Geologia Tema 4
Geologia Tema 4
Geologia Tema 4
SUMARIO
SEDIMENTOS
Litificación Transporte
MAGMA
Tanto las rocas magmáticas como las metamórficas pueden salir al exterior de la corteza terrestre
durante la fase comprensiva o etapas orogénicas, que forman cordilleras y tienden a levantarse y a
erosionarse. En otros casos, el ciclo se cierra a través de la subducción por fosas oceánicas y penetración
de los materiales hasta el manto y salida al exterior como material fundido en las dorsales en las etapas de
expansión oceánica.
Su composición química se ha averiguado a partir de análisis de las rocas magmáticas a que dan
lugar. El 99 % del volumen total de las rocas ígneas está constituido únicamente por los ocho elementos
geoquímicos más abundantes (oxígeno, silicio, aluminio, hierro, calcio, sodio, potasio y magnesio), y la
fracción restante, por un gran nº de elementos raros, llamados elementos traza (Ti, P, H, Zn, Ni, Cr, Sn, U,
Th,..) muchos de los cuales se concentran en las rocas ígneas, dando yacimientos de interés económico.
Se ha observado que la composición química de las rocas plutónicas coincide con sus equivalentes
volcánicas, situadas en las mismas provincias petrográficas de la Tierra.
La composición de las rocas magmáticas se suele expresar en óxidos de los elementos que las
forman, y constituyen la llamada norma composicional de cada roca. De esta forma, la composición global
se expresa por la proporción existente en la roca entre sílice-minerales alcalinos (minerales con contendio
apreciable de Na 2 O + K2 O), entre estos y minerales calcoalcalinos (CaO + Na 2 O + K2 O), o entre minerales
potásicos (riqueza apreciable en K2 O).
a) La sílice (SiO 2 ) es el óxido más abundante, constituyendo del 40-75 % del total. Este porcentaje se
distribuye en cada tipo de roca en su mayor parte como sílice ligada a otros óxidos, para dar minerales
silicatados. Si hay un exceso de sílice, este queda como sílice libre, y cristaliza como mineral de cuarzo.
b) La alúmina (Al 2 O3 ), alcanza un máximo alrededor del 18 %. Puede sustituir al silicio en las redes
cristalinas de feldespatos, feldespatoides, piroxenos, anfíboles y micas. Su papel fundamental es como
constituyente de los feldespatos.
c) Óxidos de hierro (FeO y Fe 2 O3 ) y Magnesio (MgO). Están presentes en los olivinos, piroxenos,
anfíboles y biotita, llamados minerales ferromagnesianos. También pueden formar minerales accesorios
como magnetita, hematites, ilmenita. Se dan, sobre todo, en rocas básicas y ultrabásicas.
d) Cal (CaO). Se da en los minerales ferromagnesianos y en las plagioclasas aparece en un 10 % en rocas
básicas y ultrabásicas, y desciende a un 2 % en las ácidas.
e) Álcalis (K2 O y Na 2 O). Se combinan en los feldespatos alcalinos. El porcentaje de álcalis aumenta de
forma general con el de sílice, pero para cada valor de la sílice hay un considerable margen de valores
de álcalis. Definen las series de magmas alcalinos.
f) Agua. Aparece como vapor en los magmas, y también introducida en las redes espaciales de anfíboles,
micas y otros minerales en forma de radical OH (oxidrilo).
La mayor o menor movilidad del magma depende de su viscosidad, que es un carácter físico ligado tanto a
la presión y Tª a que se encuentra, como a su composición.
A igualdad de presión , la viscosidad disminuye al aumentar la temperatura: más caliente = más fluido.
A igualdad de Tª, la viscosidad aumenta con la presión. A igualdad de P y Tª, la viscosidad viene
regulada por la concentración de volátiles: rico en gas disuelto = mayor presión interna = menor
viscosidad = mayor movilidad o fluidez. También a P y Tª iguales, además de los volátiles, incluye la
concentración de sílice y Aluminio, aumentando con el aumento de estas.
Una provincia petrográfica es una región de la corteza terrestre en la que todas las
manifestaciones magmáticas, como volcanes, filones, macizos graníticos intrusivos, efusiones de lava, etc.,
muestran caracteres químicos o mineraloquímicos comunes, tales que hacen pensar que todos derivan de
un mismo tipo de cámara magmática.
Estudiando las diferentes provincias petrográficas de la Tierra, se ha llegado a la conclusión de
que hay varias series magmáticas o tipos de magmas. El problema de si estos tipos de magmas derivan de
un solo tipo de magma primario común ha sido muy debatido.
Las series magmáticas mejor conocidas y definidas son la alcalina, la toleítica y la calcoalcalina;
cada una de ellas se presenta en un ambiente geológico específico o provincia petrográfica.
En los bordes constructivos las placas se están separando, formando litosfera oceánica (dorsales)
o sustituyendo litosfera continental por oceánica (Rift Valley africano y mar Rojo). La Astenosfera, en
estas zonas, está más próxima a la superficie y sus materiales, al ascender, funden parcialmente debido a
un descenso de la presión. La fracción fundida es más ligera que la que aún permanece en estado sólido
por lo que escapa, formando cámaras magmáticas debajo de la corteza, o sale a la superficie erupciones a
través de fracturas.
El 80 % de los materiales magmáticos se originan en las dorsales. La composición de los
materiales que ascienden es la siguiente: olivino con algo de piroxeno y anortita que, al fundir, dan lugar a
un magma basáltico que si solidifica con lentitud formara gabro (roca plutónica) y si lo hace rápidamente
dará basalto (roca volcánica).
Los basaltos expulsados por los Rift continentales contienen más elementos alcalinos (Na y K)
que los de las dorsales (basaltos toleíticos). La causa se debe a que hay menos materiales de la
Astenosfera fundidos bajo la litosfera continental (un 5%) que bajo la corteza oceánica (30 %) ya que ésta
es más delgada como vimos en el tema 3. La misma causa justifica el menor tamaño de las cámaras
magmáticas situados bajo la litosfera continental de los Rift continentales.
Es la serie más monótona y extensa: los basaltos de las dorsales, y por tanto los fondos
oceánicos, están formados por este tipo de magma. Esto es consecuencia de la pequeña profundidad a la
que se forma este magma primario, ya que le permite llegar a la superficie rápidamente, con poca
oportunidad de diferenciarse. También son toleíticas las mesetas basálticas o traps, y la fase más
importante de las islas Hawai y Reunión.
El magma presenta una mayor riqueza en sílice (50 %), tiene más cantidad de FeO que de MgO. Su
basalto está formado por piroxenos de distinta riqueza en Ca, con poca o nula cantidad de olivino, con
plagioclasas pero sin feldespatos, siendo su matriz de piroxeno, plagioclasa y de vídrio ácido. Carece de
peridotitas.
Las fallas transformantes muestran poco vulcanismo, sus lavas son de tipo basáltico alcalino
formadas, probablemente, a partir de fusiones de bajo grado en la Astenosfera.
Los puntos calientes son zonas de la superficie terrestre, intraplaca y con actividad volcánica
actual o reciente. Se deben al parecer, al ascenso de columnas de materiales calientes del manto
("plumas"). Su actividad forma conos volcánicos sobre los continentes o en los fondos oceánicos, lo cual,
unido al movimiento de las placas, da como resultado la alineación de conos o de islas volcánicas que
refleja el paso de la placa por encima de la "pluma": islas Hawai, meseta del Deccán en la India (de
extensión comparable a la de la península ibérica), la meseta de Columbia en EE. UU. de América (el parque
Yellowstone), etc. En Islandia se ha superpuesto la presencia de un punto caliente con la de la dorsal
atlántica.
Se han localizado unos 122 puntos caliente de los que permanecen activos unos 40. Los
materiales arrojados son magmas alcalinos, derivados de la fusión parcial de las peridotitas del manto a
pronfundidades de unos 80 km.
Es una serie compleja y no abundante. Está formada por la serie evolutiva de las rocas siguientes:
De su magma primario basáltico alcalino se forman basaltos y gabros alcalinos; y, por diferenciación,
traquibasaltos, traquitas, fonolitas y riolitas.
Se trata de un magma pobre en sílice (45 %), escaso en FeO, con inclusiones peridotíticas. El
basalto está formado por piroxenos ricos en Ca, fenocristales de olivino y una matriz de olivino, piroxeno y
plagioclasas.
Esta serie es típica de ambientes intraplaca, tanto oceánicos (casi todas las islas oceánicas son
alcalinas) como continentales de pequeña escala (vulcanismo asociado a fracturas, como los de Olot y
campos de Calatrava, en España).
Las erupciones volcánicas de las zonas de subducción (arcos insulares y en las cordilleras de tipo
perioceánico) forman rocas de tipo andesítico y, en menor proporción, riolitas; debajo de ellas se pueden
producir intrusiones graníticas. Es decir se trata de magmas con mayor riqueza en Si, Al, Na y K que los
basaltos de las dorsales y menor contenido que éstos en Ca, Mg y Fe. Las erupciones también pueden
producir basaltos aunque en menor cantidad que las demás rocas.
Este magma es el resultado de la fusión de la litosfera que subduce junto con gran cantidad de
sedimentos y fluidos que arrastra ésta hacia los niveles más profundos. Esta fusión se produce, al parecer,
a partir de los 120 km de profundidad, resultando magmas que son objeto de distintas interpretaciones.
Hipótesis 1ª. Los sedimentos que arrastra la placa oceánica que subduce forman magmas silíceos
que, al plegarse el terreno, se sitúan cerca de la superficie en donde solidifican y forman granito
simultáneamente a los procesos tectónicos ( los magmas que escapan a la superficie darían riolitas). Los
magmas de comp osición intermedia se formarían al fundirse y mezclarse las capas sedimentarias y basáltica
en subducción; éstos formarían dioritas y granodioritas.
Hipótesis 2ª. El magma inicial sería de tipo basáltico. Al ascender sufriría un proceso de
diferenciación: los materiales pesados (Mg, Ca, Fe) cristalizan primero y formarían rocas básicas en las
zonas profundas de la corteza continental. Los componentes más ligeros del magma (Al, Na, K y SiO 2 )
ascenderían hasta la parte superior de la corteza donde formarían intrusiones de rocas silíceas o
intermedias o, incluso, llegarían a la superficie.
Hipótesis 3ª. El magma basáltico originario ascendería y fundiría las rocas metamórficas e ígneas
que hubiere encima, así como los sedimentos acumulados en el fondo del margen continental; estos
magmas al enfriarse formarían nuevas rocas de composición silícea.
Serie calcoalcalina :
Es la única de las tres series que no proviene claramente de un magma primario. Incluye basaltos
de varios tipos, andesitas, dacitas, riolitas, y sus equivalentes plutónicas.
Es la serie mejor conocida, y se ha podido establecer una clara correlación entre los términos
efusivos y plutónicos.
Rocas volcánicas:
plutónicos:
De izquierda a derecha aumenta la acidez de la serie. Otra serie es la potásica (rocas volcánicas) en
bordes continentales y arcos islas, asociadas a las series calcoalcalinas y también a las intermedias.
Esta serie calcoalcalina y la potásica se dan en las zonas de subducción avanzada, generándose a
mayores profundidades que los toleíticos, y manifestándose en zonas más internas, tanto de los arcos -
islas como de los continentes.
Sea cual sea el origen del magma, el hecho es que existen magmas localizados en el tiempo y en el
espacio. Cuando desciende la tª en la zona donde el magma existe o éste asciende a lugares más
superficiales de la corteza terrestre, la masa fundida se enfría, y al llegar a la tª de solidificación, el material
empieza a cristalizar lentamente, originando rocas ígneas, que están formadas por una serie de minerales
cuya naturaleza depende, como veremos después, de la composición inicial del fundido y de cómo se haya
llevado a cabo el enfriamiento.
Los magmas más abundantes y característicos son tres: basálticos, andesíticos y graníticos. De
ellos, el basalto y el granito son magmas primarios (provienen directamente de rocas del manto o de la
corteza fundidas). En la corteza se dan dos grandes tipos de rocas magmáticas o endógenas.
Los basaltos que suponen el 95 % de las rocas efusivas o volcánicas. Se forman a partir de
magmas hiposilícos (relación Si/O pequeña, fluidos). Cristalización rápida en superficie por ascenso rápido.
El basalto es la roca ígnea más abundante, sin embargo no todos los basaltos son iguales. Los
principales tipos son el toleítico (rico en sílice y producido en las dorsales); y el alcalino (pobre en sílice
propio de zonas intraplacas).
Las andesitas, rocas más ricas en sílice y minerales hidratados (anfíbol, biotita) que los basaltos,
se encuentran en todos los bordes destructivos de placas, tanto oceánicos (arcos insulares) como
continentales (Andes). Para unos autores las andesitas son consecuencia de la cristalización de minerales
hidratados, debido a la presencia de fluidos. Otros proponen que su formación se debe a la fusión parcial
de la corteza que subduce (en este caso sería un magma primario).
Como ya hemos podido comprobar un magma es una mezcla compleja fundida de silicatos, con
gases y minerales dispersos, a tª entre los 700 y 1200 ºC. Los magmas silíceos presentan tª de unos 700 ºC,
1200 ºC es la tª de los que poseen menos cantidad. En algunas lavas se han medido 1350 ªC.
La fase fundida está formado por iones tetraédricos de SiO4 y en menor cantidad Al2 O3 , así como
diversos cationes metálicos (K, Na, Ca, Mg, Fe, etc.).
La fase gaseosa está formada por un 90 % de agua y cantidades menores de ClH, CO 2, FH, S, SO2 ,
N 2, Ar, etc.
La fase sólida: cristales de olivino, piroxeno y otros.
Si el enfriamiento es rápido (superficie terrestre o zonas poco profundas), no hay tiempo de que
se organicen las redes cristalinas, por lo que el magma se solidifica en estado vítreo o sólo parcialmente
cristalizado, escapando los componentes gaseosos y, por tanto, no interviniendo en la cristalización.
Si el enfriamiento es lento hay que tener en cuenta que la solidificación de los magmas no se
produce a una tª fija, como pasa, por ejemplo, en la transformación agua-hielo, sino que abarca un amplio
intervalo de tª, debido a la compleja composición química del magma. Por ello, a lo largo del proceso de
enfriamiento se van formando minerales de distinto punto de fusión empezando la solidificación de magma
por los minerales de punto de fusión alto (ej. Olivino), y terminando con los de punto de fusión bajo. Sus
redes cristalinas se forman a partir de los componentes del magma entre los que se da alguna afinidad
química.
Combinando las observaciones realizadas sobre este tipo de reacciones, tanto en el campo como
en el laboratorio, BOWEN propuso, en 1922, una serie de reacción que lleva su nombre, que es aplicable a
la cristalización de los silicatos formados a partir de un magma basáltico generado a partir de la fusión de
una roca peridotítica. Al ir bajando las condiciones termodinámicas, se iban `produciendo minerales en una
situación de equilibrio entre los propios minerales y el magma residual. Los primeros cristales que se
formarían en un fundido con esta composición son olivino y plagioclasa cálcica que, a su vez, durante el
enfriamiento reaccionan con el fundido residual para dar lugar a una serie de minerales, tal como se expresa
a continuación:
ANFIBOLES
PLAGIOCLASA Na (ALBITA)
BIOTITA
FELDESPATO
POTASICO (ORTOSA)
MOSCOVITA
CUARZO
Todos los minerales de las series de Bowen no aparecen finalmente en la misma roca, ya que los
minerales formados primero a tª alta y estables en el momento de su formación tienden a reaccionar con la
fracción líquida restante, a medida que disminuye la tª, formando otros minerales estables a esta menor tª.
Si los componentes esenciales del magma son O, Si, Mg y Fe, por ejemplo, cristalizan en primer
lugar los silicatos de más alto punto de fusión, empezando por el olivino magnésico. A la serie encabezada
por el olivino, se la denomina serie de reacciones discontinuas, por estar caracterizada por la
discontinuidad en la formación de las fases minerales.
En un magma rico en Fe y Mg, se forma en primer lugar olivino. Como en cada momento se
mantiene el equilibrio entre los cristales formados y el fundido, ambos reaccionan entre sí d e modo
continuo, variando también de forma continua la composición de ambos con la tª (se intercambia Mg por
Fe), de tal manera que, al final, lo que se obtiene es un tipo único de cristales de olivino con una
composición intermedia, en vez de diferentes minerales con distintos contenidos en hierro y magnesio
(serie isomórfica del olivino).
Pero a tª más baja si existe en el magma residual suficiente cantidad de sílice, el olivino se
transforma en un piroxe no, según la reacción:
Los minerales que cristalizan a tª altas tienden a aparecer juntos (olivino, piroxenos y plagioclasas
cálcicas, en rocas tales como los gabros), y lo mismo sucede con los minerales que cristalizan a bajas tª
(cuarzo, micas y feldespatos alcalinos, en rocas como el granito y las granodioritas); pero no suelen
aparecer asociados unos con otros.
Hemos visto que un magma puede considerarse como una mezcla muy compleja de silicatos
fundidos a tª altas y con una proporción considerable de agua y otros compuestos volátiles. Estos
compuestos volátiles tienen gran importancia porque fluidifican considerablemente la mezcla fundida,
incluso a tª relativamente bajas. Además, estos compuestos, al desprenderse tumultuosamente del fundido
cuando baja bruscamente la presión, facilitan la ascensión del magma durante la erupción volcánica.
1. Sólo se dan completas en un magma ácido y los minerales estables son los típicos de granito.
2. Cuando el magma es básico la serie está incompleta. Los minerales estables a tª alta, también lo son a tª
baja.
3. Los magmas básicos son más fluidos que los ácidos, ya que, cuando las estructuras cristalinas son
más complejas hay mayor rozamiento.
4. La viscosidad de los magmas ácidos diminuye con el contenido en vapor de agua, ya que su perdida
aumenta la tª de fusión y causa la solidificación.
5. Las últimas sustancias en cristalizar carecen de formas definidas, ya que rellenan los huecos existentes.
6. Si se interrumpe bruscamente el proceso de solidificación, independientemente de cual sea la causa, se
forma una mezcla de fenocritales, microlitos y masa amorfa.
7. Cuando se produce un proceso de asimilación (gabarros en granito), la composición del magma puede
cambiar.
8. A partir de la fusión de un basalto, se puede conseguir un magma ácido y un resto sólido básico.
Las series de Bowen sólo tienen un valor indicativo pues, como ya dijimos, en la cristalización del
magma influyen otros factores: contenido inicial del magma, contenido en gases y agua, etc. Así:
a) Si la proporción de álcalis respecto a la sílice es alta se forman feldespatoides (nefelina) en
lugar de piroxenos o anfíboles.
b) en ausencia de gases no se forma el anfíbol hornblenda ni biotita.
c) Hay minerales que se desarrollan bien a altas tª en magmas pobres en agua y gases (minerales
pirogenéticos); mientras que otros se forman mejor en su presencia (minerales hidatogenéticos); estos
suelen cristalizar cuando el magma se ha enriquecido en agua y gases tras la cristalización de aquellos.
Minerales pirogenéticos: olivino, plagioclasas clásicas, piroxenos, feldespatoides (nefelina y leucita),
tridimita, pirita, magnetita e ilmenita. Minerales hidatogenéticos: plagioclasas sódicas, anfíboles, las micas,
cuarzo, granates, turmalina.
Por tanto, los minerales que se forman durante la consolidación de un magma dependen hasta
cierto punto de la concentración de agua y gases que tenga el magma; en los derrames de lava superficial
cristaliza, principalmente, minerales pirogenéticos.
Algunos autores discrepan en la secuencia de cristalización seguida, sobre todo en los últimos
términos de la serie. En la actualidad, se están revisando los postulados de Bowen por dos motivos:
- Las series sólo parecen darse en basaltos toleíticos.
- De la explicación se deduce que, para que se forme un mineral, es preciso que otro desaparezca,
cosa que no se cumple en la mayoría de rocas ígneas, ya que aparecen juntos varios de los minerales de
las series consideradas.
Las reacciones precedentes aparecen en el supuesto que se mantenga el equilibrio entre los
cristales y el líquido residual. Sin embargo, en cualquier momento de la consolidación, los cristales ya
formados pueden ser separados del líquido. Cuando eso ocurre, el equilibrio se perturba y aparecen
cambios importantes en la secuencia de cristalización. Al separarse la fase sólida de la líquida, cada una de
ellas forma rocas completamente distintas entre sí y también diferentes del magma inicial. Este proceso se
conoce como cristalización fraccionada, y su consecuencia constituye la base de una teoría de
diferenciación magmática.
Como dentro de un magma los primeros minerales que se separan son los silicatos
feromagnesianos de bajo contenido en sílice, el magma en el proceso de diferenciación se supone
evoluciona hacia composiciones más ricas en sílice y en elementos alcalinos, y las rocas formadas por la
acumulación de las primeras fases sólidas son más básicas que las últimas. Por otra parte, la proporción de
volátiles del magma aumenta también en el transcurso de la cristalización, concentrándose en los fluidos
residuales. Estos son ricos en volátiles, dan lugar a la formación de minerales diferentes de los
constituyentes esenciales de las rocas ígneas y que tienen gran importancia porque pueden formar
yacimientos de interés económico.
Se han propuesto varios mecanismos para separar cristales y magma residual: los más citados son
la diferenciación gravitatoria (los cristales caen al fondo de la cámara magmática), el filtrado a presión (el
magma migra de la cámara debido a que está comprimida) y el transporte gaseoso (burbujas de gas pueden
transportar algunos elementos, como el sodio y el potasio, hacia el techo de la cámara magmática).
Dentro de esta fase final, en torno a los 500 °C, cuando los constituyentes silicatos de las rocas
ígneas han cristalizado en su totalidad (fase ortomagmática) se distinguen dos fases: la fase pegmatítica-
pneumatolítica, hasta los 375 °C, que es el punto crítico del agua (es decir, la tª por encima de la cual el
agua sólo se presenta en forma de vapor) y la fase hidrotermal, por debajo de esta tª, en la que estos
líquidos residuales pueden considerarse ya como soluciones acuosas a elevada tª.
a) Procesos ortomagmáticos:
Se realizan a partir de minerales que cristalizan a tª superiores a los 500 °C. Cristalizan todos los
silicatos según lo visto en las series de Bowen y dando lugar a la formación de rocas, desde gabros a
granitos. Esta fase de consolidación primaria no es muy propicia para la formación de buenos yacimientos.
Puede ocurrir que los minerales formados de peso específico más elevado que el magma se vayan al fondo
por la llamada diferenciación por gravedad o segregación magmática. Así se explican yacimientos de
segregación como los de Bushveld (Sudáfrica), dónde potentes capas de minerales de cromo y pirrotina
que contienen platino ocupan la base de una masa plutónica.
Si la fracción metálica se introduce en fracturas, fallas o zonas de cizalla de la roca encajante, dan
lugar a inyecciones, de formas más o menos filonianas. Depósitos de magnetita en Kiruna (Suecia).
Cuando los minerales neoformados tienen un peso específico igual o menor que el líquido magmático,
quedan flotando, que al solidificar, tales minerales aparecen diseminados en el seno de la roca. En general
no tienen interés estos yacimientos originados por diseminación, a no ser que se trate de minerales muy
valiosos como el diamante. Fenocristales de diamante diseminados en kimberlita (Kimberley, Sudáfrica),
roca perteneciente a la familia de las peridotitas que yace en un neck efusivo.
La titanita (FeO 2 Ti), se forma por segregación de magmas de tipo gabroide (Quebec, Canadá). La
pentlandita [(Fe,Ni)S] aparece asociada a masas gabroides; el yacimiento de Sudbury (Canadá), uno de los
mayores, tienen la curiosa característica de que el magma basáltico se formó a partir del impacto de un
meteorito. El Platino, paladio, rodio, iridio, rutenio y osmio, metales muy escasos aparecen concentrados
junto al níquel en sus yacimientos de segregación.
b) Procesos neumatolíticos:
Se debe a la acción de gases y soluciones magmáticas sometidas a elevada presión y tª que oscila
entre 400-600 °C. La entrada de gases o soluciones en las fisuras de las rocas circundantes provocan
reacciones que pueden dar lugar a importantes concentraciones de un mineral explotable por impregnación
de la roca encajante por parte de los fluidos a alta presión que se escapan del magma. A estos procesos
también se les llama pegmatíticos por coincidir con la formación de las pegmatitas (cuarzo, feldespatos y
mica), similares al granito pero de grano más grueso, aunque dicha coincidencia no sea aceptada por todos
los geólogos.
Relacionados directamente con las pegmatitas existen yacimientos comerciales, como los de
Wolframio en Birmania, Molibdeno en Noruega, Aluminio en Groenlandia, Oro en Brasil y Estaño en la
frontera hispano-portuguesa. En las pegmatitas aparecen con frecuencia minerales diversos y raros berilo,
litio, itrio, cerio, niobio, tántalo, etc. A muchos yacimientos rentables de magnetita y oligisto se les
atribuye este origen.
c) Procesos hidrotermales:
a) por acción de la gravedad: los primeros en formarse son más densos que el magma residual, caen al
fondo de la cámara magmática determinando así la formación de algunas rocas. Los componentes más
ligeros del magma (Al, Na, K y SiO2 ) ascenderían hasta la parte superior de la corteza donde formarían
intrusiones de rocas silíceas o intermedias o, incluso, llegarían a la superficie.
b) por acción de los gases: A medida que magma va solidificando, los gases escapan a través de los
minerales formados, arrastrando al líquido residual; éste, al cristalizar en otro lugar, forma una roca de
composición distinta a la que formaron los primeros minerales cristalizados.
c) por acción de la presión filtrante: La actuación de presiones desplazarían el líquido residual que, al
cristalizar, también daría rocas diferentes a las primeras. Los nuevos minerales pueden aparecer en
forma de vetas en la misma roca inicial o en otras distintas.
Como se puede apreciar, el resultado de la cristalización fraccionada es la diferenciación de un
magma de una composición determinada en fracciones de distinta composición, que dan lugar a rocas
diferentes. A este fenómeno se le conoce como diferenciación magmática.
Como resumen de la evolución de un magma diremos que a partir de un magma inicial, de una
composición determinada, pueden originarse distintas rocas por procesos de cristalización fraccionada y
diferenciación; por asimilación, pueden resultar rocas distintas.
Para clasificar las rocas ígneas, se pueden tener en cuenta varios criterios:
El emplazamiento de la roca, de acuerdo con el cual se clasifican en: volcánicas, plutónicas y filonianas.
La textura: granudas, porfídicas, vítreas, etc.
La composición del magma.
La composición mineralógica. Siguiendo este criterio, se han elaborado varias clasificaciones, como,
por ejemplo, la de Strekeisen y la de Nockold.
Entendemos por textura de una roca el conjunto de relaciones entre todos los minerales
componentes de la misma que se observan al microscopio. La textura de las rocas constituye un dato muy
explícito de las condiciones de formación de las mismas. Las plutónicas o intrusivas muestran una textura
granular por cristalización lenta y completa del magma, las volcánicas con vidrio volcánico más o menos
abundante, por enfriamiento rápido de parte, al menos, del mismo. En las filonianas nos podemos encontrar
con todos los grados de transición de ambas.
En las rocas plutónicas, la textura más frecuente es la granuda holocristalina, en la que todos
los cristales tienen similares dimensiones y son relativamente grandes, hasta de un cm. La textura
holocristalina puede ser xenomorfa o idiomorfa, según los cristales presentes contornos irregulares o se
presentes en sus formas características, el caso más frecuente es el intermedio, con cristales idiomorfos,
con contornos regulares, como por cristales alotriomorfos, de contorn os encajados, esta textura recibe el
nombre de hipidi omorfa. No es infrecuente recoger todos estos términos en el más general de textura
granítica.
La textura aplítica se reserva para cuando los cristales, generalmente alotriomorfos, tienen
pequeñas dimensiones también se le llama sacaroidea. La textura gráfica está determinada por
entrecruzamiento de cristales (pegmatitas). La micrográfica similar a la anterior con cristales más pequeños.
La textura micropegmatítica o granofiorítica está formada por cristales irregulares (cuarzo y feldespato K)
concrecionados alrededor de cristales mayores de la generación anterior.
En las rocas filonianas la textura más frecuente es la llamada porfídica, caracterizada por la
presencia de grandes cristales (fenocristales) visibles, rodeados por una pasta de fondo integrada por
vidrio volcánico o microlitos. Los fenocristales son idiomorfos y representan las fases tempranas de la
consolidación magmática, los microlitos se forman por cristalización rápida de la fase líquida debida a un
brusco enfriamiento. En las rocas básicas es frecuente la textura ofítica (diabasas y rocas verdes en
general), presentan un entretejido de cristales de plagioclasas englobando grandes cristales de augita
alotriomorfos con aquella.
En las rocas ácidas son más frecuentes la textura hipocristalina y vítrea. La hipocristalina tiene
una apreciable cantidad de pasta microcristalina y escasos minerales determinables. Una variedad es la
textura traquítica, en la que los microlitos mayores presentan una orientación similar.
Las rocas volcánicas presentan una textura vítrea. Está constituida casi exclusivamente por
vidrio volcánico, difícilmente se puede reconocer la naturaleza de algunos microlitos. La variedad perlítica
surge cuando, por retracción de la lava al enfriarse, aparecen fisuras concéntricas. Tanto en la porfídica
como en la hipocristalina y vítrea. puede verse a veces una orientación particular de los microcristales que
recuerdan los torbellinos de una corriente en movimiento, recibe el nombre de fluidal.
El tamaño de los cristales de las rocas y su distribución son utilizados por algunos autores para clasificar a
las rocas ígneas.
Atendiendo al tamaño de los cristales distinguen entre:
Rocas Faneríticas (cristales reconocibles de visu. Distinguen entre grano muy grueso > 30 mm, grueso (5-
30 mm), medio (2-5 mm) y fino (< 2 ).
Rocas Afaníticas (cristales no reconocibles de visu), distinguiendo entre microcristalinas (cristales
reconocibles al microscopio) y criptocristalinas (no reconocibles al microscopio)
El porcentaje de sílice, y mejor la relación Si/O 2 da una pauta para clasificar las rocas magmáticas
en cuatro grandes grupos:
% de Sílice
Rocas ácidas > 66
Rocas intermedias del 52-66
Rocas básicas o máficas del 45-52
Rocas ultrabásicas o ultramáficas < 45
Entre los minerales que componen las rocas ígneas los hay esenciales (silicatos) y accesorios.
Cuando la presencia de un mineral accesorio es significativa se incluye el nombre de éste como adjetivo a
la denominación de la roca: Gabro olivínico.
Los minerales ricos en sílice poseen un color claro, por lo que se les llama leucocratos o félsicos;
son de baja densidad, carecen de Fe y Mg y tienen gran complejidad estructural; en la serie de Bowen se
encuentran debajo (cuarzo, feldespato y moscovita), se incluye en este grupo los feldespatoides porque
aunque pobres en Si son ricos en Al..
Los silicatos ricos en Fe y Mg son oscuros (melanocratos o máficos); son más densos y se
encuentran en la parte superior de la serie de Bowen; su complejidad aumenta a medida que descendemos
en dicha serie. Son los minerales que más abundan en las rocas básicas.
En general cada roca plutónica tiene su correspondiente roca volcánica por su composición
química o mineralógica, aunque persisten algunas diferencias en función de su solidificación y de su
composición mineralógica dado que, algunos minerales sólo se forman en determinadas condiciones.
Por otra parte cuando se trata de una roca volcánica con textura vítrea no es fácil ap licar criterios
mineralógicos, siendo necesario un análisis químico, deduciéndo, a partir de sus resultados, los minerales
correspondientes.
Teniendo en cuenta lo expuesto, la clasificación mineralógica se suele hacer atendiendo a:
presencia de cuarzo, presencia y tipo de feldespatos, minerales ferromagnesianos y presencia de
feldespatoides.
ROCAS ÍGNEAS FELD. K > PLAG. FEL.K = PLAG. PLAG. Na PLAG. Ca FELDESPATOIDE
S
SOBRESATURAD GRANITO GRANODIORITA TONALITA GABRO
AS en SiO 2 riolita latita cuarcífera dacita cuarcífero
basalto cuarcífero
EQUILIBRADAS SIENITA MONZONITA DIORITA GABRO PERIDOTITA
en SiO 2 sin cuarzo PIROXENITA
ni feldespatoides traquita Latita andesita basalto HORNBLENDA
SUBSATURADAS SIENITA NEFEL. MONZON. NEFEL ESSEXITA GABRO Limburgita, leucita
en SiO 2 fonolita latita fonolítica tefrita NEFELIT. nefelinita
Basalto nefelítico
Las Granodioritas son rocas en las que más de los 2/3 de los feldespatos son plagioclasas (algo
cálcicas), el resto feldespato potásico. Contienen cuarzo, pero en menor cantidad que los granitos, así
como aumenta la cantidad de ferromagnesianos y de minerales accesorios. Las Tonalitas son rocas en la
que la cantidad de cuarzo no supera el 10 % y su plagioclasa es más cálcica. La adamelita es una roca
similar al granito pero en la que la cantidad de feldespato K y plagioclasa es similar.
A medida que el enfriamiento se hace más rápido aparecen una serie de rocas con distinto grado
de transición entre la textura granuda y la vítrea. Esta trasinción se suele marcar en tres etapas y se habla,
por ejemplo, de granito porfídico, pórfido granítico y riolita (roca volcánica).
Los granitos porfídicos, aunque de textura granular presentan fenocristales y contienen cierta
cantidad de ferromagnesianos. Ejemplos: las Pegmatitas (aparecen en filones, tienen una proporción
cuarzo-ortosa muy concreta y está acompañada de minerales como Turmalina, Fluorita, Apatito, Berilo,
Wolframita y minerales de Uranio y Tierras raras). Las Aplitas (filonianas, textura microgranuda, ricas en
cuarzo).
Asociados a las pegmatitas y aplitas se encuentran los Lamprófidos (filones de rocas con mucha
biotita y anfíboles), también aparecen junto a rocas de otras familias, por lo que se piensa que representen
porciones de magma de composición diversa.
Los Pórfidos cuarcíferos son rocas volcánicas, casi siempre antiguas, formadas a partir de
magmas graníticos con cantidades variables de matriz vítrea, englobando fenocristales de cuarzo, ortosa,
etc. La sílice se presenta en forma de cuarzo , trimidita y cristobalita (formadas a altas tª y rápido
enfriamiento).
Las Riolitas son rocas volcánicas modernas, de composición similar a la anterior, textura vítrea
fluidal (de ahí el nombre). Su tª de consolidación es más alta que la del granito por lo que puede presentar
una cierta cantidad de minerales ferromagnesianos (más piroxenos que anfíboles). Las Liparitas son riolitas
más claras y recientes.
Las Obsidianas son casi totalmente vítreas, negruzcas o verdosas, fractura concoidea; pueden
corresponder a otros tipos de magmas más básicos si, éstos han enfriado rápidamente.
La Pumita o piedra pómez se origina si, durante el enfriamiento, se han escapado gases disueltos en el
magma desprendiéndose de la masa viscosa y dejando huellas de diferente tamaño.
El origen del granito es discutido, para explicarlo se han elaborado dos teorías:
1. Dado que hay afloramientos con límites netos con las rocas encajantes, que muestran aureola
metamórfica (metamorfismo de contacto), no parece probable una transición tan rápida desde el granito a
la roca encajante. Por lo que hay que admitir el origen magmático de estos granitos postectónicos).
En los bordes de muchos batolitos hay bloques, de tamaño variado, englobados en el granito con distinto
grado de asimilación. Incluso aparecen texturas orientadas de cristales alargados o aplanados. Se especula
que, la intrusión de un magma con abundantes cristales en suspensión y las corrientes de convección,
provocarían la disposición más o menos concéntrica de estos cristales alrededor de los enclaves.
2. Pero hay casos en los que, el afloramiento de granito, es mucho menos neto con las rocas
encajantes, la transición se realiza a través de una zona con migmatitas (conservan muchos rasgos de
rocas metamórficas). Se concluye que las rocas encajantes son metamórficas (metamorfismo regional) y
su textura se prolonga en el granito y, además, se trata de afloramientos concordantes con la estructura
general de la zona, por lo que hay que aceptar un origen distinto al típicamente magmático.
Las discusiones sobre uno u otro origen han acentuado mucho las distintas posiciones, perdiendo
de vista que, probablemente, haya rocas que respondan a los dos tipos de génesis.
Familia Sienita-Traquita
Las Sienitas son rocas plutónicas formadas esencialmente por feldespatos alcalinos [más ortosa
(K) que albita (Na)]. Menos proporción de minerales máficos (anfíboles y biotita); pueden contener, como
mineral accesorio, cuarzo o feldespatoides, dependiendo de la cantidad de sílice del magma original. Se
utilizan como piedras ornamentales dados sus colores verdosos o negros con tonos rosas (ortosa).
Las Monzonitas presentan cantidades iguales de feldespato potásico y plagioclasas con
ferromagnesiano.
También existen, como en los granitos, Aplitas y Pegmatitas sieníticas.
Sienitas porfídicas presentan microcristales rodeando a otros bien desarrollados. Los Pórfidos sieníticos
tienen, al menos, un 50 % de microcristales junto a fenocristales de feldespato potásico.
Las Traquitas predomina la pasta microcristalina y más raramente la vítrea. Fenocristales de
feldespato y, a veces, de ferromagnesianos. Sus tonos claros y su tacto rugoso pueden ser criterios
orientativos en un examen de visu.
Las Fonolitas presentan asociado a feldespatos y feldespatoides, predominando sobre los
ferromagnesianos. Son el equivalente volcánico de las sienitas. Se clasifican en función del feldespatoide
dominante (nefelínicas y leucíticas). Su nombre se debe a su sonoridad por percusión de algunos
ejemplares.
Cuando la composición de la roca se desplaza hacia concentraciones más altas en plagioclasas,
tenemos todos los términos de transición con las andesitas y basaltos.
Hay que aceptar que, muchos afloramientos, son el resultado de la diferenciación de magmas
básicos alcalinos. Daly (1910) supone que las variedades feldespatoides provienen de magmas graníticos
que habían digerido minerales carbonatados. Otros suponen posibles fenómenos de metasomatismo
llevados a cabo por fluidos ricos en álcalis.
Diorita-Andesitas
Las Dioritas son rocas plutónicas formadas esencialmente por plagioclasa sodicocálcica
(andesina u oligoclasa) asociada a minerales ferromagnesianos (hornblenda, augita), generalmente
dominan las plagioclasas aunque pueden oscilar los valores. Si contienen algo de cuarzo suelen ser
diferenciaciones locales de batolitos graníticos, las que carecen de él lo son de gabros.
Las Tonalitas contienen menos de un 10 % de cuarzo y de feldespato potásico (algunos geólogos
no las asocian con las familia de los granitos dada su baja proporción de cuarzo).
Las rocas filonianas afines a las dioritas son dioritas porfídicas y pórfidos dioríticos, según su
proporción en microcristales y fenocristales (ambos de plagioclasas, biotita y anfíboles).
Cuando el nº de fenocristales disminuye y la textura es microgranuda tenemos las porfiritas y las andesitas.
Las Porfiritas son rocas volcánicas antigüas con ciertas variaciones en su textura debido a
recristalizaciones (Ej. transformación de las plagioclasas en agregados albita-epidotas-cloritas-calcita, y la
cloritización de los ferromagnesianos).
Las Andesitas son rocas volcánicas equivalentes a las dioritas, textura porfídica (fenocristales
feldespáticos en pasta vítrea). Es frecuente que estos fenocristales aparezcan zonados (más anortita en el
centro y más sódica en la periferia). Muy frecuentes en el borde pacífico de América y de Asia (línea
andesítica).
Su génesis se debe a que el aumento de tª en la zona de subducción funde los materiales dando un
magma diorítico; algunos geólogos, dado la falta de afloramientos extensos contemporáneos con las
andesitas, opinan que las andesitas serían producto de diferenciaciones progresivas de un magma inicial
basáltico con material continental asimilado. De hecho las lavas andesíticas se encuentran asociadas a las
basálticas.
Gabro-Basalto
Los Gabros son rocas básicas, holocristalinas, fundamentalmente con plagioclasas (más del 50 %
de la roca) y piroxenos. Los cristales de plagioclasas, muy ricos en anortita (labradorita o bitownita), son
verde oscuros y, al microscopio petrográfico, son patentes las maclas polisintéticas. La presencia de
olivino indica que el magma inicial contenía menos sílice de lo normal.
Las Labradoritas y anortositas (en los escudos precámbricos báltico y canadiense) son de color
gris azulado, algo más claras las primeras, con reflejos irisados debidos a las maclas polisintéticas.
Los equivalentes filonianos y subvolcánicos de los gabros son las gabroporfiritas, gabropegmatitas y las
diabasas. Estas últimas son las más importantes, presentan textura ofítica y se alteran, en superficie
fácilmente dando distintos tipos de minerales, que les confieren color verde (rocas verdes fácil de
confundir con las ofitas). Los lamprófidos son rocas filonianas básicas formadas en las últimas etapas de
diferenciación de los magmas básicos (fenocristales de biotita, piroxenos y anfíboles).
Las rocas volcánicas de esta familia son los Basaltos. Formados, principalmente, por fenocristales
y microlitos de plagioclasas (labradorita o bitownita) y por piroxenos (augita); puede haber olivino y, entre
los minerales secundarios, magnetita y titanio. Los basaltos junto con los granitos constituyen el 90 %
ígneas. Se suelen dividir en dos grupos: Toleíticos, mayor contenido en sílice, sin olivino; los Olivínicos,
como indica su nombre, tienen abundante olivino dad la menor cantidad de sílice (ver series de Bowen).
Macroscópicamente los basaltos son rocas oscuras o negruzcas que por alteración de sus
componentes (sausuritización de las plagioclasas y cloritización de los piroxenos), pueden tomar
coloración verdosa e incluso rojiza. Proceden, claramente, de la consolidación de magmas básicos (corteza
oceánica), en condiciones de enfriamientos más o menos lento (Gabros) o rápido (basaltos).
Como se presentan relacionados con sedimentos de tipo geosinclinal y con estructuras almohadilladas,
está claro su origen en coladas submarinas (la presión hidrostática impide la pérdida de gases por eso
contiene minerales ricos en volátiles).
Peridotitas.
En esta familia se incluyen todas las rocas ultrabásicas (sílice < 45 %), con composición
mineralógica variada. Las Peridotitas están formadas, a partes iguales, por piroxeno rómbico y por olivino;
macroscópicamente presentan, en superficie fresca, el aspecto de mosaico de granos verdes (olivino) y
negruzcos (piroxeno); se alteran con facilidad por serpentinización del olivino y cloritización de los
piroxenos.
Cuando disminuye notablemente la cantidad de piroxeno tenemos las dunitas, si disminuye el
olivino piroxenitas. Se presentan en afloramientos estratiforme o filonianos y como relleno de chimeneas
intrusivas o volcánicas (kimberlita asociadas con los diamantes).
Las Eclogitas son un tipo especial de rocas ultrabásicas formadas a grandes presiones (algunos la
consideran ultrametamórfica). Contienen granates (indicativos de formarse a presiones superiores a 15000
atm.) y piroxenos. Por todos estos rasgos estas rocas representan, quizás, un punto de convergencia entre
los procesos ígneos en magmas profundos y metamórficos en zonas de contacto de placas con importante
subducción.
Las Limburgitas son las equivalentes filonianas, fenocristales de augita y olivino en matriz vítrea
ultrabásica alcalina. Aunque no se conocen coladas de lavas ultrabásicas, las Picritas serían los rellenos
de chimeneas volcánicas con textura hipocristalina.
Su origen suscita polémica, no faltando argumentos de tipo tectónico ya que están muy
relacionadas con la orogenia. No es probable la existencia de un magma peridotítico ya que, dada su
elevada tª, habría provocado un fuerte metamorfismo de contacto no localizado. Por otra parte, la existencia
de filones entremezclados de piroxenita y peridotita, puede interpretarse como consecuencia de fluidos
acuosos, por lo que, según Bowen, las peridotitas serían cristales semisólidos unidos a un magma residual
con mucha agua; el resto de magma, una vez separada la fase ultrabásica, habría dado grandes masas de
basaltos.
Aunque creemos más oportuno para los alumnos la clasificación expuesta (genética) dado que
un mismo magma puede dar ambos tipos de rocas, reseñamos otras clasificciones posibles:
CLASIFICACIÓN DE STRECKEISEN
Se utilizan los diagramas QAPF. Cada término del diagrama representa los siguiente.
Q = cantidad de cuarzo de la roca; A = Cantidad de feldespato alcalino (albita + feldespato potásico)
P = cantidad de plagioclasa cálcica; F = Cantidad de feldespatos
El magma intruye en una roca que se denomina encajante o roca caja. Los tipos de inyección de magma
son:
Inyección forzada. El magma al ascender empuja hacia arriba y hacia los laterales desplazando a la roca
caja. También se le llama inyección diapírica por su parecido con el fenómeno de ascensión de los
diapiros salinos.
Stoping magmático o Digestión magmática. El materia ígneo va englobando, durante su ascenso,
bloques de la parte superior de la cámara magmática. La roca encajante es asimilada por el magma. El
techo de la cámara se fractura y caen bloques dentro del magma.
Hundimiento de la roca preexistente. En el techo de la cámara magmática se desarrollan fracturas
anulares que favorecen el hundimiento de la bóveda de la roca caja con el consiguiente ascenso del
magma.
Intrusión pasiva. El magma intruye por una vía abierta por esfuerzos no relacionados con la intrusión
magmática (falla, planos de estratificación, etc.)
a) Rocas plutónicas:
Las rocas plutónicas se forman por enfriamiento en el interior de la corteza, y es la erosión quién
las pone al descubierto, suponer que resultan de la consolidación de un magma es en realidad una
hipótesis, admitiéndose incluso que pueden haberse formado por mecanismos diferentes. La palabra
plutónica en realidad significa un origen profundo, no un mecanismo de formación. Se pueden presentar
en varias formas:
Batolitos. Son masas de gran extensión (como mínimo 100 Km 2)1, que suelen formar el núcleo de
antiguas cordilleras. El Guadarrama, Gredos, el Macizo gallego son grandes batolitos graníticos. Están en
contacto discordante con las rocas que atraviesan. Presentan las siguientes características:
- Se localizan preferentemente en cinturones de montañas, y están relacionados con el plegamiento y
deformaciones que han tenido lugar en la región.
- Normalmente, se alinean paralelos al eje de las cadenas montañosas.
- Su época parece ser posterior al comienzo de las fases de plegamiento.
- La composición suele ser granítica o granodiorítica, y bastante homogénea.
Filones y diques. Son masas estrechas, que atraviesan las rocas sedimentarias, metamórficas y, a
veces, también plutónicas. La erosión diferencial las destaca bien como relieves alargados y estrechos.
Un plutón cuyo espesor es pequeño con relación a otras dimensiones se denomina tabular. Si entre los
tabulares los hay paralelos a las rocas encajantes se denominan sill. Los diques son plutones tabulares que
cortan la estructura de las rocas circundantes.
Lacolitos. Son masas lenticulares concordantes con las rocas encajantes, y su extensión es de
varios Km².
Sill. También llamados filones en capas; pues son paralelos a la estratificación y apenas la
deforman (los lacolitos si las deforman), pareciendo otro estrato de la serie en la cual han intruido a favor
de un plano de estratificación.
Facolitos. Son intrusiones no muy grandes localizadas en las charnelas de los pliegues.
b) Rocas volcánicas:
Las rocas efusivas o volcánicas se suelen presentar normalmente como aparatos volcánicos, de
los que surgen coladas de lava, y también en forma de mantos horizontales (meseta del Dekan, en la India),
que recubren grandes extensiones. Los basaltos de meseta se formaron en erupciones a través de
fracturas, por las que fluyó lava muy fluida.
1
Si son menores de 100 km2 se llaman stock
También son frecuentes los diques, filones y cúpulas o pitones de lava densa, enfriada
lentamente.
La observación de los batolitos sugiere que estos en realidad se encuentran reemplazando a la
formación en la que aparecen, no desplazándola. Esto plantea el problema de qué proceso es el que
realmente ha tenido lugar en las grandes masas rocosas que el batolito parece reemplazar. Esto supone un
replanteamiento del eterno problema del origen magmático del granito. Actualmente hay geólogos que
consideran que los batolitos representan rocas preexistentes transformadas en granito por procesos
metasomáticos (WincKler y Sabatier mezcla de arcilla, agua y cloruros). Según esta hipótesis la
granitización sería una etapa final de un proceso metamórfico (en sentido amplio), es decir, sin pasar por la
fusión. En estos casos se presentan en las rocas restos muy transformados, pero todavía reconocibles, de
pliegues y estructuras propias de las rocas metamórficas (se llama fantasmas a estos restos borrosos). La
existencia de ciertas rocas, como las migmatitas, que muestran características intermedias ent re las rocas
metamórficas y las rocas ígneas, parecía confirmar esta teoría.
Los mecanismos que habrían dado lugar a esta transformación, son fundamentalmente difusión
en estado sólido e intervención de fluidos acuosos liberados al someter el material a unas condiciones de
presión y tª elevadas, en unas condiciones dinámicas propias de las orogenias. La controversia entre
geólogos magmatistas y transformistas que se arrastra hace cincuenta años, no está resuelta, y
actualmente se acepta que amb os tipos de procesos pudieron tener lugar y, por tanto, que rocas con
composición y textura granítica pueden tener diferentes orígenes.