Divorcio El Elion Ashera

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Escena de divorcio entre Yahvé y Asherah.

Origen dramático en la composición


de Os 2, 4-15

Pbro. Lic. Santiago Rostom Maderna


UCA. Filosofía y Letras

El profeta es ante todo el hombre de la Palabra. Pero en varios pasajes de


los libros proféticos nos encontramos con que los profetas no sólo ejercían su mi-
nisterio con la palabra sino también con sus gestos. La presente comunicación
pretende presentar el gesto dramático que puede reconstruirse a partir de un texto
profético. Dicha reconstrucción se basa en la convicción de que los textos proféti-
cos que llegan a nuestras manos son el fruto un largo proceso desde su gestación
hasta la puesta por escrito. Un núcleo original va enriqueciéndose y adaptándose
a nuevas circunstancias a través de muy variadas y complejas técnicas.
El método histórico crítico de exégesis bíblica busca precisamente ubicar
los textos en su historia a través de la crítica literaria y la crítica de la redacción
ayudado por otras ciencias auxiliares. De esa forma detectar la "historia" del texto
es uno de sus objetivos.
La perícopa Os 2,4-15 es una de las páginas más bellas del Antiguo Tes-
tamento. La alegoría del matrimonio es aplicada a la relación de Dios con su Pue-
blo. Pero la propuesta de esta comunicación es adentramos en el pasado del texto
y descubrir, a través de los indicios que el mismo nos deja, su origen. Se trata de
una acción dramática que el profeta ha utilizado como medio de predicación.

Crítica literaria
El capítulo 2 se presenta como una sucesión de escenas y oráculos yux-
tapuestos: unos de salvación, otros de condena. Los primeros tres versículos tan
positivos, contrastan con el resto, tan negativo1 y en cambio están consonancia
con los últimos tres. Sin este marco dado por 2, 1-3 y 2,23-25 la composición res-
tante no carece de sentido.
El comenzar el poema de Os 2 con el anuncio de la conclusión transforma
toda esta composición en un mensaje de salvación. Esta capacidad de cambiarle
el sentido al capítulo 2 y su vinculación con los otros dos capítulos, sugiere que
este marco narrativo ha sido añadido.2
Los versículos 16-17 y 18-19, claramente vinculados con 21-22, continúan
el tema del matrimonio, que además de utilizar un lenguaje tardío, desarrollan
una metáfora matrimonial. Dicha metáfora no parece ser propia del núcleo origi-
nal. Esto es bastante claro en los capítulos 1 y 3. El tema del Os 1 son los nom-
bres simbólicos de los hijos del profeta portadores de un mensaje3 y, en ese sen-
tido, la condición de la madre no ejerce ninguna influencia. En Os 3 se da el
mismo fenómeno: la cualificación de la mujer no corresponde con la visión de la
misma en el resto del capítulo.4 Estos dos capítulos, en su estado actual, depen-
den de Os 2, concretamente, con Os 2,4-15. Se trataría de dos experiencias pro-
féticas a las que se les sumó la alegoría matrimonial (Oseas-Gomer/Yahvé-su
pueblo).5 Una vez ampliadas estas experiencias se unieron a Os 2, una como
prólogo, la otra como epílogo. Os 2, en su estado actual, es una perfecta compo-
sición, como lo ha mostrado Galbiati,6 pero también se reconocen añadidos, con-
temporáneos a los de Os 1 y 3, que se vinculan estrechamente con la alegoría
matrimonial.

Exégesis
Os 2,4a Pleitead con vuestra madre. Pleitead, porque ella no es mi mujer y yo no
soy su marido.
El género literario de esta perícopa sería el del proceso de divorcio. El primer
punto que sugiere un proceso es precisamente el verbo con el que se inicia la pe-
rícopa: ‫ריב‬, pleitear. 7
Todos los comentadores8 coinciden en reconocer una forma judicial, pero,
aceptando que, sin embargo, las correspondencias no son exactas.
El primer problema que se les presenta es explicar quién o quiénes son los
acusados. La primera parte del versículo se puede traducir Pleitead con vuestra
madre, pleitead porque ella no es mi mujer ni yo su marido. Con esta traducción
parece claro que la acusada es la madre. Pero el acusador utiliza a los hijos como
sus aliados. Es decir, los hijos son llamados a acusar. En el marco de la "alegoría"
en la que esta afirmación se encuentra actualmente, resulta extraño, porque según
esta alegoría tanto la esposa infiel como los hijos representan al pueblo de Israel.
En ese caso uno de los acusadores sería el mismo acusado, que se acusa a sí
mismo.
Por esta razón las explicaciones de los comentadores se articulan en tomo
a desdoblar la alegoría.9 Sin hacer un juicio de valor sobre el contenido de cada
una de estas explicaciones, simplemente la existencia de tal variedad es lo que
lleva a Simian-Yofre a hablar de la "voluntad polisémica" del texto donde se en-
tremezclan los planos y los sentidos.10. Esto nos habla de distintos niveles en la
alegoría.
Pero esos distintos niveles de la alegoría los hemos asignado a distintos
niveles de la redacción. Posiblemente el núcleo originario refleje una intervención
misma del profeta. La distinción entre madre e hijos no es casual ni debe pasar
desapercibida.
A la luz de los datos arqueológicos y epigráficos realizados en estos últimos
treinta años,11 se puede afirmar que el culto a Asherah estaba ampliamente difun-
dido en el Israel preexílico ligado al de Yahvé, concibiéndola como su esposa. En-
tonces, la pregunta surge sola: ¿qué habrá sido evocado en las mentes de los au-
ditores de estas palabras del profeta cuando escucharon hablar de la esposa de
Yahvé y de la "madre” de ellos? La respuesta no se hace esperar: la diosa madre
Asherah.12
Esta respuesta podría aclarar la diferencia entre la madre y los hijos, pero
no termina con todos los problemas suscitados. Uno de ellos es explicar qué signi-
fica este divorcio. El otro qué significa que los hijos sean quienes la acusen. Como
se verá, no es que los hijos sean inocentes en todo este asunto, porque en 2,6 se
afirma que de ellos no habrá compasión.
Para este último problema Whitt propone entender ‫ ריב ב‬pleitead con, "en
contra de la gramática” pero a favor del contexto, traduciéndolo como defended,
es decir, como una orden a ponerse del lado de la madre (pleitead en favor de).13
Con esto busca el autor evitar la contradicción que se encuentra en los hijos acu-
sando y luego siendo acusados.
Es importante sostener que los hijos están vinculados con la culpa desde el
inicio. Si el profeta ha pronunciado estas palabras ante una audiencia concreta,
esta tensión entre 2,4 y 2,6 se resuelve entendiéndola como un recurso retórico en
medio de una dramatización. Consistiría en un llamado irónico por parte del profe-
ta a los adoradores para que acusen a la diosa de manera que, luego, como golpe
de efecto, ellos reciban el propio reproche directamente. En efecto, 2,7b que dice
porque me dio: me iré detrás de mis amantes, los que me dan pan y agua, lana y
lino, aceite y bebidas, se puede interpretar como referido a la diosa pero, en reali-
dad, habla de las actitudes de sus adoradores que no creen en el poder de Yahvé
relacionado con el campo. El proceso de divorcio dramatizado es utilizado para
transmitir el mensaje que va dirigido al pueblo. El marco del divorcio de Asherah
es el canal para hablarle a sus hijos. Por eso es necesario volver a ese proceso
dramatizado ante una audiencia expectante.
En la forma de divorcio de los textos mesopotámicos se encuentran las mis-
mas palabras: no eres mí mujer y yo no soy tu marido.14 Sólo que en nuestro texto
están en tercera persona, como la segunda parte de la fórmula de divorcio encon-
trada en los papiros de Elefantina.15 Aquí las encontramos en tercera persona por-
que estrictamente Yahvé no habla con su esposa sino con los hijos.
Entonces, con esta fórmula de divorcio y un lenguaje (‫ )ריב ב‬que tiene en su
base el significado de la contienda se nos introduce súbitamente en el marco de
un proceso legal. Habría que decir cuál es la causa del divorcio pero todavía no es
el momento.

Os 2,4b Que quite ella su banda de su frente y su collar de entre sus pechos.
Entendiendo banda y collarl6 como cosas que efectivamente pueden ser re-
movidas de su lugar se continúa con el esquema de divorcio, dado que en Elefan-
tina era obligación de la mujer devolver todos los regalos de la boda cuando deja-
ba su casa17 y en las leyes asirias el esposo debía recuperar las joyas que había
puesto en su mujer el día de la boda.18
Pero ¿a qué vienen estos adornos con Asherah? No tenemos una fuente di-
recta que nos dé cuenta que Asherah estuviera ligada con estos adornos. Existen
diosas, por ejemplo en Mesopotamia, que eran adornadas con bandas, etc. El pa-
saje de 2Re 23,7 es el único texto bíblico que nos habla de Asherah como un sím-
bolo para el que se le confeccionaban velos. Arqueológicamente el símbolo que
más aparece es el del árbol.19

Os 2,5 No sea que la desnude completamente y la deje como el día en que nació
y la transforme dejándola como el desierto, haga de ella como una tierra árida y la
haga morir de sed
En el verbo ‫ פשט‬deponer los vestidos y el adjetivo ‫ ערןם‬desnudo encontramos
los únicos vestigios de los pasos del proceso de divorcio.20 Porque tanto la partícu-
la ‫ פך‬a no ser que, como la segunda parte del versículo traen sus dificultades. En
esta parte del versículo hay un pasaje del sentido literal de desnudar al sentido
metafórico con una nueva representación: la tierra. La mujer representa ahora la
tierra. Este enriquecimiento de la imagen sin un remate final sólo distraería la
atención.
En cuanto a la partícula ‫ פן‬traducido como para que no le da a todo el versí-
culo un carácter de condición con un tono de amenaza, pero una amenaza que
tiene la posibilidad de no ser cumplida.21 Esto es coherente con todo Os 2 donde
las amenazas son siempre matizadas y donde el castigo anunciado es contraba-
lanceado con las promesas de salvación.22

Os 2,6 Y de sus hijos no tendré compasión porque son hijos de prostitución


Aquí ya se pasa a los hijos a quienes el profeta se refiere explícitamente
con una fórmula en la que los deshereda. La fórmula como tal no se encuentra
en los documentos extrabíblicos pero tenemos algunas alusiones bíblicas.23
El motivo para desheredarlos podría ser, la sospecha del marido de que
esos hijos (hijos de prostitución) sean fruto del adulterio y no suyos. No hay por
qué dudar de que se trata de los mismos hijos a los que se dirigía Yahvé en 2,4.
Os 2,7 Porque una prostituta es la madre de ellos, actuó vergonzosamente la que
los concibió. Porque dijo: me iré detrás de mis amantes, los que me dan pan y
agua, lana y lino, aceite y bebidas.
Aquí se encuentra la expresión de la causa del divorcio que es la misma por
la que se deshereda a los hijos. Como se había anticipado, es en la segunda par-
te del versículo en la que se dirige la palabra a la mujer pero en realidad se habla
a los hijos, es decir, a los auditores. No es ciertamente la estatuilla la que va por
sí sola detrás de nada. Son sus adoradores quienes la vinculan con otras deida-
des, tal vez, ligadas a la fertilidad. Vale la pena tener presente que parte de estos
productos son los mencionados en la cultura mesopotámica como una de las
obligaciones del marido.
En 2,10 que, se une perfectamente con 2,7, como la mayoría de los co-
mentadores señala,24 se da cuenta de esto afirmando con claridad que la fertili-
dad proviene de Yahvé y no de otros dioses (y ella no sabia que era yo quien te
daba el grano... ). Por lo tanto, en esto consiste el adulterio de Asherah: ella se
une con otra divinidad (Baal?) para ser mejor provista. En efecto, en las leyes del
Medio Oriente Antiguo, el marido tiene la obligación de proveer a su esposa de
las tres sustancias básicas: comida (pan y agua), ropas (lana y fino) y aceite
(cosméticos).25 En este contexto, lo que se pone en boca de la esposa, estaría
en acuerdo con la práctica, permitida por las leyes, de abandonar al marido que
no provee a su esposa.26 Es decir, no se reconoce a Yahvé como quien da estos
bienes y por lo tanto hay que procurarlos a través de otros ritos, más vinculados
con la tierra. El profeta no acepta este argumento y denuncia esta práctica, en el
caso concreto de Asherah, como adulterio, o prostitución (2,7a).

Os 2,12 Y ahora descubriré sus órganos a los ojos de sus amantes. Nadie la li-
brará de mi mano.
Pasamos directamente a este versículo dejando de lado los demás. Si
bien la aclaración en 2, 10 que es Yahvé quien le daba grano, vino, etc. es teoló-
gicamente coherente con nuestra escena, dramáticamente retrasa la acción. Lo
que se busca en la dramatización no es pronunciar un discurso sino producir un
efecto en los espectadores que los disponga a recibir un mensaje. Por eso
hemos dicho que desviando la atención comenzaba el profeta recriminando a la
diosa en 2,4, y el divorcio se refiere a ella, pero el mensaje que está detrás es
para sus adoradores que no reconocen que Yahvé es a quien todo le deben y
que es un Dios que no admite rivales, es un Dios celoso. Asherah pertenecería a
la esfera de culto de Yahvé, pero de ninguna manera Baal. Si el adulterio consis-
te en la unión de Asherah con Baal, vincularse a él a través del culto es renegar
de Yahvé.27
Dado que la producción de un efecto es el objeto de la dramatización es
justamente 2,12 el clímax de toda esta escena. El término ‫ נבלתה‬puede entender-
se de diferentes maneras.28 Pero la que más se ajusta es la que se refiere a los
genitales. Son muchísimas las estatuillas que representan a la mujer con exage-
rados órganos femeninos alguna de las cuales, podría ser una imagen de As-
herah. Así que son posiblemente esos órganos los que quedaron al descubierto
cuando el profeta simbólicamente y buscando impactar a su audiencia, desnudó
a Asherah. Por eso se ha traducido: Y ahora descubriré sus órganos...
Los amantes aquí referidos serían los otros dioses, o mejor dicho, sus repre-
sentaciones. En ese contexto, el golpe de efecto se produce con el despojo de las
ropas de Asherah, que funciona como culmen de este proceso de divorcio. Con
esto se declara que entre Yahvé y Asherah ya no hay ninguna relación. En todo
este clima, el auditorio debe haber captado que la situación era grave puesto que
si la diosa madre a quienes asociaban sus pedidos de bendiciones (cf. las inscrip-
ciones de Jirbet el-Qom y Kuntillet Ajrud29) era rechazada, eso podría significar el
anuncio de un gran castigo.
Ya queda claro que la unión de Asherah con Baal no es algo aceptado por
Yahvé. Sólo la unión con él es posible y por esa razón acaba de expulsar, por ma-
nos del profeta, a su consorte y a sus hijos.
Los versículos siguientes (13-14) son una ampliación del castigo en donde se
habla de fiestas, novilunios y sábados que, como consecuencia del divorcio se
declaran muertas. La relación de estas fiestas con Asherah permanecen en la
sombra. El versículo 15 vuelve a la metáfora que engloba todo el capítulo retor-
nando los diversos temas de la perícopa pero, en otro sentido. Por eso también se
ha dejado de lado.

Conclusión
En los versículos 2, 4-7.12 hemos detectado la escena dramática originada
de este pasaje. Hemos aplicado un método diacrónico para rastrear la historia del
texto guiados por el esquema del género dramático. Las exigencias de dicho gé-
nero fueron criterios de selección a los que se agregaron los de la crítica literaria y
de la redacción.
Hemos visto cómo la dramatización fue un vehículo de transmisión del men-
saje del profeta a la que se fue enriqueciendo, en su puesta por escrito, con otros
géneros para la adaptación a nuevas situaciones.

1 Andersen y Freedman, en su comentario, vinculan Os 2,1-3 con Os 1 como pertenecientes a la misma


sección.

2 Podemos señalar algunos aspectos que inducen a pensar en el exilio o el postexilio. La coloración
tardía de día grande en 2,2 evoca el día de Joel 2,11, o Sof 1,14, Mal 3,22, etc. La sustitución de rey por jefe.
La mención de Judá en sentido positivo que sólo se encuentra en este lugar de todo el libro. La evocación de
la promesa patriarcal que sólo aparece en el segundo Isaías. La expresión ‫ דעלד מך הארץ‬subirán de la tierra ha
sido estudiada por Renaud llegando a la conclusión que se refiere a Ex 1,10 con un sentido de nuevo éxodo,
lo que también nos lleva al post-exilio Cf. RENAUD 1983C (ya antes es tenida en cuenta en SZABÓ 1975:
508, quien propone traducir: ... de la tierra del exilio directamente). Una frase parecida se encuentra en 2, 17
donde se especifica Egipto. Todas estas razones juntas son las que nos inducen a clasificar 2, 1-3 y 2,23-25,
con los que está claramente vinculado, como añadidos a una composición original.

3 Al estilo de ls 8, 3-4 donde el centro está en el nombre simbólico del hijo (Maher Salal Jas Bas).

4 El verbo ‫ נאף‬cometer adulterio no tiene uso metafórico en el libro. Para ese uso se utiliza ‫ זנה‬prostituir.
Quiere decir que el valor metafórico de ese verbo, como se insinúa en 3, 1, se ha añadido, se trata de un uso
extraño al resto del libro.

5 Cf. RENAUD 1982; FENSHAM 1984. Es interesante recurrir al testimonio de la versión siríaca que en
Os 1 trae un relato de las órdenes de YHWH dirigido en primera persona, de la misma forma que se ve en 3,
1, lo que acerca aun más estos capítulos porque se trataría de dos experiencias proféticas que han entrado en
el cuerpo del mensaje de Oseas. Grandes han sido las complicaciones de muchos exégetas al querer identifi-
car la mujer del capítulo 3 con Gómer del capítulo 1, teniendo como base la suposición que la experiencia
conyugal (negativa) de Oseas ha sido la ocasión para que el profeta entienda las relaciones de Dios con su
pueblo Cf. RENAUD 1983A: 193. A esta suposición la denomina "interprétation psychologisante et rationali-
sante”, cf. RENAUD 1983B: 257.

6 GALABIATI 1979.

7 Con la preposición ‫ ב‬sólo es usado aquí y dos veces más: en Gn 31,36 (Jacob contra Labán) y Jue
6,32 (Baal contra Gedeón). En el mismo libro de Oseas es usado con ‫ עם‬en 4,1 y 12,3.

8 MCCARTHY 1971: 648-685; WOLFF 1974: 33; MEJIA 1975: 35; ANDERSEN 1980: 21; ALONSO
SCHOKEL 1980: 875; STUART 1987: 47; JACOB 1992: 26-27.

9 La madre y los hijos no representarían cada uno a todo el pueblo de Israel. Se trataría de una parte del
pueblo que es fiel que pleitea con la otra parte que es infiel. Esta acusación del pueblo contra el pueblo sería
el origen de lo que, con el tiempo, se desarrollará y llegará ser la categoría del "resto".
Podría también tratarse del pueblo común que acusa a sus autoridades. Aquí el desdoblamiento es di-
verso y coherente con la "teología” profética. En efecto, las críticas de los profetas del siglo VIII suele ser
siempre a las autoridades porque apartan al pueblo del recto camino, o porque lo oprimen, etc. En ese caso la
madre representaría a los jefes y los hijos al pueblo.
Otra explicación es la propuesta en YEE 1987: 124-125. La madre es Raquel, puesto que como madre
de José y Benjamín, es madre de las tribus del norte. La explicación es más compleja y bastante discutible,
pero lo importante es que Yee afirma que la imagen primera estaba referida a Raquel como madre, no como
esposa de Yahvé. Como la imagen de la madre es polivalente el "colector” habría agregado la metáfora con-
yugal.
La madre podría ser la ciudad de Samaría como lo propone SCHMITT 1989: 15-16; SCHMITT 1995:
131. Inicialmente la identificaba con Jerusalén, SCHMITT 1983: 120. Más tarde cambió de opinión y como la
única ciudad mencionada en Os 1-2 es Jezreel propuso esta ciudad, aunque su opción es por Samaría.
La madre podría ser también la tierra de Israel (que YHWH dejará como un desierto), STECK 1989.
BLENKINSOPP 1984: 1 00-1 01. Y así se suman distintas explicaciones.

10 SIMIAN-YOFRE 1993: 40, quien juzga que interpretar este texto como un verdadero proceso es hacer
"una lectura concordista de un proceso idealmente establecido o libremente imaginado”.

11 Cf. PETTEY 1990; FREVEL 1995; MERLO 1998; HADLEY 2000; SMITH 2002.

12 Diosa madre puesto que YHWH es padre.

13 WHITT 1992: 52 N59 dice que en muchos pasajes de Oseas es mejor leer lo que el contexto pide que
lo que la “gramática judía” exige. Anteriormente él había distinguido el “hebreo israelita” del "hebreo judaíta".
Para él los hijos son ya desde el principio culpables como, por otra parte, lo son siempre en lo que él ha de-
terminado como perteneciente a la colección original de Oseas: Os 1; 9,5 y 1 1, 1 ss. Esta lectura puede ser
muy sugestiva, pero no ha sido seguida. Como dice Schmitt es “to explain the known by the unknown",
SCHMITT 1995:124 N19.
14 GREENGUS 1969; GORDON 1936; KUHL 1934; KALLUVEETTIL 1982; MALUL 1988; KRUGER 1992;

15 COWLEY 1923; KRAELING 1953.

16 Las palabras ‫ זנוניה‬y ‫ נאפופית‬las podemos entender, como otros comentadores lo han hecho, como refi-
riéndose a adornos: ‫ זנוניח‬un tocado o algún tipo de adorno de la cabellera (banda) y ‫ נאפופיח‬un collar. Cf.
WOLFF 1974: 34; STUART 1987: 47; WHITT 1992: 58-59. No podemos desconocer que estas mismas pala-
bras en plural tienen otro significado: ‫ זנונים‬significa prostituciones y que ‫ נאפופים‬significa adulterios. Pero, dado
que pueden ser entendidos de otra manera, aun sin perder su trasfondo negativo, o al menos, con una simili-
tud fonética sugerente, interpretamos estos términos como dos sustantivos singulares.

17 Cowley 15, 25-26, 28-29. Kraeling 7, 24.28.

18 § 38, Cf. SAPORETTI 1984.

19 Tal vez sean esos mismos árboles que eran adornados o algunas de las estatuillas de mujer desnuda
que las excavaciones han traído a la luz.

20 En los documentos de Hana, desnudar a la mujer y exponerla públicamente formaba parte del proceso
de divorcio por adulterio; cf. WESTBROOK 1990: 559. KRUGER 1992: 13.

21 Por otra parte en 2,12 efectivamente se cumple.

22 El rechazo de 2,6 parece definitivo y al final no lo es, la medida de 2,8 que parece en contra de la mu-
jer, en el contexto general del capítulo no lo es, porque todo lleva a 2,16-17. En 2,14 se amenaza con las
mismas bestias del campo de las que en 2,20 se dice harán un pacto con YHWH para seguridad de los ame-
nazados, etc. Hay suponer que este elemento esperanzador forma parte del trabajo de redacción que tiene
detrás este esquema teológico de sucesión: después del pecado, el castigo y luego la redención. Se trata de
una teología, que si bien no es exclusiva, se encuentra en los escritos deuteronomistas. Así se explica que
habiendo comenzado con el proceso legal sea el mismo marido quien desee reconquistar a su esposa (2,16-
17), cosa que se contradice con dicho proceso. Para la opinión contraria cf. KRUGER 1992: 14, donde pre-
senta la posibilidad de perdón en este tipo de proceso.

23 Es el caso de Jefté que es desheredado (‫ )נרש‬por ser hijo de otra mujer (‫ אשה אחרת‬Jue 11,2). En Jue 1
1,1 se dice que era hijo de prostituta (‫)אשה זונה‬. Más adelante en 11,7 después de la invitación de los ancianos
a que Jefté sea su conductor en la guerra contra los amonitas, éste los acusa de haberlo echado de su casa.
En el reproche que Jefté les dirige a los ancianos aparecen los verbos ‫ שנא‬y ‫ נרש( נרש‬tambien 11,2) que encon-
tramos en contextos de divorcio. También, en una situación similar como es el caso de Ismael, encontramos el
verbo ‫( נרש‬Gn 21,10ss).

24 WOLFF 1974: 35; MEJIA, 1975:36; ANDERSEN 1980: 234; ALONSO SCHOKEL 1980: 876; etc.

25 KRUGER 1992: 16, trae varios ejemplos.

26 WHITT 1993: 62. El autor en los diversos ejemplos que trae explica que en general esto sucedía cuan-
do la mujer era abandonada.

27 Hay además otros criterios para excluir los versículos 8-11. Sólo mencionar que se vuelve al tema del
despojo de las vestiduras para un tiempo futuro. Sería una segunda amenaza que se agrega a la de 2,5, lo
cual la hace innecesaria.

28 Cf. OLYAN 1992, quien presenta una buena panorámica sobre el tema.

29 LEMAIRE 1977; LEMAIRE 1984.