Libro de 1 Timoteo Expo
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Libro de 1 Timoteo Expo
Timoteo
La leal compañía y fiel colaboración de Timoteo fueron una ayuda constante y esencial en
el trabajo misionero del apóstol Pablo. Desde el primer momento se estableció entre ellos
una relación, nunca rota, de confianza y amistad.
Cuando, en su segundo viaje, el apóstol llegó a Listra, conoció a Timoteo, que vivía allí.
Era un joven de unos veinte años de edad, «hijo de una mujer judía creyente, pero de padre
griego» (Hch 16.1). Es decir, su madre, Eunice, era cristiana (2 Ti 1.5) de origen judío, y su
padre, pagano.
Pablo incorporó a Timoteo a aquel grupo misionero que muy pronto habría de llevar a
Europa el primer anuncio del evangelio. Más tarde, pasados algunos años, el joven
discípulo recibiría el encargo de velar por la «sana doctrina» en Asia Menor, y de impedir
posibles desviaciones hacia otras enseñanzas, falsas y destructivas (1.3–4; 4.6, 9, 13, 16;
6.3–5), que habían comenzado a penetrar en comunidades cristianas de reciente formación
(1.3–11). La alusión a los «doctores de la Ley», así como el énfasis puesto en los valores
auténticos de la ley de Moisés (1.6–10) denuncian la actividad que los judaizantes estaban
desplegando en las iglesias asiáticas.
Propósito
Esta epístola revela una seria preocupación de su autor por la organización de la iglesia.
Resulta evidente su interés por dotarla de normas de vida y de conducta, válidas tanto para
cada miembro individualmente como para la edificación y el crecimiento espiritual de las
congregaciones cristianas en conjunto. Por eso, la carta contiene instrucciones sobre
diversos temas: la necesidad de la oración y el buen orden en la comunidad (2.1–15), las
bases para llegar a una eficiente organización de la iglesia (3.1–13), la vigilancia frente al
error doctrinal (4.1–5; 6.3–5), y la atención a la administración congregacional y al
ejercicio del ministerio pastoral (3.14–15; 5.1–6.2).
Mención aparte ha de hacerse del texto de 3.16. Es un breve poema formado por tres pares
de versos, que parecen ir marcando el camino de la exaltación de Jesucristo, desde su
manifestación humana hasta su ascensión y glorificación en los cielos. El autor llama «gran
misterio de la piedad» a esta hermosa afirmación de fe que viene a ser como el centro de
gravedad de la teología de 1 Timoteo (=1 Ti).
1 Timoteo 3:1-2, “Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es
necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente,
decoroso, hospedador, apto para enseñar.”
1 Timoteo 4:9-10, “Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida por todos, que por esto
mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el
Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.”
1 Timoteo 6:12, “Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual
asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.”
Breve Resumen: Esta es la primera carta que Pablo escribió a Timoteo, un joven pastor
quien había sido de gran ayuda para Pablo en su obra. Timoteo era griego. Su madre era
judía y su padre griego. Pablo era más que solo un tutor y líder para Timoteo, él era como
un padre para él y Timoteo era como un hijo para Pablo (1 Timoteo 1:2). Pablo comienza la
carta urgiendo a Timoteo a estar alerta ante los falsos maestros y la falsa doctrina. Sin
embargo, buena parte de la carta trata sobre la conducta pastoral. Pablo instruye a Timoteo
en la adoración (capítulo 2) y el desarrollo de líderes maduros para la iglesia (capítulo 3).
La mayor parte de la carta trata de la conducta pastoral, advertencias sobre los falsos
maestros, y la responsabilidad de la iglesia hacia los miembros que pequen, las viudas,
ancianos, y esclavos. A través de toda la carta, Pablo anima a Timoteo a permanecer firme,
a perseverar, y a permanecer fiel a su llamado.
Conexiones: Existe una relación interesante entre el libro de 1 Timoteo y el Antiguo
Testamento, y es la cita de Pablo sobre las bases para considerar a los ancianos de la iglesia
como dignos de “doble honor” y merecedores de respeto en el caso en que fueran acusados
de mala conducta (1 Timoteo 5:17-19). Deuteronomio 24:15 y Levítico 19:13 hablan de la
necesidad de pagar al trabajador lo que se ha ganado y de hacerlo puntualmente. Parte de la
Ley Mosaico demandaba que dos o tres testigos eran necesarios para levantar una
acusación contra un hombre (Deuteronomio 19:15). Los judíos cristianos en las iglesias que
Timoteo pastoreaba, debían estar bien conscientes de estas referencias al Antiguo
Testamento.