Aprender A Enseñar. Una Visión Práctica de La Formación de Formadores
Aprender A Enseñar. Una Visión Práctica de La Formación de Formadores
Aprender A Enseñar. Una Visión Práctica de La Formación de Formadores
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3
Oriol Amat
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Aprender a enseñar
6.a edición revisada
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Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de
esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a
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ISBN: 978-84-92956-72-2
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Referencias
Sobre el autor
Sobre el libro
Alumnos
Profesores
Métodos didácticos
Medios pedagógicos
Programación de sesiones y materias
Evaluación
En esta última edición del libro se han tenido en cuenta los cambios que supone el nuevo
Espacio Europeo de Educación Superior, más conocido como Plan Bolonia. Es una obra
de especial interés para todos aquellos que deseen iniciarse o perfeccionarse como
docentes.
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Más información sobre el libro y/o material complementario
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Índice
0. Presentación
1. Introducción
1.0. Introducción
1.1. Objetivos del libro
1.2. Objetivos de la formación
1.3. La formación es un proceso de comunicación
1.4. Resumen del capítulo
1.5. Ejercicios propuestos
1.6. Bibliografía recomendada
2. El alumno o participante
2.0. Introducción
2.1. Conocimiento de los alumnos
2.2. Estilos de aprendizaje
2.3. Actitud del alumno
2.4. Contestación de preguntas de los alumnos
2.5. Representante de los alumnos
2.6. Resumen del capítulo
2.7. Ejercicios propuestos
2.8. Bibliografía recomendada
3. El profesor
3.0. Introducción
3.1. La actitud y la aptitud del profesor
3.2. Importancia de la empatía
3.3. Estilos de educación
3.4. Consideraciones prácticas que potencian los resultados del profesor
3.5. Gestión del estrés
3.6. Resumen del capítulo
3.7. Ejercicios propuestos
3.8. Bibliografía recomendada
4. Métodos pedagógicos
4.0. Introducción
4.1. Clasificación de los métodos didácticos
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4.2. Lección magistral
4.3. Tutoría
4.4. Seminario
4.5. Enseñanza a distancia y on line
4.6. Ejercicio
4.7. Caso
4.8. Juego de empresa
4.9. Juego de roles
4.10. Proyecto
4.11. Tormenta de ideas
4.12. Outdoor training
4.13. Aprendizaje en el puesto de trabajo
4.14. Resumen del capítulo
4.15. Ejercicios propuestos
4.16. Bibliografía recomendada
5. Medios pedagógicos
5.0. Introducción
5.1. Pizarra
5.2. Pizarra de papel
5.3. Lectura
5.4. Presentación con ordenador
5.5. Diapositivas
5.6. Ordenador
5.7. Vídeo
5.8. Centro de recursos de aprendizaje
5.9. Otras necesidades materiales
5.10. Resumen del capítulo
5.11. Ejercicios propuestos
5.12. Bibliografía recomendada
7. Evaluación
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7.0. Introducción
7.1. Necesidad de evaluar
7.2. Evaluación de los alumnos
7.3. Evaluación del profesor como docente
7.4. Evaluación del programa de formación
7.5. Resumen del capítulo
7.6. Ejercicios propuestos
7.7. Bibliografía recomendada
7.8 Caso práctico
8. Conclusiones
Bibliografía
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0
Presentación
Educar, tarea ardua, es lo mismo que poner motor a una barca: medir, pesar,
equilibrar y... todo en marcha... Mas tendrás que sembrar en tu alma un poco de
la aventura del marino, del sentimiento del poeta, de la dureza del pirata... Sobre
todo, bien pesados, muchos kilos de paciencia concentrada. Y soñar... Soñar que
mientras trabajas cientos de barcas y navíos con su vela desplegada pondrán
rumbos hacia otros puertos, hacia otras islas lejanas y llevarán sus cubiertas y
bodegas repletas de tu carga. Ser maestro, ardua tarea, es descansar con la
mirada perdida en lontananza, viendo partir nuevos barcos con tu bandera alta,
visible y bien enarbolada...
GABRIEL CELAYA
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Los temas expuestos en el libro han sido aprendidos de otros compañeros y de los
propios alumnos, y han podido ser contrastados con la práctica de la labor docente a lo
largo de treinta años, en instituciones académicas de varios continentes y con alumnos o
participantes en programas de licenciatura, doctorado, post-grado o de
perfeccionamiento directivo.
Agradecimientos
Dicen que el ser humano tiene algo de lo que nunca se olvida: ser ingrato con los que le
han ayudado. Para evitarlo me gustaría agradecer en primer lugar a Xavier Olsina,
Xavier Puig, Joaquin Tena, Antoni Valls y Martí Guasch por la lectura paciente del
manuscrito a medida que iba convirtiéndose en un posible libro y las críticas y
sugerencias efectuadas.
Quiero expresar mi gratitud a varios profesores de quienes he aprendido parte de lo
que ellos saben sobre formación de formadores. Se trata de Joan Maria Amat, John
Blake (†), Màxim Borrell, Enric Monfort, Aodht O’Canainn, Josep Maria Rosanas,
Joaquin Trigo y Elke Maria Wienhöfer. De todos los profesores que he tenido, o de los
compañeros en las tareas docentes, he aprendido y aún aprendo mucho, pero entre ellos
destacaría, con la seguridad de que me olvidaré inmerecidamente de alguien, a
profesores como Josep Angrill, José Maria de Anzizu, José Carballo de Caixa Galicia,
Joan Lluís Carratalà, Josep Castaño, Patrícia Crespo, Joan Delatte de SOLVAY, Jordi de
Falguera, Enric Genescà, Michel Lebas, Joan Massons, Ester Oliveras, João Pimenta da
Costa, Jordi Planasdemunt (†), Pilar Soldevila, Lluís Tarín, Josep Vallverdú, Irene
Vázquez y Joaquim Vergés.
He tenido la oportunidad de estar en contacto con las nuevas tendencias de
innovación y mejora de la calidad docente en el Centre per a la Qualitat i la Innovació
Docent (CQUID) de la Universitat Pompeu Fabra, por lo que agradezco al rector, Josep
Joan Moreso, y al vicerector, Josep Eladi Baños, su confianza. Este agradecimiento es
extensivo a los directores técnicos del CQUID (Pere Torra y Pau Solà), así como a sus
pedagogas (Lucía Gil, Pilar Lloret, María José Angulo, Rosa M. Martí, Carme Rovira,
Marina Muñoz y Mireia Calm).
Agradezco a IESE la autorización para reproducir el caso Caja de Ahorros de
Calatayud, y a Management Forum, EADA y Management Circle la autorización para
reproducir ejemplos de encuestas para conocer la opinión de los participantes en
programas de formación.
Tampoco me gustaría olvidar a los participantes que me han soportado pacientemente
en las aulas a lo largo de estos años. A todos ellos va dedicado este libro.
ORIOL AMAT
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1
Introducción
Enseñar es aprender dos veces.
J. JOUBERTH
Siempre que enseñes, enseña también a dudar de lo que enseñas.
J. ORTEGA Y GASSET
1.0. Introducción
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conseguir la calidad total. Como indica Le Boterf1: «la formación... al igual que sucede
con el conjunto de los servicios, no puede escapar al reto de la calidad». Además, las
instituciones académicas están dando una relevancia cada vez mayor a la docencia y
están poniendo medios para mejorarla (incentivos económicos, premios de
reconocimiento, subvenciones a la innovación docente...). En definitiva, somos
optimistas en cuanto a la evolución futura de esta situación.
El cliente puede variar según el tipo de programa. En principio, en cualquier
programa, el alumno o participante es un cliente. Al mismo tiempo, en algunos
programas existen otros clientes. Por ejemplo, en programas universitarios, la sociedad y
los profesores de otras asignaturas también son clientes. En el caso de estos últimos se
puede decir que esperan que los alumnos desarrollen competencias, aptitudes o
habilidades precisas para el mejor seguimiento de otras asignaturas. En cambio, en
programas específicos para empresas o in-company la empresa que los solicita es el
principal cliente.
Para que el alumno alcance los objetivos previstos, el profesor precisa apoyarse en la
didáctica, que proviene del término didaktike griego y significa ciencia o arte de enseñar.
Además, se debe seleccionar la combinación adecuada de los distintos métodos, técnicas
y medios pedagógicos disponibles. La palabra pedagogía también tiene su origen en el
griego, concretamente viene de paidos, que significa niño, y de agogía, que podemos
traducir por conducción. Ya desde Platón, la palabra pedagogo se empleaba en el sentido
de instructor. Actualmente, se define la pedagogía como el estudio y regulación del
proceso educativo.
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–Métodos pedagógicos.
–Medios pedagógicos.
–Programación de la formación.
–Evaluación de alumnos, profesores y del proceso de formación.
Figura 1.1. Denominación del profesor y del alumno según el tipo de programa
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sea ocasional o permanente, que interviene en programas de formación.
La «titulitis»
Al referirnos a los objetivos no podemos olvidar que, a veces, algunos alumnos están
interesados simplemente en la obtención de un diploma o título. Posiblemente, en
algunos países la denominada «titulitis» está bastante arraigada en ciertos ambientes. En
este sentido, se manifiesta Tovar2: «es un mal inevitable que la mayoría de los
estudiantes busquen en la Universidad más un título (...) que un verdadero saber».
Objetivos a conseguir
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Lógicamente, para llegar a definir los objetivos de una asignatura específica o de un
determinado programa de formación hay que concretar más. Beau4 indica que formar «es
llevar al alumno de una situación inicial a una situación final» (véase figura 1.3).
Precisamente, esta perspectiva de lo que es la formación, nos puede servir para
vislumbrar sus objetivos. La consecución de los objetivos permiten al alumno alcanzar
esa situación final deseada a la que se refiere Beau. La situación final se define en
términos de saber, saber-hacer y de actitudes.
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podrían citar objetivos tales como que el alumno conozca los grupos del Plan
General de Contabilidad, las partes de un plan de marketing o las desgravaciones
fiscales del Impuesto sobre Sociedades, por ejemplo.
–Saber-Hacer: lo que se persigue es que el alumno desarrolle habilidades que le
permitan ejecutar determinadas acciones o tareas. Ejemplos de este tipo de objetivos
serían que el alumno sepa cómo consolidar los balances de un grupo de empresas, o
preparar un plan de marketing o confeccionar la declaración del Impuesto sobre
Sociedades.
–Actitudes: se pretende que el alumno perciba, reaccione o coopere positivamente en
relación con algo. Por ejemplo, un programa de acogida para los empleados que se
incorporan a una empresa, además de dar información sobre la misma, trata de
fomentar actitudes positivas hacia la compañía. Éstas redundarán en un aprendizaje
más rápido y efectivo sobre el funcionamiento de la empresa y sobre las
características del puesto de trabajo.
Bloom6 propone una taxonomía de tipo intelectual, que es de gran ayuda para
establecer los objetivos de la formación y diferencia los siguientes:
Los objetivos, para que sean útiles al diseñar, impartir y evaluar un programa, han de
ser:
–Entender el funcionamiento, las ventajas y los inconvenientes del método del caso.
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En cambio el siguiente objetivo es poco claro y confuso:
–Interpreten las diferencias entre los distintos sistemas de cálculo de costes (costes directos, costes totales, ABC).
–Sepan calcular los costes de productos, servicios o departamentos con los métodos del coste directo, coste total y
sistema ABC.
–Formulen un sistema de cálculo de costes para su empresa.
–Sepan confeccionar controles de costes mediante la técnica del control presupuestario y el análisis de desviaciones.
–Sepan evaluar las consecuencias de las desviaciones presupuestarias.
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–Generales: son comunes a cualquier tipo de programa de formación (capacidad para
analizar, para sintetizar, para hablar en público, creatividad...).
–Específicas: propias de la materia tratada en el programa de formación. Por ejemplo,
en una asignatura de investigación de mercados una competencia específica podría
ser la de saber buscar en internet fuentes de información para poder llevar a cabo una
investigación concreta.
COMPETENCIAS GENERALES
INSTRUMENTALES
1. Competencias para la comunicación oral y escrita
a. Realización de presentaciones en público
b. Redacción de informes de análisis económico-financiero
2. Capacidad para la toma de decisiones: dadas unas cuentas anuales, extraer conclusiones en relación al contexto
3. Habilidades para la aplicación de matemáticas básicas en la resolución de problemas
4. Utilización de las herramientas informáticas básicas (procesadores de textos, hoja de cálculo, Power Point) para la
realización de trabajos, búsqueda de documentación y presentación de resultados
INTERPERSONALES
5. Capacidad de opinión y crítica en las conclusiones a ofrecer a partir de los resultados obtenidos en el análisis
económico-financiero
6. Iniciativa en la búsqueda de información para la resolución de problemas
7. Capacidad de trabajo en equipo: toma de conciencia del mundo profesional, espacio para contrastar diferentes
soluciones, necesidad de coordinación
SISTÉMICAS
8. Capacidad de gestión de la información: selección de las fuentes adecuadas y discriminación de datos en la
realización de trabajos en equipo
9. Aplicación del conocimiento teórico y herramientas de análisis a situaciones reales
COMPETENCIAS ESPECÍFICAS
1. Capacidad de asimilación de los conocimientos básicos del área económico-financiera
a. Identificación de los objetivos, limitaciones y usuarios del análisis de las cuentas anuales
b. Conciencia de la existencia de informaciones complementarias al análisis económico-financiero
2. Capacidad para relacionar conocimientos previos al ámbito del análisis económico-financiero de la empresa
a. Interiorización de los conceptos básicos relativos a las cuentas anuales
b. Capacidad para identificar las prácticas empresariales no éticas de las cuentas anuales: ocultación,
manipulación, contabilidad creativa
3. Capacidad de diagnóstico de la situación patrimonial y financiera de la empresa
a. Habilidades de uso de las técnicas de análisis del balance de situación, cuenta de pérdidas y ganancias,
rentabilidad y fondo de maniobra
b. Evaluación de la evolución de los: ingresos, gastos, márgenes y resultados de la cuenta de pérdidas y
ganancias
c. Comprensión de las variables que influyen en la evolución de la rentabilidad
d . Comparación con los datos de otras empresas del sector
4. Capacidad de ofrecer resultados en relación a los estados financieros
a. Análisis integral de los estados financieros
b. Identificación de problemas y su resolución aplicando las técnicas de análisis económico-financieras
Figura 1.5. Ejemplo de relación de competencias que tiene que adquirir el alumno que participa en una asignatura de
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análisis de estados financieros del Grado en Ciencias Empresariales9
–Lo que vale es lo que entiende el receptor. Por tanto, cuando la mayoría de alumnos
no entienden las explicaciones del profesor o suspenden el examen, es posible que no
toda la responsabilidad sea de los alumnos. Es decir, el emisor tiene una importante
cuota de responsabilidad en relación a lo que entiende el receptor.
–Al mismo tiempo, no hay que perder de vista que el alumno también tiene una buena
parte de responsabilidad. Aspectos tales como la puntualidad, la atención en clase,
formulación de preguntas, consultas al profesor fuera de las horas lectivas, o el
esfuerzo dedicado a preparar la asignatura de acuerdo con las indicaciones del
profesor, dependen de la actitud de los alumnos. Es decir, los alumnos, además de
tener muchos derechos, también tienen obligaciones.
La dinámica de este tipo de actuaciones de los alumnos puede enriquecer o
empobrecer los resultados del proceso de formación.
–Se precisan ciertas condiciones en el receptor, el mensaje, el emisor y el feedback
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para que el proceso funcione y se produzca el cambio deseado.
Considerar la formación como un proceso de comunicación en el que tiene tanta relevancia el «cómo» se desarrolla
el programa, como el «qué» o contenido de los temas del mismo.
En la misma línea hay que preocuparse de delimitar los objetivos que se pretende
alcanzar con el programa. Un concepto que ayuda en este sentido es el de taxonomía,
que significa clasificación exacta, jerárquicamente desglosada, de los objetivos del
aprendizaje.
Los objetivos deben ser definidos, alcanzables y evaluados antes, durante y después
del proceso de formación.
El profesor es el principal responsable de los resultados obtenidos al final del proceso;
para ello tiene que planificar cuidadosamente cada una de las etapas del mismo. Además,
debe conocer todos los métodos y medios pedagógicos, y ser un experto en los
contenidos que transmite.
Para practicar sobre los temas introducidos en este capítulo se recomienda al lector
dedicar un tiempo a la reflexión de ejercicios como los que siguen:
a) Escriba los objetivos que piensa alcanzar con la lectura de este libro.
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
Una vez haya leído y trabajado el libro, compruebe hasta qué punto ha alcanzado
estos objetivos.
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comprobando que se trata de metas concretas, formuladas en términos de
competencias desde la perspectiva de los alumnos y fácilmente medibles al final
del proceso.
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
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e) Recuerde alguna ocasión en la que un profesor (quizá usted mismo), no conectaba
con los alumnos, y explique las posibles causas de esa situación.
–
–
–
–
–
–
–
–
–
BROWN, G.: Lecturing and explaining; Methuen, Inc., Londres, 1978, capítulo 6.
LE BOTERF, G., BARZUCCHETTI, S. y VINCENT, F.: Cómo gestionar la calidad de la
formación; AEDIPE-Ediciones Gestión 2000, Barcelona, 1993.
FEUILLETTE, I.: Le nouveau formateur; Dunod Entreprise, París, 1989, capítulos 1 y 2.
GRAPPIN, J. P.: Claves para la formación en la empresa; CEAC, Barcelona, 1990,
capítulo 2.
HERNÁNDEZ, F. y SANCHO, J. M.: Para enseñar no basta con saber la asignatura; Laia,
Barcelona, 1989, capítulo 1.
Universitat Pompeu Fabra: L’organització de la docència a la UPF; Centre per a la
Qualitat i la Innovació Docent, Universitat Pompeu Fabra, Barcelona, 2009.
25
1. G. LE BOTERF, G., BARZUCCHETTI, S. y VINCENT, F.: Cómo gestionar la calidad de la formación; AEDIPE?
Gestión 2000, Barcelona, 1993, pág. 265.
2. TOVAR, A.: Universidad y educación de masas; Ariel, Barcelona, 1968, pág. 184.
3. EURICH, A.: The Commitment to Experiment and Innovate in College Teaching; The Educational Record, Invierno
1964, pág. 100.
4. BEAU, D.: 100 fiches de pédagogie des adultes; Les Editions d’Organisation, París, 1976, pág. 19.
5. NORTON, H.S.: The world of the economist; University of South Carolina Press, 1975.
6. BLOOM, B.S.: Taxonomía de los objetivos de la evaluación; Ateneo, Buenos Aires, 1971.
7. BEAU, D.: 100 fiches de pédagogie des adultes; Les Editions d’Organisation, París, 1976, pág. 19.
8. Universitat Pompeu Fabra: L’organització de la docència a la UPF; Centre per a la Qualitat i la Innovació Docent,
Universitat Pompeu Fabra, Barcelona, 2009.
9. Confeccionado conjuntamente con Patricia Crespo, profesora de la Universitat Pompeu Fabra.
26
2
El alumno o participante
Los hombres inteligentes se pasan la vida aprendiendo.
Los demás no paran de enseñar.
RICARDO RABELLA
2.0. Introducción
De acuerdo con las nuevas tendencias docentes, el alumno se ha de situar en el centro del
proceso de aprendizaje y ha de tener una participación muy activa.
Los alumnos aprenden de formas muy diversas en función de sus experiencias
académicas anteriores, de sus intereses y de su situación actual. Así, no aprende igual el
alumno de primer año en la universidad que el participante en un programa de post-
grado o en un programa organizado para un grupo de empleados de una empresa.
También influyen en este proceso los estilos de enseñanza que ha vivido anteriormente
27
el alumno.
El éxito de este tipo de actividades depende en gran medida del conocimiento de las
necesidades de formación (véase figura 2.1), así como de las características, actitudes e
intereses de los alumnos. Éstos son los temas que se tratan en las páginas que siguen.
Dado que la formación es generadora de cambio en todos los que participan en ella, es
imprescindible que la actitud sea positiva para poder captar y asimilar los mensajes que
se van a recibir.
Figura 2.1. Análisis de las necesidades de la formación como primera etapa del ciclo del diseño y realización de un
programa de formación
28
de la sociedad, las de la universidad y, también, las de los doctorandos.
29
–Currículum profesional y expediente académico
–Problemas y necesidades de los alumnos
–¿Qué esperan del programa de formación?
–Problemas y necesidades de la empresa en que trabajan o desearían trabajar
–¿Qué esfuerzo pueden desarrollar?: tanto en tiempo como en concentración
–¿Han venido voluntariamente?
–Interés sobre el tema y conocimientos previos
Cuando sea posible es muy conveniente mantener entrevistas con los alumnos antes
del inicio del programa de formación. Así, se puede obtener información sobre las
expectativas que tienen, sobre los temas que les preocupan, así como sobre su formación
previa. A menudo se puede disponer del curriculum o del expediente académico de los
alumnos.
Tú o usted
De todas formas, este tema es muy subjetivo y cada profesor tiene que encontrar la
forma en la que se encuentre más cómodo.
El primer día del programa de formación vale la pena que los alumnos se presenten
informando, a los demás compañeros y al profesor, de aquellos datos que se consideren
más relevantes, como los que se relacionan a continuación a modo de ejemplo:
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En seminarios de perfeccionamiento directivo se puede utilizar el sistema de que los
alumnos se reúnan en grupos de dos o tres para que posteriormente cada participante
presente a otro ante los demás. De esta forma, se consiguen varios objetivos:
–Los alumnos se empiezan a relacionar entre ellos, en grupos de dos o tres. Esto es de
gran utilidad cuando no se conocen previamente. El programa de perfeccionamiento
puede ser más efectivo si los participantes se encuentran a gusto en el aula y para ello
es conveniente que existan buenas relaciones entre ellos.
–Los participantes se conocen más. Lo cual facilitará posteriormente el intercambio de
opiniones y experiencias, que es precisamente uno de los grandes activos de
programas tales como los de perfeccionamiento directivo, por ejemplo.
–Durante las presentaciones se relaja el ambiente, que suele ser algo tenso al inicio de
cualquier programa, cuando las personas no se conocen previamente.
–El profesor obtiene más información sobre el perfil de los participantes.
En este apartado no podemos dejar de comentar que, a veces, el profesor tiene una idea
equivocada (del nivel y experiencia previa) de los alumnos y esto puede condicionar
muy negativamente los resultados conseguidos. Demasiadas veces se oyen frases de
menosprecio de algunos profesores en relación al nivel o dedicación de los alumnos.
31
Estas afirmaciones, que quizá podrían aceptarse ocasionalmente en relación a algún
alumno en concreto, quizá indican que el profesor no tiene la adecuada preparación
pedagógica o no dispone de la vocación imprescindible. También puede ser debido a que
el proceso de selección de los alumnos no ha sido correcto.
Si el profesor piensa que los alumnos no tienen nivel, habría que preguntarse si el
diseño del programa de formación se ha hecho de acuerdo con las características de los
alumnos o si el proceso de admisión de los alumnos ha sido el adecuado.
Si el profesor piensa que los alumnos no trabajan lo suficiente, habría que comprobar
la dedicación exigida por otras asignaturas cursadas simultáneamente por los alumnos u
otras ocupaciones profesionales de éstos. También habría que analizar los sistemas de
motivación que emplea el profesor para que los alumnos estén interesados en la materia.
En general, cuando un profesor tiene a priori un concepto negativo de los alumnos,
éstos lo perciben y se acaban obteniendo resultados más pobres a lo largo del proceso de
formación. Vale la pena que el profesor siempre tenga actitudes positivas hacia los
alumnos, situación que no es difícil cuando se tiene vocación y se disfruta con las
labores docentes.
Finalmente, cuando una proporción importante de los alumnos suspende, es posible que
haya habido una mala selección previa. Cuanto mejor sea el proceso de selección y más
se invierta en él, menos recursos deberán emplearse para que el proceso de formación
cumpla sus objetivos. En este sentido se puede hacer referencia a diversos estudios que
indican que aquellas instituciones académicas de gran prestigio que cuentan con un
proceso de selección superado sólo por los alumnos con mejor expediente, curriculum y
motivación, suelen ser las que gozan de un índice mayor de alumnos que completan
satisfactoriamente, y en menos tiempo, los estudios. Por poner un ejemplo, en una
determinada universidad de cada diez alumnos que inician una licenciatura, siete la
finalizan en cuatro años. En algunas universidades del mismo país, el porcentaje, en
lugar de ser del setenta por ciento, apenas supera el diez por ciento. Sin lugar a dudas,
este contraste se debe también a otros aspectos tales como el número de alumnos por
grupo, capacitación del profesorado, etc.
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estilo de enseñanza del profesor también influye en el estilo de aprendizaje del alumno.
Este último, como desarrollaron Entwistle y Tait1, es uno de los factores más importantes
a considerar cuando se está diseñando un programa de formación.
Kolb2 demostró que como consecuencia de aspectos genéticos y de entorno, la
mayoría de las personas presentan estilos de aprendizaje que priman ciertas habilidades
para aprender con respecto a otras, en relación con la enseñanza superior. Estos estilos,
según Kolb, son los siguientes:
Siguiendo a Fromm3, podemos referirnos a los alumnos que persiguen el tener o a los
que están interesados en ser. Ambos planteamientos conducen a formas de aprender
distintas:
–Tener: Son alumnos concentrados en escuchar las palabras del profesor para poder
transcribirlas en los apuntes lo más fielmente posible y así aprenderlo todo de
memoria y aprobar el examen. No esperan reflexionar sobre lo que dice el profesor ni
desean ningún cambio en su forma de pensar. Son alumnos que reaccionan
positivamente ante los métodos pedagógicos pasivos como la lección magistral, por
ejemplo. En cambio, reaccionan negativamente cuando se les pide que adopten un
comportamiento activo y que opinen, o que trabajen en grupo.
La masificación de algunas universidades fomenta este tipo de estilo de aprendizaje.
Los alumnos entrenados así suelen preferir la técnica de la memorización para
33
aprender.
–Ser: Son alumnos interesados en reflexionar sobre lo que se comenta en clase o sobre
las lecturas que propone el profesor. Están abiertos a cambiar a través del proceso de
formación y a participar activamente en clase. Reaccionan positivamente si se
utilizan metodologías activas tales como el caso, los juegos de roles, los juegos de
empresas, etcétera. En cambio, reaccionan negativamente si se les pide que
memoricen teoría. La formación de perfeccionamiento directivo o los programas de
doctorado suelen fomentar este tipo de actitudes. En estos programas, el aprendizaje
a través de la memorización del alumno tiene escaso sentido.
–La reacción condicionada de Pavlov: Para aprender tiene que existir una relación
causa-efecto entre una acción específica y un resultado. Según este modelo la
enseñanza se basa en la repetición de una serie de ejercicios seguidos de premios o
castigos.
La principal crítica que se formula a esa política es que no se garantiza que el alumno
asimile lo aprendido, a pesar de que lo sepa ejecutar.
–El conductismo de Thorndike: Las principales ideas de este modelo son que el
alumno aprende cuando se siente motivado para ello y que el aprendizaje se
consolida a través de la repetición. Por tanto, se trata de que el profesor sepa motivar
a los alumnos y seleccione ejercicios prácticos que deberán ser resueltos
mecánicamente por los alumnos. Una limitación de lo expuesto, muy similar a la
formulada en el modelo precedente, es que al aprender de forma mecánica no se
garantiza la transferencia de lo aprendido a situaciones un poco diferentes.
–El psicoanálisis de Freud: Las emociones y sus efectos en la conducta humana
explican comportamientos difíciles de entender si no se tienen en cuenta la
dimensión afectiva de las personas. Los problemas personales ejercen una influencia
muy relevante en las relaciones entre alumnos y entre éstos y el profesor. Una
derivación de estas ideas es que conviene conseguir que los alumnos trabajen a gusto
entre ellos, por la vía de la creación de grupos de trabajo, y se deben usar métodos
pedagógicos tales como las tutorías, por ejemplo, para potenciar las relaciones entre
alumnos y profesor.
Otra aportación de los estudios de Freud es la demostración de que para aprender se
ha de repetir, pero introduciendo variaciones.
–La vía del descubrimiento de Dewey: Según este modelo la enseñanza se basa en la
acción, en la solución de problemas que el alumno descubre por sí mismo. Para que
se produzca el aprendizaje se tiene que pasar por varias etapas. En primer lugar, se ha
de delimitar un problema a resolver. A continuación, se han de analizar las posibles
soluciones. Finalmente, se han de verificar de forma práctica, a través de la acción,
las soluciones propuestas.
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Las limitaciones principales de este modelo son que se precisa mucho tiempo para
llevarlo a cabo y que existen dificultades para transferir lo aprendido a situaciones
algo distintas.
–La construcción del individuo según Piaget: Un alumno aprende a través de la
reconstrucción interna de toda la información que se le suministra. Para que esta
reconstrucción sea efectiva se ha de contar con el apoyo de los métodos y medios
pedagógicos. Esta efectividad también depende del desarrollo cognitivo del alumno y
de la posibilidad de crear contradicciones entre lo que el alumno sabe y lo que
debería saber. De esta forma se incentiva la reflexión por parte del alumno.
Las características anteriores justifican aún más, si cabe, la importancia que presenta
el conocimiento de los participantes por parte del profesor.
Desde una perspectiva similar, también se puede agrupar a los alumnos en teóricos,
reflexivos o pragmáticos:
–Los alumnos pueden venir a clase tras una jornada apretada de trabajo. O bien la
clase se imparte a última hora de la noche o después del almuerzo. En este caso, la
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exposición ha de ser sencilla y estimulante para que los alumnos no pierdan
concentración. Para sesiones celebradas después del almuerzo es conveniente incluir
un descanso (al menos de quince minutos) a los 45 o 60 minutos después del inicio
de la sesión. En caso de que este descanso no sea posible habrá que utilizar métodos
pedagógicos muy participativos (discusión de casos, juegos de empresa o trabajo en
grupos reducidos, por ejemplo) que eviten que la somnolencia se apodere de los
participantes.
–Hay alumnos que tienen barreras importantes (falta de base informática, rechazo a
los números o exceso de preocupación por los exámenes, por ejemplo). En este caso,
el profesor tiene que actuar adecuadamente para que el proceso formativo sea
efectivo.
Trabajos propuestos
Para completar este apartado es interesante hacer un breve comentario sobre la influencia
de los trabajos propuestos fuera de las horas lectivas. En general, los participantes en
programas de perfeccionamiento directivo aprenden más y están más motivados en
proporción directa con la carga de trabajo que se les propone, siempre y cuando estas
tareas sean vividas como útiles, y se disponga del tiempo suficiente para llevarlas a cabo.
Para ello, tienen que guardar una cierta relación con su ocupación profesional.
Algo similar podría afirmarse de los programas de doctorado, siempre y cuando la
carga propuesta (lecturas, informes, trabajos, etcétera) tengan conexiones con las líneas
de investigación que interesan a los doctorandos.
La ventaja de los trabajos y de los ejercicios es que permiten que el alumno pueda
poner en práctica varias veces lo que está aprendiendo, con lo que es más fácil que se
consolide.
Además de las categorías descritas anteriormente, hay que considerar la actitud de los
alumnos hacia la asignatura y hacia el profesor. En la mayoría de los casos esta actitud
es positiva y constituye un factor de éxito del proceso de formación.
La actitud depende de diversos factores, entre los que cabe señalar el saber-hacer del
profesor y el tipo de programa de formación. Es posible que la actitud sea más favorable
en aquellos programas que el alumno hace por iniciativa personal (doctorado,
perfeccionamiento directivo, escuela de verano, asignatura optativa en grado
universitario, programa en la propia empresa solicitado por los empleados, etcétera).
Actitudes positivas
36
–Estar abierto a nuevos conocimientos.
–Necesitar aprender y ser consciente de ello.
–Tener «buena química» con el profesor.
–Tener «buena química» con el grupo.
–Seguir, más o menos, al pie de la letra todas las propuestas del profesor.
Actitudes negativas
–Muestra claramente su desinterés por lo que se dice en clase, dando a entender que ya
lo sabe todo o, simplemente, que no considera útil el programa.
–Menosprecia al profesor y su labor.
–Juega ostensiblemente con el bolígrafo.
–Escribe sin parar y sin escuchar lo que dice el profesor.
–Lee el programa de la sesión a mitad de la misma o el periódico.
–Habla con sus compañeros.
–Bosteza mucho y sin ocultarlo.
–Exige más al profesor de lo que él se exige a sí mismo, como alumno. Cree que por
el hecho de haber pagado la matrícula del programa ya no tiene ninguna obligación
más.
37
Con el alumno desinteresado conviene cambiar impresiones sobre el cambio
acelerado que se está produciendo en torno a las necesidades de aprender durante el ciclo
de vida de una persona. Como se muestra en la figura 2.3, cada vez es más necesario
reciclarse para estar al día y no perder el tren. Hasta no hace mucho, en bastantes
profesiones las personas dejaban de seguir programas de formación una vez habían
finalizado los estudios que les permitían alcanzar un puesto de trabajo. En la actualidad
esta actitud provoca que existan muchas personas, independientemente de su edad,
totalmente desfasadas. La necesidad de reciclaje aumenta día a día a velocidad cada vez
más vertiginosa y se alarga la edad hasta la que hay que seguir formándose. Como
muestra de esta situación se puede recordar los programas de formación que han
aparecido en los últimos años para preparar a las personas para la jubilación.
De forma muy estereotipada puede clasificarse como sigue a los que podríamos
denominar alumnos especiales, que suelen existir en la mayor parte de grupos:
–Enemigo
–Falta de base
–Payaso
–Desinteresado
–Cooperador (reacciona muy positivamente hacia el profesor e intenta ayudarlo
siempre que puede)
–Monopolizador
–Sabio
–Líder
–Segundos de a bordo
–Oveja negra
–Antagónicos
Para cada tipo de alumno se describe someramente en la figura 2.4 el problema que
puede presentar y la actuación posible (durante la clase, en unos casos, o al finalizar ésta,
en otros) por parte del profesor. Durante la sesión es conveniente simular que no se da
importancia a los posibles problemas y no enfrentarse con los alumnos problemáticos o
que mantengan actitudes que pueden perjudicar a la marcha del programa. Es
recomendable no exteriorizar el posible enfado que provocan estas situaciones. Es
preferible esperar a que finalice la sesión para tratar los temas de forma más personal, y
al mismo tiempo conciliadora, y sin que el resto del grupo esté presente.
Para conocer las características de los alumnos se debe hacer el esfuerzo de analizarlos
continuamente y de interpretar la información que nos envían (cara, gestos, postura,
preguntas, quejas, sugerencias, etcétera):
38
–¿Qué alumnos participan activamente y cuáles no?
–¿Qué alumnos reaccionan positivamente a los estímulos lanzados por el profesor o
por otros alumnos?
–¿Cuáles reaccionan negativamente?
–¿Qué alumnos asumen, voluntariamente o no, roles de liderazgo o por el contrario de
seguidismo?
–¿Qué alumnos piden bibliografía adicional para profundizar más el temario o para
estudiar aspectos previos a los que se han desarrollado en clase?
En alguna ocasión el profesor se puede encontrar con que la actitud del grupo es
mayoritariamente problemática (desinterés, falta de puntualidad, falta de atención en
clase, etcétera). Independientemente de que cada situación es distinta, se pueden
formular algunas recomendaciones de tipo general:
39
–No dejarse llevar por la inercia del grupo. Por ejemplo, aunque la mayoría de los
alumnos sean impuntuales, conviene empezar y acabar las sesiones de acuerdo con el
horario establecido. Para evitar la impuntualidad de los alumnos, algunos profesores
universitarios no dejan entrar en el aula a nadie una vez se ha iniciado la sesión. Esta
práctica tiene el problema de la impopularidad que genera con los alumnos.
–Redoblar los esfuerzos para convencer a los alumnos de que los temas expuestos son
de gran interés para ellos. De todas formas, el profesor también podría plantearse la
adecuación del programa a las necesidades y expectativas de los alumnos.
–Utilizar métodos lo más participativos que sea posible (discusión de casos,
presentación de informes, juegos de empresa, etcétera) para combatir el desinterés y
la falta de atención.
–Una vez finalizada la sesión y antes de la sesión siguiente vale la pena reunirse con el
delegado y/o con los líderes del grupo para tener más información sobre lo que está
pasando.
En todo momento el profesor debe hacerse respetar y valorar. Como nos dice el
origen del término maestro que procede del latín magister (ser grande), el profesor ha de
conseguir que los alumnos lo perciban como una persona valiosa que les puede ayudar
en su proceso de aprendizaje.
–Las preguntas son un indicativo de interés por parte de los alumnos. Por tanto, hay
que animar a los alumnos a que las formulen. Una forma de hacerlo es diciendo que
se ha hecho una buena pregunta o que se ha planteado una cuestión muy interesante.
Muchos profesores piden a los alumnos que hagan preguntas, pero cuando éstos las
hacen muestran poco interés por ellas, ya que miran el reloj o no dejan que el alumno
complete la cuestión, por ejemplo.
–Las preguntas informan al profesor sobre lo que el alumno entiende o no, y sobre lo
que le interesa o preocupa.
–Hay que contestarlas adecuadamente y valorizar al que las hace. No hay nada más
antipedagógico que el profesor que ridiculiza al alumno que acaba de hacer una
pregunta.
–Comprobar que todos los alumnos han entendido bien la pregunta. En algunas
ocasiones la falta de sonoridad del aula o el exceso de alumnos hacen que no todos
hayan oído correctamente la pregunta. En otros casos, algunos alumnos pueden no
40
entender la pregunta a pesar de haberla oído correctamente.
–Hacer que todos se interesen por la pregunta.
–Si la pregunta no es adecuada, proponer resolverla durante el próximo descanso o
indicar que está fuera de los objetivos de la sesión o al margen de la asignatura o
programa de formación.
–Si la pregunta está relacionada con un tema a desarrollar más adelante, decir que ya
se contestará en su momento.
–Si no se conoce la respuesta, decir que ya lo comprobará o pensará y la contestará
posteriormente. Nunca hay que intentar contestar una pregunta de la que se
desconoce la respuesta. Por tanto, se debe procurar no perder la credibilidad y no
engañar al alumno.
Preguntas conflictivas
–Pedir al alumno que vuelva a formular la pregunta. Así, el profesor tiene más tiempo
para reflexionar la respuesta. También se da la oportunidad al alumno para que
replantee la cuestión. De hecho, normalmente el alumno reduce la agresividad, si la
había, al tener que plantear la cuestión por segunda vez.
–Intentar que la responda el grupo para evitar el choque frontal entre alumno y
profesor. De esta forma se puede hacer ver al alumno que su posición quizá no es
asumida por alguno de sus compañeros.
–Responder muy lentamente, y de forma muy relajada, sin entrar en polémica.
Conviene dar la sensación de que se «quita hierro al asunto».
En aquellos programas que tienen una cierta duración es conveniente que los
participantes elijan a uno o dos representantes (o delegados de curso, como se les llama
en la universidad).
La elección debe ser democrática para que la persona o personas elegidas sean
41
verdaderos representantes del grupo.
Es conveniente transmitir al grupo que, independientemente de que cualquier alumno
puede dirigirse siempre que lo crea oportuno al profesor, el delegado puede hacer la
función de interlocutor entre ellos y el profesor. Esto tiene importantes ventajas:
–Los alumnos pueden transmitir de forma más distendida sus opiniones o quejas a
través del delegado. Éste suele ser una persona extrovertida que hablará con el
profesor en nombre del grupo, y por tanto, con la máxima legitimidad.
–El profesor puede recabar en todo momento información sobre la marcha del
programa preguntando al delegado. Es habitual mantener reuniones con él durante el
período de tiempo en que tiene lugar el programa, e incluso llamarle por teléfono
cuando se considere oportuno. Estos contactos suelen incrementar la motivación del
delegado e incrementan la conciencia de la importancia de su papel.
A modo de síntesis podría decirse que el principal mensaje que se ha intentado transmitir
a lo largo de las páginas anteriores es que:
El profesor debe disponer de la máxima información de sus alumnos tanto al diseñar el programa como al impartirlo
y evaluarlo. Al mismo tiempo, la vocación docente requiere una actitud enormemente positiva y una adecuada
adaptación en relación a los alumnos.
–Dedicar tiempo antes del programa a recabar datos sobre los alumnos con el fin de
poder elaborar un perfil adecuado de los mismos.
–Utilizar las presentaciones del primer día del programa para que los alumnos
empiecen a interaccionar.
–Analizar detalladamente las quejas, ya que pueden ser indicadores de problemas más
complejos.
–Valorar a los alumnos y diagnosticar sus estilos de aprendizaje.
–Estar atento a los alumnos que presentan características especiales (enemigo,
payaso...) para actuar a tiempo de forma adecuada.
–No ridiculizar o poner en evidencia nunca a un alumno, y menos en público.
–Escuchar con la máxima concentración las cuestiones de los alumnos y darles la
máxima importancia para conseguir motivar más preguntas y clarificar al máximo la
42
exposición.
–Dedicar todo el tiempo que sea preciso fuera de clase a los alumnos, y también a su
representante.
Para completar este capítulo se pueden resolver ejercicios como los que siguen:
a) Estamos en un aula donde un profesor explica de forma que nadie le entiende. Los
participantes están muy aburridos. Puede imaginarse: ¿Cómo actúan los
participantes? ¿Cómo están sentados?
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
43
e) Pida que le graben en vídeo mientras contesta cuestiones formuladas por los
alumnos.
g) Ponga de manifiesto a sus alumnos lo mucho que pueden aprender entre ellos, los
unos de los otros.
44
1. ENTWISTLE, N. y TAIT, H.: Aproaches to learning evaluation of teaching and preferences for contracting academic
environments; Higher Education, 18, 1989.
2. KOLB, D. A.: On management and the learning process; MIT Sloan School Wor? king Paper, núm 652, 1973 y
Experiential learning; Prentice Hall, Nueva York, 1984.
3. FROMM, E.: Tenir o ésser?; Claret, Barcelona, 1980, pág. 32.
45
3
El profesor
Yo por mi parte, jamás me he propuesto decir a mi público aquello que éste
quería oír, y si unas veces le desconcierto y otras le irrito, lo celebro. No me
gusta adormecer a las gentes con canciones de cuna.
MIGUEL DE UNAMUNO
3.0. Introducción
A pesar de que todos los elementos son importantes, el profesor es posiblemente uno de
los componentes decisivos de cualquier proceso de formación. En línea con la figura 3.1,
el profesor debe considerarse un proveedor de formación cuyo cometido es la
satisfacción de necesidades de formación a través de su participación en el diseño y
desarrollo de programas. A continuación se exponen aquellas consideraciones que
parecen más relevantes en relación al profesor.
La actitud y las aptitudes del profesor son claves para que el proceso pedagógico alcance
los objetivos previstos. El conocimiento de la materia por parte del profesor es una
condición necesaria pero no suficiente. Por tanto, la actitud del profesor en relación con
46
su papel y hacia los alumnos, así como sus aptitudes pedagógicas, condicionan los
resultados finales. En función de cómo sean estas características, el profesor estará en
mejores o peores condiciones para conseguir un clima adecuado en la relación profesor-
alumnos.
Cuando la actitud del profesor hacia sus alumnos es negativa, los resultados son más
desfavorables por varios motivos:
–Esta actitud es detectada fácilmente por los alumnos, que perciben que son poco
valorados por el profesor y, en consecuencia, se desmotivarán más fácilmente.
–El profesor está poco motivado y dedica menos esfuerzo al proceso.
–El profesor estará más mentalizado para evaluar negativamente a los alumnos al final
del proceso de formación.
En cambio, si la actitud del profesor hacia los alumnos es positiva el proceso será más
exitoso. Esta actitud positiva se caracteriza por:
47
alumnos.
48
en relación con un determinado programa. En caso contrario, deberá renunciar a dar
clases a aquellos grupos a los que no se adapta adecuadamente.
En la medida en que pensamos que la formación tiene que ser heurística, o sea, que
debe procurar que los alumnos descubran por ellos mismos los conceptos introducidos,
nos inclinamos por aquellos estilos esencialmente democráticos.
Desde hace algunos años, aquellas empresas que quieren ser más competitivas han
iniciado la implantación de planes de calidad total. Esta filosofía se basa en la
maximización de la satisfacción de las necesidades de los clientes con los mínimos
costes y la máxima satisfacción de los empleados. Un enfoque de calidad total también
puede ser recomendado a cualquier profesor interesado en mejorar día a día. Para ello
tiene que:
49
–Replantearlo todo (objetivos docentes, métodos, medios, etcétera) de forma
periódica.
–Considerar a sus alumnos (o a las empresas, en los programas in-company o a la
sociedad, en los estudios universitarios o de formación profesional) como clientes a
los que sirve.
–Trabajar como un equipo compacto y coordinado con sus compañeros de
departamento y con el personal de administración y servicios.
Las principales características del profesor que consigue que la acción de formación
alcance los objetivos deseados son las que se relacionan en la figura 3.2. En este
apartado, como en el resto de lo que se expone en este libro, el lector ha de recordar que
las propuestas presentadas son subjetivas, y por tanto, nunca está mejor dicho aquello de
que «cada maestrillo tiene su librillo». Es decir, no se extrañe si no coincide con algunas,
o con muchas, de las recomendaciones o propuestas que se formulan.
Contenido
–Conoce el contenido. Para ello el profesor tiene que mantenerse al día, asistir a congresos y a sesiones impartidas
por otros profesores y publicar libros y artículos en revistas especializadas.
–Riguroso.
–Puede desconocer la respuesta a alguna pregunta.
–Cuando se equivoca lo reconoce rápidamente sin darle demasiada importancia. Es mejor no buscar excusas y
recordar que «rectificar es de sabios».
Antes de la sesión
–Comprueba las características del aula, el correcto funcionamiento de los medios (retroproyector de transparencias,
vídeo, ordenador...) y que dispone de los materiales precisos (rotuladores, tizas...).
Comunicador
–Domina las técnicas de la comunicación verbal (entonación, lenguaje claro y directo, pausas...) y de la
comunicación no verbal (gestos, posición, mirada...).
–Ni demasiado lento, porque aburre, ni demasiado rápido, porque los alumnos se pierden. Utiliza correctamente los
silencios.
–Se mueve en el aula de forma relajada. No juega con bolígrafos, monedas u otros objetos que distraen la atención.
–Ameno y entretenido. No lee en clase, excepto citas o similares.
–Se viste adecuadamente con ropa cómoda y de acuerdo con lo que se espera de él. Comprueba antes de entrar en
clase que todo está en orden (botones, cremalleras, corbata...).
Después de la sesión
–Analiza lo que ha pasado para mejorar día a día.
50
Figura 3.2. Principales características de los profesores que maximizan los resultados de los programas de formación y
disfrutan con su trabajo
–Efectuar previamente grabaciones en vídeo para corregir posibles deficiencias, con la ayuda de algún profesor más
experimentado.
–No hay que decir nunca a los alumnos que ésa es la primera clase. En general, cuando los alumnos saben que el
profesor tiene poca experiencia existe una alta probabilidad de que valoren menos positivamente su labor. El
profesor debe dar sensación de seguridad a sus alumnos en todo momento.
–La temática de la sesión ha de dominarse al máximo para suplir las consecuencias de un exceso de nerviosismo y
de falta de experiencia.
–Este nerviosismo, o ansiedad inicial, no suele desaparecer nunca totalmente. Si desaparece totalmente suele ir
acompañado de fracasos por falta de preparación o de concentración. Incluso los profesores más veteranos
reconocen que siempre tienen nervios el primer día que han de impartir una sesión a un grupo nuevo de alumnos.
Lo que sí debe desarrollarse es la habilidad para convivir con este nerviosismo. Algunas técnicas que pueden
ayudar en este sentido son las siguientes:
–Respirar profundamente varias veces antes de iniciar la exposición.
–Mantener la cabeza erguida y hablar suficientemente alto.
–Dominar el contenido.
–Usar técnicas de relajación: respiración, distribución de documentación, presentaciones de los alumnos, etcétera.
–Tener preparados temas adicionales por si se va más rápido de lo previsto.
–Distribuir documentación (apuntes, casos, programa de la asignatura...) inmediatamente después de haber entrado
en la sala.
–Pedir a los participantes que se presenten.
–Aunque suene a broma, hay quien recomienda imaginar a los participantes en bañador.
–No empezar cuando la mayoría de los alumnos aún no están escuchando.
–Es conveniente tener temas adicionales preparados por si se acaba el temario antes de la hora prevista. Es habitual
que los temas se expongan más rápidamente cuando se tiene menos experiencia docente.
51
–¿Qué dice antes del «hola»? Sin darnos cuenta se envían muchos mensajes en función de la forma de vestir, los
movimientos, los gestos, etcétera.
–Mantener en todo momento una compostura correcta. Hay que evitar rascarse, tocarse el pelo o la nariz, etcétera.
–Poner el reloj junto con la documentación encima de la mesa para poder controlar la hora siempre que interese sin
que se note demasiado. Es recomendable disponer de reloj de pared en el aula, si es posible en frente del profesor y
de espaldas a los alumnos.
–Hay que mirar a todos los alumnos en general, «haciendo el faro», y no a algunos en particular. Es recomendable
no dirigir la mirada al techo o al suelo.
–Voz suficientemente audible para todos.
–Hablar como si se estuviera conversando y con chispa.
–Lenguaje riguroso pero sencillo, claro y adaptado a los alumnos.
–Coherencia entre lenguaje, movimientos y métodos pedagógicos.
–Mostrar entusiasmo.
–«Vender» el tema en todo momento para que el alumno sea consciente de la importancia del mismo.
–Integrar a los que tienen una actitud negativa.
–Controlar quién participa y quién no para hacer que participen todos o el máximo número posible de alumnos.
En general es recomendable usar el humor, sin abusar, para mantener el interés de los
alumnos y evitar que la atención decaiga. Sobre todo para resolver situaciones difíciles.
Una de las maneras de contestar a un alumno que hace un comentario que intenta poner
en evidencia o ridiculizar al profesor consiste en contar una anécdota divertida que tenga
que ver con el tema que se está exponiendo y ayude a clarificarlo. De esta forma se quita
hierro al asunto al mismo tiempo que se resuelve la situación planteada.
Sin embargo, vale la pena considerar las siguientes prevenciones:
–Cada profesor debe encontrar el tipo de humor que más encaja con su personalidad
para evitar fracasos y situaciones embarazosas.
–Debe tenerse mucha precaución con aquellos comentarios relacionados con la
política, razas, religión, deporte, etcétera, que puedan herir la sensibilidad de los
asistentes.
–El humor, tanto en cuanto a la temática como en cuanto al sentido, varía
considerablemente de un país a otro.
–Enemigo
52
–Falta de base
–Payaso
–Egocéntrico
–Sabio
–Nervioso
–Hacer referencia a aquellos aspectos del curriculum que más pueden interesar a los alumnos: dos o tres frases
(estudios, experiencia profesional).
–Anécdota curiosa o divertida relacionada con el curso o programa para relajar un poco el ambiente.
53
Figura 3.5. Profesores con problemas y acciones posibles
Formar es una actividad que genera un elevado desgaste psíquico en el profesor. Muchas
personas consideran equivocadamente que el profesorado realiza actividades mucho
menos estresantes que las correspondientes a otras profesiones. La realidad es que una
buena parte de los profesores trabajan con un alto índice de estrés por diversos motivos
como los que se exponen a continuación. Para cada uno de ellos se proponen vías que
reduzcan dicho estrés.
Una clase nunca acaba de estar totalmente preparada. Por tanto, en función del nivel de
54
perfeccionismo que quiera alcanzar el profesor es posible que duerma poco y tenga poco
tiempo de ocio antes de impartir la clase. A los perfeccionistas se les puede decir aquello
de que «lo mejor es enemigo de lo bueno».
Vale la pena preparar las clases con tiempo, no dejando temas pendientes para el
último día o para las horas antes de la sesión. Tampoco es recomendable esperar que la
improvisación resuelva aquello a lo que no se le ha dedicado suficiente tiempo.
En cambio, es útil dejar un espacio de tiempo antes de la clase para repasar el
programa y los materiales docentes, tales como las transparencias, por ejemplo.
En las horas antes de impartir una clase, la mayoría de los profesores están en un estado
de cierta tensión. Esta tensión es consecuencia de la combinación del nerviosismo y la
concentración que se precisa para estar mental y físicamente preparado para la clase.
La tensión puede reducirse si el profesor domina contenidos y metodología, se
acostumbra a convivir con ella y prepara suficientemente sus clases.
También es recomendable no efectuar comidas copiosas y no tomar bebidas
alcohólicas inmediatamente antes de empezar una sesión.
Una clase exige un esfuerzo mental y físico considerable. Por tanto, a medida que la
carga docente aumenta y las clases son más largas el agotamiento se incrementa.
El profesor debe conocerse suficientemente bien para saber hasta dónde puede llegar
en relación con el número de horas de clase. A nivel anual, el número total de horas de
clase debería estar entre 120 y 240, aunque esto depende de aspectos tales como las
materias, los programas, la metodología utilizada, otras responsabilidades que tenga el
profesor, o la edad, por ejemplo.
Saber decir no
El profesor suele ser una persona que disfruta con su trabajo y que a menudo no sabe
decir no a las propuestas profesionales que le hacen continuamente; escribir un artículo,
dar una conferencia, impartir una nueva asignatura, etcétera. Esto hace que a menudo el
profesor haga más de lo que realmente debería para poder disfrutar con su trabajo y
hacerlo correctamente.
Se debe controlar de forma continuada el programa anual del profesor para saber en
todo momento a qué se puede decir sí y a qué se debe decir no. Como se suele decir, una
parte de los candidatos al infarto son personas que no saben decir no.
De todas formas, en todas las instituciones académicas existen los «eternos profesores
del no» que nunca cooperan con los compañeros de departamento. Quizá estas personas
deberían cuestionarse hasta qué punto valdría la pena un incremento de la colaboración
55
que prestan. En definitiva, hay que buscar un equilibrio entre el exceso de síes y el
exceso de noes.
El profesor suele ser una persona más anárquica, individualista y maniática que la media.
Esto le lleva a considerar que lo más importante del mundo es lo que hace él y que lo
que hacen sus compañeros no interesa a nadie, lo cual es una fuente de conflictos
permanentes entre profesores por los temas más peregrinos que uno pueda imaginarse.
Esto, además, se agrava por el hecho de que en cualquier institución académica siempre
hay un reducido número de profesores que hacen su trabajo y el que no hacen los demás,
en lo que se refiere a clases, investigación, tareas de coordinación y administración de
programas, etcétera.
Todo profesor debe procurar valorar el trabajo de los demás e intentar aprender de sus
compañeros. Asimismo, hay ciertas tareas (coordinación de programas, por ejemplo) que
deberían ser hechas entre todos, aunque sea rotativamente.
Si se tuviese que seleccionar una idea de todas las que se han expuesto en el capítulo
podría decirse que:
El profesor debe dedicar tanto empeño en el dominio de la metodología docente como en el del contenido del
programa.
56
–Cuidar su estilo, que de alguna manera debería ser democrático.
–Mostrar entusiasmo.
–Utilizar, sin abusar, el humor para mantener el interés de los alumnos y para resolver
situaciones difíciles.
–Dedicar una atención especial a interpretar los mensajes que le envían los alumnos
con sus gestos, miradas, preguntas o comentarios, por ejemplo.
–Preocuparse más por el aprender de los alumnos, y de él mismo, que por el enseñar.
–Analizar, después de cada sesión, los aspectos mejorables y llevar un control de los
temas expuestos y los que se han dejado para sesiones posteriores.
–Intentar reducir todo aquello que genera estrés innecesario y acostumbrarse a
convivir con el estrés, cuando sea inevitable.
Puede ser de interés reflexionar sobre temas como los que siguen:
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
b) ¿Cuáles son las características de aquellos profesores de los que guarda peor
recuerdo?
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
57
c) Un formador está explicando las ventajas de la calidad total. Quedan cincuenta
minutos de clase y el grupo está totalmente aburrido. Uno de los participantes está
leyendo el periódico y otros dos están totalmente dormidos. ¿Qué se puede hacer
para mejorar esta situación?
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
e) Pida que le graben en vídeo una sesión para analizar, conjuntamente con varios
compañeros suyos, los puntos fuertes y débiles de su comunicación no verbal
(manos, mirada...).
f) En su próxima clase practique los silencios. Para ello formule preguntas a los
alumnos, o esté algunos segundos sin decir nada después de haber comentado
algún concepto clave de la sesión.
58
1. WEBER, E.: Estilos de educación; Herder, Barcelona, 1976, pág. 2.
59
4
Métodos pedagógicos
Mi metodología no tiene ningún mérito. Es una herencia que nos dice que la
escuela es un sitio donde se encuentra gente muy distinta y que hay que aprender
a convivir. Una escuela que enseña a respetar las opiniones de los demás, que
explica cómo la razón nunca es absoluta, que a veces te puedes equivocar y
entonces hay que aceptarlo. Que enseña a la gente a utilizar la mente y a tomar
sus propias decisiones.
CARME SERRALLONGA
4.0. Introducción
Como indica Grappin1, un método pedagógico puede definirse como «un conjunto de
reglas y de principios normativos sobre los cuales descansa la enseñanza». En otras
palabras, un método pedagógico consiste en una forma de ordenar la actividad docente
para conseguir los objetivos que se han definido.
En este capítulo se describen los principales métodos pedagógicos. En la figura 4.1 se
muestra el lugar que ocupan éstos en el proceso de diseño y desarrollo de un programa
de formación. Cada profesor, en función de sus características, del perfil de los alumnos
y de los objetivos del programa, debe seleccionar aquella combinación de métodos que
incremente la probabilidad de que se alcancen los objetivos de aprendizaje.
60
Figura 4.1. Los métodos pedagógicos en el ciclo del diseño y realización de un programa de formación
61
comparaciones que llevan a una conclusión por semejanza.
a) Trabajo individual: las tareas asignadas han de ser resueltas por los alumnos de
forma aislada.
b) Trabajo colectivo: las tareas asignadas han de ser resueltas en grupo por los
alumnos.
c) Trabajo mixto: se realiza trabajo individual y colectivo simultáneamente.
Figura 4.2. Importancia de cada método pedagógico según el tipo de programa de formación
62
hombres».
63
Figura 4.4. Ejemplo de combinación de métodos en una asignatura de asignatura de análisis de empresas en un grado de
empresariales
Es habitual que en las instituciones docentes existan disputas entre profesores que
defienden unos métodos, en contraposición a otros. En estas situaciones es conveniente
evitar las posiciones excesivamente dogmáticas y tener en cuenta, por un lado, que las
características de cada asignatura y del tipo de alumnos pueden hacer más
recomendables unos métodos que otros y, por otro lado, vale la pena favorecer un clima
en el que unos profesores aprendan de otros y viceversa.
Como se ha señalado anteriormente, todo aprendizaje requiere un proceso de cambio.
En este sentido existen métodos muy indicados para favorecer el cambio y reducir las
resistencias correspondientes. Entre éstos cabe citar los métodos esencialmente
participativos, tales como el caso o el juego de roles, por ejemplo.
A continuación se describen los métodos pedagógicos más relevantes.
64
resumen sobre las sesiones anteriores para poder así relacionarlas con la sesión del día.
También se utiliza para que los alumnos planteen dudas o cuestiones relacionadas con
temas anteriores. Además, no hay que olvidar que en los primeros minutos de la sesión
es conveniente no iniciar la exposición del tema del día porque es posible que aún haya
alumnos entrando en el aula o desconectando de la asignatura anterior o del fin de
semana. Esta primera parte acaba enunciando el tema de la sesión y el esquema que se
seguirá.
La segunda parte o fase central se dedica a explicar el tema de la sesión.
La tercera parte, o fase final, trata de hacer un resumen o síntesis sobre todo lo que se
ha expuesto. También es conveniente facilitar una relación de la bibliografía que se
recomienda a los alumnos para estudiar o ampliar más el tema. Al final se suele anunciar
el tema que se desarrollará en la sesión siguiente.
A lo largo de la sesión es importante que el profesor controle la posible fatiga de los
alumnos. En caso de que se perciban síntomas de cansancio en los alumnos será
conveniente evitar el discurso monótono e introducir algún elemento que contribuya a
elevar el nivel de atención. Por ejemplo, el profesor puede formular cuestiones (método
de los interrogantes) a los alumnos para clarificar más los temas explicados. De esta
forma, la encadenación de preguntas y respuestas mantiene la atención y ayuda a
conseguir los objetivos previstos. En este caso hay que seleccionar adecuadamente las
preguntas para que sean apropiadas, ni demasiado fáciles ni demasiado difíciles. Las
preguntas tienen que ser muy claras y debe estarse preparado por si se produce la
situación de que nadie responde. Si la falta de respuesta se debe a la timidez del grupo se
puede preguntar directamente a alguno de los participantes. En la medida de lo posible
ha de evitarse que la respuesta sea dada por el profesor sin que los alumnos hayan dicho
nada.
Otra medida a tomar cuando aparece el cansancio en los alumnos es hacer un
descanso de unos pocos minutos. Estos problemas se reducen en la medida que el
profesor sea un gran orador.
Objetivos
Transmitir información del profesor a los alumnos. Hay materias en las que esta
información se transmite mejor oralmente que con la lectura de textos por parte de los
alumnos. La lección magistral permite introducir a los alumnos en un tema, ya que da
una perspectiva general y al mismo tiempo una visión panorámica. Otro objetivo de este
método es clarificar temas de difícil asimilación por parte del alumno. Asimismo, la
lección magistral permite que el alumno aprenda aquellas materias que tienen una
bibliografía insuficiente, inexistente o muy dispersa.
Aplicaciones
65
esencialmente oral y que después ha de ser memorizada, a grupos numerosos de
alumnos. Entre sus ventajas cabe resaltar que es un método flexible, en el sentido de que
puede combinarse fácilmente con otros métodos, y que no precisa de medios complejos
para implementarlo. Tiene el inconveniente de que fomenta la actitud pasiva de los
alumnos y de que puede ser mal recibida por aquellos alumnos que esperan participar y
«vivir» activamente la sesión.
4.3. Tutoría
Objetivos
La tutoría pretende dar un trato personalizado al alumno con el fin de que pueda llevar a
buen término su proyecto de aprendizaje, ya sea una tesina o un trabajo semejante. Otras
ventajas de este método es que fomenta considerablemente la interacción profesor-
alumno e incrementa la información que tiene el profesor de la evolución del proceso de
aprendizaje del alumno y de la marcha del curso. En contrapartida, exige una gran
dedicación del profesor, que sólo podrá utilizar este método cuando el número de
alumnos sea limitado.
Aplicaciones
La tutoría puede utilizarse cuando los alumnos han de realizar una tesina, proyecto o un
trabajo similar guiados por el profesor que asume el papel de tutor.
4.4. Seminario
Procede del latín («semen» y «ario», que significan semilla y lugar, respectivamente). Su
combinación quiere decir una clase en que se reúne el profesor con los discípulos. Éstos
se convertirán en unas semillas que con el tiempo generarán otras. El método consiste en
un grupo, de unos cinco a quince alumnos, que estudian un tema y lo debaten
conjuntamente. El profesor escoge los temas, aunque a veces la selección es hecha por
los propios alumnos, y asigna tareas a cada uno de los componentes del grupo.
66
Para que el método funcione, todos los integrantes del grupo tienen que saber sacar el
máximo provecho de las reuniones. Por tanto:
En definitiva, se han de poner en práctica las técnicas que permiten optimizar las
reuniones.
El denominado aprendizaje basado en problemas, de gran tradición en la docencia de
ciencias de la salud, se apoya mucho en el uso de seminarios, combinado con las tutorías
y el trabajo fuera del aula.
Objetivos
Aplicaciones
De gran utilidad para profundizar los aspectos prácticos de una asignatura, para que los
alumnos presenten trabajos o ejercicios en público.
67
Es un método muy utilizado en programas de doctorado. También se aplica cuando
interesa relacionar la investigación con la docencia.
Este método se caracteriza por el hecho de que el alumno sigue el curso alejado del
centro docente. En su forma más tradicional, en este método el alumno recibe por
correspondencia unos materiales que ha de estudiar. Desde hace algunos años la
tendencia es a utilizar internet y a través de webs los alumnos tienen acceso a los
materiales docentes. A medida que los va estudiando ha de ir resolviendo preguntas o
ejercicios de autoevaluación que le permiten comprobar si va asimilando todo lo que ha
leído.
Dado que el alumno estudia individualmente los materiales docentes es muy
importante que éstos estén correctamente elaborados. Cada palabra y cada frase ha de ser
cuidadosamente analizada por el profesor con el fin de que el alumno tenga las menores
dificultades posibles. El nivel del tema ha de ir aumentando lenta y progresivamente.
En este tipo de educación, al principio, el alumno contactaba con el profesor a través
de la correspondencia. Posteriormente se empezó a utilizar el teléfono y actualmente ya
se ha generalizado el uso de internet y el correo electrónico. También se está empezando
a utilizar el vídeo, la videoconferencia (véase apartado 5.7) y las emisiones vía internet
en programas de educación a distancia.
Los materiales docentes han pasado del soporte exclusivo en papel a complementarse
con medios audiovisuales como vídeos, cassetes o diskettes informáticos y webs de
internet. El uso de las nuevas tecnologías permite a la mayoría de las instituciones
académicas disponer de intranets para que los alumnos interactúen entre sí y con los
profesores.
El alumno regula su propio ritmo de trabajo ya que es él quién decide cuándo empieza
y cuándo acaba la sesión de estudio de los materiales docentes. Por este motivo, se
requiere una cierta madurez y capacidad de trabajo para que el método sea efectivo.
Objetivos
Se trata de formar a alumnos que a causa de la distancia geográfica, o por algún otro
motivo, no pueden desplazarse para recibir la formación en presencia.
También tiene como objetivo realizar aquellas actividades que no es imprescindible
hacerlas en formato presencial (ejercicios de autoevaluación...) o que es mejor hacerlas
on line (chats entre alumnos y profesor para discutir lecturas...).
Aplicaciones
Este método puede ser indicado para la formación de adultos cuando no es posible la
formación en presencia por la distancia geográfica o por no poderse adaptar al horario.
68
En los últimos años este tipo de formación también se utiliza como complemento o
refuerzo de la formación presencial.
Por otro lado, vale la pena añadir que este método es uno de los que está
experimentando un mayor desarrollo a medida que se van perfeccionando y abaratando
medios tales como la videoconferencia, el correo electrónico, la enseñanza asistida por
ordenador...
No es aventurado afirmar que el profesor va a aumentar su papel como tutor y
facilitador de programas de formación en los que el alumno estará la mayor parte del
tiempo delante del ordenador y del vídeo, en lugar de estar en el aula. En este sentido, las
universidades, escuelas y centros de formación verán aumentados sus espacios dedicados
a la grabación y emisión de programas audiovisuales. Por tanto, se parecerán más a unos
estudios de televisión, y los profesores tendrán que potenciar sus habilidades
pedagógicas relacionadas con el vídeo, la informática y la enseñanza a distancia.
4.6. Ejercicio
69
planteado. Este método puede ser utilizado en cursos internos de empresas en las que se
trata de fomentar la creatividad y el consenso entre un grupo de personas. También se
aplica cuando interesa obtener muchas opiniones sobre todos los alumnos en un espacio
de tiempo corto. El principal inconveniente del método es que no es aplicable cuando se
pretende que los problemas se profundicen al máximo.
Objetivos
Aplicaciones
Es un método muy utilizado en las asignaturas de tipo técnico, ya que facilita el trasvase
de la teoría a la práctica.
Es frecuente que al finalizar una sesión se propongan ejercicios para que los alumnos
los preparen antes de la sesión siguiente. Estos ejercicios pueden resolverse en clase con
posterioridad.
En algunos casos el profesor también puede solicitarlos a los alumnos para comprobar
el seguimiento del programa o incluso para evaluar de forma continuada. La devolución
debe hacerse tan pronto como sea posible ya que en caso contrario se causa una
impresión de dejadez ante los alumnos y se dificulta la corrección sobre la marcha de los
errores. Al devolver los ejercicios a los alumnos conviene anotar las impresiones
obtenidas (aspectos positivos y negativos) por el profesor para ayudar al alumno en el
proceso de aprendizaje. Se recomienda iniciar y finalizar los comentarios con mensajes
positivos.
4.7. Caso
70
empresarial:
También se pueden clasificar los casos según la institución que los institucionalizó:
71
los distintos alumnos. De hecho, un caso no presenta un problema matemático de
solución única. A veces, como ocurre en la vida real, no existe solución a pesar de la
frustración que genera en los alumnos.
Además, el profesor ha de conseguir estimular suficientemente a los alumnos para
que éstos preparen adecuadamente los casos. En caso contrario, el método podría
fracasar ante la falta de participación de una parte de los alumnos.
Cuando una asignatura se basa de forma predominante en el método del caso, es
preciso facilitar a los alumnos notas técnicas que aporten los soportes teóricos y
conceptuales suficientes para la resolución del caso y para que el proceso de aprendizaje
sea completo.
Cuando un profesor redacta un caso es preciso que lo complemente con la
denominada Guía del Profesor. En este documento se exponen los objetivos del caso, a
qué tipo de alumnos está dirigido y en qué asignaturas puede utilizarse. También incluye
una guía para la discusión en clase.
Objetivos
Aplicaciones
El método del caso, que se usa en la mayoría de las instituciones académicas de todo el
mundo, está indicado especialmente para la formación de adultos en temas en los que no
hay verdades absolutas y en los que una buena parte del aprendizaje se produce a través
de la participación activa del alumno y de la interacción del propio grupo. Está
especialmente indicado en los programas de post-grado.
El éxito del método exige que los alumnos participen activamente y que el tamaño del
grupo no sea ni demasiado pequeño (unos 15 alumnos, como mínimo) ni excesivamente
grande (unos 40 alumnos como máximo, aunque hay quien piensa que el tamaño del
grupo puede alcanzar hasta los 50 o 60 alumnos).
Al final del capítulo 7 se acompaña un mini-caso con su correspondiente guía para el
profesor.
72
simulan la realidad. En definitiva, se pretende que se «aprenda haciendo» o, como se
dice en inglés, learning by doing.
Estos métodos eminentemente participativos entran dentro de lo que se entiende como
action learning, del inglés aprendiendo a través de la acción.
Normalmente, los alumnos, en grupos de trabajo, compiten entre sí de manera que al
final puede haber ganadores y perdedores. La utilización de ordenadores y las
metodologías de simulación han hecho que la utilización de este método aumente día a
día.
Es conveniente que la complejidad del juego no sea excesiva porque o bien se puede
obligar al alumno a invertir una gran cantidad de tiempo en el estudio de la normativa
del juego o bien se corre el riesgo de que los alumnos jueguen sin conocerlo
suficientemente.
Objetivos
Uno de los principales objetivos es conseguir que los alumnos integren conocimientos
adquiridos en asignaturas diversas. Asimismo, es un método que facilita el desarrollo de
habilidades tales como el trabajo en grupo, combinación del papel de generalista y de
especialista, uso de información en entornos turbulentos, predicción y planificación.
Aplicaciones
Este método suele usarse al final de un ciclo en el que se han desarrollado varias
asignaturas que precisan ser interrelacionadas. El ejemplo más habitual es el juego en el
que los alumnos compiten en un determinado mercado. Para salir adelante han de tomar
decisiones utilizando conceptos de contabilidad, finanzas, marketing, recursos humanos,
organización de empresas, etcétera.
Una de las prevenciones a tener en cuenta es que no se debe jugar por jugar.
Precisamente, una de las grandes ventajas de los juegos de empresa es que los alumnos
se divierten, pero si sólo se trata de un juego sin aportación de valor añadido puede ser
una pérdida de tiempo. Si se selecciona un determinado juego es para maximizar la
productividad de la sesión en relación con los objetivos pedagógicos.
Otra de las grandes ventajas de los juegos, como la de cualquier simulación, es que se
pueden tomar decisiones sin que eso pueda afectar la marcha de la empresa y, por tanto,
el alumno no corre ningún riesgo.
Este método, denominado role playing en inglés, consiste en hacer que los alumnos
simulen personajes definidos con antelación. De esta forma pueden observar desde
perspectivas distintas los comportamientos de cada actor según el papel que desempeña.
Para que el método funcione es preciso que haya la suficiente confianza entre los
73
alumnos y que los papeles estén correctamente definidos. Además, suele ser de gran
utilidad la grabación en vídeo de las actuaciones con el fin de facilitar la observación y
análisis posterior.
Durante el juego, el profesor ha de asumir el rol de facilitador sin intervenir, ya que
puede condicionar y distorsionar las acciones de los alumnos. Las únicas intervenciones
del profesor pueden estar relacionadas con el suministro de información adicional en
caso de que haya dudas sobre el papel de alguno de los alumnos que está actuando.
Objetivos
Aplicaciones
4.10. Proyecto
Con el Trabajo Final se pretende que los estudiantes integren las diferentes partes que componen el programa de la
74
asignatura, al mismo tiempo que se fomenta el trabajo en equipo, la confección de informes por escrito, la
presentación oral de los mismos y el contacto con la realidad empresarial. Se valorará, pues, la implicación, la
eficacia, la eficiencia, la rigurosidad, la capacidad de búsqueda de información, la capacidad de resolución de
problemas, y las habilidades en el uso de herramientas informáticas básicas para la presentación escrita.
Para hacer este Trabajo, los estudiantes deben seleccionar una empresa real durante las primeras semanas de la
asignatura y aplicar de manera progresiva los diferentes temas que se van tratando a medida que se desarrolla el
programa. En la cubierta del trabajo se tiene que indicar si la información que contiene el Trabajo es confidencial.
En este caso hace falta avisar al profesor con antelación con objeto de que la entrega y corrección del trabajo se
haga en presencia de los estudiantes. Al final de la corrección el profesor entregará a los estudiantes el trabajo.
También hay que indicar en la cubierta del Trabajo, junto a los nombres y apellidos de los componentes del grupo,
el porcentaje de participación de cada componente en el conjunto del Trabajo. De esta manera se podrá considerar
aquellos estudiantes que han participado más activamente. Los trabajos que no sean confidenciales se deben
entregar, el original con una copia, no más tarde del día del examen final. La copia de los trabajos estará a
disposición de los estudiantes al despacho del profesor el día de la revisión de los exámenes.
El índice que se propone para el Trabajo es el que se acompaña a continuación:
Para que el método sea efectivo, suele ser conveniente que vaya acompañado de
tutorías del profesor para ir asegurando que el proyecto avanza adecuadamente. También
refuerza el aprendizaje la presentación oral en público una vez se finaliza el proyecto.
Objetivos
Aplicaciones
75
4.11. Tormenta de ideas
Objetivos
Con este método se pretende conseguir ideas creativas para resolver problemas o
situaciones determinadas.
Aplicaciones
Este método consiste en la realización en grupo, y fuera del aula, de una serie de pruebas
con un contenido físico-deportivo. Ejemplos de ejercicios que se desarrollan en estas
sesiones son la escalada, construcción de una barca y cruce de un río, exploración y
supervivencia, etcétera. Para que la experiencia funcione es preciso que los participantes
desconecten totalmente de sus preocupaciones profesionales diarias. Estos ejercicios
fuera del aula van acompañados de sesiones en las que el grupo reflexiona, discute y
analiza tanto lo que se ha hecho como lo que queda por hacer.
En los últimos años este método se ha puesto de moda en algunas escuelas de negocio
que lo ofrecen como seminario de perfeccionamiento directivo, o como asignatura al
inicio de un programa de larga duración.
Objetivos
76
Aplicaciones
Objetivos
Sobre todo lo que se pretende es que el participante vaya más allá del saber, o del saber-
hacer, para llegar al saber-hacer en el puesto de trabajo. Por tanto, se quiere garantizar
que el participante utilice lo aprendido en su trabajo diario.
Aplicaciones
El profesor debe estar al día en lo que a métodos docentes se refiere, y ser lo suficientemente flexible para poder
seleccionar en cada momento la combinación más adecuada de acuerdo con los objetivos pedagógicos, el perfil de
los alumnos y los medios disponibles.
77
Además, también se puede añadir que:
Para trabajar más los temas desarrollados en este capítulo se proponen los siguientes
ejercicios:
a) Pruebe cada uno de los métodos expuestos, cuando sean aplicables, en aquellos
programas que esté desarrollando y posteriormente evalúe sus resultados. Pida la
cooperación de algún profesor para que le transmita sus impresiones.
b) Asista a clase de otros profesores para analizar los métodos que utilizan y su
efecto en los alumnos.
c) Pida que le graben en vídeo alguna clase real y analícela posteriormente para
detectar posibles puntos fuertes y débiles.
78
f) Pregunte a compañeros sobre experiencias docentes que han dado resultados
negativos y analice las causas.
BROWN, G.: Lecturing and explaining; Methuen, Inc., Londres, 1978, capítulos 2, 3 y 5.
DOUGLAS, L. y BLANFORD, J: Teaching business subjects; Prentice Hall, Londres, 1983.
FEUILLETTE, I.: Le nouveau formateur; Dunod Entreprise, París, 1989, capítulos 3, 4 5 y
6.
GARRAT, B.: The learning organization; Fontana, Londres, 1987, segunda parte.
Universitat Pompeu Fabra: L’organització de la docència a la UPF; Centre per a la
Qualitat i la Innovació Docent, Universitat Pompeu Fabra, Barcelona, 2009.
79
1. GRAPPIN, J. P.: Claves para la formación en la empresa; Ceac, Barcelona, 1990, pág. 71.
2. NECIRI, I.: Hacia una didáctica general dinámica; Kapelusz, Buenos Aires, 1979, págs. 233-280.
3. GRAPPIN, J. P.: Claves para la formación en la empresa; Ceac, Barcelona, 1990, pág. 72.
4. MOORE, W. G.: The tutorial system and its future; Pergamon Press, Oxford, 1968, pág. 15.
5. BIRKENBIHL, M.: Formación de formadores; Paraninfo, Madrid, 1990, pág. 55.
6. REYNOLDS, J. I.: Méthode des cas et formation au management; OIT, Ginebra, 1985.
7. ANTHONY, R.: The case method in accounting. Accounting education: problems and prospects; American
Accounting Association, Education Series núm. 1, 1974.
8. GRAHAM, G y GRAY, C.: Business Games Handbook; American Management Association, 1969.
80
5
Medios pedagógicos
No confíes en la tecnología
ANÓNIMO
5.0. Introducción
81
Figura 5.1. Los medios en el ciclo del diseño y realización de un programa de formación
82
Figura 5.2. Diferenciación de los medios pedagógicos en base a la complejidad y coste que suponen
5.1. Pizarra
Es el medio tradicional, por excelencia. Sus principales ventajas son que su nivel
tecnológico es reducido y, por tanto, es difícil que se estropee y, en cambio, es de fácil
utilización. Además, es un medio barato. Suele ser muy grande, por lo que puede
permitir la visualización de una gran cantidad de datos. Todos la ven bien, a menos que
el grupo sea muy numeroso y haya alumnos muy alejados de la pizarra.
Es importante escribir con letra grande y clara, si es posible con dos o tres colores y
ordenadamente.
Otras consideraciones prácticas son:
83
–Mientras se escribe sólo ha de hablarse de lo que se está escribiendo.
–Utilizar tizas o rotuladores que se puedan borrar. Cuando se utiliza tiza debe
recordarse que el aire acondicionado combinado con tiza puede afectar el correcto
funcionamiento de las cuerdas vocales durante la sesión. Este problema puede
solucionarse bebiendo agua.
La mayor parte de las consideraciones que se han hecho para la pizarra son válidas para
la pizarra de papel, a veces llamada con su denominación inglesa flip-chart, pero además
se pueden añadir las siguientes:
5.3. Lectura
84
fomentar el aprendizaje de éstos por parte de los alumnos. De esta forma se transmite el
mensaje de lo importantes que son los idiomas.
85
Figura 5.3. Ejemplo de pantalla correcta
86
incrementar su concentración en el mensaje.
–Son fáciles de utilizar.
–Atraen la atención.
–Permiten gran flexibilidad (se puede cambiar su orden, etc.).
–Se pueden superponer para ir construyendo un concepto.
–Se pueden usar muchas veces.
–Se puede ir destapando poco a poco las distintas partes de un gráfico a medida que se
va comentando.
–Pueden contener fotografías, vídeos... lo que puede producir un fuerte impacto visual
y sonoro.
5.5. Diapositivas
Al igual que las presentaciones con ordenador, las diapositivas requieren proyector,
corriente eléctrica, pantalla o pizarra blanca y bombillas de repuesto. Además, se
precisan otros requisitos tales como:
–El profesor debe conocer bien el funcionamiento del proyector para poder resolver
sobre la marcha las incidencias.
–La sala tiene que tener una adecuada luminosidad para que se vean las diapositivas.
–La combinación de colores debe tener el contraste suficiente. Por ejemplo, no poner
rosa y rojo juntos.
–Comprobar la correcta ordenación de las diapositivas antes de empezar.
–Son caras.
–No permiten mucha flexibilidad en la exposición.
–Si se pasan muchas y con comentarios poco estimulantes provocan cansancio.
87
calidad», como puede ser un simposio o una conferencia ante un auditorio selecto.
5.6. Ordenador
5.7. Vídeo
Es otro de los medios modernos. Para que su uso potencie la acción formativa se debe
conocer su funcionamiento y usarlo en el momento apropiado. Su principal
inconveniente es que es caro. Además, se requiere conocer su funcionamiento para
utilizarlo adecuadamente.
Se puede usar para visionar un película grabada previamente. Por ejemplo, en
programas de publicidad, formación de vendedores o de recursos humanos. Su uso
creciente se basa en que «una imagen vale más que mil palabras». Pero para que su uso
88
sea adecuado hay que recordar que aumenta la atención si no dura más de treinta
minutos y que antes de usarlo se debe exponer lo que se pretende. Después de usarlo
conviene dedicar el tiempo suficiente para comprobar que los objetivos de aprendizaje se
han conseguido.
También puede usarse grabando intervenciones de los alumnos sobre todo en
programas de capacitación en habilidades directivas, tales como gestión de reuniones,
técnicas de la entrevista, liderazgo, etcétera.
Cuando los alumnos han de visionar un vídeo deben tomarse precauciones tales
como:
–Comprobar que todos los alumnos lo ven y oyen correctamente desde el lugar que
ocupan en el aula.
–No molestar a las aulas contiguas con un volumen demasiado elevado.
Además, como con cualquier otro medio, el profesor debe conocer suficientemente el
funcionamiento de los equipos y saber resolver las principales incidencias que se pueden
producir.
En los últimos años se ha hablado mucho de la videoconferencia, ya que permite que
intervengan en una misma sesión personas que están en distintas ciudades o países. La
principal ventaja de este medio es que reduce los costes ocasionados por los
desplazamientos. Sin embargo, tiene un coste elevado, tanto en lo que se refiere a los
equipos, y su mantenimiento, como al uso de líneas telefónicas. La sesión más habitual
de videoconferencia es aquella en la que profesores y alumnos, estando en puntos
geográficos diferentes, coinciden en una sesión de una o pocas horas de duración. Esta
tecnología permite que los distintos participantes puedan hacerse preguntas y verse las
caras durante la sesión.
Otra posibilidad que ofrece el vídeo es la que utiliza la Universidad de Colorado en
Fort Collins, donde organiza un Master en Business Administration que es seguido en
presencia por unos doscientos alumnos y a distancia por unos mil alumnos. Todas las
sesiones de presencia se graban en vídeo y cada día son enviadas copias de los vídeos a
los alumnos que siguen el programa a distancia. Los exámenes son idénticos para todos
los alumnos, tanto los de presencia como los de distancia. Estos últimos sólo se han de
desplazar para los exámenes y pueden efectuar consultas por teléfono o correo
electrónico a los profesores.
89
5.8. Centro de recursos de aprendizaje
Objetivos
Aplicaciones
Son especialmente indicados para aquellos temas que pueden ser objeto de enseñanza
programada, al igual que se ha expuesto anteriormente con la enseñanza a distancia.
Las aplicaciones más habituales son complementarias de otros tipos de métodos. Por
ejemplo, el uso de laboratorios de idiomas va en esta línea. En la misma línea, los
tutorials son muy válidos para el aprendizaje de ciertos paquetes informáticos, como las
hojas de cálculo o los procesos de texto. Estos programas de aprendizaje informático van
formulando cuestiones al alumno y a medida que éste va respondiendo van planteando
nuevas cuestiones y facilitan una evaluación continuada de lo que se va aprendiendo.
Los vídeos interactivos también son un buen complemento de programas de
formación en habilidades directivas o en técnicas de venta, por ejemplo. De forma
similar a los tutorials, estos vídeos van formulando preguntas al alumno y en función de
las respuestas de éste va avanzando el programa en una dirección u otra.
Además de los medios anteriores, el desarrollo de las sesiones de formación tiene otros
requisitos:
–Sala: espaciosa, ventilada, ni frío ni calor, iluminada; que todos los alumnos se vean,
vean la pizarra y al profesor.
–Sillas y mesas cómodas y, a ser posible, movibles cuando se tenga que utilizar
métodos participativos. Cuando se utiliza el método del caso o el role-playing es
conveniente que la disposición de las mesas y sillas sea en forma de U para que todos
los participantes se puedan ver con más facilidad.
90
–Percheros y papeleras.
–Yeso, rotuladores y borrador.
–Pantalla si se utiliza retroproyector, o pantalla de cristal líquido.
–Micrófono, cuando el número de participantes supera los cincuenta o sesenta. Si se
han de utilizar transparencias y el profesor necesita moverse es conveniente disponer
de micrófono inalámbrico.
–Folios en blanco.
–Reloj de pared. Teléfono para avisar si hay una incidencia (exceso de frío, calor o de
ruido, por ejemplo).
–Que haya cerca del aula un tablón para comunicar mensajes a los alumnos, lavabos,
ascensor, bar y teléfono público.
Los medios deben ser conocidos por el profesor. De todas formas, como aquellos pueden fallar se debe estar
siempre preparado para poder impartir la sesión, en caso necesario, sin otro recurso que la voz.
a) Pruebe cada uno de los medios expuestos, cuando sean aplicables, en aquellos
programas que esté desarrollando y posteriormente evalúe sus resultados. Pida la
cooperación de algún profesor para que le transmita sus impresiones.
91
b) Asista a clase de otros profesores para analizar los medios que utilizan y su efecto
en los alumnos.
d) Compruebe que las pantallas de una presentación con ordenador que utiliza en la
asignatura que está impartiendo actualmente son correctas teniendo en cuenta las
recomendaciones efectuadas.
BEAU, D.: 100 fiches de pédagogie des adultes; Les Editions d’Organization, París, 1976.
HUNTER, M.: Mastery Teaching; Tip Publications, University California Los Ángeles,
Los Ángeles, 1985, capítulo 8.
PAVÓN, A.: Nuevas tecnologías de formación en la empresa; Capital Humano, número
34, mayo, 1991.
Universitat Pompeu Fabra: L’organització de la docència a la UPF; Centre per a la
Qualitat i la Innovació Docent, Universitat Pompeu Fabra, Barcelona, 2009.
92
1. RING, A. E. & SHELLEY, W. J.: Aprendizaje mediante el retroproyector, Trillas, México, 1973, pág. 1.
93
6
6.0. Introducción
Una de las claves del éxito de la mayoría de las actividades humanas, y por supuesto de
la formación, es la programación. Por programación se entiende la actividad de enunciar
lo que se quiere hacer (objetivos, materias, métodos, medios y tiempos). En la figura 6.1
se muestra la fase de programación en el ciclo de diseño y realización de una acción de
formación. Esto no implica que no se pueda improvisar, pero la experiencia indica que la
improvisación no siempre tiene buenos resultados. Como el tiempo de los participantes y
del profesor es escaso, la programación intenta asegurar la consecución de los objetivos
de la formación de la forma más eficiente que sea posible.
Seguidamente se aportan consideraciones prácticas para la óptima programación de
un programa de formación y de cada una de sus sesiones.
94
Figura 6.1. La programación en el ciclo del diseño y realización de un programa de formación
El programa debe, en principio, ser respetado siempre, a menos que se produzca algún
hecho que haga reconsiderarlo, con las adaptaciones oportunas que sea preciso
introducir.
La programación consiste, en primer lugar, en la fijación de los objetivos a alcanzar.
Para ello se subdividen los grandes objetivos de la acción de formación en
microobjetivos que garanticen la consecución de aquéllos. Seguidamente, se hace una
primera selección de los temas a desarrollar en cada una de las sesiones del programa.
Estas actividades, la selección de contenidos y la determinación de las sesiones
necesarias, se desarrollan de forma simultánea a través de un proceso en el que todos los
elementos del mismo se interaccionan.
A modo de ejemplo, en la figura 6.2 se reproduce el reparto por sesiones de los temas
a desarrollar en un seminario de dos días dedicado a la formación de formadores. Se
hace el supuesto de que cada día se subdivide en cuatro sesiones de dos horas cada una.
Por ejemplo, la primera sesión del primer día del seminario incluye los temas siguientes:
95
–Presentación de los participantes y del profesor.
–Exposición de los objetivos del seminario y de su programa.
–A continuación se desarrolla un tema de introducción dedicado a:
–¿Cómo aprenden los adultos?
–La formación es un proceso de comunicación.
–Formulación de objetivos pedagógicos que deben ser medidos.
–Conocimiento de los participantes de un programa de formación.
96
Figura 6.2. Ejemplo de temas a desarrollar en un seminario de dos días sobre formación de formadores
97
siempre estará planificado lo que queda por hacer. Además, con la ayuda de la ficha se
puede realizar un control sobre lo que ya se ha hecho en clase.
98
fichas como ésta permite al profesor controlar en todo momento la marcha del programa,
lo que se ha hecho y lo que no. Así se evita la posibilidad de olvido de lo que se hizo en
la última sesión o lo que se pidió a los alumnos que hicieran para preparar la sesión
siguiente.
Cada participante presentará a un compañero, después de mantener una corta entrevista de unos 5 minutos.
Interesa que sobre todo indiquen su ocupación profesional, nivel de estudios y los motivos por los que se han
inscrito en el seminario. Posteriormente, se presentará el profesor indicando aquellos aspectos de su currículum
que están más relacionados con la formación de formadores.
Con la ayuda del retroproyector, el profesor comenta los objetivos a alcanzar a través del programa y el
programa por sesiones. Los participantes tienen copia de las transparencias en la documentación que se les ha
facilitado al inicio del seminario.
– A continuación se desarrolla, durante una hora y veinte minutos, un tema de introducción dedicado a:
Con la ayuda de transparencias y pequeños ejercicios que van siendo resueltos sobre la marcha por los participantes,
y utilizando el método de los interrogantes, se va desarrollando cada uno de los temas.
Figura 6.4. Ejemplo de distribución de métodos, medios y minutaje para la primera sesión de un seminario de formación
de formadores
– Agradecimientos, si procede, a las personas o instituciones que han hecho posible la organización de la acción de
formación.
– Presentación del profesor.
– Presentación de los participantes.
2) Introducción y objetivos del programa de formación (si se trata de la primera sesión) y de la sesión:
99
3) Conceptos principales y secundarios de la sesión:
– Enunciar claramente cada uno de los temas a medida que se vayan introduciendo y las distintas visiones sobre
cada uno de ellos.
– Anotar previamente los ejemplos y anécdotas que se comentarán al explicar cada concepto.
En toda sesión hay que decir previamente lo que se va a decir. Después hay que
decirlo. Y finalmente, hay que decir que se ha dicho.
Para las sesiones que se desarrollan a continuación existen las siguientes
consideraciones adicionales, independientemente del programa de cada sesión:
100
Figura 6.6. Ejemplo de programa de las dos primeras semanas de una asignatura de análisis de estados financieros
Para complementar los apartados anteriores puede ser de utilidad añadir una serie de
consideraciones prácticas:
101
–Comprobar el estado del aula (pizarra, tiza, rotuladores, proyector, enchufes...) unos
veinte minutos antes de la primera sesión. Así, se dispone de tiempo para solucionar
posibles problemas.
–Revisar el material que se entrega a los alumnos.
–No confiar en la tecnología y, por tanto, hay que tener opciones de recambio por si
falla algo.
Horario
–Se debe respetar el horario de inicio (quizá con 5 minutos de cortesía, aunque este
aspecto depende mucho de la cultura del país) y finalización. Es recomendable no
ceder ante la impuntualidad de algunos alumnos. A los pocos minutos del horario
establecido hay que empezar la sesión aunque no estén todos los alumnos. De no
hacerlo así, los que han llegado puntualmente también empezarán a ser impuntuales
y se puede generar una situación de dejadez y apatía difícilmente reconvertible,
además de que no se podrá cumplir posiblemente el programa previsto.
–En las jornadas de todo un día: el número máximo recomendable de horas lectivas se
sitúa entre 7 y 8 horas (4 por la mañana y 3 o 4 por la tarde). Por la tarde, sobre todo
al reanudarse las sesiones después del almuerzo, los métodos deben ser
eminentemente participativos.
–Se rinde más en dos sesiones de 3 horas (en días distintos) que en 7 horas en un
mismo día.
–En las sesiones de tarde el tiempo lectivo máximo oscila alrededor de las 3 o 4 horas.
Si las sesiones duran más es posible que se empiece a reducir la efectividad del
programa de formación.
–Cada hora y media, o dos horas como máximo, debe haber un descanso de unos 15 o
20 minutos.
–Dejar tiempo al final de cada sesión para las últimas cuestiones o comentarios de los
alumnos.
Almuerzos y cenas
102
Estos programas a medida, también denominados en inglés in company training, están
viviendo un interés creciente en la actualidad. Independientemente de la relación cliente-
proveedor que se establece entre el profesor y el alumno, existe otra relación más
importante cliente-proveedor entre la empresa que solicita el programa a medida y la
institución docente que se lo proporciona. La empresa-cliente suele estar representada
por su director de formación o de recursos humanos, o por el director del departamento
que solicitó la formación.
Como se indica en la figura 6.7, una vez se recibe la demanda de la empresa-cliente
se procede a analizar de forma concreta sus necesidades de formación. Asimismo,
conviene recabar la máxima información sobre la empresa y su política (cuentas anuales,
informe de gestión, revista de la empresa, etcétera). El diseño del programa a medida se
hace en base a estas necesidades y los medios disponibles. Finalmente, una vez se ha
iniciado el desarrollo del programa y a la finalización del mismo se evalúan los efectos
producidos. Como se explica en el capítulo siguiente, la evaluación de la satisfacción de
los participantes se ha de complementar con otros tipos de evaluaciones para verificar
los efectos del programa para la empresa. En la mayoría de los casos la consecución de
la satisfacción de los alumnos pasa a un segundo plano, ya que se prima la optimización
de la relación coste-beneficio que supone el programa para la empresa que financia la
actividad de formación.
Figura 6.7. Etapas del desarrollo de los programas a medida para las empresas
103
–En la universidad y, concretamente en estudios de grado, el tamaño ideal oscilaría
entre 40 y 80 alumnos.
–En estudios de post-grado de la Universidad, el tamaño ideal debería ser algo menor
al anterior. Posiblemente, entre 30 y 50. Esta reducción vendría motivada por la
necesidad de utilizar métodos más participativos.
–En programas de doctorado, el número de alumnos adecuado estaría entre 10 y 25.
–En programas de perfeccionamiento directivo y cursos a medida para empresas, en
los que los métodos son esencialmente participativos, se recomiendan grupos de unos
20 alumnos, aproximadamente. Además, en este tipo de programas la interacción de
los participantes es uno de los procesos que se trata de potenciar.
–Finalmente, en programas de formación en el propio puesto de trabajo suelen
utilizarse grupos de 2 a 8 personas.
El programa de formación se divide en sesiones, y con la ayuda de una ficha para cada una de ellas se planifican los
métodos, medios pedagógicos y el minutaje, de acuerdo con los objetivos a alcanzar.
Para practicar los temas expuestos en este capítulo se recomienda dedicar un tiempo a
los siguientes ejercicios:
104
acuerdo con las propuestas de las páginas anteriores.
HUNTER, M.: Mastery Teaching, Tip Publications, University California Los Ángeles,
Los Ángeles, 1985, capítulo 14.
GRAPPIN, J. P.: Claves para la formación en la empresa; CEAC, Barcelona, 1990,
capítulos 4 y 6.
VILADOT, G. y ROMANS, M: La educación de adultos; Laia, Barcelona, 1988, capítulo 6.
Universitat Pompeu Fabra: L’organització de la docència a la UPF; Centre per a la
Qualitat i la Innovació Docent, Universitat Pompeu Fabra, Barcelona, 2009.
105
7
Evaluación
Si quiere clientes que no tengan razón, ingrese en la policía de tráfico.
ANÓNIMO
7.0. Introducción
La última etapa del ciclo de diseño y realización de una acción de formación antes de
iniciarlo de nuevo es la evaluación (véase figura 7.1). La evaluación consiste en la
emisión de un juicio tras la recogida de información suficiente.
La evaluación tiene varias facetas. Por un lado, está la evaluación de los alumnos.
Pero además, también se ha de evaluar a los profesores y al proceso de formación, para
comprobar tanto su efectividad como las posibilidades de mejora.
106
de aprendizaje de los alumnos. En este segundo caso, el medio habitual es el examen.
Para otros tipos de enseñanza, sobre todo la relativa a la formación en las empresas,
es necesario llegar a los demás niveles de evaluación:
Por lo que respecta a los alumnos, la evaluación permite conocer hasta qué punto han
alcanzado los objetivos del programa de formación. Como indican Cols y Martí1, «la
evaluación resulta de un proceso de comparación entre las conductas que manifiestan los
alumnos en una circunstancia dada y los principios elegidos. Es un proceso de
comparación. El profesor valora los resultados logrados en relación a los que pretendía
que se alcanzaran». La evaluación también es un elemento motivador e informador de
los alumnos. Además, no podemos olvidar que la evaluación permite calificar y
seleccionar a los alumnos, que son actos que tienen que ser realizados por el profesor.
Otra finalidad de la evaluación es medir la efectividad de los métodos y medios
pedagógicos utilizados.
107
7.2. Evaluación de los alumnos
Con estas evaluaciones se puede conocer la efectividad de los alumnos y, también, la del
binomio alumnos-profesor. Sin lugar a dudas, cuando un porcentaje muy elevado de
alumnos suspende una determinada asignatura es posible que exista algún problema
relacionado con el profesor o con la combinación de métodos y medios que se han
utilizado.
Lo mismo podríamos afirmar en relación con la institución. Si comparamos dos
universidades, una en la que finalizan un determinado grado el setenta por ciento de los
alumnos que la iniciaron, y otra en que sólo la completan el diez por ciento de los
alumnos, es posible que en la segunda se produzca algún tipo de error grave. Esta
situación puede estar relacionada con los criterios de selección de los alumnos que
entran en la universidad, el número de alumnos por grupo, la motivación de los
profesores, los métodos docentes utilizados, etcétera.
Las técnicas que se suelen utilizar para evaluar a los alumnos son el examen oral o
escrito y los trabajos realizados. Complementariamente, en la medida en que los grupos
de alumnos no sean excesivos se puede evaluar también, aunque en la mayoría de las
ocasiones sólo parcialmente, a partir de la participación en clase o por internet y de las
tutorías.
Cada vez se utiliza más el sistema de evaluación continuada. Este sistema reduce el
peso específico del examen final en beneficio de los exámenes parciales, de los trabajos
y de la participación en clase o por internet. La evaluación continuada tiene como
principal ventaja que tanto el profesor como los alumnos tienen más información sobre
los resultados que se están alcanzando con el proceso formativo antes de llegar al final
del mismo. De esta forma, ambas partes pueden tomar medidas correctivas en caso de
que se produzcan desviaciones en relación a los resultados esperados.
Otro aspecto a tener en cuenta es que la evaluación ha de conseguir aportar
información sobre la adquisición, por parte de los alumnos, de las competencias
previstas en los objetivos del programa de formación.
Es conveniente utilizar diferentes técnicas de evaluación (exámenes, trabajos,
participación en clase...) y el peso de cada tipo de evaluación en la calificación de la
asignatura debe estar muy claro desde el principio.
Examen escrito
El examen escrito es el método más usado para evaluar. Hay muchos tipos de exámenes
escritos:
–preguntas cerradas (como las pruebas objetivas, por ejemplo) en las que la respuesta
puede ser:
–verdadero o falso,
–sí o no,
108
–de elección entre varias posibles respuestas, u otras,
–frases incompletas que el alumno debe completar,
–preguntas abiertas de respuesta corta,
–preguntas abiertas de respuesta larga,
–comentarios de texto,
–resolución de ejercicios o casos,
–con utilización de material de consulta o no.
Las principales ventajas de cara al profesor son que permite la comparación entre
alumnos y la revisión de la calificación otorgada al examen. También podemos decir que
es un método muy adecuado para comprobar si el alumno sabe (a través de preguntas
teóricas) y si sabe-hacer (a través de ejercicios a resolver). Otra ventaja, en el caso de las
pruebas objetivas (preguntas cerradas o frases incompletas, por ejemplo), es que se
puede hacer la corrección mediante el uso del ordenador. Además, una vez fijados los
criterios de corrección y valoración de cada pregunta, la puntuación otorgada elimina la
subjetividad del corrector.
En este tipo de exámenes es importante que las cuestiones sean muy claras y no
lleven a confusión al alumno.
En los exámenes conviene dar instrucciones claras a los alumnos sobre cómo pueden
distribuir su tiempo entre las distintas cuestiones.
Examen oral
El examen oral permite conocer el nivel exacto de conocimientos del alumno, ya que el
profesor puede ir reconduciendo el hilo de las cuestiones en función de las respuestas
dadas por el alumno. No obstante, se utiliza cada día menos, posiblemente por la gran
cantidad de alumnos existente y por la imposibilidad de efectuar una revisión de la
calificación. Además, existen otros inconvenientes:
La evaluación también puede realizarse a través de los trabajos, proyectos o tesinas que
se pide que los alumnos realicen individualmente o en grupo. De esta forma se incentiva
a los alumnos a que trabajen a fondo los aspectos prácticos de la asignatura. Otra ventaja
109
de los trabajos en equipo es que el alumno tiene la oportunidad de perfeccionarse en este
tipo de habilidad directiva cada vez más necesaria en la mayoría de las profesiones. El
problema que surge a veces cuando alguno de los componentes no colabora con sus
compañeros es algo que tiene que ser resuelto por el propio grupo. En relación con el
tamaño del grupo es conveniente que no sea demasiado grande para evitar que una parte
de los componentes deje de participar activamente.
Autoevaluación
Examen
Evaluación final mediante un examen, al final del trimestre, que supondrá un 50%
de la nota. El examen es obligatorio.
El examen constará de dos partes, una primera parte de conceptos teóricos que
supone un 30% del total y una segunda parte donde se tiene que desarrollar un caso
práctico y supone un 70% sobre el total de la nota. El tiempo estimado de
realización del examen es de dos horas. Se valorará, entre otras, la capacidad de
resolución de problemas, la aplicación del conocimiento teórico y herramientas de
análisis a situaciones reales y el aprendizaje a partir de la experiencia.
Es imprescindible aprobar el examen para aprobar la asignatura.
Proyecto
110
conceptos tratados en la asignatura a una empresa real. Supondrá un 40% de la
nota. Obligatorio. Durante el trimestre habrá tutorías grupales con los profesores.
Las reuniones serán quincenales.
Ejercicios
Ejercicios de autoevaluación
Estos ejercicios no supondrán ningún peso en la nota final y son optativos. Los ejercicios
son de elección múltiple, hay cuatro opciones y únicamente una es la respuesta correcta.
Estos ejercicios sirven de barómetro para el estudiante a la vez de comprobar cómo
adelantan sus conocimientos a lo largo del curso. En el Campus global hay ejercicios de
autoevaluación para cada tema teórico. A continuación presentamos un cuadro resumen
de los criterios de evaluación general señalados (figura 7.2).
Figura 7.2. Cuadro resumen de un ejemplo de los criterios de evaluación de una asignatura
111
A continuación, estos criterios de evaluación se concretan relacionándolos con las
competencias que los alumnos han de adquirir (véase figura 7.3).
112
113
114
Figura 7.3. Ejemplo de relación entre criterios de evaluación y competencias que los alumnos han de adquirir
La búsqueda de la calidad total está llegando a todos los ámbitos de nuestra vida y,
lógicamente, también afecta a la actividad docente. Este objetivo pasa necesariamente
por un control de la calidad de la enseñanza, y uno de los mecanismos imprescindibles es
la evaluación de los profesores. Esta evaluación es muy sencilla de efectuar cuando se
trata de obtener la opinión de los alumnos sobre el profesor (conocimiento de la materia,
115
capacidad de comunicación con los alumnos, predisposición para atender consultas de
los alumnos, preparación de las clases, etcétera). Al profesor le puede ser de gran
utilidad que sus alumnos evalúen aspectos tales como los siguientes:
–Claridad de la exposición
–Conexión entre teoría y práctica
–Metodología utilizada
–Conocimiento del tema
–Nivel de aprovechamiento y utilidad de los conceptos introducidos
–Utilidad y calidad de la documentación
116
Figura 7.4. Evaluación del profesor con preguntas cerradas
Asignatura:
Profesor:
117
2. Cite las características mejorables del profesor como docente
El primer nivel de evaluación, que es el que utilizan casi todas las instituciones, es el que
pretende obtener información sobre la reacción de los alumnos durante y al finalizar un
programa concreto de formación. En este nivel la técnica más utilizada es la encuesta
que contestan los alumnos, generalmente de forma anónima para conseguir la máxima
confidencialidad en las respuestas. Esta encuesta suele tener cuestiones sobre el diseño
118
del programa, el profesor, la metodología utilizada, la organización (local, horario,
comidas...), la documentación facilitada, etcétera. Normalmente, la mayoría de las
cuestiones son cerradas (escala de Likert, opción binaria, elección múltiple) con el fin de
poder tabular y analizar las respuestas.
Este nivel de evaluación consigue información muy importante sobre el diseño (qué
materias faltan o sobran, duración correcta de la acción de formación...), sobre el
instructor y sobre la organización. Con esta información se pueden introducir cambios en
la acción formativa para que la próxima vez los alumnos queden más satisfechos.
El aspecto negativo de este nivel de evaluación es que no mide la eficacia de la acción
formativa y por tanto es incompleta. Además, es total-mente subjetiva. A modo de
ejemplo, se puede llegar a la situación de que el profesor que consigue que los alumnos
aprendan más, no es el mejor valorado por no ser quizá tan «simpático» como otros.
A pesar de estos inconvenientes, este nivel de evaluación cumple su misión, y por
tanto, es recomendable no dejarlo de hacer a pesar de que se alcancen algunos de los
niveles siguientes de evaluación.
En las figuras 7.7, 7.8 y 7.9 se acompañan ejemplos de encuestas a rellenar por los
alumnos.
119
A partir de este nivel de evaluación es cuando se considera la formación como una
iniciativa que pretende asimilar el perfil de conocimientos y capacidades profesionales
que precisa el puesto de trabajo con el perfil que tiene el alumno. La acción de
formación tiene precisamente como principal objetivo cubrir la necesidad de formación
consecuencia de las diferencias entre ambos perfiles.
El segundo nivel de evaluación, ya expuesto en el apartado 7.2, trata de analizar hasta
qué punto se han adquirido los conocimientos (saber) que se pretendían con la acción
formativa. Para esta evaluación de aprendizaje se suelen utilizar los exámenes.
Normalmente, estos exámenes tienen lugar al final de la formación. Sin embargo,
también se pueden hacer evaluaciones antes y después de la formación para evaluar la
progresión que ha tenido el alumno (evaluación progresiva).
Este nivel va más allá de la evaluación del saber, ya que se concentra en las capacidades
profesionales (saber-hacer). En este caso se trata de analizar hasta qué punto los
participantes en una acción de formación han aprendido a hacer algo que se requiere de
acuerdo con el perfil del puesto de trabajo. En este nivel, el método de evaluación más
usado es lo que se llama la situación-prueba. Esta prueba trata de simular una situación
de trabajo asimilable a la realidad. Un ejemplo es la simulación de operaciones bancarias
que hace el centro de formación de una entidad financiera en un aula que tiene todas las
características de una oficina de la propia entidad. Algunas entidades de crédito tienen en
estas aulas-oficina terminales de ordenadores conectados al ordenador central, dinero
real, cajeros automáticos de verdad y otras características que simulan una oficina real.
120
Figura 7.7. Ejemplo de encuesta a rellenar por el participante
121
122
Figura 7.8. Ejemplo de encuesta a rellenar por el participante
123
124
–¿Qué es lo que le ha parecido peor de la asignatura?
–Cite tres aspectos que conseguirían que esta asignatura fuera excelente:
Fuente: EADA
Una de las ventajas de este nivel de evaluación es que facilita la transferencia de los
conocimientos aprendidos a comportamientos en el puesto de trabajo. De esta forma se
reduce el riesgo de que lo que se aprende en un aula sea difícilmente aplicable en el
trabajo.
125
Quinto nivel: Efecto en indicadores de calidad o productividad
Así como a partir del segundo nivel la evaluación de la formación tiene presente que la
acción formativa trata de satisfacer unas necesidades de formación, a partir del quinto
nivel se empieza a evaluar la rentabilidad.
Este nivel exige que antes de la acción de formación se definan los parámetros que
sufrirán cambios como consecuencia de la formación. Estos parámetros están
relacionados normalmente con la calidad o productivi-dad del trabajo realizado por las
personas formadas. Otra característica de estos indicadores es que han de tener un efecto
en la cuenta de resultados de la empresa por significar aumentos de los ingresos o
reducciones de los gastos. Como ejemplos de indicadores se podrían mencionar los
siguientes:
Al igual que en cualquier otro tipo de inversión se trata de conocer en primer lugar el
importe que se invierte en una determinada acción de formación (tanto en el diseño de la
acción, como en la propia acción y en su evaluación). Si se está hablando de inversión en
lugar de gasto es porque se considera que en algunas ocasiones el dinero que cuesta la
formación responde más a una perspectiva de gasto que de inversión. Por gasto en
formación entendemos aquella acción de formación que no tiene una repercusión
identificable a largo plazo. En cambio, una inversión en formación es la que reporta
beneficios identificables más allá del corto plazo. A modo de comparación podríamos
comparar el gasto o consumo de gasolina con la inversión en la adquisición de un
automóvil. De la misma forma podríamos comparar la formación para mantener el nivel
de inglés de un empleado (que podría asimilarse a un gasto del ejercicio) con la
126
formación que se imparte a todos los empleados de una empresa para implantar un
programa de calidad total (que podría tener la consideración de una inversión o de un
gasto-inversión, como también se la denomina).
Tal y como se indica en el cuadro siguiente, para el cálculo del importe invertido se
ha de tener en cuenta tanto los costes directos de la formación (profesorado, material
docente...), como los costes indirectos de la formación (personal del departamento de
formación...). Así, el coste de una formación será igual a los costes directos más la parte
de los costes indirectos que corresponda a dicha acción formativa.
Los criterios utilizados para el cálculo de los costes indirectos que corresponden a
cada acción de formación son siempre subjetivos. De todas maneras, los más utilizados
son los que hacen el reparto entre las diversas acciones de formación en función del
número de participantes de cada acción, o del número de horas de cada acción, o del
número de horas-participante (que se calcula multiplicando el número de participantes
por el número de horas que tiene el programa), o en función del tiempo que ha destinado
el personal del departamento de formación a cada acción de formación, o
proporcionalmente a los gastos directos de cada acción.
A partir del importe invertido y de los beneficios que son consecuencia de la acción
de formación ya se puede calcular la rentabilidad de la inversión. Si se adopta una
perspectiva a corto plazo el indicador a utilizar suele ser el ROI o rendimiento de la
inversión. Esta perspectiva a corto plazo se utiliza cuando los beneficios que produce
una inversión no superan el horizonte de un año. En cambio si la perspectiva es más a
largo plazo el indicador válido es la TIR o tasa interna de rentabilidad.
127
–Cálculo del rendimiento de la inversión (ROI)
La TIR o tasa interna de rentabilidad anual, también denominada TAE o tasa anual
equivalente, se calcula a partir de la fórmula siguiente:
128
El principal problema que tienen estos métodos de cálculo de la rentabilidad de una
inversión en formación es que sólo consideran aquellos beneficios que se materializan en
dinero. Por tanto, todos aquellos efectos beneficiosos que proporciona la formación que
no sean cuantificables en u.m. no entran en la rentabilidad. En cierto modo convendría
decir que la rentabilidad de la formación viene dada por sus aspectos económicos (ROI o
TIR) más sus efectos positivos no cuantificables, que afortunadamente son muchos.
Conclusiones
129
Permite controlar el nivel de calidad de cada programa, proporciona información para introducir las modificaciones
oportunas para alcanzar los objetivos previstos y mide el efecto generado en los alumnos.
Además, las principales ideas que se ha intentado transmitir a lo largo del capítulo son
las siguientes:
c) Lea y conteste las cuestiones que se plantean en el caso que se acompaña (Caja de
Ahorros de Calatayud A, B y C). Al final del caso se facilita una guía para el
profesor en la que se indican posibles enfoques para las respuestas.
130
FEUILLETTE, I.: Le nouveau formateur; Dunod Entreprise, París, 1989, capítulo 9.
LE BOTERF, G.: Cómo invertir en formación; Colección EADA Gestión, Ediciones
Gestión 2000, Barcelona, 1991, capítulos 2 a 6.
TENBRINK, T.: Evaluación: guía práctica para profesores; Narcea, Madrid, 1981.
Universitat Pompeu Fabra: L’organització de la docència a la UPF; Centre per a la
Qualitat i la Innovació Docent, Universitat Pompeu Fabra, Barcelona, 2009.
Situación de partida
La valoración del programa por parte de los participantes ha sido altamente positiva
en lo referente a interés del tema, profesorado, vídeos, role? playings y organización por
parte del departamento de formación.
Ha habido algunas quejas aisladas sobre la calidad de la comida, algunas fotocopias
eran defectuosas, la insuficiencia del tiempo global y el exceso de horas lectivas en cada
131
jornada.
El comentario negativo generalizado es que hubo problemas de calefacción el
segundo día y que se les había avisado con poca antelación del inicio del programa. Dos
participantes incluso dijeron que se les había avisado el día anterior del inicio del
programa.
132
Caja de Ahorros de Calatayud (B)
Información adicional
133
Caja de Ahorros de Calatayud (C)
Datos medios mensuales por comercial antes y después del programa de formación
(tres meses después de la finalización del programa)
134
135
Caja de Ahorros de Calatayud
(A)
Al discutir la primera parte del caso se ha de poner de manifiesto que con los datos
disponibles solamente se puede detectar el grado de satisfacción de participantes y
monitores. Hace falta mucha más información para poder hacer una información
más completa:
–Objetivos del programa de formación
–Datos sobre modificaciones en el puesto de trabajo consecuencia de la acción de
formación.
(B)
Al discutir la segunda parte del caso, se trata de que los participantes opinen sobre
la razonabilidad de cada uno de los objetivos planteados. Asimismo, se trata de
que los participantes propongan la forma de evaluar el nivel de consecución de los
objetivos planteados.
(C)
En esta tercera parte del caso se aportan datos para poder realizar la evaluación
económica del programa de formación. Esta evaluación puede hacerse como
sigue:
136
Plazo de recuperación = Menos de un mes
De los datos anteriores se puede concluir que la rentabilidad económica del programa
analizado es muy elevada.
137
1. COLS, S. y MARTÍ, M. C.: Planteamiento y evaluación de la tarea escolar, Troquel, Buenos Aires, 1970, pág. 90.
138
8
Conclusiones
Los avances reales en el conocimiento, se dan en personas que hacen lo que les
gusta hacer.
ALBERT EINSTEIN
A lo largo del libro se han ido planteando propuestas en relación al diseño y realización
de programas de formación.
Éstas se pueden resumir diciendo que todos podemos aprender de todos y que todos
hemos de aprender mucho. En general e independientemente de posibles casos
particulares, el estilo democrático de formación parece el más adecuado en este sentido.
La profesión de formador es apasionante si conseguimos desarrollarla como una
historia de mejora interminable, tal y como hemos de entender el diseño y realización de
los programas de formación.
139
La respuesta a este dilema está en línea con la propuesta de la American Accounting
Association3 cuando señala que «el instrumental docente del profesorado debería incluir,
entre otras, las siguientes herramientas de trabajo: lección magistral; análisis y discusión
de los casos; dramatización de situaciones de toma de decisiones; proyectos de
investigación en equipos; trabajos prácticos; interpretación de informes escritos y orales;
manuales para las necesidades de los estudiantes y de los objetivos del curso;
argumentación; uso eficaz del material docente; proyectos de estudio que fomenten el
autoaprendizaje; discusión de asuntos de ética; discusión en clase con profesionales;
enseñanza a través de ordenadores».
Además, cabría añadir que el profesor tiene que aceptar el reto que supone el cambio
tecnológico y sacar el máximo provecho de éste introduciendo las nuevas tecnologías en
sus tareas, tanto docentes como de investigación. Como indica Peter Drucker4: «Cabe
predecir sin temor a equivocarse que en los próximos años, las escuelas y las
universidades cambiarán cada vez más radicalmente de lo que lo han hecho desde que
asumieron su forma actual hace más de trescientos años, cuando se organizaron en torno
al libro impreso. Lo que obligará a realizar estos cambios es, en parte, la nueva
tecnología, como la de los ordenadores, los vídeos y las emisiones de televisión vía
satélite; las demandas de una sociedad basada en los conocimientos, en la que el
aprendizaje organizado debe convertirse en un proceso vitalicio para los intelectuales».
¿Quién es el cliente?
En general, las labores llevadas a cabo por un profesor deben estar guiadas por el intento
de servir al cliente para el que se trabaja. Éste puede ser su alumno, una empresa que ha
contratado un programa in company, la institución académica para la que trabaja, la
sociedad, o sus compañeros de departamento según cada caso concreto. Por otro lado,
tampoco podemos olvidar que en algunos casos, el académico ha de seguir el camino
que crea oportuno olvidando un poco lo que el mercado le está pidiendo. Esta actitud es
defendible en ciertas ocasiones. De hecho, en infinidad de ocasiones los avances
científicos se han producido cuando se ha dejado de lado la «línea oficial» o lo que
mandaba el mercado.
De todas formas, hay casos en los que el profesor se olvida demasiado, y de forma
permanente, de lo que se espera de él. La inclusión del ejemplo que se acompaña en el
anexo de este capítulo intenta que el lector reflexione sobre esta problemática.
140
Experimentación y renovación continua
En el momento de finalizar este libro, vale la pena recordar que la práctica totalidad de
recomendaciones formuladas son esencialmente subjetivas. Por tanto, se anima a
contrastar con el método de la prueba-error la bondad de cualquiera de ellas. En pocas
materias hay tanta relatividad como en las que se han tratado. Cada profesor debe actuar
de la forma más oportuna según su criterio, potencialidades y flaquezas.
Además, como se ha insistido a lo largo de las páginas anteriores, es importante que
el profesor mantenga a lo largo de toda su carrera profesional una actitud personal de
permanente búsqueda de la excelencia en relación con sus alumnos, con sus clientes y
con la sociedad a los que sirve.
141
1. Institut d’Estudis Universitaris Josep Trueta: Estudi sobre els universitaris catalans; Direcció General d’Universitats
de la Generalitat de Catalunya; 1993.
2. CUNNINGTON, B.: Management development and education process; Journal of Management Development,
Volumen 4, Núm. 5, 1985.
3. American Accounting Association: The Future of the Accounting Education; Issues in Accounting Education,
Primavera, Vol. 1 , 1986, pág. 186.
4. DRUCKER, P.: La nueva sociedad de las organizaciones; Harvard Deusto Business Review, 1/93, Bilbao, 1993, pág.
6.
142
Anexo
1 + 1 = 2 (1)
1 = In e (2)
y también de que:
1 = sen2q + cos2q (3)
y puesto que:
la ecuación (5) puede ser objeto de una simplificación adicional y formularse así:
143
Ahora bien, si observamos que:
Al llegar a este punto debe resultar evidente que la ecuación (12) es mucho más clara
y mucho más fácil de comprender que la ecuación (1). Pueden usarse otros métodos de
naturaleza similar para simplificar la ecuación (1), pero ellos resultarán obvios una vez
que el estudiante entienda los principios fundamentales.
144
1. SIEGFRIED, John J.: «A First Lessonte in Econometrics», Journal of Political Economy, The University of Chicago
Press, vol. 78, núm. 6, 1970.
145
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VÁZQUEZ, G.: Técnicas de trabajo en la universidad; Eunsa, Pamplona, 1975.
VILADOT, G. y ROMANS, M.: La educación de adultos; Laia, Barcelona. 1988.
WEBER, E.: Estilos de educación; Herder, Barcelona, 1976.
147
148
Índice
Título 4
Derechos de autor 6
Referencias 7
Índice 9
0. Presentación 12
1. Introducción 14
1.0. Introducción 14
1.1. Objetivos del libro 15
1.2. Objetivos de la formación 17
1.3. La formación es un proceso de comunicación 22
1.4. Resumen del capítulo 23
1.5. Ejercicios propuestos 23
1.6. Bibliografía recomendada 25
2. El alumno o participante 27
2.0. Introducción 27
2.1. Conocimiento de los alumnos 29
2.2. Estilos de aprendizaje 32
2.3. Actitud del alumno 36
2.4. Contestación de preguntas de los alumnos 40
2.5. Representante de los alumnos 41
2.6. Resumen del capítulo 42
2.7. Ejercicios propuestos 43
2.8. Bibliografía recomendada 44
3. El profesor 46
3.0. Introducción 46
3.1. La actitud y la aptitud del profesor 46
3.2. Importancia de la empatía 48
3.3. Estilos de educación 49
3.4. Consideraciones prácticas que potencian los resultados del profesor 49
3.5. Gestión del estrés 54
3.6. Resumen del capítulo 56
3.7. Ejercicios propuestos 57
149
3.8. Bibliografía recomendada 58
4. Métodos pedagógicos 60
4.0. Introducción 60
4.1. Clasificación de los métodos didácticos 61
4.2. Lección magistral 64
4.3. Tutoría 66
4.4. Seminario 66
4.5. Enseñanza a distancia y on line 68
4.6. Ejercicio 69
4.7. Caso 70
4.8. Juego de empresa 72
4.9. Juego de roles 73
4.10. Proyecto 74
4.11. Tormenta de ideas 76
4.12. Outdoor training 76
4.13. Aprendizaje en el puesto de trabajo 77
4.14. Resumen del capítulo 77
4.15. Ejercicios propuestos 78
4.16. Bibliografía recomendada 79
5. Medios pedagógicos 81
5.0. Introducción 81
5.1. Pizarra 83
5.2. Pizarra de papel 84
5.3. Lectura 84
5.4. Presentación con ordenador 85
5.5. Diapositivas 87
5.6. Ordenador 88
5.7. Vídeo 88
5.8. Centro de recursos de aprendizaje 90
5.9. Otras necesidades materiales 90
5.10. Resumen del capítulo 91
5.11. Ejercicios propuestos 91
5.12. Bibliografía recomendada 92
6. Programación de las actividades 94
6.0. Introducción 94
150
6.1. Programación de actividades de los programas de formación 95
6.2. Programación de las sesiones 97
6.3. Otras consideraciones prácticas 101
6.4. Programas específicos para empresas 102
6.5. El tamaño del grupo 103
6.6 Resumen del capítulo 104
6.7. Ejercicios propuestos 104
6.8. Bibliografía recomendada 105
7. Evaluación 106
7.0. Introducción 106
7.1. Necesidad de evaluar 106
7.2. Evaluación de los alumnos 108
7.3. Evaluación del profesor como docente 115
7.4. Evaluación del programa de formación 118
7.5. Resumen del capítulo 129
7.6. Ejercicios propuestos 130
7.7. Bibliografía recomendada 130
7.8 Caso práctico 131
8. Conclusiones 139
Anexo: Lo que no debería ser una primera lección 143
Bibliografía 146
151