La Fantastica Sirenita Del Rio Chira

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“LA FANTÁSTICA SIRENITA DEL RÍO CHIRA”

Escrita por: SEUDÓNIMO.


Sullana, 2020.

Cuenta una leyenda antigua que hace muchos años en las orillas del río
Chira, de la ciudad de Sullana, con frecuencia se aparecía una sirena muy
resplandeciente y muy bonita de rostro.
Los niños de este ambiente del río, cuentan que la sirena se aparece
aproximadamente a las diez de la noche y que cuando eso sucede el agua se
cristaliza y si hace mucho más limpia y transparente.
Una de las historias, que va pasando de generación en generación, es
que, cierto día había un niño bueno, pero muy pobre; tan pobre que sufría
muchas carencias económicas; eran tantas, tantas que a veces no comía
durante casi todo el día.
Este niño tenía siete años y se llamaba Cusi; decían que tenía ojos
oscuros y la gente comentaba que era muy bueno; todos los viernes por la
tarde iba a las orillas del río Chira a jugar con el agua y entretenerse con las
piedritas. Un viernes, cualquiera, el niño se sentó sobre una roca al borde del
río a pensar por qué tanto sufrimiento para él y para su familia al no tener algo
más de lo que necesitaba y otros niños sí lo tenían.
Ese viernes cualquiera, poco a poco se iba oscureciendo, y en ese
momento el agua se iba volviendo más cristalina, de tal forma que se reflejaban
estrellas, eso me contaban, sobre la superficie del río y en el fondo de él,
también poco a poco se iba dibujando una sirena muy bonita, muy hermosa.
Llegó un momento en el que la sirena, se llamaba Killara, ya no sólo ella se
reflejaba en el agua, sino que las estrellas del cielo, ya se había hecho de
noche, se hicieron presentes junto a ella y frente al niño Cusi.
La sirena Killara le preguntó:
- Mi niño, ¿qué haces aquí tan solito?
A lo que Cusi, medio asustado, la contestó:
- Tengo mucha hambre, pero hoy no he comido porque mis papás no
han tenido cómo alimentarme. Estoy muy triste.
Killara, al escuchar estas palabras, se conmovió y se puso también triste
por la situación del pequeño.
La sirena le dijo:
- Te voy a contar una historia, creo que quieres escucharla.
El niño muy atento, sí quiso escuchar lo que la sirena Killara, ya hecha
casi su amiga, le iba a decir.
- Hace muchísimos años yo era una persona totalmente humana,
aunque era muy mala y codiciosa; recuerdo que un día llegó a mi casa un niño
como de tu edad a pedirme que le diera comida, yo me negué rotundamente.
No me interesé por la necesidad de él. Otro día, también común y corriente de
la semana, una persona más malvada que yo, no sé por qué, me hizo el
hechizo de convertirme en sirena para siempre; desde entonces mi familia
desapareció para mí y por completo.
Yo era una sirena común y corriente, pero me encontré con un hada que
me dijo que si quería yo podía hacer muchas cosas buenas, aunque
anteriormente había sido muy mala; me dijo que yo podía resarcir el daño
causado. Yo estaba muy emocionada y le pedí que me ayudara. Aquella hada
no pudo romper de todo mi hechizo, solamente me pudo dar un poco de poder
y lo puso en estas estrellas que tú ves en mi cuerpo y en el río.
-Te ves muy hermosa, dijo Cusi, sonriendo.
- Esta hada, Cusi amigo, hizo que yo tuviera todas estas estrellas,
bajadas del cielo, para que cuando viera a un niño con mucha hambre y
necesidad, sólo le diera una de ellas, sólo una, y le dijera qué tendría que
hacer con ella.
El niño quedó perplejo ante tal historia que le contó la sirenita
Killara,pues era bastante jovencita.
Killara lo miró y le dijo:
- Ahora, después de esta historia que te he contado de mi pasado,
¿quieres elegir una estrella como regalo de esta noche? ¿Cuál estrella eliges?
El niño vio una pequeña estrella en la frente de la sirena y le dijo.
- ¿Puede ser cualquiera? ¿Puede ser ésa, ésa por favor, la de tu frente?
La sirenita Killara aceptó que la cogiera y solamente la mirara y apretara
muy fuerte por tres segundos y podía pedir lo que él deseaba; si pedía ayudar
a su familia y a los que estaban a su alrededor, ya no sufrirían más hambre y
necesidad.
El niño Cusi se puso muy contento, muy contento.
- Querida sirena amiga Killara, de verdad, ¿no te molestarás si saco la
estrella que principalmente marca tu frente donde guardas tus
mejores pensamientos?
- No. ¿Por qué iba a molestarme por hacer una buena acción?
Cusi, ya con la estrella en la mano, cuando le iba a agradecer a la
sirenita Killara el regalo tan valioso que le había dado, ésta ya había
desaparecido.
El niño se quedó muy confundido, porque después de dialogar con su ya
amiga Killara fantástica, en el momento de agradecerle, ella simplemente
desapareció, dejándole solo, aunque muy contento.
Dicen los antiguos que ella, “La Sirenita del Río Chira”, que muchos no
han visto, ayuda a todos los niños que van a esa hora, pero que, al momento
de agradecerla, la sirena simplemente se va, dejándoles sí, las instrucciones de
cómo funcionará la mágica estrella que ella les brinda a todo el que se la pide.
Cusi fue feliz, pero siempre recordando el mensaje que le dejó su amiga
sirenita Killara, “La Sirenita del Río Chira”:
“Haz el bien y no mires a quién”
“Lo que haces a otro, hazlo con el corazón en la mano”
Y así fue cómo los viernes de cada semana muchos niños se acercaban
a orillas del Río Chira esperando inquietos la presencia de KILLARA LA
BONDAD DE FANTASÍA que se hacía realidad en la población que creían en
ella.

FIN

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