La Navidad

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LA NAVIDAD

¿ES UNA FIESTA PAGANA?

Por
Juan Salvador Lemus Palma

Introducción

Un líder de una denominación evangélica de Guatemala


comentaba su preocupación que algunos de sus pastores ya no
celebraban la Navidad,
expresándole que es una fiesta
pagana. Ciertamente, se observa
en la actualidad iglesias, hasta en
algunas fundadas por misioneros
cristianos que trajeron consigo
esta linda celebración, han
dejado de celebrarla. Se
escucha y se lee en televisión, radio, redes sociales, medios
escritos, predicadores en los buses opiniones abiertas a la
Navidad. Se está dudando de un evento cristiano caracterizado
por la adoración y evangelización. ¿Por qué esa duda? Porque
se le denuncia que es una fiesta pagana, vinculada con la diosa
Semiramis y Tamuz de la mitología sumeria. ¿Cómo es eso? Este
artículo lleva la finalidad de analizar esa denuncia y luego dar
respuesta a ella.

1. La denuncia

Los opositores afirman que la fiesta de la Navidad no tiene un


origen bíblico, que no fue instituida por Cristo, como la Santa
Cena, ni fue encargada por ningún apóstol en el NT, sino que
tiene un origen en una tradición pagana de Babilonia que más
adelante fue practicada en Roma. Según esta tradición, cuentan
que el dios sol (Nimrod) desciende y se encarna en la virgen
Semiramis que lo da a luz y que fue
nombrado como Tamuz. Pero después,
Tamuz fue asesinado por un Jabalí. Con el
tiempo, Semiramis muere y asciende al
cielo, y fue venerada como “madre de
dios” y “madre del cielo”. Pero los dioses la
trajeron de vuelta a la tierra donde fue
reconocida como Ishtar (en Asiria y
Babilonia) y Astaroth (Fenicia y Canaán). Al
momento de su retornó se cumplían los 40 días de duelo por la
muerte de su hijo Tamuz, era el 25 de diciembre cuando los
sacerdotes babilonios celebraban en su memoria con sacrificios
de infantes. Al paso del tiempo, esta tradición pasó a Roma
donde esa fecha se celebraba con orgías la memoria del dios sol
(el antiguo Tamuz).
Afirman los oponentes que la Navidad cristiana tomó de la
religión del dios sol la idea del nacimiento virginal de Jesús, de
Dios que se encarna, y la misma fecha de su celebración. Esto
significa que la Navidad es una continuación del paganismo de
dioses y diosas. Pero, ¿es creíble toda esta grosera denuncia? En
lo que sigue nos proponemos a dar respuestas con sentido
histórico y teológico.

2. Respuesta histórica

Ante tal provocación, investigamos algunas fuentes históricas


acreditadas para ver si lo que exponen los oponentes a la
Navidad tiene validez. Ciertamente la historia nos informa que, a
finales del siglo IV, había dos grandes festividades, la Epifanía
originada en Oriente y la Navidad el 25 de diciembre originada
en Occidente (Latourette), aunque ya había fechas de
celebración de la navidad trazadas incluso desde el año 200
(Beckwith). Estas dos fiestas al principio se celebraban juntas, pero
entre los años 325 y 354 fueron separadas para darle a la Navidad
su propia fecha, el 25 de diciembre. Es posible que este festivo
evento fuera introducido en el cumpleaños del Sol Invictus
(“inconquistado”) por Constantino I (306-337) “quien
evidentemente escogió ese día a causa de la fiesta pagana del
sol que era tan popular” (Mueller, 1985: pág. 364). Sin embargo,
para los historiadores no existe una clara probabilidad que la
selección del 25 de diciembre fuese motivada por el aniversario
del Sol Invictus de la religión mesopotámica. Aunque el historiador
Walker expresa que “se admite la posibilidad de que fuera una
ocasión apropiada para sustituir una festividad popular pagana
por una gran celebración cristiana” (pág. 169). Y si así fue, esto
significaría para Constantino y otros que ahora Cristo prevalecía
sobre el dios pagano Sol Invictus. Y, sin duda, los cristianos en
general también celebraron tal triunfo como una gesta de Cristo
sobre la idolatría romana.

Las fuentes históricas acreditadas no informan que la celebración


del aniversario del Sol Invictus, de Roma, se haya derivado de la
celebración a Tamuz. No hay fuentes confiables para rastrear el
avance, penetración e impacto de la tradición de Semiramis y
Tamuz hasta Roma. Tampoco que tal celebración pagana haya
influido en la creación del escenario de una virgen (María), una
encarnación y un Niño Dios (Cristo) como celebra la Navidad. Si
en caso se tomó a conciencia esa fecha fue como ocasión del
triunfo de la fe cristiana sobre la pagana, nunca a la inversa.
Afirmar que la Navidad sea pagana por el hecho de que el
cristianismo occidental tenga una fecha de trasfondo pagano,
es pecar de ignorancia, de superstición o de mala intención.

3. Respuesta teológica

Además de abordar el origen histórico de la Navidad, pasemos a


su sentido teológico, para expresar que su importancia no está
en la fecha sino en la intención de anunciar la encarnación del
Hijo de Dios en la humanidad de María, celebrar la preexistencia
del Hijo que vino a la raza humana desde los cielos (Wiley). Lo
sagrado de la Navidad no está en la fecha, sino en lo que en ella
se anuncia. Su intención no es la adoración a un ídolo pagano
sino la adoración al Señor Jesús. Es una celebración dentro de la
cultura litúrgica de la cristiandad a través de la cual se
conmemora el acontecimiento de la llegada del Salvador del
mundo, por causa del beneplácito de Dios (Berkhof). Entonces, la
importancia no está en la fecha sino en la intención de anunciar
la encarnación del Hijo de Dios en la humanidad de María. No
fue una fiesta instituida en la Biblia, pero es una celebración
oportuna para dar a conocer el mensaje obligado de la llegada
de Dios para salvar al mundo.

En esa época del surgimiento de la Navidad, se daban los


grandes diálogos y debates cristológicos. Era el tiempo de los
grandes y preclaros teólogos de la iglesia que se enfocaban en
la persona de Jesucristo que nos dejaron el Credo Niceno que
determina la ortodoxia y estructura la fe cristiana. Si la Navidad
hubiese tenido alguna intención pagana implícita de glorificar la
religión pagana, ellos lo hubieran notado y se hubieran
pronunciado a favor de la verdad. Grandes líderes y teólogos de
la cristiandad, como Crisóstomo (349-407), Lutero (1483-1546) y los
otros reformadores, Wesley (1703-1791), Billy Graham (1918-2018),
entre tantos, siempre vieron en la Navidad la oportunidad de
enfatizar piadosamente la llegada del Salvador. Agregamos que
la himnología más primorosa y de belleza artística de la
cristiandad es la navideña que expresa amor, gratitud y fidelidad
al Niño Dios que nació en Belén, es decir, al Cristo divino y
humano.

La oposición a la Navidad surge especialmente de sectas falsas


que no aceptan la encarnación del Hijo de Dios; de la influencia
de grupos mesiánicos que no aceptan la divinidad de Cristo; y de
los especuladores de la fe que van más allá de la verdad
expresada, con la mente sospechosa buscan algo más allá de la
objetividad de las cosas y cuando logran supuestos
descubrimientos los publican con sensacionalismo provocando
escándalos en la iglesia del Señor. Todos estos influyen para que
diferentes sectores de la iglesia evangélica actual rechacen la
Navidad.

Conclusión

La Navidad es una fiesta cristiana que da a conocer el evento de


la llegada del Hijo de Dios para salvar al mundo en la persona del
niño Jesús. Su expresión es el contenido de los evangelios
canónicos de Mateo (Caps. 1 y 2) y de Lucas (Caps. 1 y 2), nunca
la expresión mitológica de Semiramis y Tamuz. Como nos hemos
dado cuenta, el trasfondo de una fecha festiva pagana de la
Navidad no tiene influencia sobre ella. El contenido escénico de
la Navidad está en los evangelios mencionados, su sentido es la
teología de la salvación, su misión es la evangelización, su fin
último es la adoración al Dios Trino. Es cierto que la población
inconversa ha hecho de la Navidad una celebración
secularizada, con énfasis comerciales y hedonistas que no honra
al Señor, pues siempre son los que “no aprobaron tomar en
cuenta a Dios” (Ro. 1:28). El ataque ideológico a la Navidad no
es por la fecha del 25 de diciembre, sino a la encarnación del Hijo
de Dios. La navidad no es un dogma en sí que debe imponerse,
es opcional su celebración. Pero al no celebrarla, perdemos la
oportunidad de celebrar la llegada de nuestro Salvador y dar el
evangelio al mundo.

FUENTES CONSULTADAS
Beckwith, R. T. (1992). “Calendario Litúrgico”, en Nuevo
Diccionario de Teología. El Paso TX: CBP.
Berkhof, Luis. (1ra. edic. 1969). Teología Sistemática. Michigan:
T.E.L.L.
González, Justo. L. (1ra edic. electro.). Historia del Cristianismo.
Miami FL: Editorial Caribe.
Latourette, Kenneth Scott (1955). Historia del Cristianismo. (Tomo
I) El Paso Texas: CBP.
Mueller, J. Theodore (1985). “Navidad” en Diccionario de
Teología. Michigan: TELL.
Walker Williston. (s.f.) Historia de la Iglesia Cristiana. Kansas City:
CNP.
Wiley, H. Orton y Paul T. Culbertson (1948). Introducción a la
Teología Cristiana. Kanzas City: B.H.P.

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