Podemos Prevenir El Bullying Autor
Podemos Prevenir El Bullying Autor
Podemos Prevenir El Bullying Autor
el bullying
6-12 años Bullying / Redes
© FAPMI / Raquel Raposo Ojeda, Tomás Aller Floreancig, Viviana de Sousa-Serro y Selma Fernández Vergara
© EDUCO
Se permite la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento siempre que se mencione la fuente
y se haga sin fines comerciales.
Impreso en España
ISBN: 978-84-945828-5-1
Depósito Legal: B 15661-2016
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Podemos prevenir
el bullying
Los niños y niñas pueden ser víctimas y también testigos de diferentes situaciones de
violencia física, sexual o emocional. Este problema no entiende de fronteras, culturas o
estratos sociales. Tiene graves consecuencias para la salud física y mental de los niños, niñas
y adolescentes así como para su desarrollo y bienestar.
Esta guía es una herramienta para que las familias puedan reconocer las formas de violencia
entre iguales, detectar si sus hijos o hijas están agrediendo o si sufren agresiones y saber qué
hacer para ayudarles.
Los niños y niñas comparten espacio y tiempo en la escuela, en familia, practicando deporte,
juegos o aficiones, o comunicándose a través de las redes sociales y las tecnologías de la
información y la comunicación (Internet, foros, chats, etc.).
En estos espacios reales y virtuales, uno o más niños pueden ejercer violencia y dañar a
otro niño o niña, la víctima, abusando de un poder que puede deberse a la fuerza física o la
corpulencia, al rol en el grupo u otros elementos.
La violencia entre iguales daña a la víctima, pero también tiene consecuencias para los
demás niños y niñas que forman parte de la situación, ya sea como agresores, colaboradores,
reforzadores, espectadores o defensores.
■■ Existe una diferencia de poder entre la víctima y la persona agresora por la diferencia
de edad, fuerza física o corpulencia, el liderazgo en el grupo, o bien porque hay más
participantes que apoyan a los agresores.
■■ Se produce en un lugar ajeno a la vista de las personas adultas que pueden protegerlos
y puede darse tanto en un espacio público como privado. Por ejemplo, a través de una
conversación de chat o en el patio del colegio.
Física
Es cualquier acción que provoque o pueda provocar daño físico en una persona. La violencia
física también puede ejercerse hacia sus pertenencias (rompiéndolas, escondiéndolas, etc.).
En ambos casos la intención es provocar miedo y sensación de indefensión así como dañar
los sentimientos de la víctima a través de objetos que le pertenecen y aprecia.
Psicológica
Se pretende asustar, intimidar, despreciar y hacer sentir mal
a la víctima. Cuando hay presencia del grupo se daña a
través de la humillación ante los demás.
Verbal
Insultar, crear rumores sobre una persona, buscarle nombres
ridículos, reírse de alguna característica física, intelectual,
sensorial, vestimenta u otras relacionadas con su etnia,
cultura, religión, identidad u orientación sexual; quitándole
así valor a la persona y dañándola.
Sexual
En un contexto de violencia entre iguales, más allá de la satisfacción sexual, prevalece la
intención de humillar públicamente a la víctima o conseguir que los demás la rechacen.
La forma de prevenir y
afrontar la violencia entre
iguales es a través de
la educación en el buen
trato hacia todas las personas,
incluyendo otros niños y niñas.
Algunos falsos mitos
Este tipo de experiencias son duras de vivir pero curten
Es cierto que todos los niños y las niñas discuten y esto es fundamental para que aprendan
a resolver las situaciones de conflicto con los demás. En estos casos, resolver el conflicto
implica que las dos partes tienen que ceder en algo para llegar a un acuerdo. En el caso
de la violencia entre iguales, ni siquiera se busca este acuerdo y se impone la voluntad del
más fuerte.
Cuando se produce una situación de maltrato entre iguales existen dos participantes: el niño
o niña víctima, que padece y sufre la agresión, y el niño o niña agresora, que es quién
ejerce la violencia de forma directa o indirecta desde una posición de poder.
Las y los espectadores observan los comportamientos violentos hacia otros compañeros,
pero no dicen o no hacen nada por temor a sufrir agresiones y convertirse en víctimas. Tal
vez creen que no pueden hacer nada o que incluso podría repercutir negativamente en la
víctima o en ellos.
Otros niños y niñas pueden reforzar con su comportamiento las conductas violentas del
niño agresivo o la niña agresiva a través de las risas, asintiendo, ofreciendo información
personal, grabando y reenviando imágenes de esta situación, etc.
Por último, cuando se produce este tipo de violencia, hay niños y niñas que se muestran
defensores de las posibles víctimas, actúan directamente para poner fin a la situación de
violencia o piden ayuda a una persona adulta.
Los niños y niñas pueden asumir distintos roles (agresor, víctima, espectador,...) en diferentes
espacios o momentos de sus vidas. Por ejemplo, sufrir acoso en el cole y colgar en redes
sociales comentarios humillantes sobre otro compañero o compañera.
Ninguno de estos factores es suficiente para que un niño o niña se convierta en víctima,
persona agresora o espectadora de este tipo de situaciones, pero debemos conocerlos y
estar vigilantes si observamos algunas señales.
La prevención desde la familia implica establecer vínculos positivos con nuestros hijos
e hijas basados en la confianza y la seguridad desde la primera infancia. Esta seguridad
les proporciona recursos como la paciencia, el respeto, el lenguaje, la voluntad, el saber
escuchar, que les serán de mucha utilidad para enfrentarse a las dificultades, esforzarse para
superarlas y resolverlas de forma adecuada. También aprenderán a tener calma ante los
fracasos y a pedir ayuda.
¿Qué sabemos
de nuestros hijos e hijas?
Muchas veces las familias tendemos a preocuparnos
más por el rendimiento escolar de nuestros hijos e hijas
que por lo que han hecho durante el recreo, qué tal les va con sus amistades o cómo se llevan
con sus profesores.
Es fundamental dar importancia a todo lo que tiene que ver con sus iguales y cómo se sienten
de queridos, aceptados, valorados y respetados por ellos.
Reflexionemos...
¿Utilizamos un tipo de disciplina autoritaria con un alto control sobre
nuestros hijos e hijas y exigimos obediencia con poca comunicación?
***
¿Actuamos de forma permisiva, excesivamente condescendiente, sin controlar ni
exigirles demasiado?
***
¿Apoyamos a nuestros hijos e hijas?
***
¿Somos una familia democrática y combinamos la exigencia y el control con
muestras de afecto y una buena comunicación?
***
¿Nos cuesta poner límites y mostrarles afecto y cariño?
***
¿Cómo es nuestro modelo de comportamiento? ¿Podemos llegar a ser
personas intimidadoras?
***
¿Cómo nos comunicamos en casa? ¿Tendemos a interrogarles o podemos hablar y
mantener un diálogo?
Cerca de la escuela
Es importante que estemos en contacto y que podamos comunicarnos con las personas que
educan a nuestros hijos e hijas y colaboremos, en la medida de lo posible, en las actividades
del centro como asociaciones de familias, reuniones, puertas abiertas y actividades
extraescolares, entre otras.
Vamos a acompañar a Jairo y a
su familia tanto en situaciones
positivas como en otras donde
Jairo es víctima, espectador o
agresor. En todas ellas, nuestros
protagonistas expondrán sus
emociones y fomentarán la
comunicación para resolver los
conflictos a través del buen trato
y el refuerzo de los valores.
Los padres de Jairo están preocupados por prevenir situaciones de maltrato entre iguales que
puedan afectar a su hijo y son conscientes de que su discapacidad sensorial supone un factor de
riesgo añadido. Por eso, han decidido promover más activamente la comunicación con su hijo y
su participación en actividades en la familia, la escuela, así como otras de ocio y tiempo libre.
■■ Informarse acerca de todas las formas posibles de violencia entre iguales, así como de
los principales agentes implicados, características y consecuencias, a fin de anticiparse
y poder prevenirlas.
■■ Ofrecer apoyo a Jairo para potenciar sus habilidades de comunicación y poder crear
espacios facilitadores para este fin dentro de la propia familia.
Así, se les ha ocurrido aprovechar una de las grandes aficiones de su hijo: dibujar y hacer
fotos. Han decidido comprarle una cámara para que recoja en ella momentos, escenas y
situaciones que le hacen sentir bien y otras que le pueden hacer sentir mal.
Tras unos días de haber
hecho esta actividad,
han decidido imprimir
las fotografías de Jairo y
sentarse a hablar de ello.
El juego, el buen trato y una relación positiva y saludable entre iguales, así como
la integración en el grupo, previenen la discriminación, el aislamiento, y en definitiva
las formas de violencia o maltrato entre iguales.
A Jairo le cuesta hablar
sobre esta escena y se
encoge de hombros. Sus
padres lo abrazan y le
dicen que están ahí para
escucharlo y si no saben
qué ocurrió no podrán
ayudarlo.
Jairo se muestra
avergonzado y explica en
su lenguaje que los niños
de la foto decían palabras
feas sobre una chica, que le
había enviado una foto en
ropa interior a uno de ellos.
Jairo está preocupado por si algo similar pudiera ocurrirle a su hermana, mayor que
él, que envía fotos desde el móvil a sus amigos.
Los padres de Jairo refuerzan que haya confiado en ellos contándoles sus
sentimientos y su preocupación.
“No deberíamos realizar fotos íntimas con móviles u otros medios, y menos aún
enviarla a nuestros contactos; pueden ser difundidas por error o intencionadamente
a otras personas”.
“Sabes de sobra que no son ciertas las palabras feas de la pizarra. Eres un niño
muy listo, observador y con mucha capacidad para aprender, y que aunque pueda
costarte un poco más de esfuerzo o tiempo realizar algunas tareas, puedes hacerlas
como cualquier niño o niña de tu edad”.
Jairo comenta que solo se le ocurrió borrar la pizarra, agachar la cabeza y llorar. El
corazón le iba muy deprisa en ese momento y no contó nada ni en la escuela, ni a
la maestra, ni a otros compañeros y compañeras de clase, ni tampoco luego cuando
llegó a casa.
“No es adecuado mantener en secreto ese tipo de acciones que nos hacen sentir
mal, ni en la escuela ni en casa, cuando no podemos evitar que haya ocurrido. Hay
que comunicarlo a una persona adulta que pueda ayudarnos en el momento si es
posible y explicar a los demás niños y niñas cómo de mal pueden hacer sentir a
otros, aunque no haya sido esa la intención inicial”.
Los padres de Jairo se muestran desconcertados al observar esta fotografía, aun
así mantienen la calma. Le piden a Jairo que se tome su tiempo, pero que debe
explicarles qué ha pasado.
Después de un tiempo, aún enfurruñado, les cuenta que estaba cansado de ser
siempre el niño del que todos se reían y pensó que así se sentiría mejor y formaría
parte del grupo, que lo animó a hacerlo.
A la vez se sintió aliviado porque esta vez no la habían tomado con él y decidió que
era mejor no meterse, porque no era asunto suyo.
Ante esta situación, Jairo tiene dos sentimientos diferentes: culpa por no ayudar y
alivio por no ser la víctima. Sus padres le ayudan a identificarlos y a decidir cómo
actuar.
Al día siguiente, Jairo decide ayudar a su amiga a hacer de nuevo el dibujo, piensa
que así ambos se sentirán mejor. Le dirá que siente no haberla ayudado en el
momento y le explicará el porqué.
Jairo manifiesta que lo que más
le gusta de esta fotografía es que
ninguna niña está sola y todas hacen
cosas que les gustan, sin hacer daño a
nadie. Hizo la foto porque le encantó
el sonido de las risas.
Las señales no siempre son síntoma de una situación de violencia o maltrato entre
iguales.
Víctimas
■■ Presentan lesiones en el cuerpo de forma continuada en el tiempo para las
que no tienen explicación coherente y que siempre achacan a un accidente.
¡OJO!
Estos síntomas también
pueden ser indicadores
de otro tipo de problemas
por los que esté pasando
el niño o niña.
Más en detalle
■■ Si bien es cierto que suele darse en los contextos escolares, es un tipo de violencia que puede
trascender este ámbito, especialmente con el auge de las tecnologías de la información y
la comunicación. El impacto, entonces, es aún mucho mayor en las víctimas.
■■ Insiste en lo importante que es que estén contando qué les ocurre o qué ha pasado para
poner fin a la situación y ayudarles sea cual sea el rol del niño o niña en la situación.
■■ Piensa que en algún momento de su desarrollo evolutivo, pueden ser víctima, agresor o
espectador.
■■ Evita recriminaciones por no haberlo contado antes o por los actos que hayan
protagonizado: el foco debe estar en la solución y no en juzgar lo ocurrido
■■ Comunica los hechos de la forma más detallada y objetiva posible al centro educativo
o lugar donde se produzca la violencia o maltrato.
■■ Díaz Aguado, M.J. (2006). Guía: El Acoso Escolar y la Prevención de la Violencia desde la Familia. Ed.:
Dirección General de Familia. Consejería de Familia y Asuntos Sociales. Comunidad de Madrid.
■■ Monjes, M.I. y Avilés, J.M. (2006). Programa de Sensibilización Contra el Maltrato Entre Iguales.
Asociación REA. Junta de Castilla y León.
■■ Olweus, D. (2007). Bullying Prevention Program. Paquete de Información para los Padres y Tutores.
Hazelden Foundation.
■■ Ortega R. (1998). Sevilla La convivencia escolar: qué es y cómo abordarla. Consejería de Educación y
Ciencia. Junta de Andalucía.
■■ Departament d’Orientacio’ i Assessorament del IES “Front Marítim”. TEI: Tutoría Entre Iguales.
Programa de Convivencia Escolar. Prevención de la Violencia.
■■ Cerezo, F. (2007). ¿Qué es y qué no es Bullying?. Fundación Europea Sociedad y Educación. Nuevos
retos para convivir en las aulas: construyendo la escuela cívica. Madrid.