Motores de Inducción Monofásicos
Motores de Inducción Monofásicos
Motores de Inducción Monofásicos
Funcionamiento. -
Básicamente, un motor de inducción monofásico está formado por un rotor en jaula de ardilla
análogo al de los motores trifásicos y un estátor en el que se dispone un devanado alimentado con
c.a. monofásica. Normalmente se construyen con potencias inferiores a 1 CV y por ello reciben
también el nombre de motores fraccionarios. El campo de aplicación está muy restringido y se limita
en su mayoría a las instalaciones domésticas: lavadoras, ventiladores, tocadiscos, etc. En la Figura 1
se muestra el esquema de conexiones básico. Al introducir una corriente alterna en el devanado del
estátor se produce una fuerza magnetomotriz en el entrehierro, distribuida de forma sinusoidal en el
espacio y de carácter pulsa torio, cuya expresión, es:
Figura 1
Cada campo giratorio dará lugar a una característica par-deslizamiento análoga a la mostrada en la
Figura 2 para los motores trifásicos. Si el motor gira en el sentido del campo positivo directo (uno de
ellos elegido arbitrariamente) a velocidad n, el deslizamiento de este campo sd tendrá un valor:
Figura 2
expresión que relaciona los deslizamientos de ambos campos. Las características T=f(s) para cada
uno de los sistemas giratorios y su resultante se muestran en la Figura 3. Debe observarse que el
campo directo produce un par positivo, mientras que el campo inverso crea un par negativo. En el
arranque, sd = si = 1, se tiene un par nulo y, en consecuencia, como ya se ha indicado, el motor no
puede despegar; sin embargo, y como muestra la Figura 3, si por cualquier procedimiento se
ayudara a girar el rotor en un sentido, aparecerá inmediatamente un par de arranque que si es
superior al par resistente pondrá en funcionamiento la máquina. Por ejemplo, si el motor llevara
conectada una carga cuyo par resistente es del tipo ventilador, como muestra la Figura 3, y se
moviera el rotor por un medio mecánico exterior de tal forma que se sobrepasara el punto A, en
este momento, al ser el par motor superior al par resistente, la máquina se acelerará hasta obtener
el régimen estable en el punto B. Se observa que la velocidad final que se obtiene es inferior a la que
resultaría con un motor trifásico con idéntica curva (punto C), y de ahí que estos motores trabajen
con un deslizamiento relativamente elevado. Si en un motor trifásico se desconecta una fase, se
tendría un funcionamiento análogo al descrito aquí, ya que la máquina trabajaría como motor
monofásico. En estas condiciones no hay par de arranque; la potencia y el par máximo se reducen
considerablemente, y si la carga actuara en el eje con el par nominal, se produciría un calentamiento
excesivo en los devanados.
Figura 3
Figura 4
Hemos visto en la Figura 3 que el motor monofásico no tiene par de arranque y que por tanto no
puede iniciar la marcha por sí mismo. Por otro lado, se advierte en la misma figura que si se acciona
el rotor y se le impulsa en cualquier sentido, la máquina desarrolla entonces un par interno que
acelera el rotor hasta conseguir la velocidad de régimen. Un procedimiento simple sería, si el motor
trabajara en vacío, moverlo en cualquier sentido con un par motor exterior; esto se puede realizar
en la práctica mediante una polea a la que se arrolla una cuerda, y al tirar de ésta se conseguirá el
impulso inicial para que arranque la máquina; el sentido de giro dependerá del sentido de
arrollamiento de la cuerda sobre la polea. En motores pequeños trabajando en vacío es suficiente,
para arrancar el motor, mover el eje con los dedos de una mano (mucho cuidado con esta
operación). De cualquier modo, estos procedimientos mecánicos para conseguir el despegue de un
motor monofásico no son prácticos y por consiguiente están desechados. Afortunadamente, se
puede conseguir el arranque de un motor monofásico por procedimientos eléctricos. La clave de la
solución está en conseguir un campo giratorio único en el momento del arranque. Para ello, y de
acuerdo con el teorema de Ferraris, el método más simple sería preparar un devanado bifásico. Un
sistema bifásico consiste, como se muestra en la Figura 4, en dos devanados estatóricos desfasados
90° eléctricos en el espacio que llevan corrientes desfasadas 90° eléctricos en el tiempo. Si en el caso
de la Figura 4 las corrientes son de la forma:
lo que corresponde a una f.m.m. resultante de amplitud constante Fm y que gira a la velocidad de
sincronismo Ω1= ω1/p, que expresaba el teorema de Ferraris con un número de fases m = 2.
Evidentemente, si se intercambian las alimentaciones de ambos devanados, se obtendrá un campo
giratorio de sentido contrario al expresado antes. Si las corrientes que alimentan los dos devanados
del estátor (el rotor es siempre en jaula de ardilla) tienen amplitudes diferentes o si los bobinados
tienen diferente número de espiras, se sigue obteniendo una f.m.m. giratoria, pero su amplitud va
variando con la posición, ofreciendo un valor máximo en el eje de un devanado y un valor mínimo en
el eje del otro. El lugar geométrico del afijo del vector (fasor espacial) de f.m.m. es una elipse con los
semiejes correspondientes a Fmáx y Fmín que resultan en los ejes de los devanados. Si además las
corrientes de los devanados tienen un desfase distinto a 90° eléctricos, el lugar geométrico de f.m.m.
sigue siendo una elipse en la que los ejes principales no se corres ponden con los ejes de las bobinas.
Esta última combinación es la que generalmente se emplea en el arranque de los motores reales,
debido a la dificultad en conseguir con una única red monofásica dos corrientes desfasadas 90°
eléctricos, como así lo requiere el teorema de Ferraris. Los procedimientos de arranque de los
motores asíncronos monofásicos que constituyen los diversos tipos existentes en el mercado son: a)
motores de fase partida; b) motores con condensador; c) motores con espira de sombra. Veamos
una descripción de estas versiones:
Figura 5
El diagrama fasorial de las corrientes que atraviesan los arrollamientos se muestra en la
Figura 6a, donde se ha tomado la tensión de la red como referencia de fase. Se observa que
el ángulo formado por V e Ip es superior al que existe entre V e Ia, en virtud de la mayor
reactancia del devanado principal. En la práctica, el ángulo ϕ que forman las corrientes es
próximo a los 30°, y como los arrollamientos están defasados 90° en el espacio, resulta un
campo giratorio de naturaleza elíptica debido a que los módulos de Ia e Ip no son iguales y no
forman entre sí 90°; este campo giratorio produce el despegue del motor, y cuando la
velocidad del rotor alcanza un valor del orden de 70 por 100 del nominal, el interruptor
centrífugo desconecta el devanado auxiliar, que al estar realizado con un hilo delgado no es
capaz de soportar un funcionamiento continuo. De esta forma el motor queda funcionando
como monofásico. En la Figura 6b se muestra la curva por velocidad de este motor, en la que
se indica el instante (correspondiente a la velocidad ni ) en el que actúa el interruptor
centrífugo y se desconecta el devanado auxiliar. Obsérvese que la curva par-velocidad
cuando actúan los dos devanados es similar a la de un motor trifásico y produce un par de
arranque, mientras que la curva correspondiente cuando funciona sólo el devanado principal
tiene un par de arranque nulo. Este tipo de motores se utiliza en ventiladores, bombas
centrífugas, lavadoras, etc. Se construyen generalmente desde potencia 50 W hasta 500 W.
Figura 6
Figura 8
A veces, con objeto de mejorar las características del par y el f.d.p. de la máquina, se
emplean condensadores de papel impregnados con aceite que trabajan de forma continua,
como se indica en la Figura 4.56. También se puede emplear una solución mixta, con un
condensador electrolítico para el arranque y otro de papel para régimen continuo. Por
ejemplo, un motor de 1/2 CV lleva un condensador electrolítico de 250 μF para el arranque y
un condensador de papel impregnado de aceite de 115 μF para el régimen normal. Este tipo
de motores se emplean en compresores, bombas, algunos tipos de máquinas herramienta,
equipos de refrigeración y aire acondicionado, etc. Se construyen hasta potencias que llegan
a 6 kW.