Arte Misterio y Emoción Cosmica

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Mapa mental

Arte, misterio y emoción cósmica.


Jesús Joaquín Ang Navarrete

Arte

Emoción
Misterio
cósmica

Significados Conocimiento y Mircea


Signos de lo
sagrado
personales y conciencia de la Bachelard
universales energía Eliade

El signo como Representantes Transformada País del


Las obras de arte son
producto de la
un hecho y y parte de la estética y existencia de seres Lo sagrado
realidad creación éticamente. ensueño que imaginan.

El signo abre el Creadores de El ser puro de la


Contemplación
pensamiento nuestra vida y de lo inmenso.
imaginación hierofanía
hacia el secreto. nuestro pura.
lenguaje
Trasendencia y “algo sagrado
expansión se muestra”.

Reflexión El arte como la


religión son
Me he percatado conforme leo los textos, que concuerdo en el fondo con las perspectivas espacios
sagrados.
expuestas, sin embargo, la forma y los elementos de los que se sustentan me conflictúan. El
misterio como concepto que nos acerque a lo infinito, resuena en mi mente como discurso
charlatán. Hasta donde comprendo lo misterioso es algo que no entendemos, pues si lo
hiciéramos dejaría de ser lo que es, un misterio. Si nosotros queremos acercarnos a lo
infinito, lo sagrado, lo universal o la causa primera, podríamos hacerlo preferentemente con
elementos cognitivos y de lenguaje como lo es el signo. Pero no un signo mágico, que
aparece de la inspiración misteriosamente creativa, sino el signo orgánico del universo,
aprehendido a partir de un compromiso y trabajo contante con la realidad.
Quizá sea una forma de bajar o divulgar conocimiento que por sí mismos implican
argumentos confusos. Pero creo que las mismas perspectivas se sustentan mejor si lo
relacionamos a la filosofía, al insistente trabajo de la humanidad por comprender el mundo
y a sí mismo. Pues como queda dicho, somos representantes y parte de la creación, las
piezas singulares del conocimiento plural universal. El acercamiento en la búsqueda del ser
lo desarrolla como nadie la ontología, la estética, la ética, la epistemología, en pocas
palabras la filosofía. Raíz directa a conocimientos como el arte y la psicología.

Pensaba en dejar varios ejemplos filosóficos que argumentan la relación intima con lo
universal, sin embargo, es tan basto que mencionar al azar haría que dejara a muchas
concepciones fuera, es por eso que en esta ocasión quiero argumentar a partir de la visión
empirista, y no es que tenga preferencia por ella, simplemente es que la lectura del mundo
de Thomas Hobbes, me parece adecuada en este momento.

Hobbes en su obra el Leviatán, se posiciona como un filósofo contractualista,


proporcionando una propuesta de estado o república. No obstante, en sus primeros capítulos
se propone explicar su visión del mundo, visión que me es oportuna.

La sabiduría se adquiere no ya leyendo en los libros, sino en los hombres. Los


hombres pueden aprender a leerse fielmente el uno al otro si se toman la pena de
hacerlo; léete a ti mismo. Quien se mira a sí mismo y considere lo que hace cuando
piensa, opina, razona, espera, teme, etc. Podrá leer y saber, por consiguiente, cuáles
son los pensamientos y pasiones de los demás hombres en ocasiones parecidas.
(Hobbes, 1651)

No es un misterio que el conocerse a sí mismo, como diría el oráculo de Delfos, nos lleve a
conocer al mundo entero, porque somos parte del mismo. Si escogí a este autor y no otro
dentro de los empiristas es que la misma obra en los próximos capítulos nos acercará
epistemológicamente a su percepción del conocimiento, que va de la mano con los
argumentos del texto.

Dirá entonces, un pensamiento consiste en una relación con un objeto a través de nuestros
sentidos. No existe ninguna concepción en el intelecto humano que antes no haya sido
recibida, totalmente o en parte, por los órganos de los sentidos. La causa de la sensación es
el cuerpo externo u objeto que actúa sobre el órgano propio de cada sensación, ya sea de
modo inmediato, como en el gusto o en el tacto, o mediatamente como en la vista, el oído y
el olfato. Su apariencia con respecto a nosotros constituye la fantasía. sí tales colores o
sonidos estuvieran en los cuerpos u objetos que los causan, no podrían ser separados de
ellos. Así que las sensaciones, en todos los casos, no son otra cosa que fantasía original.

Y es aquí donde entra el país del ensueño de Gastón Bachelard. Aun después que el objeto
ha sido apartado de nosotros, si cerramos los ojos seguiremos reteniendo una imagen de la
cosa vista, aunque menos precisa que cuando la veíamos. Tal es lo que los latinos llamaban
imaginación, de la imagen que en la visión fue creada: y esto mismo se aplica, aunque
impropiamente, a todos los demás sentidos. Los griegos, en cambio, la llamaban fantasía,
que quiere decir apariencia, y es tan peculiar de un sentido como de los demás. Por
consiguiente, la imaginación no es otra cosa sino una sensación que se debilita; sensación
que se encuentra en los hombres y en muchas otras criaturas vivas, tanto durante el sueño
como en estado de vigilia.

Es el poder de nuestra imaginación donde se da una fenomenología sin fenómenos, porque


son imágenes generadas a partir de lo contemplado.

El uso general del lenguaje consiste en trasponer nuestros discursos mentales en verbales: o
la serie de nuestros pensamientos en una serie de palabras, y esto con dos finalidades: una
de ellas es el registro de las consecuencias de nuestros pensamientos, que siendo aptos para
sustraerse de nuestra memoria cuando emprendemos una nueva labor, pueden ser
recordados de nuevo por las palabras con que se distinguen. Así, el primer uso de los
nombres es servir como marcas o notas del recuerdo. Otro uso se advierte cuando varias
personas utilizan las mismas palabras para significar (por su conexión y orden), una a otra,
lo que conciben o piensan de cada materia; y también lo que desean, temen o promueve en
ellos otra pasión. Y para este uso se denominan signos

Es así que entendemos los signos como un constructo del lenguaje, reflejo pensamiento
humano, producto de la experiencia. Mi argumento principal, es que el arte, la creatividad y
la psicología, no son productos de elementos misteriosos o de emociones cósmicas, sino de
un proceso de construcción humana. No estoy diciendo nada que no diga el texto ya, si hay
una critica por mi parte, es únicamente en la forma. En cuanto a los autores expuestos, me
parecen un acierto, me hubiera gustado que profundizaran más en ellos.

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