EL Evangelio de La Prosperidad

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EL evangelio de la Prosperidad

2Timoteo 3:1-5
La descriptiva lista de conducta en los últimos días que da Pablo describe a nuestra
sociedad, e incluso, desafortunadamente, la conducta de muchos cristianos.
la gente vivirá una vida centrada en el yo; serán amadores del dinero, personas que
ponen su propia voluntad en el centro de su vida.
El ansia de poseer (filarguros : avaricia). La palabra griega es compuesta de otras dos
que quieren decir deseo de tener más especialmente posesiones materiales. Los
mismos griegos definían filarguros como un maldito amor a tener.
La Real Academia española define a la avaricia por el Afán desordenado de poseer y
adquirir riquezas para atesorarlas.
La teología de prosperidad, a veces llamada evangelio de la prosperidad, es
una creencia religiosa quienes sostienen que la bendición financiera y el bienestar
físico son siempre la voluntad de Dios para con ellos, y que la fe, el discurso positivo
y las donaciones a causas religiosas aumentarán la riqueza material propia.
Surge durante el auge del movimiento conocido como Healing Revival EL
RENACIMIENTO DE LA CURACIÓN un resurgimiento de milagros del Espíritu Santo de signos-
dones-sanación, salvación-liberación, pularizó la doctrina de la curación divina y engendró la Asociación
Internacional de Hombres de Evangelio Completo, con Demos Shakarian

a fines de los años 1940 y durante la década de 1950, la teología de la prosperidad


tuvo gran difusión en Estados Unidos, aunque algunos han asociado los orígenes de su
teología al movimiento Nuevo Pensamiento, que empezó en el siglo XIX.
Las enseñanzas de prosperidad ocuparon más tarde un lugar prominente en el
movimiento Word of Faith y el tele evangelismo de los años 1980.
En las décadas de 1990 y 2000, influentes líderes del movimiento pentecostal y
el movimiento carismático la adoptaron en los Estados Unidos y se ha propagado por
varios otros países. 
La teología de prosperidad ve la Biblia como un pacto entre Dios y el hombre: si las
personas tienen fe en Dios, él brindará seguridad y prosperidad.
La doctrina enfatiza la importancia del empoderamiento personal y propone que es
la voluntad de Dios que su pueblo sea feliz.
La expiación (reconciliación con Dios) se interpreta para incluir el alivio de la
enfermedad y la pobreza, los cuales se consideran maldiciones que se pueden romper
por la fe. Se cree que esto se consigue a través de donaciones monetarias,
visualización y confesión positiva.
¿Qué enseña la teología de la prosperidad?
Podríamos sintetizar la doctrina de la prosperidad en estos principios que se enseñan
oralmente en las prédicas de cada vez más pastores de este evangelio de la avaricia.
– Fundamental a la teología de la prosperidad es "la ley de la siembra y la cosecha". 
– Dios es el dueño del mundo y si tu eres hijo -socio- de Dios, te pertenece todo y has
de reclamar tu derecho.
– Dios promete bendiciones -interpretadas todas como prosperidad material- a todo
aquel que se una a él e invierta en sus proyectos.
– La única forma de adquirir prosperidad es por medio de la fe, especialmente
“declarando” prosperidad. La lógica es simple: “Si pides con fe se te dará, pero si no
recibes, es por falta de fe, es tu culpa si no eres próspero”. Esto también incluye
reprender demonios que son los causantes de la pobreza y de los fracasos.
– La clave es ofrendar: cuánto más grande sea tu ofrenda, más le estarías mostrando a
Dios tu confianza en él y, por lo tanto, mayores serán tus ganancias.
Con esta doctrina los pastores y telepredicadores ostentan su lujo sin complejos,
como una forma de manifestar su nivel de santidad y el mayor nivel de bendición
divina que han recibido. Forman verdaderos imperios económicos, buscando cada
vez mayor poder e influencia en los medios de comunicación y en la política.
En líneas generales, el error de la teología de la prosperidad es asegurar riquezas a los
creyentes, pasando por alto que la Biblia está llena de advertencias contra el amor al
dinero (1 Timoteo 6:10) y la búsqueda de enriquecimiento (Proverbios 23:4).
Predicadores animan a los creyentes a ofrendar y a hacer votos, enseñando que la
bendición es proporcional al dinero que ofrendan.
De esta manera ignoran que en toda esfera de la vida, solo Dios determina los
resultados, la proporción de nuestra bendición, y la cantidad que cosechamos
(Job 1:21; 1 Corintios 3:6). Además, esta teología promete bienestar y salud al
pueblo. Es decir, ofrece una vida libre de problemas y de enfermedades.
La Biblia nunca promete tal cosa. Al contrario, nos advierte de diversas dificultades y
tribulaciones.
Esta creencia es contraria a la Biblia. Jesús dice que tendremos tribulación (Juan 16:33).

Pablo enseñó que (2 Timoteo 3:12) y también el mismo apóstol animó a su discípulo


diciendo (2 Timoteo 2:3).
Pedro dice que no deberíamos sorprendernos por el sufrimiento (1 Pedro 4:12).
Santiago dice que esperemos pruebas, y que las contemos con sumo gozo (Santiago 1:2).
Y Pablo dice que las aflicciones traen perseverancia y gloria (Romanos 5:3-5; 2 Corintios 4:17).
De todas formas, debemos recordar que a pesar que la vida cristiana es una vida de
adversidad, y aunque no siempre las cosas saldrán como esperamos, el Señor nos
dará la gracia para sostenernos (2 Corintios 12:9 y 1 Corintios 10:13),
y Él mismo usará las dificultades para sus buenos propósitos (Romanos 8:28), y
ha prometido estar con nosotros en medio de ellos (Mateo 28:20).

La pobreza del evangelio de la prosperidad


Cuando lo leí por primera vez, me pareció preocupante. No parecía justo. Job era un
hombre justo. Con los años, esta historia ha ayudado a forjar mi comprensión de Dios y
mi teología del sufrimiento. Me ha enseñado que Dios mismo – no lo que él pueda
darme – es mi mayor tesoro.
 Juan 10:10 Jesús nos da vida abundante, pero su vida abundante es independiente de
las circunstancias.
Job 2:10 Un diagnóstico de cáncer, un desplome del mercado de valores, y la rebelión
de un niño no pueden disminuir la vida abundante que tenemos en Cristo. Una
curación milagrosa, una ganancia financiera, y el regreso de un hijo pródigo no la
transforman tampoco. La verdadera vida abundante descansa en el Dios que es el
Señor de las cosas buenas y las cosas terribles en nuestra vida. 
Trágicamente, el evangelio de la prosperidad ha envenenado la iglesia y socavado
nuestra capacidad de lidiar con el mal y el sufrimiento. Algunas iglesias hoy en día no
tienen lugar para el dolor. Los que dicen que Dios les ha sanado toman el micrófono,
mientras que los que siguen sufriendo quedan avergonzados en el silencio o dirigidos a
salir por la puerta trasera. Randy Alcorn 

El Dador es mejor que los dones.


Job 1:21 Satanás es un defensor del evangelio de la prosperidad, cuando le dice a Dios
que la fidelidad de Job se basa en las bendiciones de Dios. Y si esas bendiciones le son
quitadas, él cree que Job maldecirá a Dios. Satanás está dando a entender que Dios es
valioso sólo por lo que le da a Job.

Salmo 73: 25-26 El evangelio de la prosperidad enseña que vivimos para las bendiciones
materiales de Dios ahora. Job nos enseña que vivimos para la gloria eterna de Dios. En
el corazón del evangelio de la prosperidad está nuestro valor. En el corazón de Job, y
de toda la Escritura, está el valor de Dios.

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