R.N. #1057 - 2017-Sobre Declaración de agraviado-FJ Sétimo

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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA CORTE SUPREMA -

Sistema de Notificaciones Electronicas SINOE

SEDE PALACIO DE JUSTICIA,


Secretario De Sala - Suprema:BAZAN CACHATA
CYNTHIA /Servicio Digital - Poder Judicial del Perú
Fecha: 08/06/2018 13:17:57,Razón: RESOLUCIÓN
JUDICIAL,D.Judicial: CORTE SUPREMA /
LIMA,FIRMA DIGITAL - CERTIFICACIÓN DEL
CONTENIDO
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SEGUNDA SALA PENAL TRANSITORIA
DE LA REPÚBLICA R.N. N° 1057 – 2017
LIMA

Sumilla: La declaración del agraviado reúne las


garantías de certeza del Acuerdo Plenario N° 02 –
2005/CJ – 116, de las Salas Penales de la Corte
Suprema; y están corroboradas con prueba
documental, prueba personal y prueba indiciaria;
por lo que se ha destruido la presunción de
inocencia del acusado. Se advierte la
concurrencia de una circunstancia agravante
cualificada, como es la reincidencia del agente
prevista en el artículo 46-B del Código Penal; por
lo que debe confirmarse la condena y pena
impuesta al encausado.

Lima, treinta de enero de dos mil dieciocho.-

VISTOS; el recurso de nulidad interpuesto por la


defensa técnica del encausado RICARDO MARSHAL CUNEO UGAZ, contra la
sentencia de folios doscientos cincuenta y tres, de fecha diez de marzo
de dos mil diecisiete, emitida por la Cuarta Sala Especializada en lo Penal
para procesos con reos en cárcel de la Corte Superior de Justicia de
Lima, que lo condenó como autor del delito contra el patrimonio, Robo
agravado, en agravio de Jhonatan Andrés Huamán Gonzáles; a
diecisiete años de pena privativa de libertad, y fijó en mil soles, el monto
que por concepto de reparación civil, deberá abonar el sentenciado a
favor del agraviado.
De conformidad con lo opinado por el señor Fiscal Supremo en lo Penal.
Interviene como ponente el señor Juez Supremo HINOSTROZA PARIACHI.

CONSIDERANDO

§. IMPUTACIÓN FISCAL.-

PRIMERO: El hecho imputado ha sido precisado en la acusación escrita


de folios ciento sesenta y seis, así como en el dictamen del señor Fiscal
Supremo en lo Penal [fojas treinta y dos, en el cuadernillo formado en esta instancia
suprema]. El suceso fáctico consiste en lo siguiente:
A. El 26 de julio de 2016, siendo las nueve de la noche,
aproximadamente, en circunstancias que el agraviado Jhonatan
Andrés Huamán Gonzáles, se desplazaba en su automóvil [marca Kia,
con placa de rodaje N° AJG-328], por la intersección de la cuadra
diecisiete de la avenida Naciones Unidas con el jirón Luisa Beasejur,
del Cercado de Lima; fue interceptado por un vehículo marca Kia,
color rojo, del cual bajaron dos sujetos [entre ellos el acusado RICARDO

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MARSHAL CUNEO UGAZ] con armas de fuego; quienes después de


amedrentarlo con dichas armas, lo despojaron de sus dos celulares;
dinero en efectivo y de su vehículo que venía conduciendo. Luego de
ello, los delincuentes fugaron llevándose el auto y los otros bienes ya
mencionados.
B. El hecho antes señalado, fue denunciado por el agraviado en la
Comisaría de Mirones Bajo; cuyo personal policial avisó por radio,
sobre dicho suceso, al personal que se encontraba realizando
patrullaje, por inmediaciones de la avenida Dansey; quienes iniciaron
la respectiva búsqueda de los delincuentes; logrando ubicar al
vehículo robado, por la avenida Naciones Unidas con Colonial; al
verse rodeado el ocupante del vehículo; éste emprendió la fuga; no
logrando su cometido, toda vez que fue capturado; recuperándose
parte de los bienes sustraídos. El intervenido resultó ser el acusado
RICARDO MARSHAL CUNEO UGAZ.

§. FUNDAMENTOS DE LA SENTENCIA IMPUGNADA.-

SEGUNDO: La sentencia del 10 de marzo de 2017, declaró probada la


responsabilidad penal del acusado RICARDO MARSHAL CUNEO UGAZ;
basándose sustancialmente en la declaración incriminatoria del
agraviado Jhonatan Andrés Huamán Gonzáles [prestada a nivel preliminar y
en juicio oral], así como por las diversas pruebas de cargo; entre ellas,
pruebas personales [declaraciones testimoniales de los efectivos policiales que
participaron en la intervención del acusado] y pruebas documentales, que
fluyen de todo lo actuado. En ese sentido, se emitió una sentencia
condenatoria [se impuso al acusado, diecisiete años de pena privativa de libertad],
en aplicación de los artículos 46-B° del Código Penal y 285° del Código
de Procedimientos Penales. El acusado era reincidente.

§. EXPRESIÓN DE AGRAVIOS.-

TERCERO: La defensa técnica del acusado RICARDO MARSHAL CUNEO UGAZ,


en su recurso de nulidad de folios doscientos setenta y cinco, cuestiona la
sentencia condenatoria. Sus agravios son los siguientes: a] La imputación
del agraviado, no está rodeada de corroboraciones periféricas de
carácter objetivo, que permitan vincular al recurrente con los hechos
imputados; b] El Tribunal de Juzgamiento no ha considerado que al

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encausado no se le encontró ningún arma de fuego; c] El Tribunal


Superior no ha tenido en cuenta que las declaraciones de los testigos de
cargo -efectivos policiales- han sido contradictorias; d] El Colegiado de
instancia, acreditó la participación del procesado, en el delito que se le
imputa, pese a que no se llevó a cabo la diligencia de reconocimiento;
y, e] En el presente caso no corresponde la aplicación de la reincidencia;
toda vez que, no registra anotaciones por encontrarse rehabilitado.

§. FUNDAMENTOS DEL TRIBUNAL SUPREMO.-

CUARTO: El ámbito de pronunciamiento de este Supremo Tribunal, se


circunscribe a los agravios expresados por el recurrente, en su respectivo
recurso de nulidad, conforme al principio de congruencia procesal.
Dichos agravios, inciden básicamente en dos puntos en especial; el
primero, respecto a la infracción del derecho fundamental a la
presunción de inocencia; motivo por el cual este Supremo Tribunal,
deberá centrarse en establecer si se encuentra o no acreditada en
autos, la responsabilidad penal del encausado, en el hecho punible que
se le imputa; mientras el segundo, sobre el quantum de la pena [siempre y
cuando se acredite la responsabilidad penal del acusado]. Siendo así, y dada la
naturaleza de los agravios invocados; se hace necesario realizar un
análisis diferenciado, con la finalidad de abordar los agravios propuestos.

A. PRONUNCIAMIENTO EN CUANTO A LA RESPONSABILIDAD PENAL DEL RECURRENTE.-

QUINTO: La estructura probatoria de la sentencia de mérito, tiene como


base fundamental, la sindicación formulada por el agraviado Jhonatan
Andrés Huamán Gonzáles. Ello permite situarse en los parámetros que han
sido diseñados, en el ACUERDO PLENARIO NÚMERO 02 – 2005/CJ – 116, de las
Salas Penales de la Corte Suprema, de fecha 30 de setiembre de 2005. La
admisión, como prueba de cargo, del testimonio del agraviado, requiere
la verificación de lo siguiente:
i] AUSENCIA DE INCREDIBILIDAD;
ii] VEROSIMILITUD; y,
iii] PERSISTENCIA EN LA INCRIMINACIÓN.

SEXTO: Al respecto, en el examen de coherencia del relato, esto es,


VEROSIMILITUD INTERNA; subyace una versión del hecho con referencias

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fácticas precisas, que descartan un relato con datos manifiestamente


inverosímiles y contrarios a la lógica; tal como se aprecia de lo declarado
por el agraviado, tanto en sede preliminar -ver folios veintidós-, así como a
nivel plenarial -véase folios cuatrocientos ochenta-; diligencias en las que,
realizándose con todas las garantías de ley, de manera uniforme y
categórica; narró la forma y circunstancias como fue asaltado;
señalando que en dicho acto ilícito, participó el encausado RICARDO
MARSHAL CUNEO UGAZ, conjuntamente con otro sujeto.

SÉTIMO: Es de destacar que la declaraciones analizadas, lejos de


advertirse incoherentes, se constatan uniformes; con referencias precisas
y coincidentes, que descartan la presencia de datos inverosímiles y
contrarios a la lógica. El agraviado en mención, exteriorizó una
capacidad descriptiva notable, evocando con naturalidad la
circunstancia ejecutiva del delito; por lo que, desde la psicología del
testimonio [con influencia en la memoria del declarante], lo aseverado por el
agraviado, es plenamente creíble. La atribución delictiva recayó,
inobjetablemente, sobre el procesado RICARDO MARSHAL CUNEO UGAZ. Por
consiguiente, la declaración de dicho agraviado, proyecta una elevada
confiabilidad; tanto más, si no se ha acreditado ni advertido, intenciones
ocultas de venganza y odio, a través de medio probatorio alguno; que
hubiesen hecho suponer que se trataban de declaraciones falsas y
deliberadas de la víctima, a fin de generar un perjuicio al encausado.

OCTAVO: En lo atinente a la VEROSIMILITUD EXTERNA; trascienden


corroboraciones periféricas, concomitantes y plurales, cuyo mérito
probatorio, solventa la convicción de la atribución criminal efectuada al
acusado. A tal efecto, se valora:
I. [PRUEBA DOCUMENTAL] A) Acta de registro vehicular, obrante a folios
diecinueve; del cual se aprecia que dicha diligencia se realizó al
vehículo de placa de rodaje AJG-328, marca Kia, modelo Cerato,
color negro; el mismo que era conducido por el procesado CUNEO
UGAZ al momento de su intervención por personal policial [el vehículo en
mención se condice con las características del automóvil que le fue robado al
agraviado, y que originó la intervención de los efectivos policiales].
II. [PRUEBA PERSONAL] B) Las declaraciones testimoniales de los efectivos
policiales, Samir Aguilar Tolentino, Willy Walker Tafur Ramos y Elio Casilla
Cutire; quienes a nivel preliminar -ver folios veintiocho, treinta y treinta y tres- y

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plenarial -sesión número dos, obrante a folios doscientos ocho-, señalaron que
el día de los hechos, cuando patrullaban por la avenida Dansey;
mediante comunicación radial, la DIVEME PNP, informó que un
ciudadano había sido víctima de Robo agravado; asimismo, se les
avisó que entre los bienes sustraídos estaba el vehículo de placa AJG-
328, color negro, marca Kia Cerato. Refirieron también, que estando a
lo informado, se hizo un patrullaje intensivo; es así que, se logró ubicar
dicha unidad vehicular por el asentamiento humano “El Rescate”,
solicitando al ocupante del vehículo que se detenga; sin embargo,
hizo caso omiso, emprendiendo la fuga, no logrando escapar, toda
vez que fue capturado en la calle Pedro Garenzon en el cruce con el
jirón Huáscar. Del mismo modo, refirieron, que al lograr ubicar el auto
robado, se percataron que estaba siendo escoltado por otro vehículo.
Finalmente, señalaron que al momento de la intervención del
acusado CUNEO UGAZ; éste opuso resistencia. Cabe mencionar, que si
bien en las declaraciones de los testigos antes mencionados, existen
ciertos matices en sus dichos; empero, en todos ellos, persiste la
sindicación de que la intervención del acusado, se debió por cuanto
habían sido informados, del robo de un vehículo, en la avenida
Naciones Unidas con Colonial.
III. [PRUEBA INDICIARIA]: C) INDICIO DE POSESIÓN DE LOS OBJETOS DEL DELITO: La
posesión de los objetos del delito, se toma generalmente como un
indicio del delito, con respecto al presunto poseedor [1]. En el caso de
autos, se aprecia esta clase de indicio; toda vez que el vehículo [de
placa AJG-328, color negro, marca Kia Cerato] despojado ilícitamente al
agraviado, fue encontrado teniendo como ocupante y conductor al
acusado RICARDO MARSHAL CUNEO UGAZ. Este hecho, ha sido probado
con el acta de registro vehicular de folios diecinueve; D) INDICIO DE
MALA JUSTIFICACIÓN: El papel de este indicio, en la construcción de la
prueba indiciaria, se limita en estricto, a reforzar el carácter
epistemológico de los indicios incriminatorios ya acreditados; al
resultar desacreditada la hipótesis fáctica explicativa (alternativa)
ofrecida por el acusado. Las circunstancias incriminativas, solamente
se derrumban si el imputado da una explicación plausible de los datos
recogidos contra él; reforzándose, por el contrario, si dicha

[1] GARCIA CAVERO, Percy. La prueba por indicios. Lima: Editorial Reforma S.A.C. 2010. pág. 64.

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explicación es deficiente o inventada [2]. Al respecto, la justificación


del procesado RICARDO MARSHAL CUNEO UGAZ, de haber estado dentro
del vehículo de propiedad del agraviado, decanta en un aspecto
inverosímil. En efecto, dicho acusado ha señalado que se encontraba
en el automóvil intervenido, porque una mujer le pidió que lo
condujera hasta una cochera pública; sin embargo, la supuesta mujer
nunca fue identificada. Además, no resulta racional que una persona
desconocida le haya pedido ayuda al acusado, cuando éste se
encontraba en estado de ebriedad tal como lo ha señalado en el
juicio oral. La explicación sostenida por el encausado, para alegar su
inocencia, es ambigua y carece de sentido; apreciándose que tiene
la finalidad de eludir su responsabilidad. Fuera de lo cual, no aporta
mayores datos significativos; y, E) INDICIO DE CAPACIDAD PARA DELINQUIR.
Se desprende del certificado judicial de antecedentes penales, de
folios ciento doce, que el encausado RICARDO MARSHAL CUNEO UGAZ,
registra una sentencia condenatoria por el mismo delito; lo que nos
indica, que el comportamiento de dicho acusado no refleja que sea
una persona intachable, sino por el contrario, se advierte que es un
sujeto proclive a la comisión de delitos.

NOVENO: Respecto a la regla de la PERSISTENCIA EN LA INCRIMINACIÓN;


trasciende que la declaración del agraviado Jhonatan Andrés Huamán
Gonzáles, en términos de suficiencia y naturalidad, se muestra ausente
de ambigüedades y contradicciones; denotando, más bien, ser de
carácter uniforme y concreto, habiendo mantenido incólume la
sindicación en contra del procesado RICARDO MARSHAL CUNEO UGAZ. El
agraviado Huamán Gonzáles, a nivel policial y en el juicio oral ha
incriminado al acusado como autor del delito cometido en su agravio.
Siendo así, este hecho, como tal, proyecta una elevada confiabilidad de
su testimonio.

DÉCIMO: En lo relativo a la presencia de MÓVILES ESPURIOS; durante la


investigación, y esencialmente en el juicio oral; no se han incorporado
evidencias que permitan establecer, que los cargos que le imputa el
agraviado Jhonatan Andrés Huamán Gonzáles al procesado RICARDO
MARSHAL CUNEO UGAZ, en la etapa preliminar y plenarial [juicio oral], se

[2] GARCIA CAVERO, Percy. La prueba por indicios. Lima: Editorial Reforma S.A.C. 2010. págs. 59-60.

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encuentren motivados por el odio o rencor; y que éstos se hayan


concebido precedentemente al hecho denunciado. Visto ello así, se
constata superadas las garantías de certeza de la declaración de la
víctima.

DÉCIMO PRIMERO: Sin perjuicio de lo desarrollado precedentemente; no


puede soslayarse el hecho de que la declaración del acusado CUNEO
UGAZ, está llena de contradicciones. Así, se tiene que a nivel preliminar
-véase folios veintitrés-, dicho acusado, señaló haberse encontrado por el
lugar de los hechos, ya que estaba vendiendo su teléfono celular de la
empresa Bitel, a cualquier persona que pase por el lugar; y es allí que se
encontró con una mujer, que le solicitó que le ayudara a estacionar su
vehículo; sin embargo, en el juicio oral -ver folios doscientos nueve-
repentinamente, ensayó otra versión y refirió lo siguiente “[…] venía de las
Malvinas, había subido a un transporte público que lleva a Ventanilla y
cuando empezaron a cobrar pasajes yo no tenía, entonces el cobrador
me bajó a una cuadra de la avenida Dueñas con la avenida Argentina,
al bajar me encontré con una señora […]”. Como es de verse, la
declaración del procesado no ha sido uniforme, lo que nos indica que ha
tratado vanamente de negar su autoría en el robo que se le imputa.

DÉCIMO SEGUNDO: Estando a los fundamentos precedentes, se ha


generado un estado de convicción, respecto del testimonio del
agraviado Jhonatan Andrés Huamán Gonzáles; el mismo que se ha visto
consolidado, al haber cumplido con los criterios de verosimilitud – interna y
externa –, persistencia incriminativa y ausencia de incredibilidad subjetiva,
a que se contrae el Acuerdo Plenario número 02 – 2005/CJ – 116, de
treinta de setiembre de dos mil cinco. A lo que se agrega, que entre la
actividad probatoria desplegada, la naturaleza de las evidencias de
cargo actuadas y valoradas, y las contradicciones del encausado; existe
una conexión racional, precisa y directa; por ser esta última una
inferencia categórica deducida de la sucesión de los hechos declarados
probados; no existiendo una hipótesis alternativa al curso causal del
acontecimiento, que posibilite decantar en una conclusión diferente; por
lo que, se ha logrado enervar la presunción de inocencia del procesado
RICARDO MARSHAL CUNEO UGAZ; habiéndose acreditado su responsabilidad
penal en el delito de Robo agravado; justificándose su condena, de
conformidad con el artículo 285° del Código de Procedimientos Penales.

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DÉCIMO TERCERO: Ahora bien, en lo que concierne a los demás agravios


del recurrente; respecto a que la imputación del agraviado, no está
rodeada de corroboraciones periféricas de carácter objetivo, que
permitan vincular al recurrente con los hechos imputados. Es de advertir
que dicho agravio, carece de sustento fáctico, toda vez que, en base a
la prueba directa e indiciaria ya evaluada, este Supremo Tribunal se
encuentra convencido sobre la culpabilidad del encausado CUNEO UGAZ,
en el delito que se le imputa.

DÉCIMO CUARTO: En cuanto al agravio de que no se acreditó la


participación del recurrente, toda vez que no se ha llevado a cabo la
diligencia de reconocimiento; es pertinente señalar dos aspectos.
El primero, que la diligencia de reconocimiento no se llevó a cabo, por
cuanto no se contaba con las garantías del caso. El segundo, que la
rueda de identificación de investigados o encausados, no será
necesaria, por ser una diligencia alternativa, cuando conste acreditada
la autoría del sospechoso por otros medios (personales, científicos o por
inferencia). En el presente caso, se tenía la declaración de los efectivos
policiales, quienes habían intervenido al acusado manejando el vehículo
del agraviado. Asimismo, la intervención del procesado se produjo horas
después de los hechos, encontrándose el agraviado, en la Comisaría. En
consecuencia, los agravios del acusado no son de recibo, debiendo
rechazarse.

B. PRONUNCIAMIENTO SOBRE LAS CONSECUENCIAS JURÍDICAS.-

DÉCIMO QUINTO: Establecida la responsabilidad penal del procesado


RICARDO MARSHAL CUNEO UGAZ; corresponde ahora analizar si la Sala Penal
Superior, sometió a un correcto juicio de proporcionalidad, la pena
judicialmente impuesta. Así, se tiene que el hecho objeto de condena se
encuentra sancionado con una pena abstracta no menor de doce ni
mayor de veinte años de pena privativa de libertad (según el artículo 189° del
Código Penal, vigente en el momento de los hechos). En ese sentido, la pena
impuesta por el Colegiado Superior -diecisiete años de pena privativa de la
libertad- es legal y razonable, pues ésta responde a un equilibrio valorativo,
teniendo en cuenta la magnitud del daño ocasionado al agraviado
-sustracción de sus pertenencias mediante amenaza con armas de fuego-, la trascendencia

del bien jurídico lesionado, esto es, el patrimonio; así como el hecho de

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que en el presente caso se advierte la concurrencia de una


circunstancia agravante cualificada, como es la reincidencia del
agente, prevista en el artículo 46-B del Código Penal [cuando se aprecia la
presencia de una circunstancia agravante cualificada, se debe definir un nuevo límite
mínimo y máximo de la pena aplicable al delito materia de juzgamiento. Por tanto, de
acuerdo a los parámetros señalados corresponde elevar la pena en no menos de dos
tercios por encima del máximo legal, esto es: i) el máximo legal fijado es veinte años; ii)
cada tercio del máximo legal fijado es seis años y ocho meses; iii) los dos tercios por
encima del máximo legal fijado serían: veinte años más trece años, cuatro meses,
teniendo como resultado treinta y tres años, cuatro meses -nuevo límite máximo-; iv)
el nuevo marco punitivo sería de veinte años a treinta y tres años, cuatro meses;
empero, el representante del Ministerio Público, en su acusación fiscal -ver folios ciento
sesenta y seis- solicitó la imposición de una pena de diecisiete años de pena privativa
de libertad. En atención a ello la pena no puede sobrepasar con una pena más grave a
la peticionada por dicha parte].
Aunado a ello, se tiene que, no concurren
circunstancias atenuantes privilegiadas; es decir, no hay confesión
sincera, no hay conclusión anticipada del juicio oral, ni responsabilidad
restringida; y la conducta procesal del acusado, ha impedido cualquier
posibilidad de atenuación de la pena.

DÉCIMO SEXTO: Si bien es cierto, la pena impuesta al procesado CUNEO


UGAZ, en una sentencia anterior -según se verifica en el certificado de
Antecedentes Penales de folios ciento doce-, ha sido rehabilitada, tal como se
observa de las copias certificadas de folios doscientos cuarenta y siete;
sin embargo, dicha rehabilitación no elimina la reincidencia. El artículo
46-B del Código Penal, señala taxativamente, que es reincidente quien
comete un nuevo delito doloso, después de haber cumplido en todo o
en parte una condena privativa de libertad, en un lapso que no exceda
los cinco años. En el caso del acusado CUNEO UGAZ, la pena que se le
impuso anteriormente fue cumplida el 25 de marzo de 2014 y la comisión
del delito materia de pronunciamiento data del 26 de julio de 2016; por lo
que está acreditado su condición de reincidente.

DÉCIMO SÉTIMO: En lo que respecta a la reparación civil; es de remarcar


que nuestro Código Penal en el artículo 92°, prescribe que
conjuntamente con la pena se determinará la reparación civil
correspondiente y, conforme a lo previsto en el artículo 93° del Código
Sustantivo, comprende: a) La RESTITUCIÓN DEL BIEN: Se trata en suma de
restaurar o reponer la situación jurídica quebrantada por la comisión de

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un delito o falta, la obligación restitutiva alcanza a los bienes muebles o


inmuebles; y, b) La INDEMNIZACIÓN DE DAÑOS Y PERJUICIOS: La regula el inciso 2)
del artículo 93° del Código Penal, y comprende el resarcimiento del daño
moral y material, que se adiciona a la restitución del bien sustraído.

DÉCIMO OCTAVO: En lo concerniente a la restitución del bien, este


Tribunal Supremo observa que -al haberse intervenido oportunamente a uno de
los autores del delito con el vehículo robado al agraviado- no se ha producido una
consecuencia civil que pueda o podría merecer reposición o pago de
algún valor. En buena cuenta, en el ámbito de la “restitución del bien”, a
juicio de esta Sala, no cabe exigencia alguna. En lo que respecta a la
indemnización de daños y perjuicios irrogados a la víctima, como es
lógico, se regula conforme a las reglas establecidas en el Código Civil;
norma aplicable por remisión del artículo 101° del Código Penal. En
materia civil, se conoce el daño patrimonial o daño extrapatrimonial. El
daño patrimonial, se expresa como daño emergente en virtud de que el
evento dañoso tiene directa consecuencia en el patrimonio del
afectado. En tanto el daño patrimonial, en su expresión de lucro cesante,
será la expectativa patrimonial que no logró obtener la víctima en virtud
del evento dañoso, esto es, lo que dejó de ganar o percibir. Y el daño
extrapatrimonial se materializa en su expresión de daño moral y daño al
proyecto de vida; el daño moral si bien es intraducible patrimonialmente,
empero, su indemnización se expresará en un quantum dinerario, habida
cuenta de la inexistencia de otra forma de cobertura, al igual que el
daño al proyecto de vida. En el presente caso, se advierte que el daño
padecido por el agraviado, importa un daño moral, en vista de la
angustia, y aflicción emocional causada por el evento delictivo. En este
sentido, la reparación civil fijada (mil soles) guarda proporción con el
daño moral causado al agraviado; mereciendo confirmarse.

DECISIÓN

Por estos fundamentos, declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia


de folios doscientos cincuenta y tres, de fecha diez de marzo de dos mil
diecisiete, emitida por la Cuarta Sala Especializada en lo Penal para
procesos con reos en cárcel de la Corte Superior de Justicia de Lima, que
condenó al acusado RICARDO MARSHAL CUNEO UGAZ, como autor del delito

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contra el patrimonio, Robo agravado, en agravio de Jhonatan Andrés


Huamán Gonzáles; a diecisiete años de pena privativa de libertad, y fijó
en mil soles, el monto que por concepto de reparación civil, deberá
abonar el sentenciado a favor del agraviado; con lo demás que
contiene; y los devolvieron.-
S.S.
HINOSTROZA PARIACHI

FIGUEROA NAVARRO

NÚÑEZ JULCA

PACHECO HUANCAS

CEVALLOS VEGAS

CHP/mcal.

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