco los míos como los míos me co-
nocen a mí, lo mismo que el Padre me conoce a mí y yo conoz-
co al Padre. Y yo doy mi vida por las ovejas.
Tengo otras ovejas que no son de este corral. A esas también
las llevaré; escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño con un
solo pastor.
Jn 10, 11-17
"Cada Encarnación es total y completa con relación al tiempo,
al ambiente y la tarea. No existe distinción entre las distintas aparicio-
nes de Dios. Hoy los principios sagrados están en peligro de destruc-
ción total debido a la debilidad humana bajo el ataque despiadado de
las fuerzas del mal. Ellas están venciendo lo bueno, lo espiritual, lo di-
vino en el hombre. Es por eso que el presente Avatar ha venido investi-
do con la totalidad del poder cósmico, para salvar a la honestidad de
la deshonestidad, unir a la humanidad en una casta o familia del alma,
con el establecimiento de la divinidad en cada hombre o mujer, que es
la base sobre la cual descansa por entero el plan cósmico. Una vez que
esto haya sido realizado, la herencia divina común que une al hombre
con el hombre y al hombre con Dios será aparente, y el amor prevale-
cerá como el faro que guía al universo. Una vez que esta lección pri-
maria se enseñe en la familia, en la escuela, en la universidad y en la
sociedad, en las ciudades y en los estados, las naciones del mundo y el
hombre se harán conscientes del hecho de que toda la humanidad per-
tenece a una sola familia. Cristo predicó: 'Todos son uno, sed iguales a
todo el mundo'. El tema vital es la unidad, una casta, una clase, un cre-
do de humanidad; y esto sólo puede ser alcanzado por medio de la en-
trega de sí mismo, del ego individual al puro, desinteresado, amor uni-
versal, y a la devoción, la chispa divina, el factor que cimenta, unifica,
integra al hombre, y al hombre con Dios. Por eso yo soy la incorpora-
ción del amor, y lo uso como mi instrumento para regenerar al hombre
y crear la hermandad de la humanidad."
Sai Baba

460
Jesús les contestó: "Mirad que nadie os engañe. Muchos ven-
drán usando mi Nombre y diciendo: 'Yo soy'; y seducirán a mu-
chos. Cuando oyereis hablar de guerras y de rumores de gue-
rras, no os alarméis; es necesario que eso suceda, pero todavía
no será el fin. Porque se levantará pueblo contra pueblo, y rei-
no contra reino; habrá terremotos en varios lugares, habrá
hambre. Eso será el comienzo de los dolores".
Mc 13, 5-8
Se le ha preguntado a Jesús cuáles serán las señales para reco-
nocer su próxima venida. Él contestó que cuando reine el caos a raíz
del mal manejo que hace el ser humano de su libre albedrío ("será el
comienzo de los dolores"). Pues así como cuando una mujer está a
punto de parir sabe que ha llegado la hora por los dolores que prece-
den al parto, y que son el anuncio de la llegada de una nueva vida, así
también cuando el mundo está sumido en la confusión y el dolor, es se-
ñal de que el advenimiento del Avatar está próximo, que viene a traer
su mensaje de vida para rectificación de la conducta humana.
"El Avatar llega cuando todavía queda un remanente de hom-
bres buenos, una traza de dharma, de rectitud. Pues, ¿de qué sirve
el doctor si el paciente está muerto? Cuando un gran número de
hombres buenos están afligidos por la sobrevivencia de la bondad,
el Señor encarna, con el fin de alimentar a sus espíritus desfalle-
cientes y reavivar la fe y el amor.
Cuando la lujuria envuelve el corazón del hombre, la verdad,
la justicia, la compasión y la paz se alejan de él; el mundo degene-
ra en un nido de víboras y Dios viene a rescatar a la humanidad de
la ruina.
He venido para reparar la antigua carretera que conduce al
hombre hasta Dios; tengo el compromiso de llevar a la bondad a
aquellos que se desvían del sendero recto y de salvarlos. He venido
para proteger su virtud y santidad, y guiarlos a la meta.
El Avatar viene a revelar al hombre su propio ser, a restaurar-
le su derecho de nacimiento a la bienaventuranza átmica. Él no vie-
ne a establecer un nuevo credo, una nueva secta, a inculcar un nue-
vo Dios. Si tales actos suceden, son consecuencia del mal en el hom-
bre.

461
El Avatar viene como hombre para demostrar que este es divi-
no, y para estar al alcance del mismo. Dios no es un déspota de co-
razón de piedra, Él es compasión, Él es gracia personificada. Una vez
que se han purificado con lágrimas, Él los acerca y les confiere con-
suelo y valentía. Sin un corazón puro, la realización es imposible. La
sabiduría sólo puede penetrar en una mente purificada."
Sai Baba
Si me amáis, observaréis mis mandamientos. Yo rogaré al Pa-
dre, y Él os dará otro Consolador, para que esté con vosotros
siempre, el Espíritu de la Verdad, que el mundo no puede reci-
bir, porque no lo ve ni lo conoce. Vosotros lo conocéis, porque
mora con vosotros y estará en vosotros. No os dejaré huérfa-
nos, volveré a vosotros. Todavía un poco y el mundo no me ve-
rá más, pero vosotros me veréis, porque yo vivo y vosotros tam-
bién viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en
mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros. El que conoce mis
mandatos y los guarda, ése me ama, y al que me ama lo amará
mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él.
Le dijo Judas, no el Iscariote: "Señor, ¿cómo es que te has de
manifestar a nosotros, y no al mundo?". Jesús le contestó:
"Si alguno me ama, guardará mi doctrina, y mi Padre lo
amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. El que no
me ama, no guarda mis enseñanzas; la doctrina que escu-
cháis no es mía, sino del Padre que me envió. Os he dicho es-
tas cosas estando con vosotros; pero el Consolador, el Espí-
ritu Santo, el que el Padre enviará en mi Nombre, Él os en-
señará todo y os recordará cuanto os he dicho".
Jn 14, 15-25
Dado que Jesús mora en el Padre, el Padre en Jesús y Jesús en
nosotros, llegamos a la conclusión de que somos de la misma esencia
que el Padre. De allí que cuando cumplimos sus mandatos se mani-
fiesta en nosotros.
Aquel que fue anunciado por Jesús, el Consolador, el que ven-
dría y nos enseñaría toda la verdad, ya está caminando entre nosotros,
Sathya Sai Baba, quien vino para revelarnos que somos Dios.

462
"El Atma es libre, es pureza, es plenitud, es ilimitada. Su cen-
tro es el cuerpo, pero su circunferencia está más allá del más allá.
El hombre ha sido dotado de un gran intelecto que puede llegar a
reconocer la existencia del Atma. Esfuércense por orientarlo hacia
esta conciencia y logren el éxito. Sin embargo, muy pocos son lo su-
ficientemente humanos como para tratar de llegar a conocer qué
son, por qué están aquí y de dónde vienen o a dónde van desde aquí.
Circulan con nombres temporales, encerrados en cuerpos transito-
rios que están cambiando continuamente. Es por ello que Dios los
urge, escuchen, hijos de la inmortalidad, escuchen, presten atención
al mensaje de los maestros que tuvieron la visión de Dios, el prime-
ro y el más alto, el que mora más allá de los ámbitos de la ilusión y
el engaño. Escuchen, seres humanos, por naturaleza ustedes son
plenos, en verdad son Dios caminando sobre la tierra. ¿Habrá pe-
cado mayor que llamarlos pecadores? Si aceptan este apelativo, se
están difamando a sí mismos.
Levántense, desechen el humillante sentimiento de que son
ovejas, no dejen que los engañen con tal idea. Ustedes son el Atma,
son gotas de amrita, la verdad, belleza y bondad inmortal. No tie-
nen ni principio ni fin. Todas las cosas materiales están sometidas
a ustedes y no son ustedes sus servidores, como lo imaginan ahora."
Sai Baba

463
87
SEÑALES O MILAGROS
DE LA DIVINIDAD

En todas las épocas a los profetas o enviados de Dios se les ha


pedido señales que demuestren su divinidad, ya sea para creer, ya sea
para criticarlos.
Tanto Jesús como Sai Baba demuestran que los milagros o manifes-
taciones no son lo más importante. El verdadero milagro es ver lo que no
se ve a simple vista, o sea, la divinidad contenida en la persona del Avatar.
Por esta razón, Jesús afirmaba: ¡Dichosos los que creen sin ver!
Entonces algunos maestros de la Ley y fariseos le dijeron: "Ma-
estro, queremos verte hacer un milagro". Pero él contestó: "Es-
ta raza perversa e infiel pide una señal, pero solamente se le
dará la señal del profeta Jonás".
Mt 12, 38-39
"El poder de Sai es ilimitado, se manifiesta eternamente; todas
las formas de poder residen en la palma de la mano de Sai. No traten de
conocerme a través de los ojos externos. Cuando van a un templo y se
paran frente a la imagen de Dios, rezan con los ojos cerrados, ¿no es
así? ¿Por qué? Porque sienten que sólo el ojo interior de la sabiduría
puede lograr que Él les sea revelado a ustedes. Por consiguiente, no me
pidan objetos materiales triviales, pero pídanme y serán recompensa-
dos. Esto no significa que no podrán recibir cualquier objeto que Yo les
dé como signo de la gracia que proviene de la plenitud del amor."
Sai Baba

464
En seguida subió a la barca con sus discípulos y se fue a la re-
gión de Dalmanuta. Vinieron los fariseos y empezaron a discu-
tir con Jesús. Querían ponerlo en apuros, y esperaban de él una
señal que viniera del Cielo. Jesús suspiró profundamente y ex-
clamó: "¿Por qué esta gente pide una señal? Yo les digo que a
esta gente no se le dará ninguna señal". Y dejándolos, subió a
la barca y se fue al otro lado del lago.
Mc 8, 10-13
"Ustedes han venido para obtener de mí oropeles y dijes,
también curas insignificantes, promociones, alegrías y comodida-
des mundanas. Muy pocos de ustedes desean obtener de mí lo que
Yo he venido a darles, o sea, la Liberación misma.
Así ha ocurrido en todas las épocas. La gente puede estar muy
cerca físicamente del Avatar, pero viven sus vidas sin darse cuenta de su
suerte. Exageran el rol de los milagros, los cuales, si se los compara con
mi gloria y majestuosidad, son tan triviales como el tamaño y la fuerza
de un mosquito en relación con los del elefante sobre el que está posa-
do.
Por lo tanto, cuando hablan sobre estos milagros, me río para
adentro de lástima, ya que se permiten tan fácilmente perder el precia-
do entendimiento de mi Realidad. El sentido de la vista no puede visua-
lizar la Verdad, sólo da información falsa y confusa. Por ejemplo, hay
muchos que observan mis acciones y comienzan a decir que mi natura-
leza es de esta índole o de aquella otra. Son incapaces de apreciar la
santidad, la majestuosidad y la Realidad Eterna que Soy."
Sai Baba
Jesús bajó con ellos y se detuvo en un lugar llano. Había allí
un grupo impresionante de discípulos suyos y una cantidad de
gente procedente de toda Judea y de Jerusalén, y también de
la costa de Tiro y de Sidón. Habían venido para oírlo y para
que los sanara de sus enfermedades; también los atormenta-
dos por espíritus malos recibían curación. Por eso cada cual
trataba de tocarlo, porque de Él salía una fuerza que los sa-
naba a todos.
Lc 6, 17-19

465
"Busca un lugar quieto después de mi darshan (estar en su Pre-
sencia), donde encuentres la tranquilidad y puedas recibir el comple-
mento de mi bendición. Mi energía sale de mí cuando paso cerca de ti.
Si estás hablando con otros, inmediatamente esta preciosa energía se di-
sipa y regresa a mí, no utilizada por ti. Puedes estar seguro de que todo
lo que mi ojo ve se vuelve vitalizado y transmutado."
Sai Baba
Tres días después hubo una boda en Caná de Galilea, en la que
se hallaba la madre de Jesús. Jesús, con sus discípulos, fue invi-
tado también a la boda. Y faltando vino, dijo Jesús a su madre:
"¿A ti y a mí qué, mujer? Mi hora aún no ha llegado". La madre
dijo a los sirvientes: "Haced lo que Él os diga". Había allí seis ti-
najas de piedra para las abluciones de los judíos, de dos o tres
metretas cada una. Jesús les dijo: "Llenad de agua las tinajas". Y
las llenaron hasta los bordes. Añadió: "Sacad ahora y llevad al
maestresala". Y lo llevaron. Apenas el maestresala gustó el agua
hecha vino (sin saber de dónde era, aunque sí lo sabían los sir-
vientes que habían sacado el agua), llamó al esposo y le dijo: "To-
dos sirven primero el mejor vino, y cuando se ha bebido bastan-
te, el peor. Tú has guardado el buen vino hasta ahora".
Así, y en Caná de Galilea, dio Jesús principio a sus milagros,
manifestó su gloria, y creyeron en Él sus discípulos.
Jn 2, 1-11
"El Señor revelará sus poderes sólo en el momento apropia-
do, cuando el tiempo ha madurado. Como las frutas, que requieren
de algún tiempo para madurar, Dios también toma su tiempo. Es im-
propio especular acerca de las acciones divinas. Incluso el omnipo-
tente y omnisciente Señor ha de respetar el factor tiempo. Tiene que
observar las reglas del juego cósmico. No puede violar sus propias
reglas y normas, así como una autoridad de tránsito no puede vio-
lar las reglas de tránsito.
Todo en la Creación tiene que actuar de acuerdo con las le-
yes de su existencia. Los cinco elementos están gobernados por le-
yes que tienen que cumplir."
Sai Baba

466
Cuando Jesús terminó de dar estas instrucciones a sus doce discí-
pulos, se fue de allí para predicar y enseñar en las ciudades judías.
Juan, que estaba en la cárcel, oyó hablar de las obras de Cris-
to, por lo que envió a sus discípulos a preguntarle: "¿Eres tú el
que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?".
Jesús les contestó: "Vayan y cuéntenle a Juan lo que ustedes es-
tán oyendo y viendo: los ciegos ven, los cojos andan, los lepro-
sos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y
una Buena Nueva llega a los pobres. ¡Y dichoso aquel para
quien yo no sea motivo de escándalo!".
Mt 11, 1-6
"Un avatar es capaz de materializar y desmaterializar obje-
tos, dirigir su conciencia a través del cosmos, moverse a la veloci-
dad de la luz y usar el poder de ésta en su misión en la tierra, sin
estar impedido por las demandas del cuerpo o de las leyes de la na-
turaleza. Su conciencia es una con la energía primaria de la crea-
ción. Para alguien con infinita conciencia, libre en el espacio y
tiempo, lo que para nosotros es milagroso, para Él es un simple jue-
go de fuerzas primarias.
Mis poderes son simplemente la expresión o declaración de
la naturaleza divina que me funde y me une con todo, donde quiera,
en todo tiempo y lugar.
Puedo curar, salvar y hasta resucitar gente, si ellos tienen
una condición espiritual receptiva.
Los milagros que hago pertenecen al poder infinito de Dios.
En lo que a mí concierne, ellos son la evidencia de mi divinidad. No
intentan ser una exhibición de divinidad. Todas las exhibiciones de
magia, como ustedes bien saben, son hechas para obtener ingresos,
son trucos del ramo de los magos, constituyen una forma legaliza-
da de engaño el transferir un objeto de un lugar a otro mediante un
truco inadvertido, realizado con la mano. No involucra ni poderes
siddhis ni milagrosos. Lo que yo hago es absolutamente distinto, un
acto de creación. No es mágico ni involucra poder. Por un lado no
pido que se me devuelvan dichos objetos; por el otro, no engaño a
la gente transfiriéndoles de un lado a otro, sino que los creo. Nue-
vamente aclaro, no hago esto por necesidad ni para exhibir mis po-

467
deres. Para mí esto es una especie de tarjeta de presentación para
convencer a la gente de mi amor hacia ellos y a cambio asegurar-
me el despertar de la devoción por lo divino.
Como el amor no tiene formas, utilizo las materializaciones pa-
ra evidenciar mi amor. Él es meramente un símbolo. Mucha gente de-
sea talismanes que simbolicen mi protección, entonces Yo se los doy.
Las cenizas que materializo son una manifestación de la di-
vinidad con un poderoso significado y simbolismo. Son el símbolo
de la naturaleza cósmica, inmortal e infinita de todas las formas de
Dios, el Atma o el Espíritu. Es lo que queda cuando todo lo munda-
no, transitorio y cambiante fue quemado nuevamente. En primer lu-
gar es el símbolo del ciclo vida-muerte en el cual todo indudable-
mente se reduce a cenizas. 'Del polvo has venido y al polvo has de
volver', cenizas o polvo es la condición final de las cosas; esto no
puede sufrir ningún cambio posterior.
En el contexto espiritual, las cenizas constituyen una adver-
tencia para aquel que las recibe de la necesidad de renunciar a to-
do deseo material, de quemar todas las pasiones, apegos y tenta-
ciones en el fuego de la devoción, que hace que uno sea puro en
pensamiento, palabra y acción.
He tenido la voluntad de imprimir esta lección en vuestras
mentes, Yo materializo cenizas para aquellos que vienen a mí con
amor y devoción. Como las otras materializaciones, actúan también
como talismán, curando a los enfermos y dándoles protección a
quienes la necesitan. Es el símbolo de la divinidad, muy diferente de
los trucos mágicos. Mis poderes para proteger, curar, salvar gente,
materializar objetos, son originados directamente de la voluntad de
Dios y pueden ser usados sólo por un Avatar."
Sai Baba
Entonces Jesús comenzó a reprochar a las ciudades en que ha-
bía realizado la mayor parte de sus milagros, porque no se ha-
bían arrepentido:
"¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y Si-
dón se hubiesen hecho los milagros que se han realizado en us-
tedes, seguramente se habrían arrepentido, poniéndose vesti-

468
dos de penitencia y cubriéndose de ceniza. Yo se lo digo: Tiro y
Sidón serán tratadas con menos rigor que ustedes en el día del
juicio".
Mt 11, 20-22
"El hombre se ha convertido en esclavo de sus bajos instintos
y deseos, es incapaz de establecer diferencias entre la degradante
lujuria y el elevado sentimiento de amor. El amor es el primer paso
en el camino que conduce a la gracia divina, pero el hombre se re-
vuelca en el anhelo vehemente de la comodidad y el placer físico y
es perseguido por la nefasta compañía de la lujuria y la ira.
El correr tras los deseos de objetos materiales produce gran
descontento. Este tipo de deseo no tiene fin. Una vez que ustedes se
convierten en esclavos de los sentidos, éstos no los dejarán libres
hasta su muerte, es una sed implacable. Pero Yo los llamo a mí y
hasta les otorgo gracias mundanas para que puedan volverse hacia
Dios.
Ningún Avatar ha hecho esto antes, ir entre las masas, acon-
sejarlas, guiarlas, consolarlas, elevarlas y dirigirlas por el sendero
de la verdad, la rectitud, la paz y el amor. Si renuncian a todo y se
rinden a los pies del Señor, Él los protegerá y guiará. El Señor ha
venido sólo para esta tarea, Él dice que lo hará, que es esta misma
tarea la que lo ha traído aquí."
Sai Baba

469
88
¿CAUDILLOS O GUÍAS
ESPIRITUALES?

El hombre cree que la llegada de un Avatar o Encarnación Divi-


na a este planeta es para solucionar todos los problemas que el mismo
hombre ha ocasionado, o sea, el hambre, las guerras, etc. Dios en su
manifestación humana tiene la posibilidad y el poder de solucionar to-
dos los conflictos que el hombre ha desarrollado en su insensatez. Pe-
ro no sería una solución de fondo ya que al no haber un cambio de con-
ciencia al no tomar la responsabilidad que a cada uno toca en esta
transformación, al poco tiempo todo volvería a fojas cero.
Quien ha causado o provocado esta situación haciendo mal uso
de su libertad o libre albedrío es el que debe restaurar su conducta, po-
niendo en práctica el mensaje de quienes vienen a mostrar el camino
para destruir la ignorancia.
Cuando Jesús vino, hace dos mil años, los que lo reconocieron co-
mo el mesías pensaron que Él los liberaría de los enemigos de Israel. Por
esta razón algunos lo seguían y aclamaban y otros lo perseguían, creían que
era un agitador político. Con el correr del tiempo, al comprobar la actitud
pacifista de Jesús y su mensaje de amor y compasión, muchos quedaron de-
cepcionados y le dieron la espalda. Resultaba difícil comprender a Jesús
cuando decía "Mi reino no es de este mundo" (Jn 18, 36).
La misión de los Avatares es restaurar los valores humanos que
el hombre fue perdiendo a lo largo de innumerables vidas, mostrándo-
le el sentido de la liberación espiritual y no de la liberación de los pro-
blemas y conflictos sociales de este mundo.

470
Todas las preocupaciones y vicisitudes quedan solucionadas
cuando el hombre busca y descubre el Reino de Dios en sí mismo. To-
do lo demás se le dará por añadidura.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
Ahora sale triunfante nuestra salvación
en la casa de David, su siervo,
como lo había dicho desde tiempos antiguos
por boca de sus santos profetas:
que nos salvaría de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian.
Lc 1, 68-71
Ahora, Señor, ya puedes dejar
que tu servidor muera en paz como le has dicho.
Porque mis ojos han visto a tu salvador,
que has preparado y ofreces a todos los pueblos,
luz que se revelará a las naciones
y gloria de tu pueblo, Israel.
Lc 2, 29-32
"Toda la humanidad podría ser destruida en un holocausto
nuclear si hubiese otra guerra mundial. Es para prevenir y salvar al
mundo de esta catástrofe que el Avatar ha venido. Hay dos maneras
por las cuales un Avatar puede ayudar a la gente a impedir estas ca-
lamidades. Una es instantánea, la otra es a largo plazo. Cualquier
solución instantánea es contraria a la naturaleza fundamental del
devenir, como así también a la ley kármica de causa y efecto. La ma-
yoría de la gente vive en el mundo material de sus deseos y egos, que
están gobernados por dicha ley. Ellos cosechan el fruto de sus accio-
nes que les acarrea la evolución o involución de ese ser. Si el Avatar
interviene directamente resolviendo sus problemas, se paralizaría to-
da acción, desarrollo o evolución. Esta solución debe ser excluida,
pues niega las leyes naturales. La otra alternativa es más efectiva,
presenta una solución a largo plazo por la cual el Avatar conduce a
la gente para que por ellos mismos alcancen un mayor grado de con-

471
ciencia que les permita comprender la verdad de las leyes espiritua-
les. Esto los familiarizará nuevamente con la naturaleza y la ley
kármica de causalidad, trascenderán el ciclo de causas-efectos que
hoy los envuelve como víctimas y les será dado manejar y controlar
las fuerzas naturales. De esta manera, podrán prevenir calamidades
tales como terremotos, inundaciones, epidemias y destrucción. Si el
Avatar hiciese desaparecer inmediatamente todas las calamidades,
cosa que puedo hacer y hago cuando hay una gran necesidad, todo
el drama de la creación con sus leyes kármicas sufriría un colapso.
Estas calamidades ocurren no por lo que Dios ha hecho al hombre
sino por lo que el hombre se ha hecho a sí mismo. Entonces el hom-
bre debe ser deshecho y rehecho, destruyendo su ego y reemplazán-
dolo por una conciencia trascendental, de manera que pueda estar
por encima del ciclo kármico para controlar la naturaleza y prevenir
sus calamidades. Ese es el trabajo que como Avatar estoy llevando en
el presente."
Sai Baba
En una ocasión en que estaba reunido con ellos les dijo que no
se alejaran de Jerusalén y que esperaran lo que el Padre había
prometido. "Ya les hablé al respecto, les dijo: Juan bautizó con
agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo den-
tro de pocos días".
Los que estaban presentes le preguntaron: "Señor, ¿es ahora
cuando vas a restablecer el Reino de Israel?".
Hch 1, 4-6
Una vez le preguntaron a Sai Baba: "¿Swami no podrá median-
te su gracia cambiarle la mente a las personas? ¿Por qué no controla
sus mentes y las corrige?".
Contesta Sai Baba: "Si Yo os bendijera así, atentaría contra
vuestra libertad. Seguid las prácticas espirituales, que han sido dadas
para obtener esa bendición. Ganaos la bendición con el esfuerzo, ese
es el camino".
Pregunta: "¿De modo que su objetivo se puede resumir como la
hermandad de la humanidad, que será alcanzada por medio de la doc-
trina del amor?".

472
Respuesta: "Sí, ¿qué otra cosa puede salvar al mundo del fuego
termonuclear? Todo señala hacia el terror de esa conflagración que se
acerca. Y mi misión es excluir el fuego por medio del restablecimien-
to de la rectitud y la ley espiritual de un solo Dios, una religión, un len-
guaje, abarcando toda la humanidad. El mundo entero es una familia;
esta unidad que se deriva de Dios puede sentirla todo el mundo por me-
dio del reconocimiento de la supremacía del denominador común del
ser o alma en cada individuo".
Pregunta: "¿Pero cómo puede esto prevenir un holocausto nuclear?"
Respuesta: "Haciendo desaparecer todas las causas, fuentes, barre-
ras y provocaciones de clase, casta, credo, color y raza, y reemplazando el
odio y la violencia que existen con amor y no violencia. Yo espero pro-
veer a la humanidad con un evangelio de cooperación pacífica, para
reemplazar el presente escalamiento de codestrucción. Si curo todo instan-
táneamente, dejando a la gente en su actual nivel de conciencia, muy pron-
to echarían a perder las cosas y estarían de nuevo peleando unos contra
otros, con el resultado de que la misma situación caótica se desarrollaría
de nuevo en el mundo. Sufrimientos y calamidades son actos inevitables
del drama cósmico. Dios no decreta estas calamidades, pero el hombre las
atrae como retribución por sus propias malas acciones. Este castigo co-
rrectivo induce a la humanidad a dejar el mal camino y regresar al cami-
no correcto, para poder experimentar la condición divina de existencia,
conciencia y bienaventuranza".
Pilato volvió a entrar en el palacio, llamó a Jesús y le pregun-
tó: "¿Eres tú el Rey de los judíos?". Jesús le contestó: "¿Viene
de ti esta pregunta o repites lo que te han dicho otros de mí?".
Pilato respondió: "¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los jefes
de los sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?".
Jesús contestó: "Mi realeza no procede de este mundo. Si fuera rey
como los de este mundo, mis guardias habrían luchado para que
no cayera en manos de los judíos. Pero mi reinado no es de acá".
Pilato le preguntó: "Entonces, ¿tú eres rey?". Jesús respondió:
"Tú lo has dicho: yo soy Rey. Yo doy testimonio de la verdad, y
para esto he nacido y he venido al mundo. Todo el que está del
lado de la verdad escucha mi voz".
Jn 18, 33-37

473
"La realización del Dios interno, morador del corazón como
motivador de la vida, es la tarea para la cual los avatares encarnan
en forma humana. Por esto en mi presente forma de Avatar he veni-
do con la totalidad de los poderes del Dios sin forma, para corregir
al hombre, elevarle la conciencia, y poner a los seres humanos nue-
vamente en el camino correcto de la verdad, la rectitud, la paz y el
amor a la dignidad.
Yo solamente predico una religión del amor para todos, la
única que puede integrar la raza humana en una hermandad del
hombre bajo la paternidad de Dios. Yo sólo conozco un lenguaje, el
del corazón, que está más allá de la mente o el intelecto, que rela-
ciona al hombre con el hombre y al hombre con Dios, creando de
esta manera comprensión mutua, cooperación y una vida en comu-
nidad en paz y armonía. Sobre esta base, Yo quiero construir una
humanidad sin barreras religiosas, de clases o de otro tipo, en un
imperio universal de amor, lo que haría a mis devotos sentir que el
mundo entero es su familia.
Recuerden que no hay nada que el poder divino no pueda
lograr. Puede transformar la tierra en cielo y el cielo en tierra.
Dudar de esto es probar que ustedes son demasiado débiles para
captar la magnificencia y grandiosidad del universo. He venido a
enseñar a todos la esencia de las Sagradas Escrituras, a derramar
sobre todos este precioso regalo, a proteger y preservar la eterna
sabiduría."
Sai Baba
Pilato convocó a los jefes de los sacerdotes, a los jefes de los
judíos y al pueblo y les dijo: "Ustedes han traído ante mí a es-
te hombre acusándolo de sublevar al pueblo. Pero después de
interrogarlo en presencia de ustedes, no he podido comprobar
ninguno de los cargos que le hacen. Y tampoco Herodes, pues
me lo devolvió. Es evidente que este hombre no ha hecho nada
que merezca la muerte. Así que después de castigarlo lo dejaré
en libertad".
Pero todos ellos se pusieron a gritar: "¡Elimina a éste y de-
vuélvenos a Barrabás!". Este Barrabás había sido encarcelado
por algunos disturbios y un asesinato en la ciudad.

474
Pilato, que quería librar a Jesús, les dirigió de nuevo la palabra,
pero seguían gritando: "¡Crucifícalo, crucifícalo!". Por tercera
vez les dijo: "Pero, ¿qué mal ha hecho este hombre? Yo no he en-
contrado nada que merezca la muerte; por eso, después de azo-
tarlo, lo dejaré en libertad". Pero ellos insistían a grandes voces
pidiendo que fuera crucificado, y el griterío iba en aumento.
Entonces Pilato pronunció la sentencia que ellos reclamaban.
Soltó al que estaba preso por agitador y asesino, pues a éste lo
querían, y entregó a Jesús como ellos pedían.
Lc 23, 13-25
Jesús había defraudado las expectativas de los que creían que Él,
al ser y proclamarse el mesías esperado durante tanto tiempo, los libe-
raría del yugo de los romanos, que oprimían al pueblo de Israel. Por es-
ta razón la multitud pide que sea crucificado en lugar de Barrabás, que
era un agitador que buscaba o trataba de levantar a su pueblo contra la
dominación romana.
Sólo así se explica el cambio rotundo operado en esta gente que an-
teriormente lo había aclamado con palmas y vítores al grito de "¡Hosanna
al Hijo de David!", cuando hizo su entrada triunfal en Jerusalén.
Pilato todavía buscaba la manera de dejarlo en libertad. Pero los
judíos gritaban: "Si lo dejas en libertad, no eres amigo del César;
el que se proclama rey se rebela contra el César". Al oír Pilato es-
tas palabras, hizo salir a Jesús al lugar llamado el Enlosado, en
hebreo Gábbata, y lo hizo sentar en la sede del tribunal.
Era el día de la Preparación de la Pascua, hacia el mediodía.
Pilato dijo a los judíos: "Aquí tienen a su rey". Ellos gritaron:
"¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo!". Pilato replicó: "¿He de cruci-
ficar a su Rey?". Los jefes de los sacerdotes contestaron: "No
tenemos más rey que el César". Entonces Pilato les entregó a
Jesús para que fuera puesto en cruz.
Así fue como se llevaron a Jesús. Cargando con su propia cruz,
salió de la ciudad hacia el lugar llamado Calvario (o de la Ca-
lavera), que en hebreo se dice Gólgota. Allí lo crucificaron y
con él a otros dos, uno a cada lado y en el medio a Jesús.
Pilato mandó escribir un letrero y ponerlo sobre la cruz. Estaba
escrito: "Jesús el Nazareno, Rey de los judíos". Muchos judíos le-

475
yeron este letrero, pues el lugar donde Jesús fue crucificado es-
taba muy cerca de la ciudad. Además, estaba escrito en hebreo,
latín y griego. Los jefes de los sacerdotes dijeron a Pilato: "No
escribas: 'Rey de los Judíos', sino: 'Este ha dicho: Yo soy el rey
de los judíos'". Pilato contestó: "Lo que he escrito, escrito está".
Jn 19, 12-22
"En esa época los sacerdotes de Jerusalén se habían vuelto co-
rruptos y banales, habían degenerado en hombres soberbios y egoís-
tas. Jesús los condenó y trató de arrancar de raíz las costumbres per-
niciosas, puesto que a sus ojos todas las formas eran divinas. Él no
podía tolerar ninguna acción que contradijera esta postura. Así,
cuando la gente le preguntaba quién era, Él tenía la convicción para
responder: 'Yo y mi Padre somos Uno'. Jesús trató de enseñar a cada
uno la paternidad de Dios y la hermandad del hombre. Hombres tra-
dicionalistas y llenos de egoísmo consideraron a Jesús un falso pro-
feta y emplearon todos los medios para impedir su misión. Sin em-
bargo Él no vaciló, enfrentando toda oposición continuó siendo ejem-
plo de verdad viviente y purificando a la sociedad.
Mi tarea no es meramente la de curar, consolar y eliminar la
miseria individual. Es algo mucho más importante. La remoción de
la miseria y el dolor es inherente a mi misión. Mi tarea principal es
el restablecimiento de las Sagradas Escrituras y revelar a todos los
pueblos el conocimiento de ello. Esta tarea tendrá éxito, ningún
obstáculo podrá impedirlo, no será limitada ni retrasada. Cuando
el Señor decide y dispone, nada puede oponerse a su gracia divina."
Sai Baba
Aquel mismo día dos discípulos se dirigían a un pueblecito llama-
do Emaús, que está a unos doce kilómetros de Jerusalén, e iban
conversando sobre todo lo que había ocurrido. Mientras conversa-
ban y discutían, Jesús en persona se les acercó y se puso a caminar
con ellos, pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran.
Él les dijo: "¿De qué van discutiendo por el camino?". Se de-
tuvieron, y parecían muy desanimados. Uno de ellos, llamado
Cleofás, le contestó: "¿Cómo? ¿Eres tú el único peregrino en
Jerusalén que no está enterado de lo que ha pasado aquí estos
días?". "¿Qué pasó?", les preguntó. Le contestaron: "¡Todo el
asunto de Jesús Nazareno!".

476
Era un profeta poderoso en obras y palabras, reconocido por
Dios y por todo el pueblo. Pero nuestros sumos sacerdotes y
nuestros jefes renegaron de él, lo hicieron condenar a muerte y
clavar en la cruz. Nosotros pensábamos que él sería el que de-
bía libertar a Israel. Pero todo está hecho, y ya van dos días
que sucedieron estas cosas.
Lc 24, 13-21
"Un Avatar es capaz de todas las cosas en todo momento; sin
embargo, el Avatar no se pondrá a demostrar sus poderes en todo
momento, lo hará cuando circunstancias excepcionales lo exijan, y
derramará su gracia sólo en una persona merecedora. Debemos
examinar la razón por la cual el Señor Sin Forma toma la forma de
un ser humano y viene entre los hombres. Este ser informe viene en
forma humana para que pueda mezclarse con los seres humanos y
poner ante ellos ejemplos e ideales y para transmitirles todo los as-
pectos que deben aprender.
Muchas personas preguntan muy inocente e ignorantemente
por qué un avatar que posee todos los poderes debe someterse a to-
das las tribulaciones y debe tolerar el hambre y el sufrimiento. Un
avatar que tiene todos los poderes debería ser capaz de remover to-
dos estos sufrimientos en un momento. Si hay algún significado en
tal cuestión, ¿por qué debe venir un avatar en forma humana? El
avatar puede permanecer como divinidad sin forma y hacer todas
estas cosas desde esa misma posición en el tiempo y bajo ciertas
condiciones y ambiente, lo que es necesario tiene que hacerse y a
un nivel humano. Ciertas cosas son esenciales para la acción co-
rrectiva, y si no se hacen, el esperar que un avatar remueva simple-
mente todos los sufrimientos es algo muy tonto.
Muchos dudan en creer que las cosas mejorarán, que la vida se-
rá feliz para todos y llena de alegría, y que vendrá la edad de oro. Dé-
jenme asegurarles que esta Forma de Rectitud no ha venido en vano.
Triunfará en impedir las crisis que han envuelto a la humanidad."
Sai Baba

477
89
EL ANTICRISTO

"Anti" significa oposición o contrario; "Anticristo", contrario u


opuesto a Cristo.
Significa toda acción o concepción filosófica materialista, que
se opone a la espiritualidad del mensaje y enseñanza de Jesús.
De acuerdo con esto, toda persona que vive y actúa en contra de
lo que predicó Jesús es un anticristo, lo haga consciente o inconscien-
temente.
Una parte de sus contemporáneos lo aclamaban y seguían por-
que lo consideraban el mesías, otros lo acusaban de tener tratos con el
demonio, o sea, de anticristo.
La idea generalizada del anticristo es pensar que es aquel que te-
niendo todo el poder en sus manos, lo utiliza para el mal. Y realmente
es así.
Pero también anticristo es todo aquel que no lleva a la práctica
el mensaje de amor que trajeron Jesús y los demás avatares. De acuer-
do con esto, en muchas oportunidades hemos actuado en contra de
Cristo.
Quien no da de comer al hambriento...
Quien no da de beber al sediento...
Quien no brinda ayuda al que sufre...
Quien no sana o visita al enfermo...
Quien no da vivienda al que la necesita...
Quien desata una guerra...

478
Quien ocasiona el caos...
Quien destruye la unidad...
Quien niega los valores humanos...
Quien discrimina...
Quien no comparte...
Quien no perdona...
Quien fomenta la corrupción...
Quien siembra la falsedad...
Quien miente...
Quien roba...
Quien mata...
Quien niega la fraternidad y filiación divina...
Quien distorsiona la verdad...
¡ES UN ANTICRISTO!
Algunos le trajeron un endemoniado que era ciego y mudo. Je-
sús lo sanó, de modo que pudo ver y hablar. Ante esto, toda la
gente quedó asombrada y preguntaban: "¿No será éste el hijo
de David?". Lo oyeron los fariseos y respondieron: "¡Éste ex-
pulsa los demonios por obra de Beelzebú, príncipe de los de-
monios!".
Jesús sabía lo que estaban pensando, y les dijo: "Todo reino
que se divide, corre a la ruina; no hay ciudad o familia que
pueda durar con luchas internas. Si Satanás expulsa a Satanás,
está dividido; ¿cómo podrá mantenerse su reino? Y si Beelzebú
me ayuda a echar los demonios, ¿quién ayuda a la gente de us-
tedes cuando los echan? Ellos mismos les darán la respuesta.
Pero si el Espíritu de Dios es el que me permite echar a los de-
monios, entiendan que el Reino de Dios ha llegado a ustedes".
Mt 12, 22-28
"El conflicto entre las personas que aceptan a Dios y las que lo
niegan, entre quienes declaran que a Dios se le encuentra en este o en
aquel lugar y quienes afirman que no se le puede encontrar en ningu-
na parte, nunca termina, ha existido a lo largo de toda la historia.
Para denotar la divinidad se utilizan diferentes palabras co-
munes en los limitados vocabularios humanos. A los fenómenos que
revelan a la divinidad los llaman milagros, magia, maravillas, etc.

479
Por supuesto, el hombre no puede abarcar con su mente más de lo que
puede captar. No puede expresar con palabras lo inefable. Sólo los que
se han sumergido profundamente y han establecido contacto con el
principio subyacente del amor pueden formarse una imagen de la di-
vinidad con algo de claridad. La divinidad que soy Yo no ha sido ad-
quirida o ganada, ni ha sido añadida, ni se ha revelado después del
transcurso de algunos años a la mitad de esta vida.
La divinidad tiene que revelarse a través de estas manifesta-
ciones, formadas y modificadas durante largas eras por la natura-
leza del tiempo, la región y el ambiente cultural. A las señales y ma-
ravillas que Yo manifiesto se les aplican nombres que no expresan
el propósito o el efecto.
¿Por qué atrae la divinidad? ¿Es para engañar o distraer?
No. Es para transformar, reconstruir, reformar, o un proceso llama-
do purificación. ¿Cuál es el propósito de la reconstrucción? Hacer
a la persona útil para la sociedad, destruir su ego y afirmar en la
unidad de todos los seres en Dios."
Sai Baba
"El que es de Dios escucha las palabras de Dios; ustedes no las
escuchan porque no son de Dios."
Los judíos le replicaron: "Tenemos razón en decir que eres un
samaritano y que estás poseído por un demonio". Jesús les di-
jo: "Yo no tengo un demonio, pero ustedes me deshonran a mí
porque honro a mi Padre".
Jn 8, 47-48
"Mis actos son los cimientos sobre los cuales estoy constru-
yendo mi trabajo, la tarea para la cual he venido. Todos los 'actos
milagrosos' que ustedes observan se deben interpretar de acuerdo
con esto. Los cimientos para una represa requieren una variedad de
materiales, sin éstos no durará ni contendrá las aguas. Cuando el
Señor encarna, el hombre debe utilizar esto de diversas formas pa-
ra su elevación. El Señor no tiene intención de darse publicidad a sí
mismo. Yo no necesito publicidad, ni tampoco la necesita ninguno de
los otros avatares del Señor. ¿Qué es lo que se atreven a publicitar?
¿A mí? ¿Qué saben de mí? Hoy dicen una cosa acerca de mí y ma-

480
ñana otra. Vuestra fe no es suficientemente firme aún. Me alaban
cuando las cosas andan bien y me culpan cuando las cosas van mal.
Yo he venido para encender la lámpara del amor en sus co-
razones, para cuidar que ésta alumbre día tras día cada vez con
más brillo. No he venido en ninguna misión de publicidad para una
secta, credo o causa.
Tampoco he venido a reunir seguidores de una doctrina, no
tengo plan para atraer discípulos o devotos a mi congregación o a
cualquier otra. Yo he venido a contarles sobre esta fe unitaria uni-
versal, este Principio del Ser interior, este sendero de amor, esta
rectitud de amor, este deber de amor, esta obligación de amor."
Sai Baba
Al irse Jesús de allí, volvió a su tierra, y sus discípulos se fue-
ron con él. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la si-
nagoga y mucha gente lo escuchaba con estupor. Se pregunta-
ban: "¿De dónde le viene todo esto? ¿Y qué pensar de la sabi-
duría que ha recibido, con esos milagros que salen de sus ma-
nos? Pero no es más que el carpintero, el hijo de María; es un
hermano de Santiago, de Joset, de Judas y Simón. ¿Y sus her-
manas no están aquí entre nosotros?". Se escandalizaban y no
lo reconocían.
Jesús les dijo: "Si hay un lugar donde un profeta es desprecia-
do, es en su tierra, entre su parentela y en su propia familia".
Mc 6, 1-4
"Actualmente, personas que no tienen ninguna experiencia o
conocimiento de la ciencia espiritual y ninguna idea acerca de la di-
vinidad, hacen declaraciones erróneas sobre estos temas. El ojo só-
lo puede ver, la lengua sólo puede hablar y el oído sólo puede oír.
Cada uno tiene que aceptar y estar consciente de sus limitaciones.
La divinidad sólo puede captarse a través del amor, la fe y la prác-
tica espiritual, saturados con el amor universal. La razón es un ins-
trumento demasiado débil para medirla, la negación de la divinidad
no la puede invalidar, la lógica no la puede revelar.
Permítanme decirles que no pueden entenderme ni entender
mi secreto, sin antes entenderse ustedes mismos. Pues si son dema-

481
siado débiles para captar su propia realidad, ¿cómo pueden aspirar
a penetrar la mucho mayor realidad de mi advenimiento? Para cap-
tar mi significancia deben romper en pedazos las dudas y teorías
que ahora tienen y cultivar el amor, pues la encarnación del amor
puede ser comprendida solamente a través del amor. Los milagros y
maravillas que no pueden ser explicados por la ciencia me son tan
naturales que me divierte cuando les ponen el marbete de milagros.
El Señor había anunciado que Él vendría para la restauración del
dharma (rectitud) y que asumiría la forma humana para que todos
pudieran reunirse en torno a Él y sentir la viva emoción de su com-
pañía y conversación. Y el Señor ha venido como fue anunciado."
Sai Baba

482
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CUMPLIMIENTO DEL APOCALIPSIS

A partir de aquí trataremos de demostrar que el Apocalipsis se


está cumpliendo actualmente.
Generalmente se utiliza el término "apocalipsis" para designar to-
do tipo de desastres y catástrofes, y aún las que precederán al fin del mun-
do. Pero ¿por qué se ha llegado a este falso concepto? Por la sencilla ra-
zón de que se ha confundido el fin de la era con el fin del mundo.
Apocalipsis significa Revelación.
Corría el año 96 de nuestra era cuando Juan, el discípulo amado de
Jesús, estando desterrado en la isla de Padmos, tuvo una serie de visiones
acerca del futuro de la humanidad. Estas visiones, enigmáticas en su ma-
yoría por ser simbólicas, son de difícil interpretación. Como no hacen refe-
rencia a un tiempo determinado no se puede establecer con exactitud el
cumplimiento de las mismas. Por esta razón fueron adjudicadas a distintos
acontecimientos a lo largo de estos mil novecientos años.
Las profecías están sujetas a distintas interpretaciones, sólo
cuando se cumplen se entiende con claridad lo que significan, pues ge-
neralmente se utilizan metáforas, figuras retóricas de difícil compren-
sión, contienen misterios que muy pocos alcanzan a develar.
Decir que el Apocalipsis se está cumpliendo, significa que la hu-
manidad ha llegado al punto cumbre del materialismo, que la está lle-
vando gradualmente a su destrucción física, moral y espiritual. Para re-
vertir este estado al que nos ha llevado nuestra ceguera y necedad, el
jinete llamado el Fiel y Veraz ya camina entre nosotros.

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Escribe al ángel de la Iglesia de Laodicea: He aquí lo que dice
el Amén, el Testimonio fiel y veraz, el Principio de la creación de
Dios. Conozco tus obras: No eres ni frío ni caliente. Ojalá fueses
frío o caliente. Pero porque eres tibio, y no eres ni frío ni calien-
te, te voy a vomitar de mi boca. Estás diciendo: Yo soy rico, yo
me he enriquecido, a mí no me falta nada; y no sabes que eres
desdichado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Te aconsejo que
me compres el oro purificado en el fuego, para enriquecerte, y
vestiduras blancas para vestirte y no aparezca la vergüenza de tu
desnudez, y un colirio para que unjas tus ojos y veas. Yo, al que
amo, reprendo y castigo; ten, pues, celo y arrepiéntete. He aquí
que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y me abre, en-
traré en su casa; cenaré con él y él conmigo. Al vencedor le da-
ré el sentarse conmigo en mi trono, igual que yo, que he vencido,
me he sentado con mi Padre en su trono.
Ap 3, 14-22
"No eres ni frío ni caliente" alude a que la conducta del ser hu-
mano debe ser firme, decisiva y terminante, no puede ni debe ser am-
bivalente, como en el caso del tibio, ni una cosa ni la otra, incapaz de
jugarse para alcanzar la divinidad. Por ello Sai Baba nos habla de for-
talecer el carácter, la voluntad, para que podamos llevar a cabo esta rea-
lización. Los indecisos no se animan a transitar el sendero que condu-
ce a Dios. Jesús decía que muchos son los llamados y pocos los esco-
gidos, pues el camino es angosto y la puerta estrecha. Sólo los que tie-
nen carácter y decisión son los que la traspasan.
Respecto de la riqueza, ya sabemos que todo lo que constituye pose-
sión de bienes materiales no es la verdadera riqueza, ésta es sólo temporal
y al partir nos encontramos desnudos. La auténtica riqueza es aquella que
se adquiere con esfuerzo y sabiduría traducidos en obras o servicio hacia
los demás, adquiriendo de esta manera el oro purificado en el fuego del
amor, quemando el ego gradualmente y con perseverancia para adquirir la
purificación y llegar a ser oro purísimo para ofrecérselo a Dios.
Las vestiduras blancas representan las virtudes de las que tene-
mos que ir revistiéndonos para cubrir nuestra desnudez espiritual.
El colirio que nos aclara la visión espiritual para "ver" la verdad,
es la ausencia de ego, de deseos, y la práctica constante del amor.

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"Yo, al que amo, reprendo y castigo". En realidad, Dios no repren-
de ni castiga. La reprensión de Dios no es otra cosa que el sufrir las con-
secuencias de nuestras propias acciones, de acuerdo a la ley de causa y
efecto creada por Él. Arrepentirse significa corregir y retomar el rumbo co-
rrecto para no volver a sufrir las mismas consecuencias. Según el criterio
con que sean asumidas las pruebas, lograremos la bienaventuranza o el pe-
sar.
Dios es amor infinito, ilimitado, por consiguiente no puede ha-
ber en Él ninguna manifestación de enojo y mucho menos de castigo.
"He aquí que estoy a la puerta y llamo". Esta afirmación ratifica
lo dicho. Siempre nos brinda la oportunidad de abrirle. Siempre espe-
rando que le abramos las puertas del corazón, cuyos cerrojos están por
dentro, Dios no nos violenta, respetando así el libre albedrío que Él
mismo nos concedió.
Siempre esperando... "Den un paso hacia mí y Yo daré cien ha-
cia ustedes", dice Sai Baba.
Es uno el que debe tomar la decisión de aceptar y abrir las puer-
tas al Señor cuando nos visita, ya sea en la forma de una persona, de
un libro, de un acontecimiento o por intuición, que es comunicación di-
recta con Él.
Jesús, por haber llevado a cabo lo que le había encomendado el
Padre, por haber cumplido con su voluntad, adquirió el derecho de sen-
tarse a su diestra.
Así también Dios espera que cada uno de nosotros seamos ven-
cedores. Vencedores de nosotros mismos, de todas las dificultades que
nos impiden ir creciendo en dirección de Dios; vencedor es el que lo-
gra la transformación realizando a la divinidad. Si Jesús, el Cristo, por
haber sido vencedor adquirió el derecho de estar con el Padre, que eso
en definitiva significa "sentarse en su trono", también nosotros tene-
mos ese mismo destino y ese mismo derecho.
Tuve una visión en el momento en que el Cordero abrió el pri-
mero de los siete sellos. Oí al primero de los cuatro Animales
que gritaba como con voz de trueno: "Ven". Vi aparecer un ca-
ballo blanco. El jinete tenía un arco; se le dio una corona y sa-
lió como vencedor y para vencer. Cuando el Cordero abrió el

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segundo sello, oí al segundo Animal gritar: "Ven". Y salió otro
caballo rojo; a su jinete le fue dado el poder quitar la paz de la
tierra, de hacer que se degollasen los hombres; se le dio una
gran espada. Cuando el Cordero abrió el tercer sello, oí al ter-
cer Animal gritar: "Ven". Y vi aparecer un caballo negro, cuyo
jinete tenía en la mano una balanza. Y oí como una voz en me-
dio de los cuatro Animales, que decía: "Dos libras de trigo por
un denario, y seis libras de cebada por un denario, pero el acei-
te y el vino, ni tocarlo". Cuando el Cordero abrió el cuarto se-
llo, oí el grito del cuarto Animal: "Ven". Y he aquí que apare-
ció un caballo pajizo, cuyo jinete se llamaba muerte (el Hades
lo acompañaba). Le fue dado el poder sobre la cuarta parte de
la tierra para matar con la espada, con el hambre, con la pes-
te y con las fieras de la tierra.
Ap 6, 1-8
Las distintas eras por las que pasa la humanidad encuentran su
semejanza en los cuatro caballos del Apocalipsis de Juan y las de la
doctrina brahmánica.
Según ésta, desde que Braham ha creado el mundo, éste ha pa-
sado por cuatro etapas o yugas, llamadas también eras. Así, tenemos la
Kritha Sathyayuga, Trethayuga, Dwaparayuga y Kaliyuga.
La Krithayuga, conocida como la Era de la Verdad, es la edad de
oro, o sea, la que corresponde al caballo blanco. Aquí reinan el orden,
la justicia, la felicidad, y todas las criaturas alcanzan la perfección y la
bienaventuranza dentro de la armonía cósmica.
El Trethayuga, la segunda era, corresponde al caballo rojo, es la
edad de plata. En esta era el bien sigue dominando sobre el mal, pero
ya aparece el dolor entre los hombres. Las luchas y divisiones hacen
que lentamente vaya desapareciendo la paz.
El Dwaparayuga, la tercera era, la edad de bronce, corresponde
al caballo negro. La situación se agrava, la humanidad sigue descen-
diendo. Es representada por el jinete que tiene en la mano una balan-
za, no para hacer justicia precisamente, sino que el bien y el mal riva-
lizan y se equiparan. Es la época de las grandes guerras como produc-
to de la ambición de los hombres. El ego comienza a reinar.

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El Kaliyuga, la edad de hierro, simbolizada por el caballo paji-
zo, corresponde al período actual, que comenzó el 17 de enero del
3102 antes de Cristo con la muerte de Krishna, según Sai Baba.
En la era del Kaliyuga el mal se ha enseñoreado. Reina el caos,
nuevas enfermedades, guerras, odios, egoísmo, ambición, etc., que lle-
van a la humanidad al borde de la catástrofe y la autodestrucción. Las
mismas Escrituras nos detallan estos acontecimientos.
Lo vemos en las aperturas del quinto, sexto y séptimo sello, per-
tenecientes también al caballo pajizo, o sea a esta era del Kaliyuga. En
ella se cometen toda clase de crímenes, guerras, destrucciones y el
hombre utiliza la inteligencia y los dones que Dios le otorgó para el
mal, para dañar a sus semejantes... a la Creación. La moral ha desapa-
recido, el dinero y el poder son los reyes que esclavizan a los seres hu-
manos y lo espiritual ha quedado aplastado por lo material.
Cuando Juan en sus Revelaciones nos habla de las "langostas" o
de los "monstruos voladores", no hace referencia a otra cosa que los
aviones de guerra y misiles creados para la destrucción. ¿De qué otra
manera podría describirlos? Solamente comparándolos con lo conoci-
do. Cuando hace referencia al sol y a la luna que se han vuelto rojizos,
no es otra cosa que la polución originada por las fábricas, las chime-
neas, los transportes y todo aquello que ayuda al enrarecimiento de la
atmósfera, a la destrucción sistemática de la capa de ozono y a todo lo
que lleva a la desarmonización de la ecología.
Cabe advertir que en ningún momento en el Apocalipsis ni en
las escrituras y profecías más antiguas que éste se hace referencia al fin
del mundo o la desaparición de todo lo creado.
Pues antes de que esto suceda, Dios en su infinito amor y apia-
dándose de la humanidad, descenderá. Así como lo afirma Juan y las
Escrituras hindúes, según las cuales cuando el mal se extienda y acre-
ciente vendrá Vishnú a guiar a los hombres por el sendero de la Virtud.
También Juan profetiza el retorno del Cordero, la vuelta de Cristo. En
definitiva, la encarnación de Dios.
"Las edades (yugas) de la humanidad fueron clasificadas sobre
la base del papel dominante que la mente humana desempeña en
ellas. En la edad de oro (Krithayuga), dícese que la virtud caminaba

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en cuatro extremidades, feliz y segura. En la edad o ciclo 'terciario'
(Trethayuga) la virtud había perdido una de sus extremidades y tenía
que contentarse con desplazarse en las tres restantes, mientras que en
el ciclo siguiente o edad 'secundaria' (Dwaparayuga), tuvo que andar
tambaleando en dos piernas. En nuestra edad presente, la edad de
hierro (Kaliyuga), la edad de la destrucción, le queda apenas una ex-
tremidad a la virtud, de acuerdo con esta tradición. Las cuatro extre-
midades de la virtud son: verdad, merced, austeridad y caridad. Si
una persona posee esas cuatro virtudes, se puede decir de ella que vi-
ve en la edad de oro, sea cual fuere la edad que indica el calendario.
Si la verdad no está firmemente establecida en la persona pero posee
las otras tres cualidades, podemos decir que vive entonces en la edad
terciaria. Si la verdad y la merced (gracia) están ausentes, pero la
austeridad y la caridad forman parte del carácter individual, se pue-
de afirmar que la persona vive en la edad secundaria. Sin embargo,
si la única cualidad que persiste en el ser humano es la caridad, en-
tonces hay que concluir que la virtud en ella tiene que sostenerse en
una sola pierna y, como todas las demás cualidades han desapareci-
do, ese individuo vive en la edad de hierro, la edad de la destrucción,
aunque cronológicamente el ciclo se llame Edad de Oro. Los ciclos
cambian únicamente con el incremento o decrecimiento de la virtud,
el pasar del tiempo no es la causa fundamental. En un mismo ciclo
convivieron personas de excelsa santidad y de gran maldad. Las mis-
mas épocas históricas sirvieron de marco a la presencia de encarna-
ciones de la virtud y personificaciones del mal. Por lo tanto, se pue-
de afirmar que es la presencia de la virtud la que determina el ciclo
para estas dos categorías de seres humanos. Uno puede vivir conti-
nuamente en la edad de oro con sólo poseer las cuatro cualidades de
la virtud. Es la conducta humana la que hace o destruye la historia y
cambia la edad de oro en la edad de hierro o destrucción."
Sai Baba
Aquí está la sabiduría. El que tenga inteligencia, calcule el nú-
mero de la Bestia, porque es número de hombre. Su número es
666.
Ap 13, 18
Desde que Juan hizo pública su Revelación, el hombre ha trata-
do de interpretar este versículo.

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Según el Génesis, el hombre ha sido creado en el sexto día, para
llegar al séptimo, o sea a Dios. Trataremos de interpretarlo partiendo de
esta base. En este momento estamos aún en el sexto día; a lo largo de mi-
lenios el hombre se preocupó solamente de desarrollar su intelecto, de-
jando de lado lo espiritual que es lo que le va a permitir dar el salto al
séptimo. Y así llegamos a los umbrales del siglo veintiuno con todo un
cúmulo de desarrollo a nivel material, utilizado en la mayoría de los ca-
sos para el enriquecimiento propio. Por esta razón seguirá por mucho
tiempo en el sexto día, hasta que despierte a una nueva conciencia.
Basta dar una mirada a nuestro alrededor para darnos cuenta de
que la bestia está instalada entre nosotros, cuando no se utilizan los
adelantos tecnológicos para beneficio de la humanidad o de la creación
toda.
666, pensamiento, palabra y obra, dedicados a la destrucción.
Cuerpo, mente y espíritu anulados y encerrados en el 666... número de
ser humano.
En síntesis, el propósito de la existencia humana en este largo pe-
regrinaje desde que ha partido de Dios, es regresar a Él. Pero ha quedado
estancada, atada a la bestia de la materia. Debe lograr lo que Jesús indi-
có: "Sed perfectos como vuestro Padre es perfecto" o "que lleguen a ser
Uno como Tú y Yo somos Uno", o sea llegar al séptimo día, o sea al 777.
"La ira, el orgullo y otras pasiones reducen al hombre al nivel de
un lunático y a veces lo degradan al nivel de un animal. La causa de to-
dos los problemas, las confusiones y las agitaciones es que hemos per-
dido el control sobre nuestros sentidos, los dejamos actuar en forma in-
controlada. Por dejar los sentidos desencadenados y no regulados, no
seremos capaces de discernir con propiedad ni de pensar fría, calmada
y racionalmente. Por eso muchas veces somos llevados a cometer ma-
las acciones. La ira es como una sustancia intoxicante: internamente
nos induce a hacer cosas equivocadas. Es el origen de todos los peca-
dos, es un gran demonio que nos lleva a cometer los otros pecados.
Siempre que los deseos estén en el hombre, no le será posible
escapar de un nuevo nacimiento. El día que sea completamente li-
bre de deseos, ese día se liberará de volver a nacer."
Sai Baba

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Surgirán muchos falsos profetas y engañarán a muchos. El ex-
ceso de maldad enfriará la caridad de muchos; pero el que per-
severe hasta el fin, se salvará.
Mt 24, 11-13
Porque entonces la tribulación será tan grande, como no la hu-
bo desde el principio del mundo hasta ahora ni la habrá jamás.
Y si no se acortasen aquellos días, nadie se salvaría; pero, en
atención a los elegidos, aquellos días serán acortados.
Entonces si alguno os dijere: "¡El Cristo está aquí o allá!", no
lo creáis. Surgirán falsos cristos y falsos profetas, y harán
grandes señales y prodigios para engañar, si fuera posible, aun
los mismos elegidos. Mirad que os lo he predicho. Si os dicen
que están en el desierto, no salgáis; si en un escondite, no lo
creáis. Porque como el relámpago sale del oriente y brilla has-
ta el occidente, así será la venida del Hijo del hombre.
Mt 24, 21-27
En seguida después de la tribulación de esos días, el sol se os-
curecerá, la luna no dará resplandor, las estrellas caerán del
cielo, y las columnas del cielo se tambalearán. Entonces apa-
recerá en el cielo la señal del Hijo del hombre, todas las tribus
de la tierra se golpearán el pecho, y verán venir al Hijo del
hombre sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria.
Mt 24, 29-30
Jesús afirma que aparecerán falsos profetas y falsos Cristos, y
previene sobre los mismos. Es sabido que en toda época de confusión
y caos, aparecen mesías salvadores, que se aprovechan de las circuns-
tancias adversas, presentando falsos espejismos, sembrando la confu-
sión en las mentes para lucrar en su provecho. Pero Jesús dio la pauta
para distinguirlos: "Por sus frutos los conoceréis" (Mt 7, 20).
Habrá tanta maldad que se hará muy difícil mantenerse en el ca-
mino correcto, como está ocurriendo actualmente en este Kaliyuga.
Sólo aquel que logre mantenerse ecuánime y calmo a pesar de todas las
adversidades, poniendo en práctica la máxima de estar en el mundo sin
ser del mundo, perseverará hasta el fin logrando la salvación, o sea, la
liberación.

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La Buena Nueva es la plenitud de la Verdad, que es la que anun-
ció en parte Jesús y hoy nos la revela Sai Baba. Mensaje destinado pa-
ra toda la humanidad, sin distinción de credos, razas ni niveles socia-
les. Sólo los elegidos comprenderán este mensaje y lo llevarán a la
práctica. Pero todos, absolutamente todos, tendrán acceso a la Verdad.
Nadie puede negar que vivimos tiempos de angustias. A la po-
breza, al hambre, a la inmoralidad, se suma el temor de un holocausto
nuclear, que hará temblar al planeta y sus especies. Sai Baba ha dicho
que Él ha venido para evitarlo, y que gracias al amor, a la oración y a
la devoción de los justos no ha acontecido. Por esta razón Dios ha en-
carnado, para acortar los días de maldad y destrucción, por amor a la
humanidad.
Sai Baba ha nacido en el oriente, más precisamente en la espiri-
tual tierra india. El resplandor de su amor, de su aura divina y de su
mensaje es como un relámpago, cuyo fulgor cubre oriente y occiden-
te, iluminándolo de sabiduría.
Cuando todos los hombres de todas las razas se arrepientan de
sus errores, cuando tomen conciencia de los mismos, entonces, sólo
entonces, descubrirán a Dios con la plenitud de su poder y su gloria.
"Sometan el ego, dediquen cada momento y cada movimien-
to a Dios. Él ha asegurado a la humanidad la liberación del dolor
y el mal. Cuando se pregunta dónde está Dios, la gente apunta ha-
cia el cielo, o hacia una región distante; eso es porque Él no se es-
tá manifestando. Entiendan que Él está en ustedes, con ustedes, tras
de ustedes, delante de ustedes y en todas partes; y que es todo mi-
sericordia y que está anhelante y ansioso de responder a sus ora-
ciones si éstas salen de un corazón puro.
El verdadero gurú (maestro) es aquel que les habla de este
Dios omnipresente, no aquel que les promete la salvación si colo-
can su billetera a sus pies. No se dejen engañar por tales hombres
mundanos, llenos de codicia y egoísmo. Oren a Dios para que ilu-
mine su mente, despierte su inteligencia y sea su maestro espiritual.
Él con seguridad los guiará correctamente desde el altar de su pro-
pio corazón. Para muchos gurús en la actualidad la cerca es más
importante que la cosecha, por lo que ponen énfasis en las restric-
ciones y en las reglas en detrimento de la disciplina espiritual.

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Eviten hablar con la gente que ha perdido el camino. Pierdan
todo contacto con tales personas y frecuenten lugares donde no ha-
ya lujuria ni codicia ni ningún otro deseo. Busquen al gurú que los
ve a todos con el mismo amor. El Gurú Supremo, mucho más com-
pasivo que todos los demás. Él no es otro que el Avatar del Señor.
Él puede conferir al hombre, por la mera expresión de su voluntad,
la más alta coronación en la vida espiritual. Él puede otorgar este
don y hacer que el hombre lo acepte. Él, que es el Gurú de gurús,
es la más completa personificación de Dios como hombre. El hom-
bre puede conocer a Dios únicamente en la forma humana. El más
importante deber del hombre es el de adorar a Dios en la forma hu-
mana. Si Dios no encarnara como hombre, el hombre no podría es-
perar jamás verlo o escuchar su voz.
Sólo lo divino puede ser el guía, el compañero y el consejero
en este solitario recorrido del hombre."
Sai Baba
Uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, vino a decir-
me: "Ven, que te voy a enseñar el juicio de la gran Prostituta, que
está sentada sobre las vastas aguas, con la cual han fornicado
los reyes de la tierra y la que ha emborrachado a los habitantes
de la tierra con el vino de su lujuria". Y me transportó en espíri-
tu a un desierto. Y vi una Mujer, sentada sobre una Bestia escar-
lata, llena de nombres blasfemos, con siete cabezas y diez cuer-
nos. La Mujer estaba vestida de púrpura y de escarlata, de pie-
dras preciosas y de perlas; tenía en la mano una copa de oro lle-
na de abominaciones y de las inmundicias de su lujuria. Sobre su
frente, un nombre escrito -un misterio-: "Babilonia la Grande, la
madre de las prostitutas y de las abominaciones de la tierra". Y
vi a la mujer emborracharse de la sangre de los santos y de los
mártires de Jesús, y al verla me quedé estupefacto. Y el ángel me
dijo: "¿De qué te extrañas? Yo te explicaré el misterio de la Mu-
jer y de la Bestia que la soporta, que tiene siete cabezas y diez
cuernos. La Bestia que has visto, era; pero ya no es; va a subir
del abismo e ir a su perdición. Los habitantes de la tierra, cuyos
nombres no están escritos en el libro de la vida desde la funda-
ción del mundo, se llenarán de estupor cuando vean reaparecer
a la Bestia, que era y ya no es. Aquí está el sentido y la sabidu-

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ría. Las siete cabezas son siete montañas sobre las que se sienta
la mujer...".
Ap 17, 1-9
Están todos de acuerdo en poner a disposición de la Bestia su
fuerza y su poder. Harán la guerra al Cordero, y el Cordero los
vencerá, porque es el Señor de Señores y el Rey de Reyes, y con
él vencerán los suyos, los llamados, los elegidos, los fieles. El
ángel me dijo: "Las aguas que has visto, sobre las que se sien-
ta la Prostituta, son los pueblos, las multitudes, las naciones y
las lenguas. Los diez cuernos que has visto y la Bestia odiarán
a la Prostituta, la despojarán de sus vestiduras dejándola des-
nuda, comerán sus carnes y la quemarán. Porque Dios les ha
inspirado la resolución de ejecutar su propio designio y poner-
se de acuerdo para poner a disposición de la Bestia su poder
real hasta que se cumplan las palabras de Dios".
Ap. 17, 13-17
"El juicio de la gran prostituta", ¿quién es la prostituta? Es la repre-
sentación de todos los vicios, del pecado, de la maldad, que el hombre co-
mete por egoísmo, vanidad, lujuria, ansias de poder, de fama, etc.
"Babilonia la Grande, la madre de las prostitutas...", por esta ra-
zón está vestida lujosamente y ataviada con joyas preciosas, que re-
presentan lo material corruptible, obtenido mediante prostitución, es
decir prostituyendo la verdad, el amor, la rectitud y la paz a cambio del
poder y la gloria efímeros. Su nombre es "Babilonia", que proviene de
Babel, que significa confusión.
La confusión lleva al desorden y al caos. De allí que Juan le dé
este apelativo a la prostituta, ya que la confusión es el resultado de la
ignorancia.
"Emborracharse de la sangre de los santos y mártires de Jesús".
Hace todo lo contrario a lo establecido por Jesús y al ejemplo que die-
ron los que murieron por llevarlo a cabo.
"La bestia era, pero ya no es", pues al final el bien triunfará so-
bre el mal y reinará por siempre.
"Son siete montañas sobre las que se sienta la mujer". La mujer,
la prostituta, está sentada sobre siete montañas, o sea sobre los siete pe-

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cados capitales: lujuria, gula, soberbia, ira, envidia, pereza y avaricia.
Éstos "se pondrán de acuerdo", es decir, reinarán todos al mismo tiem-
po. Por eso estarán a disposición de la bestia con toda su fuerza y po-
der. La bestia como simbolismo del mal y el Cordero símbolo del bien,
de la virtud, de la verdad, del amor, que terminará venciendo al final.
"Porque Dios les ha inspirado la resolución de ejecutar su pro-
pio designio". El mal a la larga termina destruyéndose a sí mismo.
Lo que Juan dice en este pasaje que ocurrirá a nivel planetario,
también debe y puede aplicarse a nivel personal, porque cada uno vi-
ve su propio Apocalipsis.
"En el mundo de nuestros días todos los hombres y las muje-
res están continuamente 'jugando fútbol'. El corazón es el campo de
juego. No el corazón físico sino el espiritual. En este campo del co-
razón espiritual, en un lado están las seis cualidades malas que son
la lujuria, la ira, la codicia, el apego, la arrogancia y los celos. En
el otro lado, los otros seis jugadores son la verdad, la rectitud, la
paz, el amor, la no violencia y la plenitud o contento. Estos dos equi-
pos tienen la pelota entre ellos, que es la vida. La gente buena y la
gente mala patean esa pelota. Pero la situación es que ahora no son
capaces de decidir quién conseguirá la victoria. La gente mala tie-
ne la fuerza física, y la gente buena, la fuerza divina.
El juego de la vida tiene validez y llega a ser interesante so-
lamente cuando hay límites y reglas que lo controlen. El camino de
la rectitud y el camino hacia el Conocimiento Supremo constituyen
los límites del campo, las virtudes se enfrentan contra las tenden-
cias viciosas. Las reglas de conducta deben ser observadas y cum-
plidas por los políticos, los gobernantes, los renunciantes que son
líderes de la comunidad y jefes de monasterios, eruditos y otros,
porque ellos son ejemplo y guía, y sus responsabilidades son mayo-
res."
Sai Baba
Después de esto oí en el cielo la voz de una multitud que decía:
"¡Aleluya! La salud, la gloria y el poder a nuestro Dios, porque
sus juicios son verdaderos y justos, porque ha castigado a la
gran Prostituta, que corrompía a la tierra con su prostitución;

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Él ha vengado en ella la sangre de sus siervos". Después con-
tinuaron diciendo: "¡Aleluya! Su humo sube por los siglos de
los siglos". Entonces los veinticuatro Ancianos y los cuatro Ani-
males se prosternaron y adoraron a Dios, que está sentado so-
bre el trono, diciendo: "Amén, Aleluya". Y una voz, que salía
del trono, decía: "Cantad a nuestro Dios todos sus siervos que
le teméis, pequeños y grandes". Luego oí como una voz de una
gran multitud y como una voz de muchas aguas, y como una voz
de potentes truenos, que decía: "¡Aleluya! Porque el Señor,
Nuestro Dios, Omnipotente, ha establecido su reino. Gocémo-
nos y alegrémonos y démosle gloria, porque han llegado las
bodas del Cordero; su esposa ya está preparada, y a Él le ha si-
do dado vestirse de lino fino, limpio y puro" (El lino fino son
las obras de justicia de los santos). Y el ángel me dijo: "Biena-
venturados los invitados al banquete de las bodas del Corde-
ro". Y añadió: "Estas palabras de Dios son verdaderas". Yo caí
a sus pies para adorarle, pero él me dijo: "Guárdate de hacer-
lo; yo soy un siervo contigo y con tus hermanos, que tienen el
testimonio de Jesús; adora a Dios".
Ap 19, 1-10
En este pasaje vemos cómo "la prostituta", o sea la iniquidad, ha
sido castigada y finalmente vencida. Y el Reino de Dios se establece
por siempre entre los hombres.
"Porque han llegado las bodas del Cordero". En varias partes del
Apocalipsis Juan hace referencia a la figura de la esposa. En este caso
la esposa está ataviada, lista y preparada para recibir al esposo. Jesús
dijo que el hombre dejará a su padre, a su madre y a toda su familia pa-
ra unirse a su mujer y formar una unidad. Cuando el esposo y la espo-
sa se unen es una alianza eterna, aquí tenemos la clave de este simbo-
lismo. Cuando la humanidad vuelva sus pasos hacia Dios despertando
a la vida espiritual, cuando descubra al Dios inmanente en sí mismo y
en toda la creación, será como la esposa ataviada y adornada que es-
pera al esposo. Es el encuentro místico del alma con Dios. Y es con la
vuelta de la creación hacia su Creador como se celebrarán las bodas ce-
lestiales, la unión eterna, la fusión con Dios.
Sai Baba ha dicho que Él es la encarnación de Shiva y Shakti,
las manifestaciones masculina y femenina de Dios respectivamente.

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Sai significa madre divina, o sea la manifestación femenina de Dios,
Shakti. Y Baba, padre divino, la manifestación masculina de Dios, Shi-
va. Shiva y Shakti en la persona de Sai Baba es la unidad, las nupcias
celestiales.
Todos estamos invitados a ese gran banquete, sólo necesitamos
vestirnos de lino fino, o sea de buenas obras, adornadas con las virtu-
des.
"La ira, la maldad, la codicia, la envidia, todas ellas son obs-
táculos en el camino del amor y la cooperación, hacen descender al
hombre del nivel divino al nivel animal. Aquel que reconoce que el
alma en él y en los demás seres es una sola y la misma, permanece-
rá constantemente en la presencia del Señor. Todos tienen que des-
cubrir la divinidad que es inherente a todos los seres humanos. El
hombre tiene que llegar a ser divino, lo divino de donde ha venido,
así es que tiene que disminuir su apego al mundo, no separándose
de él sino siendo un instrumento en manos de lo divino."
Sai Baba
Luego vi el cielo abierto y aparecer un caballo blanco. El jine-
te es llamado el Fiel, el Veraz, y juzga y combate con justicia.
Sus ojos son como una llama de fuego; sobre su cabeza tiene
muchas diademas. Tiene un nombre escrito, que Él solo cono-
ce. Está vestido con un manto teñido de sangre y su nombre es
el Verbo de Dios. Y los ejércitos celestes lo acompañan sobre
caballos blancos vestidos de lino fino, blanco y limpio. De su
boca sale una espada afilada para herir a las naciones; Él las
regirá con vara de hierro; Él pisa el lagar del vino de la ar-
diente cólera del Dios Omnipotente. Lleva sobre el manto y so-
bre su muslo un nombre escrito: "Rey de Reyes y Señor de Se-
ñores".
Ap 19, 11-16
"Vi el cielo abierto y aparecer un caballo blanco". Hemos visto
que el caballo blanco simboliza a la Edad de Oro. No es aventurado
afirmar que estamos a las puertas de la misma, en el comienzo de una
nueva era, la era del amor. En las Escrituras Sagradas, el caballo blan-
co es símbolo de paz, amor, rectitud, justicia. "El jinete es llamado el
Fiel, el Veraz", porque siendo la encarnación de la verdad es fiel a sí

496
misma, no hay engaños ni dobleces. Cumplirá fielmente la misión pa-
ra la cual ha descendido, la restauración del plan divino.
Según el brahamanismo, en la era del Kaliyuga vendrá una encarna-
ción de Vishnú montado sobre un caballo blanco, cuyo nombre es Kalki.
En el Mahabharata, Antiguo Testamento hindú, el Señor Vishnú
(segunda persona de la Trinidad), protector y preservador del universo,
predijo el Kaliyuga (como correspondiente a nuestro tiempo), cuyas ca-
racterísticas serían: la degradación moral y espiritual, la corrupción polí-
tica, la opresión de las masas, la deshonestidad, el crimen y el reino de la
falsedad. Dijo el Señor Vishnú: "Cuando lo diabólico escale a la tierra, Yo
naceré en la familia de un hombre virtuoso y tomaré un cuerpo humano
para restaurar la tranquilidad, exterminando todos los males. En la futura
era, Kaliyuga, tomaré la forma de un Avatar humano, que será de color
oscuro. Yo naceré en una familia del sur de la India. Este Avatar tendrá
enorme energía, gran inteligencia, y todos los poderes. Los objetos que
este Avatar necesite para el cumplimiento de su misión, estarán a su dis-
posición tan pronto como Él los precise o desee. Él será un triunfador por
la sola fuerza de su virtud. Restablecerá la paz y el orden en el mundo.
Inaugurará una nueva Era de Verdad y estará rodeado por la gente espiri-
tual del planeta, que lo adorará. Él será como el viento sobre la tierra. Los
seres de la tierra lo imitarán. Su conducta traerá la prosperidad y alegría.
Los hombres nuevamente disfrutarán en la práctica de rituales religiosos.
Centros educativos para la educación espiritual y temporal, así como tem-
plos, reaparecerán nuevamente en cantidad. Los ashram estarán llenos de
hombres virtuosos. Los gobernantes de la tierra manejarán sus países co-
rrectamente. El Avatar tendrá una ilustre reputación".
Esta profecía está corroborada en el Vishnú Purana, antigua es-
critura, en la cual se menciona que el Avatar tendrá poderes sobrehu-
manos y los desplegará para establecer una nueva Era de Verdad.
"Sus ojos son como una llama de fuego...", es decir que su mi-
rada ve más allá que la mera visión humana, porque es una visión di-
vina que abarca el pasado, presente y futuro. Todo lo ve, todo lo sabe,
porque es omnisciente.
"Sobre su cabeza tiene muchas diademas", significa que tiene
todos los poderes a su alcance, por esta razón es Rey de reyes y Señor
de señores. O sea que es omnipotente.

497
"Un Avatar se reconoce por dieciséis cualidades; quince son
alcanzables por un ser humano mediante prácticas espirituales.
Ellas son: control sobre las cinco funciones y los cinco sentidos del
cuerpo, y control de los cinco elementos de la naturaleza. La déci-
mo sexta cualidad, Conciencia Infinita, está presente sólo en un
descenso divino, y es por ésta que pueden ser entendidos los pode-
res milagrosos de Sai Baba."
Sai Baba
"Tiene un Nombre escrito que Él solo conoce...", el que sabe có-
mo se llama es porque se conoce a sí mismo. Cuando a Sai Baba se le pre-
gunta quién es, Él responde "Yo soy Dios y tú también, lo que pasa es que
aún no tienes conciencia de ello". A los catorce años, viendo su padre las
maravillas que su hijo realizaba y desorientado por ello, le pregunta quién
es. El joven toma un ramo de jazmines y los arroja al suelo, quedando es-
crito con las flores el nombre de Sai Baba [N. Kasturi].
"Tomen en cuenta el significado del nombre Sai Baba. Sa sig-
nifica divino, ai, significa madre, y Baba significa padre. El nombre
indica la Madre y el Padre divinos. Sus padres físicos muestran su
amor con una dosis de egoísmo, pero este Sai 'madre y padre' de-
rrama afecto o reprende sólo para guiarlos hacia la victoria en la
lucha por la autorrealización."
Sai Baba
"Está vestido con un manto teñido de sangre...", es decir de co-
lor rojizo. Sai Baba viste permanentemente una túnica de color naran-
ja.
"Y su Nombre es el Verbo de Dios". El Verbo es la palabra y la
palabra es la Verdad. El nombre que los padres le impusieron a Sai Ba-
ba fue el de Sathya Narayana. Sathya en sánscrito significa Verdad, y
Narayana, Dios con nosotros (el equivalente a Emmanuel, que en he-
breo significa lo mismo). Llegamos, pues, a la conclusión de que cuan-
do sus padres tomaron la decisión de ponerle estos nombres, ellos fue-
ron inspirados por la divinidad misma.
"Y los ejércitos celestes lo acompañan sobre caballos blancos".
Se refiere a seres de elevada espiritualidad, de allí que vienen acom-
pañados de caballos blancos, o sea de las virtudes, que encarnan para

498
colaborar con la obra que llevará a cabo el Avatar, cual nuevos precur-
sores, como Juan el Bautista o los apóstoles en los tiempos de Jesús.
"Cualquier cosa que sea experimentada, cualquier cosa que
suceda, sepan que este Avatar así lo ha querido. No hay fuerza en
la tierra que pueda retrasar por un instante la misión por la que es-
te Avatar ha venido. Ustedes son las almas sagradas y tendrán que
ejecutar sus partes en el desencadenante drama de la nueva edad
dorada que se avecina.
También otras personas se unirán a mí en esta misión cuan-
do los llame hacia mí. Se aproxima el tiempo en que toda la huma-
nidad vivirá en armonía. Esto ocurrirá mucho antes de lo que uste-
des se imaginan. Antes que llegue este tiempo, estén preparados pa-
ra cualquier cosa que sea necesaria para revelarle a cualquier ser
vivo el verdadero sentido de la existencia. Nadie puede siquiera
imaginarlo. Está más allá de toda comprensión. Yo les puedo decir
que su belleza es magnificente, que nadie puede ni siquiera soñar-
la. Y mientras ustedes realizan su trabajo silenciosamente, los abra-
zaré contra mi corazón y de aquí en adelante sus almas se elevarán
y vuestros ojos mostrarán mi Presencia."
Sai Baba
"De su boca sale una espada afilada, para herir con ella a las na-
ciones...", la espada es la Verdad que proclama el Avatar. La Verdad es
luz, rectitud, paz, amor, bienaventuranza. Con ella se destruye la mal-
dad, la perversión que se ha apoderado del hombre. Por esta razón re-
girá a las naciones con barra de hierro, es decir, con el poder que da la
Verdad, aplastando y destruyendo el error.
Sai Baba dice que su plan de amor y restauración del dharma
(rectitud) se cumplirá inexorablemente, porque para eso ha venido, pa-
ra vencer a la maldad en este Kaliyuga. Por eso es Rey de Reyes y Se-
ñor de Señores.
"He venido a restaurar el amor en la humanidad, a limpiarla
de su limitación y de sus actitudes restrictivas. Esta es la tarea prin-
cipal en el restablecimiento de la rectitud.
Mi poder es inconmensurable, mi verdad es inexplicable, in-
sondable. Lo que Yo disponga debe ocurrir, lo que planee debe

499
triunfar. Yo soy la Verdad y la Verdad no tiene necesidad de dudar,
temer o doblegarse. Dios creó el universo entero a partir de la ver-
dad. Esta pura e inmaculada Verdad penetra por todas partes. Dios
y la Verdad no son distintos. Dios es la forma de la Verdad. La Ver-
dad es la morada de Dios, ella es la base de todo conocimiento y sa-
biduría."
Sai Baba
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y
la primera tierra han desaparecido y el mar ya no existe; y vi
la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo de
parte de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su es-
poso. Y oí venir del trono una gran voz que decía: "He aquí la
morada de Dios con los hombres. Él habitará con ellos; ellos
serán su pueblo y Dios mismo morará con los hombres. Se en-
jugará toda lágrima de sus ojos y no habrá más muerte, ni lu-
to, ni clamor, ni pena, porque el primer mundo ha desapareci-
do". Y el que estaba sentado en el trono dijo: "He aquí que ha-
go nuevas todas las cosas". Luego me dijo: "Escribe, porque to-
das estas palabras son fieles y veraces". Me dijo aun: "Está he-
cho. Yo soy el Alfa y el Omega, el Principio y el Fin; al que ten-
ga sed yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vi-
da".
Ap 21, 1-6
Juan, en este maravilloso pasaje, nos revela que contempla una
tierra nueva y unos cielos nuevos después que el mar y la primera tie-
rra han desaparecido. Esto indica que después de todos los aconteci-
mientos pasados, surgirá en todo su esplendor una realidad transfor-
mada. Reinará la Verdad en su plenitud. Y esa Verdad es que Dios es-
tá en nosotros y nosotros en Dios. Que somos esencia divina. Sólo nos
falta tomar conciencia de esa Verdad maravillosa, que somos parte del
Absoluto.
Luego dice que ha visto bajar la nueva Jerusalén, la celestial, re-
vestida de gloria y adornada cual novia que va al encuentro de su es-
poso. Es oportuno aclarar que la figura de Jerusalén tiene mucha im-
portancia. Jerusalén significa "Morada de la Paz" y este es un símbolo
extraordinario para los judíos y sus descendientes, porque el templo de

500
la Jerusalén terrenal era algo así como el corazón de la tierra, la razón
de existir del pueblo judío. Nadie moría sin haberlo visitado siquiera
una vez en la vida. Una vez al año, de todos los rincones de la Palesti-
na, acudían al templo para la celebración pascual. La gran festividad
que les recordaba el éxodo de Egipto, símbolo de la liberación de la es-
clavitud. Ir a Jerusalén en peregrinación era renovar esa alegría. Jeru-
salén era el símbolo de la liberación, el símbolo de la bienaventuranza.
"He aquí la morada de Dios con los hombres", qué estupenda vi-
sión la de Juan, ver que Dios desciende, toma una forma humana para
vivir entre los hombres, para que lo vean, lo toquen y participen de los
milagros que realiza, aunque el mayor milagro es su presencia entre
nosotros. Como la de Sai Baba actualmente. Negar todo esto sería pro-
pio de necios.
"No habrá más muerte, ni luto, ni clamor, ni pena...". En esta
edad dorada no existirá el dolor, todo será bienaventuranza, porque el
hombre se habrá encontrado a sí mismo. Sai Baba afirma constante-
mente "Mi vida es mi mensaje", vale decir que es ejemplo, modelo de
lo que se debe poner en práctica para realizar la divinidad interior.
Cuando todos comprendan y vivan los valores humanos habrá llegado
la era de la edad dorada. El mundo de la maldad, del caos, de la co-
rrupción, el Kaliyuga, se irá transformando gradualmente hasta desa-
parecer. Sai Baba dice: "Cumpliré inexorablemente mi plan", refirién-
dose a la restauración de la Verdad y de la Virtud. "Si Yo estoy aquí,
¿por qué temer?". ¿Por qué dudar de que todo esto va a ocurrir?, si
Dios vino en forma humana es justamente para que ocurra todo este
cambio. Sus palabras son fieles y veraces, porque Él es el Fiel y Veraz.
Él es la Verdad vivificante. Sólo debemos entregarnos a Él y confiar
totalmente en que todo se cumplirá como Dios lo ha establecido.
"...yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin...". Dios es
Uno, el Absoluto, el principio y el fin, es la totalidad, fuera de Él nada
existe, está presente en todo y en todos, todo lo abarca. Jesús era Dios,
por eso podía hacer esta afirmación tan rotunda, de la misma forma en
que hoy lo afirma Sai Baba.
Jesús y Sai Baba no son distintos, son de la misma esencia. Dios
es el mismo en todos, cambian las formas y los nombres, Dios es om-
nipresente porque es siempre la misma única e indivisible divinidad.

501
Por esta razón, podemos asegurar con absoluta convicción que
con la encarnación de Sri Sathya Sai Baba estamos en presencia del
Cristo Cósmico.
"La gente me dice que la humanidad está al borde de la
destrucción. La fuerza de la hipocresía y el odio se está impo-
niendo rápidamente en todos los continentes. Y que la ansiedad y
el miedo están acechando las calles de cada ciudad y aldea del
mundo. No es necesario que me digáis esto. Porque he venido
precisamente por ese motivo. Cuando el mundo está al borde del
caos, el Avatar viene para calmar la tormenta que asola furiosa-
mente el corazón de los hombres.
Prashanti, la Paz más elevada que calma las perturbaciones,
se establecerá pronto. Las desviaciones demoníacas del recto cami-
no divino serán corregidas. El dharma se reavivará y revitalizará en
cada comunidad humana.
Es por esto que Sai ha venido, para alcanzar la Meta Supre-
ma de unir a toda la humanidad en una familia, a través de los la-
zos de la hermandad, de afirmar e iluminar la realidad átmica de
cada ser con el propósito de revelar la divinidad, que es la base
donde descansa el cosmos, y de instruir a todos en reconocer la co-
mún herencia divina que una a los hombres, para que puedan des-
hacerse de la parte animal y elevarse a lo divino, que es su Meta.
La Era Sathya Sai: esto merece escribirse en letras de oro, el co-
mienzo de la nueva era, la Era Sathya Sai, cuando Sathya Sai se
transforme en la fuerza motriz interior de todos. He venido para
unir a toda la humanidad en una familia y a fijar e iluminar en ca-
da uno de ustedes la realidad de su alma. Este es el mensaje de Sai
a todos ustedes. Sean los protectores de la nueva era, estén libres de
egoísmo, codicia, odio y violencia; sean una luz hacia ustedes mis-
mos, y por eso una luz hacia los demás.
Hay una sola religión, la religión del amor. Hay una sola cas-
ta, la casta de la humanidad. Hay un solo lenguaje, el lenguaje del
corazón. Hay un solo Dios, y es omnipresente."
Sai Baba

502
Jesús hizo también otras muchas cosas. Si se escribieran una
por una, creo que no habría lugar en el mundo para tantos li-
bros.
Jn 21, 25
Eso mismo podemos decir acerca de Sai Baba, de sus innume-
rables prédicas acerca de la Verdad. Y porque la Verdad divina es ina-
gotable, sería imposible contener en el planeta todas sus manifestacio-
nes y sus enseñanzas. Lo importante es saber que la vida de Sai Baba
es el Mensaje, el Mensaje hecho Amor.

503
EPÍLOGO

En verdad debiéramos prorrumpir en un himno de gratitud y alaban-


za a Dios, como lo hizo el anciano Simeón en el templo de Jerusalén, cuan-
do estando de turno para recibir las ofrendas elevó un cántico de gratitud a
Dios, al ver a María y José que se acercaban con el Niño en brazos: "Aho-
ra, Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, porque mis ojos han vis-
to al Salvador prometido, al liberador, a la luz de las naciones" (Lc 2, 29-32).
Los que hoy hemos sido convocados por Sai Baba, que nos ha ve-
nido preparando durante innumerables encarnaciones, y hemos comproba-
do con nuestros ojos, lo hemos tocado con nuestras manos y que lo hemos
oído, damos fe de que estamos en presencia de una Encarnación Divina. En
la India está el Prometido, el que por miles de años innumerables profe-
cías han anunciado su venida. Por eso, Prashanti Nilayam, que es la mora-
da de este Avatar, constituye un hito de gloria y bienaventuranza para los
que hemos tenido la gracia de comprobar personalmente el cumplimiento
de estas profecías en la persona de Sri Sathya Sai Baba.
Cuántas veces hemos pensado, al leer las Sagradas Escrituras, en la
gracia maravillosa de quienes tuvieron el privilegio de acompañar a Jesús
por los caminos de Galilea, presenciar sus milagros, escuchar sus enseñan-
zas, compartir su pan. Y hoy, Sai Baba dice: "Las futuras generaciones os
llamarán bienaventurados por haber tenido la gracia de poder ver, escuchar
y tocar al presente Avatar". Porque quienes están en presencia de Baba y la
aprovechan con fe y amor, reciben una gracia muy especial que significa un
nuevo nacimiento para la vida del espíritu. ¡Oh maravilla, oh gracia, oh pri-
vilegio, que por nada del mundo debemos desaprovechar!
"Si conocieras el don de Dios, le decía Jesús a la samaritana, y
quién es el que te pide de beber, tú le pedirías a Él" (Jn 4, 10).

504
Hoy, con el corazón abierto y con la sed profunda de quien bus-
ca la sabiduría, debiéramos decir: "Señor, lléname de tu gracia para
que no pierda esta divina oportunidad". Cuántos seres de las jerar-
quías celestiales desearían tener la gracia de tomar una forma humana
para poder convivir con el presente Avatar.
Por eso, desde lo más profundo de nuestro ser, decimos:
Te agradecemos, Señor, por habernos permitido conocer tan di-
vinos misterios.
Te agradecemos, Señor, por habernos preparado durante innu-
merables encarnaciones para llegar hasta ti en ésta.
Te agradecemos, Señor, por habernos encontrado en el camino
de esta existencia, y poder proclamar tu gloria y decir que reconoce-
mos que eres el Dios omnisciente, omnipresente y omnipotente que es-
tá caminando en la sagrada tierra de Bharat, la India.
¡Oh Señor Sai Baba, si pudiéramos en estos momentos aunar
nuestras voces para proclamar a todo el mundo la maravilla que el pla-
neta posee! Dios ha tomado forma humana para estar junto a nosotros,
y poder escuchar de su propia voz los valores que debemos encarnar
en nuestra vida para crecer y poder realizar la divinidad.
Gracias, Señor, por venir a acelerarnos el karma, para que pron-
to, encontrando el sendero que lleva a ti, alcancemos las moradas eter-
nas, para que cuanto antes volvamos a Ti, desde donde hemos salido
hace mucho, mucho tiempo.
El tiempo que nos llevó realizar el peregrinaje desde que sali-
mos luz, energía, evolucionando a través de toda la creación, pasando
por ocho millones cuatrocientas mil formas de vida diferentes.
Te agradecemos, Señor, porque tu infinito amor de Madre y Pa-
dre divinos ha tomado en el largo peregrinaje por el desierto de la vi-
da la forma de una nube, para ser sombra unas veces, lluvia benéfica
en otras, y luz para alumbrar el sendero de las noches difíciles.
Gracias, Señor, por tu amor hecho paciencia eterna, enviando
profetas, maestros y avatares, para iluminar el camino que nos lleva de
regreso a casa, a Tu Casa.

505
Te agradecemos, Señor Sai, por habernos concedido la infinita
gracia de nacer como seres humanos en este tiempo, en que Tú has en-
carnado para revelarnos toda la Verdad, la plenitud de la Verdad, como
nos lo anunció Jesús.
Te agradecemos, Señor, por la familia en la cual nos ha tocado
en gracia nacer.
Te agradecemos, Señor, por habernos infundido el deseo de la
búsqueda del sendero espiritual, de la búsqueda de Ti.
Te agradecemos, Señor, por la gracia que nos asistió en los mo-
mentos difíciles y nos dio fortaleza para no ceder. Siempre fuiste la luz
que iluminó el camino que lleva a ti. Por eso el alma canta su Creador:
"El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. Él me guía por rectos
senderos y me conduce a las verdes praderas a reposar y adonde brota
agua fresca me conduce para saciar mi hambre y sed espiritual" (Sal
23).
Gracias, Señor, por despertar en mí la sed de Ti, porque como un
siervo sediento que busca el torrente, así mi alma te buscó hasta en-
contrarte.
¡Oh Divino Viñador del planeta tierra! Tú eres quien suministra
el agua viva de la sabiduría a las raíces de las vides.
Tú derramas ternura y amor por cada una de estas plantas que
somos los seres humanos. Tú quitas las malezas que nacen junto a ella.
Tú las podas con delicadeza y esmero. Tú las visitas amorosamente,
esperando el fruto de los racimos ubérrimos de dulzura.
¡Oh Divino Jardinero, de paciencia infinita, porque tienes la cer-
teza de que toda la creación finalmente volverá a Ti!
¡Oh Divino Maestro, Tú esperas que te pidamos aquello que vi-
niste a darnos, que es el ansia, el deseo de encontrarte y fundirnos en
Ti!
¡Oh Divino Señor Sai, te rogamos alcancemos a experimentar tu
omniabarcante Presencia en todo el universo, que Tú sustentas con tu
Presencia Átmica!
Que logremos vivir como un acto puro en un eterno presente,
desde el momento que como burbuja de amor hecha energía conden-

506
sada inició ese largo peregrinar nuestra alma a través del tiempo, pe-
netrando y experimentando todas las dimensiones, desde la más densa
hasta la más sutil donde Tú eres. De tal manera nos sintamos identifi-
cados con el Todo y podamos decir cada uno: "Mi vida es mi mensaje,
Tú eres Yo y Yo soy Tú".

OM SAI RAM

507
BIBLIOGRAFÍA

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La Biblia Latinoamericana - San Pablo - 1995.
El Nuevo Testamento - Pía Sociedad de San Pablo - Febrero 1983.
Mensajes de Sathya Sai I - Editora y Distribuidora Yug S.A., Lázaro
Cárdenas 1135, México - Junio 1986.
Mensajes de Sathya Sai II - Editora y Distribuidora Yug S.A., Láza-
ro Cárdenas 1135, México - Marzo 1983.
Mensajes de Sathya Sai III - Editora y Distribuidora Yug S.A., Láza-
ro Cárdenas 1135, México - Diciembre 1984.
Mensajes de Sathya Sai IV - Editora y Distribuidora Yug S.A., Láza-
ro Cárdenas 1135, México - Julio 1987.
Mensajes de Sathya Sai V - Editora y Distribuidora Yug S.A., Ham-
burgo 290, Col. Juárez, México - Noviembre 1989.
Mensajes de Sathya Sai VI - Fundación S. S. Sai Baba de Argentina,
editado por Errepar S.A. - Junio 1992.
Mensajes de Sathya Sai VII - Editora y Distribuidora Yug S.A., Ham-
burgo 290, Col. Juárez, México - Septiembre 1990.
Mensajes de Sathya Sai VIII - Fundación S. S. Sai Baba de Argenti-
na, editado por Errepar S.A. - Junio 1992.
Mensajes de Sathya Sai IX - Fundación S. S. Sai Baba de Argentina,
editado por Errepar S.A. - Junio 1992.
Mensajes de Sathya Sai X - Fundación S. S. Sai Baba de Argentina,
editado por Errepar S.A.
Mensajes de Sathya Sai XI - Editora y Distribuidora Yug S.A., Ham-

508
burgo 290, Col. Juárez, México - Noviembre 1990.
Sathya, la Senda de la Verdad - Editora y Distribuidora Yug S.A.,
Hamburgo 290, Col. Juárez, México - Junio 1990.
Rosas de Verano - Editora y Distribuidora Yug S.A., Lázaro Cárdenas
1135, México - Julio 1988.
Vidhya, Conocimiento y Enseñanza - Editora y Distribuidora Yug
S.A., Lázaro Cárdenas 1135, México - Noviembre 1987.
Torrente de Virtud, Dharma Vahini - Ediciones Sai Ram, Comité de
Publicaciones Organización S.S. Sai Baba de Latinoamérica, Editorial
Errepar S.A. - Julio 1985.
De Sai hacia Sai - N. K. Murthy - Fundación S. S. Sai Baba de Ar-
gentina, Editorial Sathya - Junio 1988.
Recopilación de los Mensajes de S. S. Sai Baba - Fundación S. S. Sai
Baba de Argentina - Editado y distribuido por Editorial Errepar S.A. -
Mayo 1991.
Divinas Palabras I - Fundación S. S. Sai Baba de Argentina - Edita-
do y distribuido por Editorial Errepar S.A. - 1990.
Divinas Palabras II - Fundación S. S. Sai Baba de Argentina - Edita-
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Sadhana, el Sendero Interno - Fundación S. S. Sai Baba de Argenti-
na - Editado y distribuido por Editorial Errepar S.A. - Abril 1991.
La Paz Suprema - Fundación S. S. Sai Baba de Argentina - Editado y
distribuido por Editorial Errepar S.A. - Marzo 1993.
Sobre la Meditación - Fundación S. S. Sai Baba de Argentina - Edi-
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Eswarama, La Madre Elegida - N. Kasturi - Fundación S. S. Sai Ba-
ba de Argentina - Editado y distribuido por Editorial Errepar S.A. -
Marzo 1990.
Cursos de Verano 1-2-3-4-5 - Fundación S. S. Sai Baba de Argentina
- Editado y distribuido por Editorial Errepar S.A.
Evangelios Apócrifos - Tomo I - Hispamérica Ediciones Argentinas
S.A. - Bs. As. - 1985.
Filón de Alejandría - Tomo I - Acervo Cultural/Editores. - Bs. As. -
1975.

509
ÍNDICE

Agradecimientos...................................................................................3
Prólogo..................................................................................................4
Concepción de Jesús ..........................................................................10
Concepción de Sai Baba ....................................................................13
Nacimiento de Jesús...........................................................................15
Nacimiento de Sai Baba ....................................................................17
Infancia de Jesús ................................................................................20
Infancia de Sai Baba ..........................................................................23
Perfeccionamiento del mensaje .........................................................29
El amor ...............................................................................................34
Los padres...........................................................................................39
El matrimonio.....................................................................................43
El celibato...........................................................................................48
El hogar...............................................................................................50
Rol de la madre ..................................................................................52
Rol del padre ......................................................................................57
Los niños ............................................................................................58
La amistad ..........................................................................................60
No juzgar ............................................................................................63
La lengua como instrumento .............................................................67
El perdón ............................................................................................72
El autoperdón .....................................................................................83
Las ofrendas .......................................................................................85
El amor se demuestra con obras........................................................88
Servicio, amor en acción....................................................................98
Pobreza y desapego..........................................................................113
Riquezas y desapego........................................................................122
Dar al César... ..................................................................................131
Familia y desapego ..........................................................................133
Apego y desapego............................................................................141
La Providencia .................................................................................150
El ego................................................................................................154
Ser como niños.................................................................................165
Atar y desatar ...................................................................................167

510
La verdad os hará libres...................................................................171
Estar en el mundo sin ser del mundo ..............................................174
El carácter.........................................................................................179
La mente ...........................................................................................182
El control de la mente......................................................................186
Límite a los deseos...........................................................................189
El correcto uso del dinero................................................................191
Límites en la alimentación...............................................................193
Tiempo perdido es vida perdida ......................................................196
El control de la energía ....................................................................203
Karma, ley de causa y efecto...........................................................206
Karma y pruebas ..............................................................................232
¡Hágase tu voluntad!........................................................................242
Bienaventuranzas .............................................................................244
Karma y suicidio ..............................................................................245
Con un pan bajo el brazo.................................................................248
Control de la natalidad.....................................................................249
Karma, pecado original y bautismo ................................................251
Karma e infierno ..............................................................................266
La oveja perdida...............................................................................271
Resurrección y reencarnación..........................................................275
El último día.....................................................................................284
Parábola del sembrador....................................................................287
La vid y los sarmientos ...................................................................292
La oración ........................................................................................294
La meditación ..................................................................................306
Orar cantando ..................................................................................311
Disciplina en la alimentación .........................................................314
Bendición de los alimentos .............................................................318
Religión ...........................................................................................324
El tesoro escondido ..........................................................................327
Templos ............................................................................................328
Sacrificios de animales ....................................................................334
El alma y el animal ..........................................................................336

511
El verdadero templo.........................................................................338
Espíritu santo o chispa divina..........................................................343
El Reino de Dios ..............................................................................349
Jesús y la samaritana........................................................................353
El verdadero pan ..............................................................................356
Eucaristía, don divino ......................................................................360
Polvo es... ........................................................................................365
Devoción...........................................................................................368
La alegría auténtica ..........................................................................377
Instrumentos de Dios .......................................................................380
No arrojar las perlas... .....................................................................386
La entrega .........................................................................................389
La fe..................................................................................................392
La gracia divina................................................................................406
Valores humanos ..............................................................................414
Ser luz...............................................................................................423
Yo soy ...............................................................................................429
La sabiduría ......................................................................................431
Uno con Dios o liberación...............................................................435
Avatar o Encarnación Divina...........................................................441
Señales o milagros de la divinidad..................................................464
¿Caudillos o guías espirituales?.......................................................470
El anticristo.......................................................................................478
Cumplimiento del Apocalipsis ........................................................483
Epílogo .............................................................................................504
Bibliografía .....................................................................................508

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