Coordenadas de Un Vector en El Plano

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Coordenadas de un vector en el plano

Módulo de un vector

Distancia entre dos puntos

Vector unitario

Suma de vectores

Resta de vectores
Producto de un número por un vector

Coordenadas del punto medio de un segmento

Condición para que tres puntos estén alineados

Simétrico de un punto respecto de otro


Coordenadas del baricentro

División de un segmento en una relación dada

Combinación lineal de vectores


Sistema de referencia

Definición de vectores
Un vector es todo segmento de recta dirigido en el espacio. Cada vector posee unas
características que son:
Origen
O también denominado Punto de aplicación. Es el punto exacto sobre el que actúa el vector.
Módulo
Es la longitud o tamaño del vector. Para hallarla es preciso conocer el origen y el extremo del
vector, pues para saber cuál es el módulo del vector, debemos medir desde su origen hasta su
extremo.
Dirección
Viene dada por la orientación en el espacio de la recta que lo contiene.
Sentido
Se indica mediante una punta de flecha situada en el extremo del vector, indicando hacia qué
lado de la línea de acción se dirige el vector.
Hay que tener muy en cuenta el sistema de referencia de los vectores, que estará formado por un
origen y tres ejes perpendiculares. Este sistema de referencia permite fijar la posición de un
punto cualquiera con exactitud.
El sistema de referencia que usaremos, como norma general, es el Sistema de Coordenadas
Cartesianas.

Para poder representar cada vector en este sistema de coordenadas cartesianas, haremos uso de
tres vectores unitarios. Estos vectores unitarios, son unidimensionales, esto es, tienen módulo 1,
son perpendiculares entre sí y corresponderán a cada uno de los ejes del sistema de referencia.

Magnitudes Escalares
Denominamos Magnitudes Escalares a aquellas en las que las medidas quedan correctamente
expresadas por medio de un número y la correspondiente unidad. Ejemplo de ello son las
siguientes magnitudes, entre otras:
Masa
Temperatura
Presión
Densidad
Magnitudes vectoriales
Las magnitudes vectoriales son magnitudes que para estar determinadas precisan de un valor
numérico, una dirección, un sentido y un punto de aplicación.
Vector
Un vector es la expresión que proporciona la medida de cualquier magnitud vectorial. Podemos
considerarlo como un segmento orientado, en el que cabe distinguir:
• Un origen o punto de aplicación: A.
• Un extremo: B.
• Una dirección: la de la recta que lo contiene.
• Un sentido: indicado por la punta de flecha en B.
• Un módulo, indicativo de la longitud del segmento AB.

Vectores iguales
Dos vectores son iguales cuando tienen el mismo módulo y la misma dirección.
Vector libre
Un vector libre queda caracterizado por su módulo, dirección y sentido. El vector libre es
independiente del lugar en el que se encuentra.
Descomponiendo en un sistema de ejes cartesianos
a+b=(axi+ayj+ azk)+(bxi+byj+ bzk)=(ax+bx)i+(ay +by)j+(az+bz)k

Propiedades
Conmutativa: a+b=b+a
Asociativa: (a+b)+c=a+(b+c)
Elemento Neutro: a+0=a
Elemento Simétrico: a+(-a)=a-a=0
Vectores unitarios y componentes de un vector
Cualquier vector puede ser considerado como resultado de la suma de tres vectores, cada uno de
ellos en la dirección de uno de los ejes coordenados.

Suma y resta de vectores


La suma de dos vectores libres es otro vector libre que se determina de la siguiente forma:
Se sitúa el punto de aplicación de uno de ellos sobre el extremo del otro; el vector suma es el
vector que tiene su origen en el origen del primero y su extremo en el extremo del segundo.
Por tanto, el vector suma de dos vectores coincide con una de las diagonales, la "saliente", del
paralelogramo que puede formarse con los vectores que se suman; la otra diagonal representa la
resta de dichos vectores.

Para efectuar sumas o restas de tres o más vectores, el proceso es idéntico. Basta con aplicar la
propiedad asociativa.
Al vector que se obtiene al sumar o restar varios vectores se le denomina resultante.
Suma de Vectores
La suma de los vectores podemos realizarla de dos maneras diferentes, analítica y gráficamente.
Procedimiento Gráfico
Para sumar dos vectores de manera gráfica utilizaremos la denominada Regla del paralelogramo,
consistente en trasladar paralelamente los vectores hasta unirlos por el origen, y luego trazar un
paralelogramo, del que obtendremos el resultado de la suma, como consecuencia de dibujar la
diagonal de ese paralelogramo, como podemos ver en el siguiente dibujo:

Otra manera de expresar la suma de manera gráfica es trasladar el segundo vector a sumar de tal
manera que el origen de éste, coincida con el extremo del primer vector, y la suma la
obtendremos dibujando un vector que vaya desde el origen del primer vector hasta el extremo del
segundo, de la siguiente manera:

Hay que tener muy presente lo siguiente: vectores en la misma dirección se suman (tal y como ya
hemos visto en la sección de la suma de vectores), pero vectores con sentidos opuestos se restan
(tal y como se puede ver en el apartado correspondiente a la resta de vectores). A continuación
tenemos un ejemplo de suma y resta de vectores.

Método Algebraico para la Suma de vectores


Dados tres vectores
La expresión correspondiente al vector suma es:

o bien

siendo, por tanto,

La suma de vectores goza de las siguientes propiedades:


Conmutativa
a+b=b+a
Asociativa
(a + b) + c = a + (b + c)
Elemento neutro o vector 0
a+0=0+a=a
Elemento simétrico u opuesto a'
a + a' = a' + a = 0
a' = -a
Producto de un vector por un escalar
El resultado de multiplicar un escalar k por un vector v, expresado analíticamente por kv, es otro
vector con las siguientes características :
1.- Tiene la misma dirección que v.
2.- Su sentido coincide con el de v, si k es un número positivo, y es el opuesto, si k es un número
negativo.
3.- El módulo es k veces la longitud que representa el módulo de v. ( Si k es 0 el resultado es el
vector nulo).
Analíticamente, tenemos que multiplicar el escalar por cada una de las coordenadas del vector.
Ejemplo : Dado el vector v de componentes : vxi + vyj + vzk, el producto 3 · v = 3 · vxi + 3 · vyj
+ 3 · vzk.
La representación gráfica del producto es igual a sumar el vector tantas veces como indica el
escalar.
Ejemplo :

Propiedades
El producto de un vector por un escalar cumple las siguientes propiedades:

Producto escalar de dos vectores


El producto escalar de dos vectores, expresado analíticamente como r · v, se obtiene de la suma
de los productos formados por las componentes de uno y otro vector. Es decir, dados dos
vectores r y v, expresados en un mismo sistema de coordenadas:
r = rxi + ryj + rzk
v = vxi + vyj + vzk
teniendo en cuenta que el producto escalar de los vectores :
i·i=j·j=k·k=1
i·j=i·k=j·k=0
el resultado de multiplicar escalarmente r por v es:
r · v = rx· vx + ry · vy+ rz · vz
Esta operación no solo nos permite el cálculo de la longitud de los segmentos orientados que
representan ( sus módulos ), sino también calcular el ángulo que hay entre ellos. Esto es posible,
ya que el producto escalar también se puede hallar en función de sus módulos y del coseno del
ángulo que forman mediante la fórmula :
r · v = |r| · |v| · cos (r, v)
Propiedades
Conmutativa : r · v = v · r
Distributiva : r · ( v + u ) = r · v + r · u
Asociativa : ( k · r ) · v = k · ( r · v ) = r · ( k · v ) siendo k escalar.
Además :
1.- r · r = 0 si, y sólo sí r = 0.
2.- Si r y v <> 0 y r · v = 0, esto implica que los vectores son perpendiculares, (cos 90º = 0).
3.- El producto escalar de dos vectores es equivalente a multiplicar escalarmente uno de ellos por
el vector proyección del otro sobre él.
Ejemplo :
Proyección ortogonal (rv) de r sobre v
rv= |r| cos (r, v) -> r · v = |v| · rv
Producto vectorial
El producto vectorial de los vectores a y b, se define como un vector, donde su dirección es
perpendicular al plano de a y b, en el sentido del movimiento de un tornillo que gira hacia la
derecha por el camino más corto de a a b,

donde n es un vector unitario perpendicular al plano de a y b en el sentido del movimiento de un


tornillo que gira hacia la derecha de a a b.
Propiedades:

Módulo de un vector
Un vector no solo nos da una dirección y un sentido, sino también una magnitud, a esa magnitud
se le denomina módulo.
Gráficamente: es la distancia que existe entre su origen y su extremo, y se representa por:

Coordenadas cartesianas: En muchas ocasiones es conveniente tomar las componentes sobre


tres direcciones mutuamente perpendiculares OX, OY y OZ que forman un sistema cartesiano
tridimensional.
Si tomamos tres vectores unitarios, i sobre OX, j sobre OY y k sobre OZ, entonces podemos
encontrar puntos ax, ay, az sobre OX, OY, OZ, respectivamente, tales que:

y aplicando el teorema de Pitágoras nos encontramos con que el módulo de a es:

III. Ecuación De La Recta.


Ecuación de la Recta Que Pasa Por El Origen

Considere la recta l que pasa por el origen 0 y forma un ángulo de inclinación con el eje x

Tómese sobre la recta los puntos P1(x1, y1),P2 (x2, y2) y P3 (x3, y3). Al proyectar los puntos
P1, P2 y P3 sobre el eje x, se obtienen los puntos P’1, P’2, P’3.
Como los triángulos OP1P’1, OP2P’2 y OP3P’3 son semejantes; se tiene que:

Esto es, cualquiera que sea el punto P(x, y) sobre l, ó y = mx (1)


La ecuación (1) es la ecuación de la recta que pasa por el origen y tiene pendiente conocida m.
Ecuación De La Recta Conocida Su Pendiente m Y Su Intercepto b Con El Eje y

Considere una recta l de la que se conocen m (m = tan ) y b

Trácese por el origen la recta l’ paralela a l. Sea P(x, y) un punto de l. Al llamar P’ la proyección
de P sobre el eje x; PP’ corta a la recta l’ en un punto P’’ de coordenadas

La ecuación y = mx + b es la ecuación de la recta en términos de su pendiente m y su intercepto


b con el eje y.
Ecuación De La Recta Que Pasa Por Un Punto Y De Pendiente Conocida
Considere la recta l que pasa por un punto dado P1(x1, y1) y cuya pendiente m también es
conocida
..
Al llamar b al intercepto de la recta l con el eje y, entonces la ecuación de l, viene dada por:
y = mx + b (1)

Como P1(x1, y1) , entonces satisface (1) y en consecuencia se tiene:


y1 = mx1 + b (2)
Al restar de la ecuación (2) la ecuación (1) se elimina el parámetro b que se desconoce y se
obtiene:
y – y1 = m(x – x1) (3)
La ecuación (3) es conocida como la forma: PUNTO-PENDIENTE de la ecuación de la recta.
Nótese que la ecuación (3) también puede escribirse en la forma:
y = mx + (y1 – mx1).
Lo que indica que él intercepto b con el eje y viene dado por:
b = y1 – mx1
Ecuación de la recta que pasa por dos puntos dados P1(x1, y1) y P2(x2, y2)
.. Sea l la recta que pasa por los puntos P1(x1, y1) y P2(x2, y2) y llámese m1 su pendiente

Como l pasa por el punto P1(x1, y1) y tiene pendiente m1, se tiene de acuerdo a 4.4.3, que
y – y1 = m1 (x – x1) (1)
representa la ecuación de dicha recta.

Ahora, como el punto P2(x2, y2) , entonces satisface su ecuación


La ecuación (3) se conoce como la forma: DOS-PUNTOS de la ecuación de la recta.
Ecuación segmentaría de la línea recta
Considere la recta l de la cual conocemos los interceptó a y b con los ejes x e y
respectivamente

Como l pasa por los puntos A(a, 0) y B(0, b), entonces de acuerdo a la sección la ecuación de l
viene dada por:

Dividiendo esta última ecuación por b, se obtiene:

La ecuación (1) se conoce como la ecuación SEGMENTARIA, CANÓNICA O FORMA DE


LOS INTERCEPTOS de la línea recta. Los números a y b son las medidas de los segmentos que
la recta intercepta con cada eje, con su signo correspondiente, pues haciendo en (1)
y = 0, resulta x = a (Intercepto con el eje x)
x = 0, resulta x = b (Intercepto con el eje y)
Ecuación general de la línea recta
.... La ecuación Ax + By +C = 0 donde A, B, C son números reales y A, B no son
simultáneamente nulos, se conoce como la ECUACIÓN GENERAL de primer grado en las
variables x e y.
..La ecuación explícita de la recta cuando se conocen dos puntos excluye las rectas paralelas al
eje y, cuyas ecuaciones son de la forma x = constante, pero todas las rectas del plano, sin
excepción, quedan incluidas en la ecuación Ax + By + C = 0 que se conoce como: la ecuación
general de la línea recta, como lo afirma el siguiente teorema
TEOREMA

La ecuación general de primer grado Ax + By + C = 0 (1) , R; A y B no son


simultáneamente nulos, representan una línea recta.

Demostración
i. Se puede Considerar varios casos:
A = 0, B diferente de 0.
En este caso, la ecuación (1) se transforma en By + C = 0,0de donde

La ecuación (2) representa una línea recta paralela al eje x y cuyo intercepto con el eje y es

ii. En este caso, la ecuación (1) se transforma en Ax + C = 0, de donde


La ecuación (3) representa una línea recta paralela al eje y y cuyo intercepto con el eje x es

iii. En este caso, la ecuación (1) puede escribirse en la siguiente forma:

La ecuación (4) representa una línea recta, cuya pendiente es y cuyo intercepto con el

eje y viene dado por


observaciones

i. Es posible escribir la ecuación general de la línea recta en varias formas, de tal


manera que solo involucre dos constantes. Es decir, si A, B y C son todos distintos
de cero, podemos escribir la ecuación (1), en las siguientes formas equivalentes:
En cada una de las ecuaciones (1A), (1B) y (1C) existe esencialmente solo dos

constantes independientes, por ejemplo en (1A)

Esto indica que para determinar la ecuación de una recta en particular, necesitamos conocer dos
condiciones, como por ejemplo, dos puntos, un punto y la pendiente, en concordancia con lo
establecido en los numerales anteriores.
iii. Cuando la ecuación de una recta esta expresada en la forma general
Ax + By + C = 0, su pendiente ó coeficiente angular con respecto al eje x, m

viene dado por y su coeficiente angular n, con respecto al eje y

viene dado por .

Los coeficientes A y B se denominan coeficientes directores de la recta.


IV. Historia del Cálculo

DE CÓMO SE GESTÓ Y VINO AL MUNDO EL CÁLCULO INFINITESIMAL


Newton Leibniz
( 1 642 - 1 727 ) ( 1 646 - 1 716)
Del legado de las matemáticas, el cálculo infinitesimal es, sin duda, la herramienta más
potente y eficaz para el estudio de la naturaleza. El cálculo infinitesimal tiene dos caras:
diferencial e integral; y un oscuro interior donde, como demonios, moran los infinitos: grandes y
pequeños. Los orígenes del cálculo integral se remontan, como no, al mundo griego;
concretamente a los cálculos de áreas y volúmenes que Arquímedes realizó en el siglo III a.C.
Aunque hubo que esperar mucho tiempo, hasta el siglo XVII, ¡2000 años!, para que apareciera -o
mejor, como Platón afirmaría, para que se descubriera- el cálculo. Varias son las causas de
semejante retraso.
Entre ellas debemos destacar la inexistencia de un sistema de numeración adecuado -en este caso
el decimal- así como del desarrollo del álgebra simbólica y la geometría analítica que
permitieron el tratamiento algebraico -y no geométrico- de las curvas posibilitando enormemente
los cálculos de tangentes, cuadraturas, máximos y mínimos, entre otros. Todo ello ocurrió
principalmente en el siglo XVII.
Ya los griegos se habían preocupado de como tratar ese ente tan curioso -como difícil- que es el
infinito. Para los griegos el infinito aparece de dos maneras distintas: lo infinitamente pequeño y
lo infinitamente grande. Ya se vislumbra de algún modo en la inconmensurabilidad de la
diagonal del cuadrado; también, claro está, lo tenemos en la famosa paradoja de Zenón sobre
Aquiles y la tortuga, por ello no es de extrañar que alguien intentara regularlos.
Ese alguien fue Aristóteles. Lo que hizo fue prohibir el infinito en acto "no es posible que el
infinito exista como ser en acto o como una substancia y un principio", escribió, pero añadió "es
claro que la negación absoluta del infinito es una hipótesis que conduce a consecuencias
imposibles" de manera que el infinito "existe potencialmente [...] es por adición o división". Así,
la regulación aristotélica del infinito no permite considerar un segmento como una colección de
puntos alineados pero sí permite dividir este segmento por la mitad tantas veces como queramos.
Fue Eudoxio, discípulo de Platón y contemporáneo de Aristóteles quien hizo el primer uso
"racional" del infinito en las matemáticas. Eudoxio postuló que "toda magnitud finita puede ser
agotada mediante la substracción de una cantidad determinada". Es el famoso principio de
Arquímedes que éste toma prestado a Eudoxio y que sirvió a aquél para superar la primera crisis
de las Matemáticas -debida al descubrimiento de los irracionales-.
No obstante, fue Arquímedes el precursor del cálculo integral aunque desgraciadamente su
método se perdió y por tanto no tuvo ninguna repercusión en el descubrimiento del cálculo
-recordemos que su original método "mecánico" donde además se saltaba la prohibición
aristotélica de usar el infinito in acto se perdió y solo fue recuperado en 1906 ... La genial idea
del siracusano fue considerar las áreas como una colección -necesariamente infinita- de
segmentos. Habrá que esperar 2000 años hasta que otro matemático -en este caso Cavalieri-
volviera a usar de esa manera los infinitos. De hecho Leibniz descubrió la clave de su cálculo al
ver un trabajo de Pascal donde éste usaba un método semejante.
La necesidad de entender obras griegas difíciles como las de Arquímedes tuvo gran
influencia en el nacimiento del cálculo. -ya en el siglo XVII se habían recuperado y se
dominaban la mayoría de las obras griegas.
También ayudó al surgimiento del cálculo el cambio de actitud en la matemática del siglo XVII
quizá influenciada por los grandes descubrimientos de todo tipo -geográficos, científicos,
médicos y tecnológicos- que fue el interés de los matemáticos por descubrir más que por dar
pruebas rigurosas. Ello potenció sin duda el uso del infinito sin las limitaciones aristotélicas. Y
finalmente, el descubrimiento de la Geometría analítica de Descartes y Fermat.
La primera parte del siglo XVII vio el nacimiento de la geometría analítica de Fermat y
Descartes. La importancia de este descubrimiento consiste en que la geometría analítica permite
el tratamiento algebraico de problemas geométricos, al asignar a las curvas, superficies, etc.
fórmulas algebraicas que las describen y permiten su manipulación analítica. De esta forma
encontrar tangentes, por ejemplo, se hacía extremadamente sencillo -basta saber calcular las
derivadas como ahora sabemos- frente a los engorrosos, y específicos para cada curva,
procedimientos geométricos.
Como ya mencionamos, en el siglo XVII los matemáticos perdieron el miedo a los infinitos
que los griegos les habían tenido: Kepler y Cavalieri fueron los primeros en usarlos, empezaron a
andar un camino que llevaría en medio siglo al descubrimiento del cálculo infinitesimal. El
primer paso importante se debe a Cavalieri -discípulo de Galileo-. Cavalieri considera áreas
formadas por segmentos y volúmenes formados por trozos de áreas planas redescubriendo las
bases metodológicas del método mecánico -y desconocido en aquella época- de Arquímedes.
Cavalieri incluso fue más allá intentando construir una teoría de indivisibles que le permitiera,
evitando los infinitos, demostrar rigurosamente sus resultados -cosa que no consiguió ya que el
infinito en acto siempre acababa apareciendo en alguna parte-. Las desventajas de su método de
indivisibles -poca generalidad, debilidad lógica, excesivos razonamientos y procedimientos
geométricos- fueron rápidamente superados por Torricelli, Fermat, Pascal, Wallis y Roberval.
Otro de los protagonistas de nuestra historia es, sin duda, Grégoire de Saint-Vicent, jesuita
discípulo de Clavius. Sus principales aportaciones las publicó en su Opus geometricum. En ella
desarrolla un método de integración geométrico, estudia las series geométricas incluyendo
diversas aplicaciones de las mismas discutiendo, como no, la conocida aporía de Zenón sobre
Aquiles y la tortuga que además resolvía magistralmente argumentando que Zenón no consideró
en la persecución de Aquiles que el tiempo formaba una progresión geométrica de razón 1/2 y
por tanto tardaba un tiempo finito en alcanzar a la tortuga. Una de las aportaciones más valiosas
de Saint-Vicent consistió en su hallazgo de que el área encerrada bajo una hipérbola se expresaba
mediante los logaritmos.
Nuestro próximo personaje es John Wallis, miembro fundador de la Royal Society de Londres y
editor de obras de Arquímedes que además escribió una Gramática inglesa. Wallis aritmetizó los
indivisibles de Cavalieri asignándoles valores numéricos convirtiendo de esta forma el cálculo de
áreas -hasta el momento algo meramente geométrico- en cálculos aritméticos más un primitivo
proceso de límite haciendo además un uso "descarado" del infinito -a él debemos también el
símbolo que usamos actualmente, ese 8 acostado-.
Es curiosa la opinión que él mismo profesaba de sus métodos: "Este procedimiento es altamente
heterodoxo, pero puede verificarse mediante el bien conocido método de figuras inscritas y
circunscritas, lo que es superfluo, porque la frecuente iteración produce náuseas al lector.
Cualquier ducho en la materia puede realizar la prueba", escribió en su Arithmetica infinitorum.
Usando su método aritmético, la inducción incompleta, y su intuición llegó a calcular el área de
todas las parábolas generalizadas x ^ r con r 1, además de una−racional excluyendo al bellísima
fórmula para calcular Pi.
El trabajo de Wallis influyó enormemente en Newton quien aseguró que el desarrollo del
binomio y otras ideas iniciales sobre el cálculo se originaron en su estudio del libro de Wallis en
la época de estudiante en Cambridge.
El mismo Wallis propone una genealogía del cálculo:
Método de exhausión (Arquímedes)
Método de los indivisibles (Cavalieri)
Aritmética de los infinitos (Wallis)
Métodos de las series infinitas (Newton)
Dediquemos algún tiempo a comentar los métodos infinitesimales relacionados con el cálculo
de tangentes, que junto al de áreas constituyeron la base del cálculo. En la parte central del siglo
XVII, las cantidades infinitesimales, los fantasmas de cantidades desaparecidas, como alguien las
llamó en el siglo XVIII, fueron cada vez más usadas para resolver problemas de cálculos de
tangentes, áreas, volúmenes, etc.; los primeros darían origen al cálculo diferencial, los otros al
integral. Como hemos mencionado Saint Vincent, Pascal, Wallis, ... siguieron los pasos de
Kepler y Cavalieri; además de los infinitésimos cada vez se usaban más fórmulas y menos
dibujos: la geometría analítica cumplía su función de puente entre la geometría y el análisis. Si
Isaac Barrow, el maestro de Newton en Cambridge la hubiera estudiado bien, podría haber
arrebatado a su discípulo el descubrimiento del cálculo. En efecto, la geometría analítica amplió
considerablemente el horizonte de las curvas geométricas. Este incremento de nuevas curvas
hizo imprescindible el desarrollar nuevos métodos para calcular tangentes. Uno de ellos fue el
método de adigualdades de Pierre Fermat que servía además para calcular máximos y mínimos.
Esto unido a sus trabajos sobre cuadraturas le hacen merecedor a un puesto de honor como
precursor del cálculo. Newton, en una carta descubierta en 1934, escribió en relación con sus
ideas para el desarrollo del cálculo: "La indicación me la dio el método de Fermat para las
tangentes. Aplicándolo a las ecuaciones abstractas directa e inversamente, yo lo hice general".
Relacionado con los problemas de tangentes surgió a mediados del S.XVII el llamado problema
inverso de tangentes, es decir, deducir una curva a partir de las propiedades de sus tangentes. El
primero en plantear un problema de este tipo fue Florimond de Beaune, discípulo de Descartes,
quien planteó, entre otros, el problema de encontrar la curva con subtangente constante. El
propio Descartes lo intentó sin éxito siendo Leibniz el primero en resolverlo en la primera
publicación de la "historia sobre el cálculo infinitesimal". De hecho un elemento esencial para el
descubrimiento del cálculo fue el reconocimiento de que el problema de las tangentes y las
cuadraturas eran problemas inversos; es por eso que la relación inversa entre la derivación y la
integración es lo que hoy llamamos Teorema fundamental del cálculo.
Newton en su célebre frase "Si he llegado a ver más lejos que otros es por que me subí en
hombros de gigantes" se refiere entre otros a su maestro y mentor Isaac Barrow. Barrow fue
probablemente el científico que estuvo más cerca de descubrir el cálculo. Llegó a las
matemáticas en su afán de comprender la teología -de hecho se marchó de su cátedra en
Cambridge, cediéndosela a Newton para continuar sus estudios teológicos-. En la lección X de su
obra Letiones opticae & geometricae Barrow demuestra su versión geométrica del Teorema
fundamental del cálculo.
En el último cuarto del siglo XVII, Newton y Leibniz, de manera independiente,
sintetizaron de la maraña de métodos infinitesimales usados por sus predecesores dos conceptos,
los que hoy llamamos la derivada y la integral, desarrollaron unas reglas para manipular la
derivada -reglas de derivación- y mostraron que ambos conceptos eran inversos- Teorema
fundamental del cálculo-: acababa de nacer el cálculo infinitesimal. Para resolver todos los
problemas de cuadraturas, máximos y mínimos, tangentes, centros de gravedad, etc. que habían
ocupado a sus predecesores bastaba echar a andar estos dos conceptos mediante sus
correspondientes reglas de cálculo.
El primero en descubrirlo fue Newton, pero su fobia por publicar le hizo guardar casi en secreto
su descubrimiento. Newton gestó el cálculo en sus anni mirabilis (1665-1666) cuando se
refugiaba en su casa materna de la epidemia de peste que asolaba Inglaterra. De hecho su
primera obra sobre el cálculo, De analyse per aequationes numero terminorum infinitas -que le
valió la cátedra lucasiana que dejó su maestro Barrow- fue finalizada en 1669 aunque sólo la
publicó en 1711. La segunda obra de Newton sobre el cálculo fue escrita dos años más tarde en
1671 pero esperaría hasta 1737 para ver la luz !diez años después de su muerte y 66 después de
escrita!. Se trata de De methodis serierum et fluxionum.
En ella Newton describe sus conceptos de fluente -es una variable en función del tiempo- y
fluxión de la fluente -la derivada respecto al tiempo de la fluente- como entidades propias, con
unas reglas algorítmicas de fácil uso que luego usará para resolver distintos problemas de
máximos y mínimos, tangentes, cuadraturas -en relación a este último, estableció el ya
mencionado Teorema fundamental del cálculo-. Para demostrar la potencia de su cálculo Newton
se dedica en unas "pocas" páginas a resolver todos los problemas de cálculo de tangentes, áreas,
etc. que habían ocupado a sus predecesores.
Una pregunta que casi inmediatamente aflora en la mente es ¿por qué Newton tardó tanto en
publicar sus resultados? A parte de su peculiar personalidad y las distintas disputas que tuvo con
muchos de sus contemporáneos, Newton era consciente de la débil fundamentación lógica de su
método de cálculo de fluxiones -no obstante siempre hubo copias de sus trabajos circulando entre
sus amigos-.
Este temor también está patente en su obra cumbre: Los Principia, donde optó por un lenguaje
geométrico más riguroso -y oscuro- eliminando todo indicio de su cálculo que probablemente
usó -se puede encontrar una única mención del mismo en el lema II de la sección II del libro II:
la regla para derivar productos-.
Leibniz, más conocido como filósofo, fue el otro inventor del cálculo. Su descubrimiento fue
posterior al de Newton, aunque Leibniz fue el primero en publicar el invento. Lo hizo además
usando una vía ciertamente novedosa en aquella época: para facilitar la difusión de sus resultados
los publicó en una de las recién creadas revistas científico filosóficas, el Acta Eroditorum, que el
mismo había ayudado a fundar -eran ciertamente momentos importantes para la ciencia donde
empezaron a aparecer las revistas científicas que permitirían luego y hasta nuestro días la
difusión del conocimiento y los descubrimientos científicos-. Durante una estancia en París -ya
que era un afamado diplomático- Leibniz conoce a Huygens quien le induce a estudiar
matemáticas.
En 1673, luego de estudiar los tratados de Pascal, Leibniz se convence que los problemas
inversos de tangentes y los de cuadraturas eran equivalentes. Alejándose de estos problemas, a
partir de sumas y diferencias de sucesiones comienza a desarrollar toda una teoría de sumas y
diferencias infinitesimales que acabarían en la gestación de su cálculo por el año 1680 y a
diferencia de Newton si lo publica en las mencionadas Actas con el título "Un nuevo método
para los máximos y los mínimos, así como para las tangentes, que no se detiene ante cantidades
fraccionarias o irracionales, y es un singular género de cálculo para estos problemas". En este
artículo de 6 páginas -e incomprensible como él mismo luego reconoce- Leibniz recoge de
manera esquemática sin demostraciones y sin ejemplos su cálculo diferencial -"un enigma más
que una explicación" dijeron de él los hermanos Bernoulli.
También Leibniz resuelve el ya mencionado problema de De Beaune encontrando que la
solución era el logaritmo. El siguiente artículo de Leibniz se llamó "Sobre una geometría
altamente oculta y el análisis de los indivisibles e infinitos", también publicado en las Actas
Eroditorum en 1686. En él aparece por primera vez la notación para la integral que todavía hoy
usamos -en el primero introduce la notación "dx" para la diferencial-.
Como colofón a estas páginas dedicaremos unas líneas a tratar la mayor de todas las disputas
que ha conocido la ciencia: la prioridad de la invención del cálculo. Las suspicacias entre
Newton y Leibniz y sus respectivos seguidores, primero sobre quién había descubierto antes el
cálculo y, después, sobre si uno lo había copiado del otro, acabaron estallando en un conflicto de
prioridad que amargó los últimos años de ambos genios. Para comenzar diremos que la disputa
fue evitable pues los métodos de ambos genios tienen importantes diferencias conceptuales que
indican claramente la génesis independiente de los mismos. Newton consideraba las curvas
generadas por el movimiento continuo de un punto basándose su cálculo diferencial en la medida
de la variación de la misma -de su fluir- mientras que Leibniz consideraba una curva como
formada por segmentos de longitud infinitesimal cuya prolongación generaba la tangente en cada
punto y de cuya geometría se obtiene la correspondiente relación entre las diferenciales. Incluso
la fundamentación de ambos métodos es totalmente distinta. Si el de Newton fue resuelto
totalmente mediante el concepto de límite, el de Leibniz tuvo que esperar hasta la década 1960-
70 hasta la aparición del Análisis no-estándard de Abrahan Robinson.
La polémica en cuestión se fraguó a finales del siglo XVII: por un lado Leibniz no había hecho
ninguna alusión al cálculo infinitesimal de Newton -que el mismo Newton le había indicado que
existía en sus Epistolae : Expistola prior y posterior, sendas cartas dirigidas a Leibniz. En ambas
Newton explica muy someramente -básicamente se centra en el teorema del binomio- su método
de cálculo.- Además en Holanda -como le aseguró Wallis a Newton- se atribuía el cálculo a
Leibniz, eso sin contar que los discípulos de Leibniz habían publicado el primer libro sobre el
cálculo: el Analyse des infiniment petits que redactó el Marquéz de L'Hospital a partir de las
clases particulares que le dio Juan Bernoulli.
La respuesta de los seguidores de Newton no se hace esperar. Primero el propio Newton hace
publicar en el tercer volumen de las obras matemáticas de Wallis la correspondencia cursada con
Leibniz, las Epistolas prior y posterior donde éste pedía a Newton le enviase resultados sobre
series, luego Fatio de Duillier, amigo de Newton, acusa a Leibniz de haber plagiado a Newton y
como no, en su ya mencionada De quadratura curvarum, Newton alega "En una carta escrita al
Sr. Leibniz en 1676 y publicada por Wallis, mencionaba un método por el cual había encontrado
algunos teoremas generales acerca de la cuadratura de figuras curvilíneas [...] Hace años presté
un manuscrito conteniendo tales teoremas; y habiéndome encontrado desde entonces con varias
cosas copiadas de él, lo hago público en esta ocasión". La respuesta de Leibniz no se hizo
esperar.
En una reseña del De quadratura curvarum, publicada anónimamente -aunque era fácil reconocer
a su autor: Leibniz - en 1705 en las Actas se dice "Para entender mejor este libro los siguientes
hechos deben ser conocidos. Cuando una cantidad varía continuamente como, por ejemplo, una
línea varía por el fluir de un punto que la describe, aquellos incrementos momentáneos son
llamados diferencias [...] Y por tanto ha aparecido el cálculo diferencial y su converso, el cálculo
sumatorio. Los elementos de este cálculo han sido publicados por su inventor el Dr. Gottfried
Wilhelm Leibniz en estas Actas, y sus varios usos han sido mostrados por él y por los Drs. y
hermanos Bernoulli y por el Dr. Marquéz de L'Hospital. En vez de las diferencias leibnizianas, el
Dr. Newton empleó, y ha empleado siempre, fluxiones". Esta reseña fue el detonante del mayor
ataque contra Leibniz desde las Philosophical Transactions firmado por John Keill quien acusa
abiertamente a Leibniz de plagio. Tras la protesta de Leibniz la Royal Society nombra una
comisión -que resultó estar plagada de amigos de Newton - que luego de varias deliberaciones
dictaminó que Newton fue el primero y no acusó a Leibniz - aunque tampoco rectificó las duras
palabras de Keill-. Esta absurda guerra duró hasta principios del siglo XIX cuando finalmente los
matemáticos ingleses deciden adoptar la notación leibniziana, que hasta el momento habían
ignorado.
Como apéndice a nuestra exposición vamos a relatar, a modo de realzar la gran potencia del
cálculo, uno de los problemas que se resolvió gracias a la nueva herramienta descubierta por
Newton y Leibniz: el problema de la braquistocrona. El problema consistía en determinar la
curva por la que un cuerpo desciende en el menor tiempo posible entre dos puntos que no estén
en posición vertical u horizontal. Este problema ya interesó en su día a Galileo aunque éste fue
incapaz de resolverlo -lo cual no es raro pues para ello se precisaba del cálculo-. La historia es
como sigue.
En el número de junio de 1696 de las Actas Eroditorum, Juan Bernoulli lanzó un reto a los
mejores matemáticos del mundo. En realidad era un reto encubierto a Newton. Al cabo del año
-el plazo original fue de seis meses pero a petición de Leibniz se amplió para que tuvieran
tiempo los matemáticos franceses e italianos que se habían enterado tarde- aparecieron cinco
soluciones: una de Leibniz, una del mismo Juan Bernoulli, otra de su hermano Jacobo Bernoulli,
una del Marquéz de L'Hospital y una anónima. Todas, excepto la de L'Hospital daban con la
solución: la cicloide. ¿Quién era ese autor anónimo que escogió las Philosophical Transactions
para publicar su genial solución que sólo contenía 67 palabras?. Un vistazo a la solución fue
suficiente para que Juan Bernoulli exclamara "tanquam ex ungue leonen", algo así como
"¡reconozco al león por sus garras!" pues claro está que era Newton. Años más tarde se aclaró
toda la historia. Como ya dijimos el reto estaba dirigido a los matemáticos ingleses y a Newton
en particular justo en el momento en que comenzaba la polémica sobre la prioridad para ver si el
cálculo de Newton era tan bueno y poderoso para resolverlo. Además, en una carta de Leibniz a
Juan Bernoulli éste conjetura que sólo quien conozca el cálculo podrá resolverlo -Newton entre
ellos claro está-. Como no podía ser de otra forma el reto llegó a Newton aunque por aquel
entonces ya no "hacía ciencia" sino que trabajaba en la Casa de la Moneda inglesa. Según cuenta
la sobrina de Newton, este recibió el problema a las 4 de la tarde cuando regresó cansado de la
Casa de la Moneda y tenía lista su solución 12 horas después -aunque lo que probablemente no
sabía la sobrina era que Newton ya había pensado en ese problema unos años antes y que casi
seguro lo había resuelto por lo que sólo tuvo que refrescar la memoria ese día-. Nuevamente
aparece la misma pregunta: Si Newton ya había resuelto el problema ¿por qué no lo publicó?
Como respuesta final a esta pregunta tomaremos la que dió Augusto de Morgan "Cada
descubrimiento de Newton tenía dos aspectos. Newton tuvo que hacerlo y, luego, los demás
teníamos que descubrir que él lo había hecho"
V. Definición del calculo vectorial
El cálculo vectorial es un campo de las matemáticas referidas al análisis real multivariable de
vectores en 2 o más dimensiones. Consiste en una serie de fórmulas y técnicas para solucionar
problemas muy útiles para la ingeniería y la física.
Consideramos los campos vectoriales, que asocian un vector a cada punto en el espacio, y
campos escalares, que asocian un escalar a cada punto en el espacio. Por ejemplo, la temperatura
de una piscina es un campo escalar: a cada punto asociamos un valor escalar de temperatura. El
flujo del agua en la misma piscina es un campo vectorial: a cada punto asociamos un vector de
velocidad.
Cuatro operaciones son importantes en el cálculo vectorial:
• Gradiente: mide la tasa y la dirección del cambio en un campo escalar; el gradiente de un
campo escalar es un campo vectorial.
• Rotor o rotacional: mide la tendencia de un campo vectorial a rotar alrededor de un
punto; el rotor de un campo vectorial es otro campo (seudo)vectorial.
• Divergencia: mide la tendencia de un campo vectorial a originarse en o a converger hacia
ciertos puntos; la divergencia de un campo vectorial es un campo escalar.
• Laplaciano
La mayoría de los resultados analíticos se entienden más fácilmente usando la maquinaria de la
geometría diferencial, de la cual el cálculo vectorial forma un subconjunto.
VI. BIOGRAFIAS
SIR ISAAC NEWTON
Isaac Newton nació el día de Navidad del antiguo calendario en 1642 (correspondiente al 4 de
Enero de 1643 del nuevo calendario), año en que moría Galileo, en el pueblecito de
Woolsthorpe, unos 13 Km. al sur de Grantham, en el Lincolnshire. Fue un niño prematuro y su
padre murió antes de su nacimiento, a los treinta y siete años. Isaac fue educado por su abuela,
preocupada por la delicada salud de su nieto. Su madre, mujer ahorrativa y diligente, se casó de
nuevo cuando su hijo no tenía más que tres años. Newton frecuentó la escuela del lugar y, siendo
muy niño, manifestó un comportamiento completamente normal, con un interés marcado por los
juguetes mecánicos.
El reverendo William Ayscough, tío de Newton y diplomado por el Trinity College de
Cambridge, convenció a su madre de que lo enviara a Cambridge en lugar de dejarlo en la granja
familiar para ayudarla. En junio de 1661, a los dieciocho años, era pues alumno del Trinity
College, y nada en sus estudios anteriores permitía entrever o incluso esperar la deslumbrante
carrera científica del fundador de la mecánica y la óptica. Por otra parte, el Trinity College tenía
fama de ser una institución sumamente recomendable para aquellos que se destinaban a las
órdenes. Afortunadamente, esta institución le brindó hospitalidad, libertad y una atmósfera
amistosa que le permitieron tomar contacto verdadero con el campo de la ciencia.
Al comienzo de su estancia en Cambridge, se interesó en primer lugar por la química, y este
interés, según se dice, se manifestó a lo largo de toda su vida. Durante su primer año de estudios,
y probablemente por primera vez, leyó una obra de matemáticas sobre la geometría de Euclides,
lo que despertó en él el deseo de leer otras obras. Parece también que su primer tutor fue
Benjamin Pulleyn, posteriormente profesor de griego en la Universidad. En 1663, Newton leyó
la Clavis mathematicae de Oughtred, la Geometria a Renato Des Cartes de Van Schooten, la
Optica de Kepler, la Opera mathematica de Vieta, editadas por Van Schooten y, en 1644, la
Aritmética de Wallis que le serviría como introducción a sus investigaciones sobre las series
infinitas, el teorema del binomio, ciertas cuadraturas. También a partir de 1663 Newton conoció
a Barrow, quien le dio clase como primer profesor lucasiano de matemáticas. En la misma época,
Newton entró en contacto con los trabajos de Galileo, Fermat, Huygens y otros, a partir
probablemente de la edición de 1659 de la Geometria de Descartes por Van Schooten.
Desde finales de 1664, Newton parece dispuesto a contribuir personalmente al desarrollo de las
matemáticas. Aborda entonces el teorema del binomio, a partir de los trabajos de Wallis, y el
cálculo de fluxiones. Después, al acabar sus estudios de bachiller, debe volver a la granja
familiar a causa de una epidemia de peste bubónica. Retirado con su familia durante los años
1665-1666, conoce un período muy intenso de descubrimientos: descubre la ley del inverso del
cuadrado, de la gravitación, desarrolla su cálculo de fluxiones, generaliza el teorema del binomio
y pone de manifiesto la naturaleza física de los colores. Sin embargo, Newton guarda silencio
sobre sus descubrimientos y reanuda sus estudios en Cambridge en 1667.
De 1667 a 1669, emprende activamente investigaciones sobre óptica y es elegido fellow del
Trinity College. En 1669, Barrow renuncia a su cátedra lucasiana de matemáticas y Newton le
sucede y ocupa este puesto hasta 1696. El mismo año envía a Collins, por medio de Barrow, su
Analysis per aequationes numero terminorum infinitos. Para Newton, este manuscrito representa
la introducción a un potente método general, que desarrollará más tarde: su cálculo diferencial e
integral. En 1672 publicó una obra sobre la luz con una exposición de su filosofía de las ciencias,
libro que fue severamente criticado por la mayor parte de sus contemporáneos, entre ellos Robert
Hooke (1638-1703) y Huygens, quienes sostenían ideas diferentes sobre la naturaleza de la luz.
Como Newton no quería publicar sus descubrimientos, no le faltaba más que eso para reafirmarle
en sus convicciones, y mantuvo su palabra hasta 1687, año de la publicación de sus Principia,
salvo quizá otra obra sobre la luz que apareció en 1675.
Desde 1673 hasta 1683, Newton enseñó álgebra y teoría de ecuaciones, pero parece que asistían
pocos estudiantes a sus cursos. Mientras tanto, Barrow y el astrónomo Edmond Halley (1656-
1742) reconocían sus méritos y le estimulaban en sus trabajos. Hacia 1679, verificó su ley de la
gravitación universal y estableció la compatibilidad entre su ley y las tres de Kepler sobre los
movimientos planetarios.
Newton descubrió los principios de su cálculo diferencial e integral hacia 1665-1666, y durante
el decenio siguiente elaboró al menos tres enfoques diferentes de su nuevo análisis. Desde 1684,
su amigo Halley le incita a publicar sus trabajos de mecánica, y finalmente, gracias al sostén
moral y económico de este último y de la Royal Society, publica en 1687 sus célebres
Philosophiae naturalis principia mathematíca. Los tres libros de esta obra contienen los
fundamentos de la física y la astronomía escritos en el lenguaje de la geometría pura. El libro I
contiene el método de las "primeras y últimas razones" y, bajo la forma de notas o de escolios, se
encuentra como anexo del libro III la teoría de las fluxiones. Aunque esta obra monumental le
aportó un gran renombre, resulta un estudio difícil de comprender, y parece que Newton quiso
que fuera así con el fin «de evitar ser rebajado por pequeños semisabios en matemáticas». Quiso
escapar así a las críticas suscitadas por sus textos sobre la luz.
En 1687, Newton defendió los derechos de la Universidad de Cambridge contra el impopular rey
Jacobo II y, como resultado tangible de la eficacia que demostró en esa ocasión, fue elegido
miembro del Parlamento en 1689, en el momento en que el rey era destronado y obligado a
exiliarse. Mantuvo su escaño en el Parlamento durante varios años sin mostrarse, no obstante,
muy activo durante los debates. Durante este tiempo prosiguió sus trabajos de química, en los
que se reveló muy competente, aunque no publicara grandes descubrimientos sobre el tema. Se
dedicó también al estudio de la hidrostática y de la hidrodinámica además de construir
telescopios.
Después de haber sido profesor durante cerca de treinta años, Newton abandonó su puesto para
aceptar la responsabilidad de Director de la Moneda en 1696. Durante los últimos treinta años de
su vida, abandonó prácticamente sus investigaciones y se consagró progresivamente a los
estudios religiosos. Fue elegido presidente de la Royal Society en 1703 y reelegido cada año
hasta su muerte. En 1705 fue hecho caballero por la reina Ana, como recompensa a los servicios
prestados a Inglaterra.
Los últimos años de su vida se vieron ensombrecidos por la desgraciada controversia, de
envergadura internacional, con Leibniz a propósito de la prioridad de la invención del nuevo
análisis, Acusaciones mutuas de plagio, secretos disimulados en criptogramas, cartas anónimas,
tratados inéditos, afirmaciones a menudo subjetivas de amigos y partidarios de los dos gigantes
enfrentados, celos manifiestos y esfuerzos desplegados por los conciliadores para aproximar a
los clanes adversos, he aquí en pocas palabras los detalles de esta célebre controversia, que se
terminó con la muerte de Leibniz en 1716, pero cuyas malhadadas secuelas se harán sentir hasta
fines del siglo XVIII.
Después de una larga y atroz enfermedad, Newton murió durante la noche del 20 de marzo de
1727, y fue enterrado en la abadía de Westminster en medio de los grandes hombres de
Inglaterra.
"No sé cómo puedo ser visto por el mundo, pero en mi opinión, me he comportado como un niño
que juega al borde del mar, y que se divierte buscando de vez en cuando una piedra más pulida y
una concha más bonita de lo normal, mientras que el gran océano de la verdad se exponía ante
mí completamente desconocido."
Esta era la opinión que Newton tenía de sí mismo al fin de su vida. Fue muy respetado, y ningún
hombre ha recibido tantos honores y respeto, salvo quizá Einstein. Heredó de sus predecesores,
como él bien dice "si he visto más lejos que los otros hombres es porque me he aupado a
hombros de gigantes"- los ladrillos necesarios, que supo disponer para erigir la arquitectura de la
dinámica y la mecánica celeste, al tiempo que aportaba al cálculo diferencial el impulso vital que
le faltaba.
Leibniz, Gottfried Wilhelm
Nacionalidad: Alemania
Leipzig 1-7-1646 - Hannover 14-11-1716
Nacido en Leipzig en 1646, hijo de un profesor de universidad, se formó en su localidad natal en
Filosofía y en Derecho en Jena y Altdorf, doctorándose a los veinte años. Erudito, sus
contribuciones tocan los campos de la historia, las leyes, la lengua, la teología, la física y la
filosofía. Al mismo tiempo que Newton descubre el cálculo infinitesimal. Continuador de la
filosofía de Descartes, para quien existían dos clases de sustancias -corporal y espiritual-, para
Leibniz sólo existe la segunda, que además será simple, indivisible y actuante, es decir, motor de
la acción. Establece que el mundo está compuesto de "mónadas", unidades mínimas cargadas de
atributos, con capacidad para percibir y actuar. Cada una de ellas es única y refleja en sí el
universo, configurando a su vez un universo en pequeño. Las mónadas no se influyen o
interactúan entre sí, sino que actúan de manera independiente y sin comunicación.
Por otro lado, Leibniz postula la teoría de la armonía preestablecida, según la cual Dios es el
creador de las cosas que hay en el universo, pero son las cosas las que, dotadas de movimiento,
se mueven por sí mismas. Defensor de Dios en su "Teodicea", critica los argumentos de Bayle
según los cuales un mundo imperfecto, en el que existe el mal, no puede haber sido realizado por
un Dios perfecto y bien supremo. Leibniz argumenta que, si bien el mundo no es absolutamente
perfecto, sí es el más perfecto de los posibles, como expresa un famoso personaje del "Cándido"
de Voltaire. El "optimismo metafísico leibniziano" se formula también preguntas acerca del
origen del mal y de la relación entre predestinación y libre albedrío, concluyendo que Dios
permite la existencia del mal, si bien no la quiere, y que el destino y la libertad del individuo
funcionan conjuntamente. En el campo de la matemática, realizó contribuciones a la teoría de los
números, al cálculo mecánico, álgebra, etc. Es el iniciador de la lógica matemática y de la
topología. Enuncia el principio según el cual la masa por el cuadrado de la velocidad se mantiene
constante. Falleció en Hannover el 14 de noviembre de 1716, siendo el primer filósofo alemán de
repercusión universal.
VII. Bibliografía
1. www.google.com
2. www.rincondelvago.com
3. Enciclopedia wikipedia
4. Enciclopedia Encarta 2005
5. www.biografias.com

OMAR RACERO

Comentarios

Martes, 15 de Diciembre de 2009 a las 09:41 | 0


adolfo quintana aranda
ta chido el trabajo muy detallado
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