Leyendas de Ecuador M - N

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LEYENDAS Y TRADICIONES

C O M U N I C A C I Ó N

FIESTAS DE SAN PEDRO DEL CANTÓN


PEDRO MONCAYO.

Pichincha, Pedro Moncayo


La fiesta de San Pedro, que toma el nombre del mismo santo y el astro sol,
involucra manifestaciones sociales donde se fusionan símbolos de historias de
una conquista (pueblos reducidos) y de resistencia (pueblos no ligados
profundamente a la estructura hacendaria); observados en la vestimenta, la
danza y la música.
Esta primera corriente con matices católico – hacendarios, reproduce los ritos
de las Ramas de gallos, el Arranque de gallos, los diezmos y demás
estructuras de relación social festiva, pero con un sentido “alternativo” a lo
religioso al convertirse en actos del compartir y celebrar en lo colectivo.
Además, la Toma de la Plaza, como vivencia máxima de la población
indígena en lo urbano, sería vetada a inicios de los 80´ por las autoridades de
la época al ser concebida como una expresión de violencia que destruyera las
bases morales del sistema.

Luego, ante la ausencia de lo indígena en la urbe, nace la necesidad de revivirla, pero ahora a
través de la danza, la música y los trajes de los sectores urbanos de Tabacundo. Se dará con los
modernos aruchicos, los diablumas, las mujeres danzantes al propio ritmo de la música San
Pedro.
Actualmente es un desfile que llega a la popular plazoleta de La Banda, y que se va afirmando
como una fiesta de identidad. Paralelo a esta festividad, se realiza en Malchinguí el desfile de la
confraternidad malchingueña el 29 de junio, donde participan comparsas y partidas, bajo una
propuesta del festejo del Inti Raymi ligado a la parroquialización.
La fiesta de San Pedro contiene un alto poder de convocatoria, no solo para la gente de la urbe,
sino para los visitantes y residentes en el extranjero. Esta fiesta se realiza cada 29 de junio y es
prolongada en cada octava (fines de semana después del 29) alrededor de la organización
colectiva barrial.

LEYENDA DE LA NIÑA MARIA DE TOCACHI

Para pasar la quebrada de Cochasquí, como no había puente la gente tenía que hacerlo por el
lecho, pisando una piedra grande. Cierto día unos pastores de ovejas vieron brillar una luz
intensa en la piedra, por curiosidad la refregaron con un guijarro para ver si desaparecía; pero,
en lugar de conseguirlo, observaron unas rayas medio borrosas.

Por el mismo lugar, los niños Eladio y Víctor Telio Navarrete pasaban a la comunidad de
Cochasquí a recibir clases pagadas. Un 15 de julio de 1928, al regresar a su pueblo Tocachi,
como de costumbre, se sentaron sobre la piedra para tomar agua y lavarse los pies. Al inclinarse
vieron con asombro una pequeña imagen de la Virgen María grabada en la piedra en el mismo
lugar donde los pastores vieron la luz. Inquietos, de vuelta a sus casas participaron a sus padres
la noticia que en la quebrada hay una virgencita. Seis personas se dirigen de prisa y, luego de
comprobar que era verdad la noticia dada por los niños, quisieron sacar la piedra para llevarla al
pueblo, pero no lo consiguieron.
- Está bien sembrada, por ahora dejémosla así, ya veremos la forma de sacarla-, dijeron los
paisanos y regresaron a sus hogares.

La noticia se divulgó rápidamente en Tocachi. Venancio Lazo, un anciano enfermo de los


huesos, al conocer de la misteriosa aparición fue al sitio del prodigio. Al observar los rasgos de
la imagen le dijo: Si verdaderamente eres la virgen, deja que te lleve. Tan pronto tocó la piedra,
ésta se movió. La alzó con facilidad hasta sus hombros y emprendió contento el regreso por el
empinado y polvoriento camino. Al llegar al sitio llamado “Los Hurtados”, muy cansado, bajó
su preciosa carga y la escondió en unos matorrales.

Al siguiente día, Venancio con el propósito de no ser visto, madrugó y sacó del escondite la
piedra para llevarla a su casa, al pasar por el barrio La Loma, los moradores le quisieron
arrebatar, pero no se dejó.

El día sábado, algunos pobladores volvieron a la quebrada dispuestos a sacar la piedra; llevaron
herramientas apropiadas, incluso dos toros para que arrastren la roca más vieron que la piedra
había desaparecido sin dejar huellas.

Venancio soñó que la Virgen pedía que le lleve a la iglesia. El buen hombre aceptó el encargo.
Con algunos coterráneos la condujeron primero a la casa de la familia Benítez, el domingo del
mismo mes. La llevaron al centro del pueblo y dieron aviso al cura párroco del lugar quien, a
pedido de los moradores, le pusieron en un lugar secundario del templo. Después de algunos
años, porque la pìedra era grande, el presbítero José Abel Vásconez contrató al artesano José
María Taboada para que la desbaste. Bastante avanzada la obra, mientras sincelaba, vio que
brotaban dos gotas de sangre y al mismo tiempo sintió un fuerte dolor en el brazo por lo que dio
por terminado el trabajo. La piedra quedó de 30 centímetros de altura. Por iniciativa del mismo
sacerdote la imagen fue retocada. Desde entonces la virgen ocupa un sitio privilegiado en el
altar del templo dentro de una urna recubierta con pan de oro.

En el tiempo del cardenal Carlos María de la Torre, la virgen fue nombrada PATRONA de la
parroquia, pero los mayores del lugar acostumbraban llamar “niña” a las “patronas” de las casas
o de las haciendas por lo que nombraron a la virgen “Niña María de Tocachi”.

La fe y devoción a la pequeña NIÑA MARIA, de 9 centímetros aproximadamente no solo que


se ha mantenido sino que se ha incrementado. A sus fiestas, el 8 de septiembre, acuden muchos
peregrinos de todas partes del país en demanda de favores unos, y otros, para presentarle sus
agradecimientos por haber complacido sus peticiones: misa con celebrada, chamiza, castillos,
volatería, toros y alegría desbordante.

MILAGROS DE LA NIÑA MARIA


Cuentan que don Venancio Lazo, tan pronto supo del hallazgo de la virgen acudió al lugar del
hecho portentoso y, al ver la piedra con el grabado, le dijo: “Si eres la madre de Dios, deja que
te lleve”. Y así sucedió. A pesar de que don Venancio era viejo y enfermo sacó con facilidad la
piedra que otros no lo pudieron hacer, la cargó y la llevó a su casa.

Dicen que don Bolívar Boada, hombre importante del pueblo, rajaba leña y de pronto le entró
una astilla en el ojo, produciéndole gran dolor. Fue al hospital donde el oculista, después de
examinarlo, le comunicó que hay que operarle. Por la noche, don Bolívar pidió a la niña María
su protección. Al despertar, notó que la astilla había desaparecido. En agradecimiento mandó a
trabajar una hermosa urna para la niña María.

El sacerdote Luis Garzón viajaba en un bus a Tocachi para celebrar una misa de octava. Al bajar
la quebrada de Chimburlo, el vehículo tomó gran velocidad sin que el conductor pudiera
controlarlo. El sacerdote pidió a la niña María le salve. Sintó entonces que se abría la puerta del
carro y que alguien le empujaba botándole al suelo en el mismo momento en que el bus se
precipitaba al abismo. El venerable cura se convirtió en uno de los grandes devotos de la niña
María.
(Tomado del libro Leyendas, relatos, cuentos del cantón Pedro Moncayo, del Prof. Carlos
Ernesto Estrella Aguirre, año 2006)

Leyendas Ecuador

 La leyenda suele ser un relato maravilloso que algunas veces tiene origen en


algún evento histórico, pero que suele estar enriquecido por numerosos elementos
fantásticos. Es una producción literaria de creación colectiva sobre la existen
diferentes versiones. Muchas de ellas han llegado a nuestros días incluso como
auténticas piezas literarias.

ELCHUZALONGO(ECUADOR)

Cuenta la leyenda, que en la costa de Ecuador, un agricultor tenía sus ganados en lo alto


del monte.
Una noche cayó una tormenta muy fuerte, preocupado por su ganado, mandó a sus dos
hijas a que guardasen el ganado en el granero. Las hijas, muy obedientes, fueron a hacer lo
que su padre les ordenó, cuando terminaron de guardar todo el ganado, cerraron la puerta y
al darse vuelta se dieron con la sorpresa de que un pequeño ser, de rostro blanco, labios
gruesos y morados, nariz chata, orejas grandes, ojos verdes pequeños con un punto negro
de fuego en el centro. Este ser tenia un pelo corto, ralo y tieso, con el cuerpo cubierto de
escamas de pescado, las estaba esperando tras la puerta. Ellas gritaron con todas sus
fuerzas, pero nadie las escuchó.
Después de muchas horas, y al ver que sus hijas no regresaban, el hombre tomó su escopeta
y fue hacia la cabaña, encontrando una escena terrible, sus hijas estaban descuartizadas y a
lo lejos vio como una pequeña criatura huía.

DAMATAPADA (ECUADOR)

Esta dama solo se aproximaba a hombres mujeriegos, luciendo hermosos atuendos entre
estos un elegante vestido negro de la época y un muy bonito velo que cubría su rostro, lo
cual evitaba que sea reconocida por sus víctimas. La leyenda cuenta además que la dama
emanaba a su entorno una fragancia muy peculiar a nardos y violetas.

Era una mujer de esbelta figura y cautivadoras formas, de andar seductor y elegante,
rodeada de un dulcísimo aroma que dejaba al paso y cubierta en el rostro por un velo que,
pese al enigma que representaba, dejaba averiguar gran belleza y juventud tras las sedosas
telas. De esta forma lograba seducir a los hombres, haciéndolos entrar en trance o
dejándolos hipnotizados, obligándolos a seguirla; pero el personaje no permitía que se le
acercasen a menos de un metro.

CAJARONCA(ECUADOR)
Cuenta la leyenda, que en Ibarra, habían dos amigos, Manuel y Carlos. Un día, el papá
de Carlos les encargó que vayan a regar unas plantas que ya estaban por secarse, pero ellos,
entretenidos en los juegos, no hicieron caso, al recordarse, ya era de noche y tuvieron que ir
en la oscuridad. Al entrarse, cada vez mas a los sembríos, escucharon unos sonidos, como
de procesión, ante el temor que ese sonido era cada vez mas cercano, se escondieron detrás
de unos arboles y vieron unos cuerpos flotantes encapuchados, con velas largas apagadas.

Estos, cruzaron el lugar llevando una carroza montada por un ser temible de curvos
cuernos, afilados dientes de lobo, y unos ojos de serpiente que inquietaban hasta el alma del
más valiente. Siguiéndole, se lo podía ver a un individuo de blanco semblante, casi
transparente, que tocaba una especie de tambor, del cual venía un sonido:"tararán-
tararán". En ese momento, recordaron los cuentos que escuchaban de niños sobre la
legendaria caja ronca. Ellos pensaban que era de mentira, pero al verlo con sus propios
ojos, se desmayaron.

Cuando por fin despertaron al amanecer, llevaban consigo una vela de aquellas que
sostenían aquellos seres encapuchados, solo que no eran simples velas, sino eran en verdad
eran huesos fríos de algún muerto.

Sorprendidos y muy asustados, Manuel y Carlos de inmediato volvieron cada uno a sus
casas. Desde ese día, comprendieron muy bien que las leyendas, no son simples inventos
de los ancianos de pueblo, sino experiencias muy ciertas que son contadas para cuidar a los
habitantes del pueblo contra una mala y cruda sorpresa.

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