Dogmática Del Derecho Penal

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4

Dogmática del Derecho Penal

Introducción

Muchos teóricos como Bunge (1992), consideran que, para que una disciplina
sea considerada una ciencia, debe contar con tres características, la primera
de ellas versa en la obtención de conocimiento, para ello se debe contar con
una metodología propia que ayude a incrementar o cimentar las bases del
conocimiento a través de un conjunto de pasos elaborados y sofisticados, por
otro lado, se debe considerar un objeto de estudio sobre el cual se centrará los
esfuerzos para enriquecer los conocimientos, para Hernández (2010), esta
puede ser considerada como aquel susceptible de elaboración sustentado en
base al raciocinio; finalmente se hace alusión a un campo de estudio, es decir,
los alcances que tendrá dicha disciplina, las ramas dónde podrán ser aplicado
la metodología para adquirir conocimiento.

A raíz de los esbozado, muchos doctrinarios penales han considerado al


derecho penal como una ciencia social, susceptible de cambios y
modificaciones producto de una política criminal, para ello han establecido
como metodología de obtención de conocimientos a la criminología, cuyas
bases se encuentran en la razón y actuaciones del delincuente para con la
sociedad, a partir de ello poder establecer ciertos parámetros legales que
permitan devolver la vigencia de la norma, claro está con el debido respeto a
los derechos humanos, por su parte (Vilchez, 2018, p. 1) refiere que, el objeto
de estudio viene a ser el “conjunto de normas jurídico-penales. El presupuesto
para su aplicación es el delito y, su consecuencia es la pena o medida de
seguridad”. Es en esta última consideración que se centrará el tema de
discusión del presente ensayo.

Análisis

En esa misma línea (Silva, 2019, p. 3) refiere que el objeto de estudio está
dado por la dogmática penal, cuyo único objetivo es el “Derecho positivo lo
jurídicamente “empírico”, las leyes y que su método es la descripción de su
contenido, así como la sistematización de los enunciados descriptivos
resultantes”, ello implica que los grandes hacedores de ciencia penal deben
considerar proposiciones tanto fácticos como jurídicos que parte de la base de
un análisis.

El mismo autor, establece que, los ámbitos de la dogmática penal se centran


en proposiciones “normativos, valorativos e interpretativos” (Silva, 2019).

La parte normativa, como bien expone Silva (2019), son plasmados a través de
un conjunto de enunciados que reflejan los conflictos que encierra al derecho
penal, por ende, estos deben ser seguidos y adquiridos por un conjunto de
principios que siguen la regla de la lógica, por lo tanto, estos deben ser puestas
a discusión del raciocinio si se quiere positivizar, esto se denominó como la
obtención del conocimiento a través del método deductivo.

Ello implica establecer el concepto de formalidad lo que lleva a realizar una


interpretación de la norma tal como es, sin ningún tipo de valoración subjetiva
ni empírica.

Por su parte una dogmática valorativa intenta mitigar las reglas de la lógica, no
ser tan cerrado al momento de interpretar una norma jurídica, sino darle un
margen de subjetividad teniendo como base los principios de legalidad y
proporcionalidad, esto conlleva a pensar que el derecho no solo es una ciencia
teórica, sino también de carácter práctico ya que, estas se encuentran sobre el
cimiento de un conjunto de conductas ejercidas por personas, es estas
conductas que se deben interpretar haciendo uso de la lógica y de la valoración
con la única finalidad de establecer parámetros que ayuden a una sana
convivencia.

Visto de esta manera, podemos definir que la dogmática basada en lo


normativo, parte de la atribución de asignar un sentido a una acción o hecho
producido en la realidad, de tal manera que se pueda atribuir dicha comisión a
un sujeto y viceversa, a ello alude Silva (2019), cuando menciona que, “lo
común es que los enunciados valorativos reflejen en realidad el hecho
institucional correspondiente a un acuerdo valorativo alcanzado por varios
sujetos” (p. 18).

Esta interpretación permite que la aplicación de lo estipulado en la norma se dé


de manera personalísima a cada caso, ya que dicha valoración está a cargo de
un sujeto, un ser humano con diferentes pensamientos emotivos, lógicos y
deductivos como lo son los operadores de justicia.

Sin embargo, dicha valoración tiene algunos aspectos negativos que se debe
considerar, ya que, se puede pecar en un abuso de interpretación y
argumentación subjetiva que viene de lo empírico, dejando de lado la lógica
jurídica con sus debidos principios, lo que implica que haya un peligro de una
falsa motivación o motivación aparente sesgado por un hecho vinculado al
sentimiento.

Hruschka, citado por Silva (2019), refiere que una dogmática interpretativa
tiene la misión de presentar a la ley tal cómo es, que de ninguna manera esta
debe ser extendida ni mucho menos pretender inclinarla hacia una
“interpretación correctora” (p. 7).

Esto nos lleva a afirmar que dicha interpretación se debe dar acore a las
exigencias de la lógica y de acorde a su contenido lingüística y que de ellas no
debe escapar, ya que la norma es la norma y se debe presentar como tal sin
ninguna extensión que se aparte de su contenido literal, en palabras de Silva
(2019) “debe tener lugar sin valoración alguna” (p. 7).

Conclusión

En síntesis, se puede afirmar que la dogmática penal tiene el objetivo de


realizar el estudio minucioso de las leyes penales positivizadas dentro de un
ordenamiento jurídico, entiendo la palabra dogma, no como un conocimiento
acabado o finiquitado, sino como un sistema abierto susceptible de
modificaciones que buscan determinar soluciones a los conflictos de una
sociedad basada en la política criminal.

No olvidemos la importancia de la dogmática penal para el desarrollo de un


Estado ya que permite sistematizar e interpretar el conjunto de leyes existentes
con arreglo y respeto a los derechos fundamentales ayudando al derecho penal
a ser un instrumento para restablecer el orden social.

Por nuestra parte consideramos que la aplicación dogmática normativa debe


darse con arreglo a los principios generales del derecho penal, de tal manera
que haya límites al poder del ius puniendi del Estado, por otra parte,
entendemos que el derecho penal como ciencia social, debe tener en cuenta la
parte interpretativa valorativa, ya que el conjunto de leyes o normas tienen su
razón en el conjunto de acciones que merecen una interpretación normativa y
subjetiva sin caer en los excesos expuestas líneas arriba, finalmente la
dogmática penal debe respetar los límites establecidos por la lógica,
permitiendo una análisis deductivo; solo de esta manera se podría concebir un
derecho penal de acorde a las exigencias actuales, respaldado por la política
criminal y con arreglo a los derechos fundamentales.

Referencias Bibliográficas

Vilchez M. (2018), “Dogmática Penal”, pp. 1-8.

Silva J. (2019), “Los tres ámbitos de la dogmática jurídico- penal”, InDret, pp. 1-
31.

Zúñiga L. (2018), “Dogmática funcionalista y política criminal: una propuesta


fundada en los derechos humanos”, Derecho PUCP, pp. 47-92.

También podría gustarte