Hallivis Pelayo Manuel Luciano. Elementos para Lograr Una Homologación Metodológica Del Control Difuso de Convencionalidad en México

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Elementos para lograr una homologación metodológica del control difuso

de la convencionalidad en México

Por: Dr. Manuel L. Hallivis Pelayo

Magistrado de la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y

Administrativa1

Quiero agradecer a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en especial al

Señor Ministro Presidente y al Oficial Mayor por esta invitación para escribir en la

revista Pro Homine, en el número dedicado al “Control de Convencionalidad”.

En una obra de Qureshi encontré la advertencia “tengan cuidado con los

intérpretes”, que resulta tanto una recomendación para que el intérprete evite que sus

apreciaciones desvíen algún determinado concepto, como un consejo porque el

proceso de interpretación “puede estar lleno de peligros”.2 Corremos el riesgo de

desviar nuestro resultado hacia la corriente ideológica que postulemos, lo que sería

inadmisible en el caso de tratados internacionales sobre Derechos Humanos.

En este trabajo pretendo desarrollar una metodología que permita avanzar en el

camino hacia una “interpretación común o concordante” que permita que, en el ejercicio

del control difuso de la convencionalidad, todos los jueces de todo nivel y grado de los

países firmantes de un tratado comprendan y apliquen los instrumentos internacionales

1
Este trabajo es una versión corregida y simplificada de dos documentos anteriores con contenido y objetivos distintos, pero con las
mismas ideas centrales: uno presentado ante el III Congreso Internacional de Argumentación organizado por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación y el otro ante el Foro “Individual Rigths and Regional Integration” organizado por la Unión Europea, la
Universidad de Perugia, Italia y el ITESM, entre otras organizaciones, México, Distrito Federal, agosto de 2013.
2
QURESHI, Asif H., Interpreting WTO Agreements, problems and perspectives, Cambridge University Press, Cambridge, 2006, p. 1.
1
sobre Derechos Humanos de igual manera.3 Cuando hay “concordancia” en la

interpretación, se aporta seguridad jurídica.4 Si todas las partes llegan a los mismos

resultados se habrá logrado el fin de la interpretación. Si no lo hacen, nos

encontraremos frente a disposiciones fallidas, por lo que es mejor buscar los mejores

procesos interpretativos que aseguren que lo que acuerden las partes se cumpla, en

beneficio, de la seguridad jurídica y la protección a los Derechos humanos de las

personas que vivan en los Estados contratantes.

Por ello es que es necesario que existan reglas uniformes de interpretación que

permitan que los tratados internacionales cumplan con su cometido. Para abordar ese

tema, debemos primero entender la evolución que han experimentado las reglas

internacionales en materia de Derechos humanos.

Derecho Internacional de los Derechos Humanos

Con la Carta de Naciones Unidas de 1945 se creó un verdadero orden jurídico

internacional, que por fín impuso límites y reglas a la convivencia entre Estados.5 De

esta forma, el Derecho Internacional se convirtió en un auténtico ordenamiento,

“…vinculante para los Estados miembros, en el que también los individuos (como

titulares de los derechos humanos… y los pueblos (titulares del derecho de

autodeterminación), son sujetos de derecho internacional.”6

Con esto, se generó la noción de un Derecho internacional de los Derechos

Humanos, que atiende directamente a la dignidad de la persona y se asimila como

3
, Cfr. VOGEL, Klaus y PROKISCH G., Rainer, “Ponencia General, Versión española”, 47º Congreso de la International Fiscal
Association en Florencia, 1993”, en Cahiers de Droit Fiscal International, volumen LXXVIII a, subject 1: Interpretación de los
convenios de doble imposición, Kluwer Law and Taxation Publishers-IFA, Deventer, 1993, pp. 127-132.
4
Ídem, p. 73 y DE JUAN PEÑALOSA, José Luis, “Cuestiones de Fiscalidad Internacional en España”, en Crónica Tributaria, número
46, 1983, p. 107. También ver: HALLIVIS PELAYO, Manuel Luciano, Interpretación de Tratados Internacionales Tributarios, Porrúa,
México, 2011, pp. 206-208.
5
FERRAJOLI, Luigi, “Más Allá de la Soberanía y la Ciudadanía: Un Constitucionalismo Global” en Estado Constitucional y
Globalización, compilado por Miguel Carbonell y Rodolfo Vázquez, UNAM-Porrúa, México, 2001, pp. 313-318.
6
FERRAJOLI, Luigi, Derechos y Garantías, La Ley del Más Débil, trads. Perfecto Andrés Ibáñez y Andrea Greppi, 3ª edición,
Editorial Trotta, Madrid, 2002, pp. 145-146.
2
parte del Derecho interno de los países que, cumpliendo con los procesos de

celebración y, en su caso, ratificación de tratados internacionales estipulado por sus

respectivas constituciones, sean firmantes de las Convenciones.

Debemos reconocer que para nuestro país la protección a los derechos humanos

ha sido una preocupación fundamental. Uno de los legados de México al mundo es

precisamente el amparo,7 que es el fruto de un proceso evolutivo, que llega a la

Constitución yucateca de 1841, en la que se concibió una “…forma procesal adecuada

para amparar las garantías de todos los ciudadanos…”8

Sin embargo, fue una reciente reforma constitucional la publicada, el 10 de junio

de 2011,9 la que tiene que ver con el tema de este trabajo. Su idea central fue que los

derechos humanos (adicionales a los que ya reconoce nuestra constitución) contenidos

en algún tratado internacional en el que México sea parte, adquirieran protección

constitucional, y que cualquier norma relacionada con derechos humanos se

interpretara de conformidad con la constitución y los tratados “favoreciendo en todo

tiempo a las personas la protección más amplia”.

El tema de este trabajo se dirige precisamente a proponer un procedimiento

adecuado de interpretación de las reglas relativas a los derechos humanos, para lo cual

requerimos iniciar con el análisis de lo que son y significan los Tratados Internacionales.

7
Cita una carta de amparo de Enrique IV al arzobispo de Sevilla del 29 de mayo de 1457: GONZÁLEZ OROPEZA, Manuel,
Constitución y Derechos Humanos. Orígenes del Control Jurisdiccional, 2ª edición, Porrúa-CNDH, México, 2009, pp. 156-157.
8
SOBERANES FERNÁNDEZ, José Luis, “Prólogo”, en GONZÁLEZ OROPEZA, Manuel, op. cit., pp. 9-10.
9
Según el dictamen de la Comisión correspondiente, la idea central fue que los derechos humanos (adicionales a los que ya
consigna nuestra Constitución) que se reconocieran en los tratados internacionales adquirieran reconocimiento y protección
constitucional, y que cualquier norma relacionada con derechos humanos se interpretara de conformidad con la Constitución y con
los tratados internacionales de la materia “favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia”: CÁMARA DE
SENADORES, Dictamen de las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos, con opinión de la
Comisión de Reforma del Estado, respecto la minuta proyecto de Decreto que modifica la denominación del Capítulo I del Título
Primero y reforma diversos artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de Derechos
humanos, México, 17 de febrero de 2011, p. 7.
3
Tratados internacionales

El Derecho internacional busca, entre otras cosas, regular las relaciones entre

los diversos Estados soberanos y para eso, requieren llegar a compromisos, los cuáles

plasman en diversos instrumentos, los más comunes son los tratados, los que

adquieren su valor obligatorio mediante la regla pacta sunt servanda,10 figura que

proviene de la costumbre internacional,11 y que consiste en el deber de todo Estado de

cumplir plenamente con sus obligaciones internacionales.12

Esta figura constituye la piedra angular y base del Derecho internacional, de

hecho, buena parte del orden jurídico internacional se basa en esta obediencia.13

Precisamente, como aclara Anzilotti, la razón por la que los tratados deben ser

observados es “…la regla pacta sunt servanda: los Estados han de comportarse

recíprocamente en la forma convenida, norma primera, fuera de la cual no es posible

hallar otra que explique el carácter jurídico y que, por consiguiente, admite la ciencia del

derecho como una hipótesis o un postulado indemostrable.”14

Arellano considera al tratado internacional como “…el acto jurídico regido por el

Derecho Internacional que entraña el acuerdo de voluntades entre dos o más sujetos de

la comunidad internacional, principalmente Estados, con la intención lícita de crear,

transmitir, modificar, extinguir, conservar, aclarar, certificar, detallar , etc., derechos y

10
ANZILOTTI, Dionisio, Curso de Derecho Internacional, traducción de la 3ª edición: Julio López Olivan, tomo I, 1ª edición, Reus,
Madrid, 1935, pp. 61-62.
11
El ius cogens, es una norma imperativa aceptada por la comunidad internacional que sólo puede ser modificada por una norma
internacional ulterior: SEARA VÁZQUEZ, Modesto, Derecho Internacional Público, 22ª edición, Porrúa, México, 2005, pp. 74-75 y
86.
12
El Artículo 26 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, establece que “Todo tratado en vigor obliga a las
partes y debe ser cumplido por ellas de buena fe.” Para un análisis a fondo del artículo 26, véase a SALMON, Jean: “Section 1,
Observance of Treaties, Article 26, Convention of 1969”, en The Vienna Conventions on the Law of Treaties, A Commentary,
Volume 1, coordinadores: Oliver Corten y Pierre Klein, Oxford, University Press, Vol. I, Part III, pp. 659-685.
13
BASAVE FERNÁNDEZ DEL VALLE, Agustín, Filosofía del derecho internacional, Ius filosofía y Politología de la sociedad
Mundial, UNAM, México, 2001, p. 103.
14
ANZILOTTI, Dionisio, op. cit., p. 62.
4
obligaciones.”15 En forma mucho más sencilla, pero ilustrativa, Seara los define como

“…todo acuerdo concluido entre dos o más sujetos de Derecho internacional.”16

Control de la constitucionalidad

Un aspecto fundamental de la reforma constitucional de 2011 tiene relación con

la aplicación de los tratados. El artículo 1º fue modificado a fin de que las personas

gozarán no sólo de los derechos humanos que reconoce la Constitución, sino también

de los que reconozcan “…los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano

sea parte, así como de las garantías para su protección…”, además, se estableció el

principio pro persona,17 que implica que “…el derecho debe interpretarse siempre de la

manera que más favorezca a las personas…Este principio representa una máxima

protección para las personas, ya que se deberá aplicar la norma contenida en el orden

jurídico nacional o en el tratado internacional que más proteja los derechos de las

mismas.”18

Además, se introdujo la interpretación conforme, también llamada “adaptativa”,

que adecua el significado de una disposición de jerarquía menor, al significado que se

le haya establecido en otras normas de rango superior o en un principio general del

derecho. En el primer caso, se trata de una interpretación condicionada por una

jerarquía formal, mientras que, en el segundo, por una jerarquía axiológica. 19 Por

ejemplo, si una norma tiene dos posibilidades de interpretación y una de ellas es de

acuerdo con alguna norma Constitucional, se prefiere, adapta, la interpretación a la

15
ARELLANO GARCÍA, Carlos, Primer Curso de Derecho Internacional Público, 7ª edición, Porrúa, México, 2009, p. 632.
16
Utiliza “sujetos” en vez de “Estados” para incluir en su definición a las organizaciones internacionales: SEARA VÁZQUEZ,
Modesto, op. cit., p. 69.
17
También llamado pro homine: CÁMARA DE SENADORES, op. cit.
18
CARBONELL, Miguel, “La reforma constitucional en materia de derechos humanos”, en el Mundo del Abogado, Año 14, Núm.
147, julio de 2011, México, pp. 8 y 30. Cfr. FERRER MAC-GREGOR, Eduardo, “Prólogo”, en CABALLERO OCHOA, José Luis, La
incorporación de los tratados internacionales sobre derechos humanos en España y México, Porrúa, México, 2009, p. XXIII.
19
VELLUZZI, Vito, “Interpretación Sistemática. ¿Un Concepto Realmente Útil? Consideraciones Acerca del Sistema Jurídico como
Factor de Interpretación”, en Doxa, Cuadernos de Filosofía del Derecho, trad. Amalia Amaya, No. 21-I. Universidad de Alicante,
1998, pp. 80-81.
5
disposición Constitucional, con el efecto de que se conserve la validez de los textos

normativos, puesto que se evita declarar la invalidez o ilegitimidad de una norma. 20

De hecho hay quienes distinguen la interpretación conforme de los Derechos

humanos de la interpretación conforme a los Derechos humanos, asegurando que la

primera se ubica dentro de la determinación del parámetro de control, mientras que la

segunda está dentro de los pasos a seguir en el control de convencionalidad. La

distinción entre ambas, “…radica en que mientras la primera permite seleccionar y fijar

el sentido de las propias normas de derechos humanos de máxima jerarquía,

estableciendo la que brinde a las personas la mayor protección o la menor restricción,

para poderlas después contrastar, en la segunda, se busca desentrañar el sentido y

alcance de una norma general inferior para que no sea violatoria de estas prerrogativas

fundamentales.”21

Sin embargo, para muchos como Navarro, lo más importante de esta reforma fue

que se sentó “…la base para el desarrollo del mecanismo procesal denominado control

convencional –o de convencionalidad-, difuso, permitirá lograr una mayor efectividad en

la protección de los derechos…” 22

Precisamente el principio de interpretación conforme con la Constitución y los

tratados internacionales, implica un control de convencionalidad que deben realizar los

jueces nacionales. Este tema implica encomendar a todos los jueces “…sin importar la

materia, jerarquía o si son jueces ordinarios o constitucionales, en el marco de sus

20
GUASTINI, Riccardo, Estudios sobre la Interpretación Jurídica, 5ª edición, trad. Marina Gascón y Miguel Carbonell, Porrúa-
UNAM, México, 2003, pp. 47-48. Cfr. GUASTINI, Riccardo, Distinguiendo. Estudios de teoría y meta teoría del Derecho, Gedisa,
Barcelona, 1999, pp. 231-233.
21
ROJAS CABALLERO, Ariel Alberto, El control de convencionalidad ex officio, Origen en el ámbito regional americano,
obligatoriedad para los jueces mexicanos, precisión de sus alcances y retos para el Poder Judicial de la Federación, Serie
Cuadernos de Jurisprudencia No. 8, SCJN-Instituto de Investigaciones Jurisprudenciales y de Promoción y Difusión de la Ética
judicial, México, 2012, pp. 43-44.
22
NAVARRO ALDAPE, Fernando de Jesús, El control de convencionalidad y el Poder Judicial en México, Mecanismo de protección
nacional e internacional de los Derechos Humanos, Serie Cuadernos de Jurisprudencia 7, SCJN, Instituto de Investigaciones
Jurisprudenciales y de Promoción y Difusión de la Ética Judicial, México, septiembre 2012, pp. 12-13.
6
respectivas competencias y de las regulaciones procesales correspondientes”, la

resolución de asuntos de constitucionalidad y convencionalidad.23

Para el primero de los temas (el control de constitucionalidad) se reconocen dos

sistemas: el anglosajón o difuso, en el que cualquier juez, de forma incidental, con

efectos inter partes, puede resolver temas de constitucionalidad y el europeo o

concentrado, en el que sólo “…un órgano especializado (Tribunal Constitucional) por


24
vía de acción lo puede hacer con efectos, normalmente erga omnes.”

En nuestro país, imperaba un control concentrado, lo que cambió radicalmente el

14 de julio de 2011, cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver el

expediente 912/2010 relativo a la sentencia emitida por la Corte Interamericana de

Derechos Humanos en el caso Rosendo Radilla Pacheco versus los Estados Unidos

Mexicanos, entre otras cosas, resolvió que de esa sentencia resultaban obligaciones

para los jueces del Estado mexicano, “…particularmente al ejercer el control de

convencionalidad.”25 Vale la pena comentar que la decisión relativa a este tema ya fue

plasmada en una tesis de la SCJN, que dejó sin efectos las que prohibían dicho control

difuso.26

23
El tema de control difuso de convencionalidad ya había sido propuesto entre otros por Eduardo Ferrer Mac-Gregor: “El Control
Difuso de Convencionalidad” , www.bibliojuridica.org/libros/6/2873/9, versión electrónica, en el que aduce Eduardo Ferrer que el
juez no es un simple aplicador de la ley nacional, sino que tiene además la obligación de “…realizar una interpretación
convencional”, verificando si dichas leyes que aplicarán a un caso particular, resultan “compatibles” con la CADH; de lo contrario su
proceder sería contrario al artículo 1.1. de dicho tratado, produciendo una violación internacional, ya que la aplicación de una ley
inconvencional produce por sí misma una responsabilidad internacional del Estado. Los jueces se convierten en “guardianes” de la
convencionalidad.”: p. 177
24
NAVARRO ALDAPE, Fernando de Jesús, op. cit., pp. 12-13. Según este autor, “…el sistema norteamericano está diseñado a
favor de la supremacía judicial y de los derechos naturales frente al legislador; el sistema kelseniano, en cambio, supone un acto de
desconfianza frente a los Jueces ordinarios y de restablecimiento de la supremacía del Parlamento ante la actividad libre de los
Jueces”. Cita a PRIETO SANCHÍS, Luis, “Tribunal constitucional y positivismo jurídico”, en FERRER MAC-GREGOR, Eduardo
(coord.), Derecho Procesal Constitucional, Porrúa, México, 2003, t. I, p. 464.
25
Dirección General de Comunicación y Vinculación Social, Suprema Corte de Justicia de la Nación, Tarjeta Informativa, 12 de julio
de 2011, p. 3. Versión preliminar sujeta a correcciones ortográficas y mecanográficas de la Sesión Pública Ordinaria del Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, celebrada el martes 12 de julio de 2011, pp. 6 y 8.
26
En la resolución emitida el 25 de octubre de 2011 por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la solicitud de
modificación de jurisprudencia 22/2011, en el punto único se determinó: "Único. Han quedado sin efectos las tesis jurisprudenciales
números P./J. 73/99 y P./J. 74/99 de rubros: “CONTROL JUDICIAL DE LA CONSTITUCIÓN. ES ATRIBUCIÓN EXCLUSIVA DEL
PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN.” y “CONTROL DIFUSO DE LA CONSTITUCIONALIDAD DE NORMAS GENERALES. NO
LO AUTORIZA EL ARTÍCULO 133 DE LA CONSTITUCIÓN.” Además: Tesis: P. LXIX/2011(9a.), rubro: PASOS A SEGUIR EN EL
7
Esto implica tres aspectos distintos: en primer lugar, la obligación de todos los

juzgadores del país de verificar que las leyes que aplican se ajustan a la Constitución

Federal y a los tratados internacionales sobre Derechos humanos; segundo, la

obligación de realizar el control difuso confrontando las normas de derecho interno,

contra la Constitución y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, tomando

en cuenta a la interpretación realizada por la Corte Interamericana; y tercero, la

posibilidad para los jueces de todo el Estado Mexicano de dejar de aplicar al caso

concreto las normas que resulten contrarias a la Constitución o a los tratados

internacionales.27

Control Difuso de la Convencionalidad

Respecto del control de convencionalidad, que se refiere a la revisión de la

adecuación o no de una determinada norma a un tratado internacional, tiene, en la

opinión de García Ramírez, dos dimensiones la externa, que recae en un “…tribunal

supranacional llamado a ejercer la confrontación entre actos domésticos y disposiciones

convencionales, en su caso, con el propósito de apreciar la compatibilidad entre

aquéllos y éstas…”28

Por lo que toca al control interno, el propio autor aclara que se refiere al ejercido

para “…verificar la congruencia entre actos internos -…Constituciones, leyes,

reglamentos- con las disposiciones del derecho internacional…”29

Para Pérez Lozano, este control se actualiza “…cuando el juez interno tiene

competencia para inaplicar el derecho interno y aplicar la Convención u otro tratado

CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS:


Registro No. 160525,Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro III, Diciembre de 2011, p. 552.
27
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, op. cit., p. 12.
28
GARCÍA RAMÍREZ, Sergio, “El Control Judicial Interno de Convencionalidad”, en IUS, revista del Instituto de Ciencias Jurídicas
de Puebla, México, año V, no. 28, Julio-diciembre de 2011, pp. 126.
29
Ídem, pp. 127. Agrega el maestro García Ramírez que “El de convencionalidad posee, en el ámbito externo, un significado
semejante al que caracteriza al de constitucionalidad en el interno…”
8
mediante un examen de confrontación normativo (derecho interno con el tratado) en un

caso concreto y adoptar una decisión Judicial que proteja los derechos de la persona.”30

La doctrina considera que este control surge del principio iura novit curia, que

implica que el juzgador debe “…aplicar las disposiciones pertinentes en una causa, aun

cuando las partes no las invoquen expresamente”.31 Asimismo, se deriva de los

artículos 1º y 2º de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que obliga a

los Estados suscriptores a garantizar los derechos y garantías en ella reconocidos y a

adoptar las medidas para asegurar el respeto a esos derechos y al principio pacta sunt

servanda.”32

El control de convencionalidad debe llevarse a cabo confrontando el Derecho

interno con los diversos tratados aplicando el que otorgue mayores beneficios a la

persona y, a partir del resultado que se obtenga, realizar la confrontación de la

legislación interna.33

Así, antes de inaplicar, el intérprete debe acudir a la interpretación conforme en

sus dos variantes: preferencia interpretativa, en la que el intérprete debe preferir la

interpretación que más optimice un derecho fundamental y preferencia normativa,

según la cual si puede aplicar más de una norma deberá preferir aquella que sea más

favorable a la persona con independencia de la situación jerárquica de la norma.34

30
PÉREZ LOZANO, Andrés, El control de convencionalidad en el sistema jurídico mexicano, Novum, México, 2011, p. 224.
31
GOMARA Juan Pablo, LAVALLE Agustín Matías y ZURITA Raúl Vicente, “Del control de constitucionalidad hacia el control de
convencionalidad”, Versión electrónica de 8 pp. Consultable en: www.defensa pública.org.ar/jurisdiccional/doctrina/.
32
Ibídem, “El artículo 2 de la Convención establece que “[s]i el ejercicio de los derechos y libertades mencionados en el Artículo 1
no estuviere ya garantizado por disposiciones legislativas o de otro carácter, los Estados Partes se comprometen a adoptar, con
arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las disposiciones de [la] Convención, las medidas legislativas o de otro carácter
que fueren necesarias para hacer efectivos tales derechos y libertades”: IBAÑEZ RIVAS, J., “Control de convencionalidad:
precisiones para su aplicación desde la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, en Anuario de Derechos
Humanos, http://www.anuariocdh.uchile.cl/index.php/ADH/article/viewArticle/20555/21725, p. 104.
33
CASTILLA, Karlos, “El control de convencionalidad: un nuevo debate en México a partir de la sentencia del caso Radilla Pacheco”
en Anuario Mexicano de Derecho Internacional. México. Vol. XI. 2011, pp. 608-609. Consultable en:
www.bibliojuridica.org/estrev/pdf/derint/cont/11/pim/pim20.pdf
34
Ibidem.
9
La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha indicado que el control difuso

presupone tres pasos: realizar la interpretación conforme “…en sentido amplio. Ello

significa que los jueces del país, al igual que todas las demás autoridades del Estado

Mexicano, deben interpretar el orden jurídico a la luz y conforme a los derechos

humanos establecidos en la Constitución y en los tratados internacionales en los cuales

el Estado mexicano sea parte, favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección

más amplia. B) Interpretación conforme en sentido estricto. Ello significa que cuando

hay varias interpretaciones jurídicamente válidas, los jueces deben, partiendo de la

presunción de constitucionalidad de las leyes, preferir aquélla que hace a la ley acorde

a los derechos humanos establecidos en la Constitución y en los tratados

internacionales en los que el Estado mexicano sea parte, para evitar incidir o vulnerar el

contenido esencial de estos derechos. C) Inaplicación de la ley cuando las alternativas

anteriores no son posibles.”35

Ahora bien esta metodología que se abrevió, no es tan sencilla puesto que

cuando la confronta sea con un tratado internacional, resulta obvio que un aspecto

fundamental es que los tratados internacionales se interpreten y apliquen

adecuadamente. Para ello, sugerimos atender, en primera instancia a cómo interpretar

tratados internacionales.

Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados

En 1947 la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció una Comisión

Internacional con la idea de promover el desarrollo progresivo del Derecho

Internacional. Entre los temas de mayor importancia se listó el derecho de los tratados

35
Engrose de la Sentencia del caso Radilla Pacheco contra los Estados Unidos Mexicanos, expediente Varios 912/2010; Ponente:
Ministra Margarita Beatriz Luna Ramos; encargado del engrose: Ministro José Ramón Cossío Díaz; secretarios: Raúl Manuel Mejía
Garza y Laura Patricia Rojas Zamudio; Suprema Corte de Justicia de la Nación, México, sesión privada de 20 de septiembre de
2011, p. 34.
10
como adecuado para iniciar su codificación, pero, debido a otros compromisos de la

Comisión, en la siguiente década no fue abordado el tema sino en forma esporádica.

De 1962 a 1966 se realizó un monumental proyecto de codificación que concluyó

con la elaboración de un proyecto que fue enviado a la Asamblea General acompañado

de comentarios y la recomendación de realizar una conferencia internacional de

plenipotenciarios. Se celebraron dos conferencias en la ciudad de Viena del 26 de

marzo al 24 de mayo de 1968 y del 9 de abril al 22 de mayo de 1969. Precisamente el

22 de mayo de 1969, fue aprobada en la Convención de Viena sobre el Derecho de los

Tratados (CV),36 que entró en vigor tanto en México como en el resto del mundo el 27

de enero de 1980.37

Esta Convención codificó la costumbre en el Derecho Internacional bajo la

premisa fundamental del respeto a la Soberanía de cada Estado y el cumplimiento de

los compromisos internacionales, constituyendo una guía aceptable respecto del

procedimiento para negociar tratados internacionales y de las normas relativas a su

cumplimiento.38 Muchos autores han denominado a la Convención: “un tratado sobre los
39
tratados”. Para el IBFD,40 contiene las reglas generalmente aceptadas en la

conclusión, observancia, interpretación y aplicación de los tratados.41

Sin embargo, y sin dejar de reconocer la importancia de la totalidad del

documento, lo que tiene más relevancia para nuestro tema, es que en su articulado se

36
Firmada por México el 23 de mayo de 1969, aprobada el 29 de noviembre de 1972, publicada en el Diario Oficial de la Federación
del 28 de marzo de 1973, promulgada el 14 de febrero de 1975, ratificada el 25 de noviembre de 1974, entrando en vigor el 27 de
enero de 1980.
37
“Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados”, datos obtenidos en la página http://proteo2.sre.gob.mx/tratados de la
SRE.
38
SEARA VÁZQUEZ, op. cit., pp. 74-75 y 86 y ANZILOTTI, Dionisio, op. cit., p. 62.
39
GARCÍA NOVOA, César, Interpretación de los Convenios de Doble Imposición Internacional”, en Estudios de Derecho Tributario
Internacional. Los Convenios de Doble Imposición, coord. J. P. Godoy Fajardo, ICDT-LEGIS, Bogotá, 2006, p. 17.
40
International Bureau of Fiscal Documentation.
41
IBFD, International Tax Glossary, 5ª edición, editor Barry Larking, Amsterdam, 2005, p. 477.
11
establecen una serie de reglas o cánones de interpretación,42 que no pretenden

codificar todas las máximas existentes, sino buscar un balance entre las principales

escuelas de la interpretación.43 Estos principios para interpretar tratados se establecen

en los artículos 31, 32 y 33.

Reglas de interpretación de la Convención de Viena

El artículo 31 de la Convención de Viena inicia estableciendo que “Un tratado

deberá interpretarse de buena fe…”44 Continúa el encabezado del artículo 31, que se

interpretará, además de con buena fe: “…conforme al sentido corriente que haya de

atribuirse a los términos del tratado…”.45 De esta forma, la Convención adopta en

primera instancia la forma de interpretar propugnada por la escuela literal, atendiendo al

sentido ordinario o común de las palabras.46

Para John Avery Jones no hay duda de lo atinado de esta regla, ya que se

presume que las partes tuvieron la intención que aparece del significado ordinario de

los términos que utilizaron. “…y con ello de cuál fue la intención de las partes en el

momento de negociación del Convenio. El propio autor nos aclara que se refiere al

“sentido corriente”, porque lo que se busca es encontrar un sentido general, universal,

para que signifique lo mismo para las partes en el momento de aplicarlo.”47

42
WOUTERS, Jan y VIDAL, Maarten, “Non-Tax treaties: domestic courts and treaty interpretation”, Capítulo I de Courts and Tax
Treaty Law, coord. Guglielmo Maisto, vol. 3 de EC and International Law Series, IBFD, Amsterdam, 2007, p. 13.
43
IBFD, op. cit., p. p. 477.
44
Artículo 31, Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, Viena, 23 de mayo de 1969. (Decreto por el que se
promulga), Diario Oficial del viernes 14 de febrero de 1975, p. 9.
45
Artículo 31, Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, Viena, 23 de mayo de 1969. (Decreto por el que se
promulga), Diario Oficial del viernes 14 de febrero de 1975, pp. 9-10.
46
Comentario emitido por Philippe Martin, Vicepresidente del Consejo de Estado Francés: en “Tax Litigation: a comparative
analysis”, conferencia impartida el 11 de mayo de 2009 en el “International Seminar for Tax Judges”, celebrado en París, Francia,
del 11 al 12 de mayo de 2009, (OECD, IFA, Universidad de Paris 2 [Pantheón-Assas], IBDF). Cfr. MARTIN, Philippe, “Courts and
tax treaties in civil law countries”, Capítulo 4 de Courts and Tax Treaty Law, coord. Guglielmo Maisto, vol. 3 de EC and Internacional
Law Series, IBFD, Amsterdam, 2007, p. 87.
47
Cfr. AVERY JONES, John, “The interpretation of tax treaties with particular reference to article 3 (2) of the OCDE Model
Convention”, British Tax Review, 1984, pp. 15-16.
12
Según Moyano las razones que la Comisión de Derecho Internacional tuvo en

cuenta para adoptar éste método de interpretación obedeció a varias razones que

dejaron en claro los representantes de los diversos países: el de Rusia, hizo hincapié

en que el texto es la principal fuente de la intención de las partes, “…porque en él se fija

en palabras la intención común sobre la que las partes se han puesto de acuerdo.”48

Esto nos lleva, a siempre analizar el texto en primera instancia y con prevalencia

sobre otros elementos.49 Además, hay que tener en cuenta también, que el sentido

ordinario no se determina en abstracto, sino “en su contexto”, el que puede ser un

significado técnico.50 Es de resaltar que el intérprete debe, en primer lugar, tener en

cuenta el significado que las palabras tienen en el lenguaje común puesto que, al dictar

la norma, el legislador trató de elegir la fórmula que mejor pudiera entenderse por sus

destinatarios.51

En el propio artículo 31, párrafo 1, se completan el principio de buena fe y la

literalidad, con la expresión final de esa oración: “en el contexto de estos”, lo cual nos

precisa que la interpretación no debe realizarse en forma aislada, sino dentro del

contexto del propio tratado, salvo la excepción contemplada por el párrafo 4 del artículo

31, es decir, cuando se le da a un término un sentido especial.

48
Para el representante de Francia por razones de lógica y de seguridad jurídica, la mejor manera de saber que pretendían las
partes es a través del texto que redactaron minuciosamente, “…es mucho menos aleatorio y mucho más equitativo, a fin de
descubrir la intención de las partes, fijarse en lo que ellas han acordado por escrito, que buscar, fuera del texto, elementos
intencionales que, dispersos a través de documentos incompletos o unilaterales ofrecen bastante menos garantía.”MOYANO
BONILLA, César, “La Interpretación de los Tratados Internacionales según la Convención de Viena de 1969”, versión electrónica de
la revista Integración Latinoamericana, octubre de 1985, síntesis del libro La Interpretación de los Tratados Internacionales,
publicado en Montevideo, p. 38.
49
QURESHI, Asif H., op. cit., pp. 16-17. Asimismo, Jerome Frank, ya hace mucho tiempo, analizó la influencia de los aspectos
psicológicos en la interpretación: FRANK, Jerome, “Are Judges Human?”, en University of Pennsylvania Law Review, No. 80,
Pennsylvania, 1931, pp. 247-251; y, FRANK, Jerome, Derecho e Incertidumbre, Biblioteca de Ética, Filosofía del Derecho y Política
No. 4, 3ª edición, Fontamara, México, 2001, pp. 37-64. Para un análisis del tema del lenguaje natural y técnico véase a: HALLIVIS
PELAYO, Manuel L., Teoría General de la Interpretación, Porrúa, México, pp. 37-47.
50
García Novoa nos aclara que el artículo 31 al referirse al “sentido “corriente” no se quiere decir que excluya al sentido técnico
jurídico o técnico, ya que se debe atender preferentemente al sentido que a los términos en cuestión atribuya el propio Convenio.
GARCÍA NOVOA, César, op. cit., pp. 19.
51
VANONI, Ezio, Naturaleza e Interpretación de las Leyes Tributarias, Trad. Juan Martín Queralt, Instituto de Estudios Fiscales,
Madrid, 1973., p. 242 y LINARES QUINTANA, Segundo V., Reglas para la interpretación Constitucional, Plus Ultra, Buenos Aires, p.
65.
13
“Contexto”, implica todo lo que rodea a una palabra, frase o párrafo que nos

pueda llevar a determinar su significado. La importancia del contexto es de “singular

importancia”,52 puesto que nos permite advertir lo que realmente se quiso decir. Según

la citada Convención, el contexto, “…comprenderá, además del texto, incluidos su

preámbulo y anexos: a) todo acuerdo que se refiera al tratado y haya sido concertado

entre todas las partes con motivo de la celebración del tratado; y, b) todo instrumento

formulado por una o más partes con motivo de la celebración del tratado y aceptado por

las demás como instrumento referente al tratado.”53

Adicionalmente, el Artículo 31, párrafo 3, establece que deben tomarse en cuenta

junto con el contexto: “a) todo acuerdo ulterior entre las partes, acerca de la

interpretación del tratado o la aplicación de sus disposiciones: b) Toda práctica

ulteriormente seguida en la aplicación del tratado por la cual conste el acuerdo de las

partes con su acerca de la interpretación del tratado: c) Toda forma pertinente de

derecho internacional aplicable en las relaciones entre las partes.”54

Según Avery Jones, los acuerdos ulteriores constituyen evidencia objetiva del

entendimiento de las partes respecto del significado y contenido del tratado. De hecho,

cualquier acuerdo o práctica ulterior constituye interpretación auténtica que es la que se

reserva a quienes tienen el poder de modificar el tratado.55 La práctica ulterior se refiere

a una “…secuencia de actos o pronunciamientos concordante, común y consistente que

es suficiente para establecer un patrón perceptible que implique el acuerdo de las

52
TIBURCIO TIBURCIO, Arturo y NIETO MARTÍNEZ, Gerardo, “Alcance de los Comentarios al Convenio Modelo de la OCDE en
materia Impositiva”, trabajo presentado ante el Comité de Precedentes de la Internacional Fiscal Association, Grupo Mexicano, A.C.,
México, 26 de marzo de 2007, pp. 6-7.
53
Artículo 31, Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, hecha en Viena el 23 de mayo de 1969. (Decreto por el que
se promulga), Diario Oficial del viernes 14 de febrero de 1975, pp. 9-10.
54
Artículo 31, párrafo 3, Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, hecha en Viena el 23 de mayo de 1969. (Decreto
por el que se promulga), Diario Oficial del viernes 14 de febrero de 1975, p. 10.
55
AVERY JONES, John F., op. cit., p. 84.
14
partes en relación con alguna interpretación. Un acto aislado no es suficiente para

establecer una práctica subsecuente; es una secuencia de actos estableciendo el

acuerdo de las partes…”56

Según el Artículo 31, párrafo 4 de la Convención de Viena, “Se dará un

significado especial a un término si consta que tal fue la intención entre las partes.”57 Es

decir, cuando hay seguridad de que las partes así lo pretendieron. Con ello, para García

Novoa, la CV mantiene la idea de que “…la búsqueda de la voluntad de las partes

asume un papel central en el proceso interpretativo de los tratados. 58 Lo que busca la

CV al decir “si consta” es la seguridad de que ese sentido se haya determinado por las

partes, por ello la mejor forma de determinarlo es a través del capítulo de definiciones

del tratado y ello nos lleva a afirmar que sería una excelente solución, el que siempre

existiera un buen capítulo de definiciones, que determinara o aclarara los términos que

pudieran resultar oscuros.

El corolario de la regla general del artículo 31 es: “teniendo en cuenta su objeto y

fin”. Ésta sería la escuela teleológica que, como dijimos, postula una aproximación que

mira al propósito de los tratados, es decir su fin.59 Los elementos normativos en este

caso son el objeto (materia) y el fin (propósito). En la mayor parte de los casos, los

tratados internacionales evidencian su propio objeto y fin.

Para la aplicación del método teleológico, Ribes hace referencia al principio del

efecto útil, que se encuentra recogido implícitamente al referirse el artículo 31 tanto a la

buena fe, como al objeto y fin. Este principio está regido por el aforismo latino ut res

56
QURESHI, Asif H., op. cit., p. 21.
57
Artículo 31, párrafo 4, Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, hecha en Viena el 23 de mayo de 1969. (Decreto
por el que se promulga), Diario Oficial del viernes 14 de febrero de 1975, p. 10.
58
GARCÍA NOVOA, César, op. cit., p. 21.
59
Artículo 31, párrafo 1, Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, hecha en Viena el 23 de mayo de 1969. (Decreto
por el que se promulga), Diario Oficial del viernes 14 de febrero de 1975, pp. 9-10.
15
magas Valeta que pereat, que implica que cuando “…sea posible más de una

interpretación, el tratado debe interpretarse de modo tal que el sentido que pretende

conseguir resulte efectivamente alcanzado…”60 Aquí debemos comentar lo pertinente

es seguir en forma sucesiva la metodología del artículo 31, atendiendo al principio pro

persona y al principio de efecto útil, lo que nos permitirá integrar en caso de duda.

Sin embargo, esta utilización del método teleológico debe ser prudente, puesto

que no puede significar que a la primera intención con una mera y aparente

discrepancia con el objeto y fin del tratado se violente el significado que se obtenga del

texto o del contexto. De esta forma, se ha sugerido que la utilización del método

teleológico debe llevarse a que cuando existan dos interpretaciones alternativas, se

debe utilizar aquélla que sea acorde con el objeto y fin del tratado.

Por último, el artículo 32 de la Convención de Viena establece que se podrá

“…acudir a medios de interpretación complementarios, en particular a los trabajos

preparatorios del tratado y a las circunstancias de su celebración, para confirmar el

sentido resultante de la aplicación del artículo 31, o para determinar el sentido cuando

la interpretación dada de conformidad con el artículo 31: a) deje ambiguo u oscuro el

sentido; o b) conduzca a un resultado manifiestamente absurdo o irrazonable.” 61 Según

Avery Jones, la palabra “complementario” enfatiza que el artículo 32 no aporta

alternativas sino solo medios auxiliares, en un sentido restrictivo y con un uso limitado,

a la interpretación, la que debe estar regida por los principios contenidos en el artículo

60
RIBES RIBES, Aurora, Convenios para Evitar la Doble Imposición Internacional; Interpretación, Procedimiento Amistoso y
Arbitraje, ER, España, 2002, p. 90. Nos explica esta autora en su cita 208 de la página 91, que este principio, también denominado
de la interpretación efectiva (principle of effectiveness o principle of effective interpretation) “tiene por objeto escoger, de entre las
varias interpretaciones posibles, aquélla que garantice que los términos del tratado despegarán los efectos que les son propios y
que, en ese sentido, fueron los deseados por las partes.”
61
Por cuestiones de espacio no se abordará el concepto de ambigüedad y vaguedad, pero se remite al lector a nuestro libro:
HALLIVIS PELAYO, Manuel, Teoría General…, op. cit.
16
31.62 Para Vogel, estos medios se aplican sólo para confirmar una interpretación ya

encontrada al aplicar el criterio del artículo 31 interpretación que de otra forma

permanecería ambigua, oscura, absurda o irrazonable.63

Ante la interrogante de cómo se deben utilizar estos elementos, si en una forma

secuencial u “Holista”.64 Nosotros, en virtud de la forma como se decidió la redacción

del artículo 31, consideramos que la aproximación por la que nos debemos decidir es la

secuencial, lo cual se corrobora con el debate que sostuvo la Comisión de la ONU.65 En

ese sentido se ha pronunciado la Suprema Corte de Justicia de la Nación de México, en

su Tesis 2a CLXXI/2002.66 Asimismo, diversos foros internacionales como el Instituto

Latinoamericano de Derecho Tributario se han pronunciado en este sentido.67

Metodología para aplicar el control difuso de la convencionalidad

Como punto de partida para aplicar el control de convencionalidad debemos

primero identificar si existe un problema de derechos humanos y consultar el Derecho

interno. Posteriormente, debemos confrontar el Derecho interno con los diversos

tratados aplicando el que otorgue mayores beneficios a la persona. Con esto, “…los

tratados de derechos humanos podrán ser utilizados como parámetros del control de

constitucionalidad de las leyes.”68 Es decir, primero se debe confrontar a la Constitución

62
AVERY JONES, John F., et al, op. cit., p. 96.
63
VOGEL, Klaus, “The Influence of the OECD Commentaries on Treaty Interpretation”, Bulletin, Tax Treaty Monitor, IBFD,
Amsterdam, December 2000, p. 614.
64
Holista.- El que mantiene que todo sistema es una entidad entera con existencia propia, diferente de la mera suma de sus partes.
65
MOYANO BONILLA, César, op. cit., pp. 36-40; AVERY JONES, John, op. cit., p. pp. 15-16; PASTOR RIDRUEJO, José Antonio,
Curso de Derecho Internacional Público y Organizaciones Internacionales, 14ª edición, Colección Biblioteca Universitaria de
Editorial Tecnos, Madrid, 2010, pp. 120-122; e, INTERNATIONAL LAW COMMISSION, Draft Articles on the Law of Treaties with
Commentaries, Reporte de la 18a Sesión enviada a la Asamblea General, ONU, 2005, p. 220. También visible en “Reports of the
Commission to the General Assembly” en Yearbook of the International Law Commission, vol. II, ONU, 1966, pp. 187-270.
66
“TRATADOS INTERNACIONALES. SU INTERPRETACIÓN POR ESTA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN AL
TENOR DE LO ESTABLECIDO EN LOS ARTÍCULOS 31 Y 32 DE LA CONVENCIÓN DE VIENA SOBRE EL DERECHO DE LOS
TRATADOS (DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN DEL 14 DE FEBRERO DE 1975.Tesis: 2a. CLXXI/2002, Registro No.185,
294, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XVI, Diciembre de 2002, p. 292. Amparo en revisión 402/2001. IMCOSA, S.A.
de C.V. 16 de agosto de 2002.
67
Santiago de Compostela, España, septiembre 6 de 2012.
68
Ernesto Rey Cantor, Control de Convencionalidad de las Leyes y Derechos Humanos, Porrúa-IMDPC, México, 2008, p. LIII.
17
con los Tratados y luego será ese resultado el que se confrontará con la legislación

secundaria.

Siguiendo el modelo que determinó la SCJN, nosotros consideramos que lo

primero que se tiene que hacer, una vez determinados los hechos del caso es, como

corolario de la primera etapa (que narramos en los dos párrafos anteriores), es

identificar el problema e interpretar la norma interna para saber qué derechos reconoce

o protege y cómo los protege. Como segunda etapa, debemos determinar el tratamiento

que da la Constitución al problema. Como tercera etapa, debemos determinar si existe

algún tratado firmado por México en el que se reconozca o proteja el derecho humano

relacionado e interpretarlo de conformidad con el procedimiento secuencial de la

Convención de Viena, para ver si es aplicable al caso concreto y también para ver si

protege de mejor manera a la persona. Para ello, es necesario: a.- interpretar el

Convenio atendiendo a los términos definidos; b. En caso de que lo anterior no

solucione el problema, atender al contexto, acudiendo a los acuerdos que rodearon al

Convenio; c. En caso de que no estén definidos, acudir a los Acuerdos, resultado de los

procedimientos amigables. En caso de, ser necesario, se acude a Jurisprudencia y

doctrina internacional, en ese orden; f.- En principio, sólo se acudirá a los trabajos

preparatorios, para corroborar algún resultado interpretativo o cuando la conclusión

previamente alcanzada resulte ambigua, oscura o manifiestamente absurda, y siempre

y cuando estos trabajos preparatorios se encuentren publicados.69

Posteriormente, como cuarta etapa, una vez obtenido el resultado de la

interpretación del tratado, se debe confrontar este resultado con el obtenido en la

69
Aquí es aplicable, la tesis arriba citada 2a. CLXXI/2002, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XVI, Diciembre de
2002, Página: 292.
18
segunda etapa y ver si el tratado reconoce o protege de mejor manera algún derecho

humano. Y, como quinta etapa, se deberá confrontar este último resultado con el

obtenido en la primera etapa, todo esto siempre a la luz del cumplimiento de los

principios pro persona, de efecto útil,70 de universalidad,71 de interdependencia,72 de

indivisibilidad, de progresividad73 y de seguridad jurídica, los cuáles pueden ayudar a

resolver dudas en cualquiera de las etapas del proceso.

Obviamente que todo esto debe venir acompañado de una argumentación

adecuada, que justifique la pertinencia del resultado, legitimando a éste y a su autor.

Asimismo, respecto de la última etapa, es muy importante el cumplir con todos los

principios involucrados, además del principio pro persona, el de efecto útil y el de

interpretación conforme.74.

Otro aspecto muy importante, es que, a la luz del artículo 1 constitucional,

cuando se trate de derechos humanos,”…se debe resolver con una visión garantista

ponderando los derechos en conflicto y decidiendo a favor de aquél que proporcione

70
Este es un principio de interpretación de los procesos en derechos humanos denominado “de efecto útil”, que consiste en que
“…las obligaciones de los estados y la acción de los organismos de protección han de buscar la efectiva protección de los derechos
humanos.”(RAMÍREZ GARCÍA, Hugo Saúl y PALLARES YABUR, Pedro de Jesús, Derechos Humanos, Oxford, México, 2011, p.
321.)
71
La universalidad implica que los Derechos humanos son para todas las personas. (CARBONELL, Miguel, op. cit., nota 13, p.11-
12.) Según Vázquez y Serrano, permite la ampliación de los titulares de los derechos y de las circunstancias protegidas por esos
derechos de manera que se atienda tanto a quienes directamente se busca proteger como a las demás personas, especialmente a
las más desprotegidas.” (VÁZQUEZ, Luis Daniel y SERRANO, Sandra, Los principios de universalidad, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad, apuntes para su aplicación práctica, UNAM- México. Biblioteca virtual del Instituto de Investigaciones
Jurídicas de la UNAM. Consultable en www.juridicas.unam.mx p. 148.)
72
La interdependencia implica que se establecen relaciones recíprocas entre los derechos protegidos y la indivisibilidad que deben
tomarse en conjunto y no como elementos aislados, es decir, los Estados no están autorizados a proteger y garantizar algún
derecho en preferencia o negación de otro, sino que todos merecen la misma atención. (La interdependencia señala la medida en
que el disfrute de un derecho depende, para su existencia, de la realización de otro derecho. Por ejemplo, el derecho a la salud trae
aparejadas relaciones con el derecho a la alimentación y a la vivienda digna, así como al trabajo en condiciones adecuadas: Ibídem,
pp. 152-154.)
73
La progresividad significa que una vez que se han reconocido los Derechos, se deben llevar a cabo las acciones necesarias para
fortalecerlos y mejorar su protección y de ninguna manera limitarlos, lo que según Vázquez y Serrano Ibídem, p. 159. Estos autores
explican que “Las obligaciones inherentes a los derechos civiles y políticos son siempre de exigibilidad inmediata, y las de los
derechos económicos, sociales y culturales son siempre de exigibilidad progresiva. p. 160.)
Una vez que se ha avanzado en el disfrute de algún derecho no se puede disminuir el nivel alcanzado, por lo que este principio
implica que, en la emisión de textos normativos, en la actividad de la administración pública, en las políticas y presupuesto públicos
y en las sentencias de los jueces, se busque “…que los contenidos asignados a su actividad no decrezcan lo ya logrado en cuanto
al contenido y alcance del derecho…” (Ibídem, p. 163. Para ellos, “…el principio de progresividad cumple la promesa de constante
creación de los derechos humanos, pues aún después de alcanzados los mínimos y los estándares exigibles siempre
permanecerán como una promesa a futuro. En este sentido, los derechos humanos siempre serán los derechos por venir: p. 164).
74
RAMÍREZ GARCÍA, Hugo Saúl y PALLARES YABUR, Pedro de Jesús, op. cit., p. 321.
19
mayores beneficios al gobernado sin importar que ello implique dejar de aplicar la

norma de derecho interno que rige...”75

Es de predecir que presenciaremos una muy rápida evolución del tema, en la

cual el papel de los jueces va a resultar fundamental, resolviendo los problemas que la

aplicación del control difuso de la convencionalidad y la constitucionalidad implican,

siempre a la luz del cumplimiento de los principios que resulten pertinentes y de la

seguridad jurídica.

Espero que este intento de avanzar hacia una homologación de la metodología

tanto para aplicar el control difuso de la convencionalidad, como de la interpretación de

tratados internacionales sobre Derechos humanos, abone el camino a una mejor

utilización de estos instrumentos.

Dr. Manuel L. Hallivis Pelayo

Septiembre de 2013

75
LÓPEZ RAMOS, Neófito, “Breve Reflexión sobre la aplicación de los tratados internacionales en el juicio de Amparo en materia
civil”, en Lex. Difusión y análisis. México. Editora Laguna. Octubre-noviembre 2011, p. 36.
20
Datos del autor

Nombre: Manuel Luciano Hallivis Pelayo

Dirección: Insurgentes Sur 881, Col. Nápoles, Delegación Benito Juárez, CP: 03810,
México D.F.

Teléfono: 50 03 70 20

Correo electrónico: [email protected]

Síntesis curricular

Manuel Luciano Hallivis Pelayo: Doctor en Derecho (UNAM, Segundo Lugar del Premio
del INAP); Maestro en Derecho (Tulane), Maestro en Administración Pública (The U
of Michigan). III Curso de Instituciones y Técnicas Tributarias del CIAT, en el
Ministerio de Economía y Hacienda de España; y, Licenciado en Derecho (UIA, Mención
Honorífica, Primer Lugar del Primer Concurso de Tesis Profesionales de la
CANACO).

Medalla de Oro “José Sánchez Villaseñor”, Medalla “Alfonso X el Sabio”,


Universidad Panamericana; Premio especial “Miguel Villoro Toranzo”; Medalla al Mérito
Universitario (UIA); Diploma al Mérito Universitario (UIA); Vicepresidente del Instituto
Latinoamericano de Derecho Tributario; Vocal Ejecutivo de la International Association of
Tax Judges; Vicepresidente de la Academia Mexicana de Derecho Fiscal; Vicepresidente
de la Academia Nacional de Derecho Administrativo y Administración Pública.

Libros: “Interpretación de Tratados Internacionales Tributarios”, “Teoría General de


la Interpretación”, “Fisco Federalismo y Globalización” y “Tratado de Derecho
Fiscal y Administración Tributaria de México”; coautorías y/o ensayos en más de 23
libros colectivos y más de 80 artículos y/o ponencias. Más de 33 años de docencia
impartiendo cátedra en la licenciatura, maestría y Doctorado en Derecho.

Más de 40 años de experiencia, actualmente es Magistrado de Sala Superior del Tribunal


Federal de Justicia Fiscal y Administrativa.

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